SABADO 3 DE SEptiEmBrE DE 2011SUPLEMENTOESPECIAL

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800Es la cantidad de efectivos policiales asignados al show.

1.700Es el número de controladores privados.

150Es el monto en pesos del valor de una entrada.

110Son los minutos que durará el concierto del Indio Solari.

El "Rock & roll del país" llega a Junín

E s un evento histórico. No sólo por la ca-lidad, la trayectoria

y la masividad del Indio Solari como artista, sino porque este recital promete posicionar definitivamente a nuestra ciudad como un polo cultural de la región.

Se espera que arriben a Junín más de 100 mil ri-coteros. Es tal el furor y el entusiasmo que despierta el Indio que desde hace más de un mes están agotadas las reservas de alojamiento en toda la zona y no quedan campings ni casas parti-culares de alquiler dispo-nibles.

Semejante cantidad de público representa sin dudas

una oportunidad enorme para la ciudad, pero también una gran responsabilidad para los comerciantes, que deben atender bien al turismo y no aprovechar la oportunidad -como desgraciadamente ha ocurrido- para cobrar precios exorbitantes.

Según se informó ofi-cialmente, el día del show las puertas del autódromo "Eusebio Marcilla" abrirán a las 15 y no podrán ingresar aquellas personas a las que se les encuentre pirotecnia o elementos de riesgo de cualquier tipo.

Por otra parte, los micros no accederán a la Laguna y la zona vallada permanecerá cortada hasta las 2 de mañana

(domingo).El día del show, la or-

ganización sólo venderá entradas en las dos boleterías habilitadas para tal fin en el circuito.

Las personas con dis-capacidad que concurran con acompañante deberán acreditarse en las boleterías oficiales.

La productora también aclaró que las únicas en-tradas válidas tienen fecha 28 de mayo.

Se aconseja ingresar al campo antes de las 19; no hacerlo con menores de seis años; que las personas que manejen no consuman alco-hol; y adquirir las entradas en las boleterías oficiales.

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Indio, un poeta de los márgenesanalisis

A través de su poética, el Indio Solari amplió las fronteras del canon, ingresando al rock, de empellón, personajes que por entonces eran considerados bajos, secundarios, orilleros. Aparecen así en el imaginario patricio "susanitas",

"desagenlados", "dráculas", "groguis", "bestias"...Con todo, Solari recupera la contracultura hypster (la de los ojos bien abiertos), y desde allí narra los subterráneos años ochenta, en sintonía

con intelectuales y bohemios de una Nueva Izquierda bien representada por revistas de la época como Cerdos & Peces, donde el propio Solari escribía artículos como “Los psicópatas serán los hombres del siglo XXI”, publicado en diciembre de 1986.

Ahí está el video-clip de "Masacre en el puticlub", con su estética cómic y esos antihéroes grotescos, hermosos perdedores, desboca-dos, que terminan a los golpes por no saber qué hacer con tanta

libertad, tras casi ocho años de dictadura militar."Mi amor, la libertad es fiebre", sentencia el Indio en "Blues de la libertad" (Luzbelito, 1996), con una pluma tan lúcida que por momentos subyuga.

En efecto, el Indio irrumpe en la letrística del rock argen-tino como una rara avis. Influenciado por las historietas del norteamericano Robert Crumb (autor de “Fritz the cat”, entre otros), se vale en sus letras de figuras onomatopéyicas, como: “Mi fiel fantasma (bú-bú)”, o “Me voy a pique (glú-glú)”.

Es una escritura con los cortes y los tiempos de la historieta norteamericana, donde se cruzan historias de bajo mundo,

un juego de apariencias donde los buenos del día, son los malos durante la noche.

El Indio es un poeta de los márgenes porque infiltra palabras y personajes que antes no habían sido retratados, con medidas dosis de cinismo y guiños autobiográficos.

El Indio no era cantante, se sabe, pero sus amigos le pedían que cante por el tono nervioso de su voz, que le daba un aire particu-lar. En esa época los grupos no querían parecerse a otro, sino ser distintos.

En síntesis, Solari es un poeta que se tomó muy en serio el oficio de escribir, contrariamente a los que algunos todavía piensan.H

“El perfume de la tempestad”Por Franco Ruiz

En “Todos a los botes” guitarras que supuran el asfalto se trenzan con baterías macizas y paleras, mientras la voz nerviosa del Indio Solari anuncia en tono mesiá-

nico que “este temblor ya va a parar”. Violas melodiosas y potentes, cargadas de efectos -en la línea del último Steve Vai-, apuntalan una letrística descarnada, acaso un sello del ex cantante Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. “Todos esos colosos/ son tan golosos/ que nos sentencian a flotar/ en venenos siniestros”, apunta.

En “No es dios todo lo que reluce”, el arañazo de un disco rompe la expectativa, mientras el ritmo trabado de la percusión invita al movimiento. “Hay una luz/ en esa cruz/ la luz que los ciegos ven/ que hiere nuestros ojos”, arremete el Indio, con dosis de la mejor poesía. Es uno de los puntos altos del disco, con un estribillo imbatible, entramado con capas y capas de arreglos y voces que, sumadas, dejan al oyente al borde de un abismo astral.

En “Ceremonia durante la tormenta” asoma cierta veta pop-rock, con guitarras sónicas, en la senda de Robert Fripp, un verdadero hallazgo, con una línea vocal que cala hondo por sus melodías y su tono romántico, reforzado por los ostinatos de cuerdas.

