Muel - La escuela obligatoria y la invención de la infancia anormal

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7/31/2019 Muel - La escuela obligatoria y la invención de la infancia anormal http://slidepdf.com/reader/full/muel-la-escuela-obligatoria-y-la-invencion-de-la-infancia-anormal 1/15 FRANCINE MUEL . “L A ESCUELA OBLIGATORIA Y LA INVENCIÓN DE LA INFANCIA ANORMAL ”. *  En: AA.VV.: Espacios de poder , Madrid, La Piqueta, 1991, pp. 123-142. El movimiento en favor de la infancia anormal nace oficialmente en 1904 con la instauración, realizada por el Ministerio de Instrucción Pública, de una comisión cuyo objetivo es estudiar los medios a aplicar para asegurar la instrucción primaria, no sólo a los ciegos y sordomudos, sino también a todos los niños anormales y retrasados. 1 El trabajo de esta comisión conducirá a la ley del 15 de abril de 1909 que crea las clases y los internados de perfeccionamiento. El movimiento es, sin embargo, más antiguo y se manifiesta a partir de 1890 a través de múltiples congresos, asociaciones de salvaguarda o patronatos, intervenciones oficiales de médicos en torno a la administración y a los funcionarios de enseñanza primaria en su marco profesional. Una primera revisión de los documentos de la época histórica considerada (discursos políticos y científicos, características sociológicas de los productores de los discursos, informaciones acerca de las instituciones y prácticas institucionales) ha puesto de relieve el interés que podía tener una aproximación histórica, en la perspectiva de un estudio sociológico de la red institucional “infancia inadaptada”: proceso de institucionalización de un aparato de control simbólico a finales del siglo XIX. En el campo médico-pedagógico se trata en un primer tiempo del proceso de institucionalización y de la constitución de un corpus científico —uno y otro construyéndose en interacción recíproca— cuyo análisis permitiría, por una parte, comprender lo que los sistemas de clasificación (nosografía psiquiátrica y métodos de medidas psicológicas referidas a la infancia) deben a los intereses socio- económicos de los productores de sistemas de clasificación y, por otra, extraer del discurso científico un discurso político y social que permita reconocer las funciones sociales que cumplen dichas instituciones. Nos referimos en este caso al análisis teórico realizado por P. Bourdieu: “si se toma en serio a la vez la hipótesis durkheimiana de la génesis social de los esquemas de pensamiento, de percepción, de apreciación y de acción y el hecho de la división en clases, se ve uno obligado a formular la hipótesis de que existe una correspondencia entre las estructuras sociales (hablando con propiedad, estructuras de poder) y las estructuras mentales, correspondencia que se establece a través de la estructura de los sistemas simbólicos, lengua, religión, arte, etc.”. 2 El período durante el cual se constituye este nuevo campo científico se caracteriza por un despliegue de creaciones institucionales en el dominio de la educación social, creaciones entre las cuales la instrucción primaria, gratuita, obligatoria y laica constituye el armazón de base. Los discursos y las prácticas institucionales hablan de orden social y de control del desorden (desorden doméstico o del hogar, del presupuesto obrero, del vestido, de la calle, de las costumbres y de los movimientos musculares): la Comuna de París no está lejos. “Después de los inolvidables dolores de 1870, Francia coloca en el primer * Publicado en la Rev. Actes de la recherche en Sciénces Sociales , N° 1, enero 1975, págs. 60-74. 1 Arch. I.P.N., dossier 113, proyecto de ley que tiene por objeto la creación de clases y de escuelas de perfeccionamiento para los niños anormales, presentada a la Cámara de Diputados en 1907. 2 P. Bourdieu: “Genèse et structure du champ religieux”, Revue française de Sociologie , 12, 1971, p. 300.

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FRANCINE MUEL .

“L A ESCUELA OBLIGATORIA Y LA INVENCIÓN DE LA INFANCIA ANORMAL ”.* En: AA.VV.: Espacios de poder , Madrid, La Piqueta, 1991, pp. 123-142.

El movimiento en favor de la infancia anormal nace oficialmente en 1904 con lainstauración, realizada por el Ministerio de Instrucción Pública, de una comisióncuyo objetivo es estudiar los medios a aplicar para asegurar la instrucción primaria,no sólo a los ciegos y sordomudos, sino también a todos los niños anormales yretrasados.1 El trabajo de esta comisión conducirá a la ley del 15 de abril de 1909que crea las clases y los internados de perfeccionamiento. El movimiento es, sinembargo, más antiguo y se manifiesta a partir de 1890 a través de múltiplescongresos, asociaciones de salvaguarda o patronatos, intervenciones oficiales demédicos en torno a la administración y a los funcionarios de enseñanza primaria ensu marco profesional.

Una primera revisión de los documentos de la época histórica considerada(discursos políticos y científicos, características sociológicas de los productores delos discursos, informaciones acerca de las instituciones y prácticas institucionales)ha puesto de relieve el interés que podía tener una aproximación histórica, en laperspectiva de un estudio sociológico de la red institucional “infancia inadaptada”:proceso de institucionalización de un aparato de control simbólico a finales del sigloXIX.

En el campo médico-pedagógico se trata en un primer tiempo del proceso deinstitucionalización y de la constitución de un corpus científico —uno y otroconstruyéndose en interacción recíproca— cuyo análisis permitiría, por una parte,

comprender lo que los sistemas de clasificación (nosografía psiquiátrica y métodosde medidas psicológicas referidas a la infancia) deben a los intereses socio-económicos de los productores de sistemas de clasificación y, por otra, extraer deldiscurso científico un discurso político y social que permita reconocer las funcionessociales que cumplen dichas instituciones. Nos referimos en este caso al análisisteórico realizado por P. Bourdieu: “si se toma en serio a la vez la hipótesisdurkheimiana de la génesis social de los esquemas de pensamiento, de percepción,de apreciación y de acción y el hecho de la división en clases, se ve uno obligado aformular la hipótesis de que existe una correspondencia entre las estructurassociales (hablando con propiedad, estructuras de poder) y las estructuras mentales,correspondencia que se establece a través de la estructura de los sistemas

simbólicos, lengua, religión, arte, etc.”.2 El período durante el cual se constituyeeste nuevo campo científico se caracteriza por un despliegue de creacionesinstitucionales en el dominio de la educación social, creaciones entre las cuales lainstrucción primaria, gratuita, obligatoria y laica constituye el armazón de base. Losdiscursos y las prácticas institucionales hablan de orden social y de control deldesorden (desorden doméstico o del hogar, del presupuesto obrero, del vestido, de lacalle, de las costumbres y de los movimientos musculares): la Comuna de París noestá lejos. “Después de los inolvidables dolores de 1870, Francia coloca en el primer

* Publicado en la Rev. Actes de la recherche en Sciénces Sociales , N° 1, enero 1975, págs. 60-74.1 Arch. I.P.N., dossier 113, proyecto de ley que tiene por objeto la creación de clases y de escuelas deperfeccionamiento para los niños anormales, presentada a la Cámara de Diputados en 1907.2 P. Bourdieu: “Genèse et structure du champ religieux”, Revue française de Sociologie , 12, 1971, p.300.

