El informe Rettig y la Democracia Pactada1
The Rettig Report and the Agreed Democracy
Resumen
El presente artículo pretende hacer una revisión sobre lo que fue el informe Rettig y cuáles fueron las reacciones de los diversos actores sociales involucrados en las violaciones a los derechos humanos y como estas agrupaciones ejercieron una influencia sobre las políticas de Estado que se decretaron en el periodo de transición. Finalmente el artículo propone que para no seguir creando conflictos sociales se hace una democracia pactada con el fin de avanzar hacia la consolidación de la democracia y no provocar una involución militar. Palabras claves: Informe Rettig, Transición, Democracia Pactada, Dictadura, Derechos humanos.
Abstract
The article aims to review what was the Rettig report and what were the reactions of the various social actors involved in the violations of human rights and how are you groups exerted an influence on state policies that were enacted in the transition period. Finally the article proposes that no social conflicts continue to create a democracy agreed in order to advance towards the consolidation of democracy and not to provoke a military involution.
Keywords: Rettig Report, transition, Agreed Democracy, Dictatorship, Humans Right.
Introducción
1 CLAUDIO GUTIERREZ PASTENE, Estudiante de Licenciatura en Historia de la Universidad Andrés Bello, Santiago de Chile. [email protected]
A meses de cumplirse 42 años desde el golpe de estado y la posterior dictadura militar
acontecida en Chile en 1973, se hace pertinente hacer un análisis histórico de ciertos
elementos que han mantenido una continuidad en el tiempo y en la memoria colectiva, uno
de estos elementos es el informe Rettig, elaborado en el periodo de transición chileno,
dentro de las políticas de reconciliación propuestas por el entonces presidente Patricio
Aylwin en el año 1990.
Quince años después de la publicación del informe, se siguen cuestionando las políticas de
memoria, verdad, justicia y reconciliación. Principalmente se cuestionan los objetivos del
informe y si realmente el informe cumplió con lo dicho por Aylwin en sus discursos.
Muchos organismos referentes de los derechos humanos y agrupaciones de víctimas de la
dictadura cuestionan el informe Rettig y las políticas Estado en torno a la reparación pos
dictadura. La agrupación de familiares de ejecutados políticos, hace pocos meses le
mostraron su inquietud al presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz2, indicándole que
aún esperan justicia por los crímenes cometidos en dictadura, ya que muchos de estos aun
están impunes. (cita)
Actualmente gran parte de la sociedad de la sociedad chilena siente un vacío en relación a
la condena que deben tener los uniformados que tuvieron culpa en los crímenes de lesa
humanidad cometido durante el régimen militar, ese vacío de justicia conlleva a que aún
para muchas víctimas y sus familias todavía no se pueda dar por cerrado un hecho tan
traumático y violento como las violaciones los derechos humanos.
De esta problemática se desprende de hipótesis central de este artículo, que buscara analizar
el informe Rettig, que fue presentado como una forma de culminar ese pasado traumático
de dictadura y crear una sociedad conciliadora donde los elementos políticos culpables de
la separación en el pasado no vuelvan a existir y así la sociedad pueda convivir en paz. Sin
embargo, el informe creador por Raúl Rettig3 se transformó solo en una pastilla de alivio
para calmar a los grupos sociales que pedían justicia y verdad en torno a los crimines
cometidos, contradiciéndose en sus propios discursos donde expone a este informe como
2 Familiares de víctimas de la dictadura se reunieron con el por esos días nuevo presidente de la corte suprema y le manifestaron sus inquietudes en torno a los procesos judiciales que a casi 25 años todavía siguen en trámite. 3 Debido al nombre del presidente de la comisión Raúl Rettig se le conoce popularmente al informe con el apellido de este.
una forma de llegar a la justicia y a la condena de los culpables, pero que dentro del mismo
discurso establece que la comisión no podrá actuar como organismo de justicia y no podrá
interferir en los procesos que pueda llegar a cabo los tribunales de justicia del país,
limitando la facultad de la comisión para dar culpabilidades y solo haciendo una función de
identificar víctimas y los elementos coercitivos que utilizo la junta militar y Augusto
Pinochet. La doctrina Aylwin y la justicia en la medida de lo posible, como dice el libro
negro de la justicia chilena (Matus, 1999, 65) En definitiva cada vez se hacía más presente
en la esfera política del periodo de transición chileno la concepción de una justicia a media
a pesar de pedir una reconciliación social.
