Revista de Antropologia Rural 2006

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Año 2006 0001 REVISTA DE ANTROPOLOGÍA RURAL REVISTA DE ANTROPOLOGÍA RURAL Año 2006 / Nº1 REVISTA DE ANTROPOLOGÍA RURAL El primer número de esta nueva publicación reune los trabajos de siete estudiantes de la carrera de Antropología de la Universidad de Chile, los cuales incorporan una amplia variedad de enfoques y temáticas para el abordaje de lo rural. Entre las páginas de esta revista se encontrará -sobre todo- una invitación a formar un nuevo espacio de reflexión, de discusión, y a la larga, una herramienta para el conocimiento en torno al sujeto rural. Siempre desde un enfoque multidiciplinario, multi-temático, y en búsqueda de lo creativo, de lo interesante y de lo pertinente.

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Año 2006Nº 0001

REVISTA DEANTROPOLOGÍARURAL

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Nº1

REVISTA DE ANTROPOLOGÍARURAL

El primer número de esta nuevapublicación reune los trabajos de sieteestudiantes de la carrera de Antropologíade la Universidad de Chile, los cualesincorporan una amplia variedad deenfoques y temáticas para el abordaje delo rural.

Entre las páginas de esta revista seencontrará -sobre todo- una invitación aformar un nuevo espacio de reflexión, dediscusión, y a la larga, una herramientapara el conocimiento en torno al sujetorural. Siempre desde un enfoquemultidiciplinario, multi-temático, y enbúsqueda de lo creativo, de lo interesantey de lo pertinente.

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REVISTA DEANTROPOLOGÍARURAL

Universidad de ChileFacultad de Ciencias SocialesDiciembre 2006Número 1

Enrique Antileo BaezaDaniel Flores CáceresLiliana Gutiérrez MansillaAndrés Lagarrigue IbáñezEileen Leyton FaúndezCristian Loyola DíazFrancisca Massone MoyaLucina Paz Toro Rodríguez

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CONTENIDOS

PrólogoEquipo Editorial

El viaje de la artesanía: desde la cultura popular a lade mercadoEileen Leyton Faúndez

Desintegración de la comunidad campesina: SanDionisio y el retorno del patrón como forma dedominaciónCristian Loyola Dçiaz

La ironía como relativización del respetoLucina Paz Toro Rodríguez

Pedro Urdemales y la experiencia de la oralidad en elcampo chileno del sigo XIXFrancisca Massone Moya

La ley de pesca y la propuesta lafquencheEnrique Antileo Baeza

El capital social campesino y la lógica de la accióncolectivaLiliana Gutiérrez Mansilla

El espacio rural desde la perspectiva del desarrolloterritorialAndrés Lagarrigue Ibáñez

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Desocupado lector, el prólogo de esta revista surge de una experiencia no docta, noelegante. Mejor es decir que a la naciente Revista de Antropología Rural no le correspondesiquiera un prólogo.

Porque un prólogo es un ámbito demasiado cierto, insistimos -tal vez- demasiadoelevado como para enmarcar y razonar el porque de lo que se traen entre manos los ylas autores y autoras de los textos, y ahora ustedes, responsables lectores de tan preciadaobra. Y es que encontrarán a continuación una serie de artículos alucinantes descubiertosen el auxilio de la experiencia antropológica y en el accidente previsto y programadode la etnografía.

Dispuestos a encontrar y no a buscar, los autores de la revista de antropología ruralse subieron al tren del discurso antropológico para dejarse descubrir por el camino.Registraron sus experiencias, las rearmaron analíticamente, y se las presentan ahora enformato de ensayo.

La historia comienza en un lugar como el de siempre, entre los cafés y las sopaipillasdel invierno de la Cátedra de Antropología Rural del año 2005. Bajo ese marco, cadaalumno asumió la tarea de elegir, desarrollar, profundizar y llevar a la prácticaantropológica un tema específico durante todo el año, con la idea de lograr unconocimiento de calidad que se expresara en un trabajo ensayístico con capacidad yafán de divulgación científica.

El epitafio de la Cátedra de Antropología Rural se escribió con el calor del veranoy resultó en una variopinta cantidad de excelentes trabajos, y la obvia posibilidad (quese transformó en una necesidad) de construir con estos una revista donde pudiesenexponerse los mejores.

Se constituyó entonces una comisión externa, quiénes, bajo criterios suficientementeinjustos, seleccionaron los trabajos para publicar. Decimos “criterios suficientementeinjustos”, porque es imposible no arrepentirse, no de los trabajos seleccionados, sinode los artículos no incluidos en la presente edición. Fueron tantos y tan buenos, quecalificamos esos criterios no como justos, sino que como lastimosamente irremediables.

Cada ensayo es una joya en si mismo y la revista es un collar de perlas. Para queabundar ahora en sus exquisitos detalles, cada artículo contiene su resumen, señalemospara mientras que sus temáticas se mueven desde el celoso recorrido de la artesaníapopular, hasta el delirante y reflexivo devenir epistemológico de las contradicciones

PRÓLOGO

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conceptuales del concepto de capital social.

Adelantemos que la revista engloba temas clásicos novedosamente tratados como elde la hacienda y sus procesos societales, hasta otros irreverentemente formulados para elformato rural, como el de la conclusión de los espacios urbanos en los paradigmas de laspolíticas públicas y las percepciones del mundo rural.

Convengamos que la amplitud de la revista contiene trabajos de risas chuecas y ojoschinos, más mentirosos que Pedro Urdemales, y tan contingentes como el de la afectaciónde nuevas leyes en comunidades mapuches.

Como verán queridos lectores, la revista tiene de todo lo que el tronco antropológicoy etnográfico puede sostener para dar sombra a la Antropología Rural. Así de fértil. Asíde acogedora. Queremos que la experiencia de este número inicial invite a los colegas decursos venideros o ya extintos, además de profesionales de otros ámbitos del conocimientodel mundo rural, a que se arrimen, escriban y participen con nosotros.

Este número es posible gracias al ingenio, paciencia, amistad y lealtad de muchoshombres y mujeres. Muchos y muchas se nos quedarán en el tintero, sin embargo negamosusando el olvido para exaltar las gracias de los siguientes: profesores y colegas DonaldJackson, Rolf Foerster, Eugenio Aspillaga, Alejandra Carreño, Daniel González, CésarPagliai, Luis Hernández. Sin ellos y ellas esta revista hubiese sido un proyecto inexistenteo una idea no imaginada. Gracias de corazón. Debemos aquí mencionar especialmente aDaniel Flores, ideólogo de esta iniciativa y coordinador de los azares que permitieron surealización. Sin él, la disposición y entusiasmo de sus estudiantes seguramente no hubiranencontrado forma en un material como este.

De la revista nos queda solo invitarlos a su lectura y estudio. Hemos compartido deella una y mil veces las tramas de cada artículo. Tal vez quedan en ellos las peores ideas,las más banales. Quedan sin embargo y ciertamente también, las mejores.

Equipo Editorial 2006Revista Antropología Rural

Santiago, Noviembre de 2006

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RESUMEN

A lo largo de su historia la artesanía ha sufridoun proceso de revaloración al pasar de ser un objetocon valor de uso en su contexto de producción en lacultura popular, principalmente rural, a uno con valorde cambio al salir de éste y situarse en el contextomoderno donde es valorado como un bien exótico,rústico, único, autóctono, etc. Con el ingreso de laartesanía al sistema de mercado, su producción sevuelve una actividad que genera ingresos alternativosa la familia rural, lo que le ha permitido adquirir hoy,en sus diversas expresiones, un doble carácter:simbólico y mercantil.

Para dar cuenta de cómo es vivido este fenómenopor los artesanos se efectuó un estudio de caso en lacomuna de Pumanque en la Sexta Región de Chile,poniendo especial atención en los efectos que estoha generado en la producción, circulación ycomercialización de sus productos.

En la investigación, se hace hincapié en el uso yapropiación de elementos capitalistas, en tanto cons­tituyen un requisito para la participación en la políticade “artesanización” impulsada por el Gobierno chilenoen conjunto con entidades privadas, que a través desus programas, principalmente de capacitación ycomercialización, le permiten acceder al sistema demercado.

INTRODUCCIÓN

Este estudio tiene como base y punto de partidael intento de dar cuenta del cambiode valoración que ha vivido la artesanía al trasla­darse de su espacio de producción a un espacioajeno, de lo tradicional a lo moderno, de lo rurala lo urbano, pasando de ser un objeto con valor deuso a uno con valor de cambio.

Con tal transformación en la función y fin de laartesanía a lo largo de la historia, ésta ha adquirido undoble carácter: simbólico y mercantil, lo que la posi­ciona hoy como espacio de resistencia cultural yeconómica de los grupos campesinos. Sin embargo,este proceso tiene múltiples implicancias y efectosque resultan interesantes de conocer, por lo que seefectuó un estudio de caso sobre los artesanos de lacomuna de Pumanque (Sexta Región) en octubre delaño 20051

La problemática que impulsa este estudio es in­tentar dar cuenta de cuál es la posición social de losartesanos dentro de la comuna de Pumanque, asumien­do que tanto ella como la producción, circulación ycomercialización de sus productos pudieran haber sidoafectadas por el cambio de valoración de la artesaníatradicional como mercancía y bien simbólico en lacultura capitalista moderna. Para abordar esta proble­mática he identificado ciertas áreas en las que sepodrían visualizar los efectos de este proceso, lascuales operan como ejes de estudio y análisis, éstasson:

- Proceso de producción artesanal: modo deelaboración (materias primas, herramientas de trabajo,lugar de elaboración, técnica, etc.), diseños de la

EL VIAJE DE LA ARTESANÍA: DESDE LA CULTURA POPULAR A LA DE MERCADO EILEEN LEYTON

EL VIAJE DE LA ARTESANÍA: DESDE LACULTURA POPULAR A LA DE MERCADO

Estudio de caso: artesanos de la comuna de Pumanque

Eileen Leyton Faúndez

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artesanía (utilitarios, ornamentales, tradicionales,modernos, etc.), forma y nivel de capacitación (auto­didacta, hereditario, programas de capacitación, etc.)

- Circulación de la producción artesanal: esdecir, el área en que circulan las artesanías desde suelaboración hasta su uso final (doméstica, comunal, regional, nacional, internacional) y de qué forma.

- Finalidad de la producción artesanal: conque fin se elabora la artesanía, específicamente, paraautoconsumo (artesanía con valor de uso) o para sucomercialización (artesanía con valor de cambio).

- Proceso de comercialización: En caso de quela fabricación de artesanía tuviera un fin comercial,adentrarseen la dinámica que se genera en función de esto, esdecir, quien comercializa (el mismo artesano o untercero),forma de comercialización (permanente, periódica,formal, informal, etc.)

- Grado de especialización: cual es la importanciaque esta actividad tiene a nivel económico para lafamilia rural, en términos de aporte económico alhogar, tiempo dedicado a la actividad, realización deotras actividades productivas, etc.

- Programas de artesanización: partiendo porun catastro de los programas existentes en la comuna,se indagará en la postura que tienen los impulsoresy ejecutores de los programas en curso con respectoa la artesanía y los artesanos; como en el nivel departicipación, y en la disposición, motivación,percepción y evaluación de dicha participación.

La artesanía y su cambio de valoración

Son múltiples los criterios existentes para definirlo que es artesanía: desde el fabricante, los materiales,el diseño, el uso que se le da, el lugar de venta, etc.,pero considerando que estamos partiendo de la pre­misa que hay un cambio de valoración de la artesaníaal trasladarse desde su contexto de elaboración a uno

ajeno, entenderemos la artesanía a partir de donde segesta su factura. Orlando Albornoz (Albornoz, 1996)señala que se ha llegado a un consenso en la literaturade las ciencias sociales en torno a este tema, y es quela artesanía constituye el referente material máspalpable de la cultura popular, cuya principalexpresión se da en el mundo rural.

Entonces entenderemos la cultura popular segúnla define Nestor García Canclini:

"Las culturas populares (más que la culturapopular) se configuran por un proceso de apropiacióndesigual de los bienes económicos y culturales deuna nación o etnia por parte de sus sectores subal­ternos, y por la comprensión, reproducción ytransformación, real y simbólica, de las condicionesgenerales y propias de trabajo y de vida." (Canclini,1986: p.62).2

De lo anterior, vale destacar y aclarar ciertosaspectos que dan cuenta de cómo estamos entendiendolo rural en nuestro país, para ello me aferrare a losplanteamientos de Bonfil (Bonfil, 1991). Primero,estamos hablando de Chile como una sola sociedado nación multicultural, o sea, un mismo sistemasociocultural donde conviven y comparten culturasheterogéneas que, pese a tener una imposibilidad deautonomía absoluta por el mismo hecho de formarparte de un sistema común, si tienen una autonomíaparcial en tanto mantienen y ejercen capacidad dedecisión sobre un conjunto de elementos culturalescomo producto histórico de las condiciones de vidaconcretas de sus miembros, que les permiten lacontinuidad, pues en torno a ella organizan y reinter­pretan la cultura ajena. Un segundo aspecto es quedentro de esta multiculturalidad se establece unarelación dialéctica entre lo propio y lo ajeno, dondelo propio es entendido como lo autónomo, en que elgrupo produce, usa y reproduce sus elementos cultu­rales; y lo apropiado, la producción y/o reproducciónde los elementos culturales no está controlada por elgrupo, pero los usa y decide sobre ellos. Entonces,y como tercer punto, estas culturas parcialmenteautónomas ocupan posiciones sociales jerarquizadasdentro de la nación de acuerdo al nivel de apropiaciónde los bienes del sistema mayor.

En este caso la cultura popular es definida como

una cultura subalterna entendida a partir de un otrohegemónico que sería lo moderno, entre ellos hayuna constante interacción, que si bien se da en rela­ciones asimétricas no es unilateral, sino más bienhay un juego de usos entre ambos. Así, el sujeto ruralse ha incorporado inevitablemente a la lógica capita­lista, pues como dice Canclini: “el avance capitalistano siempre requiere eliminar las fuerzas productivasy culturales que no sirven directamente a su desarrollosi esas fuerzas cohesionan a un sector numeroso, siaún satisfacen sus necesidades o las de unareproducción equilibrada del sistema” (Canclini,1986: p.103; 1989: p.221). Todo lo anterior permiteexplicar la permanencia de las culturas populares ysus elementos como la artesanía, pero siempre estánsujetas a cambios según el nivel de interacción culturalexistente, por lo que las culturas deben ser concebidascomo dinámicas e históricas.

Dentro de este panorama dinámico y dialécticoha habido un proceso de revaloración de la artesaníadesde el período hacendal hasta nuestros días, la cualde tener un valor de uso pasa a tener un valor decambio al salir de su contexto de producción en lacultura popular (principalmente rural) y situarse enel contexto moderno y de mercado, especialmenteurbano. Esta revaloración ha sido posible debido aque la artesanía se ha convertido en objeto de interésante los ojos modernos en tanto es apreciada por suelaboración manual que rompe con la fabricación enserie propia de la industrialización, y así, su carácterrústico e imperfecto adquiere otra connotación, ade­más se realza su valor como portador de la culturaprecolombina, generando un vínculo entre el pasadoy el presente.

Según lo que plantea Karla Ruiz, con el ingresode la artesanía al sistema de mercado, su producciónse vuelve una actividad que genera ingresos alterna­tivos a la familia rural, lo que le ha permitido adquirirhoy, en sus diversas expresiones, un carácter dual“…por un lado son bienes culturales (por su fuerteapego a la historia y a la identidad) y por otra parteson productos susceptibles de comercializarse en elmercado globalizado (carácter mercantil)” (Ruiz,2003: p.21). De acuerdo a esto, cuando se da elcambio de valoración de la artesanía siempre debemostener en cuenta que ésta está en el limbo entre su carasimbólica y su cara mercantil, dado el carácter híbrido

que ha adquirido.

Los diversos efectos que esto podría tener en losprocesos de producción, circulación y consumo delobjeto artesanal varían según sea el nivel deintervención que presente en el mercado, que podríair desde lo local a lo global, por lo cual hoy se presentade formas heterogéneas.

¿Cómo se vive la revaloración en Pumanque?

Lo anterior es la base conceptual y teórica básicapara nuestro estudio, pues se intentará develar cuáles la forma particular, dentro de las múltiples yheterogéneas posibles, en que se cristaliza este procesode revaloración de la artesanía en Pumanque.Partiendo desde lo más general debo decir que laartesanía de Pumanque ha sido objeto de este cambiode valoración, lo cual se evidencia en que todos losartesanos que conocí producían con el fin de comer­cializar sus productos, sin embargo, vale aclarar quela producción, circulación y comercialización de laartesanía en la comuna no es masiva, y mucho menosvisible, por lo cual a continuación les contaré comoaccedí y me adentré en el mundo de los artesanos dePumanque.

Pumanque (en mapudungún “muchos cóndores”),o también conocida como la comuna del secanocostero colchagüino, goza de un paisaje de colinasy llanuras que albergan a 3.442 personas, de las cualesel 100% corresponde a población rural3. Mi ida aeste lugar fue más bien azarosa, pues viajé sin conocerel lugar y sin ningún contacto hecho de antemano,más que una llamada a la Municipalidad para pedirciertos datos. Es por ello que a la llegada elegí laMunicipalidad para conseguir los primeros antece­dentes y contactos con respecto a la unidad de estudio:los artesanos de la comuna de Pumanque. Quienme recibe es el Consejero Regional Francisco Castro,que sorprendentemente me dice que no hay artesanosen la comuna, y que quienes hacen artesanía es amodo de hobbie en sus casas, esta situación me llevóa ver la posibilidad de cambiar la temática de lainvestigación, pero decidí buscar primero por otrosmedios. Fue así como tras ver un afiche de la ExpoSecano Costero, exposición principalmente de gas­

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tronomía y artesanía tradicional de la zona, visité laoficina de la Corporación privada de desarrollo social"Renacimiento de Pumanque” que organizaba elevento, me atendió Natalia Castro (paradojalmentehermana de Don Francisco Castro), quien me da elcontacto de dos artesanos, con quienes se concertaronvisitas vía telefónica, ellos fueron el punto de partidapara desentrañar las redes sociales que se generan entorno a la artesanía en la comuna, que finalmente síexistía.

En definitiva, visite las casas de 4 artesanos dePumanque que me mostraron sus lugares de trabajo,herramientas, productos, materias primas, forma detrabajo, entre otras cosas, ellos son:

- Sonia Díaz, tejedora a telar con lana de ovinoy de alpaca (La Gloria)

- Toyita Guajardo, tejedora a telar (Pumanque)- Teresa Briones, tejedora a telar (Pumanque)- Eugenio Peñaloza, mimbrero (Virintún)

Basándome en este material haré unacaracterización general de la artesanía de Pumanque,para luego tratar a fondo asuntos que me parecenesenciales para comprender la evolución y desarrollode la interacción entre lo moderno y tradicional enfunción de la actividad artesanal. El tipo de artesaníatradicional más producido es el textil, principalmentede elaboración en telar, tanto de palo como de peine.Este hecho marca un elemento importante a conside­rar, pues esta técnica tiene la particularidad de serelaborada esencialmente por mujeres4 , lo que segu­ramente explica la poca cantidad de artesanos hom­bres, los cuales trabajan con otras materias primascomo es el mimbre y el cuero. Le atribuyo el carácterde tradicional a la artesanía textil en tanto es frutode un traspaso generacional, pues la técnica la apren­dieron por sus madres o abuelas, no así en el caso deEugenio Peñaloza, quien comenzó a dedicarse almimbre por recomendación de un vecino que leenseñó la técnica, hoy él es el único artesano enmimbre de la comuna, sin embargo esta técnica sí espropia de otras localidades cercanas.

Con el tiempo fueron experimentando nuevosdiseños y técnicas de forma autodidacta o fueronincorporándolas de lo que veían o lo que le enseñabande modo informal, pues sólo una de ellas ha asistido

a capacitaciones. Los telares y otras herramientas detrabajo son elaboradas por ellas mismas o por susesposos. Los cambios en su producción pasan prin­cipalmente por cambios tecnológicos, como porejemplo, la utilización de ruecas para hilar y torcerel hilo. En lo que refiere al diseño, los mayorescambios responden a modificaciones en el vestuariode la población y sus consecuentes cambios en lademanda, como por ejemplo, la pérdida del vestuariode huaso que de ser usado cotidianamente ha pasadoa usarse solo en desfiles o competencias, como tam­bién a una tendencia a comprar cosas de fábrica.

Artesanía como parte de la identidad local

Al asistir a la inauguración de la Expo SecanoCostero y oír los discursos de las autoridades comu­nales, regionales y nacionales, fue notorio que todosse centraban en una misma idea: la identidad local;la cual se resume en los siguientes extractos de talesdiscursos:

“El objetivo de la feria es fortalecer nuestraidentidad local, dar espacio a los cultores de nuestraartesanía, nuestro folclor, pequeños productores, enfin, a la gente que no tiene acceso a las grandesferias, a los grandes centros, nosotros en Pumanquele damos ese espacio y esa oportunidad de mostrarlo que están haciendo, y ganarse algunos pesitos quenunca vienen mal.” (Francisco Castro, Presidente dela Corporación renacimiento y Consejero Regional)

“Es importante recordar los objetivos de estaferia, que podemos sintetizar en uno solo: mantenerviva las tradiciones y cultura del campo chileno engeneral, y del secano interior de esta región deO’Higgins en particular. La comuna de Pumanquese convierte una vez al año en la Capital del Secano,al ser esta muestra un lugar de encuentro para losartesanos, pequeños productores y, fundamentalmentede los grupos que mantienen viva nuestra cocinatradicional, nuestras culturas típicas y nuestro amorpor el quehacer criollo.” (Alcalde Jorge Jonquera)

“Quiero destacar al presidente de la CorporaciónRenacimiento porque la idea de crear una institucio­nalidad que permite hacerse cargo de nuestra política

cultural que es la identidad, (…) mantiene nuestracomida, nuestros poetas, nuestros cantos y artesanos,(…) hoy es una fiesta de lo nuestro, en un mundotan globalizado como hoy día, tenemos que fortalecery hacernos cargo, y es una responsabilidad del EstadoChileno, mantener nuestras tradiciones y costumbres,y hay voluntad de parte del Estado (…)”. (HéctorHenríquez, Director Regional del Consejo de laCultura y las Artes)

Resulta evidente que para tales autoridades laartesanía constituye un elemento propio de su iden­tidad campesina, tradicional, criolla y del secano, esdecir, de la identidad local. Esto se encuentra igual­mente en el imaginario colectivo de la población dePumanque, razón por la cual sipodemos hablar de la artesanía como parte de latradición pumanquina. Pero ¿Qué pasa cuando esteelemento local propio interactúa con un sistemamayor: la sociedad de mercado, que borra la idea defrontera territorial y lo sitúa en lo extralocal?

Política de Artesanización

La política de artesanización, constituye uno delos principales medios de relación del sistema mayor,o sistema capitalista, con la cultura tradicional en loque respecta al tema de la artesanía, y como tal, esfundamental para conocer la dinámica que se da entreellos.

Tanto en Chile como en Latinoamérica, productode la revaloración de la artesanía, ha habido unfomento a esta actividad por parte del sector públicoy privado, mediante capacitación a los artesanos ycomercialización de sus productos en los mercadosregionales e internacionales. Tomándome de losdichos de Charles Lindblom, para quien: “todo go­bierno y política se puede percibir como un procesode elaboración de políticas públicas”, donde hay“procesos, decisiones, resultados (…), pero sin queello excluya conflictos entre intereses presentes encada momento, problemas entre diferentes decisionesdel problema a resolver, entre diferentes racionali­dades organizativas y de acción, y entre diferentesbaremos y perspectivas evaluadoras” (Lindblom,1991: p.13); se podría decir que en Chile hay una

política de “artesanización”, que es producto de unproceso complejo, sin un orden claro, sin principioni fin y con límites inciertos y que está dado por unared compleja de fuerzas entre múltiples y diversosorganismos gubernamentales que tocan este tematangencialmente en sus agendas y programas.

Haciendo una revisión de los programasexistentes5, se podría decir, que esta política resultadel afán de resolver distintos problemas nacionalesreferentes, por ejemplo, a la pobreza rural, los gruposindígenas, la valoración del patrimonio, el desarrollode la mujer, la capacitación, etc., por parte de variadosorganismos, los que convergen o coinciden en impul­sar programas que fomentan la producción artesanalcomo vía de solución a tales problemas, más quetomar el asunto de la artesanía como problema opreocupación nacional en si mismo. Por esta mismarazón, esta política no está exenta de una lucha de“poderes” en tanto los fundamentos y objetivos quelas llevan a cabo muchas veces difieren entre si,aunque al parecer ha habido una tendencia a actuaren forma conjunta entre ellos, con organismos inter­nacionales, regionales y locales, tanto privados comopúblicos. Pese a esta multiplicidad de intereses yenfoques se pueden distinguir principalmente tresobjetivos generales en ellos, que consideran el doblecarácter de la artesanía: económico y cultural. Ellosson:

1. El desarrollo, entendido desde su área deacción, es decir, agropecuario, indígena, técnico –profesional y personal de la mujer principalmente.

2. El rescate de tradiciones y patrimonio nacional,lo que vendría a contemplar el aspecto cultural de suproducción.

3. La superación de la pobreza, pues debido alalto nivel de pobreza que enfrenta actualmente lapoblación rural en nuestro país, la comercializaciónde la producción artesanal significa un ingresoeconómico alternativo para la familia campesina.

Otro aspecto que subyace a tales programas esque se suelen elaborar y aplicar en torno a una lógicacapitalista, ajena a la cultura popular a la que estándestinadas. Un concepto clave en este sentido es el

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“(…) lo que pasa es que aquí podrían llegar másrecursos, pero el problema está aquí en laMunicipalidad, no está más allá, aquí se devuelvenrecursos, según el alcalde esta comuna es demasiadorica, pero yo pienso lo contrario, aquí se necesita.(…) el problema es que antes los proyectos no secanalizaban vía Municipalidad, pero ahora todopasa por la municipalidad, nosotros podemos tenerun proyecto excelente, pero cuando pasa por la muni,el compadre no lo va a firmar, lo deja ahí y se pierdeel proyecto.

¿Y eso a qué se debe? ¿Por qué la municipalidadtiene ese tipo de gestión?Porque es un sistema nacional que las cosas funcionenvía Municipalidad y acá no les gusta que hayanproyectos chicos y que la gente se organice, porquela gente está más junta al haber proyectos, entoncescuando nosotros vamos logrando algo juntos, él noquiere porque el día de mañana le podemos declararla guerra a él. No le gusta la organización. ¿Entonces,los proyectos implican y requieren que ustedes seorganicen para poder funcionar? Ese es el conductoregular, pero yo creo que al municipio no le gustaque haya asociatividad, por ejemplo, yo participocon la Sonia (Díaz) y otra gente, pero a ellos lesgusta la cosa individual, encuentran mejor manejara una persona que a cuatro.”

Esto se condice con que las personas que hablande buena forma del alcalde y le están agradecidos,es porque las han ayudado en peticiones individualescomo haberle dado mercadería o plata para laoperación o exámenes médicos propios o de algunapersona cercana, entre otras.

Las únicas asociaciones que conocí que se rela­cionaran, aunque someramente, con el tema de laartesanía son los talleres laborales de PRODEMU,cuya presidenta es Gloria Sánchez (esposa del alcalde),que reúne a 13 mujeres, de las cuales entrevisté atres: Carolina Galaz, Esmeralda Castro y María Alicia.Ellas me cuentan que entre ellas mismas se enseñantécnicas manuales como el bordado, crochet, costuray malla principalmente, pero la mayoría asiste altaller porque les dan los materiales y por las amistades,y así salen de la rutina, sólo dos de ellas venden susproductos como entrada de dinero fundamental para

mantener sus hogares. Más o menos del mismocarácter son los talleres de CEMA Chile, pero actual­mente cuenta con una menor cantidad de integrantes.Sin embargo, en términos estrictos estas asociacionesno son de artesanos, ya que las técnicas que manejanno son tradicionales, por lo cual las dejaremos ensegundo plano.

Esta situación no sería crítica si por su parte elgobierno local apoyara de alguna manera a los arte­sanos, grupal o individualmente, con programascomunales destinados a ellos, pero hay un consensoen que el apoyo a los artesanos es nulo:

“No hay apoyo, ahora me ayudaron, me van a ir adejar y a buscar a Marchigüe, pero porque yo lesvine a pedir.

¿Y como supo usted de la Expo Gama?Porque la hacen todos los años y yo me interesé enir, postulé y me aceptaron.

¿De forma personal?Si, yo llamé a la Municipalidad de Marchigüe dondeme dieron el teléfono de la Expo Gama, llamé y noscontactamos con los organizadores”. (EugenioPeñaloza).

“(…) yo nunca he salido por la municipalidad,ninguna cosa, pero de saber saben que trabajo enesto (…) nunca nada, otras personas han salido esosi, pero de otros lados, no de aquí”. (Toyita Guajardo)

“Yo creo que no hay fomento, en el caso de lasmujeres serían los talleres, pero de otra manera yono sé, me da la impresión que no, es que tendría quevenir gente de afuera, por ejemplo, en Santa Cruzhay harta tienda chiquitita de artesanía porque hayharto turista, acá cuando viene gente viene a la Expo,viene gente de afuera con mayor poder adquisitivo,porque la gente de acá no va a valorar y no va apagar un alto precio por algo que para ellos es tancomún y corriente, ellos lo ven así, y hay que decirlohay gente de cierto nivel social que cacha el valorde la artesanía, saben apreciarlo, pero la mayoríade la gente de aquí no, a nosotros nos ha ayudadoel hotel mandándonos gente a la Expo. A lo mejorse podría hacer una feria acá, incluso la Corporaciónpodría hacerlo, pero para eso se necesita plata para

de asociatividad que apunta a la acción colectiva,como aclara Joan Font, se “ha potenciado laparticipación de los grupos organizados, en detri­mento de los ciudadanos no organizados de incidiren los procesos de gobierno (…), pues los gobiernoslocales han concebido las asociaciones como inter­locutores válidos de los intereses, las necesidades ylas demandas presentes en la ciudadanía (…) y lesresulta más fácil dialogar con grupos organizados(…)” (Font, ) . La característica principal del asocia­tivismo es que las personas vuelcan sus ganas departicipar en organizaciones de intereses más espe­cíficos, y que no tienen relación con solucionarproblemáticas más globales. De este modo, el gobiernoprivilegia la organización asociativa legalizada deartesanos para acceder a los beneficios de los progra­mas que imparte, por sobre la persona natural,situación que se explicita en la creación de comités,cooperativas, asociaciones, fundaciones y gremiosde artesanos a lo largo y ancho del país.

