Mercedes a LunetaParroquia Altagracia
Apdo. 134. Caracas. 1010. Venezuela
Telfs: 0212-562.73.00 / 564.58.30
William Osuna
Daniel Molina
©Ana Enriqueta TeránCaracas, Venezuela 2014
Ana Enriqueta Terán
Ánghela Mendoza
Ximena Hurtado YarzaAna María Olivo
Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello
Presidente
Director Ejecutivo
OTROS SONETOS DE TODOS MIS TIEMPOS
Ilustración de portada
Portada, diagramación y diseño de colección
Corrección de textos
Dep. Legal: lf6052013800152ISBN: 978-980-214-302-4
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La razón poética de Ana Enriqueta Terán (1918) es una forma de vivir, es entender la vida y su libertad, porque para ella, el pensamiento es fiel a lo que ve y a lo que vive, por ello es reflejo y representación en la palabra.
“(el pensamiento unido a frase corta)”.
Ana Enriqueta nace en Valera, estado Trujillo, en una Venezuela rural que se muestra como imagen contra-puesta de su educación. Su poesía es la educación de la mi-rada, porque el Siglo de Oro español (Garcilaso de la Vega, Santa Teresa, Góngora), la enseñó a mirar. Una mirada que atrapa la música de las palabras.
“No pienso en nada, solo miro y todose vuelve vida y me golpea duroen mitad de los ojos…”.
En otro momento nos dice cuando intercambia mi-rada con su “periquito filósofo”:
“¡Algo más grande tu mirada implica!...Qué de ti, mi conciencia sacrifica”.
El lado invisible de la realidad
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Su obra se inaugura con Al norte de la sangre (Ca-racas: Ediciones Suma, 1946), Verdor secreto (Montevi-deo: Cuadernos Julio Herrera y Reissig, 1949) y Presencia terrena (Montevideo: Alfar, 1949). En esta primera etapa se impone la métrica y un esfuerzo formal por el verso preciso, la estructura y la forma son los dominios de un reino encontrado.
“Confié la resma de papel y ganala imprescindible condición de nube”.
En una segunda estancia, marcada por viajes y el en-cuentro con el verso libre y las vanguardias, nos encontra-mos con: De bosque a bosque (Caracas: Editorial Arte, 1970); Libro de los oficios (Caracas: Monte Ávila, 1975); Música con pie de salmo (Mérida, Venezuela: Ediciones Actual/Univer-sidad de Los Andes, 1985); Casa de hablas (Caracas: Mon-te Ávila, 1991); Albatros (1992), Antología poética (Caracas: Monte Ávila, 2005); Construcciones sobre basamentos de niebla (Caracas: Monte Ávila, 2006) y Autobiografía (Cara-cas: Fundación Editorial el perro y la rana, 2007).
Dice la poeta que el verso “…es una rayadura perfecta en lámina de oro”, porque esa hendidura es lo
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cóncavo de una mina que sus vetas tensan en métricas de incalculable belleza. El primer tomo de Sonetos de todos mis tiempos fue escrito entre 1970 y 1989, allí perviven los temas de su poesía: la casa, la música secreta de sus hallazgos y la naturaleza como asombro y celebración.
“Estoy rebelde y me realizo en granosseculares: garbanzos y lentejas.Cocino. Me desato en ollas viejashartas de hollín, manchadas de veranos”.
Un soneto es sonido, es asombro y devoción. Tam-bién es una composición “poética que consta de catorce versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. En cada uno de los cuartetos riman, por regla general, el primer verso con el cuarto y el segundo con el tercero, y en ambos deben ser unas mismas las con-sonancias. En los tercetos pueden ir estas ordenadas de distintas maneras”. Para Ana Enriqueta, el verso libre y su ejecución, es respeto y humildad, pero “…Sin embar-go, no abandono las formas clásicas; no las abandonaré nunca. Sonetos y tercetos me serán fieles y andaré por ellos con distintas penumbras pero con un mismo trazo de libertad y honestidad”.
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“LA PALABRA me cuaja con entregade sílabas y sangre, con latinasecreción y sustancia siempre ciega”
En Otros sonetos de todos mis tiempos, sentimos que la palabra construye un paisaje que tiene una unidad del espacio y la memoria. En esta segunda entrega, el que-hacer poético es el hallazgo, es el imperio de la belleza traslucida.
