TEMÁTICA Y SIMBOLOGÍA EN LA TRILOGÍA LORQUIANA2
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TEMÁTICA Y SIMBOLOGÍA EN LA TRILOGÍA LORQUIANA
“BODAS DE SANGRE, “YERMA” Y “LA CASA DE BERNARDA ALBA”
1
ÍNDICE
Págs.
0. Introducción ……………………………………………………………………………..3
1. Contexto de las obras…………………………………………………………………….4
2. La temática de las obras…………………………………………………………………..4
2.1. La temática en Bodas de sangre………………………………..………………...4-5
2.2. La temática en Yerma……………………………………………...……………...5
2.3. La temática en La casa de Bernarda Alba…………………………………..……6
2.4. Temas comunes en las tres obras……………………………………………..…..6-7
3. La simbología……………………………………………………………………………..7
3.1. La simbología en Bodas de sangre……………………………………………..…8
3.1.1. Símbolos relacionados con la Naturaleza……………………………………..8-9
3.1.2. Símbolos relacionados con los vegetales y animales………………………….10
3.1.3. Símbolos relacionados con los colores……………………………………….10-11
3.2. La simbología en Yerma………………………………………………………..…11
3.2.1. Símbolos relacionados con la Naturaleza……………………………………..11
3.2.2. Símbolos relacionados con los colores………………………………………..12
3.3. La simbología en La casa de Bernarda Alba……………………………..……….12
3.3.1. Los nombres…………………………………………………………………...12
3.3.2. Los elementos simbólicos en La casa de Bernarda Alba……………………...13
3.3.2 I Símbolos relacionados con la Naturaleza…………………………..13
3.3.2. II Símbolos relacionados con los colores……………………………..14
3.3.2. III Otros símbolos……………………………………………………...15
4. Conclusión………………………………………………………………………………….15-16
Bibliografía…………………………………………………………………………………………16
2
INTRODUCCIÓN
He decidido realizar este breve trabajo acerca de la temática y simbología lorquianas en esta trágica trilogía
sobre la tierra andaluza compuesta por las obras “Bodas de sangre”, “Yerma” y “La casa de Bernarda Alba”
como fruto del gran interés que suscita en mí, por una parte, el siempre presente tópico del hado, al cual
Federico García Lorca dedicó gran parte de su tiempo y esfuerzo como bien podemos observar en estas tres
obras de teatro y, por otra, a un deseo personal de adentrarme más profundamente en el pensamiento y
sentimiento de Lorca, para así poder entender de forma más amplia su obra en general, ya que, aunque los
temas y significados simbólicos varían perceptiblemente de unas épocas a otras, el sentimiento lorquiano
reside desde el primero hasta el último de sus versos.
No obstante, centraré mi trabajo en los rasgos más relevantes de la trilogía dramatúrgica mencionada en
cuanto a temas y símbolos se refiere, pues sería imposible abarcarlos todos en tan poco tiempo y espacio.
Trataré, a su vez, de encontrar y establecer cuantas semejanzas entre las tres obras me sean posibles.
He de decir que mi trabajo no va a basarse en la exposición del contenido de las obras, ya que daré por hecho
que éste (ni que decir tiene) ya se conoce, aunque algunas referencias serán necesarias para el análisis
completo de la trilogía.
El trabajo está dividido en una pequeña introducción contextual, común para las tres obras de esta trilogía y
dos partes principales. La primera ellas profundizará en la temática de estas tres obras, una por una, para
finalmente concluir con un apartado en el que hablaré de los temas compartidos por las tres. La segunda parte
tratará los símbolos más destacados que Lorca utilizó tan acertadamente en cada una de las obras de esta
trilogía. En último lugar, finalizaré con una breve conclusión.
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1. CONTEXTO DE LAS OBRAS.
Las tramas tanto de Bodas de sangre como de Yerma y La casa de Bernarda Alba se desarrollan en un ámbito
rural, siendo muy probable que más exactamente se trate de pequeños pueblos andaluces, que bien podrían
perfectamente ser reales si tenemos en cuenta que Lorca dio forma a las obras a partir de hechos que
ocurrieron en la realidad, como es el caso de Bodas de sangre, obra para la cual se basó en el crimen ocurrido
en un pueblo de Almería, Níjar, en 1928. Lorca no se aleja mucho en el tiempo a la hora de escoger la época
en la que va a situar sus obras, ambientando todas ellas a finales del S. XIX o principios del S.XX.