¿Asociatividad como requisito fundamental?

La asociatividad es un tema de suma relevanciaen la situación de los artesanos de Pumanque, puesno existe ningún tipo de asociación de artesanos, loque le da a su mundo artesanal un carácter particular.Sonia Díaz es la única artesana pumanquina asociada,perteneciente al grupo de Tejedoras de Secano S.A.,que es una organización formada en el año 1995 conel financiamiento de la Fundación para la InnovaciónAgraria (F.I.A.) y el apoyo técnico del Instituto deInvestigaciones Agropecuarias (I.N.I.A.), con elobjetivo de mejorar las condiciones de vida de lasartesanas a través del fomento de la producción ycomercialización de sus productos mediante 5 talleresen las comunas de La Estrella, Litueche, Pichilemu,Lolol y Chépica en la Sexta Región, actualmente estaasociación agrupa a 36 artesanas de la región quevenden sus productos en tiendas permanentes en lalocalidad de Las Damas (en la comuna de La Estrella)y Santa Cruz, además entregan productos en el hotelCardoen de Santa Cruz, y en las viñas La Posada ySanta Laura.

El darme cuenta de esta situación me llevó acuestionarme el por qué de ella, para lo cual, luego

de las entrevistas tanto a gente de Pumanque comode otras comunas, surgieron dos razones principales:las trabas que pone el municipio a la conformaciónde asociaciones de todo tipo y la falta de iniciativade los mismos artesanos para su conformación envías de acceder a programas de artesanización.

Jorge Jorquera (UDI) es el alcalde por tercerperíodo de La Municipalidad de Pumanque, y conrespecto a su gestión escuché dos posturas, por unlado estaban los que creían que era un buen alcaldeporque cuando tenían algún problema iban a su oficinay los ayudaba, y por otro, estaban los que encontrabanque no fomentaba la asociatividad, que frenaba losproyectos y que era muy paternalista. A decir verdad,creo que ambas opiniones no son contradictorias,sino más bien que hay un apoyo o no a su gestióndependiendo de lo que para ellos significa que losayuden y en qué, pues claramente su gestión era detipo asistencialista y clientelar.

Con clientelismo me refiero a una relación deintercambio entre dos personas pero que es, en reali­dad, una relación de dominación, de la que participanciertos individuos (los patrones) que prestan determi­nados servicios, bienes o favores a otros (clientes)que los retribuyen con fidelidad, asistencia, serviciospersonales, prestigio o apoyo político o electoral. Entérminos generales, los arreglos clientelares estánconstruidos sobre transacciones asimétricas aunquemutuamente beneficiosas y abiertas, basadas en elcontrol diferencial que los actores tienen sobre elacceso y el flujo de recursos en una sociedad. (Lealy Dávila, 1990). Generalmente el patrón proveeunilateralmente bienes y servicios que el clientenecesita para su supervivencia o bienestar a cambiode lealtades políticas, apoyo y votos; en definitiva,como plantea Farinetti, tiene 4 características elemen­tales y distintivas: desigual, personalizada, informaly difusa, e implica intercambio (Farinetti, 1993). Así,puede entenderse, en términos abstractos, como elopuesto a la cultura política del universalismo, lacual tiene como aspiración asignarle algo a todos, encambio su lógica se orienta a la consecución deintereses particulares, sustentados en redes de rela­ciones cara a cara. Bien define esta situación donLuchín quien dice:

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pagarle a alguien y con eso no contamos, de repentela misma gente de comunas cercanas que se demorasmedia hora en vehículo en una de esas vendría acomprar si saben que hay una feria, pero para esoalguien tiene que ponerse”. (Natalia Castro,Organizadora de Expo Secano Costero)

Sin embargo, quise ahondar un poco más en eltema y ver si efectivamente es el municipio el queobstaculiza la participación en programas deartesanización o realmente estos no existían en lazona o región, lo que implicaba ir más allá de loslímites de la comuna y ver qué pasaba en las locali­dades vecinas, lo cual me fue posible al asistir a laExpo Gama en Marchigüe y Expo Secano Costeroen Pumanque, donde se reúnen artesanos de distintoslugares del país. Me bastó con recorrer una vez lasexposiciones y observar los distintos stand para verque la situación en otras comunas era distinta, puesgran parte de ellos llevaban pendones, carteles yfolletos de sus municipalidades y de las organizacionesa las que pertenecían, pero preferí dar un pasó másy conversar con algunos de ellos, para saber cuál erael apoyo efectivo que éstas le daban y cómo operaban.Para ello, privilegié a los artesanos de otras comunasde la región como Marchigüe, Lolol y Chépica, queasistieron por medio de alguna asociación: LasOrquillas del Chequén, Artesanos y Productores dela comuna de Lolol y Asociación Municipal deSecano, respectivamente; vale aclarar que no eransólo estas comunas las que llegaron como asociacionessino también la Asociación Gremial de Peralillo yArtes Calaucán con quienes no conversé.

Los artesanos de las primeras tres asociacionesdicen que han contado con apoyo de sus municipali­dades: a nivel económico, financiándolos en la comprade materiales, construcción, arreglos o mantenciónde sus puestos permanentes de venta y para viajar aexposiciones en otras comunas; y a nivel informativo,avisando de los programas, exposiciones y feriasexistentes. No obstante, la conformación de las aso­ciaciones responde a la participación en proyectosde capacitación y comercialización impartidos porProdemu e INDAP, por lo menos en el caso deMarchigüe y Lolol, y ya asociados el municipio lesentrega una ayuda más concreta. De hecho aseguranque si bien ellos cuentan con apoyo tanto de la

Municipalidad como de organismos gubernamentales,es tan solo por ser parte de una asociación, puesindividualmente no podrían. Por su parte, NataliaCastro también apoya esta idea:

“(…) hay harto en todos lados, hay harta arte­sanía, de Las Cabras por ejemplo, hay gente organi­zada con comités, Lolol también, (…) los que vienende afuera se dedican a eso no más, andan de feriaen feria”. (Natalia Castro)

Esto corrobora que el medio para poder participary acceder a los distintos beneficios de los programasque constituyen la política de artesanización en Chilees la asociatividad, y por ende, los artesanos dePumanque al no estar asociados a nivel comunal seven privados de ellos, aún existiendo a nivel provin­cial, regional y nacional. Esto me hace pensar que laprimera razón para no asociarse tiene más peso quela segunda, porque si bien el municipio no ha disueltoninguna asociación de artesanos formada por iniciativade los mismos artesanos, limitan su conformación alno informar de los programas a los cuales puedenacceder, que son los que incentivan su formación.Entonces, si tuvieran el mismo apoyo que las comunasvecinas, presumo que los artesanos hubiesen tendidohacia un camino similar que el de sus pares: asociarse.Me atrevo a decir esto porque las demandas y elinterés de los artesanos por acceder a algunos de esosbeneficios están presentes, lo que se puede ejemplificarcon lo siguiente:

"Yo quiero ver en alguna parte si me dan un préstamopara hacerme mi pieza, un taller, que ahí la genteque entre sea por pura cosa de tejido.

¿Y sabe o ha averiguado de alguna forma cómoconseguirlo?Yo lo único que he escuchado es lo de Lolol, en quevarias personas se han inscrito en subsidio, le handado su plata y han hecho su taller.

¿Y a eso quiere postular? Eso es lo que quiero conversar porque terreno tengopara hacerlo.

¿Y ese subsidio quién lo da? los dan por INDAP Lolol parece.

¿Y sabe los trámites que hay que hacer?

No, por eso voy a tratar de conversar para ver sipuedo." (Toyita Guajardo)

"Mi deseo es el siguiente, conseguirme un créditoo un subsidio y tener 5 personas hilándome, y sinecesito una persona para hilar o lavar las lanas,las llamo, así yo ayudo a gente y me puedo dedicarmás a tejer.

¿Y está haciendo algo para llevar eso a cabo?Es un proyecto que tengo en mente, y digo, ¿dóndevoy? ¿con quién me contacto?, no sé, a lo mejorpuede salir algo, o lo otro sería tener un créditoblando a largo plazo, por ejemplo, yo aquí he hechohartas cosas con crédito de INDAP, pero pago despuésdel año, pero tener la seguridad de tener un stock.Eso es lo que digo yo, por qué aquí en Pumanque nose puede hacer una casa para la cultura donde sevendan las cosas, como la gente del CEMA, delPRODEMU.

¿Y no hay un fomento municipal en ese sentido?No, nada, eso me gustaría, cuántas señoras cocinantambién, que hagan un horno, no sé, pero la idea esque se pueda generar recursos y también sirve parala convivencia, aprender de lo que usted sabe, de losque usted me dé, porque eso queda, por eso dicenque la experiencia es la madre de las ciencias.”(Sonia Díaz)

"¿Usted ha tratado de acceder a programas destinadosa los artesanos?Claro, pero no me ha resultado, varias personas mehan dicho que me van a ayudar y después no pasanada, como gente de SERCOTEC, pero llegan hastaahí no más.

¿Pero eso ha surgido por interés de ellos o de usted? No, ellos han llegado.

¿Y no le interesa a usted buscar esas instancias?Sería importante, pero no lo he hecho.” (EugenioPeñaloza)

Artesanía como mercancía: comercialización

Como ya se puede suponer, a diferencia tambiénde otras localidades, en Pumanque no hay ningúnespacio permanente de venta de artesanía (feria,tienda, etc.), ni a nivel grupal ni individual, y a eso

me refería al decir que no era visible la artesanía enla comuna, de hecho no es casualidad que en algúnmomento pensara que definitivamente no había arte­sanos. Esto puede sonar contradictorio con que todoslos artesanos elaboren sus productos a modo demercancía, y es por ello que procederé a caracterizarel sistema de comercialización de sus productos.

Todos los artesanos, excepto Sonia Díaz quevende sus productos en locales estables fuera de lacomuna, comercializan sus productos por mano amano, encargo o pedido dentro de la misma gente dela zona, y si tienen la posibilidad, mediante amigoso conocidos que viven fuera de ella, porque segúndicen, la gente de la comuna ya los conoce comoartesanos y saben como contactarse con ellos:

“Le vendo a la gente de aquí mismo de la zona queme manda a hacer. (…) Yo solo me relaciono conlas personas que le vendo, ellos solo me dan la lanay yo les tejo.” (Toyita Guajardo)

“todavía tejo para vender, cuando me piden (…).Nunca trabajé en local y a las exposiciones años queno voy, este año tampoco voy a ir, no tengo trabajos(…) la gente de la zona me mandaba a hacer, dicenque antes era conocida por mis trabajos.” (TeresaBriones)

“¿Usted generalmente trabaja a pedido? Sí, aquí me la juego no más (en la Expo Gama)”(Eugenio Peñaloza)

Entonces, la escasa venta de artesanías dePumanque responde principalmente a la carencia deun mercado estable, lo que se debe, internamente,entre otras cosas, a que no es una comuna turística,por consecuencia no hay gran flujo de gente ajena ala comuna que pueda comprar sus productos, razónpor la cual su mercado se reduce principalmente a lapoblación local y sus familiares o amigos. Por otraparte, la mayoría no cuenta con una posibilidadpermanente de venta fuera de la comuna, sea enalguna tienda o por alguna persona, lo que tampocoles permite acceder a nichos de comercializaciónexternos que sostengan su producción. Es por elloque la Expo Secano Costero se vuelve una buenaalternativa de exposición, venta y contactos, puesdada la gran cantidad de gente que la visita se amplían

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sus posibilidades de mercado, y en la práctica es laúnica instancia en que los artesanos pueden vendersus productos en Pumanque. Aunque esta actividaddura sólo dos días, tiene una evidente importanciapara el mundo artesanal de Pumanque, pues es elúnico fomento local efectivo a su actividad, por locual entrevisté a una de sus organizadoras, NataliaCastro, para saber en que consistía.

“La idea de nosotros (Corporación Renacimiento dePumanque) era mostrar lo que la gente hace aquí enPumanque, sobre todo que conocieran Pumanque,con el rescate de las tradiciones y la cultura, nosotrosbuscamos a la gente de artesanía, pero nuestro mayoréxito es el concurso de gastronomía típica, primerocon la gente de Pumanque, después empezamos conencuentro de folcloristas, después encuentro depayadores en Marchigüe, cantores a lo divino, estoempezó a crecer y mientras más grande más plata,entonces ahora nos enfocamos en la gastronomía yartesanía. (…) Lo de nosotros es mostrar nuestrasraíces, hay una misa a la chilena, exposiciones, esaes la idea, mostrar Pumanque, (…) cada vez llamamás gente para venir, y de distintas partes de Chile”.

Con respecto a la acogida que esta iniciativa hatenido por parte de los artesanos dice:

“Hay que ir a buscarlos, pero viene más gente deafuera, la gente es como floja, yo creo que cuesta,nosotros estamos del 94 y ahora la gente se sientemás identificada, pero al principio venía mucha gentede afuera y de Pumanque muy poca, con los artesanospasa lo mismo, hay gente que sí le entusiasma estacosa y otros que no, además muchos artesanos tam­poco hay acá, hay muchos que hacen cosas para laExpo no más (…), pero no hay algo organizado,además nadie se ha tomado esto muy en serio,nosotros le hemos dado la apertura para que sepresenten”.

Por su parte, de los artesanos entrevistadossólo tres han participado de la Expo (a los que sesuman las mujeres de los talleres de PRODEMUy CEMA), y son casi los únicos representantes dela comuna, de hecho este año sólo Sonia y Eugenioestaban inscritos, pero finalmente la primera noparticipó porque no le llegó su mercadería desde

Las Damas. Para los artesanos el interés en parti­cipar pasa porque es la única instancia que tienende exponer y vender sus productos dentro de lacomuna, pero más que por la venta van para quela gente los conozca y conozcan su trabajo, esdecir, a hacer contactos.

“¿La gente venía (a su casa) porque la conocían? Algunos por dato otros porque me conocían por lasexposiciones, yo participé en la Expo Secano, porqueme invitaban, yo estuve hartos años, deje de ir untiempo y después fui de nuevo.

¿En la Expo Secano vendía harto?No se vendía tanto, pero después a uno le mandabana hacer trabajos, todavía me mandan a hacer trabajosgente que me conoció enla Expo.

¿En el fondo le sirve para difundir su trabajo?Si, para eso” (Teresa Briones)

Esta situación también difiere de los artesanosde comunas vecinas, ya que ellos cuentan con tiendaspermanentes en sus comunas que, según lo que co­mentan, se sustentan en la venta a los turistas, dehecho la mayoría de los puntos de venta se encuentranen el centro comercial o histórico y cercanías dehoteles.

Este panorama del mercado de artesanías dePumanque me lleva a retomar una idea de Baudrillardsobre el cruce de miradas entre el pasado y el presente,según él se ha venido articulando una especial relaciónentre el presente y el pasado, en donde los países“avanzados” encuentran en el objeto artesanal unaapelación al origen cultural como condición objetivadel presente, es decir, una mirada hacia atrás, einversamente, en el contexto “subdesarrollado” hayun estímulo por la fetichización del objeto técnicocontemporáneo, tendiendo una mirada hacia el futuro.Esto se expresa en que, mientras en el hogar campe­sino hay una sustitución de lo artesanal por lo indus­trial, en gran parte motivado por su bajo costo; enlos contextos urbanos aumenta la comercializaciónde artesanía en ferias, mercados y tiendas, con la ideade lo “étnico”, “exclusivo”, “rústico”, etc. Este crucede miradas constituye el cimiento para que la artesaníamigre por diversos espacios y pase de tener un valor

de uso a un valor de cambio (como mercancía),rearticulando su producción con miras a su fin, loque se manifiesta por ejemplo, en la mayor diversidadde diseños y la creciente fabricación de artesaníascon fines netamente ornamentales (Baudrillard, 1999).

“(…) la gente no valoriza mucho el trabajo artesanal,la gente entre más “huasa” prefiere una chombatejida comparada de mala calidad aunque hayanmiles iguales, a una tejida a mano única, según eltipo de gente es el que valora la artesanía, si tampocoes barata porque es harto trabajo y los materiales,yo creo que por eso no hay tanto artesano”. (NataliaCastro)

“Es que yo creo que no se valora realmente lo queproduce la gente con su esfuerzo, por ejemplo, antestodos teníamos colchones y frazadas de lana, mimamá tejía, pero ahora la gente moderna comprade esas frazadas de tienda que son baratas y malas,las frazadas de tienda que te dure cuatro años, perode las que teje la Sonia duran años, como la quetengo yo que tiene 61 años, aunque el costo es mu­chazo más, la calidad es incomparable, con una deesas no tenis la necesidad de echarte un plumón ninada más”. (Luchín)

“Se vendía harto, más que ahora, principalmentemantas, (ahora) cuesta para vender, los chamantosde huaso tienen más venta porque ahora se estánusando de nuevo (…), para los desfiles y los rodeos.

¿Siempre hizo cosas de huaso? Sí, una vez una señora me enseñó a coser ropa dehuaso, los tejidos me lo enseñó mi mamá. La ropade huaso cuesta hacerla porque tiene otra técnica,no es igual que la ropa de civil, esa se hace con lamaquina. Yo hacía todo de huaso, hasta el cinturónbordado.” (Teresa Briones)

Estas citas dejan patente que ha habido unadisminución en el uso, y consecuentemente, en laadquisición de este tipo de artesanías en el contextorural, pero esta disminuciónno ha sido paliada con un acceso mayor a contextosextralocales más “modernos” o “avanzados” que sítendrían un mayor interés en sus productos. Entonces,en la medida en que su principal espacio decomercialización continúe

siendo el espacio campesino local, difícilmente suventa podría remontar.

A lo anterior se suma que la artesanía textil quetradicionalmente elaboran es esencialmente de tipoutilitario como mantas, chamantos, chales, frazadas,entre otras; lo mismo pasa con el caso del mimbrecon sus canastas, sillas y mesas. Y el paso de artesaníautilitaria a artesanía ornamental no se ha dado comotal, sólo se ha producido en algunos casos un cambioen el diseño dentro de los límites de lo utilitario enfunción a los gustos y demandas de los compradores.

Especialización de los artesanos

Teniendo como principio el que mientras másimportante sea para los artesanos la motivación parala producción artesanal mayor será su especializacióndel trabajo orientada hacia ella, dejando de lado laslabores desempeñadas previamente, esto traerá apa­rejado una nueva división del trabajo que considerea este grupo, lo que genera un cambio en la posiciónsocial del artesano dentro de esta diferenciación.

Sin embargo, el descenso de los ingresos genera­dos por la venta de sus productos, imposibilita el quelos artesanos se aboquen completamente al trabajoen esta área como actividad lucrativa, y tan solo selimiten a desempeñarla para generar un ingresoadicional a sus hogares, complementándolo contrabajos informales, por ejemplo, vendiendo ciertascomidas caseras (empanadas, tortas, queques, etc.)como en el caso de Toyita y Sonia; o con trabajosremunerados, que suelen ser su prioridad, comovendedora en el almacén o reparador de un centrode agua potable y mantenedor de una cancha de fútbolen el caso de Carolina y Eugenio.

“¿Al parecer acá no hay una especialización 100%como artesano?No, lo hacen porque les gusta, por hobbie, por ejem­plo, la gente de los talleres, pero a las mujeres pareceque les gusta más esta cosa, y si es lucrativo muchomejor. (…) lo que pasa es que la gente hace estascosas, pero tiene sus trabajos aparte, algunos hastael día sábado, entonces les trae un problema veniracá (a la Expo), no se dedican a eso no más, pero

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los que vienen de afuera se dedican a eso no más,andan de feria en feria.” (Natalia Castro)

De este modo, los ingresos generados por la ventade artesanía tienen gran importancia para las familiasde los artesanos, y su actividad sí está contempladaen la división del trabajo familiar, pero dentro de unaserie de labores que recaen en un mismo individuo.

Disminución da la actividad artesanal

“¿Cómo aprendió a tejer? Por mi mamá, mi familia (…), esto es como patriar­cal, de padres a hijos, pero éramos como 40 y ahoraestamos quedando dos, me da pena porque yo tengohijos hombres y no están acá (…). A mí lo que másme duele es que la artesanía se vaya muriendo, mirala Gabriela, teje sus mantas tarde, mal y nunca.”(Sonia Díaz)

“(…) se fueron terminando (los artesanos), vendríana ser la mamá de la Sonia, la abuela de la Sonia,pero ahora ya no quedan, han muerto casi todas.”(Luchín)

"¿Usted ha perseverado en esto del tejido?Si, pero esto es muy matador, mucho trabajo, creoque muy poco más voy a tejer porque estoy enfermadel corazón, me dio un paro cardiaco no hace mucho.

¿Y tiene hijas mujeres?Si, tres.

¿Y aprendieron el tejido para poder mantener latradición? No, ninguna.

¿No les gustaba?No, aquí vive una, pero no hay caso.” (ToyitaGuajardo)

Esto evidencia que los artesanos existentes estánpoco a poco disminuyendo el tiempo dedicado a estaactividad, por el alto trabajo que significa, los pro­blemas de salud que acarrea (principalmente proble­mas a la columna en las tejedoras a telar), y las bajasganancias que deja, sumado a la disminución de lademanda de sus productos antes mencionada. Porotra parte, en todos los casos que conocí, los artesanosno traspasaron los conocimientos de su técnica a sus

hijos, rompiendo así con la herencia tradicional quese venía dando desde hace muchas generaciones.Esto deja entrever el oscuro futuro que le depara almundo artesanal de Pumanque, pues si todo siguemanteniendo el mismo curso, la desaparición de estatradición local es inminente.

Renacer de Pumanque y de su artesanía

El proceso de pérdida de las tradiciones que lospumanquinos consideran tradicionales, propias oidentitarias es un hecho, y ellos mismos lo manifiestan,pero este fenómeno ya ha generado una preocupacióny una respuesta por grupos de la misma comuna enpos de su renacer. Uso este término porque los dosgrupos organizados y consolidados de la comuna queintentan hacer resurgir tales tradiciones, así lo verba­lizan en sus nombres: la ya mencionada CorporaciónRenacimiento de Pumanque, y el grupo RenacerPumanque. Este último está formado por aproxima­damente 10 personas que han intentado rescatar lahistoria y las tradiciones de la comuna, mediante dosiniciativas principales: un grupo folclórico y undocumental de las tradiciones de Pumanque (incluyeel canto a lo divino, los matrimonios a la chilena, losjuegos ecuestres y la artesanía, entre otros).

El documental antes mencionado, me permitióintroducirme en lo que ellos consideran sus costumbrespropias, y sin duda alguna la artesanía es parte deesos elementos. Pero revisando la dinámica que seha dado en la producción artesanal a lo largo de lahistoria, es posible constatar que la disminución dela dedicación a esta actividad, está asociada a la caídaen la demanda de productos artesanales al masificarsela compra de productos de elaboración industrial porla población local (principalmente por su menorcosto). De este modo, queda en evidencia que lo queprincipalmente motiva a los artesanos a la hora deelaborar sus productos es la ganancia monetaria quese puede obtener de ellos como mercancía, lo que sebasa en la difícil situación económica que la mayoríatiene. Por ende, la escasa demanda de sus productoslleva a los artesanos especializados a optar entredistintas alternativas como: dejar la artesanía y buscarotro rubro que genere mejores ingresos; continuar enla producción artesanal complementándolo con otras

actividades remuneras; buscar nuevos mercados parala venta de sus artesanías; o elaborarla solo cuandose lo piden (entre las más usuales).

Tomando en cuenta que la demanda a nivel localno ha incrementado, quienes aún continúan en elrubro de la artesanía se ven obligados a buscar nuevosnichos de mercado, los que a nivel nacional se abrenen la medida en que se asocian entre ellos, pero comolos artesanos de Pumanque no están asociados, estatarea se les dificulta. Por su parte, el gobierno localaún cuando a nivel de discurso concibe la artesaníacomo referente material de su identidad o elementopropio, no fomenta su producción por esta vía, ni porotras. Es decir, su valoración cultural no se traduceen intentos concretos para mantener o incentivar suelaboración, aún siendo concientes de que está en“peligro de extinción”.

Dentro de este contexto, los únicos grupos orga­nizados que abren espacios a la artesanía son laCorporación Renacimiento y el Grupo Renacer dePumanque, y lo hacen principalmente por su valorcultural, es decir, como elemento tradicional deidentidad que hay que “renacer”, lo que lamentable­mente no es suficiente para que los artesanos continúensu producción, dadas las condiciones económicasprecarias que enfrentan.

Es por todo lo anterior que se puede corroborarque la artesanía debe ser entendida siempre en susdos caras, la económica y la cultural, ya que la relaciónentre ambas es indisoluble, y su retroalimentaciónmutua es esencial para que esta tradición local persista.

CONCLUSIONES

Dada la situación de Pumanque se puede aseverarque hay un cambio de valoración del objeto artesanalen la medida en que se introduce en el sistema demercado como mercancía, llegando a ser un mediopara sustentar o aportar a la economía familiar de losartesanos. Sin embargo, ese ingreso al mercado se

sostiene principalmente dentro de los mismos límitescomunales, sin darse entonces un traslado espacialde la artesanía desde lo rural a lo urbano, por lo queel curso que ha seguido la actividad artesanal de lacomuna se hace muy peculiar.

La demanda de productos artesanales a nivellocal llegó a ser tanta que condujo a un alto nivel deespecialización en esta actividad. Sin embargo, estasituación se revirtió cuando la artesanía comienza aser reemplazada por productos de factura industrialque tenían un costo mucho menor (situación genera­lizada en la ruralidad), decayendo su venta y conse­cuentemente su producción. Esto evidencia la primacíadel valor como mercancía de la artesanía para susproductores, dejándolos sujetos a la lógica del mercadoen su pretensión de ingresar o mantenerse en él.

Entonces, el cambio de valoración de la artesaníatradicional en el contexto moderno abre un nuevoespacio a la mantención de dicha tradición, sin em­bargo el acceder a este nuevo espacio implica elapropiarse de elementos propios de la cultura modernay del sistema de mercado, como es el mismo hechode darles un valor monetario a sus productos, cambiarsus diseños, adoptar sus técnicas y herramientas deelaboración, etc. Considerando que uno de los prin­cipales medios para acceder al sistema de mercadoson los programas de artesanización, la asociatividadse vuelve uno de los elementos fundamentales aapropiar, en tanto es un importante requisito parapoder participar de ellos.

Como ya sabemos, los artesanos pumanquinosno se han asociado, en gran parte debido a la gestiónclientelar del municipio que pone trabas a laagrupación organizada de sus pobladores, y en con­secuencia a que se apliquen los programas deartesanización que lo requieran, lo que ha llevado aque trabajen de forma independiente, viéndose im­posibi l i tados de ampliar su espacio decomercialización más allá de los límites comunales.

Pese a que el discurso pumanquino sitúe a laartesanía como una materialización de sus tradicionese identidad, y así realce su carácter cultural, el muni­cipio no ha abierto espacios respondiendo a ello, ysólo lo han hecho dos

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agrupaciones no gubernamentales, pero cuyo esfuerzono alcanza para sustentar una actividad artesanalfuerte, recalcando que su producción depende funda­mentalmente de un fin comercial.

En este sentido, se podría decir que el mundoartesanal de Pumanque no ha seguido el mejor caminopara generar en torno a la artesanía un espacio deresistencia cultural y económica, sin embargo estamisma particularidad, nos deja en evidencia que elpoder llegar a ello implica una clara dependencia alsistema sociocultural mayor. Pues encontrar en laartesanía ese espacio significa incorporarse al sistemade mercado y a su lógica, y en la medida en que losartesanos de Pumanque no tengan las herramientasmateriales y sociales para acceder a él de formaíntegra, se quedará marginada y la permanencia dela tradición artesanal se encontrará en riesgo.

NOTAS

1. Trabajo en terreno: 3 al 10 de octubre y 18 al 21de noviembre, 2005.

2. Canclini, en su concepción de la cultura populartiene como concepto central el capital simbólicode Bourdieu (“La Distinción”), entendiendo éstecomo posible de ser adquirido en diferentes gradospor las distintas personas.

3. Según los datos del Censo 2002.4. Personalmente, no conocí ni supe de artesanos que

se dediquen al trabajo en artesanía textil.5. Algunas de las entidades que imparten estos

programas se encuentran: Instituto de Desarrollo

agropecuario (INDAP); ; Corporación Nacionalde Desarrollo Indígena (CONADI); ServicioNacional de Turismo (SERNATUR); Servicio deCooperación Técnica (SERCOTEC); ServicioNacional de Capacitación y Empleo (SENCE),mediante el Fondo Nacional de Capacitación(FONCAP) con su nueva línea de financiamientopara la artesanía; Fondo de Solidaridad e InversiónSocial (FOSIS); Fundación de Promoción yDesarrollo de la Mujer (PRODEMU), principal­mente mediante dos de sus áreas programáticas:Mujer, Trabajo y Generación de Ingresos, y Mujer,Cultura y Desarrollo Personal, este último, me­diante talleres de arte y de gestión cultural;Fundación de Artesanías de Chile, mediante trescentros de exposición y ventas de artesanía nacio­nal; y la Fundación para la Superación de laPobreza.

