Primer Capítulo de “Violeta se fue a los cielos” «

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Primer Capitulo de "Violeta se fue a los clelos"

mayo 12, 2008

D om ingo cinco de febrero de mil novecientos sesenta y siete. 14 horas. L a detonaci6n debe haberse escucha

desde 1ejos. 0 tal vez no. La pistola era de bajo calibre. D rastico fin de todos sus torm entos. D rastico, C om o

gustaban las cosas a ella.

A traves de ese pequefio orificio se le fu e la vida. Y con ella, los pajaros azules y rojos, dijo A tahua]pa, mi v

m aestro; ya no 1e c abian en el ahna. Por ese pequefio orificio entr6 a la historia. C om o siem pre, el consab i

cuento de q ue los artistas deb en m orir para ser p1enam ente recon ocidos.

Los vecinos preparaban el asado del dom ingo y segura tenian dos 0 tres a pe ritiv os e n e l cu erp o.

T al v ez e l e stampid o, 0 como deca su herm ano m ayor, el p istoletazo, debe haber sonado com o una puerta

se cierra con vio1encia. Prefiero la palabra estam pido. A quel sonido que coincidi6 con el entrechocar de

copas, no se oy6, felizm ente para ellos; estaban de fiesta, un cum pleafios, la graduaci6n del h ijo , el intercam

de anillo s de la h ija m ayor.

Nom e gusta la paJabra pistoletazo, la palabra estam pido m e hace pensar en llanuras repletas de cabal

desbocados.

L ibertad total en el espacio, sin restricciones. A si m e im agino el suicidio , el acto m ism o. Behar a galopar tod

los caballos frenados, reten idos, m aneados. Potreros plenos de alfalfa verde, cascos enterrandose en el ba

blando por la hum edad del rocio , en galope desenfrenado. Caballos aJados que, ahora, flotando se llevan

preciosa carga para perderse entre las nubes. M ientras aqui, en la tierra y su vulgaridad, un hilo de sangre co

desde la sien de mi m adre hasta tocar el piso, el piso de tierra. De esta tierra que tanto am 6 y defendi6 con

canto y su guitarra. Obstinada y resuelta, hoy fim diendose en ella, por los sig los de los siglos. Realizando

m i1agro tan esperado. T ierra y sangre. M adre T ierra. H ennanas de sangre juntas, por fin. H agase su vohmtad .

As i 10d ecid io mimadre .

Y o no escuche el estam pido. A m as de doscientos kil6m etros, no intui, no presenti N ingun aviso magico , N a

L a m agia no existe.

U n am igo 1 0 escuch6 en la radio , en el noticiero de las tres de la tarde. C on carifio y firm eza dijo: ''tu madre

suicid6". A pesar del inten so calor veraniego , senti frio.

T engo veintitres afio s, un hijo p equ efiito , u na m ujer tiem a y segu ra. P artim os de inm ed iato a S antiago. T res ho

despues llegam os a la "carp a d e la reina". L agrim as interrnitentes, dos sentim ien tos. A legria p or su liberaci

tristeza por su ausencia que pense definitiva. E rror, desde ese dia, su presencia no ha dejado de acom pafiarm e

C ientos de an6nimas personas, luego serian m iles, com enzaban a rodear la carpa. F ragancias diferen

em anaban de los ram os de flores. Colores y form as distintos, segim la personas. M e detuve por un m om ento

un ram o de clavelinas, quise pedirselo a esa m uchacha para ser yo quien se 1 0 lle va ra . F lo res silv estres . C o

ella d ecia, sin buscar la bel1 eza, sim p1em en te el gesto. L as m ism as fIores que habia m en cionado por sus nom b

en la tonada ''La jardinera".

Para mi t ri st eza v io1et a azul

C la ve lin a r oja p a' mipasi6n

Y para saber si m e correspondes

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Desho jo u n b 1a nc o manz an ill6 n

Si m e quieres nrucho poquito nada

T ran qu ilo q ued a m i c oraz 6n

Carm en Luisa, m i hennana m enor, de quince afios por esos dias, vivia con ella en 1a c arpa. M i hennana Isabe

yo ya estabam os enrie1ados, en nuestros propios cam inos, ella con su vida y yo en 1 0 mo. Empezando a juga

ser aduho s.

Poco tiem po antes de tom ar esta decisi6n definitiva, m i m adre term inaba su re1aci6n arnorosa con G ilbert Fav

''El gringo". ''Run run se fiie pal' norte". i,CuAl norte? El que el andaba buscando, un norte que le pertenecie

solo a el

Quien puede m ejor que ella, m i m adre, dar cuenta, a quien le interese - se que hay m achos - desentrafiar e

ruptura, solo ella. Explicandose a si m ism a 1as razones de tal separaci6n Por eso escribia, para desenredar

m adejas del ahna, creo oir1a. D onde tanto arnor existi6, hoy solo vacio y deso1aci6n

''R un run se fiie p al' n orte ", 1 0 dice todo. N o hay m isterios, ahi esta 1a profim da verdad.

