Desde el aula vii 1

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REVISTA DEL IES MARÍA ROSA ALONSO DESDE EL AULA 1 Año VII-nº2, enero 2014 IES María Rosa Alonso Curso 2013-2014

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REVISTA DEL IES

MARÍA ROSA ALONSO

DESDE EL AULA

1

Año VII-nº2, enero 2014

IES María Rosa Alonso

Curso 2013-2014

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Gobierno de Canarias

Consejería de Educación,

Universidades y Sostenibilidad

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¿Sueñan los vampiros con chicas eléctricas?, José Oriol Rojas Martín, profesor 27

Recogimiento y Fervor, Ángel Benítez Pérez (colaborador) 32

El Guardián entre el centeno, de J. D. Salinger”, Joel Cruz Plasencia, alumno 32

Ángel de la noche, Cathaysa Marrero Pérez, alumna 33

El vampiro de la noche, Elvira Mª Clemente Marrero, alumna 33

Un momento de paz, Elvira Mª Clemente Marrero, alumna 34

Cómic: “Retratos de ciudad”, Reyes Sánchez Romero, profesora 35

“Survive in our city”, Begoña Padilla Herrera, profesora 36

“El Teide”, María Teresa Chinea Medina (colaboradora) 38

Jornadas interdisciplinares. Testimonio fotográfico 39

Contraportada: Murales, alumnos de EPV curso 2008-09/2009-10 40

Emai.l: [email protected] Email: [email protected]

Equipo de Redacción: Claustro y alumnos del IES María Rosa Alonso

Coordinadora: Margarita Ginoria Tena, profesora de Lengua Castellana y Literatura

Logotipo portada: Ada Santaella Santos, profesora de EPV Fotografía: Ana María Marrero Leandro, Vicedirectora Edita esta revista el IES María Rosa Alonso Avda. Principal de Añaza 104. S/C. de Tenerife Tfno.: 922687078/922685856 En la web del Instituto habrá versión digital de la revista: iesmariarosaalonso.blogspot.com

Sumario 2

Editorial 3

Actividades del trimestre 4-9

Creación 10-22

Opinión 23-26

Información/Humor 27

Navidad 2013 28

El consejo de redacción de la revista Desde el aula no se identifica necesariamente con el contenido de los artículos publicados ni las imágenes seleccionadas para ilustrarlos.

sumario

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editorial

La nueva ley educativa

Hemos comenzado el trimestre con huelgas y manifestaciones en contra de la nueva ley educati-

va, o ley “Wert”. Algunas de las novedades de esta ley, la séptima de la democracia, son que desapare-

ce la selectividad después de 38 años; las facultades harán pruebas de acceso; habrá evaluaciones ex-ternas al final de la ESO y bachillerato que los alumnos tendrán que aprobar para obtener el título. Los

estudiantes de tercero de la ESO tendrán que elegir asignaturas enfocadas a bachillerato o a la forma-ción profesional. Dos itinerarios que se diferenciarán un año después, en cuarto de la ESO. También

desaparece Educación para la ciudadanía. Las alternativas (Religión o Valores éticos y morales) con-

tarán para la nota media. Se podrá pasar de curso con dos suspensos salvo que los dos sean de asigna-turas como Matemáticas, Lengua y Lengua cooficial. Matemáticas, Lengua, Ciencias e Inglés tienen más

horas lectivas. En todas las etapas las asignaturas se dividen en tres bloques: troncales, específicas y de libre configuración autonómica. El Gobierno fijará los contenidos de las troncales de primaria, secunda-

ria y bachiller. En las específicas fijará, objetivos y criterios de evaluación. Y el Gobierno también selec-cionará a los directores de los centros. Los cambios entrarán en vigor el curso que viene el de 2014-

2015.

Sin duda, todos estos cambios contarán con defensores y detractores, pero lo cierto es que una vez que la ley entre en vigor –y mientras no se cambie– será la ley que regirá nuestra actividad educati-

va y la que tendremos que conocer y acatar. Creemos, sin embargo, que el deterioro y el desencanto, la falta de motivación por el estudio, no

dependen tanto de la normativa que esté vigor, como de la ausencia de horizonte para las nuevas ge-

neraciones. Hace ya años que no se ha invertido en modelos sociales que impulsen la cultura, que ali-menten el espíritu de la ciudadanía y que favorezcan la educación de nuestro pueblo en el más amplio

concepto del término. Antes al contrario: lo que ha primado han sido los contravalores. La educación de un pueblo no es responsabilidad exclusiva de la escuela, ni la puede regular en su totalidad una ley

educativa. Los gobiernos deben crear entornos favorecedores que apoyen la labor del docente. Modelos sociales donde la escuela no sea un parche, un estacionamiento de jóvenes a los que no se les ofrece

ninguna alternativa ni modelo de vida estimulante. La motivación del alumnado no puede delimitarse al

uso o no de las nuevas tecnologías, o de este o aquel revolucionario modelo pedagógico. Enseñar y aprender ha exigido –y exigirá siempre– las mismas destrezas (vocación por parte del docente y deseo

de aprender por parte del discente); las herramientas ayudan pero no pueden suplir ni lo uno ni lo otro. Iniciativas que fomenten la lectura, el conocimiento de idiomas, el disfrute por la música, por los

hábitos saludables, por el ocio constructivo…, brillan por su ausencia en Canarias. La cultura se ha con-

vertido en un artículo de lujo al alcance de pocas familias. Los modelos de éxito que se ofrecen a nues-tro jóvenes no tienen nada que ver con el saber ser y el saber estar. La televisión y las alternativas de

ocio en Canarias, promueven justo lo contrario: la horterada y la basura televisiva. Si no se invierte en cultura, si no se ofrecen patrones alternativos, se seguirá consumiendo el mismo tipo de basura. La es-

cuela no puede ser un laboratorio de reciclaje; la escuela solo puede pulir lo que la sociedad misma ge-

nera y demanda. En esta línea, nuestra revista pretende seguir siendo plataforma de reflexión de la comunidad

educativa, espejo donde se miren nuestras familias y donde todos (padres, alumnos y docentes) apren-damos a corresponsabilizarnos en la construcción de la sociedad futura que deseamos. La ley educativa

es el marco, pero a nosotros nos corresponde la responsabilidad de formarnos y de darle contendido para demandar lo que necesitamos y para cambiar aquello que no nos guste. No podemos resignarnos

a la mediocridad; no podemos tolerar que la cultura vaya convirtiéndose en patrimonio de unos pocos y

que el pasotismo y el desencanto se confundan con aceptación. Está en nuestras manos conseguirlo: siempre ha sido así. No decaigamos en el empeño.

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DEPARTAMENTO DE LENGUA

ACTIVIDADES RELACIONADAS CON LA LLEGADA DEL OTOÑO

(Recordando nuestras antiguas tradiciones)

Los alumnos buscaron leyendas, mitos, recetas y anécdotas relacionadas con la llegada del otoño en distintas

culturas, incluyendo las referidas al “día de finados” en Canarias. Asimismo crearon cuentos y los leyeron en cla-

se, ambientando el aula y la entrada al centro con la información recopilada. El día 31 se hizo una degustación de

dulces típicos elaborados por las profesoras María Doris Gómez Pérez y Rosario Almenara Báez.

“El día de finados” se celebra en muchos lugares del archipiélago desde el 31 de octubre al 2 de noviembre. Con la palabra “finaos” que significa “difunto” se hace referencia a una fiesta popular canaria que se celebraba en la noche previa al Día de Difuntos (del 1 al 2 de noviembre). Aunque hoy en día se hace la víspera de “Todos los Santos” (del 31 de octu-bre al de noviembre) aprovechando que la jornada no es laborable. Desgraciadamente esta tradición se esta perdiendo en muchos rincones de las islas debido en gran parte por el auge de la influencia anglosajona con la celebración de Halloween (una costumbre celta, que fue popularizada en EEUU por los irlandeses en la segunda mitad del siglo XIX y que comenzó a celebrarse en forma masiva en 1921, cuando se realizó el primer desfile de Halloween en Minnesota y que con el paso de los años ya se ha extendido al resto del pla-

neta).

La tradición canaria de este día marca que los más jóvenes cogían la talega y visitaban casa por casa todo el pue-blo pidiendo “los santos”: Tocaban en la puerta y preguntaban ¿hay santos? La dueña decía que sí, depositando en la talega almendras, nueces, higos pasados o castañas. Cuando los niños llenaban la talega, volvían a casa muy contentos. Por la tarde se reunían las familias para recordar a sus difuntos: la mujer de mayor edad de cada familia recordaba a los muertos (los finados, los que habían llegado a su fin) contando anécdotas y mientras se compartía una comida con los frutos de temporada.