Desde el punto de vista de la metodología en este artículo se analizara parte del informe
Rettig, su presentación y sus conclusiones, además se buscara analizar los discursos del
entonces presidente Patricio Aylwin y las principales reacciones de agrupaciones de
derechos humanos y victimas de dictadura que aún siguen con una lucha contra los
culpables hasta el día de hoy, demostrando que aun siente un vacío de justicia. Siguiendo
una estructura cronológica de algunas coyunturas fundamentales para entender el proceso.
Además, se dará una perspectiva transnacional al realizar unas comparaciones y explicar
cómo fue el caso de la dictadura del vecino país de Argentina y como ellos también
tuvieron que elaborar un informe sobre los crímenes cometidos en dictadura.
I. Dictadura y Transición: Contexto Histórico
Se cometería un grave error si se dijera que la polarización y la crisis política que derivo en
el Golpe de Estado se originaron exclusivamente en la década de los 70’ ya que la
polarización política fue una tendencia durante el siglo XX en Chile, “el impacto de los
acontecimientos internacionales en chile… tienen en el siglo XX una intensidad que no se
había visto en el siglo XIX” (Correa, 2001, 181) Las palabras de correa desprenden que el
contexto internacional tiene un gran impacto en Chile, principalmente la Guerra Fría, que
no hizo más que polarizar al país, a la luz de las doctrinas impuestas por Estados Unidos en
América Latina, sobre todo después de la Revolución Cubana. La elección de 1970 que
llevo a Salvador Allende al poder, estuvo marcada por una campaña con extrema
vehemencia y donde la polarización se agudizaba cada vez más. “El creciente descredito en
el que cayeron las políticas económicas aplicadas por la Unidad Popular favoreció, a la
postre, el discurso desligitimizador que desde la oposición auguraba el fracaso inevitable
del proyecto socialista” (269) bajo ese clima se empezó a gestar el Golpe de Estado que
según el mismo texto “el complot entre golpistas militares y civiles venía desarrollándose
hacia tiempo” (271) mucho antes de aquel martes 11 de septiembre.
“Si bien el país en el pasado había estado sometido a gobiernos de facto, se trataba en este
caso de una dictadura inédita con alcances totalitarios, a juzgar por el rigor empleado como
por el propósito avasallador de la civilidad histórica” (280) El gobierno establecido por el
General del Ejército, Augusto Pinochet, fue un gobierno que nunca antes visto en Chile y
que sorprendió a la ciudadanía, ya que “Chile no tenía una tradición de violencia política”
(Huneeus) o de gobierno totalmente violentos como lo fue este. Las cifras de muertos
durante los primeros años de dictadura aún son discutidas.
Estimaciones actuales algo imprecisas referidas a 1973 y 1974, los reducen a un total de
1500, entre ellos, caídos en enfrentamiento, o bien, personas que después de su detención
fueron fusiladas o muertas bajo tortura, se han acreditado, en cambio, solo 30 bajas
militares durante el golpe y los días siguientes. (Correa, 2011, 281)
Las palabras de Sofía Correa, reafirman la brutalidad de los primeros meses de dictadura
militar, estas cifras inciertas en su realidad y con tendencias a la baja, pueden ser
fácilmente más amplia. Sin embargo, para este artículo lo importante es tener en
consideración la tradición no violenta que tenía nuestro país por lo que este hecho provocó
un gran impacto en la sociedad, además de tener en consideración la brutalidad con la que
se actuó, donde la aprensión en la mayoría de los casos termino en la tortura y en la
ejecución de opositores, muchos de los cuales aún siguen desaparecidos su cuerpos.
