PENSAR LA INDEPENDENCIA EN EL BICENTENARIO 1816 – 2016
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A 200 años de la Independencia
de las Provincias Unidas de Sud
América
OLIMPÍADA DE HISTORIA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
EDICIÓN 2016
PENSAR LA INDEPENDENCIA
EN EL BICENTENARIO
1816 – 2016
CUADERNILLO
PARA ALUMNOS
CATEGORIA
BICENTENARIO:
Muros con
Historia
OLIMPÍADA DE HISTORIA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
EDICIÓN 2016
PENSAR LA INDEPENDENCIA EN EL BICENTENARIO 1816 – 2016
CUADENILLO PARA ALUMNOS CATEGORIA BICENTENARIO: Muros con Historia
A 200 años de la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América
INDICE
1 – Presentación.
2 - Propuesta para la categoría Bicentenario de la Independencia 1816-2016: Muros con
Historia.
3 - La Independencia: un recorrido historiográfico.
4 - Hispanoamérica antes de la Independencia.
5 - Crisis del Orden Colonial, Revolución y Guerras de Independencia.
6- Claves y Conceptos para comprender los procesos de Independencia en el Rio de la Plata.
7- Primer Informe:
a. Actividades de Resolución Obligatoria.
b. Boceto del mural.
c. Fundamentación del mural.
8- Trabajo Final:
a. Foto digital e impresa del mural terminado (JPG).
b. Ficha técnica.
c. Registro audiovisual del proceso de producción del mural (DVD y link de Youtube).
1-Presentación
PRESENTACIÓN
Estimados/as alumnos y alumnas
Desde la Olimpíada de Historia de la República Argentina pensamos la conmemoración del
Bicentenario de la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica
como una oportunidad para acercarnos a nuevos temas, problemas e interpretaciones sobre el
proceso independentista, aportados por investigaciones de numerosos historiadores.
El Bicentenario se nos presenta así como un “mirador” desde el cual asomarnos a algunas de
esas nuevas producciones historiográficas que consideramos útiles también para repensar la
enseñanza-aprendizaje de estos temas desde los primeros años de nuestra escolarización.
Poder reconocer cómo nos han llegado a través de manuales, revistas infantiles, programas
televisivos, actos escolares, podrá ayudarnos a reflexionar sobre nuestras propias ideas acerca
de los hechos que conmemoramos y plantearnos preguntas, incluso sobre expresiones de uso
corriente.
- ¿Qué celebramos a 200 años de mayo de 1810 y julio de 1816?
- ¿Se trata del nacimiento de nuestra nación?
- ¿Fue en nombre de la patria o del pueblo que se hicieron la revolución de mayo y las
guerras de la independencia?
- ¿Fue una revolución?
- Lo que pensamos nosotros ¿es lo que pensaban los contemporáneos, es decir los
actores de la época?
- ¿Cómo hemos construido las ideas, conocimientos, interpretaciones que al día de hoy
tenemos sobre esa época de la historia?
Seguramente habrá muchas otras preguntas. Si ellas y los materiales que proponemos, invitan
a lecturas y debates, y a partir del conocimiento que construyamos, somos capaces de
producir murales que expresen lo aprendido, habremos logrado concretar una de las tantas
posibles formas de conmemorar este Bicentenario.
Conocer, reflexionar, argumentar sobre el pasado, tendiendo al menos algunas líneas para
pensar el presente, en un ejercicio de ida y vuelta entre ambos, es el objetivo central de la
investigación y de la enseñanza-aprendizaje de la Historia, objetivo al que pretendemos
aportar.
Esperamos que dicho aporte se visualice en las producciones escritas y en los murales que
creen los equipos de alumnos, orientados por sus profesores tutores.
Les deseamos un aprendizaje fructífero y gozoso a ambos.
Equipo Olimpíada
2- Propuesta para la categoría
Bicentenario de la Independencia
1816-2016:
“Muros con Historia”
PROPUESTA PARA LA CATEGORIA BICENTENARIO 1816 - 2016: Muros con Historia
A 200 años de la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América
¿Qué es la Categoría Bicentenario?
Es una categoría que estará vigente durante la edición 2016 de la Olimpíada de Historia de la
República Argentina como forma de reflexionar sobre el bicentenario de la Declaración de la
Independencia de las Provincias Unidad de Sud América.
En esta categoría les proponemos producir un MURAL que exprese creativamente los
aprendizajes construidos a partir de la lectura y análisis del cuadernillo para alumnos “PENSAR
LA INDEPENDENCIA EN EL BICENTENARIO 1816-2016“, así como los significados que le otorgan
a la independencia, hoy.
Además, deberán realizar un registro audiovisual de la experiencia. Para ello, les solicitamos
filmar el proceso de realización del mural, desde los debates acerca de su diseño hasta la
finalización del mismo.
¿Quiénes participan?
Alumnos regulares de escuelas secundarias, secundarias técnicas, secundarias para adultos,
secundarias para adultos en contexto de encierro, de establecimientos educativos de la
República Argentina -participen o no en las otras Categorías de la Olimpíada-.
Para participar en esta Categoría deben formar equipos de hasta tres responsables, pudiendo
contar con un número indeterminado de colaboradores, que deberán ser alumnos del
establecimiento. Podrán inscribirse hasta dos equipos por institución.
Además del profesor de Historia pueden solicitar el asesoramiento del docente de Educación
Artística – Plástica.
Es importante que tengan en cuenta las fechas estipuladas en el cronograma, detallado al final, para: inscribirse a través de la página Web de la Olimpíada de Historia, enviar el primer informe, enviar el trabajo final.
El comité evaluador de la Olimpíada de Historia seleccionará cinco murales para participar en
la Instancia Nacional 2016. La Olimpíada cubrirá pasajes y estadía a los tres alumnos
responsables y al docente tutor de cada equipo seleccionado.
¿Qué actividades tienen que realizar para participar?
1. Inscribirse en la Categoría Bicentenario, según la fecha estipulada en el cronograma. 2. Estudiar el material contenido en el cuadernillo para alumnos “Pensar la Independencia en el Bicentenario 1816 -2016”. 3. Enviar por correo postal (Universidad Nacional del Litoral - Facultad de Humanidades y Ciencias.
Ciudad Universitaria - Paraje El Pozo. 3000 Santa Fe), según cronograma, el Primer Informe que consiste en: a) La resolución escrita de las actividades obligatorias del cuadernillo; b) El boceto del mural (hoja a4) y una fundamentación del mismo.
4. Enviar por correo postal y por correo electrónico ([email protected] , asunto:
Categoría Bicentenario), según cronograma, el Trabajo final que consiste en: a) Una foto digital del mural terminado; b) La ficha técnica; c) El registro audiovisual del proceso de elaboración del mural. (El link de Youtube y una copia en DVD en el envío postal). CRONOGRAMA Categoría Bicentenario de la Independencia 1816-2016: Nivel secundario, secundario para adultos y secundario para adultos en contextos de encierro. - 21 de marzo al 27 de abril: inscripción vía web. Materiales didácticos y propuesta pedagógica: Disponibles en la página web de la Olimpíada desde el inicio de la inscripción. -22 de junio: envío del Primer Trabajo, según propuesta pedagógica, correspondientes a esta Categoría. - 25 de agosto: envío del Trabajos Final, según propuesta pedagógica, correspondientes a esta Categoría. -27 de septiembre: publicación en nuestra página web de los Trabajos Finales seleccionados correspondientes a esta Categoría, que competirán en la Instancia Nacional. -26, 27 y 28 de octubre: Instancia Nacional en Santa Fe (UNL- FHUC). ORIENTACIONES PARA REALIZAR UN MURAL ¿Qué es un mural?
Un mural es una imagen o representación que usa como soporte un muro o pared. La piedra o
el ladrillo es el material del que está hecho este soporte. No
obstante, aunque tradicionalmente fue así, su definición se ha
extendido a representaciones que pueden estar realizadas en otro
tipo de soportes; como por ejemplo chapa, madera, cerámica; que
luego se fijan a un muro (interior o exterior).
Se caracteriza por la “monumentalidad”, es decir que un mural tiene grandes dimensiones y
está concebido como parte de determinado espacio arquitectónico. A diferencia de
la “gigantografía”, el mural debe contener un relato. Por ello, se dice que es como una película
quieta.
¿Qué pasos tienen que seguir para producir el mural?
Primera etapa:
a) Estudien el cuadernillo para alumnos correspondiente a esta categoría. Para ello:
Reflexionen sobre la temática que en él se aborda. Intercambien ideas, establezcan relaciones
entre las diversas fuentes de información, analicen los aportes teóricos de los historiadores
que investigaron sobre el tema. Formulen dudas e inquietudes que surjan a partir de lo leído.
Rastreen las nociones previas que tenían sobre la Revolución de Mayo y la Independencia y
mírenlas a la luz de los nuevos conocimientos. Piensen qué significados les otorgan a
conceptos como independencia, libertad, nación, en relación con el presente.
Soporte Superficie sobre la cual se dibuja, se pinta, etc.
Piensen qué tipo de mural van a realizar, de acuerdo con sus posibilidades y con los significados que
quieran trasmitir. Pueden pensar en: pintura directa sobre una pared, pintura sobre un soporte que luego será montado sobre una pared, altorrelieve realizado
con distintos materiales, combinación entre altorrelieve y pintura (técnicas mixtas), etc.
[Citar su fuente aquí.]
El trabajo grupal supone intercambios, selección de ideas y acuerdos para el logro de una producción común. La tarea puede comenzar por la realización de diversos bocetos como medio para visualizar
las ideas de los distintos integrantes del grupo. Pueden seleccionar ideas de diferentes bocetos individuales e integrarlas en una composición única…
Cuando seleccionen los materiales y herramientas tengan en cuenta el lugar de emplazamiento del mural. Por ejemplo si estará al aire libre, deberá realizarse con
materiales que resistan la intemperie (pinturas al aceite, sintéticas).
b) Realicen las actividades obligatorias que aparecen en el cuadernillo. Ellas forman parte de
las actividades necesarias para cumplimentar el primer informe y además tienen como objetivo
guiarlos en el proceso de construcción de sus propios aprendizajes respecto de la temática que
les proponemos. Constituyen un punto de partida teórico para pensar qué quieren expresar a
través del mural.
c) Elaboren el boceto del mural. Tengan en cuenta que lo que produzcan debe expresar, a
través de imágenes y a partir de lo aprendido, los significados que
el equipo le otorga al Bicentenario de la Independencia. Escriban
una fundamentación del mismo.
Segunda etapa:
a) Determinen dónde van a realizar o emplazar el mural (por ejemplo una pared de la escuela,
un sector de la ciudad, etc.) y soliciten la autorización correspondiente.
b) Realicen el mural. Registren las distintas etapas del proceso de elaboración del mural a
través de una cámara de video o celular. Suban el link a Youtube.
Boceto Esquema que contiene los rasgos principales (líneas generales, composición,
color, etc.) que tendrá una obra artística.
Materiales al agua Acrílicos, témperas, látex.
Se diluyen en agua.
Materiales al aceite Óleo, esmalte. Se diluyen
con aceite, aguarrás o trementina.
.
Tengan en cuenta cómo realizarán la adaptación del boceto a la gran dimensión. Pueden utilizar diversos procedimientos para el cambio de escala (a mano alzada, usando cuadrícula, etc.). A veces es necesario
realizar pequeñas modificaciones para mantener, en la gran dimensión, la fuerza compositiva de la imagen planteada en el boceto.
c) Completen la Ficha Técnica del mural, que se encuentra al final del cuadernillo, con los siguientes datos: Imagen del mural Número de inscripción: Escuela: Provincia – Localidad: Docente Tutor: Autores: Ubicación o emplazamiento: Dimensiones: Materiales o técnica utilizada: Link de Youtube del registro audiovisual de la elaboración del mural: Comentario acerca de la metodología de trabajo a modo de balance de la experiencia:
PARA SEGUIR APRENDIENDO…
¿Arte mural o muralismo?
Algunos autores consideran que no es preciso usar el concepto “muralismo” como sinónimo de cualquier manifestación gráfica realizada sobre un muro ya que el Muralismo es un movimiento artístico que surge en México hacia el año 1922 y tiene características propias. Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco son algunos artistas exponentes de este movimiento.
Los muralistas mexicanos redactaron un manifiesto en el cual expresaron una visión particular del arte mural. Este además de utilizar como soporte el muro debía trasmitir un mensaje que aunara lo social, lo político y lo pedagógico. Lo estético y lo ético.
En él declararon que consagraban su movimiento “a la razas nativas humilladas a través de los siglos; a los soldados convertidos en verdugos por sus jefes; a los trabajadores y campesinos azotados por los ricos; a los intelectuales que no adulan a la burguesía…”
No se conformaron simplemente con agrandar sus bocetos y plasmarlos en muros. Se preocuparon por la llegada de su mensaje a las multitudes utilizando el estilo figurativo y realista. Adhirieron a la Revolución Mexicana de 1910, repudiaron la pintura de caballete y el arte burgués.
En palabras de Siqueiros: “Pensaba que algo tenía que pasar en el
Manifiesto
Escrito breve que un grupo o movimiento
político, religioso, filosófico, artístico o literario dirige a la
opinión pública para exponer y defender su
programa de acción considerado
revolucionario o novedoso con respecto a
lo establecido anteriormente.
arte, que lo que se estaba haciendo no era suficiente, que había que llegar a un arte tan
poderoso y tan grande como el que… le impusimos al Estado, nuestro derecho a pensar el otro.
Este es un arte para las multitudes, ¡arte público dijimos, arte público!”
El muralismo mexicano sentó una vanguardia artística de alance continental. Particularmente en Argentina, con la llegada de Siqueiros a nuestro país en la década del 30, su influencia se ve reflejada en una generación de jóvenes artistas.
David Alfaro Siqueiros: De La Dictadura De Porfirio Díaz A La Revolución. Acrílico . Museo Nacional de Historia de México.
Los invitamos a ver el audiovisual de Canal Encuentro perteneciente a la serie “En el medio del
arte”. Cap.4.
http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=101399
HAY DISTINTOS TIPOS DE MURALES…
Tipos de Murales
Detalle Tucumán 737 – San Nicolás Sindicato de obreros del vestido “1ro. De Mayo” Autor: Ricardo Carpani Pintura Mural al óleo, 4m x 5,50m 1964
Pintura Mural
El muro es el soporte indispensable de la pintura mural. Tradicionalmente una técnica muy difundida de pintura mural fue el fresco. En la actualidad se aplican pinturas al óleo, sintéticas, acrílicas que se pueden combinar con otros materiales y distintos tipos de bases para el tratamiento previo del muro. También pueden considerarse murales pictóricos obras de gran tamaño fijadas al muro luego de ser elaboradas sobre lienzo, metal, madera, plástico, etc.
Pintura al Fresco
Hasta que comenzó a utilizarse el óleo, en el
siglo XV, los pintores usaban la técnica del
fresco: se aplicaba la pintura diluida en agua
de cal sobre el yeso húmedo (en las paredes).
Pigmentos quedaban mezclados con el yeso.
Av. Angel Gallardo 470 - Caballito. Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia". "Cóndores", "Llamas" Autor: Donato Antonio Proietto (1896 - 1962, Buenos Aires). Bajorrelieves. 1938.
