Enelpabellondebaile

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2013 EN EL PABELLÓN DE BAILE 15 de Agosto. LA BÚSQUEDA DEL LIBRO DEL SIGLO XV

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2013

EN EL PABELLÓN DE BAILE

15 de Agosto.

LA BÚSQUEDA DEL LIBRO DEL SIGLO XV

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Sagitas E. Potter Blue

Escrito 15 agosto 2013 - 07:40

Pabellón de Baile

El lugar estaba listo para recibir a todos los invitados a la Gran Fiesta. Era una sala de baile en la que todos los detalles habían sido cuidados por los organizadores. El pabellón de cristales y decoración dorada, exaltada por las luces de velas, contenía la escultura dorada de la homenajeada Xell Vladimir presidiendo la entrada. Al final del mismo, unas mesas blancas exquisitamente dispuestas, servirían para el ágape que habían dispuesto para nutrir a todos los invitados. Sólo faltaba la llegada de todos los que habían montado la fiesta, siempre que hubieran podido cruzar el laberinto. El Tritón esperaba a la entrada, con el libro en la mano, para entregárselo a Xell Vladimir. Al fin y al cabo, era la muchachita por la que habían montado toda la historia, para celebrar su cumpleaños.

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Debía de ser alguien especial pchiquilla rubia, delicada y conmalo. El tritón, vestido para lapreparado el biombo tras el cumadre Reena expresamente pa Se puso algo nervioso. No llegNo deberían haber puesto tanto

Xell Vladimir

Escrito 16 agosto 2013 - 03:58

Desde fuera, el pabellón estabfantasmagórico. Hubiera hechnecesitaba la varita libre para alo que era meterse con la famiAdler... Todos unidos habíamoiba a acabar esa misión. Así que blandí con fuerza la vade lo que se dejaba entrever dela riqueza del lugar. Entre las spoco y suspiré al darme cuentallevé una gran sorpresa. - ¡Oh, por los dioses mágicos! ¡Era yo! Bueno, era una estatupelo rubio colgando muy elegareaccioné al sentir pasos que s

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ien especial porque se habían tomado muchas molestias pelicada y con aire tan dulce que parecía que nunca había hestido para la ocasión, comprobó que las dos camareras tubo tras el cual esperaba el vestido de princesita que había

resamente para ella.

ioso. No llegaban. ¿Se habrían pasado con los peligros der puesto tantos animales, seguro que alguno la había palm

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abellón estaba iluminado con luces de velas y tenia un cierubiera hecho un Lumus para iluminar mejor mi acceso al

ta libre para atacar al Tritón. Aquel animal marino se iba ae con la familia. Vladimir, Potter Black, Potter Blue, Huffidos habíamos entrado en aquel laberinto para encontrar e

n fuerza la varita y entré. El lugar era un palacete lujoso, ma entrever desde el exterior. Accedí poco a poco, algo int

e las sombras vi a una gigante de espalda. Me acerdarme cuenta que era una estatua. La bordeé para pasar de

ágicos!

ra una estatua de mi persona, en alabastro, con ropajes dedo muy elegante, bien vestida. Estaba tan sorprendida quer pasos que se acercaban.

da del Libro del siglo XV.

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s molestias por aquella unca había hecho algo

camareras tuvieran que había escogido su

s peligros del laberinto? la había palmado.

tenia un cierto aire acceso al lugar pero

arino se iba a enterar de er Blue, Hufflepuff, a encontrar el libro, y yo

cete lujoso, mucho más oco, algo intimidada por

alda. Me acerqué poco a para pasar de largo y me

on ropajes de oro, con el rprendida que no

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- ¡Por fin, la señorita ha llegado! Estábamos algo asustadas de que no llegaran a tiempo - dijeron a la vez dos camareras. Sí, camareras, de esas antiguas con cofia. - ¿Perdón? - Vamos, vamos, que llegamos tarde. El Tritón nos dijo que le seguías, que estarías a punto de entrar... ¡Venga, que no puede bailar con esas pintas! - Pero.. Pero... ¿El Tritón? Si fuera una persona de rápida reacción, hubiera atacado a esas dos por cómplices con el bicho marino, pero estaba tan sorprendida que me dejé llevar hasta un biombo marrón. Allá entre las dos me desnudaron (que no fue difícil, pues sólo llevaba la chaqueta de la tía Amya. Ellas no paraban de hablar y me frotaban con toallitas mojadas para quitarme las manchas que tenía de cruzar el laberinto. - Pero... - seguía diciendo. No podía añadir nada más pues me metieron dentro de un vestido, me sentaron y me peinaron. Entonces sólo pude decir "¡Ay, huy!". - Mi madre no me hace tanto daño - protesté. - Su madre ha escogido el vestido. ¡Está preciosa! Este azul resalta tus ojos. Estaba anonadada por lo que sucedía. De repente me vi convertida en una princesita, elegante y bella, con zapatitos de cristal y un vestido de ensueño. Quitaron el biombo y el Tritón estaba delante, esperando, vestido también muy elegante. - Mademoiselle Vladimir, si me permite acompañarla... - Pe... Pero el libro... Ya no sabia lo que pasaba. Él sonrió y me tendió su brazo y me agarré a él, insegura. Caminamos de forma pausada y me sorprendí tener un partenaire tan poco usual. Me llevó hacia un lateral, donde había una especie de anaquel con libros dentro. - Su libro, Mademoiselle Vladimir. Avancé un poco, sin entender nada. Tomé uno, me maravillé del contenido; tomé otro, y otro... ¡Y otro! Acabé poniendo una de las manos en la boca para ahogar el gemido de entendimiento que subía por mi garganta, pero no podía dejar de leer, con lágrimas en los ojos.

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- ¡Son unos demonios! - exclamplaneado ellos! ¡Me han engalos ojos. Aún quedaba un librito y lo tode todos, ya no pude evitar pohabían preparado una fiesta soalguien del que había aprendidfelicitándome por mi cumpleaque hizo que tuviera que sonarTritón. El saludo de Sagitas era muy dquería, como si eso fuera una aMatt también había escrito alglo que me sentí agraciada. ¡Ohbonitas que me había escrito.

La Búsqueda del Libro

exclamé, al fin. - Los Accidentosos... ¡Todo esto loan engañado, son...! ¡Son excepcionales! - añadí, con

librito y lo tomé, con las manos temblorosas. En cuanto viude evitar ponerme a llorar de felicidad. ¡Eran unos tramp una fiesta sorpresa. Leí a Deiwan, mi profesor de Rol Avabía aprendido mucho. Después estaba el de mi madre, mi cumpleaños. También fue muy emotivo el saludo de era que sonarme la nariz con un pañuelito de encajes que m

era muy de ella, haciéndose la graciosa y minimizandoso fuera una anécdota sin importancia. Me hizo reír leerla.bía escrito algo, cosa que le honraba. Era un vago y nuncagraciada. ¡Oh, la Primis Heliké! Volví a llorar al leer las cabía escrito.

da del Libro del siglo XV.

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o esto lo han añadí, con lágrimas en

En cuanto vi los saludos n unos tramposos! Me or de Rol Avanzado, a mi madre, Reena, el saludo de Eledhwen, encajes que me acercó el

minimizando que me zo reír leerla. El primo vago y nunca escribía, con r al leer las cosas tan

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Tuve que limpiarme las lágrimAmaba a mi prima-compañeraNo me esperaba las siguiente, sentí halagada. Volví a llorar con la de la tía descansando mucho y cuando ¡El tío Adrian también había pAccidentosos, me sentía feliz pJesse y me hicieron sentir muy Pero los que más me sorprendMackenzie Malfoy, esas dos mestaban y sabía que esas líneas Casi no veo el último, el de

Estuve un buen rato leyendo ycarraspeaba y decía mi nombre - Suena la música, mademoise Me limpié las lágrimas y me aLos invitados aplaudían mientlos primeros compases, empez

Sagitas E. Potter Blue

Escrito 16 agosto 2013 - 07:20

Llegué, por fin, al pabellón demontón de "moco ectoplásmicsobrina. Lo habíamos planeadodarían una patada en el trasero

La Búsqueda del Libro

me las lágrimas de nuevo para poder leer la dedicatoria decompañera de bando y me sentí muy acompañada por s

as siguiente, las de Kris, Sally y Aimé, pero eran tan sinc

la de la tía Cye, la echaba de menos, esperaba que estuviho y cuando volviera le agradecería todo lo que había hecmbién había participado! Era genial la unión que teníamos sentía feliz por estar con todos ellos. Después venían los on sentir muy bien.

me sorprendieron fueron los oficiales. El Primer Ministr, esas dos me llenaron de orgullo, pues sabía lo ocupado

ue esas líneas eran un lujo que me las hubieran dedicado.

imo, el de Amya, porque ya las lágrimas me impedían ve

to leyendo y releyendo hasta que sentí la voz del tritón, qía mi nombre. Levanté la mirada y vi que volvía a tenderm

demoiselle Vladimir. Ha de abrir el baile.

rimas y me agarré a él. Entramos en aquel pabellón y pusiaudían mientras avanzábamos al centro del lugar y bailábapases, empezaron a unirse más parejas

07:20

l pabellón de Baile. Me pasé la mano por la cara y lancé aectoplásmico". Puaj, no me dejarían entrar así a la fiesta

mos planeado tan elegante y refinado que en cuanto me vi en el trasero que tal vez cayera en las aguas verdosas del

da del Libro del siglo XV.

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edicatoria de Sunar. pañada por sus palabras. eran tan sinceras que me

estuviera ue había hecho por mí. que teníamos todos los és venían los de Felicity,

imer Ministro y ía lo ocupados que n dedicado.

impedían ver nada.

z del tritón, que tenderme el brazo.

bellón y pusieron música. gar y bailábamos. Tras

ara y lancé al suelo un sí a la fiesta de mi

cuanto me vieran me verdosas del estanque.

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Para mi sorpresa, a pesar de mi escueto atuendo (sí, todos veníamos ligeramente destapados tras dejar nuestras ropas en High Flight para meternos en el lago) se me permitió el acceso, aunque no al lugar del baile donde se escuchaba ya la música inicial sino a una habitación aparte donde había una bañera antigua de color dorado. Me metí en ella, con gran placer. Calentita, jabonosa, me restregaban las manchas, perfumaron el agua... Yo sólo tenía que estar allá y dejar que frotaran y me masajearan. ¡Aaaah, podía acostumbrarme a ésto...! Pero no, pronto me sacaron, me secaron y me trajeron vestidos para que escogiera. - Oh, vamos... Yo no entro en ese, ni en ese otro... Yo soy mujer casada y recatada. Prefiero uno menos... más... Me levanté y fui yo a la recámara y busqué algo más adecuado, aunque todos eran muy elegantes. Al final me decidí por un discreto borgoña que fue con el que accedí al pabellón de baile. Allá, Xell bailaba en el centro de la pista con el Tritón. Aplaudí (sí, vale, entrada discreta) al verla tan elegante. -- ¡Estás preciosa, sobrina! Si estuviera Jack, bailaría con él.

John Black Lestrange

Escrito 16 agosto 2013 - 10:10

La hora de la verdad se acercaba, hace mas de un mes, me había ido de viaje, dejando atrás mi trabajo, mis amigos de verdad que los consideraba mi familia y especialmente a la Vladimir mas hermosa del planeta. Al haber regresado de viaje, Sagitas me logró contactar con el fin de poder asistir a la celebración del cumpleaños de Xell. Había llegado antes que todos los demás, ya que quería mantener mi regreso un poco escondido de los demás, es por esa razón que me encontraba en el interior de un pequeño cuarto que estaba al lado contrario del cuarto que sale Xell, gracias a la ayuda de un mayordomo, me coloco un traje de gala nuevo, fabricado a la medida debido a mi tamaño corpulento y aun de esa forma, el traje me quedaba un poco ajustado, pero sabia que iba a valer la pena vestir de esa forma en ese momento. - ¿Tendré que usar un sombrero?

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Le digo al mayordomo, cuando me coloca un sombrero de copa alta sobre mi cabeza, no era para usar sombreros, muy pocas veces lo hacia y en esos casos tendría que hacerlo, tal vez me iba a servir como medio de distracción, para Xell y sorprenderla aun mas. La música comenzaba a sonar, me habían dicho que esa tenia que ser mi señal para salir, por eso tomo el pomo de la puerta y la abro, observando el impresionante salón donde se realiza la fiesta, repleto de personas, muchos conocidos entre las caras que logro visualizar, que se encontraban en un circulo alrededor de Xell y el tritón que lo llevo hasta ese lugar. Paso en medio de las personas, que abrían campo hasta el centro del circulo, en mi camino me cruzo con Sagitas, que le sonrío y a Amya, que al parecer se sorprende bastante al verme, y de la misma forma, le correspondo una sonrisa. - Caballero tritón, si me permites, me gustaría acompañar a la señorita en este baile. Le digo al tritón, cuando coloco mi mano sobre su hombro y me entrega la mano de Xell y siento la calidez de siempre al sentirla, extrañaba esa sensación y espero que al instante de tomar mi mano, me reconociera, cuando alza su mirada y la correspondo con una sonrisa. - Estas preciosa, como siempre, mi vida. Había esperado con tantas ansias ese momento, por lo que una gran sonrisa se ve en mi cara, al ver los ojos azules de aquella hermosa bruja, que tanto extrañaba y que cada día que pasaba estaba mas enamorado de ella.

Amya_An

Escrito 17 agosto 2013 - 03:35

RECIÉN LLEGANDO ... Ahhhhh Claro! todos de moños y corbatas, vestidos de pingüinos y finas damas y la adleriana olorosamente apestando a seto chamuscado con la melena decorada al estilo romano, es decir, con muchas hojitas verdes pero enmarañadas y revueltas junto con la cabellera. Aunque la bruja había sido la mas pudorosa y solo se había librado del calzado en el High Flights, éso no significaba que no trajera las telas zarrapastrosas. Aún tenía algo de tela de acromántula pegoteada a ella como encaje mal cosido, incluso como mosquitos latosos un par de duendecillos aún le revoloteaban por encima de la cabeza.

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- Ahhhh déjenme en paz o me los como yo ya que la acromántula al parecer, no les supo bien sus pellejos, "insectos" del demonio ... No estaba segura de a dónde había ido a parar el resto, después de la aparición del Erumpent aquel que literalmente casi explosiona a los accidentosos tratando de cuernearlos en las pompis a todos ellos, la bruja se desentendió de todo ... por muy planeada que fuese la cosa, las bestias son bestias y lo que les manda son los instintos. - ... y yo que pensaba que los encierros San Ferminescos ya habían acabado ... Protestó por el simple hecho de que estaba de ganas de estar gruñona ... y éso que no se narra aquí del "bailecito privado" que tuvo también con cierta Anaconda y que el Wild (Adrian) por poco y la mata tratando de salvarla, xDDD. - Creo que a la constrictora le supo mejor la carne Blackner que la Adler ^^ ! Bromeó ya casi llegando al Pabellón de Baile. Estuvo muy cerquita de pisar la antesala cuando quien sabe de dónde diablos, la halaron con fuerza por fuera. - No, no, no srta. no puede entrar en esas fachas, debe cambiarse primero. - Ya tenemos la tina lista para Uds. ¡MANGOS! ¬¬ adoraba a su sobrina pero bañarse 2 veces el mismo día ni porque fuera el día del Juicio Final y debiera presentarse con el alma y el cuerpo limpito ante el Juez Celestial (¡?). - Uds. que me tocan y yo que les muerdo! Advirtió ella a las camareras dispuestas para atender a los accidentosos en cuanto llegaran. Amya_An en verdad se atrevería a morderlas si osaban tratar de meterla a esa tina ... después de todo, ya había mordido pata de acromántula y la punta de la cola de la Anaconda, o no se hubiera podido escapar de una y de otra. Nadie la iba a desnudar, xDDD, ella era muchas cosas pero que otra mujer que no fuera Sanadora o algo parecido, se atreviera a descubrirle los pellejos ¡NO! - Fuera!!! que estoy re-contra vieja como para que un par de mozuelas vengan a "calatearme" a su cochinote antojo ¬¬ ... Gruñió mas porque ya se había re-jurado que solo llegado el momento de tener que usar pañales de adultos, consideraría que la atendieran de esa manera tan ... invasiva. En un maniquí sin cabeza ni extremidades, es decir, puro torso, le dejaron la ropa a la que debía cambiarse. Amya_An no les quitó la mirada hasta que se aseguró que habían cerrado bien tras salir.

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PABELLÓN DE BAILE

- ... al fin ... Se dijo ya mas tranquila para a Tardó un poco pero no tanto eocasión era simple, quería poduna hora en quitarse todo de en Llegó justo para la Entrada deinstante para retratarla antes de - ^^ Sonríe Xell!

Flasheó a la deslumbrante rubibaile, xDDD.

Eledhwen Hufflepuff

Escrito 17 agosto 2013 - 04:05

Eledhwen llegó medio cojeandTenía el cabello chamuscado, - Buen bolso - musitó, dando u El maldito erumpent se había lcuerno (por no mencionar las lacromántula). Pues Eled no pe Una doncella, mirándola con cpodía dirigirse a las habitacion Tras una ducha, se miró la cab - ¿Qué hago yo con esto?

La Búsqueda del Libro

nquila para auto-atenderse.

ro no tanto el estilo que se le había antojado llevar para aq, quería poder llegar a casa y tirarse en su camita sin tene

rse todo de encima (xDDD).

a Entrada de Xell ya acicalada del brazo del Tritón, aprovtarla antes de que todos los convidados empezaran a acap

mbrante rubia y retrocedió para que no la atropellaran con

04:05

edio cojeando al palacete donde se iba a celebrar la fiestahamuscado, la ropa medio rota, pero su bolsito permanecí

sitó, dando una palmadita.

ent se había lanzado directo contra un arbusto, haciendo eencionar las llamaradas provocadas por Sagitas, y los ataqes Eled no pensaba pagar aquel erumpent, lo sentía mucho

rándola con cara de sorpresa y lamento, le indicó el pasilloitaciones, donde podría adecentarse un poco.

cabeza.

da del Libro del siglo XV.

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llevar para aquella amita sin tener que pasar

Tritón, aprovechó un ezaran a acapararla ¬¬ ...

opellaran con el inicio del

rar la fiesta de baile. ito permanecía intacto.

o, haciendo explotar su tas, y los ataques de la sentía mucho.

dicó el pasillo por el que

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Puso los ojos en blanco, después los cerró, y se concentró. Gracias a su habilidad de metamorfomaga, logró hacer crecer su cabello, devolviendo el aspecto de siempre a su cabeza. Aún así, no quería tardar demasiado, por lo que se hizo un recogido, y se puso el vestido verde que había elegido para el baile. Tras calzarse los tacones y maquillarse un poco, abandonó la habitación, y con las indicaciones de las doncellas que por allí se movían, llegó al gran salón. Descubrió a Sagitas y Amya, elegantemente vestidas, de borgoña y negro, respectivamente. - Buenas noches - saludó. Y se quedaron observando a Xell, que se deslizaba por el salón, bailando junto al tritón. De repente, un joven vestido con un traje se aproximó a la pareja, pidiendo permiso para bailar con Xell. Era John. - ¿Ha vuelto? - preguntó Eledhwen con curiosidad.

Sunar PBT

Escrito 17 agosto 2013 - 05:17

- ¿Vendrá siempre? - pensaba la peli-castaña recordando a su peluda contrincante. Fue tan extenuante correr de un lado para el otro. Esa gigantesca araña no fue tan fácil como creyó la Potter Black. Las pocas veces que leyó sobre la criatura, nunca describía la actitud. Un animal con mucha actitud, pero igual no le importaba, solo salir ilesa. - Parezco andrajosa - se dijo entrando al pabellón. Todo era tan magnifico. La música que sonaba, las decoraciones que lucían las paredes, mesas arregladas y algunas de las personas allá. Pero Sunar venía de arrastrarse por su vida. El polvo en su ropa, la más cómoda que usaba cuando llegó al laberinto y se tuvo que enfrentar a los duendecillos, su cabello lleno de ramitas que le fue lanzada por ese pequeños demonios y los zarpazos del arácnido. - Necesito un baño - susurró a modo de súplica mientras pasaba por detrás de las mesas observando a los comensales. Tenía hambre. Como siempre, la Potter Black pensando en comida. Era justo que después de estar allá sola, mereciera al menos un bocado del delicioso banquete a la homenajeada. La Vladimir no le importaría. ¿O sí?

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Siguió hasta una puerta que vio, algo brillante le llamó la atención. Era como pequeño aviso luminoso y la oji-marrón entró. Una lujosa habitación y sobre un buro, un lindo vestidito. Corto y manejable. Puso su bolso sobre una cama, ya quería quitarse la ropa que cargaba puesta. Se aseó lo más rápido que pudo, y que su estómago le permitió. Se vistió y salió. - ¡Vamos a celebrar! - sonrió. Al verse nuevamente entre las mesas, y contemplar la pista. La chica Vladimir, esa rubia se veía radiante y feliz, bailaba con un gigante (?) Ya tendría el tiempo para saludarla y a los demás. Primero, lo primero. La comida.

Matt Blackner

Escrito 17 agosto 2013 - 02:00

Salí del laberinto, cubierto de...no lo se, de una mezcla de trocitos de Anaconda, algo de pringue de Acromántula y ramitas a tutiplén, con lo cual la camisa negra y el pantalón estaban hechos un asco. Pero llegué al edificio, al parecer había una fiesta...claro! una fiesta por Xell, que era su cumpleaños. Ella estaba allí con el tritón, toda elegante, y también estaba Sunar, y Amya, y Eled...y Sagis. Todos estaban geniales, pero yo...y yo que hacía? Unas tipas me arrastraron, iban vestidas en plan camareras antiguas, y tiraron de mi detrás de un biombo...pretendían cambiarme! yo podía solito, pero me quitaron las manchas y el pringue, me quitaron la ropa y me dieron una camisa roja y otro pantalón negro, de vestir. pretendían que me pusiera una chaqueta y corbata, pero no podía, con la camisa ya iba bastante acalorado, así que agradecí el gesto, pero me escabullí todo despeinado, remangando la camisa y me colé al lado de Sagitas. - Jack no está, pero si quieres puedo hacer el intento de bailar contigo. - ofrecí. Era pésimo bailando.

Perenela Arya Grindewald Potter Blue

Escrito 17 agosto 2013 - 02:47

De verdad, de verdad, de verdad detestaba llegar tarde a un lugar, pero no tenia la culpa: había salido fuera de Ottery, lejos de mi familia y de mi hogar por problemas que había dejado en el mundo muggle y que tenían a los muggles de cabeza, una vez mas tenia que ser la cazadora, la salvadora, pero sobre todo tenia que ser una vez mas la demonio que restauraría el equilibrio.

