NÚMERO 17 compañero ANA FIDELIA QUIROT DEPORTE DJ … · cierre del megaconcierto por la Paz,...

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ESTIMADOS LECTORES: «¡Duélale a quien le duela, lo hicimos!», gritó Juan Formell en el cierre del megaconcierto por la Paz, celebra- do el domingo 20 de septiembre en la Plaza de la Revolución. Más de un millón de per- sonas abarrotaron el histórico escenario –lu- gar de encuentros, de esperanzas, de tras- cendentes decisiones, de duelos: la Plaza donde estuvieron o hablaron los más impor- tantes líderes revolucionarios del mundo en la segunda mitad del siglo xx – para escuchar a destacados intérpretes que ofrecieron un espectáculo de más de cinco horas, sin que el sol, dueño y señor de los espacios abiertos en Cuba, doblegara la voluntad de los asis- tentes. Hecho histórico que tuvo que vencer la hostilidad encarnizada del sector más reaccionario de Miami, para abrir una puer- ta al entendimiento, al respeto entre los pue- blos. LA CALLE... les regala un fotorreportaje del suceso a doble página, concebido expre- samente para ustedes por Kaloian Santos. En esta ocasión usted hallará además entre- vistas con la excepcional Ana Fidelia Quirot y el DJ Adriano. La revista sigue promovien- do el debate en torno a temas de actualidad social. Gracias, una vez más. CM EDITORIAL 2-3 PAZ SIN FRONTERAS pág. 10 pág. 6 pág. 12 pág. «dentro de una sala de fiesta, todo es espectáculo» el hombre que reveló el secreto mejor guardado de israel © cortesía de la entrevistada © cortesía del entrevistado © pepe menéndez © archivo DJ ADRIANO MORDECHAI VANUNU ANA FIDELIA QUIROT ya sólo los pobres tienen cosas 11 NÚMERO ¿maría, dayana o yacusaidita? el dilema de los nombres en cuba 5 MÚSICA DEPORTE la fuerza del espíritu FOTORREPORTAJE LECTURAS 4 apología del compañero 17 • ISSN: 1999-8090 • $1.00 • • SEPTIEMBRE 2009 •

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ESTIMADOS LECTORES:«¡Duélale a quien leduela, lo hicimos!», gritó Juan Formell en elcierre del megaconcierto por la Paz, celebra-do el domingo 20 de septiembre en la Plazade la Revolución. Más de un millón de per-sonas abarrotaron el histórico escenario –lu-gar de encuentros, de esperanzas, de tras-cendentes decisiones, de duelos: la Plazadonde estuvieron o hablaron los más impor-tantes líderes revolucionarios del mundo enla segunda mitad del siglo xx– para escuchara destacados intérpretes que ofrecieron unespectáculo de más de cinco horas, sin queel sol, dueño y señor de los espacios abiertosen Cuba, doblegara la voluntad de los asis-tentes. Hecho histórico que tuvo que vencerla hostilidad encarnizada del sector más reaccionario de Miami, para abrir una puer-ta al entendimiento, al respeto entre los pue-blos. LA CALLE... les regala un fotorreportajedel suceso a doble página, concebido expre-samente para ustedes por Kaloian Santos.En esta ocasión usted hallará además entre-vistas con la excepcional Ana Fidelia Quiroty el DJ Adriano. La revista sigue promovien-do el debate en torno a temas de actualidadsocial. Gracias, una vez más. CMED

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TEXTO Y FOTOS: KALOIAN SANTOS CABRERA

«NO PUEDO CREER lo que mis ojos están viendo. Es-te es el sueño más hermoso de paz y de amor que hepodido experimentar después de mis hijos. Este es elamor verdadero y celebro profundamente poder estaraquí con ustedes», exclamó emocionado el cantante co-lombiano Juanes, ante la poderosa e indetenible olablanca que, desafiante ante los más de 30 grados de hú-medo calor, estalló durante el espectáculo PAZ SINFRONTERAS, protagonizado en la Plaza de la Revo-lución José Martí por ¡¡¡1 150 000 espectadores!!!, 15 im-portantes artistas de diferentes países y un elenco quereunió a más de 100 músicos.

Ya está confirmado que este concierto fue el demayor afluencia de público en la historia de la mú-sica, sólo superado por el del cantante británicoRod Stewart, que aglutinó en 1994 a 3 millones ymedio de personas en Brasil, y otro del legendariogrupo inglés The Rolling Stones, en el año 2006, alque asistieron 1 800 000, también en Brasil. Mas,«duélale a quien le duela», como cubanísimamentedijo al final Juan Formell, el verdadero récord delmegaconcierto celebrado el domingo 20 de sep-tiembre, fue que, desde una pequeña isla del Cari-be, más de un millón de seres humanos manifesta-mos al resto de la humanidad que es necesario, yposible, convivir por el arte y la paz. CM

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JEola de paz

El ritual de la mesa, tal como loconocemos hoy, es de invención

espartana. Fue el legislador Licurgoquien dispuso que todos debían sen-

tarse alrededor de una mesa pa-ra compartir el pan, una

medida que de inmediatocontó con la aprobaciónde muchos; salvo de algu-nos ricos, que cegados porla ira llegaron al extremode saltarle un ojo a Licurgo.Desde entonces la palabraseñor se opone a la palabracompañero. Señor es el due-ño del pan, y en todo caso lovende, no lo comparte.

Naturalmente, los espar-tanos no usaban la palabracum-panis para nombrar susbanquetes, sino fidicia, lo cualviene a significar «oficina deamistad y concordia», lo mis-mo que hoy la palabra com-pañero. Fidicia en realidad te-nía raíz en la palabra filia, esdecir, afición o amor a algo,pero según cuenta el historia-dor Plutarco, ellos ponían la«d» en lugar de «l» porqueacostumbraban a la modera-ción y al ahorro.

También de la palabracompañero deriva compaño-

nes, es decir, testículos. Los testí-culos comparten el pan; en mu-

chos países la palabra pan tambiéndefine al órgano sexual de

ANTONIO RODRÍGUEZ SALVADOR

DE TAN SÓLO colocar la palabra compa-ñero en el título de este artículo, ciertolector dirá: «Ya este escritor viene con eltema de la política». Y por qué, si la pa-labra compañero –que aparece cuaren-ta y tres veces en el Quijote, y setenta ysiete en la Biblia– proviene de una len-gua tan antigua como el latín, donde launión de cum y panis significa comer so-lidariamente del mismo pan.

Pero es que ya son dos las palabrassospechosas: compañero y solidaridad–con cierto retintín argumentaría el mis-mo lector– y, sin embargo, no es culpamía que estas fueran las dos primerasacciones que distanciaron al hombrede los animales. Quizá hoy no poda-mos determinar con qué gruñidoneandertal se decía la palabra com-pañero; pero sí que el sentido deese término –compartir el alimen-to– no sólo expresaba la inten-ción de no comerse al se-mejante, sino también elvalor de la cooperación ge-nerosa.

Porque hemos visto có-mo los cerdos comen del mis-mo cajón; y los leones de lamisma gacela muerta, peronunca ningún cerdo o león co-rren a llevarle una porción decomida al enfermo, ni tampococeden la mejor posta al más débil.Hasta de las perras –cuya maternidades proverbial– se conoce que llegan adevorar a sus propios cachorros reciénnacidos.

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A. A. G.

SOLEIDA RÍOS (Santiago de Cuba, 1950)es poeta, prosista y promotora cultural.En 1996 recibió la Distinción por la Cul-tura Nacional. Dentro de su bibliografíadestacamos los poemarios De la sierra(Ediciones Uvero, 1977), De pronto abril(Unión, 1979), Entre mundo y juguete (Le-tras Cubanas, 1987) y El libro roto (Unión,1995; La Palma, Madrid, 2002). Igual-mente importantes resultan los libros enprosa Libro Cero y El libro de los sueños(ambos publicados por Letras Cubanasen 1999), así como El texto sucio (Unión,1999). Es autora de la selección, el prólo-go y las notas de la antología de jóvenespoetas cubanas Poesía Infiel (EditoraAbril, 1989). Textos suyos aparecen en

SoleidaRíos

INCLUYE POEMAS DE...· vacas con un mar de fondo ·

o una mordida y otra mordida / y el punzón astillado

y la mano y el muslo con su marca y el cuellocon su marca creciente y el pómulo

/ deshecho con su marca

son los dientes del fuego los mismos dientes / de la ira

así se muere acaban la semilla y su dobley la carne se estrujala carne negra de la rosala rosa aquella abierta al aire surya no es más rosa ni pétalo caído ni yerba secael círculo polvoso se mueve en ácida espiralmueve la cama disolutamueve la lámpara y apuntamueve el collar de piedras mueve el mimbrey la cesta derrama el agua malay el tiempo muerto del reloj su hilo de arena contigo y contra ti

esa escoba te barre te va a barrergrita si puedes abre la boca y gritasi aún puedes respirarsi te puedes mover en otra flechaarranca el calendario de fin de año y tíraloarranca el pez de plata de ese charco y tíraloarranca del espejo tu corazón podrido y tíraloen el hilo se mueve la manzanaarráncala de un golpe y tírala

· detrás de los tambores y los pasos ·

Tomillo a la muchachao miel;espejos no, para que nunca sufranuevamente.

Alguna bala silbó duro en su oído.Algún ojo la vioo algún ojo, mejor, no pudo verlay ella quedó mordida adentro.

Cuidado con su sueñosi acaso la visitan tan tarde las arañas.Cuidado su perfilque no queremos verla irseo quedarse más bienen esas cuatro líneas, encerrada.

La tarde en que la vicomo una luz bajo la lluvia de Santiagosu palabra llenándonos…

Ahora no vayan a ponerla en un lugar oscuro.Tiene fiebre. Está fría.Su pelo quiere írsele detrás de los tambores y los pasos.Está loca de amor. No tiene prisa.

Ahora no vayan a asombrarsesi en su casa no hay nadie.Ella está allí en la ventanaquién sabe si mirando por el ojo de Abel. CM

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varias antologías de poesía cubanapublicadas dentro y fuera de la isla,así como en diversas revistas y otraspublicaciones, varias de ellas en for-mato digital. Poemas suyos han sidotraducidos a diversos idiomas (inglés,italiano, portugués y francés). Tienevarios libros en proceso editorial; dosde ellos se publicarán próximamenteen Francia y Estados Unidos. En el2004 Ediciones Unión publicó Fuga,una antología personal de esta auto-ra. Secadero, su más reciente títuloaparecido en Cuba, publicado en el2009 por esta última editorial, puedeencontrarse actualmente en nuestraslibrerías.

la mujer; en Cuba usamos la que nombraal panecillo redondo.

Asimismo estos comparten la filia –elamor–; mientras la tradición también lesasigna el cometido de acompañarse en lavalentía. Por eso testículo es sinónimo detestigo, y de esta última surge la palabratestimonio. Ya vimos que los señores es-partanos sacaran un ojo a Licurgo con talde no compartir su pan, pero la palabratestimonio significa brindar desde ojosfieles el pan de la verdad. Apuntemos quetestigo, en griego, se dice mártir (martyr),y eso es porque se necesita mucha valen-tía para ser fiel, para ser siempre veraz.

Y de filia igualmente proviene fideli-dad; una palabra cuyas dos primerasacepciones son, según el Diccionario de laReal Academia Española (DRAE): 1) Queguarda fe, o es constante en sus afectos, enel cumplimiento de sus obligaciones y nodefrauda la confianza depositada en él; y2) Exacto, conforme a la verdad.

También cuenta Plutarco que la cos-tumbre de compartir la mesa la tomaronlos espartanos de los cretenses. En Creta,a los banquetes no se les llamaba fidicia,sino andria, o sea, hombre. Esto nos hacevolver al neandertal: se empieza a serhombre cuando se comparte solidaria-mente con el semejante, y quizá por esola palabra griega con que se define la ra-za es filon –otro derivado de filia–, lo cualen latín terminó siendo filius: hijo. Estaderivación es muy lógica, en tanto sole-mos ser mártires en la defensa de nues-tros hijos. Ellos son el testimonio denuestro amor y de nuestra raza; tambiénson nuestro cum-panis.

Por eso a veces me pregunto por quéa Jesucristo le dicen Señor, y no Compa-ñero. El antónimo de compañerismo esindividualismo; el ególatra enceguece, sa-ca ojos si tiene que sacarlos; pero Jesucris-to –ya sea el Dios o el histórico, según elcredo de cada cual– simboliza ilumina-ción y el que da vista a los ciegos. ¿Y aca-so no enseñó a compartir el pan?, ¿y dijoque primero pasaría un camello por elhueco de una aguja antes que un rico alReino de los Cielos? ¿Y quién, si no, fuemártir por brindar testimonio de la fe? Yse llamó a sí mismo Hijo del Hombre. CM

Apología del compañero

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AURORA M. CAMACHO BARREIRO

EL NOMBRE nos distingue paratoda la vida. Puede que esta afir-mación resulte demasiado rotun-da, pero no cabe duda de quecuando elegimos un nombrepara una persona asistimos a unacontecimiento de singular tras-cendencia. Para el filólogo espa-ñol Martín Alonso, «lo más pro-pio que el hombre posee es sunombre» y, efectivamente, esteatributo es un elemento diferen-ciador e individualizante y eldenominador por excelencia. Lainvitación a echar una ojeada alfenómeno en Cuba puede con-vertirse en una interesante y a lavez polémica reflexión en torno asus tendencias, mecanismos deformación y peculiaridades en lasúltimas décadas.

La tradición se mantiene.Nombres como María, Carmen,Pedro o Juan siguen vigentes ennuestros días. Todavía las madresy los padres, y toda la familia,consultan a sabias ancianas o vie-jos libros en los que puedenencontrar el significado de aque-llos apelativos que nos han acom-pañado por siglos. Si descubrentras Elena «lo resplandeciente» otras Roberto al «famoso», es posi-ble que la motivación sea sufi-ciente para elegirlo para la niña oel niño que está por llegar. Enesta selección sigue predominan-do la rica tradición hispánica.

