J. - MSINFOance.msinfo.info/bases/biblo/texto/NE/NE.10.01.pdf · 2015-06-22 · el sector petrolero...

26
LOS DIEZ PRIMEROS NUMEROS DE NUEVA ECONOMIA Este número 10 de Nueva Economía, que hoyapa- rece en sucesión de un esfuerzo editorial prolongado durante más de un lustro, es motivo para celebrar la continuidad de una tarea orientada en función del esti- mulo y la divulgación del pensamiento económico y social de América Latina y de Venezuela particular- mente, en estos tiempos en que la difusión de las ideas necesita aproximar su ritmo al del formidable desplie- gue de los hechos. Esta Revista, órgano institucional de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue creada en el año 1992 por decisión de esta Corporación, correspondien- do al doctor Armando Córdova la responsabilidad de dirigirla durante el lapso de los cuatro primeros núme- ros de su publicación. Desde el número 5 hasta éste de ahora, ha tocado a quien suscribe estas líneas el mis- mo desempeño, acompañado por el doctor Rafael J. Crazut, actual Secretario de la Academia, en calidad de Sub- director. Seis años han transcurrido desde entonces hasta hoy. Este sexenio, colmado de acontecimientos y tendencias que configuran el panorama asimétrico del proceso de globalización, sirve de referencia para colacionar la te- mática diversa de la Revista con la realidad de su tiem- po, cuando intentamos connotar sus textos con las evi- dencias que fluyen en su propio contexto. No por otra razón, un balance preliminar de la Revista, con base en el repertorio de trabajos publicados sucesivamente en 3

Transcript of J. - MSINFOance.msinfo.info/bases/biblo/texto/NE/NE.10.01.pdf · 2015-06-22 · el sector petrolero...

LOS DIEZ PRIMEROS NUMEROS DE

NUEVA ECONOMIA

Este número 10 de Nueva Economía, que hoyapa­rece en sucesión de un esfuerzo editorial prolongadodurante más de un lustro, es motivo para celebrar lacontinuidad de una tarea orientada en función del esti­mulo y la divulgación del pensamiento económico ysocial de América Latina y de Venezuela particular­mente, en estos tiempos en que la difusión de las ideasnecesita aproximar su ritmo al del formidable desplie­gue de los hechos.

Esta Revista, órgano institucional de la AcademiaNacional de Ciencias Económicas, fue creada en el año1992 por decisión de esta Corporación, correspondien­do al doctor Armando Córdova la responsabilidad dedirigirla durante el lapso de los cuatro primeros núme­ros de su publicación. Desde el número 5 hasta éste deahora, ha tocado a quien suscribe estas líneas el mis­mo desempeño, acompañado por el doctor Rafael J. Crazut,actual Secretario de la Academia, en calidad de Sub­director.

Seis años han transcurrido desde entonces hasta hoy.Este sexenio, colmado de acontecimientos y tendenciasque configuran el panorama asimétrico del proceso deglobalización, sirve de referencia para colacionar la te­mática diversa de la Revista con la realidad de su tiem­po, cuando intentamos connotar sus textos con las evi­dencias que fluyen en su propio contexto. No por otrarazón, un balance preliminar de la Revista, con base enel repertorio de trabajos publicados sucesivamente en

3

ella, debe estar precedido de una breve reseña retros­pectiva de la situación económica de la región y el paísen este decenio terminal del siglo.

Después de la aflictiva experiencia de la década per­dida, como fuera llamado aquel ciclo de endeudamien­to, depresión y desequilibrios en que la actividad econó­mica se mantuvo en un estrecho horizonte productivo,las economías latino-americanas y caribeñas experimen­taron en promedio un ritmo de crecimiento anual de3,2% durante el período 1990-1995, soportando la cargade una deuda externa total que alcanzó a 636.594 mi­llones de dólares en el último año de ese lapso. Envarios países de la región, tanto la apreciación real delsigno monetario como los recursos de financiamientoexterno, ambos aplicados como instrumentos de reduc­ción del déficit fiscal, han contribuido en exitosos en­sayos de estabilización macroeconómica llevados a cabodespués de ciertos episodios hiperinflacíonarios y fre­cuentes deserciones de capitales que en conjunto afec­taran a sus economías.

Elmensaje de algunas economías latinoamericanas,precisamente en los años transcurridos de la décadaactual, revela que la utilización de anclas nominales deltipo de cambio ha sido un mecanismo importante de laspolíticas de estabilización aplicadas en la región, ha­biendo generado resultados aún más favorables cuan­do han participado de un elenco de providencias - repara­ción del equilibrio fiscal, subsanación de la poca sol­vencia del sistema financiero ... - dirigidas a restringirla movilidad inflacionaria por encima de simples alzascoyunturales de los precios.

Es de entender que la reorientación del estilo 'de de­sarrollo y la inherente reconversión industrial han sus­citado, en los años ya pasados de la presente década,cambios apreciables en la estructura de la economíaregional, con la interacción de los sectores público yprivado a través de privatizaciones de empresas estata­les, reformas en las políticas institucionales y transfe­rencia de arbitrios al dominio del mercado. En este con-

4

texto, ajustado a estrategias inspiradas en enfoquespredominantemente neoliberales, la apertura comercialy financiera ha impuesto los dictámenes de la globa­lización en la elección de nuevos modos productivoscon sus atinentes perfiles de competencia. En el mismocontexto, como también puede advertirse, los procesosprivatizadores y las acciones desregulatorias de mer­cados internos conforman progresivamente las bases deun escenario donde factores públicos y privados interac­túan de acuerdo con pautas de nuevos esquemas de acu­mulación, a la vez que organismos acordantes afrontanel reto de inserción de las propias economias en losmercados globales.