Tambien es importante entender que no solo Chile estaba bajo un gobierno no
democrático, sino que prácticamente todo Latinoamérica estaba bajo dictadura, solo
después de un par de año del Golpe de Estado en Chile, su vecina Argentina en 1976
también entra en un periodo de dictadura denominado Proceso de Reorganización Nacional
poniendo en el mando a Jorge Videla, la cual no tiene mucha diferencia con Chile en lo
que se refiere a que Tambien hubieron violaciones a los humanos.
Luego de los diecisiete años de dictadura, vino la transición a Chile, un plebiscito marcado
por el escepticismo y el triunfo de la oposición a Pinochet dieron el comienzo a la vuelta a
la democracia, liderada por Patricio Aylwin, electo presidente en 1989, el periodo de
transición chileno estuvo caracterizado por una vuelta pacífica a la democracia, donde se
promovía la reconciliación social y dejar atrás los horrores de la dictadura. Mucho se
puede discutir sobre cuál fue la transición chilena, para objetos de este escrito se tendrá en
consideración que la transición tuvo lugar durante todo el gobierno de Patricio Aylwin,
aunque Sofía Correa en su historia del siglo XX Chileno, precisa que el propio Aylwin
negó que todo su programa de gobierno fuera de transición. (354).
Además se debe tener en consideración el proceso de transición tuvo ciertas continuidades
desde la dictadura, siendo la más importante la Constitución de la República, junto de la
permanencia del dictador Augusto Pinochet como comandante en jefe del ejército y como
senador vitalicio. Esto sin duda, también provoco que en la memoria colectiva estuviera
presente el régimen militar muchos años después de terminado este, el caso chileno al
contrario del caso español tuvo la transición con el dictador vivo, no muerto como el caso
de Franco, por lo que también existió un cierto temor a la involución militar debido a las
continuidades antes mencionadas. Dentro de este contexto es que surgen las primeras
políticas de Estado en torno a la reparación y justicia de los crímenes de dictadura.
II. Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (CNVR)
El 24 de Abril de 1990 se lleva a cabo un hito dentro del periodo de transición chilena, ya
que este día mediante un discurso de seis páginas, Patricio Aylwin informa a la nación la
creación de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación mediante el decreto
supremo N° 355 de Abril de 1990. La comisión estaba presidida por el abogado y político
Raúl Rettig, además de otras nuevas personalidades del ambiento de las leyes y ciencias
sociales de nuestro país, que representen a la sociedad con el objetivo de esclarecer las
violaciones de los derechos humanos en dictadura, ya que según menciona el propio
presidente, solo después de conocer la verdad y la justicia podría haber reconciliación
nacional.
No siendo especialista en el análisis de discursos, poder notar como en las palabras
pronunciadas por Aylwin al firmar este decreto nos damos cuenta que dentro de un tema
tan importancia para la sociedad como la paz y la justicia no están exentos los otros
problemas de la nación, así podemos dar cuenta que en los primeros párrafos del discurso
el presidente expresa que:
“Nadie puede, sin embargo, ignorar que hay hechos objetivos que conspiran
contra este anhelo general4. La miseria e inseguridad en que viven tantas familias
chilenas que carecen de trabajo estable o de vivienda, o que no ganan lo suficiente
para una vida digna, o no pueden educar a sus hijos ni atender adecuadamente su
salud, son realidades que atentan contra la paz social” (Aylwin, 1990)
Estas palabras, que forman parte del tercer párrafos del discurso, dan cuenta que el Estado
en este momento tenía también otras prioridades que atender, se debe tener en cuenta que
los objetivos principales del gobierno era superar la crisis económica y social que se venía
gestando en Chile desde 1983 aproximadamente. Se pude interpretar la mención de estas
palabras en el comienzo del párrafo como un aviso a la ciudadanía que habían cosas más
importantes que hacer en ese momento, hecho que estaba arraigo en la sociedad chilena de
la época desde años antes de la asunción de Aylwin. “Una encuesta llevada a cabo en el
área metropolitana de Santiago en Junio de 1986 apoya ampliamente la intuición: La
mayoría (67%) de las respuestas a preguntas abiertas sobre los problemas prioritarios
mencionaban cuestiones económicas.” (Huneeus, 2013, 241) El mismo texto apunta que
los problemas como la división entre chilenos era visto como problema prioritario solo por
un 4% de los encuestados y los derechos humanos eran prioridad solo para el 1% del total
de encuestados. (241) Si bien hay que tener cuidado con las encuestas realizadas en
periodo no democráticos y sobre todo cuidado al utilizar encuestas en las investigaciones
históricas, estas cifran pueden servir para tener una referencia o un parámetro de lo que
pensaba la sociedad sobre estos problemas.
