poemas_2daClase
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UNIVERSIDAD CATÓLICA ANDRÉS BELLO FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
E S C U E L A D E L E T R A S
Literatura General V-B (Poesía)
Prof. Miguel Marcotrigiano L.
Selección de textos
(Segunda clase)
Mi abuela decía haber estado
en el Moulin Rouge
y en el Copacabana
también en el Teatro Baralt
cuando Gardel cantó por última vez
El día que me quieras
recordaba las playas de Miami
como lánguidos espejos
a orillas de la orilla
sin tanto viejo atrincherado
se veía a sí misma
zurciendo trajines
bebiendo cerveza
en celebración por ningún otro
Jacqueline Goldberg
(Insolaciones en Miami Beach, 1995)
* * *
Le dije: -¿Hay algo más fuerte que una roca?- El abuelo, sin
necesidad de hablar, hizo que mirara la luz de la luna y viera las
aguas y el espacio íntegro con los astros y las constelaciones
titilando. Le pregunté entonces qué era la fuerza; sólo me repondió: -
Mira-. Y vi el mundo, el cielo y cuanto en la playa yacía y miré la
sombra de mi cuerpo que, junto con la del abuelo, se extendía en la
arena para internarse en las aguas y desaparecer n el fondo
pedregoso de erizos y corales.
Elizabeth Schön,
(El abuelo, la cesta y el mar, 1965)
* * *
El Segundo Asesino
La inolvidable, antes de abandonarme –o
suicidarse; es lo mismo y acaso sea yo quien haya partido-,
escribió que era inútil amar a un segundo asesino.
Bastisobraba el primero; el arco de la muerte
es único, perfecto, fugaz. Y esa bala que recorrió el aire,
cantando como un planeta, no tenía comparación.
A lo insecto sobre esfera bellamente
redondeada, el disparo rueda hacia las sienes; ocurre, en
castillete de naipes, el derrumbe; y tal es –o pudiera ser-
un imposible final.
El cuerpo se desploma; nadie pregunta
que mono grotesco malsacudió las cuerdas. Pero mis brillantes
estudios de criminología se reducen a un acto de matar y el odio,
complemento del amor, convierte en águila de dos cabezas el sentimi
ento.
Así, derrocando olvidos, me hago asesino;
pero llego un segundo tarde, un segundo apenas; medio latido del
irreversible reloj y, para siempre, yacen perdidos los reinos bajo un
manto
de cristal.
Amarme es ignorarme. Acuérdate, sombra mía,
corazón mío, tan ajena lluvia: en tu vida habrá un sueño, un segundo
asesino, imposible de olvidar.
Elmer Szabó,
(Una asíntota: Sombras, 1995)
* * *
Vladimir Maiakovski, después de haber servido durante doce años ininterrumpidamente y de forma incondicional, con el alma y el cuerpo – Toda mi sonora fuerza de poeta Te la cedo a ti, clase al ataque... Dio fin a su vida con más fuerza que con un poema lírico – con un disparo lírico. Durante doce años seguidos al Maiakovski hombre estuvo asesinando el Maiakovski poeta, en el decimotercer año el poeta se rebeló y asesinó al hombre. Si en esta vida existe el suicidio, no está ahí en donde se suele ver, ni dura únicamente el instante de apretar l gatillo, sino doce años de vida. Ningún escritor real castigó a Pushkin como Vladimir Maiakovski se castigó sí mismo. Si en esta vida existe el suicidio, no es uno solo, son dos, y ninguno de los dos es suicidio, ya que el primero es una hazaña y el segundo – una fiesta. Victoria sobre la naturaleza y glorificación de la naturaleza. Vivió como un hombre y murió como un poeta. Marina Tsvietáieva, (El poeta y el tiempo, 1990)
* * *
Palabras del zambullidor de Paestum*
Yo soy el alma de tu padre, el zambullidor:
te he acompañado cada día, estoy junto a ti,
conozco como entonces tus zonas de sombra,
el lenguaje de los movimientos trazado por tu rostro,
nada ha cambiado desde entonces, a este respecto.
Esto es lo primero que he descubierto,
lo primero que quería decirte: no cambia la percepción
de tus instantes, como no cambiaba
de noche, en el sueño, o por la distancia.