Los personajes pueden pertenecer a distintos niveles dentro de las clases sociales, pudiendo tratarse de
familias prestigiosas y de alto linaje (como es el caso de La casa de Bernarda Alba) o gente humilde y
trabajadora del campo, como el marido de Yerma o el Novio en Bodas de sangre (lo cual no significa que no
gocen de una desahogada posición económica).
2. LA TEMÁTICA DE LAS OBRAS.
2.1. La temática en Bodas de sangre.
Esta obra habla esencialmente de las pasiones humanas, retratadas de distinto modo en cada uno de los
personajes y teniendo como principales exponentes:
El amor prohibido y a la vez desenfrenado entre un hombre y una mujer.
El amor de una mujer hacia sus difuntos marido e hijos y la rabia hacia la estirpe de los asesinos y
hacia las navajas, cuyo único fin es dar la muerte a los seres humanos.
La fatalidad, que impide cambiar el sino de una familia, cuyos integrantes masculinos están
predestinados a morir a navajazos.
Además, encontramos algunos temas secundarios pero también importantes, como son:
La honra familiar, siempre presente en las vidas de los personajes, tal y como ocurría en la vida real
en esa época. En torno a esta cuestión, podemos encontrar:
El dilema de una joven, la Novia, que se va a casar sin amor, pues aunque no está
enamorada del futuro esposo, él cuenta con privilegios tales como extensas tierras y
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mucho dinero. Sin embargo sí está enamorada, pero es del hombre que se ha casado
con su prima.
La mala imagen que esta misma joven da al resto del pueblo por haber tenido un
novio con el que no llegó a casarse (el mismo que ahora está casado con su prima).
La dificultad de la Madre para aceptar a la Novia, ya que tuvo una relación con un
hombre perteneciente a la familia de los asesinos de su marido e hijo.
Finalmente, el deber moral, más allá del propio amor de esposo, del Novio de dar
muerte al que le ha arrebatado a su mujer. De aquí podemos concluir que los dos
fugados saben desde el principio de su huída que deben morir por lo que han hecho.
Los celos, tema recurrente en las obras de Lorca. Aquí concretamente los podemos observar en la
mujer de Leonardo y prima de la Novia, celosa de ésta por la relación pasada que mantuvo con su
marido.
2.2. La temática en Yerma.
Ambientada también en una zona rural, probablemente en la misma época, es decir, finales del S. XIX o
principios del S.XX, Yerma, tal y como el propio título de la obra indica, se basa en la desgraciada vida de una
mujer que no es capaz de engendrar un hijo. La acción se desarrolla a través de varios hilos, como son:
El sentimiento de culpa y la amargura de una mujer que no se queda embarazada, los cuales acaban
llevándola a una obsesión fatal.
El desengaño que sufre Yerma al darse cuenta que su vida de casada no es en absoluto como lo había
planeado, ya que tiene un esposo que se pasa los días y las noches trabajando, dejándola sola por
completo, y al que parece no importarle que no tengan hijos.
Los celos de nuevo, en este caso padecidos por dos personas:
Por un hombre, Juan, hacia su esposa Yerma, motivo por el cual manda a sus
hermanas a vivir a su casa para que la vigilen mientras él trabaja en el campo.
Por la propia protagonista, Yerma, hacia todas las mujeres que consiguen
quedarse embarazadas, en especial hacia su amiga María.
El amor adúltero que siente la protagonista hacia otro hombre, Víctor.
La fatalidad, que desde el principio de la obra parece estar indicándonos que la solución al problema
de Yerma no puede ser otra que la tragedia.
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2.3. La temática en La casa de Bernarda Alba.
Aquí encontramos de nuevo la distinción entre clases sociales, siendo la familia de Bernarda una de las más
conocidas del pueblo. Es por ello que la déspota progenitora pretende eludir cualquier crítica o cotilleo que
insulte a su casta. Su actitud dominante y opresora es la que lleva a sus hijas a actuar de la forma en que lo
hacen y que lleva de nuevo, finalmente, a la tragedia. Los temas destacados en esta obra son los siguientes:
El conflicto entre autoridad y libertad.
