Enseñanzas del Papa Francisco. No.2 Enseñanzas del Papa Francisco. No.2.
Enseñanzas del papa francisco no.60
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Enseñanzas del Papa Francisco. No.60
Enseñanzas del Papa Francisco. No.60
El 2 de junio refiriéndose a los matrimonios que no desean hijos dijo:
“Estos matrimonios que no quieren hijos, que
quieren permanecer sin fecundidad…Al final este
matrimonio llega a la vejez en la soledad, con la amargura de la mala
soledad… No es fecundo, no hace lo que Jesús
hace con su Iglesia: la hace fecunda”.
“El amor de Jesús “hace fecunda a la Iglesia con nuevos hijos, Bautismos, y la Iglesia crece con esta fecundidad
nupcial”.
En un matrimonio esta fecundidad puede ser a veces puesta a prueba, cuando los hijos no llegan o si están
enfermos. En estas pruebas “hay parejas que miran a Jesús y toman fuerza de la fecundidad que Él tiene en su Iglesia”. Mientras, al contrario “hay cosas que a
Jesús no le gustan”, o sea los matrimonios estériles por elección.
“La vida matrimonial debe ser perseverante. Porque de lo contrario
el amor no puede ir adelante. La perseverancia en el amor, en los
momentos bellos y en los momentos difíciles, cuando hay problemas:
problemas con los hijos, problemas económicos, problemas aquí,
problemas allá”.
“El amor persevera, va adelante, tratando siempre de resolver las cosas, para salvar a la familia. Perseverantes: el hombre y la mujer se levantan cada mañana, y llevan adelante la familia”.
El 2 de junio dijo:… “las familias son la Iglesia doméstica, donde
Jesús crece”.“Crece en el amor de los cónyuges, crece en la vida de los hijos. Y por esto el enemigo ataca
tanto a la familia. El demonio no la quiere. Busca destruirla,
busca que el amor no esté allí”.
“las familias son estas iglesias domésticas. Los esposos son pecadores, como todos, pero quieren ir
adelante en la fe, en su fecundidad, en los hijos y en la fe de los
hijos”.“El Señor bendiga a la familia, la haga fuerte, en esta crisis en la que el diablo quiere destruirla”.
El 3 de junio en su homilía dijo: Cuando San Pablo se fue a Mileto todos están
tristes, tal como le sucedió a los discípulos cuando Jesús pronunció sus
palabras de despedida antes de “ir al Getsemaní y dar comienzo a la
Pasión”.
“Hay una pequeña frase de despedida de Jesús que nos
hace pensar”, Jesús “habla con el Padre y le dice: ‘Yo rezo por ellos’. Jesús
reza por nosotros”. Así como hizo por Pedro y por Lázaro
ante su tumba, Jesús dice “todos ustedes son del
Padre. Y yo rezo por ustedes ante el Padre”. Jesús no
reza por el mundo, “reza por
nosotros”, “reza por su Iglesia”.
El apóstol Juan alienta a no pecar,
“pero si alguno de ustedes peca, sepan
que tenemos un abogado ante el Padre,
uno que reza por nosotros, nos defiende
ante el Padre, nos justifica”.
Asimismo, Cristo es el primer abogado que envía después al Paráclito. Cuando
“tenemos alguna necesidad, algún problema” debemos pedir a Jesús que rece por nosotros. “Y hoy ¿cómo reza
Jesús? Yo creo que no habla demasiado con el
Padre”.
“No habla: ama. Pero hay una cosa que Jesús hace hoy: estoy seguro que lo
hace. Él le hace ver al Padre sus llagas y Jesús, con sus llagas, reza por nosotros,
como si dijera al Padre: ‘Pero, Padre, éste es el precio de éstos, ¿eh?
Ayúdalos, protégelos. Son tus hijos que yo he salvado, con esto’”.
