Bourdieu- El Baile de Los Solteros

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    Pierre Bourdieu'

    EI bailede los solteros

    . . . . .~ ..La crisis de la sociedad eampesina

    enel Bearne .Traducci6n de Thomas Kauf

    EDIT OR IA L ANAGRAMABARCELONA

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    rroborar, que s610la atencion prestada a los datos mas triviales,que ocras ciencias sociales, que tambien hablan de mercado, sesienten legitimadas a obviar, en nombre de un derecho a la abs-rraccion que serla constitutive del proceder cientffico, puedellevar a la elaboraci6n de modelos comprobados de modo em-pirico y susceptibles de ser formalizados. Y ello, en especial.porque, cuando se trata de cuestiones humanas, los progresosen el conocimiento del objero son inseparablemente progre-sos en el conocimiento del sujeto del conocimiento que pasan,quierase 0 no, sepase 0 no, por e l conjunto de los trabajos hu-mildes y oscuros a traves de los cuales el sujero cognosciente sedesprende de su pasado impensado y se impregna de las logicasinmanentes ai objero cognoscible, Que el sociologo que escribeel tercer articulo poco tenga en cormin con el que escribi6 elprimero tal vez se deba, en primer terrnino, a que se ha cons-truido a traves de una labor de investigaci6n que le ha perrniti-do reapropiarse intelectual y afecrivamenre de la parte, sinduda, mas oscura y mas arcaica de sf mismo. Y tarnbien a que,gracias a ese trabajo de objetivaci6n anamnestica, ha podidoreinvertir en un retorno sobre e l objero inicial de su investiga-cion los recursos irreemplazables adquiridos a 10largo de unainvestigaci6n que tomaba como objeto, indirectamente, a l me-nos, e l sujeto de la investigacion, asl como en los estudios ulte-riores que la reconciliaci6n inicial con un pasado que represen-taba un lastre Ie facilit611evar a cabo.

    P a ris , ju li o d e 2 00 1

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    Primera parte.. _. .,Celibato y condicion.eampesina

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    ~Por que paradoja el celibate masculino puede representarpara los propios solteros y para su entorno el sintoma mas rele- .vante de la crisis de una sociedad que, por tradici6n, condena-ba a sus segundones a la emigraci6n 0 al celibato? No hay na-die, en efecto, que no insista en la condici6n y la gravedadexcepcionales del fen6meno. Aquf , me dice un informador,veo primogenitos de 45 afios y ninguno esta casado. He esta-do en el departamento de Altos Pirineos y alH pasa 1 0 mismo.Hay barrios enteros de solteros, a . - p . A, 85 afios), Y otro in-formador cementa: Tienes montones de tlos de 25 a 30 afiosque son "incasables", Por mucho que se empefien, y poco em-pefio Ieponen, ipobres!, no se casaran! (P. C., 32 afios).

    Sin embargo, el mero examen de las estadfsticas basta paraconvencerse de que la situaci6n actual, por grave que sea, nocarece de precedentes: entre 1870 y 1959, es decir, en casi no-venta afios, constan, en el registro civil, 1.022 matrimonies, 0sea, una media de 10,75 matrimonios anuales. Entre 1870 y1914, en cuarenta y cinco afios, se celebraron 592 rnatrimo-nios, una media de 13,15 matrimonios anuales. Entre 1915 y

    1. Este estudio es el resultado de investigaciones efecruadas en 1959 y1960 en el pueblo que lIarnaremos Lesquire y que esta si tuado en el Bearne,en e l centro de la zona de colinas, entre los rfos Gave de Pau y Gave de 010-r6n.

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    1939, en veinticinco afios, 307 matrimonios, 12,80 de media.Por ultimo, entre 1940 y 1959, en veinte afios, se contrajeron173 matrimonios, una media de 8,54. No obstante, debido alamerma paralela de la poblaci6n global, la cafda del Indice denupcialidad se man tiene relativamente baja, como muestra.: elcuadro siguiente: 1 -Evoluci6n del numero de matrimonios e Indice de nupcialidad

    Anode PobLaci6n Ndmero de fndicedecemo global m atrim onios nupcialidad

    (2 MIP x 1 .0 00 )1881 2.468 11 8,92%1891 2.073 11 10,60 %1896 2.039 15 14,60 %1901 1.978 11 11,66 %1906 1.952 18 18,44 %1911 1.894 16 16,88 0/01921 1.667 15 17,98 %1931 1.633 7 8,560/01936 1.621 7 8,62%1946 1.580 15 18,980/01954 1.351 10 14,800/0

    A la vista de estas cifras, uno tiende a conc1uir que todos losinformadores caen en el engafio 0 en la inconsecuencia. EI rnis-mo que afirmaba: [ . . . J yeo primogenitos [...J y ninguno esta ca-sado, aiiade: Habta antes segundones viejos y los hay ahora.[ . .. J Habla muchos que no estaban casados, (C6mo explicar, enestas condiciones, que el celibate masculino sea percibido comoalgo excepcionalmente dramatico y absolutamente ins6lito?

    1 . EI ind ice de nupcia lidad (entend ido como el nurnero de rnat rimo-n ios en un afio por mi l habi tantes) se s inia a1rededor del 15 % todos los afiosen Francia . Hay que int roduci r a lgunas corr ecciones a los ind ices que se pre-sentan aquf. As1,en 1946 y en 1954 elmimero de matr imonios fue anorrnal -mente alto. En 1960 el Indice de nupcialidad s610alcanz6 el 2,94.20

    1. ELSISTEMA DE LOS INTERCAMBIOSMATRIMONIALES EN LASOCIEDAO DE ANTANO

    '~,Y:-~""""',..-.A los que prefieren permanecer en elhogar pa-terno [este regimen sucesorio], proporciona la

    tranqui lidad del celibate con las dichas y alegriasde la familia.FREDERIC LE PLAY ,

    L 'O rg an is a ti on d e Laf omi ll e, pag. 36

    Antes de 1914 el matrimonio se regia por unas reglas muy .estrictas, Porque cornpromeua todo el futuro de la explotacionfamiliar, porque era ocasi6n de una transacci6n econ6mica dela maxima importancia, porque conrribula a reafirmar la jerar-quia social y la posici6n de la familia dentro de esa jerarqufa, _era un asunto que cornpetfa a todo el grupo mas que al indivi-duo. La familia era la que-casaba y uno se casaba con una fa-milia.

    La investigaci6n previa que se lleva a cabo en e l rnomentodel matrimonio abarca a toda la familia. Porque llevan el mis-mo apellido, los primos lejanos que viven en otros pueblostampoco se libran: Ba, es muy rico, pero sus parientes de Au.[pueblo vecino] son muy pobres. E1conocimiento profundode los otros que requiere el caracter permanente de la coexis-tencia se basa en la observaci6n de los hechos y gestos ajenos-se hace broma a costa deesas mujeres dellugar que se pasan lavida, ocultas tras los postigos entornados de sus ventanas, es-piando lacalle-, en la confrontaci6n constanre de los juicios re-feridos a los demas -1 0 que constituye una de las funciones delos cotilleos--, en la memoria de las biograflas y de las genea-logfas. En e l momento de tomar una decision tan seria como lade escoger una esposa para el hijo 0 un esposo para la hija, esnormal que se movilice todo e l arsenal de esos instrumentos yesas tecnicas de conocimiento, que se utilizan de forma menos

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    iiIii!J

    ;1

    sistematica en el transcurso de lavida cotidiana.' Este es e l con-texto en que hay que comprender la costumbre, vigente hasta1 u mar 1 el h mbre ue habiendo

    metalico. Por supuesto, la costumbre mandaba que me; dieranun ajuar, que no se consideraba dote. jEso hacia que por fuerzase me abriera al una uerta ( ue hest urb i ue orte)!.Mi noviatenia una hermana, ..~,~tos casos, la prirnogenita obtiene eltercio de todos los bienes con el acuerdo de los padres. Segunes costumbre, mi dote de 4.000 francos debia serreconocida-, '" ~mediante capitulaciones. En el supuesto de que se vendiera b .finca dos aiios despues de la boda por un importe total de16.000 francos, el reparto habrla sido e l siguiente, una vez res-tituida la dote (tournedot): primogenira, 1/3 + 113 = 8.000francos; segundona, 1 /4 = 4.000 francos. Las capitulacionesinstituyen que el reparto definitivo no se hara hasta el falleci-miento de los padres. Llegamos a un acuerdo mi futuro suegroy yo. Otorgara un tercio a su hija mayor mediante capitulacio-nes. Ocho dlas despues, en el momenta de firmar las capitula-ciones ante notario, se echa arras, Da su consentimiento al ma-trimonio, pero se niega a conceder e l tercio, aunque "reconocela dote". En este caso, el yerno tiene los poderes Iimitados. Me-diante e l reintegro de la dote, pueden obligarle a irse. Esuncaso mas bien raro, porque las mejoras suelen otorgarse de unavez y para siempre con las capitulaciones. El padre de mi noviafue vlctirna de la mala influencia de una tercera persona allega-da de la casa que pensaba que mi presencia en el hogar men-guarfa la influencia en la familia de su "amigo". "La tierra esmala, y tu yerno tendra que buscarse algun empleo; ira de unlado para otro, y ttl seras su criado." La negativa en el ultimomomento a concedernos el tercio por contrato nos hirio ennuestro amor propio, a rni novia y a rnf. Ella dijo: "Vamos a es-perar ... Vamos a buscarnos una casa ( ue c a se ). No vamos a seraparcerosni criados .. . Tengo dos tIOS que viven en Paris, loshermanos de mi madre, me encontraran un empleo [en bear-nes]." Yo le dije: "Estey de acuerdo. No podemos aceptar eserechazo. Ademas, siempre nos sentirlamos resentidos." Ella:"Pues me marcho a Paris. Nos escribiremos." Fue' a hablar conel alcalde y con el cura y semarch6. Yo prosegui mi aprendizajede capador en B . [un pueblo cercano].

    tenido relaciones con una mujer, se casa con otra.La primera funci6n del matrimonio consiste en asegurar la

    continuidad dellinaje sin comprometer la integridad del patri-monio. En efecto, la familia es, ante todo, un apellido, Indicede la situacion del individuo dentro de la jerarqufa social y, aeste respecto, manifestaci6n de su preeminencia 0 recordatoriode su humilde condici6n: Cabe decir que cada individuo, en-e l campo, tiene una aureola que procede de su familia, de sustfrulos de propiedad, de su educaci6n. De la grandeza y de laproyecci6n de esa aureola depende todo su futuro. Hasta loscretinos de buena familia, de familias cotizadas, se casan con fa-cilidad (A. B.). Pero ellinaje consiste, ante todo, en una seriede derechos sobre el patrimonio. De todas las amenazas que seciernen sobre el y que la costumbre tiende a alejar, la mas gra-ve, sin lugar a dudas, es la que se plantea con el matrimonio. Secomprende, pues, que el acuerdo entre ambas familias se pre-sente eI1forma de una transacci6n regida por las reglas mas ri-gurosas.

