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115 S. PÉREZ OROZCO Licenciado en Filología Clásica MORFOLOGIA ETRUSCA ABSTRACT: In this article are treated differents aspects of the etruscan mor- phology. First the nominal morphology: nominative, genitive, dative both singular and plural, postpositions, determinants and pronoums, gender and nominal suffixes. The second part is dedicated to the verbal morphology: gen- eralities, theme’s formation, tense, mood, diathesis and participles. The con- clusion is that there is a strong similarity with the anatolian languages. KEY WORDS: Etruscan Language and morphology, Anatolian languages. RESUMEN: En este artículo son tratados diferentes aspectos de la morfología etrusca. Primero la morfología nominal: nominativo, genitivo, dativo tanto en singular como en plural, postposiciones, determinantes y pronombres, género y sufijos nominales. La segunda parte está dedicada a la morfología verbal: generalidades, formación de temas, tiempo, modo, diátesis y participios. La conclusión es la existencia de fuertes semejanzas con las lenguas anatolias. PALABRAS CLAVE: Lengua y morfología etrusca, Lenguas anatolias.

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S. PÉREZ OROZCOLicenciado en Filología Clásica

MORFOLOGIA ETRUSCA

ABSTRACT: In this article are treated differents aspects of the etruscan mor-phology. First the nominal morphology: nominative, genitive, dative both singular and plural, postpositions, determinants and pronoums, gender and nominal suffixes. The second part is dedicated to the verbal morphology: gen-eralities, theme’s formation, tense, mood, diathesis and participles. The con-clusion is that there is a strong similarity with the anatolian languages.

KEY WORDS: Etruscan Language and morphology, Anatolian languages.

RESUMEN: En este artículo son tratados diferentes aspectos de la morfología etrusca. Primero la morfología nominal: nominativo, genitivo, dativo tanto en singular como en plural, postposiciones, determinantes y pronombres, género y sufijos nominales. La segunda parte está dedicada a la morfología verbal: generalidades, formación de temas, tiempo, modo, diátesis y participios. La conclusión es la existencia de fuertes semejanzas con las lenguas anatolias.

PALABRAS CLAVE: Lengua y morfología etrusca, Lenguas anatolias.

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IINTRODUCCIÓN

El debate en torno a la filiación genética del etrusco se mantiene aún hoy en día polarizado en torno a dos posiciones extremas. De un lado, los migracionistas, que, apoyados en la tradición legendaria y en ciertas semejanzas de orden léxico y morfológico, sostienen un origen anatolio, i.e, indoeuropeo para la lengua etrusca.Entre otros, Woud-huizen y Beekes (1) son, hoy por hoy, los autores más conocidos y más persistentes en tal hipótesis. Por otra parte, Rix y la etruscología italiana tradicional, con Pallotino y Bonfante a la cabeza, han conside-rado básicamente a los etruscos como un hecho autóctono, atribuyendo las conexiones con Oriente a contactos más o menos remotos con Asia Menor. Naturalmente, entre las posiciones extremas, es posible hallar un amplio repertorio de posiciones más o menos eclécticas (2).

El estado actual de la interpretación del etrusco no difiere demasiado de lo que sucede en lenguas como el licio, el lidio o, sobre todo, el cario. Si bien los epígrafes cortos y de contenido más o menos previsible resultan fáciles de interpretar y arrojan una cierta luz sobre el funcionamiento de la lengua, lo que permite establecer una gramática más o menos coherente, los textos largos se resisten al análisis y sólo la existencia de bilingües (por desgracia prácticamente ausentes de momento en el caso del etrusco) ha despejado las dudas al respecto.

En tiempos recientes, el avance considerable que ha experimentado el conocimiento de las lenguas anatolias del I y II milenio permiten, en nuestra opinión, profundizar más en el posible nexo que une la lengua de los rasenna con Anatolia. El progreso reciente en el estudio del cario pone de manifiesto nuevas semejanzas que hasta ahora permanecían desconocidas (3).

Basándonos en los recientes avances, nuestra propuesta en el presen-te trabajo consiste en desarrollar e intentar fundamentar la hipótesis siguiente: la morfologia nominal etrusca puede derivarse perfectamente a partir de un esquema sumamente parecido al que muestran las lenguas anatolias que conocemos. En concreto, a partir de cinco casos, nomina-tivo, acusativo, genitivo, dativo (-locativo) y ablativo, y suponiendo un par de cambios fonéticos triviales, los paradigmas nominales etruscos adquieren una coherencia y una lógica interna creemos que lo bastante convincente como para, al menos, tener nuestra propuesta en cuenta.

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Por lo que respecta al verbo, el estado actual de la investigación arroja aún muchas dudas y los autores discrepan en los análisis, dada la escasez y la ambigüedad de los datos. Con todo, hacemos nuestra propuesta en el mismo sentido e intentamos aproximar lo poco que se sabe del verbo etrusco a los hechos morfológicos que se conocen en las diversas lenguas anatolias.

Cabe decir, naturalmente, que aún queda mucho por hacer en el campo de la fonética y del léxico antes de poder resolver satisfacto-riamente todos los interrogantes que plantea todavía la relación del etrusco con las lenguas indoeuropeas de Anatolia. En futuros trabajos intentaremos dar respuesta a los interrogantes pendientes.

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IIMORFOLOGÍA NOMINAL

Iniciaremos nuestro estudio con el análisis de la flexión de los nom-bres propios masculinos, que son los más ampliamente documentados, y de algunos nombres comunes cuyo paradigma está testimoniado de manera suficiente. Es suficientemente conocido que los nombres perso-nales tienen algunas peculiaridades en su flexión, aunque encajan bas-tante bien los paradigmas de los nombres propios y de los comunes.

También presentan alguna particularidad los nombres propios fe-meninos, a los que dedicamos una sección a parte (5).

II.1 EL SINGULAR

En los nombres propios de persona masculinos se pueden distinguir fácilmente dos paradigmas distintos, tal como se ejemplifica en el cua-dro adjunto. La pertenencia a uno u otro, sin que pueda determinarse con exactitud su motivación, parece depender de la consonante final del tema. En el caso del paradigma II, las bases nominales parecen acabar en dental o sibilante, mientras que el paradigma I agrupa el resto de los casos.

Por la propia naturaleza de los textos etruscos, es difícil hallar casos distintos a los que constan aquí, de manera que resulta difícil documentar en los nombres personales el caso acusativo y cualquier otro que eventualmente pudiera existir.

IPN masc IIPN mascnominativo Venel Larisgenitivo Venelus LarisaDativo Venelusi Larisalegenitivo 2 - Larisal

El paradigma II se distingue del I entre otras cosas por la existen-cia de un genitivo arcaico en –(i)a, que es reemplazado posteriormente por un genitivo en –al (genitivo 2). Asimismo el dativo es radicalmen-te distinto en ambos paradigmas. Cabe decir que no se hallan jamás

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confusione s ni cambios de paradigma en los nombres propios masculi-nos, al contrario de lo que veremos que sucede en otros paradigmas.

A parte de algunos nombre propios (entiéndase como tales los prae-nomina y los nombres individuales), también siguen el paradigma I los gentilicios masculinos

TLE 78 Araθ: Spuriana nominativo “Arnth Spuriana”

TLE 70, a, b Larθia Supnac genitivo “de Larth Supna”

TLE 940 Spuriesi Teiθurnasi dativo “para Spurie Teithurna”

En los nombres comunes, los paradigmas no se definen tan clara-mente y se observan algunos ejemplos de substantivos que presentan el genitivo en –s junto al genitivo en –l, circunstancia ésta que no se da apenas en los nombres propios (para una excepción véase I.5.2 ).

nombres comunes

“hija” “etrusco” “hijo” “sepultura” “tumba”“pueblo” v.sim

nominativo seχ rasna clan θaura? suθi meχ

genitivo seχis rasnas clens θauruc cuθic

dativo-loc. - clensi θaure

genitivo 2 - rasnal cuθil meχl

acusativo θaura suθi

Analizaremos a continuación los diversos casos que parece contener la declinación etrusca, reservando, eso sí, el análisis de los nombres per-sonales femeninos para más adelante, dada su especificidad (I.5.2)

II.1.1 El NomINatIvo

La existencia de nominativos asigmáticos en las lenguas anatolias del I milenio es una evidencia incontrovertible: el licio, el milio, el sidético y el cario dan buena muestra de ello. La evolución -s > Ø también podría postularse para el etrusco y en I.1.4 volveremos sobre ello.

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Que el nominativo singular etrusco carece de morfema, es algo uni-versalmente admitido.

TLE 156 itun turuce Venel Atelinas Tinas cliniiaras “esto dio Venel Atelinas a los Dióscuros”

TLE 37 mini muluvanice Laris LeTaies: “Laris Lethaies me dedicó”

Sin embargo, también quedan restos de un nominativo sigmático en algunos nombres, como nefts “nieto” < *nepots de *nefs rehecho sobre el tema neft- (cfr. lemnio nafoθ ), ο prumts, prumTs “biznieto”< *prompt –s <* pron(e)p(o)t-s, aunque este último parece más bien, por su estructura morfológica, un préstamo itálico.(6)

El lemnio Wanal y el rético, con ejemplos como Schum SZ 1 Laspa Φirima zinaχe “Laspa Phirima lo hizo” v. sim. parecen indicar una evolución análoga.

II.1.2 El GENItIvo

Uno de los aspectos más característicos de la morfología etrusca es la diversidad de sus terminaciones de genitivo. Por una parte, se asemejan mucho (y cada vez más, según avanza la investigación en las lenguas minorasiáticas del primer milenio) al modelo clásico indoeuropeo y anatolio, con sus genitivo en –s. Por otra, su genitivo en –l, que alterna aparentemente con el anterior confiere al etrusco un aspecto, digamos, “exótico”, con conexiones con las lenguas del sustrato, caucásicas, etc., en todo caso, no indoeuropeas, si bien su relación con el oblicuo lidio en −λ o el genitivo pronominal hitita resulta también un tópico habitual entre los defensores de la filiación anatolia. A ello hay que sumar la presencia de genitivos que no se ajustan a ninguno de ambos modelos y que aparecen en textos arcaicos.

Procedamos al estudio de los tres tipos separadamente.

1.en –s TLE 10 mi Venelus Numclanies “yo(soy) de Venel Numclanie”

2.en –l TLE 721mi suθi Larθial Muθikuc “yo(soy)la tumba de Larth Muthiku”

3.en –a TLE 54 mi Larθia “yo(soy) de Larth”

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I.1.2.1 El genitivo en –s

En los nombres personales, aparece de manera sistemática asociados nombres del paradigma I, a parte de nombres comunes diversos (véase el cuadro supra).

Valga, a modo de introducción, la comparación de los morfemas de genitivo licio, con el genitivo etrusco en –s. Para la alternancia gráfica s/ c (7).

Como en licio, (véase cuadro inferior), da la impresión que el sufijo se añade al tema nominal directamente, si bien a veces aparece una vocal de enlace, de timbre impredictible, o se perciben rastros de una síncopa vocálica.

Licio etrusconom. gen. nom. gen-Hla Hlah RamuTa RamuTasSsewe Sseweh SeTre SeTres *Arppaku Arppakuh VelTur VelTurus

VelTur (PN) gen. VelTuru; seχ “hija” gen. seχis; Tin (ND) gen.

Tinc pero Tinas en el compuesto Tinas (cliniiaras) “a los hijos de Tin”, i.e “a los Dióscuros”.

Comparte el etrusco con el pisidio la formación del genitivo añadi-endo un –s al nominativo cfr. suθi cuθic como los genitivos pisidios Μιµουσις ∆(ω)ταρις (nominativo *Μιµουσι ∆ωταρι) (8).

El lemnio –9 como morfema de genitivo aparece asegurado por Holaie9 nafoθ “sobrino/nieto de Holaie” y el rético Schum, WE, 1 lavises/pavises, entre otros ejemplos, también puede interpretarse en dicho sentido.

II.1.2.2 El genitivo en -l

Se documenta en nombres personales masculinos (Paradigma II), antropónimos femeninos (excepcionalmente en PN, de forma extendida en GN), teónimos femeninos como Unial, teónimos masculinos acabados en –s y en nombres comunes.

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Como queda dicho más arriba, la relación a nivel formal entre las formas de genitivo en –l, y el oblicuo lidio en −λ no pasan desapercibidas. Sin embargo, a nivel funcional, las similitudes no son tan evidentes. Con nombres de persona, su uso exclusivo en etrusco es como geniti-vo. En NP masculinos del paradigma II corresponde a un genitivo que substituye gradualmente a los genitivos arcaicos en –(i)a. La forma con NP siempre es –al, con vocal, salvo algunas excepciones: TLE 144, 431 Larθl .

Con nombres comunes y de lugar casi siempre adopta la forma –l, si bien hay ejemplos como TLE 694, 732 cpural genitivo de spur “ciudad” que muestran la forma –al como los NP. Su función, al menos parcial-mente, parece idéntica a la del genitivo, a la luz de ejemplos como LP b 12 Atranes zilacal “del zilath Atrane”; TLE 625 mi Celc Atial celθi “yo( soy) ... de/para Cel Ati (Madre Tierra)”. Atial es el genitivo de ati “madre”.

TLE 632 tular racnal “confines de Etruria”; TLE 676 tular cpural “confines de la ciudad”.

En otros casos, la interpretación del morfema es menos conspicua: TLE 619 sianc TLE 476 sianc-l TLE 324 sanc-l / lemnio siasi (cfr. tal vez car. 9as/ 9ías).

En algún ejemplo se percibe concurrencia entre los genitivos en –s y en -l:

TLE 233 meχl-um rasneas clevsinsl (.) zilaχnve “fue zilath de la res publica clusiniense” pero TLE 87 meχl rasnal.

