Fruto de la desgracia final epv

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0 Fruto de la Desgracia Agroquímicos y esclavos para un mundo con arándano argentino Por Patricio Eleisegui Editorial Panza Verde (EPV), Entre Ríos, Argentina

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Fruto de la

Desgracia

Agroquímicos y esclavos para un mundo con arándano argentino

Por Patricio Eleisegui

Editorial Panza Verde (EPV), Entre Ríos, Argentina

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A Fabián Tomasi

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Yo comí arándano envenenado

“Yo comí arándano envenenado ¿vio? Desde el año 2009, cuando entré a

trabajar, comí siempre. En el 2012 fui y comí de vuelta. Había caído piedra

y, para no perder la fruta, la empresa le echó químicos. Querían que la

fruta haga cáscara otra vez. Eso es lo que me contaminó a mí. Ahora tengo

todo el cuerpo tomado con linfomas. Ahí mismo, en la empresa, murió un

muchacho de Concordia por la misma causa y hay diez más complicados

en la misma situación. Esos son de distintas partes de país. Los dolores

que siento son insoportables. Estoy con quimioterapia”.

Es finales de abril de 2014 y, desde el otro lado de la línea telefónica,

Edgardo Ferreyra, de 48 años, comienza a relatarle a este autor los

primeros detalles de su tragedia.

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Empleado desde 2009 de la compañía Blueberries SA1, este también

remisero y albañil de Federación, Entre Ríos, trabajó durante años en

temporada de cosecha, esto es de octubre a diciembre, para una de las

mayores productoras de arándanos de la Argentina.

La labor de Ferreyra, según su propio testimonio, era sencilla: “Trabajaba

adentro del galpón, manejando los botones de las máquinas, nada más.

Máquinas que elevan la fruta para la envasadora. Que no venga la fruta

muy rápido, esas cosas. Yo no estaba en el campo ni nada. Estaba en

blanco y todo”.

En ese diálogo de abril, el empleado de Blueberries SA asegurará que “los

primeros síntomas de la intoxicación los empecé a sentir a fines de ese

2012 que yo comí. Después estuve todo el 2013 enfermo, imposibilitado.

Los de la mutual OSPRERA (la obra social de los trabajadores rurales) me

rechazaron todos los papeles. Y la empresa, como hace cada año, terminó

la zafra y cerró la oficina. Todos desaparecieron”.

A principios de 2014, el diagnóstico de los médicos de Federación y sus

colegas del hospital Masvernat de Concordia, siempre en Entre Ríos,

1 http://goo.gl/sWwXOy

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4

resulta contundente: Ferreyra tiene linfomas por todo el cuerpo y la única

opción disponible es la quimioterapia.

“En el Masvernat me atiende una doctora (Mónica Murtagh) que

directamente me encuentra cáncer en la sangre. Al mes de los primeros

estudios ya tenía la mitad de los glóbulos rojos que debería tener. Todos

los bultos en el cuerpo me empezaron a aparecer a partir de enero de este

año”, precisó.

Fechas y eventos resultarán ratificados desde Federación por el abogado

de Ferreyra, Andrés Pessolani.

“Ferreyra manejaba la cinta en la empresa. Pero los empleados, parece, no

sólo comían ahí el arándano: la misma empresa les daba la fruta para que

coman en el horario de almuerzo. Y esa fruta venía con químicos. El

problema es que no hay precisiones sobre lo que hizo el primer abogado

de Ferreyra. Supuestamente debió elevar la denuncia, pero parece que no

hizo nada porque ART, sindicato, y empresa están desentendidos del

tema”, expuso.

Pessolani aseguró que hay varias personas en un estado similar al del

empleado de Blueberries SA, y que buena parte vive en la localidad de San

José de Feliciano, distante 250 kilómetros de Federación. “El principal

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problema ahí no es tanto ubicar a estos afectados sino, en todo caso,

lograr que hablen. Lo más probable es que nunca lo hagan”, confesó el

abogado.

El intercambio con Ferreyra y Pessolani obliga, casi de forma

irremediable, a ahondar en el perfil de la empresa acusada: Blueberries

SA. La compañía en cuestión cultiva arándanos en Colonia Ayuí, una

localidad de casi 3.000 habitantes ubicada a poco más de 25 kilómetros

de la ciudad de Concordia.

Para llevar a cabo esta tarea la firma explota la quinta 9 de Julio, un

establecimiento que hasta principios de los años 90 fue propiedad de la

productora de cítricos Pindapoy.

Su titular es Ulises Sábato, un empresario considerado entre los líderes

del negocio del arándano en la Argentina. De bajo perfil en Entre Ríos, su

desempeño comercial es bien conocido en Mendoza, donde es titular de la

bodega Sabaquin. Desde esa provincia, la periodista Clarisa Ercolano2

acercó detalles del perfil de Sábato.

“Es casado, nacido en 1956, médico de profesión, y con domicilio en

Nueva Jersey, Estados Unidos. Su primera firma fue ‘Arándanos de la

2 http://linkd.in/1wnoT9a

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6

Patagonia’, en 2005. Sabaquin la inició un año después. En Entre Ríos, con

el apoyo de Sergio Urribarri, actual gobernador y precanditado a

presidente por el kirchnerismo, Ulises Sábato se hizo fuerte”, destacó.

Para luego agregar: “Según información difundida por el propio

empresario, el ex presidente estadounidense George W. Bush desayunaba

con los arándanos que produce Blueberries”.

El tono del empresariado detrás de la producción de esta fruta en Entre

Ríos invita, en principio, a repasar cómo es la evolución de un cultivo que

resulta casi desconocido para la mayoría de los argentinos y cuyos

resultados, salvos contadas excepciones, no tienen presencia en la dieta

local.

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7

El arbusto millonario

La aparición del arándano en Entre Ríos se remonta al año 1997, y su área

de cultivo se concentra hasta hoy en las estancias y granjas que rodean a

la ciudad de Concordia. El circuito de producción del fruto a nivel nacional

se completa con áreas sembradas en Tucumán y la provincia de Buenos

Aires.

De acuerdo a un informe3 del Instituto Nacional de Tecnología

Agropecuaria (INTA) al que tuvo acceso este autor, precisamente “en la

zona de Concordia las primeras plantaciones se realizaron entre los años

1997 y 1998, alcanzando una superficie de aproximadamente 6

hectáreas”.

3 http://goo.gl/MVFod5

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8

“En cambio, a partir de 2002, y en particular en los años 2003 y 2004, el

aumento de las plantaciones fue significativo. Este incremento se empieza

a percibir en diciembre de 2002, ya que entonces se estimaba en 120

hectáreas la superficie plantada”, señala el texto.

En 2003, la actividad recibirá un espaldarazo del gobierno nacional,

entonces comandado por Néstor Kirchner, con la visita que Roberto

Lavagna, por entonces ministro de Economía, concretará a la zona para

discutir estrategias que acerquen más inversiones al sector.

La evolución sumó velocidad en breve: “En base a estimaciones realizadas

en 2004, se consideraban plantadas 400 hectáreas, que ascenderían

aproximadamente a 700 hectáreas en función de los planes de corto

plazo. A comienzos de 2005, según referencias de firmas exportadoras, se

estimaban entre 700 y 900 hectáreas la superficie plantada o próxima a

plantar en Entre Ríos y, en particular, en la zona de Concordia”.

En 2008 llegaría el pico: 2.000 hectáreas ocupadas con este arbusto.

Según fuentes de la Asociación de Productores de Arándanos de la

Mesopotamia Argentina4 (APAMA) con las que dialogó este autor, los

vaivenes del mercado externo poco a poco comenzaron a minar lo que

4 http://goo.gl/hakjjJ

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hasta ese año fue un auténtico “boom” productivo, hasta llegar al

escenario actual de 1.000 hectáreas sembradas con esta fruta.

Cada una de estas etapas estuvo marcada, también, por sucesivos cambios

en el tipo de producto que se planta en ese espacio de Entre Ríos.

Así, desde APAMA destacaron que, mientras que en el comienzo el cultivo

correspondió únicamente a arándanos de la variedad O’Neal, en este

momento predominan en la zona cultivos de genética mejorada y que

aseguran mayores rindes como Emerald, Jeweld o Star.

En la mayoría de los casos, aseguraron desde la entidad, corresponden a

variedades desarrolladas en los Estados Unidos.

Por estos días, más de 60 empresas, con plantaciones que van de las 2 a

las 100 hectáreas por establecimiento, generan hasta 8 millones de kilos

de arándanos por temporada. El 95 por ciento de la producción que se

realiza en cercanías de Concordia tiene como destinos Estados Unidos y

Europa.

“Es un negocio que en la Argentina lo iniciaron empresas chilenas, que

vieron en ciertos lugares de acá la posibilidad de extender los cultivos que

ya tenían del otro lado de la cordillera”, comentó a este autor un ex

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10

empleado de Sun Belle5, una de las mayores exportadoras del fruto en

América latina.

“En Estados Unidos la demanda está concentrada principalmente en el

Día de Acción de Gracias. El arándano tiene que estar sí o sí en cada mesa

para acompañar al pavo a través de diferentes salsas. Los chilenos usaron

a la Argentina como plataforma para proveer a Estados Unidos pensando

sobre todo en esa tradición en particular”, añadió.

En sus destinos comerciales, el fruto es celebrado por su valor nutritivo.

Se destaca al arándano como un poderoso antioxidante rico en vitamina C

y E, magnesio, potasio, fósforo y calcio. Sus cultores lo recomiendan para

el tratamiento de enfermedades urinarias, problemas circulatorios,

diabetes, anemia, e, incluso, trastornos del aparato digestivo.6

De vuelta en Concordia, entre las compañías que lideran la exportación

hacia esos destinos, indicaron a este autor desde APAMA, se destacan

Agroberries SA, Citrícola Ayuí SA y, por supuesto, la señalada Blueberries

SA.

5 http://goo.gl/4rsRvQ

6 http://goo.gl/kjAa6q

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11

La industria del arándano en Entre Ríos demanda en época de cosecha –

entre octubre y diciembre– la labor de hasta 15.000 personas que, en su

gran mayoría, son acercadas tanto de la zona de Concordia como desde

provincias como Chaco, Santiago del Estero, Misiones o Tucumán, o de

países como Bolivia y Paraguay, por diferentes empresas contratistas.

Todo esto, en el marco de un régimen plagado de irregularidades que este

autor detallará en capítulos posteriores.

Y que hacen de Edgardo Ferreyra un auténtico símbolo de cómo la

maquinaria económica funciona merced a un esquema de trabajo basado

en la explotación inhumana de la mano de obra disponible.

Como anticipo de este aspecto, un comparativo: mientras que cada

empresa abona a cada empleado unos 10 pesos por kilo cosechado, la

bandeja de medio kilo cotiza en los supermercados de Europa por encima

de los 100 euros.

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Del vinagre al agroquímico

“Usamos mucho orgánico, mucho derivado de productos naturales.

Insecticidas prácticamente no se usan. Se usan otro tipo de medidas. Por

ejemplo, se ponen trampas (para los insectos). Casi todo es preventivo.

Ante un ataque de roya, usamos vinagre. En algunas plantas se utilizan

químicos tremendamente supervisados por los ingenieros agrónomos.

Algunos se usan solamente cuando estamos muy lejos de la cosecha”.