"A nosotros Dios siempre nos habla en singular, porque nos ha creado a su imagen y semejanza. Dios ha hablado a Abraham y le dio una promesa
y lo invitó a salir de su tierra. Nosotros cristianos hemos sido llamados en
singular: ¡ninguno de nosotros es cristiano por pura
casualidad! ¡Ninguno!"
“Después de la resurrección, ha querido este cuerpo glorioso, bellísimo”, donde no estaban los moretones ni las heridas de la flagelación,
“pero estaban las llagas. Las cinco llagas. ¿Por qué Jesús ha querido llevarlas al cielo?
¿Por qué? Para rezar por nosotros. Para hacer ver al Padre el precio: ‘Éste es el precio,
ahora no los dejes solos. Ayúdalos’”.
Nosotros debemos tener esta fe, de
“creer que Jesús, en este momento,
intercede ante el Padre por nosotros,
por cada uno de nosotros”.
Y cuando nosotros rezamos, no debemos olvidarnos de pedir a
Jesús que rece por nosotros.
“Jesús, reza por mí. Le hace ver al Padre tus llagas que son también las mías, son las llagas
de mi pecado. Son las llagas de mi problema en este
momento. Jesús intercesor, sólo hace ver al Padre sus
llagas. Y esto sucede hoy, en este momento.
Tomemos la palabra que Jesús dijo a Pedro:
‘Pedro, yo rezaré por ti para que tu fe no decaiga’”.
Tengamos la seguridad de que “Él está haciendo esto por cada uno de nosotros.
Debemos tener confianza “en esta oración de Jesús con sus llagas ante el
Padre”.
El 8 de junio en la Misa de Pentecostés dijo:
“el Espíritu Santo nos enseña, nos recuerda y,
otro aspecto, nos hace hablar, con Dios y con los hombres. ¡No hay cristianos
mudos, eh! No hay lugar para ellos”.
El Espíritu Santo, “nos hace hablar con Dios en la oración.
La oración es un don que recibimos gratuitamente; es diálogo con Él en el Espíritu
Santo, que ora en nosotros y nos permite dirigirnos a Dios llamándolo Padre, Papá, Abba;
y ésta no es solamente una ‘forma de decir’, sino que es la realidad, nosotros somos
realmente hijos de Dios”.
“Nos hace hablar en el acto de fe. Nadie puede decir Jesús es
el Señor sin el Espíritu Santo”. “hablando a los Apóstoles en la
Última Cena, Jesús les dijo que, luego de su
partida de este mundo, les enviaría el don del Padre, o sea
el Espíritu Santo. Esta promesa se realiza
con potencia en el día de Pentecostés,
cuando el Espíritu Santo desciende
sobre los discípulos reunidos en el
Cenáculo”.
“Aquella efusión, i bien extraordinaria, no permaneció única
y limitada a aquel momento, sino que es un evento que se
ha renovado y se renueva todavía.
Cristo glorificado a la derecha del Padre
continúa realizando su promesa, enviando
sobre la Iglesia el Espíritu vivificante, que nos enseña, nos recuerda, nos hace
hablar”.
“el Espíritu Santo nos enseña: es el Maestro interior. Nos guía por el camino
justo, a través de las situaciones de la vida. Él nos enseña el camino”.
“En los primeros tiempos de la Iglesia, el Cristianismo era llamado ‘el Camino’, y el
mismo Jesús es el Camino. El Espíritu Santo nos enseña a seguirlo, a
caminar sobre sus huellas. Más que un maestro de doctrina, el Espíritu es un maestro de vida. Y ciertamente de la vida forma parte también el saber, el conocer, pero dentro del
horizonte más amplio y armónico de la existencia cristiana”.
“el Espíritu Santo nos recuerda todo aquello que Jesús ha dicho. Es la memoria viviente de la Iglesia. Y
mientras nos hace recordar, nos hace entender las palabras del Señor”.
