TEMA LA FAMILIA(2003) trata precisamente sobre una familia de caníbales que habita la casa del...

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HACIÉNDOTE LEER PRECIO AL PÚBLICO 15 PESOS TEMA LA FAMILIA AÑO 6 NÚMERO 58 MARZO 14 COLUMNAS / BERNARDO FERNÁNDEZ_-BEF / ANTONIO MALPICA / DIEGO RABASA / ERICK ESTRADA / KAREN CHACEK TEXTOS / Diana gutiérrez / Karen Villeda / OMAR DELGADO / LOBSANG castañeda ENTREVISTAS / ENRIQUE SERNA / RAFAEL Pérez GAY LISTAS / LOS MÁS VENDIDOS / PARA VER Y OÍR / NOVEDADES DEL MES

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HACIÉNDOTE LEER

PRECIO AL PÚBLICO 15 PESOSTEMA LA FAMILIA

AÑO 6 NÚMERO 58 MARZO 14

COLUMNAS / BERNARDO FERNÁNDEZ__-BEF / ANTONIO MALPICA / DIEGO RABASA / ERICK ESTRADA / KAREN CHACEKTEXTOS / Diana gutiérrez / Karen Villeda / OMAR DELGADO / LOBSANG castañeda ENTREVISTAS / ENRIQUE SERNA / RAFAEL Pérez GAYLISTAS / LOS MÁS VENDIDOS / PARA VER Y OÍR / NOVEDADES DEL MES

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EDITORIAL_+LA FAMILIAAsí como todos nosotros provenimos de una familia, porque a menos que nos asomen de la cabeza un par de antenas podríamos desafiar la biología, también los personajes de ficción poseen un principio, que aunque no lo sepamos de cabo a rabo, en la mente de los autores existe un registro que almacena esos datos genealógicos. Ana Karenina tiene un origen, lo mismo que Madame Bovary, Edmundo Dantés o Jean Valjean. Todos ellos tuvieron un padre, una madre, hermanos, tíos, abuelos, y siguieron un patrón de vida: nacieron, crecieron —hasta puede que se reprodujeran— y murieron, aunque las páginas de los libros donde su vida se desarrolló no lo registren completamente.

Si revisamos una saga literaria como Cien años de soledad, del Nobel Gabriel García Márquez, nos toparemos con un nu-trido árbol genealógico. Si contamos con cuidado encontraremos cuarenta y un personajes (incluyendo a los diecisiete Aurelianos pero sin contar a los que no pertenecen a la familia Buendía). De José Arcadio Buendía la estirpe condenada a cien años de soledad termina con Aureliano en medio de un remolino que sepulta Macondo. Es decir, esta novela cumbre de la literatura nos demuestra que entre las páginas de los libros también se escenifican dramas y tragedias, alegrías y triunfos, nacen y mueren personas.

Una breve revisión de los títulos de libros célebres y famosos demuestra que los lazos familiares son campo fértil para la literatura. Desde madres poco conocidas (Mamá, de Joyce Carol Oates), padres inolvidables (Papa Goriot, Carta al padre), hermanos terribles (Los hermanos Karamazov), hermanas unidas (Mujercitas), tías de cuidado (La tía Julia y el escribidor, que tantos recuerdos le trae a don Mario Vargas Llosa), abuelas desalmadas (La terrible y triste historia de la cándida Erén-dira y su abuela desalmada, de Gabo) y, cómo no, abuelos aventureros (El abuelo que saltó por la venta y se largó). También existen títulos que tratan sobre familias enteras, como Álbum de familia, de Rosario Castellanos, o Todas las familias felices, de Carlos Fuentes, y así podríamos seguir durante un buen rato, tan extenso como los estantes de las Librerías Gandhi.

La familia es un tema amplio y complejo; en la red se describen hasta 24 tipos de familia nuclear, que al pasar el tiempo seguirán modificándose conforme nuestros hábitos y costumbres también se transformen, y podemos trasladarnos hacia rumbos como los de la tipografía, el arte, los objetos, o en cualquier actividad que por su naturaleza acumule objetos pa-recidos que cumplan una labor conjunta, como las herramientas.

La cultura popular también ha construido estirpes como Los años maravillosos, Los Simpsons, quizá el más fiel retrato de la familia norteamericana; La familia Addams o Los Munsters, quienes aparecen en la portada y en las páginas centrales.

Este mes conversamos con dos autores mexicanos que nos hablan de parientes y familias disfuncionales: Rafael Pérez Gay y su libro El cerebro de mi hermano, donde se cuentan los últimos días del también escritor José María Pérez Gay; y con Enrique Serna y su ensayo Genealogía de la soberbia intelectual, libro que desmonta los mecanismos mediante los cuales las élites intelectuales han querido alejarse del público, camuflándose detrás de lenguajes inaccesibles para las mayorías.

Con este número de ambiente 100% familiar, celebramos los 5 primeros años de Lee+. Durante este tiempo hemos construido una amplia estirpe integrada por nuestros columnistas, colaboradores, entrevistados y, por supuesto, los lectores que mes a mes se sumergen en estas páginas. Queremos agradecer a todos ellos por su apoyo incondicional.

Tolstoi escribió uno de los comienzos de novela más memorables: “Todas las familias felices son iguales; las infelices lo son cada una a su manera”. El inicio de Ana Karenina no habla de una sola familia sino de todas las familias, porque todas son felices e infelices al mismo tiempo. De su universalidad se nutre la literatura. +

En portada:La Familia Monsters, 1965

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NERD PLUS POR BEF

FAMILIAS TIPOGRÁFICASMi cédula profesional me identifica como diseñador gráfico. Sin embargo, hace años que no diseño nada, pues me he decantado por la ilustración y por mi amor primigenio, los cómics. En su día fui un grafista medianamente solvente. Incluso fui honrado con un premio en el área de diseño editorial; no obstante estaba condenado a ser siempre un importantísimo diseñador menor.Pero de todas las áreas del diseño, era precisamente la del editorial la que más me sedujo. Siempre vi a los que de verdad eran buenos en el área, como mis colegas David Kimura o Gabriel Martínez Meave, como iluminados con un talento del que yo carezco (ambos, compañeros míos de la carrera). Afor-tunadamente, Jorge de Buen tuvo el tino de escribir un atinadísimo Manual de diseño editorial, que siempre me sacó de apuros (y su Introducción al es-tudio de la tipografía es otro texto imprescindible para mi gremio). Sin em-bargo, si me lo preguntan hoy en día, me identifico siempre como dibujante, no como diseñador.

FAMILIAS CRIMINALESA más de cuarenta años aún resuenan las atrocidades cometidas por la fami-lia Manson. Esta secta hippie devenida en pandilla homicida es el epítome del malviaje de ácido de los años 60. Desde entonces, el tema de las familias de asesinos múltiples no ha sido ajeno al cine y la literatura. Quizá el gran clásico de familia homicida sea la célebre cinta Masacre en cadena (The Texas chain saw massacre), dirigida por Tobe Hooper en 1974, film que ha engendrado decenas de imitadores y homenajeadores. Uno de ellos fue Rob Zombie, quien ha querido trasladar su merecida fama de metalero al cine, con irregular éxito. Su ópera prima, House of 1000 corpses (2003) trata precisamente sobre una familia de caníbales que habita la casa del título. No tengo un buen recuerdo de la cinta: me echó a perder una prime-ra cita cuando era soltero, pero sólo a mí se me ocurre ir a ver una película gore con una chica hippie llamada Lluvia.A cambio, resulta especialmente afortunada la cinta mexicana Somos lo que hay (Jorge Michel Grau, 2010), despiadada historia sobre un clan antropófago que pierde a su líder sin resignarse a cambiar sus hábitos alimenticios. El film fue objeto de una re hechura norteamericana, We are what we are (Jim Mickle, 2013), pero por una vez me quedo con la versión nacional.

04VIVALA FAMILIA David Kimura

Los Ramones

Rob Zombie

Mas no existe familia criminal ficticia como las anteriores ni como los Corleo-ne o los Soprano que sea tan tenebrosa como las del mundo real. De ello dan acuciosa cuenta, entre otros, Ricardo Ravelo en su reciente libro Zetas, la fran-quicia criminal, o Diego Enrique Osorno en La guerra de los Zetas. Y si bien este grupo no está unido por lazos familiares, la lectura de ambos deja claro que vivir a fuego y sangre hermana profundamente, de una manera muy torcida.

FAMILIAS DISFUNCIONALESCantan los Ramones en We’re a happy family (del disco Rocket to Russia, 1977):

Somos una familia felizSomos una familia felizSomos una familia felizYo, mamá y papá.Sentados aquí en Queenscomiendo frijoles refritossalimos en todas las revistastragando thorazines.

No tenemos amigosnuestros problemas jamás acabansin felicitaciones navideñas que mandarA papi le gustan los hombres. Papá mienteel bebé se come las moscasmamá anda empastilladaal bebé le dan escalofríos.

Soy amigo del presidentesoy amigo del Papatodos haremos una fortunavendiendo la droga de papá.

El cómic del mes: ¡Viva la familia... pero bien lejos!, de Trino Camacho. Una joya. +

LA GUERRA DE LOS ZETAS

Diego Enrique OsornoGRIJALBO

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MAMÁJoyce Carol Oates

ALFAGUARA

EL ABUELO QUESALTÓ POR LA VENTANA

Y SE LARGÓJonas Jonasson

SALAMANDRA

“To my father, because without him I am I” (A mi padre, porque sin él soy yo) podía leerse en la dedicatoria de un libro triste publicado en Iowa, en los ochenta, por un autor que firmaba como Adunar (un seudónimo, probable-mente). Según el colofón, la edición constó de 500 ejemplares que fueron adquiridos por el mismo número de habitantes del condado de Chikhasaw. Veinte años después, la Universidad Victoria, situada a veinte kilómetros del lugar de impresión de la obra, publica un estudio sobre el arte de la dedicato-ria, inspirado en las líneas citadas al principio de este texto.

En éste, la conclusión de la comunidad científica es una sugerencia: si algún día tienes que dedicar un libro a alguien, hazlo a tu familia. “En eso no hay incerti-dumbre”, comenta el investigador en estudios de parentesco, Stefan Manfred, feliz propietario de uno de los escasos ejemplares del libro.

La “dedicatoria conflictiva”, como ha llamado el escritor Hugo Hiriart a este tipo de líneas que sugieren algún problema entre lo que se ha denominado el “dedicador” y el “dedicatario”, demuestra que, a pesar de su carga nega-tiva, cumplirá siempre con su propósito porque el receptor es un familiar del emisor. El argumento que sustenta el estudio está fundamentado, a su vez, en una investigación realizada años atrás en Delaware que demuestra la in-mutabilidad de nuestros sentimientos maternos, paternos, fraternos y filiales. “Siempre se quedan igual”, dice el neurólogo Martin Mend Alde.

