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Rosalía de Castro, Antología poética

En las orillas del Sar (1884)

1. “Ya que de la esperanza, para la vida mía”

2. “Era apacible el día”

3. “Un manso río, una vereda estrecha”.

4. “Moría el sol, y las marchitas hojas”

5. “Sedientas las arenas, en la playa”

6. Los robles, IV. “Torna, roble, árbol patrio, a dar sombra”

7. “Alma que vas huyendo de ti misma”

8. “Ya siente que te extingues en su seno”

9. “Cenicientas las aguas”

10. “En sus ojos rasgados y azules”

11. “En el alma llevaba un pensamiento”

12. “Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros”

13. A la luna, I. “¡Con qué pura y serena transparencia...!”

14. “Las campanas. Yo las amo, yo las oigo”

15. “En la altura los cuervos graznaban”

16. “Aún otra amarga gota en el mar sin orillas”

17. “No va solo el que llora”

18. “Hora tras hora, día tras día”

Cantares galegos

19. “Campanas de Bastabales”

20. “Adios, ríos; adios, fontes”.

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1. Ya que de la esperanza, para la vida mía,triste y descolorido ha llegado el ocaso,a mi morada oscura, desmantelada y fría, tornemos paso a paso,porque con su alegría no aumente mi amargura la blanca luz del día.

Contenta el negro nido busca el ave agorera;bien reposa la fiera en el antro escondido,en su sepulcro el muerto, el triste en el olvido y mi alma en su desierto.

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2. Era apacible el díay templado el ambiente,y llovía, llovíacallada y mansamente;y mientras silenciosalloraba yo y gemía,mi niño, tierna rosa,durmiendo se moría.

Al huir de este mundo, ¡qué sosiego en su frente!Al verle yo alejarse, ¡qué borrasca en la mía!

Tierra sobre el cadáver insepultoantes que empiece a corromperse..., ¡tierra!Ya el hoyo se ha cubierto, sosegaos;bien pronto en los terrones removidosverde y pujante crecerá la hierba.

¿Qué andáis buscando en torno de las tumbas,torvo el mirar, nublado el pensamiento?¡No os ocupéis de lo que al polvo vuelve!jamás el que descansa en el sepulcroha de tornar a amaros ni a ofenderos,

¡Jamás! ¿Es verdad que todopara siempre acabó ya?No, no puede acabar lo que es eterno,ni puede tener fin la inmensidad.Tú te fuiste por siempre; mas mi almate espera aún con amoroso afán,y vendrás o iré yo, bien de mi vida,allí donde nos hemos de encontrar.

Algo ha quedado tuyo en mis entrañasque no morirá jamás,y que Dios, porque es justo y porque es bueno,a desunir ya nunca volverá.

En el cielo, en la tierra, en lo insondableyo te hallaré y me hallarás.No, no puede acabar lo que es eterno,ni puede tener fin la inmensidad.

Mas... es verdad, ha partidopara nunca más tornar.Nada hay eterno para el hombre, huéspedde un día en este mundo terrenalen donde nace, vive y al fin muere,cual todo nace, vive y muere acá.

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3. Un manso río, una vereda estrecha,un campo solitario y un pinar,y el viejo puente rústico y sencillocompletando tan grata soledad.

¿Qué es soledad? Para llenar el mundobasta a veces un solo pensamiento.Por eso hoy, hartos de belleza, encuentrasel puente, el río y el pinar desiertos.

No son nube ni flor los que enamoran;eres tú, corazón, triste o dichoso,ya del dolor y del placer el árbitro,quien seca el mar y hace habitar el polo.

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4. Moría el sol, y las marchitas hojasde los robles, a impulso de la brisa,en silenciosos y revueltos girossobre el fango caían:ellas, que tan hermosas y tan purasen el abril vinieron a la vida.

Ya era el otoño caprichoso y bello:¡cuán bella y caprichosa es la alegría!Pues en la tumba de las muertas hojasvieron sólo esperanzas y sonrisas.

Extinguióse la luz: llegó la nochecomo la muerte y el dolor, sombría;estalló el trueno, el río desbordósearrastrando en sus aguas a las víctimas;y murieron dichosas y contentas...¡Cuán bella y caprichosa es la alegría!