“Este recordar en el Espíritu …es un
aspecto esencial de la presencia de
Cristo en nosotros y en su Iglesia.
El Espíritu de verdad
y de caridad nos recuerda todo
aquello que Cristo ha dicho, nos hace
entrar cada vez más plenamente en el
sentido de sus palabras”.
“todos nosotros tenemos esta experiencia.
En un momento, en una situación, nos viene una idea y esto se une, se
relaciona con una parte de la Escritura. Ese es el camino de la memoria viviente
de la Iglesia”.
“Esto requiere de nosotros una respuesta: mientras más generosa es nuestra
respuesta, en nosotros se transforman más en vida las palabras de Jesús,
volviéndose actitudes, elecciones, gestos, testimonio. En esencia, el Espíritu nos
recuerda el mandamiento del amor, y nos llama a vivirlo”.
“un cristiano sin memoria no es un verdadero cristiano: es un cristiano a mitad
de camino, es un hombre o una mujer prisionero del momento, que no sabe
atesorar su historia, no sabe leerla y vivirla como una historia de salvación.
En cambio, con la ayuda del Espíritu Santo, podemos interpretar las inspiraciones
interiores y los acontecimientos de la vida a la luz de las palabras de Jesús”.
“Y así crece en nosotros la sabiduría de la memoria, la sabiduría del corazón, que es un don del Espíritu. ¡Que el Espíritu Santo reviva
en todos nosotros la memoria cristiana!”.El día de Pentecostés, junto a los Apóstoles, “estaba la Mujer de la memoria. Que desde el
inicio meditaba todas esas cosas en su corazón. Pidamos a su Madre que nos ayude en este
camino de la memoria”.
“el Espíritu nos hace hablar con los hombres en el diálogo fraterno. Nos ayuda a hablar
con los demás reconociendo en ellos a hermanos y hermanas; a hablar con amistad, con ternura, comprendiendo las angustias,
las esperanzas, las tristezas y las alegrías de los demás”.
“Pero hay más: el Espíritu Santo nos hace también hablar a los hombres en la profecía,
o sea haciéndonos “canales”, humildes y dóciles, de la Palabra de Dios.
La profecía es hecha con franqueza para mostrar abiertamente las contradicciones y
las injusticias, pero siempre con docilidad e intención
constructiva”.
“el día de Pentecostés, cuando los discípulos ‘quedaron llenos del Espíritu Santo’, fue el
bautismo de la Iglesia, que nació ‘en salida’, en ‘partida’ para anunciar a todos la Buena
Noticia. Jesús fue perentorio con los Apóstoles: recordemos a nuestra Madre, que
partió rápidamente. La Madre Iglesia y la Madre María. Las dos vírgenes, las dos Madres, las dos mujeres”.
“Jesús fue perentorio con los Apóstoles, no debían alejarse de Jerusalén antes de haber recibido desde lo alto la fuerza del Espíritu
Santo. Sin Él no existe la misión, no existe la evangelización”.
“Por esto con toda la Iglesia, con nuestra Madre Iglesia, toda, invocamos: ¡Ven, Santo
Espíritu!”.
El 8 de junio dijo: … “el evento de Pentecostés marca el nacimiento de la Iglesia
y su manifestación pública; y nos llaman la atención dos características: es una Iglesia
que sorprende y turba”.“Un elemento fundamental de Pentecostés es
la sorpresa. Nuestro Dios es el Dios de las sorpresas, lo sabemos”.
“Nadie se esperaba algo más de los discípulos:
después de la muerte de Jesús eran un grupito insignificante, unos vencidos
huérfanos de su Maestro. En cambio, se verifica un evento inesperado que suscita
maravilla: la gente permanece turbada porque cada uno
oía a los discípulos hablar en su propia lengua, relatando las grandes obras de Dios”.
