José Tola & Ety Fefer | Sala LMQG | Lima, 2011
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8/3/2019 José Tola & Ety Fefer | Sala LMQG | Lima, 2011
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SALA LUIS MIRÓ QUESADA GARLANDEsquina Larco con Diez Canseco - Miraflores Lima, Peru, Lima-18
Telfs. (+511) 617 72 64 correo electrónico: [email protected]
Martes a domingo de 11:00 a.m. a 10:00 p.m.
Los bellos “Guerreros, monstruos y bestias” realizados a cuatro manos por Ety Fefer y José Miguel Tola en
supersculpy (una masa para hornear y pintada luego al acrílico) son un diálogo entre la actualidad de las artes
plásticas y varias tradiciones: el misterio de los personajes rituales, como losnang yai tailandeses, que proyectan
sus historias en la forma de sombras contra un muro; o la representación pura de lo amenazante inmóvil, como en
los batallones de guerreros chinos de terracota desenterrados en Sian; o la insolencia mecánica del futurismo,
dadá y el suprematismo ruso.
El autómata es una obsesión antiquísima uno de cuyos sentidos es escapar a lo humano por la vía de la parodia:
primero como juguete, luego como propuesta de una vida alternativa, finalmente como un espejo inquietante
que la humanidad siempre lleva consigo. Comenzaron los autómatas como metáforas de máquinas apenas
existentes. No es casual que el autómata construido por Yen Shi en X a.C. haya revelado entrañas mecánicas
pintadas con algunos de los colores emblemáticos de José Miguel Tola: “una construcción de cuero, madera, cola y
laca, pintada de blanco, negro, rojo y azul”.
La relación de los autómatas con el arte es complicada. Como el arte nacen de la pasión creadora, pero casi
siempre terminan virando hacia lo monstruoso. Sucedió con la leyenda del Golem, con el Frankenstein de Mary
Shelley, con La Eva futura de Villiers de L´Isle-Adam, con los robots de Karel Capek, y luego con tantas inteligencias
artificiales de la ciencia ficción más reciente. Siempre terror, rara vez belleza, incluso fealdad, acaso consecuencias
del desafío a la ley natural. Pues siempre el signo del autómata es la transmutación de la carne humana en alguna
otra cosa: arcilla, metal, plástico, código binario, todo disfrazado a veces de búsqueda de la perfección.
La colaboración es así: Fefer es una joven creadora de un mundo propio de personajes en la tradición europea del
burlesque, que ella llama grumildos, y que van más allá de la descripción de “muñecos mecánicos” que ella les da.
Tola es un artista plástico con un lenguaje articulado por décadas de desarrollo, en el cual es central la figura
humana. Cada uno es célebre en su especialidad, y los juntan las que Goethe llamó afinidades electivas: el deseo
de encontrarle una dimensión común y adicional a sus respectivas obras. Aunque los autómatas en la historia
suelen ser la obra de un solitario, y esta es una colaboración entusia sta. Dice Tola de las figuras: “Todavía me
desconciertan”, y Fefer las considera “una recreación de todo su trabajo anterior”.
Los polícromos personajes de esta muestra han heredado del universo grumildo la condición de marginales, y de
las representaciones de Tola el ocupar un limbo de hermosa agresividad. Pero ellos no están del todo cómodos en
los papeles de monstruo o de guerrero. Los veo más cerca de las vidas vistosas de la naturaleza: aves o peces
multicolores. Autómatas bellos, finalmente, a los que la vida orgánica presta sus mejores galas, y el arte sus
mejores dramas. Avanzando con su movimiento hacia las sombras de los misterios hidráulicos y los sospechados
títeres prehispánicos.
Quizás estamos ante el cruce de dos mundos que se buscaban: ver a los grumildos de Fefer recubiertos de colores
y formas tan elaborados, idiosincrásicos y vistosos como los de la pintura de Tola; ver a los cuadros de Tola de
pronto cobrar una existencia compartida, viviendo el movimiento físico que tanto han evocado desde las dos
dimensiones. El de estos Guerreros y monstruos es un movimiento hipnótico, una vida líquida, espontánea, lleno
de una intencionalidad evidente pero difícil, por no decir imposible de captar desde una mirada humana.
VIDA LÍQUIDA
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por Mirko Lauer
PRESENTACION DE ETY FEFER Y GRUMILDOSEty Fefer (Lima, 1973) es la creadora de un universo paralelo bautizado por visuales, escénicas, música electrónica o robótica, centros culturales y
ella con el nombre de Grumildos ( www.grumildos.com), un conju nto de galerías clandestinas. José Tola conoció el trabajo de Fefer en 2002 y la invitó
criaturas mecánicas que en los últimos siete años ha recorrido cerca de 40 a visitar su taller. Desde entonces mantienen un diálogo creativo cada vez
ciudades del mundo, desde Australia hasta el polo n orte noruego. La que ella está de regreso en Lima. Esta relación informal evolucionó a partir
naturaleza inclasificable de la obra de Fefer le ha permitido exhibirse en de 2009 hacia un proyecto colaborativo cuando ambos se propusieron crear
ambientes sorprendentemente d iversos, entre ellos, festivales de artes una obra conjunta. El resultado de ello es “Guerreros, Monstruos y Bestias”.