Las investigaciones muestranque la añeja costumbre de con-sultar el santoral se ha ido per-diendo, con lo cual las denomina-ciones de los santos de la religióncatólica aparecidas al dorso delos almanaques han dejado de seruna alternativa y menos una obli-gación jurídica como antaño; deesta manera también se ha perdi-do la costumbre de asignar tresnombres o más a una misma per-sona. Asimismo, la normativajurídica interviene también aldeterminar que ninguna personapodrá ser inscrita con más de dosnombres.

La tendencia a tomar nom-bres de las distintas manifestacio-nes artísticas o de personalidadeshistóricas o célebres se mantiene,y naturalmente está en dependen-cia del arraigo y popularidad quedespierten los personajes o delconocimiento que de ellos se ten-ga. A manera de ejemplo, recor-demos que Fátimas y Joanas seimpusieron en el gusto de cuba-nas y cubanos debido a las teleno-velas brasileñas; o en otro ámbito,la huella que internacionalmentedejó una figura política comoIndira Gandhi impuso esta deno-minación en el gusto popular.

Las influencias culturales deotros pueblos también nos lega-ron antropónimos o (lo que es lomismo) nombres propios delinglés, del francés, del ruso o deotras lenguas menos conocidas

mente peculiares, tendremos co-mo resultado rarezas del tipoAnisleidis, Dailinleydi, Marisleisis,Rudinelson, Yenisleisis, Yumisleidis;o el sugerido por un ingeniosoamigo: Mariyuliyenikattyletty, ape-lativo en el que se funden 5 dimi-nutivos que luego, en el ámbitofamiliar, terminará convirtiéndo-se sencillamente en Letty; así,abreviadamente, porque la ono-mástica también busca la econo-mía de recursos expresivos.

El ángulo jurídico del asunto,por su parte, puede despertarmucho interés. El Reglamento dela Ley del Registro del EstadoCivil cubano en su artículo 43,señala la libertad de las personaspara elegir los nombres, pero–advierte– «en todo caso debenestar en correspondencia con eldesarrollo educacional y culturaldel pueblo y sus tradiciones». Sinembargo, más adelante indica ensu artículo 101 que entre las razo-nes que pueden llevar a la modi-ficación de un nombre está elhecho de que «conformen pala-bras con características pococomunes a la generalidad de losutilizados en la sociedad». Esobvio que el tema nos debe con-vocar a todas las partes implica-das, y en este sentido, las precisio-nes y límites de la normativa jurí-dica son imprescindibles. Perohasta la fecha, los artículos deesta ley –excesivamente ambi-guos, como puede comprobarse–no ponen límites al fenómeno. Elestudio multidisciplinario delasunto se impone. En las circuns-tancias actuales se advierte que eltema despierta curiosidad enalgunos especialistas, preocupa-ción en ciertos sectores de lasociedad y desinterés en el restode la población.

Los estudios lingüísticos enCuba han prestado atención alfenómeno sólo de forma tan-gencial, por esa razón estaexploración pisa terreno casivirgen e inevitablemente transi-ta (como los propios nombres, omejor decir, como los nombrespropios) de la tradición a lanovedad y, por ello, de la resis-tencia al cambio, a la aceptaciónde la diferencia. En estos co-mentarios puede incluso aso-marse una impresión demasia-do subjetiva y hasta cierto recha-zo, pero el idioma está vivocomo el hombre que lo crea, yno existe academia alguna quelo pueda silenciar.

El fenómeno del nombre depersona en Cuba tiene, a todasluces, una trascendencia nota-ble. La interpretación sociolin-güística del fenómeno constitu-ye otro ángulo del problema. Enesta oportunidad sólo se haintentado describirlo y, sobretodo, alertar a los implicados, esdecir, a todos. De cualquiermanera, la invitación a la polé-mica queda abierta. CM

¿María, Dayana o Yacusaidita?

como el hebreo o el árabe. Poresa razón convivimos con perso-nas llamadas Charles o Elizabeth,Michelle o Francoise, Yordanka oYuri, Nahun o Soraya. Este fenó-meno, por supuesto, no es priva-tivo del español de Cuba.

Otros usos tradicionales, almenos en las circunstancias cuba-nas, señalan la preferencia porlos nombres de flores (Orquídea,Rosa) y por denominaciones delugares (África, América, Jakarta,Hanoi).

Estos mecanismos, novedo-sos en su momento y extendidosa fuerza de su uso, hoy día resul-tan tradicionales. Nos acostum-bramos a ellos, pero el idiomasigue vivo y las personas siguendando rienda suelta a su creativi-dad que en materia lingüísticaresulta ser, por cierto, ilimitada.Surgen entonces otros mecanis-mos, insospechados pero muyproductivos a la hora de nombrara las personas. Por ejemplo, unamuchacha relata que su padrehabía «inventado» el nombre Cla-velvis a partir del nombre de laflor y el elemento compositivo bisque significa «dos» o «dos veces»,con una adaptación y cambio de«b» por «v».

La novedad pugna por impo-nerse de tal manera que denomi-naciones tales como Mayrén oNoslen comienzan a ser habitua-les entre nosotros. En el primercaso se forma un híbrido a partirde la contracción de Mayra yRené, y en el segundo se ha inver-tido el orden de Nelson. Ambosprocedimientos se convierten enfértiles mecanismos de denomi-nación. De esta manera, hoypodemos «disfrutar» de innova-ciones como Greidel (Gretel yDel-ma), Alenia (Alejandro y Tania),Migdirai (Migdalia y Raimundo),Adaris (Ada y Darío), Robelquis(Roberto yBelquis), oAiram (Maríaal revés), Daiene (Eneida), Leunam(deManuel), Aidil (de Lidia), Dayesi(deYesida), Odlanier (de Reinaldo)y Otrebla (de Alberto).

La contracción como procedi-miento de formación origina, porotra parte, denominaciones tales

como Yotuel (fusión de los pro-nombres personales en singular:yo, tú, él), o Yesidawe (fusión deladverbio afirmativo (sí) en inglés,español, ruso y francés).

La sorpresa nos ronda. Laincredulidad ante determinadascreaciones en materia onomásti-ca se viste de interrogante cuandoescuchamos estos apelativos yrogamos que la muchacha omuchacho los repita y nos aclarecómo se escribe o cómo se pro-nuncia; sin embargo, entre losmás jóvenes la mayoría de estosnombres no resultan raros y losmecanismos se vuelven estables.

Ahora bien, si solamente nospresentasen una lista con talesapelativos y no vemos o conoce-mos a las personas, enfrentare-mos otro problema, pues difícilnos será determinar el género.Ciertamente, Geysel, Yubierki,Chardri o Lyds resultan ser nom-bres ambiguos, es decir, no nosrevelan claramente si aluden apersonas del género masculino ofemenino. Esta ambigüedaddebiera evitarse en aras de larepresentatividad y singularidadque debe aportar el nombre pro-pio. La ambigüedad atenta contrala exteriorización de la personali-dad y puede contribuir al dañomoral implícito en la selección deciertos nombres; daño que seaprecia en algunas personas quea veces no saben cómo presentar-se, pues se abochornan de cómose llaman.

El calco y adaptación –por logeneral arbitrario– a nuestro idio-ma de ciertos nombres o apelli-dos de otras lenguas ha hechoproliferar, también, denomina-ciones tales como Daylinleydi,Deivis, Esnaider, Jenehir, Maraia,Niulaines y tantos otros. La crea-ción de nombres únicos, irrepeti-bles, y en muchos casos impro-nunciables, genera conflictoscomunicativos de muy diversaíndole.

Por otra parte, el uso de nom-bres comunes o de diversas cla-ses de palabras en otros idiomas,sin verdadero dominio del signi-ficado de ellas en la lengua de ori-

gen, trae consigo que surjan nom-bres tales como Danger o Maybe(en inglés, «peligro» y «quizás»,respectivamente) o Lait (del fran-cés «leche»).

La libre invención de innume-rables antropónimos en las últi-mas décadas ha sido reconocidaya como la principal tendencia.Muchos de estos nombres inven-tados son un verdadero desafío alas reglas gramaticales de la lenguaespañola. El fenómeno que bienpudiera llamarse «síndrome delya-ye-yi-yo-yu» arroja singularescreaciones como Yankiel, Yanislei-di, Yenia, Yesida, Yiria, Yipsis, Yolisan-der, Yoandrei, Yuriolkis oYudisnei.

En general, se aprecia ciertapreferencia por la terminaciónen «i» de los nombres femeni-nos, pero todavía está pordemostrar que sea un procedi-miento frecuente y estable. Con«i» final nos encontraremos lomismo con Iliuvi, Joensi, Joandri,que con Muneysi, Suandi o Yunei-si. ¿Quién se atrevería a asegurarque son nombres femeninos omasculinos?

Una mirada a los cientos (ymiles) de ejemplos con los que tro-pezamos, nos llevará de la extrañe-za a la sonrisa, de la incredulidad ala carcajada. Ante tan curiosa reco-pilación, otra vez se confirma laenorme creatividad de nuestropueblo en materia del lenguaje.Nombres como Ayalen, Adyd,Cariola, Diacuy, Diureidis, Edlen,Girovis, Ineydis, Jonder, Lioannis, Liu-ria, Madiú, Opxana, Odelvis, Sonayis,Taydis, Vimán, Yusaimeruneise o Wis-ney, invitan a la reflexión serena ydesde luego, a la polémica. Lasdisímiles motivaciones que se ocul-tan tras tales creaciones, son unterreno virgen al que inevitable-mente debemos aproximarnos enaras de un estudio más profundo yabarcador del fenómeno. Lasanécdotas son harto elocuentes:una madre llamada Imandra deci-dió invertir su nombre y así surgióArdnami; otra madre encuentrainspiración en el nombre del espo-so, y de Ariel surge Leira.

Si algunos de estos nombresse unen, además, a otros igual-

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H. ROMO SIGLER

NACIÓen fecha rebelde y venera-da. Para muchos, años más tarde,en el alumbramiento aquel 26 dejulio, radicaba la clave de su vo-luntad indomable para sobrepo-nerse a cualquier adversidad. Locierto es que, a fuerza de coraje yentrega sin par, esta mujer im-prescindible talló una de las proe-zas más extraordinarias que serecuerdan en la historia del de-porte universal.

A la hora de evocar, en cual-quier latitud, heroicidades atléti-cas, su nombre refulge con todala fuerza con que, desde sus en-trañas, brotaron pasión y fe parahacer realidad lo imposible. Ella,desde la sencillez recibida deabuela Silia y mamá Esmérida–quienes le enseñaron a admiraral tío Catalino, mártir del Segun-do Frente Oriental–, nos propor-cionó a todos excelsa demostra-ción de que la mente humana nopuede aprisionarse. Sí, para laspersonas de su estirpe los límitesestán en el horizonte.

No en balde, el desaparecidoPresidente de la Federación Inter-nacional de Atletismo (IAAF), Pri-mo Nebiolo, afirmó sobrecogido:«En una serena tarde de veranoen Suecia, mi viejo corazón volvióa palpitar fuertemente por unamujer, hasta el punto de hacermecreer que estaba rejuveneciendo.No existía ninguna duda de quelo que sentía era amor. (…) Quiénsi no, una mujer y atleta maravi-llosa, podía encontrar dentro de sí

la energía para reconstruir la vidaque el fuego había intentado que-mar. (…) La había visto retomar elcamino de la vida y el deporte,cuando aún los vendajes le rodea-ban su cuerpo maltrecho por elhorrible incidente. Bajaba y subíalas escaleras del Hospital de LaHabana, entre la admiración y elestupor de los médicos y enfer-meros, con el solo sustento de lavoluntad propia y el amor de sumadre. Mi mujer y yo quedamosen aquellos momentos tan estu-pefactos, que fue entonces, tal vez,cuando nos quedó claro lo quesignifica ser un campeón. Cam-peón es Ana Fidelia, y no hay me-dalla que pueda honrarla más queel afecto y reconocimiento de lagente. No sólo del pueblo cubanosino del mundo entero, segura-mente capaz de reconocer a quienentre tantos y tantos ganadoresde pruebas deportivas, posee, aunantes que la fuerza del músculo, lafuerza del espíritu.»1

Con la emoción de tener de-lante a una leyenda, LA CALLE DELMEDIO visitó a «La Tormenta delCaribe», a su regreso del recién fi-nalizado Campeonato Mundialde Atletismo en Berlín. Acompa-ñada de Martín García, «amigoentrañable que devino hermanomayor y celoso guardián de mitratamiento médico», expuso susideas como si rompiera con ellasel estambre sobre la meta.

Ana, ¿cuáles eran tus fantasíasen la barriada palmera de Marivent?

Mis ilusiones eran las de lasniñas de esa época que no vivíanen una gran ciudad. Jugaba conmuñecas, a la pelota y también alas escondidas. Me gustaba ade-más tirar balines. Creo que las di-versiones son similares aunqueposean nombres diferentes en ca-da provincia. A mí me ayudó mu-cho una travesura conocida como«la libertad», donde corríamos pa-ra salvar a los compañeros deequipo. De igual forma aquel enque adivinaba en qué mano se en-contraba la pelotica, cuyo coro noolvido: «corriendo la bola, co-rriendo va, el que se quede conella la pagará». Imagínate que elcastigo era saltar. A través de to-dos fui desarrollando habilidadespara el deporte que posterior-mente perfeccioné en las clases deEducación Física. Me parece, contristeza, que con la avalancha delos entretenimientos por compu-tadora, hemos perdido un pocoesa tradición tan bella. No puedodejar de mencionarte que si veíauna aventura, salía corriendo pa-ra imitar a los protagonistas.

¿Cómo se produjo el despegue delo que has denominado «la bijirita en-jaulada»?

