La esquemática.
Los organizadores gráficos son esquemas visuales que presentan información ordenada de algún tema.
Joan Costa define:
Los esquemas y las
esquematizaciones no
son imágenes en sentido
estricto sino
simplificaciones y abstracciones. Pero tienen en común con las
imágenes su condición superficial o espacial —más no icónica—, o sea
su carácter de Gestalt. Un esquema es un todo visual formado de partes
distintas que interactúan en la construcción y transmisión de
significados. La condición gestáltica del esquema es lo que lo muestra
enteramente y de una vez en el espacio gráfico. Todo lo que hay que ver
está aquí, y en eso se diferencia radicalmente del mensaje textual donde
no hay nada que ‘ver’ (pero sí leer) y donde no todo está aquí presente
de un vistazo, sino que hay que recorrer la línea tipográfica y decodificar
página tras página.
El esquema presenta estados y procesos, es decir cosas y fenómenos
invisibles, a los que muestra de una vez. Incluso cuando son procesos
diacrónicos que en la realidad se desarrollan en el tiempo, son
mostrados de manera sincrónica, simultánea.
También, como en el mundo de las imágenes, hay esquemas figurativos
(esquematizaciones de formas icónicas) y esquemas abstractos
(estados y fenómenos invisibles).
En 1998 Costa publicó “La esquemática. Visualizar la información”, que
desarrolla un “nuevo” lenguaje gráfico que cada día es más utilizado por
científicos, diseñadores y profesores. Es el lenguaje de los esquemas, los
diagramas y los gráficos e infográficos reunidos en una nueva ciencia: la
Esquemática.
La mente activa piensa por medio de esquematizaciones. Y un
esquema es un medio para reducir la cantidad de información bruta que
recibimos del mundo exterior y
transformarla en conocimientos.
A menudo, estas informaciones
no las podemos percibir
directamente porque no son
cosas sino datos y éstos no son
de naturaleza sensible: escapan
a los alcances de nuestros
sentidos con los que percibimos el mundo. Se trata de estados,
metamorfosis, procesos, fenómenos e ideas que sólo podemos
interpretar y transmitir a los demás si sabemos transformarlos en
esquemas visuales. (Costa)
El término “esquemática” designa la nueva ciencia de los esquemas, es decir,
el estudio de los principios, los mecanismos, los métodos, la práctica y los
desarrollos de la esquematización como proceso mental, que es el trabajo del
esquematista. Este proceso tiene dos partes: la primera es una sucesión de
observaciones y de abstracciones por medio de las cuales, los datos, estados y
fenómenos complejos son convertidos por el cerebro en formas mentales. La
segunda parte es la plasmación visual de dichas formas mentales en
esquemas, o sea, mensajes obtenidos por procedimientos gráficos e
infográficos.
Por medio de ideaciones y abstracciones sucesivas, la mente
simplifica la complejidad que no podemos entender tal cual y la
transforma en formas perceptibles, comprensibles y utilizables por uno
mismo (por ejemplo, la elaboración de modelos y planes de acción en
estrategia) y por otros (en didáctica, ciencia y en la transmisión de
conocimientos). (Costa)
Los esquemas son un medio de comunicación gráfica y, en tanto que mensajes
expresivos que hacen visible lo que es invisible o intangible, constituyen el
tercer lenguaje de la Forma, junto con la Imagen y el Signo. Éstos son los
lenguajes gráficos fundamentales, acompañados de un “lenguaje-común”: el
Color que opera de modos diferentes con los lenguajes formales.
Tanto la estructura gráfica como
la inteligibilidad de los esquemas
dependen de su concepción y de su
solución comunicativa, y no de los
elementos simples que los componen:
flecha, línea, ángulo, rectángulo,
enlace, círculo, etc., del mismo modo que el valor de un texto depende
de su contenido y su fuerza comunicativa, y no de los signos simples del
alfabeto. (Costa)
Un esquema no es una representación icónica (entonces sería una imagen), ni
un relato descriptivo (entonces sería un texto). Un esquema es,
fundamentalmente, una estructura visible de un fenómeno, una idea, un plan o
un proyecto -es decir, una realidad- que no podemos ver ni tocar. Pero que en
tanto que esquema podemos comprender, operar con él y transmitirlo a los
demás.