El textual pertenece de Graciela M. de Taylor, secretaria y vocera de la

Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina

(APAMA). Como ya expuso este autor, se trata de la entidad que aglutina a

casi la totalidad de las compañías productoras de arándanos de la zona de

Concordia.

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Consultada respecto de la situación de Edgardo Ferreyra y las

acusaciones sobre Blueberries SA, esta empresaria –quien, precisó,

también cultiva citrus en la misma área– no sólo afirmó que “es la

primera vez que escucho un caso así” sino que, además, defendió a la

empresa señalada por “contar con todas las certificaciones (de calidad y

seguridad) más difíciles por lo que llega a Inglaterra y Estados Unidos”.

“Los controles, en esos aspectos, son rigurosísimos. Todas las empresas

tenemos que certificar todas estas normas internacionales con

inspecciones sumamente rigurosas”, aseguró.

Pero el argumento de la utilización de vinagre para combatir ciertas

plagas del arándano enarbolado por Taylor choca de frente con lo

expuesto ante este autor por ex empleados de plantaciones de arándanos

en Concordia, encargados de campos e, incluso, despachantes de aduana.

En todos los casos, y en sintonía con las consecuencias visibles en la salud

del mismo Ferreyra, la conclusión fue una sola: la producción de

arándanos está atada a la utilización masificada de un amplio abanico de

agroquímicos.

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Y, muchos de ellos, ni siquiera son declarados por las compañías que los

aplican por tratarse de productos ingresados a Entre Ríos a través del

contrabando.

Según resoluciones vigentes establecidas por el Servicio Nacional de

Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) –replicadas también por el

Comité Argentino de Blueberries7, la organización que nuclea a los

exportadores de la fruta–, en la producción de arándanos puede

utilizarse:

Glifosato: un herbicida de uso masificado para el cultivo de soja,

señalado por investigaciones como las desarrolladas por el

científico argentino Andrés Carrasco como un compuesto que

produce malformaciones en vertebrados e induce el cáncer8. En los

emprendimientos frutales se lo utiliza para erradicar malezas

alrededor de las plantas. La marca más demanda en la Argentina:

“Sulfosato Touchdown”, propiedad de la multinacional Syngenta.

Detrás, las etiquetas “Roundup Ultramax” y “Roundup Full II” de

Monsanto. Envases de estos dos últimos productos fueron

reportados a este autor por ex empleados de las productoras de

7 http://goo.gl/bzVzDm

8 http://goo.gl/JJBq6x

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Concordia Blueberries SA y La Granja Azul SRL.

Sethoxidim: otro herbicida, una de sus marcas con mayor

visibilidad comercial en el país es “Poast”, promocionada por la

alemana BASF. En su fórmula incluye solventes de nafta. Entre sus

efectos sanitarios, el fabricante expone “posibles efectos

cancerígenos”, “nocivo: si se ingiere puede causar daño pulmonar”,

“inhalación de vapores puede provocar somnolencia y vértigo”,

“tóxico para los organismos acuáticos”, por citar algunas

consecuencias.9

Los fungicidas –químicos desarrollados para exterminar hongos–

azoxistrobina, bacillus subtilis (una bacteria), boscalid (se presume

cancerígeno, detectado a fines de 2010 en Chile, en partidas de

espinaca para consumo infantil10), cyprodinil, fludioxonil (también

utilizado en el cultivo de cereza, tóxico para peces, invertebrados

acuáticos y algas), pyraclostrobin (en la hoja de seguridad de su

producto “Comet” la firma BASF, uno de sus principales fabricantes,

destaca que el agroquímico posee “posibles efectos cancerígenos”,

9 http://goo.gl/R7rwRN

10 http://goo.gl/5dNWrZ

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16

es “nocivo por ingestión”, “irrita la piel”, y resulta “muy tóxico para

los organismos acuáticos, puede provocar a largo plazo efectos

negativos en el medioambiente acuático”11), sulfato cuprico

pentahidratado (el mero contacto genera dermatitis, la

sobreexposición a esta sustancia puede afectar riñones, hígado y

tracto gastrointestinal, su ingestión por lo general provoca la

muerte. En la Argentina, se lo puede adquirir incluso por portales

de comercio electrónico como MercadoLibre.com12), tebuconazole

(en “Nativo”, producto que la alemana Bayer comercializa en la

Argentina, se reconoce “posible riesgo durante el embarazo de

efectos adversos para el feto”, “sensibilización en contacto con la

piel” y “muy tóxico para los organismos acuáticos”13) y

trifloxistrobin (también integra la fórmula de “Nativo”). La

azoxistrobina, por exponer un caso más al detalle, está catalogada

por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como sustancia

nociva y coloca al principio activo en la categoría II (producto

peligroso, de banda amarilla). La versión comercial más utilizada en

el arándano: “Amistar Xtra”, el fungicida de Syngenta. En la hoja de

11

http://goo.gl/guxmNf 12

http://goo.gl/IiCmBH 13

file:///C:/Users/user/Downloads/Hoja%20de%20Seguridad.pdf

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17

seguridad14 correspondiente a este agroquímico el fabricante

recomienda no ingerir, “no comer, beber, ni fumar durante el

manipuleo del producto”, “evitar el contacto con el pulverizado”,

“evitar que el producto entre en contacto con ambientes acuáticos”,

y “cubrir los derrames con material absorbente (tierra o arena)”. En

la información para el transporte agrega: “sustancia peligrosa para

el medioambiente”.

Spinosad: insecticida, entre sus etiquetas comerciales más

demandadas en la Argentina vale mencionar a “Flipper” y “Tracer”,

ambas propiedad de la estadounidense Dow. Letal para las abejas,

es de toxicidad moderada para roedores y peces. En humanos, el

peligro está en la ingesta en cantidades elevadas. El spinosad

integra la fórmula de pulguicidas de venta libre para mascotas.

“Comfortis” es una de las marcas que lo incluye.

A modo de nómina, el Comité Argentino de Blueberries exhibe de esta

14

file:///C:/Users/user/Downloads/Amistar%20Xtra%20-%20Hoja%20de%20Seguridad.pdf

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18

forma, en su sitio Web15, los químicos permitidos para la fruta

referenciada:

Pero, por fuera de lo declarado por SENASA como legal y vigente, lo cierto

es que las empresas del arándano hacen uso de hasta medio centenar de

compuestos químicos y formulaciones durante el cultivo de la fruta.

De hecho, este autor dio con el detalle del programa fitosanitario de la

exportadora Sun Belle para el período 2012-2013 y no sólo ubicó las

15

http://goo.gl/5He4aN

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sustancias avaladas por el organismo oficial sino que, además, dio con una

treintena de plaguicidas de distinto calibre.16

Por ejemplo, la compañía en cuestión utiliza “Furadan”, un agroquímico

basado en carbofurán y asociado a muertes y malformaciones en

Misiones, principalmente en las zonas en las que se cultiva tabaco. El uso

de “Furadan” está prohibido en provincias como Santa Fe desde hace más

de cuarenta años, y su aplicación se encuentra vetada en Europa y

Canadá. La ingestión del producto es fatal para humanos y animales.

Tal es el grado de toxicidad que posee el “Furadan” que el Servicio

Agrícola y Ganadero de Chile –la versión trasandina de nuestro SENASA–

recomienda “no aplicar en áreas ocupadas por seres humanos o

animales”. El organismo lo destaca como “tóxico a animales y aves,

organismos acuáticos, peces y abejas”.17

Un trabajo de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de

América Latina (RAP-AL) expone que, en nuestro país, el principio activo

del “Furadan” –el mencionado carbofurán, también conocido como

16

http://goo.gl/Kj8aRd 17

http://goo.gl/85z9zN

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carbofurano– “ha sido utilizado para eliminar loros que se alimentan de

cultivos anuales y perennes, aplicándolo en sus nidos”.18

“La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica al carbofurano en el

grupo identificado como 1b, lo que significa ‘altamente peligroso’. Sin

embargo, en el caso de ingestión en forma directa o de residuos existentes

en alimentos, es ‘extremadamente tóxico’”, indica el informe en cuestión.

“Este plaguicida puede producir irritaciones en la piel y, según la vía por

la cual ingresa en el organismo humano, afecta el sistema respiratorio

(asfixia), el aparato digestivo (náuseas, vómitos, salivación, sudor frío,

dolor abdominal, diarrea) y ojos (lagrimeo, visión doble, miosis o

contracción de la pupila). A niveles más altos de exposición puede causar

espasmos musculares, pérdida de coordinación y paro respiratorio. Los

problemas respiratorios son característicos del edema pulmonar”, añade.

Otros productos de comprobada toxicidad que se aplican sobre el

arándano son los insecticidas metil azinfos y clorpirifos. En el caso del

primero, una de las etiquetas más demandadas es el “Gusathion” de la

alemana Bayer en sus alternativas “M 35” y “36 SC”. La firma europea

destaca, en el apartado “Identificación de los riesgos” de su producto “M

18

http://goo.gl/tDAH4x

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21

35”, que el agroquímico es nocivo19 y encierra los siguientes peligros para

la salud de las personas:

Efectos de una sobreexposición aguda (por una vez): malestar

general, mareos, dolor de cabeza, vómitos, espasmos musculares,

diarrea.

Inhalación: dolor de cabeza, dolor en el pecho, aumento de

secreciones nasales y bronquiales, bronco espasmos, jadeo.

Contacto con la piel: dermatitis e irritación.

Contacto con los ojos: miosis (pupila chica), lagrimeo, visión

borrosa.

Ingestión: malestar general, espasmos, vómitos, diarrea y

debilidad.

Efectos de una sobreexposición crónica (largo plazo): debilidad y

problemas neurológicos.

El insecticida “Gusathion M 35”, siempre según su fabricante, también es

nocivo para animales y peces. Su par “36 SC” comparte prácticamente los

19

http://goo.gl/M5nVTc

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mismos atributos tóxicos, y en la hoja de seguridad del producto Bayer

expone:

Síntomas de envenenamiento: en casos de intoxicación ligera, dolor

de cabeza, molestias de visión, debilidad, sudoración, ligero dolor

en el pecho, náuseas y vómitos. En casos de intoxicación grave,

cianosis, espasmos musculares, calambres, miosis y parálisis

respiratoria.

De uso prohibido en Europa desde el año 2006, y restringido en algunas

zonas de Estados Unidos, el metil azinfos está habilitado en la Argentina y,

además del arándano, también se lo aplica para controlar plagas sobre

cultivos de ciruela, cereza, durazno, manzana, pera, alfalfa, ajo, algodón,

apio, arroz, avena, batata, cebada, damasco, espinaca, cítricos en general,

guinda, lechuga, maíz, melón, membrillo, nuez, papa, pepino, pimiento,

sandía, soja, tabaco, tomate, trigo, zanahoria, zapallo y zapallito de tronco.

Por el lado del clorpirifos, uno de los productos con mayor aceptación en

la actividad frutihortícola es la gama “Lorsban” que produce la

estadounidense Dow. Al igual que el mencionado metil azinfos, este

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insecticida es un derivado de gases neurotóxicos desarrollados en

tiempos de la Segunda Guerra Mundial como armas químicas.