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Detestaba luchar, de verdad que lo odiaba pero no era algo sobre lo que tenia alguna opción. Era un demonio muy pacifico y cariñoso, eso es el resultado de haber vivido con una madre cariñosa y sobre-protectora como lo era Sagitas, aunque ahora mismo quería zarandearla por ponerme en la situación de correr. Estaba llena de barro, ramas, y varias sustancias pegajosas, andrajosas y asquerosas que no tenia ni la mas mínima curiosidad de saber que eran, mis zapatos de tacón eran un desastre de haber salido corriendo para no llegar tarde y el conjunto de blusa formal y pantalón largo que llevaba para no escandalizar a mi madre era un completo asco. No iba a entrar a la fiesta de mi mas amada prima Xell con estas fachas, primero preferiría que los hombres me vieran vestida de abuelita a tener que entrar sucia y desarreglada cuando todos los demás iban a estar con sus mejores galas y vestidos de coctel. Empecé a caminar por el corredor, de arriba abajo pensando que haría para limpiar y volver a ponerme presentable para entrar al salón de baile donde veía a mi prima Xell bailando con un muy comestible chico, también vislumbre a mi hermano Matt y a mi madre, sentí que alguien me agarraba de los brazos y desprendí la vista de las parejas que se arremolinaban en el salón para darme cuenta que dos mucamas me estaban intentando empujar a una puerta lateral, me concentre en ellas mirándolas con desconfianza: -Lo sentimos mucho señorita, pero no puede entrar así en el Salón de baile, tiene que arreglarse - esas palabras sonaron como campanas en mis oídos, les sonreí y me encamine gustosa hacia donde me dirigían: un vestuario lujoso para debutantes. Decorado con un motivo de la Rusia zarista, la salita rojo sangre y el área de vestir estaban equipadas con diez cómodas a juego, una estación de maquillaje tenía todo lo que una dama pudiera necesitar para mejorar su apariencia. Extendiéndose detrás de la sala de descanso estaba el cuarto de baño privado, el cuál estaba todo decorado de acuerdo al diseño de un huevo Fabergé. Perfectamente femenino. Perfectamente adorable. Me desvestí sin pudor alguno mirando todo a mi alrededor, entré en el cuarto de baño su raro diseño estaba basada en el huevo de los Lirios del Valle. Me veía rodeada de paredes de un encendido color rosa pintadas a mano con brillantes enredaderas verdes y pequeñas flores blancas. El suelo, el mostrador y el lavabo eran de mármol rosa veteado de blanco y crema. Los candelabros eran de oro. Realmente bonito, me espabilé y entre en la tina limpiando toda la suciedad de mi cuerpo, además calmando mis adoloridos músculos y aligerando la tensión que tenia. Salí totalmente mojada, me sequé con una pieza de lino fresco que estaba dispuesto para su uso y me coloque un conjunto de ropa interior limpia igual que un par de medias de ligero negras, salí del cuarto de baño y las mucamas empezaron a traerme varios vestidos de coctel hermosos pero ninguno era de mi estilo, me acerqué con ellas al gran vestidor y me enamoré de uno que era absolutamente atrevido, mostraron, definitivamente elegante pero que se ajustaba muy bien a mi personalidad.

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El vestido era negro, tenia un escote de pico, bastante pronunciado terminaba un dedo debajo de mis pechos donde empezaba un encaje ribeteado de adornos de plata que se extendía hasta el escote de la espalda enseñando demasiada piel. La cintura ceñida hacía resaltar mis delgadas caderas. Tenia una caída libre y era largo hasta los tobillos con una abertura lateral mostraba casi que completamente el muslo a cada paso que daba. Terminé mi atuendo con unos tacones altos, haciendo que mis tobillos parecieran frágiles y encantadores. Mi cabello caía libre, suelto y totalmente liso y lo separe un poco de mi rostro con una rosa roja, aplique un suave maquillaje en mi rostro de tal modo que me viera natural pero no simple y vi mi apariencia y el resultado final en el espejo... Definitivamente le iba a dar un infarto a mi madre cuando me viera, pero ese era el cometido. Desfilé por el pasillo hasta las puertas y entré caminando, casi levitando por el lugar y me dirigí directamente hacia la pista de baile, directamente donde mi prima, detuve su suave balanceo con el joven con el que estaba y la abracé: -Xell, Feliz cumpleaños prima adorada, lamento llegar tarde y lamento mucho haber desaparecido, tenia demasiados asuntos que atender en el mundo muggle, pero ya estoy de vuelta, toma te traje un pequeño regalo de cumpleaños - Le tendí una cajita pequeña envuelta en tela rosa, dentro había un pequeño relicario de plata en forma de corazón, al abrirlo tenia una foto de Xell y mía, un día que estábamos tonteando en los jardines de la mansión de mi madre. Por primera vez fijé la mirada en el acompañante de baile de mi prima, le sonreí con lujuria y dejé libre un poco de mi verdadera esencia, la demonio en mi se regocijó por la belleza de semejante hombre, le toqué el brazo enviando un poco de esas ondas lujuriosas hacia él, le vi agrandar los ojos al sentirlas, me incliné hacia él y le dije en una suave voz que te hacia desear cosas indecentes: -Trata bien a mi prima, o te juro que te torturare de diez mil modos diferentes antes de matarte - me día media vuelta y salí al borde del salón, quedé al lado de Eledhwen, mi prima, a la que abracé y saludé con profusión mientras no quitaba la vista del acompañante de mi prima: -Hola Eled, es bueno verte... oye ¿Quien es el chico comestible que estaba bailando con Xell?

Este tema ha sido editado por Perenela Arya Grindewald Potter Blue: Hoy, 02:52

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Xell Vladimir

Escrito 17 agosto 2013 - 06:17

Era muy raro bailar con un tritón. Pero cosas peores había hecho en el Departamento de Accidentes, así que seguí el ritmo de aquel vals, agarrada a su mano membranosa. Procuré no mirarle los pies, aunque me preguntaba si tendría cola o si tendría deditos. Me sentía feliz, bailando, sin interrupciones, hasta que sentí unos aplausos ruidosos y unos "fiu-fiu" - ¡Sagitaaas! - susurré al tritón, aún antes de verla en uno de los giros que hacía con mi pareja. Lucía hermosa con aquel vestido tan mono. Creo que era la primera vez que la veía bien vestida, elegante. Estuve a punto de pisar al tritón en los pies...., aletas..., lo que tuviera, así que dejé de mirar fuera y me dediqué a avanzar por la pista sin causar más percances. alguien nos paró y vi un cuerpo enorme, dentro de un elegantísimo frac negro y con un chaleco crema que enamoraba. Le llegaba hasta el pecho, amplio, inconfundible. Mientras abría la boca de la sorpresa, ascendí con la cabeza hacia la cara de mi novio, el gigante de mi novio. - ¡John! ¡Llevas sombrero de copa! ¡Estás... imponente! Me ruboricé. Durante un segundo pensé que el Tritón se iba a oponer y que le iba a hacer un desplante. Estaba segura que el animalito no duraría ni un suspiro en los brazos de mi novio; supongo que él pensó lo mismo porque me saludó y nos dejó. Me sentí volar en sus brazos. Aquel era el mejor regalo de cumpleaños. - Gracias. ¿Cómo ...? ¿Cómo supiste que me daban una fiesta sorpresa? Claro... Sagitas... Ella era la autora de todo aquello. Y había conseguido lo que más ansiaba, ver de nuevo a mi novio, después de tanto tiempo de ausencia. Incliné la cabeza hacia ella y musité un "gracias, te quiero". Me sentía mimada por la familia. Amya me había hecho una foto antes, le pediría una copia para dársela a John si volvía a irse del pueblo. Allá estaba, en corrillo, murmurando algo. Seguro que, conociéndolas, aún tendría algo más preparado. Eledhwen parecía sorprendida de ver a John, aunque no más que yo. También me pareció ver a Sunar, aunque cuando volví la mirada ya no estaba. De repente, una chica hermosísima y elegantísima de pelo negro se acercó a mí, con una rosa roja en él. - ¡Prima Perenela! ¡Qué sorpresa! ¡Estás... bellísima!

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Como siempre, ella tenía un cuerpo despampanante, bien formado, redondo en las curvas claves y, como siempre, lo lucía con un orgullo que me daba envidia. - ¡Qué lindo regalo, prima! No llegas tarde. Esos acaban de llegar - y señalé al grupito al que ahora se había unido Matt. - ¡Oh, una foto juntas! La abracé, la quería mucho. Aunque sentí un pinchazo de celos al ver que le susurraba algo a John. En cuanto se fue, me agarré a mi gigante particular y le hice dar unas cuantas vueltas por la pista, en silencio, hasta que decidí decirle algo sencillo: - Te eché de menos. Pensé que no volverías...

Ginevra Black

Escrito 17 agosto 2013 - 07:13

RECIÉN LLEGANDO GRACIAS A UNA MISTERIOSA LECHUZA (SI CLARO, SOBRETODO MISTERIOSA) Había recibido una lechuza en el momento en que me encontraba en el caldero chorreante, antes de salir, me indicaba algo del cumpleaños de una familiar (que no conocía gracias a mi madre y abuela, ¿o tal vez a mis constantes desapariciones?) bueno, el caso es que debía ir allá, esperaba encontrar a mi abuela y a mi madre allí. Abrí mi baúl con total incredulidad y me puse a mirar los trajes que tenía allí, muchos parecían anticuados, hasta que en lo mas oculto de todo el nido de ropas que traía, lo vi, era un vestido rojo lo mas de lindo (lindo sí, pero para los demás, honestamente no acostumbraba a vestir con esa clase de ropa) era un vestido que destapaba mi pálida espalda, el escote disimulaba un poco mis pechos uniéndose por detrás del cuello por botones y no por tiras del vestido, no llevaba mangas ni nada, y era largo hasta ocultar mis zapatillas sin aberturas laterales, el lío de cabello que tenía lo logré alisar gracias a las pomadas raras que cargaba en el baúl (en realidad tomadas de la habitación de mi madre XD)y me maquillé acorde al traje, alisté una pequeña carterita plateada y me fui directo al lugar de la reunión, no sin antes salir al callejón Diagon y comprar un lindo regalo para la festejada (¡que lío!). En cuanto pude entrar, pude apreciar muchas personas, mi corazón se aceleraba y mis manos se helaban ya que me daba miedo haberme equivocado de lugar y mas que todo, no encontrar una cara conocida, pasaron unos minutos y logré ver una cara conocida, la cual vestía de manera elegante, mis ojos se llenaron de lágrimas al ver a la persona que mas ansiaba ver, a mi madre, así que, intentando esquivar a la gente, logré acercarme a ella por detrás. -Hola mamá, lamento llegar tarde- le dije con una sonrisa mientras seguía viéndola.

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Adrian Wild

Escrito 17 agosto 2013 - 07:18

- Qué mareooo. Iba dando tumbos. El casco-burbuja había desaparecido (¿o me lo había quitado antes de tiempo?) y el veneno de las plantas se había filtrado por mi nariz y mi boca. Pero allí había truco. No eran venenosas del todo, simplemente te dejaban completamente aturdido... Y abatido. Llegué a la puerta del pabellón que habíamos reservado para la fiesta de Xell casi a rastras, manteniéndome en pie dos segundos. Caí justo en los escalones que daban acceso a la puerta principal, ya abierta. ¿Había llegado encima tarde? ¡Pero si los demás se habían quedado aún más atrás! Me recosté sobre los peldaños, apretándome la cabeza con fuerza. Una mujer acudió en mi ayuda. Iba vestida de camarera de época, como las que yo había conocido en mis primeros años de vida. Pero su imagen se me distorsionaba. No, la vista no por favor. Bueno, ni al vista, ni el tacto, ni el equilibrio, ¡quería estar entero para poder celebrar el cumpleaños de mi compañera! La camarera, que a su vez hacía de recepcionista llamó a otra que la ayudó a llevarme dentro del lugar. - ¿Qué le ha pasado? -me preguntó una, analizando mi estado-. ¿Tan fuertes han sido las distracciones? - Sí... No... -no alcanzaba a decir nada seguido-. Las mías... No sé. Me desplomé en el sofá notándolo frío por mi parte trasera que... ¡Ay! ¿Dónde tenía mis bóxers? Me tapé la parte delantera de mi cuerpo con ambas manos, intentando tapar lo máximo posible a pesar de que las muchachas ya me habían visto. Me puse colorado (todo lo que podía en aquel momento) y entonces una cogió algo de mi cabeza. Mis bóxers. - Le traeremos algo decente para... - ¡No! Necesito beber, si no el veneno será insoportable. ¿Quién había puesto música? No aguantaba los gritos. ¡Ya! ¡Que parasen de armar tanto jaleo! ¿Por qué daba vueltas el sillón? ¿Y qué hacía yo levantándome? - Al bar... Alcohol... Me aliviará el veneno... Las mujeres no pudieron pararme. A trompicones y forcejeando con ellas llegué hasta el salón principal donde todos estaban despampanantes con sus elegantes trajes y Xell bailaba con John. ¡John! ¿Cuándo había vuelto? ¿Y cómo se habían cambiado todos?

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- Argh, da igual. Alcohol, por favor -les pedí a las camareras, sentándome en una de las sillas de la barra de cócteles y bebidas, con la cara apoyada sobre ésta. - Pero caballero, debe adecentarse, nosotras le ayudaremos que... - Qué no, ¡por Merlín esa música! Y entonces miré a Xell y me tapé la boca. No quería arruinarle su fiesta. Mejor me mantendría calladito, apartado en un rincón. ¡Puñeteras plantas venenosas! Ese condenado tritón se había pasado... Allí estaba, tan contento. Y yo tan fastidiado. Casi le solté un manotazo a una de las camareras. ¿Encima me volvía tozudo y brusco? Mejor yo aquella noche no sacaba a nadie a bailar... - ¡¿Pero cuánta gente hay ya?! -otra vez me tuve que tapar la boca, aunque aquella, mordiéndome también la lengua, con mucha fuerza, demasiada-. ¡Auch!

Matt Blackner

Escrito 18 agosto 2013 - 01:26

Llegaba más gente, una jovencita que no conocía, y Perenela, muy guapa, que se acercó para dar un regalo a Xell. Además llegó un gigantón que fue directo hacia ella. No lo conocía, pero por la reacción e mi prima supe que aquel debía ser el famoso John. hummmmm.... Sagis no respondió a mi invitación a balar, pero noté jaleo por detrás. Alguien había entrado y no dejaba que aquellas camareras le adecentasen. leñe, era el tío Adrian... - mamá, voy a echar una mano a tu hermano. Esta...va desnudo. Eché a correr hacia el. pedía alcohol, así que me pasé por la barra y robé lo primero que vi, un par de botellas de cerveza y una especie de algo para taparse. - Tío, toma, alcohol, esta noche nos espera una borrachera, seguro que bebo más que tu... Le tendí lo que había cogido. parecía una especie de bóxer tipo braga, pero de color rojo y todo lleno de plumas de colorines. - Esto...te puedes tapar con eso tío. - dije, aguantando la risa, antes de volver al lado de Sagitas. Di un trago a la cerveza y entonces si, me reí.

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Eledhwen Hufflepuff

Escrito 18 agosto 2013 - 03:50

Mientras observaban bailar a Xell, iban llegando más invitados a la Fiesta de Cumpleaños. En un momento dado, Eledhwen tuvo a su lado a Perenela, que la saludaba con un abrazo. La hija de Sagitas, elegantemente vestida de negro, había regresado. - Hola Perenela, me alegra verte - respondió Eledhwen saludando - ese chico es el novio de Xell, se llama John, había desaparecido durante un tiempo, pero ha llegado justo al baile. La Hufflepuff se apartó un poco, pensó en ir a por una copa, y se giró hacia la barra. Caminaba distraída cuando a lo lejos vio a un hombre en cueros. - No me puedo creer que Amya haya contratado a un stripper - murmuró Eledhwen para sí - aunque lo lógico sería que estuviese primero vestido y luego se desnud.... - de repente se paró - ¡por Merlín! Si es Adrian. Agradecida de ser algo miope, y no llevar puestas las gafas, se dio la vuelta, pero volvió a girarse nuevamente. Ahora Matt se había acercado al Wild y le entregaba algo rojo con plumas. - No quiero saber nada... - dijo la Hufflepuff. Se dirigió hacia un camarero: - ¿Me puede traer un whisky doble? Prefiero no acercarme a la barra del bar...

Amya_An

Escrito 18 agosto 2013 - 09:42

Después de tomar la foto a Xell, Amya_An se distrajo tratando de agarrar algunos cosos que se le hacían agua la boca. No, no se mal piensen! es que ella era una muy ignorante de las suculencia ¿culinarias? que habían dispuesto para el entremés. Había un mozo en especial que le había echado el ojo a la adleriana y no porque la encontrara "wapa", sino porque aún no era tiempo de tocar lo comestible, no mientras la Festejada no concluyese con el Baile.

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- Demonios, es que una debe morirse de hambre a falta de no haberse "morido" en el laberinto??? Renegaba a media voz mientras buscaba mas objetivos que fotografiar para el souvenir cerrado el festejo. Reconoció a Sagitas, a Eledhwen ... reconoció a Sunar y esperaba realmente que no hubiera invitado a su amiga 8 patas peludas a bailar, xDDD. Habían un par de brujas mas que no estaba segura de quienes eran y vio a Matt y a ... - POR TODOS LOS CIELOS! Exclamó sin poder contenerse O.O el desmemorizador iba como Adán pero sin siquiera una hoja de parra en el "asunto". Le tembló la mano y sin querer queriendo (<.<. nah! si quiso) se le fue el dedo en el disparador y flasheó al castaño que seguro que creyó que se trataba de una fiesta en piscina nudista (¡?). Gracias al Gran Marlín (no, no el Mago, sino al pez) que el Indebido le alcanzaba ... - *JA JA JA* No pudo contenerse la risa al ver la cosa roja emplumada que le ofrecía sobrino a tío. Tomó un par de fotos mas a su alrededor y como ella era bruta por naturaleza, harta de que no le dejaran comer, y ya saben cuan bestia es cuando está famélica (?), tomó una resolución. - ¬¬ Con permiso! denme paso, EMERGENCIA POR BAJA DE AZÚCAR ... Xell ... - se había dirigido hasta donde su sobrina aún bailaba, le agarró de la muñeca y tiró de la rubia homenajeada fuera del área de la danza, - ... lo siento, arranque de celos de tía cochocha (=vieja, gruñona e insoportable) jovencito, creo que los "varones" ya han acaparado por demasiado tiempo a mi sobrina, ahora nos toca a las mujeres agasajar a la festejada ... Nah! que lo que en realidad quería era que finalizara el Baile de Apertura y los mozos dieran luz verde a la comilona!!! Se la llevó consigo hasta el perímetro ése y allí uno de los mozo les dio el alcance con "algo" entre las manos :

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Una preciosa tortita tamaño individual que Xell debía cortar primero. Ese era solo para Ella, ¬¬ aunque terminase con un par de kilos extra al finalizar la noche. - Y bien? - le dijo señalándole la torta, - ... Todo, ¿eh? aunque se te reviente el corsé ^^ ! Bromeó.

Sunar PBT

Escrito 19 agosto 2013 - 03:12

¿Y la comida? La peli-castaña quería comer, pero no se lo permitieron.

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Unos camareros, algo raros porque bailaban de aquí para allá, impidieron que la prima de la festejada pudiera agarrar uno de los bocadillos. Sunar quiso lanzarles algunos petrificus aunque no serviría porque los demás la podría mirar mal. Se hallaba agotada de ese laberinto y nadie se apiada de ella. Se aguantó por unos momentos. Entretanto, en la pista su compañera de bando continuaba bailando. Sus tías conversando o chismeando, ya no sabía cuál era la diferencia pero gracias a Merlín que no vio nada cuando unos flashes le llamaron la atención. Su tío Matt auxiliaba a su otro tío Adrian con una “cosa” roja y con plumas. – Creo que en esta fiesta nada será normal – mustió decidida a vérselas con los bailarines vestidos de pingüino. Con el mayor disimulo se fue acercando a la parte trasera de una de las mesas, bailando al ritmo de la música, así nadie se fijaría en ella. Estuvo muy cerca de una de las fuentes cuando una mano tocó su hombro. – Señorita… la pista se encuentra allá – le señaló un bigotudo hombre. Se le quedó mirando por unos segundos. Se le parecía a alguien, pero no lo ubicaba en los rostros de su memoria. – Si.. gracias – con una sonrisa fingida se tuvo que alejar hasta ver como Amya, esa bruja del departamento de Accidentes le entregaba un curioso pastelito a Xell. ¿Sería por fin la hora de la comida?

Sagitas E. Potter Blue

Escrito 19 agosto 2013 - 04:45

Estaba feliz porque todo estaba saliendo a pedir de boca. Era una fiesta excepcional y, sobre todo, exclusiva y secreta, nadie podría entrar sin la invitación expresa que yo había dado para acceder al pabellón. Por supuesto, sólo los que hubieran pasado con nosotros el laberinto, accedería al lugar. El resto no podrían, sencillamente, verían un lugar vacío y les sería imposible atravesar los diferentes hechizos aplicados al pabellón de baile para que nadie pudiera pensar en colarse.

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Era muy celosa de mi intimidad y, por ello, había recurrido a medidas drásticas: todo usuario, fuera humano, marino o de otro tipo de ser (aquí se incluyen los dos espectros del laberinto) verían imposible decir, pensar, soñar incluso, con lo que estaban viendo. Para algo tenía unos conocimientos que pocos soñarían haber conseguido sin pertenecer a clubes privados de Caza. Así, nadie podrían chivar nada del evento sin sentir la imperiosa necesidad de volcar la ponchera encima de su cabeza y salir corriendo a los servicios, olvidando todo, incluido ese detallito. Cuando se despertaran al día siguiente en sus correspondientes domicilios, todos habrían recibido su pagos y emolumentos pactados con anterioridad. Por ello, con la entrada de John al baile fruncí el ceño. ¿Un fallo en la seguridad? Matt llegó algo descamisado y se ofreció a bailar conmigo, a falta de Jack. Le dije que no con la cabeza, ahora tenía otro problema. Miré a Amya y asentí con la cabeza. Ella se encargaría de su parte y yo de la mía. Aunque fuera una tía malvada, la fiesta era privada por algún motivo. Sólo me paré un momento en mi empeño al ver a Perenela. La miré de arriba a abajo y levanté un dedo, ya algo agria por lo que veía en la pista. -- Ya sabes lo que pienso de los escotes que llegan a la pantorrilla, muchachita. Pero después me abracé a ella, hacía mucho tiempo que no la veía y por mucho que le dijera, siempre vestiría igual de provocativa. Era una batalla perdida. -- Ese chico comestible no es nadie. En tres... dos... uno... dejarás de verle. Y dicho y hecho, Amya apareció en medio de la pista y sacó de ella a Xell. Sonreí. Visto y no visto... Me volví a Perenela. -- Asunto resuelto, hoy la acromántula del laberinto también tendrá cena extra para celebrar el cumpleaños, que también tiene derecho. Había satisfacción en mi sonrisa, demasiado sarcástica para disimularlo. Entonces vi a mi nieta y la saludé. -- ¡Oh, Ginevra! Estás bellísima. Cada día te pareces más a tu madre. Hasta en lo malo, ¿no podrías ponerte un vestido recatado como el mío? Venir, que os presento a la familia, Matt, Adrian, Sunar, Eledhwen, Am... ¿Dónde se ha metido todo el mundo? Me encogí de hombros, era una fiesta, estarían por ahí celebrando. -- Vamos a probar el pastel y a comer junto a Xell, seguro que de un momento a otro se pone triste. Ha perdido un novio.