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RESUMEN

La Reforma Agraria implicó un importantecambio en la estructura del campo chileno apartir de mediados del siglo xx. Con laimplementación de una serie de medidas a nivelgubernamental –la más ilustrativa podríaconsiderarse la expropiación de terrenos- se pasóde una configuración en donde el predominiodel latifundio por sobre el minifundio fueevidente en sus niveles político, económico, socialy cultural. A partir de la experiencia en SanDionisio se plantean diversas configuraciones delagro en donde predomina, para sucaracterización, la tenencia de la tierra y laoperación de determinada racionalidad. Alrespecto se analiza el retorno a las estructurasde dominación propias de la hacienda y el fracasodel proyecto reformista acabada con ladesintegración de la comunidad rural.

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo, producto de dos terrenosdesarrollados en la localidad de San Dionisio,séptima región, culmina la intención por abordarlas transformaciones del campesinado dadasconjuntamente con las distintas articulacionesde la tenencia de la tierra. De ese modo, las líneasque siguen tratan cómo es posible laconceptualización de distintos sujetos rurales enconcomitancia a las diversas configuraciones delagro.

Se abordará, en primera instancia, laperspectiva y los antecedentes historiográficosque fue posible recopilar y cómo ellos se enlazancon los procesos nacionales sobre la ReformaAgraria.

En segundo lugar, se proporcionará unainterpretación y una entrada a cómo tales ciclosrepresentan repertorios que operan bajo ciertasópticas racionales que se adecuan a laperpetuación o, al menos, ascendencia de talesmodelos. A su vez, la lectura del mito del eternoretorno será un argumento para lareinterpretación de cómo los distintos ciclos sonreproducciones estructurales de formasanteriores.

Finalmente el trabajo esbozará unaexplicación de por qué el modelo reformistafracasó a la luz de la evidencia que nos muestrala desintegración de la comunidad campesina.

DESINTEGRACIÓN DE LA COMUNIDAD CAMPESINA CRISTIAN LOYOLA

DESINTEGRACIÓN DE LA COMUNIDADCAMPESINA: SAN DIONISIO Y EL RETORNO DELPATRÓN COMO FORMA DE DOMINACIÓN

Cristian Loyola Díaz

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Quisiéramos señalar que sin la recepción de lacomunidad de San Dionisio este trabajo nunca hubiesesido posible. Gracias a la entera disponibilidad quemuchas familias dieron para la realización de entre­vistas, conversaciones informales y observación desus múltiples actividades se pudo obtener lainformación necesaria para la elaboración del presenteescrito, lo cual se pudo realizar mediando el anonimatoexigido de los informantes.

Contextualización del espacio y el tiempo. SanDionisio en proyección histórica.

La localidad de estudio es una pequeña comunidadcampesina perteneciente a la comuna de Colbún,séptima región. Su historia no es la que se halla escritaen los anales oficiales ni mucho menos se trata de uncentro rural de referencia conocida; marginación y

exclusión ha sido lo que más ha caracterizado a lapoblación que allí habita en una situación que nodista lo suficiente de las localidades aledañas.

Si ha de buscarse la génesis de San Dionisioineludiblemente ella se encuentra en la memoriay en la historia oral de quienes por décadas hanescrito sus vidas en ese lugar. A partir de entrevistasy diálogos cotidianos se pudo reconstruir a grandesrasgos –ese nunca fue el interés fundamental dela investigación– cómo y cuándo esa comunidadse formó.

La transformación de la mencionada colectividades la que ha sido propia en la mayoría de los latifundiosen América Latina, sin embargo fue propiciada porcircunstancias bastante particulares. Hacia la décadadel ’50 del siglo pasado la situación campesina anivel nacional era bastante precaria, los niveles de

producción eran paupérrimos y, de la mano, la tenenciade la tierra era distribuida desigualmente:

Con lo anterior se evidencia una necesidadeconómica por reformular y reart icularestructuralmente el agro en Chile. Además de ello,procesos políticos y sociales presionan del mismomodo para producir cambios importantes, los cualesson tomados en consideración por la implementaciónde la Reforma Agraria; ella pondría especial énfasisen (Domínguez, 1965:132):

1. El sistema de tenencia de la tierra, el régimenlegal o consuetudinario de propiedad de la tierra, ladistribución de las explotaciones agrícolas según sudimensión, el sistema conforme al cual se explota latierra y se distribuye el producto entre el trabajadory el propietario.

2. La organización del crédito y del comerciode los productos agrícolas.

3. El sistema de financiamiento de la agriculturay de los gravámenes que los gobiernos aplican enforma de impuestos.

4. Los servicios suministrados por los gobiernosy las organizaciones voluntarias en materia deextensión agrícola, sanidad, previsión social,suministro de agua, luz, etc.

Así se señala que el cambio de estructura de latenencia de la tierra representado en el binomiolatifundio–minifundio no busca solamente restituir o, más biendicho, redistribuir el espacio físico que la tierrasignifica; aparejado a ello está latente la idea deproporcionar una mejora en el acceso a aquellascondiciones que permiten un mejor desempeño deltrabajo campesino. Es en esa línea es que DoorenWarriner señala el cariz de una Reforma Agraria:

“… en el uso corriente, reforma agraria,generalmente significa la redistribución de lapropiedad de la tierra en beneficio de los pequeñosagricultores y trabajadores agrícolas. Ahora, desdeAmérica nos viene un nuevo concepto de reforma,que aboga por incluir una política amplia, quecomprenda no solamente la oportunidad de ser

propietario, sino también diversas otras medidaspara ayudar a los agricultores a través de una mayorseguridad de tenencia, mejores sistemas de créditos,mayores facilidades de comercialización, serviciosde asistencia técnica, educación, etc.”(Warriner,Citado por Garrido et al., 1998:35)

Sin embargo la comunidad de San Dionisio, quesí se enfrentó a los avatares reformistas, no fue frutode un interés gubernamental que se gesta, inicialmente,con la presidencia de Jorge Alessandri. La génesisde esta unidad, tal como hoy en día es posibleaprehenderla, se puede ubicar hacia mediados de ladécada del ‘60; los relatos nos dicen que la localidadera un latifundio que pertenencia a la Iglesia católica.Ante la evidente situación desmejorada de losinquilinos que allí trabajaban, reflejo de un sistemapresente en todo el país, gracias a la intervención delCardenal Raúl Silva Henríquez se decidió entregarla propiedad y conformar una tenencia de la tierradistinta a la que hasta allí funcionaba.

Hacia el año 1964 no se arrendó más el fundo y,a la vez, se hizo un llamado para que los trabajadorespostulasen a obtener títulos de propiedad en aquellugar, convocatoria a la que no todos asistieron.

“…cuando el Cardenal dijo que teníamos queorganizarnos para tener nuestro pedacito de tierrala gente no le creyó. Ellos pensaban ‘qué vamos aser propietarios nosotros’ y mucha gente de la quetrabajaba en el fundo se fue no más”.

La Reforma que extinguió la gran propiedad enSan Dionisio no sólo se abocó a la tarea de redistribuirel recurso. Los modos de producción varían segúnla forma en que se controlen los factores productivosy la transición desde el latifundio al minifundiotambién se entiende como un tránsito en el manejode aquellos agentes. En ese sentido, entregar títulosde posesión no acabaría con la condición de pobrezadel antiguo inquilinaje y, de la mano, fue necesarioimplementar planes en donde los campesinos pudiesenacceder a un conocimiento que antes no les era propiode su actividad. Para llevar a cabo la enseñanza elINPROA1 asumió la responsabilidad y se capacitó ala comunidad para una producción adecuada al nuevocontexto de propiedad. Una vez realizado esto recién

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(Censo Agrícola 1955, Informe CIDE. Citado por Gómez, 1987:7)

55.800

60.400

24.400

10.400

151.100

Subfamiliar(minifundista)

Familiar(pequeño propietario)

Mediano

Grande

Total

37,0

40,0

16,1

6,9

100,0

78.100

1.966.200

3.149.900

22.518.100

27.712.300

0,3

7,1

11,4

81,2

100,0

Tipo de predio Número Porcentaje Superficie Porcentaje

1911 – 1920

1920 – 1930

1930 - 1935

1935 – 1945

1945 - 1954

1,4

1,5

0,1

- 0,3

- 0,5

Periodo Tasas (en %)

Número de predios y superficie agrícola. Chile 1955.

Tasas compuestas anuales de aumento o disminución de la producción por habitante.

Ballesteros, Marto. Desarrollo agrícola chileno 1910 – 1955.Citado por Garrido, José, C. Guerrero y M. Valdés. Op. Cit. P. 49

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se procedió a la entrega delos terrenos.

Las fechas no son del todo exactas. Actualmenteen San Dionisio no vive mucha gente que hayaparticipado activamente de la Reforma llevada a cabopor la Iglesia y el Cardenal Silva Henríquez; sinembargo, la comunidad campesina se encontrabafuncionando activamente hacia el año 1970, periodoen el que también la Reforma Agraria a nivelgubernamental adquiere un fuerte impulso con laUnidad Popular.

Características de la tenencia de la tierra y modosde producción. Un modelo de tránsito.

Herencia de un pasado Colonial, hasta la décadadel sesenta predominó en Chile la estructuralatifundio-minifundio. Sus características mássobresalientes podrán señalarse:

“i.- una relación estructural y simbiótica entrela gran hacienda y las comunidades campesinasdentro de un área geográficamente específica; ii.-una dependencia del mercado del trabajo desde lahacienda con predominancia de trabajadorespermanentes (inquilinos y otras categorías derivadasde ellos); iii.- el grueso de la producción agropecuariaderivaba de la hacienda y iv.- la estructura de poderreproducía la pirámide de ella.” (Gómez, 1989:2)

Respecto a latifundio se dirá que:

“para los efectos de expropiación, es un inmueblerústico perteneciente a persona natural cuyo valorexceda al de veinte unidades económicas (Art. 17).”(Ley Nº 15.020. Citado por Garrido et al., 1998:45)

Sobre minifundio se afirma que:

“[es un] predio rústico que no alcanza a constituiruna unidad económica.” (Ley Nº 15.020. Citado porGarrido et al., 1998:45)

Una primera cuestión que surge de las definicionesentregadas anteriormente dice relación con el tamañofísico y de producción que ambas poseen; no obstante,la apreciación que más interesa es marcar que entre

ambos complejos, como lo señalara Gómez, existeuna relación estructural y simbiótica, vale decir, unadependencia entre dos economías, una empresarialy otra campesina propiamente tal, que configuran elsustrato de la producción agrícola del país. Elestablecimiento de tal correlación se percibe tambiénal nivel de la dominación social y política en elfuncionamiento del mundo rural dada, en principio,por lo que el mismo autor menciona sobre ladependencia del trabajo y la figura del inquilino.

Como ya se señalara, la Reforma que se produjoen nuestro lugar de estudio fue una transformaciónposible de percibir en dos dimensiones: redistribucióndel espacio y cambio de actores, sale el inquilino yentra el pequeño propietario. De ese modo, se tratade la mutación de la tenencia de la tierra y del modode producción que responden, haciéndonos de laspalabras de Gómez, a distintos tipos de economías–que también son distintos tipos de racionalidades–que merecen la atención para entender los procesospracticados en San Dionisio y que posibilitan unaentrada actual a su composición.

El funcionamiento del fundo se caracterizaplenamente con la figura del patrón en contraposicióna la del inquilino, simulando el viejo binomio medievaldel señor y el siervo; uno garantizaba protección,alimentación y representación que eran retribuidaspor la contraparte en forma de trabajo y lealtad. Deese modo se articula una relación jerárquica en dondeconcurre –en el análisis que en este espacio seprivilegia– la enajenación de la fuerza de trabajo: esun personaje paternal el que se adueña de aquel factory provee de los otros necesarios para la producciónde mercancías. Tanto en la hacienda como en el feudose favorecen los intereses y las necesidades de losescalones más altos: las economías familiares sepauperizan manteniéndose sólo en los niveles mínimosque permiten la reproducción de este modelo. Paracaracterizar esta configuración uno de nuestrosentrevistados señala:

“… la vida cuando éramos inquilinos era muydura, claro. Ahí uno estaba a la orden del patrón nomás, había que hacerle caso en todo porque si no éllo podía echar del fundo a uno y se quedaba en lacalle con toda la familia (…) se trabajaba todo para

su campo, mientras que para la familia quedaba sóloel cuarto de chacra, el litro de porotos y la pieza depan diaria no más (…) todo eso era muy sacrificado”.

De ese modo, a una determinada tenencia de latierra (latifundio o minifundio) corresponde tambiénuna definida forma de vida, la cual estará caracterizadapor las relaciones que se logran establecer mediandola enajenación, o no, de la fuerza de trabajo. Laconfiguración del agro en primera instancia estarádada por la extensión territorial –cuestión que resultaobvia– pero, y quizás más importante, a sufuncionamiento acude el modo en que los factoresproductivos son distribuidos entre los sujetos queparticipan de la explotación. Al respecto es precisoseñalar la distinción fundamental que es posible depercibir una vez que los procesos reformistas,independiente de la entidad que promovió estastransformaciones, se cristalizaron en la ruralidad yresulta del control que el campesino ejerce en aquelloselementos que inciden en su producción.

En primera instancia, la hacienda o el latifundio,como ya hemos mencionado antes, se identificó conla figura del patrón; él era dueño de la tierra, de lassemillas, de los abonos y de las herramientas, peroaún así no era posible la producción de mercancíaspues faltaba conjugar lo anterior en forma de trabajo.El inquilino se transforma en mano de obra, valedecir, entrega su capacidad productiva al patrón acambio de la satisfacción de necesidades básicas: eltrabajo no es pagado con trabajo. Una vez realizadala transacción el patrón se adueña de la totalidad delos factores necesarios para la creación de mercancíasy es posible hablar de la monopolización de éstos.

Para que el campesinado se vea obligado aentregar su producción al patrón, del mismo modoque Marx ilustra su teoría con los obreros industrialesque entregan la suya en Europa del siglo xix, esnecesaria la existencia de una clase que esté por sobreellos y que domine los medios de producción. Losmedios de producción son acaparados y controladospor el patrón de la hacienda: el inquilino se inscribe,en la lectura de clases, estructuralmente en unaposición inferior que lo obliga a la transacción de sufactor productivo.

El panorama recién esbozado cambiadrásticamente con la reducción de la propiedad. Ladesaparición de la hacienda se traduce, en primerlugar, en que más personas son dueñas de másterrenos. Cuando las grandes extensiones de campoencuentran una cuantía mayor de propietarios seforman pequeños núcleos de producción en donde eltrabajo y los restantes factores productivos no setransportan más allá de las fronteras del propio sujetorural, vale decir, el monopolio que antes se encontrabaen la figura patronal ahora se desplaza hacia laindividualidad campesina.

A un cambio en la estructura de la propiedadtambién se supone un cambio en la configuracióndel sujeto que actúa en los distintos planos. Para quela hacienda o la pequeña parcela puedan funcionarse requiere de la existencia de un sujeto rural quepueda articular uno u otro contexto. Así, lastransformaciones sufridas en el agro a nivel de latenencia de la tierra sugieren también avatares sobrela racionalidad que opera en los individuos que medianentre los factores productivos y las mercancías.

La hacienda fijaba los centros de destino de laproducción en instancias ajenas a su estructura, valedecir, el consumo de las mercancías no era pensadopara los propios hacendados e inquilinos. En esesentido es interesante la visión de Kroeber en dondeel campesinado existe en la medida que con antelaciónhay un mercado que requiere de su producción; talsituación también es anticipada por Eric Wolf alseñalar que:

“... los campesinos son labradores y ganaderosrurales cuyos excedentes son transferidos a un grupodominante de gobernantes que los emplean paraasegurar su propio nivel de vida y que distribuye elremanente a los grupos sociales que no labran latierra, pero que han de ser alimentados a cambio deotros géneros de artículos que ellos producen.” (Wolf,1979:12)

Así la configuración y destinación de laproducción, la racionalidad rural es instrumentalizaday los medios devienen fines en sí mismos; la manode obra se transmuta no hacia la consecución de loselementos necesarios para el sustento individual y

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se repartieron en 92 grupos familiares, recayendo eltítulo de propiedad en el jefe de cada núcleo. En unpequeño recorrido por San Dionisio, aquellas parcelasya no poseen tal tamaño ni tampoco están distribuidasen la cantidad indicada: resulta normal observar casascada vez más juntas, los cercos menos separados ytierra que ya no es destinada a la producción2. Estasituación es reafirmada por uno de nuestrosentrevistados:

“… pero fíjese en cómo está esta cosa (…) ya decampo está quedando repoco (…) a mí me da penamirar por la ventana, si al frente pareciera que seestá ganando una población, las casas están muyrejuntas y ya la gente ni un cuartito de chacra tiene(…) esto se ve muy mal, de mal en peor.”

Así la situación, es evidente que la comunidadcampesina de San Dionisio se encuentra en un procesotendiente a una transformación en la constituciónespacial, lo que es posible de interpretar tambiéncomo la mutación de su comportamiento económico.Esta situación, la cual es reconocida por unanimidadentre nuestros informantes, es atribuida,fundamentalmente, a la existencia de discontinuidadesentre las generaciones fundadoras de la localidad conlas nuevas que privilegian alternativas eminentementeurbanas para proyectar el futuro.

“Los jóvenes se van no más de acá (…) ellosquieren aspirar a ser más y quieren irse a estudiary no quedar en lo que quedó uno. La mayoría sequiere ir a estudiar a los colegios de Linares paratener su cartón y son poquitos los que se quedan acápara trabajar como los padres o los abuelos.”

A lo anterior se suma un aspecto que no es menorpara la perpetuación del modelo de comunidadcampesina que se quiso postular en San Dionisio. Lamayoría de las personas a quienes fueron entregadoslos títulos de propiedad han muerto, delegando deese modo problemas sobre sucesión de la herencia.Con la constitución de las parcelas, conjuntamenteno existió previsión al respecto y se dejó de consideraralgún tipo de normativa que prohíba la venta o escisiónde los terrenos; por lo general, las disputas familiaresse han zanjado con el remate de las propiedades odividiendo la propiedad en el número de demandantes.

Las consecuencias de esto son perceptibles deantemano: la capacidad productiva de las 14,1hectáreas originales son diezmadas notablemente.

Sin embargo, es preciso reconocer que los factoresya señalados son consecuencias indirectas o noplaneadas por otras mayores. El sistema económicoy las leyes del mercado han permitido la introducciónde la agroindustria que ha presionado a las pequeñaspropiedades para integrarse a un esquema en dondeel autoconsumo y la complementariedad económicano tienen cabida. De ser un modelo de comunidadcampesina hacia mediados de la década del ‘70 ahorapasa a ser la síntesis de dos formas económicas queconviven en un reducido espacio, se trata de la vueltade la figura del patrón.

A partir de la década de los ’90 en la regióncomienza una fuerte dirección agrícola hacia laagroindustria, las cuales han transformado los modosde producción que con el cambio en la tenencia de latierra se habían asentado y son una suerte de haciendamoderna: la obtención de recursos no es el medio aun fin y nuevamente la definición, como antes ya loindica Kroeber, campesina está dada por la simbiosiscon los centros externos.

La instalación de este tipo de empresas en SanDionisio y zonas aledañas se manifiesta en dos formasbásicas de enajenación del trabajo y va a dependerfundamentalmente de cómo está dada la tenencia dela tierra. En aquellos núcleos familiares en dondeaún se conservan las hectáreas entregadas por elproceso reformista la agroindustria determina qué sedebe producir y por ello transa a un preciodeterminado, de modo tal que únicamente se cultivauna producción que esté en concordancia con lademanda del mercado. Por otro lado, en donde lasparcelas originales se han loteado y la capacidadproductiva es infértil se opta por la contratación dela mano de obra surgiendo, así, la figura del temporero.

“Si cada uno de los instantes de nuestras vidasse va a repetir infinitas veces, estamos clavados a laeternidad como Jesucristo a la cruz. La imagen esterrible. En el mundo del eterno retorno descansasobre cada gesto el peso de una insoportableresponsabilidad. Ese es el motivo por el cual Nietzschellamó a la idea del eterno retorno la carga más

familiar: su resultado ha sido trasladado fuera de loslímites del fundo y el trabajo que es un medio seconvierte, entonces, en la finalidad. El resultado setraduce en trabajo por trabajo, imbricando ladegeneración de la racionalidad práctica weberiana:

“Para Weber las variaciones en las regulacionespráctico-racionales de la acción, aparecen de lasdiferencias en la relativa sofisticación de los mediosdisponibles para solucionar los problemas diarios.”(Löwith, 1982:33)

Así, la racionalidad no funciona sobre medios yfines, y suprime estos últimos pues ellos se desintegranen la estructura de dominación ejercida por el patrón.La racionalidad práctica weberiana no existe en lamedida que los “problemas diarios” no sonsolucionados directamente por la praxis de la fuerzade trabajo y más bien obedece a la transacción deésta que el inquilino, en una etapa inicial, ha realizadocon el patrón.

La transformación del repertorio de la tenenciaagrícola, vale decir, el tránsito de la gran a la pequeñapropiedad se produce en concomitancia con latransformación de la racionalidad instrumentalimperante para el régimen antes descrito. Lascondiciones materiales del inquilino sondiametralmente opuestas a las del campesinopropietario, al menos en lo que dice relación con elcontrol de los medios productivos.

La producción de mercancías en la pequeñaparcela queda en su gran mayoría para el autoconsumoo para el trueque llevado a cabo con los demásintegrantes de la comunidad campesina. Al respecto,su obtención es el fin de decisiones previas oadecuación de medios necesarios; la operacióninstrumental de la racionalidad desaparece delmomento en que la conjugación de los factoresproductivos es un hecho tangible y material queefectivamente resuelve la tensión hombre-medioambiente.

“La racionalidad sustantiva es el único tipo deracionalidad que posee el potencial analítico paraintroducir formas de vida metódico-racionales (...)Sólo la racionalidad sustantiva posee el potencial

analítico de dominar -racionalizar- comprensivamentela realidad. Lo hace por medio de la acciónorganizada consciente y metódicamente dentro depatrones que son consistentes con una constelaciónde valores explícitos.”(Löwith, 1982:34)

Nuevamente en la lectura weberiana, con elcambio en la conformación y repartición de losfactores productivos concurre una nueva forma deorganizar la vida. La racionalidad que impera con elnuevo orden, sustantiva como lo señala la cita anterior,es causa directa del pleno control que el campesinopuede ejercer por sobre la tierra, las semillas, el aradoy -fundamentalmente– su propia fuerza de trabajo:en conjunto ellas son dispensadas según el análisisde las necesidades evaluadas más básicas y cómo, ala luz de la disponibilidad, es posible adecuar losmedios para su superación. En ese caso, medio-finno se disocia y más bien constituye un binomioelemental para la construcción de nuevas pautas deordenamiento cotidiano en el agro.

Fracaso del proceso reformista. Retorno a la figuradel patrón.

Ciertamente lo señalado es parte de un modeloteórico antes que uno práctico. A su vez, el estudioen la localidad de San Dionisio no se realizó demanera sincrónica a la evolución del modeloanteriormente postulado. Sin embargo, ello no objetalos postulados ya esgrimidos y más bien se erigecomo un desafío para la reinterpretación de lasituación actual en la comunidad foco de investigación.

El modo de obtención de información para losterrenos desarrollados en la comunidad campesina,básicamente, se circunscribe a observación yentrevistas. Mediante tales técnicas fue posibleaprehender tanto los antecedentes atingentes a lagénesis de San Dionisio como también a data quepermite comprender cómo y por qué es posible hablar,hoy, del fracaso del proceso reformista llevado a caboen dicha zona.

Originalmente el fundo perteneciente a la IglesiaCatólica se dividió en terrenos de 14,1 hectáreas que

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pesada.” (Kundera, 1984:8)

La idea del mito del eterno retorno nietzscheanoconcurre a modo de interpretación. Esta idea nossitúa en el plano de que los hechos realmentesignificativos e/o importantes habrán de repetirse sinello significar que mantendrán infinitamente lasmismas formas en que se concibieron prístinamente.No es condición necesaria que los procesos oacontecimientos históricos y sus respectivos correlatosculturales reproduzcan con exactitud las formas a lascuales las podemos asociar en el círculo imperecedero.Para aseverar su plausibilidad más bien hemos derecurrir a cómo se reproducen estados dedeterminación estructural.

La figura patronal del siglo xx no es igual a laque se presenta 60 años más tarde; claramente elpredominio de la hacienda como forma de dominacióneconómica, política, social y cultural ha perdidoeficacia, pero aún así es posible asegurar que su figurainsigne, el patrón, ha resurgido y se ha adecuado alas nuevas condiciones materiales detonadas comoconsecuencia de la Reforma Agraria. La figura delinquilino también ha desaparecido, mas ello nosremite sólo a su desintegración nominal pues con elpredominio agroindustrial el pequeño campesinadoha visto desmejorada su situación y su posibilidadde desarrollo.

El patrón ha regresado y la coerción física queimplementaba para forzar el trabajo de sus hacendadosse traduce hoy en una presión económica queigualmente desencadena la operación de unaracionalidad distinta. Con el retorno del patrón,entonces, hablamos también del retorno de laracionalidad instrumental: la producción agroindustrialno es el medio en sí, es el fin del trabajo campesino.La racionalidad sustantiva desaparece y, a la vez, hayun reordenamiento en el modo de vida que esta habíalogrado, emerge una figura estructural yjerárquicamente superior a la individualidad del sujetorural que determina, otra vez en la historia, cómo,cuándo, dónde y qué producir. Así, con el retorno alesquema que la Reforma intentó extinguir, no esposible más que hablar de fracaso en la instauracióndel nuevo modelo.

Decisión colectiva versus decisión individual. Eldilema del prisionero como principio explicativo.

Es imposible visualizar las decisiones individualessin también ver las consecuencias colectivas que ellassuponen. En ese sentido más vale hablar, comoGiovanni Sartori señala, de decisiones colectivizadas(Sartori, 1992:279) para señalar que se decide poruno a la vez que por los otros. Siguiendo la líneaplanteada por el mismo autor, estas definiciones seránevaluadas o calificadas por su destino, es decir, noimporta quien las tome, igualmente ellas estarándirigidas a la totalidad del grupo.

Decidir no participar o marginarse de un sistemade cooperación como una comunidad campesina nosólo es una alternativa que afecta a la unidad que seescinde. Suponiendo que la comunidad como totalidadrepresenta un determinado nivel de producción quese reparte entre sus miembros integrantes señala que,menguado tal índice, las condiciones para todo elgrupo se verán afectadas. Los factores indirectos queacuden para explicar por qué San Dionisio ya noconstituye la unidad originalmente ideada –disparidadde expectativas y problemas de herencia– planteaque las vicisitudes de las unidades territoriales(parcelas) afectan al conjunto y dificultan la nociónde complementariedad latente inicialmente.

Actuaciones individuales afectan el escenariocolectivo. Una vez asentado esto, las familias ruralesse enfrentan a un nuevo escenario: imposibilidad deuna complementariedad económica que cubra latotalidad de las necesidades y, de la mano,reordenamiento en el control de factores que incidenen la producción doméstica. Con ello la comunidadse desintegra, la capacidad de resolución se trasladaa nivel familiar y ya no es una corporación la queasume esa responsabilidad:

“acá antes había más solidaridad, como que senotaba que la gente se tenía más confianza y se quería(…) cuando organizábamos qué se necesitaba siemprenos reuníamos y en la Cooperativa se decidía queera lo que teníamos que hacer. Pero eso ya se perdiótodo, ahora ya cada uno tira para su propio lado nomás, cada uno ve lo que le interesa a uno y se acabó

el problema.”

La teoría del juego supone que los jugadoresconocen ampliamente todas las variables posibles ylas consecuencias que una u otra disposición puededesencadenar; así, los individuos están dotados deuna racionalidad que les permite optar por la mejordecisión. Se asume como exitoso determinado falloen la medida que éste radica en éxito tanto para elindividuo como para el grupo, vale decir, la decisiónes aprobada cuando es una decisión colectivizada.El dilema del prisionero, no obstante lo anterior, esun ejemplo en donde cada jugador decide noimportando la contraparte y tratando siempre demaximizar su ganancia individual. La enunciaciónclásica de este problema es:

“La policía arresta a dos sospechosos. No haypruebas suficientes para condenarles, y tras haberlesseparado, les visita a cada uno y les ofrece el mismotrato: ‘Si confiesas y tu cómplice continúa sin hablar,él será condenado a la pena total, 10 años, y tú serásliberado. Si él confiesa y tú callas, tú recibirás esapena y será él el que salga libre. Si ambos permanecencallados, todo lo que podremos hacer será encerrarlos6 meses por un cargo menor. Si ambos confiesan,ambos serán condenados a 6 años’.” (Axelrod, 1986)

Razonando desde la perspectiva de la lasdecisiones colectivizadas de Sartori, ambos prisionerosdeberían cooperar y obtendrían así el menor tiempototal de castigo. No obstante, será este mismo autorquien nos introduce un importante punto sobre porqué no ha de funcionar este modelo de raciocinio:

“La política se va alejando progresivamente dela ética –de los comportamientos desinteresadosmotivados por el “deber”– para acercarse cada vezmás a la economía, a comportamientos motivadospor el “interés”. Por lo tanto es lícito -en el mundooccidental contemporáneo– postular que tanto en elnivel político como en el nivel económico loscomportamientos de masa se inspiran ampliamenteen el criterio de maximización del propio interés.”(Sartori, 1992:281)

En ese sentido es posible entender la

desintegración de la comunidad en San Dionisiodetonada en principio por la disociación existenteentre lo individual y lo colectivo, primando sólo lamaximización del interés individual. Los avataresdesencadenados y cristalizados con la reinserciónde la figura del patrón en la forma de la agroindustriahacen crisis y la implementación de nuevas manerasde explotación y obtención de mercancías sóloresponde a la necesidad por la consecución delsustento de las familias que componen la localidad.La resolución más racional del dilema del prisionerono es aplicable una vez que se han roto las relacionesde solidaridad y complementariedad propias de lacomunidad y ellas se reemplazan por el egoísmopropio del occidente actual citado por Sartori.

