6/3/2015 House of cards: todo es un artculo | Alfil - El diario para leer

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Crdoba, Viernes 6 de marzo de 2015

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LPor Lic. Juan Pablo Duarte

a verdad no solo es ms extraa que la

ficcin sino, a menudo, menos creble.

Aunque quisiera anotarla entre mis

ocurrencias personales, esa frase fue pronunciada

por Denny Crane, el inefable abogado de Boston

Legal, con un whisky en la mano y la sincera

conviccin que solo los hombres de la ley saben

fingir.

A los nios de la televisin como llama Franois

Jost, a los nacidos desde los ochenta a esta parte

aquello podra resultarles una perogrullada. Este

reconocido especialista en comunicacin dedica buena parte de sus das en la Universidad Pars III a la

televisin. Desde hace algn tiempo viene diciendo que las nuevas generaciones encuentran en las series de

TV interpretaciones de la realidad actual ms crebles que aquellas que provienen desde las esferas oficiales

de informacin.

Para Jost, Jvenes y no tan jvenes se muestran ms afines a creer en estas obras, cuyo particular inters por

la ficcin prima por sobre cualquier aspiracin verdica. Desde esta perspectiva, las historias de las factoras

ms importantes de la actualidad HBO, Showtime, Netflix, AMC, etc. permitiran suspender durante

cincuenta minutos el escepticismo que despiertan los medios de comunicacin y los Estados, entre otros

tradicionales encargados de contarnos la verdad de los hechos.

La informacin de actualidad ocupa un lugar preponderante en la nueva Edad Dorada de la televisin. Esto

marca una diferencia importante entre las series actuales y sus antecedentes en la ficcin de masas (folletn

literario, novelas por entregas, cine serial, etc.) mas volcados a fines de evasin de la realidad y refugio en la

fantasa.

Muchas de las mejores series actuales se ocupan de mostrar cosas que pasaron o que bien podran pasar

en Estados Unidos y en cualquier pas del mundo pero fundamentalmente, se empean en evidenciar y

hacer palpable la imposibilidad de decir la verdad acerca de esos hechos.

En las series, la verdad no puede ser dicha, solo sealada. Est siempre un episodio ms all. Si la verdad

televisiva actual se erige como un castillo de naipes, Frank Underwood quiz sea uno de los ms eximios

arquitectos del momento.

No puedo ocultarlo ms. Termin de ver la tercer temporada de House of cards, el caballo de batalla de Netflix

para hacerse lugar en uno de los momentos ms prolficos y creativos de la TV. Todo un mrito, al menos si

tenemos en cuenta que los pasillos de la Casa Blanca no exudan el tipo de adrenalina que podramos esperar

de un departamento de homicidios, una sala de emergencias o cualquier tugurio siniestro que sirva de

ambiente a algn hroe catdico.

Como seala Antonio Monegal respecto a la pionera The West Wing (NBC: 1999-2006), el condimento

dramtico de las series polticas casi siempre viene dado por periodistas, salas de redaccin, noticieros,

bloggers o cualquier elemento de la parafernalia informativa massmeditica. Los medios como espacios

dinmicos de generacin y resolucin de conflictos, cumplen una funcin ineludible en eso de convertir algo

perfectamente aburrido el funcionamiento de las burocracias estatales en ambientes dramticamente

seductores. Algo as podremos encontrar tambin en el fondo de la mirada oscura e impiadosa de la alcalda

Chicago que narra Boss (Starz: 2011-2012), otro de los grandes hitos de este territorio narrativo. En ambas

retorna un mismo matrimonio dramtico entre medios y poltica. El nacimiento, ascenso y declive de estos

hombres pblicos viene determinado fuertemente por el grado de verosimilitud de la ficcin que logren erigir

en torno a su figura.

En las series polticas, la palabra pblica parece vaciarse de sus posibilidades de verdad, para inscribirse de

lleno en el terreno de lo verosmil, de aquello que se acepta solo porque carece de los signos visibles de un

engao que cualquiera sea el caso est siempre prximo a revelarse como tal.

De este modo, todo lo que se dice en las series polticas en las que dicho sea de paso, lo nico que se hace

es hablar se conforma en algo tan provisorio, frgil, inacabado y endeble como un castillo de naipes.

Deca anteriormente que en este juego no hay quien supere a Frank Underwood. Es el hroe de la ciudad en la

que todo comienza y termina con un artculo en el peridico. Donde muchas veces, la realidad espera a la

noticia para producirse.

Aunque repugne, Frank es una criatura creble y hasta verosmil. Por supuesto, tener cuenta en Twitter (desde

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House of cards: todo es un artculoNo hay quien supere a Frank Underwood. Es el hroe poltico de Washington, la ciudaden la que todo comienza y termina con un artculo en el peridico. Donde la verdad esun castillo de naipes y la realidad espera a la noticia para producirse.

6/3/2015 House of cards: todo es un artculo | Alfil - El diario para leer

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la cual aconsej a Cristina Kirchner), hablar por telfono con Hillary Clinton y aparecer en la ltima versin del

Call of Duty, no lo hace real. Pero cuando mira a la cmara y habla directamente al espectador mientras los

dems personajes continan en sus faenas sin reparar en ello, es difcil no evocar en la imaginacin a

polticos reales de toda trama y color.

Acaso no son tan televisivos como Frank? No alimentan su credibilidad al hablar del universo poltico como

si no formaran parte de l? Sucede que a veces pienso en la infinita capacidad de reinvencin de estos

hombres de traje.

Si se parecen a nuestro hroe televisivo del momento, dependern en buena medida de la sutil tarea de dejar

al descubierto el costado ficticio y hasta engaoso de la poltica para, una vez despejado el terreno, ensayar su

propio castillo de naipes.

Tags: Frank Underwood, house of cards, netflix

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