La represión a causa del exagerado veto que la madre impone a sus hijas.
Los enredos amorosos entre tres de las hermanas y el único varón que se menciona en la obra (aunque
no aparece en ella): Angustias, la prometida; Martirio, la enamorada, y Adela, la que es objeto del
amor del hombre, Pepe el Romano.
La envidia, que es experimentada por las hermanas. La que mejor refleja este sentimiento es Martirio,
que lo hace hacia su hermana Angustias, ya que es la que se va a casar con Pepe el Romano y la que
va a heredar la fortuna; y hacia Adela, la única receptora del amor de Pepe.
La fatalidad, que conlleva la conjunción de los hechos que acabarán con la muerte de Adela.
2.4. Temas comunes en las tres obras.
Ante todo, cabe destacar el gran realismo con que cuentan las obras de esta trilogía. Es cierto que el autor
nos muestra un mundo ficticio, en el que los lugares son universales y los personajes podrían estar
ubicados en cualquier sitio; además, aunque los personajes no existen y quizá son llevados a extremos
demasiado exagerados, también es cierto que bien podría tratarse de personas reales que encarnan
historias reales, como es el caso de Bodas de sangre o la propia Bernarda, que parece ser que era el retrato
de una vecina de Lorca.
2.4.1. Podemos destacar como principal tema común en la trilogía el concepto de la fatalidad,
entendiéndola como una fuerza desconocida y sobrenatural que interviene de forma inexorable
sobre los seres humanos y los sucesos. Estas tres historias acaban con un trágico final en el que se
produce la muerte de alguno de los personajes principales. En mi opinión, lo que Lorca intenta
transmitirnos con esto es una especie de sentimiento de impotencia que todas las personas
experimentamos en algún momento de nuestras vidas al no poder cambiar ciertas cosas que nos
van sucediendo. Nuestras vidas se dirigen irremisiblemente a un punto determinado y no podemos
hacer nada para evitarlo, lo cual nos provoca una gran frustración. A mi parecer, Lorca sufrió en
sus propias carnes ese sentimiento de frustración, que fue el que lo incitó a escribir acerca de la
fatalidad o el hado y a examinar detenidamente los derroteros del destino.
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Los personajes de estas obras son una especie de títeres manejados por las cuerdas de la fatalidad, su
personalidad se ve reducida ante la grandeza de los acontecimientos. Es por ello que pierden fuerza
sus identidades personales para ganarla los sucesos que acaecen en sus vidas. Así, aunque los
personajes cambiasen su forma de ser, no podrían evitar aquello que el destino les tiene preparado.
2.4.2. En segundo lugar (pero no por ello menos importante) encontramos el conflicto entre autoridad y
libertad, que aunque es más pronunciado en La casa de Bernarda Alba, también aparece en las
otras dos historias: en el caso de Bodas de sangre podemos decir que la autoridad es el deber de la
Novia de casarse con un hombre al que no ama y el deber conyugal de Leonardo para con su
esposa, mientras que la libertad se refleja en la huída de ambos, evadiendo sus responsabilidades
y sucumbiendo a la fuerte pasión que sienten el uno por el otro. Lo mismo pasa con Yerma, donde
encontramos una mujer encerrada entre cuatro austeras paredes y vigilada por sus rancias cuñadas
ante la duda de que pueda cometer algún acto rebelde, como salir a la calle, cosa que el marido le
prohíbe.
El autor nos plantea siempre la misma duda: la mujer protagonista, ¿se someterá o huirá de su
encierro impuesto? Este es el dilema de la mayoría de heroínas de Lorca: elegir entre la muerte
interior, que es la sumisión y la ausencia de pasión, o la muerte real, que implica de un modo u otro el
derramamiento de sangre.
2.4.3. Por último, no podemos olvidar el importante tema de la fertilidad, que es tratado en las tres
obras, aunque en cada una de ellas se le da una importancia distinta. Mientras que es de la mayor
importancia en Yerma, ya que toda la obra discurre en torno a este tema, aparece algo más
mitigada en Bodas de sangre, donde se habla varias veces del hecho de tener hijos, sobre todo por
parte de la Madre. Para finalizar, en La casa de Bernarda Alba aparece este tema muy
aisladamente, como por ejemplo en una aparición de María Josefa, la trastornada madre de
Bernarda, en la que habla de un niño y una oveja, diciéndole que le va a dar la teta y pan.
