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LA GLOBALIZACIONy EL PETROLEO VENEZOLANO
Pedro Miguel Pareles
Actualmente el análisis de la perspectiva del desenvolvimiento humano exige la consideraci6n de nuevaship6tesis que, según la tendencia epistemológica en boga,no s610estarían llamadas a sustituir aquellas que la precedieron sino a ser sustituidas a su vez en el porvenir. Alfin y al cabo, como demuestra la evidencia histórica, enun mundo que se transforma continuamente es difícilencontrar lugar para la certidumbre. De ahí la incesanteprosecución de la verdad emprendida por el hombre conpropósito inspirado por su afán de progreso y seguridad, gracias a lo cual disfrutamos del acervo de conocimientos acumulado hasta el presente.
Se trata de un acervo cuyo incremento en las últimas décadas obedece, en buena parte, a la difusión delos valores democráticos y su aceptaci6n por parte delas sociedades modernas. Nos referimos en particular aaquellos valores identificados con la libertad -libertadde pensamiento, libertad de expresi6n...- que ha facilitado el ejercicio de la reflexi6n crítica, promoviendo deesta forma la erradicaci6n del dogmatismo' y la evoluci6n del conocimiento, junto con la necesidad de su aplicación en los ámbitos político, econ6mico, cultural, religioso y militar.
Como resultado se ha impuesto la convicci6n deque el debate racional es un medio para la búsqueda derespuestas a los problemas en los diferentes campos delsaber, auspiciando así la institucionalizaci6n de la crítica y la aceptaci6n de la falibilidad del conocimiento.
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Al amparo de este marco conceptual se ha fomentadoigualmente la interrelación entre las distintas áreas delconocimiento, cuya interconexión, conjuntamente con losavances de la ciencia y la revolución tecnológica, hapromovido la emergencia de una realidad mucho máscompleja e interconectada como la ahora conocida. Enesta realidad, por virtud del progreso de las comunicaciones y la existencia de una estructura supranacional, millones de personas diseminadas en todo el planeta están en capacidad de compartir tecnologías, redesde comunicación, intereses y preocupaciones, particularmente de las facilidades ofrecidas por Internet al fomento de la integración de los mercados y la globalización financiera, o los esfuerzos para superar rémorasdel atraso relativo, combatir la contaminación ambientalo atender al compromiso de erradicar la pobreza.
En el escenario descrito, el mundo se hace cada vezmás interdependiente o interactivo. Esta característicatiende a favorecer la integración de las sociedades, gracias a la creciente identificación de problemas y aspiraciones comunes facilitadas por la informática, pero también a comprometer su funcionamiento dada la posibilidad de que los intereses y las preocupaciones particulares de cualquier índole interfieran el proceso. Por tanto,en las condiciones emergentes, se plantea a los Estadosun conflicto entre las tendencias integracionistas alimentadas por las contingencias, las concepciones vigentes ylas prácticas en uso, y las signadas por los antagonismos surgidos antes en el período de la Guerra Fría, cuando la identificación de naciones e individuos con mirasa la cooperación lindaba no pocas veces con la utopía.
De ahí los conflictos afrontados hoy por los Estados nacionales, cuyas dificultades para administrar lascircunstancias se han multiplicado hasta el punto de inducirlos a solicitar consejo o asesoría y hasta delegar oaceptar participación programática de entes externos, comoorganismos supranacionales o regionales, sociedades multinacionales, países líderes o instituciones confiables porsus valores o experiencias.
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En el curso de ese proceso, condicionado por laescasez de recursos impuesta por la obsolescencia derivada de la rápida difusión de nuevas tecnologías, se proyectan dos tendencias: una que sumariamente proclama, en su aspecto más radical, el abatimiento de lasfronteras y la transformación del sistema de relacionesen todos los órdenes, a fin de incorporar las novedadesque se adelantan y de promover los cambios acordescon el espíritu de los nuevos tiempos. La otra que, encontraposición a la primera y aún reconociendo el ímpetu de los cambios que ocurren, prefiere que los mismos respondan a las necesidades y los objetivos particulares de las naciones.
GLOBALlZACIÓN E INFORMÁTICA
Vivimos en una época de cambios constantes porobra de la acelerada difusión de las innovaciones estimuladas por la revolución científico-tecnológica en marcha. En consecuencia se registran transformaciones entodos los ámbitos de la vida: la demografía, la ciencia,la técnica, el trabajo, las comunicaciones, la cultura yhasta la conciencia. Tales transformaciones transcurrensimultáneamente y suceden en todo el planeta a velocidad e intensidades distintas, de acuerdo con las condiciones y características del medio donde suceden. Antetales evidencias, el equilibrio del orden conocido se altera, quedando expuesto a las perturbaciones consiguientes. Nada parece permanente y la incertidumbre mina laconfianza en el porvenir, auspiciando un cierto escepticismo. Se impone el "aquí y ahora", en donde lo quecuentan son los logros presentes.
Entre tanto la competencia por las oportunidades seagudiza y la violencia se desata, provocando el deterioro de las condiciones sociales y con ello el abandonode la ética que regula los patrones de comportamiento.Así se comprende, por tanto, la proliferación del tráficode drogas, el comercio de mujeres y niños en el espacio
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de la prostitución, el auge de la criminalidad que denuncia el desprecio por la vida humana, a todo lo cual puede añadirse, indudablemente, la destrucción de la naturaleza estimulada por la depredación y la ambición deriqueza y poder, la ignorancia, el afán malthusiano deprevenir la escasez, y el deseo de asegurar la supervivencia ante una posible disminución o extinción de losrecursos.
Es así como en ausencia de un código de conducta,la convivencia pacífica se torna cada vez más difícil.Los conflictos fuera y dentro de las sociedades se multiplican y las aspiraciones de libertad, creatividad y solidaridad. se sacrifican en nombre del pragmatismo, la eficiencia o la modernización. En el escenario descrito, lagobernabilidad enfrenta dificultades y la amenaza de uncaos demanda la necesidad de un orden capaz de rescatar la confianza del hombre en las posibilidades de realizar sus aspiraciones y, por tanto, de reconciliarse consigo mismo y con sus semejantes, lo cual los hará mássolidarios, cooperativos e identificados con el devenirde la humanidad.
Cómo se alcanzarían estas metas y quién comandaría los esfuerzos que las mismas requieren son cuestiones que plantean un cuidadoso ejercicio de reflexión.Aparentemente, por ahora, todo indica que para superarlos problemas de gobernabilidad y la amenaza de uncaos por las repercusiones de los avances científicotécnicos, especialmente los de la informática, la soluciónperseguida por los factores de poder se orienta en función del desarrollo de una economía global. Esfuerzoéste que incide no sólo sobre la estructura de los procesos económicos y sus valores, sino también sobre lasopiniones y opciones de los ciudadanos de todo el mundo.
En cuanto al comando de los desempeños tambiénse requieren algunos comentarios. Es el caso que, frentea la presión de los cambios en curso, han surgido numerosas interrogantes sobre la capacidad de los Estadosnación para manejar el advenimiento de las transforma-
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ciones. Pero además se ha ponderado la cuestión sobreun orden mundial basado en la existencia de diferentesEstados nacionales agrupados en organizaciones comolas Naciones Unidas, la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y algunos otros, habida cuenta quelos principios de la democracia liberal y el concepto desoberanía política que inspiran a la mayoría de esos Estados no siempre resultarían congruentes con algunasasimetrías que alientan la promoción de la economíaglobal.
Como era de prever, semejante situación da lugar ala emergencia de tensiones y enfrentamientos, ante loscuales los apologistas del capitalismo global invocan lanecesidad de redimensionar el papel del Estado-nación,promovido en nombre del principio de autodeterminación cónsono con el respeto de la libertad individual ylos derechos humanos garantizados por el ejercicio delas libertades políticas, y el de equidad entendida comoigualdad de oportunidades e igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
Justamente son los conceptos de ciudadanía afianzados en el curso del desarrollo de la sociedad industrial y el de soberanía los que en opinión de los exégetas de la economía global deben ser objeto de revisión oeliminación, por cuanto favorecerían la continuidad ypermanencia de un modelo de organización social fundamentado en un "Estado cerrado" que no se correspondería con el requerimiento actual de abolición de lasfronteras impulsado por el progreso de la informática yla necesidad de preservar el medio ambiente en escalamundial.
En tal sentido se hace énfasis en que los Estadosnacionales ya no son los protagonistas del desarrollo,pues no están en capacidad de dirigir las acciones requeridas para llevarlo a cabo. Al efecto se destaca que,después de la caída del Muro de Berlín, no hay límitesgeográficos para las inversiones de capital, y mucho menos cuando, gracias a la informática, la globalización delos mercados deviene una realidad palmaria.
