Readers Digest - Inverosimil Fenomenos Inexplicables

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Fenomenos Inexplicables Selecciones del Reader§ Digest ~fi

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FenomenosInexplicables

Selecciones del Reader§ Digest

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ÍNDICE

La eterna búsqueda de respuestas 6

Más allá del muro del tiempo 10Profecías 12Anomalías 34Coincidencias 56

Destinos misteriosos 78Combustión humana espontánea 80Crímenes y ataques inexplicables 94Apariciones y desapariciones 114

Monstruos y espectros 136Monstruos 138Incursiones espectrales 166

Cielos inquietos 182Cosas extrañas de lo alto 184Objetos voladores no identificados 207Allá en el cielo: excentricidades

atmosféricas y astronómicas 236

En el reino de los milagros 258Curaciones e inmunidades 260Señales y prodigios 282

Bibliografía 307Índice alfabético 311Créditos 319

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MÁS ALLÁDEL MURODEL TIEMPO

DESTINOS MONSTRUOS YMISTERIOSOS ESPECTROS

CIELOSINQUIETOS

Los frescos que Miguel Ángel pintó en elVaticano en el siglo XXl reflejan de modosublime los misterios de la antigüedad.

EN EL REINODE LOS MILAGROS

La eterna búsquedade respuestas

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"Nada en nuestra experiencia es tan bello como lo misterioso. De ahínacen el arte y la ciencia verdaderos."— Albert Einstein

U na necesidad humana casi tan imperiosa como las básicas dealimento, vivienda y compañía es la de crear un mundo ordenado,

gobernado por normas seguras, y desarrollar un sistema de creenciastranquilizador. A esta aspiración se debe el que adivinos, sabios yexpertos de toda condición hayan sido escuchados desde el principio delos tiempos. Nunca han faltado, ni faltarán probablemente, autoridadesdispuestas a encontrar explicaciones razonables para cuantos fenómenosson observados y a ofrecer soluciones a los misterios del universo.

Sin embargo, ciertos acontecimientos parecen indicar que nuestrasnormas y creencias, e incluso nuestro sentido común, pueden fallarnos.

En el pasado, hombres y mujeres creían que el mundo que losrodeaba tenía una dimensión milagrosa: que ángeles y demonios eranreales, las oraciones eficaces y el hombre un ser privilegiado queocupaba un lugar de honor en el universo. Hoy son cada vez menosquienes creen en semejante mundo. La existencia se ha convertido paramuchos en algo definido por la política, la economía y losdescubrimientos que se llevan a cabo en los laboratorios. Pero, aun así,persiste el instinto de lo desconocido, y la convicción de que no todo ennuestras vidas puede ser previsto minuciosamente por los estadísticos,controlado por los gobiernos o definido en un tubo de ensayo.

Porque, a pesar de que en los últimos veinticinco años hemosaprendido más sobre la Tierra y el cosmos que en toda la historiaanterior, cuanto más hemos explorado, más misterioso se nos ha vuelto

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el mundo. Ante los extraños fenómenos que a cada paso surgen anuestro alrededor, nos preguntamos si el sentido común no nos exigeaceptar lo extraordinario. ¿No deberíamos abandonar nuestras ideasrutinarias sobre las leyes naturales? Mientras nuestros científicossintonizan los ecos de la creación cósmica, ¿debemos seguir apegados ala idea de que el tiempo progresa de un modo lineal? ¿No puedenpasado, presente y futuro existir simultáneamente? ¿Ha de ir todo efectoprecedido de una causa? ¿No puede manifestarse la energía psíquica deun modo observable físicamente? Preguntas como éstas abren la puertaal mundo vasto e intrigante de lo desconocido.

Los editores de Selecciones del Reader's Digest, convencidos de lofascinantes que resultan tales preguntas, hemos reunido en este librocentenares de informes que sugieren que lo milagroso, lo misterioso y loenigmático siguen tan vivos y presentes como siempre. Pero también, alinformar sobre acontecimientos inexplicables, debemos reconocer elpeligro de exageración, parcialidad y distorsión y precaver contra él.

Este libro es un almanaque de hechos que desafían cualquierexplicación en términos comúnmente aceptados. Algunos de esos hechosresultan aterradores, otros documentan aparentes milagros. Muchossugieren que la mente y el cuerpo humanos tienen capacidades extrañas;otros, que por el mundo vagan seres desconocidos para la ciencia y quehacen tambalear nuestra imaginación. Algunos informes nos revelan queel cosmos puede no ser tan estéril y desprovisto de acontecimientos comopensamos, y otros —casos increíbles de coincidencia— nos hacensospechar que a veces el mundo inorgánico conspira con la vida paracrear formas extrañas o significativas en los inmensos ámbitos deltiempo y el espacio. En resumen, las historias aquí reunidas implican

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que lo que vemos y sabemos del mundo cotidiano nos brinda tan sóloun atisbo de cómo son realmente las cosas.

¿Dónde hemos encontrado estas historias? Nuestros investigadoresbuscaron por todas partes hasta localizar relatos de hechos extraños ynotables en periódicos de todo el mundo y revistas de sociedadescientíficas, en informes meteorológicos y cuadernos de bitácora, endiarios de viajeros y misioneros, en antiguas crónicas, en archivospoliciales e informes de excavaciones arqueológicas, y en el testimoniode hombres y mujeres comunes y corrientes que han contado lo quevieron o experimentaron por sí mismos.

¿Cómo juzgar tales noticias? No podemos garantizar que todos loshechos aquí relatados ocurrieron exactamente así, pero sí podemosdocumentar cada informe. Alguien, en un determinado tiempo y lugar,contó por escrito cada fenómeno, y todas esas fuentes se citan en ellibro, de modo que nuestro criterio debería ser el mismo que el de losmiembros del jurado en la vista de una causa; a nosotros correspondemedir la credibilidad de los testigos. Podemos dudar o no creer; perocuando numerosos testigos nos hablan de un cierto tipo de fenómeno,podemos también suponer que no todos mienten, y que puede haberpuntos flacos en nuestras convicciones sobre lo posible y lo imposible.

A medida que nos adentremos en la lectura, tal vez pensemos quemuchas cosas permanecen todavía ocultas para nosotros. Como decía elfilósofo Séneca en el siglo l de nuestra era: "Poca cosa sería nuestrouniverso si no hubiera en él algo que cada época pueda investigar... Lanaturaleza no revela sus misterios de una vez por todas."

dos Editores

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MÁS ALLÁDEL

MURO DEL TIEMPOEl presente es nuestro único punto de referencia en

cuanto al pasado y al futuro, y nuestra torna de

conciencia de un acontecimiento cualquiera debe

tener lugar, obviamente, una vez que éste se ha

producido. ¿Qué pensar entonces de la curvatura del

tiempo que permite a algunas personas profetizar lo

que sucederá en el futuro? Anomalías y coincidencias

son fenómenos relacionados en cuanto ambas son

desviaciones de las coordenadas temporales

comúnmente aceptadas. Que ciertas profecías se

cumplen, que existen anomalías de muchos tipos y

que abundan las coincidencias es algo indiscutible. Lo

inexplicable hasta ahora es qué fuerza o fuerzas son

lo bastante poderosas para producirlas.

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La sibila, o profetisa, de Delfos contempla el futuro.

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PROFECÍASLa profecía figura a la vez entre las presunciones humanas más terrenas y máselevadas. Hablando con propiedad, esa palabra designa un trascender el tiem-po y el espacio capaz de ofrecernos visiones apocalípticas, muertes de reyes, nue-vas edades, juicios finales y resurrecciones de muertos.

También profetizamos cuando quedamos en comer con alguien pasado ma-ñana o en ir al dentista la semana próxima. En tales casos analizamos el estadode cosas actual y, a pesar de lo incierto de la vida, predecimos confiadamenteque tendrá lugar esa comida o nos examinarán esa muela.

Entre esos dos extremos —el Apocalipsis y la cita para comer— se encuen-tran grados de profecía como las premoniciones, las precogniciones y las pre-dicciones. Las premoniciones son sensaciones imprecisas que suelen manifes-tarse en un estado de vigilia más o menos normal o corno residuo de un sueñoolvidado. La sensación de que el avión que va a tomar un amigo se estrellará,o de que en el buzón nos espera la carta de alguien de quien no sabemos hacemucho tiempo, es una premonición.

Las precogniciones, que suelen registrarse en sueños o en el "soñar despier-to", son visuales y más precisas que las premoniciones. Ocurren en lo que enese momento uno juzga como estado normal de vigilia y son indistinguibles delos acontecimientos usuales, aunque más adelante resulten ser espectros de unsuceso futuro. En una rara forma de estos fenómenos precognitivos, el Var-dogr, frecuente en Noruega, los acontecimientos son a veces prefigurados porsonidos: se oyen pasos antes de llegar alguien, o abrir y cerrar una puerta antesde que una persona pase por ella.

La predicción difiere de la premonición y la precognición por su intencionali-dad y por las técnicas que emplea, que son de dos tipos. Una de ellas utilizadiversos signos: la posición de los planetas, las líneas de la mano, el dibujo delas hojas de té en una taza, la caída de las monedas lanzadas al aire, el vuelode las aves, etc. La otra usa drogas, procedimientos y rituales que provocan cam-bios en la mente, a menudo destinados a invocar la ayuda de algún ser sobrena-tural revestido del don profético.

Por otra parte, la profecía en el sentido más elevado no suele ser buscadani cultivada por los métodos dichos. Suele creérsela inspirada por Dios o pordioses u otros seres espirituales de alto rango, y de acuerdo con ello su conteni-do suele tener un significado muy importante para gran número de personas.Estas diferentes zonas del espectro profético no se distinguen entre sí más quelos colores del arco iris. De hecho, los ejemplos más terrenos no suelen ser con-siderados profecías, aunque compartan muchas de sus características: tienen elcarácter emocional de la premonición (deseo de ver a un amigo, temor al dolorde muelas), las características visuales y de interpretación de signos propias dela precognición y la predicción (claras imágenes de un menú o de la fresa deldentista), y esa sensación de certeza acerca de algo que aún no ha sucedido quedistingue a todo tipo de profecías. Y, como las demás, sólo a veces se cumplen.

Finalmente, si la profecía terrena llega a cumplirse —si nuestra cita tiene lu-gar como habíamos planeado, si el futuro se desarrolla como esperábamos—,será por razones dependientes de la memoria, la observación, la determinacióny la suerte; una concatenación de factores tan misteriosa como para hacer lasdelicias de cualquier investigador de lo profético.

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Como el elemento temporal es eI ingrediente esen-cial de los fenómenos proféticos, parece lógico pre-sentar los ejemplos en orden cronológico.

Profecías bíblicas cumplidasNumerosos pasajes del Antiguo Testamento constitu-yen, para los cristianos, anuncios proféticos de la ve-nida de Jesús como Mesías. Entre los más notables fi-guran los siguientes:

• Y tú, Belén-Efratá, el menor de los clanes deJudá, de ti me saldrá el que ha de ser Soberano deIsrael: sus orígenes se remontan a los tiemposantiguos, a los días de antaño. [Miqueas 5.1]

• Decid a los inquietos: "¡Ánimo, no temáis!Mirad, es vuestro Dios, ya viene la venganza, eldesquite de Dios; viene El mismo a salvaros."

El profeta Isaías, que vivió en el siglo vill a. C., es unade las figuras bíblicas que fueron representadas porMiguel Ángel en la bóveda de la Capilla SixtinaVaticana.

Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, losoídos de los sordos se abrirán; brincará el cojocomo un ciervo, la lengua del mudo gritará dejúbilo; en el desierto saltarán corrientes de agua, yarroyos en la estepa. [Isaías 35.4-6]

• Da saltos de alegría, hija de Sión, lanza gritosde júbilo, hija de Jerusalén, porque tu rey viene ati: es justo y victorioso, humilde y montado en unasno, en un borrico, cría de asna. [Zacarías 9.9]

• Después tomé el cayado Benevolencia y lorompí, para romper la alianza que Yavé habíahecho con todos los pueblos. Fue roto aquel día, ylos tratantes que me observaban comprendieron quehabía en ello una palabra de Yavé. Yo les dije: "Sios parece bien, dadme mi sueldo y, si no, dejadlo."Ellos pesaron mi sueldo: treinta siclos de plata.Yavé me dijo: "Echa al tesoro ese lindo precio enque me han tasado." Tomé los treinta siclos deplata y los eché en el tesoro del Templo de Yavé.[Zacarías 11.10-13]

• Era el desprecio, el desecho de los hombres,hombre de dolores, familiar del sufrimiento, comouno al cual se oculta el rostro, despreciado, sinninguna estima. Pero eran nuestros sufrimientos losque él llevaba, nuestros dolores con los quecargaba; y nosotros le creíamos castigado, heridopor Dios y humillado. Por nuestros pecados eratraspasado, deshecho por nuestras maldades; elcastigo que nos daba la salvación cayó sobre él, ypor sus llagas hemos sido curados. [Isaías 53.3-5]

• También los perros se atropellan contra mí, unabanda de malvados me rodea; taladran mis manos ymis pies, cuentan ya todos mis -huesos; y, mientras,me lanzan miradas de desprecio, se reparten entre símis vestiduras y se sortean mi túnica. [Salmo22.17-19]

Para los cristianos, estos versículos bíblicos predi-cen con notable precisión Ios acontecimientos funda-mentales de la vida de Cristo: su nacimiento en Be-lén, sus curaciones milagrosas, su entrada en Jerusa-lén a lomos de un asno, su entrega por treinta mone-das de plata, su prendimiento y flagelación, y su cruci-fixión.

Estos versículos y otros semejantes no son, por su-puesto, universalmente aceptados como profecías dela venida de Cristo. Por ejemplo, en el comentario ju-dío, los famosos pasajes del siervo de Yavé, que co-mienzan en el capítulo 42 de Isaías, son a veces inter-pretados como referidos al propio Israel (basándose,por ejemplo, en Isaías 49.3: "Y me dijo: 'Tú eres misiervo [Israel], en quien yo me glorificaré' "); y al me-nos un comentarista, Julian Morgenstern, ha demos-trado la relación entre este tema y ciertos ritos de lacosecha presemíticos que indican el muy antiguo pa-pel redentor de una figura despreciada y ejecutada.

Los judíos no aceptan, pues, el significado teológi-co que a esos pasajes atribuyen los cristianos, mien-tras que otros menosprecian su valor como profecíasarguyendo que Cristo y sus discípulos deliberadamentetramaron y llevaron a cabo los acontecimientos delNuevo Testamento, o su relato, para que coincidie-

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ran con lo que decía el Antiguo. Aunque esta opinión(dando por supuesta la veracidad factual de los Evan-gelios) no tiene por qué afectar a la condición de Cris-to, carece del menor apoyo lógico en la relación pro-fética entre los hechos del Antiguo y el Nuevo Testa-mentos. (Julian Morgenstern, Some Significant An-tecedents of Christianity, págs. 49-51; The New Ox-ford Annotated Bible, Revised Standard Version)

Concurso de oráculosEn el mundo antiguo, los oráculos eran parte acepta-da de la vida política y personal, y los más famososejercieron su influencia durante siglos. Quienes, espe-ranzados o agradecidos, los consultaban les hacían va-liosos regalos, y muchos de esos santuarios alberga-ban grandes riquezas.

Cada oráculo tenía su propio método. Por ejemplo,el de Dodona, el más antiguo de Grecia, era una enci-na cuyos oráculos interpretaba un sacerdote guiándo-se por el rumor de sus hojas, el arrullo de las palomasen sus ramas y el tañido de las vasijas de cobre colga-das de ellas. La fama y el éxito de los oráculos erantan variables como sus métodos, y el que quería con-sultarlos se veía a veces sumido en un mar de confu-siones sin saber a cuál acudir.

En esa situación se halló Creso, el opulento rey deLidia, cuando a mediados del siglo vi a.C. la fuerzay la ambición de sus vecinos persas adquirieron pro-porciones alarmantes bajo la égida de Ciro el Gran-de. ¿Qué peligro representaba Ciro para Lidia y quéalianza permitiría mejor a su rey hacer frente a esaamenaza? Acosado por las dudas, Creso sintió la necesidad de pedir ayuda al oráculo; pero ¿en cuál deellos confiar? Había seis famosos en Grecia y unoen Egipto, y todos ellos contaban con devotos entu-siastas.

En vista de ello, Creso decidió enfocar el problemade modo científico, probándolos antes de comprome-terse. En un mismo día partieron siete mensajeros, unopara cada uno de esos santuarios, con la orden de for-mular su pregunta a los cien días exactos de la fechade su partida. Lo que todos ellos debían preguntar era:"¿Qué está haciendo en este momento el rey Creso,hijo de Aliato?" Después debían regresar rápidamen-te con la respuesta.

Sólo nos ha llegado la respuesta que dio el oráculode Delfos, situado al pie de la ladera meridional delmonte Parnaso. Allí, en el templo de Apolo, estabala encarnación humana del oráculo, tradicionalmenteuna mujer conocida por la Pitia, sentada en un trípo-de de oro sobre una profunda grieta de la roca, mas-cando hojas de laurel, planta consagrada a Apolo, einhalando los vapores que emanaban de la grieta.Cuando se le hacía una pregunta murmuraba palabrasfrenéticas e incomprensibles, que eran traducidas, ge-neralmente en verso, por un sacerdote.

Apenas había puesto pie en el santuario el mensa-jero de Creso cuando el oráculo habló, sin esperar si-quiera a ser preguntado:

El oráculo de Delfos, una sacerdotisa tradicionalmenteconocida por la Pitia, ejercita sus poderes mágicos trashaberse puesto en trance inhalando vapores y masti-cando hojas de laurel. Sus palabras, incomprensibles,eran traducidas por un sacerdote.

Puedo contar las arenas y medir los mares;escucho el silencio y sé lo que habla el mudo.He aquí que a mis sentidos ha llegado el olor deuna tortugaque ahora se cuece al fuego, con la carne de uncordero, en un caldero.De cobre es el caldero, y de cobre la tapa que locubre.

Cuando el mensajero comunicó esta respuesta a Cre-so, el rey confió sin más dudas en el oráculo de Del-fos. Porque, tras mucho pensar, había decidido lle-var a cabo el día de la prueba el acto más extravagan-te que se le ocurrió. Para ello tomó un cordero y unatortuga, los cortó en pedazos y los puso a cocer jun-tos en un caldero de cobre con tapa del mismo metal.(The Unexplained: Mysteries of Mind Space and Ti-me, Vol. 1, No. 4)

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La sincronicidad

Lo malo de las técnicas de predicción que se basanen signos de cualquier tipo es que no parece existir re-lación entre esos signos y lo que significan. En ningu-no de esos modos tradicionales de predicción —porla situación de los planetas, eI estado de un hígadode cordero, el modo en que vuelan las aves o cómoestán dispuestas las hojas de té en la taza— se da unarelación concebible con la guerra o la muerte, con lasuerte en el amor o en la riqueza, o con el resultadode cualquier otro acontecimiento futuro. No obstan-te, tales procedimientos siguen considerándose útiles.

El profesor C.G. Jung (el psicoterapeuta suizo co-fundador, con Sigmund Freud, de la psiquiatría delsiglo XX) estaba convencido de que tales métodos depredicción producen resultados significativos. Su tra-bajo lo había puesto repetidamente en contacto conlos confines más extraños de la psique humana, y sedaba cuenta de que la vida de muchas personas estásalpicada por el fenómeno de las coincidencias y lasprofecías cumplidas.

Jung llegó a convencerse de que en el universo ac-túa algún tipo de proceso conectivo distinto de la cau-salidad pero complementario de ella, y de que su ma-nifestación responde a una aparente colaboración entrela psique humana y el mundo exterior. Llamó a eseprincipio "sincronicidad" y dedicó gran parte de susúltimos años a tratar de explicar cómo actúa.

Al hacerlo, tenía plena conciencia de la dificultadde describir un proceso no causal para quienes se ha-llan profundamente condicionados por una visión ex-clusivamente causal del mundo. Su ensayo sistemáti-co sobre el tema, La sincronicidad: Un principio co-nectivo acausal, publicado en 1952, fue un esforzadointento para evitar dar la impresión de que los agen-tes de la sincronicidad son agentes causales.

En opinión de Jung, los agentes de la sincronicidadhan de buscarse en lo que él llamaba los arquetiposde la psique humana. Un arquetipo se presenta a lamente consciente como una clase especial de símbo-lo. No es concebido por la mente consciente, sino quesurge en ella, ya completo, de lo que Jung llamabael inconsciente colectivo, un depósito de arquetiposque es patrimonio común de la humanidad. Así co-mo todos los humanos tienen en común ciertos ras-gos genéticos, Jung halló que también comparten uncaudal de material psicológico que sólo se hace cons-ciente en los sueños y los ensueños.

Ejemplos de las figuras arquetípicas que Jung ha-lló repetidamente en sus propios sueños, en los de suspacientes y en las historias y mitos populares de to-das las épocas y países, son los del sabio anciano oanciana, la madre eterna, el niño mágico, el embau-cador, el árbol y el mandala (un dibujo que simboliza

el universo). Así como los genes encarnan un orden(los genes son estructuras compuestas por moléculasde ADN cuya disposición ordenada forma los cromo-somas) y crean estructuras ordenadas de desarrollo,los arquetipos encarnan el orden a un nivel psicológi-co, y su presencia origina más orden.

En este punto, la dificultad para Jung era explicarcómo el arquetipo, en virtud de su orden inherente,crea orden de un modo no causal. Un ejemplo médi-co puede darnos un modelo aproximado del proceso.La penicilina es útil en caso de infección bacterianaporque las moléculas de penicilina se parecen muchoa las de la pared celular de las bacterias. Cuando unabacteria, "engañada" por ese parecido, incorpora unamolécula de penicilina a su pared celular, la pared sedebilita en ese punto a causa del deficiente ajuste yse rompe, matando a la bacteria.

La molécula de penicilina ha sido instrumento deese proceso, mas no de modo activo: en presencia dela molécula de penicilina, la bacteria ha desarrolladoun nuevo modelo molecular con defectos fatales. Asípues, el papel de la penicilina es contingente, no causal.

De modo semejante, el arquetipo actúa como un ca-talizador psíquico en cuya presencia se despliegan ex-periencias psíquicas de un modo ordenado y que confrecuencia afecta al mundo físico.

¿Cómo es esto posible? Otro ejemplo biológico pue-de resultar útil. Se ha sabido que algunas aves migra-todas se guían por las estrellas. El sentido del tiempoy la imagen mental de la estrella congénitos en esasaves pueden ser considerados como el nivel psíquico.Las estrellas mismas representan el nivel físico. Cuan-do ambos niveles se unen para poner a las aves en surumbo apropiado y en el momento apropiado, tene-mos la prueba del catalizador psíquico o arquetipo.También aquí los arquetipos (el reloj interior y la ima-gen mental congénitos) son contingentes, no causales.

Jung se daba perfecta cuenta de que su teoría erasólo el primer paso hacia la comprensión de algo muydifícil de formular. La cuestión más importante quedejó sin respuesta fue la naturaleza real y precisa dela relación sincrónica entre lo psíquico y lo físico.

Para Jung esa relación era el equivalente psicológi-co de las ecuaciones matemáticas del físico, y se dabacuenta de que la falta de una contribución adecuadade la física matemática hacía incompleta su teoría encuanto intento de explicar "la identidad relativa o par-cial de la psique y el continuum físico". Si la teoríade la sincronicidad no ha sido demostrada, tampocose ha probado que sea falsa, y las personas puedentener información genética (arquetípica) subconscienterelacionada con su aparente capacidad de predecir elfuturo.

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Una predicción papa!Una famosa profecía relativa a la sucesión papal hasido atribuida con frecuencia, erróneamente, a SanMalaquías de Irlanda, que vivió de 1095 a 1148 y al-canzó fama por sus dotes proféticas.

La predicción, en realidad una falsificación publi-cada en 1595, consiste en una serie de breves semblan-zas —frases de dos o tres palabras en latín— de 111papas, en el orden en que habían de sucederse desde1143 hasta el supuesto fin del papado. Las hay confu-sas, pero otras son asombrosamente precisas, comolas siguientes:

• Montiutn custos ("Guardián de los montes"):Alejandro VII (1655-67) tenía corno blasón familiartres montes con una estrella encima.

• Rasa Umbriae ("La rosa de Umbría"):Clemente XIII (1758-69) ejerció su ministerio enUmbría antes de llegar a papa; el emblema deUmbría es una rosa.

• Ursus velox ("Oso veloz"): Clemente XIV(1769-74) tenía en su escudo la imagen de un osocorriendo.

• Peregrinus apostolicus ("Peregrinoapostólico"): Pío VI (1775-99) pasó los últimosaños de su vida huyendo de las consecuenciaspolíticas de la Revolución Francesa.

• De balneis Etruria ("De los baños de Etruria"):Gregorio XVI (1831-46) tuvo cargos en Etruriaantes de su elección.

• Religio depopulata ("La religión asolada"): elpapa a quien corresponde, siguiendo el orden de laprofecía, es Benedicto XV (1914-22), cuyopontificado abarcó la Primera Guerra Mundial y lasubsiguiente epidemia mundial de gripe.

• Pastor angelicus ("Pastor angélico"): Pío XII(1939-58) fue un devoto estudioso de Santo Tomásde Aquino, conocido tradicionalmente como DoctorAngélico.

• Pastor et nauta ("Pastor y navegante"): JuanXXIII (1958-63) fue el "pastor y navegante" delconcilio Vaticano II.

• Flos florum ("Flor de las flores"): Paulo VI(1963-78) tenía como escudo la flor de lis.

La profecía sólo describía a cuatro papas más des-pués de Paulo VI. De medietate lunae ("De la medialuna" o "De en medio de la luna") se refería a JuanPablo 1, que fue elegido papa el 26 de agosto de 1978y murió 33 días después, el 28 de septiembre, aproxi-madamente en la mitad del mes lunar comprendidoentre las lunas llenas del 16 de septiembre y el 16 deoctubre. A su sucesor, Juan Pablo 11 (1978- ), le co-rresponde De labore solis ("Del trabajo del Sol"), cuyosentido no parece claro hasta ahora. Los dos papasrestantes son designados como De gloria olivae ("Lagloria del olivo") y Petrus Romanus ("Pedro de Ro-ma"). Tras el reinado del último papa, o quizá du-rante él, Roma será destruida y sobrevendrá el día delJuicio Final. (Joe Fisher, Predictions, págs. 36-39; Da-vid Wallechinsky e Irving Wallace, The People's Al-manue, pág. 12)

El labrador profetaRobert Nixon, un visionario rural con fama de retra-sado mental, nació hacia 1467 en una granja del con-dado inglés de Cheshire. Empezó a trabajar como mo-zo de labranza porque, según parece, era demasiadotonto para hacer otra cosa. Apenas hablaba, aunquea veces farfullaba cosas incomprensibles que eran to-madas por indicio de sus pocos alcances.

Sin embargo, un día, mientras araba, hizo una pau-sa, miró corno extrañado y exclamó: "¡Ahora, Dick!¡Vamos, Harry! ¡Muy mal, Dick! ¡Bien hecho, Harry!¡ Harry ha triunfado!" Tales exclamaciones, más co-herentes que la mayoría de las suyas, aunque tambiénincomprensibles, llenaron de confusión a los compa-ñeros de trabajo de Robert, pero al día siguiente todoquedó aclarado: en el mismo momento del extraño ata-que de Robert, el rey Ricardo III moría en BosworthField, y el vencedor de esa batalla decisiva, EnriqueTudor, se convertía en Enrique VII de Inglaterra.

Las noticias del bucólico adivino no tardaron en lle-gar al nuevo rey, que, muy intrigado, quiso verlo, acuyo fin partió de Londres el encargado de acompa-ñar a Nixon a palacio. Aún no había dejado la corteel enviado cuando Robert supo que iba a llegar y, lle-no de angustia, empezó a recorrer el pueblo de Overgritando que Enrique había enviado en su busca e ibana hacerlo morir de hambre.

Entre tanto, Enrique había ideado un método paraponer a prueba al joven profeta, y cuando Nixon fuellevado a su presencia fingió una gran turbación. Leexplicó que había perdido un valioso diamante. ¿Po-dría ayudarle a encontrarlo? Nixon respondió tranqui-lamente, con palabras de un proverbio, que quien es-conde puede hallar. Naturalmente, Enrique había es-condido el diamante, y le causó tal impresión la res-puesta del labrador que ordenó levantar acta de cuantodijera el muchacho. Lo que dijo, debidamente interpre-tado, predice las guerras civiles de Inglaterra, la muertey abdicación de sus reyes y la guerra con Francia. Tam-bién predijo que el lugar de Nantwich, en Cheshire,sería asolado por una inundación, lo que aún no haocurrido.

Pero la profecía que más preocupaba a Nixon erala más inverosímil de todas: que moriría de hambreen el palacio real. Para aplacar esos temores, Enriqueordenó que le dieran cuanta comida deseara y siem-pre que lo desease, orden que no contribuyó precisa-mente a hacer simpático al extraño joven en la cocinareal, cuyo personal, de todos modos, envidiaba susprivilegios.

Sin embargo, un día Enrique se marchó de Londres,dejando a Robert al cuidado de uno de sus funciona-rios, a quien, para protegerlo de las malas intencio-nes de la servidumbre de palacio, no se le ocurrió másque encerrarlo en los propios aposentos del rey. Asun-tos urgentes llevaron luego a ese funcionario fuera deLondres, y olvidó dejar la llave o instrucciones paraque abriesen a Robert. Cuando regresó, el pobre cam-

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Cuando Enrique Tudor se convirtió en Enrique VIIde Inglaterra tras la derrota y muerte de Ricardo IIIen Bosworth Field en 1485, el acontecimiento fue "vis-to" desde lejos por un labrador clarividente.

pesino había muerto de hambre. (Charles Mackay , Ex-t raordinary Popular Delusions and the Madness ofCrowds, págs. 277-80)

Las profecías de NostradamusEl más famoso de los profetas no bíblicos, Michel deNostredame, más conocido por Nostradamus, nacióen Saint Rémy, en el sur de Francia, en 1503. Adqui-rió notoriedad como médico asistiendo a las víctimasde la peste que estalló en Aix-en-Provence v Lyon en1546-47, y sólo más tarde empezó a hacer profecías.Las primeras aparecieron en forma de almanaque depronósticos meteorológicos en 1550, y en 1555 publi-có la primera de sus diez colecciones de profecías (ca-si mil en total) bajo el título de Centurias. Murió enSalon, en la Francia meridional, en 1566.

Nostradamus escribió sus profecías en verso, y casisiempre en un estilo altamente simbólico. Esto, y elhecho de que prefiriera no darles ningún orden deter-minado, motiva que en muchos casos su interpreta-ción sea una simple conjetura. No obstante, algunasde ellas parecen apuntar claramente a sucesos que aúnno habían ocurrido cuando vieron la luz las Centurias.

La primera profecía que dio fama de adivino a Nos-tradamus fue la siguiente:

El león joven vencerá al viejo, en campo bélico porduelo singular; en su jaula de oro le sacará los ojos;dos heridas en una, después sufre muerte cruel.

Cuatro años más tarde, en julio de 1559, el rey En-rique II de Francia, que a veces usaba el león comoemblema, tomó parte en un torneo. La lanza de su jo-ven adversario atravesó el yelmo dorado del rey y lohirió. Enrique murió tras larga agonía.

Pocas profecías de Nostradamus contienen algo tanpreciso como una fecha, ni siquiera parcial. Pero pa-rece haber anticipado la del gran incendio de Londresde 1666, al decir que tendría lugar "en tres veces veintemás seis".

La mayoría de las profecías de Nostradamus se re-fieren a grandes convulsiones políticas y a los asuntosde los encumbrados y poderosos. La Revolución Fran-cesa parece ser el tema de varias estrofas, entre ellasla siguiente:

De gente esclava, canciones, cánticos y peticiones,cautivos los príncipes y señores en las prisiones. Enel futuro por idiotas sin cabeza serán tenidas por .

divinas oraciones.

La primera frase es clara. En los "idiotas sin cabe-za" de la segunda cree verse a los primeros jefes dela Revolución, que veían las peticiones del populachofrancés como "oraciones" y que más tarde, corrom-pidos por su nuevo poder, fueron a su vez derrocadosy guillotinados.

María Antonieta, juzgaday condenada a muerte porun tribunal revolucionarioy un jurado elegido porsorteo, fue llevada a la gui-llotina en octubre de 1793.Nostradamus (derecha)predijo que la reina sería"entregada a la muerte porlos jurados por sorteo", unprocedimiento desconocidoen su época.

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En una carta al rey Enrique II, Nostradamus predi-jo también 1792 como fecha clave en los asuntos deEstado. En septiembre de ese año, al culminar la re-volución, Francia fue proclamada república. Pareceque también las muertes de la reina María Antonietay de Madame Du Barry, amante de Luis XVI, fueronvaticinadas por este notable adivino.

Como la mayoría de los profetas, Nostradamus pa-rece haber tenido dotes especiales para pronosticar de-sastres y derrocamientos. Se dice que previó el desti-no de Napoleón, cuya estrella al frente del Imperiofrancés se extinguió con su encierro en la pequeña islade Santa Elena en 1815, y la abdicación del rey Eduar-do VIII de Inglaterra en 1936.

En dos de sus quatrains, Nostradamus llegó casi anombrar a Adolfo Hitler, y describió con cierta pre-cisión sus calamitosas hazañas. Según la primera,

La libertad no será recobrada. Un hombre negro,orgulloso, ruin e inicuo la ocupará.Cuando haya forjado los lazos de su alianza,Venecia será vejada por Hister.

La segunda estrofa es aún más expresiva:

Las bestias enloquecidas por el hambre cruzarán losríos, la mayor parte de los contendientes estaráncontra Hister. Encerrará al jefe en jaula de hierro,cuando el hijo de Germania no respete Iey alguna.

El contenido de estos versos es notablemente acer-tado. La libertad fue víctima de un hombre malvado,de corazón negro y cabellos negros. No cabe duda deque Venecia se vio, como el resto de Italia, "vejada"por su antiguo aliado. Las tropas de Hitler cruzaronríos y otras fronteras como bestias voraces, aun cuan-do la mayoría de los países estaban en contra suya.La última frase es oscura, pero puede referirse al blo-queo naval alemán de Gran Bretaña, que, antes dePearl Harbor, encabezaba en solitario la batalla delmundo libre por la supervivencia. (Erika Cheetham,The Prophecies of Nostradamus, tomado de diversospasajes)

Las asombrosas predicciones de CyranoEl escritor francés Savinien Cyrano de Bergerac, al quela obra teatral de Edmond Rostand ha inmortalizadopor el tamaño de su nariz y su destreza como espada-chín, debería en realidad ser recordado como diverti-do autor de relatos de ciencia ficción, excelente dra-maturgo, investigador curioso y, quizá, también co-mo profeta.

Sus dos novelas sobre viajes a la Luna y al Sol (quesuelen imprimirse en un mismo volumen) fueron pu-blicadas póstumamente en 1656 y 1662, respectivamen-te. En ellas, pocos años después de que Galileo se re-tractó ante la Inquisición, describía Cyrano la órbitade la Tierra y otros planetas alrededor del Sol y el dé-bil campo gravitatorio de la Luna, y proponía, entresiete ocurrentes métodos de viaje interplanetario, el de

la propulsión por cohete. También afirmaba, trescien-tos años antes que Erich von Dániken, que los diosesy seres mitológicos que abundan en la historia de laTierra son en realidad viajeros del espacio exterior, eneste caso habitantes de la Luna (aunque originarios delSol) que podían cambiar de forma a voluntad.

También, de modo aún más notable, Cyrano des-cribió los siguientes ejemplos de tecnología lunar: ca-sas construidas sobre enormes tornillos que permitíanocultarlas en el suelo en las épocas frías (aunque el tor-nillo retráctil es algo que aún no han probado los cons-tructores modernos); otras que se movían con las es-taciones, impulsadas por velas henchidas por fuelles;artilugios para registrar y reproducir el habla, y bul-bos radiantes que hacían la noche lunar tan brillantecomo el día.

Aunque muchos autores de ciencia ficción han an-ticipado avances tecnológicos, ninguno se adelan-tó en ese campo a Cyrano, quien previó inventoseléctricos y electrónicos como el fonógrafo y el mag-netófono, las viviendas transportables y los focoseléctricos. Sin duda habrá quienes lo igualen, perotendremos que esperar otros doscientos o trescien-tos años para saberlo. (Sam Moskowitz, Explorersof the Infinite, págs. 23-27)

Entre las ilustraciones de las obras proféticas de Cyra-no de Bergerac sobre viajes por el espacio figurabanéstas de una nave espacial rumbo al Sol y un hombrevolando con ayuda de un curioso cinturón.

La maldición de los SeaforthUnos lo llamaban el Brujo de The Glen, otros el Adi-vino de Brahan. Su verdadero nombre era CoinneachOdhar en gaélico, o Kenneth Mackenzie en inglés, yvivió en Escocia en el siglo XVII Este adivino, que veíael futuro por el orificio de una piedra blanca, se diceque previó la sangrienta batalla de Culloden y la aper-tura del canal de Caledonia, estrecho curso de agua

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que atraviesa Escocia comunicando lagos desde LochLinnhe, en el sudoeste de Escocia, hasta el MorayFirth, en Inverness. Pero por lo que Mackenzie es másfamoso es sin duda por la maldición de los Seaforth.

La historia de la maldición se inicia en 1660, cuan-do el conde Seaforth abandonó su residencia del cas-tillo de Brahan para ir a Paris, dejando allí a su espo-sa Isabella, mujer con fama de ser tan fea como toscay violenta. Pasó el tiempo, llegó y pasó el día en queel conde debía regresar a Brahan, pero el noble seguíaen París. Poco a poco, Isabella empezó a sospecharque su marido había encontrado allí una compañíamás agradable que la que ella le proporcionaba enBrahan.

Día tras día, su certeza de que el conde la estabaengañando se hizo más fuerte, y otro tanto ocurrió consus celos. Una noche, cuando la gran sala del castilloestaba repleta de invitados, llamó al adivino y le pre-guntó si podía ver a su marido a través de su famosapiedra. Mackenzie se llevó la piedra al ojo y le aco-metió la risa. Isabella le preguntó de qué se reía, peroél se negó a revelárselo. La condesa, cuya rabia crecíapor momentos, insistió, y al fin el adivino de Brahanle confesó que veía al conde con una muchacha senta-da en sus rodillas y otra acariciándole el cabello.

Isabella no pudo dominar su cólera ante la noticia,y ordenó a sus criados que se apoderasen del vidente.Según unos relatos, lo hizo ahorcar en el propio casti-llo; según otros, lo acusó de practicar la brujería, aconsecuencia de lo cual fue quemado en un barril dealquitrán.

En cualquier caso, todas las fuentes coinciden en queantes de morir en 1663 Mackenzie pronunció la famosamaldición de los Seaforth, que dice así:

Veo en el porvenir y leo el funesto destino de laraza de mi apresar. Antes de que hayan pasadomuchas generaciones, el antiguo linaje de Seaforthterminará en la extinción y el sufrimiento. Veo a unjefe, el último de su casa, sordo y mudo. Serápadre de cuatro hijos, a todos los cuales seguirá ala tumba. Vivirá agobiado por las preocupaciones ylamentándose, sabiendo que los honores de suestirpe van a extinguirse para siempre, y que ningúnfuturo jefe de los Mackenzie gobernará en Brahanni en Kintail. Tras llorar al último y másprometedor de sus hijos, también él bajará a latumba, y el resto de sus posesiones lo heredará unamuchacha de Oriente, de blanco tocado, que mataráa su hermana. Y como señal por la que se sepa queesas cosas van a pasar, en tiempos del últimoSeaforth sordo y mudo habrá cuatro grandesterratenientes —Gairloch, Chishotm, Grant yRaasay—, de los que uno tendrá los dientessalientes, otro el labio leporino, otro será imbécil yel cuarto tartamudo. Jefes con esas señas personalesserán las aliados y vecinos del último Seaforth; ycuando mire a su alrededor y los vea, sabrá que sushijos están condenados a muerte, sus grandesdominios pasarán a manos extrañas y su casta seextinguirá.

Durante los siguientes 135 años la fortuna de la fa-milia Seaforth sufrió altibajos. En la revolución de1688 apoyaron a Jacobo II, el rey católico que huyóa Francia, y en 1715 a su hijo Jacobo, el Viejo Pre-tendiente, actitud que les valió verse despojados de sustierras y título. En cambio, a mediados del siglo XVIIIsu lealtad política los devolvió al favor real, y en 1783,cuando Francis Humberston Mackenzie heredó las po-sesiones, les habían sido ya devueltos sus tierras y eltítulo perdido.

En esa época la maldición de los Seaforth era pocomás que un vago recuerdo. El nuevo señor tenía cua-tro hijos y seis hijas, y aunque la escarlatina lo habíadejado sordomudo en la infancia (más tarde recuperóel habla), parecía poco probable que su estirpe estu-viera amenazada de extinción. En cuanto a sus veci-nos, no podía ser más que una siniestra coincidenciaque Mackenzie de Gairloch tuviese los dientes tan sa-lientes y Chisholm de Chisholm el labio leporino, queGrant de Grant fuese imbécil y Macleod de Raasay tar-tamudo incurable.

Después, uno de los hijos de Seaforth murió, mástarde otro, y después otro más. El cuarto tenía malasalud, y su padre lo envió a curarse a Inglaterra, a pe-sar de lo cual este último murió también. Como ha-bía profetizado el Brujo, el señor sordomudo sobre-vivió a todos sus hijos, y a su muerte, en 1815, el títu-lo de Seaforth caducó. La primera parte de la maldi-ción se había cumplido al pie de la letra.

Las posesiones de Seaforth fueron heredadas por suhija Mary Elizabeth Frederica, casada con sir SamuelHood, almirante que, tras participar a las órdenes deNelson en la batalla del Nilo, había sido nombradocomandante en jefe de las Indias Orientales, lo quelos llevó a él y a Mary a la India. Sir Samuel murióen Madrás poco antes que lord Seaforth, y Mary vol-vió a casa luciendo el tradicional gorro blanco de lasviudas. Como se predecía en la maldición, las pose-siones de los Seaforth habían pasado a manos de "unamuchacha de Oriente, de blanco tocado".

En realidad, esas posesiones estaban ya muy mer-madas por la mala administración, las extravaganciasy las multas gubernativas. Mary se vio obligada a ven-der aún más propiedades, entre ellas la isla de Lewis.Trozo a trozo, las extensas tierras de los Seaforth ibanpasando a manos de extraños.

El último capítulo de la maldición se cumplió po-cos años más tarde. Mary había llevado a su joven her-mana Caroline a dar un paseo en coche por los bos-ques y de repente los caballos se desbocaron y el co-che volcó. Mary sufrió cortes y arañazos, pero su her-mana murió de las heridas. La "muchacha de Orien-te" había matado a su hermana —o al menos habíasido instrumento de su muerte—, tal como había pre-dicho Kenneth Mackenzie. (J.G. Lockhart, Curses,Lucks and Talismans, págs. 27-37)

Saludo fatalSi una persona sueña que va a morir en determinada

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situación y después tiene buen cuidado de evitarla, nohay modo de saber si la advertencia era falsa o si eldestino se ha visto burlado. Sin embargo, a veces eldestino hace la advertencia y se niega después a quelo burlen.

Una noche de julio de 1750, Robert Morris, padrede la persona de igual nombre que se ocupó de losasuntos financieros de la Revolución norteamericana,soñó que iba a ser muerto por el fuego de cañón deun barco que pensaba visitar. El sueño lo preocupótanto que sólo subió a bordo tras la promesa del capi-tán de que no se dispararía ningún cañón sino hastaque él estuviera a salvo otra vez en tierra.

Hizo la visita, y al terminar el capitán dio ins-trucciones de que no hubiese salvas de saludo has-ta que él indicase que el bote de remos había de-vuelto a Morris sano y salvo a la orilla. Pero, mien-tras e] bote estaba todavía al alcance del cañón delbarco, se posó una mosca en la nariz del capitán,

El presente intermedioLa mayor parte de las teorías sobre las profecías seconcentran en lo que se supone ambigüedades e in-certidumbres de nuestra noción convencional de lo quees el futuro, y afirman que éste se desarrolla en el pre-sente o coexiste con él. Un enfoque nuevo del proble-ma, centrado en las ambigüedades de lo que llama-mos presente, fue propuesto en 1934 por H.F.

Saltmarsh. Empieza por señalar que lo que convencional-mente llamamos presente no es tal, porque cuando per-cibimos algo consideramos nuestra percepción y lo querevela como simultáneos. Pero las impresiones sen-soriales no son inmediatas. Notamos el piquete de unalfiler un instante después de que ocurre, y una hojatoca el suelo un instante antes de que registremos suaterrizaje. Porque, además del tiempo que tardan lasimpresiones sensoriales en llegar a nuestro cerebro, es-tá el tiempo que éste tarda en servirse de esas señalesuna vez llegadas. Nuestra percepción de cualquieracontecimiento es, pues, inevitablemente algo más tar-día que el acontecimiento mismo. En consecuencia,hay dos clases de presente, y el intervalo entre ambospuede muy bien considerarse como un tercer nivel, opresente intermedio, en el que pueden ocurrir o em-pezar a ocurrir acontecimientos. Podemos ademásconjeturar que en ese tercer nivel del tiempo ciertaspersonas reciben indicios del futuro.

Dado que toda transición lleva tiempo, difícilmen-te podemos suponer que el contenido del presente in-termedio pase a nuestra conciencia intacto o inmuta-ble. Por eso podemos decir que el presente interme-dio es, como el real, inaccesible para la conciencia or-dinaria, y que su contenido nunca puede ser el mismoque los de nuestra conciencia normal. En esa zona quemedia entre un acontecimiento y su percepción es don-de puede tener lugar la precognición.

quien levantó la mano para espantarla. Su gesto fueinterpretado como señal de que debía hacerse el dis-paro de saludo, y así se hizo. Un fragmento de laexplosión alcanzó a Morris y lo hirió fatalmente.(Journal of the American Society for Psychical Re-search, abril de 1970, pág. 193)

La visión de SwedenborgEmanuel Swedenborg (1688-1772) tenía la misma fa-ma en su Suecia natal como vidente que como cientí-fico y teólogo místico. Un ejemplo bien comprobadode esas dotes, investigado por el filósofo alemán Kant,ocurrió el 19 de julio de 1759 en la ciudad portuariade Goteborg, en la costa suroccidental de Suecia. Eraun sábado hacia las cuatro de la tarde, y Swedenborgacababa de regresar de un viaje a Inglaterra cuandose sintió inquieto y sobresaltado. Se excusó con susamigos y salió a dar un paseo. Al volver les contó quehabía tenido la visión de un incendio que había esta-llado cerca de su casa, a cientos de kilómetros de allí,y estaba asolando la ciudad donde vivía. Siguió preo-cupado hasta las ocho, hora en que informó a sus ami-gos que el fuego estaba ya extinguido.

No tardó en difundirse la noticia de la visión, y pi-dieron a Swedenborg que la refiriese en persona al go-bernador. El lunes por la mañana llegó a Goteborgun mensajero real con noticias del incendio, que con-firmaron la visión de Swedenborg hasta en el últimodetalle. ( The Unexplained: Mysteries of Mind Spaceand Time, Vol. 1, No. 4)

En uno de los más famosos cuentos de horror de Poe,el náufrago Pym y sus compañeros acogen jubilososun bergantín que se acerca, tan sólo para descubrir quetodos sus pasajeros han muerto.

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La verdad sigue a la ficciónEdgar Allan Poe publicó en 1838 una historia maca-bra titulada "La narración de Arthur Gordon Pym,de Nantucket" En ella, tres supervivientes de un nau-fragio, a punto de morir de hambre y sed, matan yse comen a su compañero Richard Parker, que perdióal echar a suertes.

En 1884 tres supervivientes de un naufragio fueronjuzgados por la muerte de un cuarto. A la deriva y apunto de morir de hambre, habían matado a su com-pañero, un grumete llamado Richard Parker, y se lohabían comido. (Alan Vaughan, Incredible Coinciden-ce, págs. 22-23)

El asesinato de Hart NortheyEsta historia del asesinato de un hermano fue recogi-da por el periodista inglés William T. Stead(1848-1912), director de la Pall Mal! Gazette y funda-dor de la Review of Reviews. Stead, defensor de lasreformas sociales, se interesó en sus últimos años porel esoterismo. El episodio le había sido comunicadopor amigos íntimos de George Northey, hermano deHart, el asesinado.

Desde su infancia, a los dos hermanos los había uni-do un gran afecto. Habían vivido en St. Eglos, un lu-gar de Cornwall (Inglaterra) situado a unos quince ki-lómetros del Atlántico y no lejos de la antigua ciudad-mercado de Trebodwina.

George y Hart no se habían separado nunca hastaque el primero se hizo marino; en la misma época,Hart se inició en los negocios de su padre. En febrerode 1840, estando su barco fondeado en Santa Elena,tuvo George un extraño sueño que relató de la siguientemanera:

"Soñé que mi hermano Hart estaba en el mercadode Trebodwina y yo con él, sin despegarme de sulado mientras hacía tratos. Aunque podía ver y oírcuanto pasaba a mi alrededor, estaba seguro de queno era mi presencia corporal la que así loacompañaba, sino mi sombra, o más bien mi yoespiritual, pues él parecía no darse cuenta de mipresencia.

"Sentía que mi ser, presente de ese extrañomodo, presagiaba algún peligro oculto que loacechaba, y yo sabía que mi presencia no podíaevitarlo, pues no podía hablar para prevenirlo...

"[Tras reunir una considerable suma de dinero,el hermano inicia el regreso a caballo.1 Mi terroriba creciendo a medida que Hart se acercaba a laaldea de Polkerrow, hasta que me acometió unauténtico frenesí, al verme incapaz de avisar dealgún modo a mi hermano y evitar que siguieseadelante...

"De pronto advertí dos oscuras sombras quecruzaban el camino... Aparecieron dos hombres, enlos que al instante reconocí a dos conocidoscazadores furtivos que vivían en un bosque solitariocerca de St. Eglos... Ambos le dieron cortésmentelas buenas noches. Él contestó y entró en

conversación con ellos acerca de un trabajo que leshabía prometido.

"Al cabo de unos minutos le pidieron dinero...El mayor de los dos hermanos, que estaba junto ala cabeza del caballo, dijo:

" 'Señor Northey, sabemos que viene delmercado de Trebodwina con mucho dinero en losbolsillos; somos gente desesperada y no va a irse deaquí hasta que tengamos ese dinero, de modo quedénoslo.'

"Mi hermano, sin responder, le dio un latigazo yespoleó al caballo contra él.

"El más joven de los rufianes sacó al instanteuna pistola y disparó. Hart cayó muerto de la sillay uno de los villanos le atenazó la garganta duranteunos minutos, como para asegurarse de su muerte yexprimir cualquier partícula de vida que pudieraquedarle a mi pobre hermano.

"Los asesinos ataron el caballo a un árbol delhuerto y, tras desvalijar el cadáver, lo arrastraronaguas arriba, escondiéndolo bajo un saliente de laorilla. Después taparon cuidadosamente las marcasde sangre del camino, escondieron la pistola en eltecho de paja de una cabaña abandonada cercana aél y, soltando al caballo para que pudiese volverlibremente a casa, se fueron a la suya a campotraviesa."

El navío de George Northey zarpó de Santa ElenaaI día siguiente, rumbo a Plymouth. Durante la tra-vesía, George Northey no dejó de alimentar la firmeconvicción de que su hermano Hart había sido asesi-nado y que aquella visión le había mostrado el crimeny a los asesinos. Cuando al fin llegó a puerto y se reu-nió con su familia, comprobó que su hermano Harthabía, efectivamente, corrido la suerte que él yaconocía.

El crimen había causado gran horror e indignación,y las autoridades no habían ahorrado esfuerzos paradescubrir a los asesinos y llevarlos ante la justicia. Sesospechó de dos hermanos llamados Hightwood. Re-gistraron su casa, donde encontraron ropas mancha-das de sangre, pero ni rastro de la pistola; aunque elmás joven de los hermanos admitió que tenía una, di-jo que la había perdido.

Ambos fueron detenidos y llevados ante los magis-trados. Las pruebas contra ellos no eran muy convin-centes, pero su modo de conducirse denotaba culpa-bilidad. Se dispuso que fueran juzgados en la primerasesión judicial que tuviese lugar en Trebodwina. Am-bos confesaron, con la esperanza de salvar la vida, pe-ro fueron condenados a la horca. No obstante, que-daban dudas acerca de la pistola.

Fue entonces cuando George Northey llegó de San-ta Elena y declaró que la pistola se hallaba entre lapaja del techo de la vieja cabaña cercana al sitio don-de su hermano Hart había sido asesinado.

Una vez encontrada el arma donde él había dicho,le preguntaron cómo lo sabía.

"Vi cómo cometían el crimen en un sueño que tuveesa noche", declaró. (William T. Stead, More GhostStories, págs. 35-36)

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El sueño de Mark TwainA finales de la década de 1850, el joven Mark Twainy su hermano Henry trabajaban juntos en los barcosque entonces surcaban el Mississippi entre San Luisy Nueva Orleáns. Una noche, estando en casa de suhermana en San Luis, Twain tuvo un sueño de unaviveza desusada, en el que vio el cadáver de su herma-no dentro de un ataúd de metal en el salón de su her-mana. El ataúd descansaba en dos sillas, y sobre el pe-cho de Henry habían puesto un ramo con una flor car-mesí en el centro.

Twain se despertó convencido de que su hermanohabía muerto y estaba expuesto en aquel salón. Se vis-tió y pensó hacer una visita al cadáver, pero decidiódar antes un paseo. Salió de la casa y sólo cuando yahabía recorrido media cuadra se dio cuenta de que ha-bía estado soñando. Entonces regresó y contó el sue-ño a su hermana.

Pocas semanas más tarde, Twain y su hermano coin-cidieron en Nueva Orleáns, pero tomaron barcos di-ferentes para volver a San Luis. Henry viajó en elPennsylvania, cuyas calderas estallaron no lejos deMemphis, causando muchas víctimas. Henry resultómalherido y fue llevado con grandes dolores a Mem-phis, donde murió pocos días más tarde. Aunque la

"Sé bueno y estarás solo", escribió Mark Twain bajoesta foto suya de 1857. El escritor estadounidensese interesó profundamente por los fenómenosparapsicológicos.

mayoría de las víctimas del accidente fueron enterra-das en ataúdes de madera, algunas mujeres de Mem-phis, compadecidas del joven, reunieron dinero paraun ataúd de metal. Así, cuando Mark Twain fue a verpor última vez a su hermano, encontró el cadáver enun ataúd de metal, tal como lo había visto en su sue-ño. Faltaba el ramo, pero mientras Twain estaba jun-to al cadáver entró una mujer en la habitación y colo-có sobre el pecho de Henry un ramo de flores blan-cas. En el centro tenía una rosa roja. (Journal of theAmerican Society for Psychical Research, 64:187-88,1970)

El sacerdote de BelEl doctor Hermann V. Hilprecht estaba cansado. Eraa mediados de marzo de 1892 y llevaba semanas tra-bajando en su nueva obra. Ya habían llegado las prue-bas y faltaba poco para que aquel nuevo fruto de sucerebro saliese al mundo. Su título completo era Laexpedición a Babilonia de la Universidad de Pennsyl-vania, Serie A: Textos cuneiformes, Vol. 1, Parte 1:Antiguas inscripciones babilónicas, en especial de Nip-pur, y Hermann Hilprecht, profesor de Asiriología dela Universidad de Pennsylvania, no estaba plenamen-te satisfecho. Dos pequeños fragmentos de ágata ins-critos, que creía eran trozos de anillos, se habían re-sistido a todos sus esfuerzos por traducirlos. Había nu-merosos fragmentos parecidos en el templo de Bel, enNippur; pero en este caso ni siquiera había podido exa-minar los originales, sino sólo un dibujo.

A pesar de esas dificultades, al cabo de semanas deestudio Hilprecht había asignado a los fragmentos unafecha comprendida entre 1700 y 1140 a.C., el periodokasita de la historia babilónica. En uno de ellos creyópoder descifrar el carácter cuneiforme KU y atribuyóla pieza, de modo muy provisional, al rey Kurigalzu.El otro tuvo que añadirlo, muy a su pesar, al copiosogrupo de fragmentos kasitas sin clasificar. Las prue-bas finales de su comentario a esas piezas sin clasifi-car esperaban ahora su aprobación. No podía hacernada más, y a regañadientes firmó las hojas. Era yacasi medianoche, estaba agotado y se fue a la cama.

Se quedó dormido casi inmediatamente y tuvo unsueño extraño. Se le apareció una figura alta, delgaday vestida con una sencilla túnica. Parecía el fantasmade un sacerdote de la era babilónica, un hombre deunos 40 años.

"Ven conmigo", dijo el personaje, haciendo señasal profesor. Juntos viajaron por el tiempo hasta lle-gar a la cámara del tesoro del templo de Bel, dondeentraron en una estancia de techo bajo y sin ventanas.Su único mobiliario era un gran cofre de madera, ytenía el suelo cubierto de fragmentos de ágata y lapis-lázuli.

El sacerdote se volvió hacia él y le dijo:

"Los dos fragmentos que has publicado porseparado en las páginas 22 y 26 deben ir juntos. No

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El principal centro de cul-to del dios Bel, rey de cie-los y tierra, fue la ciudadde Nippur, en la antiguaBabilonia. En 1892, un sa-cerdote fantasma llevó aldoctor Hermann W. Hil-precht a través del tiempohasta el templo de Bel y loayudó a resolver un miste-rio arqueológico. Esta re-presentación de Bel se creeque pertenece a un relievebabilónico.

son anillos. Su historia es la siguiente: El reyKurigalzu (hacia 1300 a.C.) envió cierta vez altemplo de Bel, entre otros objetos de ágata ylapislázuli, un cilindro votivo de ágata coninscripciones.

"Más tarde, nos ordenó hacer unos pendientes deágata para la estatua del dios Ninib. Quedamosdesolados, ya que no disponíamos de ágata enbruto para hacerlos. A fin de cumplir la orden delRey, no nos quedó más remedio que cortar elcilindro votivo en tres partes, haciendo así tresanillos, cada uno de los cuales contenía unfragmento de la inscripción original.

"Los dos primeros sirvieron de pendientes para laestatua del dios. Los dos fragmentos que tantotrabajo te han dado forman parte de ellos: si lospones juntos tendrás la prueba de lo que te digo.Pero el tercer anillo no lo encontrasteis durantevuestras excavaciones y nunca lo encontraréis."

Dicho esto, el sacerdote desapareció. Hilprecht sedespertó e inmediatamente contó a su mujer lo su-cedido.

Al día siguiente, domingo, volvió a examinar losfragmentos. ¡El sueño era cierto! Juntándolos, pudoleer la inscripción original: "Al dios Ninib, hijo de Bel,su Señor, ofreció esto Kurigalzu, pontífice de Bel."

Todavía estremecido de emoción, el profesor Hil-precht hizo partícipe de la experiencia a su amigo ycolega el profesor William Romaine Newbold y le en-señó el relato del sueño, escrito cuando todavía esta-ba fresco en su memoria. Juntos estudiaron detenida-mente la traducción y las notas tomadas al descubrirlos fragmentos. De pronto Newbold planteó un pro-blema: según las descripciones del arqueólogo JohnP. Peters, los dos fragmentos tenían colores diferen-tes. ¿Cómo podían haber formado parte de una mis-ma pieza?

El profesor Hilprecht admitió la dificultad y deci-dió examinar los fragmentos ese verano, cuando visi-tase el museo de Estambul, donde se guardaban.

El viaje a Estambul lo hizo por cuenta del Comitéde la Expedición a Babilonia, para catalogar y estu-diar los objetos de las excavaciones de Nippur allí con-servados. Refirió su sueño a Halil Bey, el director delmuseo, y le preguntó si podía examinar los fragmen-tos. Halil Bey accedió de muy buen grado.

Encontré uno de los fragmentos en una caja y elotro en otra muy apartada [escribió Hilprecht].Cuando los reuní, la verdad de mi sueño quedódemostrada ad °culos [ante mis_ ojos]. ¡Habíanpertenecido a un mismo cilindro votivo!

Como estaban hechos de un ágata finamenteveteada, la sierra del lapidario había divididoaccidentalmente el objeto de tal modo que la vetablancuzca de la piedra aparecía sólo en uno de losfragmentos, y la superficie gris, más extensa, en elotro. Eso hacía explicable la descripción tandiscordante que el doctor Peters había hecho deambos fragmentos.

Es posible que el profesor Hilprecht hubiese resuel-to en su subconsciente el enigma de los fragmentos du-rante sus horas de estudio y recurrido al impresionan-te sueño para ofrecer el hallazgo a su atención cons-ciente. Probablemente el subconsciente de Hilprechtera lo bastante inteligente para construir un cilindrovotivo con dos pequeños fragmentos de ágata.

¿O acaso el sacerdote de Bel viajó a través de 32 si-glos para guiar al último guardián de sus antiguos te-soros? (Sylvan Muldoon, Psychic Experiences of Fa-mous People, págs. 136 -40)

Noticias anticipadasEn 1896, Madame de Ferriém, una conocida médiumalemana de la época, tuvo la visión de un inminentedesastre. Su descripción de lo que veía es curiosamen-te rápida y selectiva, como si estuviese asistiendo a laproyección de un noticiero acelerado:

¡Cuánta gente hay a la entrada de la mina! ;Y québlancos están! ¡Como cadáveres! ¡Eso es lo queson, sólo cadáveres! Sí, van saliendo. Bueno, lossacan. Es tan negra toda la región... Sólo haypequeñas cabañas por todas partes. La gente queveo habla un idioma diferente... Ahora sacan a unocon un cinturón de hebilla reluciente. Pronto seráNavidad... ;Qué frío hace! Hay uno que tiene unalámpara con un enrejado de alambre alrededor.¡Ah, es una mina de carbón...! Ahora entiendo loque dice uno de ellos. Dice: "¡Los médicos vienende Brüx!" ¡Oh! Es un lugar de Bohemia... sonbohemios. Las mujeres y los niños llevan pañuelos ala cabeza... ¿Serán médicos esos que dan fricciones?Muchos llevan brazaletes con cruces... Mira, unrosario... "En las minas de carbón de Dux" estádiciendo, pero lo que yo leo es Brüx. Lo veo en subrazalete... Sí, son del Departamento de Sanidad.

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TIT ANIC SINKS FOUR HOURS AFTER HITTING ICEBERG;366 RESCUED BY C.4RPATHIA, PROBA BL Y 1250 PERISH;ISMAY SAFE, MRS. ASTOR MAYBE, NOTED NAMES MISSING

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Tres años después, en 1899, un diario alemán pu-blicó la visión de Madame de Ferriem. Al año siguien-te, en septiembre de 1900, centenares de personas mu-rieron en una explosión ocurrida en una mina de car-bón de Dux, cerca de Brüx, en Checoslovaquia. Unmes después, durante un octubre inusitadamente frío,aún seguían rescatando cadáveres de la mina. El úni-co error de Madame de Ferriém fue creer que el de-sastre ocurría en Navidad. (Ambas localidades esta-ban, corno había dicho ella, en Bohemia, la antiguaregión del oeste de Checoslovaquia. Dux se llama aho-ra Duchkov, ∎ el nombre de Brüx ha sido cambiadopor Most.) (Herbert R. Greenhouse, Premonitions: ALeap lato the Future, págs. 50-51)

"Futilidad" y el futuroEn 1898 publicó Morgan Robcrtson una novela quetenía por temas el orgullo, la codicia y la estupidez.Se titulaba El naufragio del Titán o Futilidad, y des-cribía el viaje inaugural de un lujoso trasatlántico lla-mado Titán que, aunque considerado insumergible,choca con un iceberg y se hunde, con enorme pérdidade vidas.

En 1912, el Titanic, un lujoso trasatlántico que to-dos consideraban que no podía hundirse, hizo su tra-vesía inaugural, chocó con un iceberg y se hundió, cau-

El martes 16 de abril de 1912, el New York Timesanunciaba el hundimiento del Titanic. El desastre fi teextrañamente parecido al descrito en una novela pu-

blicada en 1898.

TheNew

sando un gran número de víctimas. Veamos las seme-janzas entre ambos casos:

Titán TitanicMes del naufragio Abril AbrilPasajeros y tripulación 3 000 2 207Botes salvavidas 24 20Tonelaje 75 000 66 000Eslora 243 m 268 mHélices 3 3Velocidad al chocar 25 nudos 23 nudos

(Martin Ebon, Prophecy in Our Tinte, pág. l I)

La muerte del ArchiduqueEl asesinato del archiduque Francisco Fernando deAustria en Sarajevo (Yugoslavia) el 28 de junio de1914, fue una de las causas inmediatas de la PrimeraGuerra Mundial. En la madrugada de ese día, el obis-po José Lanyi, antiguo tutor del Archiduque, se des-pertó de un terrible sueño.

Soñé que había ido muy temprano a mi escritoriopara ver el correo. Encima del montón de cartashabía una con orla negra, un sello negro y lasarmas del Archiduque. Inmediatamente reconocí suletra, y vi a la cabeza del azulado papel de cartasuna fotografía, corno las de las postales, en la queaparecían una calle y un estrecho callejón. SusAltezas estaban sentados en un coche, con ungeneral frente a ellos y un oficial junto al chofer. Aambos lados de la calle había una gran multitud.Dos muchachos se adelantaban y disparaban contraSus Altezas. El texto de la carta era el siguiente:"Querido Dr. Lanyi: Excelencia, deseo informarleque mi esposa y yo hemos sido victimas de unasesinato político. Nos encomendamos a susoraciones. Saludos cordiales de su ArchiduqueFrancisco. Sarajevo, 28 de junio, 3:15 de lamañana." Temblando y bañado en lágrimas, saltéde la cama y miré el reloj, que marcaba las 3:15.Inmediatamente fui a mi escritorio y anoté lo quehabía leído y visto en mi sueño. Al hacerlo,conservé incluso la forma de ciertas letras tal comolas había escrito el Archiduque. A las seis menoscuarto de esa mañana entró mi criado en eldespacho y me vio sentado, pálido y rezando elrosario. Me preguntó si estaba enfermo y le dije:"Avisa inmediatamente a mi madre y al huésped.Voy a decir en seguida misa por Sus Altezas,porque he tenido un sueño terrible." Mi madre y elhuésped vinieron a las siete menos cuarto. Conté ami madre el sueño en presencia del huésped y delcriado. Después fui a la capilla de la casa. Pasé eldía lleno de temor y aprensiones. A las tres y mediaun telegrama nos trajo la noticia del crimen.

Al sueño del obispo Lanyi se le escaparon dos deta-lles: el asesino fue uno solo, y el oficial no iba senta-do junto al chofer, sino de pie en el estribo, debidoa un anterior y fallido atentado con bomba contra elArchiduque. (Keith Ellis, Prediction and Prophecy,págs. 101-02)

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Las dimensiones del tiempo

La idea de que el tiempo tiene muchas dimensionesha sido enunciada a menudo para explicar las profe-cías. La esencia de esa concepción es que el tiempopuede ser, en otra dimensión, experimentado de unmodo no consecutivo. Pasado, presente y futuro po-drían existir simultáneamente.

La idea de que existen otras dimensiones del tiem-po es más fácilmente accesible por medio de aquellasque nos son ya familiares: la longitud, la altura y laanchura. A su vez, éstas son más accesibles si parti-mos de un punto que, geométricamente hablando, ten-ga ubicación pero no dimensiones. No obstante, se re-laciona así con las figuras dotadas de dimensiones:

Si un punto se mueve a través del espacio, marcauna línea, que tiene como única dimensión la longi-tud. Si una línea se mueve por el espacio, traza la fi-gura de un plano, dotado de dos dimensiones: largoy ancho. Y si un plano se mueve en el espacio trazauna figura con tres dimensiones: largo, ancho y alto.

Podemos también operar hacia atrás partiendo deun cuerpo tridimensional, y hallar que el corte trans-versal del cubo tridimensional es el plano bidimensio-nal, que el del plano es una línea unidimensional , yque el de la línea es un punto sin dimensión.

De esto podemos inferir que un cuerpo de tres di-mensiones es la sección transversal de un cuerpo decuatro dimensiones, y que un cuerpo tridimensional,cuando se mueve de cierto modo, producirá otro decuatro dimensiones. Surge entonces la cuestión de quéclase de cuerpo podría tener por sección transversaluna forma tridimensional, y en qué clase de nueva di-rección podría moverse una forma tridimensional paraproducir otra de cuatro dimensiones, ya que un mo-vimiento diferente de los de arriba, abajo, atrás, ade-lante o hacia un lado produciría simplemente una fi-gura mayor, pero no de otra dimensión. La respuestaes la duración. Porque tan pronto como algo deja dedurar, deja de existir. Deberíamos, pues, añadir a lastres dimensiones familiares la duración en e] tiempocomo una cuarta dimensión. Por tanto, los cuerpostridimensionales comunes deberían ser apropiadamen-te descritos como tetradimensionales, y un cuerpo contres dimensiones se definirla dotado sólo de longitud,anchura y altura, pero no de duración. ¿Es tal cosaposible? Lo es, pero sólo hipotéticamente. Porque, enrealidad, punto, línea y plano no existen verdadera-mente como tales. Toda línea visible tiene tanto an-chura como altura (y duración), lo mismo que todoplano físico tiene un cierto grosor además de longi-tud y anchura. Entonces, ¿qué movimiento debe ex-perimentar una figura de tres dimensiones para pro-ducir un cuerpo de cuatro?

Movemos un plano en la dimensión de la altura para

producir un cubo; de modo que el movimiento de uncubo (hipotético) en la dimensión del tiempo deberíaproducir una figura (real) de cuatro dimensiones. ¿Quésignifica el movimiento en la dimensión del tiempo?

Como ya dijimos, debe significar movimiento enuna nueva dirección, no arriba, abajo, atrás, adelan-te o hacia un lado. ¿Existen otras ciases de movimien-to? Para empezar, está el movimiento que la rotaciónde la Tierra imparte a cuanto está sobre ella y que po-ne en movimiento incluso objetos aparentemente in-móviles. Podemos, pues, decir que un cuerpo tridi-mensional es la sección transversal hipotéticamente in-móvil de un cuerpo real cuya cuarta dimensión, la du-ración, es inseparable del movimiento que un mundogiratorio imparte inevitablemente a todo. Otros mo-vimientos inevitables son el de la Tierra alrededor delSol, el del Sol en torno al centro de la galaxia y, qui-zá, el de la propia galaxia alrededor de algún puntodesconocido. Dado que todo cuerpo perceptible estáen realidad experimentando simultáneamente todosesos movimientos, podemos decir que todas las cosastienen esas dimensiones, aunque de un modo usual-mente imperceptible. Y dado que esos movimientosy las dimensiones que implican sólo son perceptiblesdentro de un marco temporal, podemos referirnos aellos como dimensiones del tiempo.

Si la duración es uno de los aspectos del tiempo,¿qué pueden ser los otros? Entre diversas posibilida-des, podemos sugerir la aparición y la desaparición,el cambio y la recurrencia. De todas ellas, sólo la du-ración es perceptible. Cuando decimos que algo apa-rece, queremos decir que notamos de pronto su exis-tencia; cuando algo desaparece, notamos su falta deexistencia. Del mismo modo, hablamos de cambio, pe-ro en realidad sólo desarrollamos el concepto en cuan-to percibimos agregados de características que exis-ten o dejan de existir. Así inferimos, pero no obser-vamos, la repetición de la puesta del sol y del amane-cer, el paso de las estaciones y el desarrollo de un niño.

Y, sin embargo, las cosas aparecen y desaparecen,cambian y se repiten realmente, aunque no perciba-mos verdaderamente que lo hacen. Son, por así de-cirlo, hipotéticas para nosotros, y deben tener su rea-lidad en otras dimensiones del tiempo, del mismo mo-do que el cuerpo tridimensional hipotético se hace real,es decir, perceptible, en la dimensión del tiempo a laque llamamos duración.

Si un cuerpo tiene acceso a dimensiones superioresdel tiempo, es al menos teóricamente posible que to-dos lo tengan, aunque de modo invisible. Podemostambién suponer que tal acceso se realiza por mediode modos o niveles de conciencia poco usuales, y queuno de ellos es el que llamamos profecía.

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¡ Hombre al agua!A J.B. Priestly, el novelista y dramaturgo inglés, lefascinaban los enigmas filosóficos y psicológicos deltiempo, y reunió muchos relatos de sus amigos sobreel tema. Uno de ellos se lo contó sir Stephen King-Hall,otro escritor que había sido muchos años oficial dela marina.

El acontecimiento que sir Stephen recordaba tan vi-vamente tuvo lugar en 1916, durante la Primera Gue-rra Mundial. Servía entonces a bordo del Southamp-ton y el día en cuestión estaba de guardia. Cuando elnavío y el convoy al que daba escolta se acercaban auna pequeña isla frente a la costa escocesa, sir Ste-phen tuvo la premonición de que un hombre estabaa punto de caer por la borda. Se apresuró a dar órde-nes para disponer el rescate, pero, como aún no ha-bía ocurrido tal cosa, hubo inmediata contraorden delcomodoro, que le preguntó: "¿Qué diablos hace us-ted?" Sir Stephen continuaba así su relato:

Estábamos frente a la isla. Yo no sabía quéresponder, Navegábamos a 20 nudos y rebasamos lapequeña isla en unos segundos. ;No ocurrió nada!

Mientras me esforzaba por decir algo, nos llegó elgrito de "¡Hombre al agua!" dado en elNottingham (el buque que nos seguía a unos cienmetros), que entonces estaba a su vez frente a laisla. Treinta segundos más tarde se oyó el";Hombre al agua!" del Birmingham (el tercerbuque de la formación, que entonces pasaba frente ala isla). Retrocedimos a toda velocidad, arriamos unbote casi al instante y recogimos a ambos hombres.Entonces pude explicar al fin a una oficialidadasombrada por qué había hecho lo que hice.[Angus Hall, Signs of Things to Come, pág. 17]

Veinte años de adelantoA mediados de agosto de 1918 un periodista estadou-nidense, Eugene P. Lyle, hijo, escribió un artículo ti-tulado "La guerra de 1938", que apareció en septiem-bre en Everybody's Magazine. En esa época la PrimeraGuerra Mundial tocaba ya a su fin; en julio había si-do frenada la ofensiva alemana en el Mame y el 8 deagosto los alemanes habían sufrido grandes pérdidasen Amiens. Pershing estaba al mando de las tropas es-tadounidenses y todo hacía prever que la paz no po-día tardar. Y, en efecto, la guerra terminó con la fir-ma del armisticio el 11 de noviembre, menos de dosmeses después de que Everybody's publicase su curiosoartículo.

En él, Lyle advertía que, a menos que Alemania fue-se aplastada de tal modo que no le quedasen esperan-zas de renacer, se alzaría para imponer de nuevo almundo una guerra de monstruosas proporciones."Nuestros soldados, al salir de las trincheras", escri-bía Lyle, "advierten a los políticos: ¡ Que Dios os ayu-de si no nos dejáis acabar nuestro trabajo!' "

El artículo se desarrolla a base de flashbacks que,desde la guerra de 1938, retroceden a los años inme-diatamente posteriores a la Primera Guerra Mundial.

Aún seguía su curso la Pri-mera Guerra Mundialcuando, en septiembre de1918, Everybody's Magazi-ne publicó un espeluznan-te artículo sobre "La gue-rra de 1938". Ésta era lailustración de la portada.

Alemania acepta la derrota, se arrepiente y expresa sudeseo de unirse a la familia de las naciones. Los alia-dos, hartos de la guerra, se muestran encantados y to-man en serio sus palabras. Pero son engañados. Ale-mania empieza a rearmarse, subrepticiamente pero agran escala. Acumula materias primas para la guerra:nitratos de Chile, cobre de México, hierro de Suecia..." ¡ Alemania debe ser no sólo eficiente, sino autosufi-ciente!", dicen sus políticos, que someten al país a unestado de racionamiento permanente.

Pasan los años y cunden los rumores del gran arse-nal que Alemania ha reunido en secreto, y de las nue-vas armas que han desarrollado sus científicos. Aúnmás alarmantes son las versiones de que los clubes detiro pangermánicos han servido para el entrenamien-to de jóvenes soldados altamente disciplinados, cuyas"pruebas deportivas" son maniobras paramilitares enlas que intervienen 50 000 hombres. Sumándose a to-das esas advertencias, "proliferan los aeroclubes. Ala pericia en el vuelo se añade el simulacro de comba-tes, regido por normas que obligan a adquirir destre-za en la lucha real".

Al final, Alemania tiene un ejército de 20 millonesde hombres equipado y listo para la acción. Europa,totalmente desprevenida, cae en tres semanas. Ingla-terra es ocupada mediante una invasión aerotranspor-tada, y sólo quedan Estados Unidos y los dominiosbritánicos de ultramar para hacer frente al enemigolo mejor que puedan: "¡Es la Noche, la Noche pru-siana, la Consumación!", escribía siniestramente Lyle.

Lyle erraba algunos puntos al escribir su guión pa-ra los próximos veinte años. Por ejemplo, no previóque sería precisamente la dureza del tratado de Ver-salles lo que sumiría a Alemania en las condiciones so-ciales y económicas que, según muchos historiadorescontemporáneos, favorecieron el auge de Hitler y elmilitarismo alemán. Tampoco acertó del todo con lafecha del comienzo de la Segunda Guerra Mundial,a menos que consideremos la capitulación inglesa yfrancesa ante Hitler en Munich, en 1938, como el acon-tecimiento que hizo la guerra inevitable. Y, aunqueLyle previó de manera notable lo que iba a ser la "ba-talla de Inglaterra", se equivocó en su resultado. Porlo demás, aunque a Hitler le costó más de tres sema-nas someter a la Europa continental, su blitzkrieg ocu-pó Polonia en tres semanas en 1939, y en 1940 Fran-cia fue invadida y vencida en seis semanas.

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Lyle fue extrañamente preciso en otros detalles. Ale-mania almacenó armas y materias primas; soldadosy pilotos fueron entrenados en "campamentos juve-niles", "clubes de tiro" y "aeroclubes"; los científi-cos alemanes desarrollaron nuevas armas, y la faltade preparación de las futuras víctimas de Hitler eradeplorable.

Si se hubiera hecho caso de las dotes proféticas deEugene Lyle, el mundo podría ser hoy un lugar muydiferente. (American History Illustrated, noviembrede 1976, págs. 35-43)

QuiromanciaEn 1925, el "conde" Louis Hamon, célebre quiromán-tico y vidente que usaba en esta profesión el nombrede Cheiro, formuló la siguiente predicción acerca delpríncipe de Gales, Eduardo: "Está dentro de lo posi-ble... que sea víctima de un amor devastador. Si asíocurriese, predigo que el príncipe lo abandonará to-do, incluso la posibilidad de ser coronado, antes queperder el objeto de su afecto.''

En 1936 murió el rey Jorge V, y el príncipe de Ga-les se convirtió en Eduardo VIII. Su abdicación 325días más tarde (y más de diez años después de la pro-fecía de Cheiro) en aras de su futura esposa, la dosveces divorciada Wallis Simpson, fue debida, segúndijo, a no poder renunciar a la mujer que amaba.

Cheiro previno también al conocido periodista in-glés William T. Stead que en modo alguno debía via-jar por mar a mediados de abril de 1912. Sorprenden-temente, pues era notorio su interés por lo esotérico(ver la pág. 21), Stead ignoró la advertencia, adquirióun pasaje en el Titanic y se ahogó el 14 de abril.

Antes, en 1905, Cheiro había leído el futuro delpoderoso y odiado Rasputín, el Monje loco de Rusia,al advertirle: "Preveo para usted un fin violento den-tro del palacio. Estará amenazado por el veneno, elpuñal y las balas. Finalmente, veo las aguas heladasdel Neva cerrándose sobre usted." Once años más tar-de la profecía se cumplió. (Para la historia de su muer-te, ver la pág. 272.) (Omar V. Garrison, The Encyclo-paedia of Prophecy, págs. 77-78; Herbert B. Green-house, Premonitions: A Leap Into the Future,págs. 102-03)

Presentación para la prensaEn 1932, dos periodistas alemanes, el reportero J. Ber-nard Hutton y el fotógrafo Joachim Brandt, fueronenviados a realizar un reportaje en los astilleros deHamburgo-Altona. Un ejecutivo los guió por las ins-talaciones, y al caer la tarde su misión ya estaba ter-minada. Cuando abandonaban los astilleros, ambosoyeron el zumbido de un avión sobre sus cabezas, ypronto el ruido de los cañones antiaéreos ahogó to-dos los demás. Se había hecho de noche, y los doshombres no tardaron en ver estallar las bombas a sualrededor. El lugar se convirtió en un infierno, y loque al principio habían tomado por un ejercicio de en-trenamiento resultó una incursión aérea en toda regla.

Dos periodistas afirmaron haber presenciado una in-cursión aérea que devastó los astilleros de Hambur-go... once años antes de ocurrir. Esta fotografía de1945 muestra los daños que "vieron" entonces.

Regresaron para preguntar al guardia de la puerta sipodían hacer algo, pero les dijo en tono amenazadorque se ocupasen de sus asuntos, de modo que regresa-ron a Hamburgo.

Aunque el cielo había estado oscuro durante todoel ataque, se sorprendieron al encontrar Hamburgo enplena actividad, en el curso de un atardecer normal.Detuvieron el coche y se voltearon para contemplarlos astilleros. Estaban intactos, y pudieron verlos, sinel menor daño, a la luz ya declinante.

Cuando revelaron las fotografías de Brandt —quienno había dejado de disparar su máquina durante to-do el ataque—, no apareció en ellas nada extraño, yel director, tras oír su relato, los acusó de acudir altrabajo borrachos.

Poco antes de estallar la Segunda Guerra Mundial,Hutton se instaló en Inglaterra. Allí, en 1943, leyó enun periódico el relato de una afortunada incursión noc-turna de la Royal Air Force contra los astilleros deHamburgo. Buscó más detalles del ataque, que le con-firmaron lo que ya sospechaba: la escena de destruc-ción que Brandt y él habían presenciado en la prima-vera de 1932 era real. Sólo que ellos la habían vistoonce años antes de que sucediera. (J. Bernard Hut-ton, On the Other Side of Reality, págs. 171-75)

Vuelo al futuroVictor Goddard, piloto de la Royal Air Force, se ha-bía perdido. Mientras volaba sobre Escocia, lo habíasorprendido una tormenta, y necesitaba encontrar unpunto de referencia. Descendió con su biplano Hawk-er Han por entre las nubes, esperando encontrar másabajo tiempo despejado y quizá vislumbrar Drem, un

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Mientras volaba sobre el campo de aterrizaje de Dremen 1934, sir Victor Goddard vislumbró al parecer elfuturo cuando vio ese lugar, entonces abandonado, co-mo el aeropuerto en que se convertiría en 1938.

campo de aterrizaje abandonado que creía que se en-contraba en la vecindad.

Su instinto no lo había engañado. Drem no estabalejos, y a partir de allí podría orientarse. Después,cuando se hallaba aproximadamente a cuatrocientosmetros del campo de aterrizaje, sucedió algo extraor-dinario: "De repente", escribió más tarde, "la zonaquedó bañada en una luz etérea, como la de un me-diodía de verano." Drem no estaba desierto, abando-nado y medio en ruinas. Era una auténtica colmena,en la que mecánicos con sus uniformes azules se afa-naban en torno a aviones amarillos, que relucían alsol. Voló sobre ellos a una altura de no más de quincemetros, sorprendido de que nadie mirara hacia arri-ba, y volvió a internarse en las nubes, ya seguro delrumbo. Era el año 1934.

En 1934 el campo de aterrizaje de Drem era una rui-na abandonada.

En 1938, con la creciente amenaza de guerra, Dremvolvió a abrirse como escuela de vuelo de las fuerzasaéreas, y el color de los aviones de entrenamiento bri-tánicos se cambió de plateado a amarillo.

Victor Goddard, al salir volando de las nubes, sehabía internado por un momento cuatro años en el fu-turo. (Angus Hall, Signs of Things to Come, pág. 17)

Un regalo enviado desde la tumbaCuando la belleza y la fama de la señora PatrickCampbell empezaban a marchitarse (fue la creadoradel personaje de Eliza Doolittle en el Pigmalión deGeorge Bernard Shaw), la cuidó durante una enfer-medad otra actriz, Sarah Allgood. La señora Camp-bell, agradecida, regaló a su colega una acuarela querepresentaba una garza.

Después, la señora Campbell marchó a Francia yla señorita Allgood a Hollywood, donde alquiló unacasa. Era el año 1940. La primera persona con la quesoñó Sarah Allgood en su nueva casa fue la señoraCampbell, quien le dijo: "¿Encontraste el regalo que

te envié desde la tumba? Mira detrás del cuadro." Ala señorita Allgood el sueño la dejó confusa, pues notenía razón alguna para creer que la señora Campbellno siguiese viva. De todos modos, miró detrás del cua-dro de la garza, donde encontró una caricatura de suamiga, hecha por sir Max Beerbohrn, que valía unos2 000 dólares de la época.

Sarah Allgood supo más tarde que la señora PatrickCampbell había muerto precisamente el día de su sue-ño inexplicable. (Stuart Holroyd, Dream Worlds, pág.127)

La voz interior de Winston ChurchillLas incursiones aéreas eran algo tan común en la vidade Londres durante la Segunda Guerra Mundial quemuchos londinenses se volvieron, si no del todo indi-ferentes al peligro que suponían, sí al menos bastantedespreocupados. El primer ministro Winston Chur-chill, hombre de ánimo templado que había afronta-do con frecuencia el fuego enemigo en sus años en elejército, era tan belicoso como cualquiera en la capi-tal, y estaba incluso menos dispuesto que la mayoríaa permitir que lo inquietasen las bombas de Hitler. Encualquier caso, se suponía que encarnaba la inflexibleresistencia de Gran Bretaña ante el enemigo, y se to-maba muy en serio su papel; pero cuando su voz inte-rior le dijo que el peligro era real e inminente, la escu-chó y —figuradamente, por supuesto— saltó en bus-ca del escondite con toda presteza.

Una noche estaba reunido con tres ministros de suGabinete en el 10 de Downing Street, la residencia tra-dicional del primer ministro, en Londres. La ciudadse hallaba en pleno ataque aéreo, pero no se había per-mitido que eso interrumpiese su cena. De pronto Chur-chill abandonó la mesa y fue a la cocina, donde se ata-

En cierta ocasión, una voz interior dijo a WinstonChurchill, primer ministro de Inglaterra, que evitarasentarse en su lugar de costumbre en el coche, y le sal-vó la vida. Aquí lo vemos saliendo de su sitio acos-tumbrado.

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reaban la cocinera y una doncella. En una de las pa-redes había un gran ventanal. Dijo al mayordomo quepusiera la comida en una charola caliente en el come-dor, y ordenó al personal de servicio que fuera inme-diatamente al refugio. Después volvió junto a susinvitados.

Tres minutos más tarde cayó una bomba detrás dela casa y destruyó por completo la cocina, pero el pri-mer ministro y sus invitados resultaron milagrosamen-te ilesos.

Uno de los medios de que Churchill se valía paraimpartir confianza era visitar personalmente las bate-rías antiaéreas durante los ataques nocturnos. En unaocasión, tras contemplar durante un rato a los artille-ros en acción, volvió a su coche, quizá con la inten-ción de visitar otras dos o tres dotaciones antes delamanecer.

La puerta del lado donde solía viajar permanecíaabierta para él, pero por una vez la ignoró, dio la vuel-ta al coche, abrió la otra puerta y entró. Pocos minu-tos más tarde, mientras rodaban por las calles en ti-nieblas, explotó cerca una bomba que levantó el auto-móvil y lo desplazó peligrosamente sobre dos ruedas,a punto de volcar. No obstante, por fin se enderezóy continuó su camino. "Debe de haber sido el pesode mis carnes sobre ese lado el que lo hizo bajar", di-ría más tarde Churchill.

Cuando su mujer le preguntó por su escaramuza conla muerte, al principio dijo que no sabía por qué enesa ocasión había elegido deliberadamente el otro la-do del coche. Pero después añadió: "La verdad es quesí lo sé. Algo dijo ' ;Alto!' antes de que yo llegase ala puerta que me esperaba abierta. Entonces me pare-ció que me decían que debía abrir la puerta del otrolado, entrar y sentarme allí, y eso es lo que hice." ( TheUnexplained: Mysteries of Mind Space and Time, Vol.2, No. 14)

Premoniciones inconscientesSegún un estudio efectuado en los años cincuenta porW.E. Cox, en los trenes que van a sufrir un accidenteviaja menos gente que en los demás. Pero como losaccidentes ferroviarios son una incógnita hasta queocurren, Cox se vio obligado a reconocer que muchaspersonas evitan, de manera consciente o inconscien-te, tomar un tren el día en que éste sufre un accidente.

Cox obtuvo de las compañías ferroviarias el núme-ro de pasajeros que viajaron en un determinado trenel día en que éste sufrió un accidente, los seis días an-teriores a él y ese mismo día de la semana, de las cua-tro semanas precedentes. Por ejemplo, el Georgian,tren que une Chicago y el este de Illinois, tuvo un ac-cidente el 15 de junio de 1952. Ese día sólo iban enél nueve pasajeros. Durante los seis días anteriores alaccidente el número de pasajeros había sido de 68, 60,53, 48, 62 y 70. Una semana antes, el 8 de junio, ha-bía transportado 35 viajeros, y en los otros tres díasestudiados 55, 53 y 54. En los diez días examinados,el promedio de viajeros del Georgian fue de 55.8. Sin

embargo, el día del accidente ese número descendióen un 84 por ciento.

Otro ejemplo de lo que Cox llama accident-avoidance (prevención de accidentes) aparece en las ci-fras que reunió acerca del tren No. 15 de la líneaChicago -Milwaukee - St. Paul-Pacific, que descarri-ló el 15 de diciembre de 1952 con 55 personas a bor-do. En cinco de los siete días anteriores elegidos porel método de Cox hubo más de 100 viajeros en el tren,y en los otros dos al menos 30 pasajeros más que eldía del accidente. El promedio de pasajeros en los diezdías sin accidente fue un 50 por ciento mayor que eldía del descarrilamiento. (Journal of the American So-ciety for Psychical Research, 50:99-109, 1956)

Una cita con el destinoEn 1954 Eva Hellstróm, fundadora de la Sociedad Sue-ca de Investigaciones Parapsicológicas, soñó que ellay su marido volaban sobre las calles de Estocolmo. Almirar hacia abajo, vio un accidente de tráfico: un trenverde acababa de estrellarse contra un tranvía azul.

En esa época todos los trenes de Estocolmo iban pin-tados de color café; de modo que cuando, pocos me-ses más tarde, empezaron a funcionar nuevos trenesverdes, Eva Hellstrám estuvo segura de que su sueñoiba a cumplirse. Había dibujado la posición de los dosvehículos y anotado en su diario: "El accidente ocu-rrirá cuando el tren de Djursholm y el tranvía núme-ro 4 se encuentren en Valhallavágen. En ese lugar hanocurrido accidentes entre coches y trenes, pero que yosepa nunca con un tranvía..."

El 4 de marzo de 1956, casi dos años después delsueño, un tranvía azul, el No. 4, y el tren verde deDjursholm chocaron en Valhallavágen. La posición delos vehículos accidentados era precisamente la quemostraba el dibujo de Eva Hellstrom . (Stuart Holroyd,Dream Worlds, págs. 123 y 127)

Doble visiónLas apariciones precognitivas son raras, y cuando su-ceden pocas veces son compartidas. Pero eso es lo queles ocurrió a Paul McCahen y su esposa, de Inglewood(California), al anochecer del 4 de septiembre de 1956.Habían llegado ese día temprano al Gran Cañón, yal oscurecer vieron a una mujer, acompañada por unhombre y un muchacho que llevaba el equipaje, en-trar a la cabaña contigua. La señora McCahen se sor-prendió al reconocer a la mujer, una tal señora Nashcon la que había coincidido un año antes como miem-bro de un jurado. Se lo dijo a su marido, y tambiénque al señor Nash le faltaba un brazo. Suponiendo quela señora Nash estaría cansada del viaje, la señoraMcCahen decidió esperar a la mañana siguiente parahablarle.

"Al día siguiente", escribió en su informe a la So-ciedad de Investigaciones Parapsicológicas de los Es-tados Unidos, "la vi sentada en la veranda y fui a ha-blar con ella. Conocí a su marido y les presenté al mío,y mantuvimos una agradable charla hasta que le dije

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que la había visto la noche anterior, aunque no le di-rigí la palabra. Los Nash se miraron asombrados y di-jeron que acababan de llegar en un autobús deturistas..."

El señor McCahen confirmó la historia de su espo-sa y añadió que la fantasmal señora Nash no estabaa más de 4 ó 5 metros de ellos cuando su mujer se lamostró.

La experiencia de los McCahen es rara no sólo porser compartida, sino por haberse registrado sin el con-curso de ningún tipo de presión emocional. La señoraMcCahen y la señora Nash apenas se conocían y ha-cía un año que no se veían. Ningún peligro amenaza-ba a ninguna de las dos, y el señor McCahen no habíatenido la menor relación previa con la familia Nash.(Martin Ebon, Prophecy in Our Time, pág. 142)

Visto en una bola de cristalLa noche del 16 de enero de 1969, Joseph DeLouiseentró en un bar de Chicago y pidió un periódico. Que-ría leer la noticia del choque de dos trenes al sur deChicago. Los clientes que estaban en el bar se extra-ñaron. ¿Qué choque? No habían oído a nadie comen-tarlo. Tampoco había venido nada en los periódicos.¿Dónde había sido?

"En algún lugar al sur de aquí", dijo DeLouise,"dos trenes han chocado en medio de la niebla. Es elpeor desastre ferroviario que hemos tenido desde laSegunda Guerra Mundial, hace veinticinco años. Hu-bo muchos muertos y heridos."

El cantinero puso la radio. Eran las once y no die-ron noticias de ningún accidente ferroviario.

Dos horas más tarde, a la una de la madrugada del17 de enero, dos trenes de la Illinois Central chocaronde frente en medio de la niebla, 70 kilómetros al surde Chicago. Hubo cuarenta y siete heridos y tres muer-tos. Era el peor desastre ferroviario ocurrido en la zo-na en los últimos veinticinco años.

DeLouise había hablado el 14 de diciembre de 1968en un programa de radio de Gary (Indiana) y predi-cho que el choque ocurriría dentro de cinco o seissemanas.

¿Qué clase de hombre es Joseph DeLouise?Trabaja como peluquero, no llegó a terminar la se-

cundaria y, como muchos adivinos, utiliza una bolade cristal para hacer sus predicciones (ver pág. 302).Ha predicho muchos desastres por televisión y en laprensa.

El 25 de noviembre de 1967 predijo el hundimientode un puente. Tres semanas después, el 16 de diciem-bre, se hundía el Silver Bridge, que cruzaba el río Ohiopor Point Pleasant, en Virginia Occidental. Murierontreinta y seis personas y otras diez fueron dadas pordesaparecidas.

El 8 de enero de 1968 DeLouise predijo que en elaño que empezaba no habría disturbios importantesen el pais, pero sí una auténtica "insurrección". El7 de abril de ese año el gobernador de Illinois declaróque el brote de violencia desatado en Chicago era una

Joseph DeLouise utilizauna bola de cristal para verel futuro. Se concentra enla brillante superficie has-ta que ésta se vuelve borro-sa, y en el vaho que se for-ma puede percibir lo queva filtrándose a través desus sentidos.

insurrección, y fueron enviados allí por avión 5 000soldados federales.

El 15 de diciembre de ese mismo año, predijo quela familia Kennedy se vería envuelta en una tragediarelacionada con el agua. Más tarde "vio" en ese con-texto a una mujer que se ahogaba. El 18 de julio de1969 Mary Jo Kopechne se ahogó en Chappaquiddick,en un accidente de automóvil en el que estuvo impli-cado el senador Edward Kennedy.

El 21 de mayo de 1969, DeLouise predijo que unjet se estrellaría cerca de Indianápolis. Morirían 79 per-sonas y estaría implicado de algún modo el número330. A las 3:30 de la tarde del 9 de septiembre de 1969,un DC-9 de las Allegheny Airlines chocó con un aviónparticular cerca de Indianápolis. Murieron los cuatromiembros de la tripulación y 78 pasajeros, así comoel piloto del otro avión. (Joseph DeLouise con TomValentine, Psychic Mission, tomado de diversospasajes)

El rapto del futuroEn 1972, la casa editorial Regency Press publicó unanovela titulada El raptor negro, original de HarrisonJames, seudónimo de James Rusk, hijo. En ella ungrupo de terroristas, comandados por un negro, se-cuestran a la hija de un hombre acaudalado, de cono-cidas simpatías derechistas. La hija, una estudiante lla-mada Patricia, es raptada cerca de su universidad. Sunovio, que la acompaña, es golpeado por los raptoresy se convierte en sospechoso. Al principio Patricia re-siste a sus raptores, pero pronto sucumbe a su ideolo-gía y a su tenebroso encanto. Los secuestradores en-vían fotos instantáneas de ella a su padre y describensu acto como "el primer secuestro político" de los Es-tados Unidos. Al final, predicen, serán rodeados porla policía, atacados con gases lacrimógenos yexterminados.

Un mes después de que, en 1974, Patricia Hearst(estudiante e hija del acaudalado Randolph Hearst, deideas derechistas) fue raptada de su apartamento, cer-cano a su universidad, por miembros del Ejército Sim-biótico de Liberación (un grupo terrorista dirigido porun negro), el FBI visitó a James Rusk, hijo. Para en-tonces el antiguo novio de Patricia, Steven Weed, queestaba con ella cuando la raptaron y fue golpeado porlos secuestradores, no era ya sospechoso, pero si loera James Rusk, hijo: el FBI había leído su novela.

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El conocimiento del futuroPara explicar las profecías debe hacerse, por fuerza,suposiciones acerca del futuro. La más fundamentales que los acontecimientos futuros todavía no han ocu-rrido y no pueden, por tanto, producir efectos en elpresente. La explicación que parte de esta opinión con-duce necesariamente a pensar en el futuro corno unaposibilidad que de algún modo existe en eI presente.

Ciertas premoniciones pueden sin duda deberse aclaves de las que apenas somos conscientes. Por ejem-plo, un ruido extraño en un coche puede provocar unaacertada premonición de peligro. El punto flaco deesta forma de la teoría es que exige en el vidente unamisteriosa capacidad de analizar signos e indicacio-nes que son no sólo imperceptibles para la mirada nor-mal, sino imposibles de deducir teóricamente. ¿Quéclaves del entorno del que sueña pueden inspirarle laprecognición acertada de un desastre del que lo sepa-ran seis meses y cinco mil kilómetros? Se han hechoalgunas sugerencias extraordinarias para explicar có-mo el futuro puede estar no realizado pero sí cognos-cible en el presente.

Una de ellas, debida a Gerhard Dietrich Wasserman,físico matemático de Durham, es que todos los acon-tecimientos existen como modelos mentales intempo-rales, con los que están relacionadas todas las par-tículas vivientes y no vivientes del universo.

Esta idea debe algo a la antigua creencia de que eluniverso —el macrocosmos— contiene innumerablesmicrocosmos, cada uno de los cuales recapitula las ca-racterísticas y el orden del gran todo. Así, el hombreera visto como un microcosmos de la Tierra cuyas ve-nas y arterias correspondían a los ríos y arroyos.

A finales del siglo XVII esta idea había experimen-tado muchas transformaciones, pero aún tenía fuer-za. Por ejemplo, Leibnitz escribía:

Todas las diferentes clases de seres que juntosforman el universo no son, en la idea de Dios,que conoce claramente sus gradacionesesenciales, sino otras tantas ordenadas de unaúnica curva, tan íntimamente unidas que seríaimposible colocar otras entre dos cualesquierade ellas sin que implicase desorden ei mperfección.

Según eso, los diferentes órdenes de seres, anima-dos e inanimados, están tan gradualmente cerca unode otro en sus atributos y propiedades que forman unasola cadena, "tan íntimamente eslabonados uno alotro que es imposible... determinar con precisión elpunto en que termina uno y empieza el siguiente".

En este concepto de una "cadena del ser" o de losseres, los animados, y por tanto los espirituales y lospsíquicos, se unen con los inanimados mediante una

gradación de atributos compartidos. Para Leibnitz estoimplicaba que alguien con suficiente penetración "ve-ría el futuro en el presente como en un espejo".

Otra versión de la idea de que el futuro está ocultoen el presente la formuló Adrian Dobbs, matemáticoy físico de la Universidad de Cambridge, en 1965. De-cía que, a medida que los acontecimientos se desarro-llan, actualizan un número relativamente pequeño delas posibilidades de cambio que existen a un nivel sub-atómico. En este proceso se producen perturbacionesque crean, en otra dimensión del tiempo, lo que Dobbsllama frente de onda psicotrónico. Éste puede ser re-gistrado por las neuronas del cerebro, al menos en cier-tas personas especialmente sensibles, e interpretado.Una metáfora puede ayudar a aclarar el proceso:

I maginémonos un estanque, en uno de cuyos ladosse echa al agua un barco de juguete. Al lado contra-rio está una persona muy pequeña. Es incapaz de verel barco, pero, a medida que éste avanza, las olas queproduce llegan a la orilla en la que se encuentra situa-da. En su viaje a través del estanque, esas olas pasanen torno a ciertos objetos —algas, hojas, un tronco—,quietos o levemente a la deriva en su superficie. Esosobjetos originan perturbaciones en el frente de onda,que esa persona diminuta, con la experiencia de todauna vida en tales cosas, puede percibir con todo deta-lle. Con lo que le dicen los frentes de onda no sóloobtiene una imagen de los objetos que los producen,sino que calcula cuánto tardarán en llegar a la orilla.

En esta metáfora, el barco de juguete representa unacontecimiento que se desarrolla en e] tiempo; su cursoa través del estanque, uno de los muchos caminos quepodía haber tomado y la dimensión del tiempo en laque sucede; el propio estanque, otra dimensión deltiempo en la que influyen otros factores; la ola quelevanta la proa del barco, el "frente de onda psico-trónico" de Dobbs, y la persona diminuta, natural-mente, el aparato neurona] que recibe el frente de on-da y lo convierte en predicción.

Dado que la teoría de Dobbs es puramente hipoté-tica y no se ha descubierto la supuesta onda psicotró-nica, la dificultad está en sugerir un mecanismo neu-ronal mediante el cual el observador distinga el fren-te de onda de un determinado acontecimiento del pre-sumible torbellino de ellos producido por la multitudde acontecimientos que se desarrollan simultáneamen-te. Igualmente, cuanto más alejado esté el aconteci-miento en el futuro, más numerosos serán los frentesde onda y más complejo el problema.

Tales son, vistas de un modo muy general, algunasteorías que consideran que el futuro es una posibili-dad implícitamente accesible en el presente, y tales lasdificultades y limitaciones con que se encuentran.

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Si los terroristas conocían también la novela y laadoptaron como guión para el secuestro —haciendoasí que la profecía se cumpliese— es algo que nuncasabremos, pues tiempo después fueron rodeados porla policía, atacados con gases lacrimógenos y muer-tos. (Alan Vaughan, Incredible Coincidente,págs. 55-56)

Un profeta sin empleoEdward Pearson fue detenido el 4 de diciembre de 1978por viajar en tren sin boleto de Inverness a Perth, enEscocia. Compareció ante un tribunal de Perth, don-de fue calificado de "profeta galés en paro", y dijoque iba camino de Londres para advertir al ministrodel medio ambiente que un terremoto iba pronto aafectar a Glasgow.

La historia de Edward Pearson apareció en el Cou-rier & Advertiser de Dundee el 6 de diciembre, bajoel titular "El profeta iba sin boleto". Tres semanasmás tarde, los lectores del Courier & Advertiser fue-ron sacudidos en sus camas por un terremoto que cau-só daños en edificios de Glasgow y otras partes deEscocia.

Los terremotos son un fenómeno muy raro en lasislas Británicas. ( The Unexplained: Mysteries of MindSpace and Time, Vol. 1, No. 6)

No hubo preguntasSu hijo iba a nacer dentro de tres meses, pero JaimeCastell, un español empleado de hotel, oyó en sueñosuna voz que le decía que no llegaría a verlo. Conven-cido de que iba a morir pronto, Castell firmó una pó-liza de seguros por siete millones de pesetas, pagade-ras sólo en caso de muerte y sin ningún beneficio.

Pocas semanas más tarde volvía del trabajo condu-ciendo tranquilamente a 80 kilómetros por hora cuan-do un coche que iba en dirección opuesta a más de 100chocó con la divisoria de la autopista, saltó por losaires y fue a caer encima de su automóvil. Los dos con-ductores murieron instantáneamente.

La compañía de seguros pagó a la viuda de Castellsin demora, aunque normalmente la muerte de alguienque hubiera contratado un seguro de esa clase tan re-cientemente habría sido largamente investigada. "Es-te increíble accidente elimina cualquier sospecha", dijoun portavoz de la compañía; "una fracción de segun-do de más o de menos en cualquiera de los dos senti-dos y habría salido indemne." ( The Unexplained:Mysteries of Mind Space and Time, Vol. 1, No. 6)

La pesadilla que resultó ciertaDavid Booth tenía noche tras noche la misma pesadi-lla. Primero oía un ruido de enormes motores fallan-do; después veía el aparato, un avión de pasajeros per-teneciente a la American Airlines, que hacía un virajebrusco, se ponía cabeza abajo y caía al suelo envueltoen llamas. La pesadilla se repitió diez noches segui-das, y para David, un oficinista de 23 años de Cincin-nati (Ohio), se convirtió en una obsesión. "Nunca tu-

El peor accidente aéreo dela historia de los EstadosUnidos ocurrió en mayo de1979, al estrellarse unDC-10 momentos despuésde despegar del aeropuer-to internacional O'Hare deChicago (arriba). A princi-pios de ese mes, DavidBooth (izq.) presenció eldesastre en sus pesadillasdurante diez noches segui-das.

ve la menor duda de que algo iba a ocurrir", dijo. "Noera como un sueño, sino como si yo estuviese allí vién-dolo todo; como ver la televisión."

El martes 22 de mayo de 1979 David telefoneó a laFederal Aviation Administration (FAA) al gran aero-puerto internacional de Cincinnati. Llamó también ala American Airlines... y a un psiquiatra de la Uni-versidad de Cincinnati. El 26 de mayo, un reactor depasajeros DC-10 de la American Airlines se estrellóen el aeropuerto internacional O'Hare de Chicago.Murieron doscientas setenta y cinco personas, en Ioque fue el peor accidente aéreo de la historia de losEstados Unidos.

La Federal Aviation Administration había tomadolo bastante en serio a David Booth para tratar de con-frontar su pesadilla con la información disponible, pe-ro el resultado no bastaba para tomar medidas. "Fuemuy extraño", dijo Jack Barker, del gabinete de pren-sa de la FAA. "Hubo diferencias, pero también mu-chas semejanzas. La mayor en cuanto a la compañíay el avión FAA había sospechado por la descrip-ción de Booth que se trataba de un DC-l0]... y queéste cayó invertido." La descripción onírica del lugardel accidente se parecía, efectivamente, aI aeropuertointernacional O'Hare, pero no lo suficiente como pa-ra que alguien pudiese sospechar de antemano que era

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allí donde iba a tener lugar la catástrofe. ( The Unex-plained: Mysteries of Mind Space and Time, Vol. 1,No. 6)

La llamada que no existióUna mañana de 1979, hacia las cinco, Helen Tillotsonfue despertada por un urgente golpeteo en la puerta desu apartamento de Filadelfia y por la voz de su madreque decía: "Helen, ¿estás ahí? ¡Déjame entrar!"

Cuando abrió la puerta, su madre, que vivía al otrolado de la calle, le preguntó por qué había ido a lla-mar a su puerta pocos minutos antes. Helen le expli-có que se había acostado a las once y no había vueltoa despertarse. "¡Pero yo te vi! ¡Hablé contigo!", di-jo la señora Tillotson, insistiendo en que Helen le ha-bía dicho que la siguiera a su casa sin hacer preguntas.

Entonces oyeron la explosión. La había provocadouna fuga de gas en la cuadra de la señora Tillotson.Su apartamento quedó medio destrozado.

"De haber estado durmiendo allí en ese momento",dijo más tarde el jefe de bomberos, "dudo que hubie-se podido escapar con vida." ( The Unexplained:Mysteries of Mind Space and Time, Vol. I , No. 6)

Predicción fatalDurante una entrevista grabada el 23 de agosto de 1980para ser transmitida posteriormente, el "dotado" Alex

Tanous hizo una predicción que se cumplió antes determinar el año.

La entrevista, hecha por Lee Speigel, presentadordel programa Unexplained Phenomena, de la emiso-ra NBC, tuvo lugar en la Sociedad de InvestigacionesParapsicológicas de los Estados Unidos situada en lacalle 73 Oeste de la ciudad de Nueva York, frente alos apartamentos Dakota. Speigel preguntó a Tanoussi podía predecir algo que fuese a ocurrir dentro delos próximos meses y tuviese interés para los muchosfanáticos del rock que lo escuchaban. Tanous dijo:

La predicción que voy a hacer es que una famosaestrella del rock tendrá una muerte intempestiva. yeso puede ocurrir a partir de este momento. Digointempestiva porque hay en esa muerte algo extraño,pero afectará a muchas personas a causa de sufama.

La entrevista grabada fue difundida el 5 de septiem-bre de 1980. El 8 de diciembre, John Lennon, el mun-dialmente famoso músico de rock, fue asesinado a lapuerta de los apartamentos Dakota, donde residía. Da-do que Tanous no había nombrado a nadie en con-creto, Spiegel había hecho una lista de seis posibilida-des. La encabezaba John Lennon. (American Societyfor Psychical Research Newsletter, 7:22, octubre de1981)

Una profecía sobre la muerte de una famosa estrella asesinado en 1980. Esta foto de Lennon con su espo-del rock pareció cumplirse cuando John Lennon fue se, Yoko Ono, aparece en su último álbum.

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ANOMALÍASCualquier desviación de la disposición esperada, de la norma general o del mé-todo usual es considerada una anomalía, y en tal concepto es descartada comosospechosa por la comunidad científica. Pero esto no evita que las pruebas desucesos y relaciones inexplicables surjan en una maravillosa variedad de modosy un amplio abanico de lugares.

El mundo es un museo de historia anómala, lleno de cosas curiosas e increí-bles, y en este capítulo vamos a echarle una ojeada. Por ejemplo, en Sayre (Penn-sylvania) se encuentran cráneos de gigantes con pequeños cuernos en la frente.En Clearwater (Minnesota) aparecen en un túmulo sepulcral siete esqueletos condoble fila de dientes en ambas mandíbulas. Entre tanto, desde un saliente roco-so de Casper (Wyoming ) nos mira fijamente un ser humano momificado de 35centímetros de altura.

Cerca de allí, en Antelope Spring (Utah), está la huella de un pie calzado consandalia que aplastó a un trilobites vivo. Cosa quizá nada sorprendente, a noser porque los trilobites se extinguieron hace unos 280 millones de años. No muylejos, en Glen Rose (Texas), humanos y dinosaurios han dejado huellas adya-centes; otra relación "imposible", dado que los dinosaurios desaparecieron unos60 millones de años antes de la fecha en que se cree que apareció el hombre.

Al otro lado del océano, en Rutherford (Escocia), un trozo de hilo de orosobresale de un gran pedazo de piedra recién extraído de la cantera. ¿Cómo pu-do llegar allí? Mucho más al sur, en Mali (África Occidental), un pueblo de agri-cultores habla a los visitantes de su antiguo conocimiento de Sirio B, una estre-lla invisible a simple vista y descubierta sólo recientemente por los astrónomos.Entre tanto, muy al este, en los montes Urales de la U.R.S.S., las más viejascriaturas vivientes del mundo se animaban de pronto bajo los ojos de los cientí-ficos, tras estar encerradas en un trozo de mineral durante 250 millones de años.

Los eruditos de todo el mundo están predispuestos a mirar con recelo estacolección de objetos improbables. Sobre la entrada de nuestro hipotético mu-seo podría haber una inscripción en caracteres misteriosos, quizá fenicios, quetraducida diría: "Abandonad la certidumbre quienes aquí entráis."

Como seres racionales, tendemos a sentirnos incómodos ante lo que no po-demos explicar. Pero en el futuro, como ya ha ocurrido en el pasado, algunasde las creencias que nos son más caras podrán verse irreparablemente afectadas.

Los hallazgos anómalos son tan abundantes como di-versos. Los que se mencionan en las páginas siguien-tes corresponden a las categorías de huellas misterio-sas, esqueletos extraños, animales vivos encerrados enpiedra, objetos fuera de lugar y conocimientos inex-plicables. Los descubrimientos han sido agrupados se-gún un doble orden: zonal —de norte a sur— y cro-nológico.

HUELLAS MISTERIOSAS DEL PASADO

Una huella de pie muy bien impresa, que se cree quepertenece a un niño, fue encontrada fosilizada en pie-dra arcillosa en la ribera oriental del río Connecticut,

al sur de Hadley (Massachusetts, E.U.A.), en 1852.Conservadas en la arcilla había también huellas de pá-jaros, cuadrúpedos y serpientes. Se habían conserva-do incluso las impresiones de las gotas de lluvia, "queno estaban del todo borradas por el pie del niño. Po-dían verse claramente todas las estrías y líneas de laplanta del pie..." Junto a la huella del pie infantil es-taban las de un cuervo, pudiendo verse incluso el di-bujo de la piel de las patas del ave.

La capa de piedra arcillosa donde estaban las hue-llas se encontraba bajo unos seis metros de arena alu-vial hasta que fue desenterrada por corrientes de agua.( The American Journal of Science and Arts , 2:19:391-96, mayo de 1855)

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L Una gran piedra con la impresión perfecta de un piehumano de 36.5 centímetros de largo fue mostrada alos miembros de la Academia de Ciencias de Ohio en1896. Había sido encontrada unos veinte años antesen una colina situada seis kilómetros al norte de Par-kersburg, en Virginia Occidental. ( The American An-hropologist, febrero de 1896, pág. 66)

En la cumbre de Big Hill, de los montes Cumberland ,en el condado de Jackson (Kentucky), hay una capade arenisca carbonífera. Hacia 1880 la atravesaba uncamino para carretas, las cuales acabaron por rom-per la superficie de la roca. Al limpiar los detritos re-sultantes, se descubrió una serie de huellas en esa ca-pa carbonífera de unos 300 millones de años de anti-güedad. Las había de oso, de un animal parecido aun gran caballo y dos "huellas de un ser humano, debuen tamaño, con los dedos de los pies separados y

claramente marcados". Estas huellas fueron exami-nadas por el profesor J.F. Brown, del Berea College,de Kentucky. ( The American Antiquarian, 7:39, ene-ro de 1885)

En 1938 el doctor Wilbur Burroughs, director del de-partamento de geología del Berea College, de Ken-tucky, anunció que había descubierto diez huellas depies humanoides en la arenisca carbonífera de unagranja propiedad de O. Finnell, en las alturas de laparte norte del condado de Rockcastle. Las huellas te-nían 24 centímetros de largo y 15 a lo ancho de losdedos, y la longitud de la zancada era de 25

centíme. No había señales de cola ni de patas delanteras.Ni las fotomicrografías ni la fotografía infrarroja re-; ciaron señales de tallado o marcado artificial en lashuellas o a su alrededor, y el examen microscópico delos granos de arena indicó que los situados dentro delas huellas habían sufrido una presión. Esto, que se-da el resultado natural de una huella hecha por el pe-

. so de un pie humano, era imposible de reproducirartificialmente.

Se calculó en unos 250 millones de años la antigüe-dad de la roca en la que se encontraron las huellas,que fueron destruidas de modo vandálico en años re-cientes. (Brad Steiger, Mysteries of Time and Space,págs. 6-7)

Numerosos caballos, osos, pavos y seres humanos conseis dedos en los pies dejaron sus huellas en lo que esahora piedra compacta cerca del nacimiento del ríoTennessee, pocos kilómetros al sur de Braystown (Ca-rolina del Norte). Según Josiah Priest, especialista enla arqueología del siglo pasado, entre esas extrañashuellas humanas había una de un gigante: sus medi-das eran 40 centímetros de largo, 33 de ancho en !osdedos y 15.5 en el talón. (Josiah Priest, American An-tiquities, pág. 150)

Un par de huellas de pie humano adornaban un blo-z „le de caliza situado en la orilla occidental del río Mis-

El etnólogo Henry R. Schoolcraft dibujó las huellashumanas encontradas en la caliza de San Luis parailustrar su informe, publicado en 1822.

sissippi, en San Luis, En 1816 ó 1817, el bloque fuearrancado por un tal George Rappe y llevado al pue-blo de Harmony (hoy New Harmony), en Indiana.

Las huellas tenían 26 centímetros de largo y 10 deancho en los dedos, y estaban separadas 15.5 centí-metros en los talones y 34 en los dedos, informó HenryR. Schoolcraft.

Los dedos están muy separados, y el pie plano,como suele ocurrir en los que acostumbran andardescalzos. A pesar de ello, las huellas resultansorprendentemente naturales, y muestran todas lasimpresiones musculares y la curva del talón y losdedos con una precisión y fidelidad que he sidoincapaz de reproducir con exactitud en el presentedibujo...

Todas las apariencias llevan a la conclusión deque estas impresiones fueron hechas en una épocaen que la roca estaba lo bastante blanda pararecibirlas por presión, y que las huellas sonnaturales y auténticas.

En el complejo devenir geológico, esa caliza se en-dureció hace unos 270 millones de años. Se dice queroca y huellas mostraban los mismos indicios de des-gaste y antigüedad. ( The American Journal of Scien-ce and Arts, 1:5: 223-31, 1822)En la ladera norte de una colina salpicada de cantosrodados, cerca de la desembocadura del río Little Che-yenne (Dakota del Sur), hay una roca plana de calizamagnesiana de un blanco deslumbrante que los geó-logos dicen que corresponde a una capa que se endu-

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reció hace unos 100 millones de años. Sobre ella haytres huellas de pies con mocasines. Por el tamaño, pa-recen pertenecer a una mujer o a un adolescente, y ajuzgar por la longitud de las zancadas (1.35 y 1.65 me-tros), la persona que las hizo iba corriendo. Además,en una de las huellas la impresión del talón es más pro-funda que la de la eminencia metatarsiana, lo que tam-bién sugiere que quien las hizo corría con una ciertavelocidad.

La profundidad de las huellas varía de 1.25 a 2.55centímetros. Las tres muestran claramente el arco delpie y débiles huellas de los dedos, así como el mismogrado de erosión que el resto de la superficie de la ro-ca. Según una entrevista hecha en 1882 a un tal LeBeau, que llevaba 26 años viviendo en la comarca, losindios ignoraban el origen de las huellas, pero teníana esa piedra por mágica. (William R. Corliss, AncientMan: A Handbook of Puzzling Artifacts, pág. 649)

Huellas de dinosaurio junto a huellas humanas se en-cuentran en el lecho del río Paluxy, cerca de Glen Ro-se (Texas). También se admite que hay en ello no po-co de fraude. La autenticidad de las huellas de dino-saurio que hay en diversos lugares del curso del río Pa-luxy no ha sido discutida durante más de 50 años. Noobstante, el descubrimiento de huellas de aspecto hu-mano en el mismo estrato rocoso —en uno de los ca-sos una huella humana coincide parcialmente con lade un dinosaurio de tres dedos— es inaceptable parala paleontología ortodoxa, dada su creencia de queesos gigantescos reptiles se extinguieron unos sesentamillones de años antes de la aparición del hombre.

Pero la suposición de fraude se basa en algo másque en el simple deseo de verse libres de una pruebamolesta. El rechazo de las huellas humanas de GlenRose se basa en la admisión de que durante la Depre-sión algunas personas del lugar hicieron dinero gra-bando huellas humanas y vendiéndolas junto con lasauténticas de dinosaurio. El procedimiento que utili-zaban —que incluía el envejecimiento con ácido de lapiedra esculpida— fue descrito por el sobrino de unode los "artistas". A quienes desean acabar de una vezcon esta rara historia, les bastan esas confesiones pa-ra dar el caso por cerrado.

Pero resulta que Jim Ryals, que ha dicho que su mu-jer y él vendieron huellas a los turistas, ha afirmadotambién que algunas de las huellas humanas las ha-bían sacado del lecho del río Paluxy, utilizando un es-coplo y un mazo y arrastrando después los bloques deroca mediante un tiro de caballos. Ryals explicó a losinvestigadores cómo distinguir las huellas verdaderasde las falsas:

Primero, la presión del pie solía levantar un bordede barro en torno a la huella. Segundo, si searranca o sierra la huella aparecerán lineas de

Estas huellas de un dinosaurio de tres dedos y de unhombre fueron fotografiadas en 1971 en el río Paluxy.En 1979 una crecida las deterioró.

Una de las huellas del río Paluxy (izq.) es medida porel geólogo Jack Walper, quien la atribuye a un dino-saurio bípedo que arrastraba las patas al caminar.

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presión bajo la superficie... Además... cuando lashuellas verdaderas eran arrancadas a escoplo dellecho del río, el que lo hacía solía tener muchocuidado de cortar a buena distancia de la huella portemor a dañarla. Esto hacía que tuviesen alrededorun amplio círculo de piedra.

Resulta, pues, que quienes se dedicaban a venderesas huellas conocían bien la diferencia entre las rea-les y las imitadas. En otras palabras, las falsificacio-nes imitaban huellas humanas verdaderas, según tes-timonio de otros vecinos de Glen Rose que parecendignos de confianza.

Para quienes desean librarse de esas huellas, más in-quietante que tales testimonios, posiblemente intere-sados, es el hecho de que algunas de las huellas se hanencontrado en zonas normalmente sumergidas a ori-llas del Paluxy. En 1976, Jack Walper, profesor degeología de la Texas Christian University, y JohnGreen examinaron varias zonas del lecho del río. Me-diante diques y bombeando agua consiguieron dejaral descubierto algunas huellas humanas y de dinosau-rio. Todas tienen un borde alrededor, donde la presióndel pie o de la pata hizo que el barro se levantara.Quien quisiera imitar ese efecto tendría que haber re-bajado la piedra en una extensa zona alrededor de lahuella para formar dicho resalte y, además, en los si-tios descubiertos por Green y Walper, debería habertrabajado bajo el agua.

Las huellas sumergidas tenían en promedio 45.5 cen-tímetros de largo por 15.2 a 16 de ancho. (FrederickP. Beierle, Man, Dinosaur and History, págs. 22 -29;Bible-Science Newsletter, 15 de abril de 1971; Pursuit,9:83-85, otoño de 1976)

Huellas gigantescas, aparentemente de un ser huma-no, fueron encontradas por un trampero en la zonade los llanos de Alkali y Great White Sands (NuevoMéxico), en 1931. Un año más tarde, un grupo de cua-tro personas, entre ellas O. Fred Arthur, supervisordel Lincoln National Forest, procedió a investigar lashuellas, llevando como guía al trampero Ellis Wright.Encontraron trece huellas que cruzaban lo que quedade una antigua depresión desértica en las estribacio-nes orientales de los montes San Andrés. A pesar delgran tamaño de las huellas, los investigadores se con-vencieron de que habían sido hechas por humanos,"porque la impresión era perfecta e incluso estaba cla-ramente marcado el arco". Las huellas, de forma ova-lada, tenían de 40 a 55 centímetros de largo y de 20a 30 de ancho, con una distancia aproximadamentede metro y medio entre ellas, y una separación de 60centímetros a lo ancho.

El lugar fue visitado de nuevo en 1972, 1974 y 1981,y se encontraron más huellas. La primera vez que fue-ron estudiadas se anotó que estaban a una profundi-dad de 63 milímetros. ;Pero en 1974 (42 años después)ya estaban a una profundidad de 25 a 39 milímetros!El peso de aquel ser, al compactar el suelo, había pre-

servado las huellas, mientras que a su alrededor la su-perficie era erosionada por el viento y la lluvia. En1981 las huellas sobresalían como pedestales, varioscentímetros por encima del suelo del desierto.

No cabe duda de que las huellas pertenecen a cria-turas vivientes. Se ha sugerido que fueron hechas a me-diados del siglo pasado por los camellos del ejércitode los Estados Unidos. Una opinión más aceptada esque tienen al menos diez mil años de antigüedad y per-tenecen a un camello o mamut nativo ya extinguido.Pero la separación entre ellas parece sugerir una cria-tura de dos patas. Las misteriosas huellas han sido pro-tegidas para su posterior estudio por los arqueólogos.(Informe del Ejército de los Estados Unidos, 1981)

La que puede ser la más antigua huella de pie fósil co-nocida fue descubierta en junio de 1968 por WilliamJ. Meister, un coleccionista de fósiles. Si la huella eslo que parece —la impresión de un pie calzado con san-dalia aplastando un trilobites—, habría sido hecha ha-ce de 300 a 600 millones de años y bastaría para tras-tornar todas las ideas hoy vigentes sobre la evolución

Las huellas encontradas en Great White Sands formanhoy piedras en el suelo del desierto. Abajo se muestracómo la erosión del suelo blando que las rodea las hadejado a varios centímetros sobre el terreno.

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humana y geológica, o para probar que un bípedo deotro mundo, calzado, visitó este planeta.

Meister hizo su inquietante hallazgo durante una ex-pedición en busca de rocas y fósiles a Antelope Spring,a unos 70 kilómetros al oeste de Delta, en Utah. Loacompañaban su mujer, sus dos hijas y Francis Sha-pe, también con su mujer y sus dos hijas. Habían des-cubierto ya varios fósiles de trilobites cuando Meisterpartió con su martillo un trozo de roca de unos cincocentímetros de grueso y descubrió la fantástica hue-lla. La roca se abrió "como un libro", dejando aldescubierto

en uno de sus lados la huella de un pie humano contrilobites en la misma pisada. La otra mitad de lapiedra mostraba un molde casi perfecto de la huelladel pie y los fósiles. ¡Lo asombroso es que ese serhumano usaba sandalias!

Los trilobites son pequeños invertebrados marinos,parientes de los cangrejos y los camarones, que flore-cieron durante unos 320 millones de años antes de ex-tinguirse hace 280 millones de años. Se cree que elhombre apareció hace de uno a dos millones de años,y sólo lleva calzado bien hecho desde hace pocos mi-les de años.

La sandalia que parece haber aplastado a un trilo-bites vivo tenía 26 centímetros de largo y 9 de ancho.El talón está ligeramente más hundido que la suela,corno lo estaría una huella de pie humano. Meister lle-vó la piedra a Melvin Cook, profesor de Metalurgiade la Universidad de Utah, quien le aconsejó que lamostrara a sus colegas geólogos. Al no encontrar nin-guno interesado en examinar la huella, Meister acu-dió a un periódico local, The Desert News, y poco des-pués se hablaba del caso en toda la nación.

En una posterior conferencia de prensa, el conser-vador del museo de Ciencias de la Tierra de esa mis-ma Universidad, James Madsen, dijo:

Hace 600 millones de años no había hombres, nitampoco monos, osos o perezosos de tierra quepudiesen dejar huellas seudohumanas. ¿Qué serhumano podía andar por este planeta antes de quehubiesen aparecido siquiera los vertebrados?

Madsen proseguía diciendo que el fósil debía de ha-berse formado por un proceso natural, aunque no pu-

diese decir cuál. El doctor Jesse Jennings, del depar-tamento de antropología de la Universidad, conjetu-ró (con bastante osadía, si consideramos la falta depruebas visuales que lo apoyen) que la huella podíahaber sido hecha por un gran trilobites descansandosobre tres más pequeños.

El 20 de julio de 1968, el lugar del hallazgo, en An-telope Spring, fue examinado por el doctor CliffordBurdick, geólogo de Tucson (Arizona), que no tardó

en encontrar, en un lecho de pizarra, la huella de unpie de niño. "La impresión", decía, "tenía unos quin-ce centímetros de largo, con los dedos separados co-mo si el niño no hubiese usado nunca calzado, que loscomprime. No parece haber apenas arco y el dedo gor-do no es prominente." La huella fue mostrada a dosgeólogos y un paleontólogo. Uno de los geólogos con-vino en que parecía pertenecer a un ser humano, perola opinión del paleontólogo fue que en su formaciónno había intervenido ningún agente biológico. El doc-tor Burdick se mantuvo firme:

La roca se rompió casualmente a lo largo de laspuntas de los dedos antes de que se encontrara lahuella fósil. Este corte transversal permite ver quela estructura de la roca presenta finas laminaciones,o planos de estratificación. Allí donde los dedospresionaron en el material blando, esaslaminaciones, antes horizontales, se hallaninclinadas hacia abajo, indicando que se ejerciópeso sobre el barro.

En agosto de 1968, Dean Bitter, profesor de una es-cuela pública de Salt. Lake City, aseguró haber descu-bierto otras dos huellas de zapatos o sandalias en lazona de Antelope Spring. Según Cook, esas pisadasno afectaron a ningún trilobites, pero apareció uno pe-queño en la misma roca, cerca de las huellas, lo queindica que la pequeña criatura marina y el viajero consandalias pudieron haber sido contemporáneos. (Bible-Science Newsletter, agosto-septiembre de 1969; Crea-tion Research Society Quarterly, diciembre de 1968)

En 1882, enormes huellas de pies, muy parecidas alas de un ser humano calzado con zapatos, fueron ha-lladas en una capa de arenisca del patio de la prisiónestatal cercana a Carson City (Nevada), con motivode unas obras. Las huellas tenían de 45 a 50 centíme-tros de largo y unos 20 de ancho; la zancada iba de75 centímetros a más de 90, y la distancia entre las hue-llas izquierda y derecha era de 45 a 47 centímetros. Enla misma capa de arenisca se encontraron otras mu-chas huellas de animales parecidos a caballos, ciervos,elefantes y lobos.

Dado que el tamaño de las huellas y la edad de laroca en la que se encontraron (de dos a tres millones

Esta impresión de lo que parece un pie calzado consandalias, que tiene un trilobites en el talón, puede serla huella de pie más antigua descubierta hasta hoy. Fueencontrada al partir una piedra en Antelope Spring.

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de años) argumentaban en contra de un origen huma-no, ni siquiera homínido, las huellas fueron atribui-das a una fuente más aceptable, un gigantesco pere-zoso de tierra. Se cree que esos animales podían man-tenerse erguidos, aunque sólo con ayuda de la cola.Sin embargo, no apareció la menor huella de ésta. Seha sugerido también que el animal podía andar en cua-tro patas, y que las traseras caían casi exactamente enlas huellas dejadas por las delanteras, dandi) así unaimpresión bípeda, pero esto no explica el hecho de quelas huellas no mostrasen marcas de dedos. ( The Ame-rican Journal of Science, 3:26:139-40, julio-diciembrede 1883)

La huella de un calzado de cuero fue encontrada en1927 en la caliza triásica del cañón Fisher, en el con-dado de Pershing (Nevada), por Alfred E. Knapp.Según las microfotografías de la huella, el cuero estabacosido a mano con un cabo más fino que el normal-mente utilizado por los zapateros en 1927. La calizatriásica suele datarse entre hace 180 y 225 millones deaños. (Brad Steiger„Mysteries of Time and Space, pág.18)la

huella del pie de un ser humano, que al parecer iba=hacia el río Gediz huyendo de una erupción, fue des-

dibujo de una de las huellas de pies de CarsonCity fue hecho en 1882: se le añadió la parte sombrea-dor para igualarlo a las demás de la serie. Encima, ala misma escala, el pie de un gran perezoso.

cubierta en cenizas volcánicas durante la construcción• tina presa cerca de Demirkópru (Turquía), en 1970.La edad de las cenizas fue calculada en 250 000 añospor el Instituto de Investigación y Exploración Mine-▪ de Ankara, y la huella considerada humana, por

Laboratorio Nacional de Ciencia Forense de Sue .-En tal caso, el que dejó esa huella era un

antecedelhombre de Neanderthal.(Natura,254:553, 17ale abril de 1975)

ESQUE LE T OS EXTRAÑOS E INVEROSÍMILES

Craneos humanos con cuernos fueron hallados en un▪ -lo sepulcral de Sayre, en el condado de Bradford

sylvania), en el decenio de 1880. Salvo por los

Esta huella de pie humano encontrada cerca deDernirkópru (Turquía), en cenizas volcánicas deposita-das hace unos 250 000 años, puede ser de un antece-sor del hombre de Neanderthal.

salientes córneos de unos cinco centímetros encima delos arcos ciliares, los hombres a los que pertenecieronesos esqueletos eran anatómicamente normales, aun-que de unos 2.13 metros de estatura, muy por encimade la media. Se calculó que habían sido sepultados ha-cia el año 1200 de nuestra era.

El hallazgo lo hizo un reputado grupo de arqueólo-gos, del que formaban parte un historiador y digna-

Fósiles de segunda fase:La conjetura de Burroughs

La explicación más coherente de las huellas fósiles anó-malas es quizá la ofrecida por el doctor William GreelyBurroughs, del Berea College de Kentucky. El doctorBurroughs cree que una depresión en la roca porta-dora de fósiles puede, mucho después de haberse for-mado los fósiles originales, llenarse de un sedimentoque, a su vez, puede también convertirse en el medioen el que se fosilice la impresión de una huella del pieo el cuerpo de un ser. Una vez terminado este segun-do periodo de fosilización, la roca de nueva forma-ción puede ser indistinguible de la anterior, y dar laimpresión de que los nuevos fósiles se formaron al mis-mo tiempo que los antiguos.

Esta explicación presenta dos problemas. Primero,los fósiles anómalos no aparecen sólo en la unión decapas sedimentarias, sino también en el interior de ro-cas que no muestran el menor indicio de formacióndiscontinua. Segundo, a veces los fósiles fuera de lu-gar no sólo no concuerdan con la edad de los fósilespróximos a ellos, sino tampoco con la que suele atri-buirse a esos estratos rocosos.

tario de la Iglesia presbiteriana (G.P. Donehoo) y dosprofesores (A.B. Skinner, del American lnvestigatingMuseum, y W.K. Morehead, de la Phillips Academy.de Andover, en Massachusetts). Algunos de los hue-sos fueron enviados al American lnvestigating Mu-seum de Filadelfia, donde por lo visto desaparecieron.(Pursuit, 6:69-70, julio de 1973)

Un cementerio de pigmeos fue descubierto en 183 7 cer-ca de Coshocton (Ohio). Los esqueletos tenían de 90a 137 centímetros de largo y parecían haber sido ente-rrados en ataúdes de madera. No se encontraron ob-

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jetas que permitiesen datar la cultura de esos pigmeos,pero el número de tumbas hizo suponer que "vivíanen una ciudad considerable". (The Gentleman's Ma-gazine, agosto de 1837, pág. 182)

Un esqueleto de 2.95 metros de estatura fue extraídode un túmulo funerario de piedra en Brewersville (In-diana), en 1879. Llevaba puesto un collar de mica ytenía a los pies una tosca figura humana de barro co-cido con trozos de pedernal incrustados. El túmulo,de entre 1 y 1.50 metros de altura y 21 de diámetro,fue excavado por arqueólogos de Indiana, observado-res científicos de Nueva York y Ohio, el doctor Char-les Green, médico local, y el propietario de la fincaen la que estaba enclavado el túmulo, un tal señorRobison.

Los huesos fueron conservados por la familia Ro-bison en un cesto en un molino cercano. Se perdieroncuando una crecida se llevó el molino en 1937. ( TheIndianapolis News, 10 de noviembre de 1975)

Siete esqueletos fueron encontrados en un túmulo se-pulcral cerca de Clearwater (Minnesota), en 1888. Te-nían doble fila de dientes en ambas mandíbulas y ha-bían sido enterrados en posición sedente, mirando allago. Sus frentes eran insólitamente bajas y oblicuas,con cejas prominentes. (Saint Paul and MinneapolisPioneer Press, 1° de julio de 1888)

Apareció sentado con las piernas cruzadas en un sa-liente de una pequeña cueva de una montaña de gra-nito. Tenía las manos cruzadas sobre el regazo en laactitud intemporal de un Buda. Parecía de medianaedad. Su piel era oscura y arrugada, la nariz aplasta-da, la frente baja, la boca grande y de labios finos.Y medía 35 centímetros de estatura.

La momia fue descubierta en 1932 por buscadoresde oro que volaban las paredes de una quebrada enlos montes Pedro, 96 kilómetros al sudoeste de Cas-per, en Wyoming. Tras estudiarla, los científicos aven-turaron la teoría de que se trataba de un pigmeo mo-mificado, posiblemente el antepasado de los indiosnorteamericanos. Su enterramiento había tenido un ca-rácter ceremonial.

Exhibida en casetas de feria durante varios años, la"Momia de los montes Pedro" fue comprada más tar-de por Ivan T. Goodman, hombre de negocios de Cas-per, y llevada a Nueva York. Tras el examen radioló-gico de los restos por el doctor Harry Shapiro, delAmerican Museum of Natural History, y la certifica-ción de autenticidad del Departamento de Antropo-logía de la Universidad de Harvard, algunos pensa-ron que pertenecía a una persona de 65 años. Tal su-posición despertó un gran interés, por las leyendas delos indios shoshones y cuervos de Wyoming que ha-blaban de un pueblo de enanos de sólo pocos centí-metros de estatura.

Tras la muerte de Goodman en 1950, la momia pa-só a manos de Leonard Wadler y desapareció, peroel interés por ella continuó en toda la nación. En 1979

las fotos de las radiografías de Shapiro le fueron en-tregadas al doctor George Gill, profesor de antropo-logía de la Universidad de Wyoming, quien opinó queel pequeño cuerpo marchito pertenecía a un niño o aun feto, posiblemente de una tribu desconocida de in-dios prehistóricos. Creía que el niño padeció anence-falia, una anormalidad congénita que explicaría lasproporciones adultas de su esqueleto. Los descubri-mientos de restos momificados no son raros en Wyo-ming, dado su clima árido. Como señaló el doctor Gill,los indios pudieron haber encontrado otras momiasde niños con enfermedades semejantes y haber pensa-do que eran restos de enanos adultos, lo que a su veztendería a reforzar la leyenda.

Pero Pedro, como suele llamarse a la momia, siguesiendo una curiosidad científica. "Sólo poseemos frag-mentos de información que estamos deseando com-pletar", dice el doctor Gill, quien, al igual que otrosantropólogos, espera todavía localizar la momia per-

La momia del monte Pedro, sorprendentepor sus proporciones de adulto, ha ayuda-do a perpetuar las historias de enanos.

elida para seguir estudiándola. (Casper Star-Tribune,22 y 24 de julio de 1979; Casper Tribune Herald, 22de octubre de 1932; C.J. Cazeau y Stuart D. Scott,Exploring the Unknown, pág. 222)

Dos esqueletos humanos fueron hallados en 1973 so-bre una meseta rocosa que las excavadoras habían lim-piado en el curso de trabajos mineros cerca de La Sal

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(Utah). El descubrimiento fue hecho por un grupo decoleccionistas de minerales que vieron dientes y frag-mentos de hueso en la superficie de la meseta. No tar-daron en encontrar una zona de arena descolorida, in-dicio de que allí se había descompuesto material or-gánico. Empezaron a raspar y pronto descubrieron lasuperficie de un gran hueso. El jefe del grupo, Lin Ot-tinger, decidió entonces suspender los trabajos, al dar-se cuenta de que el hallazgo podía merecer la inter-vención de profesionales. A su regreso a la Universi-dad de Salt Lake City, en Utah, Ottinger consiguióla ayuda del profesor de antropología J.P. Marwitt,y una semana después regresaron al lugar con un fo-tógrafo, un periodista y algunos observadores intere-sados. La excavación del profesor Marwitt, registra-da en películas y fotos, puso al descubierto las mita-des inferiores de dos esqueletos humanos.

En opinión de Marwitt, la formación en la que ya-cían los esqueletos tenía al menos 100 millones de años.Los huesos no estaban ni mezclados ni rotos, indiciode que no habían sido llevados allí por las crecidas delos ríos y que los seres a los que pertenecían habíanmuerto donde fueron encontrados. Para confundirmás las cosas, esos huesos, aparentemente de hacía 100millones de años, tenían un aspecto relativamente mo-derno. Eran huesos de hombre, no de un antropoidelejanamente emparentado y capaz de arrastrarse so-bre dos pies (que también hubiese estado allí totalmen-te fuera de lugar).

Terminada la excavación, los esqueletos fueron em-pacados y enviados a la Universidad de Utah para es-tudios de laboratorio y datación.

En este punto el misterio toma otro sesgo. SegúnOttinger, Marwitt dejó de interesarse por los huesos.Si se hicieron pruebas de datación, nadie supo los re-sultados, y Marwitt no tardó en dejar la Universidadpara ocupar un puesto en uno de los estados del este.Un año más tarde, Ottinger recuperó los huesos, to-davía sin estudiar, y dejó dormir el asunto. (Jim Bran-don, Weird America, pág. 221)

En 1911, los mineros empezaron a trabajar los ricosdepósitos de guano de la caverna de Lovelock, 35 ki-lómetros al suroeste de la ciudad del mismo nombre,en Nevada. Habían cargado ya varias carretadas deguano cuando encontraron restos indios. No tardaronen hallar también una momia, al parecer de una per-sona de 1.98 metros de estatura con el pelo "marca-damente rojo".

Según las leyendas de los indios paiutes, una tribude gigantes de pelo rojo —los si-te-cahs— fueron enotro tiempo enemigos mortales de los indios de la zo-na, que juntaron sus fuerzas para expulsarlos. JohnT. Reid, un ingeniero de minas de Lovelock muy in-teresado en el folklore indio, se convenció de que lamomia confirmaba la leyenda paiute, y en los añossiguientes se dedicó a probarlo. Su creciente archivoacerca de los gigantes pelirrojos contenía descripcio-nes del tocado que en otro tiempo llevaban algunos

paiutes, hecho de pelo humano de color pardo rojizo.Entre tanto, los descubrimientos de Lovelock ha-

bían despertado el interés de los arqueólogos, y en 1912la Universidad de California en Berkeley y la NevadaState Historical Society enviaron a L.L. Loud a in-vestigar la caverna. Loud encontró los depósitos ar-queológicos tan alterados por los trabajos mineros quesólo pudo salvar algunos objetos que se llevó a la Uni-versidad de California.

Doce años más tarde, en 1924, el Museo del IndioAmericano de Nueva York envió a un tal M.R. Ha-rrington a excavar la cueva. También él recogió obje-tos, pero ningún hueso. Al parecer, pidió que un es-queleto entero fuese vuelto a enterrar, probablemen-te para apaciguar a los trabajadores indios, a quienessublevaba que se diese un trato tan poco respetuosoa los muertos.

Pero la leyenda de los gigantes de pelo rojo persis-tió, y en los años siguientes aparecieron nuevos restosde esqueletos en la zona de Lovelock. Midiendo la lon-gitud de sus fémures, Reid y otros dedujeron que per-tenecían a un pueblo cuya estatura iba de 1.80 a 3metros.

Sin embargo, los antropólogos han afirmado queel esqueleto más alto estudiado hasta entonces en laregión medía sólo 1.80 metros, estatura considerableen esa época y lugar, pero que no tiene nada de gigan-tesca. Además, han advertido que a menudo el pelonegro de las momias sacadas a la luz desde una cuevaoscura se vuelve rojo. Nadie ha podido averiguar sifue eso lo que les ocurrió a las momias de Lovelock.

El gigantesco tamaño de este cráneo, de la zona de lacaverna de Lovelock, y que se exhibe junto con obje-tos y fotografías del lugar del enterramiento en el mu-seo Humboldt de Winnemucca (Nevada), deja perple-jos a cuantos lo ven.

Al

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Hoy algunos de esos restos un cráneo y diversoshuesos y objetos— pueden verse en el museo Hum-boldt de Winnemucca (Nevada). Objetos de la zonade Lovelock, pero no huesos, se exhiben también enel museo de la Nevada State Historical Society, en Re-no. Tampoco se hace mención alguna de un pueblode gigantes. No obstante, los antropólogos concedenque en el Oeste hubo indios de cabellera roja. (Neva-da State Historical Society Quarterly, otoño de 1975,págs. 153-67; entrevista telefónica con Arny Dansie,de la Nevada State Historical Society de Reno)

Los orígenes de la civilización zapoteca, que florecióen el suroeste de México desde 200 a.C. hasta la llega-da de los españoles en 1519, están envueltos en la in-certidumbre, pues incluso sus restos más antiguos co-nocidos pertenecen a una cultura con un alto nivel dedesarrollo urbano y agrícola. En arte y arquitectura,matemáticas y ciencia del calendario, los zapotecas tie-nen claras afinidades con las civilizaciones meridiona-les ()lincea y maya, más antiguas, pero en su historiano hay noticia de migraciones ni de ésa ni de ningunaotra parte. Por el contrario, se creían descendientesde los árboles, las piedras y los jaguares.

La capital zapoteca estaba en Monte Albán, a 11kilómetros de la ciudad de Oaxaca. Se alza en la cimade un cerro nivelado artificialmente y está centrada enuna enorme plaza de unos 300 metros de largo por 200de ancho, rodeada por todas partes de escalinatas enterraza, patios hundidos y edificios bajos y bellos. Laprimera excavación sistemática del lugar se inició en1931, y no tardaron en aparecer tesoros de oro, jade,cristal de roca y turquesa en algunas de las tumbas.Pero el descubrimiento más notable fue el de algo mu-cho más misterioso que las bellas obras de arte y losricos materiales: una compleja red de túneles revesti-dos de piedra, demasiado pequeños para ser utiliza-dos por adultos o niños de estatura mediana.

El primero de esos túneles, descubierto en 1932 pe-ro no explorado sino hasta el año siguiente, tenía 50centímetros de alto por 60 de ancho, lo que hacía quelos excavadores sólo pudiesen avanzar por él acosta-dos de espaldas. Tras recorrer de este modo 60 me-[ros, encontraron un esqueleto, un incensario y urnasfunerarias. Había también ornamentos de jade, tur-quesa y piedra, y algunas perlas. Unos metros más alláel túnel se hallaba bloqueado, y para volver a pene-trar en él tuvieron que abrir una chimenea de casi 8metros desde la superficie, más allá del obstáculo.

Arrastrándose a lo largo de ese tramo, encontraronpasadizos aún más pequeños, de poco más de 30 cen-tímetros de altura, que partían del túnel principal. Auno de ellos se llegaba por una diminuta escalera. Auna distancia de casi cien metros de la entrada princi-pal, los arqueólogos encontraron otro esqueleto, y po-co más allá, en el borde de la terraza septentrional dela aran plaza, el final del túnel.

Nuevas excavaciones revelaron dos túneles pareci-dos, ambos llenos de arcilla. Finalmente, al este de la

tumba número 7, donde se habían encontrado los te-soros más ricos, se descubrió una compleja red de tú-neles en miniatura, todos ellos revestidos de piedra,y algunos de menos de 30 centímetros de altura. Seinyectó humo en ellos para tratar de descubrir su tra-zado, lo que "reveló algunas salidas inesperadas".

Los arqueólogos abandonaron la idea inicial de ha-ber descubierto un sistema de drenaje. Otro tanto ocu-rrió con la de que los túneles eran una red de pasadi-zos secretos para casos de emergencia (o habían servi-do para algo más a personas de tamaño normal), y lasespeculaciones oficiales acerca de su finalidad cesaron.Desde entonces, los túneles para pigmeos de MonteAlbán han seguido siendo uno de los grandes miste-rios inexplicables. (William R. Corliss, A ncient Man:A Handbook of Puzzling Artifacts, págs. 360-361)

Cuando se construyó el gran rompeolas de Plymouth(Inglaterra) en la primera mitad del siglo xix, para laobra se trajo piedra de las canteras de mármol que elduque de Bedford tenía en Oreston, en la orilla orien-tal del estuario del Plym. Esas canteras ocupaban en-tonces unas diez hectáreas y eran famosas por el már-mol devoniano de grano fino y bellamente jaspeadoque producían. El único defecto era que, aquí y allá,anchas vetas de arcilla que serpenteaban por entre lapiedra de 400 millones de años de antigüedad dabanlugar a cavernas parcialmente llenas de esa mismaarcilla.

En una de ellas, completamente rodeada de roca só-lida, aparecieron los huesos fosilizados de tres rino-cerontes, animal común en esa zona hace entre 2 y 65millones de años.

La caverna tenía 4.60 metros de anchura, 14 de lar-go y 3.70 de profundidad. Se hallaba a 21 metros pordebajo de la superficie, a 18.5 en horizontal del bordede la cantera y a 50 del borde del estuario. No conte-nía estalactitas ni estalagmitas, ni ningún otro rastrode una abertura anterior. En resumen, en la cavernano había indicios —salvo los perfectamente conserva-dos huesos de rinoceronte— de que no hubiese estadosiempre herméticamente cerrada. ( The American Jour-nal of Science and Arts, 1:2:144-45, 1820)

Se cree que entre Breslau y Sobotka, en Polonia, vi-vió hace no más de 1 000 años una raza de hombrescuya estatura media era de menos de 1.50 metros. Aesta conclusión llegó en 1902 el profesor Thilenius, dela Universidad de Breslau, tras examinar numerososrestos de esqueletos. Calculó que ese pueblo pudo ha-ber empezado a vivir en la zona en torno al siglo 1 a.C.

Los pigmeos polacos, si eran tales, no son únicosen Europa. Una raza suiza descrita por el profesorKollmann, de Basilea, medía de 1.35 a 1.50 metros.Restos encontrados en Eguisheim, en la Baja Alsacia,eran de personas cuya estatura iba de 1.20 a casi 1.55metros. En ninguno de estos casos se encontró defor-midad o anormalidad alguna en los huesos (exceptola insólita pequeñez), que se considera por tanto que

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corresponden a razas humanas diferentes y no a unenanismo patológico. (Nature, 66:151, 12 de junio de1902)

El descubrimiento en 1935 de un hombre fosilizadode 35 centímetros de altura en un depósito prehistóri-

Útiles para seres diminutos

En los últimos años del siglo pasado bajo la turba delpáramo de los montes Peninos. en Lancashire, se en-contraron centenares de herramientas de sílex que porsu tamaño diminuto parecían pertenecer, no a la es-fera del hombre antiguo, sino más bien al mundo delos enanos o gnomos.

Ninguno de los útiles encontrados —raspadores,punzones y diminutos cuchillos en forma de medialuna— tenia más de 12.5 milímetros, y muchos no lle-gaban a los 6.5. La talla que les dio un agudo filo eratan fina que en muchos casos sólo podía ser aprecia-da con lupa.

Parece evidente que esos pedernales no eran pun-tas utilizadas para cazar aves, porque entre ellos nose encontró nada parecido a una punta de flecha. Ysi bien los raspadores y punzones pueden haber teni-do mangos de madera (son demasiado pequeños paraser usados por manos humanas de tamaño normal),dos observaciones sugieren que no era así; no se hanencontrado materiales perforados o grabados juntoa los pedernales, y, aun con mango, los raspadoresno hubieran servido para raspar la carne de los cue-ros. Lo mismo puede decirse de los cuchillos en for-ma de media luna, que se ve claramente que no fue-ron diseñados para ponerles mangos de madera.

Por tales razones, algunos han sospechado que loscuchillos eran copias rituales de la luna en cuarto cre-ciente. Pero, en tal caso, es un misterio por qué apa-recieron junto a pequeñas versiones de útiles conven-cionales, a menos que supongamos que también és-tos tenían un fin ritual.

Si los hallazgos de Lancashire fuesen algo único,probablemente estarían ya olvidados, pero en Ingla-terra aparecieron más útiles de ésos, hechos aparen-temente por un pueblo diminuto, bajo el suelo de unbosque inundado de Devon y en los baldíos arenososde Suffolk . También ha habido hallazgos de esos pe-queños instrumentos de sílex en otras partes del mun-do, como en Egipto, África, Australia, Francia y Si-cilia, y también en la India, donde se encontraron pe-queños cuchillos de sílex y ágata en forma de medialuna en cuevas de tos montes de Vindaya .

Quienesquiera que fuesen los fabricantes de esos úti-les de sílex para enanos, y cualquiera que fuese su fi-nalidad, parece tratarse de una clase de hábiles arte-sanos que ejercieron su delicado oficio de un extremoa otro del mundo.

co de Vadnagar, en el estado de Baroda (India), fuemás tarde declarado una falsificación, viniendo aaumentar la inverosimilitud del hallazgo el descubri-miento simultáneo de una vaca de 45 centímetros dealzada. Se incluye aquí el dato porque la estatura delhombre se acerca mucho a la de la momia de Casper,en Wyoming, y porque las viejas leyendas sobre ena-nos abundan en todo el mundo. No obstante, los ex-pertos acostumbran calificar los hallazgos difíciles deaceptar como fraudes, falsificaciones o pruebas de de-sequilibrio mental. ( The Times de Londres, 21 de fe-brero de 1935)

ANIMALES VIVOS ENCERRADOS EN PIEDRA

Un lagarto con cuernos encontrado vivo dentro de unbloque de piedra "tan sólido que hacía imposible laentrada del más pequeño insecto" fue enviado al Ins-tituto Smithsoniano de Washington por el juez Hough-ton, de Nuevo México, en 1853. El animal sobreviviódos días a su liberación. (Scientific American, 8:366,30 de julio de 1853)

Durante las excavaciones para instalar los juegos deagua de Hartlepool, en Burham (Inglaterra), en 1865,los trabajadores encontraron un sapo vivo dentro deun bloque de caliza magnesiana situado a más de sie-te metros por debajo del nivel del terreno.

La cavidad [en la que había estado el sapo) no eramayor que su cuerpo, y se diría que era un moldehecho para él. Los ojos del sapo relucían coninsólita brillantez, y al ser liberado dio muestras deuna gran vivacidad. Al ponerlo al descubierto,parecía ansioso por respirar, pero era evidente quetenía dificultad para ello, y el único indicio de quelo había conseguido fue una especie de ladrido, quecontinúa emitiendo invariablemente cada vez que lotocan. El sapo está en poder del señor S. Horner,presidente de la Natural History Society, y sigue tanvivo como cuando lo encontraron. Un examenminucioso permite ver que tiene la bocacompletamente cerrada, y el ruido que hace, comode ladrido, procede de sus fosas nasales. Las uñasde sus patas delanteras están volteadas haciaadentro, y las traseras son de una longitudextraordinaria y diferentes de las del sapo inglésactual... Cuando lo liberaron, el sapo tenía un colorpálido difícil de distinguir de la piedra, pero pocodespués se oscureció hasta convertirse en un bonitocolor café oliváceo.

El reverendo Robert Taylor, clérigo y geólogo lo-cal, opinó que el sapo tenía unos 6 000 años de anti-güedad. Según las últimas noticias (1865), iba a dár-sele un lugar de honor en el museo Hartlepool, pro-porcionándole la que fue su primera morada, la pie-dra, para que se acomodase en ella si lo deseaba.(Leeds Mercury, 8 de abril de 1865, citado en The Zoo-logist, 23:9360, 1865)

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Un sapo vivo fue liberado de una cavidad cercana alcentro de una gran piedra por los trabajadores quebuscaban mineral en Paswick (Derby, Inglaterra), en1852. Dieron con la piedra —en realidad un gran tro-zo de mineral a una profundidad de 3.65 metros ba-jo el nivel del suelo, y como era demasiado grande paramoverla entre dos hombres, empezaron a romperla consus picos.

La cavidad en la que encontraron al sapo tenía unos15 centímetros de diámetro, considerablemente mayorque eI animal, y estaba forrada de cristales, tal vez decarbonato de cal. El sapo murió al poco tiempo de es-tar expuesto al aire. ( The Zoologist, 10:3632, 1852)

Cuando se preparaba el terreno para la línea de ferro-carril Londres-Birmingham en 1835, los trabajadoresdel tramo de Coventry tuvieron que vérselas, a unaprofundidad de casi metro y medio, con masas de are-nisca roja que eliminaron mediante palancas y pólvo-ra. Cuando uno de esos bloques de arenisca estabasiendo levantado para cargarlo en una carreta, se ca-yó y se rompió. Uno de los fragmentos fue arrojadoa la carreta, y en una cavidad de uno de los trozos res-tantes se encontró un sapo vivo.

Cuando se expuso por primera vez al aire, el sapotenía un color café claro, pero en menos de diez mi-nutos se puso casi negro. Era muy rechoncho, aun-que más pequeño que la mayoría de los sapos, peroparecía sentir cierta opresión y abría con frecuenciala boca. Al parecer había resultado herido en la cabe-za. Volvieron a ponerlo con todo cuidado en su cavi-dad y cerraron con arcilla la piedra resquebrajada, pe-ro el animal murió cuatro días después. (Repon of theFifth Meeting of the British Association for the Ad-vancement of Science, 1835, pág. 72)

En una conferencia dada en 1818 en la Universidadde Cambridge (Inglaterra), el geólogo Edward D. Ciar-ke describió unos insólitos tritones (salamandras acuá-ticas) que había encontrado en una cantera de creta.Contó que cuando excavaba en la cantera en busca defósiles, a más de 80 metros de profundidad, encontróerizos de mar y tritones fosilizados. Tres de los trito-nes estaban muy bien conservados, y Clarke los ex-trajo cuidadosamente de la roca y los puso al sol so-bre una hoja de papel. Ante su sorpresa, empezarona moverse.

Al poco rato dos de los animales habían muerto,pero el tercero parecía tan vivo que Clarke lo puso enun estanque. Su reacción fue escapar de él inmediata-mente y desaparecer.

Según Clarke, los tritones rejuvenecidos eran dife-rentes de todos los que entonces vivían en esa zona ypertenecían a una especie extinguida, desconocida has-ta entonces por la ciencia. ( The Unexplained: Myste-ries of Mind Space and Time, Vol. 1, No. 8)

Hora y media después de encender su chimenea, W.J.Clarke, de Rugby (Inglaterra), se disponía a remover

las brasas cuando, al romperse uno de los trozos decarbón, vio que algo se movía y lo sacó del hogar. Re-sultó ser un sapo vivo, que sobrevivió cinco semanas.No tenía boca y era casi transparente. Las fotografíasde esta maravilla fueron vendidas al público por laLondon Stereoscopic Company. ( The English Mecha-Me and World of Science, 73:260, 10 de mayo de 1901)

A finales del siglo xvi, Ambroise Paré, médico de En-rique III de Francia, vio "un enorme sapo, lleno devida" salir de una gran piedra que unos obreros aca-baban de romper cerca de su casa de Meudon (Fran-cia). ( The Unexplained: Mysteries of Mind Space andTime, Vol. 1, No. 8)

La piqueta de un trabajador de Blois (Francia) liberóen 1851 a un asombrado sapo de la ceñida cavidad queocupaba en un nódulo de pedernal de más de seis ki-los. Al sentir el aire en su nariz por primera vez enquién sabe cuánto tiempo, el sapo saltó fuera de suagujero y empezó a alejarse rápidamente. Pero su fu-ga fue impedida por los obreros, que volvieron a po-nerlo dentro del pedernal y enviaron el hallazgo a lasociedad de ciencias local para su estudio.

En la sede de la sociedad, el sapo, dentro de su pe-dernal, fue colocado en un sótano sobre una cama demusgo. Si se quitaba la parte superior del pedernal enla oscuridad, el sapo se quedaba quieto, pero si la ha-

Fotografía del sapo vivo que el señor Clarke, deRugby, encontró encerrado en un trozo de carbón. Lasranas pueden hibernar en una envoltura de barro du-rante meses, pero ¿podrían sobrevivir el tiempo sufi-ciente para que ese barro se metamorfoseara en roca?

bitación estaba iluminada trepaba afuera tratando deescapar. Si se le colocaba en el borde del pedernal, semetía en el agujero por propia iniciativa y recogía suspatas debajo del cuerpo, teniendo especial cuidado conla que había resultado levemente lesionada la primeravez que lo sacaron del pedernal. La cavidad le senta-ba como un guante, salvo un pequeño vacío sobre ellomo, y su boca descansaba en un pequeño rebordeque le había producido una muesca permanente en laquijada. (The Zoologist, 9:3265-66, 1851)

Los pterodáctilos —reptiles voladores con alas mem-branosas y largo pico dentado— desaparecieron hace

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unos cien millones de años, según la más común opi-nión científica. Pero, para algunos alarmados traba-jadores franceses, el último murió en el invierno de1856 en un túnel ferroviario en construcción entre laslíneas de St. Dlzier y Nancy.

En la penumbra del túnel, algo monstruoso se pre-cipitó hacia ellos saliendo de un gran bloque de calizajurásica que acababan de romper. Agitaba las alas,graznaba y murió a sus pies.

El animal, que medía 3.25 metros de envergadura,tenía cuatro patas unidas por una membrana, comolos murciélagos. Lo que deberían haber sido pies eranlargas garras, y la boca estaba provista de agudos dien-tes. La piel era como cuero negro, grueso y grasiento.

En la cercana localidad de Gray, el animal fue in-mediatamente identificado como pterodáctilo por unestudianté de paleontología. El estrato rocoso en don-de había aparecido coincidía con el periodo en que vi-vieron los pterodáctilos, y resultó que el bloque de ca-

liza que había aprisionado al reptil alado durante mi-llones de años tenía una cavidad que era un moldeexacto de su cuerpo. ( The Illustrated London News,9 de febrero de 1856, pág. 166)

Las criaturas vivas más viejas del mundo fueron des-cubiertas por casualidad en 1972 en el laboratorio deN. Chudinov en las minas de potasio de Berezniki, enlos montes Urales. Chudinov había disuelto un trozode mineral de potasio en agua destilada como una másde las pruebas para explicar su coloración roja. Al ca-bo de un rato notó que pequeños copos de materia em-pezaban a flotar desprendiéndose de la roca, y al exa-minar uno de ellos al microscopio vio que contenía nu-merosos microorganismos. Era algo raro, pero no de-masiado sorprendente.

Días más tarde, Chudinov volvió a examinar el aguade su frasco y vio que hormigueaba de organismos vi-vos, al parecer reanimados por la inmersión. Puso al-

Sapos en el carbón: ¿Un infierno temporal?Hablando en general, hay tres modos de explicar lasnumerosas noticias de seres vivos rescatados de cavi-dades en rocas de miles de años de antigüedad. El másdecisivo es decir (como hizo un tal capitán Bucklandcuando en la Gran Exposición de 1862 se exhibió unsapo supuestamente liberado de un trozo de carbónde una mina galesa) que tales cosas son "un groseroengaño, obra de locos y chapuceros cuyas palabras ydotes de observación no merecen el menor crédito".

Una explicación menos impulsiva sostiene que, aun-que la piedra en que esas criaturas son encontradaspueda parecer compacta, tiene en realidad fisuras através de las cuales pueden entrar agua, aire y quizáincluso nutrientes. En el caso de la piedra caliza, esasgrietas pueden cerrarse a causa de las filtraciones decarbonato de calcio. Para ojos no avezados, los nue-vos depósitos no serian distinguibles de la roca anti-gua, y la caliza parecería una masa sólida y uniforme.

La tercera explicación de tales fenómenos es la másinteresante, pero no puede ser probada por los me-dios usuales. Quizá una historia del Tíbet sirva parailustrarla.

A finales del siglo xix, un venerable lama llamadoSitu Pema Wangyai Rinpoche se dirigía a Lhasa encompañía de varios amigos. Un día, ante la alarmade sus acompañantes, cayó en un estado de ánimo in-sólitamente colérico, y esa noche se empeñó en acam-par en una árida llanura donde era imposible encon-trar leña y agua. A la mañana siguiente, todavía demal humor, obligó al grupo a abandonar el caminode Lhasa y a tornar una dirección hacia el norte que,por lo que sabían sus compañeros, no llevaba a nin-gún lugar conocido. No obstante, dada la estima en

que lo tenían, lo siguieron sin discutir.Al cabo de varias horas llegaron a un enorme aflo-

ramiento rocoso que, según anunció Situ Rinpoche,tenían que romper. Dado que no disponían de másherramientas que sus bastones de madera, apenasavanzaban en su tarea, y, ya alarmados por el com-portamiento de su jefe, se apartaron unos quince oveinte metros para conferenciar, dejando solo a SituRinpoche.

Entonces el lama tomó su bastón y dio un solo gol-pe a la roca. Ésta se partió y dejó al descubierto unanimal grande y de aspecto repulsivo algo parecidoa una salamandra, que, con su piel negra y escamosapegada a la piedra, respiraba jadeante. Situ Rinpo-che sacó delicadamente al animal de la roca y lo pusoen el suelo frente a sí. Después se sentó y empezó aejecutar un cierto yoga en favor de aquel ser.

En tibetano a ese yoga se le llama pho-wa, y sueleafirmarse que implica una transferencia de concien-cia. Lo hacen los lamas en nombre de los moribundos.

Al cabo de un rato, una estrecha columna de luzcon los colores del arco iris se elevó de la cabeza delanimal, y éste murió. Llevaron a cabo los ritos fune-rales y después quemaron su cuerpo.

Más tarde Situ Rinpoche explicó que había libera-do al animal, que en una vida anterior había tenidorelación con él, de uno de los infiernos temporales.En la descripción que el budismo hace de otros ámbi-tos de existencia, estos infiernos temporales están si-tuados fuera de los círculos principales del infierno.y a veces se topa uno con ellos en este mundo. Congran frecuencia se cita como ejemplo de ellos el en-cierro de una criatura viva en roca compacta.

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gunos en tubos de ensayo y le sorprendió ver cómocrecían y se reproducían sin que al parecer les hubieseafectado el estar encerrados en cristales de potasio du-rante 250 millones de años, (Soviet Union, febrero de1972, pág. 18)

OBJETOS FUERA DF LUGAR

Durante unos trabajos de voladura en Dorchester( Massachusetts) en 1851, la fuerza de una explosiónproyectó las mitades rotas de una vasija acampanadafuera del lugar que ocupaban dentro de una capa deroca sólida. La vasija, de unos 12 centímetros de al-tura, estaba hecha de un metal desconocido y decora-da con incrustaciones florales de plata, "obra de unhábil artesano", según el periódico local.

El director del Scientific American opinó que la va-sija había sido hecha por Tubalcaín, el bíblico padrede la metalurgia, a lo que Charles Fort —gran exper-to en anomalías y adversario irreconciliable del dog-matismo científico— replicó: "Aunque me temo quela idea es un tanto arbitraria, no estoy dispuesto a arre-meter sin más contra toda opinión científica." (Scien-tific American, 7:298, 5 de junio de 1852)

En 1851, Hiram de Witt, de Springfield (Massachu-setts), dejó caer accidentalmente un trozo de cuarzoaurífero del tamaño de un puño que había traído deCalifornia. La roca se rompió, y De Witt encontródentro un clavo de cinco centímetros, levemente he-rrumbroso. "Estaba totalmente derecho y tenía unacabeza perfecta", informó The Times de Londres.(The Times, 24 de diciembre de 1851)

La señora S.W. Cul!), de Morrisonville (Illinois), es-taba trozando carbón para su cocina un día de 1891cuando vio entre él una cadena. Al ir a levantarla, vioque sus extremos estaban firmemente encajados en dostrozos distintos de carbón, que evidentemente eran uno

solo momentos antes. (El Times de Morrisonville, 11de junio de 1891)

Un extraño diente fue encontrado en una mina de car-bón de Bearcreek (Montana) en 1926. Según los den-tistas locales, parecía exactamente un diente humano,un segundo molar inferior, pero el transcurso del tiem-po había transformado el esmalte en carbón y las raí-ces en hierro. Fue descubierto por J.C.F. Siegfriedt,médico de la compañía, que coleccionaba fósiles y cal-culó en 10 millones de años la edad de los depósitoscarboníferos en los que apareció. (Carbon CountyNews, 11 de noviembre de 1926)

Las geodas se parecen a las ostras en que, con un ex-terior poco atractivo, pueden contener algo valioso.Para la mirada no entrenada, las geodas parecen pie-dras comunes y corrientes, pero sus cavidades estána menudo llenas de un pequeño país de las maravillasen forma de cristales y minerales multicolores. Unabuena geoda cuidadosamente serrada por la mitad esmuy apreciada por los coleccionistas y comerciantesde minerales.

En 1961, Wally Lane, Mike Mikesell y Virginia Ma-xey, copropietarios de la LM&V Rockhounds Gem andGift Shop, de Olancha (California), fueron a los mon-tes Coso, a unos diez kilómetros al noreste de la ciu-dad, en. busca de minerales raros. Cerca de la cima deun pico de 1 300 metros que domina el lecho seco del

Según el doctor J.C.F. Siegfriedt, experto en fósiles,el diente encontrado dentro de un trozo de carbón(arriba) de la mina Bearcreek perteneció a un hombreprimitivo

Esta vasija exquisitamente cincelada (izquierda) fue sa-cada de la roca viva por la explosión de un barrenoen Dorchester, en 1851. Se desconoce su paraderoactual.

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lago Owens encontraron una geoda incrustada de fó-siles que resultó contener algo muy extraño.

Lo que la geoda resultó contener, una vez que Mi-ke Mikesell deshizo una sierra para diamantes cortán-dola, fue algo que más tarde se vio que era muy pare-cido a una bujía de automóvil.

En medio de la geoda había un núcleo metálico de

La geoda de Coso, cortada por la mitad, parecía unabujía de automóvil, con un eje metálico de unos dosmilímetros de espesor recubierto de cerámica blanca.Sin embargo, se cree que tenía medio millón de añosde antigüedad.

unos dos milímetros de diámetro. Rodeándolo estabalo que parecía ser un cuerpo de cerámica, encajadoa su vez en un manguito hexagonal tallado en maderaque había quedado petrificada, presumiblemente, enfecha posterior. Alrededor estaba la capa exterior dela geoda, consistente en arcilla endurecida, guijarros,trozos de concha fosilizada y "dos objetos metálicosno magnéticos parecidos a un clavo y una arandela".Un fragmento de cobre subsistente entre la cerámicay la madera petrificada sugiere que ambos pudieronhaber estado separados por un manguito ahoradescompuesto.

Se hicieron radiografías de los objetos, y fue des-pués de examinarlas cuando el director del INFO Jour-nal, Paul Willis, advirtió una sorprendente semejan-za entre el objeto de Coso y una moderna bujía deautomóvil.

En 1963, la geoda de Coso estuvo expuesta durantetres meses en el Eastern California Museum, de inde-pendence. Parece que después pasó a poder de WallyLane, que en 1969 la ofrecía por 25 000 dólares.

