Alfabetizacion de Adultos y Concientizacion

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Alfabetización de adultos y "concientización" Paulo Freiré Introducción En este artículo, que en parle  reproduce estudios  publicados anteriormente en el Brasil, nuestra experiencia educacional, particularmen- te en el campo de la educación  de adultos. Experiencias que nos  costaron  prisión, aleja- miento de nuestras actividades universitarias y exilio. Experiencias y realizaciones de que no nos arrepentimos y que nos valieron también Lximprensión y apoyo no sólo de intelectuales y estudiantes, sino también de hombres senci- llos del pueblo. Comprensión que habría sig- nificado  para  nosotros mucho más que las in- comprensiones, las distorsiones y persecuciones de que fuimos objeto. Este artículo, por lo tanto, no será el desa- hogo de un resentido, ni el grito de un deses- perado. No somos ni una ni otra cosa. Nos interesa solamente exponer aquí, en síntesis, las bases teóricas y los resultados de nuestro trabajo con el cual se estaba consiguiendo en Brasil, algo más que una pura alfabetización mecánica de adultos. Brasil — Una sociedad en tránsito El Brasil vivía exactamente el tránsito de una a otra época. El paso de una sociedad "ce- rrada" a una sociedad "abierta". No era más una sociedad totalmente "cerrada", ni tampo- co era ya una "abierta". Era una sociedad abriéndose. El tránsito era precisamente el es- labón entre una época que se desvanecía a otra que se iba conformando. Por ello tenía algo de prolongación y algo de  adentramiento. De prolongación de aquella sociedad que se desvanece, y en la que se proyectaba, queriendo preservarse. De adentramiento en la nueva so- ciedad que anunciaba y que a través de él, se engendraba en la vieja. Esta sociedad brasileña estaba sujeta, por eso mismo, a retrocesos en su tránsito, en la medida en que las fuerzas que encarnaba aque- lla sociedad, en la vigencia de sus poderes. consiguiesen sobreponerse de uno u otro modo. a la consubslanciación de la nueva sociedad. Sociedad nueva que se opondría  necesariamen- te  a la vigencia de privilegios, cualquiera que fuesen sus orígenes, contrarios a  los  intereses del hombre brasileño. Democratización fundamental Entrando a la sociedad brasileña en tran- sición, se había instalado entre nosotros el fenómeno que Manheimm llama de "democra- tización fundamental", que implica una cre- ciente activación del pueblo en su proceso histórico. El pueblo se encontraba en la fase anterior de enclaustración de nuestra sociedad, inmerso 494

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Alfabetización de adultos

y "concient ización"

Paulo Freiré

Introducción

En este artículo, que en parle

  reproduce

estudios

  publicados anteriormente en el Brasil,

Ira i aremo s de exponer los fun dam entos de

nuestra experiencia educacional, particularmen-

te en el campo de la educación  de adultos.

Experiencias que nos  costaron  prisión, aleja-

miento de nuestras actividades universitarias y

exilio. Experiencias y realizaciones de que no

nos arrepentimos y que nos valieron también

Lximprensión y apoyo no sólo de intelectuales

y estudiantes, sino también de hombres senci-

llos del pueblo. Comprensión que habría sig-

nificado

  para

  nosotros mucho más que las in-

comprensiones, las distorsiones y persecuciones

de que fuimos objeto.

Este artículo, por lo tanto, no será el desa-

hogo de un resentido, ni el grito de un deses-

perado. No somos ni una ni otra cosa. Nos

interesa solamente exponer aquí, en síntesis,

las bases teóricas y los resultados de nuestro

trabajo con el cual se estaba consiguiendo en

Brasil, algo más que una pura alfabetización

mecánica de adultos.

Brasil — Una sociedad en tránsito

El Brasil vivía exactamente el tránsito de

una a otra época. El paso de una sociedad "ce-

rrada" a una sociedad "abierta". No era más

una sociedad totalmente "cerrada", ni tampo-

co era ya una "a bierta ". Era una sociedad

abriéndose. El tránsito era precisamente el es-

labón entre una época que se desvanecía a

otra qu e se iba conformando. Por ello tenía

algo de prolongación y algo de

  adentramiento.

De prolongación de aquella sociedad que se

desvanece, y en la que se proyectaba, queriendo

preservarse. De adentramiento en la nueva so-

ciedad que anunciaba y que a través de él, se

engendraba en la vieja.

Esta sociedad brasileña estaba sujeta, por

eso mismo, a retrocesos en su tránsito, en la

medida en que las fuerzas que encarnaba aque-

lla sociedad, en la vigencia de sus poderes.

consiguiesen sobreponerse de uno u otro modo.

a la consubslanciación de la nueva sociedad.

