KETERDAM.Unbulliciosofocodecomerciointernacionaldondecualquiercosasepuede conseguir por el precio adecuado.Ynadie esmás conscientede estoúltimoqueelprodigiocriminalKazBrekker.AKazleacabandeofrecerlaoportunidaddellevaracaboelmayorgolpedesuvida,unmortalasaltoaunafortalezaquepodríahacerlemás rico de lo que jamás se había atrevido a imaginar en sus sueñosmássalvajes.Peronopuederealizarloporsisolo…
Unpresoconseddevenganza.
Untiradordeprimeraincapazderechazarunaapuesta.
Unfugitivoacostumbradoallujo.
UnaespíaconocidacomoelEspectro.
UnaMortificadoraqueusasumagiaparasobrevivirenlossuburbios.
Unladrónconundonespecialparalashuidasimposibles.
LosmiembrosdelgrupodeKazsonlosúnicosquepuedenevitarladestruccióndelmundo.Bueno,loseránsinosematanentreellosprimero.
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LeighBardugo
SeisdecuervosSeisdecuervos-1
ePubr1.2Titivillus29.12.2018
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Títulooriginal:SixofcrowsLeighBardugo,2015Traducción:MiguelTrujilloFernándezEditordigital:TitivillusePubbaser2.1
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ParaKate…Armasecreta,amigainesperada.
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oostteníadosproblemas:lalunaysubigote.Se suponía que tenía que hacer la ronda alrededor de la casa Hoede, pero los
últimosquinceminutosse loshabíapasadomerodeandoporelmurosurestede losjardines,tratandodepensarenalgointeligenteyrománticoquedecirleaAnya.
OjalálosojosdeAnyafueranazulescomoelmar,overdescomounaesmeralda.Perosusojoseranmarrones,hermososysoñadores…¿Marronescomoelchocolatefundido?¿Marronescomoelpelajedeunconejo?
—Dilequesupielescomolaluzdelalunayyaestá—lehabíarecomendadosuamigoPieter—.Alaschicasesolesencanta.
Eraunasoluciónperfecta,peroeltiempodeKetterdamnocooperaba.Entodoeldíanohabíahabidounatisbodebrisaenelpuerto,yunaniebladeungrislechosohabíacubiertoloscanalesdelaciudadysusretorcidoscallejones.Inclusoallí,entrelasmansionesde laGeldstraat, el aire cargabaconunhedordepescadoyaguadecloaca, y el humo de las refinerías de las islas exteriores de la ciudad habíaembadurnadoelcielonocturnodeunaneblinasalada.Lalunallenaenlugardeunajoyaparecíaunaampollaamarillentaquenecesitaraunpinchazo.
¿Talvezpodríahaceruncumplido sobre la risadeAnya?Elproblemaeraquenuncalahabíaoídoreír.Noseledabanmuybienlasbromas.
Joostechóunvistazoasureflejoenunodelospanelesdecristaldelaspuertasdobles que llevaban desde la casa hasta el jardín lateral. Su madre tenía razón.Incluso con su uniforme nuevo, seguía pareciendo un bebé. Se pasó el dedo consuavidad por encima del labio superior. Ojalá le saliera más bigote. Desde luego,parecíamáspobladoqueeldíaanterior.
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Llevabamenos de seis semanas siendo guardia de la stadwatch, y no le habíaresultadoniporasomotanemocionantecomoesperaba.PensabaquesededicaríaaperseguirladronesporelBarril,oapatrullarlospuertosyserelprimeroenverloscargamentosquedejabanenelmuelle.Perodesdeelasesinatodeaquelembajadorenla casa consistorial, el Consejo Mercante había estado refunfuñando acerca de laseguridad,asíque,¿dóndeestabaél?Caminandoencírculosalrededordelacasadeunafortunadomercader.Aunquenoeraunmercadercualquiera.ElconcejalHoedeocupabaunaaltaposiciónenelgobiernodeKetterdam.Eralaclasedehombrequepodíahacercarrera.
Joostseajustóelabrigoyelrifleydespuésdiounapalmadaalapesadaporraquellevabaa lacadera.A lomejor lecaíaengraciaaHoede.Tieneojodeáguilayesrápidoconelgarrote,diríaelconcejal.Estemuchachosemereceunascenso.
—Sargento Joost Van Poel—susurró, saboreando el sonido de las palabras—.CapitánJoostVanPoel.
—Dejademirarte.Joost se giró con las mejillas ardiendo mientras Henk y Rutger entraban a
zancadaseneljardín.Losdoseranmayores,másaltosydehombrosmásanchosqueJoost, y eran guardias de la casa, sirvientes privados del concejal Hoede. Esosignificabaquevestíanununiformedecolorverdepálido,llevabansofisticadosriflesdeNovyi Zem, y nunca permitían que Joost olvidara que tan solo era un humildesoldadodelaguardiadelaciudad.
—Acariciarte esa pelusilla no va a hacer que crezcamás rápido—dijoRutger,conunasonoracarcajada.
Joosttratóderecuperarunpocoladignidad.—Tengoqueterminarmironda.RutgerlediouncodazoaHenk.—EsosignificaquevaameterlacabezaeneltallerGrishaparaecharunvistazo
asuchica.—Oh,Anya,¿podríasutilizartumagiaGrishaparaquemecrezcaelbigote?—se
burlóHenk.Joostsegirósobrelostalonesconlasmejillasardiendoybajóazancadasporel
ladoestedelacasa.Lehabíanestadomolestandodesdesullegada.DenohabersidoporAnya, probablemente le hubiera suplicado a su capitán que lo reasignara. Tansolohabía intercambiadounaspocaspalabrascon lamuchachadurante sus rondas,peroellasiempreeralomejordelanoche.
Y tenía que admitir que también le gustaba la casa de Hoede, por los pocosvistazos que había logrado echar a través de las ventanas. Hoede tenía una de lasmayoresmansiones de laGeldstraat, con suelos hechos de relucientes baldosas depiedra blancas y negras, y brillantes paredes de madera oscura iluminadas porlámparasdecristalqueflotabancomomedusasbajolostechosartesonados.Avecesa
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Joostlegustabahacercomosiesafuerasucasa,comosiélfueraunricomercaderqueestuvierapaseandoporsubonitojardín.
Antesdedoblar laesquina,Joost respiróhondo.Anya, tusojos soncomo…¿lacortezadeunárbol?Yaseleocurriríaalgo.Detodosmodos,seledabamejoractuarconespontaneidad.
Le sorprendió ver abiertas las puertas con paneles de vidrio del taller de losGrisha.Másquelasbaldosasazulespintadasamanodelacocina,oquelasrepisasde las chimeneas con tulipanes en macetas, aquel taller era un testimonio de lariquezadeHoede.ContarconunGrishaatuservicionoerabarato,yHoedeteníaatres.
PeroYurinoseencontrabasentadojuntoalaalargadamesadetrabajo,yaAnyanoselaveíaporningúnsitio.TansoloRetvenkoestabaallí,despatarradosobreunasillaconsutúnicaazuloscuro,conlosojoscerradosyunlibroabiertosobreelpecho.
Joostsequedójuntoalaentradaydespuésseaclarólagarganta.—Estaspuertasdeberíanestarcerradasconllavetodalanoche.—Estacasaparecerhorno—contestóRetvenkosinabrirlosojos,arrastrandolas
palabrasconsuprofundoacentoravkano—.DileHoedequesidejodesudar,cierrolaspuertas.
Retvenko era un Vendaval, mayor que los otros dos Grisha, con algunosmechones de cabello plateado. Algunos rumores decían que había luchado en elbandoperdedordurantelaguerracivildeRavkaytraslaluchahabíahuidoaKerch.
—EstaréencantadodetransmitirtusquejasalconcejalHoede—mintióJoost.Latemperatura de la casa siempre estaba demasiado alta, como si Hoede tuviera laobligacióndequemarcarbón,peroJoostnoibaaserquienlomencionara—.Hastaentonces…
—¿Traes noticias deYuri?—lo interrumpióRetvenko, abriendo al fin sus ojosenormementecaídos.
Joostlanzóunamiradaintranquilaaloscuencosdeuvasrojasylosmontonesdeterciopelocolorborgoñasobrelamesadetrabajo.YurihabíaestadotratandodedotardelcolordelafrutaalascortinasdelaSeñoraHoede,perohabíacaídogravementeenfermounosdíasantesyJoostnolohabíavueltoaver.Elpolvohabíacomenzadoaacumularsesobreelterciopeloylasuvasseestabanestropeando.
—Noheoídonada.—Pues claro que no oyes nada. Demasiado ocupado pavoneando ese estúpido
uniformepúrpura.¿Qué tenía de malo su uniforme? ¿Y por qué tenía Retvenko que estar ahí
siquiera?EraelVendavalpersonaldeHoedeyamenudoviajabaconloscargamentosmáspreciadosdelmercader,garantizandovientosfavorablesparallevaralasnavesapuertoconrapidezyseguridad.¿Porquénopodíaestarenelmar?
—CreoqueYuripuedeestarencuarentena.
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—Vayaayuda—dijoRetvenkoconunamueca—.Puedesdejardeestirarcuellocomogansoansioso—añadió—.Anyanoestá.
Joostsintióquesucarasecalentabaotravez.—¿Dónde está?—preguntó, tratando de sonar autoritario—. Tendría que estar
dentrodespuésdequeoscurezca.—HaceunahoraHoedeselalleva.IgualquelanochequevinoporYuri.—¿Cómoque«vinoporYuri»?Yuricayóenfermo.—HoedevieneporYuri,Yurivuelveenfermo.Dosdíasdespués,Yuridesaparece
parasiempre.AhoraAnya.¿Parasiempre?—Quizáshabíaunaemergencia.Sinecesitabancuraraalguien…—PrimeroYuri,ahoraAnya.Yoserépróximo,ynadiesedarácuentasalvopobre
oficialJoost.Veteya.—SielconcejalHoede…RetvenkolevantóunbrazoyunaráfagadeaireempujóaJoosthaciaatrás.Este
tropezótratandodemantenerseenpieeintentóagarrarsealmarcodelapuerta.—Hedicho«ya».Retvenko trazó un círculo en el aire y la puerta se cerró. Joost la soltó justo a
tiempodeevitarqueleaplastaralosdedosysederrumbóeneljardínlateral.Sepusoenpietanrápidocomopudoyselimpióelbarrodeluniformemientrasla
vergüenzaseretorcíaensuestómago.Unodelospanelesdecristalsehabíarajadoporelportazo.AtravésdelagrietavioqueelVendavalsonreíaconsuficiencia.
—Estotelodescontarándetusueldo—dijoJoost,señalandoelpaneldestrozado.Odiabalodébileinsignificantequesonabasuvoz.
Retvenko agitó la mano y las puertas temblaron sobre sus goznes. Sinpretenderlo,Joostdiounpasohaciaatrás.
—Veahacerturonda,perrilloguardián—gritóRetvenko.—Qué bien ha ido—digoRutger con una risita, reclinado contra la pared del
jardín.¿Cuántotiempollevabaahí?—¿Notienesnadaquehacermejorqueseguirme?—preguntóJoost.—Todoslosguardiastienenqueiralcobertizo.Incluidotú.¿Oestásdemasiado
ocupadohaciendoamigos?—Leestabapidiendoquecerraralapuerta.Rutgernegóconlacabeza.—Nohayquepedir,sinoordenar.Sonsirvientes.Noinvitadosdehonor.Joostechóacaminartrasél,conlasentrañastodavíarevueltasporlahumillación.
LopeoreraqueRutgerteníarazón.Retvenkonoteníaningúnderechoahablarledeesemodo. Pero ¿qué se suponía que podía hacer Joost?Aunque hubiera tenido elvalordeenzarzarseenunapeleaconunVendaval,seríacomoenfrentarseaunjarróncaro.LosGrishanoeransolosirvientes;eranlasposesionesmáspreciadasdeHoede.
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Pero¿quéhabíaqueridodecirRetvenkoconlodequesehabíanllevadoaYuriyaAnya?¿HabríaestadocubriendoaAnya?LosGrishacontratadossequedabanenlacasaporunabuenarazón.Recorrerlascallessinproteccióneraarriesgarseaquelosencontrarauntratantedeesclavosynoselesvolvieraaver.Alomejorhaquedadoconalguien,especulóJoostcontristeza.
Sus pensamientos quedaron interrumpidos por el resplandor de luz y actividadquehabíaabajo,enelcobertizoquedabaalcanal.Alotro ladodelaguapodíaverotrasmagníficascasasdemercaderes,altasyesbeltas,ylospulcrosgabletesdesustejados formaban una silueta oscura contra el cielo nocturno, con los jardines yembarcaderosiluminadosporfarolesrelucientes.
Algunas semanas atrás le habían dicho a Joost que iban a hacer obras en elcobertizo de Hoede y que no fuera por allí durante sus rondas. Pero cuando él yRutger entraron, no vio pintura ni andamios. Habían puesto los gondels y remoscontra lapared.Losdemásguardiasde lacasaseencontrabanahíconsuuniformeverde marino, y Joost reconoció a dos guardias stadwatch de púrpura. Pero lamayoríadelinteriorlaocupabaunacajaenorme,unaespeciedeceldaindependienteque parecía hecha de acero reforzado, con las uniones llenas de remaches y unaenormeventanaenunadelasparedes.Elcristalestabaalgoonduladoy,atravésdeél,Joostpodíaveraunachicasentadafrenteaunamesa,aferrandolassedasrojasasualrededor.Trasella,unguardiastadwatchseencontrabafirme.
Anya,comprendióJoostconunsobresalto.Losojoscastañosdelachicaestabanmuyabiertosyasustados,ysupielpálida.Elniñoqueteníasentadoenfrenteparecíaeldobledeaterrorizado.Teníaelpelorevueltoporelsueño,ysuspiernascolgabandelasillaagitándoseconnerviosismoenelaire.
—¿Porqué tantos guardias?—preguntó Joost.Tenía quehabermásdediezdeellosdentrodelcobertizo.ElconcejalHoedetambiénseencontrabaallíjuntoconunmercader a quien Joost no conocía, los dos vestidos de negro como solían ir losmercaderes.Joostsepusorectocuandovioqueestabanhablandoconelcapitándelastadwatch.Esperabahabersequitadotodoelbarrodeluniforme—.¿Quéesesto?
Rutgerseencogiódehombros.—¿Quémásda?Esuncambioenlarutina.Joost volvió amirar a través del cristal. Anya lo estabamirando, con los ojos
desenfocados.EldíaqueelmuchachollegóalacasaHoede,ellalecuróunmoratónenlamejilla.Nohabíasidonada,losrestosdeunverdeamarillentocausadosporungolpe que se había dado en la cara durante un ejercicio de entrenamiento, pero alparecerHoede lo había visto y no le gustaba que sus guardias parecieran rufianes.Habían enviado a Joost al taller de los Grisha, y Anya lo había sentado bajo unbrillantecuadradodeluzdelsolinvernal.Susdedosfríoshabíanrecorridosupiely,aunque el picor había sido terrible, apenas unos segundos después era como si elmoratónjamáshubieraexistido.
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CuandoJoostlediolasgraciasAnyasonrió,yélsintióqueestabaperdido.Sabíaquesucausanoteníaesperanzaalguna.Inclusoaunqueellatuvieraalgúninterésenél, Joost jamáspodría permitirse comprar su servicio aHoede, y ella jamáspodríacasarse salvo queHoede lo decretara. Pero eso no le había impedido pasarse parasaludarlao llevarlepequeños regalos.Loquemás lehabíagustadoera elmapadeKerch,unbonitodibujodesuislanación,rodeadadesirenasquenadabanporelMarAuténtico y barcos empujados por vientos retratados como hombres de mejillasgruesas. Era un obsequio barato, de los que los turistas compraban en el StaveOriental,perohabíaparecidogustarle.
Se arriesgó a levantar una mano como saludo, pero Anya no mostró ningunareacción.
—Nopuedeverte,idiota—serioRutger—.Elcristalesunespejoalotrolado.LasmejillasdeJoostsesonrosaron.—¿Cómoibaasabereso?—Abrelosojosyprestaatenciónporunavez.PrimeroYuri,ahoraAnya.—¿ParaquénecesitanaunaSanadoraGrisha?¿Estáheridoeseniño?—Amímeparecequeestábien.ElcapitányHoedeparecieronalcanzaralgunaclasedeacuerdo.Atravésdelcristal,JoostvioqueHoedeentrabaenlaceldaydabaunapalmada
deánimoalniño.Debíadehaberrendijasdeventilaciónenlacelda,porqueoyóquedecía:
—Séunchicovalienteyhabráalgunoskrugeparati.—Despuéstomólabarbillade Anya con una mano con manchas de cirrosis. Ella se tensó y Joost notó unapresiónenlastripas.HoedesacudióunpocolamanodeAnya—.Hazloquetedigayestoterminarápronto,¿ja?
Ellaledirigióunapequeñasonrisatensa.—Porsupuesto,Onkle.Hoede susurró unas palabras al guardia que había tras ella y después salió. La
puertasecerróconunfuertegolpeyHoedeechóunpesadocerrojo.HoedeyelotromercaderocuparonposicionescasienfrentedeJoostyRutger.—¿Estássegurodequeestoessensato?—preguntóelmercaderaquienJoostno
conocía—.EsachicaesunaCorporalnik.DespuésdeloquelepasóatuHacedor…—SifueraRetvenko,estaríapreocupado.PeroAnya tieneuncarácterdulce.Es
unaSanadora,noespropensaalaagresión.—¿Yhasbajadoladosis?—Sí, pero tenemos el acuerdo de que si acaba pasando lo mismo que con el
Hacedor,elConsejomecompensará.Nopuedenpedirmequelocostee.—Cuandoelmercaderasintióconlacabeza,Hoedelehizounaseñalalcapitán—.Adelante.
LomismoqueconelHacedor.RetvenkodecíaqueYurihabíadesaparecido.¿Eraesoaloqueserefería?
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—Sargento—dijoelcapitán—,¿estáslisto?—Sí,señor—respondióelguardiadentrodelacelda,sacandouncuchillo.Joosttragósalivaconfuerza.—Primeraprueba—añadióelcapitán.Elguardiaseagachóyledijoalniñoquesesubieralamanga.Esteobedecióy
extendióelbrazo,metiéndoseelpulgardelaotramanoenlaboca.Yaesmayorparaeso,pensóJoost.Peroelniñodebíadeestarmuyasustado.Joosthabíadormidoconunosohechoconuncalcetínhastacasicumplirloscatorceaños,algodeloquesushermanosmayoressehabíanburladosinpiedad.
—Tevaaescocersolounpoco—aseguróelguardia.Elniñomantuvoelpulgaren labocayasintiócon lacabeza,con losojosmuy
abiertos.—Estonoesnecesario…—dijoAnya.—Silencio,porfavor—ordenóHoede.El guardia le dio una palmada al niño y después le hizo un corte de un rojo
brillanteenelantebrazo.Élempezóallorardeinmediato.Anyatratódelevantarsedelasilla,peroelguardialepusounamanoseverasobre
elhombro.—Nopasanada,sargento—aseguróHoede—.Dejaquelocure.Anyaseinclinóhaciadelanteytomólamanodelniñoconcuidado.—Shhh—dijoconsuavidad—.Dejaqueteayude.—¿Vaadoler?—preguntóél.Anyasonrió.—Paranada.Solopicaráunpoco.Quédatequieto,¿vale?Joostseinclinóparaacercarse.EnrealidadnuncahabíavistoaAnyasanandoa
otro.Ellasequitóunpañuelodelamangaylimpióelexcesodesangre.Despuéssus
dedosrozaronconcuidadolaheridadelniño.Joostobservóconasombromientraslapielparecíareformarseyunirseconlentitud.
Unos pocos minutos después, el niño sonrió y extendió el brazo. Estaba algorojizo,peroporlodemássuaveysinmarcas.
—¿Hasidomagia?Anyaledioungolpecitoenlanariz.—Más o menos. La misma magia que hace tu propio cuerpo con el tiempo
suficienteyunvendaje.Elchicoparecíacasidecepcionado.—Bien,bien—comentóHoedeconimpaciencia—.Ahoralaparem.Joostfruncióelceño.Nuncahabíaoídoesapalabra.Elcapitándiounaseñalasusargento.—Segundasecuencia.—Extiendeelbrazo—ledijoelsargentoalniñounavezmás.Estenegóconla
cabeza.
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—Nomegustaesaparte.—Hazlo.El labio inferior del niño tembló, pero extendió el brazo. El guardia volvió a
cortarloydespuéspusounpequeñosobredepapelsobrelamesa,delantedeAnya.—Trágateelcontenidodelpaquete—leordenóHoedeaAnya.—¿Quées?—preguntóellaconvoztemblorosa.—Esonoestuproblema.—¿Quées?—repitió.—Novaamatarte.Vamosapedirtequehagasalgunastareassencillasparajuzgar
losefectosdeladroga.Elsargentoestáahíparaasegurarsedequehacessololoquetedicenynadamás,¿comprendes?—Ellaapretó lamandíbula,peroasintiócon lacabeza—.Nadievaahacertedaño.Perorecuerdaquesidañasalsargentonopodrássalirdeesacelda.Laspuertasestáncerradasdesdefuera.
—¿Quéesesacosa?—susurróJoost.—Nolosé—respondióRutger.—¿Hayalgoquesepas?—murmuróél.—Séquehayquemantenerlabocacerrada.Joostfruncióelceño.Conmanostemblorosas,Anyatomóelpequeñosobreyloabrió.—Adelante—dijoHoede.Ellaechólacabezahaciaatrásysetragóelpolvo.Duranteunmomentosequedó
sentada,esperandoconloslabiosapretados.—¿Es jurda?—preguntó esperanzada. Joost también sintió esperanza.La jurda
no era nada que hubiera que temer, se trataba de un estimulante que todos en lastadwatchmasticabanparapermanecerdespiertosdurantelasguardiastardías.
—¿Aquésabe?—preguntóHoede.—Como la jurda, pero más dulce, es… —Anya inhaló con brusquedad. Sus
manosseaferrarona lamesaysuspupilassedilataron tantoquesusojosparecíancasinegros—.Ooooh—añadióconunsuspiroqueeracasiunronroneo.
Elguardiatensósuagarresobresuhombro.—¿Cómotesientes?Ellamiróalespejoysonrió.Lalenguaseasomóentrelosdientesblancos,teñidos
comodeóxido.Joostsintiófríodepronto.—IgualqueelHacedor—murmuróelmercader.—Sanaalniño—ordenóHoede.Ellaagitólamanoenelaire,conungestocasidespectivo,yelcortesanócasial
instante.Lasangreseelevóbrevementedelapielenunasgotitasrojasydespuéssedesvaneció. La piel parecía completamente limpia, sin rastro alguno de sangre. Elniñosonrióampliamente.
—Esohasidomagiasinduda.—Parecemagia—señalóAnyaconlamismasonrisaescalofriante.
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—Nolohatocado—semaravillóelcapitán.—Anya—dijoHoede—.Escuchabien.Vamosadecirlealguardiaquehaga la
siguienteprueba.—Mmm—tarareóella.—Sargento—continuóHoede—.Córtaleelpulgaralniño.El niño aullóy comenzó a llorar otravez.Semetió lasmanosbajo las piernas
paraprotegerlas.Deberíadeteneresto, pensó Joost.Deberíaencontraruna formadeprotegerla,
protegerlosalosdos.Pero¿quéharíadespués?Noeranadie:nuevoenlastadwatch,nuevoenlacasa.Además,descubrióconunestallidodevergüenza,quieroconservarmitrabajo.
Anyaselimitóasonreíreinclinólacabezahaciaatrásparamiraralsargento.—Disparaalcristal.—¿Quéhadicho?—preguntóelmercader.—¡Sargento!—ladróelcapitán.—Disparaalcristal—repitióAnya.La cara del sargento quedó distendida. Inclinó la cabeza hacia un lado, como
escuchandounamelodíadistante,ydespuéssedescolgóelrifleyapuntóalaventanadeobservación.
—¡Agachaos!—gritóalguien.Joostsetiróalsuelocubriéndoselacabezamientraslosrápidosdisparosllenaban
sus oídos y unos trozos de cristal llovían sobre sus manos y su espalda. Suspensamientoseranunclamordepánico.Sumente tratabadenegarlo,perosabía loquehabíavisto.Anyahabíaordenadoal sargentoquedispararaal cristal.Lehabíaobligadoahacerlo.Peroesonopodíaser.LosCorporalkiGrishaseespecializabanenel cuerpo humano. Podían pararte el corazón, ralentizar tu respiración, partirte loshuesos.Peronopodíanmeterseentucabeza.
Duranteunmomento,hubosilencio.EntoncesJoostsepusoenpiecontodoslosdemás,buscandosurifle.Hoedeyelcapitángritaronalmismotiempo.
—¡Apresadla!—¡Disparadle!—¿Sabescuántodinerovale?—replicóHoede—. ¡Quealguien la capture! ¡No
disparéis!Anyalevantólasmanos,ysusmangasrojasseextendieron.—Esperad—dijo.ElpánicodeJoostsedesvaneció.Sabíaquehabíaestadoasustado,perosumiedo
ya era algo distante. Estaba lleno de expectación. No sabía lo que iba a pasar, nicuándo,soloquellegaríayqueeraesencialqueestuvierapreparadoparaello.Talvezfueramalo,talvezbueno,peroenrealidadnoleimportaba.Sucorazónestabalibredepreocupaciónodeseo.Noanhelabanada,noqueríanada;teníalamentesilenciosaylarespiraciónconstante.Tansolonecesitabaesperar.
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VioaAnyalevantarseycogeralniñoenbrazos.Laoyótarareándoleconternuraalgunacanciónravkana.
—Abrelapuertayentra,Hoede—dijo.Joostoyólaspalabras, lascomprendió,lasolvidó.
Hoedecaminóhastalapuertayabrióelcerrojo.Entróenlaceldadeacero.—Haz lo que te diga y esto terminará pronto, ¿ja?—murmuró Anya con una
sonrisa.Sus ojos eran estanques negros y sin fondo. Su piel estaba iluminada,
resplandeciente, incandescente. Un pensamiento apareció en la mente de Joost:hermosacomolaluna.
Anyacambióelpesodelniñoensusbrazos.—Nomires—murmuró contra su pelo—.Ahora—le dijo aHoede—, coge el
cuchillo.
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azBrekkernonecesitabaunmotivo.Esaseranlaspalabrasquesesusurrabanenlas calles de Ketterdam, en las tabernas y cafeterías, en los oscuros y sangrientoscallejonesdeldistritodelplacerconocidocomoelBarril.Elchicoalque llamabanManosSuciasnonecesitabaunmotivomásdeloquenecesitabapermisoparapartirunapierna,romperunaalianzaocambiarlafortunadeunhombreconelgirodeunacarta.
Porsupuestoqueseequivocaban,pensóInejmientrascruzabaelpuentesobrelasaguas negras del Beurskanal hasta la plaza principal desierta que había frente alIntercambio.Cada acto de violencia era deliberado, y cada favor iba unido a hilossuficientes comoparamontarun espectáculodemarionetas.Kaz siempre tenía susmotivos. Pero Inej nunca podía estar segura de que fueran buenos, sobre todo esanoche.
Inej comprobó sus cuchillos, recitando sus nombres en silencio como hacíasiempre cuando pensaba que podía haber problemas. Era un hábito práctico, perotambién un consuelo. Los cuchillos eran sus compañeros. Le gustaba saber queestabanlistosparaloquequieraquetrajeralanoche.
Vio aKaz y los demás reunidos cerca del gran arco de piedra quemarcaba laentradaestealIntercambio.Habíatrespalabrastalladasenlarocasobreellos:Enjent,Voorhent,Almhent.Industria,Integridad,Prosperidad.
Semantuvocercade las tiendascerradasquedelimitaban laplaza,evitando lasfranjas de luz temblorosa que emitían las farolas de gas.Mientras avanzaba, hizoinventario del grupo que Kaz había llevado con él: Dirix, Rotty, Muzzen y Keg,Anika y Pim, y sus ayudantes elegidos para el parlamento de esa noche, Jesper y
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Gran Bolliger. Estaban empujándose y golpeándose entre ellos, riendo y dandopisotones para sobrellevar la oleada de frío que había sorprendido a la ciudad esasemana, el último jadeo del invierno antes de que la primavera llegara con fuerza.Todoseranmatonesyrufianes,seleccionadosdeentrelosmiembrosmásjóvenesdelosDespojos, la gente en la queKaz confiabamás. Inej se fijó en el brillo de loscuchillos que llevaban al cinto, las tuberías de plomo, las pesadas cadenas, losmangosde lashachasconclavosoxidados,yaquíyalláel resplandoraceitosodelcañón de alguna pistola. Se deslizó en silencio entre sus filas, examinando lassombrascercadelIntercambioparabuscarseñalesdeespíasdelaPuntaNegra.
—¡Tres barcos!—decía Jesper—. Los enviaron los shu. Estaban quietos en elPrimer Puerto con los cañones fuera y las banderas rojas ondeando, llenos de orohastalasvelas.
GranBolligersoltóunsilbidobajo.—Mehubieragustadovereso.—Amímehubieragustadorobareso—replicóJesper—.LamitaddelConsejo
Mercante estaba ahí abajo muriéndose de los nervios y chillando, tratando deaveriguarquéhacer.
—¿Noquierenquelosshupaguensusdeudas?—preguntóGranBolliger.Kaz negó con la cabeza, y su pelo oscuro brilló a la luz de la farola. Era una
colección de líneas duras y contornos entallados: mandíbula afilada, complexiónesbelta,unabrigodelanaceñidosobreloshombros.
—Síyno—dijoconsuvozásperacomolasalderoca—.Siempreestábienteneraunpaísendeudacontigo.Lasnegociacionessonmásamistosas.
—A lomejor los shu se han cansado de ser amistosos—replicó Jesper—.Notenían que enviar todo ese tesoro de golpe. ¿Creéis que ellos mataron a eseembajador?
Los ojos de Kaz encontraron certeros a Inej entre la multitud. En Ketterdamllevaban semanas sin dejar de hablar sobre el asesinato del embajador. Casi habíadestruidolasrelacionesentreloskerchyloszemeni,yhabíaprovocadountumultoenelConsejoMercante.Loszemeniculpabanaloskerch.Loskerchsospechabandelosshu.AKaznoleimportabaquiénfueraelresponsable;elasesinatolofascinabaporque no podía descubrir cómo lo habían logrado. En uno de los pasillos másabarrotadosdeStadhall,aplenavistademásdeunadocenadeagentesdelgobierno,el embajadorde comercio zemenihabía entradoenel servicio.Nadiemás entrónisalió, pero cuando su ayudante llamó a la puerta unos minutos después no huborespuesta.Cuandoderribaronlapuertaencontraronalembajadorbocaabajosobrelasbaldosas blancas, con un cuchillo en la espalda y el agua del lavabo todavíacorriendo.
KazhabíaenviadoaInejainvestigarellugarmástarde.Ellavabonoteníaotraentrada,niventanasniconductosdeventilación;ynisiquieraInejhabíadominadoelartedemeterseenlascañerías.Yaunasí,elembajadorzemeniestabamuerto.Kaz
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odiabalosenigmasquenopodíaresolveryhabíapensadoconInejcienteoríasquejustificaran el asesinato, aunque ninguna resultaba satisfactoria. Pero teníanproblemasmásgravesesanoche.
EllavioqueleshacíaunaseñalaJesperyGranBolligerparaquesedespojarande sus armas.La ley de la calle dictaba que para un parlamento de esa clase cadalugartenienteestaríasecundadopordosdesussoldadosdeapieyquetodosestaríanarmados.Parlamento. La palabra parecía un engaño; extrañamente remilgada, unaantigualla. Sin importar lo que decretara la ley de la calle, aquella noche olía aviolencia.
—Venga,entregatuspistolas—ledijoDirixaJesper.Conungransuspiro,élsequitó loscintosdonde llevaba laspistolas. Inej tenía
queadmitirqueparecíamenosélsinsusarmas.El tiradordeprimerazemeni teníamiembroslargosylapielmorena,ysiempreestabaenmovimiento.Apretóloslabioscontralosmangosperladosdesuspreciadosrevólveresydioacadaunodeellosuntristebeso.
—Cuidabiendemisbebés—dijoJespermientrasselosentregabaaDirix—.Siveounsoloarañazoomuescaenellos,escribiré«perdóname»entupechoabalazos.
—Noquerríasgastarlamunición.—Yestaríamuertoalamitaddeperdón—añadióGranBolligermientrassoltaba
unhachademano,unanavajaautomáticaysuarmafavorita,unagruesacadenaconungranpesoaunextremo,enlasmanosexpectantesdeRotty.
Jesperpusolosojosenblanco.—La cuestión es mandar el mensaje. ¿Qué sentido tiene un tipo muerto con
«perd»escritoenelpecho?—Haz otra cosa—dijo Kaz—. «Lo siento» también valdría y requiere menos
balas.Dirixserio,peroInejsediocuentadequeacunabalosrevólveresdeJespercon
gransuavidad.—¿Quéhaydeeso?—preguntóJesper,haciendoungestohastaelbastóndeKaz.Larisadeestefuegraveycarentedehumor.—¿Quiénnegaríasubastónaunpobrelisiado?—Siellisiadoerestú,entoncescualquierhombreconsentidocomún.—Enesecasoestupendo,porquevamosareunirnosconGeels.—Kazsesacóun
relojdelbolsillodelchaleco—.Yacasiesmedianoche.Inej dirigió su mirada hacia el Intercambio. Era poco más que un gran patio
rectangular rodeado de almacenes y oficinas de envío. Pero durante el día era elcorazóndeKetterdam,desbordantedericoscomerciantescomprandoyvendiendolacargadelosbarcosmercantesquepasabanporlospuertosdelaciudad.Ahoraerancasilasdoce,yelIntercambioestabadesiertosalvoporlosguardiasquepatrullabanelperímetroyeltejado.Loshabíansobornadoparaquemirasenaotroladoduranteelparlamentodeesanoche.
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ElIntercambioeraunade laspocaspartesrestantesde laciudadquenohabíansidodivididasyreclamadasenlasincesantesescaramuzasentrelasbandasrivalesdeKetterdam.Sesuponíaquesetratabadeunterritorioneutral,peroaInejnoleparecíaque lo fuera. Le parecía como el silencio que hay en el bosque antes de que lascuerdassetensenyelconejocomienceagritar.Leparecíaunatrampa.
—Estoesunerror—dijo.GranBolligersesobresaltó;nosabíaqueseencontrabaallí.InejoyóelnombrequelosDespojoseligieronparaellayquesusurrabanentresusfilas:elEspectro—.Geelstramaalgo.
—Puesclaroquesí—replicóKaz.Suvozteníalatexturaásperayerosionadadelapiedracontralapiedra.Inejsiempresehabíapreguntadosiyalesonabaasícuandoerapequeño.Siesquealgunavezhabíasidopequeño.
—Entonces,¿porquéhemosvenidoaquíhoy?—PorqueesoesloquequierePerHaskell.Hombreviejo,métodosviejos,pensóInejaunquenolodijo,yleparecióquelos
demásDespojosestabanpensandolomismo.—Vaamatarnosatodos—dijo.Jesperestirósuslargosbrazossobresucabezaysonrió,mostrandounosdientes
blancosquecontrastabanconsupieloscura.Todavíanohabíasoltadosurifle,y lasilueta de este sobre su espalda le hacía parecer un pájaro desgarbado de largosmiembros.
—Estadísticamente,lomásprobableesquesolomateaalgunodenosotros.—No es algo de lo que bromear —señaló Inej. Kaz le dirigió una mirada
divertida.Ellasabíacómosonaba:seriayquisquillosa,comounaviejabrujagritandoterribles augurios desde la puerta de su casa. No le gustaba, pero sabía que teníarazón.Además,lasviejasdebíandesaberalgo,onoviviríanparaacumulararrugasygritardesdesusescalerasdeentrada.
—Jesper no está bromeando, Inej —dijo Kaz—. Está calculando lasprobabilidades.
GranBolligerhizocrujirsusenormesnudillos.—Bueno,yotengocervezayunasarténdehuevosesperándomeenelKooperom,
asíquenovoyaseryoquienmueraestanoche.—¿Quieresapostar?—preguntóJesper.—Novoyaapostarpormipropiamuerte.Kazhizogirarelsombrerosobresucabezaysepasólosdedosenguantadospor
elalaenunrápidosaludo.—¿Porquéno,Bolliger?Lohacemostodoslosdías.Teníarazón.LadeudadeInejconPerHaskellsignificabaquesejugabalavida
cada vez que aceptaba un nuevo trabajo o encargo, cada vez que salía de suhabitaciónenelListón.Aquellanochenoeradiferente.
Kazgolpeó losadoquinesconelbastónmientras lascampanasde laIglesiadelTruequecomenzabanasonar.Elgrupoquedóensilencio;habíaacabadoelmomento
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dehablar.—Geelsnoesinteligente,perosílobastantelistocomoparadarnosproblemas—
dijoKaz—.Daigualloqueoigáis,noosunáisalaluchasalvoqueyodélaorden.Permaneced alerta.—A continuación dirigió un breve asentimiento a Inej—.Y túpermaneceoculta.
—Sinllantos—dijoJespermientrasletirabasurifleaRotty.—Sin funerales—murmuraron losdemásDespojoscomorespuesta.Entreellos
eralaformadedesearsebuenasuerte.AntesdequeInejpudierafundirseentrelassombras,Kazledioungolpecitoen
elbrazoconlacabezadecuervodesubastón.—Vigilaalosguardiasdeltejado.PuedequeGeelsloshayacomprado.—Entonces…—comenzóella,peroKazyahabíadesaparecido.Inejlevantólasmanos,frustrada.Teníacienpreguntas,perocomosiempre,Kaz
seaferrabaconfuerzaalasrespuestas.CorreteóhastalapareddelIntercambioquedabaalcanal.Sololostenientesysus
ayudantesteníanpermitidoentrarduranteelparlamento.PeroporsiacasoalaPuntaNegra se leocurríaalguna idea, losdemásDespojosestaríanesperando justo fueradel arco este con las armaspreparadas.Ella sabíaqueGeels tendría a sugrupodePuntasNegrasfuertementearmadosenlaentradaoeste.
Inejencontraría laformadeentrar.Lasreglasdel juegolimpioentre lasbandaserandelostiemposdePerHaskell.Además,eraunEspectro:laúnicareglaqueseleaplicabaeraladelagravedad,yalgunosdíastambiénladesafiaba.
El nivel inferior del Intercambio estaba dedicado a almacenes sin ventanas, asíqueInejlocalizóunacañeríaparaescalar.Algolehizodudarantesderodearlaconlamano.Sacóunhuesodeluzdelbolsilloyloagitó,emitiendoasíunpálidoresplandorverde sobre la cañería. Estaba resbaladiza por el aceite. Siguió la pared, buscandootra opción, y encontróuna cornisa conuna estatuade los tres peces voladores deKerch a su alcance. Se puso de puntillas y tanteó la parte superior de la cornisa.Estabacubiertadecristalesrotos.Meestánesperando,pensóconsombríoplacer.
SehabíaunidoalosDespojoshacíamenosdedosaños,solounosdíasdespuésdesudecimoquintocumpleaños.Había sidounacuestióndesupervivencia,pero leagradabasaberqueenesecortoespaciodetiemposehabíaconvertidoenalguienquesusenemigosteníanenmentealahoradetomarprecauciones.AunquesilosPuntasNegraspensabanquecontrucosasíevitaríanqueelEspectroconsiguierasuobjetivo,estabantristementeequivocados.
Sacó dos picos de escalada de los bolsillos de su chaleco acolchado y metióprimero uno y después el otro entre los ladrillos del muro mientras se elevaba,encontrando con los pies los salientes y rugosidades más pequeños en la piedra.Cuandoeraniña,aprendióacaminaren lacuerda flojadescalza,pero lascallesdeKetterdamerandemasiadofríasyhúmedasparaeso.Trasalgunasmalascaídas,habíapagadoaunHacedorGrishaquetrabajabaensecretoenunalicoreríadelaWijnstraat
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paraquelehicieraunassandaliasdecueroconsuelasnudosasdegoma.Encajabanalaperfecciónconsupielyseaferrabanacualquiersuperficieconseguridad.
En el segundo piso del Intercambio, subió hasta el alféizar de una ventana lobastanteanchocomoparasentarseencima.
Kazhabíahecho loquehabíapodidopara enseñarle, peroellanoera tanhábilcomoélallanandocasasynecesitóunoscuantosintentosparaforzarelcerrojo.Alfinoyó un «clic» satisfactorio y la ventana se abrió a un despacho desierto, con lasparedescubiertasdemapasmarcadosconrutasdecomercioypizarrasconpreciosdeaccionesynombresdebarcos.Semetiódentro,volvióaecharelcerrojoyseabriócaminojuntoalosescritoriosconsuspulcraspilasdepedidosycuentas.
Cruzó unas altas puertas y salió a un balcón que daba al patio central delIntercambio.Todas las oficinas de envíos tenían uno.Desde allí se anunciaban losnuevos barcos y las llegadas de existencias, o se colgaba la bandera negra queindicabaqueunanavesehabíaperdidoenelmarcontodosucargamento.Elsuelodel Intercambio explotaba en un frenesí de trueques, los corredores extendían lapalabraportodalaciudad,yelpreciodelosbienes,losanticiposylosbeneficiosenlastravesíassubíaybajaba.Peroesanochetodoerasilencio.
Unvientosoplódesdeelpuerto,llevandoelolordelmaryagitandoloscabellossueltosquehabíanescapadodelmoñotrenzadoenlanucadeInej.Abajo,enlaplaza,vioelbalanceodelaluzdeunalámparayoyóelgolpesordodelbastóndeKazsobrela piedramientras él y sus ayudantes atravesaban el lugar. En el lado opuesto viootraslámparasquesedirigíanhaciaellos.LosPuntasNegrashabíanllegado.
Inej se levantó la capucha. Se subió a la barandilla y saltó en silencio hasta elbalcón vecino y después al siguiente, siguiendo a Kaz y a los otros por la plaza,permaneciendotancercacomopodía.ElabrigooscurodeKazsemovíabajolabrisasalada, su cojera eramás pronunciada esa noche, como siempre cuandohacía frío.Podía oír a Jesper manteniendo un flujo animado de conversación, y la risa entredientesbajayretumbantedeGranBolliger.
Mientras se acercaba al otro ladode la plaza, Inej vioqueGeels había elegidollevaraElzingeryOomen,talcomoellahabíapredicho.Inejconocíalasfortalezasydebilidades de cada miembro de los Puntas Negras, por no mencionar a losPerdigueros de Harley, los Liddies, los Gaviotas Cuchilla, los Leones Moneda ycualquier otra bandaque trabajara en las calles deKetterdam.Era su trabajo saberque Geels confiaba en Elzinger porque habían ascendido entre los Puntas Negrasjuntos, y porque Elzinger tenía la constitución de un cúmulo de rocas: unos dosmetros de altura, lleno demúsculos, y una cara ancha y aplastada sobre un cuellogruesocomountronco.
De pronto se alegró de queGranBolliger estuviera conKaz.Que este hubieraelegidoaJesperparaserunodesusayudantesnoeraningunasorpresa.PorinquietoquefueraJesper,conosinsusrevólvereseraelmejorenunapelea,eInejsabíaqueharía cualquier cosa por Kaz. No estuvo tan segura cuando vio que había elegido
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también aGranBolliger.Eraungorila en elClubCuervo, perfectamente capazdelidiarconborrachosymaleantes,perodemasiadopesadocomoparasermuyútilenunapeleadeverdad.Sinembargo,almenosera lobastantealtocomoparamiraraElzingeralosojos.
Inej no quería pensar demasiado en el otro segundo deGeels.Oomen la poníanerviosa.Noera tan intimidatorio físicamentecomoElzinger;dehecho,parecíaunespantapájaros:noeraflacucho,peroparecíaquedebajodesuropatuvieraelcuerpoformadoconlosángulosequivocados.Sedecíaqueunavezhabíaaplastadoelcráneodeunhombreconlasmanosdesnudas,sehabíalimpiadolaspalmasenlacamisetayhabíaseguidobebiendo.
InejtratódecalmarlaintranquilidadquelaatravesabayescuchómientrasGeelsyKazhablabande naderías en la plaza y sus ayudantes tanteaban a los otros paraasegurarsedequenadiellevaranada.
—Quétravieso—dijoJespermientrassacabaunpequeñocuchillodelamangadeElzingerylotirabaalotroladodelaplaza.
—Limpio—declaróGranBolligermientrasdejabadetantearaGeelsyavanzabahaciaOomen.
KazyGeelshablarondeltiempoydelasospechadequeenelKooperomestabansirviendobebidasaguadasahoraquehabíansubidoelalquiler,sinsacarlaverdaderarazón por la que habían ido allí esa noche. En teoría iban a hablar, disculparse,acordarrespetarloslímitesdelQuintoPuertoydespuéssalirtodosabuscaralgoparabeberjuntos…oalmenosesoeraloquehabíainsistidoPerHaskell.
Pero ¿qué sabe Per Haskell?, pensó Inej mientras buscaba a los guardias quepatrullabaneneltejado,tratandodedistinguirsussombrasenlaoscuridad.HaskelldirigíaalosDespojos,peroesosdíaspreferíasentarseenlacalidezdesuhabitación,beber cerveza tibia, construir maquetas de barcos y contar largas historias de sushazañas a cualquiera que lo escuchara. Parecía creer que las guerras territorialespodíanresolversecomoantaño:conunacortapeleayunapretóndemanosamistoso.PerocadaunodelossentidosdeInejledecíaqueesonoeraloqueibaapasar.Supadrehabríadichoquelassombrasteníancuentaspendientesesanoche.Algomaloibaapasar.
Kaz tenía ambas manos enguantadas descansando sobre la cabeza de cuervotalladadesubastón.Parecíatotalmentetranquilo,conlacaraestrechaoscurecidaporel ala de su sombrero.A lamayoría de losmiembros de las bandas del Barril lesgustabadestacar: estridenteschalecos, relojescongemas falsas,pantalonesde todopatrón y diseño imaginables.Kaz era la excepción: la imagen de la sobriedad, suschalecosypantalonesoscuroserandecortesimpleylíneasseveras.AlprincipioInejpensaba que era cuestión de gusto, pero acabó comprendiendo que era una bromadedicadaaloshonorablesmercaderes.Legustabaparecerunodeellos.
—Soyunhombredenegocios—lehabíadicho—.Nimás,nimenos.—Eresunladrón,Kaz.
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—¿Noesesoloqueacabodedecir?Ahoraparecíaalgunaclasedesacerdotequehubieraacudidoparapredicarante
ungrupodeartistasdecirco.Unsacerdotejoven,pensólachicaconotrapunzadadeintranquilidad. Kaz decía que Geels estaba viejo y cascado, pero desde luego noparecía así esa noche. El teniente de los Puntas Negras tal vez tuviera arrugasalrededor de los ojos y carrillos hinchados bajo las patillas, pero parecía curtido ysegurodesímismo.Asulado,Kazparecía…bueno,queteníadiecisieteaños.
—Seamos justos, ¿ja? Lo único que queremos es más reservas —dijo Geels,dando unos golpecitos a los botones espejados de su chaleco verde lima—.No esjusto que vosotros tengáis el dinero de todos los turistas que desembarcan en elQuintoPuerto.
—ElQuinto Puerto es nuestro,Geels—replicóKaz—.LosDespojos tienen elderechodeiraportodoslospichonesquevenganbuscandounpocodediversión.
Geelsnegóconlacabeza.—Eres joven, Brekker —dijo con una risa indulgente—. A lo mejor no
comprendes cómo funcionan estas cosas. Los puertos pertenecen a la ciudad, ytenemostantoderechoaelloscomocualquiera.Todostenemosqueganarnoslavida.
Técnicamente, aquello era cierto. Pero el Quinto Puerto estaba prácticamenteabandonado cuando Kaz lo había tomado. Lo había dragado y después habíaconstruidolosmuellesyelembarcadero,yhabíatenidoquehipotecarelClubCuervopara hacerlo. PerHaskell había despotricado contra él y lo había llamado estúpidopor los gastos, pero había acabado cediendo. Según Kaz, las palabras exactas delanciano habían sido «agarra esa cuerda y cuélgate». Pero el beneficio habíacompensado los gastos en menos de un año. Ahora el Quinto Puerto ofrecíaamarraderosalosbuquesmercantes,yabarcosdetodoelmundollenosdeturistasysoldadosdispuestosacontemplarlasvistasyprobarlosplaceresdeKetterdam.LosDespojoseranlosprimerosenrecibirlos,conduciéndolosaellos(yasuscarteras)aburdeles, tabernasyantrosde juegopropiedadde labanda.ElQuintoPuertohabíavueltomuy rico al ancianoyhabía consolidado a losDespojos como jugadoresdeprimeracategoríaenelBarrildeunaformaquenisiquieraeléxitodelClubCuervohabía conseguido.Pero con losbeneficiosvenía la atención indeseada.Geelsy losPuntasNegrasllevabantodoelañocausandoproblemasalosDespojos,traspasandoloslímitesdelQuintoPuertoyescogiendopichonesquenoeransuyosporderecho.
—ElQuintoPuertoesnuestro—repitióKaz—.Novamosanegociarlo.Osestáismetiendo en nuestro territorio y habéis interceptado un cargamento de jurda quedeberíahaberllegadohacedosnoches.
—Nosédequéestáshablando.—Séqueesfácil,Geels,perointentanohacerteeltontoconmigo.Geelsdiounpasohaciadelante.JesperyGranBolligersetensaron.—Dejade flexionar losmúsculos,chico—dijoGeels—.Todossabemosqueel
ancianonotieneestómagoparaunapeleadeverdad.
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LarisadeKazerasecacomoelsusurrodelashojascaídas.—Perosoyyoquienestásentadoatumesa,Geels,ymegustanlosplatosfuertes.
Asíquesiquieresunaguerra,measegurarédequetengasguerrahastahartarte.—¿Ysiyanoestuvieras,Brekker?Todossabenqueereslacolumnavertebralde
laorganizacióndeHaskell;sitepartieraendos,losDespojossederrumbarían.Jesperresopló.—Estómago,columnavertebral.¿Quéserálosiguiente,elbazo?—Cállate —gruñó Oomen. Las reglas del parlamento dictaban que solo los
tenientes podían hablar cuando comenzaban las negociaciones. Jesper formó laspalabras «lo siento» con la boca e hizo una elaborada pantomima de cerrarse loslabiosconllave.
—Estoybastantesegurodequemeestásamenazando,Geels—dijoKaz—.Peroquierotenerloclaroantesdedecidirquéhaceralrespecto.
—Estásmuysegurodetimismo,¿verdad,Brekker?—Demíydenadamás.GeelscomenzóareírylediouncodazoaOomen.—Escuchaaestepedazodemierdaengreído.Brekker,estascallesnosontuyas.
Losniñoscomotúsonpulgas.Apareceunanuevaplagacadapocosañosparadarporsacohastaqueungranperrodecidarascar.Ydéjamequetedigaqueestoycansadodelpicor.—Cruzólosbrazos,ydeélemanabaplacerenoleadasarrogantes—.¿Ysite dijera que hay dos guardias de la ciudad apuntándoos con sus rifles a ti y a tuschicosahoramismo?
AInejlediounvuelcoelestómago.¿AesosereferíaKazcuandodijoqueGeelspodríahabercompradoalosguardias?
Kazechóunvistazoaltejado.—¿Contratar a guardias de la ciudad para que maten por ti? Eso parece
demasiadocostosoparaunabandacomolosPuntasNegras.Noestoysegurodecreerquetusarcaspuedansoportarlo.
Inejsubióalabarandillaysaltódelaseguridaddelbalcónendirecciónaltejado.Sisobrevivíanaesanoche,ibaamataraKaz.
Siemprehabíadosguardiasde lastadwatch enel tejadodel Intercambio.Unoscuantoskruge de losDespojosy losPuntasNegras sehabíanaseguradodequenointerfirieran con el parlamento, una transacción bastante común. PeroGeels estabahablandodealgomuydiferente.¿Deverdadhabíalogradosobornaraunosguardiasdelaciudadparaquedispararanporél?Deserasí,lasposibilidadesdelosDespojosdesobreviviraesanochebailabansobrelapuntadelanavaja.
ComoenlamayoríadeedificiosdeKetterdam,elIntercambioteníauntejadoados aguas muy pronunciado para mantener alejada la lluvia, así que los guardiaspatrullabanporunapequeñapasarelaquedabaalpatio.Inejloignoró.Eramásfácildetransitar,peroladejaríademasiadoexpuesta.Enlugardeesoescalóhastalamitadde las resbaladizas tejas y comenzó a arrastrarse, con el cuerpo inclinado en un
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ánguloprecario,moviéndosecomounaarañamientrasmanteníaunojoenlapasarelade los guardias y una oreja en la conversación de abajo. Tal vez Geels estabamintiendo. O tal vez había dos guardias encorvados sobre la barandilla con Kaz,JesperyGranBolligerenlasmirillas.
—Ha sido difícil —admitió Geels—. Somos una organización pequeña ahoramismo,ylosguardiasdelaciudadnosonbaratos.Peromerecerálapenaelpremio.
—¿Terefieresamí?—Merefieroati.—Mesientohalagado.—LosDespojosnoduraránunasemanasinti.—Lesdaríaunmessoloporlainercia.El pensamiento repiqueteó ruidosamente en la cabeza de Inej. Si Kazmuriera,
¿mequedaría?¿Oescogeríanosaldarmideuda?¿MeenfrentaríaalossicariosdePerHaskell?Sinosemovíamásdeprisa,talvezlodescubriríapronto.
—Rata de cloaca arrogante.—Geels se rio—.No puedo esperar a borrarte esaexpresióndelacara.
—Pueshazlo—dijoKaz,eInejsearriesgóamirarabajo.Suvozhabíacambiado,ytodoelhumordesapareció.
—¿Deberíahacerquetemetanunabalaenlapiernabuena,Brekker?¿Dónde están los guardias?, pensó Inej, acelerando el paso. Corrió por el
escarpado borde del tejado. El Intercambio se extendía a lo largo de casi mediamanzanadelaciudad.Habíademasiadoterritorioquecubrir.
—Dejadehablar,Geels.Dilesquedisparen.—Kaz…—dijoJesperconnerviosismo.—Venga.Encuentratushuevosydaleslaorden.¿Aquéestaba jugandoKaz?¿Esquequeríamorir? ¿O tan solohabía supuesto
queInejencontraríaatiempoalosguardias?Volvióamirarabajo.Geels irradiabaexpectación.Respiróhondoysupechose
hinchó.LospasosdeInejflaquearon,ytuvoqueesforzarseparanodeslizarseycaerporelbordedeltejado.Vaahacerlo.VoyavermoriraKaz.
—¡Fuego!—gritóGeels.Undisparopartióelaire.GranBolligersoltóungritoysederrumbóenelsuelo.—¡Maldita sea!—gritó Jesper, apoyándose sobreuna rodilla juntoaBolligery
apretando con la mano la herida de bala mientras el grandullón gemía—. ¡Gordoinútil!—legritóaGeels—.Acabasdeviolarterritorioneutral.
—Nadiedicequevosotrosnodispararaisprimero—replicóGeels—.¿Yquiénvaasaberlo?Ningunodelostresvaasalirdeaquí.
La voz de Geels sonaba demasiado aguda. Estaba tratando de mantener lacompostura, pero Inej podía oír el pánico latente bajo sus palabras, el aleteosobresaltadodeunpájaroasustado.¿Porqué?Unosmomentosanteshabíasidotodochulería.
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EntoncesfuecuandoInejvioqueKaztodavíanosehabíamovido.—Notienesbuenaspecto,Geels.—Estoybien—aseguróél.Perono loestaba;parecíapálidoy tembloroso.Sus
ojos iban de derecha a izquierda como si estuviera buscando algo en la oscurapasareladeltejado.
—¿Seguro?—preguntóKazentonodespreocupado—.Lascosasnovantalcomopensabas,¿verdad?
—Kaz—dijoJesper—.Bolligerestásangrandomucho…—Bien.—Kaz,¡necesitaunmedik!Kazechóunvistazorápidoalhombreherido.—Loquenecesitaesdejardequejarseyalegrarsedequeno lepidieraaHolst
que le pegara un tiro en la cabeza.—Incluso desde arriba, Inej vio que Geels seencogía—.Eseeselnombredelguardia,¿verdad?WillemHolstyBertVanDaal…losdosguardiasde laciudaddeservicioestanoche.¿LosquesobornastevaciandolasarcasdelosPuntasNegras?
Geelsnodijonada.—AWillemHolst—continuóKazlevantandolavozqueflotóhastaeltejado—
legustajugarcasitantocomoaJesper,asíquetudineroteníamuchoatractivo.PeroHolstteníaproblemasmuchomayores;llamémoslosnecesidades.Novoyaentrarendetalles. Un secreto no es como una moneda; no conserva su valor al gastarlo.Tendrásqueconfiarenmícuandotedigoqueesteterevolveríaelestómago.¿Noescierto,Holst?
Larespuesta fueotrodisparo.Golpeó losadoquinescercade lospiesdeGeels,quesoltóunquejidodesorpresaydiounsaltohaciaatrás.
EnestaocasiónInejpudorastrearelorigendeldisparo.Habíaprovenidodealgúnlugarcercadelladooestedeledificio.SiHolstseencontrabaahí,esosignificabaqueel otro guardia, Bert Van Daal, estaría en el lado este. ¿Habría conseguido Kazneutralizarlotambiénaél?¿Oestabacontandoconella?Corriósobreelgablete.
—¡Dispárale, Holst! —bramó Geels con voz desesperada—. ¡Dispárale en lacabeza!
Kazresoplócondesprecio.—¿Deverdadpensabasqueesesecretomoriríaconmigo?Adelante,Holst—gritó
—.Métemeunabalaenelcráneo.Habrámensajeroscorriendohaciatumujeryhaciaelcapitándetuguardiaantesdequecaigaalsuelo.
Nohuboningúndisparo.—¿Cómo? —preguntó Geels amargamente—. ¿Cómo sabías siquiera quién
estaría de servicio esta noche? He tenido que pagar una fortuna para obtener esainformación.Nopuedeshaberpagadomás.
—Digamosquemimonedadecambiovalemás.—Eldineroeseldinero.
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—Yotraficoconinformación,Geels,conlascosasquehacenloshombrescuandocreen que nadie estámirando. La vergüenza tienemás valor del que jamás podríatenerunamoneda.
Inejvioqueestabafanfarroneando,ganándoletiempomientrasellasaltabasobrelastejasdepizarra.
—¿Estás preocupadopor el segundoguardia? ¿El buenodeBertVanDaal?—preguntóKaz—.Alomejorestáahíarribaahora,preguntándosequédeberíahacer.¿Dispararme?¿DispararaHolst?Oalomejortambiénlotengoaéldemiparteyseestá preparando para abrirte un agujero en el pecho, Geels. —Se inclinó haciadelante,comosiélyGeelsestuvierancompartiendoungransecreto—.¿PorquénoledaslaordenaVanDaalyloaveriguas?
Geelsabrióycerrólabocacomounacarpa,yentoncesbramó:—¡VanDaal!JustocuandoVanDaalseparabaloslabiospararesponder,Inejsedeslizódetrás
deélylepusounahojaenlagarganta.Apenashabíatenidotiempodedistinguirsusombraybajarporel tejado.PortodoslosSantos,aKazlegustabaapurarhastaelúltimosegundo.
—Shhh—susurróaloídodeVanDaal.Ledioungolpecitoenelcostadoparaquesintieralapuntadesusegundadagacontrasuriñón.
—Porfavor—gimióél—.No…—Megustaqueloshombressupliquen—dijoella—.Peroestenoeselmomento.Abajo, pudo ver el pecho deGeels subiendo y bajandomientras respiraba con
pánico.—¡VanDaal!—volvióagritar.HabíarabiaensucaracuandosegiróhaciaKaz
—.Siempreunpasopordelante,¿verdad?—Geels,enlorelativoati,diríaquesiemprevoyconventaja.PeroGeelsselimitóasonreír;unasonrisitatensaysatisfecha.Lasonrisadeun
vencedor,sediocuentaInejconmiedorenovado.—Lacarreranohaterminadotodavía.Geelssemetiólamanoenlachaquetaysacóunapesadapistolanegra.—Por fin —dijo Kaz—. La gran revelación. Ahora Jesper puede dejar de
agacharsesobreBolligercomounaniñallorona.Jespermirófijamentelapistolaconojosaturdidosyfuriosos.—Bolligerloregistró.Lo…Oh,GranBol,idiota—gruñó.Inej no podía creer lo que veía. El guardia que tenía en sus brazos soltó un
pequeño chillido. Debido a la furia y la sorpresa había tensado su agarre poraccidente.
—Tranquilo —dijo, aflojando el agarre. Pero, por todos los Santos, queríaatravesaralgoconelcuchillo.GranBolligerhabíasidoquienhabíacacheadoaGeels.Teníaquehabernotadolapistola.Loshabíatraicionado.
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¿PoresoeraporloqueKazhabíainsistidoenllevaraGranBolligeresanoche,paraconfirmarpúblicamentequesehabíapasadoalosPuntasNegras?Sindudaesaera la razónpor laquehabíapermitidoqueHolst lemetieraunabalaen las tripas.Pero ¿qué más daba? Ahora todos sabían que Gran Bol era un traidor, pero Kazseguíateniendounapistolaapuntándolealpecho.
Geelssonrióconsuficiencia.—KazBrekker,elgranartistadelescape.¿Cómovasalibrartedeesta?—Saliendotalcomoentré.—Kazignorólapistolaydirigiósuatenciónhaciael
hombretónquehabíatiradoenelsuelo—.¿Sabescuálestuproblema,Bolliger?—Clavó lapuntade subastónen laheridadel estómagodeGranBol—.Noeraunapreguntaretórica.¿Sabescuálestumayorproblema?
Bolligergimoteó.—Nooo…—Intentaadivinarlo—siseóKaz.GranBolnodijonada,solosoltóotroquejido
tembloroso—.Deacuerdo,telodiré:eresperezoso.Yolosé.Todoslosaben.Asíquetuve que preguntarme por quémimatónmás perezoso se levantaba temprano dosveces por semana para caminar tres kilómetros extra hasta la Fritura deCilla paradesayunar,sobretodocuandoloshuevossonmuchomejoresenelKooperom.GranBol se levanta temprano y los Puntas Negras comienzan a trastear por el QuintoPuertoyentoncesinterceptannuestrograncargamentode jurda.Noeramuydifícilhacer laconexión.—SuspiróysedirigióaGeels—:Estoes loquepasacuando lagenteestúpidaempiezaahacergrandesplanes,¿ja?
—Ahoranoimportamucho,¿verdad?—replicóGeels—.Siestoseponefeo,tepuedodisparardecerca.Alomejortusguardiasmematanamíoamischicos,peroniensueñosvasapoderesquivarestabala.
Kazavanzóhastaelcañóndelapistolademodoquequedarapresionadacontrasupecho.
—Puesno,niensueños,Geels.—¿Creesquenovoyahacerlo?—Ah, creo que lo harías alegremente, y tu corazón negro cantaría. Pero no lo
harás.Estanocheno.LosdedosdeGeelssecrisparonsobreelgatillo.—Kaz—dijo Jesper—. Todo esto de pedir que te disparen está empezando a
preocuparme.Oomen no se molestó en quejarse esa vez por que hablara. Había un hombre
derribado.Sehabíavioladoelterritorioneutral.Elintensoolorapólvorayaflotabaen el aire, y con él una pregunta tácita en el silencio, como si el propio Segadoraguardaralarespuesta:¿cuántasangresederramaríaesanoche?
Enladistanciagimióunasirena.—Burstraatdiecinueve—dijoKaz.Geelssehabíaestadobalanceandounpocode
un pie a otro, pero se quedómuy quieto—.Esa la dirección de tu chica, ¿verdad,
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Geels?Estetragósaliva.—Yonotengochica.—Ah,sí,latienes—canturreóKaz—.Yesguapa.Bueno,lobastanteguapapara
unrufiáncomotú.Parecedulce.Laquieres,¿verdad?—Inclusodesdeeltejado,Inejpodía ver la capa de sudor sobre el rostro deGeels—.Pues claro que sí.NingunachicatanguapahabríamiradodosvecesaunaescoriadelBarrilcomotú,peroellaesdiferente.Leparecesencantador.Esunaseñalclaradelocurasiquieresmiopinión,peroelamoresasídeextraño.¿Legustaapoyarsuhermosacabezasobretuhombro?¿Escuchartehablarsobrecómotehaidoeldía?
GeelsmiróaKazcomosialfinloestuvieraviendoporprimeravez.Elchicoconel que había estado hablando había sido arrogante, temerario, fácilmente divertido,peronoterrorífico,nodeverdad.Ahoraelmonstruoestabaahí,consusojosmuertosysuexpresióncarentedemiedo.KazBrekkeryanoestaba,yManosSuciashabíaacudidoaocuparsedelapartemásdesagradabledeltrabajo.
—ViveeneldiecinuevedelaBurstraat—dijoKazconsuvozdegravilla—.Eneltercerpiso,eldelosgeraniosenlasventanas.HaydosDespojosesperandoalotroladodesupuertaahoramismoy,sinosalgodeaquísanoysalvo,prenderánfuegoaese lugar en la planta baja y en el tejado. Arderá en cuestión de segundos, desdeambosextremosconlapobreEliseatrapadaenelmedio.Supelorubioseprenderáprimero.Comolamechadeunavela.
—Estásmintiendo—dijoGeels,perolamanodelapistolaletemblaba.Kazlevantólacabezaeinhalóprofundamente.—Seestáhaciendotarde.Yahasoídolasirena.Hueloelpuertoenelviento,el
marylasal,ytalvez…¿eshumoesoquetambiénhuelo?Habíaplacerensuvoz.PortodoslosSantos,Kaz,pensóInejtristemente.¿Quéhashechoahora?EldedodeGeelssecrispódenuevosobreelgatillo,eInejsetensó.—Lo sé, Geels. Lo sé—dijo Kaz con simpatía—. Tanto planear, conspirar y
sobornarparanada.Esoesloqueestáspensandoahoramismo.Lomalquetesentirásvolviendo a casa sabiendo lo que has perdido. Lo enfadado que se pondrá tu jefecuandoaparezcasconlasmanosvacíasymuchomáspobre.Losatisfactorioqueseríameterme una bala en el corazón. Puedes hacerlo. Aprieta el gatillo; podemos caertodos juntos. Llevarán nuestros cuerpos a la Barcaza del Segador para quemarlos,comohacencontodoslospobres.Opuedessoportarelgolpeatuorgullo,volveralaBurstraat,ponerlacabezasobreelregazodetuchica,quedartedormidomientrasaúnrespirasysoñarconvenganza.Dependedeti,Geels.¿Nosvamosacasaestanoche?
GeelsbuscóenlamiradadeKaz,yloquequieraqueviohizoquesushombroscayeran.Inejsesorprendióalsentirunapunzadadelástimaporél.Habíallegadoaese lugar con bravuconería, siendo un superviviente, un campeón del Barril. SemarcharíasiendootravíctimadeKazBrekker.
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—Algúndíarecibirásloquetemereces,Brekker.—Loharé—dijoél—, sihayalguna justiciaenelmundo.Y todos sabemos lo
probablequeeseso.Geelsbajóelbrazoylapistolacolgóinútilmenteasucostado.Kazdiounpasohaciaatrásysesacudió lapartedelanterade lacamisa,donde
habíaestadoelcañóndelapistola.—DileatugeneralquemantengaalosPuntasNegraslejosdelQuintoPuertoy
queesperamosquenoscompenseporelcargamentodejurdaqueperdimos,ademásdeuncincoporcientoporatacarenterrenoneutralyuncincoporcientomásporserunespectacularhatajodeimbéciles.
EntonceselbastóndeKazgiróenunarcobruscoyrepentino.Geelsgritócuandoloshuesosdesumuñecasepartieron,ylapistolacayósobreelsuelodepiedra.
—¡Merindo!—gritóGeels,sujetándoselamano—.¡Merindo!—Sivuelvesaapuntarmeconunarmateromperéambasmuñecas,ytendrásque
contrataraalguienparaqueteayudeamear.—Kazseinclinóelaladelsombreroconlaempuñaduradesubastón—.OalomejorlaencantadoraElisepodríahacerloporti.
KazseagachójuntoaBolligeryelgrandullóngimoteó.—Mírame, Bolliger. Suponiendo que no mueras desangrado esta noche, tienes
hasta que el sol se pongamañana para salir deKetterdam. Si oigo que te acercassiquieraaloslímitesdelaciudad,teencontraránmetidoenunbarrildecervezaenlaFrituradeCilla.—AcontinuaciónmiróaGeels—.SiayudasaBolliger,osidescubroquesigueconlosPuntasNegras,iréaporvosotros.
—Porfavor,Kaz—gimióBolliger.—Teníasunhogary lanzasteunaboladedemolicióncontra lapuerta,Bolliger.
No esperes simpatía de mí. —Se levantó y comprobó el reloj de bolsillo—. Noesperabaqueestoduraratanto.Serámejorquemepongaenmarcha,olapobreElisevaaacabarmuycalentita.
Geelsnegóconlacabeza.—Estásfatal,Brekker.Noséquéandamalentucabeza,peronoestásbien.Kazinclinólacabezahaciaunlado.—Eres de la periferia, ¿verdad, Geels? ¿Has venido a la ciudad para probar
suerte?—Sealisólasolapaconunamanoenguantada—.Bueno,puesyosoylaclasedecabrónquesolofabricanenelBarril.
A pesar de la pistola cargada a los pies de los Puntas Negras, Kaz les dio laespaldaycruzó losadoquinescojeandoendirecciónal arcoeste. Jesper seagachójuntoaBolligerylediounasuavepalmadaenlamejilla.
—Idiota—dijocontristeza,ysiguióaKazparasalirdelIntercambio.Desdeeltejado,InejcontinuóobservandomientrasOomencogíayenfundabala
pistoladeGeelsylosPuntasNegrassedecíanunaspalabrassilenciosasentreellos.—Noosmarchéis—suplicóGranBolliger—.Nomedejéis.
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Tratódeaferrarse a losbajosdelpantalóndeGeels,peroeste se lo sacudiódeencima.Lodejaronaovilladoaunlado,sangrandosobrelosadoquines.
InejlequitóelrifledelasmanosaVanDaalantesdeliberarlo.—Veteacasa—ledijo.Él le dirigió unamirada llena de puro terror y salió corriendo por la pasarela.
Abajo,GranBolhabíacomenzadoatratardearrastrarseporelsuelodelIntercambio.TalvezfueralobastanteestúpidocomoparahaberseenfrentadoaKazBrekker,perohabía sobrevividomucho tiempoenelBarrilyesodemostraba fuerzadevoluntad.Talvezlolograra.
Ayúdalo,dijounavozen sucabeza.Hastahacíaunosmomentos,había sido suhermanode armas.Leparecíamaldejarlo solo.Podía acudir a él, ofrecerle acabarconsusufrimientodeformarápida,cogerlelamanomientrasmoría.Podíairabuscaraunmedikparasalvarlo.
En lugar de eso, susurró una plegaria rápida en el lenguaje de sus Santos ycomenzóelescarpadodescensoporlaparedexterior.Inejsintiólástimaporelchicoquetalvezmoriríasolosinnadieparaconsolarloensusúltimosmomentos,oquetalvezviviríaypasaríalavidaexiliado.Peroeltrabajodeaquellanocheaúnnohabíaterminado,yelEspectronoteníatiempoparatraidores.
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nosvítoresdieronlabienvenidaaKazcuandoemergiódelarcoesteconJespercaminandotrasély,segúnleparecióaKaz,tratandodesuperarsuenfado.
Dirix,Rottyylosdemáscorrieronhaciaellos, lanzandohurrasygritos,conlosrevólveresdeJesperenelaire.SuscamaradasapenashabíanvistoelencuentroconGeels,perohabíanescuchadolamayorparte.Ahoraestabancantando:
—¡LaBurstraatestáenllamas!¡LosDespojosnotienenagua!—¡Nopuedocreerquesalieraporpatas!—seburlóRotty—.¡Teníaunapistola
cargadaenlamano!—Dinoscómohassobornadoalguardia—suplicóDirix.—Nopuedeserlodesiempre.—HeoídoqueauntipodeSlokenlegustabarevolcarseensiropedemanzanay
despuésquedos…—Novoyadecirnada—dijoKaz—.Holstpodríaserdeutilidadenelfuturo.Elambienteestabaagitado,ylarisateníaelmatizfrenéticodecuandohasrozado
eldesastre.Algunosdeellosesperabanquehubierahabidoalgunapeleaytodavíasemoríandeganasporuna.PeroKazsabíaquehabíaalgomásynoechabademenosquenadiemencionaraelnombredeGranBolliger.Estabanbastantealteradosporlatraición;tantoporlarevelacióndelamismacomoporelcastigodeKaz.Debajodetantos vítores y gritos, habíamiedo.Bien. Kaz sabía que los Despojos eran todosasesinos, ladrones y mentirosos. Tan solo tenía que asegurarse de que no seacostumbraranamentirleaél.
KazenvióadosdeellosaecharleunojoaGranBolyaasegurarsedequesiseponíaenpieabandonara laciudad.Losdemáspodrían regresaralListónyalClub
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Cuervoparabebersesupreocupación,causaralgúnproblemaycorrer lavozdelosacontecimientosdeesanoche.Diríanloquehabíanvisto,adornaríanelresto,ycadavezquesecontaralahistoriaManosSuciassevolveríamáslocoeimplacable.PeroKazteníanegociosqueatender,ysuprimeraparadaseríaelQuintoPuerto.
Jesperseinterpusoensucamino.—TendríasquehabermecontadolodeGranBolliger—susurróconfuria.—Nomedigasloquetengoquehacer,Jes.—¿Piensasqueyotambiénsoyuntraidor?—Silopensara,estaríassujetándotelastripasenelsuelodelIntercambiocomo
GranBol,asíquecierralaboca.Jesper negó con la cabeza y puso lasmanos sobre los revólveres que le había
devueltoDirix.Siemprequeseponíademalhumorlegustabaponerlasmanossobreunapistola,comounniñobuscandoelconsuelodesumuñecofavorito.
Habríasidofácilhacerlaspaces.KazpodríahaberledichoaJesperquesabíaquenoerauntraidor,recordarlequeconfiabaenéllobastantecomoparaconvertirloensuúnicoayudanterealenunenfrentamientoquepodíahaberidomuymal.
Enlugardeeso,dijo:—Venga,Jesper.HayunalíneadecréditoesperándoteenelClubCuervo.Juega
hastaelamanecerohastaqueseteacabelasuerte,loprimeroquepase.Jesperfruncióelceño,peronopudoevitarundestellodeansiaenelojo.—¿Otrosoborno?—Soyunacriaturadehábitos.—Porsuerteparati,yotambiénlosoy.—Dudóeltiemposuficienteparadecir—:
¿No quieres que vayamos contigo? Los chicos deGeels van a estarmuy irritadosdespuésdeesto.
—Quevengan—dijoKaz,ybajólaNemstraatsindecirunapalabramás.Sinopodías caminar a solas por Ketterdam después de oscurecer, entonces deberíascolgarteuncartelde«blandengue»alcuelloytumbarteparaquetedieranunapaliza.
PodíasentirlasmiradasdelosDespojossobresuespaldamientrassedirigíahaciaelpuente.Nonecesitabaoírsussusurrosparasaberloquedecían.Queríanbeberconél,oírleexplicarcómohabíasabidoqueGranBolligersehabíapasadoalosPuntasNegras,escucharledescribirlamiradadeGeelscuandohabíasoltadolapistola.PeronuncaconseguiríanesodeKaz,ysinolesgustaba,podíanbuscarseotrabanda.
Sinimportarloquepensaran,estaríanmássegurosdesímismosesanoche.Poresosehabíanquedado,poresohabíandadosusmejoresmuestrasdelealtadhaciaél.CuandoseconvirtióoficialmenteenmiembrodelosDespojos,teníadoceañosylabandaeraunhazmerreír,niñosdelacalleygorronesquedirigíanjuegosdeconchasysededicabanalasestafasenunacasaderruidaenlapeorpartedelBarril.Peroélnonecesitabaunagranbanda,solounaquepudierahacergrande;unaquelonecesitara.
Ahorateníansupropioterritorio,supropiosalóndejuegos,yesacasaderruidasehabía convertido en el Listón, un lugar seco y cálido donde obtener una comida
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calienteorefugiocuandoteherían.AhoratemíanalosDespojos.Kazleshabíadadotodoeso.Asíquenoestabaobligadoencimaadarlescháchara.
Además,Jespersetranquilizaría.Unascuantasbebidasyunascuantasmanosyelbuentalantedeltiradorregresaría.Elrencorledurabatantocomoellicorenelvaso,y teníaundonparahacerque lasvictoriasdeKazsonarancomosipertenecieranatodos.
MientrasKazbajabaunodelospequeñoscanalesquelollevaríanhastaelQuintoPuerto, se dio cuenta de que se sentía… por todos los Santos, se sentía casiesperanzado. A lo mejor tenía que ver a un medik. Los Puntas Negras llevabansemanasmordisqueándolelostalones,yahoraloshabíaobligadoajugarsumano.Supierna tampoco estaba tan mal, a pesar del frío del invierno. El dolor siempre seencontraba ahí, pero esanoche tan solo era unapalpitación apagada.Sin embargo,unapartedeélsepreguntabasielparlamentonoseríaalgunaclasedepruebaquelehubierapreparadoPerHaskell.Esteeraperfectamentecapazdeconvencersedequeél era el genio que hacía prosperar a los Despojos, sobre todo si alguno de sussecuaces le estaba susurrandoaloído.Aquella ideano lehacíamuchagracia,peroKaz podría preocuparse por Per Haskell al día siguiente. Por el momento, iba aasegurarse de que todo seguía en orden en el puerto y después volvería a casa, alListón,parapoderacostarseydisfrutardeldescansoquetantonecesitaba.
SabíaqueInejloseguíacomounasombra.LlevabaconéltodoeltiempodesdeelIntercambio,peronoledijonada.Seharíavisiblecuandoestuvierapreparada.Aélnormalmente le gustaba el silencio; de hecho, le cosería felizmente los labios a lamayoría de la gente. Pero cuando quería, Inej tenía la forma de hacerte sentir susilencio.Erainquietante.
Kaz consiguió soportarlo durante todo el caminomás allá de las barandilla dehierrodeZentzbridge,elenrejadocubiertodepequeñostrozosdecuerdaatadosconnudoselaborados,plegariasdelosmarinerospararegresarasalvodelmar.Tonteríassupersticiosas.Finalmente,serindióydijo:
—Escúpeloya,Espectro.Suvozsaliódelaoscuridad.—NoenviasteanadiealaBurstraat.—¿Porquéibaahacerlo?—SiGeelsnollegaallíatiempo…—NadiehaprendidofuegoaldiecinuevedelaBurstraat.—Oílasirena…—Unfelizaccidente.Mesentíinspiradoaloírla.—Entoncessíqueestabasmintiendo.Ellanuncaestuvoenpeligro.Kaz se encogió de hombros, sin intención de responderle. Inej siempre estaba
tratandodesacarletrocitosdedecencia.—Cuando todo el mundo sabe que eres un monstruo, no necesitas perder el
tiempohaciendomonstruosidades.
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—¿Porquéaceptasteelencuentrosisabíasqueeraunatrampa?Seencontraba enalgún lugar a laderechade él,moviéndose sin sonido.Había
oído a otros miembros de la banda diciendo que se movía como un gato, perosospechaba que los gatos se sentarían atentamente a los pies de esa chica paraaprendersusmétodos.
—Yodiríaqueestanochehasidounéxito.¿Túno?—Casitematan.YaJespertambién.—GeelsvaciólasarcasdelosPuntasNegrasparapagarsobornosinútiles.Hemos
descubiertoauntraidor,reestablecidonuestrodominiodelQuintoPuerto,ynotengoniunrasguño.Hasidounabuenanoche.
—¿HacecuántoquesabeslodeGranBolliger?—Semanas.Vamos a estar bajos de personal.Y ahora queme acuerdo, echa a
Rojakke.—¿Porqué?Nohaynadiecomoélenlasmesas.—Muchos saben manejar una baraja de cartas. Rojakke es más rápido de la
cuenta.Estárobando.—Es un buen repartidor y tiene una familia quemantener. Podrías hacerle una
advertencia,cortarleundedo.—Entoncesyanoseríaunbuenrepartidor,¿verdad?Cuandosepillabaaunrepartidorrobandodinerodeunsalóndejuegos,eljefele
cortabaunodelosmeñiques.Eraunodeesoscastigosridículosquedealgúnmodosehabían vuelto un código entre las bandas. Estropeaba el equilibrio del ladrón, leobligabaavolveraaprenderarepartirymostrabaacualquierfuturojefequeteníanquevigilarlo.Perotambiénlovolvíatorpeenlasmesas.Significabaqueseteníaqueconcentrarencosassimplescomo lasmecánicasdel repartoen lugardeobservaralosjugadores.
KaznopodíaverlacaradeInejenlaoscuridad,perosentíasudesaprobación.—Laavariciaestudios,Kaz.Casiserio.—No,Inej.Laavariciaseinclinaantemí.Esmiservidoraymipalanca.—Yentonces,¿aquédiossirves?—Acualquieraquemedébuenasuerte.—Nocreoquelosdiosesfuncionenasí.—Nocreoquemeimporte.Ellasoltóaire,exasperada.Apesardetodoporloquehabíapasado,Inejtodavía
creía que sus Santos suli la estaban cuidando.Kaz lo sabía, y por alguna razón leencantaba encolerizarla. Deseó poder ver su expresión. Siempre había algo muysatisfactorioensuceñodecejasnegrasfruncido.
—¿CómohassabidoquellegaríaaVanDaalatiempo?—preguntó.—Siemprelohaces.—Deberíashabermeadvertidomejor.
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—PensabaqueatusSantoslesgustaríaeldesafío.DuranteunratoInejnodijonada,yentoncesKazlaoyódetrásdeél.—Loshombresseburlandelosdioseshastaquelosnecesitan,Kaz.Nolaviomarcharse,tansolosintiósuausencia.Sacudió la cabeza con irritación. Decir que confiaba en Inej sería exagerar un
poco,peropodíaadmitirantesímismoquedependíadeella.HabíasidounadecisióninstintivapagarparasacarladelaReserva,ylehabíacostadomuchoalosDespojos.Le había costado convencer a Per Haskell, pero Inej era una de las mejoresinversiones queKaz había hecho jamás.Que fuera tan diestra en el arte de no servista laconvertíaenunaexcelente ladronade secretos, lamejordelBarril.Peroelhechodequepudiera simplementedesaparecer le preocupaba.Ni siquiera teníaunolor.Todalagentedesprendíaalgúnolor,yesosolorescontabanhistorias:elaromaacarbólicodeunamujeroelhumoensupelo,lalanahúmedadeltrajedeunhombre,oelmatizdepólvoraquequedabaenlospuñosdesucamisa.PeroInejno.Dealgúnmodohabíadominado la invisibilidad.Eraunactivovalioso.Asíque, ¿porquénopodíahacersutrabajosinmásydejarloenpaz?
DeprontoKazsupoquenoestabasolo.Hizounapausa,atento.Habíaatajadoporunestrechocallejónpartidoporuncanaloscuro.Nohabíalámparasahíymuypocospeatones, nada salvo la luna brillante y los pequeños barcos que golpeaban susamarraderos.Habíabajadolaguardia,habíadejadoquesumentesedistrajera.
Laformaoscuradeunhombreaparecióenlaentradadelcallejón.—¿Quéquieresdemí?—preguntóKaz.La forma se lanzó hacia él, que giró el bastón en un arco bajo.Debería haber
hechocontactodirectoconlaspiernasdesuatacante,peroenlugardeesoatravesóelespaciovacío.Kaztropezó,desequilibradoporlafuerzadesugiro.
Después, de algún modo, el hombre apareció justo delante de él. Un puñoimpactócontralamandíbuladeKaz.Estesesacudiólasestrellasquebailabanensucabeza.Giróyvolvióaatacar,peronohabíanadieallí.LapesadaempuñaduradelbastóndeKazatravesólanadaconunsilbidoychocócontralapared.
Kazsintióquealguienasuderechalequitabaelbastóndelasmanos.¿Habíamásdeuno?
Y entonces una figura atravesó la pared. La mente de Kaz tartamudeó y setambaleó,tratandodeexplicarcómoloqueestabaviendocomounanubedenieblaseconvertíaenunacapa,botasyunapálidacara.
Fantasmas, pensó.Un temor de la infancia, pero que acudió a él con absolutacerteza. Jordie había regresado al fin para vengarse.Es hora de pagar tus deudas,Kaz.Nuncaobtienesalgoacambiodenada.
El pensamiento atravesó su mente en una deshonrosa y mareante oleada depánico,ydespuéselfantasmaestabasobreélysintióelagudopinchazodeunaagujaenelcuello.¿Unfantasmaconunajeringuilla?