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A este tenor debe tenerse en cuenta que la pérdidade credibilidad en la capacidad administrativa del Estado, debido fundamentalmente a la falta de recursospara atender el aumento de la demanda de servicios públicos, la oferta adicional de trabajo generada por la expansión demográfica, y el costo de asimilación de las nuevas tecnologías, lo ha llevado a ceder una parte considerable del espacio y las iniciativas que venía manejando en observancia de la facultad legal que se las reservaba. Esto no ha sucedido sin traumas porque las oportunidades de desestatizaciones han exacerbado, en losmás de los casos, la apetencia de los intereses nacionales y/o foráneos. Y éstos, validos de las circunstancias, han empleado todo el poder y la influencia que lesconceden los medios a su alcance para lograr sus objetivos, aun en aquellas situaciones que involucran tradiciones, costumbres ancestrales o disposiciones emanadasde la voluntad popular, como aquellas contempladas enla Constitución Nacional.
No debe causar asombro, por consiguiente, la emergencia de tensiones y conflictos suscitados por procesos privatizadores, según revelan algunos episodios registrados en diferentes países de América Latina. En estesentido impacta el caso de Venezuela, donde se multiplican los esfuerzos para crear una matriz de opinión favorable a la privatización de los hidrocarburos, más específicamente del petróleo, a pesar del decreto dictado por elLibertador Simón Bolívar en 1827, todavía vigente, conforme al cual todos los recursos del subsuelo son declarados propiedad de la nación. Esta disposición ha sidoratificada consuetudinariamente por normas constitucionales que reservan al Estado la explotación y manejo deesos recursos desde entonces, y por leyes específicascomo la que consagra en Venezuela la nacionalizaciónpetrolera.
Este ejemplo es relevante debido a que el mismoconcierne a un recurso natural no renovable, del cualexisten cantidades limitadas sólo en algunos territorios
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del planeta. Además cuenta ese recurso con una demanda internacional por ser imprescindible para el desarrollo económico mundial. Es éste un argumento más quesuficiente para justificar la calificación de recurso estratégico aplicada a los hidrocarburos. Sobre todo, en 10concerniente a Venezuela, en vista tanto de la magnitud y características de sus reservas como de su localización en el Hemisferio Occidental, y lo que su disponibilidad productiva significa para la economía venezolana y el desarrollo mundial.
Para completar el panorama es necesario considerar que hoy día las inversiones fluyen de los centrosfinancieros de los países industrializados hacia aquellasregiones donde existen atractivas oportunidades de inversión. Tal ocurre en el caso de las materias primas y,especialmente, en el de recursos estratégicos como loshidrocarburos. Al respecto es oportuno mencionar quela globalización ha favorecido una mayor presencia delcapital privado en los mercados financieros, mientrasque los gobiernos, agobiados por deudas, carencia decapital, insuficiencia tecnológica y estrechez de mercados,mantienen una menor participación en ese proceso. También las empresas transnacionales han modificado suscriterios de inversión, pues cuentan cada vez menos conincentivos como las exenciones de impuestos o las subvenciones estatales, por 10 que mucho les importan, encambio, las ventajas competitivas del mercado local einternacional.
Para realizar sus proyectos de inversión las empresas transnacionales se aprovechan de las ventajas de laglobalización y la tecnología de la información que lespermiten operar en diversas áreas del mundo, sin necesidad de instalarse en ellas, gracias a la desaparición delas limitaciones que reducían sus participaciones y alianzas estratégicas en el ámbito internacional. Está claroque las proposiciones de esas empresas contienen incentivos que, por 10 general, responden a los requerimientos y aspiraciones de los países que se proponen
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penetrar. Al efecto, según los casos, esas gigantescascorporaciones ofrecen aporte de capital, tecnologías yexperiencias en actividades de gerencia calificadas.
Esa aportación convencional es ampliamente recompensada porque, mediante sus inversiones, obtienen laseguridad del abastecimiento de las materias primas queles interesan, como también la garantía de un mercadoen términos de rentas territoriales y, por esta vía, el incremento de la demanda de bienes intermedios o finales, en cuya producción participan directa o indirectamente en otras regiones, ocurriendo a menudo que dichos bienes son fabricados con la materia prima producida por los países que los importan, lo que determina, en ausencia de un desarrollo integral de sus economías, su mayor dependencia de factores externos, haciéndolos más vulnerables a los efectos de los mismos.De donde se infiere que para los países insuficientemente desarrollados, poseedores de recursos primariosestratégicos, la globalizaciónno deja de causar desigualdades o perjuicios. Diríase, glosando un adagio tibetano, que para tales países la globalización es como elfuego: si se le acercan demasiado se queman, y si se lealejan demasiado no pueden acceder a su uso.
Ante esto no está demás reflexionar sobre las contingencias inherentes al proceso globalizador, sin dejarse inducir por el lenguaje o las cifras de sus predicadores, pues no es descartable que estos medios se acoplen al sentido de sus procuraciones y no a la realidadde los países no favorecidos, como sucede las más delas veces, o bien sean manipulados con fines propagandísticos o meramente mercadotécnicos.
En las condiciones impulsadas por la globalizaciónes, a nuestro juicio, más necesaria que nunca la presencia del Estado y sus leyes, para así garantizar, comoobservan Popper y Lorenz, "que los inevitables límitesde la libertad de los ciudadanos sean iguales para todos" 1. Al respecto es oportuno recordar, con estos eminen-
1. Karl Popper R. y Lorenz, Konrad: Il Futuro eAperto, p. 178.
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tes paladines de la "sociedad abierta", que los atributosde la "libertad, ayuda recíproca, búsqueda de la verdad,responsabilidad intelectual, tolerancia, sean reconocidoscomo valores también en el futuro" 2.
Esta opinión tiene ahora vigencia plena en Venezuela porque la forma como se está llevando a cabo lainserción de nuestro país en el proceso de globalizaciónplanteado, significa una falsificación de los propósitosde modernización y transformación estructural que alrespecto han sido proclamados. Decimos esto por cuanto los esfuerzos que se adelantan en tal sentido se apoyan básicamente en el proyecto de "apertura petrolera"promovido actualmente.
Dicho proyecto, tal como ha sido anunciado, se fundamenta, por una parte, en la producción de petróleopara la exportación con base en las llamadas "asociaciones estratégicas" que prácticamente restablecen el régimen de concesiones ya superado, y por otra, en la adquisición de activos -refinerías y estaciones de servicioen el exterior. De modo que, además de crudo, se exporta un capital que el país necesita más en otras alternativas de inversión para su desarrollo.
Creemos que la solución de la problemática queafrontamos no radica en la venta de más crudo, sino enla generación de más valor agregado mediante la industrialización local de nuestras materias primas, principalmente el petróleo, que así contribuiría a la diversificación productiva del país y al consumo nacional y foráneo. De este modo estimularíamos la utilización defactores de producción nacionales en el desarrollo delaparato productivo, con elevados registros de eficienciaeconómica y de fortalecimiento de la seguridad de la nación, junto con una participación más justa en los beneficios generados por la explotación del petróleo.
Entendemos que las posiciones se justifican cuando son compatibles con las circunstancias donde las mismas se cumplen. Pero las condiciones no se manten-
2. tu«. p. 182.
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drán inmutables sino que deberán modificarse bajo elinflujo de los cambios en la medida en que las circunstancias lo determinen. Sin embargo, para evitar situaciones traumáticas, es necesario mantener la armoníadel proceso, entendiendo por tal la importancia de coordinar fines y medios, posibilidades y aspiraciones, a finde evitar las incongruencias causantes de tensiones yconflictos que comprometen la gobernabilidad del proceso en marcha. En este sentido conviene destacar c6moel avance alcanzado por la globalizaci6n, a raíz de lamodificaci6n de las relaciones auspiciadas por el cambio tecnol6gico y el auge de los procesos integracionistas que propiciaron el derrumbe del imperio soviético y la reunificaci6n alemana, ha ampliado el enfoquede las perspectivas.
EL PROBLEMA ACTUAL
En nuestros días, contrariamente a lo que ocurríaen el pasado, la visión del devenir no se proyecta enfunci6n únicamente de los logros alcanzados por la geopolítica, porque no puede ignorarse la importancia y elalcance de los nexos econ6micos que son determinantes en las condiciones emergentes. Tanto es así que hayquienes sostienen que la geopolítica será trascendida porla geoeconomía y la geoestrategia. Como consecuencia,en cuanto a la geopolítica se ha previsto la declinaci6n ola reducci6n que le ha impuesto la consolidaci6n de economías regionales, incluyendo la aparición del Estadoregi6n 3.