Relieve Escultórico
El relieve escultórico suele realizarse directamente sobre el muro. La piedra reconstituida, el cemento, los mármoles, las resinas sintéticas, la madera son los materiales más comunes sobre los que se realiza. Según su espesor, en relación al fondo, puede tratarse de un altorrelieve o de un bajorrelieve.
Yerbal 2370 - Flores Museo de Bellas Artes de la Escuela Nº 1, DE12, "General Urquiza" Autor: Raúl Soldi (1905 - 1994, Buenos Aires) Mural cerámico "Cerámica Soldi", 1,30m. x 1,80m. 1975.
Mural Cerámico
El mural cerámico, también llamado de azulejería, es una obra pictórica realizada sobre una base cerámica en la que el ladrillo de azulejo es horneado para fijar los colores de los esmaltes y luego pegado al muro por medio de una mezcla adhesiva.
Mosaico romano de Apolo.
Mural con Teselas
La tesela es una pequeña pieza de piedra, terracota, vidrio coloreado, etc. que se utiliza para confeccionar un mosaico. La técnica muralista con teselas se aplica en muros y pisos creando mosaicos de diferentes dimensiones.
Obreros del Cobre Autor: Cristian del Vitto 2007
Mural Esgrafiado
Es una técnica que combina la pintura mural con el relieve escultórico. Los colores se aplican sobre distintas capas de cemento, quitándose el material excedente de acuerdo al boceto y a los colores que se revelan en las diferentes capas. En este tipo de pintura mural se suelen usar de dos a seis colores.
México 560/84 - Montserrat Casa Nacional de la Música, ex Biblioteca Nacional Autor: Arq. Carlos Morra (1854, Italia - 1926, Buenos Aires) 1901.
Vitral o Vitraux
También conocidos como vidrieras policromadas, los vitrales están formados por vidrios de diversos colores ensamblados entre sí con plomo (o mediante otro material) para crear una composición visual. Históricamente esta técnica fue utilizada en edificios religiosos.
3-La Independencia: un recorrido
historiográfico
LA INDEPENDENCIA: UN RECORRIDO HISTORIOGRÁFICO
La historia es historiografía porque el pasado “no existiría”, no lo conoceríamos, si los
historiadores (aunque no sólo ellos) no lo hubiesen investigado y si no se contara con vestigios,
escritos, objetos, capaces de “hablar”, e historiadores capaces de hacerles preguntas, construir
hipótesis e interpretaciones. Las polémicas, divergencias, debates son propios en esas
interpretaciones del pasado lejano y cercano, dadas las diferentes escuelas historiográficas a
las que pertenecen los historiadores y aún entre los enrolados en una misma escuela.
Es importante que tomemos conciencia de que lo que estudiamos en Historia, es lo que los
historiadores han escrito y que se trata de “verdades” provisorias ya que no las hay absolutas
Lo que se afirmó en una época puede haber sido cuestionado posteriormente. Y no sólo
porque se trate de épocas distintas. Aún en el presente, historiadores contemporáneos
pueden argumentar distinto, polemizar, sobre un mismo hecho, tema o problema de la vida
social.
Sobre el tema Independencia de Hispanoamérica, hay interpretaciones diversas, acerca de sus
causas, de su significado para los contemporáneos a los hechos - de las razones, personales o
sociales, que los llevaron a la acción - .
Qué pensaban, qué representaciones acerca de los acontecimientos, qué dudas y qué
convicciones tenían los propios actores en ese inicio del siglo XIX, es una dimensión que no
siempre fue tenida en cuenta por los historiadores.
Definir el significado - por ejemplo de mayo de 1810 como el nacimiento de la Nación
Argentina - fue una construcción de la Historia tradicional (hoy cuestionada y calificada como
mito) pero ¿lo sentían así los actores? ¿Qué idea de nación tenían? ¿O luchaban por la patria?
Nuevamente cabe peguntarnos cómo se entendería la patria en ese entonces y qué
significaría ser “patriota”.
Saberlo implica el trabajo del historiador, si es que éste halla fuentes y sabe buscar en ellas,
las posiciones de sectores amplios de la sociedad colonial hispanoamericana (tanto de las
élites como de sectores más amplios que podemos denominar la plebe).
Los historiadores hacen opciones al investigar, vinculadas con lo que les interesa, con su
concepción de la historia, de la vida social. Por ejemplo podríamos preguntarnos si a todos los
historiadores les interesará o les parecerá importante el papel de la plebe en los hechos
independentistas.
El papel de los sectores “bajos” de la sociedad en el desarrollo histórico, es un interés
relativamente reciente en la historiografía y así se ha desarrollado lo que se denomina Historia
de la subalternidad o de los sectores subalternos, también historia “desde abajo”.
Un ejemplo de lo que venimos planteando lo constituye el estudio del mundo indígena en el
período de la Independencia y el Bicentenario es una oportunidad para hacerlo visible, desde
la historiografía.
La concepción tradicional acerca de que quienes se enfrentaban eran criollos contra
españoles, ignoraba que en ambos bandos había criollos y españoles y que también en ambos
había indios, negros, mestizos, mulatos… Tampoco se daba respuesta- o se lo hacía
limitadamente- a cuestiones tales como por qué estos sectores subalternos optaron por lo que
optaron y por qué y cómo participaban en los acontecimientos.
Para ampliar este recorrido historiográfico te proponemos el texto “Un estado de la cuestión”
Introducción, en el libro de Manuel Chust e Ivana Frasquet “Las independencias en América”.
Los libros de la Catarata. Madrid. 2009.
GUÍA DE LECTURA
Tener en cuenta:
1- ¿Cuál es el trabajo del historiador?
2- ¿Qué actores eran invisibles en los escritos acerca de la Independencia en los años 50-
60? ¿Por qué?
3- ¿Qué acontecimientos mundiales influyeron en las interpretaciones de la
Independencia en los años 70?
4- En los últimos años ¿qué aspectos destacan los historiadores en sus investigaciones?
5- ¿En qué párrafo del primer texto se hace referencia a estos cambios de enfoque del
tema, por parte de los historiadores?
4-Hispanoamérica antes de la
Independencia
Hispanoamérica antes de la Independencia
Nercesian, Inés y Rostica, Julieta, Todo lo que necesitas saber sobre América Latina, Buenos
Aires, Paidós, 2014.
GUÍA DE LECTURA
Tener en cuenta:
-Ubicación temporal de la sociedad colonial.
-Por qué se afirma que las relaciones de producción no eran capitalistas.
-Caracterización de las matrices societales.
-Aspectos de la organización política colonial.
-Qué significa que la estructura social era estamental.
-Objetivos de las “reformas borbónicas”. Efectos que provocaron.
5-Crisis del Orden Colonial, Revolución
y Guerras de Independencia
Crisis del Orden Colonial, Revolución y Guerras de Independencia
AAVV. Saber de Historia. El mundo americano hasta las independencias. Europa entre el siglo
XV y mediados del XIX. Buenos Aires, EDIBA Libros, 2013.
6-Claves y Conceptos para comprender
los procesos de Independencia en el
Rio de la Plata
a- Reportaje a Raúl Fradkin, “Crisis de legitimidad Ruptura del orden colonial y
construcción de alternativas”, en Revista La Educación en nuestras manos, N° 76, junio
de 2006 (SUTEBA) En: http://www.suteba.org.ar/crisis-de-legitimidad-ruptura-del-
orden-colonial-y-construccin-de-alternativas-2282.html
b- Gabriel Di Meglio. “Algunas claves de la revolución en el Río de la Plata (1810-1820)”
Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, PUCRS, v. 36, n. 2, p. 266-287, jul./dez. 2010.
c- Selección de Videos.
Claves y Conceptos para comprender los procesos de Independencia en el Rio de la Plata
Crisis de legitimidad Ruptura del orden colonial y construcción de alternativas
Revista La Educación en nuestras manos, N° 76, junio de 2006 (SUTEBA)
En: http://www.suteba.org.ar/crisis-de-legitimidad-ruptura-del-orden-colonial-y-construccin-de-alternativas-
2282.html
La crisis de la monarquía española generó una situación inédita en América. El desafío revolucionario fue cómo construir una nueva identidad que
sustituyese la que habían forjado tres siglos de dominación española. La radicalización de los enfrentamientos llevó a la rápida asunción en la conciencia popular de un republicanismo basado en la soberanía de la Nación.
Reportaje a Raúl Fradkin, historiador de la Universidad Nacional de Luján, Pcia. de
Buenos Aires.
La Educación en nuestras manos: ¿Cuáles serían las claves para entender el proceso de
emancipación de los países latinoamericanos a partir de 1810?
Raúl Fradkin: Una primera cuestión es revisar una tendencia muy fuerte que tenemos: pensar
que esas naciones estaban preexistentes antes del momento de la crisis. Pero esas naciones son
una construcción que va a llevar muchas décadas todavía en realizarse. Para poder pensar el
problema primero hay que romper el mapa que cada uno tiene en la cabeza y que es el mapa de
los estados nacionales. Ese mapa segmenta algo que en aquel momento no estaba segmentado.
El mapa en que hay que pensar es un mapa muy distinto y mucho más grande del que estamos
habituados a pensar pero también es un mapa más ambiguo: así, durante el proceso de la
independencia – y todavía durante varias décadas más- no estaba muy claro qué abarca lo que
después iba a ser la Argentina o lo que después iba a ser Bolivia. Es un problema que va a tardar
mucho en resolverse porque es un problema muy complejo: no se limita a la definición de
límites territoriales sino de entramados de relaciones sociales y de identidades colectivas. No
había, por lo tanto, una ‘Argentina’ que se independizaba sino que esa Argentina será el
resultado de un proceso mucho más complicado del cual la guerra de la independencia es una
parte.
Pero, ¿acaso no se declara la independencia argentina el 9 de julio de 1816?
R. F.: La cuestión es algo más compleja de lo que quiere la tradición. Por ejemplo: aunque
busquemos será difícil hallar el acta de la “declaración de independencia argentina”. ¿Por qué?
Porque la Declaración efectuada el 9 de julio de 1816 fue realizada en nombre de “las
Provincias Unidas de Sudamérica”. Y hay otra cuestión, de no menor importancia con esa
Declaración: conviene ver bien quiénes la firmaron y quiénes no. Uno va a encontrar que en el
congreso participaron diputados que invocaban la representación de provincias que hoy
pertenecen a Bolivia y no va a encontrar diputados de provincias que hoy son argentinas. Es un
desafío pensar qué era esto que se estaba formando, que ni los propios protagonistas tenían del
todo claro ni lo habían acordado entre ellos y menos previamente. Hay un proceso de revolución
y no es del todo claro en sus comienzos qué es lo que va a ser, como no lo es en ninguna
revolución. Emerge de la combinación de una crisis “externa” -y lo digo entre comillas porque
en realidad son sociedades que forman parte del imperio por lo que la crisis del imperio es crisis
interna también- y manifestaciones locales de esa crisis, algunas excepcionales como la de
Buenos Aires donde la experiencia de las invasiones inglesas abrió una crisis en el poder local
que nunca había ocurrido. Ese proceso implicaba la descomposición de un orden que tenía tres
siglos de arraigo y no iba a ser sencillo ni rápido reemplazarlo por uno nuevo. Antes de 1810
había algunos grupos que aspiraban a modificar ese orden, a reformarlo; pero, en general,
compartían la idea de que eso debía ser gradual y pausado; la crisis de la monarquía suscitó una
situación completamente inédita. No había experiencias previas de qué se podía hacer frente a
una crisis de esa magnitud. Y menos lo había frente al gran desafío que planteó una guerra por
la independencia que fue mucho más violenta y prolongada de lo que deben haber pensado los
que la iniciaron.
¿Qué características tiene esa guerra?
R. F.: Tenemos arraigada una idea muy fuerte y de algún modo reconfortante: solemos imaginar
la guerra de independencia como la guerra que llevó adelante una nación contra un ejército
extranjero de ocupación. Pero la mayor parte de la guerra no fue la guerra de un ejército nativo
contra un ejército extranjero, salvo en algunos momentos y lugares muy especiales de América.
Cuando se analiza la composición de los jefes y del conjunto de los ejércitos, lo que uno ve es
que la mayor parte de las guerras de la independencia fueron una verdadera guerra civil. Uno
suele dividir la cuestión en dos bandos: criollos frente a peninsulares, ‘patriotas’ frente a
‘realistas’. Pero el proceso fue mucho más ambiguo, complejo y dinámico. Así, entre los
“realistas”, muchos de los oficiales, y aún de los más importantes, e incluso de los que
encabezaron las represiones más fuertes, eran criollos. Y, en cuanto a los soldados “realistas”,
también lo eran en su mayor parte. Y no sólo criollos: los grupos populares participaron
activamente en ambos bandos. Además, en otras regiones de América hubo una muy fuerte
adhesión popular por unos años a aquellas autoridades que se mostraban leales a la corona y que
se enfrentaban a los grupos revolucionarios. Es una identidad política la que se va construyendo
en torno a “criollos” y “españoles”, una construcción complicada, que con la guerra se va a ir
acentuando y produciendo.
¿Qué efectos va a tener esa guerra en la conciencia popular?
R. F.: Lo más interesante de la experiencia rioplatense y de Latinoamérica, comparada con la
europea, es el triunfo rapidísimo del republicanismo en la conciencia colectiva que tiene muy
pocos precedentes. El abandono de la legitimidad de la figura del rey y la adhesión absoluta al
republicanismo hizo que todos los intentos de los grupos de élite de encontrar alguna solución
monárquica -que era vista como más estable para la estructura social y política americana-
fracasaron, salvo en Brasil. Fue la misma experiencia de la lucha, de la radicalización que
provocaba el enfrentamiento, lo que fue construyendo esta adhesión al republicanismo; un
republicanismo popular, no doctrinario, que tiene que ver con una experiencia de confrontación
interna que fue mucho más violenta y más larga de lo que podía imaginarse en 1810.
¿Qué proyectos estaban en pugna?
R. F.: No es tanto una confrontación de proyectos sino que se daba una confrontación de grupos
y de posiciones que iban cambiando y que en definitiva terminaron por dar un resultado que no
era el que ninguno quería. Uno de los puntos más complicados era cómo construir una nueva
identidad que sustituyese aquella forjada por tres siglos de dominación española. En el orden
colonial, la legitimidad del rey no entraba en discusión y romper con esa legitimidad fue muy
complicado porque se venía de una tradición en la cual la disputa política se hacía en nombre
del rey. Este dilema ya se daba en gran parte de los tumultos y motines que se produjeron en
casi todo el imperio español durante el siglo XVIII y que tenían una misma consigna: “Viva el
rey, muera el mal gobierno”. Esa consigna expresaba una concepción muy popular que separaba
la figura del rey -vista como paternal, sagrada, legítima- de la forma de gobierno despótica
ejercida por los malos funcionarios. El quiebre de esa legitimidad del rey y el triunfo de la idea
de una república basada en la soberanía de la nación es algo muy difícil de comprender para los
sujetos de 1810. Por eso es impresionante la rapidez con la que se instauró esa nueva
legitimidad, mucho más rápida y más duradera de lo que se dio en la Europa occidental e
incluso en Francia que es una suerte de paradigma de la revolución republicana. En América,
salvo en el caso de Brasil, todos los intentos de sustituir esa monarquía colonial por otra
independiente, fracasaron.
