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Alto handicap y glamour en los jardines de Windsor COPA DE LA REINA ISABEL II PRESIDIO LA FINAL DEL gRAN PREmIO EN Su hONOR quE REuNE A LA ALTA SOCIEDAD INgLESA Adolfo Cambiaso se convirtió en el único polista de la historia en ganar este campeonato ocho veces. En exclusiva, ¡Hola! Argentina asistió a la celebración más importante del polo mundial, una fiesta muy british pero con acento argentino Escoltada por el presidente ejecutivo de Cartier para el Reino Unido, Arnaud Bamberger, y vestida de azul celeste, Isabel II sale del Royal Box para premiar a los ganadores de la Copa de la Reina. La soberana es una fanática del polo, por lo que cuando su marido le propuso en 1955 crear Guards Club en los jardines del Castillo de Windsor, aceptó encantada. Abajo, izquierda: Adolfo Cambiaso, consagrado por octava vez.

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Alto handicap y glamour en los jardines de Windsor

COPA DE LA REINAISABEL II PRESIDIO LA FINAL

DEL gRAN PREmIO EN Su hONOR quE REuNE A LA ALTA SOCIEDAD INgLESA

Adolfo Cambiaso se convirtió en el único polista de la historia en ganar este campeonato ocho veces. En exclusiva, ¡Hola! Argentina asistió a la celebración

más importante del polo mundial, una fiesta muy british pero con acento argentino

Escoltada por el presidente ejecutivo de Cartier para el Reino

Unido, Arnaud Bamberger, y vestida de azul celeste, Isabel II sale del

Royal Box para premiar a los ganadores de la Copa de la Reina.

La soberana es una fanática del polo, por lo que cuando su marido

le propuso en 1955 crear Guards Club en los jardines del Castillo de Windsor, aceptó encantada.

Abajo, izquierda: Adolfo Cambiaso, consagrado por octava vez.

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Durante el partido, los invitados tomaron un clásico trago inglés que combina limonada con gin. Sus perros, en tanto, tenían dispensers con agua

S e dice que el polo es el “depor-te de los reyes”. Un deporte que nació en Persia alrededor

del siglo V antes de Cristo y que hoy tiene como su mejor jugador del mundo a un argentino: Adolfo Cambiaso. Por eso no sorprendió que el pasado domingo, el “rey del taco” ganara su octava Copa de la Reina, el campeonato que año tras año se juega en los jardines del Cas-tillo de Windsor y que es organiza-do por el Guards, el club de polo más prestigioso del planeta.

Fue una tarde soleada y privilegia-da dentro del lluvioso verano londi-nense. Sombreros, vestidos de lino, blazers de gabardina y chales de vi-cuña desfilaron frente al club house, que para su día más importante del año convocó a 5 mil asistentes. Y no era para menos: tendría como huésped de honor a su patrona, la reina Isabel II, que este año celebra su Jubileo de Diamante al cumplir seis décadas en el trono británico. Era una oportunidad única para festejar. Y así lo hicieron.

Cada año, la Reina envía invitaciones a figuras para que

ocupen un lugar en el Royal Box. Una de las

elegidas fue la actriz de neoburlesque

Dita von Teese, que sorprendió con un vestido rojo al cuerpo

que acompañó con zapatos animal print de Louboutin.

Completó su look con un clutch haciendo

juego con los zapatos y guantes de cuero color tabaco que le cubrían hasta los

codos. Junto con su novio, el cantante

Theo Hutchcraft –de traje cruzado gris, un look muy british–, se desplazaron hasta la

mitad de la cancha para charlar con el

resto de los invitados después de

que terminara el tercer chukker.

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UN CLUB CON HISTORIA…El duque de Edimburgo fundó el Guards

Polo Club en 1955, año desde el cual es su presidente. El nombre original era House-hold Brigade Polo Club, pero en 1969 lo cambiaron en honor de los guardabosques que apoyaron la restauración de la monar-quía en el siglo XVII. El club cuenta con una ubicación privilegiada: Windsor Great Park, la propiedad que la Reina tiene en las afue-ras de Londres y en cuyo territorio se en-cuentra el Castillo de Windsor, su casa de fin de semana. Desde la fundación, el Guards se convirtió en el club de polo más grande de Gran Bretaña, con más de 1100 socios, entre los que se destacan jugadores del más alto handicap de todo el mundo.