En definitiva, que Aylwin pronuncie primero los problemas económicos y sociales en la
firma de la creación de la comisión no es sorprendente ya que es un reflejo de los
problemas que percibía con más intensidad la sociedad y de los cuales el Estado se debía
hacer cargo con más urgencia. Asumiendo que para lograr la estabilidad del país en todas
sus esferas es necesaria la corrección de las diferencias sociales producidas para la
4 Aylwin se refiere al anhelo de reconciliación y paz social.
desigualdad económica y también la corrección de las diferencias políticas producidas por
la dictadura.
Otro elemento que se destaca en el discurso de Aylwin es la prudencia, palabra que el
mismo ocupa para hablar de la justicia y del perdón una vez concretadas las
responsabilidades, esta parte del discurso ya había sido pronunciado por el presidente en el
Estadio Nacional durante la celebración de su presidencia donde el presidente dice:
La conciencia moral de la nación exige que se esclarezca la verdad respecto de los
desaparecimientos de personas, de los crímenes horrendos y de otras graves
violaciones a los derechos humanos. Debemos abordar este delicado asunto
conciliando la virtud de la justicia con la virtud de la prudencia; concretadas las
responsabilidades personales que corresponda, llegara la hora del perdón (Aylwin,
1990)
Patricio Aylwin en este párrafo de su discurso parece demostrar su doctrina5 o la forma en
que él quería llevar este proceso delicado de transición, donde busca conciliar la justicia y
la prudencia, en otras palabras es la famosa justicia en la medida de lo posible que se le
atribuye a Patricio Aylwin es por la prudencia que tiene el gobierno en torno a los temas de
derechos humanos.
Continuando con su discurso Aylwin habla de que la tarea de justicia es propia de los
tribunales de justicia y el gobierno solo adoptara una posición de cooperación con los
tribunales, dejando en claro que los procesos pueden ser lentos y demorosos que termina
siendo una perturbación para la sana convivencia social. Junto con esto, le hace una sutil
critica a los tribunales de justicia, por eso opta por la vía de crear la comisión para conocer
la verdad, pero sin considerar la justicia, limitando la comisión solo a la comunicación de
los delitos a los tribunales.
Las palabras al cierre del presidente Aylwin demuestran la intención pero no objetivos
concretos de esta comisión, donde expresa:
Por mi parte, tengo la convicción de que al adoptar esta decisión e impulsar las demás
medidas a que he referido esta tarde, mi Gobierno está dando los pasos necesarios,
serios y efectivos, para alcanzar una solución de conjunto a sus más importantes
5 La denominada en Chile doctrina Aylwin es la justicia en la medida de lo posible.
problemas en este delicado tema de los derechos humanos y para que Chile avance
responsablemente por los caminos de la verdad, de la justicia y de la reconciliación.
(Aylwin, 1990)
A estas palabras se le puede dar una interpretación de que para Aylwin, la creación de esta
comisión sería un gran paso para la verdad, la justicia y la reconciliación pero que en
términos prácticos termino resultado una verdad a medias, una justicia casi nula y una
reconciliación más por olvido o por quiebre en la memoria más que por la reparación y la
cicatrización de las heridas.