“La última teca fue para el fierro/ para las balas ya no te alcanzó”, retoma Solari cierta letrística orillera en “Torito es muerto”, un rock mid tempo, apuntalado por guitarras que se enroscan y entrecruzan y retazos de papeles anotaciones mentales.

Como el Trans Europe Express o como el Roca, "El Perfume" avanza con la confianza ciega de una locomo-tora. Es notable que un músico que ya superó los 60 haga discos más potentes que muchos artistas “jóvenes”. ¿El rock es cosa de viejos?

En “Satelital” la trama es brillante, con arreglos muy bien logrados, guitarras y sintes analógicos que entran y salen, se contestan, se cuestionan. En “Chante Noire” un blues pesado hace acordar al viejo y querido Carpo ¿Homenaje velado? ¿Es posible este maridaje? ¿Es sa-crílego siquiera pensarlo?

“Qué pasa en tu nube hoy/ Qué ocurre en tu nube hoy?”, se pregunta el Indio.

“Vino Mariani” propone un coro punzante, casi de pista, de discoteca, tecno con tracción a sangre. Solari, se nota, se hizo experto en manipular las máquinas.

“Dormís en blanco/ y tu sueño me da miedo”, reflexiona el Indio en “Zzzzzzz…”, donde esboza una severa crítica a los automatismos.

“No se hace fruto de un error/ atrayendo la atención/ hacé tu trabajo bien”, canta en el “Tábano en la oreja”, donde narra con perspicacia, acaso, una parte de la esen-cia humana. “Tu corazón de barro va/ persiguiendo una ficción/ en la que sos un diablo siempre leal/ muy fácil de reclutar/ perdido por el Black Jack/ con tu nariz ligera sin secar/ actos parecidos vi/ hacés como que morís/ por lo visto lo hacés bien”, comenta.

“Submarino soluble” es una odisea espacial con una línea de bajo densa y acuática, voces afinadas digitalmente y tono autobiográfico.

“Lo que hay que sufrir en esta hojalata/ yendo al muere quieto (aleluya! aleluya!)/ pienso si estaría más a gusto ahí fuera/ miro las pantallas (aleluya! aleluya!)”, revela, y confiesa: “Me hostigan mal desde el control/ tantas consignas me hacen ver que solo estoy/ planetaria es mi fortuna pero hundida en un océano”.

En “Black Russian” las guitarras destilan brebajes de pos punk iluminado, es una canción épica, con dejos de la trilogía berlinesa de David Bowie, que empieza a cerrar un disco inspirado y honesto, como toda la obra del músico.

“Tu mirada ve los misterios prohibidos/ contempla en la sombra con piedad”, sostiene.

El último tema es el otro “destacado” de un álbum sin altibajos, coherente, conceptual. “Una rata muerta en los geranios” es una canción bella y oscura, con una letra y un clima simplemente gloriosos.

“Con un soplo vacío mi boca/ es tarde en la noche/ y no puedo dormir/ silenciosa mi risa está oscura/ domina mis labios me obliga a mentir”, descubre el artista.

"El Perfume" no es un disco, es una suerte de despedida y está escrito con esas modulaciones, con esas inflexiones. “La belleza es siempre temible/ y se hace difícil poder soportar/ cuando vas de un silencio a otro/ cubriendo tus ojos con mi soledad/ nubes que son sospecha/ mientras me llegan perfumes de la tempestad (las ves)”, concluye. Y es un momento hermoso.

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por Fr.

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El ABC del Indio SolariRecopilación alfabética de algunas de las declaraciones más importantes que hizo el músico en los últimos años.

Anonimato: Hay gente que se mueve como pez en el agua con la fama. Yo, en cambio, me formé en una cultura en la que el anonimato era lo mejor que te podía pasar, porque la popularidad hace

que a uno lo estén vigilando todo el tiempo. La fama es como un purgatorio. En cambio el anonimato es muy recomendable. La gente no sabe casi nada de nosotros, y sin embargo uno es siempre para ellos el más honesto y el que mejor toca. (Clarín, 1994).

Bandas: Yo veo a los chicos muchísimo menos resentidos que la gente que era de la bohemia en su momento. Cada uno tenía su vida y una experiencia no ordinaria de vida que hacía que hubiera algún talante, algún mambo. En cambio, hoy en día, las bandas van a abrazarse, a tomar cerveza y a festejar. (Humor, 1997).

Canciones: La nuestra es una vida privilegiada que te permite estar permanentemente recreando el espíritu lo mejor posible. De movida nunca tomamos decisiones que estén motivadas por pilotos automáticos o por conve-niencias, porque siempre se nos permitió que hiciésemos lo que queríamos. Sinceramente hicimos canciones que pudieron haber corrido distinta suerte, cosa que es impo-sible de manejar. No nos planteamos imitarnos a nosotros mismos. A ver, hagamos otra vez Mi perro dinamita. Eso es una concesión a la que te obligan cuando estás fichado en algún lugar. Yo quiero a todas las canciones que hemos hecho. (Página 12, 1997).

Droga: Es un tema muy difícil porque se trata de una experiencia no ordinaria. Las experiencias suceden en un momento determinado por una calidad de ser, y en otro momento tienen otras características. La droga es siem-pre la droga, eso que está ahí. Los que somos diferentes somos nosotros, según lo que hacemos con ella. Creo que si alguna persona cree que debe hacer esa experiencia no soy quien para negársela. Pero también creo que no es lo mismo haber hecho experiencias con drogas en los sesenta que hacerlas hoy en día en una discoteca. Son ambiciones diferentes. Son objetivos diferentes con riesgos diferentes. (Conferencia para un taller de periodismo, 1992).