La economía venezolana, también en el período dereferencia, ha exhibido un comportamiento distinto ajuzgar por los indicadores de su trayectoria produc­tiva, fiscal y monetaria. Un bajo crecimiento, con tasaanual promedio de 2% en el producto interno bruto du­rante el periodo 1992-1997, ha entrañado un ritmo inter­cadente de la actividad económica en un ciclo que haregistrado la fluctuante incidencia de la renta petro­lera en los ingresos fiscales, tanto como las secuelasperturbadoras de la crisis bancaria que detonara en1994 y continuara hasta 1996, allí donde la administra­ción de la emergencia financiera y la instauración deun régimen de control cambiario, que se hablan adop­tado para enfrentar las contingencias derivadas de lacrisis, restaron movilidad a factores dinámicos de laeconomia. El curso discontinuo del producto interno enel lapso 1994-1996, con ritmo anual negativo de 1% enpromedio, es señal de una actividad económica que haostentado declinaciones productivas no ajenas a los ses­gos y obstrucciones causados por aquellas contingencias.

Esto pudo no ser más perturbador de no haber sidopor la inestabilidad que afectara a la economía de ma­nera continua en esos años. La relativa rigidez del apa­rato productivo, los continuos déficit fiscales y las suce­sivas devaluaciones del tipo de cambio, concurriendocon la poca eficacia de la politica de estabilización,

5

han sido factores de generación y despliegue de la co­rriente alcista de los precios en el período mencionado.El aumento constante de la tasa de inflación - de 31,4%en 1992 a 103,2% en 1996 - ha generado desequi­librios en los mecanismos y frutos del crecimiento eco­nómico, provocando más disparidad en las retribucio­nes de los factores productivos, con efectos que hanrevertido a las ondas de difusión inflacionista a travésde los impulsos inerciales que derivan de la confron­tación distributiva, en tiempo en que la lidia antiinfla­cionaria, restringida por la excesiva creación de dinerodestinado a financiar el déficit fiscal, no traspasaba elumbral operativo de la ortodoxia monetaria.

La experiencia venezolana en materia ortodoxa deestabilización permite advertir que las cuentas fiscalesdeficitarias siempre devienen contraproducentes, habidacuenta que la estabilidad macroeconómica, en tal casoconcebida conforme a prescripciones monetaristas, exigeel equilibrio en la gestión financiera del sector públicoconsolidado. La terapéutica antiinflacionaria, con estepropásito, contemplaba entonces la reducción del dé­ficit presupuestal, el recurso de la desmonetización y enveces la alternativa de devaluación del tipo de cambio.

Observada desde otra perspectiva, la devaluación cam­biaria del bolívar, que en términos puntuales se ele­vara de 79,5 bolívares por dólar en 1992 a 502,8 bo­lívares por dólar en 1997, ha mejorado la cuenta co­rriente de la balanza de pagos, incrementando el valorde las importaciones y tornando más rentables las ex­portaciones, pero causando presiones inflacionarias conel alza del precio de los bienes y servicios importados ycon el aumento en el costo interno del servicio, de ladeuda. En nuestro caso, como puede verificarse, la deva­luación del bolívar ha disminuido, en cierta forma ymedida, la operatividad de la política de estabilizaciónal abrir otra vertiente del curso inflacionario.

Una razón de la fragilidad y el desequilibrio del creci­miento radica en la acentuada dependencia fiscal res­pecto a la renta del petróleo. Tanto en coyunturas ante-

6

riores como en la presente, por estrecha relación entrelos ciclos del desarrollo mundial y los vaivenes del mer­cado petrolero, han ocurrido fluctuaciones de los ingre­sos correspondientes que al mismo tiempo han incididoen la rentabilidad fiscal de la Nación. En relación conesa dependencia, la volatilidad de los precios del pe­tróleo determina, como ahora, ajustes presupuestariosque implican la contracción del gasto público.

Esto mismo, como expresión de una tipología del desa­rrollo con fuertes rasgos de "petrolerizacián", no esindependiente de los efectos de la distorsión estructuralque ha exhibido la economía venezolana en una trayec­toria donde el horizonte de la renta se ha subordinadoal horizonte productivo, al punto que la dicotomía entreel sector petrolero y el no petrolero, percibida a la luzde la menor productividad de este sector en relacióncon aquel otro, permite explicar la diferencia entre susrespectivos aportes al producto territorial y al Fisco,para al término dar cuenta de que la riqueza fiscal,como alguna vez se ha dicho, no es equivalente a desa­rrollo sino resultado de este último.

En el clima actual de la economía venezolana, nota­blemente influido por mandamientos de la nueva esco­lástica del liberalismo, aumentan los mecanismos y co­rrientes de liberalización de los mercados en beneficiode la apertura comercial que exige el proceso hetero­géneo de globalización, y las tendencias que plantean ypromueven - en nombre de una mayor eficiencia y compe­titividad - la reducción orgánica del Estado por mediode iniciativas de privatización. El proceso privatizadorde las empresas de la Corporación Venezolana de Guayana,acogido y alentado por la lógica de la privatización delo rentable, parece indicativo de las limitaciones finan­cieras del Estado - según indicios de agotamiento delpatrón de financiación estatal - para continuar en elmanejo directo de lo que había sido considerado atributode su rol ineluctable.

Esta glosa de la realidad económica de Latinoaméricay de Venezuela en particular proporciona a grandes ras-

7

gos el marco de referencia de los ensayos, artfculos ydocumentos publicados en esta Revista. Son diversos losenfoques temáticos que en ella versan sobre problemasdel desarrollo económico de la región y el pafs, con discer­nimientos teóricos como los de Luis Mata Mollejas cuan­do analiza, en base de una visión poskeynesiana delequilibrio dinámico en una economfa capitalista, la cons­trucción de un modelo macroeconámico que explique elproceso de desarrollo. En un plano analitico distinto,con registro de la experiencia histórica e interpreta­ción crttica de los problemas monetarios actuales, CarlosQuenan y Robert Rollinat exploran el comportamientode los sistemas financieros en el desarrollo latinoame­ricano, no sin advertir, al margen de elucidaciones pre­suntivas, que los pafses de la región intentan la reac­tivación de sus economfas en el contexto de regfmenesde acumulación emergentes.

Importantes reflexiones de un grupo interdiscíplina­rio de la Universidad de Los Andes, centradas en laobservación del curso contemporáneo de la economfavenezolana, con el empleo de "técnicas de enfoque desistemas, dinámica de estructuras y modelos de simu­lación" , son expuestas por Carlos Domingo, et. al., tantoen la exégesis del modelo distributivo de la renta petro­lera que consideran en crisis, como en la proposiciónde un nuevo modelo - básicamente generador de desa­rrollo - que conciben en conjetura de escenarios po­sibles donde no sea inherente la dependencia rentisticadel petróleo, pero sf de fundamental importancia una"flexibilidad tecnológica" que autorice afrontar las fluc­tuaciones de los mercados internacionales.

