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“EVALUACIÓN DE LA CALIDAD Y PRODUCTIVIDAD EN LA DOCENCIA DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR”
Área temática: Educación Modelos y esquemas educativos de vanguardia en las facultades y escuelas de negocios
AUTORES
M. en A. Ma. Hilda Rodales Trujillo,
M. en A. Mario Chávez Zamora
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
Facultad de Contaduría y Ciencias Administrativas
Edificio A-Ii de Ciudad Universitaria
Morelia, Michoacán, México
01-(443)-3-16-74-11
01-(443)-3-18-18-01
01-(443)-3-39-06-45
Av. Mil Cumbres # 252 Col. Lomas del Tecnológico
Morelia, Michoacán, México. C.P. 58117
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“EVALUACIÓN DE LA CALIDAD Y PRODUCTIVIDAD EN LA DOCENCIA DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR”
RESUMEN
El nivel de calidad y productividad de los docentes en Instituciones de Educación Superior es un
concepto que puede ser medido y evaluado de forma normativa o en términos relativos, esto no
permiten una evaluación concreta y/o absoluta, lo que obliga a la creación de “indicadores” que
permitan constituir un valioso instrumento que proporcione elementos de juicio para analizar a
fondo los procesos educativos, convirtiéndose en un proceso que arroje información para
promover y asegurar la mayor calidad y productividad de las acciones y resultados de la
docencia.
Palabras claves: evaluación docente, calidad, productividad, indicadores.
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En México a finales de los años ochenta, los términos de crisis, calidad, rendición de cuentas,
competencias, globalización, eficiencia y modernización, entre otros, colmaron el discurso, el
análisis y la agenda de aquellos años. Pero los más relevantes, sin duda, fueron la evaluación y
el financiamiento. La primera como política que permitiría alcanzar las aspiraciones de mejora
educativa y establecer nuevas reglas de entendimiento entre el Estado y el sistema educativo:
en adelante, tanto agentes como instituciones estarían sujetos a evaluación, a un escrutinio
público y tendrían que justificarse con base en resultados. Así, en los años siguientes, se
afinaron los mecanismos y se expandió su alcance: todos, agentes, niveles e instituciones
quedaron bajo nuevas reglas de juego (Canales 2010).
El último escalón en la construcción del instrumento de evaluación son los indicadores,
considerados como aquellos conceptos que nos permiten definir de una manera objetiva la
calidad y productividad de las instituciones de educación superior y como un mecanismo a
través del cual pudieran dar a conocer el cumplimiento de su responsabilidad educativa.
Desde la perspectiva de la evaluación se han buscado diferentes definiciones para el término
“indicador”. Es así como en un trabajo realizado por La Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), se define indicador como “un valor numérico utilizado para
medir algo difícil de cuantificar”. Por su parte la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas
de Contaduría y Administración (ANFECA) en la ponencia central de la XLIII Asamblea Nacional
(2002) adopta el término de indicadores aquellos conceptos que nos permitirán cuantificar las
actividades del académico. En algunos casos el indicador es el propio subfactor, como sucede
con el grado académico máximo, en el factor de Formación y Actualización Académicas, pero
en otros el subfactor se desglosa en varios indicadores.
La realidad de un sistema educativo es enormemente compleja, por lo que ningún indicador
particular podría abarcarla en su totalidad. Particularmente en el ámbito de la docencia en
Educación Superior, la complejidad se refiere a qué tipo de evaluación resulta más adecuada,
dada la naturaleza del objeto de estudio que constituye la calidad y productividad de dichas
instituciones. Para intentarlo se necesitan muchos indicadores, que en conjunto cubran sus
múltiples dimensiones.
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Resulta demasiado fácil contar con información sobre; el número de docentes, tanto de tiempo
completo, de tiempo parcial, de asignatura e invitados; el de alumnos por licenciatura o el de
computadoras en laboratorio de cómputo; y construir indicadores como el de alumnos por
docente o el de computadoras por alumno. Sin embargo, no se cuenta habitualmente con
información suficiente para evaluar aspectos más complejos, pero esenciales si se quiere tener
una visión completa de la calidad, tales como el grado en que se logran efectivamente los
objetivos curriculares, tanto en el dominio cognoscitivo como, con mayor dificultad aún, en el
afectivo.