“la Iglesia que nace en Pentecostés es una comunidad que suscita estupor porque, con la
fuerza que le viene de Dios, anuncia un mensaje nuevo – la Resurrección de Cristo con un lenguaje nuevo – el universal del amor. Un
anuncio nuevo: Cristo está vivo, ha resucitado; un lenguaje nuevo: el lenguaje del
amor”.
“Los discípulos están revestidos de poder desde lo alto y hablan con coraje – pocos minutos antes habían sido cobardes, pero
ahora hablan con coraje – y franqueza, con la libertad del Espíritu Santo”.
“así está llamada a ser siempre la Iglesia: capaz de sorprender anunciando a todos que Jesús, el Cristo ha vencido la muerte, que los
brazos de Dios están siempre abiertos, que su paciencia está siempre allí, esperándonos,
para curarnos, para perdonarnos. Precisamente para esta misión Jesús
resucitado ha donado su Espíritu a la Iglesia”.
“Atención: si la Iglesia está viva, siempre
debe sorprender. Es algo propio de la
Iglesia viva sorprender. Una
Iglesia que no tenga la capacidad de
sorprender es una Iglesia débil, enferma, agonizante ¡y debe ser
ingresada en la sección de
reanimación, cuanto antes!”.
“alguno, en Jerusalén, habría preferido que los discípulos de Jesús, paralizados por el miedo, permanecieran encerrados en casa
para no crear confusión. También hoy tantos quieren esto de los
cristianos”.“En cambio, el Señor resucitado los impulsa a
ir al mundo: ‘Como el Padre me envió, también yo los envío’.
La Iglesia de Pentecostés es una Iglesia que no se resigna a ser inocua, demasiado
‘destilada’”.
“¡No, no se resigna a esto! No quiere ser un elemento decorativo. Es una Iglesia que no duda en salir fuera, a encontrar a la gente,
para anunciar el mensaje que le ha sido encomendado, incluso si ese mensaje
disturba o inquieta a las conciencias, incluso si ese mensaje trae, tal vez, problemas y también a veces, nos trae el martirio”.
la Iglesia “nace una y universal, con una identidad precisa, pero abierta, una Iglesia
que abraza al mundo pero no captura; lo deja libre, pero lo abraza como la columnata de esta Plaza: dos brazos que se abren para
acoger, pero que no se cierran para retener. Nosotros
los cristianos somos libres, ¡y la Iglesia nos quiere libres!”.
“la Virgen María, que en aquella mañana de
Pentecostés estaba en el Cenáculo – y la Madre estaba con los hijos –.
En Ella la fuerza del Espíritu Santo
verdaderamente ha realizado “cosas
grandes”.“Ella misma lo había
dicho. Que Ella, Madre del
Redentor y Madre de la Iglesia, obtenga con su
intercesión una renovada efusión del Espíritu de Dios sobre la Iglesia y
sobre el mundo”.
El 9 de junio dijo: “Cristo “nos indica el programa de vida, la
identidad de los cristianos, yendo contracorriente con respecto a lo que se
‘suele hacer en el mundo’”.“Felices, Bienaventurados los pobres”,
recordó el Papa, al advertir que cuando el hombre considera que está satisfecho, “ya no
hay lugar para la Palabra de Dios”.
Los que lloran serán consolados, pero con “el consuelo de Jesús, no el del mundo”.
“El mundo nos dice: la alegría, la felicidad, la diversión,
eso es lo lindo de la vida. E ignora, mira hacia otro lado cuando hay
problemas de enfermedad, problemas de dolor en la familia. El mundo no quiere llorar,
prefiere ignorar las situaciones dolorosas, taparlas. Sólo la persona que ve las cosas como
son y llora en su corazón es feliz y será consolada”.
“Bienaventurados los mansos en este mundo
que desde el comienzo es un mundo de guerras, un
mundo donde se pelea por todas partes, donde en todo lugar hay odio. Y
Jesús dice: nada de guerras, nada de odio, paz, mansedumbre”.
