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Universidad San Francisco de Quito
Historia y Teoría de la Arquitectura
Daniela Rivera
Francis López
José Coba
BABILONIA:
PARTE HISTORICA:
La Ciudad:
Llamamos Babilonia a una de las más famosas ciudades del oriente asiático. La lengua
practicada era la semita, de procedencia occidental de un país llamado Amurru, que hay que
situar en el centro de la actual Siria. Desde ahí, antes del segundo milenio a. C., se desplazaron a
las ricas tierras agrícolas bañadas por los ríos Éufrates y Tigris, buscando mejores condiciones de
vida. Por desgracia se ignora los acontecimientos previos hasta su instalación en su nuevo hogar,
que coincide con el desmembramiento de los últimos reinos neo sumerios.
Aquellas gentes supieron crear una compleja civilización en las fértiles llanuras de
Mesopotamia. Aunque dicha civilización perduro durante más de catorce siglos, la propia
Babilonia tan solo conoció dos etapas de esplendor:
Primera: La que llevo a la creación del imperio.
Segunda: La neo babilónica, en la que sus fronteras llegaron hasta Egipto.
Pero, pese a los esfuerzos de sus últimos reyes, no lograron sobrevivir. De ese
esplendoroso pasado, mitificado por los relatos de la Biblia y de algunos escritores clásicos
griegos, nos ha quedado muy poco: la arqueología, que, a pesar de sus esfuerzos, solo ha podido
recuperar una mínima parte de los restos que hicieron de aquella ciudad una de las maravillas del
mundo antiguo.
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La Historia:
La ciudad de Babilonia, cuyo solar fue ocupado en la prehistoria, apenas tuvo
importancia en las épocas en que estuvo gobernada por sumerios y acadios. Entonces, según
sabemos por una inscripción, recibía el nombre de ka-dingir-ra (puerta de dios) de dicho nombre
derivarían los de bab-ilu, bab-ilani o bab-ilan, de significado muy parecido, y de este último, los
griegos hicieron babylon, nombre con el que ha pasado a la historia.
Marco Geográfico:
Babilonia llego a ocupar durante su trascurso histórico la casi totalidad de la llanura
aluvial media y sureña de Mesopotamia, formada por los sedimentos de los ríos Éufrates y
Tigris. Esta llanura de unos ochenta mil km cuadrados de extensión, había sido la cuna de la
civilización sumeria y el asiento de diferentes pueblos sumitas.
El clima de esta zona casi desértica era seco y cálido en verano, y húmedo y frio en
invierno. Las crecidas de sus dos grandes ríos durante la primavera, y el constante aporte de
limos facilitaron, gracias al control de las inundaciones, mediante una adecuada red de canales y
acequias, las condiciones económicas necesarias para la creación del imperio. Sin embargo, la
pobreza en su suelo de recursos materiales (faltaban los minerales y la piedra) obligaron a los
babilonios a un activo comercio con el próximo oriente y fuera de él. Tal comercio combinado
con las cosechas de cereales, con la explotación de sus palmeras y la ganadería, hicieron de
Babilonia y de su civilización urbana una potencia de primer grado.
El desarrollo histórico:
La larga y compleja historia de Babilonia que conoció diez dinastías, se puede dividir en
5 periodos, designados por los historiadores como:
Paleo babilónico: (2003-1595 a.C) Comprendiendo desde la caída de la tercera dinastía de Ur
hasta el final de la primera dinastía de Babilonia. En esta etapa se produjeron constantes luchas
entre diferentes ciudades y estados deseosos de erigirse en herederas del pasado sumerio, y tuvo
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lugar de una primera dinastía Amoripa, celebres por su rey Hammurabi (1792-1750 a.C)
verdadero forjador del imperio.
Meso babilónico: (1594-1028 a.C) Abarcó el gobierno de tres dinastías, siendo el hecho más
trascendente (y de grandes consecuencias socioeconómicas) la presencia de una dinastía
extranjera, la de los cassitas, pueblo montaras que logro mantenerse en el poder durante 576
años.
Época oscura: (1027-625 a. c) Fue un largo proceso de 4 siglos caracterizado por la presencia
de dinastías extranjeras y ataques de pueblos arameos. Las injerencias de los asirios, la otra gran
potencia de Mesopotamia, y la presencia esporádica de los elamitas exaltaron las ansias
independentistas de los babilonios, que lograron al fin expulsar a sus dominadores.
Neo babilónico: (624-539 a.C) Conoció una sola dinastía, perteneciente a la rama de los
calderos. Sus reyes, en especial Nabucodonosor II, dieron el último esplendor a Babilonia,
cortado de raíz por los persas.
Época persa: (539-331 a.C) Significa el comienzo de la decadencia de Babilonia, que durante
ella las tierras mesopotámicas son una provincia más de los nuevos amos. Cuando el macedonio
Alejandro Magno, en plena euforia del dominio universal, entró en Babilonia en el 331 a. C,
arrebatándosela a los persas, una nueva esperanza pareció vislumbrarse, sobre todo cuando
intento convertirla en la nueva capital de su impero.