Sociedad nueva que se opondría

  necesariamen-

te  a la vigencia de privilegios, cualquiera que

fuesen sus orígenes, contrarios a

  los

  intereses

del hombre brasileño.

Democratización fundamental

Entrando a la sociedad brasileña en tran-

sición, se había instalado entre nosotros el

fenómeno que Manheimm llama de "democra-

tización fun dam ental", que implica una cre-

ciente activación del pueblo en su proceso

histórico.

El pueblo se encontraba en la fase anterior

de enclaustración de nuestra sociedad, inmerso

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en el proceso. Con la ruptura de la sociedad

y su entrada en transición, emerge. En la in-

mersión era simplemente especlador del proce-

so,  en la

  emersión

  se

  descruza

  de brazos,

renuncia a ser mero espectador y exige inge-

rencia. Ya no se satisface con asistir; quiere

participar; quiere decidir. No habiendo un pa-

sado de experiencias decisorias dialogales, elpueblo emerge, por eso, preponderanteniente

"ingenuo" y

  desorganizado.

  Y cuanto mas

pretende participar, aunque ingenua y desoiga-

Rizadamente, más

  se

  agrupan las tuerzas reac-

cionarias que se sienten amenazadas en sus

privilegios.

Cada vez sentíamos mayor necesidad de

una educación, que no

  descuidase

  la vocación

ontológica del hombre —la de ser sujeto, por

un lado— y por otro, que no descuidase las

tundiciones peculiares de nuestra sociedad en

transición, intensamente cambiante y contra-

dictoria. Educación que tratase de ayudar al

hombre brasileño en su emersión, y lo insertase

criticamente en su proceso histórico. Educa-

ción, por eso mismo, que libertase por la "con-

cientización

'.

  Y

  no la que todavía mantene-

mos aquella educación que domestica y aco-

moda. Educación, por último, que intentase

la promoción de esa "ingenuidad" caracterís-

tica de la emersión, para que llegara a ser la

criticidad, con la que el hombre opta y decide.

Por ello, significando esta educación unesfuerzo por lograr el hombre-sujeto, enfren-

taba, como amenaza, a los sectores del privi-

legio. Y para el irracionalismo sectario surgía

la humanización del hombre por otra vía total-

mente contr aria: su deshumanización. Y cual-

quier esfuerzo en ese sentido, significaba una

acción subversiva.

Una vez más el hombre

y el mundo

La posición normal del hombre, es no sólo

la de estar

  en

  la realidad, sino de estar con

ella. La de trabar relaciones permanentes con

ella, de lo que resulta el acrescentamiento con-

cretizado

  en el dominio cultural.

Puesto delante del mundo el hombre esta-

blece una relación sujeto-objeto, de la cual re-

sulta el conocimiento, que expresa por un len-

guaje. Esta relación es hecha tam bién por el

analfabeto, el hombre común. La diferencia

entre la relación que él traba en este campo

y la nuestra, es que su captación del dato ob-

jetivo se hace por vía preponderanlemente .sen-

sible. La nuestra por vía prepunderaniemente

reflexiva. De este modo surge de la primera

captación, una comprensión dominantemente

"mágica"

1

  de la realidad. De la segunda, unacomprensión preponderantemente crítica.

Como a toda comprensión de algo corres-

ponde, tarde o temprano, una acción, a una

comprensión preponderantemente "mágica" va

a corresponder también una acción mágica.

La organización reflexiva

del pensamiento

Lo que tendríamos que hacer, entonces,

sería, como lo dice Paul Lengrand: ayudar al

hombre a organizar reflexivamente el pensa-

miento. Colocar como lo dice Lengrand, un

término nuevo entre el comprender y el actuar:

el pen sar. Hacerlo sentir que es capaz de su-

perar la vía dominantemente sensible de cap-

tación

  de

  los datos de la realidad, por una vía

dominantemente reflexiva.

Si esto se hiciera, estaríamos llevándolo a

substituir la captación mágica por una capta-

ción cada vez más crítica, y, asi, ayudándolo

a asumir formas de acción también críticas,

identificadas con el clima de la transición. Res-

pondiendo a las exigencias de democratización

fundamental, insertán dose en el proceso histó-

rico,

  lo que dará por resultado su renuncia al

papel de mero objeto y su exigencia de ser lo

que es por vocación: sujeto.

¿Cómo hacerlo?

La respuesta nos parecía estar:

a) en un mé todo activo, dialogal, crítico y

criticista;

1

  Desenvolvimiento de la loma de conciencia.

2

  Ln comprensión "mágica" resulta de una cierta oblite-

ración en la capacidad de captar el desafio. Oblitera-

ción que no permite una visualización traslúcida dei

desafío, cuyas connotaciones asi, son confundidas.