Idiota,pensó.Ydespuéssesumióenlaoscuridad.
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Kazdespertóconelpenetranteoloraamoníaco.Sucabezacayóhaciaatrásmientrasregresabadeltodoalaconsciencia.
El hombre mayor que tenía delante llevaba la túnica de un medik de launiversidad.Sujetabaunabotelladesalesen lamanoqueestabameneandobajo lanarizdeKaz.Elhedoreracasiinsoportable.
—Aléjatedemí—dijoKazconvozáspera.Elmedikloobservócomosinadayvolvióameterlassalesensubolsadecuero.
Kazflexionólosdedos,peroera todo loquepodíahacer.Estabaencadenadoaunasillaconlosbrazosdetrásdelaespalda.Loquequieraquelehubieseninyectadoloteníaaúnmediomareado.
Elmedik se apartó a un lado yKaz pestañeó dos veces, tratando de aclarar suvisiónycomprenderelabsurdolujoquelerodeaba.EsperabadespertarenlaguaridadelosPuntasNegrasoalgunaotrabandarival,peroaquelnoeraunantrobaratodelBarril.Unlugarasíimplicabamuchodinero:panelesdecaoballenosdetalladosdeolas espumosas y peces voladores, estantes llenos de libros, ventanas de vidrioemplomado, y estaba seguro de que aquello era un DeKappel real. Uno de esosmodestos retratos al óleo de unamujer con un libro abierto sobre su regazo y uncorderoa lospies.Elhombreque loobservabadesdedetrásdeunanchoescritorioteníaelaspectoprósperodeunmercader.Perosiaquellaerasucasa,¿porquéhabíamiembrosarmadosdelastadwatchguardandolapuerta?
Malditasea, pensó, ¿estoy arrestado?Si era así, elmercader iba a llevarseunasorpresa. Gracias a Inej tenía información sobre cada juez, alguacil y concejal deKerch.Saldríadelaceldaantesdelamanecer.Salvoporquenoestabaenunacelda,sinoencadenadoaunasilla,asíque,¿quédemoniosestabapasando?
Elhombreteníacuarentaytantosaños,conunacaradelgadaperoatractiva,yelpeloretrocedíacondeterminacióndesufrente.CuandoKazledevolviólamirada,seaclarólagargantayuniólosdedos.
—Brekker,esperoquenoteencuentresdemasiadomal.—Alejaaesteviejogangrenosodemí.Estoybien.Elmercaderasintióendirecciónalmedik.—Puedes irte. Por favor, mándame la factura. Y, por supuesto, apreciaría tu
discreciónenesteasunto.Elmedikagarrósubolsaysaliódelahabitación.Mientraslohacía,elmercader
selevantóytomóunfajodepapelesdesuescritorio.Llevabalalevitayelchalecodecorteperfectode todos losmercadereskerch:oscuros, refinadosydeliberadamenteformales.Peroelbolsillodelrelojyelalfilerde lacorbata ledecíanaKaztodoloquenecesitabasaber:lacadenadeorodelrelojestabaformadaporpesadoseslabonesdehojasdelaurel,yelalfilereraunrubíenormeyperfecto.
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Voy a arrancarte ese pedrusco de ahí y clavarte el alfiler en tu cuello demercaderporencadenarmeaunasilla,pensóKaz.Peroloúnicoquedijofue:
—VanEck.El hombre asintió con la cabeza. Sin inclinarse, claro. Los mercaderes no se
inclinabananteescoriadelBarril.—¿Entoncesmeconoces?Kazconocíalossímbolosyjoyasdetodaslascasasmercanteskerch.Elescudo
de Van Eck era el laurel rojo; no hacía falta ser muy inteligente para hacer esaconexión.
—Teconozco—dijo—.EresunodeesosmercaderesentrometidosquesiempreintentanlimpiarelBarril.
VanEckhizootropequeñoasentimiento.—Intentoqueloshombrestengantrabajoshonestos.Kazserio.—¿Qué diferencia hay entre apostar en el Club Cuervo y especular en el
Intercambio?—Loprimeroesroboylosegundoescomercio.—Cuandounhombrepierdesudinero,puedetenerproblemasendistinguirlos.—ElBarrilesunantrodesuciedad,vicio,violencia…—¿Cuántas de esas naves que envías fuera de los puertos deKetterdam jamás
regresan?—Esono…—Unadecadacinco,VanEck.Unodecadacinconavíosqueenvíasenbuscade
café,jurdaysedasehundehastaelfondodelmar,chocacontralasrocasocaepresade lospiratas.Unadecadacinco tripulacionesmuere,y sus cuerpos sepierdenenaguas extrañas, se convierten en comida para los peces de las profundidades. Nohablemosdeviolencia.
—NovoyahablardeéticaconunchavaldelBarril.Enrealidad,Kaznoesperabaquelohiciera.Tansoloestabatratandodeconseguir
tiempomientrasprobaba lasesposasque teníaen lasmuñecas.Dejóquesusdedostantearanlalongituddelacadenatantocomopudo,todavíapreguntándoseadóndelohabríallevadoVanEck.AunqueKaznoconocíaaesehombre,sehabíaaprendidoelplanodelacasadeVanEckdedentroafuera.Dondequieraqueestuvieran,noeralamansióndelmercader.
—Dadoquenomehastraídoaquíparafilosofar,¿quéquieresdemí?Era lapreguntaque sehacía alprincipiode cualquier reunión.El saludodeun
compañero,nolasúplicadeunprisionero.—Tengounapropuestaparati.OmásbienlatieneelConsejo.Kazocultósusorpresa.—¿ElConsejoMercanteempiezatodaslasnegociacionesconunapaliza?—Considéralounaadvertencia.Yunademostración.
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Kazrecordólaformadelcallejón,cómohabíaaparecidoydesaparecidocomounfantasma.Jordie.
Se sacudiómentalmente.No era Jordie, idiota. Céntrate. Le habían echado elguanteporqueandabaemocionadoporunavictoriaydistraído.Aquelerasucastigo,yeraunerrorquenovolveríaacometer.Esonoexplicaelfantasma.Porelmomento,apartóaunladoaquelpensamiento.
—¿EnquépodríaserleyodeutilidadalConsejoMercante?VanEckhojeólospapelesqueteníaenlamano.—Tearrestaronporprimeravezalosdiezaños—dijo,examinandolapágina.—Todoelmundorecuerdasuprimeravez.—Dos veces más ese año, y otras dos a los once. Te arrestaron cuando la
stadwatchhizounaredadaenunsalóndejuegoscuandoteníascatorceaños,peronohanvueltoahacerlodesdeentonces.
Eracierto.NadiehabíalogradoatraparaKazentresaños.—Mehereformado—dijo—.Heencontradountrabajohonestoyvivounavida
detrabajoyoración.—Noblasfemes—replicóVanEckconsuavidad,aunquehubounbrevedestello
defuriaensusojos.Unhombredefe,recordóKaz,ysumenteexaminótodoloquesabíasobreVan
Eck:próspero,devoto,unviudoquesehabíavueltoacasar recientementeconunachicanomuchomayorqueelpropioKaz.Y,porsupuesto,estabaelmisteriodesuhijo.
VanEckcontinuópasandolaspáginasdelarchivo.—Dirigesapuestasenpeleas,decaballosysobretuspropiosjuegosdeazar.Has
sidojefedelClubCuervodesdehacemásdedosaños.Ereslapersonamásjovenenllevar una casa de apuestas y has doblado sus beneficios en ese tiempo. Eres unchantajista…
—Negocioconinformación.—Unestafador…—Creooportunidades.—Unchuloyunasesino…—Notrabajoconputas,ysiemprematoporunacausa.—¿Yquécausaesesa?—Lamismaquelatuya,merca.Beneficios.—¿Cómoobtieneslainformación,Brekker?—Digamosqueséforzarcerraduras.—Debesdesermuyhábil.—Desdeluegoquesí.—Kazsereclinóunpoco—.¿Sabes?Cadahombreesuna
caja fuerte,unacámaradesecretosyanhelos.Están losque tomanelcaminode lafuerza,peroyoprefierounacercamientomássuave;lapresiónadecuadaaplicadaenelmomentojustoyellugarpreciso.Esalgodelicado.
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—¿Siemprehablasconmetáforas,señorBrekker?Kazsonrió.—Noesunametáfora.Selevantódelasillaantesdequelascadenascayeranalsuelo.Saltóalescritorio,
cogióunabrecartasdesusuperficieconunamanoysujetólapecheradelacamisadeVanEckconlaotra.ElfinotejidosearrugómientraspresionabalagargantadeVanEckcon lahoja.Kazestabamareadoy sentía losmiembros abotargadosporhaberestadoatadoalasilla,perotodoparecíamásluminosoconunarmaenlamano.
LosguardiasdeVanEckloestabanmirando,todosconlaspistolasylasespadasdesenvainadas.Podíasentirelcorazóndelmercaderlatiendobajolalanadesutraje.
—Nocreoquenecesitemalgastaralientoenamenazas—dijoKaz—.Dimecómollegaralapuertaotesacoporlaventanaconmigo.
—Creoquepuedohacertecambiardeidea.Kazlediounpequeñoempujón.—Nomeimportaquiénseasnilograndequeseaeserubí.Nomepuedessacarde
mispropiascalles.Ynopuedespretendernegociarconmigosimetienesencadenado.—Mikka—llamóVanEck.Yentoncesvolvióapasar.Unchicoatravesólapareddelabiblioteca.Erapálido
comouncadáveryllevabaelabrigoazulbordadodeunAgitamareasGrishaconunlazorojoydoradoenlasolapaqueindicabasuasociaciónconlacasadeVanEck.PeronisiquieralosGrishapodíanatravesarunapared.
Mehandrogado,pensóKaz,tratandodenoentrarenpánico.Oeraalgunaclasedeilusión,delasquehacíanenlosteatrosdelStaveOriental:unachicapartidaporlamitad,palomasquesalíandeunatetera.
—¿Quédemoniosesesto?—gruñó.—Suéltameyteloexplicaré.—Puedesexplicármeloasí.VanEcksoltóunsuspirocortoytembloroso.—Loquevessonlosefectosdelajurdaparem.—La jurda es solo un estimulante. —Los pequeños pétalos secos crecían en
NovyiZemysevendíanentiendasdetodaKetterdam.DurantesusprimerosdíasconlosDespojos,Kazloshabíamasticadoparapermaneceralertaenlasguardias.Habíateñidosusdientesdenaranjadurantedías—.Esinofensiva.
—La jurda parem es algo completamente diferente, y desde luego no esinofensiva.
—Asíquemehasdrogado.—Atino,Brekker.AMikka.KazcontemplólalividezenfermizadelacaradelGrisha.Teníasombrasoscuras
bajo los ojos y la constitución frágil y temblorosa de alguien que se había saltadovariascomidasynoparecíaimportarle.
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—Lajurdaparemesprimadelajurdacorriente—continuóVanEck—.Vienedela misma planta. No sabemos cuál es el proceso para hacer la droga, pero uncientíficollamadoBoYul-BayurenvióunamuestraalConsejoMercanteKerch.
—¿Shu?—Sí.Queríadesertar,asíquenosenvióunamuestraparaconvencernosdeloque
decía sobre el extraordinario efecto de la droga. Por favor, Brekker, esta es unaposiciónmuy incómoda. Si te parece, te daré una pistola y podremos sentarnos adiscutirestodeunaformamáscivilizada.
—Unapistolaymibastón.Van Eck le hizo un gesto a uno de sus guardias, que salió de la habitación y
regresó unmomento después con el bastón deKaz, que se alegró de que usara lamalditapuerta.
—Lapistolaprimero—dijoKaz—.Lentamente.Elguardiadesenfundósuarmayse laentregóporelmango.Kaz lacogióy la
amartillóconunrápidomovimiento;después liberóaVanEck, tiróelabrecartasalescritorioy tomóelbastónde lamanodelguardia.Lapistolaeramásútil,peroelbastónledabaaKazunalivioinconmesurable.
Van Eck dio unos pasos hacia atrás, poniendo distancia entre él y la pistolacargadadeKaz.Noparecíadispuestoasentarse.Kaz tampoco,asíquesemantuvocercadelaventana,listoparasaltarsifueranecesario.
VanEckrespiróhondoytratódemantenerlacalma.—Esebastónestodaunaherramienta,señorBrekker.¿EsobradeunHacedor?Enefecto, lohabíacreadounHacedorGrisha,cubiertodeplomoyconelpeso
perfectopararomperhuesos.—Noesasuntotuyo.Habla,VanEck.Elmercaderseaclarólagarganta.—CuandoBoYul-Bayurnosenviólamuestradejurdaparemseladimosatres
Grisha,unodecadaOrden.—¿Felicesvoluntarios?—Sirvientes —explicó Van Eck—. Los dos primeros eran un Hacedor y una
SanadoradelconcejalHoede.MikkaesunAgitamareas,yesmío.Yahasvistoloquepuedehacerconladroga.
Hoede.¿Porquélesonabaelnombre?—UnAgitamareas normal puede controlar las corrientes, invocar el agua o la
humedaddelaireocualquierfuentecercana.Controlanlasmareasdenuestropuerto.Pero bajo la influencia de la jurdaparem, unAgitamareas puede alterar su propioestadodesólidoa líquidoogaseosoydespuésregresara lanormalidad,yhacer lomismoconotrosobjetos.Inclusoconunapared.
Kazsentíalatentacióndenegarlo,peronopodíaexplicarloqueacababadeverdeningunaotraforma.
—¿Cómo?
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—Esdifícildecirlo.¿SabesdelosamplificadoresquellevanalgunosGrisha?—Loshevisto—dijoKaz.Huesosdeanimales,dientes,escamas—.Heoídoque
sondifícilesdeencontrar.—Mucho.Pero soloaumentanelpoderdeunGrisha.La jurdaparem altera su
percepción.—¿Yqué?—Los Grisha manipulan la materia en sus niveles más básicos, lo llaman la
Pequeña Ciencia. Bajo la influencia de la parem, esas manipulaciones son másrápidasymuchomásprecisas.Enteoría,lajurdaparemessolounestimulante,comosu prima cercana. Pero parece agudizar y perfeccionar los sentidos de los Grisha.Puedenhacerconexionesconextraordinariavelocidad.Sevuelvenposibleslascosasquesimplementenodeberíanserlo.
—¿Quéhaceconlospobrescabronescomotúyyo?VanEckparecióenfurecerseunpocoporestarenelmismogrupoqueKaz,pero
dijo:—Esletal.Unamentecorrientenopuedetolerarlaparemnisiquieraenlasdosis
máspequeñas.—DicesqueselodisteisatresGrisha.¿Quépuedenhacerlosotros?—Mira—dijoVanEck,llevandolamanoalcajóndesuescritorio.Kazlevantólapistola.—Cuidado.Conexagerada lentitud,VanEckmetió lamanoenelcajóny sacóun trozode
oro.—Estoanteseraplomo.—Yunamierda.VanEckseencogiódehombros.—Tansolopuedodecirteloquehevisto.ElHacedorcogióuntrozodeplomoy
unosmomentosdespuésteníamosesto.—¿Cómosabessiesauténtico?—preguntóKaz.—Tieneelmismopuntodefusiónqueeloro,elmismopesoymaleabilidad.Si
noes idénticoaloroen todos los sentidos, ladiferencia senosescapa.Pruébalo siquieres.
Kazsepusoelbastónbajoelbrazoy tomóelpesadofragmentode lamanodeVan Eck y se lo metió en el bolsillo. Fuera auténtico o solo una convincenteimitación,unpedazodeorotangrandepodíacomprarmuchascosasenlascallesdelBarril.
—Podríashaberloconseguidoencualquiersitio—señaló.—TraeríaalHacedordeHoedeparamostrártelo,peronoseencuentrabien.LamiradadeKazsedirigióhacialacaraenfermizadeMikkaysufrentehúmeda.
Estabaclaroqueladrogateníaunprecio.—Digamosqueestoesciertoynountrucobarato.¿Quétienequeverconmigo?
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—TalvezhayasoídoquelosshupagarontodasudeudaconKerchgraciasaunarepentinaabundanciadeoro.OqueasesinaronalembajadordecomerciodeNovyiZem.OquerobarondocumentosdeunabasemilitarenRavka.
Asíqueeseeraelsecretotraselasesinatodelembajadorenellavabo.YelorodeesastresnavesshudebíadeserobradeunHacedor.Kaznohabíaoídonadasobrelosdocumentosravkanos,peroasintióigualmenteconlacabeza.
—Creemos que estos hechos los llevaron a cabo Grisha bajo el control delgobiernoshuylainfluenciadelajurdaparem.—VanEcksefrotólamandíbulaconla mano—. Brekker, quiero que pienses un momento lo que te estoy diciendo.Hombresquepuedenatravesarparedes…ningunacámaranifortalezavolveráasersegura.Gentequepuedecrearoroapartirdelplomo,ocualquierotroelemento,quepuedenalterar lamismísimamateriadelmundo…losmercadosfinancieroscaeríanenelcaos.Laeconomíamundialsecolapsaría.
—Quéemocionante.¿Quéesloquequieresdemí,VanEck?¿Quieresquerobeuncargamento?¿Lafórmula?
—No,quieroquerobesalhombre.—¿QuesecuestreaBoYul-Bayur?—Que lo salves. Hace unmes recibimos unmensaje suyo suplicando refugio.
Estaba preocupado por los planes del gobierno con la jurda parem, y acordamosayudarlo a desertar. Planeamos un encuentro, pero hubo un enfrentamiento en elpuntoderecogida.
—¿Conlosshu?—No,losfjerdanos.Kazfruncióelceño.LosfjerdanosdebíandetenerespíasmuydentrodeShuHan
oKerchsihabíandescubiertotanrápidolodeladrogaylosplanesdeBoYul-Bayur.—Puesenvíaaalgunosdetusagentestrasél.—Lasituacióndiplomáticaesuntantodelicada.Esesencialquenuestrogobierno
notengaconexiónconYul-Bayurdeningunaforma.—Tienesquesaberquelomásprobableesqueestémuerto.Losfjerdanosodiana
losGrisha.Jamáspermitiríanquesefiltraranadarelativoaesadroga.—Nuestrasfuentesaseguranqueestávivoyalaesperadejuicio.—VanEckse
aclarólagarganta—.EnlaCortedeHielo.KazmiróaVanEckduranteunlargominutoydespuésseechóareír.—Bueno, ha sido un placer queme dejaras inconsciente yme capturaras, Van
Eck.Puedesestarsegurodequeterecompensaréportuhospitalidadenelmomentoadecuado.Ahorahazqueunodetuslacayosmellevehastalapuerta.
—Estamosdispuestosaofrecertecincomillonesdekruge.Kazseguardólapistolaenelbolsillo.Yanotemíaporsuvida;yasololeirritaba
queesetipohubieradesperdiciadosutiempo.—Estotalvezseaunasorpresaparati,VanEck,perolasratasdecanalvaloramos
nuestrasvidastantocomovosotros.
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—Diezmillones.—No tiene sentido teneruna fortunaquenoviviréparagastar. ¿Dóndeestámi
sombrero…lodejótuAgitamareasenelcallejón?—Veinte.Kazhizounapausa.Teníalaespeluznantesensacióndequelospecestalladosen
lasparedessehabíandetenidoamitaddelsaltoparaescuchar.—¿Veintemillonesdekruge?—VanEckasintióconlacabeza.Noparecíafeliz
—.Tendríaque convencer aun equipopara lanzarse aunamisión suicida.Esonoserábarato.
Aquellonoeraciertodeltodo.ApesardeloquelehabíadichoaVanEck,habíamuchagenteenelBarrilquenoteníamuchoporloquevivir.
—Veintemillonesdekrugenoesbaratoprecisamente—señalóVanEck.—NadiesehacoladonuncaenlaCortedeHielo.—Poresoesporloquetenecesito,Brekker.EsposiblequeBoYul-Bayuryaesté
muerto o que haya entregado todos sus secretos a los fjerdanos, pero creemos quetenemosalmenosunpocodetiempoparaactuarantesdequeelsecretodelajurdaparemsearevelado.
—Silosshutienenlafórmula…—Yul-Bayuraseguróquehabía logradoengañara sus superioresymantener la
fórmulaensecreto.CreemosqueestántrabajandoconloslimitadossuministrosquedejóatrásYul-Bayur.
Laavariciaseinclinaantemí.AlomejorKazhabíasidoalgoarrogantealdecireso. La avaricia estaba acatando la voluntad de Van Eck. La balanza se habíainclinado,superandolaresistenciadeKaz,poniéndoloensusitio.
Veinte millones de kruge. ¿Qué clase de trabajo sería ese? Kaz no sabía nadasobreespionajeoluchasgubernamentales,pero¿porquéliberaraBoYul-BayurdelaCorte de Hielo tendría que ser diferente a sacar bienes de la caja fuerte de unmercader? La caja fuerte mejor protegida del mundo, se recordó. Necesitaría unequipo muy especializado, un equipo desesperado al que no le importara laposibilidaddenovolverdeesetrabajo.YnopodríasacarlodelosDespojosyyaestá.No tenía el talento que necesitaba entre sus filas. Eso significaba que tendría quevigilarsuespaldamásdelohabitual.
Pero si lo lograban, incluso después de que Per Haskell obtuviera su parte, elporcentajedeKazdelosbeneficiosseríasuficienteparacambiarlotodo,paraponeren marcha al fin el sueño que había tenido desde la primera vez que salióarrastrándosedeunpuertofríoconunagujeroardientedevenganzaenelcorazón.SudeudaconJordiequedaríasaldadaalfin.
Tambiénhabríaotrosbeneficios.ElConsejoKerchestaríaendeudaconél,pornomencionar loqueeseatracoharíaporsu reputación.¿Infiltrarseen la impenetrableCortedeHieloyllevarsealgodelbastióndelanoblezayelpodermilitarfjerdanos?
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Conuntrabajocomoesebajoelcinturónyesaclasedebeneficiosensusmanos,yanonecesitaríaaPerHaskell.Podríacrearsupropiaorganización.
Perohabíaalgoextraño.—¿Por qué yo? ¿Por qué los Despojos? Hay bandas más experimentadas ahí
fuera.Mikkacomenzóatoser,yKazviosangreensumanga.—Siéntate—le indicóVanEckconseguridad,ayudandoalGrishaa sentarsey
ofreciéndolesupañuelo.Hizounaseñalaunguardia—.Traeagua.—¿Ybien?—insistióKaz.—¿Cuántosañostienes,Brekker?—Diecisiete.—No te arrestandesdeque tenías catorce, y como séqueno eresmáshonesto
ahoraqueentonces,tansolopuedosuponerquetieneslacualidadquemásnecesitoenuncriminal:notedejasatrapar.—VanEcksonrióligeramente—.TambiénestáelasuntodemiDeKappel.
—Creoquenoséloquequieresdecir.—Hace seis meses, un óleo DeKappel valorado en casi cien mil kruge
desapareciódemicasa.—Menudapérdida.—Lo fue, sobre todo porque me habían asegurado que mi galería era
impenetrableyqueloscerrojosdelaspuertaseraninfalibles.—Recuerdohaberleídosobreeso.—Sí—admitióVanEckconunpequeñosuspiro—.Elorgulloesalgopeligroso.
Estaba ansioso de mostrar mi adquisición y las medidas que había tomado paraprotegerla.Yaunasí,apesardetodasmiscajasfuertes,apesardelosperrosylasalarmasyelpersonalmáslealdeKetterdam,micuadrohadesaparecido.
—Miscondolencias.—Todavíanohaaparecidoenningúnmercadodelmundo.—Talvezelladrónyatuvierauncomprador.—Esunaposibilidad,claro.Peromeinclinoacreerqueelladrónlotomóporuna
razóndiferente.—¿Cuálpodríaser?—Demostrarquepodíahacerlo.—Amímepareceunriesgoestúpido.—Bueno,¿quiénpuedeadivinarlosmotivosdelosladrones?—Yono,desdeluego.—Por lo que sé de laCorte deHielo, quienquiera que robaramiDeKappel es
precisamentelapersonaquenecesitoparaestetrabajo.—Entoncesserámejorquelocontratesaél.Oaella.—Desde luego. Pero tendré que contentarme contigo. —Van Eck sostuvo la
miradadeKaz,comosiesperaraencontrarunaconfesiónescritaensusojos.Alfin,
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preguntó—:Entonces,¿tenemosuntrato?—Notanrápido.¿QuéhaydelaSanadora?VanEckparecíaperplejo.—¿Quién?—Dijiste que le disteis la droga a un Grisha de cada Orden. Mikka es un
Agitamareas, un Etherealnik. El Hacedor que creó ese oro era un Materialnik.Entonces,¿quépasaconlaCorporalnik?¿LaSanadora?
VanEckhizounamueca,ysimplementedijo:—¿Meacompañas,Brekker?ConcautelaymanteniendounojoenMikkaylosguardias,KazsiguióaVanEck
fueradelabibliotecayporelpasillo.Lacasarezumabariquezademercader:panelesdemaderaoscuraenlasparedes,suelosdebaldosasblancasynegras,todoconbuengusto, todo contenido e impecablemente fabricado. Pero la sensación era la de uncementerio. Las habitaciones se encontraban desiertas, las cortinas cerradas, losmuebles cubiertos con sábanas, demodo que cada cámara en sombras por la quepasabanparecíaalgunaclasedepaisajemarinollenodeicebergs.
Hoede. Ya recordaba el nombre. Había habido alguna clase de incidente en lamansióndeHoededelaGeldstraadt.Todoellugarhabíasidoacordonadoysehabíallenadodestadwatch.Kazhabíaoídorumoresdeunbrotedevirueladefuego,peronisiquieraInejhabíasidocapazdedescubrirmás.
—EstaeslacasadelconcejalHoede—dijoKazconunescalofrío.Noqueríaserotravíctimadelaplaga,peroelmercaderysusguardiasnoparecíanniremotamentepreocupados—.Pensabaqueestelugarestabaencuarentena.
—Loquepasóaquínosuponeningúnpeligroparanosotros.Ysihacestutrabajo,Brekker,jamásloserá.
VanEcklocondujoporunapuertahastaunjardínbiencuidado,llenodelaromaanéctar del azafrán. El olor golpeó a Kaz como un puñetazo en la mandíbula. LosrecuerdosdeJordieyaestabanmuyfrescosensumente,yporunmomentoKaznoestabacaminandoporeljardínjuntoalcanaldeunricomercader,sinometidohastalas rodillas en la hierba alta, con el sol ardiente sobre susmejillas y la voz de suhermanollamándoloparaquevolvieraacasa.
Kaz se sacudió la cabeza.Necesito una taza del cafémás negro y amargo quepuedaconseguir,pensó.Otalvezunpuñetazodeverdadenlamandíbula.
VanEck loestabaconduciendohasta el embarcaderoquedabaal canal.La luzquesefiltrabaporsusventanascerradasdibujabapatronessobreelcaminodeljardín.UnúnicoguardiadelaciudadpermanecíafirmejuntoalapuertamientrasVanEcksesacabaunallavedelbolsilloylametíaenelpesadocerrojo.Kazsepusolamangasobre la boca cuando el hedor a orina y excrementos de la habitación cerrada loalcanzó.Vayaconelazafrándeprimavera.
Lahabitaciónestabailuminadapordoslámparasdecristaldelapared.Habíaungrupodeguardiasdecaraaunagrancajadehierro,yelsueloasuspiesestaballeno
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decristales rotos.Algunos llevabaneluniformepúrpurade lastadwatch yotros elverdemarde lacasadeHoede.Atravésde loqueKazcomprendióquehabíasidounaventanadeobservación,vioaotroguardiadelaciudaddepiefrenteaunamesavacíaycondossillasvolcadas.Comolosdemás,elguardiateníalosbrazoscolgandoaloscostados,elrostroinexpresivoylosojoshaciadelante,mirandoalanada.VanEcksubiólaluzdeunadelaslámparasyKazviouncuerpoconununiformepúrpuratiradoenelsueloconlosojoscerrados.
VanEcksuspiróyseagachóparagirarelcuerpo.—Hemosperdidoaotro—dijo.Elchicoerajoven,apenasteníaunasomodebigotesobreellabiosuperior.VanEckdioórdenesalguardiaqueloshabíadejadopasary,conlaayudadeuno
de losmiembros de su séquito, levantó el cadáver y lo sacó de la habitación. Losdemásguardiasnoreaccionaron,solosiguieronmirandohaciadelante.
Kazreconocióaunodeellos:HenrikDahlman,elcapitándelastadwatch.—¿Dahlman?—lo llamó, pero el hombre no respondió. Kaz agitó una mano
frenteasucaraydespuéslediounfuertegolpeenlacabeza.Nadasalvounparpadeolento y sin interés. Kaz levantó la pistola y la apuntó directamente a la frente delcapitán. La amartilló. El capitán no se inmutó, no reaccionó. Sus pupilas no secontrajeron.
—Escomosiestuvieramuerto—dijoVanEck—.Dispara.Reviéntaleelcerebro.Novaaprotestarylosotrosnovanareaccionar.
Kazbajóelarmayelfríoseasentóensushuesos.—¿Quéesesto?¿Quéleshapasado?—LaGrishaeraunaCorporalnikqueservíaconelpersonaldelconcejalHoede.
Este pensaba que, al ser una Sanadora y no una Mortificadora, sería la elecciónseguraparaprobarlaparem.
Parecíainteligente.KazhabíavistotrabajaralosMortificadores.Podíanrompertuscélulas,hacerteestallarelcorazónenelpecho,robarteelalientodelospulmonesobajarteelpulsohastadejarteencoma,y todosinponerteundedoencima.Si tansolounamínimapartedeloquedecíaVanEckeracierto,laideadequeledieranunadosisde jurdaparemaunodeelloseraalgosobrecogedor.Asíque losmercadereshabíanprobadoladrogaensulugarconunaSanadora.Peroalparecerlascosasnohabíanidosegúnelplan.
—¿Ledisteisladrogayellamatóasuamo?—Noexactamente—dijoVanEck, y se aclaró la garganta—.La tenían en esa
celdadeobservación.Trasunossegundosdeconsumirlaparem,tomóelcontroldelguardiaquehabíadentrodelacámara…
—¿Cómo?—Nolosabemosexactamente.Perocualquieraquefueraelmétodoqueusara,le
permitiódominartambiénaestosguardias.—Esonoesposible.
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—¿No lo es? El cerebro solo es un órgano más, un conjunto de células eimpulsos.¿PorquéunGrishabajolainfluenciadelajurdaparemnoibaasercapazdemanipularesosimpulsos?—Kazdebiódemostrarsuincredulidad—.Miraaestagente—insistióVanEck—.Lesdijoqueesperaran.Yesoesexactamenteloquehanhecho;esoestodoloquehanhechodesdeentonces.
Kazexaminóalgruposilenciosomásdecerca.Susojosnoestabaninexpresivosnimuertos, suscuerposnoestabandescansando.Estabanexpectantes.Reprimióunescalofrío.Habíavistocosaspeculiares,cosasextraordinarias,peronadacomoloquehabíapresenciadoesanoche.
—¿QuélepasóaHoede?—Leordenóabrirlapuertay,cuandolohizo,leordenóquesecortaraelpulgar
deunamano.Solosabemosloquepasóporqueunchicodelacocinaestabapresente.La chica Grisha no le hizo daño, y él pudo ver cómo Hoede se cortó el pulgarmientrassonreía.
AKazno legustaba la ideadequeunaGrishamoviera lascosasensucabeza,peronolesorprenderíaqueHoedemerecieraloquehabíarecibido.DurantelaguerracivildeRavka,muchosGrishahabíanhuidodelaluchayhabíanpagadosuentradaaKerch convirtiéndose en sirvientes sin darse cuenta de que básicamente se habíanvendidoalaesclavitud.
—¿Elmercaderestámuerto?—ElconcejalHoedeperdiómuchasangre,peroestáenelmismoestadoqueestos
hombres.Selohanllevadoalcampoconsufamiliayelpersonaldesucasa.—¿LaSanadoraGrishavolvióaRavka?—preguntóKaz.VanEck lehizoungestoparaque salieradelespeluznantecobertizoycerró la
puertaconllavetrasellos.—Talvezlointentara—dijomientrasrehacíansuspasosporeljardínyellateral
de la casa—. Sabemos que se hizo con un barco pequeño y sospechamos que sedirigía a Ravka, pero encontramos su cuerpo arrastrado por el agua hace dos díascercadelTercerPuerto.Creemosqueseahogótratandodevolveralaciudad.
—¿Porquéibaaregresar?—Paraconseguirmásjurdaparem.KazpensóenlosojosrelucientesdeMikkaysupielcerosa.—¿Tanadictivaes?—Parecequesolohacefaltaunadosis.Unavezladrogahahechosulabor,deja
elcuerpodelGrishadebilitadoyconunansiaintensa.Esmuydebilitante.Muy debilitante parecía un eufemismo. El Consejo de Mareas controlaba la
entradaalospuertosdeKetterdam.SilaSanadoradrogadahabíatratadoderegresarporlanocheenunbarcopequeño,nohabríatenidomuchasoportunidadescontralacorriente.KazpensóenlacarademacradadeMikka,encómosuropacolgabadesucuerpo.Ladrogalehabíahechoaquello.Habíatenidounsubidóndejurdaparemy
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necesitaba la siguiente dosis. También parecía a punto de derrumbarse. ¿CuántotiempopodríacontinuarasíunGrisha?
Eraunapreguntainteresante,peronoerarelevanteparaelasuntoqueteníanentremanos.Habíanllegadoalapuertaprincipal.Eraelmomentodehacernúmeros.
—Treintamillonesdekruge.—¡Dijimosqueveinte!—escupióVanEck.—Túdijistequeveinte.Estáclaroqueestásdesesperado.—Kazechóunvistazo
alcobertizo,dondetodosesoshombresestabanesperandoamorir—.Yahoraveoporqué.
—ElConsejomecortarálacabeza.—Te cantarán alabanzas en cuanto tengas aBoYul-Bayur escondido y a salvo
dondequieraquequeráistenerlo.—NovyiZem.Kazseencogiódehombros.—Pormícomosilometéisenunacafetera.VanEckclavósusojosenlosdeKaz.—Yahasvistoloquepuedehacerestadroga.Teaseguroqueessoloelprincipio.
Silajurdaparemseliberaenelmundo,laguerraseráinevitable.Nuestraslíneasdecomercio quedarán destruidas y nuestros mercados se colapsarán. Kerch nosobrevivirá.Nuestrasesperanzasestáncontigo,Brekker.Si fracasas, todoelmundosufriráporello.
—Ah,esmuchopeorqueeso,VanEck.Sifracaso,nomepagarás.—Lamiradade desprecio en la cara del hombre merecía su propio óleo DeKappel paraconmemorarla—.No estés tan decepcionado. Tan solo piensa lo disgustado que tesentirías si descubrieras que esta rata de canal tiene una vena patriótica. Tal vezincluso deberías dejar de fruncir los labios y tratarme con algo más parecido alrespeto.
—Graciasporahorrarmeesaincomodidad—dijoVanEckcondesdén.Abriólapuerta e hizo una pausa—. La verdad es que me pregunto lo que un chico de tuinteligenciahabríalogradobajodiferentescircunstancias.
PregúntaleaJordie,pensóKazconunaamargapunzadadedolor.Peroselimitóaencogersedehombros.
—Tan solo estaría robando a una clasemejor de incautos. Treintamillones dekruge.
VanEckasintióconlacabeza.—Treinta.Untratoesuntrato.—Untratoesuntrato—repitióKaz.Sedieronlamano.MientraslamanodeuñasbiencuidadasdeVanEckagarrabalosdedoscubiertos
decuerodeKaz,elmercaderentrecerrólosojos.—¿Porquéllevasesosguantes,Brekker?Kazlevantóunaceja.
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—Seguroquehasoídolashistorias.—Cadaunaesmásgrotescaquelaanterior.Kaztambiénlashabíaoído.LasmanosdeBrekkerestabanteñidasdesangre.Las
manos de Brekker estaban cubiertas de cicatrices. Brekker tenía garras en vez dededosporqueeramitaddemonio.El tactodeBrekkerquemabacomoel azufre;unsimplerocedesupieldesnudahacíaquetucarnesemarchitaraymuriera.
—Eligecualquiera—dijoKazmientrassedesvanecíaenlanoche,dirigiendoyasus pensamientos a los treinta millones de kruge y el grupo que necesitaría paraayudarloaconseguirlos—.Todassonlobastanteciertas.
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nejsupoelmomentoenqueKazentróenelListón.Supresenciareverberópor las estrechas habitaciones y los pasillos retorcidos mientras cada matón,
ladrón,traficanteyestafadorseibadespertando.EltenientefavoritodePerHaskellestabaencasa.
ElListónnoeragrancosa,solounacasamásenlapeorpartedelBarril,trespisoselunoencimadelotrocoronadosporunáticoyuntejadoadosaguas.Lamayoríadelosedificiosdeaquellapartedelaciudadsehabíanconstruidosincimientos,muchossobre la tierra pantanosa donde los canales habían excavado caprichosamente. Seapoyaban los unos sobre los otros como amigos borrachos reunidos en un bar,inclinándose en ángulos somnolientos. Inej había visitadomuchos de ellos durantesustareasparalosDespojos,ynoeranmuchomejorespordentro:fríosyhúmedos,con lasparedes llenasdegrasa, agujeros en lasventanas lobastantegrandes comopara que entraran el frío y la nieve. PeroKaz había gastado su propio dinero paraeliminar las corrientes delListón y aislar las paredes. Era un sitio feo, retorcido yabarrotadodegente,peroelListónestabagloriosamenteseco.
LahabitacióndeInejseencontrabaeneltercerpiso,unestrechoespacioapenaslo bastante grande para un catre y un baúl, pero con una ventana que daba a lostejados altos y al revoltijo de chimeneas del Barril. Cuando llegaba el viento ylimpiaba la neblina de humo de carbón que flotaba sobre la ciudad, incluso podíadistinguirunafranjaazuldelpuerto.
Aunque el amanecer se encontraba a solo unas horas, el Listón estaba muydespierto.Elúnicomomentoenquelacasaestabasilenciosadeverdaderadurantelashorasbajasdelatarde,yaquellanochetodosestabanvibrandoconlasnoticiasdel
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enfrentamientoenel Intercambio,eldestinodeGranBolliger,yahora laexpulsióndelpobreRojakke.
TrassuconversaciónconKaz,abuscaral repartidoralClubCuervo.EstabaenlasmesasdirigiendounajugadadelaZarzadeTresparaJesperyunpardeturistasravkanos.Cuandoterminólamano,Inejlesugirióquehablaranenunadelassalasdejuego privadas para ahorrarle la vergüenza de que lo despidieran delante de susamigos,peroRojakkenoestabadispuesto.
—¡Noesjusto!—habíabramadocuandoellaleinformódelasórdenesdeKaz—.¡Nosoyuntramposo!
—HablaconKaz—replicóInejenvozbaja.—Ybaja la voz—añadió Jesper, echandounvistazo a los turistas ymarineros
sentadosen lasmesasvecinas.LaspeleaserancomunesenelBarril,peronoenelClub Cuervo. Si tenías un problema, lo resolvías fuera, donde no te arriesgabas ainterrumpirlaprácticasagradadesepararalagentedesudinero.
—¿DóndeestáBrekker?—gruñóRojakke.—Nolosé.—Siemprelosabestodosobretodos—dijoélcondesprecio,inclinándosehacia
ella.Su aliento apestaba a cervezay cebolla—. ¿Noes por esopor lo que te pagaManosSucias?
—Nosédóndeestánicuándovaavolver.Perosíqueséquenoquerrásestaraquícuandovuelva.
—Damemicheque.Medebéiselúltimoturno.—Brekkernotedebenada.—¿Nisiquierapuedeenfrentarseamí?¿Envíaaunaniñaparadarmelapatada?
Alomejortesacoalgunasmonedas.Estiró el brazo para cogerla del cuello de la camisa, pero Inej lo esquivó con
facilidad.Tratódeagarrarlaotravez.Porelrabillodelojo,InejvioqueJesperselevantabadesuasiento,perolehizo
un gesto para que no se acercara y metió los dedos en los nudillos de latón queguardabaenelbolsillodelacaderaderecha.LediounrápidogolpeaRojakkeenlamejillaizquierda.
Élsellevólamanoalacara.—Oye—dijo—.Notehehechodaño.Tansoloeranpalabras.Lagenteestabamirandoahora,asíquelovolvióagolpear.Apesardelasreglas
delClubCuervo,aquello teníaprioridad.CuandoKaz lahabía llevadoalListón lehabíaadvertidodequenoibaapodercuidardeella,dequetendríaquearreglárselassola,yesohabíahecho.Habríasidomuyfácildarselavueltacuandolainsultabanoseacercabanaellaparapedirleunrevolcón,perosihacíaesoprontolemeteríanunamano bajo la blusa o tratarían de ponerla contra la pared. Así que no dejó correrningún insultoni insinuación.Siempregolpeabaprimero,ygolpeabaconfuerza.Avecesinclusolosrajabaunpoco.Erafatigoso,peronadaerasagradoparaloskerch
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salvoel comercio, asíque sehabíaaseguradodequeel riesgo fueramuchomayorquelarecompensacuandolefaltabanalrespeto.
Rojakke se tocó con los dedos el feo moratón que se estaba formando en sumejilla,conaspectosorprendidoyalgotraicionado.
—Pensabaqueéramosamigos—protestó.Lotristeeraquesí.AInejlecaíabienRojakke,peroenesemomentonoeramás
queunhombreasustadoqueriendosentirsemásgrande.—Rojakke —dijo—. He visto cómo trabajas con las cartas. Puedes encontrar
trabajoencasicualquierantro.VeteacasaydagraciasdequeKaznotequiteloqueledebes,¿eh?
Semarchó,tambaleándoseunpocosobresuspies,todavíasujetándoselamejillacomounniñoaturdido,yJesperseacercóaella.
—Tienerazón,¿sabes?Kaznodeberíaenviarteahacerleeltrabajosucio.—Todoestrabajosucio.—Perolohacemosigualmente—dijoélconunsuspiro.—Parecesagotado.¿Vasadormirestanoche?Jesperleguiñóunojo.—No mientras las cartas estén calientes. Quédate y juega un poco, Kaz te
financiará.—¿En serio, Jesper?—había dicho ella, calándose la capucha—.Si quiero ver
hombrescavandoagujerosenlosquetirarse,mevoyauncementerio.—Vengaya, Inej—la llamómientrasellaatravesaba lasgrandespuertasdobles
hastalacalle—.¡Metraesbuenasuerte!PortodoslosSantos,habíapensadoella.Sicreeeso,debedeestardesesperado
deverdad.HabíadejadoatrássusuerteenuncampamentosulialasorillasdeRavkaOccidental.Dudabaquevolvieraaveraningunadeellas.
Ahora Inej estaba saliendo de su pequeña cámara del Listón y bajando por elpasamanos.Noteníarazonesparaocultarsusmovimientosahí,peroelsilencioeraunhábitoy las escaleras chirriabancomo ratones en celo.Cuando llegóal rellanodelsegundopisoyvioalamultitudquehabíaabajo,sequedóatrás.
Kazhabíaestadofueramástiempodelquenadieesperaba,yencuantoentróenel sombríovestíbulo fueabordadoporgentequequería felicitarlopor el encuentroconGeelsypreguntarleporlosPuntasNegras.
—Se rumorea que Geels ya está formando una banda para atacarnos —dijoAnika.
—¡Que lohaga!—replicóDirixconvozretumbante—.Tengounhachaconsunombreenelmango.
—Geelstardaráuntiempoenactuar—aseguróKazmientrasbajabaelpasillo—.Notienegentesuficienteparaenfrentarseanosotrosenlascalles,ysusarcasestándemasiadovacíasparacontrataranadiemás.¿NodeberíaisestardecaminoalClubCuervo?
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SuscejasalzadasbastaronparaqueAnikasemarchara,conDirixpisándole lostalones. Otros se acercaron para felicitarlo o amenazar a los Puntas Negras. PeronadiellegótanlejoscomoparadarleaKazunapalmadaenlaespalda;esaeraunabuenaformadeperderunamano.
InejsabíaqueKazsepasaríaparahablarconPerHaskell,asíqueenvezdebajarel último tramo de escaleras avanzó por el pasillo.Allí había un armario lleno detrastos, sillas viejas con los respaldos rotos, lienzos con manchas de pintura. Inejapartó a un lado un cubo lleno de suministros de limpieza que había puesto ahíprecisamenteporquesabíaquenadiedelListónlotocaríajamás.Larejillaquehabíadebajo ofrecía una vista perfecta del despacho de Per Haskell. Se sintió un tantoculpableporescucharaKazaescondidas,peroéleraquien lahabíaconvertidoenunaespía.Nopuedesentrenaraunhalcónyesperarquenocace.
AtravésdelarejillaoyólosgolpesdeKazenlapuertadePerHaskellyelsonidodesusaludo.
—¿Vivito y coleando? —preguntó el anciano. Inej podía verlo sentado en susillón favorito, jugueteando con lamaqueta de un barco que llevaba construyendobuenapartedelaño,conunapintadecervezaalalcancedelamano,comosiempre.
—NovolveremosatenerproblemasconelQuintoPuerto.Haskellgruñóyregresóasumaqueta.—Cierralapuerta.Inejoyócómosecerraba,amortiguandolossonidosdelpasillo.Podíaverlaparte
superior de la cabeza de Kaz. Su pelo oscuro estaba húmedo; debía de haberempezadoallover.
—Tendrías que haberme pedido permiso para ocuparte de Bolliger —dijoHaskell.
—Sihubierahabladocontigo,podríahabersecorridolavoz…—¿Creesquedejaríaqueesopasara?Kazlevantóloshombros.—EstelugarescomotodosenKetterdam.Tienegoteras.Inejpodríahaberjuradoquemiródirectamentealarejilladeventilaciónmientras
lodecía.—Nomegusta,chico.GranBolligereramisoldado,noeltuyo.—Porsupuesto—dijoKaz,peroambossabíanqueeramentira.LosDespojosde
Haskelleranguardiasviejos,estafadoresybandidosdeotraépoca.Bolligerformabaparte de la gente de Kaz; sangre nueva, joven y temerario. Quizá demasiadotemerario.
—Ereslisto,Brekker,perotienesqueaprenderatenerpaciencia.—Sí,señor.Elancianoladróunarisotada.—Si,señor.No,señor—seburló—.Séqueestástramandoalgocuandotepones
educado.¿Quétienesentremanos?
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—Untrabajo—respondióKaz—.Puedequetengaqueirmeuntiempo.—¿Muchodinero?—Mucho.—¿Muchoriesgo?—Esotambién.Perorecibirástuveinteporciento.—Nohagasningúnmovimiento importante sinmipermiso, ¿entendido?—Kaz
debiódeasentirconlacabeza,porquePerHaskellsereclinóensusillónytomóunsorbodecerveza—.¿Vamosasermuyricos?
—RicoscomolosSantosconcoronasdeoro.Elhombreresopló.—Mientrasnotengaquevivircomouno.—HablaréconPim—dijoKaz—.Puedeencargarsedelascosasmientrasnoesté.Inejfruncióelceño.¿AdondeseibaKaz?Nolehabíamencionadoningúngran
trabajo.¿YporquéPim?Elpensamientolaavergonzabaunpoco.Casipodíaoírlavozdesupadre:¿TanansiosaestásdeserlaReinadelosLadrones,Inej?Unacosaerahacersutrabajoyhacerlobien,yotramuydistintaquerer teneréxitoenél.NoqueríaunlugarpermanenteconlosDespojos.QueríapagarsusdeudasymarcharsedeKetterdampara siempre, así que ¿por qué le importaba queKaz eligiera a Pimparadirigir labandaensuausencia?PorqueyosoymáslistaquePim.PorqueKazconfíamásenmí.Peroalomejornoconfiabaenquesugentesiguieraaunachicacomoella,asolodosañosdesusalidadelosburdeles,sinhabercumplidotodavíalosdiecisiete.Llevabalasmangaslargasylavainadesucuchilloescondíalamayorparte de la cicatriz del interior de su antebrazo izquierdo, donde había estado eltatuajedelaReserva,perotodossabíanqueestabaahí.
KazsaliódelahabitacióndeHaskelleInejsaliódedondeestabaparaesperarlomientrassubíalasescalerascojeando.
—¿Rojakke?—preguntó mientras pasaba junto a ella y comenzaba a subir elsegundotramo.
—Sehaido—respondióella,siguiéndolo.—¿Tediomuchaguerra?—Nadaquenopudieramanejar.—Noesloquepedí.—Estabaenfadado.Talvezvuelvaenbuscadeproblemas.—De eso nunca nos falta —dijo Kaz mientras llegaban al piso superior. Las
habitacionesdeláticosehabíanconvertidoensudespachoysuhabitación.Inejsabíaque tantos tramos de escaleras eran brutales para su pierna mala, pero a Kaz leparecíagustartenertodoelpisoparaélsolo—.Cierralapuerta—ledijotrasentrareneldespacho,sinmiraratrás.
Lahabitaciónestabaocupadasobretodoporunescritorioimprovisado;unaviejapuertadealmacénsobreunascajasdefrutasapiladas,repletadepapeles.Algunosdelosjefeshabíanempezadoautilizarmáquinasdecuentas,unascosasruidosasllenas
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de rígidos botones de latón y rollos de papel, peroKaz hacía las cuentas delClubCuervomentalmente.Teníacuadernos,perosoloporelancianoyparateneralgoqueseñalar cuando acusaba a alguien de hacer trampas o cuando buscaba nuevosinversores.
EseeraunodelosgrandescambiosqueKazhabíallevadoalabanda.Habíadadoa los tenderos corrientes y los hombres de negocios dignos de confianza laoportunidad de comprar acciones delClubCuervo.Al principio fueron escépticos,estabansegurosdequeeraalgunaclasedeestafa,peroélloshabíaconvencidoconpequeños intereses y había logrado reunir capital suficiente para comprar el viejoedificio ruinoso, arreglarlo y ponerlo enmarcha.Había sido un gran negocio paraesos primeros inversores, o eso se decía. Inej nunca podía estar segura de quéhistoriassobreKazeranciertasycuáleseranrumoresquehabíaextendidoparaservirasuspropósitos.Porloquesabía,podríahaberrobadolosahorrosdetodaunavidadeunhonestocomercianteparahacerprosperarelClubCuervo.
—Tengo un trabajo para ti —dijo Kaz mientras repasaba las cifras del díaanterior. Cada página se clavaba en su memoria con apenas una mirada—. ¿Quédiríasdecuatromillonesdekruge?
—Tantodineroesmásunamaldiciónqueunregalo.—Mi pequeña idealista suli. ¿Tan solo necesitas la barriga llena y un camino
abierto?—preguntóconvozburlona.—Yuncorazóntranquilo,Kaz.Esaeralapartedifícil.Kazserioconganasmientrasatravesabalapuertahastasu
pequeñahabitación.—Notengoesperanzasdeconseguireso.Prefieroeldinero.¿Loquieresono?—Túnosueleshacerregalos.¿Quétrabajoes?—Untrabajoimposible,unamuertecasisegurayposibilidadescasiinexistentes
desalirilesos,perosilologramos…Hizo una pausa con los dedos sobre los botones de su chaleco, con expresión
distanteycasisoñadora.Erararooírtantaemociónensuvozáspera.—¿Silologramos…?—preguntóella.Kazlesonrió,unasonrisarepentinaydiscordantecomountrueno,ysusojoseran
casidelnegrodelcaféamargo.—Seremosreyes,Inej.Reyes.—Hum—dijo ella sin comprometerse a nada, fingiendo examinar uno de sus
cuchillos y decidida a ignorar esa sonrisa. Kaz no era un chico atolondrado queestuviera sonriendoyhaciendoplanesde futuro con ella.Eraun jugador peligrosoque siempre lo tenía todo pensado. Siempre, se recordó con firmeza.Mantuvo losojoslejosehizounapilaconunmontóndepapelessobreelescritoriomientrasKazsequitabaelchalecoylacamisa.Nosabíasisesentíahalagadaoinsultadaporquenoparecieraimportarlesupresencia—.¿Cuántotiempoestaremosfuera?
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Seatrevióamirarloatravésdelapuertaabierta.Estaballenodemúsculostensosycicatrices,perosolo teníados tatuajes:elcuervoy lacopade losDespojosenelantebrazoy, sobre él, unaRnegra en el bíceps.Nunca le había preguntado lo quesignificaba.
EransusmanosloqueatrajolaatencióndeInejmientrasélsequitabalosguantesdecueroymojabaunpañoenellavabo.Solamenteselosquitabaallíy,porloqueellasabía,solodelantedeella.Cualquieraquefueralaafecciónqueescondía,Inejnoveíaseñalesdeella,solounosdedosesbeltoscomoganzúasyunabrillantecicatrizdealgunapeleacallejeradehacíamuchotiempo.
—Unas semanas, quizás un mes —respondió él mientras se pasaba el pañohúmedoporlosbrazosyelpecho,conelaguagoteandoporsutorso.
Por todos los Santos, pensó Inej mientras sus mejillas se calentaban. Habíaperdido casi toda la vergüenza durante su tiempo en la Reserva, pero tenía suslímites.¿QuédiríaKazsiellasedesnudaradeprontoycomenzaraalavarsedelantede él? Probablemente me diría que no mojara el escritorio, pensó con el ceñofruncido.
—¿Unmes?—dijo—. ¿Estás segurode quedeberíasmarcharte con losPuntasNegrastanalterados?
—Apostaríaaquesí.Yhablandodeeso,llamaaJesperyaMuzzen.Losquieroaquíalamanecer.YnecesitaréaWylanenelClubCuervomañanaporlanoche.
—¿Wylan?Siesparauntrabajoimportante…—Hazlo.Inejcruzólosbrazos.Enuninstantehizoqueseruborizaseyalsiguientequele
entraranganasdecometerunasesinato.—¿Vasaexplicarmealgodeesto?—Cuandoestemostodos.—Sepusounacamisalimpiaydespuésdudómientras
se abotonaba el cuello—. Esto no es un encargo, Inej. Es un trabajo que puedesaceptarorechazarsegúnteparezca.
Unacampanadealarmasonódentrodeella.Seexponíaalpeligrocadadíaenlascalles del Barril. Había matado para los Despojos, robado, derribado a hombresbuenos ymalos, y Kaz nunca había sugerido que ninguno de los encargos fueranmenosqueunaordenqueobedecer.EseeraelprecioqueellahabíaaceptadocuandoPerHaskell comprósucontratoy la liberóde laReserva.Entonces, ¿qué teníaesetrabajodediferente?
Kaz terminó con los botones, se puso un chaleco color carbón y le tiró algo.Destellóenelaire,yellaloatrapóconunamano.Cuandoabrióelpuñoviounalfilerdecorbataconunenormerubírodeadodehojasdoradasdelaurel.
—Véndelo—dijoKaz.—¿Dequiénes?—Ahoraesnuestro.—¿Dequiénera?
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Kazpermanecióensilencio.Tomósuabrigoyutilizóuncepilloparalimpiarleelbarroseco.
—Dealguienquedeberíahaberlopensadomejorantesdehacerquemeatacaran.—¿Tehanatacado?—Yamehasoído.—¿Alguientehapilladoporsorpresa?Éllamiróyasintióunavezconlacabeza.Laintranquilidadlarecorriócomouna
serpienteyseretorcióenunnudoansiosoysusurrante.NadieseenfrentabaaKaz.EralomásduroyterroríficoquerecorríaloscallejonesdelBarril.Elladependíadeeso,yéltambién.
—Novolverá a pasar—prometióKaz. Se puso unos guantes limpios, tomó subastónyfuehacialapuerta—.Volveréenunaspocashoras.LlevaelDeKappelquerobamosdelacasadeVanEckalacámara.Creoqueestáenrolladobajomicama.Ah,yhazunpedidodeunsombreronuevo.
—Porfavor.Kaz soltó un suspiro mientras se preparaba para los tres dolorosos tramos de
escaleras.Miróporencimadelhombroydijo:—Por favor, mi querida Inej, tesoro de mi corazón, ¿me harías el honor de
adquirirunnuevosombrero?Inejledirigióunasignificativamiradaasubastón.—Quetengasunlargoviajehastaabajo—replicó,ydespuéssaltóalabarandilla
ysedeslizódeuntramoalsiguiente,resbaladizacomolamantequillaenunasartén.
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azsiguióelStaveOrientalhaciaelpuerto,a travésdeldistritodeapuestasdelBarril. La infamemaraña de calles estrechas y canalesmenores conocida como elBarril estaba delimitada por dos canales grandes, el Stave Oriental y el StaveOccidental, cada uno con una clientela particular. Los edificios del Barril erandiferentesdecualquierotrositiodeKetterdam,másgrandesyanchos,pintadostodosde colores estridentes, clamando por la atención de los transeúntes: el Cofre delTesoro,elNudoDorado,laBarcazadeWeddell.Losmejoressalonesdeapuestasseencontrabanmásalnorte, enel excelente inmuebledelTapón, la seccióndelcanalmáscercanaalospuertos,situadafavorablementeparaatraerturistasymarineros.
Pero no el Club Cuervo, musitó Kaz mientras levantaba la mirada hasta lafachada negra y carmesí. Le había costado mucho atraer a los turistas y a losmercaderesconsedderiesgotanalsurparaelentretenimiento.Ahoraseacercabanlas cuatro campanadas y seguía habiendo una gran multitud fuera del club. Kazobservólamareadegentequefluíamásalládelascolumnasnegrasdelpórtico,bajoelojovigilantedeloxidadocuervodeplataqueextendía susalas sobre la entrada.Benditos pichones, pensó. Bendita gente buena y generosa lista para vaciar lascarterasenlasarcasdelosDespojosydecirquehanpasadounbuenrato.
Veía charlatanes delante gritando a los clientes potenciales, ofreciendo bebidasgratis, tazasdecafécalienteyelmejortratodetodoKetterdam.Lossaludóconunasentimientodecabezaysiguióavanzandohaciaelnorte.
Solo un antro de juego más del Stave le importaba: el Palacio Esmeralda, elorgullo y alegría de Pekka Rollins. El edificio era de un feo verde, adornado conárbolesartificialescargadosdemonedasdeoroyplatafalsos.Todoellugarerauna
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especiedetributoalaascendenciakaélicadeRollinsysubanda,losLeonesMoneda.InclusolaschicasquetrabajabanenlosmostradoresymesasibancubiertasdesedaverderelucienteyteníanelpeloteñidodeunrojooscuroyantinaturalparaimitarelaspectodelaschicasdelaIslaErrante.MientrasKazpasabajuntoalPalacio,levantóla mirada hasta las falsas monedas de oro, dejando que la furia lo invadiera. Lanecesitaríaesanochecomorecordatoriodeloquehabíaperdido,deloquepretendíaganar.Lanecesitabaparaprepararsedecaraasuimprudenteaventura.
—Ladrillo a ladrillo—murmuró para sí mismo. Eran las únicas palabras quemanteníansufuriaaraya,queleimpedíanatravesarlasestridentespuertasdoradasyverdesdelPalacio, exigir una audienciaprivada conRollinsy cortarle lagarganta.Ladrillo a ladrillo. Era la promesa que le permitía dormir por las noches, quemantenía a raya el fantasma de Jordie. Porque una muerte rápida era demasiadobuenaparaPekkaRollins.
KazobservóelflujodeclientesqueentrabanysalíandelaspuertasdelPalacioycaptódeunvistazoasupropiagente,hombresymujeresquehabíacontratadoparallevar a los clientes de Pekka al sur con la perspectiva de mejor trato, mayoresgananciasychicasmásguapas.
—¿Dedóndevienestanrojo?—ledijounoaotro,hablandomuchomásaltodelonecesario.
—AcabodevolverdelClubCuervo.Ganécienkrugeensolodoshoras.—¡Nomedigas!—¡Puessí!AcabodevenirporelStaveaporunacervezayparaencontrarmecon
unamigo.¿Porquénoteunesanosotrosyvamostodosjuntos?—¡ElClubCuervo!¿Quiénlohubierapensado?—Venga,teinvitoauntrago.¡Osinvitaréatodos!Ysealejaronjuntosriendo,dejandoalosclientesasualrededorpreguntándosesi
talveznodeberíanbajarunospuentesporelcanalyversilasuerteeramásfavorableallí.LaservidoradeKaz,laavaricia,losatraíaalsurcomounflautistatocandounamelodía.
Se aseguraba de ir rotando a su gente, cambiando las caras para que loscharlatanesylosporterosdePekkanuncaseenteraran,yclienteaclientelequitabaelnegocioalPalacio.EraunadelasinfinitaspequeñasformasquehabíaencontradoparahacersefuerteacostadePekka:interceptarsuscargamentosdejurda,cobrarletarifasporaccederalQuintoPuerto,bajarlosalquileresparaquesuspropiedadesnotuvieranarrendatarios,y lenta,muy lentamente tirarde loshilosquecomponíansuvida.
Apesarde lasmentirasquehabíaextendidoyde loquelehabíaaseguradoesanocheaGeels,Kaznoerauncabrón.NisiquieraeradeKetterdam.TeníanueveañosyJordietrececuandollegaronalaciudad,conunchequedelaventadelagranjadesupadrecosidoprudentementeenelbolsillointernodelviejoabrigodeJordie.Kazpodíaversecomoeraentonces,caminandoporelStaveconojosaturdidosysumano
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en lade Jordieparaquenose lo llevara lamultitud.Odiaba loschicosquehabíansido,dospichonesestúpidosesperandoquelosdesplumaran.Peroesoschicoshabíandesaparecidohacíamucho,yloúnicoquequedabayaeracastigaraPekkaRollins.
UndíaRollinsseacercaríaaKazderodillas,rogándoleayuda.SilograbahaceresetrabajoparaVanEck,esedíallegaríamuchoantesdeloquejamáspodríahaberesperado.Ladrilloaladrillo,voyadestruirte.
Pero si Kaz quería tener alguna esperanza de entrar en la Corte de Hielo,necesitabaalagenteadecuada,yelasuntodelapróximahoralodejaríaunpasomáscercadeganardospiezasvitalesdelpuzle.
Giróporuncaminoquebordeabaunodeloscanalesmáspequeños.Alosturistasymercaderes lesgustabaquedarseensitiosmás iluminados,por loqueel tráficoapieallíeramásescasoypodíairmásrápido.ProntolaslucesylamúsicadeStaveOccidental quedaron a la vista; el canal estaba inundadode hombres ymujeres detodaclaseypaísbuscandodistracción.
Lamúsicasalíaflotandodelossalonesconlaspuertasabiertas,yloshombresymujeres se arrellanaban en los sofás con pocomás que trozos de seda y baratijasllamativas.Losacróbatascolgabandeunascuerdassobreelcanal,consuscuerposflexibles cubiertos por nada salvo purpurina, mientras que los artistas callejeroshacían sus trucos esperando ganar una moneda o dos de los transeúntes. Losvendedoresambulantesgritabana laselegantesgondelsprivadasde losmercaderesricosdelcanalyalosbarcosmásgrandesquellevabanturistasymarinerosatierradesdeelTapón.
Muchos turistas jamás entraban en los burdeles del StaveOccidental. Tan soloacudían a observar lamultitud, que era un espectáculo en símismo.Mucha genteelegíavisitar esapartedelBarril disfrazada, convelos,máscaraso capas, sinnadavisible salvo el brillo de sus ojos. Compraban los disfraces en una de las tiendasespecializadas de los canales principales y a veces desaparecían de la vista de suscompañeros durante un día o una semana, según lo que duraran sus ahorros. SevestíancomoelSeñorCarmesíolaNoviaPerdida,ollevabanlamáscaragrotescadeojossaltonesdelDemente;todospersonajesdelaKomedieBrute.YdespuésestabanlosChacales,ungrupodehombresychicosalborotadoresquetonteabanporelBarrilconlasmáscaraslacadasrojasdelosadivinossuli.
KazrecordabacuandoInejhabíavistoporprimeravezlasmáscarasdechacalenunescaparate.Nohabíapodidocontenersudesdén.
—Losverdaderosadivinossulisonmuypocofrecuentes.Sonhombresymujeressantos.Estasmáscarasquevendencomoobjetosdefiestasonsímbolossagrados.
—He visto adivinos suli gastar sus ganancias en caravanas y barcos de placer,Inej.Noparecíanmuysantos.
—Sonunfraude.Seconviertenenpayasosparatiytuclase.—¿Miclase?Kazsehabíareído,yellaagitólamanocondesprecio.
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—Shevrati—dijo—.Nosabennada.Seríendetibajoesasmáscaras.—Demíno,Inej.Yonuncadaríaunabuenamonedaparaquealguienmedijerael
futuro,fraudeosanto.—Eldestinotieneplanesparatodosnosotros,Kaz.—¿Fueeldestinoloqueteapartódetufamiliaytemetióenunacasadelplacer
deKetterdam?¿Otansolounasuertemuymala?—Noestoyseguratodavía—replicóconfrialdad.Enmomentoscomoese,Kazpensabaqueellatalvezloodiara.Seabriópasoentrelamultitud,unasombraenuncaosdecolor.Cadaunadelas
casasdeplacerprincipalesteníaunaespecialidad,algunasmásobviasqueotras.PasójuntoalIrisAzul,elGatoPatizambo,loshombresoscurosconelceñofruncidoenlasventanasdelaForja,laObscura,elSauceCambiante,lasrubiasdeojosdecorderodela Casa de la Nieve, y por supuesto la Reserva, también conocida como la CasaExótica,dondehabíanobligadoaInejaponersesedassulifalsas.VioaTanteHeleencon sus plumas de pavo real y su famosa gargantilla de diamantes en la doradarecepción. Ella dirigía la Reserva, buscaba a las chicas y se aseguraba de que secomportaran.CuandovioaKazsuslabiosseapretaronenunalíneaamarga.Levantóla copa, pero el gesto eramás una amenaza que un saludo. Él la ignoró y siguióavanzando.
LaCasadelaRosaBlancaeraunodelosestablecimientosmáslujososdelStaveOccidental.Teníasupropiopuerto,ysurelucientefachadadepiedrablancahacíaquepareciera más la mansión de un mercader que una casa del placer. Sus balconessiempreestaban repletosde rosasblancas, cuyoaroma flotabadensoydulce sobreesapartedelcanal.
El vestíbulo estaba aún más lleno de perfume. Había enormes jarrones dealabastro repletos de más rosas blancas, y unos hombres y mujeres (algunos conmáscarasovelos,yotrosconlascarasdesnudas)esperabansobresofáscolormarfil,dandosorbosaunvinocasiincoloroymordisqueandopastelitosdevainillacubiertosdelicordealmendras.
El chico de la mesa llevaba un traje de terciopelo color crema, con una rosablanca en el ojal. Tenía el cabello blanco y los ojos incoloros. Salvo por los ojosparecía albino, pero Kaz sabía que cierta Grisha lo había modificado para queencajaraconladecoracióndelaCasa.
—SeñorBrekker—dijo—,Ninaestáconuncliente.Kazasintióconlacabezaybajóporunpasillodetrásdeunrosalenunamaceta,
resistiendolanecesidaddeenterrarlanarizenelcuellodesucamisa.AOnkleFélix,elchuloquedirigíalaRosaBlanca,legustabadecirquelaschicasdeesacasaerantandulcescomosusflores.Perolosclientesestabanengañados.Esaclaseparticularde rosablanca, laúnica lobastanteduracomopara sobrevivir alhúmedoclimadeKetterdam,noteníaningúnolornatural.Todaslasfloreseranperfumadasamano.
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Kaz recorrió con los dedos los paneles detrás de la maceta y presionó con elpulgarunnudoenlapared.Estaseabrió,yKazsubióporunaescaleraenespiralquesoloutilizabaelpersonal.
LahabitacióndeNinaseencontrabaeneltercerpiso.Lapuertadealladoestabaabierta y la habitación vacía, así que Kaz se coló dentro, apartó un bodegón ypresionó la cara contra la pared. Las mirillas eran una característica de todos losburdeles. Eran una forma de asegurarse de que los empleados fueran honestos yofrecíanunaenormeemociónacualquieraquedisfrutaraviendoaotrosobteniendoplacer.Kazhabíavistotantoshabitantesdelosbarriosbajosbuscandosatisfacciónenesquinas y callejones oscuros que no le veía ningún atractivo. Además, sabía quecualquiera que observara por esa mirilla en concreto esperando emoción quedaríamuydecepcionado.
Unpequeñohombrecalvoestabasentadoycompletamentevestidoanteunamesaredondacubiertaporunmantelcolormarfil,conlasmanospulcramenteunidasjuntoaunabandejadecafésintocar.NinaZenikseencontrabajuntoaél,conlakeftadesedarojaqueseñalabasuestatuscomoMortificadoraGrisha.Teníaunapalmasobrelafrentedelhombreylaotraensunuca.Eraalta,conlaconstitucióndelmascaróndeproadeunbarcotalladoporunamanogenerosa.Estabanensilencio,comosisehubierancongeladojuntoalamesa.Nisiquierahabíaunacamaenlahabitación,solounestrechodivándondeNinaseaovillabacadanoche.
CuandoKazlehabíapreguntadoporqué,ellasehabíalimitadoadecir:—Noquieroqueanadieseleocurranada.—Unhombrenonecesitaunacamaparaqueseleocurraalgo,Nina.Ellahabíabatidolaspestañas.—¿Qué sabrás tú sobre eso, Kaz? Quítate esos guantes y veremos qué se nos
ocurre.Kaz había mantenido los fríos ojos en ella hasta que bajó la mirada. No le
interesaba coquetear con Nina Zenik, y sabía que ella no estaba ni remotamenteinteresada en él. Simplemente le gustaba coquetear con cualquier cosa.Unavez lahabíavistoponiendoojitosaunpardezapatosquelegustabanenunescaparate.
Nina y el hombre calvo se quedaron sentados sin hablar mientras los minutospasabany,cuandoelrelojdiolahora,élselevantóylebesólamano.
—Vete—dijoellaentonosolemne—.Quedaenpaz.Ellevolvióabesarlamanoconlágrimasenlosojos.—Gracias.Encuantoelclientebajóporelpasillo,Kazsalióde lahabitacióny llamóa la
puertadeNina.Estalaabrióconcautela,sinquitarlacadena.—Ah—dijoalveraKaz—.Tú.No parecía particularmente contenta de verlo.No era de extrañar; rara vez era
buenoteneraKazBrekkerentupuerta.Quitólacadenayledejóentrarmientrasse
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quitaba la kefta roja, revelando un trozo de satén tan delgado que apenas contabacomoprenda.
—Por todos los Santos, odio esta cosa—dijo, dando una patada a la kefta ysacandouncamisónharapientodeuncajón.
—¿Quélepasa?—preguntóKaz.—Noestábienhecha.Ypica.Lakefta erade fabricaciónkerch, no ravkana:undisfraz, noununiforme.Kaz
sabía que Nina jamás lo llevaba en las calles; era demasiado arriesgado para unGrisha. Al formar parte de los Despojos cualquiera que actuara en su contra searriesgabaasufrirlavenganzadelabanda,peroesonoimportaríamuchoparaellasiacababaenunbarcodeesclavosdirigidoaquiénsabedónde.
Nina se sentó en una silla frente a la mesa y sacó los pies de las sandaliasenjoyadas,clavandolosdedosenlalujosaalfombrablanca.
—Aaaah—dijoconsatisfacción—.Muchomejor.—Semetióunodelospastelesdelserviciodecaféenlabocaymasculló—:¿Quéquieres,Kaz?
—Tienesmigasenelcanalillo.—Medaigual—replicóella,mordiendootropastelito—.Quéhambre.Kaznegóconlacabeza,divertidoe impresionadopor lorápidoqueNinahabía
dejadolafarsade lasabiasacerdotisaGrisha.Suverdaderavocaciónhabríasidoelescenario.
—¿EraVanAakster,elmercader?—preguntóKaz.—Sí.—Su mujer murió hace un mes y sus negocios han sido un desastre desde
entonces.Ahoraqueteestávisitando,¿podemosesperarunvuelco?Nina no necesitaba una cama porque se especializaba en las emociones.
Comerciaba con alegría, calma, confianza.Lamayoríade losCorporalkiGrisha secentraban en el cuerpo, en matar o sanar, pero Nina necesitaba un trabajo que lamantuvieraenKetterdamysinmeterseenproblemas.Asíqueenlugardearriesgarsuvidayganarmuchodinerocomomercenaria,ralentizabaloslatidos,tranquilizabala respiración, relajaba losmúsculos. Tenía un lucrativo negocio secundario comoConfeccionadora,ocupándosedelasarrugasyloscarrillosdeloskerchricos,perosuprincipal fuente de ingresos venía de alterar el humor.Las personas acudían a ellasintiéndosesolas,afligidas,tristessinrazónalguna;ysemarchabananimadasyconsu ansiedad aliviada. El efecto no duraba demasiado, pero a veces la ilusión erasuficienteparaque susclientes se sintierancapacesdeenfrentarseaotrodía.Ninadecíaqueteníaalgoqueverconlasglándulas,peroaKazledabaniguallosdetallessiemprequeaparecieracuando lanecesitaraypagaraaPerHaskellsuporcentajeatiempo.
—Creoqueverásuncambio—dijoNina.Seterminóelúltimopastelito,selamiólos dedos con deleite y después dejó la bandeja fuera de la puerta e hizo sonar la
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campanaparaqueacudieraunadoncella—.VanAaksterempezóavenirafinalesdelaúltimasemanayhavenidotodoslosdíasdesdeentonces.
—Excelente.—Kaztomónotamentalparacompraralgunasdelasaccionesalabajade la empresadeVanAakster.Aunque el cambiodehumordel hombre fueraresultado del trabajo de Nina, el negocio remontaría. Dudó y entonces dijo—: Lehaces sentirmejor, alivias sucongojay todoeso…pero¿podríasobligarloahaceralgo?¿Quizáshacerleolvidarasumujer?
—¿Alterarloscaminosdesumente?Noseasabsurdo.—Elcerebrosoloesunórganomás—replicóKaz,citandoaVanEck.—Sí, pero es increíblemente complejo.Controlar o alterar los pensamientos de
otrapersona…bueno,noescomoreducirelpulsooliberaralgunasustanciaquímicaparamejorarelhumordealguien.Haydemasiadasvariables.NingúnGrishaescapazdeeso.
Sí,corrigióKaz.—Entoncestrataslossíntomas,nolacausa.Ellaseencogiódehombros.—Estáevitandoeldolor,notratándolo.Siyosoysusolución,enrealidadnunca
superarálamuerte.—¿Entonces le dirás que no vuelva? ¿Le aconsejarás que busque una nueva
esposaydejedellamaratupuerta?Ellasepasóuncepilloporelpelocastañoclaroyleechóunvistazoatravésdel
espejo.—¿TieneplanesPerHaskelldeolvidarmideuda?—Ningunoenabsoluto.—PuesentoncesVanAakster seguirásufriendoasumanera.Tengootrocliente
dentrodemediahora,Kaz.¿Quéquieresdemí?—Tuclientepuedesesperar.¿Quésabesdelajurdaparem?Ninaseencogiódehombros.—Hayrumores,peroamímeparecentonteríassinsentido.A excepción del Consejo de Mareas, los pocos Grisha que trabajaban en
Ketterdamseconocíantodoseintercambiabaninformacióndeinmediato.Lamayoríahuía de algo, y no querían atraer la atención de los esclavistas o el interés delgobiernodeRavka.
—Nosonsolorumores.—¿Vendavalesvolando?¿Agitamareasconvirtiéndoseenniebla?—Hacedorestransformandoelplomoenoro.—Semetiólamanoenelbolsilloy
letiróeltrozoamarillo—.Esreal.—Los Hacedores fabrican tejidos. Juguetean con metales y telas. No pueden
convertir una cosa en otra.—Sostuvo el trozo bajo la luz—.Podrías haber sacadoestodecualquierparte—dijo,aligualquehabíahechoélencasadeVanEckunashorasantes.
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Sinserinvitado,Kazsesentóenellujosodiványestirólapiernamala.—Lajurdaparemes real,Nina,ysisiguessiendo labuenasoldadoGrishaque
creoqueeres,querrásoírloquelehacealagentecomotú.Ellamovióeltrozodeoroentresusmanosydespuésseajustómáselcamisóny
se enroscó al extremo del diván. Una vez más, Kaz se maravilló ante latransformación.En esas habitaciones interpretaba el papel que sus clientes queríanver: la poderosa Grisha, serena en su conocimiento. Pero ahí sentada con el ceñofruncido y los pies bajo su cuerpo parecía lo que era en realidad: una chica dediecisiete años criada entre la seguridad y el lujo del PequeñoPalacio, lejos de suhogaryapenassobreviviendoaldíaadía.
—Cuéntame—ledijo.Kazhabló.SecallólosdetallessobrelapropuestadeVanEck,perolehablóde
Bo Yul-Bayur, la jurda parem y las propiedades adictivas de la droga, poniendoespecialénfasisenelroborecientedelosdocumentosmilitaresravkanos.
—Sitodoesoescierto,entonceshayqueeliminaraBoYul-Bayur.—Esenoeseltrabajo,Nina.—Eldineronoesloimportanteaquí,Kaz.Eldinerosiempreeraloimportante.PeroKazsabíaquenecesitabaunaclasede
presióndiferente:Ninaamabasupaísyamabaasugente.Todavíacreíaenelfuturode Ravka y en el Segundo Ejército, la élite militar Grisha que casi se habíadesintegradodurantelaguerracivil.LosamigosdeNinaenRavkacreíanqueestabamuerta, víctima de los cazadores de brujas fjerdanos, y por el momento queríapermanecerasí.PeroKazsabíaqueesperabaregresaralgúndía.
—Nina, vamos a rescatar a Bo Yul-Bayur, y necesito a un Corporalnik parahacerlo.Tequieroenmigrupo.
—Dondequiera que se esconda, cuando lo encuentres, dejarlo vivir sería lairresponsabilidadmásintolerable.Mirespuestaesqueno.
—Noseestáescondiendo.LosfjerdanoslotienenenlaCortedeHielo.Ninahizounapausa.—Entoncesescomosiestuvieramuerto.—El ConsejoMercante no piensa así. No se meterían en tantos problemas ni
ofrecerían esta clase de recompensa si pensaran que lo han neutralizado.Van Eckestabapreocupado,lonoté.
—¿Elmercaderconelquehablaste?—Sí.Afirmaquesuinformaciónesveraz.Sinoloes,bueno,malasuerte.Perosi
BoYul-Bayurestávivo,alguienvaatratardesacarlodelaCortedeHielo.¿Porquénonosotros?
—LaCortedeHielo—repitióNina,yKazsupoquehabíacomenzadoaunirlaspiezas—.NonecesitassolounCorporalnik,¿verdad?
—No.NecesitoaalguienqueconozcalaCortepordentroyporfuera.
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Ella se puso en pie y comenzó a pasearse con las manos en las caderas y elcamisónondeando.
—Eresunimbécil,¿sabes?¿CuántasvecesheacudidoatirogándotequeayudesaMatthias?Yahoraquetúquieresalgo…
—PerHaskellnotieneunaorganizaciónbenéfica.—Noculpesalviejo—leespetóella—.Sihubierasqueridoayudarme,sabesque
podríashaberlohecho.—¿Yporquélohabríahecho?Ellasegiróhaciaél.—Porque…porque…—¿Cuándo he hecho algo a cambio de nada, Nina?—Ella abrió la boca y la
volvióacerrar—.¿Sabescuántosfavoreshabríatenidoquepedir?¿Cuántossobornoshabría tenido que pagar para sacar aMatthias Helvar de la prisión? El precio erademasiadoalto.
—¿Yahora?—logródecirella,todavíaconlosojosfuriosos.—AhoralalibertaddeHelvarvalealgo.—Va…Éllevantóunamanoparacallarla.—Valealgoparamí.Ninasepresionólassienesconlosdedos.—Inclusoaunquepudierassacarlo,Matthiasjamásaceptaríaayudarte.—Tansolotendríaqueconvencerlo,Nina.—Noloconoces.—Ah, ¿no? Es una persona como cualquier otra, movido por la avaricia, el
orgulloyeldolor.Deberíasentenderesomejorquenadie.—Helvar se mueve por el honor y solo por el honor. No puedes sobornar ni
manipulareso.—Puede que eso fuera cierto una vez, Nina, pero ha sido un año muy largo.
Helvarhacambiadomucho.—¿Lohasvisto?LosojosverdesdeNinaestabanmuyabiertos,ansiosos.Ahíestá,pensóKaz,el
Barriltodavíanotehaarrancadolaesperanza.—Puessí.Ninatomóunalientoprofundoytembloroso.—Quierevenganza,Kaz.—Esoesloquequiere,noloquenecesita—replicóél—.Parainclinarlabalanza
hayqueconocerladiferencia.
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asensaciónenfermizaenelestómagodeNinanoteníanadaqueverconelbalanceodelbotederemos.Tratóderespirarhondo,deconcentrarseenlaslucesdelpuerto de Ketterdam desapareciendo tras ellos y en el chapoteo constante de losremosenelagua.JuntoaellaKazseajustólamáscaraylacapa,mientrasMuzzenremabaconunavelocidadagresivaeimplacable,acercándolosaTerrenjel,unadelaspequeñas islas periféricas de Kerch, más cerca de la Puerta del Infierno y deMatthias.
Había una bruma baja y húmeda sobre el agua. Transportaba el olor a brea ymaquinariadelosastillerosdeImperjumyalgomás:elhedordulzóndeloscuerposardiendodelaBarcazadelSegador,dondeKetterdamsedeshacíadelosmuertosquenopodíanpermitirseserenterradosenloscementeriosquehabíafueradelaciudad.Asqueroso,pensóNina,ajustándosemáslacapa.Porquéquerríanadievivirenunaciudadcomoesaeraalgoquenocomprendía.
Muzzentarareabaalegrementemientrasremaba.Ninasololoconocíadepasada;eraporteroysicario,comoeldesafortunadoGranBolliger.LaGrishahabíaevitadoelListónyelClubCuervotantocomohabíapodido.Kazlahabíatachadodeesnobporeso, pero a ella no le importaba gran cosa lo que Kaz Brekker opinara sobre susgustos.MirólosenormeshombrosdeMuzzen.SepreguntósiKazlohabríallevadopararemaroporqueesperabaproblemasesanoche.
Por supuestoquehabráproblemas. Iban a asaltar unaprisión, así queno seríaningunafiesta.Entonces,¿porquéestamosvestidosparauna?
HabíaquedadoconKazyMuzzenenelQuintoPuertoamedianoche,ycuandoembarcóenelpequeñobotederemos,Kazlediounacapadesedaazulyunveloa
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juego,elatuendodelaNoviaPerdida,unodelosdisfracesquelesgustabautilizaralosbuscadoresdeplacercuandoprobabanlosexcesosdelBarril.ÉlllevabaunagrancapanaranjaconunamáscaradelDementesobrelacabeza,aligualqueMuzzen.Loúnicoquenecesitabaneraunescenarioypodrían interpretarunadeesas escenillasoscuras y salvajes de la Komedie Brute que a los kerch les resultaban tandesternillantes.
Kazlediouncodazo.—Bájateelvelo.Sebajósupropiamáscara.Lalarganarizylosojossaltonesparecíaneldoblede
monstruososenlabruma.Nina estaba a punto de rendirse y preguntar por qué necesitaban los disfraces
cuandosediocuentadequenoseencontrabansolos.Atravésdelanieblacambiante,vio otros botes que se movían por el agua transportando las formas de otrosDementes,otrasNovias,unSeñorEscarlata,unaReinaEscarabajo. ¿Aqué ibaesagentealaPuertadelInfierno?
Kazsehabíanegadoacontarlelosdetallesdesuplan,ycuandoellainsistióélselimitóadecirlequesubieraalbote.AsíeraKaz.SabíaquenoteníaquecontarlenadaporqueelatractivodelalibertaddeMatthiasyasehabíaantepuestoporcompletoasusentidocomún.Sehabíapasado lamayorpartedelaño tratandodeconvenceraKazdequesacaraaMatthiasdelacárcel.AhorapodíaofrecerleaMatthiasmásquelalibertad,peroelprecioseríamuchomásaltodeloqueesperaba.
Solo unas pocas luces eran visibles mientras se acercaban al banco rocoso deTerrenjel.Elrestoeraoscuridadyolasquerompían.
—¿Nopodríassobornaralcarceleroyya?—lemurmuróaKaz.—Nonecesitoquesepaquetienealgoquequiero.Cuandoelcascodelbotearañólaarena,doshombresseapresuraronameterlos
más en tierra.Los otros botes que había vistoNina estaban llegando a tierra en elmismo sitio, y más hombres gruñones los arrastraban hasta la orilla soltandomaldiciones.Susfaccionesestabanborrosasatravésdelagasadesuvelo,peroNinaviolostatuajesdesusantebrazos:ungatofieroenroscadoenunacorona;elsímbolodelosLeonesMoneda.