Me destacaba en baloncesto yvoleibol, y llegué a representar ami escuela «1ro. de Mayo». El bi-chito del deporte se había apode-rado de mí. En el CVD «José Mar-tí» el profesor Héctor me llevó arealizar varias pruebas. El compa-ñero Arañó, que aún permaneceen el combinado del municipio,

me elogió al evaluarme. Fue asíque, con 12 años, caí en las manosmágicas de Juan Heredia Salazar.No tenía seriedad porque un ni-ño, la mayoría de las veces, no sa-be en realidad lo que quiere. Cadavez que me perdía le daba las que-jas a mi mamá. Soltaba una fraseque a la vieja le provocaba risa:«Señora, su hija no puede descui-darse porque tiene un viaje en losbolsillos». En efecto, en julio de1975, sólo 6 meses después, asistoa las Espartaquiadas Pioneriles enHungría. Me inscribieron en cua-trilón –que consistía en correr 60metros con vallas, salto largo, altoy lanzamiento de una pelota debéisbol– y en velocidad. Fui la úni-ca en alcanzar una medalla al ob-tener el bronce en los 60 metros alcronometrar 8 flats. Las alemanasparecían gigantes al lado nuestro.Aunque regresé con 20 libras demás, me seleccionaron para la EIDE «Orestes Acosta». Ese fue elinicio de esta historia.

Tu trayectoria refleja un ascensovertiginoso desde que incursionasteen la posta larga, con apenas 15 años,en los Centroamericanos de Mede-llín. ¿Qué pasó, grosso modo, antes deque estamparas aquel tiempazo de1:54:44, la cuarta mejor marca de to-dos los tiempos, durante la Copa delMundo de Barcelona en 1989?

Te cuento rápidamente. Fuicambiada para las pruebas de 200y 400 metros porque los tests pe-dagógicos reflejaban que miarrancada era negativa. Guardogran cariño por participar en

aquella cuarteta en Colombia jun-to a Aurelia Pentón, Beatriz Casti-llo y Ana Guibert. En ese momen-to me entrenaba Rodobaldo Díaz,matancero que fue recordista en lavuelta al óvalo antes que Juantore-na. Al cabo de un año, me ubica-ron con Blas Beato, hombre de re-cia personalidad, de formaciónempírica y sabiduría extraordina-ria. Afirmaba que para ser «co-mandante» había que darlo todo.Fue un padre para mí sin el cualno habría alcanzado mis mejoresresultados. Luego de su muerte,Leandro Civil dio continuidad albien elaborado sistema de prepa-ración de Beato. En 1985, Blas meconvence de que haga el doble en400 y 800 metros. No quería por lacantidad de kilómetros que debíarecorrer para el trabajo aeróbicoespecífico. El impulso me lo otor-gó debutar en un mitin en Praga,junto a corredoras de primera lí-nea. A la altura de los 600 metrosiba décima entre 13 concursantes,pero me abrí y finalmente terminéen tercer lugar. Las dos medallasde oro en Indianápolis revistenuna connotación especial para mí.

El 27 de noviembre de 1993, con elextraordinario desempeño en Ponce,después del terrible accidente sufridoen enero de ese año, colmaste de ale-gría a todo un pueblo. ¿Qué senderosrecorriste para llegar a tierras borin-queñas? ¿Cómo te sentiste esa tarde?

Antes de referirme a PuertoRico es inevitable que aborde elcapítulo de mi vida que desearíahacer desaparecer y que, al mis-

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mo tiempo, te hable del hombreque más fuerza me dio para recu-perarme. Cuando el Comandan-te me fue a ver, a sólo tres horasdel ingreso en el Hospital Her-manos Ameijeiras, yo no tenía nila más mínima idea de mi estadode gravedad. Pero aun así, le se-ñalé con determinación que vol-vería a correr. Quizás baste seña-lar que el 38 % de las quemaduraseran de 2do. y 3er. grados. Se im-puso ante mí un desafío mayús-culo, del que pude salir airosa porel prestigio de la medicina cuba-na. A lo largo de los años entré alquirófano 28 veces. Lo mismo pa-ra que me extrajeran piel de la es-palda, que debía injertarse en lazona dañada, que para las múlti-ples cirugías reconstructivas parareparar las partes afectadas porlas cicatrices hipertróficas.

Mi objetivo era regresar a laspistas, pues tenía que cumplir lapalabra dada al Jefe; sin embargo,me sentía malhumorada y conconstantes ganas de llorar, princi-palmente cuando me paraba de-lante del espejo. Pensaba quepermanecería deformada el restode mi vida. Mi mamá, por su par-te, no escatimó paciencia enaquellas jornadas aciagas alen-tándome cada segundo.

La preocupación del Coman-dante fue permanente. Iba a ver-me y si estaba dormida no dejabaque me interrumpieran el sueño.Para que tengas una idea de có-mo velaba por cada detalle delproceso, en una de sus visitas –es-

tando yo bajo el efecto de sedan-tes– conversó con Martín sobretodos los aspectos, en especial miestado de ánimo. Al enterarse deque trotaba diariamente conmigopor las escaleras, le comunicó, co-mo en un susurro, «corre con ellapero deja que te gane». Él, por su-puesto, no me contó nada.

Asistir a Ponce fue algo similaral «Sí Se Puede» lanzado por Raúlen los años más duros del PeríodoEspecial. Allí competí con las pier-nas y el corazón porque todavía nome habían operado para liberar-me de las «bridas» que me produ-cían los queloides en las axilas. Alalzarme como Campeona Mun-dial en Gottemburgo y Atenas,comprendí que al final, en el ins-tante cero, son la mente y el almalas que hacen que vayas hacia ade-lante. Quizás como deportista miumbral del dolor es más alto, peroesa idea es válida para todas laspersonas. Cuba es el mejor ejem-plo de no dejarnos derrotar pornada ni nadie.

Volviendo a la actualidad y apro-vechando tu participación como invi-tada en la cita mundial de Berlín y enel Grand Prix de Zurich. ¿A qué le atri-buyes que hayamos retrocedido tantoen la velocidad? ¿Qué explicación ledas a la explosión de sprinters en elCaribe, con Jamaica a la vanguardia?

En mi apreciación, es un temacomplejo que cuenta con algunasrespuestas simples. Nos hemosdetenido en el tiempo. Es como siestuviéramos en la época de Mi-guelina Cobián o Silvio Leonard.

Considero que tenemos que reali-zar análisis que vayan desde cómodetectamos los talentos hasta lasuperación de los entrenadores.Lo que hemos hecho, sin rodeos,es insuficiente. Los profesores deEducación Física son esenciales yno pueden acomodarse. Los me-todólogos, a todos los niveles, de-ben estar a la ofensiva. Hay que irescuela por escuela. Hace algúntiempo nos acostumbramos a quesean exclusivamente los padreslos que lleven a los hijos a practi-car deportes. Tenemos que moti-var e incentivar más, particular-mente en un país donde todos losniños están estudiando y cuentan,miles de ellos, con condiciones fí-sicas envidiables para desarrollar-se en cualquier modalidad.

Estoy convencida de que tene-mos que apoyarnos más en la me-dicina deportiva y en la aplicaciónde novedosos adelantos científi-cos que se emplean en la élitemundial. Asimismo, no puedeexistir endiosamiento de ningúnatleta –nos ha ocurrido antes– nipermitir resquebrajamiento en lasrelaciones con los entrenadores.He observado casos en los que losdiscípulos han cambiado los pla-nes diseñados sólo porque noquerían ejecutar la sesión íntegra-mente. En pocas palabras, sí noshemos quedado a la zaga, inde-pendientemente de que no tengodudas de que contamos con el po-tencial para revertir la situación.

La victoria de Caster Semenyaha destapado gran polémica sobre

la supuesta identidadsexual de la joven suda-fricana. Por otro lado, laskenyanas Janet Jekopsegui y Pa-mela Jelimo, que parecían dos fue-ra de serie por sus marcas, no hanpodido estabilizar, más alláde una campaña, esosresultados de ensueño.¿Qué opinas de todo esto?¿Crees que peligra el récord feno-menal de la checa Jarmila Kratochvi-lova de 1:53:28 rubricado en Munich,el más antiguo del atletismo, el día detu cumpleaños en 1983?

Lo más peligroso, por lo dañi-no que resulta para la credibilidaddel deporte, es el hecho de queatletas prácticamente desconoci-dos se aparezcan con un registrodescomunal, que luego no puedensostener. Es como si aspiraran adar un golpe de efecto a sabiendasde que este se desvanecerá. El altorendimiento, en mi modesta opi-nión, no es para los improvisados.Te corresponde enseñar tus cre-denciales, si eres de verdad, desdeque estás en la categoría junior; delo contrario, debes investigar, por-que casi siempre hay gato encerra-do. Semenya ha sorteado, hastaahora, todos los exámenes médi-cos que le han practicado, así queno se le puede imputar nada. Sureto fundamental es ratificar elperformance de esta temporada.El récord de Jarmila no está al al-cance de esta generación. Al igualque las marcas de Marita Koch,con la que compartí hace unos días en Berlín. Hablamos de mu-

chas cosas,tiene una hija de

23 años y se dedica al ves-tuario atlético.

¿Qué piensas deUsain Bolt?

Es alguien de otragalaxia que se ha converti-

do en un símbolo mundial. Suentrenador estudió en el «Fajar-do» de nuestro país. Te añado quesi bien Cuba tuvo antes a Juanto-rena y al Soto, hoy cuenta conDayron Robles que es un mucha-cho extraclase muy consagrado asus entrenamientos.

Cuéntanos de Carla Fidelia y Al-berto Alejandro.

Son mis dos medallas másimportantes y queridas. Ella, con10 años, estudia ballet desde pres-colar y acaba de matricular en laEscuela Nacional de Prado. Al ni-ño le encanta correr y está apun-tado en el área especial de Playa.Le cuenta a todo el mundo quequiere ser como yo. Le respondo,porque nunca les he impuestonada, que sólo acepto compara-ciones si se consagran a la profe-sión que escojan y, principalmen-te, en el hecho de que posean missentimientos de defensa incondi-cional a la Revolución. CM

1 Luján, Ana María y Juan VelásquezVideaux. Ana Fidelia Quirot cual AveFénix. Casa Editora Abril, La Haba-na, 1998. p.9.

Junto a Allison Félix, atleta estadounidense campeona olímpica y mundial de 200 m lisos.

Con Blanka Vlašic, atleta croatacampeona olímpica y mundial de salto de altura.

Junto a Asafa Powell, atleta jamaicano especialista en pruebas de velocidad (1o0 m lisos).

Con Yelena Isinbáyeva, atleta rusa especialista en salto con pértiga, recordista mundial (5,06 metros) yeuropea de esta prueba.

Con Usain Bolt, atleta jamaicano, especialista en pruebas de velocidad,campeón y recordista mundial y olímpico de 100 m (9,58 s) y 200 m(19,19 s) lisos.

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JORGE WEJEBE COBO

EL DOMINGO 5 de octubre de 1986, el se-manario londinense Sunday Times asombróa la opinión pública mundial con las reve-laciones de un reportaje sobre el arsenalnuclear de Israel, basado en el testimonio ymás de 50 fotografías aportadas por Mor-dechai Vanunu, ex técnico israelí de la plan-ta atómica de Dimona, dedicada desde losaños 60 a la fabricación de armas nucleares.Ese día ocurrió lo peor para el director delMossad, Nahum Admoni. Había fracasadoen mantener oculto el secreto más impor-tante en la historia del Estado de Israel.

La planta atómica de Dimona, situadaen el desierto de Néguev, al sur de Tel Aviv,fue construida entre 1957 y 1964 bajo la co-bertura de una supuesta estación agrícola,en cooperación con Francia, la cual prove-yó secretamente el reactor nuclear, uranioy otros componentes, conjuntamente conInglaterra y Finlandia.

En 1960 el gobierno israelita anuncióque el proyecto era un centro de investiga-ciones nucleares con fines pacíficos. Enaños sucesivos decenas de controles reali-zados por tolerantes inspectores del Orga-nismo Internacional de Energía Atómica(OIEA) avalaron el embuste mientras ca-minaban por encima del arsenal nuclearconvenientemente camuflado a decenas demetros bajo la arena del desierto. Tampo-co la prensa occidental reflejaba noticiasembarazosas sobre el programa de armasatómicas de Israel.

Estados Unidos sustituyó a Francia co-mo copatrocinador del rearme atómico deIsrael a principios de los 60, a pesar de sermiembro fundador del Tratado de No Pro-liferación de Armas Atómicas de 1968. Des-

de entonces, el Buró Federal de Investiga-ciones (FBI) y la Agencia Central de Inteli-gencia (CIA) de Estados Unidos, mantienenuna política tolerante con los agentes delMossad que roban información sobre la fa-bricación de armas nucleares en ese país.

Walworth Barbour, embajador de Es-tados Unidos en Israel entre 1961 y 1973 años trascendentales en el desarrollo delarmamento atómico sionista, prohibió asus diplomáticos recolectar información alrespecto, incluido un reporte sobre la ins-talación de ojivas nucleares en misiles is-raelitas en 1966, argumentando que el pre-sidente que lo envió al país no deseaba quelo importunaran con esas informaciones.

A contracorrienteEl reportaje del Sunday Times aumen-

tó la incertidumbre de los analistas delMossad sometidos a la implacable inda-gatoria de sus superiores: ¿funcionabauna red de espionaje en Dimona?, ¿reclu-tó la KGB a Mordechai Vanunu o a algúnservicio secreto árabe?, ¿el reportaje res-pondía a intereses de sectores de poderestadounidenses o europeos contrarios aIsrael? Eran algunas de las interrogantesque llovían desde las altas esferas del go-bierno y exigían rápidos resultados en lainvestigación.

Sin embargo, la verdad era otra. Mor-dechai Vanunu nació en Marruecos en1954 y junto a su familia judía emigró a Is-rael en 1963. Sirvió en una unidad de inge-niería del ejército durante tres años y des-pués de desmovilizarse realizó estudiosque lo calificaron como técnico para labo-rar en la planta de Dimona en 1976, donde

le advirtieron que lo que vería en lo adelan-te «nunca existió».

En Dimona, para esa fecha, se acumu-laban más de 200 artefactos nucleares, aun-que el gobierno sionista declaraba que nosería el primero en la región en desarrollararmas atómicas y tampoco lo permitiría.En 1981 la aviación israelí destruyó unaplanta atómica iraquí en construcción. Es-te doblez estimuló a Vanunu a pensar acontracorriente de la política oficial y a em-prender en solitario, sin relación con nin-guna organización de inteligencia extran-jera, un insólito y peligroso plan paramostrar a la opinión pública mundial elprograma atómico de Israel, como un casode terrorismo de Estado y promover eldesarme en la región.