El lemnio –l en Wanal Asial o Morinail y el rético Schum SZ 4 Ka-lipiszal ? ofrecen algún paralelo también al respecto.

II.1.2.3 El genitivo en –a

En etrusco hallamos diversos ejemplos de genitivos de los nombres propios como Larθia, Aranθia, Larisa (Paradigma II) que muestran un morfema –(i)a que reaparece en PN y GN femeninos (vid. infra I.5.2).

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A los tres tipos de genitivos de uso con los nombres propios mascu-linos, creemos que hay que añadir un cuarto.

II.1.2.4 El genitivo en –Ø

Se da la circunstancia de que algunos nombres comunes como lautn cfr. TLE 619 lautn Precuc “de la familia Precu” TLE 100 lavtn Pumpus Scunus “de la familia Pumpu Scunu”, donde lautn/ lavtn parece ser un genitivo en concordancia con el GN, permiten suponer la existencia de genitivos indesinentes, que tal vez son más numerosos de lo que a primera vista parece. Piénsese en TLE I V 23 cla θesan, donde cla, genitivo del determinante ca, concuerda con θesan “mañana”, lo cual parece indicar que se trata también del mismo caso (9).

Ténganse en cuenta, así mismo, sintagmas como clen ceχa, en TLE

737 mi flerec ...Fasti Ruifric trce clen ceχa “yo soy la estatua que Fasti Ruifris dió pro filio suo” con clen evidentemente relacionado con clan “hijo”, que parece depender de ceχa , posiblemente un substantivo que actúa a modo de posposición. (10) Dada la dificultad de interpre-tación de los textos más largos, no resulta descabellado pensar que los ejemplos de este genitivo (ablativo III según la terminología de Rix) puedan ser abundantes.

II.1.3 El DatIvo (-locatIvo)

Se percibe claramente la existencia de un dativo a partir de ejemplos como los siguientes, donde está clara la presencia de un dativo bene-factivo y donde asimismo se observa con claridad la alomorfía de los dos paradigmas existentes para los nombres propios: -ale (Paradigma II) y -si (Paradigma I),

TLE 940 mi Spuriesi Teiθurnasi aliqu “yo (soy) un objeto hecho para Spurie Teithurna”

REE 1972 mi Larθuzale Kuleniieci zinaku “yo (soy) un objeto hecho para Larthuza Kuleniie”

REE 1974, n217 mi mulu Larisale Velχainasi “yo soy un obsequio para Laris Velchaina”

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REE 60 n 19 mi mulu Araθiale Θanaχvilus Prasanaia “soy un obsequio de Thanachvil Prasanai para Arnth”.

En nombres de parentesco la forma en –si es la que se usa: clenci es el dativo de clan “hijo” y apasi (TLE 171), de apa “padre”.

Junto al dativo para nombres de persona, hallamos un locativo cuyo morfema es –i o -e:

TLE 91 zilci Velus Hulχniesi “en la pretura de Vel Hulchnie”

TC A 2 zilci Larθal Cucus Titinal Laricalc Salinis Aulecla “en la pretura de Larth Cusu (hijo) de Titinei y de Laris Salini (hijo) de Aule” ambos ejemplos de zilc/ zilχ “pretura, cargo de zilat”.

Seguramente la terminación –e es el correlato de –i para algunos temas.

SE XXXIII murce Capve “…en Capua” loc. de *Capeva.

TLE 619 θaure lautneccle “en el sepulcro familiar v. sim” de θaura.

TLE I XII 4 hilarθune caθre frente a TLE I XII 9 hilarθuna caθra.

TLE 887 Spitus Larθ Larθal svalce LXIII hucur maχ acnanas arce manim mlace farθne faluθras, “Larth Spitus (hijo) de Larth vivió 63 (años) habiendo engendrado cinco ? hijos (e) hizo el monu-mento con buen augurio?” de donde mlace parece ser una forma de mlaχ “bueno” que aparentemente concuerda con la palabra siguiente, dativo-locativo de farθan (TLE I IX 14 farθan).

En estas dos terminaciones, no es difícil ver un paralelo de anatolio –i (antiguo locativo) y a (antiguo directivo) Cfr. hitita arcaico – a (alativo) frente a –i (dativo-locativo); licio –a dat-loc en χupa pero –i en ladi.

Que –si / -i (al menos estos dos morfemas, pero seguramente es ge-neralizable a los demás alomorfos) son manifestaciones de un mismo caso y que se podría hablar de un dativo-locativo, queda demostrado a partir de ejemplos como TLE I IV 2 Tinci Tiuri-m “para Tin y para

´

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la (diosa de la) Luna” donde Tinci es el dativo de Tin (ND) y Tiuri, el equivalente de Tiur “Luna”, ambos coordinados por –m. Aquí Tiur se declina como un nombre común, mientras que el ND Tin adopta la flexión de los nombres propios de persona . En TLE I Celi debe ser el mismo caso respecto a Cel “tierra”.

Tan notable alomorfía llama la atención. En comparación con otras lenguas, p.ej, el licio, no extraña la existencia de un dativo-locativo, cuyos morfemas provengan, de un lado del locativo o del alativo para los inanimados y los nombres comunes en general, y del dativo pro-piamente dicho para los nombres de persona. Sin embargo, en etrusco, cabe señalar que aún dentro de los antropónimos, la existencia de dos morfemas tan distintos como –si y –ale llama la atención.

En especial, el morfema –si muestra unas particularidades que a continuación pondremos de relieve. En los ejemplos anteriores era po-sible encontrar algún indicio de confusión entre dativo y genitivo p.ej TLE 91 (zilci) Velus Hulχniesi , donde el PN es un genitivo y el GN, un dativo, si bien el sintagma es claramente un genitivo sintáctico.

No es difícil hallar otros:

CIE 1556 Vel Veratru Uφalias frente a CIE 1557 L(ar)θ Vera-tru Uφaliasi, donde Uφalias(i) debe ser el nombre de la madre en genitivo.

TLE 619 Aulec Larθial Precuθuraci.........clenaraci, “para Aule y Larth Precu, hijos de... “ donde concuerdan formas de genitivo Aulec Larθial con formas de dativo Precuθuraci clenaraci.

TLE 570 Auleci Velθinac Arznal clenci en lugar de Auleci Velθinaci.

TLE 651 Auleci Metelic Vel(us) Vesial clenci cen flerec tece “puso esta estatua para Aule Meteli hijo de Vel y de Vesi”.

TLE 171 apasi svalas patre vivo pero TLE 173 clenci ....svalasi filio vivo.

Así mismo vacilaciones en la fórmula mlaχ mlaχasi “(algo) bueno para (alguien) bueno” como la que muestran.

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REE, 1980,114 mine zinace Aranθ Aruuzina mlaχu mlacasi

REE, 1974, 335 mi mulu Avi[... ml]aχ m(l)akasi

REE 52, n.16 mi Velelias θina mlaχ mlakas

TLE 42 mi mla[χ] mlakas mini Θanirsiie turice Hvu-luves

SE 65-68 (2002) mi Raq[u]nθa Tipeia θina malaχ [malaka]si ita mena[q]u

o las estampillas con el nombre de fabricante

REE 53 n 26 Atranec / CII 798 Atraneci

CIE 11410 Pultucec / CIE 11373 Pultuceci

CII 2594 Serturies / CIE 10511-12 Serturiesi

permiten suponer que –si es una simple variante del morfema de genitivo y pasó a significar el dativo en el paradigma I de los nombres propios y en los nombres comunes de persona.

Un vestigio del sincretismo originario se puede hallar con los teó-nimos. Lo habitual con tales nombres es expresar la dedicación con el nombre del dios en genitivo:

TLE 336 Fuflunsul Paχies “a/de Fufluns Bachie”

REE 1971, 6 ecn turce Avle Havrnas tuθina apana Selvansl Tularias “Aule Havrnas dio este ... a Selvans Tularia”

TLE 156 itun turuce Venel Atelinas Tinas cliniiaras “esto dio Venel Atelinas a los Dióscuros”

Sc Ant, I, 422 [mini Avi]le zuqume turace Me[nerlvas “me dio Avile...a Minerva)

TLE 257 mi Peθns Cae Titi (.) vucinas turce “Cae y Titi (.)vucinas me dieron a Pethun” cfr. CIE 11156 Peθunus (ND)

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ZPE111 (1996) [ecn . tur]ce . Cavi . Cr[ai]culi . Hercle.s. “esto dio Cavi

291-294 Craiculi a Hércules”

SE 59 (1994) ecn : turce : Laris : cefries : Espial : Atial : Ca-cas “esto dio Laris Thefries (hijo) de Espiei a Mater Matuta v. sim”

TLE 709 Θuker Hermenas turuce [L]aru[nls “Thuker Herme-nas (lo) dio a Laran”

Tal vez también se pueda detectar algun caso con nombres de persona femeninos, si bien pueden entenderse como matrónimos

SE 45 p.194 mine Viku mulevneke Arpac Kamaia “me ofreció Viku a Arpa Kamai”

REE, 1977, 25 mini turuce Larθ:Apunas Veleθnalas “me dio Larth Apunas a Velethnai”

SE 65-68 (2002) minei Uvi[e tu]ru[ce] xxx Vesricenals “me dio Uvie... a Vesricenai”

Un caso como TLE 328 Vipinia Alsinei turce Vercenas cana se puede entender como “Vipinia Alsinei (lo) dio. Cana de Versena”, o bien “Vipinia Alsinei dio la cana a Versena”. No sabemos qué es Versena (podria ser un ND) con lo cual el ejemplo carece de validez probatoria.

En lemnio y en rético se halla un estado de cosas similar:

lemnio Holaie9i Φokasiale 9eronaiθ “(siendo) seronai Holaie Fokasi” rético Schum, SZ, 22 Persukiale, Schum, SZ, 16 Laθurusi.

II.1.4 .-EvolucIóN DE la FlExIóN NomINal: GENItIvo, DatIvo y ablatIvo.

A nuestro entender, esta similitud aparente entre la morfología nominal etrusca y la de las diferentes lenguas anatolias se entiende bien y se ajusta a un esquema lógico de correspondencias si se p ostulan unos pocos cambios fonéticos y una evolución en el uso de los casos

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perfectamente razonable y con numerosos paralelos en la lingüística comparada.

Los cambios que proponemos son los siguientes:

anatolio proto-etrusco etrusco 1 -s *- Ø -Ø2 -d- *-d- -l-3 -y- *-d- -l-

La ecuación 1 da cuenta satisfactoriamente de los nominativos sin-gulares y de los genitivos del paradigma I de los antropónimos como Larθia o Aranθia.

Se trataría de genitivos en *–ias, de temas en –i (obsérvese la –i del tema en Larθial, Arnθial). Los genitivos sin morfema, i.e. idénticos al nominativo también hallarían aquí su explicación. El detalle en la conservación de la vocal aún se nos escapa.

También se atisba algún rastro de este tipo de genitivo en licio, aunque no hay total acuerdo al respecto, en nombres como Epñχuχa Eppleme C.M 93, que Craig Melchert, siguiendo a Neumann, interpreta como genitivos (11). Naturalmente, los genitivos etruscos en –s proven-drían de –sa, del mismo modo que los genitivos licios en –h.

El cambio fonético 2 resuelve una de las dificultades principales de la morfología etrusca. El genitivo en –l aparece substituyendo los geni-tivos del singular del paradigma II. En los nombres comunes aparece a veces como morfema diferente del genitivo en –s, en otras sin embargo, parece equivalente, como queda dicho más arriba.

Nuestra propuesta es que dicho morfema procede del ablativo-instru-mental anatolio (luvita, de hecho) –di- y, en un proceso de sincretismo ablativo-genitivo que halla paralelos por todas partes (antiguo indio, antiguo eslavo, celtíbero), termina reemplazándolo gradualmente. El uso del ablativo(-instrumental) con nombres de persona en luvita se halla recogido y atestiguado (12), indicando, entre otras circunstancias inherentes al caso, el agente en las oraciones pasivas. No tiene nada que ver en principio con el dativo en –ale, con el que jamás se confunde ni coincide con el genitivo en –la, propio de los determinantes y que

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examinaremos más adelante. De suponer una evolución similar para el lidio, el “misterio” del oblicuo en –λ quedaría resuelto a falta de mejor hipótesis.

El cambio fonético 3 permite dar cuenta de la evolución del dativo singular del paradigma I a partir de una forma –aya similar a la que origina el dativo singular licio en –aje. Igual que –ale, lic. –aje y luv. jer. –aya sólo se usan con NP.

En las lenguas anatolias del primer milenio se observan una serie de evoluciones similares. El licio mantiene la forma más fiel al original, con un genitivo y un dativo diferenciados. El lidio, en cambio, ha ge-neralizado un caso oblicuo, tal vez, como hemos apuntado, procedente del ablativo, un camino que el etrusco ha seguido sólo parcialmente en el paradigma. El cario es el que se acerca más al etrusco: mantiene dativo y genitivo diferenciados, aunque en algún caso se adivina la substitución del dativo por un alomorfo del genitivo (13). En concreto, en cario se detecta un dativo en –s < -*si en ejemplos como:

šarnaís sb taqbos (4Š) “para Šarnai y Taqbo”

9as : ktais idùriχ9 : mn[os]....., (D3) “monumento para Ktai, hijo de Iduriχ” (obsérvese la presencia de un auténtico genitivo en –9, idùriχ9, frente al dativo en –s ktais).

smδwbrs | psnλo | mδ orkn tûn | snn 33* “P. (dio) a S este ...”.

mientras que existen formas propias del mofema originario de dativo en nombres como trquδe (38*) “a/paraTarhunt”.