¿Cómo se fue dando la participación popular?
R. F.: Algo muy particular de la experiencia latinoamericana es que para sustituir una
legitimidad política basada en la monarquía, la única alternativa disponible a principios del siglo
XIX es no sólo una forma de gobierno republicana sino una forma de gobierno basada en una
legitimidad popular. Lo que distingue este proceso es la rapidez con la que se instalan
mecanismos de participación política, incluso electoral, de una amplitud superior a la
contemporánea en Europa. En general se reconoce un derecho de sufragio muy amplio, como
sucede en el Río de la Plata y también, aunque en forma muy dispar en el resto de los países
latinoamericanos en los cuales ese derecho de participación electoral se irá restringiendo hacia
fines del siglo XIX. Esa amplitud viene de la necesidad de resolver la crisis de legitimidad que
generaba la independencia, que es el enorme desafío que tienen los grupos dirigentes; y que
debían afrontarlo en un contexto donde la disputa política no se podía resolver si no era a través
de la guerra. Y esa guerra no se podía hacer, y menos ganar, sin conseguir apoyos populares.
Tenían la necesidad de incluir de alguna manera a estos grupos populares, o a una parte al
menos, a la vida política. Esto le dio un tono plebeyo muy fuerte a la política hispanoamericana
y, en particular, a la rioplatense. Después, el problema que tendrán los sectores dirigentes, y que
caracterizará al siglo XIX, es cómo volver las cosas a un orden, a reestablecer una jerarquía una
vez logrado el objetivo inicial.
Las invasiones inglesas. Crisis en el poder colonial
R. F.: La experiencia del rechazo a las invasiones inglesas es fundamental en el
proceso revolucionario posterior por tres motivos. En primer lugar, haber derrotado
dos veces la invasión de la principal potencia mundial -potencia con la que además hay
una diferencia étnica y religiosa, por lo cual la lucha contra los ingleses adoptó un
discurso casi de guerra santa- fortaleció la identidad colectiva de la ciudad y del Río de
la Plata en su conjunto. Lo segundo es la experiencia política inusitada de la
deposición del virrey. Estar contra el rey era el máximo delito del sistema penal y
deponer a un virrey, cualquiera fueran los motivos era un delito de ‘lesa majestad’. De
haber sido derrotados, a los participantes del cabildo abierto de agosto de 1806, que
depuso a Sobremonte y lo sustituyó por Liniers, les hubiera correspondido la pena de
muerte. La deposición la hacen las propias instituciones locales; empieza ahí un
quiebre entre las instituciones del orden político colonial. El tercer punto es que la
manera de organizar la defensa, sobre todo en la segunda invasión, se transforma en
una militarización enorme de la sociedad porteña. La formación de las milicias muestra
a su vez la división interna de esta sociedad: cada regimiento se organiza por
territorios de la ciudad y por grupos de pertenencia, no hay un grupo de criollos y uno
de peninsulares, los peninsulares están fragmentados y los criollos también, y a su vez
hay otros regimientos de otros grupos étnicos que no son ni criollos ni peninsulares. La
magnitud que cobra esto se puede ver en los aproximadamente 9.000 ciudadanos
armados que en 1807 existen en una ciudad que tiene entre 40 y 50 mil habitantes. Es
decir, que si descontamos a las mujeres y a los niños, estamos hablando prácticamente
del total de la población masculina adulta convertida en miliciana. Esto constituye una
estructura de formación de liderazgos políticos y de conexión entre los grupos políticos,
de donde vienen esos líderes, con grupos de base más populares que no existía antes de
1806. Ese es el canal de formación de los grupos revolucionarios y que le da a Buenos
Aires esa revolución tan particular, tan poco revolución, que es el 25 de mayo. Porque
el 25 de mayo están en discusión muchas cosas pero no quién tiene el poder militar de
la ciudad. En otros contextos latinoamericanos, el establecimiento de la primera junta
desencadena inmediatamente la guerra civil en el propio lugar.
Belgrano. Construcción de una identidad colectiva
R. F.: Belgrano es hijo de uno de los más grandes comerciantes de Buenos Aires y uno
de los principales comerciantes de esclavos. Estudia en España, lo cual es excepcional
aún para la élite porteña. El primer trabajo que recibe es ser el secretario del recién
fundado Consulado de Buenos Aires, lo cual está mostrando una estrecha relación
entre su familia, el virrey y los funcionarios de Indias. Belgrano podría haber sido, por
su origen y su entorno, parte de la élite de la ciudad con una relación muy estrecha con
la corona. Pero en su trayectoria va cambiando. Primero confía, como casi todos los
que provienen de esa escuela, en que el instrumento de reforma y de modernización de
esta sociedad sea la burocracia colonial. Se está en un momento del imperio español
donde la burocracia central está adoptando ideas muy novedosas para la época; entre
otras, que las colonias no brindan lo que la metrópoli necesita y esto es porque hacen
falta reformas en la propia élite dirigente de la sociedad colonial. Ahí se da una tensión
entre los burócratas de carrera y los grupos dominantes locales que está en la base de
la quiebra del orden colonial. El drama cada vez mayor para él, como para tantos
otros, es la debilidad de la metrópoli. La alianza forzosa de España con Francia en la
guerra contra Inglaterra corta, a partir de 1803, prácticamente todas las
comunicaciones con las colonias. En esas condiciones -antes de las invasiones inglesas
y agudizado después por las invasiones- hay una suerte de ‘independencia de facto’; si
bien no estaba declarada políticamente, la autonomía local era extrema. Eso debilita
mucho a esta burocracia reformista. Cuando se produce la crisis del imperio español,
Belgrano va a intentar alguna forma de continuidad política que le permita profundizar
esa política de reforma. Lo más conocido es la esperanza que pone en crear una
regencia americana con la Infanta Carlota con cabecera en Río de Janeiro. Finalmente
va a definirse por un gobierno local autónomo que garantice durante la crisis del
gobierno español un orden y un control de la situación. La experiencia de Belgrano,
transformado primero en impulsor intelectual y en influyente político del proceso de
mayo, y luego en jefe militar, lo va radicalizando en sus posturas y en la percepción de
la necesidad de una política que tenga un consenso social más amplio. Creo que el
punto más alto es el proyecto monárquico de 1816, de proponerle al Congreso de
Tucumán una solución monárquica no rioplatense sino sudamericana, instaurando una
monarquía incaica con capital en Cuzco. La estrategia de Belgrano sería provocar con
esto la adhesión masiva de la población indígena del Perú y del Alto Perú, al proceso
revolucionario, algo que hasta ese momento no podían lograr. Vinculado con esto está
la cuestión de la creación de la bandera en 1812. Esta surge de la necesidad de
construir una simbología que dé entidad a eso que se está forjando, y que no es aún la
de la independencia, por lo menos no oficialmente. Para construir una identidad
colectiva no se puede seguir peleando con la bandera del oponente. Hay una discusión
interminable acerca de los colores de la bandera que no son, como uno ha aprendido,
los del firmamento solamente. Pero creo que lo más significativo de la bandera es el
sol. Ese sol, que es el sello de la asamblea del año 13, es el sol incaico. En esta
construcción de una nueva identidad ya empieza a aparecer hacia el año 1812, 1813, el
discurso político de legitimar el nuevo Estado que se está formando en la tradición
indígena: Estado soberano que había sido sometido y que ahora recuperaba su
soberanía. Hay en esto también una estrategia militar. La clave de la guerra, lo que va
a definir si esta revolución triunfa o fracasa, está en lo que pase en Perú y Alto Perú;
porque ahí, en la explotación de la plata de Potosí principalmente, está la clave del
financiamiento del Estado virreinal y de cualquier nuevo Estado. Por eso lo primero
que hace la Primera Junta es mandar un ejército al Alto Perú, y es también lo primero
que hace el Virrey del Perú. Algunos, en los dos bandos, creen que ganarse el apoyo de
la población indígena alto peruana es lo que va a determinar el curso de la guerra.
Artigas. Soberanía de los pueblos
R. F.: Artigas proviene de la familia de un importante hacendado de Montevideo y hace
una carrera militar en el regimiento de frontera con el imperio portugués, lo que le da
una perspectiva de la realidad social y política muy clara. Artigas se va a sumar al
movimiento que en la Banda Oriental va a adherir a la revolución de Buenos Aires y va
a lograr rápidamente liderarlo. Mientras en Buenos Aires la guerra es un problema
estratégico, en la Banda Oriental, la guerra es algo cotidiano. Desde el comienzo, el
movimiento liderado por Artigas tiene una composición social distinta. Mientras el de
Buenos Aires es primordialmente urbano y encabezado por la élite de la ciudad, el
oriental es básicamente rural con muy fuerte participación, al principio, de los
hacendados que viven en el campo. La dinámica de la guerra en la Banda Oriental,
contra los españoles primero -que están acantonados en Montevideo- y contra los
portugueses después -cuando invaden el territorio- va radicalizando la revolución en la
Banda Oriental y va incorporando a nuevos sectores. Cuando los grupos de las élites
rurales empiezan a apartarse se da una radicalización mucho más intensa. Artigas
desarrolla una estrategia de guerra que se basa en conseguir la adhesión de los grupos
rurales primero, y después de grupos indígenas del norte de Uruguay y de la zona de
Corrientes y Misiones. Para eso, la solución política que encuentra es el
reconocimiento de la autonomía de los pueblos. Artigas hace como una vuelta de tuerca
a los principios políticos de la revolución de Buenos Aires. La legitimidad de la
revolución de Mayo radica en que fenecida la autoridad imperial -por la prisión del
rey- el pueblo asume su soberanía. El problema era entonces cómo el pueblo ejerce esa
soberanía. Buenos Aires, en tanto capital, reivindica para sí ser la cabeza del
virreinato. En la Banda Oriental esto no se da porque Montevideo se mantiene, por lo
menos hasta 1814, fiel a la regencia. Entonces, el cuestionamiento al poder de
Montevideo se transforma, en la Banda Oriental, en la asunción de la soberanía de los
distintos pueblos; primero la Banda Oriental, después Entre Ríos, después Corrientes,
etc. Eso está en la base de lo que Artigas llama la ‘Liga de los Pueblos Libres’. El
resultado de esta dinámica, que es a la vez militar y política, transforma a Artigas en
un liderazgo alternativo al de la revolución porteña. Ahí estalla, encubiertamente a
partir de 1813 y abiertamente en 1814, la guerra civil dentro del bando revolucionario.
Esto explica por qué en el Congreso de Tucumán todas las provincias que hoy son las
del Litoral, no participan; están cuestionando el liderazgo porteño de la revolución. El
drama de Artigas va a ser que a ese doble conflicto inicial con los españoles primero y
con los portugueses después, se le va a sumar este enfrentamiento con el poder de
Buenos Aires. Y en esta tenaza va a ser derrotado. Mientras que para Belgrano la
solución política para construir un nuevo orden es alguna forma liberal, constitucional,
representativa, pero monárquica; para Artigas, por la propia dinámica que tiene su
liderazgo, la única solución posible de América es una república que reconozca esta
soberanía popular. Esta diferencia tiene que ver con sus propias bases sociales de
sustentación.
San Martín. Solución militar a la Revolución
R. F.: San Martín participa de la guerra de la independencia española, que es una
guerra política, de una enorme violencia y de un enorme enfrentamiento social. El ve la
derrota de esa insurrección popular y creo que esa es una experiencia política decisiva
para él. De ahí su insistencia, cuando se incorpora a la revolución rioplatense, de
dotarla de un instrumento militar que canalice esa energía social, pero que sea
disciplinado y tenga una conducción muy precisa. Toda su trayectoria está marcada
por la necesidad de darle una solución militar a la revolución. El problema principal es
que esa solución militar requiere de mucho apoyo político y de mucha disciplina social,
y por lo tanto de un Estado muy fuerte. San Martín va a intentar, y durante un tiempo lo
va a lograr, que el ejército sea la base de sustentación de ese Estado. Lo que arma en
Cuyo es un Estado militar donde el nuevo grupo dirigente ya no es parte de la antigua
élite colonial, sino hombres surgidos de esas élites pero convertidos en clase militar.
Para San Martín, la solución también era monárquica. Esto hay que pensarlo en el
contexto de la época. Los líderes de la revolución son, en general, muy poco entusiastas
con las formas republicanas dada la experiencia de la propia Revolución Francesa que
había terminado a los pocos años en Napoleón. Para estos grupos, había una
conclusión, bastante generalizada, de que la solución monárquica era la única que
garantizaba el pasaje ordenado, pacífico y estable a un nuevo orden político. Y si uno
mira qué pasó en Latinoamérica en el siglo XIX, puede ver que el país que tuvo una
transición menos cruenta y que no se fragmentó en ese pasaje fue Brasil, que fue el
único que tuvo una solución monárquica. El problema es que en algún momento de la
década del ’10, la movilización política y popular para la guerra convirtió ‘monarquía’
en sinónimo de ‘tiranía’ y de ‘español’, y por eso la solución monárquica no será
viable.
GUÍA DE LECTURA
Tener en cuenta:
- Por qué el autor afirma que para entender el proceso de emancipación de los actuales países
latinoamericanos hay que romper el mapa (mental) de los estados nacionales.
- Por qué la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816 se hizo en nombre de las
provincias Unidas de Sudamérica.
- Por qué califica a las guerras de independencia como guerras civiles.
- Por qué durante los conflictos coloniales se utilizaba la consigna “Viva el rey, muera el mal
gobierno”.
- Por qué esto empezó a cambiar hacia fines del siglo XVIII e inicios del XIX.
Claves y Conceptos para comprender los procesos de Independencia en el Rio de la Plata
Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata (1810-1820)
Some keys of the Revolution in the Río de la Plata (1810-1820)
Gabriel Di Meglio*
Resumo: Os bicentenários das independências ibero-americanas provocaram uma revisão geral da historiografia desse período. Nesse artigo, utilizo algumas contribuições mais recentes sobre a questão para analisar, em primeiro lugar, os acontecimentos de 1810, e, a seguir, considerar quais as transformações que fizeram desse momento uma revolução. Finalmente, analiso em um dos aspectos da mudança que pesquisei: o aparecimento e a importância da participação política popular na cidade de Buenos Aires.
Palavras-chave: Revolução, Independência, Participação popular, Buenos Aires, Rio da Prata
Abstract: The bicentenaries of the Iberian-American independences have provoked a general historiographical review of that period. In this article I take some of the most recent approaches on the issue so as to explain, first, what happened in the 1810s, and then to consider which were the changes that made of that moment a revolution. Finally, I focus in one of the aspects (which I have researched) of the transformation: the appearance, the features and the importance of popular political participation in the city of Buenos Aires.