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5. Sedientas las arenas, en la playasienten del sol los besos abrasados,y no lejos, las ondas, siempre frescas,ruedan pausadamente murmurando.Pobres arenas, de mi suerte imagen:no sé lo que me pasa al contemplaros,pues como yo sufrís, secas y mudas,el suplicio sin término de Tántalo.

Pero ¿quién sabe...? Acaso luzca un díaen que, salvando misteriosos límites,avance el mar y hasta vosotras lleguea apagar vuestra sed inextinguible.¡Y quién sabe también si tras de tantossiglos de ansias y anhelos imposibles,saciará al fin su sed el alma ardientedonde beben su amor los serafines!

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6. LOS ROBLES, IV

Torna, roble, árbol patrio, a dar sombracariñosa a la escueta montañadonde un tiempo la gaita guerreraalentó de los nuestros las almasy compás hizo al eco monótonodel canto materno,del viento y del agua,que en las noches del invierno al infanteen su cuna de mimbre arrullaban.Que tan bello apareces, ¡oh roble!de este suelo en las cumbres gallardasy en las suaves graciosas pendientesdonde umbrosas se extienden tus ramas,como en rostro de pálida virgencabellera ondulante y dorada,que en lluvia de rizosacaricia la frente de nácar.

¡Torna presto a poblar nuestros bosques;y que tornen contigo las hadasque algún tiempo a tu sombra tejierondel héroe gallegolas frescas guirnaldas!

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7. Alma que vas huyendo de ti misma,¿qué buscas, insensata, en las demás?Si secó en ti la fuente del consuelo,secas todas las fuentes has de hallar.¡Que hay en el cielo estrellas todavía,y hay en la tierra flores perfumadas!¡Sí!... Mas no son ya aquellasque tú amaste y te amaron, desdichada.

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8. Ya siente que te extingues en su seno,llama vital, que dabasluz a su espíritu, a su cuerpo fuerzas,juventud a su alma.

Ya tu calor no templará su sangre,por el invierno helada,ni harás latir su corazón, ya faltode aliento y de esperanza.

Mudo, ciego, insensible,sin goces ni tormentos,será cual astro que apagado y solo,perdido va por la extensión del cielo.

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9. Cenicientas las aguas, los desnudosárboles y los montes cenicientos;parda la bruma que los vela y pardaslas nubes que atraviesan por el cielo;triste, en la tierra, el color gris domina,¡el color de los viejos!

De cuando en cuando de la lluvia el sordorumor suena, y el vientoal pasar por el bosquesilba o finge lamentostan extraños, tan hondos y dolientesque parece que llaman por los muertos.

Seguido del mastín, que helado tiembla,el labrador, envueltoen su capa de juncos, cruza el monte;el campo está desierto,y tan sólo en los charcos que negreandel ancho prado entre el verdor intensoposa el vuelo la blanca gaviota,mientras graznan los cuervos.

Yo desde mi ventana,que azotan los airados elementos,regocijada y pensativa escuchoel discorde conciertosimpático a mi alma...¡Oh, mi amigo el invierno!,mil y mil veces bien venido seas,mi sombrío y adusto compañero.¿No eres acaso el precursor dichosodel tibio mayo y del abril risueño?

¡Ah, si el invierno triste de la vida,como tú de las flores y los céfiros,también precursor fuera de la hermosay eterna primavera de mis sueños...!

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10. En sus ojos rasgados y azules,donde brilla el candor de los ángeles,ver creía la sombra siniestrade todos los males.

En sus anchas y negras pupilas,donde luz y tinieblas combaten,ver creía el sereno y hermosoresplandor de la dicha inefable.

Del amor espejismos traidores,risueños, fugaces...cuando vuestro fulgor sobrehumanose disipa... ¡qué densas, qué grandesson las sombras que envuelven las almasa quienes con vuestros reflejos cegasteis!

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11. En el alma llevaba un pensamiento,una duda, un pesar,tan grandes como el ancho firmamentotan hondos como el mar.

De su alma en lo más árido y profundo,fresca brotó de súbito una rosa,como brota una fuente en el desierto,o un lirio entre las grietas de una roca.

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12. Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros, Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros, Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso, De mí murmuran y exclaman: —Ahí va la loca soñando Con la eterna primavera de la vida y de los campos, Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos, Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.

—Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha, Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula, Con la eterna primavera de la vida que se apaga Y la perenne frescura de los campos y las almas, Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.

Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños, Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?

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13. A LA LUNA (I)

¡Con qué pura y serena transparenciabrilla esta noche la luna!A imagen de la cándida inocencia,no tiene mancha ninguna.

De su pálido rayo la luz puracomo lluvia de oro caesobre las largas cintas de verduraque la brisa lleva y trae.

Y el mármol de las tumbas iluminacon melancólica lumbre,y las corrientes de agua cristalinaque bajan de la alta cumbre.

La lejana llanura, las praderas,el mar de espuma cubiertodonde nacen las ondas plañideras,el blanco arenal desierto,

la iglesia, el campanario, el viejo muro,la ría en su curso varia,todo lo ves desde tu cenit puro,casta virgen solitaria.

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14. LAS CAMPANAS

Yo las amo, yo las oigocual oigo el rumor del viento,el murmurar de la fuenteo el balido del cordero.

Como los pájaros, ellas,tan pronto asoma en los cielosel primer rayo del alba,le saludan con sus ecos.

Y en sus notas, que van repitiéndosepor los llanos y los cerros,hay algo de candoroso,de apacible y de halagüeño.

Si por siempre enmudecieran,¡qué tristeza en el aire y el cielo!,¡qué silencio en las iglesias!,¡qué extrañeza entre los muertos!

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15. En la altura los cuervos graznaban,los deudos gemían en torno del muerto,y las ondas airadas mezclabansus bramidos al triste concierto.

Algo había de irónico y rudoen los ecos de tal sinfonía;algo negro, fantástico y mudoque del alma las cuerdas hería.

Bien pronto cesaron los fúnebres cantos,esparcióse la turba curiosa,acabaron gemidos y llantosy dejaron al muerto en su fosa.

Tan sólo a lo lejos, rasgando la bruma,del negro estandarte las orlas flotaron,como flota en el aire la plumaque al ave nocturna los vientos robaron.

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16. Aún otra amarga gota en el mar sin orillasdonde lo grande pasa de prisa y lo pequeñodesaparece o se hunde, como piedra arrojadade las aguas profundas al estancado légamo.

Vicio, pasión, o acaso enfermedad del alma,débil a caer vuelve siempre en la tentación.Y escribe como escriben las olas en la arena,el viento en la laguna y en la neblina el sol.

Mas nunca nos asombra que trine o cante el ave,ni que eterna repita sus murmullos el agua;canta, pues, ¡oh poeta!, canta, que no eres menosque el ave y el arroyo que armonioso se arrastra.

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17. No va solo el que llora, no os sequéis, ¡por piedad!, lágrimas mías; basta un pesar del alma; jamás, jamás le bastará una dicha. Juguete del Destino, arista humilde, rodé triste y perdida; pero conmigo lo llevaba todo: llevaba mi dolor por compañía.

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18. HORA TRAS HORA, DÍA TRAS DÍA

Hora tras hora, día tras día, Entre el cielo y la tierra que quedan Eternos vigías, Como torrente que se despeña Pasa la vida.

Devolvedle a la flor su perfume Después de marchita; De las ondas que besan la playa Y que una tras otra besándola expiran Recoged los rumores, las quejas, Y en planchas de bronce grabad su armonía. Tiempos que fueron, llantos y risas, Negros tormentos, dulces mentiras, ¡Ay!, ¿en dónde su rastro dejaron, En dónde, alma mía?

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CANTARES GALEGOS (1863)

19. Campanas de Bastabales,cando vos oio tocar,mórrome de soidades.

ICando vos oio tocar,campaniñas, campaniñas,sin querer torno a chorar.

Cando de lonxe vos oiopenso que por min chamadese das entrañas me doio.

Dóiome de dór ferida,que antes tiña vida enteirae hoxe teño media vida.

só media me deixaronos que de aló me trouxeron,os que de aló me roubaron.

Non me roubaron, traidores,¡ai!, uns amores toliños,¡ai!, uns toliños amores.

Que os amores xa fuxiron,as soidades viñeron...de pena me consumiron.

IIAló pola mañanciñasubo enriba dos outeiroslixeiriña, lixeiriña.

Como unha craba lixeira,para oir das campaniñasa batalada primeira.