Durante el verano de 1985 realizó ensecreto más de 50 fotografías de instalacio-nes para la fabricación de armas nuclearesy partes de bombas atómicas. Después deculminar su trabajo en Dimona, viajó porNepal y se estableció en Australia, dondeconoció a Oscar Guerrero, un periodistacolombiano con el que compartió las pe-nurias por subsistir en la capital australia-na y la intención de hacer públicos los se-cretos de Dimona en el Sunday Times.

Para llevar a cabo su plan, viajó a Ingla-terra en los primeros días de septiembrede 1986 alentado por Peter Hounam, edi-tor de esa publicación. En pocas semanasel trabajo estuvo concluido y avalado porprestigiosos científicos ingleses, no obstan-te Hounan albergaba dudas sobre la posi-bilidad de que Vanunu fuera parte cons-ciente o no de una operación de desin-formación del Mossad, por lo que la salidadel reportaje se pospuso.

La conexión sudafricanaEn sus testimonios al Sunday Times,Va-

nunu revelaba que el régimen racista deSudáfrica entregaba uranio a Israel y queen su territorio se hicieron pruebas atómi-cas conjuntas, lo que tenía relación con unaexplosión ocurrida el 22 de septiembre de1979 en la atmósfera sobre aguas del Atlán-tico sur ante la cercanía de naves de la ma-rina sudafricana, y que el satélite espía es-tadounidense Vela identificó como unadetonación nuclear. El hecho posterior-mente fue desmentido por las autoridadesnorteamericanas a pesar de que los cientí-ficos responsabilizados con el programadel satélite ratificaron la primera versión.

El acontecimiento conocido como «elincidente Vela» salió del olvido en febrerode 1994 cuando el ex Comodoro DieterGerhardt de la Marina sudafricana y ex co-mandante de la Base Naval Simon's Town–que cumplió una condena impuesta porel régimen racista por colaborar con la in-teligencia soviética en 1982–, confirmó quese trataba de una explosión atómica acor-dada entre Israel y Sudáfrica bajo el códi-go Operation Phoenix. También el ex Minis-tro de Relaciones del régimen racistasudafricano, Aziz Pahad, ratificó el hechoen 1997, aunque después se retractó.

En la conocida entrevista con IgnacioRamonet, Fidel Castro afirmó que las tro-pas cubanas y angolanas que lucharoncontra la invasión racista al país africano,estuvieron bajo la amenaza de 8 bombasatómicas suministradas al ejército sudafri-cano por Estados Unidos a través de Israel,y precisó: «Un día le pregunté a NelsonMandela: Óigame, Presidente, ¿usted sabedónde están las armas nucleares que teníaSudáfrica? –No, no sé. ¿Qué le han dicholos militares surafricanos? No, no me handicho una sola palabra. Ésta es la hora quenadie sabe, y el mundo no hace esas pre-gunticas, nadie, como nadie hace pregunti-cas acerca de las armas nucleares que tieneIsrael, nadie.»

TraiciónRobert Maxwell era millonario y due-

ño del tabloide Sunday Mirror de Londres,y llevaba una intensa vida como agente se-creto israelita de alto perfil en medios polí-ticos europeos. A mediados de septiembrede 1986 dio la alarma en el cuartel generaldel Mossad cuando Oscar Guerrero, a es-paldas de Vanunu, visitó el Sunday Mirrorpara vender su información. El director delMossad, Nahum Admoni, ordenó a suagente publicar un artículo presentando aVanunu como un impostor manejado porGuerrero. De esta forma también ganabantiempo para preparar la neutralización de-finitiva del pacifista.

La vida de Maxwell terminó la nochedel 4 de noviembre de 1991, cuando fueasesinado a bordo de su yate cerca de lascostas españolas y lanzado al mar. La po-licía española no pudo esclarecer el caso.La versión más extendida del hecho adju-dica su muerte a agentes israelíes, por ha-berse deteriorado las relaciones de Max-well con el Mossad debido a exigenciasdesmesuradas de dinero y para evitar fue-ra interrogado por las autoridades ingle-sas sobre las actividades de la inteligenciade Israel en Inglaterra, luego de que el es-critor estadounidense Seymour M.Hersh, en el libro La opción Sansón: Israel,Norteamérica y la bomba, que aborda eldesarrollo atómico de Israel, revelara losvínculos de Maxwell con ese servicio y supapel en el caso Vanunu.

Aquel otoño de 1986, el servicio secre-to israelí realizó una de sus mayores ope-raciones de inteligencia para acosar y vigi-lar a Vanunu en Europa, en la queemplearon una unidad integrada por esco-gidos especialistas en espionaje electróni-co, seguimiento y estudios psicológicoscon autorización para usar los más sórdi-dos métodos, sin respetar las leyes de In-glaterra e Italia. Sólo se excluyó el asesina-to. Se necesitaba vivo al disconforme parallegar a toda la verdad del caso.

«Cindy» era una bella y despreocupa-da turista estadounidense de 25 años queVanunu abordó en un paseo londinense ya la cual le contó su aventura en Inglaterra.Ella lo oyó atentamente y le propuso refu-giarse en el domicilio de un familiar resi-dente en Roma. La tarde en que ambos jó-venes acordaron marchar a Italia, hubogran alegría en el equipo del Mossad.Cindy en realidad se nombraba CherylBen Tov y era una entrenada agente de ori-gen norteamericano, seleccionada espe-cialmente para engañar al disidente.

El 30 de septiembre de 1986 la parejaarribó al aeropuerto romano y en lugar deuna calida acogida familiar, Vanunu fuerecibido por un comando del Mossad quelo sometió, drogó y trasladó por mar has-ta un mercante israelí que se convirtió ensu primera prisión. La desaparición disi-pó las dudas y decidió al Sunday Times apublicar el reportaje para evitar el asesi-nato de Vanunu.

Los secretosde Dimona

Mordechai Vanunu.

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Historia inconclusaEn la capital israelí, el entonces Minis-

tro de Justicia Tommy Lapid pedía con ve-hemencia la pena de muerte para Vanunupor los delitos de espionaje y alta traición,a pesar de que no había una sola pruebaque lo implicara con ningún órgano de in-teligencia extranjero. Amplias operacionesde desinformación dirigidas con éxito porel Mossad en el país y en el exterior lo til-daban como un traidor al pueblo hebreo, ylo acusaban de desear un nuevo holocaus-to judío, entre otras calumnias, que calaronmuy fuertemente en la sociedad israelita ydistorsionaron la imagen del pacifista, ade-más de crear las peores condiciones parael proceso jurídico.

Gradualmente, la denuncia del SundayTimes fue cayendo en el olvido. No se con-denó a Israel por su programa atómico.Tampoco los gobiernos de Italia e Inglate-rra realizaron medidas efectivas por las ac-ciones ilegales en la persecución y secues-tro de Vanunu en esos países. Asistióamordazado al juicio. No se autorizó a quenadie lo entrevistara durante las audienciasy, finalmente, fue condenado a 18 años conincomunicación, de los que cumplió 11 ymedio en completo aislamiento, sin quefuera más noticia para el mundo. Su casosólo es comparable con los amañados pro-cesos y las propias campañas de difama-ción que sufren los cinco antiterroristas cu-banos presos en cárceles norteamericanaspor más de 11 años.

El 21 de abril de 2004, Mordechai Va-nunu fue liberado. Poco después declara-ba: «Fui sometido a un tratamiento bárba-ro. Trataron de someterme. Mi objetivoera sobrevivir. ¡Y lo logré!» Actualmentereside en el monasterio católico de SanGeorge en Jerusalén –se había convertidoal cristianismo–, con las prohibiciones desalir del país y de la ciudad, acercarse a lafrontera, hablar con la prensa internacio-nal, relacionarse con extranjeros, hacer de-claraciones sobre su odisea, tener acceso aInternet y a todo tipo de prensa digital,además de ser sometido a un control rigu-roso por parte de los órganos de seguri-dad. Ha sido encarcelado en varias oportu-nidades por quebrantar estas regulaciones.

Doce Premios Nobel, entre ellos Rigo-berta Menchú, Adolfo Pérez Esquivel, Des-mond Tutu, Harold Pinter, el físico JosephRotblat y el politólogo norteamericano Noam Chomsky, apoyan su causa junto aotras personalidades internacionales, exi-giendo sea liberado de su confinamiento.Solicitudes que Israel continúa negando alargumentar que Vanunu es un peligro pa-ra el Estado hebreo.

El propio Vanunu dirigió una carta alComité del Premio Nobel de la Paz en Os-lo, Noruega, el 1ro. de marzo de 2009, soli-citando se le excluya de las nominacionesde este año, por considerar que no podíaformar parte de una lista de laureadosjunto al ex Primer Ministro israelí SimonPérez, promotor de la política atómica deIsrael y máximo responsable de su se-cuestro en 1986.

Mientras tanto, el Presidente BarackObama, en su primera decisión sobrenombramientos de altos funcionarios, se-leccionó como jefe de gabinete a RahmEmanuel, ex voluntario en el ejército is-raelita en la guerra de 1973. Y la fuerza aé-rea israelí ensaya el bombardeo a plantasatómicas iraníes con armas nucleares tác-ticas, con la bendición del vicepresidentenorteamericano Joseph Biden, quien re-cientemente declaró que Israel tiene dere-cho a atacar a Irán si lo considera necesa-rio. Al parecer la política de cambio delpresidente norteamericano no tendrá re-percusión alguna en la letal producciónde Dimona. CM

ciares. Se toman su tiempo en formarse–décadas, siglos o milenios– y desapare-cen luego en un minuto porque obstacu-lizan la multiplicación y disfrute de la ver-dadera riqueza, fabricada por la Ford opor la Sony y vendida por Wall-Mart o ElCorte Inglés.

El modelo mental de nuestro vecinoaldeano es el de un mundo, el capitalista,en el que son los carros –las mercancíasen general– y no los árboles los que tie-nen valor. Pero tampoco puede decirse,la verdad, que tengan mucho valor. Queprefiramos los carros y los televisores alas parras y las colinas, no quiere decirque carros y televisores revistan a nues-tros ojos el valor sagrado que para nues-tros antepasados tenían ciertos árboles ociertas montañas. En este mundo están,por así decirlo, las criaturas que no tienenningún valor –como los rosales, los ríos ylos iraquíes– y las que tienen muy pocovalor, como lo son todas las que podemoscomprar en el mercado. Lo hemos escri-to otras veces: los españoles tiran a la ba-sura sus teléfonos celulares cada tres me-ses, sus ordenadores cada año y medio,sus carros cada dos años. Tiran ininte-rrumpidamente los pañuelos, los pape-les, las botellas, los encendedores, las cu-chillas de afeitar, los bolígrafos, los CDs.Valoran más, claro, un trozo de plásticoque un castaño milenario, pero el trozode plástico lo tratan sin ningún respeto yenseguida lo olvidan, lo arrinconan o locambian por otro semejante.

El misterio metafísico del capitalismose resume en esta pregunta: una mercan-cía ¿es realmente una cosa? Pero antesque nada: ¿qué es una cosa? Digamos quecosa es todo aquello que se rompe y quetarde o temprano no se puede ya recom-poner; todo lo que está desprotegido, to-do lo que requiere cuidados, todo lo quese vuelve irreemplazable con el paso deltiempo y cuya ausencia, por eso mismo,deja también una especie de cosa intangi-ble y triste en su lugar. La silla que me hasoportado tantos años, el libro, el jarrón,el mar, el mundo mismo son cosas. Unniño y un amado son cosas. Nos guste ono, en la medida en que somos cuerpos yestamos a merced de todos los demás, losseres humanos somos también cosas. Nonos importaría ser tratados como cosasvaliosas –o al menos como animales decompañía. Pero el problema es que, bajo

el capitalismo, somos tratados como mer-cancías.

Antes la burguesía acumulaba mu-chas cosas; ahora sólo los pobres conser-van algunas pocas con vergüenza y aspi-

ran precisamente a liberar-se de ellas. Las cosas handesaparecido. Cuando al-go está a punto de conver-

tirse en una cosa,se corre al mer-cado a cambiar-la por otra. Na-

da se rompe por-que todo lo tiramos mien-

tras aún sirve o funciona;nada llega a estar ausente

porque no le damos tiempo pa-ra estar presente. El mercado ca-

pitalista constituye un «hombre nuevo»porque establece un lugar antropológicosin precedentes en el que todo lo existen-te –todas las criaturas, naturales y artefac-tos– se pueden reemplazar. De los costesecológicos de esta ilusión de intercambia-bilidad y reemplazabilidad (que se ali-menta de recursos finitos y de un planetadiminuto e insustituible) se habla a me-nudo; lo que no se dice con tanta frecuen-cia es que, en un mundo sin cosas, en unmundo en el que los humanos no alcan-zamos ni siquiera el rango de cosas, en elque nada nunca llega a romperse, todo sepuede tratar por igual sin ningún cuida-do. ¿Las parras, los ríos, los iraquíes? Sonobstáculos para el mercado. ¿Los carros,los televisores, los trabajadores? Vamos,hermano, a comprar uno nuevo.

Todo nuestro universo mental y cultu-ral está ya configurado por esta falta radi-cal de cuidado que acompaña a la ilusiónfundamental del mercado: la de que todotiene solución. La publicidad no anunciaproductos concretos sino el evangelio –labuena nueva– de esta curación universal:todo tiene arreglo y si usted tiene arrugas,estreñimiento, la piel seca, poco pelo, na-die le quiere, no le dan trabajo, es sóloculpa suya. Es duro ser pobre cuandouno sabe que con un poco de dinero po-dría dejar de serlo; es duro ser pobrecuando sabemos que podríamos ser in-cluso inmortales –y con nosotros toda lafamilia, que tampoco nos lo perdona– sihubiéramos hecho bien la compra.