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puesto de sus imperiosos deberes la reorganización del ejército y la reorganizaciónde sus escuelas”.3 Este periodo posterior al cataclismo ofrece al lector de hoy unamasa de documentos escritos en los que la lucha de clases se expresa abiertamente y donde la ideología científica no oculta todavía las funciones sociales de lasinstituciones. Todo acontece como si los eruditos, al mismo tiempo que se formanmercados nuevos y bien defendidos, definiesen al ciudadano ideal del reino de la

paz social. Los imperativos del sistema de producción económica, señalando lascaracterísticas de la mano de obra necesaria en las fábricas, son tambiéndirectamente expuestos. “Se fabricarán de los no-valores sociales con frecuenciaenojosos, seres capaces de entrar en la vida de los normales o al menos entidadescapaces de proporcionar un trabajo útil y de disminuir así sus gastos demantenimiento. (...) El fin de la educación de los retrasados parece resumirse enesta frase de Seguin: «dar a estos enfermos la capacidad de hacer un trabajo cuyoproducto compense sus gastos», o, en otra de Sollier: «máximo de educaciónpráctica, mínimo de instrucción escolar»“.4 

Una aproximación histórica debe permitirnos no caer en la ilusión de una

autonomía absoluta del campo médico-pedagógico. “Lo mismo sucede con elderecho: desde que la nueva división del trabajo se instaura y crea  juristas  profesionales , se abre a su vez un campo nuevo, autónomo, que siendo dependientede un modo general de la producción y del comercio, posee no obstante unacapacidad particular de reacción sobre estos dominios (...), el jurista se imagina queopera mediante proposiciones a priori cuando no son sin embargo más que reflejoseconómicos”.5 

No se trata aquí de hacer una crítica interna de las primeras teoríaspsicológicas a la luz de los recientes descubrimientos de la psicología del niño sinode plantear la relación existente entre estas teorías y la sociedad de la época,

relación que ciertos autores definen ellos mismos así: “La ciencia pura ydesinteresada conserva adeptos, pero crece el número de los que buscan a laciencia aplicaciones prácticas y útiles, o, que más bien piensan en la sociedad queen la ciencia; lo que los sabios intentan estudiar son fenómenos sociales dirigibles,proporcionando así a los hombres de acción, que suelen ser con frecuenciaempíricos, el tesoro de métodos más precisos”.6 

ORDEN MORAL Y VALORES NUEVOS 

Desde finales del siglo XIX (después de la Comuna) hasta 1914 aparece en lasociedad francesa un conjunto numéricamente considerable de instituciones deencuadramiento ideológico que pueden calificarse como órganos del deber social.Estas instituciones (asociaciones, comités, ligas, sociedades patronales, etc.) seconsagran esencialmente a la educación en el sentido amplio, de niños perotambién de adultos, y tienden a fabricar en nombre de la “previsión social”, aindividuos cuyo comportamiento debe ser a partir de entonces previsible. La razónsocial, legible en su denominación, de las sociedades de educación social —cuya

3 Arch. I.P.N., dossier 113, manuscrito de Gustave Baguer (G. Baguer, director del Instituto de sordo-mudos de Asnières, miembro de la comisión de 1904, es uno de los propagadores con más celo delmovimiento).4 Dr. G. Jacquin: “De l’assistance et de l’education des enfants arriérés”, Rapport au 3.e  Congrès 

d’assistance publique et de bienfaisance privée , Bordeaux, 1903.5 Engels, Lettre à Conrad Schmidt (27 oct. 1890).6 A. Binet et Dr. Th. Simon: Les enfants anormaux , guía para la admisión de los niños anormales enlas clases de perfeccionamiento, París, A. Colin, 1907.

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L A ESCUELA OBLIGATORIA Y LA INVENCIÓN DE LA INFANCIA ANORMAL  

lista fue publicada por L’Essor , revista laica mensual de las obras de educación— que aparecieron a partir de 1905, nos informa a este respecto: Liga francesa de laenseñanza, Sociedad nacional de conferencias populares, Unión de los filotécnicos,Sociedad popular de bellas artes, Unión democrática para la educación social,Sociedad de los padres educadores, Sociedad Franklin, Sociedad libre para elestudio psicológico del niño, Sociedad de estímulo al bien, Protección de la infancia

abandonada, Sociedad de estímulo a la mutualidad, Sociedad de propagandacolonial, Unión francesa antialcohólica, Alianza de higiene social, Liga francesa dela moralidad pública, Unión de las sociedades francesas de deporte atlético,etcétera.

En el XIV congreso de la Liga de la enseñanza, en 1894, Leon Bourgois declara:“Los espíritus tienen necesidad ¡ay! de higienistas y de médicos igual que loscuerpos; ¡Cuántas bellas batallas hay que dar contra las enfermedades de losespíritus! ¡Cuántos prejuicios que combatir o destruir! Son los prejuicios los queconducen a ciertos obreros a ver en todos los patronos, egoístas, y también a ciertospatronos a ver en los obreros, descontentos (...). La autoridad interior debe dominar

sobre la autoridad exterior”.7 L. Bourgeois, presidente de la comisión de 1904 quetrata de las clases especiales, aparece como un representante ejemplar de la clasepolítica de la época. Hijo de un relojero de París, entra en la administración públicaal finalizar sus estudios de derecho; nombrado prefecto, “presta importantesservicios” durante la huelga de Carmaux en 1882 con ocasión de lo cual adquiereuna reputación de “negociador social”; diputado, senador de la Izquierdademocrática, Ministro y Presidente del Consejo, propone proyectos de ley sobreasociaciones, dispensarios de higiene social, jubilaciones de obreros, etc. Presidentede la Liga de la enseñanza, miembro del Consejo Superior de la Asistencia pública,Presidente de la Sociedad para la educación social etc., es el creador del conceptopolítico de “solidarismo”.8 

El movimiento en favor de la infancia anormal, tanto a nivel de los individuosque lo reivindican como al de las instituciones que lo fijan, no puede ser aislado deun movimiento más amplio que se refiere a “la infancia en peligro” (la higiene contrala leche contaminada, la moral contra la calle contaminante, el patronato contra ladebilidad de los padres y la delincuencia).

ASISTENCIA DE LA INFANCIA 

Los primeros congresos nacionales de asistencia pública y de beneficenciaprivada, donde se plantea con mayor fuerza la cuestión de la infancia anormal apartir de 1894, son teatro de numerosas discusiones acerca de las competencias dela Iglesia y del Estado en el ejercicio de la caridad. “La asistencia pública debe tenersus reglas: se dirige al indigente que, no teniendo medios, estando en peligro osiendo incapaz, o convirtiéndose en peligro para sí mismo y para los demás,perecería sin ella (...). Existen espacios de asistencia que son todavía dominio de lainiciativa privada, porque, puestos en manos del Estado, se convertirían enpeligrosos creando para el asistido derechos inadmisibles, como por ejemplo elderecho estricto al trabajo (...). En fin, existen movimientos de ensayo y de

7 Bulletin de la Ligue française de lenseignement , 14, 1894.8 8 Grande encyclopedie , 1882: Jolly, Dictionnaire des parlamentaires françaises ; dictionaire de 

biographies françaies .