La esquematización ha sido estudiada como función intelectual y cognitiva por
la psicología y la filosofía desde la antigüedad. Patricio Lepe Carrión (pp. 9-10)
dice:
Según esto, está claro que el esquema no es una imagen, ya que ésta
es un producto de la imaginación reproductora, pero sí es una figura, un
modelo, un diseño en tercera dimensión, un esqueleto… o más aún, y
empleando una terminología aún más kantiana: un monograma.
Producto de la imaginación productiva, el esquema se constituye en el
soporte arquitectónico por el cual interactúan las categorías
conjuntamente con las intuiciones sensibles, de tal modo que la nuez, de
nuestro ejemplo anterior, está subsumida bajo un concepto, o un juicio
elaborado conforme a un modelo esquemático que permite identificarla
desde lo particular a lo universal, como si de un sistema codificado se
tratara.
El esquema, es un
conjunto de reglas, no una
figura al estilo de una
imagen propiamente tal, no
es un dibujo plano, sino, un
complejo circuito de
códigos que son
estructurados a partir de la
imaginación, pero vueltos significativos por medio de la experiencia, y
del aprendizaje; he ahí el por qué de la referencia tan insistente que
hace Kant a la experiencia. Si veo una nuez por vez primera, no hago
más que reducirla a géneros y especies, y a partir de ahí construyo un
esquema individual: “es una semilla”; por su aspecto leñoso y con
pliegues que delatan aberturas a los costados, y uno de sus extremos
como si fuera arrancado o caído de alguna parte. Como tal, es decir,
como semilla que es, “debe” contener algo en su interior; actúo “como si”
(als ob) fuera una semilla, pues, ese aspecto o clase-género se
constituye en el dato fundante de mi primer esbozo esquemático.
Arias y Gómora (1972, pp. 100-101) define los esquemas como diagramas
(diseño con líneas horizontales, verticales y curvas) que permiten al niño
adquirir nociones históricas:
Ayuda a evitar en los niños confusiones acerca de las relaciones del
tiempo, periodos de
duración, distancia de
nuestra época,
coexistencia de pueblos
en la antigüedad, la
elaboración del cuadro
cronológico de los
siglos, las líneas de
separación del tiempo. Se sugiere que se representen en la pared, por
una cinta marcada que indicará las distancias en el tiempo y las
duraciones.
Davidov los define como “representaciones gráficas de la estructura de los
hechos y procesos, de sus elementos fundamentales de interconexión” (en
Nieto: 1992, p. 110).
En “El uso de los esquemas lógicos como medios de enseñanza de la Historia”,
Jesús Nieto señala que “el profesor de Historia no conserva en su memoria
textos al pie de la letra”, sino, citando a Horacio Díaz Pendás (“Algunas facetas
del uso de los esquemas lógicos como medios de enseñanza de la historia”, La
Habana, 1989), “más bien una estructura, un esquema o red de nudos en el
que se relacionan los elementos y se expresan siguiendo el hilo conductor”
(Nieto: 1992, p. 110).
Nieto destaca la función y el valor metodológico de los esquemas lógicos:
Su función es la de presentar al alumno, en forma objetiva, las
relaciones esenciales de ciertos procesos históricos o hechos que
pudieran ser abstractos en cuanto a la comprensión de sus relaciones.
Su valor metodológico consiste en enseñar a los alumnos a no
memorizar elementos aislados, en que aprendan a relacionar los
elementos, así como establecer una estructura lógica de lo que se
estudia. (Nieto: 1992, p. 110)
Concluye afirmando que “un buen esquema
representa la síntesis histórica que entraña el
dominio de la esencia de los hechos y
procesos” (Nieto: 1992, p. 115).
La línea del tiempo es el primer organizador
gráfico específico en la enseñanza de la Historia y es el más utilizado. Mireya
Lamoneda la recomienda para todos los grados de educación primaria, con
“materiales gráficos, esquemas y diagramas” (Lamoneda: 1995, p. 29).
Los mapas conceptuales fueron creados por Joseph Novak como un andamiaje
para el aprendizaje cognitivo. Al mismo tiempo, Bob Gowin presentó el
diagrama V, para ayudar a comprender la estructura y significado de un
conocimiento (Novak y Gowin: 1988, p. 19).
Posteriormente surgieron los mapas mentales
(Ontoria: 2003), que se aplicaron en todos los niveles educativos. Pero, por
diversas razones, los organizadores gráficos no se utilizan regularmente en
clase. Una es que en los libros de texto son poco utilizados. Otra es la gran
variedad de organizadores dispersos en la bibliografía y el internet.
