quesedigaseolvida11

download quesedigaseolvida11

of 4

Transcript of quesedigaseolvida11

  • NUEVA DIRECCIN: Av. Daz Vlez 3893 (CABA)

    Cada escrito surge de una pregunta de los analistas queparticipan de Quesedigaseolvida

    Lacan sostiene a lo largo de su enseanza que laclni ca analtica es lo que se dice en un psicoanli-

    sis; eso que se dice depende de esas primeras pa-labras odas que vienen del Otro y es lo que consti -

    tuye el inconsciente.Esas palabras que tropiezan, fundamentan que

    algo habla en el sujeto, el sujeto no lo sabe. Ese tex-to no sabido contradice toda ilusin de autono-ma del yo, que conoce lo que dice y quiere.

    Desde Freud a Lacan hay una transmi-sin ineludible: el analista debe someterse

    a los dichos del paciente, y lo que orientanuestra escucha son las formaciones del

    incons ciente, formaciones de palabras,nica va posible para acceder a la

    verdad del sujeto.Por dnde deseas se-guir?, el escrito de Anala

    Cieri, interroga: cmo sees tablece la confianza

    que un pacientede posita en un

    psicoana-lista?

    Lacan nos ofrece otra manera de pensar la transferencia, al igualque Freud, como motor de la cura, pero no solo como repeticin, si-no como fenmeno esencial ligado al deseo.

    Un acto en el horizonte abre la pregunta: hay algo de la repeti -cin significante ligado al encuentro con lo Real? Para responder, Sil -vi na Panelli se dirige a Alfonsina Storni, en donde lee la insistenciade algo que no es posible escribir.

    En su trabajo Interpretacin analtica, inspiracin potica, Hc-tor Zablocki propone que de las mltiples operaciones que impli-can la palabra en un anlisis, la interpretacin es la que ms se acer-ca a la escritura potica.

    Por su parte, Alejandro Valdez, en Freud fue ms all, partedel enunciado kantiano: Obra de tal manera que puedas elevar aley universal la mxima de tu accin. El autor plantea una pregun -ta: esta formulacin de ley, es un ejemplo de aquello con lo quenos vemos da a da y que regula buena parte de los comporta-mientos sociales?

    En Hijo de gata, ratones mata. El goce primordial de un pa-dre, Mnica Soledad Vidal discurre por los dichos de un analizan -te, con un interrogante surgido de la prctica clnica: Cmooperar en un anlisis que haga corte o acote aquello con locual un paciente goza o es gozado por el Otro Real, co-mo en la estructura de la psicosis?

    Los trabajos publicados son distintos ensayosde respuesta a eso que surge a partir de loque se dice en un psicoanlisis.

    Quesedigaseolvidadetrs de lo que se dice en lo que se escucha

    Av. Daz Velez 3893 | (1177) Ciudad Autnoma de Bs. As.Tel. 4981 7615- 6079 0289 | E-mail: [email protected] | www.triempo.com.ar

    Comit editorial: Analia Cieri / Silvina Panelli / Alejandro ValdezMnica Soledad Vidal / Hctor Zablocki

    Correccin: Judith JamschonR.P.I.: en trmite

    ISSN N: 1851-9784

    N 1999 Noviembre 2011 DISTRIBUCIN GRATUITA

    A quien LEEHctor Rupolo

    Convergencia Movimiento Lacanianopor el Psicoanlisis Freudiano

    [email protected]

    Anala [email protected] dnde deseas seguir?

    /

    Cuestiones de la clnica

    C mo es posible que se establezca, con ese descono -cido que es el analista, ese lazo de confianza y elde seo de seguir hablando que perdura en el tiem-po a partir de la aplicacin de la regla fundamental, queconsiste en decirle al paciente que diga lo que se le vaocurriendo?

    La experiencia nos demuestra que esta confianza noaparece desde el inicio, sino que se va gestando en elrecorrido. Entonces, cmo se funda esta confianza ypor qu perdura?

    Partimos de la enseanza de Freud, que nos orientaal transmitirnos su experiencia y nos dice que la transfe -ren cia es amor. Freud lo vislumbr al decirnos que lospacientes toman al analista como objeto de amor, queeste fenmeno se produce en el proceso de la cura.

