Teoría de La Dependencia

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Fuentes y tendencias de la teoría de la dependencia Jaime Osario Las ciencias sociales latinoamericanas viven en los años cincuenta, sesenta y parte de los setenta uno de los perio- dos más productivos de su historia. América Latina se convierte en el centro de atención de diversas corrientes teóricas, las que -más allá de sus diferencias de enfoques y respuestas- convergen en tomo a ciertas preguntas y problemas, propiciando un periodo excepcional. La no- ción de dependencia constituye el aporte fmal más creati- vo de esa confluencia. En este ensayo analizamos algunos de los factores que hicieron posible convertir a América Latina en un proble- ma teórico, así como las razones que explican por qué el desarrollismo y una corriente marxista centran su aten- ción en algunos problemas comunes, así como las influen- cias que ejercieron el funcionalismo y el weberianismo en esa reflexión. Cuando decimos desarrollismo nos referimos a las vi- siones que, si bien llegaron a cuestionar los aspectos más burdos de las teorías del desarrollo, postularon que el proceso de industrialización (con énfasis en aspectos diversos) constituía la vía para alcanzar las metas del desa- rrollo regional. Aquí se ubican las propuestas de la Comi- sión Económica para América Latina (CEP AL), pero su campo es más amplio. 157 156

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Fuentes y tendenciasdela teora de la dependenciaJ aime OsarioLas ciencias sociales latinoamericanas vivenen los aoscincuenta, sesentayparte delossetenta uno delosperio-dos ms productivos de su historia. Amrica Latina seconvierte en el centro de atencin de diversas corrientestericas, lasque-ms alldesusdiferencias deenfoquesy respuestas- convergen en tomo a ciertas preguntas yproblemas, propiciando un periodo excepcional. La no-cinde dependencia constituyeel aporte fmal ms creati-vodeesaconfluencia.En este ensayo analizamos algunos delosfactores quehicieron posibleconvertir aAmrica Latina enunproble-materico, as como las razones que explicanpor qu eldesarrollismo y una corriente marxista centran su aten-cinen algunosproblemas comunes, as como lasinfluen-ciasque ejercieron el funcionalismo yel weberianismo enesareflexin.Cuando decimos desarrollismo nos referimos alas vi-siones que, si bien llegaron acuestionar los aspectos msburdos de las teoras del desarrollo, postularon que elproceso de industrializacin(con nfasis en aspectosdiversos) constitualavapara alcanzar lasmetas del desa-rrollo regional. Aqu seubican laspropuestas delaComi-sin Econmica para Amrica Latina (CEPAL), pero sucampo esms amplio.157156En nuestra exposicin pondremos nfasis en los ele-mentos que favorecen laconfluenciaentre corrientes. Pe-ro es necesario sealar que al interior del pensamientocepalinoydeladependencia seproducen propuestas dife-renciadas que es necesario tener presentes. No consti-tuyen visiones homogneas ni uniformes, pero existe undenominador comn enunayotraquepermite referirse aellas, con propiedad, apesar de los matices y diferenciasinternas, como escuelas especficas.Cuando sea necesario, mostraremos esas diferencias ymatices al interior decadacorriente, particularmente parael caso del pensamiento de la CEPAL, ya que el anlisisdel marxismo y lateora de ladependencia lo hemos he-cho enuntrabajo anterior (Osorio: 1984).Amrica Latina como problematericoLa CEPAL y una corriente dentro del marxismo, queemergealentada por los interrogantes que pone adiscu-sinlairrupcin delaRevolucin Cubana, constituyenlosprincipales actores en el anlisisde Amrica Latina en elperiodo que se inicia en la segunda mitad de este siglo.Ciertos interrogantes y determinados ngulos de cmomirar la realidad regional favorecen, en un primer mo-mento, los aspectos convergentes. Posteriormente sernlasdiferencias lasque asumirn el papel predominante.Los temasqueconcitanlaatencinylosngulosdemiraen donde convergen laCEPAL yel marxismo posterior alaRevolucin Cubana sonbsicamente lossiguientes:a) la concepcin del capitalismo como un sistemamundial ycomo unpunto departida necesario para refle-xionar sobreAmrica Latina;b) la concepcin del desarrollo y del subdesarrollocomo dos manifestaciones(o dos caras) de un mismoproceso: la acumulacin de capitales en el plano inter-nacional; .e) lasespecificidades del capitalismo latinoamericano,yaque diversosprocesos tendan amostrar que losmovi-158mientos y conductas del capitalismo en esta zona erandistintos alosproducidos enotras regiones;d) el modelo de desarrollo que madura en los aossesenta (que, para efectos de esta exposicin, podemosdefinir como unpatrn industrial diversificado).Es importante adelantar que los encuentros del de-sarrollismo y del marxismo en tomo a estos problemasestaban alimentados por razones muy diferentes, lo quellevar alalargaaconclusiones claramente diferenciadasy