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Camille Black

Escrito 19 agosto 2013 - 06:41

Salí del laberinto casi arrastrándome, demasiado agotada y deshecha como para siquiera caminar. ¿Quién había tenido la excepcional idea de hacernos pasar el "Laberinto de la muerte" (recientemente apodado por mí) para poder llegar a la fiesta? ¿Cómo pretendían que siquiera bailase, o respirase incluso, luego de todo el asunto? Estaba más que segura de que luego de aquello le tendría fobia a las arañas, acromántula o no, estaba traumada. Y para colmo el fuego; ¡tenía pavor al fuego! ¿Quién lo lanzó? Luego me quejaría con Sagitas. Más le valía que la fiesta fuera de otro mundo, y que Xell se sintiera como la princesa del mundo por tantas molestias, porque de otra forma golpearía a alguien. Entré al vestíbulo, y solté un bufido. Claro; atravesábamos el Laberinto de la Muerte, saliendo vivos a duras penas, y entonces el lugar parecía sacado de un cuadro del Versalles, como para no quedar fuera de lugar con las pocas ropas todas desechas. Corrí un empapado mechón de cabello fuera de mi vista, me desplomé en el sofá más cercano e inspeccioné el lugar hasta reparar en un grupo de mozas que miraban en mi dirección con caras raras. — ¿Qué? ¿Nunca vieron a alguien sin fuerzas para respirar?— Espeté, desafiándolas a decir nada respecto a mi manera de sentarme. Entonces percibí algo por el rabillo del ojo, y lo que vi al voltear hizo que mis ojos se abrieran como platos. ¡Era un muchacho, desnudo! ¡Y no cualquier muchacho, sino el perturbado tío Adrian! Me tapé los ojos enseguida, sintiéndome enrojecer. Y yo que pensaba que mi situación era la más deplorable de todas. Agradecí que no me viera, escuchándolo balbucear sobre veneno y alcohol. ¿Y ahora? No pensaba moverme de mi lugar, ni tampoco me atrevía a salir en su ayuda, pues él ya ignoraba olímpicamente a las camareras que parecían querer hacer que se vistiera. Oí varios pasos, y cuando levanté la vista otra vez, el tío ya no estaba, y la puerta hacia el salón de baile se había abierto dejando ver a la gente elegantemente vestida. ¿Cómo podría yo entrar ahí con estas pintas? ¿Cómo hicieron para lucir tan bien tras el laberinto? — Señorita, acompáñenos. Su baño está listo— ofreció una de las camareras que no había salido tras el impúdico Adrian, con una sonrisa cordial. Asentí sin pensarlo dos veces, y la seguí hasta una habitación aparte. Creo que me demoré más de lo debido en la tina, pero es que el agua estaba deliciosa y lograba relajar mis entumecidos y adoloridos músculos. Al final, tuve que dejar que las mozas vaciaran la bañera, y para colmo dejar que me secaran. No es que fuera muy pudorosa, pero ya había sido demasiado con permitir que me lavaran; ¡ni que fuera una bebé!

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Claro que mi molestia se pasó cuando vi los vestidos que me trajeron. Olvidé de pronto el laberinto, el accidente de Adrian, e incluso estar molesta con Sagitas por las acromántulas; miré los cinco trajes de noche con anhelo, y al final opté por un strapless rojo, que hacía juego con mi labial. Me enfundé unos stiletttos negros, y tras secar mi cabello con un hechizo me lo até en un moño alto, que mantendría domados mis rizos, al menos durante un rato. Sintiéndome más acorde, caminé hasta el salón del baile y me adentré con sigilo, sin ánimos de interrumpir nada; estaba segura de que llegaba tarde, y al ver a Xell acompañada por una pelinegra cortando un pastel pude comprobarlo. Mi prima lucía bellísima con aquel vestido, y efectivamente parecía una princesa, toda feliz y sonriente. Yo también sonreí, diciéndome que había valido la pena atravesar aquel lago en paños menores, y soportar las acromántulas, el fuego, y las plantas venenosas. Admiré el salón, cediéndole a Sagitas un punto por la excepcional preparación. Parecía un enorme palacio, con arañas deslumbrantes, paredes en dorado, y mesas llenas de comida. Fue al ver las mesitas, que avisté a mamá, enfundada en un corto y bonito vestido crema. Me acerqué a ella sin dudarlo, sonriente, y una vez frente a ella le di un fugaz abrazo. — Estás preciosa, mami— afirmé, echándome un poco hacia atrás para admirar su vestimenta. — Dime, ¿está Lillian aquí? La noche parecía muy prometedora; quizás incluso me emborrachase, con tal de luego evitar la posibilidad de volver a atravesar el laberinto para salir.

Matt Blackner

Escrito 20 agosto 2013 - 07:08

ME hice el ofendido, yo, con mi camisa roja, todo formalito, y no quería bailar conmigo...de todos modos casi mejor, no quería pisarle y romperle un pie. Alguien hacía fotos continuamente, era Amya con una cámara, quien de pronto vio a Adrian, ya con aquella cosa roja, cuando me di cuenta de lo que le había dado me eché a reir sin remedio, menuda pinta...pero el tampoco parecía demasiado disgustado. Amya lo dejó y tiró de Eled, parecía tener hambre, y en cuanto vi aquella tarta de mariquita tan graciosa se me hizo la boca agua, dios, yo quería, hambre, chocolate.

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- Chocolate, yo quiero, quiero, tarta, chocolate! - exclamé acercándome, poniendo ojitos para que me dieran un trozo. Mientras, llegaban los últimos familiares a la fiesta. Aquello no era solo una reunión sorpresa montada por los compañeros del trabajo, que además éramos todos familia, sino que los pocos familiares que no estaban trabajando con nosotros terminaban por llegar para pasarlo bien con la prima, hermana, sobrina y amiga Xell. Entre ellos, Perenela llegaba junto con Sagis, llevando un vestido negro con un escote que seguro no le hacía mucha gracia a mamá. - Hola Perenela! hacía mucho que no venías. Me alegro verte hermana. - otra chica llegó, a esa no la conocía. - Hola, Matt Blackner. Al fondo entraba Camille, y se cruzó con el tío Adrian. Pobre, toda roja... - Camille! aquí! tarta! - la llamé.

Heliké Rambaldi Vladimir

Escrito 20 agosto 2013 - 02:10

No sabía cómo lo hacía pero a pesar de que siempre llegaba a los lugares puntuales, no lo había sido esa vez. Era el cumpleaños de mi prima Xell y a pesar de haber recibido la invitación me tardada demasiado tiempo en arreglarme y en consecuencia no llegaría a tiempo para el inicio. En la habitación Vladimir estaba apurándome para dar los últimos toques, estaba peinada y con un toque de colorete, pero no sabía qué ropajes llevar, ¿informal o de fiesta? Así que opté por lo último. Un traje negro corto con un escote bastante pronunciado y con un collar fino de plata y con los pendientes a juego, además con los zapatos. Eran de color negro como el vestido. El bolso a juego llevaba un regalo especial que había sido comprado por la elfina a última hora en el callejón, conjuntamente con la varita un estuche para cigarros y el bolso de piel de moke con unos cuántos galeones.

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Después de darme un vistazo y ver que estaba decente para asistir al baile finalmente, guardé el regalo envuelto en papel muy colorido. Su contenido era una cajita de madera labrada de madera muy exquisita, que en su interior portaba un dije de plata con un símbolo de un fénix con su cadena, del mismo material en el reverso llevaba letras gravadas con el emblema de la Orden “lealtad y sacrificio”. Acompañado en su interior un dragón en miniatura de un dragón de fuego rojo chino, además de una escoba en miniatura de una nimbus 2001, un equipo para preparar pociones un medallón para avisar el peligro y finalmente una poción de seducción eterna. Sabía que el brebaje sería en tono de burla en muchas ocasiones, pero no me importaba, lo que solía decir lo que importaba era el detalle. Después de comprobar que estaba todo bien colocado y en su sitio. Me giré sobre mis talones y me aparecí enfrente de un palacio enorme, entré a su interior y me sorprendí de lo elegante que era, definitivamente elegí una buena opción al vestirme, porque estaban todos elegantemente. Parecían que estaban reunidos así que discretamente me uní al grupo. Me fijé que Xell estaba guapísima con un traje que resaltaba sus ojos, de color azul, y los demás muy bien vestidos. Desde luego sería una fiesta bastante divertida. Me acerqué a ella pero enseguida estaba con un joven al que no conocía, así que me desplacé hasta las mesas en dónde me serví un poco de whisky de fuego, esperaba pasar un poco desapercibida hasta darle a mi prima su regalo.

Este tema ha sido editado por Heliké Rambaldi Vladimir: 20 agosto 2013, 02:11

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Adrian Wild

Escrito 20 agosto 2013 - 02:50

- Gracias Matt. Me bebí el contenido de la botella casi de una sentada. ¿Una botella? ¡Pero cómo me daba una botella entera viendo cómo estaba. Bueno, daba igual, me la habría bebido de todos modos, sólo que no de golpe... Ardía. Eso, así el veneno se mantendría a raya. O al menos eso esperaba. Solté la botella intentando no estrellarla contra la barra, pues no controlaba muy bien mi fuerza y dejé que mi sobrino se ocupase de adecentarme. ¿Qué me estaba poniendo? Bueno, fuera lo que fuese estaría mejor que... - ¡Ey! -miré al flash que me acababan de lanzar-. Amya... Me la cargaba. ¿Cómo se atrevía a echarme una foto en aquellas condiciones? Encima que había sido el peor parado de todos... Noté como algunas personas se giraban a mirarme cuando me levanté en dirección a la jefa de revertores. Incluso algunas chicas se ponían rojas a mi paso. Pero si no era para tanto... Bueno, sí en aquel lugar con todos puestos de punta en blanco. ¿Pero es que nadie se iba a solidarizar conmigo? Perdí el equilibrio en la pista de baile, cayéndome entre varias parejas que se habían formado. Menos mal que en ninguna de ellas estaba Xell. Busqué a Matt con la mirada. Él sería mi alma solidaria que vendría a emborracharse conmigo. Al menos los efectos del alcohol contrarrestarían los del veneno. Los prefería... Bueno, al menos eran menos fuertes, ¿no? - Matt, aquí estás -me agarré la cabeza-. Uf... ¿Quiénes son? -pregunté mirando a las muchachas que había saludado. Y entonces vi cómo iba vestido. Si es que se le podía decir así. Un precioso bóxer rojo potente con plumas por todos lados, también de diversos tonos de rojo me cubría mi zona genital. Nada más. Por lo demás seguía desnudo. Sonreí. El alcohol comenzaba a hacer su efecto y junto al del veneno, lo único que me producía aquella imagen de mi mismo, era risa. A lo lejos vi a Amya con un pastel que le entregaba a Xell. Me acerqué al lugar, algo mareado y todavía dando bandazos. Arrastré a Matt hacia allí. Sería mi compañero de toda la noche. Mi pareja en la fiesta. ¿Que por qué? Por haber sido el único en ayudarme y divertirse conmigo, con burla, sí, pero, ¿se lo iba a tomar a mal? No, el alcohol no me dejaba.

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Todo el mundo se congregó alrededor de Xell, Amya y la tarta. - ¡Que sople, que sople! ¿Qué iba a soplar si no había velas? Me puse rojo al ver algunas miradas dirigidas hacia mí y mi aspecto. Aquellas palabras habían sido malinterpretadas, pero no me importaba. ¿Era una fiesta privada, no?

Este tema ha sido editado por Adrian Wild: 20 agosto 2013, 02:52

Xell Vladimir

Escrito 20 agosto 2013 - 03:50

Esperaba que en el futuro nadie me preguntara por lo sucedido el día de mi cumpleaños. Había sido todo tan ... extraño... Recuerdo que bailaba en los brazos de John, que había mucho movimiento a mi alrededor, que entraban más familiares y se comportaban de la forma más usual y normal que estaba acostumbrada; es decir, como locos. Pero había tantas cosas que ver, que oír, que comer, que... ¡Estaba abrumada! Fotos y más fotos, gente a mi lado besuqueando y deseándome felicidades. ¡La mejor fiesta de mi vida! Hasta que fue arrancada literalmente de la pista de baile y me llevó hasta la mesa del pastel! - ¡Una mariquita! - exclamé, poniéndome roja tanto como su caparazón. Seguro que aquello iba por el suceso acaecido en la mansión Hufflepuff, donde había perseguido a una libélula. - ¡Es preciosa! ¿Se come? Esperaba que sí. Tiré de una antenita y me quedé con la bolita negra en la mano. No iba a hacer caso a Amya, aquel vestido era demasiado hermoso como para no poder ponérmelo otro día por haber engordado. Se acercaron los familiares, como insectos atraídos por la miel. - Vale, dejarme un momento, intentaré partir en trocitos iguales. Pero quien toque un lunar le daré un manotazo, que son míos y los he contado.

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Empecé a cortar y poner trocitdespide), Sagitas (otra que no para Adrian ("!tío Adrian! ¿Dó("¿bebiendo a estas horas?"), pPerenela ("¡primaaaa! Me encasaco de arriba a abajo!", para..Perenela? ("hola, soy Xell, tom(primaaa, estás guapísima, tomllegarías, te echaba mucho de Y esperaba haber mencionado Oh, esperar, un plato para John - ¿John? - pregunté, mirando a En aquel momento, se abrieronalgo enfadada y miré a Sagitas - ¿Por qué lleva el sombrero d

OFF: perdón si me dejé a algu

La Búsqueda del Libro

y poner trocitos en platos. Conté uno para Amya (la prime (otra que no dudaría en despedirme si la dejara muy atrás) Adrian! ¿Dónde está tu ropa?", exclamé por lo bajito), paas horas?"), para la prima Sunar ("tíaaaa, ven a probar el paaa! Me encanta tu vestido, no dejes que la tía te lo cambbajo!", para... ¿quién era es chica de vestido rojo que iba a soy Xell, toma un trozo de pastel, ¿eres de la familia?"), papísima, toma un trocito) y para Heliké ("primiiiiis! Pensa mucho de menos, gracias por tu regalo, es precioso.")

mencionado a todos o sino, os servís, que yo tengo la boc

lato para John.

té, mirando a los lados con su plato en la mano. - ¿Dónde

to, se abrieron las puertas y entró un nuevo invitado. Frunciré a Sagitas.

mbrero de copa de mi novio? ¿Le has dicho que se lo

e dejé a alguien, que quiero lanzar rápido para irme a dor

da del Libro del siglo XV.

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ya (la primero o me ra muy atrás), para Matt, lo bajito), para Eledhwen a probar el pastel"), para ía te lo cambie por un rojo que iba al lado de familia?"), para Camille

imiiiiis! Pensé que no precioso.")

tengo la boca llena.

¿Dónde está?

vitado. Fruncí el ceño,

ue se lo coma?

ra irme a dormir.

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Sagitas E. Potter Blue

Escrito 20 agosto 2013 - 04:52

Me encantó ver llegar a Camille. Esperaba que no tuviera una mala impresión de mí por lo sucedido en la PB (que en un guión vendría después, así que a saber qué estoy diciendo). Estaba preciosa y le sonreí, aunque ella hablaba con su madre, así que no sé si llegó a verla en algún momento. Llegamos a la mesa, en la que Matt se comportaba como Ithilion, pegando saltitos y diciendo "dame-dame-dame" como si con eso fuera a ser el primero en recibir pastel. Eh, como fuera el primero Xell iba a recibir un capote, aunque fuera su cumple. También entró Heliké y la llamé. Nada de probar alcohol antes de comer algo de pastel, a ver si iba a hacer como Adrian, desnudito y saludando a las mujercitas del baile. Pero era una fiesta privada, se supone que nadie se daría cuenta de nada. En el mundo exterior, quería decir. -- Eh, ¿por qué Amya la primera? Yo soy la directora -- dije, mirando muy golosa el pastel de mi hermana. Menos mal que fui la segunda o le monto un berrinche de tomo y lomo. Probé aquel pastel. Estaba delicioso. ¿Quién lo habría hecho? Fruncí el ceño hacia Amya pero preferí preguntar después de comer. -- Superbueno -- dije, con la boca llena (pero con la mano delante de ella, para que no salte nada, que está demasiado bueno para escupirlo en la cara de nadie). Disimulé cuando preguntó por John y me metí dos cucharadas seguidas de pastel, creando unos mofletes que me impedían contestarle. Además, miré para otro lado, como si estuviera ocurriendo algo muy importante y digno de ver en el techo, allá donde las lámparas de lágrimas de cristal resplandecían. Pero después fue imposible disimular más, así que tragué las dos cucharadas de pastel y por poco me ahogo. Después le contesté, tras mirar a la nueva invitada. -- ¿Qué pasa? También tiene derecho a comer y es diabética, no podía darle un trozo de pastel. Además, está en crecimiento, necesitaba un gigante como mínimo como tentempié.

Eledhwen Hufflepuff

Escrito 20 agosto 2013 - 05:09

Eledhwen apuró el vaso antes de que el camarero se alejara, y le pidió otra copa más.

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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El chico asintió, y la Hufflepuff le miró con los ojos entrecerrados. Que ni se atreviese a insinuar que bebía demasiado rápido... Amya rescató a Xell, y la acercó el pastel de la Fiesta. Entonces, uno por uno los invitados se fueron acercando , y la homenajeada, tras probar la tarta, fue repartiendo trozos a todos sus familiares y amigos. - Gracias Xell - dijo Eledhwen, y respondió a su comentario - es que para pasar la tarta, necesito líquido. Obvió que ese líquido podía ser agua o un refresco sin alcohol...

Perenela Arya Grindewald Potter Blue

Escrito 20 agosto 2013 - 06:56

- Hola Perenela, me alegra verte – le sonreí a Eled - ese chico es el novio de Xell, se llama John, había desaparecido durante un tiempo, pero ha llegado justo al baile.- vi como mi prima se alejaba un poco para acercarse a la barra, suponía que a pedir algo de licor, iba a ir junto con ella cuando una voz dulce y que extrañaba muchísimo me dijo a mis espaldas: -Hola mamá, lamento llegar tarde- le sonreí a mi dulce hija y la abracé con profusión, levanté su rostro para mirarla mejor y le di un beso en la frente: -En realidad, bonita, llegas justo a tiempo, te he echado mucho de menos – me separé un poco de mi hija y se la iba a presentar a Eled, cuando la voz de mi madre con un gran tono de reproche se escuchó por encima del alboroto de la entrada de mi tío Adrian desnudo y del sonido del baile: - Ya sabes lo que pienso de los escotes que llegan a la pantorrilla, muchachita.- le sonreí con cariño… listo, mi cometido personal ya estaba realizado: enojar a mi madre por mi atuendo, le abracé con cariño – Yo también te extrañe mami y antes de que pienses en cambiarme el atuendo he de advertirte que abajo tengo algo mas atrevido y no creo que quieras que le haga competencia a mi tío. Aun podía ver en sus ojos las ganas que tenia de buscarme una capa, una chaqueta o un caporete de tela para taparme, pero en vez de eso contestó a la pregunta que le había formulado a mi prima Eled – Ese chico comestible no es nadie. En tres... dos... uno... dejarás de verle.

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Miré con el entrecejo fruncido a mi madre, generalmente ella no es tan evidente en el desagrado que le profesara a alguien, pero algo debió de haberle hecho el novio de Xell para que ella actuara así, pensé que mi madre estaba de broma cuando dijo que dejaría de verle, pero en un santiamén y un puff el tipo había desaparecido, abrí la boca con incredulidad y miré fijamente a mi madre que tenia una sonrisa satisfecha y sarcástica en el rostro, tragué saliva mientras me decía: -- Asunto resuelto, hoy la acromántula del laberinto también tendrá cena extra para celebrar el cumpleaños, que también tiene derecho.- alcé las cejas y negué como si no pudiera creerlo: -Recuérdame no hacerte enfadar mucho ¿vale? – le agarré la mano a mi hija, mientras miraba fijamente a Sagitas, le di un beso y volví a abrazarlas a las dos, mi madre saludo con cariño a mi hija, le sonreí por eso: - ¡Oh, Ginevra! Estás bellísima. Cada día te pareces más a tu madre. Hasta en lo malo, ¿no podrías ponerte un vestido recatado como el mío? Venir, que os presento a la familia, Matt, Adrian, Sunar, Eledhwen, Am... ¿Dónde se ha metido todo el mundo? -Eso es bueno, el que se parezca un poco a mi, no quisiera ver a mi hija con esos vestidos de abuelita en la calle – me estremecí de solo pensarlo – a decir verdad, debería vestir un poco mas provocativo de vez en cuando pero acepto y respeto el estilo informal de mi hija… con tal de que mi Ginny sea feliz yo también lo soy, y creo que todos se han ido a acaparar el buffet, a menos que se hayan ido a ver a mi tío Adrian desnudo. Mi madre nos jalo de la mano a ambas y nos llevo a la mesa donde todo el mundo se estaba congregando, les sonreí a los que conocía y también a los que no conocía… Nunca se sabia quien iba a estar por el lugar para parecer uno un maleducado, además no podía poner en tela de juicio la buena educación que mi madre se había esforzado en que yo tuviera, me detuve un poco a ver a mi muy atractivo hermano, le sonreí y lo abracé con ternura, esta vez sin tumbarlo… Estábamos en una fiesta formal, y por una vez en la vida debía comportarme como una dama: - Hola Perenela! hacía mucho que no venías. Me alegro verte hermana. –miré a mi hija y le sonreí mientras mi hermano se presentaba. - Hola, Matt Blackner. -Ginevra, el es Matt, mi hermano y tu tío – miré a los ojos a mi hermano y le sonreí – Matty, ella es mi hija Ginevra, no la conocías porque es muy poco el tiempo que ella pasa en Ottery debido a un problema lupino, pero viene a vernos a mi madre y a mi cada vez que esta estable, mientras busco un modo de quitarle semejante maldición de encima. Me eché a reir a mandíbula batiente cuando vi a mi tío acercarse a mi hermano tambaleándose, le sonreí… Nunca lo había visto tan borracho ¿o era algo mas? De todos modos estaba tan ido que no me había reconocido:

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-Soy Perenela Tío Adrian, si se que he desparecido pero no lo suficiente para que ahora no me reconozcas- al parecer mi tío no me presto ni un minuto de su atención, pero no me iba a enfadar con el, era mi tío favorito, por lo que lo deje pasar, me fui con mi madre y mi hija hacia donde estaba Xell partiendo el pastel, le sonreí con dulzura mientras me daba un trozo: -"¡primaaaa! Me encanta tu vestido, no dejes que la tía te lo cambie por un saco de arriba a abajo!"- me eché a reir, le guiñe un ojo y le respondí: -No prima, no podrá ni aun si lo intenta… llevo algo mas descarado abajo y creo que ella prefiere verme así que me ponga a hacer un espectáculo como mi tío Adrian- miré a Xell darle un trozo de torta a mi hija, le sonreí y continúe – Lo siento, creo que no te había presentado a Ginevra, es mi hija Miré a todos lados cuando mi prima pregunto por mi novio, me puse de un rojo tomate pero me quede callada, esta era una discusión en la que no debía yo meter la baza, agarré la mano de Ginny y la lleve para donde estaba mi hermano y mi tío, no quería estar en medio si se desencadenaba una pelea, ni quería a mi hija metida allí: -Entonces hermano mío… ¿Aun soy muy pequeña para ti, como para que me compartas un trago?