La inesperada muerte de Alejandro Magno, en plena juventud, sobrevenida precisamente
en Babilonia, desencadeno la definitiva ruina de la ciudad.
El estado y la sociedad:
Intentar describir la vida y la sociedad de los babilonios bajo un todo unitario es una tarea
compleja por múltiples factores. En primer lugar, los usos y costumbre no fueron siempre los
mismos: en el campo de las ideas, de las artes y técnicas, se produjeron también sensibles
diferencias de una lenta evolución: lo mismo cabe decir de los factores políticos y creencias
religiosas.
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El principal personaje del estado fue el rey, llamado a veces Sharruubu, gran rey, o
Sharkishshati, rey de la totalidad. Su poder era prácticamente ilimitado, y de su voluntad
dependía el funcionamiento del país. El rey babilonio era ante todo el representante, Ishakkum,
del dios en la tierra, y por ellos se ocupaba del culto de la divinidad.
Los grupos sociales:
La sociedad babilónica aparece, durante toda su historia, claramente dividida en distintos
grupos sociales. El textos jurídicos, entre ellos el famoso culto Hammurabi, hablan de hombres
libres, esclavos y mezquinos.
En esta estructura social clasista, el hombre libre, que hay que entender como hombre
libre de deudas y de algunas obligaciones, era la única persona que gozaba de la plenitud de sus
derechos y, por consiguiente, a él estaban reservados los primeros puestos de la sociedad. Sin
embargo, en razón del origen familiar, la riqueza, o el papel social que desempeñaban, los
hombres libres presentaban diferencias entre sí: los altos funcionarios, el clero, los militares de
graduación y los ricos comerciantes, que gozaron de una calidad de vida muy superior a los de
los pequeños propietarios, artesanos o simples trabajadores.
En el polo opuesto estaban los esclavos y esclavas, a los que se los consideraba, en la
mayoría de casos, como un bien más, susceptible, a la venta o alquiler. Debe decirse que la ley,
al menos teóricamente, les amparaba en algunos casos e incluso les reconocía ciertos derechos,
casarse con personas libres o tener negocios, por ejemplo. Se nacía esclavo si era hijo de esclavo,
con ciertos matices, y se llegaba a esa condición por diferentes causas, como ser prisionero de
guerra o por deudas sin pagar. Una marca exterior, ya sea en el cuerpo o cabeza, delataba una
condición servil, y podían pertenecer tanto a personas particulares, como a templos o al estado.
Una clase intermedia era la de los mezquinos, o personas semilibres. Se trataba de
esclavos manumisos o de personas de la clase social alta que, por alguna razón, habían sufrido la
disminución de sus capacidades jurídicas y económicas. Su situación personal les ligaba al
estado, teniendo por ello que pagar determinados impuestos. La ley reconocía más derechos que
a los esclavos pero menos que a los libres.
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Diferentes elementos de la cultura Babilónica:
La Religión:
Los babilonios tenían infinidad de divinidades pero algunas eran las más importantes.
Los dioses se parecían a los humanos. Tenían cualidades y defectos, pasiones y sentimientos.
Marduk era el más poderoso de todos. Anu era el dios del cielo; Enlil el dios del Aire; Ea, el dios
de las aguas; Sin, la Luna; Shamash, hijo de Sin, era el dios del Sol e Ishtar, diosa del planeta
Venus, era la diosa del amor, pero también de la guerra.
Ritos y Ceremonias:
En Babilonia no había tumbas grandiosas como en Egipto. Las tumbas eran sencillas. Los
muertos una vez enterrados descendían a los infiernos donde sobrevivirán nutriéndose de los
vivos. Sólo los guerreros caídos en el campo de batalla podían aspirar al descanso eterno. Los
sacerdotes tenían mucho poder porque eran los únicos capaces de interpretar los mensajes de los
dioses y adivinar el futuro. Muchas veces usaban la ignorancia de los demás para generar temor
y aumentar su poder.
Las Ciencias:
Una de las formas que tenían los sacerdotes de adivinar la voluntad de los dioses era
observar las estrellas. Este estudio de los astros los llevó a desarrollar la astronomía. Así,
pudieron dividir el año en doce meses y dividir los meses en semanas de siete días. Para los
babilonios los días se dividían en doce partes de dos horas cada una. La astronomía y su
necesidad de realizar complejos cálculos los llevó a desarrollar las matemáticas. Su sistema
numérico era sexagesimal, o sea, que se basaban en el número 60 y no en el 10. También
desarrollaron la medicina y fueron pioneros en la invención de remedios.