    Cuando tenia 26 afios [1901], me puse en relaciones conuna muchacha que se llamaba M.-F. Lou., mi vecina, de 21..Mi padre habfa fallecido, asi que se 1 0 cornunique a rni madre.Habia que solicitar la aurorizacion paterna y materna y, hastalos 21 afios, habla que firmar una "notificacion" que se presen-taba al alcalde. Y la chica igual. En caso de oposici6n, se reque-dan tres notificaciones. Como yo era el segundon, mi herma-no mayor, e l prirnogenito, que estaba casado, vivla en casa. Minovia era heredera. Normalmente, tendrla que haberme instala-do en casa de mis suegros. Yo tenia 4.000 francos de dote, en

    1. Vease Marcel Mager, Remarques sur Ie vi llage comme cadre de re-cherches anthropologiques, Bu ll et in d e p s yc bo lo gi e d u g ro up e d es e tu di an ts d ep sy ch ol og ie d e l 'u n iv er si te d e P a ri s V I II , n.v 7-8, abr il de 1955, pigs. 375-382.22 23

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    Yo intentaba colocarme en algun lado. Como era segun-d6n menor, y no habia pod ido casarme, tenia que encontrar unempleo, una rienda. Fui a las Landas y a los deparramentos pro-ximos. Enconrre la casa de la viuda Ho., y se la quise comprar.Estaba a punto de firmar los pape1es ( p a ss a p a p e s) con orra per-sona. Monte una tienda, un cafe, y segui con rni oficio de capa-dor y, en cuanro pude, me case con mi novia, que regres6 deParis. Mi suegro venia rodos los domingos a casa, La "calderilla"que su hija rechazaba, se la daba a los nifios. Cuando falleci6,mi mujer cobro su parte de la herencia sin mejora legal . NO.ha-bla renido ajuar ni dote. Se habla ido de su casa y se habia libe-rado de la autoridad paterna. Su hermana, mas docil y cincoaiios mas joven, habra obrenido el rercio al casarse con un cria-do de la comarca. "Este esta acostumbrado a que Ie manden",dijo mi suegro. Pero se equivocaba, porque ruvo que alquilar laf inca a su yerno, y marcharse de lagranja a . - p A.).

    II!;

    Esre caso, por S I solo, ya planrea los problemas principales.En primer lugar, el derecho de primogenitura integral , que tan-to podia favorecer a las hembras como a los varones, s610puedecomprenderse relacionado con el imperativo fundament~, ~sdecir, la salvaguarda del patrimonio, indisolu~le de la conttnu~-dad de la estirpe: el sistema bilateral de sucesion y de herenciaconduce a confundir e1linaje y la casacomo conjunto de laspersonas poseedoras de d~~chos per~ane~tes sobre el patri~o-nio, aunque la responsablhdad y la direccion de la hacienda in-cumban a una unica persona en cada generaci6n, l ou m e st e, elamo, 0 la daune, el ama de la casa, Que el derecho de primoge-nirura y la condicion de heredera (heretere) puedan recaer enuna hembra no significa, en absoluro. que el uso sucesorio serija por la igualdad entre los sexos, 10 que contradida los valo-res fundarnentales de una sociedad que otorga la primada a losvarones. En 1arealidad, el heredero no es e 1 prirnogenito, hem-bra 0 var6n, sino el primer varon, aunque llegue en septimo lu-gar . S610 cuando hay unicarnente hembras, para desespero delos padres, 0 bien cuando el primogenito se ha marchado, se24

    instituye a una hembra como heredera. Si se prefiere que el he-redero sea un var6n, es porque as! se asegura la continuad6ndel apellido y porque se considera que un hombre esta mejorcapacitado para dirigir la explotaci6n agricola. La continuidaddel lina]e, valor supremo, puede quedar garantizada indistinta-mente por un hombre 0 por una mujer, puesto que el matri-monio entre un segund6n y una heredera cumple esa funcionexactamente igual que el matrimonio entre un primogenito yuna segundona. En ambos casos, en efecto, las reglas que rigenlos intercarnbios matrimoniales cumplen su funci6n prirnera, 0sea, la de garantizar que el patrimonio se va a mantener y arransmirir en su integridad. Encontramos una prueba suple>mentaria de ello en el hecho de que cuando el heredero 0 la he-redera abandonan la casa y la t ierra , pierden su derecho de pri-mogenitura porque este es inseparable de su-ejercicio, es decir,de la direcci6n efecriva de la hacienda. Se pone as f de manifies-to que este derecho no esta vinculado a una persona concreta,hombre 0 mujer, primogenito 0 segund6n, sino a una funci6nsocialmente definida; el derecho de primogenitura noes tantoun derecho de propiedad como eI derecho, 0 mejor, el deber deactuar como propietario.

    Asimismo era necesario que el prirnogenito fuera no s610capaz de ejercer su derecho, sino de garantizar su transmisi6n.Como si se tratara de una tabula, resulta significative que sepueda conrar hoy en dfa que a veces, en los casos en que eI pri-mogenito no tenia hijos 0 faUeda sin descendencia, seIe pidieraa un segund6n ya mayor, que permanecia solrero, quese casa-ra para asegurar la conrinuidad de la est irpe a . - p . A.). Sin tra-tarse d e una verdadera instirucion sancionada por e l uso, el ma-tr imonio de un segund6n con la viuda del primogenito, al queheredaba, era relarivamente frecuente. Despues de la guerra d e1914-191810s matrimonios de esre tipo fueron bastante nume-rosos: Se arreglaban las bodas. En general, los padres presion a-ban en ese sentido, en interes de 1afamilia , para que tuviera des-cendencia. Y los j6venes aceptaban. Los sentimientos nocontaban (A. B.).

    ... . ..

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    La regla imponla que el titulo de heredero recayera auto-maticamente en el mayor de los hijos; sin embargo, el cabeza. ..de la casa: asl sucedfa cuando el hijo mayor no era digno de surango 0 cuando exisda una ventaja real en que uno de los otroshijos heredase. Aunque el derecho de modificar el orden de lasucesi6n no le perteneciera, el cabeza de familia posela una au-toridad moral tan grande, y aceptada de modo tan absoluto portodo el grupo, que el heredero segrin el uso no tenia mas re-medio que acatar una decisi6n dictada par el afan de garantizarla continuidad de la casa y de dotarla de la mejor direcci6n po-sible.

    A la vez linaje y patrirnonio, la casa (fa maysou) , perma-nece, mientras pasan las generaciones que la personifican: esella la que lleva entonces un apellido mientras que los que laencarnan a menudo s610 se distinguen por un nombre de pila:no es infrecuente que llamen Yan dou Tinou, es decir, Jeande Tinou, de la casa Tinou, a un hombre que figura en el regis-tro civil, por ejemplo, con el nombre de Jean Cazenave; puedeocurrir a veces que el apellido siga unido ala casa incluso cuan-do ha quedado deshabitada, y que se les de a los nuevos ocu-pantes. En tanto que es Ia encarnaci6n de la casa, el capmay-soue, el jefe de la casa, es el depositario del apeUido, y de losintereses del grupo, as! como del buen nombre de este, As],todo concurrla a favorecer al primogenito (e l aynat , 0 el h!reteo el capmaysoue). Sin embargo, los segundones tambien tenfanderechos sobre el patrimonio, Virtuales, estes derechos s610sevolvfan reales, las mas de las veces, cuando se concertaba suboda, que siempre era objeto de capitulaciones: Los ricossiempre hadan capitulaciones, y los pobres tambien, a partir de500 francos, para "invertir" la dote (coulouca l'adot) G.-P. A.).Por ende, l 'adot designaba a la vez la parte de la herencia co-rrespondienre a cada hijo, var6n 0 hembra, y la donaci6n efec-tuada en el memento de la boda, casi siempre en efectivo, paraevitar la fragmentaci6n del patrimonio, y s610excepcionalmen-te en tierras. En este ultimo caso, se consideraba que la tierra26

    estaba empefiada, y el cabeza de familia podia rescatarla me-diante una cantidad fijada previamente. Cuando una familia

    tenia .. como en el caso anali elestableda que en la s capitulaciones seotorgara un tercio del va-lor de lafinca al hijo menor. Cuando habla n hijos (n > 2) ,ta ._parte de cada segund6n era (P - P/4) /n, yla del primogenito,P /4 + (P - P/4) ln, donde P designa el valor atribuido a laha-cienda. La dote se calculaba de la manera siguiente: se hadauna valorad6n estimada 1 0 mas precisa posible de fa finca, oca--sionalmente recurriendo a periros locales, para 10quecada par- .te aportaba el suyo. Como base de la valoraci6n se tomaba elprecio de venta de una finca del barrio 0 del pueblo vecino.Luego se estimaban a tanto el jornal (joumade) los campos,los bosques 0 los helechales. Eran unos calculos bastante exac-tos, y por ello todos los aceptaban. Por ejemplo, para la fincaTr., la valoraci6n estimada fue de unos 30.000 francos [haciaelafio 1900]. Eran el padre, la madre y seis hijos, un var6n y cin-co hembras. AI primogenito le da n el cuarto, 0 sea, 7.500 fran.cos. Quedan 22.500 francos que hay que dividir en cinco par-tes. La parte de las segundonas es de 3.750 francos, que puedeconvertirse en 3.000 francos en efectivo y 750 francos en ropas,sabanas, toallas, camisones yedredones, es decir, en ajuar, lou "cabinet (e l armario), que siempre aporta la novia G.-P. A.).. Resumiendo, el importe de la dote era siempre una funci6n de-terminada del valor del patrimonio y del numero de hijos. Noobstante, las normas consuetudinarias no s610 paredan variarcon el tiempo y segun los pueblos, sino que nunca se aplicabancon un rigor matematico, en primer lugar porque el cabeza defamilia siempre conservaba la potestad de incrementar 0 de re-ducir la parte del prirnogenito y los segundones, y despues por- .que la parte de los solteros no dejaba de ser virtual y, por 10tanto, permaneda integrada en el patrimonio. La 'observacionde la realidad recuerda que no hay que caer en la tentacion de 'Itestablecer modelos demasiado sencillos.

    EI reparto sella llevarse a cabo de forma amistosa, en elmomento del matrimonio de alguno de los hijos. Entonees se

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    f{

    inst itufa al primogenito en su funci6n de capmaysoue, de ca-beza de la casa y de sucesor del padre. A veces, la instimciondel heredero se efectuaba por testamento. As! obraron muchoscabezas de familia en el mornento de marchar al frente, en1914. Tras la valoraci6n de lahacienda, el cabeza de familia en-tregaba a aquel de los segundones que se iba a casar un importeequivalente a su parte de patrimonio, y definia al mismo tiem-po la pane de los demas, parte que reciblan bien en el rnomen-to de casarse, bien tras el fallecimiento de los padres. Dejarseengariar por la palabra reparto constituirla una grave equivoca-ci6n. De hecho, la funci6n de todo el sistema consiste en reser-var la totalidad del patrimonio para el primogenito, pu~s . laspartes 0 las dotes de los segundones tan s610 son una compen-sacion que se les concede a cambio de su renuncia a los dere-chos sobre la tierra.'

    Buena prueba de ello esque el reparto efectivo era conside-rado una calamidad. El uso sucesorio se basaba, en efecto, en laprimada del interes del grupo, al que los segundones tenianque someter sus intereses personales, bien contentandose conuna dote, bien renunciando a ella cuando emigraban en buscade empleo, bien, sise quedaban solteros, viviendo en la casa delprimogeniro y trabajando las tierras de sus antepasados. Porello, s610 en ultima instancia se neva realmente a cabo el repar-to, 0 bien cuando, debido a desavenencias familiares, 0 a la in-troducci6n de nuevos vaiores, se acaba tomando 10 que no esmas que una compensaci6n por un derecho verdadero sobreuna parte de la herencia. Asi, hacia 1830, las tierras y la casa deBo. (casona de dos plantas, de d u s s ou le s) acabaron repartidasentre los herederos, que habian sido incapaces de llegar a unacuerdo arnistoso; desde entonces esta coda surcada por zanjasy setos ( to u te c ro u tz ad e d e b a ra ts y de plechs ) .2 Como e l sistema

    1. EI caracter gracioso que debia de tener la dote anriguamente se ref le-ja en el hecho de que el padre era muy libre de fijar su imporre segun suspreferencias, pues ninguna regia estricta esrablecia sus proporciones,

    2. Habia unos especialisras, I lamados barades (de barat , zanja), que ve-nfan de las Landas y cavaban las zanjas que dividian las f incas.