    Para Freud, la transferencia est ligada a la repeti-cin; se repite con el analista el pasado olvidado. Si elpa ciente, a partir de las asociaciones, llega al ncleo pa -t geno, las asociaciones se detienen, la transferencia seconvierte en resistencia. Esta manera de entender latransferencia determin la prctica analtica que se lle-v a cabo despus de Freud.

    Lacan nos ofrece otra manera de pensar la transferen -cia; al igual que Freud, como motor de la cura, pero noslo como repeticin, sino como un fenmeno esencialligado al deseo.

    Scrates nos ense por medio de una mujer, Dioti-ma, que si alguien ama es porque carece de algo, algole falta.

    Entonces el amor est ligado al deseo, a la falta.Tambin Scrates nos ensea que en el amor hay dosposicio nes: el amado, el que se hace amar, querer seramado; y el amante, el que desea porque algo le fal-

    ta. Estos lugares no son estancos, es posible pasar deun lugar a otro, es decir, aquel que est ubicado co-mo amado puede pasar al lugar del amante, que es ellugar del sujeto deseante.

    Como se produce este movimiento? Tomemos lahis toria de amor de Scrates y Alcibades. Es a partirde una pregunta que Scrates le formula, que Alciba-des se enamora. Scrates le dice: Ocpate de tu cosas.Por qu te entrometes en la poltica de los atenienses?.Alcibades entra en crisis, comienza a cuestionar su rela -cin con el Otro. Este general iba de un lugar a otro,ofrecindose como objeto de amor al mejor postor.

    Es a partir de una pregunta, de una falta, que seproduce este movimiento; Alcibades, que estaba co-mo amado, pasa al lugar del amante, que es el lugardel sujeto deseante, suscitando la demanda de amor.El texto nos cuenta cmo Scrates tiene que soportartodos los embates amorosos de Alcibades para quelo tome como objeto de amor. Pero Scrates no respon -de a la demanda y le dice: Yo no soy lo que t quie-res. No satisface su demanda, pero tampoco lo recha -za, lo que permite que Alcibades se dirija a l parasaber lo que le falta.

    Aparecen tres trminos: amor, demanda y deseo;cmo se articulan?

    Partimos de un enunciado fuerte, paradjico: el de-seo es de nada, es un agujero. No est ligado a ningnob jeto. El sujeto desea en tanto se constituy alrededorde una falta.

    El sujeto se constituye a partir del deseo y de la de -man da del Otro, que puede estar encarnada en la ma-dre; el Otro es el lugar de la palabra.

    Por ejemplo, el nio llora; el traductor, la madre,

    dir: tiene hambre, com, y en el nio advendr elhambre. La palabra convierte el llanto en demanda.Ya hay un primer atisbo del deseo en su versin alie-nante a la demanda del Otro.

    En Alcibades, como en cualquier neurtico, su de-seo est extraviado cuando intenta reducirlo a lo queel Otro quiere. Vertiente imaginaria del amor, cuyoengao es creer que el objeto de su amor es su deseo.Se establece as una relacin recproca y resistenteen tre el sujeto y el Otro, que solo puede ser atravesa -da por la traza del inconsciente, cuando el sntomairrumpe.

    Retomando nuestra pregunta inicial, y en el inten-to de bordear una respuesta posible, el deseo no sereduce a la satisfaccin de la necesidad o a la deman-da de amor, y es a partir del despliegue de las deman-das que aquel se articula en palabras lugar donde elsujeto qued retenido en esas demandas no sabidasque se vuelven una indicacin, donde se gesta la po-sibilidad para el sujeto de formularse la pregunta:por dnde deseas seguir?

    Tal vez, hacerle lugar a esta pregunta sea el pun-to que sostiene esa confianza que un sujeto depositaen su analista, y que hace que elija acudir a ese en-cuentro cada vez.