Keywords: Revolution, Independence, Popular participation, Buenos Aires, Río de la Plata
* Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, Universidad de
Buenos Aires-Conicet. Estudos Ibero-Americanos, PUCRS, v. 36, n. 2, p. 266-287, jul./dez. 2010
G. Di Meglio – Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata ... 267
La llegada del período de los bicentenarios de las independencias iberoamericanas ha
dado lugar a varias revisiones de esa etapa fundamental, a la aparición de investigaciones
sobre aspectos desconocidos hasta ahora del proceso y al surgimiento de algunas
discusiones.
En este artículo tomo los avances del campo historiográfico argentino en esa cuestión para
realizar una mirada general sobre la Revolución. En primer término, delinearé el desarrollo
de los acontecimientos principales en la región rioplatense en la década de 1810, pensando
particularmente en lectores no familiarizados con su historia. Luego señalaré cuáles son los
aspectos que hacen de la revolución iniciada en
1810 precisamente una revolución, es decir, una transformación rápida y profunda de la
realidad. Finalmente, revisaré uno de esos aspectos: la participación popular en la política en
la ciudad de Buenos Aires.1
Años agitados
La invasión francesa a la Península Ibérica en 1808, cuyo correlato fue la prisión del rey
Fernando VII y la entronización en su lugar del hermano del emperador Napoleón Bonaparte,
provocó un verdadero cataclismo en el mundo hispano. Fue el corolario de una crisis que la
monarquía venía sufriendo ya por décadas y que se había hecho evidente desde el desastre naval
de Trafalgar tres años antes. En 1808, mientras las ciudades peninsulares formaban juntas
para conservar la soberanía hasta que volviera el monarca al que consideraban legítimo e
iniciaban la resistencia armada, las autoridades coloniales en América lograron mantener el
statu quo, pese a lo cual surgieron varias agitaciones. En el Virreinato del Río de la Plata
hubo distintas reacciones, desde la aparición del Carlotismo – movimiento que proponía una
regencia de la hermana de Fernando VII, instalada en ese momento en el Brasil por ser la
esposa del príncipe regente portugués-, hasta la formación de dos juntas autónomas en el Alto
Perú, que fueron duramente reprimidas. La debacle militar española de 1810, sin embargo,
daría lugar a un desenlace diferente: la llegada de la noticia de la caída de toda la Península
en manos francesas y de la total acefalía política, llevó a Caracas, Santiago de Chile,
Cartagena de Indias, San José de Bogotá y
1 La bibliografía reciente sobre el período es vasta. Aquí se citan, por razones de espacio, sólo algunos textos fundamentales para las cuestiones abordadas. También se utilizan pocas fuentes. Me ocupo de los territorios que integraron el Virreinato del Río de la Plata, con excepción del Alto Perú.
268 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 266-287, jul./dez. 2010
algunas ciudades mexicanas, sin ponerse de acuerdo entre sí, a acudir a la idea de
retroversión de la soberanía a los pueblos para formar juntas de gobierno que reemplazaran el
poder real. Eso fue también lo que ocurrió en la capital del Virreinato del Río de la Plata en
mayo de
1810.2
Ante la difusión de las nuevas en Buenos Aires, una multitud se reunió para exigir la
convocatoria a un cabildo abierto, en el cual se decidió por mayoría la destitución del virrey y
la formación de una junta de gobierno. El virrey saliente intentó ponerse a la cabeza de la
nueva junta, pero el 25 de mayo una movilización ante el Cabildo, apoyada por el Regimiento
de Patricios (un cuerpo miliciano formado por vecinos de la ciudad tras la victoria sobre
una invasión británica en 1806), lo obligó a renunciar e impuso una junta sin participación de
las viejas autoridades. El nuevo gobierno invitó inmediatamente a los pueblos del virreinato a
enviar diputados para integrarse en el cuerpo colegiado, al tiempo que envió una expedición
militar hacia el norte para garantizar que la decisión adoptada en Buenos Aires fuera
obedecida en todos lados.
Los primeros enemigos de la revolución fueron las autoridades coloniales, a quienes
llamaban los “mandones”, y todos los que en el Virreinato no aceptaron a la Junta y se
declararon fieles al Consejo de Regencia instalado en Europa, como ocurrió con las ciudades
de Córdoba (pronto derrotada por la expedición que partió de Buenos Aires), Montevideo,
Asunción del Paraguay y las del Alto Perú. Al poco tiempo, el enemigo de los revolucionarios
se iría redefiniendo: como la mayoría de los nacidos en España estuvieron en contra de la
revolución y los criollos estaban mayoritariamente a favor, el conflicto pasó de ser un
levantamiento contra las autoridades coloniales, una lucha entre americanos y españoles. Es
que con el estallido revolucionario varias de las tensiones que existían en el Virreinato del
Río de la Plata se hicieron explícitas y se politizaron. En primer lugar, el resentimiento de
los americanos hacia los españoles nacidos en Europa, que en la última parte del siglo XVIII
empezaron a ocupar casi todos los cargos
2 Para este proceso hay una profusa bibliografía. Véanse principalmente T. Halperin Donghi, Reforma y disolución de los imperios ibéricos, Madrid, Alianza, 1985; F. X. Guerra, Modernidad e independencias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas, México, Fondo de Cultura Económica, 1993; J. M. Portillo Valdés, Crisis atlántica. Autonomía e independencia en la crisis de la monarquía hispana, Madrid, Marcial Pons, 2006. Para el caso de Buenos Aires véase Noemí Goldman, ¡El pueblo quiere saber de qué se trata! Historia oculta de la Revolución de Mayo, Buenos Aires, Sudamericana, 2009.
G. Di Meglio – Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata ... 269
administrativos y a tener privilegios de distinto tipo.3 Más tarde ocurriría algo similar con otras
tensiones sociales.
El primer objetivo de los revolucionarios de 1810 fue el autogobierno, en principio
dentro de la monarquía y hasta que retornara el rey prisionero. El sistema que pensaban era
“emancipar a las colonias de la tiranía de la madre patria”, pero no salir de la monarquía;
pertenecer a la Corona pero no a España.4 Esa posición inicial iría dando paso rápidamente
a un proyecto más ambicioso, de cambio político y social, que estuvo ligado a la figura
descollante de la Junta, el secretario Mariano Moreno. Para él la revolución no era sólo un
cambio de autoridades, sino que implicaba una transformación completa del orden vigente;
era la reinstalación de la libertad, la razón y la justicia universales. Moreno creó el periódico
La Gaceta, órgano de difusión del gobierno, y allí sostuvo que pese al amor que los
americanos tenían por su monarca preso, lo cierto es que éste no era legítimamente rey porque
los americanos no consintieron que él fuera su soberano sino que se impuso por conquista. En
esa crítica del dominio colonial estaba el germen de la idea de independencia.5
Las diferencias entre el sector radical conducido por Moreno y un sector más
moderado – en principio opuesto a llevar adelante más cambios que la ruptura ya realizada-
agrupado en torno del presidente de la Junta, el comandante de los Patricios Cornelio
Saavedra, llevó a la primera división entre los revolucionarios. La incorporación de los
diputados del Interior, favorables a la posiciones saavedristas, obligó a Moreno a renunciar
y a marchar a una misión diplomática (en la que pronto moriría). Sin embargo, algunos de
sus partidarios siguieron en la Junta. Para desplazarlos, los saavedristas organizaron en
abril de 1811 una movilización de miembros del “bajo pueblo” de Buenos
3 Para los resentimientos antiespañoles véanse Gustavo Paz, “La hora del Cabildo: Jujuy y su defensa de los derechos del ‘pueblo’ en 1811”, Fabián Herrero (comp.), Revolución: Política e ideas en el Río de la Plata durante la década de 1810, Buenos Aires: Ediciones Cooperativas, 2004, pp. 149-166; Sergio Serulnikov, “‘Las proezas de la Ciudad y su Ilustre Ayuntamiento’: Simbolismo político y política urbana en Charcas a fines del siglo XVIII”, Latin American Research Review, vol. 43, n. 3, 2009, pp. 137-165; y Mariana Pérez, En busca de mejor fortuna. Los inmigrantes españoles en Buenos Aires entre el Virreinato y la Revolución de Mayo, Buenos Aires, Prometeo, 2010.
4 La cita, de Matías Irigoyen, en Noemí Goldman, “Buenos Aires, 1810: la ‘revolución’, el dilema de la legitimidad y de las representaciones de las soberanía del pueblo”, Historia y política (Madrid), en prensa.
5 Noemí Goldman, Historia y lenguaje. Los discursos de la Revolución de Mayo, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 2000.
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Aires, apoyados por las tropas, con la cual inauguraron una práctica para presionar o remover
gobiernos que sería fundamental de ahí en más.
De hecho, los saavedristas perdieron el poder de esa manera cuando llegaron las noticias
de un gran descalabro de la expedición militar enviada al norte. El ejército había ocupado al
principio todo el Alto Perú, pero tropas organizadas por el virrey del Perú terminaron
derrotándolo duramente en junio de 1811. En septiembre la nueva arribó a la capital y la
consiguiente agitación removió a la Junta; el Cabildo de Buenos Aires formó un gobierno
nuevo – integrado por una facción también nueva – para todos los territorios revolucionarios:
el Triunvirato. Éste tuvo que lidiar con una situación bélica cada vez más compleja. El
ejército del Norte debió retroceder hasta Tucumán, donde Manuel Belgrano logró una
importante victoria que detuvo el avance de los leales al Consejo de Regencia. Pero los
revolucionarios no lograban tomar Montevideo
– plaza amurallada – al tiempo que una expedición militar ya había fracasado en obligar a
Asunción a plegarse a la Revolución.6 La contienda había sido desde el principio una
guerra civil entre americanos de uno y otro lado, y españoles residentes en América, peleada
con recursos locales. Su prolongación obligó a buscar la profesionalización de los ejércitos
y a realizar reclutamientos más amplios, con lo cual las consecuencias en la sociedad
empezaron a ser más fuertes.
El Triunvirato fue bastante moderado en sus posiciones políticas y fue presionado por el
grupo morenista, que se organizó en la Sociedad Patriótica, dirigida por el radical Bernardo de
Monteagudo. Ese club terminó fusionándose con la Logia Lautaro, una sociedad secreta creada
por algunos oficiales americanos que habían luchado contra Bonaparte para el ejército español
y que en 1812 se trasladaron al Río de la Plata para ponerse al servicio de la Revolución; sus
dirigentes eran Carlos de Alvear y José de San Martín. En octubre de 1812, la Logia derribó
al
6 Asunción se declaró a favor del Consejo de Regencia y en marzo de 1811 reunió tropas que derrotaron a la pequeña
expedición que llegó desde Buenos Aires mandada por Belgrano. Sin embargo, dos meses más tarde una parte de la elite asunceña desplazó al gobernador español y formó una junta autónoma. Asunción firmó un tratado con Buenos Aires y se dispuso eventualmente a integrar una confederación con esa ciudad, mientras mantenía una autonomía total. La Junta fue reemplazada en 1813 por un consulado de tres miembros; uno de ellos, José Gaspar de Francia, se convertiría al año siguiente en “Dictador Supremo de la República del Paraguay”. Impondría un férreo régimen que logró subordinar a la elite asunceña e impulsó un aislamiento casi total del Paraguay, evitando así la ingerencia porteña y del resto del Litoral, y manteniéndose fuera de las convulsiones bélicas. Francia lograría mantener ese sistema hasta su muerte, en 1840. Véase Nidia Areces y Beatriz González de Bosio, El Paraguay durante los gobiernos de Francia y los López, Asunción, El Lector, 2010.
G. Di Meglio – Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata ... 271
gobierno mediante una movilización de tropas y de miembros del bajo pueblo, y creó el
Segundo Triunvirato.
Las premisas de la Logia eran ganar la guerra contra los enemigos de la Revolución,
declarar la independencia absoluta y mantener el centralismo, es decir que todas las
decisiones se tomaran desde la capital. Decidió concentrar el poder, para lo cual se
reemplazó al Triunvirato por una figura individual, el Director Supremo. El gobierno de la
Logia se basó en el manejo secreto e inconsulto, y procuró limitar la movilización popular. En
1813 convocó a representantes de las provincias a un congreso con el objetivo de sancionar
una constitución. Esta Asamblea del año XIII tomó una serie de medidas importantes:
proclamó la libertad de vientres, por medio de la cual todos los hijos de esclavos iban a nacer
libres a partir de entonces; suspendió el tributo indígena; dejó de jurar fidelidad a Fernando
VII; abolió los títulos de nobleza y la inquisición; prohibió la tortura. Se esperaba que declarara
la independencia, pero el cambió de situación en Europa, donde Bonaparte empezó a ser
derrotado, hizo que los diputados pausaran la marcha a la espera de qué podía ocurrir. Por lo
tanto, no hubo independencia, ni tampoco constitución.
Los Directores Supremos realizaron un gran esfuerzo para equipar a los ejércitos de
pertrechos y tropas, ampliando el reclutamiento con la incorporación de esclavos a las filas y
con levas masivas. De todos modos, no consiguieron logros en el área principal de la
contienda. La ofensiva lanzada sobre el Alto Perú en 1813 obtuvo dos importantes derrotas,
tras las cuales los enemigos contraatacaron y volvieron a tomar Salta. Ante la hostilidad general
y lo difícil de mantener la posición los ocupantes se retiraron, y en 1815 los revolucionarios
volvieron a avanzar sobre tierras altoperuanas, para ser otra vez vencidos decisivamente. El
mayor éxito de la Logia en la guerra fue conquistar Montevideo, el baluarte
contrarrevolucionario en el sur, en junio de 1814, triunfo que evitó la llegada de tropas
españolas al Río de la Plata. Sin embargo, el Directorio pronto tuvo que dejar toda esa
región, la Banda Oriental, en manos de los revolucionarios locales, cuya oposición al
gobierno central se convirtió en una exitosa resistencia armada tras la caída de Montevideo.7
7 Véanse Tulio Halperin Donghi, Revolución y guerra. Formación de una elite dirigente en la Argentina criolla, Buenos Aires, Siglo XXI, 1972, y Pilar González Bernaldo, “Producción de una nueva legitimidad: ejército y sociedades patrióticas en Buenos Aires entre 1810 y 1813”, en AAVV, Imagen y recepción de la Revolución Francesa en la Argentina, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1990, p. 27-51.
272 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 266-287, jul./dez. 2010
El origen de esa disidencia se anclaba en el origen de la Revolución. Si ésta se había hecho
en nombre del retorno de la soberanía a los pueblos, ¿por qué Buenos Aires tenía
preeminencia sobre los otros? Los porteños decían que era la antigua capital y que tenía más
recursos económicos y culturales para dirigir al ex virreinato, lo cual fue aceptado por buena
parte de las ciudades. Pero también hubo una creciente tendencia a la autonomía, muy
resistida por la capital en la zona de su inmediata influencia: el litoral de los ríos Uruguay y
Paraná. El líder del levantamiento de la Banda Oriental, iniciado en las áreas rurales en
1811, era José Artigas, quien apoyó primero a los gobiernos porteños pero luego se empezó
a oponer al centralismo y planteó reemplazarlo por un sistema confederal en el cual todas las
provincias estarían en igualdad de condiciones. Esa propuesta hizo que los diputados orientales
fueran rechazados por la Asamblea del año XIII, dominada por la Logia Lautaro. Buenos Aires
intentó acaba con el poder de Artigas, pero éste obtuvo un fuerte respaldo en Entre Ríos,
Corrientes, Santa Fe y la zona en la que habían estado las misiones jesuitas hasta el siglo
XVIII. Todo el Litoral y la Banda Oriental formaron la Liga de los Pueblos Libres, confederal
y bajo el protectorado de Artigas, y dejaron de obedecer al gobierno central. Para 1815,
entonces, el territorio revolucionario estaba partido en dos.
