Las Ciudades de La Edad Media - Henri Pirenne

8/16/2019 Las Ciudades de La Edad Media - Henri Pirenne

http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 1/279


http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 2/279www.lectulandia.com - Página 2

Las ciudades de la Edad Media, es uno de los libros más famosos del

historiador belga Henri Pirenne. En él defiende razonadamente,

especialmente en los primeros capítulos, su tesis de que la Edad Media no

se inicia con la caída del mperio !omano, pues los bárbaros no lo

destru"eron, sino que se romanizaron " lo utilizaron econ#mica "culturalmente para su beneficio, por esta raz#n conser$aron el Mediterráneo

como mar com%n en el que continuar con el comercio " el intercambio de la

misma manera que lo había hecho la antigua !oma imperial. Esta situaci#n

se quebraría con la in$asi#n musulmana del siglo & que destruiría el

concepto del Mediterráneo como mar abierto para el comercio " daría lugar

para Pirenne al comienzo de la Edad Media al con$ertir a la Europa marítima

en una cerrada Europa continental que $io notablemente reducida sus

riquezas " fa$oreci# la aparici#n de feudos en el continente. La parte finaldel libro se centra especialmente en el análisis del proceso formador de las

ciudades " en la gran influencia que éstas tu$ieron en la parte final de la

Edad Media.

http://www.lectulandia.com/




Henri Pirenne

Las ciudades de la Edad Media

ePub r1.0

Rafowich '(.)'.*+



Título original: Les villes du Moyen ÂgeHenri Pirenne, 1927

Traducción: Francisco al!o

"ditor digital: #a$owic%

ePu& &ase r1.2



1. El comercio del Mediterráneo

hasta finales del siglo

VIII'1(

)i se ec%a una mirada de con*unto al +merio #omano, lo rimero ue sorrendees su carácter mediterráneo. )u etensión no so&reasa aenas la cuenca del granlago interior al ue encierra or todas artes. )us le*anas $ronteras del #%in, del/anu&io, del 0u$rates del )a%ara $orman un enorme círculo de de$ensas destinadoa roteger sus accesos. +ncuestiona&lemente el mar es, a la !e, la garantía de suunidad olítica de su unidad económica. )u eistencia deende del dominio ue see*era so&re 3l. )in esta gran !ía de comunicación no serían osi&les ni el go&iernoni la alimentación del orbis romanus. "s interesante constatar de ue manera al

en!e*ecer el +merio se acent4a más su carácter marítimo. )u caital en tierra $irme,#oma, es a&andonada en el siglo +5 or otra caital ue es al mismo tiemo un uertoadmira&le: onstantinola.

iertamente, al $inaliar el siglo +++ se re!ela la ci!iliación en una induda&ledecadencia. 6a o&lación disminue, la energía se de&ilita, los gastos crecientes delgo&ierno, ue se a$ana en la luc%a or la suer!i!encia, entraan una elotación$iscal ue escla!ia cada !e más los %om&res al "stado. )in em&argo, estadecadencia no arece %a&er a$ectado sensi&lemente a la na!egación en el

8editerráneo. 6a acti!idad ue a4n resenta contrasta con la atonía ue, aulatinamente, se aodera de las ro!incias continentales. ontin4a manteniendo encontacto a riente a ccidente. o se !e de ning4n modo desaarecer elintercam&io de roductos manu$acturados o de roductos naturales de climasmarítimos tan di!ersos: te*idos de onstantinola, de "dessa, de ;ntiouía, de;le*andría, !inos, aceites esecias de )iria, airos de "gito, trigo de "gito, de<$rica, de "saa, !inos de la =alia de +talia. 6a re$orma monetaria deonstantino, &asada en el solidus de oro, tam&i3n de&ió de $a!orecer singularmenteel mo!imiento comercial al roorcionarle el &ene$icio de un ecelente numerario,uni!ersalmente utiliado como instrumento de las transacciones eresión de los

recios./e las dos grandes regiones del +merio, el riente el ccidente, la rimera

a!enta*a&a in$initamente a la segunda, no solamente or la suerioridad de suci!iliación, sino or el ni!el muc%o más ele!ado de su !italidad económica. ; artir del siglo +5 sólo en riente eisten grandes ciudades> además es recisamente allí,en )iria en ;sia 8enor, donde se concentran las industrias de eortación,esecialmente las tetiles, de las ue el mundo romano se constitue como mercado

cuo transorte es realiado or &arcos sirios. 6a reonderancia comercial de lossirios es ciertamente uno de los %ec%os más interesantes de la %istoria del ?a*o

+merio'2(, de&ió de contri&uir amliamente a esa orientaliación rogresi!a de la



sociedad ue $inalmente %a&ría de a&ocar en el &iantinismo. @ esta orientaliación,cuo !e%ículo es el 8editerráneo, es una rue&a e!idente de la imortancia creciente



del mar a medida ue, al en!e*ecer, el +merio se de&ilita, retrocede or el norte &a*ola resión de los &ár&aros se concentra cada !e más en las costas.

o se uede uno, ues, sorrender al !er a los germanos, desde el comieno del eríodo de las in!asiones, es$orarse or alcanar estas mismas costas araesta&lecerse allí. uando, en el transcurso del siglo +++, las $ronteras ceden or

rimera !e &a*o su emu*e, se dirigen or la misma raón %acia el sur. 6os cuados los marcomanos in!aden +talia, los godos a!anan %acia el ?ós$oro, los $rancos, lossue!os los !ándalos ue %an $ranueado el #%in, %acia ;uitania "saa. odesean esta&lecerse en las ro!incias setentrionales ue las circundan. 6o uecodician son auellas regiones ri!ilegiadas donde la sua!idad del clima la$ecundidad de la naturalea se unen a la riuea los encantos de la ci!iliación.

"sta rimera tentati!a de los &ár&aros no tu!o de ermanente nada más ue lasruinas ue rodu*o. #oma conser!a&a su$iciente !igor ara rec%aar a los in!asores

al otro lado del #%in del /anu&io. Toda!ía durante un siglo medio consiguiócontenerles agotando con ello sus e*3rcitos sus $inanas. Pero el euili&rio de$ueras resulta&a cada !e más desigual entre los germanos Acua resión se %acíamás oderosa a medida ue el aumento de su n4mero les emu*a&a másimeriosamente a una eansión eteriorA el +merio Acua o&lacióndecreciente le ermitía cada !e menos una resistencia, mantenida con una %a&ilidad constancia ue no se uede, or otra arte, de*ar de admirarA. ; comienos delsiglo 5 se consuma el %ec%o. 6a totalidad de ccidente es in!adida. )us ro!incias setrans$orman en reinos germánicos. 6os !ándalos se instalan en <$rica, los !isigodosen ;uitania en "saa, los &urgundios en el 5alle del #ódano, los ostrogodos en+talia.

"sta nomenclatura es signi$icati!a. )ólo a&arca, como se !e, a los aísesmediterráneos no %ace $alta más ara mostrar ue el o&*eti!o de los !encedores,li&res al $in ara esta&lecerse a su gusto, era el mar, ese mar ue durante tanto tiemolos romanos %a&ían llamado con tanto a$ecto como orgullo mare nostrum. "s %acia 3l%acia donde todos, sin ececión, se dirigen, imacientes or asentarse en sus costas or goar de su &ellea. )i los $rancos, al rinciio, no llegaron a alcanarle, es

orue, llegados tardíamente, encontraron el lugar ocuado. Pero ellos tam&i3ndesean oseerlo. @a lodo!eo uiso conuistar la Pro!ena tu!o ue inter!enir Teodorico ara imedirle etender las $ronteras de su reino %asta la osta ;ul. "ste

rimer $racaso no desanimaría a sus sucesores. Bn cuarto de siglo más tarde, en elCDE, aro!ec%arían la o$ensi!a de ustiniano contra los ostrogodos ara ue 3stos lescediesen la codiciada región> resulta sorrendente sealar cuan in$atiga&lementetiende, desde entonces, la dinastía mero!ingia a con!ertirse a su !e en una otenciamediterránea. "n el CG2, %ilde&erto lotario se comrometen en una eedición,

or lo demás desgraciada, allende los Pirineos. +talia suscita esecialmente la codiciade los rees $rancos. )e alían con los &iantinos, desu3s con los lom&ardos, en laeserana de enetrar al sur de los ;les. onstantemente dececionados se a$anan



en nue!as tentati!as. @a, en el CD9, Teude&erto $ranueó los ;les, cuando ars3s,en el CCD, reconuista&a los territorios ue %a&ía ocuado, se realiaron numerososes$ueros en el CG-CC del C al C9I ara aoderarse nue!amente de ellos.

"l esta&lecimiento de los germanos en la cuenca del 8editerráneo no suone deninguna manera el unto de artida de una nue!a 3oca en la %istoria de "uroa. Por

muc%as consecuencias ue tu!iera, de ninguna manera %io ta&la rasa del asado niromió con la tradición. "l o&*eti!o de los in!asores no era anular el +merio#omano, sino instalarse allí ara dis$rutarlo. "n cualuier caso, lo ue conser!aronso&reasa en muc%o a lo ue udieron destruir o aortar de nue!o. iertamente losreinos ue constitueron en el territorio del +merio %icieron desaarecer a 3ste en

tanto que Estado de la "uroa occidental. onsiderando las cosas desde un unto de!ista olítico, el orbis romanus, circunscrito en lo sucesi!o al riente, erdió elcarácter ecum3nico ue %acía coincidir %asta entonces sus $ronteras con las $ronteras

de la cristiandad. 6o ue no uiere decir, sin em&argo, ue, desde entonces, secon!irtiese en algo a*eno ara auellas ro!incias ue %a&ía erdido. )u ci!iliaciónso&re!i!ió a su dominio. )e imuso a sus !encedores or la +glesia, or la lengua,

or la suerioridad de las instituciones del derec%o. "n medio de las luc%as, de lainseguridad, de la miseria de la anaruía ue acomaaron a las in!asiones, escierto ue esa ci!iliación se $ue degradando, ero en esta degradación conser!a una$isionomía a4n netamente romana. 6os germanos no udieron además no uisieron

rescindir de ella. 6a barbarizaron, ero no la germanizaron conscientemente. adacon$irma más claramente esta o&ser!ación como la ersistencia %asta el siglo 5+++ delcarácter marítimo ue %emos constatado más arri&a como esencial ara el +merio."l 8editerráneo no ierde su imortancia tras el eríodo de las in!asiones. )emantiene ara los germanos como lo ue era antes de su llegada: el centro mismo de"uroa, el mare nostrum. Por considera&le ue %u&iese sido en el orden olítico ladestitución del 4ltimo emerador romano de ccidente JG7EK, en manera alguna $uesu$iciente como ara des!iar la e!olución %istórica de su dirección secular. ontin4a,

or el contrario, desarrollándose en el mismo teatro &a*o las mismas in$luencias. ing4n indicio anuncia toda!ía el $in de la comunidad de ci!iliación esta&lecida or

el +merio desde las olumnas de H3rcules %asta el mar "geo desde las costas de"gito de <$rica %asta las de la =alia, de +talia de "saa. oloniado or los

&ár&aros, el mundo nue!o conser!a en sus líneas generales la $isionomía del mundoantiguo. Para seguir el curso de los acontecimientos, desde #ómulo ;ug4stulo aarlomagno, no %a más remedio ue dirigir constantemente la atención al

8editerráneo'D(.Todas las grandes eriecias de la %istoria se desarrollan en sus límites. /esde el

G9D %asta el C2E, la +talia go&ernada or Teodorico e*erce so&re todos los reinos

germánicos una %egemonía a tra!3s de la cual se eret4a, se a$irma el oder de latradición romana. 6uego, desaarecido Teodorico, este oder se e!idencia a4n másclaramente. Faltó oco ara ue ustiniano restaurase la unidad imerial JC27-CECK.



<$rica, "saa e +talia son reconuistadas. "l 8editerráneo !uel!e a ser un lagoromano. "s cierto ue ?iancio, agotado or el inmenso es$uero ue aca&a derealiar, no uede ni lle!ar a t3rmino, ni tan siuiera conser!ar intacta, lasorrendente o&ra ue %a acometido. 6os lom&ardos le arre&atan el norte de +taliaJCEK los !isigodos se li&eran de su ugo. )in em&argo, no a&andona de ning4n

modo sus retensiones. onser!a a4n durante muc%o tiemo <$rica, )icilia e +taliameridional. o renuncia a dominar ccidente gracias al mar, donde sus $lotas oseenla %egemonía, de tal manera ue la suerte de "uroa se *uega en este momento másue nunca en las aguas del 8editerráneo.

6o ue es cierto ara el mo!imiento olítico lo es tam&i3n, en maor medida sica&e, ara la ci!iliación. LHace $alta recordar ue ?oecio JGI-C2CK asiodoroJG77-c. CE2K son italianos, como )an ?enito JGI-CGDK como =regorio el =randeJC9I-EIGK, ue +sidoro de )e!illa JC7I-EDEK es esaolM "s +talia la ue conser!a

las 4ltimas escuelas, al mismo tiemo la ue di$unde el monacato al norte de los;les. "n ella es donde se encuentra a la !e lo ue su&siste toda!ía de culturaantigua, lo nue!o ue se está gestando en el seno de la +glesia. Todo el !igor ue la+glesia de ccidente one de mani$iesto se %alla en las regiones mediterráneas.)olamente allí osee una organiación un esíritu caa de grandes emresas. ;lnorte de la =alia, el clero se corrome en la &ar&arie en la imotencia. "lcristianismo tu!o ue ser lle!ado a los anglosa*ones JC9EK, no desde las costas!ecinas de la =alia, sino desde las le*anas costas de +talia. 6a resencia de )an;gustín entre ellos es tam&i3n un testimonio &rillante de la imortancia %istóricaconser!ada or el 8editerráneo. @ esto resulta a4n más signi$icati!o si se iensa uela e!angeliación de +rlanda se de&e a misioneros rocedentes de 8arsella ue losaóstoles de ?3lgica A)an ;mando JN c. E7CK )an #emado JN c. EEKA sonauitanos.

Toda!ía más claro, el mo!imiento económico de "uroa se re!ela como lacontinuación directa del +merio #omano. +nduda&lemente, el decaimiento de laacti!idad social aarece en este dominio como en los otros. @a los 4ltimos tiemosdel +merio nos %acen resenciar una decadencia ue la catástro$e de las in!asiones

contri&uó naturalmente a acentuar. Pero se eui!ocaría totalmente el ue seimaginara ue la llegada de los germanos tu!o como consecuencia la sustitución delcomercio de la !ida ur&ana or una economía uramente agrícola un

estancamiento general de la circulación'G(. 6a suuesta reulsa de las ciudades or arte de los &ár&aros es una $á&ula con!enientemente desmentida or la realidad. )ien las $ronteras etremas del +merio $ueron saueadas, incendiadas destruidasalgunas ciudades, es incuestiona&le ue la inmensa maoría de ellas so&re!i!ió. Bnaestadística de las ciudades eistentes %o en Francia, en +talia e incluso en las ri&eras

del #%in del /anu&io, e!idenciaría ue, en su maoría, se le!antan en el lugar donde esta&an situadas las ciudades romanas ue su nom&re or lo general no essino una trans$ormación del nom&re de 3stas.



)e sa&e ue la +glesia calcó sus circunscriciones religiosas de lascircunscriciones administrati!as del +merio. Por regla general, cada diócesiscorresondía a una civitas. #esulta, ues, ue la organiación eclesiástica, al nosu$rir casi ninguna alteración en la 3oca de las in!asiones, conser!ó su carácter municial en los nue!os reinos $undados or los conuistadores germánicos, lo cual

es de tal manera cierto ue, a artir del siglo 5+, la ala&ra civitas aduiere el sentidoesecial de ciudad eiscoal, de centro diocesano. ;l so&re!i!ir al +merio en el uese %a&ía $undado, la +glesia contri&uó amliamente a sal!aguardar la eistencia delas ciudades romanas.

Pero %a ue reconocer tam&i3n ue estas ciudades mantu!ieron or sí mismas,durante muc%o tiemo, una imortancia considera&le. )us instituciones municialesno desaarecieron &ruscamente con la llegada de los germanos. )e uede sealar ueno solamente en +talia, sino tam&i3n en "saa e incluso en la =alia conser!aron sus

Decuriones, es decir, un cuero de magistrados ro!istos de una autoridad *udicial administrati!a cuos detalles se nos escaan, ero cua eistencia, origen romanono odemos negar 'C(. ;4n se uede descu&rir allí la resencia del Defensor civitatis la costum&re de la inscrición de las casas nota&les en las Gesta Municipalia. Por otra arte, de manera más de$initi!a, se nos muestran como los centros de unaacti!idad económica ue tam&i3n es una suer!i!encia de la ci!iliación anterior.ada ciudad sigue siendo el mercado de los camos de su alrededor, el domicilioin!ernal de los grandes %acendados de su región , or oco ue est3 $a!ora&lementesituada, el centro de un comercio cada !e más desarrollado a medida ue searoime a las costas del 8editerráneo. ?asta leer a =regorio de Tours aracon!encerse de ue la =alia de su 3oca toda!ía oseía un tio de mercaderes

ro$esionales esta&lecidos en las ciudades. ita en asa*es como a los máscaracterísticos a los de 5erd4n, París, rleans, lermont-Ferrand, 8arsella, 8imes ?urdeos'E(. )in duda es reciso no eagerar su imortancia> sería un error tanconsidera&le como in$ra!alorarla. "s cierto ue la constitución económica de la=alia mero!ingia se &asa&a más en la agricultura ue en cualuier otra $orma deacti!idad> esto es tanto más e!idente cuanto ue ocurría a de esta manera &a*o el+merio #omano. 6o ue no imide ue la circulación interior la imortación eortación de g3neros mercancías *ugasen un ael lo su$icientemente acti!ocomo ara ue se les reconoca como indisensa&les ara la alimentación su&sistencia de la sociedad. Bna rue&a indirecta de este %ec%o nos la dan las rentasdel telonio JtheloneumK. )e sa&e ue se llama&a de esta manera a los ea*esesta&lecidos or la administración romana a lo largo de los caminos, en los uertos,al asar los uentes, etc. 6os rees $rancos ermitieron ue su&sistieran todos sacaron de ellos recursos tan a&undantes ue los co&radores de esta clase de

imuestos JtheloneariiK $iguraron entre sus $uncionarios más 4tiles. "lmantenimiento del comercio desu3s de las in!asiones germánicas , al mismotiemo, el mantenimiento de las ciudades ue eran sus centros el de los mercadosue eran sus instrumentos se elica or la er!i!encia


http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 11/279www.lectulandia.com - Página 1I

del trá$ico mediterráneo. ;sí ocurría desu3s de onstantino así se !uel!e aencontrar, en líneas generales, desde el siglo 5 al 5+++. )i, como era de eserar, sudecli!e se acentuó, no es menos !erdad ue nos o$rece el esectáculo de unintercam&io ininterrumido entre el riente &iantino el ccidente dominado or los &ár&aros. Por la na!egación ue se realia desde las costas de "saa de la

=alia %asta las de )iria ;sia 8enor, la cuenca del 8editerráneo no de*a deconstituir la unidad económica ue se %a&ía $ormado secularmente en el seno de lacomunidad imerial. =racias a ella la organiación económica del mundo so&re!i!ióa su $ragmentación olítica.

; $alta de otras rue&as, el sistema monetario de los rees $rancos consignaríaesta !erdad %asta la e!idencia. "ste sistema, lo sa&emos &astante &ien como ara ueno sea necesario insistir auí, es uramente romano, o ara %a&lar más eactamente,romano-&iantino. 6o es or las monedas ue acua, el solidus, el triens el

denarius> es decir, el sueldo, el tercio de sueldo el denario. 6o es además or elmetal ue emlea, el oro, utiliado ara la acuación del sueldo del tercio desueldo. 6o es tam&i3n or el eso ue asigna a las esecies. 6o es or las e$igies ueimrime. #ecordemos ue los talleres monetarios conser!aron durante muc%otiemoO &a*o los rees mero!ingios, la costum&re de %acer $igurar el &usto delemerador en las monedas, de reresentar en el re!erso de las ieas la Victoria

Augusti ue, lle!ando la imitación al etremo, no de*aron, cuando los &iantinossustitueron la imagen de esta 5ictoria or la cru, de seguir tam&i3n su e*emlo. Bnser!ilismo tan a&soluto se elica necesariamente or raones oderosas."!identemente, tu!o or causa la necesidad de mantener entre la moneda nacional la moneda imerial una aridad ue no tendría raón de ser si no %u&iesen su&sistidolas más íntimas relaciones entre el comercio mero!ingio el comercio general del8editerráneo> es decir, si este comercio no %u&iese continuado !inculándose or loslaos más estrec%os al comercio del +merio ?iantino'7(. ;demás a&undan las

rue&as de estos laos auí &astará recordar algunas de las más signi$icati!as.)ealemos, en rimer lugar, ue 8arsella no %a de*ado de ser, %asta el comieno

del siglo 5+++, el gran uerto de la =alia. 6os t3rminos emleados or =regorio de

Tours en las numerosas an3cdotas en las ue se le ocurre %a&lar de esta ciudad noso&ligan a considerarla como un centro económico singularmente animado'(. Bnana!egación mu acti!a la !incula a onstantinola, )iria, <$rica, "gito, "saa e+talia. 6os roductos de riente Ael airo, las esecias, los te*idos de lu*o, el !ino el aceiteA son o&*eto de una imortación regular. 6os mercaderes etran*eros,

*udíos sirios en su maoría, se esta&lecen allí de un modo ermanente sunacionalidad e!idencia la intensidad de los contactos mantenidos or 8arsella conlas regiones &iantinas. Por 4ltimo, la cantidad etraordinaria de monedas ue son

acuadas allí durante la 3oca mero!ingia nos roorciona una rue&a material de la roia acti!idad de su comercio'9(. 6a o&lación de la ciudad de&ía comrender,

aarte de los negociantes, un tio de artesanos &astante numeroso'1I(. /esdecualuier asecto





arece, ues, ue conser!ó claramente, &a*o el go&ierno de los rees $rancos, elcarácter netamente municial de las ciudades romanas.

"l mo!imiento económico de 8arsella se roaga naturalmente en el hinterland

del uerto. ?a*o su in$luencia todo el comercio de la =alia se orienta %acia el8editerráneo. 6os telonios más imortantes del reino $ranco están situados en los

alrededores de la ciudad, en Fos, ;rles, Toulon, )orgues, 5alence, 5ienne ;!ignon'11(. 6o ue es una rue&a e!idente de ue las mercancías desem&arcadas enla ciudad eran en!iadas al interior. 6lega&an al norte del aís, tanto a tra!3s de loscursos del #ódano el )aona como or las caladas romanas. ;4n oseemos losdocumentos or los ue la ;&adía de or&ie o&tu!o de los rees la eención de ea*een Fos ara una multitud de roductos, entre los ue se destacan una !ariedad

sorrendente de esecias de rocedencia oriental airos '12(. "n estas condiciones,no arece demasiado atre!ido suoner ue la acti!idad comercial de los uertos de

#ouen de antes, en las costas del ;tlántico, los de uento!ic /uurstede, en lasdel 8ar del orte, se mantenía or la atracción de 8arsella. 6a $eria de )aint-/ens,como lo %arían en los siglos Q++ Q+++ las $erias de %amagne, de las ue se la uedeconsiderar como la Rre$iguraciónO, one en contacto a los mercaderes anglosa*ones,llegados a tra!3s de #ouen uento!ic, con los de 6om&ardía, "saa Pro!ena,

de esta manera les %ace articiar en el comercio del 8editerráneo '1D(. Pero,e!identemente, la in$luencia de este mar era muc%o más sensi&le en el sur del aís.6as ciudades más imortantes de la =alia mero!ingia se encuentran toda!ía, como

en la 3oca del +merio #omano, al sur del 6oira. 6os detalles ue nos roorciona=regorio de Tours so&re lermont-Ferrand so&re rleans muestran ue conteníanaut3nticas colonias de *udíos de sirios> si así ocurría en estas RciudadesO en lasue nada ermite creer ue dis$rutasen de una situación ri!ilegiada, de&ía asar otrotanto en centros &astante más imortantes como eran los de ?urdeos 6on. )e sa&eademás ue 6on oseía, aun en 3oca carolingia, una o&lación *udía mu

numerosa'1G(.Todo esto es sin duda su$iciente ara concluir ue los tiemos mero!ingios

conocieron, merced a la ersistencia de la na!egación mediterránea or intermediode 8arsella, lo ue se uede !erdaderamente llamar un gran comercio. )eríaciertamente un error retender restringir el negocio de los mercaderes orientales de la=alia eclusi!amente a o&*etos de lu*o. )in duda, la !enta de or$e&rería, esmaltes telas de seda de&ía roorcionarles a&undantes &ene$icios. Pero no &astaría esto araelicar su n4mero su etraordinaria di$usión or todo el aís. "l trá$ico de8arsella se alimenta&a además de roductos de consumo general, como el !ino elaceite, sin contar las esecias el airo, ue eran eortadas, como se !io, %acia elnorte. /esde entonces no %a más remedio ue considerar a los mercaderes

orientales de la monaruía $ranca como comerciantes a gran escala. )us &arcos,desu3s de %a&er sido descargados en los muelles de 8arsella, se lle!a&anseguramente, al a&andonar las orillas de Pro!ena, no solamente !ia*eros, sinotam&i3n $lete de



!uelta. 6as $uentes, a decir !erdad, nada nos indican so&re la naturalea de este $lete."ntre las con*eturas de las ue uede ser o&*eto, una de las más !erosímiles es ueconsistía, al menos en una gran arte, en mercancía %umana, uiero decir enescla!os. "l comercio de escla!os no de*ó de racticarse en el reino $ranco %asta$ines del siglo

+Q.6as guerras emrendidas contra los &ár&aros de )a*onia, de Turingia de lasregiones esla!as le roorciona&an un material ue al arecer $ue &astantea&undante. =regorio de Tours nos %a&la de escla!os sa*ones roiedad de un

mercader orlean3s'1C(, uede con*eturarse con la maor !erosimilitud ue auel)amo ue artiera en la rimera mitad del siglo 5++ con un gruo de comaeros%acia el aís de los !endas, de los ue llegó a ser su re, no era sino un a!enturero

tra$icante en escla!os'1E(. #ecordemos $inalmente u3 el comercio de escla!os, alue se dedica&an los *udíos en el siglo +Q a4n con &astante intensidad, se remonta

ciertamente a una 3oca más antigua.)i la maor arte del comercio en la =alia mero!ingia se encontra&a

inde$ecti&lemente en manos de mercaderes orientales, *unto a ellos, seg4n areceen relaciones constantes con ellos, son mencionados los mercaderes indígenas.=regorio de Tours no de*a de roorcionarnos datos or su cuenta, uee!identemente serían más numerosos si no $uera el aar el ue los %iciera aarecer enlos tetos. os muestra al re roorcionando un r3stamo a los mercaderes de5erd4n, cuos negocios roseran tan $elimente ue rontamente ueden

reem&olsárselo'17(

. os da noticia de la eistencia en París de una domusnegociantum, es decir, seg4n todos los indicios, de una esecie de mercado de

a&astos o &aar '1(. os %a&la de un mercader ue ara enriuecerse se aro!ec%a delgran %am&re del CC'19(. @ en todas estas %istorias se trata, sin la menor duda, de

ro$esionales no de simles !endedores o comradores de ocasión."l cuadro ue nos resenta el comercio de la =alia mero!ingia se encuentra

naturalmente en los otros reinos germánicos ri&ereos del 8editerráneo, en losostrogodos de +talia, en los !ándalos de <$rica, en los !isigodos de "saa. "l

edicto de Teodorico encierra una gran cantidad de estiulaciones relati!as a losmercaderes. artago ermanece como un uerto imortante en relaciones con"saa, arece ue sus &arcos su&ieron %asta ?urdeos. 6a le de los !isigodos

menciona a negociantes de ultramar '2I(."n todo esto resalta con $uera la continuidad del mo!imiento comercial del

+merio #omano tras las in!asiones germánicas, ue no aca&aron con la unidadeconómica de la ;ntigSedad. Por el contrario, esta unidad se conser!a, con unadestacada nitide, gracias al 8editerráneo a las relaciones ue mantiene con

ccidente riente. "l gran mar interior de "uroa no ertenece, como en otrotiemo, a un solo estado. Pero a4n nada ermite re!er ue de*ará ronto de e*ercer asu alrededor su atracción secular. ; esar de las trans$ormaciones ue resenta, elmundo nue!o no %a erdido el carácter mediterráneo del mundo antiguo. "n las



costas del 8editerráneo se concentra se nutre toda!ía lo me*or de su acti!idad. ing4n indicio anuncia el $in de la comunidad de ci!iliación esta&lecida or el+merio #omano. ; comienos del siglo 5++, uien %u&iera !islum&rado el or!enir no %a&ría encontrado ninguna raón ara no creer en la ersistencia de la tradición.

;%ora &ien, lo ue era entonces natural racionalmente re!isi&le no se realió.

"l orden mundial ue %a&ía so&re!i!ido a las in!asiones germánicas no udo %acerloa la del +slam, ue se roectó en el curso de la %istoria con la $uera elemental de uncataclismo cósmico. "n !ida de 8a%oma JC71-ED2K nadie %u&iese odido re!erloni, consiguientemente, reararse ara ella. )in em&argo, &astaron oco más decincuenta aos ara ue se etendiese del 8ar de %ina al c3ano ;tlántico. adase resiste ante ella. "n el rimer en$rentamiento derri&a al +merio Persa JEDD-EGGK,arre&ata sucesi!amente al +merio ?iantino )iria JEDG-EDEK, "gito JEGI-EG2K,<$rica JEGD-7IK e irrume en "saa J711K. )u a!ance in!asor no cesará %asta

comienos del siglo 5+++, cuando los muros de onstantinola or una arte J717K los soldados de arlos 8artel J7D2K or otra romen su gran o$ensi!a en!ol!entecontra los dos $lancos de la cristiandad. Pero cuando su $uera de eansión uedóagotada, %a&ía cam&iado a la $a de la tierra. )u reentino emu*e destruó elmundo antiguo. )e aca&ó la comunidad mediterránea ue se agrua&a a su alrededor."l mar cotidiano casi $amiliar ue relaciona&a todas sus artes !a a con!ertirse enuna &arrera entre ellas.

"n todas sus costas la eistencia social, en sus caracteres $undamentales, %a&íasido la misma a lo largo de siglos, como lo eran o esta&an róimas a serlo lareligión, las costum&res o las ideas. 6a in!asión de los &ár&aros del orte no %a&íamodi$icado esencialmente esta situación. @ %e auí ue reentinamente le sonarre&atados los roios aíses donde %a&ía nacido la ci!iliación> el culto del ro$etasustitue a la $e cristiana, el derec%o musulmán al derec%o romano, la lengua ára&e ala lengua griega latina. "l 8editerráneo %a&ía sido un lago romano> a%ora setrans$orma, en su maor arte, en un lago musulmán. /esde entonces seara, enlugar de unir, riente ccidente euroeos. )e rome el !ínculo ue a4n unía el+merio ?iantino con los reinos germánicos del oeste.



2. La decadencia comercial del siglo

IX

"n general, no se %a su&raado su$icientemente el gran imacto de la in!asión

islámica en "uroa ccidental'21(. "$ecti!amente, tu!o como consecuencia elsituarla en unas condiciones ue no %a&ían eistido desde los rimeros tiemos de la%istoria. ccidente, a tra!3s de los $enicios, los griegos or 4ltimo los romanos,%a&ía reci&ido su ci!iliación siemre de riente. Ha&ía !i!ido, or así decirlo, del8editerráneo> a%ora, or rimera !e, esta&a o&ligado a !i!ir de sus roiosrecursos. )u centro de gra!edad, situado %asta entonces al &orde del mar, se deslaa%acia el norte> , como resultado, el "stado $ranco, ue %asta a%ora %a&ía tenido un

ael %istórico todo lo más de segundo orden, !a a con!ertirse en el ár&itro de sus

destinos. o de&e considerarse como un mero *uego de aar el ue simultáneamente$uera cerrado el 8editerráneo or el +slam entraran en escena los carolingios."studiando los %ec%os con más ersecti!a, se ad!ierte claramente entre uno otrouna relación de causa a e$ecto. "l +merio $ranco !a a sentar las &ases de la "uroamedie!al. Pero esta misión tu!o como condición esencial la caída del ordentradicional del mundo> nada le %u&iera conducido a ello si la e!olución %istórica no%u&iese sido des!iada de su curso , or decirlo así, descentrada or la in!asiónmusulmana. )in el +slam, sin duda, no %u&iera eistido nunca el +merio $ranco,

arlomagno resulta inconce&i&le sin 8a%oma

'22(

.Para asegurarse de ue $ue de este modo &asta sealar la oosición ue resentanla 3oca mero!ingia, durante la cual el 8editerráneo conser!a su imortancia%istórica milenaria, la 3oca carolingia, en la ue esta in$luencia de*a de notarse."n todos los asectos se o&ser!a el mismo contraste: en el sentimiento religioso, enla olítica, en la literatura, en las instituciones, en la lengua %asta en los caracteresde la escritura. /esde cualuier unto de !ista ue se eamine, la ci!iliación delsiglo +Q testimonia una rutura mu clara con la ci!iliación anterior. "l gole deestado de Piino el ?re!e es algo más ue un cam&io de dinastías> suone una

orientación nue!a en el curso seguido %asta entonces or la %istoria. iertamentearlomagno, al tomar el título de emerador romano de ;ugusto, creó reanudar latradición antigua. "n realidad la romió. "l ;ntiguo +merio, reducido a las

osesiones del asileus de onstantinola, se con!ierte en un +merio oriental,utauesto a*eno al nue!o +merio de ccidente. ; esar de su nom&re, 3ste no esromano más ue en la medida en ue la +glesia católica es romana. ;demás, loselementos de su $uera residen so&re todo en las regiones del norte. )us rincialescola&oradores en materia religiosa cultural no son a, como antes, italianos,

auitanos o esaoles, sino anglosa*ones Jun )an ?oni$acio o un ;lcuinoK o sua&osJcomo "ginardoK. "n el "stado, desconectado a%ora del 8editerráneo, los ue&losmeridionales no desemean más ue un ael secundario. 6a in$luencia germánica



comiena a dominar desde el momento en ue, detenida su eansión %acia el sur,se etiende



amliamente or "uroa setentrional emu*a sus $ronteras %asta el "l&a lasmontaas de ?o%emia.

6a %istoria económica one en e!idencia de un modo esecialmente llamati!o las

di!ergencias entre el eríodo carolingio mero!ingio'2D(. /urante este 4ltimo la=alia es toda!ía un aís marítimo , gracias al mar, mantiene la circulación el

mo!imiento. "l +merio de arlomagno, or el contrario, es esencialmentecontinental. o se comunica con el eterior> es un estado cerrado, sin salidas, ue!i!e en una situación de aislamiento casi comleta.

6a transición de una 3oca a otra no se %ace, sin duda, &rusca claramente./esde mediados del siglo 5++ se o&ser!a el decli!e del comercio marsell3s, a medidaue los musulmanes rogresan en el 8editerráneo. )iria, conuistada or ellos en elEDG-DE, es la rimera en interrumir el en!ío de sus &arcos sus mercancías. Pronto,"gito cae a su !e &a*o el ugo del +slam JEGIK de*a de en!iar airo a la =alia> es

totalmente característico el ue la ancillería #eal de*e de emlearlo a artir delE77'2G(. 6a imortación de esecias se mantiene toda!ía durante alg4n tiemo, uestoue, en el 71E, los mon*es de or&ie consideran 4til reno!ar, or 4ltima !e, su

ri!ilegio en el telonio de Fos'2C(. incuenta aos más tarde, el uerto de 8arsellaueda a&andonado. "l mar del ue se nutría %a cerrado sus uertas la !italidadeconómica ue %a&ía mantenido gracias a 3l en las regiones del interior cesade$initi!amente. "n el siglo +Q, la Pro!ena, ue antes $uera la región más rica de la

=alia, es a%ora la más o&re'2E(.

Por otra arte, los musulmanes a$ianan cada !e más su dominio en el mar. "nel siglo +Q, toman órcega, erdea )icilia. "n la costa a$ricana $undannue!osRuertosO: airuan JE7IK, T4ne JE9-7IDK, más tarde "l-8e%dia% al sur de estaciudad desu3s "l airo en el ao 9E9. Palermo, donde eiste un gran arsenal, secon!ierte en una &ase rincial en el mar Tirreno. )us $lotas dominan el mar> $lotasde comercio, ue transortan %acia "l airo Adesde donde serán reeedidos a?agdadA roductos de ccidente, o $lotas de iratas, ue arrasan las costas de

Pro!ena e +talia e incendian las ciudades desu3s de %a&erlas saueado de %a&er caturado a sus %a&itantes ara !enderlos como escla!os. "n el 9 un gruo deestos saueadores se aduean incluso de Frainetum J=arde-Frainet, en eldeartamento del 5ar, no le*os de iaK, cua guarnición %a&ía sometido a las

o&laciones !ecinas durante casi un siglo a continuas racias %a&ía amenaado los

caminos ue, a tra!3s de las gargantas de los ;les, !an desde Francia a +talia'27(.6os es$ueros de arlomagno de sus sucesores ara roteger el +merio de la

agresión de los sarracenos $ueron tan ine$icaces como los ue %icieron ara oonerse

a la in!asión de los normandos. "s conocida la energía %a&ilidad con ue losdaneses noruegos elotaron a Francia, durante todo el siglo +Q, no sólo a tra!3sdel mar del orte, el canal de la 8anc%a el gol$o de =ascua, sino incluso a !ecesa tra!3s del 8editerráneo. Todos los ríos $ueron na!egados or estas &arcas de tan



diestra construcción> recientes eca!aciones usieron al descu&ierto &ellose*emlares conser!ados en slo J%ristianiaK. Periódicamente los !alles del #%in,del 8osa, del "scalda, del )ena, del 6oira, del arona del #ódano $ueron o&*eto deuna elotación sistemática lle!ada con nota&le tesón'2(. 6a de!astación $ue tancomleta ue en muc%os lugares llegó incluso a desaarecer la o&lación. @ nada

muestra me*or el carácter esencialmente continental del +merio $ranco ue suincaacidad ara organiar la de$ensa de sus costas, tanto contra los sarracenos comocontra los normandos. Pues esta de$ensa ara ser e$ecti!a tenía ue %a&er sido unade$ensa na!al el +merio no oseía $lotas, o las ue tenía eran imro!isadas'29(.

Tal situación es incomati&le con la eistencia de un comercio de !erdaderaen!ergadura. 6a literatura %istórica del siglo +Q %ace ciertas re$erencias, desde luego,

a comerciantes Jmercatores, negociatoresK'DI(. Pero no %a ue %acerse ilusionesso&re su imortancia. )i se tiene en cuenta la gran cantidad de tetos ue se

conser!an de esta 3oca, se les !e mencionados mu escasas !eces. 6as caitulares,cuas estiulaciones a&arcan todos los asectos de la !ida social, son de una o&reac%ocante en lo relati!o al comercio. )e de&e concluir ue 3ste %a tenido un ael tansecundario ue es desrecia&le.

)olamente en el orte de la =alia eisten toda!ía durante la rimera mitad delsiglo +Q !estigios de cierta acti!idad. 6os uertos de uento!ic Jlocalidad

desaarecida cercana a "tales en el deartamento del Paso de alaisK de/uurstede Jso&re el #%in, al sudoeste de Btrec%tK ue, durante la monaruía

mero!ingia, tra$ica&an con +nglaterra /inamarca, contin4an siendo, %asta sudestrucción or los normandos JDG-GGK'D1(, los centros de un intercam&io marítimo &astante amlio. )e uede deducir ue gracias a ellos la $lotilla de los $risones en

el #%in, "scalda 8osa, tu!o una imortancia ue no %allamos en ning4n otrolugar durante el reinado de arlomagno sus sucesores. 6os aos te*idos or los

camesinos de Flandes, ue los tetos de la 3ocadenominan mantas $risonas J pallia fresonicaK, suministra&an a

esta $lotilla, *unto con los !inos de la ;lemania renana, material ara una

eortación ue arece %a&er sido &astante regular 'D2(

. )e sa&e además ue los4ltimos roductos ela&orados en /uurstede, %a&ían llegado a tener un recorrido muetenso. )ir!ieron como rototio a las monedas más antiguas de )uecia

Polonia'DD(, rue&a e!idente de ue enetraron temranamente %asta el 8ar ?áltico,sin duda, con la auda de los normandos. Tam&i3n se uede destacar como o&*eto deun comercio de cierta etensión la sal de oirmoutiers, donde se seala la resencia

de &uues irlandeses'DG(. 6a sal de )al&urgo, or su arte, era transortada or el

/anu&io sus a$luentes al interior del +merio'DC(. 6a !enta de escla!os, a esar de la

ro%i&ición ue %icieron algunos so&eranos, se lle!a&a a ca&o a lo largo de las$ronteras orientales, donde los risioneros de guerra %ec%os a los esla!os aganostenían numerosos comradores ue los lle!a&an a ?iancio o más allá de los



Pirineos. ;arte de los $risones, cuo comercio $ue aniuilado or lasin!asiones



normandas, no se encuentran más comerciantes ue los *udíos. "ran toda!íanumerosos se %alla&an, en cualuier arte de Francia. 6os del sur de la =aliaesta&an relacionados con sus correligionarios de la "saa musulmana, a los cualesse les acusa&a de !ender nios cristianos'DE(. "ra de "saa Jo uiá tam&i3n de5eneciaK de donde estos *udíos reci&ían las esecias los aos reciosos con los

ue negocia&an'D7(. Por lo demás, la o&ligación ue tenían de &autiar a sus %i*osde&ió causar la temrana emigración de un gran n4mero de ellos más allá de losPirineos, su comercio $ue decaendo durante el siglo +Q. "n cuanto a la imortanciade los sirios, en otro tiemo tan considera&le, no eiste en esta 3oca'D(.

)e de&e concluir ue el comercio en la 3oca carolingia se reduce a mu ocacosa. 8onooliado, casi or comleto, or los *udíos etran*eros desu3s de ladesaarición de uento!ic de /uurstede, ueda reducido al transorte de algunostoneles de !ino o sal, al trá$ico ro%i&ido de escla!os or 4ltimo a la &u%onería de

o&*etos de lu*o traídos de riente./esde el cierre del 8editerráneo or el +slam no se encuentra ning4n rastro de

acti!idad comercial regular normal, de una circulación constante organiada, deuna clase de mercaderes ro$esionales, de sus esta&lecimientos en las ciudades> en

ocas ala&ras, de todo auello ue constitue la esencia misma de una economía decam&io digna de este nom&re. "l gran n4mero de mercados Jmercata, mercatusK ue

se conocen en el siglo +Q no contradicen nada a esta a$irmación'D9(. "n e$ecto, no sonmás ue eueos mercados locales, esta&lecidos ara el a&astecimiento de la

o&lación or medio de la !enta al detalle de artículos alimenticios del camo. )eríaigualmente in4til alegar, a $a!or de la acti!idad comercial de la 3oca carolingia, laeistencia en ;uisgrán, alrededor del alacio de arlomagno o en torno a grandesa&adías como, or e*emlo, la de )aint-#iuier, de una calle %a&itada or mercaderesJvicus mercatorumK'GI(. "n e$ecto, estos mercaderes no son en a&soluto comerciantes

ro$esionales. "ncargados del mantenimiento de la corte o de los mon*es, son, comosi di*3ramos, emleados del a&astecimiento seorial, ero no tienen nada denegociantes'G1(.

"iste además una rue&a material de la decadencia económica ue se rodu*oen "uroa ccidental desde el momento en ue de*ó de ertenecer a la comunidadmediterránea. )e &asa en la re$orma del sistema monetario, iniciada or Piino el?re!e terminada or arlomagno. )e sa&e ue esta re$orma a&andonó el cuo deoro ara sustituirlo or el de lata. "l sueldo, ue %asta entonces %a&ía sido A siguiendo la tradición romanaA la moneda or ecelencia, asa a ser una moneda decuenta. 6as 4nicas monedas reales serán desde este momento los denarios de lata,con un eso de dos gramos más o menos, cuo !alor metálico en relación con el

del $ranco uede $i*arse aroimadamente en cuarenta cinco c3ntimos'G2(

. Teniendoen cuenta ue el !alor metálico del sueldo de oro mero!ingio era de unos uince$rancos, se areciará el alcance de la re$orma. )in lugar a dudas, 3sta no se uedeelicar más



ue or un total agotamiento de la circulación la riuea.