Dow reconoce, en el detalle de su producto “Lorsban”, que la ingestión del

agroquímico “puede causar serios daños, incluso la muerte” y que, en caso

de apenas ser aspirado, puede provocar daño en los pulmones “e incluso

la muerte por neumonitis química”.20

“Una sola exposición a altas concentraciones de vapores puede ser

peligrosa. Puede causar irritación de las vías respiratorias y depresión del

sistema nervioso central. Los signos y síntomas de depresión del sistema

nervioso central son, en orden de concentración creciente: dolores de

cabeza, vértigo/mareos, somnolencia, falta de coordinación”, precisa el

fabricante.

En su libro “Envenenados” (Wu Wei, 2013)21, este autor ya expuso que “a

partir de 2001, y por presión de la agencia ambiental estadounidense

EPA, Dow dejó de ofrecer sus marcas Dursban y Lorsban para el control

de plagas hogareñas y sólo continúo comercializándolo en el ámbito

agropecuario.”

20

http://goo.gl/VRpQrL 21

http://goo.gl/yA70Z1

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24

Y que, “según reportes de diversas asociaciones ambientalistas, la

compañía fue multada en 1995 y 2003 por ocultar casi 250 casos de

intoxicación con clorpirifos sólo en los Estados Unidos y continuar

publicitando al insecticida como producto ‘seguro’.”

En la Argentina, la manipulación del compuesto sólo está prohibida para

uso domiciliario a excepción de ciertos cebos matacucarachas. De hecho,

al igual que como sucede con el sulfato cuprico pentahidratado o el

glifosato, se lo puede adquirir incluso a través de portales como

MercadoLibre.com.22

Fuera del arándano, el clorpirifos también es aplicado sobre avena,

cebada, centeno, harina, maíz, sorgo, tomate, trigo, aceituna, ajo, alcaucil,

alfalfa, algodón, banana (cáscara), cereza, ciruela, damasco, durazno,

cítricos, girasol, guinda, haba, lino, manzana, papa, legumbres, pera,

pimiento, repollo, soja y tabaco.

Hay más: este autor dio con planillas pertenecientes a La Granja Azul SRL,

firma sobre la que se explayará en el capítulo siguiente, que revelan el uso

ilegal en el período 2011-2012 de plaguicidas mortíferos como el

paraquat –asentado como “Portaquat dicloruro”–, los herbicidas “Galigan”

22

http://goo.gl/Bxn6dj

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25

–ingrediente activo oxifluorfen, no incluido en el listado de SENASA– y

“Magan Clin 33 CE” –ingrediente activo pendimetalin, tampoco avalado

por el organismo–, o el insecticida “Rhino”, cuyo componente principal, el

clorantraniliprol, no tiene lugar en la grilla de lo permitido de forma

oficial.

Una imagen de lo almacenado por La Granja Azul SRL para ser utilizado

en el arándano:

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26

Basta un análisis breve de las características del paraquat para desnudar

la naturaleza de un producto que, como en otros casos, carece de

habilitación para su uso en este tipo de fruta.

Su condición de herbicida no selectivo permite un uso casi ilimitado en

momentos en que se prepara la tierra para la posterior siembra. El

inconveniente, otra vez, está en su alta toxicidad para los humanos.

Al respecto, un documento23 traducido al español de la antes mencionada

Agencia de Protección Ambiental estadounidense EPA revela las

particularidades nocivas del químico.

“Aunque en los Estados Unidos, el paraquat es un pesticida de uso

restringido en la mayor parte de sus formas y usos, su uso generalizado

conlleva un gran potencial para el mal uso y para los envenenamientos

accidentales e intencionales. Durante las últimas décadas, el paraquat ha

sido un químico popular utilizado en suicidios…”, destaca el trabajo.

“Cuando se ingiere en una dosificación adecuada, el paraquat afecta el

tracto gastrointestinal, riñón, hígado, corazón y otros órganos, poniendo a

riesgo la vida. Los pulmones son el primer blanco del paraquat, y los

23

http://goo.gl/9cUkZd

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27

efectos pulmonares representan la manifestación más letal y menos

tratable de la toxicidad”, sigue.

El reporte enumera los inconvenientes derivados del contacto del

herbicida con la piel.

“El daño dérmico local incluye dermatitis por contacto. El contacto

prolongado producirá eritema, aparición de ampollas, abrasión y

ulceración, además de cambios en las uñas de las manos. Aunque la

absorción a través de la piel intacta es lenta, cuando ésta se encuentra

lacerada o erosionada la absorción es muy eficiente”, manifiesta.

“Las señales dérmicas son comunes entre los trabajadores agrícolas con

toxicidad aguda de paraquat. El paraquat, en forma concentrada, causa

lesiones localizadas a los tejidos con los que entra en contacto. Se han

informado envenenamientos con fatalidad como resultado de

contaminación dérmica extensa por paraquat, pero lo más probable es

que una absorción sistémica eficiente ocurra cuando la piel está

lesionada, corroída, o enferma. Cuando el paraquat encuentra una barrera

dérmica intacta, deja la piel de las manos seca y agrietada, y puede causar

ondas horizontales en las uñas e incluso, algunas veces, provoca la caída

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28

de las mismas. El contacto prolongado con la piel puede causar suficiente

ulceración y abrasión como para permitir la absorción sistémica”, amplía.

Para luego enfatizar: “En adición, algunos trabajadores agrícolas podrían

exponerse a través de la inhalación prolongada de gotitas de aerosol y

desarrollar hemorragia nasal debido al daño local.”

En “Envenenados” (Wu Wei, 2013), este autor consignó que “en la

Argentina se vierten de forma anual más de 1,5 millones de litros de

paraquat, con epicentro en aquellas zonas en las que se cultiva soja.”

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29

Hormonas y lipomas

“Fui encargado hasta hace poco. Trabajaba con productos químicos y,

además, me tocaba controlar al personal de cosecha. Donde yo me

desempeñaba era un campo relativamente chico, de 9 hectáreas. La

empresa se llama La Granja Azul y usábamos muchos productos que se

traían de contrabando”.

Mario Lovatto, de 31 años, tiene el cuerpo repleto de lipomas de grasa y

una lesión permanente en el brazo que, desde hace un año, lo mantiene

alejado de las plantaciones de arándano. El desprendimiento de la

clavícula derecha –consecuencia de un accidente en moto mientras

recorría el cultivo en La Granja Azul SRL– derivó en una discapacidad que,

meses después, terminó con su despido.

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30

“Cuando me dieron el alta de la rehabilitación me echaron del trabajo.

Además, me pagaron sólo la mitad de la indemnización, alegando que ya

no puedo hacer ningún trabajo adentro del campo. Yo era encargado,

cumplía con esas funciones, pero en el recibo figuraba como peón

calificado”, contó a este autor desde Concordia.

“Me echaron porque ya no puedo aplicar más herbicida. Porque ya no

puedo sostener la mochila en el hombro. En el arándano apliqué de todo:

insecticidas, fungicidas, fertilizantes, herbicidas. Glifosato, ‘Amistar Xtra’

(fungicida fabricado por Syngenta, azoxistrobin + ciproconazol), ‘Amistar

Top’ (fungicida, también de Syngenta, más concentrado que la línea

‘Xtra’), úrea, fosfatos, y todo tipo de hormonas. También clorpirifos y

endosulfan”, detalló.

Lovatto destacó, además, que su trabajo también consistía “en hacer

aplicaciones que no estaban registradas, porque si no directamente no se

podría exportar, de productos que está prohibido utilizar sobre estos

vegetales pero que nosotros igual se lo aplicábamos a las plantas”. El

agroquímico que destacó el entrevistado: “Ethrel”, basado en el

ingrediente activo etefón.

Page 32: Fruto de la desgracia final epv

31

“Se lo usa para hacer que la fruta se desarrolle más rápido en el campo. El

arándano viene con un ritmo determinado, le aplicás eso y a los tres días

ya lo tenés maduro. Listo para exportar”, indicó.

El producto “Ethrel” es fabricado por la alemana Bayer, quien en la

etiqueta de una de sus formulaciones lo define como, precisamente,

“regulador de crecimiento”. En lo que hace a los riesgos de su uso, la

compañía europea alerta que es “peligroso si es ingerido, inhalado o

absorbido a través de la piel”. Además, en contacto con los ojos, “causa

daño irreversible con riesgo a lesiones oculares graves”.24

“En la zona de Concordia lo usan muchas productoras de arándanos. En la

mayoría de los casos se lo aplica cuando se está atrasado con la

producción. Hay contratos, plazos, que se fijan para mandar la fruta a los

supermercados en Estados Unidos. Como se trata de una fruta que

depende mucho del clima, con el ‘Ethrel’ se trata de cambiar los tiempos”,

comentó Lovatto.

“Lo que hacíamos, insisto, era aplicar el producto para acelerar la

maduración. Tengo entendido, y yo hice varios cursos en el INTA

(Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), que no se debe usar

24

http://goo.gl/6zQDk6

Page 33: Fruto de la desgracia final epv

32

para el arándano y que en algunas provincias el ‘Ethrel’ está directamente

prohibido”, aseguró.

A la par de este químico, el ex empleado de La Granja Azul SRL expuso la

utilización de todo tipo de hormonas con el fin de regular el crecimiento y

el rinde del cultivo. “Se usa mucho ‘Dormex’, que es un producto que lo

que hace es dormir a la planta. Actúa dándole más horas de frío al

arándano, que necesita inviernos largos para producir más y eso acá no lo

tiene”, dijo.

Fabricado por la alemana BASF, “Dormex” –según su comercializador–

“suple las horas de frío en zonas cálidas, para mejorar la brotación y

uniformar el crecimiento de los frutos…”. 25

El producto en cuestión tiene como principio activo la cianamida

hidrogenada estabilizada, un químico cuyo uso está restringido en Europa

desde 2010. Entre los argumentos que establecieron las limitaciones en el

Viejo Continente, hay que destacar los graves problemas de salud

ocasionados a quienes aplicaban “Dormex”.

25

http://goo.gl/LNGW3j

Page 34: Fruto de la desgracia final epv

33

Definido por su fabricante como “nocivo”, la sobreexposición aguda al

compuesto puede provocar desde náuseas y caída de la tensión arterial

hasta pérdida de conocimiento.26

“Cuando se usa ‘Dormex’ no se puede ingerir alcohol. Ni antes ni después,

y por muchas horas. Es un producto que, recuerdo, era traído desde

Uruguay. Se lo traía de contrabando”, aseguró Lovatto.

El entrevistado también mencionó el uso de giberelina, una hormona que,

entre otros aspectos, alienta el incremento de altura en las plantas de

arándano. Un trabajo27 de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia

expone que “las giberelinas son determinantes en el control de la

elongación del tallo, también modifican sustancialmente los procesos

reproductivos de los vegetales…” y aclara que su acción sustituye “los

requerimientos de luz o frío que precisan muchas de las semillas para

germinar”.

La manipulación de compuestos a base de giberelina –que en la

Argentina, en sus versiones de menor potencia, se ofrece incluso en

viveros a valores que parten de los 40 pesos– puede causar irritación en

26

http://goo.gl/cSv6Bc 27

http://goo.gl/963siQ

Page 35: Fruto de la desgracia final epv

34

ojos y piel, problemas respiratorios y, en caso de ingestión, irritación

gástrica, náuseas, vómitos y diarrea.