“verde parejo que urge y desafíaluminosa heredad: trópico y cielocon sabor a naranja y el desvelode “un” otra forma de alta geografía”
Esta lectura nos da un mundo, pero hay que dejar prenda porque si no, no vale. Dice María Zambrano que se escribe para que alguien viva de otra manera después de haberlo leído. Otros sonetos de todos mis tiempos, es vivir, es un antes y un presente continuo, ya que:
“Hasta la muerte es bella en una rosa;se desprende en descuido y armonía
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de caída y reposo como víapara un lejano aroma que reposa
también atrás en páginas y rozalibros de infancia y seca jerarquíade pétalos prensados como guíade algo entre flor o viento o mariposa
Más bien de mariposa, pues asumevagancia libre, azul de algún momentoparalizado en página inocente
donde no hubo dolor y el pensamientoera vuelo, neblina, luz, perfumey la casa soporte de mi gente”.
Daniel Molina
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Paso asumido en luz
No pienso en nada; sólo miro y todose vuelve vida y me golpea duroen mitad de los ojos con apurode abeja en el sonido y acomodo
de misma abeja hurgando copa y modode traspasar, sin prisa, lado oscurocon latidos de polen con seguropaso asumido en luz y dulce apodo
para seguir en miel. Abeja, ritode este amarilis rojo que levitay se desprende, sube, queda escrito.
No pienso en nada. Ni en saber, ni el grito…Solo el instante pleno de infinito.También la abeja sube y queda escrita.
Casa de Hablas, 3 de junio de 2009.
4:09 a.m.
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Chanteclaire
Los suplicios, el ánimo celestede sufrir, alcanzar de la alegríasangre blanca y lejura de armoníaen dador de hora (gallo) y paso agreste
de quien se interna y hace del Oestelo que sabemos: más y más umbríasala de la justicia: no armonía en contrastes de piel. Asume el Este
la salida del sol y hace profundo su canto, su creencia restituidaa los gallos del orbe y el trabajo
para dar vida al sol y hacerse vidaen el Sur ¡CRUZ DEL SUR! alta manerade abrirse en gajos y alabar el mundo.
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Hacer la casa
Llegaron; mediciones del paisajefue lo primero, luego sucedíauna tierra a otra tierra labrantíacon un techo de pájaros en viaje.
Después la nube en cóncavo virajesobre arboledas, picos, lejanías,ocasos recortados en umbríasde más allá de un rojo con bagaje
de figuras extremas: forma escasade una vicuña vuelta poderíoen espacios de cóndor, ya disuelto
porque cae la noche y suena el río.Hubo fogata de labiaje sueltoy se pensó en la casa. HACER LA CASA.
Casa de Hablas, 23 de enero de 2009.
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Lo que el azar depara
Inmediato y humilde lo certerode una fruta en la mesa y a destajoun derrame de mangos con trabajode Cezanne desde afuera y con esmero
de mucho acontecer, librar primerola batalla de estar y desde abajosubir a tientas y tomar del gajolo que el azar depara. Solo quiero
hacer eternidad en el instanteque estoy viviendo y la costumbre aladadel ave dando latitud bermeja
al propio vuelo sin destino y nadapara avalar lo amargo o lo fragantede propia muerte que en llamar no ceja.
Casa de Hablas, 9 de agosto de 2009.
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A José María tomando vino tinto
Saber dónde del ocio la deliciacontribuye a redondos anunciadospor crecimiento y límites moradosque se agrietan de zumos y codicia
del insecto al racimo que se iniciacon sabor de adelanto a los osadoscálculos del futuro y decantadosusos de luz en la feliz noticia
del caldo rosa consumido a tandas(el pensamiento unido a frase corta)diciendo en poco latitud y vuelo
de la estación final que nos importay alegres recibimos como mandasde vida tanta que al final es cielo.
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A Ramón Palomares pero sobre todo a “el Noche”
A usted como dador de lo que pienso,asumo en vuelcos de alta jerarquíapara aceptar el patiecito, guía de un gran recuerdo humilde por lo intenso.
“El Noche” se me acerca y hace densoel relato del pie que obra manía de ser lejana flor y autonomíade un bello silbo en vesperal descenso.
Cae “el Noche”, me cubre, huye el respirohacia un pulmón de árboles y ocurre ave nocturna en desempeño escueto
de volver, conformarse al dulce girodel patiecito aquel. ¡Ay! no discurregrandeza alguna en mi presente neto.
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Sin embargo se piensa en el regreso
Rosa del corazón que se presentasin ningún riesgo en barandal sombríoacodada a un balcón de un pueblo míoque entre montañas duerme y representa,
ave redonda y compostura lentade quien feliz se escucha y hace umbríoel sabor del café y ocurre río, como encaje de luz, pues solo intenta
adornar la caída hecho lazadade música hacia el valle. La alegríase condiciona en fruta y hace peso
de dulzor; todo en tiempo de agoníamiel y amargura forman la avanzada.Sin embargo se piensa en el regreso.