3. LA SIMBOLOGÍA.
Antes de nada, es importante recordar que los distintos símbolos empleados por Lorca a lo largo de su vida
varían de significado de unas obras a otras. Aquí hablaré de los símbolos ciñéndome a los significados que
tienen en cada obra en concreto, y no los que puedan tener fuera de ellas.
3.1. La simbología en Bodas de sangre.
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Ya el propio título de la obra es de carácter simbólico. La primera palabra, “bodas”, que en el plano
normal quiere decir matrimonio o unión, es bastante clara. Es la otra palabra, “sangre”, la que otorga un
sentido ambiguo al significado del título. Puede que se refiera simplemente a una boda que fue manchada
por la sangre de las dos muertes que ya conocemos; pero en un plano más poético y abstracto, parece que
se trate de la unión de dos sangres que se aúnan una vez derramadas en la tierra, sangres que,
paradójicamente para formar parte de una boda, eran rivales antes de morir. Incluso da la impresión de
que se trate de la conjunción de ambos significados a la vez. De este modo podemos decir que dos
personas se unen en un matrimonio así como las sangres de dos rivales se unen al ser derramadas.
Muy importante es hacer referencia al modo innovador con el que Lorca llama a sus personajes en esta
obra, en la que nadie tiene un nombre propio excepto el amante (Leonardo). Con esto, el autor lo que
pretende es otorgar una naturaleza simbólica a cada uno de los personajes, y definirlos como universales y
no ligados a ningún convencionalismo.
Ya hablando de la obra en sí podemos encontrar tres tipos de símbolos en Bodas de sangre: símbolos
relacionados con la vida y la muerte, símbolos relacionados con los vegetales y con los animales, y
símbolos relacionados con los colores.
3.1.1. Símbolos relacionados con la vida y la muerte.
La Luna. En Bodas de sangre, el papel de la Luna es primordial. Representa, en primer lugar, a la
fatalidad. También podemos asociarla a la destrucción, ya que aparece como figura que augura la
muerte. La Luna es sinónimo de muerte, de frío, y juega con elementos asociados a lo sombrío y a lo
tétrico. En Bodas de sangre toma la palabra y aparece personificada, con voz propia, clamando
sangre, la sangre de los deshonrados.
Son así, la Luna junto a la Muerte (como más adelante explicaremos), personificaciones de la
fatalidad del drama lorquiano: “…clavos de Luna nos funden / mi cintura y tus caderas.” Esto
significa que la fatalidad los ha unido a ambos irremediablemente.
Los hombres, juguetes de la noche, aparecen como simples títeres de la Luna y la Muerte. Así, los
leñadores, guiados por la luz de la Luna, a pesar de justificar la pasión de la huida, no pueden hacer
nada para cambiar el eminente destino que se les tiene preparado a los amantes, y, pese a no mostrarse
de acuerdo con la sed de sangre, continúan inmersos en la vorágine de la caza, no sin antes imprecar a
la Luna: “¡Ay Luna que sales!… / ¡Llena de jazmines la sangre!...”
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La navaja/ el puñal. Aparece a lo largo de toda la obra y es de vital importancia en ella, ya que será la
culpable física de las muertes. Refleja el instinto impulsivo del hombre. Al principio de la obra, el
cuchillo significa para el Novio un instrumento para cortar, mientras que para la Madre es un símbolo
de mal agüero. Efectivamente, a lo largo de la obra, el cuchillo dejará de ser un instrumento para
cortar y se convertirá en un instrumento para matar; es decir, en un símbolo de muerte. Los leñadores
y las muchachas hilanderas están relacionados con la acción de cortar y por lo tanto con la muerte
también: los leñadores no tienen ninguna función aparente en la obra, excepto la de simbolizar la
muerte a través del trabajo que desempeñan, mientras que ellas cortan el hilo rojo con un cuchillo. De
esta forma, las hilanderas sirven para asociar dos símbolos clave en la obra: el cuchillo y la sangre
(esta última a través del color del hilo: rojo).