Pero esta desaparición de las cosas norige sólo el universo publicitario; tambiénel cinematográfico. Lo que hay que repro-char al esquema de Hollywood no es queoponga de un modo excesivamente su-mario el Bien al Mal. Yo también lo hago:para mí René, Antonio, Fernando, Gerar-do y Ramón son los «buenos» y –porejemplo– Kissinger, Bush y Cheney sonlos «malos». Lo que tiene de engañoso,enfermizo y corruptor el esquema deHollywood es su pretensión –puro refle-jo del mercado– de que todos los conflic-tos tienen solución y todas las pugnasconciliación.

No es así: nos rompemos, nos mori-mos.

No es así: hay luchas en las que sólopuede haber un vencedor.

Porque nos morimos tenemos quecuidarnos los unos a los otros.

Porque el capitalismo nos trata sincuidado, es necesaria la revolución. CM

Ya sólo los pobres tienen cosas

SANTIAGO ALBA RICOEspecial para LA CALLE DEL MEDIO

EN NUESTRA VIEJA CASA DE PIEDRA, enun pueblecito cerca de Madrid, teníamosuna parra que había trepado durante dé-cadas, agarrada al muro, para desplegarsobre el balcón su sombra dulce de hojasy de uvas. Un día, no la encontramos; alpie de la pared, dolorosamente desnuda,se alzaba un muñón diminuto serrado conviolencia, tristísimo cimiento vegetal de lacatedral derribada. Al vernos, uno de losvecinos se nos acercó para explicarnoscon naturalidad, y casi con reproche:

–Era un engorro. Me he compradoun carro nuevo más grande y tenía quemaniobrar mucho para entrar en vuestracalle, exponiéndome además a que la pa-rra me rayara la carrocería. Así que la hetalado. Era dura la condenada; he tenidoque sudar para cortarla.

Pedía casi que le agradeciéramos elesfuerzo. Tan improcedente le parecíaque un árbol obstaculizase el camino deun carro, y tan natural esa jerarquía, queno podía imaginar nuestra contrariedadni nuestra cólera. Entre carros, la luchahabría estado quizás igualada; pero entreun carro nuevo y una excrecencia naturalque nadie había comprado, y que salía dedebajo de la tierra, el carro nuevo debíahacer valer rutinariamente todos sus de-rechos.

Las catedrales a veces crecen solas: sellaman parras o almácigos o colinas o gla-

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AILER PÉREZ Y CARMEN SOUTO

EN VARIAS de sus ediciones, LA CALLE DELMEDIOha puesto su mirada en aspectos me-dulares de la actualidad musical cubana,no solamente en relación con hechos crea-tivos, sino, y fundamentalmente, respectoa su difusión. La creciente introducción ypreferencia de géneros bailables foráneostiene un lugar importante en el debate quese genera, en el que se señala la figura delDJ (disc jockey) como uno de los máximosresponsables en la proyección de las ten-dencias difusivas. En trabajos anterioreshan quedado aclaradas las múltiples fun-ciones, proyecciones e identidades que ca-ben en la etiqueta de DJ. De todas, la máscuestionada es la de «DJ de sala», encarga-do de poner y proponer lo que se consumeen espacios recreativos y bailables. En vis-ta de ello, hemos convocado a uno de losDJ más conocidos y perseguidos de la ac-tualidad: Adriano DJ (Adriano Marín Que-sada), quien en particular, o con el proyec-to Havaneando con Adriano DJ, vamarcando sin dudas el ritmo nocturno dela ciudad.

¿Cómo te iniciaste en el mundo de los DJ?Empecé en el año 96, pero no como DJ

profesional. En aquella época se creó algoque era inusual. No existían sitios donde lajuventud pudiera divertirse y se empeza-ron a abrir lugares donde hacíamos un ti-po de actividad que llamábamos discoteca.Esto era dentro de los agromercados, quepor el día funcionaban como mercado ypor la noche ponían música. Así me iniciéyo. Después pasamos a las Casas de Cultu-ra, como proyecto comunitario. Hacíamosactividades nocturnas recreativas para lle-varlas a la «onda» de discoteca como tal.No era exactamente el objeto social de lasCasas de Cultura, pero sí se convocó comoactividad recreativa, y nos mantuvimos unlargo tiempo. Luego pasé a la Juventud[Unión de Jóvenes Comunistas] y me fui atrabajar a los campismos. En aquel mo-mento en las bases de campismo no habíadiscotecas. Varios DJ de los que empeza-mos en aquella época tuvimos la idea dehacer discotecas dentro de las bases decampismo, no solamente para poner mú-sica, sino como un modo de recreación pa-ra que la gente tuviera dinamismo y anima-ción. Se ponía todo tipo de música. Noteníamos ni siquiera la cultura de lo queera un DJ, simplemente era algo que nosllegaba, pues el DJ cubano prácticamentese crea por sí mismo, no hubo nadie quenos enseñara, que nos diera la cultura de loque era un DJ.

En el año 99 vinimos para locacionesde la Juventud en Ciudad de La Habana.Ahí fue cuando empezó a llegar a Cubaaquel espectáculo de karaoke que despuésse hizo famoso. Yo empecé en «Juegamar»,en 12 entre Malecón y 3ra., un sitio que es-taba puramente creado para actividadesrecreativas. Allí se incursionó en el karao-ke, mezclado con el tema de la discoteca ylos DJ.

Hasta ese minuto yo no había sidoevaluado, estaba como activista dentro dela Juventud. Entonces, dentro de las basesde campismo empezaron a evaluar a lostécnicos de sonido o a los operadores,porque no éramos ni siquiera técnicos.Con esas evaluaciones empezamos a sercontratados por las bases de campismo.Pero después vieron la necesidad de quelos operadores fueran evaluados ya pro-fesionalmente y crearon un curso decapacitación para los sonidistas, losoperadores de audio. En el año2000 comencé en el Museo de laMúsica, donde hice el primer cur-so de sonido. El curso estaba

Adriano DJAdriano

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muy bueno y le dimos mucha importan-cia porque para nosotros era serio estarestudiando casi un año, pero había quedesarrollar la otra parte, había que de-sarrollar el arte de ser DJ. Estas fuerondos cosas que tuvimos que mezclar a lavez. Ya en ese tiempo existían lugaresnombrados como discotecas y los propiosoperadores de esos lugares se convirtie-ron en DJ. La juventud fue absorbiendocosas «de afuera»: videos, música, y a par-tir de ahí nosotros fuimos creando nues-tro propio estilo como DJ.

Te refieres a un estilo cubano de mezclar.¿En qué se diferencia un estilo cubano de mez-clar del que pueda tener un DJ extranjero?

Bueno, los DJ cubanos somos bienpropios. De hecho, creo que a pesar dehaber aprendido de los DJ «de afuera»,creamos un estilo tan propio, que ahoramismo somos bien cotizados fuera de Cu-ba. Porque la música cubana tiene compa-ses totalmente diferentes a lo que es lamúsica house o a la música disco, y mez-clar la música cubana es bien difícil. Porejemplo: no es lo mismo coger un beat deuna música house, que es constante, a unbaterista que hace un beat aquí, es decir, esbien difícil. Entonces, qué hicimos los cu-banos: como teníamos la necesidad demezclar nuestra música, la que nos veníadel Caribe, de Europa, de varios lugares–porque el cubano absorbe mucha músi-ca de todos los países–, creamos ese estilomixto de mezclar varias músicas a la vez.Hicimos un estilo propio.

Cuando hablas de mezclar música, ¿signi-fica que te desarrollas también como productor?

Sí, en el caso de remezclas. En Cubaexisten muchos productores que sí hacensu propia música, pero yo soy un DJ de sa-la, aunque pueda producir mis propias co-sas, porque ya me he visto en la necesidadde producir mi música y empezar a hacercosas como para crear o poner un sello:«esto es hecho por Adriano». He tenido lanecesidad de hacer eso, pero más bien miestilo es de sala.

En este trabajo como DJ de sala, ¿en qué me-dida influye el gusto del público? ¿Cómo es el ba-lance entre lo que el público te pide y lo que tú lepropones?

Pudiera decirte que el balance está aun 50-50, es decir, un DJ llega a ser buenocuando coincide su gusto con el del públi-co en un gran por ciento. Eso es bastantedifícil, puede haber dos DJ que tenganexactamente la misma música y tienesque saber cómo hacérsela llegar a la gen-te. La noche, el día o el momento en queestés trabajando necesita un ritmo, unaguía, un espacio donde la música tieneque llegar en cada momento, y tú tienesque explicarle al público por qué, median-te tus mezclas. Tú no puedes romper elbalance de escucha de la gente, cuando túpones un tipo de música en un momentono indicado, es como si hubieras puestomala música.

Muchos músicos cubanos se quejan de quedurante las fiestas de los jóvenes que son regidaspor los DJ, se puede salvar o destruir un tema enel sentido de la promoción, porque se dice que elDJ le puede dar determinado peso a unos géne-ros y a otros no. Por ejemplo, algunos músicos,sobre todo de salsa, se quejan de que sus temas no

salen tanto como puede salir el reguetón o pue-de salir el house. ¿Hasta qué punto crees tú quecae en ustedes la responsabilidad de salvar untema en ese sentido?

No me atrevería a entrar en un temamusical porque yo no soy músico. En es-te caso, el DJ se convierte en un clientemás. Antes de proponérselo a la gente,tiene que «degustar» la propuesta quehace el músico. Pero el DJ no es propia-mente el culpable de lo que la gente con-sume, simplemente hace una propuestay la gente la acepta o no. Si tú eres bue-no como DJ y eres buen cliente a la horade escuchar una música, y esa músicapara ti está buena o no, es lo mismo quepodría pasarle al público cuando se lapongas.

O sea, que la creencia de que el DJ manipu-la de alguna forma el gusto de las personas no esexactamente así.

No, no es exactamente así. Tú puedesponer una música que para ti está buena yel público no la acepta; es decir, tú puedesmanipular la forma de ponerlo varias ve-ces y hacer que de alguna forma al públicole guste.

¿El principio de la repetición no define loque a la gente le gusta?

No, para nada. Tú puedes poner un te-ma malo todo el tiempo y lo que pasa esque te van a catalogar a ti como malo.

Bueno, eso también tiene que ver un pococon el espacio en el que estés trabajando.

Te explico. En la música, como en todolo que se cree, existen las cosas buenas ymalas, o con un nivel de aceptación positi-vo o negativo. En mi espacio, yo como DJ

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do lo que esté dentro de una sala de fiesta,desde que abre hasta que cierra, es un es-pectáculo. Yo tengo varios momentos den-tro de mi espacio, en los que todo va cam-biando: le doy a la gente una bienvenida,en una hora determinada le doy un pro-ducto, en otra hora determinada le doyotro producto, voy combinando la músicaque le pongo con pinceladas de arte, de co-sas que no tienen que ver en ese momentocon una discoteca. Dentro del espectáculotengo bailarines, modelos, animadores, ar-tistas circenses, magos, humoristas, músi-cos en vivo. También tengo un evento quehago cada mes, y uno bien grande en fin deaño, que nombramos Top Ten o PremiosHabaneando, que es como un sello de miespectáculo. Creo que la variedad de pro-puestas es lo que a la gente le ha gustado.

¿Eso es lo que distingue de alguna forma tuproyecto Havaneando..., y lo que te diferencia deotros casos como puede ser Fiesta Habana uotros proyectos similares?

Digamos que yo tengo mi propio esti-lo de hacer las cosas. Para mí la competen-cia no existe. Existen personas que hacencosas parecidas a las mías, o yo hago cosasparecidas a las de la gente, pero cada quientiene lo suyo. Yo no miro al lado. Yo creoque si la gente me ha aceptado y me cono-ce es porque lo que yo les estoy dando lesgusta. Es decir, ni siquiera me preocupaqué pasa por los lados.

De alguna manera te has distinguido por es-tos espectáculos de fiestas que normalmente se ha-cen en locales caros a los que mucha gente no tie-ne acceso. Se habla incluso de que el público quete sigue es mayormente del ambiente de los «mi-quis», grupos que tienen determinadas caracte-rísticas, entre ellas, mayor poder adquisitivo.

OK. Mira, creo que los lugares que secrean, o los espacios que están creados pa-ra hacer este tipo de actividades noctur-nas, son los que desde el punto de vista co-mercial tienen su precio, su valor, tienensu infraestructura para poder comerciali-zar. Nosotros empezamos a dar un pro-ducto que no era común en cualquier lu-gar. En Cuba no existen discotecas hoydía, existen salas de fiesta, o lugares don-de se organiza este tipo de actividades, quese vincula con el objeto social de cada lu-gar. Pero Havaneando... no ha creado unproducto específicamente para alguien.Simple y llanamente hay un grupo de per-sonas que consume específicamente elproducto que yo brindo. Y el público quemayormente me sigue es ese que nom-bran como los «miquis», creo que por mimanera de expresar o de hacerles llegar lamúsica, a ese público le gusta. Pero tam-bién se lo he brindado a otro tipo de públi-co e igual le ha gustado; por ejemplo, du-rante este verano, trabajamos todos losdomingos de agosto en el pueblo de Arte-misa, donde la entrada era a 10 pesos MN,entraban miles de personas, y ese público,incluso, recibía el arte que nosotros le es-tábamos brindando muchísimo mejor quecualquiera de la farándula de aquí. Es cier-to que en una primera etapa los «miquis»fueron los que empezaron a consumir eltipo de actividad que hacíamos. La familiade los «miquis» tiene un patrón para loque le gusta, y a partir de eso eligen el tipode lugar al que van. Yo creo que ellos noirían a ver a la Charanga Habanera en laTropical. Sin embargo, tú pones a la Cha-ranga Habanera dentro de su fiesta, yellos sí lo consumen.

Una de las facetas por las que más te he-mos conocido es por tu función como VJ (videojockey). ¿Qué papel tiene esta faceta en tu es-pectáculo?