Según los cálculos de un geólogo cuyo nombre nofigura en el primer informe del hallazgo, la edad dela geoda, deducida por los fósiles que contiene, es deunos 500 000 años. No se sabe que la haya examinadoningún profesional u organización científicos. (INFOJournal, No. 4, primavera de 1969, págs. 4-13)

Varios trabajadores que sacaban piedra de una cante-ra cerca del río Tweed, al sur de Rutherford (

Escocia), encontraron en 1844 un pedazo de hilo de oro

incrustado en la roca dos metros y medio por debajodel nivel del suelo. Una pequeña muestra del hallazgofue enviada al periódico local, el Kelso Chronicle, "pa-ra que pudiesen verlo los curiosos". ( The Times deLondres, 22 de junio de 1844)

Un clavo parcialmente incrustado en un bloque de pie-dra procedente de la cantera de Kingoodie, en Esco-cia, fue descrito en 1845 en una de las reuniones dela Asociación Británica para el Progreso de las Cien-cias. El autor de la comunicación, sir David Brews-ter, dijo que el clavo estaba incrustado aproximada-mente 2.5 centímetros, con el resto a lo largo de la pie-dra, dentro de una capa de grava, donde se había oxi-dado. No se sabe a qué profundidad se hallaba el blo-que de 23 centímetros de espesor en el que estaba elclavo, pero al parecer la cantera llevaba en explota-ción veinte años cuando se produjo el descubrimien-to. (Charles Fort, The Complete Books of CharlesFort, pág. 133)

Un "instrumento de hierro", parecido a la broca deuna barrena de minero, fue encontrado dentro de untrozo de carbón en Escocia en 1852. Se supuso que unminero había roto una broca mientras trabajaba laveta y había dejado el trozo de metal inscrustado allí,pero la superficie del bloque de carbón estaba intac-ta: no mostraba señales de barrenado ni ninguna aber-tura actual o anterior por la que la broca hubiese po-dido pasar a su interior. Si no fuese algo totalmenteimposible con arreglo a las fechas de los textos de geo-logía, la conclusión obligada hubiera sido que el car-bón se había formado alrededor del misterioso frag-mento de metal. (Proceedings of the Society of Anti-quaries of Scotland, 1:1:121, 13 de diciembre de 1852)

Gran cantidad de piedra caliza fue extraída cerca deAix-en-Provence (Francia) entre 1786 y 1788 para re-construir el Palacio de Justicia. En la cantera de don-de se extraía, los estratos rocosos estaban separadospor capas de arena y arcilla, y para cuando los obre-ros removieron once de esos estratos, ya habían alcan-zado una profundidad de 12 a 15 metros por debajodel nivel original del suelo de la zona.

Bajo la decimoprimera capa encontraron un lechode arena, que empezaron a eliminar para llegar a lapiedra que había debajo. Pero en la arena encontra-ron pedazos de columnas y fragmentos de piedra a me-dio trabajar, de aquella misma piedra que ellos habíanestado extrayendo. Siguieron cavando, y cuál no se-ría su sorpresa al encontrar monedas y mangos de mar-tillos y fragmentos de otros útiles de madera petrifi-cados. Por último llegaron a un gran tablero de ma-dera, de más de dos metros de largo y unos 2.5 centí-metros de grueso. Como los útiles, también se habíapetrificado en forma de ágata y se había roto en pe-dazos. Al reunir éstos, los obreros se encontraron an-te una mesa de cantero exactamente igual a las queellos utilizaban, y con los bordes redondeados y sinuo-sos por el desgaste como las suyas.

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Cómo un taller de cantería equipado con el tipo deherramientas utilizadas en Francia a finales del sigloXVIII podía estar enterrado a 15 metros de profundi-dad, bajo capas de arena y piedra caliza de 300 millo-nes de años de antigüedad, es una pregunta aún másinquietante hoy que en la época de su descubrimien-to. Porque hoy sabemos, gracias a los avances en lafechación geológica y antropológica, que semejante co-sa es absoluta e incontrovertiblemente imposible. Y,sin embargo, parece que sí ocurrió. (The AmericanJournal of Science and A rts,1:145-46, 1820)

Los restos de lo que parece haber sido un bonito pue-blo fueron descubiertos en 1965 en la soleada orillaoccidental del río Danubio, en el yacimiento arqueo-lógico hoy llamado Lepenski Vir, en Yugoslavia. Esaantigua comunidad, encaramada en un resguardadosaliente en forma de herradura en un meandro del río,no tiene par en la historia europea.

Esa diminuta población era un modelo de planea-miento urbano, con sus casas y calles dispuestas enabanico. Tenía también una plaza central y un san-tuario con esculturas de piedra de notable diversidady talento artístico, cuidadosamente dispuestas. El pue-blo refleja también un alto sentido arquitectónico, conestructuras de forma trapezoidal y un conjunto geo-métricamente ordenado.

Fraudes asombrososEl modo más fácil de explicar los descubrimientos queno coinciden con la fechación ortodoxa es descartar-los como fraudes. Algunos probablemente lo son; sinembargo, el suponer que esta solución explica todoslos fósiles y enterramientos anómalos suscita algunosproblemas.

Ante todo, con frecuencia tales hallazgos han sidohechos por personas respetables que, al hacerlos pú-blicos, sólo han conseguido ponerse en rídiculo y co-brar fama de estupidez o deshonestidad. En segundolugar, los descubrimientos han sido hechos a menudopor mineros o canteros, a veces a gran profundidad,y los ha revelado la rotura casual de un trozo de car-bón o de piedra en presencia de testigos. Suponer queembaucadores anónimos han penetrado a tales pro-fundidades, introducido su obra de artesanía en ve-tas compactas de piedra o carbón sin dejar rastro y,una vez hecho esto, lo han dispuesto todo para queuna herramienta de minería o el martillo de alguienrompa esa veta ante testigos adecuados, es algo queabusa de nuestra credulidad. Y suponer que una ope-ración tan compleja ha sido llevada a cabo en nume-rosas ocasiones por embaucadores o bromistas quepermanecen en el anonimato, y que por tanto no dis-frutan plenamente con la confusión de aquellos a quie-nes confundieron a costa de tanto trabajo, resulta tandifícil de aceptar como las propias anomalías.

I mpresiona asimismo la técnica desplegada en laconstrucción de los suelos, que fueron terminados conmortero. Esta argamasa, hecha de caliza cocida conadición de agua, grava y arena, era vertida sobre ci-mientos de piedra, alisada y a menudo pulimentada.

Lepenski Vir ha sido una revelación para los arqueó-logos, que han fechado el pueblo hacia el año 5800a.C. Excavando las sucesivas cimentaciones hasta elprimer poblamiento, descubrieron que el plano delpueblo y los métodos de construcción estaban ya so-lucionados al comienzo de su larga historia y habíanpermanecido casi inmutables, prueba de que esa cul-tura surgió de modo repentino y espontáneo. En opi-nión de los arqueólogos, Lepenski Vir sobresale en laprehistoria europea por sus esculturas monumentalesy su organización social, económica y religiosa.

Antes de estos hallazgos se suponía que el desarro-llo cultural de la Europa neolítica se debía a la llega-da de ideas del Cercano Oriente, pero Lepenski Virmuestra un florecimiento independiente de actividadcreadora que pone en tela de juicio las opiniones tra-dicionales. (Dragoslav Drejovic , Europe's First Mo-numental Sculpture: New Discoveries at Lepenski Vir,págs. 8-135 y otros pasajes)

La isla de Nueva Caledonia, en el Pacífico, está apro-ximadamente a 1 600 kilómetros al sureste de NuevaGuinea y a unos 1 200 de la costa oriental de Austra-lia. A unos 65 kilómetros de su extremo meridionalse halla la isla de los Pinos, en la que hay unos 400curiosos túmulos de arena y grava en forma de termi-tero, de unos 2.50 metros de altura y unos 90 de diá-metro. Se encuentran túmulos parecidos, aunque enmenor número, en el distrito de Paita, en el sur de Nue-va Caledonia. En la isla de los Pinos la arena tiene unalto contenido de óxido de hierro, mientras que en lazona de Paita es rico en sílice. En ambos casos los tú-mulos están virtualmente desprovistos de vegetación.

A principios de los años sesenta, cuatro de ellos fue-ron excavados por L. Chevalier, del Museo de NuevaCaledonia con sede en Nournea, la capital de la isla.Los túmulos son extraños ya de por sí, pero lo queChevalier encontró en ellos lo era aún más. En el cen-tro de tres de ellos descubrió una columna de cemen-to en posición vertical, y en el cuarto, dos de esas co-lumnas paralelas. No aparecieron huesos, carbón ve-getal ni ningún otro resto. Las columnas o cilindros,que van de 1 a 1.90 metros de diámetro y de 1 a 2.25metros de altura, están hechas de un mortero de calque contiene trozos de conchas. Mediante el radiocar-bono se calculó su formación entre 10950 y 5120 a.C.El uso de argamasa de cal es algo inaudito antes delperiodo clásico, unos pocos cientos de años antes denuestra era, y, por lo que sabemos, el primer hombrellegó a Nueva Caledonia, desde Indonesia, hacia el año2000 a.C.

La superficie exterior de los cilindros está salpica-da de fragmentos de grava silícea y ferrosa que pare-cen haberse adherido al mortero mientras éste fragua-

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Lepenski Vir no tiene paralelo en la historia europeapor su arquitectura ordenada y planeada y sus escul-turas de piedra, como esta imagen de un santuario.

En la isla de los Pinos, de lagunas encantadoras, haytambién curiosas columnas de cemento que se cree queson muy anteriores a la fecha conocida de la llegadade los primeros hombres a ese lugar.

ha. Chevalier sospecha que las columnas fueron he-chas vertiendo mortero en estrechos pozos abiertos enlo alto de los montículos y permitiendo que se endu-reciese in situ. Por qué había de hacer alguien tal cosa.(parece que se ha descartado un origen natural de lascolumnas) es un completo misterio. Y, dada la apa-rente edad de los cilindros y el hecho de que no hayindicios de vida humana o de otro tipo asociada a ellos,otro tanto ocurre con la índole de quienes los hicie-ron. (INFO Journal, No. 2, otoño de 1967, págs.15-16)

CONOCIMIENTOS INEXPLICABLES

Los pigmeos efes, que viven en la selva de Ituri, enel África Central, se refieren al planeta Saturno como"la estrella de las nueve lunas", Bibi Tiba Abuut-siva'ani. Esta denominación fue conocida por un an-tropólogo francés llamado Jean Pierre Hallet, que vi-vió año y medio con los efes en 1957-58. (La novenaluna de Saturno fue descubierta en 1899 por el astró-nomo estadounidense William H. Pickering.) En 1966fue observada en órbita alrededor del planeta una dé-cima luna, muy pequeña, y en 1980-81 las sondas es-paciales Voyager descubrieron otras más. Pero, dadoque todas ellas son invisibles a simple vista, sólo unpurista criticaría a los efes por ello. La fuente de suconocimiento es desconocida. (Francis Hitching, TheMysterious An Atlas of the Unexplained, pág.108)

Los mayores misterios se ocultan a veces en circuns-tancias tan inesperadas que su descubrimiento se pro-duce siempre por casualidad o con motivo de algunaotra investigación. Al sur de Mali, donde el río Nígerdescribe una gran curva, viven los dogon, agriculto-res pobres que aún habitan, muchos de ellos en cue-vas, en los montes Hombori. Las ciudades más próxi-mas son Tombuctu, al norte, y Ouagadougou, al sur,en el Alto Volta.

Exteriormente los dogon apenas se distinguen deotros pueblos del África Occidental, y, no obstante,ellos y otras tres tribus emparentadas con ellos pue-den haber conservado durante cientos de años, en re-ligioso secreto, información acerca de un fenómenode extrema rareza. Porque, preservado en el corazónde sus doctrinas religiosas más profundas, está el co-nocimiento detallado de una estrella totalmente invi-sible a simple vista y tan difícil de observar, inclusocon telescopio, que no se obtuvieron fotografías de ellasino hasta 1970. Los dogon dicen que ese conocimiento(que comunicaron a antropólogos franceses en los de-cenios de 1930 y 1940) les fue comunicado por visi-tantes procedentes de otro sistema solar.

La estrella a que se refieren es conocida por los as-trónomos como Sirio B y por los dogon como P6 To-lo. Las primeras sospechas de su existencia las tuvie-ron los astrónomos occidentales en 1844, al advertirciertas irregularidades en los movimientos de la estre-

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Ila Sirio, el brillante "Can" de la constelación CanisMajor o Canícula. Para explicar esas perturbaciones,se supuso que Sirio debía de estar afectada por la fuer-za gravitatoria de una segunda estrella desconocidahasta entonces; y en 1862, tras muchas observaciones,fue al fin detectada una estrella muy débil que la acom-pañaba. Sin embargo, parecía demasiado pequeña pa-ra ejercer una influencia notable sobre Sirio, que esdos veces mayor que nuestro Sol y veinte veces másradiante. Hoy sabemos que Sirio B es una enana blan-ca, que, aunque pequeña y débil (las enanas blancasson las estrellas visibles más pequeñas), es extrema-damente densa y lo bastante pesada para ejercer unainfluencia gravitatoria sobre Sirio A.

El nombre que los dogon dan a Sirio B está forma-do por las palabras tolo, estrella, y pó, nombre de lasemilla más pequeña que conocen, la de la Digitariaexilis, una variedad de gramínea. Mediante ese nom-bre describen la pequeñez de la estrella. Es, dicen, "lacosa más pequeña que existe". También dicen que es"la estrella más pesada" (dado que en ella el elemen-to tierra está reemplazado por un metal llamado sa-gala, inmensamente pesado), tanto "que todos los se-res terrenales juntos no pueden levantarlo". Y el co-lor de la estrella es blanco. Los dogon atribuyen asía Sirio B (que es, recordemos, totalmente invisible asi mple vista) sus tres principales cualidades como ena-na blanca: pequeñez, pesantez y blancura. Dicen tam-bién que la órbita de la estrella es elíptica, con SirioA en uno de los focos de esa elipse (como en efectoocurre); que el periodo orbital es de cincuenta años(la cifra real es 50.04 ± .09 años), y que la estrellagira sobre su eje (y así lo hace). Los dogon hablan tam-bién de una tercera estrella en el sistema de Sirio, lla-mada Emme Ya ("sorgo hembra"), alrededor de lacual dicen que orbita un único satélite. Emme Ya to-davía no ha sido detectada por los astrónomosoccidentales.

La importancia de Sirio B para los dogon reside enque fue la primera estrella creada por Dios y es el ejedel universo. De ella proceden toda la materia y todaslas almas mediante un complejo movimiento en espi-ral que los dogon simbolizan en canastos tejidos. To-das las almas, cualquiera que sea su destino final, em-piezan por gravitar de Pó Tolo a Emme Ya.

Además de su conocimiento de Sirio B, la tradiciónastronómica de los dogon afirma también que Satur-no tiene anillos y que Júpiter tiene cuatro lunas prin-cipales. Tienen cuatro calendarios (para el Sol, la Lu-na, Sirio y Venus) y saben desde _hace mucho tiempoque Ios planetas giran alrededor del Sol.

Los dogon dicen que su conocimiento astronómicoles fue comunicado por los nommos, seres anfibios en-viados a la Tierra desde el sistema solar de Sirio parabeneficio de la humanidad. El nombre procede de unapalabra dogon que significa "hacer una bebida", y losnommos son conocidos también corno los "Señoresdel agua", los Monitores y los Instructores. Llegarona la Tierra a un lugar situado al noreste del actual país

Los bailarines dogon (arriba) representan a veces lacreencia que tiene su pueblo de haber sido visitado einstruido en tiempos remotos por criaturas del siste-ma de Sirio.

Este dibujo del curso elíp-tico de Sirio B alrededor deSirio A, hecho en la arenapor los dogon (arriba izq.),se parece al diagrama as-tronómico de la órbita(arriba der.), En la fofo deSirio A (izq.), Sirio B apa-rece como un puntito. Losespolones luminosos de Si-rio A los produjo un dispo-sitivo del telescopio.

de los dogon. Cuando su nave aterrizó (tras descen-der "dando vueltas" entre gran ruido y viento), se de-tuvo patinando, rayando el suelo y "echando sangre"(quizá por alusión al escape de un cohete). En ese mo-mento apareció en el cielo una nueva estrella (tal vezuna nave nodriza). Tras el aterrizaje, algo con cuatropatas apareció y arrastró la nave hacia un hoyo, quellenó de agua hasta que la nave quedó flotando en él.

Según los dogon. los nommos eran más pisciformesque humanos y tenían que vivir en el agua. Eran sal-vadores y guardianes espirituales:

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Los dogon y los eruditos europeos

Carl Sagan, astrónomo de la Universidad de Cornell,autor de Comunicación con inteligencias extraterres-tres y coautor de Vida inteligente en el universo, hacalculado que, dados los miles de millones de estre-llas que hay en el cosmos, el gran número de planetasque giran alrededor de ellas (suponiendo, conserva-doramente, que sólo un pequeño porcentaje tenganplanetas) y la increíble edad del universo, es virtual-mente una certeza estadística que el desarrollo de vi-da inteligente se ha producido repetidas veces y quedeben existir numerosas civilizaciones mucho más yie-jas y adelantadas que la nuestra.

Esto parecería dar pábulo a la posibilidad de quelas fuentes de información de los dogon fueran, co-mo ellos dicen, antiguos astronautas. Pero Sagan, auncreyendo en la existencia y la capacidad de los extra-terrestres, cree también que en este caso las pruebasseñalan en otra dirección. Está de acuerdo en que "losdogon tienen conocimientos imposibles de adquirir sinel telescopio. La conclusión que se impone es que hantenido contacto con una civilización técnica avanza-da. Pero la pregunta es: ¿Qué civilización: extraterres-tre o europea?"

Los astrónomos occidentales dedujeron la existen-cia de Sirio B en 1844; no fue realmente observadasino hasta 1862, y reconocida en 1928 como una ena-na blanca, increíblemente densa y compuesta de "ma-teria degenerada" [cuyos átomos han perdido sus elec-trones]. Toda esa información coincide con la que ex-ponen los dogon; pero, dado que su compleja cosmo-logía, incluido lo que sabían sobre Sirio B, no fue re-cogida por antropólogos europeos sino hasta los años1930 y 1940, Sagan supone que los dogon recogieronesos conocimientos de algún viajero europeo (la di-vulgación sobre Sirio B se inició en 1928 con la publi-cación de la obra de sir Arthur Eddington La natura-leza del mundo . físico), mientras charlaban en tornoa la fogata del campamento.

Imagino el cuadro del visitante galo del pueblodogon, en lo que era entonces África OccidentalFrancesa, en la primera mitad del siglo... Laconversación gira en torno a las tradicionesastronómicas. Sirio es la estrella más brillantedel cielo, y los dogon obsequian a su visitantecon su mitología sobre ella. Después, sonriendocortésmente, expectantes, le preguntan a su vezcuáles son sus mitos sobre Sirio.

De entrada la escena puede parecer verosímil, perosurgen problemas cruciales.

La primera dificultad es que sólo los dogon más pro-minentes son iniciados en los cálculos secretos. Los

dos antropólogos franceses, Marcel Griaule y Germai-ne Dieterlen, cuya monografia "Un sistema de Siriosudanés" fue la primera en describir el fenómeno, sólotuvieron acceso a esa información al cabo de diez añosde trabajar entre los dogon, cuando existían ya unaextraordinaria confianza y afecto mutuos. Aun así,tuvieron que recurrir a diversas fuentes, ya que los sa-cerdotes de más alto rango guardaban cada uno sólouna parte de este complejo sistema de conocimientos.

Consideremos, además, el alto nado de precisiónen términos científicos modernos. Es bien sabido quelas sociedades iletradas tienen tradiciones orales ex-tremadamente precisas, con historias que han sidotransmitidas virtualmente sin cambios durante cien-tos de años. Pero los dogon añaden al sistema de Si-rio una tercera estrella, con un satélite en órbita a sualrededor. Dado que la astronomía occidental no tie-ne conocimiento de esa estrella, ¿cómo explicar la re-petición exacta de una parte del mito del exploradorcombinada con otra de su total invención?

¿Y en qué lengua conversaban los dogon y nuestrohipotético explorador? Comunicar una informacióncientífica tan compleja y precisa a un pueblo pretec-nológico resultaría difícil aun teniendo un lenguaje co-mún; pero Griaule y Dieterlen dicen que las lenguasde sus interlocutores eran el sanea y eI Wazuba, sinmencionar para nada el francés ni el árabe.

Otra explicación del misterio de Sirio es la de W.H.MeCrea, quien en 1973 sugería en el Journal of theBritish Astronornical Association que toda la infor-mación que los dogon tienen acerca de Sirio podía de-rivarse de un espejismo de Sirio A observado sobreel desierto durante su puesta heliaca anual (es decir,cuando Sirio v el Sol se ponen juntos casi al mismotiempo y por el mismo punto del horizonte). McCreasugiere que en tales ocasiones se vería un espejismode Sirio A bajo la estrella real. Al ponerse primero,esta "segunda estrella" parecería ser más pesada quela estrella matriz, y, por ser más débil, más pequeña.

Este intento de explicación tiene los siguientes de-fectos: (1) McCrea se equivoca al suponer que los do-gon dicen que Sirio B es visible una vez al año; ellosno pretenden haber observado la estrella. (2) McCreadice que Sirio A y su espejismo parecerían rojos enla puesta heliaca, pero los dogon nunca han dicho queSirio 13 Tenga otro color que el blanco. (3) La tesis delespejismo no explica por qué o cómo los dogon des-criben con toda precisión la órbita elíptica de Sirio B.(4) Tampoco explica cómo saben que tiene un perio-do orbital de 50 años. McCrea admite esto, y sólo pue-de suponer que la cifra dada por los dogon es exactapor casualidad.

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El nommo dividió su cuerpo entre los hombres paraalimentarlos; por eso se dice que lo mismo que eluniverso "bebió de su cuerpo", el nommo hizotambién a los hombres beber. Dio todos susprincipios vitales a los seres humanos.

El nommo fue crucificado y resucitó, y volverá avisitar la Tierra, ahora en forma humana. Más tarderecobrará su forma anfibia y gobernará el mundo des-de las aguas.

Si los relatos de los dogon registran algo tan impor-tante como es el aterrizaje en la Tierra de seres de otrosistema solar, uno esperaría encontrar descripcionessemejantes en otros lugares. ¿Existen esas descripcio-nes? Efectivamente, en los relatos babilonios acercade los oannes, seres anfibios que llegaron a nuestroplaneta para el bien de la raza humana. Su vehículotenía forma de huevo, y descendieron en el mar Rojo.Las siguientes descripciones están tomadas de una his-toria de Mesopotamia escrita en el siglo 111 a.C. porBerosso, un sacerdote babilonio cuya obra sólo nosha llegado en fragmentos recogidos por historiadoresgriegos posteriores.

Los oannes " tenían forma de pez mezclada con lade hombre", una "forma complicada, entre pez yhombre"; eran "semidemonios a medio camino en-tre hombres y dioses". Su aspecto era repulsivo:

Todo el cuerpo del animal era como el de un pez, ytenía bajo una cabeza de pez otra cabeza, y tambiénpies debajo, semejantes a los de un hombre, junto ala cola de pez. También su voz y su lenguaje eranarticulados y humanos...

Este Ser solía conversar con los hombres duranteel día, pero en ese tiempo no tomaba alimentos; yles enseñaba las letras, las ciencias y toda clase deartes. Les enseñó a construir casas, a fundartemplos y a compilar las leyes, y les explicó losprincipios del saber geométrico... En resumen, losinstruyó en cuanto podía contribuir a suavizar lascostumbres y humanizar a nuestra especie... Cuandose ponía el sol, este Ser acostumbraba volver asumergirse en el mar y vivir toda la noche en susprofundidades, porque era anfibio.

Otro relato de los oannes fue conservado, en for-ma resumida, por San Focio (h. 820-892), patriarcade Constantinopla. En su Myriobiblon dice que el his-toriador Eladio

cuenta la historia de un hombre llamado Oe quesalió del mar Rojo y tenía cuerpo de pez salvo porla cabeza, pies y brazos, que eran humanos, y queenseñó astronomía y letras. Algunos relatos dicenque salió de un gran huevo, de ahí su nombre, yque en realidad era un hombre, y si parecía un pezes porque iba vestido con "la piel de una criaturamarina".

¿Es posible que los nommos de los dogon y los oan-nes de los babilonios sean diferentes representaciones

de un mismo suceso? Los propios dogon insisten enque su pueblo no vivió siempre donde ahora, y haypruebas de que son descendientes de los bereberes queiniciaron una migración hacia el sur desde Libia en lossiglos 1 y tt de nuestra era, y que, habiéndose unidoen matrimonio con los negros del país, se hallaban yaplenamente establecidos en el territorio de Mali en elsiglo xi.

Si los dogon llegaron realmente a Mali desde el no-reste, pudieron haber estado lo bastante cerca del marRojo como para que fuera geográficamente posible larelación entre los nommos y los oannes. Sin embar-go, de ser así, resulta curioso que sólo los dogon ha-yan conservado la información sobre Sirio B, mien-tras que los egipcios, que sin duda estuvieron en con-tacto con la cultura babilónica, sólo conservaron ungran respeto por Sirio A, y eso en gran parte porqueles ayudaba a predecir las crecidas del Nilo.

Sobre estas bases, parece probable que la historiade los dogon y la babilónica registren hechos diferen-tes, aunque semejantes. (Robert Temple, The SiriusMystery, tomado de diversos pasajes)

La epopeya nacional india, el Mahahharata, un poe-ma de gran longitud y complejidad, adquirió su for-ma actual en el siglo ti. Desde nuestro punto de vis-ta, o contiene algunos de los primeros ejemplos cono-cidos de ciencia ficción o, de lo contrario, registra con-flictos entre seres cuyo armamento estaba tan adelan-tado como el que hoy se emplea.

Por ejemplo, en uno de los episodios, los vrishnis,una tribu entre cuyos guerreros figura el héroe Krish-na, son atacados por las fuerzas de un jefe llamadoSalva:

El cruel Salva había venido montado sobre el carroSaubha, que puede ir a cualquier parte, y desde élmató a muchos valientes jóvenes vrishni y devastóperversamente todos los parques de la ciudad.

El Saubha es a la vez la ciudad, la nave insignia yel cuartel general de Salva . En él puede volar a dondequiera. En términos actuales, el Saubha puede descri-birse como la nave nodriza desde la que Salva haceincursiones contra el enemigo. Afortunadamente, loshéroes vrishnis no están peor equipados, y hay un mo-mento en que tienen a Salva a su merced. El héroePradyumna está a punto de acabar con él con un ar-ma especial, pero intervienen los dioses superiores:"Ninguno de los que combaten está a salvo de esa fle-cha", dicen, y, de todos modos, advierten a Pradyum-na que ha sido ordenado que Salva le corresponde aKrishna.

Krishna sale a los cielos en persecución de Salva,pero

su Saubha estaba colgada del cielo a una legua dedistancia... y él me lanzaba sin pausa cohetes,armas arrojadizas, lanzas, dardos, hachas de guerra,

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jabalinas de tres filos, lanzallamas... El cielo...parecía contener un centenar de soles, un centenarde lunas... y cien miriadas de estrellas. Eraimposible distinguir ni el día ni la noche, ni lospuntos del horizonte.

Sin embargo, Krishna evita el contraataque de Sal-va con un equivalente de los proyectiles antibalísticos:

Yo los desviaba a medida que surgían amenazadorescon mis rápidas flechas, mientras surcabanrelampagueantes el cielo,e iba cortándolos en dos o tres pedazoscon los míos.Había un gran estrépito en el cielo.

No obstante, Krishna se ve en apuros. Se rehace,pero el Saubha, mediante magia técnica o de otro ti-po, se hace invisible. Krishna carga entonces un armaespecial, una versión antigua de la "bombainteligente":

Rápidamente puse una flecha, que mataba buscandoel sonido, para exterminarlos... Todos los danavas[soldados del ejército de Salva] que habían sidosorprendidos gritando yacían muertos, víctimas delas flechas deslumbrantes como el sol que eranaccionadas mediante sonido.

Pero el Saubha había escapado al ataque, y al finalKrishna lanza contra él su "arma de fuego favorita",

un disco que tiene la forma del "sol con halo". Parti-da en dos por el impacto, la ciudad aérea cae.

El propio Salva muere, y con su muerte termina es-te episodio del Mahabharata. Una de las cosas másintrigantes que hay en él es la sugerencia de que el usode un arma especialmente terrible —la extraordinariaflecha de Pradyumna, de la que "ninguno de los quecombaten está a salvo"— está prohibido por los dio-ses. ¿Qué clase de arma podía ser? Otro episodio puedeproporcionarnos la respuesta al describir los efectosde la terrible Agneya, arma del héroe Adwattan. Cuan-do el arma, un "proyectil cegador de fuego sin humo",fue puesta en acción,

densas flechas de fuego, como una gran lluvia,brotaron sobre la creación, envolviendo alenemigo... Rápidamente cayó una espesa oscuridadsobre las huestes pandavas. Todos los puntos delhorizonte estaban envueltos en tinieblas. Empezarona soplar fuertes vientos. Arriba rugían las nubes,dejando caer polvo y grava.

Los pájaros chillaban enloquecidos... se diría quehasta los elementos estaban alterados. El sol parecíatambalearse en los cielos. La tierra se estremecía,abrasada por el terrible y violento calor de aquella

El Mahabharata contiene muchas referencias a viajesaéreos. En esta ilustración de los pasajes sobre el hé-roe Rajah Karna, las deidades llegan sobre alfombrasvoladoras para verlo combatir.

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arma. Los elefantes quedaban envueltos en llamas ycorrían frenéticos de acá para allá... Engrandes extensiones, otros animales caían alsuelo y morían. De todos los puntos del horizontellovían sin tregua y copiosamente las flechas defuego.

Pero aún faltaba lo peor. Si los efectos del arma deAdwattan semejan los de una tormenta de fuego, losresultados de la que disparó Gurkha parecen descri-bir nada menos que una explosión nuclear y el enve-nenamiento por lluvia radioactiva.

Gurkha, volando en su rápido y poderoso 'imana,lanzó contra las tres ciudades de los vrishnis y losandhakas un solo proyectil cargado con toda lafuerza del universo. Una columna incandescente dehumo y fuego, tan brillante como diez mil soles, sealzó en todo su esplendor. Era el arma desconocida,el rayo de hierro, un gigantesco mensajero de lamuerte que redujo a cenizas la raza entera de losvrishnis y los andhakas.

Los cadáveres estaban tan quemados que eranirreconocibles. Se les habían caído el pelo y lasuñas. La cerámica se rompía sin motivo. Losalimentos estaban envenenados. Para salvarse, losguerreros se arrojaban a las corrientes de agua paralavarse y lavar su equipo.

Si esta descripción es sólo ciencia ficción, su autorfue sin duda un profeta. (The Mahabharata, J.A.B.van Buitenen, ed. y trad., Vol. 2, págs. 182-267; Re-né Noorbergen, Secrets of Lost Paces, págs. 137-38)

Los astrónomos babilónicos han sido consideradossiempre los más destacados del mundo antiguo. Unoscuantos miles de años antes que Copérnico descubrie-ron que la Tierra y los demás planetas eran esféricosy giraban en torno al Sol, lo cual les permitió predecircon exactitud los eclipses de Sol y de Luna. Muchosestudiosos modernos suponen que los babilonios de-sarrollaron su astronomía por su cuenta, para poderhacer los cálculos necesarios a su compleja astrología.Pero textos babilónicos traducidos recientemente in-dican que, por el contrario, las posiciones y movimien-tos de las estrellas y los planetas eran calculados me-diante complejas ecuaciones heredadas de la civiliza-ción sumeria. Parece que los babilonios no compren-dían la base teórica de esas fórmulas y sólo se limita-ban a utilizarlas.

Los sumerios tenían un conocimiento aún más exac-to del sistema solar y su lugar en el universo que susherederos babilonios, a los que precedieron. Su calen-dario, elaborado ya en el año 3000 a.C., sirvió de mo-delo del que hoy usamos, y es evidente que compren-dían numerosas cuestiones astronómicas aún másarcanas.

Por ejemplo, la Tierra al girar oscila sobre su eje,lo que origina un cambio muy gradual —un grado ca-

da 72 años— que hace que el polo Norte vaya seña-lando hacia diferentes estrellas. Es el fenómeno lla-mado precesión. Un Gran Año —el tiempo que tardael polo Norte en volver a apuntar hacia la misma es-trella polar— comprende 25 920 años comunes, resul-tado de multiplicar los 72 años que tarda en recorrercada grado por los 360 grados que tiene el círculo. Lossumerios comprendían la precesión y sabían la longi-tud del Gran Año, hazaña extraordinaria dadas las lar-gas observaciones que ello implica y los limitados ins-trumentos de que disponían.

Eran también capaces de medir con gran precisiónlas distancias entre los astros. Pero ¿cómo pudo apren-der a hacerlo un pueblo pretecnológico y recluido enla Tierra, y, lo que es aún más misterioso, por qué?Esos mapas astrales son sin duda necesarios para quie-nes viajan por el espacio, pero ¿qué utilidad podíantener para los sumerjas?

Dada la extraordinaria precisión de los cálculos as-tronómicos sumerios, quizá convenga echar otra ojea-da a los aspectos en que su información difiere de lanuestra. Los sumerios asignan 12 "cuerpos celestes"al sistema solar: el Sol, la Luna y diez planetas, in-cluida la Tierra. Hoy conocemos 11, pero no siemprefue así. Hasta fines del siglo xviii los astrólogos oc-cidentales sólo tenían noticia de la existencia de seis:Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno.Urano fue descubierto en 1781, Neptuno en 1846 yPlutón apenas en 1930. Desde este punto de vista, ¿esposible que aún falte por descubrir el decimosegundoplaneta sumerio? En 1972, Joseph L. Brady, astróno-mo del Lawrence Livermore Laboratory, de Livermore(California), descubrió en la órbita del cometa Halleyuna irregularidad cuya explicación podría ser la atrac-ción gravitatoria de un planeta de aproximadamenteel tamaño de Júpiter y que órbita el Sol cada 1 800años. (Zecharia Sitchin, The Twelfth Planet, tomadode diversos pasajes)

En esta tableta de arcilla de la antigua Babilonia es-tán representados una estrella de la constelación aus-tral de Hidra y un león, símbolo zodiacal de la cons-telación de Leo.

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Los radiohalos: ¿El resplandor de la juventud?Las rarezas reunidas en este capítulo son considera-das tales porque hacen entrar en conflicto un métodocientífico de datación con otro. Y no sólo eso: cadamétodo acarrea un enorme caudal de ideas y descrip-ciones de él dependientes, a yeces unidas de un modobastante tosco y forzado pero que constituyen, parabien o para mal, el cuadro generalmente aceptado decómo las cosas han llegado a ser como son.

Por ejemplo, la geología nos ha dado un relato máso menos completo de la evolución de la Tierra. La ar-queología industrial y técnica ha prestado un servicioparecido a la historia del ingenio técnico del hombre,y la paleontología y la zoología han hecho otro tantocon las clases de animales. Todos estos sistemas fun-cionan razonablemente bien, y a veces dependen unosde otros para su desarrollo.

Pero cuando un ama de casa encuentra un trozo decadena dentro de un pedazo de carbón, o un pocerohalla un sapo vivo dentro de un nódulo de sílex, esossistemas entran en conflicto. Otro tanto ocurre cuan-do un pueblo africano relativamente desconocido re-sulta estar en posesión de refinados saberes astronó-micos, o cuando antiguos poetas indios escriben —conlo que parece ser algo cercano al conocimiento perso-nal— acerca de un acontecimiento que semeja la ex-plosión de un arma nuclear.

Cuando ocurre alguna de estas cosas surge un con-flicto, y dado que cadenas, sapos, africanos anónimosy poetas muertos hace mucho tiempo son algo muydébil al lado de enormes plegamientos orográficos yeternidades de tiempo geológico (por no hablar delenorme peso de la opinión académica oficial), suelenser los perdedores, Nadie cuya opinión tenga algúnpeso va a renunciar a ella por un puñado de sapos ounos centímetros de cadena. Nadie va a estar de acuer-do con que la técnica de fabricar cadenas de metal pa-rece tener millones de años o que algunas capas de car-bón "antiguas" parecen haberse formado hace sólounos cientos o miles de años.

Hasta el decenio pasado los físicos permanecieronen buena parte al margen de tan feas disputas, peroúltimamente parece que han metido un bastón radioac-tivo en las ruedas de los engranajes geológicos.

Concretamente, los baluartes de la geología estánamenazados por algo mucho menos consistente queun sapo o una cadena. Las nuevas armas de asedioson unas diminutas burbujas de color, llamadas ra-diohalos, que se encuentran en la mica, el carbón yotros minerales.

Los radiohalos se producen cuando durante las pri-meras etapas de formación de un depósito de mineralse infiltra en él materia radioactiva. Las partículas deuranio y polonio, por ejemplo, pueden infiltrarse en

depósitos de materia orgánica que se hallen en proce-so de convertirse en carbón. Cuando esta carboniza-ción concluye, la partícula radioactiva continúa emi-tiendo radiación y produce anillos de descoloracióncuya secuencia y radios son directamente proporcio-nales al nivel energético de la radiación y el tiempoque ha durado el proceso.

Desde el punto de vista del geólogo, el problemaes que los radiohalos son demasiado pequeños. Da-dos la energía de la partícula radiante y el tiempo queha estado dentro de su matriz mineral, los radiohalosdeberían ser mayores de lo que son. Desde el puntode vista del físico, eso implica que las matrices mine-rales no son ni mucho menos tan viejas como dicenlos geólogos. En cuanto a éstos, opinan que debe ha-ber algún error en ciertas premisas básicas de la físicamoderna, cosa que los físicos se niegan a admitir.

En cualquier caso, parece que no tardará en impo-nerse una revisión radical de la cronología científica,y que los argumentos a favor de sapos, cadenas y otrosproscritos del templo de la ciencia podrán aún verseesclarecidos por la mortecina luz de la desintegraciónradioactiva.

Estas fotografías muestran hatos de polonio en la mi-ca (arriba) y un hato de uranio en fluorita (abajo). Laformación de los hados de polonio desafía las leves fí-sicas vigentes.

u.

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COINCIDENCIAS

De los ingleses se dice que se preocupan más del bienestar de sus animales quedel de sus hijos. Se supone que los franceses consideran la indiferencia por losplaceres de la mesa como señal de patanería, mientras que los italianos se vuel-ven locos por las carreras ciclistas y la ópera. Tales estereotipos nacionales abun-dan, acuden con facilidad a la mente y en muchos casos contienen incluso algode verdad. En vista de ello, sorprende que no existan para la humanidad en ge-neral. Podemos suponer, sin temor a equivocarnos, que el hombre busca el pla-cer y huye del dolor, pero ¿qué más podemos asegurar sin rodeos?

Podríamos decir que los humanos, en general, disfrutan del humor, pero só-lo en su momento; que admiran el valor, pero no la temeridad; que les disgustala tacañería, siempre que se la distinga de la prudencia en los gastos. Podría-mos decir también que la maternidad es tenida en gran estima, siempre que nonos amenace una explosión demográfica. Pero ¿hay algo que a los humanosles guste sin distingos?

Les gusta la coincidencia. Los seres humanos disfrutan, de un modo univer-sal y sin reservas, de una buena coincidencia.

Por diversas razones. Primero, porque la coincidencia es democrática. Notoma en cuenta la riqueza ni la posición social. Segundo, porque sugiere queal mundo no le somos indiferentes. En realidad, la coincidencia sugiere que elmundo, sea lo que quiera, no sólo está misteriosamente atento a nosotros y anuestras cosas, sino que a veces llega a extremos increíbles para demostrarlo.Tercero, porque, a causa de ello, la coincidencia crea una impresión de miste-riosas posibilidades, en su mayoría no realizadas, por supuesto, pero que nopor ello dejan de ser una posible fuente de alivio de la monotonía de las idasy venidas de nuestra vida cotidiana.

Por último, ninguna de las virtudes mencionadas ofende las preocupacionessociales, políticas, religiosas o científicas que podamos tener. Incluso los másserios estadísticos, deseosos de convencernos de que el brazo de la coincidenciano es tan largo como nos gusta creer, sienten el cosquilleo del desafío que supo-ne para su capacidad profesional.

Dando entonces por sentado que la coincidencia disfruta de una rara especiede popularidad inequívoca y universal, no es sorprendente que abunden las opi-niones y teorías de todo tipo sobre ella. En la supuesta ausencia de probablesrelaciones causales, ¿son todos los acontecimientos coincidencias? ¿Son nues-tras latentes capacidades parapsicológicas las que estimulan la aparición de coin-cidencias? ¿Explotan o revelan esas coincidencias unidades referibles en últimainstancia a la mente de Dios, al inconsciente colectivo o a los infinitos sistemasde parentesco producto de innumerables reencarnaciones? ¿Reside su valor ex-clusivamente en lo que en ellas aprendemos acerca de la tendencia de la mentea crear las pautas que sigue y luego a revestirlas de significado? ¿Acabará lacoincidencia por ceder ante la ganzúa de métodos estadísticos cada vez más afi-nados? Y así sucesivamente.

Con estas y otras redes, quizá la escurridiza coincidencia pueda ser algun díacapturada e identificada. Pero si llega a serlo, ¿estaremos alguna vez totalmen-te seguros de que las pruebas encontradas no han encajado tan perfectamenteen virtud del misterio que llamamos coincidencia?

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A fin de poner un poco de orden en un tema que, porsu misma naturaleza, viola nuestro sentido de lo es-perado, disponemos aquí los ejemplos por categorías.Hay tres grupos: coincidencias relativas a personas,a objetos y a animales.

RELATIVAS A PERSONAS

La coincidencia parece aún más asombrosa cuandoafecta a dos o más personas. Para que esto suceda,los caminos de todas ellas deben cruzarse de modo im-predecible e inesperado.

VeintiunoSiendo aún muy joven Luis XVI de Francia, un as-trólogo le advirtió que debía andarse con cuidado eldía 21 de cada mes. El aviso aterrorizó al muchacho,y en adelante se negó a emprender nada importanteen ese día.

Pero de nada le sirvieron sus precauciones. El 21de junio de 1791, Luis y su esposa fueron detenidosen Varennes cuando trataban de huir de la Revolución.El 21 de septiembre del año siguiente, Francia abolióla institución de la realeza y se proclamó república.Y el 21 de enero de 1793 Luis XVI fue ejecutado. (Ho-liday, noviembre de 1962, pág. 52)

Sentido de la oportunidadThomas Jefferson fue el autor de la Declaración deIndependencia de los Estados Unidos, y John Adams

Llevado a la guillotina acusado de traición, Luis XVIde Francia se enfrentó a la muerte con valor. La ban-dera tricolor de la nueva república francesa ondea so-bre su cabeza.

uno de sus principales promulgadores. Adams se con-virtió en el segundo presidente de los Estados Unidosy Jefferson en el tercero. Ambos murieron en el mis-mo año, 1826, y el mismo día, el quincuagésimo ani-versario de la fecha más importante de sus vidas: el

XVI y María Antonieta fueron capturados enVeremnes cuando intentaban huir de Francia. Luis pusoentonces sus esperanzas en la intervención extranjera.

Thomas Jefferson posó para este retrato en 1791. Elcuadro, pintado por Charles Willson Peale, está en elIndependence Hall de Filadelfia.

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4 de julio. Parece que Jefferson consiguió a fuerza devoluntad vivir hasta entonces. Antes de exhalar su úl-timo suspiro, preguntó si ya era ese día. Adams, cu-yas famosas últimas palabras fueron "Aún queda Tho-mas Jefferson", vivió sólo cinco horas más que sucompatriota. (Dumas Malone, The Sage of Montice-llo, Vol. 6, págs. 497-98)

Aunque el presidente John Adatas (arriba) se retiróde la vida pública en 1801, mantuvo una animada co-rrespondencia con Thomas Jefferson hasta el fin desus días.

El aniversarioAugustus J.C. Hare, conocido escritor y artista del pe-riodo victoriano, había sido dado en adopción en eldecenio de 1830, cuando tenía sólo 14 meses. Despuésde graduarse en Oxford, vivió casi siempre en Euro-pa, con sólo contadas visitas a Inglaterra. En su auto-biografía cuenta lo siguiente:

En el aniversario de mi adopción, fuimos todos aMannheim, y cenamos en el hotel donde, 17 añosantes, yo, que tenla sólo 14 meses, fui entregado ami tía, que era también mi madrina, para vivir yasiempre con ella como si fuese su hijo... Cuandopor la noche volvimos a la estación... había en elandén una pobre mujer, llorando amargamente, conun niño en brazos. Emmie Penrhyn... se le acercó yle preguntó si le ocurría algo. "Sí", dijo ella,"lloro por mi pequeño, que tiene sólo catorce mesesy va a alejarse de mí para siempre en el tren queestá a punto de llegar. Lo va a adoptar su tía, quees también su madrina, y ya nunca volveré averlo." [Augustus J.C. Hare, The Story of MyLife, Vol. 1, págs. 383-841

El fraile y el pintorCuando Joseph Aigner, que sería después un conoci-do retratista, tenía 18 años, trató de ahorcarse, pero

se lo impidió la misteriosa llegada de un fraile capu-chino. El hecho tuvo lugar en Viena en 1836. Cuatroaños después, en Budapest, Aigner trató otra vez deahorcarse, y de nuevo lo impidió la repentina apari-ción del mismo fraile. Transcurrieron ocho años y Aig-ner, que había abrazado una causa revolucionaria, fuecondenado a la horca por sus actividades políticas. Noobstante, fue indultado a instigación de un fraile, elmismo capuchino. Por último, en 1886, cuando tenía68 años, Aigner vio cumplidos sus deseos de muerte yse suicidó con una pistola. Sus exequias las ofició tam-bién el fraile, cuyo nombre Aigner nunca había llega-do a saber. (Ripley's Giant Book of Believe It or Not!)

Augustus J. C. Hare se hizo popular por sus anécdo-tas acerca de la buena sociedad y por lo bien que con-taba las historias de fantasmas.

El destino juega una manoEn 1858 Robert Fallon, de Northumberland (Inglate-rra), fue acusado de hacer trampas al jugar póquer en

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el salón Bella. Unión, en San Francisco (E.U.A.). Lepegaron un tiro. Como se pensaba que el dinero ga-nado —en este caso, 600 dólares— al hacer trampas

▪ traía mala suerte, los otros jugadores llamaron al pri-mero que pasó para que tomara el lugar del muertoen la mesa de juego, confiados en que pronto recupe-rarían el dinero. Sin embargo, cuando llegó la poli-cía, el nuevo jugador había convertido los 600 dóla-res en 2 200. Cuando la policía pidió los 600 dólares,para poder entregárselos a los familiares del muerto,el joven desconocido demostró que era hijo de Fallony que no había visto a su padre desde hacía siete años.(Ripley's Giant Book of Believe It or Not!)

No hubo secretoDurante la Guerra Civil estadounidense, trasladabanen tren a un grupo de prisioneros yanquis a un campode internamiento de Salisbury, en Carolina del Nor-te. Uno de los que custodiaban el tren era un jovende 17 años llamado Beverley Tucker, encargado de vi-gilar a un grupo de prisioneros que se pasaban los díascuchicheando en un idioma extranjero. Hablaban eldialecto del cantón suizo del que procedían y estabanproyectando fugarse. En una estación de paso lleva-ron a cabo su intento... para encontrarse rodeados porlas bayonetas de toda la guardia. Habían tenido la des-gracia de ser puestos bajo la custodia de Bev Tucker,probablemente el único hombre de todo el ejército con-federado que entendía su lengua. Había ido a la es-cuela en ese mismo cantón. (Joseph Bryan III, TheSword Over the Mantel, pág. 69)

El duelistaHenri Tragne, de Marsella (Francia), disputó cincoduelos entre 1861 y 1878. En los cuatro primeros susadversarios cayeron muertos antes de que se hubieradisparado un solo tiro; en el quinto, fue el propio Trag-ne quien murió, también antes de que hubiese inter-cambio de disparos. (Max Jouvenot, Champs d'Hon-neur, pág. 113)

La novia desafortunadaEl día de la boda de la princesa María del Pozzo dellaCisterna, que el 30 de mayo de 1867 se casó en Turíncon Amadeo, duque de Aosta, hijo del rey de Italia, sevio entenebrecido por los siguientes acontecimientos:

• La encargada de su guardarropa se ahorcó.• El portero de palacio se cortó el cuello.• El coronel que iba al frente del cortejo nup-

cial cayó víctima de una insolación.• El jefe de estación murió bajo las ruedas del

tren que iba a llevarlos en su luna de miel.• El ayudante del rey murió al caerse de su ca-

ballo.• El padrino se pegó un tiro.

La pareja ya nunca fue feliz. (Roger L. Williams, Gas-light and Shadow, págs. 156-57)

Los acontecimientos que ocurrieron el 30 de mayo de1867, día de la boda de la princesa María del Pozzodella Cisterna con Amadeo, duque de Aosta, no augu-raban precisamente una vida de felicidad conyugal.

Asesinos semejantesUn asesino llamado Claude Volbonne dio muerte en1872 al barón francés Rodemire de Tarazone, Vein-tiún años antes el padre del barón había sido tambiénasesinado... por un tal Claude Volbonne. Entre am-bos criminales no había el menor parentesco. (Ripley'sGiant Book of Believe It or Not!)

El hombre que hizo saltar la banca en MontecarloCharles Wells alcanzó tal fama que llegó a escribirseuna canción de music-hall sobre él: "El hombre quehizo saltar la banca en Montecarlo". En realidad,Wells hizo saltar la banca tres veces. No era un juga-dor conocido, no utilizaba ningún "sistema", no te-nía un aspecto deslumbrador (en realidad era un in-glés gordo) y después de su asombroso éxito no vol-vió a vérsele por el casino.

Las dos primeras veces que hizo saltar la banca en1891 —es decir, que ganó la "banca" de 100 000 fran-cos asignada a la mesa— lo hizo poniendo cantidadesiguales al blanco y al rojo y ganando casi siempre. Enla tercera ocasión puso su primera apuesta al número5, con probabilidades de 35 a 1, y ganó. Dejó la apues-ta en ese número, le añadió lo ganado y volvió aganar¬-. Repitió la operación cinco veces, y todas ellas sa-lió el número 5. Volvió a saltar la banca, y CharlesWells se fue tranquilamente con sus ganancias.

Alguien que se había cruzado con él aseguró que eraun hombre de aspecto un tanto siniestro. (TheUnexplained : Mysteries of Mind Space and Time, Vol. 3,No. 32)

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Casualidad yUna coincidencia sorprendente se parece mucho a unpequeño drama: los actores entran cuando les dan elpie, llevan el maquillaje adecuado, se saben el papely provocan resultados significativos o triviales, diver-tidos o, a veces, aterradores. El problema es que enla representación no intervienen ni autor, ni directorde escena, ni productor, ni hay siquiera acuerdo pre-vio entre los actores; aquello se desarrolla, sin razónpero con perfecto orden, como por arte de magia.

Las coincidencias nos desconciertan porque pare-cen representar un orden que surge por casualidad:semejan el resultado de un proceso causal ordenado,pero carecen de una relación causal que encaje en nues-tra experiencia. Por ejemplo, el escarabajo (ver "Elescarabajo dorado", pág. 77) que entra volando enel consultorio del psiquiatra justo cuando su pacientele está relatando un sueño en el que entra en su cuar-to ese insecto, no tiene relación discernible con la pa-ciente. El animalito no podía saber cómo entrar a sudebido tiempo en la habitación. Tampoco la pacienteque sueña con ese encuentro liberador tiene modo desaber que ocurrirá, ni ningún medio para asegurarsede que su respuesta será la prevista por el sueño.

El problema de las coincidencias es que violan nues-tras nociones de causa y efecto. Pero ¿y si nuestrasideas sobre la causalidad fuesen erróneas?

El filósofo escocés David Hume publicó en 1739 suTratado de la naturaleza humana, un rechazo analíti-co de las ideas de causación comúnmente aceptadas.En el terreno filosófico, sus argumentos nunca hansido plenamente rebatidos; en el científico, mucho delo que sostenía se ha visto justificado.

Desde que los filósofos griegos prestaron por pri-mera vez atención a la causalidad en el siglo v a.C.,había sido casi universalmente aceptado que todo loque tiene un comienzo debe ser causado por algunaotra cosa. Hume rechazó esto. Por el contrario, sos-tenía, no es verdad que todo objeto que comienza aexistir tenga que deber su existencia a una causa. Creerque todo ser debe estar precedido por una causa noes más válido que creer que, porque todo marido de-be tener una esposa, todo hombre debe estar casado.

Hume pretendía mostrar que el punto de partida tra-dicional de las teorías de la causación no puede serprobado; no estaba, por supuesto, tratando de pro-bar lo contrario o alguna otra postura. Todo lo quepodemos decir de la causalidad es que lo que toma-mos por causa precede siempre a lo que tomamos porsu efecto, y que siempre hay contigüidad entre am-bos. Más allá de esto, decía, nada puede afirmarse,y la opinión de que existe una relación necesaria en-tre una causa y su efecto no es más que un hábitomental.

causalidad

Según Hume, la idea de una relación causal entre dosacontecimientos que ocurren en secuencia es sólo unhábito mental.

Por ejemplo, cuando presenciamos una partida debillar confiamos en que cuando una bola golpea a otra,la golpeada se moverá, y en consecuencia nos conven-cemos a nosotros mismos de que hay una relación en-tre el movimiento de la primera bola y el movimientode la segunda, entre causa y efecto. Sin embargo, de-cía Hume, semejante idea no se basa en la observa-ción lógica. Lo único que observamos es que el con-tacto —la contigüidad— tiene lugar; el resto es sólosuposición. Nuestra esperanza de que una bola quie-ta se moverá de un modo predecible al ser golpeadapor otra puede ser acertada en la mayoría de los ca-sos, pero esto no constituye una certeza. Hay que con-siderar el impulso y la inercia de las dos bolas: un im-pulso demasiado pequeño o una inercia excesiva y elefecto no será el esperado. También hay que tener encuenta los materiales de que están hechas las bolas,así como su solidez. ¿Es una de las bolas más propensaa hacerse añicos que a moverse? También hemos deconsiderar la forma de las bolas, la naturaleza de lasuperficie en que descansan y la estabilidad de la si-tuación en que el hecho tiene lugar. Entre todas estasvariables, y muchas más, buscamos en vano un prin-cipio identificable que relacione causa y efecto; y,puesto que lo buscamos en vano, nada nos obliga aafirmar su existencia o a acceder a ese tipo deafirmaciones.

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Aunque los argumentos de Hume pueden parecerbofetada al sentido común, han sido vindicados

t.-7: buena parte por los físicos del siglo xx. A nivelsubatómico, la idea de previsibilidad (que sería la apro-piada, al menos en teoría, si pudiésemos encontrar oal menos establecer teóricamente relaciones causales)n sido reemplazada por la de probabilidad estadística.

Las ideas sobre la causalidad comúnmente acepta-das han sido también criticadas a nivel

macroscópi, especialmente entre los biólogos evolucionistas.Por ejemplo, ¿cómo describir la evolución del huevo

los reptiles en términos de causa y efecto? La 'leo-na evolucionista sostiene que los cambios en los or-anismos sobrevienen como resultado de mutaciones

=éticas al azar. Si uno de esos cambios confiere unaataja que permite a un determinado organismo te-

- t-7 más descendencia, es probable que el cambio seaHeredadopor esos descendientes y pueda llegar a ha-

cerse normal en la especie. Pero cuando contempla-s un huevo de reptil (o el ojo de un mamífero o

mirto número de otros rasgos y órganos), vemos quepara que el desarrollo tuviera éxito han debido

ocuurrirsimultáneamentenumerosos acontecimientos. Porejemplo, la cáscara tenía que ser impermeable y lo

basfuerte para proteger al embrión. Pero, a menose el embrión hubiese desarrollado al mismo tiem-algún medio para salir por sí mismo del cascarón,

tse huevo se hubiese convertido para él en unatumba.Además, el embrión tuvo que desarrollar un me-

,-5,3 de absorber nutrientes mientras estaba en el hue--, o. Pero, a menos que hubiese desarrollado también

medio para almacenar sin peligro sus propiosdesechos, pronto hubiese creado un entorno venenoso.

Cada uno de estos desarrollos tuvo que surgir, se-.= la teoría evolucionista, como resultado de muta-

cionesal azar. Pero entre las mutaciones que produje-= el cascarón y las que produjeron el apéndice

denno pudo haber ninguna relación (surgieron alizar), como no la hubo entre las concernientes a la

nutricióny a la destrucción de los residuos. Y si no hubotalesrelaciones, ¿cómo se orquestó todo el proceso?Desdeeste punto de vista, el huevo de los reptilescade agente causal y representa la culminación de

serie de coincidencias altamente improbables.David Hume se daba perfecta cuenta de que esta

.tea de la causalidad iba a ser dificil de aceptar cuan-:: adscribía esa dificultad a la fuerza de los hábitos

mentalesque condicionan nuestro pensar. Si teníarazón—si esperamos siempre relaciones causales—, sólo

a :esotros mismos podemos acusarnos (o felicitarnos).•.- mondo vemos en las coincidencias una afrenta tan se

ductoracomo incitante a la idea del mundo que nosdictael sentido común.

El doble del reyEl 28 de julio de 1900, el rey Humberto I de Italia ysu edecán, el general Emilio Ponzio-Vaglia, llegarona la ciudad de Monza, a pocos kilómetros de Milán.El rey iba a entregar al día siguiente los premios deunas pruebas deportivas. La noche de su llegada, ély su ayudante fueron a cenar a un pequeño restauran-te. Mientras el propietario les tomaba la orden, el reyse dio cuenta de que aquel hombre era virtualmentesu doble, de cara y cuerpo. Se lo dijo, y en la conver-sación subsiguiente surgieron una serie de paralelismosque los dejaron maravillados.

Ambos habían nacido el mismo día del mismo año(el 14 de marzo de 1844) y en la misma ciudad, y aambos les pusieron Humberto. Los dos se habían ca-sado el 22 de abril de 1868, y ambos con una mujerllamada Margherita. Ambos habían puesto a su hijoel nombre de Vittorio, y el día de la coronación delrey, el otro Humberto había abierto su restaurante.

El monarca, sorprendido por tantas coincidencias,preguntó al dueño del restaurante cómo era posibleque no se hubiesen encontrado antes. En realidad, ledijo su doble, habían sido condecorados juntos porsu valor en dos ocasiones; la primera en 1866, cuando

En Monza, en 1900, Humberto 1 de Italia supo quesu doble acababa de ser asesinado. Momentos despuésél mismo fue víctima de la bala de un asesino.

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él era soldado raso y el rey coronel, y la segunda en1870, cuando ambos fueron ascendidos, uno a sargen-to y el otro a general. Con esta última revelación elpatrón reanudó sus tareas, y el rey, volviéndose a suayudante, dijo: "Pienso hacer mañana a este hombreCaballero de la Corona de Italia. Encárgate de queacuda al acto."

Al día siguiente, fiel a su palabra, el rey preguntópor su doble, sólo para enterarse de que el hombre aca-baba de morir en un accidente de caza. Asombrado,el rey pidió a su ayudante que se enterara de dóndeiba a ser el funeral, para asistir. En ese momento so-naron tres tiros, disparados por un asesino. El prime-ro falló, pero los otros dos atravesaron el corazón delrey, matándolo en el acto. (Ripley's Ghost Stories andPlays, págs. 30-33)

El día perfectoDe vez en cuando, todos experimentamos uno de esosdías perfectos en que todo parece encajar, un día queexcede a las esperanzas más optimistas, la clase de díaque nos convence de que nuestro ángel guardián tra-baja sin descanso. De uno de los más extraordinarioshabla el profesor C.E. Sherman, presidente durantemuchos años del Departamento de Ingeniería Civil dela Universidad de Ohio, en Columbus, en su libroLand of Kingdom Come..

En 1909, cuando preparábamos los originales parael Atlas de Carreteras del estado de Ohio, nosencontramos con la dificultad de conseguir mapasde los condados del sudoeste... El United StatesGeological Survey aún no había levantado mapas deesa zona, y los únicos datos útiles... disponibles seencontraban en viejos atlas de condado, de unos 38centímetros de lado y casi 2 de grueso...

Una abundante correspondencia nos habíaproporcionado datos de todos los condados delestado excepto Pike y Highland. De estos dos nopudimos conseguirlos, ni logré descubrir, a pesar detodas mis solicitudes por escrito, si había mapas deesas regiones. Sin el menor dato, representaba unatarea ingente hacer un levantamiento completo detodas las vías de un condado. En realidad, eraimposible con los fondos de que disponíamos. Demodo que salí de Columbus decidido a investigar enlas ciudades principales del condado y las granjascercanas, durante un par de semanas si eranecesario, hasta conseguir los datos perdidos.Necesitábamos también un buen mapa del rio Ohiopara ajustar los datos ya reunidos.

Durante las siguientes doce horas de aquel sábadode agosto ocurrió todo esto: después de tomar untren de madrugada para Cincinnati, encontré unexcelente mapa del río Ohio en el primer sitio quevisité, la United States Engineers Office... Meapresuré a dirigirme al condado de Highland, y tuveque esperar en Norwood por el tranvía deHillsboro. Cuando casualmente mencioné alvendedor de boletos de Norwood lo que buscaba,me dijo: "Me parece que hay un viejo libro como

el que usted dice en el cuarto de atrás." Buscamosjuntos en el polvoriento montón y acabamossacando ;el tan buscado atlas del condado deHighland?

Tenía dos modos de llegar esa tarde a la capitalde Pike. Comí y tomé el ferrocarril B.&O. paraChillicothe. Durante la corta espera allí mientrastomaba el N.&W. South, tomé calle arriba paravisitar a un antiguo amigo, si por casualidad estabaen la ciudad. Apenas había echado a andar cuandolo vi venir hacia mí, como si todo hubiera estadopreparado. Charlamos, y cuando me subía ya altren que iba a llevarme al sur, me saludó uncaballero que me había escrito el día anterior.Como su carta era mucho más fácil de contestar depalabra, me satisfizo darle directamente lainformación que me pedía.

Conocía sólo a dos personas en Waverly [lacapital del condado de Pike], una de ellas unmecánico, la otra un estudiante de ingeniería civil,pero no esperaba que ninguno de ellos estuviera enla ciudad. Cuando me bajé en Waverly, el ingenieromecánico se apeaba del vagón de enfrente, ymientras íbamos juntos hacia el hotel me dijo queme enviaría a mi otro conocido si estaba en casa.Había yo terminado de cenar tranquilamente a lassiete cuando apareció Gehres. ¿Sabía de algún mapadel condado de Pike? "No, pero quizá lo sepa mipadre", me dijo, "y aquí llega." Gehres padre dijoque creía que el interventor tenía uno. Mientrashablaba llegó calle arriba el tal interventor. Hechaslas presentaciones, y lo mismo que venía sucediendodurante todo el día, nos llevó, cruzando la calle, asu despacho del Palacio de Justicia, donde estabacolgado un precioso mapa antiguo del condado. Yohabía escrito al topógrafo de ese mismo condado,pero él no sabía nada del mapa.

No me atrevo a poner aquí todos los incidentesde aquel viaje que tengo anotados en mimemorándum. Sería abusar de la credulidad dellector... Cada paso que di aquel día fue tan apropósito como si hubiera sido planeado deantemano. Había ido directamente a donde estabanlos mapas del río Ohio... había ido directamente adonde estaba el atlas del condado de Highland, sinsaber siquiera que existía, por la ruta menosfrecuentada; y cuando a partir de ahí podía tomarcualquiera de dos caminos, escogí el que mecondujo más directamente a los restantes datos queme faltaban.

Hasta el más pequeño suceso de aquella jornadapareció encajar perfectamente en un todoarmonioso. Supongo que en gran parte fue algopsicológico. Llevaba meses reuniendo datoscompletos del estado, y cuando ese últimoproblema, tan difícil, empezó a resolverse tanfácilmente, me puso de un humor como para noreparar sino en las circunstancias favorables, talescomo la siguiente:

El vendedor de boletos de Norwood no quisovenderme su libro, pero me lo prestó amablemente,ahorrándonos así el precio de compra; mi amigo deChillicothe iba a salir de la ciudad en el trenanterior a mi llegada en vez de hacerlo en elposterior; el papel de calcar que cogí al azar esa

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mañana antes de salir de casa coincidía con eltamaño del gran mapa mural del condado de Pike,e incluso la persona que yo esperaba que estuvieseen su casa para ayudarme en Waverly si eranecesario, estaba allí para calcar el mapa de Pike.¿Quién esperaría poder entrar en el Palacio deJusticia de una ciudad extraña una noche desábado? Y, sin embargo, aparecieron las personasadecuadas en el momento justo para llevarme hastaaquel mapa cuya existencia yo ignoraba. El tren deChillicothe a Waverly iba lleno de excursionistasque llenaban los pasillos, pero cuando yo subí habíaun sitio vacío esperándome, y durante todo elcamino disfruté del aislamiento y la comodidadnecesarios para reflexionar sobre losacontecimientos de la jornada. Esa noche me fui adormir con la sensación de haber vivido un díaperfecto. [C.E. Sherman, citado en Alan Vaughan,Incredible Coineidence, págs. 92-94]

Franz Richter repetidoFranz Richter, un voluntario de 19 años del Cuerpode Transportes austriaco durante la Primera GuerraMundial, fue internado en el hospital aquejado de neu-monía. En ese mismo hospital estaba otro paciente lla-mado Franz Richter, también de 19 años, también conneumonía y también voluntario en el Cuerpo de Trans-portes. Ambos habían nacido en Silesia. (ScientificAmerican, 19 de octubre de 1972, pág. 110)

Tres hombres en un trenCierto día del decenio de 1920, tres ingleses que viaja-ban en tren por Perú coincidieron como únicos ocu-pantes de un vagón de pasajeros. Al presentarse, des-cubrieron que el apellido del primero era Bingham, eldel segundo Powell, y el tercero se llamaba Bingbam-Powell. (Referido directamente a los Editores)

El niño que rebotóJoseph Figlock caminaba por una calle de Detroit enlos años treinta cuando desde una alta ventana cayósobre él un niño. Un año más tarde el mismo niño vol-vió a caer sobre él desde la misma ventana. Tanto Fig-lock como la criatura sobrevivieron. (Conversación te-lefónica con la esposa de Arthur Figlock, de HarperWood, Michigan)

Un buen torniquete...Una noche de junio de los años treinta, Allan Falby,capitán de la patrulla de caminos del condado de ElPaso (Texas), perseguía a un camión que circulaba conexceso de velocidad. El camión disminuyó la marchapara tomar una curva y Falby se estrelló contra él atoda velocidad. La colisión provocó la ruptura de unaarteria de su pierna, y de no haberse detenido AlfredSmith para ayudarlo, habría muerto casi con seguri-dad. El torniquete que le aplicó Smith detuvo la he-morragia, y una ambulancia recogió a Falby a tiempopara salvarle la vida y la pierna. Al cabo de varios me-ses de hospital, el policía pudo volver a su trabajo.

Cinco años después, Falby estaba de nuevo en ser-

vicio de patrulla nocturna cuando le avisaron por ra-dio que acudiese a un grave accidente en la carreteraU.S. 80. Un coche se había estrellado contra un árboly el conductor se hallaba en estado crítico. Falby lle-gó al lugar antes que la ambulancia y encontró en elcoche a un hombre inconsciente. Se le había roto unaarteria de la pierna derecha y sufría una gravísima he-morragia. Falby le aplicó un torniquete y consiguiódetenerla. Después se quedó mirando a la víctima: era,naturalmente, Alfred Smith.

"Esto demuestra", diría más tarde Falby, "que unbuen torniquete merece otro." (Conversación telefó-nica con Doris, la viuda de Allan Falby, Truth or Con-sequences, Nuevo México)

El destino reunió dos veces al patrullero Allan Falbyy al automovilista Alfred Smith en una carretera delcondado de El Paso (Texas), ambas veces al borde dela muerte.

A la recíprocaCuando el entrevistador y comentarista de televisiónIrv Kupcinet —"Kup" para los amigos— estaba enLondres en 1953, para informar de la coronación deIsabel II, se alojó en el hotel Savoy. Se sorprendió alencontrar en uno de los cajones de su habitación al-

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idéntica a la de Smith, así como un pequeño recoge-dor. Resultó que ambos hablan ido al bosque a reco-ger estiércol para sus tomates.

Establecido ya ese lazo, Smith sacó su pipa y su la-ta de tabaco. El extraño sacó también una pipa, perorechazó el ofrecimiento de Smith diciendo:

— No, gracias. Soy fiel a mi marca. —Y la sacó.Era la misma de Smith.

Al llegar a este punto ambos hombres tuvieron lasensación de que algo extraño les estaba ocurriendo.

— Me llamo Smith —dijo Smith.Y yo también dijo el extraño.

— Eric Smith —dijo el primer Smith.— También yo —dijo el segundo.

Eric W . Smith.— Como yo.— La W quiere decir Wales —aclaró el Smith nú-

mero uno.— Ah —dijo el número dos—, en eso diferimos. Yo

me llamo Walter. (Referido directamente a losEditores)

En junio de 1964, en el programa de televisión Forum,el columnista Irv Kupcinet (izquierda) y el periodistade televisión Frank Reynolds (centro) entrevistaron aRichard Nixon acerca de sus planes presidenciales.

gunos artículos pertenecientes a un viejo amigo suyo,el empresario Harry Hannin, entonces con los Har-lem Globetrotters. Pero se sorprendió aún más cuan-do dos días después recibió una carta de Hannin, queestaba entonces en el hotel Meurice de París. "No locreerás", le escribió Hannin, "pero acabo de abrir aquíun cajón y encontré dentro una corbata con tu nom-bre." (Conversación telefónica con Irv Kupcinet, Chi-cago, Illinois)

En un sendero del bosqueEric W. Smith, metalúrgico de la English Steel Com-pany, vivía en un tranquilo suburbio de Sheffield lla-mado Ecclesall. Detrás de su casa había un bosquedonde la gente solía montar a caballo, y en primaveray verano Smith acostumbraba pasear por allí, disfru-tando de aquella paz y quietud y recogiendo estiércolde caballo para abono de sus plantas de tomate. Coneste fin llevaba consigo un pequeño recogedor y unavieja bolsa de hule.

Un día, a finales de los años cincuenta, mientras ibatranquilamente por un sendero del bosque detenién-dose de vez en cuando para recoger estiércol para sustomates, vio que alguien se acercaba lentamente a lolargo del sendero, un hombre que también se deteníapara agacharse y recoger algo. Sin duda, pensó Smith,allí estaba otro que también apreciaba las virtudes delestiércol equino.

A medio camino entre los dos había un banco, y,al llegar junto a él a la vez, se sentaron. Por una nota-ble coincidencia, el extraño llevaba una bolsa de hule

D de dobleEl doctor Warren Weaver cuenta lo siguiente en su li-bro Lady Luck: The Theory of Probability. Debió deocurrir a finales de los años cincuenta:

Mi yecino George D. Bryson hizo hace años unviaje de negocios de San Luis a Nueva York. Dadoque esto implicaba pasarse en el tren el fin desemana y él no tenía prisa, dado que nunca habíaestado en Louisville (Kentucky), y dado que teníainterés en ver la ciudad y aquel tren pasaba porella, preguntó al revisor si podía bajarse allí.

No había inconveniente, y al llegar a Louisvillepreguntó en la estación por el mejor hotel. Deacuerdo con la información recibida, fue al hotelBrown y se registró. Después, sólo por broma, fueal mostrador del correo y preguntó si había algopara él.

La encargada le entregó tranquilamente una cartadirigida al "Sr. George D. Bryson, Habitación307", que era el número del cuarto que acababande darle. Resultó que el anterior huésped de esahabitación era otro George D. Bryson, quetrabajaba para una compañía de seguros deMontreal pero procedía de Carolina del Norte. Másadelante ambos se encontraron y pudieronpellizcarse para asegurarse de que el otro era real.[ Warren Weaver, citado en Alan Vaughan,Incredible Coincidence, págs. 58-59]

Salto generacionalEl escritor J. Bryan III cuenta un curioso saltosobre el tiempo y el espacio ocurrido hacia 1960,cuando estaba en Mallorca escribiendo acerca de laGuerra de Secesión estadounidense:

Terminé mi libro. El último pasaje quemecanografié era la inscripción de una tablilla quehay en la vieja casa de mi abuelo:

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Una lágrima cosida a ma-no expresa el dolor sentidotras la muerte de Lincolnen 1865. Como la mayoríade los presidentes, era fata-lista en cuanto a la posibi-lidad de ser asesinado.

incE= 2=m2E rytkg twyeEttly931,„twAy~

K 23Lz 56789 A

"En este punto, donde la línea intermedia de lasdefensas de Richmond cruzaba Brook Road, lasfuerzas confederadas rechazaron el I° de marzo de1864 el ataque por sorpresa de Kilpatrick,emprendido para liberar a los prisioneros federalesque había en Richmond„."

Hecho esto, empaqueté el manuscrito, lo llevé alcorreo y fui en coche a una comida que daban unosamigos austriacos. Cuando llegué, los invitados—unos 16 ó 18— iban ya hacia el comedor. Apenasconocía a nadie, pero no había tiempo parapresentaciones. Me instalé en mi silla, y estaba apunto de tomar un poco de vino para sosegarmecuando la anfitriona anunció a los que estaban a sulado: "Nuestro amigo el señor Bryan es deRichmond."

El caballero que estaba frente a mí dijo con gestode agradable sorpresa:

—¿Richmond? Con frecuencia he querido ir allí,pero siempre me lo ha impedido algo en el últimomomento. —Sonrió y continuó—: Ahora que lopienso, a mi abuelo le ocurrió lo mismo.

Lo que entonces le dije sólo me lo explico porquela inscripción que acababa de transcribir estaba aúnfresca en mi subconsciente. Le pregunté:

—¿Se llama usted Kilpatrick, señor?—No —dijo—, pero así se llamaba mi abuelo.¡Y además era aquel Kilpatrick!¡Imagíneselo por un momento, encontrarnos los

dos en una pequeña isla del Mediterráneo ydescubrir que a más de 6 000 kilómetros de allí,casi un siglo antes, su abuelo había sido"rechazado" de casa del mío en una pequeñaescaramuza de la Guerra Civil! [Joseph Bryan III,The Sword Over the Mantel, citado en Holiday,noviembre de 1962, pág. 50]

Lincoln y KennedyDos de las muertes más trágicas y dramáticas de la his-toria estadounidense, los asesinatos de los presiden-tes Abraham Lincoln y John Fitzgerald Kennedy, pre-sentan los siguientes paralelismos asombrosos:

Este billete de 1 dólar, emitido en Dallas sólo dos se-manas antes de que fuese asesinado allí JFK, es hoyconocido como el billete del asesinato de Kennedy. Alestar situado en Dallas el decimoprimero de los 12 dis-tritos del Banco de la Reserva Federal, el billete llevala letra K, decimoprimera letra del abecedario, y el nú-mero 11 en las cuatro esquinas. El número de serie em-pieza por K y termina por A, iniciales de Kennedy As-sassination. El 11 significa también noviembre, deci-moprimer mes del año, y dos II equivalen a 22, la fe-cha de la tragedia. El número de serie es 1963, el añoen que ocurrió el asesinato.

1) Lincoln fue elegido presidente en 1860.Kennedy lo fue exactamente cien años más tarde, en1960.

2) Ambos lucharon a fondo por los derechosciviles de los negros.

3) Ambos fueron asesinados en viernes, enpresencia de sus esposas.

4) Las esposas de ambos habían perdido un hijomientras vivían en la Casa Blanca.

5) Ambos murieron a consecuencia de una balaque les penetró en la cabeza por detrás.

6) Lincoln murió en el teatro Ford. Kennedyhalló la muerte en un Lincoln convertible fabricadopor la Ford.

7) A los dos los sucedieron vicepresidentesllamados Johnson, que eran demócratas del Sur yantiguos senadores.

8) Andrew Johnson había nacido en 1808;Lyndon Johnson en 1908, exactamente cien añosmás tarde.

9) El primer nombre del secretario privado deLincoln era John, y el último del secretario privadode Kennedy, Lincoln.

10) John Wilkes Booth nació en 1839 [segúnalgunas fuentes]. Lee Harvey Oswald en 1939, cienaños más tarde.

11) Ambos asesinos eran hombres del Sur deideas extremistas.

12) Ambos fueron muertos antes de podercomparecer a juicio.

13) Booth disparó sobre Lincoln en un teatro yhuyó a un granero. Oswald disparó sobre Kennedydesde un almacén y huyó a un teatro.

14) Tanto LINCOLN como KENNEDY tienen sieteletras.

15) ANDREW JOHNSON y LYNDON JOHNSON tienenambos 13 letras.

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16) JOHN WILKES BOOTH y LEE HARVEY OSWALDtienen los dos 15 letras.

Además, la primera propuesta pública de que Lin-coln fuese candidato republicano a la presidencia (enuna carta a la Gazette de Cincinnati, 6 de noviembrede 1858) incluía también a un tal John Kennedy comovicepresidente (John P. Kennedy, antiguo secretariode Marina). (Martín Gardner, The Incredible Dr.

Matrix,págs. 42-45)

El siete de la suerteLa siguiente reseña biográfica, enviada a Arthur Koes-tler tras la publicación de su libro Las raíces del azaren 1973, puede ser demasiado buena para ser cierta.El autor de la carta, Anthony S. Clancy, de Dublín(Irlanda), escribía:

Nací el séptimo día de la semana, el séptimo día delmes, el séptimo mes del año y el séptimo año delsiglo. Era el séptimo hijo de un séptimo hijo, y tuvesiete hermanos; eso hace siete sietes. En mivigésimo séptimo cumpleaños, cuando consultaba elprograma de carreras para elegir un ganador en laséptima, vi que el caballo número siete se llamabaSéptimo Cielo y tenía un handicap de siete stones[unos 45 kilos]. Las apuestas estaban 7 a 1. Juguésiete chelines a él. Acabó séptimo. [Alan Vaughan,[ncredible Coincidente, citado en Reader's Digest,agosto de 1979, pág. 120]

Llaman al señor PapeEl 5 de mayo de 1974, The Sunday Times de Londrespublicaba los resultados de un concurso para elegir lamejor historia de una coincidencia. Entre las más de2 000 cartas recibidas estaba la siguiente, firmada porD.J. Page, de Surrey (Inglaterra):

En el mes de julio de 1940, cuando yo era un jovensoldado al servicio de Su Majestad "en algún lugarde Inglaterra", descubrí que mis fotos de boda, tanesperadas, habían sido abiertas por error por unsoldado de otra batería, la A; la mía era la B. Sedeshizo en disculpas al darse cuenta de su error,nada sorprendente dado lo parecido de nuestronombre y número. El era Pape No. 1509322 y yoPage No. 1509321. Esta confusión en el correo fuefrecuente hasta que me destinaron a otra batería.Poco después de terminar la guerra, yo trabajabacomo chofer de la London Transport en el depósitode Merton, Colliers Wood, S.W. Londres. Un díade pago noté que la deducción por impuestos erademasiado grande, y me presenté en la oficina delsuperintendente... Imagínese mi asombro cuandodescubrí que habían confundido mi salario con elde un chofer al que acababan de transferir allí, cosanada sorprendente cuando descubrí que se llamabaPape. Sí, era el mismísimo tipo... Lo más extrañode todo es que los números de nuestras licencias demanejar eran, el mío el 29222, y el de Pape el29223. [The Sunday Times de Londres, 5 de mayode 1974]

El inglés D.J. Page, a quien vemos aquí de uniformedurante la Segunda Guerra Mundial, vio su vida mez-clada inexplicablemente con la de un extraño de nom-bre parecido.

La foto proféticaLa señora Eileen M. Bithell, de Portsmouth (Inglate-rra), cuenta la siguiente historia de una fotografía largotiempo escondida pero profética:

Durante más de veinte años, en el aparador de latienda de abarrotes de mis padres estuvo colgado unletrero enmarcado que indicaba el día de la semanaen que cerrábamos. Dos semanas antes de la bodade mi hermano, descolgaron el letrero paracambiarlo y lo sacaron de su marco.

Detrás apareció una gran foto de una niña enbrazos de su padre. La niña era la prometida de mihermano y el padre su futuro suegro. Nadie sabecómo llegó esa foto a ser utilizada como respaldodel letrero de la tienda, pues ninguno de los queaparecen en ella era entonces conocido nuestro; ysin embargo ahora, veinte años después, ambasfamilias iban a unirse mediante el matrimonio. [TheSunday Times de Londres, 5 de mayo de 1974]

Corazones gemelosJohn y Arthur Mowforth eran gemelos. "Lo que leocurría a uno", contaba su hermana, "solía ocurrirletambién al otro." La noche del 22 de mayo de 1975ambos notaron fuertes dolores en el pecho y fueronllevados a toda prisa (sin que lo supiesen ni el otro ni

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su familia) al hospital, uno en Bristol y el otro enWindsor, ciudades separadas unos 120 kilómetros enlínea recta. Ambos murieron de un ataque al corazón

• poco después de ser internados. (Luigi Gedda y Gian-ni Brenci, Chronogenetics: The Inheritance of Biolo-gical Time, trad. Louis Keith, pág. 90)

1 El anagrama infortunadoSir Peter Scott, uno de los naturalistas británicos másconocidos, es un creyente entusiasta en el monstruode Loch Ness y durante muchos años ha echado todoel peso de su reputación en el debate. Tan grande essu confianza en la existencia del monstruo que ha pro-movido el uso de un nombre griego para él: Nessite-ras rhombopteryx. Este nombre, que él y el fotógrafosubmarino Robert Rines acuñaron en diciembre de1975, puede ser traducido aproximadamente como "elmonstruo de aleta romboidal de Ness" (en inglés,"The Ness monster with diamond-shaped fin"). Pe-ro, como los periódicos londinenses se apresuraron aseñalar con cierta alegría maligna, es también el ana-grama de las palabras "Monster Hoax by Sir Peter S."(El timo del monstruo de sir Peter S.). (Nature, 258:466-68, 11 de diciembre de 1975)

Destino compartidoEn las Bermudas, en 1975, un hombre que iba en unabicimoto fue muerto por un taxi exactamente un año

RELIEV E1 BElIEVE T H EIN THE LOCH NESS

MONSTERTERLOCHMONSTER

Las playeras de sir Peter Scott y su mujer lo dicen to-do: "Creo en el monstruo de Loch Ness." Scott es unexperto en el escurridizo "Nessie".

después de que su hermano, que iba en la misma bici-moto, fue muerto en la misma calle por el mismo ta-xista que llevaba al mismo pasajero. (John Michell yRobert J.M. Rickard, Phenomena: A Book of Won-ders, pág. 90)

La otra Wanda Marie JohnsonLa siguiente historia apareció en el Washington Postdel 20 de abril de 1978:

Wanda Marie Johnson, de Adelphi, en el condadoPrince Georges de Maryland, es empleada deequipajes en la Union Station de Washington.

Wanda Marie Johnson, de Suitland, en elcondado Prince Georges de Maryland, es enfermeraen el D.C. General Hospital de Washington.

Ambas Wanda Marie nacieron el mismo día, el15 de junio de 1953; ambas se habían ido deWashington, D.C., al condado Prince Georges;ambas tienen dos hijos, nacidos en el mismo

Las vidas casi duplicadas de Wanda Marie Johnson,de Suitland (izquierda), y Wanda Marie Johnson, deAdelphi (derecha), acabaron por reunir a ambas mu-jeres en 1978.

hospital, y ambas poseen un Ford Granada de dospuertas. Las once cifras de los números de serie desus coches son iguales, salvo las tres últimas.

...y perros llamados ToyDos gemelos idénticos, nacidos en Ohio hace unos 40años, fueron adoptados poco después por dos fami-

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lías diferentes. En 1979, al cabo de 39 años de separa-ción, se reunieron. Entonces descubrieron que a losdos les habían puesto James, que los dos habían estu-diado para policías y que a los dos les gustaban el di-bujo industrial y la carpintería. Ambos se habían ca-sado con una mujer llamada Linda, habían tenido un

Cuando los gemelos idénticos Jim Lewis (izquierda)y Jim Springer (derecha) se encontraron al cabo de 39años, descubrieron semejanzas "tremebundas" en susvidas, hábitos e ideas.

hijo —uno llamado James Alan y el otro JamesAllan—, se habían divorciado y habían vuelto a ca-

sarse con una mujer llamada Betty. Ambos llamabanToy a su perro, y además los dos iban de vacacionesa la misma playa de St. Petersburg, en Florida. (Rea-der's Digest, enero de 1980, pág. 78)

COINCIDENCIAS EN QUE INTERVIENENOBJETOS

Los objetos que figuran en estos casos de coinciden-cia son tan notablemente diversos como kimonos, re-lojes, armas, budines de ciruela, escarabajos y cajasde cerillos.

Kimono fatalUn kimono, que perteneció sucesivamente a tres mu-chachas adolescentes que murieron antes de poder lu-cido, fue considerado portador de tan mala suerte queun sacerdote japonés procedió a quemarlo en febrerode 1657. Cuando estaba haciéndolo, se levantó unfuerte viento que avivó las llamas hasta que no pudie-ron ser dominadas. El fuego así prendido destruyó trescuartas partes de Tokio, reduciendo a cenizas 300 tem-plos, 500 palacios, 9 000 tiendas y 61 puentes, y aca-bando con la vida de 100 000 personas. (Noel Nouet,Histoire de Tokyo, pág. 98)

El gran incendio de Tokio de 1 657 escapó rápidamen- latió la mayor parte de la ciudad: un auténtico polvo-te al control de sus angustiados pobladores y consumio de casas, templos y puentes de madera.

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Un reloj magníficamente decorado es ofrecido a LuisXIV por el científico holandés Christiaan Huygens,que fue el primero en utilizar el péndulo para regularel movimiento horario.

Doble riesgoJabez Spicer, de Leyden (Massachusetts), fue muertopor dos balas en el ataque al arsenal federal de Spring-field el 25 de enero de 1787, durante la rebelión deShays. Llevaba puesta en ese momento la misma ca-saca que había llevado su hermano Daniel cuando tam-bién fue víctima de dos proyectiles el 5 de marzo de1784.

Las balas que mataron a Jabez Spicer entraron porlos agujeros hechos por las balas que habían matadoa su hermano Daniel tres años antes. (Official Historyof Guilford, Vermont, 1678-1961, pág. 94)

Monsieur de Fortgibu y los budines de ciruelaLos budines de ciruela son una especialidad más in-glesa que francesa, y el poeta francés Emite Deschampsrecordaba muy bien ese postre: cuando estuvo en uninternado de Orleáns hacia 1800, lo invitó a probaruna rebanada un tal M. de Fortgibu, que acababa devolver de Inglaterra.

Diez años más tarde, en París, Deschamps pasabafrente a un restaurante cuando vio dentro un budínde ciruela de suculento aspecto. Entró para pedir unarebanada pero le dijeron que acababa de comprarlootro cliente.

El reloj que se detuvoUn reloj decorado perteneciente al rey Luis XIV deFrancia se detuvo en el preciso momento de su muer-te, las 7:45 de la mañana del I° de septiembre de 1715,y no ha vuelto a funcionar. (Ripley's Giant Book ofBelieve It or Mt!)

—Monsieur de Fortgibu —interpeló la dependien-ta al cliente que se acercaba—, ¿sería tan amable decompartir su budín de ciruela con este caballero?

Quien en otro tiempo diera a probar a Deschampssu budín era ahora un hombre mayor, de empolvadapeluca y con uniforme de coronel, y que se prestó másque gustoso a volver a compartir su budín con Des-champs. Tras saludarse, ambos recordaron aquel pri-mer budín de ciruela.

Pasaron muchos años, y Deschamps se encontró in-vitado a una cena en la que le dijeron que iban a ser-vir budín de ciruela.

—Entonces sé que estará allí M. de Fortgibu —dijoDeschamps a su anfitriona, y le contó la historia.

Llegada la noche de la cena, y como postre, sirvie-ron un magnífico budín de ciruela a los diez invita-dos. En ese momento se abrió la puerta y entró porella M. de Fortgibu. Ya muy viejo, y un tanto despis-tado, se había equivocado de dirección y había llega-do a la cena por error. (Camine Flammarion, TheUnknown, pág. 194)

La importancia del budín de ciruela en Navidad se ilus-tra en esta escena de 1838, en la que una familia in-glesa celebra la aparición de ese postre tradicional.

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Un papiro oportunoEl Ángel de las Bibliotecas, cuya tarea consiste en ve-lar por los escritores y eruditos que lo merecen, es qui-zá en su interior un egiptólogo, porque una de sus coin-cidencias más valiosas la proporcionó al doctor Tho-mas Young, el físico inglés a quien, junto a Jean

FrancoisChampollion, se debe el desciframiento de la pie-

El desciframiento de la piedra de Rosetta, inscrita encaracteres jeroglíficos, demóticos y griegos, fue la claveque sirvió para comprender los antiguos manuscritosegipcios.

dra de Rosetta, clave primera y principal de nuestracomprensión de los jeroglíficos.

Una noche de 1822 (el año en que Champollion, ba-sándose en las investigaciones de Young, publicó suestudio de la piedra de Rosetta), Young se afanaba so-bre un manuscrito de escritura jeroglífica. A excep-ción de tres nombres escritos en caracteres griegos—Apolonio, Antígono y Antioco, que él leía Antíma-co—, no conseguía encontrarle pies ni cabeza. Lo de-jó de lado, y examinando un nuevo envío encontróotro papiro, que resultó estar escrito totalmente engriego. Mientras lo recorría rápidamente antes de de-jarlo a un lado, su mirada captó los mismos nombresque acababa de leer en el manuscrito egipcio, aunqueen forma ligeramente diferente: Portis Apollonii y An-timachus Antigenis. Asombrado, se dio cuenta de quetenía ante sí una traducción del jeroglífico. El docu-mento había sobrevivido 2 000 años para llegarle, des-de otro confín del mundo, en el momento en que másfalta hacía. Tal conspiración de acontecimientos, es-cribió más tarde, hubiese bastado en una época ante-rior para convencer a la gente de que no sólo habíaaprendido jeroglíficos, sino también los secretos de lahechicería egipcia. (Thomas Young, An Account ofSome Recent Discoveries in Hieroglyphical Litera-ture and Egyptian Antiquities, págs. 55-58)

Las cajitas de oroCuando el rey Eduardo VII de Inglaterra era joven,y todavía príncipe de Gales, era muy aficionado a lacaza del zorro. Uno de sus habituales compañeros decacería era un actor llamado Edward A. Sothern. Undía, como prueba de estima y afecto, el príncipe rega-ló a su amigo una cajita de oro, para cerillos, diseña-da para ir unida a una cadena de reloj. Sothern la lle-vaba consigo a dondequiera que iba; pero un día, es-tando de caza, lo tiró su caballo, y la cajita, a pesarde todos los esfuerzos por encontrarla, no apareció.Sothern mandó hacer otra igual, que más tarde rega-ló a su hijo Lytton.

Lytton Sothern era también actor, y durante una gi-ra por Australia regaló el duplicado de la cajita a unamigo de allí llamado Labertouche.

De regreso en Inglaterra, el hermano de Lytton,George, cazador de zorros como su padre, corría undía tras la jauría cuando se topó con el viejo granjeropor cuyas tierras transcurría la cacería. Al saber queGeorge era hijo de Edward A. Sothern, el granjero ledio la cajita de oro perdida veinte años antes y quehabía sido encontrada aquella misma mañana por unmozo que estaba arando.

El hermano de Lytton y George, Edward H. So-thern —el tercer actor de la familia—, estaba de girapor América cuando ocurrió esto, y George creyó que

Eduardo, príncipe de Gales, que fue coronado rey deInglaterra a los 59 años, era un entusiasta deportista.Esta pintura nos lo muestra en una cacería de zorros.

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valía la pena escribirle contándole el caso. Cuando Ed-ward leyó la carta viajaba en tren con otro actor, Ar-thur Lawrence, a quien había conocido ese mismo dia.Le contó la curiosa historia y se preguntó en voz altaqué habría sido del duplicado. A lo cual, y para suasombro, respondió Lawrence haciendo oscilar una ca-dena. De ella colgaba la cajita de oro, que Labertou-che había regalado a Lawrence. (Edward H. Sothern,My Remembrances: The Melancholy Tale of "Me",pág. 341)

Escrito en el vientoCamine Flammarion, el célebre astrónomo francés delsiglo XIX, era también estudioso del ocultismo, y enespecial de cómo puede relacionarse la aparición defantasmas con el problema de la vida después de lamuerte. En su libro Lo desconocido, publicado en1900, refiere que cuando estaba redactando el capítu-lo sobre el viento de su gran obra L'Attnosphére, unaráfaga abrió de golpe su ventana, levantó las cuarti-llas que acababa de escribir y se las llevó. Pocos díasmás tarde le asombró recibir de su editor las pruebasdel capítulo desaparecido. El viento habla llevado lospapeles a una calle por la que pasaba el portero deleditor, que a menudo hacía de mensajero para Flam-marion. El portero se había limitado a recoger las cuar-tillas voladas y llevárselas al editor como de costum-bre. (Camille Flammarion, The Unknown, pág. 192)

Una pistola perseveranteLa siguiente historia la cuenta sir Harold Nicolson ensu ensayo "Coincidencias":

En mayo de 1866, cuando eI príncipe Bismarck ibaa caballo por Unter den Linden, se le acercó unestudiante llamado Cohen Blind, quien sacó unrevólver y le disparó cuatro tiros a quemarropa.Dos de las balas fallaron el blanco, otra penetró enel hombro de Bismarck y otra en el pulmón. ElCanciller de Hierro no era hombre a quienperturbase una pequeñez como ésa, y a los seis díaspudo vérsele de nuevo, erguido y dominante,cabalgando por Unter den Linden. Entretanto, HerrBlind había sido detenido y le habían quitado elrevólver, que fue ofrecido a Bismarck comorecuerdo de la ocasión.

En 1886, el padre de mi amigo Leopold estabapasando una temporada con Bismarck, con quienhabía emparentado por su matrimonio. Había en lacasa varias señoras, y después de la comida laprincesa Bismarck las llevó a recorrer lashabitaciones, para mostrarles los objetos históricosque contenían. Bismarck y los invitados varones se

Camille Flammarion, astrónomo francés, escribió co-piosamente acerca de su especialidad, como sugierenlos papeles que tiene ante sil En años posteriores sededicó a la investigación parapsicológica.

El artista que hizo este grabado del intento de asesi-nato de Bismarck se tomó algunas libertades, comola de mostrar al príncipe y canciller alemán a pie envez de a caballo.

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quedaron saboreando sus puros de Hamburgo.Desde el despacho del Canciller podían oírse lasvoces de las damas. "Y ésta", dijo una voz, "es lapistola que usó Blind en 1866." Hubo un murmullode interés seguido de un fuerte estampido. Bismarcksaltó de su asiento y se precipitó al cuarto contiguo:las damas se miraban asombradas, mientras habíaen el aire un fuerte olor a pólvora. La pistola, aúnhumeante, estaba tirada en el suelo. El Cancillertuvo uno de sus raros accesos de cólera, ¿Cómopodía alguien, tronó, haber sido tan tonto comopara tocar aquel revólver? Era un milagro quenadie hubiese resultado muerto. No debía permltirseque nadie volviera a tocar esa arma.

En 1906, mi amigo Leopold estaba invitado encasa de sus primos, en Friedrichsruh. La tarde eralluviosa, y a la comida habían asistido algunosjóvenes. Mi amigo les enseñó el despacho delCanciller. Tomó la pistola del escritorio. "Ésta",dijo, "es la pistola con la que Blind disparó contraBismarck en 1866. Veinte años más tarde, estandoaquí mi padre, había unas damas visitando la casa yuna de ellas agarró la pistola y tontamente apretó elgatillo, así..." Hubo un relámpago y un estampido.Retrocedieron de un salto y se miraron, pálidos.Una de las muchachas había resultado levementeherida en la mano. El propio Leopold sangraba porel dedo, y tenía la mano quemada y negra depólvora. La bala, sexta y última del revólver deHerr Blind, estaba incrustada en su bíceps. [HaroldNicolson, Small Talk, págs. 99-101]

La bala que al fin dio en el blancoEn 1883, Henry Ziegland, de Honey Grove (Texas),dejó plantada a su novia, que desesperada se mató.Su hermano trató de vengarla matando a Ziegland, pe-ro la bala sólo le rozó la cara y fue a incrustarse enun árbol. El hermano, creyendo que había matado aZiegland, se suicidó.

En 1913, Ziegland estaba talando el árbol donde sehabía alojado la bala. Era muy difícil, de modo quedecidió usar dinamita. La explosión incrustó la viejabala en la cabeza de Ziegland y lo mató. (Ripley's Be-lieve It or Not!, pág. 133)

Sin escapatoriaAl comienzo de la Primera Guerra Mundial, variosagentes de la inteligencia francesa detuvieron a un es-pía alemán, Peter Karpin, cuando acababa de entraren el país. Mantuvieron la detención en secreto, y du-rante los tres años siguientes, hasta la fuga de Karpinen 1917, enviaron informes falsos a los superiores deéste, e interceptaron todos los fondos enviados a Fran-cia para él. Esos fondos fueron utilizados para com-prar un automóvil que, en 1919, atropelló y mató aun hombre en el Ruhr, en esa época todavía ocupadopor los franceses. La víctima del accidente no era otroque el espía que se había fugado, Peter Karpin. (Ri-pley's Giant Book of Believe It or Not!)

Reunión en ParísCuando la novelista Anne Parrish visitó por primera

vez París en los años veinte, ella y su marido acostum-braban curiosear en los puestos de libros de viejo quehay a orillas del Sena, cerca de la lie de la Cité. Enuno de ellos encontró un viejo ejemplar de Jack Frosrand Other Stories, libro que había alegrado sus díasde infancia en Colorado Springs y que no había vuel-to a ver desde entonces. Emocionada al volver a en-contrar a aquel viejo amigo al cabo de tantos años, selo mostró a su marido. Éste lo abrió, y en la guardaencontró una anotación: "Anne Parrish, 209 N. We-ber Street, Colorado Springs." (Alexander Woollcott,While Rome Burns, págs. 20-23)

Anne Parrish, nacida en1888 y muerta en 1957, sehizo famosa en los añosveinte con novelas hábil-mente escritas, como ThePerennial Bachetor, pre-miada en 1925. Atesorabaen su memoria los libros decuentos de su infancia, ycolaboró en dos libros pa-ra niños, uno de ellos KneeHigh To a Grasshopper.

Un libro con vistasDurante la Segunda Guerra Mundial, Arthur

Butterworth, originario de Yorkshire, estaba destinado enun campamento situado en terrenos de TavershamHall, cerca de Norwich. Había pedido un libro sobremúsica a un librero de viejo de Londres, y cuando alfin llegó el paquete lo abrió en su barracón, asomadoa la ventana. Al hacerlo, del libro cayó una postal, evi-dentemente puesta allí como señal por el anterior pro-pietario. Butterworth vio que había sido escrita el 4de agosto de 1913 y le dio vuelta para ver la ilustra-ción. Para su asombro, la fotografía mostraba exac-tamente lo que podía ver desde su ventana, Tavers-ham Hall.

Dado que durante la guerra los campamentos mili-tares sólo tenían clave postal, no dirección, el librerono podía saber adónde enviaba el paquete, ni pudopor tanto incluir deliberadamente la postal como ges-to amistoso. Así, en un libro de música, Arthur But-terworth encontró un regalo fuera de lo común: unadesconcertante resonancia de tiempo y espacio. ( TheSunday Times de Londres, 5 de mayo de 1974)

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MONARCH PUBLISHING CO.New York

El doble fatalEl 22 de noviembre de 1941 —16 días antes de que losjaponeses atacaran Pearl Harbor—, The New Yorkerpublicaba dos anuncios de un nuevo juego de dadosllamado The Deadly Double (El doble fatal). Uno deellos llevaba el encabezamiento AcH -ruNG. WARNING.

ALERTE! Al pie de la columna figuraban las palabrasTHE DEADLY DOUBLE, y debajo de ellas un águila he-ráldica de dos cabezas (como la que figura en el escu-do de Alemania) con un escudo sobre el pecho en eIque había una doble aspa. El otro anuncio mostrabados dados, uno negro y otro blanco, ambos con trescaras visibles. En las caras del dado blanco figurabanlos números 12 y 24 y el signo de la doble aspa; enel dado negro, los números O, 5 y 7. Sobre los da-dos se repetía el encabezamiento ACHTUNG. WARNING.

ALERTE!

Después del ataque a Pearl Harbor se especuló mu-cho con la posibilidad de que esos anuncios hubieransido insertados por las potencias del Eje para alertara sus agentes: el 12 y el 7 podían referirse a la fechadel ataque (7 de diciembre); el 5 y el O haber indicadola hora planeada para el mismo, y las dos aspas, XX(20 en números romanos), podían ser la latitud apro-ximada del objetivo. Se desconoce el significado del24. Tan fuertes eran las sospechas que varios agentesdel FB1 visitaron a las personas que habían puesto losanuncios, Roger Craig y su esposa.

El juego del Deadly Double era legal, y en 1941 lovendían varias tiendas de Nueva York. Las sospechasdel gobierno no se hicieron públicas sino hasta 1967,cuando Ladislas Farago, antiguo miembro del servi-cio de información naval estadounidense, reveló el ca-so en el comunicado de prensa que acompañó la sali-da de su obra The Broken Seal. Entrevistada poco des-pués por un reportero, la viuda de Roger Craig dijoque cualquier relación entre los anuncios y Peari Har-bor "era sólo una gran coincidencia". (Scienfific Ame-rican, 227:111-12, octubre de 1972)

En 1941 se sospechó queestos anuncios del juego dedados The Deadly Doubledaban claves para el bom-bardeo de Pearl Harbor.Más recientemente se hasugerido que los númerosque se ven en los dados (de-recha) predecían el asesina-to de Kennedy por Oswald.A causa de las muchas va-riantes posibles en los jue-gos de numerología, la pro-babilidad de encontrar apa-rentes coincidencias es muyalta.

We hope you'll never have to spendlong winter's night in an air-raid shelter,but we were just thinking . . . it's onlycommon cense to be prepared. If you'renot too busy between now and Christ-mas, why not sit down and plan a list ofthe things you'll want to have on hand.. . . Canned goocls, of course, and can-dles, Sterno, bottled water, sugar, coffeeor tea, brandy, and plenty of cigarettes,sweaters and blankets, books or maga-zines, vitamin capsules . . . and thoughit's no time, really, to be thinking ofwhat's fashionable, we bet that mostof your friends will remember to in-elude those intriguing dice and chipswhich make Chicago's favorite game

THEDEADLY DOUBLE

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Los aviones antiguos son una de las grandes aficionesde Richard Bach, autor de la novela Juan SalvadorGaviota. Esta foto de 1973 nos lo muestra junto a suhidroavión Widgeon, modelo 1947.

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El misterio de los crucigramasLos preparativos aliados para la invasión de Europaen 1944 estuvieron revestidos de un secreto sin prece-dentes. A cada fase de la operación, denominada enclave Overlord, le fue asignado un nombre tambiénen clave. Entre los más importantes estaban Neptu-no, que designaba los preliminares navales; Omaha yUtah, nombre de las dos playas francesas donde ibana tener lugar los desembarcos, y Mulberry, nombre enclave de los puertos artificiales que se utilizarían paraabastecer las cabezas de playa.

Treinta y tres días antes de la fecha prevista parala invasión, esos nombres en clave empezaron a apa-recer en el crucigrama del Daily Telegraph, de Lon-dres. El 2 de junio, sólo cuatro días antes del iniciode la invasión, apareció la clave Overlord (señor feu-dal), dada como solución a "Peces gordos como ésterobaban lo suyo a veces".

Varios agentes de seguridad acudieron a las ofici-nas del Telegraph en Fleet Street, seguros de que unespía nazi había descubierto el juego. Pero a quien en-contraron fue a un sorprendido maestro de escuela lla-mado Leonard Dawe, que llevaba veinte años hacien-do el crucigrama del periódico y que consiguió con-vencer a los interrogadores de su inocencia: únicamen-te era culpable de una increíble coincidencia. (TheUnexplained: Mysteries of Mind Space and Time,Vol. 3, No. 31)

grafía publicada en la primera plana de un periódicomostraba cómo era extraído del agua el vagón de co-la, con el número 932 claramente visible en su costa-do. Ese día, millares de personas jugaron al 932 en lalotería de Nueva York y, efectivamente, el número que

El día 17 de septiembre de1958 fue trágico para mu-chos pasajeros de un trende la Jersey Central que ca-yó a la bahía de Newark,pero a los apostadores lestrajo buena suerte: millaresde jugadores de la loteríade Nueva York eligieron elnúmero del vagón, 932,que se ve en esta escena...y ganaron.

salió fue el 932. (Scientific American, 227:112, octu-bre de 1972)

Contra toda probabilidadEn 1966, el famoso escritor y piloto Richard Bach es-taba actuando en las ferias del Medio Oeste de los Es-

Estos crucigramas aparecieron en el Daily Telegraphpoco antes del día D de la Segunda Guerra Mundial.Por pura coincidencia, las soluciones a las definicio-nes incluidas en los círculos eran palabras en clave parala planeada invasión de Europa por los aliados.

Presagio curiosoCuando un tren de la Jersey Central cayó de un puen-te a la bahía de Newark en 1958, los fotógrafos deprensa se precipitaron al lugar del suceso. Una foto-

Lados Unidos con un raro biplano, un Detroit-ParksP-2A Speedster de 1929, modelo del que sólo se cons-truyeron ocho. En Palmyra (Wisconsin), Bach alqui-ló el avión a un amigo, quien aterrizó con el avión depunta. "Pudieron arreglarlo todo excepto un montan-te, cuya reparación parecía imposible dado lo raro dela pieza."

En ese momento llegó el propietario del hangar deal Iado y preguntó si podía ayudarles, ofreciéndolespara ello cualquiera de los trozos y restos que estabanalmacenados en sus tres cobertizos. Cuando Bach le

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describió la pieza tan rara que necesitaba, el hombrefue hasta un montón de chatarra y la señaló. Bachconcluye:

Lo improbable de que rompiésemos el biplano enun pueblo en el que por casualidad vivía un hombreque tenía aquella pieza de hacía cuarenta años pararepararlo, de que estuviese allí cuando ocurrió y deque llevásemos el avión junto a su hangar, a pocosmetros de la pieza que necesitábamos, convierte lacoincidencia en algo casi absurdo. [Richard Bach,Nothing b,v Chance, citado en Reader's Digest,agosto de 1979, pág. 118]

¿Falla de memoria?Lawrence LeShan, un psicólogo que ha escrito muchosobre meditación y fenómenos paranormales, publi-có en 1968 la siguiente carta en el International Jour-nal of Parapsychology:

En los primeros días de diciembre de 1967 le enviéa la psicóloga Nina Ridenour el borrador de unmanuscrito que trataba en gran parte de misticismo.Aunque más conocida por su trabajo en el campode la salud mental, la doctora Ridenour es tambiénexperta en aquel tema.

A mediodía del 11 de diciembre, la doctoraRidenour y yo nos reunimos a comer para hablar demi trabajo. A lo largo de la conversación yo ibatomando notas de sus comentarios y críticas, Suprincipal argumento era que mi manuscritoreflejaba lo incompleto de mis conocimientos en lamateria. Cuando me sugirió algunos libros sobre eltema, los anoté todos. Mencionó ocho obras, entreellas libros de Nicoll, Stace y Ouspensky. El quintolibro del que habló era The Vision of Asia, deByng. Recuerdo muy bien que, en cuanto escribí elnombre del autor y el título, me dijo: "Sólo cuandolo lea comprenderá [a diferencia entre el misticismooriental y el occidental." Aunque no anoté estecomentario suyo, todavía puedo oír su voz diciendoexactamente esas palabras, y mis notas contienen lareferencia al libro y una señal.

El comentarlo de la doctora Ridenour me habíaimpresionado, porque las diferencias entre ambosmisticismos eran cruciales para la idea que yo habíaestado tratando de explorar. En consecuencia,después de la comida fui directamente a labiblioteca de la Fundación de Parapsicología parabuscar ese libro, pero no lo tenían. Desde laFundación fui directamente a la biblioteca delSeminario de la Unión Teológica, también sin éxito.

Esa noche volvía a casa a toda prisa porque seme había hecho tarde. No obstante, por puroimpulso, tomé un camino que no había seguidonunca, ya que era algo más largo. Al detenerme unmomento ante un semáforo junto a un basurero, viun libro caído en el suelo. Movido por unacuriosidad ociosa, me agaché y lo recogí. Elvolumen que tenía en mi mano se titulaba TheVision of Asia, y el nombre del autor era L.A.Cranmer-Byng.

A la mañana siguiente llamé a la doctoraRidenour y le dije: "Tengo una divertida historia

que contarle sobre el libro que me recomendó." Alo que ella replicó: "¿Qué libro?" — The Vision ofAsia, de Byng." "Nunca oí hablar de él",respondió.

Y así, como diría Kipling, está la cuestión. Ladoctora Ridenour, persona seria y altamenteresponsable, es taxativa en cuanto a que norecuerda ni haber oído hablar del libro hasta que yose lo mencioné. Yo tengo el libro (un ejemplarsacado de la Biblioteca Oriental de la Universidadde Columbia en 1960), y las notas tomadas mientrasella hablaba, en las que se le menciona.

He de confesar que soy incapaz de clasificar estaexperiencia en una categoría concreta. [InternationalJournal of Parapsychology, 10:223-24, 1968]

El regreso de La chica de PetrovkaCuando a principios de los años setenta el actor britá-nico Anthony Hopkins firmó un contrato para inter-pretar uno de los principales papeles de la versión ci-nematográfica de La chica de Petrovka, de George Fei-fer, recorrió en vano las librerías de la Charing CrossRoad londinense en busca de un ejemplar de la nove-la. Un tanto frustrado, entró en el metro de LeicesterSquare para volver a casa. Y allí, en un banco de laestación, encontró un ejemplar del libro, al parecer ol-vidado por otro pasajero.

Dos años más tarde, Hopkins estaba en Viena tra-bajando en la película cuando recibió la visita del autordel libro, George Feifer, quien le dijo que no tenía nin-gún ejemplar de éste porque había dado el últimoa un amigo que lo había perdido en Londres. "¿Seráéste", preguntó Hopkins, dándole el suyo, "con no-tas garabateadas en los márgenes?" Era, en efecto, elejemplar de Feifer. La chica de Petrovka había vuel-to al fin a casa. ( The Sunday Times de Londres, 5 demayo de 1974)

Después de que Anthony Hopkins (arriba, con Gol-die Hawn) accedió a actuar en La chica de Petrovka,encontró casualmente un ejemplar del libro.

Las probabilidades pueden ponerse en cifrasLas observaciones y la historia que siguen le fueron

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proporcionadas a Arthur Koestler, en 1974, por el doc-tor Tom Leonard, profesor de estadística en la Uni-versidad de Warwick (Inglaterra):

Un determinado acontecimiento coincidente tiene,por definición, una probabilidad infinitesimalmentepequeña de ocurrir. No obstante, son infinitos losacontecimientos que pueden ocurrirle porcoincidencia a una determinada persona, pero queno le ocurren. Si sumamos todos losacontecimientos coincidentes posibles, hallaríamosque la probabilidad de que al menos uno de ellosocurra durante la vida de esa persona es muygrande. Me sorprendería mucho que abundaran laspersonas que pueden decir que nunca hanexperimentado una coincidencia asombrosa.

La mejor historia de coincidencias que conozco esla siguiente. En su primera clase en estauniversidad, un nuevo profesor de estadística estabahablando a sus alumnos de las leves de laprobabilidad. A modo de ejemplo, sacó unamoneda del bolsillo y la lanzó al aire. Aterrizósobre el suelo encerado, dio unas cuantas vueltas y,entre aplausos estruendosos, vino a detenerse... ;decanto! Lo que aquí nos importa es que fue una delas muchas coincidencias que podían haberocurrido.

Las probabilidades de que una moneda perfecta-mente redonda quede de canto tras haber sido lanza-da al aire han sido calculadas por el matemático War-ren Weaver como aproximadamente una entre mil mi-llones. (Alan Vaughan, Incredible Coincidence, págs.198-99)

Un iceberg que cayó del cieloEn julio de 1975 un gran bloque de hielo atravesó eltejado del hogar de los Melkis, en Dunstable (Bedford,Inglaterra). En el momento del incidente la familia es-taba enfrascada viendo en la televisión una películaacerca del Titanic., y cuando el hielo cayó sobre su te-cho esperaban en tensión el choque del barco contrael iceberg fatal. (John Michell y Robert J.M. Rickard,Phenomena: A Book of Wonders, pág. 91)

Los dos Walter KellnerEn 1979, Das Beste (edición alemana de Seleccionesdel Readcr's Digest) ofreció un premio para la mejorhistoria de una experiencia personal de alguno de suslectores. El ganador, elegido entre 7 000 participan-tes, fue un piloto llamado Walter Kellner, de Munich.Kellner contó cómo su avión, un Cessna 421, se estre-lló en el mar Tirreno, entre Cerdeña y Sicilia, y cómosobrevivió a la prueba en una lancha de hule. Los in-vestigadores del Digest comprobaron cuidadosamen-te la historia con informes alemanes e italianos del ac-cidente y se convencieron de que el relato dc Kellnerera cierto. Su Cessna, número de registro D-INUR,había caído realmente desde 3 000 metros de alturaal fondo del mar Tirreno tal como él lo contaba. Lafecha de la entrega de premios era el 6 de diciembre,

y Kellner iba a llevar la lancha de hule a las oficinasde Das Beste.

La mañana de ese día llegó a Das Beste una cartadirigida al jefe de redacción, Wulf Schwarzwaller, queera quien iba a entregar el premio a Kellner. La fir-maba Walter Kellner, otro Walter Kellner, que vivíaen Kritzendorf (Austria). Era también piloto y decíaque la historia era falsa. Había pilotado ese mismoCessna durante cuatro años por Europa y el Medite-rráneo, y aunque en una ocasión había tenido que ha-cer un aterrizaje forzoso por avería del motor en lapista de aterrizaje de Cagliari, en Cerdeña, nunca ha-bía caído al mar. Algún impostor había tomado su his-toria, le había cambiado el final y estaba a punto deapoderarse del dinero del premio.

Sehwarzwaller quedó pasmado. ¿Cómo podía seraquello cuando la historia había sido comprobada tancuidadosamente? Y ¿qué hacer ahora? Su autor esta-ba a punto de llegar para ir a comer...

Como estaba previsto, un sonriente Walter Kellnerllegó a las oficinas de Das Beste, recibió la bienveni-da... y en seguida le enseñaron la carta de su tocayo.

Al principio se echó a reír. Sí, sabía por la docu-mentación del avión que lo había pilotado otro Kell-ner, pero no tenía ni idea de que compartiesen tam-bién el nombre de pila. Después llegó a la parte de lacarta que describía el aterrizaje forzoso del otro Kell-ner en Cerdeña y se puso pálido. El mismo avión, lamisma zona, el mismo problema de motor y un pilotocon el mismo nombre. ¿Qué clase de maleficio eraaquél? ¿Por qué parecía que el Cessna sentía rencorcontra los Walter Kellner, y por qué, al parecer, esta-ba decidido a acabar con ellos y consigo mismo en lascercanías del mar Tirreno?

Eran preguntas sin respuesta. Los dos Walter Kell-ner habían entrado en contacto con un misterio delque con suerte sobrevivieron. Los editores de Das Bestehabían abierto sin querer una puerta hacia lo desco-nocido, por la cual durante toda la entrega de premiospudieron sentir soplar un viento helado y misterioso.(Courier, abril de 1980, págs. 12-13)

LOS ANIMALES NO ESTÁN EXENTOS

Peces, escarabajos, saltamontes y gansos son parte in-volunraria (suponemos) de ciertas misteriosas coinci-dencias.

La Yoz del pezLa víspera de San Juan de 1626, un tal Mead, delChrist's College de Cambridge (Inglaterra), atravesa-ba la plaza del mercado cuando oyó una conmociónprocedente de un puesto de pescado. Una pequeña mu-chedumbre se había reunido y examinaba un libro quela pcscadera acababa de descubrir dentro de un granbacalao.

Lo vi todo con mis propios ojos 'escribió el señorMead] —el pescado, el estómago, el trozo de lona,el libro— y observé todo cuanto he escrito, Lo

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único que no vi fue cuando abrieron el pescado, alo que pocos estuvieron presentes, y que se llevó acabo sobre el puesto de la pescadera, quien primeroseparó la cabeza, de la que colgaba el estómago, yencontrándolo lleno, lo registró y halló todo cornoya he dicho. Quien hubiese tenido la nariz tan cercacorno yo ayer por la mañana hubiera quedadoconvencido de que no hubo impostura por falta detestigos. El pescado procedía de Lynn [King's Lynn,en Norfolls].

El libro, del que se hizo cargo el señor Mead, esta-ba envuelto en lona y, aunque viscoso y gastado, eraperfectamente legible. Resultó ser un tratado teológi-co escrito por John Frith durante su prisión en Ox-ford cien años antes. En tan alta estima tuvieron lasautoridades de Cambridge este notable sistema de dis-tribución de libros que hicieron reimprimir el volumenbajo el titulo de Vox Piscis ("La voz del pez") or, TheBookfish, y lo adornaron con un grabado del pez, dellibro y del cuchillo de la pescadera.

El joven Frith había sido encerrado en una celdadonde se guardaba pescado y donde el hedor era tangrande e insoportable que algunos de sus compañerosde prisión murieron a causa de él. Frith mismo fue que-mado por hereje en 1533. (John Michell y Robert J.M.Rickard, Phenomena• A Book of Wonders, pág. 92)

El escarabajo doradoCarl Gustav Jung, uno de los fundadores de la psico-logía del siglo xx, contaba lo siguiente en su tratado"La sincronicidad: un principio conectivo acausal",escrito en 1960:

Una joven a la que yo trataba tuvo, en unmomento crítico, un sueño en el que le regalabanun escarabajo dorado. Mientras me lo contaba, yoestaba sentado de espaldas a la ventana cerrada. Depronto oi detrás de mí un ruido, como un suavegolpeteo. Me volteé y vi que un insecto voladorgolpeaba por fuera el vidrio de [a ventana. Abríésta y atrapé al insecto en el aire cuando entraba.Era lo más parecido a un escarabajo dorado que seencuentra en nuestras latitudes, un escarabcidollamado Colonia curato, que en contra de suscostumbres había sentido la necesidad de entrar enuna habitación oscura en ese preciso momento...

Parece haber un fundamento arquetípico para lo

Las teorías de la sincroni-cidad y del inconsciente co-lectivo figuran entre lasgrandes ideas de Carl G.Jung. El gran psiquiatra,que vivió de 1875 a 1961,tenía 60 años cuando le hi-cieron este retrato.

que ocurrió. Era un caso extremadamente dificil. yhasta el momento del sueño apenas habíamos hechoprogresos. Deberla explicar que la principal razónpara ello era el ánimo de mi paciente, que... seaferraba de tal modo a su idea de la realidad quetres médicos —yo era el tercero— no habíamos sidocapaces de debilitarla. Era evidente que hacía faltaalgo totalmente irracional que no estaba en mimano provocar. El sueño sólo había conseguidoperturbar levemente la actitud racionalista de mipaciente. Pero cuando el "escarabajo" real entróvolando por la ventana, ei ser natural de la pacientelogró romper la armadura de la posesión de suánimo, y al fin pudo ponerse en marcha el procesode transformación. Cualquier cambio de actitudesencial significa una renovación psíquica, que sueleir acompañada de símbolos de renacimiento en lossueños y fantasías de los pacientes. El escarabajo esun ejemplo clásico de símbolo de renacimiento.[C.G. Jung, citado en C.G. Jung y W. Pauli, The

Interpretation of Nature and the Psyche,págs. 31 -331

Alter egoEl novelista inglés J.B. Priestley, casado con la cono-cida arqueóloga Jacquetta Hawkes, le contaba esta ex-periencia a Arthur Koestler en una carta fechada el7 de febrero de 1972:

Mi mujer compró tres grandes litografías deGraham Sutherland. Cuando llegaron de Londreslas subió a su dormitorio, para colgarlas al díasiguiente. Quedaron apoyadas en una silla y laprimera, de frente a la habitación, representaba unsaltamontes. Cuando esa noche se acostó Jacquetta,notó que algo se movía, por lo que se levantó yechó hacia atrás las sábanas: había un saltamontesen su cama. Nunca se había visto un saltamontes enese cuarto, ni ha vuelto a verse, ni jamás los hahabido en esta casa. Research in Parapsychology,W .G. Roli, R.L. Morris y J.D. Morris, eds.,pág. 209]

El escritor J. B. Priestley ysu esposa, Jacquetta Haw-kes, posan ante la chime-nea de su estudio. Pries-tley, hombre de universalcuriosidad, experimentócon temas parapsicológicosen algunos de sus escritos.

Una historia de gansosCuando Noel McCabe, de Derby (Inglaterra), estabaen 1974 escuchando un disco en el que Frankie Lainecantaba "El grito del ganso salvaje", un ganso cana-diense se estrelló contra el vidrio de su ventana, rom-piéndolo, y otros dos gansos cayeron al suelo, fuerade la casa. (John Michell y Robert J.M. Rickard,

Phenomena: A Book of Wonders, pág. 91)

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Page 76: Readers Digest - Inverosimil Fenomenos Inexplicables

DESTINOSMISTERIOSOS

Misterioso y terrible es sin duda el sino de quien

estalla en llamas sin que ese fuego tenga origen

conocido, suerte corrida por un impresionante

número de desdichados. Otra manifestación del

ataque de agentes desconocidos es la ola de

mutilaciones de ganado en ranchos del Oeste de

los Estados Unidos, para la que se han dado

explicaciones tan extrañas como los propios

sucesos. La posesión demoniaca y las

maldiciones capaces de matar son casi

demasiado fantásticas para creer en ellas, pero

en las mentes de sus víctimas tienen un poder

perfectamente real. También son misteriosos los

casos de personas que aparecen se diría que de

la nada, y los de aquellas que de pronto e

inexplicablemente se desvanecen en lo ignoto.

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Page 77: Readers Digest - Inverosimil Fenomenos Inexplicables

—"— El artista retrata mag , , 3 ente un alma enfrentada al destino de la condenación.

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Page 78: Readers Digest - Inverosimil Fenomenos Inexplicables

COMBUSTIÓN HUMANA ESPONTÁNEALa combustión humana espontánea es un fenómeno perfectamente documen-tado en el que un cuerpo humano arde y se quema sin ningún contacto conoci-do con una fuente de fuego externa. En algunos casos los daños son leves; enotros la víctima queda reducida a cenizas. Yen algunos de los casos más extra-ños los objetos cercanos salen relativamente indemnes. La silla o cama en quela víctima estaba sentada o acostada, e incluso la ropa sobre el cuerpo achicha-rrado, pueden estar intactas o sólo ligeramente chamuscadas. A menudo, tam-bién., un pie, una pierna o las puntas de algunos dedos quedan intactos, aunqueel resto del cuerpo se haya consumido.

Los casos de combustión humana espontánea empiezan a aparecer en infor-mes médicos del siglo xvii , y al llegar el xx, la literatura abunda ya en relatosdetallados de inexplicables incineraciones humanas. A lo largo de cuatro siglosse ha informado de más de 200 de esos casos.

En los primeros tiempos se creía que las víctimas clásicas de tan fiero destinoeran ancianas alcohólicas, y generalmente corpulentas, que vivían solas. Casisiempre ardían en sus casas durante las noches de invierno y solía encontrárse-las cerca del fuego. No hace falta decir que no había testigos. Sus muertes eranatribuidas al castigo divino por sus pecados.

Pero incluso en aquellos tiempos hubo excepciones, como veremos por algu-nos de los casos relatados en este capítulo. De hecho, la investigación recientede este extraño fenómeno muestra en las víctimas una representación bastanteequilibrada de ambos sexos, con edades que van desde la infancia hasta los 114años. Muchos eran abstemios y delgados. Algunos han ardido cerca de un posi-ble origen del fuego, pero otros lo han hecho mientras manejaban, o simple-mente paseando por lugares desprovistos de cualquier fuente de fuego externa.

La opinión científica y médica contemporánea rechaza la idea de la combus-tión espontánea, descartando los muchos casos de muertes inexplicables por com-bustión como simplemente "enigmáticos" o "no resueltos". Aunque se han pro-puesto algunas teorías, no hay un modelo fisiológico aceptable que pueda ex-plicar cómo puede un cuerpo humano prenderse fuego a sí mismo o arder conla suficiente violencia para quedar reducido a cenizas. Tal consunción de lostejidos y los huesos humanos sólo es posible a grandes temperaturas (más de1 600 grados), como las que se logran en un crematorio a presión. Y, por su-puesto, cuando hay que explicar las ropas intactas o la presencia de un miem-bro indemne entre los restos carbonizados, lo inexplicable se convierte en estra-falario.

ANTES DE 1800

Uno de los primeros casos bien atestiguados de com-bustión humana espontánea fue registrado por Tho-mas Bartolin en 1673. Una pobre "mujer del pueblo"fue misteriosamente consumida por el fuego en Pa-rís. Había sido gran bebedora de "licores fuertes",hasta el punto de no tomar ningún alimento durantetres años. Una noche se echó a dormir en un colchónde paja y ardió durante la noche. Por la mañana sólose encontraron la cabeza y las puntas de los dedos; elresto de su cuerpo estaba reducido a cenizas. Refiere

el caso Pierre-Aimé Lair, que en 1800 publicó el pri-mer ensayo extenso sobre el tema de la combustiónhumana. (American Medicine, 9:657, 22 de abril de1905; Pierre-Aimé Lair, Essai sur les combustions hu-maines, págs. 10-11)

Un informe insólitamente vivaz y detallado de una in-cineración humana inexplicable fue el dado por Clau-de-Nicolas Le Cat, un médico que trabajaba comoaprendiz de cirujano en Reims (Francia), donde vivía

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Page 79: Readers Digest - Inverosimil Fenomenos Inexplicables

en una posada. El posadero, Jean Millet, tenía unamujer de mal genio y que se emborrachaba a diario.La noche del 19 de febrero de 1725 la posada estaballena de gente, por ser víspera de una gran feria. Mi-llet y su mujer, Nicole, se acostaron temprano. La se-ñora Millet no podía dormir y se levantó para bajara la cocina, probablemente para emborracharse comode costumbre, hasta quedar inconsciente frente al fue-go. Su marido se durmió, pero hacia las dos de la ma-ñana despertó sobresaltado. Olió a fuego y corrió es-caleras abajo, golpeando de paso las puertas para des-pertar a los huéspedes. Cuando el grupo llegó, presadel pánico, a la gran cocina, lo que encontraron ar-diendo no fue la posada sino a la mujer del posadero,que estaba acostada cerca de la chimenea y casi total-mente consumida por el fuego. Sólo quedaban partede la cabeza, las extremidades inferiores y algunas vér-tebras. El fuego había penetrado en la pequeña zonadel piso que quedaba debajo del cuerpo, y la silla enque solía sentarse junto a la chimenea estaba ligera-mente chamuscada, pero el resto de la habitación nohabía sido tocado por el fuego.

Un teniente de policía que hacía su ronda acompa-ñado por dos gendarmes oyó el tumulto en la posada,se apresuró a entrar, vio los restos humeantes e inme-diatamente detuvo a Jean Millet bajo sospecha de ase-sinato. Era bien sabido que la señora Millet era no sólouna borracha, sino una arpía que hacía la vida impo-sible a su trabajador marido. En la ciudad se sospe-chaba que Jean estaba deseando librarse de ella parapoder casarse con una sirvienta que trabajaba en laposada. La acusación fue que el posadero había de-rramado el resto de la botella de licor sobre el cuerpode Nicole Millet (que para entonces ya estaría incons-

Retrato de Claude-Nicolas Le Cat, el médico cuyo tes-timonio ayudó a exculpar a un asesino convicto. Fa es-posa del acusado había muerto quemada, y Le Cat con-venció al tribunal de que el fuego le había sido enviadocomo castigo por su alcoholismo y su mal carácter,

ciente), le había prendido fuego deliberadamente y ha-bía tratado de hacer que pareciese un accidente.

El joven médico Le Cat estaba entre los que se pre-cipitaron escaleras abajo y vieron el cuerpo achicha-rrado de la señora Millet. Durante el juicio que siguió,testimonió a favor del posadero. Afirmó que no creíaque ningún agente humano pudiera explicar la totalcombustión del cuerpo de la infortunada víctima demanera que sólo quedaran el cráneo y las extremida-des, y además de tal modo que dejara intactos los ob-jetos cercanos. La audiencia fue muy acalorada, puesla acusación insistía en que Jean Millet era un asesi-no. Fue declarado culpable y condenado a muerte. Sinembargo, la repetida declaración de Le Cat de queaquél no podía haber sido un incendio "normal", si-no que se trataba de "un castigo de Dios", acabó porconvencer al tribunal. La condena de Jean Millet fuerevocada y se le puso en libertad. Pero para entoncesla vida del pobre hombre estaba deshecha. Profunda-mente deprimido, pasó el resto de sus días en un hos-pital. (Theodoric R. y John B. Beck, Elements of Me-dical Jurisprudence, 10a ed., Vol. 2, págs. 94-105;chael Harrison, Fire From Heaven: A Study of Spon-taneous Combustion in Human Beings, tomado de di-versos pasajes; Pierre-Aimé Lair, Essai sur les com-bustions humaines, págs. 22-25)

El famoso caso de la condesa Di Bandi, de Cesena (Ita-lia), fue descrito primero por el reverendo Joseph Bian-chini, de Verona, en un relato fechado el 4 de abrilde 1731, y que llegó a conocimiento de la Royal So-ciety de Londres en 1745:

La condesa Cornelia di Bandi, en el sexagésimosegundo año de su edad, estuvo todo el día tan biencomo solía, pero esa noche, en la cena, se veíatriste y abatida. Se retiró, la acostaron y allí pasómás de tres horas departiendo familiarmente con sudoncella, y rezando algunas oraciones; al fin, sedurmió y cerraron la puerta. Por la mañana, ladoncella, al darse cuenta de que su señora no sedespertaba a la hora de costumbre, entró en laalcoba y la llamó; pero al no recibir respuesta,temiendo algún accidente, abrió la ventana y vio elcuerpo de su ama en este deplorable estado.

A cuatro pies de distancia de la cama había unmontón de cenizas y dos piernas intactas, desde elpie hasta la rodilla, con las medias puestas; entreellas estaba la cabeza de la señora, cuyos sesos, lamitad de la parte posterior del cráneo y toda labarbilla estaban reducidos a cenizas, entre las quese encontraron tres dedos ennegrecidos. Todo elresto eran cenizas, que tenian la particularidad deque al tomarlas en la mano dejaban una humedadgrasienta y pestilente.

Se observó también que el aire de la habitaciónestaba cargado de hollin que en él flotaba. Unapequeña lámpara de aceite que había en el sueloestaba cubierta de cenizas, pero sin aceite. Dosvelas que había en sus candelabros sobre una mesaseguían en pie; en ambas quedaba la mecha, pero elsebo había desaparecido. Alrededor de la base de

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los candelabros había alguna humedad. La cama nosufrió el menor daño; mantas y sábanas estabansólo levantadas de un lado, como cuando unapersona entra o sale de ella. Todo el mobiliario, asícomo la cama, estaban cubiertos de humedad yhollín color ceniza, que había penetrado en lacómoda, llegando a ensuciar la ropa. Más aún, elhollín había penetrado también en una cocinavecina y cubierto sus paredes, muebles y utensilios.Un trozo de pan de la despensa, negro de ese hollínque lo cubría, fue dado a los perros, y todos senegaron a comerlo. En la habitación de arriba senotó además que de la parte inferior de las ventanaschorreaba un licor grasiento, amarillento,repugnante; y también allí notaron que olía mal sinsaber por qué, hasta que vieron volar el hollín.

Fue notable que el suelo tuviera una capade una humedad viscosa tan gruesa que no pudieronquitársela, y el hedor fue extendiéndose más y máspor las otras habitaciones.

Nótese que se trataba de una mujer de clase alta ybuen carácter, no de una pobre vieja dada al alcohol.Sin embargo, sí existía alguna relación con el alcohol.Pocos días después de la muerte de la Condesa, un no-ble italiano que pasó por Cesena dijo que había sabi-do de buena fuente que la Condesa tenía la costum-bre de lavarse el cuerpo con espíritu de vino alcanfo-rado cuando se sentía indispuesta, y que era muy pro-bable que lo hubiera hecho la noche anterior al acci-dente. Tras muchas especulaciones a cargo de las auto-ridades médicas de la época, la opinión final fue que,aunque también cabía echar la culpa a un rayo, lo másprobable era que se hubiese producido en su cuerpouna combustión interna debida a causas naturales; quese había levantado de la cama para refrescarse y le ha-bía sobrevenido camino de la ventana. Su cuerpo seconsumió desde dentro y no hubo llamas externas quepudiesen prender fuego al mobiliario. La combustióninterna fue atribuida a

efluvios inflamados de su sangre, por los jugos yfermentaciones de su estómago, debido a lasmuchas materias combustibles que abundan en loscuerpos vivos para los usos de la vida; y,finalmente, por los ardientes vapores que exhalanlas heces del espíritu de vino, el aguardiente y otroslicores en la tunica vinosa del estómago y otrasmembranas adiposas o grasas, dentro de las cuales(como observan los químicos) esos licores engendranuna especie de alcanfor, y que por la noche,durante el sueño, con un aliento y respiración másplenos, cobran un mayor movimiento y son, enconsecuencia, más aptas para prenderse fuego.

(American Medicine, 9:657-58, 22 de abril de 1905;Gentleman's Magazine, 16:369, 1746)

Don Gio Maria Bertholi, un sacerdote italiano que ar-dió mientras rezaba, fue una de las pocas víctimas quesobrevivieron a esa prueba durante varios días. El ca-so fue referido en un periódico de Florencia de octu-bre de 1776 por el doctor Battaglia, el médico que lo

atendió. El sacerdote, que había estado viajando porla comarca, llegó de noche a casa de su cuñado y pi-dió que lo llevasen a su aposento. Una vez allí, pidióque le pusieran un pañuelo entre la camisa y la espal-da. (Los sacerdotes de entonces llevaban a menudo co-mo penitencia cilicios, que eran prendas tejidas de cri-nes, y el pañuelo servía para aliviar las molestias quepudieran distraerlos durante sus devociones.) Lo de-jaron solo, y a los pocos minutos se oyó un ruido ex-traño procedente de la habitación al que se mezcla-ban los gritos de dolor del sacerdote. Todos los de lacasa se precipitaron a la habitación y encontraron aBertholi tendido en el suelo y rodeado de una ligerallama, que cedió hasta desaparecer cuando se acerca-ron. A la mañana siguiente el paciente fue examinadopor el doctor Battaglia, quien encontró la piel del brazoderecho casi totalmente separada y colgando del hue-so. Desde los hombros hasta los muslos la piel estabaigualmente dañada. En la mano derecha, la parte másafectada, se había iniciado ya la putrefacción. A pe-sar del tratamiento inmediato, su estado empeoró. Elpaciente se quejaba de una sed abrasadora y tenía ho-rribles convulsiones. Sus deposiciones estaban llenasde "una materia pútrida y biliosa", y los continuosvómitos acompañados de fiebre y delirio lo tenían ago-tado. Murió al cuarto día en estado de inconsciencia.El doctor Battaglia no pudo hallar rastros de ningunaenfermedad conocida. Uno de los peores aspectos delo ocurrido al clérigo fue que, aun antes de morir, elolor de la carne en putrefacción se había hecho insu-frible. El doctor Battaglia dijo haber visto a los gusa-nos arrastrarse del cuerpo a la cama, y que las uñasse habían desprendido de los dedos.

La primera vez que llevaron al clérigo con el doctorBattaglia, le dijo que sólo recordaba un golpe comode un garrotazo en la mano derecha. Al mismo tiem-po vio cómo una "llama vacilante" se adhería a sucamisa, que inmediatamente quedó reducida a ceni-zas, aunque con los puños intactos. Asombrosamen-te, el pañuelo que le habían puesto en los hombros es-taba también intacto. Tampoco sus pantalones habíansufrido daño; pero, aunque no tenía ni un solo pelochamuscado, su bonete estaba totalmente consumido.No había habido fuego en la habitación; sin embar-go, una lámpara de aceite antes llena estaba ahoracompletamente seca, y la mecha de la lámpara estabareducida a cenizas. (Theodoric R. y John B. Beck, Ele-ments of Medical Jurisprudence, 10a ed., Vol. 2, pág.98; Journal of Criminal Law, Criminology and Poli-tical Science, 42:794-95, marzo-abril de 1952)

Una fuente inglesa de 1788 cuenta el asombro de unhombre que al entrar en una habitación vio a una jo-ven sirvienta frotando el piso mientras fe brotaba fuegode la espalda. Gritó alarmado, y sólo entonces la mu-chacha se dio cuenta del fuego y empezó a gritar, pe-ro murió antes de que el recién llegado lograse apagarlas llamas. (Vincent H. Gaddis, Mysterious Fires andLights, pág. 265; True, mayo de 1964, pág. 112)

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al

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El fenómeno de la combustión humana espon-tánea fue aceptado en el siglo xix y pudo haberinspirado este impresionante grabado.

DE 1800 A 1900

La señora Wright, madre de John Wright, un vende-dor de ropa de Londres, fue hospitalizada con gravesquemaduras de las que no se creía que pudiese sanar.Sus heridas fueron la culminación de una serie de ex-traños incendios espontáneos que habían venido ocu-rriendo en casa de los Wright desde el 5 de enero de1820. En esa fecha hubo un pequeño incendio inex-plicable. Después, el 7 de enero, la señora Wright, quehabía estado sentada con una sirvienta junto al fuegode la cocina, notó que sus ropas ardían cuando se le-vantó para marcharse. El 12 de enero sus vestidos vol-vieron a incendiarse, en presencia de la misma mucha-cha, pero esta vez la señora Wright no había estadocerca del fuego. Al día siguiente

Wright oyó gritos procedentes de la cocina, dondeestaba su madre, y donde había estado lamuchacha. Corrió hacia allí y encontró a su madreenvuelta en llamas. La joven acababa de salir, yesta vez Wright le echó la culpa. Pero la señoraWright pensaba que la muchacha no tenía nada quever con sus desgracias y que era víctima de "algosobrenatural". Envió a buscar a su hija, que acudiópara hacerle compañía. Seguía creyendo que lamuchacha no podía tener nada que ver con losincendios y fue a la cocina, donde estaba la chica, yde nuevo "por algún medio desconocido, seprendió. Sufrió tales quemaduras que tuvieron queacostarla". Cuando se durmió, sus hijos salierondel cuarto, para volver inmediatamente atraídos porsus gritos y encontrarla envuelta en llamas.Entonces hicieron que la muchacha abandonase lacasa. Se marchó y no hubo más incendios. Laprueba parecía concluyente, y los Wright hicieronque la arrestaran. En la audiencia, el magistradodijo que no tenía duda de que la chica era culpable,pero no podía dictar sentencia hasta que la señoraWright no estuviera recuperada y pudiera declarar.[Charles Fort, The Complete Books of CharlesFort, págs. 927-28]

Un caso de combustión humana misteriosa, aunqueno espontánea, fue comunicado por cierto doctor DeBrus en el Edinburgh Medical and Surgical Journalde marzo de 1829. De las manos del sujeto brotaronllamas azules cuando intentaba ayudar a su hermano,cuyas ropas se habían incendiado. Las llamas conti-nuaron brotando y oscilando por encima de las ma-nos durante varias horas, y sólo la constante inmer-sión en agua logró al fin extinguirlas. (Theodoric R.y John B. Beck, Elements of Medical Jurisprudence,10' ed., Vol. 2, págs. 98-99)

Un profesor de matemáticas de la Universidad deNashville, en Tennessee (E.U.A.), fue descrito comovíctima de una "combustión humana parcial" por eldoctor John Overton en las Transactions of the Me-dical Society of Tennessee. El 5 de enero de 1835, Ja-mes Hamilton acababa de volver a casa desde la Uni-versidad, un paseo de poco más de un kilómetro, yhabía decidido consultar el higrómetro colgado de lafachada de su casa. Era un día muy frío; el termóme-tro registraba 22 grados bajo cero.

De repente sintió en el muslo izquierdo un dolor agu-do, como la picadura de una avispa, acompañado deuna sensación de calor. Al mirarse, vio una llama bri-llante de varios centímetros de alto, ancha como el diá-metro de una moneda y algo aplastada en la punta.Inmediatamente le dio un manotazo, pero no sirvióde nada. Hamilton mantuvo la serenidad y, razonan-do que si la dejaba sin oxígeno la llama se apagaría,cubrió con sus manos el lugar donde ardía la carne.Su presencia de ánimo le salvó la vida, porque efecti-vamente la llama se apagó.

No obstante, el dolor continuó, y lo sentía como siprocediese del interior del muslo. El profesor, sin per-der la calma, entró a la casa, se quitó el pantalón ylos calzoncillos y examinó la herida. Parecía una abra-sión de unos dos centímetros de ancho y siete y mediode largo. La quemadura estaba lívida pero seca, y seextendía oblicuamente por la porción inferior de sumuslo izquierdo. Examinó sus calzoncillos y advirtióque tenían un orificio quemado en el punto correspon-diente a la herida, aunque sin rastros de chamuscadoalrededor del agujero. Pero lo más asombroso era queen los pantalones no había la menor señal de quema-dura. Frente al agujero del calzoncillo, las fibras delinterior de la pernera del pantalón estaban ligeramen-te impregnadas de una pelusa de color amarillo oscu-ro, que el profesor pudo raspar con una navaja.

El médico que lo examinó trató la herida como unaquemadura común y corriente, aunque extraña en al-gunos aspectos. La herida era muy profunda y tardótreinta y dos días en curar. También los músculos deesa zona permanecieron adoloridos mucho tiempo, yla cicatriz tenía una lividez insólita. El doctor Over-ton afirmaba que el paciente había tenido siempre unaexcelente salud y siguió teniéndola a lo largo de su con-valecencia. (Vincent H. Gaddis, Mysterious Fires andLights, págs. 265-66; Michael Harrison, Fire From

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Heaven: A Study of Spontaneous Combustion in Hu-man Beings, pág. 84)

En 1847 un matrimonio francés fue acusado de asesi-nar al padre del marido y de quemar su cuerpo paraocultar el crimen. Se alegó que el hombre, de 71 años,fue encontrado en "estado de combustión" en su ca-ma el 6 de enero de ese año. Según el relato hecho an-te el tribunal,

la habitación estaba llena de un humo denso, y unode los testigos afirmó que vio juguetear, alrededordel cuerpo del fallecido, una pequeña llamablancuzca que retrocedió al acercarse él. Las ropasdel muerto y las de la cama estaban casi totalmenteconsumidas, pero la madera sólo parcialmentequemada. No había cenizas; únicamente unapequeña cantidad de carbón vegetal. No obstante,había una especie de residuo mezclado, alterado porel fuego, y algunos trozos de carbón animal, queevidentemente procedía de las articulaciones.

El hijo y la nuera de la víctima declararon que elmuerto tenía, como de costumbre, un ladrillo calien-te a sus pies cuando se acostó la noche anterior. Cuan-do pasaron por su puerta dos horas más tarde no no-taron nada anormal. Sin embargo, por la mañana tem-prano el nieto de la víctima entró en el cuarto de suabuelo y encontró al viejo ardiendo como se hadescrito.

La investigación estableció que la víctima no era afi-cionada a la bebida y que acostumbraba llevar ceri-llos "lucifer" (un antiguo tipo de fósforos de fricción)en el bolsillo del chaleco. El doctor Masson, encarga-do de investigar el caso, hizo que exhumasen el cuer-po y lo examinó. Encontró alrededor del cuello unacorbata parcialmente quemada,

y. de la manga

del camisón intacta. Las manos quemadas sólo esta-ban unidas a los antebrazos por algunos tendones car-bonizados, que cedieron al tocarlos. Las piernas esta-ban separadas del torso y se diría que habían sido de-liberadamente cortadas, a no ser por la presencia deindicios de quemaduras en torno a sus bordes.

El médico declaró que creía imposible que la vícti-ma hubiese muerto quemada accidentalmente, o deli-beradamente después de haber sido asesinada. Con-cluía que la incineración era el resultado de "algunacausa inherente al individuo", que tal vez fue provo-cada por el ladrillo caliente. Con todo, el doctor Mas-son se sentía incapaz de hacer que encajaran los datosque poseía. En su opinión, el caso debía clasificarsecomo de combustión espontánea. El hijo y la nuerafueron absueltos. (Theodoric R. y John B. Beck, Ele-ments of Medical Jurisprudence, 10' ed., Vol. 2, págs.104-105)

La nochebuena de 1885, cerca de Ottawa (Illinois), Pa-trick Rooney, su esposa, su hijo John y su criado JohnLarson estaban sentados a la mesa de la cocina cele-brando la fiesta con una garrafa de whisky que el gran-

jero Rooney acababa de traer del pueblo. Larson to-mó unos cuantos tragos y se fue a dormir. John Roo-ney se quedó un rato, pero al fin se marchó a su gran-ja, a kilómetro y medio de allí.

La mañana de Navidad, Larson madrugó y bajó pa-ra empezar sus tareas. Trató de encender un cerillo enla estufa de hierro de la cocina, pero resultó que esta-ba cubierta de una capa de hollín grasiento. Alarma-do, frotó rápidamente el cerillo contra la uña de supulgar y encendió la lámpara. Entonces vio con ho-rror a Patrick Rooney sentado, muerto, en una silla.De su mujer no había trazas. Larson se precipitó a en-sillar un caballo y fue a galope a la granja de JohnRooney. Cuando volvieron, encontraron lo que que-daba de la señora Rooney en un agujero de 90 por 120centímetros en el suelo. Sobre la tierra desnuda, se-senta centímetros por debajo del nivel del piso, habíaun trozo de cráneo quemado, dos vértebras chamus-cadas, un pie y un pequeño montón de cenizas: todolo que quedaba de una mujer de 90 kilos. Ninguna otraparte del suelo estaba quemada, ni lo estaba tampoconinguno de los muebles. Lo único dañado era la es-quina del mantel que colgaba sobre el agujero, ligera-mente chamuscada.

Llamaron a la policía, que descubrió que el hollín,subiendo por las escaleras, había dibujado la cabezade Larson sobre su almohada mientras dormía. Aun-que las sospechas recayeron sobre él, no pudo probár-sele nada. El doctor Floyd Clemens, encargado de lainvestigación, indicó al desconcertado jurado que setrataba de un caso clásico de combustión espontánea:un cuerpo consumido por un intenso calor sin que hu-biese fuego de ningún tipo. No obstante, el jurado nopudo llegar a otro veredicto que calificar de acciden-tal la muerte de la señora Rooney. Pero la causa dela muerte de su marido estaba bien clara: lo había as-fixiado el humo que desprendía el cuerpo en llamasde su mujer. (Vincent H. Gaddis, Mysterious Fires andLights, págs. 217-18; Michael Harrison, Fire FromHeaven: A Study of Spontaneous Combustion in Hu-man Beings, págs. 79-80; Pursuit, 10:80, otoño de1976; True, mayo de 1964, pág. 33)

Un viejo soldado se subió a un pajar en Colchester (In-glaterra) el domingo 19 de febrero de 1888, para dor-mir la borrachera. Lo encontraron completamenteconsumido por el fuego, en tanto que el heno que lorodeaba, suelto y en pacas, ni siquiera estaba chamus-cado. ( The British Medical Journal, 21 de abril de1888, págs. 841-42)

B.H. Hartwell, médico de Nueva Inglaterra, informóque un niño le hizo señas pidiéndole ayuda en el ca-mino cerca de Ayer (Massachusetts, E.U.A.), el 12 demayo de 1890. En un claro del bosque encontró acu-rrucada a una mujer, la madre del chico, a la que lesalían llamas de los hombros, el abdomen y las pier-nas. Hartwell no vio pruebas de que se hubiese pren-dido fuego ella misma y notó que el suelo estaba hú-

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El reverendo A.C. Custance refirió que, en tres oca-siones, varios objetos pequeños de su rectoría de Bin-brook habían ardido sin causa aparente.

ron el cuerpo carbonizado de Wilhelmina sobre la ca-ma. Ni las sábanas ni la cama mostraban señales defuego, y otro tamo ocurría con el resto de la casa.

En la investigación, Margaret declaró repetidamenteque había descubierto el cuerpo de su hermana sobrela cama exactamente como lo vieron sus vecinos. Elencargado de la investigación se negó a creer una his-toria tan absurda. ¿Cómo podía un cuerpo quemarsesobre una cama intacta? Dijo a Margaret que mentía,la amenazó con acusarla de perjurio y pospuso el in-terrogatorio.

La pobre Margaret se vio sometida a una tremendapresión por parte tanto de sus vecinos como de la pren-sa; nadie creía su historia. Al reanudarse la investiga-ción admitió haber mentido. Dijo que lo que realmentehabía ocurrido era que había encontrado a Wilhelmi-na ardiendo, pero todavía viva, en el suelo; que habíaapagado las llamas y había llevado a su hermana arri-ba, y allí la había puesto en la cama, donde murió.Al parecer, esta historia satisfizo al encargado de lainvestigación más que la primera declaración de Mar-garet, aunque tampoco en la planta baja había indi-cios de fuego.

Tras pronunciar un veredicto de "muerte acciden-tal por fuego", el encargado de la investigación de-claró que el caso era uno de los más extraordinariosque había investigado. (Charles Fort, The CompleteBooks of Charles Fort, págs. 909, 929-30; Vincent H.Gaddis, Mysreriou.s Fires and Lights, pág. 222; Mi-chael Harrison, Fire From Heaven: A Study of Spon-taneous Combustion in Human Beings, págs. 87-89)

Un curioso caso de combustión espontánea ocurrió enAntigua (Antillas británicas), en agosto de 1929. La

medo de un reciente chaparrón. Por lo que pudo ver,las llamas parecían haberle brotado sin causa aparen-te. El médico consiguió apagarlas arrojando tierra so-bre el cuerpo ya gravemente quemado de la mujer.( The Boston Medical and Surgical126:135-36, enero-junio de 1892)

DE 1900 A 1950

Cosas extrañas sucedieron en Binbrook (Lincolnshi-re, Inglaterra) a finales de 1904. En diciembre, el re-verendo A.C. Custance dijo que en la casa rectoral losobjetos volaban por los aires y a veces se incendiaban.Un mes después, un granjero de Binbrook entró ensu cocina y vio a la criada atareada barriendo, ajenaa las llamas que le salían de la espalda del vestido. Gri-tó y se precipitó a apagarlas, pero ya había sufrido gra-ves quemaduras. (Charles Fort, The Complete Booksof Charles Fort, págs. 663-65)

Un fuego muy extraño arrebató la vida a John Kileyy su esposa, un matrimonio jubilado, en Butlock'sHeath, aldea cercana a Southampton (Inglaterra). Lamañana del 26 de febrero de 1905, los vecinos oyeronunos "chirridos" procedentes de la casa de los Kiley,y al entrar encontraron el interior en llamas.

El señor Kiley estaba en el suelo, totalmente consu-mido por el fuego. Su mujer estaba en un sillón de lamisma habitación, también "malamente quemada, pe-ro reconocible". Los investigadores de la policía en-contraron una mesa volcada y una lámpara de aceitecon el tubo de cristal hecho pedazos en el suelo, perono estaba claro que esta lámpara pudiera haber sidocausante de un fuego tan intenso. El sillón en el queapareció la señora Kiley no estaba quemado, ni siquie-ra chamuscado. El jurado dio un veredicto de "muerteaccidental, sin que podamos decir por qué medios".(Michael Harrison, Fire From Heaven: A Study ofSpontaneous Combustion in Human Beings, págs.34-36, 109)

Dos policías encontraron en 1907, en la aldea de Man-ner, cerca de Dinapur (India), el cuerpo quemado deuna mujer. Los dos hombres llevaron el cadáver, to-davía envuelto en sus ropas intactas, a la sede del ma-

11 gistrado del distrito. La prensa india dijo que los po-licías no habían encontrado señales de fuego en la ha-bitación donde estaba el cuerpo. (Charles Fort, TheComplete Books of Charles Fort, pág. 930)

Dos maestras retiradas, Margaret y Wilhelmina De-war, de Whitley Bay, cerca de Blyth (Inglaterra), sevieron envueltas en un sensacional "caso de acciden-te" del que informó la prensa británica en 1908. Lanoche del 22 de marzo, Margaret Dewar corrió muyangustiada a casa de sus vecinos y les contó que habíaencontrado a su hermana muerta quemada. Cuandolos vecinos entraron en casa de las Dewar, encontra-

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mujer implicada tuvo más suerte que la mayoría delas víctimas de tales incendios, pues sus ropas se in-cendiaban sin causa aparente pero ella salía indemne.También la ropa de su cama se veía afectada, y las sá-banas de arriba y de abajo estaban frecuentementechamuscadas cuando se despertaba. Su historia fue co-rroborada por las vecinas que le habían ayudado areemplazar su guardarropa quemado. (Michael Harri-son, Fire From Heaven: A Study of SpontaneousCombustion in Human Beings, pág. 228)

En una fría mañana de enero de 1932, en Bladenboro(Carolina del Norte, E.U.A.), el vestido de algodónde la esposa de Charles Williamson ardió súbitamen-te. No estaba cerca de ningún fuego, y su vestido nohabía estado en contacto con ningún líquido limpia-dor u otra sustancia inflamable. Su marido y su hijale arrancaron el vestido en llamas con las manos, y lomás notable es que ninguno de los tres sufrió la másleve quemadura. Poco después se incendiaron unospantalones del señor Williamson, colgados en su ar-mario. Más tarde fue una cama, así como las cortinasde una habitación vacía. Diversos objetos de la casafueron encontrados ardiendo en medio de un chorrode llamas azuladas, pero lo extraño es que los objetoscercanos nunca se vieron afectados. Las llamas no pro-ducían humo ni olor, ni podían ser apagadas; simple-mente desaparecían una vez que el objeto "atacado"se consumía totalmente.

Se acudió a las autoridades; pero ni los expertos enincendios provocados, ni la policía, ni los investiga-dores de las compañías del gas y eléctrica fueron ca-paces de explicar esos fuegos. Al quinto día los incen-dios terminaron súbitamente. Una información perio-dística decía: "Los incendios empezaron, hicieron suobra y se desvanecieron tan misteriosamente como sihubieran sido guiados por una mano invisible. No hahabido explicación lógica." (Michael Harrison, FireFrom Heaven: A Study of Spontaneous Combustionin Human Beings, págs. 166-67)

La repentina combustión de la señora Mary Carpen-ter, que pereció durante sus vacaciones en un yate derecreo frente a Norfolk (Inglaterra) el 29 de julio de1938, tuvo lugar a la vista de su marido y de sus hijos."Quedó envuelta en llamas y reducida a cadáver car-bonizado" en pocos minutos. Nadie más se quemó yel barco no sufrió el menor daño. "Supongo que sele prendió la ropa", dijo el agente que investigó, "pe-ro no logro entender cómo sucedió." (Vincent H. Gad-dis, Mysterious Fires and Lights, pág. 224; MichaelHarrison, Fire From Heaven: A Study of SpontaneousCombustion in Human Beings, pág. 94)

Phyllis Newcombe quedó envuelta en llamas en me-dio de la pista de baile la noche del 27 de agosto de1938, en el Shire Hall de Chelmsford (Inglaterra). Lamuchacha, de 22 años, llevaba un vestido "a imita-

ción de los antiguos miriñaques", y a media noche,cuando se disponía a abandonar la pista, se le incen-dió, y en pocos segundos se vio convertida en una ce-gadora masa de llamas azules. Su novio, HenryMcAusiand, trató valientemente de apagar las llamascon las manos, pero ya era tarde. Phyllis murió antesde que llegase la ambulancia.

El encargado de la investigación supuso inicialmenteque el fuego de un cigarro le había incendiado el ves-tido, pero el padre de la joven pudo demostrar anteel tribunal que la tela no era tan inflamable. Utilizan-do un trozo del mismo tejido, demostró que sólo unallama, y no un cigarro por sí solo, era capaz de hacer-lo arder. Dado que todos los testigos juraron que na-die había utilizado un encendedor o encendido un fós-foro a media noche en el Shire Hall, el caso quedó sinresolver. (Vincent H. Gaddis, Mysterious Fires andLights, pág. 224; Michael Harrison, Fire From Hea-ven: A Study of Spontaneous Combustion in HumanBeings, págs. 92-93; True, mayo de 1964, págs. 32-33,104-07, 112)

A una de las víctimas más jóvenes de muertes por fue-go inexplicable, el niño de once meses Peter Seaton,de Londres, lo habían acostado como de costumbreuna noche de enero de 1939. Poco después, un visi-tante, Harold Huxstep, oyó gritos de terror. Corrióescaleras arriba hasta el cuarto de Peter, abrió la puertay se encontró frente a un infierno de llamas que lo hi-cieron retroceder al pasillo. Le fue imposible rescataral pequeño.

Tras la intervención de los bomberos, una comple-ta investigación del cuarto no reveló nada que hubie-ra podido causar semejante conflagración. Lo más no-table era que, pese a la intensidad del fuego, apenashabía señales de él en el mobiliario. (Michael Harri-son, Fire From Heaven: A Study of SpontaneousCombustion in Human Beings, págs. 6-7)

El cuerpo quemado de Allen M. Small, de 52 años,fue encontrado en su casa de Deer Isle (Maine,E.U.A.), el 13 de enero de 1943. La alfombra que ha-bía debajo del cuerpo estaba chamuscada pero no seveían más indicios de fuego en ninguna parte de la ca-sa. En la cocina, las tapas de la estufa estaban todasen su sitio, y la pipa de Small, apagada, descansabasobre un mueble. (Vincent H. Gaddis, Mysterious Fi-res and Lights, pág. 227)

El 15 de diciembre de 1949 la policía comunicó queuna mujer de 53 años, Ellen K. Coutres, había muer-to quemada en su casa de Manchester (Nuevo

Hampshire, E.U.A.). Su cuerpo, horriblemente desfigura-do, fue descubierto acostado en el suelo de una habi-tación intacta. La chimenea no había sido utilizada yno había otro origen posible para el fuego. La noticiade la Associated Press decía: "No había ningún otroindicio de fuego, y aunque... la mujer debió de con-

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vertirse en una antorcha humana, las llamas no ha-bían prendido en la estructura de madera [de la ca-sa]." (Vincent H. Gaddis, Mysterious Fires and Lights,pág. 227; Michael Harrison, Fire From Heaven: AStudy of Spontaneous Combustion in llaman Beings,págs. 94-95)

DESDE 1950

La muerte en 1951 de la señora Mary Reeser, de St.Petersburg (Florida), encontrada reducida a cenizasen un apartamento prácticamente intacto, marcó unhito en los casos de combustión espontánea, pues fueel primero en que se utilizaron todos los medios de lamoderna investigación científica para determinar lacausa de tan misterioso fenómeno. Pero, a pesar delos esfuerzos del FBI, el cuerpo de bomberos, los ex-pertos en incendios provocados y los patólogos, un añodespués del incidente el detective Cass Burgess, de lapolicía de St. Petersburg, comentaba:

Nuestra investigación no ha encontrado nada quepudiese probar. más allá de toda duda, lo querealmente sucedió. El caso sigue abierto. Estamosaún tan lejos de establecer una causa lógica para lamuerte como lo estábamos cuando entramos porprimera vez en el apartamento de la señora Reeser.

A lo que el jefe de policía, J.R. Reichert, añadió:

En el terreno de las explicaciones lógicas, ésta esuna de esas cosas que no pueden ocurrir, peroocurren. El caso no está cerrado, y tal vez no lleguea estarlo nunca a satisfacción de todos losimplicados.

Y el doctor Wilton M. Krogman, antropólogo físi-co de la facultad de medicina de la Universidad dePennsylvania y experto mundialmente reconocido enlos efectos del fuego sobre el cuerpo humano, acabópor renunciar a tratar de comprender lo ocurrido. De-cía Krogman: "Lo considero la cosa más asombrosaque he visto. Al recordarlo, eI pelo de la nuca se meeriza con un vago temor. Si estuviésemos en la EdadMedia, hablaría de magia negra."

He aquí los detalles del caso: Mary Hardy Reeser,una agradable y maternal viuda de 67 años, estaba vi-viendo en St. Petersburg para estar cerca de su hijo,el doctor Richard Reeser. La noche del lo de junio de1951 había estado en casa de su hijo con uno de susnietos, mientras el resto de la familia iba a la playa.Al volver se encontraron con que la señora Reeser sehabía marchado ya a su apartamento. Su nuera fueallí a ver si todo estaba en orden. Según su testimo-nio, ni en el aspecto ni en el comportamiento de susuegra encontró nada que pudiese alarmarla. Más tar-de, esa noche, el doctor Reeser visitó a su madre, queestaba algo deprimida porque no había sabido nadade unos amigos que debían alquilarle un apartamentopara cuando regresara a Columbia (Pennsylvania),

donde antes vivía. Le dijo que quería acostarse tem-prano y que tomaría un par de píldoras para asegu-rarse un buen descanso. El doctor Reeser volvió a sucasa hacia las 8:30.

La última persona que vio viva a la señora Reeserfue su casera, Pansy M. Carpenter, que vivía en otroapartamento del mismo edificio de cuatro (los dos deen medio estaban vacíos). La señora Carpenter vio unmomento a la señora Reeser hacia las 9. Tenía puestoel camisón, una bata y pantuflas negras de raso, y es-taba en un sillón fumando un cigarro. Había abiertoya la cama. La última noche de la señora Reeser fueuna clásica noche de verano en Florida: a intervaloscruzaban el cielo los relámpagos de una tormenta decalor.

Cuando la señora Carpenter se despertó el lunes alas cinco de la mañana, notó un ligero olor a humo,pero no se alarmó, pues lo atribuyó a una bomba deagua que había en el garage y que últimamente se so-brecalentaba. Se levantó, apagó la bomba y volvió aacostarse. Cuando se levantó una hora más tarde pa-ra salir a recoger el periódico, el olor a humo ya sehabía disipado.

A las 8 llegó un telegrama para la señora Reeser.La señora Carpenter firmó de recibido y fue a llevarleel telegrama a su apartamento. Al tocar el pomo dela puerta lo notó caliente. Alarmada, se hizo haciaatrás y gritó pidiendo ayuda. Acudieron dos pintoresque trabajaban al otro lado de la calle. Uno de ellosabrió la puerta y al entrar sintió una ráfaga de airecaliente. Pensando rescatar a la señora Reeser, la buscófrenéticamente, pero no vio ni rastro de ella. La camaestaba vacía. Había algo de humo, pero el único fue-go era una pequeña llama sobre una viga de madera,en lo alto de un cancel que separaba el cuarto de estarde la cocina.

Llegaron los bomberos, apagaron la pequeña llamacon un extintor y deshicieron parte del cancel. Cuan-do el subjefe S.O. Griffith comenzó su inspección, nopodía dar crédito a sus ojos. En medio del piso habíauna zona quemada como de 1.20 metros de diámetro,dentro de la cual encontró algunos resortes de sillónennegrecidos y los restos de un cuerpo humano, con-sistentes en un hígado carbonizado unido a un trozode columna vertebral, un cráneo reducido, un pie cal-zado todavía con una pantufla de raso negro y un mon-toncito de cenizas.

Aunque desconcertado, el encargado de la investi-gación, Edward T. Silk, que había llegado para exa-minar el cuerpo y registrar el apartamento, decidió quela muerte era accidental y autorizó el levantamientode los restos. Las cenizas, la pequeña cabeza reduciday el pie calzado fueron llevados en ambulancia a unhospital.

En la investigación que siguió intervinieron la poli-cía y los bomberos, así como expertos en incendiosprovocados. Los hechos a los que hubieron de enfren-tarse parecían inexplicables, considerando la cantidadde calor necesaria para explicar el cuerpo incinerado

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Cuando la verdad es tan extraña como la ficción

La combustión humana espontánea era un fenómenotan conocido ya a finales del siglo XVIII y durante elxfx que algunos escritores lo utilizaron para acabarcon sus personajes de ficción.

En Casa desolada de Charles Dickens, publicada amediados del siglo pasado, Krook, un viejo comer-ciante en trapos y botellas, cadavérico y atiborradode ginebra, muere espantosamente por combustión es-pontánea. Krook era el símbolo de todos los males ydesigualdades sociales que entonces había en Inglate-rra, y a través de su terrible fin Dickens profetizó laautodestrucción de "toda autoridad allí donde, bajouno u otro nombre, se cometen fraudes e injusticias".El capítulo que describía la muerte de Krook concluía:

Cualquiera que sea el nombre que deis a lamuerte, a quién la atribuyáis o cómo digáis quepodía haber sido evitada, es eternamente lamisma muerte, innata, congénita, engendradaen los corruptos humores del propio cuerpovicioso, y sólo ésa: la Combustión Espontánea,y no ninguna otra de las muertes de las que sepuede morir.

Cuando apareció esta parte de Casa desolada (no-vela por entregas), el crítico literario George HenryLewes reprendió a su viejo amigo Dickens por perpe-tuar lo que él creía que era una superstición vulgary anticientífica. Pero Dickens defendió vigorosamen-

Esta ilustración de Casa desolada, de Dickens, mues-tra la llegada de William Guppy y un amigo a casade Krook, donde lo encuentran quemado.

te la realidad de la combustión espontánea, citandomuchos casos documentados, así como sus propios re-cuerdos de sucesos de su época de joven reportero.Más tarde, al reimprimirse Casa desolada en un solovolumen, Dickens aprovechó el prólogo para seguirdefendiendo la autenticidad de la combustión humana:

No renunciaré a los hechos hasta que eltestimonio que suele servir de base a laaceptación de los acontecimientos humanos nohaya sufrido una considerable CombustiónEspontánea.

El primer relato literario de una combustión espon-tánea aparece en 1798 en la novela Wieland, escritapor Charles Brockden Brown, primer novelista esta-dounidense y maestro del género gótico. El personajeprincipal es un pietista alemán que lleva a cabo losmisteriosos y solitarios ritos de su religión en una rui-nosa cabaña de madera a la que llama su capilla. Unanoche su mujer ve, sorprendida, brotar una brillanteluz sobre la capilla y escucha "una fuerte detonación,como la explosión de una mina". Oye también horri-bles chillidos, pero cuando llega a la cabaña la luz ylos gritos han cesado. Encuentra a Wieland "incons-ciente", con la ropa hecha cenizas y el cuerpo horri-blemente quemado, pero la capilla intacta. El desdi-chado muere después de terribles sufrimientos:

...la enfermedad... mostró síntomas terribles.La fiebre y el delirio terminaron en un soporletárgico. Pero no antes de que emanacionesinsoportables y una putrefacción horripilantehubiesen alejado de su habitación y de la casaa cuantos no retenía allí el deber.

(El lector reconocerá aquí una versión gótica del ca-so del sacerdote Bertholi, referido en la p ágina 82.)

En la novela Jacob Faithfut (1834), de FrederickMarryat, la madre del protagonista es víctima de lacombustión espontánea. Marryat siguió de cerca ensu relato los detalles de un caso ocurrido en Londresen 1832. Jacob entra en el camarote de sus padres,a bordo de una casa flotante del Támesis:

La lámpara sujeta al mamparo de popa yprotegida por un vidrio estaba aún encendida,y pude ver claramente todos los rincones delcamarote, No había nada ardiendo; ni siquieralas cortinas de la cama de mi madre se veíanchamuscadas. Parecía haber una masa negra enmedio de la cama. Alargué temeroso la mano.

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Era una especie de ceniza untuosa y querecordaba la brea. Grité horrorizado... Salí delcamarote tambaleándome y me desplomé sobrecubierta en un estado cercano a la locura...Murió de lo que llaman combustiónespontánea, una inflamación de los gases

generadospor el alcohol absorbido por elorganismo.

En Las almas muertas, de Gogol (1842), hay unaapesadumbrada mención de la muerte de un herrero:

Se incendió él mismo. Algo en su interior seprendió fuego. Sin duda había bebidodemasiado. Sólo exhaló una llama azul y ardióy ardió hasta que se volvió tan negro como elcarbón. Y era un herrero tan hábil...

Gogol es famoso por sussátiras sociales, en las queridiculizaba a la sociedad yla burocracia rusas. Las al-mas muertas, una de susmejores obras, contiene unepisodio en el que un hom-bre se incendia. Gogol su-ponía que las llamas, pre-sumiblemente causadas porel alcohol, eran el justo cas-tigo de este vicio.

También Herman Melville utilizó este recurso. EnRedburn (1849), Miguel, un marinero enrolado a lafuerza, es encontrado sobre cubierta medio atontado,borracho y apestando. Mientras el resto de la horro-rizada tripulación lo contemplaba,

nosotros exactamente igual que un tiburónfosforescente en un mar de medianoche.

Y Thomas de Quincey, en la edición revisada en1856 de sus Confesiones de un comedor de opio in-glés, incluía entre los "sufrimientos del opio" el te-mor a que el narcótico pudiese provocar, como el al-cohol, combustión espontánea y a que llegase él mis-mo a despedirse así del mundo literario.

Esa misteriosa y feroz muerte fue también utiliza-da por Mark Twain en su Vida en el Mississippi (1883):

Jimmy Fina no fue quemado en el calabozo,sino que murió de muerte natural en una tinapara curtir, a consecuencia de una combinaciónde delírium tremens y combustión espontánea.Cuando digo muerte natural me refiero a queera natural que Jimmy Finn muriese así.

Por Ultimo, en la novela de Emile Zola El doctorPascal (1893), uno de los miembros de la degeneradafamilia Macquart, sentado medio inconsciente a cau-sa del alcohol, se incendia con el fuego de su pipamientras su hermana lo observa horrorizada:

Al principio Felicité pensó que era su ropainterior, sus calzoncillos o su camiseta, Io queestaba ardiendo, pero después ya no hubo dudade que era su carne la que ardía con unavacilante llama azul, ligera y danzarina como laque se extiende sobre la superficie de un platocon alcohol... Iba creciendo, extendiéndoserápidamente, y la piel iba agrietándose y lagrasa empezaba a fundirse. Ahora la grasalíquida goteaba de las grietas de su piel,alimentando la llama, que iba extendiéndosehasta su vientre. Y Felicité se dio cuenta de queestaba consumiéndose pos completo, como unaesponja empapada en alcohol.

