Realidad trampa

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WWW.PUBLICO.ES PÚBLICO MIÉRCOLES, 17 DE AGOSTO DE 2011 20 A LA SOMBRA Lorenzo Llinares No es raro ver a Lorenzo Llina- res repartiendo pasquines por su ba- rrio con los motivos que le indignan. Asegura que el movimiento del 15-M es su “primera experiencia como ac- tivista”, aunque confiesa que lleva- ba “20 años pensando que si todo el mundo se moviese, las cosas serían muy distintas”. Sin embargo, el hecho de pensar “que era el único” con esas inquietudes le impidió reaccionar an- tes. “Ahora sé que cientos de miles de personas en toda Europa piensan co- mo yo, he visto que no estoy solo”, ex- plica por correo electrónico, duran- te un receso en su jornada laboral. En un primer momento colaboró con la acampada que se instaló en el Obelis- co, en el centro de A Coruña, y, a pesar de que el campamento todavía per- manece, Lorenzo considera que en estos momentos es “más provechoso trabajar desde las asambleas popula- res comarcales”. A este hostelero, no le cabe duda de que los programas políticos, de cara a las elecciones generales, se nutrirán de muchas de las reivindicaciones del movimiento “para captar votantes”. Y quizás porque no confía en la clase política, no cree que el 15-M termine “a medio plazo” convertido en un par- tido político, ya que entiende que eso implicaría “jugar al juego” que tanto critican. “Si el 15-M fuese un partido, estaría enredado en la maraña de in- tereses que atrapa al resto de forma- ciones y entonces no podría represen- tar a nadie”, concluye. D 3 A CORUÑA POR MARIOLA MORENO «No veo al movimiento convertido en un partido» RETRATOS DEL 15-M ¿QUÉ LEMA GUARDARÍAS DEL 15-M? “No puedo apretarme el cinturón y bajarme los pantalones al mismo tiempo”. ¿QUÉ BORRARÍAS DEL 15-M? “A la derecha, que quiere eliminar nuestro discurso reduciéndolo a una pataleta”. 3 3 MIGUEL RIOPA 36 AÑOS HOSTELERO > > DEMODÉ BOLAS CON REGALO DENTRO POR SERGIO ALONSO EL DATO Las primeras máquinas con estas bolas surgieron en los años 70. Cuando el envoltorio supera al regalo No había bar de barrio o salón de recreativos que no tuviera en su puerta una máquina con bolas transpa- rentes. Dentro, previo pago de moneda, estaba la sor- presa. A diferencia del huevo Kinder, si el regalito no te entusiasmaba, tampoco podías comerte la bola, así que muchos críos terminaban dándole patadas como si se tratase de un balón de fútbol en miniatura. 3 POR SAMUEL GRANADOS VER ENTRE LÍNEAS La escritora sevillana María José Barrios relata en ‘Cuentos Mínimos’ una serie de historias breves que, aún narradas con sencillez, consiguen evocar una serie de imágenes y escenarios muy particulares. En ‘La trampa’, Barrios juega con el lector haciéndolo protagonista activo del relato e invitándolo a reflexionar sobre la delgada línea que existe entre realidad y deseo; la satisfacción de una necesidad como desencadenante de otra. El riesgo, en definitiva, de caer en un círculo vicioso del que resulta difícil salir. ‘CUENTOS MÍNIMOS’ (2009), DE MARÍA JOSÉ BARRIOS Realidad trampa «Es un libro de esos con figuritas que al abrirlo se levantan y se mueven. Dentro apareces tú regalando por fin un ramo de flores a la chica que tanto te gusta, grapando a la mesa la corbata a rayas que lleva puesta tu jefe, y preparando un cocktail en la terraza de alguna playa tropical. Es fácil, te susurra una misteriosa voz al oído. Basta con que empujes esas solapitas de aquí y de allí y todo esto se convertirá en realidad. Y tú te dejas llevar sin pensarlo dos veces, y cuando te cansas de ser feliz en ese mundo de cartón, cierras el libro, pero a tu alrededor todo ha cambiado, y sólo hay flores que suben y bajan, animales que asoman la cabeza desde detrás, y una fuente de la que sale un chorro de agua de papel que nunca, nunca, te quita la sed».