Con este hallazgo, es posible esquivar un problema moral: el de las segundas ediciones. Si desde el principio se omite, lo que Hiriart ha considerado como “entidades hoy innominables”, o sea las novias, novios, amigos y amigas, no se tendrá que experimentar el arrepentimiento ni la necesidad de suprimir a los aludidos en el nuevo tiraje.

Los resultados sobre la dedicatoria se obtuvieron a partir del análisis de cuatro novelas de distintas nacionalidades:

En Mamá, de Joyce Carol Oates, la escritora neoyorquina escribe una dedica-toria conmovedora a su madre, de quien lo único que el lector podrá saber, en el ámbito de la realidad, es que ya ha fallecido. En la ficción, la novela narra el primer año de la joven treintañera, Nikki Eaton, sin su madre, Gwen, asesinada durante un asalto. La protagonista redescubre a la mujer que le dio la vida a través de charlas con quienes fueran amigas de su madre, hecho que al mismo tiempo la transforma, casi sin advertirlo, en otra Nikki Eaton, una más triste

por la ausencia, pero también más valiente. Este caso estimula la vigencia de la dedicatoria, porque al concederse a un difunto, las probabilidades de arre-pentimiento disminuyen considerablemente.

El escritor sueco Jonas Jonasson elige como protagonista de El abuelo que saltó por la ventana y se largó a un viejo de 100 años llamado Allan Karlsson, quien, el día de su centenario, se fuga para convertirse en un simpático héroe y vivir la vida a su manera. El lector acompaña al hombre en sus aventuras actuales, pero también por las que tuvo en el siglo XX, conociendo importantes perso-najes e interviniendo en acontecimientos decisivos de la Historia, como la Se-gunda Guerra Mundial. El libro tiene una dedicatoria recapituladora emotiva: “Nadie era capaz de hechizar a su público como el abuelo, sentado allí, en el banco de madera, inclinado ligeramente sobre su bastón y mascando rapé…” Este es un ejemplo de que dedicar un libro a un anciano es garantía.

Pero no siempre hacer la dedicatoria a un pariente, que no sean los abuelos, produce buenos resultados. El Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, ofreció su libro La tía Julia y el escribidor a la hermana de la esposa de su tío, o sea a su tía política. Se puede leer después del prólogo: “A Julia Urquidi Illanes, a quien tanto debemos yo y esta novela”. La mujer fue, además, a los diecinueve años, la primera esposa del escritor peruano, de quien éste se divorció para casarse con Patricia, su prima. La respuesta de Julia a tan amable reconocimiento por parte del laureado autor fue un libro de memorias llamado Lo que Varguitas no dijo, cuyo contenido se infiere por el título. Si esto parece un melodrama, se asemeja a la trama del libro dedicado: mujer mayor y hombre menor se ena-moran y luchan contra todo para defender su pasión.

En casos así, será más conveniente hacer lo que la escritora argentina Floren-cia Werchowsky en El telo de papá. La autora ha dicho en numerosas entrevis-tas a los medios que su libro es autobiográfico, incluso tiene fotografías, pero le pone Ñanco a su padre, en la ficción, y, a la hora de la verdad, en la dedi-catoria, escribe algo escueto como “A Ramona, Simón y Emi”. ¿Quiénes son? Nadie nunca lo sabrá. La historia transcurre en los noventa cuando el padre de Florencia, Ñanco, abre el primer motel —llamado “telo” en Argentina— en Neuquén, una localidad de la Patagonia. Contada desde el punto de vista de una niña, la novela recrea las transformaciones del pueblo. O sea, se deduce, a veces sería mejor no poner dedicatorias a nadie, ni a un pariente. +

Por Diana Gutiérrez

LA TÍA JULIAY EL ESCRIBIDORMario Vargas Llosa

ALFAGUARA

EL TELO DE PAPÁFlorencia Wervchowsky

MONDADORI

06ESTUDIOREVELA QUE_...

J. Carol Oates

Florencia Werchowsky

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LA MUJER DELOS HERMANOS REYNA

Hilario PeñaMONDADORI

LOS HERMANOSKARAMAZOV

Fiódor DostoievskiALIANZA EDITORIAL

Caín y Abel nunca han pasado de moda pero a veces son más que cómplices, como en Los hermanos Karamazov, un retrato, un postulado básico de la na-turaleza humana: todos los hombres se corrompen, ya sea por amor o por dinero. Y estos pobres hermanos no son la excepción porque cada uno de ellos tiene una buena razón para deshacerse de su padre. Dmitri –el que más se le parece– lo quiere matar por dinero, Iván lo odia ciegamente, Aliosha es el chivo expiatorio y Pável, el bastardo, tiene una deuda por saldar con el padre ausente. Al lector le toca el papel de detective y el final es toda una sorpresa.

Esta novela, precursora de la novela moderna, iba a ser parte de una epo-peya titulada La vida de un gran pecador, basada en la idea de que un héroe no tiene que ser siempre un gran hombre porque puede ser el más débil de toda la humanidad. Los protagonistas de Los hermanos Karamazov son fieles a sus pasiones más bajas, a excepción de Aliosha, quien representa la salva-ción y redime a su padre a través de su propio encuentro espiritual. Uno de los momentos cumbre de la literatura es el fragmento de “El Gran Inquisi-dor”, relatado por el hijo ateo, férrea crítica abierta a la religión católica y su tufo medieval: “seas quien seas, mañana te condenaré; perecerás en la ho-guera como el peor de los herejes. Verás cómo ese mismo pueblo que esta tarde te besaba los pies, se apresura, a una señal mía, a echar leña al fuego”.

En Mujercitas el inolvidable paso de la adolescencia a la adultez de las en-trañables hermanas Jo, Meg, Beth y Amy durante la Guerra Civil en los Esta-dos Unidos, es el trasfondo de un valioso cuestionamiento acerca de la do-minación sobre las mujeres y la asignación de los roles sociales cimentados en el género. Cada una de las protagonistas completa una anti-guía de con-ducta para señoritas. La revolucionaria Jo es la figura que impulsó el pensa-miento fundacional de Simone de Beauvoir: “Ya es bastante malo ser chica, gustándome tanto los juegos, las maneras y los trabajos de los muchachos. No puedo acostumbrarme a mi desengaño de no ser muchacho, y menos ahora que me muero de ganas de ir a pelear al lado de papá y tengo que permanecer en casa haciendo calceta como una vieja cualquiera”. Ellas nos recuerdan que hay muchas formas de convertirse en una mujer. Lástima que un libro que modifica las tradiciones patriarcales y el concepto de her-mandad en la literatura como Mujercitas tiene una secuela con un título se-xista: Buenas esposas. Pero esto se le perdona a la prolífica escritora cuan-do entra de lleno en la defensa de la igualdad de la mujer con sus novelas repletas de femmes fatales, escritas bajo el seudónimo de A. M. Barnard.

La típica co-dependencia entre hermanos se expone en Los hermanos Sisters y La mujer de los hermanos Reyna. Los trapitos sucios de relaciones simbióticas no son sólo crímenes sino situaciones jocosas. Charlie y Eli Sisters son dos ma-tones a sueldo, contratados por un tal Comodoro, paradigma del imperialismo estadounidense, para matar a un tipo que tiene un secreto que revolucionará los tiempos de la fiebre del oro. Eli, un poco ingenuo y demasiado buena gente, ve el mundo desde el hombro de su hermano alcohólico y que siempre le está bajan-do a las novias: “Pensé: quizá un hombre en realidad nunca es verdaderamente feliz. Quizá no exista tal cosa en nuestro mundo después de todo”. La dinámica entre ambos, que buscan incansablemente a su mami para que los resguarde “de todos los peligros y horrores del mundo”, es el punto fuerte de este libro. En la prosa ágil y entretenida subyace una preocupación estilística que revela a un autor con mucha ambición pero no se dejen engatusar por la contraportada.

Los hermanos Sisters es una novela del oeste más adeudada con el realismo mágico de los numerosos hermanos Buendía de García Márquez y con Char-les Chaplin que con Cormac McCarthy y los compenetrados hermanos Coen. En esta misma trinchera del típico hermano protector de la oveja negra de la familia encontramos a La mujer de los hermanos Reyna, un libro inspirado en el hardboiled de Raymond Chandler, las telenovelas del Canal de las Es-trellas y tantita superación personal. La trama describe el viaje personal del comisario venido a menos Nicolás Reyna y su medio hermano, Roberto Reyna, un mujeriego al estilo de Mauricio Garcés. En este éxodo, en el que la tranza es una elección diaria para sobrevivir, hay una mujer de por medio llamada Lorena Guzmán, que tiene el control y por la que se desviven los dos her-manos y hasta el tío de estos cuates: “Así es La Morena, lo sabe todo”. Hi-lario Peña hace un manejo admirable del camino desde la Estación Naranjo, un lugar a punto de agonizar en Sinaloa, hacia la apabullante Tijuana con si-tuaciones secundarias respaldadas por ocurrencias como el mito urbano del “Donkey Show” o un jocoso malandro llamado “Leonardo DiCaprio”, quien sabe que este “mundo es una jungla. Eso aplica especialmente para México”. +

Por Karen Villeda

LOS HERMANOSSISTERS

Patrick de WittANAGRAMA

MUJERCITASLouisa May Alcott

DEBOLSILLO

Mujercitas

08ENTRE HERMANOY HERMANO,NO METAS LA MANO

Patrick de Witt

HermanosKaramazov

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Aquiles: La verdad... no sé si estoy listo.Tortuga: De nuevo con eso. ¡Ya estaba decidido! Ya tenía un pie en la puerta. ¿Ahora qué pasó?Aquiles: El recuerdo de mis seis hermanos mayores haciendo una montaña hu-mana. Uno sobre otro. Eso fue lo que pasó.Tortuga: ¿Qué tiene de malo ese recuerdo? Aquiles: Usualmente yo estaba debajo. Me hacían bolita en el jardín de la casa cuando salía con “mis cosas”.Tortuga: Sus cosas. Aquiles: Sí. Los libros, la música, el cine. Yo fui el único de los siete que nunca fue tackle de las Águilas Blancas. Una arraigada tradición familiar.Tortuga: Bueno, sí. Pero es navidad. Ni modo que no vaya.Aquiles: Es que usted no tiene idea de cómo es mi familia.Tortuga: Bueno... la mía también tiene lo suyo y no me estoy rajando de subirme al autobús. Y mire que es un viaje de varias horas.Aquiles: Discúlpeme pero comparar a su familia con la mía es como decir que los Simpsons y los Médicis son la misma gata pero con distinto peinado.Tortuga: Bah. Exageraciones. ¿Recuerda que mi hermana fue levantada en hom-bros en la feria de San Marcos por comer diecisiete tamales y dos jarras de atole sin eructar siquiera? Mi madre guarda aún la nota del periódico.Aquiles: Cuando dije que ser tackle era una arraigada tradición familiar eso in-cluía a mi madre, así que no me hable de familias a mí.Tortuga: Mi abuelo paterno. ¿Recuerda al viejo de Amarcord que se subía a los árboles pidiendo una mujer a gritos? Pues mi abuelo. Sólo que el mío se subía a las jaulas de tendido de la azotea. Una vez tardamos dos días en conseguir que bajara y sólo porque mi padre se vistió de rumbera. Aquiles: ¿Recuerda al hombre de Somos guerreros, la película neozelandesa aquella? Pues mi padre, cuando se le pasaban las copas o perdía el Necaxa.Tortuga: ¿La mamá de Carrie? Mi madre. Nos arrojaba agua bendita a mi herma-na y a mí por ver a la familia Munster en la tele.Aquiles: Mi madre nos arrojaba a mis hermanos y a mí por la ventana cuando, según ella, veíamos con demasiada atención los anuncios de pantimedias Dorian Grey.