Amya_An

Escrito 21 agosto 2013 - 02:59

¬¬ Clarines que su sobrina debía servirle primero, ^^ o corría el riesgo que su tiita Amya_An ¬¬ le mordiera a Ella de lo hambrunada que andaba (xDDD). Aquella noche estaba quedando espectacular y no solo se trataba del lujo y toda la suntuosidad del ambiente. No, lo maravilloso de la Ocasión era ver reunida una vez mas a la familia. OwO Éso ameritaba una Fotografía del Recuerdo!!! - Júntense todos!!! Gritó la bruja muy a lo alto para que TODOS se dieran por enterados. Como la mayoría estaba alrededor de Xell quien repartía ya pastel para todos, no fue tan difícil. - ... ^^ Todos Juntitos, a la voz de 3 "digan" Acromántula !

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PABELLÓN DE BAILE

Corrió a colocar la camarita entodo el grupo se congregaba ytodo el resto de la torta en la bno fuese capturado en la toma - Uno ... dos ... tres ... ¡ACRO

o.O Y creo que el condenado b

Matt Blackner

Escrito 21 agosto 2013 - 06:5

Tarta! menos mal que la iba a no fuera a tirarnos a la acromáAmya la tiraba a la acromántu

La Búsqueda del Libro

a camarita en automático con la lente apuntando directamongregaba y que aún se movía inquieto porque no sabían torta en la boca o escondérselo en algún bolsillo o por deo en la toma misma.

¡ACROMÁNTULA ^^ !

l condenado bicho se coló en la toma ...

06:59

la iba a cortar, pero fruncí l ceño, primero a Amya...bs a la acromántula de fuera. Luego a Sagis, porque? tal vela acromántula, Sagis la rebozaba primero para que fuera a

da del Libro del siglo XV.

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ndo directamente a donde ue no sabían si meterse sillo o por detrás para que

a Amya...bueno vale, orque? tal vez porque si ra que fuera apetecible.

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Menos mal que me tocó mi trozo, ñam ñam... Que rico sabor a chocolate... Xell preguntaba por su novio, pero había desaparecido y entró en su lugar la acromántula con un sombrero de copa. - Ah, pues hola... - di un trago de cerveza para pasar la tarta. - Alcohol? de eso nada hermana, de eso nada. Beberás cuando seas mayor que yo, y eso será nunca - bromeé, guiñándole un ojo. Alguien me tiró del brazo. - Tío? - adrian estaba borracho, y quería que me fuera con el...sería divertido, más aun con aquella cosa que le había dado y de verdad se había puesto. Bueno, por lo menos ya no iba desnudo. - Foto! - Otra foto, Amya se estaba hinchando. - Tite, deberías comer un poco, te vendrá mejor. Luego hacemos un concurso de chupitos. - dije, guiñándole un ojo.

Adrian Wild

Escrito 21 agosto 2013 - 07:55

- ¿Pero de qué era la botella que me has dado? -le pregunté a Matt llevándome la mano a la cabeza. Todo me empezaba a dar vueltas de nuevo, así que me apoyé bien en mi sobrino. Xell comenzó a repartir la tarta. ¿Yo también tenía un cacho? A ver si me entraba después de todo lo que había ingerido ya, por aire y por líquido... - Uy qué pinta... -comencé a devorar mi pedazo de tarta nada más me lo puso en las manos-. Mi ropa... -dije con la boca llena-. Desde que vinimos nunca he tenido ropa y si te refieres a mis bóxers, quemados. No sabía cómo había logrado articular todas aquellas casi sin trabarme. Claro, lo dije de seguido y lo mismo ni me había llegado a entender por mi mala vocalización. Noté pesada la lengua. ¿Sería del veneno o del alcohol? Bueno, al menos fuera cual fuese mi comportamiento allí, tenía más de una excusa que utilizar.

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Por la puerta entró alguien más. Tuve que centrar la vista para ver a la acromántula a la que nos habíamos enfrentado hacía sólo escasas horas. - Acro... Acro... ¡ACROMÁNTULA! Fui corriendo a la barra del bar y comencé a amenazar al animal (a la vez que hacía eses sobre el suelo) con una botella de lo primero que encontré. Y sí, la abrí y comencé a beber mientras la amenazaba con frases que ni yo mismo entendía. Aquella pati-larga no se acercaría a mí. ¿Pero a quién se le había ocurrido invitarla? A Sagitas, seguro... Era la única acostumbrada a lidiar con aquellos animales. La busqué con la mirada furiosa y me acerqué a ella, amenazándola también con la botella. - Ya estás echando a ese bicho -apunté a la acromántula que llevaba un sombrero de copa- de aquí. Espera, ¿un sombrero de copa? ¿No era el que le había visto hacía unos minutos a John? Miré a mi alrededor, alarmado. No había rastro de John. - ¡Pero Sagitas! -la miré con los ojos como platos y comencé a agitar la botella de whisky de fuego abierta haciendo cruces en el aire-. ¡Cómo has podido! ¿Se lo has hip -¿me había entrado el hipo?)- dado de comer? Y entonces, Amya nos reunió a todos y... ¡Flash! - Ay Amyaaaaa, deja hip de echar hip fotoos hiiiiip. Genial, otra foto demostrando mi impresentabilidad. ¿A pero ahora me importaba? Me puse furioso. Con el ceño fruncido fui hacia Matt, le pedí que me acompañara mientras comentaba algo de unos chupitos, cogí a Eledhwen por el brazo, ya que ella estaba bebiendo también. ¿Querían echarme fotos en aquel estado? Bien. - ¡Alcohol para todos! Y cómo pude, saqué mi varita de mi nueva prenda (me había procurado guardarla ahí) y en el techo aparecieron numerosas botellas de diferentes licores y bebidas alcohólicas que comenzaron a volcar su contenido sobre todos los presentes. - ¡Fiesta de camisetas mojadas! -sonreí maliciosamente-. ¿Y ese concurso de chupitos, Matt? Con suerte me quedaba inconsciente antes de recibir toda clase de regañinas y caras largas. - Echa una foto ahora, Amya -dije con voz retadora a la revertora, empapada. Y entonces, sin más, me puse a reír como un loco, mientras me terminaba la botella que todavía tenía en la mano, no sin ofrecerle antes a mi jefa.

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Sunar PBT

Escrito 21 agosto 2013 - 03:54

No solo la peli-castaña se acercó porque tenía hambre, todos lo demás, hasta el tío “escaso de ropa” Adrian. Mejor ni se imaginaba nada porque no comería. Así que esperó que apagara las velas que se le colocó en su pastel. – Que ansias – la Potter Black quería probarlo ya. Con alegría, como si no hubiese probado bocado nunca, recibió de su prima festejada un trozo del dulce. No demoró en comérselo. Pero miró a los demás, aún tenía hambre. Sin embargo, no pudo tocar una bandeja porque algunos miraron a cierto lugar. La acromántula entró a escena, y eso que había quedado muy entretenida con los azules duendecillos, pero allí estaba. Sunar se alertó un poco, pero la voz de Sagitas la calmó. Pero ni con eso, pudo acercarse a otra bandeja. Amya los llamaba para una foto. Sunar sentía desfallecer sin comida en su estómago. Suspiró y se trató de arreglar para salir en el encuadre la foto. Pero tartamudeó al momento de que todos mencionaron al arácnido invitado. A los segundos, de restregarse los ojos por el flash, vio a Camille, o ¿se la imaginó? Siguió porque quería estar segura. – ¡Camille! – la abrazó cuando se acercó a ella. – Quiero una copia de esa foto Amya – exclamó a la revertora para que la tomara en cuenta por si daban recuerdos de la celebración. – Espérame aquí, tantito – le dijo a su hija. Varios se encontraban con Xell, pero igual la Potter Black se acercó. – Ya te felicité, no? No te me pongas vieja tan rápido. Feliz Cumple, compañerita. – la última palabra fue dicha especialmente para la rubia. Pero antes de irse con Camille, una lluvia de licor se cernió sobre ellos. – ¡Tío! – refunfuñó como niña chiquita hacia Adrian. Nadie la dejaba comer en paz.

Eledhwen Hufflepuff

Escrito 21 agosto 2013 - 05:28

A falta de periodistas y fotógrafos oficiales, Amya se erigió en la fotógrafa de la fiesta.

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Y les ordenó juntarse a todos toditos, para sacar fotografías de recuerdo. Eled dejó el vaso (vacío) en una mesa, y buscó con la mirada al camarero, pero no le encontró. Hizo un mohín de lástima, ese chico ponía bien los combinados. Se acercó a la gente, y posó elegantemente para la foto. Amya dijo como palabra mágica "acromántula". - Queda mejor whisky, sales mostrando los dientes - dijo Eled. Notó unas patas peludas ante sí, y pensó que eran las de Adrian, que paseaba medio en cueros, pero entonces se dio cuenta de que el desmemorizador se había puesto aquella cosa roja de plumas, y que las patas peludas eran de una acromántula, que portaba un sombrero de copa, que era de... - ¿Cómo que de John? - dijo alarmada, al escuchar los comentarios, pero luego se quedó pensativa - John era grandote, seguro que se quedó saciada y no come a nadie más. Entonces alguien la agarró del brazo. Era Adrian. - En serio, tienes que aprender a beber, algún día haremos una clase magistral en el Cuartel - le dijo en plan fraternal, y observó con el ceño fruncido la varita que sacaba su empleado de la entrepierna - más te vale desinfectar eso antes de ir a trabajar mañana, a ver si desmemorizas a alguien y le haces un hijo, o algo... Entonces el Wild hizo aparecer unas botellas de agua sobre las cabezas de todos, y las volcó sobre los invitados. - ¡¡La madre que te...!! - exclamó la Hufflepuff, intentándose limpiar su bonito vestido, mientras Adrian le ofrecía su botella, ya medio vacía - ¡te voy a estampar la botella en la cabeza! Y después le desmemorizaría, y no se acordaría del incidente, pero sí del chichón y el dolor de cabeza.

Camille Black

Escrito 22 agosto 2013 - 12:06

No podía parar de reír por el espectáculo que el tío Adrian estaba montando. Lo conocía hacía poco, pero ya me caía bien; definitivamente era de la familia, con todo y locura. Cuando vi que Xell y Matt (un muy feliz Matt) nos llamaban para el pastel, y que mamá se disculpaba para ir, me apresuré a acercarme yo también. «¡Al fin la comida!» Varios ya se agrupaban alrededor, así que tuve que esperar pacientemente mi turno para obtener mi pedazo, riendo cuando Sagitas se quejó por quedar segunda.

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— ¡Tú eres la que está guapísima, prima!— Aseguré cuando me tocó a mí, sosteniendo el pastel con una mano, y dando otro vistazo al vestido de Xell. Verdaderamente era de ensueño, y me alegraba que luciera tan contenta con la fiesta. Me acomodé a un lado de mamá, quien también había tomado su porción, y estaba masticando el primer bocado (que por cierto era exquisito; luego pediría la receta... claro que para que la hagan los elfos, yo quemaría la cocina si lo intentara), cuando las puertas se abrieron de par en par, dando paso a una... Me atraganté con la comida ante la imagen, y tratando de componerme vi a la acromántula gigante, nueva dueña de mis pesadillas, acercarse a nosotros con un bonito sombrero en forma de copa sobre la cabeza. ¿Y eso? Escuché a Xell preguntarle a Sagitas algo sobre su novio, así que la miré directamente, esperando enterarme. Me había comentado algo sobre un muchacho, y realmente esperaba conocerlo, pero por la cara de situación que Sagis ponía, deduje que eso no sucedería hoy. Otra vez, reí. Una acromántula diabética, eso sí es algo digno de escuchar. Sólo esperaba que no hablase en serio respecto al novio de Xell (que acababa de escuchar que se llamaba John). No hubo mucho tiempo para preguntar al respecto, pues entonces apareció una mujer pelinegra con una cámara, y llamó a todos para que nos colocáramos para la foto. No es que tuve mucho tiempo para acomodarme, y con la suerte que me persigue de seguro salí con los ojos cerrados, o expresión de haberme golpeado con un ladrillo. Bah, el punto es que ya estaba la foto. Sólo esperaba no volver a tener que aparecer en una de esas. — ¿Quién es John, mam...?— Estaba a punto de hacer la bendita pregunta para saber más sobre el novio de mi prima, (y de comer más de la deliciosa torta de chocolate), cuando una lluvia de algo... pegajoso... con olor a... ¡alcohol! comenzó a llover sobre nosotros. Miré mi vestido con una mueca, quitándome otra vez el molesto mechón de la vista. Eso no saldría ni con magia, me dije pensativa, y encogiéndome de hombros me dispuse a comer mi pastel, el cual se había hinchado de bebida alcohólica, así como el resto de la tarta. Ahora sí, eso era personal. Vi que varios se quejaban con el tío Adrian, y que él seguía sonriendo felizmente «muy feliz xD», así que decidí que me vengaría luego, cuando estuviese en sus cinco sentido, o al menos en sus cuatro. — ¡Se ha arruinado el pastel!— Exclamé hacia Adrian, cruzándome de brazos, procurando mantenerme seria. Pero bastó mirarlo fijo dos segundos para echarme a reír de nuevo; ¡de veras que debía cambiarse de ropa! Ah, la familia.

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Matt Blackner

Escrito 22 agosto 2013 - 05:11

Quería comer tarta, pero la foto...Si hubiera allí un fotógrafo oficial, de esos de los periódicos del pueblo, seguramente no habría hecho la foto con al acromántula formal, con ese sombrero de fiesta para la ocasión. Será una foto muy divertida, seguro, con Adrian y su bóxer emplumado, que si no lo conociésemos podríamos pensar que en realidad era un stripper Pero se asustó al ver la acromántula. Yo mientras probaba la tarta, o lo intentaba, porque de pronto tiró de Eled y de mi. Adrian nos arrastró hasta la barra y empezó a preparar el alcohol para el concurso de chupitos, pero antes pringó a Eled con la botella que ya tenía abierta. - Bien, concurso de chupitos. Te aseguro que te gano tío, te tumbaré antes de que deletrees acromántula. - bromeé, apurando lo que me quedaba de tarta. - Eso, si las chicas no m reclaman primero. - aclaré, ya que tal vez tuviera que hacerle de guardaespaldas a mi prima cumpleañera.

Pandora Stark

Escrito 22 agosto 2013 - 11:47

Aquel pabellón resultaba intimidante incluso a pesar de ser tan hermoso. Era una especie de temor reverencial y la estatua de Vladimir, a ese tamaño, ayudaba a acrecentar aquella sensación. Aunque, por otro lado, también debía aceptar que era bastante reconfortante ver a tanta gente reunida riendo y charlando todos por un sólo motivo, la persona a la cual tanto apreciaban. Nunca había llegado a pensar que Vladimir podía ser tan querida. La conocía poco y de las veces que nos habíamos visto apenas habíamos cruzado pocas palabras. Su comportamiento en el aquelarre me había revelado cierta parte de su naturaleza y si constancia como compañera de bando también, pero en esos momentos más que nunca percibía que quizá nunca llegaría a conocerla a ese nivel. Estaba en un mundo totalmente distinto y sólo entonces caía en cuenta. El motivo de la visita era simplemente mi trabajo dentro del Escuadrón.

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El laberinto algo devastado había sido una visión entre divertida y horrorosa. Parecía como si una batalla campal sin ningún tipo de consideración hubiese sido desatada allí mismo (y lo más probable era que así fuera). Había partes chamuscadas, como si alguien hubiera estado lanzando fuego e incluso un enorme agujero, en donde ¿había estallado un cuerno de erumpent? Casi podía decir que se parecía a las señales que en una ocasión habíamos dejado en Grimmauld Place por culpa de un animal de esos. Había tomado la precaución de aparecer sólo un poco lejos del castillo por las dudas. Después de todo, debía haber llegado mucho antes, para controlar, justamente, un poco de aquel escenario que contemplaba. Sin embargo, era tarde para arrepentirse. Ya podría conversar eso con Vladimir en su momento o quizá con la persona pertinente. Al entrar, me di cuenta al instante que era bastante tarde. No tenía palabras para expresar el sentimiento que me embargó. Las lámparas de lágrimas de cristal iluminaban una escena familiar muy buena. Con el pastel que antes fuera una mariquita <<¿o no?>> en platos y bocas ajenas. La verdad era que pasado el momento de la foto, fuera de un ebrio Adrian que desde lo alto amenazaba a la acromántula con una botella, no veía mucho peligro. Claro esta que la escena con la pareja de baile de Xell había sido algo rara... pero era imposible que alguien tan seria como Potter Black (Sagitas), que era bastante conocida en el ministerio pudiera planificar algo escabroso ¿o no? Si al menos supiese más cosas de ella... por lo bajo maldije a la Señora Higgins que tan amablemente me había explicado que podía irme al diablo con mis pedidos de información confidencial (xD!). De alguna forma, sentía que la acromántula era el alma de la fiesta. Además de la propia Vladimir claro, metida en aquel vestido de ensueño. En mi mano, aun tenía el pequeño paquetito arrugado que había preparado como presente. Era sólo un vial de perfume. Lo había fabricado durante mis últimos días de estancia en el Castillo Evans McGonagall, debido a que sabía que a pesar del trabajo... bueno, era un cumpleaños. Sin embargo ahora no estaba segura. El aroma principal era canela, aunque el catalizador era algo fuerte y por ello mismo el aroma de la misma se había tornado suave, como si fuera para un bebé que no debe tener mucho olor encima fuera del propio. El problema era que no encontraba forma de acercarme, y mantenía mi distancia casi apenas a la entrada, tratando de evitar a los camareros vestidos de pingüinos y sobre todo al bigotón que me causaba tan mala espina. Además, mi traje aunque suficiente para que no me hubieran impedido el paso, no era parecido en nada a las galas que todos llevaban encima. Aun podía sentir los ojos de unas "curiosas" camareras en mi nuca. Eso, o sus miradas me habían causado la impresión suficiente como para no olvidarlas en un buen rato. Mi figura de niña (por culpa de Mordred que en esos momentos susurraba dentro de mi cabeza que me acercara a celebrar con el resto) no mejoraba mi situación.

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En aquellos momentos, uno de los presentes (al que no conocía) se había sumado a Adrian en la barra y parecía estar diciéndole algo muy importante. Yo seguía manteniendo la vista fija en la acromántula. De todas las cosas presentes allí y al parecer fuera de la propia pareja de Vladimir, era esa criatura la única capaz de causar problemas; claro esta, no podía confiarme a relajar la vigilancia por si algún otro elemento aparecía. Fuera de eso... confiaba en tener la oportunidad de felicitar a la cumpleañera al final de todo aquello, cuando no terminase siendo una incomodidad.

Amya_An

Escrito 23 agosto 2013 - 12:36

- Condenado Wild *O* ! Es que entre familia (=accidentosos) los gritos son la forma mas demostrativas de afecto (?). Ahora estaba empapada de una mezcolanza ridícula de colores, olores y sabores. o.O Todo ello por tomarle un par de inocentes fotografías "emplumado"? OwO pero si se le veía lindísimo en ese estilo tan ... ¿carnavalesco? Éso no se quedaría así no mas ¬¬ ... la bruja se guardó la cámara, que por cierto, tenía una protección mágica anti-mojadas y/o caídas excepto si O.O trataban de explotarla, colgándosela al pescuezo. Pasó pronto y rapidito, por un lado de uno de los camareros que llevaba una bandeja con una botella de champagne aún sin descorchar y literalmente se la robó. Qué cara le habría puesto al pobre hombre que éste prosiguió su camino sin replicarle en lo mas mínimo. Agitó con violencia el coso ése y le sacó el "aluminio" del cuello (de la botella) y se preparó a contra-atacar. - Ey Adriancito ^^ , ¬¬ no quieres Tú una bañadita??? Y acto seguido, destaponó el coso haciendo que el chorro le diera directamente al desmemorizador por toda la cara y cuerpo. Aquello se lo copió de algo que vio en la T.V. muggle, ésos muggles tenían algunas cosas divertidas rescatables, xDDD.

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Y rió como la loca que era sin dejar de agitar la botella para así mantener la presión de su particular arma de revancha. - Qué dices, ¿eh? refrescante, ¿verdad? Como no terminaran allí (también) con una guerra de comida, ^^ la fiesta sería muy entretenida! <.< La Acromántula querría bailar? o.O A alguien le habría caído en la cabeza el corcho? ¬¬ A qué horas entraban los "mariachis" para darle la serenata a la festejada, ¿eh?

Sagitas E. Potter Blue

Escrito 23 agosto 2013 - 02:19

Y, de repente, palidecí. No es que lo que había sucedido antes no era para palidecer, pero estaba acostumbrada a las excentricidades de la familia. Por ej. sabía que Amya era una fotógrafo frustrada porque suspendió en la Academia "Arte de Fotografía Mágica" y había tenido que conformarse con usar la Polaroid muggle que había comprado en una tienda del Soho londinense a escondidas. La historia sobre una profesora de Hogwarts desaparecida desde entonces no tiene fundamento; ella no tiene la culpa. Ni yo tampoco, aclaro. También sabía que a Adrian le agradaban las plumas, así que lucir tal pandero cuando bebía unas copas de más era normalito. ¿O es que es el único vampiro con plumas y afición a la bebida en las fiestas privadas? Léase: privadas... Todos en el departamento teníamos nuestro lado raro, que podíamos explotar sin enrojecer puesto que estábamos en familia. Nos habíamos acostumbrado tanto a que en la familia todo nos lo perdonábamos y que en Accidentes no entraba ni el aire y menos nadie del pueblo, pues sólo los memorándums se atrevían a pasarse, que ya no disimulábamos nuestras particularidades, las que nos hacían ser como éramos y que todos aceptábamos.