Esta comprensión es característica de un tipo de con-

ciencia que llamamos "intr ansit iva" . La ¡ntransilivacion

de la conciencia, a su vez, no implica un total enclaus-

tramicntu del hombre en si mismo, aplastado, si así se

pudiera decir, pur  un  tiempo y un espacio lodo-pode-

rosos.

En un ensayo que será publicado dentro dt poco en

portugués, en que profundizaremos lodos ios puntos que

en este articulo fueron tocados apenas, analizaremos los

varios grados de captación, asunto de la más alta im-

poriancia para un eniendimiento más cúmplelo de nues-

tra acción educativa.

495

í.—Mensaje.

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b) en la modificación del contenido

  progra-

mático

  de la educación;

c) en el uso de técnicas, como la de "reduc-

ción" y

  la

  de

  codificación .

  Solamente po-

dría hacerlo un

  método

  activo, dialogal,

participaría-. Y ¿que es el diálog o?

l

. Es

una relación horizontal de A con B. Nace

de una matriz critica y genera  criticidad

(Jasper). Se nutre de amor, de humildad,

de esperanza , de fe, de confianza. Por eso

.sólo el diálogo com unica. Y cuando los dos

polos del diálogo se ligan así, con amor,

con esperanza, con fe en el otro, se hacen

críticos en la

  búsqueda de

  algo y se pro-

duce una relación de "empalia" entre am-

bos.

  Sólo allí hay comunicación. "El diá-

logo es por lo tanto el camino indispensa-

ble", dice Jasper, "no solamente en las

cuestiones vitales para nuestra ordenación

política, sino en todos los sentidos de nues-

tro ser". "Solamente por la virtud de la

creencia, sin embargo", conlinúa, "el diá-

logo tiene estímulo y significación: por la

creencia en el hombre y en sus posibilida-

des,  par  la creencia en la persona  que

puede llevar a la unión de todos; por la

creencia de que solamente llego a ser yo

mismo, cuando los demás también llegan

a ser ellos mismos."

Es el diálogo que oponemos al anli-diálo-

go. '

  tan entremezc lado en nue stra formación

histórico-cultural, tan presente y al mismo

tiempo tan antagónico al clima del tránsito.

El anti-diáiogo que implica una relación de A

sobre B, es lu opuesto a lodo eso. Es desamo-

roso.

  Es acrítico y no genera criticidad, exac-

tamente porque es desamoroso. No es

  humilde.

Es desesperanzador; arrogante; aulosuficiente.

Se quiebra aquella relación de "empatia" entre

sus polos, que caracteriza el diálogo. Por todo

eso el anlt-diálogo no comunica. Hace comu-

nicados.

Precisábamos de una Pedagogía de la co-

municación con la que pudiéramos vencer el

desamor del anti-diálogo. Desgraciadamente.

por una serie de razones, viene siendo esta

postura, —la del  uní i-diálogo— la m ás com ún,

no sólo en la educación brasileña, sino en Ut

latino-americana. Educación, que ma la el po-

der creador, no sólo del educando, sino tam-

bién del educador, en la medida en que éste

se transforma en alguien que impone, o en la

mejor de las hipótesis, en un dador de "fór-

mulas"

  y

  comunicados ,

  que son pasivamente

recogidos por sus alumnos.

No hay creación ni por parte del que im-

pone ni de los que reciben, ambos se atrofian

y la educación ya no es educación.

Nuevo  contenido  programático

Hay más; quien

  dialoga,

  dialoga con aS-

yuién sobre alguna cosa. Esta alguna cosa

debería ser el nuevo contenido programálko

de la educación que defendíamos. Y nos pa-

rece que la primera dimensión de este nuevo

contenido, con que ayudaríamos al analfabeto,

aun antes de iniciar su alfabetización, para

conseguir la destrucción de su comprensión

"mágica", y la construcción de una

  creciente-

s

  Diálogo —  Horizontal  — Relación  Yo-Tú

— dos sujetos amoroso

con humilde

A ^ * D — Com unicación critico

Relación de  empatia en busca de a lgo: esperanzado

confiante

c re a do r

Anlictiálogo  — Vert ica l — Relac ión Yo — "co sa" — Suioio

— o b j i i o

Desamoroso, s in

humi lda d

sobre Am'i ico . desespe-

A

  t

  ^ B - Comunicado ranzado

Descunfiada, no-

c re a do r

La re lac ión de "empat ia" , « i esta est ruc tura se f rust ra .

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mente trilica, seria el del concepto antropo-

lógico  de  cultura.