En el nuevo programa de Historia de educación secundaria (SEP: 2011) se
recomienda el uso de los ESQUEMAS:
Líneas del tiempo y esquemas cronológicos. Son importantes para
desarrollar la noción del tiempo histórico pues permiten visualizar
gráficamente un periodo, establecer secuencias cronológicas o
identificar relaciones pasado-presente, de multicausalidad o de
simultaneidad entre distintos sucesos en el tiempo. Las líneas de tiempo
más que ayudar a que los alumnos memoricen fechas; les permiten
contar con puntos de referencia general para hacer conexiones entre los
acontecimientos que estudian. El uso de este recurso puede hacerse
más complejo conforme se avanza en la educación básica. Se sugiere
que en cada salón de clases se coloque una línea del tiempo mural que
refuerce la construcción de un esquema de ordenamiento cronológico en
los alumnos día con día.
Esquemas. Su uso en la enseñanza de la historia resulta útil en tanto
son representaciones gráficas que facilitan la comprensión o la
expresión de ideas complejas; resaltan los acontecimientos y las
relaciones de una época o proceso histórico; promueven la habilidad de
sintetizar acontecimientos y procesos, además sirven como referente de
evaluación, porque muestran el conocimiento de los alumnos sobre un
tema o acontecimiento. Es conveniente que el profesor tenga en cuenta
la diversidad de esquemas que los alumnos pueden utilizar para
clasificar y organizar la información como los mapas conceptuales y los
cuadros comparativos, entre otros. Al presentar la información en
esquemas, los alumnos van organizando y jerarquizando sus ideas, lo
que les facilita explicar con mayor claridad un acontecimiento o proceso
histórico.
La diferencia entre su uso
como recurso, utilizado de
forma aislada en alguna
clase, o como estrategia
didáctica radica en su
aplicación constante durante
el curso y su apropiación por
el alumno como estrategia de aprendizaje.
Si consideramos las tres competencias propias de la asignatura: la
comprensión del tiempo histórico, el manejo de la información y la formación de
una conciencia histórica (SEP: 2008, p. 9), los
organizadores gráficos se pueden utilizar para
desarrollar las dos primeras.
Cabe aclarar que los organizadores gráficos son
auxiliares para manejar la información,
competencia que será completada mediante la
lectura, la indagación con fuentes históricas y la comunicación de resultados.
Este apoyo es indispensable cuando los niveles de comprensión lectora de los
alumnos son insuficientes.
Organizadores para desarrollar la noción de tiempo histórico
Noción de tiempo histórico Organizador gráfico
Ordenamiento cronológico Línea del tiempo, esquema episodio, esquema
proceso
Cambio-permanencia Diagrama Venn
Multicausalidad Esquema multicausal, esquema espina
Organizadores para el manejo de la información histórica
Procedimientos Organizador gráfico
Formulación de interrogantes o
problemas.
Esquema V, esquema dilema, esquema
espina, esquema situación-problema
Lectura e interpretación de
testimonios escritos, orales o
gráficos.
Expresar conclusiones de manera
oral, escrita o gráfica.
Esquemas monográficos, cronológicos
y analíticos
Los contenidos programáticos son organizados cronológicamente y se dividen
en cursos enfocados a la historia mundial y nacional (Historia I y II), Bloques
por periodos (I-V), tres tipos de Temas (panorama del periodo, para
comprender, y para analizar y reflexionar) y subtemas. Se destaca que:
Es importante señalar que los programas ofrecen flexibilidad en el
tratamiento de los contenidos, de manera que no se conciben como un
listado de temas en el que tendrían el mismo peso todos los elementos
que lo integran. Por el contrario, se espera que los maestros hagan
hincapié en los aspectos más relevantes de los temas y subtemas de
modo que logren construir, junto con sus alumnos, una visión global de
los procesos que se abordan en cada bloque. (SEP: 2008, p. 20)
Al dosificar de acuerdo a las horas sugeridas para cada Bloque, resalta que un
Tema se puede desarrollar en una semana (4 sesiones de 50 minutos), esto
es, una clase por subtema –excepto en el Bloque V.
De acuerdo a la información de cada subtema, se pueden clasificar en tres
tipos: cronológicos, monográficos y analíticos (Mora y Ortiz: 2011, p. 6). En los
primeros se destaca la secuencia temporal de los hechos y procesos, en los
segundos las características de un tema y en los últimos un problema o
cuestión.