Este concepto se refiere a categorías econ6micas,no políticas, cuyos confines pueden corresponder totalmente con los de un Estado-nación o sólo con una parte
3. El concepto Estado-región, según Kenichi Ohmae, se refiere a categorías económicas, no políticas, promovidas por la interconexión deactividades transnacionales que no responden a un interés circunscrito, porque ellas se cumplen en un espacio sin fronteras de laeconomía mundial, cuyos confines avanzan y se modifican a la parde la informática (Cf. Kenichi Ohmae: The End ofthe Nation Statei,
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del mismo. Lo cual es resultado de la actividad transnacional de empresas que no tienen un interés circunscrito, porque operan en un mundo sin fronteras aprovechando las facilidades brindadas por el desarrollo tecnológico. Utilizar estas facilidades para promover la globalización de la economía y aprovechar al máximo las oportunidades ofrecidas por la misma, al margen de las limitaciones proyectadas por la ideología, la tradición o laorganización de las sociedades, representa un medio fundamental para lograr su propósito, que es justificado enrazón de un uso más eficiente de los recursos y la tecnología disponibles.
En relación con esto mismo, Kenichi Ohmae ha observado que "mientras los Estado-nación continúen considerándose el primer motor de la actividad económica,mientras resistan en el nombre del interés nacional cualquier tipo de reducción del control central considerándolo una amenaza a la propia identidad de Estado soberano, ni ellos ni sus ciudadanos estarán en condicionesde explotar a plenitud los recursos de la economía global'", Esta cita del destacado exégeta del Estado-región,quien preconiza el fin del Estado-nación y aboga porque la orientación de la economía se deje en manos dela actividad transnacional, comprueba fehacientementeel reto afrontado en el presente por el Estado nacional.
En efecto, según Ohmae, las dificultades para promover la prosperidad y calidad de vida de los ciudadanos, tal como son constatadas actualmente, constituyenprueba clara del fracaso imputado al Estado-nación. Deahí los actuales problemas de gobernabilidad que principalmente se deben, en su opinión, tanto a la difusión eintensificación del proteccionismo como a la asistenciaa los menos favorecidos que en suma caracterizan lapolítica de los modernos Estados nacionales democráticos. Sin embargo, el mencionado autor no es mezquinoen su disquisición y acepta que el sol brille para todos,pues aunque subraya que existe una alternativa más po-
4. Kenichi, Ohmae: op. cit., p. 212.
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sitiva que la desarrollada hasta hoy por el Estado-nación,como es la asumida por los Estados-región, cree queéstos podrían representar todavía un papel más sano yvital, actuando como potentes catalizadores de la actividad de las regiones. Al respecto afirma que "en unaeconomía global, las visiones del éxito futuro que tienen mayor eficacia son aquellas que mueven el reconocimiento explícito y sin reservas del valor de los Estadoregión y de la necesidad que ellos tienen de una amplialibertad de acción" s.
Esta reducción del desarrollo de las sociedades yparticularmente del hombre a los aspectos materiales dela vida, mediante la supremacía concedida a la promoción de las oportunidades brindadas por la nueva tecnología, en nombre de la necesidad de fomentar la independencia de la actividad económica para supuestamentemejorar la calidad de vida de la gente, entraña un peligro porque, a nuestro juicio, no es descartable que alfinal se muestre contraria a los fines que persigue. Lageoeconomía librada a sí misma no tiene sentido. Poreso es inseparable de la geopolítica, según enseña laproliferación y/o intensificación de las confrontacionesy controversias suscitadas a todos los niveles actualmente. Y no se trata en tal caso de abstracciones sino derealidades concretas, como reconociera el Presidente delos Estados Unidos, Bill Clinton, en el discurso pronunciado al asumir su segundo mandato. Lo mismo valepara la geoestrategia, como denuncian las amenazas desatadas por la ruptura del equilibrio ecológico esparcidas en el presente.
Una clara enseñanza del análisis de la problemáticaactual es que las categorías mencionadas deben desarrollarsesimultáneamente porque, de lo contrario, los avances deunas se lograrán a costa de las otras, provocando losdesequilibrios y perturbaciones consiguientes. No hayque ir muy lejos para ilustrar esta observación. Al efectobasta recordar cómo la concentración de la atención de
5. tsu.. p. 200.
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la geoeconomía reclamada por el impacto de los avances científico-técnicos y sobre todo de la informática,con desmedro del cuido de los equilibrios políticos ysociales, ha estimulado en todo el mundo violentas reacciones. Entre ellas merecen citarse las ocasionadas porlas disposiciones legales promovidas para equilibrar losdéficit gubernamentales a expensa de los sistemas deprotecci6n social establecidos, que son reivindicaci6nconquistada en las luchas igualitarias que han conferido mas equidad al sistema democrático, y cuya defensa ha provocado acciones como las huelgas ocurridas recientemente en Francia, Corea del Sur, Argentina,México y Bolivia, con la bandera de uni6n indiscriminada de los trabajadores y el respaldo mayoritario delresto de la poblaci6n.
Aspecto igualmente relevante es la ausencia de límites a la actividad econ6mica inherente a la globalizaci6n, bajo el supuesto de que el orden de dicha actividad surgiera espontáneamente como consecuencia de lapresi6n de los intereses en juego, siempre y cuando losentes involucrados -corporaciones transnacionales específicamente- disfruten de total autonomía de acci6n. Atal fin el Estado nacional, por su parte, ha debido demostrar su disposici6n de preservar el desempeño de dichascorporaciones renunciando a toda participaci6n o intervenci6n que 10 comprometa, salvo aquella destinada aapoyarlo, o bien la requerida para cederle mayor espacio a sus propias actuaciones.
El enorme poder de las transnacionales, sumado ala limitaci6n de la capacidad de acci6n del Estado impuesta por la necesidad de obtener su cooperaci6n, hamermado la autoridad estatal y estimulado los deseos demayor libertad de acci6n de la ciudadanía. Esta en lapráctica acepta las reglamentaciones y normas concebidas para ordenar la convivencia, pero no las acata. Asílas ignora en tanto no se le exija su cumplimiento, o lastransgrede si tiene la oportunidad de hacerlo sin incurrir en mayores riesgos. De ahí la corrupci6n que en una
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u otra forma ha invadido todos los sectores de la sociedad.
Tal situación se ha intensificado aún más ahora,como consecuencia de la promoción consumista estimulada por el ejemplo publicitario de las formas de vida delos pueblos más prósperos, para disimular o disminuirtanto el efecto de la erosión del salario real causada porla inflaci6n, como el incremento del desempleo tecnológico ocasionado por el uso intensivo de capital y laconsiguiente obsolescencia de la mayor parte de las capacidades disponibles. A esto se añade la transnacionalizaci6n del sector financiero y con ella la de la inversión financiera en desmedro de la inversión directa, tanto en raz6n de las facilidades brindadas por la nuevatecnología a la actividad transnacional como en virtudtambién de la globalizaci6n econ6mica.
LA MAGNITUD DE LOS CAMBIOS
Para dar una idea de la magnitud del impacto de loscambios causados por la revolución tecnológica, es suficiente considerar, como se expresa en informe de The Economist de 28-09-96, las repercusiones económicas de latecnología de la informaci6n, en estrecha relaci6n con elavance del proceso globalizador hasta este momento. Enese informe se señala que en las últimas dos décadas "lared internacional de computer, teléfonos y televisores haincrementado la capacidad de transmisión de informaciones en más de un millón de veces". Hace 25 añoshabía alrededor de 25 mil procesadores en todo el mundo; hoy se calcula que existen cerca de 140 millones. En1960 un cable telefónico trasatlántico podía trasmitir simultáneamente 139 conversaciones; actualmente un cable de fibra 6ptica es capaz de trasmitir mill6n y medio.Un moderno sistema de comunicación, como Internet,cuenta con 50 millones de usuarios y se espera que sunúmero se redoble cada año a partir de ahora.
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En lo concerniente a la globalización, los señalamientos de la fuente citada no son menos espectaculares, dado que "quien posea un computer, un módem yun teléfono puede realizar adquisiciones, efectuar operaciones bancarias y recibir instrucciones a distancia 24horas sobre 24". Así, en la última década, la velocidaddel incremento de los intercambios comerciales ha duplicado la de los incrementos de producción y triplicado la de las inversiones directas externas. También laliberalización de los intercambios y de la circulación decapitales ha registrado el mayor número de países entoda la historia. La compra-venta de acciones y obligaciones sobre los mercados externos ha pasado, sólo enEstados Unidos, del 3% del Producto Interno Bruto en1970 al 136% en 1995.