—Dinero—dijounodeellosmientrassalíandelbote.Kaz le entregó un fajo de kruge y, tras contarlos, el LeónMoneda les hizo un
gestoparaquesemarcharan.Siguieron una hilera de antorchas por un camino irregular hasta el lado de
sotaventodelaprisión.NinainclinólacabezahaciaatrásparamirarlasaltastorresnegrasdelafortalezaconocidacomoPuertadelInfierno,unoscuropuñodepiedraquesalíadelmar.Lohabíavistoantesdelejos,cuandohabíapagadoaunpescadorparaquelallevaraalaisla,peroalpedirlequeseacercaraélsehabíanegado.
—Lostiburonessonmalosallí—habíaasegurado—.Tienenelestómagollenodesangredeconvicto.
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Ninaseestremecióporelrecuerdo.Habíanabiertounapuerta,yotromiembrodelosLeonescondujoaNinayalos
demás adentro. Entraron a una cocina oscura y sorprendentemente limpia, con lasparedes llenas de enormes cubas que parecíanmás adecuadas para hacer la coladaque para cocinar. La habitación tenía un olor extraño, a vinagre y salvia.Comolacocinadeunmercader,pensóNina.Loskerchpensabanqueeltrabajoerasimilaralrezo.A lomejor lasmujeresde losmercaderes ibanallí para fregar los suelos, lasparedesy lasventanas,parahonraraGhezen,eldiosde la industriayelcomercio,coneljabón,elaguayelfrotedesusmanos.Ninareprimióunaarcada.Podíanfregartodoloquequisieran.Debajodeesearomasaludableestabaelhedorimborrabledelmoho,laorinayloscuerpossinlavar.Talvezhicierafaltaunverdaderomilagroparasacarlo.
Pasaronporunpasillodeentradafríoyhúmedo.Pensóquesedirigiríanhacialasceldas,peroensulugaratravesaronotrapuertayfueronaunapasareladepiedraaltaqueconectabalaprisiónprincipalconloqueparecíaotratorre.
—¿Adondevamos?—susurró,peroKaznorespondió.Elvientose incrementó,levantándoleelveloyazotandosusmejillasconespumasalada.
Mientras entraban en la segunda torre una figura salió de las sombras, yNinaapenasreprimióungrito.
—Inej—dijo conun aliento tembloroso.La chica suli llevaba los cuernosy latúnicadecuelloaltodelDiablilloGris,peroNinalareconociódetodosmodos.Nadiemássemovíaasí,comosielmundofuerahumoyellasololoestuvieraatravesando—.¿Cómohasllegadoaquí?—lesusurró.
—Vineantes,enunabarcazadesuministros.Ninaapretólosdientes.—¿LagenteentraysaledelaPuertadelInfiernopordiversión?—Una vez por semana, sí —dijo Inej, con sus pequeños cuernos de diablillo
subiendoybajandoconsucabeza.—¿Cómoqueuna…?—Silencio—gruñóKaz.—Nomemandescallar,Brekker—susurróNinaconfuria—.Siestanfácilentrar
enlaPuertadel…—Elproblemanoesentrar,sinosalir.Ahoracállateypermanecealerta.Ninasetragósufuria.TeníaqueconfiarenqueKazseencargaradetodo.Élse
habíaaseguradodequenolequedaraotraopción.Entraron por un estrecho pasadizo. Esa torre parecía distinta a la primera,más
vieja, y sus ásperas paredes de piedra estaban ennegrecidas por el humo de lasantorchas.ElguíadelosLeonesabrióunapesadapuertadehierroyleshizoungestoparaquelosiguieranmientrasbajabaunaescarpadaescalera.Allíeloloracuerposydesechoserapeor,atrapadoporlahumedadsudorosadelaguasalada.
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Bajaron en espiral hasta las entrañas de la roca.Nina se sujetó a la pared.Nohabíabarandillay,aunquenopodíaverelfondo,dudabaquelacaídafueraagradable.No fueronmuy lejos, pero cuando llegaron a su destino estaba temblando, con losmúsculos tensosmás por saber queMatthias se encontraba en alguna parte de eseterriblelugarqueporelesfuerzo.Estáaquí.Estábajoestetecho.
—¿Dóndeestamos?—susurrómientrasseagachabanporunosestrechostúnelesdepiedra,pasandojuntoaunascuevasoscurasllenasdebarrotesdehierro.
—Estaes laviejaprisión—explicóKaz—.Cuandoconstruyeronlanuevatorredejaronestaenpie.
Ninaoyógemidosenunadelasceldas.—¿Todavíatienenprisionerosaquí?—Soloalospeores.Miróentrelosbarrotesdeunaceldavacía.Habíagrilletesenlapared,oscurospor
elóxidoyloquetalvezfuerasangre.AtravésdelasparedesunsonidollegóalosoídosdeNina,ungolpeteorítmico.
Al principio pensó que era el océano, pero entonces se dio cuenta de que era uncántico. Emergieron a un túnel en curva.A su derecha habíamás celdas antiguas,perolaluzsederramabaeneltúneldesdelosarcostambaleantesdelaizquierda,yatravésdeellosvioaunamultitudagitadaquebramaba.
ElLeónMonedaloscondujoporel túnelhastael tercerarco,dondeunguardiavestidoconununiformeazulygrisseencontrabaconunriflesobrelaespalda.
—Cuatromásparati—legritóporencimadelruido.DespuéssegiróhaciaKaz—.Sitenéisquemarcharos,elguardiallamaráaunacompañante.Nadiesepaseaporahísinguía,¿comprendido?
—Por supuesto, por supuesto, ni en sueños—aseguróKaz desde debajo de suridículamáscara.
—Disfrutad—dijoelLeónconunafeasonrisa.Elguardialeshizoungestoparaqueentraran.
Nina atravesó el arco y se sintió como si hubiera caído en alguna extrañapesadilla.Seencontrabanenunsalientedepiedra,sobreunanfiteatro toscoypocoprofundo.Habíanvaciado la torrepara crearuna arena.Soloquedaban lasparedesnegras de la vieja prisión; el tejado se había derrumbado hacía mucho o habíaquedadodestruido, y el cielo nocturno era visible arriba, llenode nubes y libre deestrellas.Era como estar en el tronco vacío de un árbol enorme, algomuerto hacemuchoyllenodeaullidosretumbantes.
A su alrededor había hombres y mujeres enmascarados y cubiertos con velos,apiñados en los salientes, golpeando con los pies mientras la acción tenía lugardebajo. Las paredes que rodeaban el foso de lucha brillaban con la luz de lasantorchas y la arena del suelo estaba roja y húmeda donde se había empapado desangre.
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Enfrente de la boca oscura de la cueva, un hombre flacucho y barbudo congrilletes estaba junto a una gran rueda de madera marcada con lo que parecíanpequeñosdibujosdeanimales.Estabaclaroquealgunavezhabíasidofuerte,perosupielcolgabaenplieguessueltosysusmúsculosestabancaídos.Unhombremásjovenseencontrabajuntoaélconunacaparaídahechadepieldeleónylacaraenmarcadapor lagranbocadel felino.Habíaunaestridentecoronadeoroentre lasorejasdelleón,cuyosojoshabíansidoreemplazadosporbrillantesmonedasdeplata.
—¡Giralarueda!—ordenó.Elprisionerolevantólasmanoscongrilletesydiounfuertegiroalarueda.Una
aguja roja fue señalando los dibujos mientras giraba, produciendo un alegretraqueteo, y después la rueda se detuvo con lentitud. Nina no podía distinguir elsímbolo, pero la multitud bramó y los hombros del hombre cayeron cuando unguardiaseadelantóparaquitarlelascadenas.
Elprisionerolastiróaunlado,alaarena,yunsegundodespuésNinalooyó:unrugidoquesobrepasabainclusolosaullidosdeemocióndelamultitud.Elhombredelacapadeleónyelguardiadelaprisiónsesubierondeprisaaunaescaleradecuerdaysalierondelfosohastalaseguridaddeunsalientemientraselprisionerotomabauncuchillodeaspectoendebledeunmontóndearmasensangrentadastiradassobrelaarena.Sealejódelabocadeltúneltantocomopudo.
Ninanuncahabíavistounacriaturacomolaquesalióarrastrándosedeltúnel.Eraalgunaclasedereptil,conelgruesocuerpocubiertodeescamasdeungrisverdoso,lacabezaanchayplanaylosojosamarillosconhendiduras.Semoviódeformalentaysinuosa, y su cuerpo bajo se deslizaba perezosamente sobre el suelo. Había unacorteza blanca alrededor de la ancha media luna de su boca, y cuando abrió lasmandíbulasparavolverarugiralgohúmedo,blancoyespumosocayódesusdientespuntiagudos.
—¿Quéesesacosa?—preguntóNina.—Rincamoten—dijo Inej—.Un lagartodel desierto.El venenode suboca es
letal.—Parecemuylento.—Sí.Esoesloqueparece.Elprisioneroselanzóhaciadelanteconsucuchillo.Elgranlagartosemoviócon
tanta rapidez que Nina apenas podía verlo. En un momento el prisionero estabaatacándolo,yal siguienteel lagarto seencontrabaalotro ladode la arena.Apenasunossegundosdespuéssucabezagolpeóalprisionero,clavándoloalsuelomientrasgritaba,yelvenenogoteósobresucaradejandomarcashumeantesdondetocabasupiel.
La criatura dejó caer su peso sobre el prisionero con un ruido enfermizo deaplastamientoycomenzóamordisquearsuhombroconlentitudmientraselhombrechillaba.
Lamultitudestabaabucheando.
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Ninadesviólosojos,incapazdemirar.—¿Quéesesto?—Bienvenida al Espectáculo del Infierno—dijoKaz—.A PekkaRollins se le
ocurriólaideahaceunosañosyselasugirióalmiembroadecuadodelConsejo.—¿ElConsejoMercantelosabe?—Puesclaroquelosabe,Nina.Gananmuchodineroaquí.Nina se clavó las uñas en las palmas. Ese tono condescendiente hacía que le
entraranganasdeabofetearaKaz.ConocíabienelnombredePekkaRollins.Erael reydelBarril,eldueñodeno
unosinodospalaciosde juego (uno lujoso,yelotrodedicadoamarineroscon losbolsillosmenos llenos) y varios de los burdeles demayor prestigio. CuandoNinallegóaKetterdamunañoatrás,estabasinamigos,sindineroylejosdecasa.Sehabíapasado la primera semana en los tribunales de Kerch, ocupándose de los cargoscontra Matthias. Pero cuando acabó de dar su testimonio, la dejaron sin másmiramientosenelPrimerPuertoconapenasdinerosuficienteparareservarunpasajedevueltaaRavka.Aunqueestabadesesperadapor regresara supaís, sabíaquenopodíadejarqueMatthiassepudrieraenlaPuertadelInfierno.
No tenía ni idea de qué hacer, pero parecía que los rumores sobre una nuevaCorporalnikGrishaenKetterdamyacirculabanporlaciudad.LoshombresdePekkaRollins la habían estado esperando en el puerto con la promesa de seguridad y unlugardondequedarse.LahabíanllevadoalPalacioEsmeralda,dondeelpropioPekkale había insistido para que se uniera a los LeonesMoneda y le había ofrecido untrabajo en la Dulcería. Había estado a punto de decir que sí, desesperada porconseguir dinero y aterraba de los tratantes de esclavos que patrullaban las calles.Peroaquellanoche,InejhabíaentradoporsuventanaenelpisosuperiordelPalacioEsmeraldaconunapropuestadeKazBrekkerenlamano.
NinajamáspudoaveriguarcómoInejhabíalogradoescalarseispisosdepiedraresbaladizaporlalluviaenmitaddelanoche,perolostérminosdelosDespojoseranmuchomás favorables que los ofrecidos por Pekka y los LeonesMoneda. Era uncontrato que podría pagar en un año o dos si era lista con el dinero.YKaz habíaenviado a la persona adecuada a defender su propuesta, una chica suli solo unosmesesmásjovenqueNinaquehabíacrecidoenRavkayhabíapasadounañomuyfeoenlaReserva.
—¿Qué puedes contarme de Per Haskell? —había preguntado Nina aquellanoche.
—Nomucho—habíaadmitidoInej—.NoesmejornipeorquelamayoríadelosjefesdelBarril.
—¿YKazBrekker?—Esmentiroso,un ladrón,yno tieneconciencia.Perocumplirácualquier trato
quehagasconél.Ninahabíaoídolaconviccióndesuvoz.
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—¿TeliberódelaReserva?—NohaylibertadenelBarril,solobuenostérminos.LaschicasdeTanteHeleen
nunca logran pagar sus contratos. Ella se asegura de que no lo hagan. Ella…—Entonces Inej se había detenido, y Nina había notado la furia vibrante que laatravesaba—.KazconvencióaPerHaskellparaquepagaramicontrato.Sino,habríamuertoenlaReserva.
—TalvezmuerasconlosDespojos.LosojososcurosdeInejhabíanrelucido.—Talvez.Peromorirédepieconuncuchilloenlamano.A la mañana siguiente, Inej había ayudado a Nina a escapar del Palacio
Esmeralda. Quedaron con Kaz Brekker y, a pesar de sus fríos modales y esosextrañosguantesdecuero,NinaaceptóunirsealosDespojosytrabajarparalaRosaBlanca.MenosdedosdíasdespuésunachicamurióenlaDulcería,estranguladaenlacamaporunclientevestidocomoelSeñorCarmesíalquenuncaencontraron.
Ninahabíaconfiadoen Inejynosehabíaarrepentido,aunqueenesemomentoestabafuriosacontodoelmundo.ObservóaungrupodeLeonesMonedapinchandoallagartodeldesiertoconlargaslanzas.Alparecerelmonstruoestabasaciadotrassucomidaypermitióquelocondujerandevueltaaltúnelarrastrandosugruesocuerpodeunladoaotroenunmovimientopausadoysinuoso.
Lamultitud siguió abucheandomientras los guardias entraban en la arena parasacar los restos del prisionero, con volutas de humo todavía saliendo de su carnedestrozada.
—¿Porquésequejan?—preguntóNinaenfadada—.¿Noesporestoporloquehanvenido?
—Queríanunapelea—dijoKaz—.Esperabanqueduraramás.—Estoesasqueroso.Kazseencogiódehombros.—Loúnicoasquerosoesqueyonolopensaraprimero.—Estoshombresnosonesclavos,Kaz.Sonprisioneros.—Sonasesinosyvioladores.—Yladronesyestafadores.Tugente.—Nina, querida, no los obligan a pelear. Se presentan voluntarios. Obtienen
mejor comida, celdas privadas, licor, jurda, encuentros con chicas del StaveOccidental.
Muzzenhizocrujirlosnudillos.—ParecemejorqueloquetenemosenelListón.Ninamiróalagentequegritabayvociferaba,laspersonasquecaminabanporlos
pasillos tomando nota de las apuestas. Puede que los prisioneros de la Puerta delInfierno hicieran cola para pelear, pero Pekka Rollins era quien ganaba dinero deverdad.
—Helvarno…Helvarnoluchaenlaarena,¿verdad?
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—Nohemosvenidoporelambiente—replicóKaz.Quéganasdeabofetearlo.—¿Eres consciente de que puedo mover los dedos y hacer que mojes los
pantalones?—Calma,Mortificadora.Megustan estos pantalones.Y si comienzas a trastear
conmisórganosvitales,MatthiasHelvarjamásvolveráaverlaluzdelsol.Nina soltó aire y se contentó con lanzar chispas por los ojos hacia nadie en
particular.—Nina…—murmuróInej.—Noempieces.—Saldrábien.DejaqueKazhagaloquemejorhace.—Eshorrible.—Peroefectivo.EnfadarseconKazporserdespiadadoescomoenfadarseconun
fogónporestarcaliente.Sabescómoes.Ninacruzólosbrazos.—Tambiénestoyenfadadacontigo.—¿Conmigo?¿Porqué?—Todavíanolosé.Peroloestoy.Inej le dio aNina un breve apretón en lamano y, tras unmomento, ella se lo
devolvió. Observó aturdida la siguiente lucha, y después la siguiente. Se dijo queestabapreparadaparaeso,paraverlootravez,paraverloeneselugarbrutal.Despuésdetodo,eraunaGrishayunasoldadodelSegundoEjército.Habíavistocosaspeores.
PerocuandoMatthiassalióde labocade lacueva,supoqueseequivocaba.Loreconoció de inmediato. Cada noche del último año se había quedado dormidapensando en su cara. No había confusión en las cejas doradas, en sus pómulosafilados.PeroKaznohabíamentido:Matthiashabíacambiadomucho.Elchicoquedevolvíalamiradaalamultitudconfuriaenlosojoseraunextraño.
Ninarecordabalaprimeravezquelohabíavistoenunbosquekaélicoiluminadoporlaluna.Subellezalehabíaparecidoinjusta.Enotravida,talvezhubieracreídoqueibaarescatarla,unrelucientesalvadordepelodoradoyojosdelazulpálidodelosglaciaresdelnorte.Perosabíalaverdadsobreélporelidiomaquehablabaylarepulsiónensucaracadavezquesusojosseclavabanenella.MatthiasHelvareraundrüskelle,unodeloscazadoresdebrujasfjerdanosconlatareadecazaralosGrishaparasometerlosajuicioyasuejecución,aunqueaellasiemprelehabíarecordadoaunSantoguerrero,iluminadodeoro.
Ahoraparecíaloqueeradeverdad:unasesino.Sutorsodesnudoparecíatalladoenaceroy,aunquesabíaquenoeraposible,parecíamásgrande,comosi lapropiaestructuradesucuerpohubieracambiado.Supielhabía sidodoradacomo lamiel,pero ahora era blanca como la tripa de un pescado bajo la suciedad. Y su pelo…habíatenidounpeloprecioso,espesoydorado,largocomolollevabanlossoldadosfjerdanos. Ahora, como a los otros prisioneros, le habían afeitado la cabeza,
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probablemente para evitar los piojos. Quienquiera que se hubiera encargado habíaperpetrado un desastre. Incluso desde la distancia, Nina podía ver los cortes yarañazosensucuerocabelludo,lospequeñosmechonesrubiosenloslugaresquelacuchillahabíafallado.Yaunasí,seguíasiendoguapo.
Fulminóa lamultitudcon lamiradaydioa la ruedaun fuertegiroquecasi laderribódesubase.
Tic, tic, tic, tic. Serpientes. Tigre.Oso. Jabalí. La rueda traqueteó alegremente,despuésseralentizóyalfinseparó.
—No—dijoNinaalveradóndeapuntabalaaguja.—Podría serpeor—señalóMuzzen—.Podríahabervuelto a caer enel lagarto
deldesierto.LaGrishaagarróelbrazodeKazatravésdesucapaysintióquesusmúsculosse
tensaban.—Tienesquedeteneresto.—Suéltame,Nina.Suvozásperacomo lagravaerabaja,pero lachicasintióunaamenaza realen
ella.Lesoltólamano.—Porfavor,noloentiendes.Él…—Si sobrevive, sacaré a Matthias Helvar de aquí esta noche, pero esta parte
dependedeél.Ninanegóconlacabeza,frustrada.—Noloentiendes.ElguardiaabriólosgrilletesdeMatthiasy,tanprontocomolascadenascayerona
laarena,saltóalaescaleradecuerdaconelpresentadorparaquelossubieranaunlugar seguro. La multitud gritó y golpeó el suelo con los pies. Pero Matthiaspermanecióensilencio,inmóvil,inclusocuandolapuertaseabrió,inclusocuandoloslobos salieron corriendo del túnel. Eran tres, gruñendo y lanzando dentelladas,empujándoseentreellosparallegarhastaél.
En el último segundoMatthias se agachó, tiró al primer lobo a la tierra de unpuñetazoydespuésgiróhacia laderechapara tomarel cuchilloensangrentadoquehabía dejado el anterior combatiente sobre la arena. Se puso en pie de un salto,sujetando la hoja frente a él, peroNina podía sentir su reticencia. Tenía la cabezainclinadaaunladoylaexpresióndesusojosazuleserasuplicante,comosiestuvieratratandodeentablarunanegociaciónsilenciosaconlosdoslobosquedabanvueltasasualrededor.Fueracualfueralasúplica,hicieronoídossordos.Ellobodeladerechasaltó.Matthiasseagachó,giróyclavóelcuchilloenlatripadellobo.Estesoltóunaullido horrible y Matthias pareció estremecerse ante el sonido. Le costó unossegundosmuypreciados.Eltercerlobocayósobreélyloderribósobrelaarena.Susdientessehundieronensuhombro,peroélgiró,llevandoconsigoalanimal.EllobocerrólasmandíbulasyMatthiaslasatrapó.Lasseparómientraslosmúsculosdesus
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brazos se tensaban, con expresión seria. Nina cerró los ojos con fuerza. Hubo unruidoenfermizoylamultitudrugió.
Matthiassearrodillósobreel lobo,quetenía lamandíbularotayyacíasobreelsuelo retorciéndose de dolor. Cogió una roca y la usó para golpear con fuerza elcráneodelpobreanimal.Sequedó inmóvily loshombrosdeMatthiascayeron.Lagenteaulló,dandopisotonesenelsuelo.SoloNinasabíaloquelecostabaaél,quehabía sido un drüskelle. Los lobos eran sagrados para los suyos, criados para labatallacomosusenormescaballos.Eranamigosycompañerosqueluchabanalladodesusamosdrüskelle.
El primer lobo se había recuperado y estaba caminando en círculos.Muévete,Matthias, pensóNina con desesperación. Él se puso en pie, pero susmovimientoseranlentosycansados.Sucorazónnoestabaenlabatalla.Susoponenteseranlobosgrises, delgaduchos y salvajes, pero eran primos de los lobos blancos del norte deFjerda.Matthiasnoteníacuchillo,sololarocaensangrentadaenlamano,yel loborestante recorría la arena entre él y la pila de armas. Bajó la cabeza ymostró losdientes.
Matthias saltó hacia la izquierda. El lobo se abalanzó hacia él y le clavó losdientes en el costado. El fjerdano gruñó y golpeó el suelo con fuerza. Por unmomento,Nina pensó que tal vez se rindiera y dejara que el lobo tomara su vida.Entoncesestiróelbrazoysumanorebuscóalgoenlaarena.Susdedossecerraronsobrelosgrilletesquehabíansujetadosusmuñecas.
Lostomó,rodeólagargantadelloboconlacadenaytiró,conlasvenasdelcuellohinchándoseporelesfuerzo.Sucaraensangrentadaestabacontraelcuellodellobo,con los ojos muy cerrados y los labios moviéndose. ¿Qué estaba diciendo? ¿Unaplegariadrüskelle?¿Unadespedida?
Laspatastraserasdelloboarañaronlatierra.Pusolosojosenblanco,brillantesyasustados contra supelaje apelmazado.Ungimoteo agudo se elevóde supecho, yentoncesterminó.Elcuerpodelacriaturasequedóquieto.Ambosluchadoresyacíaninmóviles en la arena. Matthias mantuvo los ojos cerrados, con la cara todavíaenterradaenelpelajedellobo.
Laaprobacióndelamultitudfuecomountrueno.Laescaleradecuerdabajóyelpresentadorsaltódeella,pusoaMatthiasenpieylesujetólamuñecaparalevantarsumanoenseñaldevictoria.LediounpequeñocodazoyMatthiaslevantólacabeza.Ninacontuvoelaliento.
Habíalágrimasentrelasuciedaddesurostro.Lafuriahabíadesaparecido,yeracomosiunallamasehubieraapagadoconella.SusojosdelmardelnorteeranmásfríosdeloquejamáshabíavistoNina,vacíosdesentimiento,despojadosdetodolohumano.EsoeraloquelehabíahecholaPuertadelInfierno.Ylaculpaeradeella.
Losguardias sujetaronaMatthiasotravez,quitaron losgrilletesde lagargantadel lobo y se los cerraron en las muñecas.Mientras lo conducían lejos de ahí, lamultitudcanturreócondesaprobación:
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—¡Más!¡Más!—¿Adóndelollevan?—preguntóNinaconvoztemblorosa.—Aunacelda,pararecuperarsedelapeleadurmiendo—dijoKaz.—¿Quiénseocuparádesusheridas?—Tienenmediks.Esperaremosparaasegurarnosdequeestésolo.Yopodría curarlo, pensó ella. Pero una vozmás oscura se alzó en su interior,
llenadeburla.Nisiquieratúpuedessertanestúpida,Nina.NingúnSanadorpuedecuraraesechico.Túteasegurastedeello.
Pensóqueibaasaltardesupropiapiel.Losdemásobservaronlasiguientepelea:Muzzen con avidez, flexionando los dedos y preguntándose por el resultado; Inejsilenciosa e inmóvil como una estatua; y Kaz inescrutable como siempre,maquinando detrás de esa horriblemáscara.Nina ralentizó su propia respiración ybajósupulsotratandodecalmarse,peronopudohacernadaparasilenciarelcaosensucabeza.
Alfin,Kazlediouncodazo.—¿Lista,Nina?Elguardiaprimero.Ellaechóunvistazoalguardiaquehabíajuntoalarco.—¿Cómodeduro?EraunafrasehechadelBarril.¿Cuántodañoquieresquelehaga?—Ojocerrado.Quepierdaelconocimiento,peronolehagasdañodeverdad.SiguieronaKazhastaelarcoporelquehabíanentrado.Elrestodelamultitudno
sefijódemasiadoenellos,conlosojosclavadosenlaluchadeabajo.—¿Necesitáisacompañante?—preguntóelguardiamientrasseacercaban.—Tengo una pregunta —dijo Kaz. Bajo la capa, Nina levantó las manos,
sintiendo el flujo de sangre en las venas del guardia, el tejido de sus pulmones—.Sobretumadreysilosrumoressonciertos.
Ninasintióqueelpulsodelhombreseincrementabaysuspiró.—Nuncaloponesfácil,¿verdad,Kaz?Elguardiadiounpasohaciadelante,levantandolapistola.—¿Quéhasdicho?Te…—Suspárpadosbajaron—.Túno…Ninalebajóelpulsoysederrumbóhaciadelante.MuzzenlosujetóantesdequepudieracaermientrasInejleponíalacapaqueKaz
lucíaapenasunosmomentosantes.Nina tan solo se sorprendióunpocoalverqueKazllevabadebajoeluniformedeunguardiadelaprisión.
—¿No podrías haberle pedido la hora o algo y ya está?—preguntó—. ¿Y dedóndehassacadoeseuniforme?
Inej le puso lamáscaradelDemente al guardiayMuzzen le pasó el brazoporencima,sosteniéndolocomosihubierabebidodemasiado.Lodejaronenunodelosbancosquehabíacontralaparedtrasera.
Kazsetiródelasmangasdeluniforme.
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—Nina,alagenteleencantadarautoridadaloshombresconropabonita.Tengouniformes de la stadwatch, la policía portuaria y el personal de cada mansiónmercantedelaGeldstraat.Vámonos.
Bajaronporelpasillo.Enlugardevolverpordondehabíanvenido,semovieronenelsentidocontrarioa
lasagujasdel relojpor lavieja torre,mientras laparedde laarenavibrabacon lasvocesylosgolpesdelospiesasuderecha.Losguardiasdecadaarcolesdedicaronpocomásqueunvistazo,aunquealgunosasintieronconlacabezaendirecciónaKaz,quemanteníaunritmorápidoylacaraenterradaenelcuello.
Nina estaba tan ensimismada en sus pensamientos que casi no vio que Kazextendía unamano para que bajaran la velocidad.Habían doblado una curva entredosarcosyseencontrabanbajounassombrasprofundas.Delantedeellosunmediksalíadeunaceldaacompañadopordosguardias,unodeellosconunalámpara.
—Dormirátodalanoche—dijoelmedik—.Aseguraosdequebebaalgopor lamañanaycomprobadsuspupilas.Hetenidoquedarleunsomníferopoderoso.
Mientras loshombres se alejabanendirecciónopuesta,Kazhizoungestoparaqueelgrupoavanzara.Lapuerta en la roca eradehierro sólido, rota soloporunaestrecha rendija por la que pasar las comidas del preso. Kaz se inclinó hacia lacerradura.
Ninamirólatoscapuertadehierro.—Estelugarespurabarbarie.—Lamayoríade losmejores luchadoresduermenen lavieja torre—respondió
Kaz—.Asíestánlejosdelrestodereclusos.Nina miró a izquierda y derecha, donde una luz brillante se derramaba de las
entradasalaarena.Habíaguardiasenesaspuertas, talvezdistraídos,perotansolohacíafaltaquegiraranlacabeza.Silosatrapabanahí,¿semolestaríanenentregarlosa lastadwatch paraun juicioo losmeterían en el fosoparaque se los comierauntigreyyaestá?Talvezalgomenosdigno,pensósombríamente.Unpuñadoderatasfuriosas.
Kaztardóunoslatidosrápidosenforzar lacerradura.Lapuertaseabrióconunchirridoyellosentraron.
Laceldaestabatotalmenteaoscuras.Pasóunbreveinstanteyelfríoresplandorverde de un hueso de luz cobró vida junto a ella. Inej sostenía en alto la pequeñaesfera de cristal. La sustancia de su interior estaba hecha de los cuerpos secos yaplastadosdelospecesluminososdelasprofundidadesmarinas.ErancomunesentrelosbandidosdelBarrilquenoqueríanquelosatraparanenuncallejónoscuroperotampocoqueríanmolestarseenllevarlámparas.
Al menos está limpia, pensó Nina mientras sus ojos se acostumbraban a lapenumbra.Vacíayfríacomoelhielo,peronosucia.Viouncatreconmantasydoscubos contra lapared,unode ellos conun trapoensangrentadoasomándosepor elborde.
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Era eso por lo que competían los hombres de la Puerta del Infierno: una celdaprivada,unamanta,agualimpiayuncuboparalosdesperdicios.
Matthiasdormíaconlaespaldacontralapared.Inclusobajoladébilluz,Ninavioque la cara se le estaba empezando a hinchar. Le habían puesto alguna clase deungüentosobrelasheridas;caléndula.Reconocíaelolor.Avanzóhaciaél,peroKazladetuvoconunamanoenelbrazo.
—QueInejcompruebelosdaños.—Puedo…—comenzóNina.—NecesitoquetrabajesconMuzzen.Inej le tiróaKazelbastónconempuñaduraen formadecabezadecuervoque
debíadehaberocultadobajosudisfrazdeDiablilloGrisysearrodillójuntoalcuerpodeMatthias con el hueso de luz.Muzzen avanzó. Se quitó la capa, la camisa y lamáscaradelDemente.Tenía la cabeza afeitaday llevabapantalonesdepresidiario.Nina miró a Matthias y después a Muzzen, comprendiendo lo que Kaz tenía enmente.Ambosjóvenesteníanmásomenoslamismaalturayconstitución,peroahíeradondeacababanlassimilitudes.
—NopuedespretenderqueMuzzenocupeellugardeMatthias.—No está aquí por su chispeante conversación —replicó Kaz—. Tienes que
reproducirlasheridasdeHelvar.Inej,¿quétenemos?—Nudillosamoratados,dientepartido,doscostillasrotas.Laterceraylacuarta
delaizquierda.—¿Suizquierdaolatuya?—preguntóKaz.—Lasuya.—Esto no va a funcionar —dijo Nina, frustrada—. Puedo imitar el daño del
cuerpodeHelvar,peronosoytanbuenaConfeccionadoracomoparaqueMuzzenseparezcaaél.
—Confíaenmí,Nina.—Noconfiaríaentiniparaquemeatarasloszapatossiquisierasloscordones,
Kaz.—EchóunvistazoalacaradeMuzzen—.Aunquelohinche,novaacolar.—Estanoche,MatthiasHelvar,omásbiennuestroqueridoMuzzen,vaaparecer
quecontraelavirueladefuego,lacepalupina,quetransmitenloslobosylosperros.Mañanaporlamañana,cuandolosguardiaslodescubrantancubiertodepústulasqueseairreconocible,lodejaránunmesencuarentenaparaversisobrevivealafiebreyparaevitarelcontagio.Mientrastanto,Matthiasestaráconnosotros.¿Lopillas?
—¿QuieresquehagaqueparezcaqueMuzzentienevirueladefuego?—Sí,yhazlodeprisa,Nina,porqueenunosdiezminutoslascosassevanaponer
frenéticasporaquí.Ellalomirófijamente.¿Quéestabaplaneando?—Da igual lo que le haga, no durará unmes.No puedo provocarle una fiebre
permanente.
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—Micontactoenlaenfermeríaseasegurarádequecreanquesigueenfermo.Tansolonecesitamosquesupereeldiagnóstico.Ahora,atrabajar.
NinamiróaMuzzendearribaabajo.—Esto te va a doler tanto como si hubieras estado túmismo en la pelea—le
advirtió.Élarrugóelrostro,preparándoseparaeldolor.—Puedosoportarlo.Ellapuso losojosenblancoydespués levantó lasmanos,concentrándose.Con
ungestorápidodelamanoderechasobrelaizquierda,partiólascostillasdeMuzzen.Élsoltóungruñidoysedobló.—Buenchico—dijoKaz—.Soportándolocomouncampeón.Ahoralosnudillos
ydespuéslacara.Nina extendió moratones y cortes por los nudillos y los brazos deMuzzen, a
juegoconlasheridasquedescribióInej.—Nunca he visto la viruela de fuego de cerca —señaló. Tan solo estaba
familiarizada con las ilustraciones de los libros que había utilizado en suentrenamientodeanatomíaenelPequeñoPalacio.
—Considérateafortunada—replicóKazconvozsombría—.Deprisa.Trabajó de memoria, hinchando y partiendo la piel en la cara y el pecho de
Muzzen, provocando ampollas hasta que la hinchazón y las pústulas eran tandesagradablesquedeverdaderairreconocible.Elhombretóngimió.
—¿Porquéhasaceptadohaceresto?—murmuróNina.LacarahinchadadeMuzzentembló,yNinapensóquetalvezestuvieratratando
desonreír.—Eramuchodinero—dijoconvozpastosa.Ellasuspiró.¿PorquésinohacíaalgoalguienenelBarril?—¿TantocomoparaencerrarteenlaPuertadelInfierno?Kazdiounosgolpecitosenelsuelodelaceldaconelbastón.—Deja de buscar problemas,Nina. SiHelvar coopera, él yMuzzen tendrán su
libertadencuantoacabeeltrabajo.—¿Ysino?—Entonces Helvar volverá a su celda y Muzzen recibirá su dinero de todos
modos.YlollevaréadesayunaralKooperom.—¿Puedocomergofres?—mascullóMuzzen.—Todos comeremos gofres.Y beberemoswhisky. Si este trabajo no sale bien,
nadievaaquererestarconmigosobrio.¿Hasterminado,Nina?Ella asintió con la cabeza e Inej ocupó su lugar para vendar aMuzzen como
Matthias.—Deacuerdo—dijoKaz—.PonaHelvarenpie.NinaseagachójuntoaMatthiasmientrasKazpermanecíasobreellaconelhueso
deluz.Inclusodurmiendosusfaccionesestabanatormentadas,conlaspálidascejas
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arrugadas.Moviólasmanossobrelalíneaamoratadadesumandíbula,resistiendolanecesidaddedejarlaahí.
—Lacarano,Nina.Necesitoquesemueva,noqueestéguapo.Cúralorápidoysolo lo suficiente para que camine. No quiero que esté tan recuperado como paramolestarnos.
Ninabajólamantaysepusoatrabajar.Solouncuerpomás,sedijo.KazsiemprelallamabademadrugadaparaquecuraraamiembrosheridosdelosDespojosalosque no quería llevar a ningúnmedik legítimo: chicas con agujeros de puñaladas,chicos con piernas rotas o balas dentro, víctimas de algún enfrentamiento con lastadwatchuotrabanda.FingequeesMuzzen,sedijo.OGranBolligeroalgúnotroidiota.Noconocesaestechico.Yeracierto.Elchicoalqueconocíatalvezfueralabase,perohabíanconstruidoalgonuevosobreella.
Tocósuhombroconsuavidad.—Helvar—dijo,yélnosemovió—.Matthias.Notóunnudoenlagargantaysintióeldolordelaslágrimasquelaamenazaban.
Depositóunbesosobresusien.SabíaqueKazylosdemáslosestabanobservandoyqueestabaquedandocomouna idiota,perodespuésde tanto tiempopor finestabaallí,delantedeella,yhechopolvo.
—Matthias—repitió.—¿Nina?Teníalavozáspera,perotanbonitacomorecordaba.—PortodoslosSantos,Matthias—susurró—.Porfavor,despierta.Élabriósusojosazulpálido,mareado.—Nina—dijoconsuavidad.Susnudilloslerozaronlamejillaysumanotoscale
tocólacaracondudaeincredulidad—.¿Nina?Losojosdeellasellenarondelágrimas.—Shhh,Matthias.Estamosaquíparasacarte.Antes de que pudiera pestañear, él le agarró los hombros y la sujetó contra el
suelo.—Nina—gruñó.Yentoncescerrólasmanossobresugarganta.
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atthiasestabasoñandootravez.Soñandoconella.En todos sus sueños le daba caza, a veces a través de los prados verdes de la
primavera,peronormalmenteporloscamposhelados,esquivandorocasygrietasconpasoscerteros.Siemprelaperseguíaysiemprelaatrapaba.Enlosbuenossueñoslatirabaalsueloylaestrangulaba,observandocómolavidaabandonabasusojosconelcorazónllenodevenganza,porfin,porfin.Enlossueñosmalos,labesaba.
Enesossueñosellanoseoponía.Sereíacomosilapersecuciónnofueramásqueunjuego,comosisupieraquelaatraparía,comosiquisieraquelohicieraydesearamásquenadaestardebajodeél.Eraacogedorayperfectaensusbrazos.Éllabesabayenterrabalacaraeneldulcehuecobajosucuello.Losbuclesdeellalerozabanlasmejillas, y él sentía que si pudiera abrazarla un pocomás cada herida, cada dolor,cadacosamalasedesvanecería.
—Matthias—susurrabaella,ysunombreeramuysuaveensuslabios.Esos eran los peores sueños, y cuando despertaba se odiaba a sí mismo tanto
como a ella. Saber que podía traicionarse, traicionar otra vez a su país hasta ensueños,saberquedespuésde todoloquehabíahechoalgunaparteenfermizadeéltodavíateníaseddeella…erademasiado.
Aquellanoche teníaun sueñomalo,muymalo.Llevaba sedaazul, ropamuchomáslujosaquenadaquelehubieravistopuesto;teníaalgunaclasedevelovaporosoensupelo,ylaluzdelalámparasereflejabaenélcomolluviaatrapada.Djel,québien olía. La humedad musgosa seguía ahí, pero también el perfume. A Nina legustaba el lujo, y ese era caro; rosas y algo más, algo que su miserable nariz no
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reconocía.Ellapresionólossuaveslabioscontrasusien,yélpodríajurarqueestaballorando.
—Matthias.—¿Nina?—logródecirél.—PortodoslosSantos,Matthias—susurróella—.Porfavor,despierta.Yentoncessedespertóysupoquesehabíavueltolocoporqueellaestabaahí,en
sucelda,arrodilladajuntoaélconlamanoapoyadaconsuavidadsobresupecho.—Matthias,porfavor.El sonido de su voz suplicándole. Había soñado con eso. A veces Nina le
suplicabapiedad.Aveceseranotrascosaslasquesuplicaba.Levantó lamanoy le tocó lacara.Teníaunapielmuysuave.Unavezsehabía
reídodeeso.Ningúnsoldadodeverdadteníaunapielasí,mimadaybiencuidada.Sehabíaburladode laexuberanciadesucuerpo,avergonzadoporsupropia respuestaante ella.Llevó lamano a la cálida curvade sumejilla, sintió el suave rocede supelo.Tanhermosa.Tanreal.Noerajusto.
Entoncessefijóensusmanosllenasdevenasensangrentadas.Eldolorloatacómientrassedespertabadel todo;costillas rotas,nudillosdoloridos.Sehabíapartidoun diente.No estaba seguro de cuándo, pero se había cortado la lengua con él enalgúnmomento.Suboca todavía teníael saborcobrizode lasangre.Los lobos. Lehabíanobligadoaasesinarlobos.
Estabadespierto.—¿Nina?Habíalágrimasenloshermososojosverdesdelachica.Lafurialoatravesó.No
teníaderechoalaslágrimas,ningúnderechoalalástima.—Shhh,Matthias.Estamosaquíparasacarte.¿Quéjuegoeraese?¿Quénuevacrueldad?Acababadeaprenderasobreviviren
esemonstruoso lugar y ahora ella había acudido para castigarlo con alguna nuevatortura.
Se lanzóhaciaella, la tiróal sueloycerró lasmanosalrededorde sugarganta,sentándose a horcajadas encimademodoque sus rodillas le clavaran losbrazos alsuelo.SabíamuybienqueNinaeraletalconlasmanoslibres.
—Nina —dijo entre dientes. Ella le arañó las manos—. Bruja —siseó,inclinándosesobrelachica.Vioquesusojosseensanchabanysucaraenrojecía—.Suplica.Suplícameportuvida.
Oyóunclicyunavozásperadijo:—Quítalelasmanosdeencima,Helvar.Alguiendetrásdeéllehabíapuestounapistolaalcuello.Matthiasnoledirigióni
unvistazo.—Adelante,dispara—dijo,yclavómás laspuntasde losdedosenelcuellode
Nina…Nadaleprivaríadeaquello.Nada.
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Traidora, bruja, abominación. Todas esas palabras acudieron a él, pero otrastambién lo hicieron:hermosa, encantadora. Röed fetla, la había llamado, pajarillorojo, por el color de su Orden Grisha. El color que ella amaba. Apretó con másfuerza,silenciandoesedébilforcejeoensuinterior.
—Sideverdadhasperdidolacabeza,estovaasermuchomásdifícildeloquepensaba—dijolavozáspera.
Oyóunsilbidocomodealgomoviéndoseporelaireyentoncesunfuertedolorleatravesóelhombroizquierdo.Sentíacomosilehubieragolpeadounpequeñopuño,pero el brazo entero se le entumeció. Gruñómientras caía hacia delante, con unamanotodavíaalrededordelcuellodeNina.Habríacaídodirectamentesobrelachica,perotirarondeélhaciaatrásporelcuellodesucamisa.
Unjovenconuniformedeguardiaseencontrabaanteél,conunosojososcurosrelucientes,unapistolaenunamanoyunbastónen laotra.Laempuñaduraestabatalladacomolacabezadeuncuervo,conunpicocruelmentepuntiagudo.
—Contrólate,Helvar.Estamosaquíparasacarte.Puedohacerleatupiernaloquelehehechoatubrazo,yentoncestesacaremosarastras,opuedessalirdeaquícomounhombre,andando.
—NadiesaledelaPuertadelInfierno—replicóMatthias.—Hoysí.Elpresosesentótratandoderecobrarlacompostura,sujetándoseelbrazomuerto.—Nopodéissacarmedeaquí;losguardiasmereconocerán—gruñó—.Novoya
perderprivilegiosdeluchaparaquemellevenaDjelsabedóndeconvosotros.—Estarásenmascarado.—Silosguardiascomprueban…—Estarán demasiado ocupados para comprobar nada—dijo el chico pálido y
extraño.Yentoncescomenzaronlosgritos.Matthias levantó lacabezadegolpe.Oyóel tronarde lospasosdesde laarena,
incrementándosecomounaolamientras lagente irrumpíaenelpasillo fuerade sucelda.Oyólosgritosdelosguardiasydespuéselrugidodeungranfelino,elbarritardeunelefante.
—Hasabiertolasjaulas.—LavozdeNinaestabatemblorosaporlaincredulidad,aunqueasaberquéerarealyquéactuaciónenella.Matthiassenegóamirarensudirección. Si lo hacía, perdería todo sentido de la realidad. Apenas era capaz decontrolarsedeporsí.
—Se suponía que Jesper tenía que esperar hasta las tres campanadas—dijo elchicopálido.
—Yahansonadolastrescampanadas,Kaz—señalódesdeunaesquinaunachicapequeñadepelooscuroyunapielsuliprofundamentebronceada.Unafiguracubiertadecostrasyvendajesseapoyabacontraella.
—¿DesdecuándoespuntualJesper?—sequejóelchicoconunvistazoasureloj—.Enpie,Helvar.
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Leofrecióunamanoenguantada.Matthiaslamirófijamente.Estoesunsueño.Elmásextrañoquehetenidonunca,perosindudaunsueño.Oalomejormataralosloboslohabíavueltolocodeverdadalfin.Habíaasesinadoasufamiliaesanoche.Ningunaplegariasusurradaporsusalmassalvajesloarreglaría.
Miróalpálidodemonioconsusmanosdeguantesnegros.Kaz,lohabíallamadolachica.¿ConduciríaaMatthiasfueradeesapesadillaosololoarrastraríaaunaclasediferentedeinfierno?Elige,Helvar.
Matthiastomólamanodelchico.Siaquelloerarealynounailusión,escaparíadecualquiertrampaqueesascriaturaslehubieranpreparado.OyóqueNinasoltabaun largo suspiro… ¿estaba aliviada? ¿Exasperada? Sacudió la cabeza; ya seencargaríadeellamástarde.Lapequeñachicadebroncelepusounacapasobreloshombrosyunafeamáscaraconnarizenformadepicoenlacabeza.
Elpasadizo fuerade laceldaerauncaos.Deun ladoaotrocorríanhombresymujeres disfrazados, gritando y empujándose, tratando de alejarse de la arena.Losguardiashabíansacadosuspistolas,ypodíaoírdisparos.Sesentíamareadoyledolíamuchoelcostado.Subrazoizquierdoseguíainútil.
Kazhizounaseñalhaciaelarcomásalejadoporladerecha,indicandoquedebíanmoverseencontradelamareadegenteendirecciónalaarena.AMatthiasledabaigual.Podríasumergirseentrelamultitud,abrirsecaminohastaesaescaleraymeterseenunbote.¿Ydespuésqué?Noimportaba.Nohabíatiempoparaplanear.
Semetióentrelamuchedumbre,perotirarondeélhaciaatrásalinstante.—Loschicoscomotúnodeberíantenerideas,Helvar—dijoKaz—.Esaescalera
conduceaunembotellamiento.¿Creesquelosguardiasnomiraránbajotumáscaraantesdedejartepasar?
Matthiasfruncióelceñoysiguióalosdemásatravésdelamultitud,conlamanodeKazsobrelaespalda.
Si el pasadizo había sido un caos, la arena era una clase especial de locura.Matthias vio hienas saltando y brincando sobre los salientes. Una se estabaalimentandodeun cuerpo con capa carmesí.Un elefante cargó contra la pareddelestadio, levantando una nube de polvo y bramando con frustración. Vio a un osoblancoyaunodelosgrandesfelinosdelajungladelasColoniasdelSuragachadoenelalero,mostrandolosdientes.Sabíaquetambiénhabíaserpientesenlasjaulas.TansolopodíaesperarqueesetalJespernohubierasidolobastanteestúpidocomoparaliberarlastambién.
Corrieron por la arena donde Matthias llevaba seis meses luchando porprivilegios,peromientrassedirigíanhaciael túnelel lagartodeldesiertoseacercópesadamenteaellos,conelespumosovenenoblancogoteandodesubocaysugruesacolaazotandoelsuelo.AntesdequeMatthiaspudierapensarenmoverse,lachicadebroncesaltósobresulomoydespachóalacriaturacondosbrillantesdagasqueclavóbajo la armadura de escamas. El lagarto gruñó y se derrumbó a un lado.Matthiassintió una punzada de tristeza. Era una criatura grotesca, y jamás había visto a un
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luchadorsobrevivirasuataque,pero tambiéneraunservivo.Nuncahevistoaunluchadorsobrevivirhastaahora,secorrigió.Hayquevigilarlasdagasdelachicadebronce.
Había supuesto que cruzarían la arena y subirían para evitar la multitud queabarrotaba el pasillo, que posiblemente correrían por las escaleras y tratarían dedespistaralosguardiasquedebíandeestaresperandoarriba.Enlugardeeso,Kazloscondujoporel túnelquebajabamásalláde las jaulas.Estaseranviejasceldasquehabían sido ocupadas por las bestias a las que los jefes de la Puerta del Infiernohabían conseguido esa semana: viejos animales del circo, incluso ganado enfermo,criaturas sacadas del bosque y del campo. Mientras corrían junto a las puertasabiertas vio un par de ojos amarillos mirándolo desde las sombras, pero siguióavanzando. Maldijo su brazo muerto y su falta de armas. Estaba prácticamenteindefenso.¿Adónde nos lleva este Kaz? Pasaron junto a un jabalí salvaje que sealimentabadeunguardiayunfelinomoteadoquelesbufó,peronoseacercó.
Y entonces, a través del olor almizcleño de los animales y el hedor de susexcrementos,olióelprofundoyclaroaromadelaguasalada.Oyóelruidodelasolas.Resbalóydescubrióque las rocasbajo suspies se encontrabanhúmedas.Sehabíaadentradomáseneltúneldeloquejamáslehabíanpermitido.Debíadeconduciralmar.PretendieranloquepretendiesenNinaysugente,deverdadloestabansacandodelasentrañasdelaPuertadelInfierno.
Bajo la luz verde de las esferas que llevabanKazy la chica de bronce, vio unpequeñoboteamarradodelantedeellos.Parecíaquehabíaunguardiasentadoenél,peroestelevantólamanoyleshizoungestoparaqueseacercaran.
—Has empezado demasiado pronto, Jesper —dijo Kaz mientras empujaba aMatthiashaciaelbote.
—Lohehechojustoalahora.—Para ti, eso es tarde. La próxima vez que planees impresionarme avísame
primero.—Los animales están fuera y te he encontrado un bote. Este sería un buen
momentoparaunagradecimiento.—Gracias,Jesper—dijoNina.—Denada,preciosa.¿Ves,Kaz?Esoesloquehacelagentecivilizada.Matthias solo estaba escuchando a medias. Los dedos de su mano izquierda
comenzaronacosquillearlemientras regresaba lasensación.Nopodíaenfrentarseatodos,noeneseestadoynosiestabanarmados.PeroKazyelchicodelbote,Jesper,parecíanserlosúnicosconpistolas.DesatalacuerdayanulaaJesper.Tendríaunapistolaylaposesióndelbote.YNinapuedepararteelcorazónantesdequecojaslosremos, se recordó.Así que dispárale primero.Unabala en el corazón.Quédate eltiemposuficienteparaverlacaerydespuéslárgatedeestesitio.Podíahacerlo.Sabíaquepodía.Loúnicoquenecesitabaeraunadistracción.
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La chica de bronce se encontraba junto a su derecha. Apenas le llegaba alhombro. Incluso estandoherido, podría tirarla al agua sin caerse ni hacerle ningúndañopermanente.
Tiraalachica.Liberaelbarco.Incapacitaaltirador.MataaNina.MataaNina.MataaNina.Respiróhondoylanzósupesocontralachicadebronce.
Ellaseapartóaunladocomosisupieraqueveníayenganchólánguidamenteeltalónpordetrásdesutobillo.
Matthiassoltóunfuertegruñidomientrasaterrizabaconfuerzaenelsuelo.—Matthias…—dijoNina,dandounpasohaciadelante.Élretrocedióycasicayó
alagua.Sileponíalasmanosencima,perderíalacabeza.Ninasedetuvo,yeldolordesucaraerainconfundible.Noteníaderecho.
—Quépatosoes—comentólachicadebroncesininmutarse.—Duérmelo,Nina—ordenóKaz.—No—protestóMatthias,víctimadelpánico.—Ereslobastanteestúpidocomoparavolcarelbote.—Aléjatedemí,bruja—legruñóMatthiasaNina.Ellaasintiótensamenteconlacabeza.—Encantada.LevantólasmanosyMatthiassintiólospárpadospesadosmientrasellalosumía
enlainconsciencia.—Temataré—masculló.—Duermebien.LavozdeNinaeraunlobopisándolelostalones.Lopersiguióhastalaoscuridad.
En una habitación sin ventanas cubierta de negro y carmesí,Matthias escuchó ensilenciolasextrañaspalabrasquesalíandelabocadelpeculiarchicopálido.Matthiasconocíaalosmonstruos,yunamiradaaKazBrekkerlehabíadichoqueaquellaeraunacriaturaquehabíapasadodemasiadotiempoenlaoscuridadysehabía llevadoalgo con él al volver arrastrándose a la luz.Matthias podía sentirlo a su alrededor.Sabía que otros se reían de las supersticiones fjerdanas, pero él confiaba en suinstinto. O lo hacía antes, hasta que llegóNina. Ese había sido uno de los peoresefectosdesutraición,quesehabíavistoobligadoadesconfiardesímismo.LadudacasihabíasidosuperdiciónenlaPuertadelInfierno,dondeelinstintoloeratodo.
Había oído el nombre de Brekker en prisión y las palabras asociadas a él:prodigiocriminal,despiadado,inmoral.LollamabanManosSuciasporquenohabíaningún pecado que no cometiera por el precio justo. Y ahora ese demonio estabahablando de entrar en la Corte de Hielo, de convencer a Matthias para cometertraición.Otravez,secorrigió.Estaríacometiendotraiciónotravez.
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Mantuvo los ojos en Brekker, pero era intensamente consciente de Ninaobservándolodesdeelotro ladodelahabitación.Todavíapodíanotarsuperfumearosasen lanarize inclusoen laboca;el intensoaromafloraldescansabacontrasulenguacomosilaestuvierasaboreando.
Matthias había despertado atado a una silla en lo que parecía alguna clase desalóndejuegos.Ninadebíadehaberlosacadodelsueñoenquelohabíasumido.Seencontrabaallíjuntoconlachicadebronce.Jesper,elchicodelargosmiembrosdelbarco,estabasentadoenunaesquinaconsusrodillashuesudasenalto,yunchicoconrizosdeun rubio rojizohacíagarabatossinsentidoenun trozodepapel sobreunamesaredondapara jugara lascartas,mordisqueándoseelpulgardevezencuando.La mesa estaba cubierta con una tela carmesí forrada de un patrón repetido decuervos,yhabíaunaruedasimilaraladelaarenadelaBocadelInfierno,peroconmarcasdiferentes,contraunaparednegraesmaltada.Matthias tenía lasensacióndeque alguien, probablementeNina, se había ocupadode sus heridasmientras estabainconsciente. Esa idea le ponía enfermo. Prefería el dolor limpio a la corrupciónGrisha.
Entonces Brekker había comenzado a hablar sobre una droga llamada jurdaparem,sobreunarecompensaimposiblementealtaysobrelaabsurdaideadetratardeasaltarlaCortedeHielo.Matthiasnoestabasegurodequéerarealoficticio,peronoimportaba.CuandoBrekkerterminóalfin,Matthiassimplementedijo:
—No.—Créemecuandotedigoesto,Helvar:séqueperder laconscienciaydespertar
enunlugarextrañonoeslamaneramásamistosadecomenzarunaasociación,perono nos diste muchas opciones, así que intenta mantener la mente abierta a lasposibilidades.
—Podríaishaberacudidoamíderodillasymirespuestaseríalamisma.—¿EntiendesquepuedollevartedevueltaalaPuertadelInfiernoencuestiónde
horas?EncuantoelpobreMuzzenestéenlaenfermería,elcambioseráfácil.—Hazlo.Memuerodeganasdecontarlealalguaciltusridículosplanes.—¿Quétehacepensarquevolverásconlengua?—Kaz…—protestóNina.—Hazloquequieras—dijoMatthias.Noibaavolveratraicionarasupaís.—Telodije—señalóNina.—Nofinjasquemeconoces,bruja—gruñóél,conlosojosfijosenBrekker.No
queríamirarla.Senegabaahacerlo.Jesperselevantódelaesquina.Ahoraquehabíandejadoatráslaoscuridaddela
Puerta del Infierno, Matthias pudo ver que tenía una piel zemeni de un marrónprofundo y unos incongruentes ojos grises. Su constitución era como la de unacigüeña.
—Sin él, no hay trabajo—dijo—. No podemos entrar en la Corte de Hielo aciegas.
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Matthiasquisoreír.—NopodéisentrarenlaCortedeHielodeningunaforma.Aquelnoeraunedificiocorriente.SetratabadeunaantiguafortalezadeFjerda,
hogar de una sucesión ininterrumpida de reyes y reinas, almacén de sus mayorestesorosysusreliquiasreligiosasmássagradas.Eraimpenetrable.
—Vengaya,Helvar—dijoeldemonio—.Seguroquehayalgoquequieras.Lacausaeslobastantehonestaparaunfanáticocomotú.PuedequeenFjerdacreanquehanatrapadoaundragónpor la cola, peronopodránaferrarse a él.EncuantoBoYul-Bayur replique el proceso, la jurda parem entrará en el mercado y será solocuestióndetiempoqueotrosaprendanafabricarlatambién.
—Esonuncapasará.Yul-Bayursesometeráajuicio,ysilodeclaranculpablelocastigaránconlamuerte.
—¿Culpabledequé?—preguntóNinaconsuavidad.—Crímenescontralagente.—¿Quégente?Podíaoírlafuriaapenascontenidaensuvoz.—La gente normal —replicó Matthias—. Gente que vive en armonía con las
leyesdeestemundoenlugarderetorcerlasparasupropiobeneficio.Nina soltó una especie de resoplido exasperado. Los otros parecían divertirse,
mirando con una sonrisita de suficiencia al pobre fjerdano retrógrado.Brum habíaadvertido a Matthias de que el mundo estaba lleno de mentirosos, buscadores deplacer, paganos sin fe. Y parecía haber una fuerte concentración de ellos en esahabitación.
—Tienes muy poca amplitud de miras, Helvar—dijo Brekker—. Otro equipopodría llegar primero a Yul-Bayur. Los shu. Tal vez los ravkanos. Todos con suspropiosobjetivos.Lasdisputasfronterizasy lasviejasrivalidadesno importanparalos kerch.Lo único que le importa alConsejoMercante es el comercio, y quierenasegurarsedequelajurdaparemsigasiendounrumorynadamás.
—¿Así que llevar criminales al corazón de Fjerda para robar a un prisionerovaliosoesunactopatriótico?—dijoMatthiascondesdén.
—Supongoquelapromesadecuatromillonesdekrugetampocoteharácambiardeopinión.
Matthiasescupió.—Puedesquedarte tudinero.Ahógateenél.—Entoncesse leocurrióuna idea,
vilybárbara,peroloúnicoquepodríapermitirleregresaralaPuertadelInfiernoconpaz en el corazón, aunque fuera sin lengua. Se inclinó hacia atrás tanto como lepermitíansusatadurasycentrótodasuatenciónenBrekker—.Haréuntratocontigo.
—Teescucho.—Noirécontigo,perotedaréunplanodeladisposicióndelaCorte.Esodebería
almenoshacerospasarelprimerpuestodecontrol.—¿Ycuántomecostaráesavaliosainformación?
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—Noquierotudinero.Tedaréelplanogratis.—Leavergonzabapronunciarlaspalabras,perolohizodetodosmodos—.SimedejasmataraNinaZenik.
La pequeña chica de bronce produjo un sonido de repulsión, dejando claro sudesdénhacia él, y el chicode lamesadejódegarabateary sequedóboquiabierto.Kaz, sin embargo, no parecía sorprendido. En todo caso, parecía complacido.Matthiastuvolaincómodasensacióndequeeldemoniohabíaprevistoexactamentetodoloqueibaapasar.
—Puedodartealgomejor—dijoKaz.¿Quépodríasermejorquelavenganza?—Noquieronadamás.—Puedoconvertirteendrüskelleotravez.—Entonces,¿eresunmago?¿Unelfowejqueconcededeseos?Soysupersticioso,
noestúpido.—Puedesserambascosas,¿sabes?;peroesanoes lacuestión.—Kazsemetió
unamanoenelabrigooscuro—.Toma.Lediountrozodepapelalachicadebronce.Otrodemonio.Aquellacaminaba
con pies suaves como si hubiera llegado a la deriva desde el otromundo y nadiehubieratenidoelbuenjuiciodeenviarladevuelta.Lepusoelpapelenlacaraparaqueloleyera.Eldocumentoestabaescritoenkerchyfjerdano.Nopodíaleerkerch,solo había aprendido a hablarlo cuando llegó a la prisión; pero el fjerdano era lobastanteclaroy,mientrassusojossemovíansobrelapágina,elcorazóndeMatthiascomenzóalatirconfuerza.
A la luzde lasnuevas evidencias,MatthiasBenedikHelvar recibeabsolucióncompletaeinmediataportodosloscargosdetráficodeesclavos.Seráliberadoel día con las disculpas del tribunal, y se le proporcionará transportehasta su tierra o el destino de su elección con toda la premura posible y lassincerasdisculpasdeestetribunalyelgobiernokerch.
—¿Quénuevasevidencias?Kazsereclinóensusilla.—Parece que Nina Zenik se ha retractado de su declaración. Se enfrentará a
cargosdeperjurio.Ahora sí que la miró; no pudo evitarlo. Había dejado moratones en su grácil
garganta.Sehabíadichoasímismoquedebíafelicitarseporello.—¿Perjurio?¿Cuántotiemposervirásporeso,Zenik?—Dosmeses—respondióellaenvozbaja.—¿Dosmeses?
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Serioconunarisa largayfuerte.Sucuerpose retorcióconella,comosi fueravenenoconstriñendosusmúsculos.
Losotrosloobservaronconciertapreocupación.—¿Está loco? —preguntó Jesper, tamborileando con los dedos sobre las
empuñadurasnacaradasdesusrevólveres.Brekkerseencogiódehombros.—Noesmuydefiar,peroestodoloquetenemos.Dosmeses.Probablementeenalgunacómodaprisióndondeembrujaría a todos
losguardiasparaquelellevaranpanreciénhechoyleahuecaranlasalmohadas.OtalvezlesconvenceríaparaquelepermitieranpagarunafianzaquesusricosguardianesGrishadeRavkacubriríanporella.
—No puedes confiar en ella, ¿sabes?—le dijo a Brekker—.Cualquier secretoqueesperesobtenerdeBoYul-BayurloentregaráaRavka.
—Deja que yo me preocupe de eso, Helvar. Si cumples tu papel, todos lossecretos de Yul-Bayur y la jurda parem estarán en las manos de la gente mejorpreparadaparaquesigansiendorumores.
Dos meses. Nina serviría ese tiempo y regresaría a Ravka cuatro millones dekrugemás rica, sin volver a dirigirle otro pensamiento. Pero si esa absolución erareal,entonceséltambiénpodríavolveracasa.
Acasa. Sehabía imaginado escapandode laPuertadel Infiernomuchasveces,peroen realidadnuncasehabíapropuesto intentarlo.¿Quévidahabíaparaélenelexterior, con el cargo de traficante de esclavos al cuello? Jamás podría regresar aFjerda. Inclusoaunquehubierasoportado ladeshonra,habríavividocadadíacomofugitivo del gobierno kerch, un hombre marcado. Sabía que podría subsistir siempezabadeceroenNovyiZem,pero¿quésentidohabríatenido?
Aquello era algo diferente. Si el demonio Brekker decía la verdad, Matthiaspodríavolveracasa.Elanheloseretorcíaensupecho:oírcómohablabansuidioma,volveraverasusamigos,probarlasemlallenadedulcepastadealmendras,sentirelmordisco del viento del norte mientras ruge sobre el hielo. Regresar a casa y serbienvenidosinlacargadeladeshonra.Consunombrelimpio,podríavolverasuvidacomodrüskelle.Yelprecioseríalatraición.
—¿YsiBoYul-Bayurestámuerto?—lepreguntóaBrekker.—VanEckinsisteenquenoloestá.Pero ¿cómo podría elmercader del que hablabaKaz entender de verdad a los
fjerdanos? Si aún no había habido un juicio, lo habría, yMatthias podía predecirfácilmenteel resultado.Sugente jamás liberaríaaunhombreconunconocimientotanterrible.
—Pero¿ysiloestá,Brekker?—Obtendrástuabsolucióndetodosmodos.Inclusoaunquesuobjetivoyaestuvieradecaminoalmásallá,Matthiasobtendría
sulibertad.Pero¿aquéprecio?Habíacometidoerroresantes.Habíasidolobastanteestúpido como para confiar en Nina. Había sido débil, y llevaría esa vergüenza
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durante el resto de su vida. Pero había pagado por su estupidez con sangre,sufrimientoyelhedordelaPuertadelInfierno.Ysuscrímeneshabíansidoexiguos,lasaccionesdeunchicoingenuo.Aquelloeramuchísimopeor.Revelarlossecretosde laCortedeHielo, ver su tierraunavezmás solopara saberque cadapasoquedieraallíseríaunactodetraición…¿podríahacertalcosa?
Brumsehubierareídoensuscaras,habríarotoesaabsoluciónenpedazos.PeroKazBrekkereralisto;estabaclaroqueteníarecursos.¿YsiMatthiasdecíaquenoycontratodopronósticoBrekkerysugenteencontrabanlaformadeentrarenlaCortede Hielo y se llevaban al científico shu? ¿O y si Brekker tenía razón y otro paísllegaba primero? Parecía que la parem era demasiado adictiva para ser útil a losGrisha, pero ¿y si la fórmula caía en manos ravkanas y de algún modo lograbanmejorarla?¿HaceralosGrishadeRavka,elSegundoEjército,todavíamásfuertes?SiMatthias formabapartede lamisión,podríaasegurarsedequeBoYul-BayurnovolvieraarespirarfueradelasparedesdelaCortedeHielo,opodíaprepararalgunaclasedeaccidenteenelcaminodevueltaaKerch.
Antes de Nina, antes de la Puerta del Infierno, jamás se lo habría planteado.Ahora descubrió que podía hacer ese trato consigomismo. Se uniría al grupo deldemonio,obtendríasuabsolucióny,cuandovolvieraaserundrüskelle,NinaZeniksería suprimerobjetivo.La cazaríaporKerch,porRavka,por cualquier agujerooesquinadelmundoquepensaraquepudieramantenerlaasalvo.Laarrastraríaporelsueloyleharíapagardecadaformaimaginable.Lamuerteseríademasiadobuena.HaríaquelaencerraranenlaceldamásmiserabledelaCortedeHielo,dondejamásvolveríaatenerabrigo.Jugaríaconellacomoellahabíajugadoconél.Leofreceríalasalvaciónydespuésselanegaría.Leregalaríaafectoypequeñasbondadesydespuésselasarrebataría.SaborearíacadalágrimaquederramarayreemplazaríaesedulceyverdearomafloralconlasaldesutristezasobrelalenguadelpropioMatthias.
Aunasí,laspalabrassabíanamargasensubocacuandodijo:—Loharé.Brekker leguiñóelojoaNinayMatthiasquisoarrancarle losdientes.Cuando
hayacondenadoaNinaaunavidadesufrimiento,vendréapor ti.Habíaatrapadobrujas,¿quétandiferentepodríasercazarundemonio?
LachicadebroncedoblóeldocumentoyseloentregóaBrekker,queselometióen el bolsillo del pecho. Matthias se sentía como si estuviera viendo a un nuevoamigo,unoquenuncahabíaesperadovolveraver,desvaneciéndoseenlamultitudysinpoderparallamarlo.
—Vamosadesatarte—dijoBrekker—.Esperoquelaprisiónnotehayaquitadotodoslosmodalesoelsentidocomún.—Matthiasasintióconlacabezaylachicadebroncellevóuncuchilloalascuerdasqueloataban—.CreoqueyaconocesaNina.Laencantadorachicaque teestá liberandoes Inej,nuestra ladronadesecretosy lamejordelnegocio.JesperFaheyesnuestrotirador,zemenidenacimiento,peronoselotengasencuenta.YeseesWylan,elmejorexpertoendemolicionesdelBarril.
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—Raskeesmejor—señalóInej.Elchicolevantólamiradaconlosrizosdeunrubiorojizogolpeándolelosojosy
hablóporprimeravez.—Noesmejor.Esimprudente.—Dominasuespecialidad.—Yyotambién.—Apenas—intervinoJesper.—Wylanesnuevoaquí—admitióBrekker.—Puesclaroqueesnuevo,parecequetienecomodoceaños—replicóMatthias.—Tengodieciséis—aclaróWylan,huraño.Matthias lo dudaba; tendría quince como mucho. No parecía ni que hubiera
empezadoaafeitarsesiquiera.Dehecho,asusdieciochoañosMatthiassospechabaserelmayordetodos.LosojosdeBrekkerparecíanlosdeunanciano,peronopodíasermayorqueél.
Por primera vez,Matthiasmiró de verdad a la gente que tenía a su alrededor.¿Quéclasedeequipoesesteparaunamisióntanpeligrosa?Latraiciónnoseríaunpeligro si estaban todos muertos. Y solo él sabía con exactitud lo traicionera quepodríallegaravolverseesaoperación.
—DeberíamosusaraRaske—dijoJesper—.Esbuenobajópresión.—Nomegusta—asintióInej.—Nooshepreguntado—señalóKaz—.Además,Wylannosoloesbuenoconel
pedernalylosexplosivos.Esnuestroseguro.—¿Contraqué?—preguntóNina.—Os presento aWylanVanEck—dijoKazmientras lasmejillas del chico se
teñían de escarlata—.El hijo de JanVanEcky nuestra garantía de obtener treintamillonesdekruge.
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espermirófijamenteaWylan.—Porsupuesto,eresuncríodelConsejo.—Sepusoareír—.Esoloexplicatodo.Sabía que debería estar enfadado con Kaz por ocultar otro fragmento más de
información vital, pero en esos momentos estaba disfrutando al observar cómo lapequeñarevelacióndelaidentidaddeWylanVanEckrecorríalahabitacióncomounpotromalhumoradolevantandopolvo.
Wylan tenía la cara roja y estaba ofendido.Nina parecía aturdida e irritada.Elfjerdano tan solo tenía cara de confusión. Kaz aparentaba estar totalmentecomplacido consigo mismo. Y, por supuesto, Inej no parecía ni remotamentesorprendida.EllareuníalossecretosdeKazytambiénlosguardaba.Jespertratódeignorarlapunzadadecelosquesentíaanteeso.
Wylanabrióycerrólaboca,moviendolagarganta.—¿Losabías?—lepreguntócontristezaaKaz.Estesereclinóensusillaconunarodilladobladaylapiernamalaextendidaante
él.—¿Porquétecreesquetetengoaquí?—Soyunexpertoendemolición.—Erespasableendemolición,peroeresexcelentecomorehén.Aquellosonócruel,peroasíeraKaz.YelBarrileraunprofesormuchomásduro
de loqueKaz jamáspodría ser.AlmenosesoexplicabaporquéKazhabía estadoprotegiendoaWylanyencargándoletrabajos.
—No importa—dijo Jesper—.Deberíamos llevar a Raske y dejar a este bebémercaderencerradoaquíenKetterdam.
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—NoconfíoenRaske.—¿PerosíenWylanVanEck?—preguntóJesperconincredulidad.—Wylan no conoce a la gente suficiente como para causarnos problemas de
verdad.—¿No tendría que poder opinar yo también?—se quejóWylan—. Estoy aquí
sentado.Kazalzóunaceja.—¿Algunaveztehanrobadoalgodelbolsillo,Wylan?—Eh…noqueyosepa.—¿Tehanatracadoenalgúncallejón?—No.—¿Tehancolgadodellateraldeunpuenteconlacabezaenelcanal?Wylanpestañeó.—No,pero…—¿Algunaveztehanpegadounapalizahastaquenopudierascaminar?—No.—¿Aquécreesquesedebeeso?—Eh…—Han pasado tres meses desde que abandonaste la mansión de tu papi en la
Geldstraat.¿PorquécreesquetuestanciaenelBarrilhasidotantranquila?—¿Suerte,supongo?—sugirióWylanconvozdébil.Jesperresopló.—Kaz es tu suerte, mercadercillo. Te ha tenido bajo la protección de los
Despojos;aunqueerestaninútilquehastaahoranadiesabíaporqué.—Eradesconcertante—admitióNina.—Kazsiemprehatenidosusrazones—murmuróInej.—¿Porquétefuistedelacasadetupadre?—preguntóJesper.—Eraelmomento—dijoWylan,tenso.—¿Idealista?¿Romántico?¿Revolucionario?—¿Idiota?—sugirióNina—.NadieeligevivirenelBarrilsitieneotraopción.—Nosoyinútil—replicóWylan.—Raskeesmejorconlasdemoliciones…—comenzóInej.—Yo he estado en la Corte deHielo. Conmi padre. Fuimos a una cena de la
embajada.Puedoayudarconlosplanos.—¿Veis?Profundidadoculta.—Kaztamborileóconsusdedosenguantadossobre
lacabezadecuervodesubastón—.YnoquieroquenuestraúnicabazacontraVanEcksequedeenKetterdammientrasvamosalnorte.Wylanvieneconnosotros.Eslobastante bueno con las demoliciones y tiene buenamano para el dibujo gracias atodosesostutorestancaros.
WylanseruborizóaúnmásyJespersacudiólacabeza.—¿Tambiéntocaselpiano?
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—Laflauta—replicóWylanaladefensiva.—Perfecto.—YcomoWylanhavistolaCortedeHieloconsuspropiosojos—continuóKaz
—,podráconfirmarnossinosdiceslaverdad,Helvar.Elfjerdanofruncióelceñoconfuria,yWylanparecíaunpocointimidado.—Notepreocupes—dijoNina—.Lasmiradasnomatan.Jesper se fijó en que los hombros deMatthias se tensaban cada vez queNina
hablaba.Nosabíaquéhistoriacompartían,peroprobablementesemataríanelunoalotroantesdequellegaransiquieraaFjerda.
Jespersefrotólosojos.Estabafaltodesueñoyagotadotraslaemocióndelafugade prisión, y ahora sus pensamientos zumbaban y saltaban ante la posibilidad detreintamillonesdekruge.InclusodespuésdequePerHaskellobtuvierasuveinteporciento, eso dejaría cuatro millones para cada uno de ellos. ¿Qué haría con unamontañadedinerotangrande?Podíaimaginarasupadrediciendo:escóndelaenunamontañademierdaeldobledegrande.PortodoslosSantos,loechabademenos.
Kazgolpeóelpulidosuelodemaderaconelbastón.—Sacalaplumayunpapeldeverdad,Wylan.VamosaponeraHelvaratrabajar.Wylanmetiólamanoenelmorralqueteníaalospiesysacóunrollodelgadode
papeldeestrazaseguidoporunestuchedemetalconunaplumadeaspectocaroyunjuegodetinta.
—Québien—comentóJesper—.Unplumínparacadaocasión.—Empiezaahablar—ledijoKazalfjerdano—.Eshoradepagarelalquiler.Matthiasdirigiósusojosrabiososhaciaél.Desde luegoeraunamiradafuriosa.
CasieradivertidovercómoseenfrentabaalamiradadetiburóndeKaz.Alfinelfjerdanocerrólosojos,respiróhondoydijo:—LaCortedeHieloestáenunriscosobreelpuertodeDjerholm.Estáconstruida
encírculosconcéntricos,comolosanillosdeunárbol.—Laspalabraslesalíanconlentitud,comosipronunciarcadaunadeellas lecausaradolor—.Primero laparedanular, y después el círculo exterior. Está dividida en tres sectores. Más allá seencuentraelfosodehieloy,enelcentrodetodo,laIslaBlanca.
WylancomenzóadibujaryJespermiróporencimadesuhombro.—Esonosepareceaunárbol,pareceunatarta.—Bueno,esunpococomounatarta—replicóWylanaladefensiva—.Todoesto
estáconstruidosobreunaelevación.KazlehizoungestoaMatthiasparaquecontinuara.—Los acantilados son inescalables, y el caminodel norte es la única formade
entrarosalir.Tendréisqueatravesarunpuntodecontrolconguardiasantesdellegarsiquieraalaparedanular.
—Dospuntosdecontrol—señalóWylan—.Cuandoestuveahí,habíados.—Ahílotienes—ledijoKazaJesper—.Habilidadesimportantes.Wylanteestá
vigilando,Helvar.
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—¿Porquédos?—preguntóInej.Matthiasmirófijamentelostablonesdenogalnegrodelsueloydijo:—Esmás difícil sobornar a dos grupos de guardias. La seguridad de la Corte
siempretienemúltiplesprotecciones.Sillegáistanlejos…—Llegamos,Helvar.Sillegamostanlejos—locorrigióKaz.Elfjerdanoseencogióligeramentedehombros.—Si llegamos tan lejos, el círculo exterior está dividido en tres sectores: la
prisión,lasinstalacionesdrüskelleylaembajada,cadaunaconsupropiapuertaenlapared anular. La puerta de la prisión siempre está en funcionamiento, pero semantienebajovigilanciaarmadaconstante.Delasotrasdos,solounaestáoperativaencualquiermomento.
—¿Quédeterminalapuertaqueseutiliza?—preguntóJesper.—El horario cambia cada semana, y los guardias solo reciben sus puestos la
nocheantes.—Talvezesoseaalgobueno—dijoJesper—.Sipodemosaveriguarquépuerta
noestáoperativa,noestarávigilada…—Siemprehayalmenoscuatroguardiasdeservicioinclusoaunquelapuertano
estéoperativa.—Estoysegurodequepodemosencargarnosdecuatroguardias.Matthiasnegóconlacabeza.—Laspuertaspesancientosdekilosysolopuedenmanejarsedesdeelinteriorde
lospuestosdeguardia.Einclusosipudieraislevantarunadeellas,abrirlafueradesuhorario activaría el Protocolo Negro. Toda la Corte quedaría cerrada y estaríaisdelatandovuestraposición.
Unaoleadadeintranquilidadatravesólahabitación.Jesper semoviócon incomodidad.Si lasexpresionesde losdemáseranalguna
indicación, todosestabanpensando lomismo:¿dóndenosestamosmetiendo? SoloKazparecíaimpávido.
—Apúntalotodo—dijoKaz,dandoungolpecitoalpapel—.Helvar,quieroquedespuésledescribasaWylanlasmecánicasdelsistemadealarma.
Matthiasfruncióelceño.—Enrealidadnosécómofunciona.Essolounmontóndecablesycampanas.—Diletodoloquesepas.¿DóndetendránaBoYul-Bayur?Conlentitud,Matthiasselevantóyseacercóalplanoqueestabatomandoforma
bajo laplumadeWylan.Susmovimientoserandubitativos, tancautelososcomosiKazlehubierapedidoqueacariciaraaunaserpiente.
—Probablementeaquí—dijo,llevandoeldedoalpapel—.Elsectordelaprisión.Lasceldasdealtaseguridadseencuentranenelpisosuperior.Ahíesdondetienenaloscriminalesmáspeligrosos:asesinos,terroristas…
—¿Grisha?—preguntóNina.—Exacto—respondióélsombríamente.
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—Vosotros dos vais a hacer que esto sea muy divertido, ¿verdad?—preguntóJesper—.Normalmentelagentenoempiezaaodiarsehastaunasemanadespuésdeempezareltrabajo,perovosotrosvaisconventaja.
LosdoslofulminaronconlamiradayJesperlessonrió,perolaatencióndeKazestabacentradaenlosplanos.
—BoYul-Bayurnoespeligroso—dijopensativo—.Almenosnodeesemodo.Nocreoquelotenganencerradoconlachusma.
—Yocreoqueestáenterrado—replicóMatthias.—Trabajaconlasuposicióndequenoestémuerto.Esunprisionerovalioso,uno
quenoquierenquecaigaenlasmanosequivocadasantesdeljuicio.¿Dóndeestaría?Matthiasmiróelplano.—Losedificiosdelcírculoexteriorrodeanelfosodehielo,yelcentrodelfosoes
laIslaBlanca,dondeestánlatesoreríayelPalacioReal.EsellugarmássegurodelaCortedeHielo.
—EntoncesahíesdondeestaráBoYul-Bayur—afirmóKaz.Matthiassonrió,aunqueeramenosunasonrisaqueunamuecaquemostrabasus
dientes.HaaprendidoasonreírasíenlaPuertadelInfierno,pensóJesper.—Entonces vuestra misión es inútil —dijo Matthias—. Es imposible que un
grupodeforasteroslleguealaIslaBlanca.—Noestéstancontento,Helvar.Sinoentramos,noobtendrástuabsolución.Matthiasseencogiódehombros.—No puedo cambiar lo que es cierto. El foso de hielo está vigilado desde
múltiplestorresdeguardiadelaIslaBlancayunpuestodeobservaciónenelRelojMayor.Escompletamenteinfranqueable,salvoporelpuentedecristal,ynosepuedeaccederalpuentedecristalsinautorización.
—SeacercalaHringkälla—intervinoNina.—Silencio—lesoltóMatthias.—No,cuenta—dijoKaz.—Hringkälla.EselDíadelaEscucha,cuandolosnuevosdrüskelleseinicianen
laIslaBlanca.LosnudillosdeMatthiassepusieronblancos.—Notienesningúnderechoahablardeesascosas.Sonsagradas.—Sonhechos.Larealezafjerdanamontaunagranfiestaconinvitadosdetodoel
mundo,ybuenapartedelentretenimientovienejustodesdeKetterdam.—¿Entretenimiento?—preguntóKaz.—Actores,bailarines,una tropade laKomedieBrute y lasmás expertas de las
casasdeplacerdelStaveOccidental.—Pensabaquealosfjerdanosnolesgustabanesascosas—comentóJesper.Inejfruncióloslabios.—¿NuncahasvistoalossoldadosfjerdanosenelStave?—Merefieroacuandoestánencasa.
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—Eselúnicodíadelañoenelquetodosdejandeactuardeunaformatanabatidaysepermitenpasarlobien—replicóNina—.Además,sololosdrüskellevivencomomonjes.
—Parapasarlobiennohacefaltavinoy…ycarne—balbuceóMatthias.Ninalomiróbatiendosuslustrosaspestañas.—Túnotienesniideadeloqueespasarlobien.—Volvióamirarlosplanos—.
Lapuertade la embajada tendráque estar abierta.Tal veznodeberíamos tratar deasaltarlaCortedeHielo.Talvezsimplementepodríamosentrarconlosartistas.
—EstonoeselEspectáculodelInfierno—dijoKaz—.Novaasertanfácil.—RevisanalosvisitantessemanasantesdellegaralaCortedeHielo—explicó
Matthias—.Comprobaránunayotravez lospapelesde cualquieraque entre en laembajada.Losfjerdanosnosonidiotas.
Ninalevantóunaceja.—Almenos,notodos.—Nopinchesaloso,Nina—advirtióKaz—.Lonecesitamosamigable.¿Cuándo
tendrálugarestafiesta?—Esestacional—respondióella—.Enelequinocciodeprimavera.—Quedandossemanas—señalóInej.Kazinclinólacabezaaunlado,fijandolosojosenunpuntodistante.—Estámaquinando—lesusurróJesperaInej.Ellaasintióconlacabeza.—Sinduda.—¿VaaenviarunadelegaciónlaRosaBlanca?—preguntóKaz.Ninanegóconlacabeza.—Noheoídonadaalrespecto.—Incluso si vamos directamente a Djerholm—dijo Inej—, necesitaremos una
semana para el viaje. No hay tiempo para conseguir documentos que pasen elescrutinio.
—Novamosaentrarporlaembajada—replicóKaz—.Siemprehayquedispararcuandoelblanconomira.
—¿Quiénesblanco?—preguntóWylan.Jespercomenzóareír.—PortodoslosSantos,cómoeres.Elblanco,elpichón,elobjetivo,el idiotaal
quevasadesplumar…Wylanseenderezó.—Tal vez no tenga tu… educación, pero seguro que conozcomuchas palabras
quetúno.—Y también la formamás correcta de doblar una servilleta y bailar unminué.
Ah, y además puedes tocar la flauta. Valiosas habilidades, mercadercillo. Valiosashabilidades.
—Yanadiebailaelminué—gruñóWylan.Kazsereclinó.
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—¿Cuáleslaformamássencilladerobarlelacarteraaunhombre?—¿Uncuchilloenlagarganta?—preguntóInej.—¿Unapistolaenlaespalda?—dijoJesper.—¿Venenoensucopa?—sugirióNina.—Soistodoshorribles—replicóMatthias.Kazpusolosojosenblanco.—Laformamássencillade robarle lacarteraaunhombreesdecirlequevasa
robarle el reloj. Atraes su atención y la diriges a donde quieras que vaya. LaHringkällavaahacernosesetrabajo.LaCortedeHielotendráquedirigirrecursosavigilaralosinvitadosyprotegeralafamiliareal.Nopuedenmiraratodaspartesalmismotiempo.EslaoportunidadperfectaparasacaraBoYul-Bayur.—Kazseñalólapuertadelaprisiónenlaparedanular—.¿RecuerdasloquetedijeenlaPuertadelInfierno,Nina?
—Esdifíciltenersiempreenmentetodatusabiduría.—Enlaprisiónnolesimportaquiénentre,soloquiénintentesalir.—Susdedos
enguantados se deslizaron hasta el sector de al lado—. En la embajada no lesimportaráquiénsalga,tansolosecentraránenquiénintenteentrar.Entraremosporlaprisiónynosmarcharemosporlaembajada.Helvar,¿estáoperativoelRelojMayor?