)i se admite, arece claro a todas luces, ue la reaarición, en el siglo Q+++, delcuo de oro con los $lorines de Florencia los ducados de 5enecia caracteria elrenacimiento económico de "uroa, es induda&le ue el a&andono de este mismocuo en el siglo +Q atestigua una ro$unda decadencia. o es su$iciente alegar ue

Piino arlomagno uisieron oner remedio al desorden monetario de los 4ltimostiemos del eríodo mero!ingio. "n e$ecto, %u&ieran odido remediarlo sin renunciar a acuar monedas en oro. )i renunciaron $ue or necesidad, es decir, de&ido a ladesaarición del metal amarillo en la =alia. @ tal desaarición tiene como 4nicacausa la interrución del comercio en el 8editerráneo. "sto es tan cierto ue +taliameridional, ue siguió en contacto con onstantinola, conser!ó la moneda de oroue los rees carolingios se !ieron o&ligados a sustituir or la moneda de lata. Por otra arte, el eso mu d3&il de sus 4ltimos denarios testimonia el aislamiento

económico de su +merio. o es conce&i&le ue %u&ieran odido reducir la unidadmonetaria a treinta !eces su !alor anterior si %u&ieran conser!ado el menor contactoentre sus estados las regiones mediterráneas, donde el sueldo de oro seguía en

curso'GD(.Pero toda!ía %a más. 6a re$orma monetaria del siglo +Q no corresonde

solamente al emo&recimiento general de la 3oca en ue se realió, sino ue !a are*a a una circulación cua lentitud e insu$iciencia son igualmente c%ocantes. "nausencia de centros ara atraer el dinero desde le*os, su$icientemente oderosos, 3ste

ermanece estancado."n !ano, arlomagno sus sucesores ordenaron ue sólo se $a&ricaran denariosen los esta&lecimientos reales. /esde el reinado de 6uis el Piadoso, $ue necesarioconceder a las iglesias la autoriación de acuar monedas dada la imosi&ilidad uetenían de rocurarse numerarios. ; artir de la segunda mitad del siglo +Q, laautoriación dada or los rees de crear un mercado i&a casi siemre are*a a la

autoriación de esta&lecer un taller monetario'GG(. /e este modo, el "stado no uedemantener el monoolio de la acuación de numerario. 6a acuación se !a

esarciendo sin cesar> esto es una nue!a mani$estación ineuí!oca del decli!eeconómico, uesto ue la %istoria constata ue cuanto más oderosa es la circulacióncomercial, más se centralia simli$ica el sistema monetario. 6a disersión, la!ariedad, en una ala&ra, la anaruía, ue aarece a medida ue asa el siglo +Q,termina, ues, or con$irmar, de la manera más signi$icati!a, la imresión decon*unto ue tratamos de dar auí.

)e %a retendido, sin em&argo, ue arlomagno realió una olítica económicade amlia !isión. "sto es atri&uirle unas ideas ue, or mu genial ue se le

considere, es imosi&le ue tu!iera. adie uede sostener con cierta !erosimilitudue los tra&a*os ue ordenó iniciar en el 79D ara unir el #ednit con el ;ltmS%l comunicar de este modo el #%in con el /anu&io o&edecieran a otra $inalidad ue al



transorte de troas, ue la guerra contra los a!aros %u&iera sido ro!ocada or eldeseo de a&rirse una ruta comercial %acia onstantinola. 6as estiulaciones, or otra arte inoerantes, de las caitulares so&re monedas, esos medidas, telonios mercados, se !inculan íntimamente con el sistema general de reglamentación control ue es la legislación carolingia. 6o mismo ocurre con las medidas tomadas

contra la usura con las ro%i&iciones a los miem&ros del clero de ocuarse denegocios. )u o&*eto era com&atir el $raude, el desorden la indiscilina e imoner al

ue&lo la moral cristiana. )ólo una idea reconce&ida uede considerar estos %ec%osdestinados a estimular la economía del +merio.

"stamos tan acostum&rados a considerar el reinado de arlomagno como una3oca de renacimiento ue tendemos inconscientemente a suoner un rogresoid3ntico en todos los asectos. Pero, or desgracia, lo ue es cierto con resecto a lacultura literaria, al estado religioso, las costum&res, las instituciones la olítica, no

lo es resecto a la circulación al comercio. Todas las grandes realiaciones dearlomagno $ueron %ec%as, &ien or su oder militar, &ien or su aliana con la+glesia. Pero ni la +glesia ni el e*3rcito odían controlar las circunstancias ue

ri!a&an al +merio $ranco de salidas al eterior. Hu&o ue acolarse a una situaciónue se imonía de %ec%o. 6a %istoria de&e reconocer ue el siglo de arlomagno, or mu &rillante ue areca en otros dominios, !isto en su asecto económico es unsiglo de regresión.

6a organiación $inanciera del +merio $ranco aca&ará de con!encernos> ues, ene$ecto, $ue lo más rudimentaria osi&le. "l imuesto 4&lico, ue los mero!ingios%a&ían conser!ado a imitación de #oma, de*a de eistir. 6os recursos del so&erano selimitan a las rentas de sus dominios, a los tri&utos de los ue&los !encidos al &otínde guerra. "l telonio a no contri&ue a alimentar el tesoro, atestiguando así ladecadencia comercial de la 3oca. )e con!ierte en simle eacción &rutalmenteo&tenida en esecies so&re las escasas mercancías transortadas or los ríos o a

tra!3s de las rutas'GC(. )us escasos &ene$icios, ue de&ían ser!ir ara mantener los uentes, los diues los caminos, se uedan en manos de los $uncionarios ue los erci&en. 6os Missi dominici, creados ara !igilar la administración, son imotentes

ara denunciar los a&usos ue comrue&an, uesto ue el "stado, incaa de agar asus agentes, es incaa tam&i3n de imonerles su autoridad, !i3ndose o&ligado aelegirlos entre la aristocracia, ue, gracias a su situación social, es la 4nica ue uede

roorcionarle ser!icios gratuitos. Pero, al actuar así, tiene ue elegir losinstrumentos de su oder, or $alta de dinero, entre un gruo de %om&res cuo

rincial inter3s es disminuir este oder. "l reclutar sus $uncionarios entre laaristocracia $ue el !icio $undamental del "stado $ranco la causa esencial de suráida disolución desu3s de la muerte de arlomagno. #ealmente, nada odía

resultar más $rágil ue este "stado cuo so&erano, en teoría todooderoso, deendíade %ec%o de la $idelidad de agentes indeendientes a 3l. "n esta situacióncontradictoria se %alla en germen el sistema $eudal. "l +merio carolingio sólo



%u&iera odido su&sistir si %u&iera tenido, como el +merio &iantino o el +merio delos cali$as, un sistema de imuestos, un control $inanciero, una centraliación $iscal un tesoro con el ue agar a sus $uncionarios, los tra&a*os 4&licos, elmantenimiento del e*3rcito la $lota. 6a incaacidad $inanciera ue causó su caída esla demostración e!idente de la imosi&ilidad ue tu!o ara mantener la estructura

administrati!a so&re una &ase económica ue no esta&a en condiciones de sostener."sta &ase económica, tanto del "stado como de la sociedad, será desde a%ora la

roiedad territorial. ;sí como el +merio carolingio es un estado continental sinsalidas, tam&i3n es un estado esencialmente agrícola. 6os !estigios de comercio uetoda!ía se encuentran en 3l son totalmente insigni$icantes. o eiste más $ortuna uelos &ienes raíces, ni más tra&a*o ue el rural. "ste redominio de la agricultura no essin duda nue!o. @a estu!o mu marcado en la 3oca romana continuó$ortaleci3ndose a4n más en la 3oca mero!ingia. /esde el $inal de la ;ntigSedad,

todo el ccidente de "uroa se %alla&a cu&ierto de grandes dominios, ue ertenecían a una aristocracia cuos miem&ros lle!a&an el nom&re de senadoresJsenatoresK. 6a euea roiedad desaarecía oco a oco ara trans$ormarse engrandes roiedades %ereditarias, mientras ue los antiguos gran*eros li&res setrans$orma&an en colonos su*etos a la gle&a. 6a in!asión germánica no alterósensi&lemente esta situación. )e %a renunciado de$initi!amente a considerar a losgermanos como una democracia igualitaria de camesinos. 6os contrastes socialesentre ellos cuando enetraron en el +merio eran mu grandes, eistía una minoría dericos una maoría de o&res, el n4mero de escla!os de semili&res JlitiK era

grande'GE(.6a llegada de los in!asores a las ro!incias romanas no suuso, ues, ninguna

conmoción. 6os reci3n llegados conser!aron la situación ue encontraron,adatándose a ella. umerosos germanos reci&ieron del re o tomaron or la $uera,

or matrimonio o de cualuier otro modo, grandes dominios ue los con!irtieron enlos iguales de los )enadores. 6a aristocracia territorial, le*os de desaarecer, seenriueció con nue!os elementos. 6a desaarición de eueos roietarios li&rescontinua&a cada !e con más raide. Parece ue, al comieno del eríodo

carolingio, a ueda&an mu ocos en la =alia. "n !ano tomó arlomagno algunasmedidas ara roteger a los ue su&sistían'G7(. 6a necesidad de rotección leso&liga&a irremisi&lemente a &uscar la tutela de los oderosos, &a*o cuo atronagocoloca&an !idas %aciendas.

/esde el eríodo de las in!asiones, el desarrollo de la gran roiedad $uecontinuo. 6as gracias ue concedían los rees a la +glesia contri&ueron a sudesarrollo, lo mismo sucedió con el $er!or religioso de la aristocracia. 6osmonasterios, ue con tanta raide se %a&ían multilicado desde el siglo 5++,

reci&ieron numerosas donaciones de tierra. Por todas artes se mecla&an dominioseclesiásticos laicos, englo&ando no sólo los camos culti!ados, sino los &osues,las landas los terrenos incultos.





6a =alia $ranca organió estas roiedades de la misma $orma ue lo %a&ía%ec%o la =alia romana. "s lógico ue así $uera, a ue los germanos eran incaacesde &uscar una organiación di$erente además no tenían ning4n moti!o ara%acerlo. "n esencia, consistía en reartir el con*unto de tierras en dos gruos,sometidos a dos regímenes di$erentes. "l rimero, el menos etenso, era

directamente elotado or el roietario> el segundo se reartía, como tenencias,entre los camesinos. /e este modo, cada una de las villas de las ue se comonía undominio comrendía una tierra seorial Jterra dominicataK una tierra censal,di!idida en unidades de culti!o JmansusK ocuadas a título %ereditario or loscamesinos o los !illanos Jmanentes, villaniK, mediante la restación de rentas, enmoneda o en esecie de tra&a*os gratuitos'G(.

8ientras eistió una !ida ur&ana un comercio, los grandes dominios oseeronun mercado ara el ecedente de sus roductos. "s induda&le ue durante la 3oca

mero!ingia, el suministro el a&astecimiento de las aglomeraciones ur&anas de loscomerciantes se %io gracias a ellos. Pero las cosas de&ieron cam&iar cuando,dominando el +slam en el 8editerráneo los normandos en los mares del orte,desaareció la circulación con ella la clase comerciante la o&lación ur&ana. 6osseoríos su$rieron la misma suerte ue el "stado $ranco. omo 3l erdieron sussalidas comerciales. o eistiendo a la osi&ilidad de !ender al eterior or $alta decomradores, resultó in4til seguir roduciendo más de lo mínimo indisensa&le arala su&sistencia de los %om&res, roietarios o arrendatarios ue !i!ían en el dominio.

6a economía de cam&io $ue sustituida or una economía de consumo. adadominio, en lugar de continuar en relación con el eterior, constituó desde a%ora un

eueo mundo aarte. 5i!ió de sí mismo so&re sí mismo, en la inmo!ilidadtradicional de un r3gimen atriarcal. "l siglo +Q es la edad de oro de lo ue se %a

llamado una economía dom3stica sin mercados'G9(."sta economía, en la cual la roducción no sir!e más ue ara el consumo de los

ue !i!en en el dominio ue, en consecuencia, es a&solutamente a*ena a la idea de &ene$icio, no uede ser considerada como un $enómeno natural esontáneo. 6osgrandes roietarios no renunciaron !oluntariamente a la !enta de sus roductos,sino ue no udieron %acer de otro modo. on toda seguridad, si el comercio %u&ieraseguido dándoles regularmente los medios ara dar salida a sus roductos, no%u&iera de*ado de aro!ec%arlos. o !endieron orue no udieron !ender, no

odían !ender orue les $alta&an mercados. 6a organiación seorial tal comoaarece a artir del siglo +Q es el resultado, ues, de circunstancias eteriores> ning4ncam&io orgánico se ad!ierte en ellas. 6o cual signi$ica ue es un $enómeno anormal."sto uede demostrarse de manera de$initi!a comarando el esectáculo ue noso$rece la "uroa carolingia con el ue nos &rinda, en la misma 3oca, la #usia

meridional'CI(.)e sa&e ue las &andas de normandos !aregas, es decir, los escandina!os

rocedentes de )uecia, lograron en el curso del siglo +Q su dominio so&re los esla!osde la cuenca de /ni3er. "stos conuistadores, llamados rusos or los !encidos,



tu!ieron naturalmente ue agruarse ara oder mantenerse entre los ue&lossometidos or ellos. on tal o&*eto construeron recintos $orti$icados, llamados

gorods en esla!o, donde se instalaron en torno a sus ríncies a las imágenes desus dioses. 6as ciudades rusas más antiguas tienen su origen en estos camamentosatrinc%erados. 6os %u&o en )molensU, en )ousdal, en o!gorod: el más imortante

esta&a en ie!, cuo ríncie tenía reeminencia so&re todos los otros ríncies.6os tri&utos imuestos a las o&laciones indígenas asegura&an la su&sistencia de

los in!asores. /e este modo les %u&iera resultado osi&le a los rusos !i!ir enauellas tierras, sin &uscar nue!os recursos en el eterior, uesto ue la región les

ro!eía en a&undancia, sin duda lo %u&ieran %ec%o así limitándose a !i!ir de losimuestos de sus s4&ditos, si se %u&ieran %allado como sus contemoráneos de la"uroa occidental, en la imosi&ilidad de comunicarse con el eterior. Pero lasituación ue tenían les o&ligaría ronto a racticar una economía de cam&io.

"n e$ecto, #usia meridional esta&a situada entre dos regiones de ci!iliaciónsuerior. ;l este, más allá del 8ar asio, se etendía el ali$ato de ?agdad> al sur,el 8ar egro &aa&a las costas del +merio &iantino conducía %aciaonstantinola. 6os &ár&aros eerimentaron de inmediato el in$lu*o de auellos dos!igorosos centros. "ran, sin duda, de gran energía, emrendedores a!entureros,

ero sus cualidades nati!as no %icieron sino audar a las circunstancias. 6osmercaderes ára&es, *udíos &iantinos esta&an a en relación con las regionesesla!as cuando ellos las ocuaron. "stos mercaderes les indica&an la !ía a seguir, ellos no dudaron en %acerlo, mo!idos or su a$án de lucro, tan natural al %om&re

rimiti!o como al %om&re ci!iliado. "l aís ue ocua&an onía a su disosición roductos articularmente aroiados ara el trá$ico con los imerios ricos de !idare$inada.

)us inmensos &osues les roorciona&an gran cantidad de miel, mu areciadaen auella 3oca en ue el a4car era a4n desconocido, de ieles, ue se codicia&anincluso en los climas meridionales ara la con$ección de !estidos mo&iliarioslu*osos. "ra incluso más $ácil conseguir escla!os, gracias a los %arenesmusulmanes a las grandes casas o talleres &iantinos, su !enta resulta&a tan segura

como remunerati!a. /e este modo, desde el siglo +Q, mientras ue el +meriocarolingio se %alla&a aislado de&ido al cierre del 8editerráneo, #usia meridional, or el contrario, %alla&a salida a sus roductos mediante los dos grandes mercados uee*ercían atracción so&re ella. "l aganismo de los escandina!os del /ni3er, lesli&era&a de los escr4ulos religiosos ue imedían a los cristianos de ccidenterelacionarse con los musulmanes. o erteneciendo ni a la $e de risto ni a la de8a%oma, lo 4nico ue &usca&an era enriuecerse con los adetos, a $ueran de launa o de la otra.

6a imortancia del trá$ico ue mantu!ieron tanto con el +merio musulmán comocon el griego, se nos mani$iesta a tra!3s del incalcula&le n4mero de monedas ára&es &iantinas descu&iertas en #usia ue sealan la dirección de las rutascomerciales. Partiendo de la región de ie!, seguían %acia el sur el curso del



/ni3er, %acia el este el del 5olga %acia el norte la dirección del /una de loslagos ue desem&ocan en



el gol$o de ?otnia. 6as in$ormaciones de los !ia*eros *udíos o ára&es de losescritores &iantinos comletan los datos de las eca!aciones arueológicas. ?astarácon resumir auí &re!emente las ue nos roorciona, en el siglo Q, onstantinoPor$irog3nito'C1(, ue nos muestra a los rusos reuniendo cada ao sus &arcos en ie!,desu3s del des%ielo. 6a $lotilla desciende lentamente or el /ni3er, cuas

numerosas cataratas son o&stáculos ue %a ue sal!ar arrastrando las &arcas a lolargo de la ri&era. ;l llegar al mar, &ordean las costas %asta onstantinola, $insuremo del largo eligroso !ia*e. 6os mercaderes rusos tienen auí un &arrioesecial sus relaciones con los %a&itantes de la ciudad están reguladas or tratadoscomerciales, el más antiguo de 3stos data del siglo +Q. 8uc%os de auelloscomerciantes, seducidos or los atracti!os de la ciudad, se esta&lecen allíde$initi!amente se alistan en la guardia imerial, como lo %acían, en otro tiemo,los germanos en las legiones de #oma. 6a ciudad de los emeradores JTsarogradK

e*ercía so&re los rusos un restigio cua in$luencia se mantu!o a tra!3s de los siglos./e ella reci&ieron el cristianismo J9C7-1I1CK, tomaron su arte, su escritura, el uso dela moneda una gran arte de su organiación administrati!a. "sto es su$iciente arademostrar el ael ue tu!o el comercio &iantino en su !ida social. cua un lugar tan esencial ue, sin 3l, sería imosi&le comrender su ci!iliación. o ca&e duda deue las $ormas en ue se e*ercía son mu rimiti!as, ero lo ue imorta no son las$ormas de dic%o trá$ico, sino la acción ue e*erció.

Puede a$irmarse ue el trá$ico comercial determinó la $ormación de la sociedadrusa de la ;lta "dad 8edia. "n contraste con lo ue se o&ser!a entre suscontemoráneas de la "uroa carolingia, los rusos no conocen la imortancia nisiuiera la idea de la roiedad raí. "n su noción de riuea sólo entran los &ienesmue&les, siendo el más reciado de 3stos los escla!os. 6a tierra sólo les interesa enla medida en ue, de&ido a la dominación ue e*ercen so&re ella, ueden aroiarsede sus roductos. @ si esta conceción es roia de guerreros conuistadores, no %aduda ue se mantu!o durante tantos aos orue estos guerreros eran al mismotiemo comerciantes. Ha ue aadir ue la concentración de rusos en los gorods,moti!ada en un rinciio or necesidades militares, resultó mu adecuada ara las

necesidades comerciales. Bna organiación creada or los &ár&aros ara mantener sumisas a las o&laciones conuistadas, se adató, ues, al g3nero de !ida uesiguieron al ceder al atracti!o económico de ?iancio ?agdad. )u e*emlo muestraue una sociedad no tiene ue asar o&ligatoriamente or una $ase agrícola antes dededicarse al comercio. "l comercio reresenta auí el $enómeno rimiti!o. @ sisucede de este modo es orue, desde un rinciio, los rusos en lugar de %allarseaislados del mundo eterior, como los %a&itantes de "uroa ccidental, se !ieronimelidos en dirección contraria, o me*or dic%o o&ligados a mantener relaciones con

auel mundo. /e auí surgen los !iolentos contrastes ue se encuentran al comarar su estado social con el del +merio carolingio: en lugar de una aristocracia seorial,una aristocracia comerciante> en !e de escla!os sometidos a la gle&a, escla!os



considerados como instrumentos de tra&a*o> en lugar de una o&lación camesina,una o&lación reunida en ciudades> $inalmente, en sustitución de una simleeconomía de consumo, una economía de cam&io una acti!idad comercial regular

ermanente.6a %istoria demuestra con gran claridad ue estos contrastes tan $lagrantes se

de&en a las circunstancias ue dieron salidas al comercio de #usia, mientras ue selas negaron al del +merio carolingio. "n e$ecto, la acti!idad comercial rusa sólo semantu!o mientras ue los caminos de onstantinola ?agdad ermanecierona&iertos no resistiría la crisis ue ro!ocaron los ec%enegos en el siglo Q+. 6ain!asión de estos &ár&aros en las costas del 8ar asio del 8ar egro tra*oconsecuencias id3nticas a las ue tu!o ara "uroa ccidental la aarición del +slamen el 8editerráneo en el siglo 5+++.

;sí como 3ste %a&ía cortado las comunicaciones entre la =alia riente, au3l

cortó las de #usia con sus mercados eteriores. @, en una otra arte, los resultadosde esta interrución coinciden asom&rosamente. Tanto en #usia como en la =alia, aldesaarecer el comercio, las ciudades se desue&lan al !erse o&ligada la o&lacióna &uscar medios locales de su&sistencia, el eríodo de economía comercial essustituido or un eríodo de economía agrícola. ;l margen de las di$erencias dedetalle, en am&as artes se resenta el mismo esectáculo. 6as regionesmeridionales, arruinadas atemoriadas or los &ár&aros, ceden ante las del orte.ie! decae como lo %a&ía %ec%o 8arsella> la caital del estado ruso se traslada a8osc4, al igual ue la caital del estado $ranco se %a&ía deslaado, con la dinastíacarolingia, %acia la cuenca del #%in. @ ara ue el aralelismo sea a4n mássigni$icati!o, !emos cómo, tanto en #usia como en la =alia, aarece una aristocraciarural se organia un sistema seorial en el ue la imosi&ilidad de eortar o de!ender reduce la roducción a las necesidades del seor de sus camesinos. /eesta manera, en am&as artes, las mismas causas %an roducido los mismos e$ectos.Pero no los rodu*eron al mismo tiemo. #usia !i!ía del comercio, en la 3oca en laue el +merio carolingio sólo conocía el r3gimen seorial, e inauguró este mismor3gimen en el momento en ue "uroa ccidental, al encontrar nue!as salidas,

romía con 3l. "aminaremos más adelante cómo se rodu*o esta rutura. os &asta or el momento con %a&er *usti$icado, mediante el e*emlo de #usia, la idea de uela economía de la 3oca carolingia no ro!enía de una e!olución interna, sino ue%a ue atri&uirla, antes ue a nada, al cierre del 8editerráneo or el +slam.



3. Las cités'V( y los burgos

L"istieron cit!s en medio de una ci!iliación esencialmente agrícola como $uela de "uroa ccidental durante el siglo +QM 6a resuesta a esta regunta deende del

sentido ue se le d3 a la ala&ra cit3. )i se llama de esta manera a una localidad cua o&lación, en lugar de !i!ir del tra&a*o de la tierra, se consagra al e*ercicio delcomercio de la industria, %a&rá ue contestar ue no. currirá tam&i3n otro tanto sise entiende or cit! una comunidad dotada de ersonalidad *urídica ue goa de underec%o unas instituciones roias. Por el contrario, si se considera la cit! como uncentro de administración como una $ortalea, se acetará sin incon!enientes ue la3oca carolingia conoció, oco más o menos, tantas cit!s como %a&rían de conocer los siglos siguientes. 6o cual suone ue las susodic%as cit!s carecían de dos de los

atri&utos $undamentales de las ciudades de la "dad 8edia de los tiemosmodernos, una o&lación &urguesa una organiación municial.Por rimiti!a ue sea, toda sociedad sedentaria mani$iesta la necesidad de

roorcionar a sus miem&ros centros de reunión o, si se uiere, lugares de encuentro.6a cele&ración del culto, la eistencia de mercados, las asam&leas olíticas

*udiciales imonen necesariamente la designación de emlaamientos destinados areci&ir a los %om&res ue uieran o de&an articiar en los mismos.

6as necesidades militares se mani$iestan a4n con maor $uera en este sentido."n caso de in!asión, %ace $alta ue el ue&lo disonga de re$ugios donde encontraráuna rotección momentánea contra el enemigo. 6a guerra es tan antigua como la%umanidad la construcción de $orti$icaciones casi tan antigua como la guerra. 6as

rimeras edi$icaciones construidas or el %om&re arece ue $ueron recintos de rotección. "n la actualidad no %a aenas tri&us &ár&aras en las ue no seencuentren , or más al asado ue nos remontemos, el esectáculo no de*ará de ser el mismo. 6as acr"polis de los griegos, las oppida de los etruscos, los latinos losgalos, las burgen de los germanos, las gorods de los esla!os no $ueron en un

rinciio, al igual ue los #rals de los negros de <$rica del )ur, nada más ue lugares

de reunión, ero $undamentalmente re$ugios. )u lanta su construcción deendennaturalmente de la con$iguración del suelo de los materiales emleados, ero eldisositi!o general es en todas artes el mismo. onsiste en un esacio en $ormacuadrada o circular, rodeado de de$ensas %ec%as con troncos de ár&oles, de tierra ode &loues de roca, rotegido or un $oso $lanueado or uertas. "n suma, uncercado. @ odremos notar inmediatamente ue las ala&ras ue en ingl3s modernoJto$nK o en ruso moderno J gorod K signi$ican cit3, rimiti!amente signi$icaroncercado.

"n 3ocas normales estos cercados ermanecían !ados. 6a o&lación no secongrega&a allí sino a roósito de ceremonias religiosas o ci!iles o cuando la guerrala o&liga&a a re$ugiarse en ellos con sus re&aos. Pero el rogreso de la ci!iliación



trans$ormó aulatinamente su animación intermitente en una animación continua. "nsus límites se le!antaron temlos> rimero los magistrados o los *e$es del ue&loesta&lecieron allí su residencia osteriormente comerciantes artesanos. 6o ue enun rinciio no %a&ía sido nada más ue un centro ocasional de reunión se con!irtióen una cit3, centro administrati!o, religioso, olítico económico de todo el

territorio de la tri&u, cuo nom&re toma&a $recuentemente."sto elica cómo, en muc%as sociedades esecialmente en las de la

antigSedad clásica, la !ida olítica de las cit!s no se restringía al recinto de susmurallas. 6a cit3, en e$ecto, %a&ía sido construida or la tri&u todos sus %om&res,%a&itaran a un lado u otro de los muros, eran igualmente ciudadanos. i =recia ni#oma conocieron nada arecido a la &urguesía estrictamente local articularista dela "dad 8edia. 6a !ida ur&ana se con$undía allí con la !ida nacional. "l derec%o dela cit! era, como la roia religión de la cit3, com4n a todo el ue&lo del ue era la

caital con el ue constituía una sola misma re4&lica."l sistema municial, or consiguiente, se identi$ica en la antigSedad con elsistema constitucional. @ cuando #oma %u&o etendido su dominio or todo elmundo mediterráneo, este sistema se con!irtió en la &ase del aarato administrati!ode su +merio. "ste sistema, en "uroa ccidental, so&re!i!ió a las in!asionesgermánicas. )e ueden encontrar claramente sus %uellas en la =alia, "saa, <$ricae +talia &astante tiemo desu3s del siglo 5. )in em&argo, la decadencia de laorganiación social &orró lentamente la maor arte de estas %uellas. o se uedenencontrar, en el siglo 5+++, ni los Decuriones, ni las Gesta municipalia, ni el Defensor

civitatis. ;l mismo tiemo, la resencia del +slam en el 8editerráneo, al %acer imosi&le el comercio ue %asta entonces %a&ía mantenido a4n cierta acti!idad en lascit!s, las condenó a una irremisi&le decadencia. Pero no las condena a muerte. Por disminuidas d3&iles ue est3n, su&sisten. /entro de la sociedad agrícola de aueltiemo, conser!an, a esar de todo, una imortancia rimordial. #esultaindisensa&le darse cuenta del ael ue *ugaron si se uiere comrender el ue lesserá asignado más tarde.

@a se %a !isto cómo la +glesia %a&ía esta&lecido sus circunscriciones diocesanas

so&re las cit!s romanas. #esetadas 3stas or los &ár&aros, continuaron manteniendo,desu3s de su esta&lecimiento en las ro!incias del +merio, el sistema municialso&re el ue se %a&ían $undado. 6a desaarición del comercio el 3odo de losmercaderes no tu!ieron ninguna in$luencia en la organiación eclesiástica. 6as cit!s

donde %a&ita&an los o&isos $ueron más o&res menos o&ladas, sin ue or ellolos o&isos se !ieran er*udicados. Por el contrario, cuanto más declinó la riueageneral, se $ueron a$irmando cada !e más su oder su in$luencia. #odeados de un

restigio tanto maor cuanto ue el "stado %a&ía desaarecido, colmados de

donaciones or los $ieles, asociados or los carolingios al go&ierno de la sociedad,consiguieron imonerse a la !e or su autoridad moral, su otencia económica suacción olítica.



uando se %undió el +merio de arlomagno, su situación, le*os de tam&alearse,se a$ianó a4n más. 6os ríncies $eudales, ue %a&ían arruinado el oder real, no seinmiscueron en el de la +glesia. )u origen di!ino la onía al resguardo de sus

retensiones. Temían a los o&isos ue odían lanar so&re ellos el arma terri&le dela ecomunión les !enera&an como los guardianes so&renaturales del orden la

*usticia. "n medio de la anaruía de los siglos +Q Q, el restigio de la +glesia ermanecía, ues, intacto, mostrándose además digna de ello. Para com&atir el aotede las guerras ri!adas ue la realea no era a caa de rerimir, los o&isosorganiaron en sus diócesis la institución de la %az de Dios'CD(.

"sta reeminencia de los o&isos con$erirá naturalmente a sus residencias, esdecir, a las antiguas cit!s romanas, una cierta imortancia, sal!ándolas de la ruina,dado ue en el sistema económico del siglo +Q no tenían ninguna raón ara eistir.;l de*ar de ser 3stas los centros comerciales, no %a duda de ue erdieron la maor

arte de su o&lación. on los mercaderes desaareció el carácter ur&ano ue %a&íanconser!ado aun en la 3oca mero!ingia. Para la sociedad laica carecían de la menor utilidad. ; su alrededor, los grandes dominios su&sistían or sus roios recursos. @no %a raón de ning4n tio ara ue el "stado, constituido tam&i3n 3l so&re una

&ase uramente agrícola, se $uera a interesar or su suerte. #esulta &astantesigni$icati!o constatar ue los alacios J palatiaK de los ríncies carolingios no seencuentren en las cit!s. )e sit4an sin ececión en el camo, en los dominios de ladinastía: en Herstal, en uSle, en el 5alle del 8osa, en +ngel%eim, en el del #%in, en;ttign, en uierc, en el del )ena, etc. 6a $ama de ;uisgrán no de&e crearnos una$alsa ilusión so&re el carácter de esta localidad. "l eslendor ue consiguiómomentáneamente con arlomagno, no $ue de&ido nada más ue a su carácter deresidencia $a!orita del emerador. ;l $inal del reinado de 6uis el Piadoso, !uel!e acaer en la insigni$icancia, no se con!ertirá en una cit! sino cuatro siglos más tarde.

6a administración no odía contri&uir ara nada a la suer!i!encia de las cit!s

romanas. 6os condados, ue constituían las ro!incias del +merio $ranco, esta&antan desro!istos de una caital como lo esta&a el roio +merio. 6os condes, auienes esta&a con$iada su dirección, no esta&an instalados en ellas de manera

ermanente. #ecorrían constantemente su circunscrición a $in de residir lasasam&leas *udiciales, co&rar el imuesto reclutar troas. "l centro de laadministración no era su residencia, sino su ersona. +morta&a, or consiguiente,

&astante oco el ue tu!ieran o no su domicilio en una cit3. "legidos entre losgrandes roietarios de la región, %a&ita&an, or lo demás, la maor arte del tiemoen sus roias tierras. )us castillos, al igual ue los alacios de los emeradores, seencontra&an %a&itualmente en el camo'CG(.

Por el contrario, el sedentarismo a ue esta&an o&ligados los o&isos or la

discilina eclesiástica, les !incula&a de manera ermanente a la cit! donde seencontra&a la sede de su diócesis. on!ertidas en in4tiles ara la administraciónci!il, las cit!s no erdieron de ninguna manera su carácter de centros de laadministración



religiosa. ada diócesis ermaneció agruada alrededor de las cit!s donde se %alla&asu catedral. "l cam&io de sentido de la ala&ra civitas, a artir del siglo +Q, e!idenciaclaramente este %ec%o. )e con!ierte en sinónimo de o&isado de cit! eiscoal. )edice civitas %arisiensis ara designar, al mismo tiemo, la diócesis de París la

roia cit! de París, donde reside el o&iso. @ &a*o esta do&le aceción se conser!a

el recuerdo del sistema municial antiguo, adotado or la +glesia ara sus roios$ines.

"n suma, lo ue ocurrió en las cit!s carolingias emo&recidas deso&ladasrecuerda de manera sorrendente lo ue, en un escenario &astante más considera&le,ocurrió en la roia #oma cuando, en el curso del siglo +5, la cit! eterna de*ó de )er la caital del mundo. ;l ser sustituida or #á!ena más tarde or onstantinola,los emeradores la entregaron al aa. 6o ue a no $ue más ara el go&ierno delestado, lo siguió siendo ara el go&ierno de la +glesia. 6a cit! imerial se con!irtió

en cit! onti$icia. )u restigio %istórico realó el del sucesor de )an Pedro. ;islado,dio sensación de maor grandea , al mismo tiemo, llegó a ser más oderoso. )óloa 3l se le restó atención sólo a 3l, en ausencia de los antiguos *e$es, se le o&edeció.;l seguir %a&itando en #oma, 3sta se %io su #oma, como cada o&iso %io de lacit! en la ue !i!ía su cit3.

/urante los 4ltimos tiemos del ?a*o +merio, a4n más en la 3ocamero!ingia, el oder de los o&isos so&re la o&lación de las cit!s no de*ó deaumentar. ;ro!ec%aron la desorganiación creciente de la sociedad ci!il araacetar o ara arrogarse una autoridad ue los %a&itantes no usieron en duda ueel estado no tenía ning4n inter3s, ning4n medio, ara ro%i&ir. 6os ri!ilegios ueel clero comiena a dis$rutar desde el siglo +5, en materia de *urisdicción deimuestos, $a!orecieron a4n más su situación, ue resultó, si ca&e, más eminente or la concesión de los documentos de inmunidad ue los rees $rancos rodigaron en su$a!or. "n e$ecto, or ellos los o&isos se !ieron eimidos de la inter!ención de loscondes en los dominios de sus iglesias. )e encontraron in!estidos desde entonces, esdecir, desde $ines del siglo 5++, de una aut3ntica autoridad so&re sus %om&res so&resus tierras. ; la *urisdicción eclesiástica ue e*ercían a so&re el clero, se sumó,

ues, una *urisdicción laica, ue con$iaron a un tri&unal constituido or ellos mismos cua sede $ue $i*ada naturalmente en la cit! donde tenía su residencia.

uando la desaarición del comercio, en el siglo +Q, &orró los 4ltimos !estigiosde la !ida ur&ana aca&ó con lo ue ueda&a a4n de o&lación municial, lain$luencia de los o&isos, a de or sí &astante amlia, no tu!o ri!al. /esde entoncestu!ieron comletamente sometidas a las cit!s. @, en e$ecto, no se !ol!ieron aencontrar en ellas nada más ue %a&itantes ue deendían más o menos directamentede la +glesia.

; esar de carecer de datos mu recisos, sin em&argo, es osi&le suoner lanaturalea de su o&lación. )e comonía del clero de la +glesia atedral de otrasiglesias agruadas en torno a ella, de los mon*es de los monasterios ue !inieron aesta&lecerse, algunas !eces en n4mero considera&le, en la sede de la diócesis, de



maestros estudiantes de las escuelas eclesiásticas, de ser!idores , or 4ltimo, deartesanos li&res o no, ue eran indisensa&les en $unción de las necesidades del culto de la eistencia cotidiana del clero.

asi siemre encontramos ue tenía lugar semanalmente en la cit! un mercado alue los camesinos de los alrededores traían sus roductos> a !eces incluso se

realia&a una $eria anual Jannalis mercatusK. "n sus uertas se co&ra&a el telonioso&re todo lo ue entra&a o salía. "n el interior de sus muros $unciona&a un taller demoneda. ;llí tam&i3n se encontra&an unas torres %a&itadas or los !asallos delo&iso, or su rocurador o or su alcaide. ; todo esto %a ue aadir $inalmente losgraneros los almacenes, en donde se acumula&an las cosec%as de los dominioseiscoales monacales, ue eran transortadas, en 3ocas determinadas, or arrendatarios del eterior. "n las $iestas sealadas del ao los $ieles de la diócesisa$luían a la cit! la anima&an, durante algunos días, con un &ullicio un

mo!imiento inusitados'CC(

.Todo este microcosmos reconocía or igual en el o&iso a su *e$e esiritual a su *e$e temoral. 6a autoridad religiosa secular se unían, o me*or dic%o, se con$undíanen su ersona. ;udado or un conse*o constituido or sacerdotes canónigos,administra&a la cit! la diócesis con$orme a los recetos de la moral cristiana. )utri&unal eclesiástico, residido or el arcediano, %a&ía amliado considera&lementesu cometencia, gracias a la imotencia más a4n al $a!or del "stado. o solamentelos cl3rigos deendían de 3l ara cualuier materia, sino tam&i3n muc%os asuntosconcernientes a los laicos: asuntos de matrimonio, testamentos, estado ci!il, etc. 6asatri&uciones de su corte laica, de las ue se encarga&an el alcaide o el rocurador,goa&an de análoga etensión. ; artir del reinado de 6uis el Piadoso, no cesaron deconseguir ri!ilegios, lo ue se elica se *usti$ica or el desorden cada !e más$lagrante de la administración 4&lica. o solamente le esta&an sometidos auellos%om&res ue goa&an de inmunidad, sino ue es &astante ro&a&le ue, al menos enel recinto ur&ano, todo el mundo esta&a dentro de su *urisdicción ue sustituía de

hecho a la ue en teor&a oseía a4n el conde so&re los %om&res li&res'CE(. ;demás, elo&iso e*ercía un !ago derec%o del control, mediante el cual administra&a elmercado, regula&a la erceción del telonio, !igila&a la acuación de monedas seencarga&a de la conser!ación de las uertas, de los uentes de las murallas. "nresumen, no %a&ía dominio en la administración de la cit! en el ue, or derec%o o

or autoridad, no inter!iniese como guardián del orden, de la a o del &ien com4n.Bn r3gimen teocrático %a&ía reemlaado comletamente al r3gimen municial de laantigSedad. 6a o&lación esta&a go&ernada or su o&iso no rei!indica&a nada,

uesto ue no oseía la menor articiación en tal go&ierno. ; !eces ocurría ueestalla&a una re!uelta en la cit3. ;lgunos o&isos $ueron asaltados en sus alacios en

ciertas ocasiones e incluso o&ligados a %uir. Pero es imosi&le erci&ir en estosle!antamientos la mínima %uella de esíritu municial, más &ien se elica or intrigas o ri!alidades ersonales. )ería un a&soluto error considerarlos como los


http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 34/279www.lectulandia.com - Página DI

recursores del mo!imiento comunal del siglo Q+ del Q++. Por si $uera oco, se rodu*eron mu escasamente. Todo indica ue la administración eiscoal $ue, engeneral, &ene$iciosa oular.

@a %emos dic%o ue esta administración no se reducía al interior de la cit3, sinoue se etendía a todo el o&isado. 6a cit! era su sede, ero la diócesis era su o&*eto.

6a o&lación ur&ana en manera alguna goa&a de una situación de ri!ilegio. "lr3gimen &a*o el cual !i!ía era el de derec%o com4n. 6os ca&alleros, los sier!os los%om&res li&res ue allí !i!ían no se distinguían de sus cong3neres del eterior nadamás ue or su aglomeración en un mismo lugar. ;4n no se uede areciar ning4nantecedente del derec%o esecial de la autonomía ue i&an a goar los &urgueses dela "dad 8edia. 6a ala&ra civis, mediante la cual los tetos de la 3oca designan al%a&itante de la cit3, no es sino una mera denominación toográ$ica carece de

signi$icación *urídica'C7(.

6as cit!s, al mismo tiemo ue residencias eiscoales, eran tam&i3n $ortaleas./urante los 4ltimos tiemos del +merio #omano $ue necesario rodearlas demurallas ara onerlas al a&rigo de los &ár&aros. "stas murallas su&sistían a4n encasi todas artes los o&isos se ocuaron de mantenerlas o restaurarlas con tantomás celo cuanto ue las incursiones de los sarracenos de los normandosdemostraron, durante el siglo +Q, cada !e de manera más ago&iante, la necesidad de

rotección. "l !ie*o recinto romano continuó, ues, rotegiendo a las cit!s contra losnue!os eligros.

)u lanta ermanece con arlomagno tal como %a&ía sido con onstantino.Por lo general, se disonía en $orma de un rectángulo, rodeado de murallas$lanueadas or torres, se comunica&a con el eterior or uertas, %a&itualmentecuatro. "l esacio cercado de esta manera era mu restringido: la longitud de sus

lados raramente so&reasa&a los GII o CII metros'C(. ;demás, era necesario &astante tiemo ara ue $uese totalmente construida> se odían encontrar, entre lascasas, camos culti!ados *ardines. "n lo ue se re$iere a los arra&ales J suburbiaKue, en 3oca mero!ingia, toda!ía se etendían $uera de las murallas,

desaarecieron'C9(. =racias a sus de$ensas, las cit!s udieron casi siemre resistir !ictoriosamente los asaltos de los in!asores del norte del sur. ?astará recordar auíel $amoso sitio de París lle!ado a ca&o, en el C, or los normandos.

aturalmente, las cit!s eiscoales ser!ían de re$ugio a las o&laciones de susalrededores. ;llí !enían los mon*es, incluso de onas mu ale*adas, ara &uscar asilocontra los normandos, como lo %icieron, or e*emlo, en ?eau!ais, los de )aint-5aasten el 7 en 6aon, los de )aint-uentin los de )aint-?a!on de =ante, en el 1

en el 2'EI(."n medio de la inseguridad de los desórdenes ue imregnan de un carácter tan

l4gu&re la segunda mitad del siglo +Q, les tocó, ues, a las cit!s cumlir una aut3nticamisión rotectora. Fueron, en la me*or aceción del t3rmino, la sal!aguarda de unasociedad in!adida, saueada atemoriada. Por lo demás, mu ronto no $ueron las





4nicas en *ugar este ael.

)e sa&e ue la anaruía del siglo +Q reciitó la descomosición ine!ita&le del"stado $ranco. 6os condes, ue eran al tiemo los maores roietarios de su región,aro!ec%aron las circunstancias ara arrogarse una autonomía comleta %acer desus $unciones una roiedad %ereditaria, ara reunir en sus manos, además del oder

ri!ado ue oseían en sus roios dominios, el oder 4&lico ue les %a&ía sidodelegado amontonar $inalmente &a*o su mandato, en un solo rinciado, loscondados de los ue logra&an aroiarse. "l +merio carolingio se $ragmentó de estamanera, desde mediados del siglo +Q, en gran cantidad de territorios sometidos a otrastantas dinastías locales !inculados a la corona 4nicamente or el $rágil lao del%omena*e $eudal. "l "stado esta&a demasiado d3&ilmente constituido ara oder oonerse a esta $ragmentación, ue tu!o lugar induda&lemente mediante la !iolencia la er$idia. Pero, desde cualuier asecto, resultó $a!ora&le a la sociedad. ;l

%acerse con el oder, los ríncies asumieron ráidamente las o&ligaciones ue 3steimone, $ue su rincial reocuación la de de$ender roteger las tierras los%om&res ue %a&ían asado a ser sus tierras sus %om&res. o se in%i&ieron de unatarea ue la sola reocuación or su ro!ec%o ersonal %u&iera &astado araimon3rsela. ; medida ue su oder aumenta&a se a$iana&a, se les uede !er cada!e más reocuados or dar a sus rinciados una organiación caa de garantiar el orden la a 4&lica'E1(.