Asimismo, ese mismo año el resto del Interior empezó a mostrarse harto del centralismo
del Directorio. Para colmo la economía estaba arruinada tras la separación del Alto Perú – sede
de las minas – y por los efectos de la guerra; las noticias de Europa – regreso de Fernando VII
al trono, formación de la Santa Alianza que condenaba a los gobiernos surgidos de
revoluciones- atemorizaban a la dirigencia; y el resto de los focos revolucionarios
americanos – México, Nueva Granada, Venezuela, Chile- había caído otra vez en poder
realista. La crisis parecía total.
Una reacción general – que implicó otra vez una agitación popular – derribó a la Logia
Lautaro, expulsando al Director Supremo Alvear. Tras un período de confusión, ascendió al
poder un grupo más conservador, encabezado por el también porteño Juan Martín de
Pueyrredón, que volvió a reestablecer los vínculos entre el Interior y Buenos Aires (pero no
con el Litoral artiguista). Este grupo más moderado fue sin embargo el que impulsó la
declaración de independencia. Esto se explica porque parecían tener pocas alternativas: los
territorios recapturados por los realistas habían sido violentamente reprimidos, la
intransigencia de Fernando VII no permitía una vuelta atrás. Un congreso reunido en
G. Di Meglio – Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata ... 273
Tucumán declaró la independencia de un territorio de límites imprecisos que por consiguiente
fue llamado Provincias Unidas en Sudamérica. El nombre “argentina” sólo se usaba en esa
época para llamar a la gente que vivía a orillas del Río de la Plata, como los porteños (porque
argentum significa plata en latín). Los contemporáneos se reconocían a sí mismos como del
lugar en el que habían nacido – cordobeses, salteños, sanjuaninos, porteños, riojanos, etc – y
como americanos. No había todavía una identidad nacional; ella se iba a formar más adelante,
como consecuencia de la independencia y de haber combatido por una causa común durante
los años revolucionarios.8
Los diputados no se pusieron de acuerdo acerca de cuál debía ser la forma de
gobierno del nuevo país, si una república o una monarquía, y dejaron la resolución en
suspenso, manteniendo de hecho un sistema republicano. Lo que no sufrió desafíos en el
congreso fue el centralismo (más tarde los congresales se trasladaron a Buenos Aires, donde
sancionarían en 1819 una constitución centralista que no llegó a aplicarse). A la vez, el
Congreso procuró afianzar el giro conservador. Al día siguiente de declarar la
independencia, proclamó “fin de la revolución, principio del orden”. Sin embargo,
mientras continuara la guerra de independencia, ese orden anhelado por las elites iba a
resultarles imposible de ser construido.
En el Congreso de Tucumán participaron diputados de ciudades que estaban ocupadas
por los realistas y que hoy no forman parte de la Argentina: Tarija, Potosí y Cochabamba. Las
provincias que integraban los Pueblos Libres, enfrentadas con el Directorio, no estuvieron
presentes. Ellas se consideraban desde 1815 independientes de España y de cualquier otro
país, aunque sin una declaración formal.
Las Provincias Unidas en Sudamérica enfrentaban un desafío complejo. La apuesta fue
apoyar a la expedición que el general San Martín organizaba para atacar a los realistas que
ocupaban Chile, eludiendo así otro posible fracaso en el Alto Perú. La conducción de la
guerra en el norte quedó a cargo del gobernador de Salta Martín Miguel de Güemes, quien con
sus milicias se dedicó a combatir las incursiones de los realistas altoperuanos a través de
una guerra de guerrillas. A este panorama bélico se sumó la guerra civil entre el gobierno
central ubicado en Buenos Aires y los Pueblos Libres artiguistas, que se libró
intermitentemente en los años sucesivos.
8 José Carlos Chiaramonte, Ciudades, provincias, Estados: Orígenes de la Nación Argentina (1800-1846), Buenos Aires, Ariel, 1997.
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El éxito acompañó al plan de San Martín, desde el cruce de los Andes en 1817 y la
derrota de los realistas de Chile en 1819 hasta la ocupación de Lima, base del poder español
en América del Sur, en
1821. En el Río de la Plata, el alto costo del conflicto en fue debilitando al gobierno central,
que debió delegar a figuras de cada provincia la capacidad de reclutar hombres y recursos
para la lucha (éste fue el origen de los futuros caudillos). Por su parte, el enfrentamiento
entre la capital y los artiguistas terminó destruyendo a ambos sistemas: el gobierno de
Pueyrredón apoyó implícitamente en 1816 una invasión portuguesa a la Banda Oriental que
terminó derrotando y expulsando a Artigas en enero de 1820; algunos días más tarde, uno de
los principales comandantes artiguistas, el entrerriano Francisco Ramírez, unido con el
gobernador de Santa Fe Estanislao López, venció a las tropas porteñas del Directorio,
obligándolo a disolverse junto con el Congreso. En 1820, entonces, el gobierno central surgido
en 1810, y con él lo que quedaba del sistema revolucionario, desapareció. Sólo quedaron
provincias sin ningún tipo de organización institucional por encima de ellas.9
Los cambios revolucionarios
¿Terminó la revolución en 1820, con el colapso de los sistemas políticos surgidos de
ella? No hay acuerdo sobre esto. Es indudable que muchos fenómenos abiertos por la
revolución tomarían mucho tiempo; la construcción de los estados nacionales en la región,
por caso, no finalizaría hasta el último tercio del siglo. Incluso la guerra no terminó en aquel
año: en el actual norte argentino duró hasta 1824, y en el sur de las Pampas se mantuvo una
guerrilla realista integrada sobre todo por indígenas hasta 1832.10 De todos modos, la década
de 1820 sirve como punto final para poder evaluar los cambios inmediatos, aquellos que la
Revolución causó ante los ojos mismos de sus protagonistas.
El primer aspecto que aparece como novedad, por supuesto, es la formación de cuatro
nuevas configuraciones “nacionales” en lo que
9 Halperin Donghi, Revolución y Guerra, op. cit. Otras miradas generales sobre el proceso en Geneviève Verdo, L’independence argentine entre cités et nation (1808-1821), Paris, Publications de La Sorbonne, 2006, y Gabriela Tío Vallejo, “Rupturas precoces y legalidades provisorias. El fin del poder español en el Río de la Plata”, Ayer. Revista de historia contemporánea, n. 74, 2009, p. 133-172.
10 Para una reflexión sobre la duración de la revolución y una revisión regional de las transformaciones véase Raúl Fradkin, “¿Qué tuvo de revolucionaria la revolución de independencia?”, Nuevo Topo. Revista de historia y pensamiento crítico, n. 5, 2008, p. 15-43.
G. Di Meglio – Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata ... 275
había sido el Virreinato del Río de la Plata: las Provincias Unidas, que en
1826 adoptarían el nombre de República Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay (aunque la
construcción de los respectivos estados nacionales sería lenta).
Un segundo cambio decisivo es el de los criterios por los cuales unos mandaban y otros
obedecían. Los que en 1810 eran súbditos de un rey se habían convertido para 1820 en
ciudadanos republicanos. Pese a que también la construcción efectiva de esa ciudadanía iba a
llevar tiempo, la instalación de un sistema tan diferente no deja de ser muy significativa. El
gobierno del pueblo comenzó a ejercerse de hecho en 1810, pero su adopción de derecho
sería más compleja. Si bien ya a inicios de 1811 el periódico revolucionario La Gaceta
defendía las ventajas del “gobierno popular” y “en manos de muchos”, la dirigencia no se
arriesgaba a hablar directamente de la instalación de una forma de gobierno republicana.11 La
primera defensa abierta de esa posibilidad la hizo la Banda Oriental, que envió a sus
diputados a la Asamblea del año XIII con instrucciones al respecto; el artiguismo mantuvo
esa posición inalterablemente. En las Provincias Unidas dirigida por Buenos Aires la cuestión
fue más disputada, sobre todo a partir de 1815, con la Restauración europea. Los que se
inclinaban por instaurar una república, apelaban a la tradición clásica y argumentaban que
creaba virtud cívica. Otros preferían buscar un rey en Europa para legitimar la revolución ante
los reyes del Viejo Continentes varios antiguos republicanos adoptaron ideas monárquicas
por esta razón. Fue el caso de Belgrano, quien propuso una línea americanista: hacer rey a un
descendiente de los incas, Juan Bautista Tupac Amaru, pero nadie lo respaldó. Finalmente, la
derrota del Directorio en 1820 terminó con los proyectos monárquicos. La identificación de la
república con el sistema representativo, opuesto a la democracia (que se ejercía por ejemplo
en los cabildos abiertos) fue lo que permitió que quienes antes de ese año se inclinaban
por la creación de una monarquía constitucional adoptaran velozmente la solución
republicana.12 Uno de ellos, Bernardino Rivadavia, sostuvo que el triunfo de la república no
fue producto de una preferencia sino “de la fuerza de las cosas”.13
11 “Orden del día”, 14 de febrero de 1811, Gaceta de Buenos Aires, T. II, Buenos Aires, 1910, p. 109-10. 12 Rubén Salas, Lenguaje, Estado y poder en el Río de la Plata (1816-1827), Instituto de
Investigaciones de Historia del Derecho, Buenos Aires, 1998. 13 Cit. en Ricardo Piccirilli, Rivadavia y su tiempo, T. 3, Buenos Aires, Peuser, 1960, p. 293.
276 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 266-287, jul./dez. 2010
Es menos claro cómo el republicanismo obtuvo su aceptación popular. La Revolución
se hizo en nombre de la soberanía del pueblo, y si bien eso era compatible con una monarquía,
también hacía perfecto sistema con la idea de efectivo gobierno popular. Junto a eso, lo que
parece haber sido decisivo fue la identificación general con la causa de la Patria. La tríada
identitaria colonial era Dios, la Patria y el Rey, pero la guerra de los años 10 la disolvió al
oponer a la Patria con el Rey; como aquella adoptó de hecho la forma republicana de
gobierno, una y otra se fueron transformando en lo mismo quienes lucharon en su nombre. De
ahí parece haber provenido una abstracción: la Patria fue equivalente a la república y el Rey,
el enemigo, a la monarquía como un todo. A la vez, esto coincidía bien con las ambiciones
igualitaristas que eran frecuentes en el Río de la Plata, muy claras en el artiguismo (con su
consigna de que “nadie es más que nadie”).14 El payador oriental Bartolomé Hidalgo, que
también fue popular en Buenos Aires, cantaba que “el Rey es hombre cualquiera”, y que “no
se necesitan reyes / para gobernar los hombres / sino benéficas leyes”.15
Otra transformación profunda iniciada en 1810 fue económica. En el período colonial
todo giraba en torno de la minería altoperuana, en particular de Potosí. El bien más exportado
a través del puerto de Buenos Aires era por lejos la plata, y buena parte de los territorios
rioplatenses se dedicaban a abastecer de distintos productos a esa región. Los descalabros
provocados por la guerra y la pérdida del Alto Perú por parte de los revolucionarios no dejaron
más alternativas que volcar los recursos a la producción pecuaria para la exportación. El
librecambio, promovido por los comerciantes británicos y por sectores criollos como los
hacendados porteños desde antes de 1810 – e instalado por primera vez por el virrey Cisneros
en 1809 para obtener recursos- se volvió una clave económica. El Litoral era el más
favorecido para aprovechar la nueva situación; sin embargo, territorios donde la ganadería se
había desarrollado fuertemente en el siglo XVII, como la Banda Oriental y Entre Ríos,
vieron sus stocks destruidos por la guerra. Buenos Aires, en cambio, con pocos
enfrentamientos librados en su territorio, empezó a volcarse con fuerza a la producción de
cueros y vivió un
14 Véase Gabriel Di Meglio, “República”, en Javier Fernández Sebastián (dir.), Diccionario político y social del mundo
iberoamericano, Madrid, Fundación Carolina-SECC-CEPC, 2009, p. 1270-1281.
15 “Cielito a la venida de la expedición española al Río de la Plata” y “Un gaucho de la guardia del Monte contesta al Manifiesto de Fernando VII”, en Bartolomé Hidalgo, Cielitos y diálogos patrióticos, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1967, p. 26 y 31.
G. Di Meglio – Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata ... 277
despegue económico. Esa reorientación económica sería el inicio de una organización
económica que se consolidaría más tarde en el modelo agroexportador argentino de fines del
siglo XIX.16
A la vez, este cambio trajo aparejado otro en la cúspide social. Los antiguos
comerciantes monopólicos ligados con Cádiz fueron algunos de los principales perdedores
de la Revolución. El comercio quedó pronto en manos de los comerciantes británicos, mientras
que los sectores más ricos del Litoral volcaron sus no tan abundantes capitales a la producción
ganadera. Así, la posición dominante que los comerciantes tenían en Buenos Aires hasta 1810
fue reemplazada en los años 20 por la de los estancieros. Ese fue el origen de la poderosa clase
terrateniente, decisiva en Argentina por décadas desde entonces.17
Una novedad crucial de la Revolución fue el surgimiento de una vida política conflictiva
y multiclasista. Por un lado, del seno de la elite surgió lo que hoy se denominaría una “clase
política”; fueron muchos los que empezaron a dedicarse a lo que algunos contemporáneos
llamaban “la carrera de la revolución”, a llenar sus días de actividad política. Y otra novedad
fue que varias mujeres de la elite empezaron a participar en esa política, discutiendo los
asuntos públicos en sus tertulias o al reunirse en pequeños grupos. Algunos hombres se
preocuparon por ese dato, que iba en contra del lugar pasivo que se asignaba a las mujeres en
la sociedad. En marzo de 1813 un anónimo imprimió un texto que decía: “da vergüenza, y
toca ya la raya de lo escandaloso el modo libre en que se expresa un número no muy
despreciable de jóvenes patricias en orden a los negocios políticos”; retiradas “a lo oscuro y
más recóndito de sus retretes”, hablan de múltiples asuntos y entre otras cosas “satirizan las
más sabias disposiciones de nuestro gobierno”.18 El autor pedía que se las castigara. Pero
muchas siguieron interviniendo en política y algunas se volvieron famosas por eso, como
Macacha Güemes, Melchora Sarratea y Mariquita Sánchez de Thompson.
Asimismo la vez, esa vida política empezó muy pronto a involucrar a sectores ajenos a
las elites, y ese fue un cambio trascendental. En distintas partes del ex Virreinato del
Río de la Plata se dio una
16 Un buen resumen de esta temática en Jorge Gelman, “El mundo rural en transición”, en
Noemí Goldman (dir.), Nueva Historia Argentina, tomo 3, Buenos Aires, Sudamericana, 1998, p. 71-101.
17 Tulio Halperin Donghi, “Clase terrateniente y poder político en Buenos Aires (1820- 1930)”, Cuadernos de Historia Regional, n. 15, 1995, p. 11-46.