Los indicadores tienen el atractivo de su claridad pero su limitante radica en que no es posible
traducir, con precisión, las complejidades del proceso de interacción que se da en la docencia a
términos numéricos. Es por esta razón, solamente se proponen indicadores de evaluación de la
calidad y de la productividad para algunas áreas, ya que en otras, por su fuerte contenido
subjetivo, no es posible establecer indicadores y menos aún estándares.
La calidad y productividad docente
Al tratar sobre la calidad en educación es frecuente establecer discusiones polarizadas
comprensibles cuando el origen del concepto se asocia con los negocios, la producción y sus
resultados. La calidad requiere de un juicio de valor para ser juzgada, y es en ese sentido que la
calidad de la educación requiere de elementos no solo cuantitativos (que son básicamente los
más desarrollados en el ámbito de los negocios) sino también de los cualitativos que juzgan las
peculiares formas de ser, en un contexto dado, de los involucrados en el fenómeno educativo,
en particular la relación entre las autoridades y los estudiantes y los profesores, y la referente a
los profesores y alumnos.
Para Münch la calidad de la educación es el análisis de los insumos disponibles, los procesos
educativos y los resultados obtenidos en diversos contextos, lo que asegura la doble
interpretación de calidad como evaluación de los procesos escolares y como evaluación de los
resultados educativos.
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Para Sánchez (2005) la calidad de la educación superior se manifiesta a través de los
procesos, la generación, la transmisión y preservación del conocimiento en cuanto a actividades
docentes, a las tareas de investigación de extensión y difusión de la cultura.
La calidad de la educación superior constituye un concepto relacional, multideterminado. El
mejoramiento de la calidad de la educación superior en el nivel institucional implica
necesariamente la integración de todos los actores de la organización: profesores, cuerpos
académicos, personal directivo y de apoyo administrativo, articulados a través de los
académicos y la relación con el entorno sociocultural (Álvarez, 1997).
Para elevar la calidad de la educación superior es necesario consolidar las condiciones
institucionales que hagan posible el adecuado cumplimiento de sus funciones. Han de hacerse
planteamientos integrales de carácter institucional, y no exclusivamente de índole académico,
en una visión estratégica de relación de fines y medios (Sánchez, 2005).
Al definir la calidad en la docencia por medio de los resultados obtenidos del proceso, la
consecuencia clara es que se deben evaluar resultados tales como: satisfacción personal del
alumno, desempeño laboral y contribución al desarrollo económico y social, pero, para hacer
que la docencia cumpla con los requerimientos de calidad y productividad establecidos, es
necesario efectuar una evaluación a nivel del proceso y de sus componentes, como una
forma de asegurar que el resultado sea de calidad. Para esta evaluación son necesarios los
indicadores.
La productividad es una medida de la eficiencia del empleo de los recursos para generar
bienes y servicios, que compara cuanto producimos con los recursos que utilizamos para
producirlo. La productividad, definida como la relación producto/insumo, refleja la eficiencia
de las operaciones internas o cuán bien se emplean los recursos en un sistema (Seymour,
1995). La productividad alude a los productos por unidad de insumo. Tal medida es una
razón entre producto e insumos (Chase y Aquilano, 1995). En la medida en que se aumenta
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la producción empleando igual cantidad de recursos, se es más eficiente desde el punto de
vista económico (mayor producción, menores costos). Para la OCDE, productividad es igual
a producción dividida por cada uno de sus elementos de producción.
Para Gonzales (2003), la productividad es el indicador de eficiencia y eficacia del sistema en la
producción de bienes y servicios. Entendiéndose por eficiencia la mejor relación posible de
costos entre los medios y los resultados, entre los recursos empleados y el producto obtenido, y
por eficacia una medida para satisfacer los requisitos de cantidad, calidad, tiempo y lugar.
El impacto de la productividad, se ve reflejado en la población en la medida que su nivel de vida
se incrementa, tomando como nivel de vida el grado de bienestar material de que dispone una
persona, clase social o comunidad para sustentarse y disfrutar de la existencia.