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    estaba dominado por la escasez del dinero llquido, a pesar de laposibilidad, p~evista por laocostumbre, de escalonar los pagos a10I~r~o de vanos afios, y que a veces podia alargarse hasra e l fa -llecimienro de los padres, ocurria en ocasionesque resultaraimposible efectuar el pago de una compensaci6n y que no/q.ue~dara mas remedio que proceder al reparto cuando se casabaunos de los segundones, cuya dote tenia que pagarse entoncescon tierras. A s / . se l leg6 a la l iquidacion de muchas haciendas.Tras los repartos, dos 0 tres familias vivian a veces en la mismacasa, y cada cual disponla de su rincon y de su parte de las tie-rras. La habitaci6n con chimenea siempre revertia, en estos ca-so~, al primogeniro. As] ocurrio con las haciendas de Hi. , Qu.,Di. En el caso de An., hay trozos de tierra que nunca se hanreintegrado. Algunos pudieron recomprarse despues, pero notodos. EI reparto creaba unas dificultades terribles. En el casode la inca Qu. , que se repartieron los tres hijos, uno de los se-gundones tenia que rodear todo el barrio para poder llevar suscaballos a un campo alejado que le habia correspondido (P.L.). Habfa primogenitos que, para ser duefios, ternan que ven-der propiedades y tamb ien se dio el caso de que vendieran lacasa y luego no la pudieran recuperar! (J.-PA.).o sea, la logica de los matrimonios esta dominada por unproposito esencial: la salvaguarda del patrimonio, acnia en unasituacion econornica particular, cuyo rasgo principal estriba enla escasez de dinero, y esta sometida ados principios fundamen-tales, como son la oposici6n entre el primogenito y el segundon,por una parte, y,por otra , la oposicion entre matrimonio de aba-jo arriba y matrimonio de arriba abajo, punto de e!l~uentro don-

    1 . En apl icaci6n del p rincipio se~n elcuallos bienes de abolengo per-tenecen .mas al li~aje ~ue al inclividuo, e l retracto de sangre, 0 gentilicio,o t~rgaba a ~ualqUier mle~bro de un l inaje lapos ib il idad de recuperar la po-ses ion de bienes que hub ieran s ido alienados. La casa madre (la maysoumayrane) conservaba derechos de retracto ( lo u s d r e ts de retour) sobre las tie-rras cedidas como dote 0vendidas. Por ello, cuando se vendian esas tierras,y como se sabia que tales casas renlan derechos sobre elias, el vendedor se lasofred a en primer lugar a sus propietarios a . - p . A.).

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    de se cruzan, por una parte, lal6gica del sistema econ6mico, quetiende a dasificar las casas en grandes y pequ e fi a s, s egun el tama-

    . . de las relacionesa la estricta 16gica de la economla. Por mediaci6n de la dote la .logica de los intercambios matrimoniales depende estrechamen-

    econ6micas de la sociedad.entre los sexos, segun la cualla primada y la supremada pertene-cen a los hombres, particularmente, en la gestion de los asuntosfamiliares. De 10 que resulta que todo matrimonio es funcion,por una parte, dellugar que ocupa cada uno de los contrayentesen la linea sucesoria de su respectiva familia y del tamafio de esta,Y por otra, de la posicion relativa de ambas familias en lajerar-quia social, a su vez funcicn del valor de su hacienda.

    Debido a la equivalencia entre laparte del patrimonio here-dada y la dote (l 'adot; del verbo atiouta, dotar), el importe deesta queda definido de forma casi rnatematica' al mismo tiempoque las pretensiones del beneficiario; de igual modo, las p~eten-siones de la familia del futuro conyuge respecto a la dote quecalcula recibir se rigen de forma estricta por el tarnafio de la ha-cienda. En consecuencia, los matrimonios tienden a celebrarseentre familias equivalentes desde el punto de vista econ6mico.Sin duda, una gran hacienda no basta para que una familia seaconsiderada grande. Nunca seotorgara carta de nobleza a las ca-sas que 0010 deben su elevada posicion 0 su riqueza a su codicia,a su empecinada laboriosidad 0 a su falta de escnipulos, y queno saben poner de rnanifiesto las virtudes que legftimamentecabe esperar de los poderosos, particularmente, ladignidad en elcomportamiento yel sentido del honor, lagenerosidad y lahos-pitalidad. Y, a la inversa, la calidad de gran familia puede sobre-vivir al empobrecimiento. Por mucho que en la vida cotidianala riqueza represente solo un aspecto mas en la consideracionque merece una familia, cuando se trata de matrimonio lasitua-cion econ6mica se irnpone como factor primordial. La transac-ci6n econ6mica a laque el matrimonio da pie esdemasiado im-portante para que lalogica del sistema de valores no ceda el paso

    En efecto, los imperativos se. nenrnogenito con un rigor muy particular porqueha de conseguir,en el momenta de su matrimonio, una dote suficiente para po-der pagar la dote de sus hermanos y hermanas menores sin tenerque recurrir al reparto ni a la amputaci6n de la hacienda. Estanecesidad es igual para todas las casas,ricas 0pobres, porquela dote de los segundones crece proporcionalmente con el valordel patrimonio, y tambien porque la r iqueza consiste esencial-mente en bienes rakes y el dinero en efectivo es escaso. La elec-ci6n de la esposa 0 del esposo, del heredero 0 de laheredera, tie-ne una importancia capital, puesto que contribuye a determinarel importe de la dote que podran recibir los segundones, el tipo: '. _de matrimonio que podran contraer e incluso si les sera. Hcilcontraerlo; a cambio, el numero de hermanas y, sobre todo, dehermanos menores por casar influye de forma considerable enesa eleccion, En cada generaci6n se plantea al primogenito laamenaza del reparto, que ha de conjurar a toda costa, bien ca-sandose con una segundona provista de una buena dote, bienhipotecando la tierra para conseguir dinero, bien obteniendoprorrogas y aplazarnientos, Se cornprende que, en circunstan-cias semejantes, el nacimiento de una hija no sea recibido conentusiasmo: Cuando nace una hija en una casa, reza el prover-bio, sedesploma una viga rnaestra (Cua n ba t u e h i/he hens uem a ys ou , q u e c at u pluterau). No solo la hija constituye una arne-naza de deshonor, ademas hay que dotarla: encima de que nose gana el susten to y no trabaja fuera de casa como un hombre,se marcha una vez casada. Durante el tiernpo que permanecesolrera constituye una carga, mientras que un hijo aporta unavaliosfsirna ayuda, pues evita tener que contratar.criados: ~of.ello casar a las hijas seconvierte en una prioridad. . r o ~

    Los analisis anteriores permiten hacerse una idea de 10 es- ) 0 .trecho que es e l margen de libertad.1. A sf esraban las cosas hacia 1900 en elpueblo de Lesqu ire , pero els is-tema no funcionaba, en un pasado m a s lejano, de una forma tan dgida , puesla I iber tad del cabeza de familia era mayor .

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    He visto renunciar a una boda por cien francos. El prirno-genito deseaba casarse. "~C6mo vas a pagar a tus herman os me-nores? Si quieres casarte, vete." En la casa de Tr. habfa cinco se-gundonas, los padres trataban al primogenito de un modoespecial. Le reservaban los mejores bocados y 10 colmaban dearenciones. Su madre no dej6 de mimarlo hasta que ernpezo ahablar de casarse. .. Para las hijas no habla carne ni bocados ex-quisitos. Cuando lleg6 e l momento de casar al prirnogenito,tres de sus hermanas ya estaban casadas. Querla a una joven deLa. que no tenla un centimo. Su padre le dijo: "~Quieres casar-te? He pagado [por] las hijas menores, tienes que traer cuartospara pagar [por] las otras dos. La mujer no estd hecha para quela pongan en el aparador' [es decir, para ser expuesra ] , No tienenada. ~Que va a aportar?" EI chico se cas6 con una chica de E.y recibi6 una dote de 5.000 francos. El matrimonio no funcio-n6 bien. EI prirnogenito empez6 a heber y desmejoro. Muri6sin descendencia. Tras una serie de conflictos, hubo que devol-ver la totalidad de la dote a Ia viuda, que se volvi6 a su casa.Poco despues de la boda del prirnogenito, hacia 1910 , una delas hijas menores se cas6 en La., con una dote de 2.000 francos.Cuando estall6 la guerra, hicieron volver a la hija que se habiacasado en S. [la finca colindante] para que ocupara ellugar delprirnogenito. Las otras hijas, que vivian mas lejos, en Sa., La. yEs. , se disgustaron mucho ante esa decisi6n. Pero el padre ha-bla escogido a una hija casada con un vecino para incrementarsu patrimonies> a . - p . A ., 85 afios).

    La autoridad de los padres, custodios del patrimonio quehay que salvaguardar y aumentar, se ejerce de forma absolutacada vez que hay que imponer el sacrificio del sentimiento al

    1 . L ou b ac he re , m ue bl e q ue s ol ia c ol oc ars e f re nte a l a p ue rt a d e l a h ab i-t ac i6 n n o bl e ( l ou sa l ou ) 0, m as a m enudo, e n la cocina, y e n el q ue s e e xp o-nt a l a m e jo r v a ji ll a .

    2. L os T r. p ose en la m ayo r ha cie nda de L esq uire ( 76 h a), V aria s ca sa santafio h ab ita da s ( Ho ., H a., C a., S i., S i.) f ue ro n a gre ga nd os e p ro gr es iv a-m e nt e a s u p ar rl mo ni o,32

    ..~.'interes. No es infrecuente que los padres se encarguen de hacer _Jracasar los.proyectos de matrimonio. Pod ian ' de s he reda r (tks-bereta) al primogenito que se casara en contra de su voJuniaT.Eugene Ba. querfa casarse con una chica, guapa. pe-, :op9bre.SUmadre Ie dijo: "Si te casas con esa, hay de s puertas: ella en-trara por esta y yo saldre por aquel la , 0 ni." La chica se en t ero ,no quiso esperar a que ella dejara y se march6 a America. Eu-gene vino a nuestra casa, lloraba. M i mujer le dijo: "Si le hacescaso a mama ... " "iPues me casare, a pesar de todo!" Pero lachica se habia ido sin despedirse! a . - p . A .) La madre desern-pefiaba un pape l capital en la elecci6n de la esposa. Y se com-prende, teniendo en cuenta que ella es la daune , el ama de lacasa, y que la mujer de su hijo tendra que sorneterse a ' su -auro-ridad. Solla decirse de las mujeres autoritarias: No quiere sol-tar el cuchar6n { no u b oo u p as d ech a fa gahe), sfmbolo .de la au-toridad en e l gobierno de la casa.2 . -

    Que los matrimonios eran mucho mas asunto de las familiasque de los individuos es algo que evidencia todavfa el hecho deque ladote, por 10general, seentregaba alpadre 0 a la madre delc6nyuge y s610excepcionalmente, esdecir, s610en e l caso de quesus padres ya no vivieran, al propio heredero. Algunas capitula-

    1 . E I m is mo in fo rm ado r cu e:nta u n m ont6n d e c aso s s im il are s, e ntrel os c ua le s d es ta ca e l s ig uie :n te :: B . te ni a n ov ia e n s u b ar rio . E l n o c on ta bag ra n c os a. S u m ad re l e d ijo : eT e v as a c as ar c on e sa , q u e a po rta ? S i e :n tr a p ore st a p ue rt a, y o s al dr e p or a qu el la c on m i h ija [la h er ma na p eq ue fta ]" . V in o av e :r me y m e d ijo : Perdiou! ( jV al ga me D io sl ) T tl , ttl e st as c as ad o; q uie ro c a-s ar me . ( D6 nd e t e:n go q ue : i r?" L a c hic a s e m a rc h6 a A m er ic a. V ol vi 6 m uy r e-f in ad a y b ie n v es tid a, y n i s iq uie :r a s e d ig no a m ira r a B . jY a v es . .. ! .