A primeira da alboradaque me traen os airiñospor me ver máis consolada.

Por me ver menos chorosa,nas suas alas ma traenrebuldeira e queixumbrosa.

Queixumbrosa e retembrandopor antre verde espesura,por antre verde arborado.

E pola verde pradeira,por riba da veiga llana,rebuldeira e rebuldeira.

Campanas de Bastabales,cuando os oigo tocar,me muero de añoranzas.

ICuando os oigo tocar,campanitas, campanitas,sin querer vuelvo a llorar.

Cuando de lejos os oigopienso que por mí llamáisy de las entrañas me duelo.

Me duelo de dolor herida,que antes tenía vida enteray hoy tengo media vida.

Sólo media me dejaronlos que de allá me trajeron,los que de allá me robaron.

No me robaron, traidores,¡ay!, unos amores locos,¡ay!, unos locos amores.

Que los amores ya huyeron,las soledades vinieron...de pena me consumieron.

IIAllá por la mañanitasubo sobre los oterosligerita, ligerita.

Como una cabra ligerapara oir de las campanasla campanada primera.

La primera de la alboradaque me traen los airespor verme más consolada.

Por verme menos llorosa,en sus alas me la traenretozona y quejumbrosa.

Quejumbrosa y temblandoentre la verde espesura,entre la verde arboleda.

Y por la verde pradera,sobre la vega llana,juguetona y juguetona.

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III Paseniño, paseniñovou pola tarde caladade Bastabales camiño.

Camiño do meu contento;i en tanto o sol non se escondenunha pedriña me sento.

E sentada estou mirandocomo a lua vai saíndo,como o sol se vai deitando.

Cal se deita, cal se escondementras tanto corre a luasin saberse para donde.

Para donde vai tan soiasin que aos tristes que a miramosnin nos fale nin nos oia.

Que si oira e nos falara,moitas cousas lle dixera,moitas cousas lle contara.

IVCada estrela, o seu diamante;cada nube, branca pruma;triste a lúa marcha diante.

Diante marcha crarexandoveigas, prados, montes, ríos,onde o día vai faltando.

Falta o día e noite escurabaixa, baixa, pouco a pouco,por montañas de verdura.

De verdor e de follaxe,salpicada de fontiñasbaixo a sombra do ramaxe.

Do ramaxe donde cantanpaxariños piadores,que ca aurora se levantan.

Que ca noite se adormecenpara que canten os grilosque cas sombras aparecen

IIIDespacito, despacitovoy por la tarde calladade Bastabales camino.

Camino de mi contento;y en tanto el sol no se escondeen una piedrita me siento.

y sentada estoy mirandocomo la luna va saliendo,como el sol se va poniendo.

Cual se acuesta, cual se escondemientras tanto corre la lunasin saberse para dónde.

Para dónde va tan solasin que a los tristes que la miramosni nos hable ni nos oiga

Que si oyera y nos hablaramuchas cosas le dijera,muchas cosas le contara.

IVCada estrella, su diamante;cada nube, blanca pluma;triste la luna marcha delante.

Delante marcha clareandovegas, prados, montes ríos,donde el día va faltando

Falta el día y noche oscurabaja, baja, poco a poco,por montañas de verdor.

De verdor y de follaje,salpicada de fuentecillasbajo la sombra del ramaje.

Del ramaje donde cantanpajarillos piadores,que con la aurora se levantan.

Que con la noche se adormecenpara que canten los grillosque con las sombras aparecen.

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V Corre o vento, o río pasa.Corren nubes, nubes correncamiño da miña casa.

Miña casa, meu abrigo,vanse todos, eu me quedosin compaña nin amigo.

Eu me quedo contemprandoas laradas das casiñaspor quen vivo sospirando.

..............................

Ven a noite..., morre o día,as campanas tocan lonxeo tocar do Ave María.

Elas tocan pra que rece;eu non rezo que os saloucosafogándome pareceque por mín tén que rezar.

Campanas de bastabales,cando vos oio tocar,mórrome de soidades.

VCorre el viento, el río pasa.Corren nubes, nubes correncamino de mi casa.

Mi casa, mi abrigo,se van todos, yo me quedosin compañía ni amigo.

Yo me quedo contemplandolas llamas del hogar en las casitaspor las que vivo suspirando.

................................