La Ley por escrito:
Hasta que al rey Hammurabi (1728 – 1686 a. C.) no se le ocurrió poner la ley por escrito,
la gente estaba sometida al capricho de los jueces. Cada uno aplicaba la norma que le parecía y
nadie sabía qué era legal y qué estaba fuera de la ley. Hammurabi elaboró un código, el primero
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de la historia, y ordenó que lo escribieran para que la gente lo conociera. El código era muy
severo e imponía la pena de muerte para varios delitos y aplicaba la ley del talión, ojo por ojo,
diente por diente. Hammurabi decía que el código debía servir para "disciplinar a los malos y
evitar que el fuerte oprima al débil".
La Economía:
La base de la economía era la agricultura. El rey se encargaba de construir y mantener los
canales de riego para aumentar la extensión de la zona fértil. Los impuestos se pagaban con los
productos de la tierra. También desarrollaron la ganadería criando cabras, vacas, asnos, caballos
y ovejas. La metalurgia estaba muy desarrollada y se han conservado hasta hoy obras de arte y
utensilios de oro, plata, cobre, estaño y plomo. El comercio era muy intenso incluso con otras
regiones lejanas como la India y el Cáucaso.
Arqueología:
El conocimiento histórico de la topografía de Babilonia ha derivado de los escritores
clásicos, las inscripciones de Nabucodonosor II y las excavaciones del Deutsche
Orientgesellschaft (Sociedad Oriental Alemana), comenzadas en 1899. La topografía se
corresponde prácticamente con la Babilonia del citado monarca, ya que la ciudad más antigua
fue destruida por Senaquerib sin dejar apenas rastro. Las citadas excavaciones alemanas fueron
las que verdaderamente comenzaron a descubrir la ciudad, si bien la británica Indian Company
había dado pie a las excavaciones de Layard en 1850, Rawlinson en 1854 y Rassam en 1880; sin
embargo, estas incursiones sirvieron más para expoliar objetos hoy expuestos en el Museo
Británico que para descubrir y comprender verdaderamente la ciudad.
Los alemanes encontraron en Kasar, nombre de uno de los montículos que crecieron
sobre las ruinas, los restos de los palacios y fortalezas y reales, y en Amram, otro de los
montículos, los cimientos del zigurat. Los equipos de las excavaciones de la Sociedad Oriental
Alemana estaban formados íntegramente por arquitectos desde la expedición de Robert
Koldewey, cuyo interés primordial era localizar edificios y levantar planos precisos, para lo cual
habían desarrollado un método que permitía encontrar con mayor facilidad muros de barro. A
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pesar de que les debemos el conocimiento de la Babilonia de Nabucodonosor II, su interés por la
arquitectura de la ciudad les hizo prestar poca atención a inscripciones, cerámicas, huesos y otro
tipo de restos
Para 1900 Robert Koldewey ya había encontrado la Puerta de Ishtar y despejado parte de
la Avenida de las Procesiones e inspeccionado someramente toda el área, que incluía, además de
los montículos de Amram y Kasar (o Kasr), los de Babil, Merkez y Homera, en total unos 18
km2; Los tres últimos se corresponden con las zonas del palacio de Verano,[15] el área
residencial de grandes casas en torno al templo de Ishtar de Agadé, y la zona del anfiteatro
griego. Centrado en los dos primeros y con visos a trasladar tablillas y otros restos a Alemania,
Koldewey solicitó la construcción de una vía férrea y contrató entre 200 y 250 hombres.
Ayudado por otros arquitectos, comenzó un estudio sistemático del yacimiento que le llevó a
diseccionar las distintas capas históricas hasta la del segundo milenio antes de Cristo; aunque su
intención era continuar, no fue posible debido al nivel freático del lugar. En 1924 Koldewey
revisó los informes de las excavaciones, recientemente publicados. Murió en 1925.
Otras excavaciones importantes, aunque no tan reveladoras, fueron las también alemanas
de 1970 y las iraquíes de 1978-1989, realizadas por la Organización Estatal de Antigüedades y
Patrimonio de Iraq, cuyo mayor interés era la reconstrucción de diversos monumentos
arquitectónicos
URBANISMO:
La vivienda:
Las excavaciones arqueológicas nos han permitido conocer muchos datos sobre las
viviendas y, en general, sobre el urbanismo de la antigua Babilonia. Así mismo, muchos barrios
populares por las fisionomías de algunas ciudades iraquíes actuales nos acercan más o menos al
aspecto que debían tenerlas antiguas casas y ciudades mesopotámicas, cuya tipología se había
ido fijando desde el periodo sumerio.
Después de las primeras chozas de planta circular, hechas con haces de cana, ramajes de
palmera y barro, propias de los asentamientos rurales, Mesopotamia conoció el empleo de los
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adobes secados al sol y de los ladrillos cocidos con materiales básicos de construcción para
levantar sus poblados y ciudades. La casa corriente babilónica (bitum) apenas si varió en su
estructura y disposición a lo largo de su historia. En torno a un patio central se agrupaban unas
cuantas habitaciones, una de las cuales comunicaba con la puerta exterior de la vivienda a través
de un largo pasillo.