A lo que parece, en etrusco, los casos poco caracterizados morfológi-camente (el genitivo sing. del paradigma II de los NP, el genitivo cero de los nombres comunes, el dativo originario del paradigma I) fueron substituidos por otros con un morfema más conspicuo, produciéndose así el sincretismo dativo / genitivo del paradigma I y el sincretismo ablativo/ genitivo del paradigma II, de los GN femeninos (vid. infra I.5.2) y de buena parte de los nombres comunes.

Por lo que se refiere a la evolución fonética, la evolución –y- > d y la subsecuente –d- > -l-están perfectamente testimoniadas en la lin-güística comparada.

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Para no buscar paralelos más lejanos, recurramos a los paralelos que se hallan en las lenguas anatolias.

El lidio es bien conocida la evolución y > d ( 14)

pidν < * piyom Λυδóς < luwiya-

El lambdacismo o rotacismo de –d halla correlatos en luvita y lenguas afines (15). En luvita jeroglífico se trata de un desarrollo sistemático en posición intervocálica, en luvita cuneiforme se halla de manera puntual en ejemplos como tiwaliya- < tiwadiya- y en lidio Lametru9, Lev9 < gr. ∆αµατηρ, ∆ευς apuntan a procesos de esta índole.

La evidencia interna en etrusco también puede aportar algún argu-mento en este sentido. El análisis del paradigma del gentilicio femenino muestra algunas peculiaridades que encajan con nuestra hipótesis. En efecto, en el paradigma de tales palabras se dan, junto a formas per-fectamente regulares formadas sobre el característico tema –ai más los morfemas –as y –a de genitivo, p.ej Huinθnaias Ataias Pupaias Amunaia 7arcinaia Hirminaia, una serie de variantes arcaicas que presentan –l- en lugar de –i- : VeleTnalas Vesricenals Vectricinala Venala. Más que ejemplos insólitos de un nuevo morfema específico y poco documentado, cabe pensar en desarrollos fonéticos alternativos de la –y-, en un caso mantenida por analogía y en el otro evolucionada según el proceso fonético normal. i.e, por un lado

Hirminai-a >Hirminaia, por el otro

*Vectricinai-a >*Vectricinaya > *Vectricinadya > *Vectricina-da > Vectricinala.

Tal vez quepa añadir aquí la flexión de la palabra puia “esposa” genitivo puil < *puia / *puiyas (16).

El paso d (gráficamente T ) > l debió producirse sólo en algunos contextos y se bloqueó en otros. Esto explicaría algunas alternancias como etrusco zal “2” pero zaTrum “20” o que el femenino de lautni sea lautniTa < *lautniya-, por la acción disimilatoria de la l- inicial, que inhibe la siguiente fase del proceso.

Esta propuesta permitiría dar etimología satisfactoria a

~

´ ´

MORFOLOGÍA ETRUSCA

131

θun “1” de * ayan- > * adan > dân gráficamente <qun>

meθlum .-“pueblo”,“senado” v sim. < *mayallama cfr. luv. mayalla-/i-“adulto”

al-“hacer v.sim” < *aya- cfr. luv. aya-, lic. ai-- /a-

Probablemente, en lidio pudieron también coexistir dos tratamientos –d- / −λ− cuya realización obedecería a razones contextuales que se nos escapan de momento. El caso oblicuo en –λ podría, pues, asociarse provisionalmente a los ablativos luvios, tal como queda dicho antes. La pérdida en lidio de la vocal final supone un obstáculo para la verifica-ción de nuestra hipótesis, pero no creemos que sea insalvable, ya que se produce también una caída de vocales finales en otros morfemas, como por ejemplo, las desinencias personales del presente: -v <-wi, -t < -ti. Asímismo, la –i desaparecida daría cuenta de la λ palatal.

Los nombres que presentan genitivo en –l o en otros morfemas si-guen una distribución incierta, tal como sucede en licio con los dativos en –a y en -aje, pero en etrusco parece que los temas en sibilante y dental son los que se han especializado en este alomorfo. Puede que tuviera relación con primitivos temas en –i. De hecho, Larθ y Arnθ, dos de los nombres propios más comunes que presentan genitivo en –l, tienen genitivos “arcaicos” (primitivos) en –ia : Arnθia, Larθia, con una –i- que debe ser parte del tema, puesto que otros nombres como Laris tienen un genitivo Larisa.

Las formas tardías en –als, -ials (p.ej TLE 135 LarTalc),, interpre-tadas a veces como “agentivos”, son, seguramente formas de genitivo residuales, extraídas tal vez del femenino (vid. infra I.5.2) o grafías defectivas e hipercorrectas. En lidio, existe un “morfema equivalente” -λ que tiene una aparición y un rendimiento muy limitado, y sobre cuya existencia real hay serias dudas.

132

S. PÉREZ OROZCO

Paradigma I Paradigma II N. com

-s - Larisa lautn hit. - š

-sa Venelus seχis licio -h

-si (dativo) Venelusi - clensi cario -s

El genitivo

Paradigma I Paradigma II N. com

-(a)ya - Larisale - licio –(a)je

-a θaure licio - a

-i tivri -i

El dativo-locativo

hit luv. luv.jer palai. lid. lic. milio car. sid. etr.

gen.

*-as -a š -aš -Ø -Ø, -a

*-asa -asa -he,-h -se -9 - 9 -s

*-asi -asi -s -si

dat.

*-a -a -a -a -a -Ø -e

*-(a)ya -(a)ya -(a)je -ale

*-i -i -i -i -i -i -e -i -i

abl.

*-adi-az < -*ad-s

-ati-ati/-ari

−λ? -di -d ? -l

Cuadro resumen de la evolución de los casos genitivo, dativo y ablativo

MORFOLOGÍA ETRUSCA

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Paradigma I proto-etr I proetrusco II etrusco arcaico posterior

nominativo-ac *Wanallas *Venal Venal Venelgenitivo *Wanallas(a/i) *Venelus(i) Venelus(i) VenelusDativo *Wanalla??? *Venala?? =genitivo Venelusiablativo *Wanalladi *Venalal =genitivo =genitivo

Origen y evolución del paradigma I

Paradigma II protoetrusco arcaico posterior

nominativo-ac *Larissas Laris Larisgenitivo *Larissas Larisa = ablativo

Dativo *Larissaya Larisale Larisaleablativo *Larissadi Larisal Larisal

Origen y evolución del paradigma II

II.1.5. El acusatIvo

Las formas del demostrativo cn ecn itun itn parecen apuntar a un acusativo en –n, extremo admitido incluso por los adversarios del parentesco indoeuropeo del etrusco, por lo cual éste ha sido uno de los puntos fuerte de los defensores de la tesis contraria.

Ejemplos como (18):

CIE 6231 Larθ Aule Larisal clenar sval cn Juθi ceriχunce “Larth y Aule, hijos de Laris, contruyeron esta tumba en vida”

CIE 6159 Vel Matunas Larisalisa an cn Juθi ceriχunce “Vel Matunas (hijo) de Laris, él construyó esta tumba”

Cómo deben entenderse formas como TLE 2 19 puiian, Tiniian en relación a puia y Tin(ia) o TLE I XI 10 spurtn frente a TLE I X γ 3 spurta no está claro, y, si bien no puede descartarse su interpretación como acusativo, tampoco puede darse por segura. Más bien da la im-presión que el morfema –n del acusativo singular sólo se mantiene en los determinantes y que en los substantivos ha desaparecido. Júzguese

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S. PÉREZ OROZCO

a partir de ejemplos como CIE 6310 aθemei-can frente a aθemeiJcaJ. El substantivo aθemei obviamente concuerda con el determinante ca (aquí en posición de clítico) y se echa de ver que la forma de acusativo can va asociada a una forma aparentemente indesinente, cosa que no sucede en el caso de aθemeiJ-caJ. Lo mismo vale para

TLE Ι XII 11 an Jacnicn cilθ acusativo

TLE Ι VII 6 Jacnitn an cilθ acusativo

TLE I V 22 Jacnicla cilθl genitivo

TLE I V 6 Jacnicle-ri cilθl genitivo + posposición

donde salta a la vista que cilθ debe ser un adjetivo que concuerda con Jacni-ca / Jacni-ta y es evidente que en el caso acusativo no mu-estra morfema alguno.

Otros ejemplos como:

TLE 419 θaura clan line “su hijo hizo la sepultura”

TLE 570 eca VelθinaθuraJ θaura “esta (es) la sepultura de los Velthina”

revelan la coincidencia formal de nominativo y acusativo.

La –n pudo desaparecer dejando eventualmente algún resto de na-salización no reflejado habitualmente en la grafía. Cfr. mlaχu frente a mlaχ en ejemplos como

REE, 1980,114 mine zinace Aranθ Aru(u)zina mlaχu mlacasi

REE, 1974, 335 mi mulu Avi(... ml)aχ m(l)akasi

El primero es acusativo según la interpretación tradicional:“Aranth me hizo a mi, bueno para un bueno”, el segundo, nominativo : “yo soy un don para A., bueno para un bueno” . La forma tularu en TLE 570 a 8 epl tularu “hasta los límites”? podría reflejar también una antigua forma de este caso.

MORFOLOGÍA ETRUSCA

135

La existencia, por otra parte, de una diferencia morfológica entre mi y mini, nominativo vs. acusativo respectivamente queda en entredicho por ejemplos como (19):

TLE 868 mi Aranθ RamuθaJi VeJtricinala muluvanice “me dio Aranth a Ramutha Vestricinai

REE 45 n 6 mi Aχu muluaniχ[e] “me dio Achu”

CIE 6675 mi Mamarce zinace “me hizo Mamarce”

SE 65-68(2002) mi zinace Vel[θur A]ncinies “me hizo Velthur Ancinies”

TLE 257 mi Peθns Cae Titi (.) vucinas turce “Cae y Titi (.)vucinas me dieron a Pethun” cfr. CIE 11156 Peθunus (ND)

II.1.6 PosPosIcIoNEs

Rix (20) admite la existencia de posposiciones en etrusco, hecho evidente al analizar sintagmas del tipo cla-θi suθi-θ “en esta tumba” o Tarχnal-θi, Velznal-θi, Velcl-θi, “en Tarquinia”, “en Volsinii”, “en Vulci” resp. dan a entender que el morfema -θi (var. -ti, -t, -θ) de loca-tivo se añade al menos en algún caso a susbstantivos ya flexionados en caso genitivo. Unido al genitivo de un ND significa lo mismo que el latín in + gen. = “en el templo de” TLE I XII 10 Unial-ti Ursmnal “en el templo de Uni Ursmnei”.

El cario puede apartar un paralelo en el sintagma:

MY 35 Alos-d Harnos-d interpretado “en Halicarnaso” donde ten-dríamos el genitivo del topónimo (que constaría de dos palabras con-cordantes: adjetivo + sustantivo) seguidas de d < * (V)nd(V)

El origen de -θi sería un hipotético * andi cfr. lic. eti, variante de anda.Una posible variante –te < anda se atestigua en TLE 125 zilc-te “en el cargo de zilath”frente al habitual zilc-ti, p.ej TLE 325 zilcti purtsvavcti. En CIE 6310 1,1 Jacnitalte es posible descomponer la-secuencia en Jacni-(i)tal-te, genitivo de Jacni-ta (vid. I.3) “en este sacni ....”.

~

136

S. PÉREZ OROZCO

Asimismo se forman en etrusco un dativo con ayuda de las posposio-nes -ri < * sri lic.hr-ppi, luv. šarri, hit. šer, “para”. TLE I meθlumeri, Jpureri son fácilmente interpretables como “pro populo”, “pro civitate” v. sim. Así mismo la magistratura zilχ ceχaneri TLE 126 puede ser entendido como una “praetura pro...”.

Tal vez exista la variante –ra < *sarF cfr. hit. šarF en SE 65 (2001) mi Fuflunusra “yo (soy ) para Fufluns”; (21) mi Celθesra “yo (soy) para Celthe(s)?” ; TLE 398 manince Vipinaltra (*Vipinal-ra con una –t- epentética) Ulχnisla “ofreció v. sim para Vipinei Ulchnisa” cfr. hit. sarF.TLE 1 X 11 hinθ θin denota un sufijo -θin añadido al lexema hinθ- que se documenta en TLE 570 a 14 hinθa, TLE 619 hinθiu, TLE 335 hinθia, TLE 202 hinθie, TLE 1 hinθu. Tal vez -θin < andFn lid. dãn car. δen (22).

II.2. EL PLURAL

La formación del plural no es fácilmente reconducible a esquemas indoeuropeos. De hecho, hay una notable alomorfía en su formación.

El plural más conspicuo en etrusco es el formado mediante el morfema –r. De hecho, este morfema aparece limitado a una serie de palabras vinculadas generalmente con el léxico del parentesco y refe-reridas generalment a seres humanos: clenar “hijos”, husur “hijos”, papalser “nietos”, tusurθir“consortes”, Precuθur pl. del GN Precu (con un infijo -θu- característico en la formación del plural de los GN y que creemos que remite a un colectivo –nt-. NOTA cfr. uso colectivo de –nt- en hitita tuzziyant- frente a tuzzi-, los distributivos luvios como aššanta o tawantanza.

“hijo” “(miembro de la) familia Precu”

sing plural sing plural

nom. clan clenar Precu Precuθurgen. clens cliniiaras Precus PrecuθuraJdat. clensi clenarasi *Precusi PrecuθuraJiac. clenar

Paradigma del plural en –r

MORFOLOGÍA ETRUSCA

137

Como se ve, la declinación del plural usa las mismas terminaciones del singular, añadidas al morfema –r. No falta incluso la variante –a del genitivo singular en, p. ej.

Velθuriθura cfr. TLE 746 suθil Velθuriθura “de la tumba de los Velthuri”.

Junto a este paradigma aglutinante, realmente difícil de encajar en un modelo anatolio, hallamos formas plurales que no contienen dicho morfema.