contrapuestas. Pero, en un momento, esas diferenciastendieron aquedar en lugar secundario, en tanto sedesa-rrollaban losfundamentos quejustificaran una nueva for-madeanalizar aAmrica Latina.El tipo de problemas puestos en discusin obligaba aconsiderar a la economa mundial como una globalidad,en donde los fenmenos internacionales y los nacionalesse imbricaban. Por otra parte, los interrogantes plantea-dos exigan ir de la economa a la poltica, y de all a lasociologay ala historia, integrndose visiones que pon-drn nfasis en una u otra disciplina. Los cientistas so-ciales latinoamericanos debieron incursionar en los aoscincuenta, y con mayor claridad en los sesenta y comien-zos de los setenta, en los ms variados rincones de lasdisciplinas sociales, favoreciendo una produccin que tie-ne pocos parangones -por la riqueza integrativa- conperiodos posteriores.En ese sentido, cabe plantear algunas hiptesis ten-dientes aexplicarel excepcional momento quevivieronlascienciassocialeslatinoamericanas eneseperiodo. Culesfueron lasrazones que hicieron posibleque tanto el desa-rrollismo comoel marxismollegaranalosproblemasarribasealados? Por qudebieron analizados desde unapers-pectivaglobal? Dirijamos laatencin aestas preguntas.El desarrollismo y Amrica LatinaEn este punto es necesario ubicar las condiciones delsurgimiento de la CEPAL para comprender el contexto159histrico y las preocupaciones presentes en los aos cin-cuenta, que llevarn posteriormente aintelectuales dees-teorganismo alostemas deladependencia.1. Enla bsqueda del desarrolloA fines de los aos cuarenta el tema del desarrollocomienza aconvertirse enuna delaspreocupaciones cen-trales enlaeconoma internacional. Tres dcadas decrisisen las relaciones econmicas internacionales (PrimeraGuerra; desajustes en los aos veinte en Europa; depre-sin de los treinta y Segunda Guerra) fueron razonessuficientes para que polticosyeconomistas buscaran fr-mulas que permitieran, de manera estable, elevar el bie-nestar delapoblacin (Sunkel yPaz: 1970).En lo inmediato, seplantea lanecesidad de encontrarcaminos para recuperar el crecimiento y evitar los seriosdesajustes econmicos ypolticosprevios.El problema del desarrollo sepotencia comoresultadode los procesos de descolonizacin que siguen a la Se-gunda Guerra ylamasivaincorporacin al mercado mun-dial de una serie de naciones pobres y atrasadas. Ahora,tambin setrata de buscar explicaciones yjustificacionesante las naciones pobres de las razones de su atr~, altiempo que de ofrecerles un camino de solucin. Estapasar aser una de las tareas centrales de las teoras deldesarrollo queemergen enlosaoscnicuenta enlaecono-maylasociologa(Marini: 1993).En todo caso, interesa destacar que el tema del desa-rrollo se convierte as en un problema mundial. De allque, bajo la cobertura de Naciones Unidas, seplantee lanecesidad decrear comisioneseconmicas regionales quese ocupen del problema. Luego de las comisiones paraEuropa, Asiayel Lejano Oriente (1946), secreaen 1948laComisinEconmica paraAmrica Latina (CEPAL).Laidea deque existeuna economa mundial, yque seencuentra interrelacionada, en tanto losdesajustes ogue-rras en una regin han terminado por afectar aotras, son160dos delaspercepciones presentes alahoraenquesurgelaCEPAL. Supunto departida sonlasteoras clsicassobreel comercio internacional, pero lasespecificidadeshistri-cas de su nacimiento la llevarn rpidamente a rupturascon aquellasvisiones.Entre esas especificidadesvalelapena destacar que laComisin nace en un momento particular de AmricaLatina, cuando comienzaa'ganar formayfuerzaunnuevoproyecto de desarrollo, la industrializacin, en manos deuna burguesa industrial todava dbil, pero con fuerteapoyo desde el Estado. Este proyecto, amuy corto plazo,se convertir en el proyecto de nacin de los pases demayor desarrollo el cual, en su maduracin y funciona-miento, presentar diversos grados de conflicto con losintereses del capital internacional.No amucho andar, laCEPAL secasaconlaideadelaindustrializacin, en tanto aparece como el camino msviable para alcanzar el desarrollo. De paso, seda inicio alaprimera ruptura terica deeste organismo con las teo-ras clsicasdel comercio internacional, en tanto laespe-cializacindelasnaciones enlosrubros enquemantienenventajas comparativas nogenera desarrollo.Esto sedebe, al decir de laCEPAL, alapresencia deun factor que pervierte el proceso: el deterioro en lostrminos de intercambio. Esta formulacin llevar aesteorganismo a poner en discusin diversos aspectos delorden econmicoque reclamanlos grandescentrosindustriales y a levantar una de sus tesis centrales:laeconoma mundial est organizada como un sistemacentro-periferia, con lo cual pone de manifiesto el papeldiferenciado en materia del reparto de beneficios entreeconomas que seencuentran interrelacionadas. Esta for-mulacin constituye un verdadero rompimiento con losplanteamientos prevalecientes en el campo acadmico delaeconoma