Aunque el mundo considera necio al que es manso en la vida, “que
piensen lo que quieran”, pues los mansos
heredarán la Tierra.
“Bienaventurados los misericordiosos, los que comprenden los errores de los demás.
Jesús, no nos dice Bienaventurados los que se vengan”.
“Bienaventurados los que perdonan, misericordiosos. ¡Porque todos somos un
ejército de perdonados! Y por ello es Bienaventurado el que va por ese camino del
perdón. Bienaventurados los que tienen el corazón puro, sencillo, puro sin malezas, un corazón que sabe amar con esa pureza tan
linda”.
“Bienaventurados los que trabajan por la paz”, es más común “ser trabajadores por
guerras o al menos trabajadores de malentendidos”. “Cuando oigo algo de éste y
voy y se lo digo, con una versión ampliada (...).
El mundo de los chismes. Esta gente que chismea no trabaja por la paz, es enemiga de
la paz. No son bienaventurados”.
“Jesús nos presenta las Bienaventuranzas y nos da también otras indicaciones, que
encontramos en el capítulo 25 del Evangelio ‘tuve hambre, y ustedes me dieron de comer;
tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron
a ver’”.
“pocas palabras, palabras sencillas pero prácticas para todos; porque el cristianismo
es una religión práctica: no para pensarla sino para practicarla. Les invito a leer el
Evangelio, el Evangelio de Mateo, capítulo quinto, al comienzo están estas
Bienaventuranzas; en el capítulo 25 las otras. Les hará bien leerlo, una, dos, tres veces.
Pero leer esto, que es el programa de santidad.
¡Que el Señor nos de la gracia de comprender este mensaje suyo!”.
EL 12 de junio dijo: “Cristo nos dice que debemos amar al prójimo, pero no como los
fariseos que no eran coherentes y difuminaban tantas ideas porque eran
ideólogos” y su actitud "no era amor", sino indiferencia hacia el prójimo.
“Jesús da tres criterios para poner en práctica el amor al prójimo. “En primer lugar, un
criterio de realismo: de sano realismo. Si usted tiene alguna diferencia, alguna cosa contra otra persona y no lo puede arreglar, buscar una solución, póngase de acuerdo, por lo
menos; póngase de acuerdo con su adversario mientras esté en camino. No va a ser una cosa ideal, pero el acuerdo es ya una buena cosa.
Es ‘realismo’”.
“hacer un acuerdo“ aunque alguien lo
considere “una cosa demasiado vulgar”,
pues para salvar muchas cosas de
hecho "hay que hacer un acuerdo”. “Uno da
un paso, el otro da otro paso más y por lo menos hay una paz: una paz muy
provisional, pero la paz del acuerdo".
Jesús, llama a superar “la justicia de los fariseos, de los
doctores de la ley, de esta gente”.
Un segundo criterio que nos da Jesús "es el criterio de la verdad”. “Hablar a las espaldas
es matar, porque en la raíz está el mismo odio", "lo mata" de "una manera diferente:
con las habladurías, con la calumnia y la difamación". Y Jesús nos advierte que "aquel
que dice ‘estúpido’, está matando al hermano, ya que tiene una raíz del odio".
Hoy se cree que no se asesina al hermano al no matarlo físicamente,
“pero no es así: no matarlo es no insultarlo. El insulto viene de la misma raíz del crimen: es la misma. El odio. Si no odias, y no matas a tu enemigo, ni a tu hermano, no lo insultes
tampoco”.
“un hábito muy común entre nosotros. Hay personas que para
expresar su odio contra otra persona tienen la
capacidad de crear insultos, flores de
insultos, ¡impresionante, tanto! Y eso duele. Regañar. Insultar... No, seamos realistas. El criterio de realismo. El criterio de coherencia. No matar,
no insultar”.