El campo audiovisual es algo que se in-corporó después a las fiestas nuestras. An-tes, cuando yo empecé, no existía el campoaudiovisual, pero por la necesidad de la

gente de conocer lo que estaba oyendo seincluyó el audiovisual. Es decir, el audiovi-sual te permite ver a tus artistas preferidos,ya que no los puedes ver en vivo. Visuali-zarlos te hace creer más en ellos, saber másde ellos. Pero además, el campo audiovi-sual permite transmitir un tipo de enseñan-za, hay momentos en que el audiovisual seutiliza solamente para dar mensajes: nohay muchos intérpretes de música discoque tengan ya videoclip, porque la músicadisco se produce a diario y llega primeroque el videoclip. Durante ese tiempo, en laspantallas tiene que haber algún tipo demensaje. Y ahí es donde puedes dar pro-moción a la próxima actividad que vas adar, pones el número de teléfono al que lagente puede llamar para el club de fans, pa-ra informarse. Pero también se transmiteotro tipo de mensajes, mensajes educati-vos, «digamos no a la droga, no a la prosti-tución, no a la delincuencia», que la genteentienda que ese espacio está creado parala diversión. Nosotros todo el tiempo nosencargamos de educar al público. Aunqueel público sepa qué es lo que es bueno yqué es lo que es malo, nosotros tenemos eldeber de decírselo, que la fiesta es sólo pa-ra divertirse, para sentirse bien. Hay genteque piensa que la fiesta, la noche o la mú-sica que pongamos, tienen un doble signi-ficado, y nosotros nos encargamos de de-cirles que no.

Te hemos visto también en otros espacios co-mo VJ, como en el espectáculo «Los jóvenes can-tan al Beny», que se realizó en el marco del Cu-badisco 2009 el pasado mayo. ¿Era la primeravez que hacías esto? ¿Qué significó para ti?

Bueno, un espectáculo como ese fue elprimero que hice. Para mí fue una cosa to-talmente distinta a lo que hago común-mente, pero más que yo brindar al espec-táculo mi producto, aprendí de eseespectáculo algo que no había hecho nun-ca. Hacer un trabajo para tanta gente, conuna importancia tan grande para el país,para los músicos que estuvieron presen-tes, para mí eso fue tan novedoso, tan nu-tritivo, que quisiera repetirlo. Mezclar lasimágenes de hace tantos años, llevarlas almodernismo, creo que mucha gente de laque estaba ese día en el teatro no había vis-to nunca al Beny Moré. Había muchos ni-ños, de poca edad, y llevarles la imagen delBeny en aquella época mezclada con lamúsica de hoy, porque todos los músicosque estaban allí hicieron su propio arreglomusical con un estilo actual, con su pro-puesta, para mí fue muy emocionante,creo que el producto que se le dio a la gen-te ese día nadie lo había visto antes.

¿Has trabajado en algún momento acom-pañando a algún músico, has hecho la funciónde orquesta a alguna agrupación?

Sí, ¡yo de hecho tengo historia en esto!Al inicio de mi carrera, con alrededor decinco años de experiencia, creamos un ti-po de espectáculo en el que se unía estenuevo género del reguetón con el arte delos DJ y el mundo audiovisual. Esto lo em-pecé con el Clan 537, en aquel momentoBaby Lores e Insurrecto. Fueron muchosaños trabajando juntos, en los que le brin-dábamos al público ese producto que enaquel momento era totalmente novedoso,porque estábamos incursionando en unritmo que no estaba en el mercado. La mú-sica de Baby Lores e Insurrecto en aquelmomento para nada se escuchaba. No-sotros nos tuvimos que encargar de brin-dárselo a la gente y la gente finalmente loaceptó, pero en aquel momento la músicade ellos no se escuchaba, ni la de ningúnotro reguetonero en Cuba. Ellos fueron losprimeros que se comercializaron de unamanera rápida.

En aquel momento se empezaba a es-cuchar a Eddy K y a Cubanito 20 02, pero

este grupo del Clan 537 alcanzó una popu-laridad a un nivel tan rápido, que creo quedio un vuelco dentro de la música del re-guetón. La idea era hacer comercialmenteun paquete de lo que era una noche com-pleta. Ahí fue donde vimos la posibilidadde brindarle un producto completo al pú-blico y así la gente se sentía mucho más agusto. Es decir, yo le daba la bienvenida ala gente, como plato fuerte estaba el con-cierto de ellos y después yo finalizaba lanoche, yo cerraba la noche. Le dábamos ala gente un producto completo.

Dentro del espectáculo quien losacompañaba como DJ era Alejandro Ca-sals, y yo me encargaba de la parte audio-visual, es decir yo estaba en escena todoel tiempo, pero en el punto de vista de lacreación, lo que era la maqueta de la can-ción, el background, yo era quien decía sifuncionaba o no.

Después de que esto se hizo popular,varios DJ y proyectos audiovisuales lo em-pezaron a hacer. No creo que yo haya si-do el primero, pero sí fui uno de los prime-ros en hacerlo, y he trabajado con casitodos los músicos, porque estuve por es-pacio de año y medio en el Salón Rojo delCapri, y por ahí pasó todo el mundo, porlo menos los más populares: CharangaHabanera, Gente de Zona, Alain Daniel,Van Van, Ángeles de La Habana, Chispa ysus Cómplices. Durante 2008 y 2009 tuvemuchas presentaciones junto a Paulo FGy a Los Cuatro.

Y para cada caso, la bienvenida y cierre de-pendían del espectáculo que iba a suceder.

Por supuesto. Es decir, el tipo de públi-co que iba a consumir la música de la or-questa que estuviera en vivo llevaba unapreparación diferente. No puedes darle lamisma bienvenida a un público salseroque viene a bailar con la Charanga Haba-nera que al que viene a oír a Baby Lores oa Gente de Zona. Tienes que preparar alpúblico para lo que va a venir después, yluego cerrar. Tienes que estar preparadopara ponerle música al público después dela Charanga Habanera, que es bastantedifícil; porque ¿te imaginas un conciertode una hora y media con los Van Van, porejemplo?, el público queda encendido, ac-tivo, y tienes que prepararte, porque si no,ahí mismo termina la noche. Es ahí dondeestá la clave del éxito de lo que te dije aho-rita: la noche completa.

Has hablado en varios momentos del «artede ser DJ», y esto nos trae a colación algo que he-mos discutido en varias ocasiones en nuestra re-vista, que es la relación del arte con el mercado.¿Cómo se da en ti esta relación, el hecho artísti-co de mezclar la música con el hechocomercialde ofrecer la música?

Yo creo que la clave está en un dicho dehace muchos años: «lo que no se enseña nose vende». Si quieres que lo que tú haces seconozca, se lo tienes que mostrar a la gen-te, y me parece que el hecho mercantil es-tá ahí. Pero tienes que contar con la suertede que a la gente le guste lo que tú haces.Es decir, creo que cuando le mostré a lagente lo que hacía fue que logré que la gen-te lo consumiera y lo conociera. El princi-pio artístico estaría desde el punto de vistaque tú creas algo propio y se lo brindas a lagente, ya estás haciendo arte.

A mí me gusta llegar a las masas, no megusta tocar para un público específico. Megusta tocar para quien me quiera escuchar.A mí me gusta todo tipo de música, escu-cho todo tipo de música y me gusta propo-ner todo tipo de música. La generacióncambia día a día, y el público que asiste alas actividades puede ir cambiando, perotú sigues ahí y necesitas, como artista, lle-garle a toda la gente. Que la gente me escu-che, que sepa qué es lo que yo hago. Paramí no existe mayor aplauso. CM

pongo mucha música cubana, de cualquiertipo de ritmo: salsa, timba, reguetón, lo quesea. Ahora, en estos últimos tiempos, losmúsicos, los salseros, creo yo, no han sabi-do adaptarse al medio. Yo creo que todo ti-po de creador debe avanzar junto con eltiempo. No me parece que alguien puedacrear durante 20 años lo mismo y avanzar,porque no existirían entonces músicos cu-banos buenos y malos, temas buenos y ma-los, porque hay temas cubanos muy bue-nos, hay temas malos, incluso hay temasque para el público son malos y para elmúsico o para mí no lo son. Yo podría ci-tarte cualquier tema de canción que a míme gusta y el público no lo acepta.

Y en ese caso tú nunca lo pondrías.Claro que no, a mí me puede gustar

una canción por equis motivo, por ejem-plo, a mí me gusta mucho el «instrumen-tismo», o sea, la instrumentación a mí meencanta. No sé, te podría explicar que amí me encanta NG La Banda, pero hayveces que esa música a mí me gusta y alpúblico no le llega, simplemente por laletra que tenga, por el mensaje que ten-ga. Yo por ejemplo escucho una músicade NG La Banda de hoy o de ayer y megusta, pero también veo la diferencia: enlos años 90, NG La Banda hacía una mú-sica que en ese momento le llegaba al pú-blico de maravilla, ahora puede ser que amí me guste, que yo la consuma como DJy como artista, pero el público no laacepta, porque quizás no está acorde conla época o con el momento en que la gen-te necesita oír eso. Las generaciones vancambiando, van naciendo nuevas perso-nas que van consumiendo lo que necesi-tan. Creo que si algún género musical lle-ga a colarse, los DJ influimos bastante enque el género se repita o en que los te-mas se repitan y que se peguen incluso.Influimos porque, además, los que pega-mos los temas somos nosotros. Hoy endía, en lo que se le puede llamar la farán-dula —que son la gente que sale de no-che a los lugares—, los temas se peganpor nosotros los DJ. Ahora, una cosa espegarse y otra es que la gente lo absorba,lo asimile.

¿En qué radica la diferencia?El DJ tiene perfectamente la capacidad

de saber, cuando pone un tema por prime-ra vez, si le va a gustar a la gente o no. Tú lopuedes percibir. A lo mejor cuando un so-nidista que está en una plaza abierta poneun disco, no puede percibir si esa cancióngustó o no en el momento en que la puso,pero el DJ sí. Tú estás observando el gestode la gente, de qué manera se mueve. A lomejor tienes un ambiente de salsa creadocon los Van Van, por ejemplo, y le ponesun tema nuevo de equis músico; como elambiente de salsa está creado, la gente si-gue bailando, pero por la expresión del pú-blico te das cuenta de si el tema llega o nollega.

Entonces una condición del disc jockeyesque tiene que estar constantemente analizando,sondeando qué es lo que está necesitando el pú-blico para tener efectividad.

El DJ tiene que hacer una preparaciónde la música que va a poner, es decir, no esque tú hagas un programa en tu casa de loque vas a poner por la noche, pero sí teneren cuenta el género, el tipo de música, elcontenido, la enseñanza, el mensaje.

Has logrado sobresalir entre una genera-ción de DJ que se mantienen en activo, ¿qué crees que te define, qué te diferencia de los demásal punto de hacerte sobresalir?

Bueno, yo creo que combinar varias ar-tes a la vez y darle un producto diferente alpúblico es lo que ha hecho que la gente mediferencie de los otros. Para nada me atre-vería a decir que soy mejor que nadie; es elproducto, es la mezcla de artes. Para mí to-

LOS LECTORES OPINANescríbanos a: Calle 21 no. 406, Vedado, La Habana, Cuba. cp 10400. email: [email protected]

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carta de un lector muy especial:

rené gonzález

26 de agosto de 2009.HERMANITA ARLEEN:*Al fin me llegó LA CALLE DEL MEDIO, al me-nos un primer paquete con los númerosdesde el primero hasta el pasado mayo.Como has sido nuestra abogada ante lapublicación te uso de vehículo, primero,para agradecer a los compañeros, y en se-gundo lugar para opinar –o sugerir– sinaspiraciones de publicación ni muchomenos.

El periódico me parece muy buenopor su estilo, la calidad de las entrevistas–y de los entrevistados–, así como por sucorrespondencia en la calidad de las opi-niones de los lectores. Es un buen espa-cio de debate en un tono coloquial, acce-sible pero sin concesiones a la sim-plonería o al espíritu amarillista, que casisiempre se usa para simular una libertadde expresión que es puro cuento.

Me llama la atención el discernimien-to y la madurez de los lectores en relacióna las producciones televisivas enlatadaspor acá. No obstante, tal vez el periódicopudiera profundizar en un aspecto que–afortunadamente– escapa al televidentecubano, resultado natural de no ser el pú-blico cautivo al que van dirigidos prima-riamente los designios –que siempre loshay– de quienes los producen.

Todos esos productos, hasta el másinocente, están diseñados con sumo cui-dado para difundir algún estereotipo, va-lores, reacciones personales o colectivas;o para implantar ciertos reflejos o actitu-des. En algunos casos esos elementos seincorporan al subconsciente colectivonorteamericano en complejos de superio-

ridad, sentimientos de excepcionalismo,posiciones mesiánicas o la convicción fal-sa de ser la sociedad paradigmática, dig-na de imitar. El asunto, por supuesto, notermina ahí. Para completar el cuadro laimagen se exporta, contribuyendo en nopoca medida a la colonización cultural.

Para serte franco, las mejores disec-ciones de ese fenómeno las he leído aquí,lo cual no nos demerita. Es natural quequienes lo han vivido, una vez alertas, serebelen, analizando entonces toda su ex-periencia vital a la luz de esa nueva con-ciencia, con un conocimiento de causa delque para nuestra suerte la Revoluciónnos libró. Se me ocurre sugerirles que devez en cuando pudieran acudir a colabo-raciones desde el lado de la geografía enque se producen los enlatados, lo cualaportaría a la comprensión por nuestroslectores del verdadero código de conduc-ta o reflejos que están destinados a repro-ducir. No sé si será una especialidad en laque Alba Rico –que aporta colaboracio-nes brillantes– se sienta cómodo, pero sino es él hay varios otros que pueden ha-cerlo.

Aquí le envío un pie de rima al amigoWejebe, inspirado en su artículo sobre elDalai Lama y su preceptor nazi: hace po-co hallé en una National Geographic unafotografía del Lama, tomada por su pre-ceptor británico durante el interregno en-tre el fin de la Segunda Guerra Mundial yla Revolución China. La imagen del niñoLama en un palanquín, mientras los cam-pesinos se postran a su paso, es un retra-to de la abominación que representabanlas relaciones del pueblo tibetano con lateocracia feudal que entonces lo oprimía;pero es superada por la abominable des-cripción del inglés, que pinta la escenacon tono idílico. Se diría que se trataba deCristo entrando a Jerusalén y no del testi-monio de brutal represión que realmen-te era.