• Velznani moneda NRIE 453+ 454 cuya interpretación más vero-símil es “Volsinenses”

• CIE 6231 Larθ Aule Larisal clenar sval cn Juθi ceriχunce apic atic saniJva θui cesu “Larth y Aule hijos de Laris construyeron v. sim. esta tumba en vida (lit. vivos). Su padre y su madre sacnisva aquí yacen?”.

sa<c>niJva es, a todas luces, el plural del apelativo sacniJa (vid. infra I.3), frecuente en contextos similares y sval es forma de plural de sval “vivo”.

• TLE 135 murJl XX plural de TLE 420 murs “nicho vel sim.”. Si admitimos la relación entre el ablativo anatolio en –di- indife-rente al número y el genitivo en –l etrusco, la interpretación de la secuencia munθ zivas murJl XX “un munth de 20 murs” es perfectamente lógica.

• La palabra para “año” sólo está atestiguada en plural y presenta dos casos: avil, aparentemente un acusativo en contrucciones con el verbo sval “vivir” y avils presumiblemente un caso oblicuo con lupu “morir”, al modo de lo que sucede en latín : “vixit annos...” vs “mortuus est annis..”.

• TLE 488 cleusinJl étnico a partir de *Cleusin Clusium cfr. GN Cleusinas de *Cleusin-na, que podría ser un genitivo plural como murJl.

• TLE 488 cleusinJl, TLE 233 clevsinsl en (.) meχl-um rasneas clevsinsl (.) zilaχnve “fue zilath de la rei publica Clusiniensis / Clusiniensium” .

138

S. PÉREZ OROZCO

• en la tegula de Capua formas como TLE 2 3-4ci tartiria ci-m cle-va, TLE 2 16 ci turza son obviamente plurales determinados por el numeral ci “tres”.

• Formas del adjetivo patronímico como (vid. infra I.3) TC B. 3 ; B 21-22 CusuθuraJ Larisalisvla “de los Cusu (hijos) de La-

ris” TLE 619 AuleJ Larθial PrecuθuraJi Lariθialisvle Cestnal cle-

naraJi “a Aule y Larth Precu (hijos de) Larth hijos de Cestnei”

demuestran que la –r- no es imprescindible como morfema de plural.

Partiendo de estos indicios más o menos seguros, no cuesta llegar a un paradigma alternativo más o menos reductible al anatolio

nom. c. Ø < *-s Velznani svalnom./ac. n Ø, -a < *-a avil tartiriaOblicuo -l < -di (indiferente al número) mursl cleusinJl ?dat-loc -s <* -nz avils

Asumiendo esta evidencia bàsica, algunas formas en -s podrían ser satisfactoriamente interpretadas como dativos o acusativos plurales < luvita. -nz.

CIE 5211 ceJ zeriJ ims semutin aprensaiJ... θapicun “estos todos mis...(los) maldigo” (vid. infra I.3.1.2 b)

LP a 7-8 turuce munistas Tuves tameres-ca “dio estos muni a los thuva y a los tamera”.

El lemnio ofrece en awi9 sialχwei9 un plural equivalente al etr. avils en el mismo tipo de fórmulas.

En el caso que se admita la hipótesis de un acusativo en –s, la falta de morfema en avil (svalce) no tendría dificultades para ser interpre-tada como indicio de la exitencia de un género neutro.

Para terminar, sería posible apuntar la existencia de un morfema –u < *-an de genitivo plural, como lo muestra la equivalencia: TLE 145 camθi eterau, TLE 169 zilaθ eterav= TLE 122 zileterai(a)s <

MORFOLOGÍA ETRUSCA

139

*zilaθ eteraias (23) También suθi hiθiu (sedes inferorum) podrían apoyar este aserto. El lemnio -o que aparece en tawar9io, haralio, ep-te9io, ewisθo podría ser equivalente a este morfema etrusco, cuyo origen podría estar en anatolio -an < i.e.* -om.

nom. c. Ø <-s

nom./ac. n Ø <-a

ac. C -s <-nz

gen. -u <-an

Oblicuo -l <-di

dat. -s <-nz

Sin que podamos dar mejor solución de momento, proponemos que el plural “aglutinante” en –r se desarrolló a partir de un sufijo -ar. Tal vez se trate de un colectivo, cuyo uso, aunque no en las mismas con-diciones ni con los mismos morfema está ampliamente documentado en las lenguas anatolias del II milenio. Cfr. luvio lalama, dušduma, hit. alpa, etc.

La coincidencia formal se da con un sufijo insólito que aparece en lidio civar-d.

enar-d, substantivos formados sobre civ- “dios” y ena- “madre” con

ayda de un sufijo.

–ar, de significado poco evidente. En hitita se da una curiosa co-incidencia con el sufijo que aparece en la palabra lalakueššar, (var. lalwiššar) “hormiguero” frente a lalakuešša-, lalaweš(š)a- “hormi-ga”.

II.3.- DETERMINANTES Y PRONOMBRES

La flexión de los determinantes presenta algunas particularidades que difieren de la de los substantivos. La declinación de dichas pala-bras ya ha sido correctamente expuesta, a nuestro entender, por Rix y Agostiniani entre otros, si bien caben diferentes interpretaciones de algunas formas por la oscuridad del contexto.

~ ~

140

S. PÉREZ OROZCO

A continuación presentamos en el cuadro inferior un primer cuadro basado fundamentalmente en los valores tradicionales.

*ka- *ta- *0wa-singular nom eca ita -ca

gen. cla -itala y var. -cladat. -itale y var. -acusativo cn /ca tn y var. -

Plural nom -cvagen. -cvaladat. -cvaleacusativo

Eca y ita muestran variantes sin vocal inicial, sobre todo cuando son usados enclíticamente y su identificación como determinantes es antigua. La diferencia de sentido entre ambos es poco clara. A parte de estos dos determinantes de uso frecuentísimo, existe ecta gen.s ectla restringido a Perusia. (24)

Un determinante *cn cfr. TLE I 14 TLE 570 a. 19, 24 cnl (oblicuo) podría ser paralelo a luv. zFni- hit. y pal. kFni-, cario sn-.

Para la existencia de un neutro en los determinantes, considénse este par de ejemplos:

CIE 6159 Vel Matunas Larisalisa an cn cuθi ceriχunce “Vel Matunas (hijo) de Laris, él construyó esta tumba”

LP a 1-2 ita tmia icac heramacva vatieχe ....Θefairiei Velianas “Thefarie Velianas... construyó este .... y este....”

Realmente, la oposición cn / (e)ca se explica muy fácilmente supo-niendo la oposición común /neutro. Véase supra I.1.5. El acusativo. La forma del neutro se puede explicar mejor partiendo de formas in-desinentes, como luv. zF, si bien tampoco hay motivos evidentes para excluir un proceso -d > Ø, que permitiría presuponer una forma de base similar a hit. apFt.

MORFOLOGÍA ETRUSCA

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El determinante c(v)a se infiere básicamente a partir del análisis del llamado “segundo genitivo” (25).

Su uso casi exclusivo para expresar pertenencia o posesión y su semejanza formal con i.e *swo ( cfr. lid. 9fa-) sugieren una traducción del tipo “propio de”.

Ejemplos de textos sobre instrumento doméstico como TLE 16 Caisieca mi “yo (soy) lo de Caisie” REE 63 n 28 Hetaθaca “lo de Hetatha”, lemnio Varθameca “lo de Varthame” (26), paralelos a cons-trucciones como TLE 8 mi Cupes-ta “yo (soy) lo de Cupe” dan solidez a tal hipótesis.

La –u- de TLE 17 Larucula “de Larusa, i.e del hijo de Lar” puede ser vestigio de la –v- o bien vocal epentética como la –a en CIE 5773 Arnθalicala. La –v- original se mantiene en las formas del plural Larisalisvla, Lariθialisvle, Arnθalisvala que estudiaremos más adelante. Para el proceso fonético, véanse ejemplos como nacna / nacnuva, Aleθnas / Alveθnas.

Parece existir una variante con –e final en base a ejemplos como:

Thes LE II p38 Kvsnailise; Alfnalisle en TLE 473 Vel Venzle Alfnalisle “Vel Venzle (hijo) de Alfnalisa” .

Así pues,

Velθuruca, gen.Velθurucla < *Velθurus + ca, cla, i.e “el (hijo) de Velthur” Larθalica, gen. Larθalicla < *Larθali + ca, cla, i.e “el (hijo) de Larth.

Por lo que el análisis de ejemplos como:

TC B. 3 ; B 21-22 Cusuθurac Larisalisvla “de los Cusu (hijos) de La-ris”

TLE 619 Aulec Larθial PrecuTuraci Lariθialisvle Cestnal cle-naraci “a Aule y Larth”.

Precu (hijos de) Larth hijos de Cestnei”

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S. PÉREZ OROZCO

permite reconstruir el genitivo o dativo plural de c(v)a, y por añadidura, con bastante seguridad, del paradigma de los determinantes.

Menos conspicuas en su interpretación morfológica resultan REE 40 n 20

Arnθalisvala, de Arnθ (PN), SE 70 Haθlesvle, de Haθlie (GN)

El adjetivo sacnisa pl sanicva, que indica una condición del difunto, posiblemente contiene también una forma del determinante c(v)a que tratamos más arriba y permite inferir cuál es su forma de nominativo plural. Su interpretación sería algo así como “el / los de la purificación”, i.e, “los ritualmente puros”.

CIE 6231 Larθ Aule Larisal clenar sval cn cuθi ceriχunce apic atic sanicva θui cesu

También TLE 135 tecamsa, de significado poco claro, debe presentar una construcción similar por comparación con TLE I 11 5 tecamitn; LP b 10-11 teciame-itale

El uso de determinantes a modo de “artículo” pospuesto es frecuente y precedido de genitivos sirve de formante de derivados .

TLE 8 mi Cupes-ta “yo (soy) el (vaso) de Cupe”

TLE 67 Aviles-ca apas “el (vaso) de Avile Apa/padre”

Pospuesto a nombres declinados y en concordancia:

CIE 6310 aθemei-can aθemeic-cac

LP a 7-8 munis-tas, LP b 13 sele –itala, LP b 10-11teciame-itale

El palaíta (27) presenta construcciones análogas con el determinante ka pospuesto cfr. aškumFuwa-ga tarta-kat

Sin embargo, abundan los ejemplos en los que el elemento nominal antepuesto carece de morfema. ¿Se trata de un genitivo Ø o bien es que se ha producido una especie de flexión de grupo secundaria, adoptando el determinante una función de artículo pospuesto?.

MORFOLOGÍA ETRUSCA

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REE 1971, 6 Selvanzl Enizpetla “de Selvans, el Enizpe”

REE 46 n 140 mi Selvansel Smucinθiunaitula “yo (soy) de Selvans, el Smucinθiuna”

Lo mismo sucede de forma ostensible con sacni TLE 85, 205, adjetivo o substantivo cuyo sentido parece corresponder al campo semántico de latín “sacer”. Aparece este nombre, aparte de otros ejemplos, con frecu-encia en el texto de la momia de Zagreb acompañado de determinantes en casos diversos, sin que sacni muestre ningún indicio de flexión.

TLE Ι XII 11 an cacnicn; TLE I V 22 cacnicla; TLE I V 6 cacnicle-ri; TLE Ι VII 6 cacnitn; TLE 441 cacnitle; CIE 6310 1,1 cacnital-te

También aparece sacni con el determinante cva para formar el adjetivo sacnisa pl. sanicva (véase supra).

Otros ejemplos lo tenemos en el apelativo aθumi:

TLE I XII γ 2 aθumica; TLE I XI 7 aθumitn; TLE 570 b12-13 aθumicc Afunac

Un análisis detallado puede aportar algún complemento al para-digma anterior.

Expondremos a continuación diversos textos sobre cuya interpreta-ción nuestro análisis puede arrojar nueva luz.

II.3.1.1 Paradigma de ca-

a) cva: acusativo plural neutro. LP a 1-5 ita tmia icac herama cva vatieχe Unial Astres Temiasa meχ θuta Θefariei Velianas “este templo y esta estatua construyó propios de Uni Astarté Thefarie Velia-nas”. En este ejemplo, el genitivo de posesión está desplazado en relación al determinante. La forma podría ser *Unialicva. Queda obviamente claro que se trata de un acusativo plural neutro.

b) ca: nominativo singular; .TLE 98 RamTa Matulnai seχ Marces Matulnas puia-m amce Seθres Ceisnies cisum tameru (...) laf-nas-c matulnas-c clal-um ceus ci husur c[a] an avence... “Ramtha

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Matulnai fue hija de Marce Matulnas, y esposa de Sethre Ceisnie, y fue tameru tres veces (...) y de (la gens) Lafna y de la (gens) Matulna, y ella misma engendró tres hijos ... de él”. c[a] puede entenderse como forma de determinante en función de sujeto de avence y referido pues a Ramθa Matulnai. Clal puede ser simplemente la forma de geniti-vo 2 (originalmente, ablativo) referido naturalmente al esposo Seθre Ceisnie.

c) sule dativo-locativo singular .TLE 84 munsle < *muni sle con el dativo-loc de cva “en su muni”

Los ejemplos siguientes son formas de locativo perifrástico, ya sea de cva (columna izquierda), ya sea de ca (columna derecha)

TLE 173 munisule-θ “en el muni” TLE 99 municle-θ “en este muni”

TLE 172 munisvle-θ “id.” TLE 70 a 14municle-t “id.”