“Para la aplicación de casi todos los productos que se le echan al arándano

a veces se usa protección, pero esta siempre es endeble. No es la que

debería ser. Se usan guantes de látex como los de las amas de casa y unos

trajes chinos que son de un uso, descartables, pero que te los hacen poner

varias veces. Lo mismo las máscaras: no son completas”, precisó Lovatto.

“Los dueños de los campos entre comprar un aceite de 75 pesos o uno de

250, sabiendo que el más caro le va a hacer la vida útil más larga a la

máquina o el tractor, no dudan en pagar los 250 pesos. Pero nunca van a

comprar algo mejor para la salud del empleado”, añadió.

Mario Lovatto sobrevive hoy con hasta 100 lipomas de grasa formados en

todo su cuerpo en los últimos cuatro años. “Trabajé toda la vida

cosechando y fumigando. Desde los 8 años. De mis cuatro hijos, tengo un

nene de 6 años nacido con trastorno en el desarrollo y problemas

psicológicos. Otro, más chiquito, de año y medio, que nació con un riñón

afectado. Los médicos me dijeron que puede ser por los agroquímicos con

los que yo trabajé, pero que eso es muy difícil de comprobar”, contó.

Page 36: Fruto de la desgracia final epv

35

“Mi abogado, por el tema del accidente que tuve, dice que no puede

reclamarle nada a la ART porque para poder hacer eso tiene que haber

varios como yo, en este estado, en la zona. Escuché lo que le pasa a

Edgardo Ferreyra, la persona que trabajó en Blueberries SA y estoy

tratando de averiguar cómo fue su tema, cómo se le inició. Quiero saber

por mi salud”, dijo.

Antes de concluir la comunicación con este autor, el ex empleado de La

Granja Azul SRL dejará certezas que abrirán más interrogantes. Tanto en

lo que hace a su estado de salud, las potenciales causas de los problemas

que lo aquejan, como en lo referente al modo en que se produce el

arándano y la forma en que la fruta llega a la mesa.

“Yo siempre comí arándano. En las quintas, incluso después de que se le

aplicaban productos. Si había un cuadro abandonado, en el que no había

muchas plantas, yo entraba y comía. El tema es que es una fruta que no se

lava”, enfatizó.

Para luego concluir: “Cuando vos, por ejemplo, comés un helado de frutos

del bosque, viene con ese arándano. Y para el mercado interno no hay

controles estrictos en el tema de la inocuidad de los productos. Cuando

íbamos a curar un lote, muchas veces nos frenaban porque esa fruta se iba

Page 37: Fruto de la desgracia final epv

36

a cosechar pronto para mandar afuera. Otras veces nos decían que no

importaba si aplicábamos porque era para mercado interno”.

Page 38: Fruto de la desgracia final epv

37

La fruta no se lava

Pese a que todo el proceso de cultivo del arándano hasta, incluso, el

momento previo a la exportación de la fruta, está atado a la aplicación de

un nutrido combo de agroquímicos, lo concreto es que tanto trabajadores

de la actividad como despachantes de aduana, o la misma cámara que

nuclea a las empresas productoras de Concordia, reconocen y destacan

que la fruta no se limpia o lava en ningún momento.

“La fruta va así. Se pasa nada más que por una clasificación para sacar el

arándano que está deteriorado. A la fruta no se le hace nada posterior. Así

como se saca de la planta, así mismo llega a la boca del consumidor en el

exterior”, reconoció ante este autor Graciela M. de Taylor, secretaria y

Page 39: Fruto de la desgracia final epv

38

vocera de la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia

Argentina (APAMA).

Pero ¿qué sucede con los residuos de los pesticidas? “El arándano se

manda a analizar a uno de los laboratorios de mayor precisión en la

Argentina, que está en la provincia de Neuquén. Mandamos muestras ahí.

Eso nos avala y nos da la tranquilidad de que el producto sale para ser

consumido afuera con total inocuidad”, destacó.

¿No puede pasar que, por ejemplo, queden restos de fungicidas en la

fruta? “No debería”, contestó Taylor, quien luego minimizó la posibilidad

real de que el consumidor termine comiendo remanentes de plaguicidas

en caso de fallar las pruebas de inocuidad.

“Si hay una falla, es como todo. Te puede pasar con cualquier producto

que te llevás a la boca”, dijo.

Consultada respecto de las alternativas del consumidor para percibir o

controlar la seguridad del arándano fuera de lo que transmite la

compañía productora, la empresaria negó que exista esa opción.

“No hay forma de controlarlo todo. Pero eso que usted me dice es así con

cualquier producto que uno vaya a comer. Pasa con la carne como con

Page 40: Fruto de la desgracia final epv

39

cualquier verdura o fruta”, sostuvo ante este autor. “Un problema de

contaminación con algún producto o un residuo de fumigación te puede

pasar con cualquier fruta”, aseveró.

O sea que si hay un error de seguridad, el agroquímico queda en el

arándano y así llega a quien lo consume, insistió quien aquí escribe.

Taylor no titubeó: “Es una cuestión lógica. Mi contestación a eso es que

cualquier fruta u hortaliza puede llegar a correr ese riesgo. Puede pasar

con cualquiera, hasta con una ciruela o un durazno”.

“Hoy no existe producción que no lleve agroquímicos. Yo soy productora

de cítricos también, y de variedades de frambuesa y nueces. Toda la

producción frutihortícola, absolutamente toda, a no ser que venga con

una certificación de orgánico, lleva agroquímico”, destacó.

Pero al menos a la naranja se la puede pelar, algo que no ocurre con el

arándano, expuso este autor ante la entrevistada. La empresaria replicó

con un argumento cuanto menos alarmante: “Claro. Pero yo, ama de casa,

es probable que ralle la cáscara para ponerla en algo. O tal vez a la fruta la

cortás al medio para que la coma tu chico y resulta que él sin querer

chupó la cáscara. Hay que tener cuidado”.

Page 41: Fruto de la desgracia final epv

40

Contactado por este autor, otro ex empleado de La Granja Azul SRL,

productora de arándanos ya mencionada, aportó un ejemplo escalofriante

de cómo es que algunas compañías obtienen la mentada inocuidad de

laboratorio.

“En Concordia se usa mucho glifosato. No se le aplica a la planta del

arándano, pero si al suelo, alrededor del tronco, para matar a los yuyos. Al

momento del análisis, los productores tienen mucho cuidado de dónde

toman las muestras. Así, no se saca fruta de la parte de abajo de la planta”,

explicó.

Para luego añadir: “Se sabe que el glifosato aplicado por lo general al

mediodía, cuando aumenta la temperatura, se evapora y va a la hoja o a la

fruta. Por eso, cuando se manda la partida, siempre es de frutas de bien

arriba de la planta. Es lógico que de bien la inocuidad. En análisis que se

han hecho de las hojas de abajo han aparecido todo tipo de herbicidas.

Todo lo que se aplica al suelo se evapora porque es soluble al agua. Los

restos, entonces, van directo a la fruta”.

En estricto off the record, un despachante de aduana con pasado en la

exportadora Sun Belle, aportó más detalles sobre el modo en que se

comercializa la fruta. “Por supuesto que el arándano no se lava. El

Page 42: Fruto de la desgracia final epv

41

inconveniente está sobre todo en el producto que queda para el consumo

interno, porque es el descarte y directamente no se controla qué tiene y

qué no”, comentó a este autor.

Pero la aplicación de todo tipo de sustancias no se agota únicamente en el

proceso de producción del arándano. Así, la fruta que tiene como destino

el mercado de los Estados Unidos antes de su envío resulta empacada en

pallets que luego son fumigados con bromuro de metilo.

Al respecto, un trabajo28 de Melisa Defagot, ingeniera agrónoma y docente

de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Rosario, detalla

que “para poder comercializar la fruta fresca, la misma debe estar libre de

la mosca del Mediterráneo (ceratitis capitata), ya sean huevos, larvas o

adultos”.

“Por tal motivo, las empresas de empaque autorizadas realizan la

fumigación de los pallets con bromuro de metilo según establece el

reglamento”, expresa, para luego aclarar que “en el caso de la exportación

a Europa las condiciones de empaque y temperatura son las mismas, no

así la fumigación contra ceratitis capitata”.

28

http://goo.gl/jVF4Li

Page 43: Fruto de la desgracia final epv

42

Otro especialista en exportación consultado brindó precisiones de cómo

se lleva a cabo este proceso y, en simultáneo, aclaró el por qué de esta

fumigación extra que sólo se hace para los Estados Unidos.

“El bromuro de metilo viene en garrafas selladas que se importan desde

Estados Unidos. La fumigación se hace en cámaras herméticas habilitadas

por SENASA. La fruta entra a temperatura ambiente, luego alcanza hasta

23 grados, y se inicia una fumigación por dos o tres horas. Después ese

gas, mezclado con aire, es ventilado hacia la atmósfera a través de caños

de 15 a 20 metros de altura”, indicó.

“Esa ventilación se hace durante una hora. Es el tiempo suficiente para

que no queden residuos en la fruta. Después de eso, el arándano pasa a un

túnel de enfriado rápido y luego a la cámara de mantención. Así como a la

Argentina, a la fruta de Chile y Perú que va a los Estados Unidos también

se le piden fumigaciones con bromuro de metilo”, dijo.

La fuente agregó un comentario a tener en cuenta: “En el sector, en los

pasillos, todavía se dice que los norteamericanos prohibieron el bromuro

en su país, pero igual exigen que se siga haciendo ese tratamiento por un

tema de conveniencia comercial. Con la prohibición, ellos se quedaron con

un stock enorme de garrafas y, por supuesto, nos lo terminaron

Page 44: Fruto de la desgracia final epv

43

vendiendo a nosotros. Al exigir la fumigación a sus proveedores,

obligaron a comprar eso que ellos ya no iban a usar”.

Page 45: Fruto de la desgracia final epv

44

Cultivar con esclavos

Por fuera de una práctica de producción basada en la utilización

sistemática de agroquímicos, el cultivo de arándanos en la zona de

Concordia también se destaca por concentrar las peores prácticas en lo

que hace a las condiciones laborales de los peones que demanda cada

cosecha.

En ese sentido, tanto ex empleados de productoras como representantes

de los gremios del sector coincidieron ante este autor al momento de

definir cómo es el trabajo en los campos: una lisa y llana esclavitud.

Hacinados en casas alquiladas en la periferia de la ciudad por punteros

que, al servicio de las compañías que producen y exportan en esa área de

Entre Ríos, reclutan mano de obra barata en provincias o países

Page 46: Fruto de la desgracia final epv

45

limítrofes, o recluidos en casillas de madera improvisadas en las mismas

granjas o estancias, miles de personas sobrellevan de octubre a enero más

de 12 horas diarias de trabajo con pagos sujetos a la cantidad de fruta

cosechada.

Y, por supuesto, previa quita de una parte del monto en concepto del

alojamiento y la comida que cada empresa dice garantizar a sus

empleados.

Alcides Camejo es el actual secretario general del Sindicato de la Fruta de

Entre Ríos. Enfrentado con el gremio más relevante del sector, la Unión

Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) que lidera

Gerónimo “Momo” Venegas, no dudó en brindar detalles de una

explotación laboral ya naturalizada e, incluso, aportó material fotográfico

que agrega otro matiz a sus apreciaciones.