CONCLUSIONES

A partir de la experiencia generada en los terrenosrealizados a la comunidad campesina de San Dionisiose ha señalado el tránsito cíclico en donde imperauna racionalidad determinada y definida,fundamentalmente, por la dominación ejercida porla recurrencia a la figura del patrón.

Al respecto podríamos señalar la progresivapauperización del sector rural a nivel del pequeñopropietario; ganando paso, la agroindustria ha abiertoun amplio camino de dominación económica quecondiciona los modos de producción y de vida dequienes una vez ya libraron la batalla en contra de lahacienda. Los sistemas tanto políticos comoeconómicos han posibilitado que se reproduzcanestados de determinación estructural ya no bajo elalero de un contexto colonial; he ahí la virtudinterpretativa del mito deleterno retorno de Nietzsche que, como ya se indicó,no implica la simulación exacta de los componentesqueinteresan al análisis.

La Reforma Agraria pretendía liberar lamonopolización de los medios de producción,entregando tierra a quien la trabaja y, de paso,aumentar los escuálidos índices de producciónregistrados hasta mediados del siglo xx. En ese sentidoel campesinado pasa a controlar los elementos que

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posibilitan la producción ya no teniendo que transarsu fuerza de trabajo a una estructura mayor. Lamediación entre mercado – mercancía – productorya no está conformada por agente externo al procesoproductivo como sí sucedía en la hacienda con lafigura del patrón lo que, consecuente con un análisismarxista, decanta en que el campesino es dueño detodo el valor de cambio.

No obstante, esto parece ser sólo una parte delmito y el retorno a él está dada por las formas actualesde dominación: la agroindustria, como el patrón dela hacienda, condicionando la existencia de loscampesinos y mutando las operaciones de laracionalidad.

NOTAS

1. Instituto de Promoción Agraria2. Pudiendo encontrarse sin trabajar o con estructuras

habitacionales.

BIBLIOGRAFÍA

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RESUMEN

Intentando recopilar relatos de carácter irónico,cómico o chistoso, entre mujeres de la localidad deRari me encontré con respuestas en principio desalen­tadoras, decían no reírse “por respeto” de los relatosrelacionados con Rari y no recordar alguno de caráctergracioso; relatan cuentos y mitos sobre brujos, entie­rros, espantos y aparecidos; historias sobre el temorque las vivencias relacionadas con estos relatos causaa habitantes y visitantes. Los mismos relatos lejosestaban de provocar miedo y respeto a un médico dela provincia, un hombre estudioso y citadino, cono­cedor de la zona y de sus tradiciones y, como todomédico que trabaja en zonas rurales, muy respetadopor ejercer esta profesión. Ambas formas de respetose constituyen aquí como lo que llamaremos límitesociocultural y veremos luego como el tropo poéticode la ironía logra relativizarlos, como resuelvepequeñas pugnas de poder y saber.

"La risa es un signo elemental e inequívoco delo sagrado de la vida ante el mundo del trabajo, ladiscordia o la racionalidad profanas. Las civilizacio­nes y culturas tienden a volcarse hacia estas dimen­siones, auspiciando el sentido serio de la vida. Sinembargo, siempre desde adentro o desde afuera deellas mismas, renace la risa y el sentido del humor,el sentido festivo del mundo, como principio eufóricofundamental e inexcusable de la vida." (Salinas:1952)

* En entrevista a Sra. Carmen, Rari, 5 de octubre del2005.

INTRODUCCIÓN

Rari es un poblado ubicado en las faldas cordi­lleranas de la región del Maule, conforma un largocamino de tierra que sube hacia “Rari Adentro” yluego a “Rari Alto”. Al borde del camino y enpequeñas calles interiores se distribuyen viviendasen las que no viven más de seiscientas personas yson las mujeres quienes sustentan los hogares: elpueblo es conocido en el resto de Chile y en elextranjero por sus artesanías en crin de caballo, es elúnico lugar en el mundo donde se ha gestado estavariante artesanal y sus técnicas se transmiten gene­racionalmente desde hace más de un siglo, por víafemenina. Durante octubre Rari es pueblo de mujeres:los hombres trabajan en otras ciudades o bien dearrieros en las tierras altas de la Cordillera de losAndes.

Ya fue dicho, abundaban relatos sobre brujería,muerte, el Diablo y espantos por cientos. Lashistorias están siempre presentes, las conocen losjóvenes y los viejos las recuerdan desde niños.Algunas historias se reviven cada año en lacelebración de la Noche de San Juan, en que can­toras, grupos de baile y de actuación recrean lasleyendas sobre brujos y apariciones; hay vecinasreconocidas como brujas y las ganancias de algunosse explican como la relación del afortunado conun brujo o alma en pena que le ha ofrecido lasriquezas que dejó enterradas en la zona, muchasveces estas almas en pena son indios o pehuenches.A las mujeres, en los pueblos vecinos, las llamanbrujas, y a los hombres chon-chones1, la luz llegóhace no más de cuarenta años y los recuerdos demuchos de sus habitantes incluyen noches oscurase historias de terror.

LA IRONÍA COMO RELATIVIZACIÓN DEL RESPETO LUCINA PAZ TORO

LA IRONÍA COMO RELATIVIZACIÓNDEL RESPETO

Localidad de Rari, Comuna de ColbúnVII RegiónOctubre del 2005

Lucina Paz Toro Rodríguez

-Y... ¿no hay cuentos típicos que seanpara reírse, chistosos o irónicos?

-No señorita, acá nadie se ríe de esas cosas*

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El humor en contextos rurales

Las culturas y literaturas folklóricas, populares,campesinas, aquellas más profundamente ceñidas alas sabidurías de los pueblos son las que, siguiendoa Salinas, le han concedido mayor espontaneidad,presencia y estimación al humor. La cultura popularextrajo su comicidad de la vitalidad elemental delmundo (Salinas:199X:28), desde una suerte de fuerzanatural la cultura cómica popular habría relativizadolos cánones de la elite.

Salinas reconoce en los sectores rurales de Chileel lugar en que se albergó este espíritu, sus habitantescultivaron un lenguaje burlesco frente a las autorida­des, pesar del medio hostil que representan estaesferas de poder, el habla popular se burló de lapacatería y de la discriminación (Ibid, p.189).Entonces, el humor en discursos tiene la capacidadde valorizar o reinterpretar limites sociales y culturales.

El antropólogo James Scott (2000) postula queen situaciones en que se puede diferenciar entrequienes detentan y ejercen el poder y quienes no,cada grupo subordinado -dentro de estos los campe­sinos- produce, maneja y se impregna de un discursoque no puede percibir el ojo del poderoso, y a susespaldas se opone (denigra, ofende, ataca, hace burla)a los cuerpos opresores; contiene a la conducta fuerade esa escena, se expresa más allá de la observacióndirecta de los detentadores del poder y se constituyepor manifestaciones lingüísticas, gestuales y prácticasque confirman, tergiversan o contradicen lo queaparece en el discurso del poder.

El Doctor y las señoras

Llegamos a Rari gracias a las recomendacionesdel Doctor José Retamal, médico oriundo de la pro­vincia, quien trabaja con pacientes de la comuna deColbún en zonas urbanas y rurales. Dirige el MuseoAntropológico e Histórico de Colbún, ha recopiladohistorias, leyendas y mitos de la zona y es “conocidopor todos” -según sus palabras- los pobladores de lazona. Durante el año 2001 publicó un cuadernillo derecopilaciones en cuyo prólogo se destaca la intenciónde “rescatar la tradición oral desde la raíz misma,

(...) [generar] un boceto de nuestra identidad regional,amenazada con la invasión de una cultura globalizadaque absorbe y pretende minimizar lo auténticamentenuestro: las costumbres y las tradicio­nes.”(Retamal:2003:5-6). No ponemos ni pondremosen duda las intenciones del Dr. Retamal; sin embargo,las señoras Carmen y Rosa, con quienes compartimosvarias conversaciones en Rari, sienten que el trata­miento que da el doctor a los relatos (su traducciónde estos) está en contra de las tradiciones. A pesardel gran respeto que sienten por él en cuanto a sulabor de médico (como en muchas zonas rurales ypopulares el trabajo de los médicos genera granadmiración y respeto: los doctores tienen gran sabi­duría, ayudan a la gente, ostentan los cargos públicosy conocen a todo el mundo ellas sienten que el doctorno sabe nada respecto de las tradiciones orales.

La Señora Rosa tiene 65 años, es artesana en criny vive en Rari desde que nació, atiende ahí unapensión –en la que nos alojamos- en su casa, dondevive con su marido, quien por lo general está fueradel pueblo; recibe diariamente la visita de muchasde sus amigas, que también pasan gran parte del añosolas en sus casas y forma parte de un grupo deoración de la Iglesia Evangélica de Panimavida. LaSeñora Carmen tiene 48 años, forma parte de unconjunto de música, teatro y bailes folklóricos y esartesana en crin, una de las más jóvenes dedicadasa este rubro y conocida por sus diseños innovadores,proviene de una familia de artesanas y cantoras muyconocidas en la zona, nació en Rari y vive ahí juntoa su esposo e hijos.

Ellas asumen que no existen relatos cómicos nirománticos relacionados con Rari; sólo conocenleyendas de miedo y creen fehacientemente en laexistencia de aquellos personajes que dan contenidoa los cuentos típicos. Carmen y Rosa nos contaronmuchas historias, la mayoría se relacionaban conentierros de dinero ofrecidos a la gente de Rari poralmas en pena, con el canto del tué-tué –un aveinvisible que canta de noche, anunciando que lacabeza de un chon-chon o brujo vuela buscando aquien cobrarle alguna recompensa o causarle un mal-, o con la leyenda del Portillo de Mono; esta últimaserá nuestro parangón para graficar esta situación.

La Leyenda del Portillo del Mono.

Cuentan las mujeres de Rari, que el Portillo delMono es un estrecho paso camino a Rari Adentro.Ahí aparece desde hace siglos el Diablo y se escondeentre los árboles. Aparece en forma de mono y ahorcaa las personas, saltando sobre la espalda de quienpase por el estrecho paso; se lanza a las ancas de loscaballos, desbocándolos y provocando que los jinetescaigan y muchas veces mueran.

Los relatos de Rosa y Carmen son muy similaresen su contenido (varía el modo de relatar las mismasfunciones) al recopilado por el Programa Sendero deChile y relatado por Don Juan, a quien El Doctor nosrecomendó no entrevistar, pues “anda siemprecura’o”2:

“El Portillo del Mono”(Relatado por Don Juan, en “Travesía por el

Melado. Pasado - Presente - Tradiciones”)

En Rari pasan muchas cosas raras, pero a la genteque vive allí no más les consta. Resulta que hay unpaso en la vuelta del bosque, donde ahora hay euca­liptus, que es muy difícil, corta y oscura hasta dedía, sobre todo en invierno, porque hay hartos árbolesy bien grandes. Quién sabe de cuándo que están ahí.La gente cuenta que ahí se aparece el Diablo. Y debeser cierto, porque da como un acosa en la espaldacuando uno pasa de noche y los caballos siempre seespantan en esa vuelta y siempre hay accidentes de‘caiduras’ de a caballo por ahí. Y ¿sabe porque eseso? Porque allí se aparece el Diablo, pero no enforma de humano, sino que tiene forma de una cosanegra, que no tiene forma, que se agranda y que seachica y que se sube en la grupa de las personas quepasan por ahí a caballo, sobretodo en tiempos deinvierno y más en san Juan po’, que es cuando elDiablo más se pasea por Rari. Se le sube ese monoen la grupa a los jinetes y los asusta y hace que casitodos se caigan del caballo y hasta se mueren, no sési del porrazo o del susto, porque el corazón se leapura harto a uno. Si Ud. no va a encontrar muyfácil aquí en Rari a alguien que le diga que no le daresabio pasar por ahí en la noche sólo. Y en autodicen que pasa igual.(Programa Sendero de Chile,

Comisión Nacional de Medio Ambiente, Región delMaule, 2004, p. 28.)

Ahora, la versión de la leyenda que surge delas recopilacones del Dr. José Retamal tiene no­toriamente un cariz diferente:

“El Portillo del Mono”(Relatado por el Dr. Retamal, en “Al Sur del Sol.

Cuentos y Leyendas”)

En el camino a Rari Adentro existe un lugar llamadoel Portillo del Mono. Su nombre proviene de unaantigua historia que tiene sus raíces en los hechosque ocurrieron hace muchos años atrás.

El camino se desliza entre el límite del valle y elborde de los cerros, senda de tierra que en un sectorestá comprimido por una roca que estrecha elcamino. Al pasar los viajeros a caballo que seinternaban a altas horas de la noche; después dehaber bebido en los negocios clandestinos, eranatacados por un “mono” que se dejaba caer a lagrupa del caballo abrazándolos y con sus manosles rasguñaba la cara, botándolos del animal.

Era una noche sin luna, los ruidos nocturnos de loscampos vecinos inundaban el silencio. La sinfoníade grillos y sapos es acompañada por el sonidoacompasado de los cascos de un caballo. Mientrassu jinete se bambolea en la montura obnubiladopor los tragos bebidos.

Al llegar al portillo, el animal enderezó las orejas,una figura peluda se dejó caer detrás del jinete,éste despierta de su somnolencia etílica. Una garrale aprisiona del pelo y otra le aprieta fuertementeun brazo; el pánico le impide reaccionar y el monole golpea haciéndolo caer de la cabalgadura.

En el suelo se sujeta a una pierna llena de pelos yes en ese instante en que se le borran todas lasimágenes. Al despertar, el caballo permanece a sulado mordisqueando los pastos del borde del camino,la borrachera ha desaparecido, monta y como almaque lleva el diablo galopa hasta su casa.

Cerca del portillo “el mono” se saca los guantes

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peludos para contar el dinero que le reportó laaparición de esa noche.” (Retamal, 2003:15-16)

Claramente hay diferencias. Los relatos de Juan,Carmen y Rosa se refieren a una historia real, vividapor habitantes de la localidad desde hace muchosaños. El Diablo realmente se esconde tras los árbolesdel Portillo del Mono y es recomendable para cual­quier persona que pase por ahí evitar las zonas másoscuras, detenerse y ojalá pasar sólo de día o en elbus que sube hacia “Rari Adentro” por las cercaníasdel portillo. Ambas mujeres tienen esta certeza porquedesde niñas han escuchado relatos sobre vivenciasque reafirman estas creencias, familiares y conocidoshan tenido encuentros con el Diablo en esa parte delcamino consideran que la leyenda es parte de sustradiciones y de su identidad. Se trata de una tradiciónoral, que se mantiene viva gracias a la creencia deun grupo de coterráneos y coterráneas que confirmanque los hechos reales que relata la leyenda del portillodel mono forman parte de sus vidas.

El relato del Dr. Retamal resulta conflictivo,obedece a otra visión de mundo, a una que no admitela presencia del Diablo en un camino y que hace dela creencia en ésta una reminiscencia de tradicionescampesinas, que deben ser rescatadas y transmitidas,pero según esta visión externa a la tradición. Es undiscurso moderno que sustituye elementos de maneraque las vivencias en el Portillo del Mono se reservanpara hombres borrachos y ladrones; la creencia en laverdadera presencia del Diablo en un camino Ruralpuede resultar desde esta perspectiva una verdadgraciosa: “los huasos lo creen todo, yo mismo leshago muchas bromas.”3, nos cuenta el Dr. Retamal.

El Doctor cuenta con el respeto que merece surol de médico y el status social que éste le entrega,cuenta también con el reconocimiento de diversasautoridades e instituciones por su labor en larecopilación de diversas tradiciones. Nos entregó,durante la entrevista, un publicación en la quetransmite este tipo de versión de las leyendas; lassaca de su contexto de transmisión oral y las lleva aun plano anecdótico, retórico y literario, sustentadopor un discurso de poder capaz de deslegitimar lacerteza de saberes tradicionales, que responde a laescuela, a la seriedad, a la modernidad y a la verdad

objetiva y figurativa.

Las mujeres de Rari manifiestan su respeto haciatodo médico y profesionales en diversas área delservicio público; Sin embargo, en las entrevistas quetuvimos con ellas se expresaron respecto al doctorde manera que, frente al conocimiento relacionadoa los relatos tradicionales, el Dr. Retamal ostentabaun saber dudoso, un discurso pocolegítimo. Ambos relatos refieren a lo mismo, uno deellos –el del médico- deslegitima la veracidad delquepromulgan las mujeres de Rari, las señoras Carmeny Rosa deslegitimarán luego el discurso del Dr.Retamal mediante afirmaciones irónicas.

“La pretenciosa capacidad del sátiro,es la de mirar exteriormente el mundo,y desde afuera parodiarlo, cuestionarlo y relati­vizarlo”(Flores:1999:10).

Siguiendo a Hayden White (1998), la ironía esuno de los cuatro tropos del lenguaje poético (me­táfora, metonimia, sinécdoque e ironía) mediante loscuales se prefigura el campo al que hace referenciacualquier discurso. Metáfora, metonimia y sinécdoquecaptan los límites socioculturales sólo en un leguajefigurativo, de lo que se asume como cierto y necesario.Están presentes en el modo de referirse respetuosa­mente al médico de la zona, o en el asumir comoimposible la presencia del Diablo en el Portillo delMono. Como contraparte, el objeto de una afirmaciónirónica es “afirmar en forma tácita la negativa de loafirmado positivamente en el nivel literal, o lo con­trario” (White,1998:41), afirmaciones del tipo quenos otorgaron Carmen y Rosa durante las entrevistasresultan efectivamente irónicas:

La relativización

La señora Carmen opina que el doctor es unhombre que inventa y mata los mitos, que al negarque las historias son reales rompe con las tradicionesdel pueblo. Ella sabe que el Portillo del Mono esdesde hace muchísimo tiempo un lugar donde seesconde el Diablo y actualmente éste sigue aparecien­

do frente a los paseantes del lugar: “¿Cómo hacemás de cincuenta años un hombre se va a habercomprado un disfraz... dónde? Es ridículo, si esemono es el Diablo”4. Parece claro, si todos tienenmiedo de pasar por ahí y los perros aúllan en lascercanías del portillo es porque el Diablo anda porahí, y el doctor Retamal ha inventado una historiasin bases en la realidad, y su palabra resulta para elladigna de burlas.

Una expresión discursiva de otra naturalezapuede volverse irónica cuando se expresa en un tonode voz particular (por ejemplo: “Y como está esedoctorcito” 5, marcando cada sílaba de “doc-tor-ci-to”, con una sonrisa y mirando hacia arriba) o en uncontexto en que lo referido en ella no tiene, notoria,evidente o posiblemente, las características que éstale atribuye (“ese doctor no sabe nada”6). La ironíaes una actitud que en vez de expresarse derechamentese expresa indirectamente; que en vez de enunciar loque sabe, manifiesta a sabiendas lo que ignora. (Fe­rrater-Mora,1955:30) La ironía se relaciona con la“inversión simbólica o imágenes del mundo al revés”(Scott,2000:195), así logra invertir los órdenes dejerarquía, de poder, de dominación; disuelve altaneríasy altares; crea situaciones de igualdad de status,situaciones quizás utópicas. La sátira no sólo se ríede lo evidentemente gracioso, sino también de lo feo,de lo triste, de lo horrible, de lo desgraciado, de lopoderoso, de lo superior, del Diablo, y de Dios.

La Señora Rosa nos dice que “ese doctor es uninventador de cosas” 7, que “algunas de las historiasde su libro las inventó completas él y son cuentossuyos no más”8 , sonríe al decir que “es mentiroso,no sabe nada por muy doctor que sea”9 ; su actitudes satírica, invierte y relativiza aquel límite sociocul­tural que separa a una artesana de Rari y a un médico,ella ríe después del doctor, ríe desde la certeza de unsaber ancestral.

CONCLUSIONES

¿Puede el discurso irónico reflejar límites socio­culturales? ¿Tienen los discursos orales la capacidadde relativizar o conservar los límites que caracterizanun contexto rural? Este estudio nos lleva al mundo

del rumor, del chisme, de los juegos de palabras, delos cuentos populares, de los proverbios, leyendas ymitos. El intento por recopilar historias humorísticase irónicas en la localidad culmina en esta experienciacon la identificación de posiciones en discordia, entrelas cuales la ironía en el discurso de una de las partesaltera y disuelve límites socioculturales en cuanto alrespeto que evocan tanto los relatos tradicionalescomo la figura de un médico de la ciudad.

Las mujeres entrevistadas afirman irónicamenteque el Dr. Retamal es tonto, que no sabe nada: Sinembargo, saben que el doctor sabe, que estudiómucho, que es un buen médico y que eso lo hacemerecer el respeto de todos sus pacientes, ellasincluidas. Así logran equilibrar su posición en unconflicto en que como creyentes en la real existenciade los contenidos de la leyenda del El Portillo delMono resultan deslegitimadas como adherentes a unsaber tradicional e infundado, deslegitimando laautoridad de la palabra del médico. La actitud esirónica; afirma negativamente lo que se asume gene­ralmente como cierto, la actitud satírica implica quelos límites que definen las forma de relacionarse conun médico han sido relativizados, el respeto se hainvertido y transformado en burla: la verdad de lapalabra de un doctor respetado se transforma y sepercibe como una mentira; su intención por rescatarlas tradiciones resulta ser una destrucción de mitos.Si el doctor no sabe nada el mundo es por un momentoun mundo al revés. Las señoras que conocimos enRari no necesitan animitas de borrachos al borde delcamino para recordar cuentos y leyendas. Si lasleyendas de Rari nacen de hechos en que sólo hayhumanos involucrados, más aún: borrachos y ladrones,Rari ha perdido un pilar fundamental en su historia,tradiciones, identidad y cultura.

NOTAS

1. Se llama chon-chon a una suerte de farol queconsiste en tarro de metal agujereado que llevadentro un cabo de vela. Los chon-chones se ocu­paban en Rari antes de la llegada de la luz eléctricaen los sesenta. Desde abajo, en Panimavada -pueblo vecino a Rari, separado de éste sólo porun puente- se veían pequeñas luces que se movían

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lo lejos, subiendo la cordillera. Se les llamó chon-chones también a los brujos porque éstos, cuandosalen de sus escondites, se mostrarían como unaluz similar.

2. En entrevista al José Retamal, Linares, 4 de octubredel 2005.

3.En entrevista a José Retamal, Linares, 4 de octubredel 2005.

4.En entrevista a Sra. Carmen, 5 de octubre del 20055.En entrevista a Sra. Rosa, 25 de octubre del 2005.6.En entrevista a Sra. Rosa, 7 de octubre del 20057.Ibid.8.Ibid.9.En Entrevista a Sra. Rosa 25 de octubre del 2005.

BIBLIOGRAFÍA

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WHITE, HAYDEN. 1998. Metahistoria, Laimaginación histórica del siglo XIX. Buenos Aires,

Fondo de Cultura Económica.

REVISTA DE ANTROPOLOGÍA RURAL Año 2006 / Nº0001

RESUMEN

En las siguientes páginas pretendo hacer unabreve caracterización antropológica del fenóme­no de la Oralidad en tanto entiendo como unproceso comunicativo que remite a la memoriacolectiva permitiendo la recreación constantede la herencia cultural de un grupo. En unasegunda parte de este artículo me aventuraré adar una interpretación de Pedro Urdemales(evidentemente influenciada por la lectura deTaussig), planteando que sus cuentos puedenentenderse como una metáfora de la sociedadrural del siglo XIX, siendo en cierto modo unarespuesta cultural de los campesinos frente alcapitalismo industrial y a las condiciones peonalesde trabajo impuestas por la oligarquía

INTRODUCCIÓN

Mi primer acercamiento a las diabluras dePedro Urdemales no ocurrió de la forma mástradicional, como podría haber sido a través delrelato de alguna vieja campesina. Es más creoque de hecho la mayoría de los cuentos queconozco han salido de hojas llenas de letras, yno de la memoria del cuentista. Sin embargo encada antología sobre Urdemales con la que metopaba se resalta el origen oral de los cuentosrecopilados. “Oralidad” parece ser una palabraque remite a algo tan obvio, pero que a pocoandar se me hace evidente la lejanía desde lacual pretendo entenderla.

El siguiente trabajo nace a partir del interésque suscitaron en mí las aventuras de estepersonaje popular, poseedor de un talento sinigual para hacer “leso” a cuanto ser se le pongapor delante, incluyendo al propio “Don Sata”.Por otra parte y como consecuencia de esteprimer interés, pretendo hacer una caracteri­zación de lo que estoy entendiendo por orali­dad, para poder dar cuenta que tanto PedroUrdemales como los personajes de otros cuen­tos populares habitan un espacio sin tiempo,en donde el mensaje que se busca entregar através del relato, debe remitirse a la memoriacolectiva. En otras palabras Pedro Urdemalespuede dar cuenta de un principio de integra­ción cultural y social diferente, que remite aun estilo particular de vivir y concebir el mun­do: la Oralidad.

PEDRO URDEMALES Y LA EXPERIENCIA DE LA ORALIDAD EN EL CAMPO CHILENO DEL SIGO XIX FRANCISCA MASSONE

PEDRO URDEMALES Y LA EXPERIENCIADE LA ORALIDAD EN EL CAMPO CHILENODEL SIGO XIX

Francisca Massone Moya

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En una segunda parte de este artículo intentaréinterpretar la presencia de este personaje en la tradiciónoral del campo chileno, sobre la base de datoshistóricos que dan cuenta del posible carácter con­temporáneo de los relatos sobre Urdemales. Inspiradaen el análisis simbólico de Taussig abordaré al per­sonaje en cuestión entendiéndolo como una expresióncultural de resistencia, que pone de manifiesto elconflicto entre dos formas de concebir las relacionessociales: una capitalista y otra precapitalista. Dichasformas pueden ser correlacionados a la oligarquía ylos campesinos-peones-bandidos que caracterizaronel escenario sociocultural del campo a mediados delsiglo XIX, y cuyas relaciones aun hoy permanecenen cierto modo intactas a pesar de los dinámicoscambios modernizadores y liberales que ha sufridola economía rural en el último tiempo.

La voz y el oído: Un acercamiento desde losestudios medievales de Paul Zumthor(Zumtor,1989)

"Admitir que un texto, en cualquier momento desu existencia fue oral, es tomar conciencia de unhecho histórico (…) se trata pues, de intentar ver laotra cara de este texto espejo, de hurgar en el azogue.Por encima de la evidencia de nuestro presente y delas racionalidades de nuestros métodos, queda unresiduo: ese múltiplo sin origen unificador ni fintotalizador (…) y cuyo conocimiento pertenece aloído." (Paul Zumthor “La letra y la voz de la literaturamedieval”)

Resulta muy difícil plantearse la existencia deun modo de pensamiento oral, distinto, pero nonecesariamente opuesto al de la escritura. EnSantiago, una ciudad capital como tantas otrascaracterizadas por el dominio grafico de la publi­cidad, la forma más natural de conocer es a travésde nuestros ojos. “Ver para creer”, deja de ser unproverbio religioso sino que absolutamente secu­larizado que nos remite al carácter visual de nuestrasociedad compleja, donde los textos son garantíade orden y crean realidades increíbles, de objetosvivificados (o fetichizados) que nos prometenfelicidad con el sólo hecho de poseerlos. Pero esees otro cantar…

Lo que me convoca frente a estas hojas es laevidencia paradójicamente escritural de la oralidadde los cuentos de Pedro Urdemales, y la pertinenciaantropológica que a mi parecer posee este aspectode su ser. La oralidad involucra una serie de elementosque dinámicos se entrelazan a diario en nuestra vida,y que como suele suceder en el plano de lo cotidiano,permanecen casi siempre fuera de nuestra curiosidad.La voz, el oído, la comunicación, los otros sereshumanos que comparten nuestro entorno, en fin,todos los aspectos que convoca la oralidad en suaparición la justifican como un tema intrínsicamenteantropológico situado en el contexto de lo que segúnmuchos define la existencia de la cultura: el lenguaje.Por otra parte la oralidad es la forma mediante lacual un “Otro” se sitúa en el mundo y frente a losdemás, y por lo tanto la perspectiva culturalistaencuentra un buen campo de estudio en ella, entre­gándole la posibilidad de descubrir un nuevo orden,o des-orden, de las cosas y las palabras.

La oralidad es definida por Paul Zumthor comoel carácter lingüístico de toda comunicación vocal,por lo tanto, su existencia es social, ya que implicaun acto comunicativo de generación individual, queinvolucra tanto el hablar como el escuchar.

La voz manifiesta un querer decir y una voluntadde existencia. Es ella quien transforma a los objetosen símbolos, en la medida en que marca en el sujetola existencia de una alteridad. Las posibilidades detransmisión de la herencia cultural a través del lenguajeson actualizadas por la voz, siendo entonces unprincipio de integración social. En este sentido laoralidad ofrecida a una audición pública, funcionasin embargo en el seno de un grupo social limitado,siendo por tanto constituyente de una identidadcultural particular.

La articulación entre el oído y la voz está dadapor el doble deseo de decir y escuchar. En esta relaciónhay un acto de fe, cimentado sobre la base social dela voz, que implica por una parte la experienciainmediata de la oralidad y por otra parte el reconoci­miento de lo tradicional en la comunicación. Es decir,si bien la comunicación oral ocurre en el segundomismo de su producción, su mensaje contiene sím­

bolos compartidos por los participantes de dichoproceso, los cuales remitirían a una cosmovisióncomún. El círculo de la oralidad estaría determinadopor el anonimato de sus relatos, remitiendo más biena la memoria colectiva y no a la de un individuo enparticular.