...dos hebras de fuego verdoso, como unalengua bífida, salieron disparadas de entre suslabios y en un momento su rostro cadavéricoestuvo cubierto por un enjambre de llamascomo gusanos... El cuerpo desnudo ardió ante

Émile Zola, creador de laescuela naturalista france-sa, subrayó en muchas desus obras la influencia do laherencia en el individuo.En El doctos Pascal, unade las veinte novelas de sufamosa serie Los Rougon-Macquart, pintó gráfica-mente la muerte de Amai-ne Macquart, que ardiómientras dormía borracho.

Redburn, de Herman Mel-ville, se basa en su primeraexperiencia en el mar comogrumete de un mercanteque iba a Liverpool. ¿Pre-senciaría algún caso decombustión espontánea?

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de la señora Reeser. Excepto el sillón y la mesita queestaba al lado, el mobiliario apenas había sufrido da-ños, pero el apartamento había experimentado algu-nos curiosos efectos:

El techo, las cortinas y las paredes estabancubiertos de un hollín maloliente y grasiento apartir de un punto situado exactamente a 1.20metros por encima del suelo. Por debajo de esalínea no había ninguno. La pintura de la paredcontigua al slllón aparecía levemente oscurecida,pero la alfombra donde descansaba el slllón noestaba ni siquiera perforada por el fuego. Un espejode pared situado a unos 3 metros se había roto,probablemente a causa del calor. Sobre un tocador,a unos 4 metros de allí, dos velas color de rosa sehabían fundido, pero sus mechas estaban intactasen los candelabros. Por encima de la línea de 1.20metros se habían derretido las tapas de plástico delos contactos eléctricos de las paredes, pero losfusibles no se habían fundido y seguía habiendocorriente. Los contactos del zoclo estaban intactos.Un reloj eléctrico conectado a uno de los contactosderretidos se había parado a las 4:20 en punto...pero volyió a funcionar perfectamente al conectarloa uno de los del zoclo.

Ni los periódicos que había cerca sobre una mesani .la ropa a mano en el sofá cama —todos inflama-bles— habían sufrido daños. Y aunque los pintoresy la señora Carpenter sintieron una oleada de caloral abrir la puerta, ninguno de ellos había notadohumo ni olor a quemado, ni visto ascuas o llamasen las cenizas.

Enfrentadas a semejante misterio, las autoridadesde St. Petersburg llamaron al FB1. El laboratorio en-contró que los 80 kilos de peso calculados a la señoraReeser se habían convertido en menos de 4.5, inclui-dos el pie y la cabeza reducida. El informe final con-cluía que ningún agente químico conocido ni otros ace-leradores habían intervenido en la iniciación del fue-go, y terminaba diciendo que el caso era "insólito einverosímil".

Un famoso especialista en incendios provocados, delConsejo Nacional de Aseguradores, no se mostró me-nos perplejo. "Sólo puedo decir", admitió, "que lavíctima murió a causa del fuego..." Por último se re-currió al ya mencionado doctor Krogman, autoridaden diferentes tipos de quemaduras, para que ayudasea aclarar el misterio. Tras revisar los hallazgos de suspredecesores, empezó a eliminar posibilidades. Con-sideró el rayo como una de las posibles causas, peroun ingeniero especializado en sus efectos sobre el cuer-po humano rechazó de plano tal conjetura. Además,no se sabía que hubiesen caído rayos en la inmediatavecindad la noche del accidente. Otra posibilidad eraque los sedantes que tomó la señora Reeser le hubie-ran impedido darse cuenta de que el cigarro que esta-ba fumando había incendiado su camisón o el sillón.Pero ninguna de las dos cosas era particularmente in-flamable, ni tenían material suficiente para producirel intenso calor necesario para reducir a cenizas un

cuerpo humano. El doctor Krogman ha quemado ca-dáveres con gasolina, aceite, leña y todo tipo de agen-tes. Ha experimentado con huesos cubiertos de carney pelados, húmedos y secos. En sus experimentos hautilizado aparatos de combustión que van desde ho-gueras al aire libre al más moderno equipo cremato-rio a presión. Ha demostrado de modo concluyenteque hace falta un calor enorme para consumir un cuer-po, y que sólo por encima de los 1 650 grados se haceel hueso lo bastante volátil para perder su forma y de-jar sólo cenizas. "Ésos son calores muy grandes", de-cía, "que abrasan, carbonizan, chamuscan, estropeano afectan de algún modo todo lo que se encuentra den-tro de un radio considerable. Dicen que la verdad esa veces más extraña que la ficción, y este caso lo prue-ba." El pie izquierdo calzado era ya por sí solo un mis-terio. Se averiguó que la señora Reeser tenía la cos-tumbre de estirar la pierna izquierda a causa de unamolestia que padecía en ella. Al parecer, el pie no sequemó porque estaba fuera del misterioso radio de in-cineración de 1.20 metros.

Otra especulación, la de que el fuego podía habersido causado por alguna falla en el sistema eléctrico,fue también descartada por los expertos: se hubiesenfundido los fusibles. Por último se consideraron el cri-men y el suicidio. El primero fue eliminado porqueno se sabía de ningún sospechoso, no habían revueltoel apartamento y ninguna hipótesis podía explicar có-mo era posible cometer un crimen así. También se des-cartó el suicidio. La señora Reeser no carecía de nadani estaba deprimida, y además ¿cómo hubiese podidoprovocar un incendio semejante?

Al fin el doctor Krogman admitió la derrota, e in-formó al jefe de policía Reichert:

Me he planteado una y otra vez el problema decómo la señora Reeser pudo quedar totalmentedestruida, hasta los huesos, mientras los objetoscercanos no eran afectados materialmente. Siempretermino rechazándolo en teoría, aunque los hechossigan ahí.

Tampoco podía comprender la reducción del crá-neo de la señora Reeser:

...en la incineración normal la cabeza no quedacompleta, y desde luego no se encoge ni se reducesimétricamente a un tamaño mucho menor. Enpresencia de calor suficiente para destruir los tejidosblandos, el cráneo explota literalmente en pedazos.No he conocido ninguna excepción a esta regla.Nunca he visto un cráneo reducido de esa manerani un cuerpo consumido tan completamente por elcalor,

(Vincent H. Gaddis, Mysterious Fires and Lights,págs. 245-59; Michael Harrison, Fire From Heaven:A Study of Spontaneous Combustion in HumanBeings, págs. 120-36; Francis Hitching, The Myste-rious World: An Atlas of the Unexplained, pág. 21;True, mayo de 1964, págs. 32, 106-07, 112)

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Las pruebas en favor de la combustión espontánea

La combustión humana espontánea no es un fenóme-no reconocido por la ciencia del siglo xx. A pesar delas pruebas aportadas por policías y bomberos, espe-cialistas en incendios provocados, jueces de instruc-ción y patólogos, la mayoría de los médicos y cientí-ficos consideran esos casos, en apariencia indiscuti-bles, como simplemente no investigados a fondo.

En los siglos XVII y xvin la combustión espontánea,especialmente de los borrachos, era considerada co-mo un castigo divino; pero ya en el siglo xix los avan-ces en biología y química animaron a los investigado-res a buscar causas más terrenales para esos incendiosal parecer inexplicables, Se sugirieron nuevas posibi-lidades que podrían explicar sucesos tan extraños :

• Los gases intestinales son inflamables.• Los cadáveres producen gases inflamables.• Los pajares y los montones de estiércol pueden ge-

nerar calor suficiente para la combustión espontánea.• Ciertos elementos y compuestos se incendian espon-

táneamente al ser expuestos al aire. Así ocurre, porejemplo, con el fósforo, que es uno de los compo-nentes del cuerpo humano.

▪ Algunos productos químicos que solos son inertes,al combinarse forman compuestos explosivos.

• La luminiscencia de ciertos insectos y peces pruebala posibilidad de algún tipo de "fuego" interno.

• Las grasas y aceites, que el cuerpo humano contie-ne en abundancia, son excelentes combustibles.

• La electricidad estática produce chispas que podrían,en ciertas condiciones, prender fuego a un cuerpo.

Las crecientes pruebas indicaban, sin embargo, queninguna de estas hipótesis podría realmente explicarla combustión humana espontánea. En 1851, un quí-mico alemán señaló que los más obesos bebedores deaguardiente no suelen arder cuando están cerca de unfuego. Hacia finales del siglo pasado, varios médicosdijeron que era difícil comprender cómo el cuerpo, dealto contenido de agua y relativamente poca grasa, po-día incendiarse. Por último, el American Medicine del22 de abril de 1905 asestaba un duro golpe a los cre-

yentes en la combustión humana espontánea al adver-tir: "Del número total de casos publicados, casi la mi-tad proceden de un país neurótico como es Francia."

Para probar la teoría de que el alcohol hace el cuer-po altamente combustible, se puso una rata a remojoen alcohol durante un año y después se le prendió fue-go. La piel ardió con fuerza, quemando algunas ca-pas exteriores de carne, pero los tejidos y órganos in-ternos del animal apenas resultaron afectados. El ex-perimento se repitió con ejemplares de museo que ha-bían estado sumergidos en alcohol durante periodosaún más largos, pero el resultado fue el mismo.

Puede ser posible que los gases inflamables produ-cidos por la digestión se acumulen en el cuerpo y re-presenten un peligro. A un pastor inglés a quien le ocu-rría eso le advirtieron que no soplara para apagar lasvelas del altar al terminar los servicios, por miedo aque su aliento se inflamase.

La electricidad estática parece otro buen candidatopara iniciar esos incendios, con independencia de loque pueda después servir de combustible. Según el ma-nual de la asociación de protección contra el fuego,estadounidense, el cuerpo humano puede acumularuna carga estática de varios miles de voltios. Se sabede personas que acumulaban cargas aún mayores, lle-gando incluso a generar hasta 30 000 voltios. Por logeneral esta electricidad se descarga sin peligro a tra-vés del pelo; pero en ciertos lugares, como fábricasde materiales combustibles o salas de operaciones dehospitales que utilizan anestésicos gaseosos, esas per-sonas pueden provocar explosiones. Lo que no se sa-be es que tales explosiones hayan alguna vez reduci-do a una persona a cenizas dejando la habitación yel mobiliario intactos.

Se han apuntado otras causas físicas de la combus-tión espontánea (bólidos, rayos, explosiones atómi-cas internas, rayos láser, radiaciones de microondas,sonidos de alta frecuencia y flujo geomagnético), pe-ro el mecanismo a través del cual puede actuar cual-quiera de ellas sigue sin ser explicado. Otro tanto ocu-rre por ahora con la combustión humana espontánea.

Un caso especialmente extraño de muerte por igniciónfue el de Glen B. Denney, un hombre de 46 arios pro-pietario de una fundición y residente en Algiers (Lui-siana). El 18 de septiembre de 1952, una vecina llamóa los bomberos al ver que salía humo del apartamen-to situado encima del suyo. Cuando los bomberos for-zaron la puerta, encontraron en la sala el cuerpo cal-cinado de un hombre. Apagaron rápidamente las lla-mas con una cobija, y el teniente Louis Wattingneycontaba:

El hombre estaba acostado en el suelo detrás de lapuerta y era una masa de llamas. En el cuarto noardía ni una sola cosa más. Estaba muerto. No sélo que hizo que el fuego ardiese con tanta fuerza.Quizá estuviese saturado con algún tipo de aceite.Sin embargo, no olí nada. En toda mi experiencianunca vi nada que superase esto.

No había pruebas de que Denney fuese fumador,ni se encontraron cerillos. Todas las ventanas estabancerradas. No había rastro de líquidos inflamables por

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ninguna parte. Pero el descubrimiento más sorpren-dente fue que Denney se había cortado las muñecasantes de quedar envuelto en llamas: las arterias de am-bas muñecas estaban cortadas, y en la cocina habíaun charco de sangre y un cuchillo ensangrentado. Seaveriguó que Denney había estado deprimido y bebien-do mucho: la última vez que lo vieron vivo tenía eltemblor característico de los alcohólicos. El veredictofinal decía que Denney se había cortado las muñecasy después se había prendido fuego para "estar más se-guro". Sin embargo, tanto las pruebas como la lógi-ca contradecían de plano tal conclusión. ¿Cómo unhombre que perdía rápidamente sangre por cinco pro-fundos cortes pudo ir de la cocina a la sala, regarsecon un petróleo nunca descubierto de una lata que nose encontró y prenderse después fuego con un fósforoinexistente? (Vincent H. Gaddis, Mysterious Fires andLights, pág. 271)

El cuerpo de Waymon Wood, de Greenville (Caroli-na del Sur), fue encontrado carbonizado en el asientodelantero de su coche cerrado, el 1° de marzo de 1953.El coche estaba estacionado en la cuneta de la carre-tera de circunvalación 291. Aunque apenas quedabanrestos de Wood, el automóvil, que tenía lleno mediotanque de gasolina, sólo había sufrido daños en el pa-rabrisas, al que se le habían formado burbujas y quese había curvado hacia adentro por el intenso calor.(Vincent H. Gaddis, Mysterious Fires and Lights,págs. 227-28; True, mayo de 1964, pág. 112)

En diciembre de 1956 un inválido de 78 años, YoungSik Kim, que vivía en el 1130 de Maunakea Street (Ho-nolulu), fue encontrado envuelto en llamas azules porsu vecino. El calor era demasiado intenso para poderni siquiera acercarse. Cuando llegaron los bomberos,un cuarto de hora más tarde, la víctima y el sillón derelleno especial en el que descansaba estaban reduci-dos a cenizas. Sin embargo, sus pies permanecían in-tactos y seguían apoyados en la silla de ruedas, frenteal sillón en el que había estado sentado. En la habita-ción, ninguna otra cosa, ni siquiera las cortinas y ro-pas cercanas, había sufrido el menor daño. ( True, ma-yo de 1964, pág. 32)

Los niños son raramente mencionados como víctimasde la combustión espontánea, pero Ricky P. Pruitt,de Rockford (Illinois), puede haber sido una de las po-cas excepciones. Este bebé de cuatro meses murió degraves quemaduras en la primavera de 1959, sin quese pudiese saber la causa. Sus vestidos no estaban cha-muscados, ni tampoco la ropa de la cuna en la queapareció muerto. (Vincent H. Gaddis, Mysterious Firesand Lights, pág. 229; True, mayo de 1964, pág. 112)

Una noche de octubre a fines de los años cincuenta,Maybelle Andrews, de 19 años, estaba bailando consu novio, Billy Clifford, en una discoteca de Londres,cuando de repente se vio envuelta en llamas. El fuego

le salía de la espalda y el pecho, envolviéndole la ca-beza e incendiándole el pelo. Su novio y algunos delos presentes trataron de luchar contra las llamas, pe-ro no pudieron salvarla. Murió camino del hospital.

Según el testimonio de Clifford:

No vi a nadie que fumara en la pista. No habíavelas en las mesas ni vi que su vestido se prendiesecon nada. Sé que suena increíble, pero me parecióque las llamas brotaban hacia fuera, como sinaciesen dentro de su cuerpo.

Otros testigos pensaban lo mismo. El veredicto fi-nal fue "muerte accidental, causada por un fuego deorigen desconocido". (Michael Harrison, Fire FromHeaven: A Study óf Spontaneous Combustion in Hu-man Beings, págs. 93-94)

Billy Peterson, de unos 30 años, trabajador de una fá-brica de automóviles de Pontiac (Michigan, E.U.A.),llevaba meses muy deprimido por su estado de salud.El 13 de diciembre de 1959, a las 7:45 de la noche, fueencontrado muerto en su coche, al parecer por suici-dio. Cuando lo descubrieron, el asiento delantero de-recho del coche ardía sin llamas por el sitio donde eltubo de escape había sido doblado para que entraraen el coche cerrado. El cuerpo de Peterson estaba sen-tado a cierta distancia de la tapicería incendiada.

Su cuerpo fue llevado al hospital general de Pon-tiac, donde se le declaró muerto por envenenamientocon monóxido de carbono, conclusión coherente conla hipótesis del suicidio. Pero lo que no hubo modode explicar fueron las quemaduras de tercer grado enla espalda, las piernas y los brazos de Billy, y lo abra-sados que tenía la nariz, la garganta y los pulmones.Aún más sorprendente era que las ropas de Peterson,incluso la interior, no presentaban daño alguno, y quede la carne quemada sobresalían vellos intactos. Losinvestigadores empezaron por atribuirlo al calor de losgases del escape, y uno de los detectives propuso laidea de un "asesinato por tortura"; pero al final nohubo modo de explicar el estado de Billy. (Vincent H.Gaddis, Mysterious Fires and Lights, págs. 273-76;True, mayo de 1964, pág. 104)

En Dallas (Texas), una ex actriz, Olga Worth Ste-phens, de 75 años, estaba en octubre de 1964 sentadaen su coche estacionado cuando varios testigos la vie-ron quedar envuelta en llamas. Sufrió quemadurasmortales antes de que pudiesen rescatarla. Los bombe-ros dijeron que el automóvil no presentaba daños nicontenía nada que pudiera ser causa del incendio. (Vin-cent H. Gaddis, Mysterious Fires and Lights, pág. 230;Michael Harrison, Fire From Heaven: A Study ofSpontaneous Combustión in Human Beings, pág. 153)

En la pequeña ciudad de Coudersport (Pennsylvania),Don E. Gosnell , inspector de medidores de la North

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de baño en busca de agua para apagar las llamas. (Labata fue encontrada junto al desagüe de la tina, sólochamuscada.) Pero, incluso si hubiese ardido la bata,¿cómo pudo generar calor suficiente para incinerar uncuerpo? Y si el fuego se inició en el cuarto de estar,¿por qué no había allí trazas de él? ¿Y cómo era posi-ble que un cuerpo se consumiese tan completamentey el resto apenas quedase afectado?

El certificado del investigador acabó por dar la "as-fixia y quemaduras de un 90 por ciento" como causasde la muerte, en el fondo inexplicable, del doctor Ben-tley. (Francis Hitching, The Mysterious World: AnAtlas of the Unexplained, págs. 20-21; Pursuit,9:75-79, otoño de 1976)

Varios testigos horrorizados vieron a la señora OlgaWorth Stephens convertida de pronto en una "antor-cha humana" mientras estaba sentada en su coche es-tacionado. El automóvil no resultó- dañado por las

Penn Gas Company, salió para su ronda acostumbra-da la mañana del 5 de diciembre de 1966. Su primeravisita fue al doctor John Irving Bentley, un médicojubilado de 92 años, que estaba semiinválido pero aúnpodía moverse por la casa con ayuda de una andade-ra. Gosnell abrió la puerta de la calle y llamó, perono obtuvo respuesta. Entonces bajó al sótano para verel medidor del gas. Allí percibió "un humo azul clarode un olor raro... como el que se produce al arrancarun sistema de calefacción central recién instalado... untanto dulzón".

En un rincón del sucio suelo del sótano había unmontón de finas cenizas de unos 35 centímetros de diá-metro por 15 de altura, tal vez suficientes para llenaruna cubeta. Distraídamente, lo esparció con el pie. Novio el agujero del techo —una abertura irregular deunos 75 centímetros de ancho por I20 de largo, conlos bordes chamuscados—, hecho por el fuego despuésde traspasar el piso de madera que había encima. Le-yó el medidor y subió para entrar a ver al doctor. Allíel humo era más denso, pero el doctor Bentley no es-taba por ninguna parte. Don Gosnell se asomó al cuar-to de baño, y lo que vio allí lo horrorizó. La andade-ra del médico estaba volcada sobre el agujero quema-do del suelo, y junto a él cuanto quedaba del doctorBentley: su pierna derecha desde la rodilla para aba-jo, tostada pero no carbonizada. El zapato estaba in-tacto. Gosnell salió corriendo de la casa, blanco co-mo el papel, gritando a voz en cuello: "¡El doctor Ben-tiey se abrasó!"

El encargado de la investigación, John Dec, encon-tró demasiadas preguntas sin respuesta para determi-nar cómo había ocurrido el accidente. Una de las teo-rías era que al médico le había ardido la bata en elcuarto de estar al prender un cerillo para encender supipa, y después utilizó la andadera para ir al cuarto

Dos casos de combustión espontánea de niños se re-gistraron en Inglaterra en 1973 y 1974.

En 1973, el bebé de siete meses Parvinder Kaur yel cochecito en el que estaba se incendiaron de prontoen el cuarto de estar de sus padres. Fue tratado en launidad de quemados del hospital de Birmingham. Losfuncionarios no pudieron determinar la causa de/fuego.

Al año siguiente, el Evening Mail (también de Bir-mingham) del 26 de agosto de 1974 informaba de lamuerte de la niña de seis meses Lisa Tipton. Fue en-contrada muerta a causa de las quemaduras produci-das por un fuego inexplicable, confinado a una solahabitación de la casa de sus padres en Highfields (Staf-fordshire). (Michael Harrison, Fire From Heaven: AStudy of Spontaneous Combustion ¡II H11111(271 Beings,pág. 261)

No una sino seis personas se vieron implicadas en loque parece ser un caso de víctimas múltiples de la com-bustión espontánea. El siguiente relato está tomadodel Nigerian Herald del 27 de diciembre de 1976:

La muerte de seis miembros de una familia por elfuego en Lagos.., se ha convertido en un granmisterio.

Ayer, una investigación sobre el terreno revelóque en la pequeña habitación de madera de Iponri,en las afueras de Lagos, todo permanecía intacto.

Entre los objetos no tocados por el fuego estabandos colchones de algodón puestos cuidadosamentesobre dos camas de hierro...

En conjunto, la habitación no parecía afectadapor el incendio que mató a las seis personas,cuando era de esperar que no hubiese quedadonada, incluidas las paredes de madera y las láminasmetálicas que cubrían el tejado...

Y aunque informaciones anteriores afirmaron queel fuego se debió al petróleo que alguien vertiósobre la familia por una abertura de la pared demadera mientras dormían [así lo afirmó la madresuperviviente], ayer se supo que tal cosa no podíaser cierta... [Michael Harrison, Fire From Heaven:A Study of Spontaneous Combustion in HumanBeings, págs. 262 -63]

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CRÍMENES Y ATAQUESINEXPLICABLES

En diferentes épocas y en diversas partes del mundo se ha informado de críme-nes y ataques a personas —y a veces a animales— sin una solución fácilmenteaceptable. Los casos descritos carecen de autores definibles. Son crímenes y ata-ques que han sido llevados a cabo de modo misterioso y por agentes casi nuncaidentificados.

Se incluyen algunos crímenes de apariencia común: un apuñalamiento, muertesa tiros y un robo, cometidos por medios extraordinarios y desconocidos. Haytambién algunos crímenes fuera de lo común, como mutilación de ganado y es-clavitud por medios ocultistas, para los que no parece haber una explicación clara.

A otro nivel están los asaltos por demonios y otros malos espíritus. Algunosde estos ataques pueden ser causados por agentes externos, y simplemente afec-tan a la víctima sin previo aviso. Pero pueden también ser autoinducidos porla creencia de la víctima en una maldición o maleficio lanzados por otro. Sólosi uno cree en ese tipo de maldiciones hará que se cumpla su intención aviesa.

Al leer acerca de sucesos tan extraños e inexplicables, deberíamos recordarlos límites de nuestro conocimiento, sin impresionarnos demasiado por lo quecreemos saber. Al descubrir que algunas de nuestras creencias que nos son máscaras son cuestionables, podremos hacernos más receptivos a la idea heréticade que no somos infalibles en otras zonas de nuestra vida y pensamiento.

CRÍMENES INEXPLICABLES

A pesar de la experiencia, lós modernos medios y re-des de comunicación que comparten los departamen-tos de policía de muchos países, hay todavía algunosdelitos en los que los hechos son tan desconcertantesque desafían cualquier solución lógica. El mismísimoSherlock Holmes se hubiera visto en apuros con ejem-plos como los siguientes:

¿Un suicidio imposible?El) 1872, capitán George M, Colvocoresses fue 172-contrado muerto a tiros en una calle muy frecuentada

ale Bridgeport (Connecticut , E.U.A.'. /Unto a( cuer-po había una pistola y una billetera, y al principio lapolicía supuso que se trataba de un caso claro de ase-sinato. Pero al examinar más detenidamente el cuer-po descubrieron que ni en el saco ni en el chaleco ha-bía agujeros de bala, mientras que el orificio y la que-madura de pólvora de su camisa indicaban que la pis-tola había sido introducida bajo las prendas exterio-res antes de disparar. Ni la policía ni los periodistaspodían explicarse por qué un asesino iba a tomarse se-mejante trabajo.

La conclusión inmediata fue que eI capitán Colvo-coresses se había quitado la vida, idea reforzada porel descubrimiento de que pocos meses antes la habíaasegurado en 193 000 dólares. Pero cuando se vio que

en su testamento sólo había legados de unos pocos mi-les de dólares, la tesis pareció dudosa. Aún más du-das suscitaba el carácter del capitán, que era, segúnel New York Times, "un hombre de mucho caráctery vida impecable", todo lo contrario de un presuntosuicida.

Estaban también las dificultades técnicas de la teo-ría del suicidio. ¿Por qué Colvocoresses puso la pis-tola cuidadosamente dentro de sus ropas antes de apre-tar el gatillo? No sería porque tenía miedo de estro-

pear chaleco y saco. Pero si lo hizo, quizá precisamentepara rodear de misterio su muerte, ¿cómo podía esta:seguro de que, tras dispararse al corazón, iba a tenertiempo de sacar la mano antes de morir? Y si no po-día estar seguro de esto y no obstante quería que susuicidio pareciera asesinato, ¿por qué elegir ese méto-do? Y, por último, si deseaba matarse sin que pare-ciera suicidio, ¿por qué decidió hacerlo a primeras ho-ras de la noche en una calle muy concurrida? (The NewYork Times, de julio de 1872)

¿Cómo ocurrió?En julio de 1891, Carl Gros fue muerto a tiros cercade Maspeth (Long Island, E.U.A.). La bala penetróen su cuerpo sin hacer agujeros en la ropa. (CharlesFort, The Complete Bóoks of Charles Fort, pág. 913)

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mo lo era el niño al que metieron por él; y la preguntade por qué el asesino había de trepar a una pequeñaventana para escapar en vez de salir por la puerta pa-recía no tener respuesta. Una segunda teoría fue quea Fink le habían disparado desde el pasillo a través deltragaluz, pero las señales del cuerpo de Fink indica-ban que los disparos había sido hechos a quemarro-pa. Más de dos años después del crimen, el comisio-nado de policía de Nueva York, Edward P. Mulroo-ney, calificó el asesinato de "misterio insoluble".(Charles Fort, The Complete Books óf Charles Fort,pág. 916; The New York Times, 10 de marzo de 1929)

Un asunto de pesoAl terminar un día de 1974 su jornada de trabajo, unosobreros de la constructora Dowling, de Indianápolis(E.U.A.), dejaron una bola de acero para demolicio-nes, de cinco toneladas, colgando de una grúa a 60 me-tros del suelo. Cuando volvieron a la mañana siguien-te, la bola había desaparecido, ante el pasmo de la po-licía y de todos los afectados. La bola nunca fue en-contrada. (Conversación telefónica con Loran Dow-ling, de Indianápolis, Indiana)

El cuadro de René Magritte "La búsqueda infinita"(1953) sugiere el misterio de la bola de acero que undía fue robada o desapareció por los aires.

[ No hubo veredictoEl 16 de marzo de 1901, el Cambridge Daily News in-formaba de la muerte de Lavinia Farrar, una mujerde 72 años "de buena posición". Había sido encon-trada en el piso de su cocina, totalmente vestida, conla cara arañada y la nariz rota. Junto a ella había uncuchillo ensangrentado y unas cuantas gotas de san-gre. El reconocimiento reveló que había sido apuña-lada en el corazón.

La investigación condujo a un veredicto "abierto",sin mención de autor ni circunstancias, por las siguien-tes razones: Aunque la muerta había sido apuñalada,su ropa no había resultado perforada por el cuchilloni tenía manchas de sangre, excepto la prenda más ín-tima, que estaba ligeramente manchada. Dado que lamuerte había sido casi instantánea, era imposible quese hubiese apuñalado ella misma y vestido antes de mo-rir. Además, ni la sangre del cuchillo ni la que habíaen el suelo junto a ella parecían ser suyas, ya que laherida "apenas había sangrado". (Charles Fort, TheComplete Books of Charles Fort, pág. 916)

La desaparición de las joyas de la Corona de IrlandaUno de los robos más osados del siglo xx ocurrió en1907 cuando las joyas de la Corona de Irlanda (valo-radas en 250 000 dólares) fueron robadas de una cajafuerte situada en la bóveda blindada de la torre

Bedford, del castillo de Dublín, prácticamente a la vistade los cuatro hombres que las custodiaban.

Entre el 28 de junio y el 6 de julio, el ladrón habíaobtenido sucesivamente las llaves de la puerta princi-pal de la torre, de la bóveda blindada y por último dela caja fuerte, donde debió de pasar al menos de 10a 15 minutos sacando las joyas de sus estuches. Y, sinembargo, no había despertado sospechas. Una largainvestigación de Scotland Yard fracasó. El paraderodel tesoro y la identidad del ladrón siguen siendo unmisterio. (The New York Times, 6 de septiembre de1931; Reader's Digest, eds., Strange Stories, AmazingFacts, pág. 354)

El misterio del cuarto cerradoIsidore'Fink fue muerto a tiros a las 10:30 de la nochedel 9 de marzo de 1929, en la trastienda de la lavande-ría Fifth Avenue, de su propiedad, en el número 4 dela calle 132 Este de Nueva York. La policía fue avisa-da por la señora Locklan Smith, que había oído gri-tos y rumor de lucha. Cuando llegaron, encontraronque las puertas de la habitación en que yacía Fink es-taban cerradas, y tuvieron que entrar metiendo a unniño en el cuarto a través de un tragaluz.

Fink tenía dos tiros en el pecho y uno en la manoizquierda, con rastros de quemaduras de pólvora. Noapareció ninguna arma en el cuarto. Había dinero enel bolsillo de Fink y en la caja registradora.

La policía empezó por pensar que quien hubiese ma-tado a Fink, que siempre echaba el cerrojo a las puer-tas de la lavandería cuando trabajaba de noche, ha-bía entrado por el tragaluz. Pero éste era pequeño, co-

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Revelaciones inexplicables

Un antídoto limitado, aunque fascinante, para los crí-menes inexplicables son los ejemplos de soluciones yrevelaciones inexplicables. Hay considerable informa-ción sobre el tema, y, en algunos casos, desacuerdoen cuanto al auténtico valor de los "dotados" y vi-dentes que aseguran ser capaces de resolver crímenesy encontrar, por medio de la percepción extrasenso-rial, a personas desaparecidas.

Pero hay una vidente, un ama de casa de Nueva Jer-sey, de cuyos poderes la policía local no tiene dudas.A esos investigadores entrenados y concienzudos, lasdotes psíquicas de Dorothy Allison deben de parecer-les cosa de otro mundo.

Su don consiste en ver sucesos, lugares y situacio-nes en su imaginación, como proyectados en una pan-talla de TV. Esas visiones responden a veces a pre-guntas concretas acerca de una persona desapareci-da. Otras viene a su mente, sin desearlo, la "noticia"de una tragedia.

Fue uno de estos casos eI que la hizo entrar por pri-mera vez en contacto con la policía. A las seis de lamañana del 3 de diciembre de 1967 se despertó de unsueño en el que había visto el cuerpo de un muchachoaprisionado en una tubería. Al cabo de varios días deestar preocupada por ello, decidió informar a la poli-cía de Nutley (Nueva Jersey), la que averiguó que elniño de cinco años Michael Kurcsics se había ahoga-do en el río Third unas dos horas después del sueño,pero su cuerpo aún no había sido encontrado. La se-ñora Allison confesó también que era "dotada", pe-ro dado que los periódicos habían informado ya dela tragedia, la policía no la tomó muy en serio. Slnembargo, al ser interrogada, la señora Allison revelódetalles de la indumentaria del niño que no se habíanpublicado en los periódicos y ofreció el sorprendentedato de que llevaba los zapatos cambiados de pie.

El policía encargado del caso, Donald Vicaro, soli-citó la ayuda del doctor Richard Ribner, un psiquia-tra de Nueva York. Éste sumió a la señora Allison enun estado semihipnótico, en el que reveló que veía elnúmero 8, una escuela con una barda alrededor, unacasa gris, una serie de oficinas con letras doradas enla puerta y una fábrica. El 7 de febrero fue encontra-

La "dotada" Dorothy Allison no puede explicar có-mo ve en su mente, con tanta claridad, personas y su-cesos desconocidos. Pero en varias ocasiones su donha ayudado a localizar a personas desaparecidas.

do el cadáver del niño en un estanque alimentado porel río Third, a unos cinco kilómetros del lugar dondehabía caído. AI presentarse allí Vicaro, quedó asom-brado al ver la Escuela Pública No. 8, rodeada de unabarda, una casa gris y una fábrica con un estaciona-miento. Todos los detalles dados por Dorothy Alli-son, incluidos los zapatos cambiados de pie, eran exac-tos. Se supo más tarde que en la corriente que alimen-taba el estanque se habían instalado grandes tubos,sobre los que se había improvisado un puente. Posi-blemente el cuerpo del chico había quedado encajadoen uno de los tubos durante algún tiempo.

En otra ocasión, en el consultorio del doctor Rib-ner, Dorothy le dijo que un joven que estaba en la sa-la de espera tenía una pistola y pensaba suicidarse.También había notado que poseía grandes facultadesy triunfaría una vez superada su enfermedad. Más tar-de, durante su sesión con el médico, el joven admitiótener la pistola y estar pensando en usarla. Disuadidode su empeño, continuó con la terapia, y más tardetriunfó como diseñador industrial.

MUTILACIÓN DE GANADO

No cabe duda de que numerosas reses, y en ocasionesotro tipo de ganado, fueron encóntradas mutiladas enlos años setenta en las vastas planicies del Oeste de losEstados Unidos. Sin embargo, hay una enconada con-troversia en cuanto a si fue obra de depredadores na-turales ó de agentes desconócidos. A cóntinuaciónofrecemós algunos casos.

Vaciado, pero ¿por quién?El preludio a lo que después llegó a ser una larga yespantosa cadena de mutilaciones de ganado fue lamisteriosa muerte, en 1967, de un caballo llamadoSnippy. Se trataba de un animal de silla castrado, detres años, propiedad de Berle Lewis y su esposa, deAlamosa (Colorado, E.U.A.), que pastaba en el ran-cho del hermano de la señora Lewis, a pocos kilóme-tros de allí.

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Otro de sus éxitos fue el de la hija de Charles LittleEagle, joven de 18 años desaparecida el 6 de noviem-bre de 1975. El padre denunció la desaparición, peroal cabo de dos días recurrió a Dorothy Allison. Éstale dijo inmediatamente que su hija estaba sana y sal-va, y que vivía en una casa de mala nota con una puer-ta roja yel número 106, 186 ó 168. Dijo también quela casa sería encontrada antes del 21 de enero y aña-dió: "Una cosa más. Va usted a ser abuelo."

Más adelante, un investigador privado contratadopara encontrar a la muchacha pidió ayuda a Dorothy.Ésta se subió a un coche con el detective y un colega,y los guió por un laberinto de calles neoyorquinas ydespués hasta Brooklyn, donde de repente dijo: "Te-nemos que buscar algo relacionado con taxis. Y algorelacionado con el nombre de un presidente." Encon-traron la calle Monroe, y los guió por ella hasta darla vuelta a la esquina. En la calle siguiente encontra-ron una casa con el número 186, en la que había unaoficina con vista a la calle que tomaba llamadas paraun servicio de taxis. La mujer-que atendía el servicionegó que la muchacha desaparecida estuviese dentro.Dorothy estaba segura de lo contrario.

El 21 de enero, Charles Little Eagle pidió a Dorothyque fuese a la casa con él para ayudarlo a recuperara su hija. "Hoy no", dijo Dorothy. "No quiero ver-me envuelta en un accidente. Iré con usted mañana."

El padre y los 'dos investigadores decidieron no es-perar y, mientras iban hacia Brooklyn, otro coche pa-tinó en el hielo y se estrelló contra el automóvil deellos. Sufrieron magulladuras, pero el coche quedódestrozado.

Al día siguiente Dorothy los acompañó. Encontra-ron a la chica y, efectivamente, estaba embarazada,aunque no lo estaba todavía en la fecha en que Do-rothy había dicho al padre que iba a ser abuelo.

Dorothy, cuya madre era también vidente, ha teni-do conciencia de sus dotes desde la infancia. Directay sincera, no puede explicar sus poderes ni cree inte-resante especular sobre ellos. Se niega a aceptar dine-ro por su tiempo y esfuerzos. "Si he sido bendecidacon este don", dice, "estaría mal utilizarlo para algoque no sean fines humanitarios."

Snippy fue visto por última vez la noche del 7 deseptiembre, tan fogoso y retozón como de costumbre.Les preocupó que a la mañana siguiente no se presen-tase para recibir su acostumbrada ración de grano yagua, y la segunda mañana que ocurrió esto empeza-ron a buscarlo. Apareció muerto en una pradera aunos cuatrocientos metros de la casa. El animal, acos-tado sobre el lado izquierdo, presentaba un aspectohorrible. Su cuello parecía haber sido cortado en re-

dondo hasta el hueso, como con un cuchillo afilado,y le faltaba la carne de la espalda. De la cabeza noquedaba más que el cráneo.

Al sureste y al noroeste del cuerpo había varias man-chas oscuras en el suelo. Dos matorrales cercanos alanimal estaban aplastados, y cerca de uno de ellos ha-bía pequeños hoyos que no parecían naturales. En unode los matorrales, la señora Lewis descubrió un trozode crin del caballo.

Lo más notable era la total ausencia de huellas —nisiquiera las de Snippy— dentro de un radio de treintametros en torno al caballo muerto. Más allá, el rastroparecía demostrar que otros dos caballos habían idocorriendo con Snippy hasta cierto lugar, donde se apar-taron de él para correr hacia la casa del rancho. Lashuellas de Snippy parecían continuar un breve trechoy luego se detenían, aproximadamente treinta metrosantes de donde yacía su cuerpo.

En el chaparrón de noticias acerca del horrible ca-so, se dijo que al cadáver le faltaban la sangre, el lí-quido cerebroespinal y el tejido cerebral, y que los ór-ganos internos habían desaparecido. Se dijo tambiénque, aunque es sabido que el tejido cerebral se licuarápidamente en un clima cálido, septiembre era muyfrío en aquel alto valle. Y, excepto dos coyotes quevinieron a merodear en torno al cadáver una semanadespués de su aparición, no había rastro de animalescarroñeros. Además, la idea de que aves, hormigas yotros depredadores comieran solamente del cuello yla cabeza parecía absurda.

Se habló de que se habían visto ovnis en la zona.¿Habría sido Snippy víctima de uno de ellos? La AerialPhenomena Research Organization envió a Don Rich-mond, de Pueblo (Colorado), a estudiar el asunto, pe-ro ni su investigación ni las pruebas de laboratorio quese hicieron proporcionaron la menor pista en cuantoa la causa de la muerte de Snippy.

Transcurrió un mes antes de que se hiciese la autop-sia completa de los restos. El veterinario Robert O.Adams, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Cien-cia Biomédica de la Universidad estatal de Colorado,dijo que no le parecía raro que los órganos internoshubiesen desaparecido, puesto que los animales carro-ñeros pequeños suelen introducirse en los cadáverespor las aberturas del cuerpo para devorar esas partes.En cuanto a la sangre, su explicación fue que sencilla-mente se había coagulado, y los tejidos cerebrales sehabían licuado y evaporado en el curso normal de ladescomposición.

Pero el doctor Adams encontró pruebas de una graninfección en el flanco derecho del animal e indicios deque la piel de la espalda "había sido cortada". Pen-saba que tal vez alguien había encontrado al caballosufriendo grandes dolores y le había cortado el cuellopara ponerles fin. Lo demás pudieron hacerlo depre-dadores naturales.

Poco después los restos fueron entregados al doc-tor Wallace Leary, un veterinario que ejercía libremen-te en Alamosa. Al trabajar sobre el esqueleto, a Leary

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le sorprendió descubrir en el hueso pelviano heridasque eran indudablemente agujeros de bala. Conven-cido de que alguien le había disparado al animal, su-puso que el caballo en su huida había tropezado conuna cerca de alambre de púas, que le infligió las heri-das encontradas en su cuerpo.

El esqueleto de Snippy fue exhibido en el museo Lu-ther Bean del Adams State College de Alamosa. Laverdadera historia de la muerte del caballo sigue sien-do desconocida. (Esquire, 84:64, diciembre de 1975;Penthóuse, 12:121-22, septiembre de 1980; KennethIvl. Rommel, hijo, Operation Animal Mutilation, págs.172-75; Ronald D. Story, ed., Encyclopedia óf UFO's,págs. 338-39)

Los restos mutilados del caballo Snippy, cuyo esque-leto vemos arriba, fueron descubiertos en un terrenolimpio de huellas. No se encontró explicación para sumuerte.

Cirugía geométricaEn el otoño de 1974 un granjero de Minnesota(E.U.A.) encontró en sus tierras una vaca muerta ydescubrió que le faltaban la ubre, los órganos sexua-les y una oreja. Según el granjero, la ubre le había si-do extirpada mediante una incisión en forma de rom-bo. (Esquire, 84:62, diciembre de 1975)

Visitas indeseadasMuchos granjeros del Oeste de los Estados Unidospensaban que los responsables de las muertes del ga-nado eran extraterrestres en naves espaciales, y nume-rosos avistamientos de ovnis en zonas donde habíanocurrido tales mutilaciones parecieron confirmar sussospechas. Por ejemplo, a principios de 1975 se viocerca de Cooperas Cove (Texas) una luz anaranjadaque se cernía sobre el campo la noche en que una ter-nera fue mutilada. Algunos testigos dijeron que ha-bían visto haces de una luz blanquiazulada que ibande un ovni al suelo.

Varios funcionarios del Departamento de SeguridadPública de Texas examinaron el lugar de la mutilación,y encontraron que en torno a la ternera muerta la ve-getación había sido curiosamente aplastada, y forma-ba dibujos o marcas en forma de hoja dispuestos encírculos concéntricos, como bajo el impacto de unafuerte corriente de aire procedente de lo alto. A unoscuarenta metros de la ternera muerta aparecían las mis-mas marcas en forma de hoja en una zona circular deunos diez metros de diámetro. (Michael D. Albers, TheTerror, págs. 54-55)

Doble golpeEn Whiteface (Texas), en una zona donde se había se-ñalado la presencia de ovnis durante semanas a prin-cipios de 1975, la policía examinó una novilla mutila-da que el ranchero Darwood Marshall había encon-trado el 10 de marzo dentro de un círculo de vegeta-ción aplastada de unos diez metros. El cuello del ani-mal estaba retorcido de modo que su cabeza apunta-ba grotescamente hacia el cielo, le faltaban la lenguay los órganos externos, y el ombligo parecía haber si-do arrancado. No se encontraron huellas de sangre cer-ca de la ternera.

Pocos días antes, Marshall había descubierto un no-villo mutilado en un círculo de trigo verde chamusca-do. El alguacil Richards, al examinar si había radia-ción en el lugar, obtuvo una lectura positiva, y pidióayuda a la base de las fuerzas aéreas de Reese. Sus exá-menes revelaron que en ese lugar la radiación era sóloun 0.5 por ciento mayor de lo normal, diferencia noi mportante ni peligrosa. Pero lo que al alguacil Ri-chards le hubiera gustado saber era por qué existía esadiferencia y qué era lo que había chamuscado aquelcírculo de trigo. (Michael D. Albers, The Terror, págs.55-56)

La maleta azulMientras atravesaba sus tierras un día de finales de ve-rano de 1975, un ranchero de Colorado (E.U.A.) vioen el suelo una maleta azul de plástico. Al abrirla en-contró una oreja de vaca, una lengua y un escalpelo.Aquello parecía ser la primera clave de lo que muchosrancheros habían empezado a sospechar: que los res-ponsables de las mutilaciones de ganado eran adeptosa algún culto satánico.

Según Carl Whiteside , de la Oficina de Investiga-ción de Colorado, muchas reses mutiladas fueron en-viadas a la facultad de veterinaria de la Universidadestatal de Colorado, pero sólo seis "eran lo bastanterecientes para permitir la autopsia". Aunque las seishabían muerto por causas naturales, se pensó que cincode ellas habían sido mutiladas después por sereshumanos.

Whiteside, que acababa de regresar de una reuniónde 300 rancheros en Kiowa , en el condado de Elbert,dijo que los hombres de Colorado

están literalmente en armas... Lo que los tieneperplejos y asustados es que alguien pueda entrar en

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su rancho y despedazar a un animal sin dejarrastro. Lo que nos tememos es que cualquier día senos presente un caso de asesinato: una persona sequeda sin gasolina, va a pedir ayuda a un rancho yde repente esos hambres asustados acabancometiendo un asesinato.

(Esquire, 84:65, diciembre de 1975)

¿Entrega aérea?Aunque no se encontraron pruebas que permitieranrelacionar la presencia de helicópteros con las mutila-ciones de ganado, muchos rancheros estaban conven-cidos de la intervención de algún tipo de avión, por-que a menudo el ganado muerto parecía haber caídodesde lo alto.

En agosto de 1975, el alguacil W.L. McDonald, delcondado de Washington (Colorado, E.U.A.), dijo alos reporteros que había examinado una novilla muti-lada que parecía haber sido arrojada a un estanquedesde una altura de varios metros. En el condado dePark, dos vacas mutiladas fueron descubiertas en unprado cuya puerta estaba cerrada con candado. Segúnel alguacil Norman Howey, las vacas "no podían es-tar donde fueron encontradas a menos que las hubie-sen lanzado desde un avión". No había huellas extra-ñas cerca de los cuerpos. (Michael D. Albers, The Te-rror, pág. 59; Fredrick W. Smith, Cattle Mutilation:The Unthinkable Truth, pág. 16)

Los encapuchadosEn septiembre de 1975, un empleado del servicio fo-restal dijo haber visto a varias personas con túnicasnegras con capucha cerca de Cove Creek, en el con-dado de Blaine (Idaho, E.U.A.). Al día siguiente seencontraron reses mutiladas en la zona, y la policíabuscó sin resultado a los supuestos adeptos a algúnextraño culto. El 9 de octubre, un automovilista dijoa la policía que cuando iba por la Autopista 95, al nor-te de Idaho, a eso de las 3:30 de la madrugada, unasquince personas enmascaradas le cerraron el paso conlos brazos entrelazados. Consiguió dar la vuelta y es-capar. (Michael D. Albers, The Terror, págs. 86-87)

Una incisión perfectaEl 21 de octubre de 1975, un bisonte hembra de 700kilos apareció muerto en su recinto del zoológico dela montaña de Cheyenne, en Colorado (E.U.A.). Lehabían cortado una oreja y la ubre, tenía los genitalesmutilados y le faltaba un trozo de pellejo, cuadrado,de 60 centímetros de lado. Las únicas huellas encon-tradas en torno al cadáver fueron las de otros anima-les del corral, en el que había unos 50 bisontes y 10alces americanos. "No hay duda", dijo Dan Davis,director del zoológico, "de que el animal fue mutila-do con algún tipo de instrumento cortante manejadopor el hombre."

La autopsia que le hizo al bisonte el veterinario delzoológico, Rodney C. Walker, descartó un ataque de

depredadores y no reveló ningún indicio de enferme-dad mortal. En cambio si descubrió un hecho curio-so: la sangre del animal muerto era anormalmente del-gada, como si le hubiesen administrado un anticoa-gulante. "Era muy, muy extraño", dijo el doctor Wal-ker. "Había una cantidad excesiva de fluido serosan-guineo (impregnado de sangre) en las cavidades ab-dominal y torácica, que se había infiltrado en los teji-dos del cuerpo e incluso en los globos oculares."

El cadáver fue examinado también por el investiga-dor del condado de El Paso, Dr. Raoul W. Urich,quien halló que el pellejo que faltaba había sido arran-cado sin daño para los tejidos subyacentes. "El cortefue hecho limpiamente, y sin duda con un instrumen-to muy afilado. La disección era de un tipo que des-carta cualquier especie de depredador. Yo mismo nolo hubiese hecho mejor. Fue realmente un trabajo deexperto." El doctor Urich dijo también que el cuerpofue encontrado no más de 24 horas después de la muer-te del animal. La noche había sido fria, lo que retrasóla descomposición, y los restos estaban por ello en bue-nas condiciones cuando se hizo la autopsia. (FredrickW. Smith, Cattle Mutilation: The Unthinkable Truth,págs. 11-12'

Huellas de lo desconocidoUn "misterioso rastro de señales de succión como deventosas" llamó la atención del inspector ganadero ydel policía que investigaban un caso clásico de muti-lación de ganado en el condado de Río Arriba (Nue-vo México, E.U.A.). El incidente, en el que aparecióuna vaca de tres años a la que le faltaban los órganossexuales, la lengua y una oreja, fue denunciado porun ranchero de la comarca de Dulce el 13 de junio de1976.

El 15 de junio, The Albuquerque Tribune decía quelas marcas eran como las de un tripié, de unos 10 cen-tímetros de diámetro y separadas unos 70 centímetrosuna de otra. Las huellas terminaban a unos 150 me-tros del animal muerto, según dijo el policía, "comosi quienes fueron hubieran aterrizado en ese punto, idohasta la vaca y vuelto otra vez a él". Al día siguientede la visita de los investigadores, proseguía la infor-mación, el ranchero regresó y "encontró nuevas mar-cas encima de las huellas dejadas por las ruedas de sucamión el día anterior". En la comarca de Dulce ocu-rrieron en 1978 varios incidentes parecidos. ( The Al-buquerque Tribune, 15 de junio de 1976; Kenneth M.Rommel, hijo, Operation Animal Mutilation, págs.12-13)

¿Un "ovninauta" cuidadoso?Un toro muerto, "con partes de su cuerpo cortadasy tiradas allí cerca", fue encontrado una mañana de1976 por Manuel Gómez mientras manejaba por surancho, cercano a la ciudad de Dulce (Nuevo México).

Gómez, perplejo, fue a la ciudad en busca del agentede policía del estado, Gabe Valdez. Al volver poco des-pués adonde estaba el toro, los dos hombre descubrie-

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ron que los trozos cortados habían desaparecido y queal cadáver le faltaban nuevos pedazos. Gómez vio tam-bién "huellas como de vainas de chícharos sobre lasde las ruedas de su camión".

Howard Burgess, fotógrafo y periodista profesio-nal de las revistas Popular Mechanics y Prevention,y que llegó al rancho 48 horas después de la "matan-za", tomó un rollo de fotos en blanco y negro. Parasu asombro, dos de las veinte fotos, "separadas porotras nueve tomas, mostraban dos pequeños puntosredondos en el cielo. La relación entre ambos cambiade una foto a la otra". Las demás fotos del rollo mos-traban sólo "un cielo vacío sobre el campo donde fueencontrada la res mutilada". Burgess dijo que esos

La policía de Nuevo México se vio perpleja ante la faltade huellas alrededór de los restos de reses mutiladasque investigaba. Aquí examinan una vaca encontradamuerta en 1978.

Según Howard Burgess, las manchas redondas queaparecen en el cielo no eran visibles a simple vista cuan-do tomó esta foto. Algunos sospecharón que estabanrelacionadas cón las extrañas muertes de ganado.

puntos en el cielo no eran visibles a simple vista. "Po-dría ser un defecto de la película, pero es la primeravez que me ocurre." (Albuquerque News, 21 de fe-brero de 1979)

Preferencia por las orejasEn enero de 1977, The Jasper County News de Mis-sissippi informó que algo había estado devorando lasorejas de varios cerdos vivos. A una de las víctimas,propiedad de Joseph Dickson, de la comunidad naza-rena, se las habían cortado tan limpiamente que el tra-bajo podía muy bien haber sido hecho con tijeras. Ala noche siguiente otro cerdo fue atacado en un co-rral, y un tercero a la otra. La tercera noche, Dicksonvio a un animal en el corral. Según dijo, era mayorque el pastor alemán más grande, y podía saltar másalto que cualquier perro del mundo. Una semana mástarde, un vecino, Calvin Martin, se encontró con quelas orejas de sus marranas habían sido arrancadas decuajo. (The Jasper County News, 12 y 19 de enero de1977)

¡Otra cosa!"Ya sean humanos u otra cosa, castraron a ese ani-mal, y no fue ni una vaca, ni un caballo ni un depre-

dador lo que dejó esas huellas", aseguró el policía queinvestigó el caso, quien declaró estar "hecho un lío".La víctima era un toro de once meses, encontradomuerto y despojado de los órganos sexuales y el rectoel 24 de abril de 1978. Casualmente, su propietario erael mismo ranchero de Dulce (Nuevo México) que ha-bía denunciado la mutilación de una vaca dos añosantes.

Según informaba el Albuquerque Journal, las hue-llas eran semejantes a las encontradas en el rancho en1976. Diversas personas de la zona dijeron haber ob-servado extrañas luces en el cielo a la hora en que sesupuso que había ocurrido el hecho, y el funcionariodel Departamento de Caza y Pesca dijo haber visto"una gran luz anaranjada en la oscuridad, a lo largode un risco que hay enfrente, al sur del prado". (Ken-neth M. Rommel, hijo, Operation Animal Mutilation,pág. 14)

Helicópteros amenazadoresLa noche del 8 de abril de 1979, dos funcionarios dela reserva apache estaban de patrulla no lejos de Dul-ce (Nuevo México) cuando vieron una misteriosa aero-nave "que se cernía a unos 15 metros del suelo conun poderoso foco dirigido hacia el ganado". Un ter-cer policía de la zona observó también la nave, que,dijo, "tenía que estar relacionada con la serie de re-cientes mutilaciones de ganado en la comarca". La na-ve no llegó a ser identificada, pero una persona dijoque tenía entendido que el ejército había construidoun helicóptero a reacción relativamente silencioso pa-ra utilizarlo en Vietnam, y sugirió que se trataba deuno de ellos.

Cinco años antes, el 15 de julio de 1974, RobertSmith, hijo, vio un helicóptero blanco y un bimotornegro. El helicóptero abrió fuego sobre Smith mien-tras éste manejaba un tractor en su granja de HoneyCreek (Iowa), no lejos de la frontera de Nebraska.

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Mutilación de ganado: ¿Una explicación?En los Estados Unldos, los atribulados rancheros demás de una docena de estados no sabían cómo expli-carse la oleada de mutilaciones de ganado que tuvie-ron lugar durante Ios años setenta. Los que estabanconvencidos de que no era obra de depredadores sugerían que se debía a agentes desconocidos, tales co-mo sectas religiosas o satánicas, seres extraterrestrese incluso el ejército, sospechoso de llevar a cabo ex-perimentos secretos con los animales durante la noche.

En la primavera de 1979, el senador HarrisonSchmitt, de Nuevo México, convocó a una audienciapública en Albuquerque para examinar el problema.El resultado fue una subvención de 44 000 dólares parainvestigar los hechos.

Dirigió la investigación Kenneth M. Rommel, hi-jo, un ex agente del FBI con fama de sagaz y compe-tente, y durante ella él y sus colaboradores examina-ron 27 supuestas mutilaciones que tuvieron lugar enNuevo México durante ese periodo, revisaron los in-formes de 90 anteriores y buscaron la ayuda de losgobernadores, policías y veterinarios de otros estados.

Rommel se encontró con que el caso de mutilaciónclásico presentaba, entre otras características, la ex-tirpación mediante "cirugía de precisión" de partesdel animal muerto (los órganos sexuales, un ojo, unaoreja, la lengua y —en las hembras— la ubre), el va-ciado del recto y la falta de sangre en el cadáver.

Al cabo de un año de trabajo, afirmó que todas lasmutilaciones que había investigado "correspondían alo que uno esperaría encontrar tras una depredaciónnormal, la actividad de los animales carroñeros y lanormal descomposición de todo animal muerto".Creía que esto era también cierto para "la mayoríade las otras mutilaciones denunciadas".

La explicación basada en la acción de depredado-res y carroñeros puede resumirse como slgue: En pri-mer lugar, los carroñeros suelen cebarse en los órga-nos externos y otras partes blandas del cadáver antesque en las demás, simplemente porque son más acce-sibles. Algunos depredadores —los coyotes, porejemplo— tienen dientes que pueden cortar limpia-mente la carne, contribuyendo así a dar la impresiónde "precisión quirúrgica", y las moscas azules, al ac-tuar sobre las heridas hechas por otros carroñeros,pueden limpiar los bordes de un modo que completael efecto quirúrgico.

De modo semejante, el supuesto vaciado del rectoera atribuido a una combinación de la actividad delos carroñeros y el proceso de descomposición corpo-ral. En cuanto a la ausencia de sangre, también se de-mostró que era natural: en un animal muerto, la san-gre afluye por gravedad a las partes más bajas del cuer-po y se coagula allí. En los casos en que faltaba un

En 1979, el senador Harri-son Schmitt convocó a unaaudiencia pública para quese investigaran los cientosde muertes de ganado,inexplicables aunque extra-ñamente semejantes, queasólaron su estado y otrosmás en los años setenta.

ojo o una oreja, Rommel señalaba que esto ocurríasiempre en el lado del animal que quedaba hacia arri-ba, y que por tanto era accesible.

Por último, decía Rommel, los testigos habían si-do con frecuencia muy imprecisos en sus relatos. ¿Có-mo explicarlo, cuando muchos de ellos eran ranche-ros veteranos, acostumbrados a encontrar ganadomuerto y a ver los resultados de la acción de los ca-rroñeros y depredadores? Según el profesor James R.Stewart, de la Universidad de Dakota del Sur, las his-torias sobre mutilación de ganado eran un caso de ilu-sión colectiva, fomentada por la tensión, la ansiedady las confusas declaraciones de veterinarios y policías,y también en parte por la afición del público a las his-torias de sangre, misterio y conspiración.

Sin embargo, Rommel no toma en cuenta el casodel bisonte mutilado en el zoológico de la montañade Cheyenne en 1975, al que le habían quitado un tro-zo de pellejo de 60 centímetros de lado sin dañar eltejido subyacente. Este fue sólo uno de los casos enque los cadáveres mostraban limpias incisiones cua-drangulares. Es evidente que los depredadores no co-men con arreglo a normas geométricas ni acostumbrandesdeñar la carne que hay debajo del pellejo.

También es difícil explicar el hallazgo que hizo en1975 el alguacil George Yarnell, del condado de El-bert (Colorado), de una ubre cuyo contenido naturalhabía sido extraído y reemplazado por arena. Y en fe-brero de 1976, también en Colorado, el descubrimientode una ternera mutilada que tenía en la boca tiras depapel metalizado de las que dejan caer los aviones paraconfundir al radar enemigo, al parecer muy semejan-tes a las utilizadas por las fuerzas aéreas de los Esta-dos Unidos.

Y, sin embargo, según la teoría de los depredado-res, estaban en un error los rancheros y las asociacio-nes de ganaderos, por lo que no se tomó en cuentasu testimonio. La divergencia de puntos de vista que-da expresada en este diálogo entre un ranchero y Rom-mel. Apegado cada cual a su teoría, el ranchero ar-güía: "Si esto lo hicieron los coyotes, lo hicieron concuchillos." A lo que Rommel replicó: "Yo digo quesi lo hicieron cirujanos, lo hicieron con los dientes."

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Ninguno de los dos aparatos tenía matrícula, como exi-ge la ley, y la policía fue incapaz de encontrarlos.

La presencia y el comportamiento agresivo de heli-cópteros sin marcas de identificación cerca de nume-rosos lugares donde han ocurrido mutilaciones aumen-tó el temor de muchos rancheros de que los miembrosde alguna secta estaban reuniendo los órganos y la san-gre del ganado muerto para utilizarlos en sus ritos.(Michael D. Albers, The Terror, págs. 13-15; KennethM. Rommel, hijo, Operatión Animal Mutilation , págs.22-23; Fredrick W. Smith, Cattle Mutilation, pág. 21)

La Policía Montada no hablaLa Real Policía Montada del Canadá de Calgary (Al-berta) tuvo la certeza de que una secta estaba muti-lando ganado en su zona. Durante su investigación detres casos en junio de 1980, dijeron que dos de los ca-dáveres mostraban "las características de los obser-vados el otoño pasado", a los que les faltaban los ór-ganos externos. Los Mounties no quisieron decir dóndehabían ocurrido los tres casos ni dar más detalles. (TheNew York Times, 5 de junio de 1980)

DEMONIOS Y EXORCISMOS

Por razones desconocidas, a veces algunas persónasperfectamente normales muestran de prontó un cam-bio impresionante de su modó de ser. Empiezan a com-portarse de manera violenta y en apariencia inhuma-na. Pueden arrojar sustancias fétidas, proferir blas-femias increíbles, emitir extrañós sonidos animales yhacer toda clase de contorsiónes. En algunos medios,tales actos son considerados prueba de que están po-seídas por el Demonio, y para eso el único antídotoes el rito del exorcismo.

Las contorsiones del DiabloEn 1865, en la pequeña ciudad de Illfurth, en Alsacia(Francia), algo horrible irrumpió en las vidas de Jo-seph y Theobald Bruner, de 8 y 10 años respectiva-mente, hijos de un granjero. De acuerdo con la docu-mentación conservada y el relato del párroco KarlBrey, los primeros indicios de que a los chicos les ocu-rría algo grave fueron su fascinación por las cosas dia-bólicas y su aversión por todo lo religioso:

Cuando estaban acostados, acostumbraban voltearsehacia la pared, pintar en ella horribles caras delDemonio y después hablarles y jugar con ellas. Simientras uno de los posesos estaba dormido seponía un rosario en su cama, inmediatamente seescondía bajo las sábanas y se negaba a salirmientras no se lo quitaran.

Más extraordinarias eran las contorsiones físicas queexperimentaban Ios chicos.

Entrelazaban sus piernas cada dos o tres horas deun modo antinatural. Las anudaban de manera tanintrincada que era imposible separárselas, y sin

embargo ellos podían desenredarlas de repente conla velocidad del rayo. A veces se echaban haciaatrás y se apoyaban simultáneamente en la cabeza ylas piernas, con el cuerpo arqueado. Ningunapresión exterior era suficiente para devolver suscuerpos a una posición normal, hasta que el Diablocreía conveniente conceder a esos objetos de sustormentos alguna paz temporal.

Por éstas y otras extrañas manifestaciones, el pa-dre Brey estaba convencido de que los hermanos eranvíctimas de posesión demoniaca.

A veces, sus cuerpos se hinchaban como siestuviesen a punto de estallar. Cuando esto ocurría,el muchacho vomitaba, y de su boca salían espumaamarilla, plumas y algas. A menudo sus ropasestaban cubiertas de plumas malolientes...

Por muy a menudo que les cambiasen de camisay de ropa exterior, aparecían nuevas plumas yalgas. Esas plumas, que cubrían sus cuerpos demodo inexplicable, llenaban el aire de un hedor talque había que quemarlas...

Para quien quisiera mayores pruebas de que los mu-chachos eran presa de un poder sobrenatural, ahí es-taban sus frecuentes demostraciones de clarividencia.

Theobald predijo con acierto en varias ocasiones lamuerte de alguna persona. Dos horas antes de lamuerte de una tal Frau Müller. el muchacho searrodilló junto a su cama e hizo como que tocaba amuerto. Otra vez hizo lo mismo durante una hora.Cuando le preguntaron por quién tocaba,respondió: "Por Gregor Kunegel." La hija deKunegel estaba precisamente de visita en la casa, ysorprendida y enfadada dijo a Theobald: "Eres unmentiroso. Mi padre ni siquiera está enfermo. Estátrabajando en la construcción del nuevoseminario." Theobald respondió: "Puede ser, peroacaba de sufrir una caída. ¡Vete y pregunta!" Loshechos confirmaron sus palabras. El pobre hombrese había caído del andamio y se había desnucado,precisamente mientras Theobald hacía como sitocase la campana. Nadie en Illfruth conocía delaccidente.

Cuando sus padres y el párroco decidieron que elexorcismo era el único medio eficaz de ayudar a loschicos, Theobald fue enviado al orfanato de St. Char-les, en Schiltigheim, cerca de Estrasburgo. El estable-cimiento estaba regido por monjas, y el superior eracierto padre Stumpf. Durante los tres primeros días,Theobald —la entidad diabólica— guardó silencio, pe-ro al cuarto dijo: "He venido y estoy furioso." Unade las monjas preguntó: "¿Y quién eres tú?" A lo queuna voz no humana respondió: "¡ Soy el Señor de lasTinieblas!" Más adelante también Joseph fue envia-do al orfanato.

Durante el prolongado periodo de exorcismo lleva-do a cabo por el padre Stumpf, la posesión demonia-ca de los dos hermanos se manifestó de diversos mo-

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Exorcizando al demonio

San Wolfgang de Ratisbona, obispo alemán delsiglo x, aparece aquí enfrentándose al Diablo,a quien se atribuía el poder de inmiscuirse en lavida cotidiana.

dos. Por ejemplo, ambos se vieron infestados de pio-jos de cabeza roja, que se multiplicaban tan rápida-mente que tres o cuatro personas con cepillos y peineseran incapaces de hacerles frente. Al fin el sacerdotevertió agua bendita sobre la plaga y desaparecieron.

En conjunto, la posesión de Theobald y Joseph Bru-ner duró cuatro años, hasta que al fin se vieron libe-rados mediante los ritos de exorcismo. Theobald mu-rió dos años después, el 3 de abril de 1871, cuandotenía 16 años. Joseph, cuyos síntomas habían sido másleves, falleció en 1882. ( Demon Children, MartinEbon, ed., págs. 131-39)

Un pacto con SatánCuando Clara Germana Cele tenía 16 años hizo unpacto con Satán, o al menos eso le dijo a su confesor,el padre Erasmus Hórner , en la escuela misionera ala que había asistido desde que tenía cuatro años. Enlas semanas que siguieron a su confesión, Germanaempezó a comportarse extrañamente, y el 20 de agos-to de 1906 alarmó a las hermanas que la tenían a su

cargo al desgarrarse los vestidos, romper una de lascolumnas de su cama, gruñir como un animal y con-versar con seres invisibles. En un momento de luci-dez, dijo: "Por favor, hermana, llame al padre Eras-mus. Tengo que confesarme y decirlo todo. Pero déseprisa o Satán me matará. ¡Me tiene en su poder! Nollevo nada bendecido; he tirado todas las medallas queusted me dio." Ese mismo día, más tarde, volvió a de-cir: "Me has traicionado. Me habías prometido díasde gloria, pero ahora me tratas cruelmente."

Hasta que no empezaron estos arrebatos, los sacer-dotes y las monjas de la escuela misionera de la Or-den de Marianhill en Umzinto, a unos ochenta kiló-metros al sur de Durban (África del Sur), habían con-siderado a Germana una joven normal y saludable,aunque un tanto excéntrica. A medida que empeora-ba su estado, Germana empezó a mostrar los sínto-mas por los que la Iglesia católica identifica los casosde posesión demoniaca. Por ejemplo, el agua benditala quemaba cuando la rociaban con ella o se la dabana beber, pero cuando la rociaban con agua común ycorriente con que habían llenado a escondidas la pila,simplemente se reía. Daba grandes quejidos cuandole acercaban una cruz, y podía descubrir la presenciade un objeto religioso aunque hubiera sido envueltoa conciencia o escondido de cualquier otro modo.

Empezó a manifestarse también en Germana unaclarividencia de mayor alcance. Podía describir los de-talles cotidianos del viaje de un clérigo desde Áfricahasta Roma, incluidas las direcciones de los lugaresdonde paraba a lo largo del camino; y, para avergon-zar a un joven que se burló de ella, reveló detalles es-candalosos de su vida privada, con fechas, ocasionesy nombres.

Entre las manifestaciones físicas de Germana su con-fesor citó numerosos casos de levitación:

Germana flotaba a menudo hasta a metro y mediodel suelo, unas veces verticalmente, con los pieshacia abajo, y otras horizontal, con el cuerpoflotando sobre su cama. Permanecía en una posturarígida, y ni siquiera la ropa le caía hacia abajo,como hubiera sido normal; por el contrario, susvestidos seguían pegados a su cuerpo y sus piernas.Si la rociaban con agua bendita, descendíainmediatamente, y su ropa caía suelta sobre lacama. Este fenómeno tuvo lugar en presencia detestigos, incluidos extraños. Aun en la iglesia,donde todos podían verla, flotaba por encima de suasiento. Algunos trataban de hacerla bajar a lafuerza, jalándola de los pies, pero era imposible.

Otra curiosa propiedad física que asombraba a lossacerdotes y monjas presentes era su capacidad paratransformarse en un ser con aspecto de serpiente. To-do su cuerpo se volvía tan flexible como el hule, y seretorcía por el suelo. A veces su cuello parecía alar-garse, aumentando así la impresión como de serpien-te que daba. En una ocasión, mientras la estaban su-jetando, se tiró como un rayo a una monja arrodilla-

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da frente a ella y la mordió en el brazo. La herida mos-traba las señales de los dientes de Germana y una pe-queña punción roja semejante a la mordedura de unaserpiente.

El 10 de septiembre de 1906 se concedió el permisopara el exorcismo de Germana, que llevarían a caboel padre Erasmus, su confesor, y el padre Mansuet,rector de la misión. Los ritos comenzaron por la ma-ñana, duraron hasta mediodía, se iniciaron de nuevoa las 3 y prosiguieron hasta bien entrada la noche. Ala mañana siguiente empezaron a las 8 y duraron has-ta las 10. Bajo la intensa presión de los dos exorcis-tas, el demonio dijo que indicaría su marcha median-te un acto de levitación, lo que ocurrió ante 170 testi-gos en la capilla de la misión. Después se rezaron ora-ciones de acción de gracias.

En enero de 1907, en ausencia del padre Erasmus,Germana sufrió una recaída e hizo un nuevo pacto conel Diablo. El 24 de abril comenzó un nuevo exorcis-mo. Duró dos días y tuvo éxito; la marcha definitivadel Demonio quedó señalada por un olor de una feti-dez incomparable. (Demón Children, Martin Ebon, ed.,págs. 154-64; Adolf Rodewyk, Possessed by Satan,págs. 120-27)

La hija del DemonioLa víctima de uno de los casos más conocidos de po-sesión demoniaca registrados en los Estados Unidosdel siglo xx fue una mujer del Medio Oeste cuyo nom-bre nunca se hizo público. De niña había sido muy pia-dosa, pero cuando tenía 14 años, voces blasfemas in-terrumpían sus prácticas religiosas, asustándola y aver-gonzándola. En los años siguientes fue examinada porvarios médicos, quienes, al no encontrar ninguna en-fermedad o anormalidad físicas, concluyeron unáni-memente que su personalidad no era nerviosa ni his-térica, que era "normal en el sentido más pleno".

A pesar de este diagnóstico, la que llamaremos Maryempezó a manifestar los conocidos signos de la pose-sión demoniaca. Se ponía furiosa y echaba espuma-rajos por la boca cuando la bendecía un sacerdote, ypodía decir infaliblemente cuándo un objeto había si-do secretamente bendecido o rociado con agua bendi-ta. También comprendía lenguas que nunca le habíanenseñado.

En 1928, cuando tenía 40 años, Mary accedió a serexorcizada. Su exorcista fue el padre Theophilus Rie-singer, un capuchino de 60 años de la comunidad deSt. Anthony, de Marathon (Wisconsin, E.U.A.), hom-bre de considerable experiencia en la aplicación del an-tiguo rito. Como lugar del exorcismo, el padre Theo-philus eligió un convento franciscano de Earling(Iowa), cuyo pastor, el padre Joseph Steiger, era vie-jo amigo suyo.

En su primera noche en el convento, Mary se pusofuriosa cuando se dio cuenta de que le habían rociadola comida con agua bendita. Ronroneaba como gatoy se negó a comer, y así siguió hasta que le pusierondelante comida no bendecida.

A la mañana siguiente, los padres Theophilus y Stei-ger iniciaron el exorcismo, para el que se había prepa-rado una gran sala. Estaban presentes algunas mon-jas físicamente fuertes para ayudar, y Mary fue colo-cada en un colchón sobre una cama de hierro. Ape-nas había comenzado el exorcismo cuando quedó in-consciente, con los ojos tan fuertemente cerrados queno pudieron abrírselos por la fuerza. En ese estado per-maneció durante toda la ceremonia.

Se oyó en la sala un chillido, fuerte pero al mismotiempo al parecer lejano, y a continuación salió de loslabios de Mary un alboroto de aullidos y rugidos, co-mo de animales salvajes. "¡Silencio, Satán!", gritó elpadre Theophilus, pero el espantoso y torturado cla-mor no disminuyó.

Ni el padre Steiger ni las monjas pudieron soportarmucho tiempo los aullidos ni la vista del cuerpo y elrostro de aquella mujer, horriblemente retorcidos ydistorsionados por el ataque. De vez en cuando teníanque abandonar la sala; pero el padre Theophilus, acos-tumbrado a los gritos de los diablos ante el dolor delexorcismo, permaneció constante y atento todo eltiempo.

El exorcismo continuó día tras día, y con él los aulli-dos, el retorcer de miembros, y los excrementos y vó-mitos en grandes cantidades. Aunque la víctima sólohabía tomado alguna cucharada de leche o agua du-rante todo el día para sostenerse, a veces vomitaba pa-langanas llenas de lo que parecían ser tiras de hojasde tabaco u otras materias igualmente dudosas.

Al fin el padre Theophilus supo los nombres de losdemonios que infestaban a su paciente. Uno de ellos,que dijo llamarse Belcebú, le dijo que Mary había es-tado poseída desde los 14 años, y había sido maldeci-da por su padre, que se había incorporado al grupode demonios posesores tras su muerte y condenación.Este demonio —el padre de Mary, Jacob— habló conel padre Theophilus, revelando que con frecuencia ha-bía tratado de forzar a su hija a una relación inces-tuosa, pero que ella siempre le había resistido y queentonces él le había lanzado la maldición de que fuesepenetrada por los demonios para destruir su castidad.Una demonia, que dijo llamarse Mina, en vida laamante de Jacob, se unió al coloquio. Dijo que esta-ba condenada por haber dado muerte a cuatro de sushijos. Un cuarto demonio, Judas, confesó que habíatratado de impulsar a Mary al suicidio.

Fuera lo que fuese lo que se expresaba en esas vo-ces, demostraba a veces un misterioso conocimientode cosas que Mary no podía saber. En una ocasión,para probarla, pusieron sobre su cabeza un trozo depapel con una inscripción en latín. Las monjas, quecreían que era una oración, se sorprendieron al ver quelos demonios toleraban su presencia. En realidad, eltexto no tenía el menor contenido religioso; pero cuan-do pusieron en la cabeza de Mary un segundo papelque había sido bendecido en secreto, inmediatamentelo hizo pedazos.

A medida que proseguían las penosas semanas de

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exorcismo, las relaciones entre los dos sacerdotes seenfriaron, y el padre Steiger empezó a desear no ha-ber permitido nunca que el exorcismo tuviese lugar ensu parroquia. Pero el padre Theophilus consideró es-to obra del Diablo, que parecía guardar al padre Stei-ger un especial rencor.

—¡Espera —dijo un día una voz demoniaca al pa-dre Steiger— hasta el final de la semana! Cuando lle-gue el viernes, entonces...

Ese día, al volver de visitar a un feligrés enfermo,el padre Steiger, recordando la amenaza del demonio,manejaba con especial cuidado. De pronto, cuando es-taba a punto de cruzar un puente sobre un profundobarranco, una nube negra pareció descender sobre suautomóvil. No podía ver nada, pero sintió cómo el co-che chocaba violentamente contra el pretil del puentey después se balanceaba. Un granjero que araba cer-ca de allí oyó el choque y acudió corriendo. El sacer-dote salió con gran trabajo de entre los restos. No te-nía heridas graves, a pesar de que incluso el volantedel coche había quedado aplastado.

Cuando llegó al convento lo recibió en la sala delexorcismo un coro de risas maliciosas.

—¡ Hoy —dijo a gritos el demonio— encogió subrioso cuello y le ganaron por puntos! Lo he puestoen evidencia. ¿Qué me dices de tu coche nuevo, eseelegante automóvil que quedó hecho añicos? ¡Te estábien empleado!

Las monjas y el padre Theophilus le preguntaronsi era cierto.

—Sí, lo que dice es verdad. Mi auto es una comple-ta ruina. Pero a mí no pudo hacerme daño.

—Nuestra intención era ir por ti —dijo el demo-nio—, pero alguien desbarató nuestros planes. Fue lafuerza de tu santo patrón [San José] quien nos loimpidió.

(Durante esta y todas las demás conversaciones, loslabios de la posesa no se movían; estaba inconscientey sus labios no se separaban nunca. Las voces pare-cían venir de su interior.)

El solemne exorcismo fue repetido durante dos se-manas sin el menor indicio de éxito. El padre Theo-philus decidió continuar durante toda la noche, parano dar respiro a Satán (ni a sí mismo). Oró durantetres días y tres noches; pero los demonios se mantu-vieron firmes, y al llegar el vigésimo tercer día el pa-dre Theophilus estaba al borde del colapso. Fue en-tonces cuando empezó a notarse un cambio en la con-ducta de los demonios. Eran menos agresivos y se que-jaban más de las torturas que les infligía el exorcis-mo. Después, cuando el padre Theophilus les pidió ennombre de la Santísima Trinidad que se marcharan,accedieron.

El 23 de diciembre, hacia las 9 de la noche, la pose-sa se liberó de quienes la sujetaban y se plantó anteellos. "¡Echadla al suelo! ¡Echadla al suelo!", grita-ba el padre Steiger, mientras el padre Theophilus labendecía y declamaba: " ¡Marchaos, abortos del in-fierno! ¡Vete, Satán! ¡ Reina el León de Judá!"

Después la rigidez abandonó el cuerpo de Mary, quecayó en la cama. Se alzó un sonido tan penetrante quela habitación vibraba, y a continuación un murmullode voces que repetían "Belcebú, Judas, Jacob, Mina"cada vez más débilmente, hasta que, tras decir "¡In-fierno, infierno, infierno!", desaparecieron.

Entonces Mary' se sentó, abrió los ojos, sonrió y di-jo: "¡Piedad, Jesús mío! ;Alabado sea Jesucristo!"(Exorcism: Fact Not Fiction, Martini Ebon, ed., págs.212-45; Rev. John Nicola, Diabolical Possessionand Exorcism, págs. 126-31)

Un caso trágicoEn noviembre de 1973, Anneliese Michel, joven estu-diante de la Universidad de Würzburg (Alemania Oc-cidental), fue llevada por sus padres a ver al párrocode Klingenberg, donde vivían. Había mostrado talesindicios de comportamiento anormal en la universi-dad —se negaba a comer y tenía violentos accesos decólera, en los que gritaba y trataba de atacar a quie-nes la rodeaban— que sus padres estaban muy preo-cupados.

En opinión del clérigo, Anneliese estaba poseída porlos demonios, así que recomendó un exorcismo. Con-forme al procedimiento católico, el caso fue investi-gado por una prominente autoridad en exorcismo yposesión demoniaca, el padre Adolf Rodewyk, jesui-ta de 81 años. El padre Rodewyk se mostró de acuer-do con el diagnóstico del sacerdote, y por recomen-dación suya el obispo de la diócesis, padre JosefStangl, dio permiso para que se llevase a cabo el exor-cismo. Los exorcistas elegidos fueron los reverendosArnold Renz y Ernst Alt. Hasta entonces, Anneliesehabía recibido durante cuatro años tratamiento mé-dico como epiléptica.

El 1° de julio de 1976, tras varios meses de exorcis-mo, Anneliese murió de desnutrición y deshidratacióna la edad de 23 años. Pesaba 31 kilos. El 2 de marzode 1978, los dos exorcistas y los padres de Anneliesefueron acusados de homicidio por negligencia, basán-dose en que habían permitido que el estado de su hijaempeorase hasta llegar a la muerte sin ponerla en ma-nos de los médicos. El obispo Stangl y el padre Ro-dewyk, que al parecer no sabían que carecía de asis-tencia médica, no fueron acusados. En abril de 1978los dos sacerdotes fueron declarados culpables y se les

Los intentos de expulsar alos demonios que poseían aAnneliese Michel acabaronen tragedia, al suprimirle laasistencia médica duranteel exorcismo. Ahora laIglesia católica alemanaexige que siempre que sehagan exorcismos esté pre-sente un médico.

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condenó a penas de seis meses de prisión en suspenso.Para la Iglesia católica, la muerte de Anneliese Mi-

chel fue una pesadilla que demostraba los peligros in-herentes al ritual del exorcismo y las poco claras dis-tinciones entre la responsabilidad sacerdotal y la mé-dica. En el libro del padre Rodewyk sobre posesión yexorcismo, publicado en 1963, se invita a los sacerdo-

tes a considerar las explicaciones médicas en tos casosde aparente posesión. Una de sus partes se titula ";Nopensemos siempre en posesión!". Subrayando la res-ponsabilidad del obispo, el padre Rodewyk dice que"puede nombrar una comisión de teólogos y mé-dicos para emprender nuevas investigaciones" y pre-viene que los exorcistas "deben evitar desempeñar el

¿Posesión, epilepsia o histeria?Para muchos médicos y psiquiatras, el diagnóstico deposesión demoniaca destila superstición e ignoranciamedievales, y los síntomas que llevan a él están ex-puestos a un amplio abanico de interpretaciones mé-dicas y psiquiátricas o bien a ser descartados comoerrores de percepción o alucinaciones.

Otros estados médicos y psicológicos que puedenproducir síntomas que se confunden con los de la po-sesión son la epilepsia, la histeria y la personalidadmúltiple. Durante un ataque convulsivo, el epilépticopuede experimentar una gran rigidez muscular y echarespuma por la boca, y a veces balancea rápidamentela cabeza de atrás hacia adelante. Puede desfigurár-sele la cara, y un espasmo en los músculos de la gar-ganta produce extraños ruidos guturales. Durante elperiodo inmediatamente anterior al ataque, el pacientepuede experimentar alucinaciones auditiyas y visua-les y diversas distorsiones sensoriales. La mayoría delos ataques no duran más de cinco minutos.

Todos estos síntomas pueden hallarse también enlas personas a las que la Iglesia diagnostica posesión,pero se diferencian por otras características. La pri-mera es que el ataque diabólico puede continuar du-rante muchas horas. Se caracteriza por una extremaanimación, en vez de la rigidez, y los reflejos muscu-lares tienden a ser fuertes. Según el ritual romano,otros indicios de la posesión son "la capacidad de ha-blar con cierta familiaridad en una lengua extraña ode entenderla cuando la habla otro; la facultad de di-vulgar sucesos futuros y ocultos, y la exhlbición defacultades que superan la edad y la condición naturaldel sujeto".

También la histeria produce muchos de los sínto-mas de la posesión. La siguiente descripción de un casode histeria femenina fue hecha a principios de siglopor Paul Richter, médico de La Salpétriere, un famosohospital parisino para enfermos mentales:

De repente oímos grltos agudos. Su cuerpo,que experimentaba una serie de complicadosmovimientos, pasaba de las más frenéticasrotaciones a la inmovilidad catatónica. Suspiernas tan pronto se entrecruzaban como seseparaban. Cruzaba y descruzaba los brazos yse le doblaban las muñecas. Tenía algunosdedos estirados y otros doblados. El cuerpo

estaba o curvado en semicírculo o flojo y conlos miembros colgantes. A veces echaba lacabeza hacia la derecha o la izquierda, ycuando la echaba hacia atrás con vehemenciaparecía sobresalir de un cuello hinchado. Elrostro, abotagado, reflejaba alternativamentehorror, cólera e incluso furia, y mostraba en sucoloración tonos violáceos.

Uno de los detalles más característicos de esta des-cripción es el del cuerpo "curvado en semicírculo".A esto se le llama también arco histérico y aparece fre-cuentemente en los casos de posesión. Todos los otrossíntomas descritos han sido observados por los exor-cistas. Además, se sabe también que la aparición demarcas lívidas en la piel es producida por la histeria.Entonces, ¿cómo distingue la Iglesia entre histeria yposesión? Si los síntomas surgen en relación con elodio a los objetos religiosos y van acompañados defenómenos paranormales (la capacidad de descubrirobjetos religiosos ocultos, de comprender lenguas noconocidas, de levitar, etc.), la Iglesia tiende a consi-derarlos manifestaciones del Demonio.

Tan misteriosa como la historia, y tan propensa co-mo ella a ser confundida con la posesión, es la perso-nalidad múltiple, en la que el paciente puede mani-festar en diferentes ocasiones una, dos, tres o inclusomás personalidades distintas, cada una con sus pro-pios objetlvos, gustos, modos de expresarse y recuer-dos. Cada una puede ser indiferente u opuesta a lasotras, o bien ignorarlas. Si alguna o algunas tienenapariencia diabólica, los criterios de la Iglesia para de-terminar si debe tratar el caso como posesión son losmismos que aplica para distinguir la histeria de laposesión.

Estos criterios son el odio a los objetos religiososy los fenómenos paranormales de que ya hemos ha-blado, precisamente los fenómenos que muchos mé-dicos y psiquiatras rechazarían como errores de per-cepción o alucinaciones de los testigos. Por otra par-te, los menos escépticos se inclinan a considerar talescosas como parapsicológicas, pero no como obra delos demonios. También aquí la prueba que aplique laIglesia será probablemente si las manifestaciones pa-ranormales ocurren o no en el contexto de un odiogeneral a la religión.

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papel de médico cuando encuentren síntomas fisioló-gicos". Cita como autoridad el ritual romano del exor-cismo: "El exorcista debe evitar dar o recomendar al-gún tipo de medicación al poseso; ésa es tarea del mé-dico." Aunque tales afirmaciones sugieren claramenteque ames y durante el exorcismo puede ser necesarioun médico, no se estipula que deba estar presente.

Esta deficiencia en el procedimiento eclesiástico fuecorregida, al menos en Alemania, tras la condena delos dos sacerdotes en el caso Michel. En mayo de 1968,la Conferencia Episcopal alemana dispuso que en elfuturo no se permitiría ningún exorcismo sin que es-tuviese presente un médico. ( The New Yórk Times, 8de agosto de 1976; Adolf Rodewyk, Possessed by Sa-lan, págs. 11-20; Time, 111:80-81, 8 de agosto de1978)

LA LANZA MENTAL

En muchas sociedades primitivas existe la creencia deque, mediante un ritual establecido, puede lanzarse unmaleficio o maldición contra una persona, y, a me-nos que esa maldición sea cancelada también ritual-mente, la terrible predicción de dolor, daño o muertese cumplirá.

Magia retroactivaDurante su estancia en el Congo en 1682, el misione-ro italiano padre Jerónimo Merolla da Sorrento oyóuna curiosa historia que demuestra los efectos fatalesque puede tener el temor supersticioso. Durante un via-je. un joven negro había pasado la noche en casa deun amigo, y al levantarse vio que éste había prepara-do una gallina silvestre para desayunar. Era un alimen-to que a los jóvenes les estaba prohibido comer, porcostumbre tribal inviolable, y el visitante preguntó asu amigo si el plato que había preparado era realmen-te gallina silvestre. El anfitrión le dijo que no, y el jo-ven huésped desayunó abundantemente.

Pocos años después los dos hombres volvieron a en-contrarse, y el amigo preguntó a su antiguo invitadosi se comería una gallina silvestre. Éste le respondióque era imposible, pues había sido advertido solem-nemente por un mago de que no comiese nunca talmanjar. El amigo se echó a reír y le preguntó por quéhabía de negarse a comerlo ahora cuando tan a gustolo había comido antes. Tan pronto como el huéspedsupo la verdad acerca del desayuno que en aquella oca-sión le había servido su anfitrión, le acometió un tem-blor violento y antes de veinticuatro horas había muer-to, víctima de su miedo. (American Anthrópologist,Nueva Serie 44:169-70, abril-junio de 1942)

Un cambio sorprendenteLos malos efectos de una maldición pueden cesar in-mediatamente si la víctima cree que se ha librado deella. Esto indica que los efectos de las maldiciones, co-mo consta desde fecha muy lejana, son psicosomáti-

cos (ver pág. 109), lo que concuerda con descubrimien-tos psicológicos relativamente recientes. El siguientecaso, ocurrido en Australia hacia 1919, fue más tardecomunicado por el doctor S.M. Lambert cuando for-maba parte de la International Health Division de laFundación Rockefeller. Ejemplo de cambio sorpren-dente, ocurrió como sigue:

En la misión de Mona Mona, en Queensland delNorte, había muchos nativos conversas, pero en susalrededores vivía un grupo de no conversos entrelos que estaba un tal Nebo, famoso hechicero. Elprincipal ayudante del misionero era Rob, un nativoconverso. Cuando el doctor Lambert llegó a lamisión, supo que Rob estaba enfermo y elmisionero quiso que lo examinara. Así lo hizo, y nole encontró fiebre, ni se quejaba de dolores, nihabía síntomas o indicios de ningún mal. Noobstante, si los había, y claros, de que Rob estabaseriamente enfermo y extremadamente débil. Por elmisionero supo que Nebo había apuntado a Robcon un hueso, y éste estaba convencido de que poresa causa iba a morir. El doctor Lambert y elmisionero fueron a ver a Nebo y le dijeron que si leocurría algo a Rob le quitarían la ración de comiday lo expulsarían a él y a los suyos de la misión.Nebo accedió inmediatamente a ir con ellos a ver aRob. Se inclinó sobre la cama del enfermo y le dijoque todo era un error, una simple broma, v que enmanera alguna le había apuntado con un hueso. Elalivio, testimoniaba el doctor Lambert, fue casiinstantánea. Esa tarde Rob volvió a trabajar, otravez feliz y en plena posesión de sus fuerzas.[American Anthropologist, Nueva Serie 44:170-71,abril-junio de 1942]

Profecía cumplidaUn viernes 13 de 1946, una comadrona de Georgia(E.U.A.) fue llamada para asistir a un parto triple enla zona del pantano de Okefenokee, y, por la razónque fuese, echó una maldición a las tres niñas.

Dijo que una moriría antes de cumplir 16 años, otraantes de llegar a los 21 y la tercera no viviría para versu vigésimo tercer cumpleaños. Las dos primeras pre-dicciones resultaron tristemente ciertas. Una de las chi-cas murió a los 15 años en un accidente de automóvil,y la segunda fue alcanzada por disparos durante unareyerta en un club nocturno la víspera de su vigésimoprimer cumpleaños.

Dos años más tarde, en 1969, la tercera muchachapidió ingresar en un hospital de Baltimore, declaran-do en pleno ataque de histeria que estaba condenadaa morir antes de cumplir 23 años, para lo que sólo lefaltaban tres días. Aunque no parecía estar enferma,era evidente que se hallaba bajo una gran tensión emo-cional y fue admitida en observación.

A la mañana siguiente, dos días antes de la fechafatal, fue encontrada muerta en su cama, víctima, evi-dentemente, de su creencia en la fuerza de la maldi-ción de la comadrona. (Science Digest, 80:45, agostode 1976)

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Estos instrumentós, hechós de huesos y cabello huma-nos, son cargados con energía psíquica para servir dearma en un tipo de ejecución ritual que practican cier-tos aborígenes australianos.

El implacable KurdaitchaEn 1953, un aborigen llamado Kinjika fue llevado enavión de su nativa Tierra Arnhem, en el Territorio delNorte australiano, a un hospital de Darwin, la capi-tal. No había sido herido ni envenenado, no padecíaninguna enfermedad conocida, pero se hallaba mori-bundo. Kinjika sobrevivió cuatro días entre grandesdolores y al quinto murió víctima del hueso asesino,un método de ejecución —o asesinato— que no dejahuella y casi nunca falla.

El muerto era miembro de la tribu de los maillis yhabía quebrantado una de las leyes que regulaban lasrelaciones incestuosas. En consecuencia, fue convo-cado ante un consejo tribal, se negó a acudir y fue con-denado a muerte en ausencia.

Kinjika huyó entonces de su tierra, y el verdugo dela tribu, el mulunguwa, hizo y "cargó" ritualmenteel hueso asesino o kundela.

El hueso suele ser humano, de canguro o de emú,pero también puede hacerse de madera. La forma va-ría de una tribu a otra. La mayoría tienen de 15 a 22centímetros de largo, afilados por un extremo y ras-pados hasta darles una tersa redondez. Al otro extre-mo se sujeta una trenza de pelo, por medio de un agu-jero o con una goma resinosa sacada de un arbustoaustraliano. Para resultar eficaz, el kundela debe sercargado con poderosa energía psíquica, en un com-plejo ritual que debe llevarse a cabo sin el menor de-fecto. El proceso es secreto para las mujeres y paracuantos no son miembros de la tribu. Si el condenadoha huido de su aldea, el hueso cargado es entregadoa los kurdaitcha, asesinos rituales de la tribu.

Los kurdaitcha deben su nombre al calzado espe-cial que llevan cuando dan caza a un condenado. Es-tá hecho de plumas de cacatúa y pelo humano, y prác-ticamente no deja huella. Los cazadores se visten conpelo de canguro, que pegan a su piel untándosela an-tes con sangre humana, y se ponen máscaras de plu-mas de emú. Suelen actuar en grupos de dos o tres,son implacables y persiguen a su presa durante añossi es necesario.

Cuando al fin acorralan a su hombre, se acercan aunos cuatro o cinco metros y uno de ellos, doblandola rodilla, empuña el hueso y lo apunta como una pis-tola. Se dice que en ese instante el condenado quedaparalizado por el miedo. El kurdaitcha finge asestarleuna estocada con el hueso y emite un canto breve ypenetrante. Después, él y sus compañeros de caceríase retiran, dejando solo al "señalado". Cuando vuel-ven a su aldea, el kundela es quemado en una cere-monia.

El condenado puede vivir todavía algunos días o se-manas; pero sus parientes y los miembros de cualquierotra tribu a la que pueda ir (que sin duda sabrán yaque ha sido señalado), convencidos del poder fatal delkundela, lo tratan como si ya estuviese muerto.

La carga ritual del kundela crea un doble psíquicodel hueso —una auténtica "lanza mental"— que tras-pasa al condenado cuando le apuntan con él. Una vez"alcanzado", su muerte es segura, como si lo hubieseatravesado una verdadera lanza. (John Godwin, Un-solved: The World of the Unknown, págs. 163-76; Ro-nald Rose, Living Magic, págs. 30-36)

La canción de la muerte (o poco menos)A mediados de abril de 1956, en la Tierra Arnhem(Australia), un joven aborigen llamado Lya Wulumucayó enfermo y fue llevado en avión a un hospital deDarwin. Era incapaz de comer o beber porque, aun-que lo intentaba, no podía tragar. Sin embargo, nohabía causa aparente para su enfermedad. Los reco-nocimientos, incluidos rayos X, análisis de sangre ypunciones lumbares, no revelaron nada anormal.

Otra cosa era lo que ocurría en el ánimo de la vícti-ma. Pidió a un ministro metodista que rezase por élporque, según dijo, "me han cantado y estoy acaba-do". El cantar a que se refería Wulumu es una formade ejecución ritual practicada por su pueblo. En su ca-so, su suegra había pedido a un grupo de mujeres quele cantaran para que muriese, quizá en represalia poralgún tabú que había quebrantado.

Para iniciar el ritual, las mujeres robaron la lanzay el bumerang (woomera) de Wulumu y los colgaronde un poste ceremonial. Después entonaron las can-ciones que se cree que atraen la maldición mortal so-bre el propietario de los objetos sustraídos. Termina-do el cántico, colgaron su maza (nulla nulla) de la co-pa de un árbol, para proclamar que la maldición ha-bía sido llevada felizmente a término. Cuando Wulu-mu vio el arma, supo lo ocurrido, y al intentar tragarno pudo.

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La magia mortal de la credulidad

Desde los tiempos del Egipto y la Mesopotamia anti-guos hasta la época moderna en Haití, Australia, Áfri-ca y otros lugares, muchas personas sanas se han pues-to enfermas y han muerto porque alguien las habíamaldecido o hechizado, o les había echado mal de ojo.

Los métodos para llevar a cabo la maldición sontan numerosos como variados. Se puede hacer una efi-gie de la víctima y clavarle alfileres o quemarla. Paraello se utiliza cera, madera, arcilla, trapos o paja. Tam-bién puede hacerse el maleficio sobre pelo o uñas. Sepuede maldecir cantando; se pueden cargar mágica-mente piedras o armas, o bien utilizar un recipientecon polvos o hierbas de mágicos poderes para llevara cabo el hechizo.

Aunque los métodos difieren, la magia actúa cuan-do se cree lo suficiente en ella. El hechicero debe te-ner una confianza absoluta en sus poderes, la víctimadebe creer que su magia es todopoderosa, y la comu-nidad compartir esa creencia. Esto último es especial-mente importante. Imaginémonos el efecto de la ma-gia en aquellas culturas en las que la comunidad con-sidera a la víctima virtualmente muerta desde el mo-mento en que tiene noticia de la maldición. A vecesla víctima deja incluso de comer y beber (como hacenlos muertos), lo que sirve para apresurar su fin.

Un método de muerte por sugestión bien documen-tado es el del "hueso asesino", forma de ejecuciónritual que practican en ocasiones los aborígenes aus-tralianos. No hay contacto físico con la víctima, perosu destino suele quedar tan firmemente sellado comosi le atravesasen el corazón con una lanza.

El arma con que le apuntan puede ser de hueso,madera o piedra. Lo que cuenta es la creencia en sumagia. Una descripción muy gráfica de los efectos deese método se encuentra en el libro del doctor Her-bert Basedow The Australian Aboriginal (1925).

El espectáculo del que descubre que está siendoapuntado con el hueso por un enemigo esciertamente lastimoso. Se queda espantado, conlos ojos clavados en el arma traidora y lasmanos levantadas como para desviar el mortalinstrumento, que imagina que está entrando ensu cuerpo. Palidece, se le ponen los ojosvidriosos y la cara se le desfigurahorriblemente. Intenta gritar, pero la voz sueleahogársele en la garganta, y sólo puede vérseleechar espumarajos por la boca. Retrocede y caeal suelo, al parecer desmayado; pero pocodespués empieza a retorcerse como en unaagonía mortal, mientras gime y se tapa la caracon las manos. Al cabo de un rato setranquiliza un tanto y se arrastra hasta su

cabaña. A partir de entonces enferma y viveatormentado, se niega a comer y se mantieneapartado de la vida normal de la tribu. Amenos que reciba ayuda en forma de uncontrahechizo, administrado por manos delNangarri o hechicero, su muerte es cuestión depoco tiempo. Si el hechicero llega a tiempo,puede salvarse.

Se ha sugerido una posible explicación fisiológica deesta reacción de la víctima del hueso asesino. Las con-secuencias del miedo extremo son semejantes a las deuna gran cólera: las glándulas suprarrenales aumentansu producción de adrenalina, reduciendo el suministrode sangre a las partes menos esenciales del cuerpo a finde asegurar un suministro adecuado a los músculos, decuya eficacia para la huida o la lucha puede dependerla vida del sujeto. La adrenalina produce ese resultadoconstriñendo los pequeños vasos sanguíneos en aque-llas partes del cuerpo que pueden sobrevivir temporal-mente con un aporte de sangre reducido.

Pero la ventaja lograda por este sistema tiene unprecio. Al reducir el aporte de sangre, se reduce tam-bién el de oxígeno, que es transportado por los gló-bulos rojos de la sangre. Cuando los finos vasos san-guíneos capilares se ven privados de oxígeno, se ha-cen más permeables al plasma sanguíneo, que se in-filtra en el tejido que rodea el vaso. En un estado pro-longado de miedo o cólera hay una reducción gene-ral del volumen de la circulación sanguínea.

Esto a su vez reduce la presión sanguínea, pudien-do establecerse así un ciclo potencialmente desastro-so. La presión sanguínea reducida tiene un efecto ad-verso sobre aquellas partes del cuerpo encargadas demantener la circulación de la sangre, y la menor cir-culación reduce aún más la presión sanguínea. Estasecuencia resulta fatal si algo no viene a interrumpirla.

Es bastante misterioso que un maleficio, conjuroo maldición pueda desencadenar tales desórdenes fi-siológicos. Aún más extraños son los casos de muerteen los que la autopsia no revela reducción de la pre-sión sanguínea ni acumulación anormal de glóbulosrojos. Un ejemplo es el de Kinjika, el miembro de latribu mailli cuya muerte se describe en las páginas107-08. Otro, un informe de cierto doctor P.S. Clar-ke acerca de un miembro de la tribu kanaka, del nor-te de Queensland (Australia), quien dijo que prontomoriría porque le habían hecho un maleficio. El re-conocimiento médico no reveló ninguna anormalidad,pero pocos días después ese hombre había muerto.

Se diría que en las sociedades en las que los efectosde una maldición son algo creído por todos, no cabeduda de que la "lanza mental" puede matar.

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Wulumu hubiera muerto sin duda de no haber sidopor el pulmón de acero. Al ayudarlo a respirar, lo con-venció de que la magia del hombre blanco era más po-derosa que la de su tribu. Y tenía razón. (John God-win, Unsolved: The World of the Unknown, pág. 169;The Times de Londres, 14 de agosto de 1956)

Las maldiciones de una madreNo todas las muertes por maldición ocurren en luga-res primitivos. Por ejemplo, los acontecimientos a quevamos a referirnos tuvieron lugar en Oklahoma(E.U.A.) en 1960. El caso afectó a un hombre que ha-bía sido criado por una madre muy dominante. Cuan-do decidió abrir un club nocturno, ella lo ayudó a fi-nanciarlo y después se quedó para ayudarlo aregentarlo.

Unos 14 años más tarde, cuando tenía 38, nuestrohombre se casó, y poco después decidió vender el club.Su madre le advirtió que no lo hiciese, pues de lo con-trario "le ocurriría algo terrible".

Dos días después, el amenazado, que nunca habíatenido trastornos respiratorios, experimentó un leveataque de asma. No obstante, siguió adelante y ven-dió el club. Al día siguiente de la operación llamó asu madre para comunicárselo. Ella volvió a decirle que"algo iba a ocurrirle". Inmediatamente su asma em-peoró, y tuvo que ser llevado precipitadamente al hos-pital.

Un psiquiatra consiguió hacerle ver la relación en-tre su enfermedad y las advertencias de su madre, yel asma empezó a ceder. Sintiéndose mejor, el hom-bre empezó a hacer planes para emprender otro nego-cio, esta vez sin su madre. Después, un día la llamópara decírselo. Ella no intentó disuadirlo, pero le ad-virtió que si seguía con su empeño debía esperar "re-sultados aún más terribles". No había pasado una horadesde esa fatal llamada telefónica cuando el hijo tuvootro ataque de asma y murió. (Psychosomatic Medi-cine, 26:104-07, 1964)

Vivir huyendoEl kundela es utilizado por ciertos aborígenes austra-lianos en las ceremonias de iniciación, contra los ene-migos y contra quienes quebrantan las leyes tribales.Dentro de esos ámbitos su poder es temible. Al pare-cer, sólo se sabe de una persona que haya sobrevivi-do, tras ser condenada a morir por el hueso, sin queinterviniese la medicina del hombre blanco.

Ese hombre, Alan Webb, un aborigen puro de latribu de los aruntas, había matado a otro miembro dela tribu durante una pelea por un rifle. En abril de1969, el tribunal encontró que Webb había sido ata-cado y el rifle se había disparado accidentalmente, porlo que fue declarado inocente de la acusación de ho-micidio. Hecho público el veredicto, a Webb lo espe-ró a la puerta de la sala de audiencia una delegaciónde su tribu. Le dijeron que el juicio de los blancos ca-recía de valor y que tendría que ser juzgado por susiguales según la costumbre tribal.

Webb sabía de sobra cuál iba a ser el veredicto. Ha-bía matado a un miembro de su propia tribu y en con-secuencia debía morir. Se apresuró a abandonar Ali-ce Springs y fue condenado a muerte in absentia porlos aruntas.

Esta vez el kurdaitcha tuvo una tarea más difícil quede costumbre. Su presa manejaba una camioneta y vi-vía en ella con su mujer, dos hijos y tres perros. Dor-mía con un rifle al lado, esperando ser despertado encualquier momento por el ladrido de los perros.

En 1976, fecha de la última información disponi-ble, Alan Webb había conseguido eludir al kurdait-cha durante siete años, y se ganaba la vida trabajan-do a salto de mata y marchándose en cuanto oía quela escuadra de la muerte llegaba en su busca. Es pocoprobable que alguien haya sobrevivido a una conde-na a muerte aborigen durante más tiempo. Pero Webbsabía, y quizá lo sabe aún, que el kurdaitcha nuncaabandonaría su persecución; y, aunque vivía al mar-gen de la sociedad blanca, se daba cuenta de que siquienes le daban caza llegaban a acercársele alguna vezlo suficiente para apuntarle con el kundela, sería hom-bre muerto; asesinado, sin rastro de herida, por algotan inmaterial como es una lanza mental. (John God-win, Unsolved: The World óf the Unknown, págs.175-76)

ZOMBIES: LOS MUERTOS QUE CAMINAN

Hay en Haití quienes creen que los sacerdotes del vu-dú (houngan) tienen el poder de resucitar a los muer-tos. El houngan roba el alma del cadáver, al que des-pués reanima cómó un autómata sin voluntad, un zom-bie. Con sólo tomar ciertas precauciones, esa pobrecriatura hará ya siempre lo que quiera su dueño.

Las huellas de los muertosEl amor y la venganza tienen papeles relevantes en elvudú, y uno ha de andar siempre con cuidado de noofender a quien no debe.

Un houngan se insinuó a cierta jovencita, pero ella,comprometida con un hombre a quien amaba, lo re-chazó de plano. Al enfurecido houngan se le oyó mas-cullar amenazas mientras se marchaba, y a los pocosdías la muchacha cayó enferma y murió. La familiala llevó a su aldea para enterrarla, y entonces descu-brieron que el ataúd encargado a la ciudad era dema-siado corto; tuvieron que doblarle el cuello para con-seguir acomodarla. En el velorio alguien dejó caer ac-cidentalmente un cigarro sobre uno de los pies del ca-dáver, al que produjo una pequeña quemadura.

Meses más tarde corrieron rumores de que habíanvisto a la muerta en compañía del houngan rechaza-do, pero no había pruebas y la historia fue pronto ol-vidada. Al cabo de unos años la muchacha reapare-ció en su casa, pues el houngan se había arrepentidoy había puesto en libertad a todos sus zombies. Fueidentificada por muchos de los que habían asistido a

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Ceremonias vuduistas

Los esclavos africanos de Haití crearon los ritos delvudú mezclando elementos de la fe católica con creen-cias tribales. Con frecuencia celebran ceremoniasacompañadas de cánticos, tambores y danzas paraconseguir el favor de un determinado loa o dios. Du-rante tales sesiones, el loa puede tomar posesión dealgunos de los partícipes. Éstos, en trance, empiezana bailar con creciente frenesí hasta que acaban des-plomándose, lo que se tiene por indicio de que el loase muestra ya propicio y se puede invocar su ayuda.

El vudú haitiano se practica enalgunos lugares de los EstadosUnidos. Esta muñeca atrave-sada por alfileres fue encon-trada en 1981 junto a un po-llo decapitado, ambos relacio-nados con la magia del vudú,en un cementerio de NuevaOrleáns.

Las ceremonias vuduistas, oficia-das por los houngan o sacerdotes,se celebran en el suelo de tierra deun templo o en el patio. Los acóli-tos del houngan tienen matracasque serán utilizadas más tarde pa-ra el baile. Un houngan dibuja enel suelo, con harina de maíz, lossímbolos del loa o deidad. El co-razón que aquí vemos simboliza aErzulie, dios del amor. Al fondohay un dibujo que nos dice que enla vida todo tiene un límite. A me-dida que prosigue la ceremonia, loshoungan añaden símbolos de otrosloa.

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su funeral, que recordaban el cuello doblado y la ci-catriz de la quemadura en el pie. (Alfred Métraux,Voódoó in Haiti, trad. Hugo Charteris, págs. 284-85)

Regreso a la tumbaSe dice que si un zombie llega a enterarse de lo quele ha ocurrido, no hay quien pueda dominarlo, y tam-bién que la sal es una sustancia que puede provocaresa toma de conciencia. En su libro The Magic Island,publicado en 1929, William B. Seabrook relataba unhorrible caso que había tenido lugar pocos años antes.

Un houngan llamado Joseph tenía unos cuantoszombies a los que utilizaba como cortadores de cañaen Hasco, la enorme factoría y plantación de laHaitian-American Sugar Company en las afueras dePort-au-Prince. La mujer de Joseph, que era quien cui-daba de los zombies, cometió el irreparable error dedarles de comer unos dulces que tenían cacahuatessalados.

Nada más ingerir la sal, los zombies se dieron cuentade su terrible situación y emprendieron, decididos, elcamino de su pueblo natal. Cuando llegaron, fueronreconocidos por sus familias, que trataron de abor-darlos y de hablar con ellos, pero los zombies no po-dían ser detenidos y continuaron por la fuerza hastael cementerio. Allí trataron desesperadamente de abrir-se paso hasta sus tumbas cavando con las manos, pe-ro al tocar la tierra se convirtieron en cadáveres pu-trefactos. (William B. Seabrook, The Magic Island,págs. 95-99)

Los recolectores de algodónDurante un trabajo de campo en Haití en 1930, el an-tropólogo francés Georges de Rouquet tuvo la opor-tunidad, insólita para un hombre blanco, de observara cuatro zombies, aunque no se le permitió tocarlos.De Rouquet, que tenía la ventaja de hablar con flui-dez el criollo e iba acompañado de un guía haitianomuy informado, registró la experiencia en su diario:

Al anochecer encontramos a un grupo de cuatrohombres que venían del cercano algodonal, dondehabían estado trabajando. Me impresionó verloscaminar arrastrando los pies, en contraste con laligereza de otros nativos. El capataz que iba conellos detuvo su marcha, permitiéndome observarlosde cerca durante unos minutos. Iban vestidos conharapos hechos de tela de costal. Los brazos lescolgaban a los costados, y se bamboleaban de unmodo curiosamente falto de vida. Sus caras ymanos parecían desprovistas de carne, y tenían lapiel adherida a los huesos como si fuese pergaminooscuro y arrugado. También noté que no sudaban,aunque habían estado trabajando y el sol aúncalentaba mucho. Ni siquiera pude calcular su edad.Lo mismo podían ser jóvenes que muy viejos. Perolo más llamativo eran sus ojos. Todos mirabanfijamente hacia adelante, con mirada apagada ydesenfocada como la de los ciegos. No dleron lamenor muestra de haber advertido mi presencia, nisiquiera cuando me acerqué mucho a ellos. Para

probar sus reflejos, hice ademán de clavarle a unode ellos mis dedos rígidos en los ojos. No pestañeóni retrocedió. Pero cuando intenté tocar su mano,el capataz me previno, diciéndome que eso noestaba permitido.

Mi impresión inmediata fue que esas criaturaseran débiles mentales obligados a trabajar sólo porel sustento. Pero Baptiste me aseguró que se tratabade zombies, es decir, personas muertas resucitadasmediante la hechicería y utilizadas comotrabajadores sin paga.

De Rouquet vio cómo los zombies eran encerradosen un pequeño cobertizo sin ventanas (mucho más pe-queño y de construcción más fuerte que las habitua-les cabañas campesinas de techo de paja) y sugirió aBaptiste que investigaran esa prisión. Pero el guía, quehasta entonces había mostrado un frío despego, pare-ció muy asustado e insistió en que se fuesen inmedia-tamente, diciéndole a De Rouquet, que iba armado,que un arma de fuego era a menudo una defensa inú-til en Haiti. (John Godwin, Unsolved: The World ofthe Unknown, págs. 205-06, 216)

Un esclavo de doce dólaresAunque en general las clases superiores y educadas deHaití afirman ser escépticas en materia de vudú, la ri-queza y el saber no siempre les ofrecen una protecciónadecuada contra la hechicería.

A un hombre acomodado, un "Monsieur", se leponchó una llanta en las afueras de un pequeño pue-blo. Cuando se bajó del coche para cambiarla, se leacercó un viejo pequeñito y de barba blanca (en reali-dad un houngan), que se ofreció para buscar la ayudade un amigo, y sugirió que entre tanto el Monsieur po-día acompañarlo a su casa para tomar café. De cami-no, el houngan confesó que había utilizado un conju-ro para hacer que la rueda se ponchase, y, mientrastomaban café, advirtió al Monsieur que había un wan-ga (un maleficio) escondido en su coche.

Al notar el escepticismo burlón del Monsieur, elhoungan se molestó y preguntó a su huésped si cono-cía a Monsieur Célestin, muerto seis meses antes. ElMonsieur le dijo que Célestin era amigo suyo, tras delo cual el houngan le preguntó si le gustaría ver a suamigo y, sin esperar respuesta, hizo restallar seis ve-ces su látigo. Inmediatamente entró en la habitación,andando hacia atrás, un hombre cuya figura le resul-tó vagamente familiar al Monsieur. Cuando, a una or-den del houngan, se volteó, el Monsieur reconoció asu viejo amigo Célestin.

Pero no era ya el Célestin de antaño: ahora estabainmóvil, con la cabeza colgando, la cara totalmenteinexpresiva, sin habla y sin dar muestras de recono-cerlo: un zombie. El Monsieur se quedó atónito.

El houngan le explicó que la muerte de Célestin ha-bía sido causada por el maleficio de un hechicero, elcual después lo había transformado en zombie y se lohabía vendido a él por 12 dólares. (Alfred Métraux,Voodoo in Haiti, trad. Hugo Charteris, págs. 283-84)

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Clairvius Narcisse señala su nombre sobre la tumbade la que cree que salió como esclavo zombie. Un in-vestigador sugirió que Narcisse pudo haber sido dro-gado, enterrado y desenterrado más tarde.

Qué son losLas repetidas noticias de zombies, personas en esta-do coma de trance que trabajan como esclavos en loscampos de Haití, cobran verosimilitud a la luz del re-lato de una antigua víctima, Clairvius Narcisse, delpueblo de L'Estére, publicado por el National Enqui-rer en 1982. Narcisse, que había gozado siempre deexcelente salud, se puso repentina e inexplicablemen-te enfermo en 1962. Su hermana lo llevó al hospitalAlbert Schweitzer de Deschabelle:

Apenas podía respirar [decía Narcissei. Micorazón se iba quedando sin fuerza, elestómago me ardía.

Después sentí que me quedaba helado. Oíque el médico decía a mi hermana: "Lo siento,está muerto." Quería gritar, decirle que estabavivo, pero era incapaz de moverme.

Un zomble vagabundoQue la creencia en los zombies no es únicamente cosade campesinos supersticiosos lo demuestra este rela-to, que fue presenciado y luego atestiguado por un sa-cerdote católico.

Se cuenta que un día de 1959 apareció un zombiearrastrando los pies en una aldea de Haití y entró enel patio de una casa particular, cuyo dueño lo detuvo.El hombre amarró las manos del zombie y lo llevó alpuesto de policía local. El policía dio al zombie un vasode agua salada (para revivir su memoria), y el zom-bie, con la mente ya despejada, le dijo su nombre. Des-cubrieron que tenía una tía en el pueblo, a la que lla-maron para que ayudase a aclarar la situación. Tanpronto como llegó, identificó a su sobrino y juró que

éste habla muerto cuatro años antes y que ella habíaasistido al entierro.

Al ser interrogado por el sacerdote católico del pue-blo, el zombie dijo que era sólo uno de los muchosesclavizados por un houngan local. Al oír esto, el po-licía, a quien aterraba el poder de aquel hombre, ofre-ció devolverle el zombie, pero dos días después el in-fortunado ser fue encontrado muerto. Dando por su-puesto que el houngan había matado al zombie porhaber contado sus andanzas a las autoridades, la po-licía lo detuvo por asesinato. Pero los demás zombiesno fueron rescatados: la mujer del houngan los habíareunido y huyó con ellos a las colinas. (Man, Mythand Magic, Richard Cavendish, ed., Vol. 22, págs.3095-96)

zombiesEl médico lo examinó, le cubrió la cabeza con una

sábana y firmó el certificado de defunción. Más tar-de llegaron sus amigos para rendirle su último tribu-to, y Narcisse contaba que, aunque podía verlos y oír-los, no sentía la menor emoción. En el cementerio oyólos lamentos de los que lo habían acompañado y elruido de la tierra que caía sobre su ataúd. Lo siguien-te que recuerda es que estaba de pie junto a su tumbaen un estado como de trance. Había dos hombres, quellenaron la tumba, le ataron una cuerda alrededor delas muñecas y lo llevaron a una granja, donde se con-virtió en esclavo y trabajaba los campos junto a otrascien almas infortunadas.

Según el doctor Lamarque Douyon, director delCentro Psiquiátrico de Port-au-Prince, los llamadoszombies son personas que han sido drogadas por unhechicero vuduista, dadas por muertas, enterradas, ya continuación sacadas de sus tumbas y mantenidasdrogadas durante su esclavitud como trabajadoresagrícolas.

Narcisse cree que llevaba unos dos años en este es-tado cuando un día, al parecer, al que los cuidaba sele olvidó administrarles la dosis de droga que mante-nía a las víctimas en su condición sumisa. Algunos delos zombies recuperaron sus facultades, se dieron cuen-ta del estado en que se encontraban y mataron al cui-dador. Libre de los efectos de la droga, Narcisse notardó en recuperar su personalidad normal. No vol-vió a su pueblo natal porque creía que el hermano quevivía allí era quien había hecho que un hechicerovuduista lo dragara. Pero cuando en enero de 1980 su-po que su hermano había muerto, decidió volver aL'Estere.

De este modo, 18 años después de que lo creyeronmuerto y enterrado, Clairvius Narcisse volvió a en-trar en las vidas de los amigos y parientes que habíanllorado su muerte casi dos decenios antes.

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APARICIONES Y DESAPARICIONESSe ha calculado que, actualmente, en los Estados Unidos son denunciados unos10 millones de casos de desaparición de personas cada año. Aproximadamente95 por ciento de ellas vuelven a su casa en horas o días, pero el restante 5 porciento desaparecen para siempre. Los adolescentes forman el grupo mayor dedesaparecidos. Acuden a las grandes ciudades, donde suele tragárselos un sór-dido submundo. Entre los adultos desaparecidos, un porcentaje creciente sonmujeres, lo que constituye sin duda un aspecto interesante de la liberación fe-menina. Un estudio de Tracers mostraba que en 1960 desaparecieron unas 300veces más maridos que esposas, mientras que en 1980 el número de ambos sehabía igualado.

No es tan fácil desaparecer sin dejar rastro, y no obstante ocurre a menudo.En las páginas siguientes se da noticia de muchas personas que lo han hecho.Sus historias tienen todos los ingredientes de un buen relato de misterio, salvopor el final, que en estos casos queda abierto a la imaginación. Las circunstan-cias que rodean las desapariciones son extrañas y a veces ridículas, y los modosen que esas personas se desvanecen sin dejar rastro —de un tren, un barco oun avión, o mientras atraviesan una calle o un campo— son inexplicables.

Nos intrigan los posibles motivos: dictados del corazón, ansia irresistible deescapar de una existencia monótona o de responsabilidades no deseadas, afanesde aventura y de riqueza, una carrera comprometida, intrigas políticas, oscurasrelaciones con criminales o los peligros que acechan al que sabe demasiado.

Leyéndolas, reflexionamos sobre la dificultad de desaparecer sin dejar ras-tro; de abandonar las antiguas ocupaciones, cortar los viejos lazos y asumir unanueva identidad, y contemplamos los oscuros destinos de los perdidos inexpli-cablemente en su búsqueda de aventuras y novedades. Imaginamos también lasuerte de las familias cuyas vidas se ven trágicamente afectadas por la pérdidade uno de sus miembros, la insoportable incertidumbre, la aprensión, la sensa-ción de culpabilidad, el anhelo de una explicación que nunca llegará.

Mucho más raros, y quizá más extraños que las historias de quienes se handesvanecido en el abismo de lo desconocido, son los casos documentados depersonas llegadas de no se sabe dónde y cuya identidad sigue siendo un miste-rio. Algunas pueden ser amnésicos desaparecidos hacía mucho tiempo; otras,los "niños salvajes" que tantas especulaciones han suscitado en cuanto al serdel hombre.

La idea de alguien que se sume en el olvido, o que carece de pasado, es difícilde admitir, especialmente hoy, cuando a toda persona la acompaña un rosariode fichas, certificados y tarjetas de identidad desde que nace hasta que muere.

ANTES DE 1800

En la historia colonial de los Estados Unidos destacacomo un hito fantasmal la desaparición de la coloniade Roanoke, fundada en 1587 por más de cien ingle-ses de ambos sexos. Cuando se establecieron en la islacostera de Virginia (hoy en Carolina del Norte), pen-saban cultivarla y pagar los suministros de la metró-poli vendiendo sasafrás silvestre, un costoso artículode importación muy apreciado como medicina en In-

glaterra. El gobernador de la colonia, John White, seembarcó para Inglaterra en busca de suministros conlos cuales mantener a los colonos en el invierno quese avecinaba. Detenido allí por la guerra con España,White volvió al fin a Roanoke en 1591, para encon-trarse con que todo había desaparecido, incluidas suhija y su nieta, Virginia Dare, la primera criatura blan-ca nacida en América del Norte. Grabada en un poste

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de la barda abandonada se veía la palabra "Croatan",nombre de una isla cercana y de una de las tribus in-dias de la zona. El mal tiempo impidió averiguar más,y White regresó a Inglaterra. El único indicio de lasuerte de la colonia perdida surgió un siglo después,cuando los colonos dijeron haber visto indios de ojosgrises y pelo rubio. (Reader's Digest, eds., AmericanFolklore and Legend, pág. 31)

Cuando un soldado de los que custodiaban el palaciode Manila quiso hacer la guardia en el de la ciudadde México, fue interrogado por las autoridades. Su in-creíble historia lo hizó dar con sus huesos en la cárcel.

Un doble misterio que combina una extraña desapa-rición con una aparición aún más extraña tuvo lugarel 24 de octubre de 1593, cuando un soldado destina-do en Manila se presentó a prestar servicio con la guar-dia de palacio en la ciudad de México. Como al mo-mento llamó la atención su uniforme, fue interroga-do. El soldado, perplejo al verse en un país extraño,dijo que aquella misma mañana había recibido instruc-ciones de presentarse en el palacio de Manila, y aña-dió que el gobernador de Filipinas había sido muertola noche anterior. Las autoridades, incrédulas, lo me-tieron en la cárcel. Dos meses después llegaron a Mé-xico noticias que confirmaban su historia: efectiva-mente, el gobernador del archipiélago había sido ase-sinado en Manila la noche antes de que aquel hombreapareciese en México. Al soldado se le permitió regre-sar a Filipinas. (Colin Wilson, Enigmas and Myste-ries, pág. 29)

En julio de 1669, agentes del rey Luis XIV de Franciaaprehendieron a un hombre cerca de la puerta de Dun-kerque y lo enviaron en secreto a la cárcel con severasinstrucciones para el alcaide:

Es de la mayor importancia que no se le permitadecir lo que sabe a ninguna persona viviente. Debéisllevarle en persona, una vez al día, lo que necesite yno escuchar nunca, bajo ningún pretexto, lo que

pueda querer revelaros. Debéis amenazarle demuerte si alguna vez se confía a vos sobre cualquiertema que no sean sus necesidades cotidianas.

El preso fue trasladado durante 34 años de unos con-fortables aposentos carcelarios a otros hasta que mu-rió en la Bastilla de París en 1703. Llevó siempre puestauna máscara de terciopelo negro. Se cuenta que en unaocasión grabó un mensaje en una charola de plata yla tiró por la ventana. El pescador que la encontró yla llevó a las puertas de la prisión conservó la vida ¡gra-cias a que no sabía leer!

Lo único que se sabe realmente del preso en cues-tión es que su cara era peligrosamente reconocible, queera demasiado valioso para matarlo pero excesivamen-te peligroso para dejarlo libre, y que lo que sabía eratan explosivo que incluso un sencillo pescador podíahaber conmocionado a Francia con semejante infor-mación. La cara más conocida de Francia era, por su-puesto, la del rey.

El gran escritor y filósofo Voltaire estuvo preso enla Bastilla en 1717, siendo aún muy joven. Allí tuvooportunidad de hablar con carceleros que habían co-nocido al hombre enmascarado y cuanto se murmu-raba de él, pero no su identidad. Interesado en desa-creditar a la monarquía, Voltaire urdió más tarde lateoría de que el enmascarado era el hermano mayorde Luis XIV, encarcelado por el rey para evitar dis-turbios en torno a potenciales pretendientes al trono.

En 1801, después de la Revolución Francesa, se ru-moreó que el preso había sido el propio Luis XIV, des-plazado del trono por su medio hermano ilegítimo. Sehabía casado en la cárcel (cosa no rara en aquellostiempos), proseguía la historia, y engendrado un hijoque fue llevado a Córcega, donde se crió y fue el abue-

Esta ilustración de la narración de Alejandro Dumassóbre el hómbre de la máscara de hierro muestra alpreso elegantemente vestido en su cómoda celda de la

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lo de Napoleón Bonaparte. Esta versión, que servíapara relacionar al dictador revolucionario francés conel Antiguo Régimen, nunca ha sido tomada en seriopor los historiadores.

La versión más famosa de la historia es la de Ale-jandro Dumas, padre, quien alteró la de Voltaire con-viniendo al preso en hermano gemelo del rey, y tam-bién cambió el material de que estaba hecha la más-cara. Su novela El hombre de la máscara de hierro sepublicó en 1848. El folklore y el cine han propagadoesta historia, que los especialistas descartan porcompleto.

Otra versión es que el preso era el verdadero padrede Luis XIV. El nacimiento de Luis XIV en 1638 fueconsiderado por entonces como una especie de mila-gro. Su madre, Ana de Austria, y su supuesto padre,Luis XIII, habían vivido como extraños durante mu-chos años y no habían tenido hijos. Dado que la realpareja necesitaba dar un heredero al trono y Luis XIIIestaba achacoso y muy probablemente impotente, esposible que se buscase a alguien que hiciera sus veces.Esta interpretación explicaría por qué Luis XIV man-tuvo al hombre misterioso en prisión en vez de hacer-lo matar, lo que le hubiese hecho caer en el pecadode parricidio.

Son tantos los historiadores y los amantes del mis-terio que han intentado descifrar éste en los últimos300 años, que cualquier prueba concluyente hubiesesin duda aparecido ya. No las ha habido, por lo queparece probable que continúen tejiéndose teorías entorno al preso enmascarado, que salió de la historiapara entrar en la leyenda en 1669. (Tighe Hopkins, TheMan in the Iron Mask, tomado de diversos pasajes;Hugh Ross Williamson, Enigmas of History, págs.207-28)

El 27 de julio de 1724 fue capturado cerca de la ciu-dad alemana de Hameln el muchacho al que despuésllamarían Peter el Salvaje. Aparentaba unos doceaños, no sabía hablar y sólo comía verduras y hierbay chupaba el jugo de los tallos verdes. Al principio re-chazaba el pan. La historia del muchacho salvaje notardó en difundirse, y en febrero de 1726 el rey Jorge Ide Inglaterra (que era también rey de Hannover) en-vió en su busca. Fue durante poco tiempo uno de losfavoritos de la corte y llegó a identificar a su benefac-tor como ki scho y a la reina Carolina como qui ca,aunque nunca aprendió a hablar de forma articulada.

Un naturalista y erudito alemán examinó más tar-de las primeras noticias sobre Peter el Salvaje y llegóa la conclusión de que debía de haber vivido con per-sonas hasta poco antes de ser capturado, pues teníaun trapo alrededor del cuello y algunas partes de sucuerpo estaban más pálidas, como si hubiera llevadopantalones. Pero no todos estuvieron de acuerdo. Elcaso de Peter (como el de otros "niños salvajes", verpág. 119) influyó mucho en las opiniones contempo-ráneas acerca de cómo llegó a civilizarse la especie hu-mana. El filósofo francés Jean Jacques Rousseau con-

El conde de Saint-GermainFue confidente de dos reyes de Francia, brilló en so-ciedad con su personalidad tan rica y dotada, prota-gonizó mil rumores, pero nadie sabe el lugar y la fe-cha de su nacimiento, quién era ni cuándo murió. Al-gunos creen que todavía vive.

Se ha supuesto que Saint-Germain era hijo naturalde la viuda de Carlos II de España, aunque los teóso-fos han presentado argumentos convincentes que lohacen hijo de Francis Racoczi II, príncipe de Transil-vania. Ambas genealogías situarían el año de su naci-miento alrededor de 1690. Sin embargo, el músicoJean-Philippe Rameau estaba seguro de haberse en-contrado en 1710 con el conde, bajo el nombre de mar-qués de Montferrat, y aseguraba que por entonces apa-rentaba tener cuarenta y tantos años.

La vida del supuesto conde es tan brumosa como suorigen. Parece haberse hecho célebre en el decenio de1750 como amigo de Luis XV y Madame de Pompa-dour, que pasaba veladas enteras con él por el placerde su conversación. No sólo era notablemente culto,sino que poseía otros atributos: artista del violín, ta-lentoso como pintor, experto en alquimia y química,y además repartía con generosidad piedras preciosas.

Se sabía que llevaba joyas cosidas a la ropa, y sedecía que había regalado una cruz adornada con ge-mas a una mujer a la que apenas conocía, sólo por-que ésta se había quedado admirándola. El conde ase-guraba que podía convertir varios diamantes peque-ños en uno grande, y hacer crecer las perlas hasta quealcanzaran un tamaño espectacular. Se sospechaba quetambién conocía el secreto de convertir en oro los me-tales de baja ley.

Ya fuese un genio o un charlatán, Saint-Germaintenía talento para hacerse notar y convertirse en cen-tro de las habladurías; pero en Versalles y París fueademás consejero y confidente de Luis XV. Este pues-to le atrajo la envidia y la enemistad de los ministrosdel rey, que lo denunciaron como un simple aventu-rero. La situación llegó a un punto decisivo en 1760,cuando el conde —a petición del rey— se inmiscuyóen los asuntos exteriores a espaldas del ministro. Ame-nazado de detención, se vio obligado a huir a Inglate-rra, donde permaneció algún tiempo.

De Inglaterra, el conde de Saint-Germain fue al pa-recer a Rusia, donde se asegura que tomó parte en laconspiración que llevó a Catalina la Grande al tronoen 1762. Después sus pasos se pierden hasta 1764, cuan-do Luis XVI y María Antonieta accedieron al trono.

Saint-Germain regresó entonces a Francia, y se di-ce que previno a la real pareja acerca de la Revolu-ción, para la que faltaban quince años, diciendo: "Ha-brá una república sedienta de sangre cuyo cetro serála cuchilla del verdugo." Por otro lado, se relacionó

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El conde de Saint-Germain,cuya longevidad y aspectojuvenil lo hacían parecer in-mortal, era "un hombre quelo sabe todo y que nuncamuere", según dijo su con-temporáneo Voltaire. Algu-nos pensaron que el condehabía encontrado el "elixirde la juventud"

con muchas personas cuyo interés por el ocultismo eraen realidad una tapadera de sus actividades revolucio-narias, y sus verdaderas inclinaciones políticas —siacaso tenía alguna— son aún discutidas.

Las sociedades secretas estaban de moda en laFranciaprerrevolucionaria, y alguna de ellas reconocieron

en Saint-Germain a un adepto, alguien que poseía losantiguos conocimientos a los que se alude en los ritosde masones, rosacruces y templarios. Y es que al re-latar sucesos de siglos pasados, el conde deliberada-mente hacía pensar a sus crédulos oyentes que habíaestado presente en ellos. "Esos estúpidos parisiensescreen que tengo quinientos años", dijo en cierta oca-sión a un amigo. "Yo los confirmo en esa idea por-que veo que les complace, no porque sea infinitamentemás viejo de Io que parezco." Atribuía su aparienciajuvenil en parte a ser abstemio, y también a una dietacompuesta principalmente de harina de avena.

Más tarde vivió en Alemania como protegido delpríncipe Carlos de Hesse-Kassel. Eran amigos íntimosy trabajaron juntos en la alquimia. La mayoría de lasobras de consulta dicen que el conde murió en la cor-te de ese príncipe el 27 de febrero de 1784. Según Mau-rice Magre, autor de Magicians, Seers and Mystics(1932), el príncipe Carlos se mostraba poco comuni-cativo en cuanto a la muerte de su amigo "y cambia-ba de conversación si alguien le hablaba de él. Su com-portamiento da pábulo a la suposición de que era cóm-plice de una supuesta muerte".

Muchos continuaron insistiendo en que el conde es-taba vivo. Documentos masónicos indican que repre-sentó a la masonería en una reunión de 1785. Mada-me de Getilis aseguraba haberlo visto en Viena en 1821.Varios viajeros del siglo pasado estaban seguros de ha-berlo visto en el Lejano Oriente y otras partes del mun-do. La teósofa Annie Besant dijo que se había encon-trado en 1896 con el conde encarnado como "Maes-tro" o jefe espiritual. Por último, en 1972, un fran-

s llamado Richard Chanfray aseguró ser Saint-Germain, y para probarlo apareció en televisión parademostrar que podía convertir el plomo en oro, co-mo se cree que hacía el legendario conde.

sideraba a Peter el Salvaje como el modelo de "hom-bre natural" aún no echado a perder, y el escocés lordMonboddo escribía: "Considero su historia como unabreve crónica o extracto del progreso de la naturalezahumana, desde el simple animal a la primera etapa devida civilizada." (Roger Shattuck, The Forbidden Ex-periment, págs. 194-95; The Wild Man Within, Ed-ward Dudley y Maximillian E. Novak, eds., pág. 198;Joseph Singh y Robert M. Zingg, Wolf Children andFeral Man, págs. 182-97)

DE 1800 A 1830

En 1809, Inglaterra trataba de persuadir a Austria paraque se uniese a la confederación enfrentada a Napo-león. Benjamin Bathurst, un diplomático de 25 añosque se había distinguido ya en el servicio exterior, fuea Viena para prometer que atacarían a los francesesque ocupaban España a cambio de que Austria se alia-se con Inglaterra. El trato resultó mal: Napoleón ven-ció en Wagram, sobre el Danubio, y Austria se vioobligada a cederle territorios.

Ese otoño, Bathurst inició el regreso a través de Ale-mania. El 25 de noviembre, viajando bajo el nombrede Koch y haciéndose pasar por un acaudalado comer-ciante, él, su secretario y un criado se detuvieron enuna posada de Perleberg. Un testigo contó que pare-cía muy nervioso. Pidió al comandante de la guarni-ción local que le proporcionara hombres armados con-tra unos misteriosos perseguidores, tal vez agentes deNapoleón.

En medio de la noche, mientras su coche se prepa-raba para partir, Bathurst salió a la calle, por lo de-más desierta, caminó alrededor de sus caballos...

Y desapareció.El criado, que estaba en la trasera del coche con el

equipaje, miró a ambos lados del vehículo y sólo vioal mozo que acababa de enganchar los caballos. El se-cretario, que a la puerta de la posada pagaba la cuen-ta, no lo vio volver. Los soldados a ambos extremosde la calle no habían visto pasar a nadie.

Las autoridades registraron primero la posada y des-pués todo Perleberg. Las indagaciones del Foreign Of-fice británico hicieron que Napoleón negase cualquierintervención de sus agentes. Circularon historias de queBathurst había sido desvalijado y asesinado, de quehabía continuado en secreto hasta un puerto y se había

Benjamin Bathurst, envia-do en misión secreta a Aus-tria en 1809, volvía a Ingla-terra cuando desapareciópara siempre en una peque-ña ciudad alemana. El dis-tinguido y joven diplomá-tico, que viajaba de incóg-nito, pudo haber sido des-cubierto y asesinado porsoldados franceses.

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perdido en el mar, y otras más; pero lo único que sesabe de la desaparición de Benjamin Bathurst en unatranquila calle de una pequeña ciudad alemana quedaresumido en las palabras de Charles Fort, cl incansa-ble coleccionista de sucesos sin pies ni cabeza: "Se levio ir hacia el otro lado de los caballos." (Dictionaryof National Biography, Vol. 1, pág. 1327; CharlesFort, The Complete Books of Charles Fórt, pág. 681;Colín Wilson, Enigmas and Mysteries, pág. 37)

La monótona existencia de los reclusos de la cárcel pru-siana de Weichselmunde se vio sorprendentemente in-terrumpida en 1815. Un criado llamado Diderici, en-carcelado por hacerse pasar por su amo después de ha-ber muerto éste de un ataque, paseaba encadenado porel patio, donde hacía ejercicio en compañía de otrospresos que iban detrás y delante de él, cuando empe-zó a desaparecer. Tanto los presos como los guardia-nes aseguraron que en pocos segundos se había hechoinvisible, y después sus esposas y grilletes cayeron alsuelo. Nadie volvió a ver a Diderici, que en cierto mo-do había hecho realidad el sueño de todo recluso. (JayRobert Nash, Among the Missing, pág. 331)

No uno, sino dos tesoros fabulosos desaparecieron enalgún lugar de la rocosa e inhóspita isla de los Cocos,a 400 kilómetros al suroeste de Costa Rica, en el Pa-cífico, en 1819 y 1820. El primero fue el del pirata Be-nito Bonito, que había capturado un barco españolcargado con unas 150 toneladas de oro. Tras enterrarel botín, Bonito mató a la mayor parte de su tripula-ción y se hizo a la mar con el resto. La Armada britá-nica dijo que había muerto poco después en una ba-talla naval, pero algunos creen que fue el único queconsiguió llegar a tierra, aunque nunca volvió a la isla.

Poco después, funcionarios del virreinato españoldel Perú reunieron los tesoros estatales y eclesiásticosde Lima para evitar que cayesen en manos del ejérci-to independentista. El tesoro fue enviado a Panamáa bordo del navío británico Mary Dier, pero su capi-tán, Charles Thompson, cambió de rumbo y navegóhasta Cocos, donde él y su tripulación enterraron eltesoro. A diferencia de Bonito, el capitán Thompsonno asesinó a sus hombres para guardar el secreto, ysin embargo el Mary Dier y cuantos iban a bordodesaparecieron.

En 1840, Thompson —o alguien que decía ser él—apareció en Terranova con un mapa de Cocos y unfebril deseo de organizar una expedición para recobrarel tesoro. Nadie le creyó y poco después desapareció.El famoso tesoro de Cocos nunca ha aparecido a pe-sar de que muchos lo han buscado. (Jay Robert Nash,Among the Missing, págs. 190-92)

El zar Alejandro I de Rusia murió eI 19 de noviembrede 1825, cuando contaba 47 años. Al llegar la noticiade su muerte a la capital, San Petersburgo, un puña-do de soldados se rebelaron contra la sucesión de suhermano Nicolás. El levantamiento fue rápidamentesofocado, pero los "decembristas", como se les lla-

A Alejandro L zar de Ru-sia durante 24 años, lo su-cedió, tras su muerte en1825, su impopular herma-no. Los persistentes rumo-res de que en realidad Ale-jandro había huido a Sibe-ria llevaron a abrir su tum-ba un siglo después: estabavacía.

mó, se convirtieron en héroes para los liberales rusosdurante el duro reinado del zar Nicolás.

Quizá a causa de que el mando de Nicolás fue obje-tado desde el mismo comienzo de su reinado, no tar-daron en correr rumores de que Alejandro no habíamuerto, sino que había abdicado en secreto para abra-zar la vida de ermitaño. En Tornsk, mucho más al oes-te, apareció un hombre llamado Fedor Kuzmich, y losvecinos susurraban que quien vivía entre ellos era Ale-jandro Romanov. En 1864, en su lecho de muerte, elermitaño Kuzmich les dijo: "Dios sabe mi verdaderonombre." Al año siguiente, cuando Alejandro II in-tentó acabar con los rumores haciendo abrir el fére-tro de su tío, muchos dijeron que lo habían encontra-do vacío. Al menos así estaba la tumba cuando fueabierta de nuevo en 1926. (lan Grey, The Romanovs,págs. 262-68, 367-68)

El 26 de mayo de 1828 apareció en Nuremberg (Ale-mania) un adolescente cubierto de harapos y con unasbotas que no le quedaban y le habían lastimado losdelicados pies. Apenas sabía hablar, pero garabateóen un papel el nombre de Kaspar Hauser.

[(aspar permanecía sentado e inmóvil durante ho-ras, y parecía preferir la oscuridad. Sólo tomaba pany agua. Le gustaba jugar con un caballo de cartón (lla-maba a todos los animales "caballo", así como a to-das las personas "chico"). Pero en pocas semanasaprendió muchas cosas de adulto, y no tardó en con-tar una extaña historia: había estado encerrado duran-te años en una oscura celda, tan pequeña que no po-día ponerse de pie, drogado mientras le cambiaban deropa y aislado del contacto humano. Según dijo, elúnico ser humano al que había visto antes de entraren Nuremberg había sido un hombre misterioso quele enseñó a escribir su nombre y a decir: "Quiero sersoldado como mi padre."

La creencia popular sostenía que Kaspar era hijo le-gítimo de la casa real de Baden, apartado y manteni-do encerrado en favor de otro heredero. En octubrede 1829 lo encontraron inconsciente con una heridaen la frente. Cuando se recobró habló de un atacanteenmascarado.

Un famoso abogado, Anselm von Feuerbach, estu-dió su caso y defendió la teoría del heredero suplan-

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Los niños salvajes

A lo largo de la historia han aparecido de vez en cuan-do niños salvajes, con aspecto de haberse criado so-los o en compañía de animales. ¿Puede un niño so-brevivir solo en medio de la naturaleza? ¿Puede ser"adoptado" por lobos, osos, monos o gacelas? Y sifuese llevado entre los humanos, ¿estaría fatalmenteretrasado y sería un recordatorio de la parte bestialde nuestra naturaleza o, por el contrario, sería un no-ble salvaje, libre de las corrupciones de la civilización?

Desde el primer caso documentado, el de un "niñolobo" capturado en el principado alemán de Hesse en1344, se han encontrado niños que se pensó que ha-bían sido criados por animales, o que eran simplemen-te huérfanos, abandonados por su atraso o atrasadospor haberse visto privados de contacto humano.

En tiempos modernos, el único caso estudiado esel de Kamala y Amala, las niñas lobo de Midnapore(India). El reverendo J.A.L. Singh, que administra-ba un orfanato y escuela eclesiásticos, recorría en 1920su distrito cuando oyó hablar de manush -baghas, uhombres-fieras, formas fantasmales vistas entre loslobos que habían hecho su cubil en un termitero aban-donado. Él mismo los vio una noche, y volvió de díacon ayuda para derribar el termitero. Dos de los lo-bos escaparon corriendo, y el tercero, una hembra,atacó a los intrusos, que le dieron muerte. Dentro delmontículo Singh encontró a dos niñas, de aproxima-damente ocho y dos años, acurrucadas junto a dos lo-beznos. Las llevó al orfanato e inició el que creía sudeber cristiano de humanizadas. La tarea no fue fá-cil, porque corrían a cuatro patas, les asustaba la luzdiurna, aullaban como lobos, hasta donde se lo per-midan sus cuerdas vocales, y preferían la carne, y aunla carroña, a los cereales y las verduras. Amala, la máspequeña, murió antes de un año. Kamala vivió nueve,y aprendió a caminar erguida y a decir frases sencillas,aunque nunca progresó tanto como los demás niños.

La veracidad del relato de Singh ha sido compro-bada por numerosos investigadores. Arnold Gesell, ex-perto en desarrollo infantil, basó en él un libro. El es-critor Charles Maclean, escéptico acerca de la hlsto-ria de los niños lobo cuando fue a la India en 1975,concluía que "el relato del diario del reverendo Singhsobre lo que aconteció en la selva es cierto, aunquetal vez no toda la verdad".

El psicólogo Bruno Bettelheim disentía en un tra-bajo publicado en 1959. Argüía que las niñas lobo deSingh eran en realidad niñas autistas abandonadas porsus padres. Basaba su conclusión en las semejanzasentre el comportamiento de los niños autistas a su cui-dado y el de Amala y Kamala, tal como lo describióSingh. Bettelheim y otros señalaban, muy razonable-mente, que para quienes previamente creen estar ob-

servando a niños criados por animales, cualquier con-ducta de tipo animal es tomada por una confirmación.

Lo anterior no sería aplicable al niño gacela del Sa-hara español, al que el antropólogo francés Jean-Claude Armen vio hacia 1970 como "una forma hu-mana desnuda... esbelta y con largo pelo negro, co-rriendo con saltos enormes entre una larga cabalgatade gacelas blancas". Según Armen, en las huellas delmuchacho (que no fue capturado) "el peso descansasobre la parte delantera del pie y apenas deja impre-sión en la arena, lo que revela una rara flexibilidad".Sus observaciones le confirmaron que el muchacho,de unos 10 años, se había adaptado totalmente a lavida del rebaño, hasta el punto de olisquear y lamera las gacelas como hacían éstas entre sí. La adapta-ción era tan notable que Armen se preguntaba: "¿Có-mo pudo un niño atrasado, aun 'ayudado' por los ani-males, seguir existiendo en un medio tan duro comoel desierto?" Después sugería que posiblemente el trau-ma y la desorientación de la captura eran los que ha-cían que los niños salvajes pareciesen atrasados.

La popularidad de la idea de los niños salvajes apa-rece claramente en el mito de Rómulo y Remo, ama-mantados por una loba, y en el duradero atractivo delTarzán de Edgar Rice Burroughs, y de Mowgli, el mu-chacho de la selva de Rudyard Kipling. Damos porsentado que a los niños les fascinan los animales, alos que tratan como iguales, y nos encanta saber deun cachorrillo adoptado por una gata o del ganso queadoptó al investigador de la conducta animal KonradLorenz y Io seguía a todas partes. Pero es tanto lo queesos casos ponen en tela de juicio —nuestro conceptode nosotros mismos y de nuestro lugar en lanaturaleza—, que las noticias de niños adoptados poranimales salvajes nos intrigarán siempre.

En El libro de la selva, de Kipling, un muchacho in-dio, Mowgli, es adoptado por los lobos. Esta ilustra-ción pertenece a una edición francesa del libro.

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tado. Pero Feuerbach murió en 1833, y poco despuésKaspar apareció en casa de su maestro sangrando pormúltiples heridas y afirmando que un extraño lo ha-bía atacado en el parque. Los escépticos pretendieronhacerle admitir que se había apuñalado él mismo pa-ra reavivar el interés público por su caso, pero tres díasmás tarde Kaspar moría, no sin antes decir: "No lohice yo." (Francis Hitching, The Mysterious World:An Atlas of the Unexplained, págs. 210-13; Colin Wil-son, Enigmas and Mysteries, págs. 134-36)

La desaparición del juez Joseph S. Crater, adjunto altribunal supremo del estado de Nueva York (ver págs.127-28), levantó gran revuelo, pero pocos saben queun predecesor suyo en el cargo había desaparecido nomenos misteriosamente cien años antes.

John Lansing había luchado en la Revolución Nor-teamericana y después había sido diputado, alcalde deAlbany y juez. Desde 1790 hasta 1801 perteneció altribunal supremo de Nueva York, y en 1798 fue presi-dente de sala. Durante años formó parte del grupo po-lítico integrado en torno a la acaudalada familia Clin-ton, pero rompió con ellos al negarse a postularse co-mo gobernador, corno ellos pretendían. En vez de ello,siguió siendo juez hasta su jubilación en 1814, cuan-do se convirtió en regente de la universidad estatal yconsejero económico del Columbia College. Era estesegundo cargo el que lo había llevado a un hotel deNueva York el 12 de diciembre de 1829. Esa noche sa-lió a echar unas cartas para que alcanzasen el barconocturno que iba por el Hudson hasta Albany, y nun-ca volvió a vérsele. La búsqueda fue exhaustiva, da-do que Lansing había sido figura prominente en la vi-da del estado; pero aquel hombre de 75 años había de-saparecido en la noche invernal tan completamente co-mo si nunca hubiese existido. (Dictionary of Ameri-can Biography, Vol. 5, pág. 608; Jay Robert Nash,Among the Missing, pág. 166)

DE 1830 A 1860

The Times de Londres del 6 de noviembre de 1840 pu-blicó este relato de un corresponsal en las Bahamas:

Un gran navío francés que se dirigía de Hamburgoa La Habana fue abordado por uno de nuestrosbarcos de cabotaje, y con ese motivo se descubrióque estaba completamente abandonado. Elcargamento, compuesto de vino, fruta, seda, etc., sehallaba en perfectas condiciones. Los papeles delcapitán iban a buen recaudo en los sitiosadecuados... Los únicos seres vivos a bordo eran ungato, algunas gallinas y varios canarios mediomuertos de hambre... En el navío, que debía dehaber sido abandonado hacía pocas horas, habíavarias balas de mercancías destinadas acomerciantes de La Habana. Es muy grande, deconstrucción reciente y se llama Rosalie. De sutripulación y pasajeros no se ha tenido noticia.

Una investigación en los archivos del Lloyd's deLondres reveló lo que al principio parecía una simple

confusión: en los archivos del Lloyd's figuraba el Ros-sini, un barco que hacía la línea Hamburgo-La Haba-na, como encallado en el canal de las Bahamas el día3 de agosto. Los que iban a bordo fueron llevados atierra, y el 17 de agosto el Rossini fue remolcado a Nas-sau por barcos de salvamento.

Y sin embargo, ¿qué había dado al corresponsal delTimes la impresión de que el Rosalie/Rossini (si es queen realidad se trataba del mismo barco) había sidoabandonado "hacía pocas horas", especialmente si loscanarios de a bordo tenían tanta hambre? ¿Cómo nose había llevado el capitán sus papeles cuando fue res-catado? ¿No hubiera sido noticia en Nassau la llega-da de los pasajeros? ¿Y cuáles eran las "curiosas cir-cunstancias" a que aludían las actas del tribunal desalvamento en el caso del Rossini? (Paul Begg, IntoThin Air, pág. 52)

Una expedición dirigida por Ludwig Leichhardt par-tió para atravesar el desierto central de Australia enmarzo de 1848. Nunca se encontró el menor rastro delos hombres ni de sus más de 70 animales de carga.En 1975, un guardabosques llamado Zac Mathias lle-gó a Darwin, en el Territorio del Norte, con fotos depinturas rupestres aborígenes que representaban hom-bres blancos y un animal; pero antes de que pudieraorganizarse una expedición a las cuevas donde dijo ha-ber encontrado los dibujos, el propio Mathias desa-pareció. (Paul Begg, Into Thin Air, pág. 17; Dictio-nary of National Biography, Vol. 11, pág. 807)

La goleta holandesa Hermania fue descubierta en 1849a lo largo de la costa inglesa de Cornualles con los más-tiles arrancados, la tripulación desaparecida sin dejarrastro y el bote salvavidas a bordo. ¿Habían sido ba-rridos todos por una ola mientras capeaban el tempo-ral? ¿habían abandonado a toda prisa el barco, cre-yéndolo a punto de hundirse? ¿O se los habían... lle-vado? (Colin Wilson, Enigmas and Mysteries, pág. 44)

El James B. Chester estaba, a diferencia del Herma-nia, en perfectas condiciones cuando fue encontradoabandonado en medio del Atlántico el 28 de febrerode 1855. La brújula y los papeles del barco habían de-saparecido, y por las trazas la gente había sacado atoda prisa sus pertenencias de los cajones; pero todoslos botes salvavidas estaban en su sitio. (Paul Begg,Into Thin Air, pág. 56)

DE 1860 A 1880

El ¡ron Mountain, un barco del Mississippi de más de60 metros de largo, partió en junio de 1872 de Vicks-burg, remolcando barcazas cargadas de algodón y me-laza. Más tarde las barcazas llegaron flotando aguasabajo; el cabo de remolque había sido cortado, no rotoni soltado. Nadie volvió a ver al Iron Mountain ni asus 52 pasajeros. Tampoco se encontraron restos denaufragio, ni de la parte del cargamento que iba encubierta. (Paul Begg, Intó Thin Air, págs. 56-67)

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Esta pintura del bergantínMary Celeste no deja adi-vinar las desgracias que ca-yeron sobre el barco ycuantos se relacionabancon él. Desde su botaduraen 1861, lo persiguió la ma-la suerte, y en su estela fue-ron la muerte, el fuego, lacolisión, el encallamiento yla bancarrota.

El 4 de diciembre de 1872 el bergantín Mary Celestefue descubierto al este de las Azores cuando navega-ba cabeceando a media vela y desierto. El capitán Ben-jamin Briggs, su mujer, Sarah, su hija de dos años,Sophia, y los siete tripulantes habían desaparecido.Una anotación hecha en un pizarrón pero aún no pa-sada aI diario de a bordo, y fechada el 25 de noviem-bre, lo situaba a casi 600 kilómetros al oeste de dondefue encontrado. Su cargamento estaba en perfecto or-den. Faltaban dos cierres de escotilla y el bote salva-vidas, se había perdido la gavia alta de proa y la bitá-cora estaba volcada. Y, cosa más importante, el timónno estaba amarrado, indicio de que el barco había si-do abandonado a toda prisa.

Casualmente, el capitán del Dei Gratia, autor deldescubrimiento, era amigo de los Briggs y había cena-do con ellos hacía menos de un mes, brindando porsu nuevo mando. El capitán David Morehouse y lostripulantes que intervinieron en el salvamento del MaryCeleste testimoniaron largamente en Gibraltar durantelos tres meses que duró la investigación acerca del ber-gantín abandonado.

Desde el principio surgieron leyendas y rumores so-bre el caso. El fiscal general de Gibraltar sostuvo lateoría de que la tripulación había bebido el alcohol me-tilico que llevaban como cargamento y después, en ple-no desenfreno, asesinaron a Briggs y a su familia y hu-yeron en el bote salvavidas. En realidad, ese alcoholhubiese dejado ciego o matado a quien hubiera sidolo bastante insensato para beberlo. Otros susurrabanque Morehouse y Briggs habían planeado abandonarel Mary Celeste para cobrar el dinero del salvamento,y después se pelearon a bordo del Dei Gratia con fa-tales resultados. Pero la amistad de ambos hombresera bien conocida y no hubo prueba que avalase unahistoria semejante. No obstante, el tribunal naval de-cidió conceder al Dei Gratia una prima de salvamen-to que era sólo una fracción —la quinta parte— delo que normalmente le hubiese correspondido. Segúnuna versión, Briggs creyó que el cargamento inflama-ble que llevaba tenía una fuga y abandonó precipita-damente el barco, del que después lo separó el viento.Posiblemente la mejor explicación es que el Mary Ce-leste fue alcanzado por una tromba marina. La pre-sión atmosférica en el interior de la tromba es muy ba-ja, y la diferencia con la presión normal del interiordel barco pudo hacer que saltasen los cierres de las es-

Misteriosas evanescencias¿Pueden algunas personas perderse de vista repenti-namente y dejar de existir? En julio de 1854, OrionWilliamson, un granjero de Selma. (Alabama, E.U.A.),echó a andar por un campo para ir a buscar unos ca-ballos que allí pastaban. Su mujer y su hijo lo obser-vaban desde el porche, y desde el otro extremo delcampo lo saludaron dos vecinos que pasaban a caba-llo. Pues bien: ante sus ojos, Williamson desapareció.

Los testigos buscaron por el campo, pero no encon-traron ningún agujero en el suelo ni rastro de William-son. Vino gente de la ciudad y se utilizaron sabuesos,pero no sirvió de nada. Acudieron también periodis-tas, entre ellos el joven Ambrose Bierce, que escribióel cuento "La dificultad de cruzar un campo".

El 23 de septiembre de 1880 se repitió la desapari-ción de Williamson: David Lang, un granjero que vi-vía cerca de Gallatin (Tennessee), echó a andar porel campo que había frente a su casa y desapareciómientras estaba totalmente a la vista de su mujer. Ladesaparición fue contemplada también por el juezAugustus Peck, de Gallatin, y su cuñado. Un registrodel campo no reveló sumideros ni cavidades ocultas.

La historia de Lang, supuestamente relatada por suhija años más tarde, apareció en la revista Fare en1953. Sólo entonces fue investigado el caso. Al exa-minar el censo de 1880 del condado de Sumner, don-de vivían los Lang, no se encontró ni este nombre niel de Peck. Tampoco apareció la granja ni ningunaotra prueba que permitiese comprobar la historia. ¿Sehabía apropiado alguien la narración de Bierce paraañadirle nuevos detalles?

Según el New York Sun del 25 de abril de 1885, untercer granjero, Isaac Martin, de Salem (Virginia),echó a andar por un campo y desapareció. Lo que nose sabe es si lo vio alguien.

El ir de noche a buscar agua al pozo era tan azaro-so como cruzar un campo, según tres relatos:

En noviembre de 1878, un muchacho de 16 años,Charles Ashmore, de Quincy (Illinois, E.U.A.), salióde noche a buscar agua con una cubeta. Como no vol-vió al cabo de unos minutos, su padre y su hermanasalieron en su busca. Encontraron sus huellas clara-mente marcadas en la nieve recién caída. Llegabana medio camino del pozo, donde se detenían.

En la Nochebuena de 1889, el niño de 11 años Oli-ver Larch, de South Bend (Indiana), fue a buscar agua,gritó pidiendo ayuda y desapareció.

Y en otra Nochebuena, la de 1909, Oliver Thomas,de Rhayader (Gales), también de 11 años, salió en bus-ca de agua y gritó: "¡Socorro! ;Me han agarrado!"Sus huellas terminaban a medio camino del pozo.

En su antología lato Thin Air, Paul Begg escribióque esos incidentes "deben de ser relatos repetidos deuna misma historia, aunque cuál sea la original, si loes alguna, queda al arbitrio del lector".

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cotillas y que el agua de la sentina ascendiese al depó-sito de la bomba, con lo que parecería que el barcohabía embarcado más de dos metros de agua y estabahundiéndose.

A lo largo de los años se publicó cierto número de"explicaciones auténticas", algunas de ellas atribui-das a supervivientes del Mary Celeste. Uno de estosrelatos, claramente ficticio, salió de la pluma de Ar-thur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes. Pu-blicado en 1884, fue reproducido como cierto por mu-chos periódicos, y desde entonces todos los investiga-dores han tenido que abrirse paso por entre la selvade fábulas creadas por la fértil imaginación de Doyle:que el té estaba todavía caliente cuando subió a bor-do la tripulación del Deí Gratia, que del cuaderno debitácora había sido arrancada una página crucial y queel desayuno estaba todavía a la lumbre.

El caso del Mary Celeste sigue siendo un clásico delmisterio náutico, al que añade una nota patética la úl-tima carta de Briggs a su madre, que vivía en Maine:"Nuestro barco está en perfecto estado. Espero quetengamos una excelente travesía, pero como es la pri-mera vez que voy en él, no sé cómo se portará nave-gando." (Paul Begg, Into Thin Air, págs. 88-117;Greshom Bradford, The Secret of Mary Celeste, to-mado de diversos pasajes; Jay Robert Nash, Amongthe Missing, págs. 334-37)

En 1873, el zapatero inglés James Worson aceptó laapuesta de sus amigos de que era incapaz de ir corrien-do desde Leamington Spa, donde vivía, hasta Co-ventry (a unos 25 kilómetros) y luego de regreso. Par-tió al trote, con sus tres amigos siguiéndolo en un co-che. Al cabo de varios kilómetros, y cuando aún se-guía marchando con soltura, el zapatero dio un tras-pié, cayó hacia adelante... y desapareció.

Los tres hombres lo buscaron, presa del pánico, sa-biendo que no había explicación racional para lo queacababan de ver. Cuando no consiguieron encontrarni rastro de su amigo, volvieron a Leamington Spa ycontaron lo sucedido a la policía. A pesar del prolon-gado interrogatorio, no pudieron añadir nada a su sen-cilla historia, pero tampoco se retractaron de nada delo dicho. Worson iba allí, corriendo pocos metros de-lante de ellos, y de pronto desapareció. (Paul Begg,Into Thin Air, pág. 31)

Una de las razones por las que el consejo paterno deno aceptar nunca golosinas de extraños se convirtióen frase familiar fue el sensacional rapto, en julio de1874, del pequeño Charlie Ross, de cuatro años, hijode un acaudalado hombre de negocios de Germantown(Pennsylvania, E.U.A.).

Charlie y su hermano Walter, de seis años, acostum-braban jugar junto al camino que pasaba frente a sucasa. Durante la última semana de junio, dos desco-nocidos que iban en coche se detuvieron a diario parahablar con ellos y darles caramelos. Después, el 1° dejulio, se ofrecieron a llevarlos a Filadelfia para com-

prar cohetes para celebrar el 4 de julio, Día de la In-dependencia. Ya en la ciudad, enviaron a Walter a unatienda con 25 centavos, suma principesca para un ni-ño de su edad en aquellos tiempos. Cuando Walter sa-lió de la tienda, el coche, los dos hombres y Charliehabían desaparecido.

Dos días más tarde, el padre de los niños, ChristianK. Ross, recibió una nota mal escrita y apenas legibleen la que se le advertía: "No se engañe y piense quelos detectives pueden dar con él, porque es imposible.Sabrá de nosotros dentro de pocos días." No tardóen llegar una petición de rescate de 20 000 dólares, peroel intento de cita para entregar el dinero fracasó.

La policía de Nueva York identificó la letra de lasnotas como perteneciente a William Mosher, un ladrónde los muelles; pero antes de que pudiesen dar con él,Mosher y su cómplice, Joseph Douglass, fueron muer-tos durante un robo en Bay Ridge (Nueva York). Mo-sher murió inmediatamente; Douglass sobrevivió losuficiente para confesar, pero aseguró que sólo Mo-sher sabía dónde estaba Charlie. El pequeño WalterRoss identificó a los dos muertos como los raptoresde su hermano.

El cuñado de Mosher, un ex policía llamado WilliamWestervelt, fue juzgado por su supuesta participaciónen el delito. Condenado a siete años de prisión inco-municada, nunca admitió su culpabilidad, pero al sa-lir en 1882 se perdió de vista. (Frank Leslie's Illus-trated Newspaper, 15 de agosto de 1874, 18 de junio de1875; Harper's Weekly, 8 de agosto de 1874, pág. 652)

Al cabo de tres años de matrimonio, Anna M. Fellows,de Cambridge (Massachusetts), abandonó a su mari-do, William, en 1879. No hubo rastro de ella duranteveinte años. Después, al llegar un día a casa, Fellowsla encontró en la cocina, preparando la comida comosi no hubiese pasado nada. No dio la menor explica-ción, y volvieron a vivir juntos; pero a los tres añosAnna se marchó de nuevo, esta vez para siempre. (JayRobert Nash, Among the Missing, págs. 250-51)

DE 1880 A 1900

En agosto de 1880, un joven que se hacía llamar HenryEdward desapareció de la noche a la mañana del Cityof Dallas, vapor de cabotaje de Florida. Aunque la'noche era tranquila y el mar estaba en calma, nadieoyó un chapuzón ni vio a Edward saltar por la borda.(Jay Robert Nash, Among the Missing, pág. 245)

Dos niños salieron de un cueva cerca de Banjos (Es-paña) en agosto de 1887. Tenían la piel verdosa y lasropas de un tejido extraño. No hablaban español y susojos parecían orientales.

Al principio no quisieron comer, y el niño murió;la niña sobrevivió y aprendió el suficiente español pa-ra explicar que procedían de un país sin sol, donde undía los había arrebatado un torbellino para depositar-los en la cueva. Es comprensible que semejante expli-

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catión no ayudase a disipar el asombro que la rodea-ba. Murió en 1892, sin que se conociesen sus oríge-nes. (Colin Wilson, Enigmas and Mysteries, pág. 131)

La historia de los niños verdes encontrados en Espa-ña es muy semejante a la de dos niños, también ver-des —chico y chica—, que salieron de una cueva deWoolpit (Inglaterra) en el siglo xi. La niña dijo quevenían de un país sin sol.

Un día de mayo de 1889 se presentó en la embajadabritánica en París una joven inglesa muy alterada. Ellay su madre, que volvían de la India, habían tomadohacía poco dos habitaciones individuales en un hotel,y la madre había enfermado. El médico del hotel laexaminó y envió a la hija a comprar una medicina.Cuando regresó, el personal del hotel negó haber vis-to nunca a su madre. En el registro sólo figuraba elnombre de la joven. Cuando insistió en ver la habita-ción que había ocupado su madre, encontró que noera la que ella recordaba. Incluso el médico del hotelnegó haberla visto antes.

Incapaz de hacer que le creyesen, la muchacha ter-minó en un manicomio de Inglaterra. Algunos han su-puesto que la madre había contraído la peste en el Le-jano Oriente y que el personal del hotel se puso deacuerdo para ocultar la noticia, llegando incluso a re-decorar la habitación que ocupaba y a hacer desapa-recer su cadáver con tal de que no sufriese el negocio.Pero la única prueba en favor de la desaparición erael testimonio de la joven, posiblemente un indicio delocura, pero, de ser cierto, sin duda suficiente para vol-verla loca. (Reader's Digest, eds., Strange Stories,Amazing Facts, pág. 361)

El hombre que debería haber sido conocido comoel padre del cine, Louis Le Prince, desapareció de untren francés en septiembre de 1890. A principios de añohabía demostrado su sistema para hacer películas—utilizaba una técnica que más tarde fue atribuidaa Edison— en la Ópera de París. Tenía la patente en

orden y un brillante futuro cuando subió al tren. Pe-ro nunca se supo que hubiera bajado de él. Siete añosdespués fue declarado oficialmente muerto. (Jay Ro-bert Nash, Amóng the Missing, pág. 158)

Grace Marian Perkins desapareció de su casa de Nue-va Inglaterra en 1898. Tras una búsqueda infructuo-sa, sus padres identificaron en Bridgeport (Connecti-cut) a una víctima de asesinato como su hija. Pero el17 de septiembre de 1898, víspera del funeral, GracePerkins apareció para explicar que simplemente se ha-bía fugado para casarse... y que ahora la publicidadiba a estropear su luna de miel! (The New York Ti-mes, 18 y 19 de septiembre de 1898)

DE 1900 A 1920

Cuando el buque de aprovisionamiento Hesperus seacercó a la isla de Eilean Mor, en la costa occidentalde Escocia, no había en tierra señales de vida. Unode los pasajeros, Joseph Moore, farero de una isla cer-cana y que también hacía turno en Eilean Mor, esta-ba especialmente preocupado: el faro llevaba once díasapagado, desde el 15 de diciembre de 1900.

Moore y los demás registraron el faro, encontrán-dolo todo en orden, aunque faltaba la ropa impermea-ble de dos de los tres fareros. Los daños causados porla tormenta en el malecón sugerían la posibilidad deque los tres hombrcs hubiesen sido arrebatados poruna ola gigantesca; pero ¿habrían sido tan impruden-tes como para asomarse allí en plena tempestad? Nohubo respuesta, porque ninguno de los tres apareciónunca. (Colin Wilson, Enigmas and Mysteries, pág. 44)

El faró de la isla escócesa de Eilean Mor, encóntradoabandonadó peró en perfecto orden en 1900, no con-tenía el menor indicio de la suerte de sus tres foreros.

"Vuelvo en seguida. Guárdame la cena", dijo Char-les E. Austin, de Yonkers (Nueva York), a su mujercuando salió de casa la noche del 28 de marzo de 1905.

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Eso fue lo último que ella y los demás supieron de él.(Jay Robert Nash, Among the Missing, pág. 253)

El 4 de julio de 1906 se celebró la boda de WilliamMcKeekin, ingeniero de Nueva Jersey. Una hora des-pués de la ceremonia le dijo a su novia que iba a bus-car un coche. Al parecer, no estaba muy contento conlo que acababa de hacer, pues no volvió nunca. La se-ñora McKeekin, "viuda" instantánea, lo buscó duran-te más de 17 años antes de pedir la anulación. (JayRobert Nash, Among the Missing, pág. 374)

Dorothy Arnold salió de la casa de su familia, en Man-hattan (Nueva York), la mañana del 12 de diciembrede 1910 para comprar un vestido que pensaba poner-se en la fiesta de presentación en sociedad de su her-mana menor. Era graduada de un exclusivo colegiode señoritas e hija de un próspero importador y de una

En 1910, Dorothy Arnold,una atractiva muchacha desociedad y graduada delcolegio Bryn Mawr, salióde su casa de Manhattanpara ir de compras y nun-ca volvió. Aunque se llevóa cabo una búsqueda a es-cala mundial, no se encon-tró el menor rastro de la"rica heredera desapare-cida".

dama de sociedad. Varios conocidos que la vieron ca-minar por la Quinta Avenida y dirigirse después a unalibrería de la calle 27 dijeron que parecía muy alegre.La empleada que le vendió una caja de chocolates nonotó nada raro, como tampoco el amigo que se en-contró con ella frente a la librería. Y, sin embargo,nadie volvió a ver a Dorothy Arnold, a pesar de la bús-queda a nivel internacional de la "rica heredera desa-parecida".

Al principio la familia Arnold mantuvo en secretola desaparición, llevando a cabo investigaciones porsu cuenta a través de un amigo de la familia y de laagencia de detectives Pinkerton; pero al cabo de seissemanas recurrieron a la policía, y el señor Arnold con-vocó a los reporteros para informarles que estaba con-vencido de que habían atacado a su hija en CentralPark cuando volvía a casa y habían echado su cadá-ver al embalse. Por horrible que fuese, al parecer elrígido y respetable señor Arnold prefería eso a la otraposibilidad: que su hija se hubiese fugado con Geor-ge Griscom, hijo, con quien meses antes había pasa-do a escondidas una semana.

Griscom negó conocer el paradero de Dorothy, yle devolvió a su familia una carta que ella le había es-crito, en la que se lamentaba de que una revista le hu-biese rechazado el cuento que había enviado, y con-cluía: "Sólo veo ante mí un largo camino sin regre-

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so." ¿Había estado ocultando una profunda depre-sión, lo bastante honda como para llevarla al suicidio?

Otra sugerencia fue que había resbalado y caído so-bre el pavimento helado, la conmoción le había pro-ducido amnesia y la habían hospitalizado. Pero en nin-gún hospital de Manhattan había ingresado nadie pa-recido a ella.

Cuantos más investigadores escrutaban la vida deDorothy Arnold, más cosas aparecían tras su facha-da de muchacha refinada y de buena educación, peroninguna que hiciese sospechar un suicidio o una fuga.