y en los organismos internacionales y mues-tran lacreciente autonoma terica que comienza aganarlaCEPAL.En estaetapa, lamiraestpuesta enlosfactores exter-161nos que obstaculizan el desarrollo y se reconoce que eldeterioro en los trminos del intercambio impide que sereviertan aAmrica Latinalosfrutos del progreso tcnico.Es as comoel brasileo CelsoFurtado yel chilenoAnbalPinto hablarn de dependencia externa en susescritos delapoca.2. LasegundarnpturaA comienzos delosaossesenta, cuando el proceso deindustrializacin ha recorrido un camino significativoenAmrica Latina y no se logran los resultados esperadossino que, por el contrario, aparecen nuevos problemas,como losde lamarginalidad, escuando laCEPAL pasa aponer atencin en el tema delasreformas, como frmulaque permita romper los cuellos de botella que tr~~an elcrecimiento. Pero stos ya son momentos de crISISdelpensamiento desarrollilsta. Crisis marcada por factoresexternos, como la Revolucin Cubana, que pondr en lamesa de discusiones una nuevafrmula para resolver losproblemas de creacin yreparto de lariqueza y que:~voen su momento un gran impacto en las esferas polticas,tcnicas eintelectuales delaregin.Tras el proceso cubano, el tema de las reformas gancreciente inters enlaagendadelosgobiernos latinoame-ricanos y ese movimiento fue retornado por la CEP~Pero, al convertirse enuncomponente central delapolti-cadeEstados Unidos haciaAmrica Latina enel progra-made laAlianza para el Progreso, el carcter progresistade lasreformas qued enlugar secundario, destacando sucondicin de piezas de una estrategia que buscaba impe-dir nuevos procesos revolucionarios en laregin. As, casicondescuido, laCEPAL apareca asociada aproyectos dedudosa legitimidad. . .Pero tambin haba factores internos en la CrISISdeldesarrollismo. Si bienel proceso deindustrializacin logrresultados significativosen la economa latinoamericana,tras convertirse en el proyecto de desarrollo por excelen-162cia, a poco andar comenz a mostrar las dificultad tiprovocar los mismos efectos que en los pases central .Recin entrados en los aos sesenta, la industrial iza j 11present alo menos dos tendencias que pusieron en vi-dencia las dificultades de lograr frmulas ms equilibra-dasdecrecimiento ydesarrollo.Una serefiere alarpida constitucin de grupos mo-noplicos, como resultado de la alianza entre capitaleslocales y extranjeros, fenmeno que ampliar las brechassociales, al generarse nuevasramas industriales que dirigi-rn su produccin al consumo de las capas con mayoresniveles de ingresos. Otra, hermanada con la anterior, serefiere alaaparicin decordones demiseriaentorno alasgrandes ciudades, 10 que puso de manifiesto las dificul-tades delaindustria--en condiciones demonopolio- degenerar empleos acordes conlas necesidades sociales, ascomo' del agro latinoamericano de modernizarse y de re-tener auna creciente masadetrabajo disponible.Como quiera que sea, el proyecto industrializador co-mienza ahacer agua, entanto modelo quepermita reducirlas diferencias sociales y en tanto frmula que favorezcaun desarrollo autnomo (dada la creciente ligazn delcapital local conel capital internacional). Estos elementosprovocarn que, al interior mismo de la CEPAL, se dinicioaunproceso derevisindelasconcepciones cepali-nas clsicas,loqueprovocar unasegunda ruptura tericaypoltica.Si laprimera ruptura permiti alaCEPAL definir unperfil propio enel campoterico, al discutirconlas teorfasclsicas del comercio internacional, desarrollar propues-tas originales y conformar un equipo fuertemente inte-grado, lasegundaruptura, amediados delosaossesenta,muestra fisurasensusfilas, como unsignodelasdificulta-des conquetropieza sureflexininicial.El proceso de crtica abierto permitir que el tema delas particularidades del capitalismo perifrico o depen-diente seconvierta en punto central. En ese proceso, deraz externa, la dependencia comenzar a girar hacia el1631111IIinterior de las economas latinoamericanas para conver-tirseenfactor constitutivo delasestructuras regionales.Un espacio privilegiado para esta tarea lo ofrece elInstituto Latinoamericano de Planificacin Econmica ySocial (ILPES), organismo dependiente de la CEPAL,creado en 1962,yquelograreunir -adiferenciadeaqu-lla, en donde predominan los economistas- a cientistassociales provenientes deotras disciplinas, como resultadode la percepcin de que los problemas del desarrollo (ydel subdesarrollo)requerandevisionesmultidisciplinarias.Si la CEPAL manifest distancias y autonomas res-pecto al pensamiento oficial predominante enlasescuelasuniversitarias yenNaciones Unidas enlosaoscincuenta,en los sesenta el ILPES jugar ese mismo papel, peroahora al interior delaCEPAL, mostrando mayor autono-mayradicalidad ensusplanteamientos quelainstitucinmadre.Lateora de la dependenciaEs en este contexto que el brasileo Fernando Henri-que Cardoso yel chileno Enzo Faletto escribenDependen-cia y desarrolloen Amrica