6a rimera necesidad a la ue %a&ía ue en$rentarse era la de la de$ensa, tanto

contra los sarracenos o los normandos como contra los ríncies !ecinos. ;sí odemos !er, a artir del siglo +Q, cómo cada territorio se cu&re de $ortaleas'E2(. 6ostetos coetáneos les dan los nom&res más di!ersos: castellum' castrum' oppidum'

urbs' municipium'ED(> la más corriente , en todo caso, la más t3cnica de todas estasdenominaciones es la de burgus, ala&ra tomada de los germanos or el latín del?a*o +merio ue se conser!a en todas las lenguas modernas Jburgo' burg'

borough' bourg' borgoK./e estos &urgos de la ;lta "dad 8edia no ueda ning4n !estigio en nuestros

días. Felimente las $uentes nos ermiten %acernos una imagen &astante recisa: eranrecintos amurallados ue, en un rinciio, odían ser simlemente emaliadas de

madera'EG(, de un erímetro oco etenso, %a&itualmente de $orma redondeada rodeada or un $oso. "n el centro se encontra&a una oderosa torre, un torreón,reducto suremo de la de$ensa en caso de ataue.

Bna guarnición de ca&alleros Jmilites castrensesK tenía allí residencia $i*a.curría con $recuencia ue gruos de guerreros, escogidos entre los %a&itantes de losalrededores, !inieran alternati!amente a re$orarlo. 6a totalidad deendía de las

órdenes del alcaide JcastellanusK. "n cada &urgo de su territorio, el ríncie oseíauna %a&itación JdomusK donde residía con su comiti!a en el curso de los continuosdeslaamientos a los ue esta&a o&ligado or la guerra o or la administración. 8u



a menudo una cailla o una iglesia, $lanueada or las construcciones accesorias ara el alo*amiento del clero, ele!a&a su camanario or encima de las almenas delas murallas. ;demás, en algunas ocasiones, se odía %allar a su lado un localdestinado a las asam&leas *udiciales, cuos miem&ros, en determinadas $ec%as,!enían desde el eterior a tomar arte en las asam&leas de la ciudad. 6o ue, or

4ltimo, nunca $alta&a era un granero &odegas donde se conser!a&a, ara %acer $rente a las necesidades de un sitio ara ro!eer la alimentación del ríncie durantesus estancias, el roducto de los dominios ue 3ste oseía en los alrededores. 6asaortaciones en esecie de los camesinos de la región asegura&an, or su arte, lasu&sistencia de la guarnición. 6a conser!ación de las murallas incum&ía a estosmismos camesinos ue eran o&ligados a tra&a*ar en ellas gratuitamente'EC(.

)i de un aís a otro el esectáculo ue se está descri&iendo naturalmente !aria&aen los detalles, los traos esenciales son en cualuier arte los mismos. 6a analogía

es sorrendente entre los bourgs de Flandes los boroughs de la +nglaterraanglosa*ona'EE(. @ esta analogía demuestra induda&lemente ue unas mismasnecesidades suusieron, en todas artes, medidas arecidas.

Tal como se nos aarecen, los &urgos son, antes ue nada, esta&lecimientosmilitares. Pero a su carácter rimiti!o se le aadió en seguida el de centrosadministrati!os. "l alcaide de*a de ser 4nicamente el comandante de los ca&allerosde la guarnición castrense. "l ríncie le otorga la autoridad $inanciera *udicial enuna ona, más o menos etensa, alrededor de las murallas del &urgo ue, desde el

siglo Q, se conoce con el nom&re de alcaldía. 6a alcaldía deende del &urgo como elo&isado deende de la cit3. "n caso de guerra, sus %a&itantes encuentran allí unre$ugio> en tiemo de a, !an allí ara asistir a las reuniones *udiciales o ara

cumlir los tra&a*os a los ue están o&ligados'E7(. Por lo demás, el &urgo no resentael menor carácter ur&ano. )u o&lación no se comone, aarte de los ca&alleros delos cl3rigos ue constituen el n4cleo esencial, sino de %om&res emleados a suser!icio cuo n4mero es ciertamente mu oco considera&le. "s 3sta una o&laciónde $ortalea no una o&lación de cit3. i el comercio, ni la industria son osi&les,ni siuiera conce&i&les en tal lugar. o roduce nada or sí mismo, !i!e de las rentasdel suelo de los alrededores no *uega otro ael económico ue no sea el de unsimle consumidor.

;l lado de los &urgos construidos or los ríncies, %a ue mencionar tam&i3nlos recintos $orti$icados ue la maoría de los grandes monasterios %icieronconstruir, en el curso del siglo +Q, ara rotegerse contra los &ár&aros. 8edianteellos, se trans$ormaron a su !e en &urgos o en castillos. "stas $ortaleaseclesiásticas resentan, or lo demás, desde cualuier asecto, el mismo carácter ue

las $ortaleas laicas. omo 3stas, $ueron lugares de re$ugio de de$ensa'E(.)e uede, ues, concluir, sin temor a eui!ocarse, ue el eríodo ue comiena

con la 3oca carolingia no conoció ciudades en el sentido social, económico *urídico de este t3rmino. 6as cit!s los &urgos no $ueron sino laas $uertes centros



administrati!os. )us %a&itantes no oseían derec%os eseciales ni instituciones roias su g3nero de !ida no les di$erencia&a en nada del resto de la sociedad.

omletamente a*enos a la acti!idad comercial e industrial, resondíantotalmente a la ci!iliación agrícola de su tiemo. )u o&lación, es or lo demás, deescasísima imortancia. o es osi&le, a $alta de datos, e!aluarla con recisión. Todo

indica, sin em&argo, ue la de los &urgos más imortantes consistía en algunoscientos de %om&res ue las cit!s no %an contado *amás con más de 2.III o D.III%a&itantes.

o o&stante, las cit!s los &urgos %an *ugado en la %istoria de las ciudades un ael esencial> %an sido, or así decirlo, sus untos de re$erencia. ;lrededor de susmurallas %a&rían de $ormarse 3stas, cuando se roduca el renacimiento económico,cuos rimeros síntomas se ueden localiar en el curso del siglo Q.



4. El renacimiento comercial

)e uede considerar el $in del siglo +Q como el momento en ue la cur!a descrita or la e!olución económica de "uroa ccidental, desde el cierre del 8editerráneo,

alcana su unto más &a*o. "s tam&i3n el momento en ue el desorden social, ro!ocado or el illa*e de las in!asiones or la anaruía olítica, llega al máimo."l siglo Q $ue, si no una 3oca de restauración, al menos una 3oca de esta&iliación de a relati!a. 6a cesión de ormandía a #ollón J912K marca en el oeste el $in delas grandes in!asiones escandina!as, mientras ue en el este, "nriue el Pa*arero tón detienen de manera de$initi!a a los esla!os a lo largo del "l&a a los %4ngarosen el !alle del /anu&io J9DD-9CCK. ;l mismo tiemo, el r3gimen $eudal,de$initi!amente !encedor $rente a la realea, se instala en Francia so&re los restos dela antigua constitución carolingia. Por el contrario, en ;lemania, un rogreso máslento en el desarrollo social ermitió a los ríncies de la casa de )a*onia ooner alas in*erencias de la aristocracia laica el oder de los o&isos, a los ue utilian comoaoo ara $ortalecer el oder monáruico amarándose en el título deemeradores romanos, retender la autoridad uni!ersal ue %a&ía e*ercidoarlomagno.

+nduda&lemente, todo esto, si &ien no udo realiarse sin luc%as, no or ello $uemenos &ene$icioso. "uroa de*ó de ser orimida sin iedad, recueró la con$iana enel or!enir , con ella, el !alor el tra&a*o. Podemos considerar al siglo Q como el

momento en ue el mo!imiento ascensional de la o&lación su$re un nue!o emu*e.8ás claro se nos muestra ue las autoridades sociales !uel!en a desemear el aelue les incum&e. Tanto en los rinciados $eudales comren los eiscoales se uedeareciar desde entonces los rimeros rastros de una organiación ue se es$uera enme*orar la condición del ue&lo. 6a necesidad rimordial de esta 3oca, ue surge aduras enas de la anaruía, es la necesidad de a, la más rimiti!a esencial detodas las necesidades sociales. #ecordemos ue la rimera a de /ios $ue

roclamada en el 99. 6as guerras ri!adas, el aote de esta 3oca, $ueron

en3rgicamente com&atidas or los condes territoriales de Francia or los reladosde la +glesia imerial alemana.Por som&río ue a4n areca, $ue en el siglo Q cuando se es&oó la estructura ue

nos resenta el siglo Q+. 6a $amosa leenda de los terrores del ao 1III no carece, eneste sentido, de signi$icación sim&ólica. +nduda&lemente es $also ue los %om&res%aan eserado el $in del mundo en el ao 1III, ero el siglo ue arranca de esta$ec%a se caracteria, en oosición al recedente, or un recrudecimiento tan acusadode la acti!idad, ue odría considerarse como el desertar de una sociedad atenaada

largo tiemo or una esadilla angustiosa. "n todos los camos se o&ser!a la mismaelosión de energía e incluso, o diría, de otimismo. 6a +glesia, reanimada or lare$orma cluniacense, intenta uri$icarse de los a&usos ue se %an desliado en sudiscilina li&erarse de la ser!idum&re a la ue la tienen sometida los emeradores.



"l entusiasmo místico ue le anima ue trasmite a sus $ieles arro*a a 3stos a lagrandiosa %eroica emresa de las ruadas, ue en$renta a la cristiandad occidentalcon el +slam. "l esíritu militar del $eudalismo le %ace a&ordar triun$ar en emresas3icas. a&alleros normandos !an a com&atir, en el sur de +talia, a &iantinos musulmanes $undan allí los rinciados de los ue ronto surgirá el reino de

)icilia. tros normandos, a los ue se unen los $lamencos los $ranceses del norte,conuistan +nglaterra a las órdenes del duue =uillermo. ;l sur de los Pirineos, loscristianos o&ligan a retroceder a los sarracenos de "saa se aoderan de Toledo 5alencia J1I72-11I9K. Tales emresas nos dan $e no sólo de la energía el !igor delos temeramentos, sino ue tam&i3n nos %a&lan de la salud social. Hu&ieran sidomani$iestamente imosi&les sin la a&undante natalidad ue es una de lascaracterísticas del siglo Q+. 6a $ecundidad de las $amilias se roducía tanto entre lano&lea como entre el camesinado. 6os segundones a&undan or douier,

sinti3ndose limitados en el suelo natal e imacientes or intentar $ortuna le*os. Por douier se encuentran a!entureros en &usca de ganancias o de tra&a*o. 6os e*3rcitosestán a&arrotados de mercenarios coterelli o brabantiones, ue aluilan sus ser!iciosa uien los uiera contratar. /e Flandes de Holanda artirán, desde comienos delsiglo Q++, gruos de camesinos ara drenar los mooren de las orillas del "l&a. "ntodas las regiones de "uroa se o$recen &raos en cantidad suera&undante estociertamente elica los grandes tra&a*os de roturación de construcción de diuescuo n4mero aumenta desde entonces. /esde la 3oca romana %asta el siglo Q+ no

arece ue %aa aumentado sensi&lemente la suer$icie del suelo culti!ado. "n estesentido, los monasterios aenas cam&iaron, sal!o en los aíses germánicos, lasituación eistente. )e instalaron casi siemre en antiguas tierras no %icieron nada

ara disminuir la etensión de los &osues, de las maleas de los antanoseistentes en sus dominios. Pero la situación cam&ió el día en ue el aumento de la

o&lación %io osi&le recuerar estos terrenos imroducti!os. ;roimadamente a artir del ao 1III, comiena un eríodo de roturación ue continuará, amliándosesiemre %asta $ines del siglo Q++. "uroa se colonió a sí misma merced alcrecimiento de sus %a&itantes. 6os ríncies los grandes roietarios comenaron a

$undar nue!as ciudades donde a$lueron los segundones en &usca de tierrasculti!a&les'E9(. "mearon a aarecer claros en los grandes &osues. "n Flandes,%acia el 11CI, surgen los rimeros polders'7I(. 6a orden del ister, $undada en 1I9,se dedica inmediatamente a la la&or de roturación a la oda de ár&oles.

omo se !e, el aumento de o&lación la reno!ación de la acti!idad de la ueau3lla es a la !e causa e$ecto, e!olucionó en ro!ec%o de la economía agrícola.Pero su in$luencia se de*ó sentir tam&i3n en el comercio, el cual inicia, a antes delsiglo Q+, un eríodo de renacimiento. "ste renacimiento se desen!ol!ió &a*o los

ausicios de dos centros, uno situado en el sur el otro en el norte de "uroa:5enecia la +talia meridional or un lado la costa $lamenca or el otro, lo cual %ace



suoner ue es el resultado de un agente eterno. =racias al contacto uemantu!ieron estos dos untos con el comercio etran*ero, este agente se udomani$estar roagar. +nduda&lemente %u&iera sido osi&le ue ocurriese de otra$orma. 6a acti!idad comercial %u&iera odido reanimarse en !irtud del$uncionamiento de la !ida económica general. 6a realidad, sin em&argo, es ue las

cosas discurrieron de distinta $orma. /e la misma manera ue el comercio occidentaldesaareció al cerrarse sus salidas al eterior, !ol!ió a surgir con la aertura de 3stas.

)a&emos ue 5enecia, ue $ue la rimera ue in$luó en el comercio ocua en la%istoria económica de "uroa un lugar esecial. "$ecti!amente, 5enecia, como Tiro,

osee un carácter eclusi!amente comercial. )us rimeros %a&itantes, %uendo de la roimidad de los %unos, de los godos de los lom&ardos, &uscaron re$ugio en losislotes !írgenes de la laguna Jsiglos 5 5+K, en #ialto, li!ólo, )inalunga /orsoduro'71(. Para so&re!i!ir tu!ieron ue discurrir luc%ar contra la naturalea.

Falta&a todo, incluso el agua ota&le. Pero el mar es su$iciente ara uienes tieneniniciati!a. 6a esca la salaón aseguraron inmediatamente la su&sistencia de los!enecianos, al roorcionarles al mismo tiemo la osi&ilidad de conseguir trigo,mediante intercam&ios de roductos con los de los %a&itantes de la costa !ecina.

/e esta manera, el comercio se les imuso or las mismas condiciones de sumedio, tu!ieron la energía el talento de aro!ec%ar las in$initas osi&ilidades ue3ste o$rece al esíritu emrendedor. /esde el siglo 5+++, el con*unto de islotes ueocua&an esta&a a lo su$icientemente o&lado como ara ser la sede de una diócesis

articular.uando se $undó la ciudad, toda +talia ertenecía a4n al +merio ?iantino.=racias a su situación insular se li&ró de la codicia de los conuistadores, uecaeron sucesi!amente so&re la enínsula, los lom&ardos, rimero, más tardearlomagno , $inalmente, los emeradores germánicos. Permaneció, ues, &a*o laso&eranía de onstantinola, constituendo en el coraón del ;driático al ie delos ;les un re$ugio de la ci!iliación &iantina. 8ientras ue "uroa occidental sedes!incula&a de riente, ella siguió erteneci3ndole. @ este %ec%o es de unaimortancia caital. 6a consecuencia $ue ue 5enecia no de*ó de gra!itar en la ór&ita

de onstantinola. ; tra!3s de los mares su$rió su atracción creció &a*o suin$luencia.

onstantinola, aun en el curso del siglo Q+, aarece no sólo como una granciudad, sino como la más grande de toda la cuenca del 8editerráneo. )u o&laciónno esta&a le*os de alcanar la ci$ra de un millón de %a&itantes era singularmente

acti!a'72(. o se contenta&a, como lo %a&ía %ec%o la de la #oma reu&licana eimerial, en consumir sin roducir nada. Por el contrario, se entrega&a, con un celodirigido $iscalmente sin llegar a ser as$iiado, tanto al comercio como a la industria.

"ra, además de una caital olítica, un gran uerto un centro de manu$acturas de rimer orden. "n ella se odían %allar todos los modos de !ida todas las $ormas deacti!idad social. "ra la 4nica en el mundo cristiano ue resenta&a un esectáculo



análogo al de las grandes ciudades modernas, con todas las comlicaciones lastaras, ero tam&i3n con todos los re$inamientos de una ci!iliación esencialmenteur&ana. Bna na!egación ininterrumida la !incula&a a las costas del 8ar egro, de;sia 8enor, de la +talia 8eridional de los aíses &aados or el ;driático. )us$lotas de guerra le garantia&an el dominio del mar sin el ue no %a&ría odido

su&sistir. 8ientras conser!ó su oder, consiguió mantener, $rente al +slam, sudominio so&re todas las aguas del 8editerráneo oriental.

Fácilmente se uede comrender de u3 manera aro!ec%ó 5enecia la counturade !erse !inculada a un mundo tan di$erente del occidente euroeo. o solamente lede&ía la roseridad de su comercio, sino ue además la inició en auellas $ormassueriores de ci!iliación, auella t3cnica er$eccionada, auel esíritu de negocios,auella organiación olítica administrati!a, ue le asignan un lugar aarte en la"uroa medie!al. /esde el siglo 5+++, se consagra con 3ito naciente al

aro!isionamiento de onstantinola. )us &arcos transortan allí los roductos delas regiones ue la rodean or el este el oeste: trigo !inos de +talia, madera de/almacia, sal de las lagunas , a esar de las ro%i&iciones del aa del emerador,escla!os ue consiguen $ácilmente sus marinos en los ue&los esla!os de las costasdel ;driático. "n ago reci&en los !aliosos te*idos ue $a&rica la industria &iantina,así como esecias ue onstantinola reci&e de ;sia. "n el siglo Q, el mo!imientodel uerto alcana roorciones etraordinarias'7D(, con la etensión del comercio,el a$án de lucro se mani$iesta de manera irresisti&le. o eiste ning4n tio deescr4ulo ue a$ecte a los !enecianos. )u religión es una religión roia de gentes denegocios. 6es imorta oco ue los musulmanes sean los enemigos de risto, si elcomercio con ellos uede ser renta&le. "n el curso del siglo +Q consiguenrelacionarse, cada !e más asiduamente, con ;leo, ;le*andría, /amasco, eruán Palermo. Tratados, comerciales le garantian una situación ri!ilegiada en losmercados del +slam.

; comienos del siglo Q+, el oderío de 5enecia %a rogresado tan increí&lementecomo su riuea. /urante el go&ierno del dogo, Pedro ++ rseolo, limió el ;driáticode iratas esla!os, sometió a +stria consiguió en Wara, 5eglia, ;r&e. Trau, )alato.

urola 6agosta, $actorías o uestos militares. uan /iácono cele&ra el eslendor la gloria del aurea Venitia> =uillermo de ;ulea ala&a la ciudad Rrica en dinero, ricaen %om&resO declara ue Rning4n ue&lo en el mundo es más !aleroso en lasguerras na!ales, más sa&io en el arte de guiar los &arcos en el marO. "ra imosi&leue el oderoso mo!imiento económico, cuo centro era 5enecia, no se comunicaraa las regiones italianas de las ue no esta&a searada nada más ue or una laguna."n ellas se aro!isiona&a de trigo de !inos ara su consumo su eortación tratónaturalmente de crear allí un mercado ara las mercancías orientales ue los marinos

desem&arca&an cada !e en maor n4mero en sus muelles. ; tra!3s del Po se usoen contacto con Pa!ía, a la ue no tardó en contagiar su acti!idad '7G(. &tu!o de losemeradores germánicos el derec%o de comerciar li&remente, rimero con las



ciudades !ecinas, más tarde Xcon toda +talia, tam&i3n el monoolio del transortede todos los roductos ue llegasen a su uerto.

"n el curso del siglo Q 6om&ardía, gracias a su inter!ención se incorora a la!ida comercial. /esde Pa!ía se etiende ráidamente a las ciudades de losalrededores. Todos se aresuran a articiar en el trá$ico comercial cuo e*emlo

encarna 5enecia, ue, a su !e, esta&a interesada en ue este e*emlo cundiera en losdemás. "l esíritu de emresa se !a desarrollando aulatinamente los roductosagrícolas a no serán los 4nicos ue sustenten las relaciones comerciales con5enecia. 6a industria comiena a aarecer. /esde los rimeros aos del siglo Q+ a mástardar, 6uca se dedica a a la $a&ricación de telas, sa&ríamos &astante más so&re loscomienos del renacimiento económico de 6om&ardía si los datos ue oseemos no

$ueran de una escase delora&le'7C(.Por reonderante ue $uera en +talia la in$luencia !eneciana, no $ue la 4nica en

%acerse notar. "l sur de la enínsula más allá de )oleto ?ene!ento ertenecía a4n, seguirá erteneciendo %asta la llegada de los normandos en el siglo Q+ al +merio?iantino. ?ari, Tarento, áoles ero rincialmente ;mal$, conser!a&an cononstantinola relaciones análogas a las de 5enecia. "ran emlaamientoscomerciales de gran acti!idad ue, al igual ue 5enecia, no duda&an en comerciar

con los uertos musulmanes'7E(. )u na!egación no odía de*ar de encontrar, tarde otemrano, seguidores entre los %a&itantes de las ciudades costeras situadas más alnorte. @, en e$ecto, desde comienos del siglo Q+, se uede comro&ar cómo =3no!a

en rimer lugar casi inmediatamente Pisa !uelcan sus es$ueros %acia el mar.Toda!ía en el 9DC, los iratas sarracenos %a&ían saueado =3no!a, ero se acerca&ael momento en ue la ciudad i&a a asar a la o$ensi!a. Para ella no era cuestión de$irmar con los enemigos de su $e tratados comerciales, tal como lo %a&ían %ec%o5enecia o ;mal$i. 6a religiosidad mística de occidente se lo tenía !edado un granodio se %a&ía ido acumulando secularmente contra ellos. "l mar no odía ser a&iertoa la na!egación sino a !i!a $uera. "n 1I1C-1I1 una eedición es dirigida or losgeno!eses de com4n acuerdo con Pisa, contra erdea. 5einte aos desu3s, en1IDG, se aodera&an temoralmente de ?ona en la costa ;$ricana> los isanos, or su

arte, enetran !ictoriosamente, en 1IE2, en el uerto de Palermo, cuo arsenaldestruen. "n 1I7, las $lotas de las dos ciudades, arengadas or el aa 5íctor +++,atacan 8e%dia'77(.

Todas estas eediciones se elican tanto or el entusiasmo religioso como or el esíritu de emresa. ?astante di$erentes a los !enecianos, los geno!eses los

isanos se consideran, $rente al +slam, como los soldados de risto de la +glesia.reen !er al ;rcángel =a&riel a )an Pedro conduci3ndoles en el com&ate contralos in$ieles %asta no %a&er masacrado a los Rsacerdotes de 8a%omaO ro$anadola meuita de 8e%dia, no $irman un !enta*oso tratado comercial. 6a catedral dePisa, construida desu3s del triun$o, es un sím&olo admira&le del misticismode los



!encedores de la riuea ue la na!egación comiena a roorcionarles. Para sudecoración son utiliadas columnas mármoles reciosos traídos de <$rica. Parececomo si se %u&iese uerido dar testimonio, a tra!3s de su eslendor, de la re!anc%adel cristianismo so&re auellos sarracenos cua oulencia era o&*eto de escándalo de en!idia.

"ste es, al menos, el sentimiento ue eresa un aasionado oema de la3oca'7(.

(nde tua in aeternum splendebit ecclesia

Auro' gemmis' margaritis et palliis splendida)

;sí, ante el contraataue cristiano, el +slam retrocede oco a oco. 0l

desencadenamiento de la rimera cruada J1I9EK seala su retroceso de$initi!o. @aen el 1I97 una $lota geno!esa onía rum&o a ;ntiouía con la intención de lle!ar alos cruados re$ueros !í!eres. /os aos más tarde, Pisa en!ia&a &arcos Ror ordendel aaO ara li&erar erusal3n. /esde entonces, todo el 8editerráneo se a&re o,me*or dic%o, se !uel!e a a&rir a la na!egación occidental. omo en la 3oca romana,se resta&lece el intercam&io de un lado a otro de este mar esencialmente euroeo.

"l dominio islámico so&re el 8editerráneo %a terminado. +nduda&lemente, losresultados olíticos religiosos de la ruada $ueron e$ímeros. "l reino de erusal3n los rinciados de "dessa ;ntiouía $ueron reconuistados or los musulmanesen el siglo Q++, ero el mar %a uedado en manos de los cristianos. @ son ellos los uea%ora e*ercen la reonderancia económica. Toda la na!egación en las Rescalas delle!anteO les ertenece. )us esta&lecimientos comerciales se multilican consorrendente raide en los uertos de )iria, "gito en las islas del mar ónico.8ediante la conuista de erdea J1I22K. órcega J1I91K )icilia J1IC-1I9IKarre&atan a los sarracenos las &ases d3 oeración ue, desde el siglo +Q, les %a&ían

ermitido mantener a occidente &loueado. 6os geno!eses los isanos tienen laruta li&re ara cruar %acia esas costas orientales donde se !uelcan los roductos ue

llegan del coraón de ;sia a tra!3s de las cara!anas o a tra!3s del mar #o*o delgol$o P3rsico, ara $recuentar a la !e el gran uerto de ?iancio. 6a conuista de;mal$i or los normandos J1I7DK al aca&ar con el comercio de esta ciudad, lesdesem&araó de su cometencia.

Pero sus rogresos suscitaron tam&i3n los celos de 5enecia, ue no odíaaguantar el tener ue comartir con estos ad!enedios un comercio cuo monoolio

retendía conser!ar. ; esar de ro$esar la misma $e, ertenecer al mismo ue&lo %a&lar la misma lengua, desde ue se con!irtieron en cometidores, no !io en ellos

nada más ue enemigos. "n la rima!era del ao 11II, una escuadra !enecianaem&oscada ante #odas acec%a el retorno de la $lota ue Pisa %a en!iado a erusal3n,cae so&re ella de imro!iso %unde sin iedad muc%os de sus &arcos'79(. /e esta


http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 44/279www.lectulandia.com - Página GI

manera comiena entre las ciudades marítimas un con$licto ue durará tanto tiemocomo su roseridad. "l 8editerráneo no !ol!erá a dis$rutar esa a romana ue el+merio de los cesares le %a&ía imuesto en otra 3oca. 6a di!ergencia de interesesmantendrá, desde entonces, una %ostilidad, a !eces sorda otras declarada, entre losri!ales interesados.

;l desarrollarse, el comercio marítimo tu!o, naturalmente, ue generaliarse./esde comienos del siglo Q++ llega %asta las costas de Francia "saa. "l !ie*o

uerto de 8arsella se reanima tras el largo letargo en el ue %a&ía caído a $inales del eriodo mero!ingio. "n atalua. ?arcelona se aro!ec%a a su !e de la aertura delmar. )in em&argo, +talia conser!a indiscuti&lemente la rimacía de este rimer renacimiento económico. 6om&ardía, donde con$lue, al este or 5enecia al oeste

or Pisa =3no!a, todo el mo!imiento comercial del mediterráneo, se desarrolla conun !igor etraordinario. "n esta llanura admira&le, las ciudades crecen con la misma

$ecundidad ue las cosec%as. 6a $ertilidad del suelo le ermite una eansiónilimitada, mientras ue la $acilidad de accesos $a!orece tanto la imortación dematerias rimas como la eortación de roductos manu$acturados. "l comerciosuscita la industria , a medida ue se desarrollan ?3rgamo, remona, 6odi 5erona,todas las antiguas RciudadesO, todos los antiguos RmuniciiosO romanos recueranuna !ida nue!a &astante más eu&erante ue la ue conocieron en la antigSedad.Pronto, su suera&undante acti!idad tiende a etenderse más allá de sus $ronteras. "nel sur llega %asta Toscana> or el norte se a&ren nue!as rutas a tra!3s de los ;les.Por los asos de )lSgen, )an ?ernardo ?renner, trasmite al continente euroeo

auella e$er!escencia &ene$actora ue le llegó del mar 'I(. )igue las rutas naturalesue marcan el curso de los ríos, el /anu&io or el este, el #%in or el norte el

#ódano or el oeste. /esde el 1I7G se menciona en París a mercaderes italianos '1(,lom&ardos induda&lemente> desde comienos del siglo Q++, las $erias de Flandesatraen a un n4mero considera&le de sus comatriotas'2(.

ada más natural ue esta irrución de meridionales en la costa $lamenca. "sconsecuencia de la atracción ue el comercio e*erce esontáneamente so&re elcomercio.

@a usimos en e!idencia cómo, durante la 3oca carolingia, los Países ?a*osmani$estaron una !italidad comercial sin osi&le comaración en el mundo de auelentonces, lo cual se elica $ácilmente or la gran cantidad de ríos ue atra!iesan suterritorio ue con$luen sus cauces antes de desem&ocar en el mar: el #%in. el8osa el "scalda. +nglaterra las regiones escandina!as esta&an demasiado

róimas a estos aíses, de amlios ro$undos estuarios, como ara ue susmarinos no los %u&iesen $recuentado a desde mu antiguo. ; ellos es a uien sede&e, como se %a !isto anteriormente, el ue los uertos de /uurstede uento!ic

conser!aran su imortancia. Pero esta imortancia $ue e$ímera, a ue no udoso&re!i!ir Xa las in!asiones normandas. uanto más $ácil era el acceso a la regiónmás tenta&a a los in!asores más de&ía su$rir sus de!astaciones. 6a situacióngeográ$ica ue en





5enecia sal!aguardó la roseridad comercial, contri&uía auí a su desaarición.

6as in!asiones normandas no $ueron sino la rimera mani$estación de lanecesidad eansi!a ue sentían los ue&los escandina!os. )u des&ordante energíales %a&ía lanado a la !e %acia "uroa occidental %acia #usia, como a!enturerosdedicados al illa*e como conuistadores. Pero de ning4n modo se les uede

considerar como simles iratas, ues asira&an, como en otro tiemo lo %icieron losgermanos $rente al imerio romano, a instalarse en regiones más ricas $3rtiles uelas de su atria a crear en ellas emlaamientos ara la suera&undante o&laciónue no odían aumentar, $inalmente o&tu!ieron 3ito en esta emresa. ;l este, lossuecos se asentaron a lo largo de las !ías naturales ue a tra!3s del e!a, el lago6adoga, el 6owat, el Yolc%ow, el /wina el /ni3er, conducen del mar ?áltico almar negro. ;l oeste, los daneses noruegos coloniaron los reinos anglosa*onessituados al norte del Hum&er consiguieron ue arlos el )imle les entregase en

Francia, en las costas de la 8anc%a, el aís ue desde entonces, se conoce como ormandía."stos 3itos tu!ieron como resultado el orientar en un nue!o sentido la acti!idad

de los escandina!os. "n el curso del siglo Q, a&andonan la guerra ara dedicarse al

comercio'D(. )us &arcos surcan todos los mares del norte nada tienen ue temer orue son los 4nicos na!egantes entre los ue&los de auellas costas. ?asta recorrer las sa&rosas narraciones de las *agas, donde se relatan sus a!enturas %aaas, ara%acerse una idea de la astucia de la inteligencia de los marineros &ár&aros. ada

rima!era, una !e ue el mar se %a des%elado, se lanan mar adentro. )e les uedeencontrar en +slandia, en +rlanda, en +nglaterra, en Flandes, en las desem&ocadurasdel "l&a, del Yeser, del 5ístula, en las islas del mar ?áltico, al $ondo del gol$o de?otnia del de Finlandia. Poseen emlaamientos en /u&lín, en Ham&urgo, en)c%werin en la isla de =otlandia. =racias a ellos la corriente comercial ue,

artiendo de ?iancio ?agdad atra!iesa #usia asando or ie! o!gorod, se rolonga %asta las costas del mar del orte %ace sentir en ellas su &ien%ec%orain$luencia. ;enas se uede encontrar en la %istoria un $enómeno más curioso ueesta acción e*ercida so&re la "uroa setentrional or las ci!iliaciones suerioresdel imerio griego del ára&e cuos intermediarios $ueron los escandina!os. )u

ael en este sentido, a esar de las di$erencias de clima, medio cultura, aarececomo a&solutamente análogo al ue 5enecia *ugó en el sur de "uroa. ;l igual ueella, resta&lecieron el contacto entre riente ccidente. @ al igual tam&i3n ue elcomercio !eneciano no tardó en imlicar en su trá$ico a 6om&ardía, la na!egaciónescandina!a rodu*o el renacer económico de la costa $lamenca.

"n e$ecto, la situación geográ$ica de Flandes $a!orecía mara!illosamente el uese con!irtiese en la etaa occidental del comercio con los mares del norte. onstitue

el t3rmino natural del rum&o de los &arcos ue llegan de +nglaterra o ue, %a&iendo$ranueado el )und a la salida del ?áltico, se dirigen %acia el mediodía. @a di*imosue los uertos de uento!ic de /uurstede eran $recuentados or los normandos



antes de la 3oca de sus in!asiones. ;m&os desaarecieron durante la tormenta.uento!ic no conseguirá le!antarse de sus ruinas $ue ?ru*as, cuo emlaamientoal $ondo del Wwin era ri!ilegiado, la ue le sucedió. "n lo ue se re$iere a/uurstede, los marinos escandina!os aarecieron de nue!o a comienos del siglo Q.; esar de todo, su roseridad no se mantu!o durante largo tiemo. ; medida ue

el comercio crecía se i&a concentrando rogresi!amente en ?ru*as, más cercana aFrancia donde los condes de Flandes mantenían una seguridad de la ue nodis$ruta&a la región de /uurstede. /e cualuier $orma, es cierto ue ?ru*as atra*ocada !e más %acia su uerto el comercio setentrional ue la desaarición de/uurstede, durante el siglo Q+, aseguró de$initi!amente su or!enir. "l %ec%o de ue%aan sido descu&iertas en cantidad considera&le monedas de los condes de Flandes,;moldo ++ ?alduino +5 J9EC-1IDCK en /inamarca, Prusia %asta en #usia,e!idencia, a $alta de documentos escritos, las relaciones ue mantenía Flandes desde

auel entonces con auellos aíses a tra!3s de los marinos escandina!os'G(

. 6asrelaciones con la costa inglesa ue tenía en$rente de&ieron ser a4n más $recuentes.)a&emos ue $ue en ?ru*as donde se re$ugió, %acia el 1IDI, la reina anglosa*ona"mma. @a en el 991-1II2, la tari$a del telonio de 6ondres menciona a los $lamencosa la ca&ea de los etran*eros ue negocian con la ciudad'C(.

Ha ue tener en cuenta, entre las causas de la imortancia comercial uealcanó Flandes en 3oca tan temrana, la eistencia en este aís de una industriaindígena, su$iciente ara roorcionar a los &arcos ue allí llega&an un a&undante

$lete de !uelta. /esde 3oca romana, ro&a&lemente incluso antes, los morinos los menaios con$ecciona&an aos de lana. "sta industria rimiti!a de&ió er$eccionarse or in$luencia de los rogresos t3cnicos introducidos tras la conuistaromana. 6a esecial calidad de los !ellones de los corderos, criados en las %4medas

raderas de la costa, garantió su 3ito.)e sa&e ue las saas J sagaeK las caas JbirriK ue roducían eran eortadas

allende los ;les ue eistió en Tournai, a $inales del +merio, una $á&rica deuni$ormes militares. 6a in!asión germánica no aca&ó con esta industria. 6os $rancos,ue in!adieron Flandes en el siglo 5, continuaron tra&a*ando en ella como lo %a&ían%ec%o antes sus antiguos %a&itantes. o %a duda ue los te*idos $risones, de los ue%a&la la %istoriogra$ía del siglo +Q, se $a&ricaron en Flandes'E(. Parece ue $ueron los4nicos roductos manu$acturados ue, en 3oca carolingia, eran o&*eto de una ciertacomercialiación. 6os $risones los transorta&an a lo largo del "scalda, del 8ost del#%in , cuando arlomagno uiso corresonder con regalos a las atenciones delcali$a Harun al-#asc%id no encontró nada me*or ue o$recerle ue los, pallia

fresonica. Ha ue admitir ue estas telas, $amosas tanto or sus colores como or susua!idad, de&ieron atraer inmediatamente la atención de los na!egantes

escandina!os del sigloQ. "n ninguna arte de la "uroa setentrional se ueden %allar roductos más cotiados

ciertamente ocuaron un lugar entre los o&*etos de eortación más



&uscados *unto con las ieles del norte las telas de seda ára&es &iantinas. Todaslas aariencias arecen indicar ue los aos de los ue se %a&la, %acia el ao 1III,en el mercado de 6ondres, eran $lamencos. 6as nue!as osi&ilidades ue les o$recíaa%ora la na!egación dieron un nue!o emu*e a su $a&ricación. /e esta manera, elcomercio la industria, 3sta racticada in situ au3l rocedente del eterior, se

unieron ara roorcionar a la región $lamenca, a artir del siglo Q, una acti!idadeconómica ue no cesó de desarrollarse. "n el siglo Q+, los rogresos realiados sona sorrendentes. Flandes tra$ica desde entonces con el norte de Francia, cuos !inosintercam&ia con sus aos. 6a conuista de +nglaterra or =uillermo de ormandía,al !incular al continente este aís ue %asta entonces %a&ía gra!itado en la ór&ita de/inamarca, multilicó las relaciones ue ?ru*as mantenía a con 6ondres. ;l lado de?ru*as aarecen otros emlaamientos comerciales: =ante, @res, 6ille, /ouai, ;rras Tournai. 6os condes con!ocan $erias en T%ourout, 8essines, 6ille e @res.

Flandes no $ue el 4nico en dis$rutar los e$ectos saluda&les de la na!egación conel norte. 6as reercusiones se %icieron notar a lo largo de todos los ríos uedesem&ocan en los Países ?a*os. am&rai 5alenciennes so&re el "scalda> 6ie*a,Hu /inant so&re el 8osa, son conocidas a en el siglo Q como centroscomerciales. +gual ocurre con olonia 8aguncia so&re el #%in. 6as costas de la8anc%a del ;tlántico, más ale*adas del centro de acti!idad del mar del orte, no

oseen la misma imortancia. "n auel lugar, aenas si se menciona algo más ue#4an, e!identemente en relaciones con +nglaterra, más al sur, ?urdeos ?aona,cuo desarrollo es más tardío. "l interior de Francia o el de ;lemania no emiean aagitarse sino mu lentamente a instancias de la enetración económica ue se

roaga aulatinamente en auellos lugares, &ien su&iendo desde +talia, &iendescendiendo desde los Países ?a*os.

)ólo en el siglo Q++ es cuando esta enetración, al ir rogresando, consiguetrans$ormar de$initi!amente la "uroa occidental. 6ogra !encer la inmo!ilidadtradicional a ue la condena&a una organiación social deendiente 4nicamente delos !ínculos del %om&re con la tierra. "l comercio la industria no se constituensolamente al margen de la agricultura, sino ue, or el contrario, e*ercen su

in$luencia so&re ella. )us roductos a no están destinados eclusi!amente alconsumo de los roietarios de los tra&a*adores agrícolas: son insertados en lacirculación general como o&*etos de cam&io o materias rimas. )e romen lasestructuras del sistema seorial ue, %asta entonces, %a&ían encerrado la acti!idadeconómica, toda la sociedad aduiere un carácter más d4ctil, acti!o !ariado.

ue!amente, como en la ;ntigSedad, el camo se orienta %acia las ciudades. ?a*o lain$luencia del comercio, las antiguas ciudades romanas se re!italian se reue&lan,en*am&res de mercaderes se agruan al ie de los &urgos se esta&lecen a lo largo de

las costas marítimas, al &orde de los ríos, en las onas de su con$luencia, en lasencruci*adas de las !ías naturales de comunicación. ada una de 3stas constituen unmercado cua atracción, en roorción a su imortancia, se e*erce en el aíscircundante o llega %asta onas



ale*adas. =randes o eueas, se las uede %allar or todas artes, en una roorciónde una or cinco leguas cuadradas de terreno. @ es ue se %an %ec%o indisensa&les

ara la sociedad, al %a&er introducido en su organiación una di!isión del tra&a*o dela ue a no se odrá rescindir. "ntre ellas el camo se esta&lece un intercam&ioreciroco de ser!icios. 6es une una solidaridad cada !e más estrec%a, el camo

atendiendo al aro!isionamiento de las ciudades las ciudades roorcionando a su!e roductos comerciales o&*etos manu$acturados. 6a su&sistencia $ísica del

&urgu3s deende del camesino, ero la su&sistencia social del camesino deende asu !e del &urgu3s, orue 3ste le descu&re un g3nero de eistencia más con$orta&le,más re$inado ue, al ecitar sus deseos, multilica sus necesidades modi$ica su

standard of life. Pero la aarición de las ciudades %a romo!ido !igorosamente el rogreso social> sólo en este asecto no $ue menos imortante el ue di$undiesen atra!3s del mundo una nue!a conceción del tra&a*o ue, en 3ocas anteriores, era

ser!il ue a%ora se trans$ormó en li&re> las consecuencias de este %ec%o, so&re elu3 tendremos ocasión de !ol!er, $ueron incalcula&les. ;adamos $inalmente ue elrenacimiento económico, cua eansión resenció el siglo Q++, re!eló el oder delcaital %a&remos dic%o lo su$iciente ara demostrar cómo sólo contadas 3ocas%an e*ercido una reercusión tan ro$unda en la sociedad.

5i!i$icada, trans$ormada roectada %acia el rogreso, la nue!a "uroarecuerda, en suma, más a la "uroa antigua ue a la carolingia. @a ue de esta

rimera recueró auel carácter esencial de ser una región ur&ana. +ncluso se odríaa$irmar ue si, en la organiación olítica, el ael de las ciudades $ue másimortante en la antigSedad ue en la "dad 8edia, sin em&argo, su in$luenciaeconómica so&reasó considera&lemente en 3sta lo ue %a&la sido en au3lla. "nrealidad, las grandes ciudades comerciales $ueron relati!amente escasas en las

ro!incias occidentales del +merio #omano. Znicamente se ueden citar a áoles,8ilán, 8arsella 6on. o eiste nada arecido a uertos como los de 5enecia,Pisa, =3no!a o ?ru*as, o a centros industriales como 8ilán, Florencia, @res =ante. "n la =alia arece e!idente ue la imortancia conseguida, en el siglo Q++, or antiguas ciudades como rleans, ?urdeos, olonia, antes, #4an, etc., so&reasó

considera&lemente a la ue tenían &a*o los 3sares. "n resumen, el desarrolloeconómico de la "uroa medie!al $ranueó los límites ue %a&ía alcanado en la3oca romana. "n lugar de detenerse a lo largo del #%in del /anu&io, se etiendeamliamente or la =ermania llega %asta el 5ístula.