18 “Memoria sobre la necesidad de contener la demasiada y perjudicial licencia de las mujeres en el hablar”, Impresos, biblioteca John Carter Brown, 68-334-181.
278 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 266-287, jul./dez. 2010
participación popular que devino fundamental. En la Banda Oriental, peones, ocupantes de
tierra sin título, esclavos y otros integrantes del universo popular que siguieron a
Artigas buscaron con la lucha a favor de la Revolución mejorar sus condiciones de vida,
asegurar el respeto de derechos consuetudinarios y lograr una sociedad más justa;
presionaron en 1815 para obtener tierras de los “malos europeos y peores americanos”,
enemigos del sistema, hasta que la invasión portuguesa puso fin a la experiencia.19 En Salta y
Jujuy, los campesinos
– llamados “gauchos” en ese momento – que se movilizaron en 1814 contra los realistas y
terminaron liderados por Güemes, consiguieron el fuero militar, que les permitía no ser
juzgados por el Cabildo sino por sus más permisivos oficiales, y dejaron de pagar los
arriendos mientras durara la guerra.20 Le dieron un sentido propio al concepto de patria, en
nombre del cual luchaban, que incluía las nociones de igualdad ante la ley y abolición de las
distinciones étnicas; a la elite le costó muchos años lograr la desmovilización y el
reestablecimiento del orden social.21 Ambos movimientos tuvieron una fuerte base rural y
desafiaron abiertamente el orden social. Fueron los más radicales de la región pero no los
únicos. También otras zonas vivieron conmociones populares, como Mendoza, donde en 1812
hubo una fallida revuelta de esclavos, y el resto del Litoral artiguista, donde hubo otros
desafíos al orden, como ocurrió en Entre Ríos y en la zona de las antiguas misiones jesuitas,
donde hubo una amplia movilización indígena.22 También en la ciudad de Buenos Aires la
participación popular fue decisiva. Aunque el desafío allí al orden social fue menos claro, los
efectos de la acción plebeya fueron de mucho peso, en particular porque al ser una capital, los
movimientos con presencia popular tenían consecuencias que iban más allá del ámbito
urbano; si caía un gobierno, implicaba a todas las Provincias Unidas. A continuación me
ocuparé de ese tema, apelando a mis propias investigaciones.
19 Ana Frega, Pueblos y soberanía en la revolución artiguista. La región de Santo Domingo Soriano desde fines de la colonia hasta la ocupación portuguesa, Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 2007.
20 Sara Mata, Los gauchos de Güemes. Guerras de independencia y conflicto social, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2008.
21 Gustavo Paz, Province and Nation in Northern Argentina. Peasants, Elite, and the State, 1780-1880, tesis doctoral, Emory University, 1999.
22 Beatriz Bragoni, “Esclavos, libertos y soldados. La cultura política plebeya en Cuyo durante la revolución”, en Rául Fradkin (ed.), ¿Y el pueblo dónde está? Contribuciones para una historia popular de la revolución de independencia en el Río de la Plata, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2008, p. 107-150. Para el Litoral véase el artículo de Raúl Fradkin en este mismo dossier.
G. Di Meglio – Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata ... 279 La participación política popular en la ciudad de Buenos Aires
Casi un año después de la instalación de la Primera Junta, lo he mencionado ya, la
dirigencia revolucionaria empezó a tener divisiones internas que llevaron a una ruptura
entre una facción más radical y otra más moderada. ¿Cómo dirimir un enfrentamiento
ahora que ya no se contaba con la autoridad metropolitana para desempatar? Los
saavedristas encontraron un camino para quitar de en medio a los diputados morenistas de la
Junta: apelar a una agitación popular. Pero
¿quién podía protagonizarla? Hallaron la respuesta en quienes ocupaban la porción más baja de
la sociedad.
La pertenencia al mundo popular estaba determinada por el color de piel si se trataba de
negros, pardos o trigueños (aunque también había muchos plebeyos blancos), por la falta de
“respetabilidad” (marcada por la ausencia del título don/doña delante de sus nombres), por la
pobreza, la ocupación laboral (manual o sin calificación), la lejanía del poder político, la
situación de dependencia con respecto a otros, las dificultades para poder formar un hogar y
los espacios de sociabilidad compartidos. La mayor parte de los artesanos de la ciudad, junto
con una suerte de heterogéneo proletariado urbano, y también los esclavos
– que pese a la gran diferencia de no tener libertad estaban incluidos en muchos de los rasgos
recién enunciados – formaban la “plebe” o “bajo pueblo”.
En la noche del 5 de abril de 1811 la facción de Saavedra organizó una concentración en
la Plaza de la Victoria, la principal de la ciudad. Para ello “se saltó a los arrabales en busca
de máquinas para ejecutar el movimiento, o como entonces se decía, se apeló a los hombres
de poncho y chiripá contra los hombres de capa y de casaca”.23 En esa sociedad preindustrial,
la ropa era muy cara y ciertas prendas sólo podían lucirlas quienes tenían dinero. La levita era
un símbolo de diferencia social; los hombres de los sectores medios y bajos usaban la
chaqueta como prenda; los más pobres usaban poncho y chiripá, en ocasiones eran tildados de
“descamisados”. Estos pobladores de los suburbios, apoyados por el grueso de las tropas
presentes en Buenos Aires – que mantuvieron un segundo plano en la acción para evitar
acusaciones de un movimiento realizado por la fuerza –, se presentaron como “el
23 Ignacio Núñez, “Noticias Históricas”, Biblioteca de Mayo, T. I, Buenos Aires, Senado de la Nación, 1960, p. 452.
280 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 266-287, jul./dez. 2010
pueblo”. De este modo, estaban ampliando el alcance de un concepto que hasta entonces era
socialmente limitado.
No es fácil conocer los motivos plebeyos para participar, siempre es muy difícil hallar
documentos para explorar las posturas populares, pero hay dos causas que se pueden inferir.
Primero, la movilización fue conducida por varios alcaldes de barrio, vecinos destacados de
cada distrito a quienes el Cabildo designaba en el cargo para ocuparse de la policía, la higiene
y el orden; su influencia era importante y pudieron volcarla en esta ocasión. Luego, el primer
punto del petitorio entregado al Cabildo da un indicio clave: se exige la expulsión de todos
los españoles de la ciudad. Esa animosidad contra los europeos era más moderada entre la
elite que entre la plebe, que sufría cotidianamente las ventajas peninsulares en la consideración
social, el comercio minorista o el mercado matrimonial. A ella se apeló, aparentemente, para
lograr la masiva presencia popular. Surgió así una práctica: para que la elite pudiera movilizar
a personas ajenas a ella no le alcanzaba con ejercer una autoridad o con disponer de relaciones
clientelares; tenía que encontrar motivos compartidos con aquellos a quienes buscaba
conducir, y así sería en los siguientes movimientos de la década. Cuando en 1814
Saavedra fue juzgado por lo ocurrido en abril de 1811, se quejó diciendo que la combinación de
“plebe en la plaza y tropas sosteniéndola” había vuelto a ser utilizada en posteriores cambios
de gobierno.24
En 1811 apareció otra forma de participación plebeya: la fiesta política. En mayo se
conmemoró el aniversario de la Revolución con festejos masivos. La presencia popular en
celebraciones públicas era común hasta entonces, lo nuevo era que ahora se habían
politizado. Las victorias militares y otros acontecimientos destacados se volvieron motivo de
celebración callejera. Las fiestas mayas – para homenajear a la Revolución – se convirtieron
en fundamentales para la vida pública porteña, abarcando a todos los sectores sociales.
El año 1811 terminó por volverse determinante en la historia popular por el motín en
diciembre de la tropa del Regimiento de Patricios, formada sobre todo por jornaleros, artesanos
y menestrales pobres (ninguno llevaba el don delante de su nombre). Tras la Revolución, el
regimiento había sido convertido en parte del ejército de línea; pasado el fervor inicial,
cuando la guerra empezó a alargarse, el impulso gubernamental hacia la profesionalización
militar fue caldeando los ánimos en las filas.
24 “Instrucción de Saavedra a Juan de la Rosa Alba”, en Biblioteca de Mayo, T. II, vol. 1, Buenos Aires, Senado de la Nación, 1960, p. 1122.
G. Di Meglio – Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata ... 281
Algunos cabos redactaron un petitorio solicitando que “se nos trate como a fieles ciudadanos
libres y no como a tropa de línea”. Un oficial amenazó con cortar la trenza, distintivo del
regimiento, a quienes no mantuvieran la disciplina, provocando un rechazo generalizado:
“más fácil les sería cargarse de cadenas que dejarse pelar”. La respuesta del oficial fue que si
sentían el hecho como una afrenta “él también estaría afrentado pues se hallaba con el pelo
cortado”, pero la indignada réplica argumentó “que él tenía trajes y levitas para disimularlo”.
Así, en un movimiento que buscaba defender el derecho de los milicianos también se puso
apareció en juego una tensión social entre la oficialidad y la tropa.25 Los amotinados no
aceptaron negociar y el gobierno terminó atacándolos con fuerzas leales, que lograron tomar el
cuartel tras un corto y violento combate. Once dirigentes fueron fusilados y colgados.
De ahí en más hubo varios levantamientos o intentos de motín en el ejército de línea; a
diferencia de las movilizaciones contra los gobiernos eran liderados por miembros de la plebe
y no de la elite. En enero de
1819 fue otra vez el turno de la milicia: los sargentos, cabos y soldados del Tercer Tercio
Cívico, cuerpo integrado por pardos y morenos, realizaron un motín contra las autoridades,
que buscaban acuartelarlas y no respetaban así el derecho miliciano de servir desde cada
domicilio; a esto se sumaron elementos de tensión racial. El soldado Santiago Manul dijo ante
un grupo de changadores que el gobierno “es un ingrato, no atiende a nuestros servicios, nos
quiere hacer esclavos” y que “vamos a morir en defensa de nuestros derechos”, al tiempo que
hubo soldados que tuvieron expresiones “contra los blancos”.26 El motín, finalmente, fue
desbaratado.
Al año siguiente, el mismo Tercer Tercio, junto con el Segundo, que también tenía una
importante composición plebeya porque aglutinaba a los habitantes de los suburbios de
Buenos Aires, cumplieron un papel decisivo en los conflictos que siguieron en la ciudad a
la caída del gobierno central. En octubre de 1820 ambos cuerpos, a los que se sumaron otros
plebeyos, participaron, dirigidos por sus oficiales, en un levantamiento en contra del regreso
al poder de la impopular facción que había ocupado el Directorio entre 1816 y ese año. La
intervención de milicias de la campaña llevó a los oficiales rebeldes a negociar, pero las
tropas de los Tercios decidieron resistir y fueron vencidas con
25 Las citas textuales en Ernesto Fitte, El motín de las trenzas, Buenos Aires, Fernández
Blanco, 1960, p. 92, 86 y 87. 26 Archivo General de la Nación [en adelante AGN], sala X, legajo 30-3-4, Sumarios
Militares, 957.
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una gran matanza. Las milicias de la ciudad fueron empequeñecidas y debilitadas desde
entonces.
¿Cuáles fueron las razones de la participación política popular? Una de las claves de la
movilización en la década de 1810 fue la ya mencionada animadversión contra los españoles.
En junio de 1812, un esclavo llamado Ventura denunció que su amo, el poderoso comerciante
vizcaíno Martín de Álzaga, estaba organizando la contrarrevolución. Como consecuencia, el
gobierno apresó a los peninsulares implicados y la presión popular lo forzó a tomar duras
medidas: 33 españoles fueron fusilados a lo largo de un furioso mes, en el cual los porteños
ganaron varias veces las calles ante rumores de invasión desde Montevideo con apoyo local.
Los integrantes del Triunvirato fueron hostigados mientras caminaban o recibieron ataques a
sus residencias al ser acusados de tibios. El asunto concluyó con cientos de españoles
expulsados de la ciudad a zonas de la campaña bonaerense.
Ese odio politizado permitía a los plebeyos dirimir conflictos con los peninsulares
surgidos en otras esferas; buena parte de las tensiones sociales de la época se subsumieron en
ese tomar a los españoles como blanco. A lo largo de los años, varios fueron delatados – con
evidencia o sin ella – por conspirar contra la revolución, y terminaron presos o muertos. La
adhesión a la Patria, es decir al campo revolucionario, fue igualando simbólicamente a todos
los americanos, incluyendo a los africanos, en oposición a los peninsulares, llamados
“sarracenos”.
Es que en el apoyo a la Revolución hubo también una tendencia igualitarista. Ésta fue en
alguna medida el resultado de la politización de una situación previa: una sociedad integrada
según escribió el virrey Santiago de Liniers en 1806 por “gentes que se creen todos
iguales”.27
Según el relato de un integrante de la tropa de los cuerpos voluntarios de la milicia que se
formaron en 1806, “los soldados de cada compañía no querían que sus oficiales llevasen la
charretera sino una pequeña señal”, porque eran símbolos de vanidad; para mostrar su opinión
hubo milicianos que se pusieron charreteras de papel en la bragueta.28 El igualitarismo fue
también una de las claves del discurso del grupo más radical de revolucionarios – de Moreno
a Monteagudo – en los inicios de la Revolución, y también fue una de las claves del
artiguismo, cuya zona de origen estaba ubicada a sólo cincuenta kilómetros de Buenos Aires.
27 Cit. en Paul Groussac, Santiago de Liniers, Buenos Aires, Ediciones Estrada, 1943, p. 120. 28 Diario de un Soldado, Ministerio del Interior, Buenos Aires, 1960, p. 65.
G. Di Meglio – Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata ... 283
Las aspiraciones igualitaristas fueron poco satisfechas, pero de cualquier manera la
Revolución, y también la guerra, dieron lugar a un cambio fundamental a este respecto: la
disolución del sistema de castas, que obligaba a la inferioridad legal a negros, mestizos,
pardos y zambos. Ya en la expedición que partió en 1810 hacia el norte, el comandante Juan
José Castelli –un radical- alabó el comportamiento de las compañías de castas y preguntó al
gobierno “¿No pudieran declararle cuando lo exija la oportunidad el uso del Don a uno de
castas?”.29 El cambio no fue inmediato pero empezó a desenvolviendo a lo largo de esos años.
Las desigualdades por el color de piel no desaparecieron de la sociedad, pero sí lo hicieron
legalmente.
Para la población negra había un objetivo primordial, que compartían los esclavos y los
libertos emparentados con ellos: obtener la libertad. En la Revolución encontraron un camino
posible para lograrla: por un lado a través del ingreso de los hombres a los ejércitos, de donde
suponían que iban a salir libres; por otro, por las esperanzas generadas por la libertad de
vientres en 1813, que hizo a un moreno libre declarar en 1815 que “todo respira el desterrar la
esclavitud”.30 Esto no iba a ocurrir, aunque la esclavitud como institución se debilitaría
muchísimo con la Revolución y su importancia económica se desmoronaría (a pesar de lo cual
no fue abolida hasta la Constitución Nacional de 1853). En los años revolucionarios se creó
una fuerte identificación de los negros con la causa de la Patria. Servirla daba derechos;
cuando en 1820 un oficial insultó a unos soldados negros, uno de ellos le dijo que si bien era
negro era un cabo de la Patria, dando inicio a una gritería en contra del oficial.31
A estas motivaciones de fondo hay que añadirle en cada movilización concreta las razones
particulares, cuando se pueden dilucidar. En los motines descritos y en otras ocasiones lo que
llevó a la acción, y a la determinación para defender posiciones, fue la sensación de un derecho
ultrajado. Los derechos, aunque desiguales, eran un fundamento central de la sociedad colonial
y la indignación que causaba el que no se los respetara era un motor poderoso para obrar.