Matthiasasintióconlacabeza.—Suenacadacuartodehora.Tambiénesdondesuenanlosprotocolosdealarma.—¿Espreciso?—Porsupuesto.—Ingenieríafjerdanadecalidad—dijoNinaamargamente.Kazlaignoró.—Entoncesutilizaremoselrelojparacoordinarnuestrosmovimientos.—¿Entraremosdisfrazadosdeguardias?—preguntóWylan.Jespernopudocontenereldesdénensuvoz.—SoloNinayMatthiashablanfjerdano.—Yohablofjerdano—protestóWylan.—Fjerdanode aula, ¿verdad?Seguroque lo hablas tan bien comoyohablo en
alce.—Seguroqueelalceestulenguamaterna—murmuróWylan.—Entraremoscomoloquesomos—dijoKaz—.Comocriminales.Laprisiónes
nuestrapuertadeentrada.—Aver si lo entiendo—dijo Jesper—.Quieres que dejemos que los fjerdanos
nosencierrenenprisión.¿Noesjustoesoloquetratamosdeevitar?—Las identidades criminales son resbaladizas. Es una de las ventajas de ser
miembro de la clase problemática. Estarán contando cabezas en la puerta de laprisión,mirandolosnombresycrímenes,sincomprobarpasaportesniexaminarlossellosdelasembajadas.
—Porquenadiequiereiraprisión—dijoJesper.
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Ninasefrotólosbrazosconlasmanos.—Noquieroquemeencierrenenunaceldafjerdana.Kazmovió lamangaydosesbeltasvarasdemetalaparecieronentresusdedos.
Bailaronsobresusnudillosydespuésvolvieronadesaparecer.—¿Ganzúas?—preguntóNina.—Yomeocupodeesasceldas—aseguróKaz.—Dispararcuandoelblanconomire—musitóInej.—Esoes—asintióKaz—.YlaCortedeHieloescomocualquierotroblanco,un
pichóngordoyblancolistoparadesplumar.—¿VendráYul-Bayurporvoluntadpropia?—preguntóInej.—Van Eck dijo que el Consejo le dio a Yul-Bayur una palabra clave cuando
tratarondesacarlodeShuHanparaquesupieraenquiénconfiar:sesh-uyeh.LediráquenosenvíaKerch.
—Sesh-uyeh —repitióWylan, probando las sílabas torpemente en la lengua—¿Quésignifica?
Ninaexaminóunamanchaenelsueloydijo:—Corazónroto.—Estopuedehacerse—dijoKaz—,yseremosnosotrosquieneslohagan.Jesper sintióqueel ambientede lahabitacióncambiabamientras laposibilidad
cobraba fuerza. Era algo sutil, pero había aprendido a buscarlo en las mesas; elmomento en que un jugador comprendía que tal vez tenía la mano ganadora. Laexpectación tirabadeél,unaburbujeantemezclademiedoyemociónque leponíadifícilquedarseinmóvil.
TalvezMatthiastambiénlonotó,porquecruzósusenormesbrazosydijo:—Notenéisniideadeaquéosenfrentáis.—Pero túsí,Helvar.Quieroque trabajesenelplanode laCortedeHielocada
minutohastaquezarpemos.Ningúndetalleesdemasiadopequeñoointrascendente.Tevigilarédeformaregular.
Inej pasó el dedo por el tosco boceto que había hecho Wylan, una serie decírculosconcéntricos.
—Laverdadesquesíparecenlosanillosdeunárbol.—No—dijoKaz—.Pareceunadiana.
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a hemos terminado aquí —le dijo Kaz a los demás—. Os enviaré noticiascuandoencuentreunbarco,peroestadlistosparazarparmañanaporlanoche.
—¿Tanpronto?—preguntóInej.—Nosabemosquéclasedetiempohará,ytenemosunlargoviajepordelante.La
Hringkälla es nuestra mejor opción de conseguir a Bo Yul-Bayur. No voy aarriesgarmeaperderla.
Kaz necesitaba tiempo para pensar bien el plan que se estaba formando en sucabeza.Podíaver lobásico:pordóndeentrarían,cómosemarcharían.Peroelplanque teníasignificabaquenopodrían llevargrancosaconellos.Estarían trabajandosin sus recursoshabituales.Eso significabaquehabíamásvariablesymuchasmásposibilidadesdequelascosassalieranmal.
TenercercaaWylanVanEcksignificabaquealmenospodíaasegurarsedequeobtuvieransurecompensa,peronoibaaserfácil.Nisiquierahabíansalidotodavíade Ketterdam y Wylan ya parecía completamente fuera de su elemento. No eramuchomás joven queKaz, pero de algúnmodo parecía un niño: piel suave, ojosgrandes, como un cachorro de orejas sedosas en una habitación llena de perros delucha.
—Mantén a Wylan alejado de los problemas —le dijo a Jesper mientras losdespedía.
—¿Porquéyo?—Tienes la mala suerte de estar enmi campo de visión, y no quiero ninguna
reconciliaciónrepentinaentrepadreehijoantesdequezarpemos.—Notienesquepreocuparteporeso—aseguróWylan.
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—Mepreocupoportodo,mercadercillo.Poresosigovivo.YtútambiénpuedesecharleunojoaJesper.
—¿Amí?—preguntóél,indignado.Kazdeslizóunpaneldemaderanegraaunladoyabriólacajafuertequehabía
debajo.—Sí,tú.—ContócuatropilasdelgadasdekrugeyentregóunaaJesper—.Estoes
para balas, no para apuestas. Wylan, asegúrate de que sus pies no encuentrenmisteriosamente el camino hasta un salón de juegos mientras vais a comprarmunición,¿entendido?
—Nonecesitounaniñera—replicóJesper.—Esmásbienunvigilante,perosiquieresquetecambielospañalesytearrope
porlanoche,esasuntotuyo.—IgnorólaexpresióndolidadeJesperylesdiokrugeaWylan para los explosivos y a Nina para lo que necesitara en su equipo deConfeccionadora—.Compradsolosuministrosparaelviaje.Siestovatalcomocreo,vamosatenerqueentrarenlaCortedeHieloconlasmanosvacías.
Vio que una sombra cruzaba el rostro de Inej. No le gustaba estar sin suscuchillos,aligualqueaélnolegustabaestarsinsubastón.
—Necesitoqueconsigas ropaparaclimafrío—ledijo—.Hayuna tiendaen laWijnstraatconsuministrosparacazadores;empiezaallí.
—¿Vamosaacercarnosporelnorte?—preguntóHelvar.Kazasintióconlacabeza.—El puerto de Djerholm está lleno de agentes de aduanas, y apuesto a que
incrementaránlaseguridaddurantevuestragranfiesta.—Noesunafiesta.—Suenacomounafiesta—dijoJesper.—Sesuponequenoesunafiesta—secorrigióHelvar,hosco.—¿Qué vamos a hacer con él?—preguntó Nina, señalando aMatthias con la
cabeza.Suvozcarecíadeinterés,peronadiesalvoHelvarcreyósuactuación.TodoshabíanvistosuslágrimasenlaPuertadelInfierno.
—Porelmomentosequedaaquí,enelClubCuervo.Quieroqueescarbesentusrecuerdos en busca de detalles, Helvar. Wylan y Jesper se unirán a ti después.Dejaremosestasalacerrada.Sialgúnjugadordelazonaprincipalpregunta,decidlesqueaquíhayunjuegoprivado.
—¿Tendremos que dormir aquí?—preguntó Jesper—.Tengo que ocuparme deunascosasenelListón.
—Te lasarreglarás—dijoKaz,aunquesabíaquepedirleaJesperquepasara lanoche en un salón de juegos sin hacer ni una apuesta era una clase particular decrueldad.Segiróhacialosdemás—.Niunapalabraanadie.Nadiedebesaberqueosvais de Kerch. Vais a ir conmigo a un trabajo en una casa de campo fuera de laciudad.Esoestodo.
—¿Vasacontarnosalgomássobretumilagrosoplan?—preguntóNina.
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—Enelbarco.Cuantomenossepáis,menospodréishablar.—¿YvasadejaraHelvarsincadenas?—¿Puedescomportarte?—lepreguntóKazalfjerdano.Teníaunamiradaasesina,
peroasintióconlacabeza—.Cerraremosestahabitaciónypondremosunguardia.Inejobservóalenormefjerdano.—Talvezdos.—Dejad a Dirix y Rotty, pero no les deis demasiados detalles. Zarparán con
nosotrosypuedoponerlosaldíadespués.YWylan,túyyovamosatenerunacharla.Quierosaberlotodosobrelaempresamercantedetupadre.
Elseencogiódehombros.—Nosénadasobreella.Amínomeincluyeenesasdiscusiones.—¿Me estás diciendo que nunca te has colado en su despacho? ¿Nunca has
miradosusdocumentos?—No —dijo Wylan, y su barbilla sobresalió un poco. A Kaz le sorprendió
descubrirquerealmentelecreía.—¿Quétedecía?—preguntóJesperalegrementemientrasatravesabalapuerta—.
Inútil.LosotroscomenzaronasalirtrasélyKazcerrólacajafuerteconllave.—Megustaríahablarcontigo,Brekker—dijoHelvar—.Asolas.InejledirigióaKazunamiradadeadvertencia,peroestelaignoró.¿Nopensaba
quepudieraocuparsedeunamontañademúsculoscomoMatthiasHelvar?Cerróelpaneldelaparedysediounasacudidaenlapierna.Leestabadoliendo;demasiadasnochessindormirydemasiadotiempoconsupesoencima.
—Venga,Espectro—ledijo—.Cierralapuertacuandosalgas.Encuantolapuertasecerró,Matthiasselanzóhaciaél.Kazledejóhacerlo; lo
estabaesperando.MatthiascerróunamanosuciasobrelabocadeKaz.Lasensacióndepielcontra
pielprovocóunaoleadade repulsiónen lacabezadeKaz,perocomohabíaestadoesperandoelataquelogrócontrolarlasnáuseasquesentía.LaotramanodeMatthiasrebuscóenlosbolsillosdelabrigodeKaz,primeroenunoydespuésenotro.
—¿Fer esje? —gruñó furioso en fjerdano—. ¿Dónde está?—dijo después enkerch.
KazledioaHelvarotromomentodebúsquedafrenéticaydespuésbajóelcodoygolpeóhaciaarriba,obligandoaHelvaraaflojarelagarre.Escapóconfacilidadyledio un golpe detrás de la pierna derecha con el bastón. El enorme fjerdano sederrumbó.Cuandotratódelevantarseotravez,Kazlediounapatada.
—Quédateahí,patéticoimbécil.Helvar volvió a tratar de levantarse otra vez. Era rápido, y la prisión lo había
vuelto fuerte.Kaz le dio un potente golpe en lamandíbula y después asestó a lospuntosdepresióndesusenormeshombrosdosgolpesrápidoscomounrayoconla
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puntadelbastón.El fjerdanogruñóy susbrazosquedaron flojose inmóvilesa suscostados.
KazgiróelbastónensumanoyapretólagargantadeHelvarconlacabezadelcuervotallada.
—Muéveteotravezytedaréungolpetanfuerteenlamandíbulaquesolopodrásingerirlíquidosduranteelrestodetuvida.
Elfjerdanosequedóinmóvil,conlosojosazulesbrillandodeodio.—¿Dóndeestálaabsolución?—gruñó—.Viquelaguardabasenelbolsillo.Kazseagachójuntoaélysacóeldocumentodobladodeunbolsilloqueparecía
vacíotansolounmomentoantes.—¿Esto?El fjerdano agitó los brazos inútiles y después soltó un bajo gruñido animal
mientrasKazhacíaquelaabsoluciónsedesvanecieraenelaire.Reaparecióentresusdedos. La giró una vez,mostrando el texto, y después pasó lamano sobre él y lemostróaHelvarlapáginaaparentementevacía.
—Demjin —murmuró Helvar. Kaz no hablaba fjerdano, pero esa palabra laconocía.Demonio.
Niporasomo.HabíaaprendidoeljuegodemanosdelostahúresyjugadoresdelStaveOriental,ysehabíapasadohoraspracticándolodelantedeunespejoturbioquehabíacompradoconlapagadesuprimerasemana.
Kazledioungolpecitosuaveenlamandíbula.—Porcadatrucoquehayasvisto,yosémilmás.¿CreesqueunañoenlaPuerta
delInfiernotehaendurecido?¿Quetehaenseñadoaluchar?LaPuertadelInfiernohabríasidounparaísoparamídeniño.Temuevescomounbuey…duraríasdosdíasenlascallesdondecrecí.Estavezlodejarépasar,Helvar.Peronovuelvasaponermea prueba. Asiente para que sepa que me entiendes. —Helvar apretó los labios yasintió con la cabeza una vez—. Bien. Creo que te encadenaremos los pies estanoche.
Kazselevantó,tomósunuevosombrerodelescritoriodondelohabíadejadoyledio al fjerdano una última patada en los riñones, por si acaso. A veces no sabíancuándoquedarseenelsuelo.
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urante el día siguiente, Inej vio que Kaz empezaba a poner en marcha suestrategia.Habíaestadoaltantodesusconsultasconcadamiembrodelequipo,perosabía que solo estaba viendo fragmentos de su plan. Ese era el juego al que Kazsiemprejugaba.
Si tenía alguna duda sobre la misión, no lomostró, e Inej deseó compartir sucerteza. La Corte de Hielo había sido construida para soportar la arremetida deejércitos, asesinos,Grishayespías.Cuando se lohabíadichoaKaz, él se limitóaresponder:
—Peronolaconstruyeronparacontenernosanosotros.Suconfianzalaenervaba.—¿Qué te hace pensar que podemos hacerlo? Habrá otros equipos ahí fuera,
soldadosyespíasbienentrenados,genteconañosdeexperiencia.—Estenoesuntrabajoparasoldadosyespíasbienentrenados.Esuntrabajopara
rufianesyladrones.VanEcklosabe,yporesonoshallamado.—Nopodrásgastarsudinerosiestásmuerto.—Tendréhábitoscarosenlaotravida.—Hayunadiferenciaentrelaconfianzaylaarrogancia.Entonceséllehabíadadolaespalda,dandoacadaguanteuntirónbrusco.—Ycuandoquieraunsermónsobreeso,sabréaquiénacudir.Siquieresdejarlo,
solotienesquedecirlo.Aellaselepusorígidalaespalda,ysupropioorgulloseelevóensudefensa.—Matthiasnoeselúnicomiembroirreemplazabledelequipo,Kaz.Menecesitas.
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—Necesitotushabilidades,Inej.Noeslomismo.PuedequeseaslamejorarañaquesearrastraporelBarril,peronoereslaúnica.Haríasbienenrecordarlosiquieresllevartetupartedelbotín.
Ella no dijo nada; no queríamostrar lomucho que la había enfadado, pero semarchódesudespachoynovolvióadecirlenadamás.
Ahora, mientras se dirigía hacia el puerto, se preguntó por qué seguía en esecamino.
PodríamarcharsedeKerchcuandoquisiera.Podríaviajardepolizónenunbarcohacia Novyi Zem. Podría volver a Ravka y buscar a su familia. Esperaba quehubieran estado a salvo en el oeste cuando estalló la guerra civil, o que tal vez sehubieran refugiado en Shu Han. Las caravanas suli llevaban años siguiendo losmismos caminos gastados, y ella tenía la habilidad necesaria para robar lo quenecesitabaparasobrevivirhastaquelosencontrara.
EsosignificaríanopagarsudeudaconlosDespojos.PerHaskellculparíaaKaz;estelohabíaobligadoapagarsucontrato,ylodejaríavulnerablesinsuEspectroparabuscarle secretos. Pero ¿no le había dicho que era fácilmente reemplazable? SilograbandarelgolpeyvolveraKerchconBoYul-Bayurasalvo,suporcentajedelbotínseríamásquesuficienteparapagarlarupturadelcontratoconlosDespojos.NoledeberíanadaaKazynotendríaningunarazónparaquedarse.
Solo faltaba una hora para el amanecer, pero las calles estaban abarrotadasmientrasseabríacaminodesdeelStaveOrientalhastaelOccidental.Habíaundichosuli:Elcorazónescomounaflecha.Hacefaltapunteríaparadarenelblanco.Asupadrelegustabarecitarleesocuandoellaentrenabasobrelacuerdaoelbalancín.Sédecidida,ledecía.Tienesquesaberadóndequieresirantesdellegar.Sumadresereía al oír aquello. Eso no es lo que quiere decir, intervenía. Le quitas elromanticismo a todo. Pero no era cierto: su padre adoraba a su madre. Inej lorecordaba dejando ramitos de geranios silvestres para que sumadre los encontraraportodaspartes:enlasalacenas,enlascacerolas,lasmangasdesustrajes.
¿Tecuentoelsecretodelverdaderoamor?,lehabíapreguntadounavezsupadre.Aunamigomíolegustabadecirmequelasmujeresadoranlasflores.Teníamuchoscoqueteos, pero jamás encontró esposa. ¿Sabes por qué? Porque puede que a lasmujereslesencantenlasflores,perosoloaunaleencantaelaromaagardeniasdefinales de verano que le recuerda al porche de su abuela. Solo a una mujer leencantanlasfloresdelmanzanoenunatazaazul.Soloaunamujerleencantanlosgeraniossilvestres.
¡Esaesmamá!,habíagritadoInej.Sí,amamáleencantanlosgeraniossilvestresporquenohayotraflorquetenga
esecolor,ydicequecuandoparteeltalloyseloponedetrásdelaoreja,elmundoenterohueleaverano.Muchoschicostetraeránflores,peroalgúndíaconocerásauno que aprenda cuál es tu flor favorita, tu canción favorita, tu dulce favorito. Yaunqueseademasiadopobreparadartenadadeeso,noimportaráporquesehabrá
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tomadoel tiempode conocerte comonadiemás lohabráhecho.Solo ese chico semerecerátucorazón.
Parecíaquehubieranpasadocienaños.Supadreseequivocaba:nohabíahabidoningúnchicoquelellevaraflores,tansolohombresconpilasdekrugeybolsasllenasde monedas. ¿Volvería a ver a su padre alguna vez? ¿A oír cantar a su madre, aescuchar las tontas historias de su tío?No creo que siga teniendo un corazón queentregar,papá.
El problema era que Inej ya no estaba segura de lo que quería. Cuando erapequeñaleresultabafácilsaberlo:unasonrisadesupadre,quesubieranunpocolacuerdafloja,pastelitosdenaranjaenvueltosenpapelblanco.DespuésfuelibrarsedeTante Heleen y la Reserva y, tras eso, sobrevivir cada día, volverse un poco másfuertecadamañana.Ahoranosabíaloquequería.
Demomento,meconformaréconunadisculpa,decidió.Ynomontaréenelbarcosin ella. Aunque Kaz no lo sienta, puede fingirlo. Al menos me debe su mejorimitacióndeunserhumano.
SinofueratardepodríahaberrodeadoelStaveOccidental,osimplementeviajarpor los tejados; ese era el Ketterdam que amaba, vacío y silencioso, alto sobre lamultitud, una cordillera iluminada por la luz de la luna de cimas a dos aguas ychimeneas torcidas.Pero esa noche iba escasa de tiempo.Kaz la habíamandado abuscarenlastiendasdostrozosdeparafinaenelúltimominuto.Nisiquieraledijoparaquéeranniporquéerantannecesarios.¿Ylasgafasdenieve?Tuvoquevisitartressastreríasdistintasparaadquirirlas.Estabatancansadaquenoconfiabadeltodoensímismaparasubirporlostejados,nodespuésdedosnochessindormiryundíadiscutiendoporconseguirsuministrosparasuviajealaCortedeHielo.
Supusoqueseestabadesafiandoasímisma.Nunca caminaba por el Stave Occidental a solas. Con los Despojos a su lado
podía pasar junto a la Reserva sin una mirada hacia los barrotes dorados de lasventanas.Peroesanocheel corazón le latíacon fuerza,ypodíaoír el rugidode lasangreensusoídosmientraslafachadadoradaaparecíaalavista.HabíanconstruidolaReservaparaqueparecieraunajauladevariospisos,conlasdosprimerasplantasabiertas salvo por los barrotes dorados ampliamente espaciados. También se laconocíacomolaCasaExótica.Sitegustabanlaschicasshuolasgigantesfjerdanas,unapelirrojadelaIslaErranteounazemenidepieloscura,laReservaeratulugardedestino. Cada chica era conocida por su nombre animal: leopardo, yegua, zorro,cuervo,armiño,cervatillo,serpiente.Lasvidentessulillevabanlamáscaradechacalcuando ejercían su oficio ymiraban el destino de una persona. Pero ¿qué hombrequerríameterseen lacamaconunchacal?Asíquea lachicasuli (yen laReservasiemprehabíauna)selaconocíacomoellince.Losclientesnoibanbuscandochicasconcretas,solopielmorenasuli,elfuegodelpelokaélico,eltonodoradodelosojosshu.Losanimalesseguíansiendolosmismos,aunquelaschicasibanyvenían.
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Inejviounasplumasdepavorealenlarecepciónyelcorazónletrastabilló.Tansoloeradecoración,unmagníficoarreglofloral,peroalpánicodesuinteriorledioigual. Se elevó, aferrándole el aliento. La gente venía de todas partes, hombresenmascarados, mujeres con velos… o tal vez eran hombres con velos y mujeresenmascaradas.Eraimposiblesaberlo.LoscuernosdelDiablillo.LosojossaltonesdelDemente,lacaratristedelaReinaEscarabajoforjadadenegroyoro.AlosartistaslesencantabapintarescenasdelStaveOccidental,loschicosychicasquetrabajabanen losburdeles, losbuscadoresdeplacervestidosde lospersonajesde laKomedieBrute.Peronohabíaningunabellezaahí,ningunafelicidadoalegríareales,tansolotransacciones, gente buscando escape o algún olvido colorido, algún sueño dedecadenciadelquepudierandespertarcuandolodesearan.
InejseobligóamirarhacialaReservamientraspasaba.Tansoloesun sitio, sedijo.Solounacasamás. ¿Cómo la veríaKaz? ¿Dónde
están las entradas y las salidas? ¿Cómo funcionan los cerrojos? ¿Qué ventanas notienen barrotes? ¿Cuántos guardias están de servicio y cuáles parecen alerta? Solounacasallenadecerrojosqueabrir,cajasfuertesquedesvalijar,pichonesalosquedesplumar.Yahoraellaeraladepredadora,noHeleenconsusplumasdepavoreal,niningúnhombrequerecorrieraesascalles.
EncuantolaReservaquedófueradesuvista,latensasensaciónensupechoysugargantacomenzóadesvanecerse.Lohabíaconseguido.HabíacaminadosolaenelStaveOccidental,justopordelantedelaCasaExótica.PodríaenfrentarseacualquiercosaqueleesperaraenFjerda.
Unamanolerodeóelantebrazoyladesequilibró.Inejrecuperóelequilibrioconrapidez.Girósobresustalonesytratódeapartarse,
peroelagarreerademasiadofuerte.—Hola,pequeñalince.Inej siseó y liberó su brazo de golpe. Tante Heleen. Así era como las chicas
llamaban a Heleen Van Houden si no querían arriesgarse a probar el dorso de sumano.Parael restodelBarrileraelPavoReal,aunqueInejsiemprehabíapensadoqueparecíamásungatoengreídoqueunpájaro.Supeloeraespesoydeundoradoexquisito, sus ojos color avellana y ligeramente felinos. Su forma alta y sinuosaestaba cubierta de vibrante seda azul, y su escote bajo adornado con plumasiridiscentesque rozaban lacaracterísticagargantilladediamantesque relucíaen sucuello.
Inejsegiróparacorrer,peroteníaelcaminobloqueadoporunenormematónconuna capa de terciopelo azul tensa sobre sus grandes hombros. Cobbet, el agentefavoritodeHeleen.
—Ah,no,pequeñalince.LavisióndeInejseemborronó.Atrapada.Atrapada.Atrapadaotravez.—Nomellamoasí—logrójadear.—Quétozuda.
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HeleensujetólatúnicadeInej.Muévete, gritó sumente, pero no podía. Susmúsculos se habían tensado y un
agudogemidodeterrorllenabasucabeza.Heleenpasóunauñabiencuidadaporsumejilla.—Linceestuúniconombre—canturreó—.Siguessiendolobastanteguapacomo
paraconseguirunbuenprecio.Aunqueteestásendureciendoalrededordelosojos…demasiado tiempo con ese pequeño rufián de Brekker. —Un sonido humillanteemergiódelagargantadeInej,unresuelloahogado—.Séloqueeres,lince.Séloquevales.Hastaelúltimocentavo.Cobbet,talvezdeberíamosllevarlayaacasa.
LavisióndeInejsevolviónegra.—Noteatreverías.LosDespojos…—Puedo esperar, pequeña lince.Volverás a llevarmis sedas, te lo prometo.—
Liberóa Inej—.Disfrutade lanoche—añadióconunasonrisa,ydespuésabriósuabanicoazulysealejóhacialamultitud,conCobbetsiguiéndola.
Inejsequedóparalizadaytemblorosa.Despuésseinternóenlamultitud,deseosade desaparecer. Quería echar a correr, pero siguió avanzando con paso firme endirección al puerto. Mientras caminaba liberó los cierres de las vainas de susantebrazos,sintiendolosmangosdesusdagasdeslizándosehastasuspalmas.SanktPetyr,famosoporsuvalentíaenladerecha;ylahojaesbeltaconmangodehuesoquehabíabautizadocomoSanktaAlinaenlaizquierda.Recitólosnombresdesusotroscuchillos. Sankta Marya y Sankta Anastasia atadas a sus muslos. Sankt VladimirocultaensubotaySanktaLizabetaceñidaalcinto,conunpatrónderosasgrabadoenlahoja.Protegedme,protegedme.TeníaquecreerquesusSantosveíanyentendíanlascosasquehacíaparasobrevivir.
¿Quélepasaba?EraelEspectro.NoteníanadamásquetemerdeTanteHeleen.PerHaskellhabíapagadosucontrato, lahabía liberado.Noeraunaesclava;eraunmiembrovaliosodelosDespojos,unaladronadesecretos,lamejordelBarril.
PasódeprisajuntoalaluzylamúsicadelListónyalfinlospuertosdeKetterdamquedaronalavistayelBarrilsefuedesvaneciendomientrasseacercabaalagua.Nohabía multitudes que chocaran contra ella ahí, ningún perfume empalagoso nimáscarassalvajes.Respiróhondodeformaprolongada.DesdeallípodíaverlacimadeunadelastorresdelosAgitamareas,dondesiemprehabíalucesencendidas.LosgruesosobeliscosdepiedranegraestabandirigidosdíaynocheporunselectogrupodeGrishaquemantenían lasmareas altas de formapermanente sobre el puente detierraquedelocontrariohabríaconectadoKerchconShuHan.InclusoKaznohabíaconseguidodescubrirlasidentidadesdelConsejodeMareas,dóndevivíannicómosegarantizaba su lealtad a Kerch. Ellos también vigilaban los puertos, y si algúnsupervisordelpuertooalgúnestibadordabalaseñal,ellosalterabanlasmareasparaimpedirquenadiesalieraalmar.Peroesanochenohabríaseñales.Sehabíanpagadolossobornosadecuadosalosoficialesadecuados,ysubarcodeberíaestarlistoparazarpar.
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InejempezóatrotarendirecciónalosmuellesdecargadelQuintoPuerto.Selehabía hecho muy tarde; no tenía ganas de ver el ceño de Kaz fruncido por ladesaprobacióncuandollegara.
Sealegrabapor lapazde losmuelles,peroparecíancasi inmóvilesdespuésdelruido y el caos del Barril. Allí las hileras de cajas y contenedores de cargamentoestabanapiladasenaltoacadaladodeella,avecestresyhastacuatro,unaencimadeotra.Hacíanqueesapartedelosmuellesparecieraunlaberinto.Unsudorfríobrotóen labasedesucolumnavertebral.ElencuentroconTanteHeleen lahabíadejadoagitada,ylosmangosdelasdagasensusmanosnobastabanparacalmarsusnerviosalterados. Sabía que debía acostumbrarse a llevar una pistola, pero el peso ladesequilibrabaylaspistolaspodíanatascarseofallarenunmalmomento.Pequeñolince.Susdagaseranfiables.Ylahacíansentircomosihubieranacidocongarrasdeverdad.
Una ligerabrumaseelevabadelaguay,a travésdeella, InejvioaKazya losdemás esperando cerca del embarcadero. Todos llevaban la ropa corriente de losmarineros: pantalones toscos, botas, gruesos abrigos de lana y gorros. InclusoKazhabíaabandonadosutrajeinmaculadoenfavordeunvoluminosoabrigo.Suespesamatadepelooscuroestabapeinadahaciaatrás,conlos ladoscortoscomosiempre.Parecíaunestibador,ounchicoquefueraazarparporprimeravez.EracasicomosiInejvieraatravésdeunalentealgunaotrarealidad,másplacentera.
Trasellos,violapequeñagoletaqueKazhabíarequisado,conlapalabraFerolindescritaennegritaaunlado.LlevaríalospecespúrpuraskerchylacoloridabanderadelaCompañíadelaBahíaHaanraadt.ParacualquieradeFjerdaoelMarAuténtico,simplementepareceríancazadoreskerchquesedirigieranalnorteenbuscadepieles.Inejaceleróelpaso.Sinohubierallegadotarde,probablementeyaestaríanabordooinclusoenelcaminoparasalirdelpuerto.
Tendríanunatripulaciónmínima,todosantiguosmarinerosquehabíanllegadoalas filas de los Despojos por algún infortunio u otro. A través de la bruma contórápidamente el grupo que esperaba. El número estaba mal. Habían llevado cuatromiembrosmásdelosDespojosparaayudaramanejar lagoleta,yaqueningunodeellossabíacontrolarlasjarcias,peronoveíaaningunodeellos.¿Alomejorestányaabordo?Peroinclusomientraslopensaba,subotacayósobrealgosuave,haciéndoletropezar.
Bajólamirada.BajoeldébilresplandordelaslucesdegasdelpuertovioaDirix,uno de losDespojos que iban a hacer ese viaje con ellos. Tenía un cuchillo en elabdomenylosojosvidriosos.
—¡Kaz!—gritó.Peroerademasiadotarde.Lagoletaexplotó,tirandoaInejalsueloybañandoel
muelledellamas.
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espersiempresesentíamejorcuandolagenteledisparaba.Noesquelegustarala idea demorir (de hecho, ese resultado potencial era desde luego unamolestia),perosiseobsesionabaporseguirvivonopodríapensarennadamás.Esesonido,elrápidoe impactante ruidode losdisparos, concentraba lapartede sumenteque seencontrabadispersa, irascible e inquisitivacomonadamás lohacía.Eramejorqueestarenlasmesasyesperarsuturno,mejorqueestarenlaRuedadeMakkeryverqueaparecíasunúmero.Lohabíadescubiertolaprimeranocheenlafronterazemeni.Su padre estaba sudando, temblando, apenas capaz de cargar su rifle. Pero Jesperhabíaencontradosuvocación.
Ahora se encontraba en la parte superior de la caja donde se había puesto acubierto, disparando con ambas pistolas. Sus armas eran revólveres zemeni quepodíansoltarseisdisparosenrápidasucesión,sinrivalentodaKetterdam.Losnotócalentándoseensusmanos.
Kaz les había advertido de que habría competencia, otros equipos decididos aobtenerelpremioacualquierprecio,peroerademasiadoprontoparaque lascosasestuvieranyendotanmal.Sehallabanrodeados,almenoshabíamuertounhombre,yunbarcoardíaasusespaldas.HabíanperdidoeltransporteaFjerday,silosdisparosque llovían sobre ellos eran alguna indicación, estaban seriamente sobrepasados ennúmero.Suponíaquepodríahabersidopeor;podríanhaberestadoenelbarcocuandoexplotó.
Jesperseagachópararecargarynopudocreerloqueveía.WylanVanEckestabaaovillado en elmuelle, con sus suavesmanos demercader sobre la cabeza. Jespersoltóunsuspiro, lanzóunospocosdisparosparacubrirseysaltódesdedetrásde la
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dulceseguridaddesucaja.AgarróaWylanporelcuellodesucamisay tiródeélhastaponerloacubierto.
Lozarandeóunpoco.—Contrólate,niño.—Nosoyunniño—mascullóél,apartándolelamanodeunmanotazo.—Vale,eresunviejoestadista.¿Sabesdisparar?Wylanasintiólentamenteconlacabeza.—Hepracticadotiroalplato.Jesperpusolosojosenblanco.Sequitóelrifledelaespaldayselopusosobreel
pecho.—Genial.Estoeslomismo,soloqueelsonidoesdiferentecuandoaciertas.Se giró con los revólveres en alto mientras una forma aparecía por su visión
periférica,perosoloeraKaz.—Idaleste,alsiguientemuelle,yembarcadenelamarraderoveintidós—dijo.—¿Quéhayahí?—ElFerolinddeverdad.—Pero…—Elbarcoquehaexplotadoeraunseñuelo.—¿Losabías?—No,perotoméprecauciones.Esloquehago,Jesper.—Podríashabernosdichoque…—Esoanularíaelpropósitodeunseñuelo.Enmarcha.—Kazechóunvistazoa
Wylan,queacunabaelriflecomoaunbebé—.Yasegúratedequeentreenelbarcodeunapieza.
JesperobservóaKazdesvanecerseentrelassombras,conelbastónenunamanoy la pistola en la otra. Incluso con solo una pierna buena, era espeluznantementerápido.
EntonceslediootroempujónaWylan.—Vamos.—¿Vamos?—¿No has oído a Kaz? Tenemos que llegar al amarradero veintidós.—Wylan
asintióconlacabezasinhablar.Teníalosojosaturdidosylobastanteabiertoscomopara beber de ellos—.Quédate detrás demí e intenta que no tematen. ¿Listo?—Wylannegóconlacabeza—.Puesolvidaquetelohepreguntado.—Lepusolamanoenelagarredelrifle—.Venga.
Jesperdisparóotra ráfaga,deunamaneraextrañaqueesperabaqueocultara suubicación.Conunrevólvervacío,saltódelacajayseinternóenlassombras.MedioesperabaqueWylannolosiguiera,peropodíaoíralmercadercillotrasélrespirandoconfuerza,conunsilbidobajoen lospulmonesmientrascorríanhacia lasiguientepiladebarriles.
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Jespersiseócuandounabalapasózumbandojuntoasumejilla,lobastantecercaparadejarleunaquemadura.
Se lanzarondetrásde losbarriles.DesdeallívioaNinaenelespacioentredospilasdecajas.Teníalosbrazosenaltoy,cuandotuvoaunodelosatacantesalavista,apretóelpuño.Elchicosederrumbóenelsueloaferrándoseelpecho.PerolaGrishaestaba en desventaja en ese laberinto. Los Mortificadores necesitaban ver a susobjetivosparaderribarlos.
Helvar se encontraba junto a ella con la espalda contra las cajas y las manosatadas.Eraunaprecauciónrazonable,peroel fjerdanoeravaliosoyJesper tuvounmomentoparapreguntarseporquéKazlohabríadejadoentalapuroantesdeverqueNinasesacabauncuchillodelamangaylecortabalasataduras.Lepusounapistolaenlasmanos.
—Defiéndete—ledijoconungruñido,yvolvióaconcentrarseenlapelea.Noesinteligente,pensóJesper.Noledeslaespaldaaunfjerdanofurioso.Helvar
parecía estar planteándose seriamente dispararle. Jesper levantó el revólver,preparado para derribar al gigante, pero entonces Helvar se puso junto a Nina,apuntandoallaberintodecajasqueteníandelante.Yasíporlasbuenasempezaronaluchar codo con codo. ¿Habría dejado Kaz a Matthias atado junto a Ninadeliberadamente?Jespernuncasabíacuántode loque lograbaKazeragraciasasuinteligenciaysusplanesycuántoerapurasuerte.
Soltóunsilbidoagudo.NinamiróporencimadelhombroysumiradaencontróladeJesper.Éllemostródosdedos,dosveces,yellaasintiórápidamenteconlacabeza.¿Yasabíaqueelamarraderoveintidóseraeldestinoreal?¿LosabíaInej?Ahíestabaotra vezKaz, jugando con la información,manteniendo a uno o a todos a ciegas.Jesperloodiaba,peronopodíarebatirelhechodequetodavíateníanunaformadellegaraFjerda.Sivivíanparaembarcarenlasegundagoleta.
Hizo una señal a Wylan y continuaron pasando junto a los barcos y navesatracadosjuntoalmuelle,contodoelcuidadodelqueerancapaces.
—¡Ahí!—oyóquegritabaunavozdesdealgúnlugardetrásdeellos.Loshabíanvisto.
—Maldición—dijoJesper—.¡Corre!Corrieronporelmuelle.Ahí,enelamarraderoveintidós,habíaunagoletaesbelta
conlapalabraFerolindenuncostado.Eracasiespeluznantelomuchoqueseparecíaal otro barco. No había lámparas encendidas a bordo, pero mientras él y Wylansubíanporlarampaaparecierondosmarineros.
—Soislosprimerosenllegar—señalóRotty.—Esperemosquenoseamoslosúltimos.¿Estáisarmados?Asintióconlacabeza.—Brekkernosdijoquepermaneciéramosocultoshasta…—Hastaahora—dijoJesper, señalandoa loshombresquecorríanhaciaellosy
quitándole el rifle aWylan—.Necesito ir a un lugar elevado.Mantenedlos atrás y
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distraídostantocomopodáis.—Jesper…—empezóWylan.—Quenadiepasedeaquí.Sitomanestagoleta,seacabó.Los hombres que les disparaban no solo querían que los Despojos no
abandonaranelpuerto.Losqueríanmuertos.Jesper disparó a los doshombresque lideraban la cargapor elmuelle.Unode
ellos cayó y el otro rodó a la izquierda y se ocultó tras el bauprés de un barcopesquero.Jesperdisparótresvecesmásydespuéssubióelmástilatodaprisa.
Debajopodíaoírmásdisparos.Tresmetros,seis,susbotasseenganchabanenlascuerdas.Tendríaquehabersedetenidoparaquitárselas.Estabaamenosdeunmetrodelpuestodelvigíacuandosintióundoloragudoqueleacuchillólacarnedelmuslo.Supieresbalóyporunmomentosebalanceósobreladistantecubiertasinnadasalvosusmanos resbaladizas aferrándose a las cuerdas. Se obligó amover las piernas ybuscóapoyoconlaspuntasdelasbotas.Supiernaderechaeracasiinútilporculpadeldisparo,ytuvoqueimpulsarselosúltimoscentímetrosconlosbrazostemblorososy el corazón latiendo con fuerza en sus oídos. Notaba todos los sentidos como siestuvieranardiendo.Desdeluegoestoeramejorqueunarachadebuenasuerteconlascartas.
Nosedetuvoadescansar.Enganchólapiernaheridaenlascuerdas,ignorandoeldolor,comprobólamirilladelrifleycomenzóadispararatodoelquetuvieraatiro.
Cuatro millones de kruge, se dijomientras recargaba y se le ponía a tiro otroenemigo.Labrumadificultaba lavisibilidad,peroesaera lahabilidadque lohabíamantenido en losDespojos inclusodespuésdeque sus deudas crecieranyquedaraclaroqueaJesperlegustabanlascartasmásdeloquealasuertelegustabaél.Cuatromillonesdekrugeacabaríanconsusdeudasylodejaríannadandoenlaabundanciaduranteunabuenatemporada.
VioaNinayMatthiastratandodeabrirsepasohastaelpuerto,perohabíaotrosdiezhombresensucamino.KazparecíaestarcorriendoendirecciónopuestayaInejnoselaveíaporningúnsitio,aunqueesonosignificabademasiadoconelEspectro.Podríaestarcolgandodelasvelasamediometrodeélyprobablementenolosabría.
—¡Jesper!—Elgritovinodesdeabajo,y tardóunmomentoendarsecuentadequeeraWylanquienlollamaba.Tratódeignorarloyvolvióaapuntar—.¡Jesper!
Voyamataraeseidiota.—¿Quéquieres?—gritó.—¡Cierralosojos!—Nopuedesbesarmedesdeahí,Wylan.—¡Quelohagas!—¡Mástevalequemeguste!Cerrólosojos.—¿Estáncerrados?—Joder,Wylan,sí,están…
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Hubounagudoypenetranteaullido,ydespuésunabrillanteluzexplotótraslospárpadosdeJesper.Cuandosedesvaneció,abriólosojos.
Debajoviohombrescorriendoporahí,cegadosporlabombalumínicaqueWylanhabíahechoestallar.PeroJesperpodíaveralaperfección.Noestámalparaelhijodeunmercader,pensóparasímismo,yabriófuego.
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ntes de que Inej pudiera poner un pie en la cuerda floja o incluso en una deentrenamiento,supadrelehabíaenseñadoacaer;aprotegerselacabezayminimizarel impacto sin enfrentarse a su propio impulso. Cuando el estallido del puerto lalevantó en el aire, ella se hizo un ovillo. Cayó con fuerza, pero se incorporó encuestióndesegundosysepegóallateraldeunacaja,conlasorejaspitandoylanarizllenadelpenetranteolordelapólvora.
InejlanzóunasolamiradaaKazyalosdemásydespuéshizoloqueseledabamejor: se desvaneció. Subió por las cajas de carga, escalándolas como un insectoligero,encontrandomuescasyagarresconlassuelasdegomadesuspies.
La vista desde arriba era perturbadora. Los Despojos estaban superados ennúmero,yhabíahombresabriéndosecaminodesdelosflancosizquierdoyderecho.Kazhabíatenidorazónalmantenerensecretoelverdaderolugardesalida.Alguienhabíahablado.Inejhabíatratadodevigilaralequipo,peroalguienmáspodríahaberestado husmeando. El propio Kaz lo había dicho: todos los lugares en Ketterdamteníangoteras,incluidoselListónyelClubCuervo.
AlguienestabadisparandodesdelosmástilesdelnuevoFerolind.Consuerte,esosignificabaqueJesperhabía llegadoa lagoleta,y tansolo teníaqueconseguirlesalosdemáseltiemposuficienteparaquetambiénllegaran.
Corrióconligerezasobrelascajas,abriéndosecaminoporlahileraybuscandoasusobjetivosdebajo.Eramuyfácil;ningunoesperabaquelaamenazavinieradesdearriba. Se deslizó hasta el suelo detrás de dos hombres que disparaban a Nina ypronuncióunaplegariasilenciosamientraslecortabalagargantaaunoydespuésalotro. Cuando el segundo hombre cayó, se agachó junto a él y le subió la manga
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derecha.Habíauntatuajedeunamano,conlosdosprimerosdedoscortadosporelnudillo.PuntasNegras.¿Eraaquello lavenganzaporelenfrentamientodeKazconGeels,oalgomás?Nodeberíanhaberpodidoreuniratantagente.
Avanzó hasta el siguiente pasillo de cajas, siguiendo un mapa mental de lasposicionesde losotrosatacantes.Primeroeliminóaunachicaconunenorme rifledifícil demanejar y después ensartó al hombreque tendría quehaberle cubierto elflanco.Su tatuajemostrabacincopájarosenformacióndecuña:GaviotasCuchilla.¿Acuántasbandasseenfrentaban?
La siguiente esquina se encontraba vacía. ¿Debía escalar los contenedores decargamento para comprobar su posición o arriesgarse a lo que pudiera estarleesperandoalotrolado?Respiróhondo,seagachóyseapresuróadoblarlaesquina.Aquella noche sus Santos se portaron bien: había dos hombres disparando en elmuelle de espaldas a ella. Los despachó con golpes rápidos de las dagas. Seiscuerpos, seis vidas tomadas. Iba a tener que hacer mucha penitencia, pero habíaayudado a inclinar la balanza un poco a favor de los Despojos. Ahora necesitaballegaralagoleta.
Limpió los cuchillos en sus bombachos de cuero y los volvió a meter en susvainas.A continuación retrocedió y corrió hasta el contenedor de cargamentomáscercano.Mientras sus dedos agarraban el borde, sintió un dolor penetrante bajo elbrazo. Se giró a tiempo de ver la fea cara de Oomen partida por una mueca dedeterminación.TodalainformaciónquehabíareunidosobrelosPuntasNegrasvolvióa ella en una ráfaga enfermiza: Oomen, el agente de Geels, el que podía aplastarcráneosconlasmanosdesnudas.
Tiró de ella hacia abajo y le agarró la parte delantera del chaleco, retorciendobruscamenteelcuchillodesucostado.Inejluchópornodesmayarse.
Mientrassucapuchacaíahaciaatrás,élexclamó:—¡Ghezen!TengoalEspectrodeBrekker.—Deberíashaberapuntado…másarriba—jadeóInej—.Nomehasdadoenel
corazón.—Notequieromuerta,Espectro—replicóél—.Eresungranpremio.Nopuedo
esperaraoírtodosloscotilleosquehasreunidoparaManosSucias,ytambiéntodossussecretos.Meencantanlashistorias.
—Tepuedodecircómoacabaesta—contestóellaconunalientotembloroso—.Peronovaagustarte.
—Ah,¿sí?La estampó contra la caja y el dolor la atravesó.Los dedos de sus pies apenas
rozabanelsuelomientraslasangremanabadelaheridaasucostado.ElantebrazodeOomenseencontrabacontrasushombros,sujetándolelosbrazos.
—¿Sabeselsecretoparalucharcontraunescorpión?Élserio.
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—¿Estás diciendo tonterías, Espectro?Nomueras demasiado deprisa. Necesitoquetevenden.
Ella cruzó un tobillo detrás del otro y oyó el clic reconfortante. Llevaba lasalmohadillas en las rodillas para arrastrarse y escalar, pero también había otrasrazones:laspequeñashojasdeaceroocultasencadaunadeellas.
—Elsecreto—jadeó—,esnoquitarlenuncalosojosdelacola.LevantólarodillayclavólahojaentrelaspiernasdeOomen.Élchillóylasoltó,
llevándoselamanoalaentrepiernasangrante.Inejretrocediótambaleándoseporlahileradecajas.Oíaahombresgritándose,el
estallidode lapólvoraen ráfagascortas. ¿Quiénestabaganando?¿Habrían llegadolosdemásalagoleta?Unaoleadademareolarecorrió.
Cuandosellevólosdedosalaheridadesucostado,salieronmojados.Demasiadasangre.Pasos.Alguien se acercaba.Nopodía escalar, noconesaherida,nocon lacantidad de sangre que había perdido. Recordó a su padre poniéndola sobre laescaleradecuerdalaprimeravez.Escala,Inej.
Loscontenedoresdecargamentoestabandispuestosallíenformadepirámide.Sipudierasubirsolouno,podríaesconderseenelprimernivel.Solouno.Podíaescalaropodíaquedarseahíymorir.
Tratódeencontrarclaridadensumenteysaltó,pegandolaspuntasdelosdedosalaparte superiorde la caja.Escala, Inej.Se arrastrópor el bordehasta el techodemetaldelcontenedor.
Estabamuybien ahí tumbada, pero sabíaquehabíadejadoun rastrode sangretrasella.Unomás,sedijo.Unomásyestarásasalvo.Seobligóaponersederodillasyavanzóhastalasiguientecaja.Lasuperficiebajoellacomenzóaagitarse.Oyórisasdesdeabajo.
—¡Venga,vamos,Espectro!¡Tenemossecretosquecontar!Desesperada,llevólamanootravezhastaelbordedelasiguientecajaylaagarró,
luchando contra la arremetida de dolor mientras el contenedor debajo de elladesaparecía.Sequedócolgando,balanceando lospies con impotencia.Noabrieronfuego;laqueríanviva.
—¡Baja,Espectro!Nosabíadedóndeleveníalafuerza,perologrósubirsealacaja.Sequedósobre
eltecho,jadeando.Solounamás.Peronopodía.Nopodíaponersederodillas,nopodíaestirar los
brazos,nisiquierapodíarodar.Dolíademasiado.Escala,Inej.—Nopuedo,papá—susurró.Inclusoentoncesodiabadecepcionarlo.Muévete,sedijo.Esteesunlugarestúpidoparamorir.Perounavozenlacabeza
lerespondióquehabía lugarespeores.Moriríaahí,en libertad,bajo la luzdelalba.Moriría trasunapeleadigna,noporquealgúnhombresehubieracansadodeellaoquisieradeellamásdeloquepudieradarle.Mejormorirahíconsusdagasqueconlacarapintadayelcuerpocubiertodesedasfalsas.
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Unamanoleagarróel tobillo.Habíansubidoa lascajas.¿Porquénoloshabíaoído?¿Tanidaestaba?Latenían.Alguienleestabadandolavuelta.Deslizóladagadelavainadesumuñeca.EnelBarril,unahoja tanafiladaseconocíacomoaceroamable.Significabaunamuerterápida.MejorquelatorturaamerceddelosPuntasNegrasolosGaviotasCuchilla.
QuelosSantosmereciban.Presionólapuntabajosupecho,entresuscostillas,una flecha al corazón.Entonces unamano le agarró lamuñecade formadolorosa,obligándolaasoltarladaga.
—Todavíano,Inej.Unavozásperacomodepiedrarozandopiedra.Abriólosojosdegolpe.Kaz.Él
la cogió en brazos, saltó de las cajas y aterrizó bruscamente, con la pierna malatambaleándose.
Ellagimiócuandollegaronalsuelo.—¿Hemosganado?—Estoyaquí,¿no?Debíadeestarcorriendo.Sucuerpo rebotabadolorosamentecontraelpechode
Kazconcadapasoatrompicones.Nopodíallevarlayusarelbastón.—Noquieromorir.—Haré loposibleparaquenoseaasí.—Ellacerró losojos—.Siguehablando,
Espectro.Notemeescapes.—Peroesloquemejorhago.Éllaaferróconmásfuerza.—Tansolollegaalagoleta.Abrelosmalditosojos,Inej.Lo intentó. Tenía la visión borrosa, pero podía distinguir una cicatriz pálida y
brillanteenelcuellodeKaz,justodebajodesumandíbula.Recordólaprimeravezque lo había visto en la Reserva. Había pagado a Tante Heleen por información:consejosdebolsa,cotilleospolíticos,cualquiercosaquebalbucearanlosclientesdelaReservaestandoborrachos,mareadosodichosos.Nuncavisitabaa las chicasdeHeleen, aunque muchas lo habrían llevado a sus habitaciones alegremente.Aseguraban que les daba escalofríos, que sus manos estaban permanentementeteñidasdesangrebajoesosguantesnegros,peroellareconocíaelentusiasmodesusvocesycómoloseguíanconlamirada.
Unanoche,mientrasélhabíapasadoasuladoenlarecepción,ellahabíahechoalgoestúpido,algoimprudente.
—Puedoayudarte—habíasusurrado.Élleechóunvistazoydespuéssiguióporsucaminocomosinolehubieradichonada.
AlamañanasiguientelallamaronalsalóndeTanteHeleen.Estabaseguradequeleesperabaunapalizaoalgopeor,peroenlugardeesoKazBrekkerseencontrabaahí,apoyadosobresubastónconcabezadecuervo,esperandoparacambiarlelavida.
—Puedoayudarte—dijomientraséllallevaba.
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—¿Ayudarmecómo?—No se acordaba.Se suponíaque teníaquedecirle algo,peroyanoimportaba—.Háblame,Espectro.
—Hasvueltoapormí.—Protejomisinversiones.Inversiones.—Mealegraestarsangrandosobretucamisa.—Teloapuntaréenlacuenta.Ahoraseacordaba.Ledebíaunadisculpa.—Diquelosientes.—¿Elqué?—Túdilo.Noescuchósurespuesta.Elmundosehabíavueltodemasiadooscuro.
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acadnosdeaquí—gritóKazencuanto subiócojeandoa lagoletacon Inejenbrazos. Las velas ya estaban hinchadas, y saldrían del puerto en cuestión demomentos,aunquenotanrápidocomoaéllehubieragustado.Sabíaquetendríaquehaber tratado de encontrar algunos Vendavales para el viaje, pero era un infiernoconseguirlos.
Había caos en la cubierta, gente gritando y tratando de llevar la goleta a marabiertotanrápidocomofueraposible.
—¡Specht!—le gritó al hombre que había elegido para capitanear el navío, unmarinero con talento para los cuchillos que había vivido tiempos difíciles y habíaacabado en las filas inferiores de los Despojos—. Pon enmarcha a tu tripulaciónantesdequeempiecearompercráneos.
Specht hizo un saludomilitar y después pareció refrenarse.Ya no estaba en lamarina,yKaznoerauncomandante.
EldolordelapiernadeKazeraterrible,lopeorquehabíasentidodesdequeselarompió al caer del tejado de un banco cerca de la Geldstraat. Era posible que sehubieravueltoafracturarelhueso.ElpesodeInejnoayudaba,perocuandoJesperaparecióensucaminoparaofrecerlesuayuda,Kazpasójuntoaélconunempujón.
—¿DóndeestáNina?—gruñó.—Ocupándosedelosheridosabajo.Yasehaencargadodemí.—Kazsefijóenla
sangresecadelmuslodeJesper—.Wylansufrióalgunosdañosdurantelapelea.Dejaqueteayude…
—Apártatedemicamino—dijoKaz,yfuehastalarampaqueconducíaalazonadebajodelacubierta.
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Encontró a Nina ocupándose de Wylan en un estrecho camarote, pasando lasmanossobresubrazo,uniendolacarnedelaheridadebala.Apenaseraunrasguño.
—Muévete—ordenóKaz,yWylanprácticamentesaltódelamesa.—Nohe terminado…—comenzóNina, y entonces vio a Inej—.Por todos los
Santos.¿Quéhapasado?—Heridadecuchillo.Elestrechocamaroteestabailuminadoporvariaslámparasbrillantes,yhabíaun
montóndevendaslimpiasenunestantejuntoaunabotelladealcanfor.Concuidado,KazdejóaInejsobrelamesaquehabíaatornilladaalacubierta.
—Haymuchasangre—dijoNinasinaliento.—Ayúdala.—Kaz,soyMortificadora,nounaSanadoradeverdad.—Morirásiesperamosaencontraruno.Ponteatrabajar.—Metapaslaluz.Kazretrocedióhastaelpasillo.Inejseencontrabacompletamenteinmóvilsobre
lamesa,ysuluminosapielmorenaparecíaapagadabajolaluzdelalámparaquesebalanceaba.
Estaba vivo gracias a Inej. Todos lo estaban. Habían logrado abrirse caminoluchando, pero solo porque ella había evitado que los rodearan. Kaz conocía lamuerte.Podíasentirsupresenciaahoraenelbarco,cerniéndosesobreellos,listaparallevarseasuEspectro.Estabacubiertodesusangre.
—Sinopuedesserdeayuda,vete—dijoNinasinmirarlo—.Meponesnerviosa.Él dudó y después se alejó cojeando por donde había venido y se detuvo para
robarunacamisalimpiadeotrocamarote.Nodeberíaestartanagitadoporunapeleaenelmuelle,aunquehubierahabidodisparos,peroloestaba.
Sentía que había algo rasgado y en carne viva en su interior. Era la mismasensaciónquehabíatenidosiendomásjoven,esosprimerosdíasdesesperadostraslamuertedeJordie.
Diquelosientes.EsoeraloúltimoquelehabíadichoInej.¿Porquéqueríaquesedisculpara?Habíamuchasposibilidades.Milcrímenes.Milburlasestúpidas.
En cubierta, respiró hondo el aire marino y observó mientras el puerto yKetterdamdesaparecíandelavistaenelhorizonte.
—¿Quédemoniosacabadepasar?—preguntóJesper.Estabareclinadocontralabarandilla,conelriflejuntoaél.Teníaelpelorevueltoylaspupilasdilatadas.Casiparecíaborracho,ocomosiacabaradesalirdelacamadealguien.Siempreteníaesaexpresióntrasunapelea.Helvarestabainclinadosobrelabarandilla,vomitando.Alparecer,noeraunmarinero.Enalgúnmomentotendríanquevolveraencadenarsuspiernas.
—Noshantendidounaemboscada—dijoWylandesdeelcastillodeproa.Teníalamanga levantada y estaba pasando los dedos sobre el punto rojo dondeNina sehabíaocupadodesuherida.
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Jesperlofulminóconlamirada.—¿Tutores privados de la universidad y eso es todo lo que se le ocurre a este
niño?¿Quenoshantendidounaemboscada?Wylanenrojeció.—Dejadellamarmeniño.Somoscasidelamismaedad.—Notevanagustarlasotraspalabrasquesemeocurrenparati.Yaséqueera
una emboscada, pero eso no explica cómo sabían que estaríamos ahí. QuizáGranBolligernofueraelúnicoespíaPuntaNegraenlosDespojos.
—Geelsnotieneelcerebronilosrecursosparaorganizaralgotanrápidonitangrandeasolas—señalóKaz.
—¿Estásseguro?Porqueesoesloqueparece.—Vamosapreguntar.KazfuecojeandohastaellugardondeRottyhabíadejadoaOomen.Le he dado a tu Espectro, se había reído Oomen cuando Kaz lo había visto
enroscadoenelsuelo.Lehedadobien.Kazhabíavistolasangreensumusloyhabíadicho:Parecequeellatambiéntehadadoati.Peronohabíatenidobuenapuntería,oOomennoestaríahablandoconnadie.LodejófueradecombateehizoqueRottyselollevaramientrasibaabuscaraInej.
AhoraHelvar y Jesper arrastraban aOomenhacia la barandilla, con lasmanosatadas.
—Ponedlodepie.Conunaenormemano,Helvarobedeció.Oomensonrió,conelásperopeloblancolisocontrasuanchafrente.—¿PorquénomecuentasquéhatraídoatantosPuntasNegrasaquíestanoche?
—preguntóKaz.—Telodebíamos.—¿Untiroteoenpúblicoycontreintahombres?Yocreoqueno.Oomensoltóunarisita.—AGeelsnolegustaquelosuperen.—PodríameterelcerebrodeGeelsenlapuntademibota,yGranBolligererasu
únicochivatodentrodelosDespojos.—Alomejor…—Quiero que pienses con mucho cuidado, Oomen —lo interrumpió Kaz—.
SeguroqueGeelspiensaqueestásmuerto,asíqueaquínohayreglas.Puedohacerloquequieracontigo.
Oomenleescupióenlacara.Kazsacóelpañuelodelbolsillodelabrigoyselimpiólacaraconcuidado.Pensó
enInejyaciendoinmóvilenlamesa,suligeropesoensusbrazos.—Sujetadlo—lesdijoaJesperyalfjerdano.Moviólamangayuncuchillopara
abrir ostras apareció en sumano. Siempre tenía almenos dos cuchillos ocultos en
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algúnlugardesuatuendo.Esenisiquieracontabaenrealidad,unahojapequeñaperoafilada.
Hizo un corte limpio sobre el ojo deOomen, desde la ceja hasta el pómulo, yantes de que este pudiera tomar aliento para gritar, hizo un segundo corte en ladirecciónopuesta,unaXcasiperfecta.Oomencomenzóagritar.
Kazlimpióelcuchillo,loguardóensumangaymetiólosdedosenguantadosenlacuencadelojodeOomen.Estechillóy se retorciómientrasKaz learrancabaelojo,conunaraízensangrentadadetrás.Lasangrechorreósobresucara.
KazoyólasarcadasdeWylan.TiróelojoporlabordaymetióelpañuelomojadoporelescupitajoenlacuencadelojodeOomen.Despuéslesujetólamandíbula,ysus guantes dejaron manchas rojas sobre su barbilla. Sus acciones eran suaves yprecisas, como si estuviera repartiendo cartas en el Club Cuervo o abriendo unacerradurafácil,perosufuriaeraardiente,enloquecidaypocofamiliar.Algodentrodeélsehabíaliberado.
—Escúchame—siseóconlacaraaunoscentímetrosdeladeOomen—.Tienesdosopciones.MedicesloquequierosaberytedejamosenelpróximopuertoconeldinerosuficienteparaquetecurenyparaquetecompresunpasajedevueltaaKerch,otequitoelotroojoyrepitoestaconversaciónconunciego.
—Tan solo era un trabajo—balbuceó Oomen—. A Geels le dieron cinco milkruge para traer a losPuntasNegras al completo.También conseguimos a algunosGaviotasCuchilla.
—¿Porquénomáshombres?¿Porquénodoblarvuestrasposibilidades?—¡Sesuponíaquedebíaisestarenelbarcocuandoexplotara!Solonosteníamos
queocupardelosrezagados.—¿Quiéntecontrató?—Oomenvaciló,mordiéndoseellabio.Lesalíanmocosde
la nariz—. No hagas que te pregunte otra vez —advirtió Kaz en voz baja—.Quienquieraquefueranopuedeprotegerteahora.
—Mematará.—Yyoharéquedeseeslamuerte,asíqueeligeentreesasdosopciones.—PekkaRollins—sollozóOomen—.¡FuePekkaRollins!A pesar de su propio aturdimiento, Kaz vio el efecto del nombre en Jesper y
Wylan.Helvarnosabíalosuficienteparasentirseintimidado.—PortodoslosSantos—gruñóJesper—.Estamosmuyjodidos.—¿DirigeRollinsalatripulaciónélmismo?—lepreguntóKazaOomen.—¿Quétripulación?—HaciaFjerda.—Nosénada sobreninguna tripulación.Tan solo se suponíaque teníamosque
evitarquesalieraisdelpuerto.—Yaveo.—Necesitoaunmedik.¿Puedesllevarmeyaconelmedik?—Porsupuesto—dijoKaz—.Esporaquí.
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TomóaOomenporlassolapasylopusoenpie,empujandosucuerpocontralabarandilla.
—¡Tehedicholoquequerías!—gritóOomen,forcejeando—.¡Hehecholoquemepediste!
ApesardelaconstitucióndeOomen,eraengañosamentefuerte,unafuerzacomodegranja,igualqueJesper.Probablementesehabríacriadoenelcampo.
Kazseinclinóhaciaélparaquenadielooyeracuandodijo:—MiEspectroaconsejaríamisericordia,perograciasa ti,ellanoestáaquípara
suplicarportuvida.Sinmáspalabras,tiróaOomenalmar.—¡No! —gritó Wylan, inclinándose sobre la barandilla con la cara pálida,
mirando aOomen entre las olas con los ojos aturdidos. Las súplicas del asesino asueldoseguíansiendoaudiblesmientrassucaramutiladaseperdíadevista.
—Di…dijistequesiteayudaba…—¿Quieresquetetiretambiénati?—preguntóKaz.Wylanrespiróhondocomosiestuvieratratandodereunircorajeybalbuceó:—Novasatirarmeporlaborda.Menecesitas.¿Porquélagentenodejadedecireso?—Quizás—admitióKaz—.Peronoestoydeunhumormuyracional.JesperpusolamanosobreelhombrodeWylan.—Déjalo.—Noestábien…—Wylan —dijo Jesper, sacudiéndolo un poco—. Quizá tus tutores no te
enseñaron esta lección, pero no se discute con un hombre cubierto de sangre y uncuchilloenlamanga.
Wylan formó una línea tensa con los labios. Kaz no sabía si el niño estabaasustado o furioso, pero no le importaba. Helvar se quedó en silencio como uncentinela,observándolotodo,verdosobajosubarbarubiaacausadelmareo.
KazsegiróhaciaJesper.—Ponle grilletes aHelvar por si acaso—dijomientras se dirigía hacia el piso
inferior—.Ytráemeropalimpiayaguafresca.—¿Desdecuándosoytumayordomo?—Hombreconuncuchillo,¿recuerdas?—dijoporencimadelhombro.—¡Hombreconunapistola!—gritóJespertrasél.Paraahorrartiempo,Kazrespondióconungestoenelquesudedomediotenía
unpapelestelarydesaparecióbajocubierta.Queríaunbañocalienteyunabotelladebrandy, pero se conformaba con estar solo y libre del hedor a sangre durante untiempo.
PekkaRollins.Elnombresonóensucabezacomoundisparo.Siempreteníaquetratarse de PekkaRollins, el hombre que se lo había quitado todo. El hombre queestabaahoraentreKazyelmayorbotínquenadiehabíatratadodeconseguirjamás.
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¿Enviaría Rollins a alguien en su lugar o lideraría él mismo a la tripulación paraconseguiraBoYul-Bayur?
Enlossombríosconfinesdesucamarote,Kazsusurró:—Ladrilloaladrillo.Matar a PekkaRollins siempre había sido tentador, pero eso no era suficiente.
Kazqueríahumillarlo.Queríaquesufrieracomohabíasufridoél,comohabíasufridoJordie.Y robar treintamillones de kruge justo de lasmanosmugrientas de PekkaRollinseraunamuybuenaformadeempezar.TalvezInejtuvierarazón.Talvezeldestinosísemolestaracongentecomoél.
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nelestrechocamarotemédico,NinatratabadesanarelcuerpodeInej,peronohabíasidoentrenadaparaesaclasedetrabajo.
DurantelosdosprimerosañosdesueducaciónenlacapitaldeRavka,todoslosGrishaCorporalki estudiaban juntos, ibana lasmismasclasesyhacían lasmismasautopsias. Pero entonces su entrenamiento se dividía. Los Sanadores aprendían elintrincadotrabajodesanarheridas,mientrasquelosMortificadoresseconvertíanensoldados; expertos en causar daños, no en deshacerlos. Era una forma distinta depensarenloqueesencialmenteeraelmismopoder.Perolosvivoseranmásexigentesquelosmuertos.Paraungolpeasesinohacíafaltadecisión,claridaddeintenciones.Sanareraalgo lento,deliberado,unritmoquerequeríael reflexivoestudiodecadapequeña elección. Los trabajos que había hecho por Kaz durante el último añoayudaban,yenciertomodotambiénsutrabajodealterarcuidadosamenteelhumorymodificarcarasenlaRosaBlanca.
PeromirandoaInej,Ninadeseóquesuentrenamientonohubierasidotanbreve.La guerra civil ravkana había estallado cuando ella era todavía una estudiante delPequeñoPalacio,ysehabíavistoobligadaaesconderseconsuscompañeros.Cuandolaluchaterminóyelpolvoseasentó,elreyNikolaiestabaansiosoporquelospocosGrisharestantesfueranentrenadosyfueranalcampo,asíqueNinasolohabíapasadoseis meses en clases avanzadas antes de que la enviaran a su primera misión. Enaquelmomento,estuvoentusiasmada,peroahorahabríaagradecidoinclusounasolasemanamásdeclases.
Inejeraágil,todamúsculoyhuesosfinos,conlacomplexióndeunaacróbata.Elcuchillohabíaentradobajosubrazo izquierdo,yhabíaestadomuycerca.Unpoco
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máshondoylahojahabríaatravesadoelcorazón.Nina sabíaque si simplemente sellaba supiel comohabíahechoconWylan, la
chica continuaría sangrando internamente, así que había tratado de detener elsangradodesdedentrohaciafuera.Pensabaquelehabíasalidobien,peroInejhabíaperdidomuchasangreyNinano teníani ideadequéhaceral respecto.HabíaoídoquealgunosSanadorespodíanusarlasangredeunapersonaenotra,perosisehacíamaleracomoenvenenaralpaciente.Elprocesoibamásalládesuscapacidades.
TerminódecerrarlaheridaydespuéscubrióaInejconunaligeramantadelana.Por el momento, todo lo que podía hacer era vigilar su pulso y su respiración.Mientrasponíalosbrazosdelachicabajolamanta,Ninaviolacarnecicatrizadaenelinteriordesuantebrazo.Rozósuavementeconelpulgarlosbultosyrugosidades.Teníaqueserporlaplumadepavoreal,el tatuajequellevabanlosmiembrosdelaReserva,laCasaExótica.Quienquieraqueselohubieraquitadohabíahechounmuymaltrabajo.
Curiosa, Nina levantó la otra manga de Inej. La piel de allí era suave y sinmarcas.Inejnosehabíapuestoelcuervoylacopa,eltatuajequellevabantodoslosmiembrosdelosDespojos.LasalianzascambiabandeundíaalotroenelBarril,perotubanda era tu familia, la únicaprotecciónque importaba.LapropiaNina llevabadostatuajes.EldesuantebrazoizquierdoeradelaCasadelaRosaBlanca.Elquecontabaestabaenelderecho:uncuervotratandodebeberdeuncálizcasivacío.Ledecía al mundo que formaba parte de los Despojos, que meterse con ella eraarriesgarseaquesevengaran.
Inej llevabacon losDespojosmás tiempoqueNina,perono tenía tatuaje.Quéextraño.Eraunodelosmiembrosmásvaliososdelabanda,yestabaclaroqueKazconfiabaenellatantocomopodíahacerloalguiencomoél.NinarecordósuexpresiónaldejaraInejsobrelamesa.EraelmismoKaz(frío,maleducado,imposible),perobajotodaesafurialehabíaparecidovertambiénalgomás.Otalvezsolofueraunaromántica.
Tuvoquereírsedesímisma:noledesearíaamoranadie.Erauninvitadoalquerecibíasydelquedespuésnopodíaslibrarte.
LeapartóelpelolisoynegrodelacaraaInej.—Porfavor,pontebien—susurró.Odiabaelfrágil titubeodesuvozenelcamarote.Nosonabacomounasoldado
GrishaniunduromiembrodelosDespojos.Sonabacomounaniñaquenosabíaloque hacía, y así era exactamente como se sentía. Su entrenamiento había sidodemasiadocorto, lahabíanenviadoasuprimeramisióndemasiadopronto.Zoyalohabíadichoenaquellaocasión,peroNinahabíasuplicadoirylanecesitaban,asíquelaotraGrishahabíacedido.
ZoyaNazyalensky,unapoderosaVendaval,hermosahastaloabsurdoycapazdereducirlaconfianzadeNinaacenizasconunasimplecejaalzada.Ninalaadoraba.Imprudente,ingenua,distraída.Zoyalehabíallamadotodoesoycosaspeores.
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—Teníasrazón,Zoya.¿Estáscontenta?—Estoymareado—dijo Jesperdesde lapuerta.Nina se sobresaltóy levantó la
miradaparaverlobalanceándosesobrelostalones—.¿QuiénesZoya?Ninasedesplomósobrelasilla.—Nadie.UnmiembrodelTriunviratoGrisha.—Québien.¿LosquedirigenelSegundoEjército?—Loquequedadeél.—LossoldadosGrishadeRavkahabíansidodiezmados
durantelaguerra.Algunoshabíanhuido,ymuchoshabíansidoasesinados.Ninasefrotólosojoscansados—.¿SabescuáleslamejorformadeencontraraunGrishaquenoquierequeloencuentren?
Jespersefrotólanuca,llevólasmanosalaspistolasyvolvióasucuello.Siempreparecíaestarenmovimiento.
—Nuncameloheplanteado.—Estaraltantodemilagrosehistoriasparanodormir.Había que seguir los relatos de brujas y duendes, hechos sin explicar.A veces
eransolosupersticiones,peroamenudohabíaverdadenelcorazóndelasleyendaslocales;gentequehabíanacidocondonesque suspaísesnocomprendían.Nina sehabíavueltomuybuenaenrastrearesashistorias.
—Amímepareceque sinoquierenque los encuentrenhabríaquedejarlos enpaz.
Ninalelanzóunamiradaoscura.—Losdrüskellenolosdejanenpaz.CazanGrishaportodaspartes.—¿SontodostanencantadorescomoMatthias?—Ypeores.—Tengoqueencontrarlosgrilletesdesupierna.Kazmeencargalostrabajosmás
divertidos.—¿Quierescambiármelo?—preguntóNinaconcansancio.Laenergía frenéticade la figura larguiruchadeJesperpareciódesvanecerse.Se
quedómásinmóvildeloqueNinalohabíavistojamás,ysumiradasecentróenInejpor primera vez desde que entró en el pequeño camarote. Lo estaba evitando,comprendió Nina. No quería mirarla. La manta se movió ligeramente con surespiraciónpocoprofunda.CuandoJesperhabló,suvozeratensa,lascuerdasdeuninstrumentoafinadodemasiadoagudo.
—Nopuedemorir—dijo—.Nodeestemodo.Ninalomiró,desconcertada.—¿Dequémodo?—Nopuedemorir—repitióél.Nina sintió un arrebato de frustración. Estaba dividida entre querer abrazar a
Jesperconfuerzaygritarlequeloestabaintentando.—PortodoslosSantos,Jesper.Estoyhaciendoloquepuedo.Elsemovióysucuerpoparecióvolveralavida.
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—Losiento—dijoalgoavergonzado.Lediounaspalmadasincómodassobreelhombro—.Loestáshaciendogenial.
Ninasuspiró.—Nomeconvences.¿Porquénovasaencadenaraunrubiogigante?Jesperhizounsaludomilitarysaliódelcamarote.Pormolestoquefuera,Ninaestabacasitentadadellamarloparaquevolviera.Sin
él,nohabíanadasalvolavozdeZoyaensucabezayelrecordatoriodequelomejorquepodíahacernoerasuficiente.
La piel de Inej estaba demasiado fría al tacto.Nina le puso unamano en cadahombroytratódemejorarsuflujosanguíneo,elevandosutemperaturacorporalmuyligeramente.
Nohabíasidodel todohonestaconJesper.ElTriunviratoGrishanosoloqueríasalvaralosGrishadeloscazadoresdebrujasfjerdanos.HabíanenviadomisionesalaIsla Errante y a Novyi Zem porque Ravka necesitaba soldados. Habían buscadoGrisha que pudieran estar viviendo en secreto para tratar de convencerlos deestablecersuresidenciaenRavkayponersealserviciodelacorona.
Ninahabíasidodemasiadojovenparalucharenlaguerracivilravkana,yestabadesesperadaporserpartedelareconstruccióndelSegundoEjército.Erasudonparalosidiomas(shu,kaélico,suli,fjerdanoyhastaalgodezemeni)loquehabíavencidolas reservas de Zoya. Esta había permitido que Nina la acompañara a ella y a unequipodeExaminadoresGrishaa la IslaErrantey, apesarde todos los recelosdeZoya,Nina había sido un éxito.Disfrazada de viajera, se colaba en las tabernas ycocheras para espiar conversaciones y charlar con la gente, y después llevar laconversacióncampesinadevueltaalcampamento.
SivasaMarochGlen,asegúratedeviajardedía.Hayespíritusatormentadosenesastierras…lastormentassurgendelanada.
LaBrujadelosPáramosesreal,enserio.Mitíosegundoacudióaellaconunbrotedetsifily juraquenuncahaestadomássano.¿Cómoquenoestábiende lacabeza?Estámejordeloquetúestarásjamás.
Habían encontrado a dos familias Grisha escondidas en las supuestas cuevasfeéricasdeIstamere,yhabíansalvadoaunamadre,unpadreydoschicos(Inferni,conelpoderdecontrolarelfuego)deunamuchedumbreenFenford.InclusohabíanasaltadounbarcodeesclavoscercadelpuertodeLeflin.Encuantoexaminaronalosrefugiados, a aquellos sinpoderes leshabíanofrecidounpasaje segurodevuelta acasa.AaquelloscuyospodereshabíansidoconfirmadosporunExaminadorGrishaselesofrecíarefugioenRavka.SololaviejaMortificadoraconocidacomolaBrujadelosPáramoseligióquedarse.
—Siquierenmisangre,quevenganaporella—sehabíareído—.Yomellevarélasuyaacambio.
Ninahablabakaélico como si fueranativay le encantaba eldesafíode adoptaruna nueva identidad en cada pueblo. Pero a pesar de todos sus triunfos, Zoya no
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estabacomplacida.—Serbuenaconlosidiomasnoessuficiente—lehabíareprendido—.Tienesque
aprender a ser menos… excesiva. Eres demasiado ruidosa, demasiado efusiva,demasiadollamativa.Tearriesgasdemasiado.
—Zoya—dijoelExaminadorconelqueviajaban—.Calma.Eraunamplificadorviviente.Muerto,sushuesoshabríanservidoparaaumentar
elpoderGrisha,igualquelosdientesdetiburónolasgarrasdeosoquellevabanotrosGrisha.Perovivo teníaunvalor incalculableparasumisión,puesestabaentrenadoparausarsusdonesdeamplificadorysentirelpoderGrishaatravésdeltacto.
La mayoría del tiempo Zoya era protectora con él, pero en ese momento susprofundosojosazulesformaronunasrendijas.
—Mis profesores no fueron con calma conmigo. Si acaba siendo perseguida atravésdelbosqueporunamultituddecampesinos,¿lesdirásquevayanconcalma?
Ninasehabíamarchadoheridaensuorgullo,avergonzadaporlaslágrimasquelellenabanlosojos.Zoyalehabíagritadoquenofueramásalládelacresta,peroellalahabía ignorado, deseosa de alejarse de la Vendaval tanto como pudiera… y entródirectamente en un campamento drüskelle. Seis chicos rubios, todos hablandofjerdano,seencontrabanenunpeñascosobrelaorilla.Nohabíanhechoningúnfuegoysevestíancomocampesinoskaélicos,peroellahabíasabido loqueerandesdeelprimermomento.
Lahabíanmiradofijamenteduranteunlargomomento,iluminadossoloporlaluzplateadadelaluna.
—Gracias al cielo —dijo con un kaélico cantarín—. Estoy viajando con mifamiliaymeheperdidoenelbosque.¿Podríaisayudarmeaencontrarelcamino?
—Creoquesehaperdido—tradujounodeellosalfjerdanoparalosotros.Otroselevantó,conunalámparaenlamano.Eramásaltoquelosdemás,ytodos
los instintosdeNina legritabanquehuyeramientras seacercaba.Nosaben loqueeres, se recordó.Tan solo eres una buena chica kaélica, perdida en el bosque.Nohagasningunaestupidez.Aléjalodelosdemásydespuésderríbalo.
Éllevantólalámpara,ylaluzbrillósobrelascarasdeambos.Supeloeralargoyde un dorado bruñido, y sus pálidos ojos azules relucían como hielo bajo el solinvernal.Pareceuncuadro,pensó,unSantoforjadoenpandeoroenlasparedesdeunaiglesia,nacidoparablandirunaespadadefuego.
—¿Quéestáshaciendoaquí?—preguntóélenfjerdano.Ellafingióconfusión.—Losiento—dijoenkaélico—.Noteentiendo.Estoyperdida.Élselanzóhaciaella,quenosedetuvoapensarsinoquesimplementereaccionó,
levantando las manos para atacar. Él era demasiado rápido y sin dudar soltó lalámpara y le sujetó las muñecas, uniendo sus manos y haciendo que le resultaraimposibleutilizarsupoder.
—Drüsje—dijoélconsatisfacción.Bruja.Teníaunasonrisalobuna.
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Elataquehabíasidounaprueba.Unachicaasustadaenelbosquellevabalamanoauncuchilloounapistola;notratabadeusarlaparadetenerelcorazóndeunhombre.Imprudente.Impulsiva.
PoresoZoyanohabíaqueridollevarla.Bienentrenados,losGrishanocometíanesos errores.Ninahabía sidouna estúpida, perono tenía que ser una traidora.Lessuplicóenkaélico,no ravkano,ynogritópidiendoayuda;nocuando le ataron lasmanos,nocuandolaamenazaron,nocuandolatiraronenunbotederemoscomounabolsa de mijo. Quería gritar de terror, que Zoya llegara corriendo, suplicar quealguienlasalvara,peronoibaaarriesgarlavidadelosdemás.Losdrüskelleremaronhastallevarlaaunbarcoancladocercadelacostaylametieronenunajaulabajolacubierta llenadeotrosGrishacautivos.Entoncesfuecuandocomenzóelverdaderoterror.
Lanocheseconfundíaconeldíaenlastripasoscurasyhúmedasdelbarco.Lasmanos de los prisioneros Grisha estaban bien atadas para impedir que usaran supoder.Les alimentaban conduropan infestadodegorgojos, solo lo suficienteparamantenerlosconvida,yteníanqueracionarelaguafrescaconcuidadoporquenuncasabíancuándorecibiríanelpróximosorbo.Noteníanningúnlugarparaaliviarse,yelhedordeloscuerposycosaspeoreseracasiinsoportable.
Ocasionalmente el barco echaba el ancla y los drüskelle regresaban con otrocautivo. Los fjerdanos se quedaban fuera de sus jaulas, comiendo y bebiendo,burlándosedesusropassuciasydecómoolían.Pormaloquefuera,elmiedodeloque pudiera esperarles era mucho más terrorífico: los inquisidores de la Corte deHielo,latorturaylamuerteinevitable.Ninasoñabaquelaquemabanvivaenlapiraydespertabagritando.Laspesadillas,elmiedoyeldeliriodelhambreseenredabandemodoquedejabadeestarseguradeloqueerarealyloqueno.
Entonces,undía,losdrüskelleseapiñaronenlabodegavestidosconuniformesreciénplanchadosnegrosyplateadosconlacabezadeunloboblancoenlasmangas.Habían formado filas ordenadas y permanecieron firmes mientras su comandanteentraba.Comotodosellos,eraalto,pero llevabaunabarbacuidadaysu largopelorubioeragrisenlassienes.Recorriólabodegaysedetuvofrentealosprisioneros.
—¿Cuántos?—preguntó.—Quince—respondió el chico de oro bruñido que la había capturado. Era la
primeravezqueloveíaenlabodega.Elcomandanteseaclarólagargantayuniólasmanostraslaespalda.—SoyJarlBrum.UntemblordemiedorecorrióaNina,quelosintióreverberandoentrelosdemás
Grishadelacelda,unaadvertenciaqueningunopodíaignorar.Mientras estudiaba, Nina había estado obsesionada con los drüskelle. Habían
pobladosuspesadillas,consus lobosblancosysuscruelescuchillosy loscaballosquecriabanparalucharcontralosGrisha.Eranelmotivoporelquehabíaestudiadoparaperfeccionarsufjerdanoyelconocimientodesucultura.Habíasidounaforma
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deprepararsecontraellos,paralabatallaquepudierallegar.YJarlBrumeraelpeordetodos.
Eraunaleyenda,elmonstruoqueesperabaenlaoscuridad.Losdrüskelleexistíandesde hacía cientos de años, pero bajo el liderazgo de Brum su fuerza se habíadoblado en tamaño y se había vuelto infinitamente más letal. Había cambiado elentrenamiento,desarrolladonuevastécnicasparaencontrarGrishaenFjerda,sehabíainfiltradoenlasfronterasdeRavkayhabíacomenzadoaperseguirGrisharebeldesenotras tierras,cazando inclusobarcosdeesclavospara«liberar»Grishaconelúnicopropósito de volver a encadenarlos y enviarlos a Fjerda para que los juzgaran yejecutaran. Se había imaginado enfrentándose a Brum un día como guerreravengadora o astuta espía. Se había visto encarándose a él, enjaulado y muerto dehambre,conlasmanosatadasyvestidoconharapos.
Brumdebíadesaberelefectoquetendríasunombre.Esperóunlargomomentoantesdedecirenexcelentekaélico:
—Lo que tenéis ante vosotros es la próxima generación dedrüskelle, la ordensagradaacargodeprotegerlanaciónsoberanadeFjerdaerradicandoalosvuestros.OsllevaránaFjerdaparasometerosajuicioyganaránasíelrangodeoficiales.Sonlosmejoresymásfuertesdenuestraclase.
Matones,pensóNina.—CuandolleguemosaFjerda,osinterrogarányjuzgaránporvuestroscrímenes.—Porfavor—dijounodelosprisioneros—.Yonohehechonada.Soygranjero.
Nooshehechoningúndaño.—EresuninsultoparaDjel—replicóBrum—.Unaplagaenestatierra.Hablasde
paz,pero¿quéhayde loshijosa losquepodrías transmitir estepoderdemoníaco?¿Qué hay de los suyos? Guardaré mi misericordia para los hombres y mujeresindefensos segados por las abominacionesGrisha.—Miró a los drüskelle—.Buentrabajo,chicos—dijoenfjerdano—.PartiremoshaciaDjerholmdeinmediato.
Losdrüskelleparecíanapuntodeexplotardeorgullo.EncuantoBrumsaliódelabodegasegolpearonlosunosalosotrosenloshombrosconafecto,riendodealivioysatisfacción.
—Muybuen trabajo—dijounoenfjerdano—.¡QuinceGrishapara laCortedeHielo!
—Siconestonoganamoslosdientes…—Sabesquesí.—Bien,estoyhartodeafeitarmecadamañana.—Voyadejarmelabarbahastaelombligo.EntoncesunodeellosmetiólamanoentrelosbarrotesysujetóaNinaporelpelo.—Megustaesta,todavíaguapayconcurvas.Alomejordeberíamosabrirlajaula
yencargarnosdeella.Elchicodelpelobruñidoapartólamanodesucompañerodeungolpe.
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—¿Qué pasa contigo?—dijo, la primera vez que hablaba desde que Brum sehabíaido.LabreveráfagadegratitudquesintióNinasemarchitócuandoañadió—:¿Fornicaríasconunperro?
—¿Hablamosdeunperroatractivo?Los otros rugieron de risa mientras subían. El chico dorado que la había
comparadoconunanimalfueelúltimoenmarcharse,yjustocuandoestabaapuntodeentrarenelpasajeellapreguntóconunfjerdanonítidoyperfecto:
—¿Quécrímenes?Élsequedóinmóvily,cuandovolvióamirarla,susojosazulesbrillabandeodio.