Para ese día se guardaban o se compraban castañas para asar, almendras, y otras frutas. También se pasaban higos y tunos (higos picos), y a los “higos pasaos” se les introducía una almendra. Estos podían ser elementos de la celebración familiar, o bien lo que se iba a buscar y/o llevar a los finaos. Para la celebración familiar se hacían platos más elaborados como el queso de almendras e higos, el frangollo, “piñones” incluso se podía matar algún animal. La mayor parte de las diferencias en cuanto a quien participa (la familia, los jóvenes, los vecinos) donde se realiza (en las casas propias, de los abuelos, los cercaos) y que se consume, se explican por el carácter fami-liar de la tradición, la zona o la economía familiar. El punto culminante era el “Baile de los difuntos” o “Baile de los finaos”, donde se degustaban castañas y piñas asadas, almendras, roscos de anís, chochos y no podía faltar una copita de anís (para los gases de las castañas) y todo eso amenizado por los ranchos de ánimas, grupo de gente tocando por las calles que después hacían un baile con guitarras y timples. Amigos, familiares y vecinos se reunían en la plaza para recordar a los difuntos, una noche peculiar en la que no cabía la tristeza

Ese ambiente familiar traspasaba las puertas de las viviendas y ya en las calles, proseguía la reunión mediante “los ranchos de ánimas”, que rondaban el pueblo o el barrio al son de malagueñas o de algún otro tipo de canto sosegado. Estos grupos de cantadores, recaudaban, mediante sus cantos, pequeñas cantidades de dinero que más tarde ofrecerían al párroco del pueblo para sufragar el entierro de aquellos que carecían de medios. Son conocidos los Ranchos de Ánimas de los Arbejales, Teror o Valsequillo. Con el paso del tiempo, prevalece un cier-to carácter lúdico-popular, e incluso se acompaña la noche con la presencia de ventorrillos y bailes de taifa.

http://continente-islascanarias.blogspot.com.es/p/los-finaos.html/

http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/edublogs/iesmesaylopez/2012/10/31/dia-de-los-finados/

http://www.iesvecindario.org/

Actividades del trimestre

Foto: facebook.com/elcardontenerife

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Un final para el cuento de Galdós “¿Dónde está

mi cabeza?”

Cristian González López, 4ºA

… Sin saber lo que hacer ni pensar, decidí entrar

en la peluquería y preguntar por esa cabeza. La

dependienta, confusa y con dudas, no quiso contes-

tar, y me cambiaba de

tema, como si algo

tuviera que esconder.

Yo sabía que algo

pasaba, que quizá ella

tenía algo que ver con

la desaparición de mi

cabeza, y por eso de-

cidí sentarme en la

silla y que me corta-

ran el pelo. Al sentarme, la dependienta se da

cuenta de que yo no tenía cabeza, y ahí vi que era

una buena oportunidad para preguntarle “¿qué es

eso?”, “¿de quién es?”… La chica, sin saber lo

que hacer, ya no pudo más y decidió contarme la

realidad del porqué de no tener cabeza. Se suponía

que abarcaba una maldición por esta época, la de

Halloween, donde, al pensar en la muerte o a

dónde vas después de ella, te levantabas sin tu

cabeza y te hacían ver la vida desde el más allá.

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PRIMER CERTAMEN: “25 DE NOVIEMBRE Y TODOS LOS DÍAS MARCAMOS LA IGUALDAD”

El IES María Rosa Alonso, con la coordinación de Vicedirección y los departamentos de Orientación, EPV y Lengua ha convocado este certamen (que ha establecido dos modalida-des: marcador de libros y poema), con la intención de seguir fomentando la educación en la igualdad de género y el rechazo a cualquier actitud discriminatoria o violenta hacia la mujer.

Desde nuestra revista felicitamos a todos los participantes y en especial a los ganadores de esta primera edición:

Actividades del trimestre

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EL DEPARTAMENTO DE FRANCÉS, CONJUNTAMENTE CON EL DE HISTO-

RIA, PRESENTÓ AL ALUMNADO UNA CHARLA SOBRE LOS PAÍSES

FRANCÓFONOS Y UN CONCURSO INTERACTIVO EN EL QUE SE PREMIABA

A LOS ALUMNOS QUE ACERTARAN EN SU RESPUESTA

Actividades del trimestre

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Actividades del trimestre

29 de noviembre: JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS DEL IES CÉSAR MANRIQUE

Dentro de las actividades de orientación académica y profesional programadas por el departamento de Orientación, este curso se ha hecho una visita al IES César Manrique para que los alumnos de 4º de la ESO y Bachillerato conozcan de primera mano la oferta educativa de ciclos formativos.

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Actividades del trimestre

EL ARBOL DE LA CONVIVENCIAEL ARBOL DE LA CONVIVENCIAEL ARBOL DE LA CONVIVENCIA

Los alumnos de ATU de 1º y 3º ESO han realizado un árbol con mandalas, donde Los alumnos de ATU de 1º y 3º ESO han realizado un árbol con mandalas, donde

irán colocando fotografías con las actividades de los grupos y propósitos para afian-irán colocando fotografías con las actividades de los grupos y propósitos para afian-

zar la buena convivencia. zar la buena convivencia.

La buena convivencia

ha de servir para

mejorar nuestra

manera de vivir

El lema del trabajo

bien hecho es el

respeto a la norma y

al derecho

Si en el instituto

quieres aprender, debes

poner de tu parte y

atender

Cuando gritas te

desacreditas

Si todos hablan a la

vez, ni aprendes ni lo

ves

Si quieres un

aprobado no dejes el

trabajo inacabado

No hay malas tutorías,

sino mucha habladuría

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creación

Las Navidades verdes

Anthony Robert Sandoval Veliz, 4º A

Antonio era un chico muy tímido y reservado, que se había incor-porado este año 2013 a un nuevo instituto. Ya faltaba muy poco

para las Navidades, menos de dos semanas; parecía que todos los

profesores estaban compinchados para poner los exámenes y pruebas juntos esas últimas semanas, logrando así agobiar a An-

tonio y adelantando su calvicie. Las Navidades de Antonio no eran unas navidades muy peculia-

res; sus padres cenaban por separado (estaban divorciados) y él siempre cenaba con su gato. Sin embargo, él esperaba que estas

Navidades fueran distintas; tenía las esperanzas puestas en un concurso de clase, un concurso

de marcador navideño, cuyo premio eran 100 euros. Él pretendía con el dinero del premio hacer una cena familiar como las de antes, cuando era pequeño y sus padres estaban juntos. Trabajó

y puso mucho empeño y amor en ese trabajo, tanto, que con solo mirarlo se notaba el cariño con el que lo había hecho.

Sin embargo, no fue suficiente. En su clase, la mayoría eran chicas y sus trabajos superaban

con creces el suyo. Aprendió que (“al que madruga Dios le ayuda”) debería haberle dedicado más tiempo al trabajo; no dos horas intensas de trabajo dos horas antes por la noche.

Él estaba seguro de que sus notas le ayudarían a obtener un buen regalo de Navidad, por su esfuerzo. Pero no fue así, sus calificaciones estaban entre el cinco y el seis; no superaban el

seis, se había confiado mucho durante el trimestre. Sus padres estaban muy disgustados con él. Pero el día de Navidad, un regalo asomaba a los pies de su cama, y, él, entusiasmado, lo abrió

con felicidad, esperando encontrar una PS3, que era lo que quería; pero en vez de eso, en-

contró una chaqueta verde que le recordaría todo el año que para conseguir lo que quería de-

bería esforzarse más.

Una hormiga en Educación Física

Giovanni Baute García, 3ºX

Una vez, en Educación Física, había una hormiga; me puse a jugar con ella y la maté, y encontré otra, y también la maté. El profesor me echó la bronca y dejé de

jugar con ellas. Por la noche tuve una pesadilla, soñé que estaba rodeado de hor-

migas y que me decían que no sabía respetar el trabajo de los demás. De entre todas las hormigas, la más enfadada era la que llevaba un gorro de Papa Noel y

que me decía: “¡Parece mentira, Giovanni, qué decepción!”. Me desperté aliviado de que todo hubiera sido una pesadilla, pero cuando fui a beber agua, vi

una hormiga, muy parecida a la del sueño (pero sin gorro), mirándome fijamente a través del

cristal del vaso. ¿Cómo terminará esta historia? Esperaremos a la Navidad.

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creación El año que vimos nevar

Cristian González López, 4º A

Ya se llenan las peluquerías, los centros comerciales, las tiendas…,

brillan las luces en los balcones y

puertas. Lo que se espera durante todo un año está a punto de llegar:

la Navidad. Como todos los años, la mañana

del 24 de diciembre en casa es un ir y venir intentando que todo esté

a punto para la cena. Las horas

vuelan mientras preparamos la ropa que nos vamos a poner y ayudamos en la cocina para que todo esté estupendo. Sin embar-

go, desde que me desperté muy temprano tuve la sensación de que algo diferente iba a suceder ese día. En realidad no sabía si

algo bueno o malo, pero diferente. Se lo había dicho la noche

anterior a Valery, “me gustaría que algo diferente sucediera ma-ñana”.