Sé que este aliento mío (desde el fondo del agua, entre las actinias)
será para ti como fueron mis palabras hace tiempo:
que te infundían recuerdos y valor,
más que el vino o que una mujer que te mira.
Mi primer descubrimiento, mi primera verdad es que nada
se quiebra en el secreto del alma.
Lo demás es confuso, aún es pronto
para tratar de contarte,
corales, actinias, vidas que se dibujan con un movimiento
de agua y desaparecen en un instante.
No todo es luz, transparencia, silencio,
galerías de oscuridad, respiraciones contenidas, después voces
que soplan en mí como si yo hablara.
Me deslizo hacia un fondo siempre más distante
y siento que una luz sumergida me llama desde oriente:
no sé dónde termine, por ahora,
no sé qué sea, pero sé qué amor
la mueve y determina su respiración.
De este viaje hablaré más adelante,
cuando lo experimentado sea conocimiento,
puedo hablarte de lo que dejé,
sobre la superficie azul de las aguas,
entre las arenas blanquísimas, las palmeras,
la sombra de los olivos, el vino
vertido de las ánforas:
ama la tierra roja en el ocaso,
sumérgete en el mar para jugar, como un tritón,
saborea la fruta, el pan, bebe y come,
escucha la risa de las muchachas,
busca sus bocas, ríe y desespérate,
agradece cada día tu país luminoso.
Yo no soy tu padre sino su alma,
no sé lo que vivo pero recuerdo,
la costa, la piscina, los colores que forman
el extraño dibujo de la vida mortal.
Vive en esa cerámica deslumbrante y espera
lo que sabré decirte más adelante, al final del viaje.
Pero ahora que duermes como cuando en una cuna
parecías buscar los secretos del mundo,
ahora que tienes los hombros más anchos y más ralos los cabellos,
escucha las palabras de mi alma:
no sé mucho de ella —de mí misma—
(es pronto, hijo, no conozco bastante,
apenas he comenzado, estoy nadando),
no pienses en mi cuerpo (es tarde,
perlas, los que fueron mis ojos,
y mis labios reducidos a corales),
pero conozco su matrimonio,
cuando vivían al unísono en el mundo
y yo, el alma de tu padre, el zambullidor
te entrego sólo esta probada certeza
(desde el fondo del abismo, en el escalofrío de la zambullida):
que también el hombre puede amar eternamente.
Roberto Mussapi,
(El polvo y el fuego, 1999)
Nota del autor: Esta poesía está inspirada en la célebre reproducción de la Tumba
del zambullidor de Paestum, la más famosa de las que se han difundido en la
cuenca del Mediterráneo, que simbolizan el viaje del alma hacia l mundo
ultraterrenal, a través de las aguas desconocidas de Océano.
* Paestum, Pestum: Ciudad del sur de Italia, situada en la parte más oriental del
golfo de Salerno (antiguamente llamado ―Poseidoniate‖, de donde el nombre
―Poseidonia‖, con el cual los griegos conocían la ciudad), en la Lucania (Magna
Grecia). Fundación aquea del siglo VI a.C, después colonia romana. Quedan de la
ciudad impresionantes restos e tres templos dóricos. El de Poseidón es el que nos
ha llegado en mejor estado de conservación. Entre 1934 y 1941 se hicieron nuevos
descubrimientos arqueológicos n el área.Es una de las más importantes de Italia,
descubierta accidentalmente hacia 1750, durante los trabajos realizados por los
Borbones para abrir la carretera que hoy en día atraviesa la zona. En el Museo de
Pestum se puede admirar la Tumba del zambullidor, cuyos dibujos constituyen un
ejemplo único de pintura funeraria griega. Fue descubierta en 1962 por Mario
Napoli, el gran arqueólogo italiano. La Tumba del zambullidor representa un
hombre que se zambulle en las aguas que conducen a Océano. Es una obra maestra
que reproduce un tema muy frecuente en el Mediterráneo (Grecia, Etruria, etc.): el
viaje del alma hacia l mar ignoto del origen, en el momento en que ésta se separa
del cuerpo. La aventura metafísica en el acto de la muerte. El poeta imagina al
alma del zambullidor hablando con su hijo.