El suelo del patio y de las habitaciones era de tierra apisonada o bien de ladrillos. La
cocina era en realidad un horno de tierra, que se situaba en el patio al aire libre. Cuando se
disponía en una habitación, al carecer esta de chimenea, el humo hacia irrespirable la atmosfera,
la puerta principal un pequeño agujero practicando en la pared, eran la única salida del mismo.
Estrechos tragaluces permitían la renovación del aire dado que las casas carecían de ventanas
para protegerse de las inclemencias del tiempo.
Una techumbre de palmera con tierra apisonada constituía la terraza, que se accedía por
una escalera, exterior e interior según los casos, de madera o de ladrillo. Exterior e interiormente
una capa de blanca cal recubría las paredes, las puertas presentaban sus marcos de rojo, color al
que suponía la virtud de orientar a los demonios. En muchos casos la casa contaba con un piso
superior e incluso con una bodega o sótano. En otras ciudades no eran infrecuentes las casas con
varios pisos. Asimismo muchas casas disponían incluso de retretes de pozos ciegos y, si el
espacio lo permitía, hasta de un jardín.
El mobiliario y la iluminación:
Las casas de los pobres carecían de mobiliario. Algunas esteras sobre las que dormían
unos pocos taburetes, balcones para la ropa y algunos objetos de cerámica, era todo cuanto
existía. Las clases ricas en cambio gozaban de mayores comodidades.
Las casas se iluminaban por la noche mediante lámparas de cerámica alimentadas con
aceite. Al ser el subsuelo de Mesopotamia rica en nafta y en betún, los babilonios usaron estos
hidrocarburos para el alumbrado dándoles el nombre de aceite de piedra.
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Las ciudades:
Por regla general en las ciudades babilónicas, cuyo proceso de formación fue muy largo,
habían diferentes barrios en los que casas, dispuestas formando callejas estrechas e irregulares,
se amontonaban en torno al templo o palacio, edificios cuya construcción había originado, por lo
común, el nacimiento de las ciudades.
Con el paso del tiempo, debido a la fragilidad de los materiales empleados y a la
acumulación de escombros y basura, que eran arrojados a las calles, las construcciones
primitivas iban convirtiéndose en ruinas enterradas y el nivel de las calles subía de modo
constante. Normalmente, en las ciudades importantes se observaron medidas mínimas de
urbanismo, al disponerse los bloques de vivienda en forma de rectángulos, dando lugar a calles, a
veces empedradas con adoquines o losas. Los nombres de los dioses servían para identificarlas.
En el interior urbano, un espacio estaba reservado para el templo y el palacio, con sus
respectivas construcciones anejas. Estos edificios, de compleja arquitectura, construidos más
sólidamente, con piedra en las partes bajas, pilares y tejados, eran elevados siempre sobre una
terraza o terraplén, cuya altura superaba a las de las casas, lo cual hacia que constituían la parte
más importante de la ciudad.
Por lo general las ciudades estaban dotadas de murallas de protección en las que se abrían
distintas puertas. Junto a ella se celebraban las transacciones comerciales, juicios, festejos o
simplemente se refugiaba al ganado por las noches. Dentro del perímetro de la ciudad, manchas
verdes de huertos y jardines rompían la monotonía de la blancura de las casas. Las diferentes
ciudades del imperio se comunicaban mediante vías de agua por sus dos grandes ríos y canales,
así como por medio de pistas y caminos de tierra. Los arroyos y desniveles se salvaban por
medio de puentes, con algunos puentes fijos, siendo particularmente importante el levantado en
la ciudad en sí.
Entre las ciudades importantes del imperio, aparte de Babilonia, hay que citar a Nippur,
ciudad que debió su prestigio al templo de Enlil, Ur, antigua capital del imperio neo sumerio y
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magnifica por sus murallas y templos, sobre todo el de Sin, Uruk, monumental ciudad religiosa,
enriquecida constantemente y Sippar, consagrada al dios Shamash.
Trama Viaria:
La ciudad estaba cruzada por canales y una trama viaria en la que destacaba la avenida de
las Procesiones, una vía paralela al río que dejaba entre éste y ella misma los principales espacios
militares, palaciegos y religiosos de la ciudad, incluyendo los jardines colgantes, el recinto
dedicado a Marduk y el palacio real. Al norte, en torno a la Puerta de Ishtar, se levantaba un
abigarrado complejo defensivo y palaciego que incluía la propia puerta, en realidad más una
fortificación en sí que una simple puerta, los palacios del Norte y del Sur y las fortalezas del Este
y del Oeste. Las demás calles del recinto interior tomaban direcciones paralelas u ortogonales al
río, creando una malla regular extraña en la baja Mesopotamia. Varias de ellas recibían el
nombre de divinidades, y algunas se acompañaban de leyendas o eslóganes.