La tarde fue dando paso a la noche más hermosa del año. El aire cada vez se sentía más frío, al tiempo que se impregnaba con el

aroma que desprendían las suculentas comidas preparadas en las distintas casas del barrio. Poco a poco fue llegando a casa toda la

familia. La mesa estaba maravillosa, con la vajilla preferida de mi

madre, con flores y velas y una comida exquisita. Habíamos terminado el primer plato cuando comenzó a llover;

primero suavemente, luego fue arreciando. No resultaba extraño que lloviera en diciembre, pero sí que lo hiciera esa noche con

tanta fuerza. Cuando llegamos a los postres, la lluvia había cesa-

do, pero desde la ventana, vimos que algo seguía cayendo, aho-ra, suavemente, como algodón dulce o como espuma de leche.

Nos levantamos intrigados y vimos como un manto blanco co-menzaba a cubrir los coches: ¡Era nieve! Siempre había deseado

pasar una blanca Navidad y mi deseo se estaba cumpliendo.

Desde luego, era algo para vivir y contar. Nieve en Navidad, ¡y

en Canarias!

Por una buena causa

Daniel Concepción García, 4º A Daniel era un niño de doce años, vivía en Holanda por motivo de trabajo

de sus padres, Susana y Alejandro. La madre de Susana vivía en España y estaba muy enferma, tenía cáncer de hueso.

Un veintidós de diciembre, Daniel fue al colegio y de camino se encontró

un maletín tirado en el suelo, cuando lo abrió, vio que había muchísimo dinero. Daniel tuvo la tentación de quedarse el dinero, de dárselo a su madre para que pudiera ayudar a su

abuela. Pero luego pensó que seguramente la persona que lo perdió también lo necesitaría. Entonces fue a la policía y lo entregó. Daniel le dijo al comisario: “lo quiero entregar perso-

nalmente”. Cuando localizaron al dueño del maletín y lo llamaron para devolvérselo, Daniel le dijo –acercándole el maletín-: “Tome, y no lo vuelva a perder”.

El dueño le respondió agradecido: “Me has hecho muy feliz; eran los ahorros de toda mi vida

y los había retirado del banco porque mi hijo necesita ese dinero urgentemente”. De recompensa, el propietario le dio a Daniel dinero suficiente para viajar a España con sus

padres y para que a su abuela la atendieran los mejores médicos. Ese año pasaron unas Navidades inolvidables.

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No juzgues un libro por su portada

David Morales Gaspar, 4º A

Una vez, un día como hoy, 25 de diciembre, pude ver desde mi ventana como un hombre estaba

sentado en la parada de guagua, y el mismísimo Papa Noel se sentó a su lado y le dice:

-¡Menudo frío que hace, verdad! Y el señor le contesta: -Sí, se nota que estamos en Navidad.

-¡Je, je! ¡Dímelo a mí que he estado trabajando toda la noche! Responde el señor: -¡Anda, pues ya somos dos! ¡Yo reparto miles de regalos! Y responde Papa Noel:

-Usted es de los míos entonces. Acto seguido el señor le pregunta:

-¿Conoce a Papa Noel? –se ríe Papa Noel- ¡Pues tengo casi el mismo trabajo!

En eso se aproxima una guagua y el señor pregunta: “¿Es la 936?”. Papa Noel le responde que sí. El señor coge su bastón guía y se sube. El señor trabaja en la ONCE y reparte cupones desde las

siete de la mañana hasta las siete de la tarde. Y aun así el señor no se cansa de repartir ilusión.

Carta para ti

Martina Armas Valero, 4º A Estas son las noches en donde quisiera que estuvieras aquí, porque noches como estas,

en la que sientes que la distancia es eterna, duelen más que las del resto de los días… ¡No te imaginas cuánto te extraño, te necesito en mi vida, tu sonrisa, tu forma de mirarme, tu luz…! Es todo tan solitario… O así me lo parece a mí, otra Navidad sin ti… ¡y las que quedan! No puedo evitar llorar, espero que me entiendas; pasó todo tan rápido que aun así hoy, después de dos años y medio, sigo sin asimilar tu partida. Es una pena que no estés; me encan-taría que vieses lo que tengo preparado para mi madre. Cada día que la miro se parece más a ti; ahora es como tener dos en una. La familia está más separada desde que te fuiste; supongo que cada uno expresa el dolor a su manera, así como yo lo hago escribiendo. Solo espero que este año nuevo que empezará en breve estemos todos juntos, incluida tú, desde la distancia y los pasos brillantes del cielo. En esta noche especial quiero que recuerdes que jamás te olvidaré, porque el tiempo podrá ir borrando tu imagen de mi mente, pero jamás de mi corazón. Te quiero, abuela. Martina 24.12.13

creación

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El árbol de la esperanza Jesús Manuel González Vilches, 4º A

La hermana de Luna le había hablado sobre el país donde ella vivía ahora, donde llegó hace

dos años, cruzando el mar en una especie de barca pequeña llena de remiendos. Lo había

logrado y ahora quería que Luna, embarazada de casi ocho meses, y su marido Pedro, estuvieran junto a ella. Luna también soñaba

con ese momento, pues en su país, todo era miseria, no había tra-

bajo para Pedro y la comida era escasa. Su hermana le hablaba en la última carta que llegó a sus manos -

dos meses después de ser escrita- que en el país donde estaba la Navidad se celebraba a lo grande. Recibían al niño Jesús con mu-

chas luces, árboles enormes llenos de bolas de colores y muchos

regalos a sus pies. Había comida, casi todo dulces, y los niños can-taban bonitas canciones llamadas villancicos.

Por fin Pedro y Luna se decidieron, y gastaron sus últimos ahorros y entregaron los pocos animales que les quedaban, para conseguir

una plaza en una pequeña barca, en las mismas condiciones que su hermana.

Tras siete días de viaje, las fuerzas, la comida y el agua se iban

agotando. Luna pensaba en lo que su hermana le había contado de la Navidad y se animaba. En cambio, Pedro estaba triste, abati-

do, y casi había perdido la esperanza. Luna le contaba las historias que su hermana le contó. Pedro casi sin fuerzas gritó: “¡Mentiras!,

todo eso no existe, míranos, no es justo.

Luna lloraba, pero no perdía la esperanza. De repente, alguien dijo que estaban perdidos, desorientados, no

sabían dónde estaban. Pedro y Luna se abrazaron. Ella empezó a sentir dolores intensos

en su vientre. A medida que el tiempo pasaba, los dolores se iban

haciendo más fuertes. Después de una hora interminable, alguien se puso en pie, y sin decir nada miró al frente extrañado. Todos le

siguieron con la mirada y vieron a lo lejos una pequeña luz. Encaminaron la barca hacia ella, Luna rabiaba de dolor.

Conforme se iban acercando a la orilla, aquella luz se iba convir-tiendo en algo parecido a un árbol. ¡Era un árbol de Navidad, lleno

de luces y colores!

Alguien lo había puesto allí. Era una playa donde la gente iba de vacaciones, en ese momento estaba vacía. Pedro, Luna y el resto

de viajeros, bajaron de la barca. Los dolores de Luna se hacían más llevaderos viendo tanta belleza, y de repente el niño quiso salir.

Al calor de aquellas luces, nació Noa, una hermosa niña que hizo

desaparecer todos los malos ratos pasados. Pedro pidió perdón a Luna por no creer en nada, y los tres se abra-

zaron junto al árbol de Navidad.

DIETA EQUILIBRADA

Se considera que una alimen-tación es equilibrada, cuando todos los grupos de alimentos están incluidos en nuestra di-eta cubriendo las necesidades diarias individuales. Este tipo de alimentación se puede representar de forma general por medio de la pirá-mide de alimentos. Cada país diseña su propia pirámide de alimentos en fun-ción de sus costumbres y su cultura. La pirámide de ali-mentos de nuestra zona se ha tomado como ejemplo en todo el mundo por representar tan-to en cantidad como en cali-dad, la dieta ideal, hablamos

de la dieta mediterránea.

Debe incluir: Leche y deriva-dos, verduras, frutas, carne/pescado/huevos, féculas (pan, patatas, arroz, pasta y legum-bres).