    2. E I m ane jo dc :l c uc ha r6 n e s p re rro gativ a de la du efla de la c asa . A lah or a d e s en ta rs e e n la mesa , m i en tr a s el p u ch er o h ie rv e , e :s e ll a q u ie :n e ch a l ass op as d e p an a l a s op er a. E ll a e s q ui e:n s irv e el c oc id o y l as l eg u mb re s; c ua n-d o t od o el Mundo sc : h a s en ta do , c ol oc a l a s op e ra e nc im a d e l a. rn es a, r er nu e -v e l a s o pa c on el c uc ha r6 n, p ar a q ue s e: en fr le u n p oc o, y l ue go d eja el man-d o e :n d i re cc i6 n a l c ab e:z a d e f am il ia ( ab ue lo , p ad re 0 do), qu e se s irv e enp rim er l ug ar . M ie ntr as t an to l a n ue ra s e o cu pa e n o tr os m en es te re s, P ara r e-c orda r a la nu era q uie n m anda y p one rla e n s u l ug ar, l a s u eg ra Ie dice : "T o-davta n o s ue lt o e l c uc ha r6 n .

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    ciones preven que en caso de separacion el suegro puede lirnitar-se a pagar los intereses de la dote; la hacienda no sufre merma yel uede volver a casa siva un (tournedot) en el caso deque se extinguiera la descendencia del matrimonio en vista delcual se habfa constituido, yello durante varias generaciones. PorregIa general, si elprimogeniro falIece sin hijos, su esposa puedequedarse y conservar la propiedad de la dote; tambien puede re-damar la propiedad de la dote y marcharse. Si la esposa fallecesin hijos, tambi~ hay que devolver la dote. El toumedot repre-. sentaba una sena amenaza para las familias , especialrnente parala s que habfan recibido una.dote muy elevada. Lo que significa-ba una raz6n de mas para evitar los matrimonies dernasiado des-iguales: Sup?n~os que un hombredesea ~~se con la hijade una familia rica. Ella le aporta una dote de 20.000 francos.Sus padres le dicen: "Tomas 20.000 francos, convencido de ha-cer un buen negocio. De hecho, vas a labrar tu ruina. Has recibi-do lad?te por capitulaciones. Vas a gastar una parte . Sire ocurreun accidence, 2c6mo vas a devolverla si t ienes que hacerlo? Nopodras." Los matrimonios salen caros, hay que hacer frente a losgastos del banquete, mandar arreglar la casa, etcetera (P. L.).l!n gran alarde de protecciones consuetudinarias tiende a garan-nzar el caracter inalienable, imprescriptible e intocable de ladote: la costurnbre autorizaba al padre a exigir una garanda parala salvaguarda de Iadote; Iamayorfa de las capirulaciones inclulanunas ~ondiciones de colocacion del importe total de modo queestuviera seguro y conservara su valor. En cualquier caso, la nue-va f~lia no tocaba la dote por ternor a que uno u otro c6nyugepudiera fallecer antes de que nacieran los hijos. La esposa conser-vaba la propiedad de la dote y el marido 5610tenfa el usufructo.En realidad, el derecho de usufructo sobre los bienes muebles eldiner~, por ejemplo, eq~ivalia a un derecho de propiedad, p~eselmando solo estaba obhgado a devolver el equivalente en canti-dad y en valor. Tanto esasl ,que un primogeniro podia uti lizarlopara dotar a sus hermanos menores. En cuanto a los bienes in-rnuebles, sobre rodo, la tierra, el marido solo tenia el usufructo y

    la gestion. La esposa tenia sobre los bienes dotales aportados porsumarido derechos identicos a los deun hombre sobre la dote desuvieran, rentaspor su yerno y los administraban.

    De modo que la dote tenia una triple funcion. En primerlugar, confiada a la custodia de la familia del heredero, 0 de laheredera, que seencargaba de su gestion, tenia que integrarse enel patrimonio de la familia fruto de ese matrimonio; en caso dedisolucion de la union, como consecuencia de la separaci6n delos c6nyuges, un supuesto harto infrecuente, 0 del fallecimienrode uno de ellos, si habla hijos, iba a parar a estos, pero el c6nyu-ge supersti te conservaba el usufrucro, y si no los habia, volvfa ala familia de quien la hubiera aportado. En segundo lugar, porla dote aportada, la familia garantizaba los derechos de uno delos suyos en el nuevo hogar; cuanto mas elevada erala dote, enefecto, mas asegurada quedaba laposicion del conyuge sobreve- .nido. Aquel 0 aquella que aporta una dote considerable entracomo "amo" 0 como "arna" {daune/en el nuevo hogars.' Loque explica la renuencia a aceptar una dote demasiado elevada.Por ultimo, por muy cierto que fuera, como se ha dicho masarriba, que elmatrimonio esun asunto demasiado serio para ex-eluir 0relegar a un segundo plano las consideraciones econorni-cas, tarnbien es preciso implicar unos intereses econ6micos im-portantes para que el matrimonio se convierta de verdad en unasunto serio. En el momento de crear un nuevo hogan> latransacci6n econ6mica sancionada mediante capitulaciones asu-me a lavez elpapel de compromiso y de sfrnbolo del caracter sa-grado de las relaciones humanas instauradas por el matrimonio.De todo 10 que antecede se desprende que el prirnogenitono podia casarse demasiado arriba, por temor a tener .que de-volver a lgun i lia la dote y perder toda autoridad sobre e.1hogar.,

    1. El importe de la dote adquiere una relevanciaespecialcuando setra-ta deun hombre, por ejemplo, un segundon que entra en el hogar de unaheredera.

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    ni demasiado abajo, por temor a deshonrarse con una 1lr l'i6nmatrimonial desacertada y encontrarse en la i rnposibi lidad dedotar a sus hermanos y hermanas mas j6venes. Pero si , cuando sehabla de matrimonio de abajo arriba ( ma rid a dje d e bach tahaut) 0 de matrimonio de arriba abajo (de h aut ta b ac h), setoma siempre la perspectiva del var6n (como rnuestra la selec-cion de ejemplos), ello sedebe a que la oposicion no tiene el rnis-mo sentido segi in se trate de un hombre 0de una mujer. Comoe I sistema de valores confiere una preeminencia absoluta a los va-rones, tanto en la vida social como en la gesti6n de los asuntosdornesticos, resulta que el matrimonio de un hombre con unamujer de condici6n mas elevada es vista con muy rnalos ojos;por el contrario, el matrimonio inverso cumple con los valoresprofundos de la sociedad. Mientras la mera 16gica de la econo-mla tiende, por la rnediacion de ladote, a propiciar el matrimo-nio entre familias de riqueza sensiblemente equivalente, ya quelos matrimonios aprobados sesinian entre dos umbrales, laapli-cacion del sis tema que se acaba de definir introduce una disime-tria en e l sistema segun se trate de hombres 0 de mujeres. Paraun var6n la distancia que media entre su condicion y la de su es-posa puede ser relativamente grande cuando juega a,su favor,pero ha de ser muy reducida cuando juega en su contra. Parauna mujer el esquema essimetrico e invertido.

    De 10que resulta que el heredero ha de evitar a toda costatornar por esposa a una mujer de condicion superior a la suya;en primer lugar, como se ha mencionado, porque la importan-cia de la dote recibida constituye una amenaza para la hacienda,pero tarnbien porque todo el equilibrio de las relaciones domes-t icas resulta amenazado. No esinfrecuente que lafamilia y, muyespecialrnente, la madre, principal interesada, se oponga a seme-[ante matrimonio. Las razones son evidentes: una mujer de ex-traccion humilde se somete mejor ala autoridad de la suegra.Siempre sele recordara, sifaIta hace, su origen: Con 10que hasaportado ... (Dap fO qu i a s p o ur ta t. .. .) . 5610 cuando fallezca susuegra podra decirse de ella, como suele hacerse, ahora la nueraes daune, La hija de familia acomodada, por el contrario, es36

    daune desde que pone los pies en la casa gracias a su dote (q u 'e yen tr ad e daun e) , es respetada desde e l principio (P. L.). Pero, en 1consecuencia, la autoridad del marido queda en entredicho, yessabido que nada hay peor, desde el punto de'vista -campesinoque una explotacion agricola dirigida por una mujer..

    EI respeto de este principio adquiere una importaneiadeci-siva cuando se trata de un matrimonio entre un segundon yuna heredera. En el caso de Eugene Ba., analizado anterior-mente (pag. 33), la autoridad absoluta de la madre procedia delhecho de que era la heredera de la casa y de que su marido erade origen mas humilde. Ella era la daune . Era la heredera. Ella10era todo en aquella casa. Cuando un segundon se instala enel hogar de una gran heredera, ella sigue siendo la duefia (J.-P.A.). El caso limite es eI del hombre de origen humilde, eI cria-do, por, ejemplo, que se casa con una herederar Asl, una hijade buena familia se cas6 con uno de sus criados. Ellatocaba elpiano, y el arrnonioen la iglesia . Su madre estaba muy bien"re-lacionada y recibia a gente de la ciudad. Tras diferentes in ten-tos de matrimonio, f inalmente, se cas6 con su criado, Pa . Estesiempre fue considerado de casa de Pa. , nunca de la de su espo- 'sa. Le dedan: "Tendrlas que haberte casado con una buenacampesinita; habria signif icado otra ayuda para t i." Vivia dis-gustado consigo mismo; 10 consideraban como el ultimo monode la casa. No podia relacionarse con las amistades de su mujer.No pertenecfa al mismo mundo. Quien trabajaba era el, mien-tras ella dir igla y se 10pasaba bien. Siempre se sentfa molesto ycohibido, y tarnbien resultaba molesto para la familia. Ni si-quiera tenia suficiente autoridad para imponerle la fidelidad asu rnujer! (J.-P. A.). De aquel que se casa con una mujer de'rango mas e levado se dice que se coloca como criado sin sue l -do ( b a yl e t cb en s sou tad e ) .

    1. P. L. cuenca otro caso: H., criado en una casa, estaba enamorado delas tierras que cu1tivaba. SufrIa ( p as a be mau ) cuando 1alluvia no lIegaba. iYelgranizo! iY todo 10dernas l Acab6 casandose con 1a duefia. Todos esos t iosque hacen "matrimonies de abajo arriba" estan marcados de por vida, Sesienten rnolestos Y cohibidos .

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    Si, tratandose de una mujer, se desaprueba el matrimoniode arriba abajo, solo esen nombre de la moral masculina, moraldel a! h

    culturales: gracias a el, la familia conserva laintegridad de su p~- .trimonio y perpenia su nom~re. Para comprobar que ~l rnatn-siernpre el riesgo de contradecir los imperativos culturales, basta-ra con ana!izar la siruacion familiar resultante de ello. Para em-pezar, ese matrimonio determina una ruptura defini tiva y daraen elambito de los intereses econ6micos, entre el segund6n y sufamilia de procedencia; mediante una compensaci6n, hechaefectiva en forma de dote, el segund6n renuncia a todos sus de-rechos sobre el patrimonio. La familia de la heredera, a cambio,.seenriquece con aquello que la otra familia acaba de perder . ~lyerno sedesprende, en efecto, de todo 10 que aporta en be~eficlOde su suegro quien, a tl tulo de aval, puede otorgarle u~a hipote-ca sobre todos sus bienes. Siha aportado una dote considerable yseha impuesto por su trabajo y por su persona!idad~ se ~ehonray seIetrata como a!verdadero amo; en. e I caso contrar~o, nene quesacrificar su dote, su trabajo y, a veces, incluse su apellido en bene-ficio del nuevo hogar, sobre el cual sus suegros pi~ns~ ~eguir .manteniendo su autoridad. No esinfrecuente que el yerno pierda,de hecho, su apellido y sea designado por el nombre de la casa. '

    "'VJ.'U'''''''''U superior. mismo modo, obstaculos econ6micosaparte, nada se opone a que la primogenita de una familia mo-desta se case con un segund6n de una familia acomodada,mientras que un primogenito de familia modesta no puede ca-sarse con una segundona de familia acomodada. Resulta mani-

    r fiesto, pues, que si los imperativos economicos se aplican con e lmismo rigorcuando s e t ra ta de hombres 0de mujeres, la logicade los intercambios matrimoniales no es exactamente identicar . . .para lo s hombres que para las mujeres yposee una autonomfa! relativa porque se presenta como el punto donde se cruzan laI necesidad econ6mica e imperatives ajenos a l orden de Ia eco-

    ' , I

    i nomfa, concretamente, aquellos que resultan de 1a primadaotorgada a los varones por el sistema de valores. Las diferencias'l econ6micas determinan imposibilidades de hecho, y los impera-tivos culturales, incompatibilidades de derecho.