    Bibliografa:

    Platn: El banquete. Buenos Aires: Altamira, 2002. J. Lacan: La transferencia en su disparidad subjetiva, su pretendidasituacin, sus excursiones tcnicas. Seminario 8, 1960-1961. (Trad.Ricardo E. Rodrguez Ponte).

  • Silvina [email protected]

    2

    NUEVA DIRECCIN: Av. Daz Vlez 3893 (CABA)

    B orges dijo, refirindose al suicidio de un poe -ta: Entonces aquel hombre, seor de todaslas palabras, sinti en la entraa que la rea -li dad no es verbal y puede ser incomunicable y atroz,

    y fue callado y solo a buscar la muerte.

    La vida y la muerte de Alfonsina Storni estn atra -

    ve sadas por vas de significacin permanentes.

    Llev el nombre de su padre, Alfonso. Ella mis-

    ma dijo: Me llamaron Alfonsina, que quiere decir

    dispuesta a todo. Como si el camino ya estuviese

    trazado desde el comienzo, condujo su vida en esa

    direccin: fue una mujer transgresora, nada pareca

    detenerla.

    Comenz a escribir cuando muri su padre: Mi

    primer verso lo dejo debajo del velador para que mi

    madre lo lea antes de acostarse.

    A la maana siguiente, a golpes pretende ensear -

    me que la vida es dulce. Desde ese entonces, los bolsi -

    llos de mis delantales y los corpios de mis enaguas

    estn llenos de papeluchos borroneados que se me

    van muriendo como migas de pan.

    En sus poesas, la alusin constante al mar, en la

    expresin ms fascinante o terrible que pueda pensar -

    se, el coqueteo con la muerte, y la agudeza o exacer -

    ba cin de los sentidos insisten inexplicablemente y

    en el tiempo, cada vez con ms empeo. El enal te -

    cimiento y la idealizacin de la muerte se filtran en

    sus letras.

    El agua cobra diferentes dimensiones. El mismo

    mar que en algn momento transmite la idea de liber -

    tad y movimiento refiere despus a oscuridad, triste -

    za y muerte:

    () hera tu mole, el pulmn blando de las aguas(). (Buque escuela).

    () yo escuchando dorma, un ronco mar sonoro(). (Palabras a mi madre).

    () el agua de los mares / acuna casas de espanto(). (Agrio est el mundo).

    () Mares tristes, / apretados, / mueven en l / susolas (). (Ojo).

    () Tragan nubes grises / las bocas / silenciosas delmar (). (Maana gris).

    Lacan plantea en el Seminario 11 que un pensa -mien to adecuado siempre evita la misma cosa. Aqulo real es lo que siempre vuelve al mismo lugar, allugar donde el sujeto, en tanto que cogita, no se en -cuen tra en l.

    En la obra de Alfonsina es incesante el intento dedejar consignado algo de otro orden que no es posi-ble escribir y que insiste en sus letras. La repeticinsig nificante (mar) deja ver cmo, escribiendo, bor-dea algo de lo no escrito. Eso que no discurre por lacadena significante es lo que la condena. Es la grantrampa en la que queda atrapada Alfonsina, quien,sintindose la ms libre de las mujeres y declaman-do esa libertad en su vida, parece no haber adverti-do el entramado psquico que la sujetaba. En algnlugar tambin revela aquello que es bor dea do, quela empuja y hace que, al final, se arroje.

    Al expresar su ideal de mujer, dice: Es aquellaque tiene una moral masculina en cuanto atae a suresponsabilidad frente a los hechos y su enterezapara sostenerlos aun en contra de sus ms carosintere ses. De esta forma, tambin sustenta la deter -

    minacin de estar dispuesta a todo y la idea de libe -rar lo resignado y reprimido de la estirpe femeni na,lo que ya haba expuesto en el poema dedicado a sumadre, donde dice: () Y todo esto mordiente,venci do, mutilado, / todo esto que se hallaba en sualma encerrado, / pienso que sin quererlo lo heliberta do yo.

    Es el principio del final.

    Despus, dos suicidios la derrumban definitiva -men te; el de Leopoldo Lugones, con quien haba he-cho un pacto suicida al cual l se adelant, y el deHoracio Quiroga, a quien le dedica un poema:

    Morir como t, Horacio, en tus cabales

    y as como en tus cuentos, no est mal.