Los resultados del informe creado por la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación
que fueron publicados, en materia de victimas solo las individualiza y expone en que
circunstancia fueron apresado o asesinados, junto con reafirmar que según testigos fueron
asesinados por agentes del Estado, sin mencionar una institución, rango o persona
especifica que fue el autor del crimen, ya que como se mencionó anteriormente, en materia
de justicia y de victimarios los datos serian traspasados a los tribunales y no fueron
publicados dentro del informe presentado por la comisión. Lo que sin duda, parece ser un
vacío en la justicia ya que muchos de las familias de las victimas piden justicia, aparte de
conocer la verdad, que fue presentada a medias por el Gobierno ya que la información
recopilada por la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación solo público el informe
con ciertos antecedentes de los acontecimientos y sus conclusiones pero no hizo público el
material entregado por el Gobierno ni el material recopilado por ellos.
Hasta el día de hoy, agrupaciones siguen pidiendo el libre acceso a los antecedentes
recopilados, tal como lo pide en su sitio web la agrupación Londres 38 que expresa:
“Conocer la verdad sobre las violaciones a los derechos humanos, la identidad de sus
autores, los hechos y las circunstancias es un derecho que debiera ser garantizado por el
Estado, asegurando el libre acceso a la información”(Londres 38, 2015) Lo que demuestra
que aún existe un profundo deseo de una verdadera justicia en torno a las violaciones de
los derechos humanos, ya que muchas de las personas no conocen la identidad de los
asesinos de sus familiares y menos saben de algún proceso de contra de estas personas.
Tambien se deben tener en claro que una vez publicado el informe de la CNVR las
respuestas de las instituciones denunciadas6 en este informe no se hicieron esperar y
respondieron de manera firme a las acusaciones que se les hacía, incluso respaldándose en
palabras del entonces presidentes emitidas en semanas posteriores al Golpe de Estado7.
Por su parte, el caso argentino en este sentido no difiere mucho del caso chileno, ya que en
esta nación, luego de concluida la dictadura en 1983, a pocos días de haber obtenido el
poder el presidente Raúl Alfonsín crea mediante el decreto 187/83 la Comisión Nacional
sobre la Desaparición de Personas, publicado con el nombre de informe Nunca Más8, que a
diferencia de Chile solo se dedicó a investigar la desaparición de personas, reuniendo
antecedentes sobre estas y no indagando más allá en los otros elementos coercitivos de la
dictadura, como si fue el caso del informe Rettig que investigo incluso la censura a los
medios de prensa.
III. Reacciones al informe de la CNVR.
“Si bien hubo una aceptación mayoritaria, la disconformidad también estuvo presente en
los meses posteriores al conocimiento de los informes, especialmente en los sectores
protagonistas de los hechos ocurridos, tanto víctimas como victimarios (Camacho, 2008,
69). Como ya se mencionaba anteriormente el informe de la comisión no pasó
desapercibido para nadie, menos para las fuerzas armadas y las instituciones de orden y
seguridad como carabineros, aunque estos últimos fueron los que tuvieron un discurso más
conciliador y apegado a lo expresado por el presidente Aylwin. Sin embargo, el ejército
tuvo una respuesta mucho más contestaría, ya que en torno a la evidencia de los hechos no
podían negar las violaciones a los derechos humanos. (Camacho, 74)
La respuesta del Ejercito en su primera declaración final del su respuesta, justifica su
accionar en el periodo de dictadura debido al contexto que vivía el país y que era su deber
El Ejército, junto a las demás instituciones de las Fuerzas Armadas y Carabineros, fue
llamado a intervenir en la más grave crisis institucional sufrida por el país en el
6 Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Carabineros realizaron manifiestos en contra del informe Rettig. 7 Aylwin indico al diario La Prensa que la acción de las fuerzas armadas y de carabineros no fue otra cosa que una medida preventiva ante una dictadura comunista que se estaba gestando. 8 Tambien conocido como informe Sábato, por el presidente de la comisión.