La corona de azahar. Representa una forma circular de perfección perteneciente al ámbito de la
Naturaleza y la vida. La corona encierra a la Novia en un mundo de sacrificio y clausura, el
matrimonio.
El agua. Este elemento de la Naturaleza aparece reflejado principalmente en los ríos. Representa
fundamentalmente dos cosas: sirve para apagar la sed y es el origen de la fertilidad de la tierra. Dado
que para Lorca la pasión es una especie de sed que sólo se ve saciada con la fertilidad, es decir, con
los niños, el paralelo entre el agua y la pasión es claro. El río es un lugar donde se puede calmar tanto
la sed como la pasión. El ejemplo perfecto lo podemos encontrar en el siguiente extracto de la canción
que cantan a los recién casados: “…Galana de la tierra, / mira cómo el agua pasa. / Porque llega tu
boda, / recógete las faldas / y bajo el ala del novio / nunca salgas de tu casa.”
Esto viene a decir que la mujer, al casarse, espera fertilidad, y para ello debe mantenerse en su casa
junto a su marido.
La sangre. Elemento muy importante, tan importante que es el componente principal del título de la
obra. Podemos analizar la sangre desde dos puntos de vista completamente distintos. Por una parte,
cuando se encuentra dentro del ser humano, simboliza el calor vital y corporal, la vida en sí misma.
Sin embargo, también puede representar a la misma muerte si la sangre se encuentra derramada, fuera
del cuerpo humano. Constantemente aparecen evocaciones a la misma a lo largo de la obra a través de
objetos de color rojo o carmesí.
La tierra. Tiene una función maternal y de fecundidad. Se encarga de dar y tomar la vida, y se ve
identificada en la Madre, que habla a su hijo de las tierras poseídas y se ve interesada por las tierras de
la futura esposa, y también por el deseo de tener nietos en poco tiempo. Podemos observar cómo
Lorca entrelaza unos símbolos con otros para así dar mayor consistencia al tema de la fecundidad:
“Tu hijo era un poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud…”
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La mendiga. A pesar de tratarse de una persona, su único fin en la obra es representar a la muerte. Es
una especie de muerte personificada con forma de mujer vagabunda. Aparece junto a la figura de la
Luna en medio de la oscuridad del bosque, y quiere ver a los dos rivales muertos cuanto antes, pues es
su fatal deber llevarse sus almas. Representa, por tanto, la fatalidad y la destrucción.
3.1.2. Símbolos relacionados con el mundo vegetal y animal.
El caballo. Representa la pasión erótica, la lujuria y la libido fuera de control de los amantes. Al
mismo tiempo, representa la fuerza de la rabia del esposo engañado. Es por eso que ambos montan a
caballo.
Las flores. En esta obra, como en todas las de García Lorca, las flores aparecen por todos lados.
Dependiendo del tipo de flor del que se trate, tendrá un significado u otro. En este caso, podemos
deducir, a partir del siguiente extracto, que las flores en general funcionan para augurar, de nuevo, la
muerte: “¡No cubras de flores la boda!”
Algunos ejemplos de flores simbólicas son los siguientes: el azahar indica pureza y virginidad; la rosa
refleja el amor y la pasión; el geranio es un símbolo de masculinidad: “…dos hombres que eran dos
geranios…” y el musgo y la adelfa representan a la muerte.
La paloma. Referida ésta a la Novia, representa la inocencia, la bondad y la virginidad: “… ligera
como paloma debes ser”, dice la Madre a la Novia, aconsejándola durante la celebración.
3.1.3. Símbolos relacionados con los colores.
El rojo. Como ya indicamos anteriormente, el rojo funciona como elemento vaticinador de la muerte,
ya que representa el color de la sangre que ha sido derramada.
El amarillo. Color que también representa a la muerte. Lo podemos apreciar al final de la obra, donde
la Novia dice: “…se queden dos hombres duros / con los labios amarillos.”
El blanco. Representa la pureza y la virginidad.
El azul. Indica la fatalidad, la muerte. Podemos comprobarlo perfectamente en la escena del bosque,
donde la Luna se pasea entre árboles con una luz azulada que la ilumina. También representa la
frialdad, y junto a los grises de los trajes indica que se trata de un matrimonio sin amor. Es el color,
junto con el rojo, que define la obra en general.