Defensas:
La muralla del recinto interior consistía en un doble cinturón defensivo de 7 metros de
anchura, al que se le añadía un foso conectado con el río que la rodeaba. El espacio entre los dos
muros, de unos 12 m, estaba rellenado con tierra en toda su altura. Había una torre cada más o
menos 50 m, con lo que se calcula que hubo cerca de 350. La defensa se completaba con rejas de
hierro sumergidas en el Éufrates, allí donde terminaban las murallas, para evitar que el enemigo
pudiera vadear el río por sus zonas menos profundas. Las murallas, en ese punto, se protegían del
efecto del agua untándose con brea.
El río jugaba un papel importante en la defensa ya que, además de la utilización de sus
aguas para crear los fosos, constituía una barrera natural para el recinto exterior, bordeando uno
de sus lados.
Babilonia: Monumentos principales
Poco se conoce de Babilonia antes de los reyes Nabopolasar y Nabucodonosor, dadas las
destrucciones e incendios que sufrió en diferentes ocasiones. Gracias a la descripción que realizo
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el historiador griego Herodoto, quien la visito en el año 450 a.C., conocemos gran parte de su
urbanismo, así como sus principales monumentos de la etapa histórica. El constaste crecimiento
de las ciudad a través de los siglos había obligado a las autoridades, siempre celosas de la fama
de la capital imperial, a preocuparse por el urbanismo, buscando que el aspecto de la ciudad
respondiera a su prestigio religioso, político y económico.
Diferentes barrios dividían Babilonia en rectángulos y distritos, separados por espaciosas
avenidas. El más antiguo, llamado Merkes, se hallaba cerca del templo de Marduk. Las
excavaciones han sacado a la luz restos históricos de la época de Hammurabi, todo lo anterior a
este rey ha desaparecido, al ser absorbido por las capas freáticas del rio Éufrates, cuyo curso
dividía a dos zonas a la ciudad. La Babilonia monumental de la etapa caldea contó con
interesantes construcciones religiosas y civiles. Sobre todo se destacó el complejo religioso
dedicado a Marduk, que según las leyendas había sido obra de los dioses.
Dicho conjunto estuvo compuesto por un templo y una torre escalonada. El templo
llamado de Esagila, todavía hoy escondido bajo una gran capa de escombros, contaba de un
santuario principal y otro secundario, varios patios y numerosas dependencias auxiliares. En total
ocupaba una superficie de 6700 metros cuadrados, delimitada por una muralla. En ese templo,
que guardaba el tesoro del dios de las cámaras secretas, tenían sus capillas Marduk, su esposa
Zarpanitum y el hijo de ambos, Nabu.
Elemento de primer orden, pero separado del conjunto Esagila, fue la torre llamada
Etemenanki, de la cual no queda hoy absolutamente nada. Con una altura de 91 metros, la torre
se alzaba encima de un gigantesco terraplén rectangular y estaba formada por 7 pisos de arcilla
maciza, escalonados y revestidos con ladrillos de diferentes colores. Alrededor de estos
complejos se levantaron numerosos templos, hosterías, almacenes y dependencias, que hacían
del enclave una verdadera ciudad sagrada, separada del resto de la ciudad por otra muralla.
La magnificencia del Etemenanki tuvo incluso su reflejo en el antiguo testamento. El
autor del Génesis se refería a ella como un verdadero pecado de orgullo de los hombres frente a
Dios al atreverse a levantar una torre cuya cúspide llegara al cielo: la torre de Babel (6).
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Al conjunto monumental y religioso de Babilonia se llagaba a través de una majestuosa
Vía Sagrada (7) o procesional, que tenía su arranque en una de las puertas más importantes de la
ciudad, la dedicada a la diosa Ishtar. Esta vía era ruta obligada de las procesiones y festividades
religiosas que, en honor a Marduk, se celebraban todos los años las fiestas de año nuevo o de
Akitu. Esta vía medía 23 metros de ancho y más de un kilómetro de longitud y transcurría
encajonada por grandes muros de ladrillo decorado con leones. La pavimentación de ladrillos y
losas de piedra fina contribuía a su magnificencia.
Análisis en monumentos y edificaciones protagónicas de la cultura babilónica:
Introducción:
Entre los edificios civiles hay que destacar el palacio de Nabucodonosor, de casi 5000
metros cuadrados de superficie, levantado junto a la Vía Sagrada. En realidad, se trataba de un
gran complejo de cinco edificios, con diferentes aposentos reales y estancias, construido todo
con maderas nobles y metales preciosos, adornado mediante enormes paneles de ladrillos
vidriados de tonos azulados. Uno de estos edificios alberga el Salón Trono, lujosa estancia de 52
metros por 17 metros, donde según algunos historiadores murió Alejandro Magno.