E n un carro de olvido, antes del ac1arar,

de una estaci6n del tiem po decidido a rodar

Run Run se fu e pa'lnorte, no se cuando vendravendra para el cm npleafios de nuestra soledad.

A los tres dias carta con letras de coral,

m e dice que su viaje se a1arga m as y m as,

se va de Antofagasta sin dar una sefial

y cuenta una aventura que paso a deletrear.

Ay, ay, ay, de mf.

A I m edio de un gentio que tuvo que afrontar

un trasbordo por cu1pa del Ultimo huracan,

en un puente quebrado cerca de V allenar,

con un cruz al hom bro Run Run debi6 cruzar.

R un R un sig ui6 su via je, lleg 6 al tamaru gal

sentado en una piedra, se puso a divagar,

que si , que esto, que 1 0 otro, que nunca, que adem as,

que 1a vida es m entira, que 1a rrruerte es verdad.

Ay, ay, ay, de mf.

La cosa es que una alforja se puso a trajinar

sac6 papel y tinta y un recuerdo quizas

s in p en a nia legr ia , s in g lo ria nipiedad,s in rab ia niamargu ra, sin h iel nilibertad,

vacia com o el hueco del mmdo terrenal,

Run Run m and6 su carta por m andar1a no mas.

Run Run se fiie pa'l norte, yo me quede en el sur

al m edio hay un abism o sin mUsica niluz.

Ay, ay, ay, de mf.

E l caIendario afloja por 1as r uedas del tren

los nUmeros del afio por el filo del riel

m as vueltas dan los fierros, m as nubes en el m es,





mas larg os so n lo s rie1 es, m as ag rio es el d esp ues.

RlIDRlIDse fire pa'l norte que le vam os a bacer

asi es la vida entonces, espinas de Israel

amo r c ru cific ad o, c oro na d el d esd en ;

los cla vo s d el m artirio , el v in ag re y 1 ahiel

Ay, ay, ay de m i.

G ilb ert v ino n av eg and o desd e su p ais, S uiza, a d escu brir el con tin en te latin oam erican o. P in to r y carp in te ro, g e

y divertido, aprendiz de todo en la comedie suisse, en la ciudad de G inebra, trat6 de aprender a tocar

cIarin ete , sin resu had os p rob ato rio s, b uscav id as, cambia d e o ficios; am ante de l b ee-b op y d el b uen v in o.

B ienvenido entre las dam as. V ivi6 lID t iem po entre los gitanos de G ranada, buscando acercarse al t1am en

Ahna a ven ture ra, dec id e em barcarse b acia Am erica d el S ur, acom pa fian do a lID antro p6log o en u na e xp ed ic

al desierto de A tacam a. Expedici6n que abandon6 despues de algunos roces con el cientifico que la diri

R esu elve en to nces d escub rir el p ais p or cu en ta p ro pia.

A I l legar a Santiago pregunt6 por V io1eta, estaba infurmado de que ella era quien investigaba la mis

fulk:16rica,y nrucho m is, el alm a popular. Fue de esa m anera que lleg6 basta 1a c asa de rni m adre justo el dia

su cum pleafios. U n 4 de octubre. Y o 10 conduje a ese encuentro.

C e1ebraron intensam ente, querian conocerse, se integr6 de form a inm ediata. E ran dos seres que se andabbuscando. La am algam a resuh6 rapidito . Interesados en avanzar juntos, sin plazos ni fecbas. C inco afios p

d esc ub rir lIDmun do e xtra fio y fu sc in an te . E se fire el tiem po qu e dem or6 G ilb ert, en de sen trafia r lo s m isterios

le o frecia el n run do de V ioleta P arra.

Suave y tosco a 1a v ez, se notaba a la 1egua que habia estado demasiado tiempo solo. Dos solitarios que

encuentran necesitan tiem po para cam biar m odos y costum bres. D e alguna m anera pierden la libertad. Pasar

y o a l n oso tro s, le s sig nific 6 tiempo .

E lla, caracter apasionado, tiemo y explosivo. i,Dom inante? Sin duda. Afos amorosos y tonnentosos

d ib ujab an a cu atro m an os, en el ho rizo nte.

D espues de la separaci6n, fire B olivia la estaci6n de term ioo en el continente latinoam ericano. N ueva tierra

a co gid a p ara G ilb ert.