La que nunca apareció fue Dorothy Arnold. (A me-rican Herilage, 11:5:21-95, agosto de 1960; AllenChurchill, They Never Carne Back, págs. 33-50; TheNew York Times, 11 y 12 de diciembre de 1911)

"Me voy a México con un propósito bien definido queno se puede descubrir ahora", escribía Ambrose Biercea su secretario el 16 de diciembre de 1913. A los 71años, el satírico autor de A mitad de la vida y El dic-cionario del Diablo tenía todavía energía y curiosidadsuficientes para querer ver por sí mismo la rebeliónde Pancho Villa, aunque sabía el peligro que corría:"Si oís que en México me han puesto contra un pare-dón y me han acribillado a balazos, sabed que piensoque ésa es una manera estupenda de dejar esta vida.Es mucho mejor que la vejez, las enfermedades o caer-se por las escaleras del sótano. Ser gringo en México...¡ah, eso es pura eutanasia!", escribió irónicamente.

Ni su secretario ni sus conocidos volvieron a saberde Bierce, y su caso se hizo clásico en los anales delas desapariciones misteriosas.

Los sucesos posteriores pueden haber proporciona-do la solución. En 1923 su amigo Adolphe de Castrovino a México a interrogar a Villa, quien le dijo quehabía ordenado a Bierce abandonar el campamentodespués de que el escritor dijo algunas palabras incon-venientes en favor de Carranza, enemigo de Villa. ¿Yqué le ocurrió después? "¡Pues quién sabe!", dijo Villaencogiéndose de hombros.

Sin embargo, más tarde el hermano de Villa, Hipó-tito, y su camarada el general Reyes llevaron a Castroaparte y le confiaron que dos pistoleros habían sidoenviados tras el viejo iconoclasta estadounidense. Es-to pudo haber sido tan sólo un cuento inventado paradecirle a Castro lo que evidentemente esperaba oír, pe-ro es lo más cercano a una explicación de la desapari-

Esta caricatura de Ambro-se Bierce, escritor icono-clasta conocido afectuosa-mente como "el cascarra-bias de San Francisco", fuehecha por Swennerton en1911. Bierce desapareció enMéxico dos años después,durante la Revolución.

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ción de Bierce. Pocas muertes habrían merecido me-jor la tan trillada frase de los entierros: "Así le hubie-ra gustado a él." (Men Churchill, They Never CarneBack, págs. 51-69; The New York Times, 29 de no-viembre de 1914; The New York Times Magazine, 1°de enero de 1928)

James Regara, pasajero a bordo del Prinz Heinrich enruta de Marsella a Nápoles, el 28 de enero de 1914 de-sapareció inexplicablemente junto con su equipaje amitad del viaje. ¿Un suicidio con maletas? (Jay Ro-bert Nash, Among the Missing, pág. 378)

Según muchos especialistas en ovnis y ocultismo, cen-tenares de soldados británicos fueron misteriosamen-te "raptados" por una nube que se situó sobre elloscuando avanzaban hacia las posiciones turcas duran-te una de las batallas de la campaña de Gallípoli, en1915. La fuente de esta historia es una declaración sus-crita 50 años después por tres soldados neozelande-

La mayor parte de los 34 000 soldados aliados muer-tos en Gallípoli en la Primera Guerra Mundial no tie-nen tumba conocida. Algunas personas dijeron que lossoldados entraron en una nube y desaparecieron.

ses, que declararon haber visto cómo una densa nu-be, de aspecto sólido y en forma de rebanada de pande caja, se situaba sobre el campo en el camino de unacolumna que avanzaba. Una vez que los hombres seinternaron en ella, proseguía el relato, la nube se ele-vó, llevándoselos.

En Into Thin Air, Paul Begg concluía que esa desa-parición no pudo ocurrir como ellos decían. El bata-llón al que se referían los neozelandeses no fue dadocomo desaparecido. Hubo otro batallón que sí fuediezmado en combate, pero eso ocurrió nueve días an-tes de la fecha dada por ellos, y el informe de la comi-sión que, después de la guerra, investigó la desastrosacampaña de Gallípoli mencionaba una niebla inopor-tuna que cegó a los artilleros aliados mientras ayuda-ba a los turcos a aniquilar a una unidad británica. Es

significativo que este informe fuese mantenido en se-creto hasta 1965, y su publicación puede haber aviva-do los confusos recuerdos de los neozelandeses.

Aunque los detalles sean discutibles, sigue habien-do un misterio en torno a los muertos. Como diceBegg: "De los 34 000 soldados británicos y del Impe-rio que murieron en Gallípoli, 27 000 no tienen tum-ba conocida. A la luz de tan descomunal carnicería,¿cuántas "extrañas desapariciones" más ocultan esasfrías estadísticas?" (Paul Begg, Into Thin Air, págs.40-51; The Unexplained: Mysteries of Mirad Space andTime, Vol. 3, No. 31)

La tripulación del Zebrina desapareció en octubre de1917, durante una travesía del canal de la Mancha conbuen tiempo. A bordo no se encontró el menor indi-cio de su suerte. (Paul Begg, Into Thin Air, pág. 60)

Varios misioneros británicos fueron llamados al lechode muerte de un sacerdote hindú en 1917, en Nepal. Enla habitación estaba un muchacho blanco de 14 años.El sacerdote moribundo lo señaló con un gesto y dijo:"Tomé a este niño de una calle de Wimbledon, en In-glaterra, en 1910." No dio más detalles antes de morir.

Los misioneros informaron del asunto a las autori-dades, que fueron incapaces de dar con los padres delchico. Lo único que éste pudo decir es que se llamabaAlbert. Pasó el resto de su vida en la India sin sabernada más acerca de sus orígenes. (Charles Fort, TheComplete Books of Charles Fort, págs. 691-92; JayRobert Nash, Among the Missing, pág. 107)

La dinastía Romanov , que había gobernado Rusia des-de 1613, concluyó con la Revolución Rusa de 1917.

Se supone que Nicolás II, último zar de Rusia, y sufamilia fueron ejecutados en 1918. ¿Fueron salvadosen secreto su hijo Alexei y su hija menor, Anastasia?

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El zar Nicolás II, su esposa Alejandra, su hijo y suscuatro hijas fueron encerrados en Ekaterinburgo, enlos montes Urales, custodiados por la policía secretadel nuevo gobierno. Según la mayoría de los relatos,fueron muertos a tiros y sus cuerpos quemados el 16de julio de 1918, cuando un ejército contrarrevolucio-nario se abría camino hacia Ekaterinburgo para res-catarlos; pero desde esa fecha no han cesado los ru-mores de que habían sobrevivido. Algunos dijeron quehabían huido a Polonia en un tren precintado, con elpermiso tácito de Lenin.

A lo largo de los años ha habido varios pretendien-tes al apellido Romanov, en especial eI coronel MichaelGoleniewski, un oficial polaco que huyó a EstadosUnidos en 1960. Su pretensión de ser el Gran DuqueAlexei, hijo de Nicolás, fue apoyada por un ex direc-tor de investigaciones de la CIA. Varias mujeres handicho ser Anastasia, la hija menor del zar. El picantemisterio imperial y el aliciente de la desaparecida for-tuna de los Romanov (supuestamente todavía en ban-cos de Occidente) han sazonado fantásticas versionesde su improbable fuga de los bolcheviques en Ekate-rinburgo. (LeRoy Hayman, Thirteen Who Vanished,pág. 37; Jay Robert Nash, Among the Missing, pág.381)

Ambrose J. Small, propietario de teatros y hombre demundo de Toronto, acababa de concluir la venta desu cadena de teatros, y su esposa había depositado uncheque por un millón de dólares. Esa noche, 2 de di-ciembre de 1919, salió bajo una gran tormenta de nie-ve a comprar el New York Times, y prorrumpió enuna sarta de palabrotas cuando supo que el tren quesolía traer el periódico venía con retraso. Esas pala-brotas fueron lo último que alguien oyó decir al aira-do Ambrose Small.

El caso no impresionó demasiado, pues se sabía queSmall había tenido varias amantes y jugaba mucho.Su secretario, John Doughty, dio un nuevo giro a lahistoria al fugarse con 100 000 dólares en obligacio-nes ese mismo día. Capturado y juzgado un año des-pués, no pareció que tuviese nada que ver con la de-saparición de su patrón.

Como en el caso de los Romanov, el cebo del dine-ro hizo aparecer a muchos impostores, pero Small fuedado por muerto en 1923. Muchos degustadores demisterios lo recuerdan mejor por la extraña vincula-ción que hizo Charles Fort entre su desaparición y lade Ambrose Bierce (ver pág. 124): "¿Qué pudo tenerque ver la desaparición de un Ambrose en Texas [sic]con la de otro Ambrose en Canadá? ¿Es que alguienestaba coleccionando Ambroses?" (Charles Fort, TheComplete Books of Charles Fort, págs. 844-45, 847;The New York Times Magazine, 1° de enero de 1928)

DE 1920 A 1940

El cuerpo desnudo de un hombre de treinta y tantosaños fue encontrado en febrero de 1920 en un campode Hampshire (Inglaterra). Las huellas mostraban que

había caminado un trecho antes de desplomarse y mo-rir abandonado. Las investigaciones no pudieron re-lacionar al muerto con ninguna desaparición, ni ha-bía prueba alguna de que se tratara de un asesinato.Escribía el Daily News de Londres:

Aunque se ha enviado su fotografía a los cuatropuntos cardinales del Reino Unido, la policía notiene todavía pistas, ni se sabe de ningúndesaparecido que tuviese la menor semejanza coneste hombre, presumiblemente educado y de buenaposición.

(Charles Fort, The Complete Books of Charles Fort,págs. 692-93)

Los alpinistas George Leigh-Mallory y Andrew C. Ir-vine estaban el 8 de junio de 1924 a menos de 300 me-tros de la cima del monte Everest. Después la ventiscay la niebla los ocultaron del telescopio instalado en elcampamento base... y no volvió a vérseles. El Everestfue conquistado "oficialmente" en 1953, pero es po-sible que dos hombres hubiesen alcanzado su cumbrecasi treinta años antes.

Leigh-Mallory, de 36 años, había participado en dosintentos anteriores. El jefe de esa tercera expediciónlo describía como "el alma de la empresa; aquello sehabía convertido en cuestión personal para él". Irvi-ne, de 22 años, tenía poca experiencia como alpinis-ta, pero era un experto en el voluminoso e incómodoequipo de oxígeno. La noche anterior habían acam-pado a 8 170 metros de altura, y enviaron a sus sher-pas abajo para decir a los demás que esperaban alcan-zar la cima al día siguiente temprano.

Por alguna razón, salieron tarde o encontraron di-ficultades en la primera parte de la escalada, pues eranya las 12:50 cuando fueron observados a 8 600 me-tros. Después las nubes se cerraron, y el único rastroque se encontró fue el piolet de Leigh-Mallory o deIrvine, descubierto a lo largo de su ruta en 1933. Qui-zá cayeron en una grieta o fueron barridos por un aludque los sepultó lejos de la desafiante cima. La respues-ta, como los propios escaladores, se perdió en las nu-bes del "techo del mundo". (Climbing Everest, Geof-frey Broughton, ed., págs. 54-67, 70)

Cuando oímos hablar de expediciones en busca de ciu-dades desaparecidas, pensamos en el sueño de El Do-rado que alimentaron los conquistadores españoles yportugueses del siglo XVI. Pero una expedición seme-jante se internó en el mal conocido Mato Grosso bra-sileño el 20 de abril de 1925. La mandaba el tenientecoronel Percy Fawcett, arqueólogo, geógrafo y aven-turero cuyos sueños descubridores eran no menos vi-vos y acuciantes que los de los conquistadores. Elloslo condujeron, junto con su hijo Jack y Raleigh Ri-melI, compañero de ambos, a un destino desconocidoen una tierra inhóspita.

Fawcett había servido a principios de siglo en el ejér-cito británico de la India, en Ceilán, donde pasaba su

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tiempo libre buscando tumbas y tesoros antiguos. Yaen Sudamérica, pasó los años 1906 a 1909 recorrien-do "un largo y malsano sector de la frontera brasileño-boliviana". Fue al final de ese periodo cuando estu-dió cuidadosamente un relato portugués del siglo XVIIIque hablaba de una gran ciudad en ruinas, pero su-puestamente rica en oro y piedras preciosas.

Convencido de que la ciudad existía y, en realidad,de que las ciudades desaparecidas de Brasil eran in-cluso más antiguas que las de Egipto, Fawcett y su gru-po salieron de Cuiabá, con poca impedimenta y pen-sando vivir sobre el terreno. Su último mensaje, fe-chado el 30 de mayo, decía entre otras cosas:

Hemos cruzado millas de cerraba, una tierra demonte bajo y reseco; hemos atravesadoinnumerables pequeños ríos a nado y vadeando;hemos escalado alturas rocosas de imponenteaspecto; hemos sido devorados por los insectos...No llegaremos a una tierra interesante sino hastadentro de dos semanas.

El mundo no volvió a saber más de Fawcett y suscompañeros. Dado que habían dicho que estarían fue-ra al menos dos años, y como su mujer estaba con-vencida de que se encontraba bien, no se les buscó an-tes de mayo de 1928, y para entonces el rastro estabaya borrado. Los indios de varias de las tribus mutua-mente hostiles de la zona se acusaron entre sí de ha-ber dado muerte a los expedicionarios. Otros dijeronhaber visto a los ingleses a punto de morir de enfer-medades y agotamiento. Durante más de diez años hu-bo viajeros que regresaron con historias de que Faw-cett se había vuelto "indígena" y era ahora un viejomedio loco y cubierto de harapos que moraba entrelos indios; pero no apareció ninguna prueba que re-solviese el misterio. (Peter Fleming, Brazilian Adven-ture, págs. 6-13, 40-43, 187-90; Francis Hitching, TheMysterious World: An Atlas of the Unexplained, págs.235-36)

Un caso extraordinario de amnesia, que abarca 40años, fue publicado en 1927. Albert Mayfield, un súb-dito británico que viajaba a bordo del vapor Siam, sedesplomó tras sangrar por la nariz y los oídos. Cuan-do recobró el conocimiento, se identificó a sí mismocomo Albert Gurney, de Rose (Minnesota, E.U.A.),pero su recuerdo más reciente era el de cuando, a los14 años, un compañero de colegio le dio una pedradaen la cabeza. Según el New York Times del 16 de ju-lio de 1927:

Gurney tuvo que ser tranquilizado cuando vio elprimer avión, y nunca ha oído jazz. Las personasque lo conocieron antes de su accidente en el vaporle han asegurado que hablaba varios idiomas, peroahora los ignora, y tampoco sabe nada de su mujery sus dos hijos mayores, de los que hablaba abordo.

Sus vecinos del barrio neoyorquino del Bronx veíanal doctor Charles Brancati como un inmigrante que

había triunfado como médico y un inversionista enaquel paraíso de especuladores que era la Bolsa de fi-nales de los años veinte. Pero tras su desaparición el19 de noviembre de 1928, supieron que en su carrerahabía algo siniestro, quizá tanto como para que alguiendeseara verlo muerto.

Aquella mañana de domingo, Brancati había hechoque su criado lo llevara en coche a una cercana esta-ción de metro. Dijo que tenía prisa por llegar a su con-sultorio de Manhattan. Durante los cuatro meses si-guientes, sus hermanos recibieron cartas suyas con ma-tasellos primero de Nueva Jersey, después de Canadáy por último de Inglaterra. Cuando fue avisada la po-licía, encontraron la casa de Brancati patas arriba, cu-bierta de restos de papel y muebles volcados. Habíaagujeros de bala en una de las paredes, y una cartaamenazadora sin firma referente a una mujer que ha-bía desdeñado al autor.

La policía pensaba ya en un secuestro cuando losfederales les informaron que Brancati tenía un largohistorial de relaciones con falsificadores y con el gangs-ter Arnold Rothstein, asesinado dos semanas antes dela desaparición de Brancati. ¿Había temido éste quele ocurriese a él otro tanto? ¿Era él quien había trai-cionado a Rothstein? ¿Era la carta amenazadora unindicio real o un torpe intento de crear pistas falsas?Las posibilidades eran tan variadas que difícilmentecabía reducirlas sin conocer primero qué había sidode Brancati, y eso nunca se supo. (Jay Robert Nash,Among the Missing, pág. 147)

Ninguna desaparición en la historia de los Estados Uni-dos ha suscitado tantas especulaciones como la de Jo-seph F. Crater, juez del tribunal supremo de NuevaYork, el 6 de agosto de 1930. Alto, imponente y vi-vaz, Crater, de 41 años, era una figura ascendente enla corrupta administración municipal demócrata Tam-many, de la ciudad. Coincidiendo con su nombramien-to como juez interino había retirado del banco másde 20 000 dólares. La suma era casi el salario de unaño, lo que acostumbraba pagar Tammany por un

Sally Lou Ritz (izquierda) fue una de las últimas per-sonas que vieron al juez Crater (derecha). Al desapa-recer también ella semanas después, se pensó que talvez "sabía demasiado".

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puesto lucrativo. Según los investigadores que más tar-de examinaron su papel como síndico de un hotel enquiebra, la inversión no fue infructuosa. Crater ven-dió el hotel a una firma de fianzas e hipotecas en75 000 dólares, y dos meses después el Ayuntamientovolvió a comprarlo para la proyectada ampliación de lacalle a un precio de expropiación de casi tres millones.

En junio de 1930 eI juez Crater y su esposa fuerona su casa de verano en Maine. A finales de julio reci-bió una llamada telefónica y dijo a su esposa que te-nía que volver a la ciudad "para meter en cintura aesos tipos". Hizo un viaje a Atlantic City con una delas coristas a las que frecuentaba y volvió a Maine el1° de agosto. El 3 de agosto regresó a Nueva York,y el 6 cobró cheques por más de 5 000 dólares y des-pués pasó la tarde recogiendo papeles de su oficina.Esa noche, con un boleto para un espectáculo deBroadway en la bolsa, cenó en un restaurante del cen-tro, en compañía de su amigo el abogado WilliamKlein y de una atractiva corista llamada Sally Lou Ritz.Después paró un taxi, se subió a él y desapareció parasiempre.

Las explicaciones propuestas para la desapariciónde Crater llenarían un libro: sus turbios amigos polí-ticos se habían librado de él antes de que pudiera serllamado a declarar en una investigación por soborno;murió en compañía de su amante o de una prostituta;fue atraído a Westchester y muerto en una disputa porcuestiones de dinero, o decidió comenzar una nuevavida en Quebec, el Caribe o Europa. Tras su desapa-rición, su nombre se mencionó durante décadas al ha-blar de alguien que escapaba a sus responsabilidades(to pull a Crater era huir para siempre). Lo único quepuede decirse hoy es lo que se dijo ya en los años trein-ta: Joseph F. Crater lo mismo puede estar muerto quevivo (andaría ahora por los 90 años), y quizá encan-tado de haber llevado a cabo uno de los números dedesaparición más misteriosos e investigados a fondoque se recuerdan. (Harper's, 219:41-47, noviembre de1959; Life, 47:42-44, 16 de noviembre de 1959)

El atracador de bancos John Dillinger fue, según lasautoridades, abatido por agentes federales de Chica-go el 22 de julio de 1934. Pero según el historiadordel crimen Jay Robert Nash, el informe de la autop-sia demostró que el cadáver era más bajo y fornidoque Dillinger, tenía los ojos color café en vez de azu-les y mostraba indicios de una enfermedad cardiaca detipo reumático que Dillinger no padecía. ¿Fue todoun truco publicitario? Su captura aumentó grandemen-te el prestigio del Bureau of Investigation (más tardeconocido como FBI), de J. Edgar Hoover. ¿Siguió enrealidad viviendo Dillinger, seguro al saber que ya"muerto" no iba a aparecer en los carteles de "Se lebusca vivo" pegados a las paredes de las oficinas decorreos? (Jay Robert Nash, Among the Missing, pág.394; Julian Symons, A Pictorial History of Crime,págs. 140-42)

En 1936, a pocas cuadras de donde el juez Crater fuevisto por última vez subiendo al taxi, el financiero FredLloyd dejó a un amigo tras un viaje juntos, tambiénen taxi, y siguió después hacia el centro de la ciudad.No se le volvió a ver. Su esposa seguía creyendo quevolvería, y cuando ella murió en 1945, en su suite delhotel se encontraron a su nombre tres pólizas de se-guros sin cobrar. (Jay Robert Nash, Among the Mis-sing, pág. 395)

El último vuelo de Amelia Earhart

La llamaban Lady Lindy, por Charles A. Lindbergh,pero para ser aceptada como una gran piloto tuvo quevencer una oposición que nunca encontraron ni Lind-bergh ni otros hombres. Amelia Earhart, nacida en1898 en Atchison (E.U.A.), estudiaba medicina cuan-do le entró el entusiasmo por volar. Aprendió prontoy en 1922 estableció un récord de altitud para mujeres.

Al convertirse en 1928 en la primera mujer que hi-zo un vuelo trasatlántico, fue el centro de una enor-me campaña publicitaria orquestada por George Put-nam, con quien se casó en 1931. En 1932 cruzó solael Atlántico, y emprendió después otras aventuras ensolitario, mientras defendía los derechos de la mujer.

El pináculo de su carrera iba a ser un vuelo alrede-dor del mundo, yendo hacia el este, en un bimotorespecialmente equipado. Saliendo de California el 20de mayo de 1937, ella y su navegante y copiloto, FredNoonan, recorrieron Florida, Brasil, África Occiden-tal, Pakistán, India, Birmania, Singapur y Australia.El 2 de julio, con los tanques de combustible llenos,Earhart y Noonan partieron de Lae, Nueva Guinea,para un yuelo de más de 4 000 kilómetros hasta la pe-queña isla de Howland, en el Pacífico Central. Allílos esperaba el guardacostas Itaska para enviarles se-ñales de orientación, mientras otros barcos patrulla-ban la zona.

Al acercarse la hora de llegada, el Itaska recibiómensajes fragmentarios: "Nubosidad cerrada... nopuedo orientarme." No se oyó nada más.

Apenas supo Putnam que su esposa había desapa-recido, acudió a una amiga de Amelia, JacquelineCochran, también destacada piloto. Cochran había yalocalizado con éxito aviones perdidos, y como Ame-lia estaba convencida de que poseía percepción extra-sensorial, antes de despegar le había pedido que utili-zase esos poderes en su favor si lo necesitaba. En suautobiografía Estrellas a mediodía, Jacqueline recor-daba haber dicho una vez a Putnam que Amelia esta-ba viva. Especificó la zona del Pacífico donde flota-ba su avión y nombró dos barcos cercanos, uno deellos el Itaska (del que aún no había oído hablar) yel otro un pesquero japonés. Pidió a Putnam

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Los admiradores de Amelia Earhart, primera mujerque cruzó sola el Atlántico, se negaban a atribuir aun error de pilotaje su desaparición, ocurrida en.1 937.

no mezclar mi nombre en ello, sino enviarbarcos y aviones a la zona en cuestión. Avionesde la Armada y abundantes barcos recorrieronesa zona, pero sin encontrar rastro. Seguí elcurso de su deriva durante dos días. Seguíaestando en la zona donde la buscaban.

Una búsqueda masiva no descubrió nada; pero elpaís, negándose a aceptar la pérdida de su heroína,se aferraba a sus esperanzas. Durante semanas circu-laron rumores de que se habían captado mensajes porradio que decían: "Al suroeste coralino de una isladesconocida." Al pasar el tiempo, se sugirió que Ame-lia tuvo que descender sobre una isla volcánica quemás tarde se hundió, o sobre una isla ocupada por losjaponeses, fuera del alcance de los Estados Unidos.

Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, sedijo que la Earhart iba en misión de espionaje military había sido hecha prisionera. Según Fred Goetner ,autor de The Search for Amelia Earhart, el almiranteChester Nimitz le dijo que ambos pilotos habían sidocapturados (y presumiblemente ejecutados) por los ja-poneses. Después de la guerra, un californiano que vi-vía en la isla de Saipan en 1937, aseguró haber vistoallí a dos aviadores, uno de los cuales se parecía aAmelia. Es una historia difícil de creer, pero las espe-culaciones en torno a la suerte de Lady Lindy y FredNoonan aún continúan.

Cuando el joven y acauda-lado piloto A.C. Whitfielddesapareció en 1938 duran-te un corto vueló sobre ladensamente poblada LongIsland, se organizó una in-tensa búsqueda por aire ytierra. Nunca se encontrórastró de él ni de su avión.

El 17 de abril de 1938 se produjo la inexplicable desa-parición de un avión en una región densamente po-blada. Andrew Carnegie Whitfield, sobrino del mag-nate del acero, despegó del campo de aterrizajeRoosevelt , de Long Island, rumbo a otro, distante unos35 kilómetros. Tenía 200 horas de vuelo y en su pe-queño avión había combustible suficiente para 240 ki-lómetros, pero ni él ni el aeroplano aparecieron nun-ca. La imaginación del público, alimentada por la olade desapariciones y raptos que hubo en los años trein-ta, veía al aviador de 28 años perdido en todas partes,incluso en Council Bluffs (Iowa), donde más de un añodespués los detectives del ferrocarril creyeron verlo abordo de un vagón de mercancías, con un gastado trajede vuelo, mostrándoles un puñado de billetes grandesy sonriendo. (Jay Robert Nash, Among the Missing,pág. 333)

Richard Halliburton, aventurero y escritor mundial-mente famoso, desapareció con una tripulación de do-ce hombres a bordo de un junco chino especialmenteconstruido, el Sea Dragan, durante un tifón en el Pa-cífico a finales de marzo de 1939. El viaje había co-menzado en Hong Kong el 4 de marzo y debía con-cluir en San Francisco (E.U.A.), donde aquel veranose celebraba la Exposición Mundial, pero su últimomensaje se recibió el 23 de marzo.

Sus siete libros y la columna que publicaba en grannúmero de periódicos habían proporcionado a Halli-burton millones de lectores de sus hazañas en escena-

Tras recibir la bendición sacerdotal, Richard Hallibur-ton zarpó de Hong Kong en 1939 para cruzar el Paci-fico en un junco, y al parecer se perdió en el mar.

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misteriosa que tantos otros en misiones de guerra, pe-ro dejando tras de sí la estela de aquella poesía del vue-lo que siempre lo envolvió. (LeRoy Hayman, ThirteenWhó Vanished, págs. 49-60)

Como ayudante de confianza de Adolfo Hitler, Mar-tin Bormann estaba con él en el bunker de Berlín cuan-do el dictador y una mujer que se cree que era EvaBraun se suicidaron el 30 de abril de 1945. Bormannayudó lealmente a sacar de allí los cuerpos y a que-marlos en el jardín batido por la artillería. A la nochesiguiente, él y otros del grupo de Hitler llegaron poruna serie de túneles a una estación de ferrocarril, y des-pués caminaron junto a los tanques alemanes por lascalles iluminadas por los incendios. Uno de los queformaban el grupo declararía más tarde que había vistoa Bormann caído en el suelo, ileso pero sin respira-ción. El tribunal de crímenes de guerra de Nuremberg,escéptico, lo condenó a muerte in absentia.

Circularon rumores de que Bormann había sidomuerto en Dinamarca mientras intentaba llegar hastael almirante Karl Doenítz, sucesor legal de Hitler, ytambién de que había huido a Italia y un submarinolo había llevado a América del Sur. Simon Wiesen-thal, el conocido cazador de criminales de guerra na-zis, cree que Bormann cambió botín nazi por pasapor-tes falsos y una nueva identidad en Argentina, y des-pués en Chile. El escritor Ladislas Farago afirmabahaberlo visitado en un hospital de Bolivia en 1973. SiBormann estuviera vivo, tendría hoy más de 80 años,y le sobran razones para no dejarse ver. (Hugh Trevor-Roper, The Last Days of Hitler, págs. 212-17)

Seis personas desaparecieron en el Long Trail (Cami-no Largo) de Vermont o en sus cercanías entre noviem-bre de 1945 y diciembre de 1950. Sólo apareció el cuer-po de una de ellas.

La primera desaparición fue la de Middie Rivers,de 75 años, un cazador de ciervos que conocía bienla región del Trail cercana al monte Glastenbury. Po-licías, soldados, boy scouts y vecinos peinaron los bos-ques cuando no regresó de una jornada de caza el 12de noviembre de 1945, pero sin resultado.

Un día de diciembre de 1946, Paula Weiden estu-diante del Bennington College, dijo a su compañerade cuarto que iba a dar un paseo. La última personaque vio viva a esa muchacha de 18 años fue un vigi-

El Long Trail de Vermont,que vemos en este mapa,discurre por la cresta de losmóntes Green. Nó se ha en-contrado explicación algu-na para la desaparición deseis personas en ese cami-no o en sus cercanías a lolargo de un periodo de cin-co añós.

dos románticos y exóticos, desde el Helesponto (don-de pasó nadando de Europa a Asia, como había he-cho lord Byron) hasta Yucatán (donde nadó en un ce-note, estanque sagrado usado en otro tiempo para elculto y los sacrificios por los sacerdotes mayas). Suviaje en el Sea Dragon debía dar color de autentici-dad a un nuevo libro sobre la posibilidad de antiguastravesías por el Pacífico hasta América, pero el mardispuso otra cosa. Los esfuerzos por localizar el jun-co de desafiantes pinturas fueron al fin abandonados.(Say Robert Nash, Among the Missi ng, pág. 93-96)

DE 1940 A 1960

Las víctimas de la Segunda Guerra Mundial incluyen,naturalmente, los millones de soldados y civiles quemurieron, las decenas de millares de niños que que-daron huérfanos y los amnésicos a causa de neurosisde guerra. Fueron también incontables los desapare-cidos inexplicablemente, entre ellos Glenn Miller, Les-lie Howard y otros famosos. Tanto para los mayorescomo para los niños, una de Vas desapariciones másconmovedoras fue la de Antoine de Saint-Exupéry, elaviador y escritor francés cuyo libro El principito, hoyya un clásico de la literatura moderadamente fantás-tica, fue publicado en 1943.

Saint-Exupéry encantaba y arrastraba con su ener-gía y entusiasmo a cuantos lo conocían. Era el primo-génito de una familia noble y se inició en la aviaciónmilitar en los años veinte; después fue piloto de co-

rreo aéreo en África del Norte y a través del Atlánti-co. Sus libros Vuelo nocturno y Tierra de hombres tu-vieron una acogida entusiasta. Tras la caída de Fran-cia en 1940, pasó tres años en los Estados Unidos, ydespués —a los 43 años y con el brazo izquierdo inca-pacitado por un accidente aéreo— consiguió ser admi-tido en las fuerzas aéreas de la Francia Libre y empe-zó a volar en misiones de reconocimiento sobre Italiay el Mediterráneo. El 31 de julio de 1944, mientras es-taba en contacto por radio con su base de Córcega,Saint-Exupéry desapareció, quizá de manera no más

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Antoine de Saint-Exupéry,cuyo exuberante amor porla aviación lo llevó a con-vertirse en piloto de correoaéreo en África del Norte,nos dejó en sus escritos to-da la poesía del vuelo sobrelugares extraños y lejanos.El aviador francés desapa-reció durante una misión alservicio de la Francia Libreen 1944.

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lante del diario local, que le indicó por dónde podíair al Long Trail. A pesar de la intensa búsqueda y lapublicidad que recibió a nivel nacional, no hubo mo-do de dar con Paula Welden, y empezaron a exten-derse los rumores de un "asesino loco".

La tercera víctima (si ésta es la palabra), James Tel-ford, fue vista por última vez en el Trail el 1° de di-ciembre de 1949.

A principios de 1950, Frieda Langer, de la que sedijo que tenía gran experiencia en los bosques, desa-pareció cuando iba de excursión por el Trail. Su cuer-po fue encontrado finalmente el 12 de mayo de 1951,en un claro del bosque que al parecer había sido pasa-do por alto en rastreos anteriores.

Cuando el 6 de noviembre de 1950 desapareció Mar-tha Jones, se pensó que se había fugado para ir a reu-nirse con su novio en Virginia. Al ver que no era así,se inició su búsqueda, sin resultado.

El último de los seis fue Frances Christman , que sa-lió el 3 de diciembre de 1950 para visitar a un amigoque vivía cerca de allí y no volvió a ser visto.

Si los seis casos no tenían más relación que la delsitio, la coincidencia funcionó a gran escala. Pero sihubo un "asesino loco del Long Trail", nunca sabre-mos por qué empezaron ni por qué terminaron los crí-menes: el bosque de Vermont no ha revelado su se-creto. (Paul Begg, Into Thin Air, págs. 19-30)

La leyenda del Triángulo de las Bermudas, la zonaal este de Florida donde se dice que barcos y avionesdesaparecen en número demasiado grande para ser ca-sual, aumentó con la pérdida de la Patrulla 19 el 5 dediciembre de 1945. Cinco bombarderos torpederosTBM Avenger salieron de Fort Lauderdale para unejercicio de navegación de unos 500 kilómetros que de-

Las desapariciones de barcós y aviones en diversos lu-gares de la zona delimitada arriba han creado un temorsupersticioso al llamado Triángulo de las Bermudas.

hería haberlos llevado al este, después al norte, sobrela isla Gran Bahama, y finalmente al suroeste, de vuel-ta a la base.

Comandaba la Patrulla 19 el teniente Charles Ca-rroll Taylor, uno de los dos tripulantes con experien-cia que iban a bordo. Los otros doce pilotos, radiote-legrafistas y artilleros eran estudiantes en prácticas.Menos de dos horas después del despegue, efectuadoa las 2:10 de la tarde, los mensajes por radio indica-ron que Taylor estaba desorientado: "Ninguna de misdos brújulas funciona... Estoy sobre tierra, pero se hanestropeado. Estoy seguro de encontrarme en los Ca-yos, pero no sé a qué distancia ni cómo volver a FortLauderdale." En realidad, un rumbo parecido al pla-neado debería haber llevado a la Patrulla 19 cerca delGran Banco Sale, 320 kilómetros al noreste de los Ca-yos de Florida.

Durante las dos horas siguientes, varios contactosfragmentarios por radio permitieron saber que la Pa-trulla 19 se dirigía casi siempre al norte y al este, enla aparente creencia de que estaban sobre el Golfo deMéxico y encontrarían pronto la costa occidental deFlorida. Una de las últimas transmisiones de Tayloranunciaba: "Todos los aviones en formación cerra-da... Tendremos que hacer un amaraje forzoso a me-nos que avistemos tierra... Cuando alguien se quedecon menos de diez galones aterrizaremos juntos en elagua." Desde Miami salió un hidroavión para buscara la patrulla presumiblemente amarada, pero tuvo queregresar al formársele hielo en la antena. Otro partióde la estación aérea naval de Banana River. Media ho-ra más tarde, un petrolero observó llamas e investigóuna mancha de petróleo y restos donde sin duda se ha-bía estrellado el hidroavión.

En cuanto a la Patrulla 19, cinco días de búsquedasobre 650 000 kilómetros cuadrados de océano no con-siguieron encontrar el menor rastro de ella.

A lo largo de los años, la exageración y la leyendahan hecho la historia de la Patrulla 19 aún más inex-plicable, adornándola con indicios de ovnis y supues-tos mensajes por radio tales como "Incluso el mar notiene el aspecto de costumbre" y "No me sigan... Pa-rece un..." Sin embargo, hay interrogantes que ni si-quiera el informe de 400 páginas de la Armada pudocontestar. ¿Por qué fallaron las dos brújulas de Tay-lor poco después de haber sido revisadas en la inspec-ción previa al vuelo? Aun cuando las Bahamas másseptentrionales se parecen mucho desde el aire a losCayos de Florida, ¿por qué se convencieron los pilo-tos de que la primera etapa de su vuelo los había lle-vado tan al sur, en vez de al este? Todas las pruebasapuntan a la conclusión de que la Patrulla 19 se que-dó sin combustible y sus tripulantes no pudieron usarlas lanchas antes de que los aviones amarados se hun-diesen en las agitadas aguas. Pero lo que no explicanes cómo su vuelo de entrenamiento de dos horas seconvirtió en cinco horas de vagar sin rumbo caminode ninguna parte. (Lawrence David Kusche, The Ber-muda Triangle Mystery—Solved, págs. 97-122)

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El cadete Richard Cox, de 22 años, estudiante de se-gundo curso de West Point, desapareció el 14 de ene-ro de 1950. Cox se había alistado en el ejército en 1946y sirvió en la Alemania ocupada. Tras ingresar a laAcademia, se convirtió en un gran corredor de fondoy un estudiante superior al promedio. Ninguno de suscompañeros sabia que hubiese nada oscuro en su vida.

El 7 de enero de 1950 recibió la visita de alguien quedijo llamarse "George" y haber servido en Alemaniacon él. Los dos cenaron y bebieron juntos. A la ma-ñana siguiente, Cox contó a sus amigos que su visi-tante le había estado contando morbosas historiasacerca de peleas sangrientas y del asesinato de una ale-mana con la que había vivido.

A pesar de ello, cuando una semana después apare-ció de nuevo el visitante, Cox fue a reunirse con él ydijo que cenarían juntos. "No parecía temer nada",recordaba el compañero de cuarto de Cox; "sólo es-taba como disgustado. Sospeché que tomaba aquellocomo una excusa para salir y comer en el hotel Tha-yer, contiguo a la Academia." Esa noche el cadete Ri-chard Cox desapareció: nadie recordaba haberlo vis-to salir de West Point ni cenar en el hotel.

Los investigadores del ejército y el FBI fueron inca-paces de avanzar en su larga búsqueda, aunque siguie-ron más de un millar de posibles pistas. Se registraronlos terrenos de la Academia y la región circundante.En los archivos militares no apareció ningún soldadode servicio en Alemania que pudiera ser identificadocomo "George". A diferencia de la mayoría de las per-sonas desaparecidas cuyos expedientes policiales per-manecen abiertos, Richard Cox se halla oficialmente,y de modo inexplicable, ausente sin permiso. (AllenChurchill, They Never Carne Back, págs. 149-69; JayRobert Nash, Among the Missing, pág. 262)

El padre Henry Borynski desapareció el 13 de julio de1953 de su parroquia en un suburbio de Bradford (In-glaterra). Se había hecho famoso entre los emigrantesy refugiados polacos de Inglaterra por sus diatribascontra el régimen comunista polaco de posguerra.

La ocasión aparente de la desaparición de Boryns-ki fue una llamada telefónica. "Ya ha llegado... De-bo ir", dijo enigmáticamente a su ama de llaves. Sinrecoger ninguno ele sus papeles ni pertenencias, salióde la casa parroquial, y pocos minutos después fue vis-to esperando en una esquina.

Una teoría no probada es que familiares u otras re-laciones suyas de Polonia habían obligado al padreBorynski a plegarse a las exigencias de los comunistaspolacos, y había sido llevado a un barco ruso que zar-pó para Leningrado. Se rumoreó que en la lista de pa-sajeros había dos hombres no identificados: el sacer-dote y un asesino profesional. El gobierno británico senegó a responder a una interpelación parlamentariaacerca del caso Borynski, alegando que tales revela-ciones "no servirían al interés público". (Jay RobertNash, Among the Missing, págs. 228-29)

El pequeño barco Joyita zarpó de Apia, en la SamoaOccidental, a principios de octubre de 1955, con des-tino a otra isla distante unos 500 kilómetros. Más deun mes después fue encontrado abandonado, con unatoldilla extendida como para recoger agua de lluvia.Una tubería rota lo había hecho naufragar, pero sucasco forrado de corcho se hubiese mantenido a floteindefinidamente. El radio y uno de los motores geme-los habían fallado. Varias vendas ensangrentadas su-gerían una herida, o quizá una lucha a bordo. Peroni el capitán, Dusty Miller, ni su tripulación y pasaje-ros aparecieron nunca para responder a las preguntassobre el último viaje del Joyita. (Colin Wilson, Enig-mas and Mysteries, pág. 48)

La desaparición del intelectual y activista Jesús Ma-ría de Galíndez en Nueva York el 12 de marzo de 1956condujo a investigaciones que revelaron una enmara-ñada red internacional. Galíndez, refugiado primerode la España de Franco y después de la República Do-minicana de Rafael Trujillo, enseñaba Historia y Po-lítica hispanoamericanas en la Universidad de Colum-bia. Era conocido por sus discursos contra Trujillo yhabía escrito una tesis doctoral de 750 páginas en laque documentaba los crímenes del dictador.

Galíndez desapareció camino del metro tras una cla-se nocturna en Columbia. Nueve meses más tarde, unjoven piloto estadounidense llamado Gerald Murphydesapareció en la República Dominicana. Las autori-dades locales dijeron que había muerto en una pelea

Esta página de la agenda de Gerald Murphy lo rela-ciona con el profesor Galíndez, quien desapareció en1956, posiblemente víctima de un complot criminal.

Aunque el capitán y los óficiales del Joyita afirmabanque era insumergible, ellos y los pasajeros abandona-ron el barco. Su suerte sigue siendo descónocida.

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con un ciudadano dominicano que después se ahorcóen la cárcel; pero investigaciones promovidas prime-ro por la familia Murphy, más tarde por el Departa-mento de Estado y finalmente por la revista Life con-dujeron a una reconstrucción según la cual Murphyhabía sido contratado para trasladar al secuestradoGalíndez primero de Long Island a Miami y despuésa la isla de Trujillo. Murphy dijo más tarde a unosconocidos que la noche del 12 de marzo una ambu-lancia había llevado a un "rico inválido" al aeropuertode Long Island, y no hay duda de que después del vue-lo Murphy vivió a [o grande en la RepúblicaDominicana.

El gobierno de Trujillo negó la menor relación entreGalíndez y Murphy, y su suerte era todavía un miste-rio cuando Trujillo fue asesinado en mayo de 1961, po-niendo así fin a sus treinta años de tiranía. (Lile,42:24-31, 25 de febrero de 1957; 45:70, 7 de julio de1958; Newsweek, 47:46, 4 de junio de 1956; 47:65, 11de junio de 1956; 50:49, 29 de julio de 1957; Time,67:41, 2 de abril de 1956; 67:45, 4 de junio de 1956;68:30, 16 de julio de 1956; 69:21, 11 de febrero de 1957)

Una visita familiar fue el último viaje del consejerode inversiones Bruce Campbell. El 14 de abril de 1959,él y su mujer partieron de su casa de Massachusetts(E.U.A.) para ver a su hijo. Pararon en un motel deJacksonville (Illinois), donde la señora Campbell vioal despertar que su marido se había marchado... enpiyama, dejando el coche, el dinero y toda su ropa.No volvió a saberse nada de él. (Jay Robert Nash,Among the Missing, pág. 406)

DESDE 1960

Las aguas costeras de una isla del Pacífico o una delas selvas más inhóspitas del mundo acabaron en no-viembre de 1961 con la vida de Michael Rockefeller,de 23 años, hijo del gobernador del estado de NuevaYork (y más tarde vicepresidente) Nelson Rockefeller.

Michael Rockefeller, graduado en Harvard, habíaestado buscando "algo romántico y aventurado" an-tes de empezar sus estudios de administración de em-presas y trabajar como banquero. Así que tomó parteen una expedición del Museo Peabody, de Harvard,a las selvas de Nueva Guinea, donde pasó seis mesesgrabando cantos de los aborígenes. Después de regre-sar por poco tiempo a los Estados Unidos, volvió alas selvas para buscar artefactos nativos para el Mu-

seo de Arte Primitivo, de Nueva York, institución pa-trocinada por la Fundación Rockefeller.

El 16 de noviembre, Rockefeller, el antropólogo ho-landés René Wassink y dos guías viajaban a lo largode la costa meridional de Nueva Guinea a bordo deun catamarán (dos piraguas atadas juntas) provisto deun motor fuera de borda. Una gran ola cayó sobre laembarcación, volcándola y dejándola a la deriva. Losguías llegaron nadando a la orilla y dieron cuenta delaccidente, mientras el catamarán era arrastrado a cincoo seis kilómetros de la costa. Finalmente Rockefellerdecidió seguir a los guías, a pesar de la advertencia deWassink de que había tiburones y cocodrilos de aguasalada. Con dos latas de gasolina vacías como flota-dores, se lanzó a nadar hacia tierra.

Muchas horas más tarde un avión descubrió y res-cató al antropólogo, todavía aferrado al catamarán.Poco después, Nelson Rockefeller y la hermana gemelade Michael, Mary, salían para la isla del Pacifico. Par-tidas de holandeses, australianos y nativos fueron en-viadas a escudriñar minuciosamente el mar de la zonay a recorrer los pueblos de la costa ofreciendo gran-des recompensas por cualquier noticia del joven esta-dounidense, pero lo único que apareció fue una latade gasolina flotando. Recordando que Rockefeller eraun gran nadador, algunos funcionarios y misionerosde la isla se inclinaban a pensar que había [legado atierra y perdido la vida en la selva. Probablemente nun-ca se sabrá su suerte. (John Godwin, Unsolved: TheWorld of the Unknown, págs. 1-16; LeRoy Hayman,Thirteen Who Vanished, págs. 136-43)

Tres alemanes relacionados con el programa de cohe-tes egipcio desaparecieron de la zona de Munich (Ale-mania) en septiembre de 1962. El doctor Wolfgang Pilzy el profesor Paul Górke, que trabajaban en la fábri-ca egipcia de cohetes situada en un suburbio de El Cai-ro, desaparecieron casi al mismo tiempo que el doc-tor Heinz Krug, cuya compañía comercial de Stuttgarthabía suministrado piezas para esos cohetes. Krug fuevisto por última vez en Munich en compañía de un ára-be que decía llamarse Mr. Saleh. Pocos días despuésapareció abandonado el coche de Krug.

Muchos egipcios pensaron que los alemanes habíansido raptados por agentes israelíes para tratar de de-tener los progresos militares de un Estado enemigo.El destino de los tres puede haber sido también otrode los enigmas de la Esfinge. (Newsweek, 60:36-37,

de octubre de 1962)

Se cree que Michael Rocke-feller, a quien vemos aquíen un río de Nueva Guineameses antes de su desapa-rición, se ahogó al intentarllegar a tierra nadandó des-de una embarcación volca-da y a la deriva, pero nohay pruebas de su muerte.

En una sola semana de enero de 1967 se perdieron tresaviones y ocho pasajeros sobre el Triángulo de las Ber-mudas, una zona marítima en la que ha ocurrido to-da una serie de inexplicables y siniestras desaparicio-nes. En la búsqueda no se encontraron restos flotan-tes de dos de los aviones. Si aparecieron los del terce-ro, pero no se pudo determinar la causa del acciden-te. (Lawrence David Kusche, The Bermuda Triangle

Mystery—Solved, págs. 211-15)

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Retrato hablado de DanCooper, que secuestró unBoeing 727 (arriba) que vo-laba sobre el estado deWashington. El mapamuestra aproximadamentedónde saltó en paracaídas ydónde fue encontrada unaparte del rescate. A Cooperno se le ha vuelto a ver.

WASHINGTON,CENTPALIA

.. CHEHALIS

Wi

HAL,.AZGC. DE 8.1LETE.V.

DEL RESCATE 10.211e

A principios de julio de 1969 Donald Crowhurst cayópor la borda de su velero, el Teignmouth Electron, enmedio del Atlántico. Se había inscrito, lleno de espe-ranza, en una carrera alrededor del mundo patroci-nada por The Times de Londres, aunque su reciénconstruido trimarán (bautizado con tan extraño nom-bre en honor de su puerto de procedencia y de la me-dio quebrada empresa de electrónica marina de Crow-hurst) apenas estaba preparado para una prueba tandifícil al iniciarse la carrera el 31 de octubre de 1968.

Un mes tras otro, los cablegramas e informes de po-sición indicaban que Crowhurst estaba logrando unbuen tiempo en un viaje que rodeaba África, atrave-saba los océanos Índico y Pacífico y daba la vuelta alcabo de Hornos, en el extremo sur de América. En rea-lidad, había quedado retrasado en las primeras sema-nas del viaje y decidió hacer tiempo en el AtlánticoSur mientras falsificaba sus mensajes y el cuaderno debitácora. (En un segundo libro de a bordo, auténtico,anotaba sus discusiones consigo mismo sobre lo queestaba haciendo.)

Parece que en abril de 1969 Crowhurst decidió de-jar que el único barco que aún seguía en la carrera can-tase victoria, a fin de que nadie se ocupase excesiva-mente de él. Pero el 21 de mayo el barco de su compe-tidor se hundió cerca de las Azores, y Crowhurst seencontró en una situación insalvable, pues la publici-dad que iba a suscitar su victoria sería seguramenteexcesiva para que su historia pudiese tenerse en pie.Su cuaderno de bitácora se hizo más incoherente, lle-no de discursos filosóficos sin ilación y de meditacio-nes sobre "el pecado de ocultación". Su último men-saje por radio fue el 30 de junio. El 11 de julio un car-guero británico encontró el Teignmouth Electrónabandonado. (LeRoy Hayman, Thirteen Who Van-ished, págs. 24-36)

El 15 de mayo de 1970, Edward y Stephania Andrewsasistieron a una fiesta de la cámara de comercio en elhotel Sheraton de Chicago. Tenedor de libros él e in-vestigadora de créditos ella, ambos tenían 63 años yeran el arquetipo del ciudadano respetable, con unaconfortable residencia en Arlington Heights.

En la fiesta, Edward Andrews se quejó de un pe-queño malestar, que atribuyó a las punzadas del ham-bre: sólo había entremeses para comer. Cuando, almarcharse, bajaron al garage del hotel, el encargadonotó que Stephania parecía estar llorando y Andrewsconducía como si estuviese un tanto achispado: al sa-lir rozó la puerta con la defensa del auto. Nadie vol-vió a ver a los Andrews.

La policía supuso que habrían caído de un puenteal río Chicago, pero ni las dragas ni los detectores demetales consiguieron encontrar el coche. (Conversa-ción telefónica con el Departamento de Policía de Ar-lington Heights, Illinois)

La lluviosa noche del día de Acción de Gracias de1971, Dan Cooper se lanzó en paracaídas del Boeing

727 de la Northwest Airlines que había secuestrado.Cooper se había apoderado del avión tras despegar éstede Portland (Oregon), y ordenó que aterrizase en Seat-tle para recoger un paracaídas y 200 000 dólares enefectivo. Sus exigencias fueron atendidas y el aviónvolvió a despegar.

Tras el despegue, Cooper envió a la aeromoza a lacabina de los pilotos y utilizó el intercomunicador pa-ra repetir sus instrucciones de que mantuviesen el apa-rato a 200 millas por hora. Cuando estaban aproxi-madamente sobre el río Lewis, Cooper abrió la puer-ta trasera y saltó, sin equipo protector contra el vien-to y la helada lluvia, 'pero al parecer confiado.

Años después aparecieron en los bosques un letre-ro de plástico de la puerta trasera de un 727 y un pa-racaídas. Después, en 1980, algunos de los billetes mar-cados del botín de Cooper fueron encontrados en ba-rro dragado del río Columbia. Esto confirmó la creen-cia de algunos de que Cooper no sobrevivió a su fugay que sus restos yacen bajo el agua o en lo más espesodel bosque. Pero para otros, cautivados por la sangrefría y la imaginación de Cooper, se trata de un heroi-co granuja que merece estar viviendo bien dondequieraque esté. (The New York Times, 26, 27, 28 y 30 denoviembre de 1971; 13, 14 y 22 de febrero de 1980)

Dos envejecidos soldados japoneses surgieron en 1972y 1974 de las selvas del Pacífico para encontrarse conun mundo casi irreconocible. Shoichi Yokoi fue cap-turado en enero de 1972 por pescadores de la isla de

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e

Guam, donde él y nueve compañeros se habían ocul-tado al desembarcar las tropas estadounidenses en1944. Los otros ya habían muerto o se habían entre-gado, pero Yokoi había hecho caso omiso de un fo-lleto que anunciaba la rendición de su país porque, se-gún dijo, " a los soldados japoneses nos enseñarona preferir la muerte a la desgracia de ser capturadosvivos".

El teniente Hiroo Onoda resistió dos años más, ysalió de las selvas de Filipinas el 10 de marzo de 1974.A diferencia de Yokoi, nadie le había informado quela Segunda Guerra Mundial había terminado. Cuan-do le preguntaron por qué no había salido antes, di-jo; "Nadie me lo ordenó," Los dos viejos soldadosfueron recibidos como héroes cuando volvieron al Ja-pón. El conflicto del Pacífico afectó a tantas islas di-minutas, muchas de ellas todavía poco visitadas, queaún pueden aparecer más fieles soldados del Empera-dor. (The New York Times, 11 y 12 de marzo de 1974;Time, 99:41-42, 7 de febrero de 1972)

El sargento Shoichi Yokoi, del ejército imperial japo-nés, en 1941 y con el aspecto que tenía cuando fue cap-turado en 1972. Había permanecido 28 años oculto enla jungla para no sufrir la vergüenza de rendirse.

Jimmy Hoffa, presidente de un sindicato de camio-neros estadounidense desde 1957 hasta su ingreso enla cárcel en 1967, desapareció el 30 de julio de 1975.Algunos dicen que había sido puesto en libertad bajopalabra a raíz de un trato en el que el vicepresidentedel sindicato, Frank Fitzsimmons, aseguró a la CasaBlanca que Hoffa no recuperaría su cargo sino hasta1980, al final de su condena. Según esta versión, Hoffase puso furioso al enterarse de lo pactado por Fitzsim-mons, y estaba empezando a "irse de la lengua" enel asunto de las relaciones entre el sindicato y el cri-men organizado.

En 1975, Hoffa estaba en su casa de verano al nor-te de Detroit cuando el 30 de julio acudió a una comi-da con el supuesto jefe mafioso Tony Giacalone, alias"Jack", y con Toni Provenzano, alias "Pro", un ca-mionero que había estado en la cárcel con Hoffa. Alparecer le dieron plantón, pues horas más tarde lla-mó a su casa para ver si habían dejado algún recadopara él. Su última llamada fue a su viejo amigo y so-cio Louis Linteau. La última persona que lo vio dijo

Jimmy Hoffa desapareció en 1975. Se cree que fue ase-sinado en el curso de las luchas por el poder dentrodel sindicato de camioneros Teamsters.

que Hoffa estaba con otras personas en el asiento tra-sero de un coche, inclinado hacia adelante para ha-blar con el chofer.

La desaparición de Hoffa desencadenó una verda-dera cacería humana. Las autoridades investigaron suscontactos con el hampa, excavaron maizales y rom-pieron pisos de cemento de los sótanos en busca desu cuerpo. Varios libros han relacionado el asesinato(porque nadie cree que Hoffa siga vivo) con diferen-tes aspectos de las continuas relaciones con el hampaque han hecho que los fondos de pensiones del sindi-cato hayan estado mezclados con los beneficios del jue-go, la prostitución y las drogas. Después de todo, ha-cer desaparecer un cadáver no es tan difícil como mu-chos creen, y menos para los profesionales del crimen,y muchos conocidos de Hoffa lo eran. (Lester Velie,Desperate Bargain, tornado de diversos pasajes)

El largo viaje entre Miami (Florida) y Scarsdale (NuevaYork) era algo rutinario para Charles R. Romer y suesposa, Catharine. Ambos de más de setenta años, ha-bían pasado el invierno de 1980 en Florida, y el 8 deabril regresaban a su casa. Esa tarde pararon en unmotel de Brunswick City (Georgia). Poco más tarde,un policía de tránsito vio su auto por la carretera. Talvez iban a cenar a un restaurante.

De ser así, nunca llegaron. Ellos y el coche desapa-recieron. Tres días más tarde, viendo que no había dor-mido nadie en la habitación, la dirección del motel selo notificó a las autoridades. La policía sólo pudo sos-pechar que los Romer se habían salido de la carreteray caído a un pantano, o habían sido asaltados y asesi-nados. Aparte de un equipaje en un cuarto de motely un coche visto de refilón, no había pistas. "Es in-creíble que dos personas puedan desaparecer sin de-jar rastro", decía su hijo. Increíble.., pero cierto. (TheNew York Times, 19, 20 y 27 de abril de 1980)

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MONSTRUOSY

ESPECTROSEn diferentes mares, lagos y regiones montañosas del

mundo se han visto, y a veces fotografiado, criaturas

desconocidas de talla descomunal. Nessie y el

Abominable hombre de las nieves han sido descritos

con tanta frecuencia que ya son familiares. En

cuanto a los espectros y fantasmas, el incontable

número de ciudadanos sobrios que han visto u oído

lo que sólo pudieron definir como una presencia

espectral sugiere que debe existir alguna especie de

manifestación etérea más allá de nuestra

comprensión. Los que se han encontrado ante una

aparición están convencidos de ello, y no puede

decirse que el no haberlas visto sea una prueba

concluyente de que no existen.

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IE ,

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MONSTRUOSLos antropólogos, los psiquiatras y otros estudiosos del comportamiento hu-mano tienden a ver en la creencia del hombre en los monstruos un indicio dela necesidad que siente de ellos. Suponen que creamos los monstruos para daruna forma aceptable a nuestras ansiedades innominadas; que los inventamospor proyección, a manera de bestiales depósitos para cuanto de salvaje, libidi-noso o indeseable hay en nosotros, o que intentamos justificar nuestro temora lo desconocido exagerando las características de cualquier criatura de extrañoaspecto y poco común, a fin de hacerla más terrible de lo que es en realidad.

Pero el hombre moderno parece sentir también otra necesidad: la de resistir-se a creer en lo extraño o paranormal, la de negar la existencia de lo que nopuede ser explicado. Los gigantes de los cuentos de hadas y los Godzillas y KingKong pueden muy bien servir como depositarios de la maldad que hay en noso-tros; desde luego, sabemos que tales monstruos son ficticios, invenciones delhombre, pero eso no quiere decir que el yeti sea una creación imaginaria.

La mezcla de miedo y atracción que el hombre siente por los monstruos estan vieja como su existencia. A lo largo de los siglos, los seres humanos hanhablado de prodigios tales como dragones que escupen fuego, extraños reptilescon múltiples apéndices, seres con forma humana de rostro bestial y cubiertosde pelo, y colosos subacuáticos que hunden barcos. Tan increíbles criaturas noeran invenciones; alguien las vio. Sin duda muchas fueron transformadas pordefectos de observación, afán de exagerar e incluso un toque poético que lasentretejió con los mitos para servir de contraste a los héroes en una lucha desímbolos. Pero la materia prima, los fenómenos observados, estaban ahí. Y al-go sigue estando ahí, a pesar de nuestra necesidad posmedieval de ridiculizarlas visiones monstruosas presentándolas como alucinaciones o falsificaciones.

La verdad es que en nuestra edad científica pocos deseamos realmente vero experimentar lo inexplicable, y cuando lo hacemos distorsionamos esa per-cepción para convertirla en algo a lo que podamos enfrentarnos. Muchos ob-servadores se han entregado a una extraordinaria gimnasia mental para con-vencerse a sí mismos de que no veían lo que creían estar viendo. Pie Grandeera un oso o un bromista disfrazado de oso; la serpiente de mar era un efectode la luz, el romper de una ola, un tronco flotante, una maraña de algas o cin-cuenta delfines nadando en fila india. En cuanto a los escépticos que no hanllegado a verlos, prefieren inventar y tragarse la "explicación" más retorcidaa creer en el más claro y sencillo de los informes.

La opinión actual acerca de lo que llamarnos monstruos es que los que siguenviviendo entre nosotros son probablemente explicables como reliquias o espe-cies fósiles que han buscado refugio en regiones remotas y casi impenetrables.

Los monstruos pertenecen a dos tipos básicos: acuáticos y terrestres (aunquealgunos entusiastas sugieran una conexión extraterrestre). De vez en cuando al-guna extraña criatura resulta anfibia o ambigua, y en ocasiones pasa volandoante nosotros algo que nos parece una increíble incógnita alada. Ambas catego-rías son tratadas aquí de acuerdo con el hábitat de su elección —primero el agua,después la tierra— y en orden cronológico dentro de cada categoría.

El escéptico que después de leer estas noticias se sienta inclinado a decir "Sí,pero..." no debe olvidar que se han omitido centenares de informes por cadauno incluido, y que muchos de los testigos creen ahora en lo que antes tomabana broma.

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1MONSTRUOS DE LAGOS Y MARES

ANTES DE 1900

En julio de 1734, Hans Egede, un misionero noruegoque iba a Groenlandia, vio algo increíble cuando sunavío se aproximaba a la colonia danesa de Buena Es-peranza, en el estrecho de Davis. Como contaría mástarde con gran sencillez, el día 6

apareció un animal marino muy terrible, que selevantó tanto sobre el agua que su cabezasobrepasaba nuestra cofa mayor. Tenía un hocicolargo y agudo y resoplaba como una ballena; teníaaletas anchas y grandes, y el cuerpo estaba, como sidijésemos, cubierto de piel dura, muy arrugada ydesigual; además, en su parte baja tenía formacomo de serpiente, y cuando volvió a sumergirse secombó hacia atrás, y al hacerlo levantó del aguauna cola del largo de un navío. Esa noche tuvimosmuy mal tiempo. [Richard Carrington, Mermaidsand Mastodons, págs. 23-241

A alguien de tan incuestionable integridad como el mi-sioneró Hans Egede debemos una de las primeras no-ticias dignas de confianza acerca de una serpiente demar, vista por él cerca de la costa de Gróenlandia.

"El que es sin disputa el monstruo marino mayor delmundo" fue descrito por Erik E. Pontoppidan, obis-po de Bergen, en su Historia Natural de Noruega(1752-53). El kraken, como lo llamaban los pescado-res y el obispo, era tan enorme que ni siquiera cuandosalía a la superficie aparecía todo su cuerpo. EscribíaPontoppidan:

... su lomo o parte superior, que parece tener cercade una milla y media inglesa de circunferencia(algunos dicen más, pero prefiero la menor paramayor seguridad), aparece al principio como unaserie de pequeñas islas, rodeadas de algo que flota yfluctúa como algas... Al final aparecen variaspuntas o cuernos brillantes, que van haciéndose másgruesos a medida que ascienden sobre la superficie

del agua, y a veces sobresalen tan altos y grandescomo los mástiles de un barco de mediano tamaño.

Parece que ésos son los brazos del monstruo y, sedice, si se apoderaran del mayor buque de guerra,se lo llevarían al fondo. [Bernard Heuvelmans, Inthe Wake of the Sea-Serpents, págs. 49-50]

Una serpiente de mar de impresionante tamaño fue vis-ta al parecer por muchas personas en Gloucester Har-bor (Massachusetts, E.U.A.) y sus alrededores duranteel mes de agosto de 1817. El acalorado debate entrecreyentes y escépticos hizo que un comité especial dela Linnaean Society de Nueva Inglaterra recogiese unmontón de declaraciones juradas de supuestos testi-gos. Era representativa la de Matthew Gaffney, car-pintero naval, quien decía:

que el 14 de agosto del año del Señor de 1817,entre las cuatro y las cinco de la tarde, vi unextraño animal marino, parecido a una serpiente, enel puerto de la dicha Gloucester. Yo estaba en unbarco, a menos de 30 pies de él. Su cabeza parecíamayor que un barril de cuatro galones, su cuerpotan grande como un tonel, y su longitud, que yo vi,la calculo en no menos de 40 pies. Lo alto de sucabeza era de un color oscuro, y la parte inferiorcasi blanca, como lo eran también ). arios pies de suvientre que vi... Disparé contra él cuando más cercaestaba de mí.

El monstruo, proseguía Gaffney, se volvió como pa-ra acometer al barco, y después se hundió como unapiedra y reapareció a unos cien metros. Se movía apro-ximadamente 1 600 metros cada dos o tres minutos.(Reader's Digest, eds., American Folklore and Legend,págs. 245-46)

El capitán Peter M'Quhae y la mayor parte de los ofi-ciales y tripulación del Daedalus fueron invitados a ver"una serpiente de mar de extraordinarias dimensio-nes" mientras iban de las Indias Orientales a Plymouth(Inglaterra) en 1848. En una detallada y sobria decla-ración fechada el 11 de octubre, el capitán M'Quhaeparticipaba a los lores del Almirantazgo que a las cin-co de la tarde del 6 de agosto —el Daedalus estaba en-tonces en e! Atlántico Sur, a casi 500 kilómetros dela costa occidental de África— "algo muy insólito fuevisto por Mr. Sartoris, guardamarina, acercándose rá-pidamente al barco por proa".

Mr. Sartoris dio inmediatamente cuenta de tal cir-cunstancia al capitán M'Quhae y a dos oficiales quepaseaban por el alcázar. Lo que ellos y algunos otrospresentes vieron fue algo enorme, ondulante y pareci-do a una serpiente "que mantenía constantemente la,cabeza y los hombros unos cuatro pies por encima dela superficie del agua". Hasta donde podían juzgarcomparándola con la de la percha de la gavia mayor,la longitud visible de la serpiente era de más de 20 me-tros, su diámetro detrás de la cabeza de unos 40 centí-metros, y parecía tener una especie de crin cayéndoledel lomo.

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Un monstruo marino de 20 metros de largó pasó a po-cos metros del barco de guerra británico Daedalus, se-gún el informe del capitán Peter M'Quhae alAlmirantazgo.

Manteniendo rumbo sudoeste a una marcha de 12a 15 millas por hora, el monstruo pasó rápidamenteal Daedalus, decía M'Quhae, "tan cerca de nuestrocostado de sotavento que de haberse tratado de alguienconocido hubiese distinguido fácilmente sus faccionesa simple vista". (Bernard Heuvelmans, In the Wakeof the Sea-Serpents, págs. 198-217)

Durante la travesía de Cádiz a Tenerife, la corbetafrancesa Alecton encontró una monstruosa criaturamarina el 30 de noviembre de 1861. Aunque había al-go de marejada, el tiempo era extremadamente favo-rable, y el teniente Bouyer, comandante de la nave,resolvió intentar capturar lo que más tarde informóque había reconocido "como el Póulpe géant [pulpogigante] cuya existencia ha sido muy discutida y hoyparece relegada al reino de los mitos". Pero el oleaje

Los tripulantes del Alecton pasaron un nudo corredi-zó alrededor de la cola de este calamar gigante; al es-tar izándoló a bordo la cuerda se soltó.

hacía balancearse violentamente al Alecton, y las po-cas balas que alcanzaron al monstruo no surtieronefecto.

Bouyer y sus hombres consiguieron después arpo-near aquello y pasarle un lazo corredizo alrededor dela cola. Agitando violentamente sus tentáculos, la pre-sa rompió el arpón y dejó libre la mayor parte de sucuerpo. La tripulación sólo izó a bordo un trozo dela cola, que pesó unos 18 kilos.

Pero tanto los oficiales como los marineros habíanestado lo bastante cerca del monstruo para poder darde él una descripción detallada. En su informe al mi-nistro de Marina, escribía Bouyer:

En realidad se trataba del calamar gigante, pero laforma de la cola sugería que pertenecía a unaespecie aún no descrita. El cuerpo parecía medir de5 a 6 metros de largo. La cabeza tenia un picocomo de loro rodeado de 8 brazas de unos 2 metrosde largo. Su aspecto era verdaderamente espantoso.De color rojo ladrillo, informe y viscoso, resultabarepulsivo y terrible.

(Richard Carrington, Mermaids and Mastodons, pág.54)

Un monstruo de agua dulce que nunca ha sido captu-rado, aunque si al parecer visto varias veces, es la es-quiva criatura habitante del lago Champlain, de 160kilómetros de largo, que une Vermont y el estado deNueva York con Canadá. De los primeros en descri-birlo fueron, el 30 de agosto de 1878, los seis ocupan-tes de un pequeño yate. Lo que vieron era un ser vivoextraordinario con, según dijo uno de ellos, "dos gran-des pliegues detrás de la cabeza que sobresalían delagua y, a cierta distancia, unos 17 metros o más de-trás, dos o más pliegues de lo que parecía ser la co-la". Más tarde este monstruo —o quizá un descendien-te suyo— llegaría a ser conocido como Champ. Havuelto a vcrsele a lo largo de los años, la última vezen 1981. (Roy P. Mackal, Searching for Hidden Ani-mals, págs. 217-18)

Thimble Tickle, en Terranova, fue el escenario dondese vio un pez monstruoso el 2 de noviembre de 1878.Tres pescadores estaban en un bote no lejos de la ori-lla cuando vieron un objeto voluminoso que tomaronpor parte de un naufragio. Al remar hacia él, descu-brieron que era una enorme criatura marina de ojosvidriosos que agitaba frenéticamente los tentáculos yla cola porque la marea la había dejado varada. En-gancharon al monstruo con un arpón de lengüeta pro-visto de una cuerda, que ataron a un árbol. El animalluchó algún tiempo, pero después, a medida que elagua seguía retrocediendo, murió. Los tres hombrescalcularon que el cuerpo tenía 6 metros desde el picohasta el extremo de la cola. Uno de los tentáculos me-día más de 10 metros. Sin cuidarse de científicos y es-cépticos, los pescadores convirtieron su captura en co-mida para perros. (Bernard Heuvelmans, In the Wakeof the Sea-Serpents, págs. 63-65)

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Cuál no sería la sorpresa del señor Hoad, de Adelaide(Australia), cuando, mientras paseaba a lo largo deBrungle Creek un día de comienzos del otoño de 1883,se encontró con los restos de una criatura de otro mun-do. Aquello tenía forma de cerdo, con un tronco sincabeza y un apéndice que se curvaba hacia adentro co-mo la cola de una langosta. No hace falta decir quenunca ha sido identificado. (Charles Fort, The Com-plete Boóks óf Charles Fort, pág. 609)

DE 1900 A 1970

Cuando estudiaba la cuenca del Amazonas por cuen-ta de la Royal Geographical Society de Londres, en1907, el mayor Percy Fawcett no podía dar crédito alas historias de enormes serpientes que vivían en lospantanos y los ríos. Pero, como decía en sus memo-rias, la experiencia personal lo convenció de que eranciertas. Fawcett y su tripulación de indios descendíanlentamente por el perezoso río Abuná cuando, casi ba-jo la proa de su frágil embarcación,

...aparecieron una cabeza triangular y varios pies decuerpo ondulante. Era una anaconda gigante. Echémano al rifle mientras el monstruo empezaba a irhacia la orilla, y sin apenas apuntar le metí unabala del 44 en el espinazo, tres metros más abajo dela espantosa cabeza. En seguida hubo un agitarse deespuma y varios fuertes golpes contra la quilla delbote, que nos sacudieron como si hubiésemosembarrancado... Bajamos a tierra y nos acercamosal reptil con precaución. Estaba fuera de combate,pero recorrían su cuerpo estremecimientos comorachas de viento en un lago de montaña. Hastadonde era posible medir, 15 metros de reptil yacíanfuera del agua y 6 dentro, lo que hacía un total de21 metros.

De vuelta a Londres, Fawcett fue tenido por menti-roso por su pretensión de haber cazado una anacon-da de 21 metros. Los científicos aseguraron que eseanimal no podía medir más de unos 15 metros, y enconsecuencia lo que contaba era pura fantasía. (Ber-nard Heuvelmans, On the Track óf Unknówn Ani-mals, págs. 284-86)

Mientras el padre Victor Heinz se dedicaba a su laborpastoral en América del Sur vio lo que le pareció unaserpiente de agua mucho mayor que la anaconda deFawcett. El sacerdote, casualmente íntimo amigo delalemán Lorenz Hagenbeck, famoso comerciante enanimales y director de zoológico, explicaba:

Durante las grandes crecidas de 1922, el 22 demayo, hacia las tres... me llevaban a casa en canoapor el Amazonas desde Obidos [Brasil] cuando depronto observé algo sorprendente en medio de lacorriente. Reconocí claramente a una gigantescaserpiente de agua a una distancia de unos 30metros...

Enroscado en dos anillos, el monstruo se dejaballevar tranquilamente corriente abajo. Mi aterrada

tripulación había dejado de remar. Paralizados,contemplábamos todos al espantoso animal. Calculéque su cuerpo era tan grueso como un barril y sulongitud visible de unos veinticinco metros. Cuandoestábamos suficientemente lejos y mis remeros seatrevieron a volver a hablar, dijeron que elmonstruo nos hubiese aplastado como a una caja decerillos de no haberse tragado previamente variasgrandes capibaras [roedores gigantes]. [BernardHeuvelmans, On Me Track of Unknown Animals,págs. 292-94)

Un hombre de negocios londinense, George Spicer,viajaba con su esposa al sur de Inverness, a lo largode la orilla del Loch Ness, camino de la pequeña po-blación de Foyers. Era la tarde del 22 de julio de 1933y los Spicer disfrutaban de unas tranquilas vacacio-nes en Escocia. De pronto los helechos de la laderade la colina, a unos 180 metros de allí, se agitaron,y salió de ellos un enorme animal de largo cuello, quecruzó la estrecha carretera moviéndose a sacudidas.Asombrado, Spicer aceleró para verlo más de cerca,pero cuando llegaron al sitio el monstruo se había in-ternado entre los matorrales de la orilla del lago y ha-bía desaparecido.

Al contar poco después su encuentro a la prensa,los Spicer dijeron que aquel ser tenía aproximadamente1.80 metros de largo y 1.20 de alto (en relatos poste-riores el animal llegó a alcanzar una longitud de 8 a10 metros). Recordaban también que su cuello ondu-laba "como una montaña rusa". Además de estas ra-rezas, la extraordinaria criatura era de un "terrible co-lor gris elefante, de una textura repugnante, que re-cordaba a un caracol". Bastó esta descripción, posi-blemente calumniosa, de su aspecto para que el mons-truo de Loch Ness se convirtiese en una figura pública.

El monstruo había sido visto ya muchas veces porquienes frecuentaban el loch y sus alrededores, incluidoel irlandés San Columbo en el año 565, pero la "cartaal director" del señor Spicer dio publicidad al que seha convertido en el monstruo más famoso del mun-do: Nessie. Posteriormente fue visto muchas vecesmás. (Peter Costello, In Search óf Lake Monsters,págs. 8-19)

Nessie no solía andar por los caminos, pero lo hizorepetidamente la clara noche del 5 de enero de 1934.Hacia la una de la madrugada, un joven estudiantede medicina llamado Arthur Grant iba en moto a to-da velocidad por la carretera del lago, cerca de Lo-chend, cuando vio enfrente una gran mancha oscurasombreada por la vegetación que bordeaba el cami-no. Cuando se acercó, el objeto saltó al medio de lacarretera y estuvo a punto de chocar con la moto. Ala luz de la luna, el joven vio a un ser con una peque-ña cabeza como de anguila y ojos ovalados, cuello lar-go, un gran cuerpo que iba adelgazándose hasta for-mar una larga cola redondeada, y cuatro patas en for-ma de aleta. Pensó que tendría de 5 a 6 metros de lar-go y piel oscura parecida a la de una ballena.

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Saltando de su moto, Grant persiguió al monstruomientras éste se alejaba rápidamente y se zambullíaen el loch. Grant señaló el sitio y, aI llegar a casa, hi-zo un dibujo de aquel ser.

"Como sé algo de historia natural", declaró Grantalgún tiempo después, "puedo decir que en mi vidahe visto nada parecido a ese animal. Semejaba un hí-brido, un cruce entre un plesiosaurio y un miembrode la familia de las focas." (Peter Costello, In Searchof Lake Monsters, págs. 30-32)

Dos cazadores de patos canadienses que se encontra-ban en la orilla rocosa de la isla de South Pender, ala altura de Vancouver (Columbia Británica), levan-taron una pieza inverosímil la mañana del 4 de febre-ro de 1934. Tras abatir a un pato que se agitaba, mal-herido, en el agua, Cyril H. Andrews y Norman Geor-geson saltaron a su pequeña lancha para ir a buscar-lo. Cuando se aproximaban a su presa, vieron "unacabeza y dos ondulaciones o segmentos" de algo ex-traño que sobresalía claramente del agua.

Los cazadores observaron, fascinados, cómo elmonstruo —que no estaba a más de tres metros dedistancia— abría la boca, se tragaba el pato, tirabadentelladas a unas gaviotas y volvía a sumergirse. Pu-dieron ver sus dientes de sierra, su lengua puntiagu-da, su coloración color café grisáceo y la forma caba-lluna de la cabeza.

Andrews saltó a tierra y corrió a un teléfono. El juezde paz de Bedwell Harbor, G.F. Parkyn, y otras per-sonas llegadas a toda prisa pudieron ver todavía almonstruo nadando a unos veinte metros de la orilla,con el cuerpo ondulando rítmicamente y la cabeza des-cansando sobre el agua. Andrews calculó que tendríaunos doce metros de largo y de sesenta a noventa cen-tímetros de diámetro en su parte más gruesa, con lacabeza de unos noventa centímetros de largo. (Roy P.Mackal, Searching fór Hidden Animals, págs. 19-21)

El 8 de octubre de 1936, el supuesto monstruo resi-dente de Loch Ness se exhibió durante un cuarto dehora cerca del castillo de Urquhart, unas ruinas quehay sobre un promontorio que se interna en el lago.Visto primero a unos 450 metros de la orilla por el in-quilino de una casa de campo situada en la carreteraque la circunda, el animal no tardó en atraer a dosautobuses de turistas y varios coches llenos de curio-sos. Unas cincuenta personas, algunas de ellas provis-tas de catalejos o prismáticos, vieron el tranquilo pa-seo del monstruo por las aguas en calma del loch. To-dos coincidieron en describirlo como algo con dos jo-robas detrás de una cabeza y un cuello. Después, re-pentinamente, el animal desapareció. (Dennis L. Me-redith, Search at Loch Ness, pág. 105)

El lago Okanagan, en la Columbia Británica, unidoal Pacífico por el río Columbia, parece ser el hábitatde un enorme animal acuático conocido popularmen-te como Ogopogo. Avistado unas doscientas veces des-

Esta representación de Ogopogo, el monstruo del la-go canadiense de Okanagan, se basó en descripcioneshechas por varias personas que aseguran haberló visto.

de el año 1700, fue observado a corta distancia porvarias personas el 2 de julio de 1949. Leslie L. Kerry,de Kelowna, que vivía con su mujer en una casa quedaba al lago, acompañaba a la familia Watson, deMontreal, en un paseo en lancha cuando vieron en elagua una gran forma como de serpiente. Ondulandoverticalmente, el objeto avanzaba unas veces por en-cima y otras por debajo de la superficie del lago. Cuan-tos iban en la embarcación, adultos y niños, vieronun cuerpo de unos 9 metros de largo y unos 30 centí-metros de diámetro, con una cola bífida que azotabaarriba y abajo.

La señora Kerry vio el acontecimiento desde la ori-lla y llamó a sus vecinos, el doctor Stanley Underhilly su esposa. Juntos corrieron a la playa y observaroncon binoculares al monstruo, que fue visible duranteal menos quince minutos. El doctor Underhill lo des-cribió como liso y negro y con "ondulaciones o ani-llos" de unos dos metros de largo. Dada la distanciaentre algunos de los anillos, pensó que había al me-nos dos animales. Al parecer Ogopogo no está solo.(Roy P. Mackal, Searching fór Hidden Animals, págs.222-27)

Los profesionales de los medios de información raravez tienen la suerte de estar presentes cuando apareceun monstruo, pero un periodista que paseaba en yatepor el lago Okanagan, cerca de la ciudad de Vernon,el 17 de julio de 1959, tuvo esa fortuna, aunque notanta como para disponer de una cámara. R.H. Mi-ller, director del Vernon Advertiser, y su esposa ibanacompañados por su amigo Pat Marten, su esposa ysu hijo Murray. Volvían a casa al anochecer cuandoMiller observó un gran animal que seguía la estela desu pequeño yate a una distancia de unos 75 metros.Pat Marten, que estaba al timón, dio vuelta al yatepara verlo mejor.

Mientras se acercaban lentamente, los Miller y losMarten examinaron con prismáticos aquel ser y fue-ron incapaces de identificar su cabeza, roma y comode serpiente, con la de ningún animal conocido. Al pa-recer no muy contento con lo que veía, el monstruofue sumergiéndose y se perdió de vista. (Janet y ColinBord, Alien Animals, págs. 6-8)

Un hombre que iba a convertirse en incansable perse-guidor del monstruo de Loch Ness comenzó su bús-

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queda en la primavera de 1960. Tim Dinsdale, de Rea-ding (Inglaterra), llegó al loch con su equipo paraacampar y una cámara de cinc de 16 milímetros, pre-parado para pasar seis días al acecho del monstruo.El 23 de abril, su último día de vigilancia, estaba ob-servando el loch desde una altura de unos 100 metroscuando vio un objeto inmóvil en la superficie del agua.Calculando la distancia en unos 1 190 metros, Dins-dale dirigió sus prismáticos y vio una forma color cao-ba con una mancha oscura en el costado izquierdo.Cuando aquello comenzó a moverse, Dinsdale tomósu cámara y empezó a filmar, siguiendo a la formamientras zigzagueaba por el loch y se sumergía paraemerger de nuevo a lo largo de unos 450 metros.

El resultado fue un trozo de película, defectuoso pe-ro emocionante, que muestra a un ser vivo cuya apa-riencia coincide con muchas de las descripciones queotros testigos oculares han hecho del monstruo del la-go. Al menos un científico, antes escéptico, se con-venció de que en las aguas de Loch Ness había algoinexplicable y que valía la pena investigarlo. Es com-prensible que a Dinsdale su éxito lo llenase de satis-facción, y ese entusiasmo se refleja en lo que escribiómás tarde: "A través del mágico lente de mi cámarahabía salvado de un salto más de mil metros: ¿casi po-día agarrar al monstruo por la cola!" (Tim Dinsdale,Loch Ness Monster, págs. 78-104)

Esta foto de una película del investigador de mons-truos Tim Dinsdale, hecha en abril de 1960, muestrala extraña forma que vio durante unos cuatro minu-tos flotando pór el Loch Ness.

Una expedición de la Universidad de Moscú, que es-tudió los yacimientos minerales de la Siberia orientalentre junio y octubre de 1964, se detuvo en el lago Jaiyrpara investigar los rumores de un monstruo que allívivía. Según un artículo de G. Rokosuev, jefe adjun-to del equipo, en la Kómsomolskaya Pravda, el bió-logo N. Gladkikh "tropezó literalmente con él del mo-do más inesperado". Explicaba Rokosuev:

Ocurrió así: Gladkikh fue al lago a buscar agua yvio a un animal que había trepado a la orilla, alparecer para pastar: una pequeña cabeza sobre unlargo cuello reluciente, un enorme cuerpo de piel

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El biólogo N. Gladkikh hizo este dibujó, publicadoen un periódicó ruso en 1964, del monstruo que él yotros investigadores de la Universidad de Moscú vie-ron en el lago Jaiyr.

negra como el azabache y una aleta vertical a lolargo del lomo.

Muy alarmado, Gladkíkh se apresuró a volver a labase con sus noticias. Varios miembros del equipo, ar-mados con cámaras y rifles, corrieron a la orilla dellago. Pero el monstruo se había ido, y de su paso sóloquedaba la hierba aplastada y unas leves arrugas enla superficie del agua. Gladkikh hizo rápidamente undibujo de lo que había visto, sin sospechar que sumonstruo iba a resultar muy familiar a quienes hanvisto el de Loch Ness.

Cualquier duda sobre lo referido por Gladkikh sedesvaneció cuando el animal reapareció y fue visto porel jefe de la expedición y varios miembros del equipo.Escribía Rokosuev:

De repente en el centro del lago apareció unacabeza, y después una aleta dorsal. El animalazotaba el agua con su larga cola, levantando olas.Es de imaginarse nuestro asombro cuando vimoscon nuestros propios ojos que lo que contaban eracierto.

(Peter Costello, In Search of Lake Monsters, págs.224-25; Tim Dinsdale, Monster Hunt, págs. 36-38)

Des paracaidistas del ejército británico que estaban delicencia, el capitán John Ridgway y el sargento ChayBlyth, pasaron en 1966 noventa y dos días remandoa través del Atlántico en una prueba voluntaria desupervivencia de la que formó parte inesperada un ex-traño encuentro. Al amanecer del 25 de julio, el sar-gento estaba profundamente dormido y Ridgway, so-ñoliento, movía mecánicamente los remos de su boteabierto de 6 metros cuando algo vino a perturbar laoscura calma. Como escribió Ridgway más tarde:

Me despabiló un rumor a estribor. Miré el agua yde repente vi la forma retorcida, serpenteante, deun gran animal. Lo contorneaba la fosforescencia

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El capitán John Ridgway y el sargento Chayque remaban para cruzar el Atlántico en el veranode 1966, se vieron amenazados por una serpiente

del mar como si llevara colgada una guirnalda deluces de neón.

Era enorme, de unos 10 metros o más de largo, yvenía hacia mí muy deprisa. Debí de contemplarlodurante unos diez segundos. Vino derecho hacia míy desapareció debajo de donde yo estaba.

Casi paralizado por esta aparición, Ridgway dejóde remar. Al cabo de un momento se decidió a vol-tearse y mirar. No vio nada, pero a los pocos segun-dos oyó "un tremendo chapuzón", como si el mons-truo hubiese aflorado y se hubiese zambullido de nuevoen el mar. Ridgway estaba conmocionado. Su relatoprosigue:

No soy hombre imaginativo, y busqué unaexplicación racional. Chay y yo habíamos vistoballenas y tiburones, delfines y marsopas, pecesvoladores, toda clase de criaturas marinas, peroaquel monstruo nocturno no era ninguno de ellos.A regañadientes tuve que admitir que sólo podíahaber visto una cosa: una serpiente de mar.

Seguro de no ser creído, Ridgway concluía: "Sólopuedo decir que lo vi con mis propios ojos y que hedejado de ser incrédulo." (John Ridgway y ChayBlyth, A Fighting Chance, págs. 12, 131-32)

Siete miembros de una familia que vivía entre los la-gos y turberas de Connemara, en el oeste de Irlanda,vieron a un gran animal juguetear en Lough Nahooindurante todo el crepúsculo vespertino del 22 de febre-ro de 1968. El granjero Stephen Coyne, acompañadopor uno de sus hijos y el perro de la familia, habíabajado a primeras horas de esa noche a un pantanocercano al lough para coger turba seca cuando vio al-go negro en el agua. Mientras lo contemplaban él ysu hijo, vieron que se trataba de un animal, pero delo más extraño. Tenía el cuello como un poste y la ca-beza de casi 30 centímetros de diámetro, la cola aplas-tada y la piel lustrosa. Nadaba sin rumbo, moviendo-

de mar de casi dos veces la longitud de su embarca-ción, según vemos en esta versión gráfica delencuentro.

se de un lado para otro, cuando el perro empezó a la-drar, excitado. Atraído por los ladridos, el animal seacercó a la orilla y abrió la boca de un modo aterra-dor; pero cuando Coyne sujetó al perro, aquello se ale-jó y siguió nadando de acá para allá. Coyne continuóobservando mientras el niño corría a casa a llamar asu madre.

La señora Coyne y el resto de los hijos corrieron allough para ver aquella criatura extraordinaria. Mien-tras el animal continuaba sumergiéndose y reaparecien-do, la familia pudo observar que tenía unos tres me-tros y medio de largo, dos jorobas y protuberanciasa manera de cuernos en la cabeza, pero no ojos. Enuna ocasión dio un coletazo hasta cerca de la cabeza,de modo que formó un lazo o círculo casi completo.Por lo visto no sólo era larga sino también muyflexible.

Los siete miembros de la familia Coyne estuvieronmirando hasta que se hizo de noche, y volvieron a ca-sa con tema de conversación para rato. (Janet y ColinBord, Alien Animals, págs. 3-6)

Cinco jóvenes esquiadores acuáticos entre 14 y 21 añosestaban ludiendo sus habilidades en el lago Okanaganel 23 de julio de 1968 cuando, según dijeron, vieronde cerca a Ogopogo. Sheri Campbell, que iba en es-quíes detrás de la lancha, fue la primera en ver la lar-ga forma flotando perezosamente en la superficie delagua. Alarmada ante el espectáculo de aquellos 6 me-tros de inesperada criatura, soltó la cuerda y pataleónerviosa en el agua hasta que sus amigos volvieron conla embarcación a recogerla.

Para entonces Ogopogo estaba ya en movimiento.Los jóvenes decidieron seguir al animal para verlo másde cerca y, según dijeron, llegaron hasta metro y me-dio de él, lo bastante cerca, según Sheri, para ver"unas escamas azul verde gris" que relucían al sol.En ese momento Ogopogo se sumergió bruscamentey se alejó nadando a una velocidad sorprendente, de-

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jando una estela en V. Aunque lo persiguieron a 65kilómetros por hora, los dejó atrás y pronto lo per-dieron de vista. (Janet y Colin Bord, Alien Animals,págs. 8-9)

Loch Morar, en el condado de Inverness, es un lagodel norte de Escocia que frecuentemente se mencionapor creerse que está habitado por seres semejantes alos que se dice que viven en Loch Ness. Aunque losinformes sobre Loch Morar se remontan a 1887, sóloen 1969 empezó el competidor de Nessie a ser llama-do Morag.

La ocasión fue de esas que destrozan los nervios pa-ra Duncan MacDonnell y William Simpson, que enuna calurosa tarde de verano, el 19 de agosto, volvíana casa atravesando el loch en su pequeño yate, des-pués de un agradable día de pesca. Ambos pensaronque era la hora de tomar el té, y Simpson entró en elcamarote para poner el agua a hervir mientras Mac-Donnell quedaba al timón. Según contó más tardeMacDonnell a Elizabeth Campbell, durante su encues-ta sobre Morag:

Oí un chapuzón o como si alguien agitara el aguadetrás de nosotros. Levanté la vista y a unos 18metros vi a aquel ser, que seguía nuestra estela.Sólo tardó unos segundos en alcanzarnos. Rozó elcostado de la embarcación, estoy seguro que sinquerer. Cuando chocó con el bote pareciódetenerse, o al menos disminuir la marcha. Agarréel remo e intenté alejarlo, pues mi único temor eraque si se metía debajo del yate pudiera volcarlo.

Bill Simpson notó el golpe y vio cómo la tetera res-balaba y se caía, derramando el agua sobre la estufay apagándola. Cerró la llave del gas y subió de un sal-to a cubierta, donde vio a MacDonnell empujando almonstruo con el renio. Durante unos momentos am-bos hombres lucharon para evitar que volcase la em-barcación. Era un ser enorme, más bien repulsivo yextrañísimo, de unos 7 a 8 metros de largo y con unagran cabeza como de serpiente de cerca de 30 centí-metros de ancho; el lomo tenía tres jorobas que so-bresalían unos 45 centímetros de la superficie del agua,y la piel era color café sucio y de textura rugosa.

El remo se rompió, y uno de los hombres tomó unrifle, lo cargó y disparó. El animal se hundió

lentamente .Los dos pescadores se dirigieron a casa a toda velo-

cidad, tan horrorizados por su encuentro con lo im-posible como por el aspecto del animal. "No quierovolver a verlo", diría Bill Simpson. "Estaba aterra-do." (Janet y Colin Bord, Alien Animals, págs. 1-2)

DESDE 1970

En 1970, después de casi 40 años de informes de testi-gos dignos de crédito, Loch Ness fue visitado por unaexpedición perfectamente equipada, compuesta pormiembros de la Academia de Ciencias Aplicadas, de

Boston, en cooperación con el Loch Ness Investiga-tion Bureau británico.

La principal misión del equipo era encontrar prue-bas de grandes objetos en movimiento en el loch. Uti-lizando un nuevo sonar de alta frecuencia y barridolateral diseñado por el ingeniero subacuático MartinKlein, también presente entre los "cazadores de mons-truos" de la Academia, los investigadores hicieron uncierto número de intrigantes contactos con blancos dediversos tamaños, móviles pero inidentificables.

A finales de octubre hubo una serie de contactos es-pecialmente afortunados mientras el sonar estaba ins-talado cerca de un embarcadero de la bahía de Urqu-hart. Algo voluminoso cruzó el rayo del sonar no le-jos del embarcadero. Después, a intervalos sucesivosde 10 a 15 minutos, objetos semejantes pero mayoresfueron detectados desde distancias superiores. Fueranlo que fueran, esos objetos se movían al parecer porsu cuenta y eran de 10 a 50 veces mayores que los pe-ces registrados por el aparato.

Los contactos fueron prueba inequívoca, aunque noconcluyente, de que en Loch Ness hay grandes seresmisteriosos. (Technology Review, 8:27, marzo-abril de1976; conversación telefónica con Martin Klein, de Sa-lem, Nuevo Hampshire)

California, a pesar de ser tan rica, carece inexplica-blemente de monstruos acuáticos. No obstante, al pa-recer desde 1884, se ha visto uno de vez en cuando enel lago Elsinore, cerca de Riverside. Una vecina dellago llamada Bonnie Pray dijo haberlo visto dos ve-ces en 1970. Según ella, es , una especie de serpiente detres metros y medio y unos 90 centímetros de gruesoque se desplaza por el agua con un movimiento ondu-lante de arriba abajo, a diferencia de las serpientes,que lo hacen horizontalmente. En fecha posterior, tresempleados del parque estatal de Elsinore que cruza-ban el lago aseguraron haber visto un animal seme-jante en la superficie a unos 15 metros de su embarca-ción. Demasiado confundidos para una observaciónprecisa, dieron descripciones diferentes, aunque estu-vieron de acuerdo en que se trataba de algo muy ex-traño. (Janet y Colin Bord, Alien Animals, pág. 10)

El río White, a su paso por Newport (Arkansas,E.U.A.), fue escenario de varias apariciones en losaños setenta. El 28 de julio de 1971, Cloyce Warren,de la compañía maderera del río White, fue de pescacon dos amigos. Amarraron la embarcación junto alpuente y lanzaron el anzuelo. De pronto los tres seasombraron al ver alzarse hacia el cielo una enormecolumna de agua desde un punto situado a unos 60metros de allí. "Yo no sabía lo que ocurría", contómás tarde Warren a los reporteros:

Aquella forma gigantesca subió a la superficie yempezó a moverse en medio del río, lejos del bote.Era muy larga y de color grisáceo... Habíamosllevado una pequeña cámara Polaroid Swinger paratomar fotos de nuestras capturas.

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un gran animal, que irguió la cabeza hasta dos me-tros por encima del agua y después se alejó nadandoperezosamente. Sin apenas poder dar crédito a susojos, ambos estuvieron observando al animal unosveinte segundos hasta que se sumergió.

El monstruo había sido visto por muchos frailes dela abadía, pero para el padre Gregory era la primeravez. "Sentimos una mezcla de temor y asombro", con-taba. "Mi amigo decía que de no haber estado yo conél, probablemente hubiese echado a correr." Pero noporque se creyera en peligro, sino por la sensación queproduce lo inexplicable. "Nos parecía algo de otromundo." (Dermis L. Meredith, Search at Loch Ness,pág. 110)

Cloyce Warren, una de las muchas persónas que hanvisto al monstruó del río White salir a la superficie,pudo tómar esta fotógrafía instantes antes de que sesumergiese.

La agarré y conseguí tomar una foto antes de quese sumergiese. Parecía tener un espinazo con púasque se extendía a más de 10 metros. Era dificilsaber exactamente qué aspecto tenía de frente, peroera terriblemente grande.

El Newport Daily Independent publicó la foto dosdías más tarde. El monstruo - del río White, visto delejos, tenía dos contornos un tanto difuminados, pe-ro parecía ser un gran animal desconocido hasta en-tonces. (Newport Daily Independent, 30 de julio de1971)

Inquebrantable en su fe, el padre Gregory Brusey nodudaba haber visto un monstruo en Loch Ness el 14de octubre de 1971. Él y un visitante estaban disfru-tando de la vista del lago en calma desde los terrenosde la abadía benedictina de Fort Augustus cuando aambos los sobresaltó una súbita y violenta agitaciónde las aguas. A unos 250 metros de allí surgió ante ellos

El padre Gregory Brusey en la orilla de Loch Ness,cerca del lugar donde un amigo y él se sobresaltaronal ver a una enorme criatura salir del agua en 1971.

La esposa de Robert A. Green no vio tan corrobora-da como deseaba su afirmación de haber visto aChamp, el monstruo del lago Champlain, pero la cul-pa no fue suya. En una fecha no especificada de 1971,la señora Green, su madre y una amiga estaban en unhotel con vista al lago. Mientras contemplaban lastranquilas aguas, vieron deslizarse serenamente porellas una cabeza como de serpiente y tres oscuras jo-robas. Buscando un testigo que no perteneciera a supequeño grupo, la señora Green llamó al cantinero delhotel para que viniese a verlo. El hombre echó una rá-pida e incrédula ojeada, volvió a su bar, sacudió lacabeza y dijo con firmeza: "No pienso decir nunca quelo he visto." (Janet y Colin Bord, Alíen Animals,pág. 9)

El problema de probar la existencia de un monstruono identificado en Loch Ness —difícil a causa del ca-rácter esquivo del animal y de la necesidad que sien-ten los incrédulos de negarla aun por los medios másinverosímiles— se agrava por las propias característi-cas del lago. A causa del laberíntico fondo del lochen lugares donde tiene de 200 a 300 metros de profun-didad, las criaturas subacuáticas pueden escapar fá-cilmente a la detección electrónica. Añádase a esto laoscuridad del agua, que tiene grandes cantidades departículas de turba en suspensión. Incluso a poca dis-tancia de la superficie, la visibilidad máxima es confrecuencia de sólo dos o tres metros.

Con estas dificultades in mente llegó en 1972 al lochla expedición de la Academia de Ciencias Aplicadasde Boston, dirigida por el doctor Robert H. Rimes pro-visto de un moderno equipo de sonar completado porun sistema de cámara estroboscópica creado por eldoctor Harold E. Edgerton, del Instituto Tecnológi-co de Massachusetts, para fotografiar la vida subacuá-tica. Consistía este sistema en una cámara de cine de16 mm para hacer tomas a intervalos prefijados, pro-vista de flash sincronizado de unos 50 vatio-segundos_El objetivo —el sueño casi imposible— era obtener unacombinación de pruebas sonáricas y fotográficas del"animal" escocés conocido como Nessie.

La suerte iba a tener tanta importancia como el equi-po, porque evidentemente los investigadores no tenían

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la menor idea de dónde podía estar su legendario ob-jetivo. Debían limitarse a desplegar su equipo en laszonas donde se había visto con más frecuencia almonstruo y esperar que se le ocurriese volver a pasarpor allí.

La noche del 8 de agosto la superficie del loch esta-ba insólitamente lisa y tranquila, y los miembros delequipo investigador esperaban en embarcaciones an-cladas en la bahía de Urquhart, a poca distancia dela orilla. Un transductor sonárico fue bajado de unade las embarcaciones y colocado suavemente sobre unaladera subacuática, con sus ondas apuntando al inte-rior del loch. La cámara estroboscópica fue colocadaun poco más abajo y apuntada, con la lámpara en-cendiéndose a intervalos, a la zona que abarcaban lasondas del sonar.

Hacia la una de la madrugada el equipo empezó aver en la pantalla del sonar las pesadas y oscuras se-ñales de un gran objeto en movimiento. Las trazas eransemejantes a las obtenidas por la expedición de 1970.La emoción aumentaba, y con ella la sensación de al-go ominoso. A la 1:40 el sonar registró el paso de unossalmones (señalado por trazos más leves y disconti-nuos) y la aparición de dos objetos mayores. Al mis-mo tiempo la cámara estroboscópica fotografió lasmanchas captadas por las ondas del sonar.

A causa de lo turbio del agua, las fotografías no eranmuy nítidas, pero al tratarlas mediante una computa-dora se hicieron visibles varias imágenes pasmosas.Dos de las tomas mostraban una aleta. Hechas con45 segundos de diferencia, las dos fotos mostraban loque parecía ser un mismo apéndice en dos posturasdiferentes, lo que indicaba movimiento. Una tercerafoto reveló dos objetos que parecían ser grandes ani-

males. La correlación y análisis de los hallazgos indi-có que la aleta tenía de 1.20 a 1.80 metros de largoy los dos cuerpos estaban separados por unos 3.5 me-tros.

Al fin se habían logrado pruebas simultáneas de so-nar y fotográficas de que en Loch Ness vivía un grananimal —quizá dos— largo y provisto de aletas. Y sinembargo, aún hay quienes siguen sin convencerse.(Dennis L. Meredith, Search at Loch Ness, págs.25-28; Technólogy Review, 8:25-30, marzo-abril de1976)

Los monstruos lacustres rusos volvieron a ser noticiaen los años setenta. Tras oír hablar de una enorme ser-piente de agua en la región de Dzhambul, de la repú-blica soviética de Kazakistán, en el Asia Central, elgeógrafo Anatoly Pechersky y su hijo Volodya pasa-ron sus vacaciones de 1975 en esa zona, junto al lagoKok-kol.

Un día, mientras Pechersky y su hijo estaban en laorilla, empezaron a formarse grandes ondas en la su-perficie del lago a unos 8 metros de ellos, y en mediode esa agitación apareció un monstruo en forma deserpiente. Su maciza cabeza tenía como 1.80 metrosde largo y su cuerpo, grueso y sinuoso, unos 15.

Pechersky, aterrado, gritó para advertir a su hijoy trepó por la empinada ribera para agarrar su rifle.El monstruo seguía a la vista cuando padre e hijo vol-vieron a la orilla, pero en seguida empezó a sumergir-se. Sólo cuando se hundió y el agua se arremolinó so-bre él se dio cuenta Pechersky de que bien podía ha-ber tomado la cámara fotográfica o la de cine en vezde un arma. (Janet y Colin Bord, Alien Animals,pág. 12)

o

En 1972, un sondeo con sonar de Loch Ness registróen fórma de fuertes trazos negros el movimiento degrandes objetós. Los números de la parte inferiórmuestran que el móvimiento se inició a la I y a la 1:40de la madrugada.

La imagen de la izquierda, que se dice que parece unagran aleta, fue tomada por una cámara subacuáticahacia la 1:40 de la madrugada, hora coincidente conla del movimiento registrado en el trazo del sonar.

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El triunfo logrado en Loa Ness dio una emoción es-pecial a la expedición que la Academia de CienciasAplicadas, de Boston, organizó en junio de 1975. Aña-dido al arsenal de sistemas de detección de que dispo-nía el equipo iba una cámara estroboscópica mejora-da con nuevas técnicas destinadas a corregir algunosde los problemas que habían perjudicado la investi-gación de 1972. El aparato que entonces se había usa-do lo llevaron para utilizarlo como sistema auxiliar.Ambas cámaras iban provistas de película más rápi-da, es decir, más sensible. El sistema principal de to-ma de vistas, que se disparaba mediante el sonar, fuesituado en un saliente a una profundidad de 25 me-tros. La cámara estroboscópica de reserva fue suspen-dida de una embarcación a 12 metros por encima delsistema principal.

El sonar registró repetidamente objetos grandes cer-ca de la nueva cámara, pero la película no reveló na-

da. Algo en el fondo había levantado nubes de lodoque impedían la visión bajo el agua, y eso fue lo úni-co que fotografió la maravilla de la técnica.

Pero la humilde cámara de reserva colgada a 12 me-tros funcionó fielmente durante 24 horas, del 19 al 20de junio, tomando foto tras foto a los intervalos pre-fijados.

Varias de esas fotos muestran objetos grandes den-tro del rayo de luz estroboscópica. Una de ellas inclu-ye parte de un cuerpo rosáceo; otra, lo que parece laparte superior del torso, el cuello y la cabeza de unacriatura viva con dos rechonchos apéndices. Entre fo-tos de anguilas y peces, hay una secuencia de tomasque revela que algo había hecho balancearse violenta-mente a la cámara, de tal modo que hubo un momen-to en que apuntó hacia arriba y fotografió el fondode la embarcación.

En la toma siguiente, mirando a la cámara, está la

El monstruo más famoso del mundoQuizá ninguna imagen de Nessie sea tan sugestiva co-mo la foto subacuática (abajo, izquierda) que en 1975Robert Rines hizo de lo que podrían ser la cabeza yla parte superior del torso. Las otras fotos son, en elsentido del reloj, de la cabeza y el cuello tomada en

1934 por R.K. Wilson; una vaga forma en el lago fo-tografiada en 1934; algo inexplicable en el agua cercadel castillo de Urquhart y una imagen como de unacabeza tomada en 1977. En el centro una foto de 1951de lo que pueden ser tres de las jorobas de Nessie.

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cabeza del monstruo... o de algo parecido a un dra-gón subacuático. La cabeza está medio de perfil, ymuestra los ollares, la boca abierta y varios salientesa modo de cuernos. El estudio de las diversas tomasque muestran segmentos de cuerpo sugiere que se tra-ta de una criatura viva con una longitud total de 6 me-tros, un cuello de 45 centímetros de grueso, una bocade 23 centímetros de largo y 12 de anchura, y cuernosde unos 15 centímetros de largo, separados unos 25.Otros ejemplares pueden, por supuesto, ser conside-rablemente mayores.

Sea o no esta manifestación el famoso monstruo deLoch Ness, se trata innegablemente de un fenómenoque exige una explicación. (Technology Review, 8:28,31-40, marzo-abril de 1976)

Nessie se dejó ver con frecuencia en los meses siguien-tes a la expedición de junio de 1975. Dos de estos ca-sos, referidos por el editor científico Dermis L. Mere-dith tras una temporada en Loch Ness, destacan porsu extravagancia casi carnavalesca.

El 8 de julio de 1975, el maestro Allen Wilkins ysu hijo Tan establecieron, aproximadamente a dos ki-lómetros y medio al sur de Invermoriston, el que fueprobablemente el récord de avistamientos repetidos.A las 7:20 de la mañana, Wilkins vio cómo una for-ma negra de 6 metros de largo aparecía y desaparecíaa alguna distancia lago adentro. A las 10:12, Wilkins,acompañado de su mujer y otras personas, vio y fo-tografió tres grandes jorobas triangulares que se mo-vían en el agua como jugueteando y que desaparecie-ron al acercarse una lancha de motor. A las 9:25 dela noche, Wilkins y otros observaron cómo emergíadel agua una mancha negra con dos jorobas, que se-gundos más tarde se alejó y desapareció. A las 10:25,Wilkins y sus fascinados acompañantes vieron tres jo-robas muy juntas como de 1.20 metros de altura, queentraban y salían del agua describiendo una graciosacurva. Finalmente se sumergieron todas a la vez.

El 12 de julio de 1976 dos mecánicos de Invernessnavegaban a unos 400 metros del embarcadero deAbriachan cuando vieron que una joroba seguía su es-tela. Curiosos y no muy sorprendidos, Ian Dunn yBilly Kennedy dieron media vuelta y fueron a echaruna ojeada. Y la sorpresa vino entonces. Agitándosey ondulando a su alrededor había cinco jorobas ne-gras de 3 a 3.5 metros de largo y de 60 a 90 centíme-tros de alto. Asustados, pero a la vez hipnotizados,Kennedy y Dunn se pusieron sus chalecos salvavidas,se aferraron a su balanceante embarcación y observa-ron el espectáculo durante veinte minutos. "Era co-mo estar en medio de un banco de ballenas", dijo mástarde Duna. Después cayó un chaparrón sobre el lochy nuestros hombres se dirigieron a la orilla, seguidosdurante un rato por uno de los animales. (Dennis L.Meredith, Search at Loch Ness, págs. 108-09, 116)

Casi un año después, el 25 de abril de 1977, a muchosmiles de millas de allí, el pesquero japonés Zuiyó Ma-

ru izó a bordo un enorme animal muerto que nadieha podido identificar. Estaban pescando caballa a lolargo de las costas de Nueva Zelandia cuando lo atra-paron en sus redes, a una profundidad de 275 metros,sólo para descubrir que habían capturado un cadáverpodrido. Los restos no pertenecían, con toda seguri-dad, ni a un pez, ni a una ballena, ni a ningún otromamífero reconocible. Tampoco se trataba de una ju-garreta de la imaginación, pues pesaba unos 180 ki-los, medía cerca de 10 metros y fue visto por los 18tripulantes.

A pesar de su estado de descomposición, se vio quetenía un largo cuello, una cola también larga, cuatro

En 1977, un pesquero japonés capturó el cuerpo des-cómpuesto de una criatura marina no identificada, conel largo cuello colgando.

aletas y un espinazo bien desarrollado. A bordo delbarco iba Michihiko Yano, adjunto al jefe de produc-ción de Taiyo Fisheries, Ltd., quien midió el cuerpo,tomó muestras de los tejidos y sacó fotos a color. Des-pués los restos fueron echados por la borda y Yanovolvió a Japón para dejar perplejos a los científicoscon tan notables despojos. (Oceans, 10:56-59, no-viembre-diciembre de 1977)

Un día de principios de julio de 1977, Sandra Mansiy un amigo disfrutaban de la tranquila bellcza del la-go Champlain cuando advirtieron que el agua empc-

Sandra Mansi vio surgir del lago Champlain un ser Te-rrorífico, con un gran cuerpo y un largó cuello. Con-siguió fótografiarlo antes de que desapareciese.

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zaba a borbotear. Después, ante sus incrédulos ojos,emergieron una cabeza y un cuello largo y esbelto, quese curvaba sobre una oscura masa flotante. Se dieroncuenta de que aquello no era un pez.

Aunque medio paralizada por el temor, Sandra con-siguió apuntar su cámara hacia el monstruo y tomaruna instantánea. El resultado fue una clara fotogra-fía de un objeto aparentemente animado, de color grispardo y rasgos serpentinos.

Algún tiempo después tuvo lugar en Montpelier, lacapital de Vermont, una audiencia pública para apo-yar la aprobación de leyes que protegiesen al mons-truo. Sandra, presente en la sesión, declaró con fer-vor: "Sólo quiero que sepan que `Champ' está allí.Créanme, está allí." (The New York Times, 31 deagosto de 1981; Pursuit 14:51-58, segundo trimestrede 1981)

Dos publicaciones oficiales chinas informaron en 1980que en lagos de Manchuria y el Tíbet habían sido avis-tadas varias formas de vida desconocidas. El primerreportaje, aparecido en el Peking Evening News, de-cía que una extraña criatura semejante a un dinosau-rio había sido vista en varias ocasiones en el lago Wen-bu, en un lugar remoto del Tíbet. En una ocasión, alparecer capturó y se tragó un yak que se había deteni-do para pastar a orillas del lago. Añade verosimilituda la historia el hecho de que fuese contada por un fun-cionario del partido comunista local, quien dijo quellevaba el yak al mercado cuando ocurrió el incidente.

Otros avistamientos, según informaciones publica-das en el mismo periódico, tuvieron lugar en un crá-ter convertido en lago cerca de la cumbre de una mon-taña en la provincia nororiental de Jilin. Varios visi-tantes del cráter y el personal de una estación meteo-rológica cercana aseguraron haber visto a un ser conla cabeza como la de una vaca, pero mucho mayor,y un pico plano parecido al de un pato. Dijeron quenadaba a una velocidad que levantaba una estela co-mo la de una lancha de motor.

A finales de 1980, el Guangming Daily informabaque un respetado escritor chino llamado Leí Jia habíavisto dos veces a una criatura lacustre en la regiónmontañosa de Changbai, en Manchuria. Dijo queaquel animal desconocido parecía un reptil negro deunos dos metros de longitud, cuello largo y cabeza ova-lada. Tres funcionarios de la oficina meteorológica lo-cal aseguraron haberlo visto también. Dispararon con-tra él y fallaron, y el animal desapareció. (Fate, 34:60,septiembre de 1981)

Basándose en dos expediciones de investigación lleva-das a cabo en 1980 y 1981, el doctor Roy P. Mackal,biólogo de la Universidad de Chicago, está convenci-do de la existencia de un monstruo legendario en lapantanosa cuenca del Ubangi-Congo, en el África Cen-tral. Conocido por mokele-mbembe y descrito por lospigmeos congoleños como una mezcla de elefante ydragón y mucho más temible que un cocodrilo, el ani-

mal ha estado esquivando a los exploradores-cazadoresdesde principios del siglo xx, aunque las noticias dealgo extraño en los ríos y pantanos del África Centralse remontan al siglo anterior.

En 1980, Roy Mackal y James H. Powell, hijo, es-pecialista en cocodrilos, se internaron en el corazónde la salvaje región de Likouala para seguir esas his-torias hasta su fuente y tratar de identificar al animal.A principios de febrero llegaron al remoto puesto fron-terizo de Impfondo, y, aunque asustados ante los pan-tanos y selvas casi vírgenes que tenían enfrente, les ani-mó saber que el mokele-mbembe era algo de lo quese hablaba como de un fenómeno bien conocido, aun-que el animal fuese extraño.

Uno de los informes oculares más antiguos fue elde un tal Firman Mosomele, quien dijo que hacía unos45 años, cuando él tenía 14, había visto a ese ser mien-tras él iba remando en su canoa por un meandro delrío Likouala aux Herbes, cerca del pueblo de Epéna.Esperó sólo lo suficiente para ver una cabeza y un cue-llo como de serpiente de un color pardo rojizo y de1.80 a 2.25 metros de longitud antes de escapar a to-do lo que daban sus remos, pero la imagen había que-dado grabada a fuego en su cerebro. Al mostrárseleun libro con dibujos de animales, Mosomele eligió unsaurópodo o dinosaurio como el animal que habíavisto.

El siguiente informe, de una mujer de Epéna, con-firmó que la criat ura era realmente familiar en la zo-na. Dijo que dos de esos animales habían entrado re-cientemente en el lago Tele procedentes del río Bai.Uno de ellos había sido muerto por los vecinos del la-go, y después despedazado y comido a pesar de lacreencia local de que quien comía su carne moríapronto.

Los exploradores y sus porteadores pasaron casi to-do el resto del mes viajando con dificultad a través delterritorio del mokele-mbembe, persiguiendo a la ex-traña criatura y reuniendo otros muchos relatos de pri-mera mano. Uno de los más detallados fue el propor-cionado por Nicolas Mondongo, un congoleño delpueblo de Bandéko. Durante un viaje por el Likoualaaux Herbes entre Mokengi y Bandéko había visto aun mokele-mbembe "que hizo bajar el nivel del aguacuando salió del río".

En ese punto el agua tenía sólo una profundidad de90 centímetros a 1.80 metros, y el animal era visiblecasi por entero. Mondongo dijo haber visto su dorso,cuello y cabeza, y parte de una larga cola y unas cor-tas piernas. La cabeza estaba rematada por una espe-cie de cresta. Por lo que pudo calcular, el animal me-día cerca de 10 metros, de los que 2 ó 3 eran cabezay cuello.

Convencido por tales informes de que, "aunque ra-ros, los mokele-mbembes existen y no correspondena ninguna forma de vida conocida por la ciencia", eldoctor Mackal volvió a África en 1981 para una ex-pedición de seis semanas con un grupo de científicosfranceses, estadounidenses y congoleños. Lo más des-

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Ni pez ni fantasíaLas denominaciones "serpiente de mar" y "monstruolacustre" tienen un aura mitológica que sugiere quelos extraños animales a los que se refieren están fuerade la realidad. Sin embargo, hay miles de noticias irre-futables de su existencia, desde Siberia hasta Escociay dondequiera que hay aguas profundas. Esos mons-truos ubicuos han sido vistos repetidamente por gru-pos de personas no relacionadas entre sí, en ocasio-nes hasta doscientas al mismo tiempo. Algunas de esascriaturas incluso han vuelto a diario, como para dara todo el mundo la oportunidad de asombrarse. Enopinión de algunas autoridades, entre ellas el doctorFrederic A. Lucas, "hay más declaraciones juradasa favor de ese animal de las que necesitaría cualquiertribunal como prueba de un caso común y corriente".

Pero ¿qué es esa misteriosa forma de vida?Para empezar, no se trata de una sola criatura.Parece evidente, por los relatos de los testigos,

que hay varias especies de enormes animales subacuá-ticos, algunos de los cuales han sido identificados demanera provisional. Los gigantescos seres con ten-táculos con los que tan a menudo nos tropezamos enlos anales griegos y romanos, y a los que llamabankraken los marinos noruegos, son para la mayoría delos autores el calamar gigante. El zoólogo BernardHeuvelmans, que distingue nueve tipos diferentes deserpiente de mar, ha documentado la existencia de ca-lamares que miden 73 metros de tentáculo a tentácu-lo. El doctor Roy Mackal, que sigue el rastro delmokele-mbembe, sugiere que otro posible kraken pue-de ser un tipo de pulpo gigante, que, según él, midehasta 60 metros.

Algunas manifestaciones desconcertantes resultantener explicaciones sencillas aunque sorprendentes. Eldoctor Mackal no duda en identificar al monstruo delrío White de Arkansas basándose en múltiples descrip-ciones de testigos: "El caso del río White", escribeMackal, "es un claro ejemplo de un animal acuáticoconocido que es observado fuera de su hábitat o zonanormal, y en consecuencia no es identificado por unosobservadores no familiarizados con él. El animal encuestión era sin duda un gran macho de elefante ma-rino", un solitario que había remontado el Mississip-pi y penetrado en e) río White.

Mackal tiene algunas ()tías sugerencias interesan-tes, basadas en la apariencia física y en la posible per-sistencia de algunas formas arcaicas. Afirma que eltipo de serpiente de mar grande y que ondula verti-calmente puede muy bien ser el zeuglodonte, una pri-mitiva ballena dentada que se cree extinguida desdehace mucho tiempo. El doctor Mackal cree que aúnpuede sobrevivir una pequeña población de

zeuglodontes. El monstruo del lago Okanagan correspondea la descripción del zeuglodonte, lo mismo que el

El dibujo sugiere que Nessie esta relacionada con el elas-mosauro, que vivió hace más de 70 millones de años.

monstruo del lago Champlain y las serpientes de marde la Columbia Británica.

Cuando los científicos japoneses acabaron de exa-minar la masa descompuesta izada a bordo del ZuiyoMaru (ver pág. 149), llegaron a una conclusión pro-visional. "Se parece mucho a un plesiosauro", dijouno de ellos, y a ninguno se le ocurrió una idea mejor.

Las imágenes del monstruo de Loch Ness muestranun notable parecido con el plesiosauro, un gran reptilacuático de la era mesozoica. Según Dennis Meredith,miembro de la expedición de 1976 al Loch Ness, "untipo concreto de plesiosauro, el elasmosauro, es el me-jor candidato".

Los monstruos acuáticos tienen una sorprendentecualidad. Al verlos, algunas personas se quedan co-mo petrificadas, presa de una repugnancia paralizan-te que hace que se olviden de utilizar las cámaras quetienen en la mano o que se confundan al enfocarlas.Incluso F.W. Holiday, un avezado entusiasta de losmonstruos, piensa que hay algo muy especial en el deloch Ness, y admite sentir "una mezcla de admira-ción, temor repulsión". Y. sin embargo, ese mons-truo, al que algunas personas encuentran "inmundo",es conocido afectuosamente por el diminutivo feme-nino de Nessie, como si se tratase de un ser lindo yencantador.

Muchos monstruos acuáticos tienen estos apodostranquilizadores: Champ el del lago Champlain;Ogopogo el del Okanagan; Igopogo el del Simcoe , cercade Toronto; Manipogo el del Manitoba; Chessie, laserpiente de mar de la bahía de Chesapeake; SlimySlim o Sharlie el del lago Payette, en Idaho, y Whiteyel monstruo del río White, en Arkansas. Uno se pre-gunta si esos nombres cariñosos corresponden a unsentimiento de camaradería o a un intento de reducirlo increíble a algo que no nos sobresalte.

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tacado de su empresa fue el descubrimiento de "enor-mes huellas y una amplia franja de vegetación dobla-da y aplastada. El rastro conducía al río". Por su ta-maño, las huellas eran comparables a las de un ele-fante, pero la vegetación aplastada sugería que el ras-tro había sido obra de una criatura reptiliana "másalta y más ancha que cualquier cocodrilo conocido".

Mackal, que está ahora "más convencido que nun-ca" de la existencia del animal, cree que habita en lospantanos pero utiliza los ríos para desplazarse. Se es-peran nuevos intentos de encontrarlo. (Animal King-dom, 83:4-10, diciembre de 1980; The New York Ti-mes, 18 de octubre y 10 de diciembre de 1981)

Por resolución oficial del 6 de octubre de 1980, lasfuerzas vivas de Port Henry, un pueblo situado al ex-tremo meridional del lazo Champlain, en el estado deNueva York, prohibieron molestar a los monstruosmarinos. Los defensores de Champ resolvieron que"...por la presente se declara que todas las aguas dellago Champlain cercanas al pueblo de Port Henry es-tán prohibidas para cualquiera que intente de algúnmodo hacer daño, hostigar o dar muerte al monstruomarino del lago Champlain".

Como animado por esta declaración, el monstruofue generoso en sus apariciones durante 1981.

Al alcalde de Pon Henry, Robert Brown, no le dis-gustó este estímulo al negocio turístico. Según el NewYork Times, al menos tres docenas de personas vie-ron al animal durante el año, incluidos "17 alumnosde un curso sobre la Biblia". Según el alcalde, una jo-ven había tomado cuatro fotos de Champ, que esta-ban siendo analizadas. Añadió, muy orgulloso, quequienes participaban en un seminario de verano paraaspirantes al doctorado en filosofía habían llegado aesta conclusión: "Es evidente que ahí hay algo." ( TheNew York Times, 4 de octubre de 1981; Pursuit, 14:51,segundo trimestre de 1981)

MONSTRUOS TERRESTRES, PRINCIPALMENTEBIPEDOS

ANTES DE 1900

Un aventurero inglés llamado Andrew Battel pasó mu-chos años en África durante el siglo xvi y al volvera su patria le hizo un relato detallado de sus experien-cias a su amigo Samuel Purchas. El relato figura enla famosa recopilación de escritos de viajes Purchashis Pilgrimes, publicada en 1625. Según Battel, asom-brado ante los mandriles, monos y micos de las sel-vas, dos clases de monstruos eran también comunes,ambos muy peligrosos:

El mayor de esos dos monstruos recibe en su lenguael nombre de Pongo, y al más pequeño lo llamanEngeco. Ese Pongo es en todas sus proporcionescomo un hombre, pero su estatura es más degigante que de hombre, porque es muy alto, conrostro humano, ojos hundidos y cejas muypobladas. Su cara y orejas no tienen pelo, ytampoco sus manos. Su cuerpo está lleno de pelo,

pero no muy espeso, y de un color pardusco. No sediferencia de un hombre a no ser por sus piernas,que carecen de pantorrilla. Camina siempre sobreellas, y lleva las manos en la nuca cuando va por elsuelo... Van muchos juntos, y matan a muchosnegros que trabajan en los bosques. Muchas vecescaen sobre los elefantes que vienen a comer dondeestán ellos, y los golpean de tal modo con el puñocerrado y con estacas que huyen de ellos bramando.A esos Pongos nunca los cazan vivos, porque sontan fuertes que diez hombres no logran sujetar auno de ellos... [Bernard Heuvelmans, On the Trackof Unknown Animals, pág. 43]

"Las huellas de los cascos del Diablo" fueron llama-das así por los asombrados aldeanos que las vieronaparecer de la noche a la mañana en la Inglaterra ru-ral de 1855. La mañana del 8 de febrero fueron des-cubiertas en la nieve caída en torno a 18 aldeas del con-dado de Devon un número incontable de huellas ini-dentificables. Tenían forma de pequeñas herradurase iban en líneas absolutamente rectas, una detrás deotra, como si el que las había hecho tuviese sólo unapierna, o bien estuviera jugando "gallo gallina".

En una sola noche el desconocido animal había via-jado unos 160 kilómetros, cruzado un ancho río y me-rodeado en torno a las casas. Al parecer, en algunossitios habla subido por las paredes y caminado por lostejados, y aquí y allá las huellas daban la impresiónde que incluso los había atravesado.

Durante algún tiempo, la gente no se atrevió a salirdespués de oscurecer, y los supersticiosos creían quelas huellas habían sido dejadas por el mismísimo Sa-tán. (Bernard Heuvelmans, 017 the Track of UnknownAnimals, págs. 324-25)

Dos testigos oculares hicie-ron estos dibujos de las"huellas de los cascos delDiabló", vistas en Devónen 1855.

Un animal parecido a un gusano, gigantesco y posi-blemente anfibio, fue visto en diversas partes del Bra-sil durante el decenio de 1860. Más adelante, un talFrancisco de Amaral Varella vio algo parecido a unaenorme lombriz de tierra a orillas del río Das Cavei-ras. Tenía más de cuatro palmos de grueso y un hoci-co como de cerdo en lo que era presumiblemente lacabeza. Cuando el testigo llamó a sus vecinos, la cria-tura desapareció en el suelo, dejando en su caminoprofundos surcos de unos cuatro palmos de ancho.(Bernard Heuvelmans, On the Tracks of UnknownAnimals, págs. 298-99)

En 1889, en el principado nororiental de Sikkim, elmayor Laurence Austine Waddell , del Cuerpo de Sa-nidad del Ejército de la India, encontró grandes hue-

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Un encuentro con un hombre mono en las tierras vírgenes de la costanoroccidental del Pacifico dejó a un joven trampero tan afectado que añósmás tarde aún temblaba cuando se lo recordaban.

Has en Las nieves del Himalaya, a 5 000 metros de alti-tud. Escribía en su libro Among the Himalayas (1899):

Dijeron [los sherpas] que era el rastro de loshombres peludos que se cree que viven entre lasnieves eternas, lo mismo que los míticos leonesblancos, cuyo rugido afirman que se escuchadurante las tormentas. Todos los tibetanos creen enesas criaturas. [Bernard Heuvelmans , On the Trackof Unknown Animals, págs. 127-28; John Napier,Bigfoot, págs. 34-35]

Teodoro Roosevelt no era persona crédula, pero lo im-presionó una historia que contó en su libro The Wil-derness Hunter, publicado en 1893. El incidente, ocu-rrido muchos años antes, le fue contado a Roosevelt,según decía,

por un viejo cazador montañés, canoso y curtido,llamado Bauman, que había nacido en la frontera yse había pasado la vida en ella. Debía de creer loque decía, porque en algunos puntos de la historiano pudo reprimir un estremecimiento...

Cuando ocurrió, Bauman era todavía joven, yestaba cazando con trampas, en compañía de unsocio, en las montañas que dividen los brazos del

río Salmon del nacimiento del río Wisdom Nohabían tenido mucha suerte, y decidieron subir a undesfiladero particularmente salvaje y solitario por elque corría un pequeño arroyo donde decían quehabía muchos castores. El paso tenía mala famaporque el año anterior un cazador solitario que sehabía aventurado en él fue muerto allí, al parecerpor un animal salvaje, y sus restos medio devoradoshabían sido encontrados por prospectares mineros...apenas la noche anterior.

Pero Bauman y su compañero eran atrevidos y noles preocupó aquella historia. Acamparon en un pe-queño claro y marcharon corriente arriba a colocar sustrampas. Al anochecer regresaron.

Les sorprendió ver que durante su corta ausenciaalguien, aparentemente un oso, había visitado elcampamento y había estada revolviendo sus cosas,esparciendo el contenido de sus bultos ydestruyendo su cobertizo con todo descara. Lashuellas del animal eran muy claras, pero alprincipio no se fijaron mucho en ellas...

Más tarde las examinaron con mayor atención y vie-ron que el intruso caminaba erguido, pero las huellasno eran de un ser humano.

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A media noche, a Bauman lo despertó un ruido, yse incorporó en sus mantas. Al hacerlo le llegó a lanariz un fuerte olor a animal salvaje, y vio lasilueta borrosa de un gran cuerpo en la oscuridadde la entrada del cobertizo. Agarró su rifle ydisparó a la vaga y amenazadora sombra, pero sinduda falló, porque inmediatamente oyó aplastar lamaleza mientras aquello, fuera lo que fuera, seadentraba en la impenetrable oscuridad del bosquenocturno.

Los dos hombres no durmieron mucho después deaquello y al día siguiente no se separaron mientras tra-bajaban. Al volver al campamento vieron que estabaotra vez desbaratado y todo su equipo de acampar ysu ropa de cama revueltos. En la tierra blanda que ha-bía a lo largo del arroyo cercano se veían claramentehuellas de dos patas. Los tramperos pasaron la nochesentados junto al fuego, alternándose en la guardia yescuchando preocupados el crujir de las ramas y el gri-to de algo que profería un "lamento interminable ydiscordante, un sonido extrañamente siniestro".

Por la mañana decidieron recoger sus trampas ymarcharse esa misma tarde. También ahora trabaja-ron juntos, hasta que sólo quedaban por recoger trestrampas. El sol estaba alto, las trampas distaban sólounos tres kilómetros del campamento y acordaron queBauman iría por ellas mientras su compañero volvíaal cobertizo para empaquetar el equipo.

En las trampas había tres castores, y a Bauman lellevó algún tiempo prepararlos. Al iniciar la marchahacia el campamento notó con desasosiego lo bajo queestaba ya el sol.

Al fin llegó al borde del pequeño claro dondeestaba el campamento y al acercarse gritó, pero nohubo respuesta. La fogata se había apagado,aunque todavía ascendía una columnilla de humoazul. Junto a ella estaban los bultos, ya dlspuestos.Al principio Bauman no pudo ver nada. Al norecibir respuesta a su llamada, se adelantó y volvióa gritar, y cuando lo hacía su mirada tropezó con elcuerpo de su amigo, extendido junto al tronco deun gran abeto. Al precipitarse hacia él, el tramperovio horrorizado que el cuerpo estaba todavíacaliente, pero tenía el cuello roto y cuatro grandesmarcas de colmillos en el cuello.

Las huellas del animal desconocido,profundamente impresas en el suelo blando,explicaban lo ocurrido.

El desafortunado hombre, al terminar de recoger,se habla sentado sobre el tronco de abeto frente alfuego, dando la espalda a los espesos bosques, aesperar a su compañero. Aquello no había devoradoel cuerpo, pero al parecer había retozado ybrincado a su alrededor con feroz regocijo,revolcándose a veces sobre él, antes de escapar unavez más a las insondables profundidades de losbosques.

Bauman, totalmente desconcertado, y pensandoque la criatura con la que tenía que habérselas eramedio hombre o medio diablo, lo abandonó todomenos su rifle, salió a toda velocidad desfiladero

abajo y no paró hasta llegar a la pradera dondeseguían pastando los caballos trabados. Montó ygalopó en medio de la noche hasta estar seguro dehallarse fuera de su alcance.

Aunque Roosevelt no tuvo experiencias personalesde este tipo durante sus años en el Oeste, no pareciódesechar la historia por inverosímil. (Theodore Roo-sevelt, The Wilderness Hunter, págs. 441-47)

DE 1900 A 1970

Un monstruo ergnido y peludo de casi dos metrosy medio de estatura, que esgrimía una maza, aterrori-zó a un grupo de patinadores cerca de Chesterfield(Idaho, E.U.A.) en 1902. Sus huellas, con cuatro de-dos, medían 55 centímetros de largo por 17.5 de an-cho. (Janet y Colín Bord, Alíen Animals, pág. 175)

Un topógrafo de Sydney llamado Charles Harper, queacampaba con varios compañeros en el monte Cu-rrockbilly, de Nueva Gales del Sur (Australia), tuvouna experiencia desconcertante una noche de 1912.

Alarmados por los ruidos procedentes de los bos-ques cercanos, los hombres echaron más leña a la fo-gata, y el círculo de luz se ensanchó hasta incluir a unextraño monstruo. Como Harper dijo después a laprensa:

Un enorme animal parecido a un hombre estabaerguido a menos de 20 metros de la fogata,gruñendo... y golpeándose el pecho con sus enormeszarpas como puños. Miré a mi alrededor y vi queuno de mis compañeros se había desmayado.Estuvo inconsciente varias horas. La criaturapermaneció en el mismo sitio durante algúntiempo...

Calculo que su estatura cuando estaba de piesería de 1.72 a 1.77 metros. Tenía torso, piernas ybrazos cubiertos de un largo pelo rojo pardusco,que se estremecía a cada movimiento. El pelo detoda su espalda parecía a la débil luz de la fogatanegro azabache, y largo; pero lo que mesorprendió... fue la forma aparentemente dehombre, y sin embargo tan diferente.

...La estructura corporal era enorme, e indicabauna gran fuerza y capacidad de resistencia. Losbrazos y las zarpas delanteras eran extremadamentelargos y anchos, y muy musculosos, y estabancubiertos de pelo más corto. La cabeza y la caraeran muy pequeñas, pero muy humanas. Tenía losojos grandes, oscuros y penetrantes, muy hundidos.Una boca horrenda estaba adornada con dosgrandes y largos caninos, que cuando cerraba lasmandíbulas sobresalían del labio inferior. Todasestas observaciones me llevaron unos minutos,mientras la criatura permanecía erguida, como si laluz de la fogata la hubiese paralizado.

Tras unos cuantos gruñidos más, y golpeándose elpecho, se alejó, los primeros metros erguida, ydespués a un rápido trote a cuatro patas por entreel monte bajo. Nada haría ya a mis compañeroscontinuar la excursión, lo que no me contrarió enabsoluto...

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Harper se apresuró a salir del territorio de lo quecreía que era un gorila, pero en Australia no hay gori-las. Lo que si hay es un animal peludo de dos patas,un hombre salvaje al que llaman elYowie. (Janet y Co-lí n Bord, Alien Animals, págs. 151-52)

Cuando el teniente coronel C.K. Howard-Burv y susacompañantes iban de Jarta a Lhakpa La, en el Tí-bet, durante la primera expedición de reconocimientoal Everest en 1921, divisaron varias formas oscuras enun campo nevado situado muy por encima de ellos.Cuando el 22 de septiembre llegaron al lugar dondehabían estado esos seres, vieron —a más de 6 000 me-tros de altitud— numerosas huellas de enorme tama-ño. Howard-Burv dijo que al principio parecían hu-manas. pero eran unas tres veces mayores de lo nor-mal, y luego declaró que sin duda habían sido hechaspor un gran lobo gris.

Pero las criaturas vistas eran varias. Los sherpas es-taban seguros de que las huellas habían sido hechaspor un humanoide erguido al que llamaban metoh omehteh kangmi ("criatura de las nieves o salvaje" ).Un periodista lo bautizó más tarde como Abomina-ble hombre de las nieves.

Según los sherpas, el Abominable es una mezcla dehombre y animal, enorme y peludo, que vive en cue-vas en lo alto de las montañas. Tiene las piernas ar-queadas, sus brazos de mono le llegan hasta las rodi-llas y es tan fuerte que puede arrancar árboles de cua-jo. FI pelo de su cuerpo es espeso y oscuro, pero lacara, al parecer, es blanca y humanoide. Por lo gene-ral esos seres comen yaks y gusanos de la nieve, perocuando les aprieta el hambre bajan a los valles y cap-turan seres humanos.

Así comenzó el alud de intrigantes historias sobreel hombre de las nieves. (Bernard Heuvelmans, On theTrack of Unknown Animals, págs. 128-29; Ivan San-derson, Abominable Snowmen, págs. 51-52)

tinos mineros estadounidenses pasaron por una prue-ba angustiosa en Ape Canyon, en la ladera orientaldel monte Saint Helens (estado de Washington). En1924, Fred Beck y varios colegas prospectares estabanpreocupados por haber encontrado en más de una oca-sión enormes huellas de pies en torno a su cabaña. Alfin, un día vieron a un gran ser parecido a un monoque los observaba desde detrás de un árbol. Uno delos mineros disparó contra él, y lo que fuese escapóa todo correr, al parecer herido en la cabeza. Más tar-de Fred Beck vislumbró a otra de esas criaturas al bor-de de la pared del cañón y le pegó un tiro en la espal-da. Cayó del risco y lo perdieron de vista.

Esa noche al menos dos de aquellos seres atacaronla cabaña, golpeando el techo y las paredes como pa-ra entrar. Una tira de madera fue arrancada de entredos troncos de la cabaña, y desde dentro se oían enel tejado golpes como de grandes piedras. Pero la ca-baña estaba construida a prueba de aludes y sin ven-tanas, y como la puerta estaba apuntalada desde den-

tro, las criaturas fueron incapaces de forzar la entra-da. Los disparos no consiguieron alejarlas.

Unas cinco horas más tarde, ya a punto de amane-cer, los frustrados visitantes se marcharon, dejandoun revoltijo de grandes huellas en torno a la cabaña.También los mineros se fueron, abandonando caba-ña y mina.

Una criatura de ese tipo es la que más tarde seríaconocida en Estados Unidos y Canadá como Pie Gran-de o sasquatch. (John Green, On The Track of the Sas-quatch, pág. 59)

En 1924 un tal Albert Ostman, que trabajaba comoleñador y en la construcción, decidió pasar sus vaca-ciones buscando una mina de oro perdida que se ru-moreaba que estaba en la cabecera de Toba, un brazode mar de la Columbia Británica, frente a la isla deVancouver. De camino, un viejo barquero indio le con-tó historias de enormes seres peludos —"gigantes"—que vivían en las montañas cerca de la supuesta mina,pero Ostman se negó a creer tales fábulas. No obstan-te, recordaría el nombre: sasquatch.

Ostman salió a pie de la ensenada con su rifle, unamochila con comida, utensilios para cocinar, un sacode dormir y una tela impermeable, y viajó durante unasemana antes de establecerse en un lugar excepcional-mente hermoso, entre dos altos cipreses y cerca de unafuente.

El campamento resultó perfecto salvo que, al des-pertarse por las mañanas, Ostman encontraba que susprovisiones habían sido revueltas y faltaba comida.Una noche, con la idea de permanecer despierto paradescubrir quién era el visitante, se metió en el saco dedormir vestido y sin botas, y en compañía de su rifle."Me despertó", escribía,

la sensación de que me levantaban. Medio dormido,al principio no recordé dónde estaba. Cuando

Albert Ostman (sentadó a la derecha) ha cóntado có-mo vivió durante seis días prisionero de una familiade gigantescas criaturas semihumanas.

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empecé a serenarme, recordé que me encontraba enmi viaje de prospección y en mi saco de dormir.

Mi primera idea fue que se trataba de un alud,pero no había nieve alrededor del campamento.Después sentí como si me echaran sobre un caballo,pero pude notar que, quienquiera que fuese, estabacaminando.

Transcurrieron horas de incómodo viaje. Medio as-fixiado y acalambrado dentro del saco, Ostman tratóen vano de alcanzar su cuchillo para liberarse. Al finel que lo llevaba lo puso en el suelo, dejó caer su mo-chila junto a él y pudo oír una especie de rara charlaque no lograba entender. Al amanecer consiguió salirdel saco y distinguió a cuatro personas, desnudas y cu-biertas de pelo. Ostman pensó que debía de estar en-tre los gigantes sasquatch de que le había hablado elindio. Cuando se hizo de día, pudo ver que se encon-traba en un valle rodeado de montañas y que aquellagente peluda parecía constituir una familia: "El vie-jo, la vieja y dos jóvenes, chico y chica." No intenta-ban hacerle ningún daño, pero parecían decididos aconservarlo. Excepto la chica, de pecho plano e inma-dura, todos eran enormes, aunque a Ostman le pare-cieron humanos.

El joven podía tener entre 11 y 18 años, medía másde 2 metros y pesaría unos 136 kilos. Su pechotendría de 1.25 a 1.40 metros y su cintura de 90 a95 centímetros. Tenía amplias mandíbulas y unafrente angosta que retrocedía en pendiente hacia lacoronilla, 10 ó 12 centímetros más alta que lafrente. El pelo de sus cabezas tenía unos 15centímetros de largo, y el del resto del cuerpo eracorto y en algunos lugares espeso. El de las mujeresera algo más largo en la cabeza, con rizos encimade la frente formando una especie de fleco. Lamujer mayor podría tener cualquier edad entre 40 y70 años. Medía más de 2.25 metros de estatura ypesaría de 225 a 270 kilos.

Tenía las caderas muy anchas y un andar comode ganso. No estaba hecha para la belleza ni para lavelocidad... Los caninos del hombre eran máslargos que el resto de los dientes, pero no losuficiente para llamarlos colmillos. Debía de medirunos 2.45 metros. Con el pecho como un tonel yuna gran joroba, tenía fuertes hombros y unosbíceps enormes que iban estrechándose hasta elcodo. Sus antebrazos eran más largos de lo usual,pero bien proporcionados. Sus manos eran anchas,con la palma larga y acucharada. Los dedos erancortos en proporción al resto de la mano, y las uñascomo cinceles. El único sitio donde esos seres notenían pelo era la palma de las manos, la planta delos pies y la parte superior de la nariz y lospárpados. Nunca les vi las orejas, cubiertas por elpelo que colgaba sobre ellas.

Al cabo de seis días en semejante compañía, AlbertOstman decidió que ya había tenido bastante. Eligien-do el momento, disparó su rifle, lo que sobresaltó detal modo a la familia de sasquatch que pudo salir hu-yendo.

No contó su historia durante muchos años, temien-do, no sin razón, que nadie iba a creerle. Pero su re-lato de la familia de gigantes parece verdad, lo mismoque los múltiples detalles de su asombrosa historia.(John Green, On the Track of the Sasquatch, págs.13-21)

Cuando las tropas rusas penetraron en 1925 en los al-tísimos montes Vanch de la meseta de Pamir en per-secución de los soldados del ejército blanco, oyerona sus habitantes referir historias de "hombres-animales" que vivían en las zonas más altas. Los sol-dados encontraron también huellas y otras pruebas desu existencia. Después, un día, mataron uno.

Los soldados rojos habían disparado dentro de unacueva donde creían que se ocultaban los blancos. An-te su sorpresa, lo que salió corriendo fue una criaturasalvaje y peluda que daba gritos inarticulados y fuemuerta al instante por el fuego de las ametralladoras.

Al mirar el cadáver, el general Mikjail StepanovichTopil'skiy creyó al principio que se trataba de un mo-no. "Estaba cubierto de piel. Pero yo sabía que en elPamir no había monos y además el cuerpo parecía mu-cho más humano que simiesco; en realidad totalmen-te humano." Sin embargo, tras un examen más dete-nido, su oficial médico fue de otra opinión: aquellacriatura no era un hombre. Pero ¿qué era? ¿Sería elser salvaje al que habían dado muerte el hombre delas nieves?

El cuerpo, perteneciente a un macho, tenía 1.67 me-tros de largo y estaba cubierto por un espeso pelo co-lor café grisáceo, excepto en la cara (tenía algunos pe-los dispersos en el labio superior), orejas, palmas, ro-dillas, pies y nalgas. La piel de las manos, rodillas ypies era áspera y con un grueso callo. La cara era os-cura, con ojos también oscuros, frente grande y obli-cua, mejillas prominentes, nariz aplastada y una fuertemandíbula inferior. Aunque los dientes eran muy gran-des, parecían los de un hombre. Tenía el pecho anchoe insólitamente musculoso, pero por lo demás su tor-so era muy semejante al de un hombre.

Incapaces de llevar el cuerpo consigo por aquellosdespeñaderos. los soldados lo cubrieron con piedras.(Odette Tchernine, The Yeti, págs. 104-05)

Un indio de la tribu nootka, de la costa occidental dela isla de Vancouver (Columbia Británica), aseguró en1928 que había sido raptado por un banda de PiesGrandes.

Muchalat Harry, un trampero de poderoso físico,era un tipo intrépido que disfrutaba pasando sema-nas solo en los bosques con su canoa, sus trampas ysu equipo de acampar. Camino del río Conuma parapasar el otoño en su terreno de caza favorito, no letemía a nada, aunque otros de su tribu hablaban concautela de los gigantes que había en los montes cerca-nos. Pero Harry se convirtió en otro hombre tras sersacado de su campamento una noche, en ropa inte-rior y envuelto en cobijas, y llevado a tres o cuatrokilómetros de allí por un Pie Grande.

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El Abominable hombre de las nieves y su numerosa familiaDesde que la denominación de "Abominable hombrede las nieves" saltó a un mundo sorprendido y encan-tado, se ha visto claramente que no sólo hay un granhomínido erecto y peludo vagando por las tierras vír-genes, sino todo un clan, tan extenso como variado.

Parece que en la zona tibetano-himalayica puede ha-ber tres tipos de yeti: pequeño, grande y supergran-de, que pueden estar o no emparentados. Sólo el gran-de parece tener alguna relación con Pie Grande, sas-quatch, el Mono mofeta de los Everglades, Momo,el monstruo del Missouri, y otras variedades del nor-te de América. El hombre mono de China tiene unfuerte parecido con este grupo, pero el Kaptar rusoparece pertenecer a una clase propia.

¿Son éstas diferentes razas geográficas de una mis-ma especie o tipos diferentes sin nada en común másque el andar erguido y el mucho pelo? ¿Y qué resultade su comparación? John Green, famoso perseguldordel sasquatch, se arriesga a responder:

En términos muy aproximativos, la variedaddel norte de América es mucho mayor que lasotras, mientras que la rusa es más alta que ladel Himalaya, aunque quizá no tan pesada. Lacriatura del Himalaya, según prueban tanto sudescripción como sus huellas, es totalmentediferente al hombre. Por el contrario, lavariedad rusa quizá sea la más humana.

Para aquellos que temen que el matar a un Pie Gran-de con el fin de estudiarlo constituiría no sólo un ase-sinato sino la eliminación de una rara criatura, Greenafirma tajantemente que "no hay la menor posibili-dad de considerar a los sasquatch como humanos osemihumanos, ni son una especie en peligro de extin-ción". En su opinión, son numerosos. Con unas po-cas excepciones, Pie Grande es un amable gigantón,gratuitamente convertido en monstruo por quienes nolo conciben como miembro del reino animal.

El yeti ha sido también víctima de un sensaciona-lismo fuera de toda proporción con la realidad. Paralos sherpas no hay en él nada de misterioso: ha for-mado parte de sus vidas y recuerdos durante al me-nos 200 años. Los aldeanos y cazadores del Himala-ya lo incluyen siempre al hablar de la fauna local. Siparece esquivo, es porque su hábitat queda lejos delas sendas humanas.

Los cazadores del Himalaya dicen que el yeti no esun hombre, ni vlve en la zona de las nieves. Su hogarson los bosques más altos del Himalaya, de espesurascasi impenetrables. Aseguran que allí se mueve a cua-tro patas o se columpia de un árbol a otro. Cuandose aventura en la zona nevada, donde los alpinistaspueden verlo o encontrar sus huellas, camina erguidoy bamboleándose. Los sherpas dicen que si cruza los

campos de nieve es para buscar un musgo salado quecrece en las rocas de las morrenas. Ivan Sanderson diceque lo que busca son líquenes, de gran valor nutritivo.

La criatura del norte de América parece algo másgregaria y mucho más curiosa que su homólogo asiá-tico, pero también a ella parece gustarle vivir aislada.Los escépticos pueden preguntarse cómo es que un ani-mal tan grande y supuestamente común consigue elu-dir tan fácilmente a quienes lo buscan. Peter Byrneseñala que gran parte de los 323 000 kilómetros cua-drados de territorio donde habita el sasquatch en elNoroeste son montes cubiertos de espesos bosques ysin apenas carreteras, con una población dispersa ycasi ningún visitante. En esa especie de santuario bio-lógico sobra espacio para que Ios sasquatch y otrascriaturas retraídas vivan en un aislamiento pacífico ysin amenazas.

El vivir en bosques impenetrables parece ser carac-terístico de todos esos grandes seres peludos y erec-tos, y sugiere que pueden ser criaturas marginadas dela evolución que buscan refugio contra un mundo hos-til. Si unos cuantos zeuglodontes y piesiosauros hanpasado a través de la red del tiempo, quizá estos enig-mas de dos patas sean también reliquias.

Bernard Heuvelmans sugiere que los "hombres sal-vajes" de Asia pueden ser restos de la raza del Pithe-canthropus, que ocupó el Asia del sureste a finales delperiodo pliocénico, en particular los grandes ejempla-res del antiguo grupo de homínidos llamados Pithe-canthropus robustus y Meganthropus palaeojavanicus.Incluso pueden haber sobrevivido variedades enanasde la especie, lo que explicaría las criaturas simiescasmás pequeñas y no identificadas que a veces se hanvisto.

Zhou Guoxing piensa que los animales simiescos vis-tos en la provincia de Hubei y sus cercanías en los añossetenta pueden ser descendientes del Meganthro-pus,"un homínido gigantesco que desapareció porquecarecia de inteligencia suficiente para adaptarse a suentorno". Pero hay más candidatos. El paleontólogoRalph von Koenigswald descubrió en 1935 una colec-ción de dientes fósiles de origen asiático que eran "vir-tualmente idénticos a los humanos, pero seis veces ma-yores". Decidió que debían de proceder de una espe-cie de mono gigante, probablemente extinguido hacemedio millón de años, al que llamó Gigantopithecus.

Pero el Giganropithecus puede no haberse extingui-do. El zoólogo Edward Cronin sugiere que duranteel pleistoceno el Gigantopithecus asiático trató de po-nerse a salvo del Homo erectus en los valles casi inac-cesibles del Himalaya. Y los parientes, lejanos o cer-canos, del mono gigante bien pueden haber halladorefugio en las espesuras aún inexploradas del NuevoMundo.

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Cerca del mónte Everest en1951, Eric Shiptón (arriba)descubrió y fotógrafió unrastro de enormes huellasde pies, posiblemente las deun Abominable hombre delas nieves. El piolet mues-tra el tamaño de una deellas.

Al amanecer, tras haber sido dejado en tierra, vioque estaba rodeado por unas veinte de esas grandescriaturas peludas, machos y hembras, en un campa-mento cubierto de grandes huesos. El susto que teníase convirtió en terror al pensar que sus captores pen-saban comérselo.

Mientras lo examinaban, de vez en cuando se acer-caba alguno a tocarlo, jalando levemente lo que al pa-recer creían que era su piel. Para su asombro, la no-taban suelta... porque se trataba de su camiseta. A to-do esto, Harry' seguía sentado inmóvil. A última horade la tarde los Pies Grandes parecieron cansarse de élcomo curiosidad, y la mayoría se fueron a lo que su-puso que sería una expedición en busca de comida. Alquedar casi sin vigilancia, Harry se puso en pie de unsalto y se largó.

Lleno de pánico, se precipitó hacia su campamen-to, corrió 18 kilómetros más hasta la desembocaduradel río Conuma, donde había escondido su canoa, yremó otros 70 sin detenerse hasta volver a Nootka. Lle-gó allí casi helado en su rota y empapada ropa inte-rior y, profiriendo gritos salvajes, cayó exhausto.Harry recuperó la salud gracias a los cuidados de loshermanos de una misión benedictina de Nootka, perono volvió a poner sus trampas en los bosques, ni ape-nas el pie fuera del pueblo. (Peter Byrne, The Searchfor Bigfoot, págs. 31-34)

Cuando estaba destinado en la República Socialista So-viética Autónoma de Dagestán durante los últimos me-ses de 1941, un teniente coronel del Ejército Soviéticollamado V.S. Karapetyan fue encargado por las auto-ridades locales de examinar a un hombre capturadoen las montañas, cerca de Buinaksk. Se sospechabaque el prisionero, un individuo de aspecto extraño, eraun espía disfrazado, y esperaban que Karapetyan, ofi-cial de sanidad, pudiera decidir si efectivamente lle-vaba disfraz. Corno informó el coronel:

Aún puedo ver de pie ante mí a aquel ser, un varóndesnudo y descalzo. Era indudablemente unhombre, porque toda su forma era humana. Sinembargo, el pecho, la espalda y los hombros lostenía cubiertos de pelo enmarañado de un colorcafé oscuro...

Estaba totalmente erguido con los brazoscolgando, y su estatura era superior a la media,unos 180 centímetros. Estaba de pie ante mí comoun gigante, sacando el poderoso pecho. Sus dedoseran gruesos, fuertes y excepcionalmente anchos. Enconjunto era considerablemente más grande quecualquiera de los vecinos del lugar.

Sus ojos no me decían nada. Eran tristes yvacíos, ojos de animal...

Cuando se le mantenía en una habitacióncaldeada sudaba a mares. Mientras yo estuve allí, leacercaron a la boca agua y después comida, yalguien le ofreció su mano, pero no reaccionó. Mlopinión fue que no se trataba de una personadisfrazada, sino de algún tipo de salvaje.

Sin duda le hubiese sorprendido saber que tales se-res eran bien conocidos en el Cáucaso con el nombre •

de Kaptar. (Ivan Sanderson, Abominable Snowmen,págs. 292-99)

Una prueba inequívoca en favor del yeti fue descubier-ta el 8 de noviembre de 1951 por los alpinistas britá-nicos Eric Shipton y Michael Ward: de regreso de unaexpedición de reconocimiento al Everest, estaban ex-plorando las laderas sudoccidentales del glaciar deMenlung cuando encontraron un rastro fresco de hue-llas enormes, pero de aspecto humano, que iban a lolargo del borde de una masa de hielo.

Shipton fotografió las huellas. Las fotos de una hue-lla particularmente clara indican un pie no del todohumano, de unos 33 centímetros de largo y mucho másancho que una bota de alpinismo. Esto parece sugerirun bípedo de unos 2.40 metros de estatura. Tambiénalguien muy ágil: "Donde las huellas atravesaban unagrieta", escribía Shipton, "podía verse claramente có-mo aquel ser había saltado y utilizado sus dedos paraagarrarse a la nieve del otro lado." (Bernard Heuvel-mans, On the Track of Unknown Animals, pág. 127)

Según la agencia de noticias comunista china, un di-rector de cine llamado Pai Hsin, de los estudios cine-matográficos del Ejército Popular Chino, vio en 1954una pareja de extrañas criaturas bípedas en la mesetade Pamir. Se ignora el lugar exacto.

Al regreso de una expedición fílmica a los Himala-yas, Pai Hsin y tres colegas viajaban a una altitud deunos 6 000 metros cuando vieron a dos extraños sereserguidos que marchaban "uno detrás del otro subien-do una ladera", no lejos de ellos. Eran de poca esta-tura, caminaban encorvados y se movían con facili-dad entre las rocas. Los viajeros gritaron y dispara-ron al aire, pero las dos siluetas no les hicieron casoy pronto se perdieron de vista. Pai Hsin dijo más tar-de que había oído muchas historias de hombres sal-vajes en Pamir. (Odette Tchernine, The Yeti, págs.86-87)

Un cazador informó de su encuentro con un sasquatchen octubre de 1955, cerca del pequeño pueblo de Téte

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Jaune Cache, en Columbia Británica (Canadá). Wil-liam Roe estaba una tarde escalando el monte Mica—"sólo por hacer algo"— armado con su rifle cuan-do vio lo que le pareció un oso pardo al otro lado deun pequeño claro. Momentos más tarde, mientras loobservaba, el animal salió al claro, y Roe se dio cuen-ta de que no era un oso. En una declaración juradadiría más tarde:

Así son, a lo que puedo recordar, el aspecto deaquel ser y lo que hizo cuando vino hacia míatravesando el claro. Mi primera impresión fue lade un hombre enorme, de unos 2 metros de alto ycasi uno de grueso, y que probablemente pesaríacerca de 135 kilos. Estaba cubierto de pies a cabezade un pelo café oscuro con las puntas blancuzcas.Pero cuando se acercó más vi por sus pechos queera hembra.

Y, sin embargo, su torso no tenía curvas como elde una hembra. sino que era recto del hombro a lacadera. Sus brazos eran mucho más gruesos que losde un hombre, y más largos; le llegaban casi a lasrodillas. Sus pies eran también proporcionalmentemás anchos, unos 13 centímetros en el frente que sereducían hacia los talones, mucho más finos.

La criatura se aproximó a unos 6 metros de Roe,que estaba acurrucado detrás de un arbusto, y se pu-_so en cuclillas. Mientras arrancaba y mascaba hojasde los matorrales, Roe notó cómo su cabeza termina.ba en punta hacia atrás. Tenía la nariz aplastada, lamandíbula saliente y los ojos como abalorios, y le sor-prendió su cuello corto y grueso, "no humano".

Aquel ser salvaje captó inmediatamente el olor deRoe y lo miró a través de una abertura en la maleza.Un gesto de cómico asombro cruzó por su cara mien-tras se erguía y empezaba a alejarse.

Se me ocurrió que si disparaba contra aquello meharía posiblemente con un ejemplar de gran interéspara los científicos del inundo entero. Había oídohablar del sasquatch... Quizá éste fuese uno deellos...

Le apunté con mi rifle. La criatura se alejabatodavía rápidamente, volviendo la cabeza paramlrar hacia donde yo estaba. Bajé el rifle. Aunquehe utilizado la palabra "aquello" para hablar deesa criatura, sentía que se trataba de un ser humanoy sabía que si lo mataba nunca me lo perdonaría.

Al internarse en la maleza del otro lado del claroemitió una especie de relincho, "entre risa y habla"Más allá de un grupo de pinos echó brevemente la ca-beza hacia atrás y lanzó el mismo grito. Después de-sapareció en el bosque. (John Green, On the Trackof the Sasquatch, págs. 10-12)

Las mujeres de un pueblo de la poco poblada provin-cia oriental china de Zhejiang tuvieron un encuentrocon un hombre mono una tarde de mayo de 1957,cuando todos los hombres estaban trabajando en losmontes. Al oír gritar a su hija, Xu Fudi se precipitó

hacia donde estaba atendiendo al ganado y la vio de-batiéndose en brazos de una criatura parecida a un mo-no, como de 1.45 metros de estatura. La madre tomóun palo y golpeó frenéticamente a aquel ser.

La criatura saltó a un arrozal y trató de correr, pe-ro se lo impedía el barro. Xu Fudi volvió a golpearlaantes de que se volteara para atacarla. Para entoncesya habían llegado multitud de mujeres excitadas, delas que una docena se unió a Xu Fudi para golpearal animal hasta dejarlo atontado. Pero no estaba muer-to; recobró el conocimiento, con los ojos llenos de lá-grimas, y empezó a gruñir. Esta vez las mujeres lo ma-taron. Después lo hicieron pedazos, y al día siguienteoyeron gruñidos lastimeros procedentes de las alturascircundantes.

El Sonyang Daily hizo investigaciones y describiómás tarde a aquel ser como un joven macho que pesa-ba unos 40 kilos, cubierto de largo pelo café oscuro.Tenía el pecho grande, la nariz hundida y los dientesblancos; la lengua, las orejas y las cejas eran como losde un hombre, lo mismo que el ombligo, los genitalesy las pantorrillas, y la piel de debajo del pelo era sua-ve y blanca.

Un joven profesor de biología de un pueblo cerca-no conservó cuidadosamente las manos y los pies dela criatura (ver pág. 164). (Pursuit, 14:64-66, segun-do trimestre de 1981)

Durante el otoño de 1958, el noroeste de Californiase conmocionó con la historia de Jerry Crew y las enor-mes huellas humanas que él y sus amigos habían esta-do viendo durante semanas alrededor de sus excava-doras. A la primera emoción siguió el intento por partede Crew, del condado de Humboldt, de probar la exis-tencia y autenticidad de esas grandes huellas. El 6 deoctubre, una noticia de la Associated Press proceden-te de Eureka decía:

Jerry Crew, un tractorista de dura mirada que segana la vida abriendo caminos forestales con suexcavadora, vino al pueblo este fin de semana conel molde en yeso de la huella de un pie.

La huella parece humana, pero tiene 40centímetros de largo por 18 de ancho, y el Eranpeso de la criatura hizo que se hundiera 5centimetros en la tierra.

Crew dice que en ese terreno un pie común ycorriente sólo penetraría unos 13 milímetros.

—He visto centenares de esas huellas en lasúltimas semanas —dijo Crew.

Añadió que tomó el molde de la huella en latierra que había movido el viernes en una operaciónde tala y transporte en los bosques que hay porencima de Weitchpeg, 80 kilómetros al noreste deaquí, en la comarca del río Klamath, al noroeste deCalifornia.

Crew dijo que él y sus compañeros de trabajo nohabían visto nunca al animal, pero habían tenido amenudo la sensación de ser observados mlentrastrabajaban en el bosque alto...

—Todas las mañanas encontramos sus huellas enla tierra que removimos el dia anterior —dijo Crew.

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Dijo también que Robert Titmus, un taxidermistade Redding, estudió las huellas y aseguró que nohabían sido hechas por ningún animal conocido.[John Green, Ora the Track of the sasquatch,pág. 241

Mientras trabajaba en los solitarios valles del Cáuca-so en los años sesenta, la profesora Jeanne JosefovnaKofman estuvo a punto de dar caza a la criatura erec-ta y peluda conocida a veces corno "Almas".

La profesora Kofman y su equipo reunieron cente-nares de informes de testigos oculares campesinos,aldeanos, recolectores de té y segadores— de un sercasi humano con la frente y la barbilla oblicuas, la na-riz aplastada, los pies planos y cubierto de pelo rojizoo negro. Un día hicieron un descubrimiento sin pre-cedentes: dos nidos, o guaridas, hechos en medio de"altas hierbas, de ordinario impenetrables", y cercauna despensa.

En el montón de comida había dos calabazas, algu-nas moras, ocho papas, parte de un girasol, tres cora-zones de manzana y una mazorca medio masticada.Mezclado con ellos había estiércol de caballo, que sedice que encanta a los Almas por la sal que contiene.Otras mazorcas encontradas más tarde mostraron hue-llas de los dientes casi humanos de una mandíbula deanchura no humana. (Odette Tchernine. The Yeti,págs. 18-21)

Cuando buscaba indiciósdel sasquatch a lo largo deBluff Creek, en el norte deCalifornia, Roger

Pattersónencontró a una criatu-ra peluda sentada al bordedel torrente. Los fotogra-mas de la película que Pat-terson consiguió tornarmuestran a ese ser aleján-dóse y después volteándo-se a mirar. Patterson hizotambién móldes de las hue-llas, que aquí compara consu própió pie (izquierda).

Durante una migración de salmones en el río Nook-sack, cerca de Marietta (Washington), a mediados deseptiembre de 1967, varios pescadores locales dijeronhaber visto al sasquatch.

Una mañana temprano, Harold James iba río arri-ba a unos cinco metros de la orilla cuando percibióun fuerte olor a animal mojado que le era vagamentefamiliar. Al mirar hacia una ciénaga, vio algo senta-do sobre un tocón; y cuando aquello se levantó y echóa andar, vio que era una criatura oscura de dos vecesel tamaño de un hombre.

Esa tarde, un matrimonio que también estaba pes-cando vio a unos 180 metros a un ser que estaba depie en el río. Metido en el agua hasta las rodillas, te-nía unos tres metros de estatura y era levemente car-gado de espaldas. Su cuerpo era negro, su cara aplas-tada y no tenía cuello. Mientras la pareja lo observa-ba, la criatura se agachó y se sumergió. Las huellasencontradas en la arena mostraban un pie con cincodedos, de 35 centímetros de largo y una zancada de1.15 metros.

Cuando Johnny Green iba cierta noche arrastran-do su red vertical por un canal, descubrió que ésta ibadesapareciendo poco a poco por la borda de la em-barcación. La potente lámpara que Green llevaba enla cabeza iluminó a una gran bestia peluda que estabade pie en el agua jalando de la red. Green llamó a gri-tos a sus amigos, Reynold James y Randy Kinley, queacudieron y enfocaron nuevas luces sobre la criatura.Ésta soltó la red y desapareció caminando pesadamentepor la orilla. (John Green, The Sasquarch File, pág. 36)

Roger Patterson, entusiasta de Pie Grande durantemuchos años, acampó en octubre de 1967 en el fondodel valle de Bluff Creek, al norte de California, conla intención de filmar huellas recientes con su cámarade 16 mm.

Acompañado por su colega Bob Gimlin, Pattersonrecorrió todos los días a caballo los bancos de arenaen los que ya se habían visto huellas. Un día, cuandorodeaban un meandro, vieron un gran animal oscurosentado en la orilla al otro lado de la quebrada. Loscaballos se encabritaron y el de Patterson tiró a su ji-nete. Cuando éste consiguió ponerse en pie, abrió fre-

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néticamente su alforja para sacar la cámara, pero pa-ra entonces la criatura ya se alejaba. Patterson corriótras ella, se detuvo y filmó desde una distancia de unos25 metros.

Consiguió algunas tomas claras que muestran a unser corpulento de unos 2.10 metros de estatura y 90centímetros de anchura de hombros, cubierto de pelonegro. Camina con tranquilidad, doblando las rodi-llas. Cuando se voltea para mirar a Patterson, mues-tra unos pechos grandes y caídos. La cara es aplasta-da y peluda, con grandes arcos superciliares. La ca-beza acaba en pico y está firmemente asentada sobrelos hombros.

La criatura —una hembra— se internó en la espe-sura, dejando huellas de 37 centímetros de largo. Pat-terson y Gimlin hicieron dos moldes y varias fotos fi-jas de las huellas. Según el investigador John Green,el análisis de este material no reveló pruebas de frau-de. (John Green, On the Track óf the Sasquatch, págs.51-57, y The Sasquatch File, pág. 39)

El delegado del alguacil del condado de Grays Har-bor, estado de Washington, describió a John Green,investigador del sasquatch, su encuentro nocturno conun animal desconocido. Tuvo lugar a las 2:35 de lamadrugada del 26 de julio de 1969, cuando el delega-do, Verlin Herrington, de 30 años, volvía a su casade Copalis Beach por la carretera de Deekay tras in-tervenir en un incidente en el pueblo de Humptulips.

Al tomar una curva, Herrington vio una enorme si-lueta de pie en medio de la carretera. Su primera im-presión fue que se trataba de un oso. Para no atrope-llarlo, Herrington pisó el freno y se detuvo entre re-chinidos. Entonces vio que el animal no era un oso:"Tenía cara." Sus ojos, como los de un animal noc-turno, reflejaban la luz de los faros. Tenía pies en vezde zarpas, y también pechos.

Se dirigió al borde de la carretera, "erguido, comolo haría una persona". Pero no era una persona.

Herrington le apuntó su foco y salió del coche re-vólver en mano. Vio que el cuerpo de aquel ser estabacubierto de pelo negro pardusco, excepto la cara—"curtida, como de cuero"— y las plantas de los pies.Sus pies y los dedos de éstos estaban muy diferencia-dos, así como los dedos de sus manos. El delegadoamartilló el arma, y la criatura se internó en la espe-sura. Sus zancadas parecían cortas para su tamaño,aunque largas para un ser humano.

Ya de día, Herrington volvió al lugar y fotografióuna huella de pie de 47 centímetros de largo. "El ani-mal", calculó, "tenía de 2.15 a 2.30 metros de estatu-ra y pesaba de 140 a 150 kilos." (John Green, Yearóf the Sasquatch, págs. 27-29)

DESDE 1970

Un encuentro parecido desconcertó a la señora Loui-se Baxter, de Skamania (Washington), el 19 de agos-to de 1970. Cuando manejaba cerca del trailer parkde Beacon Rock, la señora Baxter empezó a sospechar

que tenía una llanta ponchada, de modo que se bajópara comprobarlo:

Di una patada a la llanta, que estaba bien, ydespués me agaché para ver si hacía el ruido algoque se hubiera metido bajo la defensa. De prontosentí como si estuviesen observándome, y, sinincorporarme, miré hacia la zona boscosa que habíajunto a la carretera y me topé con el rostro de lacriatura más grande que había visto nunca.

Era de color café oscuro y aspecto desgreñado ysucio... Tenía la boca entreabierta y vi una fila degrandes dientes blancos y cuadrados. La cabeza eravoluminosa y parecía estar plantada directamentesobre los hombros. No se le podían ver las orejasdebido al largo pelo que le rodeaba la cabeza, y queparecía tener unos cinco centímetros de largo en laparte alta.

Tenía la barbilla saliente y la frente huidiza. Lanariz y el labio superior eran menos peludos, yaquélla era ancha y con grandes fosas nasales.

Los ojos eran lo más sorprendente, pues teníancolor ambarino y parecían relucir corno los de unanimal cuando de noche les da la luz de los faros.

Parecía encantado allí y debía de estar comiendo,pues se llevaba el puño izquierdo a la boca como situviese algo en él.

Grité, pero no sé sl me salió la voz, porqueestaba aterrada. Sé que aquello no se moviómientras lo miraba. No recuerdo cómo volví a subiral coche, ni cómo lo puse en marcha. Cuandoarranqué, pude verlo todavía allí plantado, con sustres metros y pico de estatura. [John Green, TheSasquatch File, pág. 53]

Un nuevo elemento empezó a infiltrarse en los añossetenta en el retrato, compuesto a escala mundial, delos grandes monstruos erectos: la posible relación en-tre algunos bípedos no identificados y el fenómeno ov-ni. Un curioso episodio de este género ocurrió una no-che de agosto de 1972 en Roachdale (Indiana, E.U.A.),donde la familia Rogers vivía en un remolque.

La serie de acontecimientos se inició cuando uno delos Rogers vio un objeto luminoso cerniéndose en elcielo sobre un maizal cercano. A partir de entonces,en varias ocasiones todos los Rogers oyeron ruidos porla noche, y cuando uno de los hombres salió a investi-gar, pudo vislumbrar a un ser corpulento entre el maíz.Una vez, la señora Rogers lo vio mirando por la ven-tana del remolque y observó que estaba de pie comoun hombre, pero corría a cuatro patas.

Los avistamientos nunca fueron muy claros, por-que siempre tuvieron lugar de noche, pero los Rogerspudieron ver que la criatura estaba cubierta de pelonegro y tenía un olor "como los animales muertos ola basura". Una característica especial es que parecíaser inmaterial:

Lo misterioso era que nunca podíamos encontrarhuellas, aunque corriese sobre barro. Corría ysaltaba, pero era como si no tocase nada. Cuandocorría por entre la maleza no se oía nada, y a

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veces, al mirarlo, parecía como si uno pudiese ver através de él.

Pero el monstruo no era del todo inmaterial. Entreotras personas que lo vieron estaban varios granjeros,que encontraron docenas de pollos mutilados, aunqueno devorados, tras las visitas del animal. Los Burdineencontraron en su propiedad varios pollos muertos,la hierba aplastada y una barda rota. Notaron tam-bién que el recipiente de la comida de los cerdos ha-bía sido vaciado de jitomates y pepinos. Una nochevieron al supuesto culpable de pie a la puerta de sugallinero. Según uno de los Burdine:

Aquella cosa tapaba completamente las luces delinterior. La puerta tiene 1.80 por 2.40 metros y sushombros llegaban hasta lo alto, donde deberíahaber estado el cuello, pero aquella cosa no. teníacuello. A mí me pareció un orangután o un gorila.Tenía pelo largo, de un color como de óxido.Nunca vi sus ojos ni su cara. Emitía una especie degruñido.

Los Burdine lo persiguieron y dispararon sobre élmientras corría, pero aunque la distancia era poca yestaban seguros de haberle dado, al parecer no le afec-tó. (Janet y Colin Bord, A lien Animals, págs. 170-71)

Entre los casos considerados creíbles por el Centro deInformación sobre Pie Grande de The Dalles (Oregon,E.U.A.), está el relatado por Jack Cochran, un leña-dor de Parksdale que cuando lo vio en 1974 trabaja-ba con otros en el bosque nacional del río Hood.