En la medida en que suceden los cambios determinantes de la evolución de los sistemas económicos,desde la época industrial del automóvil y del acero hastala del computer y las redes de comunicación, se piensaque "las antiguas reglas de la economía" pierden vigencia y dejan de ser aplicables. En relación con esta afirmación, el informe publicado por The Economist mencionalos cinco argumentos más difundidos:
1) "La informática, al contrario de la tecnología delpasado, destruirá más puestos de trabajo de cuantos secree".
2) "La globalización de la economía y el progresotecnológico han quebrantado el pacto social entre obrerosy patronos: todos los beneficios de los incrementos de laproductividad van a los detentadores del capital a costadel trabajo dependiente, provocando un desplazamientosin precedentes de la renta del trabajo al beneficio".
3) "La teoría de los costos comparativos, adoptadapara sustentar el libre intercambio, ha sido debilitadapor la nueva modalidad de la tecnología y los capitales,que permite a las empresas de los países ricos instalarse dondequiera con costos de producción más bajos".
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4) "La inflación dejará de existir. El libre cambio yla nueva tecnología han liberado las economías de losantiguos vínculos, y por esto los bancos centrales seafanan inútilmente en perseguir políticas monetarias rigurosas".
5) "La tecnología informática provocará una concentración monopólica de la actividad económica y luego una competencia devastadora fomentará las bases deuna economía liberada".
Así es posible comprender que, como señala el propio documento, "el cambio en marcha no es sino el crecimiento económico bajo otro nombre". También refiereaquel informe: "El crecimiento sostenido de la renta y laocupación se basa sobre una transferencia continua derecursos de industrias en declinación a otras en expansión a través de un proceso denominado, como se sabe,por el economista austríaco Joseph Schumpeter, destruccióncreativa".
A propósito de esta mención no está demás destacar la importancia del aporte de Schumpeter, para quienel capitalismo "es, por naturaleza, una forma o métodode transformación económica, y no solamente no es jamásestacionario, sino que no puede serlo nunca" 6. Pero esteproceso evolutivo, según advierte a continuación, el eminente autor, "no se debe simplemente al hecho de que lavida económica transcurre en un medio social y naturalque se transforma incesantemente y que, a causa de sutransformación, altera los datos de la acción económica [... ] Tampoco se debe este carácter evolutivo alcrecimiento casi automático de la población y el capital, ni a las veleidades del sistema monetario [... ] Elimpulso fundamental que pone y mantiene en movimiento a la máquina capitalista procede de los nuevos bienes de consumo, de los nuevos métodos de producción ytransporte, de los nuevos mercados, de las nuevas formas de organización industrial que crea la empresa ca-
6. Joseph Schumpctcr: Capitalismo. Socialismo y Democracia, p. 121.
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pitalista" 7. En conclusión es la revolución incesante desdedentro de la estructura económica la que a través de ladestrucción ininterrumpida de 10 antiguo y la creacióncontinua de elementos nuevos impulsa la destrucción creadora, hecho fundamental del capitalismo al cual tieneque amoldarse toda empresa capitalista si quiere sobrevivir.
Es gracias a la liberación de factores de producción (tierra, capital, trabajo), como resultado de la destrucción de 10 antiguo, que se favorece la emergencia denuevas tecnologías y formas de organización. Por consiguiente, las innovaciones realizadas por los emprendedores estimulan el impulso del desarrollo. En síntesis,para Schumpeter, las innovaciones son las que determinan el curso de la economía de las empresas. Esteautor igualmente subraya que en condiciones de librecompetencia el monopolio del innovador es efímero porque el mismo termina tan pronto los imitadores entranal mercado provocando la modificación de las condiciones vigentes.
Puede afirmarse que la concepción y el análisis teórico de Schumpeter son perfectamente compatibles conla problemática proyectada en nuestros días por el impactode las novedades emergentes. De donde es lícito pensarque, tal como advierte el informe de The Economist, "la expansión de la economía basada sobre el conocimiento,donde la actividad productiva tendrá siempre que vermás con realidades intangibles como la información, lapublicidad y el entretenimiento, en vez de bienes materiales, establecerá una gran diferencia respecto a la forma de las economías reales pero no con aquellas de lateoría económica. Esta última, de hecho, se ha mostradoal mismo tiempo 10 suficientemente fuerte y dúctil paraconstruir una guía para el futuro informático, tanto como10 ha sido en la era mecánica que estamos dejando atrás[...] En período de cambios tecnológicos las economías
7. Idem.
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que se las arreglan mejor son propiamente aquellas másflexibles, tanto en el sector productivo como en el mercadodel trabajo.. .".
La cuestión, en cuanto a este último aspecto, reside en que la revolución tecnológica está obligando arevisar las hipótesis convencionales. La economía tradicional se basa en el supuesto de una tendencia decreciente de los rendimientos de la actividad productiva,fenómeno que aparece cuando las empresas expanden suacción más allá del límite en el cual un aumento de laproducción determina el de los costos unitarios de lamisma, en detrimento de la utilidad por unidad que tenderá a disminuir, Una empresa en expansión, por ejemplo, puede llegar a un límite más allá del cual, paracontinuar incrementando su producción tendrá que incurrir en nuevos costos, lo que elevará sus costos unitarios, y por ende provocará la declinación de la utilidadpor unidad del producto. Un caso semejante sería el deun agricultor que aprovechando las oportunidades brindadas por la liberación de los intercambios decidieraaumentar su producción y, para hacerlo, utilizara terrenos menos productivos o que por su localización o topografía demanden la ejecución de obras ad-hoc. Como esfácil deducir, en definitiva, sería la contradicción latente entre la tendencia creciente de los costos y la decreciente de las utilidades la que, a nivel de la empresa, enel transcurso del desenvolvimiento de la economía realen libre competencia, auspiciaría el fomento del incremento de los precios.
En estos tiempos de la informática y globalización,o de la "cibereconomía", esta tesis no se verificaría porque,como señala el mencionado informe de The Economist, citando a Brian Arthur, economista de la Stanford University, las nuevas empresas "informatizadas" son distintas y operan, nos permitimos observar nosotros, también en condiciones diferentes. Arthur, en corolario, desarrolla la "teoría de los rendimientos crecientes" porque,aun reconociendo que en las condiciones tradicionales
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grandes industrias como la siderúrgica tropiezan con unacaída de los rendimientos, insiste en los rasgos diferentes que la "informatización" dispensa a la empresaactual.
En criterio de Arthur, las grandes industrias, comola siderúrgica, tienen en común tres rasgos: 1) Incurrenen grandes costos para investigación y desarrollo, perotienen costos variables bajos. Así, por ejemplo, el costode un programa de computer no varía en función del número de copias vendidas, por lo que mientras más sevendan mayores serán los beneficios. El mismo razonamiento vale para las industrias que usan ampliamenteknow-how, pero emplean pocos recursos materiales, comoes el caso de la industria farmacéutica o las de defensa.2) En la industria del software, mientras más se difunde el uso de un sistema operativo, más probable es queéste devenga un modelo standard por industria, lo quehará que más personas lo adopten para asegurarse quesu software sea compatible con el de otros usuarios dela red. Arthur denomina dicha característica "externalidad de la red", la cual, en su opinión, encarece la competencia entre empresas rivales. 3) Un "efecto capturacliente" opera como resistencia a sustituir productos dealta tecnología y difícil manejo cuando el usuario haaprendido su funcionamiento. Tal sería el caso de unprograma de computer.
Cuando los efectos señalados coinciden, las posibilidades de rendimientos crecientes se incrementan parala empresa líder, cuya capacidad competitiva en el mercado resulta favorecida. Estando en posición de disminuir sus precios esa empresa puede asegurarse una mayor participación en el mercado, así como mayores utilidades, lo cual le permitirá gastar más en investigaciónpara aumentar su ventaja sobre sus competidores.
Cabe advertir que la posibilidad de rendimientoscrecientes no es un hallazgo nuevo. En el pasado ya sehabía señalado esta posibilidad, pero como excepciónen casos esporádicos y efímeros. Es ahora cuando la
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convergencia de informática y globalizaci6n en determinados sectores permite a las empresas, en opini6n deArthur, disfrutar de las economías de escala, facilitándoles operaciones a menores costos y la posibilidad debajar sus precios, incrementando así su capacidad deaprovechar las ventajas ofrecidas por la globalizacióneconómica y alcanzar rendimientos crecientes. Indudablemente, si estas condiciones se lograran, se confirmaría la posibilidad de resolver la contradicción entrecostos y rendimientos ya mencionada. Y de lograr, portanto, la anulación del efecto de la presi6n alcista sobrelos precios, lo que significaría el camino hacia el fin dela inflación, según sostienen autores como Lester Thurowy Roger Bootle.