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Pero en familia; repito, léase privado. El personal contratado para ayudar en los quehaceres logísticos (entiéndase poner las mesas y fregotear a los invitados andrajosos tras cruzar el laberinto) cobrarían una cuantiosa suma de dinero o especies (sí, los espectros del laberinto habían preferido un pago diferente al monetario) a cambio de levantarse al día siguiente sin recordar nada de nada. Para algo teníamos a los mejores desmemorizadores del mundo, aunque ambos estuvieran ahora algo "copados" de guiskisitos. Vale, que mis pensamientos me hacen derivar hacia otros lados y me voy por las ramas. A lo que iba... Que palidecí, así que algo nuevo y diferente acababa de suceder (y no me refiero a todo lo anterior descrito). Me refiero a que... Llegó Pandora, la Directora del Escuadrón para la Aplicación de la Ley Mágica. No la conocía en persona, creo. Al menos su puesto era tan reciente que cuando pedí ayuda a ese departamento, aún estaba vacío el cargo. Por eso... sencillamente... se me olvidó darles instrucciones de... De que le necesitábamos para cruzar el laberinto, pero no después... Glups! ¡Ese departamento no debería estar aquí! Me giré hacia los chicos, dándole la espalda, pensando con rapidez. -- ¡Amya! ¡Emergencia! Adrian y Matt, bajar de ahí y... ¡No! Mejor no, seguir haciendo el bobo y si podéis, intentar que participe. Entramos en Maniobra de Distracción. Me miraban raro. Me era igual, estaba en juego mucho, muchísimo. Podríamos ser el primer Departamento que en bloque acabara en Azkabán. Para algo era ducha en Leyes Mágicas y tenía un bufete. Sabía la consecuencia de nuestros actos, de todos nosotros, incluida la pobre Xell, que ella era la víctima inocente de nuestras bromas. Eso si nos pillaban... Sabía que antes Perenela se había quedado extrañada por mi afirmación de la desaparición de John. Y el resto se había reído de mi broma sobre que se lo había comido la acromántula. Pero... ¿era una broma? Era mejor que no supieran nada de nada. Me golpeé varias veces la mano derecha como puño en la mano izquierda, en un gesto nervioso. ¡Piensa, Sagitas, piensa...! -- ¿Alguien se atreve a quitarle el sombrero a la Acromántula? Como si me entendiera, la arañota se puso dos de sus patas encima de él, sujetándolo con fuerza. Bajé más la voz.

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-- Vale, un Accio no sirve. Pues entonces... Plan B, a bailar claqué. Eso se me daba bien. No, bailar claqué no, eso era más de Xell; lo que se me daba bien era hacer el ridículo en medio de la pista, llamando la atención mientras otros hacían el trabajo sucio. -- Xell, tú disfruta de la fiesta; no pasa nada, cielo. Amya, mientras yo bailo con la acromántula, tú procura deshacerte del cadáver. Eledhwen, ¿te atreverías a desmemorizar a una Directora departamental y perder el frasquito? Bueno, no creo que lleguemos a eso, pero estate atenta. No bebas más alcohol, por si te necesito. Le hice un gesto a la acromántula y nos dirigimos al centro de la pista. Se le veía tan mona, con el sombrerito... Pero también podía haberse puesto "prestado" otra cosa; con eso nos estaba delatando a todos. ¡Oh, por Merlín! ¿No habría traído la cabeza incorporada al sombrero? Porque eso no podría explicarlo si nos pillaban. En fin, a bailar. La mejor pareja de baile del mundo: Sagitas y la Acromántula... Tal vez debería contratarla para mi circo.

Eledhwen Hufflepuff

Escrito 23 agosto 2013 - 03:56

Eledhwen vio llegar a Amya con una botella de champán. Armada y peligrosa, pensó. Así que se deshizo del "abrazo" de Adrian, y se alejó, con todo el estilo que le permitía el llevar el vestido mojado por alcohol, y unos tacones que no coordinaban bien con su paso ligeramente inestable. Observó desde la lejanía cómo Amya daba una ducha refrescante y espumosa a Adrian. - Donde las dan las toman - murmuró, y rió. Se giró hacia la pista de baile, y observó a su prima Sagitas con rostro de preocupación. Se acercó hasta ella, aunque era algo difícil porque iba acercándose a las personas y susurrándoles al oído. - ¿Todo bien? - preguntó Eledhwen. Entonces la peli-violeta le dijo si sería capaz de realizar una desmemorización "discreta". Eled miró a Adrian, que se lamía los dedos empapados en champán, y asintió:

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- Sí, supongo que tendré que ser yo. Observó a la posible víctima, y sacó su varita del bolsillo. Al agarrarla, la varita temblaba (más bien temblaba la mano). Sagitas le había advertido que no bebiese más. La Hufflepuff se mordió el labio, y alzó la mano a un camarero, para que le acercase una copa. - Un traguito más, para calmar el pulso, como hacen los cirujanos... - se dijo para sí.

Amya_An

Escrito 23 agosto 2013 - 10:08

-- ¡Amya! ¡Emergencia! ... o.O El qué? El chorrito de champagne menguaba tal como su hilaridad al oír tan solo esas 2 palabras echadas al aire ... O.O aunque tuvo que ver también el tono alto y agudo con el que se las pronunciaba y ¬¬ la melodiosa voz que reconocía de inmediato como la de su hermana. - xDDD Sagitas *O* esta es una Celebración! ¬¬ a quien chamusco vilmente por atreverse a disparar una Emergencia en plena Fiesta, quién? eh? quién? Adrian era el borrachín y ella se comportaba como energúmena? (bueno, de éso todos los días desde hace buen tiempo atrás ... ¿?) La peli-violeta le hacía una muecas raras e incomprensibles. - ... que le toque las narices a quien? Murmuró para sí mientras trataba inútilmente de procesar esas señas que según entre hermanas (disque) se entendían (?) - ... que me tumbe a la recién llegada ... Continuó en susurro. - ... no, no, el cadáv ...

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La bruja empalideció ¡rayos! exclamó en pensamiento mientras que a viva voz : - Por la P ... ! Con toda la mojadera entre el Wild y ella (por lo de los licores y luego el champagne, U.U no se mal-piensen), el piso estaba peligrosamente patinoso, así que con los zapatos, muy de gala pero de nulo agarre, resbaló y por poco termina desnucada en el suelo. A las re-justas logró alcanza a Matt (pos a Eled ya no porque se le movió, xDDD) para no caerse de lleno y descalabrarse todita, solo que agarró desprevenido al indebido y terminó tumbándolo a él precisamente hasta dónde no quería llegar, es decir, la hermosa y pulimentada superficie del pabellón de baile (xDDD). De una forma u de otra siempre terminaba accidentada y accidentando a alguien mas (!). Cuando levantó la mirada sobándose las pompas del dolor producido del choque entre sus huesos y los huesos de su sobrino (¿?), vio a una Potter-Blue ; "Bailando con la Acromántula???". U.U Ahora sí que había visto casi todo de la vida, pero aún estaba el espinoso asunto del ... - Présteme tantito ... Dijo a media voz a uno de los camareros que pasaba casualmente por allí con un Carrito vacío para el servicio. El pobre no quiso contrariar a esa bruja en particular ya que a esas alturas ya echaba de miedos, xDDD. Habiéndose rob tomado prestadito el vehículo aquel, también se rob apropió de la mantelería de una de las mesas auxiliares para bocaditos. La colocó por encima de su "carrito" y se aproximó a ... ^^ a lo que tenía que desechar! << Ojalá que aguante el peso ... >>, se dijo en pensamientos mientras usaba la varita para mover el bulto por dentro de su juguetito y por debajo del mantel cobertor. Era una suerte que a la Arañita super desarrollada le gustase envolver su comida para llevar (?), así no sería nada evidente la cosa (!). La adleriana hasta ese momento no había probado ni una sola gota de licor (no con la boca ¬¬), sin embargo ya cantaba alegrona :

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<< Vamos de paseo (Plim Plim Plim) en un auto feo (Plim Plim Plim) Pero no me importa (Plim Plim Plim) Porque llevo torta (Plim Plim Plim) >> Y temporalmente salió de escena empujando a su ... ¿coso?

Adrian Wild

Escrito 23 agosto 2013 - 11:19

Iba a contestar a Matt pero de pronto, un tapón de corcho me golpeó en la frente y un chorro de champán impactó en mi cara, llenándome la boca y empapándome entero. Si alguien llegaba de nuevas a la fiesta y no me conocía, me confundirían con un stripper, seguro. Recibí quejas de todos lados, y hasta Eledhwen me había amenazado para luego desaparecer porque Sagitas la había llamado. Me rechupeteé los dedos mirando a mis sobrino y comencé a reírme. Él también estaba empapado de champán. Y entonces, Amya se apoyó en el porque casi se cae. La carcajada que solté se oyó por todo el pabellón de baile, al ver a mi sobrino en el suelo y a la jefa de revertores andar como un pato hacia Sagitas. - ¿Desmemorizar? -saqué mi varita, moviéndola hacia todos lados-. ¿A quién hay que desmemorizar? Me puse al lado de Eledhwen riéndome por su temblor de mano e imitándola, aunque el mío era más exagerado: primero por mi estado, y segundo porque el intento de imitar su movimiento acrecentaba el mío. Me apoyé con mi espalda en la suya y alcé la varita, intentando ponerla vertical. - Somos el "Equipo D" -la miré divertido- de desmemor... de dememosri... de desmemoritziodres... De nosotros. ¿Qué narices estaba haciendo Amya?

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Xell Vladimir

Escrito 23 agosto 2013 - 01:06

Esto era muy preocupante. No había creído a mi tía. Ella era una buena persona, no le había dado a la acromántula para cenar un aperitivo de John. Sagitas era muy bromista, así que seguro que le había dicho que se escondiera y le había puesto el sombrero de copa de él. Pero... ¿A qué venía esto ahora? Se había puesto nerviosa al aparecer Pandora, mi compañera de bando, pero no sabía porqué. ¿Pasaba algo malo con ella? ¿O es que no quería que viera a mi tío Adrian y mi primo Matt ahí con los chupitos? ¿O se arrepentía de haber traído un pastel en forma de mariquita? O tal vez no le había gustado la foto que nos había hecho la tía Amya, o no quería que nos vieran a todos bajo una lluvia de champagne, o... Volví a mirar a Pandora, estaba en la puerta, sin atreverse a entrar. Venía como amiga, ¿no? ¿Qué problema había? La presentaría a todos y compartiríamos en secreto que venía como compañera de bando y... Fue cuando me di cuenta que nadie del bando había entrado a la fiesta. ¿No les habían invitado? Sagitas me había dicho que sí, y sólo habían llegado Sunar y Adrian, pero porque eran de la familia. Aquello era raro... Sólo Pandora había venido y... al menos que no viniera como amiga de bando sino como... funcionaria ministerial... Entonces me fijé en lo pálido del rostro de Sagitas, en como se había puesto nerviosa y empezaba a dar órdenes. - ¿Maniobra de Distracción? Pero... Uy! ¿Qué disfrutara de la fiesta, que no pasaba nada? Eso no era normal. Ni que le pidiera al nudista y al bebe-chupitos que distrajeran a Pandora. ¿Quién era Pandora, de qué departamento? - Oye, ¿deshacerse de qué...? ¿Por qué parecía que pasaba algo malo, muy malo? Y Eledhwen tomaba una copa a pesar de que la tía Sagis se lo había prohibido. ¿Qué sucedía? ¡Qué alguien me dijera algo! ¿Y ahora a donde iba Amya? Miré a los lados, desconcertada. Pero ahora sabía que algo pasaba y me lo estaban ocultando.

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Amya_An

Escrito 23 agosto 2013 - 01:24

¬¬ Qué narices hago? "qué te importa", <.< me deshago de un cadáver, U.U no leíste mas arriba ... *Ja Ja Ja* A pesar de la música (¿ambiental? ¬¬ pero cuándo pondrán una para Bailetón!!!) alta, pudo oírse una suerte de ; "Maldición! ¬¬ cómo pesas desgraciao ..." y "desaparece de una buena vez ¬¬ ...", seguido de un escandaloso *SPLASH* Amya_An había ... había hecho "algo" que no detallará mas porque ni que fuese tonta para dejar constancia de sus actos delicuentosos ¬¬ Al regreso, sin carrito, sin mantel, sin cadáv ... *EJEM*, prosiguió con la Celebración, o al menos éso es lo que pretendía, pero se dio de cara con los 2 desmemorizadores en una postura belicosa que mucho le hacía rememorar aquellas prácticas de duelos mágicos que tanto le disgustaban (OwO porque siempre la terminaban estampando por algún lado ¬¬ luego de hacerla volar por los aires sin remedio). - Qué? ahora se estila los juegos de dueleo en las fiestas de los mágicos? Protestó la bruja molesta. - *O* Yo quiero jugar a ponerle el cuerno al Erumpent (¡?) o juguemos a romper una elfo-piñata Propuso ... o.O era en serio? ^^ Hasta casi se mata de la risa al notar la cara de horror de su sobrina Xell, tratando de entender *O* qué "desmadres" estaban haciendo ahora los accidentosos!

Sunar PBT

Escrito 23 agosto 2013 - 01:40

El baño de licor fue tan… ¿refrescante? No le parecía a la joven madre que se hallaba agotada. Aún con tantas distracciones, no comía. A varios de ellos nunca había visto comportarse así. Era muy confuso verlos de esa forma. Ya no sería lo mismo al terminar la fiesta. Ya que ella lo recordaría todo. Si, Sunar no había probado gota de alcohol, y eso significaba que se hallaba alerta de cada acción extraña que los miembros de la familia y amigos de Xell, realizaban sin importar quiénes miraban.

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– Eh.. no sé hijita. No sé qué pasó – comentó hacia Camille. Si seguía sí, mirándolos, no llegaría la mesa. Pero no era porque no quería. Pretendió pasar por la pista pero su tía llevó a bailar a la Acromántula. La pobre no sabía en lo que se metió, aunque… ¿Qué habría hecho con sus crías? Faltaba más que hubiera dejado a los duendecillos de nanas. – ¡Permiso..permiso! – exclamó hacia unos camareros que no se quedaron estupefactos al mirar la escena, y casi ni le dejaban agarrar la comida. Después de llenar su plato, se fue a sentar, en una mesa un tanto apartada. Disfrutaría del espectáculo que presenciaba con una gran sonrisa.

Matt Blackner

Escrito 23 agosto 2013 - 04:15

Creo que llevábamos dos o tres rondas de chupitos antes de que Amya le pegase al tío un corchazo en toda la cara y lo bañara en champán cual stripper (cosa que el pobre no era, a pesar de la pintas) Y luego Sagitas empezó a llamarnos, no se qué maniobra de distracción con una desconocida que, efectivamente, acababa de llegar. Pero la detecté en seguida, era una tal Pandora, claro, yo había llevado el formulario para pedir la participación de su departamento, pero les necesitábamos mucho antes, no ahora, en la fiesta! Así que si, nosotros a obedecer. Adrian iba muy perjudicado, así que la tomé de la mano suavemente, pero el caso es que la arrastré hacia la barra. - Anda! otra invitada! tenemos una fiesta de chupitos, si ganas, te hago un stritis gratis, solo para ti, venga! - le llené un chupito a ella y otro a mi. El suyo se lo puse en la mano, riendo, viendo como Adrian intentaba hacer uso de la varita.

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Heliké Rambaldi Vladimir

Escrito 23 agosto 2013 - 06:54

Todos estaban demasiados contentos con el tema del alcohol, yo había recibido un llamado de atención por parte de mi tía y no pude más que evitar sonreír descaradamente. A mí a penas me hacía efecto, no cómo a los demás. Que ya muchos de ellos tenían el efecto encima, y eso que había llegado tarde, probaba deliciosamente la tarta. Estaba muy rica. Pero algo de improviso hizo que yo sacara la varita rápidamente, era una acromántula, grande y fea y parecía que todos le debían de dar igual porque seguían como si nada. Pero alguien lo que parecía que era Alma decía algo de foto, con mi cara de sorpresa ante el bicho y con la varita bajada. A saber cómo había salido, pero me daba igual, por lo menos estaba decentemente vestida y eso era lo único que importaba. Yo los miraba a todos confundida por lo que estaba pasando, desde luego estaban todos locos, no se daban cuenta de lo peligrosa que era la acromántula. Desde luego el alcohol hacía estragos y eso que a mí no me hacían efecto en absoluto, no por lo menos hasta beber dos botellas de whisky de fuego bien cargadas. Las cosas se descontrolaban, alguien (Amya) hablaba de un cadáver, si no fuese porque yo estaba ya algo contenta me hubiese puesto seria y la había reñido, pero conociéndome no dudaría ni un momento en ayudar en el plan macabro (?) que estaban planeando. La ex líder de la Orden había aparecido, cosa extraña, no es que molestase ni mucho menos, pero era desconcertante. Todo lo que se había liado de un momento a otro no hacía más que evitar estallarme a carcajadas pero la araña seguía allí y eso me preocupaba más que todos ellos estando pasados de alcohol. -Oye Xell –me dirigí a mi prima- si quieres te ayudo a deshacernos de ese bicho, y lo siento por tu novio –dije un poco sombría –pero parece que la arañita lo disfrutó –y solté una sonora carcajada. Con varita en mano solté un hechizo pero sólo hizo que saltase chispas, con lo cual miré mi varita desconcertada y esta vez vocalicé un poco mejor el conjuro: -sectusempra –un rayo partió de mi varita mágica hacia el animal, dio en la cara del bicho e hizo que se enfureciese más todavía, y mientras caminaba iba soltando rastros de sangre. -parece que claqué no quiere bailar no –otra sonora carcajada.

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-¡Hey! –Me dirigí a todos - ¿Qué tal si la subimos hasta ahí arriba -enseñándole el techo- mediante unas cuerdas y le movemos las patas? –seguro que me miraban raro, la loca de la familia, aunque, todos lo estábamos. off: sois todas unas cotorras D: xDD espero no olvidarme de nadie (?

Este tema ha sido editado por Heliké Rambaldi Vladimir 23 agosto 2013, 06:55

Eledhwen Hufflepuff

Escrito 24 agosto 2013 - 08:52

- Somos el equipo "D", de sacar ojos con las varitas a este paso... - respondió Eledhwen, riéndose a carcajadas, aunque debería estar regañando a su empleado por su falta de respeto, intentando burlarse de ella. Notó la mirada de Xell, y Eledhwen intentó ponerse seria y sin reírse, pero no pudo contenerse, y volvió a carcajearse, con la cara de desconcierto de la Vladimir. Se llevó un dedo a los labios, y le hizo un gesto de silencio: - Chissttt... Y siguió riéndose. Amya apareció, y pensó que estaban los dos desmemorizadores desafiándola a duelear, por las dos varitas en alto, temblando como llamas de una vela. Dijo algo de una elfo-piñata, y a la Hufflepuff le pareció interesante: - Venga, vamos a apalear elfos... Matt se llevaba a la directora departamental a la barra, a invitarla a txupitos, y ¿amenazándola? con hacerle un streptease. Y de repente Heliké comenzó a lanzarle hechizos un poco hirientes a la acromántula, que comenzó a sangrar. - Uy, eso no le va a gustar - comentó Eledhwen, y comenzó a reir de nuevo. Ya le dolían las mandíbulas...

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Sagitas E. Potter Blue

Escrito 24 agosto 2013 - 10:51

¡Me entusiasmé! Bailar con aquella acromántula era algo genial, se movía con destreza y hasta por unos instantes me pareció estar bailando con el mismo Fred Astaire, un bailarín mágico con tanta destreza en el claqué que los muggles le aplaudían como alguien excepcional. Me sentí cautivada por los pasos de la acromántula. ¡Éramos los reyes de la pista de baile! Me estaba divirtiendo, a pesar de que estaba en plena maniobra de distracción. Sabía que el resto de mis compañeros estaban haciendo lo mismo, a su manera. Lo importante es que todos actuáramos con normalidad, o al menos con nuestra usual normalidad. Me pareció ver de reojo a Amya con un carrito y hasta la acromántula rugió un poco, como si la considerara una ladrona de comida, pero la agarré por sus dos patas peludas e hice un poco de vuelo en el aire, con lo que la arañita volvió a bailar, olvidando lo que sucedía a su alrededor y ocupándose de no perder el ritmo conmigo. Decidido, me iba a llevar esta acromántula al circo. Pero... ¡Demonios, nos atacaban! Pandora no se había creído nada y venía a por nosotros. La Araña gruñó, con una gran herida en la cara. Yo caí al suelo y enseñé muslamen, un trozo de vestido se había roto con la caída. Saqué la varita. Directora o no, aquella mujer no podría detenerme. Cuando me levanté y busqué con la mirada a Pandora, ésta estaba aún en la puerta, sin atreverse a entrar. ¿Entonces...? -- ¡Heliké! -- grité, al verla pavonearse porque había atacado a la araña. -- ¡Es mi acromántula! ¡Demonios, es mi acromántula! Le hice unos cuantos Episkeys y la curé. Después me quité los zapatos, que tiré al aire hacia donde cayeran, rompí más el vestido para darme margen para moverme con él y trepé al lomo de la Araña. Le quité el sombrero (que por suerte no tenia nada dentro) y me lo puse yo. -- ¡¡Al ataqueeee!! Y la araña trotó, conmigo encima, como la Reina de las Acromántulas, con mi varita en mano para repeler cualquier ataque contra mi amiguita. ¿No quería una maniobra de distracción? Pues ésta era tan buena como cualquier otra.

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Heliké Rambaldi Vladimir

Escrito 24 agosto 2013 - 11:34

La situación se descontroló por momentos, lo que era una fiesta, parecía aquello una especie de piñata, a la araña no le hizo mucha gracia y enseguida vino a atacarme, saqué rápidamente los tacones y le empecé a soltar chispas con la varita y en ese instante escuché un rugido. ¡Era mi tía! ¿Pero qué hacía ahí subida encima de una acromántula? Al mismo tiempo la escena era divertida, pero un tanto peligrosa me estallaba de risa y también preocupada pero nada, la bruja seguía montada encima de ella como si fuese un toro de la feria muggle: -¡ES UN BICHO PELIGROSO SAGITAS! –exclamé al ver que la defendía, pero para el caso que me haría esa mujer, pero sin comerlas ni beberlas, empezó a correr detrás mía y puse los pies en polvorosa. Pero lo pensé ¡narices era una bruja y con varita! Así que estaba decidida, me daba igual todo en ese momento: -¡Si no bajas tú, te bajaré yo! –grité yo, la situación vista desde fuera era cómica- ¡no quiero que me estropees el vestido! ¡Me ha costado una fortuna! –era mentira pero ella no lo sabía así que vi que delante de mí había parte de la tarta de cumpleaños de Xell, haría que se resbalase, así que me puse delante de ella y exclamé: -¡EXPULSO! –el objeto en cuestión (la mesa y la tarta) fueron despedidas por la fuerza del rayo a la dirección en dónde estaba mi tía y la araña que venían a por mí, y me volví a reír de nuevo la araña resbalaba por el suelo como si llevase patines. Ahora sí que no podría conmigo el bicho aún estando mi familiar montada encima de ella.

Adrian Wild

Escrito 24 agosto 2013 - 01:04

Me quedé embobado mirando a Amya desaparecer con aquel carro de comida vacío. Bueno, aparentemente vacío. ¿Qué escondía allí? ¿De qué le habría dicho Sagitas tan alarmada que se encargase? Y volvía sin nada de lo anterior. Sentía a Eledwhen reírse a mi lado, comentando algo de lo que yo había dicho, pero yo seguía absorto en mis pensamientos siguiendo con la mirada a la revertora. Entonces, caí. - ¡Ahhh! El cadáver... -me puse a reír.