I.3.1.2 Paradigma de ca-

a) cle: dativo plural. SE XXXIII Hanipalus-cle tleχe “combatió a favor/ en contra los cartagineses, i.e, los de Aníbal”. Una forma de dativo plural –le para los determinantes se puede inferir a partir de TLE 619 Lariθialisvle.

b) clal: ablativo singular. Vid. supra. I.3.1.1.b. s.v ca.

c) cec: acusativo plural común. CIE 5211 Sθ. Velcu Lθ. c. Lθ. Ve[lcu] inpa θapicun θapintac. Aθ. Velcu / Lθ. c. / Lθ. Velcu Lθ. c. Ls.Velcu / Lθ. c. Lθ. 7uplu Aθ. 7uplu Ls. Hasmun[i] Sθ. Cleuste Aθ. Cleuste. Vl. Runs/au Θancvil Velcui cec zeric ims semutin aprencaic inpa θapicun θapintaic ceucn inpa θapicun iluu θapicun cec zeric Titi Setria lautnita.

En este texto, una interpretación plausible sería entender que despu-és de la lista de nombres personales, se reasume con un determinante “NN.PP estos todos .....(los) he maldecido (θapicun)” “(yo), Titi Setria liberta he maldecido a todos estos”.

MORFOLOGÍA ETRUSCA

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El significado de zeri-c “todo-s”admite un paralelo en TLE 570 a 12 Vel-Tina Afuna θuruni ein zeri una cla θil θunχulθl iχ ca ceχa ziχuχe “los Velthina y los Afuna cumplirán? (una) todo (zeri)..... de este acuerdo (cla.. θunχulθl) tal como escribieron este tratado? (ca ceχa)”.

d)clen: dativo-locativo singular.

TLE 570 a 12 clen θunχulθe puede ser interpretado como una forma del dativo-locativo singular Cfr. TLE 570 b 19-20 cla θil θunχulθl, donde hallamos el mismo sintagma pero en genitivo. El demostrativo derivaría de una forma similar al hitita kedani. (28)

II.3.1.3 Paradigma de ta-

a) -tas acusativo plural. La existencia de un elemento léxico *mun(i) con determinante pospuesto puede cobrar fuerza a partir del análisis de formas como LP a 7 munis-tas acusativo plural con determinante ta pospuesto. Otro ejemplos proviene del Liber Linteus,TLE I XI 2-3 trut-um θi Tapnectc tr[i]tanaca hanθin “y trut (verbo imper.) ahí estas thapnas desde ....” cfr. θapna θafna, nombre de recipiente.

II.3.1.4 Formas poco claras

De ser correcta nuestra propuesta, habría que cuestionar la existen-cia de las formas de genitivo posesivo en –s / –c en el paradigma de los demostrativos. Un análisis como acusativo o dativo plural puede ser en principio admisible, si bien los ejemplos proceden de la momia de Zagreb y otros textos largos, cuya interpretación dista de ser satisfactoria.

TLE IIII 20 face nominativo singular?

TLE I II 11 tei facei nominativo plural?

TLE I X 16 carcnauc teic acusativo plural?

TLE 570 a 4-5 tesnc teic racnec acusativo plural

TLE 570 a 20 tecne racne nominativo plural/ acusativo singular/ dativo-locativo singular?

146

S. PÉREZ OROZCO

cei (en TLE 570 a 21 cei tesnc teic racnec) y tei no aparecen en contextos demasiado perspicuos, lo que obliga a mantener una cierta cautela en torno a su análisis: nom. pl. (según Pfiffig) pero no se podría descartar un adverbio, tei nom. pl. / teic ac. plural

TLE I VIII 4-5 tei menac no da la impresión de concordancia entre deter-minante y sustantivo, si bien podría tratarse de una forma pronominal.

II.3.1.5 Recapitulación

*ka *ta *0wa-singular nom ca ta ca

gen. cla -itala y var. c(u)ladat. cle(n) -itale y var. s(u)leoblicuo clel ?/clalacusativo c. cn y var. tn y var.acusativo n. ica ita

Plural nom cvagen. cv(a)ladat. cle cv(a)leacusativo c. c(e)s -tasacusativo n. cva

Para la explicación de la –l- que aparece en la flexión de los casos oblicuos del singular y el plural tal vez pueda recurrirse a la compara-ción con el hitita y las otras lenguas del II milenio, que presentan en la flexión de los determinantes y pronombres una base alargada con –ta-/-da- para formar los casos oblicuos tanto del singular como del plural. Valgan ejemplos como los hititas:

apa-“aquel” dat-loc. s. apedani; dat-loc pl. (genitivo) apedaš

ka- “este” dat-loc. s. kedani; dat-loc. pl. (genitivo) kedaš; instr. kedanda

tamai- “otro” gen. s. tamedaš; dat-loc. s. damedani; dat. s. antiguo tamatta, tameda; abl. s. tamedaz damedaza; dat-loc. pl. damedaš.

MORFOLOGÍA ETRUSCA

147

dapiya- “todo, cada” abl. s. dapidaz / dapiza; gen. pl. dapidaš.

En luv,

de za- “este” dat-loc. s. zFtı; dat-loc. pl. zi/a-tá-zi/a ( jer.)

de apa- “ese” dat-loc. s. apati

de kwa- pron. rel. dat-loc. pl. REL-tá-zi/a (jer.)

En licio,

ebe – “este” dat-loc. pl. ebette ebtte; adjetivo-genitivo epttehi- “su (de ellos)”

ti – pron. relativo dat-loc. s. tdi.

La comparación entre lemnio epte9io y licio epttehi- es sobradamente conocida.

sing. proto.etr etrusco hit. luv. lic. lidio

nom. Ø Ø -š - š Ø -s, -9gen. -*das -la -el/-edaš

dativo - *dani -le(n) -edani

ac. com -*n -n/- Ø -n -n -n, -ν, -n

oblicuo -*dadi -lal -edaz

n-ac. - n Ø Ø -t Ø -d

plural

nom.c - - -eš, -e -inzi -Ø

n-.ac.n -a -a -a -a

gen. -*da-? -la -nzan/-edaš

dativo -*da-? -le -edaš -danz

ac.c -*s -s -uš -anz -s

El paradigma de los determinantes

148

S. PÉREZ OROZCO

II.5.-EL GÉNERO

II.5.1 El NEutro

La interpretación de algunos plurales puede dar lugar a pensar en la caracterización de un género neutro, como queda dicho en I.2 en relación a avil y en I.3 en relación a los determinantes.

II.5.2 FEmENINo

En las lenguas anatolias, no existen evidencias incontrovertibles de un género femenino morfológico. Sin embargo, a partir de algunas evidencias, algunos autores han propuesto (30) que el proto-anatolio poseía tal distinción, que se perdió en la mayor parte de las lenguas de la familia, a excepción de algunas trazas en licio.

El etrusco, por su parte, muestra en los nombres personales, tan-to praenomina como nomina gentilicios (y tal vez en algún apelativo como puia “mujer” y lautniθa fem. de lautni) un morfema i, -ia que aparentemente podría ser el reflejo de i.e *-iH2. Si bien no hay una total coherencia al respecto, parece que puede afirmarse que la forma del sufijo varía según el grado vocálico de la sílaba final del masculino, según el esquema.

Ø /-ieH2 > ia Larθ PN m. < -*ndis Larθia PN. f <-*ndia

P /*-iH2 > aı Velθina GN m< -*nas Velθinai GN f.< -*naı

Examinemos la flexión de un praenomen femenino. En principio, su flexión no difiere de los masculinos del paradigma I, a excepción del uso del oblicuo (limitadísimo) y de la presencia de formas con genitivo Ø (entre los masculinos sólo se hallan en el paradigma II).

MORFOLOGÍA ETRUSCA

149

PN fem etrusco anatolio

nominativo Ramuθa *-a

genitivo 1 *Ramuθa *-as

genitivo 2 Ramuθas *-asa

Dativo Ramuθaci *-asi

Oblicuo *Ramuθal *-adi

TLE 98 Ramθa Matulnai seχ Marces Matulnas puia-m amce “Ramtha Matulnai fue hija de Marce Matulnas, y esposa ...”

TLE 640 V. Cvinti Arntiac Culcancl alpan turce “V(el) Cvinti (hijo) de Arntia (lo) dio alpan a Culsans”

TLE 868 mi Aranθ Ramuθaci Vectricinala muluvanice “me dio Aranth a Ramutha Vestricinai”

SE 64 (2001) mini muluvanice Tetana Ve.l.ka.s.na.s. Vele-liiasi “me dio Tetana Velkasnas a Veleliia”

La existencia de un genitivo Ø < -s puede apuntarse a partir de ejemplos como:

SE 34 p.105 Larθuia Amunaia “de Larthui(a) Amunai”

CIE 1001 Larθa 7arcinaia “ de Larthia Sarsinai”

SE 65-68 (2002) mi Raq[u]nθa Tipeia θina malaχ [malaka]si ita mena[q]u “yo (soy) la thina ? de Racuntha Tipei. Este es un regalo? bueno para una (persona) buena”

TLE 24 mi Araziia Laraniia “yo (soy) de Aranthia Lara-ni”

La forma de oblicuo en estos nombres queda testimoniada (escasa-mente) por algún ejemplo como Larθial genitivo de PN f. Larθia: TLE 682 mi cana Larθial Numθral Laucic puil “yo soy la c. de Larthia Numthrei, esposa de Lauci”.

150

S. PÉREZ OROZCO

Por lo que respecta a los gentilicios, tal como queda dicho más arri-ba, los morfemas que entran en juego son básicamente los mismos, si bien interpretamos que la –l que aparece ocasionalmente en los casos oblicuos se debe a una evolución fonética particular (vid. I.1.4).

GN fem. a-i- a-l-

nominativo -i Hirminai 1

genitivo 1 -i-as Hirminaia Vectricinalagenitivo 2 -i-asa *Hirminaias Veleθnalas Oblicuo -i-adi *Hirminaial

1 La terminación –ai es arcaica o arcaizante. La forma habitual es –ei.

TLE 123 Ramθa Zertnai θui cesu “Ramtha Zertnai aquí yace v. sim.”

SE 34 p.105 Larθuia Amunaia “de Larthui(a) Amunai”

CIE 1001 Larθa 7arcinaia “de Larthia Sarsinai”

SE 65-68 (2002) mi Raq[u]nθa Tipeia Tina malaχ [malaka]si ita mena[q]u “yo (soy) la thina? de Racuntha Tipei. Este es un regalo? bueno para una (persona) buena”

TLE 34 mini muluvanice Mamarce Apuniie Venala “me ofreció Mamarce Apunie para Venai”

TLE 24 mi Araziia Laraniia “yo (soy) de Aranthia Larani”

Las formas en –aias se documentan a partir de ejemplos como:

ET Cr 2.41 mi Ataias “yo (soy) de Atai”

REE 40 n 32 mi Pupai(a)s θina Kar(k)anas

REE 40 n 33 Pupaias Karkanas θina “yo (soy) la thina? de Karkana Pupai”

MORFOLOGÍA ETRUSCA

151

El uso del genitivo morfológico para indicar el dativo sintáctico está claro a partir de ejemplos como:

CIE 11133 ecn turce Pivi Patrus Unial Huinθnaias “esto dio Pivi Patrus a Uni Huinthnai” Aquí el gentilicio se usa como epíteto divino.

SE 45 p.194 mine Viku muluevneke Arpac Kamaia “me ofreció Viku a Arpa Kamai”

SE 65-68 (2002) minei Uvi[e tu]ru[ce] (...) Vesricenals “me dio Uvie a Vesricenai”

REE, 1977, 25 mini turuce Larθ:Apunas Veleθnalas “me dio Larth Apunas a Velethnai”

TLE 868 mi Aranθ Ramuθaci Vectricinala muluvanice “me dió Aranth a Ramutha Vestricinai”

El genitivo en los gentilicios femeninos fue substituido por el oblicuo en su función de posesivo, sin que se pueda decir, por falta de ejemplos, si su uso como dativo sintáctico se mantuvo o quedó reemplazado por el oblicuo igualmente.

Las formas en –aial se hallan testimoniadas en inscripciones ar-caicas del tipo NSc 1937, 383 n 15 mi Culnaial. En etrusco posterior –aial se reduce a - ial TLE 70: cfr. mi Atiial y –al, cfr.TLE 138 Aleθnal, TLE 448 Alfnal.

Del cruce entre formas en –l- tipo Veleθnalas o Vesricenals y formas con –i- como Culnaial pudieron originarse formas mixtas en –(a)ials como las que aparecen el las incripciones vulcitanas:

TLE 321 Ramθes-c Vicnaialc “y de Ramtha Visnai”

TLE 321 Ramθes-c Xaireals “y de Ramtha Cairei”

TLE 323 Θanχviluis-c Turials(c) “y de Tanaquil Turei”

TLE 324 Haθlials Raunθu[s] “de Raunthu Hathlei”

152

S. PÉREZ OROZCO

Esta “desinencia”, en caso de corresponder a una pronunciación real y no a una grafía hipercorrecta propia de textos recientes, pudo haberse extendido a NP masculinos como TLE 135, 570 Larθalc o TLE 321 Arnθeals.

El lemnio Morinail debe representar una evolución distinta a partir de *Morinaial, de un gentilicio femenino *Morinai. cfr. el GN etrusco Murina

II.6.- SUFIJOS NOMINALES

Se aprecian en etrusco diversos formantes nominales que hallan fácilmente paralelos en las lenguas anatolias.

• sufijo-s- relacionable con el sufijo – šš - del adjetivo genitivo luvita. Los ejemplos que ofrecen los textos son los siguientes, entre otros.

a) * cleusinassis a partir de *Cleusin Clusium TLE 488 cleusincl TLE 233 clevsinsl ()meχl-um rasneas

clevsinsl (.) zilaχnve “fue zilath de la rei publica Clusiniensis / Clusiniensium” .