Sabemos que leer nos hace cre-cer, y nos proponemos continuar haciéndolo en el 2014 también.

creación

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Si lo hubiera sabido… Antonio Rodríguez Núñez, 3º X Si hubiera sabido que por fumar

pasaría esto! Desde los diez años empecé a fumar y

pensaba que no pasaría nada, que solo era humo. Me ponía con mis colegas a fumar en el instituto todos

juntos y pensando que éramos más guay que los de-más por fumar. Pero ahora tengo 32 años y quiero

dejar de fumar porque me siento muy cansado, casi siempre estoy tosiendo y asfixiado y creo que termi-

naré enfermando gravemente. Sin embargo, hasta

ahora me ha sido casi imposible dejarlo. Siempre que lo he intentado me he sentido nervioso, con ansiedad,

con el llamado mono por el tabaco. No he tenido vo-luntad para dejarlo. Es muy difícil… Pero, casualmen-

te, a mediados de noviembre cayó en mis manos la

carta de Papa Noel de mi hijo pequeño. En la carta ponía: “pido solamente salud para mi padre porque lo

veo muy enfermo y tengo miedo que se muera y nos deje solos”. Cuando leí esta carta me di cuenta de lo

egoísta que había sido y me propuse dejar de fumar. Pensar en la carta de mi hijo ha sido lo que me ha

hecho luchar contra este vicio.

Y llegó el día de Navidad, y José descubrió que podía

hacer lo que quisiera porque con voluntad un hombre

es capaz de todo. Solo había pasado un mes desde

que había dejado de fumar, pero ya se sentía un

hombre nuevo. Ahora iba a poder coger en brazos a

sus hijos en la cabalgata de Reyes sin sentirse asfixia-

do y cansado como un viejo. ¡Estaba seguro de que lo

que había conseguido no solo era mejorar su salud y

hacer feliz a su familia, sino sobre todo, ser un ejem-

plo a seguir para sus hijos!

creación

No es oro todo lo que reluce

Brian Rodríguez Martín, 3ºX Lucía siempre le estaba pidiendo a su novio

regalos, era una chica muy interesada pero

era tan guapa que Joel no podía negarle nada. Un día Joel decidió hablar con su

novia y decirle que las cosas no podían seguir así porque en un mes lo despedían.

Lucía, mintiéndole, le dijo que no pasaba nada y que ella iba a cambiar en ese mes.

Joel cobró su último mes de trabajo y le dieron su liquidación. Lucía quería irse de

viaje para celebrar la navidad con su novio como siempre y le dijo que sí. Lucía, como

habían viajado a Estados Unidos, empezó a

gastar el dinero de Joel. Uno de los días Joel decidió comprarse algo de ropa, por-

que no tenía nada adecuado para invierno y descubrió que no tenía dinero ya en su

tarjeta. Al volver al apartamento para hablar con Lucía, se encontró con que la

chica se había marchado dejándole solo

una nota diciendo que se iba porque no sentía lo mismo que antes por él. Joel pasó

las navidades solo en Estados Unidos y sin dinero. Ahí es cuando se dio cuenta de que

no es oro todo lo que reluce.

Siguiendo con la iniciativa del curso pasa-do, el IES Mª Rosa Alonso continúa con el fomento del reciclado y la solidaridad, re-uniendo tapas y botellas de plástico. La iniciativa ha sido impulsada por el profesor de Religión (Miguel Ángel Rodríguez Ra-mos) y la profesora de EPV (Ada Santaella Santos). El dinero que se recaude irá desti-nado a una causa benéfica (de las que tie-nen nombre, apellidos y ¡rostro!).

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creación La Navidad sin Fran

Borja Pérez García, 3º X Pedro nunca pudo imaginar que aquella

deuda tendría unas consecuencias tan gra-

ves. Había pedido dinero al banco, pero no tenía nómina y no se lo habían dado y él quería hacer feliz a

su familia, solo eso: hacer feliz a su familia; quería arreglar la casa por navidad y tener algo especial que ofrecer a su fami-

lia. Por eso, recurrió a aquellos tipos. Ya le habían hablado de ellos, ofrecían dinero sin muchas preguntas, claro que pedían

un interés muy alto. Pero, Pedro estaba decido a arriesgarse,

porque quería que este año todo fuera distinto. Y lo consi-guió, se puso en contactos con Alex, el Gordo, en la “plaza

piche”, y éste le presentó a un tipo con aspecto siniestro (una gran cicatriz le cruzaba la cara). Pedro consiguió el dinero en

noviembre y se comprometió a devolverlo en tres plazos con

intereses antes del 24 de diciembre. Por esas fechas, Pedro tenía previsto terminar un trabajito (era pintor y por esas fe-

chas siempre conseguía trabajo extra). Pedro se puso manos a la obra. Los arreglos de la casa le

costaron mucho esfuerzo y dinero. La terminó a finales de noviembre. Tenía tres semanas para devolver el dinero. Ya

había pagado un plazo, le quedabas dos, tenía suficiente di-

nero para el segundo, pero las cosas se le pusieron feas y no iba a poder pagar el tercero. Cuando quedó con los presta-

mistas les explicó lo que le pasaba y les pidió que le dejaran de plazo diez días más; le dijeron que sí, pero que no jugara

con ellos, porque podría arrepentirse. Pasaron los diez días y

no tenía el dinero. Los mafiosos llamaron a Pedro y lo amena-zaron con la familia. Pedro les dijo que dejaran en paz a su

familia, que ellos no tenían nada que ver, que si querían, que lo buscasen a él.

Un mañana fueron al Carrefour de Añaza a comprar la comida

de navidad y el niño pequeño, Fran, fue a mirar los juguetes, pero cuando el padre se dio cuenta ya el pequeño había des-

aparecido; el padre hizo todo lo que pudo para que se lo de-volvieran pero los mafiosos le dijeron que le dieran su dinero

o que iba a tener que pasar las navidades sin su hijo. El día de navidad llamó a los mafiosos y les dijo que ya tenía

el dinero. Quedaron en la “plaza piche”; cuando llegó allí no

vio a su hijo por ningún lado pero sí a los mafiosos. Pedro les entregó el dinero que había podido conseguir gracias a la

ayuda de sus vecinos. Enseguida le devolvieron al niño, que asustado corrió a los brazos de su padre. El niño estaba des-

orientado y muy débil. Pedro cogió a su hijo y se fue rápida-

mente de allí, mientras oía cómo los prestamistas amenaza-ban con matarlo si contaba algo de lo sucedido.

Cuando llegó a su casa con el niño, supo lo que debía hacer: llamar a la policía, contar todo lo sucedido y acabar para

siempre con aquella pesadilla. Sabía que contaba con el apo-yo de la familia y de unos vecinos que lo habían ayudado y

que ya estaban hartos de amenazas y de delincuentes.

Sin tatuajes no es lo mismo Carlos Joel Negrín Martín, 3º X

Hacía dos años que Fer-nando le pedía a sus padres el

mismo regalo: permiso y dinero para hacerse un tatuaje. Y ellos

siempre le respondían lo mismo:

“hasta que no seas mayor de edad no te vamos a dar ese permiso,

chavalito”. Fernando no tenía buena

actitud en clase y no sacaba bue-

nas notas pero se propuso cambiar de comportamiento porque de ver-

dad deseaba tatuarse. Llegaba a casa y no salía, solo estudiaba y

los padres iban notando el cambio y cuando llego Navidad, que termi-

naron las clases, los padres se sor-

prendieron porque su hijo lo había aprobado todo y con buenas no-

tas. Entonces los padres, como regalo, le dejaron por fin el permi-

so y el dinero para poder tatuarse.

Los padres le dijeron: “Hijo, esta-mos muy orgulloso de ti, todo es-

fuerzo tiene su recompensa: feliz Navidad”.

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creación

Día de magia e ilusión Roberto Carlos García Cruz, 4º A

Seguramente, a la mayoría de los niños, al oír la palabra “navidad” se les viene a la cabeza co-

sas como regalos, Papá Noel… Pedro era uno de esos niños. Se acercaba ese 24 de diciembre, lleno de magia e ilusión

para muchos, pero los padres de Pedro este año no tenían

dinero para regalar esa ilusión a su hijo. La preocupación y el remordimiento perseguía a dichos padres y no sabían qué

excusa poner a su hijo para justificar la ausencia de Papá Noel en casa de Pedro.

Llegó el día de Navidad y el padre de Pedro, sin poder más

con su culpabilidad, empezó a pensar en qué poder hacer: buscar un trabajo rápido, o algo que hacer durante un día

solamente. Pero por desgracia no hubo suerte y se hacía de noche. Mientras, Pedro se emocionaba cada vez más tras

estar ya sintiendo los regalos que le darían en la mañana mágica del 25 de diciembre.

El padre de Pedro, en casa, se levantó a hora muy temprana

y, manos a la obra, se puso a hacer regalos artesanos, pen-sando siempre en los gustos de su hijo. Eran regalos carga-

dos de cariño, para que, recién salido el sol, Pedro disfrutara, aunque sea una pequeña parte de esa ilusión navideña.