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Me sumé a la jefa desmemorizadora observando el espectáculo que Sagitas estaba ofreciendo con la asquerosa acromántula que se movía demasiado bien para mi gusto. Ni si quiera el alcohol neutralizaba mi pánico a aquellos seres. Pero sabía que mi hermana podía controlar a aquellos bichos, por eso, cuando una muchacha, Heliké, tras atacar a la araña y ver cómo Sagitas se montaba encima, avisó a la pelivioleta sobre la peligrosidad de aquellos animales me reí aún más. - ¿Peligrosa quién? ¿La araña o la payasa? Aquella escena me recordaba demasiado a las que se producían en el circo de la pelivioleta. Pero torcí el gesto cuando la muchacha (que no sabía de qué me sonaba) atacó a la araña con una mesa con los restos de la tarta del cumpleaños, provocando que se tambaleara. - ¡Pero estás loca! Loca, loca, loca... -canturreé divagando entre mis pensamientos-. ¡Qué se va a caer! Apunté con mi varita lo mejor que pude hacia Sagitas, pero nada, no atinaba a mantenerla firme y si conseguía conjurar algo con precisión sería todo un mérito. Anotado: el alcohol y la magia no son compatibles. Pero, había que intentarlo, ¿no? - ¡Levicorupues! -genial, me lo acababa de inventar. Hay que contar el efecto que produjo aquel hechizo, ¿no? Bien. Fue desastroso. Sagitas salió disparada hacia el techo, quedando colgada la de lámpara con miles de cristales. Encendida. Caliente. - Manaaaaaaa, ¿pero qué haces ahí? Y comencé a reír a carcajada limpia.

Sunar PBT

Escrito 24 agosto 2013 - 01:05

Se burlaba en la mesa de las atrocidades provocadas por el alcohol que los demás chicos bebían. No sabía que esas escenas, no sería tan fáciles de borrar para la ojimarrón que se reía o simplemente evitaba reírse para no atorarse con unos buñuelos que tomó minutos atrás. Algunos miraban hacia otra parte. ¿Qué tanto veían? O mejor dicho ¿A quién miraban?

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Puesto que Sunar estuvo varios minutos luchando con uno de los camareros (el bigotudo), porque no le permitía llevarse tres de las canastitas de camarones picantes. Ese hombre tenía un serio problema de actitud. Sin embargo, lo venció. Y siguió comiendo hasta ver algo horrible. Si, si no estaban en peligro, era horrible para la Potter Black. Dejó por un momento la mesa para correr, aunque la tía Sagitas ya había actuado prontamente, pero también parecían enfrascarse en un semi-lucha por... ¿un sombrero? Se quedó mirando un poco, le causó gracia pero también lástima. No podía evitarlo, así era ella. Al final de esa velada, tendría que aplicarse un Obliviate.

Camille Black

Escrito 24 agosto 2013 - 05:48

Mi mirada iba de aquí para allá, tratando de seguir el ritmo de la fiesta. Vaya que Sagitas sabía cómo celebrar; entre la guerra de alcohol, los Desmemorizadores, la acromántula bailarina, la pobre funcionaria del Ministerio que no tenía idea de dónde se había metido, y luego Sagitas yendo como amazona sobre la gigantesca araña, esto era un descontrol. Pero la cosa empeoró cuando la torta (que no había podido probar aún) salió volando por los aires, junto a Sagitas y la acromántula. – ¡La comida!– Chillé con horror, viendo el pastel desecho en el suelo , mojado por el alcohol restante. ¿Y ahora? Me acerqué a Xell, que parecía tan desorientada como yo, mientras intentaba no resbalarme por culpa del enchastrado suelo. Vaya manera de ensuciar, ¿quién limpiaría eso? – Oye, prima, ¿qué es lo que sucede con la araña y la tía Sagitas?– Cuestioné, mirando hacia la mencionada, que seguía colgando en una de las arañas (eh, ¡otra araña! Es gracioso). ¿Eso no está como... caliente? Luz, calor; quema. Hice una mueca de sólo pensarlo, y me adelanté, sacando la varita y conjurando: – ¡Mobilicorpus!– Y cuando la tuve bajo mi control, la bajé hacia el suelo de nuevo, rogando por que no se patinara con todo el champagne del piso. – ¿Estás bien tía?– Inquirí, corriendo otra vez un mechón de cabello fuera de mi vista. Si seguía así terminaría cortándolo. – ¿Cuál es el problema con el bicho gigante, que lo mandan a volar tanto?– Añadí curiosa, a nadie en especial. Por todos los santos, ya tenía hambre. ¿Dónde estaban los mozos cuando los necesitabas?

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Eledhwen Hufflepuff

Escrito 25 agosto 2013 - 06:27

- ¡¿Pero qué haces, bruto?! - dijo Eledhwen a Adrian, después de que éste lanzase a su hermana por los aires, dejándola colgada de una lampara de araña, que gobernaba desde el techo el salón de baile. Adrian se reía solo de lo que había hecho. Y Eledhwen pensó: - De araña a araña, y tiro por que me toca... - murmuró riendo. Afortunadamente, todavía quedaba gente cabal (y sobria) en el salón, y una joven bajó a Sagitas desde la lámpara al suelo. Eledhwen pensó en escaquearse del lado de Adrian, como Sagitas hubiese visto a su hermano, le iba a caer buen rapapolvo, y no quería que a ella le cayese también bronca, por responsabilidad subsidiaria por el desmemorizador...

Ginevra Black

Escrito 25 agosto 2013 - 03:14

OFF: voy a hablar como si no me hubiera desaparecido del mapa por tanto rato, así que no crean que interfiero con los roles, voy a abarcar todo lo que sucedió hasta ahora; Espero me perdonen. ON. La fiesta estaba un tanto interesante (si no te sientes como una intrusa con tu propia familia, entonces ¡diviértete!). Habían muchas personas conocidas, como Eledwheen, mi madre y mi abuela, y otras que no (el resto de la familia). Estaba cerca a mi mamá, conversando con ella en ese momento, se acerca un joven que no conocía (uno de muchos) mi madre nos presentó, era un tío (no recuerdo su nombre), yo le tendí una temblorosa mano y con un poco de timidez -S-soy Ginevra, mucho gusto- y en mi mente me decía <<soy la escurridiza y escapista hija de Perenela>>.

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La celebración se estaba tornando interesante, al parecer un invitado había aparecido desnudo y ebrio en pleno salón de baile, otro invitado intentaba pasarle algo rojo y ridículamente peludo para que se cubriera las partes íntimas, eso logró distraer mi atención por un rato, cuando de no sé dónde, apareció mi abuela, quien en medio de su caluroso saludo me reprochó mi parecido a mi madre en cuanto a la manera de vestir, lo que tal vez mi abuela no reparó en ese momento era en que los tiempos habían cambiado y que las jovencitas de ahora, usaban vestidos mas acordes con la edad y no trajes de ancianas hechiceras. -Pensé que era elegante abue,- lo dije algo apenada, como si hubiera hecho mal, mi madre me defiende diciéndole a mi abuela que era mejor que vistiera acorde a la edad y al tiempo, al rato mi abuela, nos dice de que la sigamos hacia la mesa donde se hallaba el pastel a saludar al resto de la familia. Siguiendolas a ambas, miraba a mas y mas gente, unos bailando y otros conversando, me puse a observar a las parejas que se hallaban bailando, cuando de repente, una visión había hecho que me paralizara y me congelara en el camino, una pareja en particular, una chica que no conocía y su acompañante que iba bien vestido y con sombrero, además de que su altura era imposible no reconocer, era la persona que menos me esperaba encontrar aquí.Nada mas ni nada menos que el mismo John Black Lestrange, me puse tan pálida y tan nerviosa que parecía que iba a vomitar en el mismo lugar que me hallaba. Así que, sin que mi madre y mi abuela se percataran de mi ausencia, me escabullí en medio de la gente, con los ojos en llanto hacía el baño de las mujeres. A lo mas entré me apoyé sobre uno de los lavamanos y llorando silenciosamente me intentaba controlar, respiré rápido y aún pálida, me limpié las lágrimas, me retoqué el maquillaje y salí de nuevo, pero al parecer, pasaba algo, pues se escuchaba mucho alboroto mas de lo de ahora, me pregunté a mí misma sobre qué podía pasar, por mi mente pasaron muchas cosas, una de ellas era que el personaje exhibicionista estaba ocasionando algún revuelo, me apresuré mas en llegar a la mesa dónde un hermoso y delicioso pastel con forma de insecto estaba siendo repartido por una chica, a la cual, después de un minucioso examen concluí que era la misma que bailaba con John. A propósito ¿dónde se habría metido? se había desaparecido de repente de la celebración, me encontraba pensando en ello, cuando me acerqué donde la chica que repartía el pastel, y, después de oir un ¡Feliz cumpleaños Xell! caí en la cuenta de que era ella la homenajeada, así que, antes de que me entregara mi pedazo de pastel, le entregué mi regalo -Felicitaciones- momento en el que ella me preguntó sobre si era o no parte de la familia, así que lo único que logré responder fue de que era hija de Perenela -Soy Ginevra, Mucho gusto- recibí mi pedazo de pastel y me fui tratando de buscar a mi madre. Iba caminando, tratando de abrirme paso entre las personas, cuando algo atrajo mi atención, una acromántula ensombrerada se había colado en la fiesta, esperen, ¿dije acromántula ensombrerada?, analicé a la criatura y vi un sombrero de copa, extrañamente familiar, ¿no era a caso el mismo sombrero que llevaba John hacía rato? ¿qué estaba pasando?, me acerqué dónde se encontraban mi madre y abuela, aún con el pensamiento de la araña con sombrero.

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Al parecer muchos de los invitados se divertían atacando la araña, una de las invitadas había sacado una cámara y nos decía de que nos juntáramos, eso hicimos y nos tomó una foto familiar.

Este tema ha sido editado por Ginevra Black: 25 agosto 2013, 03:16

Pandora Stark

Escrito 25 agosto 2013 - 11:12

Lo que sucedió a continuación... por los dioses ¿quién pudiera haber imaginado algo como aquello? Me habían informado que la Directora del Departamento de Accidentes era algo excéntrica sin embargo... bueno, era la primera vez que veía que alguien se atrevía a acercarse deliberadamente a una acromántula con la intención de tomarle de las patas. Es decir... ¿qué estaba haciendo, por Merlín? De alguna forma empecé a sentir que algo andaba mal, pero no podía detectar la fuente de todo aquello. Algunos de los presentes se hacían señas vanas ¿sería simplemente cuestión del azar, cosas inconexas que yo inútilmente trataba de atar? Probablemente así fuera. Quizá mi trabajo me estaba volviendo paranoica, no había otra explicación para tratar de sacar algo en claro de la cantinela de Wild "desmemorizar, dememorizar ¿a quién?" y otras acepciones menos inteligibles de algo parecido a esa frase, aunque por quién fuera a saber qué, me ponía los pelos de punta. La caída de una de las jóvenes trabajadoras del departamento, junto al hombre que había realizado la solicitud para nuestra asistencia precisamente a aquel evento fue estrepitosa y a decir verdad bastante graciosa. A duras penas conseguí ocultar la mitad del rostro tras la manga del vestido, disimulando una sonrisa. De entre todas las cosas que podrían haber sucedido, lo último que había esperado era divertirme. Aunque no los conocía de nada, así que debía mantener la compostura. Sin embargo, supe que no podía quedarme más tiempo en mi puesto. Y vaya que no hizo falta que me moviera, ya que aquel hombre (Matt) se mostró bastante amable conmigo ofreciéndome alcohol que por el comportamiento que llevaban hasta el momento bien podía ser adulterado (xD!). Adrian aun susurraba cosas, aunque visto más de cerca ya no causaba tanto miedo. Al regreso de otra de las trabajadoras (Amy An) ya estaba mucho más relajada y dado que no dejaban de ofrecerme el vaso de chupito me vi obligada a tomarlo, aunque trataba de dar sorbitos pequeños. Fue la actitud de <<¡¿¿Heliké ??!>> la que volvió a ponerme en estado de alerta, aunque los tres trrabajadores de accidentes que tenía a mi lado me tapaban el panorama.

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El animal ahora estaba herido y la actitud de Rambaldi era decididamente extraña. No estaba segura de que me asustaba más, si la propuesta indecente de Blackner, las maneras de Rambaldi o el hecho de que Potter Black y la acromántula herida hicieran una excelente pareja de baile. El vaso de chupito empezó a temblarme ligeramente en la mano ¿debía defenderlos a ellos o defender al resto de la población de lo que ellos pudieran hacerles? Pero, desde luego, había sido una ilusa. Lo que más asustaba no era ninguna de esas cosas. Era más bien Potter Black (Sagitas) reclamando cosas subida a una acromántula desbocada. Rambaldi empezó a correr como cualquier bruja regular hubiera hecho, para seguidamente lanzar tarta con mesa y todo sobre su perseguidora, demostrando como se había ganado el derecho de asistir a aquella fiesta de locos. Para colmo, Adrian trató de solucionar el asunto con pésimos resultados y sólo entonces alguien aun sobrio intentó solucionar un poco el entuerto. Sin poder contenerme más, solté la carcajada de rigor que, debido a mi tono de voz que se escuchaba perfectamente incluso a pocos decibelios, reverberó como un eco incontrolable en paredes y piso, haciéndose imposible de disimular. -Creo que Potter Black tiene un pequeño problema -indiqué con la mano izquierda, en la que aun sostenía el vaso de chupito medio lleno. El vestido de la mujer llameaba por el borde. La acromántula mantenía prudente distancia y el sombrero de copa casi había caído en el olvido. Quizá, si hubiera sabido que habían conseguido engañarme, probablemente no hubiera estado tan feliz. Sin embargo en ese momento no podía controlarme. Me acerqué aun riendo a mandíbula batiente, aprovechando al pasar al lado de Vladimir para entregar el paquetito arrugado con un rápido movimiento y derrame un "aguamenti" sobre el vestido de Potter Black. Acto seguido hice una venia a modo de saludo, vacié el contenido del vaso que me quedaba, regresé cerca a la barra y solté: -Vamos al siguiente vaso, ofrezco el brindis por Vladimir... Xell - era la primera vez que la llamaba por su nombre, pero consideraba que era lo más apropiado. Con una mirada cargada de maldad, miré en dirección a Blackner- creo que te arrepentirás de haber apostado conmigo. Sin más, serví dos copas, entregué una a Adrian y la otra me la quedé yo. Tenía la sensación de que, si de algo me estaba perdiendo, mantenerme al lado del vampiro ebrio me iba a aprovisionar de la información que necesitaba. Así que, con inocencia fingida, entrecrucé el brazo con él, para luego inclinar el codo y vaciar el segundo chupito, obligándole de paso a vaciar el suyo. PD: Sagitas, sorry que puse que ya había pasado dentro a diferencia de lo que pones en tu rol, pero es que no encontraba otra forma de cuadrar los roles. Y bueno, te dejo este off para que no pienses que no te leí *-*. Si sienten que mi personaje va muy rápido me avisan y le bajo 4 xD

Este tema ha sido editado por Pandora Stark: 25 agosto 201, 11:15

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Sagitas E. Potter Blue

Escrito 26 agosto 2013 - 01:02

¡A ver, a ver, a ver...! Si yo estaba encima de una acromántula... ¿Cómo acabé en el suelo, con los bajos chamuscados, tras un vuelo imposible contra las lámparas de techo y el ataque inusitado de una mesa-tarta que me había alcanzado, chorreando agua por todas partes. Y encima descalza, que ni sabía donde habían ido a parar mis zapatos. Últimamente perdía demasiados zapatos. Bufé. -- ¡Demonios, esto no me lo esperaba! Pero parecía que todo había salido a pedir de boca, pues Pandora había entrado y había intervenido en la acción de una forma tan meritoria que ni se dio cuenta de todos los intentos que hacíamos para librarnos del cadáver. Además, me lo había pasado bien, a pesar de lo sucedido, extraño para cualquiera pero algo usual para los Accidentosos. -- Vale, vale, me habéis obligado a ir a cambiar -- bufé de nuevo, aunque había una sonrisa en mi boca. Pandora y Adrian parecían estar intimando y Matt había logrado que se ofuscara a beber chupitos. "Así, mantenerla ocupada", pensé para mis adentros, "bien por ambos". -- Gracias a todos por "salvarme" -- dije con cierta ironía. Después señalé a mi sobrina Heliké. -- Voy a cambiarme por algo más decente. Como le hagas algo a mi acromántula te doy de postre, que ya se ha comido a ... Atención, Pandora cerca. -- ... a lo que sea que coman las acromántulas. Verduras y esas cosas. Al salir noté que Ginebra estaba cerca y con pintas de haber llorado. Miré a Xell, miré a Pandora, mirada rápida a Perenela y de vuelta a Ginebra. No soy tonta, a veces sé más por análisis deductivo que porque alguien me diga algo. Así que sonreí a mi nieta y le agarré del brazo. -- Acompáñame a cambiarme de ropa y elegir un vestido hermoso, por favor. Tu abuela ya está pocha y necesita ayuda. Le hice un guiño y la obligué a salir de allá. Me iba a explicar porqué lloraba y si era lo que pensaba, pues tendría dos solteronas que me llorarían a moco tendido en cuanto se enteraran, pero a lo hecho pecho.

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Xell Vladimir

Escrito 26 agosto 2013 - 01:49

En el Palacio, la música había cambiado y ahora tocaban un vals. Busqué con la mirada a ... Hem... ¡Por los Dioses! Soy una chica dulce pero... ¡No podía ser cierto! No, no era posible pensar algo de aquellos familiares que... ¡Si me habían hecho una fiesta preciosa e improvisada! Pero... - Tía Amya, ¿qué es lo que...? - no me atreví a seguir preguntando, cuando volvió a entrar con las manos libres. Y ella tan tranquila, pretendiendo jugar al Elfo-piñata. El primo Matt seguía con la ronda de chupitos y provocaba a Pandora con un striptease. En otra época hasta yo hubiera participado con tal de verlo. Heliké me proponía deshacerse por mí de la acromántula. Negué con la cabeza, sin llegar a pronunciar una palabra, excepto el "Noo" cuando le lanzó un sectusempra. - Le vas a dar a la tía Sagitas - le recriminé. Pero en vez de estallar en quejidos de terror, Eledhwen y Adrian se ponían a reír a mandíbula batiente. - ¡Mi pastel! - exclamé, al ver que Heliké se lo lanzaba a Sagitas. Pero entonces Adrian dijo algo de un cadáver y me volví muy deprisa a él, olvidándome de la tía y de sus desgracias. - ¿Qué cadá...? Nadie me hacía caso, todos iban a su bola a mi alrededor y yo me encontraba cada vez más perdida. Camille se acercó a mí y casi me tiro encima para pedirle explicaciones, pero ella me preguntaba a mí, así que negué de nuevo. - No sé, le gustan las arañas, tiene varias acromántulas en el Circo, pero me da no sé qué que este número era algo improvisado. Sólo ella podía contestarme la verdad, que tanto temía pero que necesitaba saber. Pero en aquel momento alguien más entró en escena. Pandora pasó tan rápida a mi lado, dejando un paquetito arrugado en mis manos, que ni tiempo tuve de abrirlo y maravillarme por el perfume suave y delicioso me había regalado, que ya estaba junto a Sagitas, mojándola. Después Pandora empezó a brindar a chupitos y lo hizo a mi salud. Me puse a reír. Sí, puede que no fuera lo correcto, pero estaba nerviosa. Sabía que mi tía quería ocultar algo y todo parecía que lo estaba consiguiendo.

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- Tía, tía, espera - le dije a Sagitas, pero cuando casi dice algo sobre la comida de la acromántula, palidecí y no me acerque a ella. La vi alejarse con Camille y entonces giré sobre mis pies, intentando abarcar todo lo que sucedía a mi alrededor. Vi el sombrero, ajado, algo quemado y muy deforme. Sagitas había caído con todo su peso encima de él. Hice un Accio y lo atraje hasta mis manos. Después levanté la vista hasta toda la familia que se divertía, comía pastel, lanzaba champagne al aire, bebía chupitos, se desnudaba, hacían el gamberro a ojos de todos... No sabía si llorar o si reír.

Adrian Wild

Escrito 26 agosto 2013 - 06:44

Me volví a quedar embobado mirando cómo Camille bajaba a mi hermana de la lámpara de araña, con el vestido abrasado que luego le apagaron. Y volví a reír admirando la escena y la discordia que había creado. - ¡Por Xell, un cielo de muchacha! -brindé con Pandora, la cual se había unido a nuestro concurso de chupitos, retándonos a que aguantaba más que Matt y que yo-. ¿Estás (hip) segura (hiip)? Y me bebí de golpe mi tercer chupito del concurso. ¿Iba ganando, o ellos llevaban también ya tres? Puse el vasito en la mesa con un golpe seco, indicándole al camarero que me sirviera otro. Lo hizo, pero con una cara de desaprobación tal, que me vi obligado a tirárselo encima. Sí, sin reparo alguno. Y reí. Y escuché a Sagitas, tan pancha después de lo ocurrido, amenazar a Heliké para que no tocara a su acromántula, que ya se había comido a... Dejó la frase a medias. - ¡A Jhon, mana, a Jhon! Es que ya no te acuerdas ni de lo que le echas a comer a tus acromántulas -dije con total soltura tras su equivocación. Espera, ¿aquello no era precisamente lo que no debía saber Pandora, ni Xell, ni nadie de la fiesta? Sonreí casi forzádamente. Era esa sonrisa que sólo los borrachos pueden poner para dar a entender que lo han hecho sin querer, pero con un deje de picardía que nadie puede creéselo. - Emmm, estooo... (hip) -me acerqué a Xell-. Ven, sobrina querida (hiip), que creo que te va a (hip) venir bien este concurso (hip) de chupitos.

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La tomé del brazo y la acerqué hasta la barra, donde le hice un gesto brusco al camarero para que sirviera una extensa ronda de chupitos, con el ceño fruncido para indicarle mi urgencia y que si no la satisfacía en cuestión de segundos saldría muy mal parado. Una vez lo hizo con una eficacia que ni yo esperaba, le ofrecí un vasito a Xell, otro a Pandora, otro a Matt, y a los demás, les hice un gesto para que tomaran cada uno el suyo. - ¡Por ezta maravillosa (hiiip) fiezta, y ezta maravillosa (hiiip) -hice una pausa para tragar la saliva que se atascaba en mi garganta- chica, Xell Vlodmerir... Vladmer... Vladi... (hip) Vlandir... -apreté los dientes-. por Xell! Y cuarto chupito.