#egiones ue no %a&ían sido recorridas, al comieno de la era cristiana, sino or contados mercaderes en ám&ar en ieles, ue arecían tan in%ósitas como odía

arecerles a nuestros adres el centro de <$rica, se recu&ren a%ora or una $loraciónde ciudades. "l )und, ue *amás $ue $ranueado or ning4n na!ío comercial romano,

está animado a%ora or una constante circulación marítima. )e na!ega or el ?áltico or el mar del orte, como or el 8editerráneo. Ha casi tantos uertos en lascostas de uno como de otro. "n am&os lados, el comercio utilia los recursos ue la



naturalea a uesto a su disosición. /omina los dos mares interiores ue encierranlas costas, tan admira&lemente recortadas, del continente euroeo. /el mismo modoue las ciudades italianas eulsaron a los musulmanes del 8editerráneo, lasciudades alemanas, en el curso del siglo Q++, desalo*aron tam&i3n a los escandina!osdel mar del orte del ?áltico, en los cuales se desliega a%ora la na!egación de la

%ansa teutónica./e esta manera, la eansión comercial, ue comenó or los dos untos or los

ue "uroa se %alla&a en contacto con el mundo oriental, 5enecia Flandes, se

di$undió como una &ene$iciosa eidemia or todo el continente'7(. ;l roagarse or el interior, los mo!imientos rocedentes del norte el del sur aca&aron or encontrarse. "l contacto entre ellos se e$ectuó a medio camino de la !ía natural ue!a desde ?ru*as a 5enecia, en la llanura de %amagne, donde, desde el siglo Q++, sesituaron las $amosas $erias de Troes, 6agn, Pro!ins ?arsur-;u&e ue, %asta $ines

del siglo Q++ *ugaron, en la "uroa medie!al, los aeles de &olsa de clearing house.



. Los comerciantes

; $alta de datos es imosi&le, como ocurre casi siemre en lo ue se re$iere a ro&lemas de origen, eoner con su$iciente recisión la $ormación de la clase

comerciante ue suscitó etendió a tra!3s de "uroa occidental el mo!imientocomercial cuos orígenes %emos es&oado."n ciertas regiones, el comercio aarece como un $enómeno rimiti!o

esontáneo. ;sí ocurrió, or e*emlo, en la aurora de la %istoria, en =recia en"scandina!ia. 6a na!egación es en auellos lugares tan antigua or lo menos comola agricultura. Todo in!ita&a a los %om&res a em&arcarse en ella: sus costas

ro$undamente escaradas, la a&undancia de eueas &a%ías, el atracti!o de lasislas o de las laas ue se er$ila&an en el %orionte ue incita&an a arriesgarse enel mar tanto más cuanto más est3ril era el suelo natal. 6a roimidad deci!iliaciones más antiguas mal de$endidas rometía además $ructí$eros illa*es.6a iratería $ue la iniciadora del trá$ico marítimo. ;m&as se desarrollaron *untasdurante muc%o tiemo, tanto en los na!egantes griegos de la 3oca %om3rica comoen los !iUingos normandos.

"s necesario indicar ue nada arecido se uede encontrar en la "dad 8edia, enla ue no aarece ning4n rastro de este comercio %eroico &ár&aro. 6os germanosue in!adieron las ro!incias romanas en el siglo 5 eran comletamente a*enos a la!ida marítima. )e contenta&an con aoderarse de la tierra $irme la na!egación

mediterránea continuó, como en el asado, desemeando el ael ue le %a&ía sidoasignado &a*o el +merio.

6a in!asión musulmana, ue rodu*o su ruina cerró el mar, no ro!ocó ningunareacción. )e acetó el %ec%o consumado el continente euroeo, ri!ado de sussalidas tradicionales, se con$inó durante largo tiemo en una ci!iliaciónesencialmente rural. "l esorádico comercio ue *udíos, &u%oneros mercaderesocasionales ractica&an durante la 3oca carolingia era demasiado d3&il , or si$uera oco, $ue rácticamente reducido a la nada or las in!asiones de los normandos

sarracenos, de manera ue no %a raón ara considerarlo como el recursor delrenacimiento comercial, cuos rimeros síntomas odemos situar en el siglo Q.

L"s osi&le admitir, como arecería natural a rimera !ista, ue se $ormase ocoa oco una clase comercial en el seno de masas agrícolasM ada %a ue ermitacreerlo. "n la organiación social de la ;lta "dad 8edia, donde cada $amilia, de

adres a %i*os, se %alla&a !inculada a la tierra, no !emos u3 raón odría imulsar alos %om&res a re$erir, en lugar de una eistencia asegurada or la osesión detierras, la eistencia aleatoria recaria del comerciante. "l a$án de lucro el deseo

de me*orar su condición de&ían estar además singularmente oco etendidos en una o&lación acostum&rada a un genero de !ida tradicional, sin ning4n contacto con eleterior, donde no se roducía ninguna no!edad ni curiosidad en la ue



induda&lemente $alta&a el esíritu de iniciati!a. 6a asistencia a los eueosmercados radicados en las ciudades en los &urgos no roorciona&a a loscamesinos más ue escasos &ene$icios, ue no les insira&an deseos, ni les %acíanentre!er la osi&ilidad de un g3nero de !ida &asado en el intercam&io. /esde luego,la idea de !ender su tierra ara rocurarse dinero líuido no se le ocurrió a ninguno

de ellos. "l estado de la sociedad de las costum&res se oonía a ello de manerain!enci&le. "n resumen, no se tiene el menor indicio de ue *amás alguien %aasoado en una oeración tan arriesgada como aarosa.

;lgunos %istoriadores %an considerado como los anteasados de los mercaderesde la "dad 8edia a los ser!idores encargados or las grandes a&adías de conseguir los roductos indisensa&les ara su sustento e, induda&lemente tam&i3n algunas!eces, de !ender, en los mercados !ecinos, el ecedente de sus cosec%as o de sus!endimias. "sta %iótesis, or ingeniosa ue sea, no resiste a un eamen. "n rimer

lugar, los Rmercaderes de a&adíasO eran demasiado escasos como ara e*ercer unain$luencia de cierta imortancia. ;demás no eran negociantes autónomos, sinoemleados dedicados eclusi!amente al ser!icio de sus dueos. o se uedecomro&ar ue %aan racticado el comercio or su cuenta. o se %a conseguido, ciertamente no se %a de conseguir *amás, esta&lecer entre 3stos la clasecomerciante, cuo origen &uscamos auí, una osi&le relación.

Todo lo ue se uede a$irmar con seguridad es ue la ro$esión de comercianteaarece en 5enecia en una 3oca en la ue a4n nada odrá %acer re!er su eansiónen la "uroa occidental. asiodoro, en el siglo 5+, descri&e a a los !enecianos comoun ue&lo de marinos mercaderes. )a&emos con seguridad ue en el siglo +Q se%a&ían roducido en la ciudad enormes $ortunas. ;demás, los tratados comercialesue $irmó la ciudad or auel entonces con los emeradores carolingios o con los de?iancio no de*an lugar a dudas so&re el g3nero de !ida de sus %a&itantes. Por desgracia no se conser!a ning4n dato acerca del rocedimiento or el ueacumula&an sus caitales ractica&an sus negocios. "s casi seguro ue la sal,desecada en los islotes de la laguna, $uera o&*eto, desde mu antiguo, de unaeortación lucrati!a. "l ca&ota*e a lo largo de las costas del ;driático , so&re todo,

las relaciones de la ciudad con onstantinola rodu*eron &ene$icios a4n mása&undantes. "s sorrendente comro&ar de u3 manera se %a er$eccionado a en el

siglo Q'( el e*ercicio del negocio en 5enecia. "n una 3oca en la ue la instrucciónes monoolio eclusi!o del clero en toda "uroa, la ráctica de la escritura estáamliamente di$undida en 5enecia es a&solutamente imosi&le no oner enrelación este curioso $enómeno con el desarrollo comercial. Tam&i3n es osi&lesuoner, con &astante !erosimilitud, ue el cr3dito le %a audado desde 3ocasremotas a conseguir el grado de desarrollo u3 alcano. "s cierto ue nuestros datos

al resecto no !an más allá del comieno del siglo Q+, ero la costum&re del cr3ditomarítimo aarece tan desarrollada en esta 3oca ue es necesario remontar su origena una $ec%a más antigua.



"l mercader !eneciano o&tiene de un caitalista, con un inter3s ue se ele!a or lo general al 2I or 1II, las sumas necesarias ara constituir una carga. )e $leta unna!ío or cuenta de !arios mercaderes ue tra&a*an en com4n. 6os eligros de lana!egación tienen como consecuencia ue las eediciones marítimas se %agan en$lotillas $ormadas or muc%os na!íos, ro!istos de una triulación numerosa

con!enientemente armada'9(. Todo indica ue los &ene$icios sonetraordinariamente a&undantes. 6os documentos !enecianos no nos roorcionanaenas datos recisos, ero odemos sulir su silencio gracias a las $uentesgeno!esas. "n el siglo Q++, el cr3dito marítimo, el euiamiento de los &arcos las

$ormas del negocio son las mismas en am&as artes'9I(. 6o ue sa&emos acerca delos enormes &ene$icios conseguidos or los marinos geno!eses de&e ser, or consiguiente, igualmente !álido ara sus recursores !enecianos. @ sa&emos losu$iciente como ara oder a$irmar ue el comercio, sólo el comercio, udo, en

am&os lados, roorcionar a&undantes caitales a auellos cua suerte $ue$a!orecida or la energía la inteligencia'91(.

Pero el secreto de la $ortuna tan ráida rematura de los mercaderes !enecianosse encuentra induda&lemente en la estrec%a relación ue !incula su organiacióncomercial con la de ?iancio , a tra!3s de ?iancio, con la organiación comercialde la ;ntigSedad.

"n realidad, 5enecia no ertenece a ccidente nada más ue or su situacióngeográ$ica> ues le es a*ena tanto or el tio de !ida ue lle!a como or el esíritu

ue la anima. 6os rimeros colonos de las lagunas, $ugiti!os de ;uilea de lasciudades !ecinas, aortaron la t3cnica el utilla*e económico del mundo romano.6as relaciones constantes, cada !e más acti!as, ue desde entonces mantu!o laciudad con la +talia &iantina con onstantinola, sal!aguardaron desarrollaronesta reciosa %erencia. "n resumen, entre 5enecia el riente, ue conser!a latradición milenaria de la ci!iliación, no se erdió *amás el contacto. Podemosconsiderar a los na!egantes !enecianos como los continuadores de auellosna!egantes sirios ue %emos !isto $recuentar de una manera tan acti!a, %asta los díasde la in!asión musulmana, el uerto de 8arsella el mar Tirreno. o necesitaron,

ues, un largo enoso arendia*e ara iniciarse en el gran comercio. 6a tradiciónno se erdió *amás esto &asta ara elicar el lugar ri!ilegiado ue ocuan en la%istoria económica de la "uroa ccidental. "s imosi&le no admitir ue el derec%o las costum&res comerciales de la ;ntigSedad no sean la causa de la suerioridadue mani$iestan del rogreso ue consiguieron alcanar '92(. "studios detalladosdemostrarán alg4n día la %iótesis de lo ue auí anunciamos. o se uede dudar ue la in$luencia &iantina, tan sorrendente en la constitución olítica de 5eneciadurante los rimeros siglos, %aa interesado tam&i3n a su constitución económica.

"n el resto de "uroa, la ro$esión comercial surgió tardíamente de una ci!iliaciónen la ue toda %uella se %a&ía erdido desde %acía muc%o tiemo. "n 5enecia, escontemoránea a la $ormación de la ciudad suone una suer!i!encia del mundoromano.



5enecia e*erció una ro$unda in$luencia so&re las otras ciudades marítimas ue,en el curso del siglo Q+. comenaron a desarrollarse: Pisa =3no!a, en rimer lugar,más tarde 8arsella ?arcelona. Pero no arece ue %aa inter!enido en la$ormación de la clase comerciante, gracias a la cual la acti!idad comercial sedi$undió aulatinamente desde las costas del mar al interior del continente. os

encontramos auí en resencia de un $enómeno totalmente di$erente ue no ermite de ninguna manera !incularlo a la ;ntigSedad. )in duda se ueden %allar,desde 3ocas remotas, a mercaderes !enecianos en 6om&ardía al norte de los;les, ero no %a rue&as de ue %aan $undado colonias. 6as condiciones delcomercio terrestre son or lo demás &astante di$erentes de las del comercio marítimocomo ara ue eista la tentación de atri&uirlas una in$luencia ue además no re!elaning4n teto.

"n el curso del siglo Q es cuando se constitue nue!amente, en la "uroa

continental, una clase de comerciantes ro$esionales cuos rogresos, mu lentos en rinciio, se !an acelerando a medida ue a!anan los siglos'9D(. "l aumento de o&lación ue comiena a mani$estarse en la misma 3oca está e!identemente enrelación directa con este $enómeno. "$ecti!amente, este aumento tu!o or resultadoli&erar del camo a un n4mero cada !e más considera&le de indi!iduos a&ocarlosa ese tio de eistencia errante aarosa ue, en todas las ci!iliaciones agrícolas, esel destino de auellos ue a no ueden seguir tra&a*ando en la tierra. 8ultilicó lamasa de !aga&undos ululantes a tra!3s de la sociedad, !i!iendo de las limosnas delos monasterios, contratándose en 3ocas de cosec%a, alistándose en el e*3rcito entiemos de guerra no retrocediendo ante la raia el illa*e cuando la ocasión se

resenta&a. "ntre esta masa de desarraigados a!entureros %a ue &uscar sin dudaalguna los rimeros adetos al comercio. )u g3nero de !ida les imulsa&anaturalmente %acia os lugares en los ue la a$luencia de %om&res ermitía eserar alg4n &ene$icio o alg4n encuentro a$ortunado. ;unue $recuenta&an asiduamente las

eregrinaciones, no se sentían menos atraídos or los uertos, mercados $erias. ;llíse contrata&an como marineros, remolcadores de &arcos, cargadores o esti&adores. "lcarácter en3rgico, temlado or la eeriencia de una !ida llena de imre!istos,

de&ía a&undar entre ellos. 8uc%os conocían lenguas etran*eras esta&an alcorriente de las costum&res de las necesidades de di$erentes aíses '9G(. )i se

resenta&a una oortunidad a$ortunada, sa&emos ue las oortunidades sonnumerosas en la !ida de un !aga&undo, esta&an entusiásticamente disuestos asacarle ro!ec%o. Bna euea ganancia, con %a&ilidad e inteligencia, se uedetrans$ormar en una considera&le ganancia. ;sí de&ía ocurrir al menos en una 3ocaen la ue la insu$iciencia de la circulación la relati!a escase de las mercancíaso$recidas al consumo de&ían mantener los recios mu ele!ados. "l %am&re, ue esta

insu$iciente circulación multilica&a en toda "uroa, tanto en una ro!incia como enotra, aumenta&a tam&i3n las osi&ilidades de enriuecerse ara el ue suiera

aro!ec%arlas'9C(. ?asta&a transortar algunos sacos de trigo oortunamente a undeterminado lugar ara conseguir ingSes &ene$icios. Para un %om&re astuto, ue no


http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 54/279www.lectulandia.com - Página CI

rearase en es$ueros, la $ortuna reser!a&a, ues, $ructí$eras oeraciones. @ciertamente, del seno de la misera&le masa de estos %araientos errantes, no tardaríanen surgir nue!os ricos.

Felimente, se cuenta con algunos datos oortunos ara oder !eri$icar ueocurrió de esta manera. ?astará citar el más característico: la &iogra$ía de )an

=oderico de Fínc%ale'9E(. ació a $inales del siglo Q+, en 6incolns%ire, de camesinos o&res, tu!o ue

ingeniárselas desde la in$ancia ara encontrar medios de su&sistencia. omo otrosmuc%os misera&les de cualuier 3oca, se con!irtió en !aga&undo or las laas, a la

&4sueda de restos de nau$ragios arro*ados or las olas. 8ás tarde le !emos, uiátras alg4n %allago a$ortunado, trans$ormarse en &u%onero recorrer el aís cargadode acotilla. ;l ca&o del tiemo, *unta algunas monedas , un &uen día, se une a unacomiti!a de mercaderes ue encuentra en el curso de sus andanas a la ue sigue

de mercado en mercado, de $eria en $eria de ciudad en ciudad. on!ertido de estamanera en negociante ro$esional, consigue ráidamente &ene$icios de tal índolecomo ara ermitirse asociarse con algunos comaeros, $letar con ellos un &arco emrender el ca&ota*e a lo largo de las costas de +nglaterra "scocia, de /inamarca Flandes. 6a sociedad rosera seg4n sus deseos> sus oeraciones consisten entransortar al etran*ero los roductos ue sa&e ue son allí escasos en aduirir, encontraartida, en auellos mismos lugares, las mercancías ue luego !enderá enlugares donde su demanda es maor donde se ueden conseguir lógicamente los

&ene$icios más lucrati!os. ;l ca&o de algunos aos, esta inteligente costum&re decomrar a &uen recio de !ender mu caro %ace de =oderico un %om&reconsidera&lemente rico. "s entonces cuando, tocado or la gracia, renuncias4&itamente a la !ida ue %a&ía lle!ado %asta entonces, da sus &ienes a los o&res se con!ierte en eremita.

6a %istoria de )an =oderico, si se surime el desenlace místico, $ue la de muc%osotros. os muestra con er$ecta claridad cómo un %om&re surgido de la nada udo,en un tiemo relati!amente corto, amasar una considera&le $ortuna. 6ascircunstancias la suerte contri&ueron sin duda a su $ortuna, ero la causa esencial

de su 3ito, el &iógra$o contemoráneo a uien de&emos el relato insiste ro$usamente en ello, es la inteligencia o, me*or dic%o, el sentido de los negocios'97(.=oderico se nos muestra como un calculador dotado de ese instinto comercial ue noes raro encontrar en cualuier 3oca en naturaleas emrendedoras. 6a &4sueda delinter3s dirige todas sus acciones se uede reconocer en 3l claramente ese $amosoResíritu caitalistaO J spiritus capitalisticusK, del ue se nos uiere %acer creer uesólo data del renacimiento. "s imosi&le mantener ue =oderico %a racticado losnegocios solamente ara cu&rir sus necesidades cotidianas. "n lugar de guardar en el

$ondo de un co$re el dinero ue %a ganado, lo utilia ara a$ianar etender sucomercio. o temo emlear una eresión demasiado moderna al decir ue los

&ene$icios ue o&tiene son emleados a medida ue !an llegando ara aumentar su





caital circulante. "s igualmente sorrendente o&ser!ar cómo la conciencia de ese$uturo mon*e está comletamente li&re de cualuier escr4ulo religioso. )u

reocuación or &uscar ara cada roducto el mercado ue le roducirá el máimode &ene$icios está en $lagrante oosición con la doctrina de la +glesia ue castiga

todo tio de eseculación con la doctrina económica del recio *usto'9(.

6a $ortuna de =oderico no se uede elicar solamente or la %a&ilidadcomercial. "n una sociedad tan &rutal como la del siglo Q+, la iniciati!a ri!ada no

odía o&tener 3ito si no era mediante la asociación. /emasiados eligrosamenaa&an la eistencia errante del !aga&undo, como ara ue no se ercatase de lanecesidad rimordial de agruarse ara su de$ensa. ;demás, otros moti!os leimulsa&an a &uscar comaía. )i en $erias o en mercados surgía una disuta,%alla&a en ellos los testigos o las garantías ue resondían or 3l ante la *usticia. "nsociedad odía comrar las mercancías en una cantidad ue, estando reducido a sus

roios recursos, no %u&iese sido caa de aduirir. )u cr3dito ersonal aumenta&aen $unción del cr3dito de la colecti!idad de la ue $orma&a arte , gracias a ello, odía %acer $rente a la cometencia de sus ri!ales. "l &iógra$o de =oderico nos relataen t3rminos recisos cómo, desde el día en ue su %3roe se asoció a un gruo demercaderes !ia*eros, sus negocios emearon a roserar. ;ctuando de esta manerano %acía sino adatarse a las costum&res. "l comercio de la ;lta "dad 8edia sólo seconci&e &a*o esta $orma rimiti!a de la ue la cara!ana es la mani$estación máscaracterística. "sta es osi&le gracias a las mutuas seguridades ue esta&lecen entresus miem&ros, a la discilina ue les imone, al reglamento al ue los somete. Pocoimorta ue se trate del comercio marítimo o terrestre, el esectáculo es siemre elmismo. 6os &arcos sólo na!egan agruados en $lotillas, al igual ue los mercaderesrecorren el aís en &andas. Para ellos la seguridad está garantiada or la $uera, la$uera es la consecuencia de la unión.

)ería un a&soluto error creer ue las asociaciones comerciales, cuo rastro se uede seguir desde el siglo Q, son un $enómeno esecí$icamente germano. Tam&i3nes !erdad ue los t3rminos ue %an ser!ido ara designarlas en "uroa setentrional,

gildes hanses, son originarios de ;lemania, ero el %ec%o de la agruación se

encuentra or todas artes en la !ida económica , sean cuales sean las di$erencias dedetalle ue resente seg4n las regiones, en lo esencial es igual en cualuier sitio,

orue en cualuier sitio eistían las mismas condiciones ue lo %acíanindisensa&le. "n +talia, como en los Países ?a*os, el comercio sólo udo di$undirsegracias a la cola&oración.

6as R%ermandadesO, las RcaridadesO las RcomaíasO mercantiles de los aísesde lengua románica son eactamente análogas las gildes hanses de las regiones

germánicas'99(. 6o ue %a dominado a la organiación económica no son de ninguna

manera los Rgenios nacionalesO, son las necesidades sociales. 6as instituciones rimiti!as del comercio $ueron tan cosmoolitas como las $eudales.

6as $uentes nos ermiten %acernos una idea eacta de las agruaciones



comerciales ue, a artir del siglo Q, son cada !e más numerosas en la "uroa

occidental'1II(.Ha ue imaginarlas como &andas armadas cuos miem&ros, ro!istos de armas

esadas, rodean a los ca&allos a las carretas cargadas de sacos, $ardos toneles.; la ca&ea de la cara!ana marc%a RsuO ortaestandarte. Bn *e$e, el +ansgraf o deán,

asume el mando de la comaía, la cual se comone de R%ermanosO unidos entre sí or un *uramento de $idelidad. Bn esíritu de estrec%a solidaridad anima a todo elgruo. 6as mercancías son, seg4n arece, comradas !endidas en com4n los

&ene$icios reartidos en roorción a la aortación %ec%a or cada uno a laasociación.

"s mu ro&a&le ue estas comaías, or lo general, %aan realiado !ia*es mulargos. os eui!ocaríamos de medio a medio si nos imagináramos el comercio deesta 3oca como un comercio local, estrec%amente limitado a la ór&ita de un

mercado regional. @a indicamos cómo los negociantes italianos llegaron %asta París %asta Flandes. ; $inales del siglo Q, el uerto de 6ondres es $recuentadoregularmente or mercaderes de olonia, Hu, /inant, Flandes #4an. Bn teto nos%a&la de cómo gentes de 5erd4n tra$ica&an con "saa'1I1(. "n el !alle del )ena, laHansa arisiense de los mercaderes del agua está en relación constante con #4an. "l

&iógra$o de =oderico, al comentarnos sus eediciones en el ?áltico en el mar del orte, nos muestra al mismo tiemo las de sus acomaantes.

Por tanto, es el gran comercio a larga distancia se re$iere un t3rmino más

reciso, el comercio a larga distancia, el ue %a caracteriado el renacimientoeconómico de la "dad 8edia./e la misma manera ue la na!egación de 5enecia de ;mal$i , más tarde, la de

Pisa =3no!a realia desde un rinciio tra!esías de largo alcance, los mercaderesdel continente se asan la !ida !aga&undeando or !astas onas'1I2(. "ra ara ellos el4nico medio de conseguir &ene$icios considera&les. Para o&tener recios ele!adosera necesario ir a &uscar le*os los roductos ue se encontra&an allí en a&undancia, a$in de oder re!enderlos desu3s con ro!ec%o en auellos lugares en los ue suescase aumenta&a el !alor. uanto más ale*ado era el !ia*e del mercader tanto más

ro!ec%o saca&a. @ se elica sin di$icultad ue el a$án de lucro $uera tan oderosocomo ara contrarrestar las $atigas, los riesgos los eligros de una !ida errante euesta a todos los aares. )al!o en in!ierno, el comerciante de la "dad 8edia está

ermanentemente en ruta. 6os tetos ingleses del siglo Q++ le llaman intor3scamentecon el nom&re de Ries ol!orientosO J pedes pulverosiK'1ID(. "ste ser errante, este!aga&undo del comercio, de&ía sorrender, desde el rinciio, or lo insólito de sutio de !ida a la sociedad agrícola con cuas costum&res c%oca&a en donde no leesta&a reser!ado ning4n sitio. )uonía la mo!ilidad en medio de unas gentes!inculadas a la tierra, descu&ría, ante un mundo $iel a la tradición resetuoso deuna *eraruía ue determina&a el ael el rango de cada clase, unamentalidad



calculadora racionalista ara la ue la $ortuna, en !e de medirse or la ondicióndel %om&re, sólo deendía de su inteligencia de su energía. o odemossorrendernos, ues, si rodu*o escándalo. 6a no&lea no tu!o más ue desrecio

ara auellos ad!enedios, cua rocedencia era desconocida cua insolente$ortuna resulta&a insoorta&le. )e encoleria&a al !erlos con maores cantidades de

dinero ue ella misma> se sentía %umillada or tener ue recurrir, en momentosdi$íciles, a la auda de estos nue!os ricos. "ceto en +talia, donde las $amiliasaristocráticas no !acilaron en aumentar su $ortuna interesándose a título de

restamistas en las oeraciones comerciales, el re*uicio de ue la dedicación alcomercio es denigrante ermanece !i!o en el seno de la no&lea %asta el $in del;ntiguo #3gimen.

"n cuanto al clero, su actitud con resecto a los comerciantes $ue a4n másdes$a!ora&le. Para la +glesia la !ida comercial %acía eligrar la sal!ación del alma.

"l comerciante, dice un teto atri&uido a )an erónimo, di$ícilmente uede agradar a/ios. 6os canonistas consideran el comercio como una $orma de usura. ondenan la &4sueda de &ene$icios, a la ue con$unden con la a!aricia. )u doctrina del *usto recio retendía imoner a la !ida económica una renuncia , ara decirlo todo, unascetismo incomati&le con el desarrollo natural de 3sta. Todo tio de eseculaciónles arecía un ecado. @ esta se!eridad no tu!o como causa la estricta interretaciónde la moral cristiana, sino ue es necesario atri&uirla tam&i3n a*as condiciones de!ida de la +glesia. 6a suer!i!encia de 3sta deendía, en e$ecto, 4nicamente de laorganiación seorial, la cual a !imos anteriormente %asta u3 unto era a*ena a laidea emresarial lucrati!a. )i a esto se aade el ideal de o&rea ue el misticismocluniacense otorga&a al $er!or religioso, se odrá comrender sin es$uero la actitudde descon$iana %ostilidad con la ue la +glesia reci&ió el renacimiento comercial,al ue consideró moti!o de escando e inuietud'1IG(.

"s reciso admitir ue esta actitud no de*ó de ser &ene$iciosa. Tu!o or resultadoimedir ue el a$án de lucro se eandiese ilimitadamente> rotegió, en ciertamedida, a los o&res $rente a los ricos, a los endeudados $rente a los acreedores. 6a

laga de deudas ue, en la ;ntigSedad griega romana, se a&atió tan enosamente

so&re el ue&lo, se consiguió e!itar en la sociedad medie!al se uede creer ue la+glesia tu!o muc%o ue !er con esta solución $eli. "l restigio uni!ersal de uegoa&a sir!ió como $reno moral. )i no $ue lo su$icientemente oderosa ara someter a los mercaderes a la teoría del *usto recio, sí lo $ue, sin em&argo, ara lograr imedirles ue se a&andonaran sin remordimientos al a$án de lucro. "n realidad,muc%os se inuieta&an or el eligro a ue eonían su sal!ación eterna con sug3nero de !ida. "l miedo a la !ida $utura atormenta&a su conciencia. "n el lec%o demuerte, eran muc%os los ue en su testamento $unda&an instituciones de caridad o

dedica&an una arte de sus &ienes a de!ol!er las sumas conseguidas in*ustamente. "ledi$icante $inal de =oderico testimonia el con$licto ue se de&ió desarrollar $recuentemente en sus almas entre las seducciones irresisti&les de la riuea las



rescriciones austeras de la moral religiosa ue su ro$esión, a esar de !enerarlas,les o&liga&a a !iolar constantemente'1IC(.

6a condición *urídica de los comerciantes terminó or roorcionarles, en estasociedad en la ue or tantos moti!os resulta&an originales, un lugar comletamente

eculiar. ; causa de la !ida errante ue lle!a&an, en todas artes eran etran*eros.

adie conocía el origen de estos eternos !ia*eros. 6a maoría rocedían de adres noli&res a los ue %a&ían a&andonado desde mu *ó!enes ara lanarse a la a!entura.Pero la ser!idum&re no se re*uga: %a ue demostrarla. "l derec%o institue uenecesariamente es %om&re li&re auel ue no se le uede asignar un amo. )ucedió,

ues, ue %u&o ue considerar a los comerciantes, la maoría de los cuales eraninduda&lemente %i*os de sier!os, como si %u&iesen dis$rutado siemre de li&ertad./e %ec%o, se li&eraron al desarraigarse del suelo natal. "n medio de una organiaciónsocial en la ue el ue&lo esta&a !inculado a la tierra en la ue cada miem&ro

deendía de un seor, resenta&an el insólito esectáculo de marc%ar or todas artessin oder ser reclamados or nadie. o rei!indican la li&ertad: les era otorgada desdeel momento en ue era imosi&le demostrarles u3 no dis$ruta&an de ella. 6aaduirieron, or decirlo de alguna manera, or uso or rescrición. "n resumen,al igual ue la ci!iliación agraria %a&ía %ec%o del camesino un %om&re cuoestado %a&itual era la ser!idum&re, el comercio %io del mercader un %om&re cuoestado %a&itual era la li&ertad. /esde entonces, en lugar de estar sometido a la

*urisdicción seorial atrimonial, sólo deendía de la *urisdicción 4&lica. 6os4nicos ue resultaron cometentes ara *ugarlos $ueron los tri&unales ue a4nmantenían, or encima de la multitud de cortes ri!adas, el antiguo armaón de laconstitución *udicial del estado $ranco'1IE(.

6a autoridad 4&lica les tomó, al mismo tiemo, &a*o su rotección. 6os ríncies territoriales, ue tenían ue roteger en sus condados la le el orden 4&lico a uienes además corresondía la !igilancia de los caminos la rotecciónde los !ia*eros, amliaron su tutela so&re los comerciantes.

;l actuar de esta manera no %icieron sino roseguir la tradición del "stado cuos oderes %a&ían usurado. @a arlomagno en un imerio $undamentalmente agrícola,se %a&ía reocuado or mantener la li&ertad de circulación. Ha&ía dictado medidasa $a!or de los eregrinos de los comerciantes *udíos o cristianos, las caitularesde sus sucesores demuestran ue ermanecieron $ieles a esta olítica. 6osemeradores de la casa de )a*onia actuaron de igual $orma en ;lemania lo mismo%icieron los rees $ranceses en cuanto tu!ieron el oder.

;demás los ríncies tenían un gran inter3s en atraer a los mercaderes %acia sus aíses, donde aorta&an una actitud nue!a aumenta&an $ructí$eramente las rentasdel telonio. /esde mu antiguo !emos cómo los condes toman en3rgicas medidas

contra el illa*e, !igilan el &uen desen!ol!imiento de las $erias la seguridad de las!ías de comunicación. "n el siglo Q+ se realian grandes rogresos, los cronistasconstatan ue %a regiones en las ue se uede !ia*ar con una gran &olsa de oro sin



temor de ser deso*ados. Por su arte la iglesia castiga con la ecomunión a losasaltantes de caminos, las aces de /ios, de las ue toma la iniciati!a a $ines delsiglo Q, rotegen esecialmente a los comerciantes.

Pero no &asta con ue los comerciantes sean colocados &a*o la tutela la *urisdicción de los oderes 4&licos. 6a no!edad de su ro$esión eige además ue

el derec%o, realiado or una ci!iliación &asada en la agricultura, se $lei&ilice seadate a las necesidades rimordiales ue esta no!edad le imone. "l rocedimiento

*udicial con su rígido tradicional $ormalismo, con su morosidad, con su sistema de rue&a tan rimiti!o como el duelo, con el a&uso ue %ace del *uramento a&solutorio,con sus RordalíasO ue de*an al aar la solución de rogreso, es ara loscomerciantes una tra&a continua.

ecesitan un derec%o más sencillo, eediti!o euitati!o. "n $erias mercadosela&oran entre sí una costum&re comercial J ,us mercatorumK, cuas rimeras %uellas

odemos sorrender en el curso del siglo Q'1I7(

. "s &astante ro&a&le ue desdetiemo inmemorial, este derec%o se introdu*era en la ráctica *urídica, al menos arael roceso entre comerciantes. /e&ió constituir ara ellos una esecie de derec%o

ersonal, cuo &ene$icio los *ueces no tenían ning4n moti!o ara rec%aar '1I(.6os tetos ue %acen alusión al tema no nos ermiten desgraciadamente conocer

el contenido. "ra, sin duda, un con*unto de usos surgidos en el e*ercicio del comercio ue se di$undieron aulatinamente a medida ue 3ste se $ue etendiendo. 6asgrandes $erias, en las ue se encontra&an eriódicamente mercaderes de di!ersos

aíses de las ue sa&emos ue esta&a ro!istas de un tri&unal esecial encargadode administrar *usticia con rontitud, %a&ían resenciado induda&lemente laela&oración de un tio de *urisrudencia comercial, $undamentalmente la misma entodas artes a esar de las di$erencias de los aíses, las lenguas los derec%osnacionales.

"l comerciante aarece de esta manera no sólo como un %om&re li&re, sino comoun ri!ilegiado. ;l igual ue el cl3rigo el no&le, dis$ruta de un derec%oececional, escaa, como auellos, al oder atrimonial seorial ue continua&a

esando so&re los camesinos.



!. La formaci"n de las ciudades y la

burgues#a

"n ninguna ci!iliación la !ida ur&ana se %a desarrollado indeendientemente del

comercio de la industria. 6a di!ersidad de climas, raas o religiones, así como delas 3ocas, no a$ectan en nada a este %ec%o, ue se imuso en el asado en lasciudades de "gito, ?a&ilonia, =recia, el imerio romano o el ára&e, como seimone en nuestros días en la "uroa o ;m3rica, +ndia, aón o %ina. )uuni!ersalidad se elica en $unción de su necesidad.

"n e$ecto, una aglomeración ur&ana sólo uede su&sistir mediante la imortaciónde roductos alimenticios ue o&tiene de a$uera. Pero esta imortación, or arte,de&e resonder a la eortación de roductos manu$acturados ue constitue su

contraartida o contra!alor. ueda instituida de esta manera, entre la ciudad susalrededores, una relación ermanente de ser!icios. "l comercio la industria sonindisensa&les ara el mantenimiento de esta deendencia recíroca: sin laimortación ue asegura al aro!isionamiento sin la eortación ue la comensa

gracias a los o&*etos de cam&io, la ciudad desaarecería'1I9(."ste estado de cosas imlica e!identemente un sinn4mero de matices. )eg4n las

3ocas los lugares, la acti!idad comercial la industrial %an sido más o menos reonderantes en las o&laciones ur&anas. "s &ien sa&ido ue en la ;ntigSedad una arte considera&le de ciudades se comonía de roietarios %acendados ue !i!íande un tra&a*o o de la renta de las tierras ue oseían en el eterior. Pero no es menoscierto ue a medida ue las ciudades se agrandaron, $ueron más numerosos losartesanos los comerciantes. 6a economía rural, más antigua ue la ur&ana,continuó coeistiendo a su lado sin imedir ara nada su desarrollo.

6as ciudades medie!ales nos o$recen un esectáculo mu distinto. "l comercio la industria las con$ormaron tal como $ueron, no de*aron de desarrollarse &a*o suin$luencia. "n ninguna 3oca se %a odido o&ser!ar un contraste tan acentuado comoel ue en$renta la organiación social económica de las ciudades medie!ales a la

organiación social económica del camo. )eg4n arece, *amás %u&o en el asadoun tio de %om&re tan esecí$ico claramente ur&ano como el ue comuso la

&urguesía medie!al'11I(."s imosi&le dudar ue el origen de las ciudades se !incula directamente, como

el e$ecto a su causa, al renacimiento comercial del ue a %a&lamos en los caítulos recedentes. 6a rue&a es la c%ocante coincidencia ue aarece entre la eansióndel comercio la del mo!imiento ur&ano. +talia los Países ?a*os, donde laeansión comercial se mani$estó en rimer lugar, son recisamente los aíses en los

ue el mo!imiento ur&ano se originó se a$irmó con más raide !igor. "s o&!iosealar ue las ciudades se multilican a medida ue rogresa el comercio ueaarecen a lo largo de todas auellas rutas naturales or las ue 3ste se eande.



acen, or así decirlo, tras su aso. +nicialmente las encontramos al &orde decostas ríos. 8ás



tarde, al amliarse la enetración comercial, se $undan so&re los caminos ue unenentre si estos rimeros centros de acti!idad. "l e*emlo de los Países ?a*os es en estesentido un caso tíico. ; artir del siglo Q comienan a $undarse las rimerasciudades al &orde del mar o en las ri&eras del 8osa el "scalda> la regiónintermedia, ?ra&ante, no osee toda!ía ninguna. Ha ue eserar al siglo Q++ ara

!erlas aarecer a lo largo de la ruta ue se esta&lece entre los dos grandes ríos. @ se odrían destacar en todas artes casos análogos. Bn maa de "uroa en donde seresaltara la imortancia relati!a de las !ías comerciales, coincidiría, sin aenasdi$erencias, con otro ue mostrara la imortancia relati!a de las aglomeracionesur&anas.

6as ciudades medie!ales resentan una !ariedad etraordinaria. ada una deellas osee una $isonomía un carácter roios. )e di$erencian entre sí, igual ue sedi$erencian los %om&res, se uede, sin em&argo, agruarlas or $amilias con$orme a

ciertos tios generales, ue, a su !e, se arecen entre sí or sus traos esenciales.Por consiguiente, resulta osi&le, tal como se intentará %acer auí, descri&ir lae!olución de la !ida ur&ana en el ccidente euroeo. "l cuadro ue se o&tendrá deesta manera resentará necesariamente un carácter demasiado esuemático no sea*ustará eactamente a ning4n caso articular. "n 3l sólo odremos %allar loscaracteres comunes, %ec%a la a&stracción de los indi!iduales. Znicamente aareceránlos grandes rasgos como si se tratara de un aisa*e contemlado desde lo alto de unamontaa.

)in em&argo, el tema es menos comlicado ue lo ue udiera arecer a rimera!ista. "$ecti!amente, es in4til, en un ensao so&re el origen de las ciudades euroeas,dar cuenta de la in$inita comle*idad ue resentan. 6a !ida ur&ana en un rinciiosólo se desarrolló en un n4mero &astante restringido de localidades ertenecientestanto a la +talia setentrional como a los Países ?a*os regiones !ecinas. ?astará contener en cuenta estas ciudades rimiti!as, no considerando las $ormaciones

osteriores ue or muc%o inter3s ue tengan no son en suma más ue simlesreeticiones'111(. ;demás se concederá, en las áginas siguientes, un lugar

ri!ilegiado a los Países ?a*os, de&ido a ue roorcionan al %istoriador, en lore$erente a las rimeras 3ocas de la e!olución ur&ana, más claridad ue cualuier otra región de "uroa ccidental.

6a organiación comercial de la "dad 8edia, tal como se %a intentadodescri&ir, %acía indisensa&le el esta&lecimiento en untos $i*os de !ia*ante decomercio so&re los ue descansase esa organiación. "n los inter!alos de sus !ia*es so&re todo cuando el mal tiemo %acía ina&orda&le el mar, los ríos, los caminos,de&ían necesariamente congregarse en ciertos untos del territorio. aturalmente enun rimer momento se concentraron en auellos lugares cua situación $acilita&a las

comunicaciones donde odían al mismo tiemo guardar con seguridad su dinero sus &ienes. Por consiguiente, se dirigieron %acia auellas ciudades o &urgos ueme*or resondían a estas condiciones.

)u n4mero era considera&le. "l emlaamiento de las ciudades !enía imuesto



or el relie!e del suelo o la dirección de los cursos $lu!iales, en una ala&ra, or lascircunstancias naturales ue recisamente determina&an la dirección del comercio de esta manera dirigían %acia ellas a los mercaderes. "n cuanto a los &urgos,destinados a oonerse al enemigo o a roorcionar un re$ugio a las o&laciones, node*aron de construirse en lugares cuo acceso $uese esecialmente $ácil. Por estas

mismas rutas eran or donde asa&an los in!asores circula&an los comerciantes, or esta raón las $ortaleas le!antadas contra auellos eran ecelentes lugares araatraer a estos al interior de las murallas. )ucedió or lo tanto, ue las rimerasaglomeraciones comerciales se esta&lecieron en los lugares ue la naturalea

redisonía a ser, no a !ol!er a ser, centros de circulación económica'112(.)e odría creer, e$ecti!amente así lo %an creído ciertos %istoriadores, ue los

mercados Jmercatus, mercataK, cuo n4mero es tan etraordinariamente ele!ado a artir del siglo +Q, %an sido la causa de estas rimeras aglomeraciones.

"sta oinión, or seductora ue areca a rimera !ista, no resiste a un eamen.6os mercados de la 3oca carolingia eran simles mercados locales, $recuentados or los camesinos de los alrededores or algunos &u%oneros.

Tenían como 4nico $in el de solucionar el aro!isionamiento de las ciudades delos &urgos. )ólo se reunían una !e or semana sus transacciones esta&an limitadas

or las necesidades dom3sticas de unos %a&itantes mu oco numerosos, ara cuoser!icio %a&ían sido esta&lecidos.

8ercados de esta clase %an eistido siemre %o en día a4n eisten en miles de

eueas ciudades ue&los. )u oder de atracción no era ni lo &astante oderoso,ni lo &astante etenso, como ara ue una o&lación comercial se $i*ara a sualrededor. Por lo demás, se conocen in$inidad de lugares ue aunue están ro!istosde esta clase de mercados *amás consiguieron el rango de ciudades. ;sí ocurrió or e*emlo, en los ue el o&iso de am&rai el a&ad de #eic%enau esta&lecieron, unoen el ao 1II1 ateau-am&r3sis el otro en el ao 11II en #adol$ell. ;%ora

&ien #adol$ell ateau siemre $ueron localidades insigni$icantes el $racaso delas tentati!as de ue $ueron o&*eto demuestra er$ectamente cómo los mercados

esta&an desro!istos de esta in$luencia ue a !eces se la %a uerido conceder '11D(.tro tanto se uede decir de las $erias J foraK , sin em&argo, las $erias, a

di$erencia de los mercados, $ueron instituidas ara ser!ir de lugares de reunión eriódicos a los comerciantes ro$esionales, ara onerles en contacto entre sí ara%acer ue las !isitasen en determinadas 3ocas. /e %ec%o, la imortancia de muc%asde estas $erias %a sido considera&le. "n Flandes, las de T%orout 8esines enFrancia las de ?ar-sur-;u&e 6agn $iguran entre los centros rinciales delcomercio medie!al %asta $inales del siglo Q5+++ aroimadamente. Puede, ues,resultar etrao a rimera !ista ue ninguna de estas localidades se %aa con!ertido

en una ciudad digna de este nom&re, ero las transacciones ue allí se realia&ancarecían del carácter ermanente indisensa&les ara la radicación del negocio. 6oscomerciantes se dirigían %acia ellas orue esta&an situadas en la gran !ía de tránsito



ue i&a desde el mar del orte %asta 6om&ardía orue los ríncies territorialeslas %a&ían dotado de $ranuicias ri!ilegios.

"ran los centros de reunión los lugares de intercam&io donde se encontra&an!endedores comradores rocedentes del norte del mediodía> luego unassemanas más tarde, la eótica clientela se disersa&a ara no !ol!er %asta el ao

siguiente.+nduda&lemente ocurrió, incluso con cierta $recuencia, ue una $eria se radicara

en un lugar donde más tarde eistió una aglomeración comercial. "ste es, or e*emlo, el caso de 6ille, @res, Troes, etc. 6a $eria seguramente de&ió $a!orecer eldesarrollo de estas ciudades, ero es imosi&le admitir ue lo %aan ro!ocado.

umerosas ciudades imortantes roorcionan $ácilmente la rue&a. Yorms, )ira,8aguncia, no $ueron *amás sede de una $eria> Tournai no cele&ró ninguna %asta12G, 6ede %asta 1DIG =ante 4nicamente en el siglo Q5'11G(.