El lemnio Φokasi-ale “foceo” de Φoka-/e- parece presentar un sufijo igual. Para el sufijo –ss- formando étnicos en las lenguas de anatolia, cfr. car. otonos-n “ateniense (ac.)”, kbos “de Caunos”.

b) en LP b 8-9 ilacve tulerase LP b 11 ilacve alcase, el substantivo ilacve (dat.-loc.) va acompañado de dos adjetivos. En el primer caso, está relativamente claro que se trata de un derivado de tular “límite”. Así, pues, “en el ilacu del límite”.

c) En el Liber Linteus p.ej TLE I V,3 cpurec(-trec) y cacnicc-(trec) son probablemente derivados de cpur y *sacnica resp. (NOTA sobre sacnica) cacni cpur “ciudad” > *cpurec “ciudadano” pl. *cpurec(e)r gen.-dat. spurec-(t)rec

*cacni-ca “clero” >*cacnicc “sacerdote” pl.*cacnicc(e)r gen.o-dat *cacnicc(t)res

• Sufijo –na/-ni < -wanna/wanni cfr. lic. (w)ñni-. Se usa en la for-mación de nomina gentilicios, algunos de los cuales tienen como base nombre de lugar:

MORFOLOGÍA ETRUSCA

153

Maifl-nas - Mefulla, Suθri-na - Sutrium, Capeva-nei - Ca-pua,

Hep-ni - Heba, Alci-na - Alsium Esta relación es especialmente clara para el sufijo –ni, cuyo uso

como formante de étnicos puede quedar asegurado por la inscrip-ción monetal Velznani NRIE 453+454= Volsinenses (Velzna es el nombre etrusco de Volsinium).

• Sufijo nominal –(a)l en hinθial “alma” en relación al lexema hinθ(i), relacionado con luv. –alla-/i-. Formas como tetals “sobri-no”, papals “nieto”, truials “troyano” presentan doble sufijación –(a)l- + s

• Sufijo –va / -cva / -χva: formante de adjetivos LP b 6 tmial avilχval “en el tmia anual”, de avil “año”. De TLE 139, 190 maru < *marun “magistrado de un cierto tipo”, se obtienen los derivados TLE 133 marunuχva, y TLE 146 marnu, TLE 233 marniu proceden en última instancia de * marunuwa / *marunwa respectivamente. Su uso como morfema de plural es cuestionable. No tiene un correlato anatolio seguro.

• Sufijo –ia en REE, 1971, 6 Selvansl Tularias “a Selvans Tula-ria, i.e, de los límites”, cfr. lat. Terminus. El epíteto tularia- está formado evidentemente sobre el apelativo tular “límite” más el sufijo.

154

IIIMORFOLOGÍA VERBAL

La morfología verbal no presenta, como acostumbra a ser habitual en las lenguas de corpus, ni la variedad de formas ni la relativa facilidad de interpretación morfológica que se halla en los substantivos (31).

Al contrario de lo que sucede con el paradigma nominal, no es fácil la aproximación a un modelo indoeuropeo más allá de lo que ya se ha propuesto en ocasiones: relación del pretérito en –ce con algunos perfec-tos indoeuropeos, sobre todo, obviamente, con griego -κε, interpretación de algunas formas en –as como participios < i.e. –ants.

Incluimos seguidamente una relación de aquellas que más o menos han sido identificadas.

III. 1.- GENERALIDADES

En el momento presente, no se puede establecer ningún paradigma más o menos completo de ningún verbo etrusco, entendiendo como tal no meramente una relación de formas en principio correspondientes a la misma “raíz”, sino una auténtica descripción morfológica que per-mita adscribir a cada una de las variantes número, tiempo, persona, voz, conjugación.

Se evidencia la existencia, naturalmente, de un pretérito, del cual se pueden identificar sin lugar a dudas la tercera persona del sin-gular. Existe algún ejemplo plausible de plural, en principio identico al singular, (32) sin que se pueda discernir si ello se debe a una pura coincidencia evolutiva por capricho de la fonética o bien que realmente se debe a una característica más “profunda” de la morfología verbal etrusca.

No se pueden descartar tampoco abreviaturas ni adición de clíti-cos, con lo cual la interpretación de la morfología verbal resulta muy abierta y los textos largos no permiten un análisis conclusivo que permita establecer una categorización paradigmática indiscutible. Las diferencias entre los autores a este respecto son una muestra palpable de este hecho.

MORFOLOGÍA ETRUSCA

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TLE 651 Auleci Metelic Vel(us) Vesial clenci cen flerec tece sancl tenine tuθinec χisvlicc “esta estatua para Aule Meteli hijo de Vel y de Vesi el tenine del tuthina chisvlic puso ex.....”.

TLE 315 eca suθic Velus Ezpus clensi cerine “esto y la tumba (son) de Vel Ezpu. El cerine (es) para el hijo?.

Nada obliga a suponer que las formas subrayadas hayan de ser verbos, lo mismo que, en los ejemplos siguientes, no hay un motivo especial para suponer que las formas subrayadas que acaban en –u sean nominales.

TLE 169 Aleθnas V. V. θelu zilaθ parχis zilaθ eterav/ clenar ci acnanasa/ elsci zilaχnu θeluca ril XXXVIIII/ papalser acnanasa VI /manim arce ril LXVI.

“V(el) Alethnas, (hijo) de V(el) ...o como zilth parchis (y) como zilach eterav, engendró tres hijos, fue zilath por segunda vez a los 39 años engendró seis nietos hizo este monumento a los 66

TLE 889 Semni Ramθa Spitus Larθal puia amce / lupu avils X[X]XII hucur ci acnanasa “Ramtha Semni fue esposa de Larth Spitu. Murió a los 32 años habiendo engendrado tres hijos”.

III.2. FORMACIóN DE TEMAS

Se observa también un rasgo que aproxima el etrusco a la morfo-logía del verbo anatolio: el abundante uso de sufijos derivativos, que recuerda mucho al lidio.

hitita luvita lidio- Ø te-ce-ne/i- muluv(a)-ne/i- mulu -annFi- -anna- -n-(-na-,-ne-)-nu- zilac-nu zilaχ -nu- -nu-) -no- /-νo--n- ? ziχu-n- ziχu- s- heχ−c- hece- -sk- -ss- -9i-

Existe la posibilidad de interpretar algunas formas verbales como compuestas con prefijo:

~

156

S. PÉREZ OROZCO

picasri TLE 2 5 cfr. lid. f(a)-

acasri TLE 2 4,19,25,26 cfr. lid. en- (33)

Los temas anatolios originarios se rastrean en algunas formas ver-bales, si bien no siempre se corresponden entre sí:

hitita luv. lidio etruscotarruwai- “suministrar”

tro- / tor-“dar”

turu-(ce)“dar”

zinna-“terminar”,

zinai(e) “hacer»

wete-“construir”

vic- < *wedye-“id.”

vatie-(χe)“id.”

aniya-“hacer”

fen-ani -“llevar a cabo”

un(a) “cumplir” ?

tappa-“escupir”

θapi-cun“maldecir”

hink-“ofrecer”

hece-ce“dedicar”?

te-“poner”

ca-? te-ce“poner”

tama- (luv. j.)“construir”

tam-“id.”

θam-ce“id.”

Resulta complejo fijar la forma primitiva de los lexemas verbales,

dado el actual conocimiento de la fonética histórica del etrusco. (34)

En el caso del bien conocido verbo para “dar”, la vocal final del tema alterna entre e e i sin que sea fácil decantarse por una u otra como primitiva TLE 363 muluvaneke, 34 muluvanice, 407 muluvanuke, 506 muleven[e]ke, 386 mulenike, 36 mulvanice, 58 mulvannice, 763 mulveneke, 725 [m]ulvenice, 389 mulveni (imp.?), 195 mu-luvene (pret.).

En el paradigma de tur- “dar” encontramos en pretérito formas como TLE 149 turce, TLE 156 turuce, TLE 42 turice, TLE 685 ture, Sc Ant, I, 422 turace. La –u- de turuce podría parecer etimológica a primera vista a juzgar por la etimología propuesta. Sin embargo, el

~

MORFOLOGÍA ETRUSCA

157

examen detallado de las formas sugiere más bien una raíz *tura- < *tawra- < *tarwa- .

La segunda vocal sufrió reducción, asimilación u otros procesos ligados a la evolución del vocalismo átono.

NOTA. En TLE 408 menu turu vipit....c, turu podría ser un pretérito*taruwa(i)t > *tarut > *turu, si bien el contexto no ofrece ninguna pista.

Igualmente LP b 3θamuce, TLE 84 θamce da la impresión de que el timbre –u-está condicionado por la nasal precedente.

El etrusco tupi “castigo” en TLE 89 tupi Sispec “castigo de Sísifo” podría remitir a un verbo relacionado con luv. tupai-, tupi, lic. tub(e)i “golpear”, “castigar”, en cuyo caso la –i final continuaría el tema verbal primitivo.

III.3. LOS TIEMPOS

III.3.1. PrEsENtE

Una serie de formas verbales son tradicionalmente interpretadas como presentes de indicativo, en tercera persona. Una tercera persona singular en –a ha sido propuesta para:

TLE 399 eca: sren: tva: iχnac: Hercle: Unial: clan θra:sce “esta imagen muestra cómo Hércules, hijo de Uni....”

En los textos largos, da la impresión que las formas en –a cumplen una función de futuro prescriptivo como el que también se da en hitita:

TLE 570 b 16-18 Afuna θuruni ein zeri[.] una “la gens Afuna hará todo...”

TLE I III 17, VII 17vacl ara “debe hacer el vacl”

No es tan evidente la función que puedan realizar formas acabadas en –a como:

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S. PÉREZ OROZCO

muluvana en REE 52 n15 mi Hanφinasi Avhircinasi /

nunθena en CIE 6310 muluvana

Da la impresión, a juzgar al menos por el primer ejemplo, de que se trataría más bien de un substantivo equivalente a mulu. Cfr. sufijo –a que forma nombres a partir de verbos en luvita (35).

III.3.2. PrEtérIto

Una primera persona singular en –cun / –χun ha sido aislada a partir de la tegula de Capua, CIE 5211, texto tradicionalmente enten-dido como una defixio, cuya interpretación general permite intuir en la secuencia subrayada una verbo de imprecación

7uplu Ls. Hasmun[i] Sθ. Cleuste Aθ. Cleuste. Vl. Runs/au Qancvil Velcui cec zeric ims semutin aprencaic inpa θapicun Tapintaic ceucn inpa θapicun iluu θapicun cec zeric Titi Setria lautnita.

Para la secuencia θapicun θapintaic cfr. TLE I XI 9-10 slapiχun slapinac, que parece ser una construcción paralela, con figura etimo-lógica incluida.

Qué duda cabe que la semejanza formal con hitita –hun, licio –gã etc. tiene un gran peso a la hora de proceder a tal identificación, que dista de ser segura.

La forma más conspicua del pretérito, sin embargo, es el acabado en –ce: turuke, ceriχunχe, muluvani-ce, ceseTce.

TLE 34 mini muluvanice Mamarce Apuniie Venala “me ofreció Mamarce Apunie para Venai”

REE, 1977, 25 mini turuce Larθ: Apunas Veleθnalas “me dio Larth Apunas a Velethnai”

CIE 6159 Vel Matunas Larisalisa an cn cuθi ceriχunce “Vel Matunas (hijo) de Laris, él construyó esta tumba”

MORFOLOGÍA ETRUSCA

159

TLE 43 mini alice Velθur Ve.. “me hizo Velthur Ve..”

En rético se observa el mismo morfema : Schum SZ 1 Laspa Φirima zinaχe “Laspa Phirima (lo) hizo”.

Junto a los pretéritos en –ce, existen otros en –e.

TLE 38 VelTur Tulumnec Pesnu zinaie mene mul[uvane ??....] “Velthur Tulumnes Pesnu (lo) hizo, dedicó y dio v. sim.”

TLE 233 Vel Le[ini]es...marniu spurana eprθne-c ten-ve meχl-um rasneas clevsinsl zilaχnve “Vel Leinies ...ejerció como marniu spurana y eprθne y fue zilath de la res publica clusinense/ de los clusi-nienses”

TLE 420 (.) Laris Vete mulune “Laris Vete (lo) dio”

TLE 195 mine muluvene Avile Acvilnas “me dio Avile Acvilnas”

TLE 469 Larθi Petrui Larθial Sentinatec puia ame “Larthi Petrui fue esposa de Larth Sentinate”

En lemnio se hallan formas comparables que presentan un morfema -ai: 9iwai, aomai, arai. Que hayan existido formas en –ai en etrusco arcaico, equiparables a las del lemnio, no es ni mucho menos seguro.La existencia de una forma verbal akarai es dudoso tanto en su seg-mentación como en su significado.

TLE 160 eθavaiθizusuzailimuna atiuθnaθ akaraisiniaserinla-man aizaruva alqu mazba vanaia

TLE 939 ....ika ziχ akarai

Hay otros pretéritos acabados en -u : lupu tenu zilaχnu cuyo valor como tales no hay por qué descartar a priori, si bien han sido interpre-tados como formas nominales, sin que haya evidencias incontestables para ello. De hecho parecen ser temas en –u que no muestran desinen-cia y que funcionalmente son equivalentes en apariencia a las formas

160

S. PÉREZ OROZCO

en –ce y con las que alternan libremente, como se infiere a partir de ejemplos como:

TLE 169 Aleθnas V. V (...)/ elsci zilaχnu θeluca ril XXXVIIII frente a

TLE 173 Arnθ Aleθnas ......zilaχnuce

TLE 166 Larθ Χurcles Arnθal Χurcles Θancvilusc Cracial clan avils ciemzaθrms lupu frente a

TLE 172 Larθ Aleθnas Arnθal Ruvfial clan avils LX lupuce

TLE 165 Arnθ Χurcles Larθal clan Ramθas Pevtnial zilc parχis amce marunuχ spurana cepen tenu avils maχs semφalχls lupu

TLE 99 Larθ Ceisinis Velus clan cizi zilaχnce meθlum nurφzi canθce calusin lupu meiani municleT.