“El trabajo en el arándano está armado en torno a un régimen de

esclavitud en la recolección y condiciones de vida inhumanas para los

peones ‘golondrina’ que llegan de todo el país. UATRE hizo que nos

revocaran la personería jurídica por lo que los empleados de esa fruta

dependen de ese sindicato. Por supuesto, la representación es nula

porque UATRE es amigo de las empresas”, expuso.

Page 47: Fruto de la desgracia final epv

46

En charla con este autor, Camejo detalló cómo funciona una estructura

que cada año le asegura a las productoras y exportadoras de Concordia

hasta 15.000 trabajadores.

“En la zona operan lo que se conoce como empresas o agencias de

servicio. Esas compañías son de una sola persona y cada año cambian de

nombre. Por ejemplo, la que hasta hace poco se llamaba ‘Juan Trufa’ este

año pasó a ser ‘Cristian Ríos’. ‘Juan Trufa’, para seguir con el ejemplo,

tiene gente en otras provincias que le consigue empleados baratos.

Cuando se acerca la cosecha, la empresa manda colectivos a esos lugares y

hace traer a todos estos trabajadores con la promesa de buen trabajo,

buena plata, comida y alojamiento”, comentó.

“Una vez en Concordia o la zona, la gente va a parar a casas en la ciudad o

los pueblos en las que viven amontonados, casillas en los mismos campos,

o los hacen dormir en carpas en las plantaciones. Los que están adentro

de las mismas empresas la pasan peor porque no los dejan salir de esas

propiedades. Que casi todo esté tercerizado favorece a las empresas, que

así no se responsabilizan de los abusos”, agregó.

Camejo insistió con que la situación más inhumana la sufren quienes son

alojados dentro de los campos de producción de las mismas compañías.

Page 48: Fruto de la desgracia final epv

47

“En las pocas inspecciones que pudimos llegar a hacer, me he encontrado

con trabajadores comiendo lagartos o palomas cazados por ellos mismos.

Los empresarios les quitan los documentos a todos los que vienen de

afuera de Entre Ríos y, por supuesto, ni siquiera cumplen con darles la

comida que le prometieron a cada empleado antes de que empiece el

trabajo”, aseguró.

El representante gremial acercó imágenes tomadas durante 2013 en las

que quedan en evidencia las duras condiciones de vida a las que son

sometidos los trabajadores del arándano de la zona de Concordia. Según

el caso, dio cuenta de la identidad de las firmas creadas para captar y

proveer mano de obra y, también, develó graves irregularidades

cometidas por las productoras de la fruta.

A continuación, cosecheros de arándanos contratados por la firma “Pedro

Miranda”, una de las empresas a las que, precisó Camejo, recurre

Blueberries SA cada año en tiempos de recolección del arándano:

Page 49: Fruto de la desgracia final epv

48

Así se los traslada a las granjas y lotes:

Page 50: Fruto de la desgracia final epv

49

Los contratados por la firma “Quique Medina” viven de esta manera:

Page 51: Fruto de la desgracia final epv

50

Otro registro de las condiciones en “Quique Medina”:

A la par de este trato, en esa zona de Entre Ríos sobrevive una de las

formas de explotación más indigna: el trabajo infantil. Cada año, de

acuerdo al Sindicato de la Fruta, se multiplican los casos de menores que

son encontrados cosechando en las plantaciones.

Page 52: Fruto de la desgracia final epv

51

La contratación de menores de 16 años está prohibida por ley, pero nunca

faltan las denuncias que dan cuenta de niños trabajando en las

plantaciones en torno a Concordia.29

Luciano Álvarez, ex empleado de Blueberries SA oriundo de Concordia,

aportó a este autor detalles de explotación infantil dentro de la compañía

en cuestión. “Trabajé apenas dos meses en las plantaciones de esa

empresa pero en tan poco tiempo vi muchas cosas que no me gustaron.

Una de esas fue encontrarme con muchos menores trabajando con el

documento de otra persona, hermanos o parientes, por si caía alguna

inspección”, graficó.

“Había muchos chicos que estaban con el documento de identidad del

hermano mayor. Eso vi que pasaba en la mayoría de los casos. Un día cayó

una inspección de sorpresa y a todos esos chicos los mandaron a que se

escondan en el monte”, agregó.

En tanto, otro ex empleado de Blueberries SA también confirmó a quien

aquí escribe la presencia de menores en las plantaciones aunque, en su

caso, justificó esta contratación ilegal.

29

http://goo.gl/pWP0pD

Page 53: Fruto de la desgracia final epv

52

“Los chicos que trabajan lo hacen porque no estudian y es mejor eso a que

anden en cosas raras. Eso sí, Blueberries no es el mejor lugar porque ahí

te hacen jornadas de 16 horas y te pagan miserias. Me tuvieron dos años

en negro para no hacerme aportes. Con permisos del juzgado de menores

los chicos pueden trabajar, pero acá casi no les dan porque parece que les

gusta que anden de vagos”, expresó desde Concordia.

Casi como al pasar, la fuente consultada destacó ante este autor que “yo

uso (crema) Dermaglós recetada porque, por el veneno, en las manos me

salen granitos de agua. Esto es porque no se pueden usar guantes en la

cosecha. También me llevo fruta a casa para comer y le saco el veneno con

agua. Cuando está fumigado al arándano lo ves blanco, pero yo lo enjuago

hasta que queda negrito”.

Alcides Camejo, del Sindicato de la Fruta, expuso fotografías registradas

en 2013 de menores que, aportados por la proveedora de mano de obra

“Juan Trufa”, pueden verse recolectando arándanos en campos de la

compañía Agroberries SA.

Una muestra:

Page 54: Fruto de la desgracia final epv

53

Una explotación que no distingue sexos:

Page 55: Fruto de la desgracia final epv

54

Consultados por el trato para con los peones que cada año son

contratados para trabajar en la recolección de arándanos, y la vigencia de

la explotación infantil en la actividad, desde la Asociación de Productores

de Arándanos de la Mesopotamia Argentina relativizaron la gravedad del

escenario.

“La situación laboral va mejorando de a poco, porque se controla mucho.

Hay campos grandes que tienen lugares habilitados para que la gente

pueda estar. Hay secciones zonales que supervisan que todo se haga como

Page 56: Fruto de la desgracia final epv

55

se tiene que hacer”, aseguró a este autor Graciela M. de Taylor, secretaria

y vocera de la entidad.

“Por supuesto que siempre se escapa algo. Pero sobre 15.000 personas

que se contratan cada año apenas si han encontrado a 8 o 12 en un estado

que no es el correspondiente”, justificó.

En la vereda de enfrente, Camejo, del Sindicato de la Fruta de Entre Ríos,

destacó la imposibilidad de hacer controles permanentes por “la veda al

ingreso en los campos que nos imponen las empresas”.

“Cuando logramos entrar, lo más común es encontrar a la gente

trabajando al rayo del sol y aspirando todos los químicos que se le echan

al arándano. En feriados, que es cuando menos se controla, hemos llegado

a ubicar familias enteras juntando la fruta. Acá ni la AFIP (Administración

Federal de Ingresos Públicos) se molesta en intervenir. Me he dedicado

por meses a mandar emails en los que denuncio irregularidades, con

pruebas, documentación, y nadie actúa”, dijo.

Camejo sostuvo que “al trato inhumano que sufre la mano de obra

contratada, y también a la persistencia del trabajo infantil, hay que

sumarle que ninguna empresa se responsabiliza por los daños en la salud

que se llevan quienes vienen de otras provincias para la cosecha”.

Page 57: Fruto de la desgracia final epv

56

“Sabemos de casos de personas que han muerto en Jujuy, Santiago del

Estero o, incluso, en Bolivia, por haber usado agroquímicos. Ni hablar de

los que fallecen por desnutrición. También tengo conocimiento de

muertos fuera de Concordia por haber consumido comida en mal estado

mientras estaban en las chacras del arándano”, finalizó.

Casi en simultáneo a lo expuesto por el representante sindical, el 25

octubre del vigente 2014 una serie de operativos concretados en

Concordia por diferentes organismos estatales dio con hasta 150

cosecheros que, provenientes del Norte de la Argentina, sobrevivían

hacinados en instalaciones de empresas que la misma Justicia local evitó

mencionar.

De las irregularidades perpetradas por estos privados sin identidad

trascendió muy poco: que los trabajadores fueron hallados producto de

un allanamiento realizado a tres galpones instalados en la zona noreste de

la ciudad entrerriana.

Según el local Diario Junio, la requisa incluyó “una inspección ocular y un

relevamiento fotográfico y planimétrico del lugar y de las condiciones en

que estaban viviendo”.

Page 58: Fruto de la desgracia final epv

57

“Al respecto, el fiscal (Fabio Zabaleta) indicó que unas 150 personas

vivían en los tres galpones en condiciones muy precarias, durmiendo en

camas cuchetas. ‘Muy amontonados, poca higiene, había hombres y

mujeres en el mismo lugar sin poder distinguir lugares según el sexo y las

edades porque se constató algunos menores, si bien no trabajando pero si

ahí’, dijo”, siempre según el medio citado.

Apenas unos días antes del 25, una acción del Registro Nacional de

Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATEA) arrojó un resultado de

120 jujeños hallados trabajando en condiciones de esclavitud en

plantaciones de arándano, siempre en Concordia.

De acuerdo a información divulgada por el mismo RENATEA, los

cosecheros actuaban “en condiciones de extrema precariedad, sin

registración, ni libreta de trabajo”.

Una curiosidad detectada por este autor: buena parte de los portales de

noticias de Concordia o su área de influencia que han divulgado el trato

aberrante para con los empleados de las compañías que explotan la fruta

cuentan, desde que trascendió la inminente publicación de la presente

investigación, con fuertes auspicios de APAMA, la asociación que reúne a

los productores de arándanos de esa parte del país.

Page 59: Fruto de la desgracia final epv

58

Una muestra30:

Otro ejemplo31:

Hasta el momento, se desconoce el nombre de las productoras y

contratistas denunciados en el segundo semestre del año por mantener

en situación de esclavitud a cientos de personas.

30

http://goo.gl/gHRXrE 31

http://goo.gl/mWFlI0

Page 60: Fruto de la desgracia final epv

59

La Justicia y las dependencias de gobierno, en lo que debe leerse como

una constante, se destacan por mantener prácticamente en cero el

número de condenados por estos ilícitos.

Ex trabajadores e, incluso, periodistas locales contactados por este autor,

no dudaron en afirmar que allanamientos y denuncias no son más que

acciones en muchos casos consensuadas con los privados, que cada año

reconocen un determinado número de casos en situación de irregularidad

con el fin de ahogar cualquier crítica social a los organismos de control.

Y que, en lo concreto, la explotación laboral ya tiene la forma de una

tradición entre los productores de arándanos.

Page 61: Fruto de la desgracia final epv

60

Gobierno y trabajo infantil: no hay, pero hay

Guillermo Satalía Méndez es el delegado del Ministerio de Trabajo de la

Nación en Concordia.

Tras acumular testimonios, material fotográfico, y denuncias de diversa

índole respecto de prácticas de explotación infantil en la cosecha de

arándanos, este autor contactó al funcionario a fin de obtener una

declaración oficial sobre la presencia de menores en los cultivos.