)e deduce ues, ue la situación geográ$ica, unida a la resencia de una ciudad oun &urgo $orti$icado, se muestra como condición esencial ara un esta&lecimientocomercial.

o %a nada menos arti$icial ue la $ormación de un esta&lecimiento de este tio.6as necesidades rimordiales de la !ida comercial, la $acilidad de comunicaciones, la necesidad de seguridad dan cuenta de ello de la manera más natural. "n una 3ocamás a!anada, cuando la t3cnica ermitió al %om&re !encer a la naturalea e imoner su !oluntad a esar de los o&stáculos del clima o del relie!e, $ue osi&le sin lugar a

dudas edi$icar las ciudades allí donde el esíritu de emresa la &4sueda deintereses determinan su emlaamiento. Pero las cosas discurren de otra manera enun momento en ue la sociedad no %a aduirido toda!ía el !igor su$iciente aradominar el medio am&iente. &ligada a adatarse, es este medio recisamente el uemarca la auta de su %á&itat. 6a $ormación de las ciudades en la edad media es un$enómeno casi tan claramente determinado or el medio geográ$ico social como lo

está el curso de los ríos or el relie!e de las montaas la dirección de los!alles'11C(. ; medida ue se acent4a, a artir del siglo Q, el renacimiento comercial

de "uroa, las colonias mercantiles, instaladas en las ciudades o al ie de los &urgos,!an creciendo ininterrumidamente. )u o&lación se acrecienta en $unción de la!italidad económica. "l mo!imiento ascendente ue

se e!idencia desde sus orígenes continuará de maneraininterrumida %asta $inales del siglo Q+++. "ra imosi&le ue ocurriera de otra

manera. ada uno de los nudos del tránsito internacional articia&a naturalmente dela acti!idad de este de la multilicación de los comerciantes tenía necesariamente

como consecuencia el crecimiento de su n4mero en todos los lugares donde se %a&íaasentado inicialmente, orue esos lugares eran recisamente los más $a!ora&les

ara la !ida comercial. )i estos lugares atra*eron a los comerciantes antes ue otros$ue orue resondía a sus necesidades ro$esionales me*or ue los demás.

;sí se uede elicar de la manera más satis$actoria oru3, or regla general, lasciudades comerciales más imortantes de una región son tam&i3n las más antiguas.



)o&re las rimeras aglomeraciones comerciales solo oseemos datos cua


http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 66/279www.lectulandia.com - Página EI

insu$iciencia está mu le*os de satis$acer nuestra curiosidad. 6a %istoriogra$ía delsiglo Q Q+ se desinteresó or comleto de los $enómenos sociales económicos."scrita eclusi!amente or cl3rigos mon*es, medían naturalmente la imortanciade los %ec%os en $unción de lo ue 3stos reresenta&an ara la iglesia. 6a sociedadlaica llama&a su atención sólo en la medida en ue mantenía relaciones con la

sociedad religiosa. o odían omitir el relato de las guerras de los con$lictos olíticos ue e*ercían una reercusión so&re ella, ero Lcómo %a&rían de tomarse lamolestia de recisar los orígenes de la !ida ur&ana ara la ue carecían de

comrensión simatíaM'11E( ;lgunas alusiones %ec%as al aar, algunas anotaciones$ragmentarias, con ocasión de alguna re!uelta o su&le!ación, es rácticamente todocon lo ue, en la maoría de los casos, se tiene ue contentar el %istoriador. Hace$alta llegar %asta el siglo Q++ ara %allar esorádicamente en alg4n etrao laicometido a escri&ir, una in$ormación un oco más a&undante. 6os maas los relatos

nos ermiten sulir en cierta medida esta indigencia, ero, a esar de todo, son muraros en la 3oca de los orígenes. Hasta $inales del siglo Q+ no comienan a

roorcionar in$ormaciones más a&undantes. "n cuanto a las $uentes de origenur&ano, me re$iero a las escritas comuestas or &urgueses, no %a ningunaanterior al $inal del siglo Q++. "n cualuier caso estamos o&ligados a ignorar muc%ascosas a recurrir con demasiada $recuencia, en el aasionante estudio del origen delas ciudades, a la comaración la %iótesis.

6os detalles de cómo se ue&las las ciudades se nos escaan. o se sa&e de ue

manera se instalaron los rimeros comerciantes, si en medio o al lado de la o&lación reeistente. 6as ciudades, cuos recintos comrendían con $recuencia esacios!acíos ocuados or camos *ardines, de&ieron roorcionarles inicialmente unlugar ue ronto llegaría a ser demasiado reducido. "s cierto ue, desde el siglo Q, enmuc%as de ellas se les o&ligo a instalarse etramuros. "n 5erd4n construeron unrecinto $orti$icado Jnegotiatorum claustrumK'117(, unido a la ciudad or dos uentes>en #atis&ona, la ciudad de los comerciantes Jurbs mercatorumK se le!anta en lasinmediaciones de la ciudad eiscoal, e igual ocurre con Btrec%t, "stras&urgo,

etc'11(

. "n am&rai los reci3n llegados se rodean de una emaliada de madera ue,al oco tiemo, es sustituida or una muralla de iedra '119(. )a&emos ue el recinto

ur&ano de 8arsella de&ió ser amliado a comienos del siglo Q+'12I(.

)ería $ácil multilicar estos e*emlos ue muestran de $orma inaela&le la ráidaeansión aduirida or las !ie*as ciudades ue, desde el eríodo romano, no %a&íanconocido ninguna eansión.

"n asiento de la o&lación en los &urgos se de&ió a la misma situación ue el delas ciudades, ero se rodu*o en condiciones &astantes distintas. "n estos,

e$ecti!amente, $alta esacio disoni&le ara los ue llega&an. 6os &urgos eran4nicamente $ortaleas cuas murallas encerra&an un erímetro etraordinariamentelimitado, or esta raón, desde un rinciio, los comerciantes se !ieron o&ligados a





instalarse, or la $alta de sitio, en el eterior de ese erímetro.

onstrueron un &urgo de etramuros a su lado, es decir un su&ur&ioJ forisburgus' suburbiumK. "ste su&ur&io es llamado or otros tetos tam&i3n &urgonue!o Jnovus burgusK, or oosición al &urgo $eudal o &urgo !ie*o Jvetus burgusK alue esta&a adosado.

Para designarle encontramos en +nglaterra en los Países ?a*os, un t3rmino ueresonde admira&lemente a su naturalea: portus.

"n el lengua*e administrati!o del imerio romano se llamó portus, no a un uertomarino, sino a un recinto ceremonial ue sir!e de almac3n ara las mercancías de

aso'121(. 6a eresión asó, sin trans$ormarse aenas, a las 3ocas mero!ingia carolingia'122(. #esulta $ácil comro&ar cómo todos auellos lugares a los ue sealica están situados en cursos $lu!iales todos tienen un telonio esta&lecido.

"ran, ues, desem&arcaderos en los ue se acumula&an, en !irtud del *uego de la

circulación, mercancías destinadas a ser transortadas más le*os'12D(. "ntre un %ortus un mercado o una $eria la di$erencia es mu clara. 8ientras ue en 3stos dos4ltimos son centros de reunión eriódica de comradores !endedores, au3l es una

laa comercial ermanente, un centro de transito ininterrumido. /esde el siglo 5++,/inant, Hu, 8aestric%t, 5alenciennes am&rai eran sedes de portus , or

consiguientes, lugares de tránsito'12G(. 6a decadencia económica del siglo 5+++ lasin!asiones normandas arruinaron el negocio. Ha ue eserar al siglo Q ara !er, nosólo como se reaniman los antiguos portus sino tam&i3n como se $undan, al mismo

tiemo, otros nue!os en numerosos sitios> ?ru*as, =ante, @res, )aint-mer, etc. "nla misma $ec%a descu&rimos en los tetos anglosa*ones, la aarición de la ala&ra

port emleada como sinónimo de las ala&ras latinas urbs civitas, a sa&emoscon u3 $recuencia se emlea la desinencia port en los nom&res de todos los aíses

de %a&la inglesa'12C(. o %a nada ue demuestre con maor claridad la estrec%aconeión ue eiste entre el renacimiento económico de la edad media loscomienos de la !ida ur&ana. "stán tan estrec%amente emarentados ue la misma

ala&ra ue designa un esta&lecimiento comercial %a ser!ido, en uno de los más

imortantes idiomas euroeos, ara designar tam&i3n el de la ciudad. "l antiguoneerland3s resenta además un $enómeno análogo. 6a ala&ra poort la ala&ra poorter son emleadas en este idioma, la rimera con el signi$icado de ciudad, lasegunda, con el de &urgu3s.

Podemos concluir casi con a&soluta seguridad ue los portus, mencionados tan$recuentemente durante los siglos Q Q+ *unto a los bourgs de Flandes regiones!ecinas, son conglomerados de mercaderes. ;lgunos asa*es de las crónicas o de las!idas de los santos ue nos roorcionan !arios detalles al resecto, no de*an ue

su&sista la menor duda en este sentido. 8e limitar3 a citar auí el curioso relato delos Miracula *ancti -omari, escrito %acia el 1IEI or un mon*e testigo de losacontecimientos ue narra. Ha&la de un gruo de religiosos ue llegan en rocesión a



=ante. 6os %a&itantes salen a su encuentro Rcomo en*am&re de a&e*asO. "n rimer lugar conducen a los iadosos !isitantes a la iglesia de )anta Farailda, situada en elrecinto del burgus. ;l día siguiente, salen de 3ste ara dirigirse a la iglesia de )anuan ?autista, construida recientemente en el portus'12E(. Parece, ues, ue nosencontramos auí con la utaosición de dos centros de o&lación de origen

naturalea di!ersos. Bno, el más antiguo, es un $ortalea, el otro, el más reciente, esuna localidad comercial. /e la $usión gradual de estos dos elementos, en la ue el

rimero será lentamente a&sor&ido or el segundo, surgirá la ciudad'127(.&ser!emos antes de ir más le*os cuál %a sido la suerte de auellas ciudades

&urgos a los ue su emlaamiento no les %a reser!ado la $ortuna de con!ertirse encentros comerciales. Por e*emlo, ara no salir de los Países ?a*os, el caso de laciudad de Teruana o el de los &urgos construidos alrededor de los monasterios de)ta!elot, 8alm3d, 6o&&es, etc.

"n el eríodo agrícola seorial de la "dad 8edia, todos estos lugares sedistinguieron or su riuea su in$luencia. Pero, ale*ados en eceso de las grandes!ías de comunicación, no $ueron alcanados or el renacimiento económico, ni, si esue se uede decir de esta manera, $ecundadas or 3l. "n medio del $lorecimientoue 3ste ro!ocó, ermanecieron est3riles como semillas arro*adas entre las iedras.

inguna de ellas se erigió, antes de la 3oca moderna, or encima del rango de una

simle aldea semirural'12(. @ no se necesita más ara recisar el ael *ugado en lae!olución ur&ana or las ciudades los &urgos. ;datados a un orden social mu

distinto del u3 !io crecer las ciudades, no ro!ocaron su aarición. o $ueron, or %a&lar de alguna manera, sino los untos de cristaliación de la acti!idad comercial."sta no rocede de ellos, llega de $uera cuando las circunstancias $a!ora&les delemlaamiento la %acen con$luir allí. )u ael es esencialmente asi!o. "n la%istoria de la $ormación de las ciudades, el faubourg comercial so&reasa en muc%ola imortancia del bourg $eudal. ;u3l es el elemento acti!ante gracias a 3l, comose odrá !er, se elica el renacimiento de la !ida municial ue no es sino la

consecuencia del renacimiento económico'129(.

6as aglomeraciones comerciales se caracterian, a artir del sigloQ

, or sucrecimiento ininterrumido. Por esta misma raón resentan un gran contraste con lainmo!ilidad en la ue ersisten las ciudades los &urgos en cua &ase se %anasentado. ;traen continuamente a nue!os %a&itantes. )e dilatan con su constantemo!imiento cu&riendo un esacio cada !e maor de $orma ue, a comienos delsiglo Q++, en un &uen n4mero de lugares, rodean a or todas artes a la rimiti!a$ortalea en torno a la cual construen sus casas. /esde el comieno del siglo Q+, se%io indisensa&le crear nue!as iglesias reartir la o&lación en nue!as arrouias."n =ante, ?ru*as, )aint-mer otros muc%os lugares, los tetos sealan laconstrucción de iglesias de&idas $recuentemente a la iniciati!a de comerciantes

enriuecidos'1DI(. "n cuanto a la instalación disosición de estos arra&ales, sólo



odemos %acernos una idea de con*unto en la ue $alta recisar los detalles. "lmodelo original es generalmente mu sencillo. Bn mercado, situado *unto al río ueatra!iesa la localidad o &ien en su centro, es el unto de intersección de sus callesJ plateaeK ue, artiendo desde allí, se dirigen %acia las uertas ue dan acceso alcamo> orue el su&ur&io comercial, es imortante destacar este %ec%o con

esecial atención,[ se rodea en seguida de construcciones de$ensi!as'1D1(."ra imosi&le ue $uera de otro modo en una sociedad a la ue, a esar de los

es$ueros de los ríncies de la +glesia, la !iolencia la raia aota&an de manera ermanente.

;ntes de la disolución del imerio carolingio de las in!asiones normandas, el oder real %a&ía conseguido &ien ue mal garantiar la seguridad 4&lica areceue los portus de auella 3oca, o al menos una gran maoría, $ueron lugaresa&iertos. Pero a a mediados del siglo +Q no eiste ara la roiedad mo&iliaria otra

garantía ue el re$ugio de las murallas. Bn teto del GC-GE indica claramente uelas ersonas más ricas los escasos comerciantes ue a4n su&sistían &uscaron

re$ugio en las ciudades'1D2(. "lX renacimiento comercial so&reecitó de tal modo losánimos de los &andidos de todo tio, ue la imeriosa necesidad de rotegerse contraellos se desertó en todas las onas comerciales. Por la misma raón ue losmercaderes no se atre!ían a !ia*ar sin armas, con!irtieron sus residencias colecti!asen laas $uertes. 6os esta&lecimientos ue $undaron al ie de las ciudades o de los

&urgos recuerdan, con gran eactitud, los $uertes los blocs.houses construidos or

los emigrantes euroeos, en los siglos Q5++ Q5+++, en las colonias de ;m3rica anadá omo 3stos, en la maoría de los casos, esta&an de$endidos 4nicamente or una sólida emaliada de madera $lanueada or uertas rodeada or un $oso. )e

uede %allar toda!ía un recuerdo de estas rimeras $orti$icaciones ur&anas, en lacostum&re, conser!ada en %eráldica durante muc%o tiemo, de reresentar unaciudad or una esecie de !allado circular.

"sta &urda cerca de madera no tenía otro $in ue el de re!enir un asalto or sorresa. onstituía una garantía contra los &andidos, ero no %u&iese odido resistir

un sitio en toda regla'1DD(. "n caso de guerra %a&ía ue uemarla ara e!itar ue elenemigo se em&oscara en ella, re$ugiarse en la ciudad o en el &urgo, como en una

oderosa ciudadela. ; artir del siglo Q++ la creciente roseridad de las coloniasmercantiles ermitió aumentar su seguridad rodeándolas de muros de iedra,$lanueados or torres, caaces de resistir cualuier ataue. /esde entonces $ueron$ortaleas. "l !ie*o recinto $eudal o eiscoal, ue continua&a toda!ía erigi3ndose ensu centro erdió de esta manera toda su raón de ser. Paulatinamente se $uerona&andonando los muros in4tiles, so&re los ue se construeron casas ue loscu&rieron. currió incluso ue las ciudades los rescataron del conde o del o&iso,

ara uienes sólo reresenta&a un caital est3ril. Fueron destruidos trans$ormado elesacio ue %a&ían ocuado en solares ara edi$icar.

6a necesidad de seguridad ue tienen los mercaderes nos elica, ues, el



carácter esencial de $ortalea ue muestran las ciudades medie!ales. "n auella3oca no era osi&le conce&ir una ciudad sin murallas: era un derec%o. o. emleandoel modo de %a&lar de auella 3oca, un ri!ilegio ue no $alta a ninguna de ellas.Tam&i3n auí la %eráldica es $iel re$le*o de la realidad al enca&ear los &lasones delas ciudades con una corona de muros.

Pero el recinto ur&ano no %a ser!ido solamente ara el em&lema de la ciudad, de3l tam&i3n ro!iene el nom&re ue se utilió, ue toda!ía %o se utilia, aradesignar la o&lación. "n e$ecto, or el %ec%o de constituir un lugar $orti$icado, laciudad se con!ertía en un &urgo. "l área comercial, a lo di*imos, era conocida, or oosición al !ie*o burgo primitivo, con 3l nom&re de nuevo burgo. @ de a%í les !ienea sus %a&itantes, desde comienos del siglo Q+, a más tardar, el nom&re de &urguesesJburgensesK. 6a rimera mención ue o conoco de esta ala&ra corresonde aFrancia, donde aarece a artir del 1II7. 6a encontramos en Flandes, en )aint-mer,

en el 1ICE> osteriormente se di$unde or el +merio a tra!3s de la región del 8osadonde se la !e citada en el 1IEE en Hu. Por tanto, son los %a&itantes del &urgonue!o, es decir, del &urgo comercial, los ue reci&ieron, o más ro&a&lemente losue se dieron, la denominación de &urgu3s. #esulta curioso o&ser!ar cómo *amás sealica a los %a&itantes del &urgo !ie*o, ue aarecen con el nom&re de castellani o decastrenses. "sta es una rue&a más, esecialmente signi$icati!a, de las raones ueeisten ara &uscar el origen de la o&lación ur&ana, no entre la o&lación de las$ortaleas rimiti!as, sino entre la o&lación inmigrada ue el comercio %ace a$luir en torno a ellas ue, desde el siglo Q+, comiena a a&sor&er a los antiguos%a&itantes.

6a denominación de &urgu3s no $ue utiliada en un rinciio or todo el mundo.unto a ella se %a seguido emleando la de cives seg4n la antigua tradición. "n+nglaterra en Flandes se encuentran tam&i3n los t3rminos poortmanni poorters,ue caeron en desuso %acia $inales de la "dad 8edia, ero ue con$irman a la !ela total identidad, ue a %emos constatado, entre el portus el nue!o &urgo. ; decir !erdad, las dos ala&ras signi$ican una la misma cosa, la sinonimia ue esta&lecela lengua entre el poortmannus el burgensis &astaría ara atestiguarlo, si no

%u&i3semos roorcionado las rue&as su$icientes.L?a*o u3 aariencia con!iene reresentarse a la &urguesía rimiti!a de las

aglomeraciones comercialesM "s e!idente ue no se comonía eclusi!amente demercaderes !ia*eros como los ue %emos descrito en el caítulo recedente. /e&íaincluir, *unto a 3stos, a un n4mero más o menos considera&le de indi!iduosemleados en el desem&arco transorte de mercancías, en el aare*o aro!isionamiento de &arcos, en la con$ección de !e%ículos, toneles ca*as, en una

ala&ra, de todos auellos accesorios indisensa&les ara la ráctica de los negocios.

"sta atraía necesariamente %acia la naciente ciudad a las gentes de los alrededoresue &usca&an tra&a*o. )e uede erci&ir claramente, desde comienos del siglo Q+,una !erdadera atracción de la o&lación rural or la o&lación ur&ana. uanto másaumenta&a la densidad de 3sta, más intensi$ica&a la acción ue e*ercía a su alrededor.



Para cu&rir sus necesidades cotidianas necesita&a no sólo una cantidad, sino una!ariedad creciente de gentes con o$icio. 6os escasos artesanos de las ciudades delos &urgos no odían e!identemente resonder a las eigencias cada !e maores delos reci3n llegados. Por consiguiente, %io $alta ue !inieran de $uera los tra&a*adoresde las ro$esiones más indisensa&les: anaderos, cer!eceros, carniceros, %erreros,

etc.Pero el comercio a su !e $omenta&a la industria. "n todas auellas regiones en

las ue 3sta %a&ía sido instalada en el camo, au3l se es$oró e inicialmenteconsiguió atraerla, desu3s concentrarla, en las ciudades. "n este sentido Flandesnos roorciona uno de los e*emlos más instructi!os. @a se %a !isto cómo, tras la3oca c3ltica, el o$icio de te*edor no de*ó de di$undirse amliamente. 6os aoscon$eccionados or los camesinos %a&ían sido transortados a onas ale*adas, antesde las in!asiones normandas, or la na!egación $risona. 6os mercaderes de las

ciudades no de&ieron, or su arte, asar or alto la oortunidad de sacar artido./esde $inales del siglo Q sa&emos ue transorta&an ao a +nglaterra. ;rendieron ronto a distinguir la ecelente calidad de la lana inglesa la introdu*eron en Flandesdonde la tra&a*aron. /e esta manera se trans$ormaron en creadores de uestos de

tra&a*o naturalmente atra*eron a las ciudades a los te*edores del aís'1DG(."stos te*edores erdieron desde entonces su carácter rural ara con!ertirse en

simles asalariados al ser!icio de los mercaderes. "l aumento de la o&lación$a!oreció e!identemente la concentración industrial. =ran n4mero de o&resa$lueron %acia las ciudades donde la te*eduría, cua acti!idad crecía en $unción deldesarrollo comercial, les garantia&a un medio de su&sistencia. "n todo caso areceue lle!aron una eistencia misera&le, la cometencia ue se %acían los unos a losotros en el mercado de tra&a*o ermitía a los mercaderes agarles un recio &a*o. 6osdatos ue de ellos oseemos, los más antiguos son del siglo Q+, nos los descri&en con

el asecto de una le&e &rutal, inculta descontenta'1DC(. 6os terri&les con$lictossociales ue la !ida industrial %aría surgir en el Flandes de los siglos Q++ Q+5, estána en germen en la 3oca de la $ormación de las ciudades. 6a oosición del caital del tra&a*o es tan antigua como la &urguesía. "n cuanto a la !ie*a te*eduría rural se

uede decir ue desaarece ráidamente. o uede cometir con la de las ciudades,surtida con!enientemente de materia rima or el comercio con una t3cnica mása!anada, a ue los mercaderes no de*an de me*orar, en $unción de la !enta, lacalidad de las telas ue eortan, organiando dirigiendo ersonalmente los talleresdonde se te*ían teían. "n el siglo Q++ consiguen ue sus telas no tengan ri!al en losmercados euroeos gracias a la $inura del te*ido a la &ellea de los colores. ;demásaumentan las dimensiones.

6os antiguos RmantosO J palliaK de $orma cuadrada, ue $a&rican los te*edores del

camo, $ueron reemlaados or ieas de ao de DI a EI !aras, de con$ección máseconómica de eortación más $ácil.

6os aos de Flandes se con!irtieron de esta manera en una de las mercancías



más &uscadas del gran comercio. 6a concentración de su industria en las ciudadessiguió siendo, %asta el $inal de la "dad 8edia, la causa rincial de la roseridad de3stas contri&uó a darlas ese carácter de grandes centros manu$actureros uecon$ieren a /ouai, =ante e @res una originalidad tan acentuada.

)i la industria del te*ido goó en Flandes de un restigio incomara&le, no se

restringió e!identemente a este aís. Bna gran cantidad de ciudades del norte delmediodía $ranc3s, de +talia de la ;lemania renana se dedicaron a ella, con

ro!ec%o. 6os aos alimentaron el comercio medie!al más ue cualuier otro roducto manu$acturado. 6a metalurgia goó de una imortancia muc%o menor, aue se limita&a casi eclusi!amente a tra&a*ar el co&re, al ue de&en su $ortuna uncierto n4mero de ciudades, entre las ue %a ue citar esecialmente a /inant en el!alle del 8osa. Pero, sea cual sea el tio de industria, en todas artes o&edece aauella le de concentración ue a %emos sealado en Flandes. "n todas artes las

áreas ur&anas atraen %acia ellas, gracias al comercio, a la industria rural'1DE(

."n la 3oca de la economía seorial, cada centro de elotación, $uera eueo ogrande, cu&ría de la me*or manera todas sus necesidades. "l gran roietariomantenía en su RcorteO a artesanos sier!os, lo mismo ue cada camesino construíasu roia casa o con$ecciona&a con sus roias manos los mue&les o los 4tiles ue leeran indisensa&les. 6os &u%oneros, los *udíos los ocos comerciantes ue !eníande tiemo en tiemo se encarga&an del resto. )e !i!ía en una situación &astante

arecida a la ue se roduce actualmente en muc%as regiones de #usia'V(. Todo esto

cam&ia cuando las ciudades comienan a o$recer a los %a&itantes del camo el mediode conseguir en ellas toda clase de roductos industriales. @ así se esta&lece entre la &urguesía la o&lación rural ese intercam&io de ser!icios del ue a %a&lamosanteriormente. 6os artesanos, de los ue se a&astece la &urguesía, encuentrantam&i3n en el camesinado una clientela asegurada "l resultado $ue una di!isión deltra&a*o mu di$erenciada entre las ciudades el camo.

"ste se dedicó eclusi!amente a la agricultura au3llas a la industria elcomercio, este estado de cosas se mantu!o durante toda la "dad 8edia.

"sta situación resulta&a muc%o más !enta*osa ara la &urguesía ue ara elcamesinado. Por esta raón las ciudades se dedicaron en3rgicamente a mantenerlo.

o de*aron *amás de com&atir toda tentati!a de introducir la industria en el camo./e$endieron celosamente el monoolio ue garantia&a su eistencia. Ha ueaguardar a la 3oca moderna ara ue se resignen a renunciar a un eclusi!ismo

incomati&le en ese momento con el desarrollo económico'1D(.6a &urguesía, cua do&le acti!idad comercial e industrial aca&amos de es&oar,

se encuentra desde el rinciio con m4ltiles di$icultades ue sólo consigue suerar con el tiemo. ada esta&a rearado ara reci&irla en las ciudades &urgos donde

se instala. )e la de&ió considerar como causa de ertur&ación se odría llegar aa$irmar ue $ue acogida or lo general con muestras de desagrado. "n rimer lugar tu!o ue llegar a un acuerdo con los roietarios del suelo, ue eran unas !eces el



o&iso, otras un monasterio, un conde o un seor, ue además de oseer la tierraeran los encargados de la *usticia. Tam&i3n ocurría con $recuencia ue el esacioocuado or el portus o el nue!o &urgo deendía arcialmente de muc%as

*urisdicciones o seoríos. "sta&a destinado a la agricultura la inmigración de losreci3n llegados lo trans$orma&a reentinamente en solares edi$ica&les. Tu!o ue

asar alg4n tiemo antes de ue los oseedores de tierras se ercatasen del &ene$icioue odían sacar. "n un rinciio se ue*a&an $undamentalmente de losincon!enientes de la llegada de estos colonos cuo g3nero de !ida escaa&a a sus%á&itos o c%oca&a con las ideas tradicionales.

+nmediatamente estallaron con$lictos. "ran ine!ita&les si tenemos en cuenta uelos reci3n llegados, en su calidad de etran*eros, no esta&an disuestos a resetar intereses, derec%os costum&res ue les incomoda&an. ?ien ue mal %u&o ue%acerles un sitio , a medida ue su n4mero i&a creciendo, sus usuraciones $ueron

cada !e más sutiles."n 1I99, en ?eau!ais, el aítulo lle!ó a ca&o un roceso contra los tintorerosue %a&ían ensuciado de tal manera el curso del río ue no odían $uncionar susmolinos'1D9(. "n otros lugares !emos a un o&iso o a un monasterio disutando a los

&urgueses las tierras ue ocuan. ; esar de todo, de &uen grado o or la $uera, no%u&o más remedio ue entenderse. "n ;rras, la a&adía de )aint-5aast aca&ó or

ceder sus Rculti!osO di!idirlos en arcelas'1GI(. )e encuentran %ec%os análogos en=ante en /ouai se uede admitir la generalidad de negociaciones de este tio a

esar de la enuria de nuestros datos. Toda!ía %o, los nom&res de las calles, enmuc%as ciudades, recuerdan la $isionomía agrícola ue resenta&an en su origen. "n=ante, or e*emlo, una de las arterias rinciales se conoce actualmente con elnom&re deRcalle de los amosO JVeldstraat K en sus aledaos encontramos la laa de outer

JculturaK'1G1(.; la di!ersidad de roietarios resondía la di!ersidad de regímenes a los ue

esta&an sometidas las tierras. Bnas esta&an su*etas a censos o cor!eas, otras a restaciones destinadas al mantenimiento de los ca&alleros ue $orma&an laguarnición ermanente del !ie*o &urgo, otras a los derec%os erci&idos or elcastellano, or el o&iso o or el a&ogado a título de reresentantes de la alta *usticia."n resumen, todos esta&an marcados or una 3oca en la ue tanto la organiacióneconómica como la olítica esta&an &asadas eclusi!amente en la osesión detierras. ; esto %a ue aadir las $ormalidades las tasas eigidas or la costum&recuando se roducía la transmisión de inmue&les, ue comlica&anetraordinariamente si es ue no llega&an a %acer imosi&le su comra o su !enta."n tales condiciones, la tierra, inmo!iliada or la esada armadura de los derec%os

aduiridos ue esa&a so&re ella, no odía ser comercialiada, aduirir un !alor mercantil o ser!ir de &ase a un cr3dito.

6a multilicidad de *urisdicciones comlica&a a4n más una situación a de or síem&arullada. "ra mu raro ue el terreno ocuado or los &urgueses erteneciera a



un solo dueo. ada uno de los roietarios entre los ue se reartía oseía su corteseorial, 4nica cometente en materias relati!as a la tierra. ;lgunas de estas cortes

ractica&an además la alta o la &a*a *usticia. 6a suerosición de cometenciasagra!a&a a4n más la de las *urisdicciones. curría ue un mismo %om&re deendía ala !e de !arios tri&unales seg4n se tratara de un asunto de deudas, crímenes o

simlemente de osesión de tierras. 6as di$icultades eran tanto más grandes cuantoue estos tri&unales no tenían todos su sede en la ciudad or tanto, era necesariotrasladarse le*os ara cele&rar la causa. @ or si $uera oco, se di$erencia&an entre sí

or su comosición or el tio de derec%o emleado. unto a las cortes seoriales,su&sistía casi siemre un antiguo tri&unal de regidores situado en la ciudad o en el

&urgo. 6a corte eclesiástica de la diócesis se interesa&a no sólo en los asuntosconcernientes al derec%o canónico, sino tam&i3n en todos auellos en los uealgunos miem&ros del clero esta&an interesados, esto sin contar la gran cantidad de

cuestiones de sucesión, estado ci!il, matrimonio, etc.)i se atiende a la condición de las ersonas, la comle*idad se muestra a4nmaor. "l medio ur&ano en $ormación resenta, en este sentido, todo tio decontrastes de matices. ada más curioso ue la naciente &urguesía. 6oscomerciantes, a lo !imos más atrás, eran tratados e$ecti!amente como %om&resli&res. Pero no ocurría lo mismo con un gran n4mero de inmigrantes ue, atraídos

or el deseo de encontrar tra&a*o, a$luían %acia la ciudad, a ue rocedentes casisiemre de los alrededores, no odían disimular su estado ci!il. "l seor de cuodominio se %a&ían escaado odía dar con ellos $ácilmente: las gentes de su ue&loles reconocían cuando !enían a la ciudad. )e conocía a sus adres, se sa&ía ue eransier!os, a ue la ser!idum&re era la condición general de las clases rurales, , or consiguiente, les resulta&a imosi&le rei!indicar, como los mercaderes, una li&ertadue estos 4ltimos dis$ruta&an gracias 4nicamente a la ignorancia ue se tenía de suanterior condición'1G2(. ;sí la maoría de los artesanos conser!a&a en la ciudad suser!idum&re original. "istía, si es ue se uede decir así, incomati&ilidad entre sunue!a condición social su condición *urídica tradicional. ; esar de %a&er de*adode ser camesinos, no odían &orrar la manc%a con la ue la ser!idum&re %a&ía

marcado a la clase rural. )i intenta&an disimularla, no $alta&an uienes los llamasen &ruscamente a la realidad. ?asta&a con ue un seor los reclamase, ara ue $uerano&ligados a seguirle a reintegrarse al dominio del ue %a&ían %uido.

6os roios mercaderes eran a$ectados indirectamente or los goles de laser!idum&re. )i se uerían casar, la mu*er ue elegían ertenecía casi siemre a laclase ser!il. )olamente los más ricos odían am&icionar el %onor de casarse con la%i*a de alg4n ca&allero a uien %a&ían agado sus deudas. Para los demás, su unióncon una sier!a tenía como consecuencia la no li&ertad de sus %i*os. "n e$ecto, la

tradición atri&uía a los %i*os el derec%o de su madre en !irtud del adagio partusventrem sequitur , es $ácilmente comrensi&le la inco%erencia ue esto suonía aralas $amilias. 6a li&ertad ue el mercader dis$ruta&a ara sí no odía trasmitir a sus



%i*os. Por el matrimonio reintegra&a la ser!idum&re a su %ogar. uántos rencores,cuántos con$lictos surgieron $atalmente de una situación tan contradictoria."!identemente, el derec%o antiguo, al retender imonerse en un medio social al uea no esta&a adatado, esta&a a&ocado a estos a&surdos e in*usticias ue edíanirresisti&lemente una re$orma.

Por otra arte, mientras ue la &urguesía nacía aduiría $uera or su n4mero,la no&lea retrocedía aulatinamente ante ella le cedía su uesto. 6os ca&alleros,esta&lecidos en el &urgo o en la ciudad, no tenían ninguna raón ara ermanecer allídesde ue la imortancia militar de sus !ie*as $ortaleas %a&ía desaarecido. )e

uede erci&ir con muc%a claridad, al menos en el norte de "uroa, cómo se retiranal camo a&andonan las ciudades. )olamente en +talia en el mediodía $ranc3scontin4an residiendo en ellas.

)in duda, %a ue atri&uir este %ec%o a la conser!ación en estos aíses de las

tradiciones , en cierta medida, de la organiación municial del +merio #omano.6as ciudades de +talia de Pro!ena %a&ían estado demasiado estrec%amente!inculadas a los territorios de las ue eran sus centros administrati!os como ara nomantener con ellos, en el momento de la decadencia económica de los siglos 5+++ +Q,unas relaciones más estrec%as ue en cualuier otra arte. 6a no&lea, cuos $eudosse esarcían or todo el camo, no aduirió ese carácter rural ue caracterió a la deFrancia, ;lemania o +nglaterra. Fi*ó su residencia en las ciudades donde !i!ía de lasrentas de sus tierras. "n ellas construó, desde la alta "dad 8edia, auellas torresue a4n %o en día dan un asecto tan intoresco a las !ie*as ciudades de Toscana.

o se desem&araó de la imronta ur&ana con la ue la antigua sociedad esta&a tan ro$undamente marcada. "l contraste entre la no&lea la &urguesía arece menosc%ocante en +talia ue en el resto de "uroa. "n la 3oca del renacimiento comercial,!emos cómo los no&les se integran incluso en los negocios de los mercaderes comrometen en ellos una arte de sus rentas. uiá or esta raón el desarrollo delas ciudades italianas di$iere ro$undamente del de las ciudades del norte.

"n estas 4ltimas, sólo de manera ececional uede %allarse de !e en cuando,aislada como erdida en medio de la sociedad &urguesa, una $amilia de ca&alleros.

"n el siglo Q++ se %a cumlido en casi todas artes el 3odo de la no&lea %acia elcamo. Pero 3ste es un ro&lema a4n mu oco conocido del ue %a ue eserar ue in!estigaciones ulteriores arro*en un oco más de lu. )e uede suoner entretanto ue la crisis económica con la ue tu!o ue en$rentarse la no&lea en el sigloQ++ a causa de la disminución de sus rentas in$luó en su desaarición de las ciudades./e&ió encontrar !enta*oso !ender a los &urgueses los $ondos ue oseía cuatrans$ormación en solares edi$ica&les %a&ía aumentado enormemente su !alor.

6a situación del clero no se modi$icó sensi&lemente or el $lu*o de la &urguesía a

las ciudades a los &urgos. )i les rodu*o algunos incon!enientes, tam&i3n tu!o!enta*as. 6os o&isos tu!ieron ue luc%ar ara mantener intactos, $rente a los reci3nllegados, sus derec%os *urídicos seoriales. 6os monasterios los caítulos se



!ieron o&ligados a ermitir ue se construeran casas en sus camos susRculti!osO. ; esar de todo, el r3gimen atriarcal seorial al ue esta&a %a&ituadala +glesia se encontró &ruscamente en$rentado a rei!indicaciones necesidadesineseradas ue ro!ocaron de inmediato un eríodo de malestar de inseguridad.

)in em&argo, no $alta&an las comensaciones. "l dinero o&tenido or los lotes de

terreno cedidos a los &urgueses roorciona&a una $uente de ingresos cada !e mása&undante. "l aumento de la o&lación suonía el aumento corresondiente de losalimentados e!entualmente a costa de &autismos, matrimonios $allecimientos. 6osmercaderes los artesanos se agrua&an en co$radías de!otas a$iliadas a una iglesia

o monasterio or medio de rentas anuales. 6a $undación de nue!as arrouias, amedida ue aumenta&a la ci$ra de los %a&itantes, multilica&a el n4mero losrecursos del clero secular. "n cuanto a las a&adías, sólo a título ececional las

!emos a4n esta&lecerse en las ciudades a artir del siglo Q+. o %u&iesen odido

acostum&rarse a una !ida demasiado &ulliciosa atareada además les %u&ieraresultado imosi&le encontrar el sitio adecuado ara una gran casa religiosa con losser!icios accesorios ue reuería. 6a orden del ister, ue se etendió tan

amliamente or toda "uroa en el curso del siglo Q++, sólo se esta&leció en elcamo. Ha&ría ue eserar al siglo siguiente ara ue los mon*es, en condiciones

comletamente di$erentes, !uel!an a emrender el camino de las ciudades. 6asórdenes mendicantes, $ranciscanos dominicos, ue entonces se asentaron en ellas,

no o&edecen solamente a la nue!a orientación del $er!or religioso. "l rinciio de o&rea les %ace romer con la organiación seorial ue %a&ía sido %asta entonces

el soorte de la !ida monástica. ; tra!3s de estas órdenes el monasterio seencuentra mara!illosamente adatado al medio ur&ano. )ólo idieron a los &urgueses

sus limosnas. "n !e de encerrarse en el interior de !astos recintos silenciosos,construeron sus con!entos a lo largo de las calles> articiaron en todas las

agitaciones miserias de los artesanos , al comenetrarse con todas sus

asiraciones, merecieron con!ertirse en sus directores esirituales.





$. Las instituciones urbanas

Hemos !isto cómo las ciudades en $ormación se nos resentan en una situaciónsingularmente comle*a, una situación a&undante en contrastes $3rtil en ro&lemas

de todo tio. "ntre los dos tios de %a&itantes ue se utaonen en ellas sin llegar a$undirse, se descu&re la oosición de dos mundos distintos. 6a antigua organiaciónseorial con todas las tradiciones, ideas sentimientos, ue induda&lemente nosurgieron de ella, ero a los ue roorcionó su eculiar carácter, se encuentraen$rentada con necesidades asiraciones ue la sorrenden, la contrarían, a las ueno se consigue adatar contra las ue, desde el rimer momento, se oone. )i cedeterreno es a esar suo orue la nue!a situación se de&e a causas demasiado

ro$undas e irresisti&les como ara ue le sea osi&le e!itar sus e$ectos.+nduda&lemente las autoridades sociales no udieron areciar, en un rinciio, latrascendencia de las trans$ormaciones ue se oera&an a su alrededor. ;l desconocer su $uera, comenaron or intentar resistir. )ólo más tarde, $recuentementedemasiado tarde, se resignaron ante lo ine!ita&le. omo ocurre casi siemre, elcam&io no se oeró sino a la larga. @ sería in*usto atri&uir, como se %ace miles de!eces, a la Rtiranía $eudalO o a la Rarrogancia sacerdotalO una resistencia ue se

uede elicar or los moti!os más naturales. "n la "dad 8edia ocurrió lo ue !ieneocurriendo con $recuencia desde entonces: los ue se &ene$icia&an del ordenesta&lecido se comrometían a de$enderlo no sólo no tanto uiá orue rotegía

sus intereses, sino orue les arecía indisensa&le ara la conser!ación de lasociedad.

)ealemos además ue la &urguesía aceta esta sociedad. )us rei!indicaciones auello ue odríamos llamar su rograma olítico no están orientados a su&!ertirla>admite sin discusión los ri!ilegios la autoridad de los ríncies, el clero lano&lea. )ólo uiere o&tener, en tanto ue le es indisensa&le ara su eistencia, nouna re!olución del estado de cosas !igente, sino simles concesiones. @ estasconcesiones se limitan a sus roias necesidades, desinteresándose or comleto de

las de la o&lación rural de la ue rocedía. "n resumen, 4nicamente ide ue lasociedad le %aga un lugar comati&le con el g3nero de !ida ue lle!a. o es unaclase re!olucionaria si e!entualmente acude a la !iolencia no es or odio %acia elr3gimen, sino simlemente ara o&ligarle a ceder.

?asta con ec%ar una o*eada so&re sus rinciales rei!indicaciones aracon!encerse de ue no !an más allá de lo estrictamente necesario. )e trata, antes uenada, de la li&ertad ersonal, ue garantiará al mercader o al artesano la osi&ilidadde ir !enir, residir donde uiera oner a unto su ersona, así como la de sus%i*os, al a&rigo del oder seorial. +nmediatamente desu3s reclama la concesión deun tri&unal esecial, gracias al cual el &urgu3s odrá eludir la multilicidad de

*urisdicciones de las ue deende los incon!enientes ue el rocedimiento



$ormalista del antiguo derec%o imone a su acti!idad social económica. )e retende



además el esta&lecimiento en la ciudad de una a, es decir, una legislación enalue garantice la seguridad> la a&olición de las restaciones ue resultan másincomati&les con la ráctica del comercio de la industria, con la osesión laaduisición del suelo> $inalmente, un grado más o menos etenso de autonomía

olítica de self.government local.

Todo esto esta&a &astante le*os de constituir un con*unto co%erente de *usti$icarse or rinciios teóricos. o %a nada más a*eno al esíritu de los &urgueses rimiti!os ue una conceción de los derec%os del %om&re delciudadano. 6a roia li&ertad ersonal en a&soluto es rei!indicada como un derec%onatural: sólo se la &usca or las !enta*as ue con$iere. 6o cual es tan cierto ue, en;rras, or e*emlo, los mercaderes intentan %acerse asar or sier!os del monasteriode )aint-5aast con el $in de dis$rutar de la eención del imuesto del ue 3ste

disuta&a'1G2(.

Znicamente a artir del siglo Q+ nos encontramos con las rimeras tentati!as deluc%a dirigidas or la &urguesía contra el estado de cosas ue está adeciendo. /esdeentonces a *amás se detendrán sus es$ueros. ; tra!3s de eriecias de toda índole,el mo!imiento de re$orma tiende irresisti&lemente a su meta, se en$renta, si es

reciso, en a&ierta luc%a contra las resistencias ue se le oonen $inalmente logra,en el curso del siglo Q++, dotar a las ciudades de instituciones municiales esencialesue ser!irán de &ase a sus constituciones.

"n todas artes se o&ser!a cómo los comerciantes toman la iniciati!a

conser!an la dirección de los acontecimientos. o %a nada más natural. L;caso noeran, dentro de la o&lación ur&ana, el elemento más acti!o, rico e in$luenteM Losoorta&an con imaciencia una situación ue daa&a a la !e sus intereses lacon$iana en sí mismosM'1GG( 6egítimamente se odría comarar el ael uereresenta&an entonces, a esar de la enorme di$erencia de 3oca medio, con el ueasumirá la &urguesía caitalista, desde $inales del siglo Q5+++, en la re!olución olíticaue uso $in al ;ntiguo #3gimen. "n am&os casos, el gruo social ue esta&a másdirectamente interesado en el cam&io se uso a la ca&ea de la oosición $ueseguido or las masas. 6a democracia, en la "dad 8edia como en la actualidad,comiena or seguir el imulso de una 3lite ue imone su rograma a las con$usasasiraciones del ue&lo.