En el mismo ámbito temático del desarrollo, con acentoen el diagnóstico de la economfa venezolana en 1991 yla visión de sus perspectivas inmediatas, Héctor Vale ciliosofrece algunas consideraciones sobre el carácter de loslogros del programa de ajuste y la significación de he­chos fundamentales como la recuperación del nivel dela actividad productiva en el pafs y la desaceleracióndel ritmo inflacionario, con pronóstico no favorable so­bre la evolución económica en futuro inminente.

8

Uno de los campos de análisis más incursionado, másabierto a las convenciones de los juicios valorativos,acaso por ser más propicio a las tendencias de las opinio­nes doctrinales, es el de la política económica, entendidano con el carácter rigurosamente "positivo" que fueravindicado en el antiguo discurso senioriano, sino con laflexibilidad con que es tematizada en diversos ensayosde esta Revista. Una desconstrucción analftica de lapolltica de ajuste aplicada en Venezuela durante el lapso1989-1992, como alternativa al agotamiento del modeloeconómico del pais, realiza Enzo del Búfalo con refle­xiones sobre los buenos y malos atributos del plan res­pectivo, las incongruencias monetarias, fiscales y cam­biarias detectadas en la mecánica de aquella polftica, ylas omisiones de la estrategia de reestructuración econó­mica, a juzgar por la falta de una reforma tributariaque contribuyera a una redistribución progresiva delingreso.

En trabajo de amplio registro sobre el tema, publi­cado también en esta Revista, D.F. Maza Zavala pre­senta una visión de las polfticas de estabilización y ajus­te aplicadas en paises de América Latina - desde ladécada de los cincuenta aproximadamente - a fin deconjurar la inflación y corregir los desequilibrios exter­nos e internos de la economia, según el enfoque con queel autor ausculta las etapas que preceden a la "décadaperdida"; centra en ésta la interpretación del múltipleescenario de la crisis y de la gravosa carga de la deuda;explica luego, en atención a los modelos neoliberal yestructuralista de estabilización, la naturaleza de la in­flación latinoamericana y la tesis monetarista, pasan­do por los modelos de ajuste de los organismos multilate­rales en los cuales distingue la instancia coyuntural dela estructural, para después formular observaciones cri­ticas a los paradigmas neoliberales, y al término refe­rir las experiencias de estabilización y ajuste en paí­ses de América Latina, con conclusiones sobre los lo­gros y frustraciones en el balance económico y socialde la región, y con perspectivas al parecer no exentasde signos de desequilibrio, incertidumbre y vulnerabilidad.

9

Dos casos de ajuste donde se vinculan las reformasestructurales con la dinámica del comercio exterior con­vocan las reflexiones de Héctor Silva Michelena y BélaKádár en sus respectivos ensayos. Silva elucida los cam­bios en la naturaleza del comercio exterior venezolano,destacando las ventajas comparativas que dimanan dela gran disponibilidad de petróleo, hierro, aluminio ehidroenergía, allí donde desequilibrios externos e inter­nos se tornaban tanfrecuentes que fue necesario el ajusteestructural y coyuntural, con el arbitrio de una políticacambiaría basada en un tipo único, libre y flotante, sujetosin embargo a la intervención del Banco Central, enuna economía que, a pesar de la política comercial deapertura, mostraba en el período 1989-1993 una tenden­cia poco dinámica en el contenido tecnológico de sucomercio exportador.

La experiencia de un país europeo en materia de libe­ralización del comercio exterior resulta cotejable con lade países latinoamericanos, tratándose de un experi­mento de ajuste que, según observa Kádár en relacióncon la economía húngara, plantea el dilema entre laterapia de shock y la política de liberación gradual, habidacuenta que la reestructuración económica contempladaen la estrategia gradualista de transformación consti­tuye, a diferencia de la opción de ajuste repentino, unobjetivo que no puede alcanzarce con un salto bruscoen el corto plazo.

A propósito de la política económica que se aplicaraen Venezuela a raíz del acuerdo suscrito con el FMI en1996, dejando atrás el esquema de ajuste adoptado en1994, Tobías Nóbrega y Guillermo Ortega conjuntansus razones cuando con visión crítica examinan, entrelos problemas estructurales del país, los desequilibriosmacroeconómicos (déficit fiscal, escalamiento inflacio­nario) y el deterioro estructural del patrón de creci­miento (crisis bancaria, desmejora de los términos deintercambio) en el período 1994-1996 en que aquellapolítica - conocida como Agenda Venezuela - pasaba deuna tentativa heterodoxa (1994) a un ajuste heterodoxo

10

parcial (1996), para dar cuenta, según los menciona­dos autores, de un característico ajuste de demanda agre­gada que, además de tener una leve incidencia en loscomponentes reales del producto interno bruto, se ago­taría prontamente sin alcanzar objetivos de reducciónde la tasa inflacionaria y de recuperación del creci­miento en el mediano plazo.

Grandes cambios en los modos de producción y cir­culación, con implicaciones en la generación y trans­ferencia de bienes y servicios en escala mundial, ocu­rren en estos tiempos en que aumentan las señales deglobalización de la economía, la información y la cul­tura. No pocos observan que en la universalidad de eseproceso se establece el dominio contradictorio y proble­mático de la integración, la ruptura, la fragmentación,el reduccionismo, la privatización, el pragmatismo, ladespolitización, con expresiones reales y virtuales quecondicionan la percepción social, económica y polfticade los países latinoamericanos en el correlato de lo homo­géneo y lo diverso, lo micro y lo macro, lo local y loglobal.