Ellasenegóaencogerse.—¿Cómohablasmiidioma?¿HasservidoenlafronteranortedeRavka?—Soykaélica—mintióella—,ypuedohablarcualquieridioma.—Másbrujería.—Siporbrujería te refieresal arcanoartede leer.Tucomandantedijoquenos
juzgaríanpornuestroscrímenes.Quieroquemedigasquécrimenhecometido.—Osjuzgaránporespionajeycrímenescontraelpueblo.—No somos criminales —dijo un Hacedor en un fjerdano vacilante desde su
lugar en el suelo.Eraquienmás tiempo llevaba ahí y estabademasiadodébil paralevantarse—.Somosgentecorriente…granjeros,profesores.
Yono,pensóNinasombríamente.Yosoysoldado.—Tendréisunjuicio—dijoeldrüskelle—.Seostrataráconmásjusticiadelaque
merecevuestraclase.—¿AcuántosGrishahabéisdeclaradoinocentes?—preguntóNina.ElHacedorgruñó.—Noloprovoques.Novasahacerquecambiedeidea.Peroellaseaferróalosbarrotesconlasmanosatadasydijo:—¿Cuántos?¿Acuántoshasenviadoalapira?—Éllediolaespalda—.¡Espera!
—Él la ignoró—. ¡Espera! ¡Por favor! Tan solo… tan solo tráenos agua fresca.¿Trataríaisasíavuestrosperros?
Élsedetuvoconlamanoenlapuerta.—No debería haber dicho eso. Los perros al menos conocen la lealtad. La
fidelidadalamanada.Esuninsultoparaelperrollamarosasí.Voyausarteparaalimentaraunamanadadesabuesoshambrientos,pensóNina.
Perotodoloquedijofue:—Agua.Porfavor.Élsedesvanecióenelpasillo.Looyósubirporlaescaleraydespuéslaescotilla
secerróconunfuertegolpe.—Nogastesenergíasenél—leaconsejóelHacedor—.Notemostraráninguna
amabilidad.Peropocodespuéseldrüskelleregresóconunatazadehojalatayuncubodeagua
fresca. Losmetió dentro de la celda y cerró la puerta sin decir una palabra. Nina
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ayudóabeberalHacedorydespuéssebebióunataza.Letemblabantantolasmanosquelamitadcayósobresublusa.ElfjerdanosealejóyNinavioconplacerquelohabíaavergonzado.
—Mataríaporunbaño—seburló—.Podríaslavarme.—Nomehables—gruñóél,caminandoyahacialapuerta.Noregresó,ypasarontresdíassinaguafresca.Perocuandollególatormenta,esa
tazadehojalatalesalvólavida.
LabarbilladeNinacayó,yellasedespertódegolpe.¿Sehabíaquedadodormida?Matthiasseencontrabaenelpasilloalotroladodelcamarote.Llenabaelumbral
de lapuertayerademasiadoaltoparaestarcómodobajocubierta.¿Cuánto tiempollevabaobservándola?Conrapidez,NinacomprobóelpulsoylarespiracióndeInej,ylealivióverqueparecíaseguirestableporelmomento.
—¿Mehequedadodormida?—preguntó.—Adormilada.Seestiró,pestañeandoparatratardedeshacersedelcansancio.—¿Peronoroncaba?—Élnodijonada,tansololaobservóconesosojoscomo
trozosdehielo—.¿Tedejantenercuchilladeafeitar?Élsellevólasmanosengrilletadasalacarareciénafeitada.—FueJesper.Debíadehaberseencargadotambiéndesupelo.Lehabíacortadolosmechones
rubios que le habían crecidodel cuero cabelludo.Seguía estandodemasiado corto,apenasunapelusadoradasobrelapielquemostrabacortesymoratonesdesuúltimabatallaenlaPuertadelInfierno.
PeroNinapensóqueteníaqueestarcontentodelibrarsedelabarba.Hastaqueundrüskellenocumplíaunamisiónporsucuentayrecibíaelestatusdeoficial,estabaobligadoapermanecerafeitado.SiMatthiashubierallevadoaNinaaenfrentarsealjuicioenlaCortedeHielo,lehabríanotorgadoesepermiso.Habríallevadolacabezade lobo plateada que lo señalaba como oficial de los drüskelle. Le ponía enfermapensar en ello. Felicidades por su reciente avance como asesino de rango. Elpensamiento le ayudó a recordar con quién estaba tratando. Se sentó más recta ylevantólabarbilla.
—¿Hjemarden,Matthias?—preguntó.—No—respondióél.—¿Prefieresquehableenkerch?—Noquierooírmiidiomadetuboca.DirigiólosojoshacialoslabiosdeNina,quesintióunrubornadabienvenido.Convengativoplacer,dijoenfjerdano:—Perosiempretegustabacómohablabatulengua.Decíasquesonabapuro.
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Eracierto.Lehabíaencantadosuacento;lasvocalesdeunaprincesa,cortesíadesusprofesoresenelPequeñoPalacio.
—Nomepresiones,Nina—dijo.ElkerchdeMatthiaserafeo,brutal,elacentoguturaldelosladronesyasesinosquehabíaconocidoenprisión—.Esaabsoluciónesunsueñoalqueesdifícilaferrarse.Elrecuerdodetupulsodesvaneciéndosebajomisdedosesmuchomásfácildeevocar.
—Pruébame—dijoella,furiosa.Estabahartadesusamenazas—.Mismanosyanoestánatadas,Helvar.
Curvó los dedos y Matthias soltó un jadeo mientras su corazón comenzaba aacelerarse.
—Bruja—escupió,llevándoselamanoalpecho.—Seguro que tienes algomejor. Debes de tener cien nombres paramí a estas
alturas.—Mil—gruñóélmientraselsudorbrotabaensuceño.Ellarelajólosdedos,sintiéndoseavergonzadadepronto.¿Quéestabahaciendo?
¿Castigándolo?¿Jugandoconél?Teníatodoelderechoaodiarla.—Vete,Matthias.Tengounapacientedelaqueocuparme.SeconcentróencomprobarlatemperaturacorporaldeInej.—¿Vivirá?—¿Teimporta?—Puesclaroquemeimporta.Esunserhumano.Ninacomprendióelmatizocultoensufrase.Esunserhumano,nocomotú.Los
fjerdanosnocreíanquelosGrishafueranhumanos.Nisiquieraestabanalniveldelosanimales,eranalgoinferiorydemoníaco,unaplagaparaelmundo,unaabominación.
Alzóunhombro.—Enrealidadnolosé.Hehecholoquehepodido,peromisdonessonparaotra
cosa.—KaztepreguntósilaRosaBlancaenviaríaunadelegaciónaHringkälla.—¿ConoceslaRosaBlanca?—ElStaveOccidentalesuntemadeconversaciónmuypopularenlaPuertadel
Infierno.Ninahizounapausa.Después,sindecirpalabra,sesubiólamangadelacamisa.
Habíadosrosasentrelazadasenelinteriordesuantebrazo.Podríahaberexplicadoloquehacíaallí,quenuncaseganaría lavidabocaarriba,peronoeraasuntosuyoloqueellahicieraono.Quecreyeraloquequisiera.
—¿Elegistetrabajarallí?—Elegiresexagerarunpoco,perosí.—¿Porqué?¿PorquétequedasteenKerch?Ellasefrotólosojos.—NopodíadejarteenlaPuertadelInfierno.—TúmemetisteenlaPuertadelInfierno.
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—Fueunerror,Matthias.Lafuriaseencendióenlosojosdeljoven,ylaaparienciadecalmadesapareció.—¿Unerror?Tesalvélavidaymeacusastedeseruntratantedeesclavos.—Sí—dijoNina—.Ymehepasadolamayorpartedeesteúltimoañotratando
deencontrarlaformadearreglarlascosas.—¿Algunavezhasalidounapalabraverdaderadetuslabios?Ellasereclinóensusillaconcansancio.—Nuncatehementido.Ynuncaloharé.—Loprimeroquemedijistefueunamentira.Recuerdoquehablasteenkaélico.—Justo antes de que me capturaras y me metieras en una jaula. ¿Era ese el
momentodedecirverdades?—No debería culparte. No puedes evitarlo, mentir está en tu naturaleza.—Le
miróelcuello—.Yanotieneslosmoratones.—Meloshequitado.¿Temolesta?Él nodijo nada, peroNinavioundestello devergüenza en su rostro.Matthias
siemprehabíaluchadocontrasupropiadecencia.Paraconvertirseendrüskelle,habíatenidoquematar todo lobuenoquehabía en su interior.Peroel chicoquedeberíahabersidosiempreestabaahí,yellahabíacomenzadoaversuauténticapersonalidaden los días que habían pasado juntos tras el naufragio.Quería creer que ese chicoseguíaahí,encerrado,apesardelatraicióndeellayloqueélhabíasoportadoenlaPuertadelInfierno.
Mirándolo entonces, no podía estar segura. Tal vez esa era su auténticapersonalidad, y la imagen a la que se había aferrado el último año había sido unailusión.
—TengoqueocuparmedeInej—dijo,deseosadequesefuera.Nosemarchó.Ensulugar,dijo:—¿Pensasteenmísiquiera,Nina?¿Perturbabatusueño?Ellaseencogiódehombros.—UnaCorporalnikpuededormirsiemprequequiera.Aunquenopodíacontrolarsussueños.—DormiresunlujoenlaPuertadelInfierno.Esunpeligro.Perocuandodormía,
soñabacontigo.—Ella levantó lacabezadegolpe—.Esoes.Cadavezquecerrabalosojos.
—¿Qué pasaba en los sueños?—preguntó Nina, deseosa oír la respuesta perotambiéntemiéndola.
—Cosas horribles. Las peores clases de tortura.Me ahogabas con lentitud.Mequemabaselcorazónenelpecho.Mecegabas.
—Eraunmonstruo.—Unmonstruo,unadoncella,una sílfidedelhielo.Mebesabas,me susurrabas
historiasaloído.Mecantabasymeabrazabasmientrasdormía.Turisameperseguíahastaquedespertaba.
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—Siempreodiastemirisa.—Amabaturisa,Nina.Ytufierocorazóndeguerrera.Talveztehubieraamado
tambiénati.Talvez.Unavez.Antesdeque lo traicionara.Aquellaspalabras ledolíanenel
pecho.Sabíaquenodebíahablar,peronopudoevitarlo.—¿Yquéhacíastú,Matthias?¿Quémehacíasentussueños?Elbarcoviróligeramenteylaslámparassebalancearon.Losojosdeljoveneran
fuegoazul.—Todo—dijomientrassegirabaparamarcharse—.Todo.
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uando emergió en cubierta,Matthias tuvo que ir directamente a la barandilla.Todas esas ratas de canal y habitantes de los barrios bajos se habían adaptado confacilidadalmar,acostumbradosasaltardebarcoabarcoenloscanalesdeKetterdam.Solo al blando, Wylan, parecía costarle. Tenía aspecto de estar tan mal comoMatthias.
Era mejor con el aire fresco, cuando podía echar un ojo al horizonte. Habíaaguantado losviajesmarítimos comodrüskelle, pero siempre se había sentidomáscómodoentierra,sobreelhielo.Erahumillantequeesosextrañoslovieranvomitarsobrelabarandillaporterceravezenapenasunasmismashoras.
AlmenosNinanoestabaahíparapresenciarsuvergüenza.Nodejabadepensaren ella en ese camarote, cuidando de la chica de bronce, toda preocupación yamabilidad.Y fatiga. Parecíamuy cansada.Fue un error, le había dicho. ¿Que loacusarandetratantedeesclavos,lomontaranenunanavekerchylometieranenlacárcel?Asegurabaquehabía tratadodearreglar lascosas.Pero inclusoaunqueesofuera cierto, ¿qué importaba? Los de su clase no tenían honor. Ella lo habíademostrado.
Alguienhabíahechocafé,yvioalatripulaciónbebiéndoloentazasdecobrecontapas de cerámica.La idea de llevarle una taza aNina entró en su cabeza, pero laaplastó.NonecesitabaocuparsedeellanidecirleaBrekkerque levendríabienundescanso.Apretólosdedos,mirandolosnudillosconcostras.Ellahabíaconseguidoqueesadebilidadarraigaraenél.
Brekkerlehizoungestoparaqueseacercaraalcastillodeproa,dondeél,JesperyWylansehabíanreunidoparaexaminarlosplanosdelaCortedeHielolejosdelos
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ojosyoídosdelatripulación.Veresosdibujoseracomouncuchilloensucorazón.Lasparedes,laspuertas,losguardias.Deberíanhaberdisuadidoaesosidiotas,peroalpareceréleratanidiotacomoelresto.
—¿Por qué no hay nombres en ningún sitio?—preguntóBrekker, haciendo ungestohacialosplanos.
—Noséfjerdano,ynecesitamosquelosdetallesesténbien—explicóWylan—.DeberíahacerloHelvar.—SeapartóalverlaexpresióndeMatthias—.Tansoloestoyhaciendomitrabajo.Dejadefulminarmeconlamirada.
—No—gruñóMatthias.—Toma—dijoKaz,lanzándoleunpequeñodiscotransparentequebrillabaalsol.
El demonio se había subido a un barril y estaba reclinado contra elmástil, con lapierna mala sobre un rollo de cuerda y ese maldito bastón descansando sobre suregazo.AMatthiaslegustabaimaginarquelorompíahastahacerloastillasyselasdabadecomeraBrekkerunaporuna.
—¿Quées?—UnodelosnuevosinventosdeRaske.Wylanlevantólacabeza.—Pensabaquehacíademoliciones.—Hacedetodo—dijoJesper.—Metéoslodetrásde lasmuelas—dijoKazmientras lesentregaba losdiscosa
losdemás—.Peronolomor…Wylan comenzó a atragantarse y toser y se llevó lamano a la boca.Una capa
transparentesehabíaextendidosobresuslabios;sehinchabacomolagargantadeunaranamientrastratabaderespirar,mirandoaizquierdayderechaconpánico.
JespercomenzóareíryKaznegóconlacabeza.—Tehedichoquenolomordieras,Wylan.Respiraporlanariz.Elchicoinhalóprofundamente,ysusfosasnasalessehincharon.—Tranquilo—dijoJesper—.Vasaacabardesmayándote.—¿Quéesesto?—preguntóMatthias, todavíasujetandoelpequeñodiscoen la
mano.Kazsemetióelsuyoenlabocaylomovióentresusdientes.—Baleen. Pensaba guardarlos, pero tras la emboscada no sé con qué clase de
problemas podemos encontrarnos enmar abierto. Si caéis y no podéis subir a poraire, cogedlo ymordedlo.Os dará aire durante diezminutos.Menos si os entra elpánico—añadióconunasignificativamiradaaWylan,ylediootrotrozodebaleen—.Tencuidadoconeste.—DiounaspalmadasalosplanosdelaCortedeHielo—.Nombres,Helvar.Todos.
Aregañadientes,MatthiastomólaplumaylatintaqueWylanhabíadejadoahíycomenzóagarabatear losnombresde losedificiosy loscaminosque losrodeaban.Dealgúnmodo,alhacerlosesentíaaúnmástraidor.Unapartedeélsepreguntabasipodría encontrar una forma de separarse del grupo cuando llegaran allí, revelar su
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ubicaciónyasírecuperarel favordesugobierno.¿Alguiende laCortedeHielo loreconocería siquiera? Probablemente creerían que estaba muerto, ahogado en elnaufragioenelquehabíanmuertosusamigosmáscercanosyelComandanteBrum.Noteníaningunapruebadesuverdaderaidentidad.SeríaunextrañoquenopintaríanadaenlaCortedeHielo,ycuandoconsiguieraquealguienloescuchara…
—Teestásconteniendo—dijoBrekker,conlosojososcurosclavadosenél.Matthias ignoró el estremecimiento que lo atravesó. A veces era como si el
demoniopudieraleermentes.—Teestoydiciendoloquesé.—Tu conciencia está interfiriendo con tu memoria. Recuerda los términos de
nuestroacuerdo,Helvar.—Deacuerdo—replicóél,ysufuriaseincrementó—.¿Quieresmiexperiencia?
Tuplannofuncionará.—Nisiquieraconocesmiplan.—¿Entrarporlaprisiónysalirporlaembajada?—Paraempezar.—Nopuedehacerse.Elsectordelaprisiónestácompletamenteaisladodelresto
delaCortedeHielo.Noestáconectadoalaembajada,asíquenohayformadellegardesdeahí.
—Tienetejado,¿verdad?—No puedes llegar al tejado —aseguró Matthias con satisfacción—. Los
drüskelle pasamos tres meses trabajando con prisioneros Grisha y guardias comoparte de nuestro entrenamiento.He estado en la prisión, y no hay acceso al tejadoprecisamente por esa razón: si alguien logra salir de su celda, no queremos quecorretee por la Corte deHielo. La prisión está totalmente sellada de los otros dossectoresenelcírculoexterior.Unavezestásdentro,estásdentro.
—Siemprehayformadesalir.—Kaztomóelplanodelaprisión—.Cincopisos,¿verdad? Zona de procesamiento y cuatro plantas de celdas. ¿Qué hay aquí, en elsótano?
—Nada.Lalavanderíayelincinerador.—Elincinerador.—Sí,dondequeman la ropade losconvictoscuando llegan.Esunaprecaución
antiplagas,pero…—EncuantolaspalabrasdejaronlabocadeMatthiascomprendióloqueBrekkerteníaenmente—.Djelsanto,¿quieresquesubamosseispisosporlachimeneadelincinerador?
—¿Cuándoloponenenmarcha?—Sinorecuerdomal,porlamañanatemprano,peroinclusosinelcalorno…—Noquierequenosotrossubamosporél—dijoNina,emergiendodedebajode
lacubierta.Kazsesentómásrecto.—¿QuiénestávigilandoaInej?
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—Rotty.Volveréenunminuto, tansolonecesitabaunpocodeaire.YnofinjaspreocupaciónporInejcuandoplaneashacerquesubaseispisosdechimeneasoloconunacuerdayunaplegaria.
—ElEspectropuedehacerlo.—ElEspectroesunachicadedieciséisañosqueahoramismoestáinconsciente
enunamesa.Talveznosobrevivasiquieraaestanoche.—Lohará—aseguróKaz,yalgosalvajebrillóensusojos.Matthiassospechaba
queBrekkertraeríaalachicaarastrasdesdeelinfiernosituvieraquehacerlo.Jespertomósurifleylepasóunpañosuaveporencima.—¿Porquéestamoshablandodeescalarchimeneascuandotenemosunproblema
mayor?—¿Ycuáles?—preguntóKaz,aunqueMatthiasteníalaclaraimpresióndeque
yalosabía.—NotienesentidoiraporBoYul-BayursiPekkaRollinsestáenmedio.—¿QuiénesPekkaRollins?—preguntóMatthias,sintiendo las ridículassílabas
enlaboca.Losnombreskerchnoteníandignidad.Sabíaqueesehombreeraellíderde una banda y que se llenaba los bolsillos con los beneficios delEspectáculo delInfierno.Esoyaeralobastantemalo,peroMatthiassentíaquehabíamás.
Wylanseestremecióytiródelasustanciagomosasobresuslabios.—Solo el mayor y peor manipulador de toda Ketterdam. Tiene dinero que no
tenemos,conexionesquenotenemos,yprobablementenosllevaráventaja.Jesperasintióconlacabeza.—Porunavez,Wylandicealgoconsentido.Siporalgúnmilagroconseguimosa
BoYul-BayurantesqueRollins,encuantodescubraquesomosnosotrosquienesnoshemosadelantadoestamosmuertos.
—PekkaRollinsesunjefedelBarril—dijoKaz—.Nimásnimenos.Dejaddehablardeélcomosifuerainmortal.
Hayalgomásaquí,pensóMatthias.Brekkerhabíaperdidoelfervordeviolenciaqueparecíaguiarloantes,cuandohabíamatadoaOomen.Peroseguíahabiendounaintensidad persistente en sus palabras.Matthias estaba seguro de queKazBrekkerodiabaaPekkaRollins,ynoerasoloporquehubieravoladosubarcoycontratadoamatones para dispararles. Aquello parecía un asunto de heridas viejas yresentimiento.
Jespersereclinóhaciaatrásydijo:—¿CreesquePerHaskellvaaapoyartecuandodescubraquetehasenfrentadoa
PekkaRollins?¿Creesqueelviejoquiereesaguerra?Kaznegóconlacabeza,yMatthiasviofrustraciónrealahí.—PekkaRollinsnohavenidoaestemundovestidodeterciopeloynadandoen
kruge.Seguís sinpensara logrande. IgualquePerHaskell, igualque loshombrescomoRollinsquierenquelohagáis.Sicumplimosesetrabajoylogramosesebotín,
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nosotros seremos las leyendas del Barril. Seremos el grupo que venció a PekkaRollins.
—A lo mejor deberíamos olvidarnos de acercarnos desde el norte —sugirióWylan—. Si la tripulación de Pekka va en cabeza, deberíamos ir directamente aDjerholm.
—Elpuertoestaráhastaarribadeseguridad—dijoKaz—.Pornomencionaralosagentesdeaduanashabitualesylosagentespoliciales.
—¿Yelsur?¿PorRavka?—Esafronteraestábiencerrada—señalóNina.—Esunafronteramuygrande—lesrecordóMatthias.—Peronohay formadesaberdóndeesmásvulnerable—replicóella—.Salvo
quetengasalgúnconocimientomágicosobrequétorresypuestosdevigilanciaestánactivos.Además,sientramosdesdeRavkatendremosqueenfrentarnosaravkanosyfjerdanos.
Lo que decía tenía sentido, pero eso lo enervaba. En Fjerda las mujeres nohablaban de esemodo, no hablaban de asuntosmilitares o estratégicos. PeroNinasiemprehabíasidoasí.
—Entraremosporelnorte,talcomoplaneábamos—dijoKaz.Jespergolpeólacabezacontraelcascodelbarcoyllevólosojosalcielo.—Vale. Pero si Pekka Rollins nos mata a todos, voy a pedirle al fantasma de
Wylan que enseñe a mi fantasma a tocar la flauta solo para poder amargar a tufantasma.
LoslabiosdeBrekkersecrisparon.—Contrataré al fantasma de Matthias para darle una patada en el culo a tu
fantasma.—Mifantasmanoseasociarácontufantasma—aseguróMatthiasconrecelo,y
despuéssepreguntósielairemarinoleestaríapudriendoelcerebro.
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ododolía.¿Yporquéseestabamoviendolahabitación?Inej despertó con lentitud, con los pensamientos revueltos. Recordaba sentir el
cuchillodeOomen,subirsea lascajas, lagentegritandomientrassebalanceabadelas puntas de los dedos.Baja,Espectro. PeroKaz había regresado a por ella, paraprotegersuinversión.DebíandehaberllegadoalFerolind.
Tratódedarselavuelta,peroeldolorerademasiadointenso,asíqueselimitóagirarlacabeza.Ninaestabadormitandosobreuntabureteenunaesquinajuntoalamesa,yteníalamanodeInejagarradadébilmenteconlasuya.
—Nina—graznó.Sentíalagargantacomosiestuvieracubiertadelana.Ninasedespertódegolpe.—¡Estoydespierta!—dijoabruptamente,ydespuéslamiróconojosempañados
—.Estásdespierta.—Sesentómásrecta—.PortodoslosSantos,¡estásdespierta!—Y entonces se puso a llorar. Inej trató de sentarse, pero apenas podía levantar lacabeza—.No,no.Nointentesmoverte,tansolodescansa.
—¿Estásbien?Ninacomenzóareíratravésdelaslágrimas.—Estoybien.Erestúaquienhanapuñalado.Noséloquemepasa…esmucho
másfácilmataralagentequecuidardeella.Inejpestañeó,yentonceslasdoscomenzaronareír.—Auuu—gruñóInej—.Nomehagasreír.Eshorrible.Ninahizounamueca.—¿Cómotesientes?—Dolorida,peronofatal.Consed.Ninaleofrecióunvasodehojalatallenodeaguafría.
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—Esfresca.Ayerllovió.Inejbebióconcuidado,dejandoqueNinalesostuvieralacabeza.—¿Cuántotiempoheestadoinconsciente?—Tresdías,casicuatro.Jespernosestávolviendolocosatodos.Nocreoquelo
haya visto sentarse quieto más de dos minutos seguidos. —Se puso en pieabruptamente—.¡TengoquedecirleaKazquehasdespertado!Pensábamos…
—Espera—dijoInej,sujetándolelamano—.¿Podemos…nodecírselotodavía?Ninasesentó,conlacaraextrañada.—Claro,pero…—Soloestanoche.—Hizounapausa—.¿Esdenoche?—Sí.Justodespuésdemedianoche,dehecho.—¿Sabemosquiénfueapornosotrosenelpuerto?—Pekka Rollins. Contrató a los Puntas Negras y a los Gaviotas Cuchilla para
evitarquesaliéramosdelQuintoPuerto.—¿Cómosabíadedóndesaldríamos?—Noestamossegurostodavía.—ViaOomen…—Oomenestámuerto.Kazlomató.—¿Enserio?—Kazmatóamuchagente.RottylovioiraporlosPuntasNegrasquetetenían
en las cajas. Creo que sus palabras exactas fueron: había sangre suficiente parapintarungraneroderojo.
Inejcerrólosojos.—Demasiadamuerte.EstabanrodeadosporlamuerteenelBarril,peroaquellanocheestuvomáscerca
quenuncadeella.—Teníamiedoporti.—Kaznotienemiedodenada.—Tendríasquehabervistosucaracuandotetrajoconmigo.—Soyunainversiónmuyvaliosa.Ninasequedóboquiabierta.—Dimequenotedijoeso.—Puesclaroquesí.Bueno,nolapartedequeeravaliosa.—Idiota.—¿QuétalMatthias?—Otroidiota.¿Creesquepuedescomer?—Inejnegóconlacabeza.Nosesentía
hambrientaenabsoluto—.Inténtalo—leinsistió—.Notevendrámal.—Porelmomentosoloquierodescansar.—Porsupuesto.Apagarélalámpara.Inejvolvióasujetarla.—No.Todavíanoquierovolveradormir.
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—Podría leerte si tuviera algo que leer. Hay un Mortificador en el PequeñoPalacioquepuederecitarpoesíaépicadurantehoras.Conéldesearíashabermuerto.
Inejserioydespuéshizounamueca.—Tansoloquédate.—Deacuerdo—dijoNina—.Yaquequiereshablar,cuéntameporquénotienes
lacopayelcuervoenelbrazo.—¿Empiezasporlaspreguntasfáciles?Ninacruzólaspiernasypusolabarbillasobrelasmanos.—Estoyesperando.Inejpermanecióensilencioduranteunrato.—Yahasvistomiscicatrices.—Ninaasintióconlacabeza—.CuandoKazhizo
quePerHaskellpagaramicontratoconlaReserva,loprimeroquehicefueiraquemequitaraneltatuajedelaplumadepavoreal.
—Quienquieraquefuerahizountrabajomuymalo.—No era un Corporalnik, ni siquiera un medik. —Tan solo era uno de los
estúpidoscarnicerosquevendíansusserviciosalosmásdesesperadosdelBarril.Lehabíaofrecidountragodewhiskyydespuéssimplementehabíamacheteadosupiel,dejándole el antebrazo lleno de heridas.A ella no le había importado: el dolor eraliberación.En laCasaExótica les encantaba hablar de su piel. Era como café conlechedulce.Eracomocaramelo líquido.Eracomosatén.Dio labienvenidaacadacortedelcuchilloyalascicatricesquedejó—.Kazmedijoquenoteníaquehacernadasalvoserútil.
Kaz le había enseñado a abrir una caja fuerte, robar de un bolsillo, blandir uncuchillo.Leregalósumejordaga,laquellamabaSanktPetyr;noeratanbonitacomolosgeraniossilvestres,perocreíaqueeramáspráctica.
Talvezlausecontigo,habíadicho.Élhabíasuspirado.Ojalátuvierasesaseddesangre.Ellanohabíasidocapazdedistinguirsiestabadebroma.Semovió ligeramente en lamesa.Había dolor, pero no era demasiado.Con lo
profundoquehabíaentradoelcuchillo,susSantosdebíandehaberestadoguiandolamanodeNina.
—KazdijoquesimeprobabaamímismapodríaunirmealosDespojoscuandoestuvieralista.Ylohice,peronomepuseeltatuaje.
Ninalevantólascejas.—Nosabíaquefueraopcional.—Técnicamentenoloes.Séquealgunaspersonasnoloentienden,peroKazme
dijo…medijoqueeraelecciónmía,quenoseríaélquienvolvieraamarcarme.Perolohabíahechoasumanera,apesardelasmejoresintencionesdeInej.Sentir
algoporKazBrekkereralapeorclasedeestupidez,yellalosabía.Peroélhabíasidoquien lahabía rescatado,quienhabíavistosupotencial.Habíaapostadoporella,y
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eso significaba algo, aunque lo hubiera hecho por sus propias razones egoístas.InclusolahabíallamadoelEspectro.
Nomegusta,habíadichoella.Mehacepareceruncadáver.Unfantasma,lahabíacorregidoél.¿Nohabíasdichoqueseríatuaraña?¿Porquénonosquedamosconeso?Porque haymuchas arañas en el Barril. Además, quieres que tus enemigos te
tenganmiedo,noquepiensenquepuedenaplastartedeunpisotón.¿Misenemigos?Nuestrosenemigos.Lahabíaayudadoaconstruiruna leyendapara llevarcomoarmadura,algomás
grande y terrorífico que la chica que había sido. Inej suspiró; no quería seguirpensandoenKaz.
—Habla—ledijoaNina.—Seteestáncerrandolospárpados.Deberíasdormir.—Nomegustanlosbarcos.Malosrecuerdos.—Amítampoco.—Puescantaalgo.Ninaserio.—¿Recuerdasloquetehedichosobredesearestarmuerta?Noquieresquecante.—¿Porfavor?—Solosécancionespopularesravkanasycancionesdetabernakerch.—Detaberna.Algoanimado,porfavor.Ninaresopló.—Soloporqueerestú,Espectro.—Seaclarólagargantaycomenzó—:Fuertey
jovencapitán,atrevidoenelmar.Soldadoymarinero,libredeenfermedad…Inejcomenzóareíryseaferróelcostado.—Tienesrazón.Cantasdepena.—Telodije.—Continúa.La voz de Nina era terrible de verdad, pero ayudó a que la mente de Inej se
quedara en el barco en esemomento.Noqueríapensar en laúltimavezquehabíaestadoenelmar,peroeradifícillucharcontralosrecuerdos.
Nisiquiera tendríaquehaberestadoenelvagónlamañanaque los tratantesdeesclavoslatomaron.Teníacatorceaños,ysufamiliaestabaveraneandoenlacostadeRavkaOccidental,disfrutandodelmaryactuandoenuncarnavalenlosalrededoresdeOsKervo.Debería haber estado ayudando a su padre a arreglar las redes. Peroestabaperezosa,dormitandobajo lasdelgadas sábanasde algodónyescuchandoelrugidodelasolas.
Cuando la silueta de un hombre se recortó contra la puerta de la caravana, nopensóencorrer.Simplementedijo:
—Cincominutosmás,papá.
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Entonceslasujetaronporlaspiernasylasacaronarastrasdelvagón.Segolpeólacabeza contra el suelo. Eran cuatro; hombres grandes,marineros. Cuando trató degritar,elloslaamordazaron.Leataronlasmanosylasmuñecas,yunodeellosselapusoporencimadelhombromientrasentrabanenunafalúaquehabíanancladoenlacala.
Más tarde, Inej descubrió que la costa era un lugar muy transitado por lostratantes de esclavos. Habían visto la caravana suli desde su barco y se acercaronremando después del amanecer, cuando el campamento estaba prácticamentedesierto.
Elrestodelviajeeraunborrón.Lametieronenunajauladecargamentoconungrupo demás niños; algunosmayores, otrosmás jóvenes, lamayoría chicas, perotambién algunos chicos. Era la única suli, pero algunos hablaban ravkano y lecontaronsuspropiashistoriasdecómoloshabíanatrapado.Aunolohabíansacadodel astillero de su padre; otra estaba jugando en unos charcos y se había alejadodemasiadodesusamigas.Aunalahabíavendidosuhermanomayorparapagarsusdeudas de juego.Losmarineros hablaban un idiomaque Inej no comprendía, perounodelosotrosniñosasegurabaquelosllevabanalamayordelasislasexterioresdeKerch, donde los subastarían a propietarios privados o a casas del placer deKetterdamyNovyiZem.Lagenteacudíadetodaspartesdelmundoparapujar.Inejpensaba que el comercio de esclavos era ilegal en Kerch, pero al parecer seguíasucediendo.
Nuncaviolazonadesubastas.Cuandofinalmenteecharonelancla,lasubieronalacubiertaylaentregaronaunadelasmujeresmáshermosasquehabíavistojamás,unarubiaaltaconojoscoloravellanaymontonesdepelodorado.
Lamujer había sostenido en alto la lámpara para examinar cada centímetro deInej:susdientes,suspechos,inclusosuspies.Habíatiradodelpeloapelmazadodesucabeza.
—Habrá que afeitárselo. —Entonces había retrocedido—. Guapa. Flacucha yplanacomounasartén,perosupielesimpecable.
Se había girado para regatear con losmarinerosmientras Inej permanecía allí,apretando lasmanos atadas sobre el pecho, con la blusa todavía abierta y la faldatodavíasubidapor lacintura.Podíaverel resplandorde la luzde la lunasobre lasolasdelacala.Salta,habíapensado.Loqueteesperaalfondodelmaresmejorqueellugaradondetellevaráestamujer.Peronohabíatenidoelcoraje.
Lachicaenlaquesehabíaconvertidohabríasaltadosinpensárselodosveces,ytalvezsehabríallevadoconellaaunodelostratantesdeesclavos.Oalomejorseestabaengañandoasímisma.SehabíaquedadoparalizadacuandoTanteHeleen lahabíaasaltadoenelStaveOccidental.Nohabíasidomásfuertenimásvaliente,sololamismachicasuliasustadaquehabíapermanecidoparalizadayhumilladasobrelacubiertadeesebarco.
Ninaseguíacantando,algosobreunmarineroquehabíaabandonadoasuamada.
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—Enséñameelestribillo—dijoInej.—Deberíasdescansar.—Estribillo.Así que Nina le enseñó la letra y cantaron juntas, tropezando con los versos,
irremediablementedesafinadas,hastaquelaslámparassefueronapagando.
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esper tenía ganas de tirarse por la borda solo para romper la rutina.Seisdíasmás.Seisdíasmásenesebarco (si teníansuerteyelvientoerabueno)ydeberíanllegar a tierra. La costa occidental de Fjerda era toda roca peligrosa y acantiladosescarpados.Tan solo se podía llegar a ella con seguridadporDjerholmyEllingy,dadoquelaseguridadenambospuertoserafuerte,sehabíanvistoobligadosaviajarhastalospuertosballenerosdelnorte.Secretamenteesperabaquesufrieranunataquepirata,peroesebarcoerademasiadopequeñoparallevarningúncargamentovalioso.Eranunobjetivopocodigno,yatravesaronsinmolestiaslasrutasdecomerciomástransitadasdelMarAuténticocon loscoloresneutralesdeKerch.Pronto llegaronalasfríasaguasdelnorte,avanzandohastalaIsenvee.
Jesper merodeaba por cubierta, subía a las jarcias, trataba de convencer a latripulaciónparaquejugaraalascartasconél,limpiabasuspistolas.Echabademenoslatierra,labuenacomidayunacervezamejor.Echabademenoslaciudad.Sihubieraquerido amplios espacios abiertosy silencio, sehabría quedado en la fronteray sehabríaconvertidoenelgranjeroqueesperabasupadre.Habíapocoquehacerenelbarco salvo estudiar la disposición de la Corte deHielo, escuchar los gruñidos deMatthias y molestar a Wylan, que siempre estaba trabajando en sus intentos dereconstruirlosposiblesmecanismosdelaspuertasdelaparedanular.
Kazsehabíaquedadoimpresionadoconlosbocetos.—Piensascomounexpertoenforzarcerraduras—lehabíadichoaWylan.—Noesverdad.—Quierodecirquepuedesverelespacioentresejes.—Nosoyuncriminal—protestóWylan.
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Kazlelanzóunamiradacasidelástima.—No,eresunflautistaqueseharodeadodemalascompañías.JespersesentójuntoaWylan.—Aprendeaaceptaruncumplido.Kaznoloshaceamenudo.—Noesuncumplido.Nomeparezcoennadaaél.Estenoesmisitio.—Novoyadiscutir.—Ytampocoestusitio.—¿Disculpa,mercadercillo?—NonecesitamosauntiradorparaelplandeKaz,asíque¿cuálestutrabajo…
ademásdepasearteporahíponiendonerviosoatodoelmundo?Seencogiódehombros.—Kazconfíaenmí.Wylanresoplóytomólapluma.—¿Estásseguro?Jespersemovióincómodo.Porsupuestoquenoestabaseguro.Pasabamuchode
sutiempopreguntándoseporlospensamientosdeKazBrekker.YsisehabíaganadounapequeñapartedelaconfianzadeKaz,¿selamerecía?
Tamborileósobresusrevólveresconlospulgaresydijo:—Cuando las balas empiecen a volar, tal vez descubras que está bien tenerme
cerca.Esosdibujostanbonitosnovanamantenerteconvida.—Necesitamos estos planos. Y por si te has olvidado, una de mis bombas
lumínicasnosayudóasalirdelpuertodeKetterdam.Jespersoltóaliento.—Unabrillanteestrategia.—Funcionó,¿verdad?—CegasteanuestroshombresjuntoalosPuntasNegras.—Fueunriesgocalculado.—Fuecruzarlosdedosyesperarlomejor.Créeme,conozcoladiferencia.—Esoheoído.—¿Quésignificaeso?—Significa que todo elmundo sabe que no puedesmantenerte alejado de una
peleaounaapuesta,tedaniguallasposibilidades.Jesperlevantólamiradahastalasvelasentrecerrandolosojos.—Cuandononacescontodaslasventajas,aprendesacorrerriesgos.—Yono…—Wylanlodejóybajólapluma—.¿Porquécreesquelosabestodo
sobremí?—Sémuchascosas,mercadercillo.—Quésuerteparati.Yomesientocomosinuncasupierasuficiente.—¿Sobrequé?—Sobretodo—murmuróWylan.Jesperestabaintrigado,encontradesubuenjuicio.
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—¿Comoqué?—lopresionó.—Bueno,comoesaspistolas—dijoél,haciendoungestohacialosrevólveresde
Jesper—.Tienenunmecanismodedisparoinusual,¿verdad?Sipudieraabrirlas…—Nilopienses.Wylanseencogiódehombros.—¿Yqué pasa con el foso de hielo?—dijo, dandoun golpecito al plano de la
CortedeHielo.Matthiashabíadichoqueelfosonoerasólido,solounacapadehieloresbaladiza y delgada como una oblea sobre el agua helada, muy expuesta eimposibledecruzar.
—¿Quépasaconél?—¿Dedóndesaletantaagua?LaCorteestásobreunacolina,asíque¿dóndeestá
elacuíferooelacueductoparasubirelagua?—¿Quémásda?Hayunpuente.Notenemosquecruzarelfosodehielo.—Pero¿nosientescuriosidad?—PortodoslosSantos,no.ConsíguemeunsistemaparaganaralaZarzadeTres
olaRuedadeMakker.Poresosíquesientocuriosidad.Wylansehabíagiradodenuevohaciasutrabajo,ysudecepcióneraevidente.Poralgunarazón,Jespertambiénsesentíaunpocodecepcionado.
Jespercomprobabacómoestaba Inejcadamañanaycadanoche.La ideadeque laemboscadaenelmuellepudierahabersidosufinallohabíaagitado.ApesardelosesfuerzosdeNina,habíadadoporhechoqueelEspectronoseguiríaenestemundo.
Pero una mañana Jesper llegó y encontró a Inej sentada, vestida con unoscalzonescortos,unchalecoacolchadoyunatúnicaconcapucha.
Ninaestabainclinadasobreella,esforzándosepormeterlospiesdelasuliensusextrañassandaliasconsuelasdegoma.
—¡Inej!—graznóJesper—.¡Noestásmuerta!Ellasonriódébilmente.—Nomásqueelresto.—Siestásdandolamatracacontudeprimentesabiduríasuli,entoncesdebesde
sentirtemejor.—Notequedesahíplantado—sequejóNina—.Ayúdameaponerleestoenlos
pies.—Simedejaras…—comenzóInej.—Noteagaches—replicóNina—.Nosaltes.Notemuevasabruptamente.Sino
prometes tener cuidado, ralentizaré tu corazón y te mantendré en coma hasta quepuedaasegurarmedequetehasrecuperadoporcompleto.
—NinaZenik,encuantodescubradóndehaspuestomiscuchillos,vamosatenerunaspalabras.
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—Será mejor que las primeras sean gracias, oh gran Nina, por dedicar cadamomentodevigiliadeestemiserableviajeasalvarmipenosavida.
JesperesperabaqueInejseriera,asíquelesobresaltóverquetomabalacaradeNinaentrelasmanosydecía:
—Graciaspormantenermeenestemundocuandoeldestinoparecíadeterminadoaarrastrarmealpróximo.Tedebolavida.
Ninaseruborizóprofundamente.—Me estaba metiendo contigo, Inej. —Hizo una pausa—. Creo que las dos
tenemosyasuficientesdeudas.—Estaesunaquemealegratener.—Vale,vale.CuandovolvamosaKetterdam,llévameacomergofres.EstavezInejsíqueserio.Bajólasmanosyparecióespecular.—¿Unpostreporunavida?Nocreoqueseaequivalente.—Esperoqueseanunosgofresmuybuenos.—Conozcoellugarperfecto—dijoJesper—.Tienenunsiropedemanzana…—Túnoestásinvitado—replicóNina—.Ahoraayúdameaponerlaenpie.—Puedohacerlosola—gruñóInejmientrassedeslizabadelamesayseponíaen
pie.—Compláceme.Conunsuspiro,InejagarróelbrazoqueJesperleofrecía,ysalierondelcamarote
ysubieronacubiertaconNinatrasellos.—Estoesunatontería—dijoInej—.Estoybien.—Lo estás—replicó Jesper—. Pero es posible que yo me caiga en cualquier
momento,asíqueprestaatención.Encuantollegaronacubierta,Inejleapretóelbrazoparaquesedetuviera.Echó
lacabezahaciaatrásyrespiróprofundamente.Eraundíagriscomolapiedra;elmarera de pizarra oscura rota por olas espumosas, y el cielo estaba lleno de gruesasmasas de nubes. Un fuerte viento llenaba las velas, empujando el pequeño barcosobrelasolas.
—Mesientobienconestaclasedefrío—murmuró.—¿Estaclase?—Vientoenelpelo,rocíodelmarsobrelapiel.Elfríodelosvivos.—Dosvueltasporlacubierta—advirtióNina—.Ydespuésderegresoalacama.FueaunirseaWylanjuntoalapopa.AJespernoseleescapóquehabíaidoal
puntodelbarcomásalejadodeMatthias.—¿Han estado así todo este tiempo? —preguntó Inej, mirando a Nina y al
fjerdano.Jesperasintióconlacabeza.—Escomoveradoslincesrodeándosemutuamente.Inejprodujounaespeciedezumbido.—Pero¿quéquerránhacercuandosalten?
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—¿Lanzarsezarpazoshastamatarse?Inejpusolosojosenblanco.—Nomeextrañaqueseastanmaloconlascartas.Jesperlacondujohastalabarandilla,dondepodíandaralgoparecidoaunpaseo
sinmeterseenelcaminodenadie.—Teamenazaríacontirartealmar,peroKazestáobservando.Inejasintióconlacabeza,peronomiróhaciadondeKazseencontraba:juntoa
Specht,queestabafrentealtimón.PeroJespersíquelohizoylosaludóalegrementeconlamano.LaexpresióndeKaznocambió.
—¿Lemataríasonreírdevezencuando?—preguntóJesper.—Seguroquesí.Todoslosmiembrosdelatripulacióngritabansaludosybuenosdeseos,yJesper
podíasentiraInejanimándoseconcadagritode¡ElEspectroharegresado!InclusoMatthiasinclinólacabezadeformaextrañaydijo:
—Creoqueereslarazónporlaquesalimosdelpuertoconvida.—Sospechoquehubomuchasotrasrazones—dijoInej.—Yosoyunarazón—señalóJesper,servicial.—Daigual—replicóMatthias,ignorándolo—.Gracias.SiguieronavanzandoyJesperviounasonrisacomplacidaenloslabiosdeInej.—¿Sorprendida?—preguntó.—Unpoco—admitióella—.PasodemasiadotiempoconKaz.Pensaba…—Esunanovedadsentirseapreciado.Ellasoltóunarisitaysellevóunamanoalcostado.—Todavíameduelealreírme.—Sealegrandequeestésviva.Yomealegro.—Esoespero.CreoquenuncamehesentidocomosiencajaraconlosDespojos.—Esquenoencajas.—Gracias.—Somosungrupoconintereseslimitados,ytúnojuegas,nidicestacos,nibebes
enexceso.Peroesteeselsecretodelapopularidad:arriesgarseamorirparasalvaratuscompatriotasdequeloshaganpedazosenunaemboscada.Esunaformagenialdehaceramigos.
—Con tal deno tener que empezar a ir a fiestas.—Cuando llegaron a la partedelantera de la cubierta, Inej se inclinó sobre la barandilla ymiró al horizonte—.¿Fueavermesiquiera?
JespersabíaquesereferíaaKaz.—Todoslosdías.Inejgirósusoscurosojoshaciaélydespuésnegóconlacabeza.—Nosabesleeralagenteynosabesmentir.Jespersuspiró.Odiabadecepcionaraalguien.
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—No—admitió.—Ellaasintiócon lacabezayvolvióamiraralocéano—.Nocreoquelegustenlascamasdelosenfermos.
—¿Aquiénlegustan?—Merefieroaquecreoque le resultabadifícilestarcercade tiestandoasí.El
primerdía,cuandotehirieron…sevolvióunpocoloco.A Jesper le costaba admitir eso. ¿Kaz también se habría puesto comoun perro
rabiosodehabersidoaJesperaquienlehubieranclavadouncuchillo?—Puesclaroquesí.Esteesuntrabajodeseispersonas,yalparecermenecesita
paraescalarlachimeneadeunincinerador.Simuero,elplansedesmorona.Jespernodiscutió.NopodíafingirquecomprendíaaKazoloquelomotivaba.—Dimealgo.¿CuálfuelagranpeleaentreWylanysupadre?Inej le lanzó una rápida mirada a Kaz, y después miró a su espalda para
asegurarse de que nadie de la tripulación estuviera merodeando cerca. Kaz habíadejadoclaroquelainformacióninclusoremotamenterelacionadaconeltrabajodebíaquedarentreellosseis.
—No lo sé exactamente —dijo—. Hace tres meses Wylan apareció en unapensióndemalamuertecercadelListón.Usabaunapellidodiferente,peroKaztienefichadosatodoslosnuevosdelBarril,asíquemehizohusmearunpoco.
—¿Y?Inejseencogiódehombros.—A los sirvientes de la casaVanEck les pagan lo suficientemente bien como
paraserdifícilesdesobornar.Lainformaciónqueconseguínodecíagrancosa.Habíarumores de que habían pillado aWylan en un sudoroso jugueteo con uno de sustutores.
—¿Enserio?—dijoJesperconincredulidad.Síqueescondecosas.—Soloesunrumor.YnoescomosiWylanse fueradecasaparavivirconun
amante.—Entonces,¿porquéloechópapáVanEck?—Nocreoque lohiciera.VanEck leescribe todas las semanas,peroWylanni
siquieraabrelascartas.—¿Quéledecía?Inejsereclinóconcuidadocontralabarandilla.—Estásasumiendoquelasheleído.—¿Nolohashecho?—Puesclaroquesí.—Entoncesfruncióelceño,recordando—.Tansolodecían
lomismouna y otra vez:Si estás leyendo esto, entonces sabrás cuánto deseo quevuelvasacasa.Obien:rezoparaque leasestaspalabrasypiensesen todo loquehasdejadoatrás.
JespermiróhaciadondeWylancharlabaconNina.—Elmisteriosomercadercillo.MepreguntoquéhizoVanEckquefueratanmalo
comoparaqueWylanvinieraalosbarriosbajosconnosotros.
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—Ahoracuéntametúalgo,Jesper.¿Quéteha traídoaestamisión?Yasabes loarriesgadoqueesestetrabajo,lasposibilidadesquehaydequevolvamos.Séqueteencantanlosdesafíos,peroestoesdemasiado,inclusoparati.
Jespermiró lasmontañas grises delmar,marchando hacia el horizonte en unaformacióninfinita.Nuncalehabíagustadoelocéano,lasensacióndelodesconocidobajo suspies, que algohambrientoy llenodedientespudiera estar esperandoparaarrastrarloabajo.Yasíeracomosesentíacadadía,inclusoentierra.
—Tengodeudas,Inej.—Túsiempretienesdeudas.—No.Esta vez esmalo.Tomédinero prestado de la gente equivocada. ¿Sabes
quemipadretieneunagranja?—EnNovyiZem.—Sí,eneloeste.Comenzóaobtenerbeneficiosesteaño.—Oh,Jesper,nohas…—Necesitabaelpréstamo…ledijequeeraparapoder terminar lacarreraen la
universidad.Ellalomirófijamente.—¿Piensaqueeresestudiante?—PoresoesporloquevineaKetterdam.Enmiprimerasemanaenlaciudadfui
alStaveOrientalconalgunosotrosestudiantes.Pusealgunoskrugeenlamesa,perofueuncapricho.NisiquieraconocíalasreglasdelaRuedadeMakker.Perocuandoelencargadohizogirarlarueda…jamáshabíaoídounsonidotanbonito.Ganéyseguíganando.Fuelamejornochedemivida.
—Ylahasestadopersiguiendodesdeentonces.Élasintióconlacabeza.—Tendría que haberme quedado en la biblioteca. Gané. Perdí. Perdí aúnmás.
Necesitaba dinero, así que comencé a aceptar trabajo de las bandas. Dos tíos measaltaronenuncallejónunanoche.Kazlosderribóycomenzamosatrabajarjuntos.
—Probablementecontrataraaesoschicosparaqueteatacaranyquetesintierasendeudaconél.
—Él no haría…—Jesper se detuvo en seco y entonces se rio—.Claro que loharía.—Flexionólosnudillos,concentradoenlaslíneasdesuspalmas—.Kazes…Nosé,noescomonadiequehayaconocidoantes.Mesorprende.
—Sí.Comounacolmenadeabejasenelcajóndetucómoda.Jespersoltóunarisotada.—Esomismo.—Entonces,¿quéhacemosaquí?Jespersegiróhaciaelmarsintiendoquesusmejillassecalentaban.—Tratardeconseguirmiel,supongo.Yrezarparaquenonospiquen.Inejlegolpeóelhombroconelsuyo.—Entonces,almenoslosdossomoslamismaclasedeidiota.
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—Nosécuálestuexcusa,Espectro.Yosoyelquenuncapuedealejarsedeunamalamano.
Ellaleenganchóelbrazoconelsuyo.—Esoteconvierteenunjugadorpenoso,Jesper.Perounamigoexcelente.—Eresdemasiadobuenaparaél,¿sabes?—Losé.Ytútambién.—¿Caminamos?—Sí—dijoInej,echandoaandar trasél—.Ydespuésnecesitoquedistraigasa
Ninaparapoderbuscarmiscuchillos.—Sinproblema.BastaráconquelehabledeHelvar.Jespervolvióamiraraltimónmientrascaminabanhacialadirecciónopuestade
lacubierta.Kaznosehabíamovido.Seguíaobservándolos,conlosojosdurosy lacaratanilegiblecomosiempre.
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icieron falta dos días desde que salió del camarote médico para que Kaz seobligara a acercarse a Inej. Estaba sentada ella sola, con las piernas cruzadas y laespaldacontraelcascodelbarco,sorbiendodeunatazadeté.
Kazfuecojeandohaciaella.—Quieroenseñartealgo.—Estoybien,graciasporpreguntar—dijoella,mirándolo—.¿Cómoestástú?Élnotóquesuslabiossemovían.—Espléndido.Torpemente,sesentójuntoaellaydejóelbastónaunlado.—¿Estámaltupierna?—Estábien.Mira.ExtendióeldibujodeWylandelsectordelaprisiónentreellos.Lamayoríadelos
planosmostrabanlaCortedeHielodesdearriba,perolaelevacióndelaprisiónerauna vista lateral, un corte transversal quemostraba los pisos del edificio los unossobrelosotros.
—Lohevisto—dijoInej—.Pasóeldedodesdeelsótanohastaeltejadoenunalínearecta—.Seispisosporunachimenea.
—¿Puedeshacerlo?Ellaelevósusoscurascejas.—¿Hayotraopción?—No.—Entonces,¿sitedigoquenopuedosubir,ledirásaSpechtquedélavueltaal
barcoynosllevederegresoaKetterdam?
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—Encontraréotraopción—dijoél—.Nosécuál,peronovoyaabandonaresebotín.
—Sabesquepuedohacerlo,Kaz,ysabesquenovoyanegarme.Asíque,¿porquépreguntas?
Porquellevodosdíasbuscandounaexcusaparahablarcontigo.—Quiero asegurarme de que sabes a qué te enfrentarás y de que te estés
estudiandolosplanos.—¿Haremosunaprueba?—Sí—respondióKaz—.Sifracasa,acabaremosenunaprisiónfjerdana.—Mmm—dijoella,ytomóunsorbodeté—.Yyoacabarémuerta.—Cerrólos
ojosyapoyólacabezacontraelcasco—.Mepreocupalarutadeescapealpuerto.Nomegustaquesolohayaunavíadesalida.
Kaztambiénseapoyócontraelcasco.—A mí tampoco —admitió, estirando la pierna mala—. Pero por eso los
fjerdanosloconstruyeronasí.—¿ConfíasenSpecht?Éllelanzóunamiradademediolado.—¿Hayalgunarazónporlaquenodeberíahacerlo?—Enabsoluto,perosielFerolindnonosestáesperandoenelpuerto…—Confíoenéllosuficiente.—¿Tedebealgo?Kazasintióconlacabeza.Miróasualrededorydijo:—Lamarinaloechóporinsubordinaciónysenegóadarlesupensión.Tieneuna
hermanaquemantenercercadeBelendt.Leconseguídinero.—Esofueunbuendetalleportuparte.Élentrecerrólosojos.—No soy un personaje de una historia infantil que hace bromas inofensivas y
robaalosricosparadárseloalospobres.Habíadineroqueganareinformaciónqueconseguir.Spechtconocelasrutasmarítimascomolapalmadesumano.
—Nuncahacesalgoacambiodenada,Kaz—dijoella,conlamiradafirme—.Losé.PerosiinterceptanelFerolind,notendremosformadesalirdeDjerholm.
—Yoencontraréuna.Yalosabes.Dimequelosabes.Necesitabaquelodijera.Aqueltrabajonoeracomoninguno
quehubieraintentadoantes.Cadadudaqueellahabíaexpresadoeralegítima,ysolorepetía los miedos de su propia cabeza. Le había ladrado antes de marcharse deKetterdam,lehabíadichoquecontrataríaaunanuevaarañaparaeltrabajosinocreíaqueélpudieraconseguirlo.Necesitabasaberqueellacreíaquepodíahacerlo,queélpodríallevarlosa laCortedeHieloysacarlossanosysalvostalcomohabíahechoconotrosgruposenotrostrabajos.Necesitabasaberqueconfiabaenél.
Peroellasolodijo:—HeoídoquePekkaRollinsfuequiennosatacóenelpuerto.
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Kazsintióunarrebatodedecepción.—Nocreasquenomehedadocuentadecómovasaporél,Kaz.—Tansoloesunjefemás,unmatóndelBarrilmás.—No lo es.Cuandovas tras lasotrasbandas, espornegocios.PeroconPekka
Rollinsespersonal.Mástarde,noestuvosegurodeporquélohabíadicho.Nuncaselohabíadichoa
nadie,nuncahabíapronunciadolaspalabrasenvozalta.PeroentoncesKazclavólosojosenlasvelasqueteníaencimaydijo:
—PekkaRollinsmatóamihermano.NoteníaqueverlacaradeInejparasentirsuconmoción.—¿Teníasunhermano?—Teníamuchascosas—murmuróél.—Lo siento.—¿Quería su simpatía? ¿Por eso se lo había dicho?—.Kaz…—
Dudó.¿Quéibaahacerahora?¿Tratardeponerunamanotranquilizadorasobresubrazo? ¿Decirle que lo comprendía?—. Rezaré por él. Para que tenga paz en elpróximomundoaunquenolatuvieraeneste.
Él giró la cabeza.Estaban sentados juntos, y sushombros casi se tocaban.LosojosdeInejerantanmarronesquecasiparecíannegros,yporunavezteníaelpelosuelto.Siempre lo llevabasujetoenunmoño implacablementeapretado. Incluso laideade estar tan cercade alguiendeberíahaberleprovocadoescalofríos aKaz.Enlugardeeso,pensó:¿Ysimeacercomás?
—Noquierotusplegarias—dijo.—Entonces,¿quéquieres?Lasviejas respuestasacudieronasumentecon facilidad.Dinero.Venganza.La
voz de Jordie enmi cabeza silenciada para siempre. Pero una voz diferente cobróvidaconunrugidoensuinterior,sonora,insistenteeinoportuna.Ati,Inej.Ati.
Seencogiódehombrosysegiró.—Morirenterradobajoelpesodemipropiooro.Inejsuspiró.—Entoncesrezaréparaqueobtengastodoloquedeseas.—¿Másplegarias?—preguntóél—.Y¿quéquierestú,Espectro?—MarcharmedeKetterdamynovolveraoíresenombre.Bien. Tendría que encontrar una nueva araña, pero se libraría de aquella
distracción.—Tupartede los treintamillonesdekrugepuedenconseguirteesedeseo.—Se
puso en pie—. Así que reserva tus plegarias para pedir buen tiempo y guardiasestúpidos.Norecespormí.
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Kaz fue cojeandohasta la proa,molesto consigomismoy enfadado con Inej. ¿Porqué había ido a buscarla? ¿Por qué le había contado lo de Jordie? Llevaba díasirritable y desconcentrado. Estaba acostumbrado a tener a su Espectro cerca;alimentando a los cuervos fuera de su ventana, afilando los cuchillos mientras éltrabajabaensuescritorio,reprendiéndoloconproverbiossuli.NoqueríaaInej.Tansoloqueríaqueregresaralarutina.
Sereclinócontra labarandilladelbarco.Deseabanohaberdichonadasobresuhermano.Inclusoesaspocaspalabraslevantabanlosrecuerdos,quegritabanenbuscade atención. ¿Qué le había dicho a Geels en el Intercambio? Soy de la clase decabrónquesolofabricanenelBarril.Unamentiramás,unfragmentomásdelmitoquehabíaconstruidoparasímismo.
Después de que su padre muriera, aplastado bajo un arado con las entrañasesparcidas por el campo como un rastro de húmedas flores rojas, Jordie habíavendido lagranja.Noganómuchoporculpade lasdeudasy losgravámenes.Perohabía sido suficiente para llegar con seguridad a Ketterdam y tener una modestacomodidadduranteuntiempo.
Kazteníanueveaños,seguíaechandodemenosasupadreyteníamiedodeirsedelúnicohogarquehabíaconocidojamás.Sehabíaaferradoconfuerzaalamanodesuhermanomayormientrasviajabanporkilómetrosdecampoondulante,hastaquellegaronaunade lasvíasmarítimasprincipalesyentraronenunbarcoque llevabaproductosaKetterdam.
—¿Quépasarácuandolleguemos?—lehabíapreguntadoaJordie.—Conseguiré trabajo como recadero en el Intercambio, y después como
vendedor.Meconvertiréeninversorydespuésenunmercaderdeverdad,yentoncesconseguirémifortuna.
—¿Yyoqué?—Irásalaescuela.—¿Porquénovastútambién?Jordiehabíaresoplado.—Soydemasiadomayorparalaescuela.Ytambiéndemasiadolisto.LosprimerosdíasenlaciudadfuerontodoloqueJordiehabíaprometido.Habían
recorridolagrancurvadelospuertosconocidacomoelTapón,ydespuésbajaronporelStaveOrientalparavertodoslospalaciosdejuego.Noseaventurarondemasiadoal sur, donde les habían advertido que las calles se volvían peligrosas. Teníanhabitaciones en una pequeña y pulcra casa de huéspedes no muy lejos delIntercambio y probaban cada nueva comida que veían, atiborrándose de dulce demembrillohastareventar.AKazlegustabanlospequeñospuestosdetortillasenlosquepodíaselegirelrellenoquequerías.
Cadamañana,JordieibaalIntercambioparabuscartrabajoyledecíaaKazquesequedaraensuhabitación.Ketterdamnoeraunlugarseguroparalosniñosqueibansolos. Había ladrones y carteristas, e incluso hombres que secuestraban a niños
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pequeñosylosvendíanalmejorpostor.AsíqueKazsequedabadentro.Llevabaunasillaallavaboysesubíaaellaparapoderverseenelespejomientrastratabadehacerdesaparecermonedas,igualquehabíavistohaceraunmagoqueactuabafrenteaunadelassalasdejuego.Kazpodríahaberloobservadodurantehoras,peroalfinalJordieloarrastrólejosdeahí.Lostrucosdecartashabíansidobuenos,perolamonedaquedesaparecía lo mantenía despierto por la noche. ¿Cómo lo habría hecho el mago?Estabaallíunmomentoparadesapareceralsiguiente.
Lomalocomenzóconunperromecánico.Jordiehabíallegadohambrientoeirritable,frustradotrasotrodíadesperdiciado.—Dicen que no tienen trabajos, pero lo que quieren decir es que no tienen
trabajos para un chico como yo. Todos los de allí son el primo de alguien, o elhermano,oelhijodelmejoramigo.
Kaz no estaba de humor para tratar de animarlo. Se sentía malhumorado trastantas horas encerrado sin nada salvo monedas y cartas para hacerle compañía.QueríabajaralStaveOrientalparaveralmago.
En los años posteriores, Kaz siempre se preguntó qué podría haber pasado siJordienohubieracedido,siensulugarhubieranidoalpuertoparamirarlosbarcos,osisimplementehubierandadounpaseoporelotroladodelcanal.Queríacreerquetalvezesohubierasupuestounadiferencia,perocuantomayorsehacía,másdudabaquehubieraimportadoenabsoluto.
HabíanpasadojuntoalcaosverdedelPalacioEsmeralday,justoallado,enfrentedelGolpeDorado,habíaunchicovendiendoperritosmecánicos.Selesdabacuerdaconunallavedebronceylosperritoscaminabansobrepiernasrígidas,moviendolasorejas de hojalata. Kaz se había agachado para girar todas las llaves, tratando deconseguirquetodoslosperrosecharanaandaralmismotiempo,yelchicoquelosvendía había iniciado una conversación con Jordie. Resultó que era de Lij, a dospueblosdedondehabíancrecidoKazyJordie,yconocíaaunhombrecontrabajosdisponiblespararecaderos;noenelIntercambio,sinoenunaoficinabajandolacalle.Le dijo a Jordie que fuera a lamañana siguiente para ir a hablar con él juntos.Éltambiénesperabaconseguirtrabajocomorecadero.
Decaminoacasa,Jordiehabíacompradounchocolatecalienteparacadauno,ynounoparacompartir.
—Nuestrasuerteestácambiando—habíadichomientrassujetabanconlasmanoslosvasoshumeantes,conlospiescolgandosobreunpequeñopuenteylaslucesdelStave danzando sobre el agua. Kaz había mirado su reflejo sobre la brillantesuperficieyhabíapensado:Ahoramesientoconsuerte.
ElchicoquevendíalosperrosmecánicossellamabaFilip,yelmercaderalqueconocía era Jakob Hertzoon, un mercader menor que tenía una pequeña cafeteríacerca del Intercambio, donde hacía tratos con inversores de bajo nivel en viajescomercialesquepasaranporKerch.
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—Deberíasveresesitio—lehabíadichoJordieaKazalllegaraquellanoche—.Haygenteatodashoras,hablandoeintercambiandonoticias,comprandoyvendiendoacciones,gentecorriente:carniceros,panaderosyestibadores.ElseñorHertzoondiceque cualquier hombre puede hacerse rico. Tan solo necesita suerte y los amigosapropiados.
La siguiente semana fue como un sueño feliz. Jordie y Filip trabajaron para elseñorHertzooncomorecaderos,llevandomensajeshastaydesdeelpuertoydevezencuandohaciendopedidospor él enel Intercambiouotrasoficinasdecomercio.Mientras trabajaban, Kaz tenía permitido quedarse en la cafetería. El hombre queservíalasbebidasdetrásdelabarraledejabasentarsesobreelmostradorypracticarsustrucosdemagia,yledabatodoelchocolatequepodíabeber.
Los invitaronalhogardeHertzoonparacenar,unagrancasaen laZelverstraatconunapuertadelanteraazulycortinasdeencajeblancoen lasventanas.El señorHertzooneraunhombregrandeconuna cara rubicunday amistosayunas espesaspatillasgrises.Sumujer,Margit,pellizcólasmejillasdeKazylediohutspothechoconsalchichaahumada,yéljugóenlacocinaconlahija,Saskia.Teníadiezaños,yKazpensóqueeralachicamásguapaquehabíavistonunca.ÉlyJordiesequedaronhastatardeaquellanoche,cantandocancionesmientrasMargittocabaelpiano,conelenormeperroplateadomeneandolacolaaunritmodesacompasado.Kaznosesentíatanbiendesdeque supadrehabíamuerto.El señorHertzoon inclusodejóa Jordieinvertirpequeñassumasen lasaccionesde lacompañía.Jordiequería invertirmás,peroelseñorHertzoonsiemprerecomendabacautela.
—Pasospequeños,muchacho.Pasospequeños.LascosasmejorarontodavíamáscuandoelamigodelseñorHertzoonregresóde
Novyi Zem. Era el capitán de un barco mercante kerch, y parecía que se habíacruzado con un productor de azúcar en un puerto zemeni. El azucarero estababorracho,quejándosedequesuscamposdecañaylosdesusvecinoshabíanquedadoinundados. En esosmomentos el precio del azúcar era bajo, pero cuando la gentedescubriera lo difícil que sería conseguirlo en losmeses siguientes, los precios sedispararían. El amigo del señor Hertzoon pretendía comprar todo el azúcar quepudieraantesdequelasnoticiasllegaranaKetterdam.
—Esopareceuntimo—lehabíasusurradoKazaJordie.—Noesuntimo—resoplóJordie—.Tansoloesunbuennegocio.¿Cómovaa
ascenderlagentecorrienteenelmundosinunpocodeayuda?El señorHertzoon hizo que Jordie y Filip hicieran los pedidos en tres oficinas
distintas para asegurarse de que una compra tan grande no atrajera atenciónindeseada.Lasnoticiasde lacosechaarruinada llegarony, sentadosen lacafetería,los chicos observaron cómo los precios de la pizarra se elevaban, tratando decontenersualegría.
Cuando el señor Hertzoon pensó que los precios habían subido lo máximoposible,envióaJordieyFilipparavenderyrecaudar.Regresaronalacafeteríayel
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señorHertzoonlesentregósusbeneficiosaambosdirectamentedesucajafuerte.—¿Quétehabíadicho?—ledijoJordieaKazmientrassedirigíanhacialanoche
deKetterdam—.¡Suerteybuenosamigos!Solo unos días después el señorHertzoon les habló de otro soplo que le había
dadosuamigoelcapitán,quehabíarecibidonoticiassimilaresdelsiguientecultivodejurda.
—Las lluvias están golpeando a todos con fuerza este año —dijo el señorHertzoon—.Peroestaveznosololoscamposquedarondestruidos,sinotambiénlosalmacenes junto a los puertos en Eames. Va a haber mucho dinero, y pretendoconseguirlo.
—Entoncesnosotrostambiéndeberíamos—dijoFilip.ElseñorHertzoonhabíafruncidoelceño.—Metemoqueestenegocionoesparavosotros,chicos.Lainversiónmínimaes
demasiadoaltaparacualquieradelosdos.¡Perovendránmásnegocios!Filipsehabíapuestofurioso.LehabíagritadoalseñorHertzoon,lehabíadicho
que no era justo, que era como los mercaderes del Intercambio, quedándose lasriquezasparasímismo,ylehabíallamadocosasquehicieronqueKazseencogiera.Cuandosaliócomounaexhalación,todosenlacafeteríasequedaronmirandolacararojayavergonzadadelseñorHertzoon.
Habíavueltoasudespachoysehabíadesplomadoensusilla.—Yo… yo no puedo cambiar cómo se hacen los negocios. Los hombres que
llevan esto solo quieren grandes inversores, gente que pueda asumir el riesgo.—Jordie y Kaz se habían quedado ahí plantados, sin saber muy bien qué hacer—.¿Tambiénestáisenfadadosconmigo?
Leaseguraronqueno.Filiperaquienestabasiendoinjusto.—Entiendo por qué está enfadado —aseguró el señor Hertzoon—. Las
oportunidadesasínoaparecenamenudo,peronohaynadaquehacer.—Yotengodinero—dijoJordie.ElseñorHertzoonlehabíasonreídoconindulgencia.—Jordie, eres un buen chico, y no dudo que algún día serás el rey del
Intercambio,peronotieneslaclasedefondosquerequierenestosinversores.Jordiehabíalevantadolabarbilla.—Sílostengo.Delaventadelagranjademipadre.—YsupongoqueestodoloqueKazytútenéisparavivir.Noesalgoquedeba
arriesgarseenunnegocio,sinimportarloseguroqueseaelresultado.Unchicodetuedadno…
—Yanosoyunchico.Siesunabuenaoportunidad,quieroaprovecharla.Kazsiemprerecordaríaesemomento,cuandohabíavistolaavariciaaferrándosea
su hermano, una mano invisible guiándolo hacia delante, la balanza a punto demoverse.
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HabíasidomuydifícilconvenceralseñorHertzoon.HabíanvueltoalacasadelaZelvestraatylohabíandiscutidohastabienentradalanoche.Kazsehabíaquedadodormido con la cabeza sobre el costado del perro plateado y con el lazo rojo deSaskiaenlamano.
CuandoJordielohabíadespertadoporfin,lasvelascasisehabíanapagadoyyaerapor lamañana.El señorHertzoon lehabíapedidoa sucompañerodenegociosque fuera e hiciera un contrato para un préstamo de Jordie. Por su edad, Jordie leprestaríaal señorHertzooneldinero,yesteharíaelnegocio.Margit lesdio téconleche y tortitas calientes con crema agria y mermelada. Después fueron todos albanco donde estaban los fondos de la venta de la granja y Jordie se los habíatransferido.
ElseñorHertzoonhabía insistidoenacompañarlosa lacasadehuéspedesy loshabíaabrazadoenlapuerta.LehabíaentregadoelacuerdodepréstamoaJordieylehabíaadvertidoquelomantuvieraasalvo.
—Haysolounapequeñaposibilidaddequeestenegociovayamal—dijo—,perosiemprelahay.Siesasí,confíoenquenousesesedocumentoparaintentarrecuperartupréstamo.Losdosdebemoscorrerelriesgojuntos.Estoyconfiandoenti.
Jordiehabíasonreídoampliamente.—Untratoesuntrato.—Un trato es un trato—repitió el señor Hertzoon con orgullo, y se dieron la
manocomoverdaderosmercaderes.DespuésledioaJordieungruesorollodekruge—. Para que toméis una buena cena de celebración. Volved a la cafetería en unasemanayobservaremosjuntoscómosubenlosprecios.
EsasemanajugaronalridderspelyelspijkerenlossalonesdejuegosdelTapón.CompraronunbuenabrigoparaJordieyunpardesuavesbotasdecueroparaKaz.Comierongofresypatatasfritas,yJordiecomprótodaslasnovelasquequisoenunalibreríadelaWijnstraat.Cuandoterminólasemana,caminarondelamanohastalacafetería.
Estabavacía.Lapuertadelanteraestabacerradayconelcerrojoechado.Cuandoapretaron las caras contra las ventanas oscuras, vieron que no quedaba nada: lasmesas,lassillasylasgrandesurnasdecobre,lapizarradondeescribíanlascifrasdelosnegociosdeldía.
—¿Noshemosequivocadodeesquina?—preguntóKaz.Pero sabían que no. En nervioso silencio, caminaron hasta la casa de la
Zelverstraat.Nadierespondióasusgolpesenlabrillantepuertaazul.—Habránsalidounrato—dijoJordie.Esperaronenlosescalonesdurantehoras,
hasta que el sol comenzó a ponerse. Nadie llegó ni salió. No había ninguna velaencendidatraslasventanas.
Alfin,Jordiereunióelcorajeparallamaralapuertadelosvecinos.—¿Sí?—dijoladoncellaquerespondióconsupequeñogorroblanco.—¿Sabesdóndehaidolafamiliadeallado?¿LosHertzoon?
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Ellafruncióelceño.—CreoquesoloestabandevisitauntiempodesdeZierfoort.—No—dijoJordie—.Llevanañosviviendoaquí.Ellos…Ladoncellanegóconlacabeza.—Esacasaestuvocasiunañovacíadespuésdequelaúltimafamiliasemudara.
Tansololaalquilaronhaceunassemanas.—Pero…Lescerrólapuertaenlacara.KazyJordienosedijeronnada,nienelcaminodevueltanimientrassubíanlas
escaleras hasta la pequeña habitación en la casa de huéspedes. Se sentaron en lapenumbra creciente durante un buen rato. Las voces flotaban hacia ellos desde elcanalmientraslagenteseocupabadesusquehaceresvespertinos.
—Leshapasadoalgo—dijoJordiealfin—.Habráhabidoalgúnaccidente,ounaemergencia.Nosescribirápronto.Enviaráaalguienapornosotros.
Aquellanoche,Kaz tomóel lazo rojodeSaskiadedebajode su almohada.Loenrollóenunapulcraespiralyloaferróenlapalma.Sequedótumbadoenlacamaytratóderezar,peroloúnicoenloquepodíapensareraenlamonedadelmago:estabaahíydespuéshabíadesaparecido.
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rademasiado.Noseesperabaquefueratandifícilestarensutierraporprimeravez en tanto tiempo. Había tenido más de una semana a bordo delFerolind paraprepararse, pero su cabeza había estado ocupada pensando en el caminoque habíaescogido,enNina,en lamagiacruelquese lohabía llevadodesuceldaenprisiónhastaunbarcoquesedirigíahaciaelnortebajouncielosinlímites,todavíaatadonosoloporlosgrilletessinoporlacargadeloqueestabaapuntodehacer.
Obtuvosuprimervistazodelacostanortealfinaldelatarde,peroSpechtdecidióesperarhastaelanochecerparallegaratierra,conlaesperanzadequeelcrepúsculoleshicierapasar inadvertidos.Había aldeasballeneras junto a la costa, y no teníanganasdequelosvieran.Apesardesucoartadadecazadores, losDespojosseguíansiendoungrupollamativo.
Pasaron la noche en el barco. Al amanecer de la mañana siguiente, Nina loencontró reuniendo la ropa de abrigo que Jesper e Inej habían repartido.MatthiasestabaimpresionadoporlaresistenciadeInej:aunquetodavíateníacírculosbajolosojos,semovíasinrigidez,ysisentíadolorloescondíabien.
Ninasostuvounallaveenalto.—Kazmehaenviadoaquitartelosgrilletes.—¿Vaisavolveraencerrarmeporlanoche?—EsodependedeKaz.Ydeti,supongo.Siéntate.—Damelallaveyya.Ninaseaclarólagarganta.—Tambiénquierequetemodifique.—¿Qué?¿Porqué?
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LaideadeNinaalterandosuaparienciaconsubrujeríaeraintolerable.—AhoraestamosenFjerda.Quierequeparezcasmenos…tú,soloporsiacaso.—¿Sabeslograndequeesestepaís?Lasposibilidades…—Lasposibilidadesdequetereconozcanseránconsiderablementemayoresenla
CortedeHielo,ynopuedohacertodosloscambiosentuaparienciadegolpe.—¿Porqué?—No soy tan buenaConfeccionadora.Ahora formaparte del entrenamiento de
todoslosCorporalki,peroamínosemedabien.—Matthiasresopló—.¿Qué?—Nuncatehabíaoídoadmitirquenoeresbuenaenalgo.—Bueno,pasamuypoco.Él se sintió horrorizado al darse cuenta de que sus labios se curvaban en una
sonrisa,peroerafácilreprimirlacuandopensabaenquelecambiaranlacara.—¿QuéquiereBrekkerquemehagas?—Nadaradical.Cambiaréelcolordetusojos,detupelo…loquetequeda.No
serápermanente.—Noquierohaceresto.Noquieroqueestéscercademí.—No llevarámucho tiempo y será indoloro, pero si quieres discutir sobre esto
conKaz…—Estábien—dijoél,armándosedevalor.ErainútildiscutirconBrekker,cuando
simplementepodíanegarleaMatthiaslapromesadelaabsolución.Tomóuncubo,lovolcóysesentó—.¿Medasyalallave?
Nina se la entregó, y él se quitó los grilletes de las muñecas mientras ellarebuscabaenunacajaquehabíallevado.Teníaunasaypequeñoscajoncitosllenosde polvos y pigmentos en frascos diminutos. Extrajo un bote de algo negro de uncajón.
—¿Quéeseso?—Antimonionegro.—Seacercóaélyleechólabarbillahaciaatrásconlapunta
deldedo—.Dejadeapretarlosdientes,Matthias.Telosvasadestrozar.—Élcruzólosbrazos,yellalecomenzóaverterunpocodeantimoniosobreelcuerocabelludoysoltóunsuspiro triste—.¿PorquéelvalientedrüskelleMatthiasHelvarnocomecarne?—preguntó con voz teatralmientras trabajaba—.Desde luego es una tristehistoria,hijomío.UnafastidiosaGrishalodejósindientes,yahorasolopuedecomerpuré.
—Para—gruñóél.—¿Qué?Echalacabezahaciaatrás.—¿Quéestáshaciendo?—Oscurecer tuscejasypestañas.Yasabes,comohacenlaschicasantesdeuna
fiesta.—Matthiasdebiódehacerunamueca,porqueNinasepusoareír—.¡Quécarahaspuesto!
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Se inclinó hacia delante, y sus ondas de pelo castaño le rozaron las mejillasmientrastransferíaelcolordelantimonioasuscejas.Letomólamejillaconlamano.
—Cierra los ojos—murmuró.Movió los pulgares sobre sus pestañas, y se diocuentadequeMatthiasestabaconteniendoelaliento.
—Ya no hueles a rosas—dijo él, y le entraron ganas de darse una patada.Nodeberíafijarseensuolor.
—Seguroquehueloabarco.No,olíadulce,perfecta,como…—¿Caramelo?Elladesviólosojosconculpabilidad.—Kaz dijo que trajéramos lo que necesitáramos para el viaje. Una tiene que
comer.—Metió lamano en su bolsillo y sacóunabolsa de caramelos—. ¿Quieresuno?
Sí.—No.Ellaseencogiódehombrosysemetióunoenlaboca.Pusolosojosenblancoy
soltóunsuspirodefelicidad.—Quérico.Era una humillante epifanía, pero Matthias descubrió que podría observarla
comiendotodoeldía.EraunadelascosasquemáslegustabandeNina:losaboreabatodo,yafuerauncaramelo,elaguafríadeunriachueloolacarnesecadeunreno.
—Ahoralosojos—dijoconelcarameloenlabocamientrassacabaunabotellitadelacaja—.Tendrásquemantenerlosabiertos.
—¿Quéesesto?—preguntóélconnerviosismo.—UnatinturadesarrolladaporunaGrishallamadaGenyaSafin.Eslaformamás
seguradecambiarelcolordelosojos.Volvió a inclinarse hacia él. Susmejillas estaban rosadas por el frío, y tenía la
boca ligeramente abierta. Tenía los labios a unos centímetros de los suyos. Si sesentaramásrecto,seestaríanbesando.
—Tienesquemirarme—loinstruyó.Esohago.Movió lamiradahasta la suya.¿Recuerdasestacosta,Nina?,quería
preguntar,aunquesabíaquesílohacía.—¿Dequécolormeestásponiendolosojos?—Shh.Estoesdifícil.Sepusounasgotasenlosdedosylassostuvocercadesusojos.—¿Porquénomelasechasdentro?—¿Por qué no dejas de hablar? ¿Quieres que te deje ciego? —Él se quedó
callado.Alfin,Ninaseapartóyrecorriósusfaccionesconlamirada—.Marrón—dijo,yentoncesguiñóelojo—.Comoelcaramelo.
—¿QuépretendeshacerconBoYul-Bayur?Ellasepusorectaysealejó,cambiandosuexpresión.
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—¿Quéquieresdecir?AMatthiaslediolástimavercómodesaparecíasutranquilidad,perodabaigual.
Miróhaciaatrásparaasegurarsedequenadieestuvieraescuchando.—Sabes exactamente lo que quiero decir. No me creo ni por un segundo que
vayasadejaraestagenteentregaraBoYul-BayuralConsejoMercantedeKerch.Ellaguardólabotellaenunodeloscajoncitos.—Tendremos que hacer esto almenos dos veces antes de llegar a la Corte de
Hielo, para poder asentar el color.Reúne tus cosas.Kaz quiere que estemos listosparamarcharnosenunahora.
Cerrólatapadelacajaytomólosgrilletes.Despuésdesapareció.
Cuando se despidieron de la tripulación del barco, el cielo había pasado de rosa adorado.
—NosvemosenelpuertodeDjerholm—dijoSpecht—.Sinllantos.—Sinfunerales—respondieronlosotros.Erangenteextraña.Brekker había mantenido la boca frustrantemente cerrada sobre cómo
exactamente ibana llegarhastaBoYul-Bayurydespués salirde laCortedeHielocon él, pero había dejado claro que cuando tuvieran su botín elFerolind sería sumodo de escape. Tenía papeles con el sello de Kerch que indicaban que losrepresentantes de la Compañía de la Bahía Haanraadt habían cumplido todas lastarifas y solicitudes para transportar pieles y bienes de Fjerda hasta Zierfoort, unaciudadportuariaenelsurdeKerch.
Comenzaronamarchardesdelacostarocosaporelacantilado.Laprimaveraseacercaba, pero el hielo seguía siendo grueso en el suelo y era una subida difícil.Cuando llegarona lacimadelacantilado,sedetuvieronpara recobrarelaliento.ElFerolindseguíasiendovisibleenelhorizonte,conlasvelashenchidasporelvientoquelesazotabalasmejillas.
—PortodoslosSantos—dijoInej—.Deverdadestamoshaciendoesto.—Hepasadocadaminutodecadamiserabledíadeseandosalirdeesebarco—
replicóJesper—.¿Porquéloechodemenosdepronto?Wylandiounospisotonesconsusbotas.—Alomejorporquesentimosquesenosvanaquedarlospiescongelados.—Cuandotengamosnuestrodinero,podrásquemarkrugepararecuperarelcalor
—dijoKaz—.Vamos.Había dejado su bastón con cabeza de cuervo a bordo delFerolind y lo había
sustituido por uno menos llamativo. Jesper había dejado atrás dolorosamente suspreciados revólveres con empuñaduras esmaltadas en favor de unas pistolas sinadornos,eInejhabíahecholomismoconsuimpresionantecoleccióndecuchillosydagas, quedándose solo aquellas de las que pudiera soportar separarse cuando
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entraranenprisión.Erandecisionesprácticas,peroMatthiassabíaquelostalismanesteníansupoder.
Jesper consultó la brújula y giraron hacia el sur, buscando un camino que losllevarahastalaprincipalrutadecomercio.
—Pagaréaalguienparaquemequemeloskruge.Kazsesituójuntoaél.—¿Porquéno lepagas a alguienparaquépagueaotroparaque tequeme los
kruge?Esoesloquehacenlosricosdeverdad.—¿Sabesloquehacenlosjefesgrandesdeverdad?Paganaalguienparaquele
pagueaotroparaque…Susvocessealejaronmientrascaminabanhaciadelante,yMatthiasylosdemás
los siguieron. Pero se dio cuenta de que todos lanzaban una última mirada alFerolind.LagoletaerapartedeKerch,untrozodehogarparaellos,yesaúltimacosafamiliarseestabaalejandomásconcadamomento.
Matthiassintióunpocodesimpatía,peromientrascaminabandurantelamañanatuvo que admitir que disfrutaba viendo a las ratas de canal estremeciéndose yesforzándoseunpocoparavariar.Creíanqueconocíanel frío,peroelblanconortetenía su forma de obligar a los extraños a revaluar sus términos. Tropezaban y setambaleaban,incómodosconsusnuevasbotas,tratandodepillarleeltrucoacaminarsobrelanievedura,yprontoMatthiasestuvoencabezadirigiendoelritmo,aunqueJespermantuvoelojofijoenlabrújula.
—Pontelos…—MatthiashizounapausaytuvoquehacerlegestosaWylan.Noconocíalapalabrakerchparalasgafasprotectoras,nisiquieraparalanieve.Noerantérminosqueseusaranenprisión—.Manténtusojoscubiertos,opodríasdañártelospermanentemente.