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experiencia que solamente pueden ser realizados por la iniciativa privada que actúade punta de lanza descubriendo territorios inexplorados”.9 

 Todos estos congresos ponen de manifiesto la voluntad de reemplazar elconcepto de caridad por el de previsión; ya no se trata de levantar al caído sino deponerlo en un estado en el que se baste a sí mismo. “En los talleres se instalanaparatos preventivos que defienden a los obreros de los accidentes del trabajoprotegiéndolos de su propia imprudencia; lo mismo debe hacerse con lasenfermedades, el alcoholismo”.10 El obrero ideal es el que se controla a sí mismo; laprevisión social es asimismo la racionalización de la producción.

La asistencia preventiva, es igualmente la divisa de la Alianza de higiene social,del Patronato de la infancia y de la adolescencia y de la Unión para la salvaguardade la infancia.* El Patronato “busca la elevación moral de niños y niñas que, debidoa múltiples circunstancias, estarían llamados a convertirse en malos sujetos (...).Obra de beneficencia y de preservación social (...) nosotros no trataremos nunca deasuntos políticos”. En 1913, el Patronato crea un comité para la protección de niñosanormales que imprime un folleto para hacer conocer la ley de 1909, estimular a suaplicación (creación de instituciones) y recoger observaciones sobre los niñosanormales. “La Unión (...) tiene por fin buscar, señalar quién tiene el derecho derecoger a los niños maltratados o que están en peligro moral. Coloca a los niños yasea en casas o instituciones de beneficencia, ya sea con patronos en vistas alaprendizaje”.11 De entre los médicos, abogados, filántropos y enseñantes queparticipan en estas asociaciones surgirán los celadores y los especialistas del campomédico-pedagógico. Las revistas de estas sociedades y concretamente La Revue 

 philanthropique , serán órganos del movimiento en favor de la infancia anormalhasta aproximadamente 1914. El aspecto más espectacular de estas afinidadesinstitucionales es la creación en 1925 de la clínica de neuro-psiquiatría infantil bajo

la doble égida del Patronato de la infancia y de la adolescencia y de la Facultad demedicina de París. “El Patronato de la infancia dispone de un cierto número decentros de internamiento bajo la dirección de un corresponsal que vigilaconstantemente a los niños, vigila su manutención, su vestido, su moralidad; basta,

9 Rapport de Pelleport-Burête, Congrès de Bordeaux, 1903.10 Discours de Casimir Périer au Congrès de prévention sociale, Milán, 1906.* El Patronato de la infancia y de la adolescencia fue fundado en 1890 por un filántropo abogadoparisino. M. H. Rollet, que, en 1920, desempeña las funciones de juez en el tribunal de niños deParís. Su carrera es significativa respecto al proceso de institucionalización que, desde finales delsiglo XIX, delimita en el dominio jurídico y penitenciario un “mercado de la infancia”: ley sobre la

destitución paterna (julio 1889); ley sobre la instrucción obligatoria de los delitos cometidos pormenores (abril 1980), antes devueltos a sus familiares en el espacio de 48 horas; ley instaurando elrégimen de libertad provisional y de libertad vigilada (julio 1912). En 1891, los miembros delPatronato, jóvenes abogados en su mayoría que en esta ocasión confían la presidencia de susociedad a un magistrado ilustre, M. Quesnay de Beaurepaire, procurador general en la corte deParís, crean un Comité para la defensa de los niños llevados a los tribunales que tiene por misión “elestudio, la discusión y la recomendación de las mejoras a introducir en el régimen legal aplicado a lainfancia abandonada, desgraciada, viciosa o culpable” (L’enfant , marzo 1891). Este comitéfilantrópico estimulará la instauración de los tribunales para niños Y del aparato penitenciarioreservado a los menores. En su lucha abierta contra los padres (obreros) o contra la calle (niñosabandonados) este conjunto institucional participa de la misma voluntad de encuadramiento de lainfancia que la escuela primaria y el campo médico-pedagógico, De todos modos, los agentes en estecaso parecen representativos de otra fracción de la clase dominante, más “conservadora” y ligada a la

iglesia (el arzobispo de París concede su adhesión al Patronato en 1891 al mismo tiempo que elbarón E. de Rothschild), que muestra reservas respecto a las “virtudes” de la escuela primariarepublicana.11 L’enfant , (1), 1891 et Bulletin de l’Union française pour le sauvegarde de l’enfance .

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como se ve, añadir a esta vigilancia la de un médico para que el internamiento serealice bajo supervisión médica”.12 Estas instituciones (beneficencia, previsiónmédico-pedagógica) cuyos fines confesados son distintos, presentan de hechonumerosos rasgos comunes cuyo análisis preciso permitirá delimitar las funcionessociales objetivas de este conjunto institucional. Así pues, si como parece, losespecialistas de la infancia anormal han sido con frecuencia propagandistas de las

sociedades de patronato, sucede también que los niños concernidos fueron losmismos socialmente y que del “enderezamiento moral” a la “ortopedia mental”solamente cambian los nombres; asimismo, los oficios previstos para los niñospobres reeducados (abandonados, delincuentes o enfermos mentales) no varíantampoco apenas (jardineros, trabajadores manuales, criados, jornaleros).

Es entre los más pobres de los pobres donde se agazapa el futuro peligrosocial. Son precisamente ellos los que no cesarán de salir de la escuela primaria conla etiqueta de anormales, después de no haber cesado de entrar en ella. “Unacorresponsal que considera con razón que los niños estarían alejados del peligro dela calle si fuesen regularmente a la escuela, nos induce a publicar el siguiente

extracto de la ley escolar de 1882 (obligación)”.13 “Hasta ahora de 30 a 40.000 niñosfueron dejados fuera de las escuelas a cargo de la asistencia pública y de labeneficencia privada. Estos olvidados tienen una desgracia común: no pueden serinstruidos junto con los otros niños, necesitan una pedagogía particular. Se tiene lacostumbre de designarlos con un término colectivo: los «niños anormales»“.14 Lo quecambia pues son las denominaciones mientras que se afirma sin cesar la autonomíadel mundo de la infancia y se separa del de los adultos (niños, enfermos, jóvenescriminales, etc.) justificando así la creación de un cuerpo de especialistas inventoresa su vez de términos clasificatorios y de un corpus científico, que ejercen susfunciones en los márgenes de la escuela primaria.

L A SEGURIDAD 

Los escritos referentes al tema “infancia anormal”, que aparecenaproximadamente entre 1890-1910, ofrecen una serie de discursos que puedenanalizarse al nivel de los términos utilizados (sentido banal y uso científico), de lasimágenes elegidas (metáforas, etc.), y de los temas insistentes en tanto queexpresión de fantasmas sociales (el crimen, la propiedad, la calle, el orden, etc.), yen tanto que ecos del cataclismo social, que para la clase dominante igual que paralos “capacitados”, constituyó lo innombrable: la Comuna de París.