En este sentido la oralidad de una comunidaddaría cuenta de una manera particular de comprenderel entorno, sus relaciones sociales y con el medioambiente, lo cual se manifiesta simultáneamente enuna forma de transmisión y percepción que acontecenen el aquí y el ahora. Zumthor denomina a esta accióncompleja Performance, la cual involucra producción,transmisión, recepción, conservación y repeticióndel mensaje oral.

Los cambios sufridos por una comunidad tradi­cional, es decir, por un grupo de persona que parahacer efectiva su comunicación remiten a la memoriacolectiva, no acaban necesariamente con la oralidad.Frente a las modificaciones de las estructuras políticasy sociales, de las costumbres y formas de sensibilidad,se manifiesta la función transhistorica de la oralidad,que mantiene sin embargo los valores de la palabraque sustentan el discurso mediante el cual la comu­nidad puede mantener la cohesión social y la mora­lidad del grupo.

El caso de Pedro Urdemales resulta iluminadoren lo que respecta a las características de la oralidad.Podríamos iniciar este análisis planteando que Pedrono es un ser humano, sino más bien una metáforade un cierto tipo humano, que dotada de la capacidadde transitar en la atemporalidad de la oralidad, cargacon los símbolos culturales del campesinado. Elcarácter oral de su leyenda le permite transitar tantoen la sincronía de un lugar específico, como tambiéna través de la historia, en un sinnúmero de parajescampesinos y mineros a lo largo de todo chile.

Nunca sus aventuras remiten a un tiempo dema­siado lejano, siempre está conectado con la experienciaviva de alguien conocido, como puede ser la delpropio narrador. La veracidad de su historia se apoyaen lo que todos comparten, la memoria colectiva degrupo, que es garantía de comprensión y recreamiento.El carácter picaresco de este personaje, y la estructuraaparentemente simple de sus aventuras, favorecen

su transmisión a través de las variadas formas queadquieren sus relatos. Ya sean, cuentos, décimas,poesías, obras teatrales, canciones, payas, etc. PedroUrdemales va encontrando nuevos contextoshistóricos, en donde recrear los signos culturales delas relaciones sociales del campesinado chileno,respondiendo a las transformaciones modernizadorasque ha sufrido la estructura social y económica rural,poniendo de manifiesto entonces lo que anteriormentedenominara la función transhistórica de la oralidad.

A continuación se aclarará más el punto anterior,donde me aventurare a dar una interpretación acercade los orígenes y significados de las correrías dePedro Urdemales en el campo chileno.

Pedro Urdemales ¿bandido rural?

Los orígenes de Pedro Urdemales se remontan,según el investigador del folckolre chileno RamónLaval a mediados del siglo XVI en lo que correspondea la primera parte de una pequeña obra titulada “Elsutil Cordobés Pedro de Urdemales”. InclusoCervantes habría consagrado un libro a este personaje,una comedia del año 1615 (Pérez, 1971) Sin embargose podría aventurar la hipótesis de que estos cuentospopulares provienen de tradiciones anteriores, ligadasa la poesía oral del medioevo.

Los cuentos de Pedro Urdemales han transitado,como vemos desde sus orígenes, constantementeentre la oralidad y la escritura, lo que no implica queuna de estas formas de expresión someta o limite ala otra. La oralidad no se encuentra en contradiccióncon la escritura, sino que perfectamente puede convivircon ella, e incluso como parece ocurrir en este caso,incorpora expresiones literarias a su acervo de lamisma forma que la literatura puede ir incluyendoexpresiones orales, generándose un movimiento dedesfase constante entre ambos dominios del lenguaje.La oralidad puede entonces entrar en un lento procesode aculturización, adaptación y reculturización, sinque esto implique su desaparición.

El origen castellano de Urdemales nos sitúaineludiblemente en la problemática de larecontextualización de sus aventuras en la realidad

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chilena, específicamente en las zonas rurales, dondeen mayor medida se mantenía o aún mantiene latradición oral como manera de ser en el mundo.

Los cuentos de Pedro Urdemales han ido adqui­riendo diversas significaciones a lo largo del tiempo,y según el medio en donde fueran reproducidos. Lainterpretación de sus aventuras y el grado deinteriorización de las moralejas que propone variaránobviamente según la manera en como éstas se trans­mitan (oralidad o escritura), y según el medio (ruralo urbano) en donde se sitúe el acto narrativo.

Sin embargo se conservará un sustrato común ala memoria enraizada en lo que podríamos llamar uncierto ethos o forma de ser de un pueblo, en este casode un sector particular del campo de nuestro país.Las recopilaciones nacionales de estos cuentosanónimos datan del siglo XIX hasta unas más actualesque corresponden a la década de 1970, y si bien nose observa mayor variación en la estructura de loscuentos, la presencia o ausencia de dichas expresionesdan muestra de los diferentes procesos históricos(sociales, políticos, económicos y culturales) que haido modificando a la ruralidad.

Lo que propongo aquí es que Pedro Urdemalesadquiere una significación particular en la tradiciónoral del campo chileno a mediados del siglo XIX enel contexto de maduración del capitalismo industrialcomo sistema económico dominante y de la conse­cuente proletarización mercantil de la mano de obracampesina.

Durante este periodo la oferta de trabajo asalariadomoderno fue escasa e inestable, mientras que la ofertade trabajo asalariado premoderno, de tipo peonal fuede mayor volumen. Las condiciones de trabajo delos peones llegaban a niveles esclavistas y el salarioera regularmente sustituido por deudas insaldables,“raciones” alimenticias o dinero de almacénmonopólico.(Salazar, 1991)

Frente a esta situación de precariedad laboral lajuventud popular, que constituía la mayor parte delpeonaje, comenzó a conformar un verdadero movi­miento social, en lucha contra esa proletarización.Surgen así ocupaciones marginales ligadas a la

emigración o “vagabundaje” y al cuatrerismo o “van­dalaje”, que generaron en la oligarquía de la épocaun fuerte rechazo y un sentimiento de impotenciaante este ancho movimiento popular de oposición.

Los cuentos de Pedro Urdemales pueden serentendidos como una reacción cultural del campesi­nado frente al capitalismo industrial (Taussig, 1993).Específicamente frente a las formas especulativas deacumulación del capital llevadas a cabo por laoligarquía y que promovían el peonaje como únicaforma laboral racionalmente aceptable .

En los relatos de sus aventuras, siempre se dacuenta de su carácter nómade. Transita por los caminosrurales en busca de ocupaciones ocasionales, libredel yugo peonal. Es un ser desarraigado, pero almismo tiempo íntimamente ligado a la tierra mediantesus particulares formas de apropiación de lo ajeno.Nunca codicia sin embargo la tierra de otro, no eseso lo que despoja. Su “labor” se centra más bien enlas riquezas de los huasos acomodados, de los señoreshacendados o en la acumulación de algún bien porparte de los campesinos.

Urdemales se aprovecha en beneficio propio dela codicia ajena; pero por otra parte también lo hacede la credulidad e ingenuidad de los campesinos, loque queda muy bien relatado en el cuento titulado“La piedra del fin del mundo”, donde convence aun huaso de entregarle su caballo para que soportesobre sus hombros el porvenir de la humanidad entera.En esta dimensión Pedro Urdemales toma la formade un caudillo que con palabra elocuente establecerelaciones asimétricas de poder y sometimiento, bajocondiciones aparentemente justas (Pérez, 1971)

Ahora bien, en relación a la idea anteriormenteplanteada, la interpretación sobre Pedro Urdemalesse basa en lo que podríamos llamar un tipo específicode cuento, pues remite a una estructura morfológicaparticular, en la cual los personajes llevan a cabo unaserie de acciones significativas o funciones queconstituyen las partes fundamentales del cuento(Propp). En el siguiente cuento titulado “La huasquitade virtud” se puede retratar claramente esta estructuraparticular:

Estaba Pedro Urdemales asando un buen pedazode lomo de buey en un altito que había cerca delcamino, y cuando ya estaba la carne bien asaditadivisó a un clérigo que venía de a caballo, paso apaso, rezando en su librito. Pedro Urdemales pensó:“voy a hacer leso a este cura, que tiene cara decicatero”; y bajando inmediatamente al caminoamarró la carne al tronco del árbol, se sacó la correacon que se sujetaba los pantalones a la cintura ycomenzó a azotar la carne, diciendo a cada azote:“ásate carnecita.”

El cura detuvo el caballo y se puso a mirar loque pedro hacía; pero éste, aparentando que no lohabía visto, seguía cascándole a la carne diciendo:“Ásate carnecita”; hasta que la desató y se sentó acomerla.

En estas primeras líneas vemos como en su in­cansable vagabundeo, Pedro va literalmente urdiendomales, planeando cada uno de los pasos a seguir parallegar, como veremos luego, a establecer relaciones“comerciales” (de compra y venta) en donde lanegociación o el regateo se vuelven el centro de lainteracción. En primera instancia Pedro Urdemalescrea un producto virtuoso, con tales característicasque resulte lógico el deseo de poseerlo, apelando auna racionalidad económica especulativa del otropersonaje, en este caso del cura, que no pasará poralto la singularidad del hecho que presencia.

El cura, admirado de lo que veía le dijo:

- Convídeme, amigo, un pedacito.- Con mucho gusto señor- le contestó Pedro y le pasóun pedazo.

La probó el cura y, viendo que de verdad estaba bienasada y calientita, le preguntó:

- ¿Y cómo hace esto mi amigo, sin tener fuego?-porque el cura no veía ni rastros de leña ni de carbónpor ninguna parte.- De una manera muy fácil, señor- le respondióPedro; no hay más que amarrarla carne cruda a unpalo o a un árbol, y, pegándole con esta correita devirtud, decirle a cada chicotazo: “Ásate carnecita”;y antes de los veinte huascazos la carne queda asada.

El cura se dijo : “Si le compro la huasquita a estehombre, economizaré mucha plata, porque no tendréque comprar ni carbón ni leña.

Una vez frente al potencial “cliente”, Pedrodespliega una verdadera estrategia de Marketing(¡que incluye degustación y todo!) y con un “humilde”discurso acerca de los atractivos de la mercancía encuestión juega galantemente con las codiciosasexpectativas de su “cliente”1

Los compradores no ven inconvenientes en en­tregarle cuantiosas sumas de dinero a Urdemales,pues el objeto ofrecido posee la capacidad de repro­ducir mil veces más lo que se pide por su precio. Elrazonamiento siempre es como el hecho por el curaen el párrafo anterior: “Si le compro la husquita aeste hombre economizaré mucha plata, porque notendré que comprar ni carbón ni leña”. La cosaofrecida es de virtud, objeto aparentemente fértil,pero no natural, pues es sólo un medio de intercambio.Posee vida propia, por lo tanto, como dice Taussig,es un fetiche que determina la relación social entrelos personajes involucrados en la transacción, asíPedro es el vendedor y el cura un libre comprador.

…Y hablando fuerte (el cura), le preguntó aUrdemales:

- ¿Por qué no me vendís la huasquita? Te daré veintepesos por ella; ¿qué te parece?- Me parece muy mal- le contestó Pedro- porque nola doy por menos de mil pesos- Hombre está muy cara y nadie te dará tanta plata.¿Querís cincuenta pesos?- No, señor. Es muy poco.- Serán cien pesos.- Que no, señor- Doscientos pesos, entonces.- Contra na me ofrece menos de los mil pesos, porqueno se la doy.-Vaya, pues. Te daré trescientos pesos y ni un chicomás.

Pedro vio que el cura no largaría ni medio cristofuera de los trescientos pesos, así es que le dijo:

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significadas en un determinado momento históricoaún hoy mantengan su vigencia, no como fenómenosestáticos y duros de corroer, sino que gracias a lacapacidad adaptativa, flexible, maleable y nómadade la comunicación oral manifiestan una singularvoluntad de existencia.

“Y se acaban los cuentos, y se los llevó el viento,y todo el mal se ha ido, y el poco bien que ha quedadosea para mi y los que me han oído.”

NOTAS1. ¡Quizás Urdemales sea el primer publicista deChile!.

BIBLIOGRAFÍA

PEREZ, FLORIDOR, 1971: Recopilación de“Cuentos de Pedro Urdemales” Anónimo, Ed.Quimantu.

PROPP, VLADIMIR. “Morfología del Cuento”.

SALAZAR, GABRIEL, 1991: “Empresariadopopular e industrialización: la guerrilla de los mer­caderes (Chile 1830- 1885)”, en revista Proposicionesnº 20.

TAUSSIG, MICHAEL, 1993: “El diablo y elfetichismo de la mercancía en Sudamérica”, Ed.Nueva Imagen.

ZUMTHOR, PAUL, 1989: “La letra y la voz dela literatura medieval” Ediciones Cátedra.

- Mire su paternidad, por ser a usted se la daré enlos trescientos pesos, pero con la condición de quetodos los viernes diga una misa por el descanso delas benditas ánimas, de que soy muy devoto.- Bueno, pues, hombre; te daré los trescientos pesosy diré todos los viernes la misa que me pides.

Nuestro personaje actúa como el Mercado, siendoél quien fija el precio de la compra, y que en últimainstancia decide siempre a su favor la dinámica delregateo. En todo caso y aunque rara vez logra conse­guir todo el dinero del precio, Pedro no tiene nadaque perder, pues si bien puede haber invertido algúnbien en esta urdimbre comercial, recupera siempremás de lo arriesgado.

El cura pasó la plata, recibió la correa, yapretó las espuelas del caballo, temiendo que elvendedor se arrepintiese; pero este, apenas vio eldinero en sus manos apretó a correr por el bosquepatitas pa qué te quiero, y no salió de entre losárboles hasta bien entrada la noche.

En cuanto el cura llegó a su casa, quiso probarla virtud de la huasquita delante de toda su gente,a la que contó la famosa compra que había hecho.Tomó un pedazote carne, lo ató al tronco de un árboly comenzó a darle de huascazos con la correa devirtud, sin olvidarse de decir a cada golpe: “Ásatecarnecita”, hasta que contó los veinte huascazos deordenanza; pero lo único que consiguió fue que lacarne con tanto golpe, se pusiera piltrafienta y noquedó buena más que para dársela a los gatos.

No son para contarlas las maldiciones que elcura le echó a Pedro Urdemales, el cual muy tran­quilo, se remolinó los trescientos pesos en una chin­gana que había por ahí cerca.

Una vez que el objeto de virtud es adquirido porlos felices compradores, (que piensan haber hechoel mejor negocio de sus vidas a costas de la ignoranciade un bandido pobre), terminan sometiendo su accio­nar al carácter mágico que supuestamente posee dichoobjeto. La cosa los domina llevándolos a cometeractos a veces ridículos, a veces atroces como elasesinato Por ejemplo lo que le ocurre al comprador

de la Flauta de virtud. Sin embargo el encantamientono dura para siempre, y el dominio de la cosa sobreelser humano que creyó poseerla se disuelve en lamedidaen que éste cae en cuenta de que lo adquirido no eramás que un espejismo y que la perturbación de esteorden social en donde predomina el valor de uso traeconsecuencias no esperadas.

Pedro Urdemales evita la acumulación y en estesentido puede parecer contradictorio con el hecho deque actúa como el Mercado. Lo que ocurre es quelogra llevar la lógica capitalista hasta una tierra denadie, relativizando sus límites. Es más bien unaironización del Mercado en la medida en que lo utilizapara aleccionar, pero él mismo no se somete jamása la idea de acumulación.

En cierto modo puede entenderse que Urdemalesdeplora el acaparamiento, y por lo tanto reestableceel equilibrio de bienes supuestamente escasos entrelos campesinos a través de la dilapidación festiva desu botín. Los bienes robados, como por ejemplo “elcharqui de ño mayo” se resignifican en tanto PedroUrdemales se los apropia de acuerdo a la lógica delvalor de uso, es decir, como manera de satisfaceruna necesidad básica como es el alimentarse.

Si bien entiendo aquí que la significación de lasaventuras de Pedro Urdemales se enraíza en unproceso histórico identificable a mediados del sigloXIX, creo que no sería absurdo postular que la vi­gencia de estos relatos, ya sea en forma de cuentosu otro tipo de expresión oral, aun sigue poniendo demanifiesto el conflicto entre dos formas de pensa­miento. El hecho de que este personaje viva en lastierras de la oralidad le ha permitido ir adaptándosea los nuevos contextos temporales y espaciales a loscuales se enfrenta su leyenda. Por tanto, mientras sepueda identificar la existencia de tradición oral, seestará en presencia de un modo de ser diferente alsacralizado por occidente, y que puede ser represen­tado por la escritura. Además y en la medida en quees la memoria de un cierto grupo la que vuelveconstantemente al momento presenta a través de laoralidad, es factible que las manifestaciones culturales

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RESUMEN

La ley de pesca y acuicultura ha sido foco defuertes críticas de parte de distintos sectores. Uno deellos corresponde a las organizaciones mapuchelafquenche 1.

El presente trabajo intenta conocer y comprendercómo las organizaciones y los dirigentes lafquenchehan enfrentado los problemas acarreados por lasactuales regulaciones en esta materia.

El movimiento lafquenche ha construido un dis­curso en torno a esta problemática y ha desarrolladodistintas estrategias de acción para mejorar susituación. La principal es una propuesta legaal propiaque busca mejorar las condiciones del acceso de lospueblos indígenas a los recursos marinos.

En este documento se establece una discusiónsobre esta realidad, identificando a los sectores quetienen intereses en materia de pesca y caracterizandoposibles conflictos y caminos que puede tomar lapropuesta legal lafquenche.

INTRODUCCIÓN

La población mapuche lafquenche se ubica espa­cialmente a lo largo de la costa de la VIII, IX y Xregiones. No obstante, existen varias zonas que sonconsideradas lafquenche que se encuentran a unadistancia considerable del mar. La definición delafquenche de parte del actual movimiento mapucherecoge, por lo tanto, varios elementos correspondientesa unorden tradicional, como también a un concepto dereivindicación actual.

Sin embargo, no es una caracterización de lapoblación lafquenche la que motiva el interés delestudio, sino la relación existente entre los dirigentesde este sector del pueblo mapuche, su discurso y su interés por la regulación y cambio de ciertas norma­tivas legales que rigen un área muy ligada a ellos: lapesca y la recolección de productos marinos En estesentido, es necesario señalar que el trabajo en terrenoha sido fundamental para esta labor, ya que permitióconversar y conocer la realidad lafquenche en supropio lugar y contexto. Las tareas se concentraronbásicamente en Tirúa (VIII Región), Temuco (IXRegión), Queule (IX Región) y Mehuín (X Región).

La Ley General de Pesca y Acuicultura de 19922

es un esqueleto jurídico muy extenso, que contienemúltiples decretos, modificaciones y notas, llevadasa cabo en los últimos catorce años. La ley entrega elmarco general que regula todas las actividades pes­queras y de acuicultura, así como también las cues­tiones referentes a instituciones y actores ligados ala materia. Este dispositivo reglamenta todo tipo delabor marítima, a saber: pesca industrial, cultivos de

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LA LEY DE PESCA Y LA PROPUESTA LAFQUENCHE

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especies, pesca artesanal, pesca deportiva, pesca deinvestigación, etc.

Este cuerpo legal ha provocado descontentos enamplios sectores sociales. Existen, por ejemplo, seriosproblemas entre pescadores artesanales y el sectorpesquero industrial; existen carencias en las formasde fiscalización de la pesca de arrastre, etc. Lasregulaciones para los diversos tipos de extracción derecursos marinos se encuentran en debate. En el casolafquenche, se establece una crítica primordial a laley, basada fundamentalmente en que este aparatojurídico no ha considerado en ningún apartado larelación (cultural, económica o religiosa) existenteentre los pueblos originarios y el mar.

Esta situación ha llevado al fortalecimiento deun movimiento lafquenche que plantea nuevos dis­cursos y que en la actualidad ha canalizado sus fuerzasen la presentación de un proyecto de ley que buscasubsanar los vacíos que existen en la legislaciónrespectiva (Asociación Indígena Lafquenche, 2005).Con ello se ha avanzado en un interesante procesode articulación y movilización mapuche, donde elaspecto dirigencial adquiere ribetes importantes.

Actores lafquenche

Una de las organizaciones importantes de la zonacostera, que destaca por su trabajo desarrollado desdeinicios de la década de los noventa, es la IdentidadTerritorial Lafquenche (en adelante ITL). En losúltimos años este referente mapuche se ha hechocada vez más fuerte y conocido en la franja litoralde la VIII, IX y X regiones. Posiblemente, gran partede esa figuración se ha canalizado a través del posi­cionamiento político nacional e internacional delactual alcalde de la comuna de Tirúa (VIII región),Adolfo Millabur.

Otra entidad importante, ubicada específicamenteen el sector de Tirúa, es la organización Pu lafquenche,hoy sin muchas actividades y con poca ingerencia.

En la actualidad, la ITL ha pasado a constituiruna organización con personalidad jurídica en laCONADI (Corporación Nacional de DesarrolloIndígena), bajo el nombre formal de Asociación

Indígena Lafquenche. Su despliegue territorial haaumentado significativamente, logrando trabajar conpersonas y agrupaciones provenientes de Arauco,Cañete, Lebu, Lleu Lleu y Tirúa en la VIII Región;Carahue, Lago Budi, Puerto Saavedra, TeodoroSchmith, Toltén y Queule (en la IX Región); Mehuín,San Juan de la Costa, Maullín, Puerto Montt, Chiloéy Palena (en la X Región). Por otro lado, la ITLtambién forma parte de la reciente Coordinación deorganizaciones e identidades territoriales mapuche(CITEM), nuevo movimiento que agrupa a diversossectores y que se ha desenvuelto principalmente enel ámbito de los derechos humanos y ambientales.

La ITL no es la única organización que existe ensectores costeros. Hay muchas agrupaciones de co­munidades o en comunidades, que se congregan pormotivos diversos: proyectos productivos, comunica­cionales, culturales, etc. Asimismo, durante los últimossiete años e independiente de la fuerza que presentenhoy, se han levantado sectores y organizaciones másautonomistas, sobre todo en lo que corresponde a laprovincia de Arauco y en directa vinculación con losconflictos surgidos con empresas forestales. En lascomunas de Cañete y Tirúa destacan comunidadesque han desarrollado intensas movilizaciones en tornoa procesos de recuperación de tierras y que han sidoduramente reprimidas por los aparatos del estado.

Además es necesario puntualizar que la ITL tienepersonas que trabajan en las diversas localidadesantes mencionadas, pero carece en general de unmovimiento de base sólido. La labor se ha enfocadoen rescatar dirigentes de distintos lugares, confiandoen las capacidades que tendrán éstos para difundir laproblemática y para integrar a más personas en lasmovilizaciones lafquenche.

Características del discurso

La reivindicación mapuche sobre la tierra es unaconstante que tiene mucha vigencia aún, tanto en elsentido histórico de lucha contra la usurpación, comotambién bajo la forma o la noción del derecho a unterritorio. Este tema se ha difundido y posicionadocon el tiempo, sin embargo, el discurso lafquencheabre nuevas puertas, nuevos derechos y exigencias,que son igualmente relevantes que el derecho a la

tierra. Todos los dirigentes lafquenche entrevistadosdurante los terrenos: Iván Carilao, Mirta Ñankuan,Edelmira Huechán, Aurelio Millahual, Boris Hualme,Tito Lienlaf3, que colaboraron con este trabajo,introducen el mar o el acceso a éste como un derechopropio de los mapuche. Se trata de una cuestióninalienable que caracteriza a aquellos mapuche queviven de los recursos marinos o que están ligados aellos. Es un elemento vital de la cultura e identidadlafquenche.

El fundamento principal que encontramos es queexiste una convivencia ancestral entre los mapuchey el mar, por tanto, se trataría de una relación integralcon el medio, “lo que ha determinado la configuraciónde toda su cultura y orden social por siglos”(Asociación Indígena Lafquenche, 2005: p.2)

Queda de manifiesto la relevancia de esta proble­mática cuando los dirigentes lafquenche posicionansus demandas en el informe de las Naciones Unidassobre la situación de los pueblos indígenas en Chile,realizado durante 2003. En ese documento se señala,en términos generales, que los vacíos legales existentesen los derechos de propiedad sobre tierra, subsuelo,mar y fuentes de agua, generan innumerables conflic­tos. En el caso lafquenche esto propicia una negacióndel derecho tradicional de las comunidades de extraerlos recursos del mar, viéndose obligados a asumirnuevas regulaciones y formas de organización, comola constitución de áreas de manejo y la sindicalización(Stavenhagen, 2004: p.17).

El discurso lafquenche sin duda tiene un com­ponente identitario muy fuerte. Se habla del marcomo un derecho colectivo, que define a la identi­dad lafquenche, diferenciándola dentro de lo ma­puche de otras identidades (nagche, wenteche,williche, pehuenche, puelche etc.). Es difícil vis­lumbrar con claridad un carácter autonomista enel discurso, como ha sido la característica en otrasorganizaciones. La postura de la ITL es más bienmoderada dentro del espectro político mapuche,buscando el diálogo con los poderes y lanegociación. Han optado por una vía de proposiciónde iniciativas en el marco legal chileno.

Estrategias de movilización y negociación

La ITL ha desarrollado, desde un tiempo a estaparte, un intenso proceso de movilización y denegociación, que ha puesto su mayor énfasis en laconstrucción de un proyecto de ley que busca incluirla dimensión étnica en las actividades que se realizansobre en zonas costeras. Ese proyecto de ley denomi­nado “Ley que crea el espacio costero marítimo delos pueblos originarios”, se viene trabajando desdehace tiempo por un equipo técnico (abogados,biólogos, antropólogos, sociólogos, etc.) que asesoraa la ITL y fue ingresado al congreso el 31 de agostode 2005.

Para este trabajo, se han definido las estrategiasde movilización como las que se realizan hacia lasociedad mapuche, es decir, que poseen un carácterinterno. Su objetivo es básicamente generar una redde apoyo a la propuesta lafquenche en amplios sec­tores geográficos de la costa, desarrollar un procesode difusión e información en las zonas que se veráninvolucradas y captar adherentes y dirigentes paraampliar el movimiento lafquenche.

Las estrategias más comunes son la realizaciónde xawün o encuentros en comunidades mapuche,con la asistencia de muchas personas de diversaszonas, donde se conversa sobre la situación mapucheen general, y de la propuesta en particular y dondetambién se invitan expertos asesores para unaexplicación más detallada. Los xawün se efectúan alairelibre, duran uno o dos días generalmente y destacasu carácter oral. Probablemente, no sean una instanciaresolutiva, más bien su acento está puesto en laconversación y difusión del tema central, es decir, lapropuesta alternativa a la ley de pesca.

A este tipo de encuentros incluso han sidoinvitadas autoridades gubernamentales. De hechodurante el 2004 la ITL organizó una reunión masivaen Trawa Trawa (Lago Budi, IX Región), dondecerca de tres mil personas esperaban al presidenteRicardo Lagos, pero éste no asistió, lo que setransformó a la larga en una ofensa, creando lasensación de deuda del gobierno con los lafquen­che. Son quizás estos hechos los que causaron

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tanta disponibilidad del ejecutivo con la ITL paraconversar sobre la propuesta legislativa, lo quepodría entenderse como un acto de desagravio oreparación.

Otras formas de movilización son las grandesreuniones que se realizan en Temuco una vez al meso en caso de emergencia. Hasta la capital de laAraucanía concurren dirigentes o representantes detodas las zonas lafquenche. Se discuten las determi­naciones que ha tomado la dirigencia y se llega aconsenso sobre los pasos a seguir. Es la instanciadonde se toman la mayor cantidad de decisiones.

La dirigencia realiza también viajes internos parair en apoyo de algunas zonas, que consisten funda­mentalmente en charlas y reuniones. En este sentido,los dirigentes y las personas más destacadas de laITL juegan un papel fundamental, ya que su expe­riencia y manejo informativo les permite ser clarosa la hora de explicar la actual realidad de las comu­nidades lafquenche y los probables beneficios quepuede traer una nueva iniciativa legal.

En cuanto a las estrategias de negociación, éstastienen un carácter externo y básicamente han radicadoen conversaciones con parlamentarios para llegar abuen puerto en la discusión de la ley. Se trata de unasuerte de lobby indígena. Según relatan los dirigentes4,éste trabajo ha consistido en arduas jornadas en elCongreso Nacional intentando ser atendidos por losparlamentarios que habitualmente tienen una agendacopada y poco tiempo para recibir a personas.

La ITL también ha desarrollado conversacionescon autoridades de gobierno para conseguir el máximoapoyo de parte del ejecutivo. Esta línea de accióntiene como objetivo acelerar la tramitación del pro­yecto de ley, dado que el gobierno posee la facultadpara otorgar urgencia, suma urgencia o discusióninmediata al debate parlamentario.

Posibilidades en el juego del poder

Centrándonos en el debate legal, sus posibilidadesy sus caminos, se iniciará ahora una discusión desdeel concepto juego del poder de Charles Lindblom,

que hace referencia, a grandes rasgos, a las interac­ciones políticas por medio de las cuales se pretendecontrolar a los demás (Lindblom, 1991: p.57). En eljuego entran en acción tanto grupos de decisión (enmateria de políticas públicas), como también losciudadanos que desean intervenir o hacer propuestasen torno a un tema.

En lo que se refiere a la pesca y a la creación deun acceso diferenciado de los pueblos originarios alespacio costero marítimo, encontramos a dos gruposimportantes, que a priori están en posiciones opuestas:el de los políticos y empresarios y el del movimientolafquenche.

Los dos sectores son radicalmente distintos. Elsector empresarial es relativamente homogéneo ymás organizado y también pequeño en comparacióna toda la población mapuche lafquenche a la cuálpretende representar la dirigencia de la ITL.