Latina,publicado enMxicoen1969, pero que circul como material interno del ILPESdesde 1966.En esetrabajo loselementos externos einter-nos se imbrican para dar lugar alasituacin de depend-encia, lo que implicaun paso adelante en labsqueda deexplicaciones sobre las particularidades del capitalismolatinoamericano ysuatraso. Cardoso yFaletto distinguendos formas distintas de cmo las economas latinoameri-canas seinsertaron enel mercado mundial el siglopasado,dando vida,asuvez,asolucionesdiversasdel puntodevistadel tipo de desarrollo y sobre las posibilidades de acuer-dos entre lasclasessocialeslocales: economas deenclaveyeconomas decontrol nacional. En lasprimeras, losprin-cipales rubros de exportacin estn en manos del capitalextranjero, lo que favorece que la mayor parte del exce-dente salgadel pas, reduzca laexpansin de actividades164econmicas internas e inhiba el desarrollo de un Estadonacional, delaburguesa yde las llamadas clases medias.En las segundas, son grupos locales los que controlan losprincipales rubros de exportacin, con lo cual hay mayo-res posibilidades deexpansin ydiversificacinde laeco-noma y de las clases sociales, en tanto que el Estadoasume conmayor fuerzasucarcter deEstado-nacin.Tambin en el ILPES, Osvaldo Sunkel y Pedro Pazsealarn queel desarrollo yel subdesarrollo slopuedenser entendidos como lasdos caras que asume un mismo ynico proceso: laacumulacin decapitales enescalainter-nacional (Sunk:elyPaz: 1970), haciendo suyauna formu-lacindeFrank planteada conanterioridad (Frank: 1970).Lasrupturas tericas al interior delaCEPAL entran aponer en cuestin algunos aspectos que, a lafecha, erantpicos centrales de sureflexin, tales como laviabilidaddeun capitalismo autnomo ydel proyecto econmico delaburguesa industrial, proceso que llevar acrticaspun-tuales oglobalessobreel modelo dedesarrollo que impul-salafraccin monoplica de laburguesa industrial. Estotambin alimentar lacoincidencia sobre problemas yvi-siones del (neo)desarrollismoconlareflexinque comienzaa gestarse desde un nuevo marxismo, el Cual aflora confuerza en los aos sesenta en Amrica Latina y que co-menzar a fortalecerse al calor de la crtica a las teorasdel desarrollo y de las visiones desarrollistas sobre la in-dustrializacin.El marxismo y el temade la dependenciaEl marxismo que se ocupar de los temas de la de-pendencia surge como contrapropuesta a lo que podra-mosdenominar el marxismoortodoxo, quelealarealidadlatinoamericana desde supuestos principios rectores deesta teora, vlidos para todo tiempo y lugar. Este nuevomarxismo, alentado por el triunfo del Movimiento 26deJ ulio en Cuba, rechaza la idea de que la revolucin lati-noamericana pasa por los proyectos democrticos bajo165direccin de laburguesa, tema que concitaba agudas dis-cusiones en la poca. Esta idea se fundamentaba en unalectura etapista de Marx, segn la cual la historia es unasucesin lineal de modos de produccin. Para que pudieradarse una revolucin socialista era necesario -segn esainterpretacin- que en Amrica Latina madurarael ca-pitalismoy la clase llamadaa realizar esa tarea era laburguesa.Por eso selleg apostular alianzas de los parti-dos comunistascon las organizaciones representantes deesa clase.Tambin, el nuevo marxismo se ve impactado por lacrisis del capitalismolatinoamericano y las contradiccio-nes que genera el nuevo modelo de acumulacinque im-pulsa la fraccin monoplicadel gran capitalen los aossesenta. En labsqueda de las razones que hicieron posi-ble que triunfara un proceso revolucionario en una de lasislas del Caribe, y de los movimientossingulares que pre-senta el desarrollo del capitalismo latinoamericano, el cualrompe con los patrones que supuestamente deba seguirde acuerdo alas formulaciones de lateora del desarrollo,este nuevo marxismo se ve en la necesidadde pensar enlas especificidades de Amrica Latina.Para comprender los movimientos que llevan al subde-sarrollo de Amrica Latina ylas razones estructurales quehicieron posible una rupturarevolucionaria en Cuba,elnuevo marxismo se apoya en las teoras del imperialismodesarrolladas por los clsicos, en particular en lavisin deLenin y su propuestade que la cadena de la acumulacinanivel mundial vagenerandoeslabones dbiles, puntos endonde irrumpen las crisis revolucionarias. Esta propuestasupone una otra lectura de la tesis de Marx acerca de lacontradiccin entre fuerzas productivas y relaciones deproduccin, lacual no puede ser entendida si se circunscri-be a contextos nacionales. Su interpretacin pasa necesa-riamente por la comprensin.del desarrollodesigualquepresentala acumulacinen escala mundial y el capitalis-mo visto como sistema mundial.Desde esta perspectiva, la frmula cepalina de un sis-166tema centro-periferia es analizada aqu como un sistemade economas imperialistas y dependientes. Estoes loque lleva a algunos autores,como Dos Santos y Cardoso,a sealar que la teora de la dependencia constituyeuncomplemento