Esta perspectiva se verifica en los países más desarrollados donde la informática y la globalización sonya una realidad, como lo demuestran los bajos índicesde inflación o la sustancial reducción del precio de lascomunicaciones registrada en Estados Unidos y la vanguardia económica de Europa. En los "países en vías dedesarrollo", como son los latinoamericanos, la situaciónes distinta porque ni la informática ni la globalizaciónhan alcanzado todavía el nivel requerido para modificarlas condiciones económicas vigentes, aunque esto no quiere decir que no se hagan esfuerzos en ese sentido.
De hecho los gobiernos se afanan para no quedarfuera del proceso globalizador impulsando uniones aduaneras, la formación de mercados comunes y/o la conformación de acuerdos regionales Mercosur, Pacto Andino,Nafta y otros, amén de distintos convenios bilaterales ytrilaterales, sin obviar las reformas internas emprendidasen favor de objetivos trazados, como son los programasde descentralización político-administrativa y económicadel Estado que se proponen redimensionar las competencias de éste mismo en países y regiones que buscanadquirir mayor autonomía de acción. Se ejecutan también políticas de privatización de empresas, recursos yproyectos del Estado, con el fin de estimular la participa-
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ción de factores privados nacionales y/o extranjeros enla promoción del desenvolvimiento económico. Estas sonmetas cuyas posibilidades se apoyan, tanto afuera comodentro de los países, en las facilidades ofrecidas por lainformática bajo el supuesto de la actualización de losenfoques y medios que se apliquen.
Como resultado de las modificaciones previstas, losgobiernos aspirarían a incrementar la productividad desus economías, pero a tal efecto los países en vías dedesarrollo deberían, como creemos, estudiar y apoyarsemás en su realidad que en los modelos de países desarrollados y/o en las directrices de organismos multilaterales como el Fondo Monetario y el Banco Mundial.No se trata de pretensiones dogmáticas sino de la percepción de diferencias existentes a lo largo y ancho delplaneta. La realidad de los países desarrollados es, obviamente, distinta de la de los países en vías de desarrolloy, por consiguiente, las soluciones aplicadas por unosno siempre son congruentes con los problemas encarados por los otros.
DIFICULTADES DE LA GLOBALIZACIóN
No es necesaria una gran reflexión para entenderque globalización entraña antagonismos y dificultadesque ponen a prueba la eficacia de las instituciones y lacapacidad de acción de sus conductores. Tanto más cuanto que para enfrentar la intensidad, amplitud y celeridad de los cambios contemplados en el proceso globalizador no se dispondría de un marco de referencia compatible con las transformaciones que sobrevengan. Por eso,aunque los entes involucrados en esas transformacionesse empeñan en diseñar un futuro promisorio en todos losórdenes, no pocos intelectuales, científicos, profesionales y políticos abrigan serias reservas sobre aquel pronóstico, vistos los altos costos y los múltiples obstáculos que desde el principio se presentan.
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Autores calificados identifican tal situación con elpredominio de la técnica que todo lo uniforma y amalgama. La técnica difícilmente podría erigirse en fundamento de algún orden, pues como ella sirve a cualquierfin, asimismo estimula el desarraigo de todas las referencias y orientaciones, con consecuencias traducidas enel quebrantamiento de los códigos de conducta tradicionales, dando lugar al cultivo del hedonismo, la búsqueda de soluciones fáciles, la preferencia de logros a corto plazo, en lugar del esfuerzo exigido por las realizaciones a futuro.
Todo ello contribuiría al advenimiento de contingencias en aquellas sociedades afectadas por traumas deregímenes populistas o bonapartistas que, aprovechandola versatilidad de los medios de comunicación masiva,manipularían la conducta y los sentimientos de la genteen detrimento de las aspiraciones de libertad, equidad yautodeterminación que han inspirado históricamente lasluchas sociales para lograr el estatuto de las modernassociedades democráticas. Por eso, ante las dimensionesdel cambio planteado actualmente, parece prudente ponderar sus alcances y repercusiones a fin de explorar losposibles escenarios que sobrevendrían y las alternativasque los mismos podrían ofrecer, mediando las reflexiones sobre la posibilidad de actualizar las premisas delcambio y de corregir los modos de acción existentes.
Dentro de este contexto, en lo correspondiente a launiformidad y amalgama propiciadas por la técnica, esoportuno recordar que el impacto de la misma está condicionado en mayor o menor medida por las resistencias de la tradición y por las secuelas políticas, económicas, sociales y militares de los cambios que suceden.Respecto a lo cual importa advertir que, aunque el análisis se plantea en términos generales, la validez de suspremisas y enfoques debe relativizarse con mayor o menor ponderación en las distintas sociedades, habida cuenta que en ellas son diferentes las condiciones nacionales, como diversas también las inspiraciones y ejecutorias de los gobiernos respectivos.
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Resulta lógico entonces que la globalización en lospaíses altamente industrializados produzca modificaciones y estímulos capaces de incrementar sus niveles dedesarrollo, como serían, en relación con las mayores facilidades que la liberalización proporciona a los mercados,la garantía de abastecimiento de las materias primas requeridas y el manejo de la producción y distribuciónconforme a nuevas pautas de inversión. O bien seríanlas asociaciones y los acuerdos o convenios firmadoscon o sin participación del Estado. O también la seguridaddel suministro de mano de obra barata debido al flujo demigrantes de las zonas deprimidas del planeta a las demayor desenvolvimiento. Tales ventajas, por supuesto,podrían tener a veces efectos no previstos, como después comentaremos, porque a medida que la globalización progrese y el desarrollo técnico se intensifique,podrían surgir condiciones que modifiquen el sentido dealgunos usos y desempeños. Y podría suceder que aquelloen principio considerado positivo, en las nuevas condiciones creadas comenzara a serlo menos o se mostrarafrancamente negativo.
Otra cosa podría ocurrir en el caso de los países envías de desarrollo. Y no es difícil comprenderlo cuandose observa cómo ellos, en razón de las características desus estructuras productivas -especialmente por la rigidezde las mismas y su retraso funcional- son más vulnerables a las modificaciones de factores externos. Estodebería tenerse muy en cuenta al asumir la conveniencia de explorar las implicaciones nacionales de la globalización. Ello siempre supondrá la necesidad de diagnosticar y determinar las opciones con previsión y prudencia. La razón de esto nos la dan los países europeosoccidentales, como pioneros de la globalización, cuandoesmeran el cuidado de ponderar sus decisiones en relación con los acuerdos reclamados por ella, a fin de salvaguardar la seguridad de sus respectivas entidades, comoenseña el Tratado de Maastrich y lo relativo a la adopción de una moneda única. En lo atinente a los países no
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desarrollados es importante apuntalar la orientación ycalidad de su crecimiento no sin tomar en cuenta la naturaleza de la inversión foránea. No negamos la necesidad de dichas inversiones para superar las rigidecesdel subdesarrollo, pero la estrategia adoptada al respectopor los países recipientes debe ser cónsona con sus característicase intereses.
NADA ES PERFECTO
La globalización no puede ser perfecta y definitiva,tal como pregonan muchos de sus partidarios, porque setrata de un proceso. Sus efectos son esencialmente reformadores y, en la medida en que ello se cumpla, susmecanismos y alcances deberán renovarse cada vez queen su ámbito se inserten realidades emergentes. Por lodemás, no puede ignorarse que decisiones e iniciativasadoptadas en el presente se desarrollarán luego, y en sumomento serán cotejadas y replanteadas por nuevas generaciones que tendrán de la realidad una visión ajustada asus expectativas y proyectos. Esto tiene la importanciade plantear un problema moral que implica un compromiso de las generaciones actuales con las venideras.
De eso deriva una razón no bastante estimada enestos tiempos cuando, en nombre de los signos de lacoyuntura y los dictámenes de la competitividad, muchos esfuerzos se extinguen a corto plazo en el altar delmercado -suprema referencia para quienes asumen latarea de competir- donde se exalta el dogma de que laempresa privada, sobre todo si es transnacional, es máseficiente y confiable que la pública, como supuestamentedemostrarían sus rendimientos económicos. Rendimientos obtenidos en atención a los mandamientos del mercado que rigen, según los panegiristas neoliberales, la orientación y asignación de los recursos del desenvolvimientosocial. Se olvida así, deliberadamente o no, que el mercado no siempre ofrece soluciones objetivas y neutrasporque no puede escapar al poder monopólico de gran-
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des corporaciones cuyo imperio se expande más allá delámbito económico, gracias a la difusión asimétrica de lanueva tecnología y el proceso globalizador a que aludimos.