    Un rayo a tiempo y se acab la feria ().

    As, anticipa su propia muerte en forma ms con-tundente y precisa que en su ltima poesa, Voy ador mir. A partir de ese momento, la presencia dela muerte en sus poemas es prcticamente ineludi-ble.

    Hace un viaje a Mar del Plata, se instala en un ho-tel de La Perla, intenta comprar un arma que no leven den, vuelve al hotel, y esa noche escribe sus lti-mas cuatro palabras: Me arrojo al mar.

    El 25 de octubre de 1938, se arroja al mar desdeuna escollera.

    Podra pensarse este suicidio como un pasaje alacto, como una cada de la escena, de donde ya nohay retorno. Viviendo dispuesta a todo, hay algo queno pudo evitar, el encuentro con lo real: se arroja almar, traspasa la escena.

    Un acto en el horizonte

    Hctor [email protected]

    Interpretacin analtica,inspiracin potica

    L a interpretacin analtica, si es eficaz, seaproxi ma a la intimidad del sujeto e incidesobre el sn toma. La capacidad de lograr es-te efecto de pen de de la estructura de aquella, es de-cir, del modo en que la interpretacin se enuncia.Tanto es as, que cualquier elemento aadido a mo-do de explicacin no slo disminuye su eficacia, si-no que produce adems, como efecto indeseado, unco nocimiento del sntoma que en nada alivia el sufri -miento que causa. En un anli sis pueden darse expli -ca ciones, pero el sntoma no se ex tingue explicandosu sentido. Por el contrario, se puede ver sin dificul-

    tad que el padecimiento recrudece toda vez que elsujeto pierde la ocasin de interrogarlo.

    La interpretacin en psicoanlisis, a diferencia delo que sucede en cualquier disciplina crtica o herme -nutica, opera produciendo vaco donde se esperasen tido. Por ello, de las mltiples operaciones queimplican la palabra en un anlisis, la interpretacines la que ms se acerca a la escritura potica.

    En efecto, la poesa se produce al escribir jugandocon la ambigedad entre sonido y sentido. Hay poesacuando fluyen, dice Borges1, la msica y la pasin del

    len guaje. Pero, para que podamos escuchar la msi-ca, es indispensable que el poeta desa rrolle un artifi-cio que haga que el sentido se ausente.

    Han sido los poetas chinos de la dinasta Tang2

    quienes, en su bsqueda formal, llevaron este proce -dimiento al lmite. Importa subrayar que el vnculoestrecho entre la msica y la poesa en China se de-be, en primer lugar, a que el chino es una lengua to-nal. Como cada slaba se marca con diferentes tonos,la lengua hablada es sumamente cantante. En benefi -cio del ritmo, los poetas clsicos chinos se ocuparonde la oposicin entre palabras plenas (los sustanti-

  • 3NUEVA DIRECCIN: Av. Daz Vlez 3893 (CABA)

    Alejandro [email protected]

    Freud fue ms all

    vos y los verbos) y palabras vacas (pronombres per -so nales, adverbios, preposiciones, conjunciones, etc.);en un registro superficial, se trata de alternar pala-bras plenas y palabras vacas para dar vida a los ver-sos. Pero, en un registro ms profundo, los poetaspro ceden a una serie de reducciones de palabras va-cas y slo conservan entre ellas algunos adverbiosy conjunciones. As introducen en la lengua una di -men sin de profundidad, la del verdadero vaco.El pensamiento chino considera al vaco el lugar don-de los signos se entrecruzan y se intercambian, y porende, el lugar por excelencia donde se multiplica elsentido3.

    Al final de un largo poema que describe el sufri -mien to en tiempos de guerra, leemos:

    Ojos secos / entonces ver hueso

    Cielo y tierra / ser sin piedad!

    Parte de la fuerza del verso proviene de su ambi-gedad Quin ve? Cundo?