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Ella dice: ni ofenden ni me ofendo
“De los dudosos términos del día”ella concibe de esperanza el vuelo,de un verde itinerante sin consuelopara las estaciones de la umbría
verde parejo que urge y desafíaluminosa heredad: trópico y cielocon sabor a naranja y el desvelode “un”, otra forma de alta geografía.
Ella, cuajada en verde reconoceverde de mangle, bloque donde yaceni dichosa, ni triste, solo yendo
en ruedas a un nivel que desconoce…(“Un punto de tiniebla me rehace”).Ella dice: ni ofenden, ni me ofendo.
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“Los árboles que el bosque había fingido”
“Los árboles que el bosque había fingido”fueron árboles ciertos frente a un tantode alma posible, sin saber a cuantoasciende el costo de algo presentido.
Algo casi de amor, casi de olvido…Mejor olvido a secas, mejor llanto.¿Llanto? no existe el llanto, solo un santocoágulo de tinieblas en el nido.
Nido oscuro de tierra y leve abrazotambién de tierra, abrazo, puliturade huesos finos, sanos: desespero
de no sentir y ser. Hueso certeroel parietal y luego dentadura incompleta y veraz en limpio trazo.
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Únicos, claros, pobres y dispersos
Únicos, claros, pobres y dispersosen ánimo contrario, lejanía de la risa y el puesto de agoníade ser muchos y urdir campos diversos,
empujando, clamando como tersosnudos de la intención y clara guíade estímulos al viento y Rosa míatambién mía en la noche y en mis versos.
Se oculta el ave en el follaje, y rezasu canto con el árbol y hace nadael morir monte arriba, campo abierto.
No se muere, se canta en ave y ciertoandar despacio en la pasión aladade conseguir lo que después empieza.
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Mis guacharacas
Toman conmigo, surgen con esmerode abanicos abiertos, dulce acosode amor extraño, mientras surge el gozode Leda singular con luz de acero
con luz de pardos húmedos y fierocruce de picos y codicia en pozode secreta verdad me yergo y rozoalgún encuentro, ni si fue el primero
o después de aquel aire entrecortado,puesto a lucir en gozo y en momentode latido, a discreta semejanza
con toda bestia de livor sagradoque impulsa el alma a límites de danzay a libertad de oscuro pensamiento.
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“A los anales diáfanos del viento”
“A los anales diáfanos del viento”,con ave fiel, la oscura maravillasobrevolando el barco con sencillacodicia y todo por salvar momento
ligeramente triste con el cruentosabor de fruta que en la noche brillay suena a negra vecindad y quillasurcando afable y dulce vencimiento.
Confié la hebra de encendida lana(seda, aguja, objetos preferidos)a la mano ancestral que baja y sube
no por la tela, sí por los olvidos.Confié la resma de papel y ganala imprescindible condición de nube.
Morrocoy, 8 de enero de 2001.
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Tiempo señalado
Oscura la visión, oscuro el trazode llanto sojuzgado a pliego vivo;nada de quejas, solo un exhaustivodibujo de alas en secreto abrazo
de lo severo-fijo como atrasode tiempo señalado y buen motivopara dejarse ir con redivivopañuelo en alto sin medir “acaso”.
“Acaso” un alma asida a un dulce ruego.“Acaso” nada, “acaso” vestiduraondeando al viento, “acaso” no dejarse
convencer por la lluvia cuando el fuegonos quema desde arriba y hace purala intención en profundo, de alejarse.
Casa de Hablas, 7 de noviembre de 2010.
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Jamás la coincidencia
Jamás la coincidencia. Nunca fina juntura de aguas en planicie neta.Encontronazos sin piedad y quietaresignación de venia femenina.
A otras músicas, cantos y ladina aceptación no libre de discreta venganza acumulada en dulce metade huir hacia la máscara divina
cayendo a pique y a la vez un fondode la resignación, curiosa pastade odio y esclavitud, amor actuado
en experiencias de cultura vasta.Aguantar, aguantar, hacer redondomimos de madre; padre desvelado.
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Fruto de vida y muerte
Mi taza negra significa un prontode oscuridad para lidiar la sumadeslumbrante del fruto y de la espumaque en humildad recibo y los confronto.
Fruto de vida y muerte que me abrumay caigo de rodillas y hago nidocon círculos de aves, sin sonidode alas cruzando la secreta ruma
de papeles no sabios, no divinospero sí del gran Dios que me despliegaen música, colores, labia fina:
LA PALABRA me cuaja con entregade sílabas y sangre, con latinasecreción y sustancia siempre ciega.