10¿Es rarasu familia?

Somos guerreros

Expreso de medianoche

Tortuga: Bueno... ya. Es rara su familia. ¿Y? Todas lo son. Aquiles: ¿Ha escuchado aquel dicho de que, de la familia y del sol, mientras más lejos mejor? Bueno, pues cuando yo me fui de la casa, me sentí como el prota-gonista de Expreso de medianoche, al final de la película, huyendo en una nave a toda velocidad de los calcinantes rayos de la estrella de la muerte.Tortuga: Insisto. Todas las familias tienen lo suyo. En el fondo es cómico; con la excepción de algunas familias ya añejas, como los Tudor o los Borgia, todas las demás familias, vistas desde fuera, dan risa. Los Burrón, los Addams, los Corleo-ne, los Beverly de Peralvillo, la suya, la mía, todas.Aquiles: Mi padre nos llevaba al “Bella Época” a ver Siete novias para siete herma-nos cuando la pasaban. Siempre acabábamos arrancando las butacas. Bueno... ellos, los otros seis. Yo hasta me sabía las canciones.Tortuga: ¿Su padre? ¿Quiere decir que él...?Aquiles: Sí. Era hincha del Necaxa... pero también le gustaba el cine. Tortuga: Y la música. Y los libros. ¿Cierto?Aquiles: ¿Cómo lo supo?Tortuga: Simplemente deduje que no era usted adoptado. En fin. Le sugiero algo. Aquiles: Cualquier cosa. Hable.Tortuga: Bueno... Y cada familia es distinta. Compremos un pollo rostizado y veamos qué pasan en la tele.Aquiles: ¡Encantado! ¿Qué lo hizo cambiar de opinión?Tortuga: Me acordé que yo también me sabía las canciones de Johnny Mercer. +

EXPRESO DEMEDIANOCHEAlan ParkerCOLUMBIA

FÁBULAS DEL TÍO HOFS POR ANTONIO MALPICA

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LOS+VENDIDOS GANDHIFICCIÓN NO FICCIÓN

YO DECIDOGaby VargasAGUILARHay ocasiones en las que nos sentimos atrapados por malas decisio-nes, en que creemos que la felicidad está en encontrar a la pareja ideal, el empleo súper bien pagado o el viaje soñado que nos prome-tieron. Nos dejamos llevar por la inercia de los días sin buscar los cam-bios que transformarán nuestra vida, y lo que es peor, a veces hasta nos quejamos de nuestra suerte. Pero, ¿sabes? Basta. Es momento de tomar las mejores decisiones en tu vida.

Y COLORÍN COLORADOESTE CUENTO AÚN NO SE HA ACABADO

Odin DupeyronDISIDENTEY colorín colorado este cuento aún no se ha acabado se editó por pri-mera vez en el año 2001 y desde esa primera edición ha sido leído y releído, regalado, prestado y recomendado por lectores de todas las edades, de todos los géneros, de distintas religiones, preferencias y países. Ha pasado de mano en mano y de boca en boca, ha cambiado de editorial, de portada, de color, de presentación. Se ha convertido en best seller nacional con más de ciento cincuenta mil ejemplares vendidos en menos de 5 años, y ha tocado profundamente el corazón y la vida de miles de personas.

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDOViktor FranklHERDEREn esta obra, Viktor E. Frankl explica la experiencia que le llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero, durante mucho tiem-po, en los desalmados campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda. ¿Cómo pudo él que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, que tantas veces estuvo a punto del exterminio, cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla?

LOS CUATRO ACUERDOSMiguel RuizURANO El conocimiento tolteca surge de la misma unidad esencial de la ver-dad de la que parten todas las tradiciones esotéricas sagradas del mundo. Hace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de México como «mujeres y hombres de conocimiento». Los an-tropólogos han definido a los toltecas como una nación o una raza, pero de hecho, eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados.

YO SOY MALALAMalala YousafzaiPATRIACuando los talibanes tomaron el control del valle de Swat en Pakis-tán, una niña alzó su voz. Malala Yousafzai se negó a ser silenciada y luchó por su derecho a la educación. El martes 9 de octubre de 2012, con quince años de edad, estuvo a punto de pagar el gesto con su vida. Le dispararon en la cabeza a quemarropa mientras volvía a casa de la escuela en autobús, y pocos pensaron que fuera a sobrevivir.

LAS BATALLAS EN EL DESIERTOJosé Emilio PachecoERAHistoria de un amor imposible, Las batallas en el desierto es una ma-gistral novela breve que involucra otros aspectos como la corrupción social y política, el inicio del México moderno y la desaparición del país tradicional, y el rescate de las memorias individuales y colectivas de una ciudad a la que José Emilio Pacheco ama profundamente, pero recrea sin nostalgia y denuncia de manera implacable.

CINCUENTA SOMBRAS DE GREYE. L. JamesGRIJALBOCuando la estudiante de Literatura Anastasia Steele recibe el encargo de entrevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidante. La inexperta e inocente Ana intenta olvi-darle, pero pronto comprende cuánto le desea. Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, Ana se sorprende por las peculiares prácticas eróticas de Grey, al tiempo que descubre los límites de sus

propios y más oscuros deseos.

TOKIO BLUESHaruki MurakamiTUSQUETS Toru Watanabe, un ejecutivo de 37 años, escucha casualmente mien-tras aterriza en un aeropuerto europeo una vieja canción de Los Beatles, y la música le hace retroceder a su juventud. Toru recuerda, con una mezcla de melancolía y desasosiego, a la inestable y miste-riosa Naoko, la novia de su mejor -y único- amigo de la adolescencia, Kizuki. Con un fino sentido del humor, Murakami ha escrito el con-movedor relato de una educación sentimental, pero también de las pérdidas que implica toda maduración.

EL PRINCIPIO DEL PLACERJosé Emilio PachecoERAEn esta obra un adolescente narra su descubrimiento del amor y la sexualidad y su encuentro con la corrupción de México y del mundo. Lo fantástico se vuelve verosímil y lo cotidiano se hace espectral en una serie de relatos que hablan de las edades humanas desde la in-fancia hasta la vejez.

EL JUEGO DE RIPPERIsabel AllendePLAZA & JANÉS Mi madre todavía está viva, pero la matarán el Viernes Santo a media-noche, le advirtió Amanda Martín al inspector jefe y éste no lo puso en duda, porque la chica había dado pruebas de saber más que él y todos sus colegas del Departamento de Homicidios. La mujer estaba cautiva en algún punto de los dieciocho mil kilómetros cuadrados de la bahía de San Francisco, tenían pocas horas para encontrarla con vida y él no sabía por dónde empezar a buscarla.

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Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias pren-das con menosprecio de los demás, dice el diccionario sobre la ‘Sober-bia’. Y menosprecio por los demás quizá sea la mejor definición para Genealogía de la soberbia intelectual, el más reciente libro de Enrique Serna (Ciudad de México, 1959). “Desde mis épocas de estudiante…”, responde el autor cuando se le pregunta sobre la genealogía de su pro-pio libro, “…me di cuenta de que había muchos escritores intelectuales cuya máxima obsesión era reafirmar su superioridad sobre el hombre común, y esta obsesión iba en contra de nuestro principal objetivo que es desmasificar, trasformar a los borregos en individuos, fin de la lite-ratura y de la educación en general. Se me ocurrió escribir un ensayo que desnudara los diferentes disfraces que la soberbia intelectual ha adoptado a través de la historia, sobre todo teniendo en la mira cuáles siguen vigentes en el mundo contemporáneo.”

Y es que los orígenes de esta altivez se remontan a las castas sacerdo-tales cuando se apoderaron del monopolio de la interpretación del de-signio de los dioses. A este respecto el autor de El miedo a los animales dice: “Una de las características de la soberbia intelectual, a la cual le dedico un capítulo en este ensayo, es la creación de un lenguaje inacce-sible al resto de los mortales. Los sabios hablan el lenguaje de los dioses, no el lenguaje de los hombres. El argumento de autoridad es el instru-mento favorito de las castas sacerdotales de la antigüedad, que convir-tieron la verdad revelada en textos canónicos irrebatibles, en dogmas, y que prevalece hasta nuestros días. Me sorprende mucho, por ejemplo, el poder de los curadores de artes plásticas que dicen que las porquerías que hace Damien Hirst son arte y todos los esnobs se quedan calladi-tos y obedientes aceptando ese dictamen. Creo que ese argumento de autoridad sigue funcionando y lo que hago es ver cómo desde tiempos remotos de la historia se fue transformando hasta llegar a hoy.” La poesía moderna es uno de los cotos de la soberbia intelectual. Dice Serna: “Me temo que la poesía contemporánea en gran medida des-cansa en un argumento de autoridad porque que cada vez se dirige más a los especialistas y estudiantes de letras, los únicos que pueden tomarse el tiempo de descifrar el lenguaje hermético de ciertos au-tores. En ese mundo no fiscalizado por el lector común hay un gran campo para la charlatanería. En el siglo XIX había best sellers de la poesía como Víctor Hugo, quien llegó a tener tirajes de 600 000 mil ejemplares con Las Contemplaciones. Cuando la poesía se enclaustra en un lenguaje hermético, sobre todo a partir de Mallarmé, se va ha-ciendo un coto más para especialistas. El problema es que ese tipo de cenáculos puede ser de escritores brillantes pero también de me-diocres, y la historia de la cultura prueba que en muchas épocas esos cenáculos pueden llegar a tener mucho poder.”