Mi reto a Wejebe es que tal vez puedehurgar en el traspaso de batón de nazis abritánicos –y más probablemente de es-tos a la CIA– completando la historia en-

tre el fin de la Guerra Mundial y la revuel-ta que en 1959 mandó al exilio a la teocra-cia feudal tibetana. Es un tema de muchaactualidad, que ha movilizado aquí a to-das las admiradoras de Richard Gere y aquienes encuentran en él –en el tema, noen el actor– una alternativa equivalente ala defensa de los embriones o de los ani-males, como compensación ante su indi-ferencia por el sufrimiento y la injusticiahumanas.

En otro orden de cosas me atrevería asugerirles un paso audaz: incorporarse aldebate social en relación con el reto eco-nómico y político que enfrentamos hoy.Sería un aporte en la profundización dela cultura económica que demanda elmomento, y en la comprensión de las de-cisiones políticas que requerirá el perfec-cionamiento de nuestro socialismo.

Vivimos bajo el riesgo de que el pensa-miento hegemónico nos venda el espejis-mo de que podremos desarrollarnos co-piando otras experiencias o aplicandosoluciones individualistas a los retos socia-les. Todo ese pensamiento liberal apela acierta lógica que no deja de atraer al reci-piente inadvertido, y sólo el conocimiento,la información y el debate pueden descu-brir su esencia mitológica al ciudadanomedio. He leído buenos escritos al respec-to en la Revista Temas, pero se producen enun contexto más académico en relación aun mensuario de distribución masiva co-mo LA CALLE DEL MEDIO.

Bueno, está bien; te he dado tremen-da lata, pero tú eres una gente sensible yadivinarás lo que representa para no-sotros la conexión con la realidad de lapatria. LA CALLE DEL MEDIO me cargó las pi-las. Sólo una crítica: mándenme los perió-dicos al menos de dos en dos. Se produ-ce cierto desperdicio cuando tratas deasimilar una docena de un tirón, abruma-do ya por una montaña de libros, perió-dicos y correspondencia. Cariños,

RENÉ.

* La carta está dirigida a Arleen RodríguezDerivet.

AMIGO(A)S: La imprevista demora en lasalida del número anterior –por desper-fectos técnicos en la imprenta y retrasosde Correos de Cuba en la distribución–afecta el flujo natural de comentarios delos lectores. Pedimos disculpas. No obs-tante, contamos en esta entrega con unhecho excepcional que nos llena de orgu-llo: René González, uno de los héroes cu-banos que se encuentra prisionero en Es-tados Unidos desde hace ya once años,ha escrito sus consideraciones sobre larevista y algunas de sus polémicas. Lacarta, dirigida a la periodista Arleen Ro-dríguez Derivet, se reproduce con el con-sentimiento de ambos. LA CALLE DEL MEDIOinició en septiembre una gira de presen-taciones de la revista por universidadesdel país, la cual se inició el pasado día 6en la Universidad de La Habana. El en-cuentro se produjo en los bajos de la Bi-blioteca «Villena», a las tres de la tarde. Ladiscusión fue intensa y rica en matices.Dos temas prevalecieron: ¿es auténticoBaby Lores con su canción-video «Creo»,acto de fe revolucionaria? ¿Es posible ser–como afirmaba en uno de sus viejos te-mas–, «una máquina de ganar dinero» yrevolucionario a la vez?; pero, por otraparte, ¿acaso el oportunismo más fre-cuente en las dos últimas décadas no hasido de signo contrario, aquel que se de-sentiende de la Revolución e incorpora eldiscurso de moda? Los oportunistas dehoy suelen ser los que se distancian decualquier definición política. Para apoyarel debate en torno a la definición de BabyLores, reproducimos también en estaspáginas un fragmento de la entrevistaque la periodista Elizabeth López Corzole hiciera al popular cantante y composi-tor para el sitio www.cubasi.cu dondepuede consultarse íntegramente. Tam-bién visitamos la UCI habanera. En la úl-tima quincena de octubre estaremos enuniversidades de las provincias de Guan-tánamo, Granma y Santiago de Cuba.Gracias a todos por participar en nues-tros debates.

E. U. G.

No soy de los que satani-za, ni canoniza tampoco, ala teleserie, pues aunque

me gustan los temas que trata, creoque está mal colocada en un hora-rio donde los cubanos vemos nove-las «convencionales», sin tantos gi-ros ni movimientos de cámara, niparlamentos de un personaje anteso después de su escena, que másbien parecen una obra surrealista.Diana debería haber sido colocadaen otro horario. De nadie (y menos

del pueblo) es la culpa de que sus produc-ciones en materia de telenovelas estén de-primidas. Si seguimos así, cualquier díaespero ver Escriba y Lea (con todo el res-peto para el programa, es sólo un ejem-plo) en el horario de la Película del Sába-do. Se transmiten tantas horas al día quecada cosa tiene su horario y canal. Fuerade eso, entiendo que asumir el horario dela telenovela es un riesgo, pues si la pro-puesta es idílica (¿recuerdan el «Meliá So-

lar» de Si me pudieras «creer»?) Nadie seve reflejado ahí, y si es demasiado cáusti-ca (¿recuerdan las polémicas surgidascon los primeros capítulos de La caraoculta de la Luna, de cuando los padresaprendieron por ahí que sus hijos asis-tían a las promiscuas «descargas» de hoyen día?), la gente no quiere más proble-mas que los que ya tiene cotidianamente.Por eso es que veo luces y sombras enDiana, porque es cierto que muestra un90% de nuestros cotidianos tormentos(pues otros, como el acuciante problemadel transporte fue olímpicamente ignora-do, pues en la serie todos los personajesviajan en autos propios o almendrones,nadie en un P-4 repleto a las 5 p.m.), perolo hace de una forma desenfadada. Sólootro pequeñísimo detalle, se ciñe dema-siado a los problemas de la capital (y sa-bemos que en ella sobran «aldeanos vani-dosos», como los llamó Martí, quepiensan que «La Habana es Cuba»), puesel hacinamiento es inherente a ella (pa-seando por Cuba no he visto eso más alláde las ciudades de La Habana y Santiagode Cuba, es decir, en la mayoría del terri-torio nacional no existe) y aunque temas

como la familia y el amor son universalesy tratados magistralmente ahí, no sale unvendedor de CUC, tan común en cual-quier pueblito y la falta de opciones delos mismos. Es decir, en mi opinión es unbuen intento Diana, pero ni nos retrata al100%, ni descubre el agua tibia con la for-ma «videoclipera» que muestra. De todasformas, prefiero verla, a visualizar una«nueva temporada» de Las Huérfanas dela Obra Pía.

HELMIS MICHAEL DIÉGUEZ HERNÁNDEZ

Con respecto a la opinión dellector Elio Villarreal Acevedosobre la telenovela Diana, qui-

siera argumentar: Usted querido amigose quejó de la «tortura» que representabaesta novela con respecto a su principalpersonaje (el gago), de la rapidez de lasimágenes proyectadas que alteraban suritmo cardiaco y del realismo de las esce-nas en cuanto a las necesidades de algu-nos personajes, poniéndolo en una situa-ción incómoda y desesperante. Pues,¡felicidades director de Diana! Misióncumplida. Ese es el objetivo, querido Elio,el arte trata de transmitir un sentimiento,

un estado, a veces simplemente el autordesea una mueca del espectador. Estoyseguro que si del televisor salieran olores,el director le inundaría la casa de olor ahumedad, suciedad, en algunos instantes,porque el objetivo es, en ese momento,representar el sufrimiento, la desespera-ción y cómo mejor lograrlo sino hacien-do que usted se sienta de esa forma. Re-flexione al respecto.

ABEL CARDONA MOREJÓN

La semana pasada me encon-traba leyendo entusiasmada-mente la edición número 16 de

LA CALLE DEL MEDIO, cuando me topé en lapágina tres con un comentario inespera-do. Era de un ingeniero que despotrica-ba sobre la miniserie Diana, que por es-tos días transmite el canal Cubavisión enel espacio de la telenovela. Al principiocomencé a leerlo con gusto, ya que unodebe tomar opiniones a favor y en contrade cualquier materia si quiera hacerseuna idea más o menos fidedigna de loque está pasando. En algunos puntosconcuerdo, en otros no: así es el mundo.Lo que me dejó anonadado fue una pre-

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gunta retórica que hacía el ingeniero yque reproduzco: «¿A quién se le ocurrióponer a un gago como protagonista deuna novela?» Yo pregunto: ¿Qué diablostiene eso de malo? ¿Vamos a discriminarahora también a los personajes de televi-sión? La pregunta «¿a quién?» es, cuandomenos, poco tolerante. Es lo mismocuestionar por qué un inválido, un ciegoo alguien con alguna otra discapacidades protagonista de una serie. No creoque ese tipo de comentarios enriquezcanada la discusión sobre una serie que hasabido romper con la modorra que atacaal espacio de la novela –con productosextranjeros o nacionales– y sí demostrarla discriminación que se filtra por los po-ros de la sociedad, con perdón de los es-fuerzos estatales por eliminarla. Otra co-sa son las críticas al tema de la serie.¿Dónde está escrito que la televisión tie-ne que ser bonita? ¿Qué ley prohíbe bu-cear en la realidad a partir de la pequeñapantalla? Con la esperanza de que se leami comentario.

OMAR EDUARDO RODRÍGUEZ GÓMEZEstudiante de Ingeniería

en Telecomunicaciones y Electrónica

SOBRE BABY LORES

Y SU CANCIÓN «CREO»

Fragmento de la entrevista«Baby Lores: quiero cantardesde aquí» de Elizabeth López Corzo, para CubaSíÚltimamente estamos viendo una trans-

formación en tu forma de hacer música. ¿Teconsideras un reguetonero o ya eso es algo delpasado?

No me gustan los títulos porquepienso que el hombre va creciendo porlo que hace, y quedarme con esa clasifi-cación de reguetonero sería como dedi-carme solamente a ese género. No creoque sea un reguetonero, ni un salsero niun baladista: me considero un artistaque va haciendo lo que va sintiendo.Ahora mismo estamos haciendo un dis-co nuevo que tiene que ver con lo que hehecho antes, tiene de reguetón pero másdirigido a la fusión. (…)

Ese CD sí tiene que ver mucho conel reguetón, el rap, el reggae. Pero delque te hablo es uno que aún no hemosterminado y del que todavía no haynombre. Este se trata de una músicamás interesante, más complicada, esmúsica cubana. Aquí están las manos dePancho Amat (el tres) y José Luis Cortés(la flauta). Es muy diferente a lo que co-noce el público de mí. (…)

Hoy día las máquinas hacen la músi-ca, que de hecho es muy rápida y es comoseguir un patrón, es sencillo, cualquierahace un coro pegajoso. Para mí dentrodel género del reguetón la competenciase perdió. Pero cuando se hace música deverdad, como debe ser, es cuando «se po-ne buena la cosa» porque se muestra lacapacidad real de cada cual: quién tocamejor, quién canta más… y esa es la mú-

sica que estamos tratando de hacer aho-ra, no importa el género, lo importante essentirla, hacerla bien. (…)

Además de que he ido madurando, loque me hace cambiar mis textos son losniños. Yo salgo a la calle y los niños tara-rean canciones mías que han pegado, pe-ro después escuchas que uno de esos mis-mos pequeños dice una palabrota queoyó en tu canción y eso te hace reflexio-nar. No se puede mirar sólo los erroresque cometen los seres humanos, sino có-mo los van erradicando.

Tu tema «Creo» y su videoclip han traídobastante polémica. ¿Cómo surgió la idea dehacerlo?

El nombre de «Creo» dice casi todo.Yo siempre he defendido lo que pienso.Hay muchas cosas que me he cuestiona-do como es natural en los jóvenes. Perocuando viajé a Europa, no tuve que ca-minar mucho para darme cuenta lo quesignificaba tener cierto reconocimientoen tu carrera y ser cubano a la vez. Mideseo de vivir en Cuba fue una limitan-te para muchos productores. Venían laspropuestas pero me ponían la precisade vivir en el extranjero y por tanto nollegué a un acuerdo con nadie. Yo cerréese capítulo porque mi intención es ha-cer mi música desde aquí para la gentede aquí.

La fama se disfruta pero no es real, esuna fantasía. Para mí lo real es que yosalgo a la calle y tengo10 niños alrededormío, que caminan conmigo, la gente queme quiere. Por eso nace «Creo», son mispreguntas y mis respuestas, por eso de-dico mi carrera y mi vida a mi país. Misantecesores lucharon con el Che y eso esuna cosa que tengo dentro. Si me toca lu-char lo hago, pero creo que son momen-tos de hacer lo que a cada cual le corres-

ponde, son momentos de reflexionar so-bre la cultura, sobre este país y el mun-do.

¿Qué es para ti la patria?Para mí eso está tan adentro de uno.

Yo descubrí un sentimiento cuando ate-rrizaba en el avión aquí en Cuba que nopuedo expresar, es saber que estás en-trando en tu tierra. La patria es la raíz deuno, es lo que tenemos. Yo no podría lu-char por algo que no es mío.

Mucha gente después del tema «Creo» tie-ne el criterio de que la imagen que proyectasen el video –del bohío, el pueblo humilde y labandera cubana– no se corresponde con laimagen habitual de los reguetoneros. ¿Cuál estu opinión sobre eso?