de la teora del imperialismo, en tanto vi-sin delfuncionamiento delsistemacapitalista desdelos pases subdesarrollados (Dos Santos: 1978; Cardoso:1974). .El paso de la nocin de dependencia como factor ex-terno a componente interno de las economas latinoa-mericanas plantea, en este enfoque, rupturas tericas denaturaleza distintaa las que se desarrollaron en el casode los crticos internos del desarrollismo. Como yavimos,para la CEP AL los problemasdel atraso latinoamericanoprovenande afuera (por ejemplo, por el deterioroen lostrminos de intercambioen el comercio internacional). Escon el trabajo de Cardosoy Faletto que la nocin dedependencia busca imbricar lo externo con lo interno.La primera pregunta que se formula el nuevo marxis-mo es: cules son los procesos de laeconoma internacio-nalque llevan al atrasos, para inmediatamente pasar auna segunda pregunta: qu hace posible que se repro-duzcan internamente esos procesos y que regeneren a suvez una insercin en la economa internacional que repro-duce el atraso?De esta forma,del anlisis de las particularidades decmo se inserta Amrica Latina en el mercadomundialcapitalista,sepasa de inmediato al estudio de las estructu-ras internas.En palabras clsicas, de la circulacin se va ala produccinpara regresar nuevamente a la circulacin.Esta propuesta metodolgica fue fuertemente resistida porsectores del marxismo ortodoxo latinoamericano, quienes,confundidos entre los problemas de mtodo y objeto, se-alarnque el anlisis debe partirde la produccin, yaque,a su juicio,ste es el factor clave para definirunmodo de produccin.Aqu cabra sealar que AmricaLatina no se hizocapitalistapor la simple maduracin de sus fuerzas pro-167I------ --,-~-- -' 'I111Iductivas, lascuales, enalgnmomento, habran planteadola necesidad de asumir relaciones de produccin capita-listas. El desarrollo del capitalismo latinoamericano slopuede ser entendido desde la perspectiva de laviolentainsercin deAmrica Latina al mercado mundial y cmoeste proceso fue readecuando y redefiniendo las relacio-nesyestructuras econmicas, socialesypolticas internas.llegadas aun cierto punto, estas relaciones adquieren supropia dinmicay entran areproducirse alimentadas porsusmovimientos, los cualesno dejan deser sensiblesalasredefmiciones quereclama lavinculacinconlaeconomainternacional (Marini: 1974).La"internalizacin" deladependencia llevaacuestio-nar las tesissobre las posibilidades de un capitalismo au-tnomo, sustentadas por el desarrollismo, as como el rolde agentes del desarrollo asignados a la burguesa local(junto a suvocacin nacionalista) y al capital extranjero.Amrica Latina, bajo tales parmetros, slo puede espe-rar el "desarrollo del subdesarrollo", al decir de Frank(Frank, 1970).Lateora de la modemizacin y Amrica LatinaEn ladiscusinsobreel subdesarrollo, quedar origenposteriormente alasteoras sobreladependencia, losejestericos centrales fueron el desarrollismo cepalino y elmarxismo que emerge con posterioridad alaRevolucinCubana. Sinembargo, aunque sindesarrollar unplantea-miento propio que desemboque en la discusin sobre ladependencia, las teoras de la modernizacin estuvieronpresentes en el debate latinoamericano. Muchos de susplanteamientos atravesaron al desarrollismo y, en menormedida, tambin al pensamiento marxista referido a losproblemas del atraso latinoamericano.Para entender este proceso esbueno recordar que, enlos aos cincuenta y sesenta, la sociologapredominanteen Amrica Latina tena dos fuentes fundamentales deinspiracin: los planteamientos de Max Weber y las for-168mulaciones elaboradas por lostericos del funcionalismoparticularmente el socilogonorteamericano Talcott Par~sons, ~trays desuobra mayor: Elsistemasocial, publica-daenmglesen1952yenespaol en 1961. Weber yParsonejercern una influencia decisivaen dos de los ms im-portantes exponentes latinoamericanos de lateora de lam?rlernizacin: J os Medina Echavarra yGino Germani.Nmguno delosdosnaci enAmrica Latina-el primeroenEspaa, el segundo enItalia-, pero esenestazonaendonde ambos desarrollarn susms importantes trabajos.De manera breve, indiquemos que lateora de lamo-dernizacin formula la idea de que, a mediados de estesiglo, Amrica Latina asisteal proceso detransformacinde sociedades tradicionales asociedades modernas. Estasltimas sondefinidascomoorganizacionessocialesen don-de predomina la racionalidad (idea weberiana) y la asig-nacin .de!