3.2. La simbología en Yerma.
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En esta obra el título vuelve a jugar un papel primordial, pues no sólo se trata del nombre de la protagonista, si
no, fundamentalmente, el tema principal. De este modo, Lorca vuelve a jugar con la ambigüedad a la hora de
elegir el nombre de la obra. Hace referencia, así, a un tema muy recurrente de la obra lorquiana: la fertilidad
de la tierra, pero sobre todo, la fertilidad de la mujer.
3.2.1. Símbolos relacionados con la Naturaleza.
En Yerma, los símbolos relacionados con la Naturaleza son los más frecuentes.
El agua. Es el símbolo más importante en toda la obra, pues representa la fertilidad y la fecundidad.
Puede jugar, no obstante, distintos papeles: En primer lugar, como corriente fecundadora, que se
contrapone al agua encerrada en el pozo o en el charco, que representa la frustración por las
limitaciones que siente la protagonista. Además, una sola vez funciona como corriente devastadora,
cuando Yerma dice: “…Pero ellos no saben que yo, si quiero, puedo ser agua de arroyo que las
lleve…”, refiriéndose a las gentes, que hablan y especulan sobre ella.
Las hilanderas. Este grupo de mujeres forma un coro que interviene varias veces en la obra. Al
igual que en Bodas de sangre había un coro de mujeres hilanderas, cuyo trabajo era cortar la
madeja roja, en este caso son lavanderas, ya que el elemento principal de la obra es el agua y el
río).
La leche materna. Es el segundo símbolo más importante de toda la obra. Representa las ganas
inmensas y obsesivas que tiene Yerma de concebir un hijo y poder darle de mamar. Este elemento se
funde con el símbolo del agua, para aumentar la sensación de fecundidad y fertilidad: “…arroyos de
leche tibia…”
La arena. Este elemento representa, en Yerma, la infertilidad. Se dice que son de arena los pechos de
las mujeres que no pueden concebir hijos. Junto a la arena, podemos observar otros elementos que
representan la infertilidad, como son las sombras, la roca y la sequedad: “¡Ay, de la casada seca!...”
El muro. El muro refleja los impedimentos. En este caso, el impedimento principal es la imposibilidad
de quedarse embarazada, aunque Yerma atribuye la figura del muro a su marido Juan. Por lo tanto,
podemos deducir que el muro también representa el impedimento de vivir una vida de casada feliz y
plena.
Las flores. En Yerma, las flores tienen un significado completamente distinto al que tienen en Bodas
de sangre. Es por ello tan importante definir los símbolos dependiendo de la obra de la que tratemos.
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En este caso, las flores representan la alegría por la maternidad, siendo la más importante de ellas la
rosa. Con referencia a las mismas, se habla del término “marchita”, para referirse a las mujeres que
no pueden concebir hijos.
3.2.2. Símbolos relacionados con los colores.
El blanco. Es el color, por excelencia, de Yerma. Representa, de nuevo, la fertilidad. Toda la obra está
plagada de referencias a este color, que además de funcionar como adjetivo, se refleja a través de
elementos como: la nieve, el alba, las palomas, el jazmín, la lana, la escarcha, y el niño vestido de
blanco que aparece en su primer sueño.
El rojo. Refleja el amor, la pasión de un hombre por una mujer y viceversa (“…alhelíes rojos…”)
También puede hacer referencia al color de la sangre, en cuyo caso simboliza la muerte, muerte que
Yerma desea si no puede tener hijos y su vida se ve reducida a estar encerrada entre las cuatro paredes
(o muros) de su casa.
3.3. La simbología en La casa de Bernarda Alba.
3.3.1. En esta tragedia, lo primero que debemos destacar como elementos simbólicos son los
nombres de los propios personajes, que, como no podía ser menos, Lorca eligió en un
sentido ambiguo, y no al azar. Es decir, con cada uno de los nombres de las mujeres de la
obra pretendía indicar su carácter interior. La siguiente es una breve exposición de ellos:
Bernarda: Significa “fuerza de oso”, “guerrera”. Así se muestra la personalidad de Bernarda, una
mujer dominante y autoritaria que mantiene reducidas a sus hijas en el encierro de su casa.