También en este edificio se encontraba la biblioteca y el museo particular que
Nabucodonosor había creado, llamado el “Gabinete de las maravillas de la humanidad”, con
primerísimas piezas de arte babilonio, hitita, asirias y sumerias. En el sector noreste del gran
palacio se habían instalado conducciones de agua para asegurar el riego continuo de maravillosos
jardines que, dispuestos en terrazas de distintos niveles sobre una montaña artificial, daban la
impresión de ser verdaderos Jardines Colgantes, siendo visibles desde cualquier punto de
Babilonia. Se dice que estos jardines, la séptima maravilla del mundo, los había mandado a
construir el rey para que su esposa, la princesa Amytis, hija del rey medo, no sintiese nostalgia
de los árboles y flores de su lejano país.
Para cruzar de la ciudad vieja a la nueva, el babilonio disponía de un puente fijo sobre el
rio Éufrates. Apoyado en 7 pilares, causaba verdadero asombro entre los visitantes, dada la
escasez de este tipo de construcciones. Junto al puente y a lo largo del rio se alzaban distintos
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malecones con numerosos almacenes y oficinas. Todo ellos formaba un muelle fluvial, donde
tenía lugar el altivo comercio internacional.
Babilonia fue, en fin, una maga polis más o menos cuadrangular, que cubría una
superficie de 950 hectáreas, que llego a acoger a más de 200000 habitantes. Para protegerse
tenían un foso de 50 metros de ancho entre sus dos murallas, además de una muralla exterior de
18 km de longitud al noreste, para dar acogida a la población campesina en caso de peligro.
Aunque muchos textos dan la fabulosa cifra de 100 puertas abiertas en las murallas, aunque solo
se han descubierto 10, siendo cada puerta un monumento a una deidad.
Etemenanki:
El punto de interés religioso de Babilonia era, sin duda, la ziqqurratt, llamada Etemenanki
(Casa fundamento del cielo y de la tierra), de la cual hoy sólo subsisten algunos ladrillos de sus
cimientos y una ancha fosa cuadrangular con un apéndice frontal, llamada "es-Sahn" o la sartén,
todo lleno de agua, en donde crecen las cañas.
Por una tablilla de la época seléucida, hallada en Uruk (Tablilla del Esagila), y que
copiaba un original más antiguo, conocemos las dimensiones reales de la monumental torre: 15
por 15 por 15 gar, esto es, 90/91 metros cada uno de los lados de la base por 90/91 metros de
altura.
La mole, formada por un núcleo de adobes recubiertos por una gruesa capa de ladrillos de
hasta 15 m de espesor, se alzaba sobre un gigantesco terraplén en forma rectangular (456 por 412
metros), cerrado por una muralla con doce puertas, en cuyo sector meridional se levantaban los
edificios auxiliares, y en el oriental el mercado, los quioscos y los almacenes. Se ignora el
número exacto de plantas que tuvo y la disposición de sus escaleras, aunque las reconstrucciones
más fiables hablan de siete pisos y de una gran escalera de acceso, exenta, y que alcanzaba la
segunda planta. Desde allí se llegaba a la cúspide, en donde algunos autores sitúan un templo alto
(shakhuru) que, según los textos, Nabucodonosor II hizo centellear con ladrillos esmaltados de
azul claro, para contraponerlo, de alguna manera, al templo bajo, como así se denominaba al
Esagila de Marduk.
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Sobre el lado meridional del Etemenanki, y ocupando una superficie de 6.700 m
cuadrados, delimitada por una muralla, se situó el templo bajo de Marduk, llamado Esagila (Casa
de la cabeza alzada), todavía hoy escondido por una gran capa de escombros. Constaba de un
santuario principal y dos patios situados al este, sobre los que se abrían numerosas dependencias
auxiliares, midiendo todo 89,40 por 116 metros. En este magnífico templo (79,30 por 85,80), que
guardaba el tesoro del dios en cámaras secretas, tenían sus capillas Marduk, muy espaciosa (40
por 20 m), su esposa Zarpanitum y el hijo de ambos, Nabu, así como otras dedicadas a las
deidades más importantes del panteón.
Por referencias sabemos que las paredes y la cubierta de la cella principal eran de
maderas preciosas revestidas de lámina de oro y plata, el pavimento de baldosines de alabastro y
lapislázuli y el techo de vigas de cedro dorado. A tal cella, que guardaba la gran estatua de
Marduk, de oro, sentado en trono también de oro, se accedía por una fachada monumental,
reforzada con torres.
Un tercer santuario, en conexión con el Esagila era el bit akiti (Casa del Festival Akitu),
situado fuera de las murallas de la ciudad, en su zona norte, probablemente en el actual Tell esh-
sharki. De tal construcción, que desempeñaba un importantísimo papel cada año con motivo de
las fiestas en honor de Marduk, nada se sabe al no haberse localizado.