En ese contexto, donde se conjuntan experiencias ysimulacros de la realidad cada vez más imperiosa y fluc­tuante, se inscriben disquisiciones de exploración y bús­queda que procuran discernir el comportamiento y lasalternativas de las economías regionales a tenor del de­safío que plantean esas transformaciones. Desde nues­tra perspectiva, en preliminar desarrollo todavía, se rea­lizan algunos abordajes que prometen elaboraciones ulte­riores. Tal es el sentido de las contribuciones de ArmandoCárdova, Diego Luis Castellanos, Fausto Burgueño, yRamón Martínez Escamilla, publicadas en diferentes nú­meros de Nueva Economía.

En ensayo sobre la América Latina y el Nuevo OrdenInternacional, Armando Córdova explica el concepto de01 a la luz de las experiencias de sucesivos regímenesde acumulación de capital, las características de eseOrden en la posguerra y las razones del proceso de sudisolución, considerando luego las vertientes de interpre-

11

tacián del orden internacional emergente (NOE/) a travésdel examen de su estructura productiva (nuevo para­digma tecnológico, mudanzas en los procesos de tra­bajo, cambios en la organización y gestión empresa­rial) y sus modos de regulación y articulación. En esteúltimo sentido, particularmente en cuanto a la nuevadivisión internacional del trabajo, el autor destaca elproceso de globalización que concibe con caracteres dehomogeneización progresiva - en escala mundial - delos patrones productivos, tecnológicos, administrativosy de consumo, en el marco de los estilos de desarrolloque incluyen atributos relevantes de los sistemas cul­turales y valorativos.

En pertinente añadidura se refiere Córdova a AméricaLatina - donde persisten los problemas dimanantes delagotamiento e inviabilidad del orden económico ante­rior - para analizar las perspectivas de los pafses peri­féricos en el orden mundial de la globalización. Esto seconcreta, a su juicio, en la organización de sectores notradicionales de exportación con capacidad de inser­ción competitiva en el mercado mundial; en la forma dearticulación del sector externo con los sectores orien­tados hacia el mercado interno, como en indicación,decimos, de un crecimiento con vectores de afuera haciaadentro; yen la determinación del rol propio del Estadoen sus relaciones con el sector privado de la economfa.

Finalmente alude Córdova a las estrategias alterna­tivas de inserción de América Latina en el NO/. Una esla basada en la propuesta de "reinserción negociada"que juzga inexcusable la integración en el bloque econó­mico "liderizado'' por los Estados Unidos, pero tratandode obtener mejores condiciones para la región,' comoaquellas relacionadas con la integración subregional (PactoAndino, Mercosur, Mercado Centroamericano); y otraes la de "inserción crftica y selectiva" concebida con elobjetivo de lograr crecientes niveles de satisfacción delas necesidades básicas en el ámbito regional. En epi­logo de sus reflexiones, plantea Córdova la esencia detoda la cuestión. ¿Podrá la inteligencia del sistema capi-

12

talista mundial resolver los problemas y contradiccio­nes que persisten en el orden económico global, sin te­ner que negarse a st misma, sin tener que prescindir delos medios y fines inherentes a sus propias razones?

Diego Luis Castellanos, en enfoque de la explota­ción petrolera y la recolonizacián correlativa, esgrimerazones para afirmar que el carácter ideológico de laglobalización asociada a la tntemacionaltzacián buscacierta "interdependencia" del género humano a manerade influjo civiliza torio de los Estados nacionales y lascorporaciones transnacionales, pero sólo con el interésde los Estados dominantes - ubicados generalmente enlas grandes metrópolis del capitalismo de los centros ­en estimular la reproducción del capital y en removermecanismos de control, contando para ello, en opiniónde Castellanos, con la actuación de grupos mundialesde difusión que esmeran la mercantilizacián de "productosculturales" - mercanctas en la acepción económica deltérmino - a través de redes globales de comunicación.Si con ello se persigue someter las culturas nacionalesa un proceso de homogeneización, resulta claro que enefecto las pérdidas serán irremediables.

El autor dedica luego atención al tema de la indus­tria del petróleo - objetivo contemplado en la estrategiade recolonizacián - a partir de la apertura petroleraconcebida como iniciativa de inserción en el procesoglobalizador. Por cuanto el petróleo constituye el ele­mento más dinámico de la economia venezolana, en vir­tud de su elevada participación en el PIB y en los ingre­sos fiscales de la Nación, es indiscutible que aquellaapertura, "eufemismo con el que se disfraza la estra­tegia privatizadora" , tiende a acentuar, en palabras delpropio autor, el deterioro de la economia venezolana,pues la nueva colonización, que "trasciende lo nacionalpara escalar lo planetario", adquiere forma y condi­ción globalizantes.

Ensayo sugerente es el escrito por Fausto Burgueño,economista mexicano, sobre el "Nuevo Orden en un mun­do intolerable y desigual", en tratamiento de lo que

13

llama "Cooperación Sur" y "desafío para el desarrollo",para dar a entender esencialmente que la globalizaciónde la economía, vista como una imposición del NuevoOrden que modifica en importantes aspectos la produc­ción, los usos tecnológicos, el comercio y los servicios,y establece otra relación Norte-Sur, está determinandonuevos rasgos y formas de interdependencia, definien­do a la vez las áreas de influencia y la nueva regionali­zacián de los países hegemónicos bajo el liderazgo delos Estados Unidos. Esta globalizacián y regionaliza­cián mundial alcanza, a juicio de Burgueño, todos losdominios e instancias del vigente orden internacional yya transita hacia los umbrales del Nuevo Orden quepromete la enmienda de la economía, la politica, la ideo­logía y la cultura, tanto como el cambio de los patro­nes de acumulación, las condiciones de los flujos tecno­lógicos, financieros y comerciales, las formas de orga­nización social y el perfil institucional del Estado.