Así la localización y selección de los anormales está asociada en todos losdiscursos al tema de la seguridad (sobre la vida), o más ampliamente a todo lo quesupone una garantía contra los riesgos imprevistos del futuro. “Ayudando a lasociedad del Patronato de la infancia, hacéis un buen negocio, una buena inversiónal mismo tiempo que un acto de caridad. Pagáis en cierto modo una prima deseguro contra el robo”.15 “Este deber es además exigido por nuestro mayor interés ya que, si en un determinado plazo de tiempo, no se da satisfacción a lo que tienende legítimo las reivindicaciones de los 9/10 de la sociedad (...), se puede prever unarevolución violenta en la que los que poseen no tendrán mucho que ganar, y que

12 P. Kahn, Notice sur la clinique annexe de neuropsychiatrie infantile , Patronage de lénfance et de

l’adolescence et faculté de médicine, París, 1926.13 L’enfant , 1,er mai 1891.14 Arch. I.P.N., dossier 113, manuscrito de G. Baguer.15 L’enfant , 1891.

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trastornaría de abajo arriba la organización actual de la sociedad”,16 (...) “por faltade clarividencia en lo que respecta a la atribución de estos niños a un especialistase deja pasar la época más favorable para su curación con el grave prejuicio de sufuturo y de la seguridad social (...). Muchos niños que no serían más que retrasadoso inestables en la escuela se convierten, en contacto con la calle, en vagabundos eincluso en ladrones. El hecho es bien conocido de los magistrados: es sobre todo

frecuente en París”.17 El tratamiento y localización deben permitir además asegurarse de la

sinceridad del futuro ser social. Absolutamente sintomáticas a este respecto son lasprimeras encuestas de la Sociedad libre para el estudio psicológico del niñoreferentes a la mentira. Trabajar científicamente sobre la mentira es por otra parteno fiarse de las apariencias: “Algunos niños son con frecuencia bastante inteligentespara captar con rapidez buen número de las explicaciones que se hacen en clase,pero uno no está nunca seguro de su atención”.

Este tema, acerca del que podrían multiplicarse las citas, aparece en losdiscursos y en las prácticas de casi todas las instituciones laicas de asistencia y deeducación social. En el campo de la infancia anormal, el proceso deinstitucionalización se ve subrayado e ilustrado en la medida en que este discursosobre la sociedad no se ha disuelto todavía en un discurso puramente científico.Aparece en este campo, en este momento histórico, otro tema muy frecuente, quesurge en todos los mercados referentes a la infancia: la familia; tema que va asuscitar la fabricación de un discurso que ya no llama a las cosas por su nombre yque oculta la cuestión de la pertenencia de clase. Para el 40% de las familias cuyosniños fueron recogidos, entre 1887 y 1917, por la Unión francesa para lasalvaguarda de la infancia, se pronunció un juicio de delegación de la patriapotestad. “El mal ha llegado a tal punto que fue preciso, hace dos años, crear una

ley para suprimir la autoridad paterna a aquellos padres desnaturalizados que laenvilecen y se sirven de ella únicamente para atormentar a las institucionescaritativas. Sucedía (...) que en el momento en que el niño ya transformado haciaconcebir las esperanzas más consoladoras, llegaba el padre indigno invocando la ley y la potestad paterna para que le devolviesen a su hijo (...). Entre estos padres estánnuestros enemigos a los que hay que combatir además de aquellos otros que debenser instruidos”.18 Son incontables las quejas sobre la falta de vigilancia de lospadres, sobre su brutalidad o su mala moralidad. La etimología retoma estos temasque se convierten con el alcoholismo, la sífilis y la tuberculosis, en responsables dela degeneración de los niños; retoma también el de la “familia anormal”, es decir, lafamilia en la que los lazos del matrimonio están disueltos o son rechazados por los

padres. Se produce así no sólo la condena de un estilo de vida arraigado en laeducación del niño,19 sino que además se fundamenta un discurso científico que vaa desarrollar la noción de interpsicología. “En cualquier circunstanciaencontraremos un obstáculo que debemos conocer, me refiero a los padres denuestros niños; emplearemos a los niños débiles, corregiremos a los perversos perodudo que modifiquemos favorablemente el estado de espíritu de los padres. Esta esuna cuestión de interpsicología (...) de qué medios de corrección puede echar mano

16 A. Binet et Th. Simon, op. cit .17 Dr. G. Paul-Boncour et Dr. J. Philippe, Les anomalies mentales chez les écoliers , París, Alcan,1905.18 L’enfant , julio 1890.19 En 1909, se crea en París el Patronato familiar, protección y tutela en la familia del niño en peligromoral. En la misma perspectiva, los proyectos institucionales concernientes a la infancia anormaldefinen el internado como la institución ideal.

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el niño respecto a sus padres en aquellos casos en los que los padres estén muydescontentos de su conducta”.20 

L OS ESPECIALISTAS DEL ENCASILLAMIENTO 

H. Berenger en la Revue des revues de 1898, lanza un grito de alarma ante el

ascenso del “proletariado intelectual”, el de los “licenciados e incluso loscatedráticos”, apoyando sus tesis en las cifras obtenidas de la obra de L. Liard,L’enseignement supérieur en France : “el número de estudiantes de derecho pasa de4.000 a 8.800 en 1896, el de los estudiantes de medicina de 1.200 a 8.500, y el delos estudiantes de letras de 200 a 3.500. Son hombres nacidos pobres (...) quepiden entrar en los cuadros sociales con el beneficio de sus diplomas, no sonbohemios, ni refractarios, sino, por el contrario, sumisos, aspirantes a burgueses yque terminan por ser candidatos al hambre”. De 2.500 médicos parisinos, la mitadganan menos de 8.000 francos de salario, es decir, son “proletarios a no ser quetengan fortuna personal”; de 150.000 maestros los 2/3 están “en una estrechez

vecina de la miseria”, y para 150 plazas en París hay 15.000 solicitudes. Si no setoman medidas, estas categorías sociales se convertirán en “almas inclinadas alservilismo o a la rebelión (...), estado mayor revolucionario y anarquista”. Esteartículo de una revista de derechas es significativo, pese a sus excesos, deldesequilibrio que caracteriza al mercado de trabajo. Los futuros especialistas delcampo médico-pedagógico van a ser reclutados de entre estos grupos profesionales.

La creación de un “mercado de la infancia” que se desarrolla en los camposmédicos, jurídicos y escolares, y muy pronto en un campo nuevo que debe suespecificidad a la relación que establece con el sistema escolar (escuela primaria,gratuita, obligatoria y laica), el campo médico-pedagógico converge con los intereseseconómicos de estos grupos sociales en ascensión.21 Se trata de los comienzos deun proceso de institucionalización, en el que la definición de un mercado va a la parde la constitución de un corpus científico y de taxonomías (en competencia con lanosografía psiquiátrica); la obligación para ciertos agentes sociales es encontrar unaespecificidad que manifieste definir casi directamente las categorías de niños que sederivan de ella. A veces existe una confusión total entre un discurso corporativista yun discurso pseudocientífico de carácter nosográfico, especialmente con ocasión delas contradictorias discusiones entre médicos, psicólogos y educadores.22 A. Binet,criticando la distinción administrativa entre “anormales médicos” y “anormalespedagógicos”, dice: “Sería preferible evitar el equívoco del término médico y decirsimplemente anormales de hospicio  y anormales de escuela  para mostrar

claramente la diferencia de sus destinos”.23 “Gracias a estadísticas parciales (...) sepuede formular esta regla que además suscribe el sentido común: la utilizaciónsocial de un sujeto cualquiera está en razón inversa a su grado de retraso, y se

20 Dr. Heuyer, Leçon inaugurale du cours annexe de neurópsychiatrie infantile , Patronage de l’enfanceet faculté de medicine de París, 1926.21 Acerca de la creación de instituciones judiciales encargadas especialmente de la infancia,recuérdese lo dicho acerca del Patronato de la infancia.22 Una primera aproximación de los rasgos sociológicos característicos de estos grupos tiende amostrar que se trata de “marginados”, es decir, cuyo capital económico es inferior al capital cultural,o a la inversa, y políticamente liberales, incluso a veces “de izquierdas”, cuyas motivacionesprofesionales se expresan de forma privilegiada en el lenguaje de la vocación y del bien público.