Excusa: Me gusta pensar que somos la excusa de todos los chicos para juntarse. Nosotros sólo subimos dos hori-tas al escenario, todo el resto del día les pertenece a los pibes, que se abrazan, que se encuentran, que se cuentan sus cosas. (Revista Mix, 1997).

Fórmula: Hay una única fórmula: cuando decimos esta es la última y la primera noche, cosa que hacemos siempre antes de subir a tocar. (Humor, 1996).

Grupo: Un grupo de rock es como una banda de chorros. De la única manera que este afano puede salir bien es que el tipo que está de campana tenga los mismos intereses que vos. Esa es la justificación para no apartarnos más allá de nosotros tres. La Negra Poli hoy es capaz de armar shows en estadios, pero en algún momento lo que más tenía para dar era el hecho de que tanto Skay como yo durmiéramos con los ojos cerrados. (Clarín, 1996).

Héroes: El heroísmo y la abnegación son considerados características negativas por un sistema hedonista de vida. Esto que nos queda, sin embargo, este pequeño trozo de posibilidad existe porque los locos, los héroes, los soñadores que ayer fueron muertos lograron infectar con sus sueños mínimamente este espacio. El problema del heroísmo es que tiene valor por lo peculiar y no por lo abundante, por lo diverso y no por lo contínuo. (Cantarock, 1987).

Independencia: Cuando las compañías se dieron cuenta de que llenábamos los lugares por nuestra cuenta vinieron todas a ofrecernos cosas. Nos han ofrecido hasta depar-tamentos y guita para tocar en los recitales de Alfonsín. Así como nos fue bien, nos podría haber ido para el orto. Pero quedó demostrado que podés ser independiente y coquetear en las ligas mayores. Claro que si vos sos una banda independiente y te la creés de entrada, o pensás que vas a reventar todo de un día para el otro, entonces cagaste. Ser independiente es romperse el lomo. (Clarín, 1996).

Letras: Hay letras donde pasa lo mismo que con los

chistes de Marrone, que los escuchás por tercera vez y ya te parecen malos, previsibles. Esas letras no tienen una lectura enigmática, donde podés entrar por la simple re-sonancia que tiene el maridaje de dos palabras que suenan bien musicalmente, pero que además propone una lectura desde alguna significación. Por eso es que hay letras que se pueden leer durante muchos años. (Cantarock, 1987).

Música: Me gustan ciertas cosas folklóricas que tiene el heavy, aunque por ahí la música no. Como género, todo lo que se hace clásico me aburre. Pero prefiero el folklore de la esquina al folklore de la línea MTV. Prefiero lo que pasa espontáneamente, como 2 Minutos, que es una elección de la esquina. Después con esos grupos todo depende de adónde van. No sé cuánto duran con una estética que se repite, pero prefiero eso que nace de la necesidad de unos pibes que están al pedo en una esquina, a lo que mandan en la data de que hay que consumir lo que está de onda. Me quedo con Los Piojos, Attaque 77, 2 Minutos o Los Estelares, que no salen del diseño de las compañías pero, en cambio, representan algo. Por algún motivo son un exponente donde los pibes se ven representados. (Página 12, 1993).

Noche: A mí realmente no me agrada salir de noche, porque la bohemia se ha transformado en un chusmerío. Porque a todos nuestros coetáneos ya les fue bien o mal, y de acuerdo a eso eligen la noche para treparse a un taxi embriagados, subirse a la mesa, cantar, abrazarse, esas cosas que pasaban antes. Realmente, ir a perderme una noche en eso... prefiero estar en mi casa. Pero tampoco es una opinión para enjuiciar a los demás. Cada uno hace de su culo un tranvía. (Humor, 1996).

Orígenes: Cuando uno empezó en esto, originalmente el rock era la música de respuesta a las grandes orquestas, a los cumpleaños de quince y a los zapatos lustrados. Era la música de los blancos pobres y de los negros de los ghettos. Hoy en día los chicos ven el rock como una posibilidad para salvarse rápido y amasar una fortuna en pocos años. Pero la realidad es diferente a esos sueños. Aun en los momentos en que el mercado pareció dar rienda suelta y crecer al galope, fueron contados los grupos que zafaron. (Revista Rock & Pop, 1988).

Patricio Rey: Hace un montón de años pensaba que Patricio Rey era un personaje impresionante, alguien que podía brindar un techo conceptual y dar una prédica determinada a través de un canal como es el rock. Con el tiempo he llegado a pensar que es un pobre tipo que carga sobre sus espaldas todo aquello que nosotros no nos bancamos del circo del rock. Yo no lo he visto nunca. El manda mensajes y aparentemente se comunica mediante testaferros que juegan de Patricio Rey. Así ocurre que a veces es un calvo con un cigarro, otras veces un gordo tramposo, otras un pobre nene necesitado de afecto. (Humor, 1994).

Redondos: Los Re-dondos eran la banda de rock cuando la gente de la Capital tuvo una época de coqueteo tecno y dark y no sé qué cosa, y en los barrios eso no pegó porque las circunstancias eran totalmen-te distintas. Lo tecno y lo dark eran para gente que está levemente aposentada, li-bre de tensiones, mientras que el rocanrol está en la esquina, en

Lugano, en Laferrere, allí el rocanrol no para nunca. (Revista Humor, 1995).