El orden económico internacional, tal como lo mues­tra la móvil realidad mundial en este fin de siglo, esmateria de densas reflexiones de Ramón MartinezEscamilla, otro destacado economista mexicano, en unenfoque que asume la revelación de los problemas eco­nómicos de América Latina en términos congruentes conla racionalidad del mundo capitalista, en estos años ter­minales en que el rápido proceso de globalizacián, quetranscurre sin atenuar viejos contrastes y diferencias,es ya una evidencia irreversible que implica una cre­ciente interdependencia de las naciones sólo en el sen­tido que proclama el capitalismo tecnocéntrico,

Se advierte que la dinámica general en que se fundael proceso globalizador, para decirlo con razones deMartinez Escamilla, recurre hoy todavía a la experien­cia de establecer, igual que antes, en el espacio inte­rior de las economías periféricas, el sentido del ordenexterno diseñado por los mentores del predominio econó­mico y político del capitalismo de los centros. Esto mis­mo, en entendimiento de Martinez, significa privilegiarla aplicación de políticas que en el seno de las econo-

14

mías nacionales tornan más débil al capital local y másestimulan el predominio del capital extranjero. El mencio­nado economista termina afirmando, en corolario de esasituación, que los países recipientes experimentan undetrimento en sus poderes nacionales por obra de gra­vosos mecanismos internacionales de inversión que seinscriben en el proceso globalizador.

En la temática sobre problemas monetarios y cambiarios,recogida en varios números de esta Revista, se ensayaninterpretaciones acerca de la Caja de Conversión, laevaluación del régimen venezolano de control de cam­bio y la administración de la crisis bancaria en Venezuela,en contribuciones de D.F. Maza Zavala, Pedro MiguelPareles, Guillermo Ortega y Tobías Nóbrega. Algunasde las cuales, con percepciones que lucen no entera­mente neutrales, aportan razones y elementos de juiciopara un fructuoso debate sobre la materia que analizan.

El tema de la Caja de Conversión o Junta Monetaria,discutido en el país a propósito de la movilidad infla­cionaria que lo afecta, es asunto que concita juicios devaloración no siempre coincidentes. Ortega y Nóbrega,en su ensayo sobre el tema, dilucidan preliminarmentela disyuntiva entre las reglas de actuación de la autori­dad monetaria y la discrecionalidad del desempeño deesta misma, luego discuten la idea de una supuesta superio­ridad de la CC sobre el Banco Central, las opciones deanclaje nominal del tipo de cambio en la política desinfla­cionaria, y los requisitos e implicaciones generales delrégimen de conversión, con método y rigor que otor­gan consistencia a las interpretaciones concernientes,en una línea de visión analítica en que predomina elenfoque monetario sobre el que atañe a la realidad pro­ductiva.

En esa perspectiva de análisis se percibe que la fun­ción estabilizadora del ente conversivo se circunscribeúnicamente a los dominios monetario, cambiario y fis­cal, sin incidir en el ámbito estructural del país en quese aplica y de donde derivan - por rigidez, insuficienciao simple retardo del sistema productivo - presiones genera-

15

doras básicas de la corriente alcista de los precios quese difunde por todas las vertientes de la circulación y elintercambio, no sin la concurrencia de mecanismos propa­gadores que se activan por desarreglos o desequilibriosde las funciones monetaria, fiscal y cambiaria en lapropia economía. Esto en cierto sentido remite a lasrazones de la pasada controversia monetarista-estructu­ralista [véanse los trabajos de Osvaldo Sunkel y HéctorMalavé en el número 249 (conmemorativo) de El TrimestreEconómico, enero-marzo de 1996] que hoy, en no es­casos aspectos, podría reactivarse por la divergenciaentre la concepción ortodoxa y la heterodoxa en el diag­nóstico de la inflación venezolana. El tema de la Cajade Conversión podría servir a un cierto reviva! de la lec­ción de aquel debate.

Con visión que trasciende el umbral ortodoxo del pro­blema, Maza Zavala conceptúa la CC como un "meca­nismo monetarista", establece las diferencias entre elmecanismo de la CC y el de emisión del BCV, desmontaconceptualmente el balance monetario del organismo emi­sor y de la CC, explica las características y posibi­lidades del crédito bancario bajo el régimen de converti­bilidad, así como el cálculo económico y el fenómenode dolarización, los ajustes y la vulnerabilidad externabajo el mismo régimen, las condiciones económicas re­queridas para alcanzar sus objetivos, para luego refe­rirse a algunas experiencias latinoamericanas y final­mente al caso de Venezuela, observando que los gravesdesequilibrios macroeconómicos de este país se mani­fiestan en altos índices de escalada inflacionaria queplantean la necesidad de una estrategia para abatirla ominimizarla.

Después de aludir a las exigencias y condiciones co­nexas con el funcionamiento de la Caja de Conversión,Maza Zavala pasa a considerar, en virtual referencia alcaso venezolano, la inflación como un fenómeno com­plejo que tiene una expresión monetaria, pero con raícesen la estructura y el comportamiento de la economíareal - la producción, la inversión, la circulación de mer-

16

cancias, los desequilibrios factoriales ... - hasta el puntoque, como dice, intentar reducirlo a una sola causa - lamonetaria - significa tanto como tomar la ruta del en­foque parcial o pretender que la reparación de la inesta­bilidad monetaria es ya bastante para que el desequi­librio de otras instancias se corrija. Como corolario detal interpretación puede entenderse la pertinencia de nosometer el análisis de la inflación al reduccionismo mone­tarista que autoriza el diagnóstico de ese fenómeno enbase únicamente de los mecanismos monetarios de propa­gación inflacionista.

Con motivo del colapso bancario acaecido en el paísa comienzo de 1994 y de las expectativas de incerti­dumbre que alentaban consiguientes fugas de capital,fue creada a mediados de ese año la Junta de Adminis­tración Cambiaria para gerenciar el régimen de con­trol de cambio establecido con el propósito de restringiraqúellas deserciones. Esta problemática es examinadapor Pedro Miguel Pareles, entonces integrante de laJAC, cuando explica - con conocimiento de causa - lasrazones que inspiraron la instauración y administraciónde ese régimen de control en aquella coyuntura de emer­gencia en que la caída de las reservas internacionalesgeneraba un clima de desconcierto en la economía, mien­tras obstáculos institucionales ajenos y contradiccionesde la política monetaria limitaban, en su opinión, laoperatividad del mismo régimen, convirtiendo el con­trol de cambio en un mecanismo que, no obstante suslogros iniciales, quedaba sometido a la influencia defactores que menoscababan el justo sentido de su de­sempeño.