    Asi pues, como e 1 matrimonio entre herederos quedabapracticamente excluido, debido, sobre todo, a que implicaba ladesaparicion de un nombre y de un linaje, ' y tarnbien, por razo-nes econ6micas, el matr imonio entre segundones, el conjuntodel sistema tendla a propiciar dos tipos de matrimonio, concre-tamente, el matrimonio entre primogenito y segundona y el ma-trimonio entre segundon y primogenira. En esros dos casos elmecanismo de los inrercambios matrimoniales funciona con eIgrado maximo de rigor y de simplicidad: los padres del heredero(0 de la heredera) insti tuyen a este (0 a esta) como tal , los padresdel hijo menor (0 de la hija menor) Ie constituyen una dote. Elmatrimonio entre e1primogenito y lahija menor cumple perfec-tarnente los imperatives fundamenrales, tanto economicos como

    1. As! , en la fam ilia Jasses (nombr e ficticio ), a lo s yer nos sucesivossiempr e se les ha llamado, hasta la fecha, por su nombre de p ila seguido .porel ape ll ido de un antepasado, cabeza de famil ia de import an te proyecCl6n.hasta el punto de dar nornbre a la casa: Aunque era un hombre ho~ra~o ybueno, el nombre de Jan de jasses, pr ocedente de AI., poco comuntcatlVO,apenas se mencionaba {mentabut], Del yerno actual se habla algo mas. peroseIe conoce como Lucien de jasses a - p A.).

    1. Exceptu ando , tal Vel, el caso en el que ambos her ederos sean hijosi in icos y sus f incas est en pr6ximas, est e t ipo de mat rimonio est a mal conside-rado. E s el caso de Tr., que se cas6 con la hija de Da. Se pasa el df a yendo yviniendo de una f inca a o tr a, Siemp re esta en cam ino, siernp re en todas par-t es , nunca en su casa . Lapresencia del amo esnecesar ia (P. L.).

    JASSESI0=6. Jacques de JASSESI (apellido en el registro civil: Lasserre)fallecido joven 6.= 0 Genevieve de JASSESfll .fal lecido en 1918 6. 0i. Jan de JASSES(Lacoste)o = 6. Lucien de JASSES(Laplume)

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    \~I\

    Ademas, como hemos visto, por poco que fuera su familia mashumilde que la de su mujer, por poco que tuviera una personali-dad mas bien discreta, el segundon acababa asumiendo un papelsubalterno en un hogar que nunca era del todo verdaderamenteel suyo. Para aquellos segundones que no consegufan casarse conuna heredera gracias a la dote, a veces incrementada con un pe-quefio peculio (lou cabau) laboriosamente amasado, no hablamas salida que la de marcharse a buscar oficio y empleo en unaempresa, en la ciudad 0 en America.' Era muy poco frecuente,en efecto, que searriesgaran a arrastrar las incertidurnbres de unaboda con una segundona, el matrimonio del hambre con las ga-nas de comer; algunos de los que contralan sernejante enlace secolocaban con su esposa como criados a pension completa (bay-lets a pensiou) en las explotaciones agricolas 0 en la ciudad, y re-so lvfan as! el problema mas diflcil, el de encontrar vivienda (uecase) y empleo. Para los demas, y sobre todo los mas pobres, tan-to si eran criados 0empleados por cuenta ajena 0en su propia fa-milia, solo quedaba el celibato, puesto que estaba excluido quepudieran fun dar un hogar permaneciendo en la casa paterna.?Ese era un privilegio reservado al prirnogeniro, En cuanto a lassegundonas, parece que su situacion siempre fue mas llevaderaque la de los segundones. Debido, principalmente, a que repre-sentaban un lastre, habla prisa por casarlas, y sus dotes, en gene-ral, solian ser mayores que las de los varones, 1 0 que incrementa-ba considerablemente sus posibilidades de matrimonio.

    Pese a la rigidez y alrigorcon el que impone su logica, particu-larmente a los varones, sometidos a las necesidades economicas y alos imperatives del honor, ese sistema no funciona nunca como unrnecanismo. Tiene siempre suficiente juego para que el afecto 0 e l. _ - - - - - - -

    1. En el barrio de Ho., hacia 1900, s610habra una casa que no conta racon un emigrado a America, por 10menos. Habla en Oloron reclutadoresque animaban a los j6venes a marcharse: hubo muchos que sefueron duran-te los rnalos afios entre 1884 y 1892.

    2. Hasta cierto pun to, los imperatives propiamente culturales, concretay pr incipalmenre la proh ibici6n del mat rimonio de abajo arriba , se impo-n ian a los segundones con menos rigor.

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    i~~~_.EU~~_~.~sc~rse. Asi, ya pesar de que, por 1 0demas, eran ellos los irbitros encargados de hacer respetar las reglasde juego, de prohibir los matrimonios desacertados y de un~er,prescindiendo de los sentimientos, la s uniones conformes a J : i s re-glas, lospadres, para favorecer a un segund6n 0 uri~egundonapredilectos, les permitlan amasar un pequefio peculio ( lou cabau) ;les concedian, por ejernplo, un par de cabezas de ganado que, en-tregadas engasalhes,l reportaban susbuenos beneficios,

    Asi pues, los individuos se mueven dentro de los llmites de 1las reglas, de tal modo que el modelo que se puede construir no Irepresenta 1 0 que se ha de hacer, ni tampoco 1 0 que se hace, I ~sino 1 0 que se tenderfa a hacer al limite, si estuviera exduida \cualquier intervenci6n de principios ajenos a Is-Iogica del siste- Irna, tales Como los sentimientos. J

    Que los elementos de las diagonales principales de la rna-triz que figura a cominuaci6n sean nulos, salvo dos (probabili-dad 1 12 ) , se debe a que los matrimonies entre dos herederos 0entre dos segundones estan exduidos en cualquier caso, y masaiin cuando a ello sesurna la desigualdad de fortuna y de rangosocial; la disimetria que introduce, e!matrimonio entre una pri-mogenita de familia humilde y un primogeniro de familiaacaudalada se explica por el hecho de que las barreras socialesno se imponen con el mismo rigor a las mujeres y a los hom-bres, pues aquellas pueden casarse de abajo arriba.

    Fami li a acauda lada F am il ia h um i ld ePrimog_enito Segundon Primog_in i to Se!!! .ndon

    Familia {Primogenita 0 1 0 0acaudalada Segundona 1 0 0 0Familia {Primogenita 0 1 /2 0 1hurnilde Segundona 11 2 0 1 0

    1. Contrato amistoso mediante el cua1seentrega a un amigo de confian-za, t ras haber hecho una va1oraci6n , una 0 varias cabezas de ganado; los pro -ductos secomparten, as! como los beneficios y las perdidas que da lacarne.

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    (1 ,

    Si se adopta el principio de diferenciaci6n uril izado por lospropios habitantes de Lesquire, uno se ve abocado a oponer lascasas relevantes y las casashumildes, 0 tarnbien los

    Las farnilias relevantes, que no son riecesariamente las mas ri-cas del momento, son percibidas y se perciben a SI mismasde autenrica nobleza. De 10. sedesprende que la opini6n publica tarda en otor~ar su . ... ..,.uV .....miento a los nuevos rices, al margen de su nqueza, estilo devida 0 exiro.Resulta de rodo ello que las jerarqufas sociales que la con-ciencia comun distingue no son ni totalmente dependlilenteSni totalmente independientes de sus bases econ6micas. E 0 es pa-tente cuando se trata de contraer matrimonio. Nunca falta, sinduda, en el rechazo de las uniones que se rienen por desacerta-< l a s la consid.eracion de l .intere~~~{}n6mico, debido a que en elmatrimonio se produce una transacci6n de gran relevancia. Sin_'. embargo, de igual modo que una familia de poco reng~bre.puede hacer grandes sacrificios para casar a uno de sus hlJOSenuna familia relevarlte, el primogenito .de .una casa,relevantepuede rechazar un partido mas ventajoso desde una perspectiv:l_econ6mica para casarse segtin su rango. . .Como mas bien distingue jerarquias sociales que~.lases es-rr ictarnente determinadas por la economia, la oposici6n entrecasas relevantes y humildes sesima en .elorden social y es relati-varnente independiente de las bases econ6micas de la socieda.d.Aunque no sean nunca del rodo independientes,~g!l~g.1S- ~; : ; , t :#n~~t~~~~J-!f~~~t~kf:g;~!J.:_los intercambios marrimoniales-La oposici6n basada en la desigualdad de rango separa de lamasa campesina a una aristocracia rural dist inta no s61~por suspropiedades, sino, sobre todo, por la nobleza de su orlgen,. porsu est ilo de vida y por la consideraci6n social de la ~ue es obJet~;implica la imposibil idad (en derecho) de determmados matn-monios considerados desacertados, en nombre de unas razones -primero sociales y luego econ6micas. Pero, por otra p~rte, l~desigualdades de fortuna se manifiestan con cada matnmOnlOparticular, incluso dentro del grupo al que se pertenece por lajerarqufa social y a pesar de la homogeneidad de las extensiones

    y paysantots) .~Se corresponde esta discinci6n con una oposici6n manifiestaen el ambito econ6mico? De hecho, aunque la distribuci6n delos bienes rakes permita diferenciar tres grupos, las fincas demenos de 15 hectareas, que alcanzan la cifra de 175, las fincasde 15 a 30 hectareas, que suman la cifra de. 96, y las fmcas demas de 30 hectareas, que llegan a la cifra de 31, las separacionesno son dernasiado insalvables entre las tres categorlas. Los apar-ceros y losgranjeros son poco numerosos; las.fincas diminutas(menos de 5.ha) y los lat ifundios (mas de 30 ha) constituyenuna proporcion infima dentro del conjunto, respectivamente,12,3 % ye l 10,9 %. De 10que se desprende que elcri terio eco-n?mico "". t iene entidad suficiente para deterrninar por sf.solodlfere~clacl,ones sensibles. Si~ embargo, la existencia de la je-rarquia SOCIales algo que se siente y se afirrna de forma mani-~esta. La familia relevante no s610 es reconocible por la exten-sion de sus tierras, sino tambien por determinados signosexternos, tales como la importancia de la casa: se dist inguen lascasas de dos plantas (maysous de d u s s o ul es ) 0 casas de arno(maysous de meste) y las casas de una sola planta, residencia degranjeros, de aparceros y de campesinos humildes. La casonase define por el gran porton que da acceso al patio. Las rnuje-res, afirma un soltero, miraban mas el port6n (lou pourtale)que el ho~bre. La familia importante tambien se distinguepor un estilo de vida; objeto de la estima colectiva y honradapor rodos, tiene el deber de manifestar en grade maximo el res-peto por los valores socialmente reconocidos, si no por respetodel honor, al menos por miedo de la verguenza (per bounte ouper aunau). EI primogenito de una familia relevante (lou granaynat) ha de mostrarse digno de su nombre y del renombre desu ca,sa;y para ello, mas que cualquier otro, t iene que encarnarlas virtudes del hombre de honor (bomi d'aunou), es decir, lagenerosidad, la hospitalidad y el sentirniento de la dignidad.