~les en ~cin de lacapacidad ypreparacinde l~s m~lvIduos (Ideas weberianas que recoge la teorafuncionalsta). La industrializacin es el proceso que en-carna estasuerte deracionalidad econmica, aspecto cen-tral deuna sociedad moderna.Medina Echavarra emigr desde Espaa asuelo lati-noamericano luego deladerrota delaRepblica espaolaen 1939. En 1952 ingres alaCEPAL como editor delas~bras de los economistas que all laboraban y, al pocotiempo, esreconocidasucalidadintelectual,siendoincorpo-rado como socilogoalastareas depensar el desarrollo.No esexagerado indicar que, conlostrabajos deMedi-na Echavarra comienza a ganar curso una nueva ramadentro de lasociologalatinoamericana, la sociologadeldesarrollo, que alcanzar sus mejores momentos con lostrabajos delostericos deladependencia. Suingreso alaCEPAL esexpresin, asuvez, delapercepcin por partedel ncleo terico de este organismo de la necesidad dreflexi0t.tarsobreel desarrollo desdediversasdisciplinas.Medma fue el traductor de Economa ySociedad,dWeber, para el Fondo de Cultura Econmica, en 194 .Por tanto, estaba familiarizado con la obra del pensadorJ( ,---~~~" ~ .... 'I ialemn y con lapreocupacin por compatibilizar la eco-noma y los problemas sociales en el anlisis. Para l, eldesarrollo econmico sebasaenel despliegue delaracio-nalidad econmica formal, que es la que se logra en lasrelaciones econmicas que se establecen en el seno deuna sociedad organizadabajoprincipioshberales, entrmi-nos polticos. Este planteamiento, que el propio MedinaEchavarra caracterizacomo"el paradigmaweberiano", su-fre posteriormente algunos matices, cuando entra a con-siderar losmodelos socialistasdedesarrollo. Sinembargo,asume al final que es el modelo liberal-capitalista el quemejor propicia el desarrollo econmico (Gurrieri: 1980).En labsqueda deloselementos centrales del desarro-llo econmico Medina seala que existeun "mecanismoesencial" marcado por "la aplicacin reiterada del exce-dente en nuevas inversiones, que tiene como resultado laexpansin asimismo incesante delaunidad productiva deque setrate" (Medina: 1967, 12). Este mecanismo esen-cial requiere de aspectos sociales, entre los que destacanla disposicin econmica general (que incluye aspiracio-nes econmicas deexpansin delariqueza, as como sen-timientos deresponsabilidad individual ycolectivossobrelosnecesarios einevitables sacrificiosque implicael desa-rrollo econmico); lacapacidad tcnicayeducativa delosactores; condiciones institucionales deestabilidad polticaypercepcin de lacontinuidad y coherencia en laspolti-cas; ylapresencia deungrupo social legtimo enel mane-jo del Estado, eficaz en su conduccin y con una claraideologa del desarrollo. Si, en algn momento, Medinapens que las clases medias podan convertirse en losactores del desarrollo latinoamericano, enotros cuestionaesacondicin, dejando indefinido el tema delasresponsa-bilidades socialesal respecto.Amrica Latina, ajuicio de Medina Echavarra, pre-senta rasgos tradicionales y modernos, conformando unasituacin deheterogeneidad estructural. Lahacienda eselsoporte fundamental de laestructura tradicional, no sloen el campo econmico, sino tambin en el poltico y170social. Una de las caractersticas de las estructuras tradi-cionales ( y delahacienda enparticular) hasidosuflexibi-lidadpara asimilar elementos modernos, sinmodificar susaspectos sustantivos. Esta coexistenciadeelementos tradi-cionales y modernos es el factor definitorio de AmricaLatina, en la propuesta de Medina Echavarra, quien, alponer nfasis en los aspectos de complementacin entreesos elementos, ms que en los de conflicto, tiende arechazar lasvisionesdelapocaquehablan de"dualismoestructural" .El trnsito de sociedades tradicionales a sociedadesmodernas es tambin, para Germani, el elemento defini-torio de Amrica Latina e iniciaen la segunda mitad deeste siglo. Su obra principal, Poltica y sociedad en unapoca detransicin, publicada en 1966, es un esfuerzo decaracterizacin del tipo ideal de la sociedad moderna (oindustrial), atravesada por las valoraciones de racionali-dadweberianas ylanocin desistemasocial deParsons.Para Germani, "el desarrollo econmico es concebidoentrminos detrnsito deunasociedad'tradicional' aunasociedad 'desarrollada'.La primera se caracteriza sobretodo por una economa de subsistencia, la segunda poruna economa expansivafundada enuna creciente aplica-cinde latcnica 'moderna' " (pg. 71).Lasociedad tradi-cional ylasociedadmoderna constituyen"los extremos deun continuo pluridimensional, entanto lasformas detran-sicinpueden ser mltiples, como laexperiencia histricay actual lo estn demostrando" (pg. 71). Este tema, eldesarrollo como un continuo que arranca en el subdesa-rrollo, ser uno de los puntos centrales de la crtica delmarxismo frente alasteoras etapistas.La nocin de asincrona juega un papel clave en lainterpretacin deGermani. Esto supone, enprimer lugar,que lasociedadesuna estructuracompuestadepartes quemanifiestan gradosdiversosdeinterdependencia, loque noimplicanecesariamente integracin, equilibrio y armona.Esta situacinserunfactor clavepara explicar el cambio,slo que estamos hablando de un cambio en lasestructu-171111ras y no de un cambio de las mismas, lo que pone demanifiesto el sesgo sistmico parsoniano y conservadordesuanlisis.Laasincronasupone, ensegundo lugar, quelasdiver-sas partes de la estructura social se mueven a distintosritmos yvelocidades, loquegenera desfasesyausenciadecomplementacin. Estos desfases