El petróleo es en Venezuela un recurso y una acti­vidad que parecen incitar, en estos tiempos de problema­tizacián de la economía y sus factores, menos consen­sos que disensos, más debates que acuerdos, con ra­zones que pueblan los discursos de la controversia. Elíndice de los diez primeros números de Nueva Economíaregistra títulos de trabajos de Gastón Parra Luzardo,Carlos Mendoza Potellá, Alvaro Silva Calderón, Alberto

17

Quirás Corradi y Gumersindo Rodríguez sobre diver­sos aspectos de la actividad petrolera, como muestrasignificativa del pensamiento económico venezolano sobrela materia, con predominio de una tendencia que compro­mete razones y argumentos en la vindicación del esta­tuto actual de propiedad y control de la industria petro­lera en el pais.

La mayoría de los autores mencionados, con el co­mún denominador de una visión nacionalista de esa in­dustria, opugna la privatización de su entidad corpo­rativa, con el argumento a contrariis de que las razonesempleadas las más de las veces para justificar la elec­ción de esa alternativa - precario rendimiento, baja pro­ductividad, carga fiscal, obsolescencia tecnológica, mar­ginación competitiva ... - carecen en tal caso de validezy pertinencia, a la lumbre del sumario de favorablesresultados y condiciones que esmeran la operatividadde esa explotación en el presente y el futuro previsible.Parra Luzardo al respecto analiza la posible privatiza­ción petrolera como la "metamorfosis de un proceso"que comenzó con la nacionalización y tiende a la abro­gación del régimen de administración y control estatalde esa industria, para colocarla en poder de las mis­mas corporaciones privadas transnacionales que ahoraparticipan en actividades de apertura promovidas porPDVSA , según una estrategia en la que el propio autoradvierte el preludio de la desnacionalización del pe­tróleo a partir de los convenios de asociación sancio­nados por el Congreso de la República.

También Mendoza Potellá considera la apertura petro­lera como "preámbulo de la privatización", en un exa­men donde, a propósito del debate sobre los conveniosde asociación bajo el esquema de ganancias compar­tidas, explica que en el proyecto Cristóbal Colón, en larecuperación de campos marginales y en el programade la orimulsián se perdieron fragmentos de soberania,en nombre del mantenimiento de la autonomia opera­tiva y financiera de PDVSA y sus filiales, a fin de tentarla participación del capital extranjero, en desmedro de

18

la capacidad de control y participación fiscal en losproventos de la explotación.

El ensayo de Silva Calderón trata la cuestión de laapertura petrolera como acontecimiento que el autorsitúa entre la experiencia de la nacionalización y elproceso de globaltzacián, en un discurso que observalas imprevisiones económicas y legales del proyec­to Cristóbal Colón, as! como la mediatización que cau­san las asociaciones de ganancias compartidas al legi­timo carácter de la actividad del petróleo, pues las nego­ciaciones respectivas se incrustaban como un "cuerpoextraño" en los principios de la politica petrolera na­cional, buscando un mayor ritmo de explotación me­diante un rápido desarrollo de los campos productivos,en correspondencia con una estrategia de globalizacióndonde los precios de los hidrocarburos persisten en ni­veles propios de términos desiguales de intercambio.

Igualmente Gumersindo Rodriguez, en ensayo que va­lora la experiencia venezolana en el rescate nacionaldel petróleo, interpreta la economia politica de la desna­cionalización petrolera mediante un enfoque que cola­ciona su significado y tendencia con el del patrón ac­tual, para dar cuenta de un horizonte regresivo que tien­de a restaurar el viejo esquema de concesiones en elnuevo escenario de internacionalización petrolera. Setrata de un trabajo que indaga la trama de la desnacio­nalización para revelar su sentido y alcance, aduciendoluego, en base de un discernimiento comparativo, la va­lidez y eficiencia del modelo que rige hoy la actividadde hidrocarburos en Venezuela.

Son diferentes las reflexiones de Quirás Corradi cuan­do explica la relación entre petróleo, Estado y Naciónpara abonar argumentos a sus consideraciones sobre laapertura petrolera y la privatización de PDVSA. En cuan­to a la apertura cree que lo verdaderamente importan­te es la participación del capital nacional en el proce­so, pues ello significa una democratización de la propie­dad, y esto mismo, como rasgo de una moderna socie­dad participativa, es el argumento más sólido, a su juicio,

19

contra quienes "consideran toda privatización como unacto desnacionalizador'': Manifiesta Quirás la convic­ción de que privatizar total o parcialmente a PDVSA,reservando al Estado el derecho exclusivo de la explota­ción, en nada cambia la relación actual entre Estado,sociedad y petróleo. Al respecto se esmera en afirmarque la iniciativa de abrir el mercado de capitales a la"operación" del petróleo constituye "un paso en el cami­no correcto", para de esto inferir, en juicio no exentode valoración convencional, que pasar del Estado a laNación la propiedad del petróleo, es el giro decisivopara la supresión del "Petro-Estado":

En la temática de Estado y Desarrollo se inscriben lascontribuciones de Theotonio Dos Santos, Luis MataMollejas,Tomás E. Carrillo Batalla y Moisés Mata A., sobre elpapel del Estado en un mundo en globalización, el Estadoen la perspectiva económica del siglo XXI, el dilemaentre intervención estatal y economía de mercado, y elEstado benefactor en la democracia venezolana, comoáreas de investigación donde se vinculan, en diversoscontenidos y aspectos, el rol del Estado y la problemá­tica del desarrollo en escenarios y perspectivas que plan­tean no pocas interrogantes a los afanes del pensamientoeconómico actual.

Piensa Dos Santos que la intervención del Estado co­mo productor directo únicamente interesa al capital cuan­do el excedente de explotación - medido en términos derentabilidad - cae demasiado en ciertos sectores, no sinpensar que tal intervención libera capitales represadosen sectores deprimidos que luego son reconducidos ha­cia otros de mayor rendimiento, aumentando de estaforma la tasa media de ganancia en la economía. Enconexión con esto, piensa también Dos Santos en la nece­sidad de retomar la reflexión económica sobre el mer­cado, basándose en la percepción de que a partir de ladécada de los ochenta ha tenido lugar una corriente deinversiones con tecnología automatizada para encararla creciente competencia internacional, por lo que haaumentado la expansión de las relaciones capitalistas

20

en las actividades del sector terciario, ocasionando cam­bios masivos en la economía mercantil. Esto ha esti­mulado, a juicio de Dos Santos, avances consiguientesde la racionalidad capitalista hacia nuevas áreas de laactividad humana, suscitando una especie de "fundamen­talismo económico" , conforme al cual ha surgido la ideade que todos los aspectos de la vida real son reducti­bles a fenómenos económicos y que atañe a la motiva­ción económica regir indistintamente los asuntos de laética y la política.