    En otros casos, los poetas usan una palabra vacaen lugar de una llena (en la mayora de los casos, unverbo), siempre con el propsito de calar de vaco lolleno; pero esta vez, ya no por eliminacin, sino por

    sustitucin, por ejemplo, el uso de una palabra va-ca en el lugar de un verbo:

    Frgil nube / cielo con lejana

    Larga noche / luna juntos soledad

    El con del primer dstico y el juntos del segundoson las palabras vacas que sustituyen al verbo.

    En los ejemplos, es la traduccin la que da la impre-sin de algo deshilvanado y lacnico. Porque es intradu -ci ble aquello que la letra le aadi a la lengua.

    Interpretar requerira, segn Lacan, de cierta inspi -ra cin4 para producir, en el lugar apropiado, la fra-se o el proverbio con la suficiente ambigedad en-tre sonido y sentido para calar el vaco en lo lleno,esto es, lo que el poeta realiza cuando sustituye elsentido por la significacin. La poesa amorosa es laque mejor se presta a mostrar que la significacin esun trmino vaco5.

    La lengua es el fruto de una maduracin, de algoque se cristaliza en el uso, y la poesa implica unaviolencia efectuada a este uso. Esta puesta en obratiene como efecto y consecuencia que una parte dela lengua se produzca como letra.

    Tanto el analista como el poeta violentan de estemodo singular el uso de la lengua.

    En un anlisis, la interpretacin crea el vaco don-de el sentido estalla en mltiples sentidos, sin nin-gn sentido. Esta operacin, esta forma de enunciarvaciando el sentido fijado, esperado, favorece la es-critura de la letra que el significante aloja. El analis-ta, cuando interpreta, tambin escribe, despus deleer en lo que escucha.

    Esa letra escrita despus de ser leda tiende a al-canzar lo real del goce suspendido en el sntoma. Alinterpretar dejndonos trabajar por el lenguaje, pro -du cimos, como el poeta, una escritura, pero en la ex -pe riencia del anlisis no ser poesa, sino litoral en-tre el saber del inconsciente y el goce del sntoma.

    1 J. L. Borges: Arte Potica. Seis conferencias. Barcelona: Crtica,2001.

    2 Franois Cheng: La escritura potica china. Valencia: PRE-TEXTOS, 2007.

    3 Franois Cheng: op. cit.

    4 Jacques Lacan: L insu que sait de lune-bevue saile a mourre,clase del 19 de abril de 1977.

    5 Lacan ya haba planteado que el amor es una significacin enel seminario sobre la transferencia. Lo retoma aos despus, apartir de la poesa amorosa de Dante.

    D i fcilmente en el consultorio no aparezcan fra-ses de este tipo: Es una mina que me gustamucho, pero cmo hago para decirle algo?,si se entera mi mujer que ando en algo, me mata!. Di-cho de otra forma: Qu sucedera si usted pasara unanoche increble con una mujer que le gusta mucho, pe-ro, a la salida del cuarto donde han tenido intimidad,le espera la pena capital?.

    La segunda proposicin es una variante de la prime-ra y tiene la inventiva de I. Kant. La primera es unadeduc cin derivada de la lgica que maneja la neuro-sis cuando provee sus pensamientos de disyunciones.La segunda es un ejemplo de los aplogos de Kant, quele sirvieron para su planteo (entre otros, quizs este seauno de los ms endebles, y esto lo marca el mismo La-can al evaluarlos) de ley universal (consideremos quepara Kant, el enunciado a seguir sera: Obra de tal ma -ne ra que puedas elevar a ley universal la mxima de tuaccin). Recordemos que un aplogo es una narracinde carcter breve, que apunta a dejar una enseanzamoral. Si Lacan lo trae, es porque lo utiliza a favor depensar el psicoanlisis. Pero acaso esta formulacin deley no es un ejemplo de aquello con lo que nos vemosda a da y que regula buena parte de los comportamien -tos sociales?