Cuando se despertó, un brillo en los ojos le iluminó la cara.

-Papá, ¿todo esto lo has hecho tú? –preguntó Pedro. Un silencio temeroso inundó la sala. De repente, Pedro

abrazó a su padre con tal fuerza, que logró traspasarles a los

padres su ilusión. Y es no hace falta lo más caro ni lo más

bonito para ver a quien más quieres disfrutar de la fría Navi-

dad.

Llegó la Navidad Nieves Hernández Pérez, 3ºX Ya era Navidad, este año Ricardo iba a tener que compartirla con su nuevo hermanito, Juan. La familia lo había ido a buscar a Colombia; era un her-mano adoptado. Hasta entonces Ri-cardo había sido hijo único, a partir de ese momento tenía que aprender a compartirlo todo con el nuevo miem-bro de la familia. Él siempre había quiero tener un her-mano, pero ahora que estaba en casa y que todos estaban pendientes de él, empezó a sentir celos. Juan tenía seis años y los abuelos estaban muy ilusio-nados porque era un niño muy cariño-so; los padres no paraban de com-prarle regalos y Ricardo que ahora era adolescente, tenía la sensación de que no existía… Un día, Ricardo llevó a Juan al centro

comercial y no le prestaba mucha

atención y Juan, en un descuido, se

escondió de Ricardo, y él, al ver que

no encontraba a su hermano, se dio

cuenta de lo mucho que lo quería. Se

dio cuenta de que el niño era más

pequeño y necesitaba más atención y

cariño, pero que sus padres y sus

abuelos lo seguían queriendo a él tam-

bién.

Una Navidad para recordar

Estefanía Expósito Trujillo, 3º X

Había una vez un joven que se llamaba Ricardo que tenía 16 años. El vivía en La Laguna pero por la época de

navidad se mudó para San Isidro. Tenía dos hermanas, una tenía 12 años y la otra 5 años. El vivía con sus pa-

dres y con su abuelo, su abuelo le contó una historia de cuando él era pequeño, le contó que por la época de

navidad su madre estaba muy malita, tenía una enfermedad muy grave y justo el día de navidad por la noche

falleció. Ricardo empezó a llorar porque le dio mucha pena de su abuelo. El día de Noche Buena, por la mañana,

desapareció su perro Pluto. Ricardo, muy triste, empezó a llorar porque su perro Pluto no aparecía. Por la noche,

cuando toda la familia cenaba, tocaron en la puerta dos niños: tenían a Pluto en sus brazos, Ricardo se alegró

muchísimo, y al final todo fue genial y como ellos esperaban.

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creación

Más de lo mismo Carolina Perea Déniz, 3º X

Carla es una chica de 16 años que tras la muerte de su mejor ami-

go hacía dos años había perdido la ilusión por todo. No podía con-centrarse en los estudios, no salía con su grupo de amigos, y en

casa las discusiones con su madre eran constantes. Se acercaba la Navidad, y a Carolina lo único que le apetecía era buscar un lugar donde

desaparecer durante todos esos días en los que nada cambiaba nunca; la misma hipocresía de todos los años: más de lo mismo.

Con frecuencia iba a llevarle flores a su amigo Alejandro. Y así lo hizo también el 24 de

diciembre. Le gustaba estar en el cementerio; allí encontraba paz, aunque no respuestas. Ella le hablaba al amigo, le decía que lo echaba de menos, que nadie como él había sabido escucharla,

aconsejarla y animarla cuando las cosas en casa no iban bien. A veces Carolina se enfadaba y le echaba en cara que aquel día se hubiera ido solo en la moto. Ella hubiera querido ir con él; co-

nocía cada una de las curvas de aquella horrible carretera… ¡Qué diferente hubiera sido todo!

Pero hoy no, era Navidad, y estaba demasiado deprimida para enfadarse. Le pidió a su amigo, a Dios, a la magia de Navidad, o a lo que fuese, que pudiera encontrar de nuevo alguien en quien

confiar, alguien que la comprendiese y valorara. Carolina regresó a su casa y cenó con la familia, fingiendo alegría, interesándose por la

conversación. Y pasaron los días, y comenzó un nuevo año; seguía esforzándose por sonreír y

mostrarse cariñosa…Y descubrió que cuando se sonríe, aunque se esté triste, algo cambia por

dentro. Quizá por eso, sonrió cuando tropezó en el pasillo con el nuevo alumno que se había

incorporado al instituto después de Navidad; quizá por eso vio brillar en los ojos del joven la

misma mirada limpia y serena de Alejandro.

Una Navidad perfecta

Thalia Xiomara Reyes Agüero, 3º X Había una vez un joven llamado Ricardo, tenía 16 años; era alto, de ojos cla-ros, delgado y guapo. Tenía cinco hermanas. Él las quería mucho. Era el ter-

cer hijo. Vivían todos juntos en la casa de los padres en San Isidro. Estaban

en época de Navidad y a él siempre le habían gustado mucho los perros, pero los padres no querían perros. De nuevo ese año les pidió un perro a sus padre y de nuevo le dijeron que no.

El día 8 de diciembre estaban poniendo el árbol de Navidad y se dio cuenta que faltaba su bola

preferida, la que tenía un perro; se la había regalado su abuelo, que ya había fallecido.

Esa Navidades las pasó un poco triste. Cuando llegaron los Reyes, en su casa no había muy bue-

na economía. El Día de Reyes había una caja en medio del salón que ponía “Ricardo” y él se dispuso abrirla y la madre le dijo “con cuidado”. La abrió bastante intrigado: dentro había una

perrita marrón y negra. Ricardo grito “¡por fin!”. Él había decidido que si alguna vez tenía una perra la llamaría “Lassie” y la llamo así. Era igual que la que salía en la bola que le había regala-

do su abuelo.

Él les dio las gracias a sus padres, hermanas y abuelos, les dijo que los quería mucho, y Ricardo fue feliz con su perra Lassie.

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creación

Tiempo para el reencuentro

Nadín Kayed Oval, 3ºX

Nadín siempre había querido viajar a Jordania para conocer a sus

abuelos. Su padre, Mohamed, había abandonado el país hacía muchos

años, y tenía muchas ganas de volver a ver a sus padres, ya muy ma-yores. Todas las Navidades, Nadín recibía carta de los abuelos contán-

doles cosas maravillosas del país y anécdotas de la familia, pero tam-bién se notaba que echaban mucho de menos a su hijo y que querían

conocer a su nieta española. Nadín estaba decidida a que este año la familia por fin pudiera reunir-

se. Ella había visto en verano cómo algunos niños saharauis venían a

España ayudados por organizaciones solidarias, y pensó que tal vez si escribía a alguna de ellas contándole la situación de la familia, podrían ayudarla. Y así lo hizo.

Su padre no supo nunca cómo lo había hecho, pero el 21 de diciembre, la televisión local tocó a su puerta pidiéndole hacer un reportaje con la historia de la familia. Si aceptaba, podría viajar con su hija

a Jordania para grabar allí el reencuentro familiar. Mohamed aceptó, emocionado y orgulloso de la

iniciativa de su hija. El 24 de diciembre la familia por fin pudo reencontrarse y fundirse en un fuerte abrazo.

El juego de Navidad

Takashi Murillo Herreros, 4ºA

Fran y su familia vivían en el centro de Santa Cruz, llevaban una vida normal, típi-ca de una familia del siglo XXI, o eso parecía. Lo que la gente no sabía es lo que

se vivía en esa casa. Solo Fran y su hermana Sara sabían lo que ocurría. Y es que

sus padres eran ludópatas. Por esa razón, casi todo el dinero que entraba en su casa iba destinado al juego. Así había sido durante casi ocho años.

Llegaba la Navidad, y como todos los años, los padres les decían a Fran y Sara que Papá Noel estaría muy ocupado y que por esa razón no recibirían muchos regalos, pero lo que no sabían es que Fran

tenía un solo deseo, y así lo escribía en la carta a Papa Noel: Querido Papá Noel: Esta vez no te escribo para pedirte juguetes ni juegos de la Play; lo único que quiero es que la noche de Navidad mis padres estén contentos con nosotros, y no hayan perdido el dinero en el Bingo ni en el casino. Quiero que mis padres dejen de jugar a esas cosas, porque luego nos dicen que no hay dinero para las vacaciones ni para los cumples. Ojalá puedas conseguirlo, confío en ti.

Fran les dio la carta a sus padres para que ellos se la mandaran a Papá Noel. Como cualquier niño de siete años, no sabía que no existía y que sus padres eran los que hacían los regalos.

Al leer la carta, sus padres se sintieron fatal y se decidieron a dejar el juego, y dedicar el tiempo y el dinero que en él se gastaban a sus hijos.