Para Serna es importante diferenciar al vanidoso del soberbio, por lo que utiliza una categoría taxonómica inventada por Gabriel Zaid. “Se refiere a ese tipo de intelectuales muy hábiles para las relaciones públi-cas, que se ponen siempre en el candelero, consiguiendo que su imagen se infle para colocarse en una aparente consagración, lo que denota una vanidad que recurre al autoengaño. El vanidoso, cuando es genuino, quiere recibir aplausos y reconocimientos de manera espontánea, que su obra sea aclamada sin que él tenga que hacer grillas políticas para imponerla. En cambio, el vanidoso que se autoengaña, es el mediocris habilis, que a pesar de que logró su reconocimiento gracias a intrigas políticas, adulaciones, tráfico de favores, queda muy satisfecho cuando tiene esos premios. El soberbio está más allá de la aprobación ajena porque es autosuficiente, ya no necesita que el público aplauda su obra porque él ya se concedió asimismo ese aplauso. El soberbio termina ais-lado en lo que Paul Valéry llamaba la jaula del espíritu superior. Al rehuir del contacto con lo que llamaban el vulgo profano, los escritores se van encerrando cada vez en minorías cada vez más exiguas.”

Para explicar la separación entre el público y la intelectualidad, Serna comparte en su libro una fábula de Mallarmé: “Un esteta de gustos refi-nados ve a un payaso bailando con un oso y piensa, mientras los ve bai-lar, que puede ser que haya una comunión en esos dos reinos animales. De pronto el oso se molesta, le tira un manazo al payaso y lo descuar-tiza en el escenario. Mallarmé quería mostrar que era muy peligroso acercarse al público porque destruía al artista. El elitismo de Mallarmé nace de un despecho, él quiso ser un escritor de teatro popular. Cuando llevó un fragmento de su obra a la Comedia Francesa se lo rechazaron porque era irrepresentable. Desde ese momento le cobra un tremendo odio a toda la literatura popular y a los autores de éxito y se vuelve el campeón de un elitismo que lindaba con la misantropía. Esa literatura para minorías le da la espalda a una de las fuentes más importantes para la inspiración literaria, la cultura popular, y creo que esa desviación hizo más mal que bien en la evolución de la literatura.” ¿Te ha arañado el oso o has podido bailar con él? La última pregunta hace reír a Enrique Serna: “No hay que temerle al contacto con el oso. Pero más bien usaría la fábula del flautista de Hamelín, quien con el arte de su flauta logra llevar a las ratas a donde no quieren ir. El escritor debe ser como un encantador de serpientes, por eso defiendo a autores como Ortega y Gas-set u Octavio Paz, que de pronto le dan bofetadas al público, porque les molestaba la pereza mental del público cuando ellos estaban haciendo un gran esfuerzo por acercarse a ellos. Otro tipo de intelectuales, como Hegel o Heidegger, no quisieron tener comunicación alguna con ellos y se refugia-ron en un lenguaje inaccesible al resto de los mortales. +

Por Jorge Vázquez Ángeles

12EL BAILECON EL OSO

ENTREVISTA con Enrique serna

GENEALOGÍA DELA SOBERBIA INTELECTUALEnrique SernaTAURUS

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Escribir sobre la muerte de una persona cercana debe ser, sin duda, una experiencia dura, de confrontación y dolor, pero a la vez una oportunidad para dejar constancia del rastro de una vida y las marcas que deja en la existencia de los demás. El cerebro de mi hermano, de Rafael Pérez Gay, que recientemente obtuvo el Premio Mazatlán de Literatura 2014, narra los último años de José María Pérez Gay, escritor, novelista, diplomático, difusor de las culturas alemana y mexicana. Es su historia y la historia de su hermano menor, Rafael, dedicado casi a las mismas cosas si quitamos la filosofía y la germanística. A través de su voz nos acercamos a los dos últimos años de la vida de su hermano. Es, sin duda, su libro más personal junto con Nos acompañan los muertos.

Vestido de impecable traje negro, Rafael Pérez Gay remata: “En este libro hablo sobre la enfermedad, la muerte, la hermandad, y los lazos de unión con José María Pérez Gay, mi hermano mayor.”

“A medida que avanzaba la enfermedad de mi hermano…”, nos dice el autor sobre las razones que lo llevaron a escribir este libro, “…cuando su cabeza empezó a ser una casa oscura, sabía que tenía que escribir este texto o informe por dos razones u obligaciones, una moral y otra literaria. Moral porque en el término de la palabra que tiene que ver con el bien y el mal, para dejar un retrato, una memoria personal de alguien que estuvo tan cerca de mi; y literario porque fuimos muy buenos amigos literarios, compartimos muchos libros durante mucho años, porque nos leímos uno al otro y porque yo desde que era muy joven, a los dieciocho o diecinueve años, tuve un taller narrativo natural con él.”

La presencia de Gustave Flaubert resuena en las páginas del libro a través de frases como “Hay que estar a la altura de nuestro destino”: “Flaubert es uno de mis autores predilectos, lo conozco bien desde hace muchos años y me parece que hay en sus libros un escritor para escri-tores y otro para lectores. En la correspondencia de Flaubert, publicada en algunas antologías, se pueden encontrar cuentos, relatos, diarios, confesiones, rencores, amoríos, una época completa en esa correspon-dencia a muchos amigos. La frase que aparece en el libro ‘Hay que estar a la altura de nuestro destino’ la leí en Nada que temer, libro de Julian Barnes, y que después encontré en una carta que Flaubert le dirige a su amigo Maxime du Camp.

Quizá la parte que más intriga de un libro como este sea su concepción misma, a raíz de un hecho tan triste como la muerte: “Sabía que tenía que escribir de la enfermedad y muerte de mi hermano, pero ese relato lineal era difícil de soportar, por lo que preferí ir contando episodios de la enfermedad y episodios de la familia, de la enfermedad incurable y de la madre contestando una carta en la Ciudad de México, del padre, la fa-milia y el buen humor que unió durante mucho tiempo a dos hermanos. Empecé a tomar notas cuando mi hermano venía a comer a mi casa los

jueves, notas breves cuando él se iba. Eran notas tristes, desencantadas, muchas veces devastadas. Tenía que escribir rápido este libro porque es una ceremonia de los adioses, una despedida, un retrato, el retrato de mi hermano. Procedí un poco por ráfagas y esas ráfagas fueron apareciendo al paso de los días. Escribirlo significaba para mí dejar ir a mi hermano definitivamente aunque, y lo digo en el libro, pensé que escribirlo era mantenerlo con vida.”

Además de construir esa red que enlaza recuerdo familiares y de la en-fermedad de su hermano, Rafael Pérez Gay nos cuenta de los sueños que tuvo durante este periodo difícil. “Una noche desperté ofendido por un sueño. Soñé que mi hermano y yo estábamos en casa de mis padres y me decía ‘Mira si puedo hablar, sobre todo cuando oímos la sexta de Mahler’. Cuando digo ofendido por el recuerdo es porque la sexta de Mahler se llama ‘Trágica’, y desperté molesto por el silencio de mi hermano, porque ya no podíamos comunicarnos. Cuando perdió el lenguaje entre otras de las muchas cosas que le ocurrieron en esta muy desventurada enferme-dad, porque dejó de caminar, dejó de leer, de escribir, fue un momento muy difícil para él y para quienes lo rodeábamos, en especial para su mu-jer, Lilia Rossbach. Entonces decidimos que una buena terapia sería que fuera a una piscina muy cerca de donde él vivía, en los Viveros de Coyoa-cán. Pepe se animó a ir, eso lo hacía muy feliz porque como pierdes la gra-vedad dentro del agua él sentía que podía caminar, moverse de un lado a otro. Yo nadaba en un carril alterno y a veces me sumergía en el agua, salía exactamente debajo de él y subía delante de su cara, lo asustaba un poco y le echaba agua en la cara. Pepe se reía como podía hacerlo, con sonidos guturales, pero yo sabía que se estaba riendo. Por eso escribí en el libro que la hermandad son dos niños jugando a ser eternos, y esos dos niños siguen y están en algún lugar. Mi hermano estaba enfermo, tenía casi setenta años. Yo también soy una persona mayor pero ese momen-to, arrojándonos el agua y el riéndose, fue un remanso, un momento de consuelo. Todavía creo que puedo encontrarlo allí, exactamente en ese lugar donde estuvimos jugando a ser eternos.”

“Después de que publiqué el libro encontré una frase de Borges en el pró-logo de su Poesía Completa: ‘Quiero hacer una confesión a un tiempo íntima y general porque lo que le pasa a un hombre les pasa a todos los hombres’. Lo que cuento en El cerebro de mi hermano es muy personal pero al mismo tiempo es general porque si tiene legitimidad, destreza, conmoción, profundidad, probablemente lo van a leer otros y aunque no les haya pasado lo mismo, ellos también vivirán la historia. La literatura no cura pero puede hacernos más aptos para la vida. La literatura no cura pero suele revelarnos misterios que sólo las páginas de un buen libro pue-den lograr. La literatura no cura pero un buen libro siempre resonará en tu memoria de una forma casi curativa.” +

Por Jorge Vázquez Ángeles

14NIÑOS JUGANDO A SER ETERNOS

ENTREVISTA con Rafael Pérez Gay

EL CEREBRODE MI HERMANORafael Pérez GaySEIX BARRAL

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LAS CORRECCIONESJonathan Franzen

SALAMADRA

JARDÍN DE CEMENTOIan McEwanTUSQUETS

La familia es una estructura universal, inherente a todas las culturas humanas. Sin embargo, la experiencia de lo que significa ser parte de una puede variar, depen-diendo, entre muchos factores, del entorno geográfico, la situación política o in-cluso las creencias religiosas. Guillermo Prieto ejemplifica, en una de sus sabrosas crónicas, las diferencias existentes entre la vida familiar de los pueblos latinos y la de los anglosajones: mientras estaba en el exilio, el político mexicano se hizo amigo de un próspero comerciante neoyorquino, quien tenía constantes diferencias con su hijo veinteañero. Un día la situación fue tan áspera que el joven decide irse de la casa familiar. “Tengo los medios suficientes para irme y no soportarlo. Me voy a un hotel”. El padre, intrigado, le pregunta el costo mensual de su manutención “Quince dólares”, le responde, airado, el hijo. “Yo te ofrezco el hospedaje en doce dólares e incluyo las comidas”. Prieto cuenta que el hijo, luego de un momento de reflexión, decide aceptar la oferta y regresa a sus habitaciones.