Viene la noche..., muere el día,las campanas tocan lejoslas notas del Ave María.

Ellas tocan para que rece;yo no rezo que los sollozosahogándome pareceque por mi tienen que rezar.

Campanas de Bastabalescando vos oio tocar,me muero de añoranzas.

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20. Adiós, ríos; adios, fontes;adios, regatos pequenos;adios, vista dos meus ollos:non sei cando nos veremos.

Miña terra, miña terra,terra donde me eu criei,hortiña que quero tanto,figueiriñas que prantei,

prados, ríos, arboredas,pinares que move o vento,paxariños piadores,casiña do meu contento,

muíño dos castañares,noites craras de luar,campaniñas trimbadoras,da igrexiña do lugar,

amoriñas das silveirasque eu lle daba ó meu amor,camiñiños antre o millo,¡adios, para sempre adios!¡Adios groria! ¡Adios contento!¡Deixo a casa onde nacín,deixo a aldea que conozopor un mundo que non vin!

Deixo amigos por estraños,deixo a veiga polo mar,deixo, en fin, canto ben quero...¡Quen pudera non deixar!.........................................

Mais son probe e, ¡mal pecado!,a miña terra n'é miña,que hastra lle dan de prestadoa beira por que camiñaó que naceu desdichado.

Téñovos, pois, que deixar,hortiña que tanto amei,fogueiriña do meu lar,arboriños que prantei,fontiña do cabañar.

Adios, adios, que me vou,herbiñas do camposanto,donde meu pai se enterrou,herbiñas que biquei tanto,terriña que nos criou.

Adiós, ríos; adiós, fuentes.adiós, riachos pequeños;adiós, vista de mis ojos;no sé cuando nos veremos.

Mi tierra, mi tierra,tierra donde yo me crié,huertita que quiero tanto,higueritas que planté,

prados, ríos, arboledas,pinares que mueve el viento,pajaritos piadores,casita de mi contento,

molino de los castañares,noches claras de luz de luna,campanitas timbradoras,de la iglesita del lugar,

moritas de los zarzalesque yo le daba a mi amor,caminitos entre el maíz,¡adiós, para siempre adiós!

¡Adiós gloria! ¡Adiós contento!¡Dejo la casa donde nací,dejo la aldea que conozcopor un mundo que no ví!

¡Dejo amigos por extraños,dejo la vega por el mar,dejo, en fin, cuanto quiero bien…¡Quien pudiera no dejarlo!…………………………….

Pero soy pobre y, ¡mal pecado!mi tierra no es mía,que hasta le dan de prestadola orilla por que caminaal que nació desdichado.

Os tengo, pues, que dejar,huertita que tanto amé,hoguerita de mi lar,arbolitos que planté, fuentecita del cabañar.

Adiós, adiós, que me voy,hierbecitas del camposanto,donde mi padre se enterró,hierbecitas que besé tanto,tierrecita que nos crió.

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Adios Virxe da Asunción,branca como un serafín;lévovos no corazón:Pedídelle a Dios por min,miña Virxe da Asunción.

Xa se oien lonxe, moi lonxe,as campanas do Pomar;para min, ¡ai!, coitadiño,nunca máis han de tocar.Xa se oien lonxe, máis lonxeCada balada é un dolor;voume soio, sin arrimo...¡Miña terra, ¡adios!, ¡adios!

¡Adios tamén, queridiña!...¡Adios por sempre quizais!...Dígoche este adios chorandodesde a beiriña do mar.Non me olvides, queridiña,si morro de soidás...tantas légoas mar adentro...¡Miña casiña!,¡meu lar!

Adiós Virgen de la Asunción,blanca como un serafín,os llevo en el corazón:Pedidle a Dios por mí,mi Virgen de la Asunción.

Ya se oyen lejos, muy lejos,las campañas del Pomar,para mi, ¡ay! desventurado,,nunca más han de tocar.Ya se oyen lejos, más lejosCada campanada es un dolor;Me voy solo, sin amparo…¡Mi tierra, ¡adiós! ¡adiós!

¡Adiós también, queridita!…¡Adiós por siempre quizás!…Te digo este adiós llorandodesde la orillita del mar.No me olvides, queridita,si muero de soledad…tantas leguas mar adentro…¡Mi casita! ¡mi hogar!

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