Skay: Con Skay somos dos capricornianos obsesivos terribles y pienso que los máximos quilombos que tenemos tienen que ver con nuestras propias paranoias y obsesiones, y no con lo que nos transmite la gente acerca de lo que hacemos. (El Musiquero, 1996).

Soda Stereo: En los recitales nuestros se canta que Cerati se la come y que el Indio se la da, y en los de ellos al revés. Un día me enteré que Cerati había contestado en un recital que no iba a hacer eso porque yo le daba asco. Entonces yo pienso decir en un recital de Los Redonditos: que es una pena, porque él a mí me gusta. Ahora, en serio, más allá de las rivalidades, estoy convencido de que mis enemigos no están entre los músicos, y que tengo muchos más puntos en común con los Soda Stereo que con el carnicero de la esquina. (Clarín, 1996).

Televisión: La exposición es uno de los motivos para no ir a la Tv. Pero no estamos en ninguna cruzada contra la televisión ni proponemos apagarla socialmente. Lo único que uno dice es que debe ser tomada como un género de ficción, no como la realidad. (Clarín y Página 12, 1993).

Universalismo: El rock es música cosmopolita. Si hay una característica en la cultura rock es que no cree en los mapas políticos, que entronca casi todas las culturas, que asimila todas las influencias y es universalista. (Humor, 1984).

Voz: Las guitarras en nuestra banda ocupan un rango de frecuencias tan grande que, muchas veces, cuesta pro-ducir la voz en los discos, porque para colmo yo tengo esta voz que es medio como una frenada de coche. (El Musiquero, 1996).

Walter: La abuela de Walter Bulacio, su familia, sus amigos, ellos son los

únicos a quienes de verdad les duele lo ocurrido. Gracias a Dios los amigos de Bulacio son todavía gente que va a ver a Los Redonditos. Esos pibes saben cómo es y entienden de qué manera nosotros nos manifestamos

con respecto a esos temas. (Página 12, 1993).H

FUENTE: MUNDO REDONDOwww.MUNDOREDONDO1.cOM.aR

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EsTaDiO ciUDaD DE La PLaTa

EsTaDiO ciUDaD DE La PLaTa

VELóDROMO MUNiciPaL

La PLaTa

La PLaTa

MONTEViDEO

12/11/05

13/11/05

3/12/05

EsTaDiO PaDRE E. MaRTEaRENa

aUTóDROMO EUsEbiO MaRciLLa

saLTa

JUNiN

26/3/11

3/9/11

aNFiTEaTRO MUNiciPaL JEsUs MaRia 12/4/08

HiPóDROMO DE TaNDiL TaNDiL 5/7/08

EsTaDiO JUaN GiLbERTO FUNEs saN LUis 27/9/08

EsTaDiO ciUDaD DE La PLaTa La PLaTa 20/12/08

EsTaDiO ciUDaD DE La PLaTa La PLaTa 21/12/08

EsTaDiO PaDRE E. MaRTEaRENa saLTa 19/9/09

HiPóDROMO DE TaNDiL TaNDiL 13/11/10

Por Federico Valenti

PUNTO DE VISTA

Obsesión: el perfume del éxito

Los Redondos se formaron en 1976, en un sótano de una galería comercial de La Plata, devenido en un estudio de filmación.

Allí, un numeroso grupo de amigos realizaban un largometraje con guión de Carlos Solari (a

quien por entonces apodaban “El Astronauta Italiano”) y un tal Guillermo Beilinson (hermano de Skay).

La gran producción –titulada “Ciclo del cielo sobre el viento”- tendría una banda de sonido realizada por ellos mismos.

Esa banda de sonido, años después, se convertiría en Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Y el astronauta pasaría a llamarse Indio Solari.

El propósito del Indio era ordenar sus experiencias co-munitarias, sus conocimientos sobre la nueva izquierda, la calle, la psicología y las drogas y traducirlas en un concepto-banda.

¿Qué logró? Formar la banda con más convocatoria de Latinoamérica, el pogo más grande del mundo y el público más fanático también.

Siempre al borde de la obsesión, Solari era el integrante de la banda que siempre estaba disconforme con las grabaciones y quería volver a mezclar todo de nuevo. Sus compañeros recuerdan que amenazaba con ponerse su monóculo y hacer el mismo las tapas de los discos. Esa obsesión, quizás, fue el artífice de su carrera solista. En efecto, él mismo hace actualmente el arte de tapa de sus álbumes solistas.

Hoy, no puede salir de su casa tranquilo. Lo acosa el mundo redondo. Dicen que a veces se disfraza para poder pasear por el mundo real. Hace vida familiar y se junta con gente que no sabe mucho de música.

Habla regularmente con la prensa consagrada. Lucha contra el cigarrillo, único margen de error de su hipocon-dría. Toca con Andrés Calamaro. No le importa mucho el qué dirán. A veces descuida lo “progre”, lo “políticamente correcto” al hablar de temas como la inseguridad o sobre los ricoteros mismos. Aprendió a grabar él mismo sus discos. “Siempre fui menos que mi reputación”, escribió alguna vez en La hija del Fletero.H

Conciertos del Indio como solista

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MISAS RICOTERAS // / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / /

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Las mejores imágenes de los recitales del Indio2005

2008La Plata, 12 de noviembre de 2005. Carlos "Indio" Solari, quien fuera voz can-tante de la legendaria banda "Los Redondi-tos de Ricota", cor-porizó en el Estadio Unico de La Plata su primera actuación en solitario para presentar en directo su primer álbum "El tesoro de los inocentes (bingo fuel)".H