Los hombres se quedaban ciegos tan al norte; perdían labios, orejas, narices,manosypies.Latierraeraestérilybrutal,yesoeratodoloqueveíalamayoríadelagente.PeroparaMatthiaserahermosa.ElespíritudeDjelestabaenelhielo.Teníacoloryforma,einclusoaromasisabíascómobuscarlo.
Avanzósintiéndosecasienpaz,comosiDjelpudieraoírloytranquilizarsumenteatormentada.Elhieloledevolvíarecuerdosdelainfancia,decuandocazabaconsupadres.Habíanvividomásalsur,cercadeHalmhend,peroeninviernoesapartedeFjerda no era muy diferente que aquello, un mundo blanco y gris, roto porbosquecillosdeárbolesnegrosygruposderocasquesobresalíanyparecíanhaberseelevadodelanada,naufragiosenunsuelooceánicodesnudo.
Elprimerdíacaminandofuecomounalimpieza:pocacharla,elblancosilenciodel norte dando la bienvenida a Matthias sin juzgarlo. Esperaba que hubiera másquejas,peroinclusoWylansehabíalimitadoabajarlacabezaycaminar.Sontodossupervivientes, comprendió. Se adaptan. Cuando el sol comenzó a ponerse, secomieronsusracionesdecarnesecaygalletasdurasysederrumbaronensustiendassindecirpalabra.
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PerolamañanasiguientellevóasufinlatranquilidadylafrágilsensacióndepazdeMatthias.Ahoraqueestabanlejosdelanaveysutripulación,Kazestabalistoparaentrarendetallessobresuplan.
—Sihacemosestobien,entraremosysaldremosdelaCortedeHieloantesdequelosfjerdanossepansiquieraquesupreciadocientíficonoestá—dijoKazmientrassecolgaban su equipaje y seguían avanzando hacia el sur—. Cuando entremos enprisión,nosllevaránalazonadecontenciónbajolasceldasdelagentequeesperaoírsus cargos. SiMatthias tiene razón y el procedimiento sigue siendo elmismo, lospatrulleros solo pasarán tres o cuatro veces al día para contar cabezas. Cuandosalgamos de las celdas, deberíamos tener almenos seis horas para cruzar hasta laembajada,localizaraYul-BayurenlaIslaBlancayllevarloalpuertoantesdequesedencuentadequefaltanadie.
—¿Qué hay de los demás prisioneros de las celdas de contención?—preguntóMatthias.
—Esolotenemoscubierto.El fjerdano frunció el ceño, pero no se sentía particularmente sorprendido. En
cuantoestuvieranenesasceldas,Kazylosdemásseríanmuyvulnerables.Soloharíafaltahablarconlosguardiasparaponerfinatodassusmaquinaciones.EsoeraloqueharíaBrum, loqueharíaunhombrehonorable.UnapartedeMatthiashabíacreídoqueregresaraFjerdaledevolveríaelsentido, ledaría lafuerzaparaabandonaresadementemisión;peroenlugardeesosolohabíahechomásagudosuanheloporelhogar,porlavidaquehabíallevadounavezentresushermanosdrüskelle.
—En cuanto salgamos de las celdas —continuó Kaz—, Matthias y JesperconseguiráncuerdasdelosestablosmientrasqueWylanyyosacamosaNinaeInejde la zona de las mujeres. Nos encontraremos en el sótano. Ahí es donde está elincinerador,ynadiedeberíaentraren la lavanderíadespuésdeque laprisióncierrepor lanoche.MientrasInejsube,Wylanyyoregistramos la lavanderíaparabuscarcualquier cosa que pueda usar para demoliciones. Y por si acaso los fjerdanosdecidieranmeteraBoYul-Bayurenlaprisiónyhacernoslavidafácil,Nina,MatthiasyJesperbuscaránenlasceldasdelasplantassuperiores.
—¿NinayMatthias?—preguntóJesper—.Noespordudardelaprofesionalidaddenadiepero¿deverdadesaesunaparejaideal?
Elfjerdanosetragósufuria.Jesperteníarazón,peroodiabaquehablaranasídeél.
—Matthias conoce el procedimiento de la prisión, y Nina puede ocuparse decualquierguardiasinunapelearuidosa.Tutrabajoesevitarquesematenentreellos.
—¿Porquesoyeldiplomáticodelgrupo?—Nohaynadiediplomáticoenelgrupo.Ahora,escuchad.Elrestodelaprisión
noescomo la zonadecontención.Lospatrullerosdelbloquedeceldas rotancadadoshorasynoqueremosarriesgarnosaquenadiedélaalarma,asíquesedlistos.LocoordinaremostodoconelRelojMayor.Saldremosdelasceldasjustodespuésdelas
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seiscampanadasysubiremosporelincineradoryllegaremosaltejadoalasocho.Sinexcepciones.
—¿Ydespuésqué?—preguntóWylan.—Cruzaremoseltejadohastaelsectordelaembajadayaccederemosalpuentede
cristaldesdeallí.—Estaremos al otro lado de los puntos de control—dijoMatthias, incapaz de
contenerelmatizdeadmiracióndesuvoz—.Losguardiasdelpuentesupondránquehemos pasado por la puerta de la embajada y que ya han comprobado nuestrospapelesallí.
Wylanfruncióelceño.—¿Conuniformesdeprisión?—Fasedos—dijoJesper—.Lafarsa.—Esoes—asintióKaz—.Inej,Nina,Matthiasyyotomaremosropaprestadade
una de las delegaciones, y también algo más para nuestro amigo Bo Yul-Bayurcuandoloencontremos,ycruzaremoselpuentedecristal.LocalizamosaYul-Bayurylollevamosalaembajada.Nina,sihaytiempoloalterarástantocomopuedas,peromientras no activemos ninguna alarma nadie se va a fijar en un shumás entre losinvitados.
Salvo queMatthias lograra llegar primero hasta el científico. Si estabamuertocuandolosotrosloencontraran,KaznopodríaresponsabilizaraMatthias.Obtendríasuabsoluciónigualmente.¿Ysinolograbasepararsedelgrupo?Yul-Bayurtambiénpodríasufrirunaccidenteenelbarcoduranteelcaminoderegreso.
—Entonces,sino loentiendomal—dijoJesper—,yo tengoquequedarmeconWylan.
—SalvoquedeprontohayasadquiridounconocimientoenciclopédicodelaIslaBlanca,lahabilidaddeforzarcerraduras,escalarparedesinescalablesoseduciralosoficiales de alto rango para sacarles información, sí. Además, quiero dos pares demanoshaciendobombas.
Jespermirócontristezasuspistolas.—Cuántopotencialdesperdiciado.Ninacruzólosbrazos.—Digamosquetodoestofunciona.¿Cómosalimos?—Caminando—respondióKaz—.Ahíradicalabellezadeesteplan.¿Recordáis
loquedecíadeguiarlaatención?Enlapuertadelaembajadatodoslosojosestaránconcentrados en los invitados que lleguen a la Corte de Hielo. La gente que semarchenoesunriesgoparalaseguridad.
—Entonces,¿paraquélasbombas?—preguntóWylan.—Precauciones. Hay once kilómetros de camino entre la Corte de Hielo y el
puerto.SialguiensedacuentadequeBoYul-Bayurnoestá,vamosatenerquecubrireseterritorioconrapidez.—Trazóunalíneaenlanieveconelbastón—.Elcaminoprincipalcruzauncañón.Sivolamoselpuente,nadiepodráseguirnos.
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Matthiassepusolacabezasobrelasmanos,imaginandoelcaosqueesasruinescriaturasestabanapuntodedesatarenlacapitaldesupaís.
—Esunprisionero,Helvar—dijoKaz.—Yunpuente—señalóWylanconamabilidad.—Ycualquiercosaquetengamosquevolarporelcamino—añadióJesper.—Callaostodos—gruñóMatthias.Jesperseencogiódehombros.—Fjerdanos.—Nomegustanadadeesto—dijoNina.Kazlevantóunaceja.—Bueno,almenosHelvarytúhabéisencontradoalgoenloqueestardeacuerdo.
Viajaronmás hacia el sur, habían dejado la costa atrás hacíamucho y el hielo ibasiendosustituidoporzonasdebosque,atisbosdetierranegrayrastrosdeanimales,fragmentosdelmundoviviente,delcorazóndeDjelquesiemprelatía.Laspreguntasdelosdemáseranincesantes.
—¿CuántastorresdeguardiadicesquehayenlaIslaBlanca?—¿CreesqueYul-Bayurestaráenelpalacio?—HaybarraconesdeguardiaenlaIslaBlanca.¿Ysiestáenlosbarracones?JesperyWylandebatíansobrelaclasedeexplosivosquepodríanconseguircon
los suministros de la prisión y si podrían echar el guante a algo de pólvora en elsectordelaembajada.NinatratódeayudaraInejaestimarcuáldebíasersuritmoparaescalarlachimeneadelincineradorcontiemposuficienteparaatarlacuerdayayudaralosotrosasubir.
Se bombardeaban entre ellos constantemente sobre la arquitectura y losprocedimientosdelaCorte,ladisposicióndelastresentradasdelaparedanular,cadaunaconstruidaalrededordeunpatio.
—¿Primerpuntodecontrol?—Cuatroguardias.—¿Segundo?—Ocho.—¿Puertasdelaparedanular?—Cuatrocuandolaentradanoestáoperativa.Erancomounenloquecedorcorodecuervos,graznandoenlaorejadeMatthias:
Traidor,traidor,traidor.—¿ProtocoloAmarillo?—preguntóKaz.—Disturbioenelsector—respondióInej.—¿ProtocoloRojo?—Entradaenelsector.
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—¿ProtocoloNegro?—¿Estamoscondenados?—dijoJesper.—Básicamente —replicó Matthias, ciñéndose más la capucha y avanzando
arduamente.Inclusolehabíanhechoimitarlosdiferentespatronesdelascampanas.Era una necesidad, pero se había sentido como un idiota canturreando «bing bongbingbingbong…No,esperad,bingbingbongbingbing».
—Cuandosea rico—dijoJesper trasél—, iréaalgúnsitiodondeno tengaquevolveraverlanieve.¿Ytú,Wylan?
—Noloséseguro.—Creoquedeberíascomprarunpianodeoro.—Flauta.—Ydarconciertosenunabarcazadeplacer.Puedesaparcarlaenelcanaljustoal
otroladodelacasadetupadre.—Ninapuedecantar—intervinoInej.—Haremosundueto—lacorrigióNina—.Tupadretendráquemudarse.Eraciertoquecantabafatal.Matthiasloodiaba,peronopudoresistirseamirara
su espalda.La capuchadeNinahabía caídohacia atrás, y las gruesas ondas de supelohabíanescapado.
¿Porquénodejodehacereso?,pensóconunasacudidadefrustración.Tambiénhabíasucedidoabordodelbarco.Sehabíaobligadoa ignorarla,y losiguientequesupoeraquesusojoslaestabanbuscando.
Peroeraunaestupidezfingirquenolateníaenmente.ÉlyNinahabíanrecorridoesemismoterritoriojuntos.Sisuscálculoserancorrectos,lahabíaarrastradotansoloaunoskilómetrosdedondeelFerolind llegóa lacosta.Habíacomenzadoconunatormentay,enciertosentidoesatormentanuncahabíaterminado.Ninahabíaentradoensuvidaconunaráfagadevientoylluviayhabíahechoquesumundoempezaraadarvueltas.Desdeentoncesnohabíarecuperadoelequilibrio.
La tormentahabíasalidode lanada,golpeandoelbarcocomoun juguetesobre lasolas.Elmarhabía seguidoconel juegohastacansarse,yhabíaarrastradoelbarcohaciaabajoenunamarañadecuerdas,velasyhombresquegritaban.
Matthias recordaba la oscuridad del agua, el frío terrible, el silencio de lasprofundidades. Lo siguiente que supo fue que estaba escupiendo agua salada yjadeando en busca de aliento. Alguien tenía un brazo alrededor de su pecho, y seestabanmoviendoatravésdelagua.Elfríoerainsoportable,perodealgúnmodoloestabasoportando.
—Despierta,miserablemasademúsculos.Fjerdanolimpioypuro,pronunciadocomounnoble.Girólacabezayleaturdió
verque la jovenbrujaquehabía capturado en la costa sureñade la IslaErrante lo
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teníasujetoyestabamurmurandocosasparasímismaenravkano.Yasabíaélquenoerakaélicadeverdad.Dealgúnmodo,sehabíaliberadodelasatadurasylasjaulas.Aél le entró el pánico, y de haber estado menos aturdido o entumecido, habríaforcejeado.
—Muévete—ledijoellaenfjerdano,jadeando—.PortodoslosSantos,¿quéosdandecomer?Pesascomouncarrodeheno.
Ellaseestabaesforzandomucho,nadandoporlosdos.Lehabíasalvadolavida.¿Porqué?
Matthiassemovióentresusbrazos,agitando laspiernasparaayudaraavanzar.Parasusorpresa,laoyósoltarunsollozobajo.
—GraciasalosSantos—dijo—.Nada,zoquetegigante.—¿Dóndeestamos?—preguntóél.—Nolosé—respondióella,yMatthiaspudooírelterrorensuvoz.Seapartóde
ella—.¡No!¡Notesueltes!Peroélempujóconfuerza,rompiendosuagarre.Encuantoabandonósusbrazos,
el frío lo azotó. El dolor fue agudo y repentino, y sus miembros se volvieronperezosos.Leestabamanteniendocaliente sumagiaenfermiza.Tratódealcanzarlaenlaoscuridad.
—¿Drüsje?—lallamó,avergonzadodelmiedoensuvoz.Eralapalabrafjerdanapara«bruja»,porquenosabíasunombre.
—¡Drüskelle!—gritóella,ydespuésélsintióquesusdedosrozabanlosdeellaen el agua negra. Se agarró y la atrajo hacia él. No tenía el cuerpo cálidoexactamente, pero en cuanto hicieron contacto el dolor de sus propios miembrosremitió.Sesintió inundadopor lagratitudy larepulsión—.Tenemosqueencontrartierra.Nopuedonadarymantenernuestrosdoscorazoneslatiendo.
—Yonadaré—dijoél—.Tú…Yonadaré.Pegósuespaldacontrasupecho, rodeóconunbrazoeldeellaysucuerpo, tal
como ella lo había sujetado tan solo unos momentos antes, como si se estuvieraahogando.Yasíera,seahogabanlosdos,oloharíanprontosinomoríancongeladosprimero.
Movió laspiernasdeformaconstante, tratandodenogastardemasiadaenergía,perolosdossabíanqueprobablementeseríainútil.Noestabanlejosdetierracuandogolpeólatormenta,peroestabacompletamenteoscuro.Talvezibanhacialacostaoquizáseadentrabanmásenelmar.
No había ningún sonido salvo su respiración, la salpicadura del agua y elmovimientodelasolas.Élsiguiónadando,aunquebienpodíanhaberestadoyendoen círculos, y ella los mantuvo respirando a ambos. No sabía cuál de los dos serendiríaprimero.
—¿Porquémehassalvado?—preguntóalfin.—Dejadedesperdiciarenergías.Nohables.—¿Porquélohashecho?
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—Porqueeresunserhumano—dijoella,enfadada.Mentira.Sillegabanatierra,necesitaríaaunfjerdanoparaayudarlaasobrevivir,
alguienqueconocieralatierra,aunqueestabaclaroqueellaconocíaelidioma.Puesclaro que lo conocía. Todos los Grisha eran mentirosos y espías, entrenados paracazaragentecomoél,gentesinsusdonesantinaturales.Erandepredadores.
Continuómoviendolaspiernas,perosusmúsculosseestabancansandoypodíasentirelfríoapresándolo.
—¿Terindesya,bruja?Lasintiósacudirsesuagotamiento,ylasangrevolvióalosdedosdesusmanosy
pies.—Seguirémientrassigastútambién,drüskelle.Simorimos,tellevarásesacarga
alaotravida.Matthias tuvo que sonreír ante eso.Desde luego no le faltaba valor. Eso ya le
habíaquedadoclaroinclusocuandoestabaenjaulada.Así fue como avanzaron en la noche, provocándose cuando alguno de los dos
flaqueaba. Tan solo conocían el mar, el hielo, la salpicadura ocasional que podríahabersidounaolaoalgohambrientoavanzandohaciaellosenelagua.
—Mira—susurrólabrujacuandollegóelamanecer,rosadoyalegre.Allí,enladistancia,podíadistinguirapenasunpromontoriodehieloquesobresalíaylabenditamanchanegradeunaorilladegravillaoscura.Tierra.
Noperdierontiempoenalivionicelebraciones.Labrujareclinólacabezahaciaatrás,laapoyócontrasuhombromientrasélavanzabacadamiserablecentímetro,concadaolaempujándoloshaciaatrás,comosielmarsenegaraarenunciaraellos.Alfin, sus pies tocaron fondo, y fueron hacia la orilla mitad nadando y mitadarrastrándose.SesepararonyelcuerpodeMatthiassintióunahondatristezamientrassearrastrabasobrelasrocasnegrashastalatierramuertaycongelada.
Caminar era imposible al principio. Los dos se movieron con irregularidad,tratando de obligar a sus miembros a obedecer, estremeciéndose de frío. Al finMatthiaslogróponerseenpie.Pensóenirsecaminandoybuscarrefugiosinella,queseguía a cuatro patas, con la cabeza inclinada y el pelo como unamasamojada yenredadaquelecubríalacara.Matthiasteníalasensacióndequeibaatumbarseynosevolveríaalevantar.
Diounpasoydespuésotro.Entoncesregresó.Fueranlasquefueransusrazones,lehabíasalvadolavidalanocheanterior,nosolounavezsinodurantetodoeltiempoquepermanecieronjuntosenelagua.Aquellaeraunadeudadesangre.
Volviótambaleándosehaciaellayleofreciólamano.Cuandolevantólamiradahaciaél,suexpresióneraunsombríomapadeaversión
yfatiga.EnélMatthiasviolavergüenzaqueveníaconlagratitud,ysupoqueenesebreveinstanteellaerasureflejo.Tampocoqueríadeberlenada.
Podíatomarladecisiónporsímisma.Selodebía.Seagachóparaponerlaenpieysalieroncojeandodelaplaya.
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Se dirigieron hacia lo que Matthias esperaba que fuera el oeste. El sol podíaengañaratussentidostanalnorte,ynoteníanningunabrújulaconlaqueorientarse.Estaba casi oscuro, yMatthias había comenzado a sentir verdadero pánico cuandofinalmentedistinguieronelprimerodeloscampamentosballeneros.Estabadesierto;los puestos solo estaban activos enprimavera, y ese era pocomásqueuna cabañaredondahechadehueso,tierraypielesdeanimales.Peroelrefugiosignificabaquealmenospodríansobreviviralanoche.
Lapuertanoteníacerradura.Prácticamentecayeronhaciadentro.—Gracias—gruñóellamientrassederrumbabajuntoalachimeneacircular.Él no dijo nada. Encontrar el campamento había sidomera suerte. Si hubieran
llegadoalacostaunospocoskilómetrosmásarriba,yaestaríanmuertos.Los balleneros habían dejado turba y madera seca en la chimenea. Matthias
intentó avivar el fuego, tratando de conseguir algo más que humo. Estaba torpe,cansado y tan hambriento que se habría comido alegremente el cuero de su bota.Cuando oyó un susurro tras él, se giró y casi soltó el trozo de madera que habíaestadousandoparatratardeavivarlaspequeñasllamas.
—¿Quéestáshaciendo?—ladró.Ellamiróhaciaatrás,porencimadesuhombrodesnudo,ydijo:—¿Sesuponequetengoqueestarhaciendoalgo?—¡Vuelveaponertelaropa!Ellapusolosojosenblanco.—Novoyamorircongeladaparaconservartusentidodelpudor.Éldiounfuertegolpealfuego,peroellaloignoróysequitóelrestodelaropa;la
túnica, lospantalonese incluso la ropa interior.Después seenvolvióenunade lasmugrientaspielesderenoquehabíaapiladascercadelapuerta.
—PortodoslosSantos,quéolor—gruñó.Seacercóyformóunnidoconlasotraspielesymantasjuntoalfuego.Cadavez
quesemovíalacapaderenoseabría,mostrandoundestellodemusloredondeado,pielblanca,lasombraentresuspechos.Eradeliberado,yéllosabía.Estabatratandodeponerlonervioso,peroteníaqueconcentrarseenelfuego.Casihabíamuerto,ysino encendía el fuego todavía podía hacerlo. Si almenos ella dejara de hacer tantoruido.Lamaderasepartióentresusmanos.
Ninaresoplóysetumbósobreelnidodepieles,elevándosesobreuncodo.—PortodoslosSantos,drüskelle,¿quétepasa?Tansoloqueríaestarcalentita.Te
prometonoviolartemientrasduermes.—Notetengomiedo—replicóélconirritación.Ellaledirigióunasonrisamalvada.—Entonceserestanestúpidocomopareces.Sequedóagachadojuntoalfuego.Sabíaqueteníaquetumbarseasulado.Elsol
se había puesto, y la temperatura estaba cayendo. Se estaba esforzando por nocastañetearlosdientes,yunonecesitaríaelcalordelotroparasuperarlanoche.No
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debería haberle preocupado, pero no quería estar cerca de ella. Porque es unaasesina,sedijo.Esaeslarazón.Esunaasesinayunabruja.
Seobligóalevantarseyavanzóhastalasmantas,peroNinaextendióunamanoparadetenerlo.
—Nopiensessiquieraenacercarteconesaropa.Estásempapado.—Puedesmantenernuestrasangrefluyendo.—Estoy agotada —dijo ella, enfadada—. Y cuando me quede dormida, solo
tendremosesefuegoparamantenerelcalor.Teveotemblandodesdeaquí.¿Todoslosfjerdanossoistanremilgados?
No.Alomejor.Enrealidadnolosabía.Losdrüskelleeranunaordensanta.Sesuponíaqueteníanquevivirencastidadhastaquetomaranesposas;buenasesposasfjerdanasquenofueranporahígritandoyquitándoselaropa.
—¿TodoslosGrishasoistandesvergonzados?—preguntóélaladefensiva.—Los chicos y las chicas entrenan codo con codo en el Primer y el Segundo
Ejército.Nohaylugarpararuborizarsecomounadoncella.—Noesnaturalquelasmujeresluchen.—Noesnaturalquealguienseatanestúpidocomoalto,yaquíestás.¿Deverdad
hasnadadotodosesoskilómetrossoloparamorirenestacabaña?—Esunrefugio,ynosabessihemosnadadokilómetros.Ninasoltóaire,exasperada,yseenroscódecostado,acercándosealfuegotanto
comopodía.—Estoydemasiadocansadaparadiscutir.—Cerrólosojos—.Nopuedocreerque
tucarasealoúltimoquevoyaverantesdemorir.Matthias se sintió como si lo estuviera retando. Se quedó ahí plantado,
sintiéndoseestúpidoyodiándolaporhacerlesentirasí.Lediolaespalda,sequitóconrapidez la ropa empapada y la extendió junto al fuego. Le echó un vistazo paraasegurarsedequenoloestabamirandoydespuésfueazancadashacialasmantasysemetióretorciéndosetrasella,tratandodeguardarlasdistancias.
—Máscerca,drüskelle—canturreóella,provocadora.Él la rodeó conunbrazoy lepuso el pechocontra la espalda.Ella soltóunuf
sobresaltadoysemovióconinquietud.—Deja de moverte —murmuró él. Había estado cerca de alguna chica; no
demasiadas, cierto, pero ninguna había sido como ella. Era indecentementecurvilínea.
—Estásheladoyhúmedo—sequejóellaconunescalofrío—.Escomotumbarseconuncalamarfortachón.
—¡Mehasdichoquemeacercara!—Tranquilízateunpoco—loinstruyóellay,cuandolohizo,segiróparamirarlo.—¿Quéestáshaciendo?—preguntóél,apartándoseconpánico.—Calma,drüskelle.Novoyaaprovecharmedeti.Élentrecerrólosojosazules.
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—Odiocómohablas.¿Imaginóeldolorquevioensurostro?Comosisuspalabraspudieranteneralgún
efectoenesabruja.Ellaconfirmóquesoloseloestabaimaginandocuandodijo:—¿Tecreesquemeimportaloquetegusteoloqueno?Lepusolasmanosenelpecho,concentrándoseensucorazón.Nodebíadejarque
lehicieraeso,nodeberíamostrarsudebilidad,peromientrassusangrecomenzabaafluir y su cuerpo se calentaba, el alivio y la tranquilidad que lo recorrieron fuerondemasiadobuenospararesistirse.
Sepermitiórelajarseunpoco,aregañadientes.EllasegiróyvolvióaponerseelbrazodeMatthiasporencima.
—Denada,grandísimoidiota.Matthiaslehabíamentido.Síquelegustabacómohablaba.
Seguía gustándole. Podía oírla gritándole a Inej en algún lugar tras él, tratando deenseñarlepalabrasfjerdanas.
—No,Hring-kaaalle.Tienesqueestirarlaúltimasílabaunpoco.—¿Hringalah?—probóInej.—Mejor,pero…Mira,escomosielkerchfueraunagacela.Saltadeunapalabra
a otra —explicó haciendo gestos—. El fjerdano es como las gaviotas, siemprebajandoenpicadoylanzándose.
Susmanos se convirtieron en pájaros quemontaban corrientes de aire. En esemomento,levantólamiradaylopillómirándola.
Élseaclarólagarganta.—Nooscomáis lanieve—leaconsejó—.Soloosdeshidrataráybajarávuestra
temperaturacorporal.Siguióavanzando,deseosodesubirlasiguientecolinaponiendoalgodedistancia
entreellos.Perocuandollegóalaelevación,sedetuvoenseco.Segiróylevantólosbrazos.—¡Parad!Noqueréis…Peroerademasiadotarde.Ninasetapólabocaconlasmanos.Inejtrazóalguna
clase de signo de protección en el aire. Jesper negó con la cabeza, yWylan sintióarcadas.Kazsequedócomounaestatua,conlaexpresióninescrutable.
Habían hecho la pira en un peñasco. Quienquiera que fuera responsable habíatratadodehacerelfuegoentreunasrocas,peronohabíasidosuficienteparaevitarquelasllamasmurieranconelviento.Habíatrespostesclavadosenelsuelohelado,yenelloshabíaatadostrescuerposchamuscados,conlapielennegrecidayagrietadatodavíahumeante.
—Ghezen—juróWylan—.¿Quéesesto?
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—Esto es lo que los fjerdanos les hacen a losGrisha—dijoNina. Su cara erainexpresivayteníalosojosfijos.
—Esloquehacenloscriminales—replicóMatthias,conlasentrañasrevueltas—.Laspirassonilegalesdesde…
Ninasegiróbruscamentehaciaélylediounfuerteempujónenelpecho.—Niteatrevas—siseó,ylafuriaardíacomounhaloasualrededor—.Dimela
últimavezquealguienfueprocesadoporquemaraunGrisha.¿Lollamáisasesinatocuandomatáisperros?
—Nina…—¿Tenéis una palabra diferente para matar cuando lleváis un uniforme al
hacerlo?Entonceslooyeron:ungemido,comosielvientorechinara.—PortodoslosSantos—dijoJesper—.Unodeellosestávivo.Volvieronaoírelsonido,débilperoansioso,delamasanegraquehabíamásala
derecha.Era imposiblesabersierahombreomujer.Supelosehabíaquemadoporcompleto, y su ropa estabapegada a susmiembros.Unas costras negras depiel sehabíandespegadoenalgunaszonas,mostrandolacarneviva.
Un sollozo atravesó la garganta de Nina. Levantó las manos, pero estabatemblandodemasiadocomoparausarsuspoderesparaacabarconelsufrimientodeesapersona.Girósusojosllenosdelágrimashacialosdemás.
—Yo…porfavor,alguien…Jesper semovió primero. Sonaron dos disparos y el cuerpo quedó en silencio.
Volvióaguardarlaspistolasensusfundas.—Maldita sea, Jesper—gruñóKaz—.Acabasdeanunciarnuestrapresenciaen
varioskilómetros.—Pensaránquesomosunequipodecaza.—TendríasquehaberdejadoquelohicieraInej.—Yonoqueríahacerlo—dijoellaenvozbaja—.Gracias,Jesper.Kaztensólamandíbula,peronodijonadamás.—Gracias —logró decir Nina. Avanzó sobre el suelo congelado, siguiendo la
formadelcaminoatravésdelanieve.Estaballorando,tropezandosobreelterreno.Matthiaslasiguió.Habíapocospuntosdereferenciaallí,yerafácilperderse.
—Nina,nodebesalejartedelgrupo.—Aestoesaloquevuelves,Helvar—dijoellacondureza—.Esteeselpaísal
queanhelasservir.¿Estásorgulloso?—YonuncaheenviadoaunGrishaalapira.AlosGrishalesdanjuiciosjustos…Ella se giró hacia él con las gafas protectoras levantadas y las lágrimas
congeladassobresusmejillas.—Entonces, ¿por qué nunca han declarado inocente a un Grisha al final de
vuestrosjuiciossupuestamentejustos?—Eh…
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—Porquenuestrocrimenesexistir.Nuestrocrimenesloquesomos.Matthiassequedóensilencio,ycuandohablóestabadivididoentrelavergüenza
por lo que estaba a punto de decir y la necesidad de pronunciar las palabras, laspalabrasconlasquesehabíacriado,laspalabrasqueseguíansonándoleciertas.
—Nina,¿setehaocurridoalgunavezquequizá…nodeberíasexistir?LosojosdeNinarelucieronconunfuegoverde.Diounpasohaciaél,quepudo
sentirlafuriaqueirradiaba.—A lo mejor sois vosotros quienes no deberíais existir, Helvar. Débiles y
blandos,convuestrascortasvidasyvuestrostristesprejuicios.Adoráisaduendecillosdelosbosquesyespíritusdelhieloquenosedignanamostrarse,perocuandoveispoderrealnopodéisesperarparaaplastarlo.
—Noteburlesdeloquenoentiendes.—¿Mi burla te ofende?Mi gente daría la bienvenida a tu risa en lugar de esta
barbarie. —Una expresión de suprema satisfacción cruzó su rostro—. Ravka estárenaciendo.YelSegundoEjércitotambién,ycuandolohaganesperoqueosdeneljuicio justo que os merecéis. Espero que encadenen a los drüskelle y os haganescucharcómoenumeranvuestroscrímenesparaqueelmundotengaconstanciadevuestrasmaldades.
—SiestástandesesperadaporverelalzamientodeRavka,¿porquénoestásallíahora?
—Quiero que tengas tu absolución, Helvar. Quiero que estés aquí cuando elSegundoEjércitomarchealnorteeinvadacadacentímetrodeesteerial.Esperoquequemenvuestroscamposyllenenlatierradesal.Esperoqueenvíenatusamigosyatufamiliaalapira.
—Yalohanhecho,Zenik.Mispadresymihermanapequeña.SoldadosInferni,tuspreciadosyperseguidosGrisha,quemaronnuestraaldeahastaloscimientos.Notengonadamásqueperder.
Ninasoltóunarisaamarga.—AlomejortuestanciaenlaPuertadelInfiernofuedemasiadocorta,Matthias.
Siemprehayalgomásqueperder.
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uedoolerlos.Ninasesacudióelpeloylaropamientrasavanzabaatrompiconesa través de la nieve, tratando de controlar las arcadas.No podía dejar de ver esoscuerpos,lacarnedeunrojointensoqueasomabaporsupielnegraycalcinada,comocarbonesenelfuego.Sesentíacomosiestuvieracubiertadesuscenizas,delhedordelacarnequemada.Nopodíarespirarbien.
Estar conMatthiashacíaque fuera fácil olvidar quién era realmente, lo quedeverdadpensabadeella.Lohabíavueltoamodificaraquellamañana,soportandosusmiradasfulminantesysusgruñidos.No,disfrutándolos,agradecidaporlaexcusadeestarcercadeél,ridículamentecomplacidacadavezquelodejabaalbordedelarisa.PortodoslosSantos,¿porquémeimporta?¿PorquéunasonrisadeMatthiasHelvarleparecíacomocincuentadeotrapersona?Habíasentidoquesucorazónseacelerabacuando ella le había echado la cabeza hacia atrás para trabajar en sus ojos.Habíapensado en besarlo. Había querido besarlo, y estaba muy segura de que él habíaestadopensandolomismo.Oalomejorestabapensandoenvolveraestrangularme.
NohabíaolvidadoloqueéllehabíadichoabordodelFerolind,cuandolehabíapreguntado qué pretendía hacer conBoYul-Bayur, si de verdad quería entregar alcientíficoaKerch.Siella saboteaba lamisióndeKaz,¿lecostaría suabsoluciónaMatthias?Nopodíahacereso.Dabaigualloquefuera,ledebíasulibertad.
Había viajado con Matthias durante tres semanas tras el naufragio. No teníanbrújula,nosabíanadonde iban.Nisiquierasabíanenquépartede la fronteranortehabíanaparecido.Sehabíanpasadolargosdíasesforzándosesobre lanieve,nochesheladas en cualquier refugio rudimentario que pudieran formar o en las cabañasdesiertas de los campamentos balleneros cuando tenían la suerte de encontrarlos.
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Habían comido algas asadas y cualquier hierba o tubérculo que pudieran hallar.Cuandoencontraronunareservadecarnederenosecaenelfondodeunacajaenunodeloscampamentos,fuecomoalgunaclasedemilagro.Lohabíanmordisqueadoconsilenciosaalegría,sintiéndosecasiborrachosdesusabor.
Traslaprimeranoche,habíandormidocontodalaropasecayconlasmantasquepudieran encontrar, pero en lados opuestos del fuego. Si no tenían madera, seaovillaban el uno junto al otro, apenas tocándose, pero por la mañana estabanapretados,respirandoadúo,envueltosenunsueñoconfuso,unasolalunacreciente.
CadamañanaMatthiassequejabadequeeraimposibledespertarla.—Escomotratardelevantaruncadáver.—Lamuertaquierecincominutosmás—decíaella,yenterrabalacabezaenlas
pieles.Élseponíaapisarfuerte,guardandosuspocascosascontantoruidocomopodía,
murmurandoparasímismo.—Perezosa,ridícula,egoísta…Hastaquealfinellaselevantabaysepreparabaparaeldía.—¿Quéesloprimeroqueharásalllegaracasa?—lepreguntóNinaenunodelos
días infinitos atravesando la nievemientras esperaban encontrar alguna señal de lacivilización.
—Dormir—dijoél—.Bañarme.Rezarpormisamigosperdidos.—Ah, sí, los demás matones y asesinos. Por cierto, ¿cómo te convertiste en
drüskelle?—TusamigosmataronamifamiliaenunasaltoGrisha—replicóélconfrialdad
—.Brummeacogióymedioalgoporloqueluchar.Ninanoqueríacreereso,perosabíaqueeraposible.Lasbatallassucedían,yse
perdíanvidasinocentesenelfuegocruzado.EraperturbadorpensarenesemonstruodeBrumcomoalgunaclasedefigurapaterna.
No le parecía correcto discutir o disculparse, así que dijo lo primero que se lepasóporlacabeza.
—Jermollepeoonet.Enelmördjenejafvatrohemverret.Mehanhechoparaprotegerte.Sololamuerteromperáestejuramento.Matthiaslahabíamiradofijamente,aturdido.—EseeseljuramentodrüskelleparaFjerda.¿Cómoconocesesaspalabras?—Hetratadodeaprendertantofjerdanocomopudiera.—¿Porqué?Ellahabíadudado,ydespuésdijo:—Paranotemeros.—Noparecesasustada.—¿Tútienesmiedodemí?—lepreguntóella.—No—dijoél,ysonabacasisorprendido.Yahabíadichoantesquenolatemía,
peroestavezlocreyó.Tratóderecordarsequeesonoerabueno.
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Siguieroncaminandoduranteunrato,yentonceséllepreguntó:—¿Quéseráloprimeroquehagastú?—Comer.—¿Comerqué?—Todo.Colrellena,bolasdepatata,pastelesdegrosellas,bliniconpieldelimón.
NopuedoesperaraverlacaradeZoyacuandoentreenelPequeñoPalacio.—¿ZoyaNazyalensky?Ninasedetuvoenseco.—¿Laconoces?—Todoslaconocemos.Esunabrujapoderosa.Entonces ella lo comprendió: para los drüskelle Zoya era un poco como Jarl
Brum: cruel, inhumana, la cosa que esperaba en la oscuridad con lamuerte en lasmanos.Zoyaeraelmonstruodeesechico.Elpensamientoladejóintranquila.
—¿Cómosalistedelajaula?Ninapestañeó.—¿Qué?—Enelbarco.Estabasatadayenjaulada.—Latazadeagua.Elasase rompióyelbordeestabaserrado.Lousamospara
cortarlasataduras.Cuandonuestrasmanosquedaronlibres…Ninaperdióelhilo,incómoda.Matthiasfruncióelceño.—Planeabaisatacarnos.—Íbamosahacerloesanoche.—Peroentoncesllególatormenta.—Sí.Un Vendaval y un Hacedor habían abierto un agujero en la cubierta y habían
escapado nadando. Pero ¿alguno de ellos habría sobrevivido a las aguas heladas?¿Habrían llegadoa tierra?Seestremeció.Sinohubieradescubiertoelsecretode lataza,sehabríaahogadoenunajaula.
—¿Quécomenlosdrüskelle?—preguntóacelerandoelpaso—.AdemásdebebésGrisha.
—¡Nosotrosnocomemosbebés!—¿Grasadedelfín?¿Pezuñasdereno?Vio que su boca se retorcía y se preguntó si estaba asqueado o si tal vez,
posiblemente,estuvieraintentandonoreírse.—Comemosmuchopescado.Arenques.Bacalaoensalazón.Ysí,tambiénreno,
peronolaspezuñas.—¿Quéhaydelastartas?—¿Quépasa?—Me gusta mucho la tarta. Me preguntaba si podríamos encontrar algo en
común.—Él se encogió de hombros—.Venga ya,drüskelle.—Todavía no habíanintercambiado sus nombres, y ella no estaba segura de si deberían. Si sobrevivían,
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acabaríanllegandoaalgúnpueblooaldea.Nosabíaloquepasaríaentonces,peroencualquiercasocuantomenossupieraélsobreella,mejor—.Novasarevelarsecretosdelgobiernofjerdano.Tansoloquierosaberporquénotegustalatarta.
—Síquemegusta,peronotenemospermitidocomerdulces.—¿Todos?¿Osololosdrüskelle?—Losdrüskelle.Seconsideranunvicio,comoelalcoholo…—¿Las chicas?—Susmejillas enrojecieron y siguió caminando fatigosamente.
Eramuyfácilponerloincómodo—.Sinoseospermiteelazúcarnielalcohol,seguroqueteencantaríaelpomdrakon.
Al principio él no mordió el anzuelo, solo siguió caminando, pero al final elsilenciofuedemasiadoparaél.
—¿Quéeselpomdrakon?—Cuenco de dragón—dijo Nina, entusiasmada—. Primero empapas pasas en
brandy,ydespuésapagaslaslucesylesprendesfuego.—¿Paraqué?—Paraqueseadifícilcogerlas.—¿Yquéhacescuandolastienes?—Telascomes.—¿Tequemanlalengua?—Claro,pero…—Entonces,¿porqué…?—Porqueesdivertido,idiota.¿Sabesloqueesladiversión?Hayunapalabraen
fjerdanoparaello,asíqueeltérminodeberíaresultartefamiliar.—Yomediviertomucho.—Vale,¿quéhacesparadivertirte?Yasífuecomocontinuaron,provocándoseelunoalotro,aligualqueesaprimera
noche en el agua,manteniéndose con vida, negándose a reconocer que se estabandebilitando, que si no encontraban un pueblo de verdad pronto no duraríanmuchomás.Habíadías en losque suhambreyel resplandordelhielodelnorte loshacíamoverse en círculos, retroceder, flaquear sobre sus pasos, pero nunca hablaron deello,nuncapronunciaronlapalabraperdidos,comosiambossupieranquedealgúnmodoestaríanadmitiendoladerrota.
—¿Por qué los fjerdanos nodejan luchar a las chicas?—lepreguntóNinaunanochequeestabanenroscadosbajouncobertizo,conelfríopalpableatravésdelaspielesquehabíandispuestoenelsuelo.
—Noquierenluchar.—¿Cómolosabes?¿Algunavezselohaspreguntadoaalguna?—Lasmujeresfjerdanasestánparaserveneradasyprotegidas.—Probablementeseaunasabiapolítica.Laconocíalosuficienteporentoncescomoparaestarsorprendido.—¿Loes?
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—Imagina lo vergonzoso que sería para ti que te derrotara una fjerdana.—Élresopló—.Meencantaríavercómounachicatedaunapaliza—añadióalegremente.
—Noenestavida.—Bueno,supongoquenollegaréaverlo.Metendréqueconformarconseryola
queundíatehagacaerdeculo.—Estavezélserio,unarisadeverdadqueellasintióatravésde laespalda—.Por todos losSantosfjerdanos,nosabíaquepudierasreír.Tencuidado,concalma.
—Megustatuarrogancia,drüsje.Ahorafueellaquienserio.—Puedequeseaelpeorcumplidoqueherecibido.—¿Algunavezdudasdetimisma?—Todoeltiempo—ledijomientrassedeslizabaenelsueño—.Simplementeno
lomuestro.Alamañanasiguiente,seabrieroncaminoporuncampodehielollenodefisuras
serradas, manteniéndose dentro de las zonas sólidas entre las letales grietas ydiscutiendosobreloshábitosdesueñodeNina.
—¿Cómopuedesllamartesoldado?Dormiríashastaelmediodíasitedejara.—¿Quétieneesoquever?—Disciplina.Rutina.¿Nosignificannadaparati?Djel,nopuedoesperaratener
unacamaparamíotravez.—Claro—dijo Nina—. Puedo sentir cuánto odias dormir conmigo. Lo siento
cadamañana.Matthiasseruborizóconunbrillanteescarlata.—¿Porquétienesquedeciresascosas?—Porquemegustaquetepongasrojo.—Esasqueroso.Notienesquehacerquetodoseaindecente.—Sitansoloterelajaras…—Noquierorelajarme.—¿Porqué?¿Dequétienesmiedo?¿Dequeempieceacaertebien?Élnodijonada.Apesardesufatiga,ellatrotópordelantedeél.—Eseso,¿verdad?NoquieresquetecaigabienunaGrisha.Tienesmiedodeque
siteríesdemisbromasorespondesamispreguntastalvezempiecesapensarquesoyhumana.¿Seríaesotanterrible?
—Síquemecaesbien.—¿Quéhasdicho?—Quesímecaesbien—dijoél,enfadado.Ellasonrióampliamente,sintiendounaerupcióndeplacerensuinterior.—Yahora,enserio,¿deverdadestátanmal?—¡Sí!—rugióél.—¿Porqué?
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—Porque eres horrible. Eres ruidosa e indecente, y… traicionera. Brum nosadvirtiódequelosGrishapodíanserencantadores.
—Ah, ya veo. Soy la malvada seductora Grisha. ¡Te he engatusado con misartimañasGrisha!
Leclavóundedoenelpecho.—Para.—No.Teestoyengatusando.—Déjaloya.Ellabailóasualrededorenlanieve,clavándolededosenelpecho,elestómago,
elcostado.—¡Por todos los Santos! ¡Qué duro eres! Este es un trabajo muy arduo.—Él
comenzó a reírse—. ¡Está funcionando! El engatusamiento ha comenzado y elfjerdanohacaído.Notienespoderpararesistirte.No…
LavozdeNinaserompióenungritocuandoelhielocedióbajosuspies.Levantólasmanosaciegastratandodesujetarseaalgo,cualquiercosaquepudierafrenarsucaída,ysusdedosarañaronelhieloylaroca.
Eldrüskellelesujetóelbrazoyellachillócuandocasiseloarrancadelcuerpo.Se quedó ahí colgada, suspendida sobre la nada, y el agarre de los dedos del
fjerdanoeraloúnicoquehabíaentreellaylaoscurabocadelhielo.Porunmomento,mirándoloalosojos,estuvoseguradequeibaasoltarla.
—Porfavor—dijomientraslaslágrimasresbalabanporsusmejillas.Éltiródeellahastaelbordeylentamentesearrastraronhaciaterrenomássólido.
Sequedarontumbadosbocaarriba,jadeando.—Teníamiedo…teníamiedodequemesoltaras—logródecirlajoven.Hubounapausa,yentonceséldijo:—Penséenello.Soloporunsegundo.Ninasoltóunarisitajadeante.—Nopasanada—aseguróalfin—.Yotambiénlohabríapensado.Élsepusoenpieyleofreciólamano.—SoyMatthias.—Nina—respondióella,tomándosela—.Encantadadeconocerte.
Elnaufragiohabíasucedidohacíamásdeunaño,peroparecíaquenohubierapasadoningúntiempoenabsoluto.UnapartedeNinaqueríavolveralmomentoantesdequetodosalieramal,aesoslargosdíasenlosquehabíanlogradoserNinayMatthiasenlugardeunaGrishayuncazadordebrujas.Perocuantomáspensabaenello,másseguraestabadequejamásvolveríaahaberunmomentoasí.EsastressemanaseranunamentiraqueellayMatthiashabíanconstruidoparasobrevivir.Laverdadera lapira.
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—Nina—dijoMatthias, correteando tras ella—. Nina, escúchame. Tienes quequedarteconlosdemás.
—Déjameenpaz.Cuandolesujetóelbrazo,ellasegiróconrapidezycerróelpuño,cortándoleel
flujodeairealagarganta.Unhombrecorrientelahabríasoltado,peroMatthiaseraundrüskelle entrenado.Le sujetóelotrobrazoy se lopegóal cuerpo, apretándolaconfuerzacontraélparaquenopudierausarlasmanos.
—Para—dijoconsuavidad.Ellaforcejeócontrasuagarre,fulminándoloconlamirada.—Suéltame.—Nopuedo.Nomientrasseasunaamenaza.—Siempreseréunaamenazaparati,Matthias.Lacomisuradelabocadelfjerdanoseelevóenunasonrisadetristeza.Susojos
casiparecíanafligidos.—Losé.Lasoltóconlentitud,yellaretrocedió.—¿QuéverécuandolleguealaCortedeHielo?—preguntó.—Estásasustada.—Sí—dijoella,elevandolabarbilladesafiante.Noteníasentidonegarlo.—Nina…—Dímelo. Necesito saberlo. ¿Cámaras de tortura? ¿Una pira ardiendo en el
tejado?—YanousanpirasenlaCorte.—Entonces, ¿qué? ¿Ahorcamientos y evisceraciones? ¿Pelotones de
fusilamiento?¿ElPalacioRealtieneunavistadelahorca?—Yaestoycansadodetusjuicios,Nina.Estotienequeacabar.—Tienerazón.Nopuedesseguirasí.Jesper se encontraba de pie sobre la nieve con los demás. ¿Cuánto tiempo
llevabanahí?¿LahabíanvistoatacaraMatthias?—Noosmetáisenesto—replicóella.—Si seguís peleando vais a conseguir que nosmaten a todos, y tengomuchas
máspartidasdecartasqueperder.—Debéis encontrar la forma de hacer las paces —añadió Inej—. Al menos
duranteuntiempo.—Estonoesasuntovuestro—gruñóMatthias.Kazavanzóconexpresiónpeligrosa.—Síqueesasuntonuestro.Yvigilatutono.Matthiaslevantólasmanos.—Oshaembaucadoatodos.Estoesloquehace.Tehacepensarqueestuamiga
ydespués…Inejcruzólosbrazos.
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—¿Despuésqué?—Déjalo,Inej.—No,Nina—dijoMatthias—.Cuéntaselo.Dijiste que erasmi amigaunavez.
¿Lorecuerdas?—Segiróhacialosdemás—.Viajamosjuntosdurantetressemanas.Le salvé la vida.Nos salvamos el uno al otro.Cuando llegamos aElling…Podríahaberladelatadoalossoldadosquevimosallíencualquiermomento.Peronolohice.—Matthias comenzó a pasearse, levantando la voz, como si los recuerdos loestuvieransuperando—.Tomédineroprestado.Busquéalojamiento.Estabadispuestoatraicionartodoenloquecreíaporsuseguridad.Cuandolallevéalospuertosparatratar de reservar un pasaje, había un comerciante kerch allí listo para zarpar.—Matthiasvolvíaaestarahí,depieenelpuerto juntoaella,quepodíaverloensusojos—.Preguntadle lo quehizo entonces, esta honorable aliada, esta chicaquemejuzgaamíyalosmíos.
Nadiedijounapalabra,perotodossequedaronobservandoyesperando.—Cuéntaselo,Nina—insistióél—.Deberíansabercómotratasatusamigos.Ninatragósalivayseobligóamirarlosalosojos.—Le dije a los kerch que era un tratante de esclavos y que me había hecho
prisionera.Meaprovechédesubuenafey lessupliquéquemeayudaran.Teníaunselloquehabía tomadodeunbarcodeesclavosquehabíamosasaltadocercade laIslaErrante.Lousécomoprueba.
Nopodíasoportarmirarlos.Porsupuesto,Kazyalosabía.Ellatuvoquecontarleloquehabíahechoyestabatratandodearreglarcuandolehabíapedidoayuda.Peroélnuncahabíaahondado,nuncahabíapreguntadoporqué,nuncalahabíareprendido.Enciertomodo,decírseloaKazhabíasidounconsuelo.NopodíajuzgarlaunchicoconocidocomoManosSucias.
Peroahora laverdadestabaahíparaque todos lavieran.Enprivado, loskerchsabíanquelosesclavosibanyveníandelospuertosdeKetterdam,ylamayoríadelos contratos eran esclavitud conotro nombre.Pero públicamente lo condenabanyestaban obligados a procesar a todos los tratantes. Nina supo exactamente lo quepasaríaalacusaraMatthiasdeesecargo.
—Noentendíaloqueestabapasando—dijoMatthias—.Nohablabakerch,peroNinadesdeluegoquesí.Meapresaronymeencadenaron.Metiraronalbergantínyme dejaron ahí en la oscuridad durante semanas mientras cruzábamos el mar. LasiguientevezquevilaluzdelsolfuecuandomesacarondelbarcoenKetterdam.
—Noteníaelección—aseguróNina,coneldolordelaslágrimaspresionándolelagarganta—.Nosabes…
—Tansolodimeunacosa—laatajó.Teníafuriaensuvoz,peroNinapodíaoíralgomás,algunaclasedesúplica—.Sipudierasvolveratrás,sipudierasdeshacerloquemehiciste,¿loharías?
Nina se obligó a mirarlos. Había tenido sus razones, pero ¿importaban? ¿Yquiéneseranellospara juzgarla?Enderezó lacolumnay levantó labarbilla.Eraun
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miembrodelosDespojos,empleadadelaRosaBlancayavecesunachicaestúpida,peroporencimadetodoeraunaGrishayunsoldado.
—No—dijoconclaridad,ysuvozreverberóenelhieloinfinito—.Loharíaotravez.
Un estruendo repentino sacudió el suelo. Nina casi se cayó, y vio que Kaz seagarrabaalbastón.Intercambiaronmiradasdedesconcierto.
—¿Hayfallastectónicastanalnorte?—preguntóWylan.Matthiasfruncióelceño.—Noqueyosepa,pero…UntrozodetierrasaliódisparadodesdedebajodelospiesdeMatthiasylotiróal
suelo.Otro erupcionó a la derecha deNina, y la derribó.Alrededor de ellos, unosmonolitos retorcidos de tierra y hielo salieron disparados hacia arriba, como si elsueloestuvieracobrandovida.Unvientobruscolesazotólacara,ylanievegirabaenráfagas.
—¿Quédemoniosesesto?—chillóJesper.—¡Algunaclasedeterremoto!—gritóInej.—No—dijoNina, señalando un punto oscuro que parecía estar flotando en el
cielo,sinqueleafectaraelvientoqueaullaba—.Nosestánatacando.Ninasearrastrósobremanosyrodillas,buscandoalgunaclasederefugio.Pensó
quequizáhabíaperdidolacabeza.Habíaalguienenelaire,flotandoenelcielomuyaltoporencimadeella.Estabaviendoaalguienvolando.
Los Vendavales Grisha podían controlar las corrientes. Incluso los había vistojugandoatirarsedesdeciertaalturaenelPequeñoPalacio,peroelniveldedelicadezaypodernecesarioparamantenerunvuelocontroladoeraimpensable…oalmenoslohabíasidohastaahora.Jurdaparem.NohabíacreídodeltodoaKaz.Talvezinclusohubiera sospechado que le estaba mintiendo solo para conseguir que se uniera altrabajo.Perosalvoquesehubiera llevadoungolpeen lacabezaqueno recordaba,aquelloerareal.
Elvendavalgiróenelaire,agitandolatormentaenunfrenesí,enviandoelhielovolandohastaqueseestrellóenlasmejillasdeNina.Apenaspodíaver.Cayóhaciaatrás mientras otro trozo de roca y hielo se elevaba del suelo. Los estabanacorralando,juntándolosparaserunúnicoobjetivo.
—¡Necesitounadistracción!—gritóJesperdesdealgúnlugarenlatormenta.Ninaoyóunruiditometálico.—¡Agachaos!—gritóWylan.Ninapegóelcuerpoalsuelo.Unaexplosiónsonósobresucabeza,iluminandoel
cielo justo a la derecha del Vendaval. Los vientos que los rodeaban amainaronmientras el Vendaval perdía el equilibrio y se veía obligado a concentrarse enrecobrar la estabilidad. Tan solo fue un breve segundo, pero fue tiempo suficienteparaqueJesperapuntaraconsurifleydisparara.
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CuandosonóeldisparoelVendavalcayóalsuelo.Otrobloquedehielosemovió.Los estaban atrapando como animales en un redil, listos para el matadero. JesperapuntóentrelosbloquesaundistantegrupodeárbolesyNinasediocuentadequehabíaotroGrishaahí,unchicodepelooscuro.Antesdequelepudieradisparar,elGrisha levantó el puñoy un trozo de tierra derribó a Jesper.Rodómientras caía ydisparódesdeelsuelo.
Elchicoenladistanciagritóysepusosobreunarodillaperosusbrazosseguíanlevantados y el suelo todavía retumbaba y temblaba bajo ellos. Jesper volvió adisparar,perofalló.NinalevantólasmanosytratódeconcentrarseenelcorazóndelGrisha,peroestabamuylejosdesualcance.
Vio a Inej haciéndole una señal aKaz. Sin decir palabra, este se situó junto albloquemás cercano y se puso las manos sobre la rodilla. El suelo temblaba y seagitaba,perosemantuvofirmemientrasellase lanzabadesdesusdedosenunágilarco.Sedesvanecióporencimadelbloquesinunsonido.Unmomentodespués,elsuelosequedóinmóvil.
—ConfiadenelEspectro—dijoJesper.Se quedaron ahí aturdidos, con el aire extrañamente silencioso tras el caos que
habíahabidoantes.—Wylan—jadeóJesper,poniéndoseenpie—.Sácanosdeaquí.Él asintió con la cabeza, sacó un trozo de algo de su equipaje y lo colocó con
cuidadocontralarocamáscercana.—Alsuelotodos—instruyó.Seagacharonjuntos,apiñadostanlejoscomopermitíaelcercado.Wylangolpeó
elexplosivoconlasmanosysefuecorriendohaciaMatthiasyJespermientrastodossecubríanlasorejas.
Nopasónada.—¿Estásdebroma?—dijoJesper.Bum. El bloque explotó, y unos trozos de hielo y roca llovieron sobre sus
cabezas.Wylan estaba cubierto de polvo y tenía una expresión ligeramente aturdida y
delirantementefeliz.Ninacomenzóareír.—¡Ahorahazcomoquesabíasqueibaafuncionar!Salierondandotraspiésdelacárceldehielo.KazlehizoungestoaJesper.—Perímetro.Vamosaasegurarnosdequenohayamássorpresas.Sealejaronendireccionesopuestas.Nina y los demás encontraron a Inej sobre el cuerpo del Grisha tembloroso.
Llevabaropacolorverdemilitaryteníalosojosvidriosos.Salíasangredelaheridadebaladelapartesuperiordesumuslo,yuncuchillosobresalíadelladoderechodesupecho.Inejdebíadehaberlolanzadoalescapardelcercado.
Ninasearrodillójuntoaél.
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—Necesitounpocomás—murmuróelGrisha—.Solounpocomás.LeagarrólamanoaNinaysoloentoncesloreconoció.—¿Néstor?—Elsemovióaloírsunombre,peronoparecíaconocerla—.Néstor,
soyyo,Nina.HabíaidoaclaseconélenelPequeñoPalacio.LoshabíanenviadoaKeramzin
juntosdurantelaguerra.EnlacoronacióndelReyNikolai,habíanrobadounabotellade champán y se habían emborrachado junto al lago. Era unHacedor, uno de losDurastsque trabajabanconmetal, cristaly fibras.No tenía sentido.LosHacedoresfabricaban textiles y armas; no debía de haber sido capaz de lo que acababa depresenciar.
—Porfavor—suplicóél,arrugandolacara—.Necesitomás.—¿Parem?—Sí—sollozóél—.Sí.Porfavor.—Puedocurartuherida,Néstor,sitequedasquieto.Estabaenmalestado,perosilograbadetenerelsangrado…—Noquierotuayuda—dijoélenfadado,tratandodealejarsedeella.Ninatratódecalmarlobajándoleelpulso,peroteníamiedodepararleelcorazón.—Por favor, Néstor. Por favor, quédate quieto. —El comenzó a gritar,
enfrentándose a ella—. Sujetadlo. —Matthias se acercó para ayudar, pero Néstorlevantó losbrazos.El suelo se agitó comounaonda, lanzandoaNinay losdemáshaciaatrás—.¡Néstor,porfavor!Déjanosayudarte.
Élselevantó,tambaleándosesupiernaherida,ysesacóelcuchillodelpecho.—¿Dóndeestán?—gritó—.¿Adóndehanido?—¿Quiénes?—¡Losshu!—gimoteó—.¿Adóndehanido?¡Volved!—Diounpasotembloroso
ydespuésotro—.¡Volved!Cayódecarahacialanieveynovolvióamoverse.Nina corrió hacia él y lo giró.Había nieve en sus ojos y su boca.Le puso las
manossobreelpecho, tratandoderestaurarsu latido,peronosirviódenada.Sinohubieraestadodevastadoporladroga,talvezhabríasobrevividoasusheridas.Perosu cuerpo estaba débil, y su piel pegada a los huesos y tan pálida que parecíatransparente.
Estonoestábien,pensóNinacontristeza.Practicar laPequeñaCienciahacíaaunGrishamássanoyfuerte.Eraunadelascosasquemáslegustabansobresupoder.Peroelcuerpo tenía límites.Eracomosi ladrogahubieracausadoqueelpoderdeNéstorsuperarasucuerpo.Simplementelohabíagastado.
KazyJesperregresaronjadeando.—¿Algo?—preguntóMatthias.Jesperasintióconlacabeza.—Unapartidadepersonasdirigiéndosealsur.—Estaballamandoalosshu—dijoNina.
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—Sabíamosque los shuenviaríanunequipopara recuperaraBoYul-Bayur—dijoKaz.
JesperbajólamiradahastaelcuerpoinmóvildeNéstor.—PeronosabíamosqueenviaríanGrisha.¿Cómopodemosestarsegurosdeque
nosonmercenarios?Kazsostuvounamonedaconuncaballograbadoaunladoydosllavescruzadas
enelotro.—EstoestabaenelbolsillodelVendaval—dijo,lanzándoselaaJesper—.Esun
wenyeshu.LaMonedadePasaje.Estaesunamisióndelgobierno.—¿Cómonoshanencontrado?—preguntóInej.—TalvezlosdisparosdeJesperlosatrajo—sugirióKaz.JesperseenfurecióyseñalóaNinayMatthias.—O tal vez han oído a estos dos gritándose. Puede que lleven kilómetros
siguiéndonos.Nina trató de comprender lo que estaba oyendo.Los shu no usaban losGrisha
como soldados, y no eran como los fjerdanos; no veían el poder Grisha comoantinaturalorepulsivo.Sesentíanfascinadosporél,peroseguíanviendoalosGrishacomomenosquehumanos.Elgobiernoshullevabaañoscapturandoa losGrishayexperimentando con ellos en un intento de localizar la fuente de su poder. JamásusaríanGrishacomomercenarios,oalmenosesehabíasidoelcasoantes.Talvezlaparemhabíacambiadolascosas.
—Noloentiendo—dijo—.Sitienenjurdaparem,¿porquéirdetrásdeBoYul-Bayur?
—Esposiblequetenganuncargamentoperonopuedanrepetirelproceso—dijoKaz—.Eso era lo que parecía pensar elConsejoMercante.O a lomejor tan soloquierenasegurarsedequeYul-Bayurnoledélafórmulaanadie.
—¿CreéisqueutilizaránGrishadrogadospara tratarde irrumpir en laCortedeHielo?—preguntóInej.
—Sitienenmás—asintióKaz—.Esoesloqueyoharía.Matthiasnegóconlacabeza.—SihubierantenidoaunMortificador,estaríamostodosmuertos.—Haestadocercadetodosmodos—replicóInej.Jespersepusoelrifleenelhombro.—Wylansehaganadoelpuesto.Élsaltóunpocoaloírsunombre.—¿Sí?—Bueno,lohashechobien.—Movámonos—dijoKaz.—Tenemosqueenterrarlos—señalóNina.—El suelo está demasiado duro y no tenemos tiempo. El equipo shu sigue
avanzando hacia Djerholm. No sabemos cuántos Grisha más pueden tener, y el
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equipodePekkayapodríaestardentro.—Nopodemosdejarlosaquíparaloslobos—señalóella,conlagargantatensa.—¿Quiereshacerlesunapira?—Vetealinfierno,Brekker.—Haztutrabajo,Zenik—replicóél—.NotehetraídoaFjerdaparahacerritos
funerarios.Ellalevantólasmanos.—¿Ysiteabroelcráneocomoelhuevodeunpetirrojo?—Noquieresverloquehaydentrodemicabeza,miqueridaNina.Ellaavanzóhaciaél,peroMatthiassesituóenfrente.—Para —dijo—. Yo lo haré. Te ayudaré a cavar la tumba. —Nina lo miró
fijamente.Éltomóunpicodesuequipajeyseloentregó,ydespuéstomóotrodeldeJesper—. Id al sur desde aquí—indicó a los demás—. Conozco el terreno y measegurarédealcanzaroscuandoanochezca.Iremosmásrápidopornuestracuenta.
Kazlomirófijamente.—Recuerdalaabsolución,Helvar.—¿Estamos seguros de que es buena idea dejarlos solos? —preguntó Wylan
mientrasbajabanlacuesta.—No—contestóInej.—¿Perovamosahacerlodetodosmodos?—Oconfiamosenellosahoraoconfiamosenellosdespués—dijoKaz.—¿VamosahablarsobrelapequeñarevelacióndeMatthiassobrelaslealtadesde
Nina?—preguntóJesper.NinaapenaspudooírlarespuestadeKaz:—Estoy segurodeque lamayoría denosotrosnonosdefinimos como leales o
sinceros.PormuchasganasquetuvieradegolpearaKaz,nopudoevitarsentirsetambién
untantoagradecida.Matthias se alejó unos pasos del cuerpo de Néstor. Clavó el pico en la tierra
helada,loliberóyvolvióaclavarlo.—¿Aquí?—preguntóNina.—¿Prefieresotrositio?—Eh…nolosé.—Miróloscamposblancos,marcadosporescasosbosquecillos
deabedules—.Todomeparecelomismo.—¿Conocesanuestrosdioses?—Aalgunos—dijoella.—PeroconocesaDjel.—Elmanantial.Matthiasasintióconlacabeza.—Losfjerdanoscreenquetodoelmundoestáconectadoporelagua:losmares,
elhielo, los ríosyarroyos, la lluviay las tormentas.TodosalimentanaDjely son
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alimentados por él. Cuando morimos lo llamamos felötobjer, echar raíces. Nosconvertimos en raíces del árbol de ceniza, bebiendo de Djel dondequiera quedescansemos.
—¿Por eso quemáis a losGrisha en vez de enterrarlos?—Él hizo una pausa yasintióbrevemente—.¿Peromeayudarásadarun lugardedescansoaNéstoryalVendaval?
Volvióaasentirconlacabeza.Ella tomó el otro pico y trató de igualar su ritmo, pero el suelo era duro e
inflexible.Cadavezqueelpicogolpeabalatierra,unasacudidalerecorríalosbrazos.—Néstornodeberíahaberpodidohacereso—dijo,conlospensamientostodavía
agitados—.NingúnGrishapuedeusarasíelpoder.Estámal.Matthiaspermanecióensilencioduranteunmomentoyentoncesdijo:—¿Lo entiendes un poco mejor ahora? ¿Cómo es enfrentarse a un poder tan
extraño?¿Enfrentarseaunenemigoconunafuerzatanantinatural?Ninaaferróelpicoconmásfuerza.Néstoramanosdelaparemhabíaparecido
unaperversióndetodoloqueellaamabasobresupoder.¿EraesoloqueMatthiasylos demás fjerdanosveían en losGrisha? ¿Poder sin explicación, elmundonaturaldeshecho?
—Talvez.Eralomáximoquepodíaofrecer.—HasdichoquenoteníaselecciónenelpuertodeElling—dijoélsinmirarla.Su
picosubíaybajabasinromperelritmo—.¿Eraporserdrüskelle?¿Llevabastodoeltiempoplaneándolo?
Ninarecordósuúltimodíarealjuntos,laeuforiaquehabíansentidoalsubirunacolina escarpada y habían visto el pueblo portuario debajo. Se había sentidoimpactadaaloírdeciraMatthias:
—Casilosiento,Nina.—¿Casi?—Tengodemasiadahambreparasentirlodeverdad.—Al fin sucumbes a mi influencia. Pero ¿cómo vamos a comer sin nada de
dinero?—preguntómientrasbajabanporlacolina—.Puedequetengaquevendertubonitopeloaunatiendadepelucas.
—No digas tonterías—había dicho él entre risas. Su risa había aparecido conmayorfacilidadsegúnviajaban,comosiestuvieraaprendiendoahablarunidiomadeformafluida—.SiestoesElling,deberíapoderencontraralojamiento.
Ella se detuvo entonces, y la verdad de la situación regresó a ella con terribleclaridad.Habíaprofundizadoenterritorioenemigosinmásaliadosqueundrüskelleque la había metido en una jaula tan solo unas semanas antes. Pero antes de quepudierahablar,Matthiasdijo:
—Tedebolavida,NinaZenik.Tellevaréacasasanaysalva.Lehabíasorprendidolofácilqueeraconfiarenél.Yéltambiénconfiabaenella.
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Mientrasmovíaelpico,sintióelimpactoreverberandoporsubrazosyhombrosydijo:
—HabíaGrishaenElling.Élsedetuvoenmitaddeungolpe.—¿Qué?—Habíaespíashaciendotrabajodeexploraciónenelpuerto.Mevieronentraren
laplazaprincipalyme reconocierondelPequeñoPalacio.Unodeellos también tereconoció,Matthias; te conocía de un enfrentamiento cerca de la frontera.—Él sequedóinmóvil—.Meabordaroncuandofuisteahablarconelencargadodelacasadehuéspedes, pero les convencí de que estaba encubierta. Querían tomarte comoprisionero,perolesdijequenoestabassoloyqueseríademasiadoarriesgadotratardecapturarteentonces.Prometíllevarteaellosaldíasiguiente.
—¿Porquénomelodijisteyya?Ninasoltósupico.—¿Decirte que había espías Grisha en Elling? Puede que hubieras hechos las
pacesconmigo,peronopuedesesperarquecreaquenoloshabríasdelatado.Élapartólamiradaconunmúsculopalpitandoenlamandíbula,yNinasupoque
habíadicholaverdad.—Esamañana—dijoél—,enelmuelle…—Tenía que sacarnos de Elling tan rápido como pudiera. Pensaba que si
encontraba un barco en el que entrar… Pero los Grisha debían de haber estadovigilando lacasadehuéspedesynosveríanmarcharnos.Cuandoaparecieronenelpuertosupequeveníanaporti,Matthias.Sitehubierancapturado,tehabríanllevadoaRavkapara interrogartey talvezejecutarte.Viuncomerciantekerch;yaconocessusleyessobrelaesclavitud.
—Claroquesí—replicóélconamargura.—Hicelaacusaciónylesroguéquemesalvaran.Sabíaquetendríanquellevarte
bajo custodia y llevarnos a salvo a Kerch. No sabía…Matthias, no sabía que temeteríanenlaPuertadelInfierno.
Susojoseranduroscuandolamiró,yteníalosnudillosblancossobreelmangodelpico.
—¿Porquénohablaste?¿PorquénodijistelaverdadalllegaraKetterdam?—Lointenté.Lojuré.Tratéderetractarme,peronomedejaronveraunjuez.No
medejabanverte.Nopodíaexplicarelsellodelbarcodeesclavosniporquéhabíahecho laacusación,nosin revelar lasoperacionesde inteligenciadeRavka.Habríapuesto en un compromiso a los Grisha que siguieran en el campo. Los habríasentenciadoamorir.
—AsíquemedejasteparaquemepudrieraenlaPuertadelInfierno.—Podría haber vuelto a Ravka. Por todos los Santos, quería hacerlo. Perome
quedéenKetterdam.Usémisueldoensobornos,hicepeticionesalaCorte…—Lohicistetodosalvodecirlaverdad.
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Pretendíaestarcalmada,arrepentida,decirlequehabíapensadoenélcadanocheycadadía.Perolaimagendelapiraseguíaestandofrescaensumente.
—Estabatratandodeprotegeramigente,gentequetehaspasadolavidatratandodeexterminar.
Élsoltóunarisatristeygiróelpicoentresusmanos.—Wandenolstrumendkendesorum.Eralaprimerapartedeundichofjerdano:elaguaescuchaycomprende.Sonaba
amable,peroMatthiassabíaqueNinaestaríafamiliarizadaconelresto.—Isen tie bejstrum—terminó ella. El agua escucha y comprende. El hielo no
perdona.—Y¿quéharásahora,Nina?¿Volverásatraicionaralagentequellamasamigos
porelbiendelosGrisha?—¿Qué?—NopuedesdecirmequepretendesdejaraBoYul-Bayurconvida.Laconocíabien.Concadanuevacosaquehabíadescubiertodelajurdaparem,
mássegurahabíaestadodeque laúnica formadeprotegera losGrishaeraacabarcon la vida del científico. Pensó enNéstor rogando con su último aliento que susamosshuregresaran.
—Nopuedosoportarlaideadequelosdemigenteseanesclavos—admitió—.Perotenemosunadeudaqueajustar,Matthias.Laabsoluciónesmipenitencia,ynoseréyolapersonaquetemantengaalejadaotravezdetulibertad.
—Noquierolaabsolución.Lomirófijamente.—Pero…—Talvezlosdetugenteseconviertanenesclavos.Otalvezseconviertanenuna
fuerza imparable. Si Yul-Bayur vive y el secreto de la jurda parem se conoce,cualquiercosaesposible.
Sesostuvieronlamiradaduranteunlargomomento.Elsoldescendíaenelcielo,ylaluzcaíaconrayosdoradossobrelanieve.NinapodíaverelrubiodelaspestañasdeMatthiasasomándoseatravésdelantimonionegroquehabíausadoparateñirlos.Tendríaquevolveramodificarlopronto.
En esos días tras el naufragio, ella y Matthias habían formado una treguaincómoda.Loquehabíacrecidoentreelloshabíasidoalgomásfieroquelaafección,unacomprensióndequeamboseransoldados,dequeenotravida talvezhubieransidoaliadosenvezdeenemigos.Ellalosentíaahora.
—Significaría traicionar a los otros—dijo Nina—. No obtendrán su pago delConsejoMercante.
—Cierto.—YKaznosmataráalosdos.—Sidescubrelaverdad.—¿AlgunavezhastratadodementirleaKazBrekker?
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Matthiasseencogiódehombros.—Entoncesmoriremoscomohemosvivido.NinamirólaformamacilentadeNéstor.—Porunacausa.—Tenemoslamismaideaenlamente—dijoMatthias—.BoYul-Bayurnosaldrá
delaCortedeHieloconvida.—Untratoesuntrato—replicóellaenkerch,elidiomadelcomercio,unalengua
quenopertenecíaaningunodelosdos.—Untratoesuntrato—respondióél.Matthiasgiróelpicoylobajóenunduroarco,unaespeciededeclaración.Ella
tomóelsuyoehizo lomismo.Sinmáspalabras,siguieron trabajandoen la tumba,conunritmoacompasado.
Kazteníarazónalmenossobreunacosa.EllayMatthiashabíanencontradoalfinalgoenloqueestardeacuerdo.
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nejsesentíacomosiellayKazsehubieranconvertidoensoldadosgemelos,marchando, fingiendoestarbien, escondiendo susheridasymoratonesdel resto
delgrupo.TardarondosdíasdeviajemásenllegaralosacantiladosquedabanaDjerholm,
perolamarchafuemásfácilsegúnavanzabanhaciaelsuryendirecciónalacosta.Elclimaeramáscálidoyelsuelosedescongeló,ylachicacomenzóaverseñalesdela primavera. Inej pensaba que Djerholm se parecería a Ketterdam, un lienzo denegro,grisymarrón,callesenmarañadasllenasdenieblayhumodecarbón,barcosde toda clase en el puerto, palpitando con el ajetreo y el bullicio del comercio. ElpuertodeDjerholmestaballenodebarcos,perosusrectascallessedirigíanhaciaelaguadeformaordenada.Lascasasestabanpintadasdecolores(rojo,azul,amarillo,rosa)comodesafiandolatierradeunblancosalvajeylosfríosinviernostanalnorte.Incluso los almacenes junto al atracadero eran de alegres colores. Era como lasciudadesquehabíaimaginadodeniña,concolorescomoloscaramelosyenellugaradecuado.
¿EstaríaelFerolindesperandoyaenelpuerto,aguardandoenelamarradero,conlabanderakerchylosdistintivoscoloresnaranjayverdedelaCompañíadelaBahíaHaanraadt? Si el plan iba como Kaz esperaba, al día siguiente bajarían por elatracaderodeDjerholmconBoYul-Bayur,montaríanenelbarcoysealejaríanporelmarantesdequenadiedeFjerdaseenterara.Preferíanopensarenloquepasaríaalanochesiguientesielplansalíamal.
LevantólamiradahastalaCortedeHielo,quesealzabacomoungrancentinelablancosobreunenormeacantiladoquedabaalpuerto.Matthiashabíadichoquelos
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acantiladoseran inescalables,e Inej teníaqueadmitirqueseríanundesafío inclusopara el Espectro. Parecían imposiblemente altos, y desde la distancia su superficieblancaparecíalimpiaybrillantecomoelhielo.
—Cañón—dijoJesper.Kazmiróguiñandolosojoslasenormesarmasqueseñalabanalabahía.—Me he colado en bancos, almacenes, mansiones, museos, cámaras, una
bibliotecadelibrosraros,yunavezeldormitoriodeundiplomáticokaélicodevisitacuyamujer tenía pasión por las esmeraldas. Pero nuncame han disparado con uncañón.
—Hayquereconocerqueesunanovedad—señalóJesper.Inejapretóloslabios.—Esperemosnollegaraeso.—Esas armas están ahí para detener ejércitos invasores —dijo Jesper con
confianza—.Quetengansuertesiquierengolpearaunapequeñagoletacortandolasolashacialafortunaylagloria.
—Terecordarétuspalabrascuandounabaladecañónmecaigaenelregazo—replicóNina.
Sedeslizaronconfacilidadentreeltráficodeviajerosycomerciantesenellugardonde el camino del acantilado se encontraba con el camino del norte que llevabahastalapartesuperiordeDjerholm.Estaeraunadispersaextensióndelaciudadquehabíadebajo,unaenormecoleccióndetiendas,mercadosytabernasqueservíanalosguardiasyalpersonalquetrabajabaenlaCortedeHielo,asícomoalosvisitantes.Porsuertelamultituderagrandeylobastantevariadacomoparaqueungrupomásde extranjeros no llamara la atención, e Inej se encontró respirando con mayorfacilidad.LehabíapreocupadoqueellayJesperfueranpeligrosamentellamativosenelmar de rubios de la capital fjerdana. A lomejor el grupo de ShuHan tambiénconfiabaenlamultitudentremezclada.
Las señales de la celebración de la Hringkälla estaban por todas partes. Lastiendashabíancreadoelaboradasexposicionesdegalletasdepimientaconformadelobos, algunas tenían adornos colgando de unos árboles grandes y retorcidos, y elpuente que cruzaba el río estaba engalanado con lazos del plateado de Fjerda.UncaminohacialaCortedeHieloyuncaminoparasalir.¿Cruzaríanesepuentecomovencedoresaldíasiguiente?
—¿Qué son estos? —preguntó Wylan, deteniéndose frente al carro de unvendedor ambulante lleno de guirnaldas hechas de las mismas ramas retorcidas ylazosplateados.
—Fresnos—respondióMatthias—.SagradosparaDjel.—Sesuponequehayunoenmitadde la IslaBlanca—dijoNina, ignorando la
miradadeadvertenciaque le lanzóel fjerdano—.Esdondese reúnen losdrüskelleparalaceremoniadeiniciación.
Kazdiounosgolpecitosenelsueloconelbastón.
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—¿Porquéeslaprimeravezqueheoídoesto?—ElespíritudeDjelhabitaelfresno—dijoMatthias—.Esdondemejorpodemos
oírsuvoz.Kazparpadeó.—Noesloquepreguntaba.¿Porquénoestáennuestrosplanos?—Porque es el lugarmás sagrado de todaFjerda y no es esencial para nuestra
misión.—Yodiré loque es esencial. ¿Algomásquehayasdecididodejar fuera con tu
gransabiduría?—LaCorte deHielo es una enorme estructura—señalóMatthias, girándose—.
Nopuedoclasificarcadagrietayesquina.—Entonces esperemosquenohayanada acechando en esas esquinas—replicó
Kaz.La parte superior deDjerholm no tenía un centro real, pero lamayoría de sus
tabernas,posadasypuestosdemercadoestabanreunidosalrededordelabasedelacolinaque llevabaa laCortedeHielo.Kaz los llevóaparentementesindirecciónatravésdelascalleshastaencontrarunatabernaendecadenciallamadaGestinge.
—¿Aquí?—se quejó Jesper, mirando la húmeda sala principal. Todo el lugarapestabaaajoypescado.
Kazlanzóunasignificativamiradahaciaarribaydijo:—Terraza.—¿Quéesungestinge?—sepreguntóInejenvozalta.—Paraíso—dijoMatthias.Hastaélparecíaescéptico.Nina los ayudó a conseguir una mesa en la terraza encima del tejado de la
taberna. Estaba bastante vacía, pues el tiempo seguía siendo demasiado frío paraatraermuchos clientes.O a lomejor los había ahuyentado la comida: arenques enaceiterancio,pannegropasado,yalgunaclasedemantequillaqueparecíaclaramentemohosa.
Jesperbajólamiradahastasuplatoygimió.—Kaz,siquieresmatarmeprefierounabalaalveneno.Ninaarrugólanariz.—Cuandonoquierocomer,estáclaroquehayunproblema.—Estamosaquíporlasvistas,noporlacomida.DesdelamesateníanunavistaclaraperodistantedelapuertaexteriordelaCorte
deHieloyelprimerpuestodeguardia.Estabaconstruidoenunarcoblancoformadopordosmonumentales lobosdepiedra sobre suspatas traseras,y cubría el caminoquellevabaporlacolinahastalaCorte.Inejylosdemásobservaroneltráficoqueibayveníapor laspuertasmientrasmordisqueabansucomida,esperandounaseñaldelos vagones de prisión. El apetito de Inej había regresado por fin y había estadocomiendo tantocomopodíapara reunir fuerzas,pero lapielencimade lasopaquehabíapedidonoayudaba.
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Nohabíacafé,asíquepidierontéyunosvasitosdebrännvinclaroquelesquemólagargantaalbajarperolosayudóamantenerelcalormientraselvientoaumentaba,sacudiendolos lazosplateadosatadosa lasramasdefresnoquerecorrían lascallesdebajo.
—Vamos a parecer sospechosos pronto—dijo Nina—. Esta no es la clase delugardondealagentelegustaquedarse.
—Talveznotengananadiequellevaralacárcel—sugirióWylan.—Siemprehayalguienquellevaralacárcel—replicóKaz,ydespuésseñalóel
caminoconlabarbilla—.Mirad.Unvagónen formadecaja seestabadeteniendo juntoalpuestodeguardia.Su
tejado y sus lados estaban cubiertos de lona negra, y lo tiraban cuatro robustoscaballos.Lapuertadelapartedeatráseradehierropesado,cerradaconcandadoypasador.
Kazsemetiólamanoenelbolsillodelabrigo.—Toma—dijo,yleentregóaJesperunlibrodelgadodeportadaelaborada.—¿Vamosaleernos?—Ábreloporlapartedeatrás.Jesperabrióellibroymirólaúltimapágina,desconcertado.—¿Qué?—Sostenloenaltoparaquenotengamosquemirartufeacara.—Micaratienecarácter.Además…¡ah!—Unalecturaexcelente,¿verdad?—¿Quiénibaasaberquemegustabalaliteratura?JesperselopasóaWylan,quelomiródudoso.—¿Quédice?—Túmira—indicóJesper.Wylanfruncióelceñoylosostuvoenalto,yentoncessonrió.—¿Dedóndehassacadoesto?LellegóelturnoaMatthias,quesoltóungruñidodesorpresa.—Esunlibrosinpartedeatrás—dijoKazmientrasInej tomabaelvolumende
manos de Nina y lo sostenía en alto. Las páginas estaban llenas de sermonescorrientes,perolaornamentadacontraportadaescondíadoslentesqueactuabancomocatalejo.KazlehabíadichoqueecharaunojoalasmujeresqueusaranpolverasconlentessimilaresenelClubCuervo.Podíanverlamanoqueteníaunjugadordesdeelotroladodelahabitación,ydespuéshacerunaseñalauncompañeroenlamesa.
—Inteligente —señaló Inej mientras miraba. Para la tabernera y los demásclientesdelaterrazaparecíaqueseestabanpasandounlibro,hablandosobrealgúnpasaje interesante. En lugar de eso, Inej tenía una vista cercana de la puerta y elvagónaparcadofrenteaella.
Lapuertaentreloslobosfuriososeradehierroforjado,conelsímbolodelfresnosagradoyrodeadadeunavallaaltaypuntiagudaquerodeabalosterrenosdelaCorte
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deHielo.—Cuatro guardias —comprobó, tal como había dicho Matthias. Dos estaban
estacionadosacadaladodelaentrada,yunodeelloscharlabaconelconductordelvagóndeprisión,queleentregóunfajodedocumentos.
—Seránlaprimeralíneadedefensa—dijoMatthias—.Comprobaránlospapelesy confirmarán identidades, marcando a cualquiera que piensen que necesita másescrutinio.MañanaaestahoralacolaquevaporlaspuertasestarállenadeinvitadosHringkällayllegaráhastaeldesfiladero.
—Paraentoncesyaestaremosdentro—aseguróKaz.—¿Cadacuántopasanlosvagones?—preguntóJesper.—Depende—dijoMatthias—.Normalmenteesporlamañana,aunqueaveceses
por la tarde.Peronomeimaginoquequieranque losprisioneros lleguenalmismotiempoquelosinvitados.
—Entoncestendremosqueestarenelprimervagón—dijoKaz.Inejvolvióa levantarel libro.Elconductordelvagón llevabaununiformegris
similaralosquellevabanlosguardias,perosiningunabandanidecoración.Bajódesuasientoyrodeóelvehículoparaabrirlapuertadehierro.
—PortodoslosSantos—dijoInej.Habíadiezprisionerossentadosenlosbancosquerecorríanlalongituddelvagón,yteníangrilletesenlasmuñecasylospiesyunossacosnegrossobrelascabezas.
Inej le entregó el libro a Matthias y, mientras se lo pasaban, sintió que laaprensióndelgrupocrecía.SoloKazparecíaimpávido.
—¿Encapuchados, encadenados y engrilletados?—dijo Jesper—. ¿Estás segurodequenopodemosentrarcomoartistas?HeoídoqueWylanesgenialconlaflauta.
—Entraremoscomoloquesomos—replicóKaz—.Criminales.Ninamiróatravésdelaslentesdellibro.—Estáncontándolos.Matthiasasintióconlacabeza.—Si el procedimiento no ha cambiado, los contarán rápidamente en el primer
puntodecontrol,ydespuésotravezenelsiguiente,dondecomprobaránelinterioryelchasisenbuscadecontrabando.
NinalepasóellibroaInej.—El conductor se dará cuenta de que hay seis prisionerosmás cuando abra la
puerta.—Ojaláhubierapensadoeso—dijoKazconsequedad—.Senotaquenuncahas
robadodeunbolsillo.—Ysenotaquetúnuncahaspensadodemasiadoentucortedepelo.Kazfruncióelceñoysepasóunamanocohibidaporellateraldelacabeza.—Mi corte de pelo no tiene nada demalo que no pueda arreglarse con cuatro
millonesdekruge.Jesperinclinólacabezahaciaunlado,ysusojosgrisesseiluminaron.