Perenela Arya Grindewald Potter Blue

Escrito 26 agosto 2013 - 07:06

Abracé a mi hija, mientras reía apoyada en una columna, viendo el espectaculo que ofrecia mi familia, le di un beso en la coronilla mientras intentaba desentrañar su estado animico, hice una mueca y le pregunté en voz baja al oido: -¿Estas bien? ¿Necesitas algo?... - sentí a mi hija temblar en mis brazos - ¡Oh cariño! Ven aqui, dejame abrazarte - Abracé a mi hija un momento mientras sonreia viendo al resto del mundo divertirse con el espectaculo que estaba ofreciendo mi madre bailando y peleando con la acromantula y el ridiculo que estaba formando mi familia en la fiesta, sonreí a todos y dejé ir a mi hija cuando mi madre le llamo, miré el rostro de mi madre con suplica, pero eso no importaba, mi madre sabia como lidiar bien con Ginevra y sabia que ella me reportaria la historia completa de lo que mi hija le contara. Me acerqué a Xell, que tenia un sombrero de copa en la mano, le sonreí y le agarré de los brazos y le di un improvisto abrazo: -Estas tan hermosa... tengo otro regalo para ti prima, algo que no hago muy seguido pero que se que te gustará pero esa función la haré cuando la familia se calme un poco para que todos puedan apreciarlo - le quité el sombrero de la mano y lo coloqué en la mesa mas cerca qu encontre, me llevé a Xell a caminar por el salón mientras veiamos a la familia seguir haciendo su espectaculo: -¿Te ha gustado tu fiesta, prima? - le sonreí con ternura y la tuve cerca mio, preocupada por mi hija y por su raro comportamiento, aunque no estabamos en luna llena, por lo que no podria atribuirselo a su lado lupino.

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Camille Black

Escrito 26 agosto 2013 - 07:09

Solté una gran carcajada cuando oí a la tal Pandora decir que los Potter Black teníamos un problema. Me acerqué a ella con una sonrisa divertida en el rostro, y dije: – Eso sin dudas. Es como una marca de nacimiento.– Era tan cierto que daba risa; ¿es que acaso "Potter Black" es sinónimo de "locura"? Debe ser. Luego revisaré el diccionario, a ver si hay alguna foto de nosotros en su definición. Me apoyé un poco en la barra, viendo a Matt, Pandora, una mujer cuyo nombre no sabía (?), y Adrian tener un concurso de chupitos; meneé la cabeza con gracia, <<pobres, mañana tendrán la resaca de su vida>>. También miré a Sagitas, que parecía confundida tras el accidente, -aunque sobria-; terminó marchándose para cambiarse el atuendo acompañada por otra muchacha que no conocía (debería conocerla). Estaba a punto de pedir algo de beber al mozo, cuando oí a Adrian desembuchar que la acromántula se había comido a un tal John. ¿John? ¿El de Xell? Reprimí una risa por puro respeto hacia mi prima, viendo a mi tío (que aún quedaba en duda si es que eso es lo que era) llamar a Xell para un brindis o algo así. <<Pobre Xell, una araña se embulló a su novio>>, pensé con una mueca. Y fue por eso que se me ocurrió que la Vladimir necesitaría algo para hacer la noticia más amena. – Deme dos whiskeys de fuego– pedí al mozo, poniéndome de puntillas sobre los tacones para poder alzarme un poco y así ver cuando los servía. – No, no, en vasos grandes... Eso es... – apremié con una sonrisa, al ver que cumplía mis indicaciones. El hombre me miraba con desaprobación y algo de incredulidad, pero lo ignoré. ¿Qué? ¿Creía que no podría? ¡Nunca subestimes a una Potter Black! Tomé ambas copas, y me acerqué a mi prima, (que estaba con otra de las mujeres cuyo nombre no sabía), ofreciéndole uno de ellas. – Ten Xell, para que la noticia se te haga más ligera– dije burlona. Claro que no me burlaba de ella, sino de la situación; ¿en qué familia tu novio era tragado por una araña mutante que encima bailaba claqué? Sólo en la nuestra. – ¡Salud! Mientras esperaba que la rubia tomara el vaso, aproveché para beber un poco del mío. Sólo un sorbo. Y eso bastó para que sintiera mi garganta arder a fuego vivo, reanimando cada vena de mi cuerpo. Hice mi mayor esfuerzo para no chillar y, cuando el efecto se me pasó me giré hacia los competidores de chupitos. – Hey tío– llamé hacia Adrian, que casi no podía mantenerse en pie. Tuve que contener otra risa. – Te apuesto que puedo terminarme uno de estos vasos más rápido que tú– desafíe, dispuesta a divertirme un poco.

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Creo que en cualquier otra situación jamás habría hecho algo así, pero ahora poco importaba. Es decir, ya había visto a la tía Sagitas bailar con una araña, a la tal Amya deshacerse de un cadáver, a Adrian vestido como stripper lanzándonos una lluvia de alcohol, a una funcionaria del Ministerio en una competencia de chupitos, y a una pobre torta de mariquita volar por los aires; creo que había perdido el pudor y recato desde lo de la acromántula. Era casi contagioso... Además, ¡estábamos en familia! ¿Qué podría resultar mal si me embriagaba un poquito?

Este tema ha sido editado por Camille Black: 26 agosto 2013, 07:13

Ginevra Black

Escrito 26 agosto 2013 - 10:23

OFF: Por eso es que amo a mi madre y a mi abuela . ON. Si creía de que el maquillaje lograría disfrazar mi ataque de pánico, pues me había equivocado, ya que tanto mi madre como mi abuela me miraron fijamente, como analizándome, mi mamá se me acercó y me abrazó, ya que en ese momento, el susto de que él apareciera en este instante se había apoderado de mí. En voz baja me susurró de que si me sentía bien o si necesitaba algo, quería decirle de que sí, de que me quería ir de éste lugar, pero preferí no preocuparla y decirle una pequeña mentira. -Descuida mamá, estoy bien, lo que pasa es que...- no sabía bien que excusa sacarle, haciendo acopio de mi seriedad continué -...es que le tengo pánico a las arañas, si, jeje, eso es mamá, ¡las arañas me asustan! eso es todo mamá, no te preocupes- Intenté sonar relajada aunque yo sabía de que ese cuento no se lo tragaría y comenzaría a preguntarme lo que me ocurría en realidad; por suerte (¿o quizás no?) llegó mi abuela, quién después de ver a mi madre, a la cumpleañera, a otra chica (¿qué raro?) y después a mí, me tomó por el brazo, y con el pretexto de que la acompañara a cambiarse me sacó de la celebración. Avanzábamos y mi mente planeaba que decirle a ella, ya que de seguro preguntaría sobre mi estado de ánimo y el cuento del pánico aracnofobico no me lo creería.

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Amya_An

Escrito 26 agosto 2013 - 11:02

Los camareros no parecieron estar de acuerdo con las porpuestas de la adleriana. El jefe de éstos, se le rehusó tajantemente a colgar para ella un elfo-doméstico, y mas aún permitir que en tan fina celebración >.< lo apalearan al pobre si con ello pudiesen hacerle vomitar mas que tripas y demás víceras ... y ¬¬ no caramelos y dulces como Amya_An se alucinaba habría de ser (?). Frustrada en sus malísimas intenciones sádicas (¡?), quiso irse a molestar a Sunar pero en el trayecto le llovió un zapato en plena cabeza (¬¬ el zapato volador de Sagitas). - Ey! no despeine que aún sirve, no mucho pero algo ... Protestó sobándose el chichón que de seguro le crecerían pronto. Cuando Heliké lanzó mesa y tarta, solo allí notó a la amazona peli-violeta montada nada menos que en srta. 8 patas-peludas. A tiempo supo (Ella, Amya_An) refugiarse para horror de alguno, por debajo de una de las otras mesas con mantel (U.U y palabra que no vio nada por debajo de ésta ; llámense piernas, muslo o por el estilo). Solo cuando sintió que había pasado tiempo produnte (inconsciente, no hay nada "prudente" con los accidentosos todos reunidos y con alcohol presente, hallan ingerido o no ¬¬), la bruja se asomó por fuera y vio salir a Sagitas con una de las mas jovencitas (Ginevra). << WILD TE VAS HA MORIR HOY!!! >>, pensó de inmediato aún en su refugio improvisado siendo testigo de lo lengua suelta que era el vampiroso desmemorizador cuando se llenaba la panza con licor y no con sangre (¡?).

Sacó su varita he hizo que se le estrellara un pedazo de regulares dimensiones de pastel (del caido por el piso) a Adrian en plena cara. Si no evitaba callarlo al menos serviría de revancha (!). - Accio "Chupito" ...

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Le quitó el cosito a Adrian de la mano después del brindis, ¬¬ ya no era tan gracioso tenerlo borrachín y emplumado si iba a contarle precísamente <.< de oidito a la directora en jefa de los Aplicadores ministeriales de todas las fechorías accidentosas que habían estado ocurriendo hasta la fecha, xDDD!!! - Chupitos, chupitos a mí ... Fanfarroneaba saliendo al fin de abajo de la mesa, ^^ con el chupito de Adrian secuestrado. Literalmente se lo echó por las espaldas, es decir, arrojó el dichoso chupito hacia atrás y pobre al que le cayera encima. - Chupito, qué finos ... Y O.O le agarró una botella entera a uno de los camareros y bebió de pico!!!

Eledhwen Hufflepuff

Escrito 27 agosto 2013 - 03:51

Eledhwen puso los ojos en blanco, y se llevó las manos a la cabeza. Tanto esfuerzo por distraer a Pandora, y al final tendría que desmemorizarla, junto con Xell. ¿Acaso iban a destrozarle la fiesta con la noticia de la muerte de su novio, o ex-novio, o su viudo, o lo que fuese?? Se sentó en la barra, algo alejada de aquella panda de borrachos. Ella era una bebedora social, por supuesto, nada de mostrarse borracha perdida, que luego tenía efectos secundarios (como la gastritis). Pidió otro whisky con hielo. - Agitado, no removido - dijo al camarero, riéndose de un chiste que el camarero no captaría nunca, si no era aficionado al cine. Observó a Amya encargándose del castigo al bocazas, y ella, como maniobra de distración, comenzó a lanzar magifuegos dentro del salón.

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Cye Lockhart

Escrito 27 agosto 2013 - 08:2

No siempre las cosas resultabatoda la carrera para llegar con alto y un peinado algo extrañopara recoger los platos seguram Estaba maravillada, después dminutos en lo que revisaba aquadentrarse en el salón de bailese encontraban, seguro habría peinados y joyas al último gritalto, no podía ser de otra mane —Oh ¡por los dioses! — de ninentrar la escena pintoresca erase queda ciega al ser sorprendien la barra, contemplo un pocoAdrian vestía un… ¿Qué demoPerenela, había otra chica (CamMatt pero a él no le veía comoque ella llegara a algún lugar p —Una copa no me caería malentender lo que había pasado, convencional, seguro que estabsostendrían sobre el manchado

La Búsqueda del Libro

08:26

sas resultaban como lo planeaba, pero allí estaba vestida ra llegar con un lindo vestido largo color salmón, zapatilla algo extraño, a la usanza antigua de la época de las corteslatos seguramente, pero llegaría.

a, después del laberito y de dejar su presente en la mesa, revisaba aquellos libritos, reía y volvía a guardar la compalón de baile, donde todos los asistentes al cumpleaños deeguro habría vestidos hermosos, trajes masculinos imponeal último grito de la moda, si era una celebración formal p de otra manera.

de ninguna manera era lo que había pensado, no dintoresca era, era de risa, de locos, de accidentados en con ser sorprendida por fuegos artificiales esparcidos por Eledmplo un poco más y noto que Amya salida de debajo de u

¿Qué demonios era eso? Siguió observando, Xell era altra chica (Camille) y la propia Pandora, Helike, Sunar y se le veía como no veía a Sagitas y Ginevra que habían salid algún lugar para cambiarse.

ería mal, pero antes la cumpleañera— dijo para sí traabía pasado, el pastel ya no era tal, o al menos no en su fouro que estaba muy rico, camino sintiendo que sus zapati el manchado piso y terminaría irremediablemente sentada

da del Libro del siglo XV.

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vestida después de ón, zapatillas de taco

de las cortes, llegaría

en la mesa, tardó unos ardar la compostura para mpleaños de su sobrina linos imponentes, ción formal por todo lo

ensado, no del todo, al ntados en conclusión. Casi idos por Eled que estaba e debajo de una mesa, que o, Xell era alcanzada por e, Sunar y seguramente habían salido antes de

ijo para sí tratando de s no en su forma ue sus zapatillas no se

ente sentada a las malas.

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—Xell, Perenela— dijo apresurándose lo más que pudo para alcanzar a las dos brujas. Cuando llego hasta ella, le dio un gran abrazo a Xell, no quería soltarla o tal vez no quería ver el reproche en sus ojos por no haberle acompañado desde el principio. Al fin la soltó y le miró apreciando su atuendo, era el de una princesa, le sentaba a la perfección, porque eso era ella, la princesa consentida y querida de los Vladimir. — ¡Feliz Cumpleaños, Hermosa, lamento llegar tan tarde— esbozo lo que pretendió ser una sonrisa, entonces soltó una de sus manos y se la dio a Perenela para que se acercara le dio un beso en la mejilla a su ahijada guiñándole un ojo todo a manera de un saludo que no fue acompañado con palabras, pues esperaba algún tipo de reacción por parte de la Vladimir y de ella misma. —Parece que todo ha estado muy divertido—

Amya_An

Escrito 27 agosto 2013 - 10:23

- Ay m ... La bruja no sabía si era el piso patinoso o si las piernas escuálidas (sus piernas ... en forma de ¿alicate?) ya cansaditas de tanto trajín de la expedición misma ya no le querían prestar el debido servicio (!) ... noooo, lo mas probable era que el trago que se zampó fue demasiado grande (U.U cuando nó! O.O siempre metiéndose a la boca cosas mas allá de su verdadero alcance) y por ende, el golpe a su organismo por el alcohol ingerido habría sido mas ... ¿crudo? xDDD (hasta parece que habla la experiencia muggle .-.). Detuvo a uno de los camareros que andaban por allí de paso. Le hizo sostener su botella (¬¬ y le hizo una mueca de "cuidadito con perdérmela, ¿eh?") ... se sostuvo de éste y se quitó los zapatos (Noooooooooooooooooo!!! ). O.O Ahora sí que volvía a su tamaño regular, es decir, ¬¬ retaca. o.O Le puso los zapatos de tacón en la bandeja (al camarero) y le quitó su botella, por si el muy vivito trataaba de llevársela también. - ^^ Ahora sí estamos mejor ...

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Anuncio a lo alto ... pero o.O a quién? U.U ya empezaba a habla solita con ella misma y no pueden culpar a una borrachera por ello porque la adleriana de por sí lo hace siempre. - Eled!!! *O* te quedaron Preciosos!!! Le gritó a la rubia desmemoriada en jefa y también hizo un tanto a la recién llegada, Cye. - Cye! ven para acá Indebida ¬¬ mira que no le estás haciendo el honor a tu título de Indebida en Jefa ... ^^ ven y mojemos del resto de pastel estrellado (del que no haya tocado el piso, xDDD) en una copita de buen coñagquito (copita? ¬¬ copón) Invitó Ella, balanceándose graciosamente con su botella con 2/3 de su contenido alcohólico aún (!).

Adrian Wild

Escrito 28 agosto 2013 - 08:38

Todos se estaban uniendo a las rondas de chupitos. Estaba contento, ta contento que cogí una botella en cada mano (mejor dicho se las quité a la fuerza al camarero) y comencé a sevir chupitos a todo el mundo. Aunque realmente les estaba empapando de nuevo en alcohol, porque mi pulso era nulo y llenaba el vaso pequeño de cada uno en fila, echando fuera la mitad del contenido de cada botella. Tomé otro vasito y, cuando fui a llevármelo a la boca, salió despedido hacia una mesa y, en su lugar, un cacho de tarta se estrelló contra mi cara. Me relamí los labios y comencé a reír. - ¿Alguien quiere (hip) tarta de (hiip) aquí? -mi mirada y la sonrisa que lancé eran más que pícaras-. ¿Un mordisquín (hiip) al dulce "emplumado"? Eledwhen comenzó a lanzar fuegos artificiales con su varita que nos dejaron embelesados a todos. Y en ese momento, apareció Cye en el salón, elegantemente vestida. Sonreí mirando en su dirección y me acerqué a ella para darle dos besos y macharla con el pringue de la tarta.

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- ¡Ya estaba yo (hip) buscando a alguien que me diera un (hiiip) -me paré reprimiendo el eructo- perdón, un mordisquín! -la miré totalmente borracho, tambaleándome de un lado a otro-. ¿Vas a ser tú, cuñadita? (hiip) ¿O se ofrece (hip) alguna otra voluntaria? -me giré al grupo de gente congregado en la barra-. ¿Pad? Si la mujer siguiera siendo líder de la Orden, al día siguiente tendría una amonestación más grande que el laberinto.

Cye Lockhart

Escrito 28 agosto 2013 - 07:18

Se había perdido de mucho, de eso estaba segura, ni bien había saludado a Xell y a Perenela, una voz la hizo girarse, era Amya quien le saludaba y a la vez le invitaba a mojar torta en coñac, si algo se podía decir de la Adler es que se embebía de alcohol con estilo porque lo que ofrecía no era barato ni burdo. —Hola Amya, esta indebida si hace honor a su titulo, o crees que llegar a esta hora es debido?— la pinta que tenía y la línea para nada recta que dibujaba al medio andar le decían a la bruja que estaba más borracha que una cuba, pero no era la única, otra voz que sonaba extraña era la de Adrian que se acercó a saludarle, recibió dos besos y… —¡Me untaste cuñado!— dijo al sentir algo pegajoso en ambas mejillas, con el dedo índice se toco y quito un poco del betún de tarta de su cara y lo probo, estaba rica aunque muy alcoholizada o el alcoholizado era Adrian, pero la oferta de morderle le saco una sonrisa más amplia y la mención a las plumas hizo que su mirada bajara directamente a la parte inferior del cuerpo masculino rió de buena gana porque en vez de Adrian parecía Adán y dijo. — Estáis loquitos y borrachos, en tu sano juicio no me pedirías que te mordiera te lo aseguro— dijo moviendo un dedo índice de un lado al otro cerquita de la nariz de Will, sus palabras tenían cierto misterio, ella prefería no morder, no tentar a esa parte escondida vampírica que llevaba dentro y que su abuelo Gilderoy Lockhart había logrado exorcizar en su infancia y parte de su juventud, una parte que poquísimos conocían de ella. —Lo que si les acepto es una copa hay que brindar por la cumpleañera, ¿Sagitas ya se fue?— pregunto, obviamente la Potter había asistido, apostaba su cabeza a eso, pero no le veía.

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Pandora Stark

Escrito 29 agosto 2013 - 10:04

Potter Black (Sagitas) se retiró para poder cambiarse de ropa junto a otro de sus familiares, que por cierto no conocía. Parecía un poco nerviosa, pero se lo atribuí a la incomodidad de la ropa mojada. Además... las palabras de Adrian me distrajeron por completo, incluso de lo que me había dicho la otra joven (Camille), una vez Potter Black (Sagitas) ya estaba fuera. Jhon. Que se había comido a <<¡¿un alguien?!>>. La risa de Xell había sido como una brisa, repentina y fresca. Sin embargo, pronto se esfumó. Parecía estar debatiéndose en medio de algo, pero yo no tenía tiempo de preocuparme por ella, por mucho que me sintiese. Tenía que averiguar que demonios había comido esa acromántula, aunque pocas ganas tuviera de acercarme a ella. La actitud de Adrian me arrancó una sonrisa a pesar de todo. La propia Xell parecía estar a punto de reír nuevamente; eso o soltaba la lloradera. Una chica pareció adivinar lo mismo, o quizá la abrazó por simple intuición. Por mi parte, vacié el chupito rápidamente para poder dirigirme hacia el sitio en donde aguardaba la acromántula, mientras la jovencita (Camille) aun mantenía distraído al gracioso beodo que hasta esos momentos había sido el alma de la fiesta junto con su tía. Eso, unido a el chupito que le vació encima su compañera ministerial, serían suficiente distracción. Estaban equivocados si pensaban que eran los únicos capaces de utilizar eso para hacer lo que debían. Los fuegos artificales me tomaron por sorpresa cuando ya estaba en la habitación contigua, pero seguí de largo silenciosamente hacia el sitio por donde había desaparecido anteriormente la empleada ministerial que ahora se las veía con Wild. Mientras no me detectaran todo iría de perlas. Por lo visto, compañera de Wild sí que sabía beber, dado que en esos momentos posaba sus tacones en la bandeja de uno de los mozos para intercambiarlos por una enorme botella de alcohol -aun era capaz de verlos desde ahí- de haberme enterado de la llegada de Cye probablemente me hubiera alegrado de que eso los distraería aun más. Pero no llegué a saberlo, pues ya los había perdido de vista. Era en ese momento o nunca. Salí finalmente al encontrar la estancia donde había creído estaba la criatura, vacía, para buscar el condenado "paquete". Tendría que verlo con mis propios ojos ¿cómo era posible que hubiera planeado semejante perpetración? No, era imposible que lo hubieran planeado de lo contrario... <<Maldición ¿cómo demonios voy a denunciar a la Jefa de ese departamento?>> Parecían todos una secta (xD!) conspirando unos con otros, si lo pensaba directamente en un sentido macabro. En realidad, sabía con certeza que eran más cómo una familia, pero los nervios y el alcohol ingerido me jugaban en contra. Uno me hacía sentir acelerada y el otro, embotada. Era una pésima combinación.

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Finalmente, alcancé el estanque que se encontraba fuera. Todo había sido un atasco, no había encontrado nada. Empecé a lanzar maldiciones al aire, hasta que fijé la vista en la escultura del estanque. El tritón, al verme, empezó a silbar una sospechosa melodía <<¿o acaso lo siento todo sospechoso?>>. Junto al estanque no había nada más que un carrito de la comida... <<¡¿Un carrito de comida?!>> Esa era la clave de todo. Miré alrededor buscando pero de pronto una horrible idea me asaltó. No, la acromántula no tenía nada que ver, o quizá sí, pero no era la clave para encontrar el cuerpo. Me acerqué más al borde. No podía vislumbrar cuerpo alguno sólo... ¿Acaso eso de allá abajo esta brillando? Parecía como si fuera aquel animal del que nunca había aprendido el nombre. Ese que podía producir en finos filigranas para poder tejer capas invisibles. Brillaba realmente, como si me estuviera llamando desde el fondo. El agua verde enturbiaba el efecto, pero a mí no me engañaban. De haber sabido que el propio Adrian, que me había facilitado la información, era en esos momentos el que acababa de revelar el hecho de que no me encontraba allí al llamarme... bueno, probablemente hubiera recapacitado acerca de lo conveniente de su compañía. Sin embargo no tenía tiempo de pararme a pensar. Desaté la lazada del vestido a tirones, dejé que cayera al lado del estanque y me lancé sólo con el fustán encima de la ropa interior, al agua. Estaba fría y mi cuerpo de escarapeló, pero aguanté con la varita bien sujeta en la siniestra. Allí, al fondo, estaba lo que yo necesitaba saber y lo que fuera que estuvieran ocultándome. Era inútil esconder mi rastro, me encontrarían de todas formas, así que no debía perder tiempo tratando de ocultarme, sino de ganárselo a ellos, hallando la verdad cuanto antes.