La Plata, 21 de diciembre de 2008. Unos 50 mil fans de-liraron en el estadio Ciudad de La Plata en el recital que brindó el mítico Indio Solari con su banda "Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado". Andrés Calamaro fue uno de los músicos invitados.H

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Salta, 20 de sep-tiembre de 2009. El ex líder de los Re-donditos de Ricota ratificó su carisma y vigencia al desatar una auténtica fies-ta en el recital que ofreció para miles de fans en la capital salteña.H

Tandil, 14 de no-viembre de 2010. El Indio hizo vibrar con sus canciones a más de 80 mil personas, en el Hipódromo de esa ciu-dad bonaerense.H

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Tamarit: “El Indio es uno de los pocos que tiene algo para decirles a los jóvenes”

La máxima autoridad de nuestra casa de altos estudios repasa su admiración por el ex líder de Los Redondos y explica por qué tiene semejante nivel de adhesión popular.

Guillermo Tamarit, rector de la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires (UNNOBA), afirmó en una entrevista con este diario que el Indio Solari “es una de las pocas personas que tiene algo para decirles a los jóvenes” y destacó el valor “poético y social” de las letras del músico.

-¿Cómo fue su primer contacto con la música de Patricio Rey?

-Fue muy temprano, en La Plata -de la cual soy oriundo-, a principios de los 80. Aquellos que éramos seguidores del rock nacional teníamos noticias de Los Redondos. Fue naturalmente a partir del retorno a la democracia donde se masificó el fenómeno.

-¿Qué lo cautivó de esa música?-Me cautivó y me sigue cautivando la música poderosa

y original, sumada a las letras sublimes, que pasan de la poesía idílica a la descripción de la violencia más cruda. Aborda distintas dimensiones: colectivas e individuales; de la realidad y los sueños de cada uno.

-¿Considera que las letras del Indio tienen un valor poético?

-Indudablemente tienen un altísimo valor poético, cul-tural y social. Reflejan en toda su desnudez los bordes

ENTREVISTA CON EL RECTOR DE LA UNNOBA // / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / /

n Guillermo Tamarit.

de nuestra sociedad, un inconsciente colectivo que la sociedad trata de esconder y él, una y otra vez, saca a la luz. Hay también un abordaje que a la vez de colectivo es muy personal, quien no se sintió alguna vez con “los ojos ciegos bien abiertos”.

-¿Qué significa para Junín la llegada de un artista tan importante?

-Junín se posiciona con este festival y muchos otros en una referencia de eventos sociales y culturales. En estos años, a partir de la existencia de la UNNOBA, los festivales musicales, la carrera del Turismo Carretera, y este evento superlativo, posicionan a Junín claramente en otro escalón en cuanto a su oferta como ciudad de referencia nacional.

-¿Por qué cree que el Indio tiene semejante nivel de adhesión popular, y especialmente, jóvenes?

-Porque es una de las pocas personas que tiene algo para decirle a los jóvenes y a quienes no somos tan jóvenes. Nuestros jóvenes están bombardeados por men-sajes irreales, que nada tiene que ver con sus vivencias, experiencias, sueños o pesares. Su legitimidad se basa en su coherencia; su vida es testimonio de una manera de pensar y de actuar. Desarrolla un lenguaje propio que se ha masificado y ha creado “las bandas” que se identifican y han hecho propias lo que denominamos “la cultura ricotera”.

Es un artista que se ha constituido en la locomotora del rock nacional, que ha empujado a mejorar y desarrollarse a infinidad de músicos y artistas de las más variadas disciplinas.H

A diez años de su último show en el estadio Mario Kem-pes (ex Chateu Carreras) de la ciudad de Córdoba, la banda de rock Los Redondos, que estuviera liderada por el Indio Solari y Skay Beilinison, continúa intacta en la memoria de sus seguidores, que la erigieron

la más popular de la historia del rock argentino.Pasó una década de aquel faraónico recital que marcó un

final hasta ahora sin retorno del grupo platense, pero el tiem-po transcurrido parece no haber hecho mella ni en la leyenda ni en la vitalidad de una propuesta que por estética y también por formato independiente abrió nuevas vertientes en la rica tradición rockera de la Argentina.

A pesar de las escuetas posibilidades de un regreso de-bido a las diferencias aparentemente insondables entre el cantante Carlos Indio Solari y el guitarrista Eduardo Skay Beilinson, lo cierto es que su música pasó de generación en generación y se mantiene en la memoria de sus miles de fanáticos.

En ese último y emblemático show que Los Redon-dos dieron en agosto de 2001, también estuvieron presentes otro histórico como el bajista Semilla Bucciarelli y, también, Walter Sidotti (batería), Sergio Dawi (saxofón) y Hernán Aranberri (batería y samplers), a los que se sumó Ricardo Cohen (Rocambole).

Casi 50.000 personas fueron testigos de una puesta extraordinaria que marcó un récord de convocatoria y que pese a una buena or-ganización a cargo de Carmen Castro "La Negra Poly" (manager y "alma mater" del grupo), no pudo evitar el fatal saldo de un muerto (el santafesino Jorge Feli-ppi quien falleció al caer desde una baranda).

Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota -nombre completo del grupo- tuvo sus inicios en La Plata en 1976 y es una suerte de desprendimiento de lo que fue La Cofradía de la Flor Solar, una agrupación integrada por unos 15 músicos rotativos, instrumentistas que se turnaban en aquellos.

En sus comienzos, al trío hegemónico que formaban Solari-Beilinson-Poly, también se sumaba Ricardo Cohen "Rocambole", una especie de director artístico de la agrupación.