Para el latinoamericano, acostumbrado a que la vivencia familiar sea algo casi or-gánico es impensable tal grado de pragmatismo: luego de ver a Fernando Soler y a Pedro Infante enfrentarse como enemigos, o a Arturo de Cordoba perdonar a Joa-quin Pardavé, el pensar en un simple contrato comercial entre padre e hijo hiela la sangre. Sin embargo, así es. Business is business (even if we´re family). En la literatura en inglés, tanto norteamericana como inglesa, se han escrito en los últimos años grandes obras que tocas el tema de la familia, y que muestran estas diferencias y contradicciones. Algunos de los ejemplos más pulidos se enlistan a continuación:

Las correcciones, tercera novela de Jonathan Franzen, relata los periplos que sufre una familia típica norteamericana para poder reunirse en una última cena de na-vidad. A través de historia conocemos a Alfred, el padre, un ingeniero retirado al que ni siquiera las súplicas de su esposa pueden hacer cambiar de opinión y a quien el Parkinson poco a poco le resta facultades; a Enid, la abnegada madre, viviendo siempre a la sombra de Alfred a pesar de sus inquietudes y su talento para la admi-nistración; a Gary, el hijo mayor, próspero y atractivo, quien superficialmente es la encarnación misma del éxito pero que, en el fondo, vive una existencia miserable; a Chip, el hijo intermedio, intelectual con aspiraciones a guionista que se involucra en un turbio negocio con un político lituano luego de múltiples fracasos profesionales y personales; y a Denisse, la menor de los hermanos, una reconocida chef, quien tiene que lidiar con una caótica vida sentimental. Franzen utiliza en sus novelas un narrador avec que va siguiendo a cada uno de los personajes como un ave de mal agüero, y que, más que observarlos los asecha. Gracias a ese truco narrativo, y a su afilada ironía, deja expuestas las costuras del american dream y las taras de una sociedad que se ahoga en su autocomplacencia.

Jardín de cemento, de Ian McEwan, es una novela tan corta como contundente que desarrolla el tema del aislamiento y la relatividad de la moral. Su anécdota es muy simple: cuatro hermanos: Julie, de 17 años; Jack, de 15; Sue, de 13 y Tom, de 3, quedan totalmente solos al fallecer sus padres. Conscientes que los servicios de seguridad social los separaran si llegan a descubrir su situación, deciden guardar el secreto hasta las últimas consecuencias. Gracias a la previ-sión de su madre, los cuatro hermanos tienen los medios suficientes para no

preocuparse por su manutención, por lo que comienzan a vivir como una co-muna separada del mundo, con sus propias reglas y su muy particular versión de la familia. La historia, contada desde un narrador testigo -Jack, el segundo hijo-, muestra el paulatino cambio moral de los hermanos, mismo que incluye un enterramiento clandestino, el travestismo y el incesto. Jardín de cemento es una novela perturbadora, que cimbra hasta al lector más curtido al mostrarle lo delgada que es la capa del barniz que llamamos civilización.

En un tono más ligero, Dónde estás Bernadette trata de la búsqueda de una madre perdida. Su autora, María Semple, utiliza con maestría distintos formatos narrati-vos, desde falsos correos electrónicos hasta tramas de chat, para contar la huída de Bernadette, una extravagante madre que en su juventud fue una prometedora arquitecta, y el posterior seguimiento que de ella hacen Bee su hija, y Elgin, su es-poso y genio informático. Al contrario de Franzen, quien retrata la vida oculta de personas aparentemente normales, Semple muestra la normalidad de los extrava-gantes: sus personajes son atípicos, genios incomprendidos, neuróticos irredentos, quienes al final muestran su parte más sensible. Con clara influencia de las series de sitcom -de las cuales Semple es guionista-, Dónde estás Bernadette mantiene al lector al borde de la carcajada.

Por último, Los juegos del destino, de Matthew Quick, cuenta la historia de Pat, un profesor de bachillerato que sufrió un quiebre psicótico y que está en proceso de rehabilitación. El protagonista sólo busca rehabilitarse para volver con su antigua esposa, Nikki, quien por cierto fue la más afectada por la enfermedad de Pat. Sin embargo, la llegada de Tiffany, una atractiva mujer con problemas similares a los del protagonista, hará que este se replanteé sus objetivos. Los juegos... es la típica historia de superación en donde un personaje con limitaciones logra lo que desea por medio de su esfuerzo, del apoyo de sus seres queridos y de una pizca de suerte. Sin embargo, a pesar de fluir con una prosa clara y envolvente, no deja de remitir a historias similares tales como Rain Man o Forrest Gump (tanto las versiones litera-rias como las cinematográficas). Altamente recomendables los cuatro. +

Por Omar Delgado

DÓNDE ESTÁS BERNADETTEMaria SempleMONDADORI

LOS JUEGOS DEL DESTINOMatthew QuickDEBOLSILLO

Jonathan Franzen

15WE ARE FAMILYIan McEwan

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EL PADRE MUERTODonald BarthelmeSEXTO PISO

insomnio POR diego rabasa

Tengo un vecino que es, en el sentido más puntual y preciso de la palabra, un im-bécil. Todas las mañanas las vibraciones de sus gritos alcanzan nuestra ventana. Los depositarios de su patética cólera son, alternadamente, su perro y su hijo. No podemos, por supuesto, tomar a este pequeño hombre como arquetipo de la pa-ternidad. Pero tampoco podemos ignorar que más veces que no, la figura del pa-dre para un pequeño niño se asemeja un poco a la de un ogro. Uno de los escritos literarios más poderosos para analizar esta dimensión filial es la Carta al padre de Franz Kafka, en cuyas páginas se puede leer la siguiente sentencia: “Tú solo puedes tratar a un niño como te trataron a ti: por medio de la fuerza, el ruido y la ira”. La carta, incluida en el segundo tomo de las Obras completas editadas por Galaxia Gu-tenberg, ha sido descrito por los editores como “el documento autobiográfico más completo, más sincero y de mayor recorrido temporal de cuantos documentos legó Kafka a la posteridad”.

La autenticidad de la carta ha sido motivo de largas disputas. Max Brod, por ejem-plo, la incluyó dentro de la obra narrativa de Kafka argumentando que Kafka en realidad no la escribió para el padre (o de lo contrario se habría asegurado de que éste la recibiera). La dosis de ficción que la misiva pueda contener no debería de ser un asunto que ocupe demasiada atención. Quizá los tres textos más potentes del escritor checo fueron sus novelas (La metamorfosis, El proceso y El castillo), obras monumentales, cumbre, que expresan la soledad del individuo ante una realidad que lo aplasta, lo encierra, lo ignora: imágenes de un mundo incomprensible. Retra-tos esculpidos con maestría sobre el sentido de extravío que padecemos cotidiana y continuamente. ¿Importa que sean relatos de ficción? ¿Hace menos reales los es-tados del espíritu y de la mente que invocan? Por supuesto que no. El padre al que invoca Kafka es un padre arquetípico. Una figura omnipresente y en muchos casos omnipotente que cercena las posibilidades de existir de un hijo. Sea por la vía de la imaginación o por la asimilación de su propia experiencia, la Carta al padre deja muy claro lo que Kafka pensaba de la paternidad:“Habías llegado tan lejos sólo gracias a ti mismo, y en consecuencia estabas total-mente convencido de que no podías equivocarte.”“Gobernabas el mundo desde tu sillón.” “[…] es curioso que incluso hoy en día sólo me des ánimos cuando se trata de algo en lo que tú te sientes también implicado.”

18La presióngeneralizadadel miedo

Franz Kafka

“Bajo tu influencia, perdí la confianza en mí mismo y la sustituí por un infinito sentimiento de culpa.”

Ese mismo prototipo de padre describe Donald Barthelme en su novela El padre muerto, un fascinante relato que narra la epopeya de Thomas y Julie, una pareja que intenta transportar a un gigantesco hombre muerto, que sin embargo vuel-ve a la vida para dictaminar una y otra vez el destino de la grey que lo arrastra hacia su sepulcro. El libro, escrito con una imaginación desopilante, incluye el “Manual para hijos” en el que Barthelme describe como ante los ojos de un buen padre, el hijo no pasará de ser un mero pasante de hombre; como buena parte de los desfiguros y derrotas por las que un hijo tendrá que transitar pasan por decisiones conscientes del padre. De forma increíblemente egoísta tendríamos todos que estar agradecidos con el padre de Kafka. Ese sentido de máxima fragilidad, el sentirse fuera de sitio conti-nuamente, la sensación de vergüenza y el malestar permanente que atravesaron su vida, fueron piezas clave para forjar la voz de este inmenso genio. Hacia el final de Carta al padre, el propio Kafka refuta la devastadora argumentación que hace contra su padre simulando una respuesta de éste. En un par de contundentes pági-nas, Kafka esboza su responsabilidad en el conflicto existencial que lo mismo lo ciñe que lo aleja irremediablemente de su padre. No es que los hijos del mundo seamos meros títeres a merced de la capacidad o incapacidad de nuestros padres para con-ducirnos por el mundo y respetar nuestra individualidad, pero tampoco podemos negar que este sería un mundo mejor si asumiéramos con un poco más de respon-sabilidad y sensatez la posibilidad de extender nuestra estirpe. +

Donald Barthelme

CARTAAL PADREFranz KafkaDEBOLSILLO

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EL PADRE MUERTODonald BarthelmeSEXTO PISO

CORTÁZARDE LA A A LA ZAurora Bernárdez yCarles Álvarez GarrigaALFAGUARA

19FAFNER, CON FDE FAMILIA LA COMBI roja DE CORTÁZAR

Con motivo del centenario de su nacimiento, la Internacional Cronopia reclamaba ya con demasiada insistencia una nueva aproximación al escri-tor y al hombre. ¿Por qué no intentar un almanaque,” un hermoso libro, suelto y despeinado, lleno de interpolaciones y saltos y grandes aletazos y zambullidas”, como proponía Julio Cortázar en La vuelta al día en ochenta mundos? La solución era una idea simple que iba a darnos muchísimo tra-bajo: un diccionario biográfico ilustrado, una fotobiografía autocomenta-da con retratos de todas las épocas, fotografías de las primeras ediciones de todos sus libros, algunas de sus publicaciones en periódicos y revistas; una antología de textos acompañada de objetos y cuadros que fueron su-yos, reproducciones de manuscritos y mecanuscritos originales, papelitos sueltos todavía inéditos y, de vez en cuando, el recuerdo en primera per-sona de quienes fueron sus amigos. Carles Álvarez Garriga

FAFNERY así, cada tanto dejo de trabajar y me voy por las calles, entro en un bar, miro lo que ocurre en la ciudad, dialogo con el viejo que me vende salchi-chas para el almuerzo porque el dragón, ya es tiempo de presentarlo, es una especie de casa rodante o caracol que mis obstinadas predilecciones wagnerianas han definido como dragón, un Volkswagen rojo en el que hay un tanque de agua, un asiento que se convierte en cama, y al que he sumado la radio, la máquina de escribir, libros, vino tinto, latas de sopa y vasos de papel, pantalón de baño por si se da, una lámpara de butano y un calentador gracias al cual una lata de conservas se convierte en almuerzo o cena mientras se escucha a Vivaldi o se escriben estas carillas.