El 12 de mayo de ese año Cochran se tomaba el des-canso de las diez de la mañana en la cabina de su grúacuando, al mirar a través de un claro, vio "una grancosa peluda" que estaba de pie en silencio a unos 50metros de allí. Cochran, cazador y pintor aficionado,especializado en estudios de la naturaleza, una vez re-cobrado del susto inicial estudió a aquel ser con ojosde experto. "Estaba cubierto de espeso pelo negro...Medía casi dos metros y tenía fuertes hombros." Mien-tras lo miraba, se alejó andando graciosamente, "co-mo un atleta", y desapareció entre los árboles.

Al día siguiente, aproximadamente a la misma ho-ra, según una noticia del New York Times, los leña-dores estaban de nuevo descansando. Cochran se ha-llaba junto a su grúa, mirando hacia el bosque perosin ver nada que le llamara la atención:

Sin embargo, sus dos compañeros dijeron quehabían entrado en el bosque en busca de sombra yse sobresaltaron al ver a una gran criaturalevantarse de entre los matorrales y alejarserápidamente sobre dos patas. Uno de los doshombres, Fermio Osborne, la persiguió e incluso letiró algunas piedras.

Más tarde, algunos miembros del Centro deInformación sobre Pie Grande llevaron a cabo unainvestlgación en la zona. Encontraron el rastro de lacriatura: unas impresiones poco nítidas de un piesuave pero pesado que iban del borde del claro aunas colinas boscosas.

Comentando la mansedumbre de aquel ser y lo so-so del relato, el periodista del Times añadía: "Muchaspersonas han coincidido en que es poco probable queuna alucinación o un fraude originaran una historiatan aburrida e insulsa." ( The New York Times, 30 dejunio de 1976)

Una oscura noche de mayo de 1976 seis funcionariosdel partido comunista viajaban por la provincia de Hu-bei, al sur de la China Central, cuando de repente elconductor de su jeep vio en la carretera un gran ani-mal peludo. Tocó la bocina, y la criatura empezó atrepar por una empinada ladera, pero se resbaló y ca-yó de nuevo a la carretera. Allí quedó en cuclillas, mi-rando a los faros con ojos de loco.

El conductor se detuvo pero siguió tocando el cla-xon, y sus pasajeros se bajaron para rodear a aquelser... a conveniente distancia. Uno de ellos le tiró unapiedra. La criatura se irguió sobre sus patas traseras,caminó pesadamente hasta una hondonada y trepó poruna ladera hasta los bosques.

Los hombres convinieron después en que tenía unpelo fino y suave con el de un camello, con una rayarojo oscuro por la espalda, y la cara color de lino. Suspiernas eran largas y fuertes, sus muslos gruesos, y lasplantas de sus pies tan suaves que no hacía ningún rui-do al andar. La cara era larga, ancha en la frente yangosta en la barbilla, y la boca grande.

Aunque la criatura desapareció mucho antes de quellegasen investigadores para estudiarla, Zhou Guoxing,antropólogo del Museo de Historia Natural de Pekín,sugirió que podía tratarse de un pariente lejano delAbominable hombre de las nieves o de Pie Grande.(International Wildlife, 11:18-19, enero-febrero de1981; The New York Times, 5 de enero de 1980)

Gong Yulan es una campesina que vive en la comunade Qiaoshang, de la provincia de Hubei (China Cen-tral). El 19 de junio de 1976 fue un día como cual-quier otro, excepto que Gong Yulan se había queda-do sin hierba para sus cerdos, por lo que fue a bus-carla al monte acompañada de su hijo de cuatro años.Cuando madre e hijo cruzaban un desfiladero, vierona unos seis metros un gran objeto rojo que se movía.

La mujer se detuvo y contempló lo que resultó serun extraño animal peludo que se rascaba la espaldacontra un árbol. (Más tarde, en una entrevista concientíficos, describió cómo lo hacía. "Estaba de pieigual que un hombre, así", dijo, y Io demostró ras-cándose la espalda contra una pared.) Al verlo, le asus-tó su extraño aspecto. Cargó a su hijo y echó a co-rrer y, para su horror, la criatura vino tras ellos, pro-firiendo gritos que sonaban como "ya, ya".

Con su hijo en brazos, Gong Yulan corrió unos cua-trocientos metros hasta la casa del jefe de brigada desu comuna. La esposa de éste, con quien se encontróen la puerta, recordaba: "Cuando Gong llegó a mi ca-sa, las gotas de sudor de su frente eran tan grandes co-mo frijoles de soya. Sólo repetía: 'Hombre salvaje'."

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Posteriormente se recogieron pelos del árbol con-tra el que se rascaba la criatura, y fueron examinadosen el Instituto Médico Beijing. Se decidió que no erande oso, sino que se parecían a los de "los primates su-periores, que incluyen al hombre". (InternationalWildlife, 11:18-19, enero-febrero de 1981)

La región montañosa de Shennongjia, cerca de las in-tersecciones de las fronteras provinciales de Hubei,Shansi y Sichuan, fue tan a menudo escenario de avis-tamientos de la criatura peluda durante 1976 que laAcademia China de Ciencias de Pekín decidió proce-der a buscarla. En marzo de 1977 envió una expedi-ción de 110 miembros formada por biólogos, zoólo-gos, fotógrafos y soldados equipados con fusiles, pro-yectiles tranquilizantes, grabadoras, cámaras y perros.La investigación científica estaba a cargo de ZhouGuoxing, del Museo de Historia Natural de Pekín.

Según informaba el New York Times, la búsquedacontinuó durante ocho meses, y, aunque la expediciónno consiguió capturar a ninguna de esas criaturas si-miescas, vio una a corta distancia y reunió pruebas su-ficientes para dar por buena su existencia.

Se encontraron muchas huellas de pies, de 30 a 40centímetros de largo. Se analizaron hecesencontradas junto a las huellas y que se presumíaque eran de la criatura, y se vio que no eran nihumanas ni de oso, según el señor Zhou. Lasmuestras de pelo encontradas adheridas a la cortezade un árbol, y que se cree que proceden del animal,sugieren que es algún tipo de primate superior.

Por las pruebas reunidas, que incluyendeclaraciones de quienes dicen haberla visto, elseñor Zhou describió a la criatura como de casi dosmetros de estatura, cubierta de pelo rojo ondulado;el de la cabeza le llega casi hasta la cintura. Dicenque camina erguida y sus huellas muestran que tienelos pies planos, de ahí su torpe andar. Los tresdedos más pequeños de los cinco del pie no estándel todo separados, por lo que puede tener el pieprensil. No se le ha visto cola, pero algunos testigosdicen haber observado pechos.

Se cree que la criatura es omnívora, pero se diceque prefiere las nueces y las castañas, las hojas yraíces tiernas y los insectos. Aunque no se hallegado a grabar su voz, quienes la han oído dicenque emite un grito largo seguido de otro corto. [TheNew York Times, 5 de enero de 1980

Un insólito encuentro con Pie Grande tuvo lugar cer-ca de Wantage, en la Nueva Jersey rural, en 1977. El12 de mayo la familia Sites descubrió que durante lanoche habían muerto varios de sus conejos, al pare-cer estrangulados por algo que había arañado y arran-cado una puerta de madera para llegar hasta ellos.

El presunto culpable apareció otra vez esa noche yse plantó, como alardeando, en el patio brillantemen-te iluminado. "Era grande y peludo", contaba la se-ñora Sites. "De color café, parecía un ser humano conbarba y bigote. No tenía cuello, la cabeza estaba co-

mo plantada directamente sobre sus hombros, y susgrandes ojos eran rojos y relucientes." Cuando le la-dró un perro, le dio un golpe repentino como de pa-sada y lo mandó volando a 6 metros.

A la noche siguiente reapareció bajo las luces delpatio. El señor Sites y tres acompañantes, que lo es-peraban con las escopetas cargadas, dispararon con-tra él varias veces. Gruñó y escapó atravesando unhuerto. Sites estaba seguro de haberle dado, pero alamanecer no encontraron huellas de sangre.

Varios miembros de la Sociedad para la Investiga-ción de lo Inexplicable llevaron a cabo una búsquedaexhaustiva en la zona, y examinaron los cadáveres delos conejos y los daños en el cobertizo. Oyeron tam-bién, procedente de un pantano cercano, un grito queles dijeron emitía aquel ser; no lo vieron, pero queda-ron convencidos de la sinceridad de los Sites.

Después de su marcha, la criatura fue vista de nue-vo varias veces, una de ellas por los hijos de los Sites,que la vieron arrastrarse por la hierba con los brazosextendidos como si estuviese herida y pidiese ayuda.(Janet y Colin Bord, Alien Animals, págs. 177-78)

Más pruebas tentadoras de la existencia del escurridi-zo yeti nepalés fueron encontradas durante la expedi-ción británica al Hinku en 1979, después de que losalpinistas John Edwards y John Allen hallaron su po-sible guarida a casi 5 200 metros de altitud cuando ba-jaban al campamento base. El 10 de noviembre, Ed-wards observó un "peñasco saliente que formaba unacueva natural" y le dijo a Allen que esperara mien-tras él lo examinaba. Le asombró ver una serie de hue-llas casi humanas en la nieve. Cuando Allen se reuniócon él, a ambos los sobresaltó "un grito penetrante,helador, inhumano, que duró de cinco a diez segun-dos". Edwards y Allen pensaron que debían de ha-llarse cerca de un Abominable hombre de las nieves.

Al día siguiente todo el equipo humano, dirigido porJohn Whyte, volvió al lugar y fotografió las huellas,todavía visibles, con su cámara de la BBC. Las "hue-llas eran de distintos tamaños" y sugerían una parejao incluso una pequeña familia de aquellas criaturas.Los excrementos encontrados cerca de las huellas fue-ron recogidos para llevarlos a analizar a Inglaterra.

"Hemos fotografiado una huella", dice Whyte,"que nadie puede identificar satisfactoriamente. Es-

Una cajetilla de cigarros muestra el tamaño relativode unas huellas no identificadas encontradas en las nie-ves del Himalaya por alpinistas británicos y fotogra-fiadas cón una cámara de la BBC.

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toy convencido de que allá arriba hay un animal aúnno registrado por los naturalistas." (Peóple, 13:20-23,21 de enero de 1980)

A consecuencia de lo acontecido en decenios anterio-res, un equipo de científicos chinos recorrió a finalesde 1980 la provincia de Zhejiang en busca de pruebasconcluyentes de la existencia de hombres mono. En laescuela de educación media de Bihu, en el condadode Lishui, los investigadores chinos obtuvieron del pro-fesor de biología Zhou Shousong las manos y pies bienconservados de la criatura simiesca descubierta por XuFudi en 1957. (Ver pág. 159.)

Aparte de un cierto encogimiento de los músculos,los restos se hallaban en buen estado. Los pies, cubier-tos de un suave pelo café amarillento, medían unos19 centímetros de largo, y las palmas de las manosunos 14. Acordaron que el animal era probablementeun primate, posible pariente del chimpancé. Al explo-rar los bosques y alturas dc Zhejiang llevando comoguía a un recolector de plantas medicinales local, elequipo encontró, a una altitud de unos 1 500 metros,algo parecido a una pequeña empalizada que, "inser-tada entre unos árboles y un peñasco", estaba hechade ramas y forrada de hierba y hojas. El tamaño delas ramas, arrancadas de los árboles cercanos, suge-ría una tremenda fuerza, y la construcción del nidoindicaba una inteligencia algo superior a la del mono.

Al ascender aún más, el equipo encontró otros 11nidos esparcidos por una zona llamada Fengshuyang,algunos de ellos construidos en árboles y otros en elsuelo. A juzgar por su estado, así como por las hue-llas y excrementos cercanos, ninguno tenía más de dosaños. Uno de ellos parecía haber sido construido sóloun mes antes. Se encontraron también muestras de unpelo café suave.

Otros nidos de reciente construcción fueron descu-biertos cerca de la cima, raramente visitada, de losmontes de los Nueve Dragones, junto con huellas deun pie izquierdo de unos 33 centímetros de largo, dededos separados como los de un ser humano. Para losaldeanos del valle, esos hallazgos no fueron ningunasorpresa. Zhang Qilin, del pueblo de Xikangli, dijo:

Durante los últimos treinta años o más he estadosubiendo todos los años, en septiembre u octubre, alos montes de los Nue \.e Dragones, para guardar lacosecha de maíz y protegerla de los hombres mono.

Hace unos diez años vi a uno de ellos. Venía delrumbo de Fengshuyang. Era tan alto como lapuerta de una casa y estaba cubierto de pelo caférojizo, con una larga melena que le caía sobre loshombros y la cara... Caminaba erguido...

En otra ocasión vi a un hombre mono echado ensu nido, en un árbol. Estaba muy tranquilo yaplaudió al verme. Se pasaba allí acostado la mayorparte del tiempo, comiendo maíz. Había un granmontón de mazorcas en el suelo.

Tampoco se sorprendió Huang Jialiang, del pueblo

de Chenkang, que había visto a un hombre mono el14 de agosto de 1978. Llevaba una estaca e iba cami-nando por el bosque, a unos 20 metros de donde élestaba, en dirección a Fengshuyang. Comentando laafición de aquel ser al maíz, Huang añadió, sin darlei mportancia: "Sabernos que también les gusta comerpérsimon y peras silvestres." (Pursuit, 14:64,66, se-gundo trimestre de 1981)

Según ion Erik Beckjord, fundador y director de laOperación Pie Grande, de Seattle (Washington), nohay mes en que alguien no vea un Pie Grande o unsasquatch. El 3 de julio de 1981, varios leñadores delsudoeste de Washington vieron a un sasquatch de unos2.70 a 3 metros de estatura a una distancia de 120 me-tros. El 18 de octubre, un leñador que recogía hongosen esa misma zona oyó gruñidos y notó el fuerte olorcaracteristico del gran monstruo peludo.

La Operación Pie Grande recoge no sólo relatos detestigos oculares, sino también muestras de pelo y san-gre. Las obtenidas en los escenarios de los cuatro ca-sos siguientes han sido cuidadosamente analizadas porcientíficos escépticos.

En el Rock State Park de Maryland, cerca de BelAir, Peter Hronek manejaba un coche deportivo unanoche de 1975 cuando atropelló algo que creyó queera un Pie Grande. Al recobrar el equilibrio, la cria-tura se irguió amenazadora junto al coche, lanzandogruñidos, y después se alejó a buen paso. El pelo pe-gado al faro abollado fue recogido para analizarlo.

En la reserva de indios lummi de Bellingham (Wa-shington), un sasquatch trató de penetrar en la des-pensa de los Jefferson la noche del 14 de enero de 1976.La familia se despertó al ruido de vidrios rotos. El se-ñor Jefferson saltó de la cama, tomó su rifle y encon-tró el vidrio de la ventana de la despensa, de metroy medio de altura, esparcido por el suelo y con man-chas de sangre. En la ventana y entre los trozos de vi-drio del suelo aparecieron pelos negros con la puntablanca. El propio Jon Beckjord acudió a recoger lasmuestras de sangre y pelo y reunir informes de los mu-chos avistamientos e intentos de entrada de los sas-quatch en las casas de la reserva india.

En mayo de 1976, cerca de Sacramento (California),un grupo de adolescentes vio a un sasquatch arran-cando ramas de un chabacano v comiendo la fruta.La criatura dejó huellas de 64 centímetros de largo.Los muchachos recogieron pelo de una barda y se lollevaron a Beckjord.

En 1977, en Lebanon (Oregon), un ser enormearrancó las puertas de un cobertizo y destruyó las bar-das mientras lanzaba gritos penetrantes. También aquítomó Beckjord muestras de pelo.

La única muestra de sangre conseguida en el cursode la investigación (la del vidrio roto en casa de losJefferson) fue analizada por el doctor Vincent Sarich,antropólogo físico y bioquímico de la Universidad deCalifornia en Berkeley. Descubrió que pertenecía a unprimate superior. Los pelos unidos a la muestra de san-

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gre, así como las otras muestras de pelo, fueron ana-lizados por tres expertos, quienes llegaron a la con-clusión de que no provenían de un ser humano, un lo-bo, un oso u otro mamífero semejante. Tampoco eraigual que el de ningún otro de los primates estudia-dos, aunque se parecía mucho al del gorila.

Beckjord dice que esas criaturas "son demasiadograndes para ser hombres y están demasiado presen-tes para ser un mito. Puede tratarse de primates ho-mínidos emparentados con el hombre". (Frontiers ofScience, 3:22-27, marzo-abril de 1981; conversacióntelefónica con Jon Beckjord, de Seattle, Washington)

¿De veras vuelan los monstruos?Los monstruos que llegan por tierra y por mar estánbastante bien documentados, y si es cierto que la hu-manidad tiene una necesidad innata de creer en cria-turas ajenas a este mundo, no es sorprendente que ha-ya quienes las han visto llegar también por los aires.

En antiguos relatos aparecen dragones voladoresque escupen fuego, el temible roe de Las mil y unanoches, las rapaces arpías aladas de la mitología grie-ga y el impresionante "pájaro del trueno" del folklo-re de los indios de América del Norte.

La mejor prueba a favor de las bestias aladas sonlos restos fósiles del pterodáctilo, un reptil de agudosdientes con una envergadura de más de 7.5 metros.Si la humanidad posee realmente una memoria racial,aquí tenemos un monstruo volador listo para las másespeluznantes pesadillas. Pero ¿es explicación suficien-te de las persistentes noticias de monstruos voladores?¿O podrían tales criaturas atávicas, más o menos gran-des, ser una realidad actual?

Según leemos en Alíen Animals, de Janet y ColinBord, en Nueva Jersey ha habido noticias periódicasdel Demonio de Jersey. Este ser inverosímil, que se-gún algunos tlene el tamaño de una enorme grúa, tie-ne cuello largo y grueso, largas patas traseras con pe-zuñas hendidas, patas delanteras cortas y con garras,alas como de murciélago separadas unos 60 centíme-tros, cabeza de caballo, perro o carnero, y cola lar-ga y delgada.

En su libro In Witchhound Africa, Frank H. Me-lland refiere que oyó hablar repetidamente del Kon-gamato, parecido a un lagarto volador con la piel li-sa, el pico lleno de dientes, y alas con piel de murcié-lago y una envergadura de 1.20 a 2.15 metros. Estonos recuerda sospechosamente a un pariente delpterodáctilo.

Quienes dicen haber visto al Kongamato o al De-monio de Jersey son sin duda sinceros. Los avistamien-tos suelen ser demasiado escasos para constituir pruebaconvincente; pero si se hiciesen tan frecuentes comolos de Nessie o el sasquatch, tendríamos candidatosalados a la Sociedad de Probables Monstruos.

De lugares tan apartados como Washington, Texasy Virginia Occidental (E.U.A.) han llegado notlciasde Mothman, según leemos en el libro de John A. KeelThe Mothman Prophecies. Se dice que esta extrañacriatura tiene forma humana y es de color gris. La ma-yoría de quienes dicen haberla visto están de acuerdo

en que de ella emana un aura de miedo espeluznante.Uno de los testigos confesó el terror irrazonable quelo invadió durante su encuentro con Mothman.

Nunca había tenido esa sensación, una clasede miedo misterioso. Era algo que te atenazabay dominaba. El mejor modo de explicarlo seríadecir que aquella cosa no tenía sentido. Sé queesto puede no tenerlo tampoco, pero soyincapaz de decir de otro modo lo que sentí.

Este extraño hombre volador gris podría, no obs-tante, estar relacionado con fenómenos bien documen-tados de avistamientos de objetos voladores no iden-tificados. Si la humanidad necesita monstruos que vue-len, puede tener que contentarse con los ovnis.

Este dibujo del "Demonio de Jersey", al parecer vis-to en 1909 en Gloucester (Nueva Jersey), apareció ilus-trando la noticia en un periódico de Filadelfia.

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INCURSIONES ESPECTRALESQuienes se burlan de la idea de que fantasmas y espectros vagan y brillan conluz trémula por el mundo lo hacen porque hasta ahora nadie ha encerrado aun fantasma en una botella, porque son escépticos por costumbre o porque seresisten a la idea de que la muerte pueda no ser el final.

Para muchos, la palabra `fantasma" evoca una figura vestida de blanco, unespíritu que ha vuelto de la tumba para rondar a los vivos. Pero en los analesdel reino de los espíritus los seres espectrales revisten una gran variedad de for-mas, y algunos no toman nunca apariencia alguna, aunque hagan sentir su pre-sencia. Los fantasmas difieren también en su conducta: pueden vagar sin obje-to o tener uno bien determinado; ser juguetones, angélicos e incluso demoniacos.

Hay tres tipos de explicación para los fenómenos fantasmales: la espiritual,la mecánica y la psicológica.

La tesis espiritual sostiene que los fantasmas son seres inteligentes. La prime-ra versión de esta idea dice que los fantasmas son espíritus de personas muer-tas. Siguen pareciéndose a sus formas terrenales y se les encuentra haciendo co-sas que ya hicieron en el pasado, ligados a los sitios donde se aparecen por laculpa, el remordimiento, el deseo o el hábito. Pueden ser malévolos, amableso indiferentes hacia los seres humanos. Las personas que tienen esta opiniónde los fantasmas los consideran como haciendo tiempo en una posada espiri-tual a medio camino entre este mundo y el cielo, el purgatorio o el infierno.

Según otra versión de la tesis espiritual, el parecido de un fantasma con unapersona o animal muertos es en realidad una máscara que adopta para sus fi-nes, pues la apariencia real de los fantasmas es muy diferente.

Finalmente, para una tercera concepción de los fantamas como fenómeno es-piritual, estas apariciones son ilusiones creadas por poderosas clases de seresangélicos o demoniacos con el fin de ayudar o hacer daño a quienes los ven.Los milagros son un ejemplo de intervención de poderes angélicos o ilumina-dos, mientras que los casos de poltergeist se consideran demoniacos.

La interpretación mecánica dice que los fantasmas son imágenes inmaterialesque se registran en un medio etéreo y son visibles bajo ciertas condiciones paraquienes se encuentran en una determinada disposición de ánimo. Esta idea con-cuerda con algunos fenómenos frecuentemente observados —el modo que al-gunos fantasmas tienen de evaporarse—, pero no explica aquellos casos en quehay una interacción inteligente entre el fantasma y quienes lo ven.

En la concepción psicológica del fenómeno, los fantasmas revelan todo unabanico de capacidades poderosas pero aún no exploradas de la mente huma-na. Para ella, ciertos fantasmas son producto de poderes telepáticos, como cuandoun pariente o amigo se aparece a alguien en el momento de su muerte; otros—los fenómenos de poltergeist— sugieren capacidades psicocinéticas involun-tarias e incontroladas; y algunos —la aparición de dobles fantasmas— indicanque las experiencias extracorpóreas pueden a veces hacerse manifiestas a otros.

En realidad, la mayoría de los creyentes en los fantasmas están probablementedispuestos a aceptar todas estas tesis. Por el contrario, los escépticos, recurriendoa los secos pero enérgicos argumentos de lo que consideran sentido común, es-tán dispuestos a sostener que esas historias de fantasmas son mentiras, alucina-ciones o simplemente la exposición sincera de una percepción errónea. Pero laprueba más convincente de la existencia de espectros sigue siendo su apariciónen escena.

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El pollo helado de Pond SquareUn fantasma triste, extraño y que merece un lugar enlos anales de la preparación comercial de alimentos vaunido a Pond Square, en la Highgate londinense. Esel fantasma de un pollo medio desnudo, medio helado.

El que mueve los hilos de esta historia de fantas-mas es nada menos que el gran filósofo Francis Ba-con, un día Lord Canciller de Inglaterra. En 1626,cuando tenía 65 años, fue acusado de cohecho, con-denado a la Torre de Londres y multado con 40 000libras. Aunque más tarde fue perdonado, a Bacon sele prohibió volver a ocupar cargos públicos; y, libreasí de la lucha por los poderes terrenales, volvió sumente a los misterios del universo y a los métodos porlos que el hombre puede resolverlos.

Un día de nevada, en marzo de 1626, iba a caballopor las calles de Highgate cuando le vino a la menteun misterio universal. ¿Por quc la hierba que habíaestado todo el invierno bajo la nieve seguía verde yfresca cuando la descubrían las ruedas del carruaje?¿Acaso la nieve había hecho de algún modo el papelde conservador?

Bacon detuvo inmediatamente su coche en PondSquare y ordenó a su cochero que comprase un polloen un criadero cercano. A continuación hizo que elcochero matase el ave, le arrancase la mayor parte delas plumas y limpiase la cavidad abdominal. Después,ante el asombro de los que se apiñaban a su alrede-dor, Bacon se apeó y empezó a rellenar de nieve el ave.Hecho esto, la puso en un costal, que llenó de nieve.

Mientras estaba tratando al pollo de modo tan ex-traño, le acometieron grandes escalofríos y se derrum-bó sobre la nieve. Lo llevaron a casa de su amigo lordArundel y allí murió a los pocos días.

Lo que le ocurrió a lord Bacon después de su muer-te nadie lo sabe; pero el polio, ligado al parecer a losalrededores de Pond Square por el inesperado ultrajecometido con él, ha sido visto allí frecuentemente des-de entonces. Desplumado y tembloroso, corre y ale-tea, siempre en círculo. Según la esposa de JohnGreenhill, que residió en Pond Square durante la Se-gunda Guerra Mundial y a menudo vio al pollo las no-ches de luna, "era un ave grande y blancuzca". Otrode los testigos fue el cabo segundo Terence Long, tam-bién durante la guerra. Una noche cruzaba la plazacuando oyó ruido de cascos y ruedas de coche. Al mi-rar a su alrededor, no vio más que un pollo tembloro-so y medio pelado que aleteaba patéticamente encírculo. Un vigilante que apareció por allí dijo al caboLong que el ave era una visitante asidua de la plaza.Un par de meses antes un hombre había tratado deecharle el guante, pero había desaparecido metiéndo-se en una pared de ladrillo.

Una noche de enero de 1969, un automovilista quese había demorado en Pond Square por una falla viouna gran ave blanca cerca de la pared. Viendo que lehabían arrancado la mayor parte de las plumas, y pen-sando que sería cosa de alguna pandilla de jóvenes,miró a su alrededor antes de ir a rescatar a la pobre

criatura. Cuando dio la vuelta, el ave había desapare-cido. Un año más tarde, en febrero, una pareja de jó-venes estaban despidiéndose cuando una gran aveblanca se posó ruidosamente en el suelo junto a ellos.Corrió dos veces en círculo y se desvaneció en la os-curidad. (Peter Underwood, Haunted London, págs.125-27)

Venganza desde la tumbaUna noche de 1681 un molinero, James Graeme, delcondado inglés de Durham, fue abordado por el ho-rrible fantasma de una joven. Estaba ensangrentaday tenía cinco heridas en la cabeza. Dijo a Graeme quese llamaba Anne Walker y había sido asesinada conun azadón por un tal Mark Sharp, quien seguía ins-trucciones de un pariente de ella, también apellidadoWalker, de quien estaba embarazada. Le dijo tambiénque, a menos que informase de lo ocurrido al magis-trado local, continuaría apareciéndosele.

Graeme, negándose a creer lo que le había pasado,no hizo nada. Pero, después de que el espectro se leapareciese y le rogase y amenazase otras dos veces, acu-dió a las autoridades con la espantosa historia. Bus-caron el pozo del que había hablado el fantasma y enél apareció el cuerpo de Anne. Sharp y Walker fue-ron detenidos, juzgados, declarados culpables y ahor-cados. El espíritu de Anne, ya vengado, no volvió aaparecerse. (Reader's Digest, eds., Fólklóre, Mythsand Legends of Britain, págs. 106-07)

El fantasma de Anne Walker sólo pudo hallar la pazcuando los dos hombres que la habían asesinadó fue-ron detenidos y ahorcados.

La banshee de los baronesEntre el pueblo gaélico las banshees —espíritus guar-dianes femeninos— han sido bien conocidas durantesiglos. La banshee se vincula a una persona o familia,vela por ella durante toda la vida y predice las muer-tes inminentes gritando, llorando y gimiendo. Así ocu-rre con la banshee de los Rossmore, del condado deMonagham, en Irlanda.

Sus terribles lamentos se oyeron por primera vez en

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1801, cuando el general Robert Cunningham, primerbarón de Rossmore, estaba moribundo. El sexto ba-rón, William Rossmore, describió así la primera apa-rición de la banshee, historia transmitida en la fami-lia a través de los años:

Robert Rossmore estaba en términos de granamistad con sir Jonah y lady Barrington, y cuandoen una ocasión se encontraron en una recepción enDublín, Rossmore los convenció para que fuesen aldía siguiente a Mount Kennedy, donde entoncesvivía. Como pensaban levantarse temprano, laprimera noche los Barrington se retiraron pronto, ydurmieron profundamente hasta las dos de lamadrugada, cuando a sir Jonah lo despertó unalarido lastimero. Despertó sin tardanza a su mujer,y la asustada pareja se levantó y abrió la ventana,que daba a un pequeño jardín. Era una noche deluna que permitía distinguir con facilidad cuantohabía en torno a la casa, pero en la dirección de laque procedía aquel ruido fantasmal no se veía nada.

Ya totalmente asustada, lady Barrington llamó asu doncella, quien se negó terminantemente aescuchar o mirar y huyó aterrorizada a lashabitaciones de la servidumbre. El misterioso ruidocontinuó durante hora y media y después cesóbruscamente. Luego se oyó una voz que gritaba"Rossmore, Rossmore, Rossmore", y después todoquedó en silencio.

Los Barrington se miraron consternados, yabsolutamente perplejos en cuanto a lo que el gritopodía significar. Decidieron no hablar del incidenteen Mount Kennedy y volvieron a acostarse con laesperanza de reanudar su descanso interrumpido.No pasaron mucho tiempo tranquilos, pues a lassiete los despertaron fuertes golpes en la puerta deldormitorio y el sirviente de sir Jonah, Lawyer,entró en la habltación pálido de terror.

—¿Qué ocurre? —inquirió sir Jonah—. ¿Hamuerto alguien?

—Oh, señor —respondió el criado—, el lacayo delord Rossmore acaba de llegar a toda prisa y me hadicho que mi señor, tras regresar del castillo, se

Este grabado muestra a una banshee, espíritufemeninoque se dice que frecuenta a las viejas y nobles fa-milias irlandesas, a veces para vengar crueldades in-fligidas por alguno de sus antepasados.

había acostado perfectamente sano, pero que hacialas dos y media de esta mañana oyó ruido en sucuarto, entró y lo encontró agonizando, y antes deque pudiera avisar a los criados su señoría habíamuerto.

Gritando, gimiendo y llorando "Rossmore, Ross-more", la banshee ha anunciado desde entonces lamuerte de todos los herederos del título, incluida ladel sexto barón, que murió en 1958. (Raymond La-mont Brown, Phantom Soldiers, págs. 80-81)

Diríjase al noroesteEn 1828, un navío británico procedente de Liverpoolse dirigía a Nueva Escocia, en las heladas aguas delAtlántico Norte. Llevaba ya muchas semanas en el marcuando un día el primer piloto, Robert Bruce, encon-tró a un hombre extraño escribiendo en un pizarrónen el camarote del capitán. A Bruce lo asombró des-cubrir a bordo a alguien a quien no reconocía, y, des-concertado, fue a dar cuenta al capitán. Éste no que-ría creerlo. ¿Cómo podía haber en el barco alguien aquien ni él ni el piloto habían visto antes? No obstan-te, siguió a Bruce al camarote y miró el pizarrón. Enél se veían claramente las palabras "DIRÍJASE AL NO-ROESTE", pero el extraño había desaparecido. El ca-pitán pidió entonces a cuantos iban en el barco queescribiesen esas mismas palabras, pero su letra no coin-cidió en ningún caso con la del pizarrón.

El capitán, aunque incapaz de explicarse la apari-ción y su mensaje, ordenó poner rumbo al noroeste.Unas horas más tarde el vigía divisó otro barco, atas-cado en el hielo. Subieron a bordo a sus pasajeros yBruce reconoció entre ellos al hombre que había vistoen el camarote. El.capitán le pidió entonces que escri-biese las palabras del mensaje. Su letra coincidía exac-tamente con la del original.

Según el capitán del barco atrapado por los hielos,el pasajero en cuestión se había quedado dormidoaproximadamente a la misma hora en que fue vistosu doble, y al despertarse había expresado su total se-guridad de que serían salvados. (Robert Dale Owen,Footfalls on the Boundary óf Another World, págs.333-40)

La maldición de la Charles HaskellEntre 1830 y 1892 se perdieron unos 600 barcos y másde 3 000 vidas en las traidoras y tempestuosas aguasdel gran Banco de Terranova. Las víctimas eran pes-cadores que buscaban bacalao en aquellos fondos he-lados y poco profundos, y la mayoría de ellos se aho-garon al chocar sus barcos en la fiera competencia porla pesca o naufragaron en los bajíos. Era un trabajoduro y exasperante, y los hombres, que arriesgabanla vida cada vez que salían a la mar, estaban alertaa cualquier tipo de presagio, bueno o malo, real oimaginado.

En 1869, la Charles Haskell, una graciosa goletaconstruida y equipada para la pesca del bacalao, esta-

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ba sufriendo la inspección final cuando un obrero res-baló en una escalera de la toldilla y se desnucó. Nopodía haber peor presagio, y el capitán que iba a man-dar la Charles Haskell en. su primer viaje se negó a na-vegar en ella. Durante un año nadie quiso tomar elmando del barco, hasta que finalmente un capitán lla-mado Curtis, de Gloucester (Massachusetts), aceptóel puesto.

Durante su primer invierno en el mar, notablemen-te riguroso, la Haskell pescaba junto con otro cente-nar de barcos frente al banco George cuando sobrevi-no un huracán. En la confusión, la Haskell embistióal Andrew Johnson. Ambos barcos resultaron con gra-ves daños pero la Haskell consiguió volver a puerto,mientras que el Andrew Johnson se perdió con todasu tripulación.

La Haskell había salido con bien, lo que parecía des-mentir su fama, pero los pescadores no lo creyeronasí: era demasiada suerte. La goleta debería habersehundido con el Andrew Johnson, y el que se hubierasalvado había sido obra del Diablo.

Al fin llegó la primavera, y con ella mejor tiempoy excelentes capturas. Una vez más la Haskell se hizoa la mar, para pescar a la altura de los bancos. Al sex-to día, los dos pescadores que hacían guardia a me-dianoche quedaron aterrados: muchos hombres conlos impermeables chorreando trepaban silenciosamentepor la borda, mirando con ojos vacíos. Avisaron alcapitán, y él y la tripulación vieron a los fantasmasinstalarse sobre los bancos de los pescadores y hacerIos movimientos de cebar y echar al agua sedales invi-sibles. Después, terminada su tarea y en fila india, los26 marineros muertos volvieron a trepar por encimade la barandilla y regresaron a las profundidades delmar.

El capitán Curtis puso inmediatamente rumbo apuerto, pero pasó otra noche antes de llegar a tierra.De nuevo, a medianoche, los muertos treparon desdeel mar a cubierta y representaron su espectral panto-mima. Pero esta vez, cuando amaneció y la Haskellse acercaba al puerto de Gloucester, saltaron por laborda y formaron una muda y macabra procesión quese dirigió, mar adelante, hacia Salem.

Aquél fue el último viaje de la Charles Haskell, por-que en adelante no hubo un solo hombre que quisieraformar parte de su tripulación; finalmente acabó des-haciéndose amarrada. (Mary Bolte, Haunted New En-gland: A Devilish View of the Yankee Past, págs.43-46)

La venganza del MayorEl mayor Stewart murió en 1876, en Ballechin House(Perthshire, Escocia). Había vivido allí durante másde 40 años y a lo largo de ese periodo había adquiridouna cierta reputación de excéntrico, basada tan sólo,al parecer, en su creencia en Tos espíritus, su firme con-vicción de que las almas transmigraban y una insólitaafición a los perros, de los que a su muerte tenía ca-torce. Incluso dijo que, de ser posible, le gustaría vol-

ver a la tierra como propietario del cuerpo de su fa-vorito, un perro de aguas negro. Sin embargo, des-pués de su muerte su familia hizo matar a los canes.con lo que cometió un serio error.

Los primeros indicios de algo anormal en la casaocurrieron no mucho después de que el sobrino delMayor, que había sido el heredero, se mudase a ellacon su mujer. Esta señora tenía la costumbre de ha-cer las cuentas de los gastos domésticos en la habita-ción que el Mayor utilizaba como despacho. Un día,enfrascada en sus libros, notó de pronto y de manerainconfundible el olor a perro que antes reinaba en lahabitación. Lo que ocurrió después fue aún peor: al-go invisible la empujó, y de algún modo notó que loque la había empujado era un animal. Ocurrieron máscosas inquietantes. Había ruidos inexplicables, golpesen las puertas, explosiones, y a veces voces que discu-tían cuando no había nadie.

Hacia 1896 se decía que Ballechin House estaba "en-cantada". Pero sus terrenos eran amplios, abundabanlas perdices y al nuevo propietario, un tal capitán Ste-wart, no le fue difícil ese mes de agosto arrendar lacasa y los derechos de caza para la temporada a per-sonas ricas aficionadas al deporte. No se sabe si lesadvirtió de la fama que tenía el lugar. Lo había com-prado sólo hacía un año, cuando el sobrino del viejoMayor fue atropellado y muerto por un taxi enLondres.

Lo cierto es que los inquilinos se mudaron a ella.Habían pagado por adelantado la renta de varios me-ses, pero pronto fueron empujados y olisqueados y su-frieron sustos mortales por obra de animales a los queno podían ver. Al cabo de pocas semanas se fueron,perdiendo su dinero.

Cuando el marqués de Bute supo lo que ocurría enBallechin, se apoderó de él el afán de investigar. Es-taba muy interesado en el espiritismo y era miembrode la Sociedad de Investigaciones Psíquicas. Con laaprobación del capitán Stewart, alquiló la casa, encompañía del mayor Le Mesurier Taylor y otros miem-bros de la sociedad, y se preparó para una investiga-ción sobre el terreno.

A su debido tiempo el Marqués, el Mayor y ciertaseñorita Goodrich-Freer reunieron a 35 personas enBallechin, en apariencia para una estancia de variosdías como invitados. La mayoría de ellos desconocíanla reputación de la casa. Pronto iban a descubrir có-mo se la había ganado.

Al principio todos pensaban que las lechuzas y lastuberías, y quizá los criados, eran quienes causabanlos ruidos. Cuando se hizo evidente que los golpes yexplosiones ahogadas, el arrastrar de pies, las discu-siones y alguna interminable lectura en voz alta eranun repertorio excesivo incluso para un bosque llenode lechuzas, un ejército de criados y las tuberías másversátiles del mundo, los huéspedes empezaron a acu-sarse entre sí. Al final los hombres pasaban la nochesentados en grupos, cejijuntos, armados con pistolasy atizadores.

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La impresionante Ballechin House se hizo famosa porlas apariciones de su propietario muerto y sus perros.

Pero no consiguieron disuadir a los fantasmas deBallechin. Se oía que algo golpeaba fuertemente con-tra las puertas de los dormitorios, y casi todos en lacasa vieron un perro de aguas negro que parecía sur-gir del aire y después se fundía en la nada.

Los huéspedes estaban acostumbrados a ser hoci-queados y olfateados por perros fantasma y a oír gol-pear la madera del zoclo por colas invisibles. Una no-che, una señora que compartía el dormitorio con otrafue despertada por los gemidos de su perrito. Siguióla mirada del animal hasta una mesita y allí, descan-sando sobre ella, había dos patas negras que termina-ban en el aire. En otra ocasión uno de los caballerosvio una mano sin cuerpo que sostenía un crucifijo enel aire a los pies de su cama. Una monja fue vista llo-rando en una cañada cercana, y después dos monjasjuntas; una religiosa, posiblemente hermana del viejoMayor, había muerto 16 años antes.

Al terminar su estancia, todos salvo uno de los 35huéspedes se habían convencido de que Ballechin Hou-se estaba encantada. Hasta el momento se ignora siel Marqués y los otros anfitriones recibieron cartas deagradecimiento. (Charles G. Harper, Haunted Hou-ses, págs. 116-20)

La luz del orfanatoUna luz amorosa, un niño sin madre, un testigo de im-pecable rectitud: la siguiente historia la narró el reve-rendo Charles Jupp, director del orfanato y casa deconvalecencia de Aberlour, cerca de Craigellachie (Es-cocia). Según contaba, en 1878 fueron admitidos enla institución tres niños que se habían quedado huér-fanos al morir su madre. Pocos meses más tarde lle-garon varios visitantes inesperados, y a fin de acomo-darlos para pasar la noche, el reverendo Jupp decidióocupar una cama vacía en el dormitorio de los niños.A la mañana siguiente, durante el desayuno, el direc-tor contó a sus colaboradores y amigos lo que habíaocurrido durante la noche:

El marqués de Bute y la señorita Goodrich-Freer in-vestigarón los extraños sucesos de Ballechin House.

Me quedé dormido, creo que hacia las once, ydescansé profundamente durante algún tiempo. Derepente me desperté sin razón aparente, y sentí elimpulso de voltearme, desde la postura en queestaba, cara a la pared. Antes de hacerlo miré haciaarriba y vi una suave luz en la habitación. El gasseguía encendido muy bajo en el pasillo, y como lapuerta del dormitorio estaba abierta, pensé que laluz provendría de allí. Pero pronto se hizo evidenteque no era así. Me di la vuelta y mi mirada tropezócon una maravillosa visión. Sobre la segunda camaa partir de la mía, y en el mismo lado de lahabitación, flotaba una pequeña nube luminosa,formando un halo tan brillante como la Luna ennoche despejada.

Me incorporé en la cama, contemplando aquellaextraña aparición, tomé mi reloj y vi que lasmanecillas señalaban la una menos cinco. Todoestaba en silencio y los niños dormíanprofundamente. La cama sobre la que parecía flotarla luz era la del más pequeño.

Me pregunté: "¿Estaré soñando?" ¡No! Estababien despierto. Me acometió un fuerte impulso delevantarme y tocar aquella sustancia (o lo quefuese, pues estaba a metro y medio de altura), e ibaa hacerlo cuando algo pareció retenerme. Estoyseguro de que no oí nada, pero sentí y entendíperfectamente las palabras "No; sigue acostado, esono va a hacerte daño". Me apresuré a hacer lo quehabía sentido que me mandaban. Poco después mequedé dormido y me desperté a las cinco y media,mi hora de costumbre.

A las seis... empecé a vestir a los niños,comenzando por la cama más alejada de la mía. Notardé en llegar a aquella sobre la que había visto laluz. Torné al pequeño, lo puse sobre mis rodillas yempecé a vestirlo. De repente el niño, que habíaestado hablando con los demás, guardó silencio, ydespués, mirándome a la cara con una expresiónextraordinaria, dijo: "Señor Jupp, mi madre vino averme anoche. ¿La vio usted?" Por un momentofui incapaz de responderle. Después pensé que seríamejor pasarlo por alto, y dije: "Vamos; hemos dedarnos prisa o llegaremos tarde al desayuno."

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r EI reverendo Jupp nunca habló de aquello con elpequeño, ni éste volvió a referirse a ello. Sin embar-go, algún tiempo después, la pequeña revista que edi-taba el orfanato publicó un relato del incidente, Cuan-do el muchacho lo leyó, escribió el reverendo Jupp enel año 1883,

su semblante cambió y, mirándome, dijo: "SeñorJupp, ése soy yo.'' Yo le dije: "Si, es lo quevimos." El asintió: "Sí", y a continuación pareciósumirse en profundos pensamientos, llenos sin dudade recuerdos placenteros, pues sonreía dulcementepara sí y pareció olvidarse de mi presencia.

(Edmund Gurney, Frederick W.H. Myers y FrankPodmore, Phantasms of the Living, págs. 493-94)

Un olor a violetasTras la desastrosa guerra franco-prusiana de 1870, lareina Victoria dio asilo en Inglaterra al emperador Na-poleón III, la emperatriz Eugenia y su hijo Luis. Luisfue leal a su país de adopción y se incorporó a un re-gimiento británico que iba a combatir en África delSur. En 1879 el Príncipe fue muerto en una batalla conlos zulúes y enterrado precipitadamente en la selva.

Eugenia se mostró inflexible en su deseo de que el

Luis, hijó de Napoleón III, fue muerto en combateen África del Sur (arriba). Su madre contó más tardecómo su perfume favoritó la había guiado por entrela espesa selva hasta su tumba perdida.

cuerpo de Luis volviera a Inglaterra y fuese enterradoen el panteón familiar, junto a su padre. En 1880 sefue a África con dos acompañantes para buscar la se-pultura del Príncipe, y contrató guías zulúes para quela ayudasen a buscarla.

Pero la selva crece muy deprisa y no hubo modo deencontrar la tumba. Sus amigos, temiendo por su sa-lud, le decían que abandonase aquella misión, al pa-recer imposible, pero ella se empeñó en continuar.

Una mañana se adentró en la selva gritando: "Parici! C'est la route!"("¡Por aquí! ;Éste es el caminanLos incrédulos acompañantes la siguieron mientras co-rría por la espesura, sobre piedras y troncos caídos ypor entre hierbas tan altas como su cabeza, como porun camino despejado, hasta que llegó a una piedra tanrodeada de maleza que quedaba completamente ocul-ta. Era la tumba del príncipe Luis.

A sus asombrados compañeros les dijo que la ha-bía guiado el olor a violetas. A Luis le encantaba eseolor y siempre lo usaba. Ella siguió el olor a violetashasta que se disipó, y asi llegó a la tumba. (RaymondLamont Brown, Phantom Soldiers, págs. 101-02)

El almirante desaparecidoTrece navíos acorazados de la flota británica del Me-diterráneo, al mando del almirante sir George Trvon,salieron de Beirut para unas maniobras rutinarias enla mañana del 22 de junio de 1893. Poco después delas dos de la tarde, a la altura de Tripoli, sir Georgeordenó desde su navío insignia, el Victória, que for-masen dos columnas, separadas seis cables (1 100 me-tros). El almirante, táctico naval muy respetado, diodespués una orden tan extraña como fatal: hizo seña-les a los barcos que iban a la cabeza y a los que losseguían para que cambiasen de rumbo dirigiéndoseunos hacia otros. El contralmirante Albert HastingsMarkham, que encabezaba la otra columna en el na-vío Camperdown , vio que ambas estaban demasiadocercanas para poder virar sin peligro. Pidió confirma-ción de la señal, y sir George repitió la orden. Los bar-cos viraron, y el Camperdown se estrelló contra la proadel Victoria, que se hundió en menos de quinceminutos.

De los 649 hombres que iban a bordo, 358, entreellos el Almirante, se ahogaron. Mientras se hundíasu barco, sir George dijo a su ayuda de campo: "Laculpa es sólo mía."

A la misma hora, a unos 3 000 kilómetros de allí,en la lujosa residencia londinense de los Trvon enEaton Square, su esposa, Clementina, daba una re-cepción. De repente, ante el asombro de los invitadosque sabian que él estaba en el mar, la alta figura desir George apareció y anduvo entre ellos; y, cuandoya se apartaban para dejarle paso, simplemente se des-vaneció. La trágica noticia del hundimiento del Vic-tória y de la muerte del Almirante llegó a Londres unosdías más tarde. (Marc Alexander, "amoral Britain,págs. 178-79; Dictionary of Natiónal Biographv, Vol.19, págs. 1 200-01)

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Extraña reuniónLa Primera Guerra Mundial terminó oficialmente alas once de la mañana del 11 de noviembre de 1918.En esa fecha Harold Owen era oficial a bordo del As-traea, un crucero británico entonces anclado en Ta-ble Bay (Unión Sudafricana). Para celebrar el armis-ticio, el capitán del barco invitó a los oficiales a beberen su camarote; pero Owen, que entonces contaba 21años, fue incapaz de animarse. Lo atenazaba un sen-timiento de aprensión: ¿habría sobrevivido su herma-no Wilfred a la guerra?

Sufrió un acceso de profunda depresión. Al pocotiempo el Astraea abandonó Table Bay, rumbo a lacosta de los Camerunes. Allí, anclados frente a Vic-toria, Owen enfermó de malaria y, débil y todavía de-primido, tuvo "una experiencia extraordinaria e inex-plicable", que describió más tarde:

Había bajado a mi camarote pensando escribir unascartas. Aparté la cortina de la puerta, entré y conasombro vi a Wilfred sentado en mi silla. Todo micuerpo se estremeció, y a la vez pude sentir cómomi cara se quedaba sin sangre. No me precipitéhacia él, sino que entré tambaleante en el camarote,con los miembros rígidos y que apenas merespondían. Sin sentarme, dije mirándolo fijamente:"Wilfred, ¿cómo llegaste hasta aquí?" El no selevantó, y me di cuenta de que su inmovilidad erainvoluntaria, pero en sus ojos, que no se habíanapartado un momento de los míos, brillaba aquellamirada tan familiar con la que trataba de hacermecomprender algo. Cuando le hablé, todo su rostrose iluminó con la más dulce y atractiva de sussonrisas enigmáticas. Yo no sentía miedo, ytampoco lo había sentido cuando aparté la cortina ylo vi allí; sólo un exquisito placer mental alcontemplarlo así. De lo único que tenía concienciaera de una sensación de enorme conmoción yprofundo asombro porque estuviese allí, en micamarote. Volví a hablar; "Querido Wilfred, ¿cómopuedes estar aquí? No es posible..." Pero él siguiócallado, limitándose a sonreír. El que no hablase yano me parecía, como al principio, extraño, nisiquiera antinatural; no sólo era, de un modoinexplicable, perfectamente natural, sino queirradiaba algo que hacia su presencia allí conmigoinnegablemente fundada y en modo alguno fuera delo común. Me gustaba tenerlo allí; no podía, niquería, tratar de comprender cómo había llegado.Estaba contento de aceptarlo, y me bastaba queestuviese allí conmigo. No podía dudar de nada; lareunión en sí era completa y extrañamente perfecta.Él iba de uniforme, y recuerdo que pensé cuánfuera de lugar parecía el color caqui entre elmobiliario del camarote. Al pensarlo debí deapartar los ojos de él, y cuando volví a mirarlo lasilla estaba vacía...

Sentí que la sangre volé la lentamente a mi cara yla flexibilidad a mis miembros, y con ellas unasensación abrumadora de vacío y pérdidairreparable... Me pregunté si habría estado soñando,pero en seguida me di cuenta de que aún seguía depie. De repente me sentí terriblemente cansado. y

fui hasta mi litera y me acosté. Al momento caí enel olvido de un profundo sueño, y al despertar supecon absoluta certeza que Wilfred había muerto.

Wilfred Owen, el famoso poeta de guerra, fue muer-to el 4 de noviembre de 1918. Sus padres recibieronla notificación a mediodía del 11 de noviembre, unahora después de haber terminado las hostilidades. Qui-zá el poema por el que más se le recuerda sea "Extra-ña reunión", en el que imaginaba un encuentro conlos espíritus de los muertos en la guerra. (Andrew Mac-Kenzie, A Gallery of Ghosts, págs. 139-41; HaroldOwen, Jóurney From Obscurity, Wilfred Owen,1893-1918, Vol. 3, págs. 192-201)

Haróld Owen ha referidoque el día en que terminóla Primera Guerra Mun-dial, vio a su hermanoWilfred (derecha) sentadoen su camarote de un cru-ceró británico. Sóló mástarde supo que su her-mano había muerto unasemana antes de la sor-prendente visita.

Acontecimientos en la rectoríaA principios de agosto de 1919 empezó a "chorrear"petróleo de las paredes y los techos de la rectoría deSwanton Novers, en Norfolk (Inglaterra). Al princi-pio se supuso que la casa estaba sobre un pozo de pe-tróleo y que las paredes absorbían el líquido y despuéslo expulsaban. Pero se abandonó esta teoría al com-probar que se trataba de gasolina refinada. Siguieronchaparrones de agua, alcohol metílico y aceite de sán-dalo. En un punto el aceite fluía a razón de poco másde un litro cada diez minutos. El párroco, reverendoHugh Guy, se vio pronto obligado a trasladar sus mue-bles a otra casa.

Un mago llamado Oswald Williams y su mujer fue-ron a la rectoría a investigar. Tras poner cubetas deagua salada por la casa, se escondieron y observaron.El 9 de septiembre anunciaron que la culpable era lasirvienta de 15 años, a quien sorprendieron arrojan-do agua salada al techo. Pero la muchacha lo negó ydijo que le habían pegado para obligarla a confesar.

El capataz de una compañía petrolera fue a regis-trar la casa y recogió más de 9 litros de petróleo encuatro horas, y un segundo mago, convertido tambiénen investigador, afirmó haber observado cómo mana-ban "barriles" de petróleo durante su visita al lugar.El origen del petróleo no llegó a saberse nunca, peroparece improbable que la muchacha pudiese manejarloen tales cantidades. (Charles Fort, The CompleteBooks of Charles Fórt, págs. 577-81)

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Esta fotografía, tornada desde la cubierta del Water-town, parece mostrar dos róstros fantasmales en elagua. Los tripulantes aseguraron que són el vivo re-trato de dos marineros muertos en un accidente en elbarco.. —

Compañeros de viajeEn diciembre de 1924, dos miembros de la tripulacióndel Watertown, un gran petrolero, fueron víctimasde las emanaciones mientras limpiaban uno de los tan-ques y murieron. El Watertown se dirigía desde la costaoccidental de los Estados Unidos a Panamá cuandoocurrió el accidente, y los dos hombres, James Court-ney y Michael Meehan, fueron sepultados en el marel 4 de diciembre.

Al día siguiente el primer piloto dijo al capitán KeithTracy que se veían flotando en el mar las caras deCourtney y Meehan, que acompañaban al Watertownapareciendo y desapareciendo. Durante el resto del via-je a Panamá todos los hombres de a bordo pudieronverlas, siguiéndolos al costado del barco.

Cuando el Watertown atracó en Nueva Orleáns, elcapitán Tracy contó lo sucedido en una reunión de ofi-ciales de la Cities Services Company, y alguien sugi-rió que quizá fuese posible fotografiar las caras.

Al hacerse de nuevo a la mar el Watertown, las ca-ras reaparecieron, y se tomaron seis fotografías. Cin-co no mostraban nada especial, pero en la otra eranclaramente visibles los dos rostros. El negativo fue exa-minado por la agencia de detectives Burns en buscade una posible falsificación, y las circunstancias en quehabían sido tomadas fueron atestiguadas por el capi-tán y el maquinista de guardia. (D. Scott Rogo, AnExperience of Phantóms, págs. 58-60)

Las piedras devueltasEl conocido naturalista y escritor Ivan Sanderson es-tuvo en 1928 visitando una plantación hulera en Su-matra, y allí participó en la que fue quizá la más ex-traña diversión de su vida. Habían terminado de ce-nar y estaban todos reunidos en la terraza cuando em-pezaron a llover piedras de la oscuridad que tenían de-lante. Después, contaba Sanderson,

nuestro anfitrión nos dijo... que esas pequeñaspiedras caían continuamente, sobre todo ciertasnoches, por lo general tranquilas pero nonecesariamente oscuras. Como todos se mostraronasombrados y escépticos, nos dijo que marcáramoslas piedras del modo que quisiéramos y lasarrojáramos a cualquier lugar de la espesa marañade vegetación que había en torno al jardín y a lacasa. Para marcarlas nos trajo gis de su escritorio,una lima y lápices, Las señoras utilizaron los delabios, e hicimos todo tipo de dibujos y marcas.Después lanzamos las piedras, con más o menosfuerza, en todas las direcciones concebibles. Lamayor parte de las piedras marcadas volvieron acaer en la terraza en cuestión de segundos, y unospocos minutos más tarde. Calculo que esa nochefueron así marcadas y lanzadas no menos decincuenta piedras... Garantizo que hubiera sidoabolutamente imposible para un ser humano buscar,encontrar y volver a tirar las piedras marcadas enaquella maraña vegetal, y no digamos ya despejarlay examinar toda su superficie.[William G. Roll, The Poltergeist, pág. 38j

Kilómetro 239A finales del verano de 1929 fue abierta al tránsito unanueva carretera entre Bremen y Bremerhaven, en Ale-mania. Antes de un año, más de cien automóviles sehabían estrellado misteriosamente en ella, siempre enel señalamiento del kilómetro 239, en un tramo per-fectamente recto. A las preguntas de la policía, los su-pervivientes respondían que habían sentido "un tre-mendo escalofrío" al llegar al señalamiento y que unagran fuerza se había apoderado de sus vehículos y loshabía arrojado fuera de la carretera. En un solo día,el 7 de septiembre de 1930, se estrellaron 9 coches enel señalamiento fatal.

La policía y otros investigadores estaban desconcer-tados, pero un zahorí local, Carl Wehrs, sugirió quela fuerza misteriosa era una poderosa corriente mag-nética generada por un río subterráneo. Para probarsu teoría, caminó lentamente hacia el señalamiento 239con una varilla de acero en las manos. Cuando estabafrente a él, y a unos 4 metros de distancia, la varillase le escapó repentinamente de las manos como arro-jada al otro lado de la calzada por una fuerza invisi-ble, la cual hizo girar casi en redondo al propio Wehrs.

Satisfecho en cuanto a lo acertado de su teoría,Wehrs aplicó al problema una solución de su cosecha,consistente en enterrar una caja de cobre llena de tro-citos de cobre en forma de estrella en la base del seña-lamiento de piedra. La caja permaneció enterrada allí

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una semana, y durante ese tiempo no hubo acciden-tes. Cuando la desenterraron, los tres primeros cochesque pasaron frente al señalamiento se estrellaron. Vol-vieron a enterrar la caja a toda prisa, y desde enton-ces no ha habido accidentes en el kilómetro 239.

Aunque Carl Wehrs vivía de encontrar agua, y pre-sumiblemente sabía algo de corrientes subterráneas,los agricultores locales pensaban que el responsable delos accidentes era un demonio. Dijeron que, una vezexorcizado de la carretera, se había metido en sus ra-dios, en los que a partir de entonces no se oyeron másque interferencias, ( The Breathless Moment, Philipvan Doren Stern, ed.)

El autobús fantasma de Ladbroke Grove"Estaba tomando la curva y vi que un autobús veníaa toda velocidad hacia mí", declaró el automovilistaa la policía:

Llevaba las luces de ambos plsos y los farosencendidos, pero no vi ni rastro de empleados opasajeros. Di un volantazo y me subí a la acera,rozando la pared. El autobús se desvaneció.

El conductor que hizo este relato a las autoridadesde North Kensington (Londres) a mediados de los añostreinta puede haber estado borracho, alucinado o so-ñando al volante cuando tuvo el accidente. Pero, enese caso, también lo estaban los centenares de auto-movilistas que se quejaron de haber sido obligados asalirse de la carretera por un autobús fantasma quetomaba a toda marcha la curva que desde St. Mark'sRoad desemboca en Cambridge Gardens, cerca de laestación de metro de Ladbroke Grove. Después de unaccidente fatal, el encargado de la investigación reu-nió pruebas de la aparición, y descubrió que docenasde vecinos de la zona aseguraban haber visto el espec-tral autobús de dos pisos.

Desde luego, había habido muchos accidentes, va-rios de ellos fatales, en el famoso cruce. Más adelanteel ayuntamiento suprimió la curva, y la tasa de acci-dentes se vio muy reducida. En adelante nadie volvióa ver el fantasmal autobús rojo. (Frank Smyth, Ghostsand Poltergeists, pág. 60)

Una sensación de terror pánico...Hereward Carrington fue uno de los pioneros de lainvestigación parapsicológico en los Estados Unidos,un escudriñador incansable de la telepatía, los mé-diums y los fenómenos de poltergeist. Decía haber"presenciado fenómenos altamente curiosos e inexpli-cables en casas encantadas" en más de una ocasión.Como uno de los más sorprendentes, eligió el siguiente:

La noche del 13 de agosto de 1937 la pasamos enuna famosa "casa encantada" situada a unos 80kilómetros de Nueva York... Formábamos el grupoel anterior inquilino [que se había marchado antesde que expirase el alquiler, a causa de lasperturbaciones], dos amigos suyos, dos amigos

Los automovilistas cuyos coches se estrellaron en estacurva de Londres explicaron que se habían desviadopara evitar a un misterióso autobús rojo. Dijeron que,tras precipitarse sobre ellos, éste desapareció derepente.

nuestros, mi mujer y yo. También llevamos connosotros a un perro que había vivido en la casamientras estuvo ocupada, y que según decían sehabía comportado en varias ocasiones de un modoextraordinario.

Carrington sugirió explorar la casa, que a su llega-da iluminaron totalmente para asegurarse de que quie-nes la hacían inhabitable no eran bromistas, gatos,murciélagos, ratas o ratones.

El examen del sótano y de la planta baja no revelónada inusual. Sin embargo, en la segunda plantados o tres de nosotros notamos algo extraño en unode los dormitorios del centro. Era una sensaciónintangible pero claramente presente, y parecía teneralgo que ver con una vieja cómoda que habíacontra una pared...

Siguiendo por el pasillo, llegamos a una puertaque había escapado a nuestra atención la primeravez que pasamos ante ella.

—¿A dónde da esto? —pregunté.—A las habitaciones de la servidumbre —dijo el

señor X.—. ¿Le gustaría subir?—Por supuesto —dije, abriendo la puerta.Al levantar los ojos pude ver que el piso de

arriba estaba brillantemente iluminado, y que teníaante mí un empinado tramo de escaleras. Primerosubí yo, con los demás pisándome los talones, y aldar una brusca vuelta a la derecha me encontréfrente a una serie de pequeños cuartos.

En ese momento sentí como si me hubiesen dadoun golpe demoledor en el plexo solar. La frente seme cubrió de sudor, empezó a darme vueltas lacabeza y apenas podía tragar. Era una sensaciónextraordinaria, claramente fisiológica y diferente acuanto había experimentado hasta entonces. Seapoderó de mí un terror pánico, y por un momentome fue muy difícil contenerme para no dar media

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yuelta y huir escaleras abajo. Me recuerdovagamente diciendo en voz alta:

—;Muy poderoso! ;Muy poderoso!Mi mujer, que estaba detrás de mí, había

avanzado ya unos pasos y exclamado: "¡Oh, quécuartitos tan monos!" cuando gritó: ";No! ;No!" ycorrió por las empinadas escaleras abajo como unconejo asustado.

Carrington señalaba que tanto él como su mujereran investigadores curtidos "acostumbrados a todotipo de manifestaciones parapsicológicas", y que nin-guno de los dos había experimentado antes un momen-to de terror comparable. Bajó las escaleras para ase-gurarse de que su mujer estaba bien y la encontró sen-tada en el porche "poniendo poco a poco en ordensus pensamientos". Lo tranquilizó, y el grupo, cuyoscomponentes se habían visto sin excepción fuertementeafectados, se reunió después en círculo en uno de losdormitorios. Apagaron las luces y esperaron, con lascámaras y los flashes dispuestos.

Transcurrida una hora sin que ocurriese nada, vol-vieron a subir las escaleras, y "esta vez no hubo nin-gún tipo de sensación. La habitación parecía libre decualquier tipo de influencia, limpia, pura y normal..."Incluso el perro, que en la primera ocasión había gru-ñido con los pelos erizados corno un gato y se habíanegado a ser empujado escaleras arriba, subió ahoradel mejor grado meneando la cola.

Sólo después de que Carrington y los demás hubie-ron inspeccionado el lugar y experimentado sus "pri-meras y violentas reacciones" les contó el antiguo in-quilino que "alauien se había suicidado en el piso dearriba, y creían que esas habitaciones eran la 'sede'del encantamiento". (Hereward Carrington, Essays inthe Occult, págs. 19-25)

Película de terrorEra un sábado hacia la media noche y ya había termi-nado la última función. Bernard Mattimore y Jerry

Adams, vicegerente y operador, respectivamente, delviejo Tower Cinema de Peckharn, en el sur de Lon-dres, iban hacia la salida posterior cuando se detuvie-ron. No estaban solos en el cine.

Alguien caminaba por el aire a unos tres metros delsuelo. Su figura parecía la de un hombre de medianaedad con ropas de otra época, y se diría que relucíaen la oscuridad. Los dos hombres vieron cómo cruza-ba lentamente el escenario y desaparecía en un huecotapiado con tabiques donde había habido un órgano.

Dos años antes, en 1953, dos tapiceros dijeron ha-ber visto un fantasma una noche en que se quedarontrabajando en el teatro. Uno de ellos se asustó tantoque no volvió. Un obrero de la construcción aseguróhaber visto al fantasma en 1954. Y, recordando, lagente hizo memoria de ciertos extraños incidentes ocu-rridos en el cine: las bolsas de cemento inexplicable-mente desgarradas durante las obras de reparación, yuna filtración de agua del techo en tiempo seco y sinque hubiese tuberías encima de donde goteaba.

Según un piano de 1819, el cine ocupaba el solar detina antigua capilla, cuyo suelo había estado situadounos tres metros por encima del actual auditorio. (Pe-ter Underwood, Hazinted Lóndon, págs. 170-71)

El VardogrErkson Gorique no había estado nunca en Noruega,pero se dedicaba al comercio exterior y en 1955 deci-dió que debía ir a Oslo a investigar las posibilidadesde importar porcelana y cristal. En consecuencia, enjulio tomó un avión para Oslo y al llegar fue al mejorhotel.

—Me alegro de ver que ha vuelto, señor Gorique—dijo el empleado cuando se registró—. Es estupen-do tenerlo otra vez por aquí. —Gorique se sobresal-tó: —Pero si ésta es la primera vez que vengo —dijo—.Debe de haberme confundido con algún otro.

Ahora fue al empleado a quien le tocó soprender-se: —Pero, señor, ¿no lo recuerda? Vino usted hacepocos meses para hacer una reservación y dijo que vol-vería en verano por estas fechas. Su nombre... bue-no, no es muy común; creo que por eso lo recuerdo.

—Es imposible —repuso Gorique—. Es la primeravez que he estado aquí.

—Entonces debo de estar equivocado, señor —dijoel empleado, dándose cuenta de que pisaba un terre-no delicado—. Le ruego que me perdone.

Al día siguiente, Gorique fue a ver a un comercian-te al por mayor, un tal Olsen.

—¡ Ah, señor Gorique! —lo saludó cordialmenteOlsen—. Estoy encantado de que por fin haya vuelto.Lo esperaba, porque su visita de hace unos meses fuetan corta... Demasiado.

Gorique estaba ya totalmente desconcertado y ex-plicó a Olsen la causa. Por fortuna, Olsen lo tranqui-lizó: un doble psíquico, una aparición que va por de-lante de su pareja de carne y hueso, no era algo tanraro, no debería alarmarse sin motivo. Le explicó que

Después de haber pasadoaños investigando los fe-nómenos parapsicólógi-cos en Inglaterra, el Dr.Hereward Carrington fuea los Estados Unidós enlos años veinte para pro-seguir sus trabajós. Éstoslo condujeron a uno delos trances más aterrado-res de su vida.

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Engendros de la mente

Las criaturas de la mente revisten una gran variedadde formas. Esta notable población de entidades queparecen vivas habita el mundo de los sueños, y mu-chos niños crean convincentes compañeros de juegofingidos, a veces de larga duración. Eso para no ha-blar del verdadero zoológico de visiones que provo-can las drogas y el alcohol. Todas estas manifestacio-nes son subjetivas y los demás no las perciben.

Pero hay también apariciones de un carácter máspúblico. Se dice que algunas de ellas son el doble per-ceptible —la contrafigura etérea— de una persona vivaque está sufriendo una experiencia extracorpórea. Aúnmás misteriosas son las manifestaciones perceptibles,exteriorizadas, de algo cuya existencia se originó enla mente de su creador en virtud de su increíble poderde concentración, visualización y otros esfuerzos men-tales más ocultos. En el Tíbet, donde se practican ta-les cosas, a un fantasma de este tipo se le llama tulpa.

Un tulpa suele ser producido por un experto magoo yogui, aunque en algunos casos se dice que surgede la imaginación colectiva de los aldeanos supersti-ciosos o de los viajeros que cruzan por un lugar deapariencia siniestra. Los tibetanos aseguran que enocasiones un tulpa puede ser tan vigoroso como paraproducir una emanación secundaria, llamada yang-tul,que a su vez puede producir otra de tercer grado, unnying-tul. Los adeptos capaces de producir tales ma-nifestaciones múltiples son escasos y suelen encontrar-se entre los santos budistas, los bodhísattvas. Algu-nos son capaces de producir diez tipos diferentes detulpa, entre ellos seres aparentemente animados —yasean humanos, animales o sobrenaturales— y las ema-naciones que aparecen en los sueños de aquellos a quie-nes pretende ayudar el bodhisattva.

Pocos occidentales han tenido la oportunidad de in-vestigar esas afirmaciones, aparentemente fantásticas,

de los tibetanos. Entre ellos está Alexandra David-Neel, erudita y viajera francesa, quien pasó 14 años

añosel Tíbet y estudió las doctrinadel budismo -co con varios lamas eminentes. Como en esa épocaera la única mujer lama, recibió múltiples honores porsu contribuclón a la comprensión del pensamiento ti-betano. Más tarde publicó dos relatos de sus experien-cias en ese remoto y poco conocido país. La siguientedescripción de la que tuvo con un tulpa está tomadade su libro Magia y misterios en el Tíbet:

Aparte de haber tenido pocas oportunidades dever formas mentales, mi incredulidad habitualme llevó a hacer experimentos por mi cuenta, ymis esfuerzos tuvieron algún éxito... Elegí parami experimento a un tipo de lo másinsignificante: un monje bajito y gordo, denatural inocente y jovial.

Me encerré en tsams [reclusión meditativa] yprocedí a llevar a cabo la concentración depensamiento y otros ritos prescritos. Al cabo dealgunos meses se formó el fantasma del monje.Su forma fue haciéndose poco a poco fija ycobrando vitalidad. Se convirtió en una especiede huésped que vivía en mi casa. Entoncesrompí mi reclusión y salí de viaje, con miscriados y tiendas.

El monje fue de la partida. Aunque yo vivíaal aire libre y recorría a diario muchoskilómetros a caballo, la ilusión persistía. Veíaal gordo trapa [monje novicio], y a veces nome hacia falta pensar en él para que apareciese.El fantasma llevó a cabo varios actos naturalesen los viajeros y que yo no le había ordenado.Por ejemplo, caminaba, se detenía, miraba a sualrededor... La ilusión era en su mayor partevisual, pero a veces sentía como sl una túnicarozase levemente la mía, y en una ocasiónpareció que una mano me tocaba el hombro.

Los rasgos que yo había imaginado alconstruir mi fantasma fueron experimentandocambios. El tipo gordo y mofletudo adelgazó ysu cara tomó un aire vagamente burlón, astuto,malicioso. Se hizo más travieso y atrevido. Enresumen: escapó a mi control.

Una vez un pastor que me trajo mantequillade regalo vio al tulpa en mi tienda y lo tomó

por un lama vívo.Debí haber dejado que el fenómeno siguiera

su curso, pero la presenciade aquella compañiano deseada empezó a poner a prueba misnervios: se convirtió en una pesadilla diurna.Además, yo iba... a Lhasa..., de modo quedecidí disolver el fantasma. Lo conseguí, perosólo al cabo de seis meses de dura lucha. Lacriatura de mi mente se aferraba con tenacidada la vida.

en Noruega a eso lo llamaban Vardogr (precursor), yno lo tomaban demasiado en serio.

Ignoramos la reacción de Erkson Gorique a tan con-soladoras nuevas. (F-S. Edsall. The World of PsychicPhenomena, págs. 12-13)

Visitante nocturnoJohn Church y su esposa, destinados en Asia con unamisión del gobierno estadounidense durante los años1960-61, pasaban sus vacaciones en la India. Y mien-tras estaban en Nueva Delhi, parando en el espléndi-

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do y viejo hotel Imperial, la señora Church tuvo la si-guiente experiencia:

Una noche me desperté de un profundo sueño al oíra mi hermano David pronunciar mi nombre. En esaépoca él vivía en Goshen (Nueva York), donde teníaa su cargo un servicio de vuelos charter. Al abrirlos ojos, lo encontré de pie no lejos de mí, junto ala mesita de café. Había luz suficiente para poderverlo con toda claridad, y observé que llevaba suuniforme de piloto. Pero, curiosamente, su caraestaba lisa, carente de rasgos. Queriendoasegurarme de que estaba despierta y no soñando,me pellizqué, identifiqué lo que me rodeaba y toquéa mi marido, dormido a mi lado. Lo hice sin dejarde mirar a mi hermano; no cabía la menor duda deque estaba allí, en la habitación. Desconcertadapero no asustada, me preguntaba si debía hablar.Al cabo de un momento su figura onduló ydespués, lentamente, se disolvió en vapor,empezando por la cabeza, hasta que por últimodesapareció.

Durante la semana siguiente esperamos,preocupados, carta de mi familia; felizmente, nohubo malas noticias. A mi regreso a los EstadosUnidos un año más tarde, le conté mi experiencia ami hermano. Entonces recordó un vuelo aterradorel año anterior, durante el cual creyó que iba amorir. A su avión le habían fallado los dosmotores; pero, cuando ya caía, milagrosamente unode ellos se puso de nuevo en marcha. Aunque nopudimos sincronizar exactamente ambasexperiencias, sí encontramos que habían tenidolugar en fecha muy parecida. [Informe directo a losEditores]

Una estación de lluvias inesperadaLa cosa empezó un día de octubre de 1963, cuandola familia de Francis Martin, de Methuen (Massachu-setts), notó que en la pared del cuarto de la televisiónaparecía una mancha de humedad. Les extrañó, por-que el tiempo era demasiado bueno para que las tube-rías se helaran y se rompieran. A los pocos momentossu desconcierto se trocó en asombro: se oyó como untaponazo y de repente brotó de la pared un chorro deagua.

Al cabo de varios días de estampidos y misteriososmanantiales (los chorros solían durar unos 20 segun-dos y se producían aproximadamente cada cuarto dehora en diversos lugares), la casa estaba tan inundadaque se mudaron a la vivienda de la suegra de Martin,en Lawrence, no lejos de Methuen.

Por desgracia, el duende acuático los siguió y al po-co tiempo cinco habitaciones de la nueva casa esta-ban también empapadas. Llamaron al jefe de bombe-ros para que investigase, y la casa fue registrada enbusca de fugas de agua en las tuberías. No las había.El agente Mains, delegado del alguacil, estaba presentecuando un chorro de agua brotó a través de una pa-red de yeso y saltó 60 centímetros dentro del cuarto.También escuchó el curioso taponazo.

Para no imponer el problema a su suegra, FrancisMartin decidió volver con su mujer y su hija a la casa

de Methuen. Esta vez cerraron la llave de paso del aguay vaclaron las tuberías, pero los misteriosos chorros,borbotones y diluvios no disminuyeron. La casa vol-vió a hacerse inhabitable, y los Martin retornaron aLawrence, a donde otra vez los siguió el duende.

Con el tiempo los asaltos acuáticos a los Martin fue-ron terminándose. La familia nunca llegó a descubrircómo podían brotar de las secas paredes de yeso desu casa litros y litros de agua, ni qué clase de espírituacuoso los había seguido hasta Lawrence, así comotampoco pudieron explicarse el cese gradual de aquelfenómeno. Se diría que durante algún tiempo habíacaído sobre ellos una especie de estación de lluvias pa-rapsíquica, y después, como ocurre con las de verdad,simplemente había pasado. (D. Scott Rogo, The Pol-tergeist Experience, págs. 185-86)

Los encantamientos de Haw BranchHubo una época en que la plantación de Haw Branch,no lejos de la pequeña ciudad de Amelia, en Virginia(E.U.A.), tenía más de 6 000 hectáreas, y la residen-cia, con sus altas chimeneas, su foso seco y los nume-rosos edificios anexos, era una de las joyas de la ar-quitectura de antes de la guerra. Pero a medida quepasaban los años la propiedad fue reduciéndose, la ca-sa arruinándose y los jardines y prados creciendo des-cuidados. Después, en 1964, compraron la propiedadCary McConnaughey y su esposa, Gibson. La abuelade la señora McConnaughey había vivido en la casamuchos años antes, y Gibson la había visitado de ni-ña; pero hacía cincuenta años que no la ocupaba nin-gún miembro de su familia.

El 13 de agosto de 1965 la mansión había sido res-taurada hasta tal punto que los McConnaughey pu-dieron mudarse a ella. Al cabo de cuatro años de du-ro trabajo, el lugar había recuperado su antiguo esti-lo, y en 1969 un primo de edad avanzada hizo a Gib-son un regalo: un gran retrato de Florence Wright, unaparienta lejana muerta hacía mucho tiempo. Lo úni-co que el primo de Gibson pudo decirle fue que elretrato había sido hecho en una casa de verano quelos Wright tenían en Duxbury (Massachusetts), yque Florence había muerto de repente antes de queestuviese terminado, cuando todavía era joven. Aña-dió que el retrato estaba hecho al pastel y era de be-llos colores.

Cuando los McConnaughey desenvolvieron la pin-tura y limpiaron el vidrio, les asombró ver que el re-trato era al carbón: en vez de los vivos tonos pastelque esperaban, vieron una composición en negros, gri-ses y blancos sucios.

Pero, a pesar de su desilusión, colgaron el retratosobre la chimenea de la biblioteca. Pocos días más tar-de, estando la señora McConnaughey en el sótano, oyóvoces de mujer procedentes de la biblioteca, y supo-niendo que habrían llegado algunas amigas sin avisar,gritó "ahora subo", y fue escaleras arriba. Siguióoyendo las voces hasta que estaba ya junto a la puer-ta de la biblioteca, momento en que cesaron. La ha-

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bitación estaba vacía. Buscó por el resto de la casa,pero no pudo encontrar a nadie.

Pocos meses después, en febrero de 1970, GaryMcConnaughey estaba sentado en la biblioteca leyen-do un periódico cuando se le ocurrió mirar el cuadrode Florence Wright. Si sus ojos no lo engañaban, partede la pintura —una rosa en un florero que había so-bre una mesa cerca de la joven— no era ya de un grisoscuro: poco a poco iba volviéndose rosada. Se levantópara estudiarla más de cerca. No sólo la rosa estabaganando color, sino que el pelo de Florence, antes ne-gro carbón, iba aclarándose, su piel gris iba tomandoun matiz de carne viva, y el color iba apareciendo enla mayoría de los tonos grises y negros del cuadro.

En los días siguientes los colores se hicieron más vi-vos. De vez en cuando se oían voces de mujer en labiblioteca, pero nunca vieron allí a nadie. En pocosmeses el retrato se transformó por completo, y Flo-rence Wright se convirtió en una pelirroja de ojos azu-les sentada en un sillón tapizado de yerde. El floreroque había en el cuadro se volvió de un pálido verdejade y la rosa adquirió su color natural.

Una vez terminada la transformación del retrato,los McConnaughey no volvieron a oír rumor de vocesfemeninas en la biblioteca. Según un vidente local, quehabía oído hablar del cuadro y lo examinó, el espíritude Florence estaba encerrado en él porque murió an-tes de que estuviese terminado, y tenía el poder de des-pojarlo de todo color si no le gustaba el sitio en quelo colgaban. Para restaurar el color había buscado laayuda de otros dos espíritus, y las voces que se oíaneran de ellos.

Si el espíritu de Florence Wright se hallaba conten-to en Haw Branch, parece que alguna otra entidad es-taba lejos de ser feliz allí. Tres meses después de ha-berse trasladado a la casa, el 23 de noviembre de 1965,los McConnaughey fueron despertados por un gritode mujer. Parecía proceder de uno de los pisos supe-riores, así que corrieron escaleras arriba para investi-gar. Sus hijos estaban al pie de la escalera del áticoy dijeron que era de allí de donde había salido el gri-to. Los dos perros de la familia parecían aterrados.Nadie investigó el ático sino hasta que se hizo de día,y cuando al fin se decidieron no encontraron nadaextraño.

A los seis meses justos, los McConnaughey volvie-ron a oír aquel grito espeluznante, y tampoco pudie-ron encontrar de dónde procedía. Esto ocurrió dos ve-ces más, siempre a intervalos de seis meses, el 23 denoviembre y el 23 de mayo. Después los gritos fueronreemplazados por la aparición de una joven. La pri-mera que la vio fue Gibson McConnaughey, en el ve-rano de 1967:

Pude ver claramente la silueta de una esbeltamuchacha con un vestido largo de falda holgada,no tan amplio como un miriñaque, sinoperteneciente a una época anterior. No distinguírasgo alguno, pero no era transparente; sólo una

Cuando Gibson McConnaughey vio por primera vezeste retrato de una antepasada suya, estaba, según di-jo, en colores gris y negro. Bastaron unos meses enla casa familiar para que recobrase sus tonosoriginales.

silueta blanca. La vi durante unos diez segundos, yal momento siguiente ya no estaba. No fue unadesaparición gradual; simplemente, se desvaneció deun instante a otro.

Varias noches más tarde, una de las hijas de IosMcConnaughey no podía dormir a causa de los ladri-dos del perro en el porche y lo dejó entrar. El animalpasó corriendo junto a ella y se dirigió a la sala."Cuando miré allí", dijo la muchacha, "Blackie es-taba sentado meneando la cola y mirando a una da-ma de blanco que estaba de pie frente a la chimenea,Antes de que yo pudiese decir nada, la dama desapa-reció ante mis ojos."

Cuando los McConnaughey hablaron de la Damade Blanco a otros miembros de la familia, descubrie-ron que no era una recién llegada a Haw Branch: Ha-rriet Mason, su bisabuela, había hablado de ella, y con-tó cómo en cierta ocasión la aparición la había toca-do, despertándola de un profundo sueño. Al llegar otravez el 23 de noviembre, los McConnaughey se prepa-raron para los esperados gritos, y pasaron toda la no-che sentados con linternas y una grabadora. No oye-ron nada. Lo mismo hicieron el 23 de mayo de 1968.Esta vez se escucharon unas fuertes pisadas que cru-zaban el patio, y los McConnaughey salieron sigilo-samente al porche a echar una ojeada. No se veía na-da, pero oyeron ruido de pasos que corrían y, unossegundos más tarde, un grito procedente de atrás delgranero.

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—A la mañana siguiente —contó la señoraMcConnaughey—, nuestros hijos dijeron que habíanvisto un pájaro gigantesco en el patio a la luz de laluna, debajo de sus ventanas. Estaba allí con las alasextendidas y aparentaba tener una envergadura de casidos metros.

Al pájaro no volvieron a verlo, pero el misteriosochillido se oyó varias veces más los 23 de mayo y denoviembre. No volvieron a oír gritar a la mujer, ni lavieron; pero ocurrieron otras cosas curiosas en la ca-sa y en torno a ella. Las habitaciones se llenaban depronto de olor a rosas o a naranjas, aunque no las ha-bía. Se oían también ruidos inexplicables, a veces elgolpe de algo pesado y blando que caía al foso, y unsonar de cencerros en torno a la casa por la noche.Nunca se descubrió el origen de tales ruidos. En otraocasión salió del granero y se acercó a la casa lo queparecía ser un hombre con una lámpara de petróleo.Cuando llegó junto al porche, los McConnaughey vie-ron que la luz estaba balanceándose en el aire sin quela sostuviese nadie.

Hasta ahora no se ha descubierto ningún origen an-tiguo, siniestro o trágico de los encantamientos de HawBranch. (Richard Winer y Nancy Osborn, HauntedHouses, págs. 1-12)

Matthew Manning y la fuerza misteriosaCuando se iniciaron las perturbaciones en febrero de1967, Matthew Manning tenía once años y vivía consus padres en Cambridge (Inglaterra). La casa no eraextraña ni tétrica, y, al ser bastante nueva, tampocohabía inspirado historias de fantasmas. Pero una ma-ñana Derek Manning, padre de Matthew, notó algoextraño: una jarra de plata que tenía siempre sobrecierta repisa de madera apareció en el suelo. Volvióa ponerla en su sitio, y a la mañana siguiente estabaotra vez por tierra. Este extraño desplazamiento con-tinuó día tras día. Los niños negaron tener nada quever con ello, de modo que una noche el señor Man-ning espolvoreó cuidadosamente la repisa con talco,pensando que las huellas que quedaran en ella identi-ficarían al culpable.

A la mañana siguiente la jarra apareció de nuevoen el suelo, pero el talco estaba intacto.

Después empezaron a ocurrir más cosas extrañas,aunque ninguna espectacular. Los objetos aparecíanen lugares donde no deberían estar y donde no habíansido vistos la última vez. Al fin el señor Manning seencontró lo bastante confundido y preocupado parallamar a la policía. Le aconsejaron, sin inmutarse, quese pusiera en contacto con la Sociedad de Investiga-ciones Parapsicológicas de Cambridge. El secretariode la sociedad, Dr. A.R.G. Owen, le dijo que aquelloparecía obra de un poltergeist y que no había remedioconocido.

Entretanto las perturbaciones iban haciéndose másgraves. Matthew Manning las describiría años más tar-de en su libro The Link:

Los objetos que se movían eran siempre adornos depoco peso, sillas, cubiertos, ceniceros, cestos,bandejas, una mesita de café y otras muchas cosas,pero ninguna se rompió ni se cayó nunca...

A medida que aumentaban las manifestacionesfísicas, la casa se llenó de golpecitos y crujidosirregulares e insospechados. Los ruidos iban desdeunos golpes sordos hasta un ruido corno el de unapiedrecita arrojada a la ventana, y proseguían díanoche por toda la casa.

El doctor Owen vino a investigar los fenómenos, yél y Manning se apostaron en la casa con la esperanzade ver algún objeto movido por una fuerza invisible.No lo consiguieron, aunque los desplazamientos con-tinuaban. Entonces el doctor Owen le dijo a Manningque a menudo parecía existir una relación entre los fe-nómenos de poltergeist y la presencia de adolescentes.Los tres hijos de los Manning fueron enviados a vivircon parientes, y en seguida terminaron los desplaza-mientos misteriosos.

Pero sólo mientras Matthew estuvo fuera de casa.Cuando volvió, los extraños fenómenos comenzaronde nuevo, esta vez con más fuerza. Ahora lo movidoy volcado eran muebles y otros objetos grandes. Po-co a poco, la fuerza misteriosa pareció debilitarse,Matthew marchó a un internado, y durante algún tiem-po pareció que el duende había seguido su camino.

La tregua fue engañosa. Durante las vacaciones na-videñas de 1970, Matthew oyó rascar detrás de los pa-neles de madera de su cuarto, y pasos frente a su ven-tana. Volvió al colegio, y allí no ocurrió nada; perocuando regresó a casa las manifestaciones empezaronde nuevo, ahora con un tinte siniestro:

Me había ido a la cama [escribla Matthewl... ypermanecí en ella inquieto... De repente oí en ladirección del ropero un ruido como si rascaran, quecontinuó durante casi treinta segundos. Trasescucharlo un momento, encendí la lámpara y yicon horror que el ropero iba separándose poco apoco de la pared y venía hacia mí. Cuando sedetuvo había avanzado casi medio metro. Apagué laluz, y casi simultáneamente mi cama empezó avibrar violentamente de atrás para adelante. A esasalturas yo estaba demasiado asustado paramoverme, y permanecía acostado esperando losacontecimientos. La vibración cesó, y noté que lospies de la cama se levantaban del suelo hasta unaaltura como de unos 30 centímetros. Después fue lacabecera la que se levantó unos ocho centímetros, ala vez que la cama salía disparada hacia el centrode la habitación hasta situarse formando ángulo conla pared.

Matthew, despavorido, fue a la habitación de suspadres y se acurrucó en un saco de dormir. El restode la noche transcurrió con tranquilidad, pero al le-vantarse la familia a la mañana siguiente, encontra-ron la casa toda revuelta:

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La primera habitación que vimos fue el comedor.Parecía que le hubiese caído una bomba. Las sillasestaban volcadas o simplemente faltaban de lahabitación. La mesa no seguía sobre sus patas, y losobjetos de adorno estaban esparcidos por rudaspartes en el suelo. La sala se hallaba ea un estadoparecido, así como casi todas las demáshabitaciones de la planta baja. Las mesas y las sillasyacían amontonadas unas sobre otras, los cuadrosestaban descolgados, y varios objetos 5 piezas de lacuchillería habían desaparecido.

Aquello se repitio en los días siguientes, pero connuevas peculiaridades: aparecían charcos de agua portoda la casa, y monigotes infantiles arruinaban las pa-redes. En el apogeo del ataque se descubrieron las pa-labras "Ten cuidado, Mathew", y ahora la familiaveía a los objetos moverse sin ayuda, e incluso volarpor los aires y describir ángulos de 90 arados. Si pe-dían que un objeto determinado fuera a un lugar con-creto. con frecuencia el poltergeist los complacía.

Esta vez el poltergeist acompañó a Matthew cuan-do volvió al colegio, manifestándose primero sólo ensu cuarto y más tarde volcando muebles y materiali-zando charcos por todo el dormitorio. Los objetos vo-laban por los aires hacia alguien ''como para golpear-lo, y después cambiaban de dirección antes de llegaro lo golpeaban tan levemente que apenas lo sentía - -El ama de lías es del colegio contó sus experiencias conlos extraños fenómenos:

Podía estar sentada en mi cuarto, a lo mejorcosiendo u oyendo la radio. cuando de repente mequedaba helada de frio. v del techo caía una lluviade guijarros. Algunas noches eran virutas demadera lo que me caía en el regazo.

Por esas fechas descubrió Mal I hew lo que parecíaser un medio dereencauzar la energía del Poltergeist .Empezó por entregarse a experimentos de escrituraautomática y después, como ampliación de esa activi-dad, a realizar una serie de delicados dibujos. Segúndijo más tarde, no tenia la menor idea de si éstos eranpuramente producto de su mente o si a veces el serviade médium a través del cual se expresaban otras enti-dades. Calculaba que hasta un cinco por cielito de suescritura automática podía ser considerada mensajesde los muertos. Cualquiera que fuese la verdad, cuan-do inició estas actividades los fenómenos Poltergeistfueron disminuyendo hasta cesar. Matthew contin u ósus experimentos, y se dice que llegó a desarrollar cier-to número de convincentes capacidades parapsicoló-gicas en los ámbitos de la PES y la psicocinesis. (Mat-thew Manning, The Link, tomado de diversos pasajes;D . Scott Rogo, The. Poltergeist Experience, págs.261-68)

Los fantasmas del vuelo 401•n diciembre de 1972 se estrelló en un pantano de Flo-

rida un as ión a reacción Trillar de la Eastern Airli-nes, que cubría el vuelo 401. En el accidente murie-

ron 101 personas, entre ellas el piloto, Bob Loft, elingeniero de vuelo, Don Repo. A partir de entonces.en más de veinte ocasiones los tripulantes de otrosTriStars de la [astero —y en especial de los que ha-hian sido provistos de piezas salvadas del accidente delvuelo 401— vieron apariciones, que parecían vivas, deLoft y Repo. En unos casos las apariciones fueronidentificadas por personas que habían conocido a am-bos, y en otros consultando fotografias. ( Time D'ex-Moine& .Mysteries of Mind Space arad Time, Vol. 3,No. 32)

Resurrection MaryDurante varios años, algunos automovilistas que ibanpor la ayenida Archer, en el South Sidc de Chicago,han contado que habían ayudado a una guapa jovenque pedía que la llevaran, una rubia con un vestidoblanco que parece responder a la moda de los añosveinte o treinta. Se dice que esos conductores son ensu mayoría hombres solos. y la chica sube a menudoa sus coches sin ser invitada, diciendo que necesita quela lleven a casa. Su casa resulta ser el cementerioResurrection ion, en e! número 7 200 de South Archer Ave-nue, y cuando el coche llega a esa altura la joven seapea (unas veces abriendo la puerta, otras pasando através de ella). se dirige a las puertas metálicas cerra-das y las atraviesa, desapareciendo una vez dentro delcementerio.

Cuentan que Resurrection Mary, como ha sido hati.rizado el espectro, es el fantasma de una joven polacaque murió en 1931 en ten accidente de automóvil cuan-do la lleyaban a casa de regreso de un baile en el salón0.henry (ahora salon Willowhrook), situado en laavenida Archer, y fue enterrada con su vestido de fiestay sus zapatos de baile en el cementerio Resurrection.

Una noche de diciembre de 1977 un automovilistavio a una joven vestida de blanco dentro del cemente-rio, junto a las puertas. Estaba mirando hacia afueray- agarrada a los barrotes. Pensando que la habríandejado encerrada sin querer. llamó a la policía, perocuando llegó la patrulla, la muchacha había desapa-recido. FI policía dirigió la luz de su linterna al cemen-terio, pero no vio nada. Sin embargo, él y el automo-vilista notaron que dos de los barrotes de hierro de lapuerta habían sido doblados para separarlos, y que enel sitio donde estaban curvados se veían las huellas,aparentemente grabaás en el hierro, de dos peque-ñas manos. ( U.S. Catholic, agosto de 1979, pág. 12;Richard Winer y Nancy Oshorn. 1haunted Houses,págs. 75-761

El ti i ajero silenciosoUna noche de octubre de 1979, Roy Fulton. coloca-dor de alfombras, volvía a casa en coche después detina partida de dardos en Feighton Buzzarci Bedford-shire. Inglaterra). Cuando se acercaba al pueblo deStanbridRe, se detuvo para recoger a un joven que pe-día que lo llevaran. un hombre de cara pálida, pelo

I SO

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Poltergeist y PKUno de los fenómenos parapsicológicos mejor cono-cidos es el llamado poltergeist, de cuyas actividadesse tienen noticias desde tiempos antiguos. La palabra,traducida literalmente del alemán, significa "duenderevoltoso", y, en efecto, esta bien documentada ca-tegoría de actividad fantasmal no es nunca tranquilao silenciosa.

Las diversiones usuales del alborotador poltergeistincluyen golpes y golpecitos, fuertes pisadas, fuegosrepentinos, lanzamiento de piedras y otros objetos,rotura de vajillas, puertas golpeadas, picaportes y pes-tillos que se mueven, ventanas y cajones que se abren,muebles que se voltean y se mueven solos, y traque-teo y levitación de las camas y sus ocupantes. Se sabetambién de algunos poltergeist que sollozan, gimen ygritan.

Como sugieren todas estas diabluras, destinadas allamar la atención aunque a veces malintencionadas,el poltergeist va casi siempre unido a la presencia enla casa de una persona joven, generalmente un ado-lescente. En el caso Manning, el poltergeist se rela-cionaba con Matthew, de once años, uno de los treschicos que había en la casa en 1967, cuando empe-zaron las manifestaciones. Las perturbaciones —queconsistían principalmente en golpeteos y movimientode muebles y objetos— cesaban cuando se ausentabaMatthew, y se reanudaban a su vuelta. El poltergeistllegó a seguirlo a su internado. Sólo en 1971, cuandoal parecer Matthew canalizó la energía o fuerza quehabía detrás de esas manifestaciones a sus capacida-des artísticas y psíquicas en desarrollo, el poltergeistse ausentó al fin. Hay que hacer notar que el polter-geist de los Manning era de una tenacidad insólita,pues pocas visitas de este género duran más de dosmeses.

Aunque la investigación ha demostrado que algu-nos casos de poltergeist eran fraudulentos, los inves-tigadores han hallado suficientes ejemplos exentos decualquier sospecha para convencerse de que el polter-geisl. es un auténtico fenómeno parapsicológico, nogobernado por las leyes físicas normales. Las prue-bas sugieren que las manifestaciones de poltergeist son

producidas por estallidos de actividad psíquica ema-nadas de su agente, la única persona cuya presenciaes siempre necesaria.

En su intento de comprender qué fuerzas son lasque actúan, los parapsicólogos han lanzado la hipó-tesis de que las proezas del poltergeist al mover obje-tos (a los que con frecuencia se ve volar violando lasleyes de la gravedad, deslizándose, ascendiendo y vol-teando esquinas) son casos de psicocinesis o PK: lacapacidad de influir en objetos inanimados mediantela fuerza mental.

Los ejemplos más conocidos de supuesta psicoci-nesis son los de Uri Geller, pero en la actualidad hansido ya plenamente descartados por fraudulentos. (Porejemplo, Geller utilizaba un imán oculto para moverlas manecillas de los relojes.) Un exponente del PKmenos conocido, pero posiblemente más convincen-te, es una rusa llamada Nula Kulagina, descubierta enlos años sesenta. Varios parapsicólogos occidentaleshan sido testigos de su capacidad para mover o afec-tar de otro modo a pequeños objetos sin contacto fí-sico con ellos, pero nunca ha sido sometida a pruebabajo rigurosas condiciones de laboratorio en Occiden-te, ni sus hazañas han sufrido el escrutinio de magosprofesionales.

Sin embargo, la falla de la teoría de la psicocinesiscomo explicación de los fenómenos de poltergeist esque la energía que implican muchas de estas pertur-baciones excede en mucho a la que alegan los defen-sores de Kulagina y otros dotados de psicocinesis. Lomás que ellos pueden conseguir es mover un pequeñoobjeto, como una pluma fuente, mientras que un pol-tergeist puede hacer que la vajilla cruce volando unahabitación.

En vista de ello, algunos investigadores han trata-do de encontrar una fuente de energía que pueda serutilizada por los poltergeist, pero hasta ahora sus in-tentos de explicar este tipo de fenómenos se han limi-tado a reemplazar un misterio por otro. Aún más mis-terioso es por qué un espíritu o ser capaz de manejaruna energía psíquica de tal calibre iba a malgastarlaen cosas tan inútiles.

corto y rizado, pantalones oscuros y camisa blanca conun cuello redondo pasado de moda. Cuando le pre-guntó a dónde iba, el joven se limitó a señalar carre-tera adelante. Fulton pensó que sería sordomudo y si-guió manejando en silencio. Pero, al cabo de varioskilómetros, y siempre a una velocidad de 70 por ho-ra, pensó que un cigarro podía ayudar a romper el hie-lo, y se volvió para ofrecérselo a su acompañante.

El asiento del pasajero estaba vacío. El joven había

desaparecido en silencio de un vehículo en marcha cuyapuerta no se había abierto en ningún momento. Ful-ton fue derecho a la taberna de su pueblo, pidió unwhisky doble para calmar sus nervios y contó lo suce-dido. El dueño de la taberna y el inspector de policíade Dunstable dijeron más tarde que creían que Fui-Ion había tenido una experiencia extraña y que su his-toria podía ser cierta. (Fortean Times, No. 34, invier-no de 1981, pág. 16)

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CIELOSINQUIETOS

Esperamos ver caer del cielo lluvia, nieve y granizo;

pero cuando lo que cae son peces, ranas, piedras y

otros objetos inverosímiles, estamos ante otro tipo de

fenómenos celestes. En el ámbito de los misterios

aéreos destacan los miles de avistamientos de objetos

voladores no identificados. Éstos han recibido una

publicidad tan amplia que su perfil de platillo le es

tan familiar a nuestra imaginación como la forma de

las aeronaves comunes. Hay también muchas rarezas

astronómicas y atmosféricas, incluidos los ruidos

extraños, que parecen desafiar cualquier explicación,

a pesar de que proliferan las técnicas e instrumentos

destinados a interpretar tales fenómenos.

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COSAS EXTRAÑAS DE LO ALTOTodos los años, al comienzo de la estación lluviosa, los habitantes de Yoro, enHonduras, preparan cubetas, barriles, palanganas y redes para recoger los pe-ces que van a caer del cielo. Y todos los años, hasta donde llega la memoria,han caído sardinas por barriles. La "lluvia de pescado", como la llama la gentedel lugar, suele comenzar de cuatro a cinco de la tarde y va seguida de tormen-tas eléctricas y fuertes vientos. El pescado es depositado vivo y coleando sobreuna pradera que hay al suroeste del pueblo.

En 1833, una sustancia parecida a la lana cayó en trozos sobre grandes exten-siones de campo cerca del pueblo francés de Montussan. En otros lugares hancaído ringleras de un material que parece seda e hilos ondulantes, como proce-dentes de una gran mercería.

En muchas partes del mundo, en numerosas ocasiones y en número mons-truoso, han caído también ranas y sapos, y también lo han hecho caracoles ma-rinos, gusanos y serpientes. Se ha visto gotear y aun chorrear sangre del cielo,y caer frijoles y granos, así como carne de todo tipo, como si allá arriba nave-garan graneros y rastros invisibles.

En este capítulo se incluyen noticias de estas y otras muchas clases de lluvias.En cuanto a su verosimilitud, van desde las más o menos aceptables a las total-mente increibles. En los extremos de este espectro hay sucesos que bien pudie-ran pertenecer a otras categorías de lo inexplicable.

Por ejemplo, sí puede concebirse que caigan del cielo piedras nometeoríticas, quizá arrojadas por un volcán o arrastradas por un torbellino. El hecho

de que esas piedras caigan repetidamente sobre los mismos dos tejados conti-guos (como ocurrió en Chico, California, en 1921 y 1922} empieza a poner aprueba la imaginación, y el que ciertos chaparrones de piedras elijan y persigana determinadas personas (dos pescadores fueron víctimas de uno en 1973) re-sulta ya increíble. Pero que las piedras caigan de techos intactos en habitacio-nes cerradas o dentro de una tienda de campaña también cerrada (aquí la vícti-ma fue un granjero australiano, en 1957) traslada ya tales incidentes del reinode lo material al de los poltergeist.

ANTES DE 1600

Quizá la noticia más antigua de una lluvia misteriosa—o milagrosa— sea la que encontramos en el capítu-lo 10, versículo 11, del libro de Josué en el AntiguoTestamento. Los israelitas, conducidos por Josué, ha-bían derrotado al ejército amorita mediante un ata-que nocturno por sorpresa e iban en su persecución:

Cuando iban huyendo ante Israel en la pendiente deBetorón, Yavé hizo caer sobre ellos una tremendagranizada hasta Azeca y murieron todos. Murieronmás por las piedras de granizo que por la espada delos israelitas.

Dos versículos después se describe uno de los acon-tecimientos más asombrosos del Antiguo Testamen-to: el Sol se detiene hasta que los israelitas se hanvengado.

Cualquiera que sea la explicación de esto, en siglos

posteriores encontraremos muchos relatos de discosaéreos inmóviles y brillantes.

Una referencia menos explícita a una intervenciónaérea en favor de los israelitas se encuentra en el Li-bro de los Jueces, capítulo 5, versículo 4:

Yavé, cuando saliste de Seir, cuando avanzastedesde los campos de Edom, tembló la tierra,retemblaron los cielos y las nubes se deshicieron enagua.

Cualquiera que sea el sentido de ese "retemblar" delos cielos, parece referirse a algo distinto de la lluvia,ya que se habla de ésta como un hecho adicional. Lasiguiente mención del cielo aparece en el versículo 20:

Desde los cielos combatieron las estrellas, desde sussenderos combatieron a Sisara.

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En el primer libro de Samuel, capítulo 7, versículos10-12, el Señor interviene una vez más en favor de losisraelitas:

Mientras Samuel ofrecía el holocausto, los filisteosse acercaron para atacar a Israel, pero aquel díatronó Yavé con gran aparato contra los filisteos,cundió el pánico entre ellos, y fueron derrotadospor Israel. Los israelitas [...] persiguieron a losfilisteos y les batieron hasta más abajo de Betorón.Entonces Samuel levantó una piedra entre Masfa yJesana, y la llamó Eben Ezer, diciendo: "Hastaaquí nos ha socorrido Yavé."

Las palabras eben ezer significan en hebreo "pie-dra de ayuda".

Una lluvia de piedras en un contexto militar tuvo lu-gar a mediados del siglo vi, cuando el ejército abisi-nio que sitiaba La Meca fue puesto en fuga por un cha-parrón de piedras, supuestamente lanzadas por aves.Pero también en tiempos más antiguos tuvo lugar almenos una famosa lluvia de piedras a consecuencia deuna acción militar. Lo cuenta Tito Livio en el capítu-lo 31 del libro primero de su historia de Roma, Desdela fundación de la ciudad:

Tras la derrota de los sabinos, cuando el rey Tulo[673-641 a.C.] y todo el Estado romano se hallabanen el ápice de su gloria y prosperidad, tes fuecomunicado al rey y a los senadores que habíahabido una lluvia de piedras en el monte Albano.Como era difícil creerlo, se enviaron legados queexaminasen el prodigio, y ante sus ojos cayó delcielo, como el granizo que el viento amontona en elsuelo, una lluvia de guijarros.

Los enviados creyeron también oír "una potente vozque salía del bosquecillo que había en la cima de lamontaña", y que ordenaba a los albanos reanudar lossacrificios rituales que habían descuidado desde la vic-toria romana. Los propios romanos, según Livio, to-maron a pecho esta orden, pues en adelante "se hizocostumbre que siempre que había noticia de ese mis-mo prodigio hubiese una observancia de nueve días".(No está claro si "ese mismo prodigio" se refiere a to-das las lluvias de piedras posteriores o sólo a las quevolviesen a caer sobre el monte Albano.)

Las noticias de antiguas lluvias de esta clase son me-nos numerosas que las modernas, pero no menos di-versas. Por ejemplo, el historiador griego Ateneo serefiere a una lluvia de peces que duró tres días y a unespectacular diluvio de ranas en su antología históri-ca Deipnosophistae ("Banquete de los sofistas"), es-crito hacia el año 200 de nuestra era:

Sé también que con mucha frecuencia han llovidopeces. En cualquier caso, Fallas, en el librosegundo de su Magistrados eresios, dice que en elQuersoneso [esta palabra significa simplemente

"península" en griego, y no se sabe exactamentee

cuál se refiere] en cierta ocasión llovieron pecesininterrumpidamente durante tres días; ydice en su cuarto libro que la gente había vistofrecuencia llover peces, y también llover trigo, yque otro tanto había ocurrido con las ranas. Entodo caso, Heráclides Lembos, en el libro 21 de suHistoria, dice: "Según cuentan, en Peonia yDardania han llovido ranas antes de ahora; y eratan grande su número que casas y caminos estabanllenos de ellas, y al principio, durante unos días, loshabitantes, procurando matarlas y cerrando suscasas, soportaron la plaga; pero cuando ya no lessirvió de nada, sino que se encontraron con quetodas sus vasijas estaban llenas de ellas y hallabanranas cocidas y asadas en todo lo que comían, ycuando además de todo esto no podían usarninguna agua, ni poner los pies en el suelo a causade las ranas que saltaban por todas partes, y habíande sufrir también el olor de las que morían,huyeron del país."

Más noticias de lluvias de peces, grano y ranas se en-cuentran en la historia más reciente, pero lo más pa-recido a la plaga de ranas de Peonia y Dardania es elrelato de la segunda plaga de Egipto (Éxodo, 8.1-14):

Esta ilustración de la lluvia de que habla el Libro deJosué muestra grandes piedras arrojadas desde el cie-lo sobre los amoritas, que los hicieron huir ante el ejér-cito israelita. Muchos soldados fueron muertós porellas.

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-1 1‘"Trovi~'

El Libro del Éxodo cuenta cómo una lluvia nocturnade maná sustentó a los israelitas durante su estanciaen el desierto. Esta pintura renacentista los !nuestrarecogiéndolo para hacer pan. (Éxodo 16.4-36)

[Yavé dijo a Moisés: Azotaré con la plaga de ranasa todo tu país. El río hormigueará de ranas, quesubirán y penetrarán en tu casa, en tu dormitorio,en tu lecho, en la casa de tus servidores y de tupueblo, en tus hornos y en tus artesas [...] y lasranas subieron y cubrieron el país de Egipto [...]Las reunieron en grandes montones y la tierraquedó apestada.

El libro del Éxodo, capítulo 9, versículos 18-34, ha-bla de granizo mortal, y rayos y truenos mezclados conél, como la séptima plaga de Egipto.

Historiadores antiguos, entre ellos Procopio, Marce-lino y Teófanes, registran una lluvia de polvo negroen el año 472 a.C., durante la cual el cielo parecía ar-der. La localización de esa lluvia es incierta, pero puedehaber tenido lugar en Constantinopla.

Durante el reinado de Carlomagno (siglo ix) cayó delcielo un enorme bloque de hielo de 29 metros cúbi-cos. (Camille Flammarion, The Atmosphere, pág. 398)

Un objeto incandescente cayó en el lago Van (Arme-nia) en el año 1110, poniendo rojas sus aguas. En laprimera plaga de Egipto el Nilo se convirtió en sangre(Éxodo 7.15-24):

La mayor parte de esas lluvias que registran los ana-les antiguos tienen paralelos modernos, pero algunas

La segunda de las plagas de Egipto, de las cuales ha-bla el Libró del Éxodo, aparece en este grabado de lasinnumerables ranas que invadieron calles y casas.

son únicas. Por ejemplo, no hay ninguna reciente quesea parecida a la lluvia de ratones amarillos que tuvolugar en Bergen (Noruega) en 1578, o a la de los lem-ming que cayeron allí en 1579. ( The Jóurnal óf CycleResearch, 6:3, enero de 1957)

DE 1640 A 1700

En junio de 1642, varios trozos de azufre ardiendo deltamaño de un puño cayeron del cielo sobre el tejadodel castillo de Loburg, a unos 30 kilómetros de Mag-deburgo, en Alemania. (Report of the Forty-fóurthMeeting óf the British Association fór the Advance-mem of Science, 1874, pág. 272)

Un meteoro luminoso fue visto caer en Italia en 1652,y cerca del lugar de su aterrizaje se encontró "jaleaestelar". (Annals of Philosophy, Nueva Serie 12:93,agosto de 1826) (Para más lluvias de material gelati-noso relacionadas con supuestos meteoritos, ver otrasnoticias en esta misma sección.)

Una sustancia fibrosa parecida a seda azul cayó engrandes cantidades en Naumburg (suroeste de Leip-zig, Alemania) el 23 de marzo de 1665. (A nnals of Phi-losophy, Nueva Serie 12:93, agosto de 1826)

El miércoles de Ceniza de 1666 un campo de 80 áreasde Cranstead, cerca de Wrotham (en Kent, Inglaterra),apareció cubierto de peces del tamaño del meñique deun hombre. Se pensó que habían caído durante unaviolenta tormenta, y quienes los vieron convinieron enque se trataba de alevines de corvina. El señor Ware,propietario del campo, calculó que había caído apro-ximadamente medio barril de pescado, todo en ese úni-co campo, y envió muestras a Londres, como curiosi-

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dad, para que las examinaran los magistrados. Las cor-vinas, miembros de la familia de los esciénidos, sonpeces de agua salada. Cranstead está a unos 16 y 11kilómetros, respectivamente, de las masas de agua sa-lobre más cercanas, los estuarios de los ríos Támesisy Medway. (John Micha y Robert J.M. Rickard, Phe-nomena: A Book of Wonders, pág. 12)

En Acle, pueblo de Norfolk (Inglaterra), cayeron delcielo pequeños sapos en tan gran número que causa-ron múltiples molestias a los habitantes del lugar. Enoctubre de 1683 se dijo que los aldeanos tenían querecogerlos a cubetadas para quemarlos. (John Michely Robert J.M. Rickard, Phenomena: A Book of Won-ders, pág. 12)

Se encontraron semillas de hiedra dentro de los grani-zos que cayeron en Wiltshire (Inglaterra) en 1687. (Phi-losophical Transactións óf the Roya! Society of Lon-don, 16:281, enero-marzo de 1687)

Hacia 1687, varios pedazos de un material fibroso co-lor negro carbón, algunos tan grandes como tablerosde mesa, cayeron sobre una nevada reciente cerca dela ciudad de Memel, hoy Klaipeda (Lituania), en lacosta oriental del ruar Báltico. Los copos estaban hú-medos, olían a algas podridas y se rasgaban como pa-pel; una vez secos desaparecía el olor. Parte de estematerial fue conservado durante 150 años, y al ser fi-nalmente examinado, resultó que estaba compuesto enparte de "materia vegetal, sobre todo Conferva cris-para [un alga verde filamentosa], y en parte de unas29 especies de infusorios [protozoos, diminutos ani-males acuáticos]" . (Proceedings of the Roya! IrishAcademy, 1:381, 9 de diciembre de 1839)

Una sustancia maloliente, de la consistencia de la man-tequilla, cayó sobre amplias zonas del sur de Irlandaen el invierno y la primavera de 1696. Según el obispode Cloyne, este "rocío maloliente" caía en "copos,a menudo tan grandes como la punta de un dedo",era "blando, pegajoso y de un color amarillo oscu-ro", y en los campos donde cayó, el ganado continuócomiendo como de costumbre. Según Robert Vans, deKilkenny, la población local consideraba la "mante-quilla" como medicinal y la recogía y conservaba enrecipientes. (Philosóphical Transactions of the RoyalSociety of London, 19:224-25, marzo-mayo de 1696)

El naturalista alemán Alexander von Humboldt, queviajó mucho por América del Sur, hace el siguienterelato de las lluvias de peces en los Andes, donde secree que son expulsados durante las erupcionesvolcánicas:

Cuando los terremotos que preceden a todaerupción en la cadena de los Andes sacuden conpoderosa fuerza la masa entera del volcán, lasbóvedas subterráneas se abren y emiten, a un

mismo tiempo, agua, peces y fango de toba. Es estesingular fenómeno el que proporciona el pez que loshabitantes de las tierras altas de Quito llaman"preñadilla". ...Cuando la cumbre del monteCarguairazo, de 6 000 metros de altura y situado alnorte del Chimborazo, se desplomó en la noche del19 al 20 de junio de 1698, los campos aledaños,hasta una extensión de unos 100 kllómetroscuadrados, quedaron cubiertos de barro y peces. Lafiebre que asoló la ciudad de Ibarra siete años anteshabía sido también atribuida a una erupción depeces del volcán Imbabura. [Annals of Philosophy,Nueva Serie 6:130, agosto de 18231

Alexander von Humboldt, que exploró América delSur con A.J.A. Bonpland de 1799 a 1804, supo de unalluvia de peces en los Andes. El pensaba que habíansido lanzados al aire por una erupción volcánica.

DE 1700 A 1800

Un globo ardlente cayó sobre la isla de Lethv (India),y en el lugar de su aterrizaje apareció una materia ge-latinosa. (The Edinburgh Philosophical Journal,1:234, octubre de 1819)

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Una de las primeras noticias acerca de la sustancia hoyconocida como cabello de ángel se encuentra en TheNatural History of Selborne (Inglaterra), de GilbertWhite, quien describe cómo el 21 de septiembre de1741 salió al campo antes de amanecer y encontró lahierba cubierta de una "tela de araña" tan espesa quesus perros tenían que quitársela de los ojos. Después,hacia las nueve, hizo su insólita aparición

y reclamó nuestra atención una lluvia de telas dearaña que caía de regiones muy elevadas y continuósin interrupción hasta el final del día. Esas telas noeran hilos transparentes aislados que flotaban en elaire en todas direcciones, sino copos o jironesperfectos, algunos de casi 3 centímetros de ancho yde 12 a 15 de largo, que caían con una ciertavelocidad, pues eran considerablemente más pesadosque la atmósfera.

Cabello de ángelSea lo que sea el "cabello de ángel" (y el término seaplica probablemente a varias sustancias diferentes),suele describirsele como parecido a hilos de arana, sedao algodón en rama, blanco, brillante y fuerte. En loque todas esas descripciones coinciden es en que cuan-do se intenta recoger la sustancia para analizarla, sefunde y desaparece. A pesar de ello, suele afirmarseque el cabello de ángel es una simple tela de araña.

Una concisa exposición de esta opinión apareció enel Marine Observer en octubre de 1963, en respuestaa una carta en la que el capitán Pape describía unalluvia de cabello de ángel en el puerto de Montreal (verpágs. 205-06). El autor de la explicación, D.J. Clark,del Museo de Historia Natural de Londres, decía alcapitán Pape:

Creo que las arañas son las responsables de losfenómenos que usted describe. La mayoría deellas pertenecen a la familia Linyphiidae ymaduran en otoño, con días buenos, cálidos ysoleados, y especialmente cuando el rocíomatinal ha sido copioso, las arañas empiezan adispersarse y emigran a fin de colonizar nuevaszonas donde haya más alimento disponible. Elmétodo que utilizan es una especie de viaje englobo. Cuando el sol seca el rocío, se producencorrientes de aire ascendentes. La araña sube alo alto de una planta, barda, etc. y, levantandoel extremo de su abdomen, segrega un glóbulode seda líquida. Esta seda es estirada por lascorrientes de aire hasta formar una hebra, y seendurece como resultado de ese estiramiento,no simplemente por el contacto con el aire.Cuando la hebra es lo bastante larga parasoportar a la araña, ésta se suelta de su soportey vuela. A veces las arañas son llevadas amuchos kilómetros. Acaban por caer a tierra, yal aterrizar se liberan del "paracaídas", quevuelve a flotar y se enreda con otras hebras. Aveces se forman así cintas muy gruesas, quecuando a su vez se posan son muy visibles.Una hebra aislada es muy fina y difícil de ver amenos que refleje la luz; en cambio, cuando sejunta con otras es fácil verla y resulta muydura y resistente.

y telas de arañaNo puedo explicar la desaparición de esas

hebras cuando las tenía en su mano. Tal vez lasde la cinta que usted describe no estaban muyenmarañadas, y al manejarlas se separaron,haciéndose así difícilmente visibles. La seda dearaña no puede fundirse porque el calor no leafecta; es, en conjunto, menos soluble que laseda auténtica.

Como en tantas explicaciones, la tesis de la arañasólo logra abrirse paso a costa de devaluar una parte

Esta foto del cabello de ángel que cayó el 4 de octu-bre de 1957 en Iwate-ken, a unos 400 kilómetros alnoroeste de Tokio, fue distribuida por el Consejo pa-ra la Investigación de los Platillos Voladores japonés.

de la prueba que explica. En este caso, por ejemplo,se supone que el capitán Pape se equivocó en cuantoa la sustancia que desapareció de su mano: estaba allí,pero él no la veía. Por la misma razón, los partida-rios de la tesis de la araña ignoran una prueba negati-va que invalida su teoría: el hecho de que en tantosmetros de hilos voladores no se vio ni una sola araña.Dada esta tendencia a llegar a explicaciones que ig-noran lo observado o lo declaran carente de valor,cuando no lo etiquetan como simple coincidencia, noes sorprendente que pasen por alto las ocasiones enque se ha visto caer cabello de ángel en presencia deobjetos voladores no identificados. Tampoco debe sor-prendernos, por la misma razón, que los defensoresde la teoría que relaciona el cabello de ángel con losovnis ignoren las ocasiones en que la sustancia ha caído—al menos según las noticias— sin que hubiese porallí distribuidores en forma de cigarro o platillo.

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A cualquier lugar a donde el observador volvieselos ojos podía ver caer una continua sucesión denuevos copos, que titilaban como estrellas al volversus caras hacia el sol.

Sería difícil decir hasta dónde alcanzó esta lluvia;pero sabemos que llegó hasta Bradley, Selborne yAlresford, tres lugares que forman una especie detriángulo, el más corto de cuyos lados tiene unostrece kilómetros.

El 5 de mayo de 1786, último día de una sequía quehabía durado desde el noviembre anterior, "una grancantidad" de huevos negros cayó sobre Port-au-Prince(Haití). Eclosionaron al día siguiente, y algunos de esosextraños animales del cielo fueron conservados en unfrasco con agua. Los animalillos cambiaron de piel va-rias veces y se parecían a los renacuajos. (Moreau deSaint-Méry, A Naturalist's Sojourn in Jamaica)

El siguiente relato se refiere a un diluvio de sapos so-bre el pueblo de Lalain (Francia) en 1794:

Hacía mucho calor. De pronto, hacia las tres de latarde, cayó tal abundancia de lluvia que 150hombres de la gran guardia, para no versesumergidos, tuvieron que abandonar una depresiónen la que estaban ocultos. Pero cuál no seria susorpresa cuando comenzaron a caer al suelo, todo asu alrededor, un considerable número de sapos, deltamaño de avellanas, que empezaron a saltar entodas direcciones. M. Gayet lel soldado que facilitóla informaclón], que no podía creer que esasmiríadas de reptiles cayesen con la lluvia, extendióun pañuelo a la altura de un hombre mientras suscompañeros lo sostenían por las puntas, y asíjuntaron un número conslderable de sapos, lamayoría de los cuales tenían la parte posterioralargada en forma de cola, es decir, en estado derenacuajo. Durante esta tempestad de lluvia, queduró cosa de media hora, los hombres de la gran

, guardia notaron claramente en sus sombreros y susropas los golpes de los sapos que caían. Como unaúltima prueba de la realidad del fenómeno, M.Gayet refiere que una vez pasada la tormenta, lostricornios de los hombres de la guardia tenían ensus pliegues algunos de esos reptiles. [MonrhlyWeather Review, 45:217-24, mayo de 1917]

DE 1800 A 1830

El 21 de enero de 1803, una estrella fugaz cayó a tie-rra en Silesia, entre Barsdorf y Friburgo (hoy Swie-bodzice). Su trayectoria era baja, y los testigos oye-ron un zumbido cuando pasó. Durante algún tiempoel meteorito pareció quedar ardiendo en el suelo, porlo que fue fácil observar su punto de impacto. Por lamañana apareció sobre la nieve, en el lugar del aterri-zaje, una masa de un material de consistencia de jalea.

La noticia de este suceso no menciona ninguna ne-vada subsiguiente al descenso del meteoro; tampoco sedice si había rastro de nieve fundida en el punto de im-pacto. (Report of the Thirtieth Meeting of the British

Association fór the Advancement óf Science, 30:62-63,1860)

El 23 de julio de 1809, M. Mauduy, conservador dehistoria natural de Poitiers (Francia), fue sorprendi-do por una gran lluvia. En el agua que caía vio "pe-queños cuerpos del tamaño de avellanas que en un mo-mento cubrieron el suelo, y que reconocí como peque-ños sapos". (Mónthly Weather Review, 45:217-24,mayo de 1917)

La Academia Francesa recibió el siguiente informe deun tal M. Duparque:

En agosto de 1814, tras varias semanas de sequía ycalor, un domingo hacia las 3:30 de la tarde estallóuna tormenta sobre el pueblo de Fremon

(Fremontiers ], a poco más de un kilómetro deAmicus. Esta tormenta fue precedida por ráfagas deviento tan violentas que sacudieron la iglesia yasustaron a los fieles. Mientras atravesábamos elespacio que separa la iglesia del presbiterio,quedamos empapados, pero lo que me sorprendiófue verme golpeado en mi persona y mis ropas porpequeñas ranas... Un gran número de esospequeños animales saltaban por el suelo. Al llegaral presbiterio, encontramos cubierto de agua y ranasel piso de uno de los aposentos, en el que habíaquedado abierta una ventana cara a la tormenta.[Monthly Weather Review, 45:217 - 24, mayo de1917]

Tras un periodo de temporal y una noche de espesalluv ia en 1817, unos niños encontraron más de tres ba-rriles de alevines de arenque, de 4 a 8 centímetros delargo, esparcidos por el suelo cubierto de musgo, cer-ca del ferry de Shien, en Argyllshire (Escocia). Aun-que Loch Creran está a sólo unos 275 metros de don-de apareció el pescado, queda al sur, y en vista de losvientos del norte que habían estado soplando, se su-puso que el arenque había sido arrastrado desde LochLinnhe, a casi cinco kilómetros al norte cruzando unpáramo de 90 metros de altura sobre el nivel del mar.No obstante, los peces no mostraban señales de ma-gulladuras, ni había indicio de que hubiese caído aguacon ellos. (Carta del reverendo Colin Smith, de Ap-pin, al Edinburgh New Philosophical Journal,1:186-87, abril-octubre de 1826)

Un objeto maloliente cubierto de una pelusa como detela cayó en Amherst (Massachusetts) el 13 de agostode 1819. Fue examinado por el profesor Rufus Gra-ves, que al quitar la pelusa descubrió "una sustanciapulposa y amarillenta". Al ser expuesta al aire, se vol-vió de un color "lívido, semejante al de la sangre ve-nosa". Se dijo que el objeto había caído con una luzbrillante. (Animal Register, 63:687, 1821)

El 2 de noviembre de 1819 cayó lluvia roja sobre Blan-kenberge (Bélgica). La explicación usual de la lluvia

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Un día de julio de 1827, varios campesinos de Den-bighshire (Gales) observaron media tonelada de henoque viajaba por los aires. Al paso del heno cayeronrevoloteando algunos manojos. (Illustrated LondonNews, 24 de julio de 1827)

roja es que contiene fina arena rojiza arrebatada porun torbellino, pero cuando unos 4 litros de la lluviade Blankenberge fueron reducidos mediante evapora-ción a poco más de un decilitro, no se encontró are-na. Nuevos análisis de la lluvia revelaron la presenciade un cloruro de cobalto, pero en el informe no se da-ba la menor explicación de cómo pudo ocurrir esto.(Annals of Philosophy, 16:226, septiembre de 1820)

En octubre de 1820 cayeron chaparrones de una sustan-cia sedosa en torno a Pernambuco (Brasil), en una zo-na que se extendía 145 kilómetros hacia el interior ycasi otros tantos mar adentro, donde un barco francésquedó adornado con ella. (Carta de M. Laine, cónsulfrancés en Pernambuco, al Annual Register, 63:681,1821)

Una lluvia de arenques cayó en 1821 sobre una colinaque dominaba la casa Melfort, en el distrito de Lornde Argyllshire (Escocia). Los peces eran grandes y debuena calidad, y los inquilinos de la casa enviaron al-gunos al propietario de ésta, en Edimburgo. El tiem-po era "extremadamente tempestuoso".

El viento dominante en esa zona sopla de Loch Mel-fort, hacia donde da la ladera de la colina en cuestión.

Loch Melfort es un brazo de mar y uno de los pocoslugares de esta parte de Escocia donde pueden captu-rarse los arenques con mosca, lo que indica que confrecuencia nadan cerca de la superficie. (The Edin-burgh New Philosophical Journal, 1:186, abril-octubrede 1826)

En 1828 se informó que una lluvia había dejado va-rios distritos de Persia cubiertos de una capa de 17 a20 centímetros de grueso, de una materia que el gana-do devoraba con entusiasmo. (Nature, 43:225, 15 deenero de 1891)

En 1828, al cabo de 10 ó 12 días de lluvia, en una zan-ja a medio abrir en un terreno propiedad de JosephMuse, de Cambridge (Maryland, E.U.A.), aparecie-ron cientos de ejemplares de 10 a 17 centímetros delargo de dos variedades de perca. Antes de que empe-zara a llover, no había habido agua en la zanja, ni és-ta se comunicaba con el río más cercano (situado a másde kilómetro y medio de allí), cuyo nivel era, en cual-quier caso, inferior en 3 metros al de la zanja. ( TheAmerican Journal of Science and Arts, 1:16:41-42, ju-lio de 1829)

DE 1830 A 1850

Grandes peces cayeron del cielo en Faridpur (India)el 19 de febrero de 1830. Los siguientes relatos de tes-tigos oculares forman parte de las nueve declaracio-nes, hechas originalmente en bengalí, que fueron tra-ducidas al inglés y publicadas en el número de diciem-bre de 1833 de The Journal of the Asiatic Society ofBengal:

Estaba trabajando en un prado cuando vi, a lasdoce, que el cielo se nublaba, y empezó a lloverligeramente. Después cayó al suelo un gran pezdespués de golpearme la espalda con su cabeza.Sorprendido, miré a mi alrededor, y vi cómo unbuen número de peces iguales caían del cielo. Eran[aquí enumera cinco especies locales]. Recogí diez uonce de esos peces, y vi a otras muchas personasrecogerlos en abundancia. [Declaración de ShekhClaudhari Ahmedj

El viernes a las 12 de la tarde, en el mes dePhalgun... cuando estaba yo trabajando en uncampo, vi cómo el cielo se nublaba, empezó a lloverun poco y cayó del cielo un gran pez. El verlo meconfundió, y me apresuré a entrar en mi pequeñachoza, que estaba al lado; pero volví a salir tanpronto como cesó la lluvia, y encontré todas laspartes de mi cabaña sembradas de pescado. Habíaboduli, mirgal y nouchi, en total unos 25.(Declaración de Shekh Suduruddlnl

En marzo de 1832 cayó en los campos cercanos a Vo-lokolamsk (Rusia) una sustancia amarilla. Al princi-pio los aldeanos pensaron que se trataba de nieve te-ñida, pero pronto descubrieron que era una materiamuy parecida al algodón. Pusieron alguna al fuego y

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Explicaciones inexplicablesAdemás de las explicaciones más o menos científicasde las lluvias insólitas, otras recurren a mecanismosaún más misteriosos que el fenómeno que tratan deexplicar. Tales explicaciones se dividen en extraterres-tres, sobrenaturales y de la curvatura del tiempo.

En la hipótesis extraterrestre se supone que navesdel espacio exterior, por razones no especificadas pe-ro quizá científicas o culinarias, reúnen muestras demateriales terrestres y después los desechan todos, oal menos la mayoría. O bien —también por razonesno reveladas pero quizá relacionadas con la horticul-tura o la zoocultura, o tal vez simplemente en un ac-ceso de generosidad interplanetaria—, desde otro pla-neta semejante son enviados materiales a la Tierra yvolcados sobre nosotros en la alta atmósfera.

En la teoría sobrenatural, dioses, demonios, espí-ritus, poltergeist y otras entidades innominadas sonlos responsables de esas lluvias, o al menos de partede ellas. Los defensores de esta tesis ponen como ejem-plos de una especie de benevolencia sobrenatural loscasos en que estanques secos o zanjas recién abiertashan aparecido llenos de peces después de un chapa-rrón —como si se tratara de satisfacer misteriosamentealguna acuciante necesidad de pescado—, mientras quelas prolongadas lluvias de piedras procedentes de cie-los despejados serían casos de maldad extraterrena.

En la teoría de la curvatura del tiempo se piensa quemundos de otra dimensión, pero de constitución pa-ralela, se cruzan ocasionalmente con el nuestro, y quecuando lo hacen, ante nuestros ojos caen corrientesde peces, campos de hielo, acumulaciones de piedrasy montones de materia gelatinosa.

Lo bueno de estas teorías es que explican todas lascontingencias, por extrañas que sean. Su falla está enque lo hacen invocando fuerzas no comprobables ycircunstancias aún más fantásticas. Con eso no que-remos decir que no pueda haber algo de verdad en esasteorías, sino simplemente que si lo hay será una ver-dad de la especie más remota.

Por otro lado, si esos objetos se materializan real-mente en nuestro mundo procedentes de otros, quizáéstos sufran las correspondientes desapariciones. Talvez tengan lugar lluvias inversas, en las que los obje-tos son inexplicablemente absorbidos por el aire. Porsupuesto, no hay pruebas de ello, pero si tales acon-tecimientos ocurriesen en nuestro mundo, podríamossentirnos más seguros al teorizar atribuyéndolos aotros. Por eso incluimos aquí las siguientes noticiasde lluvias inversas.

El Times de Londres del 5 de julio de 1842 tomabalo siguiente del Fife Herald escocés:

El miércoles por la mañana [29 de junio] fueobservado un fenómeno del carácter más raro yextraordinario en las inmediaciones de Cupar[Escocia]. Hacia las doce y media, con el cielodespejado y el aire en perfecta calma, unamuchacha ocupada en lavar ropa en una tinaen el campo comunal, oyó sobre su cabeza unestampido fuerte y seco, seguido de una ráfagade viento de extraordinaria violencia, y quesólo duró unos instantes. Al mirar a sualrededor, observó que todos los manteles,sábanas, etc. estaban en el suelo formando unafranja de cierta anchura sobre el verde a varioscientos de metros de distancia; pero otra partede las prendas, cortinas y cosas más pequeñas,eran llevadas hacia arriba a una alturainmensa, de modo que ya casi se perdían devista, y gradualmente desaparecieron porcompleto en dirección sureste y no se ha vueltoa saber de ellas. En el momento de ladetonación que precedió al viento, se vio elganado del prado vecino correr asustado de unlado para otro, y durante algún tiempo despuéscontinuó amontonándose con visible terror. Laviolencia del viento era tal que una mujer queen ese momento sostenía una sábana fueincapaz de retenerla por miedo a versearrastrada con ella. Es notable que, mientrasincluso las prendas más pesadas eran llevadaslejos corriendo por el verde, como si dijésemos,y los lazos que sujetaban varias sábanas serompieron, las prendas ligeras que había sueltasa ambos lados del holt [colina poblada deárboles] no se movieron de su sitio.

El número del 10 de julio de 1880 del Scientific Ame-rican trae esta noticia, tomada del Plain Dealer de EastKent (Ontario):

Los señores David Muckle y W.R. McKay...estaban en un campo de la granja del primerocuando oyeron un súbito estruendo, como deun cañón. Se volvieron justo a tiempo para veruna nube de piedras volar hacia lo alto desdeun lugar del campo. Tremendamentesorprendidos, examinaron el lugar, que eracircular y de unos 45 metros de diámetro, perono había indicios de erupción ni nada queindicase la caída allí de un cuerpo pesado. Elterreno estaba simplemente barrido. Estánseguros de que la causa no fue un meteorito, niuna erupción de la tierra, ni un torbellino.

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EXTRAÑOSOBJETOS DE

LO ALTO

81 Antes ele 17001700-15501850-1900Despuésde 1900

vieron que ardía con una llama azul. Al ponerla a re-mojo en agua, se volvió resinosa, y cuando la pusie-ron al fuego, hirvió y burbujeó, pero no llegó a ar-der. Al parecer la resina era de color ambarino, conuna textura parecida a la del hule y un olor "comode aceite preparado mezclado con cera". La lluvia cu-brió una zona de unos 60 metros cuadrados hasta unaaltura de unos cinco centímetros. (Annual Register,74:447-48, 1832)

M. Heard presenció en junio de 1833, enJouy-en Josas, cerca de Versalles (Francia), una lluvia de sa-

pos que duró diez minutos. Rebotaban en su paraguas,saltaban sobre el pavimento y eran tan numerosos co-mo las gotas de lluvia. Los vio esparcidos por unos400 metros. (Monthly Weather Review, 45:217-24, ma-yo de 1917)

Los vecinos de Rahway (Nueva Jersey, E.U.A.) en-contraron, el 13 de noviembre de 1833, "pedazos dejalea" en el sitio donde habían visto caer "lluvia ar-diente". Y una mujer que ordeñaba una vaca en WestPoint (Nueva York) ese mismo día vio aterrizar juntoa ella "algo que hizo plaf". Era una masa redonday aplastada del tamaño de una taza y perfectamentetransparente. Esto ocurría al amanecer. A las 10 saliópara enseñar a algunas personas la jalea, pero habíadesaparecido. En su lugar un chico encontró algunaspartículas blancas del tamaño de la cabeza de un alfi-ler, pero se convirtieron en polvo y desaparecieroncuando trató de agarrarlas. (Carta de Alexander C.Twining al profesor Denison olmsted , del YaleCollege)

La noticia de estos incidentes se comunicó en rela-ción con una lluvia de estrellas que tuvo lugar sobre

el este de los Estados Unidos el 13 de noviembre. (TheAmerican Journal of Science and Arts, 1:363-411, ene-ro de 1934)

Unos granizos muy especiales cayeron en Padua (Ita-lia) el 26 de agosto de 1834. Tenían hasta 2.5 centíme-tros de grueso y forma laminar. En algunos, a travésde una de sus superficies podían verse otras láminas,rectilíneas o curvas, transparentes u opacas, mientrasque de la superficie opuesta, en ángulos de unos 45grados, salían cristales de cuatro facetas y unos cua-tro centímetros de largo, con sus bases entrelazadasy coronadas por una pirámide tetraédrica.

Otras láminas de hielo eran convexas por ambas ca-ras, de figura irregular y con cristales tetraédricos ru-dimentarios; otras más, en fin, eran circulares o elíp-ticas y estaban formadas por capas concéntricas de hie-lo alternativamente transparente y opaco. En su cen-tro había un núcleo blanco opaco. El diámetro de lasláminas de este grupo menos regular variaba de 4 a10 centímetros.

Por último, se encontraron trozos de hielo transpa-rente más gruesos en los bordes que en el centro. Losbordes eran a rayas, de 3 a 5 capas de hielo opaco ytransparente. En el centro tenían círculos blanqueci-nos en torno a un núcleo claro que, al fundirse antesque el resto, los dejaba convertidos en anillos de hie-lo. El diámetro de esos insólitos trozos de hielo erade 4 a 8 centímetros. (The Edinburgh New Philoso-phical Journal, 19:83-88, abril-octubre de 1835)

En Marsala, en la costa occidental de Sicilia, en me-dio de un cielo despejado apareció una pequeña nubeoscura que fue aumentando de tamaño y acabó porsoltar sobre la ciudad un chaparrón de piedras, algu-

Objetivo: La TierraDurante miles de años hancaído del cielo multitud deextraños objetos: cabello deángel en Brasil, huevos ne-gros en Haití, piedras en Si-cilia, caramelo en Califor-nia. Las noticias de lluviasinsólitas son incontables. Ala izquierda puede verse lalocalización aproximada endiversas partes del mundode muchos de esos fenóme-nos, observados a lo largode los siglos y descritos enestas páginas.

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nas de las cuales dañaron tejas y tejados. (Miles WeeklyRegister, 48:397, 8 de agosto de 1835)

La aparición de una pequeña nube oscura, a menu-do roja, amarilla o negra, en un cielo claro ha sidoseñalada a menudo como preludio de un diluvio demateriales extraños.

Durante una tormenta torrencial en julio de 1841, cen-tenares de peces y ranas pequeños cayeron mezcladoscon hielo y lluvia sobre la ciudad de Derby (Inglate-rra). Los peces, algunos de ellos picones, tenían de dosa cinco centímetros de largo. Las ranas eran del ta-maño de frijoles grandes, y muchas de ellas sobrevi-vieron a la caída sobre el duro pavimento. Algunasfueron conservadas vivas y "parecían estar a gusto enun vaso con agua y hojas". ( The Athenaeurn, 17 dejulio de 1841, pág. 542)

Un polvo gris oliváceo cayó sobre Shanghai (China)el 16 de marzo de 1846. Examinado al microscopio,al principio parecía estar compuesto de dos clases depelo. Un instrumento más potente permitió apreciarque la sustancia se componía de una especie de algas.Sin embargo, aI arder, las fibras despedían "el olory el humo amoniacal característicos de pelo o plumasquemados". Según la noticia, esa lluvia afectó a unazona de más de 9 000 kilómetros cuadrados. ( The Jour-nal of the Asiatic Society of Bengal, febrero de 1847,págs. 193-99)

Muchos trozos del tamaño de nueces de una materiaresinosa, gris e inodora, cayeron sobre Vilna (Litua-nia) durante una tempestad de lluvia el 4 de abril de1846. Al ser quemada, esa materia desprendía un olordulzón y penetrante; sumergida 24 horas en agua, sehinchaba y se hacía gelatinosa. ( Comptes Rendus Heb-domadaires des Séances de l'Académie des Sciences,23:542)

El 11 de noviembre de ese mismo año cayó en Lowe-ville (Nueva York) un objeto luminoso como de 1.20metros de diámetro que se convirtió en un montón dejalea maloliente, o la dejó como residuo. (ScientificAmerican, 2:79, 28 de noviembre de 1846)

Inmediatamente después del estruendo de un gran true-no en 1849, cayó sobre la granja de Balvullich, cercade Ord, en la isla de Skye (Escocia), un bloque de hie-lo de 6 metros de circunferencia y "un grosor propor-cional". El hielo era casi completamente transparen-te y estaba compuesto de cristales cuadrados y rom-boidales de 2.5 a 7.5 centímetros de largo. No huboacompañamiento de granizo o nieve. ( The EdinburghNew Philosophical Journal, 47:371, 1849)

DE 1850 A 1870

En el puesto militar de Benicia, cerca de San Francis-co (E.U.A.), el 20 de julio de 1851 cayeron sangre y

trozos de carne, al parecer de res, sobre los soldadosque hacían la instrucción. Varias muestras, "desde eltamaño de un huevo de paloma hasta el de una na-ranja", fueron entregados al médico militar, quien dijoque algunos trozos estaban ligeramente echados a per-der. (San Francisco Herald, 24 de julio de 1851)

El 17 de julio de 1857, un granjero de Ottawa (Illinois)oyó un ruido sibilante y al mirar arriba vio caer unalluvia de cenizas. Aterrizaron en forma de V a unos 15metros de él, haciendo que el suelo humeara. Las ceni-zas mayores quedaron casi totalmente enterradas y lasmás pequeñas semienterradas. El señor Bradley vio unapequeña nube oscura y densa "cerniéndose sobre el jar-dín". El tiempo había estado lluvioso, pero sin true-nos ni relámpagos. (The American Journal of Scienceand Arts, 2:449, noviembre de 1857)

Una lluvia de caramelo cayó sobre algunas zonas deLake County (California) en las noches del 2 y el 11de septiembre de 1857. "Se dice que esas dos nochescayó un chaparrón de caramelo o azúcar. Los crista-les medían de 3 a 6 milímetros de largo y eran del ta-maño de una pluma de ganso. Algunas vecinas hicie-ron jarabe con ellos." (Lyman L. Palmer, History ofNapa and Lake Counties, California, pág. 71)

John Lewis, un aserrador de Mountain Ash, en Gla-morganshire (Gales), hizo el siguiente relato tras unalluvia de peces que cayó sobre su pueblo en 1859:

El miércoles 9 de febrero, estaba yo sacando untrozo de madera, con el propóslto de prepararlapara la sierra, cuando me sobresaltó algo que mecaía encima, por el cuello, la cabeza y la espalda.Al llevarme la mano al cuello me sorprendióencontrar que eran pequeños peces. Para entoncesvi ya todo el campo cubierto de ellos. Me quité elsombrero, que tenía el ala llena, Saltaban por todaspartes. Cubrieron el campo en una larga franja deunos setenta metros por diez, según medimos mástarde. Ese tejado (señalando el de un taller muygrande) estaba cubierto de ellos, y las artesas(desagües) completamente llenas. Mi compañero yyo pudimos haberlos juntado por montones, sinmás que agacharnos. Recogimos muchos, como unacubeta llena, y los echamos en la charca, dondealgunos siguen. Hubo dos chaparrones, con unintervalo de unos 10 minutos, y cada uno de ellosduró cosa de dos minutos. Eran las once de lamañana. Precisamente pasaba entonces el tren deAberdare. El viento no era muy fuerte, pero sí muyhúmedo, como el que hay hoy, y venía de esadirección (señalando hacia el suroeste). Cayeron"formando cuerpo" con la lluvia.

El pez más grande, de I2.5 centímetros de largo, mu-rió poco después de haberlo encontrado. Unos 18 ó20 ejemplares vivos, los mayores de 10 centímetros,fueron enviados a cierto profesor Owen para su exa-men, pero no constan sus observaciones. (Annual Re-gister, 101:14-15, 1859)

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Durante las lluvias que siguieron a un terremoto en1861, cayeron peces sóbre lós habitantes de Singapur,

En la revista The Zoologist, W. Winter hacía el si-guiente relato de una lluvia de sapos en Norfolk (In-glaterra), en julio de 1860:

Estaba yo cazando insectos a orillas del ríoWaveney, hacia las nueve y cuarto de la noche delviernes, cuando sobrevino una tormenta. Corrí arefugiarme en los edificios de Aldeby Hall. Lalluvia caía a torrentes. Cuando estaba a punto desalir de la zona pantanosa, observé algunospequeños sapos sobre mis brazos, y varios cayeronen mi red; en el suelo, el campo y los senderoslos había a millares. Estoy completamente segurode que no había ninguno de esos sapos en mi redcuando empecé a caminar. Creo que cayeron de lasnubes con la lluvia. ¿Pueden ilustrarme acerca deltema? Otras dos personas me han dicho que lesocurrió lo mismo a alguna distancia del lugardonde yo me encontraba. [ The Zoologist,18:7146, 1860]

Durante una fuerte tormenta, en Wolverhampton (In-glaterra) cayó tal cantidad de piedras negras angulo-sas, que tuvieron que ser retiradas con palas. (La Scien-ce Pour Tous, 5:264, 19 de julio de 1860)

El 16 de febrero de 1861 Singapur sufrió un terremo-to, seguido de grandes lluvias que se hicieron torren-

que se apresuraron a llenar sus cestos. Al secarse loscharcos, aparecierón numerosos peces muertos.

ciales los días 20, 21 y 22. Francis de Castelnau, uneminente viajero y naturalista que estaba viviendo allí,hizo el siguiente relato:

A las diez de la mañana salió el sol, y desde miventana vi a gran número de malayos y chinosllenar cestos con peces que recogían de los charcosde agua de lluvia que cubrían el suelo. Alpreguntarles de dónde procedían los peces, dijeronque habían caldo del cielo. Tres días después,cuando ya se habían secado los charcos,encontramos muchos peces muertos.

Al examinar los animales, los reconocí comoClarias Batrachi... una especie de bagre que abundaen el agua dulce de Singapur y la península malaya,Siam, Sumatra, Borneo, etc. Tenían de 25 a 30centímetros de largo, y eran, por tanto, animalesadultos.

Estos silúridos, lo mismo que Ophicephaius, etc.,pueden vivir largo tiempo fuera del agua ydesplazarse alguna distancia en tierra, y al momentopensé que procedían de algún pequeño río cercanoque se había desbordado; pero el patio de la casaen que vivo está rodeado de un muro que leshubiese impedido entrar de esa manera.

Un viejo malayo me dijo después que en sujuventud había vista un fenómeno semejante.[Comptes Rendus Hebdomadaires des Séances del'Académie des Sciences, 52:880-81. 18611

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Torbellinos y trombas marinas

La clásica explicación de la gran mayoría de las llu-vias insólitas es que todo lo que cae fue antes absor-bido por un torbellino o una tromba marina. Ademásde ser la explicación más lógica, la tesis del torbellinose basa en algunas pruebas de peso, fruto de la obser-vación. Por la atmósfera circulan constantemente unagran variedad de pequeños organismos y restos vege-tales y animales. En muestras de aire recogidas conaspiradores especialmente diseñados se han encontradoesporas de hongos, musgos, líquenes y algas, huevosde insectos, bacterias, escamas de alas, pelos y trozosde plumas.

Aunque para levantar del suelo esas pequeñas par-tículas no haga falta mucha energía, los grandes tor-bellinos, tornados y trombas marinas generan corrien-tes ascendentes de una fuerza enorme. En el embudode un tornado los vientos pueden girar a velocidadesde 270 a 480 kilómetros por hora y producir una pre-sión de más de 135 kilos por cada 10 centímetros cua-drados sobre todo cuanto encuentren en su camino.Semejante fuerza es más que adecuada para algunasde las más impresionantes estadísticas sobre tornados.

Por ejemplo, el 22 de abril de 1883, en Beauregard(Mississippi), un tornado se llevó volando a 275 me-tros el tornillo de 300 kilos de una prensa de algo-dón. En Walterborough (Carolina de Sur), una vigade madera de 270 kilos fue arrastrada 400 metros porel tornado del 16 de abril de 1875, y un gallinero de35 kilos, más de 6 kilómetros. Y en el tornado del 4de junio de 1877, en Mount Carmel (Illinois), la agu-ja de una iglesia fue llevada por los aires 25 kilómetros.

La acción de las trombas marinas ha sido observa-da con menos frecuencia que la de los torbellinos, pe-ro también han hecho cosas extraordinarias. Por ejem-plo, en Christiansten (Noruega), el puerto fue una vezcasi vaciado de ese modo, y, en menor escala, se sabede estanques que quedaron secos. Durante una tor-menta en el lago Bassenthwaite (Inglaterra) se vio có-mo los peces eran lanzados a tierra.

En la medida en que la energía generada por los tor-bellinos basta para levantar hasta el cielo lo que se havisto caer de él, la explicación parece acertada, e in-dudablemente da cuenta de algunas lluvias insólitas.Sin embargo, esta teoría suscita preguntas interesantes.

Por ejemplo, ¿cómo se las arreglan torbellinos ytrombas para ser tan selectivos? Las cosas que caendel cielo suelen estar perfectamente clasificadas: en undeterminado chaparrón caen sólo peces, o sólo ranas,o sólo piedras, y además sólo peces de cierta especieo ranas de cierta edad. Pero torbellinos y trombas ba-rren cuanto encuentran a su paso. ¿Por qué entoncesno hay lluvias de seres y despojos surtidos, por ejem-

Con una velocidad de casi 480 kilómetros por hora,la corriente ascendente del embudo de un tornado creauna poderosa succión capaz de levantar y llevarse ca-si todo lo que encuentre en su camino.

plo barro y algas junto con los peces? Si damos porsupuesto algún mecanismo de selección aéreo —porejemplo, de acuerdo con el peso y la aerodinámica delos objetos—, sería de esperar que cayesen chaparro-nes variados —peces aquí, barro allí, algas más allá—en la misma zona y más o menos al mismo tiempo;pero esto no sucede.

¿Cómo, entonces, sobreviven los peces y otras cria-turas a los rigores del transporte por un torbellino?

La teoría de los torbellinos y las trombas exige creer,primero, que los peces, que a menudo caen vivos aconsiderable distancia de su aparente punto de origen,pueden sobrevivir por un periodo indefinidamente lar-go en la saturada atmósfera de una nube de lluvia.Segundo, que fuerzas lo bastante poderosas para sa-car peces, ranas, sapos, anguilas y serpientes de su há-bitat normal y lanzarlos al cielo no bastan para infe-rirles daños físicos, y que los repentinos cambios detemperatura y presión son igualmente inofensivos.Aunque tales teorías pueden apelar al sentido común,carecen de pruebas firmes que las apoyen.

Queda por último la pregunta de cómo pueden lostorbellinos cernerse sobre un lugar o regresar a él. Da-do que la característica más permanente del viento esel movimiento, y el mover cuanto viaja en él, la teo-ría del torbellino no explica los numerosos casos enque las mismas cosas caen repetidamente en el mismositio, como si procediesen de algún lugar fijo del cielo.1

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La noche del 9 de mayo de 1867 varios policías de Du-blín (Irlanda) buscaron refugio contra una rociada denueces o bayas que cayeron del cielo "en gran canti-dad y con gran fuerza" durante un "tremendo cha-parrón". Las "bayas" tenían la "forma de una na-ranja muy pequeña, como de un centímetro de diá-metro, de color negro y, al cortarlas, parecían hechasde alguna madera dura de color café oscuro. Tienentambién un ligero olor aromático".

Según un observador, los objetos eran "simplemen-te avellanas, conservadas en una ciénaga durante si-glos". Pero no explicaba cómo habían llegado a caerdel cielo. (Symons's Monthly Meteorological Maga-zine, 2:59, junio de 1867)

La noche del 18 de octubre de 1867, en Thames Dit-ton (Surrey, Inglaterra), pareció llover fuego del cielodurante aproximadamente 10 minutos. Por la maña-na "los aljibes y charcos de la parte alta del puebloestaban cubiertos de una espesa capa de azufre".(Symons's Monthly Meteorological Magazine, 2:130,diciembre de 1867)

Carne y sangre cayeron durante tres minutos y cubrie-ron unas 80 áreas de la granja perteneciente a J. Hud-son, cerca de Los Nietos (California), el 1° de agostode 1869. Era un día despejado y sin viento, y la carnecayó tanto en finas partículas como en tiras de 2.5 a15 centímetros de largo. Cayeron con ella pelos cor-tos y finos. En el artículo que sobre este fenómeno pu-blicó el San Francisco Evening Bulletin el 9 de agostode 1869 también se decía que en el condado de SantaClara había caído carne y sangre hacía aproximada-mente dos meses.

DE 1870 A 1880

Una sustancia amarillenta cayó sobre Génova (Italia)la mañana del 14 de febrero de 1870. Fue analizadapor M.G. Boccardo y el profesor Castellani, del Ins-tituto Técnico de Génova, quienes la hallaron com-puesta por 66% de arena (sobre todo del tipo sílice,y con algo de arcilla), 15°7o de óxido de hierro (herrum-bre), 9°7o de carbonato de cal, 7°7o de materia orgáni-ca y el resto agua. La materia orgánica contenía par-tículas semejantes a esporas, granos de almidón, frag-mentos de diatomeas (algas cuyas paredes celularescontienen sílice) y unos glóbulos color azul cobalto noidentificados. (The Journal of the Franklin Institute,3:11-12, julio de 1870)

Un diluvio de salamandras de entre cinco y veinte cen-tímetros de largo cayó sobre Sacramento (California)en agosto de 1870. Cubrieron el tejado del edificio dela ópera e inundaron las calles. Cientos de ellas sobre-vivieron durante varios días en el agua de lluvia queinundó un sótano en construcción perteneciente a cier-to juez Spicer. (The Sacramentó Reporter, 6 de agos-to de 1870)

Varias criaturas no identificadas, aparentemente en es-tado larval (estaban encerradas en una sustancia gela-tinosa), cayeron en 1871 sobre Bath (Inglaterra) du-rante una violenta tormenta de lluvia y granizo. Te-nían unos 4 centímetros de largo y fueron descritas,tras ser examinadas "bajo un poderoso lente", como"animales de cuerpo rechoncho, en el que es perfec-tamente visible el movimiento de las vísceras, con ca-beza como de cigarra provista de largas antenas, y ale-tas pectorales y caudales a modo de patas".

Unos cuantos ejemplares de estos animales se con-servaron en la taberna Derby and Midland, "dondehombres científicos, al inspeccionarlos, dicen que setrata de insectos marinos, probablemente llevados alas nubes por una tromba marina en el canal de Bris-tol". (Symóns's Mónthly Meteorological Magazine,6:59, mayo de 1871)

El viernes 3 de marzo de 1876 cayeron varios trozosde carne sobre la zona de 90 metros de largo por 45de ancho cercana a la casa de la familia de AllenCrouch, no lejos de las Olimpian Springs, en el surdel condado de Bath (Kentucky). En ese momento elcielo estaba despejado. Los trozos de carne tenían de5 a 50 centímetros cuadrados y su aspecto era de car-ne de res fresca. Sin embargo, según la opinión de "doscaballeros" que la probaron, la sustancia era corderoo venado. (Scientific American, 34:197, 25 de marzode 1876)

Pero en julio, según un tal Leopold Brandeis que `TtNescribía en el Sanitarian, la lluvia de carne de Kentuckyquedó explicada: la sustancia caída no era otra cosaque Nostoc, "una forma inferior de existencia vege-tal" (aunque cómo había caído tal cosa de un cieloclaro seguía siendo un misterio). Por desgracia paralos melindrosos, esta descripción menos alarmante noprevaleció largo tiempo. El doctor A. Mead Edwards,presidente de la Newark Scientific Association, acu-dió al señor Brandeis para ver si él podía obtener unamuestra de aquella materia. Brandeis le dio amable-mente la que él tenía, diciéndole que la había conse-guido de un médico de Brooklyn, a quien a su vez sela había dado un tal profesor Chandler.

Pero después apareció en el Medical Record una car-ta del doctor Allan McLane Hamilton en la que decíaque él y el doctor J.W.S. Arnold habían examinadoal microscopio el material de la lluvia de carne de Ken-tucky proporcionado por el profesor Chandler. Aña-día que habían identificado la sustancia como tejidopulmonar de un niño o de un caballo ("la estructuradel órgano es muy semejante en ambos casos").

Tras leer esta carta, el doctor Edwards visitó al doc-tor Hamilton y fue de nuevo recompensado con lamuestra en cuestión, esta vez con la información deque habían enviado dos muestras de Kentucky al di-rector del Agriculturist, quien se las dio al profesorChandler. Éste había dado una al profesor Hamiltony otra al médico de Brooklyn que se la había dado aBrandeis.

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El doctor Edwards tenía ahora en su poder ambasmuestras. Confirmó la identificación del doctor Ha-milton y a su vez identificó la muestra dada a Bran-deis como también de tejido pulmonar, aunque peorconservado. Poco después mostraron al doctor Ed-wards una preparación microscópica de una terceramuestra de la carne de Kentucky, que le había dadoal profesor J. Phin, del American Journal of Micros-copy, un tal Walmsley, de Filadelfia, quien a su vezla había recibido de Kentucky. Se trataba "induda-blemente de fibra muscular contraída".

Posteriormente, el profesor Phin enseñó al doctorEdwards una cuarta muestra, que le había sido envia-da de Lexington (Kentucky) por un tal A.T. Parker,que le envió tres muestras más: dos en su estado natu-ral y una tercera preparada para el microscopio. Dosde ellas resultaron ser cartílagos, y la otra tejido mus-cular con "lo que parece ser tejido conjuntivo denso".

Resulta, pues, que de las siete muestras examina-das, dos eran de tejido pulmonar, tres de tejido mus-cular y otras dos de cartílago.

Como epílogo a la historia, el doctor Edwards trans-mitía una teoría del suceso que le había sido facilita-da por el señor Parker: según la gente del lugar, la car-ne era probablemente vomitada por los buitres, "losque tienen por costumbre, cuando ven vomitar a unode sus congéneres, apresurarse a imitarlo".

No se dice nada de cuántos buitres serían necesa-rios para cubrir cuatro mil metros cuadrados con car-ne vomitada, o a qué altura deberían volar para serinvisibles. (Scientific American Supplement, 2:437, 22de julio de 1876)

Una lluvia de serpientes vivas cayó sobre la zona surde Memphis (Tennessee) en 1877. Medían de 30 a 45centímetros de largo y se supuso que habían sido lan-zadas al aire por un huracán, pero dónde podía haberserpientes "en tal abundancia" —pues cayeron amillares— "es todavía un misterio". (Scientific Ame-rican, 36:86, 10 de febrero de 1877)

Más de una hectárea de terreno quedó cubierta porun diluvio de pececillos que cayeron de un cielo des-pejado en Chico (California) en 1878 ; la informaciónla proporcionó el New York Times del 2 de septiem-bre de ese año.

Una gran tormenta de granizo, acompañada de true-nos y relámpagos, pasó sobre las colinas de Lomond,cerca de Falkland (Escocia), la noche del sábado 30de agosto de 1879. El domingo "las colinas aparecie-ron en varios lugares cubiertas de algas, o de una sus-tancia que se les parecía mucho, que también fue vis-ta colgando de los árboles y arbustos del distrito. Enalgunos lugares las algas formaban una capa bastanteespesa, de modo que podían recogerse en cantidad dela hierba". Las colinas de Lomond están a unos 16kilómetros del golfo de Forth. (Symons's Monthly Me-teorological Magazine, 14:136, septiembre de 1879)

DE 1880 A 1890

Una tormenta de un "rigor desacostumbrado" des-cargó sobre la ciudad de Worcester (Inglaterra) el 28de mayo de 1881. Durante la primera parte de ella,los granizos deshojaron árboles y enredaderas, y da-ñaron huertos y frutales. A continuación, una lluviaextraordinariamente copiosa inundó un paso subterrá-neo de la estación del ferrocarril de Henwich hasta al-canzar una altura de 1.20 metros.

Un tal John Greenall, que se había refugiado de latormenta en un invernadero del suburbio de St. John,se asombró al ver que con la lluvia caían grandes can-tidades de caracoles marinos, con tal fuerza que algu-nos se enterraban en el suelo y otros rebotaban en él.Numerosos vecinos acudieron a recogerlos, y huboquien consiguió hasta medio barril de ellos. Cuandooscureció, continuaron recogiendo a la luz de losfaroles.

Dentro de una gran concha apareció un cangrejo er-mitaño vivo. En otra parte de la ciudad, "un par deguijarros, de los que se encuentran a la orilla del mar,atravesaron una claraboya de la casa del señor Latty,en High Street".

Worcester está a más de cien kilómetros del mar.(John Michell y Robert J.M. Rickard, Phenomena: ABook of Wonders, pág. 15)

En Milwaukee, Green Bay y otras ciudades de Wis-consin (E.U.A.) cayeron a finales de octubre de 1881telas de araña fuertes y blancas. Su tamaño iba desdesimples motas a hebras de 18 metros de largo. Pare-cían proceder del lago Michigan, a veces eran tan es-pesas como para estorbar la visión y se extendían cie-lo arriba hasta donde alcanzaba la vista. "Curiosamen-te, en ninguna de las noticias... se habla de la presen-cia de arañas en esta lluvia general de sus telas."(Scientific American, 45:337, 26 de noviembre de 1881)

Un grupo de trabajadores del ferrocarril fueron sor-prendidos por una granizada en las afueras de Salina(Kansas) a principios de agosto de 1882. Se apresura-ron a volver a Salina, mientras los granizos iban ha-ciéndose mayores y más numerosos a medida que seacercaban a la ciudad, hasta que llegaron a un sitiodonde formaban una capa tan espesa como una neva-da invernal. Allí encontraron un bloque de hielo quepesaría unos treinta y cinco kilos, y que llevaron con-sigo a la ciudad. Por la noche, cuando ya se había fun-dido en parte, el trozo de hielo medía 73 por 40 por5 centímetros. (Scientific American, 47:119, 19 deagosto de 1882)

El 16 de octubre de 1883 apareció una densa nube so-bre Montussan, en el distrito francés de la Gironde.De ella cayó una sustancia blanca y lanosa en trozosdel tamaño de un puño, lo que llevó a algunos obser-vadores a suponer que la nube entera estaba compuestade esa materia. Se enviaron muestras al director de una

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revista científica, La Nature, pero fue incapaz de iden-tificarla, y sólo dijo que era algo que se carbonizabaal arder. Cuando ocurrió el fenómeno estaba llovien-do. (La Natura, 1:342, 27 de octubre de 1883)

Un chaparrón de piedras calientes cayó junto a las ofi-cinas del News and Courier, de Charleston (Caroli-na del Sur), a las 2:30 de la madrugada del 4 de sep-tiembre de 1886. El fenómeno se repitió a las 7:30 ynuevamente a la 1:30 de la tarde. Por lo que podía ver-se, las piedras parecían caer de algún lugar situado so-bre las oficinas del periódico, en una pequeña zona.Caían con gran fuerza, y algunas se rompieron sobreel pavimento. Fueron descritas como guijarros de pe-dernal pulimentados, el más pequeño del tamaño deuna uva y el mayor del de un huevo de gallina. Se re-cogió aproximadamente la cuarta parte. (News andCourier de Charleston, 6 de septiembre de 1886)

El mismo periódico había informado previamenteque Charleston se había visto afectado por un fuerteterremoto el 31 de agosto.

Durante diez o doce días despejados y soleados cayóun diluvio casi incesante sobre una pequeña zona delcondado de Chesterfield, en Carolina del Sur. (Sun deNueva York, 24 de octubre de 1886)

DE 1890 A 1900

Una sustancia comestible compuesta por pequeñas es-feritas amarillentas, blancas por dentro, cayó sobreuna zona de unos 8 kilómetros cuadrados en las in-mediaciones de Mardin y Diyarbakir (Turquía) enagosto de 1890. Los habitantes de la zona hicieron conella pan, al parecer de buen sabor y fácil digestión.Los botánicos dijeron que la sustancia era un liquen,quizá Lecanora esculenta. (Nature, 43:255, 15 de enerode 1891)

En un día de chaparrones y sol alternados, a finalesde octubre de 1890, tuvo lugar un curioso suceso enDalgonar Farm, de la parroquia de Penpoint, en Dum-friesshire (Escocia). El señor Wright paseaba por unascolinas cuando

me sorprendió una extraña aparición en laatmósfera; al principio los tomé por una bandadade pájaros, pero al verlos caer a tierra micuriosidad se avivó. Fijé la vista en uno de losmayores y, tras correr unos noventa metros colinaarriba hasta ponerme debajo, esperaba su llegadacuando descubrí que era una hoja de roble. Almirar arriba vi que el aire estaba lleno de ellas, y sudescenso casi vertical, balancéandose y reluciendo alsol, constituía un espectáculo tan hermoso comoraro...

Al examinar las colinas después de que cayeronlas hojas, se vio que éstas cubrían una zona deaproximadamente kllómetro y medio de ancho porunos tres de largo. Las hojas eran sin duda deroble, pero no hay robles a menos de 13 kilómetros

de allí. El viejo pastor, que lleva en la granja desde1826, nunca había visto nada parecido. [Nature,42:637, 30 de octubre de 1890]

Durante el invierno de 1891, los habitantes del distri-to de Valley Bend, en el condado de Randolph (Virgi-nia Occidental), encontraron en varias ocasiones la nie-ve cubierta de gusanos. Dado que esa nieve tenía 60centímetros de espesor y una costra helada, se pensócon mucha lógica que sólo podían haber caído del cielojunto con la nieve. Se informó que parecían "orugasnocturnas comunes y corrientes", y eran tan abundan-tes que "había días en que era difícil encontrar un pal-mo cuadrado de nieve sin una docena de esos gusanosencima". (Scientific American, 64: 116, 21 de febre-ro de 1891)

La mañana del 30 de jnnio de 1892 cayeron ranas blan-cas sobre Mosely, un suburbio de Birmingham (Ingla-terra), durante una fuerte tormenta. (Symons'sMonthly Meteorological Magazine, 32:107, agosto de1897)

Una pequeña nube amarilla cruzó rápidamente sobrePaderborn (Alemania) durante una tormenta. Cuan-do descargó, cayó sobre la ciudad una ruidosa lluviade mejillones de estanque (Anodonta anatina) vivos.(Nature, 47:278, 19 de enero de 1893)

Durante una fuerte granizada el 11 de mayo de 1894,5cayó sobre Bovina, 12 kilómetros al este de Vicksburg(Mississippi), una tortuga encerrada en hielo. Duran-te la misma tormenta cayó sobre la propia Vicksburgun pequeño bloque de alabastro, también cubierto dehielo. (Mónthly Weather Review, 22:215, mayo de1894)

El 3 de junio de 1894, en los condados de Harney,Grant y Union, del este de Oregon, un tornado dejóa su paso láminas de hielo. Tenían de 50 a 100 centí-metros cuadrados y de 2 a 4 centímetros de grueso."Su superficie era suave, y al caer daban la impre-sión de un gran campo o lámina de hielo suspendidoen la atmósfera, y de repente se rompieron en frag-mentos aproximadamente del tamaño de la palma dela mano." (Monthly Weather Review, 22:293, juliode 1894)

Un diluvio de aves muertas cayó de madrugada, deun cielo despejado, sobre Baton Rouge (Luisiana) ennoviembre de 1896, "llenando literalmente las callesde la ciudad. Había patos silvestres, tordos cantores,pájaros carpinteros y muchas aves de extraño pluma-je, algunas parecidas a los canarios, pero todas muer-tas, cayendo a montones a lo largo de las vías públi-cas..." La única explicación posible de tan triste su-ceso fue que habían sido arrastradas tierra adentro poruna reciente tormenta en la costa de Florida, y habíanmuerto a causa de un súbito cambio de temperatura

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que había tenido lugar en la zona de Baton Rouge. Noobstante, si las tormentas y los cambios de tempera-tura son comunes, las lluvias de aves no lo son.(Monthly Weather Review, 45:223, mayo de 1917)

Algo calificado de "lluvia sulfurosa" cayó el 21 demarzo de 1898 sobre Mount Vernon (Kentucky) y va-rios otros lugares del condado de Rockcastle. La sus-tancia era inflamable y olía a azufre. (Monthly Wea-ther Review, 26:115, marzo de 1898)

El 21 de noviembre de 1898 cayó sobre Montgomery(Alabama) una sustancia parecida a una tela de ara-ña, pero en realidad tenía una textura más semejantea la del asbesto. Parte de esa materia estaba en formade hebras y parte en copos de varios centímetros delargo y ancho. Aún más curioso: la sustancia era fos-forescente. (Monthly Weather Review, 26:566, diciem-bre de 1898)

DE 1900 A 1910

Centenares de pequeños bagres, truchas y percas ca-yeron en junio de 1901 sobre Tiller's Ferry (Carolinadel Sur) durante una espesa lluvia. Más tarde apare-cieron nadando en los charcos que se habían forma-do entre las hileras de algodón de una plantación per-teneciente a Charles Raley. (Monthly Weather Review,29:263, junio de 1901)

Una serie de curiosos granizos cayeron en 1901 duranteuna tormenta sobre el río San Lorenzo, cerca delblo de Alexandria Bay (Nueva York). Al principio erancilíndricos, del grueso de un lápiz y de unos tres centí-metros de largo. Siguieron piedras del tamaño de unanuez, que a su vez fueron seguidas por granizos en for-ma de disco de 5 centímetros de grueso y 7 de diáme-tro. Eran lo bastante duros para rebotar en la roca sinromperse, y cuando estaban ya medio fundidos "mu-chos tenían la apariencia de un ojo humano, con unapupila en el centro y un anillo rodeándola, y finas lí-neas que irradiaban en todas direcciones".

"Durante la tormenta", continuaba el informador,"el río presentaba un hermoso aspecto, con millonesde pequeños surtidores que medían desde 30 centíme-tros hasta casi dos metros de alto donde caían los gra-nizos." (Monthly Weather Review, 29:506-07, noviem-bre de 1901)

La noche del domingo de la Santísima Trinidad de1908, el párroco de Saint-Étienne-les-Remiremont, unaparroquia situada unos kilómetros al oeste de los Vos-gos, en la Francia oriental, estaba confortablementeinstalado en su presbiterio con "un grueso tratadode geología". Apenas había leído unas cuantas pági-nas sobre la formación del hielo cuando oyó cómo seabría la puerta del presbiterio y Mlle. Marie André gri-tó: ";Monsieur le Curé, venga en seguida, que sederriten!"

En el dibujo se reproducen algunas de las extrañasvariedades de granizos observadas en Alexandria Bayen 1901.

A regañadientes, pues sufría de reumatismo, el abateGueniot fue a ver lo que ocurría. El resto de la histo-ria lo referirá él mismo:

—Mire —me dijo—, aquí está la imagen de NuestraSeñora del Tesoro, impresa en los granizos.

—Vamos, vamos —le dije—, no me vengas conesos cuentos.

Para complacerla, miré descuidadamente dosgranizos que tenía en la mano. Pero, dado que noquería ver nada, y tampoco podía hacerlo sinlentes, me di media vuelta para volver a mi libro.Ella me apremió: "Le ruego que se ponga loslentes." Así lo hice y vi muy claramente en lasuperficie de los granizos, que eran levementeconvexos en el centro aunque con los bordes algogastados, el busto de una mujer con una túnica conel dobladillo levantado, como una capa pluvial.Quizá fuese más exacto decir que era como laVirgen de los Ermitaños. Las líneas de la imagenestaban ligeramente ahuecadas, como hechas con unpunzón, pero el trazo era firme.

Mile. André me pidió que me fijara en ciertosdetalles del vestido, pero me negué a seguirmirando. Estaba avergonzado de mi credulidad, yseguro de que la Santísima Virgen no se ocuparía deponer so foto en los granizos. Le dije: "Pero ¿noves que esos granizos deben de haber caído sobrelas plantas y de ahí proceden las impresiones?Llévatelos, no los quiero para nada." Volví a millbro sin prestar más atención a lo sucedido.