Ya era 24 y, a diferencia de lo que era habitual en la familia, estaban todos: los abuelos, los tíos, los primos y -cómo no- sus padres; todos muy contentos. Fran sabía que se había cumplido su deseo, lo

que no sabía es que sus padres habían gastado mucho dinero en sus regalos, y, para su sorpresa,

cuando abrió los regalos, entre ellos estaba la Play 4, cosa que él no había pensado pedir, ya que para él era imposible que Papá Noel se la dejase.

Así terminó la Navidad, con la familia unida y todos felices.

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Una mentira sin importancia Nicolás Castro Calo, 3º A

Paco había sido siempre muy bromista, todo se lo tomaba a

cachondeo; para él nada tenía demasiada importancia, porque nadie le tomaba tampoco demasiado en serio. Para él la Navi-

dad era una ocasión, como otra cualquiera, para pasárselo bien, bromeando y dejando a un lado a la familia.

Les había dicho a sus hermanos que tenía un regalo muy importante para ellos. Hacía tiempo que no sabían nada de su padre. Había tenido que marcharse fuera porque no conseguía trabajo, pero los

meses habían pasado y nadie sabía nada de él. Su madre ya no sabía qué hacer porque la situación

económica en casa no era buena. Y sus hermanos pequeños no paraban de preguntar por el padre y pedir cosas para Navidad.

Paco, que era el hermano mayor, no quería pensar demasiado en todos los problemas que había en su casa, por eso prefería mentir, crearse un mundo imaginario, bromear y pasárselo en grande. Por

eso les dijo a sus hermanos que no se preocupasen, que iban a tener muchos regalos. Él creía que

era una mentira sin importancia, que sus hermanos se lo tomarían como una de sus bromas… Pero como iban pasando los días y notaba que sus hermanos se estaban haciendo muchas ilusiones, co-

menzó a preocuparse. ¿Cómo iba Paco a resolver la situación? Tarde o temprano sus hermanos se darían cuenta de que todo era una broma… pero, ¿y si lo odiaban por eso?, ¿y si perdía para siempre

a sus hermanos? ¡Ya había perdido a su padre, y su madre era solo una sombra! Por primera vez, Paco sintió que no era tan gracioso como él creía. Tenía que hacer algo.

El 15 de diciembre se levantó temprano decidido a buscar trabajo en todos los sitios donde pensaba

que podían contratar a un chico joven durante estas fechas. ¡Pero no hubo suerte! Al ver que no conseguía nada, decidió ir a por todas: vendería sus más preciadas pertenencias en una tienda de

segunda mano y con el dinero les compraría los regalos a sus hermanos. Así lo hizo. Y lo más sor-prende es que se sintió maravillosamente, mejor que cuando se divertía gastando estúpidas bromas.

"Estaba bien eso de ayudar a los demás".

Y llegó el 25, y sus hermanos abrieron sus regalos, y hubo sonrisas e ilusión. Y también hubo un re-

galo para Paco y su madre. Su padre había vuelto con buenas noticias: tenía un buen trabajo.

Santa Claus y el niño que se pasó de listo

Johana Beatriz Benítez Armas, 4ºA

Santa Claus se puso las gafitas encima de la nariz y empezó a leer la montaña de

cartas que le acababa de dejar el cartero, como cada día.

Todas eran parecidas: “He sido muy bueno y obediente y por eso te pido esto, lo otro y lo de más allá”.

Santa Claus acababa de leer cada carta, le ponía el sello de “leído” y pasaba a la siguiente. Todo a una velocidad vertiginosa, pues, al día siguiente, le llegaría otra

montaña y había que leerlas todas. Total, que llevaría mil o mil quinientas, cuan-do una atrajo su atención. Decía: “He sido muy listo y he hecho creer a todos que me portaba bien,

así que te pido, Santa Claus, que me traigas esto, lo otro y lo de más allá”.

Santa Claus miró asombradísimo la carta y la leyó más de una vez. Santa Claus preparó para ese niño un paquete en el que estaban las cajas brillantes de todo lo que

había pedido. En su interior, sin embargo, solo había una nota. En ella se leía: “Como yo soy tan listo

como tú, te he hecho creer que me portaba bien trayendo lo que me pedías. Pero ya ves que no hay

nada en el interior. Cuando aprendas a diferenciar ser y fingir, interior y exterior, me vuelves a escri-

bir.”

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El árbol de Navidad

Yenevi Sánchez Guanche, 4º A

Esa mañana Paula despertó más contenta que nunca. Por la tarde iría con su

padre a buscar el árbol de navidad y adornarlo con objetos que ella misma había pintado

y decorado. Era la primera vez que el padre la dejaba acompañarlo a la tienda. Paula

estaba entusiasmada.

Al llegar al vivero, se hizo más intenso su entusiasmo; cientos de arbolitos co-

locados en hileras esperaban por una familia que viniera a buscarlo. La mano de su padre la mantenía a salvo

de esa tarde de diciembre.

Después de buscar una pala, el señor de la tienda les pidió que lo siguieran. Cuando Paula vio que

arrancaban un pequeño pino, se puso muy triste y lloró desconsoladamente. El padre no podía calmarla y

tuvieron que abandonar el vivero.

Nada calmaba a Paula, se pasó el resto de la mañana y toda la tarde llorando y gritando, y preguntán-

dole al padre por qué le hacían eso a los arbolitos. Su padre le explicó que se trataba de una tradición y que

ellos lo habían sembrado con ese propósito, esa era su misión en la tierra. Paula, muy enfadada, dijo: “¿Su

misión? ¿Y cuándo decidieron esos arbolitos que esa sería su misión?”.

Una tarde, cuando su padre no sabía qué hacer con ella, Paula lo llamó desde su habitación. Al entrar

en ella, descubrió que la niña había armado un arbolito navideño precioso, y lo había hecho con objetos que

estaban en su habitación.

“¿Ves cómo podemos tener un precioso arbolito sin dañar a otros seres vivos?”- Le dijo Paula con

una hermosa sonrisa. Su padre la abrazó con ternura y comprendió que estaba equivocado.

La lección de su hija no se quedó en esa experiencia. A partir de ese año, y cada navidad, padre e

hija realizaban un taller de manualidades para que todas los niños del barrio construyeran su propio arbolito

sin dañar a otros seres vivos.

LA MAGIA DE LA NAVIDAD

Yessenia Mallorquín Plata, 4ºA Aquella noche, todos estábamos muy tristes porque mamá estaba

enferma en cama y no iba a poder cenar con nosotros en una noche tan especial. A mis hermanos ya ni les hacía ilusión esa noche en la cual vendría Papá Noel; lo único

que les preocupaba era la salud de nuestra madre.

Abuela Lola y abuelo Juan llegaron con la cena, y mis hermanos y yo nos adelantamos a poner la mesa. Abuela Lola procedió a llevarle una sopa caliente a mamá. Horas más tardes, mien-

tras cenábamos en esa triste mesa, todos con rostros preocupados, ocurrió algo inesperado: mamá se aproximaba a la mesa. Estaba como nueva. Se había puesto un traje de perlas, su traje favorito,

con su largo pelo lacio, perfectamente peinado, y con los labios pintados en color coral. Todos nos quedamos sorprendidos admirándola. Cuando mi hermana pequeña, Julieta, preguntó: “¿Mamá,

qué ha pasado?, ¿estás mejor?”. Mi madre respondió: “Me ha pasado algo estupendo: mientras

tomaba esa rica sopa que ha hecho abuela Lola, sentí que algo recorría todo mi cuerpo e inmedia-tamente hizo que me sintiera mucho mejor, tanto como para levantarme y poder sentarme a la me-

sa esta noche con mi familia. Y, ¿sabéis que fue?”. Julieta muy intrigada le preguntó: “¿qué fue, mamá?”. “La magia de la Navidad” –respondió nuestra madre. Esta noche está llena de magia e

ilusión, por lo tanto, hijos míos, sacar vuestra mejor sonrisa y a celebrar esta noche llena de alegr-

ía. Entonces, todos muy contentos, se pusieron a cantar villancicos y procedieron a cenar en

familia. Para estos niños, esa noche fue única e inolvidable.

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creación

Pasando los días

Valery Cabrera Padilla, 4º A

Ya solo quedaba una semana para Navidad, aun no tenía pensado qué le pediría a Papa Noel, y mucho menos a los Reyes Magos. En casa no estábamos pasando una buena racha y tal y como

estaban las cosas no iba a pedir nada fuera de lo necesario. Era ya jueves trece de diciembre, y tenía que ir otra vez al médico con mamá, como todos los

jueves. Jugué en la sala de espera con un unos amiguitos que había conocido allí hacía tiempo, y aunque mamá dijera que todo iría bien, yo sabía que no iba a ser así.