favorecen la creacinde sociedades duales (conestructuras tradicionales ymo-dernas), las cuales deben buscar vencer los "obstculos"(los aspectos tradicionales) queles impiden avanzar haciael desarrollo ylamodernidad.Lo anterior pone de manifiesto que la teora de lamodernizacin esel planteamiento sociolgicoenAmri-caLatina delastesisdelateora del desarrollo. Lo carac-terstico es lacombinacin de atraso y modernidad. Perono seavanzamucho en explicar lasrazones deesta imbri-cacin.Las deudasde la dependenciaLacrticaaestas posiciones permiti establecer cortestericos importantes en el desarrollo de la ciencia sociallatinoamericana. Pero no impidi que algunos supuestos(si no los aspectos centrales) del funcionalismo y del we-berianismo se hicieran presentes en la reflexin que ali-mentar las tesis de la dependencia. Por ello, no extraaque un lector atento del libro de Cardoso y Faletto, yacitado, como Pedro Paz ha sealado, pueda distinguir enl una matriz cepalina en el anlisiseconmico yaMarxyWeber enel anlisissocial ypoltico (Paz: 1981).Estas mezclas tericas, en donde destacan lasvisionesdesarrollistas y modernizantes, son reconocidas por elpropio Cardoso para sus obras iniciales. As, seala: "Enmi caso personal [...] lasprimeras formulaciones ms ge-nerales que intent hacer de crtica a la sociologa deldesarrollo ydecrticapolticaal populismo yal desarrollonacional burgus, nacieron muy prximas a la ideologaque lossustentaba" (Cardoso: 1974,94). Y agregaque, enesos aos, "afirmaba que lalucha antiimperialista podrallevar ala reorganizacin de la economa y de lapolticanacionales. Bajo el impulso de las grandes empresas es-tatales y de una agricultura estimulada por la reformaagraria, se pensaba que sera posible marchar hacia laindustrializacin, fortaleciendo un sector del empresaria-do nacional y aumentando laparticipacin popular en lapoltica" (ibid., pg. 95).Sern los datos recogidos en una encuesta sobre elempresariado nacional (entre julio de 1961y octubre de1962) losque, segn Cardoso, lo llevarn aradicalizar susposiciones. Esto ocurri porque "los datos recogidos cho-caban conloscuadros dereferencia ideolgica, pero tam-bin porque en la poca de las encuestas, despus de larenuncia de J anio Quadros, las condiciones polticas delpas haban agudizado la lucha de clases. Parte conside-rable del empresariado nacional conspiraba claramentecon los grupos extranjeros, seorganizaba polticamente yseenfrentaba aun sindicalismo nacional populista y aungobierno "de la burguesa nacional". "En aquellos aos-agrega Cardoso- resuma laconclusin aque llegarasobre la inviabilidad del desarrollo nacional burgus, di-ciendo que marchbamos haciaun subcapitalismo" (ibid.,pg. 95).Andre Gunder Frank, uno de los pioneros en laaper-tura de horizontes que llevarn adesarrollar lateora deladependencia y agudo crtico de las teoras del desarro-llo, no qued exento de los problemas que cuestion.Algunos datos autobiogrficos permiten entender las ra-zones de esta situacin. DiceFrank que, antes deviajar aAmrica Latina, "era [...] un intelectual esquizofrnico:mantena separadas mis opiniones polticas y mi laborintelectual o profesional, aceptando las teoras cientficasms o menos como me eran entregadas y formando miscriterios polticos en respuesta al sentimiento que los he-chos aislados me inspiraban. Como muchos de mis cole-gas, yoeraunliberal" (Frank: 1970,6).Ante crticasreiteradas dequesusanlisisno sonmar-xistas, Frank seala que l nunca se ha declarado tal yreconoce sus deudas intelectuales con Paul Baran, dequien recoge el concepto de excedente econmico, em-pleado en uno de sus trabajos ms importantes(El desa-rrollodel subdesarrollo capitalista en Chile),tras dejar delado el deplusvala.En este ensayo, Frank seala las tres contradiccionesquegeneran desarrollo ysubdesarrollo. Ellasson:a) lacontradiccin expropiacin-apropiacin del exce-dente econmico;b) lacontradiccin delapolarizacin metrpoli-satli-te; yc) lacontradiccin delacontinuidad enel cambio.La visin de una estructura esttica, que permanecesiendo lamismapor msquecambie, yquellevaaFrank aconfundir lasituacin colonial (endonde sonmecanismosextraeconmicos los que aseguran el traspaso de valoresde las colonias a las metrpolis) con la situacin de de-pendencia (en donde esa transferencia de valor se hacefundamentalmente sobre la base de procedimientos quedescansan en las leyes de la economa, entre nacionesindependientes) (Marini: 1974),hasidouno delospuntosms cuestionados deestapropuesta.Tambin se ha destacado la ausencia de historicidaden su anlisis, en donde una nicay mismacontradiccinpersiste alolargo del tiempo, al igual que lapresencia deuna estructura homognea que repite -slo con varia-cin de escala- la condicin de metrpolis y satlites,desde el campo de la economa internacionalhasta losltimos rincones de una economa nacional. Todo estotiene mucho ms que ver con la teora sistmicade Par-sons que con las propuestas