Este concepto implica la distinción  entre

dus mundos: el de la naturaleza y el de la cul-

tura; el papel activo del hombre en su. y con

su  realidad; el  sentido de mediación que tiene

la naturaleza para las relaciones y la comuni-

cación de ios hombres; la cultura, como et

 acre-

centamiento  que el hombre hace al mundo que

no ha creado; la cultura como el resultado de

su  trabajo:  de su esfuerzo creador y recreador;

la dimensión humanisla de la cultura; la cul-

tura como adquisición sisiemática de la expe-

riencia humana; como una incorporación, por

eso crítica y creadora, y no como una yuxta-

posición de informes o prescripciones "dona-

das",

  la democratización de la cultura, que es

una  dimensión  de ía democratización funda-

mental. El aprendizaje de la escritu ra y de la

lectura,

  -L-t

 fu pues como una llave, con que el

analfabeto  inicia su in:roducción en el mundo

de la comunicación escrita; como hombre en el

mundo y con el mundo; en su papel  de  sujeto

v no  de  mero y permanente ohjcto.

A partir de aquí, el  analfabeto comenzará

la operación de cambio de sus actitudes ante-

riores.  Se descubrirá, ahora en forma crítica,

como hacedor de ese mundo de cultura. Des-

cubrirá que es cultura tanto el cacharro de

barro,

  hecho por los artistas, sus hermanos del

pueblo, como es

  cultura

  la obra de un gran

escultor, de un gran músico,  de  un gran pintor

o de un gran místico. Que es cultura la poesía

de lus poetas letrados de su país, como tam-

bién —y a veces mayor— la poesía de un can-

cionero popular. Que cultura es toda creación

humana.

Para tal introducción, al mismo  tiempo

^noseolóyica y antropológica,  elaboramos,  des-

pués de la "reducción" del concepto de cultura,

once situaciones "codificadas", capaces de pro-

vocar

  a

  los grupos y de llevarlos, por medio

de

  su

  descodificación,

  a estas comprensiones.

Esta primera situación inaugura las curio-

sidades del analfabeto y lo lleva a distinguir

el mundo de la naturaleza del mundo de la

cultura. Se presenta  a  un hombre de pueblo

delante  del  m undo . En torno a él, en:;js de

naturaleza y objetos de cultura. Es impresio-

nante ver cómo se traban los debates y con

qué curiosidad los analfabetos van respondien-

do las cuestiones contenidas en la situación.

Cada situación presenta un número dado

de informes para ser descodificados por los

grupos de analfabetos con el auxilio del coordi-

nador de debates. En la medida en que se in-

tensifica el diálogo en torno a las situaciones

codificadas —con "n" informes— y los partici-

pantes responden diferentemente a ellos, por-

que los desafían, se produce un circuito, que

será tanto más dinámico, cuanto la información

corresponda a la realidad existencial de los

grupos.

Muchos de ellos, durante los debates de

las situaciones, afirman felices y auto-confiados

que "no se les está mostrando nada nuevo

sino están refrescando la memoria". "Hago za-

patos;

  dice cierta vez uno de ellos, y descubro

ahora que tengo el mismo valor del doctor

que hace libros"; "Mañana, afirma otro, al dis-

cutir el concepto  úc  cultura, voy a entrar en

mi trubajo con la cabeza alta". Era un simple

barredor de calle el que descubría el valor de

su persona y de la dignidad de su trabajo. Se

afirmaba. 

Reconocidos, luego de la primera situación,

los dos mundos —el de la naturaleza y el de

ta cultura— y el papel del hombre en esos dos

mundos, van sucediéndose otras situaciones, en

que ora se fijan, ora se amplían las áreas de

comprensión del dominio cultural. La conclu-

sión de los debates gira en torno de la dimen-

sión de la cultura como adquisición sistemática

de la experiencia hu mana. Y que esta adqui-

sición, en una cultura letrada, ya no se hacesólo por vía oral, como en las iletradas en que

falta la señalización gráfica. De allí se pasa

al debate sobre la democratización de la cultu-

ra con que se abren las perspectivas para el

comienzo de la alfabetización.