Es importante hacer notar que un incremento de la producción no supone por si mismo un
aumento en la productividad, si hay que incrementar recursos proporcionalmente iguales al
aumento de la producción obtenido, la productividad no cambia. Y si los recursos utilizados
crecen en porcentaje mayor que la producción, el aumento de esta última se estará logrando al
precio de un descenso de la productividad. Por lo anteriormente dicho incrementar la
productividad significa producir más con el mismo consumo de recursos, o sea el mismo costo
referente a materiales, tiempo de máquina o mano de obra entre otros que participan en la
empresa, o bien producir la misma cantidad, pero utilizando menos recursos de tiempo
(máquina o mano de obra) de forma que los recursos que son así economizados pueden
dedicarse a la producción de otros bienes.
La construcción de indicadores
Al formular indicadores se considera como base conceptual el modelo propuesto, el cual
postula que en el proceso de docencia intervienen elementos materiales y elementos
intelectuales que afectan la transformación del alumno en un profesionista de nivel superior,
Además es necesario formular los siguientes supuestos o hipótesis:
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1. La calidad de la docencia sólo puede ser evaluada, por quien usa o se beneficia del
proceso; alumnos que se transforman en profesionistas, organizaciones que emplean a
dichos profesionistas y la sociedad que recibe el aporte económico y social del
profesional.
2. La productividad de la docencia sólo puede ser evaluada, por la administración central
de las Instituciones de Educación Superior, en virtud de ser quien conocen la cantidad
de recursos necesarios utilizados para la práctica docente y ofrecer como producto
terminado profesionales que se incorporen a la fuerza laboral que contribuyan al
desarrollo económico social.
3. Cada elemento o factor que interviene en el proceso de docencia, posee dos
dimensiones; una dimensión a la que se denominará tangible y una dimensión
denominada intangible.
4. La dimensión tangible se relaciona con los aspectos cuantitativos del elemento, es decir,
con sus aspectos físicos.
5. La dimensión intangible, en cambio, está relacionada con la percepción1 del elemento
que tienen los alumnos, egresados o la sociedad, es decir, su apreciación es subjetiva.
La percepción incide sobre la satisfacción o grado de cumplimiento de expectativas
personales del alumno o egresado, de manera que una percepción positiva de los elementos
o factores que afectan la docencia incide en una mayor satisfacción y por lo tanto, se crea la
imagen de calidad de la misma.
La dimensión tangible del elemento incide en la percepción del mismo.
1 Percepción entendida como la organización e interpretación de la información captada por nuestros órganos sensoriales, del ambiente que nos
rodea. La percepción es la capacidad del ser humano para analizar e interpretar los estímulos.
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La dimensión intangible del elemento incide de manera indirecta en la dimensión tangible.
Una percepción positiva de cada elemento contribuye a crear las condiciones para mejorar la
dimensión tangible.
El modelo pretende construir indicadores que permitan evaluar los procesos y por ende
permitan contribuir a mejorar la calidad de la docencia y la productividad, es necesario
construir indicadores intermedios que midan cada elemento en sus dimensiones parciales;
tangible y intangible, y después establecer relaciones entre dichos indicadores de manera de
evaluar el impacto del elemento en el resultado final.
A continuación se efectúa una propuesta metodológica que permite construir indicadores a
partir de modelo propuesto.
Indicadores de medición de la dimensión tangible
La dimensión tangible del elemento contribuye de manera indirecta en el resultado de calidad
de la docencia, expresada como satisfacción de las expectativas personales, el adecuado
desempeño laboral y contribución positiva al desarrollo económico y social, al generar las
condiciones necesarias para que el proceso de transformación, denominado docencia, se
lleve a cabo.
1. Elementos materiales:
Los indicadores que se construyan para esta dimensión deben medir la capacidad o
disponibilidad de recursos con que cuenta la institución para llevar a cabo el proceso de
docencia.
Para efectuar la medición, se debe recurrir a la recolección de información física y establecer su
relación con los alumnos que están en el proceso.
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Utilizaremos los siguientes indicadores:
De esta manera, el recurso material queda relativizado en función de los alumnos
participantes del proceso.
Asimismo, es posible variar el denominador y medir, por ejemplo, la disponibilidad del
recurso en función de diferentes tipos alumnos: alumnos por carrera, alumnos de primer
año, etc.
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2. Elementos Intelectuales.
Los indicadores de medición para esta dimensión, dan cuenta de la dotación de elementos
intelectuales de la institución de educación superior que serán empleados en la docencia.