Estas características de los productores de un nuevo campo “científico”, marginal también él,reenvían al modelo teórico propuesto por G. E. Lenski, “Status cristallization”, American Sociological 

Review , vol. 19, núm. 1, 1954.23 A. Binet et Th. Simon, op. cit .

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puede determinar a partir de ella la línea fronteriza entre los anormales de hospicio y los anormales de escuela”.24 Los futuros psicólogos se convertirán en losespecialistas del trazado de esta frontera. Los médicos por su parte proponendistinciones del mismo tipo para diferenciar su campo de acción del de lospsiquiatras afirmando la necesidad de las competencias médicas. “¿Qué puede en laactualidad el educador ante este estado de cosas? Nada. A él corresponde hacer la

distinción médica entre el anormal que no puede permanecer en la escuela y elescolar turbulento pero sin sombra de enfermedad que no es más que un vulgarperezoso o un simple indisciplinado (...). Incluso los alienistas (...) a medida que unose aleja de los trastornos profundos y se aproxima a anomalías más ligeras, hacendescripciones cada vez más vagas (...), de tal forma que llegados a los escolaresmentalmente anormales, situados algunos escalones antes que los normales, no seencuentran casi caracteres distintos entre unos y otros”.25 El tema de “la anomalíatransitoria”, les permite labrarse un mercado distinto del de los alienistas y del delos pedagogos, justificando al mismo tiempo la garantía irremplazable que aporta laciencia médica. No obstante ciertos médicos quedan perplejos ante la lectura de lasdistinciones hechas por Binet y Simon: “No veo muy claro el momento preciso en elque comienza la acción del psicólogo, sobreviene el deber del pedagogo, o, termina elexamen estricto del médico; veo muy bien por el contrario que los bordes delterritorio atribuido a cada uno de ellos no están claramente delimitados”.26 Elanormal de escuela no debe de estar de todos modos demasiado loco, debe sinembargo estarlo suficientemente para ser localizado a través de una acción médicaencaminada a detectar la enfermedad oculta: algunos hablan incluso de“subnormales”.

L A ESCUELA PARA TODOS NO ES LA ESCUELA DE TODOS 

A mediados del siglo XIX, V. Dupuy cuenta entre el número de las razones delfracaso de las reformas de la escuela primaria el miedo de los padres ante la“promiscuidad” y el “contagio”. En su competitividad con la escuela religiosa, laescuela primaria laica encuentra que debe prevenirse y desea que la opinión públicatenga de ella una imagen limpia y sana. En respuesta a un colega que se extraña deverla pedir “clases especiales”, una inspectora de enseñanza primaria respondeirónicamente: “Estos pobres pequeños que no pedirían más que ser bien tratados”son muchachas de 10 a 12 años que llegan a la escuela con la cabeza con piojos. Lamaestra ¿las enviará a su casa? Los padres están en la fábrica. Las pone aparte yen el primer momento libre las hace peinar a fondo; la niña no se sienta en su sitiohasta que no está perfectamente limpia (...). Si es una escuela aneja todavía mejor:¿sería preferible que fuese una escuela pseudolaica?27 Un proyecto de “escuelaaneja” circula en la época y prevé aislar a los niños más limpios de la clase conobjeto de que no sean contaminados por las maneras, el lenguaje y los parásitos delos “apaches”. Es en cierto modo el homólogo de la escuela de perfeccionamientopero en el otro extremo de la escala.28 

24 V. Vaney, “Les classes pour enfants arriérés”, Bulletin spécial de la Societé d’étude psychologique de l’enfant , 1911.25 G. Paul-Boncour et J. Philippe, op. cit .26 R. Cruchet, Les arriérés scolaires , monografías clínicas: las nuevas cuestiones en medicina,cirugía, biología, París, Masson, 1908.27 M. Berthet, “Selection et démocratie”, separata sin indicaciones, 1905.28 De la escala de Binet y Simon.

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L A ESCUELA OBLIGATORIA Y LA INVENCIÓN DE LA INFANCIA ANORMAL  

En el III Congreso de la Liga francesa de la enseñanza, en 1883, loscongresistas formulan su voto de que la ley de la obligación escolar no pueda serboicoteada (por los padres que pretenden ilegalmente instruir a sus hijos en casa);en 1896, en el XVI Congreso, una comisión de niños anormales se preocupa de lasuerte de los sordomudos y ciegos; en 1900, en el XIX Congreso, el quinto voto esque se asegure “la instrucción obligatoria a los niños anormales”. Fueron necesarios

unos quince años para que la escuela primaria produjese desechos cuya exclusiónformará parte constitutiva de la elaboración de un nuevo aparato: el médico-pedagógico.29 

Los enseñantes y los médicos son explícitos cuando se refieren a que laobligación escolar es la que designa a los “anormales”. La ley del 28 de marzo de1882 sobre la obligación escolar no establece ninguna división entre los niños.“Deben instruirse todos. La escuela pública (...) no puede plegarse a las exigenciasindividuales”.30 Mientras la instrucción no fue obligatoria, estos refractarios oincapaces pasaban desapercibidos: se expulsaba a los indisciplinados; se relegaba alos retrasados; se ignoraba a los vagabundos. Pero en la actualidad ya no puede ser

lo mismo: todo refractario, por las buenas o por las malas, ha de ser conducido a laescuela, en ella se encuentra mal, la escuela ordinaria no ha sido hecha para losescolares de su especie”.31 Para resolver el problema planteado por este “tipo deescolar”, la Sociedad Pedagógica de los directores y directoras de las escuelaspúblicas de París crea espontáneamente en 1904 una comisión para la construcciónde escuelas especiales para niños anormales e indisciplinados; sus trabajosconcluyen pidiendo la creación de “escuelas para retrasados” y de “escuelas demoralización”.