La alfabetización como un acto

creador

Todo este debate es altamente criticista y

motivador. El analfabeto aprehende critica-

mente

  la necesidad de aprender a leer y es-

Monifraiociones

  de  esla naturaleza, hechas por hombres

comunes,  llevarán a los que defienden un mundo divi-

dido por privilegios  inconfesables  y sin amor H vislum-

brar

  en

  nuestro esfueivu di:

  humanización del hombre

"una subversión" del orden . Nt> sup^ run o

  quisieron

percibir que, al afirmar su descubrimiento do] valur que

tenia, tanto hacienda zapatos,  o mu  el uoctor  nariL-ndu

libros,  aquel zapatero no pretendía sobreponerse ai due-

lur subMiiuyonanlu en su tarea, lisiaba cierto por otra

part e, que el doctor no lu substituiiia en la *u\a. Hita

cieno ahora, y bien cierto, gracias a Dios —de que

zapatera  el,  doctor  el otro, ambos tenían una dignidad

en  el trabajo, con que cada uno  a  su modo servía:: ?

la comunidad. Y en este sentido, uno

  tiene

  tamo valur

como el uiru. considerándose que lus das serian autén-

ticos en

  SUS

  ta reas

  especificas.

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cribir. Se prepara para ser el agente de este

aprendizaje. Y consigue hacerlo en la medida

que la alfabetización es más que el simple do-

minio mecánico de técnicas para escribir y leer.

Es el dominio de esas técnicas en términos

conscientes. Es entender lo que se lee y escri-

bir lo que se entiende. Es comunicarse gráf'i-

camenle. Es una incorporación. Implica, no

una memorización mecánica de sentencias, de

palabras, de sílabas desgarradas de un univer-

so existencial —cosas muertas o semimuertas—

sino una aelilud de creación y recreación.

Implica una auto-formación de la que pue-

da resultar una postura actuante del hombre

sobre su con texto .' De allí que el pape del

educador sea fundamentalmenie dialogar con

el analfabeto sobre situaciones concreías, ofre-

ciéndole simplemente los instrumentos con que

é se alfabetice.

Por eso la alfabetización no puede hacerse

de arriba para abajo, ni de afuera para aden-

tro,  como una donación o una imposición, sino

de adentro hacia afuera, por el propio analfa-

beto,

  sólo ayudado por el educad or. Esa es la

razón por la que buscamos un método que

fuese capaz de hacerse instrumento también

del educando y no sólo del educador y que

identificase, como lúcidamente observó un jo-

ven sociólogo brasileño,

7

  el contenido del apren-

dizaje con el proceso mismo del aprendizaje.

Por la misma razón no creemos en los silaba-

rios que pretenden hacer un montaje de seña-

lización gráfica como una donación, y reducen

al analfabeto, más a la condición de objeto de

su alfabetización, que la de sujeto de la misma.

Teníamos que pensar por otro lado, en la

"reducción" de las palabras llamadas genera-

doras* fundamentales en el aprendizaje de una

lengua silábica como la nue stra. No pensába-

mos en la necesidad de 50, 80 o más palabras

generadoras. Esto sería, como efectivamente lo

es,

  una pérdida de tiempo. Quince o dieciocho

nos parecían suficientes para el proceso de al-

fabetización por la concicnlización.

Levantamiento

  del

  universo

vocabular

Una encuesta inicial hecha en las áreas que

van a ser trabajadas nos ofrece las palabras

generadoras que nunca deben salir de nuestra

biblioteca. Nos ofrece lus vocablos más carga-

dos ile cierta emoción; las palabras típicas del

pueblo. Vocablos ligados a su experiencia exis-

tencial, de la cual es parte la experiencia pro-

fesional.

Esta investigación es de resultados muy

ricos para el equipo de educadores, no sólo por

las relaciones que traba, sino por la no rara

exuberancia del lenguaje del pueblo, insospe-

chada a veces.

Las entrevistas revelan ansias,

  Frustracio-

nes,  desilusiones, también esperanzas, deseos

de participación, como también ciertos momen-

tos altamente estéticos del lenguaje popular.

En los levantamientos vocabulares que te-

níamos en los archivos del Deparlamento de

extensión cultural de la Universidad de Recife

del cual eramos director, hechos en las áreas

rurales y urbanas del Brasil, no son raros estos

ejemplos. "Janeiro en Angicos", dice un hombre

de este certáo' — de Río Grande det Norte —

Nordeste Brasileño—. "F. Lluro

  de

  se vi ver, por-

que Janeiro é cabra donado para judiar de

nos"".

  "Quiero aprend er a leer y a escribir",

dice una analfabeta de Recife, "para dejar de

ser sombra de los otros". Y un hombre de

Florianápolis. revelando la emersión

  del

  pueblo,

característica del iránsito brasileño: "Eí pueblo

tiene respuesta". Otro en tono sentido: "No

tengo 'pena' de ser pobre, sino de no saber

leer". "Yo tengo la escuela del mundo", dice

un analfabeto de un estado del sur del Brasil,

lo que motivó al Profesor Jomard de Brito"

al preguntar en un ensayo suyo: "¿Habría algo

más que proponer a un hombre tan adulto que

afirmara: yo lengo la escuela del mundo?".