    Si nos remitimos a Freud, es la interdiccin del inces-to el principio de la ley primordial de la cual se derivantodos los desarrollos culturales y sus consecuencias,motivo por el cual este y Kant marcan la importanciade una regulacin. Pero Freud ir ms all: gracias a lalectura lacaniana, se revalida que el planteo freudianoarriba a que la accin humana es gobernada por das

    Ding. El maestro viens plantea das Ding como aquelloque inaugura la posibilidad de un aparato psquico de-seante: la interdiccin del incesto como la posibilidadde que haya cultura y palabra. Por lo tanto, una cues-tin es la afirmacin de la ley fundamental, aquella pordonde comienza la cultura (al oponerse a la naturale-za): la ley de interdiccin del incesto; y otra, aquello queporta el carcter de mandamiento social. Por ello, Freudpens ms all (al sujeto). Podramos pensar que, mien-tras Freud nos habla de la cultura, Kant piensa una socie -dad equilibrada por comportamientos adecuados; pe-ro lo importante y particular de Freud y de Kant es quepara ambos, la ley mantiene viva la cosa (y en el casodel segundo, como lo venimos viendo, es el bien lo quegobierna la accin humana).

    Agreguemos al Marqus de Sade para encolumnarnuestro trabajo. Kant, Freud, Sade: Lacan los utiliza enaras de plantear el dominio y el terreno de la clnicaanaltica, sin perder de vista que su pblico son los psi -coa nalistas.

    Volviendo a Kant, su planteo apunta, por medio delos aplogos, a afirmar la posibilidad concreta de unaley universal que regule todos los comportamientosso cia les, y que pueda ser utilizada a priori, por fuerade la experiencia. Dicho de otra forma: los imperati-vos ca te gricos otorgan el ropaje a un mandato regula -dor social que se expresa en su planteo de ley univer -sal. Lacan marca que Freud da cuenta de la importan-cia de un marco regulador, pero tambin distingue quela funcin de la conciencia moral que brinda el super-y posee el carcter de exigencia insensata. El impera -tivo kantiano queda pegado a la voluntad de renun-

    cia, tomando lo pulsional como patolgico. As, la leymoral kantiana se emparentara con el supery freudia -no, en lo referente a la voluntad (imperativo) de goce.El planteo de Freud apunta a marcar la paradoja deun aparato que tiende al placer, pero que, a la vez, seespanta ante su proximidad. Es que el planteo de dasDing se enlaza con la interdiccin del incesto. Kant es -ta blece que ningn fenmeno puede arrogarse una re-lacin constante con el placer, motivo por el cual es laley moral la que plantea al bien como objeto (el bienpor proponerse, el bien para todos, un bien con valoruniversal); y Freud ubica a das Ding en el centro, dan-do inicio al juego, como condicin para la existenciadel significante, que contornea a aquel. Para Freud,hay un bien interdicto, irrecuperable y, pensndolodesde Kant (ley moral positiva), hay un fundamentoinvertido de la ley moral.

    Seguramente, sobre la base de lo expuesto, la ubica-cin de un analista desde Kant o desde Freud es sus-tancialmente diferente (pensemos en la vieta del co-mienzo).

    Lacan ofrece de forma ilustrativa, para pensar al su-jeto ante la ley, los Diez Mandamientos morales y el lu-gar que ocupa ante estos el sujeto. El psicoanlisis po-sibilita otra cosa: el sujeto viene a plantearse al consul-torio este decurso moral, puesto que preguntarse porsu lugar como objeto (del Otro) lo reubica en su lugarde sujeto deseante. Pensar un sujeto del deseo en la cul-tura diferencia radicalmente un trabajo clnico de otroque opte por ejercer la regulacin social adecuada.

    Freud fue ms all. Lacan lo acompa.

  • J acques Lacan, en la Apertura de la Seccin Cl-nica, plantea un interrogante y nos da unarespuesta que dirige la prctica de los ana-listas. Qu es la clnica psicoanaltica? No es

    complicado, la clnica tiene una base: lo que se di-

    ce en un psicoanlisis1. Hago pie en esta cita, co-

    mo razn para dar lugar a lo dicho por un pacien-

    te, en un anlisis.

    F es un paciente psictico en anlisis hace 15

    aos, desde su ltima internacin. Hace unos me-

    ses viaj en sus vacaciones a una provincia de

    nuestro pas, de donde es oriunda su madre.