Angustias: Tanto este nombre como el de Martirio indican claramente su significado. Angustias,
además, hace referencia a “opresión”, “estrechez del lugar o del tiempo”. Esto indica que es un
personaje abrumado por la presión del paso del tiempo.
Magdalena: Significa “desconsolada”, “que llora mucho” (con referencia a la expresión “llorar como
una magdalena”). Así es, precisamente, como ella se siente. Entre sus llantos y lamentaciones,
confiesa que desearía haber nacido hombre para así no sufrir tanto en un mundo donde la mujer no
tiene lugar.
Martirio: Efectivamente, es la hermana más martirizada y, por tanto, la que más odio y rencor alberga
en su corazón después de todo el daño que ha sufrido. También podemos deducir que se refiere a la
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gran fealdad que posee, lo cual puede suponer perfectamente un gran martirio para ella o para
cualquiera que la observe.
Amelia: Significa “sin miel”. A pesar de ser la menos nombrada en toda la obra, ya que apenas se
hace referencia a ella, sí que podemos observar que su carácter es resignado y de mansedumbre ante
la dominación de su madre. Podemos deducir que el significado “sin miel” se refiere a que carece de
encanto alguno.
Adela: Significa “nobleza”. Con este nombre, Lorca quiere expresar que es la única hermana que
encarna la juventud y la belleza, además de la rebeldía, pues es la única que osa enfrentarse a su
madre.
María Josefa: al referirse a los nombres de los padres de Jesucristo (María y José), indica la edad del
personaje, ya que se trata de la vieja y trastornada madre de Bernarda.
La Poncia: Hace referencia a Poncio Pilatos. Como él, se lava las manos ante los problemas que pasan
a su alrededor.
Prudencia: A pesar de que su paso por la obra es fugaz, su nombre tiene un significado claramente
simbólico: la naturaleza de la prudencia reside en saber discernir y distinguir lo que es bueno o malo
para seguir o huir de ello. Encarna la propia prudencia en persona.
3.3.2. Los elementos simbólicos en La casa de Bernarda Alba.
3.3.2. I) Símbolos relacionados con la Naturaleza.
El agua. Simboliza la sed como referencia al deseo sexual, al erotismo. Es por eso Bernarda
quiere cerrar las ventanas y Adela o Martirio tienen sed. En referencia a este importante elemento
de la naturaleza, encontramos el hecho de que el pueblo no tiene ríos, que, como en Yerma,
simboliza el ansia de vivir libre; sin embargo, sí tiene pozos, que encarnan la cautividad y la
reclusión en una vida llena de pesares y represión. Se contrastan las referencias al agua estancada
o envenenada de los pozos con el agua limpia e infinita de mar.
En un momento de la obra, antes de desatarse el trágico final, aparece una nube negra de
tormenta, lo cual podemos interpretar como la rebeldía que se va a desatar en la casa, una
tormenta figurada. Por fin aparecerán corrientes de agua en la cárcel de represión en la que viven.
El calor. Lorca nos sitúa en un contexto de calurosas temperaturas, puesto que es verano, lo cual
contribuye a intensificar la tensión dramática y a moldear el carácter triste de los habitantes de las
tierras secas del pueblo de la familia de Bernarda frente al alegre de los habitantes de las tierras
húmedas. De esta forma se manifiesta el ambiente infernal de la casa de Bernarda.
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El caballo garañón. Representa otro importante papel simbólico. En este animal podemos
encontrar una clara similitud de Pepe el Romano en el mundo animal, y por lo tanto, un símbolo
sexual muy acusado, ya que encarna la pasión y el erotismo. Pasión que desata en dos de las
hermanas, Martirio y Adela, causando entre ellas la furia de un caballo salvaje. Lo encontramos
cuando Pepe el Romano llega a caballo en la escena final, o cuando Bernarda habla de echar el
caballo a las potras, escena simbólica que bien podría referirse a las potras como las cinco
hermanas.
La Luna. Como no podía ser menos, de nuevo encontramos este importante símbolo lorquiano.