A simple vista el juego del poder se planteadesigual, sobretodo si se reconoce que la tenencia depoder político y económico permiten la utilizaciónde mecanismos de control (Lindblom, 1991: p.62-63). Un sector claramente tiene más piezas sobre eltablero. Los empresarios, desde la óptica de Olson( 1998: p.42), poseen incentivos considerables, quesi bien no son observables de inmediato, se materia­lizan a largo plazo en beneficios económicos y polí­ticos que pueden obtener a raíz de la vigencia deciertas normativas reguladoras en el ámbito de losrecursos marinos. En este contexto se entiende eldespliegue técnico-jurídico (equipos de abogados,economistas, etc.), que en conjunto con una posicióndecisional como la de un parlamentario, constituyenelementos que aumentan las probabilidades de obtenerun bien colectivo para el sector político- empresarial.Además, como se sostenía anteriormente, el tamañodel grupo es pequeño y dada esta situación valdríala pena el esfuerzo de una mínima parte de este sectorpara conseguir un bien colectivo (Olson, 1998: p.53), debido a que las ganancias a obtener son realmentesignificativas, independientemente, de su proporcio­nalidad en la repartición con todos los integrantesdel grupo de interés que no se esforzaron en el logrodel bien.

En un escenario distinto se encuentran las deman­das del movimiento lafquenche y de las organizacionesque han profundizado sus críticas a la ley de pesca,construyendo una propuesta alternativa para lospueblos indígenas y, en particular, para el pueblomapuche. La acción colectiva tendiente a obtener unbien, que en este caso sería un acceso libre a lossectores costeros, no tiene ningún incentivo selectivofácil de captar.

Los incentivos podrían verse materializados encuestiones individuales, como el manejo de recursosde parte de dirigentes o personas para efectos defacilitar los procesos de movilización y negociación,pero no lo podemos comprobar. Asimismo otrosincentivos se relacionarían con el engrandecimientoy posicionamiento político de ciertos dirigentes,independientemente de sus buenas voluntades ycapacidades. Sin caer en juicios de valor, atisbos deesa realidad pueden observarse en la ITL, debido aque la organización se caracteriza por fuertes perso­nalismos. El caso de Adolfo Millabur podría traersea colación, ya que es un destacado dirigente delmovimiento mapuche en general, reconocido en elámbito nacional e internacional, y ha logrado canalizardividendos políticos considerables.

Con todo, se debe admitir que es bastante com­plejo reconocer la existencia de incentivos. Se tratabásica y solamente de establecer conjeturas y posibi­lidades. Lo mismo en el caso del sector político-empresarial.

Quizás las mayores dificultades para caracterizareste juego del poder se concentran en las diferenciasque existen entre los sectores involucrados. Esadistinción se presenta cuando definimos al sectorpolítico-empresarial como un grupo de interés y alos mapuche lafquenche como un movimiento social.Bajo la mirada de Sydney Tarrow (1997), la lógicade la acción colectiva de Olson, no funciona de lamisma manera en asociaciones económicas o gruposde interés y en movimientos sociales. Varias razonesinfluyen en esto, una de ellas enfatiza el hecho deque la afiliación a un movimiento social no se dasimplemente por la obtención de una utilidad marginal,sino por una heterogeneidad de motivaciones (soli­daridad de grupo, por principios, por el deseo de

integrar un colectivo y, podríamos agregar nosotros,por conciencia étnica, etc.).

Otra razón tiene que ver con el tamaño de losgrupos: mientras los grupos de interés son relati­vamente pequeños, al contrario, los movimientossociales involucran a un número indefinido depersonas (Tarrow, 1997: p.44-46), lo que hacedistintas sus capacidades de aglutinar y movilizarindividuos.

La visión que se obtiene a partir de Tarrowcomplejiza (complica) las relaciones que se habíanformado en el juego del poder e introduce nuevoselementos. La dirigencia lafquenche está conscientedel que el camino que pueda tomar su proyecto deley está lleno de obstáculos, pero lo asumen comoriesgos inevitables al introducirse en el área dedecisión de políticas públicas.

Ahora bien, contra todo pronóstico la ley quecrea el espacio costero marítimo de los pueblosoriginarios fue aprobada el 8 de noviembre de 2005por la Cámara de Diputados. Una gran delegaciónde mapuche lafquenche arribó hasta Valparaíso parapresenciar la votación, para ellos constituía un hechohistórico.

La ley pasó entonces al Senado, instancia dondese dará su discusión definitiva para luego serpromulgada. Sin embargo, es en este paso dondese concentran las mayores desconfianzas de partede los dirigentes. Primero porque los senadoresson personas prácticamente inaccesibles y, por lotanto, el lobby indígena no podrá lograr los mismosfrutos que se obtuvieron con los diputados. Ensegundo lugar, se teme que los parlamentariosintroduzcan modificaciones capitales al proyectode ley, repitiendo las experiencias vividas con laLey Indígena 19.253 y considerando que el proyectoen sí mismo está modificado de parte de sus ela­boradores, precisamente, buscando que no se lerealicen cambios. La siguiente cita muestra clara­mente esta situación:

“Pa’ ellos(los parlamentarios) está súper claroy si alguna vez dieran algo, dieran algo, a lo mejorlo van a hacer con ciertos condicionamientos o van

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incluido la petición de acceso libre al mar a lasreivindicaciones tradicionales del pueblo mapuche.

NOTAS

1.El término lafquenche significa “gente del mar” enmapudungün.

2. Texto refundido, coordinado y sistematizado de laley número 18.892 de 1989 y sus modificacionesen la Ley General de Pesca y Acuicultura, promul­gada el 28 de septiembre de 1991 y publicada el21 de enero de 1992.

3.Estas entrevistas fueron realizadas entre septiembrey octubre de 2005.

4.Entrevista a Iván Carilao, septiembre de 2005 yentrevista a Boris Hualme, octubre de 2005.

6.Entrevista a Boris Hualme, octubre de 2005.7.Durante el año 2002 Andrés Zaldívar fue muy

cuestionado por pescadores artesanales y gruposecologistas. Estos sectores pidieron suinhabilitaciónpara votar algunas modificaciones ala Ley de Pesca y Acuicultura de 1992, debido asus intereses creados sobre el tema en discusión.Por otro lado, es necesarioagregar que en las elec­ciones parlamentaria de 2005, Andrés Zaldívar noresultó electo senador. Fue designado Ministro delInterior en marzo de 2006 por la Presidenta MichelleBachelet.

BIBLIOGRAFÍA

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ENTREVISTAS

- Entrevista a Iván Carilao, Tirúa, VIII Región.Septiembre de 2005

- Entrevista a Mirta Ñancuán, Toltén, IX Región.Septiembre de 2005

- Entrevista a Edelmira Huechán, Toltén, IX Región.Octubre de 2005.

- Entrevista a Aurelio Millahual, Comunidad FranciscoTrecán, Queule, IX Región. Octubre de 2005

- Entrevista a Boris Hualme, Comunidad MehuínBajo, Mehuín, X Región. Octubre de 2005

- Entrevista a Tito Lienlaf, Comunidad Mehuín Bajo,X Región. Octubre de 2005

a reformar alguna parte de la ley. Estamos concientesde eso, si van a dar su voto van a tener que reformar...Puede pasar lo mismo que pasó con la ley indígena”.

“La ley se aceptó así como quedó pero con elcompromiso de que aquí no se le saca na’, porqueya está modificá, ya está recortá. Ahora si nos vienencon que van a modificar alguna parte, algunos as­pectos, yo no se lo voy a aguantar”.6

Por último, existe un manto de incertidumbre enla relación del Senado y los partidos políticos de losparlamentarios con algunas empresas que poseenintereses en el sector pesquero. La duda está en cómoeste vínculo puede influir en una futura votación. Unejemplo que podemos traer a colación y que graficabalo dicho durante el estudio es el caso de la familiaZaldívar7, quienes concentran sus inversiones en laempresa Eperva, perteneciente a Corpesca, propiedaddel Grupo Angelini. Esta situación era la que mejorreflejaba la disputa en el juego del poder, las posibi­lidades existentes y los intereses de los sectores.

CONCLUSIONES

En este breve documento se ha pretendido darcuenta de los actores políticos más relevantes en lazona costera de la VIII, IX y X regiones, en relacióncon tema de estudio: la ley de pesca y los lafquenche.Asimismo, se han intentado identificar y diferenciarlas estrategias de movilización y de negociación quehan llevado a cabo estos actores, sin poner muchoénfasis en los logros obtenidos, sino en los mecanis­mos empleados.

Por otro lado, se dibujó una mirada desde elconcepto de juego del poder de Charles Lindblom,relacionado con la generación de políticas públicas.Esto para introducirnos en el debate sobre las posibi­lidades y alternativas de la actual propuesta legal queha construido la ITL, que busca establecer un reco­nocimiento del uso consuetudinario de los pueblosoriginarios sobre los recursos del mar, lo que hoy noson reconocidos por la actual Ley de Pesca yAcuicultura. Dentro de esta discusión se han incluido- sólo como una herramienta comprensiva y sin nece­sidad de adherir a ellos- algunos aspectos de la teoría

de M. Olson, para entender cuáles son las motivacio­nes que tienen los grupos interesados en esta proble­mática (sector político-empresarial y el movimientolafquenche).

Todo esto nos permite comprender en cierta formacómo los dirigentes han enfrentado el conjunto deproblemas que suscita la actual legislación que regulael ámbito de la pesca. A raíz de esta situación se haido construyendo un interesante movimiento, que hacanalizado sus fuerzas en la proposición al poderejecutivo y legislativo de un proyecto de ley generadodesde las organizaciones.

Asimismo, el discurso lafquenche ha ido adqui­riendo importancia en vastos sectores del movimientomapuche en general, aunque debe reconocerse quefalta mucho para que tenga un respaldo de base dela mayoría de las comunidades lafquenche. Este esprobablemente el punto débil de la ITL, sin embargo,se puede apreciar que ha habido un incremento de laparticipación mapuche y que el hecho de conglomerara miles de personas en un xawün, reconociendo lasdificultades implícitas de organizar un encuentro deesas características en un sector rural, es ya un síntomaimportante de crecimiento.

Todo el proceso descrito ha sido bastante diná­mico, lleno de actividades y negociaciones. Sinembargo, no es tomado en cuenta por los medios decomunicación y, por lo tanto, no es un tema de interésde la opinión pública. Más bien las informaciones seconocen sólo en el movimiento mapuche y sus redesde apoyo. Además la tramitación de la ley es bastantereciente y su fase final ya está programada para esteaño.

En general, los lafquenche han optado, y actual­mente agrupan sus fuerzas, por un camino denegociación, sabiendo de antemano que esa elecciónestá llena de obstáculos y conflictos de intereses.

Por último, el movimiento lafquenche en suconjunto ha abierto nuevos contenidos en el discursomapuche. Pienso que no se trata solamente de unproblema puntual, sino de una exigencia de mayorenvergadura. Han ampliado las demandas del movi­miento mapuche, no sólo de los lafquenche; han

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RESUMEN

El siguiente ensayo aborda el problema delas políticas de desarrollo sustentadas en la ideade capital social y su articulación con la teoríade la acción colectiva de Olson y el rol de losincentivos planteado por Bates. Comienza anali­zando el concepto de capital social en su defini­ción tradicional así como sus críticas; posterior­mente se aborda el problema del desarrollo y lacultura. Luego se entregan algunas característicasde los sectores rurales y, finalmente, como searticulan éstas con una política sustentada en elcapital social considerando sus ventajas e incon­venientes.

INTRODUCCIÓNEn el camino hacia el desarrollo, las comuni­

dades rurales han experimentado una serie depropuestas tanto de origen público como privado.Han sido, sin embargo, las iniciativas estatales lasque han tenido mayor repercusión dentro delmundo del agro, en la medida que se han insta­lado dependencias representativas del gobiernoen distintas zonas y han buscado trabajar enforma directa y continua con la población local.Sin embargo, en este proceso se ha contado conuna serie de ideas a priori; la suposición de con­diciones estructurales que se dan por presentesy al servicio de las políticas públicas.

Una de las ideas más arraigadas es suponerque el “desarrollo” es una necesidad intrínsecade las comunidades rurales, un estado quedeben alcanzar si quieren salir de la margina­ción económica que las afecta en comparacióncon los núcleos urbanos. En términos generales,este concepto se referiría al “proceso dirigido apreparar el terreno para reproducir en la mayor partede Asia, Africa y América Latina las condiciones quese suponen caracterizan a las naciones económicamentemás avanzadas del mundo; industrialización, altatasa de urbanización y educación, tecnificación de laagricultura y adopción generalizada de los valores yprincipios de la modernidad, incluyendo formas con­cretas de orden, de racionalidad y de actitud individual”.(Escobar, 2004) Estas características específicasdel “desarrollo” no siempre se condicen conlas expectativas de las comunidades interveni­das. En este plano se instala, por ejemplo, eldebate entre lo que se ha l lamado

EL CAPITAL SOCIAL CAMPESINO Y LA LÓGICA DE LA ACCIÓN COLECTIVA. LILIANA GUTIÉRREZ

EL CAPITAL SOCIAL CAMPESINO Y LA LÓGICADE LA ACCIÓN COLECTIVA

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“antropología del desarrollo”y “antropología parael desarrollo” las que corresponden a dos posturasdentro de la disciplina que enfrentan el problemade la intervención social y los programas de desa­rrollo.

La “antropología para el desarrollo” sería aquellaque favorece un compromiso activo con las institu­ciones que fomentan el desarrollo a favor de lospobres, con el objetivo de transformar la práctica deldesarrollo desde adentro. Su origen se remonta amediados de la década de los ´60 cuando el aparentefracaso de los enfoques “verticalistas” propiciaronuna reevaluación de los aspectos sociales y culturalesdel desarrollo. Esta postura se sustenta en un para­digma pragmático de la intervención social en la queel desarrollo constituye una acción concreta que esnecesario adoptar en pro de los más desposeídos ocarenciados.

Por su parte, la “antropología del desarrollo”empieza por cuestionar la misma noción de desarrolloargumentando que si se pretende comprender dichoconcepto debemos comprender como ha sido enten­dido a lo largo de la historia, desde qué perspectivas,con qué principios de autoridad y con qué consecuen­cias para los grupos de población en particular. Nose trata, por tanto, de ofrecer nuevas bases paramejorarlo, sino de examinar los mismos fundamentossobre los que se construyó como objeto de pensa­miento y práctica. El cuerpo teórico que subyace ala “antropología del desarrollo” está asociado al post-estructuralismo que subraya el papel del lenguaje yel significado en la constitución de la realidad social.(Escobar, 2004).

Gran parte del debate se concentra, por tanto, enla pertinencia de la intervención y la forma en quéesta debe desarrollarse. Si la idea es superar el enfoque“verticalista” o la inyección masiva de capital sin lacerteza de qué resultará productivo, se necesita unaevaluación del terreno social sobre el cual se estátrabajando. En este sentido, se considera relevanteconocer tanto las necesidades como las capacidadesde las personas así como su “idea” del desarrollo.Cada comunidad entiende y vive los cambios de unamanera específica, atendiendo a su cultura, su historia,sus experiencias, etc. El desarrollo, en su más amplia

acepción, no sólo pasa por las estructuras económicaso los grandes flujos comerciales, sino que tambiénposee una dimensión plenamente humana, ligada alindividuo y a su percepción del mundo.

Capital social: un intento por integrar a los actoressociales.

Una de las formas en que se ha intentado canalizarlas potencialidades de la propia población dentro delas políticas y programas de desarrollo ha sido através del concepto de “capital social”. Este se en­tiende, en términos generales, como el “conjunto derelaciones sociales sustentadas en la confianza, lareciprocidad y la cooperación orientadas a temáticasrelacionadas con el desarrollo bajo el supuesto deque potenciando estos elementos es posible incre­mentar la participación de los actores sociales en laresolución de los problemas que los afectan” (Miran­da, Monzó, 2003:9).

Al usar la idea de capital social, se ha intentadoque la población local utilice o “aproveche” suspropias redes de socialización y las ponga al serviciode los intereses del mercado, como una estrategia deinserción en la dinámica económica. En este caso, elsupuesto se encuentra en asumir la disposición delos individuos a emprender acciones colectivas en­tendiendo que la articulación de capital social requierede una red de relaciones sociales que actúen enconjunto para conseguir la obtención de un biencomún. Estas relaciones deben ser concebidas comorecursos que pueden ser apropiados, coordinados einvertidos en un contexto que, propiciado por el sectorpúblico, alienta estas acciones. “Si se estructura lacoordinación se construye el vínculo de interdepen­dencia, en tanto, la acción de los actores ocurre encontextos institucionalizados que regulan y hacenpermanente el funcionar de las interacciones. Siexiste apropiación de los actores de la cooperacióny coordinación institucionalizada, estamos frente alcapital social” (Flores, 2005:3. Ennegrecido es deloriginal). Por lo tanto, se supone una serie de condi­ciones estructurales previas: la existencia de relacionessociales susceptibles de ser aprovechadas en funciónde políticas de desarrollo y el manejo por parte delos habitantes locales de estas redes.

Pese a su amplia aplicación, el concepto de capitalsocial ha sido objeto de un intenso debate que pasatan to por su def in ic ión como por suoperacionalización. En el primer caso, se ha criticadosu vaguedad, confusión y tautología en la medidaque “se mezclan con bastante soltura términos rela­cionados con la cultura y las relaciones sociales,(se) confunden diferentes niveles de abstracción y(se) mezclan los elementos abstractos de la culturacon elementos de comportamiento concreto” (Durston,2000:12).

Respecto a la tautología, las críticas apuntan aque la definición de capital social incorpora lo quetambién podrían considerarse sus efectos esperados,lo que produce una confusión al intentar establecerla línea divisoria entre lo que “es” y lo que “se espera”que sea. Otra dimensión de esta tautología es, “si sequiere explicar la necesidad de la interacción parael capital social, y el capital social está concebidocomo este proceso de interacción, el supuesto nopuede ser la existencia a priori de ese mismo fenómenode interacción”. (Flores, 2005:5. Cursiva es deloriginal). En cuanto a su operacionalización, se discuteque esta red de sociabilidad, confianza y cooperaciónsea, efectivamente, la base para los objetivos queintenta alcanzar, los que pueden resumirse en trestipos de beneficios: reducir los costos de transacción,producir bienes públicos y facilitar la constituciónde sociedades civiles saludables (Durston, 2000:7).

Algunas críticas han sido más agudas señalandoefectos decididamente nocivos de la implementaciónde una política que fomente el capital social. Dentrode éstas, sobresale aquella que señala que el capitalsocial anula la iniciativa individual ya que lo acumu­lado por algunos individuos debe distribuirse entrelos parientes o conocidos más pobres. De esta forma,aquellos que llegasen a involucrarse en las iniciativaspropuestas por el sector público acabarían entregandoparte de lo obtenido a quienes no han trabajado dela misma forma o, desde otra perspectiva, al ser ladistribución más colectiva, la retribución del esfuerzode un individuo particular se vuelve más difusa; eltrabajador ya no establece una relación directamenteproporcional entre el trabajo realizado (invertido) yla parte que le corresponderá a él de los beneficios

resultantes.

“Vale la pena dejar que lo haga otro”.

De lo anterior se desprende que a la articulaciónde capital social subyace una “lógica de accióncolectiva” en la medida que requiere de laorganización de un grupo para emprender accionescomunes. Sin embargo, esto no resulta tan simplecuando se piensa en el paso del trabajo personal alactuar gregario, del individuo al colectivo.

En este punto es necesario rescatar la figura deMancur Olson quien planteó y demostró que, contrarioa lo que siempre se había creído, los grandes gruposhumanos nunca consiguen organizarse voluntaria­mente para perseguir sus intereses comunes. Hastala publicación de su trabajo “La lógica de la accióncolectiva: los bienes públicos y la teoría de los grupos”,el pensamiento predominante entre los investigadoresera que la comunidad de intereses personales de ungran número de personas era suficiente para que lasmismas se organizaran para perseguir y lograr esosintereses. Olson basó su teoría en el postulado de quelas personas sólo actúan racionalmente cuando tomandecisiones en función de su interés personal” (San­guinetty, 2005:1-2). “Imaginemos –dice Olson- quétendría que hacer un trabajador individual que pensaseque una amenaza de huelga o una ley de salariomínimo llevaría a una elevación de su jornal. Si eltrabajador dedicase unos cuantos días y un poco dedinero a organizar un sindicato, o a ejercer presionesa favor de una legislación que proteja sus intereses,habría sacrificado tiempo y dinero. ¿Qué obtendríacon este sacrificio? En el mejor de los casos, elindividuo logrará que su causa avance algo (a vecesen forma imperceptible). Sea como fuere, habráconseguido una minúscula participación en la gananciaque obtenga su acción” (Olson, 1998:38). Por lotanto, se requiere algo más que la sola existencia deproblemas comunes para lograr que un conjunto deindividuos se organice y decida trabajar en beneficiodel grupo.

Olson plantea, sin embargo, dos excepciones aesta regla general. Una es que la acción colectivapuede lograrse en grupos pequeños. “En estos grupos,

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las diferencias de opinión pueden brindar a vecesuna especie de incentivo para unirse a unaorganización que busque un bien colectivo, ya queunirse a ella quizás permita al individuo ejercer uninflujo significativo sobre la política de laorganización y sobre la naturaleza del bien colectivoque obtenga” (Olson, 1998:46). Es decir, el tamañoreducido del grupo facilita las relaciones más cercanasy, por ende, los potenciales beneficios resultan másnítidos para cada miembro así como la influencia delactuar individual en el éxito de la negociación colec­tiva. La segunda excepción “es que cuando se aplicaalgún tipo de coerción, lo que él llama “incentivosselectivos”, la acción colectiva es factible inclusoen grupos numerosos”.(Sanguinetty, 2005:2). “Unincentivo selectivo es el que se aplica selectivamentea los individuos según contribuyan o no a suministrarel bien colectivo”. (Olson, 1998:42).

La lógica de la acción colectiva en el mundo rural.

Trasladando la lógica anterior al escenario rural,es necesario considerar que el habitante del agroposee una tradición de trabajo individual fuertementeenraizada en su cultura y en su dinámica social.

Las labores del campo se han caracterizado porser de tipo familiar siendo los lazos de parentescolos articuladores de las relaciones establecidas entrelos miembros de la unidad productiva y los quedeterminan el grado de confianza, la asignación deresponsabilidades y la división de las ganancias. Delmismo modo, gran parte de las labores llevadas acabo por la población del campo se orientan a lasatisfacción de sus propias necesidades en una lógicade autoconsumo que señala el límite del productoobtenido así como el tiempo invertido en ello. Por lotanto, la producción de un excedente sólo podría estardestinada a la formación de un fondo de reserva cuyoobjetivo es suplir las necesidades familiares en tiemposde escasez y, difícilmente, podría estar orientado aser comercializado. De esta forma tenemos, en teoría,una unidad productiva auto-suficiente que trabaja enla medida de sus requerimientos marcada por lasrelaciones familiares. La agrupación de estas unidadesformarían el mundo rural y es donde se esperaríaencontrar el conjunto de relaciones que constituirían

la “materia prima social” para sustentar una políticade desarrollo, sea ésta para maximizar la producciónpor unidad como para, eventualmente, alcanzar lacomercialización de los productos.

Sin embargo, esto no es, necesariamente, así ymuchas veces se presupone la solidez del tejido socialcomo base para el desarrollo sobre la idea de que elparentesco es una razón poderosa para mantener lasrelaciones sociales en armonía y se encontraríanpredispuestas en “manera natural” para formar capitalsocial. “La estabilidad relativa de relaciones inter­personales cruzadas por parentesco en un espaciolocal durante toda la vida, promete ser un tipo pre­cursor del capital social. Pero es importante no caeren un romanticismo bucólico acerca de la vida rural,evitando el “comunitarismo” y el “campesinismo”como visión idealizada. Las relaciones sociales enla comunidad rural son, ciertamente, complejas perono necesariamente densas...además, muchas comu­nidades se encuentran traspasadas por diversasformas de rivalidad entre facciones, a veces productode la competencia por recursos escasos, a vecesexacerbadas por cacicazgos de las elites regionalesy por el clientelismo autoritario provinciano, quereprimen o distorsionan las instituciones de base quefomentan la confianza y la cooperación” (Durston,2000:28. Comillas son del original). De lo anteriorse desprende que el escenario del campo no debe serabordado en forma inmediata como una red de rela­ciones sociales con una capacidad latente de sertransformada en capital y ser articulada en funciónde programas de desarrollo. Es necesario considerarlas particularidades de la esfera rural.

Características del escenario rural.

El mundo rural presenta características propiasque si bien se han ido atenuando o modificando conel paso del tiempo, aún permiten reconocer y diferen­ciar la realidad agreste de los núcleos urbanos.

En primer lugar, se trata de un escenario en elque la relación con el Estado ha sido lejana yreciente ya que las unidades de producción seencontraron por mucho tiempo supeditadas alsistema de la hacienda que determinó un tipo de

dependencia entre patrón-peón que impidió laformación de una cultura política y/u organizacionalindependiente de las decisiones del hacendado. Sibien esta situación ha cambiado en las últimasdécadas como resultado de los procesos de reformaagraria y la liberalización en la tenencia de tierras,la relación gestada entre los habitantes rurales yel aparataje estatal sigue marcada por la distancia.Lo anterior representa un obstáculo cuando se tratade implementar una política gubernamental ya queel agente interventor debe iniciar un proceso enque, paulatinamente, genere confianza entre lapoblación y, en consecuencia, ésta se muestradispuesta a experimentar las propuestas.

Sin embargo, contar con el visto bueno de lagente no debe considerarse como sinónimo de quelas intenciones del agente y de la entidad que repre­senta hayan sido claramente comprendidas en suseventuales beneficios. “El hecho concreto de que larelación se traduzca en la aceptación de una prácticapor parte de la población local, no puede ser inter­pretado como una muestra del reconocimiento de losobjetivos que inspiran la acción desde el agenteexterno, ni de que los principios que están tras lapropuesta y que la fundamentan sean aprehendidosen su lógica por la población local. De igual modo,el extensionista no puede suponer que la adopciónsea efectuada en virtud de las razones explicitadaspor los sujetos sobre los que se intervienen; buenaparte del análisis y seguimiento de la investigacióndebería estar orientada a develar las razones últimasque tiene una persona o grupo para aceptar o recha­zar una iniciativa foránea” (Bahamondes, 2001.Citado por Dirven, 2003:411-412).

En segundo lugar, una de las características delmundo rural ha sido, en las últimas décadas, suconstante transformación producto de la influenciade las ciudades. En múltiples maneras, el escenariodel agro ha visto cambiar sus más tradicionales formaspara dar paso a lo que se ha denominado “nuevaruralidad” o, incluso, “rururbano” (Dirven, 2003:413).Bajo estos conceptos se busca dar a entender lasnuevas condiciones que se viven en las zonas ruraleslas que comprenden desde tipos de producción notradicionales hasta la importación de modas y ten­dencias culturales.

Los núcleos urbanos siempre han ejercido unaespecie de fascinación entre los habitantes del mundodel agro. La dinámica de la vida citadina se construyóde forma tan opuesta a las tranquilas jornadas ruralesque la migración hacia las ciudades se convirtió entoda una aventura para quienes se atrevían a empren­derla. Una vez abandonado el hogar, se asumía quequien partía cambiaría, adquiriría una nueva ocupacióny lentamente dejaría atrás sus modales y costumbrescampesinas.

Sin embargo, la modernización de los transportesy la masificación de los medios de comunicaciónllevaron muchas de las características de la vidaurbana a los habitantes de las zonas rurales sin queéstos tuviesen que abandonar sus lugares de origen.Como consecuencia de esto, el campo cambió y hoylas relaciones sociales que se encuentran mediandola dinámica diaria responden a nuevos factores. Porejemplo, la familia rural, unidad productiva del mundodel agro, se disgrega y pierde unidad con cada relevogeneracional. Además del fenómeno de la migración,es muy común encontrar hogares en los que los hijosno quieren continuar las labores agrícolas de susprogenitores y eleven esta razón para abandonar elhogar familiar. De esta forma, la migración, que seha producido en diferentes momentos de la historiay por causas también diversas, se ve reforzada porun desarraigo cultural.

El emigrante no debe ser conceptualizado comoaquel que deja el campo sólo por falta de oportuni­dades y que vive en la ciudad en un perpetuo estadode añoranza. Existe también un desapego voluntarioa las tareas del agro que distancia el compromiso delas personas, especialmente de los más jóvenes, conlas actividades relacionadas con el sector rural, loque implicaría un escaso interés en participar enplanes y programas que supusieran la permanenciaen la zona. “La disponibilidad y composición de lafuerza de trabajo que posee la unidad familiar cam­pesina está determinada por la etapa del ciclobiológico por la que atraviesa y por factores culturalesy económicos que inciden en la forma como se agru­pan. La migración también influye al provocar laabundancia o escasez de miembros de determinadasedades y sexo” (Bahamondes, 2001. Citado por

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implementar el capital social se requiere algo quetambién se contempla como meta. La solución, asimple vista, sería crear estos lazos ante su inexisten­cia, pero, en ese caso, se perdería el sentido de rescataraspectos propios de la comunidad ya que se trataríade implantar un modelo de socialización orientadoa fines económicos. En este punto es pertinentepreguntarse si el capital social constituye una manerade rescatar las formas tradicionales o es sólo unaapropiación (tal vez dañina) para incluirlas en elsistema capitalista. La orientación al mercado es másque evidente. Conceptos como “stocks de reciproci­dad”, “acumulación de capital social”, “inversión decapital social”, “insumos socioculturales”, dan cuentade una terminología cuyo objetivo es introducir lascaracterísticas básicas de las relaciones sociales enla lógica del mercado capitalista.