El problema, a nuestro juicio, surge porque las decisiones inherentes al desarrollo de las sociedades deberían ofrecer respuesta a las modificaciones en marcha y adoptar al mismo tiempo las previsiones necesarias para conjurar posibles crisis que resultarían de aquellas modificaciones o de acontecimientos imponderables,a fin de garantizar a cada nación los niveles de bienestar y la capacidad de acción autónoma indispensables para la realización de sus objetivos en un clima deseguridad y certidumbre. Estos fines no pueden sacrificarse en aras de un equilibrio global y demandan unconocimiento preciso de los escollos y oportunidadesplanteados en un presente de cambios propagados a unavelocidad sin precedentes, con altas tasas de crecimientodemográfico, incremento de la demanda de energía, amenaza de disminución de las fuentes de recursos conocidas, aceleración del deterioro ambiental como consecuencia de la ruptura del equilibrio ecológico del planeta ytantos otros aspectos que restringen el empleo de loslogros del conocimiento y la aspiración del hombre atrascender su tiempo sin grandes demoras generacionales, 10cual exige no sólo la disponibilidad estratégica demedios materiales sino también la recuperación de patrones éticos, conjuntamente con el restablecimiento dela credibilidad de las instituciones y sus mentores.
En relación con 10 expuesto merece consideraciónespecial la apreciación del impacto de los cambios demográficos, tanto en lo relativo al incremento de la población del planeta -calculada para el año 2025 en 8.500millones de habitantes, y para el 2050 en 10.000 millones- como en 10 concerniente a su composición, estratificación, distribución geográfica y movilidad. De acuerdo con proyecciones recientes, la brecha entre los países altamente industrializados y todos los demás seguirá
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ensanchándose, pues para el año 2025 apenas el 16% dela población mundial vivirá en aquellos países, mientras el 84% restante habitará en los países periféricos oen vías de desarrollo, muchos de los cuales podrán mejorar para entonces sus niveles de vida, sin todavía alcanzar los existentes en los países avanzados. Esta diferencia en los niveles de vida contribuirá indudablementea incrementar la desigualdad internacional con la consiguiente intensificación de las tensiones y los conflictosen el espacio planetario.
En ese escenario seguramente aumentarán los movimientos migratorios masivos -ya perceptibles- de laszonas pobres afectadas por choques políticos, económicos,religiosos y culturales, a otras más prósperas, estables ycon superiores niveles de bienestar, provocando impactoen las condiciones económicas y sociales de los paísesreceptores (presiones salariales, congestionamiento delos servicios públicos, deterioro ambiental, antagonismos culturales y religiosos con la,consiguiente emergencia y agravación de tensiones internas que podrían desembocar en verdaderos conflictos, como se ha visto ya enAlemania con el rechazo de trabajadores migrantes turcos,en Francia con los migrantes del norte de Africa, y enEstados Unidos con las reacciones protagonizadas portrabajadores vietnamitas y/o algunos grupos latinos endiversas ciudades, 10 cual atenta contra la seguridad yestabilidad de los países hospitalarios. Todo ello comprometería los beneficios aportados por inmigraciones selectivas -flexibilización de la contratación de mano deobra, estímulos de la oferta de bienes y servicios comoconsecuencia del progresivo aumento de la demandadando lugar a negativas repercusiones en las relacionesinternacionales.
La posibilidad de superar la problemática de lasdiferencias de desarrollo mediante los avances de la ciencia y la tecnología es dudosa o no siempre realizable,porque ya se está viendo que por sí mismos, en determinadas situaciones, tales avances pueden contribuir a agra-
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var los problemas o a fomentar otros nuevos, a veces demayor trascendencia. Un ejemplo es significativo al respecto: la prueba prenatal con ultrasonido, que permiteconocer con anticipación el sexo del feto, podría incrementar el número de abortos en aquellas sociedades donde la tradición privilegia la descendencia masculina, obligando a las autoridades a prohibirlos, tal como lo estánconsiderando en Bombay.
Algunas dificultades en el presente derivan particularmente de la promoción de los adelantos científicos ytecnológicos en escala y manera tal que a estos mismosse les atribuyen en parte la duda e indeterminación quecaracterizan a la modernidad, según ha señalado, en informe al Club de Roma, Yehezkel Dror, cuando parafraseaa Ortega y Gasset para hacer ver que la ciencia y latécnica producen "un mundo cambiado" más bien que"unos cambios en el mundo" [...] "agregan inconmensurables incertidumbres al siglo XXI porque [...] desdeun punto de vista lógico es imposible predecir la naturaleza y los contenidos del futuro conocimiento científico sobre la base de lo que sabemos ahora. El paso delas innovaciones tecnológicas se acelera también, sembrando dudas sobre cualquier intento de predecir la forma de lo que vendrá'".
La importancia crucial de la ciencia y la tecnología en nuestra época se revela igualmente cuando seconsideran los efectos de la comunicación instantáneaen las expresiones del quehacer humano: modos de producción, estilos de vida, formas de acción económicas ypolíticas. Aunque esa importancia, como destaca el autor citado, va más lejos aún al afectar el ejercicio delpensamiento a medida que se desarrollan nuevos aportesde las disciplinas cognoscitivas y se descubren nuevasformas de producir y ofrecer información 9.
8. Yehezkel Dror: La Capacidad de Gobernar, p. 95.9. cr.tsu.. p. 96.
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De este modo el progreso tecnológico amplía lasposibilidades de acceder a la información, pero es obvioque el aprovechamiento de tales posibilidades diferiráentre las naciones y aun entre una y otra clase social,proyectando la ampliación de la brecha entre los queestán en capacidad de beneficiarse del progreso tecnocientífico y los que no pueden hacerlo. Sin contar, resumiendo el resto de los señalamientos del autor mencionado, las implicaciones de la modificación del concepto de distancia y de las dimensiones del espacio social yhumano, por el efecto combinado de la ciencia y lasmodernas tecnologías informativas. A 10 cual debe añadirse que, desde el punto de vista psicológico, las nuevas dimensiones son habilitadas a través de la realidadvirtual y de las tecnologías del "ciberespacio".
También merece señalarse la revolución incorporada en los procesos de producción y los sistemas desuministro de servicios con los auspicios de la "inteligencia artificial", la cual proyecta el reemplazo progresivodel trabajo humano, incluso del intelectual, por "máquinas inteligentes" que tienen notables repercusiones en elmercado de trabajo, donde ya se constatan efectos controvertibles del empleo de la tecnología respectiva, cual es eldescenso de ocupación que acompaña al crecimiento delProducto Interno Bruto en los países altamente industrializados. Se observa que el progreso científico-técnicopuede generar efectos favorables, pero también contribuir a incrementar la incertidumbre y amenazar la pazen el planeta.
De ello existen constataciones que van desde lasconsecuencias destructivas del uso de la energía atómica -recordemos las experiencias de Hiroshima, Nagasaki y Three Islands al empleo inescrupuloso de losdescubrimientos científicos con propósitos bélicos, como el famoso "gas mostaza" o el utilizado supuestamente por Sadam Hussein contra sus adversarios en laGuerra del Golfo Pérsico. Y en el extremo contrario,entre los efectos positivos, mencionamos la generación
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de energía barata, no contaminante e inocua mediante lafusi6n controlada. La prioridad de este uso podría incrementarse en virtud no s610 del reconocimiento de la importancia vital de la energía para el progreso humano,sino también de un probable aumento de las diferenciasde desarrollo y competitividad entre culturas y sus esferas de influencia, en especial entre las de tradicionescristiana, islámica y confuciana, lo que generaría, talcomo advierte Dror, oportunidades de cooperación y deconflictos.
EL PETRÓLEO VENEZOLANOEN LA GLOBALlZACIóN
Para comprender el significado y alcance de la situación señalada es conveniente recordar que, aunque elproblema energético se manifiesta de modo diferente enlas distintas regiones del globo, su enfoque no puedeabordarse desde un punto de vista particular o parcial,por cuanto los acontecimientos que han ocasionado susgrandes emergencias se ubican en perspectivas de importancia mundial. Asimismo, tales acontecimientos no hansido independientes de los avances de mundializaciónecon6mica gestados con los aportes de una tecnologíafundamentada en el uso de los hidrocarburos. Este progreso ha significado la imposición del petróleo en detrimento de otras fuentes energéticas -particularmente elcarb6n- mediante la aplicación de una estrategia concebida y controlada cuidadosamente por las grandes empresas petroleras transnacionales, con monopolio sobrela producción, transformación y distribución de ese recurso, lo cual les facilitaba la manipulación de los precios,bajándolos para estimular la utilización de la maquinaria industrial movida con petróleo, y aumentándoloseventualmente para incrementar el financiamiento de inversiones en sus actividades de expansión.