En otras ocasiones puede parecer que la actuación popular se debió a la obediencia. Es lo
que parece haber ocurrido en abril de 1815, cuando el Cabildo convocó con su campana a la
defensa de la ciudad de un
29 Cit. en Goldman, Historia y lenguaje, op. cit., p. 131. 30 Solicitud de Hilarión Gómez en AGN, X, 8-9-4, Solicitudes Civiles y Militares. 31 AGN, X, 29-10-2, Sumarios Militares, 146.
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posible ataque del Director Supremo Alvear, quien avanzaba con su ejército para sofocar el
levantamiento en su contra liderado por aquella institución. Para la población, el Cabildo era
un “padre” que velaba por el bien común, y muchos respondían a sus llamados. Pero también
es verdad que Alvear era odiado porque había incrementado aún más el esfuerzo reclutador
del Estado sobre la plebe, ya muy fuerte desde 1812, y porque había aumentado el precio de
la carne y del pan – las bases de la dieta porteña – debido a impuestos para la guerra. Es
indudable que ese descontento contribuyó a la obediencia prestada al llamado del Cabildo.32
En el ya mencionado levantamiento miliciano de octubre de 1820, los plebeyos que
intervinieron pueden haber concurrido por orden de sus oficiales y también porque el Cabildo
respaldaba a de los rebeldes. Pero esto no alcanza como explicación, puesto que durante el
mismo año existieron otras convocatorias en los cuales las tropas no respondieron a sus
oficiales. No bastaba en esos momentos convulsionados con dar órdenes para que éstas
fueran cumplidas, sino que se necesitaba un acuerdo en los motivos de la movilización. La
obediencia no explica tampoco las causas de la intransigencia durante ese levantamiento de la
tropa miliciana en la Plaza de la Victoria; los soldados, furiosos contra los “directoriales”, no
aceptaron las negociaciones de sus jefes. Lo primordial fue el posicionamiento político.
Otra causa de participación puede haber sido el clientelismo. Es indudable que
existieron personajes que usaron su influencia barrial, conseguida gracias a su importancia
social, a ejercer un cargo público o por ambas cosas (que en general se combinaban), para
movilizar gente. Estos líderes locales se convirtieron desde la década de 1810 en piezas clave
de la política porteña.
Esto es claro en el levantamiento de octubre de 1812, cuando la Logia Lautaro llegó al
poder desplazando al Primer Triunvirato. La Logia había preparado una movilización de la que
tomarían parte fuerzas militares e integrantes de de la Sociedad Patriótica, todos hombres de
la elite. Sin embargo, a su lado hubo una presencia plebeya, ligada a la figura de Juan José
Paso. Su hermano, Francisco, estaba vinculado a dos abastecedores de forraje de algunos
cuarteles militares, Hilario y Antonio Sosa, a quienes su actividad les daba ascendencia en las
quintas cercanas al ámbito urbano. Ambos participaron en la movilización y firmaron el
32 Los aumentos y sus causas en AGN, X, 30-10-1, Órdenes de Policía, 188; Acuerdos del
Extinguido Cabildo, serie IV, Tomo VI, Buenos Aires, 1927, p. 405.
G. Di Meglio – Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata ... 285
petitorio que se presentó al Cabildo. Es altamente probable que fueran ellos los que
condujeron a muchos plebeyos a la plaza; indudablemente eso permitió que Paso, quien había
integrado el Triunvirato contra el cual se estaba manifestando, fuera elegido para ser parte del
nuevo gobierno. Asimismo, es posible que se haya prometido dinero a algunos concurrentes.
Meses más tarde, el pardo Santiago Mercado, alias Chapa, quien se ocupaba de “trajinar en el
comercio y andar comprando y vendiendo”, dijo que se habían empleado veintiséis mil
pesos para sobornar a militares y a otros con el fin de que se hicieran presentes en la plaza
ese día. Al poco tiempo, en enero de 1813, a través de una denuncia contra el mencionado
Mercado, y de gente que oyó a “un dependiente” o a “varios mozos”, el gobierno tomó
conocimiento de una conspiración en su contra dirigida por Francisco Paso y los hermanos
Sosa.33 Esta pequeña facción que agrupaba a prominentes miembros de la elite como los
hermanos Paso, a líderes intermedios (brokers) como los Sosa y a seguidores como Mercado
parece responder bien a un modelo clientelar. De todos modos, no implica que quienes
acudieron no lo hicieran también por motivos políticos; de hecho, se supo que los Sosa habían
usado argumentos para soliviantar los ánimos, diciendo que querían hacer guillotinar a “los
malos paisanos”, lo cual recuerda lo ocurrido en abril de 1811.34
Una característica que afianzó la participación del bajo pueblo en los asuntos públicos
fue la politización de los espacios de sociabilidad popular. Mercados, calles y pulperías
(esquinas en las que se vendían alimentos y otros bienes, además de ser despachos de
bebidas), fueron sitios de difusión de rumores, de lectura de la prensa en voz alta y de
discusiones políticas.35
Al final de la década de 1810, la plebe había sufrido fuertemente la guerra de la
independencia -muchos de los soldados que pelearon tenían esa extracción social; algunos
entraron al Ejército voluntariamente y otros fueron obligados a hacerlo-. Los plebeyos pasaron
largas temporadas en condiciones muy duras, y cuando terminó el conflicto solían seguir
33 AGN, X, 29-9-8, SM, 83a. 34 AGN, X, 29-9-8, SM, 83a. 35 Para todo lo expuesto en este aparado puede verse Gabriel Di Meglio, ¡Viva el bajo pueblo! La plebe urbana de Buenos
Aires y la política entre la Revolución de Mayo y el rosismo, Buenos Aires, Prometeo, 2006. La participación popular en la campaña bonaerense en los años revolucionarios, más limitada pero también importante, ha sido estudiada por Raúl Fradkin, “Cultura política y acción colectiva en Buenos Aires (1806-1829)”, en Fradkin (ed.), ¿Y el pueblo dónde está? Contribuciones para una historia popular de la revolución de independencia en el Río de la Plata, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2008, p. 27-65.
286 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 266-287, jul./dez. 2010
tan pobres como antes. De ahí la aparición de lamentos populares que recogió Bartolomé
Hidalgo: “el que tiene es don Julano / y el que perdió se amoló: / sin que todos los servicios /
que a la Patria le emprestó / lo libren de una roncada / que le largue algún pintor.36 Esa
sensación fue una de las causas de la progresiva inclusión de una dimensión social en el
conflicto político local que se afianzaría desde 1820: la aversión creciente contra los
“aristócratas”, que reemplazaron a los españoles como principal enemigo de muchos
plebeyos.
La participación popular siguió siendo activa y decisiva en la política porteña, tanto en
las movilizaciones contra gobiernos, como en la intervención en las elecciones que se
volvieron centrales en la política porteña desde 1821 y en otras agitaciones.37 Esto se debió
en buena medida a que la elite porteña no logró crear reglas duraderas para zanjar sus disputas
facciosas, lo cual dio un protagonismo extendido a la movilización popular, al tiempo que
esa participación dificultaba a su vez el logro de un orden que satisficiera a la elite. Recién
en los años 1840, cuando promediaba el segundo gobierno del poderoso Juan Manuel de
Rosas en Buenos Aires, el ciclo de movilización popular porteño llegaría a su fin. Rosas,
obsesionado por el orden, entendió que para lograrlo debía controlar – según confió a un
diplomático – a “los hombres de las clases bajas”, siempre dispuestos “contra los ricos y
superiores”, para lo cual procuró “conseguir una influencia grande sobre esa clase para
contenerla, o dirigirla”.38 Lo consiguió a través de la eliminación de la competencia política
efectiva en la ciudad de Buenos Aires, obteniendo así la desmovilización popular.39
La participación popular en la Revolución fue uno de los cambios más fuertes
introducidos por ésta: toda la política de la primera mitad del siglo XIX estuvo condicionada
por aquella. Si se suma a las transformaciones enumeradas en el segundo apartado de este
artículo, se puede apreciar que los años 1810 introdujeron modificaciones decisivas en el Río
de la Plata. Es cierto que al observar otras esferas, como la
36 “Diálogo patriótico interesante”, en Hidalgo, op. cit., p. 48. 37 Para las elecciones véase Marcela Ternavasio, La revolución del voto. Política y elecciones en Buenos Aires, 1810-1852,
Buenos Aires, Siglo XXI, 2002. 38 “Párrafos de la nota en que el agente oriental da cuenta á su gobierno de una conferencia con el nuevo gobernador de
Buenos Aires don Juan M. Rosas” (1829), en José María Ramos Mejía, Rosas y su tiempo, T. I, Editorial Científica y Literaria Argentina, Buenos Aires, 1927.
39 Tulio Halperin Donghi, De la revolución de independencia a la confederación rosista, Buenos Aires, Paidós, 1985; Gabriel Di Meglio, ¡Mueran los salvajes unitarios! La Mazorca y la política en tiempos de Rosas, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2007.
G. Di Meglio – Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata ... 287
judicial o la religiosa, los cambios son menos abruptos, pero ello no alcanza a equilibrar el
peso de la innovación. Hay un dato más que marca el peso de lo ocurrido en esos diez años: la
opinión de los contemporáneos; todos sostuvieron que estaban atravesando una experiencia
única de convulsión, un cambio profundo. La Revolución transformó la vida de quienes la
protagonizaron, defendieron y padecieron. Nada volvería a ser igual.
Solicitado em 15/12/2009. Aprovado em 12/09/2010.
GUÍA DE LECTURA
Tener en cuenta:
- Qué determinaba la pertenencia al mundo popular.
-Regiones en las que se observa la participación de sectores populares. Razones de dicha
participación.
-Qué quiere decir el autor al afirmar que la participación popular en el caso de Buenos Aires
no significó un “desafío al orden social” como en otras regiones.
-Casos de participación de sectores populares, plebe o bajo pueblo en el Río de la Plata,
específicamente en Buenos Aires. Razones de dicha participación.
-Qué significa que la élite porteña no lograba mecanismos para resolver sus disputas y por ello
convocó a la plebe.
-Razones por las cuales para el autor se trató de una revolución. Identificar el concepto de
revolución que utiliza.
CLAVES Y CONCEPTOS PARA COMPRENDER LOS PROCESOS DE INDEPENDENCIA EN EL RIO DE LA PLATA
Los videos que detallamos a continuación presentan reflexiones realizadas por diferentes historiadores en torno a conceptos centrales para comprender el proceso de revolución e independencia en el Río de la Plata. - Fabio Wasserman: sobre el concepto de revolución https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=70171&referente=docentes https://www.youtube.com/watch?v=NYtG8W-iyEA Duración: 6:35 minutos. - Alejandra Pasino: sobre el concepto de independencia https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=70174&referente=docentes https://www.youtube.com/watch?v=1BAHTBcIYWI Duración: 6:38 minutos. - Noemí Goldman: sobre el concepto de pueblo https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=70013&referente=docentes https://www.youtube.com/watch?v=1_Wmng1PluE Duración: 7:08 minutos. - Gabriel Di Meglio: sobre el concepto de patria https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=70173 https://www.youtube.com/watch?v=8UPkUwTAHAc Duración: 6:40 minutos. - Nora Souto: sobre el concepto de nación https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=70012&referente=docentes https://www.youtube.com/watch?v=VdQMIvJvOeM Duración: 6:46 minutos. -“Bicentenario: los chicos piensan - Conceptos claves del período colonial: libertad, independencia, revolución”. https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=73602&referente=docentes https://www.youtube.com/watch?v=5R2YZQdbPdg Bicentenario: los chicos piensan - Conceptos claves del período colonial: patria, pueblo. Parte II https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=73603&referente=docentes https://www.youtube.com/watch?v=BXHJdmVJtDw Duración: 7 minutos. Estos videos presentan una serie de microentrevistas grabadas con chicos de tres escuelas argentinas. Los niños y jóvenes plantean preguntas en torno a esta fecha tan importante de la historia de nuestro país y hablan sobre lo que significa para ellos la libertad, la independencia, la patria, la revolución y el pueblo a partir de lo que pasó en Mayo de 1810, pero también sobre lo que estas ideas representan para ellos hoy, en su vida. Tres historiadores contestaron luego a sus preguntas, en el marco de los festejos públicos del Bicentenario.
- Ciclo Años Decisivos. Este Ciclo cuenta con varios videos que abordan determinados años donde se produjeron acontecimientos decisivos en el desarrollo de la historia Argentina. Refieren a aspectos sociales, políticos, económicos y culturales específicos. “Año 1806” http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=105665 https://www.youtube.com/watch?v=GlCYaaMSvpQ “Año 1810” http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=105666 https://www.youtube.com/watch?v=Z4xBhWTgbV4 “Año 1816” http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=105667 https://www.youtube.com/watch?v=mrFXECsyIuQ - Dos siglos después. Los caminos de la Revolución Para ampliar el tema, este programa especial condensa la reflexión sobre la historia de la Revolución de Mayo a través del tiempo, sus interpretaciones y nuevas lecturas con un valioso aporte del grupo Los Historiadores y el Bicentenario. http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=108621 Duración: 56 minutos. - Múltiples voces para el Bicentenario Raúl Fradkin -docente de la Universidad Nacional de Luján y de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires- desarrolla los pormenores del proceso de revolución e independencia en el Río de la Plata. http://vocesbicentenario.educ.ar/?p=15#entrevista_1418 - Congreso de los Pueblos Libres https://www.youtube.com/watch?v=30lr7PrvIJk Duración: 4:43 minutos. El 29 de junio de 1815 se celebró el Congreso de Oriente o Congreso de los Pueblos Libres. ¿Quiénes participaron? ¿Qué significó ese congreso en el proceso independentista de nuestro país y de la región? El historiador Gabriel Di Meglio brinda algunas claves históricas para comprender su importancia. - Historia de las clases populares - Las Palabras de Manul http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=117286 Duración: 26 minutos. El historiador Di Meglio analiza la participación popular en Buenos Aires, en los años que siguieron a la Revolución de Mayo, y un motín en el que milicianos pardos y morenos, en 1819, se resistieron a las medidas del gobierno revolucionario. Las palabras de Manul se detiene en las declaraciones de Santiago Manul, uno de los soldados líderes de ese levantamiento, en el juicio que se realizaba en su contra. - Ciclo “Bajo pueblo”, compuesto por cuatro videos que describen las particularidades de las clases populares hacia 1810-1816. Dan cuenta de sectores “olvidados” y de las fuentes históricas a través de las cuales se puede estudiar el “bajo pueblo”. El canto del tambor. Parte I http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=100749 El canto del tambor. Parte II http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=100750 El mundo popular http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=100751
La revolución guaraní http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=100752 - Entrevista a Galeano. Telesur, 4 de marzo de 2011. https://www.youtube.com/watch?v=-iqgSgbjowM Duración del fragmento: 9:15 minutos. Al ser cuestionado por el contexto actual de Suramérica, Eduardo Galeano, autor del libro Las
venas abiertas de América Latina afirmó que "la independencia es todavía una tarea por hacer"
y agregó que la principal clave para alcanzarla es "aprender a ser originales”
7-Primer Informe
a. Actividades de resolución obligatoria
b. Boceto del mural
c. Fundamentación del mural
OLIMPÍADA DE HISTORIA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
EDICIÓN 2016
CATEGORIA BICENTENARIO: Muros con Historia
A 200 años de la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América
PRIMER INFORME: ACTIVIDADES DE RESOLUCIÓN OBLIGATORIA
Nº de inscripción
Cue
Escuela
Teléfono
Localidad
Provincia
Docente tutor/a
Mail Docente
tutor/a
Equipo Nº
Alumno/a
Alumno/a
Alumno/a
Actividades obligatorias:
A fines del siglo XVIII, el orden colonial asistió a una profunda crisis. Ésta se resolvió finalmente
a través de un proceso de características revolucionarias. Al respecto:
1- Definan el concepto de crisis. ¿Cuáles fueron las causas de esa crisis?