Los tres conjuntos religiosos que acabamos de citar estaban conectados entre sí mediante
una magnífica Vía procesional que, arrancando desde el puente del Eufrates (a partir de un
desembarcadero) se dirigía, tras bordear el Etemenanki, hacia el norte para ir a buscar la Puerta
de Ishtar y prolongarse en la campiña hasta el bit akiti.
Esta Vía, llamada Ai-ibur-shabu (El enemigo no pasará), lugar por donde se
desarrollaban las espectaculares procesiones de Marduk, Nabu y demás dioses durante las fiestas
del Año Nuevo, estaba pavimentada con cuadradas losas de caliza roja con vetas blancas. Su
longitud era de unos dos km y su anchura oscilaba entre los 16 y los 20 m. Discurría entre muros
de 7 m de altura y presentaba como decoración las figuras de 120 leones (el animal sagrado de
Ishtar), hechas también de ladrillo moldeado y vidriado sobre un fondo azul. La serie de
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fragmentos encontrados ha permitido realizar una reconstrucción parcial de la misma en el
Museo de Berlín.
Puerta De Ishtar:
De las ocho puertas de la ciudad, cada una asignada a una divinidad, la más importante
fue la dedicada a la diosa Ishtar. Estructuralmente, tal construcción se componía de dos puertas,
con pequeños vestíbulos internos, conectadas con un paso de enlace y realzadas con sendos
torreones dobles; sus cuerpos, de distinta altura, finalizaban en almenas y se adaptaban en todo a
la línea defensiva de las murallas del sector norte, zona en la que estaba ubicada.
Su construcción conoció tres fases, debiendo elevarse cada vez el nivel de la calle: en la
primera, se levantó con ladrillos en relieve sin esmaltar, en la segunda, con ladrillos esmaltados y
lisos, y ya, en la última (lo que significó el enterramiento de las dos puertas anteriores), se
combinaron las dos modalidades de ladrillos (esmaltados y en relieve), dando como resultado
una maravillosa obra arquitectónica.
Las paredes de la Puerta, que alcanzó los 25 metros de altura, se revistieron con ladrillos
esmaltados en tono azul intenso, sobre los cuales se situaron en relieve y en un mínimo de 13
filas 575 figuras de dragones (mushhushshu) y toros, atributos ambos, en este contexto, del dios
Marduk, a quien Nabucodonosor II -y no a Ishtar- entregó la puerta como don.
En la actualidad, lo que subsiste in situ es la parte inferior (entre 7 y 12 m de altura) de la
Puerta sin esmaltar, con los restos todavía de unos 150 toros y dragones. Muy cerca de ella, se ha
construido últimamente una reproducción de la Puerta a mitad de su tamaño, pálido reflejo de lo
que fue la construcción originaria vidriada, la cual puede verse hoy, parcialmente montada, en el
Museo de Berlín.
Los Jardines Colgantes de Babilonia:
Como hemos relatado al hablar de las Siete Maravillas del mundo Antiguo, estas
provienen de una selección que fue realizada por cronistas de la Antigua Grecia, en tiempos de
Alejandro Magno. Pero existen algunas “diferencias” en las listas originales de las maravillas, y
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una de estas construcciones es la de los Jardines Colgantes de Babilonia. Hay quienes incluso
dudan de su existencia real.. Mito o historia, es una obra de arquitectura verdaderamente
fascinante. El origen de la duda sobre la veracidad de los Jardines Colgantes de Babilonia surge
de que al momento de confeccionarse el listado de las Siete Maravillas del Mundo, durante el
siglo IV a.C, Babilonia ya se encontraba en ruinas. De ahí que los historiadores y arqueólogos
manejen dos posibles hipótesis o teorías sobre su construcción.
Una de las teorías –la más difundida- es que los Jardines Colgantes de Babilonia fueron
construidos por Nabucodonosor II (rey durante el Imperio Neo babilónico) como obsequio para
su esposa en el siglo VI a.C. La segunda hipótesis –basada en una leyenda- adjudica la obra de
esta maravilla a la reina asiria Semíramis o Shammuramat, durante el siglo IX a.C.
Según las crónicas que han trascendido, los jardines colgantes de Babilonia habrían
consistido en una edificación compuesta de terrazas escalonadas, construidas con grandes
piedras. Las piedras eran la estructura en la que se colocaba la tierra y allí se habrían plantado
árboles, flores y arbustos.
Se estima que para el riego de los jardines utilizaron una máquina similar a una noria
hidráulica que permitía la elevación del agua. Los arqueólogos han encontrado en las ruinas del
Palacio del sur, un pozo que estiman por sus características podría ser asociado al riego de los
jardines.
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Ensamble fotográfico:
Fotografías:
(1)
1) Templo de Enlil: El principal centro de culto de Enlil era el templo del é.kur (casa de la
montaña) de Nippur, donde según la tradición tenía "el ojo que explora la tierra".