Para efectuar la medición, se debe contar con información tangible.
Se presentan los siguientes indicadores:
Indicadores de medición de la dimensión intangible.
Para medir la dimensión intangible o percepción de cada elemento, es necesario recurrir a las
encuestas de opinión a alumnos, egresados, pares académicos y empleadores o sociedad en
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general, como fuente de información y, por medio de una escala numérica2 (que puede ir por
ejemplo desde 1 a 5) transformar una variable cualitativa, como lo es la percepción, en una
variable cuantitativa.
Las escalas consisten en un formulario de doble entrada. En sentido horizontal se
representan los aspectos a evaluar, y sobre los cuales el encuestado debe manifestar su
percepción y, en sentido vertical la escala de gradación.
El indicador de medición puede corresponder al valor medio o a la moda3 de la percepción de
la calidad asociada al elemento.
En el cuestionario, el encuestado debe indicar, además, cuál es el nivel deseado para el
elemento.
Indicadores de calidad
A partir de los indicadores de medición de la dimensión intangible de cada elemento, es posible elaborar un tipo de indicador de evaluación de la calidad de la docencia, que permite evaluar la calidad a nivel de los elementos que inciden en el proceso. Este indicador se denominará “Nivel de Satisfacción”.
El indicador “Nivel de Satisfacción” relaciona el nivel Percibido con el nivel Deseado para cada
elemento.
De modo que el Nivel de Satisfacción será el cociente entre 2 valores numéricos: Si el nivel
deseado de la variable es 5, y el nivel percibido es 3, entonces el indicador queda expresado
como:
Nivel de satisfacción:
2 Es posible emplear una escala cuantitativa discontinua.
3 Se debe conocer y tener en cuenta las ventajas y desventajas de cada una de las medidas de tendencia central.
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El valor obtenido por el indicador debe interpretarse como el nivel de satisfacción alcanzado
en relación con el nivel deseado.
Este indicador puede ser mayor o igual a cero.
Un indicador definido de esta manera permite administrar los elementos para generar
mejoras en la percepción y por ende en la calidad.
El valor obtenido, debe evaluarse comparándolo con un estándar, previamente establecido.
El estándar a utilizar para efectos de evaluación y control puede provenir de la experiencia
(histórico), puede ser el valor medio para igual indicador del sistema de educación superior o
la media para las universidades o la evaluación puede centrarse en la verificación del
cumplimiento de metas de la propia institución.
Indicadores de evaluación de la productividad.
Para construir el indicador de evaluación de productividad debe efectuarse una combinación de los indicadores de medición de las dimensiones tangible e intangible, para cada elemento considerado en el modelo:
A modo de ejemplo:
a. Elemento Profesores:
1. Indicador de medición de la dimensión tangible: Porcentaje de académicos de tiempo
completo con grado de doctor.
2. Indicador de medición de la dimensión intangible: Calificación media de la percepción
de la calidad del profesorado.
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Indicador final =
b. Elemento Infraestructura
1. Indicador de medición de la dimensión tangible: Nº de laboratorios/Nº alumnos.
2. Indicador de medición de la dimensión intangible: Calificación media de la percepción de
la calidad de los laboratorios.
Indicador final =
El resultado cuantitativo obtenido que relaciona ambas dimensiones del elemento constituye
un índice, al cual se puede asignar Base 100, de manera que el indicador no tiene relevancia
a menos que sea considerado en un contexto temporal y sea empleado para medir la
variación del índice (la cual puede ser porcentual) período a período, lo cual permite obtener
información acerca del uso de los recursos para generar calidad y por ende puede ser
empleado para evaluar la productividad del proceso.
Para un indicador como el descrito, no es posible la conceptualización de estándares.
Es posible relacionar en términos proporcionales la mejora en percepción de calidad con el
uso de recursos materiales, humanos y financieros que se destinan a elevar la dimensión
tangible de la variable. De modo que se es más productivo en la medida que el incremento
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en la calidad percibida sea mayor al empleo de recursos destinado al mejoramiento de la
dimensión tangible.
Evaluación de la calidad global del proceso de docencia.
Para evaluar la calidad global del proceso de docencia se propone la siguiente metodología
para generar indicadores de evaluación del mismo.