En consideraciones sobre el Estado y la economía deVenezuela en la perspectiva del siglo XXI, Mata Mollejasexamina la aparición y el agravamiento de problemascomo la estanflacián, el aumento de la pobreza, la cri­sis de representatividad y credibilidad en los estamen­tos políticos, y la administración ineficaz de los asun­tos públicos, para denotar las razones de cuestionamientodel Estado de Bienestar y del sistema de democraciaformal que se han generalizado en la segunda mitad delsiglo XX. Después de interpretar conceptos y críticas delos ámbitos económico y sociopolítico donde se inscri­ben las actuaciones del Estado, el propio autor señala,a guisa de conclusión, que el régimen venezolano de"economía privada dirigida" posee suficiente adaptabi­lidad para la marcha del proceso de desarrollo y demo­cratización del país en horizonte de largo plazo; que laspolíticas económicas neoliberales constituyen elementodeterminante de la regresión en los niveles de bienes­tar de la sociedad venezolana; que aún no se precisangrandes mudanzas del "consenso constitucional" en elcampo económico, sino cambios en las políticas econó­micas que permiten un razonable crecimiento del exce­dente; y que todas esas políticas deberán atender aspec­tos ocupacionales y financieros en los procesos de integra­ción subregional.

El Estado de estos tiempos - observa Moisés Mata A.en su análisis sobre el Estado benefactor y la demo­cracia venezolana - entraña problemas que devienen princi­palmente de las dificultades en la valoración de las rela-

21

ciones sociales existentes en la sociedad nacional, dondela dificultosa coexistencia del contenido estructural delEstado de derecho con el contenido estructural del Estadosocial permite comprender el objetivo básico del desem­peño estatal en estos tiempos. En torno a la problema­tización de este desempeño, el mencionado autor afir­ma que la crisis asistencial del Estado se percibe comouna crisis persistente de su instancia fiscal, que es unasituación creada por el déficit de su cuenta presupues­taria. Moisés Mata deriva de esto la cuestión de cuál esel expediente al que recurre el Estado para resolver sucrisisfinanciera, y alude a la privatización como el medica­mento que éste considera más viable en las circunstan­cias actuales, no sin advertir el autor que la solucióninstituida al respecto por la democracia capitalista con­siste en una ejecución deficitaria del gasto público, cuyofinanciamiento sólo puede lograrse, a su juicio, con laemisión de mayores obligaciones financieras a cargodel Estado en aras de la sociedad civil.

Después de reseñar antecedentes históricos de la inje­rencia del Estado en la economía, Tomás E. CarrilloBatalla describe la materia de su ensayo con la explica­ción, en lo concerniente a Venezuela, de la interven­ción estatal durante lapsos gubernamentales que cul­minan en la última administración de Carlos AndrésPérez, en los que observa el debilitamiento del presu­puesto como motor del desarrollo, la carga' progresivade la deuda pública, los mecanismos de emergencia pararestablecer el equilibrio económico, la responsabilidaddel Banco Central y de Fogade en la crisis financierade 1994, concluyendo con la recomendación de un controlde precios de productos terminados e insumos, tantocomo un control de importaciones que resguarde la li­quidez internacional del país.

Asunto de actualidad en Venezuela, muy discutido conmotivo de la crisis bancaria de 1994, es el relacionadocon la gestión fiscal y el sistema financiero del país.Estos aspectos han sido objeto de pertinentes apreciacio­nes consignadas por Carlos Rafael Silva en contribu-

22

ciones a esta Revista. En el trabajo sobre la reforma delsistema financiero venezolano, publicado antes del adve­nimiento de aquella crisis, el autor hace oportunas yfundadas consideraciones acerca de aspectos contem­plados en los proyectos de Ley de Bancos y otros Ins­titutos de Crédito, Ley de Superintendencia de Bancos ydemás Instituciones Financieras y Ley Orgánica del BancoCentral de Venezuela, discutiendo en cuanto aquel pri­mer proyecto lo concerniente a las disposiciones consa­gratorias del principio de especialización bancaria, lafunción predominante que se aspira del sistema finan­ciero, la exigencia de mayores recursos patrimoniales alos bancos, razonando su acuerdo con respecto a lavinculación de los requerimientos de capital con los ac­tivos del banco y no con los pasivos, y con la transforma­ción de las sociedades financieras en bancos de inver­sión, pero expresando motivadas reservas en cuanto apermitir que los bancos abran tantas oficinas como quie­ran, además de algunas sólidas observaciones, a propó­sito de la banca extranjera, acerca de sus mayores apor­tes de capital, sus tasas de interés más favorables y susaspectos tecnológicos.

Respecto a la Ley de Superintendencia de Bancos,Silva manifiesta su conformidad con la concepción glo­bal del proyecto, por estar orientada a dotar este orga­nismo de mayor rango institucional, autonomía finan­ciera y más amplias facultades, aduciendo que tal Superin­tendencia, vista en el marco de expansión del sistemafinanciero venezolano, se ha rezagado hasta el punto deno poder cumplir plenamente sus funciones de inspec­ción, fiscalización y vigilancia por carencia de recursoshumanos y presupuestarios. Las opiniones de Silva sobrelos proyectos de Ley de Bancos y Ley de Superinten­dencia de Bancos, expresadas esa vez con sentido pre­visor, parecen haber tomado en cuenta la necesidad deincorporar en ellos un conjunto de providencias queautorizaran afrontar legalmente los embates de ulteriorescontingencias.