Por otro lado, aparece la figura de la tradición;el pasado histórico de la comunidad también tendráincidencia en su capacidad para articular una fuentede capital social. Básicamente, se trata del grado enque exista una tradición de reciprocidad, confianzay cooperación que, potenciados, haga posible incre­mentar la participación de los actores sociales en laresolución de los problemas que los afectan. (Miranda,Monzó, 2003:9). A todo este conjunto de condicionesse agrega la propia relación que se ha gestado entreel Estado y los sectores rurales. Para los habitantesdel agro, el mundo de lo público no es del todoconfiable ya que la distancia que existe entre ellos ylos funcionarios, y más aún, los organismos querepresentan, no los reconocen como algo cercano oque pueda ofrecerles soluciones concretas. En ciertomodo, la imagen que se tiene de la asesoría estatalestá asociada a la burocracia, a la lentitud y a ladificultad con que se concretan los trámites dentrode la esfera del gobierno. La situación refuerza loslazos de dependencia que aún puedan existir entrelos pequeños propietarios y los grandes hacendadosya que en estos últimos visualizan la autoridad queno conciben en los cargos oficiales. Esta dificultadpuede hacerse extensiva a los agentes interventoresprovenientes del sector privado en la medida que elnivel de desconfianza se mantiene.

Otra posibilidad es la emergencia de lídereslocales que cuentan con amplio apoyo en un escenariode desamparo estatal. Este tipo de situaciones puede

obstaculizar la acción de los agentes interventores yllevar a una incompatibilidad entre las iniciativas ylas demandas de la población local lo que acrecentaríala idea de imposición y desconfianza por partes delos habitantes rurales. Lo anterior se relaciona conla comprensión de las políticas, su clara explicacióny la adecuada aprehensión por parte de los receptoresen la medida que la llegada de un grupo externo a lacomunidad supone un proceso de socialización nuevoque requiere de una serie de etapas para lograr unabase de confianza sobre la cual dialogar. Este procesoha sido enfocado siempre desde el punto de vista delcampesino, es decir, la forma en que éste entiende yreacciona ante las propuestas; por esta razón la ma­yoría de los esfuerzos han estado puestos en la manerade implementarlas tanto en el terreno como en lalógica de las comunidades.

Sin embargo, el proceso no ha sido tratado ensentido inverso, es decir, “la mayoría de las nuevasorientaciones ponen énfasis en el registro y análisisdel proceso que compromete al campesino, pero pocohan avanzado en el análisis de cada una de las fasesde la construcción de la conducta del agente externo;es más, los esfuerzos han sido puestos en la dimensióninstrumental: como debe ser enfrentado el contactocon la población local para optimizar la relación”(Bahamondes, 2001. Citado por Dirven, 2003:411).Elplano desde el que observa el interventor no es menorsi se considera que muchos proyectos de desarrolloen que se encuentran envueltos incluyen una visiónrespecto a lo que se va a ver, a los problemas que sevan a encontrar y las soluciones contempladas paraellos. Cuando llegan al lugar en cuestión y el escenariose alza diferente, la propuesta, que al principio parecíaasistencial y muy adecuada, se transforma en unaimposición que encaja forzosamente.

A esta situación apunta, en cierto sentido, elconcepto de “nueva ruralidad”: al panorama queofrece el mundo del agro como consecuencia de lastransformaciones a las que ha estado sometido. Lasinfluencias culturales, provenientes en su mayoríade las ciudades y otro tipo de situaciones, han expuestoa los habitantes del campo a realidades que antes leseran desconocidas. La información ha llevado hastaellos las más variadas imágenes del consumo ayu­dando a construir un imaginario respecto, no sólo ala vida en la urbe, sino a la existencia en general, ya

Dirven, 2003:415).

En tercer lugar, otra característica importante delas comunidades rurales es su reticencia a los cambiose innovaciones tendiendo a conservar sus modos devida tradicionales. Esta “aversión al riesgo” ha sidoexplicada desde diferentes perspectivas. Algunos lahan atribuido directamente a una “cultura campesina”de tipo conservador que se repliega sobre sus antiguasformas como una manera de protegerse de aquelloque les parece desconocido. Los habitantes ruralesestarían satisfechos de su forma de vida y no seaventurarían en alguna empresa arriesgada. Otraopinión es la que sostiene Robert Bates, quien noatribuye esta aversión al riesgo a una cultura a la quelos individuos se aferran como medio de superviven­cia. En lugar de esto, Bates habla de “incentivos”: silos campesinos no cambian es porque no tienenincentivos para hacerlo siendo su actuar y decisionesracionales dentro de su propio contexto. Del mismomodo, el autor elabora una crítica respecto a la formaen que se ha conceptualizado el mundo campesinoen oposición al urbano y al papel de la modernidaden los sectores del agro. “La teoría de lamodernización clasificaba a las sociedades ruralesy agrarias como “tradicionales”, y las urbanas eindustriales como “modernas”. Como los miembrosde las sociedades tradicionales, los habitantes ruralesestaban mal informados, eran conservadores y polí­ticamente pasivos; con el impacto de la educación,los medios de comunicación y la urbanización, setransformaron en pueblos bien informados, innova­dores y agresivos políticamente. Pero esto no eraasí. Los habitantes rurales no estaban mal informadosni restringidos por la tradición; bien por el contrario,muchos de ellos estaban bien informados y erancapaces de modificar su comportamiento. El poderde los medios de comunicación, la educación o lasociedad urbana e industrial, no cambiaban a loshabitantes rurales. Más bien estos campesinos eranlos iniciadores del cambio” (Bates, 1998:66-67.Comillas son del original).

El capital social campesino y sus dificultades.

Todos los factores anteriores, en conjunto, carac­terizan el mundo rural pero no agotan su complejidad.

Sin embargo, es conveniente considerarlos comoreferencia ya que son un determinante decisivo en laimplementación y éxito de políticas de desarrollo,especialmente si éstas se sustentan sobre la base delcapital social. Además, en muchos casos, se encuen­tran relacionados.

Por ejemplo, la tradición de trabajo individualsupone una condición estructural contraria a la lógicadel capital social. Se debe pensar la manera de superareste obstáculo fomentando la acción colectiva a travésdel ofrecimiento de incentivos, generalmente, bajola forma de beneficios. Lo lógico sería identificar losproblemas de las comunidades para luego intervenirsobre aquellos puntos que los propios habitantesconsideren relevantes. Lo anterior es muy importanteya que, en gran medida, el éxito de una iniciativadepende del verdadero carácter de problema que éstatenga, es decir, que realmente constituya una solucióny un cambio en la vida de las personas. Esto seenmarca dentro de las acciones que deben llevar acabo los agentes del gobierno u organización intere­sada en intervenir; tomando en cuenta la distanterelación que se ha forjado entre el campesinado y elagente interventor; las desconfianzas iniciales, losmodos tradicionales y, en general, todas aquellascondiciones que tengan significado dentro de lacomunidad y que pueden cumplir un rol importanteal momento de trabajar con ella, ya sea como obs­táculos a superar o potenciales para desarrollar. Porlo tanto, no se debe asumir la buena recepción deuna propuesta basándose en que va a solucionarcarencias que la población de la localidad no percibecomo tales; de seguir este procedimiento, los proble­mas que se pretenden hallar estarían definidos conantelación y la llegada de los agentes a terreno seríauna suerte de “profecía autocumplida” en la medidaque encuentran precisamente lo contemplado y loque se ajusta a sus soluciones pre-diseñadas.

Esto también puede extenderse al descubrimientode la “red social” sobre la que se sostiene todo elconcepto de capital social. Como se mencionó, hayun supuesto a priori acerca de la existencia de unaserie de conductas de reciprocidad y colaboraciónentre los habitantes rurales y, al mismo tiempo, unode los objetivos de las políticas sustentadas en lalógica del capital social es reforzar estas mismasconductas. De ahí la tautología de la idea, pues para

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que surgen rápidamente los impulsos miméticos ymuchos elementos surgidos en los espacios urbanosy/o popularizados en estos entornos, formas de vestir,gustos musicales, preferencias culinarias, etc., em­piezan a cambiar el rostro del campo. La poblaciónmás joven es especialmente susceptible a estas in­fluencias y es a través de ella que se introduce elelemento de renovación dentro de la dinámica rural. Son las personas más jóvenes las que aceptan conmayor facilidad los elementos foráneos, los utilizany en los casos más radicales, simplemente migranhacia donde creen pueden encontrar mejores perspec­tivas de vida. Este último punto, la migración, es elque resulta crucial cuando se trata de capital social,pues es un fenómeno que afecta directamente laestructura de la población y da cuenta del tipo derelaciones que se mantiene al interior de la unidadproductiva campesina, es decir, la familia.

En el escenario de la nueva ruralidad, las relacio­nes de parentesco aparecen muy debilitadas en relacióna como solían ser en el pasado. Por esta razón, desdeel punto de vista del agente externo, éstas aparecensobrevaloradas como base para construir capital social ya que se piensa en las relaciones entre familiarestomando como referente una imagen del mundocampesino que se relaciona más con la nostalgia quecon las condiciones del agro actual.

Asociado a este proceso migratorio se encuentrael polo opuesto, la gente que se queda. Por lo general,este grupo corresponde a las personas mayores de lacomunidad, aquellas que han pasado gran parte desu vida en el lugar y no se sienten atraídos por la ideadel cambio. En este grupo se concentraría gran partedel “conservadurismo” que suele atribuirse a lossectores rurales. Es necesario aclarar que esto norepresenta una contradicción u oposición al plantea­miento de Bates reseñado anteriormente. Sólo se tratade constatar que ese conservadurismo, en efecto, seproduce en las localidades campesinas. Es la llamada“aversión al riesgo” y es posible constatarla en dife­rentes planos, no sólo en lo que se refiere a prácticasculturales, sino también dentro de sistemas institu­cionalizados, como las prácticas económicas. Porejemplo, “la aversión al riesgo de los pequeñosproductores los hace a menudo preferir la negociaciónde un precio fijo por sobre el precio del mercado enel momento de la transacción, o por sobre un precio

fijo (más bajo) más un porcentaje de las ganancias”(Dirven, 2003:428). Por supuesto, ahora siguiendoa Bates, una política de incentivos podría cambiareste panorama en la medida que ofrezca a los cam­pesinos las ventajas y beneficios de aceptar las inno­vaciones propuestas. Estos incentivos deben tenerlógica no sólo para el agente externo, sino tambiénpara los habitantes de la localidad; deben resultarcomparativamente más ventajosos que las formasdesarrolladas hasta el momento de la intervención.En ese sentido, la crítica de Bates es absolutamentepertinente ya que no se trata de un problema deinformación, de masas de población ajenas a loscambios y a lo que les conviene, sino a un grupohumano que, simplemente, no concuerda con losmodelos ofrecidos porque no los considera mejoresque los que han utilizado hasta el momento; lasustitución de las prácticas no es convincente dentrode su lógica.

El capital social campesino como sustento de unapolítica de desarrollo.

Ahora, considerando todo lo anterior, un escenariorural que cada vez parece más fragmentado, unapoblación que se hace con cada generación másescasa, habitantes que tienden a un comportamientoconservador, prácticas de trabajo de carácter indivi­dual, etc., ¿Cómo es posible articular una políticapública o un programa de desarrollo basada en elconcepto de capital social? Básicamente, ¿Qué llevaríaa un campesino a unirse a un colectivo e iniciar unanueva actividad productiva? La respuesta puederadicar en una combinación de los postulados deOlson y Bates.

En el caso del primer autor, las comunidades delagro ofrecen las características de una de sus dosexcepciones a su lógica de la acción colectiva: setrata de grupos relativamente pequeños, donde elactuar de cada uno de los miembros es fácilmentereconocido por los otros. Esto obligaría a cumplircon las demandas del grupo ya que la influencia delos individuos puede llegar a ser notoria. Si el númerode personas no constituye una garantía para incentivarla acción gregaria, es posible tomar la idea de Batesrespecto a lo incentivos; manejar el comportamiento

grupal sobre la base de los beneficios y ventajas quereportará para aquellos que acepten las iniciativas.Es importante que estos incentivos sean coherentescon las expectativas de la población como conjunto,que aprehendan las razones por las que es convenienteparticipar en las propuestas dentro de una lógica dedesarrollo que sea consecuente con sus propias aspi­raciones. En el fondo, el objetivo sería que las comu­nidades observaran los modelos foráneos y al mismotiempo observaran sus propios modos de llevar acabo las cosas y, mediante una comparación lógica,les resulte más atractiva la idea ofrecida. Para lograresto se necesita un estudio profundo de las caracterís­ticas propias de las localidades a intervenir, hechoque implica una consideración de su cultura. De estaforma, los planes que se articulen contarán con unabase construida por las verdaderas necesidades de lapoblación, así como por sus aspiraciones e imágenesdel desarrollo.

Sin embargo, es necesario reconocer el eventualpeligro de utilizar incentivos “selectivos” -al estilode Olson- en comunidades rurales. Los individuosque, efectivamente, acepten las propuestas y recibanlos beneficios de los incentivos selectivos, se distin­guirían de sus pares en virtud de las regalías obtenidas.Esta situación puede desembocar en dos escenarios,uno positivo y otro negativo. En el mejor de los casos,los incentivos cumplen su labor y llevan a aquellaspersonas que no habían aceptado en un primer mo­mento las propuestas a decidirse por participar enellas.

No obstante, también puede suceder que estosincentivos lleven a una diferenciación dentro de lacomunidad que desemboque en una tensión social,dañando las relaciones existentes, situación absolu­tamente contraria a los requerimientos del capitalsocial.

También es importante pensar que cualquierproyecto sustentado en la idea de capital social es unproceso largo que considera una serie de pasos oetapas en los cuales los agentes externos debenaprender las dinámicas propias de la comunidad enla que se están insertando considerando lo relativoque puede ser la asociatividad entre los grupos rurales,más aun cuando no cuentan con un objetivo en comúnsino que éste es construido desde afuera.

Finalmente, hay que comprender que el desarrollo,en su más amplia significación, no es sólo un estadosusceptible de alcanzar mediante la inyección masivade recursos aspirando a obtener un par de dígitos másen los índices destinados a su medición, sino quetambién corresponde a una experiencia de los sereshumanos.

Se trata de una subjetividad social que entiendeideas como el progreso y la modernidad bajo supropia lógica que interactúa constantemente con laspropuestas recibidas. Si no existe un nivel de enten­dimiento y coordinación mínima entre ambas dimen­siones, esta subjetividad tiende a replegarse sobrevi­niendo un estado en que los individuos no sereconocen a sí mismo en el todo social del que formanparte. En un escenario así, es difícil llevar a caboplanes que involucren a comunidades completas conuna meta en común pues el tejido social no cuentacon la fuerza para sostener semejantes empresas.

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RESUMEN

Es bastante claro ya, que el campesino se haconstituido históricamente inmerso en relacionesde dominación en las cuales está sujeto, econó­mica, política y culturalmente, a un sistema mayor,representado generalmente en la ciudad queconcentra para sí el poder. En el entendido deque la relación que se establece entre el espaciorural y el espacio urbano es ante todo desigualy desfavorable para el campesino, este trabajoanaliza de que manera el sujeto rural está subor­dinado espacialmente a la ciudad, para lo cualse observarán las estrategias territoriales de do­minación (expansión e integración) que despliegala ciudad, amenazando al espacio rural y al cam­pesino.

INTRODUCCIÓN

Este trabajo se basa en el supuesto de que laconfiguración del espacio determina tipos derelaciones sociales específicas. En este sentido lafijación de los cuerpos en flujos y relaciones enfunción de su espacialidad, se fundamenta en elconocimiento que los revela, distribuye, ordenay condiciona. Amasado en la ciudad, es esteconocimiento el que privilegia el espacio urbanosobre el espacio rural, poniendo a este últimoen riesgo, cuando se construyen una serie dedispositivos que imponen un régimen espacial ytemporal ajeno al del campesino. Esta realidades puesta en evidencia en este texto a través deun análisis de los mecanismos de desarrolloterritorial observados en dos localidades rurales:(Santa Luisa y Reigolil.

Como contrapartida a la descripción del“viaje” que hace el campesino a la ciudad (lite­ralmente, o en el sentido de cambio cultural),este informe describe a la inversa, el “viaje” querealiza la ciudad al campo, en términos territo­riales y en consecuencia, culturales.

El presente trabajo, es el resultado de lasíntesis de dos procesos de investigación comple­mentarios; por una parte, se encuentra la cons­trucción de un ensayo de aspiraciones más bienteóricas, en donde se trabajó en torno a la pro­blematización del sujeto rural desde una perspec­tiva particular, y del cual resultó la reflexión y elmodelo de análisis que resumiré más adelante.Y por otra parte, se realizó un trabajo de campo

EL ESPACIO RURAL DESDE LA PERSPECTIVA DEL DESARROLLO TERRITORIAL ANDRÉS LAGARRIGUE

EL ESPACIO RURAL DESDE LA PERSPECTIVADEL DESARROLLO TERRITORIAL

Los casos de Santa Luisa y Reigolil

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que a través de dos terrenos y tomando como puntode partida –a modo de marco teórico- el ensayoanteriormente mencionado, tuvo por objetivo probaren la práctica la aplicación de los supuestos teóricospropuestos.

En términos generales, este artículo se centra enla relación que se establece entre el “campo” y laciudad1, vista desde la perspectiva del espacio yanalizada a través del enfoque del desarrollo territorial.Es decir, se estudia la faceta espacial que adquierenlos procesos sociales y culturales que se dan entre lourbano y lo rural, poniendo especial énfasis en losmecanismos que se revelan al poner atención en lagestión de ambos territorios – de lo rural y de lourbano -. Cabe recalcar que esta perspectiva delespacio se utiliza con el afán de delimitar y seleccionarsolo una dimensión del fenómeno de contacto y deconflicto que se da entre la realidad urbana y la rural,no con la intención de otorgarle una posición privi­legiada respecto a las otras dimensiones como laeconómica, la religiosa o la ideológica, etc., sino quefue elegida por ser una perspectiva que se ha descui­dado y que merece mayor atención po parte de lasciencias sociales y en particular de la Antropología.

Dentro de este marco, la investigación se planteaa partir del supuesto de que, en el encuentro que seda entre el espacio urbano y el espacio rural, resultauna configuración jerarquizada de dispositivos terri­toriales que determinanla relación de poder desigual y desfavorable para elcampesinado, en donde el control de la ciudad sehace extensivo al campo y la extensión de lo urbanono contempla otra que su propia realidad.

En este sentido, el objetivo principal de estedocumento – y que por lo demás ha impulsado losprocesos que le preceden – es analizar teóricamente,en base a datos empíricos, la dimensión espacial delas relaciones de poder que se establecen entre lourbano y lo rural, vistas desde la perspectiva deldesarrollo territorial. Esto último considera la posi­bilidad de proponer una crítica al modelo deurbanización que actualmente se aplica en Chile.

A continuación, se desarrollan un par de preguntasa partir de las cuales se pueden trabajar los conceptos

y supuestos teóricos básicos necesarios para el desa­rrollo del trabajo. ¿Por qué se puede afirmar que entreel espacio y las relaciones de poder existe una corres­pondencia clara?, y ¿A qué me refiero con desarrolloterritorial? son dos preguntas que hay que responderen un primer momento. Luego, para contextualizar losresultados del trabajo en terreno, explicaré brevementecomo este se llevó a cabo, en que lugares y en base aque estrategias. Solo después nos dedicaremos aldesarrollo que incorpora, como dije antes, una propuestateórica contrastada con los datos conseguidos enterreno, para acabar finalmente en las conclusionespertinentes.

Acerca del espacio y de las relaciones de poder.

Dado que el tema del poder y del espacio se hanestudiado bastante más en profundidad para el casode la ciudad que para el caso del campo, probablementelo mejor es formular una definición de la primera - laciudad - que integre las dimensiones de lo espacial,de lo social y del poder, para después extender lasconsecuencias de esta definición al espacio rural. Esteprocedimiento se justifica si se tiene en cuenta que esla ciudad y la sociedad que la habita, la que ocupa unlugar privilegiado en la relación desigual que establececon el campo, por lo que es de esta que se desprendey emana la principal pauta de conexión entre el espacioy el poder que intento demostrar.

La definición de ciudad que nos entrega LouisWirth nos dice que: “Paraa definición de ciudad quenos entrega Louis Wirth nos dice que: “Para finessociológicos, una ciudad puede ser definida comoun establecimiento relativamente grande, denso ypermanente de individuos socialmente heterogéneos”2.A lo cual se debe agregar que además del estadomomentáneo de sus elementos, la ciudad da cuentade los procesos históricos y sociales que la engen­draron. De está definición, insuficiente aún, esimportante rescatar la consideración de que ya noes posible sostener una imagen de ciudad basadanada más que en su dimensión física, sino quedebe ser entendida junto a sus concomitantes socio-culturales, como un fenómeno de comportamientoy organización social, del cual luego buscaremossu contraparte en el espacio rural. Pero ¿Cómo es

que la ciudad determina formas específicas derelaciones sociales? Jesús Azcona nos dice:

“Este tipo de fijación (la ciudad) de la poblaciónen un espacio, determinado y circunscrito, llevaemparejada también la fijación, dentro de este mismoespacio, de toda una serie de objetos de interésentorno a los cuales los individuos desarrollan de­terminadas relaciones sociales. Se trata de una delas características más importantes y de mayorrelevancia para alcanzar la integración y la solida­ridad de los individuos.”(Azcona 1991:234)

Es decir, la ciudad a través de la concentracióntemporal y espacial de su estructura, determina a lossujetos constituyéndose como el principal principiode integración de la individualidad una vez relegadasa un segundo plano las relaciones de primarias o caraa cara. Esta individualidad es promovida por el hechode que, a pesar de hacer a los sujetos más dependientesde la sociedad en general para satisfacer sus necesi­dades – es decir, menos autosuficientes -, la ciudadal concentrar individuos y roles, permite que cadapersona no dependa en absoluto de un sujeto enparticular para satisfacer alguna de sus necesidades,ya que en el caso de que tal sujeto falle, fácilmentese puede acceder a otros que le permitan solucionarsus problemas cotidianos, es decir hace a los sujetosprescindibles - al menos perceptualmente - entre si,y en consecuencia favorece el individualismo3, juntocon la reducción de las redes sociales interpersonales,y en consecuencia favorece la maleabilidad ( o doci­lidad) del cuerpo social.

La ciudad como dispositivo:

Foucault nos dice que el poder y el conocimientose articulan como dos elementos constitutivos de lasociedad y que la moldean por medio de distintasestrategias de poder. Dichas estrategias de poder sonconstruidas por el conocimiento, en la medida queeste revela los objetos y los cuerpos físicos permi­tiendo construir un saber que cuando respalda laconstrucción de diversos dispositivos y mecanismosde sujeción (dominación) hace a los cuerpos efectivosy operativos para el poder y para las estrategias depoder históricas. Estos dispositivos hacen posible la

acción del poder sobre los cuerpos, modelándolos yhaciéndolos actuar de acuerdo a sus propios objetivos.En el fenómeno urbano general, el saber se ejercecomo poder sobre los individuos cuando los distribuyey los dispone, condiciona, determina y codifica suscuerpos y sus comportamientos, para conseguir deellos la mayor efectividad en amplio término, tempo­ral, económico, e incluso simbólico entre otros. Poresto, considero que la construcción del artefacto-ciudad corresponde a una estrategia determinada eintencionada que persigue fines específicos, en tantocada elemento posee una funcionalidad con objetivosparticulares en función de los cuales se realiza todoel despliegue técnico, donde la docilidad del cuerposocial esta determinada por el individualismo de lossujetos que ya se mencionaba.

En otras palabras, la ciudad es un dispositivoconformado por estructuras de flujo temporal y espa­cial que determinan el comportamiento y la experien­cia de los sujetos que la habitan, que se constituyecomo dispositivo de dominación a la hora que seimpone sobre un cuerpo social que le es ajeno – comoel campesinado-, es decir, cuando despliega susestrategias de control sobre el “campo”; a través dela planificación y de los canales de comunicaciónfísicos e informáticos

Consecuencias para el espacio rural:

Las consecuencias que esta faceta de la ciudadtrae sobre el espacio rural, surgen de la condicióninnegable de proximidad entre el espacio rural y elespacio urbano (junto con las sociedades que alber­gan), en que ambos se afectan mutuamente, fuerte­mente interconectados a través de canales económicos,culturales, y territoriales entre otros.

Serían, en el esfuerzo por comprender la realidadterritorial de este fenómeno, los canales físicos einformáticos de conexión entre estas dos realidades–urbana y rural- los que se hallan ahora irremedia­blemente entrelazados, y los que impondrían sobreel territorio un régimen temporal y espacial específicopropio de la ciudad, afectando de esta manera lasrelaciones sociales que en él se dan, impulsando poruna parte la adopción de modos culturales urbanos

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y por otra parte, la pérdida del espacio, y de los rasgossociales y culturales propios del campesino (a travésde una carretera, el tren, o la llegada de Internet). Aestos rasgos, propios de lo urbano o propios de lorural, es a los cuales me referiré más adelante comola dimensión cualitativa del desarrollo territorial

El desarrollo territorial:

Todo ordenamiento territorial es producto enalguna medida de una planificación4, la cual vendríaa representar, o a ser producto directo, del saber quemenciona Foucault. De aquí que a través de laplanificación se puede solucionar la relación entreespacio y poder.

Ahora bien, integrando la perspectiva del desa­rrollo territorial, se podrá decir que en la actualidadla planificación presenta dos facetas, una normativay otra adaptativa (Mattos 1999). Tal distinción serefiere a que la gestión de un territorio solo puedeser entendida como un proceso de articulación yequilibrio entre las iniciativas locales (normativa) ylas condiciones globales (adaptativa)

Este modelo parece complementarse perfecta­mente al modelo también dicotómico planteado porSergio Boisier en el que “…no resulta posible concebirel desarrollo territorial si no como un proceso dedimensiones más bien cualitativas basado en unproceso cuantitativo como es el crecimientoeconómico.” (Boisier 1997:9), es decir, el crecimientoy el desarrollo como procesos distintos, más no poreso aislados uno del otro. Esto es pertinente a laplanificación en la medida que se extrapolan dosnuevos conceptos; el de “crecimiento económico deun territorio” y el de “desarrollo de un territorio”, alos cuales se agrega la tendencia a la determinaciónexógena en el primero (adaptativa-global), y la ten­dencia a la determinación endógena en el segundo(normativa-local). Este punto es de vital importanciaentenderlo, porque según lo que se esta planteando,la dominación de la ciudad sobre el campo en términosdel espacio, está determinada por la supresión en elcampo de la capacidad para la determinación endógenade los caracteres cualitativos, o socio-culturales si sequiere, que se ven reducidos por la introducción de

cualidades ajenas impuestas desde la vida urbana.

De esta manera, cuando llevamos este modelo alespacio rural es posible pensar – y esta es una de lashipótesis iniciales que se buscó poner a prueba en elterreno– que el desarrollo territorial de las caracterís­ticas cualitativas del espacio y el tiempo, no estándeterminados endógenamente como se plantea – aúnsiendo esto válido para el espacio urbano - , estandoen cambio definido exógenamente, y he aquí dondeentra a ser relevante el punto que refiere a ladominación. Si es que la planificación es productode determinadas “ondas de reflexión innovativa”(Boisier 1997: 9), o del conocimiento foucaultiano,y estas últimas provienen de un ámbito ajeno oexógeno (la ciudad respecto al campo), podemosidentificar por fin, todo desarrollo territorial con unproceso de dominación espacial, en donde el sujetorural ve reducida la capacidad de gestionar su propioespacio, estando el conocimiento de la planificaciónalojado en la ciudad y aplicado sobre lo rural sinconsideración de “lo rural”.

La experiencia del terreno.

Una vez esclarecidos algunos conceptos sin loscuales sería difícil entender lo que viene, es importanteexplicar brevemente como se llevó a cabo el trabajode terreno. Esto principalmente para contextualizarlos datos que se obtuvieron y entender así mejorcomo se articulan con el argumento.

El terreno se realizó en dos etapas de una semanacada una, y en localidades distintas. Si bien ambaspueden considerarse rurales, es indudable que pre­sentan grandes diferencias, y en este sentido laconsideración de lugares tan disímiles no es vana yaque en el afán de estudiar la influencia y dominaciónde la ciudad sobre el campo, me pareció pertinenteobservar la realidad tanto de un espacio adyacente ala metrópolis (en este caso Santiago, Chile) como larealidad de un espacio claramente apartado y diferen­ciado de tal ámbito urbano (Cordillera de los Andes,en la IX Región).Sin embargo – como veremos másadelante – no imaginaba antes de acudir al segundoterreno, que está elección presentaría un gran desafíoa la hipótesis inicial (abalada en el primer terreno),

y que por lo tanto tendría tan grande impacto en lasconclusiones.

En términos metodológicos, dadas las condicionesde tiempo de los terrenos, me di la libertad de pres­cindir en cierta medida de técnicas aplicadas siste­máticamente. Puse énfasis en cambio en unarecolección de datos flexible y dinámica que combinóen todo momento, la entrevista semi-estructurada yen profundidad, el vagabundeo, la recolección docu­mental, y en definitiva una disposición permanentede observación y exploración.

La primera visita a terreno se realizó en laComuna de María Pinto (Provincia de Melipilla,Región Metropolitana), ubicada entre las comunasde Melipilla y Curacaví, en una evidente cercaníaa la ciudad de Santiago. Más específicamente seanalizó la situación de la localidad de Santa Luisa,donde hace poco se construyó una villa. En unaprimera instancia se entrevistó a residentes en lascercanías de tal villa, personas de edad, y luegose acudió a la Municipalidad para conseguir unavisión de cómo se gestionan en la comuna losproyectos de urbanización como el de la VillaSanta Luisa.