La popularidad llegó a fines de los 80, época en la que el grupo ya se había constituido como una propuesta autogestionada que se mantenía al margen de los cánones del negocio musical del momento, proponiendo así una nueva forma de encarar el arte.

A lo largo de su trayectoria, Los Re-dondos registraron "Gulp!" (1985), "Oktubre" (1986), "Un baión para el ojo idiota" (1988), "íBang! íBang! Estás liquidado" (1989), "La mos-ca y la sopa" (1991), "En directo" (1992), "Cordero atado" (1993), "Lobo suelto" (1993), "Luzbelito" (1996), "Ultimo bondi a Finisterre" (1998) y "Momo sampler" (2000).

A partir de la anunciada retirada de 2001, tanto el Indio como Skay emprendieron sus carreras en solitario, en las que cada uno volcó su capacidad a la hora de componer, sus recursos musi-cales, su impronta estética y su singularidad como artistas.

Entre el público "ricotero" y en el ambiente rockero local el mito de la gran banda sigue intacto y se retroalimenta no solo en la voz de sus protagonistas cuando en sus shows (multitudinarios en el caso de Solari) generan euforia al entonar los clásicos de la banda, sino también en las discusiones donde se pone en cuestión si el alma del grupo habita más en el Indio o si se sostiene mejor en Skay.

Pero más allá de ese debate superfluo, lo concreto es que el corazón del grupo se escucha precisamente en esa conjunción mágica que aunó el sonido personal de Skay y sus reconocibles "yeites" pegadizos, con la magnética voz del Indio y su lírica envolvente y sugestiva.

Mientras Solari profundizó su trabajo en las letras y se animó a una búsqueda más experimental y oscura en "El tesoro de los inocentes"(2004), "Porco Rex" (2007) y "El perfume de la tempestad" (2010), Skay se inclinó a hacia un sonido más rockero y cuidado en "A través del mar de los Sargazos" (2002), "Talismán" (2004), "La marca de caín" (2007) y "¿Dónde vas? (2010).H

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La década redondaPATRICIO REY // / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / /

Se cumplieron 10 años del show que marcó un final hasta ahora sin retorno para la gran banda platense. La intimidad de la última noche.

n El Indio y okay, en el último show de Los Redondos en Córdoba.

“La Cofradía quiso cambiar el mundo”

Ricardo Cohen (Rocambole) fue uno de los fundadores de la primera comunidad hippie de la Argentina, La Cofradía de la Flor Solar. Saltó a la fama por haber diseñado la gráfica del que para muchos es el mejor

álbum del rock argentino, Oktubre (1986). Refugiado en su taller, ubicado en la calle 9 entre 68 y 69 de La Plata, describió a la Cofradía como un grupo de gente que “quiso cambiar el mundo”, o, mejor dicho, “hacer un mundo justo”.

En 1964, Rocambole era un estudiante de la Escuela Superior de Bellas Artes (hoy, Facultad de Bellas Ar-tes). Allí se conoció con los estudiantes –en su mayoría oriundos de Entre Ríos- con los que luego formó La Cofradía.

Las ideas principales de La Cofradía eran, según contó Rocambole, “la igualdad entre el hombre y la mujer”; “el cuidado de la ecología”; y, por último, “el amor y la libertad” en contra del egoísmo y el individualismo.

“Uno de los eslóganes nuestros era: «Sé todo lo libre que puedas ser». Quizás por eso nos comparaban con el Mayo Francés (1968), pero nosotros decíamos éstas cosas desde mucho antes, desde el `64”, precisó el artista plástico.

“Las mujeres que vivían con nosotros no lavaban los platos”, comentó. Los cofrades compartían las tareas de la casa, el trabajo y las ganancias.

“Se dio que no hubo una mujer que tocara un instru-mento y que pueda ser parte de la banda musical, pero sí había chicas que cantaban, pintaban, hacían artesanías, y participaban de la fiesta igual que los hombres”, dijo.

“En 1966 ganamos el centro de estudiantes. Era una época muy efervescente, con mucho debate de ideas y un arco amplio de ideologías: tenías desde agrupaciones foquistas hasta gente ligada al arte pop”, indicó.

Como postales amarillas de una vida platense ya ex-tinta, Rocambole añoró las largas charlas en los cafés, que le daban vida a la calle 51 entre 7 y 8: “Estaba lleno de bares, como el Tirol Chopp, el Adriático, el Capitol, el Parlamento”.

Mayo Francés

“Comenzamos desde el centro de estudiantes a empa-pelar las aulas con eslóganes raros, surrealistas, como: «Lo único constante es el cambio». Y las comparaciones con el Mayo Francés no tardaron en llegar. Pero el ar-tista aclara que las ideas y las gestas del Mayo Francés “llegaron más tarde”.

“Lo mismo ocurrió con “El verano del amor” de San Francisco y el hippismo. Toda esa información llegó después. Lo que sí había era una suerte de sintonía generacional con todo eso, quizás, porque leíamos los mismo libros, como “El ángel subterráneo”, de Jack Kerouac”, sostuvo.

“A mí me decían rebelde, beat, existencialista, iracundo, pero nunca hippie, eso vino después”, remarcó.

Los cofrades trabajaban en la cooperativa del centro de estudiantes de la Escuela de Bellas Artes. Por esos años, el comedor universitario era el centro de reuniones de todos los estudiantes. Allí se hacían peñas, fiestas, y funcionaba como un centro de convergencia de diversos proyectos, artísticos y políticos.