Representa distintos y encontrados factores: por una parte, el amor, ya que es de noche cuando
Pepe el Romano va a visitar a Adela, y además, de nuevo se halla el carácter vaticinador de la
muerte, pues todo acabará con la desgracia de la muerte de la joven. No obstante, en esta obra
tiene menos importancia que en otras de Lorca, como por ejemplo en Bodas de sangre.
3.3.2 II) Símbolos relacionados con los colores.
En La casa de Bernarda Alba los colores tienen una gran importancia, siendo de mayor relevancia los
siguientes:
Los colores blanco-negro. Forman una especie de dualidad en la que el blanco hace referencia a lo
positivo en general (la vida, la libertad, la sexualidad) mientras que lo negro se refiere a la muerte
(Por ejemplo, Adela muere de noche) y al fanatismo religioso (el estricto luto que la familia debe
guardar por imposición de Bernarda).
Por otra parte, el color blanco de las paredes podría representar la abstinencia sexual, la castidad
que Bernarda pretende que su casa refleje al resto del pueblo. Aquí encontramos el tópico de la
honra, tan importante en esta obra. Bernarda quiere mostrar ante todo el mundo que su familia es
una familia honrada y casta.
El color verde. Representa, por un lado, la rebeldía. Esto se plasma a través del vestido verde y el
abanico que luce Adela. Como ya hemos indicado, ella es la única de las hijas que se rebela contra
la voluntad de su madre. El verde es también la representación de la muerte para Lorca, como
podemos apreciar en el mismo personaje de Adela, cuyo vestido verde le servirá de mortaja en el
trágico final de la obra.
3.3.2. III) Otros símbolos.
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El bastón. Es un claro símbolo del poder tiránico de Bernarda. Un hecho muy significativo es el
momento en que Adela lo rompe, mostrando así su rebelión en contra de la tiranía de su madre.
También funciona como símbolo de la ceguera de Bernarda, que es incapaz de ver la situación por
la que están pasando sus hijas, como tampoco de predecir el fatal final que le espera a la familia.
4. CONCLUSIÓN.
Tras la lectura y análisis de las tres obras, podemos concluir que esta trilogía constituye una grave
y acertada crítica de Lorca hacia la opresiva sociedad de la época. En primer lugar es objeto de la
crítica lorquiana el tan presente tópico del “qué dirán”. En todas estas obras juega un papel
fundamental, y siempre ligado a la figura femenina. Encontramos, así, un alto grado de machismo
que no es más que el puro reflejo de la época en la que el autor vivió. El papel de la mujer es un
papel secundario en el que ella debe adaptarse a su condición de reclusa en su propia casa, siendo
sus deberes el formar un matrimonio, tener hijos, sacar la casa adelante y no manchar su honra, lo
cual representa el pecado más terrible que se puede cometer. Esta asfixiante situación por la que
pasa la mujer de esta época la lleva a cometer actos tales como el adulterio o simplemente el
sentirse atraída por otro hombre distinto a su marido. También relacionado con esto está el
importante elemento de la tradición, la cual llevaba a la gente a actuar de un modo determinado,
siempre bastante machista, y rigiéndose, cómo no, por las habladurías de la gente de alrededor.
También cabe destacar la diferenciación entre las distintas clases sociales, con la cual se muestra
cómo las clases “inferiores” sufren la discriminación por parte de las superiores, hecho arrastrado
durante toda la historia y muy patente en la época.
La hipocresía es, por tanto, un componente trascendental cuyas repercusiones fueron un factor
esencial para la obra de Lorca.
Así, encontramos en la obra de Lorca una doble visión crítica: la crítica social, a las gentes
españolas, sus costumbres y sus tradiciones conservadoras e hipócritas, que, por otra parte, no son
ni más ni menos que la unificación de la crítica moral particular de cada individuo. El conjunto
del pueblo unido tiene la capacidad de funcionar como un todo acusador y calumniador capaz de
destrozar las vidas de aquellos que osan ser diferentes al resto.
Unificado todo esto junto con la innovación que supuso la obra teatral de Lorca, encontramos que
se trata de uno de los autores más relevantes y sobresalientes de toda la literatura española. Supo
entrelazar perfectamente crítica y humor, causando una honda impresión en sus lectores que no
mengua con el paso del tiempo.
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BIBLIOGRAFÍA
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