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Pero la extraña formación de esos granizos no seme iba de la cabeza. Recogí tres, para pesarlos, sinmirarlos con atención. Pesaban entre 170 y 200gramos. Uno de ellos era perfectamente redondo,como las canicas con que juegan los niños, y teníaalrededor una rebaba como si lo hubieran fundidoen un molde. [Nota: las noticias de granizos conrebabas no son raras.]

Durante la cena (estaba solo) me dije: "De todosmodos, esos granizos tiene una forma extraña, y loimpreso en los dos que examiné estaba tan bienhecho que difícilmente puede deberse a lacasualidad."

Pero pronto reprimí todo pensamiento acerca dealgo sobrenatural, y me avergonce de haber pensadoen ello un solo momento.

Cuando el párroco terminó de cenar había cesadola tormenta, y fue al jardín para comprobar los da-ños. Para su sorpresa, encontró las plantas sin nove-dad, pero más tarde supo que el granizo había rotounos 1 400 vidrios de ventana en la zona. (Al parecer,la tormenta había descargado dos tipos de granizos:los que llevaban la imagen milagrosa y otros más gran-des y dañinos.) "Lo que parece más digno de men-ción", continuaba el sacerdote, "es que los granizos,que debían de haberse precipitado violentamente a tie-rra de acuerdo con las leyes de la aceleración de la ve-locidad de los cuerpos en caída, parecían proceder deuna altura de pocos metros y haber adquirido única-mente la velocidad inicial del cuerpo que cae." El clé-rigo cotinuaba:

Hacia las siete y media se había extendido por lavecindad de la casa parroquia} la noticia de quemuchas personas habían observado en los granizosla efigie de Nuestra Señora del Tesoro, y quealgunos de ellos tenían forma de medallones. Losniños los habían recogido en sus delantales y se loshabían enseñado a sus padres, que habíancomprobado la presencia de la imagen. Algunosadvirtieron incluso detalles como la corona de laVirgen, el Niño Jesús, los bordes del vestido...¿Sería todo ello pura imaginación?

Pero, excepto esos detalles, no cabe duda de quela mayor parte de los granizos examinados llevabanclaramente la efigie de Nuestra Señora del Tesoro.

A la mañana siguiente, los lecheros, al volver deRemiremont, contaron que también en la ciudadmuchas personas habían observado lo mismo.

Al domingo siguiente, después de vísperas, el pá-rroco recogió firmas de cincuenta personas ."plena-mente convencidas de la verdad de sus observaciones".Él no concedía "importancia a esas firmas, en las quese puede sospechar que he influido, pero fueron da-das espontáneamente".

El cura concluía observando que, aunque el ayun-tamiento de Remiremont había prohibido una "mag-nífica procesión que estaba preparándose" para el do-mingo de la Santísima Trinidad, "la artillería celes-tial organizó una procesión vertical que nadie pudo

prohibir". (English Mechanic and World of Science,87:436, 12 de junio de 1908)

Una granizada parecida tuvo lugar en 1552 en Dor-drecht (Holanda). He aquí la traducción del informeoriginal de aquel suceso, que vemos en la páginaopuesta:

Un granizo prodigiosamente grandeEn el año de 1552, el viernes 17 de mayo, entre las4 y las 5 de la tarde, hubo una tormentaespecialmente violenta en cierta ciudad holandesallamada Dordrecht, que hizo a los habitantesrefugiarse aterrados en sus casas como si fuese aacabarse el mundo, porque durante más de mediahora hubo un continuo bombardeo de horriblesgranizos, hasta el punto de que jardines y huertosquedaron deshechos. Algunos de los granizos erangigantescos y de una forma muy curiosa.Centenares de personas los vieron, entre ellos unpintor que los dibujó como vemos arriba. Algunosgranizos tenían la forma natural de un sol. En otrosaparecía una corona de espinas. Algunos pesaronhasta un cuarto de kilo. El agua de esos granizosolía como si estuvlese hirviendo. Esa granizada fueseguida por una nube maloliente. Es un misterio loque tales signos puedan significar. Pero eso es algoque sólo Dios Todopoderoso sabe. Que él nosproteja en Cristo. Amén.

DE 1910 A 1950

Cientos de anguilas de arena (Ammodytes tóbianus)cayeron el 24 de agosto de 1918 sobre una zona de unastrece áreas en Hendon, un suburbio de Sunderland (In-glaterra). Llovía mucho, y los peces estaban no sólomuertos, sino rígidos y duros, cuando fueron recogi-dos al dejar de llover. (Nature, 102:46, 19 de septiem-bre de 1918)

En julio de 1921 empezaron a caer piedras del cielosobre el pueblo de Chico (California), y aún seguíancayendo intermitentemente en noviembre. El fenóme-no no despertó gran atención sino hasta enero siguien-te, cuando el jefe de policía J.A. Peck inició una in-vestigación. Sus conclusiones fueron publicadas en elExaminer de San Francisco el 14 de marzo. Había vistoy oído caer las piedras, pero era incapaz de explicar-lo; sospechaba que "el culpable es alguien que tieneuna máquina". El origen de las piedras siguió siendoun enigma. Según el profesor C.K. Studley, que es-cribió en la misma edición del Examiner, "algunas delas piedras son tan grandes que no podrían ser lanza-das por medios comunes. Una de ellas pesa casi me-dio kilo. No son de origen meteórico, como parece quese ha apuntado, pues dos de ellas muestran señales decementación, natural o artificial, y nunca se ha rela-cionado ningún factor meteórico con una fábrica decemento".

En marzo de 1922, el Chronicle de San Franciscopublicaba una serie de relatos del suceso. Decía que

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las piedras llevaban cayendo en Chico, a intervalos,cuatro meses, generalmente sobre los tejados de dosalmacenes adyacentes. Se hablaba de una "lluvia depiedras ovaladas" y de "un fuerte chaparrón de pie-dras calientes". Una escritora, Miriam Allen de Ford,contaba: "Miré arriba, a un cielo sin nubes, y de pron-to vi caer una piedra, como si se hubiese hecho visibleal llegar lo bastante cerca. Golpeó el tejado con un rui-do sordo, rebotó en el camino que había junto al al-macén y no pude encontrarla." El 17 de marzo se di-jo que una persona que formaba parte de un grupohabía sido herida por una de las piedras. (Charles Fort,The Complete Books of Charles Fort, págs. 533-35)Para el relato de una tupida lluvia de pececillos en Chi-co, véase la noticia de 1878.

Durante una gran nevada en 1922 se informó que ha-bían caído "millares de raros insectos parecidos a ara-ñas, orugas y enormes hormigas" sobre numerosas la-deras de los Alpes suizos. (Charles Fort, The Com-plete Books of Charles Fort, pág. 535)

Una bola de caliza cayó del cielo cerca de Bleckens-tad (Suecia) el 11 de abril de 1925. Al aterrizar se rom-pió en pedazos, entre los cuales el profesor Hadding,de la Universidad de Lund, encontró conchas fósilesy huellas de un ser semejante a un trilobites. (John Mi-chel' y Robert J.M. Rickard, Phenomena: A Book ofWonders, pág. 17)

Centenares de ranas diminutas cayeron durante unchaparrón sobre Trowbridge, en Wiltshire (Inglaterra),la tarde del 16 de junio de 1939. (The MeteorologicalMagazine, 74:184-85, julio de 1939)

Numerosas monedas de plata cayeron en agosto de1940 durante una tormenta en la región de Meshche-ra, en Rusia central. (John Michell y Robert J.M. Ri-ckard, Phenomena: A Book of Wonders, pág. 19)

Entre las 7 y las 8 de la mañana del 23 de octubre de1947 cayeron gran número de peces de agua dulce so-bre Marksville (Luisiana). El tiempo era en ese mo-mento sereno y algo neblinoso, y los peces —lobinas,peces luna, sábalos y pequeños peces de agua dulce—se hallaban "totalmente frescos y aptos para el con-sumo humano". Algunos estaban congelados y otrossimplemente fríos. Cayeron en una zona de aproxima-damente 300 metros de largo por 25 de ancho, y algu-nos golpearon a los peatones. En ese momento no llo-vía y la oficina meteorológica de Nueva Orleáns notenía noticia de tornados en la vecindad, aunque el díaanterior habían sido observados numerosos devildus-ters o tornados en miniatura. (Science, 109:402, 22 deabril de 1949)

Entre las numerosas noticias de "cabello de aligd"—nombre general de una sustancia variable que se ha

comparado con las telarañas, el algodón y la seda—hay un interesante suberupo que relaciona las caídasde este material fibroso con la aparición de objetosvoladores no identificados. El siguiente informe deP.L. Lewis apareció en Weather en abril de 1949:

Domingo 26 de septiembre de 1948. Pont Hope(Ontario)Era un día cálido y el cielo estaba despejado.Habíamos comido en el jardín y yo estaba acostadoen el pasto, con la cabeza a la sombra de la casa,cuando me sobresaltó el ver un objeto parecido auna estrella cruzar rápidamente el cielo. Eran lasdos, hora del Este.

Lo primero que se me ocurrió fue que lasrecientes noticias sobre "platillos voladores" nohabían sido exageradas.

Aparecieron por encima de la casa más de esosobjetos, que desaparecían cuando estaban casi sobremi cabeza. Con los prismáticos pude ver que erancasi esféricos, con el centro algo más brillante quelos bordes. Los prismáticos me permitieron

descubrir otros muchos a alturas que los hacíaninvisibles a simple vista.

Con sólo una gaviota en el cielo para podercomparar, calculé la altitud de los más bajos enunos 100 metros, y la de los más altos en unos 700.El tamaño era de aproximadamente 30 centímetrosde diámetro, y la velocidad de unos 80 kilómetrospor hora, en dirección suroeste-noreste.

También eran yisibles de vez en cuando largashebras, aparentemente hilos de araña. Algunasreflejaban la luz en una longitud de 3 6 4 metros,aunque podían por supuesto ser más largas.Estaban en posición más o menos horizontal, y semovían perpendicularmente a su longitud. En unode los casos un revoltijo de ellas tenía la aparienciade un cordón de seda deshilachado. Estas hebrassólo se veían en los niveles inferiores.

Parece razonable pensar que se trataba de bolasde hilos de araña, posiblemente con cadillosenredados, pero llamaba la atención el modo en quecaptaban los rayos del sol y lo mucho que relucían.[ Weather, 4:121-22, abril de 1949]

DESDE 1950

Los policías John Collins y Joe Keenan patrullabanen su coche por las calles de Filadelfia la noche del26 de septiembre de 1950. Cuando iban por una tran-quila calle cerca de la esquina de Ware Avenue y lacalle 26, sus faros descubrieron un extraño objeto re-luciente que parecía que iba a aterrizar en un lugarabierto como a media cuadra de ellos.

Cuando se acercaron a investigar, sus faros ilumi-naron un disco, rematado en cúpula, de una especiede temblorosa jalea rojiza, de 1.80 metros de diáme-tro, 30 centímetros de grueso cerca del centro y 3 ó4 en el borde. Tuvieron la curiosa sensación de queestaba vivo. Al apagar los faros, lo vieron relucir conuna débil luz púrpura. Después pidieron ayuda porradio.

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Carcoma de estrellas

"Jalea de estrellas" es uno de los varios nombres quese dan a una sustancia gelatinosa encontrada supues-tamente en el sitio donde ha aterrizado una estrellafugaz. Otros nombres antiguos son costra, granallay, en galés, pwdre ser, "carcoma de estrellas". Co-mo suele decirse que la jalea de estrellas se evaporaantes de poder hacerle un análisis completo, los in-tentos de identificar esa sustancia son puramente con-jeturales, y las conclusiones varían. Sólo coinciden endar por supuesto que esa materia, sea lo que sea, notiene la menor relación con los astros.

Los dos principales candidatos al papel de prota-gonista en el misterio de la jalea estelar son Nostocy el plasmodium. Nostoc es un alga color azul verdo-so que crece formando sartas dentro de una masa ge-latinosa sobre el sucio o flotando en el agua; sus co-lonias pueden ser microscópicas o tan grandes comonueces. Plasmodium es el nombre general de las con-gregaciones gelatinosas de mohos del fango o de cier-tas clases de. hongos.

Otros tipos de sustancias gelatinosas que general-mente se acepta que han caído del cielo han sido des-critos como masas de huevos de insectos o anfibios;pero, al no tener relación aparente con la caída de cuer-pos luminosos, no son clasificadas como jalea de es-trellas. No obstante, se ha sugerido que son masas dehuevos lo que la gente ve cuando cree haber encon-trado jalea de estrellas. Otra idea es que esa materiapuede ser la baba gelatinosa del pescado a medio di-gerir vomitado por las gaviotas.

Algunos e incluso todos esos materiales pueden ex-plicar el fenómeno de la jalea estelar. Lo que ningu-no de ellos explica, salvo invocando la coincidenciao un defecto de observación, es por qué, durante cien-tos de años, tantas personas que han ido a ver el sitiodonde suponían que había caído una estrella se hanencontrado con un montón de jalea.

No tardaron en unírseles el sargento Joe Cook y elagente James Cooper. El sargento sugirió que trata-sen de agarrar aquello, pero cuando el agente Collinslo intentó, se le deshizo en las manos, como gelatina.Los fragmentos que se le habían pegado no tardaron

en evaporarse, dejando sólo una espuma pegajosa einodora. A la media hora de haber llegado Cook yCooper al lugar, se había evaporado por completo.(Frank Edwards, Strange World, pág. 344)

Un carpintero que trabajaba en el tejado de su casacerca de Düsseldorf (Alemania) el 10 de enero de 1951murió al ser atravesado por una lanza de hielo. Éstamedía 1,80 metros de largo y 15 centímetros de diá-metro, y cayó del cielo. (Frank Edwards, Strangest ofAl!)

El 17 de octubre de 1952 los habitantes de Oloron-Ste.-Marie, en los Pirineos franceses, vieron un objeto enforma de cigarro que volaba en un ángulo de 45 gra-dos por encima de su pueblo. Lo acompañaban 30 na-ves más pequeñas en forma de platillo. Diez días mástarde unas cien personas vieron el mismo espectáculoen los cielos de Gaillac. En ambas ocasiones, de losobjetos no identificados cayó una sustancia que pare-cía telaraña o gasa muy fina, pero cuando trataron derecoger muestras de ella se volvió gelatinosa y se su-blimó. (Miné Michel, The Truth A bout FlyingSaucers , pág. 64)

Varios automóviles fueron dañados por una espesa llu-via de hielo a lo largo de la American Avenue de LongBeach (California) el 4 de junio de 1953. H.A. Boyd,que en ese tiempo trabajaba en un lote de cochesusados, contaba lo siguiente en el Los Angeles Exa-miner:

"Acababa yo de limpiar aquel coche [uno cuyacajuela y defensa fueron alcanzadas por un trozo dehielo] y estaba a unos 18 metros de él, cuando oíun ruldo silbante, miré hacia arriba y vi el airelleno de una cosa blanca que caía. Un gran trozo dehielo, que me pareció casi tan grande como unhombre, dio contra el coche, se partió y los pedazosvolaron por todas partes."

Enfrente del lote de coches usados estaba laoficina de Charles Roscoe, un antiguo piloto deP-38. Oyó el golpe y salió corriendo a ver lo quehabía sucedido. Contó a las autoridades que cuandollegaba a la puerta, en el 1461 de la AmericanAvenue, "algo golpeó el tejado con un ruido comosi aterrizase sobre él una gran piedra. Miré haciaarriba y pude ver el resplandor del sol sobregrandes trozos que caían de 700 metros de altura.Giraban, se retorcían y relucían como una catarata.Busqué un avión, pero no pude ver ninguno."

Aunque la teoría de los meteorólogos fue que el hie-lo había caído de un avión, no se vio ninguno, y dehaberlo habido hubiera sido difícil que pudiese volarcon tanto hielo en las alas; además, la lluvia de hielo,que duró unos 2 minutos, se concentró en una zonarelativamente pequeña. Si hubiera procedido de unavión en movimiento, parece razonable suponer quese habría esparcido más. (Los Angeles Examiner, 5 dejunio de 1953)

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Un chaparrón de ranas (o sapos) "de todas clases"cayó sobre Leicester (Massachusetts) el 7 ele septiem-bre de 1953. La Paxton Avenue estaba llena de ellas,y los chicos las juntaban a montones sin más ayudaque las manos. Aparecieron muchas en los tejados ylos desagües, lo que pareció desmentir la explicaciónde que procedían de un estanque desbordado. ( Tele-gram and Gazette de Worcester, 6 de enero de 1959)

Ed Mootz estaba trabajando en el jardín de su casade Boal Street, en Cincinnati (Ohio, E.U.A.), a las 5:30de la tarde del 22 de julio de 1955, cuando de prontole cayeron en los brazos y las manos unas cuantas go-tas de un líquido rojo y caliente. A los pocos instan-tes la lluvia roja caía a todo su alrededor. De la nubesobresalía una protuberancia oscura, y de allí caía la"lluvia" roja, precisamente encima de un durazneroque había en el jardín.

Edward Mootz, de Cincinnati, examina la fruta secay las ramas parduscas y deshojadas de su duraznero,marchitado de la noche a la mañana después ele caerlluvia roja el 22 de julió de 1955.

"Miré arriba", dijo el señor Mootz, "y cerniéndosesobre mí a unos 350 metros de altura estaba la nubemás extraña que había visto en mi vida. No eramuy grande, pero tenía unos colores muy extraños.

Era verde oscuro, rojo y rosa, los colores de lasustancia que caía sobre mí y el árbol. Pude verque, fuera lo que fuera lo que llovía sobre mí,procedía de aquella nube.

La observé durante un minuto tratando de darcon lo que era, y después empezaron a arderme losbrazos y las manos donde me habían caído lasgotas. Incluso me dolían. Sentía como si me hubiesepuesto aguarrás en una cortada. Corrí a casa y melavé con jabón fuerte y agua caliente."

De hecho, la "lluvia" parecía sangre. Era algo gra-sosa y pegajosa al tacto.

A la mañana siguiente, Ed Mootz descubrió que suduraznero se había marchitado junto con el pasto quetenía debajo, y toda la fruta se había secado en larama.

No había aviones en la zona cuando cayó la lluvia,y parece poco probable que una fábrica de productosquímicos pudiese producir una nube capaz de cerner-se sobre un solo lugar durante varios minutos. Variosrepresentantes de las fuerzas aéreas vinieron a hablarcon Mootz y tomaron muestras del árbol, la fruta yel pasto. Si descubrieron algo, se lo callaron, y la na-turaleza de la lluvia siguió siendo un misterio. (Enqui-rer de Cincinnati, 28 de agosto de 1955; The Cincin-nati Post, 3 de febrero de 1975)

Muchas monedas de penique y medio penique caye-ron un día de 1956 sobre los niños que salían de la es-cuela en Hanham, un suburbio de Bristol, Inglaterra.(John Michell y Robert J.M. Rickard, Phenomena: ABóok óf Wónders, pág. 19)

"Millares" de billetes de 1 000 francos llovieron so-bre Bourges (Francia) en 1957. Nadie los reclamó nidenunció su pérdida. (John Michell y Robert J.M. Ri-ckard, Phenómena: A Book of Wonders, pág. 19)

Una Iuz cruzó el cielo nocturno sobre el condado ir-landés de Westmeath en febrero de 1958, y se vio queaterrizaba en un campo. Acudieron numerosas perso-nas, pero al llegar sólo encontraron una masa de ma-teria gelatinosa. (John Michell y Robert J.M. Rickard,Phenomena: A Book of Wonders, pág. 15)

Una tarde de noviembre de 1958 llovió durante doshoras y media sobre una zona de un metro cuadradode la casa de la señora R. Babington, en Alexandria(Luisiana). El cielo estaba totalmente despejado en esemomento, y ni la oficina meteorológica local ni la cer-cana base de las fuerzas aéreas pudieron dar explica-ción alguna del fenómeno. (Alexandria Daily TownTalk, 11 de noviembre de 1958)

Los carpinteros que trabajaban sobre el tejado de unacasa en Shreveport (Luisiana) el 12 de julio de 1961tuvieron que protegerse de un breve diluvio de duraz-nos verdes. Eran aproximadamente del tamaño de pe-lotas de golf y se les vio caer de una espesa nube. Se-

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gún la oficina meteorológica local, las condiciones at-mosféricas de ese día en torno a Shreveport no eranadecuadas para producir remolinos, tornados, trom-bas de agua o cualquier otro tipo de corriente ascen-dente lo bastante fuerte para lanzar al cielo la fruta.(Jim Brandon, Weird America, pág. 98)

Los picotijeras negros son grandes aves acuáticas queemigran por millones desde sus zonas de cría en Aus-tralia, Nueva Zelandia y América del Sur para pasarel verano y el inicio del otoño en las aguas costerasdel norte del Atlántico y el Pacífico, desde Californiahasta Alaska, y de Groenlandia a la península del La-brador. Aunque pasan la mayor parte del tiempo enel mar, a veces son empujadas hacia la costa por elmal tiempo.

Numerosos picotijeras negros cayeron sobre Capitola(California) el 18 de agóstó de 1961. En la foto, unpolicía examina algunas de las aves, heridas e incapa-ces de volar.

El 18 de agosto de 1961, toneladas de picotijerasmuertos y heridos cayeron sobre la costa de Califor-nia, desde Pleasure Point hasta Río del Mar, a lo largode la bahía de Monterey. Miles de cadáveres, de 40centímetros de largo y más de 90 de envergadura, cu-brieron caminos, carreteras y playas, quedaron colga-dos en tendidos eléctricos y cercas, y empalados en an-tenas de televisión. Millares de ellos seguían vivos, aun-que incapaces de volar, y los habitantes de la zona losllevaron al mar, donde la mayoría se recuperaron.

Se dieron varias explicaciones de lo ocurrido. Qui-zá las aves, confundidas por la niebla, se habían diri-gido hacia las luces de la ciudad. Pero ¿por qué a esazona y no a una de las ciudades costeras, mucho másiluminadas? ¿Y por qué no se daba con regularidadesa lluvia de aves marinas ofuscadas? Tal vez algunosalimentos envenenados o una enfermedad repentinahabían acabado con las aves. Pero las autopsias norevelaron ninguna enfermedad: habían muerto simple-mente a causa de la caída, y la razón de ésta sigue sien-do un misterio. (Santa Cruz Sentinel, 18 de agosto de1961)

El 28 de agosto de 1962, mientras Grady Honeycutt,de Harrisburg (Carolina del Norte), estaba pescandoen un lago cerca de Concord, vio caer lentamente alagua un globo brillante. Remó hacia él y no tardó enverlo descansar en el fondo del lago.

A través del agua clara pudo distinguir sus caracte-rísticas: tenía aproximadamente el tamaño de una bolade boliche, relucía y estaba cubierto de puntas cortas.Remó hacia la orilla y llamó a la oficina del alguacil.Cuando llegaron los ayudantes de éste, Ted May y BobEury, la cosa parecía haberse desintegrado hasta for-mar un revoltijo de alambre reluciente. Pidieron másayuda.

La Unidad número 2 del servicio de desactivaciónde explosivos del Ejército les envió tres buceadores,pero cuando llegaron a las siete de la mañana siguien-te, aquello se había disuelto por completo, y aunqueexploraron el lecho del lago, sólo pudieron encontraralgunas tiras de papel de aluminio del tipo de las quedejan caer las fuerzas aéreas para confundir a los ra-dares enemigos. ( The Concórd Tribune, 29 de agostode 1962)

El Roxburgh Castk estaba atracado en Montreal el 10de octubre de 1962. Su capitán, R.H. Pape, tomabael aire en cubierta cuando observó que unos "finosfilamentos blancos de un tipo desconocido" cubríanlas barandillas y los candeleros.

Tras avisar al primer oficial, arranqué una de esastiras de un candelero y vi que era muy dura yelástica. La estiré, pero no era fácil romperla (comohubiese ocurrido, por ejemplo, con una telaraña), ya los 3 ó 4 minutos de tenerla en mi manodesapareció por completo; en otras palabras, sedesvaneció.

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Al mirar arriba [prosiguió el capitán], pudimosver pequeños copos de esa materia que bajabanflotando del cielo, pero ni encima ni al nivelde la calle había nada que explicase tanextraordinario suceso. [The Marine Observer,33:187, octubre de 1963]

Un gran ruido que se oyó a las dos de la tarde del 5de febrero de 1968 en casa del matrimonio Morris, enElmira Avenue 89, Washington, D.C., hizo salir co-rriendo a los vecinos para ver qué ocurría. Los Mo-rris no estaban en casa en ese momento. Lo que la gen-te vio fue un trozo de aluminio desprendido de unamarquesina de la casa, y hielo esparcido por el pasto.En el metal había un agujero de unos 15 a 20 centíme-tros de diámetro, hecho evidentemente por el impac-to de un objeto al caer. Se supuso que un trozo de hielo"del tamaño de una toronja" se había hecho pedazostras atravesar la marquesina y golpear contra una ba-randilla de hierro.

Una suposición comprensible sería que el hielo ha-bía caído de un avión. Pero la casa de los Morris estáaproximadamente a 800 metros de la ruta de aterriza-je más cercana, e incluso si un avión se hubiese apar-tado de ella, habría ido demasiado bajo para que sele formase hielo. La temperatura era en ese momentode cerca de 10 grados y había una ligera neblina.

Salvo una visita de la policía local al lugar, no hu-bo investigación oficial del fenómeno. No obstante,se hizo un análisis espectroscópico de parte del agua

Ésta es la marquesina que resultó dañada por la caídade hielo en la casa del matrimonio Morris, de Wa-shington, D.C. Se desconoce el origen del hielo.

fundida, y se encontró que era insólitamente pura yexenta de materia orgánica, lo que puede indicar queel hielo tuvo un origen meteorológico.

Un aspecto curioso de este caso es la marca que pre-sentaba el aluminio en el punto aparente de impacto:una mancha en relieve, vítrea, que parecía estar par-cialmente quemada. Cómo pudo haber dejado el hie-lo trazas de calor es ya bastante misterioso, por no ha-blar del posible origen de ese hielo. (Info .Journal,1:17 - 19, primavera de 1968)

El 27 de agosto de 1968 cayeron sangre y carne sobreuna zona de cerca de un kilómetro cuadrado entre laslocalidades brasileñas de Cacapava y Sáo José dosCampos. Se informó que esa extraña lluvia había du-rado aproximadamente de cinco a siete minutos. (JohnMichell y Robert J.M. Rickard, Phenomena: A Boókof Wónders, pág. 15)

Durante 1968 cayó en cuatro ocasiones un diluvio debarro, madera, vidrios y trozos de cerámica sobre laciudad cubana de Pinar del Río. (John Michel' y Ro-bert J.M. Rickard, Phenomena: A Book óf Wonders,pág. 19)

Centenares de patos de diversas especies, malheridos,cayeron sobre St. Mary's City (Maryland, E.U.A,),en enero de 1969. Se pensó que habían recibido susheridas —huesos rotos y hemorragias— mientras vo-laban, pero se ignora qué pudo causarlas. (The En-terprise, 30 de enero de 1969)

No sabe cómo ni por qué, pero un puñado de piedrascayó del cielo sobre la esposa de Thomas Potter, deSan Diego (California), el 31 de agosto de 1969. "Salíhacia las 7:30 de la tarde", contaba la señora Potter,"y esas piedras rojas nos acribillaron. Vinieron conuna ráfaga de viento del norte, dos veces."

La señora Potter sacó las "piedras del cielo" delfrasco de café instantáneo donde las había guardado.Eran de poco peso, como piedra pómez; rugosas altacto por estar llenas de hoyos y picaduras, y de colorrojo oscuro. La más grande tenía aproximadamente2 centímetros de diámetro.

"Cayeron y rebotaron en los coches estacionados",dijo la señora Potter. "Durante unos segundos fue co-mo si granizara." Ella y su marido, Thomas Potter,recogieron cuantas pudieron encontrar.

"No sé lo que son", dijo Potter, "pero no habíaningún avión en ese momento, ni pasaban coches ocamiones." (San Diego Union, 2 de septiembre de1969)

Muchos billetes de banco por valor de 2 000 marcoscayeron de un cielo despejado en Limburgo (Alema-nia Occidental) en enero de 1976 y fueron recogidospor dos clérigos. (Bath and West Evening Chronicle,6 de enero de 1976)

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OBJETOS VOLADORES NOIDENTIFICADOS

Millones de personas han visto en el cielo objetos que no pudieron identificar,y muchos millares se han tomado el tiempo y la molestia de presentar informesescritos sobre ellos. La gran mayoría de los objetos vistos pudieron muy bienser meteoros, planetas, estrellas, globos meteorológicos, gas de los pantanos yperturbaciones atmosféricas. Queda, no obstante, un importante grupo de ex-periencias realmente inexplicables.

No cabe duda de que objetos en forma de disco (con perfil de cigarro) hansido vistos por un gran número de hombres y mujeres serios, serenos y perple-jos. Esos objetos han sido seguidos por radares con base en tierra y aerotrans-portados, y fotografiados por cámaras fotográficas y cinematográficas en blancoy negro y en color. Se ha visto cómo el aparato se cernía, se movía en línea rectaarriba y abajo, y aceleraba y maniobraba a velocidades que excedían con mu-cho a la de cualquier avión conocido.

Por lo que sabemos, los ovnis sólo han hecho daño a la psique y la repu-tación de algunos de los que los han visto, y a no pocos de nuestros prejuiciossobre el universo y las leyes físicas. Las experiencias referidas a continuaciónsiguen un orden cronológico hasta 1948. A partir de esa fecha van subdivididasen las categorías ideadas por el doctor J. Alíen Hynek, astrónomo e investiga-dor de los ovnis.

ANTES DE 1800

El avistamiento de objetos extraños en el cielo puedeser incluso anterior a la aparición del hombre moder-no. Tal vez las representaciones más antiguas de ob-jetos cilíndricos semejantes a naves espaciales, con losque pueden ser sus ocupantes extraterrestres, sean lasesculpidas en una montaña de granito y varias rocas deuna isla de la provincia china de Hunan. Se les ha asig-nado una edad aproximada de 47 000 años, lo que lassitúa dentro de la época del hombre de Neanderthal,anterior al moderno Homo sapiens. (Jacques Vallée,UFO's in Space: Anatomy of a Phenomenon, pág. 1)

Uno de los primeros relatos escritos de un avistamientode ovnis —una flota de platillos voladores quizá— esel siguiente extracto de un papiro egipcio, parte de losanales de Tutmés III, que reinó hacia 15041450 a.C.:

En el año 22 del tercer mes del invierno, a la sextahora del día... los escribas de la Casa de la Vidavieron venir por el cielo un círculo de fuego... Notenía cabeza y el aliento de su boca era fétido. Sucuerpo, de clnco varas de alto y otro tanto deancho. No tenía voz. Sus corazones se llenaron deconfusión; después se acostaron boca abajo.Acudieron al Faraón... para darle noticia de ello.Su Majestad ordenó... [un examen de] todo lo queestá escrito en los rollos de papiro de la Casa de laVida. Su Majestad estuvo meditando sobre losucedido. Ahora, transcurridos varios días, esascosas se han hecho más numerosas en los cielos que

nunca. Brillan más en el cielo que el resplandor delsol, y se extienden hasta los límites de los cuatrosoportes de los cielos... Fuerte era la posición de loscírculos de fuego. El ejército del Faraón, con él enmedio, los observaba. Fue tras haber cenado.Inmediatamente después esos círculos de fuego seremontaron por el cielo hacia el sur... El Faraónhizo que trajesen incienso para poner paz en loscorazones. Y lo que sucedió ordenó el Faraón quefuese escrito en los anales de la Casa de la Vida,para que sea eternamente recordado. [Brinsley LePoer Trench, The Flying Saucers Story, págs. 81-82]

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• .1„111 -jilt"-'

r-tsrft CV' rájyY.:0---=-94,V1 69.71"Este papiro egipcio, de más de 3 400 años de antigüe-dad, registra el avistamiento de numerosos objetos bri-llantes en el cieló por el faraón Tutmés III, su ejércitoy sus escribas.

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La visión por Ezequiel del aterrizaje de un vehículode ruedas con cuatro ocupantes, cada uno con cuatrocaras y cuatró alas, es el tema de este grabado del si-glo XIX.

La "visión" del profeta Ezequiel que leemos en la Bi-blia es para algunos el avistamiento de un ovni. Su des-cripción habla de un extraño "vehículo" que vino delcielo y aterrizó cerca del río (o canal) Quebar, en Cal-dea (hoy Irak), el quinto año del cautiverio de los ju-díos (592 a.C.) bajo Nabucodonosor II de Babilonia:

Miré y vi un viento huracanado del norte, una grannube con resplandores en torno, un fuego queechaba relámpagos, y en el centro del fuego comoel fulgor del electro.

¿Qué clase de "máquina" era ésta? Ezequiel continúa:

En medio del electro aparecía la figura de cuatroseres, cuyo aspecto era éste: parecían hombres, perocada uno tenía cuatro caras y cuatro alas; suspiernas eran rectas y la planta de sus pies como lasde un buey; brillaban como bronce bruñido; debajode las alas, en los cuatro costados, tenían manoshumanas... por delante cara de hombre, a laderecha de león, a la izquierda de toro y atrás deáguila... Sus alas estaban desplegadas hacia lo alto:dos se tocaban mutuamente y otras dos cubrían suscuerpos. Cada cual marchaba de frente... sinvolverse de espaldas al andar... Los seres iban yvenían como el rayo.

¿Quiénes eran esos "ocupantes" humanoides? ¿As-tronautas con cascos y trajes espaciales provistos deun dispositivo para volar sujeto con correas? ¿O qui-zá robots voladores extraterrestres? El relato prosigue:

Yo miraba, y apareció en el suelo una rueda al ladode cada uno de los cuatro seres. El aspecto de las

ruedas era como brillante crisólito... y su estructuraera como si una estuviese en medio de otra... Sucircunferencia era muy grande, y las llantas de lascuatro estaban llenas de ojos por todas partes.Cuando los seres se movían, iban también lasruedas a su lado, y cuando aquéllos se elevaban delsuelo se elevaban también las ruedas.

¿Iban esos humanoides en una nave espacial de res-plandor verdoso rodeada por un anillo de ventanas otroneras? Pero todavía hay más:

En el firmamento que habla sobre sus cabezas...apareció como una piedra de zafiro, en forma detrono, y sobre esta especie de trono como la figurade un hombre. Desde lo que parecían sus caderaspara arriba vi algo como un metal brillante... Vialgo como fuego, como el arco iris que aparece enlas nubes en un día de lluvia... A su vista caí rostroen tierra, y oí una voz que hablaba.

Le dicen a Ezequiel que los israelitas han pecado yserán castigados a menos que obedezcan los manda-mientos del Señor. Ezequiel, elegido como mensajeroante su pueblo, es llevado a bordo ("el espíritu mearrebató"). La nave espacial parte ("oí... el ruido deun gran temblor... y el ruido de las ruedas"), y Eze-quiel es llevado a Tel Abib, donde están sus compa-ñeros de exilio y donde permanece "como aturdidosiete días con ellos", traumatizado por su experiencia(Ezequiel 1-3). (Como veremos por los encuentros conovnis contemporáneos, esto podría ser interpretado co-mo un informe casi clásico del rapto y regreso de hu-manos.)

El autor romano Julius Obsequens, que se cree quevivió en el siglo iv de nuestra era, utilizó a Tito Livioy otras fuentes de su época para compilar su obra Pro-digiorum liber, que describe muchos fenómenos ex-traños, algunos de los cuales podrían ser interpreta-dos como avistamientos de ovnis. He aquí variosejemplos:

[216 a.C.] Cosas como naves fueron vistas en elcielo sobre Italia... En Arpi (180 millas romanas aleste de Roma, en Apulia) fue visto en el cielo unescudo redondo... En Capua, el cielo entero estabaen llamas, y uno vio figuras como naves...[99 a.C.] Bajo el consulado de C. Murius y L.Valerius, en Tarquinia cayó en diferentes lugares...una cosa como una antorcha ardiendo, que vinorepentinamente del cielo. Hacia el anochecer pasópor el cielo de oeste a este un objeto redondo comoun globo o un escudo circular.[90 a.C.] En el territorio de Spoletium (65 millasromanas al norte de Roma, en Umbria) cayó atierra, girando, un globo de fuego de color dorado.Después pareció aumentar de tamaño, se alzó de latierra y ascendió al cielo, donde oscureció con subrillantez el disco del sol. Giraba hacia el cuadranteoriental del cielo. [Harold T. Wilkins, FlyingSaucers on the Attack, págs. 164-69]

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Un cronista posterior de fenómenos inexplicables,Conrad Wolffhart (profesor de gramática y dialéctica,que bajo el seudónimo de Lycosthenes escribió el com-pendio Prodigiorum ac Ostentorum Chronicon, pu-blicado en 1567), menciona los siguientes aconteci-mientos:

[año 393] En tiempos del emperador Teodo.siofueron vistas en el cielo extrañas luces. De repente,a media noche, apareció un globo brillante. Relucíacerca del lucero del alba (el planeta Venus), cercadel círculo del zodiaco. Este globo brillaba pocomenos que el planeta, y, poco a poco, vinieronjunto a él un gran número de otros globosbrillantes. El espectáculo era como el de unenjambre de abejas volando alrededor del apicultor,y daban la impresión de estar chocandoviolentamente unos contra otros. De repente sefundieron en una llama enorme que se presentaba ala vista como una horrible espada de dos filos. Elextraño globo que había sido visto en primer lugarparecía ahora el pomo de una empuñadura, y todoslos más pequeños, fundidos con el primero,brillaban tanto como él. [Este informe es muysemejante a los modernos relatos de formaciones deovnis.] [Harold T. Wilkins, Flying Saucers on theAttack, págs. 174, 177]

Un raro incunable de 1493, conservado en un museode Verdún (Francia), contiene la que puede ser la másantigua representación pictórica de un ovni en Euro-pa. El autor de este Liber Chronicarum, HartmannSchedel, describe cómo en 1034 una extraña esfera lla-meante surcó el cielo en línea recta de sur a este y des-pués giró hacia el sol poniente. La ilustración queacompaña el relato muestra un objeto en forma de ci-garro, con un halo de llamas, navegando por un cieloazul sobre un paisaje verde y ondulado. (Jacques Va-llée, UFO's in Space: Anatomy oí a Phenoinenon,pág. 9)

Un término equivalente a nuestro "platillo volador"fue utilizado por los japoneses aproximadamente 700años antes de ser usado en Occidente. Antiguos docu-mentos describen un raro objeto brillante, visto la no-che del 27 de octubre de 1180, como tina "vasija debarro" voladora. Al cabo de un rato, el objeto, quehabía estado dirigiéndose hacia el noreste desde unamontaña de la provincia de Kii, cambió de rumboy desapareció bajo el horizonte, dejando un rastroluminoso. (Jacques Vallée, Passport to Magonia,págs. 4-5)

He aquí la clásica descripción que la Crónica de Wil-liam de Newburgh hace de un platillo volador vistoen Inglaterra a finales del siglo

En la abadía de Byland o Begeland (la mayorabadía cisterciense de Inglaterra), en el RidingNorte de Yorkshire, mientras el abad y los monjesestaban en el refectorio, voló sobre la abadía un

objeto [discos es la palabra que utiliza el texto enlatín] plano, redondo, brillante y plateado quecausó un gran terror. [Harold T. Wilkins, FlyingSaucers on the Attack, p. 185]

Lo que podría ser calificado de la primera investiga-ción oficial de un avistamiento de ovnis tuvo lugar enJapón en 1235. Durante la noche del 24 de septiem-bre, mientras el general Yoritsume y su ejército esta-ban acampados, observaron luces misteriosas en el cie-lo. Las luces fueron vistas en el suroeste durante mu-chas horas, balanceándose, describiendo círculos y ha-ciendo giros. El general ordenó una "investigacióncientífica a gran escala" de tan extraño suceso. El in-forme que finalmente le fue presentado tenía el tono"tranquilizador" de tantas explicaciones actuales delfenómeno ovni. En esencia decía: "No hay nada enello que no sea natural, General. Sólo es el viento quehace balancearse a las estrellas." (Jacques Vallée, Pass-por! to Magonia, pág. 5)

Las crónicas japonesas de la Edad Media recogen mu-chos raros fenómenos celestiales. Como en la socie-dad occidental, tales sucesos solían ser considerados"portentos", y a menudo provocaban pánico y otrasalteraciones sociales. He aquí algunos ejemplos:

...el 12 de septiembre de 1271, el famoso sacerdoteNichiren estaba a punto de ser decapitado enTatsunokuchi (Kamakura) cuando apareció en elcielo un objeto como una luna llena, brillante yresplandeciente. No hace falta decir que losfuncionarios fueron presa del pánico y la ejecuciónno se llevó a cabo.En 1361, un objeto volador descrito como "de laforma de un tambor de unos 6 metros de diámetro"emergió del mar interior frente al Japónoccidental......el 8 de marzo de 1468 un objeto oscuro, quehacía "un ruido como el de una rueda", voló amedia noche desde el monte Kasuga hacia el oeste.[Jacques Vallée, Passporl to Magonia, págs. 5-6]

Las noticias de posibles avistamientos de ovnis conti-nuaron registrándose en gran parte de Europa duran-te los siglos xiv y xv:

[año 1322] A primeras horas de la noche del 4 denoviembre... fue vista en el cielo sobre Uxbridge(Inglaterra) una columna de fuego del tamaño deun pequeño barco, de color pálido y lívido. Se alzódesde el sur y cruzó el cielo con movimiento lento ygrave dirigiéndose hacia el norte. Del frente de lacolumna brotaba una ardiente llama roja congrandes rayos de luz. Su velocidad aumentó, yatravesó los aires...[año 1387] En noviembre y diciembre de este año,durante gran parte del invierno fueron vistos en elcondado de Leicester (Inglaterra) y enNorthamptonshire un fuego en el cielo, corno unarueda que ardía y giraba o como un barril en

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Las nubes de esta parte del fresco "La leyenda de laVera Cruz", de Piero della Francesca (s. xv), puedenser simples formaciones lenticulares, pero han sido in-terpretadas como ovnis.

llamas que echaba fuego por arriba, y otros enforma de una larga viga ardiente.[año 1461] El 1° de noviembre fue vista en el cielosobre Arras (Francia), durante menos de un cuartode hora, una cosa ardiente como una barra dehierro bastante larga y tan grande como la mitad dela luna. Este objeto fue también descrito como "enforma de barco, del que se veía salir fuego".[Jacques Vallée, UFO's in Space: Anatomy of aPhenomenon, pág. 9; Harold T. Wiikins, FlyingSaucers on the Attack, págs. 187, 188]

La siguiente descripción de 1733 es otro clásico relatode uno de esos cuerpos relucientes y plateados a losque hoy llamamos platillos voladores:

Algo en el cielo apareció por el norte, perodesapareció de mi vista al ser interceptado por losárboles. Yo estaba en un valle. El tiempo era cálidoy lucía el sol. De pronto reapareció, como unaflecha y con un centelleo asombroso. El color deeste fenómeno era como de plata bruñida o reciénlimpia. Su velocidad era la de una estrella erranteen la noche, pero tenia un cuerpo mucho mayor yuna cola más larga que la de ninguna estrella fugazque yo haya visto... Al día siguiente, el señorEdgecombe me informó que él y otro caballerohabían visto también ese extraño fenómeno almismo tiempo que yo. Fue a unos 24 kilómetros dedonde yo lo vi, y llevaba rumbo del E. al N.

El testigo de este suceso fue un tal Cracker, de Fleet,una pequeña localidad de Dorset (Inglaterra). Dijo ha-ber visto su "platillo volador" a plena luz del día el8 de diciembre de 1733. (Fate, abril de 1951, pág. 24)

Un miembro de la Royal Society de Londres que salíade una de sus reuniones estaba a punto de cruzar elparque de St. James, camino de su casa, el 16 de di-ciembre de 1742, cuando lo sobresaltó la aparición deun notable objeto celestial:

...surgió una luz de detrás de los árboles y lascasas, hacia el suroeste, que al principio pensé quesería un cohete de gran tamaño. Pero una vez quehubo ascendido 20 grados, se movió paralela alhorizonte, onduló así —dibuja una líneaondulada— y continuó en dirección noreste. Parecíamuy cercana. Su movimiento era muy lento. Pudeverla durante casi 800 metros. Despedía una levellama hacia atrás por la resistencia que lepresentaba el aire. Por uno de sus extremos emitíaun brillante resplandor y un fuego como el delcarbón de leña. Ese extremo era un armazón comode barras de hierro, totalmente opaca a mi vista. Deun punto del cuerpo longitudinal, o cilindro, salíauna especie de cola de luz, más brillante en unpunto de la barra o cilindro, y que iba haciéndosemás débil hacia su final, de modo que eratransparente en más de la mitad de su longitud. Lacabeza de este extraño objeto parecía como demedio grado de diámetro, y la cola de casi tresgrados de largo.

El observador, que firmaba con las iniciales"C.M.", probablemente prefirió permanecer anóni-mo para evitar la reacción entre escéptica y burlonade sus colegas. (Harold T. Wilkins, Flying Saucers onthe Attack, pág. 206)

Este relato de un raro avistamiento se debe a Mon-sieur de Rostan, astrónomo aficionado y miembro dela sociedad medicofísica de Basilea (Suiza). El 9 deagosto de 1762 observó en la ciudad suiza de Lausa-na, mediante un telescopio, un objeto en forma de hu-so que eclipsó el Sol a su paso. Monsieur de Rostanpudo observarlo casi a diario durante cerca de un mes.También consiguió trazar su perfil con una cámara os-cura y enviarlo a la Real Academia de Ciencias de Pa-rís. Por desgracia, esta imagen —casi con toda se-guridad la primera obtenida de un ovni— se haperdido.

Un amigo de Monsieur de Rostan que vivía en So-le, cerca de Basilea, observó también el objeto en for-ma de huso a contrasol, pero éste parecía presentarmás de un borde y no era tan ancho. Es curioso queel ovni no fuera visible para un tercer astrónomo, untal Messier, que por esos mismos días estudiaba el Soldesde París; eso indica que no se trataba de una man-cha solar, ya que sólo era visible desde ciertos ángu-los. (Harold T. Wilkins, Flying Saucers on the Attack,págs. 211-12)

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Una forma parecida a una enorme trompeta de unos130 metros de largo fue vista balanceándose en el cie-lo de Oaxaca el 6 de julio de 1874. Una de las infor-111 aciones dice que lúe visible durante varios minutos.

El último año del siglo XVIII tuvo también su cuotade fenómenos celestiales. Un número del Gentleman'sMagazine publicaba la siguiente historia:

El 19 de septiembre [17991 toda Inglaterra vio, a las8:30 de la noche, una hermosa bola resplandecientede luz blanca que cruzó de NO. a SE. Avanzabarápidamente, con un suave movimiento trémulo ysin ruido. La luz que arrojaba era muy viva, y sedesprendían de ella chispas rojas... El 12 denoviembre, algo rojo, parecido a una gran columnade fuego, pasó de norte a sur sobre Hereford yalarmó a los habitantes del bosque de Dean, a unoskilómetros de allí. Desde varias horas antes, suaparición fue precedida por relámpagos eléctricosextremadamente intensos, a intervalos de mediahora. Ocurría esto a las 5:45 de la mañana... Esanoche, la Luna lucia con una fuerza extraordinariacuando, entre las 5 y las 6 de la mañana, sequedaron quietas en el cielo unas luces brillantes.Después estallaron en llamas sin ruido audible yfueron hacia el norte, dejando tras de si hermosascolas de fuego. Unas eran puntiagudas y otrasradiadas. Algunas centelleaban y otras teníangrandes columnas... El 19 de noviembre, a las 6 dela mañana, los habitantes de Huncoate.s, enLincolnshire, fueron alarmados por los intensosrelámpagos, que duraron 30 segundos, de una bolade fuego que pasaba por eI cielo. [Harold T.Wilkins, Flying Saucers on the Attack, pág. 2111

DE 1800 A 1948

Con el comienzo del siglo xtx, en las publicacionescientíficas de varios países occidentales proliferaronlos informes sobre ovnis. He aquí un relato de una re-vista de las ciencias y las artes, escrito por John Sta-veley, de Hatton Garden (Londres), tras observar el10 de agosto de 1809, durante una tormenta, lo que,corno era de esperar, tomó por meteoros:

Vi muchos meteoros moviéndose en torno a unanube negra de la que salían relámpagos. Eran comomanchas de luz deslumbradoras, bailando ymoviéndose entre las nubes. Una de ellas aumentóde tamaño hasta adquirir la brillantez y magnitudde Venus en una noche clara; pero no pude verningún cuerpo en la luz. Se movía con gran rapidez,y fue bordeando la nube. Después se quedó quieta,perdió su resplandor y desapareció. Vi esas extrañasluces durante minutos, no sólo unos segundos. Esasluces, tan extrañas, y en puntos innumerables,estuvieron entrando y saliendo de aquella nubenegra durante al menos una hora. No vi ningúnrelámpago procedente de las nubes donde jugabanesas luces. Cuando los meteoros aumentaban detamaño, parecían descender. [Harold T. Wilkins,Flying Saucers on the Attack, pág. 215]

En Embrun (Francia), numerosos testigos observaronel 7 de septiembre de 1820 un fenómeno celeste de lomás enigmático, una formación de objetos en movi-miento:

...durante un eclipse de luna fueron vistos extrañosobjetos moviéndose en línea recta. Se manteníantodos a la misma distancia y perrnanecian alineadosdurante sus evoluciones. Sus movimientosmostraban una precisión militar. [Jacques Vallée,UFO's in Space.. Anatomy of a Phenomenon.pág. 111

El 22 de marzo de 1870 el navío británico Lady of "heLake se hallaba frente a la costa de Río de Oro, enel noroeste de África, cuando su capitán, F.W. Ban-ner, vio en el cielo un objeto notabilísimo. Avisadopor los miembros de la tripulación, observó "una 'nu-be' de forma circular, y dentro un semicírculo dividi-do en cuatro partes, con un eje central que sobresalíamucho del centro del círculo y se curvaba haciaatrás..."

Lo que convenció a todos de que el fenómeno noera una "nube" fue el hecho de que iba "viajando con-tra el viento". Se aproximó desde el sur y "se situócara al viento". El capitán Banner contempló este ovnidurante aproximadamente media hora, mientras per-maneció visible por debajo de las nubes. Cuando os-cureció, ya no pudo vérselo. El capitán hizo un dibu-jo de él que "parecía una media luna con un largo ejesaliendo del centro". (Harold T. Wilkins , Flying Saa-cers on the Attack. pág. 217)

La primera aparición i mpresa del término "platillo"tuvo lugar en 1878, casi 70 años antes de que el famo-so avistamiento de Arnold (ver pág. 215) hiciese el tér-mino casi sinónimo de objeto volador no identifica-do. El 24 de enero de aquel año, John Martin, un gran-jero de Texas que vivía al sur de Denison, vio un ob-jeto oscuro en forma de disco cruzar a gran altura porel cielo "a una velocidad increíble". Al contar lo quehabía visto, lo describió como un "platillo". La noti-cia fue publicada al día siguiente en el Denison DailyHerald. (Jacques Vallée, UFO's in Space: Anatomyof a Phenomenon, pág. 1)

Dos "gigantescas ruedas luminosas", que se calculóque tenían unos 40 metros de diámetro, fueron vistaspor la tripulación del Vulture el 15 de mayo de 1879:giraban por encima del golfo Pérsico, hasta cuya su-

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perficie descendieron después lentamente. En mayo delaño siguiente, un vapor de la British East India Com-pany, el Patna, avistó "ruedas" de un tipo semejanteen el mismo lugar. En este último caso se vio un res-plandor fosforescente en las aguas que rodeaban a esosobjetos giratorios.

Años más tarde, otras noticias parecidas vinierona aumentar el misterio. Una enorme rueda rotatoriafue observada por el Kilwa en el golfo Pérsico a las8:30 de la noche del 10 de abril de 1901. En 1906 unvapor británico informó de una rueda gigantesca enel golfo de Omán, y en 1909 un capitán danés vio al-go parecido en el mar de la China. Según este último,la rueda, que giraba muy cerca de la superficie delagua, estaba iluminada y tenía eje. Por último, otrarueda, una especie de disco de luz horizontal que gi-raba sobre el agua, fue observada en agosto de 1910 enel mar de China meridional por el vapor holandés Va-lentijn.

Se ha pensado que estas ruedas giratorias semiacuá-ticas procedían del mar o eran tal vez naves espacialessumergibles. (Jacques Vallée, UFO's in Space: Ana-tomy of a Phenomenon, pág. 13; Harold T. Wilkins,Flying Saucers on Me Attack, pág. 221)

En 1906, la tripulación de un vapor británico vio unaenorme rueda iluminada, que parecía mayor que elbarco y que giraba sobre las aguas del golfo Pérsico,cerca de Omán.

La mañana del 12 de agosto de 1883, José A.Y. Boni-lla, director del observatorio de Zacatecas (México),estudiaba las manchas solares cuando observó un pe-queño cuerpo luminoso que cruzaba el disco solar.Apenas había tomado una fotografía del objeto cuan-do lo sobresaltó ver toda una sucesión de esos singu-lares cuerpos que, de uno en uno, de dos en dos o engrupos de quince a veinte y separados por cortos in-tervalos, cruzaban frente al Sol en la misma dirección.

La mancha de la parte superior izquierda de esta fo-tografía del Sol, tomada por José Bonilla, director delobservatorio de Zacatecas, es sólo una entre los cen-tenares de tales imágenes que recogió su película.

En el curso de dos horas contó 283, a la mayor partede los cuales fotografió. La mayoría resultaban oscu-ros o negros vistos contra el resplandor del Sol, pero,según Bonilla, despedían "brillantes colas luminosas"mientras cruzaban el disco solar. Al día siguiente, de8 a 9:45 de la mañana, vio a otros 116 de esos ovniscruzar por su campo de visión mientras observaba elSol. Se puso en contacto con otros observatorios delpaís, pero en ninguno habían visto los cuerposmisteriosos.

Algunos miembros de la comunidad científica de laépoca interpretaron esos objetos móviles corno insec-tos, aves o polvo en la alta atmósfera, pero no es unaexplicación muy aceptable. Bonilla estaba convenci-do de que esos misteriosos cuerpos estaban "viajan-do por el espacio cerca de la Tierra, pero no tan lejoscomo la Luna". (Harold T. Wilkins, Flying Saucerson Me Attack, págs. 218-19)

En 1896 y 1897 aparecieron en la prensa de los Esta-dos Unidos y Canadá docenas de noticias de extrañasluces voladoras y "naves aéreas" en forma de cigarroo de barril. Las fechas de esos informes sobre ovnis,notablemente coherentes, preceden en varios años alos vuelos de aviones de los que hay noticia.

Desde noviembre de 1896 fueron vistos ovnis prin-cipalmente en California, pero también en el estadode Washington y en Canadá. En Tulare (California),centenares de testigos vieron una noche cómo algo des-cendía y después se elevaba y viraba bruscamente ha-cia el oeste. Lo que fuese emitía luces rojas, blancasy azules.

En enero de 1897 cesaron los avistamientos en Ca-lifornia, pero a mediados de febrero de ese mismo añollegaron noticias de naves desconocidas y luces miste-riosas en el cielo nocturno de muchas partes de Ne-braska. En marzo hubo avistamientos en la vecinaKansas y en Michigan, y en abril 10 000 residentesde Kansas City (Missouri) observaron una gran aero-

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Una gran oleada de avistamientos de ovnis tuvo lugaren California a finales del siglo pasado. Esta infor-mación ilustrada apareció en un periódico de SanFrancisco el 22 de noviembre de 1896.

nave negra que se cernía en el cielo. "El objeto surgiórápidamente, pareció detenerse y cernerse sobre la ciu-dad durante diez minutos y después, tras despedir lu-ces verdiazuladas y blancas, se perdió espacio arriba",informaba el Chicago Record del 2 de abril de 1897.Los vecinos de Everest (Kansas) describieron el objetocomo parecido a una canoa india de 8 a 9 metros delargo provista de "un reflector de colores cambiantes".

Las descripciones de las "aeronaves" encajaban enla pauta general de tener "forma de cigarro" y ser"metálicas", pero variaban en cuanto al tipo de apén-dices aparentemente unidos al cuerpo: diferentes tes-tigos hablaron de alas, hélices y aletas. Se informó deavistamientos tanto de día como de noche, y en estosúltimos se vieron luces intensas.

Las noticias continuaron durante el mes de mayo,procedentes de casi todos los estados situados al estede las montañas Rocosas, con especial concentraciónen el Medio Oeste. (The Encyclopedia of UFO's, Ro-nald D. Story, ed., págs. 8-11)

Desde Nueva Zelandia llegaron en 1909 noticias de otraoleada de "aeronaves - . Durante seis semanas, desdefinales de julio hasta principios de septiembre, cente-nares de personas observaron aeronaves en forma decigarro sobre ambas islas, del Norte y del Sur. Los avis-tamientos tuvieron lugar tanto de día como de noche.

Los primeros años de nuestro siglo fueron una épocade aeronaves experimentales. Los globos dirigibles queconstruía en Alemania el conde Ferdinand von Zep-pelin se hallaban todavía en su primera etapa de desa-rrollo, y otro tanto ocurría con los que estaban sien-do probados en Francia. Ninguno de ellos pudo ha-ber llegado a Nueva Zelandia. Por tanto, las noticiasde "aeronaves" recibidas de esa parte del mundo en

1909 pertenecen al reino de lo inexplicable tanto co-mo los avistamientos estadounidenses de 1896 y 1897.(Brinsley Le Poer Trench, The Flying Saucerpágs. 73-74)

En su diario de viaje de 1926, el conocido artista y ex-plorador Nicholas Roerich hablaba de un extraño avis-tamiento en el norte de China:

El 5 de agosto, algo notable. Estábamos acampadosen el distrito de Kukunor, no lejos de la cadenaHumboldt. Por la mañana, hacia las 9 y media,algunos de nuestros caravaneros divisaron un águilanegra de gran tamaño volando sobre nosotros,Éramos siete y empezamos a observar al insólitoanima]. En ese momento otro de los caravanerosdijo: "Hay algo muy por encima del ave", y gritóasombrado. Todos vimos, en dirección norte-sur,algo grande y brillante que relucía al sol, como unóvalo enorme moviéndose a gran velocidad. Alcruzar sobre nuestro campamento, aquella cosacambió de dirección, hacia el suroeste, y vimoscómo desaparecía en el cielo, de un azul intenso.Tuvimos incluso tiempo de agarrar nuestrosprismáticos y ver muy claramente una formaovalada con la superficie brillante, uno de cuyoscostados centelleaba al sol. [Nicholas Roerich,Altai-Himalaya: A Travel Diary, págs. 361-62]

Nicholas Roerich fue unpaisajista y arqueólogo ru-so que viajó mucho por laIndia y Asia entre 1923 y1928. El museo Roerich deNueva York conserva cen-tenares de sus cuadros.

Sir Francis Chichester, un navegante a vela y pilotoque se hizo mundialmente famoso a finales de los añosveinte y en los treinta por sus valientes travesías marí-timas y aéreas en solitario, describió su encuentro conun ovni cuando, el 10 de junio de 1931, trataba deorientarse después de una tormenta. Estaba solo ensu avión Gypsy Moth sobre el mar de Tasmania, trashaber despegado horas antes de la isla Lord Howe paraun largo vuelo entre Nueva Zelandia y Australia:

De repente, delante de mí y 30 grados a laizquierda, observé en varios lugares fuertesrelámpagos, como los destellos de un heliógrafo. Vique se acercaba un dirigible de un blanco grisáceo.Parecía imposible, pero hubiese jurado que si eraun dirigible, que venía hacia mí como una perlaoblonga. Salvo un par de nubes, no había nada másen el cielo. Miré a mi alrededor, captando a vecesun relámpago o un destello, y al volverme de nuevo

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Sir Francis Chichester, ex-perto aviador, marino ynavegante, estaba familia-rizado con todo tipo de fe-nómenos atmosféricos. Su

• '4 descripción de lo que pare-

e cía ser un platillo voladorpuede considerarse exacta.

para observar el dirigible vi que había desaparecido.Esforcé la vista, incapaz de darle crédito, y condujeel hidroavión de un lado para otro, pensando queestaría oculto por un punto ciego. Los relámpagosdestellantes continuaban en cuatro o cinco lugaresdiferentes, pero yo seguía sin poder distinguirningún tipo de avión. Después, saliendo de unasnubes que tenía enfrente, a mi derecha, vi avanzarotra aeronave, o la misma. La observé atentamente.decidido a no apartar la vista ni una fracción desegundo. Vería lo que le ocurría a ésta aunquetuviese que darle caza. Seguía acercándose, hastakilómetro y medio de distancia, cuando de prontodesapareció. Después reapareció, muy cerca dedonde se había desvanecido. Yo la observaba conintensidad colérica. Se acercó más, y pude ver elpálido resplandor de su trompa y dorso. Siguióavanzando, pero en vez de aumentar de tamañodisminuía a medida que se acercaba. Cuando estabaya muy cerca, de repente se convirtió en su propiofantasma: durante un segundo, pude ver a través deella, y al siguiente se había desvanecido. Decidí quesólo podía tratarse de una nube diminuta, con laforma perfecta de una aeronave y que después sedisolvió; pero resultaba misterioso que pudiesevolver a tomar exactamente la misma forma trashaberse desvanecido. Me volteé hacia losrelámpagos, pero también habían desaparecido.Todo esto ocurría muchos años antes de que sehablase de platillos voladores y, fuera lo que fueralo que vi, parece haber sido algo muy parecido a Ioque la gente entiende hoy por ese nombre. [FrancisChichester, The Lonely Sea and the Sky, pág. 165]

Varios "cohetes fantasma" fueron vistos sobre las re-giones septentrionales de Europa en 1946. El hechotuvo su primer reconocimiento oficial el 26 de febre-ro, cuando la radio de Helsinki anunció una "desme-surada actividad meteórica" en el norte de Finlandia,cerca del circulo polar ártico. Afluyeron más y másnoticias, que describían un objeto "que arrojaba unrastro de humo" e iba dejando un resplandor lumi-noso a su paso por el cielo nocturno de Helsinki a unaaltitud de unos 300 metros; "un cuerpo luminoso noidentificado que soltaba vapor resplandeciente y seaproximó a la costa finlandesa desde... el Báltico, só-lo para girar bruscamente y volver por donde habíavenido"; y objetos voladores que se suponía que eranbólidos (un tipo de meteorito), que "aparecen y desa-parecen, desvaneciéndose en las profundidades del es-pacio con un ruido infernal".

Las misteriosas bolas igneas

El 23 de noviembre de 1944, los miembros de la tri-pulación de un bombardero 8-29 en misión nocturnasobre Alemania vieron unos puntos lejanos parecidosa estrellas, que al hacerse más claramente visibles re-sultaron ser unas diez esferas luminosas que cambia-ron del anaranjado al rojo al acercarse al avión. Fueel primero de los muchos informes sobre unas miste-riosas bolas de fuego que aparecieron sobre Alema-nia al final de la Segunda Guerra Mundial. El siguiente(tomado del libro Flying Saucers 011 the Attack, deHaroid T. Wilkins) describe cómo se le aparecieronuna noche al teniente piloto David McFalls:

A las 0600 horas [de la mañana], cerca deFlagenau, a 10 000 pies de altitud, dos lucesmuy brillantes subieron hacia nosotros desdetierra. Se pusieron en trayectoria horizontal yse situaron a la cola de nuestro avión. Eranenormes y de un color anaranjado brillante.Permanecieron allí dos minutos. Estabanperfectamente controladas. Después se alejarony pareció que se apagaban.

Informes semejantes empezaron a afluir de Alema-nia, y más tarde también del teatro de la guerra delPacífico. Los objetos eran siempre bolas brillantes conluz anaranjada, roja o blanca, al parecer bajo con-trol inteligente, que seguían durante algún tiempo aun avión antes de alejarse y desaparecer.

Después de la guerra se supo que los pilotos japo-neses se habían encontrado también con el fenóme-no, y suponían que se trataba de algún artilugio se-creto, estadounidense o ruso, para confundir al radar.Por la misma razón, los servicios de información es-tadounidenses supusieron que eran obra de los alema-nes. Su verdadero carácter nunca ha sido determinado.

Otros fueron vistos volando horizontalmente, pican-do, ascendiendo, haciendo toneles y girando haciaatrás, unas veces cruzando el cielo a grandes veloci-dades y otras moviéndose "sin prisa". Se informó tan-to de objetos redondos como alargados, aquéllos des-critos como "un cuerpo luminoso", "una bola relu-ciente", "una enorme pompa de jabón" o "un obje-to giratorio que desprendía chispas", y éstos "en for-ma de balón de futbol americano", en "forma de ci-garro", "como un proyectil", "elípticos" y "comoun raqueta de squash".

En julio de 1946, Suecia experimentó una oleada demisteriosas luces como proyectiles que los periódicosno tardaron en llamar cohetes fantasma. Centenaresde esos extraños objetos fueron vistos por los cielosmeridionales del país.

El fenómeno aéreo se trasladó después hacia el sur,a medida que avanzaba el año, llegando a alcanzar

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Tánger, Italia, Grecia e incluso la India en septiem-bre. Pero de todas las naciones afectadas, la más preo-cupada fue Suecia, con hasta 1 000 avistamientos. Elgobierno sospechó algún tipo de interferencia soviéti-ca, y puso en alerta a sus fuerzas armadas. Sin em-bargo, nunca hubo pruebas concluyentes de daños obombardeos, y las investigaciones llevadas a cabo trassupuestas explosiones de "cohetes fantasma" revela-ron sólo fragmentos difíciles de identificar de una es-pecie de escorias de color oscuro, y en otros casos na-da en absoluto.

Los avistamientos fueron disminuyendo hasta ce-sar en otoño. En un último comunicado militar, pu-blicado el 10 de octubre de 1946, el gobierno sueco afir-maba que, aunque la mayoría de los relatos de avista-mientos eran imprecisos, muchos de los informes cons-tituían "observaciones claras e inequívocas", y algodefinido había sido registrado por diferentes instru-mentos. La conclusión era que 20 por ciento de los in-formes sobre cohetes fantasma no podían ser explica-dos ni como aeronaves conocidas ni como fenómenosnaturales. Es decir, eran objetos voladores no identi-ficados.

En 1948, el Times de Londres informaba que los co-hetes fantasma estaban surcando de nuevo los cielosde varios países escandinavos. Los pilotos de línea no-ruegos informaron de objetos parecidos a proyectilesque despedían llamas verdiazuladas y volaban a velo-cidades de hasta 10 000 kilómetros por hora a altitu-des que iban desde 7 500 metros hasta el nivel de lascopas de los árboles.

Los ovnis del tipo "cohete fantasma" son vistos aúnesporádicamente por todo el mundo, y siguen siendotan misteriosos como en 1946. (The Encyclopedia ofUFOS, Ronald D. Story, ed., págs. 147-49; JacquesVallée, UFO's in Space: Anatomy of a Phenomenon,pág. 47)

Un caso clásico en la historia de los ovnis es el avista-miento de Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947, quehizo que al fin las fuerzas aéreas estadounidenses to-masen en cuenta oficialmente el fenómeno, Arnold,piloto civil y propietario de una compañía de mate-rial contra incendios en Boise (Idaho), despegó a las2 de la tarde del aeropuerto de Chehalis (Washington)en su avión monomotor para buscar a un transporteC-46 de la Marina que se había estrellado en algún lu-gar de los montes de las Cascadas.

Era una tarde hermosa y soleada, con excelente vi-sibilidad. Arnold había estado volando durante cercade una hora en las cercanías del monte Rainier y em-pezaba a describir un amplio giro cuando de prontorelampagueó una luz brillante al costado de su avión.Miró a su alrededor, pero no vio nada más que unDC-4, demasiado lejos a su izquierda y atrás para quela luz procediese de él. Súbitamente se repitió el re-lámpago, y esta vez pudo seguir su trayectoria. Viocon asombro nueve objetos relucientes que se dirigíanhacia el sur desde la zona del monte Baker, dando vi-

Para Kenneth Arnold, los objetos que vio se parecíanmucho a éstos de la portada de su libro The Comingof the Saucers. No obstante, los vio a gran distancia.

rajes en torno a las cumbres más altas y volando enformación escalonada, en dos filas paralelas de cua-tro y cinco "aparatos" respectivamente. Mientras pa-saban, Arnold se hallaba casualmente en una excelenteposición para triangular su velocidad entre el monteRainier y el monte Adams, unos 70 kilómetros al sur.Sus cálculos indicaban la asombrosa velocidad de2 500 kilómetros por hora, casi tres veces la veloci-dad máxima de cualquier avión de la época.

Arnold dijo que los objetos eran "planos como unasartén y tan brillantes que reflejaban el sol como es-pejos". Su movimiento era también extraño, compa-rable al de "lanchas de motor sobre aguas encrespa-das", y volaban "como lo haría un platillo lanzadosobre la superficie del agua". Los tuvo a la vista du-rante unos tres minutos.

Una interesante posdata pusieron el 4 de julio, ape-nas diez días después del avistamiento de Arnold, elcapitán E.J . Smith, de la United Airlines, y su copilo-to, Ralph Stevens, que acababan de despegar del aero-puerto de Boise (Idaho) cuando vieron una formaciónde cinco objetos parecidos. Al cabo de un minuto, los

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La investigación de los ovnis

La historia de la documentación oficial sobre los ov-nis comienza en 1948, cuando las Fuerzas Aéreas delos Estados Unidos pusieron en marcha el programaSign, reorganizado en 1949 con el nombre de Grud-ge, y más tarde con el de Libro Azul (Blue Book).

Su finalidad era investigar y evaluar los informessobre ovnis en los Estados Unidos y en sus guarnicio-nes en otros países, con vistas a cualquier posible ame-naza para la seguridad nacional, procedente tanto depotencias extranjeras como del espacio exterior. Hu-bo críticas que acusaron al programa de carecer de per-sonal científicamente cualificado y de ser una simpletapadera para tranquilizar a un público alarmado.

No obstante, el programa Libro Azul resultó muyeficaz. Durante 18 años reunió más de 12 600 casos,la mayoría explicados como fenómenos naturales malinterpretados o aeronaves conocidas. Pero 701 avis-tamientos quedaron como "no identificados".

En 1966, las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidospatrocinaron una investigación independiente y ace-lerada de los ovnis por un equipo de científicos de laUniversidad de Colorado bajo la dirección del doctorEdward U. Condon, físico eminente. De 59 casos queseleccionaron, 23 fueron de explicación imposible. Noobstante, en su informe final, en 1969, Condon con-cluía que 21 años de estudio de los ovnis no habían aña-dido nada al conocimiento científico, y que probable-mente no valía la pena "seguir con un estudio a granescala". Y añadía: "Podemos decir sin temor a equi-vocarnos que ninguna vida inteligente de fuera denuestro sistema solar tiene la menor posibilidad de vi-sitar la Tierra en los próximos 10 000 años."

Tras la publicación del informe Condon, las Fuer-zas Aéreas convinieron en que los ovnis no suponíanninguna amenaza para la seguridad nacional y no ha-

bía pruebas de que los objetos avistados fuesen de ori-gen extraterrestre. El programa Libro Azul fue dadopor concluido y todos sus archivos abiertos al públi-co. Pero el hecho de que otros documentos sobre ov-nis siguieran siendo secretos hizo que algunos gruposprivados que también investigaban ovnis apremiasenpara que se les diese acceso a ellos, basándose en queel público tiene derecho a saberlo todo.

Todavía hoy, muchos entusiastas de los ovnis creenque la verdadera investigación sobre éstos estaba —yestá— siendo llevada a cabo en secreto por personalgubernamental de alto nivel; pero en este momentosólo organizaciones privadas se dedican a investigaren serio los "platillos voladores". Entre las asocia-ciones, las más conocidas son la Mutual UFO Network(MUFON), fundada en 1969; el National Investiga-tions Committee on Aerial Phenomena (NICAP), fun-dado en 1956 en Washington, D.C., y la Aerial Phe-nomena Research Organization (APRO), fundada en1952 por Jim y Coral Lorenzen. Una organización deotro tipo, altamente considerada, es el Center for UFOStudies (CUFOS), fundado en 1973 por el astrónomoJ. Allen Hynek, ex consejero científico del programaLibro Azul. En 1982 CUFOS disponía de una lista porcomputadora de 70 000 informes de avistamientos detodas las partes del mundo. Se vio que aproximada-mente 80% de ellos eran fácilmente explicables, mien-tras que otro 20 07o sigue sujeto a mayor investigación.

Otros países, en especial Francia, Gran Bretaña yAustralia, tienen también organizaciones civiles quereúnen e investigan en serio los informes sobre ovnis.Aunque la conciencia del fenómeno sólo se mantieneviva en empresas privadas, los informes de ovnis pro-cedentes de todo el mundo siguen acumulándose y con-tribuyendo al misterio más esquivo de nuestra época.

cinco "platillos" se marcharon a una velocidad asom-brosa y aparecieron otros cuatro. ¿Sería el mismo gru-po de ovnis que había observado Kenneth Arnold enWashington pocos días antes? (The Encyclopedia ofUFOs, Ronald D. Story, ed., pág. 25; Brinsley Le PoerTrench, The Flying Saucer Story, págs. 23-24; JacquesVallée, UFO's in Space: Anatomy of a Phenomenon,pág. 55)

DESDE 1948

La edad moderna de los platillos voladores comienzacon el avistamiento de Arnold. Aunque no fue en mo-do alguno el único incidente de 1947, sí fue el más ex-traordinario. La historia de Arnold, pronto transmi-tida al mundo entero por la radio y la prensa, hizo que

las fuerzas aéreas estadounidenses comenzasen a in-vestigar las noticias sobre ovnis.

Para facilitar el estudio, el doctor J. Alíen Hynek,el astrónomo que durante 20 años iba a ser consultorde las fuerzas aéreas estadounidenses en los progra-mas Sign y Blue Book, dividió en categorías los nu-merosos informes sobre ovnis.

La primera gran categoría incluía los avistamientosde ovnis a una distancia de más de 150 metros. Éstosfueron subdivididos en tres clases: Luces nocturnas,luces bien definidas que no pueden ser explicadas porlas fuentes luminosas normales; Discos diurnos, ob-jetos de apariencia metálica ovalados o en forma deplatillo, y Avistamientos radar-oculares, trazas noidentificadas en las pantallas de radar que confirmanavistamientos oculares simultáneos

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El doctor J. Alíen Hynek,astrónomo de la Northwes-tern University, abordó eltema de los ovnis comoconsultor del programa Li-bro Azul. Empezó comoescéptico, pero descubrióque aproximadamente20% de los avistamientosno eran identificables.

La segunda gran categoría, la de los avistamientosa una distancia de menos de 150 metros, fue subdivi-dida como sigue: Encuentros cercanos del primer ti-po, aquellos en los que no hay interacción entre elovni y el entorno; Encuentros cercanos del segundotipo, los que manifiestan alguna interacción, tales co-mo interferencias en los sistemas de encendido de loscoches, quemaduras en el suelo y efectos físicos sobrelos animales o el hombre, y Encuentros cercanos deltercer tipo, aquellos en los que se informa haber vistoen el ovni ocupantes extraterrestres.

En años recientes los testigos de apariciones de ov-nis han descrito contactos personales con sus ocupan-tes, e incluso retenciones temporales. Estos casos sondenominados con frecuencia Encuentros cercanos delcuarto tipo.

Los siguientes relatos, elegidos por su interés yverosimilitud, están ordenados por categorías y sonsólo una fracción de los millares de informes sobreovnis surgidos en todas las partes del globo durantelos últimos 40 años.

LUCES NOCTURNAS

El "combate aéreo" de Gorman, como suele llamár-sele, en el que durante 27 minutos se vieron envueltosel teniente George F. Gorman, de la Air NationalGuard, y un ovni sobre Fargo (Dakota del Norte) lanoche del 1° de octubre de 1948, es uno de los prime-ros clásicos del género.

Gorman, que había llevado a cabo un vuelo a cam-po traviesa con su escuadrón, había decidido seguiren el aire después de aterrizar los otros aviones paratener algunas horas más de vuelo nocturno. Hacia las9 de la noche, se preparaba a aterrizar cuando la to-rre de control informó que había otro avión —una Pi-per Cub— en los alrededores. Gorman pudo ver cla-ramente la avioneta por debajo de él, pero después cru-zó como un rayo, a su derecha, lo que parecía ser laluz de cola de otro avión. Cuando la torre le informóque no tenían noticias de ningún otro aparato en lascercanías, Gorman decidió investigar. Ascendió consu F-51 hacia la luz que se movía. Cuando estaba aunos 900 metros de ella, pudo ver claramente el objeto:

Tenía de 15 a 20 centímetros de diámetro, y era decolor blanco claro y completamente redondo, sinsalientes. Se encendía y apagaba. No obstante,cuando me acerqué, la luz se hizo de pronto

continua y aquello viró bruscamente a la izquierda.Pensé que estaba haciendo señales a la torre.

Piqué detrás de él y aumenté mi presiónvariable a sesenta pulgadas, pero no pudealcanzarlo. Aquello empezó a ganar altura y viró denuevo a la izquierda. Imprimí un giro brusco a miF-51 y traté de atajarlo mientras viraba. Paraentonces estábamos a unos 7 000 pies. De prontoaquello hizo un brusco giro a la derecha y nosfuimos uno contra otro. Cuando estábamos a puntode chocar, supongo que me asusté. Hice una picaday la luz pasó a unos 500 pies por encima de micabina. Después describió un círculo a la izquierda,a unos mil pies de mí, y volví a perseguirla.

Gorman se fue derecho hacia la luz, que venía denuevo hacia él. Cuando ya parecía inevitable el cho-que, el ovni ascendió en vertical y desapareció. Gor-man trató de perseguirlo, pero su avión entró en pér-dida de velocidad a unos 4 200 metros y no volvió aver el objeto. La persecución había durado en totaldesde las 9 hasta las 9:27 de la noche.

A Gorman le afectó tanto este encuentro que le fuedifícil aterrizar. Dijo no haber notado ningún ruido,ni olor o rastro del tubo de escape del ovni, ni la me-nor desviación en sus instrumentos.

Los dos controladores de tráfico de servicio, LloydD. Jensen y H.E. Johnson, que vieron la extraña luzal mismo tiempo que a la Piper Cub, corroboraronel incidente. Describieron aquello en términos muy pa-recidos a los de Gorman —"una luz redonda, de for-ma perfecta, de la que no salían ni un resplandor bo-rroso ni rayos"— y notaron su, en apariencia, granvelocidad. Otros dos testigos, el piloto de la Piper Cuby su pasajero, no sólo vieron los rápidos movimien-tos de la luz mientras estaban en comunicación porradio con la torre, sino que después de aterrizar siguie-ron observando el objeto y cómo lo perseguía el aviónde Gorman.

Éste afirmó que se había convencido de que el ovnidemostraba "inteligencia" en sus maniobras y queestaba persiguiendo a un tipo de nave extraordinaria-mente "pilotada". Nadie ha dado una explicación nor-mal satisfactoria del "combate aéreo" de Gorman.( The Encyclopedia of UFOs, Ronald D. Story, ed.,págs. 151-52)

Toda una serie de luces nocturnas, algunas con perfilde "avión" en forma de ala, fueron vistas en Lubbock(Texas) y sus alrededores durante los meses de agostoy septiembre de 1951. Centenares de personas vieronlas luces y una las fotografió; también fueron segui-das por el radar.

El primer avistamiento tuvo lugar sobre Albuquer-que (Nuevo México) la noche del 25 de agosto de 1951.Un empleado de la Comisión de Energía Atómica ysu mujer informaron que habían visto pasar sobre suscabezas un enorme ovni "en forma de ala" con lucesazuladas en la parte posterior. Iba a sólo unos 300 me-tros de altura. Pudieron ver que el "ala" tenía formade flecha muy aguda y como vez y media el tamaño

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Esta fotografía de las "luces" de Lubbock fue toma-da por Carl Hart, lujo, en agosto de 1951. Los inves-tigadores de las Fuerzas Aéreas estudiaron los avista-mientos, pero fueron incapaces de dar una explicaciónsatisfactoria.

de un B-36. Varias franjas oscuras iban desde el fren-te a la parte posterior, y las "luces de las alas" erande un color verdiazul que relucía tenuemente.

La misma noche del avistamiento de Nuevo Méxi-co, pero algo más tarde, varios profesores universita-rios sentados en un porche de Lubbock (Texas) vie-ron pasar rápidamente sobre ellos unas luces en for-mación vagamente semicircular. Al cabo de varias ho-ras las luces reaparecieron, y pudo verse que eran ob-jetos con un tenue resplandor azulado que se movíanen formación más abierta que la primera vez. Esa mis-ma noche una mujer de Lubbock vio también un apa-rato gigantesco, "como un ala", con luces azuladasen la parte de atrás, que pasó silenciosamente sobresu casa. Ocurría esto minutos después del avistamien-to de Albuquerque, del que esa mujer no podía tenernoticia.

Durante las dos semanas siguientes, en varias oca-siones fueron vistas sobre Lubbock esas luces noctur-nas que se desplazaban rápidamente. Los observado-res coincidieron en que las "escuadrillas" aparecíansiempre unos 45 grados por encima del horizonte nor-te, recorrían 90 grados de cielo, a menudo en poco másde tres segundos, y desaparecían unos 45 grados porencima del horizonte meridional. Entre quienes las vie-ron estaba cierto doctor George, profesor de física conamplios estudios sobre la atmósfera, que tampoco pu-do dar una explicación científica.

Probablemente fueron esas mismas luces las que fo-tografió un aficionado llamado Carl Hart, hijo, la no-che del 31 de agosto. Una de sus fotos, que muestrauna serie de objetos brillantes en forma de disco vo-lando en V por el cielo nocturno, apareció en un pe-riódico local.

Las fuerzas aéreas llevaron a cabo una completa in-vestigación de las "luces" de Lubbock, pero no con-siguieron llegar a ninguna explicación satisfactoria.Los negativos de Hart resultaron auténticos, y doce-nas de testigos confirmaron haber visto tenues lucesazuladas pasar como balas de un horizonte a otro. Aveces esos objetos, en número desde 3 hasta varias do-cenas, dibujaban una V perfecta, pero otras iban enformaciones más aleatorias. Se sugirieron causas na-

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turales, como el reflejo de las lámparas de vapor re-cién instaladas en las calles o el reflejo de las blancaspechugas de aves en vuelo (chorlitos), pero quienes ha-bían visto las luces no consideraron muy verosímilestales explicaciones. (The Encyclopedia of UFOs, Ro-nald D. Story, ed., págs. 215-18)

El incidente del Centaurus en 1954 es uno de los me-jores ejemplos de un clásico avistamiento de ovnis. Tu-vo lugar sobre Labrador la noche del 29 de junio. Lasobservaciones fueron hechas por el capitán James Ho-ward y su tripulación desde el Centauros, un BoeingStratocruiser de la BOAC que se dirigía a Londres des-de el aeropuerto neoyorquino de Idlewild (hoyKennedy).

El capitán y su copiloto, el primer oficial Lee Boyd,avistaron los ovnis a las 9:05 de la noche, hora de La-brador. Observaron un gran objeto iluminado rodea-do por seis más pequeños. Volaban paralelamente alCentaurus a una distancia de unos ocho kilómetros yacompañaron al avión durante 18 minutos y a lo lar-go de unos 130 kilómetros. De vez en cuando el obje-to grande cambiaba de forma —o quizá sólo parecíahacerlo cuando alteraba su ángulo de vuelo—, y enese momento los más pequeños se reordenaban a sualrededor.

Al cabo de unos minutos de tan sorprendentes ob-servaciones, el capitán Howard entró en contacto conel personal de vuelo de Goose Bay. Dijeron que man-daban a un piloto de caza a investigar. Para entoncesel ovni grande había cambiado su forma primitiva depera invertida por la de flecha, de la que pasó a algoque parecía "un gigantesco receptor telefónico del ta-maño de un trasatlántico".

Los 8 miembros de la tripulación y los 14 pasajerosque iban despiertos estaban ya observando el fenóme-no cuando los ovnis más pequeños empezaron a desa-parecer. George AlIen, el navegante que había estadoobservando desde el principio, informaría más tarde

Una gran nave alargada acompañada por seis objetoscirculares más pequeños, visibles en la esquina infe-rior derecha, siguió a un Boeing Stratocruiser sobreLabrador.

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que a él le pareció que se metían dentro del mayor.Por último, éste partió "a una velocidad tremenda".

El capitán Howard comunicó al piloto del avión in-terceptor recién llegado la desaparición gradual de laflota de ovnis y de su "nave base" acompañante. Mástarde, en el número del 11 de diciembre de 1954 delEverybody's Weekly, diría: "No hay explicación ra-cional, salvo si hablamos de naves espaciales y plati-llos voladores. Sobre esa base, debe de haber sido al-guna misteriosa forma de nave espacial de otro mun-do." Seguía convencido de que lo que había visto eranobjetos sólidos, "maniobrables y controlados inteli-gentemente, una especie de nave base unida de algúnmodo a los satélites menores que la acompañaban".(Brinsley Le Poer Trench, The Flying Saucer Story,págs. 34-36)

Una flota de cuatro cazabombarderos portugueses co-mandada por el capitán José Luis Ferreira tuvo tam-bién un encuentro con una "nave nodriza" de ovnisy sus "satélites". Los aviones volaban la noche del 4de septiembre de 1957 a 7 500 metros de altura entreGranada (España) y Portalegre (Portugal) cuando elcapitán vio un objeto parecido a una estrella muy bri-llante, "extraordinariamente grande y destellante y conun núcleo que cambiaba de color constantemente, pa-sando del verde oscuro al azul y después a los coloresamarillentos y rojizos del espectro". Los demás pilo-tos vieron también el objeto. De repente el ovni pare-ció aumentar de tamaño, hasta cinco o seis veces eloriginal, y después encogerse hasta ser un punto ama-rillo apenas visible. Tales expansiones y contraccionesse repitieron varias veces. El capitán Ferreira pensabaque esos cambios de tamaño podían deberse a cam-bios de posición.

Los bombarderos cambiaron de rumbo, pero el ob-jeto mantuvo su posición a 90 grados a su izquierda.Ahora era de un rojo brillante. De repente los pilotosvieron que emergía de él un pequeño círculo de luzamarilla. Después vieron otros tres objetos amarillosa la derecha del ovni principal. Al cabo de nuevas ma-niobras, los pequeños objetos desaparecieron.

Todos los pilotos estuvieron de acuerdo en que loque habían presenciado carecía de explicación racio-nal. El capitán Ferreira hablaba también por elloscuando dijo: "Después de esto, que no me vengan conesas historias de Venus, globos, aviones y cosas pare-cidas, que han sido hasta ahora la panacea para casitodas las apariciones de ovnis." (Brinsley Le PoerTrench, The Flying Saucer Story, págs. 39-41)

El avistamiento de un ovni por Jimmy Carter tuvo lu-gar hacia las 7:15 de la noche del 6 de enero de 1969en Leary (Georgia). El ex presidente de los EstadosUnidos, entonces gobernador de Georgia, esperaba alaire libre el momento de hablar ante el Club de Leo-nes local, y lo acompañaba un grupo de unas doce per-sonas. He aquí su informe, tal como apareció el 8 dejunio de 1976 en el National Enquirer:

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Al informar sobre un ovnique vio cuando era gober-nador de Georgia, JimmyCarter describió un objetoredondo y dotado de luzpropia, azulado al princi-pio y que se volvió rojizo.Arriba puede verse la pri-mera página de su informe.

Estoy convencido de que existen los ovnis porquehe visto uno. Era una auténtica aberración, pero lovieron unas veinte personas. Fue la cosa másincreíble que he visto jamás. Era grande y muybrillante. Cambiaba de color y teníaaproximadamente el tamaño de la Luna. Lo vimosdurante diez minutos, pero ninguno de nosotrospudo explicarse lo que era...

En octubre de 1973, el gobernador Carter llenó unaforma impresa muy detallada para el Comité Nacio-nal de Investigaciones sobre Fenómenos Aéreos (NI-CAP). Calculaba que el objeto estaba a unos 30 gra-dos sobre el horizonte, era tan brillante como la Lu-na, pero algo más pequeño, y se hallaba a una distan-cia de 275 a 900 metros. Dijo que se había acercadoy alejado varias veces antes de desaparecer. ( The Ency-clopedia of UFOs, Ronald D. Story, ed., págs. 63-65)

Tasmania experimentó una oleada de "luces noctur-nas" desde febrero hasta octubre de 1974. Los prime-ros avistamientos tuvieron lugar en la parte norte ynoroeste de la isla, mientras que los últimos, de mayo

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a octubre, fueron en su mayoría en la parte noreste.He aquí uno de los informes más interesantes:

El 25 de febrero, en la zona del valle de Derwent,hacia las 4:20 de la mañana, el señor M. vio hacia elnoreste una luz redonda. El resplandor aumentó, ypronto el testigo tuvo encima de su coche una luz blan-ca deslumbradora de superficie plana y con un anilloanaranjado mal definido cerca del borde exterior. Elseñor M. calculó que el ovni, que "acompañó" a sucoche durante muchos kilómetros antes de desapare-cer, tendría unos 4.5 metros de ancho.

El 27 de febrero, cerca de Latrobe, a las 9:45 de lanoche, Greg Thornton y Sally Lamprey vieron en elcielo un punto anaranjado que venía hacia su coche.Aumentó de tamaño hasta aproximadamente el diá-metro de una pelota de tenis, y al principio parecía "untriángulo con las esquinas redondeadas", pero despuésse puso de costado y lo que vieron fue "una línea rec-ta anaranjada, como un lápiz en un ángulo de 45 gra-dos". Otro testigo vio el mismo objeto pocos minu-tos después. A juzgar por su tamaño y distancia apa-rentes, calculó que tendría un diámetro de 6 metros.

El 25 de mayo, tres testigos de Boobyalla Estate (ungrupo de casas y corrales) vieron desde su coche algoque al principio pensaron que era la Luna. Pero prontose dieron cuenta de que se trataba de una extraña luzinmóvil, "como un gran plátano, pero más gruesa porel centro. Era de color anaranjado brillante por deba-jo y rojo fuego por el medio, con mezcla de amarillobrillante en la parte superior. Estaba a sólo 7 metrossobre el suelo". Empezó a avanzar hacia ellos hastaquedar a unos 180 metros. Calcularon que tenía apro-ximadamente 30 metros de largo. Asustados, abando-naron la zona.

Dos noches más tarde (27 de mayo), una docena devecinos de Boobyalla vieron el mismo objeto u otromuy semejante, descrito esta vez como un plátano ouna media luna acostada. Todos los testigos coinci-dieron en que estaba cerca del suelo y emitía un fuer-te resplandor que iluminaba los corrales. (Flying Sau-cer Review, 21:47-50, noviembre de 1975)

El 19 de septiembre de 1976, los vecinos de Teherán(Irán) empezaron a llamar a media noche al puesto demando de las fuerzas aéreas diciendo que veían en elcielo un objeto extraño. Las descripciones iban desde"como un ave" y "una luz brillante" hasta "un heli-cóptero con una luz muy fuerte". B.G. Yousefit, ayu-dante del subjefe de operaciones, decidió enviar un F-4de la base de Shahrokhi a investigar el ovni y, si eraposible, interceptarlo. Pero el avión perdió toda co-municación instrumental a unos 65 kilómetros del des-pegue. El piloto regresó y fue enviado otro F-4.

Mientras este segundo avión se aproximaba alovni, se hizo contacto por radar, y la traza recibidaera la que cabía esperar de un Boeing 707. Cuando elsegundo F-4 llegó al punto en que el primero habíaquedado incomunicado, el ovni aumentó de pronto suvelocidad, haciendo imposible al piloto acercarse a él

a pesar de volar a velocidad supersónica. El piloto yotros miembros de la tripulación observaron el granbrillo del ovni, que, según dijeron, tenía forma rec-tangular con luces de colores destellantes.

De repente, mientras el F-4 seguía persiguiendo al ov-ni, un objeto brillante más pequeño que salió de él agran velocidad se dirigió hacia el avión. El piloto estabaa punto de dispararle un proyectil cuando su panel decontrol de armas se inutilizó, y también él perdió todacomunicación. El piloto giró y empezó a picar para evi-tar lo que suponía era un proyectil del ovni; pero el pe-queño objeto cambió también de rumbo, lo siguió unmomento y después subió a reunirse con el otro ovni.El F-4 reanudó la caza. De pronto un segundo objetoabandonó el costado del ovni, picó a gran velocidad ha-cia tierra y pareció aterrizar suavemente en las lejanascolinas. Ahora el ovni grande aumentó su velocidad amuchas veces la del sonido y desapareció. Mientras ha-cía una larga aproximación a la base, el tripulante delF-4 vio un objeto cilíndrico, aproximadamente del ta-maño de un caza, acercársele desde una altitud superior.Tenía potentes luces a cada extremo y otra intermitenteen el centro. El personal de la torre de control no sabíaque hubiese ningún otro avión en la zona, pero confir-mó ocularmente el avistamiento. Al ser sometido al Ser-vicio de Información de la Defensa de los Estados Uni-dos, el incidente fue considerado excepcional para elestudio de los ovnis. (The Encyclopedia of UFOs, Ro-nald D. Story, ed., págs. 358-60)

DISCOS DIURNOS

El 18 de marzo de 1950, los 5 000 habitantes de Far-mington (Nuevo México) —incluidos el alcalde, perio-distas y policías— vieron "centenares de objetos ex-traños" que hicieron acrobacias en el cielo durante másde una hora. Algunos de los objetos, descritos comonaves espaciales, se movían a velocidades calculadasen más de 1 600 kilómetros por hora e hicieron vuelosen formación. Los ovnis desaparecieron antes de me-diodía, pero volvieron por la tarde. La prensa dabacuenta de su "increíble maniobrabilidad y capacidadde control en una fracción de segundo, lo que les per-mite evitar las colisiones". (Brinsley Le Poer Trench,The Flying Saucer Story, pág. 27; Harold T. Wilkins,Flying Saucers on the Attack, pág. 128)

Un extraño objeto en forma de disco fue fotografia-do por Paul Trent el 11 de mayo de 1950 en Oregon.Las dos fotos que obtuvo son de gran importancia parael estudio de los ovnis ("ufología") por su claridady por las muchas investigaciones llevadas a cabo paracomprobar su autenticidad. Actualmente hay acuer-do en que un objeto extraordinario, del tipo descritomás abajo, voló realmente a la vista de Paul Trent ysu esposa.

Lo que los Trent observaron en su granja del muni-cipio de McMinnville (Oregon) fue "una cosa extra-

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En 1950 Paul Trent tomódos de las fotos más clarasque se han hecho nunca deun ovni (arriba y centro).El análisis de los negativosno reveló fraudes. A la iz-quierda, una ampliacióndel ovni solo.

---Esta interpretación pictórica de los objetos vistos porcentenares de testigos sobre dos ciudades francesas en1952 muestra una gran forma tubular, esferas anilla-das que se mueven en parejas y estelas filamentosas.

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ña, como una gran tapa de basurero con una especiede espolón encima". Trent dijo que el objeto voladorera "brillante como plata bruñida, no hacía ruido nidespedía humo o vapor. Al cabo de unos minutos, sedirigió hacia el noroeste y se perdió en el horizonte".Lo vio al anochecer y calculó que tendría unos 10 me-tros de diámetro. Cuando apareció, volaba lentamentepero no parecía girar. ( The Encyclopedia of UFOs,Ronald D. Story, ed., págs. 223-26; Harold T. Wil-kins, Flying Saucers on the Attack, págs. 131-32)

En octubre de 1952 tuvieron lugar das notables avis-tamientos diurnos, casi idénticos, en las localidades deOloron-Ste.-Marie y Gaillac, en eI suroeste de Fran-

cia. Ocurrieron con diez días de diferencia, y fueronpresenciados por centenares de personas.

El 17 de octubre, hacia las 12:50 de la tarde, el se-flor Ives Prigent, superintendente general del Liceo deOloron, se disponía a sentarse a comer en compañía desu mujer y sus hijos cuando uno de éstos, que se ha-cía el remolón en la ventana, gritó de pronto: "¡Ven,papá, mira, es fantástico!" El resto de la familia co-rrió junto a él, y éste es el relato que hizo Trigent delo que vieron:

Allá en el norte, flotaba contra el cielo azul unanube algodonosa de forma extraña. Por encima deella, un cilindro largo y estrecho, inclinado enapariencia en un ángulo de 45 grados, se movíalentamente en línea recta hacia el suroeste. Calculésu altitud en unos 2 ó 3 kilómetros. El objeto erablanquecino, no luminoso y de forma bien definida.De su extremo superior salía una especie de plumade humo blanco. Delante del cilindro y a algunadistancia seguían su misma trayectoria como otros30 objetos. A simple vista parecían esferasinformes, como bocanadas de humo, pero conayuda de unos gemelos de teatro pude distinguiruna esfera roja central rodeada por una especie deanillo amarillento inclinado en ángulo. Este ánguloera tal que ocultaba casi por completo la parteinferior de la esfera central, mientras dejaba ver susuperficie superior. Los "platillos" se movían porparejas, siguiendo una ruta caracterizada por unrápido y corto zigzag. Cuando dos de los platillosse alejaban uno de otro, se producía entre ellos unrayo blanquecino, como un arco voltaico.

Todos esos extraños objetos dejaban tras de síuna abundante estela, que caía lentamente al sueloal dispersarse. Restos de ella quedaron durantevarias horas colgados de los árboles, los hilos delteléfono y los tejados de las casas.

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Estas fibras parecidas a telarañas o gasa, que a ve-ces se encuentran coincidiendo con avistamientos deovnis, son conocidas como cabello de ángel. Parecende lana o nylon, pero tienden a desintegrarse rápida-mente. (Para más detalles, ver pág. 188.)

El 27 de octubre, a las 5 de la tarde, un espectáculosemejante fue visto en el cielo en Gaillac, una locali-dad distante 240 kilómetros de Oloron-Ste.-Marie.Unos cien testigos dieron análoga descripción del acon-tecimiento, que duró veinte minutos:

Un largo cilindro empenachado con una inclinaciónde 45 erados avanzaba lentamente hacia el suresteen medio de una veintena de "platillos" quebrillaban al sol y volaban de dos en dos en rápidozigzag. La única diferencia (en el avistamiento deGaillacl fue que aquí algunas parejas de platillos aveces descendieron mucho, a una altitud calculadaPor los observadores en 300-400 metros.

También en esta ocasión los testigos vieron caer ca-bello de ángel, que asimismo desapareció apenas re-cogido. (Aimé Michel, The Truth About Flying Sau-cers, págs. 145-50)

Un policía libre de servicio, Ernst W. Akerberg, y sumujer, Karin, salían la noche del 5 de agosto de 1957de su casa de verano en la isla de Gotland (Suecia)cuando vieron un objeto en forma de disco que se acer-caba desde el mar. Cuando llegó a la orilla, a unoscentenares de metros de ellos, hizo un brusco viraje,se inclinó sobre su borde y se balanceó durante unosmomentos. Después siguió su rumbo durante unos 800metros, hizo otro viraje repentino y se perdió de vis-ta. Casi inmediatamente llegó otro objeto de la mis-ma dirección y llevó a cabo las mismas maniobras.Ambos hicieron que el agua se ondulara y que se ba-lancearan las copas de los árboles cuando pasaron auna altura de unos 180 metros. Los Akerberg calcula-ron que medirían unos 23 ó 24 metros de ancho. Te-nían la forma de un "timbre de bicicleta" aerodiná-mico y eran de un gris plata metálico. Podían verseuniones remachadas en su parte inferior, sobre la queparecía girar lentamente la superior. Ambos discos te-nían un "tubo de un rojo cereza" reluciente, y sus bor-des un "brillo borroso, tenue". Hacían un ruido muyparecido al de darle cuerda a un reloj.

Tras investigar este avistamiento, las fuerzas aéreassuecas clasificaron los objetos como "no identifica-dos". ( The Encyclopedia of UFOs, Ronald D. Story,ed., págs. 152-53)

Los últimos meses de 1978 estuvieron marcados en tie-rras australianas por algunos acontecimientos insóli-tos relacionados con los ovnis. El trágico caso de Fre-derick Valentich es el punto de partida de toda unaserie de contactos oculares, por radar y filmados conextraños objetos voladores.

"Se acerca a mí por el este", radió el joven pilotoaustraliano 50 minutos después de haber despegado

Guido Valentich sostieneun retrato de su hijo Frede-rick, que desapareció sindejar rastro mientras vola-ba en un pequeño avión alsur de Australia. Dado queFrederick comunicó, inme-diatamente antes de que seinterrumpiese el contactopor radio, que una extrañanave se cernía sobre él, supadre cree que fue raptadopor seres de otro planeta.

del aeropuerto de Moorabbin, en Victoria, para volaren solitario en una Cessna 182 a través del estrechode Bass hasta la isla King. Su conciso mensajecontinuaba:

Parece estar jugando a algo. Vuela a una velocidadque no puedo calcular... Ahora pasa por mi lado.Es de forma alargada... Ahora se acerca por miderecha... Tiene una luz verde y una especie de luzmetálica por la parte exterior.

Valentich hablaba con el controlador de servicio enMelbourne, Steve Robey, tras haber pedido confirma-ción de un gran aparato con "cuatro luces brillantes"y habérsele dicho que no se sabía de ningún avión enla zona.

La cosa está orbitando encima de mí.

El motor de la Cessna empezó a renquear y toser,y Valentich llamó para anunciar:

Me dirijo a la isla King. Avión desconocidocerniéndose ahora sobre mí.

Fueron las últimas palabras del joven piloto. Des-de tierra se oyó un fuerte sonido metálico durante 17segundos, y después se cortó la comunicación. Nuncase encontraron indicios ni de Valentich ni de su avión,y el misterio continúa sin resolverse. ( The Encyclope-dia of UFOs, Ronald D. Story, ed., pág. 379; FlyingSaucer Review, 24:3-5, marzo de 1979)

AVISTAMIENTOS RADAR -OCULARES

Dos operadores de radar del polígono de lanzamientode misiles de White Sands (Nuevo México) captaronen la mañana del 14 de julio de 1951 un objeto no iden-tificado que se movía a gran velocidad. Alguien quedesde tierra observaba casualmente con prismáticos unB-29 vio un gran ovni cerca del avión. Un segundo ob-servador, provisto de una cámara de 35 mm, tomó 60metros de película del objeto. Las noticias dicen quela filmación mostraba una mancha brillante y redon-da, pero la película desapareció no se sabe cómo y noha vuelto a ser vista. (Brinsley Le Poer Trench, TheFlying Saucer Story, pág. 28)

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Siete extrañas manchas aparecieron repentinamente enuna pantalla de radar del aeropuerto nacional de Wa-shington la noche del sábado 19 de julio de 1952. Alno poder identificar las imágenes, el controlador detráfico Edward Nugent pidió a su supervisor, HenryG. Barnes, que echase una mirada. Lo que sigue esun extracto del informe que más tarde hizo Barnes:

Las "cosas" que hicieron que Ted me pidiera queme acercara a la pantalla eran siete blips [indicaciónvisual de radar] arracimados irregularmente en unaesquina... Eran como manchas violeta pálido... Lossiete blips indicaban que los objetos —o lo quefueran— estaban en el aire en una zona de unos 14kilómetros de diámetro, a 24 kilómetros al sur-suroeste de Washington. Inmediatamente nos dimoscuenta de que se trataba de una situación muyextraña. Seguimos el rastro de los siete blipsdurante unos 5 minutos, y rápidamentedeterminamos que se movían a velocidades de entre160 y 180 kilómetros por hora mientras pudimosobservarlos. Pero sus movimientos no se parecíanen nada a los de un avión normal. No seguían unrumbo fijo, ni iban en formación determinada, y noparecíamos poder seguirlos más de 4 kilómetros deuna vez...

Barnes dio instrucciones a la fuerza aérea para queenviaran cazas y continuaron observando la pantalla.Ya entonces algunos de los pilotos que llegaban de-cían por radio que veían luces no identificadas en elcielo. La base de las fuerzas aéreas en Andrews empe-zó también a captar extraños ecos en sus pantallas, quecorrespondían a los del Nacional de Washington. Elpersonal de tierra vio una "luz anaranjada brillante".Un piloto de una línea aérea anunció que tenía imá-genes oculares, una de ellas de seis luces, que corres-pondían a otras tantas imágenes en el radar. Al fin lle-garon los cazas, varias horas después de la llamadade Barnes, pero no pudieron encontrar nada, y para

Julio de 1952: tres controladores de tráfico observanuna pantalla de radar en el Aeropuerto Nacional deWashington, D.C. Entre el 19 y el 26 de ese mes apa-recieron dos veces en ella una serie de extrañas imáge-nes, coincidiendo con informes oculares de luces noidentificadas.

Esta gráfica de las imágenes irregulares aparecidas enla pantalla de radar del Aeropuerto Nacional de Wa-shington, D.C., el 26 de julio de 1952 fue hecha porlas Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos. Los exper-tos en radar aseguran que el fenómeno no pudo de-berse a una inversión térmica.

entonces las extrañas imágenes ya no eran visibles enla pantalla del radar.

Pero apenas se habían marchado los cazas cuandovolvieron a aparecer las manchas en las pantallas delaeropuerto. Los informes oculares y por radar, coin-cidentes, continuaron durante toda la noche.

Exactamente una semana más tarde, el sábado 26de julio, otra serie parecida de imágenes misteriosasfue vista en la pantalla de radar del aeropuerto y con-firmada ocularmente por numerosos aviones. Esta vezlos aparatos interceptores acudieron rápidamente, perosólo uno de los pilotos vio algo. Intentó acercarse acuatro luces que divisó a lo lejos, sin conseguirlo.

El incidente fue exagerado en los titulares periodís-ticos de todo el país. Uno de ellos decía: "El día enque los platillos visitaron Washington D.C." Sin em-bargo, los investigadores de las fuerzas aéreas conclu-yeron que ambos incidentes "eran debidos a efectosde espejismo provocados por una doble inversión tér-mica", conclusión negada por el doctor James E.McDonald, un meteorólogo de la Universidad de Ari-zona que había investigado el caso por su cuenta. (TheEncyclopedia of UFOs, Ronald D. Story, ed., págs.388-89)

La noche del 19 de febrero de 1956, la pantalla de ra-dar de la sala de control del aeropuerto parisiense deOrly mostró de repente una imagen con un eco dosveces mayor que el del mayor avión conocido. La ima-gen se comportó de un modo muy irregular, disminu-yendo la velocidad hasta quedar inmóvil y acelerandodespués espectacularmente, de un modo diferente porcompleto a cuanto el operador había visto hastaentonces.

En ese momento apareció en la pantalla una ima-gen más familiar, que en seguida fue identificada co-mo un Douglas Dakota de Air France en su vuelo re-

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guiar París-Londres. La torre de control comunicó alavión que había un ovni en su ruta. El radiotelegra-fista que recibió el mensaje miró por la ventanilla yse asombró al ver una forma enorme y borrosa conun resplandor rojo. Él y el capitán pudieron observarel ovni durante medio minuto antes de que desapare-ciese. En su informe, el capitán decía que el objeto quevieron no llevaba ninguna de las luces de navegaciónreglamentarias. En Orly, los radaristas siguieron en suspantallas el extraño vuelo del ovni durante cuatro ho-ras. Después desapareció. Una extraña peculiaridadde esta historia es que ni el aeropuerto de Le Bourgetni el observatorio de París registraron ese ovni en suspantallas de radar. (Brinsley Le Poer Trench, TheFlying Saucer Story, págs. 38-39)

Un clásico de la literatura sobre ovnis es la historiadel avistamiento por radar que llevó a cabo un RB-47el 17 de julio de 1957. Hela aquí tal como fue resumi-da en la introducción de un largo y detallado relatodel incidente publicado en la revista Astronautics &Aeronautics por el Subcomité para Ovnis del Institu-to de Aeronáutica y Astronáutica de los EstadosUnidos:

Un RB-47 de las Fuerzas Aéreas, equipado condispositivos de contramedidas electrónicas (ECM} ytripulado por seis oficiales, fue seguido por unobjeto no identificado a lo largo de más de milkilómetros y durante un periodo de tiempo de 1.5horas, mientras se dirigía de Mississippi aOklahoma a través de Luisiana y Texas. El objetofue visto ocularmente varias veces por lostripulantes desde la cabina como una luz muyintensa, seguido por el radar de tierra y detectadopor el equipo ECM de a bordo. De especial interésson en este caso varios ejemplos de apariciones ydesapariciones simultáneas en esos tres "canales",físicamente distintos, y la rapidez de las maniobras,que excedían a cuanto había visto la tripulación.

El informe completo ocupa cinco páginas de la re-vista, y contiene todos los detalles de las observacio-nes por radar y oculares. Los repetidos avistamientos,coincidentes con imágenes no identificadas en el ra-dar, consistieron en una "intensa luz blanca" que aveces parecía estar "siguiendo" al avión. Todos losintentos de interceptar al ovni fracasaron.

El programa Libro Azul acabó desechando el casoal identificar el ovni con el Vuelo 655 de la AmericanAirlines, conclusión totalmente infundada según mu-chos expertos, entre ellos los oficiales del RB-47. (As-tronautics & Aeronautics, 9:66-70, julio de 1971; TheEncyclopedia of UFOs, Ronald D. Story, ed., págs.297-98)

El radar confirmó un sorprendente encuentro ocurri-do el 3 de mayo de 1975 sobre la ciudad de México.Carlos Antonio de los Santos Monde! iba acercándo-se a la ciudad en su Piper PA-24 cuando la avionetaempezó a vibrar sin razón aparente. Fue entonces

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Un piloto mexicano dibujó su encuentro con tres ov-nis. Al acercarse los objetos oscuros, los mandos e ins-trumentos de su pequeño avión dejaron de jimcionar.

cuando vio más allá del extremo de su ala derecha unobjeto gris oscuro en forma de disco, y de unos 3 a4 metros de diámetro. Pero eso no era todo. A su iz-quierda había otro disco, y lo más espantoso de todoera un tercer ovni que venía derecho a él. Este últimodisco rozó la parte inferior del fuselaje de su aparato,propinándole una sacudida.

En ese momento, De los Santos descubrió que losmandos no funcionaban, aunque lo cierto era que eIavión seguía volando con relativa suavidad a unos 200kilómetros por hora. El piloto casi lloraba cuando fi-nalmente se comunicó con la torre del aeropuerto deMéxico. Para entonces los ovnis habían desaparecidoy los instrumentos del avión habían vuelto a funcio-nar, lo que le permitió aterrizar normalmente.

Los controladores tomaron en serio el informe deDe los Santos porque habían seguido los tres objetosen el radar al mismo tiempo que el piloto describía suencuentro. Uno de ellos dijo a un reportero:

Los objetos hicieron un giro de 270 grados a 830kilómetros por hora en un arco de sólo 5kilómetros. Normalmente un avión que va a esavelocidad necesita de 12 a 16 kilómetros para hacerun viraje como ése. En mis 17 años comocontrolador aéreo nunca he visto nada parecido.

(Flying Saucer Review, 24:8, enero de 1979)

Las primeras horas del 31 de diciembre de 1978 hanpasado a los anales de la investigación sobre los ovnisporque fue la primera vez que se hicieron grabacionessobre el terreno mientras unos ovnis estaban siendoobservados, filmados y simultáneamente seguidos me-diante el radar tanto en tierra como en el aire.

La cosa ocurrió al este de la isla Sur de Nueva Ze-landia. Un avión de transporte Argosy, que llevabaa un equipo de tres miembros de la televisión de Mel-bourne encabezado por eI reportero Quentin Fogarty,del Canal O, estaba recorriendo la ruta entre Welling-

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ton y Christchurch, a lo largo de la cual las tripula-ciones aéreas habían venido observando, durante va-rias semanas, luces no identificadas.

En el vuelo de ida, la noche del 30 de diciembre,el equipo vio unas luces misteriosas que se movían de-masiado irregularmente para poder filmarías. Pero elregreso de Christchurch a Blenheim fue más fructífe-ro. A las 2:15 de la madrugada, algo se acercó a 16kilómetros del avión. Uno de los miembros del equi-po de televisión lo describió como compuesto por "unabase brillante iluminada y una especie de cúpula trans-parente". El objeto fue captado por el radar del avión,y —lo que era aún más emocionante consiguieronfotografiarlo en color y 16 mm. El ovni se mantuvoa cierta distancia del avión durante algún tiempo, y des-pués se puso enfrente, más tarde a la izquierda y porúltimo se alejó. El radar de tierra confirmó imágenesno identificadas cerca del avión en esos momentos.

Unos 23 000 fotogramas fueron entregados para suanálisis al doctor Bruce Maccabee, un físico óptico quetrabajaba para la Armada de los Estados Unidos. Lapelícula mostraba varias secuencias breves, de imáge-nes extrañas e inidentificables, una de las cuales teníala forma de campana de que había hablado el fotó-grafo. Otra toma mostraba la estela del ovni mientrasdescribía un 8, y otra de las secuencias, el cambio deun objeto desde una forma grande, brillante, amari-llenta y redonda a otra oscura, más rojiza y triangu-lar. El doctor Maccabee calculó que uno de los obje-tos tenía de 18 a 30 metros de diámetro y emitía unaluz equivalente a la de un foco de cien mil vatios. Secalculó que el ovni que hacía el 8 iba a unos 4 800 ki-lómetros por hora.

La película y el resto de la documentación fueronmás tarde examinados por un grupo de científicos es-

Arriba, dos imágenes rea-lizadas por computadorade la película de un ovni to-mada sobre Nueva Zelan-dia en la madrugada del 31de diciembre de 1978. A laizq., foto de otro objetovolador no identificado vis-to el 3 de enero de 1979.

tadounidenses, especialistas en óptica. rzricy .fisiología óptica y astronomía. A pesar guedeclaraciones oficiales previas rechazaban zbser-vaciones como fenómenos naturales. es -te ezpripintuvo de acuerdo en que las luces registradas rae pucharexplicarse diciendo que eran Venus u otros planetas.ni tampoco estrellas, meteoros, globos, aviones fuerade rumbo, satélites, efectos atmosféricos, luces rellIejadas, ni siquiera un fraude. Las cosas vistas,das y seguidas por el radar entre Christchurch y Bleu-heim eran sin duda objetos voladores no identi. 5.m-bles. ( The Encyclopedia of UFOs, Ronald D. S:cr -y.ed., págs. 393-95)

ENCUENTROS CERCANOS DEL PRIMER TIPO

Uno de los primeros informes de la visión cercana deun ovni que pasaba fue el de Clarence S. Chiles y JohnB. Whitted, pilotos de la Eastern Airlines, el 24 de ju-lio de 1948.

A las 2:45 de la madrugada, 30 kilómetros al oestede Montgomery (Alabama), vieron un avión que se di-rigía hacia ellos y lo tomaron por un caza:

Llevaba rumbo suroeste, exactamente contrario alnuestro. Lo que fuese se precipitó hacia nosotros auna velocidad espantosa. Viramos a la izquierda, yaquello viró bruscamente también y pasó frente anosotros, unos 200 metros a la derecha. Entonces vique no tenía alas.

Cuando las ,fuerzas aéreasinvestigaron el ovni visto pordos pilotos en 1948, acorda-ron que "no es de origen te-rrestre", opinión que respal-da esta ilustración. En losaños sesenta el avistamientofue reclasificado como unmeteoro. A la luz de los in-formes, tal explicación noparece muy verosímil.

Tal fue el informe de Chiles. El misterioso aparatopasó por el lado de Whitted, de modo que fue éstequien lo vio mejor. Según él:

Tenía unos 35 metros de largo, en forma de cigarroy sin alas, y aproximadamente el diámetro de unB-29 sin salientes.

El oficial Chiles añadió a la descripción:

Del costado de la nave salía un intenso resplandorazul oscuro que iba a todo lo largo del fuselaje,como una luz fluorescente azul. El escape era unallama de un rojo anaranjado...

Ambos vieron filas de ventanas y una luz brillantedentro del objeto. Chiles observó también una "trom-pa" que sobresalía como un mástil de radar del fren-

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te de la nave. Tras pasar junto a ellos, el ovni se in-trodujo en unas nubes y lo perdieron de vista.

Chiles visitó entonces la cabina para hablar con lospasajeros. El único que estaba despierto era ClarenceMcKelvie. También él había visto pasar junto a la ven-tanilla una especie de relámpago. "Parecía un ciga-rro con una llama color cereza saliendo de la parte deatrás. Había una fila de ventanas... Desapareció muyrápidamente", dijo. Los investigadores de las Fuer-zas Aéreas, incapaces de identificar el aparato, aca-baron por calificarlo de meteoro y cerraron el caso.(Robert Emenegger, UFO's Past, Present and Futu-re, págs. 36-41; Brinsley Le Poer Trench, The FlyingSaucer Story, págs. 24-25)

Cerca de Amiens (Francia), a unos 115 kilómetros alnorte de París, dos albañiles vieron algo insólito ha-cia las 7:15 de la mañana del 7 de septiembre de 1954.Émile Renard e Yves Degillerboz iban en bicicleta asu trabajo cuando tuvieron que detenerse para arre-glar una llanta ponchada. Entonces atrajo su atenciónun silo de extraño aspecto que había en el campo, aunos 200 metros. Parecía como si estuviese "sin ter-minar", con un "plato volteado encima".

Después, para su asombro, el "silo" empezó a ba-lancearse de atrás hacia adelante y a oscilar lentamente.Cuando los albañiles dejaron sus bicicletas y corrie-ron hacia él, el objeto despegó inclinado, ascendien-do en diagonal durante unos 15 metros para despuésvolar hacia arriba en línea recta. Contemplaron elovni durante unos tres minutos hasta que desaparecióentre las nubes. Renard recordaba:

El objeto volaba sin hacer el menor ruido,despidiendo un poco de humo por abajo y a laderecha. Era de un color gris azulado y podía tenerunos 9 metros de diámetro y unos 3 de altura.Como ya dije, parecía un plato volteado. En laparte de abajo, a la izquierda, pudimos ver unaespecie de placa, como una puerta, más ancha quealta. Aquello estaba a unos 130 metros de nosotroscuando despegó...

Los albañiles contaron su historia a un gendarmelocal, quien, muy en contra de su voluntad, les hizorepetirla a la policía de la ciudad vecina.

El mismo día, en pueblos dispersos a 30 kilómetrosa la redonda de este encuentro, muchas personas quedijeron haber visto un objeto coincidieron en todoslos detalles de hora, dimensiones y color con el infor-me de los albañiles. (Aimé Michel, Flying Saucers andthe Straight-Line Mystery, págs. 35-38)

Al agente Reg Toland, de guardia en el puesto de po-licía de Exeter (Nuevo Hampshire), le sorprendió a las2:24 de la madrugada del 3 de septiembre de 1965 lairrupción de un joven asustado. Se llamaba NormanMuscarello y estaba al borde del histerismo. Se diri-gía a su domicilio de Exeter cuando, tras cruzar a piela divisoria del condado, vio de pronto venir "flotan-do desde el cielo" hacia él un objeto redondo de 25

Los policías David Hunt (izquierda) y Eugene Ber-trand, de Exeter (Nuevo Hampshire), vieron de cercaun ovni con luces intermitentes. Ambos estaban segu-ros de que no era un avión común.

a 30 metros de diámetro con luces rojas destellantesen el borde. Aquello "se balanceó, dio bandazos y que-dó cerniéndose" sobre su cabeza sin hacer el menorruido, por lo que, temiendo que fuese a aplastarlo, selanzó a la cuneta. Pero el ovni se alejó lentamente, de-teniéndose un rato sobre una de las dos casas cerca-nas. Después, bruscamente, desapareció.

Muscarello, presa del pánico, pidió que lo llevasenal puesto de policía de Exeter. El agente Toland tomónota de lo que le contó, sin saber qué pensar. Pero,profesional concienzudo, llamó a una patrulla paraque fuera a investigar. El policía que respondió a lallamada, Eugene Bertrand, le dijo a Toland que pre-cisamente acababa de hablar con una mujer que esta-ba aterrorizada en su coche estacionado porque tam-bién ella había visto un gran objeto redondo que vo-laba muy bajo con luces rojas centelleantes.

Bertrand condujo a Muscarello de vuelta al lugardonde éste había visto el ovni. Mientras caminabanpor el campo, Bertrand, que pensaba que el objeto deque hablaban no era más que un helicóptero, lo viopor sí mismo. Había vuelto y se cernía en silencio aunos 30 metros sobre el campo. A los pocos minutosllegó otra patrulla, pedida por radio, y manejada porDavid Hunt. El ovni seguía allí, y los dos policías yMuscarello observaron cómo sus brillantes luces ro-jas se encendían y apagaban, tiñendo de escarlata elsuelo. Finalmente empezó a alejarse, deteniéndose aintervalos antes de ascender y desaparecer hacia el este.

El ovni fue visto, no sólo por Muscarello y los dospolicías, sino también por otras personas de la zonade Exeter, que informaron haber observado lo que eraal parecer el mismo objeto.

El caso fue investigado por las fuerzas aéreas, peronunca se atribuyó a fenómenos naturales o aviones co-nocidos. (Look, 30:36-42, 22 de febrero de 1966; LenOrtzen, Strange Stories of UFOs, págs. 129-31)

En la madrugada del 17 de abril de 1966, cerca de Ra-venna (Ohio), cuatro policías persiguieron durante

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Los ovnis, ¿ilusión o realidad?

Los científicos siempre tienen explicaciones que tra-ducen la mayoría de las apariciones de ovnis a fenó-menos físicos conocidos. Pero entre tanto, la comple-jidad del fenómeno ovni ha llevado a un enfoque re-lativamente nuevo del problema de su realidad.

¿Estarán los relatos de ovnis relacionados con lasmuchas experiencias psíquicas y paranormales que hansido relatadas a lo largo de la historia? Ciertamente,los informes sobre esos extraños objetos, y sobre susraros ocupantes, que a veces transmiten mensajes alos humanos, tienen un carácter mítico y a menudovisionario.

En su libro Pasaporte a Magonia, Jacques Valléerastrea los numerosos paralelos entre los antiguos mi-tos de todas las culturas y las actuales historias de ov-nis. Incluso llega a sugerir que estas experiencias sonde naturaleza paranormal y constituyen en la era es-pacial el equivalente de un fenómeno que adopta di-ferentes disfraces en los diferentes contextos históri-cos. Vallée sugiere que la vida humana está sujeta ala imaginación y al mito, y que las experiencias para-normales son el medio por el que el hombre se formaconstantemente ideas acerca de sí mismo y de su uni-verso. Tales experiencias cobran especial importanciaen épocas de tensión social. En su opinión, el fenó-meno ovni es la "herramienta" actual de este sistemade control. El gran misterio es si ese control formaparte de la estructura genética del hombre o le es im-puesto a través de una intervención extraterrestre.

El psiquiatra Carl G. Jung propuso también una ex-plicación "supranormal" para los ovnis. En su obraFlying Saucers: A Modem Myth of Things Seen in theSkies sugería que el fenómeno ovni es una manifesta-ción del "inconsciente colectivo" del hombre, un de-pósito de imágenes e impresiones arquetípicas queafloran en forma de símbolos, sueños y mitos, y pre-dispone al hombre a producir ideas muy semejantes,cualquiera que sea la época o el lugar. Señalaba el pa-ralelismo entre el antiguo símbolo religioso al que lla-maba mandala —un dibujo circular que representa "laidea de lo universal"— y la forma redonda de la ma-yoría de los ovnis. Jung consideraba éstos como unaproyección psicológica de las esperanzas y temores delhombre en un mundo incierto. Con ello los privabade realidad física.

Las ideas de Vallée se parecen a las de Jung en mu-chos aspectos, pero difieren al aceptar la existencia delos ovnis, en el sentido de que quienes dicen haberlosvisto se han hallado ante un acontecimiento real. Enel número de Fate de febrero de 1978 sugiere que loque experimentaron es algún tipo de cambio en la ener-gía electromagnética de su entorno inmediato, produci-

do por el propio testigo, de un modo interno y espon-táneo, o por algún agente externo. En cualquier caso,

lo que nos cuentan [los testigos] es que hanvisto un platillo volador [o que tuvieron unencuentro con extraterrestres]. Pero puedenhaberlo visto o... haber visto su imagen, ohaber tenido una alucinación bajo la influenciade una radiación de microondas, o puedenhaber ocurrido otras muchas cosas. El hecho esque los testigos sufrieron los efectos de unacontecimiento, y como resultado experimentaronuna alteración extremadamente compleja de lapercepción que los hizo describir el objeto uobjetos que figuran en su declaración.

Las teorías de Jung y Vallée parecen verse respal-dadas por el análisis de las historias que cuentan los"secuestrados" por un ovni. Aunque los detalles desus relatos varían mucho, describen una serie de acon-tecimientos parecida: la persona ve una luz brillante;es conducida a la nave, a menudo en estado semicons-ciente, casi "extracorpóreo"; sufre un reconocimien-to, entra en comunicación telepática con los "extra-terrestres" y por último regresa.

Esa misma secuencia de acontecimientos la descri-ben sujetos hipnotizados que nunca han tenido la ex-periencia de un encuentro con un ovni, pero a quie-nes se ha pedido que la imaginen. Esto no niega enmodo alguno la validez del testimonio de los testigos"auténticos"; más bien sugiere que la mente humanaestá "programada" para pensar de cierta manera enrespuesta a ciertos estímulos. Al parecer son numero-sos los estímulos capaces de producir el peculiar esta-do de conciencia susceptible a las experiencias tipo ov-ni. Tales estímulos pueden ser drogas que alteran lamente, la cercanía de la muerte, tal vez la carga eléc-trica que provoca un rayo bola o... un verdadero en-cuentro con un platillo volador.

Los acontecimientos descritos por quienes han vuel-to a un estado de conciencia normal, desde las puer-tas de la muerte o desde un estado alucinatorio o hip-nótico o un trance religioso, son asombrosamente pa-recidos, y en ellos figuran la luz, el "guía" o "rap-tor", el examen, los mensajes, etc.

Todo esto sugiere la posibilidad de que en la mentehaya una matriz común que puede ser accionada pa-ra propiciar experiencias paranormales del tipo en elque intervienen ovnis. Hasta qué punto pueden lla-marse reales tales experiencias pasa a ser una puracuestión semántica. No obstante, la teoría "paranor-mal" ofrece un nuevo aspecto de lo que sigue siendoun fenómeno inexplicable.

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E¿r vicealguacil Dale Spaur persiguió a un ovni pareci-do a la cabeza de la linterna que aquí sostiene. El di-bujo (recuadro) fue hecho a partir de bocetos del pro-pio Spaur.

más de una hora a un objeto brillantemente ilumina-do "tan grande como una casa" . Los primeros impli-cados fueron el vicealguacil Dale Spaur y su ayudan-te, Wilbur Neff, que poco antes del amanecer vieronel objeto cuando se acercaba volando bajo sobre losbosques. Era tan brillante que tuvieron que apartarla vista. Mientras se cernía sobre ellos con un zumbi-do, los dos policías se refugiaron en su coche. Final-mente el ovni se alejó y Spaur llamó a la jefatura paradar cuenta del incidente. Le dijeron que persiguieseal objeto. Éste volaba lentamente rumbo a Pennsylva-nia. Spaur y Neff le dieron caza durante unos 60 kiló-metros antes de encontrarse con Wayne Huston, otropolicía que también lo había visto pasar sobre él y seunió a la persecución. Lo que sigue es un extracto delinforme de Huston:

Lo vi pasar sobre mi cabeza. Lo más aproximadoque puedo decir es que se parecía a un cono dehelado, con la punta hacia abajo; arriba teníaforma de cúpula. Llegaron por la carretera Spaur yNeff, que venían persiguiéndolo, y los seguí.Íbamos entre 130 y 135 kilómetros por hora... Loteníamos delante.

Llevaban ya recorridos otros 60 kilómetros cuandovieron otro coche de la policía estacionado al bordede la carretera. Junto a él estaba el agente Frank Pan-zanella, contemplando asombrado el ovni. Más tardedijo que llevaba observándolo unos 10 minutos:

Era muy brillante y tenía de 8 a 10 metros dediámetro. Después se alejó... y ascendió muy deprisa a más de 1 000 metros y siguió subiendo hastaser tan pequeño como un bolígrafo... Los cuatrovimos cómo aquello ascendía y desaparecía...

Las declaraciones juradas de los cuatro agentes coin-cidían en todos los detalles. Momentos antes de desa-parecer el ovni, todos ellos vieron pasar bajo él unavión procedente del aeropuerto de Pittsburgh.

Tras una larga investigación, las fuerzas aéreas des-cartaron el avistamiento como "interpretaciones erró-neas de objetos convencionales y fenómenos natura-les", explicación inverosímil si tenemos en cuenta to-do lo ocurrido. ( The Encyclopedia of UFOs, RonaldD. Story, ed., págs. 271-72; Len Ortzen, Strange Sto-ries of UFOs, págs. 59-63)

Una carretera cerca de Gdansk (la antigua Danzig, enPolonia) fue el escenario de un sobrecogedor encuen-tro con un ovni el 5 de septiembre de 1980. Hacia las3:30 de la madrugada, una ambulancia en la que ibanla doctora Bárbara Piazza, el chofer y un camillerollevaba a toda prisa al hospital a Elzbieta Pluta, a pun-to de dar a luz. De repente la doctora Piazza vio enel cielo una gran bola roja. Preguntó qué podía ser,y todos bromearon diciendo que era un ovni. La bolafue haciéndose mayor, hasta que tuvo aproximada-mente el tamaño de la Luna, visible en ese momento.Pronto estuvo al nivel de las copas de los árboles ya unos 200 metros de distancia. El chofer aceleró, pe-ro el objeto, como dijo la doctora, "estaba bajo con-trol inteligente. No podíamos dejarlo atrás. ¡Corríatras de nosotros!" De repente la bola roja aparecióa unos 180 metros de la ambulancia y le cerró el paso,pues sus bordes sobresalían medio metro a cada ladode la calzada de casi seis metros de ancho.

Todos vieron las bandas curvadas sobre la superfi-cie, las líneas negras irregulares que subían y bajabanverticalmente, y las manchas amarillo anaranjado so-bre el exterior carmesí. Dos guardias del cercano pa-so del tren estaban también contemplando el ovni. Lascontracciones de la señora Pluta se habían hecho másfrecuentes. La doctora llamó por radio a la policía,para comunicarles que un ovni "bloqueaba la carre-tera". Desesperada, dijo al chofer que hiciese deste-llos con los faros. Lo hizo dos veces, y el ovni que te-nía enfrente desapareció "como cuando se apaga untelevisor". La ambulancia llegó al hospital diez mi-nutos más tarde, y la señora Pluta dio a luz una her-mosa niña de 2.7 kilos. (Flying Saucer Review, 26:2-4,marzo de 1981)

ENCUENTROS CERCANOS DEL SEGUNDO TIPO

El del "jefe de exploradores de Florida" es uno de losprimeros informes estadounidenses de un ovni que dejapruebas tangibles en el suelo. La noche del 19 de agostode 1952, C.S. Desverges llevaba a tres boy scouts a casacuando vio una luz encima de un bosquecillo de pal-mitos. El jefe de exploradores detuvo el coche, dijoa los chicos que si no volvía dentro de un cuarto dehora fuesen a buscar ayuda y siguió a pie provisto deuna linterna, para investigar lo que pensó que podíaser el aterrizaje de emergencia de un pequeño avión.

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con él en una carretera de Texas la noche del 2 de no-viembre de 1957:

•C. S. Desverges lee una información sobre su encuen-tro. Los investigadores de las fuerzas aéreas decidie-ron que se trataba de un fraude, pero no pudieron ex-plicar cómo había sido perpetrado.

Según contó Desverges más tarde al alguacil y a losoficiales de las fuerzas aéreas, mientras se abría pasocon un machete por el bosquecillo hasta el lugar don-de creía haber visto la luz notó un olor penetrante yun súbito aumento de la temperatura. Siguió adelan-te durante unos 30 metros, hasta llegar a un claro. Allíel calor se hizo casi insoportable. Cuando miró al cie-lo para orientarse, una forma oscura le obstruyó to-talmente la visión. Retrocedió y enfocó con su linter-na el objeto, que se cernía a unos 10 ó 12 metros delsuelo. Tenía forma de disco, con la superficie lisa ygris. La parte inferior era cóncava, y la superior teniauna cúpula en el centro. A lo largo de los bordes ha-bía aletas, con pequeñas aberturas entre ellas. Despuésoyó un ruido "como cuando se abre una puerta de se-guridad bien engrasada", y una pequeña bola roja,que fue expandiéndose hasta formar una especie deniebla rojiza, vino hacia él. Cuando la niebla lo en-volvió, se desmayó.

Los muchachos habían estado siguiendo la marchade su jefe a través de la espesura por la luz de su linter-na. Al cabo de 10 minutos, contaron más tarde, lo vie-ron dirigir la luz hacia arriba; después lo envolvió unabola de fuego rojo y lo vieron caer. Salieron del cochey corrieron en busca de ayuda a una granja vecina.

Cuando llegaron el vicealguacil y un agente, Des-verges había recobrado el sentido y volvía tambaleán-dose a la carretera. Contó su historia de un modo co-herente y volvieron todos al claro; pero, aparte de en-contrar la linterna y el machete de Desverges en el sue-lo, y alguna hierba aplastada, no se veía nada anor-mal. Sólo más tarde, cuando volvían en el coche, no-tó Desverges que tenía chamuscado el vello de los bra-zos y leves quemaduras en brazos y manos. Tambiénsu gorra estaba ligeramente chamuscada.

No obstante, las heridas de Desverges no tuvieronexplicación, coma tampoco los pequeños agujeros yseñales de quemaduras de su gorra, que parecían he-chos por chispas eléctricas. ( The Encyclopedia ofUFOs, Ronald D. Story, ed., págs. 128-31; Len Ort-zen, Strange Stories of UFOs, págs. 28-33)

La siguiente declaración fue hecha por el chofer Pe-dro Saucedo y confirmada por otro chofer que estaba

Conducía mi camión por la carretera 116. hacia elnorte. A unos 6 kilómetros de Levelland (Texas) senfrente una gran llama... Pensé que sería unrelámpago, pero cuando aquel objeto llegó a dondeyo estaba me convencí de que no, pues hizo quetanto el motor de mi camión como las luces dejasende funcionar... Parecía un torpedo de unos 70metros de largo, e iría a una velocidad como de 900a 1 200 kilómetros por hora.

Cuando las deslumbrantes luces del ovni se perdie-ron a lo lejos, los faros del camión volvieron a encen-derse y el motor arrancó con facilidad.

Al policía de tránsito A.J. Fowler, que recibió lallamada, un tanto histérica, en que Saucedo cuenta elincidente, le llegaron esa noche otras quince de perso-nas que habían visto una especie de gran ovni al mis-mo tiempo que los motores de sus coches dejaban defuncionar. Según la declaración firmada más tarde poruno de los que telefonearon.

vi un objeto de forma ovalada y fondo plano,plantado allí enfrente, en la carretera... Tendríaunos 40 metros de largo... y relucía con una luzverdiazulada. Parecía estar hecho de un materialsemejante al aluminio, pero no tenía marcas deidentificación. Finalmente se elevó por los aires,casi en vertical.

(Robert Emenegger, UFO's Past, Present and Futu-re, pág. 54; Len Ortzen, Strange Stories of UFOs,págs. 40-41)

Un cultivador de plátanos, George Pedley, de Tully(Queensland del Norte, Australia), iba a las 9 de la ma-ñana del 19 de enero de 1966 manejando su tractorpor la vecina plantación de caña de Albert Pennisicuando vio una "nave espacial" elevarse de la lagunade Horseshoe, zona pantanosa de la que apenas lo se-paraban 25 metros. Describió la nave como de colorbeige azulado y de unos 8 metros de ancho por 3 dealto, y añadió:

Giraba a una velocidad tremenda mientras seelevaba verticalmente hasta unos 20 metros.Después hizo una breve picada y ascendióbruscamente. Viajando a una velocidad fantástica,se alejó en dirección suroeste. Se perdió de vista enpocos segundos.

Cuando Pedley reconoció el lugar donde había vis-to el ovni, encontró una zona circular aplastada deunos 10 metros de diámetro. Dentro del círculo losjuncos

estaban sin excepción torcidos por debajo del niveldel agua, muertos y arremolinados en el sentido delas agujas del reloj, como si hubieran estadosometidos a una tremenda fuerza rotatoria.

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Este "nido de platillo" australiano muestra un perí-metro bien definido y un círculo de juncos rotos quesugieren que desde allí pudo ascender un objetogiratorio.

Más tarde, Pedley dijo que había notado olor a azu-fre en la zona que rodeaba el "nido", después de quese alejó el ovni.

La investigación de la zona circular permitió ver queen su interior había una capa de 23 centímetros de jun-cos arrancados de raíz y que flotaban en metro y me-dio de agua. Debajo del "nido" se descubrieron tresgrandes agujeros, que se pensó que eran "señales delaterrizaje". Más tarde se descubrieron otros dos "ni-dos" a sólo 25 metros del primero.

El veredicto oficial fue que los "nidos" eran "el re-sultado de una fuerte turbulencia, como las que nor-malmente acompañan a las borrascas y tormentas queabundan en Queensland del Norte en esa época delaño". Pero ese día hacía buen tiempo. ( The Encyclo-pedia of UFOs, Ronald D. Story, ed., págs. 370-71)

Cerca de Delphos (Kansas), Ronald Johnson, un chi-co de 16 años, cuidaba las ovejas en la granja de supadre en compañía de su perro la noche del 2 de no-viembre de 1971. De repente vio un objeto en formade hongo, con la superficie cubierta de luces multico-lores. El ovni estaba a sólo 25 metros, cerniéndose aunos 60 centímetros del suelo. Ronald calculó que ten-dría unos tres metros de diámetro. El objeto hacía unruido muy parecido al de "una lavadora vieja que vi-bra". Antes de que despegase, salió de su base unaluz intensa que cegó temporalmente a Ronald. Cuan-do recobró la visión al cabo de unos minutos, corrióa la casa para avisar a sus padres. Salieron, y tambiéndijeron que habían visto el objeto, "a no mucha altu-ra en el cielo", antes de que desapareciese.

En el sitio donde había estado cerniéndose el ovni,los tres testigos vieron "un anillo reluciente en el sue-lo", y luminiscencia en zonas de los árboles circun-dantes. Un investigador dijo que la textura del suelo

La familia Johnson -encon-tró en sus tierras un anilloblanco luminiscente con lasuperficie endurecida. Elanillo, que se pensó que ha-bía sido producido por lacercanía de un ovni, per-maneció visible más de unmes durante el invierno.

"se notaba extraña, con una capa dura y resbaladiza,como si estuviese cristalizado". La madre de Ronalddijo que sintió los dedos dormidos, "como si le hu-biesen aplicado anestesia local", después de tocar lahuella del ovni. Le duró dos semanas. Un mes despuésnevó, y la nieve se fundió en el suelo r salvo en ese ani-llo, que permaneció blanco. Al examinarlo, resultó queel suelo que había debajo era impermeable al agua yestaba "seco hasta una profundidad de al menos unpie". Además, una muestra de tierra de la zona delanillo presentaba una alta concentración de un orga-nismo primitivo que a menudo crece en compañía deun hongo que a veces es fluorescente. Si la energía queemanaba del ovni había provocado su crecimiento, es-to podría explicar el anillo luminoso.

Después de lo ocurrido, durante aproximadamentedos semanas, las ovejas se escapaban de noche del re-dil y corrían enloquecidas. También el perro tratabadesesperadamente de entrar en casa al anochecer. Ro-nald resultó asimismo afectado, con irritación de ojos,dolores de cabeza y una repetida pesadilla de la quese despertaba gritando. (Jacques Vallée, The Invisi-ble College, págs. 35-38)

Algunas interesantes huellas del aterrizaje de un ovni fue-ron encontradas en los Alpes de Transilvania (Ruma-nia) la noche del 27 de septiembre de 1972. Un vigilantenocturno de la parroquia de Posesti había visto un ob-jeto misterioso cruzar por el cielo y posarse después enla ladera de una colina. A la mañana siguiente los al-deanos encontraron allí un maizal con un grupo de ta-llos doblados como a un metro del suelo. El maíz do-blado formaba un círculo de unos 6 metros de diáme-tro, en cuyo centro había un angosto agujero cilíndricode 2.5 metros de profundidad, aparentemente perfora-do en la tierra. De él irradiaban tres largas huellas rec-tangulares regularmente espaciadas. Los lugareños tu-vieron la impresión de que un objeto redondo con tressoportes se había posado en el maizal.

Semanas después llegó un equipo de investigadoresde la Universidad de Bucarest. Midieron las huellas,fotografiaron el lugar, estudiaron la topografía y sellevaron veinte muestras de suelo y vegetación paraanalizarlas. Los investigadores concluyeron que habíaaterrizado un objeto muy pesado que descansaba so-bre un soporte de tres patas. Puesto que el maíz nohabía sido aplastado, se supuso que el cuerpo habíaestado aproximadamente a un metro del suelo. Elovni debió de haber aterrizado y despegado vertical-mente entre tres manzanos que permanecían intactos.El análisis del suelo reveló una radioactividad insóli-ta, y la muestra de hierba tomada del círculo resultóestar quemada. Se descubrió también que el ritmo bio-lógico de los topos que vivían cerca se había visto per-turbado: aunque todavía era otoño, estaban empezan-do a salir de la hibernación, a diferencia de otrosmiembros de su especie más alejados del lugar. (LenOrtzen, Strange Stories of UFOs, págs. 38-39)

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ENCUENTROS CERCANOS DEL TERCER TIPO

El primer avistamiento de ocupantes de un ovni delque se tuvo noticia tras el caso Arnold ocurrió el 23de julio de 1947 cerca de Bauru (Brasil). José C. Hig-gins, que trabajaba con un equipo de topógrafos, oyóun silbido muy fuerte y penetrante momentos antesde ver cómo aterrizaba un gran objeto en forma dedisco. Calculó que tendría unos 45 metros de diáme-tro. Parecía estar hecho de metal blanco grisáceo, conuna llanta de un metro de ancho alrededor, y descan-saba sobre patas curvas. Los demás miembros del equi-po huyeron y Higgins se encontró solo frente a tresseres de más de dos metros de estatura. Llevaban "tra-jes transparentes que les cubrían la cabeza y el cuer-po, inflados como bolsas de hule", y "cajas de me-tal" a la espalda. Sus ropas, visibles a través de esostrajes exteriores, parecían de papel de colores.

Todos los tripulantes parecían iguales. Tenían enor-mes ojos redondos y grandes cabezas, también redon-deadas, sin cejas ni barbas. Sus cuerpos eran pareci-dos a los nuestros, salvo las piernas, proporcionalmen-te más largas. A Higgins le parecieron muy hermosos,en un estilo asexuado. Uno de ellos utilizó un bastónpara hacer en el suelo ocho agujeros que sugerían unsistema solar con siete planetas. Señaló el más exte-rior como aquel donde vivían y lo llamó Orque. (Pa-ra algunos entusiastas de los ovnis eso quiere decir queprocedían de Urano.) Trataron de convencer a Hig-gins para que subiera a su nave, pero consiguió mar-charse. Oculto durante media hora entre unos mato-rrales, los vio brincar y retozar, jugando a lanzar enor-mes piedras. Después subieron al disco, que despegóy desapareció hacia el norte. (The Humanoids, Char-les Bowen, ed., págs. 88-89)

Entre las primeras noticias de aterrizajes, una de lasmás impresionantes llegó de Flatwoods (Virginia Oc-cidental) en 1952. La noche del 12 de septiembre, ungrupo de jóvenes vieron posarse lo que parecía un"meteoro" en la cima de una colina, y se dirigieronallí con un vecino, sus dos hijos y un miembro de laGuardia Nacional. Todos los testigos afirmaron ha-ber visto un globo tan grande como una casa que emi-tía una especie de zumbido o silbido. Cuando unmiembro del grupo enfocó una linterna a lo que pen-só que eran los ojos de un animal en las ramas de unárbol, vieron todos una enorme figura, de unos 3 a4.5 metros de estatura, con la " 'cara' rojo sangre"

Kathleen May sostiene eldibujo que un profesionalhizo del monstruo de Flat-woods, que ella y otras seispersonas aseguraron habervisto en lo alto de una coli-na de Virginia Occidental.Nótese su tamaño en rela-ción con la figura humana.

y unos extraños " 'ojos' relucientes de un anaranjadoverdoso". El monstruo "flotó" lentamente hacia lostestigos, que huyeron colina abajo. Más tarde apare-cieron en el lugar dos señales de patines paralelas yun gran círculo de hierba aplastada, y persistía un ex-traño olor. (The Encyclopedia of UFOs, Ronald D.Story, ed., págs. 127-28; The Hutnanoids, Charles Ro-wen, ed., págs. 144-45)

En Ranton, cerca de Shrewsbury (Inglaterra), la se-ñora Jennie Roestenberg y sus dos hijos vieron el 11de octubre de 1954, a las 4:45 de la tarde, un ovni enforma de disco y de color aluminio encima de su ca-sa. La señora afirmó que pudo ver a dos "hombres"a través de dos secciones transparentes que había enel costado del objeto. Eran muy pálidos, con el pelohasta los hombros y la frente tan desproporcionada-mente alta que todos sus rasgos parecían concentra-dos en la mitad inferior de la cara. Llevaban trajes azulturquesa como de esquiar y cascos transparentes.Mientras el ovni se cernía inclinado, los dos humanoi-des contemplaban la escena "muy serios, no con se-veridad, sino casi con tristeza, compadecidos". (TheHumanoids, Charles Bowen, ed., pág. 16)

El 28 de noviembre de 1954, a las dos de la madruga-da, dos camioneros, Gustavo González y José Ponce,vieron su vehículo bloqueado por una esfera relucien-te, de casi 3 metros de diámetro, que volaba a unostres metros por encima de la carretera, en las afuerasde Caracas (Venezuela). Cuando González fue a in-vestigar, se vio atacado por un enano peludo e hirsu-to, con garras y ojos brillantes. Al repeler su ataque,comprobó que aquel ser pesaba muy poco pero eramuy fuerte, pues lo mandó a unos cinco metros de dis-tancia. Cuando González dio un navajazo al enano,la hoja rebotó en su cuerpo como si fuese de acero.Otro ser parecido, que salió de la esfera, dejó sin vis-ta a González con "la luz cegadora de un pequeño tu-bo". Durante la pelea, Ponce vio aparecer a otros dosenanos por un lado de la carretera, llevando en los bra-zos lo que parecía ser tierra y piedras. Saltaron ágil-mente a la esfera por una abertura lateral. Ponce, alar-mado, corrió al cercano puesto de policía. Estaba con-tando su historia cuando llegó González, "agotado ymuerto de miedo". Tenía un "largo y profundo ara-ñazo rojo" en el costado. Les administraron calman-tes y estuvieron varios días en observación. Uno delos médicos que los trató más tarde aseguró que él ha-bía visto toda la pelea, exactamente como la habíandescrito los dos hombres, cuando volvía en coche asu casa después de atender una llamada nocturna. (TheHumanoids, Charles Bowen, ed., pág. 93)

Joe Simonton, plomero de Eagle River (Wisconsin),recibió cuatro "tortitas" de manos de uno de los ocu-pantes de un ovni que se cernía sobre su patio. Simon-ton cuenta que el 18 de abril de 1961 oyó un ruido co-mo de "llantas sobre pavimento mojado" antes de ver

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La foto de arriba muestrauna de las cuatro huellasencontradas cerca de Soco-rro, donde se dijo habervisto un ovni y sus ocupan-tes (dibujo) en 1964.

La ilustración de arriba co-rresponde a la descripciónque hizo Joe Simonton dela nave, tripulada por pe-queños seres oscuros, quedijo que había aterrizadocerca de su granja. Les pi-dió y le dieron una especiede galletas como la que sos-tiene a la derecha.

un objeto plateado como "dos palanganas volteadasuna hacia la otra" a pocos centímetros del suelo.Cuando se acercó, se abrió una escotilla de dos me-tros de alto y vio dentro a tres "hombres". Parecíanjóvenes y de un estatura corno de metro y medio, conel pelo oscuro y la cara oscura y lampiña. Uno de ellosdio a Simonton una jarra de color plateado y con dosasas, y le indicó por señas que quería agua. Simontonllenó la jarra y se la devolvió. Entonces vio a un hom-bre "cocinando" sobre una especie de estufa sin lla-ma. Al ver cerca de él un montón de pequeños obje-tos perforados parecidos a galletas, Simonton indicópor señas que quería uno. Uno de los ocupantes aga-rró cuatro de esas "tortitas" y se las dio. Después elovni se remontó en un ángulo de 45 grados, provo-cando una gran ráfaga de viento que hizo inclinarsea los pinos cercanos. Simonton comió una de las ga-lletas. Más tarde dijo que "sabía a cartón". Guardóla segunda y dio las otras dos a diversos comités deinvestigación sobre los ovnis. Al parecer, el grupo dela Northwestern University dijo que la galleta que elloshabían analizado contenía "harina, azúcar y grasa".(The Encyclopedia of UFOs, Ronald D. Story, ed.,págs. 107-08; The Humanoids, Charles Bowen, ed..págs. 161-63)

Un objeto reluciente en forma de huevo, de unos 6 me-tros de largo y 4.5 de ancho, fue visto en sus campospor Gary T. Wilcox, propietario de una explotaciónlechera en Newark Valley, condado de Pitioga (Nue-va York), a las 10 de la mañana del 24 de abril de 1964.De pronto aparecieron dos enanos como de 1.20 me-tros de estatura; llevaban trajes sin costuras y una ca-pucha que les cubría totalmente la cara. Portaban cha-rolas con muestras de suelo con alfalfa y hierba. Unode ellos habló a Wilcox en un inglés impecable, dicién-dole que eran de Marte. La conversación continuó du-rante dos horas. Al parecer, dado que su pueblo ob-tenía el alimento de la atmósfera, sabían muy pocode la agricultura normal. Querían llevarse un saco defertilizante. Cuando se fueron, Wilcox sacó fertilizantede su almacén y lo dejó en el campo. Al día siguienteya no estaba. Al preguntarle si creía que los marcia-

nos habían vuelto a recogerlo, dijo: "Bueno, si alguiense hubiese molestado en darse la caminata hasta esecampo para llevarse una bolsa de abono de ochentacentavos, estaría loco." ( The Encyclopedia of UFOs,Ronald D. Story, ed., págs. 246-48; The Humanoids,Charles Bowen, ed., págs. 163-64)

El caso de Socorro, como fue denominado, provocóun gran revuelo en 1964. La misma noche (24 de abril)en que tuvo lugar en el estado de Nueva York el en-cuentro de Wilcox, un policía de tránsito de NuevoMéxico llamado Lonnie Zamora estaba persiguiendoa un conductor por exceso de velocidad cuando viouna llama azul en el cielo, hacia donde estaba situadoun polvorín de dinamita, al sur de Socorro. Cuandose acercó a la meseta cercana al lugar donde parecíahaberse detenido la llama, pudo vislumbrar un obje-to en un arroyo del que lo separaban unos 150 me-tros. El ovni era de forma elíptica y tenía patas comosoporte. Cerca de él había dos siluetas "como de jo-ven o adulto de poca estatura", vestidas de blanco obeige. Una de ellas pareció mirarlo sorprendida. Cuan-do Zamora salió del coche para ver mejor, los ovni-flautas volvieron a entrar en su vehículo y despegaroncon un ruido horrísono.

Zamora volvió a su coche y llamó a jefatura paraque enviasen a alguien. El policía que llegó encontróa Zamora blanco y cubierto de sudor. Ambos hom-bres observaron maleza quemada y varias marcas en

el suelo. Al examinarlas con más atención, vieron queesas "huellas" se componían de "cuatro marcas casicuadradas dispuestas en forma de trapezoide". Pre-sumiblemente habían sido hechas por las patas de lanave. Había cuatro zonas quemadas, tres de ellas den-tro de las huellas. (The Encyclopedia of UFOs, Ro-nald D. Story, ed., págs. 341-44; The Humanoids,Charles Bowen, ed., pág. 164)

ENCUENTROS CERCANOS DEL CUARTO TIPO

Las definiciones de esta categoría varían, pero el co-mún denominador es un contacto extremadamente cer-cano con 16 al'enipenas de un ovni. He aquí algunos

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Comunicación extraterrestreLa idea de que la Tierra está siendo o ha sido visitadapor seres inteligentes del espacio exterior es vista conescepticismo por la comunidad científica. Para algu-nos astrónomos tales visitas son altamente improba-bles, aunque ellos dicen también que es verosímil queentre los miles de millones de galaxias del universo exis-tan civilizaciones adelantadas.

En nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, hay unos200 000 millones de estrellas, de las que una pequeñafracción tienen probablemente planetas en los que esposible la vida. No es inverosímil que en algunos deellos la evolución haya producido seres inteligentes quehayan desarrollado civilizaciones con tecnologías muysuperiores a la nuestra. El astrónomo Carl Sagan pre-vé, en un "cálculo optimista", que dentro de la VíaLáctea puede haber un millón de tales planetas.

¿Por qué entonces, aparte la falta de pruebas con-cretas, les es difícil creer a los científicos que navesespaciales interestelares han visitado la Tierra?

Para empezar, apenas acabarnos de anunciar nues-tra existencia —por radio, en los últimos treintaaños— al resto del universo. Vivimos en el borde denuestra galaxia, y nuestros vecinos más cercanos pue-den estar a centenares de millares de años-luz. Va apasar algún tiempo antes de que les llegue la buenanueva. Probablemente responderán por radio, peropueden tener posibilidades técnicas de viajar a una ve-locidad cercana a la de la luz (300 000 kilómetros porsegundo) y decidir venir a la Tierra. Aún así, haríanfalta varios cientos de miles de años, en tiempo pla-netario, para que sus naves espaciales llegasen hastanosotros y regresasen a su lugar de origen.

Además, la idea de que seres inteligentes del espacioexterior están haciendo a diario, o si se quiere anual-mente, viajes para vernos es presuntuosa. Existiendo

un millón de destinos posibles con civilizaciones adke-lantadas, nuestro planeta, con sus seres comparativa-mente primitivos, difícilmente podría tener más que uminterés antropológico. Aún así, podemos merecer naexcursión de vez en cuando, lo que nos obligaría a pen-sar que el tránsito en el espacio exterior debe de ser muydenso, con ovnis enviados de acá para allá.

Una de las principales razones por las que la cien-cia es tan escéptica en materia de visitas de extrate-rrestres es que, en palabras de Sagan, los relatos denaves espaciales y sus ocupantes son "de una falta deimaginación indigesta". Nuestros informes de encuen-tros cercanos adscriben a esos visitantes nuestra pro-pia tecnología, cuando, dice Sagan, la suya habría deestar "tan lejana de nuestras posibilidades actuales co-mo para que fuese difícil distinguirla de la magia",

También los ovninautas son demasiado parecidosa los terrícolas. Aun cuando las formas de vida deotras partes del universo estarán compuestas también,probablemente, por átomos y moléculas, dados losfactores tan azarosos que intervienen en el procesoevolutivo podemos suponer, dice Sagan, que los ex-traterrestres son totalmente diferentes de nosotros.

Por estas y otras razones, a la ciencia le resulta di-fícil imaginar a toda esa gente de otros mundos en-trando y saliendo de nuestra atmósfera de la maneraerrática atribuida a los ovnis. Aún más difícil resultasuponer que unos seres técnicamente adelantados, quehan conquistado el tiempo y el espacio de manera tandecisiva, no iban a establecer contacto con nosotrosde un modo más eficiente.

A todo esto, los entusiastas de los ovnis replican sim-plemente que el estilo de los extraterrestres no es ne-cesariamente el nuestro, y que para los creyentes susvisitas son, efectivamente, indistinguibles de la magia.

relatos de incidentes cuyos protagonistas fueron lle-vados a una nave extraterrestre. La mayoría de los tes-tigos sólo pueden recordar los detalles del secuestrobajo regresión hipnótica.

Si hemos de creer la historia que contó Antonio Vi-llas Boas, agricultor brasileño de 23 años, bien podríaser padre de un niño extraterrestre. Según la declara-ción que hizo ante el doctor Olavo Fontes, que lo exa-minó y trató de lo que parecía un envenenamiento porradiación, los elementos clave de este extraño y muyíntimo encuentro son los siguientes:

A la una de la madrugada del 15 de octubre de 1957,Villas Boas estaba labrando un campo con su tractorcuando se cernió sobre él y aterrizó allí cerca un "ob-jeto luminoso en forma de huevo" de unos 10 metrosde largo y 7 de ancho. Cuando salieron tres "patas"

de metal de debajo de la máquina, las luces del trac-tor se apagaron y el motor se paró. Después, cuatrofiguras con cascos llevaron a Villas Boas por una es-calera hasta la nave. Dentro había cinco humanoides,que "hablaban" con "una serie de ladridos, algo pa-recidos a los de un perro". Vio sus "ojos claros, queme pareció que eran azules", a través de lentes inser-tos en los cascos. Tenían algo más de metro y mediode estatura e iban "vestidos con overoles muy ceñi-dos". Desnudaron a Villas Boas y le sacaron sangrede la barbilla, pero no sintió "ni dolor ni el piquete",(Durante el reconocimiento a que el doctor Fontes so-metió a Villas Boas, eran claramente visibles en su bar-billa dos cicatrices oscuras.)

Poco después, contó Boas, entró una bella mujerdesnuda. Tras todo tipo de detalles sobre cómo fueseducido por ella, proseguía:

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Antonio Villas Boas hizo estos dibujos de la nave es-pacial a la que aseguró que lo habían llevado. Antesde visitarla, conoció a una bella mujer.

Poco después de habernos separado, se abrió lapuerta y apareció en el umbral uno de los hombres,que llamó a la mujer. Ella salió; pero antes de irsese volvió, señaló su vientre, me señaló a mí y porúltimo, con una sonrisa (o algo parecido), señaló elcielo, creo que en dirección sur.

Después volvió uno de los hombres y le entregó suropa. Sólo faltaba el encendedor Hornero. A conti-nuación lo llevaron a visitarla nave, que describió congran detalle, especialmente la gran cúpula en formade plato que al girar silbaba con "un ruido como elde un aspirador". Por último el guía señaló la escale-ra de metal por la que Villas Boas había entrado enla nave, y éste desembarcó. Vio el ovni elevarse des-pacio mientras recogía las "patas". La cópula empe-zó a girar cada vez más de prisa, mientras las lucesrelampagueaban y cambiaban de color. "Después, in-clinándose ligeramente, aquella extraña máquina sa-lió disparada como un proyectil hacia el sur..."

Según Villas Boas, la aventura duró en total desdela 1:15 hasta las 5:30 de la mañana.

El reconocimiento a que el doctor Fontes lo some-tió cuatro meses después reveló la existencia de las doscicatrices de la barbilla y varias lesiones rojizas ya cu-radas en diversas partes del cuerpo. La conclusión delmédico fue que Villas Boas podía haber sufrido un"envenenamiento por radiación". ( The Encyclopediaof UF0s, Ronald D. Story, ed., págs. 382-83; The Hu-manoids, Charles Bowen, ed., págs. 200-38)

El encuentro de Barney y Betty Hill con un ovni en1961, y sus revelaciones sobre el secuestro subsiguien-te —conseguidas en 1964, bajo hipnosis, por un psi-quiatra de Boston— fueron noticia de primera pági-na y tema de libros durante varios años. He aquí loque ocurrió alrededor de la medianoche del 19 de sep-tiembre de 1961:

Betty y Barney Hill volvían a su casa de Portsmouth(Nuevo Hampshire, E.U.A.) después de unas vacacio-nes en Canadá. Se dirigían hacia el sur por la carrete-ra U.S.3 y acababan de pasar el pueblo de Lancastercuando vieron moverse una luz en el cielo. Al parary bajarse, notaron que el objeto seguía un curso muyirregular. Continuaron, deteniéndose de vez en cuan-do para observar los silenciosos movimientos de la luz.Cuando llegaron al monte White, se diría que el obje-to, que ahora parecía mucho mayor, seguía un rum-

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bo paralelo a su coche. De repente, cerca de IndianHead, apareció frente a ellos. Dejando el motor enmarcha, Barney se bajó para observarlo con sus pris-máticos. Vio de 5 a 11 siluetas que se movían detrásde una doble hilera de ventanas. Betty, que observa-ba a su marido desde el coche, lo oyó repetir: "¡Nopuedo creerlo? ¡No puedo creerlo?", y añadir: " ¡Es-to es ridículo!" Ella no vio el descenso del ovni ni alos humanoides observados por Barney. Llevaban uni-formes negros relucientes que parecían de cuero, y go-rras negras con visera. Se movían con extraña preci-sión militar.

Ahora el ovni estaba a sólo unos 20 metros de altu-ra y unos 40 de distancia. Barney se precipitó haciael coche gritando "¡Van a capturarnos!", pisó el ace-lerador a fondo y partió como un poseso. Mientrasescapaban, Betty no podía ver el objeto, pero Barneypensaba que lo tenían encima. De repente oyeron unaespecie de pitido, como el sonido de un diapasón. Des-pués les entró sueño.

Se encontraron manejando, unas dos horas más tar-de, cerca de Ashland, 55 kilómetros al sur de IndianHead, y siguieron hacia su casa, perplejos e incómo-dos ante la idea de las dos horas perdidas.

Al día siguiente informaron de su experiencia en labase de las fuerzas aéreas de Pease, y el incidente fuecuidadosamente registrado. Pocos días más tarde,Betty se puso en contacto con el Comité Nacional deInvestigaciones sobre Fenómenos Aéreos (NICAP), enWashington, D.C., de donde enviaron a un investiga-dor para comprobar su historia. Diez días después delincidente, Betty empezó a experimentar pesadillas re-currentes, en las que un grupo de 8 a 11 hombres, deuniforme y con gorras "militares", se plantaban enmedio de la carretera para detener el coche del matri-monio. El "jefe" aseguraba a la pareja que no ibana hacerles daño. Después los llevaban a bordo de unanave en forma de disco y los sometían a reconocimien-to. A Betty le tomaban muestras de pelo, uñas y ras-pados de piel. Después la pareja era devuelta al cochey se les permitía continuar.

A los Hill la experiencia del ovni les produjo unainsoportable sensación de ansiedad persistente. Al finfueron a ver al doctor Benjamin Simon, un destacadopsiquiatra de Boston especializado en tratar los desór-

Mientras viajaban por losmontes White de NuevoHampshire una noche de1961, Betty y Barney Hilltuvieron un impresionanteencuentro con un ovni ysus ocupantes.

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denes de la personalidad y la amnesia mediante lahipnoterapia.

El doctor Simon los trató durante seis meses, a partirde enero de 1964. Durante este periodo, bajo regre-sión hipnótica, fueron revelando detalles asombrosos.Las historias de ambos sobre la aparición y la conductade sus raptores parecían coincidir. En esencia, lo querecordaban bajo hipnosis se parecía mucho al conte-nido de las pesadillas de Betty: su secuestro a fin desometerlos a un reconocimiento físico.

Uno de los aspectos más fascinantes del caso es el"mapa estelar" que el jefe mostró a Betty cuando és-ta le preguntó de dónde procedían, y que ella dibujómás tarde bajo sugestión posthipnótica. Varios añosdespués, una investigación astronómica, basada en da-tos recién publicados (y que no eran conocidos en1961), reveló, cerca de dos estrellas llamadas Zeta Re-tículo, un enjambre de estrellas de una configuraciónsorprendentemente parecida a la del "mapa" dibuja-do por Betty. Esta "correspondencia" ha sido temamuy controvertido entre los investigadores de ovnis yvarios miembros de la comunidad científica.

La opinión profesional del doctor Simon es que loque contaron los Hill de su secuestro por ovninautasfue pura fantasía. La razón de que el relato de Bar-ney coincidiese tan exactamente con el de Betty es queél recordaba y creía todos los detalles de lo que Bettyexperimentaba en sus sueños y que después le conta-ba. Las personas no dicen necesariamente la verdadcuando están bajo hipnosis; lo único que hacen es de-cir lo que creen que es la verdad. ( The Encyclopediaof UFOs, Ronald D. Story, ed., págs. 172-77; The Hu-manoids, Charles Bowen, ed., págs. 239-41)

Calvin Parker y Charles Hickson estaban pescandocerca de Pascagoula (Mississippi) la noche del 11 deoctubre de 1973 cuando ambos vieron cómo aterriza-ba allí cerca un brillante objeto ovalado de 6 metrosde largo. De su interior salieron y avanzaron hacia ellostres criaturas de metro y medio de estatura, color grispálido y la piel horriblemente arrugada. No tenían cue-llo, sus brazos terminaban en una especie de garrascon sólo dos dedos, y tenían las piernas como fundi-das juntas. Parker se desmayó al verlos, y Hickson fuetransportado por una de las criaturas, mientras otrallevaba a su inconsciente compañero. "Flotaron" ha-cia el ovni y entraron en él. Hickson se encontró enuna sala brillantemente iluminada, donde un gran apa-rato "parecido a un ojo" lo "examinó" minuciosa-mente. Después ambos fueron sacados "flotando" delovni y depositados otra vez a la orilla del río. Los doshombres, tras algunas dudas y unos cuantos tragos,contaron su historia a un alguacil, y el incidente tras-cendió a la prensa. Una prueba con el detector de men-tiras, que supuestamente corroboraba su relato, fuemás tarde puesta en duda. Hickson se negó entoncesa sufrir nuevos exámenes. Dado que a ambos hom-bres les asustaba la hipnosis y no quisieron sometersea ella, no pudo conseguirse penetrar más en lo ocurri-

do mediante esa técnica. (The Encyclopedia cryRonald D. Story, ed,, págs. 260-62)

Carlos Alberto Díaz, un camarero de 28 años del pue-blo argentino de Ingeniero White, fue encorando sea-dido al borde de la carretera hacia las siete de La ma-ñana del 5 de enero de 1975. Se le veía el cuero 1>1.:./ge-liudo en varias zonas donde le faltaban mechanpelo. Fue llevado a un hospital de Buenos Aires, a 44kilómetros (a unos 560 de su ciudad natal), y PIE Díazaseguró que el pelo le había sido arrancado porhumanoides de piel como de hule "verde museo — ybrazos rechonchos provistos de ventosas. Cuarenta yseis médicos y especialistas y varios investigadores dela policía examinaron e interrogaron a Díaz, quien contranquilidad y verosimilitud se mantuvo en la versiónde que había sido un secuestro.

Dijo que había salido de trabajar de madrugada, y,al volver a casa, iba cruzando una estación de ferro-carril abandonada cuando vio un rayo de luz muy bri-llante, pero en zigzag, que tomó por un relámpago yde momento lo cegó. Cuando pudo volver a ver, seencontró paralizado, y oyó un zumbido persistente enel aire. De repente se sintió "aspirado y absorbido"por el "zumbido como de viento del rayo". Despuésse desmayó. Se despertó dentro de una "esfera" va-cía, lisa y reluciente, de unos 2.5 metros de ancho y3 de alto. Tres de aquellos seres "se deslizaron" den-tro y empezaron a hacer presión con sus curiosos bra-zos contra su largo pelo, "aspirando" mechones en-teros a un tiempo pero sin causarle el menor dolor.Las cabezas de esos seres eran la mitad de las nuestrasy totalmente calvas; sus caras, color verde musgo, ca-recían de rasgos, no tenían ni ojos, ni nariz, ni boca,ni orejas. Medían aproximadamente 1.70 y teníancuerpos esbeltos cubiertos de un "hule" suave de co-lor crema pálido. Mientras "extraían" mechones delpelo de Díaz brincaban de júbilo. Después de traba-jar en su cabeza empezaron a quitarle mechones delpecho, y Díaz volvió a desmayarse.

Horas más tarde se encontró acostado en la hierbaal sol de la mañana. Tenía al lado su bolsa. Al mirarel reloj, vio que estaba parado a las 3:50, cuando evi-dentemente era ya mucho más tarde. Sintió náuseasy empezó a vomitar. En ese momento fue visto porun automovilista, que vino en su ayuda.

El reconocimiento médico puso en evidencia queparte del pelo de la cabeza y el pecho de Díaz habíasido indudablemente arrancado. Una parte parecía ha-ber sido cortada, pero otra había sido extraída de raíz.dejando los tejidos capilares circundantes completa-mente limpios. No se sabe cómo pudieron hacerlo.Una teoría dice que esos "seres" ejercieron una suc-ción suficiente para dilatar los bulbos capilares en tor-no a las raíces, de modo que los pelos salieron suave-mente. Aparte de la falta de pelo y las náuseas, quepersistieron varios días, eI equipo médico no encon-tró nada anormal en Díaz, (Flying Saucer Review,21:39-42, noviembre de 1975)

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ALLÁ EN EL CIELO:EXCENTRICIDADES ATMOSFÉRICAS

Y ASTRONÓMICASLos cielos han sido siempre una pantalla en la que los hombres proyectabansus creencias y esperanzas más profundas en el orden del cosmos. El tiempopuede ser impredecible, pero detrás de cada rayo y cada huracán estaba el cicloregular de las estaciones. Meteoros y cometas resplandecían en las alturas, peromás allá de ellos giraban noche tras noche las "estrellas fijas".

Hasta época reciente, los cielos eran vistos como un sistema único; los suce-sos atmosféricos que llamamos "tiempo" no se diferenciaban claramente de losacontecimientos celestes, y a los hechos que regularmente ocurrían juntos se lesatribuían relaciones de causa y efecto. La canícula, los "días del perro" del ve-rano, se remontan a las observaciones de los egipcios de que a la aparición deSirio, el Can, corresponde un periodo de tiempo caliente y sereno. En todas laspartes del mundo la orientación del creciente lunar ha sido interpretada comoindicio de lluvia o sequía. No conviene descartar todas estas creencias como su-persticiones: las relaciones entre las manchas solares y el clima, y entre las fasesde la Luna y las tormentas están siendo estudiadas hoy a fondo. Se cree queambas actúan a través de acciones recíprocas en las capas altas y enrarecidasde la alta atmósfera, y mediante sutiles "mareas aéreas" semejantes a las marinas.