2- Observen el video de Fabio Wasserman sobre el concepto de revolución:
https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=70171&referente=docentes
https://www.youtube.com/watch?v=NYtG8W-iyEA. Duración: 6:35 minutos.
A partir de lo observado, elaboren un texto en el que respondan a estos interrogantes:
- ¿Qué actores de la época fueron los primeros en plantear que lo que sucedía en mayo de
1810 era una “revolución”? ¿Qué sentidos se otorgaba al término?
- ¿De qué manera y quiénes dotaron al concepto “revolución” de un contenido asociado a las
ideas de igualdad y libertad?
3- Indiquen si las siguientes afirmaciones son verdaderas (V) o falsas (F). Justifiquen sus
respuestas:
I. El proceso de militarización producto de las invasiones inglesas cambió el equilibrio de poder
en el Río de la Plata. ____
II. La Revolución de Mayo no fue un hecho aislado. ____
III. La formación de juntas se basó en el principio de retroversión de la soberanía. ____
IV. Todas las regiones del Virreinato adhirieron a la Revolución de Mayo. ____
V. La Revolución no contó con la participación de los sectores populares. ____
4- A partir de la lectura del texto “Algunas claves de la Revolución en el Río de la Plata (1810-
1820)” de Gabriel Di Meglio y de la observación del video Historia de las clases populares – Las
Palabras de Manul
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=117286, respondan:
a- ¿Qué transformaciones llevó a cabo la revolución?
b- En el caso del motín de milicianos que se produjo en Buenos Aires, en 1819: ¿Por qué
participaron los milicianos pardos y morenos? ¿Cómo impactó la revolución en la vida
cotidiana de este grupo? ¿Cómo expresó el miliciano Santiago Manul las expectativas que les
generó la revolución?
5- Observen los videos en los que se entrevista a Noemí Goldman, Gabriel Di Meglio y Nora
Souto, centrados en los conceptos de pueblo, patria y nación.
- Noemí Goldman: sobre el concepto de pueblo
https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=70013&referente=docentes
https://www.youtube.com/watch?v=1_Wmng1PluE
Duración: 7:08 minutos.
- Gabriel Di Meglio: sobre el concepto de patria
https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=70173
https://www.youtube.com/watch?v=8UPkUwTAHAc
Duración: 6:40 minutos.
- Nora Souto: sobre el concepto de nación
https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=70012&referente=docentes
https://www.youtube.com/watch?v=VdQMIvJvOeM
Duración: 6:46 minutos.
Teniendo en cuenta las reflexiones realizadas por los historiadores, completen el cuadro,
sintetizando los significados atribuidos por los actores a “pueblo”, “nación” y “patria”, en el
contexto del proceso de revolución e independencia.
SIGNIFICADOS
PUEBLO
NACIÓN
PATRIA
6- Luego de la vuelta de Fernando VII al trono se aceleran los planes independentistas. Al
respecto, observen el video de Alejandra Pasino: sobre el concepto de independencia
https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=70174&referente=docentes
https://www.youtube.com/watch?v=1BAHTBcIYWI. Duración: 6:38 minutos.
a- ¿Cómo se entendía el término “independencia” hacia 1810, en el contexto de la invasión
napoleónica a España?
b- ¿Qué diferencias pueden identificar entre dicho significado y el que aparece en los
documentos (de 1813 y 1816) citados a continuación? Tengan en cuenta:
Los contextos en que se redactaron cada una de las fuentes.
Los cambios ocurridos en el ex virreinato y en la península ibérica entre 1810
“Instrucciones Orientales” enviadas por Artigas a la Asamblea de 1813
“Primeramente pedirá la declaración de la independencia absoluta de estas colonias, que
ellas están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona de España y familia de
los Borbones y que toda conexión política entre ellas y el Estado de la España, es y debe
ser totalmente disuelta."
Acta de Independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica, 1816.
En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de julio de mil
ochocientos diez y seis, terminada la sesión ordinaria, el Congreso de la Provincias Unidas continuó sus
anteriores discusiones sobre el grande, augusto, y sagrado objeto de la independencia de los pueblos
que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación
solemne del poder despótico de los reyes de España. Los representantes, sin embargo, consagraron a
tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que
demanda la sanción de la suerte suya, la de los pueblos representados y la de toda la posteridad. A su
término fueron preguntados si querían que las provincias de la Unión fuesen una nación libre e
independiente de los reyes de España y su metrópoli. Aclamaron primero, llenos del santo ardor de la
justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su unánime voto por la independencia del país, fijando
en su virtud la determinación siguiente:
“Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en Congreso General,
invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los pueblos que
representamos, protestando al cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia, que regla
nuestros votos, declaramos solemnemente a la faz de la tierra que, es voluntad unánime e indudable de
estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los
derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente
del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con
amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales
circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por
nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas,
haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del respeto
que se debe a la naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta
solemne declaración.”
”Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del congreso y refrendada
por nuestros diputados secretarios. – Francisco Narciso de Laprida, presidente. –Mariano Boedo, vice-
presidente, diputado por Salta. –Dr. Antonio Sáenz, diputado por Buenos Aires. – Dr. José Darregueyra,
diputado por Buenos Aires. – Dr. Fray Cayetano José Rodríguez, diputado por Buenos Aires. – Dr. Pedro
Medrano, diputado por Buenos Aires. – Dr. Manuel Antonio Acevedo, diputado por Catamarca. – Dr.
José Ignacio de Gorriti, diputado por Salta. – Dr. José Andrés Pacheco Melo, diputado por Chichas. – Dr.
Teodoro Sánchez de Bustamante, diputado por la ciudad y territorio de Jujuy. – Eduardo Pérez Bulnes,
diputado por Córdoba. – Tomás Godoy Cruz, diputado por Mendoza. – Dr. Pedro Miguel Aráoz,
diputado por la capital del Tucumán. – Dr. Esteban Agustín Gazcón, diputado por Buenos Aires. – Pedro
Francisco de Uriarte, diputado por Santiago del Estero. – Pedro León Gallo, diputado por Santiago del
Estero. – Pedro Ignacio Ribera, diputado de Mizque. – Dr. Mariano Sánchez de Loria, diputado por
Charcas. – Dr. José Severo Malabia, diputado por Charcas. – Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros,
diputado por La Rioja. – L. Jerónimo Salguero de Cabrera, diputado por Córdoba. – Dr. José Colombres,
diputado por Catamarca. – Dr. José Ignacio Thames, diputado por Tucumán. – Fr. Justo Sta. María de
Oro, diputado por San Juan. – José Antonio Cabrera, diputado por Córdoba. – Dr. Juan Agustín Maza,
diputado por Mendoza. – Tomás Manuel de Anchorena, diputado de Buenos Aires. – José Mariano
Serrano, diputado por Charcas, Secretario. – Juan José Paso, diputado por Buenos Aires, Secretario”.
c- I. Realicen un listado de las provincias que firmaron el Acta de Independencia.
II. Ubíquenlas en un mapa.
III. ¿Qué provincias de la actual Argentina no firmaron el acta? ¿Por qué?
IV. ¿Qué provincias que hoy no forman parte de Argentina sí la firmaron?
V. ¿Por qué Raúl Fradkin, en el reportaje, afirma que para entender el proceso de
emancipación hay que romper el mapa actual de Latinoamérica?
d- ¿Qué significado atribuyen ustedes hoy al término “independencia”? Para ayudarlos a
reflexionar en este sentido, les proponemos ver las ideas planteadas por otros niños y
adolescentes en el video “Bicentenario: los chicos piensan - Conceptos claves del período
colonial: libertad, independencia, revolución”.
https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=73602&referente=docentes
https://www.youtube.com/watch?v=5R2YZQdbPdg
7- En una entrevista, Eduardo Galeano https://www.youtube.com/watch?v=-iqgSgbjowM
menciona un grafiti realizado en Quito en tiempos de las revoluciones de independencia:
“Ultimo día del despotismo y primero de lo mismo” ¿Por qué creen que el autor del grafiti
afirmó esto?
Para finalizar, les dejamos un listado de otros videos -muy interesantes- que pueden
permitirles profundizar diferentes aspectos de la temática que venimos trabajando.
- Ciclo Años Decisivos, conducido por Gabriel Di Meglio. Este Ciclo cuenta con varios videos
que abordan determinados años donde se produjeron acontecimientos decisivos en el
desarrollo de la historia Argentina. Refieren a aspectos sociales, políticos, económicos y
culturales específicos.
-“Año 1806”
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=105665
https://www.youtube.com/watch?v=GlCYaaMSvpQ
-“Año 1810”
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=105666
https://www.youtube.com/watch?v=Z4xBhWTgbV4
-“Año 1816”
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=105667
https://www.youtube.com/watch?v=mrFXECsyIuQ
- Dos siglos después. Los caminos de la Revolución
Duración: 56 minutos.
Para ampliar el tema, este programa especial condensa la reflexión sobre la historia de la
Revolución de Mayo a través del tiempo, sus interpretaciones y nuevas lecturas con un valioso
aporte del grupo Los Historiadores y el Bicentenario. Académicos prestigiosos, en lenguaje
apto para todo público.
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=108621
- Múltiples voces para el Bicentenario
Raúl Fradkin -docente de la Universidad Nacional de Luján y de la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad de Buenos Aires- desarrolla los pormenores del proceso de revolución e
independencia en el Río de la Plata.
http://vocesbicentenario.educ.ar/?p=15#entrevista_1418
- Congreso de los Pueblos Libres
https://www.youtube.com/watch?v=30lr7PrvIJk
Duración: 4:43 minutos.
El 29 de junio de 1815 se celebró el Congreso de Oriente o Congreso de los Pueblos Libres.
¿Quiénes participaron? ¿Qué significó ese congreso en el proceso independentista de nuestro
país y de la región? El historiador Gabriel Di Meglio brinda algunas claves históricas para
comprender su importancia.
- Ciclo “Bajo pueblo”, compuesto por cuatro videos que describen las particularidades de las
clases populares hacia 1810-1816. Dan cuenta de sectores “olvidados” y de las fuentes
históricas a través de las cuales se puede estudiar el “bajo pueblo”.
-El canto del tambor. Parte I
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=100749
-El canto del tambor. Parte II
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=100750
-El mundo popular
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=100751
-La revolución guaraní
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=100752
- Bicentenario: los chicos piensan - Conceptos claves del período colonial: patria, pueblo.
Parte II
https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=73603&referente=docentes
https://www.youtube.com/watch?v=BXHJdmVJtDw
Duración: 7 minutos.
Este video presenta una serie de micro entrevistas grabadas con chicos de tres escuelas
argentinas. Los chicos plantean preguntas en torno a esta fecha tan importante de la historia
de nuestro país y hablan sobre lo que significa para ellos la libertad, la independencia, la
patria, la revolución y el pueblo a partir de lo que pasó en Mayo de 1810, pero también sobre
lo que estas ideas representan para ellos hoy, en su vida. Tres historiadores contestaron luego
a sus preguntas, en el marco de los festejos públicos del Bicentenario.
- Entrevista a Galeano. Telesur, 4 de marzo de 2011.
https://www.youtube.com/watch?v=-iqgSgbjowM
Duración del fragmento: 9:15 minutos.
Al ser cuestionado por el contexto actual de Suramérica, Eduardo Galeano, autor del libro Las
venas abiertas de América Latina afirmó que "la independencia es todavía una tarea por hacer"
y agregó que la principal clave para alcanzarla es "aprender a ser originales".
OLIMPÍADA DE HISTORIA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA EDICIÓN 2016
PENSAR LA INDEPENDENCIA EN EL BICENTENARIO 1816 – 2016 CATEGORIA BICENTENARIO: Muros con Historia
A 200 años de la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América
PRIMER INFORME: BOCETO DEL MURAL
Número de Inscripción:
Escuela y teléfono:
Provincia y Localidad:
Docente Tutor:
Alumnos Responsables:
BOCETO:
OLIMPÍADA DE HISTORIA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA EDICIÓN 2016
PENSAR LA INDEPENDENCIA EN EL BICENTENARIO 1816 – 2016 CATEGORIA BICENTENARIO: Muros con Historia
A 200 años de la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América
PRIMER INFORME: FUNDAMENTACIÓN DEL BOCETO DEL MURAL
Número de Inscripción:
Escuela y teléfono:
Provincia y Localidad:
Docente Tutor:
Alumnos Responsables:
FUNDAMENTACIÓN:
8-Trabajo Final:
a. Foto digital e impresa del mural terminado
(JPG)
b. Ficha técnica
c. Registro audiovisual del proceso de
producción del mural (DVD y link de Youtube)
OLIMPÍADA DE HISTORIA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA EDICIÓN 2016
PENSAR LA INDEPENDENCIA EN EL BICENTENARIO 1816 – 2016 CATEGORIA BICENTENARIO: Muros con Historia
A 200 años de la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América
TRABAJO FINAL: FICHA TÉCNICA
Imagen del mural (insertar)
Número de Inscripción:
Escuela y teléfono:
Provincia y Localidad:
Docente Tutor:
Alumnos Responsables:
Alumnos Colaboradores:
Ubicación o emplazamiento:
Dimensiones:
Materiales o técnica utilizada:
Link de Youtube del registro audiovisual:
Metodología de trabajo - Balance de la experiencia:
REGISTRO AUDIOISUAL Recuerden enviar el registro audiovisual del proceso de producción del mural (DVD y link de Youtube) según lo indicado en el apartado 2- Propuesta para la Categoría Bicentenario.
Selección de materiales, actividades y compaginación:
Diburzi, Nélida (coord.)
Andelique, Carlos Marcelo
Bianco, Diana
Colomba, Vanesa
Giletta, Carina
Green, Aldo
Larker, José
Martín Aragona, Adriana
Pisarello, Virginia
Roa, Ezequiel
Vecari, Silvina
Auspicia y Financia
Ministerio de Educación y Deportes de la Nación