Lo del dragón viene de una antigua necesidad; casi nunca he aceptado el nombre de las cosas y creo que se refleja en mis libros, no veo por qué hay que tolerar invariablemente lo que nos viene de fuera, y así a los seres que amé y que amo les fui poniendo nombres que nacían a su modo de un

encuentro, de un contacto de claves secretas, y entonces mujeres fueron flores, fueron pájaros, fueron animalitos del bosque, y hubo amigos con nombres que incluso cambiaban después de cumplido el ciclo, el oso podía volverse mono, como alguien de ojos claros fue una nube y después una gacela y una noche se volvió mandragora, pero para volver al dragón diré que hace dos años lo vi llegar por primera vez subiendo la rue Cambronne en París, lo traían fresquito de un garage y cuando me enfrentó le vi la gran cara roja, los ojos bajos y encendidos, un aire entre retobado y entra-dor, fue un simple click mental y ya era el dragón y no solamente un dra-gón cualquiera sino Fafner, el guardián del tesoro de los Nibelungos, que según la leyenda y Wagner habrá sido tonto y perverso, pero que siempre me inspiró una simpatía secreta aunque más no fuera por estar condenado a morir a manos de Sigfrido y esas cosas yo no se las perdono a los héroes, como hace 30 años no le perdoné a Teseo que matara al Minotauro. Sólo ahora ligo las dos cosas, aquella tarde estaba demasiado preocupado con los problemas que iba a plantearme el dragón en materia de palanca de velocidades, alto y ancho muy superiores a mi ex Renault, pero me parece claro que obedecí al mismo impulso de defender a los que el orden esta-tuido define como monstruos y extermina apenas puede. En dos o tres horas me hice amigo del dragón, le dije claramente que para mí cesaba de llamarse Volkswagen, y la poesía como siempre se mostró puntual porque cuando fui al garage donde tenían que instalar la placa definitiva y además la inicial del país en que vivo, me bastó ver al mecánico pegándole una gran F en la cola para confirmar la verdad; desde luego que a un mecánico francés no se le puede decir que esa letra no significa Francia sino Fafner, pero el dragón lo supo y de vuelta me demostró su alegría subiéndose parcialmente a la acera con particular espanto de una señora cargada de hortalizas. Extracto de Corrección de pruebas en Alta Provenza +

Julio Cortázar

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LA FAMILIADE PASCUAL DUARTE

Camilo José CelaBOOKET

EL INÚTIL DE LA FAMILIAJorge EdwardsALFAGUARA

Nadie escoge a sus padres, hermanos, tíos o abuelos. Si de familia se trata, el azar juega un papel definitivo. Hay a quien le va bien y a quien le va mal, quien tiene la mejor de las parentelas y quien ve incendiados sus sueños entre seres tardos o brutales. Lo único cierto es que, hagamos lo que hagamos, jamás po-dremos modificar nuestro origen, el lugar en el que respiramos por primera vez, la lengua que nos tocó hablar y las costumbres que forjaron buena parte de nuestra personalidad. Somos, en esencia, hijos de una serie de circunstancias que perduran en nuestra memoria.

Pero el poder de la imaginación no tiene límites. Con el estímulo adecuado uno puede concebirse dentro de otra familia, en otro país o hablando otro idioma. Es muy común que en nuestras mocedades nos sintamos fuera de lugar, como bichos raros o seres de otro planeta, impelidos a buscar nuevos horizontes, di-ferentes compañías. En la famosa “edad de la punzada” la mayoría de los que nos rodean nos aburren y quizá por eso nos preguntamos qué hubiera sido de nosotros de no haber nacido donde nacimos o de no tener la familia que tene-mos. Yo, como todos, me entregué a este ejercicio en numerosas ocasiones de la mano de libros o películas que me gustaron. Me imaginaba, por ejemplo, como un inquieto jovencito en la Alemania de entreguerras, asiduo a los cabarets ber-lineses y a los ágapes ofrecidos por los escritores y pintores más populares del momento. Me veía de la mano de una rubia voluptuosa, ruda y tierna a la vez, con piernas largas y esbeltas, ligera de ropas, llamada Marlene. Es probable que debido a mi desfachatez me hubiera atrevido incluso a cortejar a la atractiva Alma Mahler, simplemente para inscribir mi humilde nombre en la interminable lista de novios, esposos o amantes esporádicos que pasaron por su lecho.

Pero también es probable que mi propensión al masoquismo y al tremendismo me hiciera imaginarme en Badajoz, en el interior de una casucha oscura y malolien-te, habitada por una familia consumida por la violencia, la ignorancia y la miseria. Una familia acostumbrada a los estertores de una madre enferma y lacrimosa, a los aspavientos desesperados de un hermano deforme y contrahecho, a los impulsos asesinos de un hijo marcado por el dolor y la desdicha. En efecto, Camilo José Cela nos presenta en La familia de Pascual Duarte, un clásico de nuestras letras, la histo-ria de un campesino extremeño condenado a muerte tras cometer matricidio, que cuenta los avatares de su asquerosa vida familiar desde la cárcel. Haciendo uso de múltiples técnicas narrativas y una estructura deudora de la novela picaresca, Cela nos demuestra por qué la herencia y el medio social pueden encausar fatalmente el destino de una persona.

Algo similar ocurre cuando uno lee El inútil de la familia, de Jorge Edwards, otra novela en la que confluyen múltiples registros narrativos. Con pasión de voyeur el escritor chileno narra la vida y obra de su tío Joaquín Edwards Bello, un escri-tor reconocido en su tiempo, primo hermano de su padre y bisnieto del ilustre Andrés Bello. Urdiendo biografía con historia, Edwards nos presenta al integran-te menos decente de su familia, pero quizás el más apasionado. Un personaje rico en matices, maldito y bohemio, aventurero, jugador, disconforme y rebelde, que se regodeó en las callejuelas, tabernas, prostíbulos y garitos clandestinos de Madrid, París, Valparaíso y Santiago. Recorriendo todo el siglo XX, el autor de El museo de cera, otra novela alucinante, nos aproxima a la vida de “un escritor incorrecto, desdeñoso de la Academia, pero de pluma incisiva, de ritmo ágil, nervioso, de visiones fulgurantes y a menudo contradictorias”. Después de leer El inútil de la familia resulta imposible no querer formar parte del clan Edwards, cifrado enteramente por la pasión literaria.

Pero llega el momento en el que, imaginándose en el seno de otra familia, uno comienza a reparar en la suya, a darse cuenta de que hay algo que no deja de ser interesante o extraordinario. Se trata de esas pequeñas cosas que distinguen a nuestra tribu de las demás y le otorgan cierta identidad que se va grabando a fuerza de hábitos y costumbres en nuestra memoria. La capacidad de inmis-cuirse en las historias que conforman el corazón de una familia imaginaria ha quedado magistralmente expuesta por Rosario Castellanos en su libro de relatos Álbum de familia, y por Carlos Fuentes en Una familia lejana. Con una capacidad de observación notable, Castellanos aborda los vicios y costumbres de la clase media urbana, reflejada en los conflictos existenciales y domésticos de sus mu-jeres, que ya no son sumisas y estúpidas como sus antecesoras pero tampoco logran adaptarse a un mundo que sigue plagado de mequetrefes. Se trata, en todo caso, de mujeres combativas que ya no le temen al ridículo ni al conoci-miento. Por su parte, Fuentes condensa en su novela los grandes tópicos rela-cionados con la familia: la memoria que va glosando y modificando recuerdos, el pasado trágico de las estirpes milenarias, la anécdota como motor de la historia, la genealogía perdida en la noche de los tiempos y la imposibilidad de alcanzar una identidad en la que convivan pasado, presente y futuro. En Una familia le-jana, Fuentes vuelve literatura aquello que nosotros, al imaginarnos en el seno de otras familias, intentamos perpetuar: un asidero que nos permita saltar hacia otro lado, un suelo firme que nos ayude a conquistarnos a nosotros mismos. + Por Lobsang Castañeda

ÁLBUM DE FAMILIARosario CastellanosJOAQUÍN MORTIZ

UNA FAMILIA LEJANACarlos FuentesALFAGUARA

20Con otras familias

Rosario Castellanos

Carlos Fuentes

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LOS+VENDIDOS GANDHIELECTRÓNICOS ARTE

KAHLO (1907-1954)Gerry SouterNUMENDetrás de los retratos de Frida Kahlo se ocultan tanto la historia de su vida como la de su obra. Es precisamente esta combinación la que atrae al espectador. La obra de Frida es un testimonio de su vida. Pocas veces se puede aprender tanto acerca de un artista con sólo contemplar lo que él inscribe dentro del marco de sus cuadros.

LA TACOPEDIAAlejandro EscalanteTRILCEQuien crea que lo sabe todo acerca del mundo del taco, se sorpren-derá ante esta original, divertida y apetitosa enciclopedia, donde se desmenuzan los 19 tipos principales de tacos y sus primas (enchiladas, tlayudas y quesadillas); origen, características, secretos, recetas, salsas que deben acompañarlos, variantes, algunas taquerías recomendadas de todo el país, entrevistas con taqueros legendarios.

SOBRE LA FOTOGRAFÍASusan SontagEDICIONES GANDHI Publicado por primera vez en 1973, supuso un trabajo revoluciona-rio en la crítica fotográfica. Con él, Susan Sontag planteó cuestiones ineludibles, en el piano moral y estético, acerca de esta forma artís-tica. Hay fotografías en todas partes; tienen la potestad de impactar idealizar o seducir, pueden provocar la nostalgia o pueden servir de recordatorio, y se erigen en prueba contra nosotros o en el medio para identificarnos.

LAS MEDIDAS DE UNA CASA: ANTROPOMETRÍA DE LA VIVIENDA

Xavier FonsecaPAX MÉXICOTodas las medidas para el diseño de una casa. Desde el tamaño de los muebles hasta la altura de los accesorios ¿Cuánto debe medir una es-calera o un área de circulación? Esta obra imprescindible da al profesio-nista y al usuario, de manera clara y sencilla, todos los datos de la an-tropometría, análisis de mobiliario, diseño urbano, control ambiental, incluyendo el uso de energía solar, circulaciones y otros.

EL DIARIO DE FRIDA KAHLO:AUTORRETRATO ÍNTIMO

Frida KahloLA VACA INDEPENDIENTEEl diario ilustrado de Frida Kahlo refleja los últimos diez años de una vida turbulenta. Abarca el período que va desde 1944 a 1954, reco-ge los pensamientos, poemas y sueños de Frida, al tiempo que pone de manifiesto la tormentosa relación que mantuvo con Diego Rivera, quien fue su marido y el pintor más famoso de México. Las setenta acuarelas expresivos esbozos, numerosos autorretratos de gran ele-gancia y algunos cuadros terminados— proporcionan distintas visiones del proceso creativo de la artista y, al mismo tiempo, muestran con qué frecuencia esta acudía a su diario para desarrollar las ideas.

LA LADRONA DE LIBROSMarkus ZusakLUMENEn el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra. Al cabo de un tiempo, la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras. Con estas palabras se escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela inolvidable.