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    de tierras pose!das. La oposicion entre una familia mas rica yuna familia menos rica no es nunca el equivalence de la oposi-cion entre los relevancesy los humildes. Aun asi, debido alrigor con el que la necesidad econ6mica domina los intercam-bios matrimoniales, el margen de disparidad admisible perma-nece siempre restringido de tal modo que, mas alla de un um-bra! determinado, las diferencias econ6micas hacen que resurjala barrera, e impiden, de hecho, los enlaces. As], junto a la lineade separad6n que separa dos grupos jerarquicos dotados decierta permanencia debido a la estabilidad relativa de sus basesecon6micas, las desigualdades de fortuna tienden a determinarpuntos de segmentaci6n particulares, y ello muy especialmentecuando setrata de contraer matrimonio. La complejidad que re-sulta de estos dos tipo de oposici6n se duplica debido al hechode que las reglas generales nunca se salen de la casuistica espon-tinea; ello es asf porque el matrimonio no se sinia nunca plena-mente en la Iogica de las alianzas 0de la 16gicade los negocios.

    Conjunto de bienes muebles e inmuebles que forman labase econ6mica de la familia, patrimonio que ha de rnantenerseindiviso a 1 0 largo de las generaciones, entidad colectiva a laque cada miembro deJ~Jamilia ha de subordinar sus intereses ysus sentimientos, la(casa es el valor de los valores, respecto alcual todo el sistema s~::6fganiza. Bodas tardlas que contribuyena limitar la natalidad, reducci6n del mimero de hijos (dos porpareja como media), reglas que regulan la herencia de los bie-nes, celibato de los mas j6venes, todo contribuye a asegurar lapermanencia de la casa. Ignorar que esa es tarnbien Ia funci6n I t~tI , primera de los intercambios matrimoniales significaria vedarse ! 1la comprensi6n de su estructura. )I

    Con sernejante logica, ~quienes eran los celibesi Sobre todo,los segundones, especialmente, en las familias numerosas y en lasfamilias pobres. El celibato de los primogenitos, raro y excepcio-nal, se presenta como ligado a un funcionamiento demasiado rf-gido del sistema y a la aplicaci6n mecanica de ciertos imperati-44

    vos , Como elcaso, por ejemplo, de los primogenitos vfctirnas de laautoridad excesiva de los padres. P. L.-M. [artesano del pueblo,de 86 afios de edad] nunca disponla de dinero para sa l ir ; .no saHanunca. Otros sehabrfan rebelado contra elpadre, habrfan tratadode ganarse un poco de dinero fuera de casa; el se dej6 dominar.Tenia una madre y una herman a que estaban al tanto de.todo 1 0que sucedia en elpueblo, fuera cierto 0 falso (a to r o u a d ret ), sinsalir nunca. Dominaban la casa. Cuando el hab16 de casarse, sealiaron con e 1 padre. "~Paraque quieres una mujer? Yahay dos encasa."Hada novillos en laescuela. Nunca lededan nada. Se 10 to-maban a broma. La culpa de todo latiene laeducacion a ..:P.A).

    Nada mas ilustrativo que este testimonio de un viejo soltero(1. A.) nacido en 1885, artesano domiciliado en el pueblo:Nada mas acabar la escuela, me-puse a trabajar con rni padreen el taller. Fui al servicio en )905, servf en e l XIII Regimientode cazadores alpinos, en Chambery , Conservo muy buen re-cuerdo de mis escaladas en los Alpes. Entonces no habia esqufs.Nos atabamos a las botas unas tablas redondas, 1 0 que nos per-mitfa subir hasta la cima de los puertos. AI cabo de dos afios deservicio militar, volvi a casa. Tuve relaciones con-una muchachade Re. Habfamos decidido casarnos en 1909. Ella aportaba unadote de 10.000 francos y el ajuar. Era un buen partido (u boupartit). Mi padre se opuso formalmente. En aquel entonces, e 1consentimiento del padre y de la madre era imprescindible.!"No, no debes casarte." No me dijo sus motivos, pero me losdio a entender, "No necesitarnos a ninguna mujer aquf." Noeramos ricos. Habla que alimentar una boca mas, cuaado ya te-nfamos a mi madre y a mi hermana. Mi hermana s610 estuvofuera de casa seis meses, despues de casarse. Volvi6 en cuantoenviud6 y sigue viviendo tonmigo. Por supuesto, podia haber-me marchado. Pero, en aquel entonces, e l primogenito que se

    1. A l a v e z ju r ld ic a rn e nr e y r na te ri al me nt e, S 61 0 l a f am il ia p o di a ga-rantizar un hogar equ ipado ( Io menadj e g am it ), es decir, el m o bi li ar io d o-mesr i co: el " ap ara do r" , e l a r ma rio ; l a c a ja d e l a c am a (l'arcaillieyt), e l so rni e r ,e tce tera .

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    instalaba con su esposa en una casa independiente era una ver-gii~nza [u escami. ) esdecir una verguenza que desacredita y ridi-culiza autor a la .

    liar. Adernas, rnientras los padres viviesen, sus derechos ala pro-piedad no pasaban de virtuales. Los padres soltaban el dinero concuentagotas ... Los j6venes a menudo no tenlan ni para salir.Elios

    por supuesto que se habra producido una pelea grave. No hablaque mostrar ante los demas los conflictos familiares. Por su-puest~, h~bda tenido que irse lejos, alejarse del avispero ( ti ra s d efa baille: literalmente, "zafarse del brasero"). Pero era dificil. Meafect6 mucho'~;Jlar. Las chicas de mi edad estaban to-das casadas. L a S otras ya no me atrafan, Ya no me interesabanlas.chicas para casarrne: antes, sin embargo, me gustaba muchobailar, sobre todo, los bailes antiguos, la polca, la mazurca, elva l s . . . P~ la quiebra de mis-proyec-tes-de boda4labfa rote alga:se me habran pasado las ganas de bailar, de tener relaciones conotras chicas, Cuando salta, los domingos, era para ir a jugar a las.cartas: a veces echaba un vistazo al baile . Trasnochibamos, en-tre ~icos, jugabamos a las cartas, luego regresaba a casa haciamedianoche. (Entrevista realizada en bearnes.)

    narse unos dinerillos para sus gastos fuera; se colocaban duran~euna temporada como cocheros 0jornaleros ..As], hadan algtin di-nero, del que podian disponer a su antojo. A veces, cuando tenia .... . , ,~que ir a hacer el servicio militar, daban alhijo menor alg6n pecu-lio ( u c a ba u ): 0bien un rinconcito de bosque que podia explotar.o bien un par de ovejas, 0 una vaca, 1 0 que le permida ganar unpoco de dinero. Por ejemplo, me dieron una vaca que ledejea unI D ! i g o _ e p _ g a s a h l e s . L < > ~ primogenitos, muy a menudo, no teniannada y no podlan salir. "Tll te quedaras-contodo" (quittabtraStout) decian los padres! y, mientras, no soltaban nada. Muchos,antes. sepasaban toda lavida sin salir de casa. No podfan salir por-que no tenfan ni un centimo que fuera suyo, para invitar a unascopas. Y eso que entonees con cuarro perras te pegabas una buenajuerga con tres 0cuatro amigos. Habfa familias asi dondesie.n;':prehabian tenido solteros. Los j6venes no tenlan personalidad; e .sta-.ban acogotados por un padre demasiado duro a.-p.-A.) .Que algunos primogenitos estuvieran condenados al cehba- .to, debido a la autoridad excesiva de los padres. no quita que.normalmente, hicieran buenas bodas, El capmaysouhiene don-de escoger (P. L.). Pero las posibil idades de matrimonio se r~-ducen paralelamente con el nivel social . Sin duda, al contrartOque a los prirnogenitos de las familias relevantes, los segundones 1de origen mas hurnilde, ajenos a las preocupaciones de los enla-ces desacertados y a las trabas suscitadas por e l pundonor 0 elorgullo, tenian, en ese 3;Specto.una libertad de elecci6n mayor. .~ a pesar de la sentencia que reza que mas valegenre que dmero (qu e b au me y g e n qu 'a rge n ), rarnbien ten.an,mas por necesidad que por orgulln, que tornar en consid.eraCI6nla importancia de la dote que la esposa aportarfa,

    Pero, ~~bre todo, ~ra entre los capmaysoues, los primogenitosd~ l~ fanllh~ campesmas relevantes, donde los imperativos eco-norrucos seejerclan con mas fuerza, donde mas abundaban los ca-sos de ese tipo, Quienes querfan casarse en contra de la voluntadde los padres no tenfan mas remedio que marcharse, exponiendo-se a ser desheredados en beneficio de otro hermano 0 hermana.Pero marcharse Ieresultaba mucho menos fici1 al primogeniro de~a familia ca_n:pesinarelev~te que a un segund6n. .aprirnoge-nito de lafamilia Ba. [cuya historia serelata en lapagina 33, el ma-yor de Lesquire, no podia irse. Habia sido el primero en el puebloque ?ev6 chaqueta, Era un hombre importante, concejal del ayun-ramrento, No sepodia ir. Y, adernas, tampoco eracapaz de mar-cha:se p:;-a ganarse la vida. Estaba demasiado e nm o us su ri t ( " en se -I iioritado de moussu; sefior) G-P. A.). Obligado a rnostrarse a laaltura ~e su circunstancia, el primogeniro era victima, m a s que. cualquier otro, de los imperativos sociales y de laautoridad fami-

    1. EI verbo escarn[significa irnitar burlonamente, caricaturizar.1. Una sentencia que sepronuncia a menudo i r6nicamente, porque se

    presenta como el slmbolo de la arbitrariedad y de la t ir anfa de 105 ancianos.46 ______________________ 47 ~~

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    junto al segund6n que huye de la casa familiar y se marchaa la ciudad, en busca de algun empleo modesto, 0 a Americapara hacer fortuna, Itambien existe el que se queda junto al pri-mogenito por apego a la patria chica, al patrimonio familiar, ala casa, a la tierra que siempre ha trabajado y que considerasuya. Entregado absoluramente, no piensa en el matrimonio.Su familia tarnpoco tiene prisa en verlo casado y trata a menu-do de retenerlo, durante un tiempo, por 10 menos, al serviciode la casa; algunos condicionaban la entrega de la dote a la con-dici6n de que elsegund6n seaviniera a trabajar junto al primo-genito durante un ruirnero determinado de afios, otros se limi-taban a prometer un aumento de la parte. En ocasiones, se )llegaban a firmar autenticos contratos de trabajo entre el cap- )maysoue y e l segund6n cuya situacion era la de un criado. i

    Yo era el ultimo de una familia de cinco hermanos. Antesde la guerra de 1914 (nacio en 1894), estuve de criado en casade M., y luego en casa deL. Guardo muy buen recuerdo de esaepoca. Despues hice la guerra. Cuando volvl, me encontre unafamilia mermada: un hermano muerto, el primogenito, e l ter-cero arnputado de una pierna, el cuarto un poco atontado porla guerra. Estaba contento de haber vuelto a casa. Mis herma-nos me mimaban, los tres eran pensionistas, rnutilados de gue-rra. Me daban dinero. EI que estaba enfermo de los pulmonesno podia valerse solo, yo le ayudaba, le acornpafiaba a las feriasy a los mercados. Tras su muerte, en 1929, pase a depender dela familia del segundo de mis hermanos, que se habfa converti-do en el primogenito. No tarde en darme cuenta de 10a isladoque estaba en esa familia, sin mi otro .hermano ni rni madre,que tanto me mimaban. Por ejemplo, un dia que me tome la li-bertad de ir Pau, mi hermano me echo en cara que se perdieran

    1. Cadettou; el segund6n , es un personaje de la t radici6n popular en elque a los bearneses les gusta reconocerse. Vivo, astuto, malicioso, se las arre-g la s iempre para hacer que el derecho le favorezca y salir airoso de las adver-sidades gracias a su ingenio.