Yo fui parte de eso también, me pu-se muchas cadenas, de hecho algunasbastante grandes. Yo vivo con eso y séque tuvo su parte negativa. Sé que es es-peculación, ostentación. Creo que tam-bién eso formaba parte del género queestábamos formando. No se trataba dehacer sentir mal a quien no lo tenía, noera esa la intención, pero yo estuve enlugares humildes con esas cadenas, yeso fue una de las cosas que me hizoquitármelas. No estoy en desacuerdocon quien las use, si alguien piensa queeso es favorable a su carrera no lo criti-co, pero creo que cuando la gente teidentifica sin nada, sin prendas, enton-ces has llegado de verdad al público. Sies necesario ponerse cosas entonces esporque aún te falta para identificartecon el pueblo. Por eso ahora mis videosprefiero hacerlos en un bohío, con lagente en la calle, y se ve bonito también,¿por qué no? No tenemos que parecer-nos a Wisin y Yandel ni a Europa ni alprimer mundo. Yo digo que con un pue-blo tengo bastante. CM

Detengámonos un mo-mento. Está bien eso deque cualquier persona le

haga una canción a los seres queadmira y al proceso que lo formó.Está bien definirse, pero ¿hay quedecirlo con tantas malas palabras?Hace más de una década, quien

incluyera pedazos de discurso de un hé-roe o mártir en alguna canción era pros-crito sin miramientos, hoy se ve cómoen «Creo» se utiliza al principio y al fi-nal de la canción; hace más de 10 añosquien usara los símbolos patrios u otrosíconos de nuestra idiosincrasia era vistocomo un falto de respeto, etc. (recuerdohaber visto por TV algún entrenador ointegrante de las delegaciones naciona-les a competencias diversas, reprimien-do a más de un deportista por echarsepor arriba nuestra bandera, luego de ha-ber ganado la justa); hoy todo es menosdramático, hay más apertura mental enese sentido. Pero, aunque en su canción

Baby Lores diga que «no quiero ser gro-sero, no quiero caer mal», mencionamás de 5 veces la palabra «cabrón» yotras linduras del lenguaje. Ahora tienemucha gente que lo defiende, dada lanaturaleza de la canción, y hay quien pi-de que la pongan más en la radio y en laTV, pero yo no quisiera que mi hijo veay escuche todo el tiempo esas groseríasy me pregunto: ¿dónde meten la cabezaesos defensores del nuevo «reguetónpolítico» cuando Baby Lores dice: «estees otro cojonú, papi»? De verdad, prefe-ría cuando cantaba «La mujer del pelo-tero» y era mal visto en nuestros me-dios, pero no decía tales barbaridades,que ahora que es visto como un nuevopoeta del proceso con la boca sucia. Lascanciones valen por el sentido que tie-nen, por la letra que contienen, no por aquiénes se les dedica, esa es mi opinión.No vaya a ser que mañana amanezcaotro Eminem tropical con ganas de de-cir malas palabras, y para que se la pon-gan todo el tiempo en la radio y la TV, sela dedique a la bandera, al escudo o anuestra Historia.

HELMIS MICHAEL DIÉGUEZ HERNÁNDEZ

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A Cuba, entre tantos otrosepítetos, le llaman «La Is-la de la Música». Y tienen

razón los que así la han denomina-do, ya sea por interés comercial ocon plena sinceridad. Nuestra tele-visión nacional le ha dedicado mu-cho espacio a la música.

Recientemente he disfrutadoun programa que aborda el temade la trova joven o Nueva Trova.Con un desenfado aceptable desdeel punto de vista de diseño, así co-

Es así cómo vemos desfilar en lasnoches de los fines de semana progra-mas que son copia fiel uno del otro,pues hasta la escenografía que utilizanes la misma. Algunos incluso sólo cam-bian de nombre aunque todo sea lo mis-mo. Esa cómoda manera de hacer pro-gramas sin tomar en consideración quelos tiempos cambian y, por lo tanto, lagente espera que se respete su manerade entretenerse, es algo de lo cual se de-be despojar nuestra pantalla chica. Lafalta de personalización y la exagera-ción en el uso de conductores (he conta-do en algunos de esos programas hastacinco presentadores) confunden al es-pectador y, lo más terrible, el mensajetelevisivo no alcanza su objetivo.

Sé que algunos de esos realizadoreshan viajado a otros países donde la tele-visión es fuerte. No atenta contra el egode nadie fijarse un poco en las técnicasque se utilizan para que el producto te-levisivo musical llegue hasta su público,que se convierta en algo fresco y reno-vador dentro de los límites que el sanoentretenimiento permite. El respeto a lainmensa tradición de la música cubanano pasa sólo por la mera difusión de lamisma. Esta debe estar acompañada deuna facturación adecuada. Y además, enun país donde cada año se realizan cien-tos de conciertos: ¿por qué no se apro-vecha esa facilidad para hacer mejoresy más frecuentes programas?

No me refiero a la simple grabaciónde recitales, sino a que estos una vezgrabados se sometan a una postproduc-ción adecuada, con inserts de entrevistasa los artistas y público, tal como se hizocon un recital de Raúl Paz que vi hacepoco. Y eso no es tanto trabajo. Conoz-co a realizadores que con un turno deedición convierten un concierto graba-do en un programa maravilloso. Unasimple ecuación matemática nos indicaque si se graban sólo dos conciertos se-manales (y se presentan decenas sólo enla capital todas las semanas), cada unode una hora u hora y media de dura-ción, contaríamos con 104 programas alaño. Un canal que agradecería muchoesto, además de los nacionales, sería Cu-bavisión Internacional, pues estaría lle-vando al mundo el mensaje de la músi-ca cubana con una calidad en cuanto alenguaje televisivo que no demeritaría anadie.

Se puede responder que no existenrecursos para grabar dos conciertos se-manales. Pero, ¡qué casualidad!: en unareciente presentación del Ballet Nacio-nal de Cuba en el «Karl Marx», a la queasistí, vi con estos ojos de ávido televi-dente dos unidades móviles, y ningunaera de la Televisión Cubana. ¿No se po-dría intentar convencer a los dueños deesas unidades, que además son entida-des oficiales cubanas, para que apoyena la TVC en el noble empeño de brin-dar una oferta superior a la teleaudien-cia nacional? Creo que hay que aprove-char esos espacios que abre la culturacubana. Sobre todo porque ahí, ade-más de cumplir con su función de en-tretener, el producto a entregar serátambién educativo. ¡Fíjese usted quécoincidencia!

JORGE ALKUBI

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mo con un presentador de alcurnia quesí sabe lo que está diciendo, la oferta delsiempre joven Juan Pin Vilar se muestradiferente a otros intentos en el medio,aunque él la haya titulado En el mismolugar. Y esto es algo que se agradece. Apesar de que a lo largo de los últimos 50años se han podido apreciar programasmusicales muy bien elaborados desde elpunto de vista estético y de contenido,existe una marcada tendencia a la repeti-ción de esquemas heredados desde losinicios de nuestra televisión.

FE DE ERRATAS

En la sección Propuestas Musicalesdel número 15 partició Yanira Martí-nez Arango, y la entrevista de ElmerGonzález (Puerto Rico), del número14, sólo fue realizada por Yanira.

LA CALLEDEL MEDIO

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isabel souto anido

jorge wejebe cobo

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Se pasan las rodajas de pan por leche y luego por el huevo batido, se fríen después enel aceite vegetal. Se elabora un almíbar al que se le agrega la canela en rama, el vino dul-ce y el ajonjolí natural. Después de concluidos ambos pasos, se colocan en el plato lastorrejas y se les vierte por encima el almíbar, para entonces rallar la cáscara de naranjadulce por encima y… listo, una exquisitez.

A cargo de AILER PÉREZ,ISABEL SOUTO Y CARMEN SOUTO

PROPUESTASMUSICALES

LA PERLA DEL SONAUTOR: JOEL DIÉGUEZ Y TONY RODRÍGUEZ INTÉRPRETE: WICHY DE VEDADO Y TONY BOXCD D’Jazz SessionLNME, 2008

LA NOCHEAUTOR: RICARDO AMARAY FERNÁNDEZINTÉRPRETE: MANOLITO SIMONET Y SU TRABUCOCD EN PRODUCCIÓN, 2009

CONMIGO, SOLA (SIENTO A VECES)AUTOR: BORIS LARRAMENDIINTÉRPRETE: BORIS LARRAMENDICD LibreProducción independiente, 2009

Y AHORA CÓMO TE MANTIENESAUTORES: CÉSAR (PUPY) PEDROSO, JORGE HERNÁNDEZ, DAMIÁN AGUIRRE, JOSÉ M. CARVAJAL, FRANK PALACIOS Y EL METRAINTÉRPRETE: LOS CUATROCD Ahora cómo te mantienesDemo, 2009

REINAS DE LA NOCHEAUTOR: ERNESTO BLANCO Y LÁZARO BLANCOINTÉRPRETE: ERNESTO BLANCO Y SU GRUPOCD Kilómetro 0Bis Music, en producción

CD CUBANÍAS INTÉRPRETE: TRÍO AMANECEREGREM, 2008

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SOLEDADINTÉRPRETE: LOURDES LIBERTADDIR.: MANUEL ORTEGA

• Disminuye el riesgo cardiovascular alprevenir la formación de ateromas yreducir el nivel de colesterol malo(LDL), aumentando el colesterol bue-no (HDL), por tanto estas isoflavonasde la soya presentan propiedades hi-pocolesteremiantes.

• El mayor consumo de soya, y portanto de isoflavonas, nos ayuda, da-das sus propiedades antitumorales,especialmente en los casos de cánce-res hormona-dependientes, como elde mama o próstata, y el de endome-trio, al cooperar en el proceso de for-mación de nuevos vasos sanguíneos.

• Es un potente antioxidante, que cap-ta los radicales libres e impide que es-tos deterioren al organismo.

• La presencia de isoflavonas en la poli-valente soya, activa la función inmuni-taria y refuerza la actividad de macró-fagos y glóbulos blancos.

• Se ha comprobado que el consumode la soya aporta cierta capacidad an-tivírica, antinflamatoria y antibiótica.

• También la soya y sus importantesisoflavonas estimulan la renovación

celular y reducen la degradación dela estructura de los tejidos de sostén.

• Pero en el hombre las isoflavonas sonigualmente beneficiosas, ya que comodijimos anteriormente, disminuyen losriesgos de desarrollar cáncer de prós-tata, y previenen algunos factores rela-cionados con el riesgo cardiovascular.Estas acciones serán especialmente re-levantes en la etapa de la andropausia,en la que la disminución de los andró-genos bioactivos está asociada a cam-bios en el sistema endocrino, que re-percuten negativamente en el sistemacardiovascular masculino.Tenemos entonces que mostrar

agradecimiento a esta colosal legumi-nosa, e inculcar su consumo, desde ni-ños, hasta la tercera edad. Cada día enel mundo más personas interiorizanque la soya, y todos sus productos deri-vados o con presencia de esta, son esen-ciales para mejorar nuestra calidad devida, tanto por su papel preventivo co-mo curativo, y rico en la cocina, ya quela soya nos nutre y nos hace más salu-dables. CM

torrejas

tentación

· i n g r e d i e n t e s ·

· pan tostado duro 3 rodajas

· leche 1 taza

· huevo 1 unidad

· canela 1 rama

· aceite vegetal 1 taza

· sal 1 pizca

· ajonjolí natural 1 cucharada

· vino dulce 1 taza

· naranja dulce 1 cáscara

(para rallar)

torrejas

en almíbar

· i n g r e d i e n t e s ·

· pan tostado duro 3 rodajas

· leche 1 taza

· huevo 1 unidad

· canela 1 rama

· aceite vegetal 1 taza

· sal 1 pizca

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TORREJAS

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EL SECRETO DE LA BUENA MESAYAMIR PELLEGRINO

ESTA VEZ, abordaremos un tema importan-te para todos, pues nos encargaremos de dara conocer los muchísimos beneficios queaporta a la salud humana una leguminosaque muchos tildan de «mágica»: la soya o so-ja, la cual se ha convertido en un alimentocon talento propio. No por gusto diversosestudios epidemiológicos han demostradoque en la población asiática la incidencia decánceres de mama, colon y próstata, de en-fermedades cardiovasculares, de las osteo-porosis, y en el caso de las mujeres, de losdesagradables trastornos asociados a la me-nopausia, es muy baja. Estas diferencias sonachacadas básicamente a una correcta dieta,y el mayor consumo que los orientales ha-cen de la soya en todas sus variedades ycompuestos. Pero la exacta supremacía seestablece ya que esta leguminosa posee en-tre sus componentes principales a las llama-das isoflavonas, sustancias que son similares–estructural y funcionalmente– a las hormo-nas femeninas. Otros estudios minuciososhan revelado su eficacia en la prevención dedistintas dolencias que más tarde reseñare-mos puntualmente. Pero las isoflavonas noson sólo beneficiosas para las mujeres, tam-bién para los hombres.

Las isoflavonas presentes en la soya osoja son estrógenos naturales, cuya capaci-dad terapéutica es mayor que la de otrassustancias fitoestrogénicas como los ligna-nos (presentes en las lentejas, garbanzos, tri-go y el lino) o los cumestanos (que formanparte de la col y la asfalfa). Se estima que en100 gramos de soya se pueden encontrarunos 300 miligramos de isoflavonas.

La soya es un alimento extremada-mente completo, y cada día adquiere másadeptos en otras partes del mundo, por-que en un principio era exclusivo de Asia.Hoy forma parte de la dieta no sólo de loseuropeos, sino de los norteamericanos yde nosotros los latinoamericanos; la soyaha ido sustituyendo a otros alimentos, oincluyéndose en la elaboración de pro-ductos, donde forma parte de su mezcla;también en recetas culinarias, en las quela salsa es una rica reducción de soya; oacompaña hasta postres, lácteos o hela-dos, no olvidemos que el queso más de-mandado y consumido en Asia es el tofu,elaborado a partir de leche de soya, algocodiciado para los menúes novedosos delmundo entero.

Volvamos a los múltiples beneficiosque posee la soya y que aporta la presenciaen ella de isoflavonas. Entre estos pode-mos citar:• La disminución de la intensidad de los

efectos asociados a la menopausia, co-mo sofocos, calores nocturnos, seque-dad vaginal, irritabilidad, ansiedad, fati-ga. Tal es su efectividad en este ámbito,que la palabra «sofoco» no tiene unatraducción precisa al idioma japonés.

• Estas isoflavonas que habitan en la so-ya, fortalecen la estructura ósea, por loque reducen el riesgo de fracturas yprevienen la aparición de la osteopo-rosis, al reducir la pérdida de densi-dad ósea debida a deficiencias hormo-nales.

director

enrique ubieta gómez

diseño

10k

zardoyas

corrección

ana rosa gort rnps: 0583

Peña CON TODOS LOS MONCADASTodos los jueves, 9:00 p.m., Centro Nocturno «El Sauce» (Calle 9na. y 120, Playa)

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