6as ciudades eiscoales $ueron, en un rinciio, el teatro de la luc%a. )eríaerróneo atri&uir este %ec%o a la ersonalidad de los o&isos. Por el contrario, la granmaoría de ellos se distingue or su inter3s or el &ien com4n. o es raro encontrar ecelentes administradores, cuo recuerdo conser!a oularidad a tra!3s de lossiglos. Por e*emlo, en 6ie*a, otger J972-1IIK ataca los castillos de los seoresdedicados al &andida*e ue in$estan los alrededores, des!ía un a$luente del 8osa

ara sanear la ciudad aumenta sus $orti$icaciones'1GC(. )ería $ácil citar %ec%osanálogos en am&rai, Btrec%t, olonia, Yorms, 8aguncia en cantidad de ciudadesalemanas en las ue los emeradores se es$ueran, %asta la guerra de lasin!estiduras, or



nom&rar relados ue destauen tanto or su inteligencia como or su energía.

Pero cuanta más conciencia tenían los o&isos de sus de&eres, más retendíande$ender su go&ierno contra las rei!indicaciones de sus s4&ditos mantenerles &a*oun r3gimen autoritario atriarcal. 6a con$usión ue eistía entre oder esiritual temoral %acía ue toda concesión les areciese eligrosa ara la +glesia. o %a ue

ol!idar ue sus $unciones les o&liga&an a residir de manera ermanente en lasciudades raona&lemente temían los ro&lemas ue les i&a a lantear la autonomíade la &urguesía, en medio de la cual !i!ían. Finalmente, a %emos !isto las ocassimatías ue la +glesia tenía or el comercio, cómo mostra&a una descon$ianaue naturalmente la %io sorda a los deseos de los mercaderes del ue&lo ue seagrua&a en torno a ellos, la imidió comrender sus necesidades la eui!ocóso&re sus $ueras. /e a%í roceden los malentendidos, las $ricciones &ien rontouna %ostilidad recíroca ue, desde, rinciios del siglo Q+, desem&ocó en lo

ine!ita&le'1GE(."l mo!imiento comenó en el norte de +talia. ;l ser allí más antigua la !ida

comercial se rodu*o más ráidamente las consecuencias olíticas. Por desgracia, seconocen ocos detalles de estos acontecimientos. "s cierto ue la agitación con laue entonces se en$renta&a la +glesia no %io sino reciitarlos. 6a o&lación de lasciudades tomó artido aasionadamente en $a!or de los mon*es los sacerdotes uelle!a&an a ca&o una camaa contra las malas costum&res del clero, ataca&an lasimonía el casamiento de curas condena&an la inter!ención de la autoridad laica

en la administración de la +glesia. 6os o&isos nom&rados or el emerador, comrometidos or este %ec%o, tenían ue %acer $rente a una oosición en la ueinter!enían se re$ora&an mutuamente el misticismo, las rei!indicaciones de losmercaderes el descontento suscitado or la miseria entre los tra&a*adoresindustriales. 6os no&les articiaron en esta agitación, ue les roorciona&a laocasión de sacudirse la autoridad eiscoal, e %icieron causa com4n con los

&urgueses los atarinos, nom&re con el ue los conser!adores designa&andesreciati!amente a sus ad!ersarios.

"n el 1IC7, 8ilán, ue era a la rincial ciudad lom&arda, esta&a en lena

e$er!escencia contra el aro&iso'1G7(. 6as eriecias de la uerella de las+n!estiduras contri&ueron, naturalmente, a roagar los distur&ios $ue dando ungiro cada !e más $a!ora&le a los insurrectos, a medida ue la causa del aa gana&aa la del emerador. on el nom&re de RcónsulesO se esta&lecieron magistradosencargados de la administración de las ciudades eiscoales, &ien con

consentimiento de los o&isos, &ien or la !iolencia'1G(.6os rimeros cónsules mencionados, ero induda&lemente no los rimeros ue

%an eistido, aarecen en 64ea en el 1II. @a en el 1IE una Rcorte comunalOJcurtis communalisK aarece mencionada en esta ciudad, síntoma característico deuna autonomía ur&ana ue sin duda de&ía eistir en auel momento en muc%os otroslugares'1G9(. 6os cónsules de 8ilán son citados solamente en el 11I7, ero sin lugar a



dudas de&en ser muc%o más antiguos. /esde su rimera aarición resentannítidamente la $isonomía de magistrados comunales. )e reclutan entre las di!ersasclases sociales, es decir, entre los capitanei, los valvassores los cives, reresentanla commune civitatis. 6o más característico de esta magistratura es su carácter anual

or el ue se oone diametralmente a los cargos !italicios ue son los 4nicos ue

conoció el r3gimen $eudal. "sta ro!isionalidad en los cargos es consecuencia de sucarácter electi!o.

;l aduearse del oder, la o&lación ur&ana se lo con$ía a delegados nom&rados or ella misma. ;sí se con$irma el rinciio de control al mismo tiemo ue el deelección. 6a comuna municial, desde sus rimeras tentati!as de organiación, crealos instrumentos indisensa&les ara su $uncionamiento se comromete sin dudar en la !ía ue desde entonces no %a de*ado de seguir.

"l consulado se eande ráidamente desde +talia a las ciudades de Pro!ena,

rue&a e!idente de su adatación er$ecta a las necesidades ue se imonían a la &urguesía. 8arsella osee cónsules desde comienos del siglo Q++ , a más tardar, en

112'1CI(, osteriormente los encontramos en ;rles en imes, etendi3ndosedesu3s or el mediodía $ranc3s a medida ue el comercio se !a di$undiendo , con3l, la trans$ormación olítica ue le suele acomaar. 6as instituciones ur&anasnacen en la región $lamenca el norte de Francia, casi al mismo tiemo ue en +talia.LPor u3 %a&ría de etraarnos si esta región, como 6om&ardía, era la sede de un

oderoso centro comercialM Felimente las $uentes son en este sitio muc%o mása&undantes recisas, nos ermiten seguir con claridad su$iciente la marc%a de losacontecimientos. 6as ciudades eiscoales no atraen eclusi!amente la atención.;arecen, *unto a ellas, otros centros de acti!idad. Pero estas RcomunasO, cuanaturalea %a ue o&ser!ar ante todo, se $orman en los muros de las cit!s.

6a rimera cronológicamente, tam&i3n $elimente la me*or conocida, es la deam&rai.

/urante el siglo Q+ la roseridad de esta ciudad %a&ía aumentadoconsidera&lemente. "n la &ase de la antigua ciudad se %a&ía agruado un su&ur&iocomercial ue uedó encerrado, en el 1I7I, or un recinto amurallado. 6a o&lación

de este su&ur&io soorta&a de mala manera el oder del o&iso de su alcaide. )e reara&a secretamente ara la re!uelta cuando, en el 1I77, el o&iso =erardo ++de&ió ausentarse ara ir a reci&ir en ;lemania la in!estidura de manos delemerador. ;enas se %a&ía uesto en camino cuando, &a*o la dirección de loscomerciantes más otentados de la ciudad, el ue&lo se le!antó , aoderándose delas uertas, roclamó la RcomunaO JcommunioK.

6os o&res, los artesanos , so&re todo, los te*edores se lanaron a la luc%a contanto más aasionamiento cuanto ue un cura re$ormista, llamado #ami%rdus,

denuncia&a al o&iso como simoníaco ecita&a en el $ondo de sus coraones auelmisticismo ue, en auel mismo momento, su&le!a&a a los atarinos lom&ardos.omo en +talia, el $er!or religioso comunicó su $uera a las rei!indicaciones

olíticas



se declaró la comuna en medio del entusiasmo general'1CI(.

"sta comuna de am&rai es la más antigua de todas las ue se conocen al nortede los ;les. ;arece como una organiación de luc%a como una medida desal!ación 4&lica. "$ecti!amente, %a&ía ue eserar el retorno del o&iso

reararse ara %acerle $rente. )e imonía la necesidad de una acción unánime. )e

eigió a todos un *uramento ue esta&leciese entre ellos la solidaridad indisensa&le, es recisamente esta asociación *urada or los &urgueses, ante la e!entualidad deuna &atalla, lo ue constitue la aortación esencial de esta rimera comuna.

)u 3ito $ue e$ímero> el o&iso, al enterarse de los acontecimientos, se aresuró aacudir consiguió restaurar momentáneamente su autoridad, ero la iniciati!a de loscam&resienses no tardó en suscitar imitadores. 6os aos siguientes están marcados

or la constitución de comunas en la maoría de las ciudades de Franciasetentrional: en )an uintín %acia el 1II, en ?eau!ais %acia el 1I99, en oon en

el 11I-11I9 en 6aon en 111C. /urante los rimeros momentos, la &urguesía loso&isos !i!ieron en un estado de %ostilidad ermanente, en ie de guerra, or decirlode alguna manera. )ólo la $uera odía triun$ar entre ad!ersarios igualmentecon!encidos de la !erdad de sus osiciones. +!3s de %artres e%orta a los o&isos

ara ue no cedan considera nulas las romesas ue, &a*o la resión de la

!iolencia, %icieron a los &urgueses'1C2(. =il&erto de ogent, or su arte, con undesrecio marcado or el odio, %a&la de esas Restilentes comunasO ue erigen lossier!os contra sus seores ara sustraerse a su autoridad arre&atarles sus más

legítimos derec%os'1CD(.; esar de todo, las comunas triun$aron. o solamente tenían la $uera ue da el

n4mero, sino tam&i3n el aoo real ue, en Francia, a artir del reinado de 6uis 5+,comiena a reconuistar el terreno erdido a interesarse or su causa. +gual ue los aas en su luc%a contra los emeradores alemanes se aoaron en los atarinos de

6om&ardía, los monarcas aetos del siglo Q++ $a!orecieron la causa de los &urgueses. +nduda&lemente no es osi&le atri&uirles una olítica co%erente. )uconducta arece, a rimera !ista, llena de contradicciones. Pero no es menos cierto

ue muestran una tendencia general a tomar artido or las ciudades. "l inter3sde la corona les imulsa&a de manera tan imeriosa a sostener a los ad!ersarios del$eudalismo como ara no de*ar de otorgar su aoo, cada !e ue lo odían %acer sincomrometerse, a auellos &urgueses ue, al re&elarse contra sus seores, com&atíanen el $ondo a $a!or de las rerrogati!as reales. Tomar al re como ar&itro de susdisutas era ara las artes en con$licto una manera de reconocer su so&eranía. 6aentrada en la escena olítica de los &urgueses tu!o de esta manera or consecuencia

el de&ilitamiento del rinciio contractual del estado $eudal en &ene$icio del rinciio autoritario del estado monáruico. "ra imosi&le ue los rees no se dierancuenta no aro!ec%aran todas las ocasiones ara mostrar su tutela a las comunas

ue, sinuererlo, tra&a*a&an tan 4tilmente ara ellos.

)i se conoce esecialmente con el nom&re de comunas a las ciudades eiscoales



del norte de Francia, cuas instituciones municiales $ueron el resultado de lainsurrección, imorta muc%o no eagerar ni su imortancia ni su originalidad. o es

osi&le esta&lecer una di$erencia esencial entre las ciudades con comunas lasdemás ciudades. o se distinguen entre sí, sino or caracteres accesorios. "n el$ondo, su naturalea es la misma todas en realidad son igualmente comunas. "n

todas, en e$ecto, los &urgueses $orman una cororación, una universitas, communitaso communio, en la ue todos sus miem&ros, solidarios entre sí, constituen las artesinseara&les. )ea cual sea el origen de su li&eración, la ciudad medie!al no consisteen una simle amalgama de indi!iduos. "lla misma es un indi!iduo, ero unindi!iduo colecti!o, una ersonalidad *urídica. Todo lo ue se uede rei!indicar en$a!or de las comunas stricto sensu es la esecial claridad de sus instituciones, unasearación nítida entre los derec%os del o&iso los de los &urgueses, una

reocuación e!idente or sal!aguardar la condición de 3stos mediante una oderosa

organiación cororati!a. Pero todo ello deri!a de las circunstancias ue %an residido el nacimiento de las comunas. onser!aron las %uellas del carácter deinsurrección de su constitución, sin ue or ello se les ueda asignar un lugar

ri!ilegiado en el con*unto de las ciudades. )e uede o&ser!ar incluso cómo algunasde ellas %an dis$rutado de rerrogati!as menos eseciales, de una *urisdicción deuna autonomía menos comletas ue las de localidades en las ue la comuna %a&íallegado a tra!3s de una e!olución ací$ica. "s un error e!idente reser!arles, como sesuele %acer a !eces, el nom&re de Rseoríos colecti!osO. 8ás adelante !eremos cómotodas las ciudades comletamente desarrolladas $ueron tales seoríos.

Por consiguiente, la !iolencia no es ni muc%o menos indisensa&le ara la$ormación de instituciones ur&anas. "n la maoría de las ciudades sometidas al oder de un ríncie laico, su desarrollo tu!o lugar sin ue %u&iera necesidad de recurrir ala $uera, no %a ue atri&uir de ninguna manera esta situación a la esecial

&ene!olencia ue los ríncies laicos udiesen mostrar en $a!or de la li&ertad olítica. Pero los moti!os ue imulsa&an a los o&isos a %acer $rente a los &urgueses no a$ecta&an a los grandes seores $eudales. o tenían la menor %ostilidad$rente al comercio> or el contrario, erci&ieron su e$ecto &ene$icioso a medida ue

aumenta&a la circulación en sus tierras, aumentando or lo mismo las rentas de sus ea*es la acti!idad de sus talleres de $a&ricación monetaria, o&ligados a resonder ala creciente demanda de dinero líuido. ;l no oseer caital al tener ue recorrer continuamente sus dominios, sólo %a&ita&an en sus ciudades de cuando en cuando no tenían, or tanto, ning4n moti!o ara discutir su administración con los

&urgueses. #esulta &astante signi$icati!o constatar ue París, la 4nica ciudad ueantes del $inal del siglo Q++ uede ser considerada como una aut3ntica caital de"stado, no consiguió o&tener una constitución municial autónoma. Pero el inter3s

ue tenía el re de Francia en conser!ar la autoridad so&re su residencia %a&itual eracomletamente a*eno a los duues a los condes, ue eran tan errantes comosedentario el re. "n resumen, no odían !er mal cómo la &urguesía se %acía con el



oder de los alcaides, ue %a&ían %ec%o su cargo %ereditario cuo oder lesinuieta&a. Tenían, en suma, los mismos moti!os ue el re de Francia aramostrarse $a!ora&les a las ciudades, uesto ue limita&an los ri!ilegios de sus!asallos. Por otra arte, no se uede a$irmar ue les %aan aoadosistemáticamente. Por lo general se con$orma&an con de*arles %acer su actitud $ue

casi siemre la de una neutralidad &ene!olente. inguna región se resta me*or ue Flandes ara el estudio de los orígenes

municiales en un medio estrictamente laico. "n este gran condado, ue se etiendeamliamente desde las costas del mar del orte desde las islas de Welanda %asta las$ronteras de ormandía, las ciudades eiscoales no muestran un desarrollo másráido ue el de las demás ciudades. T3rouanne, cua diócesis comrendía la cuencadel @ser, $ue siguió siendo siemre una aldea semirural. )i ;rras Tournai, ueetendían su *urisdicción esiritual so&re el resto del territorio, llegaron a ser grandes

ciudades, $ueron, sin em&argo, =ante, ?ru*as, @res, )aint-mer, 6ille /ouai,donde se concentraron, en el curso del siglo Q, acti!as colonias comerciales ue sonlas ue nos roorcionan el medio ara o&ser!ar, con esecial claridad, el nacimientode las instituciones ur&anas. @ nos sir!en tanto más cuanto ue, al estar $ormadas dela misma manera resentar el mismo modelo, se uede, sin temor a eui!ocarse,

com&inar los datos arciales ue nos o$rece cada una en una !isión de con*unto'1CG(.+nicialmente todas estas ciudades nos muestran ese carácter de estar constituidas

alrededor de un &urgo central, ue es, or así decirlo, su centro. ;l ie de este &urgose agrua un portus o un burgo nuevo, o&lado de mercaderes a los ue se unenartesanos li&res o sier!os, donde, a artir del siglo Q+, se suele concentrar laindustria tetil. 6a autoridad del alcaide se etiende tanto so&re el &urgo como so&reel portus. Parcelas más o menos grandes del terreno ocuado or los inmigrantes

ertenecen a las a&adías otras tienen or dueo al conde de Flandes o a seoresterratenientes. Bn tri&unal de regidores se asienta en el &urgo &a*o la residencia delalcaide. "ste tri&unal, or lo demás, no tiene una cometencia roia en la ciudad.)u *urisdicción se etiende so&re toda la alcaldía, cuo centro es el &urgo, losregidores ue lo comonen residen en esta misma alcaldía sólo !an al &urgo con

ocasión de la cele&ración de *uicios. Para la *urisdicción eclesiástica, de la uedeenden gran cantidad de asuntos, %a ue resentarse ante la corte eiscoal de ladiócesis. )o&re las tierras los %om&res del &urgo del portus esan di!ersaslegislaciones: tri&utos so&re la roiedad de tierras, donaciones en dinero o enesecies destinadas al mantenimiento de los ca&alleros encargados de la de$ensa del

&urgo, erceción del telonio so&re todas las mercancías transortadas or tierra o or agua. Todas estas cosas datan de antiguo, se ordenan en leno r3gimen seorial $eudal no están de ninguna manera adatadas a las nue!as necesidades de la

o&lación comercial. ;l no estar conce&ida ensando en ella, la organiación uetiene su sede en el &urgo no solamente no le rinde ning4n ser!icio, sino ue, alcontrario, entorece su acti!idad. 6as suer!i!encias del asado de*an sentir todosu eso so&re las necesidades del



resente. /e manera mani$iesta, or raones ue a eusimos arri&a so&re las uees in4til !ol!er, la &urguesía se siente incómoda eige re$ormas indisensa&les

ara su li&re eansión."s necesario ue la roia &urguesía se encargue de estas re$ormas, orue no

uede contar con ue las lle!en a ca&o los alcaides, los monasterios o los seores

cuas tierras ocuan. Pero además %ace $alta ue, en el seno de la o&lación tan%eterog3nea de los portus, un gruo de %om&res se imonga a la masa tenga la$uera el restigio su$icientes ara tomar el mando. 6os mercaderes, desde la

rimera mitad del siglo Q+, asumen resueltamente este ael. o solamente constituen en cada ciudad el elemento más rico, acti!o á!ido de

cam&ios, sino ue además oseen la $uera ue da la unión. @a !imos cómo lasnecesidades comerciales les %an imulsado, desde tiemo inmemorial, a agruarseen co$radías llamadas gildas o %ansas, cororaciones autónomas, indeendientes de

todo oder cua 4nica le era su !oluntad. 6os *e$es li&remente elegidos, deanes ocondes de la %ansa Jde#enen, hansgravenK eran los guardianes de una discilinaacetada or todos. 6os co$rades, en 3ocas determinadas, se reunían ara &e&er discutir sus intereses. Bna ca*a, ue se llena&a con sus contri&uciones, ser!ía a lasnecesidades de la sociedad un %ogar social, una gildhalle, se utilia&a como local

ara sus reuniones. ;sí se nos muestra, %acia el 1ICI, la gilda de )aint-mer se uede sosec%ar con la maor !erosimilitud ue eistía, or auella 3oca, unaasociación análoga en todas las onas comerciales de Flandes'1CC(.

6a roseridad del comercio esta&a demasiado directamente !inculada a la &uenaorganiación de las ciudades como ara ue los co$rades de las gildas no seencargaran esontáneamente de atender sus necesidades más indisensa&les. 6osalcaides no tenían ning4n moti!o ara imedirles ue solucionaran, or sus roiosmedios, las necesidades cua urgencia arecía e!idente. 6es ermitieron crear, si esue se uede %a&lar de esta manera, administraciones comunales o$iciosas. "n )aint-mer un acuerdo $irmado or el alcaide Yul$ric #a&el J1I72-1IDK la gilda

ermitió a 3sta ocuarse de los asuntos de la &urguesía. /e esta manera, sin oseer ara ello ning4n título legal, la asociación de mercaderes se consagra or roia

iniciati!a a la instalación cuidado de la naciente ciudad. )u iniciati!a sule lainercia de los oderes 4&licos. 5emos cómo consagra una arte de sus rentas a laconstrucción de o&ras de de$ensa al cuidado de las calles. @ no se uede dudar deue no %icieran lo mismo sus !ecinos de las demás ciudades $lamencas. "l nom&redeRcondes de la %ansaO, ue conser!aron los tesoreros de la ciudad de 6ille durantetoda la "dad 8edia, rue&a claramente, a $alta de $uentes antiguas, ue allí tam&i3nlos *e$es de la cororación comercial utilia&an la ca*a de la gilda en &ene$icio de sus

conciudadanos. "n ;udenarde, el título de hansgraaf es usado %asta el siglo Q+5 or un magistrado de la comuna. "n Tournai, a4n en el siglo Q+++, las $inanas ur&anasestán &a*o el control de la aridad de )an ristó&al, es decir, de la gilda comercial."n ?ru*as, los $ondos de los co$rades de la %ansa alimentaron, %asta su desaarición



de&ida a la re!olución democrática del siglo Q+5, la ca*a municial. /e lo ue seconclue %asta la e!idencia ue las gildas $ueron, en la región $lamenca, lasiniciadoras de la autonomía ur&ana. )e encargaron or roia iniciati!a de una tareade la ue nadie se odía %a&er encargado. $icialmente no tenían ning4n derec%o

ara actuar como lo %icieron. )u inter!ención sólo se elica or la co%esión ue

eistía entre sus miem&ros, or la in$luencia ue goa&a su agruación, or losrecursos de los ue disonía , $inalmente, or la clari!idencia ue tenían de lasnecesidades colecti!as de la o&lación &urguesa. )e uede a$irmar sin temor aeagerar ue, en el curso del siglo Q+, los *e$es de la gilda cumlieron de hecho, encada ciudad, las $unciones de magistrados comunales.

+nduda&lemente, $ueron además ellos los ue inter!inieron cerca de los condes deFlandes ara interesarles en el desarrollo la roseridad de las ciudades. @a en el1IGD, ?alduino 5 consigue ue los mon*es de )aint-mer le concedan el terreno

necesario ara ue los &urgueses construan su iglesia. ; artir del reinado de#o&erto el Frisón J1I71-1I9DK, se otorgó a un gran n4mero de ciudades en$ormación la eención del telonio, las concesiones de tierra los ri!ilegios uelimita&an la *urisdicción eiscoal o ue disminuían el ser!icio militar. #o&erto deerusal3n remió a la ciudad de ;ire con Rli&ertadesO eimió en 1111 a los

&urgueses de @res del duelo *udicial."l resultado de todo esto es ue la &urguesía aarece aulatinamente como una

clase distinta ri!ilegiada en medio de la o&lación del condado. /e un simle

gruo social dedicado a la ráctica del comercio la industria se trans$orma en ungruo *urídico, reconocido como tal or el oder central. @ de esta condición *urídica roia !a a concluirse necesariamente el otorgamiento de una organiación *urídicaindeendiente.

6a nue!a legislación necesita&a, como órgano, un nue!o tri&unal. 6as antiguasorganiaciones de regidores, ue tenían su sede en los &urgos ue *uga&an seg4nuna costum&re arcaica, incaaces de adatar su rígido $ormalismo a las necesidadesde un medio ara el cual no esta&an conce&idas, es decir, de la regiduría, roia deuna ciudad, i&an a ceder su uesto a otras regidurías cuos miem&ros, reclutados

entre los &urgueses, odrían administrar *usticia de $orma adecuada a sus deseos,con$orme a sus asiraciones, una *usticia, en una ala&ra, ue $uera su *usticia. "simosi&le decir eactamente cuándo se rodu*o este %ec%o decisi!o. 6a rimeraalusión ue oseemos en Flandes de una regiduría ur&ana, se remonta al ao 1111 se re$iere a ;rras. Pero es lícito creer ue las regidurías de esta esecie a de&íaneistir en auella 3oca en las localidades más imortantes, como =ante, ?ru*as o@res. "n todo caso, en los comienos del siglo Q++, !emos cómo se constitue entodas las ciudades $lamencas esta no!edad esencial. 6as luc%as ue siguieron al

asesinato del conde arlos el ?ueno, en 1127, ermitieron a los &urgueses realiar comletamente su rograma olítico. 6os retendientes al condado, =uillermo de

ormandía, rimero, luego T%ierr de ;lsacia, cedieron a las eticiones ue les


http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 87/279www.lectulandia.com - Página I

dirigieron ara atraerlos a su causa.

6a constitución otorgada a )aint-mer, en 1127, uede ser considerada como el

unto culminante del rograma olítico de los &urgueses $lamencos'1CE(. "n ella sereconoce a la ciudad como un territorio *urídico distinto, ro!isto de un derec%oesecial com4n a todos los %a&itantes, una regiduría articular una lena

autonomía comunal. tras constituciones rati$ican, en el curso del siglo Q++,concesiones arecidas en todas las ciudades rinciales del condado. )u situación$ue, además, garantiada sancionada or documentos escritos.

)in em&argo, %a ue e!itar atri&uir a las constituciones ur&anas una imortanciaeagerada, a ue no incluen, ni en Flandes ni en ninguna otra región euroea, todoel con*unto de la legislación ur&ana'1C7(. )e limitan a determinar las líneas

rinciales, a $ormular algunos rinciios esenciales resol!er algunos con$lictosesecialmente imortantes. Por lo general, son el roducto de circunstancias

esecí$icas sólo tu!ieron en cuenta las cuestiones ue se de&atían en el momentode su redacción. o se las uede considerar como el resultado de un tra&a*osistemático de una re$leión legal arecida a auellos en los ue surgen, or e*emlo, las constituciones modernas. )i los &urgueses las %an sometido a !igilanciaa tra!3s de los siglos con una solicitud etraordinaria, si las conser!an &a*o una trilecerradura en co$res de %ierro las en!uel!en de un reseto casi suersticioso, es

orue reresentan la garantía de su li&ertad, orue les ermiten, en caso de!iolación, *usti$icar sus re!ueltas, ero no orue a&aruen la totalidad de su

derec%o. )ólo eran, or decirlo de alguna manera, la armadura de este derec%o.;lrededor de sus estiulaciones eistía e i&a desarrollándose sin cesar una esesa$ronda de costum&res, usos ri!ilegios no escritos, ero no or ello menosindisensa&les.

Todo esto es tan cierto ue un considera&le n4mero de constituciones re!3n reconocen or sí mismas la e!olución del derec%o ur&ano. =al&erto nos cuenta cómoel conde de Flandes concedió en 1127 a los &urgueses de ?ru*as: Rut de die in diemconsuetudinarias leges suas corrigerentO'1C(, es decir, la $acultad de comletar de día

en día sus costum&res municiales. Por consiguiente, %a en el derec%o ur&anomuc%as más cosas ue las ue uedan contener las constituciones ur&anas, ue sonsólo un etracto. "stán llenas de lagunas no les reocua el orden ni el sistema. o

odemos eserar encontrar en ellas los rinciios $undamentales a artir de loscuales surge la e!olución osterior, como, or e*emlo, el derec%o romano surgió dela le de las Q++ Ta&las.

"s osi&le, sin em&argo, criticando sus aortaciones comletando unas conotras, caracteriar en sus rasgos esenciales el derec%o ur&ano medie!al tal como se

desarrolló en el curso del sigloQ++

en las di$erentes regiones de la "uroa occidental. o es necesario tener en cuenta, desde el momento en el ue se retende traar sólolas líneas generales, las di$erencias entre los "stados, ni siuiera las ue eisten entrelas naciones. "l derec%o ur&ano es un $enómeno de la misma naturalea ue, or e*emlo, el derec%o $eudal. "s la consecuencia de una situación social económica





com4n a todos los ue&los. )eg4n u3 aíses, encontramos naturalmente numerosasdi$erencias de detalle. "l rogreso %a sido &astante más ráido en algunos lugaresue en otros. Pero en el $ondo, la e!olución es en todas artes la misma

recisamente este $ondo com4n será el ue se tratará en las líneas siguientes.onsideremos, en rimer lugar, la condición de las ersonas tal como aarece

el día en el ue el derec%o ur&ano %a aduirido de$initi!amente su autonomía. "stacondición es la li&ertad, ue es un atri&uto necesario uni!ersal de la &urguesía.)eg4n esto cada ciudad constitue una R$ranuiciaO. Todos los !estigios deser!idum&re rural %an desaarecido en sus muros. )ean cuales sean las di$erencias, eincluso los contrastes ue la riuea esta&lece entre los %om&res, todos son igualesen lo ue a$ecta al estado ci!il. R"l aire de la ciudad %ace li&reO, rea el ro!er&ioalemán J Die *tadtluft macht freiK esta !erdad se arecia en todos los climas. 6ali&ertad era antiguamente el monoolio de la no&lea> el %om&re del ue&lo sólo la

dis$ruta&a ececionalmente. =racias a las ciudades la li&ertad !uel!e a ocuar sulugar en la sociedad como un atri&uto natural del ciudadano. "n lo sucesi!o, &astacon residir ermanentemente en la ciudad ara aduirir esta condición. Todo sier!oue durante un ao un día %aa !i!ido en el recinto ur&ano la osee a títulode$initi!o. 6a rescrición a&olió todos los derec%os ue su seor e*ercía so&re su

ersona so&re sus &ienes. "l lugar de nacimiento imorta oco> sea cual sea elestigma ue el nio %aa lle!ado en su cuna, se &orra en la atmós$era de la ciudad.6a li&ertad ue, inicialmente, los mercaderes %a&ían sido los 4nicos en dis$rutar de

hecho, es a%ora or derecho el &ien com4n de todos los &urgueses.)i a4n eisten entre ellos algunos sier!os, es ue no ertenecen a la comuna

ur&ana. )on los ser!idores %ereditarios de las a&adías o de los seoríos ue %anconser!ado en las ciudades algunas tierras ue escaan al derec%o municial en lasue se eret4a el antiguo estado de cosas. Pero las ececiones con$irman la reglageneral. ?urgu3s %om&re li&re se %an con!ertido en t3rminos sinónimos. 6ali&ertad es en la "dad 8edia un atri&uto tan inseara&le de la condición de %a&itantede una ciudad como lo es, en nuestros días, de la de ciudadano de un "stado.

on la li&ertad ersonal !a unida, en la ciudad, la li&ertad territorial.

"$ecti!amente, el suelo, en un área comercial, no uede ermanecer inmó!il,mantenido $uera del comercio or una legislación esada comle*a ue se oone asu li&re ena*enación, ue le imide ser!ir de instrumento de cr3dito aduirir un!alor caitalista. 6o cual es tanto más ine!ita&le cuanto ue la tierra, en la ciudad,cam&ia de naturalea: se %a con!ertido en solar edi$ica&le. )e cu&re ráidamente decasas aiadas unas con otras ue aumentan su !alor a medida ue se multilican.Pero es natural ue el roietario de una casa aduiera a la larga la roiedad, o almenos la osesión del terreno so&re el ue está construida. "n todas artes la antigua

ona seorial se trans$orma en roiedad li&re, en algo renta&le. 6a osesión ur&anase con!ierte de esta manera en una osesión li&re. "l ue la ocua sólo está o&ligadoa agar al roietario del suelo el recio $i*ado, en el caso de ue no sea 3l mismo el



roietario. Puede trasasarla li&remente, aluilarla, cargarla de renta utiliarla degarantía del caital ue le restan. ;l !ender una renta so&re su casa, el &urgu3s se

rocura el caital líuido ue necesita> al comrar una renta so&re la casa de otro, seasegura un &ene$icio roorcional a la suma in!ertida: tal como diríamos %o endía, coloca dinero con intereses. omarada a las $ormas antiguas de roiedad,

$eudales o seoriales, la roiedad, seg4n el derec%o municial, roiedad -eichbild , urgrecht , como se dice en ;lemania, bourgage, como se dice en Francia, resentauna originalidad mu característica. )ituado en condiciones económicas nue!as, elsuelo ur&ano aca&ó or conseguir una nue!a legislación aroiada a su naturalea.+nduda&lemente, las !ie*as cortes territoriales no desaarecieron &ruscamente. 6ali&eraliación del suelo no tu!o como consecuencia la eoliación de los antiguos

roietarios. ; menos ue no les $ueran comradas, conser!aron las arcelas de lasue eran los seores. Pero el dominio ue a4n e*ercían so&re ellas no imlica&a la

deendencia ersonal de sus arrendatarios."l derec%o ur&ano no sólo surimió la ser!idum&re ersonal la territorial,además %io desaarecer los ri!ilegios seoriales las rentas $iscales uedi$iculta&an el e*ercicio del comercio la industria. "l telonio J/eloneumK, uegra!a&a tan esadamente la circulación de &ienes, resulta&a articularmente odioso

ara los &urgueses , desde mu antiguo, intentaron surimirlo. "l diario de =al&ertonos muestra cómo era en el Flandes de 1127 una de sus rinciales reocuaciones.@ uesto ue el retendiente =uillermo de ormandía no cumlió la romesa de%acerlo desaarecer, se le!antaron contra 3l tomando el artido de T%ierr de;lsacia. "n el curso del siglo Q++, el telonio se modi$ica en todas artes, or las

&uenas o or las malas. "n un lugar es sustituido or una renta anual, en otros semodi$ican sus $ormas de erceción. asi siemre se coloca, más o menostotalmente, &a*o la !igilancia la *urisdicción de la ciudad. ;%ora son susmagistrados los ue e*ercen la !igilancia del comercio los ue sustituen a losalcaides a los antiguos $uncionarios seoriales en la reglamentación de los esos medidas, tanto en los mercados como en el control industrial.

)i se trans$ormó el telonio al asar al control ciudadano, igualmente ocurrió con

otras lees seoriales ue, incomati&les con el li&re $uncionamiento de la !idaur&ana, esta&an irremisi&lemente condenadas a desaarecer. uiero %a&lar auí delas %uellas ue la 3oca agrícola imrimió en la $isionomía ur&ana: %ornos molinoscomunes en los ue el seor o&liga&a a los %a&itantes a moler su trigo a cocer su

an> monoolios de todo tio en !irtud de los cuales goa&a, del ri!ilegio de!ender, sin cometencia durante ciertas 3ocas el !ino de sus !ias o la carne desus re&aos> derec%o de %oseda*e ue imonía a los &urgueses el de&er de

roorcionarle el alo*amiento la comida durante sus estancias en la ciudad> derec%o

de reuisa or el ue utilia&a ara su ser!icio los &arcos los ca&allos de los%a&itantes> derec%o de le!a, imoni3ndoles el de&er de ir a la guerra> costum&res detodo tio origen consideradas oresi!as !e*atorias, uesto ue a resulta&an



in4tiles> como auella ue ro%i&ía la construcción de uertos so&re el curso de losríos o auella ue o&liga&a a los %a&itantes a cuidar del mantenimiento de losca&alleros ue comonían la guarnición del !ie*o &urgo. /e todo esto, a $inales delsiglo Q++, no ueda aenas el recuerdo. 6os seores, tras %a&er intentado laresistencia, aca&aron or ceder. omrendieron ue a la larga era me*or ara sus

intereses. o di$icultar el desarrollo de las ciudades ara conser!ar unas rentasescasas, sino or el contrario, $a!orecerlo surimiendo los o&stáculos ue sele!antaran ante 3l. 6legaron a darse cuenta de la antinomia de auellas antiguas

restaciones con el nue!o estado de cosas aca&aron or cali$icarlas, inclusoellos mismos, como RraiasO ReaccionesO.

)e trans$orma la misma &ase del derec%o, como lo %icieron la condición de las ersonas, el r3gimen de la tierra el sistema $iscal. "l rocedimiento comlicado

$ormalista, los con*uradores, los ordalías, el duelo *udicial, todos auellos medios de rue&a rimiti!os ue de*a&an $recuentemente al aar o a la mala $e decidir la suertede un roceso no tardan en adatarse a las nue!as condiciones del medio ur&ano. 6osantiguos contratos $ormales, introducidos or la costum&re, desaarecen a medidaue la !ida económica se %ace más comlicada acti!a. "l duelo *udiciale!identemente no uede mantenerse durante muc%o tiemo en medio de una

o&lación de comerciantes artesanos. Paralelamente %a ue destacar ue, desdemu antiguo, la rue&a or testimonios ante la magistratura ur&ana sustitue a la delos con*uradores. "l $ergeld , el antiguo recio del %om&re, cede su uesto a unsistema de multas castigos cororales. Finalmente, los laos *udiciales, tan largosen un rinciio, son considera&lemente reducidos. @ no se modi$ica sólo el

rocedimiento, sino ue el roio contenido del derec%o e!oluciona de manera aralela. "n asuntos de matrimonio, sucesión, r3stamos, deudas, %iotecas so&retodo en materias de derec%o comercial, toda una nue!a legislación se %alla en lasciudades en !ías de $ormación la *urisrudencia de sus tri&unales crea, de maneracada !e más a&undante recisa, una tradición ci!il.

"l derec%o ur&ano, desde el unto de !ista criminal, no es menos característico

ue desde el ci!il. "n auellas aglomeraciones de %om&res de todas las rocedenciasue son las ciudades, en auel medio donde a&undan los desarraigados, los!aga&undos los a!entureros, se %ace indisensa&le una discilina rigurosa aramantener la seguridad , al mismo tiemo, ara aterroriar a los ladrones &andidosue, en cualuier ci!iliación, son atraídos %acia los centros comerciales. @a en3oca carolingia las ciudades, en cuo recinto &usca&an rotección las gentes más

otentadas, goa&an una a esecial'1C9(. "sta misma ala&ra a es la ueencontramos en el siglo Q++ designando el derec%o enal de la ciudad.

"sta a ur&ana es un derec%o de ececión, más se!ero más duro ue el delcamo. "s ródigo en castigos cororales: %orca, decaitación, castración,amutación de miem&ros. ;lica en todo su rigor la le del talión: o*o or o*o, diente

or diente. "!identemente se roone rerimir los delitos or el terror. Todos



auellos ue $ranueen las uertas de la ciudad, a sean no&les, li&res o &urgueses,están igualmente sometidos a 3l. Por 3l la ciudad se %alla, or decirlo de algunamanera, en estado de sitio ermanente. Pero tam&i3n tiene, en !irtud de este derec%o,un oderoso instrumento de uni$icación, orue se suerone a las *urisdicciones alos seoríos ue se rearten su suelo, imone a todos una reglamentación ineora&le.

ontri&uó a igualar la condición de todos los %a&itantes situados en el interior delas murallas de la ciudad más ue la comunidad de intereses de residencia. 6a

&urguesía es esencialmente el con*unto de los homines pacis, los %om&res de la a.6a a de la ciudad J pa0 villeK es al tiemo la le de la ciudad J le0 villeK. 6osem&lemas ue sim&olian la *urisdicción la autonomía de la ciudad son ante todoem&lemas de a. Tales son, or e*emlo, las cruces o las escalinatas ue sele!antaron en los mercados, las atalaas Jbergfried K cua torre se ergue en el senode las ciudades de los Países ?a*os el norte de Francia los 1olands tan numerosos

en la ;lemania setentrional.=racias a la a con la ue está dotada, la ciudad $orma un territorio *urídicodistinto. "l rinciio de territorialidad del derec%o se imone al de la ersonalidad.6os &urgueses, al estar sometidos or igual al mismo derec%o enal, aca&arán

articiando tarde o temrano del mismo derec%o ci!il. 6a costum&re ur&ana secircunscri&e a los límites de la a la ciudad constitue, en el recinto de susmurallas, una comunidad de derec%o.

6a a, or otra arte, contri&uó amliamente a %acer de la ciudad una comuna."$ecti!amente, está sancionada or un *uramento, lo cual suone una con,uratio detoda la o&lación ur&ana. @ el *uramento restado or los &urgueses no se reduce auna simle romesa de o&ediencia a la autoridad municial, entraa recisaso&ligaciones e imone el estricto de&er de mantener %acer resetar la a. Todo

,uratus, es decir, todo &urgu3s *uramentado está o&ligado a socorrer al &urgu3s ue ide auda. /e esta manera, la a esta&lece entre todos sus miem&ros unasolidaridad ermanente. /e a%í rocede el t3rmino %ermanos or el ue a !eces sondesignados o el de amicitia ue se emlea, or e*emlo, en 6ille como sinónimo de

pa0. @ uesto ue la a a$ecta a toda la o&lación ur&ana, 3sta constitue de %ec%o

una comuna. 6os mismos títulos ue lle!an los magistrados municiales en muc%oslugares, Rwardours de la aiO en 5erd4n, Rreward de Pamiti3O en 6ille R*ures dela aiO en 5alenciennes, en am&rai en muc%as otras ciudades, nos ermitencomro&ar en u3 íntimas relaciones se encuentran la a la comuna.

"!identemente, tam&i3n contri&ueron otras causas al nacimiento de las comunasur&anas. 6a más oderosa es la necesidad ue sentían los &urgueses, desde tiemoinmemorial, de oseer un sistema de imuestos. Lómo conseguir las sumasnecesarias ara los tra&a*os 4&licos más indisensa&les ante todo ara la

construcción del muro de la ciudadM "n todas artes la necesidad de edi$icar estamuralla rotectora $ue el unto de artida de las $inanas ur&anas. "n las ciudades dela región de 6ie*a el imuesto comunal lle!ó, %asta el $in del ;ntiguo #3gimen, el



eculiar nom&re de R$irmeaO J firmitasK. "n ;ngers, las cuentas municiales másantiguas son las de Rclouaison, $orti$ication et emarementO de la ciudad. "n otroslugares, una arte de las multas está destinada ad opus castri, es decir, en ro!ec%ode la $orti$icación. Pero el imuesto, naturalmente, constituó la arte esencial de losrecursos 4&licos. Para o&ligar a agarlo a los contri&uentes $ue necesario recurrir a

la !iolencia. ada uno está o&ligado a articiar seg4n sus medios en los gastosrealiados en inter3s de la comunidad. "l ue se niegue a contri&uir en tales gastos eseulsado de la ciudad. "sta es, or consiguiente, una asociación o&ligatoria, una

ersona moral. )eg4n la eresión de ?eaumanoir, $orma una Rcomaignie, lauellene ot artir ne desseurer, angois con!ient u\elle ti3gne, !oillent les arties ou nonui en le comaignie sontO'1EI(, es decir, una comaía ue no uede disol!erse, eroue de&e su&sistir indeendientemente de la !oluntad de sus miem&ros. @ estosigni$ica ue, al igual ue constitue un territorio *urídico, $orma una comuna.

;4n $alta or eaminar los órganos ue %a re!isto ara satis$acer lasnecesidades ue le imonía su naturalea. "n rimer lugar, en tanto ue territorio *urídico indeendiente, de&e necesariamente tener su *urisdicción roia. "l derec%our&ano circunscrito a sus murallas, al oonerse al derec%o regional, al derec%o de$uera, necesita ue un tri&unal esecial se encargue de su alicación ue la comuna

osea, gracias a 3l, la garantía de su situación ri!ilegiada. ue la &urguesía sólo uede ser *ugada or sus magistrados es una cláusula ue no $alta en casi ningunaconstitución municial. "stos magistrados necesariamente se recluían en su seno. "sindisensa&le ue sean miem&ros de la comuna ue, en maor o menor medida,3sta inter!enga en su nom&ramiento. "n unos sitios tiene el ri!ilegio de roonerlosal seor, en otros se alica un sistema de elección más li&eral> en otros tam&i3n serecurre a rocedimientos más comlicados: elecciones a di!ersos ni!eles, ec%ar asuertes, etc., ue tenían como o&*eti!o e!identemente e!itar la intriga lacorrución. Por lo general, el residente del tri&unal Joidor, alcalde, &aile, etc.K es uno$icial del seor. )in em&argo, es la ciudad la ue decide su elección. "n cualuier caso osee una garantía en el *uramento ue de&e restar en el sentido de resetar de$ender sus ri!ilegios.