El tercer criterio que da Jesús "es un criterio de filiación.“
"Si tú, si nosotros no matamos al hermano es porque con el hermano tenemos el mismo Padre. Yo no puedo ir donde el Padre si no
tengo paz con mi hermano ". "No hablen con el Padre si no están en paz con su hermano al
menos con un acuerdo".
"No hablar con el Padre sin estar en
paz con el hermano. Tres criterios: un
criterio de realismo; un criterio de
coherencia, es decir, no matar, pero tampoco
insultar, porque quien insulta mata,
asesina; y un criterio de filiación: no se puede hablar con el Padre, sino no puedo hablar
con mi hermano. Y esto es superar la justicia, la de los
escribas y la de los fariseos”.
“este programa no es fácil, pero es el camino que Jesús nos indica para seguir adelante.
Pidámosle a Él la gracia de poder ir adelante en paz entre nosotros, ya sea con acuerdos, pero siempre con coherencia y en un espíritu
de filiación”.
El 13 de junio dijo: “En la vida del cristiano se puede ser un día valientes opositores de la
idolatría en servicio de Dios y al día siguiente estar deprimidos hasta el punto de querer morir porque alguien, en el curso de nuestra misión,
nos ha asustado. Para equilibrar estos dos extremos de la fuerza y fragilidad humana está
y estará siempre Dios, siempre que se permanezca fieles a Él”.
Esta es la historia de Elías, cuya vida es un modelo de experiencia de toda persona de fe. El profeta, recibe en el
Monte Horeb la invitación a salir de la
cueva en la que se encontraba, para
presentarse ante Dios.Pasaron un fuerte
viento, un terremoto y un incendio, pero en
ninguno de ellos Dios se manifiesta. Luego, es el momento de un
ligero soplo de brisa y es en esto que Elías
reconoce “el Señor que pasa”.
“Pero el Señor no estaba en el viento, en el terremoto o en el fuego, sino que estaba en
aquel susurro de brisa suave, en la paz o, como dice el texto original : ‘El Señor estaba en un
hilo de silencio sonoro’. Parece una contradicción: estaba en aquel hilo de silencio sonoro. Elías sabe discernir donde está el Señor, y el Señor lo prepara con el don del discernimiento. Y luego, le da la misión”.
la misión confiada a Elías es ungir al nuevo rey de Israel y al nuevo
profeta que lo sustituiría…“El Señor
prepara el alma, prepara el corazón, y lo prepara en la prueba, lo prepara
en la obediencia, lo prepara en la
perseverancia”.
“El Señor, cuando nos quiere dar una misión, cuando nos quiere dar
un trabajo, nos prepara. Nos prepara
para hacerlo bien, como preparó a Elías. Y lo
más importante de esto no es que él haya
encontrado al Señor, no, no, esto está bien. Lo importante es todo el recorrido hasta el final para llegar a la
misión que el Señor le confía”.
“esta es la diferencia entre la misión apostólica que el Señor nos da y una tarea:
‘Ah, usted tiene que realizar esta tarea, debe hacer esto...’,
una tarea humana, honesta, buena... Cuando el Señor da una misión, siempre nos hace entrar
en un proceso, un proceso de purificación,
un proceso de discernimiento, un proceso de obediencia,
un proceso de oración”.
Y la “fidelidad a este proceso” es dejarse conducir por el Señor. En este caso, con la
ayuda de Dios, Elías supera el temor desencadenado en él por la reina Jezabel, quien había amenazado
con matarlo.
“Esta reina era una reina malvada y mataba a sus enemigos. Y él tiene miedo. Pero el Señor es más poderoso. Pero lo hace sentir como a
él, también el grande y bueno necesita la ayuda del Señor
y la preparación para la misión. Veamos esto: él camina, obedece, sufre, discierne, reza...
encuentra al Señor. Que el Señor nos conceda la gracia de
dejarnos preparar todos los días del camino de nuestra vida, para que podamos dar
testimonio de la salvación de Jesús”.