El tiempo a gran escala no pudo ser comprendido sino hasta que se dispusode buenos mapas y comunicaciones para seguir los movimientos del aire. Hoyla red internacional de estaciones y satélites meteorológicos proporciona pre-dicciones fiables y a largo plazo de extensas zonas de la atmósfera, pero, demodo paradójico, los meteorólogos no pueden decirnos si una determinada nu-be descargará sobre nosotros o en la comarca de al lado, o si pasará de largo.Las leyes y estadísticas de tipo general que se aplican al tiempo sirven de pocoa pequeña escala. Los grandes giros del aire a escala continental que confor-man temporadas enteras suelen ser estables de un año para otro. Los pequeños,que pueden transformarse en huracanes, tienden a repetir su recorrido, pero pue-den desviarse sin previo aviso. Los tornados son peligrosamente caprichosos,y los torbellinos y tormentas de polvo, totalmente impredecibles.

Lo mismo ocurre con los accidentes atmosféricos locales, impredecibles y aveces extraños e incomprensibles, de que vamos a hablar: nieblas anormales,espejismos inexplicables, truenos y otros ruidos que parecen no proceder de nin-guna parte, rayos bola, extraños efectos aurorales y tantos otros. Algunos deestos hechos están hoy bien documentados y clasificados. Otros son tan rarosque hay que considerarlos inexplicables mientras la suerte no haga coincidir alos observadores, los instrumentos y las circunstancias más idóneas.

ANTES DE 1700

El 18 de junio de 1178 un grupo de personas vio elcuerno superior de la luna nueva "partido en dos".Según el cronista Gervasio de Canterbury:

Del punto medio de esa división salía una antorchaen llamas que escupía a considerable distancia

fuego, cenizas calientes y chispas. Mientras tanto, laparte de la Luna que quedaba debajo se retorcía,como si dijésemos, llena de ansiedad... Estefenómeno se repitió una docena de veces o más,tomando la llama formas diferentes que secontorsionaban al azar para volver después a la

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normalidad. Concluidas estas transformaciones, laLuna tomó de un cuerno a otro un aspectonegruzco. Al autor se lo contaron personas que lovieron con sus propios ojos...

Casi 800 años más tarde, el científico espacial JackHartung comparó ese relato con cálculos modernos yse dio cuenta de que Gervasio podía estar refiriéndo-se al impacto de! meteoro que produjo en la Luna elcráter Giordano Bruno, de 19 kilómetros de ancho.(Meteoritics, 11:187-94, 30 de septiembre de 1976)

DE 1700 A 1800

"Una nube luminosa empujada con cierta violenciade E, a O., donde desapareció por debajo del hori-zonte", fue vista el mismo día en que hubo un terre-moto en Florencia (Italia), el 9 de diciembre de 1731.Como muchas noticias de luces sísmicas, ésta nos de-ja intrigados, pues carece de detalles que permitan sa-ber si se trataba de una fuga de gas o de un fenómenoauroral estimulado por los efectos magnéticos del te-rremoto. (Repon' of the Twenty-second Meeting of theBritish Association for the Advancement of Science,22:129, 1852)

En la madrugada del 23 de octubre de 1740, JamesShort, experto en óptica y miembro de la Roya' So-ciety, estaba observando el cielo cuando

al dirigir hacia Venus un telescopio reflectante de16.5 pulgadas de foco... vi muy cerca del planetauna pequeña estrella, ante lo cual tomé otrotelescopio de la misma distancia focal queaumentaba unas 50 ó 60 veces... Al encontrar aVenus muy nítido, y en consecuencia el aire muyclaro, pasé a 240 aumentos, y para mi sorpresahallé que aquella estrella estaba en la misma faseque Venus [es decir, mostraba el mismo aspecto encuanto a luz y sombra, lo que indicaba que sehallaba cerca de Venus y no era una estrellalejana]... su diámetro parecía aproximadamente untercio, o algo menos, del de Venus; su luz no eratan brillante o intensa, pero sí extremadamentenítida y bien definida... La vi varias veces esamañana por espacio de un hora; pero, al aumentarla luz solar, la perdí por completo,aproximadamente a las ocho y cuarto. He vuelto abuscarla desde entonces todas las mañanas claras,pero nunca tuve la suerte de volver a verla.

Short era un destacado constructor de telesDopikosy difícilmente hubiera sido engañado por un "Yesfantasma" —un reflejo dentro del ocular—. como al-gunos han sugerido. Otros que vieron un supuesto sa-télite de Venus fueron Gian Domenico Cassini. el c.1. -cubridor de cuatro de las lunas de Saturno. en 16- 2y 1686; Andreas Meier en 1759; T.W. Webb en 1823,y M. Stuyvanert en 1884. Actualmente no hay rastrode ningún satélite de Venus. (Nature, 14: 193-94. 29de junio de 1876)

Varios soldados fantasma aparecieron sobre una mon-taña escocesa el 23 de junio de 1744. Veintisiete testi-gos, algunos de los cuales prestaron declaración juradaante un magistrado local, observaron estas maniobrasaéreas durante más de dos horas, antes de que la os-curidad pusiese fin al espectáculo. En sus Letters onNatural Magic, sir David Brewster sugería que se ha-bía tratado de un espejismo de soldados situados alotro lado de la montaña, y relacionaba esas hipotéti-cas tropas con la rebelión escocesa del año siguiente.(Notes and Queries, 1:7:304, 26 de marzo de 1853)

En 1750 hubo terremotos en muchos lugares de Ingla-terra y en toda Europa. Varios días antes del temblordel 2 de marzo en Londres, "hubo arcos rojizos enel aire, que tomaron la misma dirección que la sacu-dida". En el momento del seísmo del 2 de abril en Wa-rrington, el reverendo Sedden vio "una infinidad derayos de luz dirigirse desde todas las partes del cieloa un punto cercano al cenit". Una aurora acompañóel terremoto del 23 de agosto en Spalding, y North-ampton sintió temblar la tierra el 30 de septiembre.El doctor Doddridge dijo haber visto un globo de fue-go esa mañana, un cielo rojo a la noche siguiente, ya la otra "la aurora más hermosa que había visto nun-ca". (Magazine of Natural History, 7:300-01, juliode 1834)

Este grabado de 1780 titulado "Asombroso día oscu-ro'', muestra a los campesinos alumbrándose con fa-roles en pleno día.

El Mariner 10 fotografió . a Venus desde 725 000 kiló-metros de distancia el 6 de febrero de 1974. Las ob-servaciones recientes de Venus no han descubierto nin-gún satélite de este planeta.

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Una niebla extraordinaria asombró a los colonos deConnecticut (E.U.A.) una mañana de 1758. Uno deellos escribió:

...hacia el amanecer, hubo aquí una niebla deaspecto tan extraño y extraordinario que a todosnos llenó de asombro. Bajó a la tierra en erandesmasas, como nubes espesas, y en su camino, alchocar contra las casas, se rompía por los costadosy en grandes masas, dando vueltas y vueltas.Parecía el espeso vapor que sale del wort [unaplanta utilizada para hacer jabón] al hervir e ibaacompañada de tal calor que apenas podíamosrespirar. Al principio, pensé al verla que ardía micasa, y salí corriendo a comprobarlo; pero muchospensaron que lo que ardía era el mundo, y habíallegado su fin. Uno de nuestros vecinos seencontraba en Sutten, 160 kilómetros al este, ycuenta que allí pasó algo muy parecido. lAnnualRegister, 1:90-91, 1758]

Gran número de globos luminosos llenaron el aire eldía en que hubo un terremoto en Boulogne (Francia),en 1779. (Felix Sestier, De la Foudre, Vol. 1, pág. 169)

Un "trueno" subterráneo fue oído en Guanajuato en1784, aunque no hubo ningún temblor de tierra. (phi-losophical Magazine, 5:49:58, enero de 1900)

Una "brillante bola de fuego y luz" acompañó a unhuracán que azotó Inglaterra el 2 de septiembre de1786. Si se trataba de un rayo bola, fue de una persis-tencia insólita, pues duró 40 minutos. (Charles Fort,The Complete Books of Charles Fort, pág. 100)

Después de que sir William Herschel observase "vol-canes" en la Luna en 1783 y 1787, un astrónomo ale-mán llamado Johann Hieronymus Schróter vio algo

La Selenographia de Johannes Hevelius (1647) conte-nía este mapa de la superficie lunar, Algunos nombresque dio a los accidentes lunares aún persisten.

aún más extraño. En 1788 observó, al este de los Al-pes lunares y a su sombra, "un punto brillante, tantocomo una estrella de quinta magnitud, que desapare-ció cuando llevaba observándolo 15 minutos". Cuan-do la Luna hubo girado lo suficiente para que el lugarquedara a plena luz solar, Schróter vio una sombraredonda, que pasaba del gris al negro, donde habíaestado el punto.

Se ha supuesto que Schróter vio primero la cumbrede una montaña proyectándose por encima de la som-bra de los adyacentes Alpes lunares, y más tarde unasombra de la propia montaña; pero, tratándose de unselenógrafo lo bastante estimado para que en años pos-teriores se diese su nombre a un cráter, ¿hubiese deja-do de hacer esa identificación por sí misma? ¿Y cómopodía una montaña escarpada arrojar una sombra re-donda cualquiera que fuese la dirección de donde re-cibía la luz? (The Popular Science Monthly, 34:158-61,diciembre de 1888)

El espejismo de una ciudad amurallada fue visto enYoughal (Irlanda) en octubre de 1796, y de nuevo enmarzo siguiente; y en junio de 1801 apareció el de unaciudad desconocida, con mansiones rodeadas de ar-bustos y un bosque detrás. (Charles Fort, The Com-plete Books of Charles Fort, pág. 391)

DE 1800 A 1830

Un misterioso ruido marino fue escuchado por el na-turalista Alexander von Humboldt y otros miembrosde su expedición a América del Sur:

El 20 de febrero de 1803, hacia las siete de la tarde,toda la tripulación quedó asombrada ante un ruidoextraordinario, que parecía de tambores redoblandoen el aire. Al principio lo atribuyeron a las olas. Almomento se oyó en el navío, especialmente haciapopa. Era como un hervor, el ruido del aire que seescapa de un fluido en estado de ebullición.Empezaron a temer que hubiese alguna erieta en elbarco. Se oía incesantemente en todas partes, y porúltimo, hacia las nueve, cesó por completo.

El barón Cuvier, famoso naturalista francés contem-poráneo de Humboldt, lo atribuyó muy convencidoa peces de ios llamados esciénidos, pero estudios pos-teriores encontraron tal afirmación inverosímil (verpág. 243). (Nature, 2:46, 19 de mayo de 1870)

En su segunda expedición (1804-06) al lejano Oeste delos Estados Unidos, Lewis y Clark oyeron estampidoscomo de cañón en un lugar cercano a lo que es ahoraGreat Falls (Montana). Un grupo organizado por JohnJacob Astor oyó ruidos parecidos en las Black Hills,de Dakota del Sur y Wyoming, pocos años más tar-de. (Nature, 53:487, 26 de marzo de 1896)

La luz que iluminó el cielo de Londres durante unossegundos una noche de diciembre de 1814 fue atribui-

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William Herschel, astrónomo inglés de origen alemán,estaba los días 19 y 20 de abril de 1787 estudiando laparte oscura de la luna nueva cuando vio tres manchasluminosas a las que llamó volcanes, "dos de ellas... yacasi extinguidas o, de lo contrario, a punto de erupción...La tercera [presentaba] una erupción de fuego o materialuminosa". Comparó la luz de esta última a "una peque-ña ascua cubierta por una capa muy fina de ceniza blan-ca". Tres años después, durante un eclipse, vio más de150 "puntos luminosos rojos... pequeños y redondos".

En 1822, The American Journal of Science and Artspublicó informes de dos observadores acerca.de man-chas luminosas en el cráter Aristarco, concluyendo que"la hipótesis de volcanes en la Luna no es moderna,y actualmente está casi abandonada". En su lugar sesugería el reflejo de la luz de la Tierra en una zonaextraordinariamente llana y lisa de la superficie lunar.

A través de los años han ido acumulándose nuevosinformes, de modo que en 1965 el astrónomo ZdenekKopal pudo reunir 16 observaciones de luces cerca deAristarco, y un puñado más en otras regiones luna-res. Pero para entonces los volcanes resultaban me-nos verosímiles que nunca. La Luna, mucho más pe-queña que la Tierra, debe de haber perdido su calorinterno más rápidamente. Si aún queda roca fundi-da, está casi con toda seguridad demasiado profundapara alcanzar la superficie en forma de erupciones.

Kopal y sus colegas tomaron fotos en color de laLuna utilizando filtros rojos, verdes e infrarrojos. Esasimágenes mostraban claramente extensas zonas ilumi-nadas, especialmente en la región del cráter Kepler.La luminiscencia desapareció antes de media hora, pa-ra reaparecer más avanzada la noche. Como poco an-tes habían tenido lugar potentes erupciones solares,Kopal atribuía al menos algunos casos de luminosi-dad en las regiones oscuras de la Luna al efecto departículas solares de gran velocidad sobre el suelo pol-voriento del satélite. Sin embargo, sus cálculos no ex-plicaban los informes de un exceso de luz en regionessoleadas, donde haría falta mucha más energía paraproducir un resplandor perceptible: "Esto hace na-

Sir William Herschel y su hermana Carolina, ambosnotables astrónomos, trabajaban juntos en su obser-vatorio.

cer la sospecha de que los efectos de la actividad solarpueden depender de procesos aún no desentrañados."

Otra posibilidad fue expuesta pocos años más tar-de por A.A. Milis, que había estudiado "lechos flui-dificados" experimentales de fino polvo removido porgas desde abajo. Escribía en N'atare:

Se ha informado de la generación deconsiderables voltajes electrostáticos en lechosfluidificados. En mayor escala, muchosaccidentes industriales se han atribuido almovimiento de aire cargado de polvo, quegenera diferencias de voltaje suficientes paraprovocar una chispa incendiaria. Las tormentasde polvo naturales ocasionan violentasperturbaciones en el campo eléctrico terrestre.

Si hay gases atrapados dentro de la corteza de laLuna, pues, y si son liberados ocasionalmente por ten-siones mareales o por las ondas expansivas que pro-voca el impacto de un meteoro, podrían crear un le-cho momentáneamente fluidificado en el polvo lunar.Esto, a su vez, podría generar una descarga luminosade electricidad estática. Muy bien; pero ¿podría estefenómeno transitorio explicar las observaciones deHerschel en noches sucesivas? ¿Podría la teoría de Ko-pal explicar la amplia variedad de colores adscritos alas misteriosas luces lunares a lo largo de los años?Quizá hubiese que combinar varios mecanismos paraexplicar lo que Herschel pensó que eran volcanes...o quizá Herschel sí vio lo que creyó ver y, „después detodo, la Luna no está geológicamente tan "muerta".

da a un meteoro por los editores de Animas of Philo-sophy. Su informador, John Wallis, la describía así:

...hacia las once menos veinte, iba yo por una partedespejada del pueblo de Peckham... La noche eraoscura a causa de las nubes, pero la parte inferiorde la atmósfera estaba clara y en calma... Derepente me vi rodeado por una gran luz. Recuerdoque en ese momento me encogí y agaché, y comotemía algún peligro a mi espalda, corrí unoscuantos pasos. A los pocos segundos me di lavuelta... pero no vi nada que pudiera ser causa de

aquella luz. No me hizo pensar en la fuerza y laintensidad del relámpago; su brillo no era tanintenso e instantáneo. Era un tipo de luz más suavey pálido, y duraría unos tres segundos. No pude oírningún ruido, aunque esperaba una explosión.

La potencia de la luz era aproximadamente iguala la de la luz diurna común; todos los objetoscercanos resultaban claramente visibles... Ningunade las personas con las que me encontré esa nochepensaba que se tratase de un relámpago, aunqueninguna había visto algo más que la luz. [Annals ofPhilosophy, 5:235-36, marzo de 18151

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Lo que parecía ser un planeta desconocido fue vistocruzando el disco solar el 9 de octubre de 1819, enAugsburg, por el astrónomo alemán Stark. Volvió aobservarlo el 12 de febrero de 1820. Esta segunda apa-rición fue descrita como "una singular y bien defini-da mancha circular con indicios de atmósfera, que noera visible en la noche de ese mismo día", como lohubiera sido cualquier planeta con una órbita interiora la de la Tierra. (Monthly Notices of the Royal As-tronomical Society, 20:98-101, 13 de enero de 1860)

Uno de los "días oscuros" más extensos de la histo-ria sobrevino en Nueva Inglaterra y el este del Cana-dá el IO de noviembre de 1819. El día 8 había habidouna espesa lluvia jabonosa que dejó tras de sí un resi-duo como de hollín. Después, en Montreal,

la mañana del martes 10 volvieron a cubrir el cieloespesas nubes, que cambiaron rápidamente del verdeoscuro a un negro corno de brea, mientras que eISol, cuando alguna vez se dejaba ver a través deellas, era unas veces café oscuro o de un amarillonunca visto, y otras anaranjado brillante, o inclusorojo sangre... El día se hizo casi tan oscuro como lanoche, con una penumbra que aumentaba ydisminuía muy irregularmente.

A mediodía hubo que encender las luces en elPalacio de Justicia, los bancos y las oficinaspúblicas de la ciudad. Todo el mundo estaba más omenos alarmado...

Hacía media tarde una gran masa de nubespareció precipitarse repentinamente sobre la ciudad.y la oscuridad se hizo igual que la de la noche.Hubo unos momentos de quietud y silencio ydespués llameó sobre la comarca uno de losrelámpagos más deslumbradores que se han vistonunca, acompañado por un trueno que parecióconmover la ciudad hasta sus cimientos... [y]después sobre -vino un ligero chaparrón de la mismaíndole jabonosa y como de hollín que el de dos díasantes... Hubo otra afluencia de nubes, y otro rayode luz vivísima al que se vio golpear el campanariode la antigua iglesia parroquial francesa y jugarcuriosamente alrededor de la gran cruz de hierroque lo coronaba antes de descender al suelo.Momentos después sobrevino el momentoculminante del día. Todas las campanas de laciudad tocaron de repente a fuego, y los asustadosciudadanos se precipitaron a las calles... La grancruz de hierro y la hola que le servía de base

cayeron al suelo con estrépito y se hicieron añicos...Sobrevino la noche auténtica, y cuando amaneció eldía siguiente, todo estaba brillante y claro y elmundo tan natural como antes.

La extraña textura de la lluvia sugiere una lejanaerupción volcánica o el incendio de un bosque, quesuele ser la causa de los días oscuros. Pero la tormen-ta eléctrica que la acompañó hace pensar en algo másque el simple humo. Los meteorólogos saben todavíamuy poco de los efectos de esas extrañas nubes &Im-mo -y ceniza sobre el fxempo. tScientific American,44:329, 21 de mayo de 1881)

En el pueblo de Rabino Polje, en el centro de un vallede la isla de Mljet, en el Adriático, se oyeron ruidosmuy notables. Empezaron el 20 de marzo de 1822:

Parecían estampidos de cañón, y eran lo bastantefuertes para hacer que temblasen las puertas yventanas del pueblo. Al principio fueron atribuidosa los cañones de barcos de guerra lejanos, en marabierto, y más tarde a ejercicios de la artillería turcaen las fronteras otomanas. Las descargas se repetían4, 10 e incluso un centenar de veces al día, acualquier hora y con cualquier tiempo, ycontinuaron hasta el mes de febrero de 1824, apartir del cual hubo una interrupción de sietemeses. En septiembre de ese mismo año volvieron aempezar las detonaciones, y continuaron, aunquemás débiles y espaciadas, hasta mediados de marzode 1825, cuando cesaron nuevamente. [TheAmerican Journal o"' Science and Aris, 1:10:377,febrero de 1826]

En 1829, en el curso de una expedición a lo que mástarde sería Nueva Gales del Sur (Australia), los acom-pañantes del capitán Sturt oyeron ruidos como de ca-

Romance of Australia retrata en una difícil situaciónal capitán Charles Sturt y su grupo en un bote de vela.Sturt condujo tres expediciones al interior de Australia.

En Comrie (Escocia), se ha informado de misteriosasestampidas desde 1597. En 1816 se observó "un grancuerpo luminoso, en forma de media luna, que se ex-tendía por los cielos". ( The Edinburgh New Philoso-phical Journal, 31:117, abril-octubre de 1841)

"Ruidos extraños en el aire, como aullidos", y man-chas que oscurecían el Sol coincidieron con un terre-moto en Palermo (Italia} en abril de 1811 (Report ofthe Twenty-fourth Meeting of the British Associationfor the AdNuncement of Science, • , }VA)

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ñón en un día claro y tranquilo, y en medio de unazona llana y boscosa a orillas del río Darling. "Un rui-do tan extraño en semejante situación sigue siendo pa-ra mí un misterio hasta hoy", escribió Sturt. (Nature,81:127, 29 de julio de 1909)

DE 1830 A 1860

Los misteriosos ruidos como de cañón de Comrie (Es-cocia) iniciaron en octubre de 1839 un "bombardeo"que duró dos años. Casi 250 detonaciones, muchas deellas acompañadas por temblores de tierra, fueronoídas entre esa fecha y octubre de 1841. (The Edin-burgh New Philosophical Journal, 32:106-09, octubrede 1841-abril de 1842)

En Forest Hill (Arkansas, E.U.A.), el 8 de diciembrede 1847 fue un día despejado. Después, a media tar-de, nubes turbulentas formaron de pronto "como unasólida capa negra iluminada desde arriba por un res-plandor rojo como de antorchas". Una gran explo-sión hizo temblar las casas y sonar la campana de laiglesia, y un cuerpo en llamas del tamaño de un barril

Las fulguritas se forman cuando un rayo vitrifica arenao piedras. Las fulguritas de arena tienen formas tu-bulares ramificadas, como aquí vemos.

se estrelló en las afueras del pueblo, haciendo un agu-jero de 2.5 metros de profundidad y más de 60 centí-metros de diámetro. La piedra que apareció en el fon-do del hoyo olía a azufre y estaba lo bastante calientepara que el agua que se le arrojaba hirviese y se eva-porase. Antes de veinte minutos el cielo se despejó yvolvió a lucir el Sol.

¿Fue el fenómeno de Forest Hill el impacto de unmeteorito? En tal caso, no hay explicación plausiblepara las nubes que lo antecedieron. Un meteorito cruzala atmósfera en pocos segundos y no puede afectar elaire que cubre su zona de impacto cuando se halla to-davía a centenares de kilómetros de allí. ¿Sería un ra-yo el que convirtió en una masa sólida el suelo del fon-do del hoyo? Ese tipo de piedra, llamada fulgurita,no es rara, pero no se sabe de ninguna del tamaño deun barril. ( The American Journal of Science and Arts,2:5:293-94, mayo de 1848)

Una batalla fantasma fue vista en el pueblo de Bück-rich, en Westfalia, el 22 de enero de 1854:

Poco después de oscurecer, por el pa:_ s,e. vioavanzar en orden de marcha un ejército del crae trse alcanzaba a ver el fin, compuesto por infan=ja_caballería y un número enorme de carros. Se lesveía con tal claridad que incluso podía distine -airseel brillo de los fusiles de chispa y el color deluniforme de la caballería, que era blanco. Toda esaformación avanzó en dirección al bosque deSchafhauser, y, mientras la infantería se internabaen la espesura y la caballería se aproximaba a ella.un humo espeso los ocultó de pronto, junto con losárboles. También se vieron con la misma claridaddos casas en llamas. Al oscurecer, el fenómenoentero se desvaneció. Con respecto a este hecho, elgobierno ha tomado declaración a cincuenta testigosoculares, que se han mostrado totalmente deacuerdo sobre tan notable aparición.

Los vecinos lo consideraron la "repetición" sobre-natural de una batalla que había tenido lugar años an-tes. No habia combates en ningún lugar de Alemaniaen enero de 1854, por lo que la sugerencia de que setrataba del espejismo de una escena lejana tampocoresulta verosimil. (Notes and Queries, 1:9:267, marzode 1854)

Un planeta más cercano al Sol que Mercurio fue ob-servado el 26 de marzo de 1859 por un médico ruraly astrónomo aficionado francés llamado Lescarbault.Lo vio iniciar su travesía del disco solar, y, tras unainterrupción para atender a un paciente, acabó de cro-nometrar el tránsito y escribió con gis sus observacio-nes sobre un pizarrón. Las pruebas que ofreció Les-carbauit fueron suficientes para convencer de la exis-tencia del planeta a Urbain Jean Joseph Le Verrier,el más ilustre astrónomo francés. Le Verrier supusoque la fuerza de gravedad de Vulcano era la que ex-plicaba el avance del perihelio de Mercurio (su puntomás cercano al Sol), que, se había observado, era depoco más de un metro cada cien años. Desgraciada-mente, nunca se ha probado la existencia del planetade Lescarbault —también llamado Vulcano—, y hoy

Este medallón en honor de Urbain Jean Le Verriersu retrato por una cara y por la otra diez planetas,

entre ellos Vulcano, que giran en torno al Sol.

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Vulcano, el planeta fantasmaQuienes observaban el cielo en tiempos remotos advir-tieron ya que había cinco brillantes puntos de luz queno se movían con el carrusel de las estrellas fijas. Esosplanetas —Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Satur-no— quedaron así incorporados a la astrología y laleyenda. Alrededor del año 1600 de nuestra era, la pro-pia Tierra vino a ser reconocida como un miembromás de la familia del Sol. Sir William Herschel descu-brió a Urano en 1781. En el decenio de 1840, UrbainJean Joseph Le Verrier y John Couch Adams analiza-ron por separado pequeñas irregularidades en la ór-bita de Urano, que condujeron al descubrimiento deNeptuno en 1846. Después, 84 años más tarde, un estu-dio semejante de Urano y Neptuno mostró el caminohacia el frígido Plutón, el más lejano planeta conocido.

Entre tanto, un décimo planeta había hecho una bre-ve aparición. La existencia de Vulcano, un pequeñoplaneta que se suponía que orbitaba aún más cercadel Sol que Mercurio, fue afirmada en 1859 por Le Ve-rrier. Le había hecho sospecharla la pequeña desvia-ción de Mercurio de la órbita esperada. Buscando enlos archivos, encontró muchas noticias de un pequeñodisco negro visto fugazmente cerca del Sol. Le Verrierseleccionó los informes más coherentes y calculó queVulcano debe orbitar a unos 20 millones de kilóme-tros del Sol, con un año de sólo 20 días terrestres.

Sólo una mezcla de suerte y técnica haría posiblenuevas observaciones de Vulcano, perdido la mayorparte del tiempo en el resplandor del Sol. Sólo desta-cada durante los eclipses de sol o durante sus perió-dicas "travesías" del astro rey, cuando parecería unamancha solar. Le Verrier predijo que la mejor fechapara observarlo seria el 22 de marzo de 1877.

En los años siguientes se publicaron informes dis-persos, y hubo libros de texto que añadieron Vulcano

a la lista de planetas. Para los muchos astrónomos de-dicados a observarlo en 1877 fue descorazonador nolograr dar con él, pero las esperanzas renacieron en1878, cuando dos astrónomos estadounidenses que ob-servaban por separado un eclipse en Wyoming y enColorado divisaron muy cerca del Sol algo que no erauna estrella conocida. Decía Popular Science:

l..as interesantes observaciones del profesorWatson y el señor Swift no sólo estimularán alos astrónomos a renovar la búsqueda delplaneta tan afortunadamente descubierto, sinoque deben conducir también a un examen máscompleto del espacio comprendido en la órbitade Mercurio. No es improbable que eldescubrimiento de Vulcano pueda ser tan sóloel primero de una serie de otros parecidos.

Pero las observaciones de Watson y Swift no se re-pitieron, y otros astrónomos —que se habían enga-ñado lo bastante a menudo para mirar con descon-fianza a cualquier supuesto Vulcano— cuestionaronla precisión de sus avistamientos.

Cuando los cálculos de Le Verrier resultaron equivo-cados, los franceses empezaron a satirizar sus esfuer-zos, como vemos en estas caricaturas.

la mayoría de los astrónomos piensan que el médicorural, como otros muchos a lo largo de los años, seequivocó. (The American Journal of Science and Arts,2:29:415 - 17, mayo de 1860)

DE 1860 A 1880

Un torbellino supercalentado atravesó el condado deCheatham (Tennessee) un día de verano de 1869:

En la granja de Ed. Sharp, a 8 kilómetros deAshland, se levantó una especie de torbellino sobrelos bosques vecinos, que arrancó pequeñas ramas yhojas de los árboles y las hizo arder en una especiede cilindro llameante que se desplazaba a unos 8kilómetros por hora, aumentando de tamaño amedida que lo hacía. Pasó directamente sobre ellugar donde comía un tiro de caballos y les

chamuscó crines y colas hasta la raíz. Después fuehacia la casa, llevándose de camino un montón deheno. Su temperatura parecía ir en aumento, yapenas alcanzó la casa prendió fuego a las tablillasdel tejado de un extremo a otro del edificio, demodo que en diez minutos la casa 'entera estabaenvuelta en llamas. La alta columna de calórico [la"sustancia" química del fuego, según una teoría yasuperada en 1869] continuó después su curso sobreun trigal recién segado, prendiendo fuego a cuantosmontones encontró en su camino. Más allá, cruzósobre un tramo de bosque que llegaba hasta el río.Las hojas verdes de los árboles quedaron reducidasa cenizas en una franja de 20 metros hasta el ríoCumberland. Cuando la - columna de fuego" llegóal agua, cambió súbitamente de rumbo y marchórío abajo, produciendo una columna de vapor quesubió a las nubes aproximadamente 800 metros yluego se extinguió. No menos de 200 personaspresenciaron este extrañísimo fenómeno, y todas lo

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describieron en sustancia del mismo modo. Elgranjero Sharp se quedó sin casa a causa deldevorador elemento, y sus dos caballos quedarontan afectados que no parece que vayan a servir paramucho en adelante. Varios árboles secos de losbosques por los que pasó ardieron, y ardiendosiguen. [Symons's Monthly MeteorologicalMagazine, 4:123, septiembre de 1869]

El fenómeno combina los aspectos más caracterís-ticos de los torbellinos —su carácter independiente, sinaparente relación con las nubes y el tiempo meteoroló-gico en gran escala— y de los tornados, que a menudovan acompañados por extrañas descargas eléctricas.Vale la pena recordar que, para prender fuego al tri-go y a las tablillas del tejado, el aire (si no hay chispaseléctricas) tendría que estar a más de 200 grados.

Varias luces cambiantes aparecieron en el cráter lunarPlatón desde finales del decenio de 1860 hasta 1871.Selenólogos reputados los vieron con la frecuencia su-ficiente para asignarles números y consignar en unagráfica sus intervalos de luz y sombra. Más de1 600 de esas observaciones fueron reunidas por el se-lenógrafo W.R. Birt y depositadas en la biblioteca dela Royal Astronomical Association. (Report of theForty-first Meeting of the British Association for theAdvancement of Science, 41:60-97, 1871)

El 22 de marzo de 1870, la tripulación del Lady of theLake vio, en medio del Atlántico, cómo una extrañanube en forma de paraguas ascendía por el cielo al su-reste hasta cerca del cenit y después descendía haciael noreste, conservando su forma durante más de 20minutos. Según el cuaderno de bitácora, "su aparien-cia general era semejante a la de un halo en torno alSol o la Luna, de un color gris claro, y aunque teníauna forma claramente definida, podían verse a travésde ellas las manchas de cirrocúmulos que había de-trás". (Quarterly Journal of the Royal Meteorologi-cal Society, 1:157, 1873)

En 1870, varias personas escribieron a _Nature acercade los "ruidos de Grey Town", escuchados en la cos-ta atlántica de Costa Rica y Nicaragua y cerca de Tri-nidad. Charles Dennehy informaba que el "curioso so-nido vibratorio metálico... musical... con una ciertacadencia, y tendencia a llevar el compás de 1-2-3", seoía sólo en los barcos de hierro y no en los de made-ra, y parecía provenir del agua a través del metal:

Los marineros ingleses consideraron que eraproducido por un pez trompeta, o lo que ellosllamaban así (desde luego no e] Centriscus scolopax,que ni siquiera existe aquí...). Pero si lo producealgún tipo de pez, ¿por qué sólo en un sitio, y sóloa ciertas horas de la noche?... ¿Qué es, entonces,esa música nocturna? ¿Quizá el resultado de uncambio molecular o una vibración en el hierro...?

A lo que replicó C. Kingsley que él había oído elruido, "como el de una locomotora a lo lejos, traque-

teando mientras expulsa vapor'', desde la coa de Tri-nidad, y que también se oía en los barcos de w.,,a,t.tra:.

Los nativos me dijeron que el ruido lo =pez, y me dieron un ejemplar de él. que n-oCentriscus scolopax, el pez fuelle, sino el peztrompeta o Fistularia. No creo que éste pueda 11.41=DZE-

tal ruido, así como el señor Dennehy no cree Ir wntoda razón) que pueda hacerlo el Centriscus

(Nature, 2:25-26, 12 de mayo de 1870; 2:46, 19 de ma-yo de 1870)

Se ha hablado del Centriscus scolopax corno posibleautor de ruidos. Su hocico largo y tubular y su cuer-po rechoncho sugieren el nombre que se le da común-mente, el de pez fuelle.

Lo que puede haber sido un rayo bola se apareció auna mujer de Remenham (Inglaterra) un frío dia. de1871. "El papel de las paredes y los muebles del cuar-to.., se iluminaron súbitamente de un color de rosaque fue oscureciéndose hasta el carmesí y cambiando,a través de un oro brillante, anaranjado, lila y violetaoscuro." Al mirar por la ventana vio "burbujas deaire" de pocos centímetros de diámetro que se levan-taban del suelo cubierto de nieve. Tomaban los mis-mos tonos vistos dentro de la casa y oscilaban arriba

El rayo bola puede entrar por una ventana y salir par -

la puerta sin causar daño. En septiembre de 1845, unatormenta en Salagnac produjo este fenómeno.

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y abajo antes de que se las llevase la brisa, sólo paraser reemplazadas por otras. No había rastro de chis-pas u olores eléctricos. (Quarterly Journal of the Ro-yal Meteorological Society, 13:306, octubre de 1887)

Burbujas semejantes fueron observadas en una épocamuy diferente, agosto de 1876, en Ringstead Bay (In-glaterra). Una mujer y su hija caminaban cerca de unacantilado una tarde cálida y bochornosa, surcada porrelámpagos sin truenos:

Sobre la cresta del terreno, rodeándolas por todaspartes y extendiéndose desde unos cuantoscentímetros de la superficie hasta casi un metro porencima de sus cabezas, se movían verticalmente,arriba y abajo, numerosos globos de luz del tamañode bolas de billar, a veces a escasos centímetros deellas, pero siempre sin dejarse agarrar, ascendiendodespacio casi un metro, para volver a caer con lamisma lentitud, semejantes a pompas de jabón queflotan en el aire. Las bolas eran todas luminosas.Su número fluctuaba continuamente. Tan prontoparecían envolver a las mujeres millares de ellascomo, pocos minutos después, su número disminuíahasta quizá unas veinte, pero en seguida volvían apulular tan numerosas como antes. Ni el menorruido acompañaba a esa exhibición.

Ambas señoras recorrieron varias veces el bordedel acantilado, contemplando el fenómeno durantemás de una hora... Hacia las diez de la noche vinodel mar una fuerte tormenta, acompañada detorrentes de lluvia... [Quarterly Journal of theRoyal Meteorological Society, 13:305, octubre de1887]

DE 1880 A 1900

En Clarens (Suiza), hubo en 1880 una tormenta mássobrecogedora que de costumbre. Según el correspon-sal del Times de Londres,

...un cremento trueno sacudió las casas de ClarensTavel hasta los cimientos. En el mismo instante, unmagnífico cerezo de un metro de circunferencia quehabía cerca del cementerio fue alcanzado por unrayo. Algunas personas trabajaban en una viña mut,

cercana y vieron el "fluido" eléctrico juguetear entorno a una niña que había estado recogiendocerezas y se encontraba ya a treinta pasos de allí.Quedó literalmente envuelta en una sábana defuego. Los viñadores huyeron aterrorizados dellugar. En el cementerio, seis personas separadas entres grupos, todos ellos a más de 250 pasos delcerezo, quedaron envueltas en una nube luminosa.Sentían como si les golpeasen en la cara granizos ograva, y al tocarse unos a otros salían de las puntasde sus dedos chispas eléctricas. Al mismo tiempo sevio descender una columna de fuego en dirección aLe Chatelard, y se afirma que se oía claramente elfluido eléctrico correr de punta a punta de la verjade una cripta del cementerio... Ni la niña, niquienes estaban en el cementerio, ni los viñadoresparecen haber sufrido daños. La única molestia de

la que se quejaban era una desagradable sensaciónen las coyunturas, sensación que sintieron de formamás o menos aguda durante varias horas. El troncodel cerezo está tan hecho añicos como si hubieraestallado en él una carga de dinamita. [Nature,22:204, 1" de julio de 1880]

El "día amarillo", que se produjo en Nueva Inglate-rra y el estado de Nueva York el 6 de septiembre de1881, ha sido achacado —como muchos otros fenó-menos semejantes— a un incendio en una pradera oun bosque del Lejano Oeste; el humo producido ha-bría sido concentrado a gran altura por corrientes at-mosféricas locales. Sea cual sea la explicación, ningúnincendio específico ha sido asociado al día amarillo.

Según el Daily Republican, de Springfield (Massa-chusetts), el día empezó con una densa neblina antesde amanecer; "al levantarse el sol por detrás, los va-pores formaron un escudo grueso y brillante a travésdel cual invadió el aire una extraña luz amarilla". Loscolores naturales aparecían distorsionados, las floresamarillas se veían grises y el pasto azulado. El alum-brado eléctrico y el de gas estuvieron encendidos entoda la ciudad, aunque parecían emitir una luz nadanatural. "Había una curiosa luminosidad en cada bar-da y cada alero, y los árboles parecían a punto de es-tallar en llamas." La extraña luz se acentuó y volviómás brillante hasta que empezó a desvanecerse a me-dia tarde. Aun entonces el Sol parecía una pelota rojarodeada de nubes amarillas. "La temperatura estuvotodo el día sofocante y abrumadora, y el efecto físicoera de pesadez y depresión." (Natura, 24:540, 6 de oc-tubre de 1881)

La noche del 3 de julio de 1882 había casi luna llena,y unos 45 minutos después de salir el satélite, variosresidentes de Lebanon (Connecticut) vieron un extra-ño espectáculo:

En el limbo superior de la Luna aparecieron dosprotuberancias piramidales luminosas. No erangrandes, pero daban a la Luna un aspectosorprendentemente parecido a un búho o a lacabeza de un bullterrier inglés. Esas puntas eranalgo más oscuras que el resto de la cara de la Luna.Fueron borrándose a los pocos momentos deaparecer, y la que estaba a la derecha, hacia elsureste, desapareció primero. Unos tres minutosdespués de su desaparición se vieron dos muescastriangulares negras en el borde de la mitad inferiorde la Luna. Esos puntos fueron moviéndose unohacia el otro a lo largo de la orilla de la Luna, yparecían estar tapando o borrando casi una cuartaparte de su superficie, hasta que finalmente seencontraron, momento en el que la cara de la Lunarecobró repentinamente su aspecto normal. Cuandolas muescas iban acercándose entre sí, la parte de laLuna que se veía entre ellas tenía forma de cola demilano. [William R. Corliss, Strange Universe, pág.A1-132]

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Cuatro personas tuvieron una experiencia inclasifica-ble en una avenida de Davidson's Mains, un suburbiode Edimburgo (Escocia), el 23 de julio de 1885, Se-gún contaba una de ellas,

...vimos aparecer por el suelo un relámpago de luzno muy fuerte a una distancia de unos 30 metrosavenida abajo. Se precipitó hacia nosotros con unmovimiento como de oleaje, a una velocidad quecalculo en 48 kilómetros por hora, y parecióenvolvernos un instante. Mi mano izquierda, quellevaba colgando al costado, experimentóexactamente la misma sensación que he sentido alrecibir una descarga de una batería galvánica debaja potencia. Unos 3 minutos después oímos untrueno...

Otro del grupo dice que observó lo que parecíauna nube luminosa viniendo por la avenida con unmovimiento ondulante. Al llegar al grupo, selevantó y pasó sobre los cuerpos de dos de ellos,proyectando una especie de relámpago sobre sushombros... El jardinero... vio el resplandor de unrelámpago en dirección a la nube luminosa, perohacia un lado; también que la cima de la nubeparecía estar como a un metro del suelo, y fueelevándose a medida que avanzaba. Cuando la nubealcanzó al grupo, vio a uno de ellos claramente a suluz... [Nature, 32:316-17, 6 de agosto de 1885]

No se puede culpar a ningún incendio forestal de loocurrido en Oshkosh (Wisconsin, E.U.A.) el 19 demarzo de 1886. A las 3 de la tarde de un día nubladosobrevino una oscuridad nocturna que duró unos 5 mi-nutos. Fue lo bastante sorprendente para asustar a loscaballos y hacer que la gente corriese por las calles.A los diez minutos no quedaba rastro de ella. Segúnel periódico local "ciudades más al oeste dicen que seobservó allí el mismo fenómeno antes de que apare-ciese aquí, lo que demuestra que la ola de oscuridadpasó de oeste a este. No se vio nada que indicase lapresencia de corrientes de aire en las alturas". Ese díano hubo eclipse de sol. (Monthly Weather Review,14:79, marzo de 1886)

Edwin Linton, científico de la Comisión de Pesca delos Estados Unidos, oyó unos sonidos suaves e inex-plicables traídos por el aire cuando trabajaba en el la-go Yellowstone, en Wyoming, en 1890. ti y un guíaoyeron ruidos como ecos, reverberaciones levementemetálicas procedentes de la zona del lago Shoshone.Los sonidos parecían iniciarse sobre su cabeza e ir ha-cia el suroeste, y duraban 30 segundos cada ■ ez. Aveces parecían rumor de viento, pero no había indi-cios de él sobre el lago ni en los árboles circundantes.

Otras personas que oyeron ese ruido fueron F.H.Bradley en 1872 y Hugh NI. Smith en 1919. Fue con-siderado lo bastante "real" para merecer figurar enel Ranger Naturalists' Manual, pero nunca ha sido ex-plicado. (5'cience, 22:244-46, 3 de noviembre de 1893;63:586-87, 11 de junio de 1926; 71:97-99, 24 de enerode 1930)

Se oyeron extraños ruidos cerca de este paisaje fan-tasmal del parque nacional de Yellowstone. En primertérmino aparece West Thumb Geyser Basin, y al fon-do el lago Yellowstone.

Un arco luminoso en el cielo nocturno sobresaltó a lospasajeros de un tren de la Houston & Texas Centralen 1890:

1.a niebla luminosa fue vista primero por elmaquinista, cuando estaba todavía varios cientos demetros delante del tren, y, pensando que era unincendio en la pradera, disminuyó la marcha,alertando así a los viajeros, que, como el personal,se apiñaron en ventanillas y plataformas paracontemplar el gran arco iris sin colores queatravesaba el cielo. Al acercarse más al arco, vieronque su débil resplandor blanco estaba claramentedefinido contra el cielo, como pintado allí por unabrocha mojada en fuego blanco. Podía verse a lasestrellas relucir cerca de su borde y todo alrededor.Formaba un semicírculo perfecto, uno de cuyosextremos descansaba en la tierra mientras que elotro estaba como roto cerca de la base. Parecía iraumentando de tamaño.

El arco se alzaba sobe la vía, y a medida que eltren se acercaba a él su brillo pareció aumentar...Bajo el puente de luz, el paisaje en torno resultabaplenamente visible, como bañado por la luna.

Una característica curiosa de esa luminosidad eraque, a ]a vez que daba a Ios objetos un aspectomisterioso, irreal, les hacía arrojar sombras negras ytan claramente definidas como siluetas. Pocosminutos después de que el tren pasase bajo el arcoéste pareció desvanecerse, fundiéndose poco a pococon el cielo estrellado. El tiempo era bueno y sinniebla. No había luna, de modo que el arco debíade tener luz propia. [ The American MeteorologicalJournal, 8:35, mayo de 1891]

Esta descripción parece descartar un halo lunar ocualquier otro fenómeno tipo arco iris, y desplieguesaurorales tan cercanos a la tierra sólo han sido vistosmucho más al norte.

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Cañones de Barisal, mistpoeffers y airemotosEntre los fenómenos naturales más extendidos y des-concertantes están las detonaciones misteriosas, estam-pidos aparentemente no relacionados con el trueno olos terremotos. Mucho antes de existir la dinamita o losestampidos supersónicos, los pescadores del mar delNorte estaban familiarizados con los mistpoeffers, co-mo llamaban a los estruendos lejanos que oían en díastranquilos y con niebla. En el delta indio del Gangeshan sido conocidos desde antiguo los cañones de Ba-risal. El relato de G.B. Scott en Nature en 1896 ex-presa su desconcierto al tratar de localizar su origen:

Las aldeas eran pocas, alejadas entre sí y muypequeñas; las armas de fuego eran escasas y,desde luego, no había ningún cañón en lascercanías, ni aquella gente conocía los cohetes.Creo que no miento aI decir que oí lasdetonaciones todas las noches mientras estuveal. sur de Dhubri, y a menudo durante el día...más claramente en días y noches despejados.

Recuerdo un domingo de mayo que pasé conun amigo en Chilmari, cerca de las orillas delrío. Ambos habíamos oído las detonaciones lanoche antes, y anteriormente, cuando estábamoscerca de las colinas. Hacia las diez de la mañana,con tiempo claro y sereno, paseábamos cerca delrío, hablando de aquellos ruidos, cuando oímosclaramente el estampido, tan fuerte como sihubiese sonado un cañón pesado en un diatranquilo a unos 16 kilómetros de distancia ríoabajo. Poco después oímos una fuerte detonaciónmucho más próxima, también al sur. De repenteescuchamos cerca otras dos en rápida sucesión,más parecidas a disparos de pistola de arzón omosquete (no fusil). Me pareció que habíansonado en el aire a unos 150 metros al oeste denosotros, al otro lado del río. Mi amigo creyóque sonaban al norte. Corrimos a la orilla ypreguntamos a nuestros barqueros si los habíanoído, y de ser así en qué dirección. ¡Señalaronhacia el sud

Albert G. Ingalls, que en 1934 trató de esos miste-riosos ruidos en la revista Science, se había criadooyendo el ruido de los "cañones del lago Séneca" enel interior del estado de Nueva York, pero como in-vestigador no tuvo mejor suerte: "Su dirección es va-ga y [...1 están siempre 'en otro sitio' cuando el ob-servador va al lugar del que parecían proceder."

Ruidos parecidos reciben el nombre de marina obrontidi en Italia, mientras que para los haitianos sonlos gouffre. A los primeros colonos del valle del ríoConnecticut les dijeron los indios que esos ruidos re-flejaban la cólera del dios indio contra el dios ingles.

A diferencia de otros muchos ruidos de ese tipo, losque se oían en Connecticut iban a menudo acompa-ñados de temblores de tierra:

Los efectos que producen son tan diferentescomo los grados intermedios entre el rugido deun cañón y el ruido de una pistola. Lasconmociones de la tierra que los acompañanson tan diversas como los ruidos en el aire. Eltemblor que imprimen a una casa es análogo alde la calda de troncos al suelo. Los tembloresmás pequeños no provocan emociones de terroro miedo en el ánimo de los habitantes. Sehabla de ellos como de sucesos habituales, y seles conoce como "los ruidos de Moodus". Perocuando son tan violentos como para serescuchados en las localidades vecinas, se lesllama terremotos.

Sin embargo, los ruidos de Moodus no van acom-pañados de ninguna de las señales habituales de losterremotos, de modo que puede cuestionarse si las"conmociones de la tierra" eran causa o efecto de esosfenómenos atmosféricos.

Los intentos científicos de explicar tales ruidos em-pezaron en serio en el decenio de 1890, cuando un bel-ga, Ernest Van den Broeck, reunió centenares de pá-ginas de testimonios sobre los mistpoeffers, desde Is-landia hasta el golfo de Vizcaya. También llamó laatención hacia el problema sir George Darwin, hijode Charles Darwin v experto en mareas. Ello condu-jo a la publicación de más informes en revistas físicasy meteorológicas de todo el mundo de habla inglesa.

Pronto hubo casi tantas explicaciones como nom-bres tenían los ruidos misteriosos. El propio Van denBroeck creía que la causa más probable era "algúntipo especial de descarga de la electricidad atmosféri-ca' . (en otras palabras, truenos; pero ¿en cielos des-pejados?), mientras que uno de sus colegas, M. Au-tor, pensaba que su origen estaba dentro de la Tierra,y comparaba ese ruido al del "choque de la masa flui-da interna contra la corteza de la Tierra", teoría es-casamente verosímil aun en esa época. Aunque sin du-da las zonas interiores en fusión de nuestro planetatransmiten las ondas de los terremotos, la roca líqui-da o magma no puede andar chapoteando corno pa-rece haber imaginado el colega de Van den Broeck.

Otros sugerían que, dado que muchos de los rui-dos se producían en regiones costeras y deltas fluvia-les, quizá se debiesen a ocasionales asentamientos dela tierra bajo eI peso constantemente acumulado delos sedimentos arrastrados al mar. Pero tales asenta-mientos deberían producir también grandes olas y pro-bablemente también marejadas o tstinamis.

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Se propuso asimismo corno posible causa la frac-tura de bloques o estratos rocosos subterráneos al de-saparecer las presiones a que estaban sometidos, pe-ro esos estallidos producen un ruido más agudo queel de la mayoría de los casos de que hay noticia. Decualquier modo, el fenómeno es normal en regionesmontañosas, donde se añaden los efectos de los fuer-tes cambios de temperatura, y no en tierras bajas co-mo las del delta del Ganges.

Otra teoría fue propuesta por el padre Saderra Ma-só, que había estudiado durante anos los terremotosen Filipinas antes de prestar atención a los ruidos le-janos que sus feligreses atribuían a las olas:

Es opinión común entre los filipinos que esosruidos se deben al romper de las olas en playaso cavernas, y están íntimamente relacionadoscon los cambios de tiempo, y generalmente conla inminencia de tifones. El padre SaderraMasó se inclina a compartir esta opinión enciertos casos. En Filipinas los tifones causan aveces olas enormes, que se propagan a más demil kilómetros de distancia, y eso días antes deque el viento adquiera una fuerza apreciable.Según él, condiciones atmosféricas especialespueden ser la causa de las grandes distancias aque se escuchan los ruidos, y su aparenteorigen en tierra puede deberse a la reflexión,posiblemente en los cúmulos que coronan lasmontañas vecinas, en tanto que las ondassonoras directas son obstaculizadas porbarreras vegetales o desigualdades del terreno.

Quizá tenga razón el padre Saderra Masó, pero unateoría que depende de tifones lejanos, el romper deenormes olas oceánicas, condiciones atmosféricas es-peciales (no especificadas), la reflexión del sonido enlas nubes y la presencia de alturas estratégicamente si-tuadas podría explicar prácticamente cualquier cosa.

De modo semejante, cuando los residentes de la cos-ta noreste de los Estados Unidos oyeron en el invier-

to de 1977.rerawbospioredemes doJArlamko, solesdijo que en algunos casos podían deberse a estampi-dos supersónicos del Concorde, y que el resto eran pro-bablemente esos mismos estampidos provocados poraviones más lejanos y transportados centenares de ki-lómetros por condiciones atmosféricas especiales. Esindudable que las capas de aire de cierta temperaturay densidad pueden llevar los sonidos mucho más le-jos de lo habitual, como también pueden producir es-pejismos de escenas situadas más allá del horizonte.Sin embargo, no es probable que duren hasta que pue-da llevarse a cabo una investigación científica.

En el verano de 1897 el duque de los Abruzzos dirigióuna expedición al monte St. Elias, en una región gla-ciar cercana a la costa de Alaska. Allí descubrieron"la ciudad silenciosa de Alaska", un espejismo quemuchos prospectores e indios aseguraban haber vistosobre un glaciar. Un miembro de la expedición, C.W.Thornton, escribía más tarde: "No requería el menoresfuerzo de imaginación compararlo con una ciudad.pues era tan claro que para lo que hacía falta fe erapara creer que no se trataba de una ciudad auténti-ca." Otro testigo había escrito en The New York Ti-mes: "Podíamos ver claramente casas, calles y árbo-les. Aquí y allá se alzaban altas torres sobre enormesedificios que parecían ser antiguas mezquitas o cate-drales." Algunos pensaron que era la imagen de Bris-tol (Inglaterra), que está a 4 000 kilómetros, a travésdel polo, del lugar del extraordinario espejismo. Suaparición tenía lugar cada año entre el 21 de junio yel 10 de julio. (Quarterly Journal of the Royal Merco-rological Society, 27:158-59, abril de 1901)

La llamada "ciudad silenciosa de Alaska", un espejis-mo diafano e inusitado, es el tema de esta ilustraciónde la obra Alaska, de Miner Bruce, publicada en 1899.

DE 1900 A 1920

A Ellsworth Huntington, un geóloga gue recorrió Josmontes Tauro de Turquía a principios de siglo, le fue-ron descritas unas montañas que se lanzaban fuegóunas a otras. Los aldeanos le dijeron que los montesKekIujek y Ziaret "combatían" con bolas de fuego através del río Éufrates, en ocasiones varias veces alaño. Al principio Huntington se mostró escéptico, pero"tras oír más o menos la misma historia a diez o docehombres a quienes vi en cinco o seis lugares diferen-tes separados por 30 o más kilómetros", decía, "meconvencí de que era cierto... Uno de ellos dijo que des-pués del relámpago quedaba un resplandor, pero to-dos los demás lo negaron. Otro aseguró que la bolade fuego era pequeña al principio, pero iba haciéndo-

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se mayor a medida que cruzaba, y después otra vezmás pequeña..." (Monthly Weather Review,28:286-87, julio de 1900)

El verano de 1902 hubo sequía y tormentas de polvoen Australia, y los alisios lanzaban tal cantidad de pol-vo sobre el archipiélago Malayo que dificultaba lanavegación.

El 12 de noviembre empezaron a abatirse bolas defuego sobre todo el continente. El polvo del aire se hizotan espeso que los habitantes de Sydney tenían quetransitar por la calle con faroles. Estallaron bolas defuego —meteóricas, eléctricas o de otro tipo— en Pa-rramatta y Carcoar. El 20 de noviembre, sir CharlesTodd siguió durante cuatro minutos a una sobre el ob-servatorio de Adelaida. Cualquier meteoro que se mo-viese tan despacio difícilmente hubiera podido calen-tarse lo suficiente para hacerse incandescente. La Ul-tima explosión tuvo lugar sobre lpswich (Queensland)el 23 de noviembre. (Vicent Gaddis, Mysterious Firesand Lights, págs. 81-82)

Lo que parecía una tormenta de polvo o una nube so-bre Marte fue observado a finales de mayo de 1903simultáneamente por W.F. Denning en Inglaterra yPercival Lowell en Arizona (E.U.A.). Aunque los fa-mosos "canales" marcianos de Lowell resultaron seruna ilusión, sus observaciones de cambios transitoriosen los colores de ese planeta figuran entre las mejoresde su época. (Nature, 68:353, 13 de agosto de 1903;69:160, 17 de diciembre de 1903)

El astrónomo PercivalLowell se hizo famosopor sus estudios sobreMarte y su creencia deque había vida inteligen-te en ese planeta, basadaen lo que pensaba queeran vegetación y canalesde riego. Fue uno de losprimeros en darse cuentade que se harían mejoresobservaciones desde luga-res altos y de atmósferaclara, lejos de las luces yel humo de las ciudades,y construyó un observato-rio a más de 2 000 metrosde altitud, cercano aFlagstaff (Arizona).

El 17 de diciembre de 1903 apareció en Júpiter unamancha blanca que en cinco minutos se transformóde un punto en una "brillante grieta oblicua". Ciertomayor Molesworth, que la observó en Ceilán, escri-bió a la Royal Astronomical Society que "con una lar-

ga experiencia en la observación de Júpiter, nunca ha-bía notado un cambio así en esta región del planeta,pero estaba totalmente seguro de que el fenómeno erareal". Si lo era, una zona extraordinariamente gran-de había cambiado de color en un tiempo increíble-mente corto. (Nature, 72:207, 29 de junio de 1905)

Una breve e inexplicable oscuridad cayó sobre Wim-bledon (Inglaterra) un día de abril de 1904. Continuódurante 10 minutos, sin que hubiese ningún indicio denubes de lluvia o de una cantidad anormal de humo.(Symons's Meteorological Magazine, 39:69, mayo de1904)

Una playa estalló en llamas en Kittery Point (Maine.E.U.A.) el 1° de septiembre de 1905:

...los huéspedes del hotel Parkfield se vieronsorprendidos por la aparición de llamas que subíande la playa y de la superficie del agua, suceso decarácter tan notable e insólito como para provocargran curiosidad y alguna alarma. La conflagraciónocurrió entre las siete y las ocho de la noche, yduró más de tres cuartos de hora. Las llamas tenianaproximadamente 30 centímetros de altura. Ibanacompañadas de un crujido fuerte y continuo quepodía oírse claramente a 90 metros de distancia, ala vez que de una fuerte emisión de vapores deácido sulfuroso que penetraron en el hotel,expulsaron de la cocina al propietario y su personal.y llenaron las demás habitaciones hasta el punto decausar grandes molestias a los huéspedes. Uno deéstos, de mentalidad investigadora, cogió un puñadode arena, pero se vio obligado a soltarla por localiente que estaba. Cuando llevaron algo de arenaal hotel y la revolvieron con agua, se desprendieronburbujas de gas que producían llamas al romperseen la superficie en contacto con el aire.

D.P. Penhallow examinó la playa y concluyó queuna capa de algas enterradas había fermentado, crean-do bolas de hidrógeno "carburado y fosforado"otros gases. Su explicación es tan razonable que sólocabe preguntarse por qué las playas en llamas no cons-tituyen una atracción veraniega normal. (Science, Nue-va Serie 22:794-96, 15 de diciembre de 1905)

G.H. Martvn escribió en 1906 a la revista Nature acer-ca de una tormenta que había presenciado en SouthTottenham (Inglaterra):

...dos de los truenos empezaron con una notamusical de tono claro y definido... que duró unosdos segundos en ambos casos, y la frecuencia de lanota fue en ambas ocasiones de unos 400 porsegundo... Escuché cuidadosamente paracerciorarme de que la nota se originaba fuera y noera debida a resonancias dentro de la habitación, yen el segundo trueno fue sin duda alguna fuera...[Nature, 74:200, 28 de junio de 1906]

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Un sorprendente espectáculo aéreo tuvo lugar en Bur-lington (Vermont, E.U.A.) delante de cuatro testigos(uno de ellos ex gobernador del estado) un día de 1907.Oyeron una explosión atronadora y al mirar a la callevieron "un cuerpo en forma de torpedo... de casi dosmetros de largo por 25 centímetros de diámetro" flo-tando a 15 metros del suelo. Su superficie era oscura,"y aquí y allá le salían lenguas de fuego de zonas se-mejantes a cobre sin pulir al rojo". La aparición es-taba rodeada por un débil halo de 6 metros. Despuésde la explosión inicial no se oyó nada más. Veinte mi-nutos más tarde se inició un gran chaparrón sin true-nos ni relámpagos. Un testigo escribía:

Han pasado cuatro semanas... pero aquella escena yla terrible confusión que produjo siguen vivas antemí, mientras todavía resuena en mis oídos aquelruido apabullante. Espero no volver a oír o vernunca un fenómeno parecido, al menos tan de cerca,

(Monthly Weather Review, 36:310-11, julio de 1907)

En todo el Reino Unido y muchas partes de Europase observaron cielos nocturnos coloreados, y de tal lu-minosidad que podía leerse el periódico a media no-che, el 30 de junio de 1908 y las noches siguientes. Pa-recían más estables que cualquier aurora. L.A. Kulik,el científico soviético encargado de la primera expedi-ción al lugar de la explosión del 30 de junio en la cuen-ca del Tunguska (atribuida tanto al estallido de un co-rneta en el aire como a un gigantesco meteorito, unagujero negro, la antimateria o una explosión nuclear)creía que esos "amaneceres nocturnos" se debían alpolvo meteorítieo esparcido por una gigantesca explo-sión, (Nature, 206:861-65, 29 de mayo de 1965; Po-pular Astronomy, 45:559-62, diciembre de 1937; Quar-terly Journal of the Royal Meteorological Society,34:202, julio de 1908)

Apenas quedó un árbol en pie a 30 kilómetros a la re-donda de la explosión de Tunguska; hubo gente que-mada a 60 y caballos derribados a 600.

Una ráfaga de viento resultó fatal para una colegialade Bradford (Inglaterra). El Yorkshire Observer In-formaba que el 23 de febrero de 1911 un testigo vioa la niña dirigirse al campo de juegos cercano a la es-cuela. Otro la vio después por el aire, paralela a unbalcón de 6 metros de altura, "con los brazos exten-didos y la falda inflada como un globo". Más tardela recogieron muerta de una caída. (Symons's Meteo-rological Magazine, 46:54, abril de 1911)

En octubre y noviembre de 1911, L.J. Wilson, deNashville (Tennessee), observó cierto número de man-chas blancas brillantes en Marte, cerca de la regiónbautizada como Hesperia. (Nature, 89:17, 7 de mar-zo de 1912)

Una "sombra" en tránsito por la Luna fue observa-da por el Dr. F.B. Harris el 27 de enero de 1912:

Hacia las 10:30, hora del Este, me sorprendió verque el cuerno izquierdo mostraba la presencia de uncuerpo intensamente negro de unos 400 kilómetrosde largo y 80 de ancho, calculando 3 200 kilómetrosde punta a punta de los cuernos. La aparición eracomparativamente tan negra como lo escrito en estepapel, y su forma la de un cuervo con las alasextendidas.

Por supuesto, hay lugares oscuros aquí y allá enla superficie lunar, pero no como éste. Para noaburrir, diré que se hicieron toda clase de esfuerzospor eliminar cualquier error de visión o de otraespecie... La Luna es muy complicada y es hartoimprobable que algo semejante vuelva a ser visto enmuchos años o incluso siglos. No puedo por menosde pensar que fue un fenómeno muy interesante ycurioso. (Popular Astronomy, 20:398-99, junio-juliode 1912]

Los hatos en torno a la Luna pueden ser redondos oelípticos, únicos o múltiples, y las circunstancias atmos-féricas idóneas pueden dar lugar a imágenes múltiples

Las paraselenes, anillos de luz en torno a la Luna, sonconsecuencia de los rayos de luz que se filtran a tra-vés de cristales de hielo o inciden en ellos. Las coro-nas lunares (derecha) se presentan cercanas a la Lunay difusas.

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e incluso arco iris lunares. Pero ninguna de las teoríasópticas aceptadas es capaz de explicar el halo cuadra-do, tres diámetros lunares tangentes con una esquinaabajo, hacia el horizonte, que fue observado desde elbuque Baltnoral Castle la noche del 21 de enero de1913, frente a las costas del África Ecuatorial. En unaobra maestra del eufemismo, escribía Lewis Evans:"Mostré el halo a algunos de los oficiales del barco,ninguno de los cuales parece haber visto otro igual,de modo que puede tratarse de algo muy poco co-mún." ( Quarterly Journal of the Royal Meteorologi-cal Society, 39:154, abril de 1913)

De 40 a 60 bolas de fuego, aparentemente meteóricaspero que se movían tan lentamente que algunas fue-ron visibles durante 40 segundos, pasaron sobre Ca-nadá y el océano Atlántico el 9 de febrero de 1913.Basándose en más de 140 informes, W.F. Denning es-tableció que fa ruta total observada tenía 8 800 kiló-metros, casi la cuarta parte del contorno de la Tierra.Consideró que se movían en rumbos casi orbitales.

El punto de origen de una lluvia meteórica o "llu-via de estrellas" (denominado radiante) debería, enteoría, moverse por el cielo del modo en que sigue laTierra su ruta curva en torno al Sol. Sin embargo,W.F. Denning, que observó los meteoros y trazó susradiantes a finales de siglo xix y principios del xx, lla-mó la atención hacia lluvias que parecían proceder deuna misma región del cielo, noche tras noche, duran-te meses. En 1913 escribía en The Observatorv:

Algunos astrónomos, reconociendo dificultadesinsuperables para explicar los radiantesestacionarios, los rechazan como no probados ysospechan que son producidos por lluvias sucesivaspero distintas, procedentes de direcciones queforman un mismo radiante aparente durante largosintervalos. Pero tales escépticos pasan por alto,deliberadamente, la prueba muy real y tangible querespalda la radiación fija de meteoros. Es algo quevive indeleblemente en el cielo, y, aunque losanteriores intentos de explicarlo no gozan de laaceptación general, ninguna observación haconseguido ni conseguirá borrarlo del firmamento.

Hoy sabemos mucho más acerca de los meteoros,pero el rompecabezas de Denning sigue sin resolver-se. La mayoría de las lluvias de meteoros se compor-tan como es debido, con radiantes que cruzan el cielodurante la noche y una trayectoria dominante que cam-bia de una noche a otra al cruzar la Tierra por unacorriente de detritos cósmicos en órbita, pero aún ca-recemos de una explicación convincente de por qué al-gunas no lo hacen así. (Nature, 92:87-88, 18 de sep-tiembre de 1913; 97:181, 27 de abril de 1916; The Ob-servatory, 36:334-39, agosto de 1913; Popular Astro-nomy, 30:632-37, diciembre de 1922)

Una mancha blanca, que parecía proyectarse sobre elborde del planeta Júpiter mientras la rápida rotaciónde las nubes la llevaba de acá para allá, fue vista dos

Auroras borealesLa aurora boreal constituye un espectáculo impresio-nante, misterioso. Sus ondeantes raudales y cortinasde luz, generalmente de 100 a 400 kilómetros del sue-lo, han servido de inspiración a las leyendas y al folk-lore desde tiempos prehistóricos. Es casi imposible nover en semejante espectáculo la imagen portentosa deun mundo sobrenatural.

Las auroras adoptan una gran variedad de formas,de las que las más comunes son conocidas al menosdesde la época de Séneca:

...la sima, cuando bajo una corona luminosafalta el fuego celestial, formando como sidijéramos la entrada circular de una caverna;los giros, cuando se ve una gran llama redondaen forma de barril trasladarse de un lugar aotro, o arder inmóvil; los abismos, cuando elcielo parece abrirse y vomitar llamas... .A vecesesos fuegos son lo bastante altos para brillarentre las estrellas; otras, tan bajos que puedenser tomados por el reflejo de una hacienda ouna ciudad que arde a lo lejos. [Séneca elJoven (Lucio Anneo), citado en: Richard A.Craig, The .Erige of Space, págs. 117-18]

Y un nórdico de la época vikinga, especulando atre-vidamente, como convenía a alguien cuyo pueblo na-vegaba por aguas donde el fantasmal fenómeno po-día ser visto cualquier noche despejada, daba expli-caciones muy razonables:

Algunos sostienen que esa luz es un reflejo querodea a los mares del norte y del sur [esevidente que conocía también la auroraaustral]; otros dicen que es el reflejo del Solcuando está por debajo del horizonte. Por miparte creo que es producida por el hielo, quede noche irradia la luz que ha absorbidodurante el día.

Hoy, tras haber sondeado las auroras con satélites,globos y una gran variedad de instrumentos, los cien-tíficos saben que se deben a partículas cargadas quebrotan del Sol y son apresadas por el campo magnéticode la Tierra y encauzadas hacia los polos. Allí chocancon las dispersas moléculas de gas de la alta atmósfe-ra, provocando en ellas estados energéticos superioresque dan lugar a colores característicos: el rojo oscu-ro, azul y violeta del nitrógeno, el verde y rosa del oxí-geno. La actividad solar, que envía ondas de choquemediante el "viento" de partículas cargadas y provo-ca perturbaciones en el campo magnético de la Tie-rra, puede extender la zona de auroras muy al sur, in-

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El arco (arriba) es una rara forma de aurora boreal;éste fue visto desde Guilford (Inglaterra) el 24 de oc-tubre de 1870. Abajo, una aurora vista en el parquenacional de Denali (Alaska).

levisor. ¿Cómo explicar entonces la experiencia delcargado dede una estación de radio del gobierno en e.norte de Canadá, que vio a la luz bajar hasta que latuvo al alcance de la mano y hubo de agacharse paracaminar bajo una "niebla de colores"? ¿Y qué decirde quienes han oído silbidos o crujidos u olido el ozonode una descarga eléctrica mientras brillaba la aurorasobre su cabeza?

En 1931, decía de uno de esos fenómenos la revista!Valore: "En el estado actual del saber, la incapaci-dad para comprender la naturaleza física de tales he-chos no basta para rechazar su posibilidad." Cincuen-ta años más tarde, algunos físicos de la atmósfera nie-gan aún que la aurora boreal pueda ir asociada a rui-dos u olores eléctricos, y prefieren creer que quienesinforman sobre ellos se engañan porque los esperansin saber que son "imposibles". Pero seguramente haymás cosas en el cielo y la tierra de las que explicanlas teorías vigentes, especialmente en la aurora boreal,donde cielo y tierra se combinan para crear un res-plandor que apenas ha perdido algo de su misterio através de los siglos.

cluso hasta Roma, donde, según cuenta Séneca, lossoldados del emperador Tiberio abandonaron en unaocasión sus cuarteles para correr al puerto de Ostia,convencidos de que estaba ardiendo. Es indudable queese espectacular fenómeno puede explicar muchas delas luces extrañas vistas en el cielo a lo largo de lossiglos, pero no todos los casos encajan en la teoría delas auroras.

Hay muchas noticias fiables de una actividad auro-ral cercana al suelo (ver, por ejemplo, pág. 245) difí-cil o imposible de explicar, pues la aurora necesita uncuasi vacío: es decir, el aire denso que hay al nivel delsuelo debería estar tan "muerto" como un tubo deneón con fugas o el tubo de rayos catódicos de un te-

Esta ilustración de un planetario pinta una nave no-ruega frente a una aurora boreal de cortina para indi-car que suele ser un fenómeno nórdico.

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noches consecutivas, en enero de 1919, por Frank Sar-gent, de Bristol (Inglaterra). ( Nature, 102:432, 30 deenero de 1919)

Un arco auroral que abarcaba el cielo, semejante a"los rayos de un potente foco", llamó la atención deWilliam H. Wagner en West Reading (Pennsylvania,E.U.A.) el 2 de mayo de 1919:

La luz era muy fija, sin indicios de parpadeo omovimiento rápido... El rayo fue cambiandolentamente de forma, desvaneciéndose uno de suslados. Era perfectamente transparente, pero a vecesse hacía muy brillante, y en una ocasión casi ocultóa la estrella de segunda magnitud Gamma Leonis.[Popular Astronomv, 27:405, junio-julio de 1919]

DE 1920 A 1940

C.S. Bailey vivía hacia 1920 en Stockton Heath (In-glaterra), cerca del canal navegable de Manchester,donde la brisa sopla siempre hacia el interior. Una no-che de julio se dio cuenta de que el aire había queda-do extrañamente en calma:

Al mirar carretera abajo, vi formarse una pequeñanube negra de tormenta a lo largo del Canal, y aunos 10 ó 12 metros por encima de él. Teníaaproximadamente 90 metros de largo y unos 2 degrueso. Mientras contemplaba aquella extrañaformación, un relámpago cegador recorrió la nubeparalelo al agua, seguido inmediatamente de unestampido como una descarga de artillería decampaña. Unos cuarenta segundos más tarde hubootro relámpago y una nueva explosión, tras de locual la nube adelgazó y se dispersó en unos cuatrominutos. [ Weather, 4:267, agosto de 1949]

Dos eminentes astrónomos. W.W. Campbell, directordel Observatorio de Lick, y H.N. Russell, director delde Princeton, se hallaban en la residencia del primeroen Mount Hamilton (California) a principios de agostode 1921, cuando divisaron un objeto más brillante queVenus en el cielo crepuscular. Visto con prismáticosno presentaba señales de la nube o cola que era de es-perar en un corneta. Varios observadores de Detroite Inglaterra lo vieron también, y fueron alertados otrosen todo el mundo, pero el objeto no volvió a ser vis-to. (English Mechanic and World of Science, 1:114:47,19 de agosto de 1921; The Journal of the Royal As-tronomical Society of Canada, 15:364-67, diciembrede 1921)

El 30 de junio de 1922, en el lago Victoria (Uganda),una tromba de agua se aproximó a unos 90 metros deG.D. Hale Carpenter y su esposa, que estaban en laorilla. Ambos vieron que fuera del núcleo central ha-bía una "funda", o segunda capa concéntrica, de va-por de agua giratorio, separado del centro por una ca-pa de aire claro. Un comentarista escribió:

Esto parecería exigir una discontinuidad delcontenido en agua del aire, simétrica en torno al eje

del torbellino. No parece posible explicarlo nisiquiera como el efecto de discontinuidades develocidad dentro del torbellino. No cabe sugerirninguna explicación física de ese espacio vacío.[Noture, 110:414-15, 23 de septiembre de 1922]

Durante una tormenta el 9 de julio de 1923, el rayodejó la imagen de una papelera, en forma de siluetadescolorida, en el piso de madera de una oficina deLondres. En ella eran claramente visibles las varillasdel cesto de mimbre. La oficina estaba en un espaciocubierto de vidrios, entre dos edificios, utilizado por

Esta imagen de una papelera de mimbre sobre un pi-so de madera "común y corriente, desnudo y sin en-cerar" despertó tal interés que fue cortada para exhi-birla en un museo científico de Londres.

una empresa arrocera. Como la imagen fue descubiertala mañana posterior a la tormenta, no hubo modo desaber si había sido causada por un rayo o por una luzmuy intensa. ( The Meteorological Magazine,58:166-67, agosto de 1923)

Una aurora boreal audible tuvo lugar en la costa árti-ca, al norte del cabo Príncipe de Gales, durante el in-vierno de 1925-26. Clark M. Garber, que había creí-do hasta entonces que lo que contaban los esquimalesacerca de ruidos aurorales era pura superstición, la pre-senció durante más de una hora en compañía de suconductor:

Mientras estábamos sentados en el trineo, losgrandes rayos que pasaban sobre nuestras cabezasemitían un sonido claramente audible que parecía elde un pequeño chorro de vapor... o el crepitar quese produce al lanzar finos chorros de agua sobre

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una superficie metálica muy caliente. El rayocontinuo emitía con frecuencia el sonido durantemás de un minuto. [Science, 78:213-14, 8 deseptiembre de 1933]

Un corneta excepcionalmente rápido —o cercano— fuevisto por un astrónomo de Cracovia (Polonia), el 1°de septiembre de 1926. Se movía a 15 grados por ho-ra, velocidad suficiente para pasar de un horizonte aotro en 12 horas. "No creo que haya constancia deun cuerpo celeste, distinto a un meteoro, que mostra-se un movimiento aparente tan rápido al cruzar el cie-lo", escribía un astrónomo que intentó en vano loca-lizarlo en las noches siguientes. (Popular Astronoiny,34:538-39, 1926)

Un misterioso punto negro cruzó el disco solar antela sorpresa de un astrónomo de Hamburgo el 15 demarzo de 1927. "La lentitud del movimiento [tardóseis segundos en pasar frente al Sol] hace probable quela distancia, y por tanto el tamaño, del objeto fuesenconsiderables." (Nature, 120:201, 6 de agosto de 1927)

Nubes de lluvia "parásitas" fueron vistas en dos lu-gares a mediados de 1928. El 10 de mayo, observadoresa bordo del buque inglés Herald, en e] mar de ChinaMeridional, vieron una extraña formación de cúmulos:

Parecía como si estuviese cayendo una espesa lluviade una nube a otra. Se veía bien que en el mar nollovía. Esa lluvia tenia forma de - embudo", y sepiensa que se había formado en el cielo unapequeña tromba que estaba absorbiendo lluvia deun gran cúmulo a otra nube (pequeña, aborregada yblancuzca) que había sobre él.

Un mes más tarde, el Dryden, en ruta de Liverpoola Montevideo, pasó cerca de un nimbo "conectado aun banco de cúmulos por dos trombas, que no llega-ban al mar, sino que se extendían sólo entre los dosbancos de nubes". ( The Marine Observer, 6:102, ma-yo de 1929; 6:127, junio de 1929)

A principios de agosto de 1928, el cinturón de nubessurtropicales de Júpiter pareció emitir cierto númerode pequeñas manchas oscuras que viajaban más de-prisa que la rotación general de las nubes en esa zona.La mayoría pasaron al norte de la Gran Mancha Ro-ja, pero algunas entraron en ella y desaparecieron. Esta

observación parece indicar perturbaciones más repen-tinas que nada de lo visto durante las efímeras visitasa Júpiter de las sondas Voyager. (Nature, 122:743, 10de noviembre de 1928)

Las luces vistas durante el terremoto de la penínsulade Izu, en Japón, el 26 de noviembre de 1930 dieronlugar a más de 1 500 comunicaciones:

En un lugar de la parte oriental de la bahía deTokio, la luz semejaba los rayos de una auroraboreal bifurcándose desde un punto en elhorizonte... Otros describen las luces comoparecidas a bolas de fuego... Cuando el terremotoestaba en su ápice, apareció por el suroeste tina filade masas de luz redondas.

Las luces que acompañan a los terremotos han sidorelacionadas con fugas de gas, efectos friccionales engran escala, relámpagos y auroras boreales. Sólo re-cientemente se ha llegado a un acuerdo sobre su realidad,pero ningún mecanismo propuesto hasta ahora puedeexplicar todas sus formas. (Bulletin of rhe Seismologi-cal Society of Ainerica, 63:2177 -78, diciembre de 1973)

El Nova Scotia cruzaba el Atlántico Norte el 24 de ma-yo de 1931 cuando, a la 1:35 de la madrugada, "mary cielo se iluminaron de pronto durante unos tres se-gundos con una intensa luz purpúrea parpadeante queno parecía emanar de ningún punto concreto". Lasúnicas nubes eran altoestratos dispersos, que no pro-vocan relámpagos ni son lo bastante densas para di-fundir el resplandor de un meteoro brillante. (The Ma-rine Observer, 9:93, mayo de 1932)

El 17 de junio de 1931 un matrimonio de Riverside(California) vio brillantes destellos junto a la luna nue-va y los describió como parecidos a relámpagos. Elobservatorio del monte Wilson "declinó cortésmen-te" tomar en cuenta la observación. Posteriormente,un comentarista sugirió que los destellos eran meteorosdébiles, invisibles contra el cielo nocturno de veranopero visibles frente a la porción no iluminada de la su-perficie de la Luna. La claridad de ambos fondos nodifiere en realidad lo suficiente para hacer verosímilla explicación. (Science, 104:146, 9 de agosto de 1946;104:448-49, 8 de noviembre de 1946)

Una minitormenta apareció sobre el lago Cache (On-tario) en julio de 1932. John Zeleny vio "una nubemuy larga, baja, estrecha y tenue, como de tormen-ta". Oyó un ruido sordo procedente de ella, aunqueno tenía más de 60 metros de diámetro y no pudo verrelámpagos. "El ruido no podía ser del tamborileo delgranizo porque la sección de la nube era demasiadopequeña para dar tiempo a que éste se formase, y, en

La Gran Mancha Roja de Júpiter, fotografiada porlos Voyager 1 y 2 en 1979, tiene unas 3 veces el tama-ño de la Tierra y es el punto más frío del planeta.

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cualquier caso, no hubo granizada." (Science, NuevaSerie 75:80-81, 1932)

Un rayo anaranjado se proyectó hacia arriba desde laLuna durante 15 minutos la noche del 2 de mayo de1933, según varios observadores a bordo del Transil-vania, en el Atlántico Norte. Horas antes habían vis-to auroras boreales. ( The Marine Observer, 11:49,abril de 1934)

Una mancha blanca sobre Saturno fue vista por as-trónomos de Alemania, Inglaterra y Estados Unidosen agosto de 1933. La mancha, observada en varioslugares a lo largo del cinturón ecuatorial, cubría unazona de una décima a una cuarta parte del diámetrodel planeta. Semejante a otra detectada en 1876, se su-puso que era una tormenta atmosférica. (sature,132:285, 19 de agosto de 1933)

Uno de los más extraños casos de relámpagos conoci-dos fue visto en 1936 por M.D. Laurenson, de NuevaZelandia:

Yendo solo en coche de Hamilton a Tauranga, alllegar a lo alto de la carretera de Kaimai mesorprendió el espectáculo de los relámpagos sobre labahía de Plenty... Hacia las 10:10 de la noche vi,hacia el este, una luz más bien débil. Registrémentalmente la impresión de que estaba un pocoalta para tratarse de una casa o un coche. (Conozcobien el distrito, de modo que estoy bastante seguroen cuanto a lugares y direcciones.)

Unos minutos después, iluminó el cielo unrelámpago procedente del norte, y quedé más queasombrado al darme cuenta. de que el resplandorprocedía en realidad de lo alto de un banco denubes negras... Antes de poder conjeturar lo queaquello podía significar, presencié uno de losespectáculos más extraños y misteriosos que hevisto. De repente la nube pareció palpitar y adoptóla forma de un globo que despedía una luz suave...blanco verdosa, o más bien un resplandor de unbrillo indescriptible. Ese resplandor iluminaba todala superficie superior del banco de nubes ymostraba el globo luminoso en equilibrio sobre undedo de nubes... Después volvió a palpitar (pareciócontraerse y expandirse levemente un par de veces) ycasi inmediatamente se hizo mucho mayor. Durantelos quince minutos en que la vi, no se movió...

Cuando la luz resplandeciente hubo finalmentedesaparecido, destelló en el cielo un curioso rayoprocedente de la nube septentrional. Avanzóhorizontalmente y de pronto se convirtió en unalínea totalmente recta que fue a dar al lugar dondehabía estado el globo [The MeteorologicalMagazine, 71:134-36, julio de 1936]

Unas manchas brillantes en el casquete polar sur deMarte, "algunas de las cuales se juntaron para formaruna brillante mancha blanca que rápidamente se hizoamarilla y después rojo amarillenta", fueron observa-das en Nashville (Tennessee) el 30 de mayo de 1937.(Popular Astronomv, 45:430-32, octubre de 1937)

El casquete polar sur de Marte se ve arriba porque lostelescopios de refracción invierten las imágenes. El ta-maño de los casquetes varía con las estaciones marcianas.

Un espejismo proyectado sobre más de 480 kilómetrosfue visto el 17 de julio de 1939 desde la goleta EffieM. Morrissey. El barco estaba entre el cabo Farewell—la punta meridional de Groenlandia— e Islandia. Elcapitán Robert Bartlett, que había navegado por aguaspolares durante 40 años, nunca había visto un espe-jismo tan claro:

A las cuatro de la tarde, con el sol al suroeste... eISnaefells Jókull (de más de 1 500 metros) y otrasalturas [de Islandia]... se veían a una distancia deunas 25 ó 30 millas náuticas [o sea de 46 a 55kilómetros, en vez de los 536 a 560 kilómetros aque estaban en realidad]. "Si no hubiese estado yaseguro de mi posición y si mi destino hubiera sidoReykjavik [dijo el capitán Bartlett], hubieraesperado llegar en pocas horas. Los contornos de latierra y la cumbre nevada del Snaefells Jókuli seveían increíblemente cerca." [Science, 90:513-14,diciembre de 1939]

DE 1940 A 1960

Había empezado la Segunda Guerra Mundial y en no-viembre de 1940 Inglaterra había sobrevivido a lo peordel blitz. E. Matts, de Coventry, estaba trabajando ensu jardín poco después de mediodía, con buen tiem-po, cuando de pronto

me pareció estar en el centro de una intensaoscuridad, y al mirar abajo observé a mis pies unabola de unos 60 centímetros de diámetro. Era decolor verdiazul pálido y parecía hecha de cuerdas drluz retorcidas como de 7 milímetros de diámetro.

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Page 253: Readers Digest - Inverosimil Fenomenos Inexplicables

Al cabo de unos segundos la bola se levantó del sue-lo, libró una hilera de casas y aterrizó cuatrocientosmetros más allá, provocando daños en un pub al es-tallar. "Es interesante hacer constar", concluía Matts,"que no sentí la menor alarma, pero esto puede ex-plicarse por el hecho de que, en aquella época, en Co-ventry habíamos soportado ya muchos bombardeos."( Weather, 19:228, julio de 1964)

La noche del 13 al 14 de agosto de 1942, los detecto-res situados en Londres registraron una irrupción sinprecedentes de rayos cósmicos, partículas de altísimaenergía que impregnan el espacio intergaláctico. Nohubo indicios de una "tormenta magnética" solar oterrestre que lo explicase. Dado que los rayos cósmi-cos viajan a tan gran distancia y con tantos cambiosde dirección, su distribución suele ser muy fluida y uni-forme. Su irrupción repentina sólo sería explicable porun fenómeno muy extraño y violento. (Nature,151:308-09, 13 de marzo de 1943)

Unos rayos hacia arriba, que empezaban encima deuna nube de tormenta y se ramificaban como las raí-ces de un árbol en el cielo despejado que había sobreella, fueron observados por un meteorólogo de lasfuerzas aéreas australianas en Broome, en febrero de1945. Los describió como de color púrpura y de unaduración insólita, de medio a un segundo. ( Weather,6:64, febrero de 1951)

Los rayos pueden ser de carga eléctrica bifurcada (queaquí vemos), difusos, en cinta, en bola e incluso algu-nos ascienden desde una nube.

Un tornado —o un bólido desprendido de él— abrióuna zanja en una cancha de tenis de tierra apisonadaen Curepipe (Mauricio), en el océano Índico, el 24 demayo de 1948:

Una zanja en dirección norte-sur, de 20 metros delargo por 30 e. 75 centímetros de ancho y unaprofundidad de 3 a 12 centímetros, se abrió en lasuperficie de la cancha. El material aventado de lazanja fue arrojado hacia el oeste, a una distancia de16 metros. Varios trozos que pesabanaproximadamente medio kilo fueron lanzados a 10metros. El material de la superficie estabaligeramente ennegrecido, como por calentamiento, ydurante dos o tres minutos se oyeron chasquidoscomo los de la caña de azúcar al arder... Uno delos testigos dice haber visto una bola de fuego deunos 60 centímetros de diámetro que cruzó desdeun campo de futbol a la cancha de tenis a través deuna alambrada sin dejar el menor rastro de supaso... [ Weather, 4:156-57, mayo de 1949]

Desde el punto de vista de la física, éste es uno delos casos más extraños de bolas de fuego que se cono-cen. Resulta difícil imaginar una teoría capaz de ex-plicar cómo gases eléctricamente cargados pueden atra-vesar una red metálica sin producir ningún efecto enella, y después causarlos en la tierra.

Una extraña ráfaga de calor invadió las ciudades deFigueira da Foz y Coimbra (Portugal) el 6 de julio de1949. Duró sólo dos minutos, pero en Figueira da Fozun oficial de marina informó que en ese tiempo la tem-peratura subió de 38 a 70 grados. Murieron muchasaves de corral, y se informó que el río Mondego se ha-bía secado en varios sitios. (Vincent Gaddis, Myste-rious Fires and Lights, pág. 74)

lin "charco" eléctrico cayó sobre un testigo en el par-que nacional de Yellowstone en septiembre de 1949.William B. Sanborn vio una "confusa mancha de luzazul", de unos 50 metros de ancho y 5 veces más lar-ga, avanzar hacia él a través de un pantano, movién-dose con gran rapidez bajo una nube baja:

Cuando la mancha estaba a sólo pocos metros, notéuna súbita calma en el aire y un cambio acentuadode temperatura, así como algo que creo que eraolor a ozono... Se mantuvo a ras del suelo, enrealidad rodeando todo aquello con lo que entrabaen contacto, envolviéndolo en una extraña luzpalpitante. Cada rama de artemisa estaba rodeadapor un halo de luz de unos cinco centímetros dediámetro. Cubrió el automóvil y a mí, pero no mipiel. Sentía yo una sensación de hormigueo en elcuero cabelludo, y al frotarme el cabello con la manosaltaban chispas diminutas... No noté toquesal tocar algún objeto del suelo o el exterior delcoche. [Natural History, 59:258-59, junio de 1950]

Una extraña combinación de aurora austral y relám-pagos fue observada por los oficiales del Melbourne

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Star en junio de 1952 al sur de Madagascar, en el océa-no Índico. Una aurora austral tan brillante que pare-cía un amanecer fue seguida, a las pocas horas, porun cielo nublado y destellos que dejaban líneas de co-lores en el cielo: algunas de éstas duraban de tres acinco minutos, casi con seguridad demasiado para sermeras persistencias de la imagen real en la retina. ( TheMarine Observer, 23:81-82, abril de 1953)

Una fosforescencia marina visible en el radar fue ob-servada desde el Malgita cuando navegaba frente alextremo oriental de Nueva Guinea en septiembre de1954. A las 2 de la madrugada apareció frente al bar-co lo que parecía ser un "espejismo" luminoso pro-cedente de más allá del horizonte. La pantalla de ra-dar registró un chubasco, pero a medida que el barcose acercaba, el capitán y el segundo oficial sólo pu-dieron ver una mancha de luz con rayas horizontales,como la que causa a menudo el plancton brillante. Pa-saron a través del "chubasco" del radar sin notaraumento en el viento ni en la ligera lluvia que caía.( The Marine Observer, 25:149-50, julio de 1955)

Dos observadores que viajaban en el Oronsay infor-maron haber visto rayos rectos y lentos procedentesde un cielo casi despejado cuando navegaban frentea la costa occidental de África el 17 de octubre de 1956.Había luna llena, que permitía ver altas manchas decirros y algunos cúmulos bajos de los que anuncianbuen tiempo.

Los rayos empezaban en un punto situado algo másatrás que los Ci [cirros] y se dirigían, desviándoseunos 30 grados de la vertical, en línea totalmenterecta y a una velocidad en apariencia relativamentelenta, hacia los pequeños Cu [cúmulos]. Parecíanentrar en los Cu y después reaparecer, descendiendoen otra dirección y a velocidad normal. El trazo dela exhalación a partir de los Cu, que emitían unresplandor verdoso al ser "alcanzados", no parecíatan ancho como al llegar hasta allí. Descargassemejantes se produjeron a intervalos regulares de 2a 3 minutos, y siguieron la misma ruta hacia los Cu.

El doctor B. F. J Schonland, experto en la materia,observó que, si bien las chispas eléctricas entre nubesno son algo insólito, no suelen ser tan regulares y re-petidas. Y si bien estas descargas que no llegan al sueloson a menudo más lentas de lo usual (porque se com-ponen de corrientes - guía" en vez del mucho más po-tente contrarrayo ascendente), tales corrientes suelenser más bien irregulares y no rectas. (The Marine Ob-server, 27:208-09, octubre de 1957)

Un posible satélite natural de la Tierra fue visto porprimera vez el 17 de noviembre de 1956. un año antesdel Sputnik. Noticias de otros siete avistamientos hasta1965 llevaron a J.P. Bagby a sugerir que podía haber-se acercado a la Tierra un meteoro con el ángulo jus-to y la velocidad precisa para situarse en órbita du-rante nueve años antes de consumirse. (Nature,211:285, 16 de julio de 1966)

Una misteriosa extensión de agua en calma en mediode una tormenta facilitó la ruta del yate Yvancha el16 de septiembre de 1958. Su capitán había dobladoel cabo portugués de San Vicente e iba rumbo al nor-te, hacia Lisboa, con mar gruesa y vientos del noroes-te de fuerza 5-6 (de 32 a 48 kilómetros por hora):

No obstante, al reducir la velocidad de 10 nudos aunos 6 [de 16 a 10 kilómetros por hora], la marchase hizo más cómoda... Seguíamos teniendo untiempo horrible cuando apareció frente a nosotrosuna zona en calma, sin mar picada, y poco más demedia hora de navegación nos condujo hasta ella.

Yo estaba pasmado... Aquella zona encalmadatenía cuando menos un cable [200 metros] de anchoy se extendía en dirección noreste unos 50kilómetros. Pude navegar por ella durante treshoras en una calma casi completa y a todamáquina, teniendo a ambos lados una marembravecida. La ruta era absolutamente recta, y lalínea de demarcación, donde el agua picada secalmaba para formar aquella autopista marina,había que verla para creerla. Ni qué decir tiene queme mantuve en ella y me planté en Setúbal sinapenas una salpicadura en cubierta.

... He pasado más de treinta años en la mar y heido y venido del Mediterráneo en muchas ocasiones,pero nunca había experimentado un fenómenoigual. Desde luego no se trataba de una mancha depetróleo; no había indicios de él y la ruta eratotalmente recta durante 50 kilómetros, con ladosclaramente definidos a babor y a estribor. De haberprocedido de una fuga de petróleo, estoy seguro deque el viento la hubiese curvado... Espero coninterés cualquier posible explicación... [ Weather,16:86-87, marzo de 1961]

Una breve iluminación del cielo intrigó al capitán J.Williams, del Trevean, el 1° de diciembre de 1959. Subarco navegaba en medio del Atlántico con vientosfuertes y nubes bajas cuando "surgió de repente" unaluz azul brillante y difusa. Al principio pensó que setrataba de un cortocircuito en la cámara del timón.No encontrando nada anormal allí, volvió a cubiertay pudo presenciar la gradual desaparición de la luz.( The Marine Observer, 30:194, octubre de 1960)

DESDE 1960

Un globo de luz de veinte centímetros, casi tan bri-llante como un foco de 10 vatios y sin color percepti-ble, surgió de la cabina del piloto y flotó por el pasi-llo de un avión, que el 19 de marzo de 1963 hacía elrecorrido Nueva York-Washington, inmediatamen-te después de que le cayó un rayo. Al pasajero R.C.Jennison lo que más le llamó la atención fue su per-fecta simetría y su "apariencia casi sólida". (Nature,224:895, 29 de noviembre de 1969)

Extrañas espirales atmosféricas marcaron la ruta deun cohete Centauro lanzado desde Cabo Kennedy el

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27 de noviembre de 1963. Fueron vistas por tres bar-cos que navegaban por el Atlántico. La formación deesas curvas puede deberse a fuertes torbellinos en laestela del cohete o a los mismos efectos magnéticosde la alta atmósfera, que hacen que las partículas delas tormentas solares den vueltas en el campo magné-tico de la Tierra. (The Marine Observer, 34:181-83,octubre de 1964)

El 3 de marzo de 1964 los meteorólogos J.B. Mat-thews y D.O. Staley presenciaron la gran exhibicióneléctrica que acompañó a una tormenta de nieve —fe-nómeno en sí raro— en Tucson (Arizona). Desde latorre de observación de 25 metros del Instituto de Fí-sica Atmosférica pudieron ver relámpagos espaciadosy de corta duración que se originaban en tierra, o muycerca, por toda la ciudad. Eran menos parpadeantese intensos que los normales. No hubo ni truenos ni in-terferencias radiofónicas. Matthews opinó que los co-pos de nieve, de un tamaño y humedad poco frecuen-tes, eran portadores de cargas eléctricas. "Es eviden-te", añadía, "que esto deja muchas preguntas sin con-testar." ( Weather, 19:291-92, septiembre de 1964)

Los supervivientes de un tornado de 1965 en Toledo(Ohio) contaban:

Fuimos sacudidos y nuestro remolque fue dañadoconsiderablemente junto con otros por granizos deltamaño de pelotas de beisbol. Valía la pena ver lahermosa luz de un azul eléctrico que rodeaba altornado, mientras de su punta cónica salían globosanaranjados y relámpagos. El cono o cola deltornado me recordaba la trompa de un elefante.Descendía como en busca de alimento y despuésvolvía a alzarse, como hace la trompa cuando elelefante se lleva la comida a la boca. Mientrasestaba arriba, el tornado no era peligroso; eracuando la punta descendía cuando empezaban losdesastres. Mi hijo y yo vimos cómo echó a rodarpor el hipódromo los globos de fuego anaranjados,y después se elevó llevándose el tejado de uno delos establos... [Science, 153:1213 -20, 9 deseptiembre de 1966]

Otra noticia de luz eléctrica en un tornado de 1968 sedebe a Gene Elkins, de Tuckerman (Arkansas), queestaba a unos 25 metros del punto donde el embudotocó tierra por primera vez. Dijo haber visto "una es-pecie de luz verdosa incandescente", lo bastante fuertepara iluminar los objetos de la tienda donde se habíarefugiado. "No sé si era una especie de rayo sólidoo de dónde venía aquella luz. Duró de 2 a 3 segun-dos." ( Weatherwise, 23:129, junio de 1970)

Un "semicírculo de luz de un blanco lechoso" que fuecreciendo sobre el horizonte, al oeste, el 20 de marzode 1969 fue visto por observadores que se hallaban abordo de dos barcos al sureste de las Bermudas. Con-templada desde el Otaio, la luz parecía crecer y hacer-se más débil hasta que llegó a más de medio camino

del cenit y ocupó casi una quinta parte del horizonte.Vista desde el Pont Victor, pareció iniciarse como "unazona luminosa globular claramente definida" que fuehaciéndose más irregular a medida que se expandía,hasta llegar a envolver el creciente lunar. (The Mari-ne Observer, 40:17-18, enero de 1970)

De las cimas de las dunas de arena yesosa del WhiteSands National Monument (Nuevo México) se alza-ron chispas al pasar sobre ellas una tormenta. Sus pro-piedades fueron medidas mediante instrumentos ins-talados en 1971 por A.K. Kamra, quien encontró quela fricción del viento generaba en la arena voltajes es-táticos asombrosamente altos. (Nature, 240:143-44, 17de noviembre de 1972)

7.1 tja Pi' k <Las dunas del White Sands National Monument tie-nen entre 3 y 18 metros de altura. El viento las formay las vuelve a formar, y la fricción de la arena yesosaarrastrada por él produce electricidad estática.

Las primeras emisiones de rayos X procedentes del es-pacio exterior fueron detectadas por el satélite Cos-mos 428 en 1971. Desde entonces los científicos hanencontrado muchas más fuentes de rayos X fluctuan-tes, algunas un millón de veces más potentes que elSol, en todas las longitudes de onda. Se cree que mu-chas son estrellas binarias (dobles) en las que un miem-bro de la pareja extrae gas de la superficie del otro,pero nadie sabe por qué parecen estar concentradasen las densas nubes estelares llamadas enjambres glo-bulares, o por qué sus emisiones siguen horarios irre-gulares en vez de mostrar la precisión cronométricade los pulsares. (Nature, 261:542, 17 de junio de 1976)

Una bola color azul purpúreo, de 10 centímetros, ro-deada de un halo color fuego, apareció sobre la estufade una casa de Smethwick (Inglaterra) durante una tor-menta, en 1975. La testigo le dio un manotazo y sin-tió calor en su anillo de oro. Le hizo un agujero de5 por 10 centímetros en el vestido cuando desapareciócon un estallido. Alrededor de ese agujero la tela es-taba reseca pero no chamuscada, y se había borradoel estampado. (Nature, 260:596-97, 15 de abril de 1976)

Page 256: Readers Digest - Inverosimil Fenomenos Inexplicables

,251a71.5.:

EN EL REINO DELOS MILAGROSCuando ocurren cosas que no pueden ser explicadas

por las leyes de la naturaleza o de la ciencia, el

recurso más socorrido es asignarlas a la esfera de lo

sobrenatural. Los milagros más fácilmente creíbles

son los relacionados con asombrosas curaciones de

enfermos e impedidos. Los ejemplos documentados

son literalmente incontables. Otra categoría de lo

milagroso más difícil de aceptar es aquella en que,

transgrediendo la ley de la gravedad, se produce una

levitación. ¿Y qué decir de las imágenes que lloran o

se mueven? Afirmar que los testigos de tales

acontecimientos son víctimas de una alucinación

colectiva es recurrir a un milagro no menos

desconcertante que el experimentado por ellos.

Page 257: Readers Digest - Inverosimil Fenomenos Inexplicables

La mano de Dios se tiende hacia Addn en el mayor de los milagros, la creación del hombre.

Page 258: Readers Digest - Inverosimil Fenomenos Inexplicables

CURACIONES E INMUNIDADESTarde o temprano, todos piden —o quizá sólo esperan— un milagro. Y, dadoque el tiempo y la enfermedad sojuzgan y acaban por destruir todas las cosasvivas, los milagros más solicitados son aquellos que invierten el curso de unaenfermedad mortal o paralizante, o que inmunizan contra alguna peligrosa cons-piración de los elementos.

A veces, en circunstancias desesperadas, las oraciones parecen ser escucha-das y las esperanzas se ven cumplidas. O, por decirlo de un modo menos ofensi-vo para los escépticos a ultranza, hay ocasiones en que una necesidad desespe-rada y las circunstancias que la alivian concurren en un contexto de plegaria,ritual o esperanza. Por ejemplo, las víctimas de un naufragio, a punto de morirde sed, encuentran una zona de agua dulce en medio del océano; la cuerda querodea el cuello de un condenado se rompe inexplicablemente antes de que seaahorca dp,' hombff ftz();

camina sin quemarse sobre una capa de piedras al rojo; un tumor bañado enagua de Lourdes desaparece poco ct poco.

Desde un punto de vista escéptico, tales hechos son meras coincidencias; peroesto es poco más que una evasiva semántica, pues la coincidencia para unos esmilagro para otros. Como dicen que dijo el Dr. William Temple, arzobispo deCanterbury: "Cuando rezo tienden a darse las coincidencias; cuando no rezo, no."

Por supuesto, el escéptico puede recurrir a ataques más frontales. Cuandose trata de curaciones milagrosas, puede decir que el diagnóstico era equivoca-do y el enfermo no estaba tan grave; que la enfermedad era más funcional queorgánica (producto de la histeria, y por tanto curable por sugestión), o que setrataba de un mal susceptible por naturaleza de curación espontánea (como su-cede a veces con el cáncer o la tuberculosis).

A estas observaciones, indudablemente válidas, el creyente sólo puede repli-car que hay casos a los que no parecen aplicables; que, en un contexto religio-so, el que un diagnóstico resulte equivocado, los síntomas histéricos se alivieno se cure una enfermedad mortal constituyen coincidencias milagrosas. A lo queel escéptico puede replicar a su vez que esa idea resultaría más convincente siel porcentaje de recuperaciones atribuibles a tales causas en un gran hospitalno fuese tan parecido al de Lourdes.

Los defensores de las curaciones milagrosas rara vez llevan la cuenta de susfracasos, pero tanto escépticos como creyentes estarán probablemente de acuerdoen que por cada paralítico que salta de su silla de ruedas en una reunión religio-sa hay otros muchos que regresan en ella sin experimentar el menor alivio. Paraéstos y para sus seres queridos, la falaz esperanza de recuperación despertadapor los curanderos puede ser un grave perjuicio, especialmente si evita que elpaciente recurra a la medicina ortodoxa. Pero donde hay una necesidad deses-perada habrá siempre charlatanes e hipócritas deseosos de ofrecer promesas acambio de dinero, o sedicentes salvadores que sólo piden un regalo simbólicoy respeto para sus supuestas dotes.

Todo esto es cierto. Y, sin embargo, hay casos a los que nada de ello pareceaplicable y que se dan en un campo, el de la medicina, cuyos practicantes ho-nestos admiten sin ambages lo menguado de su saber. Y, por encima de todo,está la incontrovertible verdad de que las facultades del cuerpo y de la menteconstituyen todavía un misterio tan profundo como desconcertante.

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Este grabado francés del siglo xix muestra a San Po-licarpo en la hoguera, insensible a las llamas que lorodean. El mártir había sido nombrado obispo de Es-mirna por San Juan.

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11 I oi...ot

La muerte de San PolicarpoUno de los primeros martirios cristianos de los que nosha llegado la narración de un testigo ocular es el deSan Policarpo, obispo de Esmirna (hoy Izmir, en Tur-quía). Condenado a morir en la hoguera por negarsea reconocer la divinidad del emperador romano, fueajusticiado en el estadio de Esmirna el año 155 de nues-tra era, cuando tenía 86. Su muerte se describe en unacarta de autenticidad indiscutible, escrita por miem-bros de la iglesia de Esmirna:

Cuando hubo terminado con el Amén de susoraciones, los verdugos encendieron la hoguera. Ycuando se alzaron grandes llamas, nosotros, aquienes nos fue dado presenciarlo, vimos unamaravilla, sí, y fuimos preservados para quepudiésemos relatar a los demás lo sucedido. Elfuego, tomando la apariencia de una bóveda, comola vela de un navío hinchada por el viento, formóun muro redondo en torno al cuerpo del mártir,que estaba allí en medio, no como carne ardiendo,sino como oro y plata acrisolados en un horno.Porque percibimos un aroma tan fragante como sifuese olor a incienso o alguna otra especia preciosa.

De modo que al cabo aquellos hombres sin ley, alver que su cuerpo no podía ser consumido por elfuego, ordenaron al verdugo que subiese y loapuñalase. Y cuando lo hubo hecho brotó talcantidad de sangre que apagó la hoguera, y lamultitud se maravilló de que hubiese tan grandiferencia entre los incrédulos y el elegido.

Después de morir San Policarpo, encendieron denuevo la hoguera y quemaron su cuerpo. (HerbertThurston, The Physical Phenomena of Mysticism,págs. 171, 222-23)

El juicio de Dios de Pedro ÍgneoEn 1068, los ciudadanos de Florencia (Italia) se echa-ron a la calle para protestar por el nombramiento desu nuevo obispo, de quien se sabía que había compra-do el cargo a alto precio. Se decidió que sólo el juiciodel cielo podía zanjar la cuestión y poner fin a los dis-turbios, y en vista de ello San Juan Gualberto, abadde Vallombrosa, mandó a uno de sus frailes, PedroAldobrandini, que se sometiese al juicio de Dios me-diante la prueba del fuego.

Para ello se prepararon dos montones de leña de tresmetros de largo con un estrecho pasadizo entre ellos.Cuando la leña ardía intensamente, Pedro, que se ha-bía preparado diciendo misa, se quitó el hábito y ca-minó despacio entre ambas hogueras por una sendaahora alfombrada de ascuas al rojo. Salió ileso, conel pelo y la túnica sacerdotal ni siquiera chamuscados.Ofreció volver a atravesar el fuego, pero la gente es-taba convencida: Dios había expresado su voluntad.

El obispo fue depuesto (más tarde se arrepintió desus actos) y Pedro Aldrobrandini llegó con el tiempoa cardenal. Fue canonizado como San Pedro Ígneo ode fuego. (Herbert Thurston, The Physical Phenome-na of Mysticism, pág. 172)

La danza del fuego de LankadasAllá por el año 1250 se incendió la iglesia de San Cons-tantino, en el pueblo tracio de Kosti. Se dijo que al-gunos aldeanos que oyeron gemir a los iconos entra-ron en la iglesia en llamas para rescatarlos, y salieronmilagrosamente ilesos. Desde entonces los iconos deSan Constantino y Santa Elena han pasado de gene-ración en generación, y todos los años el día de la fiestade ambos santos (21 de mayo) los descendientes deaquellos feligreses los honran con una danza del fuego.

A principios de este siglo algunos de esos danzari-nes sobre fuego se trasladaron a Lankada (Grecia) lle-vando consigo los iconos, y en ese lugar prosiguieroncon el rito.

El fuego, que cubre una zona de unos 13 met ros cua-drados, se enciende por la mañana temprano, mien-tras los que van a bailar se preparan. Durante variashoras contemplan los iconos profundamente concen-trados, y mientras meditan suena la antigua músicade lira y tambor. Al fin, cuando el fuego está al rojo,uno de los bailarines se pone en pie, penetra en las lla-mas y empieza a bailar. Lo sigue otro, y después otro,todos llevando reproducciones de las pinturas sagra-das. Bailan durante media hora, pisoteando leños ybrasas hasta que las llamas acaban por apagarse.

La temperatura de las brasas, medida recientemen-te por el doctor Christo Xenakis, del Hospital Gene-ral de Atenas, iba de 260 a 450 grados. "Lo normalhubiera sido que tuviesen quemaduras de tercer gra-do", dijo el doctor Xenakis. Pero encontró que sóloalgunos de los danzarines tenían ampollas en los pies.(George Milis, un joven estadounidense que intervinoen la danza, fue hospitalizado con quemaduras de ter-cer grado en ambos pies después de su intento.)

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"Es casi exclusivamente cuestión de fe", dijo el de-cano de los danzarines sobre fuego del pueblo, Cons-tantine Kitsinos, de cincuenta años; y añadió que loprimero que uno debe hacer "es dominar la idea deque es imposible"

Cuando te guían la fe y la concentración, el bailesobre las brasas no es doloroso. Se siente algo, perono más que cuando se camina por un campo llenode espinas. Lo extraño es que, a pesar del calor, aveces incluso se notan los pies fríos.

(Vincent H. Gaddis, Mysterious Fires and Lights,págs. 126-27; National Enquirer, 14 de julio de 1981)

San Francisco y el fuegoPara algunos santos, la inmunidad al fuego parece serindicio de una gracia especial, mientras que para cier-tos hombres y mujeres menos eminentes esa misma in-munidad parece cosa natural y habitual. Un santo quemanejaba el fuego con la misma facilidad que otrosuna pala o un bastón era Francisco de Paula, muertoen 1507.

Francisco había nacido en Italia de familia campe-sina, y muchas de las historias que de él se cuentantienen por escenario los trabajos y labores de la vidacotidiana. Por ejemplo, una vez entró en la forja deun herrero cuando éste estaba terminando de prepa-rar unas herraduras, para informarse de un trabajoque necesitaba que le hiciesen. Al preguntarle si teníabastante hierro, el herrero le indicó un gran pedazode hierro al rojo que quedaba, y Francisco, sin enco-mendarse a nadie, se agachó y lo agarró. "Disculpen",dijo a Ios que le gritaban horrorizados, "es sólo pa-ra calentarme."

En otra ocasión Francisco parece haber comunica-do su inmunidad al fuego a otra persona. Según secuenta, un horno de cal que había servido para cons-truir nuevos edificios monásticos cerca de Paterno Ca-labro se había incendiado y parecía en peligro de de-rrumbarse. Quizá la entrada fuese demasiado chica pa-ra Francisco, pues dio instrucciones a un fraile peque-ñito para que entrase en el horno y apuntalase el te-cho con un bastón. El fraile hizo lo que se le pedía,no sufrió daño alguno y el horno se salvó. (En ese ca-so, San Francisco debió de comunicar su inmunidadno únicamente al fraile, sino también al bastón utili-zado como puntal.)

Otro ejemplo de cómo aplicaba San Francisco sumisteriosa inmunidad a tareas mundanas fue la ayu-da que prestó a unos que hacían carbón vegetal. Ha-bían cubierto de tierra su montón de leña tan torpe-mente que las llamas se escapaban por varios sitios.Mientras reunían más tierra para tapar los agujeros,Francisco se sirvió de sus pies desnudos para conte-ner las llamas.

Pero no fueron tales historias las que hicieron a lasautoridades eclesiásticas fijarse en Francisco, sino sufama de llevar una vida de extremada austeridad y pri-

Esta ilustración de un libro antiguo retrata al humil-de San Francisco de Paula, que a menudo utilizabasu milagrosa inmunidad al fuego en menesteres coti-dianos. Fue canonizado en 1519.

vaciones. A su debido tiempo fueron enviados dos dig-natarios de la Iglesia para examinarlo y ponerlo aprueba.

"Es muy fácil para ti hacer esas cosas", le dijeron,"porque como campesino estás acostumbrado a ello;pero si fueses de noble cuna serías incapaz de vivir deese modo." A lo que Francisco replicó: "Es muy ciertoque soy campesino, y si no lo fuera sería incapaz dehacer cosas como ésta." Ardía cerca un gran fuego.Alargó ambas manos y agarró leños ardiendo y car-bones al rojo, y sosteniéndolos dijo a uno de los ca-nónigos: "Ya veis: no podría hacer esto si no fuesecampesino."

El canónigo se postró en el suelo y trató de besarlemanos y pies, lo que Francisco no permitió. (HerbertThurston, The Physical Phenomena of Mysticism,págs. 174-75)

Elocuencia imperecederaSan Antonio de Padua (1195-1231), predicador y teó-logo franciscano canonizado un año después de sumuerte, alcanzó fama no sólo por su santidad sino porsu elocuencia. Unos 400 años después de su muerte,desenterraron y abrieron su ataúd. En el montón depolvo gris que había dentro —restos del cuerpo delsanto— estaba su lengua, tan blanda, sonrosada y fres-ca como si siguiese viva. (Pursuit, 10:3:69, Verano de1977; Herbert Thurston, The Physical Phenomena ofMysticism, pág. 243)

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San Antonio de Padua,aquí retratado por un pin-tor del siglo xvi, fue fa-moso por lo brillante ypersuasivo de sus sermonesy por su humanitarismo.Se le considera uno de losmás grandes predicadoresde todos los tiempos.

ventisca lo lanzó a las heladas aguas del Rin, pene sedice que no bebió ni un sorbo. En otra ocasión le 14z-yó encima un árbol con una fuerza que hubiese aplas-tado a cualquiera menos correoso, pero el rever~Johannes se limitó a sacudirse el polvo y continuarmo si tal cosa. En el mar tenía la misma mala —obuena— suerte que en tierra: sobrevivió a un naufra-gio sólo para verse sumergido bajo el agua por el bar-co que intentaba rescatarlo. Ni qué decir tiene que so-brevivió a este ultraje como la cosa más natura' y sa-lió a flote tan campante. (Josef Fordrer, Sie Pregten,pág. 147; George Woodcock, The Crystal Spirit:.1Study of George Orwell, pág. 168)

Un espectáculo siniestroAl diario del inglés John Evelyn pertenece el siguienterelato de la hazaña de un famoso manipulador del fue-go del siglo xvir llamado Richardson; nos sugiere quepudo presenciar algo más que un simple alarde de ma-gia escénica:

8 oct. 1672. Me despedí de mi señora ladySunderland, que iba a París con mi señor, ahoraembajador allí. Me hizo quedarme a cenar enLeicester House, y después envió a buscar aRichardson, el famoso comedor de fuego. Devoróen nuestra presencia azufre sobre brasas encendidas,masticándolas y tragándolas; fundió un vaso decerveza y se lo comió entero; después, tomando uncarbón encendido, lo puso sobre su lengua, colocóencima del carbón una pequeña ostra cerrada,soplaron con fuelles hasta que el carbón se inflamóy chisporroteó en su boca, y así permaneció hastaque la ostra se abrió, ya bien cocida; a continuaciónmezcló brea y cera con azufre, que bebió mientrasardía; lo vi llamear en su boca un buen rato...Luego se puso de pie sobre una pequeña olla y,doblando el cuerpo, tomó con la boca un hierro alrojo de entre sus pies, sin tocar ni la olla ni el suelocon las manos, con otros diversos y prodigiososejercicios. [Herbert Thurston, The PhysicalPhenomena of Mysticism, pág. 178]

La buena y la mala suerte de Johannes OsianderCuando el escritor británico George Orwell estaba re-cuperándose de una herida de bala en el cuello durantela guerra civil española, le sorprendió ver que la gentelo felicitaba por su buena suerte: la bala había esta-do a punto de seccionarle la arteria carótida. Lo quedesconcertaba a Orwell era la idea de que hubiese al-go de afortunado en que le diesen a uno un tiro enel cuello.

El reverendo Johannes Osiander (1657-1724), de Tu-binga (Alemania), lo hubiese entendido muy bien. En-tre sus desgracias figuraron las siguientes: fue ataca-do y derribado por un jabalí, pero no sufrió el menordaño; durante una gran inundación su caballo se ca-yó, atrapándolo debajo, pero salió del trance sin unsolo arañazo y con todos sus huesos enteros; escapóa las descargas de fusilería de unos bandidos y fue en-terrado por un alud, pero salió indemne; una violenta

Una prueba elocuenteEl rey Luis XIV de Francia revocó en 1685 las liberta-des civiles y religiosas de los protestantes franceses.Al cabo de unos años de descontento, en 1702 estallóuna verdadera guerra de guerrillas. Se le llamó la re-belión de los camisardos, probablemente por las lar-gas camisas que llevaban en sus incursiones noctur-nas contra las tropas reales.

Entre los jefes de los camisardos había un hombrellamado Claris, que decidió demostrar la justicia desu causa sometiéndose a la prueba del fuego.

Alzaron una pira y Claris subió a ella en un estadode éxtasis religioso, sin dejar de hablar a una muche-dumbre de unas 600 personas. Encendieron la hogue-ra, y mientras las llamas empezaban a lamerlo y su mu-jer gritaba aterrorizada, Claris siguió hablando. Lasllamas lo rodearon, llegando hasta por encima de sucabeza, y aún se le oía. Ni siquiera cuando ya declina-ban las llamas tembló su voz. Sólo guardó silenciocuando ya se había consumido toda la leña. Salió delas cenizas incólume, sin una sola quemadura ni unmal chamuscón.

Pero, por desgracia para los protestantes, Luis eratan refractario a la inflamada elocuencia de Clariscomo éste lo había sido a las llamas, y en 1704 la re-belión fue sofocada mediante vagas concesiones y laoferta de un puesto en el ejército real al jefe de loscamisardos. (Vincent H. Gaddis, Mysterious Fires andLights, pág. 117)

Andrés Bobola, el incorruptoSan Andrés Bobota, un jesuita polaco que se hizo fa-moso por el éxito de su tarea misionera entre los orto-doxos rusos, fue brutalmente asesinado por merodea-dores cosacos en 1657, cuando tenía 67 años. Al reti-rarse los cosacos, el cuerpo torturado y mutilado delpadre Bobota fue recogido del estercolero donde lo ha-bían arrojado y enterrado a toda prisa en la cripta dela iglesia jesuita de Pinsk.

Cuarenta y cuatro años después del asesinato, el rec-tor del colegio de la Orden en Pinsk recibió en sueñosinstrucciones para desenterrar el cuerpo, y cuando as',se hizo resultó que no sólo no estaba desfigurado porla corrupción, sino que estaba tan blando y flexiblecomo el de una persona viva.

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En 1730 fue examinado oficialmente por una comi-sión de seis eclesiásticos y cinco médicos, quienes con-firmaron unánimemente su increíble estado de conser-vación, pues 73 años después de su muerte aún no mos-traba indicios de rigidez o descomposición.

Varios miembros de la comisión tuvieron buen cui-dado de consignar que ninguno de los otros cuerposenterrados en la misma cripta que el padre Bobola sehabía conservado así. (Herbert Thurston, The Physi-cal Phenomena of Mysticism, págs. 262-63)

Santa fraganciaEl cuerpo de la beata María Ana de Jesús, Ladronien el mundo, fue exhumado 107 años después de sumuerte, durante el proceso que en 1731 condujo a subeatificación. Once doctores y cirujanos estaban pre-sentes para examinar los restos, que se descubrió quese hallaban no sólo exentos de descomposición, sinotodavía blandos y flexibles, a pesar de no haberse ha-llado indicios de embalsamamiento, y además exuda-ban un agradable perfume de bálsamo. Su origen pa-recía estar en una extraña sustancia aceitosa que im-pregnaba tanto su piel como sus órganos internos, yde la que estaban saturadas sus ropas.

El asombro de los médicos fue tan grande ante es-tos hallazgos que llevaron a cabo "una completa di-sección" del cuerpo, en su afán de descubrir el secre-to de su conservación, pero no había nada; tan sólo,cuanto más cortaban y exploraban, una fragancia ca-da vez más intensa, tan agradable que uno de los ci-rujanos estuvo varios días sin lavarse las manos portemor a borrarla. (Herbert Thurston, The PhysicalPhenomena of Mysticism, págs. 260-61)

El hombre al que no había modo de ahorcarEn 1803, un policía de Sydney (Australia) murió delas heridas infligidas por un ladrón, o ladrones, a losque había descubierto desvalijando un pequeño escri-torio que contenía una bolsa con monedas de oro yde plata. No tardaron mucho en detener a JosephSamuels, "hombre de mala reputación", y cuando al-gunas de las monedas desaparecidas fueron descubier-tas en su bolsillo, se le acusó del crimen. Samuelsaseguró que había ganado esas monedas al juego y pre-sentó testigos que juraron que no sólo estaba borra-cho perdido cuando ocurrió el robo, sino a muchasleguas del lugar del crimen. Al fin, presionado por lapolicía, Samuels confesó el robo, pero mantuvo con-tra viento y marea que era inocente del asesinato. Noobstante, fue declarado culpable de él y condenado amuerte.

El cómplice de Samuels en el robo, un tal Isaac Sim-monds, estaba también detenido pero lo había nega-do todo. Con la esperanza de provocar su confesión,el capitán preboste mandó que lo llevasen a presen-ciar la ejecución de Samuels, que iba a ser pública.

El día señalado, Samuels fue conducido al patíbuloen una carreta tirada por caballos y le pusieron el la-zo corredizo al cuello. A una señal alguien arrearía a

los caballos, dejando al condenado balanceándose has-ta morir.

Se había reunido una gran muchedumbre, y se per-mitió a Samuels hablarles brevemente antes de que seejecutara la sentencia. Sí, dijo, había ayudado a ro-bar el escritorio, pero no había tomado parte en el ase-sinato. El verdadero asesino, continuó con gran cal-ma, estaba allí, entre la muchedumbre, custodiado porla policía: era Isaac Simmonds.

Tan pronto como oyó su nombre, Simmonds em-pezó a gritar, tratando de ahogar las palabras de suacusador. Pero el gentío había oído lo suficiente y em-pezó a clamar que soltasen a Samuels y juzgasen a Sim-monds. Cuando los vio avanzar amenazadores, unode los guardias arreó a los caballos, que se pusieronen marcha, dejando a Samuels balanceándose en elaire. Pero sólo un instante, pues al momento la cuer-da se rompió.

Los guardias rodearon al condenado mientras el ver-dugo preparaba una segunda cuerda. La muchedum-bre estaba de un humor peligroso, pero el capitán pre-boste, muy consciente de sus deberes, hizo que vol-viesen a subir al semiinconsciente Samuels a la carre-ta y le colocasen de nuevo el dogal al cuello. La ordenfue dada rápidamente, la carreta se alejó, y de nuevoSamuels, que había estado sentado sobre un barril,pues se hallaba demasiado débil para permanecer depie, se balanceó colgado por el cuello. Pero esta vezla cuerda empezó a destrenzarse poco a poco, hastaque los pies de Samuels alcanzaron a rozar el suelo,justo lo preciso para salvarlo del estrangulamiento.

Al llegar a este punto, el gentío estaba ya convenci-do de haber presenciado una intervención divina, y pi-dió a grandes voces que descolgaran al condenado. Ydescolgado fue... sólo para ponerle una tercera cuer-da alrededor del cuello.

Esta vez la cuerda se rompió justo por encima dela cabeza de Samuels, y al fin al capitán preboste lefallaron los nervios. Montó a caballo y fue a galopea la oficina del gobernador para informarle de lo su-cedido. El gobernador se apresuró a indultar alcondenado.

Todavía escéptico, el capitán preboste examinó yprobó cuidadosamente las tres cuerdas. No presenta-ban defecto alguno, y la última de ellas, estrenada parala ocasión, fue probada, caída tras caída, con un pe-so de 180 kilos. Incluso cuando dos de los tres cabosde la cuerda fueron deliberadamente cortados, el quequedaba sostuvo todo el peso; y, sin embargo, los treshabían saltado como hilo de coser cuando Samuels,mucho más ligero, colgó de ellos.

Isaac Simmonds fue juzgado y ahorcado por lamuerte del policía. Una vez en libertad, Samuels vol-vió a su vida de costumbre y no tardó en verse de nue-vo en la cárcel, esta vez en Newcastle. Allí, él y un gru-po de compañeros de cárcel robaron un bote y esca-paron por mar. Nada más volvió a saberse de él, y sesupuso que se había ahogado junto a los demás fuga-dos. (Frank Edwards, Strange People, págs. 236-39)

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Un médium refractario al fuegoEl médium más famoso de finales del siglo xrx —laépoca dorada del espiritismo— fue un escocés estadou-nidense llamado Daniel Dunglas Home (1833-86), en-tre cuyos méritos figuraba el de no haber sido nuncadescubierto en ningún tipo de fraude. (Para las Levi-taciones que Home llevaba a cabo con frecuencia, verpágs. 293-95.) El siguiente informe de una sesión da-da en 1868 en Norwood (Inglaterra) se debe a lordAdare, futuro conde de Dunraven. Cuenta cómo Ho-me entró en trance y pareció quedar fascinado por elfuego, al que frecuentemente se acercaba y removíacon un atizador. Volvió de nuevo al fuego

y con la mano removió las brasas hasta producirllama; después, arrodillándose, colocó su cara entrelas brasas, moviéndola como si estuviese bañándolaen agua. Luego, levantándose, mantuvo su dedodurante algún tiempo en la llama de la vela. Porúltimo tomó el mismo trozo de carbón que habíamanejado antes y se acercó a nosotros, soplándolopara reavivarlo. Dio despacio la vuelta a la mesa ydijo: "Quiero ver cuál de ustedes es el mejor sujeto.¡ Ah! Adare será el más fácil, porque es el que másha estado con Dan." [Home se da ese nombre a símismo.] Mr. Jencken extendió la mano diciendo:"Póngalo en la mía", pero Home dijo: "No, no;tóquelo y verá." Lo tocó con la yema del dedo y sequemó. Home lo sostuvo después a 10 ó 15centímetros de las manos de Mr. Saal y Mr. Hurt,quienes no pudieron soportar el calor. Entonces seacercó a mí y dijo: "Ahora, si no le da miedo,extienda la mano." Así lo hice, y tras unos rápidospases sobre mi mano, puso en ella la brasa. Debode haberla sostenido durante medio minuto, losuficiente para haber sufrido una horriblequemadura, pero apenas la sentía caliente. Al finHome la retiró, se echó a reír y pareció muycomplacido. Mientras volvía hacia la chimenea, depronto dio media vuelta y dijo: "Me parece quehay quienes piensan que sólo un lado de la brasaestaba caliente." Me dijo que hiciese un cuenco conmis manos. Así lo hice, y él colocó el carbón enellas y después puso las suyas encima, de modo quequedó totalmente cubierto por nuestras cuatromanos, y así lo tuvimos algún tiempo. En estaocasión apenas pude notar calor alguno.

Las demostraciones de este tipo no eran nada ex-traordinario para Home, según declaró lord Lindsay,futuro conde de Crawford y Balcarres, ante el comitéde la Sociedad Dialéctica en 1869, durante su investi-gación de los fenómenos espiritistas:

He visto con frecuencia a Home, hallándose entrance, acercarse al fuego, sacar grandes carbones alrojo y tenerlos en sus manos, ponérselos dentro dela camisa, etc. Ocho veces he sostenido una de esasbrasas en mis manos sin sufrir daño, cuando consólo levantarla me quemaba la cara. En una ocasiónquise ver si realmente quemaban, y así lo dije.Toqué una brasa con el dedo medio de mi manoderecha y me salió una ampolla tan grande como

una moneda de seis peniques. Al inane 1:•=tme diese la brasa, y sostuve la parte que =e ha:....›taquemado en medio de mi mano, durante tres ocuatro minutos, sin la menor molestia. Ha.= missemanas estuve en una sesión con otras cv...opersonas. Siete de ellas sostuvieron un carbónrojo sin dolor, y las otras dos no pudieron sopcs-ata -

su proximidad. De las siete, cuatro eran señoras.

Como se ve por estos (y otros muchos) relatos, Ho-me fue capaz de comunicar a otros su inmunidad alfuego en numerosas ocasiones. En la más impresio-nante participó su viejo amigo Samuel Carter Hall. quedurante años había sido director de The Art Journal.Según cuenta su mujer, Hall era ya viejo cuando Ho-me lo reclutó para una demostración extravagante yun tanto ridícula. Además de los Hall había otras per-sonas presentes en la sesión cuando Home, en trance.agarró de la chimenea un trozo de carbón ardiendo—tan grande que necesitó ambas manos para soste-nerlo— y lo puso sobre la cabeza de Samuel Hall."¿No está caliente?", preguntó alguien. "¡Caliente,pero no quemando! " , respondió Hall. Entre tanto,Home estaba recogiendo la melena blanca de su ami-go y ponieñdola alrededor y encima del carbón, toda-vía al rojo. Hall seguía sin notarlo demasiado calien-te. Después Home colocó la brasa en la mano izquier-da de la señora Hall, quien también dijo que lo nota-ba caliente pero no le quemaba, aunque otros que tra-taron de tocarla se quemaron los dedos.

La facultad que tenía Home para conferir su inmu-nidad al fuego a otros era variable, y dependía desu propio estado de ánimo y de la actitud mentalde la otra persona. Para prepararse a estas hazañashablaba aparentemente con los espíritus, a quienescreía deber su inmunidad. La descripción de una deesas conferencias con los espíritus ha sido conservadaen notas tomadas por el también notable médium W.Stainton Moses:

Después [Mr. Home] se acercó a la chimenea, quitóel protector y se sentó sobre la alfombrilla. Allípareció mantener una conversación por señas conun espíritu. Se inclinó repetidamente, y finalmenteempezó a trabajar para hipnotizarse de nuevo.Revolvió su copiosa cabellera hasta tenerla bienseparada de la cabeza y después, lentamente, seinclinó y puso ésta en el brillante fuego de leña.Tenía el pelo en la llama, y en circunstanciascomunes debería haberse quemado. La cabezaestaba en la parrilla y el cuello al nivel del morillo.Esto lo repitió varias veces. También introdujo lamano en el fuego, removió la leña y el carbón yagarró una brasa al rojo que sostuvo en su manounos segundos, pero la dejó pronto, diciendo que lafuerza no era suficiente. Trató de dar una brasa aMr. Crookes, pero no fue capaz.

El Mr. Crookes aquí mencionado, más tarde sir Wil-liam Crookes, era uno de los químicos y físicos másdestacados de su época. Su relato de esta experiencia,

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que tuvo lugar en Londres el 28 de abril de 1873, escomo sigue:

... Mr, Home me dijo que me levantase y fuese conél hasta la chimenea. Me preguntó si me daríamiedo tomar un ascua de su mano. Le dije que no,que la tomaría si él me la daba, Entonces puso sumano entre las ascuas y, muy despacio, tomó lamás brillante y la sostuvo unos segundos. Parecióreflexionar por un momento y al fin volvió adejarla, diciendo que la fuerza era demasido débil ytemía que yo pudiese sufrir algún daño. Durante esetiempo yo estaba arrodillado en la alfombrilla, y nome explico cómo él no sufría graves quemaduras...Una vez que Home se hubo recobrado del trance,examiné cuidadosamente su mano para ver si habíaindicios de quemadura o de alguna preparaciónprevia. No pude descubrir el menor rastro de lesiónen la piel, suave y delicada como la de una mujer.

(Proceedings of the Society for Psychical Research,9:306-08, 1894; 35:132-36, 281-82, 1926; HerbertThurston, The Physical Phenotnena of Mysticisrn,págs. 181-86)

Nathan Coker, el herrero impasibleNathan Coker nació en la esclavitud en la ciudad deHillsborough (Maryland) hacia 1814. Su amo, HenryL. Sellers, se lo vendió a un tal obispo Emary, quien,cuando Coker entró en la adolescencia, alquiló sus ser-vicios a un abogado llamado Purnell. Éste trataba malal muchacho y no lo alimentaba lo suficiente. En con-secuencia, Nathan andaba siempre hambriento, y fueel hambre la que propició el descubrimiento de su in-sólito don.

Andaba yo rondando la cocina un día [contabaNathan más tarde], y cuando se ausentó el cocinerome precipité adentro, metí la mano en la olla de lacena y saqué lo primero que pude agarrar. El aguahirviendo no quemaba, y pude comer mi presa sinpestañear; de modo que en adelante con frecuenciaconseguía mi cena de ese modo. A menudo sacabala manteca que estaba derritiéndose al fuego y mela bebía. Bebo el café cuando está hirviendo, y nome duele ni la mitad que beber un vaso de aguafría. Me gusta siempre todo lo más caliente posible.

Con el tiempo, Coker dejó el servicio de Purnell pa-ra trabajar como herrero en Denton (Maryland), y enel desempeño de este oficio su anterior indiferencia alcalor cobró proporciones prodigiosas. El siguiente re-lato apareció en el New York Herald en 1871. Descri-be una demostración que hizo Coker ante destacadosciudadanos de Easton (Maryland), entre ellos dos di-rectores de periódicos locales y cuatro médicos, en laconsulta de cierto doctor Stack:

En una estufa de carbón ardía un vivo fuego deantracita, en el que introdujeron una pala de hierrohasta calentarla al rojo blanco. Cuando todo estuvodispuesto, el negro se quitó las botas, colocó la pala

al rojo sobre las plantas de sus pies y la mantuvoallí hasta que se puso oscura. Después un médico leexaminó los pies, pero no pudo encontrar la menorquemadura, y todos declararon que no se veía elmenor indicio de que hubiese estado en contactocon ellos una sustancia caliente.

Volvieron a calentar la pala al rojo, la retiraronde la estufa y se la dieron. Él sacó la lengua cuantopudo, puso la pala sobre ella y lamió el hierro hastaque se enfrió. El médico le examinó la lengua, perono encontró nada que indicase que había sufrido elmenor daño.

Pusieron después un gran puñado de perdigonesen un recipiente de hierro y los calentaron hasta quese fundieron. El negro tomó el plato, vertió elplomo caliente en la palma de su mano y acontinuación se lo puso en la boca, dejándolocorrer por sus dientes y encías. Repitió la operaciónvarias veces, manteniendo siempre el plomo fundidoen su boca hasta que se solidificaba. Después decada una de esas operaciones los médicos loexaminaron con todo cuidado, pero no pudieronencontrar en su carne nada que indicase que aquellole había afectado en lo más mínimo... Luegointrodujo poco a poco la mano en la estufa, dondeardía un fuego muy fuerte, tomó un puñado debrasas y fue mostrándolas alrededor de lahabitación a los caballeros presentes,conservándolas algún tiempo en su mano, en la queno quedó el menor rastro de quemadura cuando lasarrojó otra vez a la estufa.

El relato habla de otras asombrosas hazañas de Co-ker, entre ellas el trabajar el hierro al rojo sin utilizartenazas. Pero para Nathan Coker —que era un sim-ple herrero dedicado a su trabajo, no un artista de va-riedades, un visionario o un médium— tales cosas for-maban parte de su vida cotidiana. ".„Con frecuenciaretiro el hierro de la forja con la mano cuando estáal rojo", decía, "pero no quema. Desde niño, nuncame ha asustado manejar el fuego." (New York He-raid, 7 de septiembre de 1871)

La fe recompensadaEn 1867, un árbol le cayó encima al belga Pierre deRudder y le rompió una pierna. La pierna se le infec-tó, y los médicos lo apremiaban para que les permi-tiese amputársela. Pierre se negó, aun cuando la heri-da era dolorosísima y lo mantenía casi inmóvil. Su-frió el dolor año tras año, sin perder nunca la espe-ranza de llegar a curarse de algún modo. En 1875 supatrono le arregló todo para que fuese en peregrina-ción al santuario de Nuestra Señora de Lourdes enOostakker (Bélgica). La fecha fijada era el 7 de abril.

En enero Pierre visitó a un especialista, el doctorVan Hoestenberghe, para un último diagnóstico. Suestado fue descrito con estas palabras:

Rudder tenía una herida abierta en la parte superiorde la pierna, en la que podían verse los dos huesosseparados por una distancia de 3 centímetros. Nohabía el menor indicio de curación... La parte

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inferior de la pierna podía ser movida sin resistenciaen cualquier dirección. Se podía levantar el talónhasta doblar la pierna por en medio o retorcérsela,poniendo el talón al frente y los dedos detrás. Sólolos tejidos blandos restringían estos movimientos.

Esta descripción fue confirmada por otro médicoy por quienes presenciaron el cambio de vendajes aRudder pocos días antes de la peregrinación.

En Oostakker, Pierre encontró el santuario atesta-do de peregrinos. Tenía grandes dolores después delviaje, y aunque lo intentó por dos veces, fue incapazde dar la vuelta al santuario caminando. En vista deello, agotado, se sentó y rezó. De repente lo invadióuna emoción extraña e irreprimible: sin pensarlo, fuehasta la imagen de Nuestra Señora de Lourdes y searrodilló ante ella. Después, al darse cuenta de lo quehabía hecho, y lleno de alegría, empezó a caminar al-rededor del santuario. Al verlo, su mujer se desmayó.

Le examinaron la pierna en una casa cercana. Laherida había sanado, el hueso estaba arreglado y am-bas piernas tenían de nuevo la misma longitud. Cuan-do llegó a su casa, su hijo menor, que no lo había vis-

to nunca sin muletas, se negaba a creer que aquél fue-se su padre. Dos médicos, Ios doctores Affenaer y VanHoestenberghe, confirmaron lo obvio: la pierna esta-ba curada.

Pierre continuó caminando normalmente hasta eldía de su muerte, en 1898. Para documentar plena-mente el milagro, el doctor Van Hoestenberghe exhu-mó el cuerpo y examinó la pierna el 24 de mayo de1899. Las fotografías tomadas mostraban con muchaclaridad un notable crecimiento del hueso en el puntode fractura. Un informe de la autopsia fue publicadoen la Revue des Questions Scientifiques en octubre de1899. (Jacques Vallée, The Invisible College, págs.158-62)

Un oasis marítimoEn 1881, el capital Neil Curry zarpó de Liverpool pa-ra San Francisco en el velero Lara. Viajaban con élsu mujer y dos hijos. Todo fue bien hasta que, a unos2 500 kilómetros de la costa occidental de México, sedeclaró un incendio que obligó al capitán, su familia

Soñar con agua dulce cuando se está a la deriva en el océano a 2 500 kilóme-tros de la costa no tiene nada de extraño, pero el sueño del capitán Neil Curry,un gran oasis de agua fresca en la interminable extensión azul, se hizo reali-dad al pie de la letra.

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y 32 miembros de la tripulación a abandonar el barcoen tres botes salvavidas.

No tardó en acometerlos el tormento de la sed. Losque tenían energías suficientes se esforzaban en remar,esperando avistar otro barco mientras proseguían envano rumbo a México. Pero no apareció ninguno, niel menor indicio de vida humana turbó las vastas so-ledades azules del océano Pacífico. Sobrevino el ago-tamiento, y no tardaron en quedar inconscientes 7 delos 36. El capitán Curry explicaría más tarde:

Soñábamos... y en medio de uno de nuestros sueñosimaginamos que el agua que teníamos debajo habíacambiado del azul del mar a verde... Conseguíareunir fuerzas suficientes para Llenar un recipiente,la probaba y era dulce.

Después, el capitán Curry se dio cuenta de que, enefecto, había habido un cambio: los botes habíanirrumpido en una zona de agua verde, que destacabacomo un prado en medio del azul circundante. Alar-gó la mano y probó: ¡el agua era dulce! Habían en-contrado un misterioso afloramiento de agua pura, unoasis inexplicable y salvador en el mar infinito.

Veintitrés días después de haber abandonado el bar-co, el capitán Curry, su esposa e hijos y todos losmiembros de la tripulación desembarcaban sanos y sal-vos. (Charles Fort, The Complete Books of CharlesFort, págs. 972-73; The Sun de Nueva York, 9 de oc-tubre de 1931)

La trampa que no quiso funcionarLa mañana del 23 de febrero de 1885, John Lee fuesacado de su celda de la cárcel de Exeter (Inglaterra)y conducido al patíbulo alzado en el patio. Había si-do condenado a muerte por el asesinato de la personapara la que trabajaba, una acaudalada anciana llama-da Emma Ann Keyse, que había aparecido con el cue-llo cortado y la cabeza destrozada a hachazos. Era unasesinato brutal, y la culpabilidad de Lee parecía evi-dente. Tenía antecedentes criminales y además era ob-vio que odiaba a la señorita Keyse.

Ya sube las gradas del patíbulo. Lleva las manosamarradas a la espalda, y el verdugo, un tal Berry, lecubre la cabeza con una bolsa blanca y lo guía hastaencima de la trampa. Le han puesto la soga alrededordel cuello. ¿Quiere pronunciar unas últimas palabras?"No", dice. "Ábrala." El alguacil de Exeter da la se-ñal. Berry descorre el pasador de la trampa.

En ese momento es cuando debería abrirse la tram-pa y Lee debería caer, quedar colgando del nudo co-rredizo, cada vez más apretado, y morir por asfixiao con el cuello roto.

Ya está descorrido el pasador. Nada sostiene latrampa en su sitio, pero no se abre. Lee sigue allí depie, con la cabeza envuelta en la bolsa y la soga alre-dedor del cuello.

Lo hacen a un lado y comprueban la trampa. Se abresuavemente tan pronto como se quita el pasador. Vuel-

ven a poner a Lee sobre ella. El alguacil hace la señaly Berry vuelve a retirar el pasador. De nuevo John Leeestá allí de pie, sobrevolando la eternidad sobre unatrampa que se niega terminantemente a abrirse. Vuel-ven a llevarlo a su celda.

El alguacil investiga. La trampa funciona perfecta-mente. El verdugo, para estar absolutamente seguro,se coloca sobre ella, colgado de la cuerda con las ma-nos. Al quitar el pasador, la trampa se abre y el ver-dugo cae por ella.

Mandan de nuevo a buscar a Lee. Otra vez la bol-sa, el nudo y la señal, y de nuevo nada; la trampa nose mueve en absoluto.

Alguien apunta que tal vez se ha hinchado la made-ra con las lluvias recientes. Cepillan los bordes paraaumentar la holgura. La mañana es fría, y los testi-gos —hay periodistas entre ellos— tiritan.

John Lee está también tiritando. Lo colocan enci-ma de la trampa y quitan el pasador, pero él sigue allí,como si tuviese bajo los pies una montaña inconmo-vible. El pasador ha corrido debidamente, nada sos-tiene ya [a trampa, pero la trampa sostiene a John Leecomo si una montaña de roca la mantuviese encajadaen su sitio. Vuelven a llevar a Lee a su celda.

El alguacil, perplejo, escribe al ministro del Interior,quien ordena aplazar la ejecución. De un extremo aotro de Inglaterra los periódicos no hablan de otra co-sa: ¡John Lee, el hombre a quien no pueden ahorcar!La situación carece de precedentes y es ampliamentedebatida en la Cámara de los Comunes.

Al fin la pena de John Lee fue conmutada por ca-dena perpetua y al cabo de 22 años, en diciembre de1907, fue puesto en libertad bajo palabra. Se casó (sinsuerte) y acabó sus días como chatarrero en Londres.Se cree que murió en 1943.

La explicación oficial de lo ocurrido fue, según sedetalla en el Annual Register de 1885, que la lluvia ha-bía hecho que se hinchara la trampa del patíbulo, loque no permitía que funcionara. Una explicación máspintoresca (y menos claramente ficticia), dada por elex convicto Frank Ross, fue que el patíbulo había si-do construido por un carpintero muy diestro, tambiéncondenado a muerte y después indultado, quien ha-bía preparado la trampa de tal modo que el peso delcapellán que estaba cerca del condenado la bloquea-ra. De ser esto cierto, no fue descubierto en la minu-ciosa investigación oficial del cadalso, y parece impro-bable que durante todas las pruebas con éxito de latrampa nadie hubiese activado casualmente el meca-nismo del bloqueo, o que el capellán de la prisión sehubiese situado en el lugar exacto para hacerlo fun-cionar en los cuatro intentos de ejecutar a John Lee.(Charles Fort, The Complete Books of Charles Fort,págs. 1052-55; David Wallechinsky e Irving Wallace,The People's Almanae No. 2, pág. 1182)

El paseo sobre laya del doctor William BrighamUno de los pocos anglosajones que han hecho la ex-periencia de andar sobre fuego, y quizá el único que

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lo hizo sobre lava al rojo, fue el doctor William TuftsBrigham, del Museo de Etnología Bishop de Honolu-lu. Su relato del paseo, que llevó a cabo en 1880 guia-do por tres amigos kahuna —sacerdotes hawaianos—,nos lo transmite así Max Freedom Long:

Ascendimos hasta mediodía bajo un cielo lleno dehumo y con el olor a los vapores sulfurosos cadavez más fuerte... Hacia las tres llegamos al origende la corriente de lava.

La vista era impresionante. La ladera de lamontaña se había roto y abierto justo por encimade la línea del arbolado, y la lava brotaba porvarias aberturas, ascendía rugiendo hasta una alturade unos 70 metros y caía para formar una granpoza burbujeante.

La poza se vaciaba por su extremo inferior. Unahora antes de oscurecer empezamos a caminarcorriente abajo en busca de un lugar donde intentarnuestro experimento.

Descendimos hasta el bosque sin encontrar unsitio donde la corriente se asentara y desbordara aintervalos, en vista de lo cual nos acostamos parapasar la noche. Por la mañana continuamos, y a laspocas horas encontramos lo que necesitábamos. Lacorriente cruzaba una zona más horizontal como de800 metros de ancho. Las paredes que la encerrabandiscurrían aquí en terrazas planas, con cortes de unnivel al siguiente. De vez en cuando un pedruscoflotante o una masa de escoria cerraba el paso justodonde empezaba una bajada, y entonces la lavaretrocedía y se extendía formando un gran charco.Ese tapón no tardaría en saltar y la lava correría denuevo dejando atrás una pequeña superficie planasobre la que se podría caminar cuando se hubieseendurecido lo suficiente.

Deteniéndonos junto al mayor de los tresrebosaderos, observamos cómo se llenaba y vaciaba.El calor era intenso...

Como queríamos regresar a la costa ese mismodía, los kahunas no perdieron tiempo. Habíantraído hojas de ti y estaban preparados para actuartan pronto como la lava pudiese soportar nuestro

El doctor William T.Brigham, director delMuseo de Etnología Bi-shop de Honolulu de 1888a 1918, se lanzó a caminarsobre lava en un rapto delocura juvenil. Sus botasquedaron achicharradas,pero sus pies no sufrierondaño.

Un tradicional paseo sobre piedras al rojo fue fotografiado en la Universidad de Hawai en 1949. Lo lle-varon a cabo tanto nativos como haoles (blancos).

peso. (Las hojas de la planta llamada ti sonutilizadas en Polinesia por todos los que caminansobre fuego siempre que pueden disponer de ellas.Tienen de 30 a 60 centímetros de largo y sonbastante estrechas, con bordes cortantes como losde los juncos. Crecen en mechón sobre un tallosemejante en tamaño y forma a un palo de escoba.)

Cuando, tirando piedras a la superficie, noscercioramos de que estaba lo bastante dura parasoportar nuestro peso, los kahunas se levantaron ybajaron gateando por la pared. Cuando llegamos alfondo aquello era mucho peor que un horno. Lasuperficie de la lava iba ennegreciéndose, perocorrían por ella oleadas de un rojo descolorido,como el del hierro que empieza a enfriarse antes deque el herrero lo meta en el agua. Ya lamentaba yoen lo más hondo haber sido tan curioso. La solaidea de atravesar corriendo aquel infierno me hizoestremecer...

Los kahunas se quitaron las sandalias y seamarraron hojas de ti alrededor de los pies, unastres hojas por pie. Yo me senté y empecé aamarrarme las mías por fuera de mis grandes botascon clavos, No quería correr ningún riesgo. Pero noiba a servirme de nada: debía quitarme las botas ylos dos pares de calcetines. La diosa Pele no habíaaccedido a impedir que las botas se quemasen, y elllevarlas podía ser un insulto para ella.

Discutí con calor, y digo "con calor" porqueestábamos casi asados. Yo sabía que Pele no era laúnica que hacía posible la magia del fuego, y meesforcé en descubrir qué o quién era. Como decostumbre, sonrieron y dijeron que, por supuesto.el kahuna "blanco" conocía el truco de obtenermema (cierta especie de poder conocido por los

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kahunas) del aire y el agua para utilizarlo en sutrabajo, y que estábamos perdiendo el tiempohablando de algo que ningún kahuna expresabanunca con palabras, un secreto transmitido sólo depadres a hijos.

El resultado fue que me senté muy tieso y menegué a quitarme las botas. En el fondo pensabaque si los hawaianos podían andar sobre la lavacaliente con sus callosos pies desnudos, yo podríahacerlo con mis gruesas suelas de cuero paraprotegerme...

Las kahunas acabaron por encontrar gracioso lode mis botas. Si yo quería ofrecérselas comosacrificio a los dioses, tal vez no fuese mala idea.Se sonrieron y permitieron que me amarrara lashojas mientras ellos iniciaban sus cánticos.

Cantaban en un hawaiano arcaico... era la usual"palabras de Dios" trasmitida literalmente duranteincontables generaciones. Lo único que pudeentender era que se trataba de breves y sencillasalusiones a su historia legendaria mezcladas conalabanzas a algún dios o dioses.

Casi me asé vivo antes de que los kahunashubiesen terminado su cántico, aunque sólo les llevóunos minutos... Uno de los kahunas golpeó lareluciente superficie de la lava con un puñado dehojas de ti y después me ofreció el honor de ser elprimero en cruzar. Al instante recordé mis buenosmodales, la preferencia debida a la edad.

El asunto se solucionó en seguida decidiendo queel mayor de los kahunas debería ir primero, yodetrás y los otros juntos. Sin dudarlo un momento,el más viejo salió trotando por aquella superficieardiente. Yo lo observaba con la boca abierta, ycasi había cruzado ya —una distancia de unos 50metros— cuando alguien me dio un empujón, conel resultado de que pude elegir entre caer de cara enla lava o iniciar un ritmo de carrera.

Aún no sé qué locura se apoderó de mí, perocorrí. El calor era increíble. Contuve el aliento y mimente parecía dejar de funcionar. Yo era jovenentonces, y podía hacer una carrera de cien metroscomo el mejor. No corrí, ¡volé? Habría batidotodos los récords, pero a los pocos pasas las suelasde mis botas empezaron a arder. Se retorcieron yencogieron, oprimiéndome los pies como unaprensa. Las costuras cedieron y me encontré sin unasuela, y con la otra colgando tras de mí de la tirade cuero del talón.

Esa suela colgante estuvo a punto de ser midesgracia. Me hizo tropezar una y otra vez,reteniendo mi marcha. Finalmente, tras lo que meparecieron minutos pero no pueden haber sido másde unos pocos segundos, salté a tierra firme.

Al mirarme los pies, vi mis calcetines arder en losbordes de los retorcidos empeines de cuero de misbotas. Apagué a golpes el fuego de la tela dealgodón, y al levantar la vista me encontré con mistres kahunas desternillándose de risa mientrasseñalaban el talón y la suela de mi bota izquierda,que humeaban reducidos a una especie de papa fritasobre la lava.

También yo me eché a reír. En mi vida me hesentido tan aliviado como me sentí entonces al verque estaba a salvo y sin una sola ampolla en los

pies, ni siquiera donde habían ardido los calcetines.Poco más puedo contar de esta experiencia. Tuve

una sensación de calor intenso en la cara y élcuerpo, pero no en los pies. Cuando los toquétenían las plantas calientes, pero sólo lo sentía enlas manos. Ninguno de los kahunas tenía ni siquierauna ampolla, aunque las hojas de ti que se habíanamarrado a los pies hacía rato que habíandesaparecido quemadas.

Mi viaje de regreso a la costa fue una pesadilla.El tratar de hacerlo con unas sandaliasimprovisadas talladas en madera verde me hadejado una impresión casi más viva que mi paseopor el fuego. [Max Freedom Long, The SecretScience Behind Miracles, págs. 31-39]

El nudo desatadoEl 7 de febrero de 1894 llevaron a ahorcar al jovenWill Purvis por el asesinato de un granjero en Colum-bia (Mississippi, E.U.A.). La trampa se abrió y WillPurvis se precipitó hacia la muerte... o lo hubiera he-cho de no haberse desatado el nudo. Tal como ocu-rrió, Purvis salió de debajo del patíbulo relativamen-te incólume.

Pero había sido condenado a la horca, y había queahorcarlo. Los ayudantes del alguacil volvieron a ha-cerlo subir los escalones del cadalso y pusieron otravez la soga, vuelta a anudar, alrededor de su cuello.Pero las 3 000 personas que los rodeaban habían cam-biado de parecer: acababan de presenciar un milagro,y en lo que a ellos concernía el reo había sido perdo-nado por el más alto juez. Entre cánticos, gritos y ala-banzas al Señor, trataron a Purvis como a un héroe.El alguacil Irvin Magee, desconcertado, volvió a lle-varlo a su celda.

Condenado a la horca porun asesinato cometidopor otro, Will Purvis sesalvó milagrosamente alaflojarse el nudo. Algu-nos dijeron que la cuerdaestaba hecha de fibrasdemasiado tiesas; otrosaseguraron que la habíanengrasado. Al ser exone-rado años más tarde, Mis-sissippi indemnizó a Pur-vis con 5 000 dólares.

II

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Los abogados de Purvis presentaron varias apela-ciones al tribunal supremo del estado, pero fue inútil.La nueva fecha de ejecución quedó fijada para el 12de diciembre de 1895. Pocas noches antes, los amigosdel muchacho consiguieron sacarlo de la cárcel y en-tonces se ocultó. Un mes más tarde tomó posesión enMississippi un nuevo gobernador que sentía simpatíapor Will. Éste se entregó entonces, y el 12 de marzode 1896 el gobernador le conmutó la pena por cadenaperpetua. Para entonces Purvis era ya famoso, y enla cámara legislativa del estado se recibían a millareslas cartas que pedían su perdón total. Éste le fue con-cedido a finales de 1898 y Purvis quedó en libertad.

Habían pasado muchos años cuando, en 1917, unmoribundo llamado Joseph Beard confesó el crimeny Purvis se vio al fin libre de culpa.

Durante el juicio Purvis había jurado que era ino-cente, y cuando los 12 jurados dieron el veredicto de"culpable", no podía creerlo. Se dijo que había ex-clamado: "¡Viviré para verlos morir a todos!" Pur-vis murió el 13 de octubre de 1938, tres días despuésde la muerte del último de los jurados. La gente aúnespecula sobre su milagrosa salvación. (The ClarionLedger, 26 de junio de 1955; Daily Clarion-Ledger deJackson, Mississippi, 11 de marzo de 1917; The NewYork Times, 9 de febrero de 1894; Times-PicayuneNew Orleans State Magazine, 13 de abril de 1947)

Charbel MakhloufPoco después de que Charbel Makhlouf, un monjemaronita del monasterio de San Marón. en Annaya(Líbano), fue enterrado en 1898, se vieron extrañasluces en torno a su tumba. Según costumbre de la or-den, había sido enterrado sin ataúd, y tras haberse vis-to esas luces durante varias semanas su cuerpo fue de-senterrado. Las intensas lluvias habían inundado latumba, pero a pesar de ello el cuerpo no mostraba se-ñales de descomposición. Fue lavado, vestido con ro-pas nuevas y colocado en un ataúd de madera en lacapilla del monasterio. No tardó en notarse que delcuerpo manaba un extraño líquido aceitoso. Olía asangre y parecía ser una mezcla de sangre y sudor; pe-ro, fuera lo que fuera, se filtraba a través de la piel entales cantidades que tenían que cambiarle las ropas dosveces por semana. Se dijo que los trozos de tela em-papados tenían notables propiedades curativas.

Veintinueve años después de la muerte de Charbel,los médicos examinaron su cuerpo y declararon queestaba exento de corrupción. Su informe, junto conel testimonio de otros testigos oculares, fue puesto enun tubo de cinc sellado y colocado junto con el cuer-po en un ataúd de cinc forrado de madera, que fuedespués emparedado con un muro del monasterio. Esoocurrió en 1927.

En 1950 los peregrinos notaron que de la pared,frente al ataúd, chorreaba un extraño líquido. Se abrióla tumba, se sacó el féretro y, también ahora en pre-sencia de autoridades eclesiásticas y médicas, se pro-cedió a examinar el cuerpo.

Por su aspecto, Charbel podía estar simplementedormido. Tenía las ropas medio podridas y empapa-das de un fluido aceitoso, gran parte del cual se hablacoagulado dentro del ataúd. El tubo de cinc con laprueba del examen anterior estaba corroído.

Después de 1950 el cuerpo ha vuelto a ser examina-do y la exudación aceitosa, que se había acumuladohasta una altura de más de siete centímetros, fue reti-rada para ser administrada como remedio. CharbelMakhlouf fue canonizado en 1977. (The Unexplained:Mysteries of Mind Space & Time, Vol. 4, No. 39)

El coronel Gudgeon en Rarotonga"Sabía muy bien que estaba caminando sobre piedrasal rojo y podía sentir su calor", escribía el coronelGudgeon,

pero no me quemaba. Sentía algo parecido a ligerostoques eléctricos, tanto entonces como más tarde.No crucé deprisa, sino con todo cuidado, porquetenía los pies muy delicados y temía tropezar conuna piedra. Mi impresión mientras pisaba laspiedras calientes era que iba a quedarme con lospies en carne viva. Sin embargo, lo único que notédespués fue un hormigueo que me duró unas sietehoras. No recomendaría a nadie intentarlo. Parahacerlo hay que tener mana.

El mana —poder mágico— del coronel Gudgeonera, en cierto sentido, de tercera mano. En 1899, ély otros tres ingleses habían estado presenciando unamarcha sobre el fuego en la pequeña isla de Raroton-ga (la mayor de las Cook, en el Pacífico Sur), dondetenía el cargo de residente. Cuando pasaron los nati-vos, su jefe se volvió a uno de los ingleses, un hombrellamado Goodwin, y le dio su vara de ti, diciéndole:"Te doy mi mana; guía a tus amigos a través delfuego."

Como un solo hombre, los ingleses se quitaron bo-tas y calcetines y siguieron a Goodwin por las piedras.Goodwin, Gudgeon y un tal doctor George Craig sa-lieron ilesos del paseo, pero el hermano de Craig, Wil-liam, desobedeció las claras instrucciones que habíanrecibido y miró hacia atrás antes de terminar. Sus piessufrieron graves quemaduras y no pudo caminar envarias semanas.

Media hora después del paseo, el coronel Gudgeony sus amigos, quizá no pudiendo aún creer lo que ha-bían hecho, empezaron a conjeturar cuál podía ser enrealidad la temperatura de las piedras. Como respues-ta, el jefe nativo arrojó su vara de hojas de ti verdessobre ellas, y los ingleses tuvieron la satisfacción deverla arder casi al instante. (Vincent H. Gaddis, Myste-rious Fires and Lights, págs. 144-45)

Casi inmune a la muerte"Si muero a manos de asesinos comunes, y en espe-cial de mis hermanos los campesinos rusos, no tenéisnada que temer", escribía en diciembre de 1916 el"monje loco", Grigori Yefimovich Rasputín, a su pro-tector el zar Nicolás II de Rusia.

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Pero si soy asesinado por los boyardos (nobles), siellos derraman mi sangre, sus manos quedaránmanchadas con ella... Los hermanos matarán a loshermanos y se matarán entre sí, y... no quedaránnobles en el país.

Rasputín, un campesino mugriento, de modales ru-dos, lascivo y bebedor, famoso por sus poderes hip-nóticos y curativos, era la persona más temida y odia-da de Rusia por su ascendiente sobre la familia real.El zar, y especialmente su esposa, la emperatriz. Ale-jandra, que creía que Rasputín había salvado milagro-samente la vida de su hijo hemofílico, le profesabanuna gran devoción.

Rasputín había sobrevivido en 1914 a las cuchilla-das que le asestó en el estómago una campesina, Aho-ra, mientras escribía sobre su futuro asesinato, noblespalaciegos a cuya cabeza estaba el príncipe Félix Yu-supov se afanaban planeándolo.

Invitaron a Rasputín al palacio de Yusupov la no-che del 29 de diciembre de 1916 y lo dispusieron todopara que llegara primero, dejando a su disposición vi-no y pasteles. Mientras esperaba a los demás, se sir-vió generosamente de ambos, sin sospechar que con-tenían cianuro de potasio. Cuando llegó Yusupov y vioque a su invitado no le había afectado el cianuro, ledisparó un tiro en la espalda. Rasputín cayó al sueloy fue dado por muerto. Poco después, los conspira-dores volvieron para recoger el cadáver y arrojarlo alrío Neva. Pero Rasputín volvió de golpe a la vida y,arrastrándose sobre manos y rodillas, persiguió al ate-

rrado Yusupov escaleras arriba. Tras recibir otros dosdisparos, el "monje" cayó.

Seguros de que al fin estaba muerto, los nobles ledieron golpes y patadas, llevaron su cuerpo al río,abrieron un agujero en el hielo y lo echaron a las frí-gidas aguas. Increíblemente, Rasputín seguía respiran-

do mientras lo hacían. Cuando recuperaron el cuerpodos días más tarde, tenía la mano derecha sobre el pe-cho, trazando con tres dedos una Ultima bendición.

Sus predicciones de lo que ocurriría después de sumuerte y su maldición a sus asesinos se vieron prontocumplidas con la Revolución Rusa de 1917. (Para laprofecía de cómo iba a morir Rasputín, ver pág. 27.)(Out of This World, Perrott Phillips, cd., págs. 98-102)

El padre PíoGiovannino —Juanito— se veía condenado a arras-trarse sobre manos y rodillas por las calles de su ciu-dad natal, Foggia, en el sur de Italia. Tenía 9 años yhabía nacido jorobado. Despreciado por los de su edady compadecido por los mayores, ni vestirse solo po-día, pues la curva de su espina dorsal hacía que tuvie-se la barbilla casi en el suelo. Para sus padres, la sole-dad y la deformidad de Giovannino eran fuente decongoja diaria y perdurable.

Un día en que Giovannino se arrastraba por una ca-lle en Foggia, notó que alguien lo tocaba en la espal-da. No acostumbrado al contacto humano fuera desu casa, se sobresaltó. De repente se encontró ergui-do, y vislumbró la mano sangrante del fraile que aca-baba de tocarlo. "¡Padre Pío?", lo llamó Giovanni-no, "¡Padre Pío?", pero el fraile se había marchado.

Giovannino corrió y saltó como un corderito.Ya en la puerta de su casa, su madre le preguntó

muy seria qué deseaba, Después reconoció a su hijoy cayó de rodillas rezando. "¡El padre Pío me tocócon sus manos?", repetía su hijo.

El padre Pío había nacido en 1887 en el pueblo dePietrelcina, cerca de Benevento, en el sur de Italia.Cuando tenía 17 años entró en los capuchinos, unaorden de frailes franciscanos, y durante once años llevóla tranquila vida del novicio. Después, el 20 de sep-tiembre de 1915, empezó a experimentar dolores enlas manos, los pies y el costado. Los médicos no pu-dieron encontrar causa alguna, ni tenían razones pa-r a sospechar que se trataba del preludio de algo ex-traordinario.

El 20 de septiembre de 1918 el padre Pío se desplo-mó presa de grandes dolores, durante sus oracionesante el altar de la iglesia de Foggia. Allí Io encontra-ron sus hermanos de orden, inconsciente y sangrandopor las manos, los pies y el costado. Se habían repro-ducido en su carne las heridas de Cristo crucificado,que iban a desafiar todos los esfuerzos de los médicosy que llevaría ya de por vida.

Entre los muchos que tenían al padre Pío por unembaucador, un mentiroso con ansias de notoriedad,estaba un tal doctor Ricciardi que vivía en San Gio-vanni Rotondo, no lejos del monasterio del padre Pío.Un día el tal doctor fue incapaz de levantarse de lacama. Envió a buscar a dos colegas, los doctores Merlay Juva, que estuvieron acordes en su diagnóstico: pa-decía un tumor cerebral incurable.

El doctor Ricciardi era un racionalista, un científi-co escéptico. Dijo a sus familiares que si traían a un

La mirada hipnótica deRasputín, una de las cla-ves de su poder, fue des-crita por el príncipe Yusu-pov, que más tarde asegu-ró haber dado muerte al"monje": "Sus ojos relu-cían ante mí con una es-pecie de luz fosforescen-te. De ellos salían dos ra-yos que confluían y sefundían en un brillantecírculo... Yo iba cayendopoco a poco bajo el poderde aquel hombre miste-rioso."

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sacerdote a verlo, lo echaría de la casa, especialmenteal padre Pío. Lo único que quería era morir en paz.

Pero el morir se hizo muy duro para Ricciardi, puesvino acompañado de gran dolor y miedo y poca paz.

Un día, cuando ya no estaba lejos la muerte, el doc-tor vio al padre Pío en el umbral de su cuarto. ¿Quiénlo había mandado buscar?, gimió Ricciardi.

El padre Pío se puso a su cabecera y empezó a oraren latín: "Paz para esta casa y para quienes en ellahabitan. Entra, oh Señor, en nuestra compañía, y queacompañen nuestra humilde entrada felicidad dura-dera, divina prosperidad, alegría y claridad fructífe-ra. Váyanse los demonios, vengan los ángeles." Des-pués, el padre Pío preguntó a Ricciardi si aceptaríade él la extremaunción.

Ricciardi extendió sus manos y oprimió las del frai-le, olvidándose de las heridas que había en ellas.

—Acepto-- dijo.—Tu alma está curada —le dijo el padre Pío—, y

en pocos días tu cuerpo lo estará también.Esa Navidad el doctor Ricciardi, ya plenamente re-

cobrada la salud, asistió a misa en la iglesia de SantaMaría de las Gracias. Era el año 1929.

A medida que transcurría el siglo, la fama del pa-dre Pío se extendió por el mundo, aunque él rara vezabandonaba la reclusión de su monasterio. Muchosaseguraban haber sido visitados por él cuando en rea-lidad estaba a muchos kilómetros de allí, y se le atri-buyó un número prodigioso de curaciones. Se decíaque su carácter era más bien prosaico y con frecuen-cia divertido. Murió el 28 de septiembre de 1968, y susdevotos esperan con impaciencia su canonización. (Os-car de Liso, Padre Pio, The Priest Who Bears theWounds of Christ, págs. 114-18; National Review,20:138-39, 13 de febrero de 1968; Reader's Digest,eds., Strange Stories, Amazing Facts, págs. 382-83)

Una ardiente invitaciónA principios de la primavera de 1921, el obispo cató-lico de Mysore, en el sur de la India, fue invitado porel maharajá local a asistir a una exhibición de cami-nar sobre fuego en su palacio de verano. La hora fija-da eran las 6 de la tarde, pero el obispo, monseñorDespatures, deseoso de presenciar tanto el aconteci-miento como sus preparativos, llegó con anticipaciónal palacio.

El maestro de ceremonias era un mahometano delnorte de la India, y, siguiendo sus instrucciones, ha-bían cavado una zanja de unos 4 metros de largo, 2 deancho y casi 30 centímetros de profundidad. No obs-tante, por orden del maharajá, a quien aquello pare-cía infundirle las mismas sospechas que al obispo, nose habla permitido al musulmán intervenir directamen-te en la preparación del foso. Por lo que monseñorDespatures pudo colegir, el caminar sobre fuego notenía connotaciones religiosas, sino que era conside-rado, al menos por los indios cultos allí presentes, co-mo un simple espectáculo o curiosidad.

Llegado el momento, encendieron fuego en el foso

y se produjo un calor tan grande que el maharajá, sufamilia y los invitados tuvieron que sentarse a más de20 metros de allí. El relato prosigue con las propiaspalabras del obispo:

De acuerdo con la costumbre india, el mahometanovino a postrarse delante del soberano y después seencaminó a aquel horno. Pensé que iba a entrar enel fuego, pero me equivocaba. Permaneció a cosade un metro del borde, y llamó a uno de los criadosde palacio para que entrase en el brasero. Trashacerle una seña para que se acercara, le dirigióunas palabras en las que pareció poner todos suspoderes de persuasión, pero el hombre ni se movió.Entre tanto el mahometano se había acercado más aél, e inesperadamente lo agarró por los hombros ylo empujó al pequeño lago de brillantes cenizas. Enel primer momento el indio pugnó por salirse delfuego; pero de pronto el gesto de terror que habíaen su cara se trocó en una sonrisa de asombro, yprocedió a cruzar la zanja a lo largo, sin prisa,como quien da un paseo, sonriendo encantado aquienes a ambos lados lo rodeaban. Estabatotalmente descalzo de pies y piernas. Cuando salió,los demás criados se arremolinaron a su alrededorpara preguntarle qué se sentía. Sus explicacionesdebieron de ser satisfactorias, pues uno, dos, cincoy después diez miembros de la servidumbre depalacio se metieron en la zanja. A continuación lestocó el turno a los músicos de la banda delmaharajá, varios de los cuales eran cristianos.Entraron en el fuego de tres en tres. En esemomento trajeron varias carretadas de hojas depalmera secas que arrojaron sobre las ascuas.Ardieron al instante, estallando en llamas de laaltura de una persona. El mahometano convenció aotros criados de palacio para que pasasen entre lasllamas, lo que hicieron sin sufrir daño. Los músicoscruzaron el foso por segunda vez, llevando en lamano sus instrumentos con los papeles de músicaencima. Vi que las llamas que se alzaban a lamersus caras se abrían en torno a las diferentes partesde los instrumentos y se limitaban a revolotear entorno a los papeles de música sin prenderles fuego.Creo que debieron de ser 200 personas las quepasaron sobre las brasas, y un centenar las queatravesaron por entre las llamas. Aparte de mí,había dos ingleses, el jefe de la policía del maharajá(que era católico) y un ingeniero. Fueron a solicitarel real permiso para intentar el experimento. Elmaharajá les dijo que podían hacerlo bajo supropia responsabilidad. Entonces se voltearon haciael mahometano, quien les hizo seña de queadelante. Cruzaron sin el menor rastro dequemaduras. Cuando volvieron cerca de donde yoestaba, les pregunté qué pensaban de aquello."Pues", dijeron, "sentíamos que estábamos en unhorno, pero el fuego no nos quemaba." Cuando elmaharajá se levantó para indicar el fin de lareunión, el mahometano, que estaba todavía cercade la zanja, cayó al suelo retorciéndose, como sisintiese un pian dolor. Pidió aQua, se la trajeron ybebió con ansia. Un brahmín que estaba cerca demí dijo: "Ha tomado sobre sí el ardor del fuego."

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Dos semanas más tarde, el mahometano dio otra ex-hibición en la ciudad de Mysore, en la que muchas per-sonas caminaron sobre el fuego sin quemarse. Peroal final, cuando ya el maestro había advertido que nodebía pasar nadie más, tres personas se abrieron pasohasta la zanja. Sufrieron graves quemaduras y tuvie-ron que ser hospitalizadas. A manera de conclusión,el obispo escribía:

Estaba en plena posesión de mis facultades. Di unavuelta alrededor de la zanja antes de que empezasela reunión y volví a hacerlo cuando todo huboterminado; hablé con ]os que habían atravesado lahoguera, e incluso dije un par de avemarías convistas a detener cualquier exhibición de poderdiabólico... Se trataba sin duda de un auténticofuego que consumió el carbón e incendió lascarretadas de hojas de palmera arrojadas en él,pero era un fuego que había perdido su poder dehacer daño a quienes lo cruzaban y a cuantollevaban consigo... ¿Cómo explicarlo? No creo quebaste ninguna causa material. Al menos, no se echómano de ningún recurso para producir tal efecto.Me veo obligado a creer en la existencia de unagente espiritual que no es Dios.