Como queda dicho más arriba, un rasgo distintivo del etrusco, al menos en pretérito, es la coincidencia formal del singular y el plural en la tercera persona, rasgo este que comparte con el lidio.

CIE 6231 Larθ Aule Larisal clenar sval cn cuθi ceriχunce “Larth (y) Aule, hijos de Laris, contruyeron v. sim. esta tumba en vida” frente a

CIE 6159 Vel Matunas Larisalisa an cn cuθi ceriχunce “Vel Matunas (hijo) de Laris, él construyó v. sim. esta tumba”

III.4 LOS MODOS

Resulta obvia la existencia de un indicativo, junto al cual se puede proponer sin demasiado riesgo un imperativo. La fórmula minipi capi frecuente en recipientes es, sin duda, análoga al latín noli me tangere.

SE 69 (2003) [Cav]aθas mi seχis ein men[p]e kape mi nuna[r]

MORFOLOGÍA ETRUSCA

161

TLE 12 ei minipi capi :mi culiχna Cupes Alθrnas “No(-ni-pi) me (mi-) toques. Soy la copa de Cupe Alethrnas”. Cfr. lic. nipe: no (prohibición)

SE 65-68 ei menepi χape mi · mi : Karkus /Venelus

Lo mismo cabe pensar de las numerosas formas indesinentes que aparecen en TLE I trin, ar, nunθen TLE 389 mulveni.

III.5 DIáTESIS

La existencia de una 1. p. s. media con valor pasivo se podría inferir a partir de

TLE 278 mi Araθiale ziχuχe “fui escrito para/por Arnth”

TLE 282 mi Titasi cver menaχe “fui consagrado v. sim. como cver para/por Tita”

En licio se conserva también algún ejemplo de formas medias con valor pasivo sólo en primera persona : lic axagã “factus fui” (38), aunque no se puede descartar, para el etrusco, una interpretación como “me escribieron para Arnth”.

De hecho es discutible que -ce / -χe sean morfemas distintos o bien simplemente alomorfos de origen fonético. Ejemplos como

LP a 1-2 ita tmia icac heramacva vatieχe ....Θefairiei Velianas “Thefarie Velianas...construyó este .... y este....”

REE 45 n 6 mi Aχu muluaniχ[e] “me dio Achu” pueden ayudar a aclarar casos como TLE 570b 21-22 iχ ca ceχa ziχuχe, aducido como ejemplo de forma pasiva : “tal como este pacto fue escrito” y que puede ser reinterpretado fácilmente como “tal como escribieron este pacto” sin más. De hecho, TC B18 cen zic ziχuχe, con la forma de acusativo del determinante cn induce a pensar en una voz activa “escribieron este escrito”.

Sí se conserva, al parecer, un resto de pasiva impersonal, lo que Rix llama “Necessitativ” en formas en –ri cares-ri, nunTeri, y cuya

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S. PÉREZ OROZCO

relación con las pasivas en –ri del hitita parece bastante probable (3.p.s m-p. conj. en –hi) hitita halziyari, halziya halziyattari: “se llama, se convoca” (37) En todo caso, existen numerosas formas paralelas en otras lenguas indoeuropeas como a. ir. berair “se lleva”, umbro ferar, osco loufir, etc.

III.6 PARTICIPIO

Formas en -as(a),–θas(a) como svalθas tenθas trinθaca acnanas acnanasa son interpretadas unánimemente como participios. Las formas más antinguas serían las formas en –as como acnanas:

TLE 887 Spitus Larθ Larθal svalce LXIII hucur maχ acnanas arce manim “Larth Spitus, hijo de Larth vivió 63 años. Habiendo engendrado cuatro hijos hizo este monumen-to”

TLE 888 Metli Arnθi puia amce Spitus Larθal svalce avil LXIIII ci clenar acnanas arce “Arnthi Metli fue esposa de Larth Spitus, vivió 64 años, habiendo engendrado tres hijos, hizo (el monumento)”

Se trataria de formas de nominativo singular en –as < -anz que se declinarían en el resto de casos sobre un tema -(n)θ-. Las formas en –θas(a) serían un caso análogo a neftc en lugar de nefs . Del mismo modo que se ha rehecho neftc sobre el tema neft-, la alternancia ori-ginal *svalas / *svala(n)θ- fue substituido por svalθas / *svalθ-.

En las lenguas anatolias parece asegurada su existencia en hitita, palaíta y tal vez lidio, pero, al menos en hitita, la voz es pasiva en los verbos transitivos, lo cual no parece ser el caso en etrusco. Faltan, por otra parte, los participios en –mma- pasivos típicos del luvita y lenguas afines (39).

III.7 INTENTO DE EXPLICACIóN

A nuestro entender, sólo las formas de pretérito ofrecen la suficiente garantía como para intentar emprender una explicación más o menos coherente y una aproximación genética a las lenguas anatolias.

MORFOLOGÍA ETRUSCA

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Como hipótesis de base, partiremos de un estadio con dos voces, activa y media, al modo de las lenguas anatolias que conocemos

Activa protoetrusco etrusco I etrusco II

1. p. sing -*han/-*hun¿? -cun/ -χun -cun/ -χun3. p. sing -*t -Ø -ce /-χemedia-pasiva

1. p. sing -*hat -χe ? -χe ?3. p. sing -*at -e ?? -e ??

Origen de la flexión verbal etrusca

La primera persona del singular podría proceder de una desinencia similar a la que hallamos en luv. j. -han, en licio –gã o bien en hitita –hun ( conj. en –hi). El “endurecimiento de la laringal” y la eventual evolución de la vocal son triviales.

El morfema de tercera persona es análogo al que hallamos en palaíta, en hitita (conj. en –mi) y tal vez esté tras el morfema lidio correspon-diente, -l.

En pretérito activo, pues, la tercera persona carece de morfema explícito, lo cual da buena cuenta del estado que hemos anteriormente planteado. No existen pretéritos en –u y en –e, sino que la caída de la –t final produce formas acabadas en –e < -*a, procedentes de verbos con tema vocálico, en –u, procedentes de temas en –u y posiblemente hayan otros, aún no identificados.

En resumen

*maluwanat > muluvene cfr. hit. wemiyat huittiyat *zilaχnut > zilaχnu cfr. hit. arnut wahnut aššanut

Posiblemente la abundancia de temas vocálicos indujo al falso aná-lisis de una desinencia –e, extendida analógicamente a verbos como tenve, zilaχnve.

Posiblemente la terminación del lemnio, -ai, tenga esta misma ex-plicación, pero a partir de bases verbales en –ay(a), - Fi-, etc.

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La terminación –ce/-χe tan típica, debe entenderse, a nuestro juicio, como una innovación etrusca (no presente en lemnio, pero sí en rético), cuya explicación más simple sería la tradicional: la extensión analógica de la –c- de la primera persona (cfr. los perfectos griegos en –κ).

La voz media en etrusco muestra una existencia residual. En primera persona del préterito se conserva un uso de pasiva sintáctica, cfr. licio aχagã . Las formas de base podrían ser las neohititas en –hat, -at. En el resto de personas, tal vez la desinencia –e de algunos perfectos y la –a de algunos presentes puedan remitirse a terminaciones medias, lo que indicaría una confusión de ambas voces. La –a de ama, una, tva podría derivar de una terminación afín a la 3a del singular de la voz media hitita –a(r) cfr.hit. kisa o a las que aparecen en luv. ziyar(i), lic. sije-ni.

En cuanto a la indistinción de número, queda dicho que en lidio también existe tal circunstancia, que podría obedecer, al menos en etrusco, simplemente a la coincidencia fonética de ambas personas (vid. cuadro adjunto)

Protoetrusco I II III

-V-t -V-t -V -V

-V-nt -V-t -V -V

III.8 LOS VERBOS EN EL LIBER LINTEUS (TLE I)

En los textos largos se aprecian una serie de variantes morfológicas a las cuales no se ha podido dar una explicación satisfactoria, sobre todo teniendo en cuenta que su interpretación dista de ser unívoca y que están escasamente testimoniadas y en contextos poco claros. A decir verdad, gran número de las formas aparentemente verbales muestran morfemas poco conspicuos e, igualmente, permiten análisis divergentes. De hecho, en los textos largos la interpretación condiciona la morfología y viceversa.

Junto a formas morfológicamente muy usuales (pretéritos en –ce, participios en –(θ)as), hallamos verbos de aparición frecuente en el

~ ~

MORFOLOGÍA ETRUSCA

165

texto, cuyo carácter morfológico parece asegurado por indicios exter-nos, que aparecen de forma sistemática con los mismos morfemas (cfr. cuadro inferior).

Convencionalmente, la primera columna se interpreta como 2. p. s. imperativo, la segunda como 3. p. s presente y la tercera como 3. p. s. pretérito, sin que se puedan descartar otras hipótesis de entrada.

-Ø -a -e -θ otras

Tur tura ture

nunθen nunθena 1 nunθene nunθenθ nunθeri 2

Un una 3 une unuθAr ara arθ aracTrin trinθ 4 trinθaca

1 CIE 63102 *nunθenri > *nunθeri > nunTeri3 TLE 570 b 16-18

4 TLE I XI 11 etrinθi podría ser una variante de trinθ con prótesis vocálica del tipo eprθne/ purθne

En cuanto a la cuarta columna, las interpretaciones que pueden darse a estas formas son prácticamente ilimitadas. A juzgar por los ejemplos anteriores, las formas en -T parecen alternar con cierta libertad con las formas que carecen de ella.

Si bien hay general consenso en entender las formas no caracteri-zadas como imperativos que indican la acción ritual que debe llevarse a cabo, las formas con “morfemas” adicionales carecen de traducción segura. El número de coincidencias formales con morfemas anatolios en tan grande que resulta muy difícil pronunciarse.

TLE I IX 6-8 trin flere neθuncl un mlaχ nunθen zusleve

TLE I V 10-11 nunθenθ eiser cic ceuc [un-um m]laχ nunθen χic esvicc...

TLE I VII trinθ

~

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Es probable, sin embargo, que dicho elemento aparezca en posición no enclítica en

TLE I X γ 2 θi .vacl. cesasin . cilvaneri. vanva

TLE I XI 2-3 trutum. θi .θapnectc. tr[i]tanaca. hanTin

Como hipótesis, podría pensarse en la posposición -ti/ -θ / -θi, usada aquí a modo de adverbio: “aquí (dentro)” v. sim.

Un ejemplo especialmente convincente puede ser

TLE I XI 6 θi [.] nunθen .etnam. θi .truθ

frente a ejemplos como TLE I V 10-11 nunθenθ TLE I V 18 truθt raχc.

Para la vacilación en la forma, cfr. formas de locativo como TLE I V 16

raχθ y TLE I IV frag nov,5 raχti. Se trataría de los mismos constituyentes, verbo en imperativo y “partícula” en orden distinto.

El análisis de TLE I VI, 15 luθ−ti raχ ture (NOTA el elemento luθ parece asegurado por TLE 131 luθcva) y su comparación con la secuen-cia TLE I IX, 6 raχ−θ tur permite suponer con bastante verosimilitud que el elemento –ti /-θi se ha traspuesto aquí a otro constituyente de la oración.

III.9 –une

El análisis de ciertas secuencias de los textos largos permite conje-turar un valor de infinitivo para estas formas:

TLE 570 b 7-14 ecta-c Velθina acilune turune ccune zea zuci enesci aθumicc Afunac “ y esto la gens Velθina se compromete (zea: presente?) a cumplir, dar, ...r a los athumica de la gens Afuna en el zuci enesci”

TLE I II 9 sve-c an cc mene utince ziχne cetirune-c “ y así él (an) mandó (utince = hit. uttaniya-?) a ellos (cc) escribir y recitar ? el ritual (mene)”

MORFOLOGÍA ETRUSCA

167

No es difícil ver aquí un posible paralelo de formaciones de infini-tivo como hitt. –anna, luv. y palaíta –una, lic. –ne/-a, con las cuales posiblemente está en conexión (posiblemente de forma más estrecha con las formas luvias)

III.10 –cu

La existencia de un morfema verbal –cu se ha postulado a partir de ejemplos como

TLE 940 mi Spuriesi TeiTurnasi aliqu “yo ? para Spurie Tei-thurna”

REE 1972 mi Larθuzale Kuleniieci zinaku “yo ? para Larthuza Kuleniie”

Su interpretación permite pensar en formas de la voz medio-pasiva, dado que tanto al(i)- como zina- son conocidos lexemas verbales. Así pues, una traducción del tipo “yo fui (hecho/ consagrado...) para X” no carecería de sentido.

Ahora bien, si se compara con la palabra ilacu / ilucu,que parece constar del mismo sufijo, variaciones paradigmáticas del tipo TLE 2 ilucu frente a TLE 2 ilucve; LP b ilacve tulerase ilacve alsase dan la impresión de que las formaciones en –cu corresponden a substantivos verbales. Igualmente, la oración:

SE 65-68 (2002)mi Raq[u]nθa Tipeia θina malaχ [malaka]si ita mena[q]u “yo (soy) la thina de Racuntha Tipei. Este es una ofrenda? buena para una (persona) buena” si es que la hemos traducido e in-terpretado correctamente, parece indicar que menaqu es un nombre que concuerda con ita.

Por tanto, nuestra propuesta es que tales formaciones son de hecho nombres verbales, formados con ayuda del sufijo –cu < *-wa- (40). Por tanto, las oraciones anteriores podrían ser traducidas: yo (soy) un objeto hecho para....” v. sim.