La escuela no puede continuar siendo “escuela para todos” sino es al precio deno ser la escuela de todos. En la sociedad de la época aparece muy pronto que, la

igualdad ante la escuela, es decir ante la instrucción, que se manifiesta a grandesvoces como la verdad de la escuela, cuando se confronta con la realidad socio-económica de la miseria mayor —la que se ve en los cuerpos y se oye en la pobrezadel lenguaje— no puede continuar siendo verdad si no es con la condición declasificar con la lógica de otro sistema (médico-psicológico) a aquellos a los que laescuela no puede tolerar”.32 “El malentendido que dificulta la comunicación

29 En 1929, será depositado en el Senado un proyecto de Ley por P. Strauss, filántropo y promotordel movimiento que denuncia ahora la “no-obligación de la ley de 1909”, la creación de clases y deinternados de perfeccionamiento habían sido dejados a la voluntad de los municipios.30 V. Vaney, op. cit . (Vaney, director de escuela primaria en París es uno de los discípulos de Binet al

que presta sus alumnos para las primeras experiencias psicométricas).31 G. Paul-Boncour et J. Philippe, op.cit .32 Para una comparación con la enseñanza reservada a los niños indígenas de las colonias podemoshacer notar que la escuela primaria en las colonias, al menos en los discursos que mantiene acercade las mejores formas de enseñanza que deben ponerse en práctica en provecho de los indígenas, lapolítica colonial laica insiste en la distinción que debe hacerse “a priori” entre “las condicionesmentales de los indígenas” (ver Bulletin de la Mission laique française , revista de la enseñanzacolonial, 1903-1917). Así “los métodos franceses” —abstracción que corresponde a la “inteligenciaverbal” de Binet y Simon— deben reservarse a los indígenas “ya suficientemente informados” deMadagascar y de Indochina, teniendo siempre en cuenta la preocupación de no formar un númerogrande de funcionarios y de “inútiles”, mientras que para el negro del Congo o de Dahomey se tratade ser “tutores en el más amplio sentido del nombre”, es decir, de dispensarles una formaciónprofesional —trabajo de la madera y del hierro, enseñanza agrícola—. Se puede plantear la hipótesis

de que las elecciones pedagógicas hechas en función de las colonias nos informan de la estructurade la enseñanza puesta en práctica en Francia en ese mismo momento. “Lejos de multiplicar losestablecimientos de instrucción secundaria es en la enseñanza primaria, y más concretamente en laprimaria rejuvenecida y reforzada, donde hay que buscar la fuente del progreso democrático, es

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pedagógica no será tolerable hasta que la escuela no sea capaz de eliminar a los queno cumplen sus exigencias implícitas (...)”.33 

Son los mismos maestros de la escuela pública, después de la creación en1909 de un diploma especial, el certificado de aptitud para la enseñanza deanormales, los que proporcionarán el personal de encuadramiento de las clasesespeciales. Si se observa la lista de miembros de la Sociedad libre para el estudiopsicológico del niño en 1900, se encuentran 84 maestros, 46 directores y directorasde escuelas primarias, 38 profesores de escuela normal, 23 inspectores deenseñanza primaria, es decir, 190 funcionarios de la enseñanza primaria públicasobre los 250 miembros que componen dicha Sociedad.

EL INESTABLE: CATEGORÍA NOSOGRÁFICA 

El sistema de clasificación de los niños anormales (nosografía) se preocupóhasta la reforma únicamente de la enseñanza de los “anormales de manicomio”(“idiotas e imbéciles”). El discurso científico médico-pedagógico retoma las categorías

psiquiátricas de los grandes antepasados34 —trastornos profundos—, a las queañade simplemente dos nuevas categorías —trastornos menos profundos— los“retrasados” y los “inestables”, puras o combinadas entre sí,35 refiriéndose así a unaciencia constituida que le sirve de punto de partida. El médico de los escolaresretoma incluso por su cuenta las fórmulas administrativas de la ley sobre losalienados: “son en efecto niños que no pueden estar en la escuela sin peligro paraellos mismos y para los otros escolares normales”.36 La ciencia médico-pedagógicaelabora un discurso erudito que contribuye a reforzar “la aptitud de la Escuela parahacer creer en el carácter natural de las aptitudes y de las inaptitudes”; y aquí sesitúa quizá lo que Binet definió como “el tesoro de los métodos exactos”. Sin embargo,tratándose en este momento de un proceso de institucionalización en curso, eldiscurso científico no ha adquirido todavía esa opacidad que censura eficazmente lacuestión de la pertenencia de clase y de las relaciones de producción. En lasdescripciones del retrasado y del inestable se pueden descubrir, a nivel de lasimágenes empleadas, del vocabulario y de las figuras estilísticas, toda una imagineríasocial de las relaciones entre las clases. Nos referimos concretamente a las

decir, de una concepción del esfuerzo individual conforme a las necesidades de nuestra modernasociedad” (mano de obra). Por otra Parte los maestros y maestras “no han sido siempre incluso enFrancia misioneros laicos” (Bulletin de la Mission laique française , enero 1907). El curso de filosofíadedicado a los enseñantes que iban a las colonias -”Los factores generales de la vida psíquica, su

variedad según las razas y los individuos”- impartido por M. Malapert, profesor de filosofía en elinstituto Louis-le-Grand, miembro de la comisión de 1904 sobre la infancia “anormal”, que, en unaserie de cursos dados en la Escuela de altos estudios sociales -”La moral en la escuela”- justificadesde 1901 la creación de internados de perfeccionamiento para los “retrasados” y los “inestables”.Mientras que a la escuela primaria de Argelia se opone una escuela ideal: la de la metrópoli, laenseñanza reservada a los indígenas tal como se la describe recuerda directamente la de las “clasesespeciales” francesas: “muy elemental, utilitaria y práctica, profesional si es posible. La pedagogía haentrado en lo concreto, lo real, lo próximo, se ha hecho simple con los simples” (Bulletin de la Mission laique française , diciembre 1907).33 P. Bourdieu et J. C. Passeron, La reproduction , París, Ed. de Minuit, 1970, p. 125, 128, 129.(Traducción castellana, Ed. Laia.]34 Itard, Esquirol, Ferrus, Falret, Voisin, Seguin y sobre todo Bourneville, médico entonces deBicetre, el más prestigioso promotor de las clases especiales.35 La combinación adquiere a veces dimensiones de alquimia y se llega a hablar de “anormal”, “noretrasado” y “tranquilo” (no inestable). Dr. E. Régis, “Les classes danormaux à Bordeaux”, Revue 

 philanthropique , 1909.36 G. Paul Boncour et J. Philippe, op. cit .