"Quiero aprender a leer y escribir para

cambiar el mundo", afirmación de un analfa-

beto paulista, para quien, acertadamente, co-

nocer es interferir en la realidad conocida. "El

pueblo puso un tornillo en la cabeza" ", afirmó

otro,

  en un lenguaje un tan to esotérico. Y al

* Solamente así la alfabetización de adultos  tiene  signifi-

catión para el desarrollo.

  Solamente

  en la medida en

que haga de propio  esfuerzo  de desarrollo, objeto de

la reflexión del analfabeto.

  Celso BEISEGEL.

'

  Son aquellas que, descompuestas en sus elementos silá-

bicos, proporciuiiüii. por Ja combinación de esos elemen-

tos,  el nacimiento de nuevas palabras.

» Certáo: campa, región interior.

«

  Enero en Angicos es un mes duro de vivir, purqut-

F.nero es un cabro terrible que friega a la gente.

11

  Se refiere a un elemento más en su cabeza Nosotros

decimos:

  "le falta un Tornillo en la cabeza".

» Joinard MUNIZ DE BRITO —   E ditcQfao de adultos  t

Unificagso

  da Cultura. Estudios Universitarias

  — Revista

de C ultu ra — U. de Recife — 2-1-63.

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preguntársele qué tornillo era éste, respondió

revelando una vez más la emersión popular

del tránsito brasileño: "Es el que explica el

señor doctor, al hablar conmigo, pueblo".

Innúmeras afirmaciones de este tipo, esta-

ban exigiendo realmente un tratamiento uni-

versitario en su interpretación. Tratamiento de

varios especialistas, de lo cual resultara parael educador, un instrumental eficiente para su

acción.

Selección de palabras

generadoras

Con el material recogido en la encuesta, se

llega a la fase de la selección de las palabras

generadoras que es hecha con los criterios:

a) de riqueza fonética;

b) de dificultades fonéticas (las palabras es-

cogidas deben responder a las dificultades

fonéticas de la lengua, colocadas en una

secuencia que va gradualmente de menores

a mayores dificultades);

c) del cariz pragm ático de la palabra que im-

plica un mayor encaje de la palabra en

una realidad dada, social, cultural, política.

"Hoy", dice el Profesor Jarbas Maciel, "no-

sotros vemos que eslos criterios, están conte-

nidos en el criterio semiótico: la mejor palabra

generadora es aquella, que reúne en sí mayor

"porcentaje" de tos criterios, sintáctico (posi-

bilidad, o riqueza fonética, grado de dificultad

fonética compleja, "de manipulabilidad" de los

conjuntos de señales, de sílabas, etc., etc.), se-

mántico, mayor o menor "intensidad" del víncu-

lo entre la nalabra y el ser que designa, mayor

r> menor adecuación en tre la palab ra y el ser

designado, y pragmático: (mayor o menor car-

ga de concientización que la palabra trae en

potencia, o conjunto de relaciones socio-cultu-

rales que la palabra genera en las personas o

grupo que la utiliza) ".

Creación de situaciones

sociológicas

Seleccionadas las palabras generadas, se

crean situaciones (pintadas o fotografiadas) en

las cuales son colocadas las palabras generado-

ras en orden creciente de dificultades fonéticas.

Estas situaciones funcionan como elementos

desafiantes de los grupos y constituyen, en

su conjunto, una "programación compacta".

Son situaciones-problemas, codificadas, unida-

des "gestálticas" de aprendizaje, guardando en

si informes que serán descodificados por los

grupos con la colaboración del coordinador.

El debate en torno de ellas irá llevando a

los grupos, como se hizo en el que se llega al

concepto antropológico de cultura, a que se

concientizaran para que, concomítantemen-

te,

  se alfabeticen. Son situaciones locales que

abren perspectivas para entrar el análisis de

los problem as regionales y nacion ales. Una pa-

labra generadora puede englobar tanto una si-

tuación total, como puede referirse a uno de

los objetos de la situación.

Fichas de ayuda

Una vez preparado todo el material para

et Círculo de Cultura

  í4

, se elaboran las fichas

de ayuda para los coordinadores de debate en

su trabajo. Estas fichas deben constituir meras

sugerencias para los educadores, nunca una

prescripción rígida para ser seguida.

Aplicación

Puesta una situación-problema delante del

grupo, se inicia el análisis de la misma o la

descodificación con el auxilio del coordinador.

Solamente cuando el grupo agota el análisis,

dentro de un tiempo prudencial, el educador se

aboca a la visualización de la palabra genera-

dora . Para la visualización y no pa ra su me-

morización puramente mecánica.