Paso asumido en luz
Chanteclaire
Hacer la casa
Lo que el azar depara
A José María tomando vino tinto
A Ramón Palomares pero sobre
todo a “el Noche”
Sin embargo se piensa en el regreso
Ella dice: ni ofenden ni me ofendo
“Los árboles que el bosque había fingido”
Únicos, claros, pobres y dispersos
Mis guacharacas
“A los anales diáfanos del viento”
Tiempo señalado
Jamás la coincidencia
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OTROS SONETOS DE TODOS MIS TIEMPOS
El lado invisible de la realidadpor Daniel Molina
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Fruto de vida y muerte
Ramos de abismo
Seguir por las corrientes del oído
Entre lo súbito y lo eterno
Seis sonetos a José Cemí,
gato de Rosa Francisca
y gato de mis soledades y afectos:
En el piso del alma quedó huella (I)
Es ya recuerdo tu silente paso (II)
José Cemí, pequeño. Me refiero (III)
Ya te puse a vivir entre la gente (IV)
No puede ser de piedra tu legado (V)
Nunca amor a ninguna bestiecilla (VI)
Girasol por siempre enhiesto
A un canario
Pelea de gallos
A Dulce María Terán Madrid
A Azucena Terán Madrid
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A la Bebella Terán Madrid
Araguaney
Basta ya, no de muerte, sí de olvido
Se burlan, se reparten, entronizan…
Soneto apaciguado en orfebrerías de sabor
Rescate vivo
Tiempo contado
I A Alexis Mujica viéndolo trabajar
II
III
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VI
VII
I A la pintura de Wladimir Zabaleta
II
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V
VI
A mi prima María Márquez Núñez
Nada es seguro, nada perdurable
Botines para irse
Azul tribal
Madera del presagio
Niña eterna ocasionada en cruz
Oscurecida en loba
Conseguida la gracia del objeto
Voz filial
Esta soy yo, el amor
Amplitud de pueblo
Reminiscencias marinas
Escribiendo un soneto
Estar es suma y ser es infinito
Casa de la amistad
Mis dibujos
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Toda presencia
Como una bestia dulce y mal herida
“Cristal pisando azul con pies veloces”
Soneto que anticipa una carta en tercetos
para mi gran amiga Antonia Palacios
Soneto a un ave parecida a un pavo real
y también a una pescadilla de oro
Severo deambular en tiempo recio
A mi Rosa Francisca
Los únicos revisan las aldabas
Nada oprime el contorno de la rosa
A Miriam Sambrano Urdaneta
Soneto injertado de formas en
honor a la pájara pinta
Soneto a María Claudia
Lo oscuro en la penumbra
Horizonte escrito
I A Oswaldo Vigas y Jeannine
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II A Vigas, orfebre
III A Vigas
(IV) Tres brujas nacientes
(V) La venta
I A Armando Pérez
II
A Patricia y Nicolás
Lectura del café
Reivindicación de la sal en la mujer de Lot
Jueves y Viernes Santo
La infinitud cabalga cuando escribo
Su mirada, mi pulso: polvo, nada
Vuelvo a la soledad
Film
(Todo indicio nos lleva a lejanía)
Labrado espacio, tiempo sometido
Objetos y rodajes de oración
Primera lluvia
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Es posible que el aire me encadene
Y el inmenso samán dueño del viento
Al río Momboy río de siempre y siempre mío
Señal dichosa en homenaje al poema
“La madre” de Enrique Mujica
Ocurre a ratos, luego desafía
No respondes; tampoco yo respondo
Está sola y construye labia y sueño
Epitafio al caballo de Lizaveta Acedo Terán
Confidencias al héroe
Tercetos con paisaje y traje oscuro
Estoy en mí, pensando en el vivir
Sinfonía del verde y la palabra
Se me olvidó la risa, clara risa
Donde se juntan el Momboy y el Motatán
Sonetos del amor perenne
Vuestra suposición es la certeza
Latitud sagrada
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Dar en vez de recibir
Miradas entre Ana Enriqueta
Terán y su periquito filósofo
Llevada de la mano
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153
154
1000 ejemplares
Este libro fue editado por la Funda-ción Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. Fue compuesto con la familia tipográfica Apple Garamond. Se ter-minó de imprimir en la Fundación Imprenta de la Cultura en el mes de mayo de 2014, año de la conmemo-ración del centenario de: Julio Cortázar, Octavio Paz, Adolfo Bioy Casares, Nicanor Parra y William Burroughs.