presente siglo [...]. El Ejército de Chile ciertamente no ve razón alguna para pedir
perdón por haber tomado parte en esa patriótica labor. (La Nación, Marzo 1991)
En esta respuesta del ejército se hace una nula autocritica y una nula consideración con las
víctimas de la dictadura justificando todo su accionar por defender a la patria, es
importante considerar que el oficial máximo del ejército y el que presenta esta carta es
Augusto Pinochet, es mismo dictador que había sido el gobernante durante los 17 años de
dictadura por lo tanto, es casi lógico que de parte del ejército jamás se iban a reconocer los
crímenes y se iba a pedir perdón, incluso el ex comandante el jefe del ejército Juan Emilio
Cheyre9 “descarto haber leído el informe Rettig” (Biobío 21 Ago. 2013), esto muestra que
incluso muchos años después el ejército tiene una postura contraria al informe. La
institución en los años de dictadura y transición asumió un rol de actor político, que incluso
para Aylwin fue difícil de manejar.
La Armada compartía la visión del ejército aunque su respuesta fue menos conflictiva que
la del ejército y también justificaba los hechos por el contexto de guerra interna que veía el
país.
Ninguna de las instituciones antes mencionadas desmintió los crímenes y las violaciones a
los derechos humanos como así tampoco fueron capaces de pedir perdón a las familias de
las víctimas, por el contrario, asumieron un rol muy crítico hacia las políticas de reparación
que pretendía realizar Aylwin. Considerando esto, no es menor que en el periodo que se
mantuvo Augusto Pinochet a cargo del ejército no fueron procesados militares, ya que el
ejército no iba a permitir esto y podía volver a tomar el poder de la nación.
Sin embargo, el informe Rettig no solo tuvo respuestas negativas desde las FF.AA sino que
también dentro de las agrupaciones de familiares de las víctimas de dictadura, aunque los
organismos de DD.HH dividían sus respuestas. Por un lado, los organismos de derechos
humanos y la Iglesia Católica aceptaron casi mayoritariamente el trabajo de la comisión.
Las asociaciones de familiares y víctimas de la represión, por el contrario, fueron más
aprensivas. (Citado en Camacho, 72) ya que como era de esperar, las familias de las
victimas querían tener más detalles y justicia como considerar plenamente el informe. “La
AFDD mantuvo una posición algo más crítica hacia el informe, aunque lo valoró de
9 Comandante en jefe del ejército durante el periodo 2002-2006.
manera positiva. Además de exigir los nombres de los responsables, el fin de la ley de
amnistía y una política de reparación” (Camacho, 73) se hacía evidente que para ciertas
agrupaciones el informe de las comisión era solo una píldora de alivio y que para estas
familias la verdadera paz y reconciliación llegaría junto con la justicia, conociendo los
nombres de los culpables y procesándolos.
Por otra parte, la Iglesia Católica asumió un rol menos crítico, partidario del informe y más
conciliador donde incluso se elaboró un informe con reflexiones sobre el resultado de la
comisión, a través del presidente de la Vicaría de la Solidaridad, Sergio Valech.10 En otras
palabras, para la iglesia y especialmente para la Vicaria de la Solidaridad que se había
creado con el fin de ayudar a las familias de las víctimas en dictadura, el informe de la
comisión representada un el fin de ese periodo oscuro y un comienzo hacia la
reconciliación nacional que tanto se comentaba en el país.
Finalmente, un actor social que no podía estar ajeno a las reacciones al informe fueron los
partidos políticos y que en su mayoría tuvieron un comportamiento pragmático ya que no
presentaron respuestas oficiales o criticaron mucho la idea, sino que con el informe Rettig
dieron casi por terminado el debate en torno a las violaciones a los derechos humanos.
En Argentina, el debate sobre el informe y sus conclusiones no fue tan amplio y critico
como en Chile. Los organismos de derechos humanos en su mayoría fueron partidarios del
Nunca Más y respaldaron a la comisión con una multitudinaria asistencia a la ceremonia de
presentación. Aun así hay organizaciones que no asistieron diciendo: “No fuimos a la
marcha de apoyo al informe Sábato porque no estábamos de acuerdo en que no se dieran
los nombres de los militares incluidos en el documento” (Citado en Camacho, 2008, 70)
Un critica similar a la de la agrupaciones chilenas, debido a la escaza justicia que para ellos
significaba el informe.