/esde comienos del siglo Q++, a !eces incluso %acia $inales del Q+, muc%asciudades aarecen a en osesión de su tri&unal ri!ilegiado. "n +talia, en el sur deFrancia en numerosas artes de ;lemania, sus miem&ros usan el título de cónsules."n los Países ?a*os en la Francia setentrional, se les conoce con el nom&re deregidores> en otros lugares se les llama *urados. 6a *urisdicción ue e*ercen !aría

&astante considera&lemente seg4n el sitio. "n todas artes la e*ercen conrestricciones> uede ocurrir ue el seor se reser!e ciertos casos eseciales. Peroestas di$erencias locales imortan oco. 6o esencial es ue cada ciudad,

recisamente or ser reconocida como un territorio *urídico, osee sus *ueces articulares. )u cometencia está $i*ada or el derec%o ur&ano circunscrita alterritorio en el cual rige. ; !eces se o&ser!a ue, en !e de un solo cuero demagistrados, eisten !arios



dotados de atri&uciones eseciales. "n muc%as ciudades esecialmente en laseiscoales, cuas instituciones ur&anas $ueron el resultado de una insurrección, %a

*unto a los regidores, so&re los ue conser!a el seor una in$luencia más o menosgrande, un cuero de *ueces interesados en asuntos de a esecialmentecometentes ara los ro&lemas a*enos al estatuto comunal. Pero auí es imosi&le

entrar en detalles: &asta con %a&er indicado la e!olución general indeendientementede sus innumera&les modalidades.

6a ciudad, en tanto ue comuna, se administra or un conse*o J2onsilium, curia,etc.K. "ste conse*o coincide $recuentemente con el tri&unal las mismas ersonas sona la !e *ueces administradores de la &urguesía. Tam&i3n en otras muc%asocasiones osee su indi!idualidad roia. )us miem&ros reci&en de la comuna laautoridad ue detentan> son sus delegados, lo ue no uiere decir ue la comunaa&diue en sus manos. om&rados or un eríodo mu corto, no ueden usurar el

oder ue les %a sido con$iado. )ólo muc%o desu3s, cuando se %a desarrollado laconstitución ur&ana, cuando se %a comlicado la administración, $orman un!erdadero colegio en el ue la in$luencia del ue&lo aenas cuenta. ;l rinciioocurrió de manera mu distinta> los *urados rimiti!os encargados de la !igilanciadel &ien 4&lico sólo eran mandatarios, seme*antes a los select men de las ciudadesamericanas de nuestros días, simles e*ecutores de la !oluntad colecti!a. 6a rue&ade ello es ue, en sus orígenes, le $alta uno de los caracteres esenciales de todocuero constituido, Jme re$iero a una autoridad centralK, un residente. 6os

&urgomaestres los alcaldes comunales son, en e$ecto, de creación relati!amentereciente> no odemos encontrarlos antes del sigloQ+++. Pertenecen a una 3oca en la ue el esíritu de las instituciones tiende amodi$icarse en la ue se siente la necesidad de una maor centraliación de un

oder más indeendiente."l conse*o se encarga de la administración corriente en todos los dominios. uida

de las $inanas, el comercio la industria, decide suer!isa los tra&a*os 4&licos,organia el aro!isionamiento de la ciudad, reglamenta el euio la &uenaconser!ación del e*3rcito comunal, $unda escuelas ara los nios aga el

sostenimiento de los %osicios ara o&res !ie*os. 6os estatutos ue dictaconstituen una aut3ntica legislación municial. o odemos encontrar, al norte delos ;les, ninguno ue sea anterior al siglo Q+++. Pero &asta estudiarlos atentamente

ara con!encerse de ue lo 4nico ue %acen es desarrollar recisar unordenamiento más antiguo.

uiá no se mani$ieste en ning4n camo me*or ue en el administrati!o elesíritu inno!ador el sentido ráctico de los &urgueses. 6a o&ra ue realiaron

arece tanto más admira&le cuanto ue constitue una creación original. "n el

anterior estado de cosas no eistía nada ue les udiera ser!ir de modelo, uesto uetodas las necesidades ue %acía $alta ro!eer eran necesidades nue!as. omárese,

or e*emlo, el sistema $inanciero de la 3oca $eudal con el ue institueron lascomunas ur&anas. "n el rimero, el imuesto no es sino una restación $iscal, un



derec%o $i*o eretuo ue ignora las osi&ilidades del contri&uente ue a$ecta4nicamente al ue&lo cuo roducto se con$unde con los recursos seoriales del

ríncie o del seor ue los erci&e, sin ue a$ecte directamente al inter3s 4&lico. "lsegundo, or el contrario, no conocía ececiones ni ri!ilegios. Todos los &urguesesue dis$rutan igualmente las !enta*as de la comuna están or lo mismo o&ligados a

cu&rir sus gastos. 6a cuota de cada uno está en roorción a su $ortuna. "n un rinciio generalmente se deduce de la renta. umerosas ciudades ermanecieron$ieles a esta ráctica %asta el $in de la "dad 8edia. tras la reemlaaron or la sisa,es decir, or un imuesto indirecto ue gra!a&a los o&*etos de consumo esecialmente los roductos alimenticios, de manera ue el rico el o&re aga&animuestos seg4n sus gastos. Pero esta sisa ur&ana no tiene nada ue !er con elantiguo telonio> 3sta era tan $lei&le como rígido el otro, tan !aria&le seg4n lascircunstancias las necesidades 4&licas como el otro inmuta&le. Por lo demás, sea

cual sea la $orma ue aduiera, el roducto del imuesto es dedicado enteramente acu&rir las necesidades de la comuna. /esde $ines del siglo Q++, se institue el control$inanciero , desde esta 3oca, se o&ser!an las rimeras %uellas de una conta&ilidadmunicial.

"l a&astecimiento de la ciudad la reglamentación del comercio de la industriadan $e de manera más mani$iesta toda!ía de la atitud ara resol!er los ro&lemassociales económicos ue lantea&an a la &urguesía sus condiciones de !ida. Teníanue atender a la su&sistencia de una o&lación considera&le o&ligada a conseguir sus!í!eres en el eterior, roteger a los artesanos contra la cometencia etran*era,organiar su aro!isionamiento de materias rimas asegurar la eortación de susmanu$acturas. 6o consiguieron mediante una reglamentación tan mara!illosamenteadatada a su o&*eti!o ue se la uede considerar como una o&ra maestra en sug3nero. 6a economía ur&ana es digna de la aruitectura gótica, de la ue escontemoránea. reó todas las ieas diría gustosamente ue creó e0 nihilo unalegislación social más comleta ue la de cualuier otra 3oca de la %istoria incluidala nuestra. ;l surimir los intermediarios entre el comrador el !endedor, garantióa los &urgueses el &ene$icio de una !ida &arata, ersiguió incansa&lemente el $raude,

rotegió al tra&a*ador contra la cometencia la elotación, reglamentó su tra&a*o su salario, cuidó de su %igiene, se ocuó de su arendia*e, imidió el tra&a*o delas mu*eres de los nios, al mismo tiemo ue consiguió reser!ar ara la ciudad elmonoolio de alimentar con sus roductos los camos de los alrededores encontrar

en onas ale*adas, salidas ara su comercio'1E1(.Todo esto %u&iera sido imosi&le si el esíritu cí!ico de la &urguesía no %u&iese

estado a la altura de las tareas ue se le %a&ían encomendado. "$ecti!amente, esnecesario remontarse %asta la ;ntigSedad ara encontrar una de!oción arecida or

la cosa 4&lica como de la ue los &urgueses %icieron gala. (nus subveniet alteritamquam fratri suo, ue uno aude al otro como a un %ermano, rea una carta

municial $lamenca del siglo Q++'1E2(, estas ala&ras $ueron !erdaderamente una



realidad. ; artir del siglo Q++, los mercaderes destinan una arte considera&le de sus &ene$icios en ro!ec%o de sus conciudadanos, $undan %ositales comran lostelonios. "l a$án de lucro se alía en ellos con el atriotismo local. ada uno estáorgulloso de su ciudad se dedica esontáneamente a tra&a*ar or su roseridad.Porue en realidad cada eistencia articular deende estrec%amente de la eistencia

colecti!a de la asociación municial. 6a comuna de la "dad 8edia oseee$ecti!amente las atri&uciones ue el "stado e*erce en la actualidad. =arantia a cadauno de sus miem&ros la seguridad de su ersona de sus &ienes ue, $uera de ella, seencuentran en un mundo %ostil, lleno de eligros euesto a todo tio de aares.)olamente en ella encuentra a&rigo , consiguientemente, siente or ella una gratitudue &ordea el amor. "stá disuesto a dedicarse a su de$ensa al igual ue siemre está

rearado a ornamentarla %acerla más &ella ue la de sus !ecinos. 6as admira&lescatedrales ue el siglo Q+++ !io le!antarse no serían conce&i&les sin el alegre

entusiasmo con el ue los &urgueses contri&ueron a su construcción. o sonsolamente las casas de /ios, tam&i3n glori$ican la ciudad de la ue constituen elmás &ello adorno a la ue sus ma*estuosas torres anuncian desde le*os. Fueron aralas ciudades medie!ales lo mismo ue los temlos ara las de la ;ntigSedad.

;l ardor del atriotismo local resonde su eclusi!ismo. Por el mismo moti!oue cada ciudad ue llega al t3rmino de su desarrollo constitue una re4&lica o, sise re$iere, un seorío colecti!o, no !e en las demás ciudades sino ri!ales oenemigos. o uede remontarse or encima de la es$era de sus intereses roios. )econcentra so&re sí misma el sentimiento ue transmite a sus !ecinos recuerda

&astante, en un círculo más estrec%o, el nacionalismo de nuestros días. "l esíritucí!ico ue le anima es singularmente egoísta. )e reser!a celosamente las li&ertadesue goa en el interior de sus muros. 6os camesinos ue la rodean no sonconsiderados como comatriotas, 4nicamente suea en elotarlos ara su ro!ec%o.5igila con todos los medios a su alcance ara imedirles ue se entreguen a la

ráctica de la industria cuo monoolio se reser!an> les imone el de&er dea&astecerla les %a&ría sometido a un rotectorado tiránico si %u&iese sido caa.Por lo demás, lo %io en todas las artes en ue le $ue osi&le, or e*emlo, en

Toscana, donde Florencia sometió &a*o su ugo a los camos !ecinos.;demás, nos estamos re$iriendo auí a %ec%os ue no se mani$estarán en todas

sus consecuencias sino a artir del comieno del siglo Q+++. ?asta %a&er indicadoráidamente una tendencia ue no %acía toda!ía sino mani$estarse en el momento desus orígenes. 6o 4nico ue retendía nuestro es&oo era caracteriar la ciudadmedie!al desu3s de %a&er descrito su $ormación. Bna !e más, no %icimos más uetraar las líneas rinciales, la $isonomía ue es&oamos recuerda a esos er$ileso&tenidos al $otogra$iar dos retratos sueruestos. 6os contornos resultantes

muestran un rostro com4n a los dos sin ertenecer eactamente a ninguno de ellos.)i se uisiese, al terminar este largo caítulo, resumir en una de$inición sus

untos esenciales, uiá $uera osi&le a$irmar ue la ciudad medie!al, tal como



aarece a artir del siglo Q++, es una comuna ue, al a&rigo de un recinto $orti$icado,!i!e del comercio de la industria dis$ruta de un derec%o, de una administración de una *urisrudencia ececionales ue la con!ierten en una ersonalidad colecti!a

ri!ilegiada.



%. La influencia de las

ciudades en la ci&ili'aci"n

euro(ea

"l nacimiento de las ciudades marca el comieno de una nue!a era en la %istoriainterna de la "uroa occidental. 6a sociedad sólo %a&ía comrendido %asta entoncesdos clases acti!as: el clero la no&lea. 6a &urguesía, al ocuar un lugar *unto aellas, la comleta o, me*or dic%o, la er$ecciona. )u comosición no %a de cam&iar %asta el $inal del ;ntiguo #3gimen: osee todos los elementos constituti!os lasmodi$icaciones or las ue atra!esará en el curso de los siglos no son, a decir !erdad,nada más ue las di!ersas com&inaciones de su aliana.

6a &urguesía, como el clero la no&lea, es tam&i3n una clase ri!ilegiada.

Forma un rototio *urídico distinto el derec%o esecial de ue dis$ruta, ladi$erencia de la masa del ue&lo rural, a la ue contin4a erteneciendo la inmensamaoría de la o&lación. ;demás, como a se %a dic%o, se es$uera or conser!ar intacta su situación ececional or reser!arse eclusi!amente el &ene$icio.

onci&e la li&ertad como un monoolio. o %a nada menos li&eral ue elesíritu de casta ue constitue su $uera ue al $inal de la "dad 8edia secon!ertirá en un moti!o de de&ilidad. )in em&argo, ara esta &urguesía tan cerradaesta&a reser!ada la misión de di$undir la li&ertad la de con!ertirse, sin %a&erlo

deseado, en la ocasión de la li&eración gradual de las clases rurales. "n e$ecto, elsolo %ec%o de su eistencia de&ía in$luir de manera inmediata so&re ellas , oco a oco, atenuar el contraste ue, en un rinciio, las seara&a. @ si se las ingenió aramantenerlas &a*o su in$luencia, negarlas la articiación en sus ri!ilegios, ecluirlasen el e*ercicio del comercio de la industria, no tu!o, sin em&argo, la $uera aradetener una e!olución de la ue era la causa a la ue no odría surimir si no eramediante su roia desaarición.

6a $ormación de concentraciones ur&anas conmocionó de manera $ulminante laorganiación económica del camo. 6a roducción, tal como se %a&ía racticado%asta entonces, sólo ser!ía ara cu&rir las necesidades del camesino cumlir conlas o&ligaciones de&idas al seor. /esde la araliación del comercio, a nadie se leocurría desear o&tener de la tierra un ecedente del ue no %a&ía la menor

osi&ilidad de des%acerse, uesto ue no se disonía de las salidas comercialesadecuadas. 6a gente se con$orma&a con atender a sus necesidades cotidianas,seguros del maana sin desear ue se me*orase su eistencia, orue no odían nisiuiera conce&ir la osi&ilidad de un cam&io. 6os eueos mercaderes de lasciudades de los &urgos eran demasiado insigni$icantes, además su demanda lo

su$icientemente regular, como ara incitarles a salir de su rutina aumentar sutra&a*o. Pero %e auí ue estos mercados se animan, ue el n4mero de suscomradores se multilica ue reentinamente aduieren la certea de ue odrán





!ender todos los roductos ue lle!en. Lómo no %a&ían de aro!ec%ar unaocasión tan $a!ora&leM /e ellos sólo





deende !ender si es ue roducen lo su$iciente, ráidamente emiean a tra&a*ar las tierras ue %asta entonces %a&ían de*ado &aldías. )u tra&a*o aduiere una nue!asigni$icación. 6es ermite el &ene$icio, la economía una !ida tanto más con$orta&lecuanto más acti!a. )u situación es más $a!ora&le a ue les ertenece en roiedadel ecedente de las rentas de la tierra, uesto ue, al estar $i*ados los derec%os del

seor or la costum&re $eudal en unas tasas in!aria&les, el aumento de la renta sólo &ene$icia al arrendatario.

Pero el seor tam&i3n disone de medios ara &ene$iciarse con la nue!a situaciónen ue la $ormación de las ciudades coloca al camo. Posee enormes reser!as deterreno sin culti!ar, &osues, landas, antanos o maleas. ada más oortuno ue

onerlos en culti!o articiar de esta manera en estos nue!os %oriontes ue soncada !e más remunerati!os a medida ue las ciudades se multilican crecen. "laumento de la o&lación roorcionará los &raos necesarios ara los tra&a*os de

roturación desecación. ?asta con solicitar %om&res, ues no de*arán de resentarse./esde $inales del siglo Q+, el mo!imiento se muestra a en todo su !igor. 6osmonasterios los ríncies territoriales trans$orman las artes est3riles de sus

osesiones en tierras roducti!as. 6a suer$icie del suelo culti!ado, ue desde el $indel +merio #omano no %a&ía aumentado, se ensanc%a sin cesar. 6os &osues seclarean. 6a orden del ister sigue, desde su comieno, el nue!o camino. "n lugar deconser!ar en sus tierras la !ie*a organiación seorial, se adata inteligentemente alnue!o estado de cosas. ;dota el rinciio del gran culti!o , en cada región, sededica a la roducción más renta&le. "n Flandes, cuas ciudades tenían másnecesidades or ser más ricas, ractica la cría de ganado maor. "n +nglaterra sededica esecialmente a la de o!e*as, cua lana consumen las ciudades de Flandes encantidades cada !e maores.

8ientras tanto, en todas artes, no&les o cl3rigos $undan Rciudades nue!asO. )ellama así a una aldea esta&lecida en terreno !irgen cuos ocuantes reci&en

arcelas de tierra mediante el ago de una renta anual. Pero estas ciudades nue!as,cuo n4mero no de*a de aumentar a lo largo del siglo Q++, son al mismo tiemoRciudades li&resO. Porue, ara atraer a los culti!adores, el seor les romete la

eención de las cargas ue esan so&re los sier!os , or lo general, sólo se reser!aso&re ellos la *urisdicción. )urime en su &ene$icio los !ie*os derec%os ue a4nsu&sisten en la organiación seorial. 6a carta de 6orris J11CCK en =átinais, la de?eaumont en %amagne J112K, la de Prisc%es en Hainaut J11CK nos roorcionanmodelos articularmente interesantes de los $ueros de las ciudades nue!as, los cualesse di$undieron amliamente en las regiones !ecinas. "ste es el caso de la de ?reteuil,en ormandia, cua carta $ue lle!ada, en el curso del siglo Q++, a un gran n4mero deciudades inglesas, del País de =ales e incluso de +rlanda.

;sí aarece un nue!o tio de camesino mu distinto del antiguo. "ste secaracteria&a or la ser!idum&re> au3l esta&a dotado de li&ertad. @ esta li&ertad,ue tenía or causa la conmoción económica transmitida or las ciudades al camo,está





coiada de la de la ciudad. 6os %a&itantes de las ciudades nue!as son, a decir !erdad, &urgueses rurales. "%i&en, en muc%os documentos, el título de &urgenses. /is$rutande una constitución *udicial de una autonomía local ue están claramente coiadasde las instituciones ur&anas> 3stas re&asan, or así decirlo, el recinto de las murallas

ara etenderse or los camos comunicarles su li&ertad.

@ esta li&ertad, al %acer nue!os rogresos, no tarda en insinuarse en los !ie*osdominios, cua arcaica constitución no uede mantenerse en el seno de una sociedadreno!ada. @a sea or reconocimiento !oluntario, or rescrición o or usuración,los no&les ermiten ue la li&ertad sustitua gradualmente a la ser!idum&re ue,durante tanto tiemo, %a&ía sido la condición normal de los arrendatarios. "l estatusde los %om&res se trans$orma al mismo tiemo ue el r3gimen de las tierras, uestoue am&os sólo eran la consecuencia de una situación económica llamada adesaarecer. "l comercio cu&re a%ora todas las necesidades ue los seoríos %a&ían

intentado colmar durante tanto tiemo or sí solos. @a no es indisensa&le ue cadauno de ellos roduca todo lo necesario ara su uso, &asta con acudir a la ciudad!ecina ara conseguirlo. 6as a&adías de los Países ?a*os, ue %a&ían sido dotadas

or sus rotectores de !iedos situados en Francia o en las orillas del #%in o del8osela, de los ue saca&an el !ino necesario ara su consumo, !enden, a artir delsiglo Q+++, estas roiedades, ue se %a&ían con!ertido en in4tiles cua elotación conser!ación sale más cara ue los &ene$icios ue roducen'1ED(.

o %a ning4n e*emlo ue eliue me*or la desaarición $atal del antiguosistema seorial en una 3oca trans$ormada or el comercio la economía ur&ana.6a circulación, cada !e más intensa, $a!orece necesariamente la roducciónagrícola, re&asa el marco en el ue se desen!ol!ía %asta entonces, la orienta %acia lasciudades al moderniarla la li&era, así como al %om&re, de la tierra a la ue %a&íaestado tanto tiemo sometido. )ustitue rogresi!amente el tra&a*o ser!il or eltra&a*o li&re. )ólo en las regiones ale*adas de las grandes !ías comerciales se

eret4a, en su rigor rimiti!o, la antigua ser!idum&re ersonal con ella lasantiguas $ormas de roiedad seorial. "n todas las demás desaarecen tanto, másráidamente cuanto ue las ciudades !an siendo más numerosas. "n Flandes, or

e*emlo, aenas si su&siste a comienos del siglo Q+++. "s cierto ue se siguenconser!ando algunos !estigios de ella. Hasta el $inal del ;ntiguo #3gimen seencuentran or douier %om&res sometidos al derec%o de mano-muerta u o&ligados ala cor!ea, tierras gra!adas or di$erentes derec%os seoriales. Pero estassuer!i!encias del asado sólo tienen una imortancia estrictamente $inanciera. )oncasi siemre simles tasas el ue tiene ue agarlas no de*a de tener or ello unacomleta li&ertad ersonal.

6a li&eración de las clases rurales no es sino una de las consecuencias

ro!ocadas or el renacimiento económico del ue %a&ían sido las ciudades, a la !e,el resultado el instrumento, a ue coincide con la imortancia creciente del caitalmo&iliario. /urante el eríodo seorial de la "dad 8edia, no eistía otro tio de




http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 101/279www.lectulandia.com - Página 9D

riuea ue la &asada en la roiedad rural. ;segura&a a la !e, a su &ene$iciario lali&ertad ersonal




http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 102/279www.lectulandia.com - Página 9D

la in$luencia social. "ra la garantía de la situación ri!ilegiada del clero lano&lea ue, oseedores eclusi!os de la tierra, !i!ían del tra&a*o de susarrendatarios a los ue rotegían domina&an. 6a ser!idum&re de las masas era laconsecuencia necesaria de una organiación social en la ue no %a&ía otra alternati!aue la de oseer tierras ser seor o la de tra&a*ar ser sier!o.

Pero, con el ad!enimiento de la &urguesía, aarece una clase de %om&res cuaeistencia está en $lagrante contradicción con este orden de cosas. Porue es, en todala $uera del t3rmino, una clase de desarraigados , sin em&argo, una clase de%om&res li&res. 6a tierra so&re la ue se asientan no solamente no es culti!ada, sinoue se desentienden de su roiedad. ; tra!3s de ella se mani$iesta a$irma con$uera creciente la osi&ilidad de !i!ir enriuecerse or el solo %ec%o de !ender ode roducir !alores de cam&io.

"l caital esta&a &asado sólo en la roiedad de &ienes raíces, ero %e auí ue a

su lado se a$irma la $uera del caital mo&iliario. Hasta entonces el dinero monetario%a&ía sido est3ril. 6os grandes roietarios laicos o eclesiásticos, en cuas manos semonoolia&a la escasa cantidad de moneda en circulación, o or las rentas ue

erci&ían de sus arrendatarios o or las limosnas ue los $íeles aorta&an a lasiglesias, no oseían normalmente ning4n medio de %acerla $ructi$icar.+nduda&lemente ocurría a !eces ue los monasterios, en 3ocas de %am&re,consentían en r3stamos con usura a no&les necesitados ue onían como garantía

sus tierras'1EG(. Pero estas oeraciones, or otra arte ro%i&idas or el derec%ocanónico, no se roducían sino en ocasiones ececionales. Por regla general, eldinero era atesorado or sus dueos a4n más $recuentemente trans$ormado en!a*illas o en ornamentos religiosos ue se $undían en caso de necesidad. "l comercioli&eró este dinero cauti!o le de!ol!ió su o&*eti!o. =racias a 3l !ol!ió a con!ertirseen el instrumento de cam&io en el &aremo de los !alores, a ue las ciudadeseran los centros del comercio a$luó necesariamente %acia ellas. ;l circular multilicó su oder or el n4mero de transacciones en las ue inter!enía. ;l mismotiemo se generalió el uso> el ago en esecie $ue sustituido aulatinamente or el

ago en moneda.

@ aareció de esta manera una nue!a noción de riuea: la de la riueacomercial, ue no consistía a en tierras, sino en dinero o en roductos comercialesestima&les en dinero'1EC(. ; artir del siglo Q+ eistían en muc%as ciudades aut3nticoscaitalistas. @a %emos citado antes algunos e*emlos so&re los ue sería in4til !ol!er a insistir a%ora. Por otra arte, desde tiemo inmemorial, estos caitalistas ur&anoscolocaron en tierras una arte de sus &ene$icios. "l me*or medio de consolidar su$ortuna su cr3dito era, en e$ecto, el acaaramiento del suelo. onsagraron una artede sus ganancias a la comra de inmue&les, inicialmente en la misma ciudad donde

!i!ían, más tarde en el camo. Pero se trans$ormaron rincialmente en restamistas.6a crisis económica, ro!ocada or la irrución del comercio en la !ida social, %a&íaocasionado la ruina o la enuria de los roietarios ue no se suieron adatar.




http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 103/279www.lectulandia.com - Página 9G

Porue, al desarrollar la circulación del dinero, tu!o or resultado el descenso de su!alor con ello la su&ida de los recios. 6a 3oca coetánea a la $ormación de lasciudades $ue un eríodo de !ida cara, tan $a!ora&le a los negociantes a losartesanos de la &urguesía, como enosa ara los oseedores de tierras ue noconseguían aumentar sus rentas. /esde $ines del siglo Q+ !emos cómo la maoría de

ellos están o&ligados, ara oder mantenerse, a acudir a los caitales de loscomerciantes. "n 1127, la carta de )aint-mer menciona, como una rácticageneraliada, los r3stamos concedidos or los &urgueses de la ciudad a losca&alleros de los alrededores. Pero eran a racticadas en esta 3oca oeraciones

&astante más considera&les. o $alta&an mercaderes lo su$icientemente ricos como ara consentir r3stamos de gran en!ergadura. Hacia el 1I2, los mercaderes de6ie*a restan dinero al a&ad de )an Hu&erto ara ermitirle comrar la tierra de%e!ign, , algunos aos más tarde, adelantan al o&iso t&erto las sumas

necesarias ara aduirir al duue =odo$redo, a unto de artir ara la ruada, sucastillo de ?ouillon'1EE(. 6os roios rees recurren, en el curso del siglo Q++, a los &uenos o$icios de los $inancieros ur&anos. Yilliam ade es el ro!eedor de $ondos

del re de +nglaterra'1E7(. "n Flandes, en los comienos del reinado de Felie;ugusto, ;rras se con!ierte en la ciudad de los &anueros or ecelencia.

=uillermo el ?retón la descri&e como llena de riuea, á!ida de lucro re&osantede usureros:

Atrabatum3 potens urbs3 plena Divitiis' inhians lucris et foenare gaudens'1E(

6as ciudades de 6om&ardía, tras su e*emlo, las de Toscana Pro!ena, laso&reasan considera&lemente en este comercio, al cual la +glesia &usca en !anooonerse. /esde comienos del siglo Q+++, los &anueros italianos amlían a susoeraciones al norte de los ;les sus rogresos resultaron ser tan ráidos enauellos lugares ue cincuenta aos más tarde sustituen en todas artes, gracias a laa&undancia de sus caitales a la t3cnica más a!anada de sus rocedimientos, a los

restamistas locales'1E9(."l oder del caital mo&iliario concentrado en las ciudades les roorcionó no

sólo la in$luencia económica, sino ue contri&uó, además, a interesarlos en la !ida olítica. /urante el largo eríodo en ue la sociedad no conoció otro oder ue elue se deri!a&a de la osesión de la tierra, el clero la no&lea eran los 4nicos ue

articia&an en el go&ierno. Toda la *eraruía $eudal esta&a constituida so&re la &asede la roiedad de &ienes raíces. "n realidad el $eudo sólo es una osesión las

relaciones ue crea entre el !asallo el seor no son sino una modalidad articular de las relaciones ue eisten entre el roietario el arrendatario. 6a 4nicadi$erencia consiste en ue los ser!icios de&idos or el rimero al segundo, enlugar de ser de




http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 104/279www.lectulandia.com - Página 9C

naturalea económica, lo son de naturalea militar olítica. ;l igual ue cada ríncie territorial reuiere la auda el conse*o de sus !asallos, al ser 3l mismo!asallo del re, está o&ligado or su arte a análogos comromisos. /e esta maneralos 4nicos ue inter!ienen en la dirección de los asuntos 4&licos son los

roietarios del suelo. Por lo demás, sólo inter!ienen a tra!3s de su ersona, es decir,

emleando la eresión consagrada: consilio et au0ilio, or su conse*o or suauda. 6a contri&ución ecuniaria ara cu&rir las necesidades de su seor no uededarse en una 3oca en la ue el caital raí sir!e 4nicamente ara mantener a sus

oseedores. uiá lo más c%ocante del estado $eudal estri&a en el carácter rudimentario de sus $inanas. "l dinero no desemea ning4n ael. 6as rentas delos dominios del ríncie son casi las 4nicas ue llenan sus arcas. 6e resultaimosi&le aumentar sus recursos mediante imuestos su indigencia $inanciera le

ro%í&e tomar a su ser!icio agentes re!oca&les asalariados. "n lugar de

$uncionarios tiene !asallos %ereditarios su autoridad so&re ellos está limitada or el *uramento de $idelidad ue le %an restado.Pero el día en el ue el renacimiento comercial le ermite aumentar sus rentas

el dinero líuido comiena a a$luir en sus arcas, !emos cómo emiea a sacar ráidamente artido de las circunstancias. 6a aarición de los R&ailesO, en el cursodel siglo Q++, es el rimer síntoma del rogreso olítico ue !a a ermitir al oder realesta&lecer una !erdadera administración 4&lica trans$ormar aulatinamente elseorío en so&eranía. Porue el R&aileO es, en toda la $uera del t3rmino, un$uncionario. on este ersona*e mo!i&le, agado, no con una concesión de tierra,sino con un sueldo en dinero, o&ligado anualmente a dar cuentas de su gestión, sea$irma un nue!o tio de go&ierno. "l R&aileO está situado $uera de la *eraruía $eudal.)u naturalea es comletamente di$erente a la de los antiguos *ueces, alcaldes,oidores o alcaides, ue desemea&an sus cargos a título %ereditario. "ntre am&oseiste la misma di$erencia ue entre las !ie*as osesiones ser!iles las nue!as

osesiones li&res. ausas económicas id3nticas %an trans$ormado a la !e laorganiación rural la administración de los %om&res. ;l mismo tiemo ue

ermitieron a los camesinos li&erarse a los roietarios sustituir el masnus

seorial or el arriendo, %icieron osi&le ue los ríncies se aoderaran, gracias asus agentes asalariados, del go&ierno directo de sus territorios. 6a inno!ación

olítica, como las inno!aciones sociales de la ue es coetánea, suone la di$usión dela riuea mo&iliaria la circulación de dinero. os odremos con!encer sines$uero de la eactitud de esta oinión si o&ser!amos cómo Flandes, cua !idacomercial ur&ana se mani$estó muc%o antes ue en las otras regiones de los Países?a*os, conoció muc%o antes ue ellas la institución de los R&ailesO.

6as relaciones ue se esta&lecieron entre los ríncies los &urgueses tu!ieron

tam&i3n consecuencias olíticas de rimer orden. #esulta&a imosi&le no tener encuenta estas ciudades, a las ue su riuea creciente roorciona&a una in$luenciacada !e más considera&le ue odían oner en ie, en caso de necesidad, a miles




http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 105/279www.lectulandia.com - Página 9E

de %om&res &ien euiados. 6os conser!adores seores $eudales sólo tu!ieron, en un rinciio, desrecio or la audacia de las milicias ur&anas. tton de Freisingen seindigna al !er cómo los comuneros de 6om&ardía lle!an casco coraa se

ermiten %acer $rente a los no&les ca&alleros de Federico ?ar&arro*a. Pero laalastante !ictoria conseguida en 6egnano J117EK or estos !illanos so&re las troas

del emerador no tardó en demostrar lo ue eran caaces de %acer. "n Francia losrees no de*an de solicitar sus ser!icios. )e consideran como los rotectores de lascomunas, como los guardianes de sus li&ertades %acen aarecer la causa de lacorona como solidaria de las $ranuicias ur&anas. Felie ;ugusto i&a a recoger los$rutos de tan %á&il olítica. 6a &atalla de ?ou!ines J121GK, ue esta&lecede$initi!amente la reonderancia de la realea en el interior de Francia %acereslandecer su restigio en toda "uroa, $ue de&ida en gran arte a los contingentesmilitares de las ciudades.

6a in$luencia de las ciudades en auella 3oca no $ue menos considera&le en+nglaterra, a esar de ue allí se mani$estara de manera mu distinta. "n !e deaoar a la realea, se le!antaron contra ella al lado de los &arones de esta maneracontri&ueron a rearar el go&ierno arlamentario cuos le*anos orígenes se uedenremontar a la =ran arta J1212K.

@ no sólo en +nglaterra las ciudades rei!indicaron o&tu!ieron una articiaciónmás o menos etensa en el go&ierno. )u tendencia natural les imulsa&a atrans$ormarse en re4&licas municiales. o ca&e dudar ue, si %u&iesen tenido la$uera necesaria, no %a&rían de*ado de con!ertirse en todas artes en una esecie deestado dentro del "stado. Pero sólo intentaron lle!ar a ca&o este ideal allí donde el

oder del "stado era imotente ara contrarrestar sus es$ueros.;sí ocurrió en +talia desde el siglo Q++, más tarde en ;lemania tras la

decadencia de$initi!a de la autoridad imerial. "n otros sitios no consiguen a$ectar el oder de los ríncies, como en +nglaterra en Francia, orue la monaruía erademasiado oderosa ara !erse o&ligada a caitular ante ellos, o, como en el caso delos Países ?a*os, orue su articularismo les imedía coordinar sus es$ueros araconuistar una indeendencia ue inmediatamente les %u&iese en$rentado entre sí.

Permanecen, ues, or regla general, sometidas al go&ierno territorial, ue no lastrata, sin em&argo, como simles s4&ditos. 6as necesita&a demasiado como ara notener en cuenta sus intereses. )us $inanas descansa&an en gran arte so&re ellas , amedida ue aumenta&an las atri&uciones del "stado disminuían sus recursos, tu!oue recurrir cada !e más $recuentemente al r3stamo de los &urgueses. @a !imoscómo en el siglo Q++ les iden r3stamos ue las ciudades no conceden sin garantías.)a&en &ien ue corren el gran riesgo de no ser agadas eigen nue!os ri!ilegiosen ago de las sumas ue %an uerido restar. "l derec%o $eudal sólo ermitía ue el

seor imusiese a sus %om&res o&ligaciones mu determinadas limitadas siemre alos mismos casos. Por consiguiente, era rácticamente imosi&le someterlosar&itrariamente a su caric%o sacar de esta manera los su&sidios indisensa&les.





6as cartas constitucionales de las ciudades les otorgan, en este sentido, todotio de





garantías. Ha ue acudir, ues, a ellas. Poco a oco los ríncies aduieren el%á&ito de con!ocar a los &urgueses en los conse*os de relados no&les con los uediscute sus asuntos. 6os e*emlos de estas con!ocatorias son toda!ía escasos en elsiglo Q++, se multilican en el Q+++ , en el Q5+, la costum&re se encuentrade$initi!amente legaliada or la institución de los "stados, en los ue las ciudades

o&tienen, tras el clero la no&lea, un lugar ue ráidamente se con!ierte, aunuetercero en dignidad, el rimero en imortancia.

)i las ciudades tu!ieron, como se aca&a de demostrar, una gran in$luencia en lastrans$ormaciones sociales, económicas olíticas ue se mani$estaron en "uroaoccidental en el curso del siglo Q++, odría arecer a rimera !ista ue no *ugaronning4n ael en el mo!imiento intelectual. ;l menos %a ue eserar %asta $ines delsiglo Q+++ ara encontrar o&ras literarias o&ras de arte roducidas en el seno de la

&urguesía animadas or su esíritu. Hasta este momento, la ciencia ermanece

como monoolio eclusi!o del clero no emlea otra lengua ue el latín. 6asliteraturas en lengua !ulgar están escritas 4nicamente ara la no&lea o al menosmani$iestan ideas sentimientos ue son los suos. 6a aruitectura la esculturasólo roducen o&ras maestras en la construcción la ornamentación de las iglesias.6os mercados las torres, cuos e*emlares más antiguos se remontan a comienosdel siglo Q+++, como, or e*emlo, los admira&les mercados de @res destruidosdurante la =ran =uerra, ermanecen a4n $ieles al estilo aruitectónico de losedi$icios religiosos.

)in em&argo, si lo miramos más de cerca, no tardaremos en descu&rir ue la !idaur&ana no %a de*ado de contri&uir al enriuecimiento del caital moral de la "dad8edia. +nduda&lemente la cultura intelectual %a estado dominada or lasconsideraciones rácticas ue, antes del eríodo del #enacimiento, le imidieronconseguir un amlio desarrollo. Pero de $orma mani$iesta resenta esa aariencia decultura eclusi!amente laica. /esde mediados del siglo Q++, los conse*os municialesse reocuaron or $undar ara los %i*os de la &urguesía escuelas ue son las

rimeras escuelas laicas de "uroa desde el $in de la ;ntigSedad. =racias a ellas laenseana de*a de ser eclusi!amente un &ene$icio al ser!icio de los no!icios de losmonasterios de los $uturos sacerdotes de las arrouias. "l conocimiento de lalectura de la escritura ue eran indisensa&les ara la ráctica del comercio noestu!o reser!ado or más tiemo a los miem&ros del clero. "l &urgu3s $ue iniciadoen ellas muc%o antes ue el no&le, orue lo ue ara el no&le era 4nicamente unlu*o intelectual era ara 3l una necesidad cotidiana. 6a iglesia no de*ó de rei!indicar ráidamente una !igilancia so&re las escuelas municiales, lo ue ro!ocónumerosos con$lictos entre ella las autoridades ur&anas. 6a cuestión religiosa eranaturalmente a*ena a estas discusiones. o eistía otro moti!o ue el deseo de las

ciudades de conser!ar el control de las escuelas ue %a&ían creado ue creían uede&ían mantener.

6a enseana de estas escuelas se limitó, %asta la 3oca del #enacimiento, a la





instrucción elemental. Todos auellos ue uerían rolongar sus estudios de&íandirigirse a las instituciones del clero. /e 3stas salían los escri&ientes ue, a artir de$ines del siglo Q++, $ueron los encargados de la corresondencia de la conta&ilidadur&ana, así como de la redacción de las m4ltiles actas necesarias ara la !idacomunal. Todos estos escri&ientes eran or lo demás laicos, las ciudades no tomaron

*amás a su ser!icio, a di$erencia de los ríncies, a los miem&ros del clero ue, en!irtud de los ri!ilegios ue goa&an, escaa&an a su *urisdicción. 6a lengua de laue %icieron uso los escri&as municiales $ue naturalmente, en un rinciio, el latín.Pero tras los rimeros aos del siglo Q+++ les !emos adotar rogresi!amente losidiomas nacionales. =racias a las ciudades estas lenguas se introdu*eron or !e

rimera en la ráctica de la administración esta iniciati!a corresonde er$ectamente al esíritu laico del ue $ueron los reresentantes or ecelencia, enmedio de la ci!iliación medie!al. "ste esíritu laico esta&a acomaado del más

intenso $er!or religioso. )i las &urguesías se encontra&an $recuentemente en luc%acon las autoridades eclesiásticas, si los o&isos lanaron a&undantemente contra ellassentencias de ecomunión si, en contraartida, se entregaron algunas !eces atendencias anticlericales &astante ronunciadas, no esta&an or ello menos animadasde una ro$unda ardiente $e. Prue&a de ello son las innumera&les $undacionesreligiosas ue ululan en las ciudades la a&undancia de co$radías iadosas caritati!as. )u iedad se mani$iesta con una ingenuidad, una sinceridad unaaudacia ue la lle!a&an $ácilmente más allá de los límites de la estricta ortodoia. "n

todas las 3ocas se distinguen or la eu&erancia de su misticismo. "s 3ste recisamente el ue, en el siglo Q+, les %ace tomar artido aasionadamente or losre$ormadores religiosos ue com&aten la simonía el matrimonio de los sacerdotes, en el siglo Q++, a roagar el ascetismo contemlati!o de los &eguinos los

&agardos este mismo $inalmente el ue elica, en el siglo Q+++, el entusiásticoreci&imiento ue %acen a los $ranciscanos a los dominicos. Pero tam&i3n es 3ste elue garantia el 3ito de todas las no!edades, todas las eageraciones todas lasde$ormaciones del sentimiento religioso. ; artir del siglo Q++ no %a ninguna %ere*ía

ue no %aa encontrado ráidamente adetos. ?asta con recordar auí la raide laenergía con las ue se roagó la secta de los al&igenses. 6aica mística a la !e, la &urguesía medie!al se encuentra de esta manera singularmente &ien rearada arael ael ue %a&rá de desemear en los dos grandes mo!imientos de ideas del

or!enir: el #enacimiento, %i*o del esíritu laico, la #e$orma, %acia la ueconducía el misticismo religioso.

Fin





H"#+ P+#"" J5er!iers, ?3lgica, 2D de diciem&re de 1E2 - Bccle, ?3lgica, 2Cde octu&re de 19DCK, %istoriador &elga. Fue ro$esor de Historia desde 192 %astasu muerte en la Bni!ersidad de =ante.

"s conocido como uno de los grandes %istoriadores del siglo QQ, en articular or loue se conoce como la Tesis de Pirenne Juna reinterretación !igorosa e in3dita so&reel inicio duración de la "dad 8ediaK or su estudio so&re los orígenes de ?3lgicacomo nación. )o&re la o&ra de Pirenne se eresó 8arc ?loc%: R"s necesario reetir el !alor de las cualidades ue %acen de cada una de las o&ras del gran sa&io &elga,desde su aarición, en el sentido roio de la ala&ra, un clásico de la literatura]O.

"l li&ro más conocido de Pirenne es Mahoma y 2arlomagno J19D7K, ue es una

esecie de colo$ón al li&ro +istoria econ"mica y social de la edad media, ue se u&licó en artículos ue contiene la tesis ue lle!a su nom&re. tras o&ras: Las

ciudades de la Edad Media J1927K, +istoria de Europa4 Desde las invasiones al s)

5V6 J19DEK, Democracia urbana4 (na vie,a historia J19D9K.




http://slidepdf.com/reader/full/las-ciudades-de-la-edad-media-henri-pirenne 110/279www.lectulandia.com - Página 1II

)otas

*a(#tulo (rimero





'1( 6a resente o&ra reroduce una arte del teto de H. P+#"" Les villes et les

institutions urbaines, t. 1, París, ;lcan, ?ruselas, . ). "., 19D9, . DIG a GD1. ^^



'2( P. )H"FF"#-?+H#)T, Wur =esc%ic%te der )rer im ;&endlandeJ Mitteilungen des 6nstituts f7r 8esterreichische Geschichtsforschung , t. 5+, 1C, .

C21K> 6. ?#0H+"#, 6es colonies d\rientau en ccident au commencement du8oen ;ge J yzantinische 9eitschrift , t. Q++, 19IDK. $. F. B8T, Les religions

orientales dans le paganisme romain, . 1D2 JParís, 19I7K. ^^



'D( H. P+#"", 8a%omet et %arlemagne J 1evue belge de philologie et d:histoire,1922, t. +, . 77K. ^^



'G( ;. /P)H, -irtschaftliche und *oziale Grundlagen der Europ;ischen

<ulturenent$ic#elung , t. ++, . C27 J5iena, 192IK, se oone !igorosamente a la idea

de ue los germanos %u&ieran %ec%o desaarecer la ci!iliación romana. ^^



'C( FB)T"6 /" B6;="), 6a 8onarc%ie $ranue, . 2DE> ;. /P)H,Yirtsc%a$tlic%e und )oiale =rundlagen der "uro_isc%en ulturenentwicUelung, t.