“Había estudiantes peruanos, venezolanos, paname-ños, costarricenses, y de toda Latinoamérica. Venían a estudiar a La Plata porque acá les daban unos tickets, y con eso comían gratis todo el año. Un estudiante del interior llegaba a La Plata y esa misma noche ya estaba cenando en el comedor universitario”, rememoró.

“Era frecuente ver a los compañeros, caminando por los pasillos de la facultad, con alguna naranja que le habían dado de postre en el comedor. El menú podía ser puchero, pero también unas buenas milanesas con puré, ravioles”, afirmó.

“Yo no comía en el comedor porque ya me ganaba la vida pintando afiches y carteles para obras de teatro,

publicidades. De todos modos iba seguido, porque ahí estaban mis amigos, y era el lugar obligado de fiestas, reuniones y asambleas”, explicó.

Dictadura “Por eso lo cerraron, porque era un lugar de encuentro

de todos los estudiantes, más allá de su filiación políti-ca”, señaló.

En efecto: la dictadura de Juan Carlos Onganía se ensañó particularmente con la universidad pública (cabe añadir que durante ese gobierno ocurrió «La noche de los bastones largos»), y con el comedor universitario, que sufrió una cantidad considerable de atentados con bombas.

Según Rocambole, en los `60 se vivía en la Escuela de Bellas Artes (hasta la llegada de la dictadura) una suerte de “bohemia familiar”. Es que la matrícula de estudiantes era mucho más baja que la actual. “Eramos pocos, algunos nos quedábamos toda la noche pintando, nadie nos decía nada, para los que no tenían un taller propio, era bárbaro, porque se quedaban trabajando en las aulas”, dijo.

Por Franco ruiz

El artista plástico y diseñador de las emblemáticas tapas de Los Redondos cuenta la historia del primer grupo hippie de Argentina, que inspiró el surgimiento de Patricio Rey y sus redonditos de ricota.

Según contó Rocambole, los cofrades conocían las dro-gas, porque muchas veces eran llamados para hacer "cambios" (reemplazar a algún músico) en los cabarets.

"Pinchevsky y Kubero Díaz eran muy virtuosos y enseguida se aprendían los temas, por eso los llamaban seguido para tocar tango y reemplazar a algún músico. Ahí conocieron la cocaína", afirmó Rocambole.

“Nosotros conocimos la marihuana a través de un hippie brasileño que nos visitó en la casa y nos regaló unas semillas. Nos explicó como plantarlas, y nosotros las plantamos en el jardín de la casa de 122. Cuando llegó la primavera vimos que empezaban a brotar unos tallitos, nos pusimos muy contentos... ¡Al fin íbamos a poder experimentar con la marihuana de los hippies!”, explicó Rocambole.

“Se había creado mucha expectativa entre los cofrades, hasta que nos dimos cuenta de que los brotes que habían nacido en el jardín eran idénticos a los de la casa del vecino, la plaza, etc., y que no era marihuana”, relató.

“La droga para nosotros era un ritual, algo esporádico, espiritual, ligado a la música, el arte y la conciencia. Luego se puso de moda entre los psicoanalistas porteños usar LSD (ácido lisérgico) para que los pacientes puedan liberar más fácilmente el sub-conciente. Ahí sí, muchos cofrades probaron el LSD y tuvieron visiones fantasmagóricas”, contó Rocambole.

“Había un gran debate dentro de la casa en torno al uso de drogas: estaban los que estaban a favor de su consumo para experimentar, y los que estaban a favor de la experimentación, pero sin drogas. ‘Tampoco quemar por quemar’, repetían quienes se oponían”, afirmó.

Rocambole contó que un día, revisando los cuadernos donde se anotaban todas las actividades de la casa, descubrió que los días que había visitas decaía la producción de artesanías. Luego se dio cuenta de que la producción mermaba porque los visitantes traían “fumo”.

“Hubo que restringir las visitas”, bromeó. H

El consumo de drogas“ALGO AISLADO, ESPIRITUAL”

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El cierre del comedor universitario fue un hecho dra-mático para muchos estudiantes del interior y de otros países que no tenían dónde comer.

“De repente echaron a los mejores profesores, nos quitaron las llaves de las aulas, y establecieron un régi-men militar de cursadas. Ya no nos podíamos quedar a trabajar por las noches: terminaba la clase y nos cerraban las puertas”, lamentó Rocambole.

“Sin embargo, toda esa ordalía, ese tormento, lejos de dividirnos, nos unió más”, recordó.

Así fue que muchos es-tudiantes, ante el despido de profesores, decidieron desertar en masa. “Nos fui-mos a vivir con todos los compañeros del centro de estudiantes a una casa que estaba situada en calle 13, frente al Club Atenas, que como estaba a punto de ser demolida, no nos cobraban el alquiler”, comentó.

“La primera propuesta que surgió en la casa fue crear un comedor universitario paralelo, porque el oficial estaba cerrado. Unas personas del gremio del Correo nos pres-taron un lugar, y enseguida pusimos unos tablones, unos caballetes, y comenzamos a cocinar para 200 estudiantes que no tenían dónde comer”, celebró.

“Habíamos conseguido unas ollas, inmensas, y con eso cocinábamos. Íbamos al Mercado Central de la calle 520, con un viejo jeep prestado, a pedir las verduras y las frutas que no se habían vendido en los remates del día”, aseveró.

“El comedor paralelo duró tres meses, hasta que no lo pudimos sostener”, confió. Y agregó que además del comedor quisieron fundar una universidad paralela, con los profesores que los militares habían echado de la facultad.