UN DIA PERFECTOUna banda de gaiteros recibía a los invi-

tados pasado el mediodía. Nadie estaba sin un vaso de Pimms & Lemonade (la clásica bebida que los ingleses toman en el verano) o algún bocadillo en la mano. Incluso los pe-rros paraban a tomar agua en los bebederos especialmente colocados para ellas. Cuando la banda Welsh Guards de la Guardia de la Reina hizo su aparición, se hizo evidente que el partido comenzaba. Ataviados con el clásico gorro de piel de oso y el inconfundi-ble saco rojo, los músicos “reales” aportaron

Los invitados de honor en la final de la Copa de la Reina fueron los miembros de la Guardia de la Caballería Real de

Omán. Una vez terminado el partido, un batallón de 112 caballos entró al campo

para dar sus saludos y respetos a Isabel II y agasajarla con un espectáculo ecuestre.

Esta fue la primera salida del duque de Edimburgo después de ausentarse por problemas de salud a los festejos del Jubileo de Diamante de Isabel II. Al volante de un Land Rover,

el príncipe Felipe condujo a la Reina hasta el Guards Club antes de que arrancara el cuarto chukker. Derecha: Lady Sophie Windsor y el actor Kenneth Branagh, que estuvo

acompañado por su mujer Lindsay, se mostraron atentos al juego.

Llamó la atención que la Reina y su marido, el príncipe Felipe, ya recuperado, se movieran sin seguridad por el predio. Apenas

llegaron al partido, fueron aplaudidos de pie

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La tradición criolla dijo presente. La

socialité británica Siobhan Barney

eligió un poncho que compró hace años

en el norte argentino para complementar su outfit. Derecha:

Astrid Muñoz y Eduardo Novillo

Astrada –su equipo, EFG Bank Aravali,

quedó cuarto–, en los jardines del

castillo de Windsor. Abajo: embarazada de seis meses, María Rapetti, la mujer de Gonzalo Pieres (h),

estuvo muy nerviosa durante todo el

partido. Su marido jugó con el número

2 en el equipo Ayala, que obtuvo el

segundo puesto.

Sophie Winkleman,

conocida entre la alta sociedad

inglesa como Lady Windsor,

ya que está casada con

Lord Frederick Windsor, lució un vestido chemise

muy chic. En tanto, Rachel

Thomas impactó con su sport sofisticado:

shorts de broderie,

botitas y una clásica Birkin

de Hermès.

A pesar de que no se exige un dress code, la Copa de la Reina

suele convertirse en una pasarela internacional. Es un evento it

para ver y ser visto

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el primer indicio de que Su Majestad estaría presente. Después de sintonizar “God Save the Queen”, el himno del Reino Unido, em-pezó la final sobre el suelo de la Reina.

En los dos equipos, Argentina se hizo notar. Por un lado, el equipo de Dubai entró al cam-po con Adolfo Cambiaso y Nachi Heguy. Y por el otro, Ayala lo hizo con Gonzalo Pieres y To-más Garbarini Islas. Los mates iban y venían y el castellano era el idioma que más se oía mien-tras los petiseros dejaban listos los caballos para el cambio de chukker. Desde sus carpas, los patrones, Alí Albwardy –cuyo hijo jugaba con el número uno– y James Packer –inseparable de su mujer Erica, embarazada de siete meses– alentaban a sus equipos, que empataron a lo largo de los primeros cuatro chukkers.

YOUR MAJESTY IS AT HOME!Antes del quinto chukker, los asistentes

se pusieron de pie y empezaron a aplaudir. Había llegado la Reina. Discretísima y vestida de celeste, apareció en el Royal Box en com-pañía del duque de Edimburgo. La gente co-mentaba feliz lo bien que se veía el marido de la soberana después de la infección de vejiga que lo obligó a ausentarse en parte de los fes-tejos del Jubileo de Diamante. “El príncipe Felipe adora el polo porque lo jugó durante años en este club, que él fundó con mucho cariño”, aseguró una mujer que llevaba un sombrero pillbox parecido al de Su Majestad.

UN FINAL REÑIDOEl reloj tensaba el ambiente y el partido

seguía reñido: 11-11. Segundos antes de que el árbitro diera por terminado el match, un foul de Ayala hizo que Adolfito lograra el triunfo de Dubai con una impecable ejecu-ción de un penal. Así, el mejor jugador del mundo ganaba su octava Copa de la Reina y batía su propio récord. Todo era festejo en la carpa de Albwardy: Dubai no sólo ganaba el campeonato, sino que Cambiaso se con-vertía en el jugador más valioso del planeta.