Para sorpresa de quien aquí escribe, Satalía Méndez aseguró no haber

encontrado ningún caso de trabajo infantil en los tres años que lleva al

frente del principal organismo de control laboral en esa zona de Entre

Ríos. Y sostuvo que, en todo caso, las denuncias e irregularidades

comprobadas en ese aspecto son previas a su gestión.

Page 62: Fruto de la desgracia final epv

61

Por supuesto, los conceptos del funcionario –emitidos a principios del

mes de octubre, y que este autor reproducirá de forma completa más

abajo– pierden todo sustento ante situaciones como el hallazgo, en

diciembre de 2012, de 18 menores trabajando en quintas precisamente

de Concordia, en una inspección32 de la que también tomó parte el mismo

Ministerio de Trabajo de la Nación.

Pero adquieren un tono cercano a la falta de respeto si se toma en cuenta

que, en agosto último, la Municipalidad de Concordia y el mencionado

Ministerio de Trabajo de la Nación –cartera de la que Satalía Méndez es su

principal autoridad a nivel local– cerraron un acuerdo para poner en

marcha el primer “Jardín de Cosecha” con el fin de “erradicar

definitivamente el trabajo infantil en las cosechas de citrus y arándano”.

La propuesta en cuestión, que se concretará en próximos meses,

contempla el desarrollo de un espacio en el que los trabajadores podrán,

en una determinada franja horaria, dejar a sus hijos mientras cosechan.

El inconveniente está en que el lugar destinado para hacer efectivo el

“Jardín de Cosecha” –un área del Centro de Desarrollo Infantil (CDI)

Néstor Kirchner, siempre de Concordia– apenas tendrá capacidad para

32

http://bit.ly/1EKWRIF

Page 63: Fruto de la desgracia final epv

62

contener a 50 chicos siendo que la recolección de la fruta emplea a unas

15.000 personas.

Para conocer más detalles de esta iniciativa basta ingresar en el sitio

online de la Dirección de Prensa de la Municipalidad de Concordia.33

En dicho espacio, un comunicado reconoce que los menores de hasta 5

años suelen acompañar a sus familiares en los campos, aunque remarca

que “el trabajo infantil se ve en la franja que abarca desde los 12 años

hasta los 16 y 17”.

El texto en cuestión, que refleja la posición de organismos de gobierno

como el que lidera Satalía Méndez en esa parte de Entre Ríos, destaca que

en 2013 se detectaron hasta “120 niños menores trabajando en el citrus,

pero en más cantidades en cosechas de arándano”.

Contrario a este reconocimiento del problema que la cartera que

representa sí ejerce en la práctica, el funcionario aportó los siguientes

conceptos en la charla que mantuvo con este autor hace escasas semanas.

Patricio Eleisegui (PE): Lo contacto por las denuncias que me han

llegado en torno al trabajo infantil en Concordia. Los casos que se dan 33

http://bit.ly/1EKYeY2

Page 64: Fruto de la desgracia final epv

63

en el arándano. Me interesaría saber cómo observa el Ministerio de

Trabajo este problema y de qué forma enfrenta a las empresas que

ejercen esta explotación.

Guillermo Satalía Méndez (GSM): La información que le puedo dar se la

tiene dar el secretario de fiscalizaciones (Guillermo Alonso Navone), que

es quien maneja a todos los inspectores del país y el que tiene el

conocimiento. Lo que puedo hacer es darle el teléfono de él.

PE: Me interesa, claro. Pero el representante local es usted…

GSM: Bueno, acá está en vigencia una ley, la 26.940, que habla de la

promoción del trabajo registrado y el fraude a la ley laboral. Con

beneficios impositivos a la seguridad social que otorga esta ley a las

empresas si incluyen (en blanco) a cierta cantidad de trabajadores.

Es una ley vigente, se está haciendo mucha promoción.

PE: ¿Cuánto hace que está usted en el cargo?

GSM: Yo en la delegación estoy desde el año 2006. Entré como abogado.

Hace 8 años que estoy. Y como delegado llevo 3 años.

Page 65: Fruto de la desgracia final epv

64

PE: ¿Y cómo es el trabajo que se viene dando ahí, en Concordia, de

parte del Ministerio de Trabajo de la Nación?

GSM: En el Ministerio, desde que está a cargo (Carlos) Tomada, contamos

con informática de avanzada. Los inspectores van con sus netbooks y

saben al momento si un trabajador está o no dado de alta.

El Ministerio busca un objetivo social: que el empresario tome conciencia

de que es más beneficioso tener al trabajador registrado.

Y hemos tenido resultados muy buenos. Hoy encontramos que ya no es

así. Que la no registración se daba en los primeros años (de la actual

gestión).

Obviamente que se impusieron multas, que son elevadas. He firmado

resoluciones por 100.000, 200, 300 y hasta 600.000 pesos.

PE: ¿Cuáles han sido las empresas más multadas?

GSM: Es variado. No puedo dar un rubro porque abarcamos todas las

actividades comerciales de la región. Todo lo que sea cosecha de

Page 66: Fruto de la desgracia final epv

65

arándanos, fruta, la madera, el comercio, la gastronomía, todo. Todo lo

que sea actividad comercial en la costa del (río) Uruguay se inspecciona.

En el arándano no hay tantas irregularidades. Hubo en alguna

oportunidad, sí en los primeros tiempos. Pero el empresario del arándano

ya no se juega a que lo encuentren y agarren con trabajadores no

registrados.

PE: Me han acercado denuncias e información sobre el trabajo infantil

en el arándano…

GSM: El tema de los menores, fíjese usted que yo escuché menores no

específicamente en la actividad de la cosecha. Encontré menores en otras

actividades.

Obviamente se hizo la denuncia como corresponde, intervino la Justicia

Federal. Encontré menores en comercios.

La denuncia que hizo esta delegación Concordia fue específicamente en

otra actividad y no en el arándano.

PE: ¿Usted dice que no hay trabajo infantil en el arándano?

Page 67: Fruto de la desgracia final epv

66

GSM: No, yo no digo que no hay trabajo infantil en el arándano. No estoy

diciendo que no hay. Estoy diciendo que yo encontré menores en otras

actividades comerciales.

No significa que no pueda haber: yo no encontré. Capaz que ahora cuando

hacemos la inspección de la cosecha, capaz que encontramos. Pero no me

puedo adelantar a algo que no ha sucedido.

PE: En los tres años que usted lleva como delegado ¿nunca encontró

trabajo infantil?

GSM: Yo en la cosecha hasta ahora no tengo ninguna denuncia hecha. Que

puede haber, puede haber, cómo no. Pero eso queda a criterio de quien lo

dice.

La realidad, hasta ahora no. Trabajo no registrado sí… pero después

menores… las denuncias que he radicado fueron por otras actividades, no

en el arándano.

PE: ¿Y antes de su gestión ubicaron casos?

Page 68: Fruto de la desgracia final epv

67

GSM: Antes de nuestra gestión, calculo que han encontrado. Pasa que

después de la ley nueva que se sancionó, que (dice que) cualquier persona

que tenga trabajando a menores tiene una pena de 1 a 4 años, que se

modificó el código penal…

Imagínese que cualquier empresario no es tonto tampoco. Sabe que se le

viene una causa penal aparte de la sanción que impone el Ministerio de

Trabajo, la AFIP, Trabajo de Entre Ríos. Nosotros trabajamos de forma

conjunta.

PE: ¿Cómo se hacen las inspecciones?

GSM: Se hacen todo el año. Acá no hay descanso. Tenemos una

planificación, de acuerdo a gente que tenemos trabajando en la calle. Y,

aparte, la denuncia anónima.

Estamos muy informatizados, para que se de una idea tenemos ISO 9001

en control de calidad.

Para este año teníamos pautadas 3.200 inspecciones, de las cuales ya

cumplimos la mayoría en toda la costa del (río) Uruguay. Nos quedan 400

por hacer.

Page 69: Fruto de la desgracia final epv

68

PE: El Ministerio de Trabajo de la Nación ¿controla las condiciones a

las que se ven sometidos los trabajadores en el arándano? Me refiero,

por ejemplo, al contacto permanente con agroquímicos o productos

similares.

GSM: No, eso no nos corresponde. Nación se ocupa de constatar que el

empleado esté debidamente registrado. Nada más.

El tema de los químicos lo controla (el gobierno de) la provincia de Entre

Ríos. Por supuesto, si nosotros lo detectamos lo que hacemos es notificar

a Provincia.

Page 70: Fruto de la desgracia final epv

69

Un país irregular

En sintonía con lo que ocurre en Concordia, los abusos e irregularidades

en torno a la producción del arándano también se multiplican en buena

parte de los distritos que siembran y cosechan la fruta dentro de la

geografía argentina.

Además del polo de producción concerniente a esa ciudad de Entre Ríos,

el cultivo dice presente en municipios de la provincia de Buenos Aires

como Zárate, San Pedro o Baradero, en los departamentos tucumanos de

Monteros, Chicligasta, Famaillá, Alberdi o La Cocha y, también, en un área

creciente del departamento de Metán, en la provincia de Salta.

Page 71: Fruto de la desgracia final epv

70

El territorio bonaerense, según el Comité Argentino de Blueberries –

organización que nuclea a los exportadores locales del arándano–34,

totaliza alrededor de 600 hectáreas destinadas a la fruta e, incluso, ha

dado vida a una suerte de recorrido temático orientado al turismo bajo el

nombre de “Ruta del Arándano”.

Esta alternativa comprende visitas y degustaciones a fincas ubicadas en

torno a la ruta nacional 9 como Guadalupe, San José, Berry Well, Indigo

Star o Tango Berries.

Precisamente estos dos últimos establecimientos gozan de antecedentes

que, de seguro, son poco promocionados ante los turistas. En el caso de

Indigo Star, la compañía fue noticia a principios de 2014 por una serie de

denuncias en su contra por explotación laboral.

Con cultivos instalados en el camino de acceso a la localidad de Lima –

partido de Zárate–, la firma en cuestión recibió reclamos por sueldos

impagos, condiciones de trabajo insalubres, y hasta acusaciones de

ejercer la trata de personas35 para con trabajadores “golondrina”

provenientes de la provincia de Santiago del Estero. Julio Sandoval, uno

34

http://goo.gl/j6va76 35

http://goo.gl/5JKAYn

Page 72: Fruto de la desgracia final epv

71

de los afectados, no tuvo reparo en declarar ante medios bonaerenses que

el total de peones perjudicados por Indigo Star alcanzó los 120.

Por el lado de Tango Berries, la empresa también tuvo su momento

mediático a principios de 2014, cuando uno de sus gerentes entabló una

serie de acciones legales contra Graciela Gómez Vizcay, abogada

ambientalista que tomó a su cargo la representación legal de los

perjudicados por Indigo Star.

Tango Berries es una de las cinco productoras que, también con

operaciones muy cerca de Lima, integra la empacadora Berries del Plata.

Completan este emprendimiento las firmas Cultivo Arándanos SA, Berries

Argentinos SA, FAAS, y la compañía D&U SA. Según declara en su sitio

institucional, además de lo que ejecuta en Lima, Berries del Plata también

explota arándanos en Concordia y Tucumán.36

A principios de año, y tras estallar el escándalo por las acusaciones sobre

Indigo Star, desde la cúpula de Tango Berries se emitieron una serie de

cartas documento contra la mencionada Gómez y Daniel Vogel, director

del diario zarateño El Debate, por la publicación de un artículo titulado

36

http://goo.gl/VXWer3

Page 73: Fruto de la desgracia final epv

72

“Los esclavos del arándano en Zárate” en el que se detallaron

irregularidades en la operatoria de Berries del Plata.