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    unas cuantas pacas de heno, que hablan quedado al raso a mer-ced de la, torrnenta, y que habrla recogido si hubiese estado alll,Ya se me habla pasado la edad de casarme. Las chicas de miedad se hablan marchado 0 estaban casadas; con frecuenciamesenna triste en mis rnornentos de asueto: me los pasaba bebien-do con los arnigos, que, en la mayoria de casos, estaban en lamisma situacion que yo. Le aseguro que, si pudiera volver ,il!ras,dejaraa mi familia sin pensarmelo dos veces y me colocarfa enalgu.n sitio, y ta l vez me casaria. La vida serfa mas agradablepara mf. Para empezar, tendrfa una familia independiente, s610rnla. y, adernas, el segund6n, en una casa, nunca trabaja 10su-ficiente. Siempre tiene que estar en la brecha. Se le echan cosasen cara que un patron jarnas se atreverla a reprochar a sus cria-dos, Mi unico refugio, para tener un poco de tranquilidad, esencerrarme en casa de Es.;1 en el unico rincon habitable he ins-ralado un catre (testimonio recogido en beanies).

    Por sendas opuestas, e l segund6n que se marchaba a la ciu- )dad para ganarse la vida y el hijo menor soltero que se quedabaen la casa garantizaban la salvaguarda del patrimonio campesi-no.? Habfa unos segundones ancianos en unas casas que esta-ban a unas dos horas de camino (unos 7 u 8 kilometres), encasa de Sa., en casa de Ch., en el barrio Le. , que venfan a misaalpueblo, s610los dlas de fiesta y que, a sus setenta afios, nuncahabfanestado en Pau 0 en Oloron. Cuanto menos salen, .me-nos ganas de salir tenfan. Claro, tenlan que ir caminando. Ypara ir caminando a Pau, hay que tener ganas. Si no ten I annada que hacer all f , pues, sencillamente, no iban. Y no tenfannada que hacer alli , El primogenito era e l que salla, Ellos er.anlos pilares de la casa. Arin quedan algunos a . - p . A.).La situacion del criado agricola se pareda bastante a la delsegund6n que se quedaba en casa. A diferencia del obrero agrl-

    1. Ejemplo de casa que ha conse rvado su nombre, a pesar de haber te-nido diversos propietarios y de estar abandonada en la actualidad.

    2. El segund6n tenia, en princip io, el usufructo vitalicio de su parte,Cuando moria, sise habra quedado soltero, esta rever tla al heredero.

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    cola jornalero, que s610consigue jornales ( joumaus) en vera-no y se queda a menudo sin trabajo durante todo el invierno ylos dlas de lluvia, ue con frecuencia no tiene m a s remedio que

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    aceptar os a para ames ( ta j un ta ) , y que gasta practicarnente todo 10 que gana(scincc centimos al dfa, y 1a comida, hasta 1914) para com-prar pan 0 harina, el criado ( lo u b a yl et ) goza de mayor seguri-dad.' Contratado para todo el afio, no tiene que temer 1allega-da del invierno ni los dlas de lluvia, pues tiene comida y techoy le 1avan 1aropa. Con su salario, puede comprarse tabaco e ir atornar una copa los domingos. Pero, a cambio, el viejo criadotenia qlle resignarse al celibato las rna,s de las veces, ora por ape-go a 1acasa y devoci6n por sus patrones, ora porque no dispo-nfa de suficienre dinero para establecerse y casarse. Para el cria-do, casi siempre un segund6n de familia modesta, como para e lobrero, el matrimonio era muy diflcil , y en 'estasdos categorfassociales es donde mas abundaban antes los solteros.s

    Como era segund6n, me colocaron muy temprano, a losdiez afios, como criado en Es . Alll tuve relaciones con una chi-ca. Si nos hubieramos casado, habrlamos hecho, como dicen,"el matrimonio del hambre con las ganas de comer" ( lo u ma r i-d aje d e fa h am i da p fa set). Eramos tan pobres el uno como laotra, E1primogeniro, claro esta, ya tenia la "casa con todo" (lou

    1. Se dist inguIa antes ent re l ou s m e st es 0 capmaysoues, es dec ir, losamos, relevantes 0 modesros, l ous bourdes-m iey tades , los aparceros; lousb ou rd es e n a fo rm l! , l os granjeros; l o us oub re s , los obreros, y l ou s bayl et s , l os cria-dos, Un criado muy bien colocado ganaba de 250 a 300 f rancos anuales antesde 1914. Siahorraba mucho , pod ia esperar poder comprar una casacon unosdiez 0 doce aiios de salario y, con la dote de alguna muchacha y un poco dedinero prestado, comprar una granja y algo de tierra. EIjornalero, por el con-trario, no tenia practicamente ninguna esperanza de prosperar . En cuanto ha-blan hecho laprimera comuni6n , a los nif ios y a las nif ias los colocaban comocriados 0sirvientas (gouye),

    2. La diferencia de edad entre los c6nyuges era , como media, mayorantes que ahora. No era infrecueme que hombres maduros, pero ricos y defamilia relevanre, secasaran con muchachas de 20 a 2S afios.

    menad }egami t ) de nuestros padres, es decir los rebafios, el :~-rral, 1acasa, las herramientas agrkolas, etcetera, 10que l e f a ci li -

    casarse. La chica con 1a tenia relacio-nes se march6 a la ci suele no esperan.Lo tienen mas facil para irse, para "colocarse" en la ciudadcomo criadas, deslumbradas por alguna amiga. Yo, mientras,me diverda a mi manera, con otros chicos queestaban en elmismo caso que yo. Nos pasabamos noches enteras (noueyteya"l iteralmente: "pasarse de juerga" toda la neche, noueyt ) .c::nelcafe;jugando a las cartas hasta el amanecer, hadendo pequefias"comilonas". Casi siempre hablabamos de muj eres , las dejaba-

    . m o sm u y mal,por supuesto. al dfa siguienteponfamos verdesa los compafieros de la juerga de la noche anterior (N., criadoagricola, nacido en 1898; entrevista realizada en bearnes).

    En las reladones entre los sexos y en las bodas era dondemas seponla de manifiesto la conciencia dela jerarqula social. .,,,,

    En el baile, ningun segund6n de familia humilde (u caddetdep e t i te g a rbu r e ) se acercaba demasiado ala hija menor de Gu.[uncampesino importante]. Los otros segundones en seguidahubieran dicho: jMenudo pretencioso! [Prerende camelarselapor su dote! Los criados que tenlan buena planta sacaban a ve-ces a bailar a las herederas, pero no solia ocurrir. Habfa un cria-do bien parecido que era aceptado por la buena sociedad; ibadetras de la heredera de Es . Y se cas6 con ella. T odo el mundo"puso el grito en cielo" al ver que se casaba con ella. Era algo ex-traordinario. Todo el mundo estaba convenddo de que serfa suesclavo. De hecho, no fue ni remotamenre asf adopt6 el com-portamiento de los padres de su mujer, que acababande volverde America y vivian de renta, se convirti6 en un sefior y no vol-vi6 a trabajar. Todos los viernes iban a 010r6n) a . - p . A.}.

    La logica de los intercambios matrimoniales tiende a salva-guardar y a perpetuar la jerarqula social. Pero, mas profunda-mente, el celibaro de determinadas personas se encuentra inte-

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    grado en la coherencia del sistema social y, por ello, tiene unafunci6n social evidente. Por mucho que constituyera una espe-

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    cie de fallo del sistema, el celibate de los primogenitos no era,en el fondo, mas que e l efecto lamentable de una afirmaci6n ex-cesiva de la autoridad de los padres, piedra angular de la so c ie-

    \ dad. En 1 0 que a lo s dernas se refiere, segundones e individuost de origen humilde (de p e ti te g a rb u re ), granjeros, aparceros,

    t l obreros agrfcolas y, sobre todo, criados, su celibato se inscribeen la l6gica de un sistema que rodea profusamente de protec-ciones al patrimonio, valor supremo. En esa sociedad en la quee l dinero es escaso y care,' donde 1 0 esencial del patrimonio 1 0constituyen los bienes rakes, el derecho de primogenitura, cuyafunci6n estriba en garantizar las tierras trasmitidas por los ante-pasados, es inseparable de la dote, compensaci6n otorgada a lo ssegundones para que renuncien a sus derechos sobre las tierrasy la casa. Pero, a su vez, la dote conlleva una amenaza: por ellosehace todo 1 0 posible para evitar un reparto que arruinaria a lafamilia. La autoridad de lo s padres,~~~~lat~~~el apego a la tierra, a la familia y al apellido determinan al se-gund6n a sacrificarse, ora marchandose a la ciudad 0emigrandoa America, ora permaneciendo en la finca, sin esposa ni salar io.s

    Basta, para explicar que el matrimonio constiruye un asun-to que pertenece mas a la familia que al individuo, y que se lle-va a cabo segiin lo s modelos estrictamenre definidos por la tra-dici6n, mencionar su funci6n econ6mica y social. 1 . . 0 que no es

    1. Todos los informadores suelen insistir en la escasez del dinero Hqui-do: No habra d inero, n i para las sa lidas de los domingos. Se gastaba poco.Una tort il la y una ' chuleta 0 un po lIo era todo 10 que pedlamos que nos hi-cieran [en la fonda] (A. A.). Ahora hay una abundancia de dinero que en-tonces no habla. La gente no es mas ric a, pero circula mas dinero; quien po-dla vivir en su casa y ahorrar unos centimos era feliz, pero no quien teniaque comprarlo todo, e l obrero, por ejemplo. Ese era el mas desdichado detodos (F. L.).

    2. A la inversa de o tras regiones ru ra les, Lesqu ire ignoraba las bromasr iruales que suelen hacerse a los solteros, varones 0 hembras, durante los car-navales, por ejemplo. (Vease, A. Van Gennep, Ma n u el d e f o l kl or e f ta n fa is ,tomo I, 1 Y2, Par is, Editions Auguste Picard, 1943-1946.)

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    6?ice para que tarnbien se pra~ique,.e~la socied~d.d...e.antafio y faun en la actual, una segregacion de los sexes brutal. Desde la Y 1infancia, chicos y chicas estan separados en los ban~os de 'la es- ~cuela y en el catecismo. De igual modo, en la iglesia , los hom-bres se agrupan en e l coro 0 en el fondo de la fila central debancos, cerca de la puerta, mientras las mujeres se acornodanen los bancos laterales y los primeros de la fila central. El cafees un lugar reservado a lo s hombres, y cuando las mujeres de-sean decides algo a su s maridos no van elias personalmenre,sino que mandan a su s hijos. Todo el aprendizaje cultural y elconjunto del sistema de valores tienden a desarrollar en losmiembros de uno y otro sexo actitudes de exclusi6n redprocasy a crear una distan~ia que no puede cruzarse sin rurbacion. 'De tal modo que la intervencion de las fami l ias era, en ciertomodo, impuesta por la 16gicadel sistema, y tarnbien la del ca-ym..~~l~~_.o ~~~f!!.e~a,.llamado- tracbur ( 0 ' " talame, ~ivalle del Gave de Pau). l1ada falta un interrnediario para ha-cer que se encontraran. Una vez se han hablado, ya marcha.Hay muchos que no tienen oportunidad de conocer a chicas 0que no se atreven a ir a su encuentro. El anciano cura ha arre-glado muchos matrimonios entre familiasrelevantes de biern-pensantes. Por ejemplo, B. no salta, era tfmido, apenas iba albaile: e l viejo cura va verle: "Te has de casar." La madre: "Ha-bria que casarlo, pero no encuentra con quien, es diflcil." "Nohay que mirar ladote"; dice el cura: "hay una chica que sed parausted [la madre] un tesoro." Lo casa con una chica pobre, conla hija de unos aparceros a lo s que conoda a traves de una riamuy devota'E..:.~~_!ambien ha arreglado el matrimonio de I , . .En muchos casos ha conseguido que antiguas familias que noestaban dispuestas a rebajarse aceptaran una bodacon hijas defamilias pobres. Muya menudo, el yendedor a_o:{bulante(crou-Jetayre) hada las veces de trachur. La:inadre le deda: "Quiero

    1. Ellenguaje es revelador: las expresiones h a b is te s (literalmenre: .Ian-zar miradas) y p a rl a u e g o uy at e ( li teralmenre: hablar a una chica) signifi-can cortejar,

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    casar a mi hijo." El lo hablaba con gentes que tenfan hijas casa-deras en Ar., Ga., Og., y los demas lugares por los que el pasa-ba. Muchos matrimonios se asf.

    era un pariente 0algun amigo. Sehabla-ba el asunto con los padres de la chica y luego se le deda al"V . "ozo: ente conmigo, vamos a pasear, te voy a presentar. (P. L., 88 afios). Era costumbre, una vez el trato concluido,ofrecer algun obsequio al t rachur y convidarlo al banquete deboda. De quien habia arreglado el matrimonio solia decirse:S e ha ganado un par de botas (que sa g agnat u pa de bottines).I En este contexto ha de comprenderse el tipo de matrimo-

    ~io Hamado barate en la llanura de l Gave y crouhou en Lesqui-Ire, por e l que se unen dos hijos de una familia (dos hermanos 0i dos hermanas, 0 un hermano y una hermana) con dos hijos deI otra, La boda de uno de los hijos proporciona a los dernas laI ocasi6n de conocerse, y se saca buen provecho de ella (P. L.).