UN INVITADO DE HONORDespués de su visita de Estado a Omán en

2010, la soberana británica tuvo la amabili-dad de invitar a la Guardia de la Caballería

Izquierda: la modelo JJ Thompson, custodiada por sus whippet. Derecha, arriba: el grupo de las argentinas, felices mientras la banda de la Guardia Real tocaba frente

al club house del Guards. Arriba, de izquierda a derecha: Angeles Pedreira, María Lía Garrahan, Agustina Wernicke (la novia de Facu Pieres), Toti Jauretche, María Rapetti y Jimena Merea. Derecha: Chelsy Davy, la novia del príncipe Harry desde inicios de 2004 hasta 2010, eligió un vestido suelto azul cielo para la ocasión. Abajo: Eduardo Heguy y su hijo Cruz recorrieron la muestra de monturas intervenidas por artistas plásticos que el Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur) expuso en los jardines del club.

En la imagen posan junto a la obra de Milo Lockett.

Argentina estuvo representada en los dos

equipos finalistas por Adolfo Cambiaso, Nachi heguy, gonzalo Pieres y Tomás

garbarini Islas

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Andrew Hunter y su familia vinieron especialmente desde

Escocia para ver el mejor polo del mundo. Y quedaron encantados: el partido no pudo generar más adrenalina con los constantes

empates entre los equipos.

En la Copa de la Reina participan muchos de los polistas de más alto handicap y, al terminar cada partido, la gente se acerca para sacarse fotos con ellos

Real a que visitara Gran Bretaña como huésped de ho-nor en la edición 2012 de la Copa de la Reina. Así fue que terminado el partido, un batallón de 112 caballos entró al campo para, en nombre del sultán Qaboos bin Said, dar sus saludos y respetos a Isabel II y amenizar la final de la copa con un espectáculo ecuestre. Más de 200 hombres impecablemente vestidos con dishdashas y tur-bantes hicieron arriesgados trucos desde sus caballos que corrían a gran velocidad. El público quedó maravillado por la destreza de los jinetes. Los aplausos no se hicieron esperar y la Reina, agradecida, saludó desde su palco.

DE MANOS DE ISABEL IIEn el Royal Box todo estaba listo para que la Reina ba-

jara a entregar la copa. Pero antes, saludó a sus invitados, entre los que se encontraban el actor Kenneth Branagh, acompañado por su mujer, Lindsay; y la actriz de neobur-lesque Dita von Teese, que no se separó ni un minuto de su novio, el cantante Theo Hutchcraft. Del otro lado los jugadores esperaban expectantes y en la mesa de honor lucía el trofeo y varios relojes Santos en oro blanco, fabri-cados especialmente por Cartier. Escoltada por el presi-dente del Guards Polo Club, Neil Hobday, y el presidente ejecutivo de Cartier para el Reino Unido, Arnaud Bam-berger, Isabel II entregó sus premios a los jugadores de Dubai y alentó a los integrantes de Ayala por su desempe-ño. La sorpresa llegó cuando el caballo que usó Gonzalo Pieres en el quinto chukker recibió el reconocimiento al Best Playing Pony Award for Centimetre.

Facundo (10 de handicap) y Nicolás Pieres quisieron apoyar a su hermano Gonzalo en uno de los campeonatos de polo más importantes del año. Ellos forman parte de una de las dinastías más tradicionales del polo argentino.

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Arriba: el equipo de Dubai –Alec White, Nachi Heguy (con sus hijos Iñaki y Sienna), Rashid Albwardy y Adolfito Cambiaso– celebran junto a su patrón, Ali Albwardy.

Abajo: Heguy y Cambiaso, antes de dar una conferencia de prensa. Derecha: Natasha Elliot de Heguy y Cecilia Rodríguez Piola, madre de los Pieres.

OCHO TRIUNFOSLa Copa de la Reina es un evento único que

congrega a lo más granado del polo mundial. Un acontecimiento en el que los aficionados del polo no quieren irse sin antes tomarse una foto u obtener un autógrafo de los mejores jugadores. “Aunque fue un partido muy reñido, siento una gran satisfacción por mi octavo triunfo. Dentro de pocos días empezaremos a prepararnos para la Veuve Clicquot Gold Cup, porque estoy con-vencido de que sólo el entrenamiento es lo que nos convierte en el gran equipo que somos. Esta noche celebraré, pero mañana ya estaré pensan-do en el siguiente campeonato”, dijo Adolfo en exclusiva para ¡Hola! Argentina. “Ganar ochos veces esta copa es un sueño para mí, una sensa-ción maravillosa”, concluyó. María Vázquez, su mujer, esta vez lo saludó a distancia, ya que se encontraba en Buenos Aires por su vuelta a la televisión en “Bailando por un sueño”. Pero fue la primera en felicitarlo por teléfono. •

Texto: Rodolfo Vera CalderónFotos: Alejandro Querol y Getty Images

Agradecimientos: Instituto Nacional de Promoción Turística

Además de llevarse la tan preciada copa, los ganadores

recibieron de manos de la Reina relojes de oro blanco

fabricados por Cartier