En el mismo orden de cosas, mulu creemos que no es una forma verbal, sino simplemente un apelativo < *mal(u)wa-cfr. luv. j. maluwa

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“ofrenda”, a partir del cual se forma el verbo*mal(u)wa-na- > mulu-vane-

REE 1974, 217 mi mulu Larisale Velχainasi “yo soy el obsequio para Laris Velchaina”

Act. Presente. Pretérito

1p. s *maluwanawi *muluvanu *maluwanahan 1*muluvanecun

3.p. *muluwana(n)ti *mulvaneθ *maluwana(n)t muluvane

1 Tapicun Paradigma reconstruido de la voz activa

M-P Pres. Pret.

1p. S *maluwanahar *muluvanaχa *maluwanahat 2*muluvanaχe

3p. S *maluwanar 1*muluvana *muluwanat 3*muluvane

1tva Paradigma reconstruido de la voz media 2zinaχe 3zilaχnve

Activa Presente Préterito Pretérito arc.

1.p.s - -cun/-χun 2.p.s - -

3.p -a -ce /-χe -e / -Ø

Pasiva

1.p.s ? -χe 3.p ( impersonal) -ri -

Paradigma de la formas personales

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IVCONCLUSIONES

Después de nuestro estudio, la imagen de un (proto)-etrusco con fuertes semejanzas con las lenguas anatolias del I milenio queda, a nuestro entender, reforzada. Isoglosas comunes con el licio, el lidio y el cario en cuanto a la morfología nominal y sus pautas de evolu-ción pueden argumentar a favor de una patria “tirrénica” al sur de Anatolia, en una zona en contacto con las lenguas anteriormente citadas.

La morfología nominal es razonablemente semejante a la anatolia e indoeuropea en general, en concreto, muy similar a la que presentan otras lenguas del primer milenio.

Se distingue por la presencia (limitada) del femenino y por el uso de un colectivo como plural de ciertos nombres.

En la morfología verbal es donde se presentan más discordancias, si bien no se puede negar rotundamente una cierta conexión. Junto a relativas innovaciones en la voz activa (esp. el pretérito), se pueden hallar arcaísmos como residuos de la voz medio-pasiva y el uso activo del participio en –nt. La morfología se acerca más al hitita que al luvita y a sus continuadores, lo que contribuye a acentuar el carácter “mix-to” del proto-etrusco, con isoglosas que le relacionan con las diversas familias del anatolio.

Llama la atención la falta de pronombres enclíticos, tan típicos en anatolio, si bien está falta podría deberse a la deficiencia del análisis. El uso de partículas es muy reducido y se limita a las pananatolias –m <*-ma y –c < *ha, tal vez –pi/pa.

La semejanza a nivel fonético resulta bastante obvia y el etrusco se alinea con las lenguas más arcaicas y conservadoras : cuatro vocales, dos series de oclusivas y un numero reducido de sibilantes y líquidas. Cabe destacar, sin embargo, la pérdida de numerosos finales y la aparente reducción del vocalismo átono, así como algunas evoluciones particulares de ciertas consonantes y grupos consonánticos. En futuros trabajos habrá que profundizar en ello desde el punto de vista de la fonética histórica.

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S. PÉREZ OROZCO

Sin que nos atrevamos a concretar más de momento, pensamos que una vinculación entre anatolio y etrusco es evidente. Determinar cuál es el encaje preciso resulta aún prematuro, si bien la hipótesis tradicional, la migración desde Asia Menor en la época convulsa de los Pueblos del Mar, tiene una serie de argumentos importantes a favor.

El lemnio sería un remanente de la antigua patria y el rético, sim-plemente un etrusco colonial. Si no existiera el contrapeso del etrusco, sin duda el lemnio se habría intentado incoporar a la familia anatolia, con la cual las afinidades son más que evidentes.

La aceptación de una presencia anatolia en la Península Itálica abre paso de nuevo y con más fuerza a la posibilidad de aceptar que el elimo tenga conexiones también con Asia Menor (41).

Investigaciones ulteriores, acompañadas del desarrollo de los cono-cimientos sobre las lenguas anatolias del I milenio deberán consolidar las tesis que aquí proponemos, fijar la posición del etrusco en el grupo anatolio y la posible ubicación geográfica del Urheimat etrusco.

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VNOTAS

(1) En las obras de WOODHUIZEN y BEEKES reseñadas en la bibliografía, espe-cialmente The Ethnicity of the Sea Peoples y The origin of Etruscans, se halla abundante argumentación sobre el origen anatolio de los etruscos, con referencia a la lengua.

(2) Para las tesis autoctonistas, veáse las obras de PALLOTINO y BONFANTE. Una buena visión de conjunto se puede encontrar en obras como Gli Etruschi. Una nuova immagine o Rasenna. Storia e civiltà degli Etrusch. Una visión sincrónica de la lengua, sin incidir en el aspecto genético, se puede obtener en las obras de los etruscólogos alemanes, PFIFFIG y RIX (vid. Bibliografía). (3) La bibliografía sobre el cario está en plena efervescencia. Una síntesis reciente en ADIEGO I. J.: Carian Language, Leyden 2006.

(4) Para la fonética del etrusco ( desde el punto de vista interno de la lengua), acepta-mos las propuestas de RIX. Una buena visión de conjunto en la sección dedicada al etrusco, RIX, H.: “Etruscan” en WOODARD, R. D. (ed.): Cambridge Encyclopedia of the World’s Ancient Languages, Cambridge 2004, p 964 ss.

(5) Para la gramática etrusca, vid. Rix, ibidem y las gramáticas de BONFANTE: The Etruscan Language. An Introduction, y M. PALLOTINO: La lingua degli Etruschi. Para la gramatica de las lenguas anatolias, un buen resumen general, con numerosas referencias en WOODARD, R. D. (ed.) Cambridge Encyclopedia of the World’s Ancient Languages, Cambridge 2004, cap. 18-23

(6) La existencia de temas en –nt-, tan típico del anatolio y del indoeuropeo en general puede quedar más o menos apuntado por la flexión del apelativo Tunχul

nom. ac TLE I XII 3 θunχul(-em) dat.-loc. TLE 570 a 12 θunχulθ−e gen. TLE 570 b 19-20 θunχulθ−l donde se puede apreciar la oposición entre la forma de nominativo/acusativo neutro

–an > Ø y el tema –nt > -θ en los casos oblicuos.

(7) Cfr. Rix, H. Etruskische Texte, § 52 para la transcripción de las sibilantes y el uso de s / c.

(8) Para los hechos lingüísticos del pisidio, CLAUDE BRIXHE: “La langue des inscriptions épichoriques de Pisidie”, A Linguistic Happening in Memory of Ben Schwartz. Studies in Anatolian, Italic, and other Indo-European Languages, ed. by YOëL L ARBEITMAN: Louvain-la-Neuve (Leuwen) 1988, 131-155 Von, http://de.wikipedia.org/wiki/Pisidische_Sprache“Lovaina, 1988, 131-155

(9) Sin embargo en TLE I XI,11 cla θesans

(10) Existe otro clen, con el que creemos que no debe confundirse vid. I.3.1.2 d) Tins ceχe en TLE 290 7tasinu herma Tins ceχe : “Stasinu (ofreció la patera) como herma en honor de Tin” da un posible paralelo, donde Tins (genitivo) parece sintácticament equivalente a clen.

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(11) cfr. MELCHERT: Lycian Lexicon s.vv.

(12) para el uso del ablativo en luvita MELCHERT: The Luwians, D.3 p.203

(13) cfr. Melchert, “Further Thoughts on Carian Nominal Inflection” Acts of the Conferen-ce HKC Hellenistic Karia 2006 (edd. P. van Bremen and M. Carbon) (en prensa)

(14) cfr. MELCHERT: ‘PIE *y > Lydian d,’

(15) cfr. MELCHERT: The Luvians, B.2.1, p.179

(16) TLE 682 mi cana Larθial Numθral Laucic puil “yo soy la cana de LARTHIA NUMTHREI, esposa de Lauci” TLE 510 Anec Caec puil hui iui ei itruta “de ..., esposa de Ane Cae...”.

(17) Para el presunto morfema -λ9, vid. MELCHERT, H. C.: “The Lydian Emphasizing and Reflexive Particle -9/-is”.

(18) vid. M. DURANTE: Considerazioni intorno al problema .. p. 10 para una discusión sobre el acusativo en –n.

(19) -ni/-ne podría ser una partícula enfática o bien un pronombre enclítico de dativo. ( cfr. lic. –ñne pronombre de dativo plural en licio).

(20) Rix, “Etruscan” 4.2.3.3 p. 952.

(21) Referencia: PANDOLFINI ANGELETTI, M: “I dati epigrafichi dallo scarico della Vigna Parrochiale”, Miscellanea Ceretana, I, CNR, Roma 1989, pp.69-83).

(22) ILYA YAKUBOVICH: “Lydian etymological notes”, Historische. Sprachforschung 118, 2005, p. 82.

(23) etera podría relacionarse etimológicamente con lic. χddaza, luv. hutarli-. eterais / eteraias TLE 122 zileterai(a)s < * zilaθ eteraias podría ser un adjetivo en –s frente al genitivo TLE 169 zilaT eterav < -*eteraian.

(24) Citar TLE 570 a 1-2 ectla Afunac genitivo sing ; TLE 570 b 7-8 ecta-c ac. s. n.

(25) Sobre el análisis del segundo genitivo, vid. RIX: “Etruscan”, 5.2, p. 962

(26) Referencia: DELLA SETA: “Iscrizioni tirreniche di Lemno”, Scritti in onore di Nogara, Ciudad del Vaticano, 1937, pp. 119 ff.

(27) MELCHERT: “Notes on Palaic”, Zeitschrift für Vergleichende Sprachforschung, 98 (1984) 22-43.

(28) No debe confundirse con una variante de clan “hijo”. TLE 737 mi flerec spulare aritimi Fasti Ruifric trce clen ceχa “a mi, la estatua spulare?, Fasti (esposa) de Ruifri me ofreció a Artemis pro filio v. sim”, TLE 652: Velias Fanacnal Θuflθas alpan menaχe clen ceχa tuθines tlenaχeis “fui ofrecido como alpan de Velia Fanacnei para Thufltha pro filio por t. t ??”.

Vid. nota 10.

(29) Vid. PFIFFIG: Die Etruskische... para una amplia visión del verbo con paradig-mas.

(30) Vid. MELCHERT: ‘The Feminine Gender in Anatolian”.

(31) Para el verbo etrusco, aparte de las gramáticas etruscas citadas, téngase en cuenta WYLIN K: Il verbo etrusco.

MORFOLOGÍA ETRUSCA

173

(32) En lidio y en lituano se ha producido un proceso de igualación de las terceras personas en todos los números ( en lituano, en singular, plural y dual).

(33) Un prefijo a- podría darse en acnan(as) “engendrar” < *a-gnF-n-anz, am-/ lem. aom-“ser” < *a-um- cfr. hit. wemiya-/umiya-.

(34) Para la fonética, RIX: “Etruscan”, 3, pp. 946-950.

(35) MELCHERT: The Luwians, 4.2, p. 95.

(36) No es forzoso entender cesu como verbo TLE 123 Ramθa Zertnai θui cesu “Ramtha Zertnai .... aquí”, CIE 6231 apic atic sanicva θui cesu “su padre y su madre ... aquí”, aunque parece probable.

Bien podría ser sin embargo un adjetivo o substantivo, a partir del cual podrían formarse un verbo TLE 85 ...inas sacni θui ceseθce.

(37) PUHVEL: J Hittite Etymologycal Dictionary vol. 3, Words beginning with h-, s.v. halzai-, halziya-, pp. 53-64, Berlin-New York, 1991.

(38) Vid. MELCHERT: ‘The Middle Voice in Lycian”.

(39) NOTA En TLE 366 mesnamer y TLE 730 mename (admitiendo que la separa-ción de la palabra es correcta) tenemos un cierta asonancia con luv. massanFma-/i-. Si bien no está asegurada la consideración como participio de este verbo ( vid. MELCHERT: Cuneiform Luvian Lexicon s.v. pero PUHVEL, J: Hittite Etymological Dictionary, Vol. 6, p. 93, Berlin-New York 1984 s.v massanami) tampoco se puede descartar completamente. El verbo sería mene/a- perf. TLE 370 menece perf. pasivo, TLE 282,652 menaχe, participio TLE I VIII 5 menac, presente TLE 570 a

23 mena.

(40) La evolución –wa- > -gwa- gráficamente cva / χva parece asegurada por los alo-morfos va/ cva / χva del sufijo o por el numeral maχ/ muvalχ < *mawa/ *mawa-lwa-.

(41) La conexión entre el elimo y las lenguas anatolias ha sido defendida a partir del análisis de los escasos restos lingüísticos, que, como en el caso del etrusco, se in-sertan en un conjunto de leyendas y tradiciones que apuntan a un origen oriental. Los epígrafes monetales- segestazie erukazie y var. < * -azian a través de -e, -ã, con el morfema –z- de los étnicos licios, del lemnio Fokasi- o etr. cleusins(l). Si emi en las monedas élimas significa “soy” o más bien “yo”, podría ser el eslabón perdido entre anatolio amu/ emu y etrusco mi. Igualmente, el elimo –ai en Atai Tukai emi podría ser la evolución epicórica de -aya “yo (soy) para Ata Tuka”. Una revisión general del tema en AA.VV., Gli Elimi e l’area elima fino all’inizio della prima guerra punica (= Archivio Storico Siciliano, 14-15 [1988-89] y AGOSTI-NIANI, L.: Iscrizioni anelleniche di Sicilia. Le iscrizioni elime, Florencia 1977.

ˆ

~

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TLE= Testimonia Linguae Etruscae, Florencia, 1968.

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