FOCUSDaniel GolemanKAIRÓSEn este esperado libro, el psicólogo y periodista Daniel Goleman, autor del best-seller mundial Inteligencia emocional, nos ofrece una visión radicalmente nueva del talento más escaso y subestimado de nuestra sociedad, una capacidad que resulta ser el secreto para la excelencia: la atención. En la era de la distracción permanente, Goleman sostiene con-vincentemente que ahora más que nunca tenemos que aprender a culti-var la atención, tanto como forma de autocontrol, de mejorar la empatía

o para comprender la complejidad que nos rodea.

CONTABILIDAD ADMINISTRATIVARay GarrisonMCGRAW HILL Contabilidad Administrativa resalta las tres funciones que deben des-empeñar los administradores en sus organizaciones: operaciones de planeación, actividades de control y toma de decisiones; y analiza qué información contable es necesaria en estas funciones, y cómo reca-barla e interpretarla. Con el fin de lograr esto, la obra se estructura en torno a tres cualidades: relevancia, balance y claridad.

LA DIETA DEL METABOLISMO ACELERADOHaylie PomroyGRIJALBOHaylie Pomroy ha ayudado a miles de pacientes a perder hasta diez kilos en cuatro semanas -todo a través del poder quemagrasa que tiene la comida-. Conocida como la gurú del metabolismo, Haylie nos recuerda que la comida no es el enemigo: la comida es, por el contrario, la rehabi-litación que necesitas para revitalizar tu metabolismo lento y averiado, y convertir así tu cuerpo en una máquina quemagrasa.

GEOPOLÍTICA DE LOS NEGOCIOS Y MERCADOS VERDESErnesto Duque GómezECOEEste libro invita a la reflexión, al análisis y a la crítica sobre cómo al-canzar el desarrollo sustentable empresarial frente al fenómeno de la geopolítica de la globalización, la mundialización y el dumping ecológico de los negocios y mercados de los productos y recursos naturales, promovido por el individualismo capitalista, refiriéndose a una completa libertad económica.

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CINE POR ERICK ESTRADA

¿Por qué habrán decidido los hermanos Lumière que retratar a su familia iba a ser una de las primeras cosas que harían con el cinematógrafo que acababan de desarrollar? Porque en ese tiempo el núcleo familiar era el centro de la vida social y profesional, el punto de partida y de llegada y, quizá como no ha vuelto a ocurrir después, lo que más importaba.

Algunas de esas primeras vistas mostraban a los niños Lumière comiendo, rien-do o simplemente pasando un buen rato en el jardín y, poco a poco, el cine se dio cuenta que esa parte de la vida humana representaba una gran oportuni-dad tanto para extraer historias como para usarla en metáforas de problemas más complejos.

México cuenta con una de las mejores películas que han comprimido en una familia a toda una ciudad y con ella han metaforizado y reflexionado un pro-blema que, a la fecha, le cuesta bastante resolver: los cambios de época. Una familia de tantas (1949), dirigida por el gran Alejandro Galindo y foto-grafiada por el casi nunca reconocido José Ortiz Ramos, reúne en la familia a los personajes estereotípicos de la Ciudad de México de fines de los años cuarenta del siglo pasado, momentos en los que el país y primordialmente la ciudad sufrían un cambio radical: la entrada de la modernidad, el comienzo del sistema consumista y, sobre todo, el surgimiento de una vida juvenil que en nada o casi nada se relacionaba con la de sus padres, algunos de ellos here-deros de formas de pensar del siglo XIX y de malas memorias -muy vivas- de la Revolución Mexicana.

Galindo, con un ojo y un pulso merecedores de aplauso y reflexión, enfrenta a dos Méxicos en un melodrama luminoso y violento a la vez, optimista pero amargo, cuando la hija quinceañera interpretada por Martha Roth se enfrenta a su padre (Fernando Soler en uno de sus mejores trabajos) ante el asombro mezclado con admiración del resto de la familia. Simplemente la secuencia ini-cial en la que la cámara de Ortiz Ramos nos presenta a todos los integrantes de la familia con elegancia y sutileza merece ya nuestro respeto pero es además y sin duda un retrato genial de las familias mexicanas de su tiempo y una enorme promesa a las nuevas generaciones.

22La familiaalguna vez fue el centro del universo

Una familia de tantas

Ya que hablamos de secuencias de entrada podemos conectar a don Alejandro Galindo con Ettore Scola para la presentación de Un día especial (1977) que, desde ese plano secuencia que igualmente nos introduce a la familia con la que repasaremos esta historia, anuncia que las vueltas y los giros serán parte fundamental de la historia. En este caso tenemos a una familia típica italiana atrapada en los inicios de la Segunda Guerra Mundial y, en ese plano secuencia, además de conocer (como en Una familia de tantas) a cada elemento de este grupo, sabemos que la ciudad entera y en consecuencia la familia, se preparan para celebrar (más a disgusto que con gozo) el encuentro entre Mussolini y Hitler; es decir, con estos personajes y en esta casa veremos las luces y las sombras (las más) de la vida en la Italia fascista.

Por ello es que es tan necesaria la atracción inexplicable del personaje in-terpretado por Sofia Loren (la matriarca) hacia el extraño vecino (Marcello Mastroiani) que en un giro de tuerca no solamente hará cimbrar los funda-mentos de la familia que conocimos al principio, sino que cuestionará con rigor y fortaleza muchos de los postulados que aquellos educados bajo el sistema fascista daban por sentados.

Desde ahí y de la misma forma que Una familia de tantas, ese núcleo social sir-ve para lanzar un discurso libertario y de tolerancia que, al condensar en ellos sus postulados, los convierte en universales, en cercanos, en algo alcanzable.Por supuesto han existido muchas otras familias en otras tantas películas, pero es muy probable que éstas dos sean los ejemplos más entrañables, no solamente porque describen una modificación de la famosa estructura fami-liar (y en consecuencia de sus respectivas sociedades), sino porque cinemato-gráficamente cuentan con una calidad indiscutible y ambas, como dije antes, coinciden en una presentación que comunica los distintos niveles en que se desarrollará la historia, desde los más obvios hasta los más complejos. Bien merecen una revisión. +

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PARA VER&OIR

GARRET VS PAGANINIDavid GarretUNIVERSAL MUSICUno de los prodigios del violín que desde hace varios años incursio-nó en el ámbito pop, nos presenta este álbum en el que interpreta temas de quien es considerado el mejor y más rápido violinista de la historia, Nicolo Paganini.

DES… ARMANDO A TANIATania Libertad y Armando ManzaneroSONY MUSICUn dúo con bastante historia por sus colaboraciones en exitosas giras y discos grabados, en los que su talento ha quedado plasmado cientos de veces para beneplácito de sus seguidores manteniendo, de paso, el bolero y la canción romántica vigentes.

WAGNER RELOADED, LIVE IN LEIPZIGApocalypticaSONY MUSIC Los cellistas más poderosos del planeta nos entregan este testi-monio de su presentación en la ciudad de Leipzig, para celebrar el 200 aniversario del nacimiento de Richard Wagner, donde presentaron nuevas y extraordinarias composiciones basadas en la música wagneriana.

ORLOK, EL VAMPIROJosé ForsFONARTE LATINO El líder de la banda tapatía Cuca ya tiene tiempo trabajando en solitario, creando proyectos inspirados en monstruos y literatura de terror, que luego transforma en discos conceptuales donde las historias y la música van de la mano.

YO ESTUVE AHÍ, EN VIVO Paté De FuáFONARTE LATINOGrabado en vivo en el Teatro Metropolitan hace algunos años, se redita este álbum con lo mejor del combo México-Argentina, un CD y un estupendo DVD donde el talento del grupo queda filmado en una de sus mejores actuaciones.

EL TIEMPOKim Ki-dukDISTRIBUCIÓN DE PELÍCULAS ZATMENISeh-hee y Ji-woo forman una pareja muy enamorada. Llevan jun-tos dos años, pero, a causa del lento discurrir del tiempo, Seh-hee empieza a sentirse ansiosa y preocupada, temerosa de que Ji-woo pudiera cansarse de ella. Un día sucede lo que ella se temía: Ji-woo no logra hacer el amor con ella, y sólo lo consigue cuando Seh-hee le propone que se imagine que está con otra mujer.

GIGANTES DE LA INDUSTRIA VariosMULTITRACKConozca a los titanes que forjaron los cimientos de la América moderna y crearon “el sueño americano”. Gigantes de la Indus-tria es una mini serie que pone el reflector sobre los personajes históricos, influyentes, soñadores y creyentes, cuyas hazañas transformarían a Estados Unidos, de una nación en decadencia a la mayor superpotencia económica y tecnológica del mundo después de su guerra civil.

TWIN PEAKS David LynchCINE, VIDEO Y T.V.Precuela de la famosa serie televisiva “Twin Peaks” en la que reco-rremos los últimos siete días de Laura Palmer. Durante el día, Lau-ra es una popular estudiante modelo en el instituto. Por la noche se asfixia entre drogas y sexo hasta la adicción. Su carrera hacia la autodestrucción viene provocada por los continuos abusos del malvado ente conocido como Bob, que habita los bosques de Twin Peaks desde tiempos inmemoriales.

SUBMARINOThomas VinterbergEN PANTALLADos hermanos a los que separó una tragedia familiar cuando eran niños, siguen sufriendo hoy las secuelas y los traumas de una in-fancia triste y oscura: la vida de Nick gira en torno al alcohol y a la violencia; su hermano pequeño es padre soltero y se esfuerza todo lo posible para proporcionarle a su hijo una vida mejor.

CUENTO DE HADAS PARA DORMIR COCODRILOSIgnacio OrtizZATMENIEsta historia narra el viaje de un hombre hacia sus orígenes en bus-ca de su salvación y la de su pequeño hijo, que padece de autismo. La trama se entreteje con diversos acontecimientos históricos: la Guerra de Reforma, la Revolución Mexicana, la migración a los Es-tados Unidos y la época actual, que modifican los destinos de un hombre y sus descendientes.

VIDEO MÚSICA

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NIÑOS A LEER POR KAREN CHACEK

La frase “Los trapos sucios se lavan en casa” podría emplearse en los diccionarios urbanos como definición opcional de la palabra Familia. Claro que varios eruditos de la lengua votarían por arrojar la expresión al basurero de las frivolidades. ¡Es-pera! Antes de que se te ocurra hacer lo mismo, vuelve a leer la frase. Mira cómo agrupa cinco de los mejores aprendizajes que se cosechan al crecer en familia.

Primero: Ese algo intangible y prodigioso llamado confianza. Leonardo es un libro que retrata el asunto de forma entrañable y ¡con muy poca corrección política! ¿Con quién más que con su familia puede un niño ser él mismo; querer a lo salvaje, despilfarrar arranques de indisciplina, externar abiertamente sus miedos? ¿Quie-nes, si no sus padres, para comprenderlo? El Leonardo de la historia sabe un sin fin de cosas sobre los perros, puede ladrar como ellos y comportarse como uno si le da la gana. Sus papás no lo combaten, han preferido aceptar que tienen en casa un cachorro, en vez de un hijo “normal”. Pero no te confundas, a Leonardo nada en el mundo lo aterroriza tanto como los afiladísimos dientes de los perros. Y eso, claro, sus papás lo saben. Esta maravilla de libro nos llega por cortesía del escritor e ilustrador Wolf Erlbruch. Pocos autores como él para hablar de temas complejos y hacerlo con humor y una sencillez implacable.