Las Fuerzas Armadas de Argentina por el contrario que las de Chile, no emitieron ninguna
respuesta oficial y publica hacia el informe de la CONADEP, solo se limitaron a trabajar
de manera no oficial para impedir el procesamiento de miembros de las FF.AA por los
delitos de violaciones a los derechos humanos y se dedicaron a deslegitimar el informe
10 En honor a este obispo, ferviente defensor de los derechos humanos la comisión nacional sobre prisión política y tortura llevo su nombre y se conocer como informe Valech sus resultados finales.
aunque, al igual que los chilenos, no tuvieron ningún argumento para desmentir los hechos
de violencia denunciados en el informe.
IV. Conclusión
A lo largo de estas páginas se puede apreciar como el informe de la comisión nacional de
verdad y reconciliación lejos de cerrar las heridas, contribuyo a abrir más la herida y
enfrentar las memorias de los diversos actores sociales y políticos del acontecer nacional,
lo que sin duda ponía en riesgo la transición hacia la democracia que se estaba llevando a
cabo, el autor Fernando Camacho describe muy bien esto diciendo: “Una verdad integral
podía alterar la vida política de Chile o incluso amenazar la estabilidad de su recién
instaurada democracia. Entonces, la mejor opción fue lograr una verdad consensuada”
(Camacho, 2004: 1057) Sin duda haber presentado un informe más amplio y estableciendo
culpabilidades concretas hubiese producido un nuevo quiebre en el país y lo más probable
es que las fuerzas armadas tomaran el poder nuevamente, debido a que ellos mantenían su
posición de que lo que hicieron fue en defensa de la nación cumpliendo con la labor
encomendada a su institución por esto no estaban de acuerdo en ser proceso. Es por esto
que el informe Rettig termino siendo un informe pacto, que no buscara el choque entre
memoria y desvirtuando el camino de muchas instituciones de derechos humanos querían
seguir como el de juzgar a los responsables de los crímenes cometidos, por esto también en
su discurso el presidente Patricio Aylwin trata de limitar y dar a entender que lo más
importante para ellos no es el procesamiento de los culpables y que ese rol lo deben
cumplir los tribunales de justicia, que son un poder diferente al gobierno que representaba
alguien, dándole a hechos la responsabilidad de lidiar con estos procesos.
La democracia pactada y la verdad consensuada que se crea en el periodo de transición
también buscan aportar elementos al debate, generando como verdad oficial que previo al
Golpe de Estado existía una inestabilidad política y un Estado de Guerra en Chile. Esta es
la misma justificación que utilizan las FF.AA para minimizar sus responsabilidades en los
crímenes de la dictadura. Cabe destacar que el marco histórico del informe Rettig, que
expone este clima de tensión previo al 11 de septiembre de 1973 está hecho por el
miembro de la comisión, Gonzalo Vial, un historiador y abogado con conocido por su
tendencia hacia la derecha política y en extremo conservador, se puede ver esta inclusión
como que Aylwin también pretendía poner un miembro de la derecha para que el informe
también tuviera matices y no tuviera un tendencia de izquierda que hiciera chocar las
memorias que ambas colectividades tenían del régimen.
La justicia en la medida de lo posible se da por el claro miedo que tenía el gobierno a una
involución militar, ya que Pinochet seguía siendo el Comandante del ejército y podía
disponer de este para un eventual retorno al poder. Esto también nos hace ver que fue todo
un acuerdo la vuelta a la democracia, ya que no se procesó a los militares, no se culpabilizo
a Pinochet oficialmente y este entrego el poder manteniendo la garantía que él seguía a
cargo del ejército y podía calmar cualquier ánimo de una revolución socialista luego de la
dictadura.
El caso de Argentina nos sirvió para contrastar y ver que en Chile la vuelta a la democracia
tuvo un profundo debate, cosa que no paso en el vecino país, que tomo de mejor manera un
informe que a simple vista parece ser menos completo que el informe elaborado por la
comisión chilena. Además en Argentina no hubo una ferviente oposición por parte de las
fuerzas armadas y no se veía una inestabilidad como la que pudo producirse en Chile,
aunque también se debe tener en cuenta que en Argentina tampoco se individualizaron a
los culpables, evitando así enfrentamientos.