“Muchos docentes fueron a la casa de 13 y dieron sus clases allí”, afirmó.

Luego, los cofrades se mudaron a la casa de 122 bis y 72 bis. “Allí podríamos haber armado una huerta, pero la verdad es que no sabíamos cómo hacerla, y era mucho trabajo. Había que estar todo el día trabajando y no podíamos desarrollar otras actividades que nos inte-resaban más, como el arte”, explicó, y derribó el mito: “No plantamos ni una papa”.

Flor generacional

Para Rocambole, el nombre «La Cofradía de la Flor Solar» estaba flotando en el aire, como un motivo psi-codélico de la época o un símbolo generacional (como el símbolo de la paz del hippismo).

“Había una escenógrafa que estaba montando una enor-me flor solar en uno de los subsuelos de Bellas Artes, y a nosotros se nos ocurrió ponernos La Cofradía de la Flor Solar”, contó.

“También había una periodista de la revista Eco Con-temporáneo (que dirigía el periodista y escritor Miguel Grinberg) que una vez vino a La Plata a hacer una nota y nos contó que ellos llamaban a la redacción de la revista

«El reducto de la flor solar»”, recordó Rocambole. “También había una librería platense que se llamaba

La Cofradía de la Flor Solar (cuyo dueño era el filósofo León Iglesias), y hasta había un grupo de percusión que se hacían llamar “El espíritu de la Flor Solar”, afirmó.

La vida en comunidad

Según contó Rocambole, los cofrades fueron adquiriendo con el paso del tiempo y a partir de los errores, una mayor

conciencia comunitaria. “La pregunta siempre era ¿cómo ganarnos la vida?”, confió.

“Teníamos una mesa de serigrafías, y con eso hacía-mos afiches, tarjetas, volan-tes, y recaudábamos algo de dinero. Después recibimos

la visita de un artesano ("Marlon" Vilela, de la Eco Contemporáneo) que nos enseñó a trabajar en cuero y metal, y así inauguramos la artesanía urbana, que hoy está a la vista de todos, en cualquier plaza de la ciudad. Nosotros fuimos los primeros”, aseguró.

Pero un día, un miembro de La Cofradía dio un paso más. “Preguntó ‘qué hacemos con la plata en nuestros bolsillos. ¿Por qué no hacemos un fondo común?’. Esa noche, hubo varios cofrades que abandonaron la casa. Fue una desilusión, porque nosotros siempre bregamos por la solidaridad, pero era todo tan libre, que hasta esos gestos de individualismo también estaban contemplados y respetados”, afirmó.

"Los cofrades que se enojaban con nosotros se iban a vivir a La Casa de la Luna, que era la casa de Poli", afirmó.

“Recaudábamos el dinero de las actuaciones del grupo musical, las artesanías, las changas, y anotábamos todos los gastos en un cuaderno. Hubo momentos de organiza-ción casi fascista, donde funcionábamos con la prolijidad y el orden de una operación militar. Casi siempre esos «golpes de estado» venían después de épocas de mucho desorden, hasta que nos dábamos cuenta que no podíamos estar dos meses comiendo polenta, que había que llevar un orden”, reveló.

“Anotábamos en un cuaderno: a las 7.30 nos levantamos; a las 8.30 trabajamos en el taller de artesanías; a las 11 meditamos en grupo y hace-mos ejercicios espirituales; a las 22 ensayo de la orquesta musical, etc.”, precisó.

“A veces la tensión dentro de la casa era muy fuerte, había discusiones, y alguno se enloquecía por la misma presión de la convivencia, pero salíamos adelante”, afirmó.

“Luego comenzamos a trabajar en decoración y diseño de interiores, justo agarramos la época en que comenzaban a abrir en La Plata los primeros boliches (nosotros les llamábamos confiterías bailables). Así fue que consegui-mos muchos trabajos. En un boliche hicimos toda una decoración medieval, en metal y mármol, y quedó muy bonita. Tratábamos de conseguir en esos boliches que decorábamos un lugar para que después pueda tocar la banda musical”, afirmó. H

“La gráfica de Oktubre (1986) es la que más me gusta, por todo lo que pasó después y la aceptación que tuvo en la gente. Cuando ví que había mochilas, banderas y remeras

con la imagen que yo había diseñado, me emocioné mucho. Y a quién no le gusta que se lo reconozca", expresó Rocambole.

Con respecto a si La Cofradía influenció a Los Redondos o no, Rocambole dijo que el Indio siempre dijo que a él no lo había influencia-do La Cofradía. “Tiene razón, porque él no vivía en La Plata, pero por ahí a Fenton (primer bajista de Los Redondos) o a Skay, que eran habitúes de nuestra casa y concurrían a los ensayos de la banda, sí los influenció", consideró.

"La experiencia de la autogestión la iniciamos los cofrades y luego Los Redondos la retomaron", señaló. En torno a la decisión que tomaron Los Redondos cuando decidieron transformarse en una banda de rock es-

table y alejarse del "circo" de intelectuales y bohemios, Rocambole sentenció: "Fue una decisión política". "La diferencia entre La Cofradía y Los Redondos es que La Cofradía fue un proyecto para el amor; Los

Redondos, no. Eso explica, en parte, por qué La Cofradía sigue tocando y seguimos siendo muy amigos, y Los Redondos, no”. H

La gráfica de OktubrePATRICIO REY

“A mí me decían rebelde, beat, existencialista, iracundo, pero nunca hippie, eso vino después”

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