La primera fase de esa estrategia llamó la atenciónde Juan Pablo Pérez Alfonzo, líder en más de una ba-
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talla librada en defensa del derecho de los países exportadores de hidrocarburos a obtener una participación justao razonable en los ingresos de sus exportaciones, percibiendo claramente que el logro de ese objetivo requeríadel ejercicio de una autonomía de acción que postularatanto la racionalización del consumo petrolero como laconservación del recurso. Por eso, para ponderar el alcance de su política, es necesario situarse en la dimensión proyectada por la actividad transnacional.
Al efecto, para contrarrestar la acción de las transnacionales, Pérez Alfonzo promovió la creación de uncartel integrado por Venezuela, Arabia Saudita, Irak, Irány Kuwait, cuyos principales mentores fueron él mismo yAbdullah Tariki, representantes respectivamente de losgobiernos de Venezuela y Arabia Saudita. Dicha asociación, fundada en Bagdad el 14 de septiembre de 1960con el nombre de Organización de Países Exportadoresde Petróleo (OPEP), surgió con el propósito de defender los precios del petróleo de los países miembros, frentea las maniobras de las grandes transnacionales del petróleo que, gracias al control ejercido sobre la producción, refinación, distribución y comercialización, manipulaban la oferta y demanda del crudo a su conveniencia, con perjuicio de los intereses y aspiraciones de lospaíses proveedores.
La gota que derramó el vaso, precipitando los acontecimientos que habían venido gestándose desde 1959, fuela reducción de los precios del petróleo efectuada porlas grandes compañías en agosto de 1960. La manipulación de los precios por parte de las transnacionales operadoras en la región medioriental durante aquella épocarespondía, como creemos, a razones que trascendían lascondiciones concurrenciales del mercado o los nivelesde beneficio de las mismas empresas. Ubicada en el contexto histórico, a la luz de los acontecimientos que laantecedieron y tomando en cuenta la importancia que elpetróleo tenía para el desarrollo económico de Occidente, aquella manipulación de precios podía considerarse
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una estrategia de las potencias occidentales para frenarlos movimientos reivindicativos alentados por los sentimientos nacionalistas de los países exportadores de petróleo, los cuales habían dado lugar a notables sucesoscomo la nacionalización del Canal de Suez, arteria vitaldel flujo petrolero hacia Occidente, dispuesta por Nasserel 23 de julio de 1956.
Esta fecha constituye un hito en la historia petrolera mundial por haber señalado la declinación de lahegemonía británica en el Medio Oriente, como reconoce en sus memorias la ex-Primer Ministro MargaretThatcher, quien menciona el suceso como el "Síndromede Suez", cuando expresara: "Nuestra más dolorosa experiencia como país obligado por las circunstancias fueel fracaso de la expedición de Suez en 1956. Ello fue elresultado de nuestra debilidad económica y política, másque de un fracaso militar, porque el gobierno ordenó elretiro de una fuerza victoriosa del Canal de Suez enrespuesta a una insinuación del gobierno de los EstadosUnidos [...] Después de exagerar nuestro poder, nosotros exageramos nuestra impotencia... "lo.
En 1973, como corolario de la intensificación delconflicto árabe-israelí en el Medio Oriente y el peligrode una interrupción del flujo petrolero proveniente deesa región, el Presidente Richard Nixon aprobó el aumento del precio del petróleo norteamericano, para estimular las inversiones petroleras y asegurar la independencia energética de Estados Unidos. Igualmente decidió la fluctuación del dólar para conjurar los efectos dela emisión incontrolada del mismo -los eurodólares- fuera de Estados Unidos. Obviamente el objetivo de lasautoridades americanas era el de estimular su producción petrolera y el desarrollo de nuevas fuentes energéticas a través de la elevación de los precios del crudo,además de frenar la competencia de las industrias japonesas y europeas mucho más dependientes de las importaciones petroleras que la norteamericana.
10. Thatcher, Margaret: The Downing Street Years, p. 8.
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Meses después la escalada del conflicto árabeisraelí culminó con el estallido de la Guerra del Kippurel 6 de octubre de 1973. El 16 del mismo mes, el preciodel petróleo en el Golfo Pérsico acusó un aumento del70%. Al día siguiente, 17 de octubre, sobrevendría elembar-go petrolero contra los países que apoyaban aIsrael. En enero de 1974 los precios subieron de 3,011dólares el barril a 11,651 dólares. A partir de entoncescomenzó un período de alza de precios que favoreció elingreso de nuevos actores en el mercado petrolero-productores independientes y empresas nacionales- donde lasgrandes compañías aplicaban nuevas estrategias procurando ampliar el espacio de su competencia, como también patrocinando la recuperación del carbón y la búsqueda de energías alternativas y, sobre todo, buscandoafirmar sus actividades en zonas seguras como Canadá,Estados Unidos y el Mar del Norte. La tendencia alcistade los precios se mantendría hasta 1982 cuando el precio del barril se situó en 34 dólares para luego descender a 12 dólares en 1985.
Después de una segunda escalada de los precios en1979 -el segundo shock petrolero- sería electa ese mismo año Primer Ministro de Gran Bretaña, Margaret Thatcher,líder del Partido Conservador y adalid del neoliberalismo, quien dio pruebas de su capacidad y visión estratégica utilizando la oportunidad ofrecida por la explotación petrolera del Mar del Norte para enfrentar, poruna parte, el antagonismo político estimulado por la UniónSoviética en desmedro de las potencias occidentales, y,por la otra, el peligro de una frustración de las aspiraciones de desarrollo en su país, conjuntamente con losdemás aliados, especialmente los del continente europeo,representado por la tendencia alcista del precio de loshidrocarburos mantenida por la OPEP. Al efecto estimulóla producción petrolera del Mar del Norte, con lo cualno sólo garantizó el abastecimiento energético de GranBretaña y sus aliados europeos, sino también presionóla baja de la tendencia del precio del petróleo, socavan-
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do la posición rectora asumida por la OPEPen la materia,hasta llevar el precio promedio del mercado en 1985,como hemos señalado, a 12 dólares por barril.
Al observar la política del gobierno neoliberal presidido por Thatcher, encontramos que la misma se orientó en dos direcciones: en el frente interno, en lo atinente a la economía, manejó a nivel macroeconómico el expediente fiscal keynesiano, recurriendo al otorgamientode subsidios a las regiones y las industrias, con una variedad de criterios, para contrarrestar el desempleo y lapobreza, además de beneficiar a los débiles y desprotegidos (ancianos, enfermos, minusválidos) a fin de preservar el nivel de bienestar de la población. Igualmente,invocando razones de seguridad, no vaciló en recuperarel control de la British Petroleum, rescatando las acciones vendidas anteriormente a Kuwait. En el frente externo el gobierno de Thatcher tuvo una actuación apoyadatanto en el impulso de la explotación de los yacimientos petrolíferos localizados en el Mar del Norte como enla reactivación de la industria del carbón, la promociónde programas destinados a fomentar el ahorro de energía,la búsqueda de energías alternativas y la colocación enel mercado, cuando fuere necesario, de reservas estratégicas por parte de Estados Unidos.
La permanencia durante once años y medio deMargaret Thatcher al frente del gobierno británico da lamedida del éxito de su gestión, a la cual se debe la recuperación política y económica de su país, amén del rescate de su posición entre las primeras potencias del mundo. De la misma manera, debe destacarse su contribución a la superación del antagonismo Este-Oeste, mediante el fortalecimiento de Occidente, que condujo a ladisolución de la Unión Soviética. Lo expuesto pone enevidencia que el petróleo no puede manejarse como unamercancía cualquiera, pues se trata de un recurso estratégico necesario para garantizar la seguridad en el mundu.
Venezuela no ha manejado estratégicamente este recurso hasta ahora, pues no ha aprovechado las oportu-
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nidades que se le han presentado al respecto. Como ocurrió en 1956, cuando Nasser suspendió el tránsito de lostanqueros por el Canal de Suez. O en 1973 y 1979, conmotivo del primero y segundo shock petroleros respectivamente. También en 1990 con motivo de la Guerra delGolfo Pérsico desencadenada por la invasión de Kuwaitpor Irak. Ocasiones todas donde se puso de relieve elvalor estratégico de nuestras reservas petrolíferas, cuyoaporte en las circunstancias señaladas fue relevante. Lamentablemente la solidaridad y el apoyo demostrados pornuestro país no siempre han sido correspondidos. El punto es que en lo concerniente al petróleo prevalecen, además de las contingencias de oferta y demanda, otras relaciones de poder: políticas, sociales, militares. De ahíque tanto los países consumidores como los productoresdeben vincular las acciones destinadas a garantizar ladisposición del producto con la defensa de su soberanía.