Segundo: La complicidad. Ahora somos dos es una historia tan marciana que es encantadoramente humana. Tavo, un niño “marciano” que ha venido a colonizar la Tierra, pide a Marte el envío de refuerzos, pero en vez de ayuda le mandan algo que parece una máquina de chillidos, tiene la cara roja, huele mucho a caca y se llama Lulú. Puede que ella sea una espía de Venus que viene a estropear la misión secreta de Tavo. Aunque, quizá sea todo lo contrario. El tema de la llegada de un hermanito da material para sin fin de historias, pero poquísimas tan ingeniosas como ésta. Es de esos libros destinados a convertirse en una golosina predilecta: se puede leer, leer, volver a leer, y el buen sabor no cambia. El texto es genial y las ilustraciones le hacen justicia.

24¿TE SUENAFAMILIAR?

Tercero: La experiencia. Perro viejo inicia con el álbum de fotografías del abuelo. Mismo que no impresionaba nada a sus nietos. Ninguno de los tres quería ir a visi-tarlo: el abuelo sólo habla del pasado, tiene un aliento feroz, hace mucho ruido al co-mer: ¡Nos da miedo! Aun así, tuvieron que ir a saludarlo. Pero no lo dejaron jugar con ellos, porque: “…al perro viejo no hay quien le enseñe trucos nuevos”. O eso creían ellos. Ninguno imaginaba que ese perro viejo que tenían por abuelo guardaba en su haber una colección de trucos tan sorprendente.

Cuarto: Descubrir otros puntos de vista. Pato Conejo es uno de esos libros que toda familia debiera guardar en el botiquín de primeros auxilios. Tú ves un pato, pero alguien más en casa ve un conejo. ¿Quién convence a quién? Sí, a primera vista parece un pato. Pero también un conejo. ¿Es un conejo que parece pato? ¿Un pato que se ve como conejo? En las familias abundan los distintos puntos de vista, ¿Será posible ponerse de acuerdo, aunque sea una vez? Si no, al menos que la discusión se torne tan ocurrente y divertida como la de este libro. Cinco: Jugar a multiplicar la familia. Los fantásticos libros voladores del Sr. Morris Lessmore empieza contándonos lo mucho que Morris Lessmore amaba las pala-bras, las historias, los libros. Su vida era un libro que él mismo escribía todos los días. Y como cualquier historia, la suya también tenía altibajos. Un día en que todas las letras se habían revuelto, Morris vio a una simpática señorita cruzar el cielo sujetada a un escuadrón de libros voladores. Ella lo vio de regreso y, cuando notó su mala cara, le mandó volando su libro favorito. Así conoció Morris al libro amistoso. Éste, a su vez, lo presentó con un montón de otros libros, que Morris leyó, cuidó e hizo parte de su familia. Los libros, por supuesto, hicieron lo mismo por él. Así que ya sabes, la próxima vez que abras un libro quizá te halles frente a un nuevo amigo. Pero, si se trata de un gran libro, te habrás ganado un familiar para el resto de tu vida. +

LOS+VENDIDOS GANDHI INFANTIL Y JUVENIL

BAJO LA MISMA ESTRELLAJohn Green

NUBE DE TINTA

LOS JUEGOS DEL HAMBRE 3: SINSAJO

Suzanne CollinsOCEANO

BUSCANDO A ALASKAJohn GreenCASTILLO

DIVERGENTEVeronica Roth

MOLINO

LOS JUEGOS DEL HAMBRE 1Suzanne Collins

OCEANO

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26álbum de pictogramas

26 PICTOS INDEX BOOKS

Por medio de dibujos nuestros ancestros se dieron a la tarea de expresar todo aquello que los rodeaba. De alguna mane-ra, esas pinturas rupestres se convirtieron en los primeros pictogramas de la historia. Gracias a su poderosa capacidad visual que no pasa desapercibida para nadie, actualmente los pictogramas son signos que sin necesidad de palabras representan mensajes. La sociedad de la información en la que ahora vivimos, nos rodea de esos mensajes que, crea-dos con simplicidad, gusto y originalidad, representan ideas. PICTOS reúne el trabajo de varios diseñadores que han crea-do pictogramas, agrupados en distintas familias según sus usos o actividades. Este libro es un panorama sobre la rique-za y el poder de la imagen en sí misma. +

Pictogramas para los Parques Nacionales Norteamericanos por National Geographic

Pictogramas para representar el sector empresarial japonés

Iconos para The Copenhagen Metro (proyecto estudiantil)

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26álbum de pictogramas

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NOVEDADES LEE+ LOS LIBROS DEL MES ELEGIDOS POR LOS EDITORES

Jack escribe haikus con imágenes desechables. Ca-rolyn intenta deshacerse del tipo más guapo que ha visto en su vida. Lu Anne se casa con Neal y un mon-tón de problemas. Michael pinta su raya con la impo-sición y las ideologías. Los amigos viven un instante y buscan expandir sus mentes; se encuentran en el alcohol, el sexo, la literatura; y aparecen nombres de talento (para joderlo todo, para imaginarlo todo): Allen, William, Lawrence. Echando mano de la mi-tología Beat, inventando un libro apócrifo y movién-dose entre la crónica y la reinvención de una época, José Eugenio Sánchez nos entrega un poemario sor-prendente: al tiempo que expande las posibilidades de su escritura, explora nuevas formas y teje una his-toria colectiva tachonada de zen y drogas. +

EN EL VERANO,LA TIERRA

Carlos Martínez AssadSEIX BARRAL

LA HILANDERADE FLANDES

Concepción MarínPLANETA

LAS PAREDESDESNUDAS

Imanol CaneyadaSUMA

EL LABERINTODE LA SOLEDAD

Octavio PazCATEDRA

EL BONOBO Y LOSDIEZ MANDAMIENTOS

Frans de Waal TUSQUETS

¿Debemos acostarnos con un artista cuya obra re-pudiamos? ¿Cómo inflar un currículo sin necesidad de postular exposiciones imaginarias? ¿Cómo esca-par de una videoinstalación eterna cuando el artista se encuentra presente? Todas estas preguntas se responden con lujo de detalle en este libro, la guía esencial para los interesados en jugar el juego del mundo del arte. Saborear los frutos de la élite ar-tística no es ya un anhelo improbable. Después de recorrer estas páginas, incluso el principiante sin grandes aptitudes tendrá la oportunidad de lucir su sofisticación en inauguraciones y charlas elevadas sobre estética, y descubrirá que, a fin de alcanzar la gloria no se requiere del menor talento, ni de noción alguna sobre la historia del arte. +

Dispara, yo ya estoy muerto es la apasionante his-toria de dos familias que persiguen sus sueños y luchan por sobreponerse a su propio destino. Una intensa y emocionada crónica de una saga fami-liar que ahonda en el vértigo de la condición hu-mana al tiempo que propone una conmovedora reivindicación de que por encima de las patrias están las personas. Julia Navarro propone una ambiciosa novela de personajes, donde sus vidas se entrelazan con momentos clave de la historia. Varsovia, San Petersburgo, Jerusalén, París... son algunos de los escenarios de esta novela que, des-de su enigmático título hasta su sorprendente fi-nal, esconde más de un misterio, mucha aventura y emociones a flor de piel. +

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EL ARTE DE MENTIREusebio Ruvalcaba

ALMADÍA

POSADA100 AÑOS DE CALAVERA

Daniel Mercurio LópezRM

ORWELL ENSAYOSGeorge Orwell

DEBATE

¿CÓMO PENSAR COMO SHERLOCK HOLMES?

María KonnikovaPAIDÓS

UN SUEÑODE BERNARDO REYES

Ignacio SolaresALFAGUARA

Hablar de la destrucción de libros obliga a referir-se al fanatismo, al desprecio por el conocimien-to, al deseo de borrar la memoria histórica de los pueblos, de eliminar la discrepancia, la crítica y el diálogo. Destruir obras impresas por motivos religiosos, políticos o por pura ignorancia es un atentado contra la humanidad, un crimen contra el espíritu cuyas consecuencias han sido más se-rias de lo que podría suponerse.Fernando Báez nos presenta una minuciosa cróni-ca sobre este fenómeno. Su interés radica no sólo en ofrecer un recuento de libros y bibliotecas que ya no existen, sino también en analizar las razo-nes que han llevado a los seres humanos a cometer este acto de vandalismo contra sí mismos. +

¿Alguna vez se han preguntado qué fue de la descendencia de todas aquellas personas que trascendieron a la historia oficial? Pensemos en escritores, pintores, filósofos, incluso, soldados famosos, actores o políticos. No siempre todos siguen los pasos de sus predecesores o, si los si-guen, puede que no alcancen el renombre que cubrió a sus familiares más grandes.En el caso de “Los perros de la noche”, escrita a cuatro manos por José Luis Gómez y Alejandro Hernández, se detalla lo sucedido con el ficcio-nal hijo del padre de la patria mexicana, Miguel Hidalgo y Costilla...

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Desde los poemas de Homero hasta la ciencia ficción, desde las Sagradas Escrituras hasta los cómics, pasando por Los viajes de Gulliver y Ali-cia en el país de las maravillas, la literatura a lo largo de los siglos ha ido creando lugares ima-ginarios cargados de leyenda donde depositar los deseos, sueños , utopías y pesadillas que no cabían en nuestra pobre y limitada realidad. Un viaje que es al mismo tiempo erudito y ameno, muy al estilo de lo que Eco suele ofrecer a sus lectores; un itinerario donde el cine se encuen-tra con la poesía y los textos medievales se co-dean con las viñetas. +

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30UNA FAMILIA DE LOGOS

30 LOS LOGOS 4 Robert Klanten GESTALTEN

La serie LOS LOGOS se compone de seis libros que reúne los mejo-res ejemplos sobre el diseño de estas imágenes que representan el espíritu de una marca. LOS LOGOS 4, ofrece la riqueza visual de más de 5,000 ejemplos innovadores creados por los mejores despachos y diseñadores del mundo. El libro explora el extraordinario lenguaje visual y las aproximaciones estilísticas que implica la creación de cada logo, ofreciendo, además, una fuente inagotable para diseñadores. LOS LOGOS 4 está clasificado por familias, de acuerdo a la industria o al propósito para el que fueron diseñados: Deportes, Arte, Diseño corporativo, Cultura, Diseño, Moda, Música y Política. Para ampliar el contenido, el libro ofrece una selección de entrevistas con dise-ñadores internacionales que dan su visión acerca del mejor camino para crear logos exitosos. +

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30UNA FAMILIA DE LOGOS

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