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L A ESCUELA OBLIGATORIA Y LA INVENCIÓN DE LA INFANCIA ANORMAL  

orientaciones dadas a la investigación por E. Benveniste: “Siguiendo estacomparación (entre el «lenguaje» particular descubierto por el psicoanálisis — simbolismo del inconsciente y sintaxis cuya dimensión es la sucesión— y el lenguaje)se estaría en vías de encontrar comparaciones fecundas entre el simbolismo delinconsciente y ciertos procedimientos típicos de la subjetividad manifestados en eldiscurso. Se puede precisar a nivel del lenguaje: se trata de procedimientos

estilísticos del discurso (...). El inconsciente utiliza una verdadera «retórica» que,como el estilo, tiene sus figuras (...) en donde se encuentran de una parte y de otratodos los procedimientos de la sustitución engendrados por el tabú: el eufemismo, laalusión, la antifrase, etcétera”.37 

Los inestables son niños que “no están en su sitio”, que “no pueden coordinarsus movimientos”, ni “controlar sus instintos”, sujetos a “cóleras inexplicables”,brutales, extremadamente violentas, que manifiestan “impulsos ingobernables”. Deeste modo uno se pregunta acerca de la responsabilidad de “este hijo de alcohólicode una docena de años, que, a causa de una ligera observación, se abalanza con elcuchillo levantado hacia su amante”.38 El cuerpo médico llega incluso a hablar de

“desvergüenza muscular” y propone teorías con carácter etiológico del tiposiguiente: “Las glándulas de secreción interna lesionadas o agotadas no puedenhacer el papel de reguladores de la economía , no distribuyen ( proveedores vigilantes  en un sujeto sano) los alimentos necesarios para cada órgano y cada célula. Elequilibrio vital se encuentra roto ya que los intercambios no son normales”. Alfuncionar mal su sistema nervioso estos niños convertidos en adultos “aumentaránel número de los inútiles, perdidos, alcohólicos, invertidos, legionarios de África,prostitutas, criminales y locos”.39 El inestable es un “nómada que pasa por distintasescuelas”.40 Y, de forma más sutil, la inestabilidad se convierte en la notadominante del estado psíquico: la atención, “esa voluntad intelectual” es nula en losanormales, y “es al precio de mil dificultades que se llega a fijar su espíritu y sólopor un instante”. Inestable, su voluntad es también “cera blanda” y sólo losprocedimientos médico-pedagógicos serán “capaces de estabilizarla”.41 

Se puede plantear la hipótesis de si la categoría de los “inestables” no reenvía ala categoría socio-económica descrita por Louis Chevalier:42 “la población de loscuchitriles”, ejemplar de esta población de obreros inmigrados a París, en unamedia de 20.000 por año entre 1831 y 1846. Se trata de una población de obrerosnómadas, inestables, mal localizados. “La cuarta parte de París no sabe conseguridad la víspera si sus trabajos le permitirán subsistir al día siguiente”.43 Estosobreros nómadas fin domicilio fijo, viviendo en concubinato, constituyen el tipo delo que, en este momento, se describe como las clases peligrosas de la población de

las grandes ciudades. “Cuando ellos (los inestables) pertenecen a la clase obrera,sus niños proporcionan los mejores contingentes al ejército de los vagabundos,corredores de talleres y habituales de los caminos famosos: perpetuos nostálgicos,siempre a la búsqueda de un trabajo distinto del que se les presenta, de cualquier

37 37 E. Benveniste. “Remarques sur la fonction du langage dans la découverte freudienne”,Problèmes de linguistique générale , 1966, p. 86-87.38 M. Nerthet, “Lés dégénerés dans les écoles primaires”, separata.39 Dr. R. Dupuy, artículo aparecido en L’enfance anormale , enero-marzo 1912, y retomado en Le Journal (el subrayado es mío).40 A. Binet et Th. Simon, op. cit .41 G. Paul-Boncour et J. Philippe, op. cit .42 L. Chevalier, Classes laborieuses et classes dangereuses à Paris pendant la première moitié du XIX siècle , París, Plon, 1958. (De próxima publicación en Ed. de La Piqueta.)43 Mercier, citado por L. Chevalier, op. cit .

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trabajo con tal que no sea el que hacen, que no quieren ni pueden continuarhaciendo”.44 Las instituciones de perfeccionamiento son las instituciones de laciudad: incluso si se desean o si se instalan en el campo su reclutamiento espuramente urbano, la institución médico-pedagógica es lo contrario de la calle.

L OS NIÑOS DE LAS “CLASES ESPECIALES”

Los futuros alumnos de las clases y de los internados de perfeccionamientoson, en este momento histórico, reclutados exclusivamente de las escuelas públicasde las grandes ciudades —principalmente de París, Lyon y Burdeos— implantadasen los barrios populares. “En los distritos de la periferia los retrasados existirían ennúmero suficiente como para crear en cada distrito una escuela de niños y otra deniñas. En los distritos del centro, en los que la población vive con más holgura ydonde el alcoholismo es menor así como en los lugares donde los anormales sonmenos numerosos, la escuela podrá ser mixta”.45 Antes de que fuese votada la leyde 1909 se abren en París varias escuelas: así la escuela de la calle Lecomte,

“situada en un barrio bastante poblado, asisten a ella en gran parte pequeñosempleados y obreros”.46 En Burdeos los resultados del censo de anormales de lasescuelas públicas se estudian poniéndolos en relación con un plano de la ciudadpara determinar si existe una relación entre la proporción de anormales y lanaturaleza de los barrios correspondientes. El autor, que contesta negativamente enlo que respecta a los niños, dice en lo concerniente a las niñas: “Las proporcioneselevadas corresponden con bastante exactitud a los barrios de nuestra ciudadhabitados por una población que ignora la higiene, se entrega cada vez más alalcoholismo y en la que se ceba cruelmente la tuberculosis. El barrio de La Bastide,en el que se propaga especialmente el alcoholismo femenino, posee dos escuelas deniñas cuya media de anormales supera en las dos la proporción del 11%. Se puede

señalar que los resultados de la encuesta, en función de las característicassocioeconómicas de las poblaciones de los diferentes barrios, son exactamente losmismos para los niños que para las niñas”.47 

Un maestro de clase de perfeccionamiento de Burdeos resume en un artículo48 las observaciones que ha hecho sobre la situación social de las familias a las quepertenecen los niños de su clase (desde 1919 a 1922), confirmando así losresultados del Dr. Abadie acerca de las niñas. Cada 28 niños, existen 18 “padresalcohólicos”, 10 madres “nerviosas inquietantes”, 7 alcohólicas y 3 “viciosas”. Todoslos padres, salvo dos, ejercen un trabajo manual: jornaleros, curtidores,carpinteros, cargadores de muelles, fogoneros, etc. Siete de ellos tienen trabajo fijo,

“los otros cambian constantemente de oficio, inconstantes, inexactos o perezosos,corren de puesto en puesto hostigados por el paro y la miseria (...) la mayor parteson descarados, ofensivos”. 15 madres son jornaleras y 7 obreras de taller, “con elcolor del hollín, andrajosas, audaces, marchitas, con los rasgos duros”, lo quepermite decir al autor, subrayando la necesidad de la presencia materna en la casa:“en las clases inferiores que nos ocupan, existe un factor de depravación que se

44 G. Paul-Boncour et J. Philippe, op. cit .45 Informe de la Comisión especial para la creación de escuelas para los niños anormales, Buletin de la Société pédagogique des directeurs et directrices d’écoles publiques de Paris. 46 G. Baguer, comunicación al II Congreso de educación social, Bordeaux, 1907.47 Dr. V. Abadie, “Recensement des enfants anormaux des écoles publiques de garçons de la ville deBordeaux”, Annales de l’Alliance d’hygiène sociale , 6, 1907; Recensement des enfants anormaux desécoles publiques de filles, Bordeaux, imprimiere de l’avenir de la mutualité, 1908.48 Lacoste, “Observation d’une classe d’anormaux”, Revue pédagogique , 1922.