El 15 de junio dijo: “hoy celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, que
presenta a nuestra contemplación y adoración la vida divina del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo: una vida de comunión y de amor perfecto,
origen y meta de todo el universo y de toda criatura ¡Dios!”.
“En la Trinidad reconocemos también el modelo de la Iglesia, en la que estamos llamados a
amarnos como Jesús nos ha amado. Y el amor es señal concreta que manifiesta la fe en Dios
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y el amor es el distintivo del cristiano, como nos ha dicho
Jesús: ‘En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan
los unos a los otros’”.
“es una contradicción pensar en cristianos que se odian ¡Es una
contradicción! Y esto es lo que busca siempre el diablo:
hacer que nos odiemos, porque él siembra la cizaña del odio; él no conoce
el amor: ¡el amor está en Dios!”.
“todos estamos llamados a testimoniar y a anunciar el mensaje que ‘Dios es amor’, que
Dios no es lejano o insensible a nuestras vicisitudes humanas. Él nos es cercano, está siempre a nuestro lado, camina con nosotros para compartir nuestras alegrías y nuestros
dolores, nuestras esperanzas y nuestras fatigas”.
Dios, “nos ama tanto y de tal manera que se ha hecho Hombre, ha venido al mundo no para juzgarlo sino para que el mundo se salve por
medio de Jesús. Y éste es el amor de Dios en Jesús”.
“Este amor que es tan difícil de entender, pero que sentimos cuando nos acercamos a
Jesús. Y Él nos perdona siempre; Él nos espera
siempre, ¡Él nos ama tanto!
Y el amor de Jesús que sentimos ¡es el amor de Dios!”.
“el Espíritu Santo, don de Jesús Resucitado, nos comunica la vida divina y de este modo
nos hace entrar en el dinamismo de la Trinidad, que es un dinamismo de amor, de
comunión, de servicio recíproco, de compartir”.
“Una persona que ama a los demás por la alegría misma de amar es reflejo de la
Trinidad. Una familia en la que se ama y se ayudan unos a otros es un reflejo de la
Trinidad. Una parroquia en la que se quiere y se comparten los bienes espirituales y
materiales es un reflejo de la Trinidad”.
“el amor verdadero es sin límites, pero sabe
limitarse, para ir al encuentro del
otro, para respetar la libertad
del otro”.“Todos los domingos
vamos a Misa, celebramos juntos la Eucaristía,
y la Eucaristía es como la ‘zarza ardiente’
en la que humildemente vive
y se comunica la Trinidad ; por esto la Iglesia ha
colocado la fiesta del Corpus Christi luego de
aquella de la Trinidad”.
… “que la Virgen María, criatura perfecta de la Trinidad, nos ayude a hacer de toda
nuestra vida, en los pequeños gestos y en las elecciones más importantes, un himno de
alabanza a Dios, que es Amor”.
En twitter dijo: La oración lo puede todo. Pidamos por la
paz en Oriente Medio y en todo el mundo.
A veces nos encerramos en nosotros mismos...
Señor, ayúdanos a salir al encuentro de los demás,
a servir a los más débiles.
Como el Buen Samaritano, no nos avergoncemos de tocar las heridas de los que
sufren; más aún, tratemos de curarlas con obras concretas de
amor.
La paz es don de Dios, pero requiere nuestro
compromiso. Seamos gente de paz con la oración
y en la acción.
No critiquemos a los demás a sus espaldas, digámosles
abiertamente lo que pensamos.
No resistamos al Espíritu Santo,
seamos dóciles a su acción que nos renueva a nosotros, a la Iglesia y al mundo.
Corremos el riesgo de ignorar el sufrimiento que no está cerca
de nosotros. Reaccionemos y pidamos por la
paz en Siria.
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Que Dios te llene de bendiciones. Y que permanezcamos unidos en el
amor a Jesús.
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