    En la sesin siguiente a su viaje, relata lo que

    hizo: visit parientes, fue a una casa de campo a

    carnear un chancho con su to, y le toc, entre otras

    tareas, revolver la sangre para hacer morcillas; de

    cuestiones de sangre seguira hablando.

    En el relato aparece por primera vez que el pa-

    dre de su mam tena un apellido, pongmosle:

    Gonzlez, y por un problema legal que l no re-

    cuerda se fue a Paraguay y cambi de apellido,

    volviendo como Vzquez. La madre, sus herma-

    nas y hermanos pasan a tener el apellido Vzquez.

    Lo invitan a una fiesta familiar de los Gonz-

    lez, y dice: Yo no conoca a nadie, porque no era

    una lnea de sangre, ellos no tienen nada que ver

    con nosotros.

    Los hijos varones tienen 90 % de sangre de la

    madre y el 10 % del padre, y las hijas mujeres tie-

    nen 99 % de la madre y 1 % del padre, aunque ten-

    gan el apellido del padre. No importa quin es el

    padre, la sangre es de la madre.

    As empieza a construir (o a reconstruir) el r-

    bol genealgico a travs del delirio: Vzquez su

    abuelo se casa con Garca su abuela; las hijas

    e hijos son Vzquez, pero las hijas son ms Gar-

    ca que Vzquez. Al casarse su madre con Fer-

    nndez, l y su hermano portan el apellido del

    padre, pero recalca F con el 90 % de sangre de

    mi mam.

    A la sesin siguiente comienza nuevamente el

    relato de su viaje de vacaciones, como si no hu-

    biera hablado de ese tiempo; solo haba que de-

    jarlo hablar, habra ms que decir.

    Al retomar el tema de la fiesta familiar de los

    Gonzlez, dice: No hay ningn lazo de sangre

    con ellos; la pas bien, pero no conoca a nadie,

    no tienen nada que ver con nosotros Yo estuve

    con mis tos y primas no habl con nadie, ha-

    ba baile, pero no bail tampoco.

    Sigue relatando: El apellido del padre no im-

    porta mucho, la herencia es de sangre, la heren-

    cia gentica es de la madre, es de la sangre de la

    madre Por eso los hijos varones tenemos un pi-

    to chiquito que no sirve de mucho, porque es

    lo nico que tenemos del padre. Y agrega: Es

    como dice el refrn: Hijo de gata, ratones mata2.

    Al preguntarle sobre el refrn, dice: Es claro,

    hijos de gata: tienen la sangre de la madre, ma-

    ta ratones: no pueden matar perros o pjaros, so-

    lo ratones. Agrega: Si el 99 % de la sangre es de

    gata, el perro es macho y la gata es hembra, igual

    que las hijas mujeres tienen el 99 % de sangre de

    la madre, y el hijo varn, el 90 %, y 10 % de san-

    gre del padre.

    En la misma sesin sigue hablando de su pa-

    dre quien ha sido la figura perseguidora para F,

    padre quien no ahorra maltratos, insultos, deni-

    graciones, expulsin de la casa, rdenes para con

    F durante toda su vida; F dice: Mi viejo est he-

    cho un viejo choto, sordo y cascarrabias.

    Intervengo diciendo que a veces, el 10 % de un

    padre como el que tiene se convierte en 100 %

    cuando lo maltrata y l queda paralizado ante es-

    te padre terrible; y que en el anlisis se han en-

    contrado ejemplos en tos, en su hermano, en su

    jefe, que hay otras versiones de padres que no

    aplastan o echan a la calle a sus hijos, que al me-

    nos hay algunos otros padres que no son iguales

    a su padre.

    La respuesta de F: Estos son los padres que

    nos tocaron.

    En la lectura que, a raz del refrn, puedo rea-

    lizar mientras escribo este trabajo, el hijo de ga-

    ta que mata ratones es quien hace intentos de so-

    brevivir a un padre que lo puede matar como su-

    jeto, con sus rdenes, sus maltratos, sus manda-

    tos, con su goce, o sea, intentos de sobrevivir a un

    padre que es un animal, al estilo totmico, sin es-

    tar sujeto a la ley de la prohibicin (por ende, a la

    castracin), y sin acotamiento a ese goce puro del

    padre, como goce primordial3.