por Ernesto Soto
Director: Luis Lama Agradecimientos:Curador LMQG: David Flores-Hora Dr. Jorge Muñoz Wells, Alcalde de MirafloresAño 1, Número 8Coordinador: E rn es to So to D r. Se rg io Me za , G er en te Mu ni ci pa lNoviembre 2011Fotógrafo: E du ar do Hi ro se D r. Al be rt o d e B el aú nd e, Je fe de Ga bi ne teResponsables publicación:
Equipo Sala LMQG Auspiciador:Exposición:
Asistente Montaje: Luis OquélizJOSÉ TOLA & ETY FEFERAtención en sala: José MoraFechas: 10 de nov. al 4 de dic.Secretaria: Ada Lucía Panduro
Diagramación: Ivette Cáceres
Montaje: Rubén Ramos
8/3/2019 José Tola & Ety Fefer | Sala LMQG | Lima, 2011
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Del 10 de noviemb JOSÉ TOLA & ETY FEFER
por José Tola
Habito solitario dentro de los
extramuros de mi mente. Mi taller. Mi
obra y yo (tola) somos lo mismo. Tratare
de responder por ambos. Por ellas y por mi,
ya que desde mucho tiempo nos amamos.
He de decir que no es la culpa social. O. La política ajena
o la humana la que recae sobre mí ser. Menos aun la época
en que vivo o su geografía discóbola. Soy yo el que se juzga y se
acusa a si mismo. Las acusaciones que se ciernen sobre mi
provienen de mi propio ser. Reconozco mi propia culpabilidad de ser
Artista. Mi culpa radica en que mi amor no va dirigida al Hombre si no a
mi Arte. Quien vive para su Arte no vive humanamente, atenta contra la
naturaleza y la humanidad. La contradicción en el arte siempre es un acto de
autodestrucci ón y renovación. Se renuncia a deseos propios y a toda exigencia
ajena. Se reprimen sentimientos personales. Ante la capacidad de crear se elige entre
dos actitudes: la felicidad humana o la vida creadora. El artista no es bueno moralmente si
no trágico. Buenos son los que triunfan sobre el Mal y retienen el sufrimiento. El artista
triunfa sobre el sufrimiento y retiene el Mal. O. Quien se evade del sufrimiento termina en el Mal
y quien escapa de él termina en el Dolor. Quien esta poseído por la obra (su obra) a menudo tortura a
los demás con su ambición, su despotismo, sus cóleras y sus odios. Cuando mas es su fuerza creadora
mas desmesuradas son sus ambiciones. No tiene lugar aquí embellecer o negar los actos. Hay que evaluar
la acción. El Bien y el Mal tienen otro significado en otras personas. En el artista pierden su calidad de valores.
Su existencia dramática no esta ni en la expresión ni en la forma, si no en la profundidad de su concepción
creadora. Toda creación oscila entre la culpa y la expiación y el punto medio solo lo conoce el creador. La ley y el orden
nunca han engendrado a grandes hombres. Solo la libertad personal, aquella que posee el artista, es la única que ha
creado genios y monstruos. Hay una seriedad diabólica detrás de cada hombre que tiene respeto ante su propia obra. Sus
errores, sus rupturas sobre los convencionalismos… ese continuo experimentar, destruir y crear solo lo llevan a convencerlo
de que para él ya no existe una vida normal. Sol o un lugar donde empieza a ser una criatura extraña y solitaria.
Esta exposición queda abierta al público. Allí esta la obra. Callada o hablando con su propio lenguaje. El péndulo entre la
compresión y la ceguera queda así inaugurada.
La orientación narrativa que ha adquirido la obra de José Tola integra estética y emoción, estableciendo un diálogo
Tola se ve anun ciada desde estos ensamblajes, entre sus símbolos plásticos y sus códigos y referencias
emblemáticos de la manera en que lo privado y personal privadas, que en la obra se hallan dispersos, dislocados
se constituye en trama del universo de la obra presente. incluso. El marcado sentido gráfico –icon ográficoEn ella confluye la exploración formal con la inspección de incluso— y una inten sidad cromátic a casi ch irriante
las historias de vida, físicamente invocadas. Estos advierten la efervescencia visual (¿acaso de leve guiño
ensamblajes articulan “ventanas” que atisban los pop? ), generad a también por los juegos de
instantes que legan una historia (no linealmente superposiciones, de yuxtaposiciones y de forma y vacío. La
organizada) y se mu estran como construcc iones profusión de patrones visuales –en colisión— producen
narrativas tejidas alrededor de mementos, insinuándose esta vorágine, que es tanto un rasgo físico de la obra como
próximos a un diario proyectado hacia el futuro, es decir a un sentido simbólicamente invocado. En medio de ella, lo
un diario con conciencia de la muerte. Re-escribiend o la testimonial emerge como elemento sustraído a la
propia historia de los hallazgos artísticos, entrelazados codificación pictórica, cargado de una significaci ón previa,
con los descubrimientos de vida, estas obras coordinan si bien apropiada desde y para su estética.
revisión y remembranza.
PRÓLOGO
ENSAMBLAJES por Max Hernández
Visitas guiadas para grupos: lunes de 12:30 p.m. a 4:00 p.m.Inscripciones previas: [email protected] (Servicio gratuito para el público)
Del 10 de noviembre al 4 de diciembre