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descuida demasiado, la calle. Los alojamientos son pequeños y malsanos, situadosen los barrios bajos en donde el agua de las mareas penetra en las casas; despuésde visitar algunas de estas celdas modernas nos hemos encontrado sorprendidosechando en falta las cabañas de antes, que al menos estaban mejor aireadas”. Encatorce de estas familias hay hambre y “algunos niños están realmente muertos-de-hambre; dos de ellos han adquirido la costumbre de rebuscar en los calderos de la

basura donde descubren huesos todavía cubiertos de carne”. Las descripciones sonlas mismas respecto a las primeras clases especiales: “El Dr. Jacquin insiste conrazón en un hecho que han subrayado todos los que hasta ahora se han ocupadode los anormales psíquicos de las escuelas, a saber, la insuficiencia de alimentaciónen sus familias”.49 

El tratamiento aplicado a los niños se compone principalmente de unsuplemento para la cantina escolar, de unos zuecos en invierno y unas zapatillas enverano, de un mandilón de trabajo, de dos duchas por semana, de ejercicios deflexibilidad y de aceite de bacalao. Delante de estos niños que son en sus cuerposlos representantes de la miseria social, los maestros de las clases especiales

acometen un trabajo civilizador que recuerda sin duda al de los misioneros en lascolonias. Los niños leen mal y lentamente, flojos en lengua francesa, “se expresanmal; el maestro se esforzará por rectificar su lenguaje y por desbancar lasexpresiones barriobajeras para las que presentan excesivas aptitudes”. El maestroles hace reducir sus gastos, reparte con ellos su comida cuando no tienen bastante y describe “los extraordinarios juegos de los niños: luchar, revolcarse por el suelo,poner la zancadilla a un niño que corre”.

Si el tratamiento moral no conduce a resultados inmediatos es debido a que“los niños carecen del saber vivir más elemental”.50 La empresa no se realiza sinencontrar obstáculos y en ciertos barrios las clases adquieren la reputación de

“clases de idiotas”. Son los directores y los maestros especializados los quepromueven campañas de información sobre “la necesidad de enseñarindividualmente a los niños en retraso” y la de “vigilar a los alborotadores”. Ciertasfamilias no entran en el juego: “señor, mi hijo no es idiota”; “señor, yo no enviarénunca a mi hijo a sus escuelas de apaches ”.51 

EL RETRASADO: CATEGORÍA NOSOGRÁFICA 

El “retrasado intelectual” cuya ignorancia depende de un retraso mental, nodebe ser confundido, dicen los médicos, con el ignorante por mala voluntad o porabsentismo escolar. Las definiciones continúan sin embargo siendo imprecisas.“Escolar cuyas facultades intelectuales, consideradas en su conjunto, existen, peroestán retrasadas notablemente por debajo de las de un niño de la misma edad”.52 “Bajo la denominación general de retrasados, comprendernos a los niños afectadosen diferentes grados de inferioridad o de deficiencia intelectual, desde el idiotavegetativo al simple débil que limita con el niño normal muy poco dotado (...) se

49 Dr. E. Régis, art. cit .50 Descripción hecha por un maestro del funcionamiento de dos clases de perfeccionamiento de

 Tours, L’enfance anormale , 1912.51 Informe de la campaña de explicación realizada en Tours en el barrio de la Fuye, L’enfance anormale , 1912.52 Bourneville, in Brouardel et Gilbert, Traité de médicine , París, 1902.

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trata del retrasado simple que no hace nunca progresos en la escuela, el holgazán,el fruto seco”.53 

De todas formas, si este escolar “retrasado” constituye un caso para losespecialistas, a diferencia del perezoso simple o del ignorante banal, es debido a quedespliega una actividad cerebral orientada de forma distinta a la del normal. Todaslas funciones mentales existen en él, pero algunas están como atrofiadas, son“groseras” según la expresión de Vaney: y estas son especialmente la abstracción yel sentido estético, y más generalmente “la inteligencia verbal”, “la inteligenciasensorial”,54 que constituyen el registro en el que se manifiestan las “aptitudesespeciales” de los retrasados. “Poned al débil en presencia de un trabajo que leinterese, que hable a sus órganos de los sentidos y que sea concreto, si este trabajono es demasiado difícil, lo realizará convenientemente. Pero si la operación implicapalabras, frases, redacción, en una palabra ideas abstractas formuladas a travésdel lenguaje, el débil muestra inmediatamente que en esto es inferior. Laabstracción y todos los otros trabajos intelectuales en los que la llave es laabstracción, son para él un dominio inaccesible. Nuestras pruebas constituyen una

demostración precisa de lo que nos habían hecho presentir los maestros”.55 Así pues, estos niños son buenos en gimnasia, en costura, en escritura, en

dibujo yen trabajos manuales. Cuando, más raramente, son brillantes en cálculo,su dominio de los números sigue siendo superficial: (...) “los «disminuidos» poseenalgunas facultades brillantes en apariencia (memoria de cifras por ejemplo), pero setrata de una memoria mecánica que funciona como una máquina de calcular”.56 Mecánica y tan poco enraizada en las profundidades de su personalidad como sumoral o su urbanidad “de superficie”, es su forma de leer: repiten “como loros” oaprenden “de memoria”. Binet resume todas estas observaciones diciendo: “nuncaun niño fuerte en redacción, podemos decir generalizando, será un retrasado, por

muy flojo que esté en el resto de sus estudios”.57

 Estas apreciaciones acerca de la naturaleza de las capacidades y de las

carencias intelectuales de los retrasados nos informan sobre la jerarquía de lasmaterias enseñadas (la redacción francesa es la materia más noble, y aprender dememoria es la manera menos noble de aprender), mientras que al mismo tiempo seniega la relación existente entre su aprendizaje y el origen social de los niños.58 

La clasificación de los especialistas del dominio médico-pedagógico convergepues con la de la escuela, reforzando, mediante la aportación de un aparatocientífico de medición, la ideología de los dones naturales. Los retrasados asídiagnosticados, si bien no quedan excluidos de la obligación escolar, no podrán

adquirir una instrucción en la medida en que algunos sólo prevén para ellos unamedia hora de clase diaria. La mayor parte del tiempo lo dedicarán al aprendizajeprofesional, a las lecciones y ejercicios prácticos de economía doméstica y a las“lecciones prácticas”,59 referentes a la vida cotidiana: comportarse adecuadamenteen la alosa, saber distinguir las diferentes piezas del mobiliario, limpiar sus zapatos,

53 Dr. Jacquin, “De l’assistance et de la éducation des enfants arriérés”, Rapport au III -e  Congrès d’assistance publique et de bienfaisance privée , Bourdeaux, 1903.54 A. Binet et Th. Simon, op. cit .55 La comisión de directores de escuelas públicas de París habla incluso de la necesidad de unaenseñanza “sobre todo sensorial” para estos niños.56 G. Paul-Boncour et J. Philippe, op. cit .57 A. Binet et Th. Simon, op. cit .58 P. Bourdieu et J. C. Passeron, op. cit ., p. 199.59 V. Vaney, op. cit .

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L A ESCUELA OBLIGATORIA Y LA INVENCIÓN DE LA INFANCIA ANORMAL  

sellar una carta, ordenar la ropa en el armario, entender el plano del metro, etc. Apartir de ahora, civilizados, los futuros trabajadores podrán vivir en la ciudad sinpeligro.