Una vez visualizada la palabra, establecido

el vínculo semántico entre ella y el objeto a

que se refiere, representado en la situación,

pasa el educando a otra proyección, o a otro

cartón, o a otro fotograma —en el caso de la

"filmina"— con la escritura de la palabra, sin

el objeio que ella representa.

Luego surge la palabra separada en sus sí-

tabas, que el analfabeto, generalmente llama,

"pedazos". Reconocidos los "pedazos" en la

11

  Jarbu* MACÍEL —

  Ln Ftii

>

'iiiiner

i

'ición Teórica d

1

  Sis-

tema da Paulo Freiré de Educación   —  Estudios  Univer

sitarios  — Revista de Cultu ra — U. de Recife N

1

  IV .

19*3.

" Subst i tuimos la escuela nocturna, t radic ional para adul-

tos,  que tenía una Cíinnolación pasiva, en contradicción

r-m

  a]

  clima

  intensamente

  dinánut-u del

  lr¿nsito

  bras i le-

ñ o ,  por e l CIRCULO DE CULTURA. El profesor, cas i

s iempre dadur . por e t coor dinad ur de debate- El a lum-

no ,

  por e l part ic ipante del grupo. La c lase , por e l

diálogo.

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etapa del,análisis, se pasa a la visualización de

las ".familias fonéticas" que componen la pa-

labra generadora.

Estas familias, que son  estudiadas aislada»

mente, pasan después a ser representadas en

i'unjuntp, a.lo que se llega en el último aná-

lisis —entonces se reconocen Jas vocales. La

ficha que. presenta las "familias fonéticas" en

conjunto, fue llamada por la profesora Aure-

nice Cardoso

15

  "ficha del descubrimiento". Es

que a través de.ella, haciendo la síntesis, el

hombre

  descubre el mecanismo de formación

vocabular,

  en una lengua silábica, como la

nuestra, que se forma por medio de combina-

ciones fonéticas.

Apropiándose críticamente, y no mecánica-

mente —lo cual no sería una apropiación— de

este mecanismo, inicia la creación rápida de su

propio sistema de señales gráficas.

Comienza entonces, con una mayor facili-

dad, a crear palabras con las combinaciones

fonéticas a su disposición que le ofrece la

descomposición de una palabra

  Lrisilábica,

  en

el primer día en que debate para alfabetizarse.

Punjamos por ejemplo la palabra "tijolo"

(ladrillo) cumo la primera palabra generadora,

colncada en una "situación" de trabajo en cons-

trucción. Discutida la situación en sus aspec-

tos posibles, se hace la vinculación semántica

entre la palabra y el objeto que nombra. Vi-

sualizada la palabra dentro de ¡a situación,

será presentada sin más.

TI-JO-LO (LADRILLO)

Visualizados lus "pedazos", y sin atenerse

a una ortodoxia analítico-sintética, se comienza

el reconocimiento de las familias fonéticas. A

partir de la

  primera

  sílaba TI, se ayuda el

grupo a conocer toda la familia fonética re-

sultante de la combinación de la consonante

inicia con las dem ás vocales.

En seguida el grupo conoce la segunda fa-

milia, a través de la visualización de JO, para

llegar finalmente al conocimiento de la tercera.

Cuando se proyecta la familia fonética, el gru-

po,  obviamente, reconoce sólo la sílaba de la

palabra visualizada, Ta-te-ti-lo-lu; Ja-je-ji-jo-ju,

v La-le-li-lo-lu. Reconocido el Ti, el grupo es

llevado a compararlo con las otras sílabas, lo

que lo hace descubrir que, comenzándose igual-

mente, terminan diferentemente.

: i

  Aurenice CARDOSO —

  Concienüzsción y alfabetización

  Vna visión práctica del sistema Paulo Freiré de Edu-

cación de adultos.  Es l. Un ivcrsil . IV — 63. Ri-cifc.

De esta manera,

  TÍO

  todas pueden llamarse

TI.

  Idéntico procedimiento para las silabas JO

y LO y sus £arm ia<;. Después del conocim iento

de cada familia, se hacen ejercicios de lectura

para la fijación de las sílabas nuevas. El mo-

mento más importante viene cuando se presen-

tan las Ires familias juntas:

Ta te-ti-to-tu

Ja-je-ji-jo-ju : "ficha del des cubrim ien to"

La-leli lo-lu

Después de la lectura en horizontal y otra

en vertical, en que se descubren los sonidos

vocales, el grupo comienza, nótese que no el

coord inador, a realizar la síntesis oía . De uno

en uno van lodos "haciendo" palabras con las

posibles combinaciones a su disposición. Tatú,

Luta, Lajota, Tilo, Loja, Jato, Lote, Tela; y hay

también quienes, aprovechando una vocal de una

de las silabas, la asocia a otra, a la que junta

una tercera, formando

  otra

  palabra; ej.: sacan

la i de II, agregan a le y sum an te : Leite

(leche).