23

En relación con el proyecto de Ley Orgánica del BancoCentral de Venezuela, Silva juzga razonable el propó­sito fundamental de dotar al organismo emisor de una"racional autonomia de acción", y cree asimismo quelas previsiones en tal sentido favorecen el objetivo deasignarle una "independencia de criterio en la toma dedecisiones por su Directorio" . Pero todas esas normas,en su opinión, entonces resultaban "quiméricas", si enello se recordaba la jurisprudencia que conferta al Pre­sidente de la República facultades para remover a suarbitrio los administradores de las compañias anónimasen las cuales el Estado tuviera participación determi­nante. Silva vindica la autonomia del Banco Centralpor convicción y experiencia. Sus concernientes reflexio­nes tienen plena vigencia ahora cuando el tema de laautonomia de acción de ese organismo es objeto de observa­ciones y reparos por quienes en algunos casos y cir­cunstancias la creen quebrantada o disminuida.

La contabilidad de la economia, desde lo micro hastalo macro, desde el cómputo de la simple unidad produc­tiva hasta el cálculo del producto nacional, es sistemade cuenta y análisis que implica un ejercicio de valora­ción agregativa desde la instancia primaria de la produc­ción material hasta la instancia más sofisticada de laproducción intangible. Para entenderlo basta evocar elexperimento walrasiano de conformación global de laeconomia a partir de las pequeñas unidades que ensuma la componen. Con una cierta inspiración en estoviene al caso el trabajo de Lourdes Urdaneta, publica­do en esta Revista, sobre el sistema de análisis de laeficiencia y la eficacia de la empresa individual - sindistinguir en ésta su naturaleza pública o privada - conce­bido en un ejercicio de investigación creativa' que re­curre a un enfoque teórico y otro empirico para eviden­ciar que con una amplia visión de la contabilidad ensus tres niveles fundamentales - el empresarial, el guber­namental y el nacional - es posible establecer metodoló­gicamente los nexos cuantitativos y cualitativos entrelas diversas instancias agregativas de la producción.

24

Un balance de aspectos fundamentales de la econo­mfa venezolana en años recientes, elaborado con la indis­pensable utilización de indicadores macroeconómicos decorto plazo, es el realizado por Isbelia Sequera Tamayopara revelar el comportamiento de la economia, obser­vando desequilibrios y desajustes en la trayectoria delcrecimiento con explicaciones que aluden a la devalua­ción, el déficit fiscal, la expansión monetaria y el alzade las tasas de interés, como factores estimulantes delproceso inflacionario que persiste con efectos erosivosen el ingreso real de las mayorias consumidoras. Des­pués de referirse al deslizamiento administrado del tipode cambio (crawling peg) y los efectos negativos de unbolivar sobrevaluado, Sequera pronostica que, en casode continuar medidas como las aplicadas hasta enton­ces, es casi inevitable que en los años sucesivos se agra­ve en el paú la tendencia de un patrón de distribuciónregresiva que alienta una mayor concentración de lariqueza en contraste con una mayor propagación de lapobreza.

En extensas consideraciones sobre el gasto público yla agricultura venezolana, Alejandro Gutiérrez interpretala tendencia de la participación relativa del gasto agrf­cola en el gasto total acordado por la administracióncentral durante el periodo 1968-1990, para mostrarsignificativamente, con base en profusa información esta­distica, el grado de importancia que ha tenido la asis­tencia dispensada por los diferentes gobiernos a la acti­vidad agricola, y luego aseverar que si bien es ciertoque el GA ha crecido en determinados años a un ritmosuperior que el GT, no es menos verdadero que la tenden­cia general fue a crecer a un ritmo inferior. En estesentido arriba Gutiérrez a la conclusión de que durantela última década, no obstante las reiteradas declaracio­nes gubernamentales sobre el papel estratégico de laagricultura en el desarrollo, el gasto público no se haorientado prioritariamente hacia las actividades del sectoragricola.

25

En demostración de la importancia que tiene el finan­ciamiento para el aumento de la productividad agrícola,Pola Ortiz analiza de manera exhaustiva, en trabajopublicado también en esta Revista, la función del créditoen el rendimiento de la agricultura, y la organizacióndel crédito institucional para la agricultura comercial yde subsistencia, con razones que explican un conjuntode providencias normativas en dirección de una sanapolítica de crédito agrícola, para concluir en un resumende consideraciones donde coloca de manifiesto que elproblema fundamental que ha retardado el desarrollode la agricultura venezolana no ha sido tanto la insu­ficiencia de recursos de financiamiento como el preca­rio rendimiento productivo de la fuerza de trabajo ocu­pada en esa actividad.

Para completar el balance de la función divulgativaque se realiza con la publicación de Nueva Economía,es preciso informar además que en la sección CONVERSACION

A DOS VOCES, que aparece sucesivamente en los últimoscuatro números de esta Revista, se insertan entrevistasque su Director hace a Antonio Casas González, Presidentedel Banco Central de Venezuela; Luis Giusti, Presidentede Petróleos de Venezuela; Teodoro Petkoff, Ministrode Estado Jefe de Cordiplan; y Domingo F. Maza Zavala,Director del BCV, sobre materia de sus respectivas com­petencias, con el fin de proporcionar a lectores venezo­lanos y extranjeros los juicios y opinio-nes emitidos enlas mismas ocasiones, y así contribuir a su divulgaciónfuera de los recintos institucionales.

También en los dos últimos números de la Revista seincluyen los textos de exposiciones realizadas en el senode la Academia Nacional de Ciencias Económicas, enreuniones que se efectúan periódicamente para análisisde la coyuntura, en particular sobre asuntos económi­cos y sociales de interés nacional e internacional, conparticipaciones de Rafael J. Crazut como coordinador yrelator, Domingo F. Maza Zavala, Armando Cárdova,Tomás E. Carrillo Batalla, Bernardo Ferrán, Ismael Puerta

26

Flores, Héctor Malavé Mata, Carlos Rafael Silva, LuisEnrique Oberto, Isbelia Sequera Tamayo y Pola Ortiz.

El resultado de la labor editorial cumplida hastahoyes evidente. En este balance se presentan alcancesy limitaciones que otorgan base para su enjuiciamien­to. Desde ahora importa saber que la sucesiva publica­ción de Nueva Economía sólo será posible mientras vivala razón que la sustenta.

Hscroa MALAVÉ MATA

Director

27