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—Vamosausarunagalletadepega,¿verdad?—Exacto.—Noséquéesunagalletapega—dijoMatthias,arrastrandolassílabas.NinalanzóunamiradaagriaaKaz.—Yotampoco.Notenemostantasabiduríacallejeracomotú,ManosSucias.—Nilatendrásjamás—dijoélcontranquilidad—.¿Recordáisanuestroamigoel
blanco?—Wylanhizounamueca—.DigamosqueelblancoesunturistacaminandoporelBarril.Haoídoqueesunbuensitiopara jugar,asíquenodejadetocarselacartera, asegurándosedeque esté ahí y felicitándosepor lo alerta y cautoque estásiendo.Noesningúnidiota.Porsupuesto,cadavezquesetocaelbolsillotraseroolapartedelanteradelabrigo,¿quéestáhaciendo?Estádiciéndolea todos los ladronesdelStavedóndetieneexactamenteeldinero.
—PortodoslosSantos—gruñóNina—.Seguroqueyohehechoeso.—Todoslohacen—dijoInej.Jesperlevantóunaceja.—Notodos.—Esoessoloporquetúnuncatienesnadaenlacartera—replicóNina.—Eresmala.—Soloseñaloloshechos.—Loshechossonparalosquenotienenimaginación—dijoél,haciendoungesto
dedesprecio.—Puesbien,unmalladrón—continuóKaz—,unoquenosepahacerlascosas,
solotratadecogerlacarterayhuir.Unabuenaformadequeteatrapelastadwatch.Perounbuenladrón,comoyo,cogelacarterayponeotracosaensulugar.
—¿Unagalleta?—Lodelagalletadepegaessolounnombre.Puedeserunapiedra,unapastilla
de jabón, inclusounbolloviejosi tieneel tamañoadecuado.Unbuen ladrónsabrácuáleselpesodeunacarterasoloporcómocuelgadelbolsillodelhombre.Haceelcambioyelpobreblancosiguetocándoseelbolsillomuyfeliz.Hastaquenointentapagarunatortillaoapostarenlamesanosedacuentadequelohanengañado.Paraentonceselladrónyaestáenunlugarseguro,contandosusganancias.
Wylansemovióconincomodidadsobresusilla.—Engañaragenteinocentenoesalgodeloquesentirseorgulloso.—Loessilohacesbien.—Kazasintióconlacabezaendirecciónalvagón,que
ahora subía retumbando el camino hacia la Corte deHielo y el segundo punto decontrol—.Nosotrosseremoslagalleta.
—Espera—dijoNina—.Lapuertasecierraporfuera.¿Cómovamosaentraryvolveracerrarla?
—Esoessolounproblemasinoconocesaunbuenladrón.Déjameloscerrojosamí.
Jesperestirólaslargaspiernas.
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—Así que tenemos que abrir la puerta, desencadenar e incapacitar a seisprisioneros,ocuparsuslugaresydealgúnmodovolveracerrarbienelvagónsinquelosguardiasolosdemásprisionerossedencuenta.
—Esoes.—¿Algunaotrahazañaimposiblequetegustaríaquehiciéramos?UnabrevesonrisaaparecióenloslabiosdeKaz.—Teharéunalista.
Dejando a un lado los buenos ladrones, a Inej le hubiera gustado tener una buenanochedesueñoenunabuenacama,peronoestaríancómodosenningunaposada,nosiibanatratardeentrarenunvagóndeprisiónyenlaCortedeHieloantesdequecomenzaralaHringkälla.Habíademasiadoquehacer.
EnviaronaNinaahablarcon lagentede lazonay tratardedescubrirelmejorlugarparaemboscarelvagón.Tras loshorroresdelarenquedeGestinge,exigieronque Kaz les proporcionara algo comestible y, mientras esperaban a Nina en unapasteleríaabarrotadacontazascalientesdecafémezcladoconchocolate,losrestosdelosbollitosylasgalletasseextendíanporsumesaenpequeñasmontañasdemigasmantecosas. Inejsediocuentadeque la tazadeMatthiasestaba intactafrenteaél,enfriándosepocoapocomientrasmirabaporlaventana.
—Debedeserdifícilparati—ledijoenvozbaja—.Estaraquíperonoestarencasadeverdad.
Élbajólamiradahastasutaza.—Notienesniidea.—Creoquesí.Yollevomuchotiemposinestarencasa.KazsegiróycomenzóacharlarconJesper.Parecíaquehacíaesocadavezque
mencionabavolveraRavka.Porsupuesto,Inejnopodíaestarseguradeencontrarasus padres allí. Los suli eran viajeros, y para ellos el hogar en realidad solosignificabafamilia.
—¿TepreocupaqueNinaestéahífuera?—preguntóInej.—No.—Esmuybuenaenesto,¿sabes?Esunaactriznatural.—Losé—dijoélsombríamente—.Puedesercualquiercosaparacualquiera.—EsmejorcuandoesNina.—¿Yquiénesesa?—Sospechoquelaconocesmejorquecualquieradenosotros.Élcruzólosenormesbrazos.—Esvaliente—dijoaregañadientes.—Ygraciosa.—Ridícula.Notodotienequeserunabroma.
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—Atrevida—dijoInej.—Ruidosa.—Entonces,¿porquétusojosnodejandemirarlaentrelamultitud?—Noesverdad—protestóMatthias,eInejtuvoquereírseantelaferocidaddesu
ceñofruncido.Élpasóundedoporunapilademigas—.Ninaestodoloquedices.Esdemasiado.
—Mmm—murmuróInej,ytomóunsorbodesutaza—.Alomejoresquetúnoeressuficiente.
Antesdequeélpudiera responder, lacampanitasobre lapuertade lapasteleríasonó y Nina entró con las mejillas rosadas y el pelo castaño enredado de formapreciosa,ydeclaró.
—Quealguienempieceadarmebollitosdeinmediato.ApesardelasquejasdeMatthias,aInejleparecióquenoseestabaimaginando
elalivioensurostro.
Ninahabíatardadomenosdeunahoraendescubrirquelamayoríadelosvagonesdelaprisiónpasaban juntoaunmotelconocidocomo laEstacióndelGuardiánen suruta hacia la Corte de Hielo. Inej y los demás habían tenido que salir unos treskilómetros de la parte superior de Djerholm para localizar la taberna. Estabademasiado abarrotada de granjeros y trabajadores locales para ser útil, así quesubieronporelcamino,yparacuandoencontraronunlugarlobastantecubiertoyconun grupo de árboles lo bastante grande para lo que se proponían, Inej se sentía apunto de derrumbarse. Dio las gracias a los Santos por la energía aparentementeilimitadadeJesper.Esteseofrecióalegrementeparacontinuaryserquienvigilara.Cuandoelcarrodelaprisiónpasara,haríaunaseñalalrestodelgrupoconundestelloydespuéscorreríaparaunirseaellos.
Nina se tomóunosminutosparamodificar el antebrazode Jesper,ocultandoeltatuajedelosDespojosydejandounafranjadepielmanchadasobreél.Esanocheseocuparía de los tatuajes de Kaz y los suyos. Era posible que nadie en la prisiónreconociera las marcas de las bandas o los burdeles de Ketterdam, pero no habíarazonesparaarriesgarse.
—Sinllantos—dijoJespermientrassealejabaazancadasenelcrepúsculo,consuslargaspiernascomiéndoseladistanciaconfacilidad.
—Sin funerales—respondieronellos. Inej le envió tambiénunaplegaria.Sabíaque Jesper estaba bien armado y podía cuidar de sí mismo, pero entre su figuralarguiruchaysupielzemeni,erademasiadollamativo.
Acamparon en una hondonada seca rodeada de una maraña de arbustos, y seturnaronparadormitarsobreeldurosueloderocaymantenerlaguardia.Apesardelafatiga,Inejnopensabaqueseríacapazdedormir,perolosiguientequesupofue
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que el sol estaba alto sobre ellos, un brillante resplandor en un cielo encapotado.Teníaquesermásdelmediodía.Ninaseencontrabajuntoaellaconuntrozodeunadelasgalletasdepimientaenformadeloboquehabíacompradoenlapartesuperiorde Djerholm. Inej vio que alguien había hecho un fuego pequeño, y los restospegajososdeunbloquedeparafinafundidaeranvisiblesenlascenizas.
—¿Dóndeestánlosdemás?—preguntómirandolahondonadavacía.—Enelcamino.Kazdijoquedebíamosdejartedormir.Inejsefrotólosojos.Suponíaqueeraunaconcesiónporsusheridas.Alomejor
nohabíaescondidobienenabsolutosuagotamiento.Unosrepentinosgolpesdealgorompiéndoseenelcaminolahizoponerseenpieconloscuchillosfueraencuestióndesegundos.
—Tranquila—dijoNina—.TansoloesWylan.Jesperdebíadehaber lanzadoya laseñal. Inej tomólagalletadeNinaycorrió
hastadondeKazyMatthiasobservabanaWylan trastearconalgoen labasedeungrueso abeto rojo. Sonó otra serie de estallidos, y unas pequeñas volutas de humoblanco brotaron del tronco del árbol en el lugar donde tocaba el suelo. Por unmomentonoparecíaquefueraapasarnada,peroentonceslasraícessesoltarondelsuelo,curvándoseymarchitándose.
—¿Quéeraeso?—preguntóInej.—Concentradodesal—explicóNina.Inejinclinólacabezahaciaunlado.—¿Matthiasestá…rezando?—Esunabendición.Losfjerdanoslohacencadavezquecortanunárbol.—¿Cadavez?—Lasbendicionesdependendeparaquépretendasusarparamadera.Unapara
casas,unaparapuentes.—Hizounapausa—.Otraparaleña.Tardaronmenosdeunminutoenderribarelárbolparaqueeltroncobloquearael
camino.Conlasraícesintactas,parecíacomosisimplementehubieracaídoporunaenfermedad.
—Cuandoelvagónsedetenga,el árbolnosdaráunosquinceminutos,peronomucho más —dijo Kaz—. Moveos con rapidez. Los prisioneros deberían estarencapuchados pero podrán oír, así que ni una palabra. No podemos permitirnoslevantar sospechas.Por todo loque sabenesta esunaparada rutinaria,yqueremosquesigasiendoasí.
MientrasInejesperabaenlahondonadaconlosdemás,seplanteótodaslascosasquepodríanirmal.Losprisionerospodíannollevarcapuchas.Losguardiaspodríantener a uno de los suyos en la parte trasera del vagón. ¿Y si tenían éxito?Bueno,entonces estarían cautivos de camino a laCorte deHielo.Ese tampoco parecía unresultadoparticularmenteprometedor.
Justo cuando comenzaba a preguntarse si Jesper se habría equivocado y habíaenviadolaseñaldemasiadopronto,elvagóndelaprisiónaparecióretumbando.Pasó
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juntoaellosydespuéssedetuvofrentealárbol.Pudooíralconductormaldiciendoconsucompañero.
Losdosbajarondelasientoycaminaronhastaelárbol.Duranteunlargominuto,sequedaronahímirándolo.Elguardiamásgrandesequitóelsombreroyserascólabarriga.
—¿Cómopuedensertanperezosos?—murmuróKaz.Alfinparecieronaceptarqueelárbolnoibaamoversesolo.Volvieronalvagóna
porungruesorollodecuerdaydesengancharonaunodeloscaballosparaayudarlosasacarelárboldelcamino.
—Preparaos—dijoKaz.Salió de la hondonada y fue hasta la parte trasera del carro. Había dejado el
bastón en la zanja, y cualquier dolor quepudiera sentir lo escondióbien.Sacó susganzúasdelforrodesuabrigoytocóelcandadodeformasuave,casiamorosa.EncuestióndesegundosesteseabrióyKazapartóelpestillo.Miróhacialoshombres,queatabanlascuerdasalrededordelárbol,ydespuésabriólapuerta.
Inej se tensó, esperando por la señal, pero no llegó. Kaz estaba ahí plantado,mirandofijamenteelinteriordelvagón.
—¿Quépasa?—susurróWylan.—¿Alomejornoestánencapuchados?—Sugirióella.Desdeallínopodíaverlo
—.Yoiré.Nopodíanaparecertodosallíalmismotiempo.Inej salió de la hondonada y apareció tras Kaz. Seguía estando ahí de pie,
perfectamenteinmóvil.Letocóbrevementeelhombroyélseencogió.KazBrekkerseencogió.¿Quéestabapasando?Nopodíapreguntarleyarriesgarseadelatarseantelosprisionerosqueescuchaban.Miródentrodelvagón.
Los prisioneros estaban todos esposados y llevaban sacos negros sobre lascabezas, perohabía considerablementemás de los quehabíanvisto en el puntodecontrol.Enlugardeestarsentadosyencadenadosalosbancosdeloslados,estabandepie,apretadosunoscontralosotros.Teníanlospiesymanosengrilletados,ytodosllevaban collares de hierro sujetos a unos ganchos del techo del vagón. Si algunocomenzabaacaeroinclinarsedemasiado,sequedaríasinaliento.Noerabonito,peroestabantanpegadosquerealmentenoparecíaqueningunopudieracaeryasfixiarse.
Inej le dio otro golpecito a Kaz. Este tenía la cara pálida, casi cerosa, pero almenosyano sequedóallíplantado.Entróenelvagónconmovimientosbruscoseincómodosycomenzóaabrirloscuellosdelosprisioneros.
InejhizounaseñalaMatthias,quesaliódelahondonadaparaunirseaellos.—¿Qué está pasando?—preguntó uno de los prisioneros en ravkano, con voz
asustada.—¡Tig! —gruñó Matthias bruscamente en fjerdano. Un susurro recorrió a los
prisioneros del vagón, como si se estuvieran poniendo firmes. Sin querer, Inejtambiénenderezólacolumna.ConesapalabratodoelcomportamientodeMatthias
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había cambiado, como si con una orden brusca hubiera vuelto al uniforme dedrüskelle. Inej lo miró con nerviosismo. Había comenzado a sentirse cómoda conMatthias.Eraunhábitofácilenelquecaer,peroinsensato.
Kaz liberó los grilletes de seis pares de manos y pies. Uno por uno, Inej yMatthiassacaronalosseisprisionerosmáscercadelapuerta.Nohabíatiempoparaconsiderar la altura o la complexión, ni siquiera si habían liberado a hombres omujeres. Los llevaron hasta el borde de la hondonada,manteniendo los ojos en elprogresodelosguardiasenelcamino.
—¿Quéestápasando?—seatrevióapreguntarunodeloscautivos.—¡Tig!—replicóMatthiasconrapidez,silenciándolo.En cuanto quedaron fuera de la vista, Nina les bajó el pulso y los dejó
inconscientes.SoloentoncesWylan lesquitó lascapuchas:cuatrohombres,unodeellosbastanteviejo,unamujerdemedianaedadyunchicoshu.Desdeluegonoeraideal,peroesperabanquelosguardiasnosepreocuparandemasiadoporlaexactitud.Después de todo, ¿cuántos problemas podía suponer un grupo de convictosencadenadosyengrilletados?
Nina inyectó una solución para dormir a los prisioneros y Wylan la ayudó allevarlosdetrásdelosárboles.
—¿Vamos a dejarlos aquí tirados? —le susurró Wylan a Inej mientras seapresurabanavolveralvagónconlascapuchasenlamano.
Ellateníalosojosfijosenlosguardiasquemovíanelárbolynolomirócuandodijo:
—Despertaránprontoysaldráncorriendo.Inclusopuedequelleguenalacostayalalibertad.Lesestamoshaciendounfavor.
—Nopareceunfavor.Parecedejarlosenunazanja.—Silencio —le ordenó. Aquel no era el momento ni el lugar para ponerse
quisquilloso con asuntos morales. Si Wylan no conocía la diferencia entre estarencadenadoysincadenas,estabaapuntodeaveriguarlo.
Inejsepusolamanoalrededordelabocaysoltóungritodepájarobajoysuave.Teníancuatro,quizácincominutosantesdeque losguardiasdespejaranelcamino.Porsuerte,estabanhaciendomuchoruidoanimandoagritosalcaballoychillándoseentreellos.
Matthias encerróaWylanprimeroydespuésaNina. Inej lovioponerse rígidomientras ella se levantaba el pelo para que le pusiera el collar, revelando la curvablancadesucuello.MientrasselocerrabaalrededordelagargantaNinalomiróalosojos por encima del hombro, y la mirada que intercambiaron podría haber rotokilómetrosdehielodelnorte.MatthiasseapresuróaapartarseeInejcasiserio.Asíqueesoeratodoloquehacíafaltaparaqueeldrüskelleseescabullerayregresaraelmuchacho.
Jesperfueelsiguiente,jadeandoacausadelacarreraparavolverjuntoaellos.Leguiñó un ojo mientras ella le ponía el saco sobre la cabeza. Oían a los guardias
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gritando.Inej cerró el collar deMatthias y se puso de puntillas para ponerle la capucha
sobre la cabeza. Pero cuando se movió para bajar la de Nina, ella pestañeó conrapidez,moviendolacabezahacialapuertadelvagón.TodavíaqueríasabercómoibaaencerrarlosKaz.
—Mira—dijoInejsinhacerruido.KazlehizounaseñalaInej,quesaltóabajo.Cerrólapuertadelvagón,echóel
candado y cerró el pestillo. Un segundo después el lado contrario de la puerta seabrió:Kazsimplementehabíaquitadolasbisagras.Erauntrucoquehabíanempleadomuchasvecescuandounacerraduraerademasiadocomplicadaoqueríanqueunroboparecierauntrabajointerno.Idealparalossuicidiosfalsos, lehabíadichoKazunavez,yellanuncasuposiestabasiendosincero.
Inej echó un último vistazo al camino. Los hombres habían terminado con elárbol,yelgrandoteseestabasacudiendolasmanosylediounaspalmadasalcaballoenellomo.Elotroseestabaacercandoyaalapartedelanteradelvagón.Inejtomóelbordedelapuerta,subióysemetiódentro.DeinmediatoKazcomenzóarecolocarlasbisagras.InejpusolacapuchasobrelacarasorprendidadeNinayocupósulugarjuntoaJesper.
PeroinclusoenladébilluzsediocuentadequeKazsemovíademasiadolento,ysus dedos enguantados eran más torpes de lo que nunca los había visto. ¿Qué lepasaba? ¿Y por qué se había quedado paralizado en la puerta del vagón?Algo lohabíahechodudarpero¿elqué?
Oyóun ruiditometálico cuando aKaz se le cayó uno de los tornillos.Miró elsuelodelvagónyselolanzódeunapatada,tratandodeignorarelfuertelatidodesucorazón.
Kazseagachóparareemplazarlasegundabisagra.Estabarespirandoconfuerza.Inejsabíaqueestabatrabajandoconmalaluz,soloporeltacto,conaquellosmalditosguantesdecueroquesiempreseempeñabaenllevar,peroInejnopensabaquefueraporesopor loqueparecía tanagitado.Oyópasosenel ladoderechodelvagón,unguardiagritándoleaotro.Venga,Kaz.No sehabía tomadoel tiempodeborrar sushuellas.¿Ysielguardiasedabacuenta?¿Ysitirabadelapuertayestasecaíadesusgoznes,mostrandoaKazBrekkersincapuchanicadenas?
Oyóotroruidometálico,yKazmaldijoentredientes.Deprontolapuertatemblómientras el guardia daba una sacudida al candado.Kaz sujetó las bisagras con lasmanos,ylagrietadeluzbajolapuertaseensanchó.Inejcontuvoelaliento.
Lasbisagrasaguantaron.Otrogritoenfjerdano,ydespuésmáspasos.Despuéselruidodelasriendasyel
carro avanzó, retumbando sobre la carretera. Inej se permitió exhalar. Tenía lagargantacompletamenteseca.
Kaz ocupó su lugar junto a ella. Le puso la capucha sobre la cabeza y el olormohosolellenólasfosasnasales.Acontinuaciónélsepondríasupropiacapuchay
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seencerraría.Erafácil,un trucodemagobarato,yKaz losconocía todos.Teníaelbrazo apretado contra el suyo del codo al hombromientras le cerraba el collar alcuello.Loscuerpossemovían juntoa laespaldayelcostadode Inej,agolpándosecontraella.
Por el momento estaban a salvo. Pero a pesar del traqueteo de las ruedas delvagón,InejnotabaquelarespiracióndeKazhabíaempeorado:unosjadeosrápidosysuperficiales,comounanimalatrapadoenunatrampa.Eraunsonidoquenuncahabíapensadooírdeél.
Comoestabaescuchandocon tanta atención supoelmomentoexactoenelqueKazBrekker,ManosSucias,elcabróndelBarrilyelchicomásletaldeKetterdam,sedesmayó.
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l dinero que el señor Hertzoon les había dejado a Kaz y Jordie se acabó lasiguiente semana. Jordie trató de devolver su nuevo abrigo, pero la tienda no loaceptó,ylasbotasdeKazestabanclaramentegastadas.
Cuando llevaron al banco el acuerdo de préstamo que el señorHertzoon habíafirmado,descubrieronqueapesardetodossussellosdeaspectooficialerapapelsinvalor.NadieconocíaalseñorHertzoonoasucompañerodenegocios.
Losdesalojarondelacasadehuéspedesdosdíasdespuésytuvieronquebuscarun puente para dormir debajo, pero pronto la stadwatch los hizo salir de ahíbruscamente. Tras eso, deambularon sin rumbo hasta lamañana. Jordie insistió envolveralacafetería.Sesentarondurantemuchotiempoenelparquealotroladodelacalle,perocuando llegó lanoche laguardiacomenzósus rondasyKazyJordiesedirigieron hacia el sur, hasta las calles del sur del Barril, donde la policía no semolestabaenpatrullar.
Durmieronbajounasescalerasenelcallejónquehabíatrasunataberna,metidosentreuna estufadesechadayunasbolsasde residuosde cocina.Nadie losmolestóaquellanoche,peroalasiguientelosdescubrióunabandadechicosquelesdijeronque estaban en territorio de losGaviotasCuchilla.Le dieronuna paliza a Jordie ytiraronaKazalcanal,peronoantesdequitarlelasbotas.
Jordiesacóasuhermanodelaguaylediosuabrigoseco.—Tengohambre—dijoKaz.—Yono—respondióJordie.Yporalgunarazón,esolepareciógraciosoaKazy
losdos comenzaron a reír. Jordie lo rodeó con losbrazosydijo—:La ciudad estáganandoporelmomento.Peroyaverásquiénganaalfinal.
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Alamañanasiguiente,Jordiedespertóconfiebre.EnlosañosposterioreslagentellamaríaalbrotedevirueladefuegolaPlagade
laDama de laReina, por el barco que se creía que había llevado el contagio a laciudad.GolpeóconmásfuerzalosabarrotadosbarriosbajosdelBarril.Loscuerposseapilabanenlascallesylosbarcosdeenfermosavanzabanporloscanales,usandolargaspalasyganchosparallevaraloscadáveresasusplataformasytransportarlosalaBarcazadelSegadorparaquemarlos.
LafiebredeKazapareciódosdíasdespuésdeladeJordie.Noteníandineroparamedicinaounmedik,asíqueseapiñaronenunapiladecajasdemaderarotasquellamaronelNido.
Nadie acudió para echarlos. Todas las bandas habían sido afectadas por laenfermedad.
Cuando la fiebre llegó a su plena potencia,Kaz soñó que había regresado a lagranja,ycuandollamóalapuertavioqueelJordiedelsueñoyelKazdelsueñoyaestabanahí,sentadosalamesadelacocina.Lomiraronatravésdelaventana,perono lo dejaron entrar, así que deambuló por la pradera, temeroso de tumbarse en lahierbaalta.
Cuandodespertónopodíaolerheno,trébolnimanzanas,solohumodecarbónyelesponjosohedordelasverduraspodridasdelabasura.Jordieestabatumbadojuntoaél,mirandofijamenteelcielo.Kazquisopedirlequenoloabandonara,peroestabademasiadocansado.Asíquepusolacabezasobresupecho.Parecíaquealgoyaibamal;estabafríoyduro.
Pensó que estaba soñando cuando los hombres lo metieron en el barco deenfermos.Senotócaer,yentoncesquedóenredadoenunamarañadecuerpos.Tratóde gritar, pero se encontraba demasiado débil. Estaban por todas partes, brazos ypiernasybarrigasrígidas,miembrospodridosycarasdelabiosazulescubiertasdelasúlceras de la viruela de fuego. Perdió y recuperó la conciencia como si flotara,insegurodequéerarealyquéunsueñodelafiebremientraselbarcoavanzabahaciaelmar.CuandolotiraronalaBarcazadelSegador,dealgúnmodoencontrólafuerzaparagritar.
—¡Estoyvivo!—chilló tan alto comopudo.Pero era demasiadopequeño, y elbarcoyaseestabaalejandodevueltaalpuerto.
Kaz tratódesacaraJordiedelagua.Sucuerpoestabacubiertode laspequeñasúlceras que daban su nombre a la viruela de fuego, y su piel estaba blanca yamoratada.Pensóenel pequeñoperrode cuerda, enbeber chocolate caliente en elpuente. Pensó que el cielo parecería la cocina de la Zelverstraat y olería como elhutspot cocinándose en el horno de los Hertzoon. Todavía tenía el lazo rojo deSaskia.Podríadevolvérselo.Haríandulcesconpastademembrillo.Margittocaríaelpianoyélpodríaquedarsedormidojuntoalfuego.Cerrólosojosyesperóamorir.
Kazcontabacondespertarenelotromundo,cálidoyasalvo,conlabarrigallenayJordie juntoaél.Ensu lugar,despertó rodeadodecadáveres.Estaba tiradoen la
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Barcaza del Segador, con la ropa empapada y la piel arrugada por la humedad.Elcuerpodesuhermanoseencontrabajuntoaél,apenasreconocible,blancoehinchadoporlapodredumbre,flotandoenlasuperficiecomoalgunaclasededesagradablepezdelasprofundidades.
LavisióndeKazsehabíaaclarado,ylaerupciónhabíaremitido.Sufiebrehabíabajado. Había olvidado el hambre, pero tenía tanta sed que pensaba que iba avolverseloco.
Durante todo el día y toda la noche esperó en la pila de cuerpos, mirando alpuerto,esperandoqueelbarcoregresara.Teníanquevolverparaencenderel fuegoquequemaríaloscadáveres,pero¿cuándo?¿Loshombresrecolectabancuerpostodoslosdías?¿Cadadosdías?Estabadébilydeshidratado,ysabíaquenoduraríamuchomás.Lacostaparecíamuylejana,ysabíaqueestabademasiadodébilparanadaresadistancia.Habíasobrevividoalafiebre,perobienpodríamorirahíenlaBarcazadelSegador.¿Leimportaba?Nohabíanadaesperándoloenlaciudadsalvomáshambre,callejones oscuros y la humedad de los canales. Inclusomientras lo pensaba, supoquenoeracierto.Loesperabalavenganza,venganzaparaJordiey talveztambiénparasímismo.Perotendríaqueiraconseguirla.
Cuandollególanocheycambiólamarea,Kazseobligóaponerlasmanossobreel cuerpode Jordie.Estabademasiado frágil para nadar por su cuenta, pero con laayudadesuhermanopodríaflotar.SeaferróaélconfuerzayavanzóhacialaslucesdeKetterdam.Juntossedejaronllevar,conelcuerpohinchadodeJordiehaciendodebalsa. Kaz siguió nadando, tratando de no pensar en su hermano, en la sensacióntensa e hinchada de su carne bajo susmanos; trató de no pensar en nada salvo elritmodesuspiernasmoviéndoseporelmar.Habíaoídoquehabíatiburonesenesasaguas,perosabíaquenolotocarían.Ahoraéltambiéneraunmonstruo.
Siguiónadandoy,cuandollegóelamanecer,levantólamiradayseencontróenelextremoorientaldelTapón.Elpuertoestabacasidesierto;laplagahabíacausadoqueeltráficomarítimodeKerchsedetuviera.
Los últimos cien metros fueron difíciles. La marea había vuelto a cambiar, yestabatrabajandocontraél.PeroKazteníaesperanzaahora,esperanzayfuria,llamasgemelas que ardían en su interior. Lo guiaron hasta el puerto y por la escalerilla.Cuandollegóarriba,cayódeespaldassobreloslistonesdemaderaydespuésseforzóagirar.ElcuerpodeJordiehabíaquedadoatrapadoenlacorrienteychocabacontralabasededebajo.Susojos seguían abiertos, yporunmomentoKazpensóque suhermano le estaba devolviendo la mirada. Pero Jordie no habló, no pestañeó, sumiradanocambiómientraslamarealoarrastrabalejosdeallíycomenzabaallevarlohaciaelmar.
Deberíacerrarlelosojos,pensóKaz.Perosabíaquesibajabaporlaescalerillayvolvíaalmar,jamásvolveríaaencontrarlaformadevolver.Simplementesedejaríaahogar,yesoyanoeraposible.Teníaquevivir.Alguienteníaquepagar.
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Enelvagóndelaprisión,Kazdespertóconunfuertegolpecontrasumuslo.Estabafríocomoelhieloyenlaoscuridad.Habíacuerposasualrededor,apretándosecontrasuespalda,suscostados.Seestabaahogandoencadáveres.
—Kaz.—Unsusurro.Seestremeció.Otrogolpeensumuslo—.Kaz.EralavozdeInej.Logrórespirarhondoporlanariz.Lasintióapartándosedeél.
Dealgúnmodo,enlosestrechosconfinesdelvagón,habíalogradodarleespacio.Elcorazónlelatíaconfuerza.
—Siguehablando—dijoélconvozáspera.—¿Qué?—Túsiguehablando.—Estamosatravesandolapuertadelaprisión.Hemossuperadolosdosprimeros
puntosdecontrol.Esolehizorecuperarlossentidosporcompleto.Habíanatravesadodospuntosde
control;esosignificabaque loshabíancontado.Alguienhabíaabierto lapuerta,nounavez,sinodos;talvezinclusolehubierapuestolasmanosencima,ynosehabíadespertado. Podrían haberle robado o matado. Había imaginado su muerte de milformas,peronuncaqueestaríadurmiendo.
Seobligóa respirarhondo,apesardelolorde loscuerpos.Sehabíadejado losguantespuestos,algoenloquelosguardiaspodríanhabersefijadoconfacilidad,unafrustranteconcesiónasudebilidad,perodenohaberlohechoestabamuysegurodequesehabríavueltocompletamenteloco.
Trasélpodíaoíra losdemásprisionerosmurmurándoseentreellosendistintosidiomas.Apesardelosmiedosquelaoscuridaddespertabaenél,diolasgraciasporella.Tansolopodíaesperarqueelrestodelgrupo,encapuchadosyconlacargadesupropiaansiedad,nohubierannotadonadaextrañoensucomportamiento.Habíasidotorpe, lentoen reaccionarcuandoemboscaronelvagón,peroesoera todo,ypodíainventaralgunaexcusaparajustificarlo.
OdiabaqueInej lohubieravistodeesemodo,quenadielohubierahecho,perodespuésdeesepensamientoaparecióotro:Mejorquefueraella.Sabíaenloshuesosquejamásselocontaríaanadie,quejamásusaríaeseconocimientoensucontra.Elladependíadesu reputación;noquerríaqueparecieradébil.Perohabíamásqueeso,¿verdad?Inejjamáslotraicionaría,yéllosabía.Sesentíaenfermo.Aunquelehabíaconfiado su vida en incontables ocasiones, era mucho más terrorífico confiarleaquellavergüenza.
Elvagónsedetuvo.Elpestillosedeslizóylaspuertasseabrieron.Oyóquehablabanfjerdano,ydespuésunosruidosdearañazosyungolpesordo.
Lequitaronelcollarylollevaronfueradelvagónporalgunaclasederampaconlos
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demásprisioneros.Oyóloquesonabacomounapuertaabriéndoseconunchirridoylosllevaronhaciadelante,arrastrandolospiesconsusgrilletes.
Bizqueó cuando le quitaron la capucha de repente. Se encontraban en un patiogrande.Laenormepuertasituadaenlaparedanularyaestababajando,ygolpeólaspiedrasconunaominosaseriederuidosmetálicosygruñidos.CuandoKazlevantólamirada,vioalosguardiassituadosporeltejadodelpatio,conlosriflesapuntandoalos prisioneros. Los guardias que había debajo semovían por las filas de cautivosengrilletados,tratandodehacerloscoincidirconelpapeleodelconductorpornombreodescripción.
Matthias había descrito en detalle la disposición de laCorte deHielo, pero nohabíadichomuchosobreelaspectoque teníaenrealidad.Kazhabíaesperadoalgoviejoyhúmedo;tristepiedragris,duraparalabatalla.Enlugardeesoestabarodeadode unmármol tan blanco que casi parecía emitir un brillo azul. Se sentía como sihubieraentradoenalgunaversióndeensueñodelasdurastierrasporlasquehabíanviajadoenelnorte.Eraimposiblesaberquépodríasercristal,hieloopiedra.
—Si esto no es obra de losHacedores, yo soy la reina de los duendecillos delbosque—murmuróNinaenkerch.
—¡Tig!—ordenóunodelosguardias.Lagolpeóconelrifleenlastripas,yellasedoblódedolor.Matthiasmantuvolacabezagirada,peroaKaznoseleescapólatensióndesufigura.
Los guardias fjerdanos hacían gesto sobre los papeles, tratando de encajar losnúmeroseidentidadesdelosprisionerosconlosdelgrupoqueteníandelante.Aqueleraelprimermomentorealdeexposición,unosobreelqueKaznotendríacontrol.Habrían tardado demasiado tiempo y habría sido peligroso elegir a los prisionerosquehabíanreemplazado.Eraunriesgocalculado,peroahoraKazsolopodíaesperarydesearquelaperezaylaburocraciahicieranelresto.
Mientraslosguardiasrecorríanlafila,InejayudóaNinaaponerseenpie.—¿Estás bien?—preguntó, yKaz se sintió atraído hacia su voz como el agua
bajandoporunacolina.Conlentitud,Ninadesdoblóelcuerpoysepusorecta.—Sí—susurró—.Perocreoqueyanotendremosquepreocuparnosporelequipo
dePekkaRollins.Kazsiguiólamiradahastalapartesuperiordelaparedanular,altaporencimadel
patio, donde cinco hombres habían sido empalados en estacas como pinchitos decarneparaasar, con las espaldasdobladasy losmiembroscolgando.Kaz tuvoqueentrecerrarlosojos,peroreconocióaErollAerts,elmejorforzadordecerradurasyladróndecajasfuertesdeRollins.Losmoratonesylosverdugonesdelapalizaquelehabíandadoantesdesumuerteerandeunpúrpuraintensoalaluzdelamañana,yKazpodíadistinguirunamarcanegraensubrazo:eltatuajedelosLeonesMoneda.
Examinó los demás rostros; algunos estaban demasiado hinchados ydistorsionadosporlamuerteparaidentificarlos.¿PodríaserRollinsalgunodeellos?
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Kaz sabía que debía estar contento de que hubieran eliminado a otro equipo, peroRollinsnoeraningúnidiotaylaideadequesugentenohubieralogradosuperarlaspuertas de laCorte deHielo lo ponía un tanto nervioso.Además, si Rollins habíaencontradolamuerteenelextremodeunapicafjerdana…No,Kazsenegabaaesaposibilidad.PekkaRollinslepertenecíaaél.
Los guardias estaban discutiendo con el conductor del vagón, y uno de ellosseñalabaaInej.
—¿Quéestápasando?—lesusurróaNina.—Dicenque los papeles estánmal, que tienen a una chica suli en vez de a un
chicoshu.—¿Yelconductor?—preguntóInej.—Nodejadedecirlesqueesenoessuproblema.—Asímegusta—murmuróKaz,entonoalentador.Losobservóirdeunladoaotro.Esaeralabellezadetodasesasproteccionesy
capas de seguridad. Los guardias siempre pensaban que podían fiarse de que otroencontrara un error o arreglara un problema. La pereza no era tan fiable como laavaricia,peroseguíasiendounabuenapalanca.Yestabanhablandodeprisioneros,encadenadosyrodeadosportodoslados,yapuntodequelostiraranaunasceldas.Inofensivos.
Alfin,unodelosguardiasdeprisiónsuspiróehizounaseñalasuscompañeros.—Diveskemen.—Adelante—tradujoNina, y después continuómientras el guardia hablaba—.
Llevadlosalbloqueesteydejadqueelsiguienteturnolospongaenorden.Kazsepermitióunbrevesuspirodealivio.Como esperaban, los guardias dividieron el grupo en hombres y mujeres y
después llevaron ambas filas, con las cadenas tintineando, a través de un arco casiredondotalladoenlaformadelabocaabiertadeunlobo.
Entraron en una cámara donde había una mujer mayor con las manosencadenadas,flanqueadaporguardias.Teníalosojosvacíos.Cuandocadaprisioneroseacercó,ellaletomólamuñeca.
Un amplificador humano. Kaz sabía que Nina había trabajado con ellos alregistrar la Isla Errante en busca de Grisha que se unieran al Segundo Ejército.Podían sentir el poder de un Grisha por el tacto, y los había visto contratados enjuegosdecartasdeapuestas altasparaasegurarsedequeningunode los jugadoresfueraGrisha.Alguienquepodíaalterarelpulsodeotro jugadoro inclusoelevar latemperatura de una habitación tenía una ventaja injusta. Pero los fjerdanos losutilizaban para un propósito diferente: para asegurarse de que ningún Grishaatravesarasusmurossinquelosidentificaran.
Kaz observó a Nina acercándose. Podía verla temblando mientras extendía elbrazo. La mujer le rodeó la muñeca con los dedos, y sus párpados se movieronbrevemente.Despuéslesoltólamanoylehizoungestoparaqueavanzara.
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¿Lo había sabido y le había dado igual? ¿O la parafina que habían usado paracubrirlosantebrazosdeNinahabíafuncionado?
Mientraslosconducíanporelarcoalaizquierda,KazvioaInejdesapareciendoenelarcodealladoconlasdemásprisioneras.Sintióunapunzadaenelpechoy,conunaperturbadorasacudida,sediocuentadequeteníapánico.Ellahabíasidoquienlohabíadespertadodesuestuporenelcarro.Suvozlohabíasacadodelaoscuridad;habíasido laataduraa laquesehabíaaferradoyquehabíautilizadoparavolveraalgoparecidoalacordura.
Losprisionerosmasculinosfueronconducidoshaciaarribaporun tramooscurodeescalerashastaunapasarelademetal.Asuizquierdaseencontrabalasuaveparedanularblanca.Aladerecha,lapasareladabaaunenormerecintodecristal,decasicuatrocientosmetrosdelargoylobastantealtoparaqueunbarcomercadercupieracon facilidad.Estaba iluminadoporunaenorme lámparadehierroquecolgabadeltecho como un capullo luminoso. Bajando la mirada, Kaz vio filas de vagonesfuertementeacorazadoscoronadosporunastorretasparadispararenformadecúpula.Sus ruedas eran grandes y acanaladas. En cada vagón había una enorme arma, amedio camino entre la forma de un rifle y un cañón, en el espacio dondenormalmenteengancharíanaungrupodecaballos.
—¿Quésonesascosas?—susurró.—Torvegen—dijoMatthiasentredientes—.Nonecesitancaballospara tirarde
ellos.Seguíanperfeccionandoeldiseñocuandomemarché.—¿Sincaballos?—Tanques—murmuróJesper—.Viprototiposcuando trabajabaconunarmero
enNovyiZem.Múltiplesarmasenlatorreta,¿yveisesecañóndelante?Unaenormepotenciadefuego.
También había armas de artillería pesada en el recinto, hileras llenas de rifles,municiónylaspequeñasbombasnegrasquelosravkanosllamabangrenatye.Enlasparedes detrás de cristal había armas más viejas dispuestas en una elaboradaexposición:hachas,lanzas,arcoslargos.Sobretodoaquellocolgabaunestandarteenblancoyplateado:STRYMAKTFJERDAN.
CuandoKazmiróaMatthias,elgrandullónmurmuró:—Poderfjerdano.Kazmiróa travésdelgruesocristal.Conocía lasdefensas,yNinahabía tenido
razón, ese cristal era trabajo de Hacedores: a prueba de balas e impenetrable.Entrandoosaliendodelaprisión,loscautivosveríanarmas,munición,máquinasdeguerra;todoellounbrutalrecordatoriodelpoderdelestadofjerdano.
Relájateunpoco, pensóKaz.No importa lo grandes que sean las armas si nosabesadondeapuntar.
Al otro lado del recinto vio una segunda pasarela, por donde llevaban a lasprisioneras.
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Inej estará bien. Tenía que mantener la calma. Se encontraban en territorioenemigo,unlugardegranriesgo,laclasedesitiodelquenosalíassinomanteníaslacompostura. ¿Habría llegado tan lejos el equipo de Pekka antes de que losdescubrieran? ¿Y dónde se encontraba él? ¿Habría permanecido sano y salvo enKerch,oseríatambiénprisionerodelosfjerdanos?
Nadadeesoimportaba.Porelmomento,KazteníaqueconcentrarseenelplanyencontraraYul-Bayur.Echóunvistazoalosdemás.Wylanparecíaapuntodemojarlospantalones,yHelvarestabaceñudocomosiempre.Jespersimplementesonrióydijo:
—Bueno,hemosconseguidoencerrarnosenlaprisiónmásseguradelmundo.Osomosgenios,oloshijosdeputamásestúpidosquehanexistidojamás.
—Losabremospronto.Loscondujeronaotrahabitaciónblanca,estaequipadaconbañerasdehojalatay
mangueras.Losguardiasdijeronalgoen fjerdanoyKazvioqueMatthiasyalgunosde los
demás comenzaban a desnudarse. Se tragó la bilis que subió por su garganta. Senegabaavomitar.
Podíahacerlo…teníaquehacerlo.PensóenJordie.¿Quédiríaélsisuhermanopequeñoperdiera suoportunidadde lograr justiciaporquenopodíaconquistaresasnáuseasestúpidas?Peroeso ledevolvió losrecuerdosde lacarnefríadeJordie,decómo se había hinchado en el agua salada, con los cuerpos a su alrededor en labarcaza.Selecomenzóaemborronarlavisión.
Mantén la compostura, Brekker, se reprendió con dureza. No ayudó. Iba adesmayarse otra vez, y todo habría terminado. Una vez Inej se había ofrecido aenseñarleacaer.
—Eltrucoesquenotederriben—lehabíadichoélentrerisas.—No,Kaz—lehabíarespondidoella—,eltrucoesvolveralevantarse.
Más tópicos suli, pero de algúnmodo incluso el recuerdo de su voz ayudaba. Eramejorqueaquello.Teníaqueserlo.NosoloporJordie,sinoporsuequipo.Élhabíallevadoallíaesagente.HabíallevadoaInej.Erasutrabajovolverlosasacar.
Eltrucoesvolveralevantarse.Mantuvosuvozen lacabeza, repitiéndoseesaspalabrasunayotravezmientrassequitabalasbotas,laropayalfinsusguantes.
VioqueJesperleestabamirandofijamentelasmanos.—¿Quéesperabas?—gruñóKaz.—Garras,almenos—replicóJesper,dirigiendolamiradaasuspiesdesnudosy
huesudos—.Talvezunpulgarllenodeespinas.El guardia regresó de tirar su ropa a un cubo que sin duda sería llevado al
incinerador.InclinólacabezadeKazhaciaatrásconbrusquedadyloobligóaabrirla
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boca,toqueteandocondedosgruesos.UnospuntosnegrosaparecieronenlavistadeKazmientrasluchabaporpermanecerconsciente.LosdedosdelguardiapasaronporencimadelpuntoentrelosdientesdeKazdondehabíaescondidoelbaleen,ydespuéspinchóypalpóelinteriordesusmejillas.
—¡Ondetjärn!—exclamóelguardia—.¡Fellenjuret!—volvió a gritarmientrassacaba dos delgados trozos demetal de la boca deKaz.Las ganzúas golpearon elsuelodepiedraconunruidito.Elguardialegritóalgoenfjerdanoylediounfuertepuñetazo en la cara. Kaz cayó de rodillas, pero se obligó a levantarse. Vio laexpresióndepánicodeWylan,peroloúnicoquepudohacerfuepermanecerenpiemientraselguardialoempujabaalacolaparaunaduchafríacomoelhielo.
Cuando emergió, empapado y tembloroso, otro guardia le entregó unospantalonesincolorosdelaprisiónyunachaquetadelapilaqueteníadetrás.Kazselospusoyfuecojeandohastaeláreadecontenciónconelrestodeprisioneros.Enesemomentohabríaentregadolamitaddesupartedelostreintamillonesdekrugeporelpesofamiliardesubastón.
Las celdas de contención se parecían mucho más a la prisión que habíaimaginado;nadaderocablancaniexpositoresdecristal,tansolohúmedarocagrisybarrotesdehierro.
Loscondujeronaunaceldayaabarrotada.Helvarsesentóconlaespaldacontralapared,observandoconlosojosentrecerradosaloshombres.Kazseapoyócontralosbarrotesdehierro,observandoalosguardiasmientrassemarchaban.Podíasentirel movimiento de los cuerpos tras él. Había espacio suficiente, pero seguíanpareciéndole demasiado cerca. Tan solo un poco más, se dijo. Notaba las manosimposiblementedesnudas.
Esperó;sabíaloquepasaría.Sehabíafijadoenlosdemásnadamásentrarenlacelda,ysabíaqueseríaelfornidokaélicoconlamarcadenacimientoelqueiríaaporél.Estabainquieto,nervioso,ysehabíafijadoclaramenteenlacojeradeKaz.
—Oye, tullido—dijoelkaélicoen fjerdano.Volvióaprobarenkerch,conunaentonación pesada. No tenía que haberse molestado; Kaz conocía esa palabra enmuchosidiomas.
Al segundo siguiente, sintió que el aire se movía cuando el kaélico trató dealcanzarlo.Diounpasoalaizquierdayelkaélicocayóhaciadelante,llevadoporsupropio impulso.Kaz loayudó, leagarróelbrazoy lometióenelespacioentre losbarroteshastaelhombro.Elkaélicosoltóunsonorogruñidocuandosucaragolpeólosbarrotesdehierro.
Kazlesujetóelantebrazocontraelmetal.Lanzósupesocontraelcuerpodesuoponenteyoyóun ruido satisfactoriocuandoelbrazodelkaélico se ledislocódelhombro.Cuandoelhombreabriólabocaparagritar,Kazselacubrióconunamanoyleapretólanarizconlaotra.Lasensacióndelacarnedesnudabajosusdedoshizoquecasileentraranarcadas.
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—Shhh—dijo,usandolamanosobresunarizparaconducirlohastaelbancoquehabíacontralapared.Losdemásprisionerossedesperdigaronparaabrirlecamino.
El hombre se sentó pesadamente, sin aliento y con los ojos húmedos. Kazmantuvolasmanossobresubocaysunariz,yelkaélicotemblóbajosuagarre.
—¿Quieresquetelovuelvaacolocar?—preguntóKaz,yelkaélicogimoteó—.¿Quieres?—Gimoteóconmás fuerzamientras losprisionerosmiraban—.Sigritasmeasegurarédequenuncavuelvaafuncionarbien,¿entendido?
Soltólabocadelhombreylevolvióaponerelbrazoensusitio.Elkaélicogirósobresucostado,seenroscósobreelbancoycomenzóasollozar.
Kazselimpiólasmanosenlospantalonesyvolvióasulugarjuntoalosbarrotes.Podíasentiralosdemásobservando,peroahorasabíaquelodejaríanenpaz.
Helvarsesituótrasél.—¿Deverdaderanecesario?—No.Perosíloera:paraasegurarsedequelosdejabanenpazparahacerloquetenían
quehacerypararecordarquenoestabaindefenso.
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esper quería pasearse por ahí, pero había conseguido un lugar en el banco ypretendíaquedárselo.Sentíacomosiunosterremotosdeansiedadyemociónvibraranbajo su piel, y Wylan sentado junto a él tamborileando frenéticamente sobre susrodillas no lo ayudaba a tranquilizarse. No pensó que pudiera soportar la esperamuchomás.Primeroelbarco,despuéstodalacaminata,yahoraestabaencerradoenunaceldahastaquelosguardiasllegaranparahacerelrecuentodelatarde.
Solo su padre había comprendido su energía incansable. Había tratado deconseguirqueJesperlagastaraenlagranja,peroeltrabajoerademasiadomonótono.Sesuponíaquelauniversidaddeberíadehaberleencauzado,peroenrealidadhabíatorcidosu rumbo.Hizounamuecaante loquesupadrediría sidescubrieraquesuhijo había muerto en una prisión fjerdana. Pero ¿cómo iba a saberlo? Aquelpensamientoerademasiadodeprimenteparaahondarenél.
¿Cuántotiempohabríapasado?¿YsinisiquierapodíanoírelRelojMayordesdeallí?Sesuponíaquelosguardiasharíanelrecuentoalasseiscampanadas,yentoncesJesperylosdemástendríanqueesperarhastalamedianocheparahacereltrabajo.Oesoesperaban.Matthiassolohabíapasadotresmesesenlaprisión,ylosprotocolospodrían haber cambiado. Tal vez se hubiera equivocado en algo.O a lo mejor elfjerdanosolonosquieretraslosbarrotesantesdedelatarnos.
PeroMatthiasestabasentadoensilencioenelextremomásalejadode lacelda,cercadeKaz.JespernohabíapodidoperderselapequeñaescaramuzadeKazconelkaélico. Normalmente Kaz siempre estaba firme durante un trabajo, pero en esemomento parecía nervioso, y Jesper no sabía por qué. Una parte de él queríapreguntárselo,perosabíaqueesaeralaparteestúpida,elesperanzadochicogranjero
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que había elegido a la peor persona posible de la que preocuparse, que buscabaseñalesencosasquesabíaenlomáshondoquenosignificabannada,cuandoKazloescogíaparauntrabajo,cuandoleseguíaalgunabroma.Podríahabersepegadounapatada.Por finhabíavisto al infameKazBrekker sinnadade ropayhabía estadodemasiadopreocupadoporacabarenunapicacomoparaprestaratencióndeverdad.
PerosiJespersesentíaansioso,Wylanparecíaapuntodevomitar.—¿Quésesuponequehacemosahora?—preguntóWylan—.¿Dequésirveque
puedaabrircerradurassinotieneganzúas?—Silencio.—¿Ydequésirvestú?Untiradorsinpistolas.Erescompletamentesuperfluoen
estamisión.—Noesunamisión,esuntrabajo.—Matthiaslollamamisión.—Él esmilitar, tú no.Y ya estoy en la cárcel, así que nome tientes para que
cometahomicidio.—Novasamatarme,yyonovoyafingirquetodovabien.Estamosatrapados
aquí.—Desdeluegotepegamásunajauladoradaqueunadeverdad.—Memarchédelacasademipadre.—Sí,abandonasteunavidadelujosparapodervenirtealosbarriosbajosconlos
pobresdiablosdelBarril.Esonotehaceinteresante,Wylan,tansoloestúpido.—Nosabesnadadeeso.—Pues dímelo—replicó Jesper, girándose hacia él—. Tenemos tiempo. ¿Qué
hace que un buen chico mercader abandone su casa para andar en compañía decriminales?
—ActúascomosihubierasnacidoenelBarril comoKaz,peroni siquieraereskerch.Tútambiénhasescogidoestavida.
—Megustanlasciudades.—¿NohayciudadesenNovyiZem?—NocomoKetterdam.¿Algunavezhasidoaalgúnlugarquenofueratucasa,el
Barrilylasbonitascenasdelaembajada?Wylanapartólamirada.—Sí.—¿Adónde?¿Alaperiferiaparalatemporadademelocotones?—LascarrerasdeCaryeva.Loscamposdeaceiteshu.Lasgranjasdejurdacerca
deShriftport.Weddle.Elling.—¿Deverdad?—Mipadresolíallevarmeatodaspartesconél.—¿Hasta…?—¿Hastaqué?
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—Hasta.Mipadremellevabaatodasparteshastaquememareéterriblementeenelmar,hasta quevomitéenunaboda real,hasta que tratédemontar lapiernadelembajador.
—Lapiernameloestabapidiendo.Jespersoltóunladridoderisa.—Porfin,algodevalor.—Tengomuchovalor—gruñóWylan—.Ymiradóndeme…Fue interrumpidopor lavozdeunguardiagritandoenfjerdano justocuandoel
Reloj Mayor comenzó a tocar las seis campanadas. Al menos los fjerdanos eranpuntuales.
Elguardiavolvióahablarenshuydespuésenkerch.—Enpie.Shimkopper—exigió.Todos lomiraron con rostro inexpresivo—.El
cubodepis—probóenkerch—.¿Dóndeestá…paravaciar?Hizogestos,perosoloobtuvohombrosencogidosymiradasconfusas.Suenfurruñamientodejabaclaroquenopodíaimportarlemenos.Metióuncubo
deaguafrescaenlaceldaycerró losbarrotes.Jesperfuehasta lapartedelanteraytomóungrantragodelvasoatadoalasa.Lamayorpartelesalpicólacamisa.CuandoleentregóelvasoaWylan,seaseguródeempaparlotambién.
—¿Quéestáshaciendo?—protestóél.—Paciencia,Wylan.Yprocuraseguirme.Jesperselevantólospantalonesytoqueteóladelgadapielsobresutobillo.—Dimeloqueestápasando.—Silencio.Necesitoconcentrarme.Eracierto.Noqueríaqueelperdigónenterradobajosupielseabrierateniéndolo
todavíadentro.ToqueteólospuntosqueNinalehabíapuesto.Ledoliódenaricesalabrirlos y sacar la bolita. Era del tamaño de una pausa y estaba empapada de susangre.Nina debía de estar usando sus poderes para abrirse su propia piel en esosmomentos.Jespersepreguntósidoleríamenosquelospuntos.
—Pontelacamisasobrelaboca—ledijoaWylan.—¿Qué?—Dejadesertanlerdo.Eresmásmonocuandoereslisto.Las mejillas de Wylan se volvieron rosadas. Frunció el ceño y se levantó el
cuello.Jesper metió la mano bajo el banco donde había escondido el cubo de
desperdiciosylosacó.—Se acerca tormenta—dijo en voz alta en kerch. Vio queMatthias yKaz se
levantaban los cuellos. Apartó la cara, se puso la camisa sobre la boca y soltó labolitaenelcubo.
Hubo un silbido siseantemientras una nube de niebla salía del agua. En unossegundoscubriólasceldas,volviendoelairedeunverdelechoso.
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Habíapánicoen losojosdeWylanporencimadel cuello subidode sucamisa.Jesperestabatentadoafingirquesedesmayaba,peroseconformóconelefectodeloshombresquecaíanalsueloasualrededor.
Contó hasta sesenta, se bajó el cuello y después respiró dudoso.El aire seguíateniendounolordulceyenfermizoylosdejaríaatontadosunratito,perolopeorsehabía dispersado. Cuando los guardias llegaran para el siguiente recuento, losprisioneros tendrían un fuerte dolor de cabeza, pero no mucho que decir. Y paraentoncesesperabanhaberseidohacíamucho.
—¿Eragasdecloroformo?—Muchomásmonocuandoereslisto,desdeluego.Sí,labolitaeraunenvoltorio
basadoenenzimasllenodepolvodecloroformo.Esinofensivoamenosqueentreencontactoconcualquiercantidaddeamoníaco.Queesloquehapasado.
—Laorinadelcubo…pero¿quésentidotiene?Seguimosatrapadosaquí.—Jesper—dijoKaz,haciéndoleungestoendirecciónalosbarrotes—.Elreloj
sigueenmarcha.Jesper cuadró los hombros mientras se acercaba. Esa clase de trabajo
normalmente llevabamucho tiempo, sobre todo porque nunca había tenido ningúnentrenamiento real. Puso lasmanos a ambos lados de una barra y se concentró enlocalizarlaspartículasmáspurasdelamena.
—¿Quéestáhaciendo?—preguntóMatthias.—Unantiguoritualzemeni—dijoKaz.—¿Enserio?—No.UnaneblinaturbiaseestabaformandoentrelasmanosdeJesper.Wylanjadeó.—¿Esmenadehierro?—Jesper asintió con la cabezamientrasnotabael sudor
brotandoensuceño—.¿Puedesdisolverlosbarrotes?—Noseasidiota—gruñóJesper—.¿Noveslogruesosqueson?De hecho, el barrote con el que estaba trabajando parecía intacto, pero había
extraído suficiente hierro de él como para que la nube entre susmanos fuera casinegra. Dobló las puntas de los dedos y las partículas giraron, moviéndose en unatensaespiralqueeracadavezmásestrechaydensa.
Jesperbajólasmanosyunadelgadaagujacayóalsueloconunsonidometálicoymusical.
Wylan la tomóy la sostuvodemodoque la luz se reflejara sobre su superficieapagada.
—EresunHacedor—dijoMatthiassombríamente.—Apenas.—Oloeresonoloeres—señalóWylan.—Losoy.—LeclavóundedoaWylan—.Yvasamantener labocacerradaal
respectocuandovolvamosaKetterdam.—Pero¿porquémentirsobre…?
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—Me gusta caminar libre por las calles —explicó Jesper—. Me gusta nopreocuparme porque me atrape un tratante de esclavos o me mate alguien comonuestro amigo Helvar. Además, tengo otras habilidades queme proporcionanmásplacerybeneficioqueesta.Muchasotrashabilidades.
Wylantosió.Puedequecoquetearconélfueramásdivertidoquemolestarlo,peroestabacerca.
—¿NinasabequeeresGrisha?—No, y no va a descubrirlo. No necesito que me sermonee para unirme al
SegundoEjércitoylagloriosacausadeRavka.—Hazlootravez—interrumpióKaz—.Ydeprisa.Jesperrepitiósusesfuerzosconotrobarrote.—Siesteeraelplan,¿quésentidoteníatratardemeteresasganzúas?—preguntó
Wylan.Kazcruzólosbrazos.—¿Algunavezhasoídolodelmoribundocuyomedikledijoquesehabíacurado
milagrosamente?Salióbailandoa la calleyuncaballo lomatóapisotones.Tienesque dejar que el blanco crea que ha ganado. ¿Estaban los guardias examinando aMatthias y preguntándose si les resultaba familiar? ¿Estaban buscando problemascuandoJespersemetióenladuchaconlaparafinadesprendiéndosedesusbrazos?No,estabandemasiadoocupadosfelicitándoseporhabermeatrapado.Pensabanhaberneutralizadolaamenaza.
CuandoJesperterminó,Kaztomólasdosdelgadasganzúasentrelosdedos.Eraextrañoverlotrabajarsinsusguantes,peroenunosmomentoslacerraduraseabrióyquedaron libres.En cuanto salieron,Kaz usó las ganzúas para cerrar la puerta trasellos.
—Ya sabéis lo que tenéis quehacer—susurró—.Wylanyyo iremos a sacar aNinaeInej.Jesper,túyMatthias…
—Losé,cogeremostantacuerdacomoencontremos.—Estadenelsótanoalacampanadadeymedia.Sedividieron.Losengranajesestabanenmovimiento.DeacuerdoconlosplanosdeWylan,losestabloseranadyacentesalpatio,asíque
tendrían que retroceder a través del área de contención. En teoría, esa zona de laprisión solo estaba activa cuando semetían o sacaban prisioneros, pero tenían quetenercuidadodetodosmodos.Soloharíafaltaunguardaobstinadoparaarruinarsusplanes.Lomásterroríficoeraviajarporlapasarelaatravésdelrecintodecristal,unazonalargaymuyiluminadaquelosdejabacompletamenteexpuestos.Nohabíanadaquehacersalvocruzarlosdedosylanzarse.Despuésbajaronlasescalerasyfueronala izquierdade la cámaradonde la pobrey anciana amplificadoraGrisha loshabíaexaminado.Jesperreprimióunescalofrío.Aunquelaparafinadesusbrazossiemprefuncionabaen lossalonesde juego,sucorazónhabíaestado latiendoconfuerzadetodosmodosal enfrentarseaella.Había sidodelgadacomounacáscarae igualde
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vacía.EsoeraloquelepasabaaunGrishaqueencontraranenellugarincorrectoenelmomentoincorrecto:unasentenciadeporvidaalaesclavitudoalgopeor.
CuandoJesperabriólapuertaalosestablos,sintióqueunapequeñapartedesuinterior se relajaba. El olor del heno, el movimiento de los animales en suscompartimentos,elrelinchedeloscaballosledevolvíarecuerdosdeNovyiZem.EnKetterdam, los canales hacían que la mayoría de carruajes y vagones fueraninnecesarios.Los caballos eranun lujo, una indulgencia paramostrar que tenías elespacio para tenerlos y la riqueza para cuidarlos. No se había dado cuenta de lomuchoqueechabademenossimplementeestarconanimales.
Pero no había tiempo para la nostalgia ni para pararse a acariciar un hocicoaterciopelado.Pasójuntoaloscompartimentosyfuehastalasaladelossuministros.Matthiassepusounenormerollodecuerdasobrecadahombro.PareciósorprendidocuandoJesperlogrócogertambiéndos.
—Crecíenunagranja—explicóél.—Nolopareces.—Sí,soyflacucho—dijomientrasatravesabanlosestablos—,perocuandollueve
mequedomásseco.—¿Cómo?—Mecaemenosencima.—¿Todos los aliados de Kaz son tan extraños como este grupo? —preguntó
Matthias.—Ah, deberías conocer a los otros Despojos. En comparación parecemos
fjerdanos.Atravesaronlasduchasy,envezdecontinuarhastaeláreadecontención,giraron
porunestrechotramodeescalonesyellargopasillooscuroqueconducíaalsótano.Ahora se encontraban bajo la zona principal de la prisión, cinco pisos de celdas,prisionerosyguardiasencimadeellos.
Jesperhabíaesperadoqueel restodelgrupoestuvieraconsiguiendoyamaterialdedemoliciónenlaenormelavandería,peroloúnicoqueviofuegigantescasbañerasde hojalata, largasmesas para doblar ropa, y prendas secando durante la noche enunosanaquelesmásaltosqueél.
Encontraron a Wylan e Inej en la sala de residuos. Era más pequeña que lalavanderíayapestabaabasura.Habíadosenormescubos llenosde ropadesechadacontraunapared,esperandoaquelosquemaran.Jespersintióelcalorqueemanabadelincineradorencuantoentraron.
—Tenemosunproblema—dijoWylan.—¿Esmuygrave?—preguntóJesper,soltandolosrollosdecuerdaenelsuelo.Inejhizoungestohaciaunpardeenormespuertasdemetalenloqueparecíauna
chimeneagigantequehabíapegadaalaparedyseextendíahastaeltecho.—Creoquehanpuestoelincineradorenmarchaestatarde.—Decíasquelousabanporlasmañanas—ledijoJesperaMatthias.
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—Solíanhacerloasí.Cuando Jesper agarró losmangos cubiertos de cuero de las puertas y tiró para
abrirlas, le golpeó una bocanada de aire abrasador. Tenía el olor negro y acre delcarbón;ytambiénalgomás,unolorquímico,talvezalgoqueañadieranparaqueelfuegoardieramáscaliente.Noeradesagradable.Allíeradondeseocupabandetodoslosresiduosdelosprisioneros:restosdelascocinas,cubosdeporqueríahumana,laropaquelesquitaban.Peroloquequieraqueañadieranlosfjerdanosalcombustibleardíaconelcalorsuficienteparaquemarcualquier fetidez.Se inclinóhaciadentro,comenzando ya a sudar. Por debajo veía el carbón del incinerador,medio apagadoperotodavíapalpitandoconunfuerteresplandorrojo.
—Wylan,dameunacamisadeunodeloscubos—pidióJesper.Arrancó una de las mangas y la tiró a la chimenea. Ardió sin hacer ruido, se
prendióenllamasenelaireycomenzóaquemarsehastadesaparecerantesdepodersiquieraalcanzarloscarbones.
Cerrólaspuertasytirólosrestosdelacamisadevueltaalcubo.—Bueno, nada de demoliciones —dijo—. No podemos usar explosivos aquí.
¿Puedessubirigualmente?—lepreguntóaInej.—Talvez.Nolosé.—¿QuédiceKaz?¿Dóndeestá?¿YdóndeestáNina?—Kaz todavía no sabe lo del incinerador—dijo Inej—. Él y Nina han ido a
buscarenlasceldassuperiores.El ceño fruncido de Matthias se volvió tan oscuro como un cielo cargado de
lluvialistaparacaer.—SesuponíaqueJesperyyoteníamosqueirconNina.—Kaznoqueríaesperar.—Hemosllegadoatiempo—replicóMatthias,enfadado—.¿Quéestátramando?Jespersepreguntabalomismo.—¿Va a subir y bajar cojeando todos esos tramos de escaleras, esquivando
patrulleros?—Puede que tratara de señalarle eso —dijo Inej—. Siempre sorprende,
¿recuerdas?—Comounenjambredeabejas.Esperoquelasorpresanoseasuaguijón.—Inej—dijoWylandesdeunodeloscubos—.Estaesnuestraropa.Metiólamanodentroy,unayluegootra,sacólaspequeñassandaliasdecuerode
Inej.Una sonrisadeslumbrante apareció en la carade la chica; por finunpocodesuerte. Kaz no tenía su bastón. Jesper no tenía sus pistolas. E Inej no tenía suscuchillos.Peroalmenosteníaesassandaliasmágicas.
—¿Quédices,Espectro?¿Puedessubir?—Puedo.JesperlequitóloszapatosaWylan.
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—Sinopensaraquetalvezesténllenosdeenfermedades,losbesaría.Ydespuésati.
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inasiguióaKazporlasescaleras.Unescarpadotramotrasotrodepiedrayluzdegas temblorosa.Loobservóconatención. Ibaabuen ritmo,pero ledolíaandar.¿Porquéhabíainsistidoenserélquiensubiera?Nopodíasercuestióndetiempo,asíquealomejoreraloquesiemprehabíapretendido.AlomejorqueríaocultarlealgodeinformaciónaMatthias.Oquizátansoloqueríaquenadietuvieralasensacióndesaberlotodo.
Se detuvieron en cada rellano, escuchando por si había patrulleros. La prisiónestaba llena de sonidos, y era difícil no saltar por cada uno de ellos: voces quebajaban flotando por la escalera, el ruido metálico de las puertas abriéndose ycerrándose.Nina pensó en el violento caos de la Puerta del Infierno, los sobornoscambiandodemano,lasangretiñendolaarena,unmundodistintoydistantedeeselugarestéril.Desdeluegopodíacontarseconlosfjerdanosparaquemantuvieranlascosasenorden.
Decaminoalcuartotramo,deprontosonaronvocesypisadasenlaescalera.Conrapidez,NinayKazretrocedieronhastaelrellanodeltercerpisoysecolaronporlapuertaquedabaalasceldas.Elprisioneroenlamáscercanacomenzóagritar,yNinalevantólamanoconrapidezylecerrólasvíasrespiratorias.Éllamiróconlosojoscomo platos, arañándose el cuello. Ella le bajó el pulso, dejándolo inconscientemientrasrelajabalapresiónsobresularingeparapermitirlerespirar.Lonecesitabanensilencio,nomuerto.
Los ruidos crecieronmientras los guardias bajaban las escaleras, y un ruidosofjerdanoreverberabapor lasparedes.Ninacontuvoelalientoobservando lapuerta,conlasmanoslistas.Kaznoteníaningúnarma,perosehabíapuestoenposiciónde
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lucha, esperando aver si la puerta se abría.Sin embargo, los guardias continuaronmásalládelrellano,hastaelsiguientepiso.
Cuando los sonidos se desvanecieron, Kaz le hizo una señal y salieron por lapuerta, la cerraron tras ellos con tanto silencio como pudieron y continuaron suascenso.
Sonaronsietecampanadasmientras llegabanalpisosuperior.Habíapasadounahora desde que habían dejado inconscientes a los prisioneros en el área decontención.Teníancuarentaycincominutosparabuscarlasceldasdealtaseguridad,encontrarsedenuevoenelrellanoyvolveralsótano.Kazlehizoungestoparaquefueraporelcorredordelaizquierdamientrasélibaporladerecha.
La puerta crujió sonoramente mientras Nina entraba. Las lámparas estabanespaciadas allí, y las sombras entre ellas parecían lo bastante oscuras para caer enellas.Sedijoquedebíaestaragradecidaporelrefugio,peronopodíanegarqueeraespeluznante.Lasceldastambiénerandiferentes,conpuertasdeaceromacizoenvezdebarrotesdehierro.Habíaunagujeroparaverencadaunadeellasalniveldelosojos.Bueno,delosojosfjerdanos.Ninaeraalta,perotuvoqueponersedepuntillasdetodosmodosparamirarporellos.
Lamayoríade losprisionerosestabandurmiendoodescansando,enroscadosenlasesquinasobocaarribaconunbrazosobrelosojosparabloquearladébilluzdelaslámparas que se colaba por el agujero. Otros estaban sentados contra las paredes,mirandoconapatíaalanada.Devezencuandoencontróaalgunopaseándoseytuvoquealejarseconrapidez.Ningunoerashu.
—¿Ajor?—dijounotrasellaenfjerdano.Loignoróysiguióavanzando,conelcorazónlatiendoconfuerza.
¿YsiBoYul-Bayurdeverdadestabaenesasceldas?Sabíaqueeraprobable,peroaun así… podía matarlo en su celda, sumirlo en un sueño profundo e indoloro ysimplementepararleelcorazón.LediríaaKazquenolohabíaencontrado.¿Ysilolocalizabaél?TalveztuvieraqueesperarasalirdelaCortedeHieloparaencontrarunasolución,peroalmenospodíacontarconqueMatthias laayudara.Quéalianzatanextrañaynefastahabíanforjado.
Peromientras recorría loscorredores, lapequeñaesperanzadequeel científicopudiera estar ahí se marchitó hasta convertirse en nada.Una fila más de celdas,pensó,ydespuésavolveralsótanoconlasmanosvacías.Salvoporquecuandoentróen el último corredor vio que era más corto que los demás. Donde debería haberhabidomásceldasseencontrabaunapuertadeacero,conuna luz intensabrillandodebajo.
Unaleteodeintranquilidadlarecorriómientrasseacercaba,peroseobligóaabrirlapuerta.Tuvoqueentrecerrar losojosante laclaridad.Laluzerafuerte, tanclaracomo el día aunque sin nada de su calidez, y no pudo localizar su fuente.Oyó lapuerta cerrándose tras ella, pero en el último momento se giró y la sujetó por elborde. Algo le decía que necesitaría una llave para abrirla desde dentro. Buscó
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cualquiercosaquepudierausarparamantenerlaabierta,ytuvoqueconformarseconarrancar un trozo de la parte inferior de sus pantalones de prisión ymeterlo en lacerradura.
Esesitioleproducíaunamalasensación.Lasparedes,elsueloylostechoserandeunblanco tan limpioquedolíamirarlos.Lamitaddeunaparedestabahechadepaneles de cristal liso y perfecto.Obra de Hacedores. Al igual que el recinto decristal que rodeaba esa vil exhibición de armas. Ningún artesano fjerdano podríahacersuperficiestaninmaculadas.HabíanusadopoderGrishaparacrearesecristal;estaba segura. Había Grisha rebeldes que no servían a ningún país y podíanplantearsequeelgobiernofjerdanoloscontratara.Pero¿sobreviviríanaunencargoasí?Laesclavitudparecíamásprobable.
Diounpasoydespuésotro.Miróporencimadelhombro.Sientrabaunguardiaen el corredor tras ella, no tendría ningún lugar donde esconderse.Pues muévete,Nina.
Miró en el interior de la primera ventana. La celda estaba tan blanca como elpasilloeiluminadaporlamismaluzbrillanteysostenida.Lahabitaciónestabavacíaycarentedecualquierclasedemueble,nohabíanibanco,nipalangananicubo.Loúnico que rompía toda esa blancura era un desagüe en elmismo centro del suelo,rodeadodemanchasrojizas.
Continuóhasta lasiguientecelda.Era idénticayestaba igualdevacía,como lasiguiente y la próxima. Pero allí algo le llamó la atención, una moneda junto aldesagüe…no,nounamoneda,sinounbotón.Unpequeñobotónplateadoadornadoconunala,elsímbolodeunVendavalGrisha.Sintióunescalofríoquelerecorríalosbrazos. ¿Unos esclavos Grisha habían hecho esas celdas para prisioneros Grisha?¿Habríanconstruidoelcristal,lasparedesyelsueloparasoportarlamanipulacióndeunHacedor?Lashabitacionescarecíandemetal.Nohabía tuberíasnicañeríasquellevaranaguaquepudieraemplearunAgitamareas.YNinasospechabaqueelcristalporelquemirabaseríaunespejoalotrolado,paraqueunMortificadornopudieralocalizar un objetivo. Eran celdas diseñadas para encerrar a los Grisha. Diseñadasparaencerrarlaaella.
Girósobresustalones.BoYul-Bayurnoseencontrabaahí,yqueríasalirdeesesitio ahoramismo. Sacó la tela de la cerradura y atravesó la puerta corriendo, sindetenerseparaasegurarsedequesecerrabatrasella.Elcorredordeceldasdehierroeraaúnmásoscurotraselresplandordeantes,ytropezómientrascorríadevueltapordondehabíavenido.Ninasabíaqueestabasiendoincauta,peronopodíaquitarsedelacabezalashabitacionesblancas.Eldesagüe.Lasmanchasasualrededor.¿Habíantorturadoallí aalgúnGrisha?¿Lehabríanhechoconfesar sus crímenescontra lagente?
Habíaestudiadoalosfjerdanos;suslíderesysuidioma.Inclusohabíasoñadoconentrar en la Corte de Hielo como una espía, justo así, en atacar el corazón de lanaciónquetantolaodiaba.Peroahoraqueestabaallí,tansoloqueríamarcharse.Se
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habíaacostumbradoaKetterdam,a lasaventurasoriginadasporsurelaciónconlosDespojos, a su vida fácil en laRosaBlanca. Pero incluso allí, ¿se había sentido asalvo alguna vez? ¿En una ciudad donde no podía recorrer las calles sin miedo?Quiero ir a casa. El anhelo la golpeó con fuerza, un dolor físico.Quiero volver aRavka.
ElRelojMayor comenzó a sonar anunciando los tres cuartos de hora. Llegabatarde.Sinembargo,seobligóaralentizarlospasosantesdeabrirlapuertaquedabaala escalera. No había nadie allí, ni siquiera Kaz. Asomó la cabeza por el pasillocontrario para ver si se acercaba. Nada: puertas de hierro, sombras profundas,ningunaseñaldeél.
Esperó sin saber qué hacer. Habían planeado quedar en el rellano con quinceminutos de sobra antes de la hora. ¿Y si se había metido en alguna clase deproblema?DudóydespuésseinternóenelcorredorqueKazteníaquebuscar.Pasócorriendo junto a las celdas por los pasillos que serpenteaban, pero no estaba porningunaparte.
Basta, pensóNina cuando llegó al final del segundo corredor. OKaz la habíaabandonadoyyaestabaabajoconlosdemás,olohabíanatrapadoyllevadoaalgúnsitio.Encualquier caso, teníaque llegar al incinerador.Encuanto encontrara a losdemáspodríanaveriguarquéhacer.
Corrióporlospasillosyabriólapuertaquedabaalrellano.Habíadosguardiascharlandoenlapartesuperiordelasescaleras.Porunmomento,lamiraronfijamenteconlabocaabierta.
—¡Sten!—gritóunoenfjerdano,ordenándolequesedetuvieramientrastratabandealcanzarlaspistolas.Ninalevantóambasmanos,cerrándolasenpuños,yobservóalosguardiascaerhaciaatrás.Unosequedósobreelrellano,peroelotrocayóporlasescalerasysuriflesedisparó:lasbalasrebotaroncontralasparedes,yelsonidoreverberóporlaescalera.Kazibaamatarla.Yellaibaamatarloaél.
Ninaselanzójuntoaloscuerposdelosguardias,bajóuntramo,despuésdos.Enel rellano del tercer piso una puerta se abrió y un guardia irrumpió en la escalera.Ninaretorció lasmanosenelaireysucuelloserompióconunchasquidoaudible.Estababajandoelsiguientetramoantesdequesucuerpogolpearaelsuelo.
EntoncesfuecuandocomenzóasonarelRelojMayor.Noeltañidoconstantedelashoras,sinounclamorestridenteyagudo:unsonidodealarma.
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nejlevantólamiradahacialaoscuridad.Muyporencimadeellaflotabaunapequeña franjagrisdecielovespertino.Seispisosqueescalaraoscurascon las
manosresbaladizasporelsudorylosfuegosdelinfiernoardiendodebajo,contodosupesoenlacuerdayningunaredparasujetarla.Sube,Inej.
Lasmanosdesnudaseranlomejorparaescalar,perolasparedesdelincineradorestaban demasiado calientes para permitirlo, así que Wylan y Jesper la habíanayudadoasacarlosguantesdeKazdeloscubosdelalavandería.Dudóbrevemente.Kazlediríaquesepusieralosguantesyya,quehicieraloquefueranecesariopararealizar el trabajo.Y aun así, se sintió curiosamente culpablemientras deslizaba elflexibletejidonegrosobresusmanos,comosihubieraentradoensuhabitaciónsinpermiso,hubieraleídosuscartasysehubieratumbadoensucama.Losguantesnoteníancosturas,ysolohabíaunosdiminutoscortesenlaspuntasdelosdedos.Paralosjuegosdemanos,comprendió,parapodermantenerelcontactoconlasmonedasolascartas,otrabajarenunacerradura.Tocarsintocar.
No tuvo tiempo para aclimatarse a la sensación aumentada de los guantes.Además,habíaescaladoconlasmanoscubiertasmuchasvecescuandolosvientosdeKetterdam le habían entumecido los dedos. Flexionó los dedos de los pies en suspequeñassandaliasdecuero,disfrutandode lasensaciónfamiliarde tenerlasen lospies,botandosobresusabultadassuelasdegoma,sinmiedoydeseosa.Elcalornoera nada, simple incomodidad. ¿El peso de veinte metros de cuerda enroscadoalrededor de su cuerpo? Era el Espectro.Había sufrido coas peores. Se lanzó a lachimeneaconpuraconfianza.
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Cuandosusdedosentraronencontactoconlapiedra,soltóunsiseo.Apesardelcuero,podíasentireldensocalordelosladrillos.Sinlosguantes,lapielselehabríaempezado a ampollar de inmediato, pero no había nada que hacer salvo sujetarse.Subió;lamanoydespuéselpie,ydespuésotravezlamano,buscandolasiguientegrieta,lasiguienteprotuberanciaenlasparedesresbaladizasporelhollín.
Elsudorlebajabaporlaespalda.Habíanempapadodeagualacuerdaysuropa,pero no parecía servir demucho. Sentía todo el cuerpo caliente, bañado de sangrecomosilaestuvieracocinandopocoapocoensupropiapiel.
Suspieslatíanconelcalor.Losnotabapesados,patosos,comosipertenecieranaotra. Trató de centrarse. Confiaba en su cuerpo. Conocía su propia fuerza y sabíaexactamente lo que podía hacer. Levantó otra mano, obligando a sus miembros acooperar,buscandounritmo,peroencontrandosolounaincómodasíncopaquedejósusmúsculostemblandocadavezquesubía.Alcanzóelsiguientesalienteyseaferróaél.Sube,Inej.
Su pie resbaló. Los dedos de sus pies perdieron el contacto con la pared, y elestómagolediounvuelcocuandosintióeltiróndesupesoylacuerda.Sesujetóalapared, aferrándose a las grietas, con los guantes de Kaz alrededor de sus dedoshúmedos.Otra vez su pie buscó agarre, pero solo se deslizaron sobre los ladrillos.Entonces el otro pie también comenzó a resbalar. Tomó una bocanada de aireabrasador.Algoibaamal.Searriesgóamirarabajo.Muyalfondovioelresplandorrojodeloscarbones,perofueloquevioensuspiesloquelaaturdióehizoquesucorazóngaloparaconpánico.Habíaunacosaviscosa.Lassuelasdesuszapatos,susperfectosyamadoszapatos,seestabanderritiendo.
No pasa nada, se dijo.Cambia el agarre. Pon el peso sobre los hombros. Lagomaseenfriarácuantomássubas.Teayudaráasujetarte.Perosentíalospiescomosiestuvieranardiendo.Verloqueestabapasandodealgúnmodoloempeoraba,comosilagomaseestuvierafusionandoconsucarne.
Inejpestañeóparaquitarseelsudordelosojosyseelevóunospocoscentímetrosmás.Desdealgúnlugarporencima,oyóelrepiquedelRelojMayor.¿Eranymedia?¿Omenoscuarto?Teníaque irmás rápida.Yadeberíaestarenel tejado,atando lacuerda.
Avanzó más y su piel se deslizó por el ladrillo. Descendió y todo su cuerpotrastabillócontralaparedmientrastratabadeagarrarse.Nohabíanadieparasalvarla.NingúnKazquefueraarescatarla,ningunaredesperandoparaamortiguarsucaída,soloelfuego,listoparareclamarla.
Inej echó la cabeza hacia atrás, buscando la franja de cielo. Todavía parecíaimposiblemente distante. ¿Cómo de lejos estaba? ¿Seis metros? ¿Nueve? Bienpodrían haber sido kilómetros. Iba a morir allí, lenta y horriblemente sobre loscarbones.Todosibanamorir,Kaz,Nina,Jesper,MatthiasyWylan,ytodoeraculpasuya.
No.Noloera.
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Se elevó casi medio metro más (Kaz nos ha traído aquí), y después otro. Seobligóaencontrarelsiguienteagarre.Kazysuavaricia.Nosesentíaculpable.Nolosentía.Tansoloestabaenfadada.EnfadadaconKazportratardehaceresedementetrabajo,furiosaconsigomismaporaceptar.
¿Yporquélohabíahecho?¿Parapagarsudeuda?¿Oporqueapesardetodosubuenjuicioysusmejores intencionessehabíapermitidosentiralgoporesecabróndelBarril?
CuandoInejentróenelsalóndeTanteHeleenaquellanochedehacíatantotiempo,KazBrekker lahabíaestadoesperando,vestidodeungrisoscuroyapoyadoen subastónconcabezadecuervo.Elsalónestabaadornadodeoroyazulejos,yunaparedentera tenía un patrón de plumas de pavo real. Inej odiaba cada centímetro de laReserva: la recepción donde ella y los otras chicas eran obligadas a canturrear yparpadear ante losposibles clientes; suhabitación, quehabíanhechoqueparecierauna ridícula versión de una caravana suli, engalanada de seda púrpura y llena deincienso.PeroelsalóndeTanteHeleeneraelpeor.Eraellugardelaspalizas,delapeorfuriadeHeleen.
Inej había tratado de escapar al llegar a Ketterdam. Se había alejado dosmanzanasdelaReserva,todavíaconsussedas,cegadaporlaluzyelcaosdelStaveOccidental,corriendosindirección,antesdequeCobbetlesujetaralanucaconunamanocarnosaylaarrastraradevuelta.Heleenlallevóasusalónylediounapalizatanfuertequenopudotrabajarenunasemana.Duranteelsiguientemes,Heleenlamantuvosujetaconsuscadenasdoradas,sindejarleirsiquieraalarecepción.Cuandoalfinabriólosgrilletes,ledijo:
—Medebesunmesdegananciasperdidas.Sivuelvesahuir,haréqueteenvíenalaPuertadelInfiernoporquebrantarelcontrato.
Aquellanochehabíaentradoenelsalóncontemor,yalveraKazBrekkerallíeltemor solo se incrementó.Manos Sucias debía de haber informado sobre ella. LehabríadichoaTanteHeleenquehabíahabladosinpermiso,quehabíaestadotratandodecausarproblemas.
PeroHeleensehabíareclinadoensusillóndecueroyledijo:—Bueno,pequeñalince,parecequeahoraereselproblemadeotro.Alparecera
Per Haskell le gustan las chicas suli. Ha comprado tu contrato por una estupendasuma.
Inejtragósaliva.—¿Voyairaotracasa?Heleennegóconlamano.—Haskelltieneunacasadelplacer,siesquepuedesllamarlaasí,enalgúnlugar
enlapartebajadelBarril,peroseríasundesperdiciodedineroallí…aunquedesde
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luegoaprenderíasloamablequehasidoTanteHeleencontigo.No,Haskelltequiereparaél.
¿QuiéneraPerHaskell?¿Importa?,dijounavozensuinterior.Esunhombrequecompramujeres.Esoestodoloquenecesitassaber.
LaangustiadeInejdebiódeservisible,porqueTanteHeleenserioligeramente.—Notepreocupes.Esviejo,asquerosamenteviejo,peropareceinofensivo.Claro
quenuncasesabe.—Levantóunhombro—.Alomejortecomparteconsuchicodelosrecados,Brekker.