Este relato lo hacía monseñor Despatures en unacarta a Olivier Leroy, el francés autor de un estudiode tales casos titulado Les hommes salarnandres. Conpermiso y ayuda del obispo, Leroy comprobó la his-toria con otros de los presentes. Todos estuvieron deacuerdo en los puntos principales de lo relatado porel obispo, pero no en los detalles. Por ejemplo, un in-glés llamado Macintosh calculó la longitud de la zan-ja en 30 yardas (unos 27 metros), aunque tal vez qui-so decir pies, y el número de los que pasaron sobreel fuego en 500. Por el contrario, Lingaraj Urs recor-daba que la zanja tenía 4 pies de ancho, 15 de largoy 5 de profundidad (1.20 por 4.50 por 1.50 metros)Leroy descubrió también que Urs y un tal J.C. Rollo,director del Mysore College, no se quitaron las botaspara pasar. A ninguno de los dos se le quemó el cal-zado y no experimentaron la menor sensación de que-madura. (Herbert Thurston, The Physical Phenome-na of Mysticism, págs. 187-89)

La repentina buena salud de Jack TraynorJack Traynor, de Liverpool (Inglaterra), sufrió dos he-ridas de bala en la Primera Guerra Mundial. Una deellas le dejó en el cráneo un agujero que se negó a sa-nar, y la otra, que cortó nervios que ni siquiera el ci-rujano más hábil podía unir, le había dejado parali-zado y atrofiado el brazo derecho. Le concedieron unapensión por incapacidad total.

En 1923, Traynor había empezado a sufrir de epi-lepsia, probablemente a causa de la herida en la cabe-za. Era ya incapaz de caminar. Ese mismo año lo lle-varon en peregrinación a Lourdes (Francia), donde lometieron en el baño común.

Cuatro días después saltó de la cama, se lavó y serasuró solo y salió del albergue sin ayuda. Al volver

a Inglaterra puso un negocio de carbón, se casó, tuvodos hijos y llevó una vida normal durante veinte años,hasta que murió de neumonía en 1943. Durante esetiempo el ministerio correspondiente, negándose acreer que quien había sido declarado incapacitado to-tal pudiese resultar misteriosamente curado, siguió pa-gando a Traynor su pensión. Aunque no declarada mi-lagrosa por la Iglesia católica, se trata de una cura-ción inexplicable. ( CMA Journal, 111:1255, 7 de di-ciembre de 1974; The Journal of Religion and Psychi-cal Research, 4:1:31-32, enero de 1981; Parapsycho-logy Review, 8:5:25, septiembre-octubre de 1977)

Los yoguis tibetanos y el calor corporal"Pasar el invierno en una cueva en medio de la nieve,a una altitud que varía entre 3 500 y 6 000 metros, ves-tido con una prenda delgada o incluso desnudo, y nohelarse, es una hazaña bastante difícil", decía Alexan-dra David-Neel a finales de los años veinte. Y sin em-bargo, escribía, "numerosos ermitaños tibetanos pa-san con éxito esa prueba cada año". En su libro so-bre los catorce años que vivió en el Tíbet dedica unapartado a "El arte de calentarse uno mismo sin fue-go, arriba en las nieves". La resistencia de esos mon-jes, decía, "se debe a la facultad que han adquiridode generar turno"; y continuaba explicando:

La palabra turno significa calor, pero en lenguatibetana no se utiliza para expresar el calor común.Es un término técnico del vocabulario místico...

Los lamas que lo enseñan lo mantienen en secretoy afirman que la información reunida medianterumores o lecturas carece de resultados prácticospara quien no ha sido enseñado y entrenadopersonalmente por un maestro que sea a su vezadepto...

A veces el entrenamiento de los estudiantes deturno termina con una especie de examen.

En una noche de helada, en invierno, los que secreen capaces de soportar victoriosamente la pruebason llevados a orillas de un río o lago. Si el aguaestá helada... se hace un agujero en el hielo. Seelige una noche de luna, en la que sople fuerte elviento...

Los neófitos se sientan en el suelo desnudos y conlas piernas cruzadas. Empapan sábanas en el aguahelada, se envuelven en ellas y deben secarlas sobresu cuerpo. Tan pronto como la sábana está seca, lavuelven a meter en el agua y a colocarla sobre elcuerpo del novicio para que la seque otra vez. Laoperación continúa hasta el amanecer...

Se dice que algunos secan hasta 40 sábanas enuna noche. Hay que descontar la exageración, yquizá tener en cuenta el tamaño de las sábanas, queen algunos casos de tan pequeñas llegan a ser casisimbólicas. Sin embargo, yo he visto a algunosrepas secar varias piezas de tela del tamaño de ungran chal... [Los repas sólo llevan puesta unasimple tela de algodón en todas las estaciones y acualquier altitud.]

Es dificil hacerse una idea precisa del alcance delos resultados obtenidos mediante el entrenamiento

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del turno, peto algunas de esas hazañas sonauténticas. Los ermitaños viven realmente desnudos.o llevan sólo una fina túnica durante todo elinvierno en las altas regiones que he mencionado.No soy la única que los ha visto. Se ha dicho quealgunos miembros de la expedición al monte Everesthabían podido ver a uno de esos anacoretasdesnudo. [Alexandra David-Neel, Magic andMystery in Tibet, págs. 216-29]

El profesor Herbert Benson comprueba la tempera-tura superficial del cuerpo de un monje budista tibe-tano mientras éste practica el turno, un yoga que lepermite producir calor.

El corcho humanoEl 13 de agosto de 1931 publicaba el .New York He-raid Tribune el obituario de Angelo Faticoni, muertopocos días antes en Jacksonville (Florida). Según esanecrología —que titulaban "El 'corcho humano' hamuerto sin revelar su secreto"—, Faticoni poseía unaflotabilidad anormal. Por ejemplo, podía permanecera flote durante 15 horas con 10 kilos de plomo atados alos tobillos:

Faticoni podía dormir en el agua, hacerse allí unabola, echarse de lado o adoptar cualquier posturaque se le pidiese. Una vez lo cosieron dentro de uncostal y después lo echaron de cabeza al agua conuna bala de cañón de 10 kilos atada a las piernas.Su cabeza reapareció en la superficie poco después,y en esa postura permaneció inmóvil durante ochohoras. Otra vez atravesó a nado el Hudson atado auna silla lastrada con plomo.

Hace unos años fue a Harvard para actuar antelos estudiantes y el claustro. Había sido examinadopor autoridades médicas, que no encontraronpruebas de su teoría de que Faticoni era capaz de

flotar tanto tiempo por la naturaleza de sus ámanosinternos, que según ellos eran diferentes a los deotras personas.

Faticoni había prometido a menudo revelar elsecreto de cómo se había convertido en "el corchohumano", pero murió antes de cumplir su promesa_[New York Herald Tribune, 13 de agosto de 1931]

El control interno del calor corporalExisten desde hace mucho tiempo descripciones de yo-guis del Tíbet y la India que sobreviven habitualmen-te a un frío extremado practicando ciertos yogas queles permiten utilizar la capacidad del cuerpo para pro-ducir calor.

En 1981 se permitió a algunos occidentales investi-gar este fenómeno. A invitación del Dalai Lama, ungrupo de científicos de la Facultad de Medicina deHarvard, dirigidos por el doctor Herbert Benson, fue-ron a la India para llevar a cabo experimentos en co-laboración con tres monjes budistas tibetanos. Se co-nectaron sensores térmicos a diferentes partes del cuer-po de los monjes. Por medio de la meditación, todosellos fueron capaces de elevar apreciablemente la tem-peratura de los dedos de sus manos y pies, a veces hastaen 9 grados. Otras zonas cutáneas registraron incre-mentos menores, y la temperatura interna permane-ció normal.

El doctor Benson cree que los monjes, por mediode su yoga, son capaces de dilatar los pequeños vasossanguíneos de la piel, aumentando así el flujo sanguí-neo y elevando la temperatura superficial. Hazaña tan-to más asombrosa, dice, cuanto que la reacción nor-mal del cuerpo al frío consiste en constreñir esosvasos sanguíneos y disminuir la temperatura de lasextremidades.

Angelo Faticoni, "el corcho humano", flota tranqui-lamente atado a una silla lastrada. Los médicos nopudieron encontrar nada que explicase su extraordi-naria flotabilidad.

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La Virgen y el anarquistaMariette Beco, de 12 años, estaba a la ventana de sucasa de Banneux (Bélgica) la tarde del 12 de enero de1933. Eran cerca de las siete y aún no había vuelto suhermano de jugar con sus amigos. De pronto Mariet-te vio una luz en el jardín: en medio de la noche esta-ba la figura resplandeciente de una mujer erguida, conla cabeza levemente inclinada a un lado. Mariette lla-mó a su madre.

La señora Beco vio también la extaña figura. "De-be de ser la Virgen", dijo medio en broma ante lasrepetidas preguntas de su hija. Pronto se desvanecióla visión, al menos para la señora Beco, pues su hijapodía verla todavía claramente y empezó a rezar el ro-sario. Al fin la figura desapareció, y cuando el padrede Mariette llegó a casa se burló de la experiencia desu hija.

Los Beco eran una de las familias más pobres de lazona, y, aunque católicos, tenían poco tiempo parair a la iglesia. A pesar de ello, Mariette empezó a asis-tir al catecismo en la parroquia. El párroco, el abateJamin, escuchó la historia de la señora resplandecien-te, y al principio la atribuyó a una viva imaginaciónfomentada por las recientes apariciones de la Virgen,que según decían había sido vista en Beauraing, a po-cos kilómetros de allí.

El jueves 19 de enero, el señor Beco encontró a suhija rezando en el jardín. Preocupado, fue a pedir ayu-da al abate Jamin. El sacerdote había salido, de mo-do que Beco se trajo a un vecino. Se encontraron conMariette cuando salía del jardín y trataron de conven-cerla para que entrase en la casa. "Está llamándome",dijo, y echó a andar por la carretera. Ambos lasiguieron.

No tardó Mariette en llegar a una fuente situada alborde de la carretera y se arrodilló junto a ella. Mien-tras parecía escuchar algo que los dos hombres no po-dían ver ní oír, introdujo las manos en el agua. "Estafuente está reservada para mí", murmuró la niña, co-mo repitiendo algo que le había dicho una presenciainvisible.

Más tarde, en el jardín, tuvo de nuevo una visióny preguntó: "¿Quién sois, Señora?" Después la mu-chacha respondió, como si contestara a su propia pre-gunta: "La Virgen Santísima de los Pobres."

Casi catorce meses antes de que sucediese esto enBanneux, Benito Pelegrí García había sufrido gravesheridas en el brazo derecho a causa de la explosión deuna caldera en Barcelona. Los esfuezos de médicos es-pañoles, italianos y alemanes no habían conseguidocurarlo, y había quedado incapacitado para el traba-jo. Su mujer, belga, lo animó a peregrinar a Banneux,donde era ya famosa la fuente milagrosa de la Virgende los Pobres, pero Benito era anarquista y no teníanada que ver con tales supersticiones. Al fin su hija,que acababa de cumplir 13 años, amenazó con poner-se a servir para ayudar a la familia a menos que supadre consintiese en probar los milagrosos poderes dela fuente.

García sucumbió ante esa amenaza y a regañadien-tes consintió en hacer la peregrinación. Como pruebade buena voluntad, ya que no de fe, prometió tam-bién abstenerse de fumar y beber durante el tiempoque durara el viaje.

El 4 de julio de 1933, los García salieron a pie parael santuario belga. No tenían dinero para alojarse ymuy poco para comer, salvo las pequeñas cantidadesque la señora García conseguía haciendo labores teji-das cuando se detenían de noche para descansar.

A medida que se acercaban a Banneux, aumentabael nerviosismo de García. Si no ocurría nada en el san-tuario, aseguró, dejaría allí a su mujer y se volveríasolo a España. Finalmente, cuando estaban a menosde un kilómetro de su destino, su ánimo se derrum-bó: se escabulló, encontró a un colega anarquista dis-puesto a prestarle cien francos y desapareció. Su mu-jer estaba frenética.

Con ayuda de la policía, lo encontró y lo convencióde que era una locura haber ido tan lejos sólo pararegresarse. Juntos emprendieron el camino de la fuen-te, García de un talante lo más alejado posible de laconfianza que da la fe. Cuando se acercó a la fuente,le dieron una cubeta con agua. Introdujo en ella la ma-no derecha y le sorprendió encontrar que estaba casihirviendo. Después metió la mano sana y para suasombro notó el agua fría. Un médico presente Ieaconsejó que no tocase el agua de la alberca comúnporque podía infectarse la herida. Todavía incrédulo,García metió entonces el brazo en otra cubeta de aguade la fuente y rogó: "Si eres 'la Virgen de los Pobres',demuéstralo. Aquí tienes a un pobre que viene nadamenos que desde España."

Para su estupefacción, y ante el asombro de quie-nes lo rodeaban, el brazo herido sanó visiblemente enel agua. Benito García, un pobre hombre sin fe, esta-ba curado. (Herbert Thurston, Beauraing and OtherMiracles, págs. 25-44)

Las vírgenes del fuego de SurinamNo era una prueba del fuego sino una orgía: así des-cribió Rosita Forbes la tradicional danza del fuego deSurinam (antigua Guayana Holandesa), que presen-ció a mediados de los años treinta. En la ceremoniasólo toman parte hombres, pero su inmunidad a lasaltas llamas en las que retozan, a las ramas ardiendoque abrazan y a las ascuas que mastican les es confe-rida por una sacerdotisa virgen.

Mientras ella está en trance, los danzantes no de-ben temer nada. Pero cuando el trance termina, ocu-rre otro tanto con la inmunidad, por lo que cuandoella da la señal que pone fin al sortilegio, los hombresse apresuran a salir del fuego.

El papel de la sacerdotisa virgen no es hereditario,y las jóvenes seleccionadas para él no reciben ningúnentrenamiento especial. Las eligen sus padres cuandode niñas demuestran condiciones especiales para ca-minar sobre una fogata o para agarrar brasas y jugarcon ellas.

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Se dice que quienes participan en la danza del fue-go adquieren poder para curar a los enfermos. (Vin-cent H. Gaddis, Mysterious Fires and Lights, págs.129-30)

Marcha sobre fuego y bebés acuáticosLos habitantes de Mbengga, una de las más pequeñasislas tropicales de las Fidji, cosechan cocos, limonesy plátanos, y celebran una vez al año una de las cere-monias religiosas más sorprendentes del mundo.

La noche anterior, quienes van a participar en ellarezan a Tui Namoliwai, el dios del agua. Mientras tan-to, otros forran el fondo de una zanja de 8 metros delargo, 3 de ancho y 2 de profundidad con piedras, lamayoría de ellas de unos 25 centímetros de diámetro.Sobre ellas ponen una capa de troncos, después otrade maleza, a continuación más piedras y encima unasegunda capa de troncos. Se le prende fuego y se dejaque arda toda la noche. Por la mañana el calor es tanintenso que quienes atienden la hoguera —para qui-tar los troncos parcialmente quemados y alisar el le-cho de piedras— han de hacerlo con largas varas. Aho-

ra las piedras están ya al rojo, y los participes en laceremonia, reunidos en una cabaña para hacer s.r1S Ul-timas oraciones.

Su jefe sale de la cabaña y penetra en el fosola menor vacilación. Sus compañeros lo siguen, y . jun-tos dan la vuelta al foso. Están descalzos y maritimencon dificultad el equilibrio sobre las piedras Lrrega .1-res. Sus rostros no muestran la menor emoción. Sa-len del foso por donde entraron y regresan a la caba-ña. Cuando lo hacen, los espectadores aplauden yarrojan al foso raíces de dracenas, que después cubrencon hojas y tierra. Ha terminado la ceremonia hastaotro año, y si los hombres se han preparado como de-bían —mental o espiritualmente— no habrán sufridoel menor percance. En caso contrario, las consecuen-cias pueden ser desastrosas. En los años cuarenta, unode los partícipes sufrió tales heridas que tuvieron queamputarle las piernas.

Y, sin embargo, esos preparativos no implican nin-gún tipo de protección física para los pies. El doctorHarry B. Wright, de Filadelfia, publicó en 1950 un re-lato de sus observaciones de una marcha sobre el fue-

Para la ceremonia de la marcha sobre fuego en Mbeng-ga, una de las islas Fidji, se calienta una gran canti-dad de piedras sobre un montón de maleza y troncos

ardiendo hasta que se ponen al rojo, tras de lo cualson niveladas con rastrillos hechos de largas varas ylianas retorcidas.

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go. Encontró que los pies de dos de los participantes,examinados poco antes de que se aventurasen sobrelas brasas, eran sensibles a un cigarro encendido y alpiquete de un alfiler, y no mostraban indicios de ha-ber sido revestidos con ningún tipo de sustancia pro-tectora. Después del paseo, estaban cubiertos de ceni-za pero en modo alguno quemados o con ampollas,y seguían siendo sensibles a la prueba del cigarro y elalfiler.

Cuando Wright pidió una explicación de lo que ha-bía presenciado, el jefe de los participantes dijo que"el dios del agua envía centenares de bebés acuáticosa extender sus cuerpos sobre las piedras, y los hom-bres caminan sobre sus frías espaldas". (Vicent H.Gaddis, Mysterious Fires and Lights, págs. 133-35)

Sin licencia para curarLa historia del curandero brasileño Arigó, una de lasfiguras más intrigantes de la historia de la medicinaesotérica, comenzó con sueños, dolores de cabezay una campaña política. Terminó con un duelo de20 000 personas y una controversia tan irresuelta hoycomo en vida de Arigó.

Arigó se llamaba en realidad José Pedro de Frei-tas. Hijo de agricultor, había nacido en el distrito bra-sileño de Belo Horizonte en 1918, y el apodo de Ari-gó se lo dieron de niño.

Ya cuando iba a la escuela sufría a veces extrañasalucinaciones. Veía una luz cegadora, y en ocasionesoía una voz que hablaba en una lengua extraña. Dejoven, fue a trabajar en una de las cercanas minas dehierro, y a Ios 25 años había sido elegido presidentedel sindicato. Tras dirigir una huelga de protesta con-tra las brutales condiciones de trabajo, fue despedi-do. Entonces empezó a ganarse la vida como encar-gado de un bar en el pueblo minero de Congonhas doCampo.

Los sueños que ahora empezaron a invadido por lasnoches, dejándole a menudo un gran dolor de cabe-za, eran más difíciles de afrontar que los de su ado-lescencia. Veía la sala de operaciones de un hospital,donde un hombre calvo y corpulento se dirigía a ungrupo de médicos y enfermeras con la misma voz gu-tural que había oído de niño. Profundamente afecta-do por la repetición de los sueños y las jaquecas, Ari-gó iba a menudo a pedir ayuda a la iglesia de BomJesús do Matosinho.

Allí el médico de sus sueños le reveló su identidad.Le dijo que era el doctor Adolpho Fritz, muerto du-rante la Gran Guerra. Su trabajo se había visto así in-terrumpido, y lo había elegido a él, hombre de natu-ral compasivo, para continuarlo. En adelante, dijo,Arigó sólo encontraría la paz ayudando a las perso-nas enfermas y afligidas que tenía a su alrededor.

Las pesadillas y los terribles dolores de cabeza con-tinuaron durante varios años. Después, en 1950, losacontecimientos escaparon al control de Arigó.

Ese año había elecciones, y uno de los candidatosque visitaron Congonhas fue Lucio Bittencourt, de-

fensor de los mineros del hierro en su lucha por lo-grar mejores condiciones de trabajo. En Congonhasconoció a Arigó, y le impresionó tanto su apasionadadefensa de la causa de los mineros que lo invitó a asistira un mitin en Belo Horizonte, la ciudad más cercana.Al aplazarse el mitin, Bittencourt invitó a Arigó a pa-sar la noche en el hotel donde él se alojaba, elFinancial.

Arigó ignoraba que Bittencourt padecía cáncer depulmón y su médico le había aconsejado una inme-diata operación en los Estados Unidos.

Cuando esa noche Bittencourt estaba a punto dedormirse, se abrió la puerta de su habitación y alguienencendió la luz. Era Arigó. Tenía los ojos vidriososy llevaba en la mano una navaja. Lo curioso es queBittencourt no sintió miedo. Arigó empezó a hablarcon marcado acento alemán y en un tono muy dife-rente a su voz normal. Dijo que era una emergenciay tendría que operar allí mismo. Después Bittencourtse desmayó.

Cuando volvió en sí, vio que el saco de su piyamaestaba cortado y manchado de sangre, y le habían he-cho una limpia incisión hacia la parte posterior de sucaja torácica. Se vistió y fue a la habitación de Arigó.

Al principio éste pensó que Bittencourt estaba bo-rracho. Pero, ya en su habitación, vio la incisión y lapiyama manchada de sangre y se dio cuenta de quedecía la verdad. Sin embargo, no recordaba haber idoa su habitación y negó haber tenido nada que ver entan extraño asunto. Bittencourt, desconcertado, tomóel primer avión para Río de Janeiro con el fin de vera su médico

Arigó estaba asustado. Tal vez había llevado a ca-bo la operación hallándose en una especie de trance;quizá a aquello lo habían estado conduciendo los sue-ños y las voces. Sólo podía rezar para que no le hu-biese ocurrido nada malo a Bittencourt.

Las noticias no se hicieron esperar mucho. El mé-dico había tomado radiografías y estaba altamente sa-tisfecho del resultado de lo que suponía que era la ci-rugía estadounidense. El tumor había sido extirpado,explicó al asombrado Bittencourt, "mediante una téc-nica desconocida en Brasil", y las esperanzas de recu-peración eran ahora muy grandes. Entonces Bitten-court contó a su médico lo sucedido; y no sólo a él,sino a cuantos quisieron escucharlo. Todos los perió-dicos de Brasil lo publicaron.

En Congonhas, el párroco de Arigó, el padre Per-nido, se lo tomó lo bastante en serio para prohibirlellevar a cabo más operaciones. Pero ¿cómo podía de-jar de hacer algo que no recordaba haber hecho? Losespiritistas locales lo saludaron como a un auténticomédium; y aunque rechazó sus pretensiones, las visio-nes del doctor Fritz continuaron.

Durante los seis años siguientes Arigó vio hasta 300pacientes al día y, para dar cabida a aquella verdade-ra multitud, tuvo que trasladar su "clínica" de su ca-sa a una iglesia vacía que había enfrente. Después, en1956, por presiones de la clase médica y de la Iglesia

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Arigó (detrás de la mesa, a la derecha) se concentraen uno de sus pacientes durante una consulta. Era in-

católica de Brasil, fue acusado de práctica ilegal de lamedicina.

—¿Cómo trata usted a sus pacientes? —le pregun-tó el juez Eleito Soares.

—Empiezo por decir el padrenuestro —respondióArigó—. A partir de ese momento, no veo ni sé nadamás. Los demás me dicen que escribo recetas, pero yono lo recuerdo. —Hablaba en serio.

—¿Y qué me dice de las operaciones?—Ocurre lo mismo. Me encuentro en un estado que

no comprendo. Sólo quiero ayudar a los pobres.—Pero está usted haciendo aquello de que se le acu-

sa, ¿no es cierto?—No soy yo quien lo hace. Yo soy sólo un interme-

diario entre la gente y el espíritu del doctor Fritz.El juez seguía inconmovible. ¿Podía Arigó hacer

que el doctor Fritz apareciese en la sala para interro-garlo? La prensa brasileña publicaba reportajes sobreel juicio y numerosos testimonios a favor de Arigó.Según J. Herculano Pires, profesor de Historia y Filo-sofía de la Educación, "es simplemente ridículo negarque el fenómeno Arigó existe. Especialistas médicos,periodistas famosos, intelectuales y políticos destaca-dos han presenciado los fenómenos de Congonhas.Nos es imposible negar la realidad de lo que hace".

capaz de explicar sus facultades curativas, pero milesde personas atestiguaron su éxito.

A pesar de la publicidad favorable, Arigó fue con-denado a 15 meses de cárcel y multado con 5 000 cru-zeiros. El tribunal de apelaciones redujo posteriormen-te la pena a 8 meses y concedió a Arigó un año delibertad condicional antes de empezar a cumplirla. Du-rante ese periodo sólo podría salir de Congonhas conpermiso del juez y tendría que abandonar por com-pleto sus actividades.

Efectivamente, las abandonó por algún tiempo, yvolvió a sufrir los dolores de cabeza. Al cabo de unatemporada, y dado que la policía local parecía hacerla vista gorda, empezó a ver a escondidas a sus pa-cientes, pero, al menos al principio, se abstuvo de ope-rar. En mayo de 1958 fue indultado por el presidenteJuscelino Kubitschek.

En 1961 Kubitschek no estaba ya en el cargo, y lasautoridades religiosas y médicas volvieron a presionarpara que se tomasen medidas contra Arigó. Pero fuedifícil encontrar a alguien que quisiese declarar con-tra él, y durante meses la nueva investigacion apenasavanzó. Después, en agosto de 1963, Arigó operó aun investigador estadounidense, el doctor Andrija Pu-harich, y esa operación volvió a llevarlo a las prime-ras planas de los periódicos.

Puharich, investigador de los fenómenos parapsi-

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cológicos y licenciado en medicina por la NorthwesternUniversity de Illinois, había oído hablar de las nota-bles curaciones de Arigó y fue a Congonhas para verlopor sí mismo. Arigó le dijo que él y sus tres acompa-ñantes podían observarlo todo el tiempo que quisierany hablar con cualquiera de sus pacientes.

El primer día de su investigación, Puharich y susamigos se encontraron con casi 200 personas esperandoque Arigó abriese su clínica a las 7 de la mañana.Cuando todas entraron en la iglesia abandonada, Arigóles dijo que, aunque era Jesús quien llevaba a cabo lascuraciones que se le atribuían, no le preocupaban lascreencias religiosas de los presentes. "Todas las reli-giones son buenas, ¿no les parece?", dijo antes de pe-dirles que rezasen con él el padrenuestro. A continua-ción se retiró unos momentos a su cubículo privado.

Cuando reapareció, Puharich quedó sorprendido.Ahora su porte era solemne e imponente y su tono cor-tante. El intérprete notó un marcado acento alemánen su portugués, con el que se mezclaban algunas pa-labras y frases sencillas en alemán. Arigó condujo alos investigadores a su sala de tratamiento. "Vengan",dijo. "Aquí no hay nada que ocultar. Me alegra queustedes lo presencien."

Lo que Puharich vio ese día lo dejó asombrado. Elprimer paciente era un hombre de edad a quien Arigóempujó bruscamente contra la pared. Después tomóuna cuchilla de raspar pieles, de acero inoxidable, dediez centímetros de largo, y se la insertó al viejo entreel globo ocular y el párpado izquierdos, raspando ypresionando hacia arriba dentro de la cuenca con granfuerza. Pero el paciente parecía imperturbable. Al finArigó retiró el cuchillo, vio una mancha de pus en lahoja y dijo al viejo que se pondría bien. Después lim-pió la hoja en su camisa y llamó al siguiente. Puha-rich examinó el ojo. No encontró sangre ni heridas.La operación había durado menos de un minuto.

Arigó trabajó de esa manera durante toda la maña-na, sin usar nunca anestésicos ni tomar la menor pre-caución contra las infecciones. Por Io que pudieronver los investigadores, no utilizaba ningún tipo de su-gestión hipnótica. Los pacientes apenas sangraban yno parecían sentir dolor. La mayor parte de las vecesel tratamiento se limitaba a una receta, que Arigó es-cribía a gran velocidad y sin la menor vacilación. Alas once anunció que la sesión había terminado y vol-vería por la tarde, cuando acabase su trabajo en la ofi-cina de beneficencia del gobierno (que se sepa, Arigónunca aceptó dinero por su trabajo médico). Tan pron-to como abandonó la clínica, perdió su acento alemány sus modales imperiosos, y surgió de nuevo su acos-tumbrado carácter abierto y natural.

Por la tarde, Puharich y un periodista de Sáo Pau-lo, Jorge Rizzini, instalaron una cámara de cine en lasala de tratamientos. Si Arigó no era más que un ex-perto prestidigitador, tratarían de filmar sus trucos.Arigó trabajó hasta la una de la madrugada. En unsolo día había tratado a unas 200 personas.

Puharich se sentía desconcertado. Sabia que un es-

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tudio convincentemente completo del trabajo de aquelhombre asombroso iba a exigir mucho más tiempo,dinero y equipo de los que tenía a su disposición. ¿Quéotras pruebas podría hacer antes de regresar a los Es-tados Unidos? Tenía un pequeño tumor en la parteinterior del codo derecho, de los llamados lipomas, be-nigno pero molesto. Decidió que al día siguiente pe-diría a Arigó que se lo extirpase. Haría en persona deconejillo de Indias.

Arigó accedió sin vacilar a llevar a cabo la opera-ción. "Por supuesto", dijo. "¿Tiene alguien una bue-na navaja brasileña para usarla con este americano?"Le ofrecieron varias, y Arigó eligió rápidamente una.Puharich sintió un repentino escalofrío, pero ya no po-día echarse atrás. Se cercioró de que Rizzini tenía lis-ta la cámara de cine.

—Remánguese, Doctor.Puharich hizo lo que le mandaban y se dispuso a

presenciar la operación, pero Arigó le dijo que mira-se a otro lado.

Menos de diez segundos después, Puharich notó queArigó le ponía algo húmedo y resbaladizo en la ma-no. Era el lipoma extirpado. Al mirarse el antebrazo,vio un corte limpio de menos de dos centímetros delque apenas brotaba un hilillo de sangre. No había sen-tido el menor dolor.

Los estadounidenses se fueron de Congonhas esamisma tarde. Puharich vigiló cuidadosamente la herida

Arigó, encarcelado en 1964, había incurrido en las irasde la Iglesia católica y de la clase médica al practicarla magia y ejercer la medicina sin título.

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de su brazo. Arigó no había empleado antisépticos,y estaba alerta a los primeros indicios de infección.No aparecieron. A pesar de las condiciones antihigié-nicas y de que no haber usado puntos de sutura paracerrar la incisión, curó rápida y limpiamente.

En Sáo Paulo, Puharich y sus amigos vieron las pe-lículas que había tomado Rizzini. No pudieron en-contrar la menor prueba de fraude. La prensa no tar-dó en llenarse otra vez con el nombre de Arigó y losdetalles de su operación al médico estadounidense.

Los tribunales se vieron de nuevo espoleados paraactuar, y el 20 de noviembre de 1964 Arigó fue con-denado a 16 meses de cárcel. Sólo se le permitió aban-donar la sala de audiencia para despedirse de su mu-jer y de sus hijos, pues debía empezar a cumplir la con-dena inmediatamente. Fue a su casa, se despidió y es-peró la llegada de la policía.

Pero en la policía de Congonhas no había un solohombre dispuesto a llevar a Arigó a la cárcel, y la po-licía estatal se resistía a cruzar por entre la muchedum-bre que se había reunido delante de su casa. A medi-da que transcurría la tarde, Arigó se impacientó, y aca-bó por ir él solo a pie a la prisión.

Incluso en la cárcel, Arigó siguió con su trabajo.Cuando apaciguó un motín, el director le dio permisopara salir siempre que quisiera. Arigó aprovechó ra-ras veces este permiso, y siempre para visitar a quie-nes lo necesitaban. Mientras los celadores se hacíanlos distraídos, empezó a tratar a los presos enfermos,y más tarde a la gente que esperaba frente a la cárcel.

Arigó fue puesto en libertad en noviembre de 1965.Poco después regresó Puharich a Congonhas con unayudante. Pensaba comprobar la capacidad de Arigópara diagnosticar los padecimientos de sus pacientes,actividad que no era probable que desatase las iras dela sociedad médica brasileña. En la prueba, Arigó hi-zo un diagnóstico verbal inmediato de cada pacienteque se situaba frente a él. De un millar de ellos, elegi-dos al azar, 545 habían traído consigo sus historias mé-dicas oficiales: en 518 casos el diagnóstico espontáneode Arigó coincidió con el del médico del paciente.

Puharich le preguntó cómo podía hacer esos diag-nósticos y expresarles en lenguaje médico moderno."Eso es fácil", dijo Arigó. "Escucho lo que me dicela voz del doctor Fritz y lo repito. La oigo siempre enmi oído izquierdo."

Siguieron nuevas pruebas de la capacidad de Ari-gó, esta vez empleando toda una batería de instrumen-tos: electroencefalógrafo, electrocardiógrafo, equiposde rayos X y de determinación del grupo sanguíneo,microscopio, grabadoras y cámaras. Se hicieron prue-bas a los pacientes antes, durante y después del trata-miento, y Arigó demostró ante las cámaras su técnicaquirúrgica en toda una variedad de tumores, quistes,cataratas y otros padecimientos.

La prensa descubrió lo que ocurría y una horda dereporteros y cámaras cayó sobre Congonhas. Fue im-posible continuar la investigación. Puharich volvió aSáo Paulo con sus pruebas y se las enseñó a un cierto

número de profesionales interesados, entre ellos un of-talmólogo, un físico nuclear, un médium, un psiquia-tra y un cardiólogo. Sólo pudieron convenir en quelas curaciones de Arigó eran reales.

A su regreso a Nueva York, Puharich motró las pe-lículas en color del trabajo de Arigó al doctor RobertLaidlaw, antiguo director de psiquiatría del hospitalRoosevelt. Laidlaw observó que la cara de Arigó to-maba una expresión muy extraña cuando operaba, quesus manos y dedos se movían con asombrosa rapidezy destreza, aunque estuviese mirando a otra parte, yque las incisiones que hacía parecían "pegarse" porsí solas sin necesidad de sutura. No pudo explicar có-mo había adquirido Arigó una destreza quirúrgica quesuperaba a la de muchos profesionales. También élquedó desconcertado.

Contra la posibilidad de que Arigó fuese sólo unhábil mago están los siguientes hechos: que indiscuti-blemente curó a numerosas personas (o, para ser másprecisos, que numerosas personas experimentaron cu-raciones inmediatamente o poco después de haber sidotratadas por él); que hacía incisiones reales, que ape-nas sangraban y sanaban a pesar de lo antihigiénicode las condiciones; que sus pacientes experimentabanmuy poco o ningún dolor en el curso de la interven-ción y después, a pesar de la falta de anestésicos; queera capaz de diagnosticar las enfermedades a primeravista y escribir prescripciones acertadas, a pesar de ha-ber tenido poca educación escolar y ninguna médica,y que, por lo que se sabe, nunca aceptó dinero por sutrabajo médico, sino que mantenía a su familia tra-bajando en un empleo común y corriente.

José Pedro de Freitas, Arigó, murió en un acciden-te de automóvil el 11 de enero de 1971. (Reader's Di-gest, 106:635:214-39, marzo de 1975)

Agua benditaJoe Riker, de New Fiasen (Connecticut), se negó en1974 a que lo operaran. El cáncer le había hecho unorificio en el cráneo, dejando el cerebro a la vista.

—Ya usted a tener meningitis en cualquier momen-to, y a morirse —dijo el cirujano que le curaba la he-rida todas las semanas—. Eso va a afectar su cerebro.

—Nada de operarme —fue la respuesta de Joe.Una semana Joe no fue a que le curasen la herida,

ni tampoco a la siguiente. Transcurrió un mes, y el ci-rujano que había estado tratándolo fue al restaurantedonde Joe trabajaba como cocinero.

Y allí estaba detrás del mostrador, con su sombre-ro de costumbre. Dijo que sí, que iría esa tarde a laconsulta del cirujano.

Cuando llegó, se quitó el sombrero e inclinó la ca-beza. En vez del agujero, en su cráneo había ahoraun frágil puente de piel nueva.

—¿Qué ha ocurrido? —preguntó el cirujano.—¿Se refiere a esto? --dijo Joe señalándose la

coronilla—. Pues... mi cuñada fue a Francia y me trajouna botella de agua de Lourdes. Llevo un mes ponién-domela ahí. (Harper's, 252:75-76, enero de 1976)

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SEÑALES Y PRODIGIOSExiste una comunidad de hombres y mujeres que se oponen resueltamente alorden establecido. De ellos, unos concentran su rechazo en las múltiples for-mas del pecado, tanto suyo como del mundo; otros están resueltos a librar atodos los seres del sufrimiento inherente a la existencia; otros más se niegan aser persuadidos por la retórica de la apariencia, y algunos buscan que su vidatrascienda esas tres condiciones: el pecado, el sufrimiento y el engaño.

Esta comunidad, cuya historia es probablemente tan antigua como la del com-portamiento humano, es la de los penitentes y los santos, la de los yoguis, loschamanes y los iluminados: la comunidad de quienes buscan lo milagroso y es-tán en contacto con ello.

En torno a esta extraña compañía se reúne de manera informal otra. Sus miem-bros son todos aquellos que de vez en cuando se tropiezan en sus vidas con loinexplicable, y a quienes a veces el propio sentido común les exige que aceptenlo que de común no tiene nada. También han descubierto que los simples e in-conmovibles "hechos" de la vida están a veces muy lejos de ser tales, que enrealidad se trata a menudo de criaturas, cálidas y palpitantes o fríamente dia-mantinas, que no pueden ser adscritas con seguridad ni al mundo subjetivo nial objetivo. En este segundo grupo de personas figuran sacerdotes y agriculto-res, bomberos y camioneros, enfermeras y criminales, presidentes, herreros yjardineros de todas las edades y circunstancias.

Para esta segunda comunidad de individuos normales lo milagroso viene sinpedirlo, sirve de levadura a la monotonía de lo cotidiano y, en muchos casos,alivia las sombrías incertidumbres de la muerte.

Para la comunidad de los santos el mundo puede parecer el reino de la luz,y el camionero y el jardinero no diferenciarse de los ángeles.

Lo milagroso sobreviene de muchas formas. Una Madonna producida en se-rie, toda yeso y colores llamativos, humedece con sus copiosas lágrimas el uni-forme del policía que la lleva a lugar seguro; un brazo de piedra se dobla bendi-ciendo; una gigantesca cruz plateada, que aparece de pronto, flota sobre unamultitud de asombrados feligreses franceses.

Si prodigios como éstos son signos de lo milagroso, ¿qué es lo milagroso ensí? Cuando algo incuestionablemente inerte se agita con una apariencia de vi-da, o cuando son puestas en jaque las leyes de la gravedad, percibimos que sehan trascendido las leyes físicas y todas nuestras previsiones quedan sujetas arevisión. Pero, dado que incluso una tecnología modesta puede producir resul-tados aparentemente milagrosos para un auditorio sencillo, ¿basta definir lo mi-lagroso simplemente como todo aquello que parece dejar en suspenso las leyesde la física? Tal vez, si tuviésemos un conocimiento preciso de esas leyes; perono lo tenemos.

La verdad es que, cualquiera que sea el nombre que demos a lo milagroso,sólo viene a añadir un nuevo término a nuestro acervo de prejuicios.

Pero lo milagroso es precisamente destructor de prejuicios e ideas fijas. To-do milagro debe, por definición, hacer caso omiso del sentido común y la ra-zón. Se convierte así en piedra de toque capaz de probar lo erróneo de ideaspor las que sentimos el mayor apego. Más allá de esta comprobación desespe-ranzada están todas las posibilidades de las fuerzas desconocidas que tememos...o en las que confiamos.

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Para mantener la perspectiva histórica, presentamoslos siguientes relatos de sucesos extraordinarios por or-den cronológico.

Una cruz sobre el GólgotaEn el año 351, el obispo Cirilo, más tarde santo. es-cribía al emperador Constantino II:

El signo de la victoriaSe dice que una visión de la cruz en el cielo fue el ins-trumento que sirvió para implantar el cristianismo enEuropa.

En el año 312 de nuestra era se disputaban el títulode emperador de Roma dos candidatos principales:Maxencio, que había ocupado el cargo, aunque condificultades, desde 306, y Constantino, emparentadocon la familia imperial y cuyo ejército lo había decla-rado ya emperador.

La víspera de su enfrentamiento, Constantino y sustropas vieron una gran cruz en el cielo, con la leyendaIn Hoc Signo Vinces ("Con este signo vencerás"). Esanoche Cristo se apareció a Constantino en sueños yle dijo que tomase la cruz como emblema. Por la ma-ñana, Constantino ordenó a sus soldados que pusie-ran en sus escudos el monograma cristiano (las letrasgriegas ji y rho.)

En la batalla que siguió, en el puente Milvio, sobreel Tiber no lejos de Roma, Maxencio fue derrotado.Constantino se convirtió en emperador y pasó a serconocido en la historia como Constantino el Grande.

En 313, poco después de su victoria en el puente Mil-vio, Constantino promulgó el Edicto de Milán, querevocaba las leyes que habían servido para perseguira los cristianos y concedía a éstos plena libertad reli-giosa y derechos civiles, devolviéndoles sus propieda-des confiscadas. (Lord Kinross y Newsweek Book Di-vision, eds., Hagia Sophia, págs. 16-17)

Este grabado de Alanzo Chappel, del siglo xix, retratala visión que tuvieron Constantino y sus soldados envísperas de la batalla contra Maxencio en el puenteMilvio.

Porque en esos santos días del tiempo dePentecostés, en las nonas de mayo [el día 71, haciala hora de tercia, apareció en el cielo una cruzluminosa sobre la santa colina del Gólgota, quellegaba hasta el monte de los Olivos, y fue vistaclaramente, no sólo por una o dos personas, sinopor toda la población de la ciudad [Jerusalén]. Nose trataba, como uno puede sentirse tentado a creer.de una cruz hija de la fantasía, que desapareció enseguida, sino que durante muchas horas pendiósobre la tierra visible para todos, borrando con subrillante fulgor los rayos del sol... Y así el pueblotodo, lleno a la vez de temor y alegría ante esteportento celestial, se apiñó en la iglesia, viejos yjóvenes, hombres y mujeres, e incluso las doncellasde sus alcobas, nativos y forasteros, cristianos eidólatras, y todos ellos proclamaban unánimes lagloria de Jesucristo, Único Hijo de Dios y autor detoda maravilla. [Herbert Thurston, Beauraing andOther Apparitions, págs. 100-01]

La exaltación de San FranciscoDespués de recibir San Francisco de Asís los estigmasen el monte Alverno en 1224, permitió algunas vecesal hermano León visitarlo allí. Lo que este fraile viose describe en el siguiente relato de Las florecillas deSan Francisco:

Y desde ese punto y hora, el dicho hermano León,lleno de pureza y buena intención, comenzó avigilar y observar la vida de San Francisco; y poresa misma pureza mereció ver muchas veces a SanFrancisco absorto en Dios y alzado de la tierra, unade ellas a una altura de tres codos, y otra a cuatro,y otra a la altura del haya, y en otra ocasión lo violevantado en el aire tan alto y rodeado de talresplandor que apenas podía distinguirlo. ¿Y quéhizo este hermano tan simple cuando San Franciscofue levantado de la tierra sólo un poco, de modoque podía alcanzarlo? Se llegó a él, abrazó sus piesy los besó, y dijo entre lágrimas: "Dios mío, tencompasión de mí, pecador, y por los méritos de estesanto hombre permíteme encontrar tu gracia." [TheLittle Flowers of St. Francis, trad. T.W. Arnold,pág. 172]

La Madonna de las cárcelesEl 6 de julio de 1484 se apareció Nuestra Señora a unchico de ocho años en Prato, ciudad cercana a Flo-rencia (Italia). Poco después hizo lo mismo con un jo-ven llamado Nicolás Giudetto. Sus historias acerca dela Madonna despertaron gran interés, y el retrato dela Virgen como "Madonna dele Carceri" no tardó enconvertirse en objeto de devoción en la iglesia dePrato.

Después, un día, cuando estaban presentes el vica-rio general y otros muchos, notaron que la expresióndel rostro de la Virgen empezaba a cambiar. Sus ojos

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se abrían y cerraban e incluso derramaban lágrimas.Multitudes aún mayores vinieron a venerar el cua-

dro, y se decía que había obrado muchos milagros.Por ejemplo, se creía que Ridolfo, el hijo pequeño delpintor Domenico Ghirlandaio, había sido curado re-pentinamente de una grave enfermedad de ese modo.

Las manifestaciones de Prato eran accesibles a to-dos los presentes en la iglesia: si la Virgen estaba son-riente y alegre, así la veían todos; si pálida y triste,así se aparecía a todos. En dos años y medio, segúnel padre Gumppenberg, "se contaron cuarenta y sietedías en los que la Santísima Virgen miró a sus fielescon un semblante diferente". (Herbert. Thurston,Beauraing and Other Apparitions, pág. 67)

El fuego del amorDurante su última enfermedad, que empezó en enerode 1510 y terminó con su muerte en septiembre de esemismo año, Santa Catalina de Génova experimenta-ba la sensación de un intenso calor interno. Por ejem-plo, un día "el amor divino la atravesó con una fle-cha aún más aguda... La herida fue tan profunda queperdió el habla y la vista, y permaneció de ese modounas tres horas". En su impotencia, hacía gestos pa-ra indicar que sentía como si unas pinzas al rojo estu-viesen desgarrándole el corazón y otras partes inter-nas. Finalmente, llegó el día en que

sufrió una quemazón tan intensa que se hizoimposible mantenerla en el lecho. Parecía unacriatura arrojada a una hoguera, hasta el punto deque los ojos humanos no podían soportar elespectáculo de semejante martirio.

Cuando se acercaba su muerte, esos ataques, quefueron interpretados como prueba del gran amor quela santa tenía por su Salvador, aumentaron en grave-dad y empezaron a manifestarse en el mundo exterior.Por ejemplo, le llevaron una gran copa de plata llenade agua fría

para que se refrescase las manos, en cuyas palmas,a causa del gran fuego que ardía dentro de ella,sentía un dolor intolerable. Y al introducir susmanos, el agua empezó a hervir de tal modo que lacopa y el mismo plato se calentaron grandemente.

Entre el 13 de septiembre y su muerte dos días des-pués, Santa Catalina empeoró rápidamente y perdiómucha sangre, la cual estaba tan caliente que escalda-ba su cuerpo dondequiera que fluía, y calentaba detal modo las vasijas en las que era recogida que unataza de plata dejó una señal indeleble en el sitio don-de la pusieron.

Catalina de Génova fue canonizada en 1737. (Ba-rón Friedrich von Hügel, The. Mystical Element of Re-lígion, págs. 196-97, 452; Herbert Thurston, ThePhysical Phenomena of Mysticism, págs. 213-17)

Santa Teresa de ÁvilaEntre las levitaciones de cristianos mejor documenta-

das están las de Santa Teresa, monja carmelita. Lo queella misma dijo sobre el tema se encuentra en el capi-tulo 20 de su autobiografía (titulada Vida y termina-da en 1565), en la que trata de la distinción entre losestados místicos de unión y arrobamiento. Al arroba-miento, decía, a diferencia de la unión, a la que pue-de resistirse casi siempre, "las más veces ningún re-medio hay, sino que muchas sin prevenir el pensamien-to, ni ayuda ninguna, viene un ímpetu tan aceleradoy fuerte que veis y sentís levantarse esta nube, o estaáguila caudalosa, y cogeros con sus alas". Como seve, no hablaba aquí sólo del espíritu. Y proseguía:

Y digo, que se entiende, y veis os llevar, y no sabéisdónde; porque aunque es con deleite, la flaqueza denuestro natural hace temer a los principios... y entanto extremo que muy muchas veces querría yoresistir, y pongo todas mis fuerzas, en especialalgunas que es en público, y otras hartas en secreto,temiendo ser engañada. Algunas podía algo congran quebrantamiento, como quien pelea contra unjayán fuerte, quedaba después cansada; otras eraimposible, sino que me llevaba el alma, y aun casiordinario la cabeza tras ella, sin poderla tener, yalgunas todo el cuerpo, hasta levantarme.

"El éxtasis de Santa Teresa", de Giovanni Cignaroli,refleja la belleza espiritual de la monja, que se hacíaquerer de todo el mundo por su inteligencia, franque-za y buen humor.

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Aunque las palabras no son nunca ambiguas, po-dría suponerse que en su exaltación espiritual se ima-ginaba simplemente ser llevada por los aires. Que ésteno era el caso lo atestiguan quienes presenciaron suslevitaciones. Uno de ellos, según su amigo y biógrafoel obispo Diego de Yepes, fue el obispo de Ávila, donÁlvaro de Mendoza. Este obispo Mendoza estaba dan-do la comunión a la santa y sus monjas a través deuna abertura practicada con este propósito en la pa-red del coro cuando Teresa fue presa del arrobamien-to antes de que pudiese comulgar y se elevó en el aire,por encima incluso de la citada abertura. Así describeella esa ocasión, u otra parecida:

Esto ha sido pocas, porque como una vez fuese adonde estábamos juntas en el coro, y yendo acomulgar, estando de rodillas, dábame grandísimapena; porque me parecía cosa muy extraordinaria, yque había de haber luego mucha nota; y ansi mandéa las monjas (porque es ahora, después que tengooficio de priora) no lo dijesen.

A pesar de su resistencia a ser distinguida de sus her-manas de ese modo, las levitaciones continuaron. Unavez durante un sermón en día festivo, cuando estabanpresentes en el convento algunas señoras principales,sintió que iba a ocurrirle y se tiró al suelo para resis-tirlo. Las monjas la rodearon para sujetarla, pero aunasí, decía, "todavía se echaba de ver".

Santa Teresa describió humildemente sus sensacio-nes y emociones durante la levitación:

Me parecía, cuando quería resistir, que desde dedebajo de los pies me levantaban fuerzas tangrandes que no sé cómo lo comparar... Confiesoque gran temor me hizo, al principio grandísimo;porque verse ansi levantar un cuerpo de la tierra,que aunque el espíritu le lleva tras sí, y es consuavidad grande, si no se resiste no se pierde elsentido: al menos yo estaba de manera en mí quepodía entender era llevada... Digo, que muchasveces me parecía me dejaba el cuerpo tan ligeroque toda la pesadumbre del me quitaba, y algunasera tanto que casi no entendía poner los piesen el suelo.

La experiencia era, pues, alarmante, pero "congrandísima suavidad y deleite" si no ofrecía resisten-cia. No obstante, Teresa rezaba para que estos signosvisibles de la gracia fuesen apartados de ella, "por-que yo estaba cansada ya de andar en tanta cuenta,y... aquella merced no podía su Majestad [Dios] ha-cérmela sin que se extendiese". Sus plegarias fueronatendidas, escribía, pues "nunca más hasta ahora lahe tenido", aunque en seguida reconoce que ha trans-currido poco tiempo.

Trece años después de su muerte (ocurrida en 1582),vivían todavía testigos de sus levitaciones que pudie-ron dar testimonio jurado de ellas. Uno de ellos, lahermana Ana de la Encarnación contó que cierto día,entre la una y las dos de la tarde, cuando ella estabaen el coro esperando que sonara la campana, entró la

madre Teresa y se arrodilló durante quizá un cuartode hora. Mientras la hermana la veía, Teresa se elevó,con los pies a medio metro del suelo. Ana se aterrori-zó y la santa, por su parte, no dejaba de temblar. Lahermana Ana se le acercó y colocó sus manos bajo lospies de Teresa; así se quedó una media hora, sollozan-do, hasta que terminó el éxtasis. De repente Teresa des-cendió y apoyó los pies en el suelo; volteó a ver a sualrededor y le preguntó a la hermana que quién eray si había estado allí todo el tiempo. Cuando Ana con-testó afirmativamente, Teresa le ordenó que cumplie-ra su voto de obediencia y no dijera nada de lo quehabía visto. La hermana Ana de la Encarnación cum-plió su promesa, pues sólo prestó declaración despuésde la muerte de la santa.

Pero quizá lo más conmovedor de la historia de laslevitaciones de Santa Teresa tenga que ver con su hu-mildad tanto como con sus vuelos sobrenaturales. Eltestigo fue en esta ocasión el obispo Yepes. La santaacababa de recibir la comunión y, luchando contra elarrobamiento que la acometía, se agarró a los barro-tes de la reja (a través de la cual acababan de darlede comulgar) mientras subía por el aire, diciendo aDios: "Señor, por cosa que tan poco importa, no per-mitas que una mujer pecadora sea tenida por buena."(Santa Teresa, Vida; Herbert Thurston, The PhysicalPhenomena of Mysticism, págs. 9-12)

El éxtasis de un teólogoEl jesuita español Francisco Suárez, que vivió de 1548a 1617, fue un gran metafísico y uno de los grandesteólogos de la Iglesia católica; era conocido como hom-bre de vida pura y santa, aunque no llegó a ser beati-ficado ni canonizado.

Jerónimo de Silva, un hermano jesuita, vio a Fran-cisco Suárez en éxtasis. Relata que un día, hacia lasdos de la tarde, don Pedro de Aragón, rector de la Uni-versidad de Salamanca (donde Suárez enseñaba), le ha-bía expresado su deseo de que Suárez lo acompañaraal monasterio de la Santa Cruz. Como Suárez habíapedido que le avisaran en cuanto llegara el rector, elhermano Jerónimo acudió inmediatamente a decírse-lo. Al llegar a la celda, encontró puesta la tranca queSuárez colocaba en la puerta cuando no quería ser mo-lestado. Pero Jerónimo, obedeciendo la orden que ha-bía recibido, quitó la tranca y entró. La antecámaraestaba a oscuras, con las contraventanas cerradas. Lla-mó al padre, pero no recibió respuesta. La cortina queseparaba la antecámara y el cubículo estaba corrida,pero entre ella y el quicio de la puerta se podía ver unaintensa luminosidad. El hermano Jerónimo hizo a unlado la cortina y entró al cubículo. Allí notó que delcrucifijo salía una luz cegadora, tan intensa que pare-cía el reflejo del sol en los vidrios; Jerónimo no pudoseguir viéndola, pues hubiera quedado completamen-te deslumbrado. Esa luz brotaba del crucifijo y se de-rramaba sobre la cara y el pecho del padre Suárez, aquien el hermano Jerónimo vio arrodillado, con la ca-beza descubierta, las manos unidas y el cuerpo levan-

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tado hasta el nivel de la mesa donde estaba colocadoel crucifijo. Al ver eso, el hermano Jerónimo se reti-ró, pero antes de salir del cubículo se detuvo confun-dido, corno fuera de sí, y tuvo que apoyarse en el qui-cio de la puerta el tiempo de rezar tres credos. Luegosalió, con los cabellos erizados, y esperó, sin apenassaber lo que hacía, en la entrada de la antecámara. Máso menos un cuarto de hora después oyó ruidos, y sa-lió el padre Suárez con la intención de quitar la tran-ca. Al ver allí parado al hermano Jerónimo, le pre-guntó qué hacía, a lo que éste contestó que lo espera-ba don Pedro de Aragón. Suárez le preguntó enton-ces por qué no le había avisado, y cuando Jerónimole dijo que había entrado al cuarto pero no había re-cibido contestación, Suárez lo agarró del brazo, lo hi-zo entrar y luego, al borde del llanto, le imploró que,mientras él, Suárez, viviera, no dijera nada de lo quehabía visto. Jerónimo le pidió autorización para con-sultar al confesor de ambos, a lo cual Suárez accedió.

El confesor, fray Antonio de Morales, le aconsejóal hermano Jerónimo escribir lo sucedido, pero le or-denó que no permitiese de ningún modo que nadie loleyera. Así lo hizo el hermano Jerónimo, y firmó elrelato jurando que todo lo que allí decía era cierto.Si él llegaba a morir antes que el padre Suárez, roga-ba a quienes lo leyeran que lo creyeran como si lo hu-bieran visto con sus propios ojos; también decía quesi el padre Suárez moría antes que él, estaba dispues-to a confirmar bajo juramento todo lo que afirmabaen el relato. (Herbert Thurston, The Physical Pheno-mena of Mysticism, págs. 27-28)

María de Ágreda"Habría preferido que me pusieran en la picota", di-jo María Coronel, de Ágreda, cuando descubrió quesus monjas la habían mostrado a extraños mientrasse hallaba en un trance místico. Incluso habían llega-do a apartarle el velo para que la viesen mejor. Comotantos otros místicos, María tenía horror al exhibicio-nismo y a ser considerada "santa", y se resistía a suslevitaciones extáticas con tal ardor que a veces vomi-taba sangre.

Su buen amigo el obispo Ximénez Samaniego decíaque los éxtasis formaban parte de la naturaleza de esasierva del Señor. Mientras estaba en trance, su cuer-po se veía completamente privado del uso de los sen-tidos, como si estuviera muerta, y no sentía nada delo que se le hiciera. Se elevaba un poco del suelo y eratan ligera como si no pesara, como una pluma que semueve a distancia con apenas un soplo o la menor bri-sa. Su rostro se veía más bello que de costumbre y cier-ta palidez reemplazaba su tono aceitunado natural.Toda su actitud era tan modesta y tan devota que pa-recía un serafín con forma humana. Con frecuenciase quedaba así dos y hasta tres horas.

María Coronel (1602-65) fue aún más famosa porsus supuestos actos de bilocación —que le permitíanpredicar a los indios de América del Norte mientraspermanecía en su celda de Ágreda— que por sus oca-

sionales levitaciones. (Herbert Thurston, The Physi-cal Phenomena of Mysticism, págs. 28-29)

San José de CopertinoUno de los santos cristianos más insólitos, y el mássusceptible a la levitación, fue José Desa. Canoniza-do como San José de Copertino, había nacido de fa-milia pobre en el sur de Italia en 1603. Sus años deinfancia se caracterizaron por una piedad poco comúny una especie de ensimismamiento espiritual que hizoque sus compañeros de escuela le pusieran el apodode Boca Abierta. A medida que crecía, José practica-ba una austeridad cada vez más implacable. Al cum-plir los 17 años, llevaba cilicio y había empezado a ade-rezar sus comidas —unas pocas verduras, que comíacon moderación a horas muy espaciadas— con un pol-vo amargo para hacerlas menos sabrosas y agradables.

En 1620 lo admitió como hermano lego la orden delos capuchinos. Al principio lo pusieron a trabajar enel refectorio, pero su ensimismamiento, sus ataquesde éxtasis y sus descuidos con la loza hicieron quepronto fuese degradado a ayudante de cocina. Peroni siquiera como acarreador de leña dio la talla, y alcabo de ocho meses fue despedido de la orden.

En Grottaglie, cerca de su lugar natal, consiguió Jo-sé entrar en la orden de los franciscanos conventualescomo mulero. Esta vez lo hizo mejor, y en 1625 fuerecibido en el estado eclesiástico. Dos años más tardepasó a ser novicio en el monasterio de Grottaglie, yel 28 de marzo de 1628 fue ordenado sacerdote, en granparte porque sus compañeros de clase estuvieron tanbien en el examen oral que el obispo, pensando quetodos los candidatos estaban igual de bien preparados,no se molestó en hacer preguntas a José.

En el monasterio, José pudo dedicarse a su vida aus-tera. Se flagelaba con tal fuerza que las paredes de sucelda estaban salpicadas de sangre, y llegó a darse talmaña para hacer desagradable su comida que otro frai-le que la probó con mil cautelas tuvo náuseas durantetres días. Además, los éxtasis de José no habían tar-dado en hacerse tan incómodos que le prohibieron ircon los demás frailes al coro y el refectorio.

Esas peculiaridades, y los crecientes rumores de mi-lagros relacionados con él, hicieron que las autorida-des eclesiásticas se fijasen en José, y fue llamado a Ná-poles para ser examinado por el Santo Oficio. Losinquisidores no encontraron nada censurable, y le per-mitieron oficiar en su iglesia de San Gregorio de Ar-menia, donde sucedió algo notable.

José había dicho misa en una capilla privada y sehabía retirado después a un rincón de la iglesia paraorar. De repente se levantó por el aire y, profiriendoun agudo grito, voló hasta el altar, con el cuerpo er-guido y los brazos extendidos. Al verlo posarse sobreel altar en medio de las velas encendidas, algunas mon-jas empezaron a gritar: "¡Va a quemarse, va a que-marse! "; pero el compañero de José, eI hermano Lu-dovico, que parecía un tanto familiarizado con talesespectáculos, exhortó a las monjas a tener más fe y

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Cuando diez obreros tuvieron dificultades para erigiruna pesada cruz cerca de su pueblo natal, San Joséde Copertino "se elevó en el aire como un pájaro, le-vantó fácilmente la cruz y la puso en su sitio".

les aseguró que José no se quemaría. Y así fue, puesal poco rato dio otro grito y se alejó volando del al-tar, esta vez de rodillas, postura en la que aterrizó sa-no y salvo en el suelo de la iglesia. Después, para ma-yor asombro de las monjas, se puso en pie de un saltoy comenzó a bailar exclamando: "¡Oh, Santísima Vir-gen, Santísima Virgen!"

Otra de sus levitaciones fue presenciada por el mis-mo Papa. José había ido a Roma, donde le habían pre-parado una entrevista con Urbano VIII. La presenciadel Santo Padre desencadenó inmediatamente el éx-tasis de José, que se alzó por los aires, donde perma-neció hasta que el padre general de su orden lo hizovolver en sí. Al ver aquello, el Papa aseguró que si Joséllegase a morir antes que él, él mismo testificaría laverdad de lo que había visto.

Pero ahora el extraño destino de José cambió. DeRoma fue llamado en abril de 1639 a Asís, donde elguardián de su orden —el segundo en jerarquía— ha-bía entrado en sospechas de sus raptos y excentricida-des. En Asís fue sometido a una crítica mordaz, lla-mado repetidamente hipócrita en público y en priva-

do, e intimidado, amenazado y humillado. Este tratocontinuó durante dos años. José lo sobrellevó con pa-ciencia y humildad, pero a costa de una profunda in-certidumbre acerca de sí mismo. Durante este perio-do se vio acosado por las alucinaciones.

Al fin llegaron noticias de su estado al padre gene-ral de la orden, quien lo llamó a Roma. Poco tiempodespués, José regresó a Asís, donde fue recibido congran entusiasmo. Allí empezó un periodo en el que loséxtasis y levitaciones de José se hicieron tan frecuen-tes que se convirtieron en su comportamiento normal.La música, sobre todo, le provocaba con facilidad elvuelo extático. Una Nochebuena, los pastores que porsugerencia de José tocaban sus flautas en la iglesia deGrottaglie pudieron ver al santo tan movido a la ale-gría por su música que empezó a bailar. A continua-ción, suspirando y profiriendo un grito, se alzó en elaire y voló unos veinte metros hasta el altar mayor,donde se abrazó al tabernáculo y estuvo un cuarto dehora arrodillado entre las velas encendidas. Despuésvoló de nuevo al suelo.

A veces los vuelos de José tenían lugar al aire libre.Por ejemplo, un día paseaba por el huerto de la coci-na con un sacerdote, que comentó la belleza del cielocreado por Dios. En respuesta, José lanzó su agudogrito y voló raudo a la copa de un olivo, donde per-maneció media hora arrodillado sobre una delgada ra-ma. En esta ocasión el éxtasis lo abandonó antes devolver al suelo, y el sacerdote tuvo que buscar una es-calera para ayudarlo a bajar.

En otras ocasiones José era capaz de levantar a otroscon él por el aire, y se dice que una vez curó así a unloco violento, Baldassare Rossi. El tratamiento de Joséconsistió en ponerle una mano sobre la cabeza, dicien-do: "Señor Baldassare, no tenga dudas, sino enco-miéndese a Dios y a su Santa Madre", y después, aga-rrándolo por el pelo con esa misma mano, lo levantócon él en el aire y permaneció allí cerca de un cuartode hora.

Ese tipo de historias, sobre todo cuando se dan engran número, tienen inevitablemente aire de fábula ocuento popular. Pero lo cierto es que la fama de Joséera tal que muchas personas ilustres de Europa lo bus-caban y testimoniaron los milagros que le habían vis-to hacer.

Por ejemplo, en 1645, el embajador español antela corte pontificia visitó a José en su celda de Asís ydijo más tarde a su esposa que había "visto y habla-do a otro San Francisco". Su esposa quiso gozar delmismo privilegio, de modo que mandaron a José quebajase a la iglesia para hablar con ella. "Obedeceré",dijo José "pero no sé si podré hablarle." Lo que si-guió fue declarado, bajo juramento, por numerosostestigos oculares durante el proceso que condujo a lacanonización de José:

Apenas hubo entrado en la iglesia cuando sus ojosse posaron en una imagen de María Inmaculada quehabía en el altar, y en seguida voló como una

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docena de pasos sobre las cabezas de los presenteshasta el pie de la imagen. Después, tras rendirlehomenaje durante un corto tiempo y proferir sugrito acostumbrado, volvió volando y se fuederecho a su celda, dejando a! Almirante, su mujery el numeroso séquito que los acompañaba mudosde asombro.

Otro eminente testigo de los vuelos de José fue elduque de Brunswick, Juan Federico, quien visitó Asísen 1651 y deseaba mucho ver al famoso fraile. Él ydos acompañantes fueron llevados a un aposento desdeel cual pudieron ver, sin ser notados, a José diciendomisa. Mientras miraban, el monje dio su acostumbra-do grito y se alzó de rodillas en el aire, retrocedió unoscinco pasos y después volvió hacia el altar, donde per-maneció suspendido en éxtasis algún tiempo.

El duque, luterano, estaba ansioso por volver a veraquel fenómeno, y, dado que parecía haber alguna po-sibilidad de que con ello pudiera convertirse al catoli-cismo, le permitieron volver a ver al día siguiente aJosé en misa. Esta vez lo vio flotando más de un pal-mo por encima de las gradas del altar. Resueltas susdudas, el duque abrazó la fe católica.

A medida que crecía la fama de José, ocurría otrotanto con el número de los que esperaban verlo haceralgún milagro. En 1653 se le ordenó dejar Asís e ir almonasterio capuchino de Pietra Rossa, en el ducadode Urbino. Allí pasó tres meses, y a continuación fuetrasladado a una serie de monasterios. Adondequieraque iba, se extendía la noticia de su presencia, se reu-nían multitudes de buscadores de milagros y éstos con-tinuaban. Finalmente fue enviado al monasterio deOsimo, cerca de Ancona, donde, en el verano de 1663,sucumbió a una enfermedad. Durante sus últimos me-ses fue atendido por el cirujano Francesco Pierpaoli,quien contó cómo, cuando estaba un día cauterizan-do la pierna de José, el santo entró en éxtasis, y estu-vo un palmo por encima de la silla durante toda laoperación.

José murió el 18 de septiembre de 1663. Sus últi-mas palabras, antes de entrar en el éxtasis en que per-maneció hasta su muerte, fueron "¡Ah! ¡Qué músi-cas y cantos los del Paraíso! ¡Qué perfumes y fragan-cias, qué dulzuras y sabores los del Paraíso!" Fue ca-nonizado el 16 de julio de 1767. (A. Butler, The Livesof the Saints, págs. 287-91; Eric John Dingwall, So-me Human Oddities, págs. 9-29; Herbert Thurston,The Physical Phenomena of Mysticism, pág. 16)

En olor de santidadLas monjas cristianas son consideradas y se conside-ran a sí mismas esposas de Cristo, y en prenda de ellose ponen un anillo nupcial al hacer los últimos votos.Después del matrimonio místico de la hermana Gio-vanna María della Croce, de Rovereto (Italia), que tu-vo lugar hacia 1625, su dedo anular "exhalaba unadeliciosa fragancia. que le fue imposible ocultar, y dela que no tardó en darse cuenta toda la comunidad".Y continúa su biógrafo:

El perfume que despedía era tan fuerte que secomunicaba por el tacto y persistía durante untiempo considerable. Ocurrió así que, habiendotocado ese dedo la hermana María Ursula, durantela primera enfermedad de la santa monja, su manoretuvo después varios días una exquisita fragancia.El aroma era particularmente perceptible cuandoGiovanna María estaba enferma, porque entoncesno podía tomar precauciones para disimularlo. Elperfume fue extendiéndose del dedo a la mano ydespués a todo el cuerpo, y se comunicaba acuantos objetos tocaba. No podía ser comparadocon ningún aroma terrenal porque era esencialmentediferente, y llenaba alma y cuerpo de una dulzuraindescriptible. Era más fuerte cuando volvía decomulgar. Rezumaba no sólo de su cuerpo, sinotambién de sus ropas mucho después de habérselasquitado, de su colchón de paja y de las cosas de sucelda. Se extendía por toda la casa y delataba susidas y venidas y todos sus movimientos. Lasreligiosas que estaban en el coro sabían que seacercaba ella por el perfume que la precedía. Estefenómeno, que duró muchos años, era aún másnotable porque de su natural ella no podía soportarninguna clase de perfume. Era necesario mantenerfuera de la casa cosas como el almizcle y el ámbar,pues actuaban sobre ella desde considerabledistancia aunque estuviesen ocultos en el sótano, yla angustiaban de tal modo que a veces sedesmayaba inmediatamente. El único perfume queno le hacía daño era el que emanaba de su propiapersona. (Herbert Thurston, The PhysicalPhenomena of Mysticism, págs. 229-30]

Un horno de amorLa hermana María Villani, una monja dominica deNápoles (Italia), que creía que le había atravesado elcostado y el corazón "una ardiente lanza de amor",tenía 86 años cuando murió a finales del siglo xvii.En el momento de su muerte su carne estaba oscuray arrugada, pero después cambió milagrosamente, ha-ciéndose "flexible y fresca de color como la de unapersona viva".

Nueve horas después de su muerte le hicieron laautopsia, comenzando por una incisión en el pecho.Pero al hacerla salió humo del corazón, con granasombro de los presentes, y con el humo tanto calorque el cirujano tuvo que hacerse hacia atrás. Al finvolvió a su tarea para retirar el corazón del cuerpo,pero el calor seguía siendo intenso, y se quemó variasveces antes de poder extraerlo.

Los presentes pudieron entonces ver y explorar enel corazón una herida abierta, exactamente de la for-ma y tamaño de la que la propia María había dibuja-do una vez. "Esa herida", dice su biógrafo, "yo lahe visto, tocado y examinado. Los labios están durosy chamuscados, como cuando se utilizaba el cauterio,sin duda para recordarnos que fue hecha con un dar-do de fuego."

La biografía de la hermana María, publicada cua-tro años después de su muerte, no sólo contiene de-claraciones juradas de los sucesos citados hechas por

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los cirujanos responsables de la autopsia, DomenicoTrifone y Francesco Pinto, sino también las de tresde sus confesores, para cuyo efecto se les había per-mitido ver y sondear la herida sobrenatural de su cos-tado, Uno de esos confesores, Leonardo di Lettere,era un hombre de cualidades morales y espirituales tanpor encima de cualquier sospecha que después de sumuerte fue candidato a la beatificación. (HerbertThurston, The Physical Phenomena of Mysticism,págs. 219-20)

Un corazón ardienteLa venerable Serafina di Vio, monja carmelita que vi-vió en Capri en el siglo xvit, tuvo fama en su épocapor su ardiente devoción a Cristo, que, según testimo-nio de otras monjas, le ponía en el rostro un resplan-dor incandescente cuando estaba rezando. Tambiénnotaron que su carne estaba tan caliente que al tocar-la, incluso en un rudo día invernal, se quemaban. Se-gún contaba ella, sentía "cómo la consumía un fuegointerno y le hervía la sangre".

Teniendo ya cerca la muerte, Serafina, como SantaCatalina de Génova (ver pág. 284), "perdió grandescantidades de sangre por la nariz y por la boca"; tan-ta que a todos asombró que pudiese sobrevivir a esapérdida, siendo ya tan vieja y estando tan delgada. Peroel mayor prodigio ocurrió después de su muerte:

Durante veinte horas el cuerpo conservó un calortan grande, especialmente en la zona del corazón,que uno podía calentarse cómodamente la manoponiéndola allí, como descubrieron muchas de lasmonjas al hacer la prueba. El calor fue perceptible,aunque no tan intenso, hasta treinta y tres horasdespués de la muerte, a pesar de que era el mes demarzo y hacia mucho frío. El cadáver no perdiópor completo su color sino hasta que lo abrieron yextrajeron el corazón.

(Herbert Thurston, The Physical Phenomena of Mysti-cism, págs. 218-19)

La fragante estela de María de los ÁngelesDurante las audiencias que condujeron a la beatifica-ción de María degli Angeli, muerta en Turín (Italia)en 1717, una princesa de la casa real de Piamonte hi-zo bajo juramento la siguiente declaración:

Como prueba de la santidad de esta sierva de Dios,yo alegaría la incomparable fragancia que semanifestaba en los lugares donde vivía o por losque pasaba. La dulzura de su perfume no se parecíaa nada terrenal. Cuanto más respiraba uno, másdelicioso resultaba. Era especialmente perceptible enlas fiestas de Nuestra Señora, San José y SantaTeresa, durante las novenas solemnes y en lasépocas de Navidad, Pascua y Pentecostés. Lasdamas de mi séquito lo notaban lo mismo que yo, ylo que más me asombró fue que después de lamuerte de la sierva de Dios noté y sigo notando eseperfume en la celda que ocupaba, aunque se hanquitado de allí todos los objetos que antes tenía.

Otros testigos hicieron declaraciones semejantes.Una de las monjas del convento de María dijo: — Cuan-do necesitábamos a la reverenda Madre y no la encon-trábamos en su celda, tratábamos de dar con ella porel perfume que iba dejando." Sin embargo, como mu-chos de los que tienen esos dones, la hermana Mariase esforzaba en ocultar las pruebas de la gracia quele era conferida, y a menudo tenía cosas malolientesen su celda para disimular su fragancia. Pero de nadale servía, porque el perfume sobrenatural era inocul-table. (Herbert Thurston, The Physical Phenomena ofMysticism, pág. 231-32)

Una bendición abrasadoraTodos los domingos de Pentecostés, durante sieteaños, la venerable Rosa María Serio, priora del con-vento de carmelitas de Emano (Italia), fue destinata-ria de un extraordinario fenómeno ígneo. En la pri-mera ocasión, sus monjas vieron cómo descendíasobre ella tina bola de fuego. Al apartarle las ropas,descubrieron que las vestiduras interiores que lecubrían el pecho estaban quemadas en forma de co-razón. Esa misma quemadura se produjo seis vecesmás antes de la muerte de la santa mujer en 1725, aun-que la bola de fuego sólo fue vista una vez. (HerbertThurston, The Physical Phenomena of Mysticism,pág. 221)

Las Madonnas de RomaEn marzo de 1796, el ejército de Napoleón se exten-dió por el norte de Italia con una velocidad y eficien-cia que dejó inermes a sus oponentes. El 14 de mayoocupó Milán y en julio estaba asediando Mantua.

A medida que el ejército francés se acercaba a Ro-ma, sus habitantes se vieron invadidos por oleadas detemor, patriotismo y una creciente inclinación a po-nerse bajo la protección del Cielo. El 9 de julio, sába-do, se vio cómo un cuadro de la Virgen conocido porla "Madonna dell'Archetto" tomaba una expresiónapenada y abría y cerraba los ojos. Al poco tiempootros veinte cuadros de la Madonna habían dadomuestras de animación parecidas. Imágenes de santoscambiaban de postura, y los ojos cerrados del Cristode varios crucifijos se abrieron. Una gran ola de de-voción convirtió a Roma en una ciudad de penitentes.

Una descripción clásica de cómo movían los ojoslas Madonnas nos la da el padre Goani, quien fue lla-mado para observar a la Madonna dell'Archetto la pri-mera vez que ocurrió el fenómeno. Al principio no vionada extraño, pero permaneció atento durante unostres cuartos de hora.

De repente, cuando menos lo esperaba, advertí unmovimiento visible y manifiesto en ambos ojos.Observé que el globo del ojo se movía, que laspupilas ascendían gradualmente, y llegaron aocultarse de tal forma bajo los párpados que sólo seveía el blanco del ojo. Tras un brevísimo intervalo,vi cómo las pupilas descendían con movimientolento y uniforme a su anterior posición... Estemovimiento perpendicular lo observé sucesivamente

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otras dos veces... No debo omitir algunas otrascircunstancias que acompañaron el prodigio. Laprimera es que en el instante en que el globo delojo empezó a moverse percibí una finísima sombraque oscureció un poco el blanco. Pero esa sombrase disipó al instante, porque en el momento de laelevación de las pupilas volví a ver el blanco igualque antes. La segunda circunstancia es que elmovimiento estaba dotado de mucha gracia ymajestad. La tercera, que en el mismo momento enque yo veía el movimiento sobrenatural éste fueatestiguado por los extraordinarios gritos, oracionesy aclamaciones de todos los allí presentes.

Después, el padre Goani, simulando ocuparse deuna vela que goteaba, subió las gradas para examinarmás de cerca la pintura. Allí "percibió que el barnizestaba perfectamente liso, sin el menor vestigio defraude". Dos días más tarde prosiguió su examen conayuda de un juego de compases:

Mientras la pupila estaba casi oculta bajo elpárpado superior, apliqué una de las puntas delcompás a su extremidad inferior, entonces apenasvisible, y fijé la otra en el borde del párpadoinferior. Mediante esta operación pude tomar lasdimensiones exactas de la parte blanca o córnea delojo entonces visible, y encontré que tenía unascinco líneas o media pulgada. La pupila del ojovolvió a ocupar pronto su anterior posición: con loque ya no era visible ninguna parte del blanco,porque la pupila tocaba en el párpado inferior.

Varias otras pinturas fueron sometidas al mismoescrupuloso examen que había hecho el padre Goania la Madonna dell' Archetto. En una iglesia sacarondel marco un cuadro de la Madonna Addolorata paraexaminarlo, y los fieles suplicaron al sacerdote que losbendijera con él. Así lo hizo, y cuando estaba a puntode volver a poner el cuadro en el altar se movieron losojos una vez más, produciéndole tal emoción que sedesmayó. A finales del verano de 1796 Napoleón ob-tuvo del Papa un tratado favorable, y a la primaverasiguiente había retirado sus tropas más allá de los Al-pes. (Herbert Thurston, Beauraing and Other Appa-ritions, págs. 68-76)

La milagrosa cruz celeste de MignéEntre dos y tres mil personas se habían reunido frentea la iglesia parroquial de Migné, cerca de Poitiers(Francia), para oír al abate Marsault predicar el ser-món final de una misión que había durado una sema-na. Era el 17 de diciembre de 1826, año proclamadojubilar por la Iglesia católica, y, como broche de losactos de Migné, el abate Marsault iba a bendecir y aconsagrar una gran cruz levantada frente a la puertaoccidental de la iglesia. El abate había llegado a la par-te de su sermón en la que se refería a la cruz que apa-reció milagrosamente en el aire antes de la derrota deMaxencio por Constantino en el puente Milvio (verpág. 283) cuando de pronto las gentes de Migné vie-ron una cruz luminosa de más de treinta metros que

flotaba horizontalmente a otros tantos por encima deellos. Su aparición no había sido señalada por ningúnsonido o resplandor, y el abate Marsault no se diocuenta de lo que ocurría hasta que los otros misione-ros señalaron el cielo:

Sería imposible [escribió después el abate] describirla impresión causada por aquella asombrosa visiónen las mentes y los corazones de los presentes.Sólo puedo deciros que en aquel momento vi aparte de la muchedumbre arrodillarse en el suelolodoso... manifiestamente aterrados, y a los demásmirando con la boca abierta y los brazos alzados alcielo. Aproveché la ocasión para entonar el himno"¡Viva Jesús! ¡Viva su Cruz!", que fue cantadoentre una turbación y agitación de ánimo que todoscompartíamos.

No tardó en empezar a desaparecer la cruz, comen-zando por la base, y cuando el abate Marsault hubodado la bendición ya apenas se veía. A los pocos díasenviaron al obispo de Poitiers una relación de lo ocu-rrido firmada por 50 testigos, lo que le hizo nombraruna comisión de encuesta. Entre sus miembros esta-ban el alcalde de Migné, el vicario general de la zonay un protestante, Boisguiraud, profesor de física enel Collége Royale de Poitiers.

La comisión trabajó a fondo, entrevistándose connumerosos testigos y confrontando sus relatos. De suinforme, publicado el 9 de febrero de 1827, destacanlos siguientes detalles:

• El Sol se había puesto ya cuando apareció la cruz,y el cielo estaba despejado.

• La cruz era plateada (o, según muchos testigos,de un blanco plateado teñido de rosa), en clarocontraste con el color todavía azul del cielo. Nodeslumbraba.

• Ambos brazos de la cruz parecían tener exacta-mente la misma longitud, y los bordes de la figu-ra eran tan nítidos como cortados con sierra.

• La longitud del mástil fue calculada en unos 40metros y su anchura entre 0.90 y 1.20 metros.

• Se calculó que la cruz estaba de treinta a sesentametros por encima del suelo.

El informe de la comisión provocó un revuelo con-siderable en Francia y fue presentado como muestrade la credulidad del clero y de los feligreses. No obs-tante, los esfuerzos de los escépticos por ofrecer unaexplicación resultaron mucho menos contundentes quesus invectivas. Algunos sugirieron que se trataba deuna enorme cometa o papalote, pero los testigos esta-ban acordes en que el aire se hallaba totalmente en cal-ma cuando apareció la cruz. Se apuntó la idea de unarco iris solar o lunar, pero el astrónomo Jean-Dominique Cassini hizo ver que los arco iris no apa-recen en un cielo sin nubes, ni cuando el Sol y la Lunaestán por debajo del horizonte.

El profesor Boisguiraud, el miembro de la comisiónmás familiarizado con la ciencia, dijo que, tras exa-

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Alucinaciones e histeria

La explicación —o rechazo— más común que se daa los fenómenos milagrosos dice asi: las leyes de lanaturaleza no pueden quedar en suspenso; quienes ase-guran otra cosa (por ejemplo, que han visto moversemanos de piedra o llorar ojos pintados) deben por con-siguiente estar mintiendo y si no, es que son víctimasde una alucinación. Además, prosigue enunciando estateoría, cualquier práctica religiosa en la que los temasde la culpa, el miedo y la represión de los impulsoshumanos normales sean elementos poderosos, es muyadecuada para producir tales alucinaciones.

Sin embargo, la primera parte de este argumentono es ni evidente por sí misma ni axiomática. Una leynatural únicamente existe como formulación científi-ca, y sólo está vigente en una determinada forma hastaque aparecen nuevas observaciones o teorías que lahacen obsoleta e incompleta, momento en que es mo-dificada o abandonada. Un ejemplo bien conocido esla teoría newtoniana de la gravedad, que pareció ina-tacable durante más de doscientos años, hasta queEinstein y otros científicos revelaron las deficienciasque tenía.

En términos más generales, la cuestión de si las le-yes naturales han sido históricamente constantes (a unaescala temporal de miles de millones de años) no sólono ha tenido respuesta, sino que es un problema queactualmente la ciencia apenas sabe cómo enfocar. Pa-recidas incertidumbres se presentan en cuanto a la apli-cación de las leyes naturales en circunstancias físicasextremas; por ejemplo, en el caso de los llamados"agujeros negros" del espacio exterior.

No obstante, puede argüirse que por "leyes natu-rales" se alude a algo más pragmático, como "lo quelas personas experimentan normalmente". Pero seme-jante formulación desbarata el argumento que de elladepende, pues al ser esencialmente estadística y em-pírica admite excepciones, tales como las de quienesaseguran que una imagen de piedra se ha movido. Porotro lado, si la frase en cuestión significa "lo que to-do el mundo experimenta siempre", incurre en unapetición de principio, puesto que éste era el punto endisputa.

De modo que, basándonos en la ciencia y en el sen-tido común, la parte del argumento de la alucinaciónque afirma la fijeza de las leyes naturales no es ina-tacable.

En cuanto al resto de la tesis, que afirma que quie-nes dicen haber visto sucesos milagrosos mienten o hansido víctimas de una alucinación, es probablementecierto en algunos casos, aunque sólo sea porque lamentira y la alucinación forman parte de la naturalezahumana. Pero las historias de muchos acontecimien-

tos milagrosos —los de Rimini en 1850 y Limp-ub1919, por ejemplo— están repletas de testimoniosquienes temían estar siendo víctimas de un engafe r

-hacían los mayores esfuerzos para descubrir si era Que una alucinación pueda coexistir con los esfuzl-zos racionales y decididos para discernirla come :alno es seguro, pero parece improbable, a menos quese tomen como prueba experiencias como las de Ri-mini y Limpias, lo que también supone una peticiónde principio.

En cuanto a aquellos casos en que diferentes per-sonas han observado manifestaciones diferentes de lamisma imagen al mismo tiempo, mientras que otrascercanas a ellas no han visto nada extraño, ni fuerade lo normal, nadie afirma que lo que está ocurrien-do sea una manifestación simple u objetiva. Pero ad-mitir esto no es admitir que se trate de alucinación co-lectiva; los testigos oculares sinceros proporcionan confrecuencia versiones muy distintas de un mismo suce-so sin ser por ello acusados de sufrir alucinaciones.Lo que tales casos sugieren es que cada testigo refierecon fidelidad lo que ve de un fenómeno complejo yno ortodoxo, y que algunos testigos no ven absoluta-mente nada. Admitir que este punto de vista es psico-lógico no aporta nada al argumento de la alucinación,ya que toda percepción (excepto la de acontecimien-tos mentales) es el resultado de un componente men-tal y una ocasión física.

Por último, el argumento de la alucinación dice quela práctica religiosa fomenta el miedo y la represión,las cuales a su vez provocan la alucinación. Sin cues-tionar de ninguna manera el dogma freudiano que seesconde en esta suposición, cabe hacer aquí las siguien-tes observaciones:

Primero, hay buenas razones para suponer que lapráctica religiosa desarrolla tan a menudo la intrepi-dez como el temor. Segundo, la idea de que las absti-nencias de inspiración religiosa constituyen una im-posición cruel y represiva es algo completamente na-tural en quienes consideran tales abstinencias con unamezcla de horror y aversión personal. La realidad esque, para muchas personas, la observación de unosvotos y la práctica de la austeridad son en sí mismasuna alegría, y por tanto son vistas como fuente de cla-ridad y serenidad. Esto no quiere decir de ninguna ma-nera que el temor, la represión y la alucinación no seden nunca en un contexto religioso. Es evidente quesí se dan, como se dan también en el ejército, la es-cuela, las empresas, los equipos de futbol y donde-quiera que se reúnen los humanos con metas comu-nes; quizá incluso en las congregaciones de ateos, cien-tíficos y psicoanalistas.

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En Migné (Francia) se había congregado una muche-dumbre para escuchar el sermón del abate Marsault.

La cruz luminosa que apareció en el cielo fue consi-derada milagrosa por cuantos la vieron.

minar a fondo las pruebas, no vacilaba en "desafiara cualquiera a ofrecer una explicación natural del fe-nómeno; e incluso si alguien ofreciese tal explicación,yo seguiría creyendo que la aparición de la cruz fuemilagrosa, dadas las circunstancias que la rodearon''.

El obispo de Poitiers dijo ser de la misma opinión,y el 18 de abril de 1827 el papa León XII declaró quela visión no podía ser atribuida a causas naturales.(Herbert Thurston, Beauraing and Other Apparitions,págs . 94-100)

Los inquietos ojos de la MadonnaEn 1850, en la iglesia de Santa Chiara de Rímini (Ita-lia), los ojos de un cuadro de la Madonna parecieronmoverse mientras lo contemplaban la condesa Baldi-ni, su hija adoptiva y otra muchacha. Las dos jóve-nes volvieron a la iglesia al día siguiente y, en compa-ñía de algunas otras mujeres y del sacerdote, vieronde nuevo a la Madonna alzar los ojos hasta que sólose veía lo blanco.

Afluyeron los peregrinos a Santa Chiara, y el obis-po de Rímini mandó que el cuadro fuese trasladadoa la iglesia de San Agustín, una de las mayores de laciudad. La procesión triunfal en la que la Madonnafue llevada a su nueva morada se detuvo en la plazaprincipal de Rímini mientras el obispo de Faenza ben-decía al pueblo con su imagen, y allí se le vio otra vezmover los ojos.

Muchos miembros destacados de la nobleza y el ele-

ro dieron testimonio del fenómeno. El cardenal Ciac-chi juró haber visto cómo el ojo izquierdo de la Ma-donna miraba hacia arriba siete u ocho veces: "Creoque una de las veces noté un movimiento parecido enel ojo derecho, pero no estoy tan seguro de ello comopara jurarlo", añadió. El gobernador de Urbino viocómo los ojos se movían despacio de izquierda a de-recha y viceversa, y el obispo de Pesaro, que era mio-pe, se subió a una mesa a plena luz del día para verel prodigio, pues la noche anterior no había visto na-da. No fue en vano:

Mientras estaba en esa postura, pasaron cincominutos o más sin que fuese juzgado merecedor deobservar ningún cambio en los sagrados ojos,aunque los fieles, apiñados abajo, testificaban conla ardiente piedad de sus exclamaciones que veíanmás que yo. Por eso dirigí una ardiente plegaria aNuestra Señora, pidiéndole... poder presenciar,aunque sólo fuese una vez, aquella prueba de susoberano poder. En ese momento —y las lágrimasacuden a mis ojos al recordarlo— vi a las sagradaspupilas brillar mientras pasaban de izquierda aderecha y viceversa, y después observé que la pupilaizquierda se volvía hacia el párpado superior tantoque quedó casi enteramente oculta, y sólo dejó ensu lugar el blanco opaco de la córnea. Mi emociónfue tal que no puedo describirla. Brotó de mis ojosun torrente de lágrimas, y de tal manera temblé contodos mis miembros que me vi obligado a descendercon ayuda de dos sacerdotes que estaban cerca.

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El obispo de Pesaro añadió que había vuelto a Ri-mini con un gran número de peregrinos de su diócesisy había pasado largas horas en oración ante el cuadrode la Madonna, pero "no volví a ver más, salvo conlos ojos de la fe".

El obispo de Cesena contaba que la Virgen alzó ybajó los ojos y después lo miró "un instante con unamirada tan tierna que no pude reprimir las lágrimas".El canónigo boloñés Canzi, al no poder percibir nin-gún movimiento en el cuadro con unos gemelos de tea-tro, pidió prestados unos potentes prismáticos que lepermitieron ver la familiar mirada móvil.

Aunque José Pini, párroco de San Gregorio de Bo-lonia, observó algún movimiento en los ojos nada másentrar en la iglesia, era lo bastante escéptico para su-bir al altar y examinar la pintura en busca de indiciosde fraude. Allí permaneció, estorbando la vista a losfieles durante tanto tiempo que empezaron a murmu-rar, impacientes. En vista de ello se hizo a un lado,y en seguida los congregados exclamaron que volvíana ver los movimientos. Contaba el padre Pini:

Yo estaba convencido de que no había nada deaquello... No pude evitar decir en alta voz: "No,no; no debemos engañarnos a nosotros mismos. Esono le gustaría a Nuestra Señora. En este momentono hay movimiento alguno." Con esto cesaron losgritos. ¡Ah, cómo se redoblaron mis dudas! Quiénsabe, me decía, si no habré estado hasta ahoratotalmente equivocado en lo que creía ver; quiénsabe si no es todo pura imaginación. Después, depronto, tras un breve intervalo, vi con la máximaclaridad posible las dos pupilas vueltas hacia elCielo y casi enteramente ocultas bajo los párpados,hasta el punto de que sólo podía distinguirse undiminuto borde negro, mientras lo blanco seextendía y llenaba un gran espacio.

La prueba más expeditiva llevada a cabo en el cua-dro de la Madonna tuvo lugar cuando ya las manifes-taciones de movimiento —frecuentes durante unos seismeses— habían casi cesado y el cuadro había sido de-vuelto a la iglesia de Santa Chiara. Corrió a cargo desiete personas devotas, tres de ellas sacerdotes. Cla-varon dos agujas en el marco y tendieron entre ellasun hilo blanco, de tal modo que señalase el borde in-ferior de las pupilas. Una vez colocado el hilo, los sie-te, que habían decidido vigilar el cuadro toda la no-che, iniciaron sus oraciones. Al llegar a las palabrasde la Salve "vuelve a nosotros tus ojos misericordio-sos", los ojos de la Madonna empezaron a moversede un lado para otro. Los siete fueron subiéndose porturno a una mesa y comprobaron que cuando los ojosestaban alzados había un hueco apreciable entre el hi-lo y la parte baja de la pupila, el cual desaparecía albajar el ojo.

En Rimini, algunos testigos aseguraron que el ros-tro de la Madonna cambiaba de color, alternando elpálido con el rosa. Otros dijeron haber visto cómo semovían los labios, mientras que los padres Constanti-no y Da Forli, ambos capuchinos, juraron haber vis-

to brotar y correr una lágrima del ojo derecho de laVirgen.

El obispo de Rimini —que había nombrado una co-mision para comprobar los hechos— examinó el vo-luminoso informe sobre los acontecimientos de SantaChiara y San Agustín, junto con un enorme númerode declaraciones juradas, entre ellas las de un carde-nal, tres obispos, varios otros clérigos, miembros dela nobleza, pintores, abogados y médicos, y el 11 deenero de 1851 publicó un decreto afirmando que "hasido probada la verdad del prodigioso movimiento delos ojos en el cuadro de la Virgen de la Merced", quepuede ser considerado como un hecho histórico cier-to. (Herbert Thurston, Beauraing and Other Appari-tions, págs. 76-85)

Un médium por los airesEl médium Daniel Dunglas Home fue visto levitarvarias veces a lo largo de cuarenta años sin que nuncafuese sorprendido en ningún tipo de fraude. El pri-mer relato de su insólita facultad se debe a F.L. Burr,director de Hartford Times:

De pronto, sin que ninguno de los presentes loesperase [quizá ni siquiera Home: tenía diecinueveaños y ésa fue su primera e involuntaria experienciade levitación], Home fue levantado por los aires.En ese momento, yo le había agarrado la mano ypalpé sus pies: ¡estaban levantados dos palmos delsuelo! Él palpitaba de pies a cabeza conencontradas emociones de alegría y temor queahogaban sus palabras. Una y otra vez fuelevantado del suelo, y la tercera fue llevado hasta eltecho del apartamento [residencia de Ward Cheney,un industrial de Connecticut], con el que sus manosy pies entraron en suave contacto.

Eso fue en 1852. Después Home aprendió a contro-lar sus vuelos e hizo demostraciones de ellos ante audi-torios de los que formaban parte personajes como elemperador Napoléon III y Mark Twain. Su populari-dad era enorme, y solía moverse en los círculos aris-tocráticos, especialmente de Inglaterra, donde dio unade sus representaciones más celebradas. Asistían lordAdate, su primo el capitán Charles Wynne y el señorLindsay, más tarde conde de Crawford y Balcarres.Fue Lindsay quien lo contó:

El 16 de diciembre de 1868 tuvimos una sesión en laresidencia londinense de lord Adare en AshleyPlace, con Mr. Home, lord Adare y un primo deéste. Durante la sesión, Mr. Home entró en trance,y en ese estado salió por la ventana del cuartocontiguo y entró por la nuestra. La distancia entreambas era de unos tres metros, y no había el menorapoyo entre ellas, apenas un saliente de 30centímetros en cada ventana, que servia para ponerflores. Oímos cómo se levantaba la ventana delcuarto contiguo, y casi inmediatamente vimos aHome flotando en el aire frente a la nuestra. Laluna llena entraba en la habitación, y yo, deespaldas a la luz, vi la sombra en la pared delalféizar, y los pies de Home a unos 15 centímetros

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por encima. Permaneció en esa posición unossegundos y después levantó la ventana, se deslizó enla habitación con los pies por delante y se sentó.

Entonces lord Adare fue a la habitación de allado para examinar la ventana por la que habíasalido Home. Estaba levantada casi medio metro, yexpresó su asombro porque Mr. Home hubiesepodido pasar por una abertura tan estrecha. Homedijo (todavía en trance): "Se lo mostraré", y, deespaldas a la ventana, se echó hacia atrás y saliódisparado de cabeza por la abertura, con el cuerporígido, y después volvió a entrar suavemente. Laventana está a unos 21 metros del suelo.

Se ha sugerido la hipótesis de un mecanismo de cuer-das o soportes en el exterior, pero eso no explica todolo acaecido.

Algunos investigadores han considerado este casosospechoso por numerosas razones. En primer lugar,hay discrepancias entre el relato de Adare y el de Lind-say, algunas de las cuales se refieren a las dimensio-nes y configuración de las ventanas y su altura del sue-lo, Y a si la noche era oscura o con luna. Además, lordAdare hizo relatos contradictorios de lo ocurrido endiferentes ocasiones. En cuanto al capitán Wynne, fuesencillo y claro: "Que Mr. Home salió por una venta-na y entró por otra puedo jurarlo, y a quien me co-nozca no se le ocurrirá pensar que fui víctima de unaalucinación o cualquier otro engaño parecido."

Pero algunos consideran significativa su omisión decualquier referencia a vuelo o levitación. Tal vez el ca-pitán Wynne no estaba convencido de que Home hu-biese levitado, y se limitó a hacer constar el hecho mássimple de su salida y entrada. Por último, un examende la que parece ser la casa en cuestión ha mostradoque pudo tenderse una cuerda tirante entre ambas ven-tanas.

En consecuencia, los investigadores se han pregun-tado si Lindsay y Adare no estarían demasiado per-plejos la noche del 16 de diciembre como para saberlo que realmente hacía Home y si había recurrido aalgún truco.

Pero, aunque sus versiones de lo ocurrido diferían,Adare y Lindsay estaban claramente de acuerdo en lomás importante: que Home voló, que se le vio entrarvolando por la ventana y más tarde salir y entrar delmismo modo. Si su perplejidad los hizo imaginárse-lo, al menos estuvieron de acuerdo en lo que habíanimaginado.

En cuanto a lo dicho por el capitán Wynne y su omi-sión de cualquier referencia directa al vuelo, parececlaro que pensaba estar describiendo algo totalmentefuera de lo común, ya que negó ser víctima de una alu-cinación o un engaño.

La sospecha de que podía haberse utilizado unacuerda tirante o cualquier sistema parecido fue des-cartada ya entonces por Lindsay, pues "no correspon-de a los hechos tal como han sido descritos". En par-ticular, no responde a la afirmación de que Home en-tró flotando por la ventana con los pies por delante,

o de que más tarde se echó para atrás y salió dispara-do de cabeza por donde había venido.

Esto deja sólo las objeciones más usuales a los ca-sos de posible levitación: que los testigos mentían oestaban fascinados, histéricos, sobrados de imagina-ción o faltos de atención.

Y, dado que nunca puede probarse que no ha habi-do alucinación, tampoco puede nunca rechazarse deplano esa objeción. Pero cuando numerosas personasde buena fe y reputación declararon haber visto algo,y no se encuentran pruebas seguras de que lo que vie-ron fue conseguido mediante truco, debemos suponer—de acuerdo con la teoría de la alucinación— que to-das ellas eran débiles mentales, o que el sujeto al quese refieren los informes poseía el don sobrenatural deprovocar alucinaciones masivas, o tenía el talento ne-cesario para persuadir a gran numero de personas deque mintiesen en su favor aunque no ganaran nadacon ello.

En 1871, el año en que Lindsay escribió su relatode la levitación de Ashley Place, Home fue visto le-vitar por sir William Crookes, un eminente cientí-fico que más tarde llegó a ser presidente de la pres-tigiosa Asociación Británica para el Progreso de laCiencia. Su relato, que fue publicado en el Quar-terly Journal of Science, enuncia concisamente eldilema que planteaba Daniel Dunglas Home a laspersonas honorables:

Daniel Dunglas Home, uno de los médiums mas soli-citados de su época, era famoso por sus levitacionesante grupos de testigos. Un científico eminente que so-metió a prueba sus hazañas no descubrió el menorfraude.

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Los fenómenos que estoy dispuesto a atestiguar sontan extraordinarios, y tan directamente opuestos alos artículos de la fe científica más firmementearraigados —entre ellos la ubicuidad y la accióninvariable de la fuerza de la gravedad—, que aúnahora, al recordar los detalles de lo que presencié,hay en mi mente un antagonismo entre la razón,que me dice que es científicamente imposible, y laconciencia de que mis sentidos, tanto del tactocomo de la vista, no son testigos mentirosos.

(Jean Burton, Heyday of a Wizard, págs. 36-38,213-30; The Unexplained: Mysteries of Mind Spaceand Time, Vol. 2, No. 20)

La estatua que perdió la cabezaUna mañana, al abrir la puerta de una de las salas abo-vedadas del Museo de Cera de Turner, el conserje sesobresaltó al ver que una de las figuras había cambia-do de sitio durante la noche y su cabeza yacía detrásde ella, en el suelo.

El museo, inaugurado en Sacramento (E.U.A.) en1857, se debió a la inspiración de Richard Turner, unempresario que acababa de visitar en Londres el mu-seo de Madame Tussaud y pensó que algo semejantese haría popular entre los forasteros que acudían a laciudad atraídos por la fiebre del oro en California. Elnúcleo del nuevo espectáculo era una escena de gui-llotina en penumbra, con figuras de franceses y fran-cesas ejecutados durante la Revolución: una pareja dearistócratas (vestidos con las ahora marchitas galas quehabían llevado a su decapitación), un cura, una jovendama de honor y un hombre de rostro descolorido ves-tido de negro. La placa del pedestal de esta última efi-gie lo identificaba como Nicodéme Léopold-Lépide,y según se supo más tarde había sido un recaudadorde impuestos que desvergonzadamente se llenaba losbolsillos con el dinero de los pobres. Era la figura deNicodéme Léopold-Lépide la que se había movido du-rante la noche.

La exposición, que había tenido un éxito inmedia-to, llevaba abierta sólo una semana cuando el conser-je, Ezra Potter, fue a contarle al dueño su extraña his-toria. Turner tomó toda clase de precauciones paramantener la puerta cerrada durante la noche e hizo vi-gilar el edificio, pero siguió ocurriendo lo mismo. Porfin, al cabo de varias semanas, Turner y Potter pasa-ron una noche en la sala con las figuras guillotinadas.Ambos se durmieron, sólo para ver al despertar quela efigie del recaudador había vuelto a moverse. A lanoche siguiente consiguieron permanecer despiertos,y he aquí lo que contó Turner:

Fue algo notable. Poco antes de las 2:30 de lamadrugada, la figura de Monsieur NicodémeLéopold-Lépide empezó a moverse. Primero semovieron los brazos y después las piernas. Al cabode un momento vimos que la cara de cera tomabaun aspecto más de carne y hueso. Frunció las cejascomo enfadada, y después oímos una voz.

La figura habló en francés, que Turnar aodía, pero repitió lo mejor que pudo sus paliatilitas acanadiense, que las tradujo como sigue:

¿Es que no se puede disfrutar de un pom átpor las noches? De día viene a vernos la =e_vienen a ver nuestros espíritus encerradosNo volváis por aqui durante las horas de nunaridado lo lamentaréis.

Enterado de lo sucedido un periodista de Sacraffm--to, pidió pasar una noche en la sala con lasde cera. Turner accedió, y encerraron al joven ensala durante la noche, con Potter apostado en la p-ta. A las 2:31 el conserje del museo salió de su morl."-rra, despertado por gritos histéricos y golpes en lapuerta. Se apresuró a abrirla, y el periodista cayó sinsentido en sus brazos.

Más tarde el periodista de Sacramento escribió unrelato detallado de su experiencia, en el que describíala sala y cada una de las cinco figuras en sus pedesta-les. Y proseguía:

Mientras estaba sentado en la penumbra, la luztenue y temblorosa de las lámparas caía sobre lashileras de figuras, tan extrañamente parecidas aseres humanos que el silencio y la quietud de susformas las hacían parecer aún más antinaturales yfantasmales. Cuánto echaba de menos el rumor dela respiración, el roce de vestidos y la continua seriede ruidos que uno oye aunque haya caído el másprofundo silencio sobre una multitud.

Durante un par de horas estuve sentadointrépidamente frente a las siniestras efigies. Al finy al cabo, sólo eran figuras de cera...

Las figuras de cera no se mueven; pero cada vezque apartaba la vista del recaudador, al volver amirar parecía haber adoptado una posturaligeramente diferente. Seguí mirando, y esta vez vialgo. El brazo de la figura de cera se movió.Despacio al principio, después más rápidamente; ¡yde pronto de un golpecito se quitó la cabeza! Yomiraba fijamente... petrificado, aferrado a la silla...Para mayor horror, donde había estado la cabezase formó ahora un rostro fantasmal de miradacruel, rapaz.

Se volvió hacia mí y abandonó el pedestal. Mepuse en pie de un salto para hacerle frente, y elfantasma de cera vino hacia mí. ¡Lo que más measustaba era que podía ver a través de su cabeza!

Retrocedí hasta la puerta y la golpeé para queviniese el conserje a ver el fenómeno. No huborespuesta. Golpeé más fuerte, mientras el fantasmade cera seguía acercándose. Me volví y empecé adar puñetazos en la puerta, También grité, mientrassentía a las horrendas manos de cera cerrarse entorno a mi cuello. Volví a gritar y no recuerdo nadamás, sólo la cara acogedora de Ezra Potter.

Puedo jurar por lo más sagrado que esto que heescrito es verdad.

Por la mañana la cabeza de cera de M. Leopold-Lépide apareció en el suelo al lado de las demás figu-

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ras, pero el cuerpo estaba caído junto a la puerta. Porlo visto tenía los dedos planos y deformados.

Al parecer, al artículo del periodista le dieron car-petazo (no salió a luz sino hasta los arios treinta, al-gún tiempo después de su muerte), pero la figura delrecaudador fue fundida y reemplazada por otra, trasde lo cual terminaron los problemas. El museo de fi-guras de cera de Turner siguió funcionando con éxitohasta 1885. (Rayrnond Lamont Brown, Phantoms ofthe Theater, págs. 26-30)

"Enteramente sobrenaturales y milagrosos"Una fase muy crítica en la unificación de Italia porel rey Víctor Manuel II fue la toma de Roma y los Es-tados Pontificios en 1870. Esta acción creó dificulta-des entre la Iglesia y el Estado, que no fueron resuel-tas sino hasta el Tratado de Letrán de 1929, que hacíadel Vaticano un estado independiente.

Durante estas crisis tuvo lugar un hecho extraordi-nario en la iglesia de Santo Domingo de Soriano Ca-labro, en el sur de Italia. Lo cuenta el padre H.M. Cor-mier, general de los dominicos.

Era el 15 de septiembre, fecha en que se celebra enSoriano la fiesta de Santo Domingo. Después de lamisa mayor, hacia mediodía, la imagen del santo,expuesta a la veneración a la derecha del altar,empezó a moverse como si fuese una persona viva.Los fieles que aún estaban en la iglesia quedaronsobrecogidos de asombro; al asombro sucedió elterror, y al terror la admiración. Incapaces dedominar sus sentimientos, prorrumpieron en vocesde "¡Santo Domingo, Santo Domingo! ¡Milagro,milagro!". Los demás vecinos corrieron al lugar, yya en su presencia la imagen siguió moviéndose, tanprohto avanzando como retrocediendo, yendo a laderecha para volver después a la izquierda, comosi trazase la figura de una cruz, y hubo momentosen que se separó por completo del pedestal. Amenudo levantaba y bajaba la mano y brazoderechos como si predicase, mientras el izquierdo,que sostenía una azucena, vibraba en armonía. Si seintentaba impedir esos movimientos, quienes lopretendían, lejos de lograrlo, se veían obligados aseguirlos, dominados por una fuerza misteriosa.También su cara, como la de una persona viva, sellenó de expresión, a la vez que enrojecía yempalidecía alternativamente; tenía la frentefruncida y sus ojos tan pronto iban a clavarse conreproche en la gente como se volvían a un lado conuna mirada de súplica dirigida a la imagen deNuestra Señora del Rosario; incluso a los labiosse les vio moverse como los de alguien que hablacon pasión.

El obispo de Mileto nombró una comisión de en-cuesta sobre estos sucesos; su juicio sobre el caso fuehecho público el 11 de febrero de 1871. Concluía conestas palabras:

Además, considerando que ha llegado a nuestroconocimiento, y ha sido probado por la Comisión

de encuesta que se han concedido notables favores,incluso en el orden temporal, y que los efectosmorales producidos han sido excelentes, no sóloentre el pueblo del propio Soriano sino en toda ladiócesis, tras invocar el santo nombre de Diosdeclaramos que los movimientos de la imagen deSanto Domingo, conforme los hemos descrito, quetuvieron lugar el 15 de septiembre de 1870, fueronenteramente sobrenaturales y milagrosos.

( Herbert Thurston, Beauraing and Other Appari-tions, págs. 102-05)

Rosa, sándalo y verbenaQuienes se lanzan a prácticas espirituales o espiritistaslo hacen siempre, si las circunstancias lo permiten, enlas condiciones más idóneas. Eligen, por ejemplo, unlugar tranquilo, ponen imágenes apropiadas, enciendenvelas, queman incienso y utilizan, en fin, cuanto pue-de potenciar el escenario. Para W. Stainton Moses, an-tiguo clérigo y uno de los médiums más destacados dela Inglaterra victoriana, la atmósfera apropiada parauna sesión se lograba siempre mediante el uso de per-fumes de uno u otro tipo, generalmente procedentes delas flores.

Este hábito tuvo curiosas consecuencias, según Mo-ses (y según el testimonio de varias personas repu-tadas que lo presenciaron), pues los seres invisibles pre-sentes tomaban el uso de las flores por una invitacióny esparcían todo tipo de fragancias sobre los asisten-tes. "Ninguna sesión transcurre", escribía Moses, "sinque lluevan perfumes sobre nosotros, o floten en tor-no al círculo oleadas de aire perfumado."

Y proseguía así en una carta a The Spiritualist del1° de enero de 1875:

Esos perfumes son de varias clases, siendo losfavoritos rosa, sándalo y verbena. Cualquier flor debuen olor que haya en la habitación es utilizada,extrayéndole el perfume. Así ocurre sobre todo enel campo. En tales casos hemos notado que lapresencia de una determinada flor en la habitacióndetermina el olor predominante del espíritu; y que adeterminadas flores les es extraído todo el perfumeen el momento, aunque vuelvan a oler al díasiguiente. Sin embargo, a veces un olorperfectamente diferenciado es extraído de —o, másprecisamente, atribuido a— una determinada flor.En este caso la flor invariablemente se marchita ymuere en poco tiempo.

Sin embargo, a W. Stainton Moses le esperaba al-go más que corrientes de aire misteriosamente perfu-madas en habitaciones cerradas. También su cuerpoempezó a exhalar una fragancia inexplicable:

Hace ya varios meses que empecé a notar lapresencia de una atmósfera perfumada en tornomío, especialmente durante los momentos en quesentía dolor. He padecido neuralgias, y en talesocasiones los que me rodeaban han notado lapresencia de varios tipos de perfume, como los que

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W. Stainton Moses, clérigo anglicano educado en Ox-ford, abandonó el clero en 1872, al despertársele unarrollador interés por el espiritismo que le durarla to-da su vida.

observamos durante nuestras sesiones. Un anochecerestaba yo ante una ventana abierta por la quesoplaba el aire, y el perfume de rosa era tanacusado que varios amigos presentes decidieronaveriguar su origen... Lo localizaron en una zona,no mayor que una moneda, de mi coronilla. El sitioestaba perceptiblemente húmedo de perfume, querezumaba en mayor abundancia al oprimirlo.

Moses decía también que su experiencia no era pro-bablemente distinta de lo que tradicionalmente se hallamado "olor de santidad". Pero, dado que él recha-zaba cualquier posible tipo de santidad en su perso-na, consideraba esos perfumes como prueba de sus fa-cultades de médium, que, según él, tenían los santosen abundancia. Pero al decir esto, Moses ignoraba unacaracterística de aquellos casos en que una persona confama de santidad se ha visto acompañada por una fra-gancia misteriosa, pues tales perfumes han sido casisiempre calificados como sobrenaturales e indescrip-tibles. Por el contrario, los relacionados con W. Stain-ton Moses eran siempre muy concretos, identificablesal momento por quienes lo rodeaban. Tampoco se di-ce que el perfume que él exhalaba fuese capaz de im-pregnar su entorno y los objetos que tocaba durante

largo tiempo después de haberse separado de ellos,mientras que así es como solía ocurrir con los santos(ver págs. 288-90). (Proceedings of the Society forPsychical Research, 9:269-73, 1894; 10:224-26, 1895)

Un presagio en el cieloEl general George A. Custer y su 7° Regimiento deCaballería, de unos 600 hombres, fueron enviados amediados de mayo de 1876 a unirse a una expedicióncontra los indios sioux en lo que hoy es el sureste deMontana. Mientras los residentes contemplaban la sa-lida de la tropa del fuerte Abraham Lincoln entre unanube de polvo, vieron un extraño presagio del destinoque iba a tener el regimiento: pudieron contemplarasombrados cómo casi la mitad del regimiento pare-cía internarse a caballo en el cielo y desaparecer.

Al cabo de poco más de un mes, el 25 de junio, enla batalla de Little Bighorn, Custer y 264 de sus hom-bres fueron rodeados y muertos por las fuerzas de losjefes sioux Toro Sentado y Caballo Loco. Como lavisión, o espejismo, había augurado, murió aproxima-damente la mitad del regimiento. (Fairfax Downey, In-dian Fighting Army, págs. 195-96)

Aunque fue el último de la clase en West Point, el ge-neral George A. Custer se hizo famoso durante la Gue-rra de Secesión por su osadía y agresividad, las cualeslo condujeron al desastre de Little Bighorn.

Prodigio en CampocavalloEn 1892, la capilla de Campocavallo, a unos diez ki-lómetros de Loreto, en Italia, ocupaba un edificio ane-xo a la granja del mismo nombre. Era utilizada porla gente del campo circundante y por un sacerdote quevenía regularmente a decir misa. El único decoradode esta humilde capilla lo constituían dos reproduc-ciones en color, una de ellas de la Dolorosa de Murillo.

El 16 de junio, fiesta del Corpus Christi, unas mu-jeres estaban orando ante este cuadro cuando advir-tieron en la cara de la Virgen gotas de humedad, al-gunas de las cuales habían empezado a correrle por

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las mejillas. Informaron a la persona encargada de lacapilla, quien, tras convencerse de que era cierto, fuea decírselo al sacerdote.

Éste se mostró escéptico, pero a la mañana siguien-te alteró sus planes y visitó la iglesia para decir misa.Allí vio la humedad por sí mismo. Al llegar la tarde,se había reunido en la capilla una pequeña muchedum-bre, en la que todos pugnaban por acercarse lo másposible al cuadro. Mientras rezaban, los ojos de la Ma-donna empezaron a moverse. No tardaron enllegar noticias de lo que ocurría al obispo de Osimo,Edigio Mauri, en cuya diócesis estaba la capilla. El pre-lado se apresuró a advertir a su clero que evitasefomentar en el pueblo el gusto por tales prodigios ynombró una comisión de encuesta.

Pero los peregrinos eran incontenibles. El 10 de di-ciembre habían donado dinero suficiente para que elobispo pusiese la primera piedra de una nueva iglesiaen Campocavallo. Un año después fue nombrado ar-zobispo de Ferrara (más tarde llegó a cardenal), y ensu sermón de despedida al pueblo de Osimo rindió tri-buto a Nuestra Señora de Campocavallo, expresandosu convencimiento de que los prodigios relacionadoscon su irriagen eran sobrenaturales:

Hace veinte meses, oh querida Madonna deCampocavallo, eras desconocida para el mundo;pero un día los ojos de una pobre imagen tuya semovieron de un modo maravilloso, y desde esemomento millones y millones de labios cantan tusalabanzas.

(Herbert Thurston, Beauraing and Other Apparitions,págs. 87-89)

La imagen milagrosa de MelliehaA finales del siglo pasado los jesuitas ingleses teníanun internado para muchachos que se encontraba nolejos de la ciudad de La Valleta, en la isla de Malta.El 20 de marzo de 1893 llevaron a los jóvenes inter-nos de excursión a Mellieha, un pueblo del extremonoroccidental de la isla. El grupo iba a cargo de lospadres John McHale y John Gordon, auxiliados porlos legos Noonan y Ellingworth.

Según el padre McHale, eligieron Mellieha por unapura cuestión de comodidad; pero, de camino, en unode los carruajes alquilados para el paseo, algunos delos muchachos mayores le hablaron de una imagen quehabía en Mellieha y que se movía milagrosamente.

El grupo llegó al pueblo algo temprano para comer,por lo que decidieron visitar la iglesia. Frente a ella,al otro fado del camino, das tramos de escalones depiedra llevaban a una cueva conocida por Grotta de-lla Madonna. Al seguirlos, varios muchachos y el pa-dre McHale se encontraron frente a una imagen de laVirgen de tamaño mayor que el natural. El padreMcHale describía así lo sucedido:

Me adelanté hacia la imagen, dejando al otro padrecon unos cuantos chicos cerca de la entrada... Para

entonces mis ojos se habían acostumbrado ya a lapenumbra de la cueva, y al llegar a la reja vi laimagen ante mí. Me impresionó mucho su aspectomajestuoso y digno. Se trataba de una imagenantigua esculpida en piedra común de la comarca,una caliza blanda y blancuzca. Nuestra Señora tieneen la mano izquierda al Divino Niño, mientras quela derecha está libre y extendida a alguna distanciade su costado en una postura que llama la atención.Los dedos estaban juntos y doblados en forma degancho. El sacristán encendió dos grandes velas ylas puso enfrente de la imagen... Mientrasexaminaba atentamente la imagen, pregunté aalgunos de los chicos que estaban cerca de mí quémano era la que supuestamente se movía. Medijeron que la derecha, y me volví a mirarla. Estabainmóvil. Pero casi inmediatamente me sobresaltóver que el dedo meñique se movía suavemente haciaatrás. Fue seguido por los dos dedos siguientes,después por el índice, y finalmente por el pulgar.Cuando los dedos hubieron adoptado una posturallena de gracia, la mano entera se moviósuavemente hacia arriba unos 25 ó 30 centímetros,volvió a bajar despacio y acabó por trazar unacruz. Los dedos volvieron entonces a su posturaoriginal, y al cabo de una pausa de pocos minutosse repitió el gesto.

Cuando los chicos que estaban con el padre McHalevieron que la mano de la Madonna se estaba movien-do, exclamaron: "¡Milagro! ¡Milagro!", y los demásacudieron corriendo. El padre Gordon (que había via-jado en otro carruaje y no sabía nada de la imagen)estaba estudiando la inscripción que había a la entra-da de la cueva. McHale lo llamó para que fuese a verla imagen:

Acudió inmediatamente y vio la mano moviéndose.Probó desde varios sitios, pero en todos veía lamano en movimiento, Temiendo que pudiese ser sucabeza la que se movía, se puso junto a la pared, seapoyó en ella y fijó los ojos en uno de los barrotesde la reja. Entonces vio claramente cómo la manose alzaba por encima del barrote y descendíalentamente por debajo de él. Para evitar también yoque se me moviese la cabeza, la introduje muyapretada entre dos de los barrotes de la reja, ypuedo garantizar que el movimiento eraexactamente el mismo.

McHale pidió después a Frederic Clothier, un chi-co protestante de unos 14 años, que mirase la manoderecha y le dijese lo que viera. El muchacho confir-mó cuanto veía el padre y después le hizo observar lamano del Santo Niño. El padre McHale recordaba:

Levanté la vista y vi la manita del Niñobendiciéndonos. También su cabecita se movíasuavemente de un lado para otro, y el aspecto de sucara pareció cambiar. Cuando la cabeza y la manoestaban moviéndose, su expresión se parecía muchoa la de un pequeñuelo que grita de alegría. Estopudo deberse a mi imaginación... Desde luego,

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cuando la mano estaba en reposo no había nadaextraordinario en el aspecto de su cara.Permanecimos en la cueva una media hora, y lamano siguió moviéndose mientras estuvimos allí...

El movimiento de la mano no era nada uniforme.A veces los dedos se abrían uno tras otro y secerraban de la misma manera, o bien se abrían a lavez y se cerraban uno tras otro. También la manose levantaba unas veces 25 ó 30 centímetros y otrassólo la mitad de esa distancia, mientras que elmovimiento cambiaba constantemente...Cualesquiera que fuesen sus gestos, había algo tansuave y atractivo en su movimiento que la sensacióncasi de miedo que me asaltó cuando vi los dedosmoverse por primera vez desapareció en seguida, yme sentí de manera irresistible incitado a rezar aNuestra Señora.

A finales de mayo, el padre McHale volvió a la cue-va de Mellieha con algunos otros padres del colegio.El sacristán les dijo que desde su visita en marzo has-ta finales de abril la imagen había estado quieta, perodurante mayo se había movido casi a diario. Al ins-peccionar la imagen, se convencieron de que estabaesculpida en un solo bloque de piedra, sin ningún ti-po de uniones. Esperaron atentos en la cueva durantelargo tiempo, pero no vieron nada. Una nueva visitael 1° de junio, fiesta del Corpus Christi, fue másfructífera:

Al mirar la imagen, vi su mano moviéndosesuavemente. Esta vez no subió más de 12 a 15centímetros. El movimiento era además muy lento.Tras completar la cruz, la mano quedó inmóvil. Loque siguió me pareció que lo había hecho NuestraSeñora para convencernos de que realmente noshabía dado su bendición. El pulgar y el índiceestaban separados aproximadamente trescentímetros. Aunque la mano no se movió, elpulgar se juntó con el índice, volvió a abrirse y sealzó cosa de tres centímetros sobre él, tras de locual descendió esa misma distancia por debajo yacabó volviendo a su postura original. Estocontinuó durante unos minutos. Los demás dedos semovían también de vez en cuando.

Uno de los colegas de McHale propuso colocar sudedo entre los de la estatua para sentir el movimien-to. "Temiendo que aquello supusiera irreverencia ocuriosidad indebida", dijo McHale, "le aconsejé ve-hementemente que no lo hiciese, y atendió mi suge-rencia." Poco después cesó el movimiento, y, tras unasplegarias de agradecimiento, McHale y sus colegasse marcharon.

John IvIcHale, que murió en 1911, es descrito porHerbert Thurston, destacado especialista en fenóme-nos paranormales, como "un hombre de aguda sensi-bilidad y muy perspicaz en todos los aspectos prácti-cos de la vida", "escrupulosamente honesto y -rectoen todos sus actos". El padre John Gordon, muertoen 1913, era "un escocés práctico, nada dado a fanta-sear". Su necrología hablaba de "su odio al engañoy a los impostores, su carácter sencillo y honesto".

Tras la muerte de McHale, su historia fue confir-mada por uno de los discípulos presentes, FredericClothicr, pero puntualizada por otro de ellos, Testa-ferrata Bonici, más tarde marqués. Bonici escribió en1920 la siguiente nota, en respuesta a una petición deinformación:

El difunto padre McHale me llevó una vez juntocon otros chicos del colegio... a la iglesia parroquialde Melleha [sic] a visitar a Nuestra Señora.Mientras estábamos rezando ante la famosa imagen,el padre McHale y muchos de los chicos queestaban con él gritaron que Nuestra Señora estabamoviendo la mano y bendiciéndonos. Siento nohaber tenido el privilegio de ver moverse la imagen;pero puedo garantizar lo ocurrido en cuanto a queel padre McHale y muchos de los chicos exclamaronque Nuestra Señora estaba bendiciéndonos.

El hermano Ellingworth confirmó que él y el her-mano Noonan habían entrado en la gruta después decomer y habían visto la imagen moverse, aunque notanto ni durante tanto tiempo como McHale y Gordon.

¿Hay algo más que esos testimonios para probar taninverosímil historia?

El 13 de agosto de 1887 el padre Angelo Portelli yun grupo de novicios dominicos vieron moverse a laVirgen de Mellieha. Lo mismo le ocurrió a otro sacer-dote llamado Portelli, no emparentado con el anterior.Sus declaraciones juradas describiendo con gran pre-cisión los movimientos del brazo derecho "hacia arri-ba y hacia abajo... y también hacia el pecho" estánarchivadas en la localidad maltesa de Sliema. (TheMonth, 79:360-69, septiembre-diciembre de 1893; Her-bert Thurston, Beauraing and Other Apparitions,págs. 106-16)

Un mago encuentra la horma de su zapatoHoward Thurston (1869-1926) fue uno de los magosmás famosos de su tiempo y, como la mayoría de ellos,sabía lo fácil que es hacer creer al público las histo-rias de fenómenos paranormales a que daban lugar losnumerosos médiums de la época.

De esos médiums, pocos tan discutidos como Eusa-pia Palladino, una italiana cuyo debut en los EstadosUnidos había sido preparado•por el doctor HerewardCarrington, notable investigador de lo parapsicológi-co. Eusapia había ya sido denunciada como fraudu-lenta por profesores de la Universidad de Columbia.Se dijo que recurría a trucos cuando le fallaban susdotes; pero Carrington estaba convencido de que po-día llevar a cabo realmente actos sobrenaturales, y seofreció a probárselo al escéptico Thurston en una se-sión privada que se celebraría en la habitación de Eusa-pía. Thurston describió así lo que observó:

Sin otras expectativas que la historia del fraude y sudenuncia, llegué con mi esposa al hotel... Eusapianos hizo esperar, y mi mujer y yo aprovechamos laoportunidad para hacer un completo examen de la

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Esta fotografía, tomada en Munich el 15 de marzo de1903 durante una sesión, muestra a Eusapia Palladi-

no (frente a la cámara) haciendo levitar la mesita y elacordeón del fondo.

habitación. Pero nuestra búsqueda no dio resultado;no encontramos nada ni remotamente sospechoso.

Yo examiné en particular la mesa que iha autilizar. Sometí a escrutinio cada centímetro de esapieza de mobiliario. No recuerdo haber visto nuncaun objeto más inocente.

Cuando llegó Eusapia Palladino, parecía comple-tamente agotada. Tenía los ojos vidriosos, la cara deuna palidez no natural y le sudaban las manos. Se en-cendieron más luces y comenzó la sesión:

No creo que nunca en la historia haya tenido unmago escéptico el privilegio de contemplar lo queyo vi después. Vi a Eusapia poner sus manos sobreaquella mesa que yo había examinado tancuidadosamente. Vi la mesa levantarse y flotar, sinque nada la sostuviera en el aire; y mientras

permanecía allí me puse de rodillas y di vueltas a sualrededor buscando en vano alguna explicaciónnatural.

No la había. Ni alambres, ni soportes, nipalancas... Nada, excepto algún poder oculto queyo no podía adivinar. Me sentía herido en miorgullo... No estaba dispuesto a renunciar a mi feen el racionalismo. Pedía más pruebas, y la extrañamujer aceptó con una complacencia desconcertante.Mi esposa le sostuvo los pies. Yo le sujeté losbrazos. ;E incluso entonces, así presa y custodiada,la mesa volvió a levantarse!

Cuando finalmente volvió a caer de golpe al sueloante mis ojos, yo era un escéptico derrotado.;Palladino me había convencido! No había engañoen lo que me había mostrado. Si después de leer loque acabo de escribir de esa aventura en un reinodonde mi magia no puede penetrar el lector duda,no de mi palabra, sino de mis dotes de observación,

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permítame decirle esto: "Mi carrera ha estadodedicada sin desmayo a la magia y el ilusionismo.Creo que comprendo los principios a que obedecentodos los trucos conocidos. Estaría dispuesto a ir alotro extremo del mundo con tal de presenciar unoque no pueda explicar."

Cada vez que acudo a una sesión concentro todasmis facultades en el médium, alerta a la menorprueba de engaño. Estoy dispuesto a jugarme mireputación como mago a que lo que esa médiumnos mostró era auténtico. Insisto en que esa mujernos mostró una auténtica levitación, no mediantetrucos, sino con ayuda de una fuerzadesconcertante, intangible e invisible, que irradiabade su cuerpo, y sobre la cual ejercía un controltemporal y agotador. [Eric John Dingwall, VeryPeculiar People, pág. 211; Silvan Muldoon, PsychicExperiences of Famou.v People, págs. 54-56]

El milagro de FátimaEl 13 de mayo de 1917, tres niños pastores tuvieronuna visión cerca del pueblo portugués de Fátima. En-cima de una nube que se cernía sobre una encina vie-ron la figura resplandeciente de una mujer, "una her-mosa señora del Cielo". La señora dijo a los niños—Lucía, de 10 años, Francisco, de 9, y Jacinta, de 7-que se reunieran con ella en aquel mismo lugar el día13 de cada mes, hasta octubre.

Un mes más tarde se congregaron unas 50 personaspara ver la aparición. Algunas aseguraron que veíanuna nube encima del árbol, pero sólo los niños vierona la señora. Al mes siguiente los reunidos fueron más,pero la señora volvió a ser invisible excepto para losniños. Para entonces ya había una considerable opo-sición a la historia y a la indeseada publicidad que es-taba dando a la comarca, y el 13 de agosto los niñosfueron detenidos por el prefecto local. Dos días de in-terrogatorio no consiguieron hacer cambiar su testi-monio. El día 19 de ese mes se les apareció de nuevola señora, esta vez en Valinhos, no lejos de Fátima,y les dijo que volverían a verla por última vez el 13de octubre.

En un día húmedo y sombrío 50 000 personas se con-gregaron para ver la última aparición. Esta vez la se-ñora resplandeciente, de nuevo invisible para todos sal-vo para los niños, descubrió su identidad: era Nues-tra Señora del Rosario, y les dijo tres "secretos" acercadel futuro.

Después ocurrió algo sorprendente.De pronto dejó de llover y salió el Sol. Al principio

pareció que empezaba a girar, pero después comenzóa caer locamente hacia la tierra. La muchedumbre es-taba aterrada. Al cabo de un momento el Sol volvióa su posición normal, y después repitió la misma ma-niobra otras dos veces. Más tarde la gente se dio cuentade que sus ropas, mojadas por la lluvia, estaban com-pletamente secas.

Los dos niños menores, Francisco y Jacinta, mu-rieron durante la epidemia de gripe de 1918-19. Lucíaaprendió a leer y escribir y anotó los "secretos" que

Poco después de su visión milagrosa en Fátima, Ja-cinta Marto (izquierda), su hermano Francisco y suprima Luda Dosantos posaron muy serios para estafoto.

le había dicho la Señora. El primero era una visióndel infierno. El segundo podía referirse a la SegundaGuerra Mundial:

La guerra [primera mundial] va a terminar. Pero sila gente no deja de ofender al Señor, estallará otramás terrible durante el próximo pontificado.Cuando veáis que la noche e stá iluminada por unagran luz desconocida, sabed que es la señal queDios os envía de ese castigo al mundo medianteotra guerra, el hambre y la persecución de la Iglesiay del Santo Padre.

Durante el siguiente pontificado, el de Pío XI, Hi-tler se anexionó Austria. En enero de 1938, dos mesesantes de este preludio de la Segunda Guerra Mundial,las gentes de la Europa Occidental observaron un ex-traordinario despliegue de luces en el cielo nocturno.Duraron dos horas, y eran tan brillantes que quienestrabajaban de noche en los Alpes pudieron ver sin ne-cesidad de luz artificial. Se dijo que eran una rara for-ma de aurora boreal.

De acuerdo con las instrucciones de Lucía, el tercersecreto de la Señora fue abierto al parecer por el papaJuan XXIII en 1960. No se ha hecho público el conte-nido del mensaje, pero se cuenta que el Papa dijo aalgunos de sus íntimos del Vaticano que al leerlo casise desmaya de horror. (Cyril Charlie Mardindale, TheMessage of Fátima, págs. 30-35, 77-78, 159)

Los ojos del CristoDominando el altar de la iglesia parroquial de Lim-pias, un pequeño pueblo en el norte de España, hayun crucifijo de madera finamente esculpido. Los ojosde esa figura de madera, de tamaño algo mayor queel natural, son de porcelana, y el 30 de marzo de 1919una niña de unos 12 años los vio moverse.

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Se sobresaltó tanto que fue corriendo a contárseloa uno de los dos misioneros capuchinos que estabande visita en la iglesia. El padre capuchino, que no con-siguió ver nada extraño en la imagen, supuso que laniña se lo había imaginado, hasta que algunos otrosniños dijeron también que los ojos se movían.

Después se unieron al coro algunos adultos: no só-lo se movían los ojos, sino que la cara y el cuello delCristo estaban húmedos, como sudando.

El 2 de abril, el párroco, don Eduardo Miqueli, es-cribió a su obispo contándole lo que sus fieles decíanhaber visto y el fervor religioso que se había desatadoen su iglesia. Añadía a su carta los nombres de dosniños, dos trabajadores, dos señoras y dos caballerosde buena posición a los que se había permitido hacerdeclaraciones juradas, en representación de un grupode testigos mucho más amplio. En cuanto a él, decíael sacerdote, no había comentado en ningún sentido elposible carácter milagroso de lo que le habían contado.

A pesar de la excitación reinante en Limpias, no sevio nada más durante dos semanas. A pesar de ello,el 4 de mayo llegaron de Santander en trenes especia-les 1 500 peregrinos. Se levantaron arcos de triunfo,repicaron las campanas y se lanzaron cohetes. La emo-

ción era intensa, y las manifestaciones se hicieron másvariadas y sorprendentes. Según el reverendo barónVon Kleist, cronista de los sucesos de Limpias:

Muchos decían que el Salvador los miraba, a unoscon complacencia, a otros con gravedad, y a otrosmás con una mirada punzante y seria. Unos veíanlágrimas en sus ojos; otros observaban que lecorrían gotas de sangre por las sienes traspasadaspor la corona de espinas; algunos veían espuma ensus labios y sudor en su cuerpo; otros, cómo volvíala cabeza a un lado y a otro y recorría con lamirada a los reunidos, o cómo en la Bendiciónmovía los ojos como si fuese él quien la impartía, ala vez que movía la cabeza coronada de espinas deun lado para otro. Otros tuvieron la impresión deque de su pecho escapaba un suspiro profundo yresignado; algunos creyeron verlo murmurar algo.En resumen, se percibieron en el crucifijo lasmanifestaciones más variadas.

Centenares de personas de todas clases —ricos y po-bres, educados e ignorantes, devotos y agnósticos—juraron haber presenciado fenómenos del tipo descri-to por Von Kleist. A algunos les causó tal efecto loque veían que se desmayaron. Otros, al ver al Cristo

La cristalomanciaCuando los ojos de un cuadro, un grabado o una ima-gen se mueven, podemos ver en ello la voluntad deDios, una imaginación hiperactiva o un ejemplo delfenómeno llamado cristalomancia o catoptromancia.

La cristalomancia ha sido practicada en todo elmundo y en todos los tiempos, y sus cultivadores hanutilizado no sólo bolas de cristal sino espejos, char-cos de agua, la uña del pulgar, manchas de tinta y vir-tualmente todo lo que brilla. No todo el mundo tieneel don, pero quienes lo poseen pueden ver toda clasede cosas maravillosas mirando fijamente una super-ficie brillante. La experiencia fue muy bien descritapor Andrew Lang, un oxoniense de principios de si-glo conocido por sus investigaciones en este campo:

Cuando el experimento tiene éxito, la mayoríaven cómo la bola de cristal toma un aspectolechoso o neblinoso, después se vuelve negra,desaparecen los reflejos y por último surgen lasimágenes. Algunos llegan a ver la bola decristal lechosa o neblinosa y no pueden pasarde ahí. Otros ven imágenes de personas opaisajes únicamente en blanco y negro, oinmóviles; otros, figuras en color de hombres,mujeres y animales en movimiento; mientrasque en casos más raros la bola desaparece de lavista y el que la mira se encuentra enapariencia contemplando una escena real. Enciertos casos de los que hay testimonio dos

personas han compartido la misma visión. Enlos experimentos con cristales de aumento ymediante espatos [minerales brillantes], losefectos normales de aumento y alteración de lavisión se producen unas veces sí y otras no.

Se ignora cómo, o por qué, ve cosas el cristalomáriti-ti co, pero, en opinión de Lang, una explicación parciales que el esfuerzo que implica la contemplación exte-rioriza imágenes que están consciente o inconsciente-mente en la mente del contemplador. De modo seme-jante, el gran historiador árabe Ibn Jaldun (1332-1406)escribía que esos adivinos concentran todas sus per-cepciones en un solo sentido, el de la vista: "Fijandosu mirada en un objeto... lo contemplan con atenciónhasta que perciben aquello que desean anunciar."

El número de personas que tienen ese don latentepuede ser mayor de lo que se piensa. Eso explicaríapor qué en muchas ocasiones gran número de perso-nas han asegurado ver moverse los ojos de imágenesreligiosas, a menudo brillantes (por ejemplo, la ima-gen del Cristo de Limpias tenía los ojos de porcela-na). Aunque esta explicación sustrae tales hechos delreino de lo milagroso, recurre a un fenómeno no mu-cho menos misterioso. Y no explica por qué esos fe-nómenos de cristalomancia espontánea y colectiva sedan en tan raras ocasiones. Tampoco niega la posibi-lidad de que esta curiosa facultad humana pueda sera veces el vehículo elegido para la revelación divina.

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mirarlos tan serio, salieron corriendo de la iglesia, pre-sa de pánico, y no hubo modo de que volviesen a en-trar. Muchos devotos y devotas no vieron nada, aun-que pasaron horas mirando. (De hecho, la mayoría dequienes visitaron la iglesia —de 3 000 a 4 000 al díadurante más de dos años— no vieron absolutamentenada.) Así, mientras una persona veía los indicios devida más vivos y elocuentes en la imagen, su vecinopodía no ver nada o ver algo totalmente diferente.

No cabe duda, pues, de que lo visto en Limpias fuesubjetivo y condicionado de algún modo por la expe-riencia del observador. Por ejemplo, los que teníanformación médica parecían inclinarse a ver la agoníade Cristo. Eso es lo que describió el doctor santande-rino Gutiérrez de Cossío, quien vio claramente en elrostrodel Salvador las distintas etapas de su trance mor-tal. "En todos mis años de práctica", decía, "nadame ha causado una impresión tan profunda, ni siquierael primer cadáver que vi cuando era estudiante."

Decir que lo visto en eI crucifijo no se hallaba obje-tivamente presente no afecta, por supuesto, el carác-ter extraordinario, o incluso milagroso, de lo ocurri-do en Limpias; lo que sigue siendo profundamentemisterioso es por qué ocurrió. Y quienes reconocíanque sus experiencias eran subjetivas, incluso mientrasestaban ocurriendo, no pudieron dominarlas ni evitarresponder a ellas como si fuesen físicamente reales. Porejemplo, un médico militar, el doctor MaximilianoOrts, examinó el rostro de la imagen con prismáticosdesde una distancia de siete u ocho metros. Vio unagota de brillante sangre roja correr desde el ojo dere-cho hasta el rizo de pelo esculpido debajo de la oreja:

La sangre desapareció poco a poco, hasta que eltrozo de piel que había recorrido quedó limpio... Ala sorpresa producida por la visión de estefenómeno sucedió una reacción de rebeldía. Erahumillante para un hombre de mi edad, con migran experiencia profesional, ser víctima de unaalucinación. Soy católico, pero no fanático.Preocupado por la anormalidad de lo que habíapresenciado, descansé un momento, puse en ordenmis ideas y volví a mirar, seguro de que elfenómeno habría desaparecido. No fue así. Lasangre seguía brillando y corriendo. La comparécon la que brotaba de la herida de la manoizquierda y la que se veía en el costado derecho dela imagen, y la comparación me probó que estaúltima era sangre negra, sangre pintada, mientrasque la otra era de un rojo brillante, sangre conmovimiento y vida...

El doctor Orts se dijo a sí mismo que todo era unailusión óptica. Pero veía el pelo brillante de sudor yel brillo de la sangre que goteaba hasta él. Se trasladóa una capilla lateral, pero también desde allí vio có-mo se repetía el proceso. Por último, convencido a supesar, exclamó, en voz bastante alta para que lo oye-sen quienes estaban a su alrededor: "No hay duda:eso es sangre." (Herbert Thurston, Beauraing andOther Apparitions, págs. 46-65)

Los peregrinos que afluían a Templemore atribuíanpoderes curativos a las imágenes sangrantes. Aquí, laesposa de Thomas Dwan toca los ojos de un ciego conuna de ellas.

Las imagenes sangrantes de TemplemoreEl año 1920 fue de violencia en Irlanda. El gobiernobritánico había proscrito el Sinn Fein (movimiento na-cionalista irlandés) y el Dail (asamblea irlandesa), ylos nacionalistas se habían lanzado a una feroz gue-rra de guerrillas, especialmente contra los soldados en-viados para restaurar el orden. Bombas, incendios,asesinatos, terrorismo, ejecuciones en la horca y de-rramamientos de sangre estaban a la orden del día.

El 15 de agosto, el ayuntamiento de Templemorequedó reducido a cenizas, y otros varios edificios fue-ron destruidos mientras la violencia continuaba. Seisdías más tarde, todas las imágenes y cuadros religio-sos de la casa de Thomas Dwan y de la de su cuñada,la señora Maher, empezaron a sangrar.

La noticia del milagro se extendió por la comarca,y el inicial goteo de peregrinos se convirtió pronto enun torrente. Se organizaron trenes especiales desde Du-blín, y la agencia Cook preguntó si las posadas localespodían alojar a 2 000 personas. Consultas parecidasllegaron de Estados Unidos, África del Sur y Japón,y hasta de la India vino un grupo de peregrinos. Unmar de tiendas, bautizado como Pilgrimsville, rodeóTemplemore.

En casa de la señora Maher vivía James Walsh, unadolescente devoto. En el suelo de tierra de su habita-ción, un agujero del tamaño de una taza de té se llenómilagrosamente con agua de una fuente desconocida.Los peregrinos se la llevaban por litros, pero siemprevolvía a llenarse. Al principio la gente fue admitidaen ambas casas en grupos de 50, que podían estar cin-co minutos. Más tarde pusieron las imágenes en lasventanas. Procesiones de peregrinos desfilaban anteellas, de noche con antorchas. Se calculó que cuandolas imágenes dejaron de sangrar, aproximadamente unmes después, habían visitado Templemore cerca deun millón de personas. (Charles Fort, The CompleteBooks of Charles Fort, págs. 585-88)

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Este retrato del deán oxo-niense Henry Liddell cuel-ga en el vestíbulo de ChristChurch (Oxford). Unanueva construcción haocultado otro retrato suyoque apareció espontánea-mente en la pared de la ca-tedral de Christ Church en1923.

surgía de una tumba tallada en una roca. Al fondo dela escena se veía una cruz primitiva.

La noticia de la figura de Cristo apareció en algunosperiódicos de Nueva York el 23 de febrero, y acudióa verla una verdadera multitud. El New York Timesentrevistó al párroco en su iglesia. Hablando del as-pecto de la figura, el doctor Norwood comentaba:

Sostengo la extraña teoría de que el poder delpensamiento, de un pensamiento dominante, puedeser lo bastante fuerte y poderoso para sertransferido de algún modo a la piedra en su estadoreceptivo. Por supuesto, no sé cómo llegó allí esafigura, que parece de Cristo. Es una ilusión queaumenta ante esa visión. ¿Tiene el pensamientofuerza vital? La gente puede burlarse, pero ahí estála figura.

El retrato que no había sido encargadoEn el verano de 1923 se hizo visible en la pared de ye-so de la catedral de Christ Church, en Oxford, el re-trato de un famoso clérigo local, el deán Henry Lid-dell, cerca de una placa puesta allí en recuerdo suyo.El clérigo había muerto en 1898.

Tres años más tarde, el 11 de septiembre de 1926,el T.P. 's and Cassell's Weekly de Londres describíael retrato como "de un fiel e inconfundible parecido":

No necesita uno poner en juego sus facultadesimaginativas para retocar la cabeza. Estáperfectamente derecha en la pared, como dibujadapor la mano de un gran pintor. Sin embargo, noestá grabada, ni dibujada, ni esculpida; pero allí estáplantada, donde todos pueden verla.

En 1931 la cara estaba todavía "hermosamente cla-ra", según Hewat McKenzie, presidenta del British Co-llege of Psychic Science. Pero en 1932 un nuevo altarconstruido frente a la pared la ocultó por completo.No se sabe si aún sigue allí el retrato. (Nandor Fodor,Between Two Worlds, págs. 243-244; Charles Fort,The Complete Books of Charles Fort, págs. 961-62)

¿Poder del pensamiento?En febrero de 1932 apareció una figura de Cristo "cla-ramente discernible" en el mármol de la pared del sa-grario de la iglesia neoyorquina de St. Bartholomew.Fue descubierta por el párroco, el reverendo doctorRobert Norwood, precisamente al final de una pláti-ca cuaresmal sobre "El misterio de la Encarnación":

... Miré por casualidad la pared del sagrario y measombró ver aquella hermosa figura de Cristo en elmármol. Nunca había reparado en ella. Como mepareció que era la expresión en la superficie delmármol de lo que yo estaba predicando, "SuCuerpo Glorioso", lo consideré un suceso bello ynotable.

La figura, de unos 45 centímetros de alto, estababien delineada en el jaspe del espléndido mármol detonos sepia, precisamente encima de la puerta del sa-grario. Tras examinarla atentamente, el doctor Nor-wood vio que la figura de Jesús, vestida de blanco,

( The New York Times, 24 de febrero de 1932)

"...y mirada de loco"Un cultivador de té, P.T. Plunkett, publicó en 1936en el Illustrated London News el relato y las fotos deuna levitación que ocurrió en el sur de la India:

Eran aproximadamente las 12:30 y el sol estabaencima de nosotros, de modo que las sombras nointervinieron en la demostración... Allí cerca,esperando tranquilamente, estaba la persona que ibaa actuar, Subbayah Pullavar, con melena, bigotecaído y mirada de ion. Nos saludó a la maneraindia y estuvimos charlando un rato. Llevabapracticando esa rama del yoga casi veinte años(como antes otras generaciones de su familia), Lepedimos permiso para tomar fotografías y nos lodio de buen grado, disipando así cualquier duda deque todo ello fuera sólo una ilusión hipnótica.

La demostración dio comienzo cuando Pullavar ro-ció un círculo de agua en torno a una pequeña tiendade campaña, en la que después entró. Al cabo de unosminutos quitalon la tienda y apareció el yogui acosta-do horizontalmente en el aire, con la mano descan-sando levemente encima de un bastón forrado de te-la. Plunkett y sus amigos anduvieron a su alrededory pasaron las manos por debajo de él. Aparte del bas-tón, "aquel hombre no tenía ningún apoyo".

Unos cuatro minutos más tarde volvieron a ponerla tienda en torno al yogui, pero como la tela era muyfina, Plunkett vio el descenso de Pullavar:

Al cabo de aproximadamente un minuto parecióbalancearse y después, muy despacio, empezó adescender, todavía en posición horizontal. Tardóunos cinco minutos en llegar desde lo alto delbastón hasta el suelo, una distancia de casi unmetro... Cuando Subbayah estuvo de nuevo en elsuelo, sus ayudantes nos lo trajeron... ypreguntaron si queríamos probar o doblar susmiembros. Aun con ayuda fuimos incapaces dehacerlo.

Unos minutos de masaje y agua fría devolvieron alyogui la conciencia normal, con lo que la demostra-

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La más legendaria de las proezas de levitaciónatribuidas a los magos indios es el truco de lacuerda: arrojan al aire una cuerda que supues-tamente permanece allí, lo bastante rígida parapoder trepar por ella. Pero parece tratarse de uningenioso truco: se dice que la cuerda queda en-ganchada y colgando de un cordón oculto. Estafoto, que supuestamente muestra el truco, fuetornada en la India por un inglés hacia 1930.

ción se dio por terminada. Plunkett y sus acompañan-tes quedaron convencidos de que en lo que habían vistono había el menor truco. (Francis Hitching, TheMysterious World: An Atlas of the Unex-plainecl, págs.104-06)

Lágrimas por HiroshimaEntre los objetos de arte coleccionados por Allen De-metrius, un hombre de negocios de Pittsburgh(E.U.A.), estaba el busto en bronce de una muchachajaponesa, que descansaba sobre un pedestal de piedra

en la sala de su casa. La noche del 6 de agosto (he1945, el día en que fue lanzada la bomba ardes so-bre Hiroshima, Demetrius miró por casualidadla estatua y vio lágrimas en sus ojos. "Las lágiszosrodaban por sus mejillas. Yo estaba asombradoLpuedo explicar cómo sucedió", dijo más tarde a ToaLewis, de la Pittsburgh Press.

En 1969, Demetrius regaló el busto a su hija, Ananahelle Sollon, que vivía en Canonsburg (Pennsylvz-nia). Un día, mientras limpiaba la casa, la señora So-llon notó unas líneas verdes que seguían el curso delas lágrimas en el rostro de la doncella de bronce. Selo contó a su padre, y al examinar la figura en su si-guiente visita -, Demetrius llegó a la conclusión de queesas marcas eran causadas por una reacción químicaa las lágrimas.

La señora Sollon devolvió más tarde la llorosa es-tatua a su padre, quien propuso que fuese exhibidaen las Naciones Unidas como "advertencia contra laguerra". (Pittsburgh Press, 18 de marzo de 1979; 26de febrero de 1980)

Una madonna invaluableCuando Antonietta y Angelo lannuso, de Siracusa(Italia), se casaron en la primavera de 1953, uno desus regalos de boda fue una pequeña imagen de la Ma-donna. El hecho de que no fuese una obra de arte —lashacían de yeso, en serie, en una fábrica de Sicilia yse vendían muy baratas— le importaba muy poco ala recién casada de veinte años. Sin importar su as-pecto, la Madonna merecía siempre ser venerada.

No mucho después de su boda, Antonietta quedóembarazada y empezó a padecer terribles dolores decabeza con pérdida temporal de la vista. El 29 de agos-to, durante uno de esos ataques, Antonietta miró ha-cia la Madonna: su cara estaba llena de lágrimas.

"Era increíble. Por un momento pensé que estabayo loca. Lloraba como una niña. Después empecé agritar 'La Madonnina piange!' " [¡ La Virgencita es-tá llorando!]. Pensando que el dolor había vuelto his-térica a Antonietta, su madre y su cuñada trataron decalmarla, hasta que también ellas vieron las lágrimas.Poco después de que empezase el llanto, los ataquesde Antonietta cesaron.

Durante cuatro días pasaron por la casa de los Ian-nuso verdaderas multitudes. Uno de los visitantes des-colgó la imagen para examinarla de cerca. Detrás, lapared estaba seca. "Desatornillé la estatua de su ba-se", dijo, "y la sequé completamente. En seguida em-pezaron a aparecer dos lágrimas como perlas en losojos de la Madonna."

Incluso cuando la Madonna fue llevada a la dele-gación de la policía, el llanto continuó, en cantidadsuficiente para mojar el uniforme del agente que laportaba. El análisis químico demostró que las lágri-mas eran semejantes a las humanas; pero bastaba quealguien que sufría de un mal en apariencia incurablefuese simplemente rozado con un trozo de tela empa-pado en las lágrimas para que pudiese curarse: un

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Este busto de bronce, demás de cien años, al pare-cer derramó lágrimas el díaen que fue arrojada labomba atómica sobre Hi-roshima. Su propietario,Alíen Demetrius, no habíanotado nunca nada anor-mal en la escultura. En1969 se descubrieron surcosde lágrimas en sus mejillas.

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La Madonna de yeso que colgaba sobre la cama deAntonietta Iannuso durante su enfermedad llorabacuando ella sufría. Aquí su madre limpia las lágrimasde la Madonna.

hombre de 49 años que tenía el brazo izquierdo impe-dido recuperó su uso, y una muda de 18 empezó ahablar.

Al mes de empezar las lágrimas, la pequeña Virgenfue llevada, a la cabeza de una procesión de 30 000personas, a una nave del ferrocarril, y allí entroniza-da dentro de una urna de cristal. En cinco años, milesde peregrinos habían visitado ese santuario, entre ellos72 obispos y arzobispos y tres cardenales. Un sueloalfombrado de muletas abandonadas testimoniaba elnúmero de lisiados curados. (Information, 74:7-8, oc-tubre de 1960; Time, 6 de enero de 1958, pág. 50)

El llanto del iconoPagona Catsounis, mujer muy devota, tenía 22 añosy vivía con su marido, Pagionitis, en un ático de 's-tand Park (Nueva York). Todas las noches decía susoraciones ante una reproducción en color —de 15 por20 centímetros— de un icono de la Santísima Virgen.

La noche del 16 de marzo de 1960, Pagona Catsounisse asustó, pues mientras decía sus oraciones, la Vir-gen empezó a llorar, y ahora el cuadro estaba húmedode sus lágrimas.

Pagona llamó a su marido, y Pagionitis Catsounisvio también las lágrimas.

Cuando George Papadeas, párroco de la iglesia or-todoxa rusa de St. Paul, en Hempstead (Nueva York),respondió esa noche al teléfono y escuchó la peticiónde ayuda y consejo de aquellos dos miembros de sucongregación, sintió a la vez preocupación por ellosy por el posible fraude.

—Cuando llegué —contaba—, una lágrima se esta-ba secando bajo el ojo izquierdo. Después, a punto

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de terminar las oraciones, vi cómo brotaba otra. Em-pezó como un pequeño glóbulo de humedad en la co-misura del ojo izquierdo, y lentamente resbaló por sucara.

Para George Papadeas, lo que acababa de ver eraun milagro.

Durante la semana siguiente invadieron el hogar delos Catsounis 4 000 personas y reporteros de todos losperiódicos de Nueva York. La Virgen continuó derra-mando copiosas lágrimas durante toda la semana. Pa-ra el joven matrimonio, cuyo pequeño apartamentoestaba ahora constantemente invadido, la vida se hi-zo insoportable.

El 23 de marzo el icono fue llevado a St. Paul parasu custodia y para poder aliviar a los Catsounis de tantapublicidad. Aunque para entonces ya había cesado elllanto, a diario acudían 3 500 personas a St. Paul pararezar ante la Virgen milagrosa, cuya imagen había si-do entronizada en el altar con autorización del arzo-bispo Iakovos, cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa entoda América. (Information, 74:2-7, octubre de 1960)

Un crucifijo sangranteEn 1968, en una iglesia de Porto Alegre (Brasil), ungran crucifijo de madera de unos 300 años de antigüe-dad empezó de pronto a rezumar una sustancia roja,como si estuviese sangrando. Examinada, la sustan-cia resultó ser, efectivamente, sangre.

La aparición de sangre o lágrimas en los símbolosreligiosos es un fenómeno atestiguado desde época re-mota, y, no obstante el moderno equipo hoy disponiblepara investigarlos, muchos de esos sucesos milagro-sos no pueden ser ni refutados ni explicados: siguenperteneciendo todavía al reino del misterio. (The Unex-plained: Mysteries of Mind Space and Time, VoI. 4No. 42)

En la iglesia brasileña donde sangraba este crucifijode madera se dice que tuvieron lugar muchas curacio-nes. Éstas se relacionan a menudo con objetos que ma-nifiestan propiedades milagrosas.

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de EXORCISM: FACT NOT F1CTIO0. ed. MazSin Ebon. D.R. © 1974; extractos de TsPOLTERGEIST por William G. Rol D.R._ e1972 por William G. Roll. Reimpr. peracuerdo con New American Library. TheNew York Times. Extractos de 17w NewYork Times de 30/6/76, 5/1180 y 10/4 , 21_D.R. C) 1976/80/81 por The New York Ti-mes Company. Reimpr. con atnoriz_ Oi-ford University Press. Extractos de Sos,-1-NEY FROM OBSCURITY, WILFRED OrwEs,„1893-1918 por Harold Owen. Reimpr. aan.autoriz. de Oxford University Press.Prentice-Hall, Inc. Extractos de Ma -s-rE-RIES OF TIME AND SPACE por Brad Steiger.D.R. © por Brad Steiger. Reimpr. oonautoriz. de Prentice-Hall, Inc. D. Scon Ra-ga. Extractos de THE POLTERGEIST EXE-RIENCE por D. Scott Rogo (Nueva York,Penguin, 1979), reitnpr. con autoriz. delautor. St. Martin's Press, Inc. Extractos deTHE SIRIUS MYSTERr por Robert Temple,D.R. O 1976 por Robert Kyle GrenvilleTemple. Reimpr. con autoriz. de St- Mar-tin's Press, Inc. Search Press Ltd. /Timm& Oates Ltd. Extractos de BEAURAING ANDOTHER APPARIT/ONS por Herbert Thurs-ton. Reimpr. con autoriz. de Search PresaLtd./Burns & Oates Ltd. Simon & Schus-ter. Extractos de AMONG THE MISSING porJay Robert Nash. D.R. © 1978. Reimpr.con autoriz. de Simon & Schuster, Div'siónde la Gulf & Western Corporation. SI-TU/Pursuit. Extractos de Pursuit, 2c. n-im.1981. Reimpr. con autoriz. de SITL: 'Par-suit. Neville Spearman Limited. Extractosde THE Ftywic SAUCES STORY por BrinslerfLe Poer Trench. Reimpr. con autoriz_ deNeville Spearrnan Limited, Sphere Books...Ltd. Extractos de VOODOG IN HArci parAlfred Métraux, trad. Hugo Charteris.Reimpr. con autoriz. de Sphere Books, Ltd_Lyle Stuart, Inc. Extractos de ENCYCLO.PAEDIA OF PROPHECY por Omar V. Ciará-son. D.R. C) 1978 por Citadel Press; ex-tractos de FLYING SAUCERSON THE ATTACKpor Harold T. Wilkins. D.R. 1 1954 porCitadel Press; extractos de STRANGEWORLD por Frank Edwards. Publ. gol -

acuerdo con Lyle Stuart, Inc. TaplingerPa-blishing Co., Inc. Extractos de STRANGESTORIES PE UFOS por Len Ortzen. D.R.1977 por Len Ortzen. Reimpr. con auto-riz. de Taplinger Publishing Co., Inc. 77la-mes & Hudson Ltd. Extractos de F-tEN0-MENA: A BOOK OF WONDERS por John Mi-chel' y Robert J.M. Richard. Thames &Hudson Ltd. Warner Books. Extractos deRIPLEY'S BELIEVE IT OR NOT! Reimpr. conautoriz. de Warner Books.

Créditos de las ilustracionesLos Editores agradecen la colaboración de las siguien-tes personas y organizaciones en la localización de lasilustraciones: Colin y Janet Bord; Hilary Evans; Wi-de World Photos; UPI; MacDonald and Company,

Ltd.; Jean-Loup Charmet; Culver Pictures; BishopMuseum; Jack L. Walper; Simone D. Gossner; NA-SA; Yugoslav Press and Cultural Center; The Ameri-can Museum of Natural History.

LA ETERNA BÚSQUEDA DE RES-PUESTAS 2-3 Wide World Photos. MÁSALLÁ DEL MURO DEL TIEMPO 11 Ali-nari/Editorial Photocolor Archives. 13 TheMansell Collection. 14 Jean-Loup Char-met. 16 BBC Hulton Picture Library. 18

arr. izq. The Mansell Collection; ab., izq.a der. Mary Evans Picture Library; CulverPictures; Jean-Loup Charmet. 20 MaryEvans Picture Library. 22 Culver Pictu-res. 23 Mary Evans Picture Library. 24 TheBettmann Archive. 26 Colección de E.L.

Dieckmann. 27 Wide World Photos. 28 arr.BPCC/Aldus Archive; ab. The BettmannArchive. 30 Chicago Tribune Photos, usa-da con autoriz. 32 arr. Michael Laugh-lin/Sygma; ab. Wide World Photos. 33UPI. 35 Bibl. Pública de Nueva York.

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Page 309: Readers Digest - Inverosimil Fenomenos Inexplicables

Archive. 119 Jean-Loup Charmet. 121Mary Evans Picture Library. 122BPCC/Aldus Archive. 123 W.G. Lu-

Science and Technology Research Center.36 izq. Jack L. Waiper; der. Cecil Doug-herry. 37 arr. U.S. Army Photo; ab. MarcCohen basado en material facilitado porU.S. Army Whire Sands Missile Range. 38De Mysteries of Time and Space por BradSteiger, Dell Books. 39 izq. Bibl. Públicade Nueva York, Science and TechnologyResearch Center; arr. Nature. 40 Foto deIvan P. Goodman, cortesía del Dr. Geor-ge W. Gill, profesor adjunto de antropo-logía, Universidad de Wyoming. 41 RuthTipton/Humboldt Museum. 44 BBC Hul-ton Picture Library. 46 izq. De World Be-Jora Our Own por Brad Steiger, Berkley-Putnarn Publishing Corporation; der.Flash's Studio, Red Lodge, Montana. 47De Mysterie.s of Time and Space por BradSteiger, Del! Books. 49 arr. Reprod. porcortesía de Srpska Knjizevna Zadruga, Bel-grado; ab. Jack Fields/Photo Researchers.50 de arriba abajo: Jason Laure/WoodfinCamp & Associates; Repr. de The WorldAtlas of Mysteries por Francis Hitching,publ. por Pan Books Ltd., Londres; IrvingW. LindenblacI/U.S. Naval Observatory.53 Michael Holford Photographs'. 54 Staa-tliche Museen su Berlin. 55 ambas RobertV. Gentry, Columbia Union College, Ta-koma Park, Maryland. 57 izq. Jean-LoupCharmet; arr, der. The Granger Collection,Nueva York; ab. der. Independence Nado-nal Historical Park Collection. 58 izq. Cul-ver Pictures; der. The Bettmann Archive.59 Jean-Loup Charmet. 60 Culver Pictu-res. 61 Mary Evans Picture Library. 63 TheAllen G. Falby Collection of the SpecialCollections Department, Bibl. de la Uni-versidad de Texas en El Paso. 64 UPI. 65izq. The Meserve Collection; der. Pho-tri/Cortesía del Bureau of Engraving andPrinting. 66 David Page. 67 izq. RichardHarrington/Photo Trends; der. The Was-hington Post. 68 arr. Ira Berger; ab. Jean-Loup Charmet. 69 izq. The Bettmann Ar-chive; der. The Granger Collection, Nue-va York. 70 izq. Repr. por cortesía del Mu-seo Británico; ab. The Bettmann Archive.71 izq. Culver Pictures; der. The BettmannArchive. 72 Bibl. Pública de Nueva York,Picture Collection. 73 ambas Repr. conautoriz. de The New Yorker, como apare-ció en la revista. 74 izq. John Frost Histo-rical Newspaper Service; arr. der. UPI; ab.der. Syndication International/PhoteTrends. 75 Pictorial Parade. 77 izq. TheGranger Collection, Nueva York; der.Mark Gerson/Photo Trends. DESTINOSMISTERIOSOS 79 Alinari /Editorial Pho-tocolor Archives. 81 Jean-Loup Charmet.83 Mary Evans Picture Library'. 86 Repr.con autoriz. de Great Brimsby BoroughCouncil (W.E.R. Hallgarth Collection,Welholme Gaileries). 88 Mary Evans Pic-ture Library. 89 todas Culver Pictures. 93Ray Skibinski. 95 René Magritte "La Re-connaissance Infinie" © por ADAGP, Pa-rís 1983. 96 Wide World Photos. 98 AclarasState College. 100 izq. Howard Burgess;der. Dan McCoy/Rainbow. 101 Frank Fis-her/Liaison. 103 .Archiv für Kunst und Ges-chichte, Berlín. 105 UPI. 108 Axel Poig-nant. 111 arr. UPI; las demás CharlesMoore/Black Star. 113 Vincent Eckers-ley/Skyline Features. 115 izq. BPCC/Al-dus Archive; ab. BBC Hulton Picture Li-brary. 117 arr. BBC Hulton Picture Li-brary; ab. BPCC/Aldus Archive, cortesía

del Vizconde Bledisloe. 118 The Bettmann

cas/Hebridean Press Service, Stornoway.124 ambas Culver Pictures. 125 izq. Cul-ver Pictures; ab. Wide World Photos. 127ambas UPI. 129 arr. The Bettmann Archi-ve; las demás Wide World Photos. 130 izq.The Granger Collection, Nueva York; der.Wide World Photos. 131 George Buctel.132 ambas Wide World Photos. 133 WideWorld Photos. 134 ab. der. Repr. de TheInvestigator, junio de 1981, publ. por elFBI; las demás Wide World Photos. 135arr. der. Photo Trends; las demás UPI.MONSTRUOS Y ESPECTROS 137 Alina-ri/Editorial Photocolor Archives. 139 TheMansell Collection. 140 arr. Mary EvansPicture Library; ab. Jean-Loup Charmet.142 René Dahinden/Fortean Picture Li-brary. 143 izq. Tiro Dinsdale/UPITN FilmLibrary, Londres; arr. Wide World Pho-tos. 144 Ilustr. de Melanie Arwin; foto in-tercalada, cortesía de Central Press/Picto-rial Parade. 146 izq. Newsport Daily Inde-pendent; der. Photographers Internado-nal/Pictorial Parade. 147 ambas Academyof Applied Science/Photo Trends. 148 arr.izq. Wide World Photos; ab. izq. Acadernyof Applied Science/Photo Trends; arr. yab, centro London Daily Express/PictorialParade; arr. der. P.A. MacNab/PhotoTrends; ab. der. Anthony Shiels/ForteanPicture Library. 149 Wide World P hotos.150 Sandra Mansi/Liaison. 151 Ilustr. deWilcock Riley Graphic Art para Weiden-feld & Nicolson, Londres. 152 Portean Pic-ture Library. 153 Miriam Schottland. 155René Dahinden/Fortean Picture Library.156 ajobas René Dahinden/Fortean PictureLibrary. 158 arr. BBC Hulton Picture Li-brary; ab. UPI. 160 arr. Wide World Pho-tos; las demás Photo Patterson/Gimlin1968 René Dahinden/Fortean Picture Li-brary. 162 © por The New York TimesCompany', reprod. con autoriz. 163 J.S.Whyte. 165 Fortean Picture Library. 167Frances Pellegrini. 168 BBC Hulton Pic-ture Library. 170 izq. a der.: Ilustr. deCharles G. Harper de Haunted Houses porCharles G. Harper, publ. por J.B. Lippin-cott Company, y luego por Tower Books,1971; BBC Hulton Picture Library; JohnH. Cutten Associates. 171 Mary Evans Pic-ture Library. 172 Mary Evans Picture Li-brary. 173 Culver Pictures; arr. Publ.con autoriz. de la revista Fate. 174 Corte-sía de Jessica Strong. 175 Mary Evans Pic-ture Library/Society for Psychicat Re-search. 178 Richard Winer, autor, Haun-ted Houses, Bantam Books, 1979. CIELOSINQUIETOS 183 Scala/Editorial Photoco-lor Archives. 185 Mary Evans Picture Li-brary. 186 arr. Mary Evans Picture Li-brary; ab. Alinari/The Mansell Collection.187 Culver Pictures. 188 Wide World Pho-tos. 190 Mary Evans Picture Library. 194BPCC/Aldus Archive. 195 E.R. Deggin-ger/Bruce Coleman Inc. 199 Marc Cohen.201 The Mansell Collection. 203 WilliamH. Amos/Bruce Coleman Inc. 204 TheCincinnati Enquirer. 205 Vester Dick Pho-tography, Santa Cruz, California. 206 Conautoriz. de INFO (International ForteanOrganization), College Park, Maryland.207 ICUFON. 208 Jean-Loup Charmet.210 Mary Evans Picture Library. 211 ©

1982 Peter Anzelo Simon. 212 izq. ChrlsPass/ BPCC/Aldus Archive; arr. ICU-FON. 213 izq. Cortesía de la Bibl. Públicade San Francisco; der. Wide World Pho-tos, 214 \Vide World Photos. 215 Man-

Evans Picture Library. 217 Wide WorldPhotos. 218 arr, Popperfoto; ab. ChrisFoss/ © BPCC/ALdus Archive. 219 arr.ICUFON; ab. Wide World Photos. 221 dearr. ab. der. UPI; Popperfoto; Portean Pic-ture Library; Editions du G.E.O.S./MaryEvans Picture Library. 222 UPE 223 arr.U.S. Air Force Photo; ab. Wide WorldPhotos. 224 Mutual UPO Network, Inc.225 ab. izq. Wide World Photos; der. Edi-tions du G.E.O.S./Mary Evans Picture Li-brary; las demás Global Communications.226 © 1966 James H. Karales. 228 ambasWide World Photos. 229 U P1 . 230 arr. Por-tean Picture Library; ab. Mutual UFOvvork, Inc. 231 Portean Picture Library. 232ab. izq. Portean Picture Library; ab. der.Mary Evans Picture Library; las demás Phi-lip DaIy. 234 arr. Flying Saucer Review ofWest Mailing, Maidstone, Kent, Inglaterra;ab. Mary Evans Picture Library. 237 izq.NASA; der. Mary Evans Picture Library.238 Culver Pictures. 239 Culver Pictures.240 Mary Evans Picture Library. 241 izq.Cortesía del American Museum of Natu-ral History: las demás Cortesía de SimoneD. Gossner/Photos por R. Taylor States.242 ambas Jean-Loup Charmet. 243 arr.Zig Leszcynzki/Anirnals; ab. Fortean Pic-ture Library. 245 M.P.L. Fogden/BruceColeman Inc. 246-247 notas periodísticas© 1977-78 por The New York Times Com-pany, reprod. con autoriz, 247 ab. Corte-sía de la Bibl. Pública de Nueva York. 248Lowell Observatory Photograph. 249 izq.UPI; las demás Mary Evans Picture Li-brary. 251 arr. izq. Ann Ronan Picture Li-brary; ab. izq. Peter G. Sánchez; ab. der.Cortesía del American Museum of Natu-ral History. 252 Science Museum, Londres.253 ambas NASA. 254 Cortesía del Ame-rican Museum of Natural History. 255 Da-vid Baumhefner/National Center for At-mospheric Research/National ScienceFoundation. 257 National Park ServicePhoto. EN EL REINO DE LOS MILA-GROS 259 Alinari/Editorial PhotocolorArchives. 261 Jean-Loup Charmet. 262Roger-Violet. 263 The Bettmann Archive.265 Miriam Schottland. 269 ambas BishopMuseum. 270 arr. The Clarion-Ledgei.Jackson, Mississippi; ambas The Mississip-pi Department of Archives and History.272 Culver Pictures. 275 John W. Leh-mann. 276 UPI, 277 Pictorial Parade. 279Manchete/Pictorial Parade. 280 Manche-te/Pictorial Parade. 283 Culver Pictures .284 The Mantel] Collection. 287 MaryEvans Picture Library. 292 Jean-LourCharmet, 294 Mary Evans Picture Libra.297 arr. Mary Evans Picture Library - : ab.National Archives. 300 Jean-Loup Char-met. 301 National Catholic News Servirre303 UPI. 304 BBC Hulton Picture Library.305 izq. Mary Evans Picture Library; der.Marlene Karas/Pittsburg Press Photo. 306arr. Wide World Photos; ab. Manche-te/Pictorial Parade.

Los Editores han tratado de ponerse encontacto con los poseedores de los derechosde cada ilustración, pero en muchos casosno se pudo localizar la fuente.

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