Hoy, a casi 25 años de vuelta a la democracia recién se están viendo los militares
procesados, con el dictador ya fallecido y con los militares siempre al margen de las
discusiones políticas, fiel a la doctrina Schneider11 que siempre pretendieron seguir. Hoy,
podemos analizar el periodo de transición y de la investigación de la comisión para ver
que, la verdad, la memoria, la reconciliación y toda la transición se hizo tratando de no
pasar a llevar a la izquierda ni a la derecha, se hizo es pos de una reconciliación nacional
con unidad pero también esto provoco que aun para muchas personas la herida siga abierta
y no se haya cerrado luego de terminada la dictadura, quizás perdure por muchos años más
la herida, por en la mente de muchos chilenos está lejos de cicatrizar.
11 Doctrina del ejército de Chile que propone que los militares deben estar apegados al orden constitucional y siempre respetando la voluntad de la ciudadanía. Además se agrega comúnmente que los militares no deben involucrarse en política.
Bibliografía:i. Camacho Padilla, Fernando, “Memorias enfrentadas: las reacciones a los informes
Nunca Más de Argentina y Chile” Persona y Sociedad / Universidad Alberto Hurtado Vol. XXII / Nº 2 / 2008 / 67-99. Digital.
ii. --- “Una memoria consensuada: el Informe Rettig”. En Actas del 5º Congreso Chileno de Antropología. Tomo II. Santiago: Lom, 2006. 1.054-1.062. Digital.
iii. Correa, Sofía. “Historia del siglo XX chileno: balance paradojal”. Santiago, Chile: Ed. Sudamericana, 2001. Impreso.
iv. Huneeus, Carlos. "La Memoria del régimen de Pinochet desde la opinión pública". Las Políticas de Memoria en Chile desde Pinochet a Bachelet. Katherine Hite. Et. Al. Santiago: ed. UDP, 2013. impreso. 227- 264
Documentos:
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ii. Diario La Nación, Respuesta del ejército al informe Rettig, Publicada originalmente en Marzo de 1991. Digital, Disponible en: http://www.lanacion.cl/noticias/pais/respuesta-del-ejercito-al-informe-rettig/2004-11-18/151006.html [01 de Julio de 2015]
iii. Diario La Nación, Respuesta de la armada al informe Rettig, publicada originalmente en Marzo de 1991. Digital. Disponible en: http://www.lanacion.cl/noticias/pais/respuesta-de-la-armada-al-informe-rettig/2004-11-18/145031.html [01 de Julio de 2015]
iv. Diario La Nación, Respuesta de Carabineros al informe Rettig, publicada originalmente en Marzo de 1991. Digital. Disponible en http://www.lanacion.cl/noticias/pais/respuesta-de-carabineros-al-informe-rettig/2004-11-18/150803.html [01 de Julio de 2015]
v. República de Argentina. Decreto 187/83 Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, 15/12/83, publicado en el Boletín Oficial el 19/12/83 Digital,
disponible en: http://www.derechos.org/ddhh/arg/ley/conadep.txt [03 de julio de 2015]
vi. República de Chile. «Decreto Supremo 355, crea Comisión de Verdad y Reconciliación». Anexo. Ley 19213, crea Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, establece pensión de reparación y otorga otros beneficios en favor de las personas que señala. Santiago de Chile. 1990. Digital, disponible en: http://bcn.cl/1maj7 [29 de Junio de 2015]
Sitios web:
i. Sobre los archivos de comisiones Rettig y Valech, Londres 38, web. Disponible en: http://www.londres38.cl/1937/w3-article-95546.html [03 de Julio de 2015]
ii. Daniel Medina. La revelación de Cheyre que indignó a las redes: “Nunca leí el Informe Rettig” BiobíoChile.cl. 21 agosto 2013. Web. Disponible en: http://rbb.cl/5cr0
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