Para olvidar los problemas, los chicos y yo nos pusimos de festejo, nos pintamos, jugamos al

corro de la patata y cantamos canciones navideñas; mientras, mamá hablaba con el doctor. Cuando terminó de hablar, vino hacia mí, me besó las mejillas tanto que se me pusieron coloradas, acto se-

guido se marchó al trabajo, dejándome en la consulta para terminar el tratamiento. Como siempre, me vino a buscar mi abuela, comentándome que mamá la había llamado para decirle que tenía que

viajar unos días al extranjero. Yo no quise ser curioso y no le pregunté el porqué; supuse que sería

por asuntos de trabajo. Pasaron los días y llegó otro jueves. Durante toda la semana escuché a la abuela mientras

mantenía conversaciones a escondidas con mamá. Sabía que algo ocurría, pero como veía a mi abue-la muy contenta sabía que no ocurría nada malo. Me vestí y me fui con ella a la consulta. Me entris-

tecí al encontrar menos niños. Ya no estaban Marta ni Jasón. El doctor Mateo también estaba triste. Volví a casa, hice mis tareas y me fui a la cama bastante pensativo. La abuela parecía saber

qué estaba pasando con mamá pero no me decía nada. Y pasaron los días, y seguía sin tener noticias

de ella. Y llegó el veintidós de diciembre. Ese día me puse muy malito y la abuela estaba muy asusta-

da. Recuerdo que me dolía mucho el pecho y que apenas podía respirar. Me dejaron ingresado y la abuela intentaba consolarme acariciándome y cogiéndome la mano. Echaba mucho de menos a mi

madre y creía que no la iba a volver a ver. No podía mantener los ojos abierto y los cerré.

Pero cuando los abrí, allí estaba mi madre, llorando y pidiéndome perdón por haber estado todo ese tiempo fuera. Mi abuela la interrumpió diciéndome que mi madre había estado fuera bus-

cando un donante de médula que fuera compatible conmigo, y que lo había conseguido… Ahora todo iba a salir bien.

ALGUNOS TELÉFONOS DE INTERÉS:ALGUNOS TELÉFONOS DE INTERÉS:ALGUNOS TELÉFONOS DE INTERÉS:

Teléfono de Información General del Gobierno de Canarias 012 Dirección General de Juventud 922 474 154 Cabildo Insular. Juventud 922 534 021 ULL. Servicio de Orientación para el Alumnado 922 319 620 Acoso Escolar 901 930 303 Oficina Joven de Orientación Laboral 922 474 154 Servicio de Apoyo Integral a la Mujer 900 506 968 Información ITS y SIDA 902 114 444 Unidad de Atención a la Sexualidad Juvenil 922 534 021 Oficina del Voluntariado del Cabildo de Tenerife 922 222 848

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ESTAMPA NAVIDEÑA

El Teide está nevado,

regalo de Navidad,

y Tenerife contento

por el agua que nos da.

Con guirnalda se ha cubierto

nuestro Parque Natural

y las estrellas relucen

para pronto festejar.

Los Divinos van cantando

en todo pueblo y ciudad

diciendo que ha nacido

el Rey Celestial.

La tradición siempre sueña

con poderla transportar

a pastores y pastoras

que llegan hasta el portal.

Anunciando buenas nuevas

a toda la humanidad,

llevando algo consigo

para al Niño obsequiar.

Con esta estampa navideña

a todos quiero desear

un venturoso Año Nuevo

lleno de Paz y Prosperidad.

creación

EL DRAGO

El Drago, árbol noble,

milenario en poesía,

viajero en el tiempo,

que apareces cada día.

Ilusión que en breve

transporta la fantasía

de jóvenes que le admiran

y colman su lozanía.

Esperando que florezca

pasan semanas y días,

y todo el mundo se pregunta

cómo lo sobrevivías.

Y tú, mi querido Drago,

darás fe que sucedía,

cuando nuestro pueblo guanche

por estas tierras vivía.

Y en esta nave del tiempo

donde tú aun estarías

emblemático poema

que sin pensarlo saldrías

Rosario López González, Colaboradora

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opinión

¿De verdad un jugador de fútbol vale 90 millones de euros?

Álvaro García Barrera, 2º Bachillerato

Como bien sabemos, actualmente el mundo pasa por una grandísima crisis económica que

tiene inmersos en ruina a varios países. Uno de estos países es España. La población española es una

de las peores que lo está pasando, al menos en el continente europeo. Sin embargo, en lo que se

refiere al deporte, y más concretamente al fútbol, parece que la economía no preocupa.

Uno de los mejores equipos del mundo, el Real Madrid, paga unas cantidades desorbitadas

por jugadores que ellos consideran aptos para mejorar sus plantillas. Pero aquí surgen dudas, ¿son

tan buenos como dicen?, ¿de verdad un jugador de fútbol vale 90 millones de euros?

Ningún ser humano vale 90 millones de euros, y mucho menos por correr en un estadio, lleno

de personas gritando su nombre, y que encima pagan por verles dar cuatro patadas a un balón de

fútbol.

Es cierto que cada uno con su dinero hace lo que quiere, que ese dinero pertenece a los

clubs, pero es que ese dinero sale del bolsillo de los aficionados, que son totalmente engañados y

que probablemente pagan 100, 200 o 300 euros por un partido o por comprar una camiseta, y luego

todas las esperanzas que ponen en ellos quedan derribadas. Nos prometen victorias, lucha, esfuerzo,

y lo más importante y complicado: títulos. Jugar con los sentimientos no es ético, y en la mayoría de

las ocasiones no se logran esos objetivos. Lo único que hacen es vaciar nuestros bolsillos y hacer que

esa ilusión se convierta en otra decepción que tenemos que añadir a nuestra mala situación. Para

colmo, mientras unos valen 90 millones, en las categorías menores, los jugadores a veces tenemos

que pagar para poder jugar. ¿Es esto justo? Unos con tanto y otros con tan poco.

En fin, si queremos que dejen de pagar tanto, debemos negarnos a pagar por verlos.

Estrés de los docentes

Marta Delgado Muñiz, 2º Bachillerato

Los docentes de hoy en día están a la defensiva, todo les molesta y no aguantan ni una. Real-

mente me refiero a los profes del instituto. No sé si será porque en la ESO estamos en la adolescen-

cia y un poco rebeldes, pero cuando una persona estudia para dar clases a niños de quince años,

tiene que saber a lo que se va a enfrentar y apechugar sin perder los papeles.

Yo recuerdo en el colegio a mi profesora Judith, era una profesora que nos ayudaba y nos

quería a todos por igual; no como los del instituto. El 80% de los profesores del instituto pierden los

papeles, aunque hay otro 20% que sí sabe llevar una clase llena de adolescentes.

Nunca olvidaré el año pasado, cuando llegó una sustituta, vino a la defensiva porque le habían

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opinión

hablado mal de mi instituto, y nos hablaba fatal. Al llegar ella con esa actitud, el alumnado también se

puso con ella.

En fin, hay profesores para todo, y muy distintos, pero yo hablo desde la experiencia que he

vivido en mi instituto y con todos los profesores que han pasado a lo largo de mi vida. Por ello consi-

dero que los profesores están muy estresados y que deberían calmarse.

¿Niñas o mujeres?

Mónica N. Hernández Caballero, 2º Bachillerato

Las niñas ya no son niñas, son mujeres que pasan de jugar a las muñecas a jugar a ser mayo-

res; son como clones que se peinan, visten, maquillan, e incluso caminan, de la misma forma, tratan-

do de imitar al líder de moda del momento. ¿Acaso son muñecos a manos de periferia? La moda hoy

en día es llevar una camisilla, por encima del ombligo, de colores chillones y pantalones ajustados y a

la cadera. Ocho de cada diez chicas usan este tipo de ropa. ¿Y esto a qué se debe? Podemos verlo

desde dos puntos de vista: la libertad dada por sus padres, confundida con libertinaje, y la poca per-

sonalidad por copiar tendencias de otras personas y no las propias.

El tema es muy diverso, ya que cada persona tiene su opinión acerca de la precoz pérdida de la

infancia. Tanto va el cántaro a la fuente que se acaba rompiendo; es decir, de tanto que quieren ser

mayor acaban teniendo responsabilidades de verdad.

En el instituto, hay tantas chicas vestidas y peinadas de la misma forma, que como sigan así,

faltará poco para que llegue el día en que no se distingan entre ellas. Ya no es solo en la forma de

arreglarse, sino que se ríen, piensan e incluso actúan de la misma forma.

En conclusión, pienso que las niñas, aunque se conviertan en lo que no son, seguirán siendo

niñas.