M i m adre n o 1 0 retu vo , al co ntrario, 1 0 estin ru l6 . L a relaci6 n estaba rm stia, fu tiga da,lo fire a v is ita r, convenc

de que no habria vueha atras. Lo conversam os sin lagrim as de su parte. Se encant6 con el pueblo boliviano.

U n par de intentos fallidos por reparar la fragil vasija del am or. R esuhado, constataci6n de 10 que ya sabia,

am ores nacen, viven y mueren, Sin em bargo, en estos viajes, no perdi6 el tiem po en querellas de desventurad

amores. Con sus nuevas canciones, impact6 a ese pueblo, ''G racias a la vida", ''Volver a los diecisiet

' 'Maldigo'', ''Rin del angelito", se oian en 1as radios. V erdadero contacto con el publico boliviano. Partida

decidida de devolver las costas y el m ar. A I conte star el telefono en la pefia ''N aira'' en lugar de decir: a16, s

oia ''mar p ara Bo liv ia ".

E n el m ercado de La Paz, en las hum ildes tiendas, su fotografla estuvo presente durante nrucho tiem po. V olviC hile con grupos de misica fulk:16ricaboliviana, que presentaba en la carpa de La R eina. ''E stos dos pueblos

n ec esita n", d ec ia , y lo s a bra zo s c ultu ra le s e lla lo s b ac ia re alid ad .

Para G ilbert era dem asiado tarde. Su fiiente am orosa se habia secado. U eg6 lID d ia com o regalo de cum pleaf

y fire el m as bienvenido de todos. Se fire quedando. Encontr6 en rni m adre todo 10 que 1e habia faltado ta

tiem po. U na m ujer fiierte, creativa, enam orada de su trabajo, libre com o el viento. U n pais a descubrir,

familia. N osot ros .

A I tercer dia de su presencia en casa, se acerc6 a mi, entre c6rnico y solenm e. ''T engo algo que decirte", dijo

su reciente castellano. M i m adre 1e explic6 que si el queria instaIarse con ella en casa, debia pedir1e al

hom bre de la casa, la m ano de la m adre.

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Lo hizo torpe y tiem am ente. A ccedi a su pedido , agradeciendole; su presencia m e abria espacios de libert

compli cidad compart ida .

En el pueblo donde term ino sus dias ''R oussin '', nos acordabarm s, reim os y llorarm s, brindando por 1 0 vivi

H asta su m uerte rnantuvim os una relacion d e am istad y carit'io .

Lo recuerdo en el afio sesenta y cinco, despues de aquella dolorosa y m aravillosa aventura, la exposicion de

m adre en el M useo del Louvre. D e regreso en C hile hicim os lID d isco de rm isica de inspiracion andina, "A n

Parra y el tocador afuerino". M i m am a le puso ese apodo. Ya se vishnnbraba 1a ruptura. A fuerino se les llam

1as p ersonas que no perten ecen allu gar.A I cabo de algunos afios de rodar y lidiar con los grupos m usicales en Europa, y la verdad bay que decir1a

explotaban, G ilbert decidio term inar con la rm isica y sus relacio nes altipJanicas. F atig ad o d e rnanera defin it

m e confio que destruyo una a una las quenas y tlautas andinas, las que dom inaba a la perfeccion,

D ecidido a no tocar nunca m as ese instnunento , se dedico a 1a observaci6n de 1as e strellas.

C orria el afio ochenta y siete cuando le propuse que m e acom pafiara en lID tem a al cual su instnnnento le ve

de perillas. M e costa m ncho convencerlo de rom per su decision de no volver a tom ar en sus rnanos una que

S i a ce pto , 1 0 hizo solo por caritio a nuestro pasado, a la am istad mantenida. Despues de nrucho tiem

trascurrido, a veinte afios de la nruerte de 1a mejer que lID dia habia am ado.

N os p ro yectab am os las historias viv idas, co mo una pelicula, en 1a c ual no sotro s no babiam os actuado.

M om entos m as buenos que m alos, Santiago, B uenos A ires, Paris, G inebra, la prim era exposicion de mi ma

en Argentina. Los bastidores de los cuadros, los bacia G ilbert. V ioleta avanzaba, p intaba lIDO tras o tro.

recordaba esos m em entos con n itidez y alegria; tam bien otros, con rabia, b orrosos.

B uscaba expresarse artisticam ente pero no sabia como. El trabajo con mi madre 1 0 b acia posp on

in de fin id ame nte su p ro pia b usq ue da ; e so 1 0 fiustrab a, p ero no era eg oista, aceptaba.