El segundo terreno, tuvo como escenario la loca­lidad de Reigolil, ubicada en la Municipalidad deCurarrehue (Provincia de Cuatín, IX Región de laAraucanía). Esta localidad está ubicada en laCordillera de los Andes, muy cercana al límite fron­terizo con Argentina, y muy apartada de los grandesdesarrollos urbanos, siendo lo más cercano el pueblode Curarrehue y luego Pucón. En este lugar se ubicala comunidad mapuche Manuel Quintonahuel, lo queimplica que a diferencia del caso de Santa Luisa,exista un fuerte componente étnico mapuche. En laprimera etapa se trabajó en Reigolil mismo, paraluego trasladarme al pueblo Curarrehue donde tuvela oportunidad de participar de algunas ceremoniasde la Municipalidad (entrega de títulos de propiedad)y de realizar una entrevista en profundidad infinita­mente fecunda. Esto porque tuve la oportunidad decompartir durante todo un día con una dirigente dela comunidad mencionada, que me colaboró con unagran cantidad de información.

Pues bien, a continuación nos dedicaremos ple­namente al argumento mediante una presentacióncomparativa de ambas realidades complementadascon el análisis, y los procesos reflexivos que hanacompañado el desarrollo del trabajo.

Lo rural frente a la ciudad.

El viaje:

En la actualidad no es fácil determinar las dimen­siones de lo lejano y de lo cercano, ya que los mediosde transporte y de comunicación han superado dealguna forma la barrera de la distancia física. De estemodo lo que nos puede parecer muy cercano, entérminos de “kilometraje” puede encontrarse muylejos en comparación con otros lugares más cercanosfísicamente, pero que sin embargo nos parecen lejanos.Entonces, ¿Qué es lo que hace la diferencia?

Michel de Certeau nos diría que es importantediferenciar entre “lugar” y “espacio”, donde el primeroes “el orden según el cual los elementos se distribuyenen relaciones de coexistencia.” siendo el segundo“un cruzamiento de movilidades” (De Certeau 1996:129-130), es decir el lugar como realidad física y elespacio como puesta en práctica de tal realidad. Enla consideración por lo tanto de que el espacio es lasuma del lugar físico y de sus movilidades, se entiendeque lo que determina la distancia no depende solodel “kilometraje” si no que además del tiempo quenos lleva trasladarnos de un punto a otro. Es por estoque tenemos necesariamente que considerar la im­portancia del viaje..

Mi planteamiento al respecto consiste en que esla dimensión del viaje, que no es solo el traslado sinoque además implica toda una voluntad ypredisposición personal, la que determina y definelo lejano y lo cercano. Esto adquiere bastante rele­vancia para este estudio ya que la existencia de unespacio rural “lejano” o de un espacio rural “cercano”tendrá grandes repercusiones – como veremos – enlas conclusiones.

El viaje a Santa Luisa desde el lugar en que habitaquien escribe (Santiago), no toma más de hora y

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debe reconocer que existe un quiebre entre lo queson los vecinos del asentamiento mismo de Reigolilque concentra solo una pequeña parte de toda lapoblación del valle .Entre ellos reina mucho laidea de exclusión respecto a la comunidad en elsentido de “yo no soy de acá”, lo cual se alcanzaa resolver en alguna medida a través de la escuelaque congrega a niños de todo el lugar, incluidoslos pertenecientes a las familias de la comunidadManuel Quintonahuel y los que viven en el pueblomismo (hijos de carabineros, del profesorado, delos dueños de la pulpería, etc.).

El trabajo y el abastecimiento:

Tanto en Santa Luisa como en Reigolil, existeuna gran incidencia de la ocupación en labores tem­poreras y reina la sensación – y la realidad – de queexiste una muy baja oferta de trabajo, la cual producela migración permanente de ciertos sujetos de lapoblación hacia otras zonas, urbanas o rurales, quepresentan mejores oportunidades laborales.

Resulta notable por otra parte, como en SantaLuisa como resultado del “acortamiento de la distan­cia” con Santiago, mucha gente comienza a emplearsey a estudiar en la capital trasladándose diariamente,lo que los ha incorporado a los sectores de manufacturay de servicios de la producción, lo que a su vez reduceel componente agrícola y ganadero (aunque esteúltimo parecía nunca haber sido mayormente rele­vante) característico del campo, y que sí se mantieneen Reigolil sobre todo en la ganadería y la tala deárboles, la cual se ha visto reducida últimamente porla falta de árboles para tal fines.

Otro punto de diferenciación importante es elcomercio y el abastecimiento. La accesibilidad deSanta Luisa que permite el traslado rápido y a bajocos to de l a mercanc ía , además de l aindustrialización del sector agrícola, han resultadoen la instalación de “supermercados” y almacenes,en los cuales resulta más económico pagar uncolectivo para ir a comprar en ellos, que comprarlas mercancías que ahí mismo se producen. Estoha hecho reducir drásticamente la importancia dela economía domestica y de autoconsumo, que se

mantienen en cambio en Reigolil, donde cobranimportancia al margen de las labores temporeras,la ganadería de subsistencia y agricultura a pequeñaescala para el autoconsumo y el micro comercio,y la tala de árboles. La pulpería, y el comerciocitadino (en Curarrehue y Pucón) a pesar de sernecesarios para abastecerse de muchas mercaderías,no han cobrado aún mayor importancia en losmodos de producción y subsistencia como en elcaso de Santa Luisa.

La gestión y el desarrollo territorial:

Una de las hipótesis iniciales de este trabajo, lacual constituía en gran medida mi inquietud inicial,era que el esquema de desarrollo territorial que se hapropuesto por los urbanistas y que he sintetizado através de la propuesta de Boisier, no se aplica a larealidad rural y esconde de alguna manera ladominación que se establece sobre ella. En él, lagestión de un territorio resulta de la combinación deprocesos cualitativos (socio-culturales) de desarrollomotivados interna y/o localmente, con otros procesoscuantitativos (económicos) de crecimiento motivadosexterna y/o globalmente. Tal modelo me pareceincorrecto en una primera impresión – ya veremoscomo las conclusiones dan un giro a esta idea – enla medida que los procesos cualitativos, como hemosvisto hasta ahora, son impuestos externamente porla ciudad, de los cuales hemos tratado los cambiosen las relaciones sociales y las estrategias deproducción a través de la distribución de dispositivosurbanos de los que he seleccionado, la villa (porconcepto de urbanización), el supermercado, y lacarretera.

Esta fue precisamente la realidad con la que meencontré en Santa Luisa y en general en María Pinto.Aquí todos los proyectos, al menos en los cualespude indagar7eran por lo general gestionados a nivelmunicipal, y ahí mismo casi no existían espacios parala realización de proyectos con iniciativa netamentelocal, ya que todo – y en esto fueron muy enfáticos– debía pasar antes por algún SEREMI para seraprobado, con lo cual se confundía la gestión con lasvoluntades políticas circulantes.

A nivel instrumental esto se hacía mas claro, ya

media, que es menos de lo que puede demorar viajarentre muchos lugares dentro del mismo Santiago. Elrápido transito a través del metro y luego por unaautopista de alta velocidad sobre un bus, me hacendudar seriamente de la legitimidad de las fronterasque la ciudad ha pretendido plantearse. No obstanteel viaje parece consumado de todas formas, ya quecambia el paisaje, cambia la gente (solo en la medidaque han conservado su particularidad), y por sobretodo cambia la identificación de quien viaja con elespacio. Es con todo, un viaje a lo cercano a diferenciadel viaje a Reigolil, el cual adquiere proporcionestotalmente distintas. Una noche completa sobre unbus es prueba indudable del peso de la lejanía, unalejanía no solo desde mi perspectiva, sino que tambiéndesde la perspectiva de lo urbano, ya que una vezllegado a Pucón, se debe viajar dos horas aproximadasa Curarrehue y luego dos horas más a Reigolil,descendiendo extensa y gradualmente los niveles deurbanización.

La modernidad y/o la posmodernidad, ha cons­truido un sistema de velocidades que se extiendeprácticamente por todo el territorio, donde lo lejanodesde la perspectiva del sujeto está determinado porla dimensión del viaje que debe realizar, mientrasque desde la perspectiva del espacio o del sistematerritorial total lo lejano corresponde a los terminaleso a los remansos de tal sistema de velocidades. Desdeambas perspectivas en este caso se puede afirmarque existe un espacio rural cercano y otro espaciorural lejano, de la ciudad.

La velocidad y lo urbano:

De lo anterior se puede desprender que el espaciorural cercano, en este caso Santa Luisa, está comple­tamente incorporado a la velocidad y al flujo mientrasque el espacio rural lejano (Reigolil) se encuentra ensus márgenes, ante lo cual no debemos olvidar quela presencia de la velocidad y el flujo ha sido consi­derada como constitutiva del espacio urbano (Augé;2004), de modo que la incorporación de la localidaden el seno del sistema de transporte, trae importantí­simas consecuencias sociales y culturales detransformación del sujeto rural a lo “urbano”, que nopueden ser explicadas solo por la fuerza globalizantede los medios de comunicación – la cual no deja, en

todo caso, de ser importante -. Algunas de estasconsecuencias, a las que de pronto el espacio de lo“lejano” se mantiene ajeno, son las que trabajaremosahora.

Las relaciones sociales:

Como se mencionó antes, el espacio urbano secaracteriza por privilegiar el individualismo, yaque determina relaciones efímeras y pasajeras entrelos sujetos, donde “todo” es flujo y velocidad, adiferencia del campo, donde supuestamente lasrelaciones son más permanentes y cercanas. En estesentido se puede establecer un paralelo entre laciudad, en donde existiría una tendencia a relacionessociales más reducidas que en el campo, donde lasredes sociales suelen ser mas extensas y los sujetosen una comunidad tienen mayor capacidad de reco­nocerse entre sí.

En Santa Luisa, se ha perdido ese conocimientoy esa relación con los sujetos del lugar, y se haproducido por lo que se puede observar, unextrañamiento de los “vecinos” producto del fuerteincremento de la población que ha resultado a partirde la extensión de la ciudad a través de la carretera,y sobre todo por la realización de proyectos inmobi­liarios en los cuales ahondaré más adelante. Diré porel momento, que la llegada de gente extraña a la vidacotidiana, generan un fuerte recelo, por la delincuen­cia, las drogas y en general el desconocimiento dequienes viven en el lugar, que en el caso de la villade reciente construcción, termina por afectar lapercepción que tienen los residentes “locales”6 detoda la nueva población, incluidos los radicados dela misma zona. Se incorpora así, poco a poco, laforma de vida urbana, que puede traer graves conse­cuencias a una comunidad que no está preparada paratales cambios; servicios que ya no dan abasto e inclusola propia iglesia que a través de un sacerdote deja depoder abarcar a toda la comunidad en lo referido alos servicios religiosos, por poner un ejemplo.

En Reigolil en cambio, las redes sociales semantienen amplias. Se puede decir incluso que lasrelaciones sociales se extienden por toda la localidada través de la comunidad, y llegan a alcanzar almenos con claridad el nivel comunal. Aunque se

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que la comuna no posee plan regulador propio – alparecer está en proceso de elaboración - y actualmentela normativa está supeditada al plan regulador regionaly a la Ordenanza General de Construcción yUrbanismo. Así mismo, no se mostraron dispuestosa facilitarme el PLADECO8, ya que según se me dijoestaba en proceso de reelaboración en el marco deun programa de capacitación en desarrollo local. Sibien se argumentó que ambos instrumentos se estabanconstruyendo o replanteando en busca de revalorizar­los en función de una mejor gestión de la comuna,pude observar sin problemas la poca importancia queal menos hasta entonces se les había adjudicado. Perolo relevante de esto es; que las iniciativas se realizansobre todo desde el nivel regional y ministerial alcual el municipio queda supeditado por no contarcon recursos ni con instrumentos de planificaciónpropios.

Sin embargo en Reigolil se da una realidad total­mente distinta que desafía la hipótesis inicial. A pesarde que tampoco tenían importancia los instrumentosmunicipales de planificación, la realización de pro­yectos contenía un importante componente localista,con una gestión que va desde la comunidad hacia lamunicipalidad, y donde la articulación del desarrollocualitativo y el crecimiento económico se realizabacon bastante fluidez a través de los distintos programasde financiamiento presentes en la zona.

Quizás el mejor ejemplo de esto es la construcciónque hace algunos años se hizo de una nueva escuela.La “vida útil” de la escuela (e internado) anteriorllegaba a su fin cuando los profesores, junto conalgunas personas de la comunidad, se propusieronentregarles a los niños del lugar una mejor infraes­tructura y una mejor calidad de educación. De estamanera realizaron un proyecto con el cual concursaronpara el financiamiento estatal, el cual ganaron, co­menzando así la construcción de la nueva escuelahace aproximadamente dos años. Hoy se puede verque el diseño de la escuela es de forma circular yorientado al sol emulando la ramada en la ceremoniade nguillatún, en el afán por rescatar - sin descuidarla calidad de la infraestructura - elementos de lapropia cultura, a lo cual se le agrega la aplicación deun programa de educación (impulsado localmentetambién) que incorpora elementos de la historia,

cosmovisión y lengua mapuche, en un concepto deinterculturalidad muy claro y elaborado. Esta iniciativafue llevada al nivel municipal, y en la actualidad seestá haciendo extensiva a toda la comuna, lo quedemuestra como la gestión se realiza en un sentidocontrario que en Santa Luisa9.

Con estos datos se demostraba que la hipótesisno era aplicable a todo el espacio rural, y que síexistía en efecto en algunos casos un desarrolloterritorial local de lo rural (y de lo étnico en estecaso).La solución del problema habitacional:

Muy relacionado con el tema anterior, quizás unmejor ejemplo de las diferencias en el desarrolloterritorial y los medios a través de los cuales seimpone la ciudad, es el tema de la vivienda social,la cual está presente en ambos casos; en Santa Luisacon la construcción de una villa, y en Reigolil conla gestión de una villa que no llegó a concretarse.

En el caso de Santa Luisa, no queda totalmenteclaro si la villa fue iniciativa del Ministerio deVivienda y Urbanismo o de la Municipalidad deMaría Pinto, pero lo que si queda claro es que laproyección, el financiamiento y la construcción sicorrió por cuenta del primer organismo, junto conotros como el Programa de Mejoramiento de Barrioy Chile Barrio.

A pesar de que algunos habitantes “tradicionales”de Santa Luisa, no reconocen a los pobladores de lavilla y existe la idea de que la mayoría viene deafuera, en la municipalidad aseguran que el porcentajedestinado a la erradicación (gente traída de afuera)no supera el 30%, ya que el objetivo principal delcomplejo era solucionar el problema de allegados enla comuna. Pero es importante destacar que de eseporcentaje de erradicación, el Ministerio exigió quese le adjudicara una parte de las viviendas a unprograma de reposicionamiento de familias conflic­tivas o en condición de riesgo social en Santiago, locual gatilló un fenómeno de “manzana podrida” enel que se elevaron los niveles de delincuencia, alco­holismo y drogadicción en todo la localidad, que seha visto asediada por nuevas costumbres de vidanocturna y discotecas, todo lo cual a generado un

importante sentimiento de recelo y extrañamiento.10

Otro asunto que no deja de ser inquietante deesta clara incursión de la ciudad en el campo, es elhecho de que la municipalidad por una parte reconozcaque en la comuna hay una fuerte carencia de ofertade trabajo y que la gente lo que más tiende es a irsedel lugar, pero que por otra parte esté apoyando unproyecto que además de radicar a la población local,está atrayendo más población foránea.

En esta escena, el ministerio está en una posiciónventajosa, ya que aporta gran parte de los recursos,lo que le permite imponer ciertas condiciones almunicipio que poco tienen que ver con las necesidadeslocales y más tiene que ver con la necesidad desolucionar los problemas de habitación y delincuenciaen Santiago, o con la idea de convertir la periferiarural, que en este caso (y probablemente todos loscasos), no está en absoluto despoblada, en el “dormi­torio” de la fuerza laboral citadina.

El caso de Reigolil es bien contrastante. Aquí seme relató como la comunidad participó por iniciativapropia en un concurso para implementar laconstrucción de una villa en las inmediaciones deReigolil como asentamiento. Esto, no impulsado porla necesidad de solucionar un problema de alto por­centaje de allegados, si no por la necesidad y laintención por parte de las familias del valle deReigolil, de trasladarse a un lugar más cercano a losservicios básicos, sobre todo de la escuela y delpoliclínico. Sin embargo parte del relato decía quesi bien se había establecido la construcción de lavilla, esta no se había podido concretar ya que lasautoridades no pudieron entenderse con los dirigentesde la comunidad, y estos no quisieron ceder (o vender,no queda claro) las tierras en que debía llevarse acabo el proyecto.

A primera vista esta situación me pareciótotalmente contradictoria y me dejo bastante des­concertado, porque no parecía tener sentido quela misma comunidad que había impulsado el pro­yecto no cediera las tierras necesarias, impidiendoasí su realización. Sin embargo, al indagar sobreel asunto un poco más en profundidad y con máspersonas, no demoraría por encontrar la respuesta

al problema; El Minvu, al igual como había hechoen la Municipalidad de María Pinto, había apoyadola construcción de la villa con la condición dedestinar un cierto porcentaje de ella a la entregade viviendas a familias de afuera, ante lo cual lacomunidad se opuso tajantemente sin posibilidadde negociar, porque eran conscientes de los muchosproblemas que de eso podrían resultar que no sejustificaban por el hecho de trasladarse a vivir enel pueblo. Con esto el ministerio retiro su respaldo(y sus recursos) y así la comunidad “frustró” supropia iniciativa.

He aquí ejemplos claros de desarrollo territorialgestionado externamente y de desarrollo territorialgestionado localmente.

CONCLUSIONES

Consideraciones finales sobre el desarrollo terri­torial:

Hasta el momento hemos esquivado un tema degran importancia, el cual ya se mencionó más arribay que es momento de desarrollarlo más detenidamente.

Como ya dije, una de las hipótesis que motivóeste trabajo propone que el dominio territorial de“lo urbano” sobre lo “rural”, esta dado por la inversiónen el modelo de desarrollo que se ha propuesto, dela sección que se refiere al desarrollo de las dimen­siones cualitativas de un territorio, que pasaría de serimpulsado endógenamente en la ciudad, a ser impul­sado exógenamente en el campo desde la ciudad,manteniéndose la determinación externa del creci­miento económico. Sin embargo el caso de Reigolilnos demuestra a todas luces que esta suposición eserrónea ya que en este espacio rural se da claramenteun alto nivel de determinación local del desarrollo.Ante esto, es necesario reformular la hipótesis paratratar de proponer un modelo extensible a todo elespacio rural y en general a todo el desarrollo terri­torial.

Si tanto Santa Luisa como Reigolil pertenecenal mundo rural, ¿Qué diferencia tanto sus mecanismos

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de desarrollo territorial? La respuesta la encontramosen las consideraciones del viaje, la distancia, de lolocal y de lo global que ya he mencionado al inicio.

Para el caso de Santa Luisa, la frontera que lasepara como realidad rural de la ciudad no parecenada clara hoy en día, a diferencia de lo que sucedecon Reigolil donde el tránsito de una realidad a otraesta bien marcado. En consideración de esto diré quela superación y/o la supresión de la distancia entrela ciudad y tales espacios rurales (Santa Luisa en estecaso), permiten que una misma “localidad”11 se desimultáneamente en dos lugares físicos distintos. Siaceptamos como mencioné antes, que la distancia serefiere al espacio, el cual es la combinación del lugar(dimensión física del espacio) y la movilidad(dimensión temporal del espacio), podemos afirmarque si la separación física entre la ciudad de Santiagoy Santa Luisaº12 no ha variado, es el tiempo - porende - el que ha variado para que se reduzca ladistancia. Entonces, es la reducción del tiempo através del aumento de la velocidad el que acorta ladistancia entre Santa Luisa y Santiago, y la reducea términos que son equivalentes a las distancias quese dan dentro de la propia ciudad. Tal aumento de lavelocidad, por otra parte, es producto en primerainstancia de la presión que ejerce la ciudad sobre suentorno, que impulsa la construcción, potenciamientoe intensificación de los dispositivos de flujo en lossectores que le son periféricos. A través de estosdispositivos el poder alojado en la ciudad domina alos sujetos rurales, ya que a través de ellos imponeuna temporalidad que es propia de lo urbano.

Dicho de otra manera, la frontera de la ciudadno está definida en función del límite físico en quedeja de darse la presencia de establecimientosrelativamente permanentes habitados por unapoblación relativamente densa, si no que está dadapor el límite temporal - relativo - a partir del cualse puede afirmar que se está afuera o adentro (quese realizó o no el viaje) de lo que me permitiréllamar como “área de acción metropolitana”. Espor lo tanto en la incorporación progresiva de SantaLuisa a esta área determinada por la frontera espa­cial (física y temporal) de la ciudad, que su gestióncomienza a transformarse en la gestión de Santiagopasando todo junto a formar parte de una misma

“endogeneidad”, y empezando reproducir a nivelcomunal el desarrollo de las dimensiones cualita­tivas urbanas en su territorio, “urbanizandose”antes de la llegada los semáforos, las poblaciones,la contaminación, las oficinas,- y un largo- etc.Reigolil en cambio, mantiene y probablementemantendrá - mientras no se mejore su accesibilidad- por algún tiempo su frontera con los desarrollosurbanos, por lo que puede mantener su particulari­dad rural en la gestión de las dimensiones cualita­tivas del territorio, manteniéndose a una distanciaque es suficiente para ubicarla al margen de ladominación espacial que ejerce la ciudad sobre elcampo, sin desestimar por eso el que existan otrosmecanismos de dominación y subordinación ope­rando (relaciones económicas, calidad de los ser­vicios, etc.).

Perspectivas hacia futuro:

El Minvu no se ha mantenido ajeno a la situaciónque se ha expuesto, y las noticias publicaron el añopasado la aprobación del plan regulador para lasprovincias de -entre otras- Talagante y Melipilla (queincorpora la comuna de María Pinto), el cual sedesarrolló por iniciativa de esta entidad junto a lasautoridades metropolitanas.

No se duda en mencionar las ventajas de estamedida, como por ejemplo que con esto la RegiónMetropolitana es la primera del país en estar comple­tamente planificada, y que además con esta medidase podrá controlar el crecimiento descontrolado dela ciudad, al delimitar con claridad que zonas quedeberán ser destinadas a una ocupación urbana ycuales destinadas a una ocupación rural.

Sin embargo, hay al menos dos inquietudes oreservas que sería bueno plantearse al respecto. Laprimera es que estas medidas no parecen darle im­portancia al hecho de que las características físicasde los asentamientos urbanos no son suficientes parala comprensión de “lo urbano”, con lo que se dejatotalmente de lado las consecuencias sociales yculturales que estas medidas traerán, y por lo tantoevade también la consideración del sujeto rural.

Y la segunda inquietud, se desprende del hechode que con esta política, más de 9.251 hectáreas seharán disponibles para la construcción de proyectosinmobiliarios. Esta realidad, si bien puede ser consi­derada muy positiva en términos económicos (paralas inmobiliarias), puede ser muy perjudicial para lacalidad de vida y de vivienda de quienes serán suspróximos propietarios, ya que al incorporar el territorioa la lógica del mercado inmobiliario que es especial­mente dinámico, las comunas tienden a reducir laexigencia de las normativas,- no solo en términos dezonificación sino que también en términos de calidadde construcción entre otros-, para atraer así la industriainmobiliaria a la zona. Por otra parte, si bien se dejaránpor fin bien establecidos los sectores urbanos y rurales- en términos físicos-, la medida incorpora al mismotiempo la posibilidad de existencia de las Zonas deDesarrollo Urbano Condicionado, a partir de las cualesse pueden hacer excepciones normativas en funcióndel cumplimiento de ciertos requisitos en laurbanización (porcentaje de vivienda social, áreasverdes, acceso, etc.), que es la misma lógica bajo lacual ya se ha urbanizado algunos sectores de Colina,y parece ser que sus postulados no encuentran unacorrelación con la realidad.

Por todo esto, vale la pena plantearse algunasinterrogantes; ¿A que precio, y con que beneficiosse asedia al sujeto rural de la forma en que se hace?¿Se logrará realmente controlar el crecimiento de laciudad? ¿Cuál será a futuro la calidad (y cualidad)de la ciudad que se quiere construir, o del Santiagoque se quiere extender? Este modelo de urbanizaciónpuede solucionar muchos problemas, pero puedeigualmente atraer muchas consecuencias negativas,no solo para el mundo rural y los sujeto que locomponen, si no que también para los propios “cita­dinos”.

No se quiere en absoluto con esto deslegitimarlos intentos por regular la expansión vertiginosa dela ciudad impulsada por los mecanismos que se handescrito a lo largo del trabajo. Simplemente se quiereponer en discusión la idea – como propuesta - de quese debe hacer algo por contener la tendencia “natural”de la ciudad a expandirse, y en caso de ser talexpansión inevitable, no se debe someter su regulación

tanto a la lógica de mercado sino que debe entregarsea una normativa y una legislación estatal que sea másefectiva y sólida, y que abogue ya no por los interesescomerciales de un sector de la población, si no quepor la calidad de vida que se quiere para el sujetourbano, y siempre en consideración y respeto por ladiversidad cultural en este caso representada por elsujeto rural.

Conclusión final:

A modo de conclusión, diré que si bien los procesosde transformación que a la luz de la globalización viveel campesino sí son, en efecto, consecuencia de pre­siones internas (como el desempleo, la precariedad deservicios, etc. etc.), hay un elemento de carácterexógeno que es mas fuerte y que no se puede olvidar:la ciudad, la cual ejerce una dominación no solo porser una alternativa atractiva al “campo” sino tambiénporque establece un control del territorio a través dela disposición jerarquizada de artefactos o dispositivosen función de su propia sustentabilidad. Respecto aesto resultó pertinente tratar el tema espacial, ya quea través de él se pudo observar las consecuenciasculturales que resultan, ya no de un sujeto rural ubicadoen un espacio imaginario separado pero dependientede la ciudad, tampoco solo como un sujeto rural inmersoen un progresivo proceso de conversión a un sujetourbano, si no que las consecuencias culturales de unproceso en el que el espacio rural concreto está siendocubierto por la ciudad progresivamente, siendo laciudad y el mercado (o más bien quienes ostentan elpoder que radica en ellas) quien decide que zonaperdura como rural y cual no. Esto puede ser interpre­tado como un problema de conflicto entre la ciudady el espacio rural por los territorios ubicados en lafrontera de ambas realidades, el cual se resuelvemediante el sacrificio – a favor de la modernidad- del sujeto campesino, y en donde la desaparición de estese oculta tras la reproducción en el campo de las formasculturales urbanas.

Tenemos entonces a un sujeto que ya no está “allá”,si no que se acerca cada vez más al aquí y el ahora, alo cercano dirá Augé (1992:15-46), un sujeto que yano tiene que realizar ningún viaje, físico o cultural, si

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no que le basta sumarse al flujo convergente queimpone la extensión de la ciudad a través de susdispositivos. Más aún en un contexto en el que laciudad ya no se explica por esquemas sencillos decentro y periferia, Donde por lo demás la ruralidadtampoco se explica simplemente por el concepto decampesino, si no que requiere hoy en día el análisisde muchos otros fenómenos, como por ejemplo, laproletarización del sujeto rural en función de laindustrialización de la producción agrícola y los trabajostemporeros.y en donde urbanistas, economistas ysociólogos buscan desesperados una frontera que hacealgún tiempo se perdió (como la mítica “cota mil”),quizás es hora de abandonar el antiguo continuo urbano-rural, que más recuerda un continuo de exclusión queuno de inclusión. En resumidas cuentas, tenemos estesujeto cercano, adyacente a la ciudad e incluso revuelto,que se resiste y que se mezcla, que es artífice pero ala vez victima de una relación de poder desigual quelo desfavorece, en que ya no es solo él quién viaja ala ciudad, sino que es la ciudad – y ahora mas evidenteque nunca – la que viaja hacia él.

NOTAS

1. Es pertinente aclarar en este punto, que en adelantecuando se haga referencia a la relación entre ciudady campo, no se hará mención solo de la ciudadcomo artefacto físico, sino que además se estáasumiendo un poder que se aloja en ella y querepresenta una administración y a un segmentode la sociedad que privilegia lo urbano por sobrelo rural y que ejerce en tal sentido su hegemonía,en términos económicos, culturales, y lo que masnos interesa, en términos territoriales y/o espacia­les.

2. Wirth, Louis. “El urbanismo como modo de vida”pág. 4. Tomado de la revista electrónicawww.bifurcaciones.cl.

3. No me parece necesario en este punto extendermeen el fundamento económico, político e ideológicorepresentado por el capitalismo, que subyace aeste individualismo, pero quisiera notar sin em­brago que la estrategia urbana de ocupación delespacio no siempre ha constituido un determinantedel individualismo, como es posible observar enlos desarrollos urbanos precolombinos de Mesoy Andinoamérica, entre otros muchos casos.

4. Si entendemos la planificación como un mediode control social del orden espacial, sería difícilafirmar la ausencia de ella en algún caso, ya quees inherente a toda estrategia de ocupación delespacio, desde la más pura trashumancia hasta lamayor realización de las metrópolis. Esta definiciónse menciona, con el simple afán de ampliar elconcepto de planificación y evitar posibles confu­siones.

6. Hay que entender que estos sujetos que se estánconsiderando son bien particulares, ya que losinformantes a los que se acudió fueron casi en sutotalidad adultos mayores.

7. No pude explorar, por ejemplo, el trabajo de lasONG´s en la zona.

8. Plan de Desarrollo Comunal. A pesar de tenerderecho a revisarlo, no me pareció ni pertinenteni necesario insistir en ello.

9. Lamentablemente existen quejas por la subvenciónque no permite a los profesores realizar con co­modidad su trabajo, y en el caso de Reigolil, elfinanciamiento no alcanzó para habilitar junto ala escuela el nuevo internado, debiéndose seguirutilizando el antiguo.

10. Si bien el problema de las familias conflictivasfue solucionado por la municipalidad, los efectospersisten, y quizás seguirán persistiendo.

11. No en términos físico sino que en términos polí­ticos.

12. Fuera del avance de la urbanización de los alre­dedores de Santiago.

BIBLIOGRAFIA

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