Hay oiros, como un analfabeto en Brasilia,

que para emoción de todos los presentes, in-

clusive de entonces Ministro de la Educación

Paulo de Tarso, hoy también exilado, dijo:

"Tu ja le", que sería en buen portugués: Tu

ja les (Tú ya lees). Y esto en la primera noche

en que comenzaba su alfabetización.

Terminados los ejercicios orales, en que no

hubo sólo conocimiento, sino reconuL-iinienio,

sin el cual no hay verdadero aprendizaje, el

hombre

  pasa, en esa misma noche a escribir.

AI día siguiente trae de casa, cumo íarea,

tantos vocablos, como haya podido

  crear,

  con

las sitabas conocidas. No importa que  I raiga

vocablos, que no sean términos. Lo que im-

porta, en el día en que empieza a pisar en

este nuevo terreno, es el descubrimiento del

mecanismo de las combinaciones fonéticas. La

revisión de los vocablos creados debe ser he-

cha por el grupo con la ayuda del educador,

y no por éste con la asistencia de aquél.

La capacitación de los

coordinadores

La gran dificultad que surge y que exige

un alto sentido de la responsabilidad, está en

la preparación de los cuadros de coordinadores

y supervisores. No porque haya dificultades

en el aprendizaje puramente técnico del pro-

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cedimiento. La dificultad está en la creación

misma de una nueva

  actitud

  —y al mismo

tiempo tan vieja— la del diálogo.

Actitud dialogal,  a ia cual los coordinado-

res deben convertirse, para que hagan real-

mente educación, y no domesticación. Exacta-

mente porque, siendo e diálogo una relación

yo-tú, es necesariamente una relación de dos

sujetos. Toda vez que se convierta al tú de

esta relación en mero objelu, se habrá perver-

tido el diálogo y ya no se estará educando,

sino deformando.

Resultados prácticos

Enlre mes y medio y dos meses, con círcu-

los;  de cultura, funcionando de lunes a viernes,

(hora y media más o menos) dejábamos gru-

pos de 25 a 30 hombres leyendo y escribiendo.

Can nueve meses de trabajo, al frente del Pro-

grama Nacional de Alfabetización de Adultos,

en el Ministerio de Educación, al cual llega-

mos convidados por el Ministro Paulo de Tarso

y en el cual fuimos confirmados por el Minis-

tro Julio Sumbaquy, conseguimos preparar cua-

dros en casi todas las capitales brasileñas con

nuestro equipo de la Universidad de Recife.

Al mismo tiempo que preparábamos esos

cuadros, se iban creando circuios experimenta-

les,

  con que se ampliaba el número de los

coordinadores para la extensión de la campaña,

a la que fue sumándose el esfuerzo de otros

equipas, como el de Sao Paulo, Brasilia, Porto

Alegre, etc.

A esta altura debe ríamos tene r funcionando

en Brasil más de 20.000 círculos de cultura, en

la etapa de alfabetización, ya que teníamos

teorizadas las etapas posteriores con que pro-

fundizaríamos los conocimientos de los recién

alfabelizados.

Y esto con un costo irrisorio. Un proyec-

tor polonés, que llegaba al Brasil por el precio

de Cr. 7.S00.O0. El Gobierno de Goulart había

importado 35.000 de estos proyectores, que ope-

ran con 220,110 y 6 volts. Una filmina, que

antes de ser fabricada por nosotros, nos cos-

taba a pro xim adam ente Cr. 4.000.00. Un piza-

rrón y la pared de una casa, de una sacristía

de Iglesia, o de la sede de un club, donde

instalábamos el círculo de cultura.

Todo esto se acabó. Dolorosamente se

acabó, sin que por eso, hubiera dejado en no-

sotros amargura o desesperación. Continuamos

esperanzados y confiados en el hombre, cuyo

destino no es "cosificarse", sino

  humanizarse.

Ent ra mos e n  contacto  también con D. Jos¿ Tavora,

Obispo de Arac iu . Scrguipe

  i

 Nor deste del Brasil

 I

  uno

du LUÍ  líderes  del muvimicntu de educación de Base

—Mfctí—. i|Uc  desenvolvía un  ¡menso y provechoso cs-

íiieiTü

  en

  ti campo ele la

  educación

  de adul tos a

  través

eje [a  escueta  rn íl infñnica . Espe rábam os así .  aprovechan-

do   toda una red ya ii iunliulcí dtí escuelas, dinamitarlas

m i s ,

  a mpl i a ndo sus r e su l t a dos .

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