Las drogas y sus consecuencias

Selene A. Herrera Fernández, 2º Bachillerato

Las drogas constituyen un problema de salud. Los daños varían según el tipo de sustancias. Lo

que hace que una sustancia sea adictiva es que se vuelve en contra de uno mismo y de los demás. Al

principio de consumirlas se obtiene una cierta gratificación, pero luego vienen los efectos negativos

en tu vida.

Con respecto a la salud, las drogas hacen que aparezcan enfermedades graves, problemas psi-

cológicos, una amplia gama de trastornos (alucinaciones, insomnio, pérdida del apetito, úlceras, caí-

das de dientes…); socialmente, los adictos a las drogas son mal mirados, suelen estar metidos en

problemas, conflictos familiares…; no tienen dinero y en muchas ocasiones llegan a cometer delitos

para obtener la droga.

En fin, que nadie se deje engañar. Entrar en el mundo de las drogas es autodestructivo.

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opinión

Amor, negocio o audiencia

Melania Estévez Reyes, 2º Bachillerato

Los montajes televisivos no solo engañan a las personas, sino que también juegan con el entre-

tenimiento de muchas de ellas porque no les muestra la realidad tal cual es. De ahí que muchos jóve-

nes sean engañados. ¿De verdad merecen estos programas ser emitidos?

Según las últimas estadísticas publicadas, el 20% de los jóvenes televidentes piensan que es

real casi todo que los programas emiten y no creen que sea un montaje.

Algunos programas con mucha audiencia como “Mujeres y hombres y viceversa”, “Sálvame”,

etc., tienen su parte de realidad y otra parte que es la que siempre nos esconden, que es la ficción.

Estos programas tienen sus propios papeles para conseguir audiencia y llamar la atención de esa gen-

te que es engañada.

Como había dicho, el programa “Mujeres y hombres y viceversa” se entiende que es un progra-

ma para buscar el amor, pero ¿para buscarlo es necesario cada vez que vayan pagarles 400 euros? Y

con esto no quiero decir que el programa sea una falsa, sino que mucha de la gente que acude lo

hará por el dinero, y que al salir con su pareja de ese programa no suelen durar nada. Y lo mismo

sucede con “Sálvame”, que aparte de tener cada uno su guion se les nota cómo mienten y buscan -

por decirlo de alguna manera– “el morbo” del público.

Y con esto quiero dejar claro que deberían emitir en estos programas la realidad, y no hacer

que vivamos engañados, hasta el punto que nos creemos todo y que nadie, o muy pocos, se dan

cuenta del montaje. Pueden atraer a la audiencia sin necesidad de montajes, pantomimas y mentiras.

De esa manera, los programas podrán entretener sin que se les considere telebasura.

La importancia de las actividades extraescolares

Carlos Alexis Darias Bolaño, 2º Bachillerato

Las actividades extraescolares, en plena crisis, también están siendo recortadas. Los profesores

han visto disminuir sus salarios y aumentar sus responsabilidades, y tampoco los centros tienen dinero

para organizarlas. Y es una pena, porque ahora más que nunca los alumnos necesitan enriquecer los

conocimientos adquiridos en el aula con la realidad exterior. Los estudiante de hoy en día no están

suficientemente motivados en el aula, por eso considero que reducir las actividades complementarias

y extraescolares provoca una desmotivación aun mayor.

En definitiva, la Consejería de Educación no debe recortar su presupuesto en estas actividades

pues complementan la formación y motivan al alumnado. Si siguen recortando, la educación pública

no estará respondiendo a las necesidades reales de formación.

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opinión

La mayor de las desgracias

No descubro nada nuevo al decir que a lo largo de nuestra vida pasamos por distintas eta-pas y que cada una de ellas trae aparejados un ritual y unos escenarios de bienvenida bastante

definidos. Hasta hace unas décadas, la religión -en nuestro país todos éramos mayoritariamente católicos- marcaba bastante las pautas y la escenografía: el bautizo del niño y la niña, la primera

comunión (en aquellos años a edades más tempranas); luego tocaba cierta rebeldía (los cumplea-

ños se celebraban a tope, y el de la mayoría de edad era en verdad iniciático); más tarde la serie-dad en los estudios y el matrimonio –ceremonia religiosa también generalizadamente-. Pasados los

años, la jubilación determinaba el final de la vida laboral.

En verdad, en las últimas décadas la composición del país se ha diversificado y enriquecido

con otras culturas, con otras religiones y, en definitiva, con otras formas de relación. Pero nuestro paso por los distintos estadios de la vida, pese a esas profundas transformaciones, sigue siendo

ineludible, y cada uno de ellos continúa exigiendo socialmente algún ritual en el que no suelen faltar la familia (ahora con diversas configuraciones y perfiles), ni los amigos ni escenarios que in-

viten a la celebración y pública exhibición del acto. Las nuevas tecnologías se han puesto al servi-cio de que no quede un ser en el planeta sin enterarse de lo que usted quiera que se entere –¡y de

lo que no quiera también!-.

Pues bien, sea porque he llegado a la etapa de la vida en que comenzamos a ver cómo

nuestros padres nos dejan definitivamente, o porque los sentimos cercanos a nosotros pero abso-lutamente desligados del entorno; sea porque yo misma, y los amigos de toda la vida, entramos ya

en esa difusa categoría de las personas de mediana edad (sin darnos cuenta casi de en qué mo-

mento hemos dejado de ser jóvenes); o simplemente porque finaliza el año y toca reflexionar so-bre el paso del tiempo, es por lo que me he cuestionado qué poca ilusión y horizontes dejamos

para cuando nos alcance la vejez. En lugar de perseguirla con justo empeño, nos pasamos media vida fingiendo que no existe; aborreciendo al incauto que se le ocurra preguntarnos la edad. Ya

nadie se jubila, sino prejubila o se acoge a planes de empresa; a los mayores de la familia se les

excluye de las tomas de decisión y de la vida cotidiana (no hay tiempo, ni espacios apropiados pa-ra los dependientes –que muchas veces no lo son tanto). Sin duda es una etapa de la vida a la que

se llega por la puerta de atrás, como si fuera un estigma. No hay ningún acto que festeje o conme-more ese periodo en el que se debería alcanzar el derecho a ser respetado, a decir lo que en ver-

dad se piensa sin temor a las consecuencias; esa edad de oro, esa culminación de ciclo, en la que el calor de la familia, y unos servicios sociales a la altura de lo entregado a cambio, deberían ser

galardón de estima y no de estigma.

Pero no, no lo hacemos con nuestros mayores y no lo harán con nosotros tampoco. Y es

que, tal y como hemos diseñado nuestro modelo de vida social, ser mayor es la mayor de las des-gracias.

Margarita Ginoria Tena, profesora de Lengua Castellana y Literatura

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DULCES BOLETINES EN ÉPOCA DE CRISIS

Como en años anteriores, hemos querido repartir de nuevo los bo-letines “con mucha dulzura”, con gusto alegre, con paladar de fiesta, con sabor a solidaridad y agradecimiento, con olor a Navidad. Para ello, antes de la entrega de notas, el Equipo Directivo ha convocado a las fa-milias el día 20 de diciembre de 2013 en el Salón de actos para agrade-cerles la colaboración en esta gran labor educativa y para ayudarles en esta época de crisis. Los profesores, a iniciativa del quipo Directivo y De-

partamento de Orientación, contribuyeron con unas cestas de productos navideños y algu-nos lotes de material escolar, que se sortearon entre los padres y madres asistentes. Deseamos que este contacto, el intercambio de experiencias, la mutua ayuda y la co-municación continúen siendo parte de nuestro quehacer diario. Deseamos que Escuela y Familia sean un compromiso compartido.

Departamento de Orientación

información /humor

APRENDIENDO INFORMÁTICA - Mamá, ¿qué haces en frente del ordenador con los ojos cerrados?

- Nada, hijo, es que Windows me dijo que cerrara las pestañas... QUÉ GUAPO - Papá, ¿qué se siente al tener un hijo tan guapo? - No sé hijo, pregúntale a tu abuelo... KETCHUP -¿Qué hace una persona con un sobre de ketchup en la oreja? -Escuchando salsa. EN EL BARCO - Capitán, ¿Puedo desembarcar por la izquierda? Se dice por babor... Por babor, capitán, ¿puedo desembarcar por la izquierda? SOLUCIÓN IMAGINATIVA Una mujer acude al médico con el fin de que le recomiende algo para adelgazar. El médico va y le dice: - Es muy simple, señora. Solo tiene que mover la cabeza de izquierda a derecha y viceversa. - ¿Cuántas veces? - Cada vez que le ofrezcan comida.

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NAVIDAD 2013

La comunidad educativa del IES María Rosa Alonso les desea a todos feliz Navidad y un Año Nuevo donde la cultura y la buena convivencia iluminen nuestra labor diaria y conjunta.