    IJ Notese que, en este caso, salvo si una de las familias tiene m a s! ( de dos hijos, no hay entrega de dote.La restricci6n de la libertad de elecci6n tiene, pues, tam-

    bien su lado positivo. La intervencion directa 0 mediata de lafamilia, sobre todo de la madre, hace que se vuelva innecesariala busqueda de una esposa. Se puede ser bruto, patoso, tosco ygrosero sin perder todas las posibilidades de llegar a casarse. EImas joven de la familia Ba., celoso, arisco, cascarrabias (roug-nayre) , desagradable con las mujeres, malo, ~nofue novio de lahija de An., la heredera m a s guapa.y rica de la comarca? Y talvez no sea una exageraci6n pensar que, gracias a ese mecanis-rno, !~ociedadgarantiza la salvaguarda de slls,_yalo.res,funda:_mentales, en concreto, las virtudes campesinas. ~Acaso noopone la conciencia tradicional e l campesino~---(loupaysa) alsefior- ( lo u mou ssa )? Sin duda, de igual modo que se oponia alcampesino enmoussurit , asefioritingado, e l buen campesino seoponia al campesino empaysanit , acampesinado, al hUCOU,1 al

    1. Este termino tiende a designar en la actualidad al soltero, literalmen-te, al gato que rnaulla.

    hombre rudo, y tenia que saber cornportarse como hombresociable; 1 0 que no quita que siempre se insistiera en las cuali-esperado era que un hombre fuera trabajador y supiera trab.ajar,,)_y que fuera capaz de dirigir su explotaci6n, tanto por su corn- ~petencia como por su autoridad. Que no supieratrabar amistad(amigailha's) con la s mujeres y que pusiera tanto ernpefio en eltrabajo que descuidara sus deberes sod ales no solla tenerseledemasiado en cuenta. El juicio colect ivo era inmisericorde, pore l contrario, con quien se atreviera a darselas de sefion (mous-sureya) en detrimento de sus tareas de carnpesino. Era dema-siada senorita {mouss): no era bastante-ampesino. May buerrmozo para salir a pasear, pero sin autoridad (F. L. , 88 afios),Toda la educaci6n basica preparaba a las muchachas a percibiry a considerar a los pretendientes en funcion' de la s nortnas ad- -"mitidas por la cornunidad.' Ai "sefiorito" que le hiciera liGOi::"te, la joven campesina le habria contestado como la~p~~tQra 4 e ~t,_ "la canci6n: "You q 'aymi m ey u 'b et h ilh d e p a ys Ci' (Yo prefiero unbuen hijo de carnpesinol.s-

    I. De igual modo, el var6n 5 6 1 0 podia admitir y adoptar el ideal co-lectivo, segun el cual la esposa ideal era una buena campesina, apegada a lat ierra , laboricsa, apta para t rabajar denr ro de la casa y fuera , en el campo,s in miedo a que Iesalgan cal los en las manos y capaz de condudr el ganado(F . L.).

    2. (Quieres, hermosa pastora. darme tu arnor?Te sere fie! hasta el f inal de mis dias.You qaym i m ty u bet hilh de paY Ia . ..(Por que. pastora, eres tan cruel?,E t b ou s mo us si ; ta q u ' et t an am o ur o us i(iY usted, senor, por que esta tan enarnorado?) ,Nome gustan todas esas senoritas . ..E y ou m ou ss u q u ' em f o ut is tit bous. . . (y yo. senor. me rio de us ted) " (re-

    copilado en Lescquire en 1959) .Existe una retahfla de canciones que, como esta, p resentan a una pas to-

    ra que. astuta y sinpelos en la lengua, dialoga con un franchim;m de la ciu-dad (nornbre peyorativo aplicado a quien se esfuerza en hablar frances, fran-chimantieylJ).

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    2. CONTRADICCIONES INTERNAS YANOMIA

    Las manos que aplauden en los tea tros y los cir-cos dejan descansar los campos y los vifiedos,

    COLUMELA

    (IA todas las familias campesinas se les plantean fines contra-

    dictorios: la salvaguarda de la integridad del patrimonio y elrespeto de la igualdad de derechos entre los hijos. La importan-cia relativa que se otorga a cada uno de estos dos fines varia se-gun las sociedades, asi como los rnetodos empleados para alcan-zarlos. El sistema bearnes se sinia entre los dos extremos: laherencia de uno solo, habitualmente e 1 primogeniro, y el repar-to equitativo entre todos los hijos. No obstante, la compensa-ci6n otorgada a los segundones no es mas que una concesi6ndebida al principio de la equidad; la costumbre sucesoria privi-legia abiertamente la salvaguarda del patrimonio, otorgado alprimogenito, sin que lleguen a sacrificarse totalmente, comoantiguamente en Inglaterra, los derechos de los segundones.Con e 1 celibato de los segundones y la renuncia a la herencia elsistema se cumplirla en toda su 16gica y alcanzaria el extremohacia el que tiende, pero que nunca alcanza, porque eso equi-valdrla a exigir de toda una categoria social un sacrificio absolu-to e imposible.

    Que e l mismo fen6meno que, antiguamente, parecla caerpor su propio peso sea percibido ahora como algo anormal sig-nifica que e 1 celibato de ciertas personas, que se aceptaba y con-tribuia a salvaguardar el orden social, representa ahora unaamenaza para los fundamentos mismos de este orden. El celiba-to de los segundones no hacia m a s que cumplir l a l og ic a del sis-

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    . 'tema hasta en sus consecuencias mas extremas, y por ello podiaser percibido como el sacrificio natural del individuo aUnterescolectivo; en la actualidad, el celibate se padece como undes-tina absurdo e inutil. En un caso, acatamiento de la regla, esdecir, anomalia normal; en el otro caso, desajuste del sistema,es decir, anomia. .

    LOS NUEVOS SOLTEROS

    El celibato se presenta como el signa mas manifiesto de lacrisis que aqueja al orden social. Mientras en la antigua socie-dad el celibate iba estrechamente ligado a la situaci6n del indi-viduo en la jerarquia social, fiel reflejo, a su Vf2, de l reparto delos bienes ralces, aparece hoy en dla como ligado, ante todo, ala distribuci6n en el espacio geografico.

    Sin duda, Ia eficacia de los factores que tendlan a propiciare1 celibato antiguamente no ha quedado en suspenso. La 16gicade los intercambios rnatr imoniales sigue dominada par la jerar-quia social. Un cuadro que diferencia a los solteros nativosdelos pueblos! segun la categorla socioprofesional, la edad, e l sexoy la cuna evidencia a las elaras que las posibilidades de matri-monio menguan paralelamente con la situaci6n socioeconorni-ca ( u eanse pdgina s s igu ien tes) .

    El porcentaje de solteros crece regularmente a medida queseva hacia las categorfas sociales inferiores: e 1 0,47 % de los sol-teros son grandes hacendados, el 2,81 % son hacendados media-nos, el8,45 % son hacendados pequefios (es decir, el11,73 % ene l conjunto de los propietarios de tierras), el4,22% son obrerosagdcolas, el '2,81% son aparceros y granjeros, el 11,73% soncriados y el 69,50% son ayudantes farniliares. Hay que ponde-

    1. La poblaci6n aglomerada (que se designaci de ahora en adelantebajo el nombre de pueblo) es de 264 personas; la poblaci6n dispersa (case-rlos)es de 1.090 personas.

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    rar estas cifras teniendo en cuenta la importancia nurnerica de lasdiferentes categorfas.' Entre aparceros y granjeros, el porcentajede solteros al 28,57 entre nnl-pr~'"

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    entre Aunque, como antiguamente, las posibi-lidades de matrimonio son mucho menores para los individuosque pertenecen a las categorlas m a s desfavorecidas, obreros agrf-colas y criados en particular, resulta que el Indice de solteros esrelativamente elevado entre los propietarios de fincas. Los 28 ca-bezas de explotacion solteros y los 22 primogenitos que, con lospadres vivos, han sido incluidos entre los ayudantes familiares,representan a l 22,32 % del conjunto de propietarios agncolas delos caserlos, _

    1 . V e as e a pe nd ic e I II : T a il le d e s f am il ie s s el en l a c at eg o ri c s oc io p ro fe s-s io nn el le d es c he fs d e f am il le , c ua dr os I II A Y B , e n P . B o ur di eu , C el ib at e tc o nd it io n p a ys a nn e , op., cit. pags . 123 -124 .

    2. A p esar de habe rse co nv ertido e n alg o m uy escaso (y po r e l la m uyv al io so ), l os c ria do s no g oz an de u na s itu acio n m uc ho m ejo r de la q ue g oz a-b an h ac e c in cu e nt a afios, T otal rne nte s om etid os a u no s a mo s a m enu do a u-t or it ar io s q u e p ro cu ra n d en ig ra rl os e n p u bl ic o p ar a d ep re c ia rl os y e v it ar a sf q u ese l os q uite n, n i siq uie ra p ue de n p en sa r e n ca sa rse . Es p os ib le h ac e rs e u nai de a m as c ab al d e s u c on di ci6 n g ra ci as a l t es ti mo nio d e u no d e e ll os , n ac id oe n 1 92 8: Fu i a la e sc ue la ha sra lo s o nc e a iio s, e n el b ar ri o d e Rey. M i p ad ret en ia u na p eq ue fia f in ca d e o ch o h ec ta re as , d e h el ec ho s y b os qu e, v ifi ed os ,a l gu n os p r ad o s y tr es f an eg as d e rnafz , Y o ten ia un he rmano mayor y unah er ma na re tra sa da ; m e p us ie ro n a t ra ba ja r e n c as a d e L., c om o c r ia d o. Es unp ue sto a rd uo , l os p atr on es s on e xig en te s, E st uv e a lii c om o u n e sd av o d ur an -te s eis a iio s. E sta ba m ol id o, f ls ic a y m ora lm en te . M e q ue de d es he ch o, H ab laq ue re lrl e to das l as g ra cia s al a rno , co mo u n c re tino , C on el consenrimientod e m is p ad re s c on se gu i lib era rm e de l a mo e ir a c asa de R ., u n p arie nte , du -r an te o ch o m es es a nt es d e m ar ch ar a l s er vic io m il ita r. C u an do m e l ic en ci a-r on , t ra ba je d e o br er o a gr ic ol a. Es d uro , p ero n o e s u na e sc la vitu d c om o ha -c e r d e c ri ad o. D e sp u es , t ra ba je e n v a ri as e m pr es as d e l os a lr ed ed or es , T ra ba jep ar a e l g ru po e sc ol ar , p ara l a r ra fd a d e a gu as . A ho ra e st oy e n l a f a br ic a d e l a-d ri ll os . ~ C a sa rm e ? jA y , s i f ue ra p ol i, e nc on tr ar fa v e in te n ov ia s! j M ir e q u e g or -d as e sta n l as m uje re s d e l os g en da rm es ! N o d an g ol p