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A partir de un relato de 'Cuentos Mínimos' (María José Barrios).

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PÚBLICO MIÉRCOLES, 17 DE AGOSTO DE 201120

A LA SOMBRA

Lorenzo Llinares

No es raro ver a Lorenzo Llina-res repartiendo pasquines por su ba-rrio con los motivos que le indignan. Asegura que el movimiento del 15-M es su “primera experiencia como ac-tivista”, aunque confiesa que lleva-ba “20 años pensando que si todo el mundo se moviese, las cosas serían muy distintas”. Sin embargo, el hecho de pensar “que era el único” con esas inquietudes le impidió reaccionar an-tes. “Ahora sé que cientos de miles de personas en toda Europa piensan co-mo yo, he visto que no estoy solo”, ex-plica por correo electrónico, duran-te un receso en su jornada laboral. En un primer momento colaboró con la acampada que se instaló en el Obelis-co, en el centro de A Coruña, y, a pesar de que el campamento todavía per-manece, Lorenzo considera que en estos momentos es “más provechoso trabajar desde las asambleas popula-res comarcales”.

A este hostelero, no le cabe duda de que los programas políticos, de cara a las elecciones generales, se nutrirán de muchas de las reivindicaciones del movimiento “para captar votantes”. Y quizás porque no confía en la clase política, no cree que el 15-M termine “a medio plazo” convertido en un par-tido político, ya que entiende que eso implicaría “jugar al juego” que tanto critican. “Si el 15-M fuese un partido, estaría enredado en la maraña de in-tereses que atrapa al resto de forma-ciones y entonces no podría represen-tar a nadie”, concluye. D

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Lorenzo Llinares

A CORUÑA

POR MARIOLA MORENO

«No veo al movimiento convertido en un partido»

RETRATOSDEL 15-M

¿QUÉ LEMA GUARDARÍAS DEL 15-M?“No puedo apretarme el cinturón y

bajarme los pantalones al mismo tiempo”.¿QUÉ BORRARÍAS DEL 15-M?

“A la derecha, que quiere eliminar nuestro discurso reduciéndolo a una pataleta”.

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MIGUEL RIOPA

36 AÑOSHOSTELERO

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DEMODÉ

BOLAS CON REGALO DENTRO

POR SERGIO ALONSOEL DATOLas primeras máquinas con estas bolas surgieron en los años 70. Cuando el envoltorio

supera al regaloNo había bar de barrio o salón de recreativos que

no tuviera en su puerta una máquina con bolas transpa-rentes. Dentro, previo pago de moneda, estaba la sor-presa. A diferencia del huevo Kinder, si el regalito no te entusiasmaba, tampoco podías comerte la bola, así que muchos críos terminaban dándole patadas como si se tratase de un balón de fútbol en miniatura.

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POR SAMUEL GRANADOSVER ENTRE LÍNEAS

La escritora sevillana María José Barrios relata en ‘Cuentos Mínimos’ una serie de historias breves que, aún narradas con sencillez, consiguen evocar una serie de imágenes y escenarios muy particulares. En ‘La trampa’, Barrios juega con el lector haciéndolo

protagonista activo del relato e invitándolo a reflexionar sobre la delgada línea que existe entre realidad y deseo; la satisfacción de una necesidad como desencadenante de otra. El riesgo, en definitiva, de caer en un círculo vicioso del que resulta difícil salir.‘CUENTOS MÍNIMOS’ (2009), DE MARÍA JOSÉ BARRIOS

Realidad trampa

«Es un libro de esos con figuritas que al abrirlo se levantan y se mueven. Dentro apareces tú regalando por fin un ramo de flores a la chica que tanto te gusta, grapando a la mesa la corbata a rayas que lleva puesta tu jefe, y preparando un cocktail en la terraza de alguna playa tropical.

Es fácil, te susurra una misteriosa voz al oído. Basta con que empujes esas solapitas de aquí y de allí y todo esto se convertirá en realidad. Y tú te dejas llevar sin pensarlo dos veces, y cuando te cansas de ser feliz en ese mundo de cartón, cierras el libro, pero a tu alrededor todo ha cambiado, y sólo hay flores que suben y bajan, animales que asoman la cabeza desde detrás, y una fuente de la que sale un chorro de agua de papel que nunca, nunca, te quita la sed».