    Lo que est forcludo en lo simblico retorna

    en lo real, en la psicosis. F, ante la mordedura de

    un perro o el rasguo de un gato (alguna vez lle-

    g a matar a un gato, despus de haberlo este ras-

    guado a l y al padre), elabora la idea delirante

    de estar infectado por la rabia, algo que ingresa

    en su cuerpo y lo puede envenenar; ecos de ese

    intruso que es el Otro, que lo toma con su goce en

    los momentos de crisis, de un padre que casca -

    produciendo rabia.

    Como analistas, nos caben preguntas sobre la

    clnica que practicamos; as, cmo operar en un

    anlisis que haga corte o que acote aquello con lo

    cual un paciente goza o es gozado por el Otro Re-

    al, como en la estructura de la psicosis?

    Notas:

    1 J. Lacan: Apertura de la seccin clnica, Revista Or-nicar N. 3, (Barcelona), Petrel, 1981.

    2 Refrn incluido en el refranero espaol [www.frases-web.com/refranes.htm, consulta online: agosto de 2011].

    3 J. Lacan: Los nhombres del padre. Seminario del20/11/63. Versin no corregida por el autor. Ficha dela E.F.B.A. (Trad. J. Jamschon y H. Rupolo).

    4

    NUEVA DIRECCIN: Av. Daz Vlez 3893 (CABA)

    Miembro Fundador de ConvergenciaMovimiento Lacaniano por el psicoanlisis Freudiano

    Convocante de la Reunin Lacanoamericana de Psicoanlisis

    Av. Daz Vlez 3893(1177)

    Ciudad Autnoma de Bs. As.

    Telfonos:4981 7615 / 6079 0289

    E-mail: [email protected]

    Impreso en: Agencia Periodstica CID - Diario del Viajero

    Av. de Mayo 666 Buenos Aires, Tel. 4331-5050 Fax. [email protected]

    Mnica Soledad [email protected]

    Hijo de gata, ratones mataEl goce primordial de un padre

    /ColorImageDict > /JPEG2000ColorACSImageDict > /JPEG2000ColorImageDict > /AntiAliasGrayImages false /CropGrayImages true /GrayImageMinResolution 150 /GrayImageMinResolutionPolicy /OK /DownsampleGrayImages false /GrayImageDownsampleType /Bicubic /GrayImageResolution 150 /GrayImageDepth -1 /GrayImageMinDownsampleDepth 2 /GrayImageDownsampleThreshold 1.50000 /EncodeGrayImages false /GrayImageFilter /DCTEncode /AutoFilterGrayImages true /GrayImageAutoFilterStrategy /JPEG /GrayACSImageDict > /GrayImageDict > /JPEG2000GrayACSImageDict > /JPEG2000GrayImageDict > /AntiAliasMonoImages false /CropMonoImages true /MonoImageMinResolution 1200 /MonoImageMinResolutionPolicy /OK /DownsampleMonoImages false /MonoImageDownsampleType /Bicubic /MonoImageResolution 1200 /MonoImageDepth -1 /MonoImageDownsampleThreshold 1.50000 /EncodeMonoImages false /MonoImageFilter /CCITTFaxEncode /MonoImageDict > /AllowPSXObjects false /CheckCompliance [ /None ] /PDFX1aCheck false /PDFX3Check false /PDFXCompliantPDFOnly false /PDFXNoTrimBoxError true /PDFXTrimBoxToMediaBoxOffset [ 0.00000 0.00000 0.00000 0.00000 ] /PDFXSetBleedBoxToMediaBox true /PDFXBleedBoxToTrimBoxOffset [ 0.00000 0.00000 0.00000 0.00000 ] /PDFXOutputIntentProfile (None) /PDFXOutputConditionIdentifier () /PDFXOutputCondition () /PDFXRegistryName () /PDFXTrapped /False

    /CreateJDFFile false /Description >>> setdistillerparams> setpagedevice