++, . DG2> ". 8;@"#, /eutsc%e und $ran`sisc%e 5er$assungsgesc%ic%te, t. +, . 29EJ6eiig, 199K. ^^



'E( 53ase entre otras la +istoria =rancorum, edit. #B)H, li&ro +5, GD> li&ro 5+, GC> li&ro 5+++, 1, DD> li&ro +++, DG. ^^



'7( 8. P#B, atalogue des monnaies m3ro!ingiennes de la ?i&liot%bue ationalede Paris. +ntroduction> H. P+#"", Bn contraste 3conomiue. 83ro!ingiens et

arolingiens J 1evue belge de philologie et d:histoire, 192D, t. ++, . 22CK. ^^



'( +istoria =rancorum, edit. #B)H, li&ro +5, GD> li&ro 5, C> li&ro 5+, 17, 2G>li&ro +Q, 22. $. =#"=#+ "6 =#;/", Epistolae, +, GC. "istía en 8arsella

un almac3n Jcellarium fisci' catabolusK ro!isto de una ca*a alimentadacontinuamente or los derec%os de entrada ue a4n a $ines del siglo 5++ era &astanterica, de manera ue el re odía constituir a artir de ella rentas ue se ele!a&an a laci$ra de 1II sueldos de oro. 53ase un e*emlo en la ;&adía de )aint-/ens en Mon)

Germ) +ist) Diplomata, t. +, n4ms. E1 2. $. Mon) Germ) +ist) *cript) 1erum

Merovingicarum, t. ++, . GIE. ^^



'9( 8. P#B, atalogue des monnaies miro!ingiennes de la ?i&liot%bue ationalede Paris, . DII. ^^



'1I( "$ecti!amente, es imosi&le no suoner la eistencia en 8arsella de una clase de

www.lectulandia.com - Página 11I

artesanos al menos tan imortante como la ue a4n %a&ía en ;rles a mediados del

siglo 5+. F. +""#, Verfassmgsgeschichte der %rovence, . 29 J6eiig, 19IIK. ^^





'11( Marculfi =ormulae, edit. W"B8"#, . 1I2, n4m. 1. ^^



'12( 6. 6"5+66;+, E0amen critique des charles m!rovingiennes et carolingiennes

de l:abbaye de 2orbie, . 22I, 2D1, 2DC JParís, 19I2K. )e trata del telonio de Fos de

;i-en-Pro!ence. Bna $órmula de 8arcul$o Jed. W"B8"#, . 11K, rue&a ue elgaró, los dátiles, la imienta muc%os otros roductos orientales $orma&an arte dela alimentación %a&itual del norte de la =alia. "n lo ue se re$iere al airo, un tetoue se conser!a como a3ndice de los estatutos de ;dalardo de or&ie J=B0#;#/,

%olyptyque d:6rminon, t. ++, . DDEK atestigua ue de&ía estar mu etendido su usode&ía ser cotidiano. "ste teto lo menciona cum seburo, lo cual inclina a creer ueser!ía, como en nuestros días el ael oleoso, ara $ormar las aredes de laslámaras. )3 er$ectamente ue el teto en cuestión se atri&ue a la 3oca carolingia.

Pero no se ueden alegar otros argumentos en $a!or de esta oinión ue el %ec%o deue est3 a continuación de los estatutos de ;dalardo. "sta es una circunstancia ueno uede asar or una rue&a. 6a desaarición del airo a artir de los comienosdel siglo +Q nos o&liga a atri&uir este curioso documento a una $ec%a cien aos másantigua. ^^



'1D( "l diloma de /ago&erto, rati$icando en el E29 los derec%os de )aint /ens so&reesta $eria J;$. G) Dipl . 1,1GIK, se considera generalmente sosec%oso. o se %a

roorcionado, sin em&argo, ninguna rue&a con!incente contra su autenticidad.;unue no rocediera de la cancillería de /ago&erto, es induda&lemente anterior a la3oca carolingia no %a ninguna raón ara oner en duda los detalles ue nos

roorciona so&re la asistencia a la $eria. ^^



'1G( 53anse las cartas de ;=?;#/ en los Monumenta Germ>nica +ist"rica)

Epistolae, t. 5, . 1G ss. ^^



'1C( +istoria =rancorum, ed. #B)H, li&ro 5++, GE. ^^



'1E( . =66, )amo und die arantinisc%en )la!en J8itteilungen des +nstituts $Sr esterreic%isc%e =esc%ic%t$orsc%ung, t. Q+, . GGDK. ^^



'17( Historia Francorum, ed. #B)H, li&ro +++, DG. ^^



'1( +&idem, li&ro 5+H, DD. ^^



'19( 6bidem, li&ro 5+, GC. "n el E27 un tal o%annes 8ercator %io una donación a)aint-/ens. Mon) Germ) +ist) *cript) Dipl) Merov., t. +, . 1D. 6os Gesta Dagoberti

?ibidem' *cript) 1er) Merov)' t. ++, . D1GK %a&lan de un *alom"n @egociator ue, adecir !erdad, es sin duda un *udio. ^^



'2I( ;. /P)H, Yirtsc%a$tlic%e und )oiale =rundlagen der "uro_isc%en


ulturenentwicUelung, t. ++, . GD2> F. /;H, Be&er Handel und Handelsrec%t der

Yestgot%en. ?austeine, ++, DI1 J?erlin, 1IK. ^^

*a(#tulo segundo





'21( H. P+#"", 8a%omet et %arlemagne J 1evue belge de %hilologie et d:histoire,t. +, . EK. ^^



'22( )e odría o&*etar ue arlomagno conuistó en +talia el reino de ios lom&ardos en "saa la región comrendida entre los Pirineos el "&ro. Pero estas incursiones

%acia el sur no se elican en modo alguno or el deseo de dominar las costas del8editerráneo. 6as eediciones contra los lom&ardos se de&ieron a causas olíticas so&re todo a la aliana con el aado. 6a ocuación de la "saa setentrionalsolamente tenía como o&*eto esta&lecer una sólida $rontera $rente a los musulmanes.^^



'2D( H. P+#"", Bn contraste 3conomiue. 83ro!ingiens et arolingiens J 1evue

belge de %hilologie et d:histoire, t. ++, . 22DK. ^^



'2G( 6a imortación, sin em&argo, toda!ía no %a&ía cesado comletamente or auella$ec%a. 6a 4ltima mención ue se conoce del uso del airo en la =alia data del 77.

8. P#B, Manuel de paliographie, cuarta ed., . 9. "n +talia se contin4a usando%asta el siglo Q+. =+#@, Manuel de diplomatique, . G9G. "ra imortado de "gito, omás seguramente de )icilia, donde los ára&es %a&ían introducido su $a&ricación,mediante el comercio con las ciudades &iantinas del sur de la Península o or el de5enecia, del ue se tratará en el caítulo +5. "s, además, signi$icati!o comro&ar uea artir de la Loca carolingia, los $rutos orientales, de gran imortancia en laalimentación de la 3oca mero!ingia, desaarecen comletamente. )i se consultanlas tractoriae ue regulan el aro!isionamiento de los $uncionarios, se !e cómo los

missi carolingios son reducidos allí a comidas camesinas: carne, %ue!os manteca.53ase Y;+TW, Verfassungsgeschichte, t. ++, 2, . 29E. ^^



'2C( "l mismo $enómeno se roducía en )ta!elot, donde los mon*es de*an de solicitar ue se les con$irme la eención del telonio ue les %a&ía concedido )ige&erto +++ en

el aso del 6oira, es decir, en la ruta de 8arsella. H;6+ #6;/, 2artulairede l:abbaye de *tavelot.Malm!dy, t. +, . 1I. ^^



'2E( F. +""#, Verfassungsgeschichte der %rovence, . D1. "s característicoo&ser!ar cómo en el siglo +Q las rutas ue $ranuea&an los ;les en dirección a

8arsella a no son $recuentadas. )e a&andona la del monte =en3!re. o %a máscirculación ue la ue se realia a tra!3s de los des$iladeros ue se a&ren %acia elnorte: 8ont-enis, Peueo =ran )an ?ernardo, )etimer. 53ase P. ;.)H"FF"6, Ver#ehrsgeschichte der Alpen J?erlín, 19I-191GK. ^^



'27( ;. )HB6T", =esc%ic%te des 8ittelaterlic%en Handels und 5erUe%rs wisc%enYestdeutsc%land und +talien, t. ++, . C9 J6eiig, 19IIK. ^^



^^



'29( H. /" 6; #+#", %arlemagne et la ci!ilisation maritime au +Q sibcle J Le

Moyen Age, 197, t. Q, . 2I1K. ^^



'DI( ;. /P)H, Die -irtschaftsent$ic#lung der <arolingerzeit , t. ++, . 1I ss.,

www.lectulandia.com - Página 1DI

%a sealado con una gran erudición un n4mero considera&le. "s reciso sealar, sin

em&argo, ue muc%as de ellas se re$ieren al eríodo mero!ingio muc%as otrascarecen de la signi$icación ue se les atri&ue. 53ase tam&i3n . Y. TH8P),T%e ommerce o$ France in t%e nint% entur J/he fournal of political economy,191C, t. QQ+++, . C7K. ^^





'D1( uento!ic $ue destruido or las incursiones del G2 GG> /uurstede, saueadoen el DG, DC. 5="6, op) cit ., . EE, . $. . /" 5#+"), De $i#ingen in de l;ge

landen bi, de zee JHarlem, 192DK. ^^



'D2( H. P+#"", /ras de Frise ou dras de FlandreM JViertel,ahrschrift f7r *ozial.

und -irtschaftsgeschichte, 19I9, t. 5++, . DIK. ^^



'DD( 8. P#B, atalogue des monnaies carolingiennes de la ?i&liot%bue ationale, . 1I. ^^



'DG( Y. 5="6, /ie ormannen und das Fr_nUisc%e #eic%, . E2. ^^



^^



'DE( Para el con*unto de los tetos, c$. ;#+B), #egesten ur =esc%ic%te der $udenin $r_nUisc%en und deutsc%en #eic%e &is um $a%re i J?erlin, 19I2K. ^^



'D7( ; di$erencia de los cristianos, los *udíos esaoles mantenían relaciones con elriente gracias a la na!egación musulmana. 53anse los eresi!os tetos so&re el

comercio de telas griegas orientales en . )<H"W-;6?#W, "stamas dela !ida en 6eón durante el siglo Q, . 17 ss., en Discursos le&dos ante la 1eal

Academia de la +istoria J8adrid, 192EK. ^^



'D( 6a ingeniosa demostración de 8. . Y. TH8P) ara ro&ar lo contrariosuone di$icultades $ilológicas ue imiden admitirla. "l origen griego de la ala&ra

2appi, en la ue se &asa, no uede ser acetado. ^^



'D9( . #;TH=", Die Entstehung der M;r#te in Deutschland , . 9 J/armstadt,11K. ^^



'GI( +8?;#T /" 6; TB#, /es immunit3s commerciales accord3es au 3glises du

www.lectulandia.com - Página 1GI

5++ au +Q sibcle J Etudes d:histoire du Moyen Age d!di!es Gabriel Monod , París,

19E, . 71K. ^^





'G1( ; rimera !ista se odría caer en la tentación de uerer !er grandes comerciantesen los comerciantes de alacio ue menciona una $órmula del 2 JW"B8"#,

=ormular , . D1GK. Pero &asta comro&ar cómo estos comerciantes de&en rendir cuentas de sus negocios al emerador cómo están sometidos a la *urisdicción demagistri eseciales asentados en alacio, ara no !er en ellos sino los agentes delaro!isionamiento de la corte. 6os comerciantes ro$esionales $ueron tan raros uesu condición es comarada a la de los iudei. Por lo demás, el %ec%o de ue muc%asa&adías en!íen a sus sier!os a comrar en su origen los roductos necesarios ara sualimentación J!ino, sal , en los aos de escase, centeno trigoK rue&a la ausenciade un aro!isionamiento normal mediante el comercio. Para a$irmar lo contrario,

%a&ría ue demostrar ue los &arrios comerciales eistentes en las ciudades de la3oca mero!ingia se encontra&an toda!ía allí en el siglo +Q. ;adiría, además, ue elestudio comarado del telonio en la 3oca mero!ingia en la 3oca carolingiaatestigua, como me reser!o demostrarlo en otra ocasión, la decadencia ro$unda delcomercio en el siglo +Q. ^^



'G2( 8. P#B, atalogue des monnaies carolingiennes de la ?i&liot%bue ationale, . Q65. ^^



'GD( "l %ec%o de ue la desaarición de la moneda de oro es una consecuencia de ladecadencia económica de la 3oca carolingia está con$irmado or la eistencia de

una euea acuación de oro su&sistente en Frisia en B3s, es decir, recisamenteen las regiones del +merio en las ue, or una arte, los uertos de uento!ic /uurstede, , or otra, los *udíos esaoles, mantenían toda!ía un cierto comercio.Para esta acuación, !3ase P#B, op) cit ., . QQQ+. ^^



'GG( =. Y;+TW, Deutsche Verfassungsgeschichte, segunda ed. J1CK, t. +5, . 112> F.6T, Bn grand domaine a l\3oue $ranue. ;rdin en Poitou, contri&ution a l\3tude

de l\imt, en 2inquantenaire de l:Ecole des +autes Etudes) M!langes publi!s par la *ection des *ciences historiques et philologiques, . 1I9 JParís, 1921K. ^^



'GC( Loc) cit ., . CG. "n el 2 D1 no eisten otros telonios deendientes delemerador ue los de uento!ic, /uurstede 8ont enis J2lusasK. ^^



'GE( Y. Y+TT+H, Die 2rundherrschaft in @ordaestdeutschland J6eiig, 19EK> H.Pi #"", 6i&ert3 et rori3t3 en Flandre du +Q au Q++ sibcle J ulletin de l:Acad!mie

de elgique, lasse des 6ettres, 19IEK> H. 5; Y"#5"", =rands rori3taires enFlandre au 5++ et au 5+++ sibcle J 1evue belge de philologie et d:histoire, 192D, t. ++, .D21K. ^^



^^



'G( "l olítico de la a&adía de +rminon es la $uente rincial ara el conocimientoesta organiación. 6os rolegómenos ue =B0#;#/ %a dado or la edición de

1GG están a4n or leer. )e consultará tam&i3n ara este asunto el $amoso 2apitularede Villis. . =;#"+) %a roorcionado un &uen comentario al resecto: Die

Landgittcrordnung <arls c&es Grossen J?erlín, 19CK. Para las recientescontro!ersias so&re la signi$icación la $ec%a del caitular, !3ase 8. ?6H,6\origine et la date du caitulaire de 5illis J 1evue historique, 192D, t. Q6+++, . GIK.^^



'G9( ;lgunos autores creeron oder admitir ue los roductos seoriales esta&andestinados a la !enta. 53ase, or e*emlo: F. "BT=", Aemter und 97nfte, . C

Jena, 19IDK. "s induda&le ue en casos ececionales en 3ocas de %am&re las!entas tu!ieron lugar. Pero, or regla general, no se solía !ender. 6os tetos alegados

ara demostrar lo contrario son demasiado escasos am&iguos ara con!encer. "se!idente ue toda la economía del sistema seorial de la alta "dad 8edia está en$lagrante oosición con la idea de lucro. "istían !entas de manera ececional,cuando, or e*emlo, un ao articularmente $a!ora&le roorciona&a a los dominiosde una región un ecedente ue atraía a las gentes de regiones ue adecían escase."ra 3ste un comercio uramente ocasional, comletamente di$erente del comercio

normal. ^^



'CI( Para lo ue sigue, consultar: . #)T5TW"5, +ranians and =reeUs in )out%

www.lectulandia.com - Página 1CI

#ustía J$ord, 1922K T%e origin o$ t%e #ussian )tate on t%e /ni3er Jnnual

#eort o$ t%e ;merican Historical ;ssociation $or 192IK, . 1ED JYas%ington, 192CK>Y. TH8)", T%e relations &etween ancient #ussia and t%e origin o$ t%e #ussian)tate J$ord, 177K> ed. alemana: /er Brsrung des #ussisc%en )taates J=ot%a,179K> ?. 6BTH"5)+, BT) #ussUoi +storii, t. +, . 1I J8osc4, 191EK> .8. B6+)H"#, +storia #ussUoi torgo!li, . C JPetrogrado, 192DK. ^^





'C1( De administrando imperio Jescrito %acia el 9CIK. Ha ue consultar a roósitode este teto el admira&le comentario de Y. TH8)", op) cit . ^^

*a(#tulo tercero



'V( "n el idioma $ranc3s el t3rmino cit! designa la ciudad eiscoal a di$erencia de la ala&ra ville. ;l no disoner en castellano de un t3rmino arecido, %emos decidido

de*ar la ala&ra en el idioma original siemre ue tenga esta signi$icación esecí$ica.J. del T.K ^^



'CD( )o&re esta institución, !3ase 6. HB?"#T+, )tudien ur #ec%tsgesc%ic%te der =ottes$rieden und 6and$rieden J;ns&ac%, 192K. ^^



'CG( "sto es so&re todo cierto ara el norte de "uroa. "n el sur de Francia de +talia, or el contrario, donde la organiación municial romana no %a&ía desaarecido

comletamente, los condes !i!ían generalmente en las ciudades. ^^



'CC( 6as ciudades del )iglo +Q Q no %an sido a4n con!enientemente estudiadas. 6oue digo auí más adelante está tomado de di!ersos asa*es de las caitulares, así

como de ciertos tetos sueltos de las crónicas de las !idas de los santos. Para lascitis de ;lemania, naturalmente menos numerosas e imortantes ue las de la =alia,%a ue consultar el interesante tra&a*o de ). #+"T)H"6, Die 2ivitas auf

deutschem ode bis zum Ausgange der <arolingerzeit J6eiig, 19GK. ^^



'CE( "!identemente sólo intento caracteriar la situación general. o ignoro lasnumerosas ececiones ue comorta> ero 3stas no ueden modi$icar la imresión

de con*unto ue se desrende del eamen de los %ec%os. ^^



'C7( #+"T)H"6, Die 2ivitas, . 9D. ^^



'C( ;. ?6;H"T, 6es enceintes romaines de la =aule JParís, 19I7K. ^^



^^



'EI( 6. H. 6;?;/", Histoire de ?eau!ais et de ses institutions communales, . 7

www.lectulandia.com - Página 1EI

JParís, 192K> Y. 5="6, /ie ormannen und das Fr_nUisc%e #eic%, . 1DC, 271.

^^





'E1( 6a maoría de los &urgos o castillos $ueron construidos en Francia or los ríncies laicos. 6os 4ltimos carolingios erigieron, no o&stante, algunos. "n

;lemania, donde el oder real se conser!a más sólido, no solamente son losso&eranos los ue construen los castillos, sino ue incluso son los 4nicos ue tienenel derec%o de %acerlo. 6os o&isos ue consiguen rinciados territoriales, tanto en;lemania como en +talia, los construen naturalmente tal como los ríncieslaicos.^^



'E2( ;ntes de la llegada de los normandos, no eistían rácticamente localidades$orti$icadas $uera de las ciudades eiscoales. H;#+B6F, 2hronique de l:abbaye de

*aint.1iquier , ed. F. 6T, . 11 JParís, 19GK. $. #. P;#+)T, Le royaume de Lorraine sous les 2arolingiens, . CC JParís, 199K. "n +talia, la construcción de los &urgos JcastraK $ue ro!ocada or las incursiones de los %4ngaros> JF. )H"+/"#, Die Entstehung von urg und Landgemeinde in 6talien, . 2ED, ?erlin, 192GK, en;lemania, or las de los %4ngaros las de los esla!os> en el sur de Francia, or lasde los sarracenos. ?#BT;+6), +istoire des classes rurales dans le 1oussillon, . DC.^^



'ED( )o&re el sentido de estas ala&ras, !3ase . H"="6), @eues Archiv der

Gesellschaft f7r ;ltere deutsche Geschichts#unde J192K, t. Q5+++, =. /")

8;W"#, 6e sens *uridiue du mot RoidumO, =estschrift f7r +) runner J?erlin,191IK. ^^



'EG( ". /f886"#, Geschichte des 8stfr;n#ischen 1eiches, segunda ed., t. +++, .J6eiig, 1K. ^^



'EC( H. P+#"", 6es !illes $lamandes a!ant le Q++ sibcle J Annales de l:Est et du

@ord , 19IC, t.1, . 12K. 53ase el lano del &urgo de ?ru*as tal como eistía a

comienos del siglo Q++ en mi edición de =al&ert de ?ru*as. ^^



'EE( Y. 8;+T6;/, /o$nship and orough Jam&ridge, 19K. $. el estudio de 8.. )T"PH") /he origin of the English to$n, ue aarecerá róimamente en

la American historical 1evie$. Tam&i3n %a ue comarar los &urgos occidentalescon los construidos en el siglo Q $rente a los esla!os, a lo largo del "l&a el )aale,

or "nriue el Pa*arero. . "H", ?urgen, ?urgmannen und )t_dte J +istorische

9eitschrift , t. QQQ+++, 192CK. Para el ael social de los &urgos, me limito a citar 3lteto siguiente ue me arece totalmente característico> se trata de la $undación en el99E de ateau-am&r3sis Rut esset o&staculum latroni&us raesidiumue li&ertatiscircum et circa rusticanis cultori&usO. =esta eiscoorum ameracensium, Mon)

Germ) +ist) *cript ., t. 5H, . GCI. 53ase un e*emlo análogo en "H", loe) cit .,

. 11, n. C, donde se trata de la erección de un &urgo en el o&isado de Hildes%eimRadmunicionem,]contra er$idorum incursionem et !astationem )cla!orumO. ^^



'E7( Y. ?688;"#T, Les chBtelains de =lattdre ?Gante' CCF)^^



'E( 53anse los detalles mu eresi!os dados or los 8iracula )ancti ?ertini, Mon)

Germ) +ist) *cript ., t. Q5, . C12, so&re el castellum construido en el 91 alrededor

de la ;&adía de )aint-?ertin. )e comone de un $oso en cuo &orde se ele!anmurallas de tierra coronadas de emaliadas de madera. ^^

*a(#tulo cuarto



'E9( )o&re el aumento de o&lación en el siglo +Q, !3ase 6;8?"#T /" H"#)F"6/, Amales, , 121, ed. . Holder-"gger JHano!re, 19GK> )B="#, 1ecueil des

historiens de =rance, t. Q++, . CG> H"#8; /" TB#;+, Mon) Germ) +ist)*cript ., t. Q+5, . DGG. ^^



^^






'71( 6. 8. H;#T8;, /ie wirtsc%a$tlic%en ;n$_nge 5enedigs, 5iertel*a%rsc%ri$t$Sr )ocial und Yirtsc%a$tsgesc%ic%te, t. ++ J19IGK. ^^



'72( ;. ;/#0;/), De la population de 2onstantinople sous les empereurs

byzantins J#o!igo, 192IK. ;4n $alta una %istoria económica de onstantinola. ;

$alta de algo me*or, se uede consultar 6. ?#"T;, Die yzantinischeVol#s$irtschaft J6eiig, 1917K. ^^



'7D( #. H"@", Wur "ntste%ung des aitalismus in 5enedig, . 1C J)tuttgart,19ICK. ^^



'7G( . cit., . 2D. ^^



'7C( . )H;B?", Handelsgesc%ic%te der #omanisc%en 5`lUer, . E1 J8unic%,19IEK. ^^



'7E( H"@/, Histoire du commerce du 6e!ant, t. +, . 9. ^^



'77( 8p) cit ., . 121> . )H;B?", op) cit ., . G9. ^^



'7( ". /B 80#+6, Po3sies oulaires latines du 8oen ;ge, . 2C1 JParís, 1G7K.^^



'79( . )H;B?", op) cit ., . 12C. ^^



'I( ;. )HB6T", Geschichte der +andelsbeziehungen z$ischen -estdeutschland


und 6talien' t) 6' p) H)^^





'1( . )H;B?", op) cit ., . 9I. ^^



'2( =;6?"#T /" ?#B="), Histoire du meurtre de %arles le ?on, ed. H.P+#"", . 2 JParís, 191K. ^^



'D( Y. 5="6, Wur ordund Yesteuro_isc%en )eesc%i$$a%rt im $rS%erenJ +ansische Geschichtsbl;tter , t. Q+++, 19I7, 17IK> ;. ?B==", /ie

ordeuro_isc%en 5erUe%rswege im $rS%en 8ittelalter JViertel,ahrschrift f7r *ocial und -irtschaftsgeschichte, 19IE, t. +5, . 227K. ^^



^^



'C( 6+"?"#8;, =esete der ;ngelsac%sen, t. +, . 2DD. ^^



'E( H. P+#"", /ras de Frise ou dras de Flandre JViertel,ahrschrift f7r *ocial

und -irtschaftsgeschichte, t. 5++, 19I9, . DIK. ^^



'7( ; artir del siglo Q++, aniuiladas las ciudades mercantiles del sur de #usia cerrado el camino ue unía el mar egro con el ?áltico tras la in!asión de los

ec%enegos, las relaciones entre la "uroa setentrional riente sólo se mantienengracias al trá$ico marítimo italiano. 6a situación ue se crea entonces, ueconstitue en arte una !uelta a la ue eistiera &a*o el +merio #omano, tu!oconsecuencias económicas de máimo alcance, ero de las ue no nos ocuaremosauí, a ue son osteriores a la 3oca de la $ormación de las ciudades. ^^

*a(#tulo +uinto



'( #. H"@", Wur "ntste%ung des aitalismus in 5enedig, . 1. ^^



'9( 6bid ., . EC. ^^



'9I( "B="-H. ?@#", ommercial contracts o$ t%e =enoese in t%e )rian trade


o$ t%e twel$t% entur J/he Iuarterly Journal of Economics, 191E, . 12K> =enoese

trade wit% )ria in t%e twel$t% entur J American +istorical 1evie$, 192I, . 191K.^^





'91( #. H"@", Wur "ntste%ung des aitalismus in 5enedig, . 1> H.)+"5"#+=, /ie Uaitalistisc%e "ntwicUlung in den italienisc%en )taaten des

8ittelalters J5iertel*a%rsc%ri$t $Sr )ocial und Yirtsc%a$tsgesc%ic%te, 19I9, . 1CK. ^^



'92( )o&re el carácter romano del derec%o !eneciano, c$. 6. =6)H8+/T, +andbuch des +andelsrechts, t. +, . 1CI, n. 2E J)tuttgart, 191K. ^^



'9G( "l Liber Miraculorum *>nete =idis, ed. ;. ?B+66"T, . ED, dice a roósito deun mercader: R"t sicut negociatori di!ersas or&is artes discurrenti, erant ei terre

marisue nota itinera ac !ie u&licae di!erticula, semite, leges moresue gentium aclingueO. ^^



'9C( F. B#)H8;, +ungersnKte im Mittelalter J6eiig, 19IIK. ^^



'9E( Libellus de vita et miraculis *) Godrici' heremitae de =inchale' auctore

monacho Dunelmensi, ed. )T"5") J6ondres, 1GCK. 6a imortancia de este

teto ara la %istoria económica %a sido uesto de relie!e or Y. 5="6, "in)ee$a%render au$mann um 1.1II J +ansische Geschichtsbl;tter , 1912, t. Q++, .2D9K. ^^



'97( R)ic itaue uerili&us annis simliciter domi transactis, coeit adolescentior rudentiores !itae !ias ecolere et documenta secularis ro!identiae sollicite et

eercitate erdiscere. (nde non agriculturas delegit e0ercitia colere' sed potius'quae sagacioris anini sunt' rudimento studuit arripiendo e0ercere. Hinc est uodmercatoris aemulatus )tudium, coeit mercimonii $recuentare negotium, et rimitusin minori&us uidem et re&us retii in$erioris, coeit lucrandi o$$icia discere:

ostmodum !ero aulatim ad ma*oris retii emolumenta adolescentiae suae ingenia romo!er3O. Libellus de Vita *) Godrici, . 2C. ^^



'9( Rui comarat rem ut illam isam integram et immutatam dando lucretur, ille estmercator ui de temlo /ei e*iciturO. /ecretum +, /ist. , c. ++. "l unto de !ista de

la +glesia en materia de comercio, !3ase en F. )H;B?", Der <ampf gegen den 9ins$ucher' ungerechten %reis und unlauteren +andel im Mittelalter JFrei&urg im?reisgau, 19ICK. ^^



'99( "iste incluso una organiación arecida en /almacia. . +#"", /ie?edeutung !on #agua in der Handelsgesc%ic%te des 8ittelalters J Almana# der

A#ad) der -issenschaften in -ien, 199, . D2K. ^^



'1II( Y. )T"+, Hansa J +ansische Geschichtsbl;tter , 19I9, t. Q5, . CD9K> H.

www.lectulandia.com - Página 2II

P+#"", 6a Hanse $lamande de 6ondres J ulletin de l:Acad!mie 1oyale de

elgique, lase de 6etras, 199, . IK. ^^





^^



'1I2( on$rontar el asa*e de =;6?"#T /" ?#B;), ed. P+#"", . 1C2, uereroduce las ue*as de los %a&itantes de ?ru*as contra el conde =uillaume de

ormandie: R @os in terra hac clausit ne negociari possemus, imo uicuid %actenus ossedimus, sine lucro, sine negociatione, sine acuisitione rerum consumsimusO.^^



'1ID( H. =#)), T%e court o$ ieowder J/he Iuarterly ,ournal of Economies,19IE, . 2D1K. )e trata del Retraneus mercator !el aliuis transiens er regnum non

%a&ens certam mansionem in$ra !icecomitatum sed !agans, ui !ocatur ieowdrousO. ^^



'1IG( 6a !ida de )an =uidon de ;nderlec%t J Acta *anctorum, set., t. +5, . G2K %a&ladel ignobilis mercatura a un mercader ue aconse*ó al santo ue se dedicara a 3l le

llama diaboli minister . ^^



'1IC( Bn e*emlo de la con!ersión de un mercader mu arecida a la de =odric nos loda en esa misma 3oca la Vita /heogeri' Mon) Germ) +ist) *cript ., t. Q++, . GC7.

53ase tam&i3n en Gestes des !vques de 2ambrai, ed. H. )8"/T JParís, 1IK, la%istoria del mercader Yerim&old ue, desu3s de %a&er %ec%o una $ortunaconsidera&le, renuncia a sus &ienes se dedica al ascetismo. ^^



'1IE( H. P+#"", 6\rigine des constitutions ur&aines au 8oen ;ge J 1evue

historique, 19C, t. 65++, . 1K. ^^



'1I7( 6bid ., . DI> =6/)H8+/T, (niversalgeschichte des +andelsrechts, . 12C.6os (satici de ?arcelona J1IEGK %a&lan de un derec%o eediti!o alica&le a los

etran*eros. o %a duda de ue estos etran*eros eran mercaderes. $. )H;B?",op) cit ., . 1ID. ^^



'1I( ;6P"#T, De diversitate temporum' Mon) Germ) +ist) *cript ., t. +5, . 71, %a&lade mercaderes de Tiel R*udicia non secundum legem sed secundum !oluntatem

decernentesO. ^^

*a(#tulo se,to



'1I9( aturalmente, esto sólo uede ser alicado a las ciudades ue se %allan encondiciones normales. ; menudo el "stado %a tenido ue mantener o&laciones

demasiado numerosas ara oder autoa&astecerse. "ste $ue el caso, or e*emlo, de#oma a $inales de la #e4&lica. Pero el aumento de la o&lación de #oma $ue elresultado de causas olíticas, no de causas económicas. ^^



'11I( iertamente, en la "dad 8edia eistieron más adelante numerosas localidades


ue lle!a&an el nom&re de ciudad ue dis$ruta&an de ri!ilegios ur&anos ue, sin

em&argo, sus %a&itantes esta&an dedicados más a la agricultura ue a la industria alcomercio. Pero estas son $ormaciones osteriores. ;uí aludo a la &urguesía tal como se constituó en un rinciio como continuó eistiendo en los centrosgeneradores de la !ida ur&ana. ^^





'111( "!identemente, las ciudades más imortantes ara el estudio del origen de lasinstituciones ur&anas son las más antiguas> auí $ue donde se constituó la &urguesía.

)uone una $alta de m3todo intentar elicar esta constitución aoándose en lasciudades de $ormación osterior tardía como las de la ;lemania de más allá del#%in. "s tan imosi&le encontrar en ellas los orígenes del r3gimen municial comolo sería &uscar los orígenes del sistema $eudal en las ;ssises de erusal3n. ^^



'112( H. P+#"", R6\origine des constitutions ur&aines au 8oen ;geO J 1evue

historique, 19C, t. 65++, . EK. ^^



'11D( +&id., RVilles' march!s et marchands au Moyen Age ?1evue historique, 19, t.6Q5++, . C9K> F. "BT=", (ntersuchungen (ber den (rsprung der deutschen

*tadverfassung J6eiig, 19CK> ). #+"T)H"6, Mar#t und *tadt in ihremrechtlichen Verh;ltniss J6eiig, 197K. ^^



'11G( +&id., 6\origine des constitutions ur&aines, loe. cit., . EE. ^^



'11C( "l medio geográ$ico sólo no &asta. )o&re las eageraciones a las ue %a dadolugar, !3ase 6. F"?5#", La terre et 1evolution humaine, . G11 ss. JParís, 1922K.

^^



'11E( "l cronista =illes d\r!al, or e*emlo, al mencionar los ri!ilegios concedidosa la ciudad de Hu or el o&iso de 6ie*a en 1IE1, menciona algunos untos

silencia el resto Rara no a&urrir al lectorO. "!identemente, iensa en el 4&licoeclesiástico ara el ue escri&e. ^^



'117( #+H"#, +istoriae, li&. +++, 1ID Jc. 9CK: Regotiatorum claustrum muroinstar oidi etructum, a& ur&e uidem 8osa inter$luente se*unctum, sed onti&us

duo&us interstratis ei anneumO. ^^



'11( "n el antiguo derec%o municial de "stras&urgo la nue!a aglomeración se llamaurbs e0terior . F. "BT=", (r#unden zur *t;dtischen Verfassungsgeschichte, . 9D

J?erlín, 199K. ^^



^^



'121( /igesto, li&ro 1E, C9: RPortus aellatus est conclusus locus uo imortantur merces et inde eortanturO. +)+/# /" )"5+66;, Etymologiae, li&ro Q+5, ca.

5+++, D9-GI: RPortus dictus a deortandis commerciisO. ^^



'122( 6a ala&ra %a sido a menudo utiliada como si erteneciera a la segundadeclinación. 53ase, or e*emlo, la 5ita "arc%i en Mon) Germ) +ist) *cript) 1er)

Merov., t. +++, . CC7: Ra!is isa, omni&us ortis relictis, $lucti&us !alde oressa,etc.O. ^^



'12D( Toda!ía en el siglo Q++ la ala&ra conser!a&a su rimiti!o signi$icado dedesem&arcadero. R+n$ra &urgum ?risac% et ;rgentinensem ci!itatem, nullus erit

ortus, qui vulgo dicitur Ladstadt , nisi aud ?risac%O, ="=6"#,*tadtrechtsaltertiimer , . GG. ^^



'12G( H. P+#"", R6\origine des constitutions ur&aines au 8oen ;geO J 1evue

historique' t) 65++, . 12K. ^^



'12C( 8B##;@, @e$ English Dictionary, t. 5++, segunda arte, . 11DE. ^^



'12E( 8+#;B6;, ). Yomari, 8on. =erm. Hist. )crit., t. Q5, . G1. ^^



'127( H. P+#"", R6es !illes $lamandes a!ant le Q++ sibcleO J Annales de l:Est et du

@ord , t. +, . 22K. ^^



'12( 6a misma o&ser!ación se uede %acer con resecto a las ciudades de ?a!ai deTongres, ue en la 3oca romana %a&ían sido centros administrati!os imortantes en

el norte de la =alia. ;l no estar situados en ning4n curso $lu!ial, no dis$rutaron delrenacimiento comercial. ?a!ai desaareció en el siglo +Q> Tongres %a seguido %astanuestros días sin ninguna imortancia. ^^



'129( aturalmente, no retendo ue la e!olución %aa sido eactamente la misma de la misma manera en todas las ciudades. "l su&ur&io mercantil no se distingue en

todas artes con tanta claridad del &urgo rimiti!o como, or e*emlo, en lasciudades $lamencas. )eg4n las circunstancias locales, los mercaderes artesanosinmigrados se reunieron de maneras distintas. ;uí sólo uedo sealar las grandeslíneas del tema. 53anse las o&ser!aciones de . TT;#, 8piti po istorii

franzous#ich gorodov, . 2GG JPerm. 1919K. ^^



'1DI( "n 1IG2, la iglesia de los &urgueses en )aint-mer $ue $inanciada or un cierto

www.lectulandia.com - Página 2DI

6am&ert, ue ro&a&lemente era tam&i3n un &urgu3s de la ciudad. ;. =+#@, +istoire

de *aint.8mer , . DE9 JParís, 177K. "n 111I, la 2apella de ;udenarde $ueconstruida or los cives. P+T, 2artulaire de l:abbaye d:Eename, n4ms. 11 12. ^^





'1D1( 53ase el lano de ?ru*as al comieno del siglo Q++ en H. P+#"", +istoire du

meurtre de 2harles le on par Galbert de ruges JParís, 191K. ^^



'1D2( ?#"T+B), aitularía regum $rancorum, t. ++, . GIC. $. /f886"#,a%r&Sc%er des Fr_nUisc%en #eic%es, segunda ed., t. +++, . 129, n. G. ^^



'1DD( 53ase anteriormente el teto citado con resecto a ;8?#;+. 6a ciudad de?ru*as, al comieno del siglo Q++, esta&a toda!ía de$endida sólo or una emaliada

de madera. ^^



'1DG( =ante de&ía de ser a a comienos del siglo Q+ un centro tetil, a ue la 5ita8acarii J Mon) Germ) +ist) *cript ., t. Q5, . E1EK %a&la de los roietarios de los

alrededores ue lle!a&an allí sus lanas. ^^



'1DC( 53ase a este resecto el %ronicon ). ;ndreae astri ameracesii J Mon) Germ)

+ist) *cript ., t. 5++, . CGIK los =esta a&&atum Trudonensium Jibid ., t. Q, . D1IK.

^^



'1DE( "n el siglo Q+, los 8iracula )ancti ?a!onis J Mon) Germ) +ist) *cript ., t. Q5, .C9GK sealan en =ante los Rlaici ui e o$$icio agnomina&antur corrariiO. o %a

duda de ue estos artesanos %a&ían llegado de $uera. ^^



^^



'1D9( H. 6;?;/", +istoire de eauvais, . CC JParís, 192K. ^^



'1GI( 53ase los instructi!os tetos de =B+8;, 2artulaire de *aint.Vaast d:Arras,

www.lectulandia.com - Página 2GI

ed. 5an /ri!ai J;rras, 17CK. ;l comieno del siglo Q++, la a&adía di!ide en

mansiones hostagia su *ardín, su %uerta, su lerosería tam&i3n el vicus Ermenfredi J. 1CC, 1C7 1E2K. ^^





'1G1( 53ase la condición de la roiedad de los &ienes raíces en las ciudades en =. des8;#"W, Etude sur la propri!t! fonciNre dans 6es villes du Moyen Age et

sp!cialement en =landre J=ante, 19K. 6a mención más antigua ue o conocoso&re la li&eraliación del suelo ur&ano se remonta al comieno del siglo Q+. ^^



'1G2( R)er!us incognitus non inde etra%atur> ser!us !ero ui er !eridicos %ominesser!us ro&atus $uerit, tam de c%ristianis uam de agarenis sine aliua contentione

detur domino suoO. /erec%o de astrocal&on J11CEK en el Anuario de historia del derecho espaOol , t. +, . D7C J8adrid, 192GK. ; esar de su $ec%a, relati!amentetardía, de su origen esaol, este teto recisa con gran claridad la situación ue, alcomieno, %a sido en todas artes la de los sier!os inmigrados en las ciudades. ^^

*a(#tulo s-(timo



'1GD( H. P+#"", 6\origine des constitutions ur&aines au 8oen ;ge J 1evue

historique, t. 65++, . 2C-DGK. ^^



'1GG( +&id. ^^



'1GC( =. B#TH, otger de 6ibge et la ci!ilisation au Qe sibcle J?ruselas, 19ICK. ^^



'1GE( H. P+#"", Les anciennes d!mocraties des %ays.as, . DC. F. "BT=", Aemter und 97nfte J+3na, 19IDK, . 7C. "iste en el clero ingl3s la misma %ostilidad

%acia los &urgueses ue en el clero alemán $ranc3s. . H"="6, *t;dte und Gildender Germanischen Vol#er , t, +, . 7D J6eiig, 191K. ^^



'1G7( ^^



'1G( . H"="6, Geschichte des *t;dteverfassmg von 6talien, t. ++, . 1D7 J6eiig,1G7K. 53ase el origen del consulado antes del eríodo comunal en ". 8;@"#,

6talienische Verfassungsgeschichte, t. ++, . CD2 J6eiig, 19I9K. "l t3rmino arecederi!ar de la administración municial romano-&iantina de la #omana. ^^



'1G9( /;5+/)H, Geschichte von =lorenz , t. +, . DGC-DCI J?erlin, 19E-19IK.^^



'1CI( F. +""#, 5er$assungsgesc%ic%te der Pro!ence, . 1EG. ^^

www.lectulandia.com - Página 2CI





'1C1( ^^



'1C2( ^^



'1CD( =B+?"#T /" ="T, De vita sua, ed. =. ?B#=+, . 1CE JParís, 19I7K.^^



'1CG( H. P+#"", 6es !illes $lamandes a!ant le Q++ sibcle J 1evue de l:Est et du @ord ,19IC, t. +, . 9K> Anciennes d!mocraties des %ays.as, . 2> +istoire de elgique,

cuarta ed., t. +, . 171. ^^



'1CC( =. ")P+;) H. P+#"", 6es coutumes de la gilde marc%ande de )aint-mer J Le Moyen Age, 19I1, . 19EK> H. P+#"", R6a Hanse $lamande de

6ondresO J ulletin de l:Acad!mie royale de elgique, lase de 6etras, 199, . ECK.Para el ael de las gildas en +nglaterra, comarar la o&ra $undamental de H.=#)) /he Gild Merchant J$ord, 19IK. 53ase tam&i3n . H"="6, *t;dte und

Gilden der Germanischen VKl#er J6eiig, 191K> H. 5; /"# 6+/", Les

gildes marchandes dans le %ays.as au Moyen Age J=ante, 19IK> . "H", Das +ans grafenamt J?erlin, 19DK. ^^



'1CE( ;. =+#@, Histoire de la !ille de )aint-mer, . D71. ^^



'1C7( . P. TT;#, iti o istorii $ransusUlc% gorodo!. ^^



'1C( =;6?"#T, Histoire du meurtre de %arles le ?on, comte de Flandre, ed.P+#"", . 7. ^^



'1C9( ^^



'1EI( ?";B8;+#, 2outumes de eauvaisis, EGE, ed. );68> t. 1, . D22

www.lectulandia.com - Página 2EI

JParís, 199K. ^^





'1E1( Para %acerse una idea de la riuea de la reglamentación ur&ana a este resecto,es necesario consultar la o&ra monumental de =. ")P+;) La vie urbaine de Douai

au Moyen Age JParís, 191D, G !ols.K. ^^



'1E2( arta de la ciudad de ;ire, de 11. Y;#"+=, =landrische *taats und

1echtsgeschichte, t. +++, a3ndice, . 22 JTS&ingen, 1G2K. ^^

*a(#tulo octa&o



'1ED( H. 5; Y"#5"", Romment les 3ta&lissements religieu &elges se rocuraient-ils du !in au %aut 8oen ;geMO J 1evue belge de philologie et d:histoire,

192D, t. ++, . EGDK. ^^



'1EG( #. =0")T;6, 6e rle des monastbres comme 3ta&lissements de cr3dit JParís,19I1K. ^^



'1EC( ^^



'1EE( 6bid ., . 21. ^^



'1E7( 8. T. )T";/, Yilliam ade, a $inancier o$ t%e Q++t% centur J English

+istorical 1evie$, 191D, . 2I9K. ^^



'1E( =+66;B8" 6" ?#"T, P%iliidis, Mon) Germ) +ist) *cript ., t. QQ5+, .D21. ^^



'1E9( G ?+=Y/ Le r!gime ,uridique et !conomique de l:argent dans la elgique

Las Ciudades de La Edad Media - Henri Pirenne

Documents

Transcript of Las Ciudades de La Edad Media - Henri Pirenne