de totalidad de Marx (DosSantos: 1978).Aqu se encuentran algunas de las razones que ex-plican por qu Frank ha sido utilizado como el blancopreferido delosanlisisantidependentistas. Msalldelaprovocacin poltica presente en sus propuestas, stas al-canzan enmuchos momentos felicesformulaciones (como174ladel "desarrollo del subdesarrollo"), pero sobreuna batericademasiado frgil.Esto muestra que en muchas ocasiones sepueden al-canzar brillantes percepciones sobre un problema apesarde la inconsistencia terica, lo que es una crtica a aquelmarxismo (y tambin aotras escuelas) quedesechan bue-nos trabajos o buenas ideas por el hecho de no estaralimentados por una perspectiva ortodoxa. Pero tambinpone de manifiesto que slolaconsistenciaterica puedesostener una idea lcida, lo que constituye una adverten-ciapara quienes creen que el eclecticismo salvacualquierproblema.Un periodoexcepcional de las cienciassocialesDe maneras diferentes, pero teniendo como denomi-nador comn el haber gestado uno de los periodos msfrtiles y creativos de las ciencias sociales latinoameri-canas, el desarrollismo y el marxismo (atravesados enmuchos casos, como hemos visto, por formulaciones fun-cionalistas y weberianas, imbricadas en la teora de lamodernizacin) contribuyeron a alimentar las vertientesque darn vida ala teora de la dependencia, uno de losproductos ms originales y creativos de la teora socialcrticalatinoamericana. Cabepreguntarse sobre losfacto-res que hicieron posible este excepcional periodo en lascienciassocialesdelaregin.La primera respuesta tiene que ver con las preguntasque el momento histrico plante yque han sido aborda-das en los puntos anteriores. Pero el elemento subjetivotambin tiene importancia: en el plazo de dos dcadas ydesde las tres vertientes analizadas, sehizo presente enladiscusin latinoamericana un conjunto de intelectualescon una elevada preparacin terica, capaces de recrearvisionesydebuscar respuestas originales alosproblemasdelaregin.Medina Echavarra y Germani, desde la teora de lamodernizacin; Prebisch, Pinto, Furtado y Ferrer, desde17la CEPAL Y dando vida al desarrollismo; Cardoso, Fa-letto, Sunkel y Paz, en el ILPES, avanzando en rupturascon la CEPAL Y abriendo cauces alas visiones de la de-pendencia, o del desarrollo y subdesarrollocomo doscaras del mismo proceso y de la acumulacin a escalainternacional; Frank, en un parteaguas terico; Marini,.Dos Santos, Vasconi y Bambirra, entre otros, desde elcampo marxista, entomo alateora deladependencia.En el caso delaCEPAL, lostrabajos que all seelabo-ran enel periodo analizado sefunden conlosintereses dela burguesa industrial, fraccin social que, en los aoscincuenta, encarna un nuevo proyecto denacinysecon-vierte en la punta de lanza del desarrollo capitalista la-tinoamericano.Las tensiones iniciales que supone esteproyecto anteel capital internacional, lanecesidad debus-car nuevosespacios enladivisininternacional del trabajoy dejustificar y legitimar hacia adentro las bondades delproyecto industrializador, hacen que-la reflexin no slodebe ser aguda en trminos tericos, sino con un fuertecompromiso conlarealidad poltica, todo locual favorece(opresiona) labsqueda depropuestas creativas.En los aos sesenta, tras el triunfo de la RevolucinCubana ylacrisisque propicia el paso de laindustrializa-cinlatinoamericana asufasemonoplica ydeasociacincon el capital extranjero, la regin se convierte en unterritorio de aguda disputa poltica. Frente al proyecto denacin burguesa industrial, cada vez ms segregador, seyergue otro, que encuentra bases de sustentacin en am-plios conglomerados socialesurbanos yrurales, siendolaspropuestas formuladas por losintelectuales marxistasqueestudian la dependencia las que fundamentarn terica-mente el nuevo proyecto.La riqueza que alcanzan las ciencias sociales latinoa-mericanas enlostrabajos delaCEPAL Yenlateora deladependencia tambin seexplica, entonces, por las dispu-tas polticas que tienen lugar en laregin, obligando alostericos cepalinos,enlosaoscincuenta-sesenta,yalos deladependencia, en lossesentay principios de lossetenta,17 6adesarrollar propuestas que estuvieran ala altura de lodebates y de la poltica, en tomo a proyectos de nacinalternativos yconposibilidades reales decristalizacin.Un periodo de tales caractersticas no se ha vuelto Ipresentar enAmrica Latinaenloquevadel siglo, prcv ,leciendo, en los ltimos veinte aos (con laexcepcin tiNicaragua y El Salvador, a inicios de los aos ochenta),modelos de dominio que no han encontrado proyectosque losenfrenten anivel regional yquetengan posibilida-desreales detriunfo.Laimbricacin de factores objetivosy subjetivosjuga-ron as un papel central en lageneracin del excepcionalperiodo vivido por las ciencias sociales latinoamericanasen las dcadas inmediatas que preceden y siguen a lamitad deestesiglo.BibliografiaCardoso, F.H., y Faletto, E. 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