En dicha nota, Gómez expuso que, de 2010 a la fecha, cerca de 190

personas oriundas de Bolivia habían llegado a uno de los establecimientos

que integran la empacadora con documentación falsa. “El fraude fue

utilizar documentos argentinos que se alquilan por monedas o han sido

extraviados para darles ‘el alta temprana’ y luego rotarlos cada dos o tres

días. Se hablaba de casas donde se alojaban más de 30 trabajadores en

condiciones precarias”, declaró la abogada.37

¿Cómo concluyó el cruce entre empresas y actores legales? A fines de

enero pasado, una inspección de GlobalGap –organización internacional

que evalúa la calidad de las prácticas agrícolas–38 certificó la producción

de Indigo Star. Es más: la compañía recibió una aprobación cercana a la

excelencia.

Algunos fragmentos de lo constatado por GlobalGap, y que dio origen a un

documento divulgado durante el primer trimestre de 2014 por diferentes

medios de Zárate:

37

http://goo.gl/nyo75M 38

http://goo.gl/7aGbdE

Page 74: Fruto de la desgracia final epv

73

“Durante el pico de la temporada de cosecha, los trabajadores de

temporada son alojados en tiendas de campaña. Estas son grandes carpas

con pisos sólidos y literas que se alquilan a tal efecto. También se ofrecen

colchones. El Ministerio de Trabajo realizó una inspección durante la

cosecha, el 12 de noviembre de 2013, y no hubo inconformidades en el

informe en relación con el uso (de) carpas”.

“Las mujeres tienen alojamiento independiente, aseos y duchas. La

evaluación se llevó a cabo en la oficina central de la granja de la empresa,

en las instalaciones de embalaje, en el lugar de producción y en las

viviendas de los trabajadores. El día de la evaluación, la temporada de

cosecha ya había terminado”.

“Hay suficientes instalaciones sanitarias: baños, lavamanos, duchas e

higiene. Disponen de agua caliente para las duchas, aseos en el área de

empaque, se ofrece agua potable para los trabajadores y la calidad del

agua se puso a prueba recientemente utilizando análisis de laboratorio de

la Municipalidad de Zárate. En esta inspección se enumeran todos los

trabajadores de la cosecha en la granja”.

Por su parte, la abogada Graciela Gómez dio por cerrado el reclamo a

Indigo Star tras el monitoreo de GlobalGap y, en lo que representó un

Page 75: Fruto de la desgracia final epv

74

inaudito cambio de posición, abandonó la polémica destacando, respecto

de la firma acusada, “excelente predisposición”, además de ofrecer

disculpas y enarbolar “el diálogo y el consenso entre las partes”.39

Fuera de la “Ruta del Arándano” que promueve la visita a estancias y

comercios en San Pedro, Baradero o Zárate, el producto también tiene

presencia en otros puntos de la provincia de Buenos Aires.

San Andrés de Giles y Suipacha son localidades en las que la cosecha de la

fruta también genera un importante rédito económico. Por supuesto, el

cambio de geografía lejos está de implicar la erradicación de los abusos.

Así, la firma Berry Argentina SA de, justamente, San Andrés de Giles,

resultó acusada en noviembre de 2012 de mantener a 102 cosecheros

provenientes de Misiones bajo “condiciones rayanas con las esclavitud”.

Estas personas –hombres y mujeres oriundos de Andresito y Oberá a

quienes la compañía descontaba la comida diaria, además del valor del

pasaje mediante el cual arribaron desde el noreste del país–, lograron ser

rescatadas en un operativo comandado por el mismísimo Ministerio de

Justicia y Derechos Humanos.40

39

http://goo.gl/YuCEEW 40

http://goo.gl/WBUq1c

Page 76: Fruto de la desgracia final epv

75

“Estas personas estaban reducidas a la condición de esclavas, porque,

según les contaron a los profesionales de nuestra Oficina de Rescate, las

hacían dormir en carpas, las alimentaban muy precariamente, con lo cual

pasaban hambre, y estaban privadas de su libertad, porque no les

permitían salir del establecimiento por ninguna razón”, declaró41 en ese

momento Julio Alak, titular de la cartera nacional.

“Es aberrante que empresas importantes aumenten sus ganancias

sometiendo a las personas a la humillación y a la degradación más

escandalosas, pero para eso está el Estado: para no tolerar estas prácticas

dignas de señores feudales y castigar a sus responsables con todo el peso

de la ley”, añadió.

Entrevistados por agentes del ministerio antes mencionado, los

cosecheros relataron en ese tramo final de 2012 que la remuneración

diaria que percibían alcanzaba los 200 pesos diarios por persona sólo si

cada uno lograba llenar 17 cajas con arándanos.

Según lo declarado por estos empleados de Berry Argentina SA, tamaño

volumen resultaba imposible de alcanzar y apenas si se lograba completar

41

http://goo.gl/4isTuA

Page 77: Fruto de la desgracia final epv

76

la mitad de lo exigido al final de cada jornada. Esto daba como resultado

un pago que la empresa definía de forma arbitraria.

Por su parte, la provincia de Tucumán aparece como la gran rival de

Concordia en lo que hace a hectáreas sembradas con arándanos y

volumen de cosecha. Y, entre otras particularidades que tienden a

favorecer la actividad en ese territorio, la explotación de la fruta incluso

ha sido celebrada por la misma presidenta de la Nación.

Una muestra: en octubre de 2013 y a través de su sitio Web42, Cristina

Fernández de Kirchner destacó la entrada en funcionamiento de una

nueva terminal de carga para la exportación de arándanos desde el

aeropuerto Benjamín Matienzo de la capital tucumana.

“Fíjense ustedes lo que es también algún tipo de cultivos cómo generan

mano de obra: 1.200 hectáreas generan 30.000 puestos de trabajo. Hoy

estamos con capacidad de cosechar el arándano a la mañana y colocarlo

en el vuelo a la noche para que salga directamente a Estados Unidos. Eso

se llama logística y hoy podemos decir que estamos alcanzando la mejor

logística, por ejemplo, en materia de arándanos”, expone un textual

publicado por la primera mandataria.

42

http://goo.gl/HF8o2m

Page 78: Fruto de la desgracia final epv

77

El impulso oficial resultó de tal magnitud en ese momento que, pocos días

después, en San Miguel de Tucumán fue noticia el arribo de un Boeing

777 –considerado uno de los aviones más grandes jamás construido– que

tocó suelo local para luego retomar vuelo con sus bodegas abarrotadas de

arándano argentino.43

Lo nunca dicho por Cristina Fernández, como es usual cada vez que apela

al sesgo patriótico en sus intervenciones, es de qué forma está

estructurada la exportación de la fruta desde esa provincia. Así, la salida

del producto de Tucumán corre por cuenta de compañías internacionales

con la chilena LAN a la cabeza.

Mientras que Aerolíneas Argentinas no participa del negocio de mover la

fruta por las características de sus aeronaves –con foco en el traslado de

pasajeros en detrimento del movimiento de carga–, el traslado del

arándano corre por cuenta de las firmas Tampa –una alianza entre la

colombiana Avianca y la peruana Taca–, la estadounidense Centurión –

con base en Miami– y la aerolínea trasandina antes nombrada.

Sólo la concreción de este transporte aéreo le asegura a las firmas

mencionadas ganancias anuales cercanas a los 6 millones de dólares.

43

http://goo.gl/yyTpNh

Page 79: Fruto de la desgracia final epv

78

Por último, resta mencionar el caso de otro territorio que viene sumando

hectáreas de arándano a la producción total de la Argentina: la provincia

de Salta.

En dicho distrito, el liderazgo en términos de explotación corre por

cuenta de la firma Extraberries SA44, con operaciones en el departamento

de Metán. El emprendimiento cuenta con 197 hectáreas plantadas con la

fruta, superficie mediante la cual la empresa en cuestión apuesta a

promediar las 2.000 toneladas de arándanos cosechados al final de cada

año.

Según el Comité Argentino de Blueberries, la sumatoria de las

producciones en las distintas provincias, con la inclusión de áreas de

escaso volumen o directamente marginales, expone que la explotación del

arándano –con hectáreas que siempre pueden variar– se distribuye de

esta manera en la Argentina:

44

http://goo.gl/dcJ2As

Page 80: Fruto de la desgracia final epv

79

Page 81: Fruto de la desgracia final epv

80

El dilema de comer

El calibre de los agroquímicos que se utilizan para producir arándanos en

Concordia, Entre Ríos, enciende los interrogantes respecto de qué efectos

generan estos si permanecen en frutas que luego resultan ingeridas.

En ese aspecto, este autor contactó a una serie de especialistas en salud

que no sólo remarcaron la ilegalidad de utilizar compuestos no

habilitados por el SENASA como ya develó esta investigación sino que,

además, destacaron la supervivencia de los pesticidas en el cuerpo, en

muchos casos, por tiempo prolongado.

Una coincidencia casi generalizada entre los expertos consiste en la

acción de los plaguicidas como disruptores endocrinos, esto es, sustancias

artificiales que alteran distintas funciones al, por ejemplo, imitar la acción

de hormonas naturales.

Sólo este aspecto, que se activa al consumir alimentos contaminados con

ciertas formulaciones de agroquímicos, puede derivar en una batería de

Page 82: Fruto de la desgracia final epv

81

problemas que van desde diversos tipos de cáncer hasta enfermedades

reproductivas en la mujer, pasando por problemas de fertilidad

masculina, complicaciones de tiroides, alteraciones neurológicas y

trastornos en menores en edad de pubertad.

Por supuesto, hay consecuencias adversas que por la naturaleza novedosa

de muchos de los químicos que hoy se pulverizan sobre la fruta todavía se

mantienen desconocidas.

“Hay certezas de que los químicos quedan en el cuerpo, pero no de la

totalidad de los efectos negativos que pueden generar. Campañas como

‘Mala Sangre’ –llevada a cabo en 2013 por la organización BIOS de Mar del

Plata, que lidera la reconocida Silvana Buján– ubicaron restos de

pesticidas en prácticamente todas las personas evaluadas. Y eso se da por

la alimentación”, sostuvo ante este autor Miryam Gorban, nutricionista y

titular de la cátedra de Soberanía Alimentaria en la Facultad de Medicina

de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

En tanto, Medardo Ávila Vázquez, médico pediatra, neonatólogo, y

docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba, aportó

un primer acercamiento respecto de qué sucede si se consumen

arándanos tratados con determinadas sustancias.

Page 83: Fruto de la desgracia final epv

82

“Los plaguicidas se incorporan, pero las consecuencias varían según su

tipo. Los organofosforados como el clorpirifos o el metil azinfos se

acumulan en el cuerpo. Esto pasa principalmente con los insecticidas que

se usan en todas las frutas finas y el arándano. Depende del organismo, la

interacción de estos químicos es diferente y lo mismo puede decirse de

sus efectos como disruptores. Pueden desembocar en cáncer o cualquier

problema de fertilidad, siempre según cada cuerpo”, explicó a este autor.