Los alumnos, que serán sometidos a transformación mediante el proceso de docencia, pueden
ser clasificados de acuerdo a las siguientes variables:
1. Nivel Socioeconómico.
2. Calificación obtenida en el examen de admisión.
3. Tipo de educación media superior (institución de procedencia): pública o privada, ó
por tipo de enseñanza; humanista- científica, técnico-profesional.
Para cada grupo de alumnos, o segmentado de acuerdo a las variables indicadas, es posible
construir al menos tres indicadores: Deserción. Rendimiento y Duración de la carrera
Por ejemplo:
1. Indicador de Deserción:
Este indicador permite obtener la proporción de alumnos de la sección 01 del primer
semestre por ejemplo, que abandonan la institución, por período de tiempo, como proporción
del número total de alumnos de dicho grupo que cursan estudios superiores en la institución.
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2. Indicador de Eficiencia terminal:
Este indicador permite medir el tiempo de permanencia efectiva de los alumnos de la sección
01 primer semestre.
3. Indicador de Rendimiento:
A través de un indicador como el anterior es posible evaluar el rendimiento promedio de un
determinado segmento de alumnos con relación al rendimiento promedio del total del
alumnado.
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Establecido este grupo de indicadores, es posible establecer relaciones de causalidad entre
diferentes modificaciones introducidas en los elementos materiales e intelectuales y su
incidencia o efecto en el rendimiento, deserción, y eficiencia terminal, lo cual es
absolutamente necesario para mejorar la calidad de la docencia
La metodología propuesta, permite elaborar indicadores que posibilitan evaluar la calidad de
la docencia como proceso de transformación y se constituyen en un elemento útil para la
planificación y control de dicho proceso.
El uso de este tipo de indicadores implica un seguimiento en el tiempo de los alumnos
clasificados en los diferentes grupos o segmentos, de manera de efectuar las mediciones
correspondientes y exige contar con un sistema de información apropiado para alimentar a
los indicadores.
El tipo de estándar apropiado para efectos de evaluación y control puede estar basado en
datos históricos o, tal como se ha señalado, la evaluación puede hacerse para verificar, por
parte de la institución el cumplimiento de metas y objetivos previamente definidos.
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Conclusiones:
En el presente trabajo se abordó el tema de la Calidad y Productividad en la Docencia de la
Educación Superior, efectuándose un estudio descriptivo y explicativo de las variables
incidentes en los niveles de calidad y productividad, con el objetivo no sólo de identificar los
efectos de dichas variables, sino sentar las bases conceptuales para la formulación de
indicadores que permitan medir y evaluar calidad y productividad.
En relación con la Calidad, existen diferentes definiciones del término, aunque se debe
señalar que a pesar de la gran cantidad de literatura existente sobre el tema, especialmente
desde la perspectiva de la gestión, (auditoría, control de calidad, valoración y formulación de
políticas de asignación de recursos públicos) el propio concepto ha quedado difusamente
definido.
Para medir la Calidad de la docencia es necesario una definición de lo que ha de ser entendida
como Calidad. Dentro del modelo propuesto, la Calidad de la docencia se logra sí:
si se cumple con las expectativas del egresado,
se mejora su desempeño laboral y,
se posibilita que el profesional de nivel superior sea capaz de efectuar un aporte efectivo a la
sociedad contribuyendo a su desarrollo y crecimiento económico y social.
En este sentido, el Modelo recoge la moderna concepción del término que se basa en
elementos cualitativos y por esto resulta evidente que la Calidad de la Docencia sólo puede ser
definida, calificada y evaluada, por quien usa o se beneficia del proceso: los alumnos,
egresados, pares académicos, las organizaciones que los emplean y la sociedad que recibe el
aporte económico y social del profesionista.
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El Modelo, a partir de los resultados deseados, identifica los factores o elementos que inciden
en el proceso, los cuales son clasificados en elementos materiales y elementos intelectuales (tal
clasificación obedece a la identificación del componente dominante en cada elemento),
entendiendo que para que los resultados de la docencia sean de Calidad se debe conocer y
comprende el proceso y para un acercamiento metodológico a su análisis es necesario
entender qué elementos o factores participan en el mismo y cuáles pueden y deben ser
controlados por la institución para lograr mejoras en el proceso y en la Calidad de sus
resultados.
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