La carrara cinem atografica que le regale mi m adre fue a1go m uy im portan te para el, porque era lIDO de

cam in os que qu eria exp lorar, aun que jam as hiciera un a pelicu la.

La m as bella aventura que vivieron com o pareja fue conquistar el fuerte inexpugnable, el M useo del Louv

P lID tOcuhni nante p ar a V iol et a.

Rue M onsieur le Prince en Paris, L ' escale, "La Cande1aria", el num ero quince de 1a rue V ohaire en G inebSuiz a. P ar a m i, momentos de privilegio s, testigo inconsciente. D ejaba tran scurrir la vida, sin d arle im portanc

recibiendo 1 0 que se m e ofrecia. Juv en tud div ino tesoro. T anto com partid o sin sab erlo . B endita inocencia.

M iro bacia arras sin pasion , no m e corresponde. G ilbert con su etem o cigarrillo en los lab ios, apagado, en

casa de La Reina. En esa epoca ya tenia dificuhades resp iratorias. M i m adre le condenaba el cigarrito. Y

escondido, le pedia lIDO.

Llego con lID c1arinete y sus discos de G eorge B rassens y salio de las rnanos m agicas de mimadre co nvertid o

el prim er in terp rete de 1a q uena, de to dos los altiplan os.

G ilbert aprendio m acho con ella. A 10 hum ano y a 1 0 divino. C om o todos nosotros, el si1abario com pleto . S

ten iamo s q ue se r p ac ien te s y esc uc ha r, saba perfectamente 1 0 que queria sacar afuera de cada lIDOd e nosotro

Durante los afios que pasaron juntos, reciprocamente se entregaron amor y tem ura, celos y dolores. Co

todas 1as parejas, ni m as ni m enos. M i m adre, en su desmesura genial y brutal, queria todo al instante y,

todo, era nrucho esfuerzo, trabajo, disciplina. P ara personas vulgares y silvestres com o nosotros, im posible

p es ar d el empe fio .

V ioleta queria a su madre, a su pueblo , a sus herm anos, a sus hijos, a sus amores, en 1a m isma lucba, tod

juntos, U nir, jun tar fuerzas con el objeto de ganar batallas todos los santos dias. Fortalecer a los debiles p

pro tegerse de los ataques de los m as fuertes. Y las ganaba.

No debe baber sido facil para el G ringo. Para G ilbert fueron afios de forrracion, de escuela de crecim ie

como ser humano y, como todos los estudian tes, cuando se recibio , con el diploma en la mano, se fue.





comienw no 1 0 lucio en 1a o:ficina del ahna, con el tiem po se enorgulleci6. El resto de 1a h istoria les pertene

solo a enos.

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4 comentarios hacia "Primer Capitulo de "Violeta se fue a los cielos""

1 . natimolina escribi6

junio 20. 2008 a 3:46 am

T en ia tantas g anas de leerlo , ahora se rrru ltip licaro n.

saludos!Natalia

Responder

~~

2. ~ : ! \ 1omar oyarzun escribi6

noviembre 8. 2008 a 12:04 am

yo era lID nino cuando esto ocm ria,lejos de m i ciudad natal aqui en el sur pero,creo que, el "estam pido"s

sintio en todo el rmmdo.aun hoy, los ecos se escuchan :furte y c1aro pero, tam bien se escucha :fuerte y

c1aro,su obra y su legado,gracias por com partir tus recuerdos y sentim ientos.

Responder

3. ~ Mvrna escribiO

diciembre 5.2008 a 10:33 pm

a mis quince afios enpece a oir a violeta, es increible com o sus canciones m e llegaron al ahna,

por favor queridisim o hijo de V ioleta, m antenga 1am emoria historica, ella representa para m i 1a lucha de

pueblos de am erica 1atina, les adim iro y m i corazon siem pre existira esa m qier luchadora, y creo

:firm em ente que ustedes sus hijos 1a amaran por 1a e tem idad, gracias por ese prim er capitulo dellibro

tra ta re d e a dq uirirlo lu eg o, g ra cia s mil gracias, se que desde algun lugar nuestra violeta con sus gracias

v ida no s guiara por siem pre, cuidense nrucho les adm iro, no hay dia en que le doy gracias a 1a vida ....

Responder

1M4. ~ Jeanette Lizarraga escribi6

diciembre 16.2008 a 8:08 am

Sensible, honesto y vivido. G racias por com partirlo. Tu m adre debe estar orgullosa por tener lID h ijo ta

am oroso. Segui 1a vida de V ioleta desde sus lejanos dias en B olivia. Soy periodista y m uchas le dedique





send os p rog ram as co n su n ru sica y su historia. A hora siento un gran deseo de saber m as de ella desde

in tim id ad d e su h og ar. G ra cia s

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