“Ahora en las frutas se están usando muchos productos de la gama de los

neonicotinoides qué prácticamente no se degradan. Hay que empezar a

prestar atención porque es lo que está apareciendo. Sobre estos químicos

se desarrollan insecticidas que son echados a los plantines y estos lo

absorben y lo mantienen dentro. Los plaguicidas luego van a las flores,

matan a los insectos, pero el otro tema está en que muchas de esas flores

se hacen fruto. Y ahí es cuando comemos el veneno”, aseguró.

Con el objetivo de sumarle otra potencia a estos dichos, quien aquí

escribe contactó a Sandra Medici, bióloga y directora de la División de

Análisis de Alimentos del Instituto Fares Taie45 de Mar del Plata quien,

45

http://goo.gl/dxJV6

Page 84: Fruto de la desgracia final epv

83

ante preguntas sobre la residualidad de algunos de los agroquímicos que

se utilizan en el arándano de Concordia, aportó nuevas precisiones.

“Los diferentes agroquímicos, dependiendo de su estructura química

tienen distintos tiempos de vida media (es el tiempo en que tarda en

degradarse el 50 por ciento del plaguicida en condiciones normales). Así,

cada producto tiene especificado cuantos días antes de la cosecha deben

ser aplicados para que no queden residuos”, dijo.

“En general, los principios activos de los productos permitidos para su

uso en arándanos tienen una baja residualidad y bajo tiempo de vida

media. Esto no quiere decir que si lo aplican fuera de tiempo, es decir

antes de cosecharlos, este producto no llegue a nuestro organismo cuando

lo consumimos”, aclaró.

Para graficar lo que sucede con la fruta si se respetan los compuestos que

sí habilita SENASA y los tiempos de aplicación, Medici apeló a un ejemplo.

“La mezcla de boscalid y trifloxystrobin es utilizada en floración y cuaje

de los frutos a fin de prevenir y tratar diversas enfermedades causadas

por hongos. Inmediatamente después del tratamiento con el plaguicida,

queda sobre el vegetal una cantidad determinada del mismo y ésta puede

ser variable en función de factores como: dosis de plaguicida aplicado,

Page 85: Fruto de la desgracia final epv

84

naturaleza química del plaguicida, características de la aplicación,

naturaleza de la superficie vegetal”, comentó.

Para enseguida indicar: “La cantidad de residuo presente en el momento

del consumo del producto tratado depende del depósito inicial y del

tiempo transcurrido entre el tratamiento, la recolección y el consumo

(período de carencia). Esto, teniendo en cuenta la acción de los factores

que influyen en su disipación y los tratamientos a los que se somete el

producto después de la recolección”.

En otras palabras, la naturaleza tóxica de los productos legalmente fijados

por SENASA debería atenuarse si se utilizan dosis bajas y se respeta un

determinado lapso antes de su ingesta. La mera utilización de químicos no

habilitados para el arándano –además, mediante aplicaciones irregulares

y sin criterio en términos de cantidades o tiempos de espera para el

consumo–, como expone este trabajo, da por tierra con toda la posibilidad

anterior.

Ahora, y por fuera de lo establecido y el método que debería seguirse y

muchas compañías no respetan, ¿qué sucede con los agroquímicos que

pueden quedar en la fruta? ¿Existe alguna manera hogareña de

eliminarlos?

Page 86: Fruto de la desgracia final epv

85

Medici contestó de manera positiva: “Si el producto es sometido a hervor,

los plaguicidas (permitidos) se degradan en un lapso de 10 a 15 minutos a

100 grados centígrados. Por esta razón, es improbable que queden

residuos después del procesamiento para dulces. Por lo general, el

proceso de hervir los vegetales elimina a los plaguicidas”.

Ya en el último tramo de la consulta, la especialista expuso un riesgo:

“Desconozco la forma de producción del jugo de arándanos, pero asumo

que debe llevar pasteurización lo que eliminaría el residuo de plaguicida.

Pero, si el jugo no es pasteurizado, el agroquímico queda…”.

Page 87: Fruto de la desgracia final epv

86

El arándano estaba con químico

“Me hicieron una biopsia, pero parece que no está bien hecha. El

problema es que como me la hicieron mal, se atrasó la medicación que yo

tendría que haber empezado a tomar ¿vio? Me atendieron en el hospital

Masvernat de Concordia. Ya tomo unas cuantas pastillas por los dolores,

pero no me hacen ningún efecto”.

A mediados de mayo, Edgardo Ferreyra, el ex empleado de Blueberries SA

que disparó la concreción de este trabajo, accedió a mantener una

segunda –aunque muy breve– charla telefónica con este autor. Lo que

sigue, prácticamente sin intervención de quien aquí escribe, son algunos

de sus dichos:

Page 88: Fruto de la desgracia final epv

87

“Me tengo que hacer una quimioterapia cada 20 días. Cada una me sale

como 23.000 pesos. Los de LALCEC (Liga Argentina de Lucha contra el

Cáncer) me dijeron que me pueden cubrir dos nada más. El tema es que

yo me tengo que hacer seis”.

“Tengo que hacerme más rayos y me los voy a hacer en Concepción del

Uruguay. Eso no sería un costo muy caro, parece. Por lo que sé son rayos

nomás…”.

“Está comprobado, eso me dijo mi médica, que no había que comer

arándanos porque estaba con químico”.

La profesional a quien hizo referencia Ferreyra es Mónica Murtagh, jefa

en el servicio de Hematología del hospital Masvernat, y una de las

principales especialistas en enfermedades de la sangre en el noreste de

Entre Ríos.

Contactada también de manera telefónica, la doctora en cuestión hizo gala

de contradicciones hasta concluir el diálogo de manera intempestiva.

En todo momento, su intención fue la de no referirse a la situación del ex

empleado del arándano, incluso adujo desconocer su dolencia, para

Page 89: Fruto de la desgracia final epv

88

enseguida aportar comentarios de alguien que está bien al tanto de

aquello que se le consulta.

“Voy a averiguar si lo que pasó puede tener que ver con los agroquímicos.

Déjeme que averigüe en unos días. No tengo idea de qué productos se

usan en los arándanos. Pero los organofosforados no son la bomba de

Hiroshima. No he recibido información en la que se haga hincapié en que

los factores ambientales fueron los desencadenantes del problema”,

sostuvo Murtagh, siempre respecto de la situación sanitaria de Edgardo

Ferreyra.

Pese a que en todo momento remarcó su desconocimiento respecto de los

plaguicidas que se aplican sobre la fruta, la especialista insistió con que

“no se puede decir que hay una relación directa con los organofosforados”

–palabra que jamás pronunció este autor en todo el diálogo–, además de

repetir una apreciación que fija una postura frente al problema de la

contaminación con agroquímicos: “Los organofosforados no son la bomba

de Hiroshima”.

En lo concreto, y tal como expuso este autor en su libro “Envenenados”

(Wu Wei, 2013), los organofosforados no resultaron aplicados sobre la

ciudad japonesa de Hiroshima pero bien se los podría haber utilizado:

Page 90: Fruto de la desgracia final epv

89

fueron descubiertos durante la primera mitad del siglo XIX, pero su

principal desarrollo se dio en tiempos de la Segunda Guerra Mundial

como gases neurotóxicos.

La evolución de estos compuestos como armas químicas corrió por

cuenta de la Interessen-Gemeinschaft Farbenindustrie AG (IG Farben), un

conglomerado alemán conformado en 1925 por compañías como Bayer o

BASF. Durante la contienda, dicho grupo de empresas llegó a sintetizar

más de 300 organofosforados para uso militar.

El grupo de empresas que integraron Bayer y BASF también inventó,

entre otros, el Tabún, un gas nervioso que mata por paralización del

sistema cardiorrespiratorio en menos de 15 minutos.

Los organofosforados fueron pilar fundamental para el desarrollo de

gases letales como el Sarin, que apareció en escena en la guerra Irak-Irán

de los años 80 y los atentados terroristas que tuvieron lugar en Japón en

1994 y 1995.

Entre los pesticidas basados en organofosforados que se aplican sobre el

arándano en Concordia –pese a que Murtagh dijo no estar al tanto de los

químicos que demanda la actividad–, se destacan los insecticidas metil

azinfos y clorpirifos que tanto la germana Bayer como la estadounidense

Page 91: Fruto de la desgracia final epv

90

Dow comercializan bajo las etiquetas “Gusathion M 35”, “Gusathion 36

SC” y “Lorsban”.

Edgardo Ferreyra protagoniza la fotografía que sigue; registro tomado

este año por el sitio Federación 24 para una noticia46 luego dada de baja

por el mismo portal.

Oriundo de, precisamente, Federación, y conocido en su localidad como

“Burrito”, Ferreyra falleció el martes 10 de junio de 2014 en el hospital

Delicia Masvernat de Concordia. Tenía 48 años.

46

http://goo.gl/6rK13g

Page 92: Fruto de la desgracia final epv

91

Page 93: Fruto de la desgracia final epv

92

Sobre el autor:

Patricio Eleisegui (10 de abril de 1978) se crió en Sierra de la Ventana,

provincia de Buenos Aires. Trabaja en medios de comunicación desde

2002. Fue productor de televisión en el canal América. En prensa gráfica

publicó notas en diversos medios argentinos y del exterior (Revista

Page 94: Fruto de la desgracia final epv

93

Noticias, revista Mercado, revista Users, Diario Z de Buenos Aires, y

publicaciones de Uruguay, México, Colombia y Chile).

En 2007 integró la sección Tecnología de Infobae Profesional que ganó el

Premio Sadosky a la Innovación Periodística. En diciembre de 2008 fue

consagrado ganador de la categoría Prensa Digital del premio ESET

Latinoamérica.

En la actualidad, se desempeña como editor de la sección Negocios del

diario económico iProfesional.com (ex Infobae Profesional). Integra el

Foro de Periodismo Argentino (FOPEA).

A fines de noviembre de 2013, su crónica "Una bomba química mata en

Entre Ríos" fue consagrada finalista del premio La Voluntad organizado

por la fundación de periodismo Tomás Eloy Martínez.

En diciembre de 2013 publicó “Envenenados” (Wu Wei), una

investigación periodística en la que aborda el proceso histórico que

culminó en el uso indiscriminado, en la Argentina, de semillas

modificadas genéticamente y pesticidas de diversa índole.

Page 95: Fruto de la desgracia final epv

94

En marzo de 2014, participó como entrevistado y productor en un

documental llevado a cabo por Canal+ de Francia acerca de los

transgénicos que se desarrollan en la Argentina.

Como escritor de ficción publicó el volumen de cuentos “Nubes de polvo

sopladas a cañonazos” (Milena Caserola/Octavo Loco, 2013), y textos de

su autoría integran las antologías “12 Rounds” (Lea, 2012), “Cuento Raro”

(Outsider, 2012), “Charco Negro” (Wu Wei, 2013), y “Paganos” (Alto Pogo,

2014). Su primera novela fue finalista dos veces de forma consecutiva del

Premio Clarín Alfaguara de Novela (2011 y 2012).

Page 96: Fruto de la desgracia final epv

95

Índice

Yo comí arándano envenenado 2

El arbusto millonario 7

Del vinagre al agroquímico 12

Hormonas y lipomas 29

La fruta no se lava 37

Cultivar con esclavos 44

Gobierno y trabajo infantil: no hay, pero hay 60

Un país irregular 69

El dilema de comer 80

El arándano estaba con químico 86