2) Templo de Sin: Sin, el dios luna, cuyos templos principales estaban en Ur y Harran, dos
ciudades asociadas en la Biblia con el patriarca hebreo Abraham.
(3)
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3) Templo de Marduk o Etemenanki: El Etemenanki fue representado en una tablilla
cuneiforme en Uruk de 229 a. C., una copia de un texto más antiguo (ahora en el Museo del
Louvre de París). Define la altura de la torre como de 91 metros, con una base cuadrada de 91
metros de lado. Esta estructura de adobe fue confirmada por excavaciones conducidas por Robert
Koldewey desde 1913.
(4)
4) Templo de Esagila: El complejo Esagila, completado por Nabucodonosor II era el centro de
la ciudad de Babilonia. Comprendía un gran patio de unos 40 x 70 m, que contenía otro más
pequeño de unos 25 x 40 m, y finalmente, una capilla central, consistente en una antesala y una
sala principal, donde estaban las estatuas de Marduk y Serpanitu.
(5)
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5) Templo de Anu: Dentro de la plataforma que constituía la parte superior de la “pirámide”, y
en la que se refiere al edificio situado sobre ésta, hemos de dirigirnos a los yacimientos de Uruk
y Uqair. Como ya se ha comentado, en el templo de Uruk - Levantado en honor a dios Anu, la
más alta dignidad del panteón sumerio.
(6)
6) Torre de Babel: La base de esta torre habría sido un cuadrado de 92 m de lado, y su altura
original habría sido aumentada en tiempos de Nabopolasar y Nabucodonosor II (605-592 a. C.),
para hacerla una digna exponente de su poderío y grandeza.
(7)
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7) Vía Sagrada: La Vía Procesional, pertrechada de más murallas y de 120 leones de adobe que
la custodiaban. Era la entrada principal a las calles y templos interiores de Babilonia.
(8)
8) Puerta de Ishtar: La puerta de Ishtar era la octava de las puertas de acceso a Babilonia, y
también la más famosa, gracias a sus grandes dimensiones (14 metros de altura por 10 de ancho),
pero sobre todo a su decoración; el ladrillo vidriado se utilizó con exquisita sobriedad, pero a la
vez con evidente fastuosidad.
9) Palacio de Nabucodonosor: Inmenso complejo, a modo de ciudadela, situado entre la puerta
de Ishtar, la Avenida de las Procesiones, el río Éufrates y los Jardines Colgantes.
10) Gabinete de las maravillas de la humanidad: Museo personal de Nabucodonosor.
11) Palacio de Darío: El palacio o ciudadela sur, residencia y trono de los gobernantes neo
babilónicos, sirvió igualmente para los persas, quienes añadieron otro palacio al complejo,
construido durante el reinado de Darío I, entre los años 498 y 496 a. C. Fue residencia real de
Jerjes.
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11) Jardines Colgantes: Maravilla de la Antigüedad, fueron mandados construir por
Nabucodonosor II para su esposa Amytis, procedente del norte de Media (Oriente Medio), que
añoraba su tierra montañosa y verde.
(12)
12) Puente sobre el rio Eufrates: Conectaba las dos partes de la ciudad. Sus siete pilonos eran
de piedra, algo muy raro en la construcción babilónica, donde la arquitectura estaba basada en el
uso del adobe
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(13-14)
13) Fortaleza del Este: Recinto fortificado simétrico al palacio del Norte respecto de la puerta
de Ishtar.
14) Fortaleza del Oeste: Palacio-fortaleza mandado edificar por Neriglisar a la orilla del
Éufrates. Según el historiador griego Diodoro Sículo destacaba por su decoración, pues estaba
ornamentado con impresionantes pinturas y esculturas.
(15)
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15) Palacio de Verano: Segundo palacio real construido por Nabucodonosor II, situado en el
extremo norte de la ciudad, junto al río y la muralla exterior. El montículo que sobre él ha
formado el tiempo recibe el nombre de Babil. Aún estaba en uso en época helenística.
16) Templo del Año Nuevo: Estaba situado al norte del recinto interior, entre la avenida de las
Procesiones y el río. En él se celebraba la fiesta de Akitu, equivalente al comienzo del año, en
honor de Marduk.
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Urbanismo:
1) Organización de la ciudad de Babilonia:
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Bibliografía:
http://www.elhistoriador.com.ar/aula/antigua/babilonia.php
http://www.arqhys.com/arquitectura-babilonica.html
http://www.bloganavazquez.com/2008/12/12/las-zigurats-torres-que-buscan-el-cielo-de-
mesopotamia/
“Así vivían en Babilonia”, Federico Lara, Anaya, 3era ed., Madrid, 1994
“Atlas de los imperios”, Gerard Chaliand, Paidos, 2da ed., Barcelona, 2001
“La Torre de Babel”, Quaroni, Gili, 1era ed., Barcelona, 1967