Eledhwen Hufflepuff

Escrito 29 agosto 2013 - 03:55

Eledhwen se quedó embobada mirando los magifuegos. - Eres una artista, Eledhwen, incluso borracha, creas arte - dijo para sí.

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Se giró de repente hacia un camarero, que disimulaba su risa con una tos est****a. Entrecerró los ojos, y le dijo: - Ponme otra copa, o te lanzo un Confundus. El camarero obedeció, y la Hufflepuff se tomó otro whisky a la sombra de los hielos. De repente, se puso en pie, como un resorte. Se acercó el reloj a la boca, y murmuró: - Atención, atención, el mochuelo escapa, el mochuelo escapa... Pero miró alrededor; la gente o no estaba, o estaba borracha, que era como si no estuviese. Ella misma debería encargarse de la situación. Apuró el último trago de whisky, y comenzó a caminar, lentamente, pero sin perder de vista su objetivo (Pandora). Parecía buscar algo, pero su andar era tan inestable como el de Eledhwen. Es más, la Hufflepuff veía su caminar torcido, y sus piernas parecían imitar las de la directora departamental. Salió a los terrenos, y Eled agradeció el soplo de aire fresco en el rostro. Aunque allí, en el espacio abierto, sería más fácil que Pandora la viese, por lo que decidió arrojarse al suelo. Lo decidió una vez que se hubo tropezado y caído, pero si alguien le preguntase, había sido a posta el tropezón. A gatas, parapetada por los setos, y protegida por la oscuridad, siguió a Pandora hasta el estanque. La mujer gritaba, y Eled elevó un poco la cabeza para mirar mejor. Estaba sola, ¿por qué gritaba? ¿a quién? - Ahh, claro... - murmuró Eledhwen. Pandora estaba parada junto a un carrito de comida, pero no había vendedor. Seguramente estuviese enfadada por eso. - Pues sírvete tú misma, buffet libre - volvió a susurrar para sí - además, con la desmemorización que la voy a hacer, ni se acordará de que ha robado comida... Observó de nuevo, y cambió de opinión: - Ah, pues no, estará enfadada por el calor, tenía calor... La directora del Escuadrón para la Aplicación de la Ley Mágica se estaba desnudando, y después se tiró al estanque.

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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- Qué asco, ese agua estaba medio verdosa... - murmuró Eledhwen, mientras rebuscaba su varita, sujeta en la liga que tenía en la pierna, en plan Lara Croft pero en vez de pistola, varita. Asomó la varita por debajo de los setos, y fijó la puntería en la cabeza de Pandora. La chica parecía concentrada, buscando algo en el estanque. - Sea lo que sea lo que buscas, se te va a olvidar - Eledhwen se encogió de hombros - Obliviate. El encantamiento se deslizó por el aire, impactando en la bruja que se bañaba en el estanque. - Olvidarás toda sospecha de ingesta indebida por acromántula de alimentos no recomendados por la Organización Magicial de la Salud; te lo estás pasando de fábula, y has salido a bañarte al estanque porque tenías calor, aunque esperas que uno de los mozos que pasean por la fiesta (por ejemplo el que viste plumas rojas), venga a acompañarte. Esperaba que el encantamiento hubiese funcionado correctamente. Eledhwen dió marcha atrás a gatas por el suelo del jardín, deslizándose como una elegante felina... - Auch, mi**da! - exclamó bajito, una piedra se le había clavado en la palma de la mano.

Este tema ha sido editado por Eledhwen Hufflepuff: 29 agosto 2013, 03:57

Amya_An

Escrito 29 agosto 2013 - 09:08

- Atención, atención, el mochuelo escapa, el mochuelo escapa... La bruja por muy borracha que estuviera sabía reaccionar muy rapidamente a los gritos (o.O si una está habituada a los de Sagitas, ^^ seguro se entenderá cuán facilmente es ponerse sobria ante un chillido cualquiera). - Eh?

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Se volvió en dirección a donde la figura de la rubia desmemorizadora en jefa se perdía. Suerte que se había descalzado. Éso quería decir que si bien aún se podía tropezar con sus propios pies, ya no corría peligro de descalabrarse al patinar con tacones resbalosos, xDDD. Dejando groseramente a la rubia jefa indebida, corrió sacando su varita de adentro de la chaquetita peluda que llevaba sobre el vestido largo (o.O no había otro lugar donde meterla, xDDD). Corrió a prisa porque su conscienca cochina se lo demandaba. Lo único "interesante" allá fuera era ese "capi.lli.to" acuático suyo. - Demonio ... Refunfuñó la adleriana, podía creer que los arrestaran por borrachos revoltosos, por accidentosos negligentes pero por ... éso? - ... no, no, no ... Rumoreó llegando hasta la zona ¿delito?, allí vio a la Aplicadora en Jefa ... o.O lo chupines la habrían acalorado tanto (<.< o las plumitas del Wild) que ahora requería de un chapoteo??? - ... al menos en agua menos puerca, *puaj* Estaba en pie con la cosita parada (=varita en "alerta"). No llegó a ver a Eledhwen oculta por allí, en unos matorrales. No le gustó la idea pero no había camino alternativo posible. - Alarte Ascendere! Apuntó hacia el fustán de la bruja ministerial, para que su prenda se le alzara a lo Marilyn Monroe por sobre su torso y principalmente por sobre su cabeza, impidiéndole por fracción de segundos ver a su alrededor. Dicha acción se sucedería en el momento exacto de su salto al agua (!). Cayó al estanque (Pandora), lo que no le impidió seguro sentir el contacto con el líquido aquel. - Férula! Conjuró a su vez hacia la mano en el que portaba la varita (Pandora) para materializar en ésta una tablilla que le impidiese su uso, el menos unos segundos preciados ... los que sean suficientes como para que Eledhwen pudiera echarle encima su Obliviate.

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Corrió y saltó ella también de cabeza al agua sin descuidar su varita, debía llegar al bulto antes que la Aplicadora Mágica (>.< y por cincuenteava vez se le olvidó impermeabilizarse la ropa!!! pero no se olvidó materializarse el Casco Burbuja de ley). A diferencia de la Stark, la adleriana sabía cómo era el trofeo por el cual se había mojado en principio (?), así que para Amya_An fue definitivamente mas fácil y rápido dar con éste. - ... Deprimo! Ordenó para causar un agujero en el piso del estanque (no, no estaba procurando la fosa dónde enterrar el cuerpecito, no xDDD). Ésto causó que una nube turbia se elevara dentro el agua, consiguiendo un espeso cortinaje entre ella y su ¿competidora en natación? Le lanzó un Encantamiento Irrompible al "capu.lli.to" para que no vomitara su contenido en el trayecto. 0.0 en el Trayecto de desaparecerlo completamente del Universo >.< ! Amya_An poseía ya para ese entonces de una gran gama de Maldiciones (Conociemiento en Maldiciones, xDDD), así que no desaprovechó para Maldecirlo con uno para Ladrones (Maldición del Ladrón, ¬¬ que proveería de buenos escarmientos a quien se atreviese "robárselo" de las profundidades del estanque de aguas puercas), uno Germinio (=maldición .- para que quien siquiera lo rozara, se diera con el horror de que se multiplicaba infinitamente cuasi asfixiando al osado o desafortunado) y otro Ata-enguas (así quien pretendiese deshacer todo lo que le habría echado encima mágicamente ella, no pudiera ya que no es posible si no se puede conjurar los contra-hechizos). Como no estaba segura si solo usar un EpoxyMise sería suficiente, fue ^^ mas que generosa y ¬¬ le echó un Encantamiento de Fijación y uno de Presencia Permanente. Usó varios elementos de la misma profundidad del estanque para hacer un perímetro mágico, hechizando con un Encantamiento Impasibilizador reiteradas veces ... ¬¬ me olvidé de "algo" mas??? U.U quien lo quiera que le cueste o.O ! OFF .- U.U sí que me siento una abusica ...

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Eledhwen Hufflepuff

Escrito 30 agosto 2013 - 01:37

Eledhwen estaba tirada por el suelo, quitándose las piedritas clavadas en las palmas de la mano, cuando giró la cabeza de nuevo hacia el estanque, ya que le pareció oir un ligero chapoteo. - Vaya, Pandora disfruta del bañ... ¡Amya! - Eled habló más alto de lo debido, ¿o no? Observó a la Adler, moviendo la varita de aquí para allí, lanzando hechizos y encantamientos como sólo ella sabía. Eledhwen decidió acercarse (gateando, claro, con la que llevaba, como para volver a levantarse). Se asomó al borde del estanque, y vió como Amya hacía un boquete, y lanzaba algo al fondo del abismo. - Anda, pues sí que había algo... - murmuró. Se apartó, no fuese que el bujero la tragase a ella también, y se acercó a Pandora, ayudándola a salir del estanque. - Ale, al bordecito, a sentarse con los pies fresquitos. La directora del Escuadrón para la Aplicación de la Ley Mágica, todavía obnubilada, bajo los efectos del Obliviate, y que no recordaría nada de lo que estaba sucediendo, sino lo que le había indicado Eledhwen, se dejó sentar en el borde del estanque. Eledhwen, orgullosa de no haberse caído al estanque, esperó a que Amya terminase con sus labores. Una vez que finalizó, se dirigió a ella: - ¿Qué? ¿Una ronda de chupitos para celebrar nuestra maestría? - propuso la Hufflepuff, con el cabello lleno de ramitas, y el precioso vestido que llevaba, lleno de verdín.

Amya_An

Escrito 30 agosto 2013 - 03:25

- Ascendio! Conjuró Amya_An desde la profundidad del estanque aquel porque ya tenía los brazos cansaditos y le faltaban las fuerzas para "patalear" hasta la superficie.

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Como flecha, fue impulsada hacia fuera de la masa, aterrizando muy cerquita de la Hufflepuff quien a su vez, auxiliaba a la Aplicadora Mágica con pinta de andar aún media extraviada en sus propios pensamientos. Antes de responderle a Eled, se deshizo del casco burbuja. A diferencia del decorado verdecito de ramitas y hojitas que traía la desmemorizadora en jefa, la jefa de los revertores lucía musgo y aroma a moho encima. - ... ^^ seeee, esta vez voto por esos chupines tuyos y de buena fé te digo, OwO me causas miedo cuando usas así la varita ... Bromeó (¬¬ aunque en verdad daba miedo en el fondo). Metió si cabeza por debajo de uno de los brazos de Pandora y trató de ayudar a Eledhwen a levantarla del borde del estanque para conducirla de nuevo "dentro". - Espera ... Detuvo por unos segundos la marcha, obligando al trío volver la atención hacia el coso acuático. Conjuró. - Glacius! Si no lograba congelar toda la masa de agua, al menos le colocaría una capa moderadamente gruesa encima para que nadie mas intentase tirarse de cabeza de nuevo allí (¬¬ de intentarlo podría terminar con un poco mas que la cabezota rota, xDDD). - ^^ Ahora sí continuemos ... Invitó ella a proseguir hacia el interior del Pabellón de Baile, y al Baile ... pronto terminaría la Fiesta y Amya_Am aún guardaba "algo" para el Cierre ♥

Eledhwen Hufflepuff

Escrito 30 agosto 2013 - 02:45

Entre Amya y Eledhwen introdujeron a Pandora en el Salón de Baile. Eledhwen señaló a Adrian, que bailaba con su traje (era un decir) de plumas encima de la barra, y le dijo a Pandora:

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- Ala, vete con él, allí te espera - miró a Amya para que confirmase sus palabras. Tenían que desaparecer de la vista de Pandora cuanto antes, mejor que la Directora del Escuadrón para la Aplicación de la Ley Mágica no se fijase demasiado en sus rostros. Eledhwen murmuró: - Voy al baño, creo que tengo medio arbusto enganchado al cabello, ahora vuelvo. Se despidió de la Adler, y de Pandora, y se encaminó hacia los aseos.

Amya_An

Escrito 31 agosto 2013 - 08:19

- ... Por supuesto, "la presita" que estabas procurando está ^^ allí sobre la barra! Confirmó y dirigió en sus primeros pasos a la Aplicadora en Jefa (Pandora) hacia donde el Wild se divertía como nunca. Caminó un par de pasos detrás de ella para asegurarse de que no desviara el camino, y en este corto trayecto, halló al peli-rojo indebido al cual ¬¬ usaría para propósitos misteriosos (¿?). Ya que Matt se había ofrecido de "chaperón" de la Cumpleañera desde un principio, Amya_An literalmente empujaría a ambos a un paseo de ensueño tipo cuento de hadas muggle. Se ^^ secuestró de entre sus acompañantes a la Vladimir y colgándose de un brazo de cada uno de sus sobrinos, los condujo ¬¬ sin quitarle el ojo de encima a la ministerial que debía mantener allí dentro, hacia ... El cierre de la fiesta estaba próximo, así que Xell debía "abandonar" el Pabellón de Baile al mero estilo Princesa Disney. No pregunten de dónde sacó la adleriana todo un inmenso lago (cuando la descripción inicial solo colocaba un estaque de agua verdosa con un tritón por fuera, xDDD), ésto es un mundo mágico, así que usen su imaginación ¬¬ ... Un pasillo en particular daba a un pequeño embarcadero para una nave muy pequeña (si no entienden googleen algo tipo Venecia, xDDD) y al final de éste, posada sobre aguas calmas y de azul oscuro (bah! es de noche, qué se esperaban) una barca para apenas 2.

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Las instrucciones de la tia revertora al Indebido habrían sido ; << monta a Xell en la pequeña embarcación, aléjense una distancia prudente de la edificación (¬¬ y claro que Tú eres quien debe "remar" el coso), esperen un momento allí (cuéntale un chiste o que te agarre un calambre ¬¬ sé creativo) y ¡Asegúrate que Xell voltee a Ver! (U.U lo que haya que ver, que a Tí tampoco te diré qué es, tendrás que esperarte también la sorpresa) ... luego de que "vea", te la llevas sana y salva a casa ^^ ! ¬¬ hablo en serio SANA y SALVA >>

- CLICK EN LA IMAGEN PARA VER EL VIDEO - Despidió a ambos ^^ chiquilines, chiflándole (=silbando) al jefe de camareros para que fueran soltando las luces de Despepida ♥.♥

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Pandora Stark

Escrito 31 agosto 2013 - 09:20

Pandora sentía que tenía que llegar hasta el bulto que brillaba en el fondo, sin lugar a dudas allí estaban las respuestas que buscaba. Tenía que hacerlo, tenía... Por supuesto, le hacía mucho calor. Pero su mente se distrajo momentáneamente al ver algo brillar en el fondo. Y eso, fue antes de que el vestido se volviese hacia su cara de forma alarmante a la par que la asquerosa agua verdosa la bañaba toda haciendo que sintiera escalofríos.

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Lo primero que pensó fue que debía estar loca para zambullirse allí sólo por el calor y para variar lo que tenía que hacer en ese momento era respirar. Sentía movimiento a su alrededor, así que esperó unos instantes a que la auxiliaran, mientras pataleaba intentando salir, peleándose con su propia ropa ¿Es que acaso alguien intentaba ahogarla? Pronto, no sólo su ropa era el problema. Su mano se entablilló, aunque no era la mano de la varita. Pandora empezó a desesperarse e incluso a pensar en usar el "phantom" hechizo de su clan. Mas no podía revelarse con gente presente, ella lo sabía perfectamente, así que tampoco podía utilizar ningún hechizo de su bando. Se sentía un saco inútil. ¿Y dónde estaba el mozo de plumas rojas que no la rescataba? ¡Demonios! Gracias a dios una amable mujer consiguió sacarla hasta el borde. Botó un poco de agua aun confundida y algo asustada. La mujer empezó a ver por encima de su hombro y Pandora estuvo a punto de mirar lo que ella, hasta que mencionó los chupitos. Por poco se había olvidado del sexy (?) camarero de las plumas ¡qué pecado más grande! Mas junto con la ayuda de una empleada salida de quien supiera donde, arrastraron a Stark hacia dentro. Antes de que consiguieran entrar del todo, ella consiguió apuntar con propiedad la varita y limpiarse cuanto pudo. A la par, se vio obligada a quitarse el fustán y aprovechó para levantar el vestido que había dejado tirado cuando una de las empleadas regresó momentáneamente para congelar el estanque. -¡Eh, que estoy semidesnuda! -exclamaba con desesperación, mientras era acarreada sin remedio de nuevo hacia dentro. Y ya estaba dentro. Había conseguido meterse dentro del vestido justo por los pelos, aunque tenía todavía todas las lazadas desabrochadas. Para colmo, ellas la arrastraron hacia el camarero en cuestión. Trató de abrochar todo rápidamente mientras vaciaba el chupito. Luego miró hacia el camarero nuevamente, y se apoyó en el pasando el brazo por encima de sus hombros como hacen los viejos amigos, mirando como preparaban todo para la salida triunfal de Vladimir. No tenía idea de por qué había olvidado continuar el duelo con aquel hombre, pero sí estaba segura de que no volvería a olvidarlo. De hecho, la desmemorizadora se había pasado un poco, fijando la idea en la mente de Stark de manera tan fuerte, que era casi lo único que ocupaba su mente en esos instantes. Por su parte las trabajadoras lucían muy animadas. Una incluso anunció alegremente que iría al baño, como para que todo el salón la oyese. Bueno, no era como si no se conocieran, así que Pandora le restó importancia y aprovechó el momento para coger otro chupito y hacer que el emplumado se bebiera el contenido. Si tenía que tomarse otro, su cabeza empezaría a dar vueltas en serio y eso en un vampiro era demasiado... problemático.

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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Eledhwen Hufflepuff

Escrito 1 septiembre 2013 - 12:20

Eledhwen volvió de los aseos, ya sin ramitas ni musgo. Había aplicado un hechizo limpiador a su vestido, y volvía a lucir tan bonito como al principio de la fiesta, incluso había logrado limpiar los restos de la lluvia de alcohol provocada por su compañero desmemorizador. Observó a Amya, junto a los camareros, alentándoles para que soltasen unas lucecitas adorables. - Ehhh, qué bonito - exclamó Eledhwen. Salió a la terraza, y divisó a Matt y Xell, navegando por el lago, mientras cientos de lamparitas flotantes se elevaban hacia el cielo estrellado. Una bella melodía sonaba de fondo. Eledhwen comenzó a gimotear: - Es que es todo precioso... - musitó, sorbiéndose los mocos. Alcanzó a un camarero que pasaba por allí, y le agarró de la camisa, rompiéndole un trozo de la espalda, y utilizando el trozo de tela como un klinex - ahora se me derramará el rímmel y pareceré un oso panda...

Sunar PBT

Escrito 5 septiembre 2013 - 02:15

– Pensando en un Obliviate – se rio porque tal vez no fuera necesario que ella misma lo hiciera. Había varias personas del Departamento y de la oficina especializada en desmemorizar. Definitivamente le pediría ayuda a Eled o Adrian? Los miró por unos momentos. – No serán capaces en ese estado – balbuceó volviendo a poner en su boca otro trozo de comida. ¡La comida! El que hubiera preparado esos alimentos, se la ganó. Sunar no paraba de comer, tampoco es que no respirara pero no se unió al baño, chapuzón o bebidas gratis que su tío Adrian les brindió a los presentes. No era de tomar nada de alcohol, al menos no cuando pretendía regresar a casa sobria para jugar o al menos saber cómo había pasado el día, ¿los días? su hijo.

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

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La pelicastaña como se quedó apartada, ni se dieron cuenta que no brindó con ellos. Más bien se preguntaba el por qué de su inesperada ansia de comer. No. No podía ser eso, porque tenía más de dos años sin… ¿Cómo era posible que aguantara tanto? – Trabajo – eso debía ser. La joven madre poseía tanto trabajo, en todas partes que no se daba tiempo para conocer a nadie, ni para … – ¿Estaré oxidada? – pensó colocando los codos sobre la mesita mirando sin observar a todos en la fiesta. Fuegos artificiales, Accio de… chupitos, más pastel regado, compuesto y muchas risas. Asi permaneció hasta distinguir entre tantos a su amiga Cye, pero la protagonista era Xell, y Sunar, pues solo miraba. Se enteraba de todo pero sin hablar. ¿Para qué? Todos lo hacían por ella. Por un momento, cruzo los brazos y recostó su cabeza, ya no le cabía más. Eso se ganaba por comer como si no hubiera mañana. La Potter Black se desquitó de las veces que iba de inspección en inspección sin probar bocado. Sin embargo, unos pequeños aplausos, luces, y uno que otros de los invitados que se dirigieron a una de las terrazas, la llenaron de curiosidad. Levantándose se dirigió hacia ellos, viendo lo mismo que todos (al menos los que se hallaban en la terraza) En una linda barca, iba Xell con Matt. Se veían tan bonitos. No pudo volver a abrazar a la rubia antes que partiera. Esperaba que se hubiera divertido mucho en su fiesta, la que con mucho esfuerzo de sus compañeros de trabajo se realizó. Sunar solo agradeció poder compartir un poco, al menos un poco de ese cariño que todos le tenía a la Vladimir.

Pandora Stark

Escrito 11 septiembre 2013 - 12:47

Pandora ya no se sentía tan cómoda de pronto. Había cumplido con su deber, al menos con una parte, y por otro lado ya no necesitaba estar allí interrumpiendo el aire familiar que empezaba a respirarse entre los distintos asistentes. Soltó al camarero y se acercó a donde estaba Sunar. Realmente era una visión impresionante. Y fue mirando aquello que una idea se formó en su mente. Aun con varita en mano y con el vestido ya mejor colocado que al inicio, agitó a Lord en el aire e hizo aparecer un montón de estrellas bailarinas, que se bamboleaban en el aire danzando sin cesar de mover sus triangulares caderas hacia cielo abierto. Era un encantamiento barato pero efectivo, quizá poco digno del momento pero era uno de los más amenos que tenía. De algo me había servido las lecturas asiduas del grueso tomo que leyera, hacía mucho, en París.

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La Búsqueda del Libro del siglo XV.

PABELLÓN DE BAILE Página 89

Luego de aquello, recogí mis faldas e hice un gesto de despedida hacia los presentes. No estaba segura de lo que podría pensar Potter Black, Sagitas, al respecto, pero por lo pronto sentía que no me quedaba otra alternativa. Me tomaría algo de tiempo reponerme al "tropezón" de aquella fiesta, además de que no podía abandonar el escuadrón por tanto tiempo. Así que, en lo posible, sería mejor terminar con ello. Crucé la estancia hacia el lado opuesto, donde nadie prestaba atención y luego de alejarme la distancia debida, desaparecí sin dejar atrás rastro alguno de mi estancia allí. Lo único que daba fe de que no había sido todo alucinación de los miembros del departamento de accidentes, era la lazada del vestido, que había quedado tirada en el suelo junto al estanque.