Venezuela parece cifrar hoy sus esperanzas en la"apertura petrolera" proyectada por la industria, cuyosprimeros resultados, según se anuncia, deberían comenzar a conocerse este año. Tanto es el entusiasmo despertado por dicha iniciativa que algunos pretenden ir máslejos, cuando piensan que PDYSA debe ser privatizada. Dehecho ya se asoma la posibilidad de colocar sus acciones en la Bolsa.
Estos planteamientos llaman a la reflexión, dado elcarácter estratégico de dicha industria para la seguridadde la nación. Carácter que debe preservarse aun dentrodel marco de la integración regional -Europa dixit- auspiciada por la globalización económica en curso. A estetenor debe tenerse en cuenta que el petróleo tiene unacreciente demanda internacional y esto lo convierte enun producto de excepción. No es por azar que empresastransnacionales como Shell, Exxon, Mobil, Texaco, entreotras muchas, se afanan actualmente en fortalecer y ampliar sus operaciones para apuntalar su posición de poder.
Son las expectativas de un incremento sustancialdel consumo mundial de energía las que estimulan sus
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procuraciones. De hecho, ya Corea del Sur, por ejemplo,cuyo consumo a comienzos de la década actual apenassuperaba los 500 mil barriles diarios, requiere ahora 2millones 100 mil barriles diarios, y se estima que seincrementaría en 500 mil barriles más para el año 2000.Por su parte, China y la India, al ritmo de crecimientoactual, pronto llegarán a consumir más de 100 millonesde barriles diarios, lo cual equivale al doble del consumo mundial en el presente.
Venezuela, debería estar consciente de este panorama para preservar la posici6n que le conceden susreservas en el nuevo modelo mundial que ha comenzado.Dentro de éste ya se perfila prácticamente la existenciade un protogobierno determinado por la globalizaci6necon6mica y la emergencia del Estado-regi6n. En esteescenario no está demás recordar la advertencia que hiciera Juan Pablo Pérez Alfonzo cuando en 1978 afirmara que "las transnacionales volverán al negocio petrolero a causa de la mala administraci6n que adelantaPDVSA".
El problema energético representa uno de los mayores desafíos confrontados en estos tiempos. Su alcanceexcede los límites del mercado y de la economía: o bienla mayor parte de la humanidad continúa viviendo sinlas comodidades básicas, arriesgando la pérdida de seguridad que ello supone, o bien debe disponerse a afrontarun aumento dramático de la demanda energética cuyasatisfacci6n requiere de fuentes de energía alternativas.Cosa que no parece fácil porque cambiar los ciclos vitales de los sistemas de producci6n de energía suponecuantiosas inversiones y numerosas dificultades políticas."
Venezuela, consciente de la magnitud y calidad desus reservas de hidrocarburos, no debe ignorar tales contingencias, en cuya afrontaci6n no s610 debería participarsino también cumplir un papel protag6nico, pues está encondiciones de aprovechar las oportunidades ofreeidas
11. Cf, Yehezkel Dror: op. cit., p. 341.
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por los cambios en marcha, gracias a la importancia estratégica de sus hidrocarburos, así como de su gran acervode materias primas. Lamentablemente no ha aprovechado dicho acervo en forma idónea ni en grado satisfactorio, lo cual explica el reto de procurar condicionesaptas -organización, conocimientos, tecnología actualizada, recursos financieros y mercados- para promoverun desenvolvimiento a tono con el desafío planteado porla mundialización de las actividades energéticas.
A la luz de este enfoque observamos el desperdicio en que hemos incurrido al limitarnos a la producción de crudo para la exportación. La magnitud del desacierto en tal sentido puede apreciarse actualmente cuando percibimos la vulnerabilidad y rezago de nuestra economía respecto de otras que han logrado mayores niveles de desarrollo con la aplicación de los frutos delprogreso tecnológico. Esto hubiera ocurrido en nuestrocaso si en vez de insistir en la producción de crudo parala exportación, como hemos hecho desde el inicio de laactividad petrolera en el país, hubiéramos enriquecido laeconomía petrolera con la industrialización de nuestroshidrocarburos en el territorio nacional.
En base de ese propósito frustrado deberíamos revisar la estrategia de desarrollo propiciada en el país, puesesta misma se basa hoy en el proyecto de "apertura petrolera" propuesta por la propia industria, y el cual, anuestro modo de ver, continúa otorgando prioridad a laextracción de crudo para la exportación, de modo quesubordina las perspectivas de nuestra economía a lasoscilaciones de los precios internacionales del petróleosobre los que el Estado venezolano no está en capacidad de ejercer control alguno. Venezuela no ha sabidoexplotar las diversas oportunidades industriales de sushidrocarburos porque sólo ha visto en ellos las simplesposibilidades de consumo energético. Está claro que sino cambia el carácter primario de su especialización petrolera, podría desperdiciar el papel que a su petróleoofrece el emergente turno de la globalización. Para esto
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debería incrementar las ventajas comparativas y competitivas representadas por sus reservas energéticas, ampliando la gama de productos derivados -cinco mil según Informe del Chase Manhattan Bank- que se puedenobtener utilizando los hidrocarburos como materia prima.
En nuestro caso son francas posibilidades y no fantasías. Unicamente se trata de aprovechar el menor costode los hidrocarburos in situ para integrar una red de producción de derivados y conexos a fin de ampliar la participación de las exportaciones industriales venezolanasen el espacio competitivo del mercado global y, por estemedio, mejorar el equilibrio de la balanza de pagos delpaís. Asimismo se lograría una serie de agregados económicos que contribuiría a mejorar el mercado nacional en términos de ingreso, estimulando el consumo además del incremento de la inversión privada nacional yextranjera. Este proceso nos permitiría ahorrar las divisas empleadas actualmente para importar productos elaborados.
La experiencia de otros países es ilustrativa al respecto. Así Estados Unidos ha manejado su capital y tecnología para impulsar la producción de bienes y servicios, mientras los "dragones asiáticos" -Singapur, Taiwan,Corea del Sur, Hong Kong- han aprovechado las características de su fuerza de trabajo para 10 mismo. Entendemos que los hidrocarburos venezolanos son un recurso indispensable para el desarrollo de la economía mundial, independientemente de nuevas tecnologías o deldescubrimiento de nuevas fuentes energéticas. Por esto,si queremos incrementar la eficiencia de la economíavenezolana para afrontar con éxito el desafío planteadopor las transformaciones económicas mundiales, debemospromover la industrialización de los hidrocarburos en elterritorio nacional, emprendiendo la diversificación productiva a partir del petróleo. Una política de desarrolloadecuada nos permitirá aprovechar nuestras ventajas comparativas económicas y naturales en la producción interna y en el ámbito de la competencia global.
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Ejemplo fehaciente de lo que decimos nos lo ofrecela comparación entre los beneficios obtenidos de un barril de petróleo en Estados Unidos, Japón o Alemania ylos alcanzados por Venezuela. Producimos crudo para laexportación al precio vigente en el mercado internacional, mientras los países mencionados lo importan, procesan, transforman para obtener bienes que luego comercializan y colocan a disposición de consumidores finales. De ahí la diferencia entre la utilidad y el ingresopercibidos en esos países por barril de petróleo y losobtenidos en Venezuela. Esos países importan petróleocrudo y comandan el proceso económico mundial, mientras Venezuela lo exporta y todavía se encuentra en víade desarrollo ¿Quién maneja entonces los hidrocarburoscon más eficiencia?
Lo expuesto coloca de manifiesto, como hemos dicho, la necesidad de concebir y realizar la estrategiaeconómica en la perspectiva de integrar de modo productivo el sector petrolero a la economía del país, en vez decontinuar promoviendo, como hasta ahora, la subordinación de la economía nacional al petróleo. El logro desemejante propósito nos permitiría revalorizar nuestropotencial energético en el ámbito internacional, de formatal que Venezuela superaría la posición subalterna mantenida hasta hoy, como consecuencia de su excesiva dependencia de las condiciones externas percibidas bajo laforma de crisis y conflictos manifiestos o latentes.
La materialización de estas aspiraciones requieredel diseño de una política clara y coherente: para hacerlarealidad es necesario contar con el consenso y la participación activa de los entes involucrados en el proceso decambio y de inserción en la economía internacional, nosin tomar en cuenta que la globalización del capitalismo, con sus modos de producción en escala global y susnuevas fronteras económicas y sociales de espacio y tiempo, es por naturaleza un proceso contradictorio y problemático, con relaciones de integración y fragmentación,con componentes de geoeconomía y geopolítica, que tien-
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den a reproducir la conformación e imagen de un "nuevo mundo", en el que tendrían papel protagónico lospaíses mejor provistos para la transformación.
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