Organizadores cronológicos.
Además de la línea del tiempo, los esquemas proceso y episodio (Marzano:
2000 en Ortiz Paz: 2011) organizan de forma cronológica la información de un
tema. El proceso es una secuencia cronológica con un hecho inicial,
intermedios, un final y las consecuencias. El episodio destaca las
características de un hecho: su ubicación espacial y temporal, personajes,
cronología, causas y consecuencias.
Diagrama proceso (Ortiz Paz: 2011)
Diagrama episodio (Ortiz Paz: 2011)
Hecho inicial
Hechos intermedios
Hecho final
Consecuencias
Organizadores monográficos
El esquema resumen (Qué, Quién, Cuándo, Cómo, Dónde y Por qué) define la
información básica de un tema. El esquema radial (“sol” o “araña”) especifica
las características principales de un tema. Y el esquema de “árbol” presenta la
información jerarquizada de un tema.
Esquema resumen (Ortiz Paz: 2011)
Esquema “árbol”
Cuándo Quién
Dónde Cómo y por qué
Qué
Esquema radial
Organizadores analíticos
Los organizadores analíticos se utilizan para resolver problemas. Usamos el “V
de Gowin” para contrastar varias hipótesis. El “dilema” para comprobar una
interpretación o hipótesis, organizando los argumentos contrapuestos. El
“situación-problema” para superar el conocimiento previo de un tema. El
esquema espina para sintetizar información diversa. El diagrama Venn para
encontrar semejanzas y diferencias.
Virreinato
Virrey
GobernadorRecaudación
Fiscal
Real Audiencia
Justicia
Existen otros organizadores que no incluimos en esta clasificación, entre ellos
el mapa conceptual y el mapa mental, porque han sido utilizados sin cumplir
con las características de un procedimiento: demostración, práctica y aplicación
(Trepat: 1995).
Esquema V de Gowin (Ortiz Paz: 2011)
Problema
Hipótesis Comprobación
Información para cada hipótesis
Esquema dilema (Ortiz Paz: 2011)
Esquema Situación-problema (Ortiz Paz: 2011)
Esquema espina
Hipótesis
Hechos a favor
Resultado
Hechos en contra
Tema Nueva idea
información
Nueva
Ideas previas
Diagrama de Venn
Organizadores gráficos por tipo de tema histórico
Tipo de tema Organizadores gráficos
Cronológico Línea del tiempo, esquemas proceso y episodio
Monográfico Esquemas de árbol, radial y resumen (qué, quién, cuándo)
ANTESdiferencias
AHORAdiferencias
Semejanzas
Analítico Esquemas espina, dilema, V, situación problema,
multicausal, diagrama Venn
Niveles de dominio procedimental de los organizadores gráficos
Nivel Dominio
Básico Identificación del esquema
Elaboración guiada por el profesor
Lectura de la información contenida en el esquema
Intermedio Utiliza fuentes para obtener información del esquema
Resuelve los problemas de los esquemas analíticos
Avanzado Elaboración autónoma del esquema
Uso del esquema para elaborar textos o resolver problemas
Para seleccionar el organizador gráfico del subtema de clase, se debe partir del
diagnóstico del grupo, el nivel de dominio de los aprendizajes esperados en el
mismo y las estrategias didácticas para alcanzarlo que se especifican en la
planificación. Esto significa que no siempre se utilizará el mismo organizador
por subtema, pudiendo cambiarse de acuerdo a los aprendizajes esperados.
Por ejemplo, una línea del tiempo puede sustituirse por un esquema proceso.
En resumen, se puede utilizar un organizador gráfico por clase para cada
subtema. Debe seleccionarse de acuerdo al tipo de información que se
organizará (cronológica, monográfica) o para la resolución de problemas. Ya
seleccionado, se procede a elaborar el esquema de enseñanza y el de
aprendizaje respectivos.
El esquema de enseñanza contiene la información del tema y la secuencia en
que se desarrollará en el grupo (apertura, desarrollo y cierre).
El esquema de aprendizaje
contiene espacios en blanco,
preguntas e información que
puede utilizar el alumno para
completarlo o responder el
problema. Estos espacios y preguntas se elaboran como “reactivos” a calificar.
Su nivel de dificultad depende del diagnóstico del grupo (desordenado, rebelde,
pasivo o activo).
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