Kazdirigiólosojosfríoshaciaella.—¿Hemosterminado?EralaprimeravezqueInejlooíahablar,ylesobresaltóelásperoardordesuvoz.Heleenaspiróporlanariz,ajustándoseelcuellodesurelucientevestidoazul.—Desdeluegoquesí,pequeñodesgraciado.Calentóuntrozodeceracolorazulpavorealypusosuselloeneldocumentoque
había ante ella.Después se levantó y examinó su reflejo en el espejo que colgabasobre la repisade la chimenea. Inej lavio enderezando lagargantilladediamantesquellevaba,ylasjoyasrelucieronconfuerza.Atravésdelaestridenteconfusióndesucabeza,pensó:Parecenestrellasrobadas.
—Adiós,pequeña lince—dijoTanteHeleen—.DudoqueduresmásdeunmesenesapartedelBarril.—EchóunvistazoaKaz—.Notesorprendassihuye;esmásrápidadeloqueparece.PerotalvezaPerHaskelltambiénlegusteeso.Podéissalir.
Salió de la habitación en una nube de seda y perfume de piel, dejando a unaaturdidaInejasupaso.
Conlentitud,Kazcruzólahabitaciónycerrólapuerta.Inejsetensóporloquefueraapasaracontinuación,retorciendolosdedosensussedas.
—PerHaskelldirigelosDespojos—dijoKaz—.¿Hasoídodenosotros?—Sontubanda.—Sí,yHaskellesmijefe.Ytambiéneltuyo,siquieres.Ellareuniócorajeydijo:—¿Ysinoquiero?—Retirarélaofertayvolveréacasacomounidiota.Ytútequedarásaquíconese
monstruodeHeleen.Inejsellevólamanoalaboca.—Siempreescucha—susurróaterrorizada.—Queescuche.En elBarril hay toda clasedemonstruos, y algunos sondesde
luegomuyhermosos.PagoaHeleenporinformación.Dehecho,lepagodemasiadopor información, pero sé exactamente lo que es. Le he pedido a Per Haskell quepagaratucontrato.¿Sabesporqué?
—¿Tegustanlaschicassuli?—Noconozcosuficienteschicassuliparasaberlo.—Avanzóhastaelescritorio,
tomó el documento y se lo metió en el abrigo—. La otra noche, cuando me
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hablaste…—Noqueríaofenderte,yo…—Queríasofrecermeinformación.¿Talvezacambiodeayuda?¿Unacartaatus
padres?¿Algúnpagoextra?Inej hizo una mueca; eso era exactamente lo que había querido. Había oído
cotilleos sobre un cargamento de seda y había pensado hacer alguna clase deintercambio.Eraestúpidoyatrevido.
—¿TuverdaderonombreesInejGhafa?Unextrañosonidoescapódelagargantadelachica,mitadsollozoymitadrisa,
un sonido débil y vergonzoso, pero habían pasadomeses desde que había oído sunombreyelapellidodesufamilia.
—Sí—logródecir.—¿Asíescomoprefieresquetellamen?—Porsupuesto—respondió,ydespuésañadió—:¿KazBrekkerestuverdadero
nombre?—Lobastanteverdadero.Lanochequeteacercasteamínomedicuentadeque
estabascercahastaquehablaste.—Inejfruncióelceño.Habíaqueridosersilenciosa,así que lo había sido. ¿Qué importaba?—. Tenías campanas en los tobillos—dijoKaz,haciendoungestoasudisfraz—,peronoteoí.Teníassedaymanchaspúrpurapintadas sobre loshombros, perono tevi.Yyo loveo todo.—Ella se encogiódehombrosyélinclinólacabezahaciaunlado—.¿Teentrenaroncomobailarina?
—Comoacróbata.—Hizounapausa—.Mifamilia…somostodosacróbatas.—¿Cuerdafloja?—Ybalancines.Malabarismos.Volteretas.—¿Trabajabasconred?—Solocuandoeramuypequeña.—Bien.No hay ninguna red enKetterdam. ¿Alguna vez te hasmetido en una
pelea?—Ellanegóconlacabeza—.¿Matadoaalguien?Abriómucholosojos.—No.—¿Algunavezhaspensadoenello?Inejhizounapausaycruzólosbrazos.—Cadanoche.—Esuncomienzo.—Noquieromatargente,enrealidadno.—Esunasólidapolíticahastaquelagentequieramatarte.Yennuestralíneade
trabajo,esopasamucho.—¿Nuestra?—QuieroqueteunasalosDespojos.—¿Parahacerqué?
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—Reunir información.Necesito una araña que suba las paredes de las casas ynegociosdeKetterdam,queescucheenlasventanasylosaleros.Necesitoaalguienque pueda ser invisible, que pueda convertirse en fantasma. ¿Crees que podríashacerlo?
Yasoyunfantasma,pensóella.Moríenlabodegadeunbarcodeesclavos.—Creoquesí.—Estaciudadestállenadehombresymujeresricos.Vasaaprendersushábitos,
susidasyvenidas,lascosassuciasquehacenporlanoche,loscrímenesquetratandecubrirduranteeldía,sustallasdezapato,lascombinacionesdesuscajasfuertes,losjuguetes que más les gustaban de pequeños. Y yo utilizaré esa información paraquitarlessudinero.
—¿Quépasarácuandotengassudineroytevuelvasrico?LabocadeKazhabíatembladoligeramentealoírlo.—Despuéstútambiénpodrásrobarmissecretos.—¿Poresomehascomprado?Elhumorsedesvaneciódelacaradeljoven.—PerHaskell no te ha comprado; ha pagado tu contrato. Eso significa que le
debes dinero. Mucho. Pero es un contrato de verdad. Mira —dijo, sacando eldocumentodeHeleendesuabrigo—.Quieroqueveasalgo.
—Noséleerkerch.—No importa. ¿Ves esos números? Es la cantidad que Heleen asegura que te
prestóparael transportedesdeRavka.Esteeseldineroquehasganado trabajandoparaella.Yestoesloquetodavíaledebes.
—Pero…peroesonoesposible.Esmásahoraquecuandollegué.—Esoes.Tehacobradoporlahabitación,lascomidasyeladiestramiento.—Me compró —dijo Inej, con la furia alzándose contra su voluntad—. Ni
siquierapodíaleerloqueestabafirmando.—LaesclavitudesilegalenKerch,peroloscontratosno.Séqueestecontratoes
una farsa, y cualquier juez con dos dedos de frente también lo pensaría. Pordesgracia, Heleen tiene a muchos jueces en el bolsillo. Per Haskell te ofrece unpréstamo,nimás, nimenos.Tucontrato estará en ravkano.Pagarás intereses, peronadagrande.Ymientraslepaguesciertoporcentajetodoslosmeses,seráslibredeiryvenircomoquieras.
Ellanegóconlacabeza.Nadadeaquelloparecíaposible.—Inej,voyasermuyclarocontigo.Sirompeselcontrato,Haskellenviarágente
apor ti, gentequeharáqueTanteHeleenparezcaunaabuelacariñosa.Yyono lodetendré.Mejuegoelcuelloporestepequeñoacuerdo,ynoesunaposiciónquemeguste.
—Siestoes cierto—dijo la chicacon lentitud—,entonces tengo la libertaddedecirqueno.
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—Porsupuesto.Peroesevidentequeerespeligrosa—señalóél—.Preferiríaquenuncatevolvieraspeligrosaparamí.
Peligrosa.Queríaaferrarseaesapalabra.Estabaseguradequeesechicoestabaloco, o solo engañado sin remedio, pero le gustaba esa palabra, y salvo que seequivocaraleestabaofreciendosalirdeesacasaesamismanoche.
—Esto…estonoesuntruco,¿verdad?Suvozeramásdébildeloquepretendía.LasombradealgooscurocruzólacaradeKaz.—Sifuerauntruco,teprometeríaseguridad.Teprometeríafelicidad.Nosésieso
existeenelBarril,peronoloencontrarásconmigo.Poralgunarazón,esaspalabraslahabíanreconfortado.Mejorverdadesterribles
quementirasamables.—Deacuerdo—dijo—.¿Cómoempezamos?—Comencemossaliendodeaquíyencontrándoteropadeverdad.Ah,Inej…—
añadió mientras la conducía fuera del salón—. No vuelvas a acercarte a mí ahurtadillas.
Laverdaderaquehabía tratadodeacercarseaélahurtadillasmuchasvecesdesdeentonces,peronunca lohabía conseguido.Era comosiunavezKaz lahabíavistohubieracomprendidocómoseguirviéndola.
Había confiado en Kaz Brekker esa noche. Se había convertido en la chicapeligrosaqueélhabíasentidoacechandoensuinterior.Perohabíacometidoelerrorde continuar confiando en él, de creer en la leyenda que él había construido a sualrededor.Esemitolahabíallevadoallí,aesasofocanteoscuridad,enequilibrioentrelavidaylamuertecomolaúltimahojaaferrándoseaunaramadeotoño.Enrealidad,KazBrekkersoloeraunchico,ylehabíapermitidoconducirlaaesedestino.
Ni siquiera podía culparlo. Había permitido que la condujera porque no sabíaadóndequeríair.Elcorazónescomounaflecha.Cuatromillonesdekruge,libertadyuna oportunidad de volver a casa. Había dicho que quería esas cosas, pero en sucorazón no podía soportar la idea de volver con sus padres. ¿Podría contarles laverdad? ¿Comprenderían todo lo que había hecho para sobrevivir, no solo en laReserva,sinocadadíadespuésdeeso?¿Podríaapoyarlacabezasobreelregazodesumadreyqueestalaperdonara?¿Quéveríancuandolamiraran?
Sube,Inej.Pero¿adóndeibaair?¿Quévidaleesperabadespuésdetodoloquehabía sufrido? Le dolía la espalda. Le sangraban lasmanos. Losmúsculos de suspiernas se sacudían con temblores invisibles, y notaba la piel como si estuviera apuntodedespegárseledelcuerpo.Cadatragodeairenegroleabrasabalospulmones.Nopodíarespirarhondo.Nisiquierapodíaconcentrarseenesazonagrisdecielo.Elsudornodejabadebajarporsufrenteyleescocíaenlosojos.Siserendía,seestaría
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rindiendoportodosellos,porJesperyWylan,porNinaysufjerdano,porKaz.Nopodíahacereso.
Ya no depende de ti, pequeña lince, canturreó la voz de Tante Heleen en sucabeza.¿Cuántotiempollevasaferrándotealanada?
Elcalordelincineradorlaenvolvíacomoalgovivo,undragóndeldesiertoensuguarida, escondiéndose del hielo, esperándola. Conocía los límites de su cuerpo ysabíaqueno teníamásqueentregar.Habíahechounamalaapuesta,era tansimplecomoeso.Puedequelahojadeotoñoseaferraraasurama,peroyaestabamuerta.Laúnicapreguntaeracuándocaería.
Suéltate,Inej.Supadrelehabíaenseñadoaescalar,aconfiarenlacuerda,enelbalanceo, y finalmente a confiar en su propia habilidad, a creer que si saltabaalcanzaríaelotrolado.¿Laestaríaesperandoallí?Pensóensuscuchillos,ocultosabordodelFerolind…talvezfueranapararaotrachicaquesoñaraconserpeligrosa.Susurró sus nombres: Petyr, Marya, Anastasia, Vladimir, Lizabeta, Sankta Alina,martirizada antes de cumplir los dieciocho. Suéltate, Inej. ¿Debería saltar ya osimplementeesperaraquesucuerposerindiera?
Notóhumedadenlasmejillas.¿Estaballorando?¿Enesemomento?¿Despuésdetodoloquehabíahechoyloquelehabíanhecho?
Entonces lo oyó, un golpeteo suave, un tamborileo ligero que no tenía ningúnritmoreal.Losintióensusmejillasyensucara.Oyóelsiseomientrasgolpeabaloscarbonesdebajo.Lluvia.Frescaeindulgente.Inclinólacabezahaciaatrás.Enalgúnlugaroyó lascampanasqueseñalaban los trescuartosdehora,perono le importó.Tansolooíalamúsicadelalluviamientraslavabaelsudoryelhollín,elhumodecarbón de Ketterdam, la pintura de la cara de la Reserva, mientras bañaba losextremos de la cuerda y endurecía la goma de sus doloridos pies. Era como unabendición,aunquesabíaqueKazdiríaqueerasoloeltiempo.
Teníaquemoverseya,conrapidez,antesdequelapiedrasevolvieraresbaladizaylalluviaseconvirtieraenunaenemiga.Obligóasusmúsculosaflexionarse,asusdedosabuscar,yavanzómediometro,ydespuésuno,unayotravez,murmurandoplegarias de gratitud a sus Santos.Allí estaba el ritmo que la había eludido antes,enterradoenlacadenciasusurradadesusnombres.
Pero incluso mientras daba las gracias, sabía que la lluvia no era suficiente.Queríauna tormenta: truenos,viento,undiluvio.Queríaquegolpeara lascasasdelplacer de Ketterdam, que levantara tejados y arrancara las puertas de sus goznes.Quería que elevara los mares, que apresara todos los barcos de esclavos, quedestrozarasusmástilesyestamparasuscascoscontralasimplacablescostas.Quieroinvocaresatormenta,pensó.Ycuatromillonesdekrugepodríansersuficientesparahacerlo. Suficientes para su propio barco, uno pequeño y temible, con una granpotenciadefuego.Unocomoella.Cazaríaalosesclavizadoresyasuscompradores.Aprenderíanatemerlaylaconoceríanporsunombre.Elcorazónescomounaflecha.
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Hacefaltapunteríaparadarenelblanco.Seaferróalapared,perofuesupropósitoloquehabíaencontradoporfin,yesolallevóhaciaarriba.
Yanoeraunalince,unaarañaosiquieraelEspectro.EraInejGhafa,ysufuturolaesperabaarriba.
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az corrió por las celdas superiores, gastando solo unos breves segundos paramirarporcadahueco.BoYul-Bayurnoestaríaahí.Ynoteníamuchotiempo.
Sentíaqueunapartedeélestabatrastornada.Suspiesestabandesnudos.Llevabaropaextraña,y susmanosestabanpálidasy singuantes.Nose sentíaélmismoenabsoluto. No, aquello no era cierto. Se sentía como el Kaz que había sido en lassemanas tras lamuertedeJordie,comounanimalsalvaje, luchandoporsobrevivir.Vioaunprisioneroshuacechandoenlapartetraseradeunadelasceldas.
—Sesh-uyeh—susurróKaz.Perosielhombrereconociólapalabraenclave,nodiomuestrasdeello—.¿Yul-Bayur?
Nada.ElhombrecomenzóagritarleenshuyKazseapresuróamarcharse,pasójuntoalrestodelasceldasydespuéssedeslizóporelrellanoybajócorriendohastaelsiguientepisotanrápidocomopudo.Sabíaqueestabasiendoimprudenteyegoísta,pero ¿no era por eso por lo que lo llamaban Manos Sucias? Ningún trabajo erademasiadoarriesgado.Ningúnactoerademasiadobajo.ManosSuciasseencargaríadeltrabajopesado.
Noestaba segurodequé loguiaba.EraposiblequePekkaRollinsnoestuvieraallí.Eraposiblequeestuvieramuerto,peroKaznolocreía.Losé.Dealgúnmodo,losé.
—Tumuertemepertenece—susurró.ElregresoanadodesdelaBarcazadelSegadorhabíasidoelrenacimientodeKaz.Elniñoquehabíasidohabíamuertodeviruelade
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fuego.Lafiebrehabíaquemadotodaslascosasbuenasensuinterior.La supervivencia no fue tandura comohabía pensado cuandodejó la decencia
atrás.Laprimerareglafueencontraraalguienmáspequeñoydébilytomarloquetuviera. Aunque, siendo él pequeño y débil, no fue tarea fácil. Subió del puertoarrastrando los pies, quedándose en los callejones, en dirección al barrio dondehabían vivido los Hertzoon. Cuando vio una tienda de golosinas, esperó fuera ydespuésabordóaunpequeñoescolarregordetequeibapordetrásdesusamigos.Kazloderribó,levaciólosbolsillosylequitósubolsaderegalices.
—Damelospantalones—ledijo.—Sondemasiadograndesparati—gimoteóelniño.Kazlemordió,yelniñolediolospantalones.Kazhizounabolaconellosylos
tiróalcanal,ydespuéscorriótanrápidocomosusdébilespiernaslepermitieron.Noquería los pantalones; tan solo quería que el niño esperara antes de lloriquearpidiendo ayuda. Sabía que se quedaría un buen rato aovillado en ese callejón,sopesando la vergüenza de aparecermedio vestido en la calle con la necesidad devolveracasaycontarloquehabíapasado.
Dejó de correr cuando llegó al callejón más oscuro que pudo encontrar en elBarril. Se metió todo el regaliz en la boca de golpe, se lo tragó dolorosamente yenseguida vomitó. Tomó el dinero y compró una hogaza caliente de pan blanco.Estaba descalzo y sucio, y el panadero le dio una segunda hogaza solo para quepermanecieralejos.
Cuandosesintióunpocomásfuerteymenostembloroso,caminóhastaelStaveOriental.Encontróelantrodejuegosmássucio,unosincartelyconsolounporterosolitarioenfrente.
—Quierountrabajo—dijoenlapuerta.—Nohayninguno,enano.—Semedanbienlosnúmeros.Elhombreserio.—¿Puedeslimpiarpalanganas?—Sí.—Puesquépena.Yatenemosaunchicoquelimpialaspalanganas.Kaz esperó toda la noche hasta que vio a un niño más o menos de su edad
saliendodeallí.Lo siguiódurantedosmanzanasydespués logolpeóen la cabezaconunapiedra.Sesentósobresuspiernas,lequitóloszapatosydespuéslehizouncorte en laplantade lospies conun trozodebotella rota.El chico se recuperaría,peronoestaríatrabajandoenunatemporada.Tocarlacarnedesnudadesustobillosllenó aKaz de repulsión.No dejaba de ver los cuerpos blancos de laBarcaza delSegador,desentirlapielhinchadadeJordiebajosusmanos.
Alatardesiguiente,regresóalantro.—Quierountrabajo—dijo.Yloconsiguió.
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Desdeentonces,trabajó,fuetirandoyahorró.SiguióalosladronesprofesionalesdelBarrilyaprendióarobardelosbolsillosycortarloscordonesdelbolsodeunaseñora.Pasósuprimerperiodoenlacárcel,ydespuéselsegundo.Seganóenseguidalareputacióndeestardispuestoaaceptarcualquiertrabajoquenecesitaraalguien,yelnombredeManosSuciasllegópronto.Noteníahabilidadesparaluchar,peroeratenaz.
—Notienesdelicadeza—ledijounavezunjugadordelLigueroPlateado—.Nitécnica.
—Claro que sí—había respondidoKaz—. Practico el arte de poner la camisasobrelacabezaypegarhastaversangre.
Seguía usando el nombre de Kaz, como siempre había hecho, pero robó elnombre de Brekker de una pieza de maquinaria que había visto en el muelle. Suapellido, Rietveld, quedó abandonado, cortado como unmiembro podrido. Era unnombredecampo,suúltimolazoconJordie,supadreyelniñoquehabíasido.PeronoqueríaqueJakobHertzoonlovierallegar.
DescubrióquelaestafaquehabíausadoHertzoonconélyconJordieeracomún.LacafeteríaylacasadelaZelverstraatnohabíansidomásqueescenarios,utilizadospara desplumar estúpidos del campo. Filip con sus perrosmecánicos había sido elcebo,utilizadoparaatraeraJordie,mientrasqueMargit,Saskiaylosdependientesdela oficinade comerciohabían sido todos señuelos en el fraude. Inclusounode losoficiales del banco tenía que estar involucrado, pasando a Hertzoon informaciónsobre sus clientes y aconsejándole sobre los recién llegados del campo que abríancuentas.Hertzoonprobablementehabríautilizadolaestafaconmúltiplesblancosalavez.LapequeñafortunadeJordienoerasuficienteparajustificartalmontaje.
Peroeldescubrimientomáscruel fueeldondeKazpara lascartas.Talvez loshubierahecho ricos a Jordiey a él.Cuandoaprendíaun juego, tardabaunaspocashorasendominarlo,ydespuéssimplementenadiepodíaganarle.Podíarecordarcadamanoquehubieranjugado,cadaapuestaquehubieranhecho.Podíaseguirlapistaaltratohastaencincobarajas.Ysihabíaalgoquenopudierarecordar,locompensabahaciendotrampas.Nuncaperdiósuamorporunjuegodemanos,ysegraduódelasmonedasalascartas,lastazas,lascarterasylosrelojes.Unbuenmagonoeramuydiferentedeunladrónexperto.NotardaronmuchoenprohibirlelaentradaentodosloslocalesdejuegosdelStaveOriental.
En cada lugar al que iba, en cada bar y pensión, cada burdel y casa ocupada,preguntaba por Jakob Hertzoon, pero si alguien conocía el nombre se negaba aadmitirlo.
Entonces,undía,KazestabacruzandounpuenteporelStaveOrientalcuandovioaunhombredemejillasrojizasypatillasesponjosasentrandoenunalicorería.Yanollevabaelnegroformaldelosmercaderes,sinounosllamativospantalonesarayasyunchalecodecachemircolorgranate.Suabrigodeterciopeloeradeunverdebotella.
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Kazatravesólamultitudconlamentezumbandoyelcorazónacelerado,sinsabermuybienquépretendíahacer, peroen lapuertade la tiendaungigantescoporteroconsombrerohongolodetuvoconunamanocarnosa.
—Estácerrado.—Puedoverqueestáabierto.LavozdeKazlesonabaextraña;aflautadaypocofamiliar.—Tendrásqueesperar.—NecesitoveraJakobHertzoon.—¿Quién?Kazsesentíacomosiestuvieraapuntodesalirdesupiel.Señalóatravésdela
ventana.—ElputoJakobHertzoon.Quierohablarconél.Elporterolomirócomosiestuvieradesquiciado.—No digas tonterías, chaval —dijo—. Ese no es ningún Hertzoon. Es Pekka
Rollins. Si quieres llegar a ser alguien en el Barril, será mejor que conozcas sunombre.
KazconocíaelnombredePekkaRollins.Todosloconocían.Peronuncalohabíavisto.
Enesemomento,Rollinssegiróhacialaventana.Kazesperóalgunaseñal;unasonrisadesuficiencia,unamueca,algunachispadereconocimiento.PerolosojosdeRollins pasaron de largo. Un blanco más. Un sacrificio más. ¿Por qué iba arecordarlo?
MuchasbandashabíantratadodeconseguiraKaz,pueslesgustabacómousabalospuñosylascartas.Siemprehabíadichoqueno.HabíaidoalBarrilparaencontraraHertzoonycastigarlo,noparaunirseaalgunafamiliaimprovisada.Perodescubrirque su verdadero objetivo era Pekka Rollins lo cambiaba todo. Esa noche,permaneció despierto en el suelo de la casa abandonada que había conseguido ypensóenloquequería,encómoarreglaríaalfinlascosasparaJordie.PekkaRollinsselohabíaquitadotodo.SiKazpretendíahacerlelomismo,tendríaqueconvertirseensuigual,ydespuéssuperarlo,ynopodíahacerlosolo,necesitabaunabanda,ynosolounacualquiera,sinounaquelonecesitaraaél.AldíasiguienteentróenelListóny le preguntó a PerHaskell si necesitaba otro soldado. Pero entonces ya lo sabía:comenzaría como soldado de infantería, pero los Despojos se convertirían en suejército.
¿Todos esos pasos lo habían llevado hasta allí esa noche? ¿A esos corredoresoscuros?Noparecíalavenganzaquesoñaba.
Las filas de celdas se extendían infinitas e imposibles. No había forma deencontraraRollinsa tiempo,perosoloera imposiblehastaquedejódeserlo,hasta
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queviosugranfigura,esacararojizaatravésdelaaberturadeunapuertadehierro.SoloeraimposiblehastaqueestuvodepiefrentealaceldadePekkaRollins.
Estabadecostado,durmiendo.Alguienlehabíadadounabuenapaliza,yKazviocómosupechosubíaybajaba.
¿CuántasveceshabíavistoaPekkadesdeaquelprimervistazoenlalicorería?Niunasolavezhabíahabidoundestellodereconocimiento.Kazyanoeraunacriatura;nohabíarazonesparaquePekkavieraensusrasgosalniñoquehabíaestafado.Perose ponía furioso cada vez que sus caminos se cruzaban. La cara de Pekka, deHertzoon,eraimborrableenlamentedeKaz,sehabíagrabadoafuego.
Se quedó atrás, sintiendo el delicado peso de sus ganzúas como un insectoacunado en su palma. ¿No era eso lo que quería? ¿Ver a Pekka caer, humillado,miserableysinesperanza,consusmejoreshombresmuertos?Alomejoraquelloerasuficiente.AlomejortansolonecesitabaquePekkasupieraquiénera,loquelehabíahecho. Podría realizar un pequeño juicio por su cuenta, dictar sentencia y hacerlacumplir.
ElRelojMayorcomenzóadarlostrescuartosdehora.Debíairse.Nolequedabamucho tiempo para llegar al sótano, y Nina lo estaría esperando. Lo estaríanesperandotodos.
Perolonecesitaba.Habíaluchadoporello.Noeracomoselohabíaimaginado,pero tal vez no hubiera ninguna diferencia. Si algún ejecutor fjerdano sin nombremataba a Pekka Rollins, entonces nada de eso importaría. Kaz tendría sus cuatromillonesdekruge,peroJordiejamástendríasuvenganza.
ElcerrojocedióconfacilidadbajolasganzúasdeKaz.Pekkaabriólosojosysonrió.Noestabadurmiendo.—Hola,Brekker—dijo—.¿Vienesaregodearte?—Noexactamente—replicóKaz.Dejóquelapuertasecerraratrasél.
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onde demonios estaba Kaz? Jesper botaba de un pie al otro enfrente delincinerador, con el sonidometálico de las campanas de alarma llenando sus oídos,repiqueteando en sus pensamientos. ¿Protocolo Amarillo? ¿Protocolo Rojo? Norecordabacuáleracuál.Todoelplanhabíasidoconstruidoenbaseanollegaraoírelsonidodelaalarma.
Inejhabíaatadounacuerdaaltejadoylahabíabajadoparaquesubieran.Jesperhabíaenviadoel restode lacuerdaconWylanyMatthias, juntoaunparde tijerasque había encontrado en la lavandería y un gancho que había formado con loslistonesdemetaldeunatabladelavar.Despuéshabíalimpiadolasalpicaduradelalluviaylahumedaddelsuelodelasaladedesperdiciosysehabíaaseguradodequenohubierarestosdecuerdauotrasseñalesdesupresencia.Nohabíanadaquehacersalvoesperar…ydejarsellevarporelpánicocuandolaalarmacomenzóasonar.
Oyógentegritándose,uncaosdebotasquesonabanconfuerzaporeltechosobreél. En cualquiermomento, algún guardia intuitivo podría bajar hasta el sótano. Siencontraban a Jesper junto al incinerador, la ruta hasta el tejado sería obvia. Losestaríacondenando,alosdemásynosoloaél.
Venga, Kaz. Te estoy esperando. Todos lo hacían. Nina había llegado a lahabitacióntansolounosminutosantes,jadeandopararecuperarelaliento.
—¡Sube!—habíagritado—.¿Aquéestásesperando?—¡Ati!—replicóJesper.PerocuandolepreguntódóndeestabaKaz, lacarade
Ninasehabíaarrugado.—Esperabaqueestuvieraconvosotros.
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Se había desvanecido subiendo por la cuerda, gruñendo a causa del esfuerzo,dejando a Jesper debajo, paralizado por la indecisión. ¿Habrían capturado losguardiasaKaz?¿Estaríaenalgúnlugardelaprisión,luchandoporsuvida?
EsKazBrekker.Inclusosiloencerraban,Kazpodríaescapardecualquiercuerda,cualquier grillete. Jesper podría dejarle la cuerda allí, rezar que la lluvia y elincineradorcadavezmásfríofueransuficientesparaqueelextremonosequemara.Pero si se quedaba ahí plantado como un imbécil, delataría la ruta de escape yestaríantodoscondenados.Nohabíanadaquehacersalvosubir.
Jesper sujetó la cuerda justomientras Kaz atravesaba la puerta como un rayo.Teníalacamisacubiertadesangre,ysupelooscuroerauncaossalvaje.
—Deprisa—dijosinpreámbulos.MilpreguntasseagolparonenlacabezadeJesper,peronosedetuvoahacerlas.
Saltósobreloscarbonesycomenzóasubir.Lalluviaseguíacayendodeformaligeradesdearriba,ysintióquelacuerdatemblabacuandoKazsesujetababajoél.Albajarlamiradaloviobalanceándoseparacerrarlaspuertasdelincineradortrasél.
Jesperpusounamanoporencimadelaanterior,elevándosedenudoanudo.Losbrazos comenzaban a dolerle y la cuerda le cortaba las palmas; apoyaba los piescontralapareddelincineradorcuandoteníaquehacerloydespuésretrocedíaanteelcalordelosladrillos.¿CómohabíalogradoescalarInejsinnadaaloqueagarrarse?
Muyporencima,lascampanasdealarmadelRelojMayorseguíansonandocomouncajónllenodeollasysartenesfuriosas.¿Quéhabíaidomal?¿PorquésehabíanseparadoKazyNina?¿Ycómoibanaescapardeaquello?
Jespersacudiólacabeza,pestañeandoparatratardequitarselalluviadelosojos,conlosmúsculostensándoseensuespaldamientrassubíamás.
—Gracias a los Santos —jadeó cuando Matthias y Wylan le agarraron loshombrosyloimpulsaronhaciaarribaelúltimometro.Sedesplomóporelbordedelachimenea en el tejado, empapado y tembloroso como un gatitomedio ahogado—.Kazestáenlacuerda.
Matthias yWylan la agarraron para elevarlo. Jesper no estaba muy seguro decuánto estaba ayudandoWylan en realidad, pero desde luego se estaba esforzandomucho.ArrastraronaKazdelhueco.Estecayósobresuespalda,tomandobocanadasdeaire.
—¿DóndeestáInej?—jadeó—.¿YNina?—Estáneneltejadodelaembajada—dijoMatthias.—Dejadestacuerdaytomemoselresto—replicóKaz—.Vamos.Matthias yWylan tiraron la cuerda del incinerador en unmontónmugriento y
tomarondos rollos limpios. Jesper tomóunodeellosy seobligóaponerseenpie.Siguió aKazhasta el bordedel tejado, donde Inej había atadouna cuerdaque ibadesdelapartesuperiordelaprisiónhastaeltejadodelsectordelaembajadadebajo.AlguienhabíapuestounassujecionesparaaquellossinelparticulardondelEspectroparaflotarsobrelagravedad.
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—GraciasalosSantos,aDjelyatutíaEva—dijoJesperagradecido,ysedeslizóporlacuerdaseguidoporlosdemás.
El tejadode laembajadaestabacurvado,probablementeparamantener lanievealejada, pero era como caminar sobre el lomo abultado de una ballena gigante.Tambiéneradecididamentemás…porosoqueeltejadodelaprisión.Estaballenodemúltiplespuntosdeentrada:rejillasdeventilación,chimeneas,pequeñascúpulasdecristaldiseñadasparadejarentrarlaluz.NinaeInejestabanpegadascontralabasedelacúpulamásgrande,untragaluzconfiligranassobrelarotondadeentradadelaembajada.Noofrecíademasiadorefugiodelalluviamenguante,perosialgunodelosguardiasde laparedanularalejabasuatencióndelcaminoymirabaal tejadode laCorte,elgrupoestaríaocultodelavista.
NinateníalospiesdeInejsobresuregazo.—Nopuedoquitarletodalagomadelostalones—dijoalverlosacercarse.—Ayúdala—dijoKaz.—¿Yo?—preguntóJesper—.¿Terefieresa…?—Hazlo.Jesper se acercó para ver mejor los pies ampollados de Inej, agudamente
conscientedeKazsiguiendosusmovimientos.LareaccióndeKazlaúltimavezqueInejhabía resultadoheridahabíasidomásqueperturbadora,aunqueaquellonoeratanmalocomounapuñaladayestaveznohabíaningúnPuntaNegraalqueculpar.Jesperseconcentróenlaspartículasdegoma,tratandodesacarlasdelacarnedeInejtalcomohabíaextraídolamenadelosbarrotesdeprisión.
Inejconocíasusecreto,peroNinaloestabamirandoboquiabierta.—¿EresunHacedor?—¿Mecreeríassidijeraqueno?—¿Porquénomelohasdicho?—¿Porquenuncamelopreguntaste?—dijoélsinconvicción.—Jesper…—Déjalo,Nina.—Apretóloslabios,perosabíaquenoseríalaúltimavezquele
sacaraeltema.SeobligóareconcentrarseenlospiesdeInej—.PortodoslosSantos.Inejhizounamueca.—¿Tanmalestá?—No,essoloquetienesunospiesmuyfeos.—Unospiesmuyfeosquetehanhechollegarhastaaquí.—Pero¿estamosatrapadosaquí?—preguntóNina.ElRelojMayordejódesonar,
yenelsilencioquesiguiócerrólosojosconalivio—.Porfin.—¿Quépasóenlaprisión?—preguntóWylan,conelpánicodenuevoensuvoz
—.¿Quéaccionólaalarma?—Meencontrécondosguardias—explicóNina.Jesperlevantólamiradadesutrabajo.—¿Nolosderribaste?
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—Sí,perounolanzóunosdisparos.Otroguardiavinocorriendo,yentoncesfuecuandocomenzaronlascampanadas.
—Joder.Entonces,¿esoesloqueactivólaalarma?—Talvez—dijoNina—.¿Dóndeestabastú,Kaz?Nohabríaestadoenlaescalera
denohaberperdidoeltiempobuscándote.¿Porquénoestabasenelrellano?Élseencontrabamirandoatravésdelcristaldelacúpula.—Decidíbuscartambiénenlasceldasdelquintopiso.Todoslomiraronfijamente,yJespersintióquesugeniocomenzabaaaumentar.—¿Quédemonioshaces?—preguntó—.TemarchasantesdequeMatthiasyyo
volvamos, ¿y después decides expandir tu búsqueda y dejar a Nina pensando queestásenproblemas?
—Teníaqueocuparmedealgo.—Nomevale.—Tuveunacorazonada—dijoKaz—.Laseguí.LaexpresióndeNinaeradepuraincredulidad.—¿Unacorazonada?—Cometíunerror—gruñóél—.¿Deacuerdo?—No—replicóInejconcalma—.Nosdebesunaexplicación.Trasunmomento,Kazdijo:—FuiabuscaraPekkaRollins.Hubo una mirada entre Kaz e Inej que Jesper no comprendió; había un
conocimientoenellaqueélnotenía.—PortodoslosSantos,¿porqué?—preguntóNina.—QueríasaberquiéndelosDespojoslefiltrabainformación.Jesperaguardó.—¿Y?—Noloencontré.—¿Ylasangredetucamisa?—inquirióMatthias.—Meencontréconunguardia.Jespernoselocreía.Kazsepasóunamanosobrelosojos.—Lahecagado.Hicemal,yloreconozco.Peroesonocambianuestrasituación.—¿Cuál es nuestra situación? —le preguntó Nina a Matthias—. ¿Qué harán
ahora?—LaalarmaeraelProtocoloAmarillo,undisturbioenelsector.Jesperseapretólassienes.—Norecuerdoloquesignificaeso.—Creoquepiensanquealguienestá intentandoescapardeprisión.Elsectorya
está sellado del resto de la Corte de Hielo, así que autorizarán una búsqueda yprobablementetratarándeaveriguarquiénfaltaenlasceldas.
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—Encontrarán a la gente que dejamos fuera de combate en las áreas decontención—dijoWylan—.Tenemosquesalirdeaquí.OlvidaraBoYul-Bayur.
Matthiashizoungestodisplicenteenelaire.—Es demasiado tarde. Si los guardias creen que hay una fuga en proceso, los
puntos de control estarán en alerta máxima. No van a dejar que nadie salgacaminando.
—Podríamosintentarlo—dijoJesper—.PodemoscurarlelospiesaInej…Ellalosflexionóydespuéssepusoenpie,probandolasplantasdesnudassobrela
gravilla.—Parecenbien.Aunqueyanotengocallos.—Tedaréunadirecciónparaqueenvíestusquejas—replicóNinaconunguiño.—Vale,elEspectroestábien—dijoJesper,pasándoseunamangasobre lacara
húmeda. La lluvia se había desvanecido en una niebla ligera—. Encontramos unahabitacióncómodaparadarungolpeenlacabezaagentede lafiestaysalimosdeaquíbailandoelvalsconsusmejoresropas.
—¿Atravesando la puerta de la embajada y dos puntos de control?—preguntóMatthias,escéptico.
—Nosabenquenadiehaescapadodelsectordelaprisión.HanvistoaNinayaKaz,asíquesabenquehaygentefueradesusceldas,perolosguardiasdelospuntosde control estarán buscando rufianes con ropa de prisión, no diplomáticos de olordulce con ropa bonita. Tenemos que hacerlo antes de que descubran que hay seispersonassueltasenelcírculoexterior.
—Olvídalo —dijo Nina—. He venido aquí a encontrar a Bo Yul-Bayur y nopiensomarcharmesinél.
—¿Qué sentido tiene?—preguntóWylan—. Incluso aunque llegarais a la IslaBlanca y encontrarais a Yul-Bayur, no tenemos forma de salir. Jesper tiene razón:deberíamosirahoraquetenemoslaoportunidad.
Ninacruzólosbrazos.—SitengoquecruzarhastalaIslaBlancasola,loharé.—Puedequeesanoseaunaopción—intervinoMatthias—.Mirad.Sereunieronalrededordelabasedelacúpuladecristal.Larotondadedebajoera
unamasadegente,bebiendo,riendoysaludándose,unaespeciedefiestaestridenteantesdelacelebracióndelaIslaBlanca.
Mientras observaban, un grupo de nuevos guardias entró en la habitación,tratandodedisponeralamultitudenfilas.
—Están añadiendo otro punto de control —dijo Matthias—. Van a volver aexaminar la identificación de todos antes de que permitan el acceso de la gente alpuentedecristal.
—¿PorelProtocoloAmarillo?—preguntóJesper.—Seguramente.Comoprecaución.Eracomoversusúltimasgotasdesuertecaerdeunvaso.
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—Esolocambiatodo—señalóJesper—.Tenemosqueintentarsalirahora.—Amísemeocurreunaforma—dijoInejenvozbaja,ytodossegiraronpara
mirarla.Laluzamarilladelacúpulasederramabaensusojososcuros—.PodemosatravesaresepuntodecontrolyllegaralaIslaBlanca.—Señalódebajo,dondedosgrupos de personas habían entrado en la rotonda desde el patio y estabansacudiéndose la neblina de la ropa. Las chicas de la Casa del Iris Azul eranfácilmente identificables por el color de sus vestidos y las flores en su pelo y suscuellos.YnadiepodíaconfundiraloshombresdelAnvil;enormestatuajesexpuestosconorgullo,brazosdesnudosapesardel tiempofrío—.LasdelegacionesdelStaveOccidentalhancomenzadoallegar.Podemosentrar.
—Inej…—comenzóKaz.—Nina y yo podemos entrar—continuó ella. Tenía la espalda recta y el tono
firme. Parecía alguien enfrentándose al escuadrón de fusilamiento y quitándose lavenda—.EntraremosconlaReserva.
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OCHOCAMPANADASYMEDIA
azlaestabaobservandoconatención,ysusojosdecaféamargorelucíanbajolaluzdelacúpula.
—Sabes cómo son esos trajes—dijo ella—. Capas pesadas, capuchas. Eso estodoloqueveránlosfjerdanos.Unacervatillazemeni.Unayeguakaélica.—Tragósalivayseobligóapronunciarlassiguientespalabras—.Unalincesuli.
Noerangente,nisiquierachicas,soloobjetosbonitosquecoleccionar.Siemprehequeridotirarmeaunazemeni,susurraríaalgúncliente.Unakaélicadepelorojo.Unachicasuliconpieldecaramelo.
—Esarriesgado—dijoKaz.—¿Quétrabajonoloes?—Kaz, ¿cómo vais a entrar Matthias y tú?—preguntó Nina—. Puede que os
necesitemos para las cerraduras, y si las cosas se ponen feas en la isla no quieroquedarmeatrapada.DudoqueospodáishacerpasarpormiembrosdelaReserva.
—Esonodeberíaserunproblema—dijoKaz—.Helvarnoshaestadoocultandocosas.
—Ah,¿sí?—preguntóInej.—Noes…—Matthiassepasóunamanoporelpelocortado—.¿Cómosabesesas
cosas,demjin?—legruñóaKaz.—Lógica.Toda laCorte deHielo es unaobramaestra de seguridady sistemas
dobles.Esepuentedecristalesimpresionante,peroduranteunaemergenciatieneque
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haberotraformadellevarrefuerzosalaIslaBlancaysacaralafamiliareal.—Sí—admitióMatthias,exasperado—.Hayotraformadellegar,peroessucia.
—MiróaNina—.Ydesdeluegonosepuedehacersillevasunvestido.—Esperad—interrumpióJesper—.¿Quémásdaquepodamosentrartodosenla
Isla Blanca? Digamos que Nina le saca la ubicación de Yul-Bayur a algún jefazofjerdanoylotraéishastaaquí.Estaremosatrapados.Paraentonces,losguardiasdelaprisiónhabráncompletadosubúsquedaysabránqueseispresoshanlogradosalirdelsectordealgúnmodo.Cualquieroportunidadquetengamosdeatravesarlaspuertasdelaembajadaylospuntosdecontroldesaparecerá.
Kazmirómásalládelacúpula,hastaelpatioabiertodelaembajadaylaparedanularmásallá.
—Wylan,¿seríamuydifícildeshabilitarunadeesaspuertas?—¿Paraabrirla?—No,paradejarlacerrada.—¿Terefieresadestrozarla?—Wylanseencogiódehombros—.Nocreoquesea
demasiadodifícil.Nopudeverelmecanismocuandoentramosenprisión,peroporladisposiciónparecebastantecorriente.
—¿Poleas,engranajes,algunostornillosmuygrandes?—Bueno,sí,yuncabrestantegrande.Loscablesseenrollanasualrededorcomo
uncarrete,ylosguardiaslohacengirarconalgunaclasederuedaomanivela.—Sécómofuncionauncabrestante.¿Puedesdestrozaruno?—Creoquesí,perolocomplicadoeselsistemadealarmaalqueestaránunidos
loscables.DudoquepuedahacerlosinactivarelProtocoloNegro.—Bien—dijoKaz—.Entoncesesoesloqueharemos.Jesperlevantóunamano.—Disculpa,pero¿elProtocoloNegronoesloquequeríamosevitaratodacosta?—Amímeparecerecordaralgosobreunamuertesegura—añadióNina.—Nosilousamoscontraellos.Estanochelamayorpartedelaseguridaddela
CorteestaráconcentradaenlaIslaBlancayjustoaquí,enlaembajada.CuandosueneelProtocoloNegro,cerraránelpuentedecristal,atrapandoatodosesosguardiasenlaislajuntoalosinvitados.
—Pero¿quéhaydelarutadeMatthiasparasalirdelaisla?—preguntóNina.—Nopuedenmoverunagranfuerzaporahí—admitióelfjerdano—.Almenos,
noconrapidez.Kaz miró a la Isla Blanca con la cabeza inclinada y los ojos ligeramente
desenfocados.—Caradeconfabulación—murmuróInej.Jesperasintióconlacabeza.—Sinduda.Lasuliibaaechardemenosesacara.
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—Trespuertasenlaparedanular—dijoKaz—.Ladelaprisiónyaestácerradapor el Protocolo Amarillo. La de la embajada es un cuello de botella repleto deinvitados; los fjerdanos novan ameter tropas por ahí. Jesper, esonos deja solo lapuertadelsectordrüskelle paraqueWylany túosocupéisdeella.LausaréisparaprovocarelProtocoloNegroydespuésladestrozaréis.Losuficientecomoparaquecualquierguardiaquelogrellegarnopuedasalirparaseguirnos.
—Meparecebienencerraralosfjerdanosensupropiafortaleza—aseguróJesper—.Deverdad.Pero¿cómosalimosnosotros?CuandoactivemoselProtocoloNegroestaréisatrapadosenesaisla,ynosotrosenelcírculoexterior.Notenemosarmasnimaterialdedemolición.
LasonrisadeKazeraafiladacomounacuchilla.—Menosmalquesomosbuenosladrones.Vamosahacerunascompras,eiráala
cuentadeFjerda.Inej—dijo—,comencemosconalgobrillante.
Juntoalagrancúpuladecristal,Kazexplicólosdetallesdeloqueteníaenmente.Sielantiguoplanhabíasidoatrevido,almenossebasabaenlacautela.Elnuevoplanera audaz, tal vez inclusodemente.No solo estarían anunciando supresencia a losfjerdanos,sinoqueloharíancontrompetas.ElgrupovolveríaaestarseparadoyotravezsincronizaríansusmovimientosconelRelojMayor,peroahorahabríaaúnmenosmargendeerror.
Inejbuscóensucorazón,esperandoencontrarahícautelaomiedo.Peroloúnicoque sentía era que estaba lista. Aquel no era un trabajo que hiciera para pagar sudeudaaPerHaskell.NoeraunatareaquecumplirparaKazolosDespojos.Queríaconseguirlo,eldineroyelsueñoqueesteleayudaríaacumplir.
Mientras Kaz explicaba y Jesper usaba las tijeras de la lavandería para cortartrozosderopa,WylanayudóaInejyaNinaparaprepararse.ParahacersepasarpormiembrosdelaReserva,necesitaríantatuajes.ComenzaronconNina.UsandounadelasganzúasdeKazylapiritadecobrequeJesperhabíaextraídodel tejado,Wylandibujó su mejor imitación de la pluma de la Reserva sobre el brazo de Nina,siguiendo la descripción de Inej y haciendo correcciones según fuera necesario.Entonces laGrisha hundió la tinta en su carne.UnCorporalnik no necesitaba unaagujapara tatuar.Ninahizo loquepudoporalisar lascicatricesenelantebrazodeInej.Eltrabajonoeraperfecto,peroibanmaldetiempoylavocacióndeNinanoeradeConfeccionadora.WylandibujóunasegundaplumadepavorealsobrelapieldeInej.
Ninahizounapausa.—¿Estássegura?Inejrespiróhondo.
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—Espinturadeguerra—dijo,alaMortificadorayasímisma—.Debollevarestamarca.
—Estemporal—prometióNina—.Teloquitaréencuantolleguemosalpuerto.Elpuerto.InejpensóenelFerolindconsusalegresbanderas,ytratódemantener
esaimagenensucabezamientrasobservabalaplumadepavorealhundiéndoseensupiel.
Lostatuajesfinalizadosnosoportaríanningúnescrutiniocercano,peroesperabanquesirvieran.
Al fin se pusieron en pie. Inej había predicho que la Reserva llegaría tarde; aTante Heleen le encantaba hacer una buena entrada, pero todavía necesitabanpermanecerenposiciónylistosparamoversecuandollegaraelmomento.
Ysinembargo,dudaron.Elconocimientodequetalveznovolvieranaverse,dequealgunosotalveztodospodíannosobreviviraesanocheerapesadoenelaire.Unjugador,unconvicto,unhijofugado,unaGrishaperdida,unachicasuliquesehabíaconvertidoenasesina,unchicodelBarrilquesehabíaconvertidoenalgopeor.Inejmiró al extraño grupo, descalzos y temblando con sus uniformes de prisiónmanchados de hollín, con las facciones bañadas por la luz dorada de la cúpula,suavizadasporlaneblinaqueflotabaenelaire.
¿Qué los unía? ¿La avaricia? ¿La desesperación? ¿Era solo el conocimiento deque si algunoo todos ellosdesaparecerían esanochenadie iría abuscarlos?PuedequelospadresdeInejsiguieranderramandolágrimasporlahijaquehabíanperdido,perosimoríaesanochenohabríanadiequelloraraalachicaqueeraentonces.Noteníafamilia,nipadresnihermanos,sologentejuntoalosqueluchar.Talvezesoeratambiénalgoporloquesentirseagradecida.
Jesperfueelprimeroenhablar.—Sinllantos—dijoconunasonrisa.—Sin funerales—contestaron losdemásalunísono. InclusoMatthiasmurmuró
laspalabrasconsuavidad.—Sialgunodevosotrossobrevive,aseguraosdequemientierroseaconelféretro
abierto—añadió Jespermientras se ponía dos delgados rollos de cuerda sobre loshombros y hacía una señal aWylan para que lo siguiera a través del tejado—. Elmundosemereceunosmomentosmásconestacara.
AInejsololesorprendióligeramenteverlaintensidaddelamiradaentreMatthiasyNina.Algohabíacambiadoentreellos tras labatallacon los shu,pero la sulinoestabaseguradequé.
MatthiasseaclarólagargantaylehizoaNinaunpequeñoasentimientoextraño.—¿Podemoshablar?Ninaledevolvióelasentimientoconmuchomásestiloy lepermitióalejarlade
allí.Inejsealegró;queríaunmomentoconKaz.—Tengoalgoparati—dijomientrassacabalosguantesdecuerodelamangade
suchaquetadeprisión.
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Éllosmirófijamente.—¿Cómo…?—Loscogídelaropadesechada.Antesdesubir.—Seispisosenlaoscuridad.La chica asintió con la cabeza. No iba a esperar un agradecimiento. Ni por la
subida,niporlosguantes,nipornadanuncamás.Élsepusolosguantesconlentitudyellaobservósusmanospálidasyvulnerables
desapareciendo bajo el cuero. Eran manos de estafador; dedos largos y grácileshechos para abrir cerraduras, esconder monedas y hacer que las cosas sedesvanecieran.
—CuandovolvamosaKetterdam,cogerémiparteydejaréalosDespojos.Élapartólamirada.—Deberías.SiemprefuistedemasiadobuenaparaelBarril.Eraelmomentodemarcharse.—QuelosSantosesténcontigo,Kaz.Éllesujetólamuñeca.—Inej. —Su pulgar enguantado se movió sobre su pulso, recorrió la parte
superiordeltatuajedelapluma—.Sinolologramos,quieroquesepas…Inejesperó.Sintiólaesperanzabatiendolasalasensuinterior,listaparaalzarel
vueloantelaspalabrasadecuadasdeKaz.Deseóqueesaesperanzasetranquilizara.Esaspalabrasjamásvendrían.Elcorazónescomounaflecha.
Levantólamanoyle tocólamejillaaKaz.Pensóquevolveríaaencogerse, talvez incluso le apartara lamano de un golpe.En casi dos años de luchar codo concodo junto a él, de maquinar por la noche, de golpes imposibles, misionesclandestinas y comidas agobiadas de patatas fritas y hutspot engullidos mientrascorríandeunsitioaotro,aquellaeralaprimeravezquelohabíatocadopielconpiel,sinlabarreradelosguantes,unabrigoounamanga.Letomólamejillaconlamano.Teníalapielfríayhúmedadelalluvia.Permanecióquieto,peroInejviountemblorqueloatravesaba,comosiestuvieralibrandounaguerracontrasímismo.
—Sino sobrevivimosaestanoche,moriré sinmiedo,Kaz. ¿Puedesdecir tú lomismo?
Élteníalosojoscasinegrosylaspupilasdilatadas.Inejvioquenecesitóhastaelúltimogramodesuenormefuerzadevoluntadparamantenersequietobajosutoque.Ysinembargo,noseapartó.Ellasabíaqueeralomejorqueélpodíaofrecerle,peronoerasuficiente.
Bajólamanoyeljovenrespiróhondo.Kazlehabíadichoquenoqueríasusplegarias,ynoibaapronunciarlas,perole
deseó seguridad de todos modos. Tenía su objetivo ahora, su corazón tenía unadirección, y aunque le doliera saber que ese camino la alejaría de él, podríasoportarlo.
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InejseunióaNinaenelbordedelacúpulaparaesperarlallegadadelaReserva.Lacúpulaeraanchaypocoprofunda,todafiligranaplateadaycristal.Inejvioquehabíaunmosaico en el suelo de la enorme rotonda debajo.Aparecía en breves destellosentrelagentequeibaalafiesta;doslobospersiguiéndose,destinadosamoverseencírculostantotiempocomopermanecieraenpielaCortedeHielo.
Los invitados que entraban por el gran arco estaban siendo conducidos ahabitaciones junto a la rotonda en grupos pequeños, para buscar armas. Inej vioguardiasemergiendoconpequeñaspilasdebroches,plumasdepuercoespíneinclusotijerasqueInejsuponíaquetendríanmetaloalambre.
—No tienes que hacer esto, ¿sabes? —dijo Nina—. No tienes que volver aponerteesassedas.
—Hehechocosaspeores.—Losé.Hasescaladoseispisosdeinfiernopornosotros.—Nomereferíaaeso.Ninahizounapausa.—Tambiénlosé.—Dudóyentoncesdijo—:¿Elbotínestanimportanteparati?AInejlesorprendióoírloquesonabaareprocheenlavozdeNina.ElRelojMayorcomenzóadarlasnuevecampanadas.Inejbajólamiradahasta
loslobospersiguiéndoseporelsuelodelarotonda.—No estoy segura de por qué empecé con esto—admitió—. Pero sé por qué
tengoqueterminar.Séporquémetrajoeldestinoaquí,porquémepusoenelcaminodeestarecompensa.
Estaba siendo imprecisa,pero todavíanoestaba listaparahablardel sueñoquehabíaprendidoensucorazón:una tripulaciónpropia,unbarcobajosumando,unacruzada.Sesentíacomosituvieraquemantenerloensecreto,unanuevasemillaquepodría crecer hasta ser algo extraordinario si no la obligaban a florecer demasiadopronto.Nisiquierasabíanavegar.Y,sinembargo,unapartedeellaqueríacontárselotodo a Nina. Si no elegía volver a Ravka, una Mortificadora sería una excelenteadiciónasutripulación.
—Estánaquí—dijoNina.LaschicasdelaReservaentraronporlaspuertasdelarotondaenformaciónde
cuña,conlosvestidosreluciendobajolaluzdelasvelasylascapuchasdesuscapasocultando sus caras.Cada capucha estaba hecha para representar a un animal: unacervatilla zemeni con orejas suaves y delicados puntos blancos, una yegua kaélicacon un moño caoba, una serpiente shu con escamas rojas, una zorra ravkana, unleopardodelasColoniasdelSur,uncuervo,unarmiño,yporsupuestolalincesuli.La alta chica rubia que hacía del lobo fjerdano con pelaje plateado estabanotablementeausente.
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Seencontraronconunasguardiasuniformadas.—Nolaveo—dijoNina.—Espera.ElPavoRealentrarálaúltima.Y desde luego, allí estaba:HeleenVanHouden, reluciendo con su satén verde
azuladoyunelaboradocollardeplumasdepavorealalrededordesucabezadorada.—Sutil—dijoNina.—LasutilezanovendeenelBarril.Inej soltóun silbido agudoygorjeante.Elde Jesper llegóde algún lugar en la
distancia.Yaestá,pensólachica.Habíaempujadolaroca,yahoraestarodabaporlacolina. ¿Quién sabía el daño que podría hacer y qué se podría construir sobre losescombros?
Ninamiróatravésdelcristalentrecerrandolosojos.—¿Cómoesquenosederrumbabajoelpesodeesosdiamantes?Nopuedenser
reales.—Síqueloson—aseguróInej.Esasjoyaslascomprabaconelsudor,lasangrey
latristezadechicascomoella.Los guardias dividieron a losmiembros de laReserva en tres grupos,mientras
que a Heleen la escoltaban por separado. Nunca se esperaría que el Pavo Real sequitaralaropayselevantaralafaldadelantedesuschicas.
—Ellas—dijo Inej, señalando al grupo donde estaban la lince suli y la yeguakaélica.Sedirigíanhacialaspuertasalaizquierdadelarotonda.
Mientras Nina seguía al grupo con los ojos, Inej se movió sobre el tejado,siguiendosutrayectoria.
—¿Quépuerta?—preguntó.—Laterceraaladerecha—respondiólaGrisha.Inejavanzóhastaelconductode
ventilación más cercano y levantó la rejilla. Sería estrecho para Nina, pero lolograrían. Descendió por él, agachándose y moviéndose por el estrecho conductoentrehabitaciones.TrasellaoyóungruñidoydespuésungolpesordocuandoNinagolpeó el fondo como un saco de colada. Inej hizo una mueca. Esperaba que losruidosde lamultituddebajo lascubrieran.Otalvez laCortedeHielo tuvieraratasmuygrandes.
Searrastraronmirandoporlosconductosmientrasavanzaban.Porfinvieronunaespecie de pequeña sala de reuniones donde los guardias estaban registrando a losinvitados.
LaschicasExóticassehabíanquitadosuscapasylashabíandejadosobrelalargamesaoval.Unadelasguardiasrubiasestabatoqueteandoalaschicas,tanteandolascosturasylosdobladillosdesuropaeinclusoclavándolesdedosenelpelo,mientrasque la otra estaba vigilando con la mano descansando sobre su rifle. Parecíaintranquilaconelarma.Inejsabíaquelosfjerdanosnopermitíanalasmujeresserviren el ejército en combate, así que tal vez habrían reclutado a las guardias de otraunidad.
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InejyNinaesperaronhastaquelasguardiasterminaronderegistraralaschicas,suscapasysusbolsitosdecuentas.
—Ventidder—dijounadeellasmientrassalíande lahabitaciónparadejarquelaschicasdelaReservasearreglaran.
—Cincominutos—tradujoNinaconunsusurro.—Venga—dijoInej.—Necesitoquetemuevas.—¿Porqué?—Porquenecesitounalíneaclaradevisión,yahoramismoloúnicoqueveoestu
culo.InejavanzóparaqueNinapudieravermejoratravésdelarejilla,yunmomento
después oyó cuatro golpes sordos cuando las chicas de laReserva se derrumbaronsobrelaalfombraazuloscuro.
Conrapidez,quitólarejillaysaltóalabrillantesuperficiedelamesa.Ninabajótrasellayaterrizódespatarrada.
—Losiento—gimiómientrasselevantaba.Inejcasiserio.—Eresmuygrácilenbatalla,peronocuandocaes.—Meperdíesedíaenlaescuela.Dejaronalasuliyalakaélicaenropainterior,ataronlasmuñecasylostobillos
de todas con cordones de las cortinas y las amordazaron con trozos de su ropa deprisión.
—Elrelojavanza—dijoInej.—Lo siento—le susurró Nina a la kaélica. Inej sabía que normalmente Nina
habríausadopigmentosparaalterarsucolordepelo,peronohabíatiempo.Vertióelbrillanterojodelpelodelachicadirectamentehastaelsuyo,dejandoalapobreconunamasadeondasblancasqueparecíavagamenteoxidadaenalgunos lugares,yaNinaconunpeloquenoeradeltodounrojokaélico.LosojosdeNinaeranverdesynoazules,peroesaclasedemodificacióneralenta,asíquetendríanquevaler.Tomópolvoblancodelbolsitodelachicaehizoloquepudoporaclararselapiel.
MientrasNinatrabajaba,Inejarrastróalasotrashastaunarmarioaltoenlaparedmásalejada,disponiendosusmiembrosdemodoquehubieraespacioparalakaélica.Sintióunapuñaladadeculpaalasegurarsedequelamordazadelasuliestuvierabiencolocada.TanteHeleendebíadehaberla compradopara reemplazar a Inej; tenía lamismapielbronceada,lamismamataespesadepelooscuro.Perosuconstitucióneradiferente,suaveyconcurvasenlugardedelgadayangular.TalvezhabíaacudidoaTanteHeleenporvoluntadpropia.Talvezhabíaelegidoesavida.Esperabaquefueracierto.
—QuelosSantosteprotejan—lesusurróalachicainconsciente.Huboungolpeteoenlapuertayunavozhablóenfjerdano.—Necesitanlahabitaciónparalassiguienteschicas—murmuróNina.
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Inej yNinametieron a la kaélica en el armario y lograron cerrar la puerta conllave. Después se pusieron los trajes. Inej se alegraba de no tener tiempo paraadentrarse en la desagradable familiaridad de las sedas sobre su piel, el horribletintineo de las campanillas en sus tobillos. Se pusieron las capas y se echaron unvistazorápidoenelespejo.
Ningunodelostrajeslesquedababiendeltodo.LassedaspúrpuradeInejestabandemasiadosueltas,yNina…
—¿Qué demonios se supone que es esto? —preguntó mirándose. El vestidoescotadoapenascubríasusustanciosoescote,yestabatensoensusnalgas.Lohabíanfabricadoparaqueparecieranunasescamasdeunverdeazuladoqueacababaenunarelucientegasa.
—¿Talvezunasirena?—sugirióInej—.¿Ounaola?—Pensabaqueerauncaballo.—Bueno,noibanaponertecascos.Ninasealisóelridículodisfrazconlasmanos.—Voyavolvermemuypopular.—MepreguntoquétendráquedecirMatthiassobreestaropa.—Noloaprobaría.—Noapruebanadadeti.Perocuandoteríes,sereavivacomountulipánenagua
fresca.Ninaresopló.—Matthiaseltulipán.—Untulipánenorme,taciturnoyamarillo.—¿Estáslista?—preguntóNinamientrassebajabanlascapuchassobrelascaras.—Sí—dijoInej,ylodecíaenserio—.Vamosanecesitarunadistracción.Vana
darsecuentadequehanentradocuatrochicasysolosalendos.—Déjameloamí.Yvigilatudobladillo.Encuanto abrieron lapuertaquedaba alpasillo, lasguardias leshicieronunos
gestosde impaciencia.Bajo sucapa,Ninamovió losdedoscon fuerza.Unade lasguardiassoltóunquejidocuandosunarizcomenzóaderramarsangresobrelapartedelanteradesuuniformeengoteronesabsurdamentegrandes.Laotraretrocedió,peroentoncesseaferróelestómago.Ninaestabamoviendolamuñecaenunmovimientogiratorio,enviandooleadasdenáuseasporelsistemadelamujer.
—Tudobladillo—repitióconcalma.Inejapuntotuvotiempodesubirselacapaantesdequelaguardiasedoblaray
vomitara la cena por el suelo de baldosas. Los invitados del pasillo chillaron y seempujaron entre ellos, tratando de alejarse. Nina e Inej pasaron junto a ellas,emitiendoapropiadosgrititosdeasco.
—Seguroqueelsangradodenarizhabríabastado—susurróInej.—Mejorserconcienzuda.—Sinoteconocieramejor,pensaríaquetegustahacersufriralosfjerdanos.
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Mantuvieron las cabezas gachas mientras entraban en la marea de gente quellenabalarotonda,ignorandoalaciervazemeniquetratódedirigirlasalotroladodela habitación. Era esencial que no se acercaran demasiado a ninguna de lasverdaderas chicas de laReserva. Inej esperaba que las capas no fueran demasiadodifícilesdeseguirporunamultitud.
—Esta—dijo,conduciendoaNinaaunacolalejosdelasdemásmiembrosdelaReserva.Parecía estarmoviéndoseunpocomásdeprisa, pero cuando llegaron a lapartedelanterasepreguntósinohabríaelegidomal.Elguardiaparecíaaúnmásserioymalhumoradoque losdemás.Extendió lasmanosparaqueNina le entregara suspapelesylasescudriñóconfríosojosazules.
—Estadescripcióndicequetieneslunares—dijoenkerch.—Los tengo —respondió Nina con suavidad—. Pero no son visibles ahora.
¿Quieresverlos?—No—respondió el fjerdano con voz helada—.Eresmás alta de lo que pone
aquí.—Botas—replicóella—.Megustapodermiraraunhombrealosojos.Lostuyos
sonmuybonitos.Élmiróelpapelydespuéssuropa.—Tambiéndiríaquepesasmásdeloqueponeaquí.Ella se encogió de hombros artísticamente, y las escamas de su cuello
descendieron.—Me gusta comer cuando estoy a tono —aseguró, frunciendo los labios
desvergonzadamente—.Ysiempreestoyatono.Inej se esforzópormantener el rostro serio.SiNina recurría a pestañear, sabía
queperderíalabatallayromperíaareír.Peroelfjerdanoparecíaestartragándoselo;talvezNinatuvieraunefectoestupefacienteentodosloslealesnorteños.
—Adelante—dijobruscamente,ydespuésañadió—:Pu…puedequeestéenlafiestadespués.
Ninalebajóundedoporelbrazo.—Teguardaréunbaile.Él sonrió como un idiota y después su expresión seria regresó.Por todos los
Santos,pensóInej,debedeseragotadorestartanimperturbabletodoeltiempo.ElhombremiróporencimalospapelesdeInej,conlamentetodavíaclaramenteenlaperspectiva de desenvolver aNina de sus capas de gasa azul verdoso. Le hizo ungestoparaqueavanzara,peroentoncesInejtropezó.
—Espera—dijoelguardia.Ellasedetuvo,eInejlamiróporencimadelhombro—.¿Quélespasaatuszapatos?
—Son un poco grandes —replicó Inej—. Se han dado de sí más de lo queesperaba.
—Enséñamelosbrazos—ordenóelguardia.—¿Porqué?
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—Hazlo—insistióélbruscamente.Inej sacó losbrazosde la capay los extendió,mostrandoel tosco tatuajede la
plumadepavoreal.Unguardiaconfranjasdecapitánseacercó.—¿Quépasa?—Essuli,desdeluego,ytieneeltatuajedelaReserva,peropareceraro.Inejseencogiódehombros.—Mequemédeniña.Elcapitánhizoungestoaungrupodeasistentesa la fiestadeaspectomolesto
quehabíajuntoalaentrada,rodeadosdeguardias.—Cualquiera sospechoso va allí. Ponla con ellos y la llevaremos al punto de
controlparaquerevisensuspapeles.—Meperderélafiesta—dijoInej.El guardia la ignoró, le cogió el brazo y la llevó de vuelta hasta la entrada
mientras el restode la cola lamirabay susurraba.Su corazóncomenzóa latir confuerza.
LacaradeNinaparecíaasustada,pálida inclusodebajodelmaquillaje,peronohabía nada que Inej pudiera hacer para tranquilizarla. Le dirigió un breveasentimiento.Vete,pensóensilencio.Ahoradependedeti.
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NUEVECAMPANADAS
sidigoqueno,Brekker?—Tansoloeraunapose,yMatthiaslosabía.Eltiempopara protestar había pasado hacía mucho. Ya estaban trotando por la suaveinclinacióndeltejadodelaembajadahaciaelsectordrüskelle,Wylanjadeandoporelesfuerzo, Jesper dando zancadas con facilidad, y Brekker manteniendo el ritmo apesardesusandares torcidosysufaltadebastón.PeroaMatthiasnolegustabalobienqueeseladrónrastreroeracapazdeleerle—.¿Ysinotedoyloquemequedademímismoydemihonor?
—Lo harás, Helvar. Nina está de camino a la Isla Blanca ahora mismo. ¿Deverdadvasadejarlaabandonada?
—Suponesmuchascosas.—Amímepareceunacantidadperfecta.—Esossonlostribunales,¿verdad?—preguntóJespermientrascorríansobreel
tejado, viendo fragmentos de los elegantes patios debajo, todos con una fuenteburbujeanteenmedioyconsaucesdehielodesperdigados—.Supongoquesivanasentenciarteamuerte,estenoesunmalsitio.
—Hayaguaportodaspartes—dijoWylan—.¿LasfuentessimbolizanaDjel?—Elmanantial—musitóKaz—.Dondelimpiantodoslospecados.—Odondeteahoganparahacerteconfesar—replicóWylan.Jesperresopló.
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—Wylan, tus pensamientos se están volviendomuy oscuros.Me temo que losDespojospuedanserunamalainfluencia.
Utilizaron un segmento dobladode cuerda y el ganchode sujeción para cruzarhastael tejadodelsectordrüskelle.TuvieronquesujetaraWylanaunagarre,peroJesperyKazavanzaronconfacilidadporlacuerda,manosobremano,conenervantevelocidad.Matthias lohizo conmás cautelay, aunqueno lomostró, no legustabacómolacuerdacrujíayseinclinabaconsupeso.
Losdemástirarondeélhastaelsuelodeltejadodrüskelley,mientrasMatthiasseponíaenpie,logolpeóunaoleadadevértigo.MásqueningúnlugarenlaCortedeHielo,más que ningún lugar delmundo, aquello le parecía un hogar. Pero era unhogar vuelto del revés, su vida mirada por el ángulo incorrecto. Mirando en laoscuridad,violosenormestragalucesenformadepirámidequemarcabaneltejado.Tuvoladesconcertantesensacióndequesimirabaporelcristalseveríaasímismohaciendo ejercicios en la sala de entrenamiento, sentado en la larga mesa delcomedor.
En la distancia, oyó a los lobos ladrando y aullando en su cercado junto a laentrada,preguntándosedóndehabríanidosusamosesanoche.¿Loreconoceríansiseacercabaconunamanoextendida?Noestabasegurodereconocerse.Enelhielodelnorte,susintencioneshabíanparecidoclaras.Peroahorasuspensamientossehabíanvueltoturbiosconesosrufianesyladrones,conelcorajedeInejyelatrevimientodeJesper,yconNina,siempreNina.Nopodíanegarelalivioquehabíasentidoalverlasalir de la chimenea del incinerador, desaliñada y jadeando, asustada pero viva.CuandoélyWylanlasacaron,habíatenidoqueobligarseasoltarla.
No,nomiraríaporesostragaluces.Nopodíapermitirsemásdebilidad,sobretodoaquellanoche.Eraelmomentodeavanzar.
Llegaronhastaelbordedel tejadoquedabaal fosodehielo.Desdeallíparecíasólido,conlasuperficiepulidabrillantecomounespejoeiluminadaporlastorresdeguardiade la IslaBlanca.Pero lasaguasdel fosoeransiemprecambiantes,ocultassoloporunacapadehielodelgrosordeunaoblea.
Kazsujetóotrorollodecuerdaalbordedeltejadoysepreparóparabajarhastalaorilla.
—Ya sabéis qué hacer—les dijo a Jesper yWylan—.Once campanadas, y noantes.
—¿Cuándohellegadoprontoalgunavez?—preguntóJesper.Kazsepreparóparaeldescensoysedesvanecióporellateral.Matthiaslosiguió,
aferrandolacuerdaconlasmanos,conlospiesdesnudosapretadoscontralapared.Cuandolevantólamirada,vioaWylanyJespermirándolo.Perolasiguientevezquemiró,yanoestaban.
Laorillaquerodeabaelfosodehieloerapocomásqueunadelgadayresbaladizafranjadepiedrablanca.Kazsequedóahí,apretadocontralaparedymirandoelfosoconelceñofruncido.
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—¿Cómocruzamos?Noveonada.—Porquenoeresdigno.—Tampocosoycortodevista.Ahínohaynada.Matthias comenzóapasar junto a lapared, pasando lamano sobre lapiedra al
niveldelacadera.—En la Hringkälla los drüskelle terminamos nuestra iniciación —explicó—.
Pasamosdeaspirantesanoviciosdrüskelleenlaceremoniajuntoalfresnosagrado.—Dondeelárboltehabla.Matthiasresistiólanecesidaddetirarloalagua.—Donde esperamos oír la voz de Djel. Pero ese es el último paso. Primero,
tenemosquecruzar el fosodehielo sinquenosdetecten.Sinos consideradignos,Djelnosmuestraelcamino.
Enrealidad,losdrüskellemayoressimplementepasabanelsecretodelcrucealosaspirantesquequeríanverentrarenlaorden;eraunaformadedescartaralosdébilesoaaquellosquesimplementenohabíanencajadobienenelgrupo.Sihabíashechoamigos,sitehabíasprobadoatimismo,entoncesunodeloshermanosteapartaríaaunladoytediríaqueenlanochedelainiciacióndebíasiralaorilladelfosodehieloy pasar la mano por la pared del sector drüskelle. En el centro encontrarías ungrabadodeunloboquemarcabalaubicacióndeotropuentedecristal,nograndeyarqueadocomoelquecruzabaelfosodesdeelaladelaembajada,sinoplano,bajoyde menos de un metro de ancho. Se encontraba justo debajo de la superficiecongelada, invisible si no sabíasquedebíasbuscarlo.ElpropioComandanteBrumhabíasidoquienlehabíacontadoaMatthiaslodelpuentesecreto,ademásdeltrucoparacruzarlosindetección.
Matthias tuvo que pasar dos veces por la pared antes de que sus dedosencontraranlaslíneastalladasdellobo.Apoyólamanoahíbrevemente,sintiendolastradicionesqueloconectabanconlaordendelosdrüskelle,tanviejacomolapropiaCortedeHielo.
—Aquí—dijo.Kazfuehastaallíymiróelfosoentrecerrandolosojos.FuehastaahíyMatthias
tiródeélhaciaatrásyseñalólastorresdeguardiaencimadelmuroquerodeabalaIslaBlanca.
—Teverán—señaló—.Usaesto.Frotó lamano contra la pared y la palma se le quedó blanca. La noche de su
iniciación, Matthias se había frotado la ropa y el pelo con el mismo polvoblanquecino.Camuflado de la vista de los guardias en sus torres, había cruzado elestrechocaminohastalaislaparaencontrarseconsushermanos.
Ahora él yKaz hicieron lomismo, aunqueMatthias se dio cuenta de queKazguardabasusguantesprimero.Inejdebíadehabérselosdevuelto.
MatthiaspisóelpuentesecretoydespuésoyóaKazsiseandocuando lasaguasheladasdelfososecerraronsobresuspies.
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—¿Tienesfrío,Brekker?—Ojalátuviéramostiempoparanadar.Muévete.ApesardesusprovocacionesaKaz,cuandollegaronamediocaminodelaisla
lospiesdeMatthiasestabancasientumecidoscasiporcompleto,yeraagudamenteconscientedelastorresdeguardiaporencimadelfoso.Losdrüskellehabríanidoporahí más temprano aquella noche. Nunca había oído que vieran o dispararan a unaspiranteenelpuente,perotodoeraposible.
—¿Todoestoparasercazadordebrujas?—preguntóKaztrasél—.LosDespojosnecesitanunainiciaciónmejor.
—EssolounapartedelaHringkälla.—Sí,losé,despuésunárbolteenseñaelapretóndemanossecreto.—Medaslástima,Brekker.Nohaynadasagradoentuvida.Hubounalargapausa,yentoncesKazdijo:—Teequivocas.LaparedexteriordelaIslaBlancaseerguíasobreellos,cubiertadeunondeante
patróndeescamas.Tardaronunmomentoen localizar lacrestade lasescamasqueocultabalapuerta.Solounpocoantes,losdrüskellesehabíanreunidoenesenichode la pared para dar la bienvenida a sus nuevos hermanos, pero en ese momentoestabavacíoconcadenasenlarejadehierro.Kaztrabajóconrapidezenlacerradurayprontoseencontraronenunestrechopasadizoquelosllevaríaalosjardinestraslasbarracasdelaguardiareal.
—¿Siemprehassidotanbuenoconlascerraduras?—No.—¿Cómoaprendiste?—Puesigualqueseaprendetodo.Desmontándolas.—¿Ylostrucosdemagia?Kazresopló.—¿Asíqueyanopiensasquesoyundemonio?—Séqueeresundemonio,perotustrucossonhumanos.—Haygentequeveun trucodemagiaydicequees imposible.Danpalmadas,
entregansudineroyseolvidandeellodiezminutosdespués.Otrospreguntancómolo has hecho. Se van a casa, se meten en la cama y dan vueltas y vueltas,preguntándosecómolohanhecho.Tardanunabuenanochedesueñoenolvidarsedeello.Ydespuésestánlosquesequedandespiertos,pensandoenel trucounayotravez,buscandoelfalloenlaperfección,lagrietaenlailusiónqueexpliquecómohanengañadosusojos; ellos son losquenodescansanhastaquedominanesepequeñomisterio.Yosoydeesos.
—Teencantaelengaño.—Meencantanlosenigmas.Elengañoessolomilenguamaterna.—Los jardines —dijo Matthias, señalando los setos por delante—. Podemos
seguirloshastallegaralsalóndebaile.
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Justocuandoestabanapuntodeemergerdelpasadizo,dosguardiasdoblaronlaesquina; losdosconlosuniformesnegrosyplateadosde losdrüskelle, losdosconrifles.
—¡Perjenger!—gritóunodeellos,sorprendido.Prisioneros—.¡Sten!Sinpensar,Matthiasdijo:—¡Desjenet,Djelcomenden!Quietos, Djel lo ordena. Eran las palabras de un comandante drüskelle, y las
pronunciócontodalaautoridadquehabíaaprendidoaexhibir.Los soldados intercambiaron unamirada confusa, y esemomento de duda fue
suficiente.Matthiasagarróelrifledelprimersoldadoylediounfuertegolpeenlacara,haciendoquesederrumbara.
Kaz golpeó al otro soldado y lo derribó. Eldrüskelle siguió sujetando su rifle,peroelladrónsesituójuntoaélylepusoelantebrazosobrelagarganta,aplicandopresiónhastaquelosojosdelsoldadosecerraron,sucabezacayóhaciadelanteyélsedeslizóenlainconsciencia.
Kazsequitóelcuerpodeencimaysepusoenpie.LarealidaddelasituacióngolpeóaMatthiasdepronto.Kaznohabíacogidoel
rifle. Matthias tenía un arma en las manos, y Kaz Brekker estaba desarmado. Seencontraban sobre los cuerpos de dos drüskelle inconscientes, hombres que sesuponíaque eran loshermanosdeMatthias.Podríadispararle, pensó.Condenar aNinaylosdemásconunsoloacto.Otraveztuvolaextrañasensacióndeversuvidadelaformaincorrecta.Estabavestidoconropadeprisión,unintrusoenellugarqueunavezhabíallamadohogar.¿Quiénsoyahora?
MiróaKazBrekker,unchicocuyaúnicacausaerasímismo.Sinembargo,éleraunsuperviviente,ysupropiaclasedesoldado.HabíahechountratoconMatthias.Encualquier punto podría haber decidido que este ya había cumplido su propósito,cuando los ayudó a dibujar los planos, cuando lograron superar las celdas decontención,cuandorevelóelpuentesecreto.Yfueraquienfueralapersonaenlaquese había convertido, Matthias no iba a disparar a alguien desarmado. Todavía nohabíacaídotanbajo.
Bajóelarma.UnadébilsonrisacurvóloslabiosdeKaz.—Noestabasegurodequéharíassipasabaesto.—Yotampoco—admitióMatthias.Kaz levantóunacejay laverdadsacudióal
fjerdanoconlafuerzadeungolpe—.Eraunaprueba.Hasdecididonocogerelrifle.—Necesitabaestar segurodequeestuvierasdeverdadconnosotros.Con todos
nosotros.—¿Cómosabíasquenoibaadisparar?—Porque,Matthias,apestasadecencia.—Estásloco.
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—¿Sabes cuál es el secreto del juego,Helvar?—Kaz pisó con el pie bueno laculata del rifle del soldado caído. El arma subió y Kaz la tuvo en las manosapuntando a Matthias en un instante. Nunca había estado en peligro—. Hacertrampas.Ahoravamosalimpiarnosyponernosestosuniformes.Tenemosunafiestaalaqueir.
—Algúndíatequedarássintrucos,demjin.—Mástevalequenoseahoy.Yaveremosloquetraelanoche,pensóMatthiasmientrasseagachabaparahacer
la tarea. El engaño no es mi lengua materna, pero todavía podría aprender ahablarla.
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esper sabía que debería estar enfadado conKaz; por ir a por PekkaRollins ydestrozar el primer plan, y por exponerlos a un peligro aúnmayor con esa nuevaestrategia.PeromientrasélyWylansearrastrabanporeltejadodelosdrüskelleendirección a la entrada, estaba demasiado feliz para enfadarse. Su corazón latía confuerza,ylaadrenalinacrepitabaporsucuerpoendeliciosospicos.EraunpococomounafiestaalaquehabíaidoenelStaveOccidental.Alguienhabíallenadounafuentedelaciudaddechampán,yJesperhabíatardadocomodossegundosenmeterseconlasbotasquitadasylabocaabierta.Ahoraeraelriesgoloquellenabasunarizysuboca,haciéndolosentirembriagadoeinvencible.Leencantaba,yseodiabaporello.Debería estar pensando en el trabajo, en el dinero, en acabar con sus deudas, enasegurarsedequesupadrenosufrieraporsuspayasadas.PerocuandolamentedeJesper rozaba siquiera esos pensamientos, todo en él se venía abajo. Tratar de nomorireralamejordistracciónposible.
Aun así, Jesper era más consciente de los sonidos que producían ahora queestabanlejosdelasmultitudesyelcaosdelaembajada.Esanochepertenecíaalosdrüskelle.Hringkälla era su fiesta, y todos estaban resguardados a salvo en la IslaBlanca.Aquel edificio era probablemente el lugarmás seguro para él yWylan enesosmomentos. Pero el silencio allí parecía pesado, siniestro. No había sauces nifuentes,comohabíahabidoenlaembajada.Comolaprisión,esapartedelaCortedeHielo no estaba hecha para los ojos públicos. Jesper se encontró moviendo
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nerviosamenteconlalenguaelbaleenentresusdientesyseobligóapararantesdeactivarlo.EstabasegurodequeWylanjamásledejaríaolvidarunameteduradepataasí.
Un gran tragaluz con forma de pirámide daba a lo que parecía una sala deentrenamiento,conunacabezade lobodrüskellegrabadaenel sueloy losestantesllenos de armas. A través de la siguiente pirámide de cristal vislumbró un grancomedor.Unapared estaba ocupada por una chimenea enorme, conuna cabeza delobo tallada en la piedra sobre ella. La pared de enfrente estaba adornada con unenormeestandartesinningúnpatróndistinguiblehechoconretalesdetirasdelgadasde tela; la mayoría roja y azul, pero también algunas púrpuras. Jesper tardó unmomentoencomprenderloqueestabaviendo.
—PortodoslosSantos—dijo,sintiéndoseunpocomareado—.ColoresGrisha.Wylanentrecerrólosojos.—¿Elestandarte?—RojoparalosCorporalki.AzulparalosEtherealki.PúrpuraparalosMaterialki.
SontrozosdelaskeftasquellevanlosGrishaenbatalla.Sontrofeos.—Haymuchos.Cientos.Miles.Yohabríallevadoelpúrpura,pensóJesper,simehubieraunido
alSegundoEjército.Tratódealcanzarlaefervescenteeuforiaquehabíaburbujeadoatravés de él unos momentos antes. Había estado dispuesto, deseoso incluso dearriesgarsealacapturaylaejecucióncomoladrónymercenario.¿PorquéerapeorpensarquelocazarancomoGrisha?
—Movámonos.Aligualquelaprisiónylaembajada,laentradadelsectordrüskelleseencontraba
en un patio, para que nadie que entrara fuera observado y disparado desde arriba.Pero con esa puerta fuera de servicio, las almenas del patio estaban tan desiertascomo el resto del edificio. Allí había bloques de brillante piedra negra conincrustaciones de la cabeza de lobo plateada iluminadas con espeluznantes llamasazules.EralaúnicapartedelaCortedeHieloquehabíavistoquenofuerablancaogris.Inclusolapuertaeradealgunaclasedemetalnegroqueparecíaimposiblementepesado.
Habíaunguardiavisibledebajo,reclinadocontraelarcodelaentradaconunriflesobreelhombro.
—¿Solouno?—preguntóWylan.—Matthiasdijoquehabríacuatroguardiasenlaspuertasfueradeservicio.—TalvezelProtocoloAmarilloesté jugandoennuestrofavor—sugirióWylan
—.Puedequelosenviaranalsectordelaprisión,o…—Oalomejorhaydocefjerdanosgrandotesmanteniendoelcalordentro.Mientrasobservaban,elguardiaabrióunalatadejurdaysemetióunpuñadode
los pétalos naranjas secos en la boca. Parecía aburrido e irritado, probablemente
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frustrado por estar situado tan lejos de la diversión de las festividades de laHringkälla.
Noteculpo,pensóJesper.Perotuvidaestáapuntodeponersemásinteresante.Al menos el guardia llevaba un uniforme corriente en lugar del negro de los
drüskelle,comprobóJesper,todavíaincapazdequitarsedelamentelaimagendeeseestandarte.Sumadreerazemeni,perosupadre tenía lasangrekaélicaque lehabíadadoaJespersusojosgrises,ynuncasehabíaquitadodeencimalassupersticionesdelaIslaErrante.CuandoJesperhabíacomenzadoamostrarsupoder,supadrehabíaquedadodesolado.Lohabíaalentadoamantenerlooculto.
—Tengo miedo por ti —le había dicho—. El mundo puede ser cruel con lostuyos.
PeroJespersiempresehabíapreguntadositalvezsupadrenohubieratenidounpocodemiedotambiéndeél.
¿YsihubieraidoaRavkaenvezdeaKerch?,pensó.¿YsimehubieraunidoalSegundo Ejército? ¿Dejaban siquiera luchar a los Hacedores, o se quedabanencerradosentalleres?Ravkaerayamásestable,reconstruyéndose.ElalistamientonoeraobligatorioparalosGrisha.Podíairdevisita,talvezaprenderausarmejorsupoder,dejaratráslosantrosdejuegodeKetterdam.SiteníanéxitoenllevaraBoYul-BayuralConsejoMercante,cualquiercosaseríaposible.Sereprendió.¿Quéestabapensando?Necesitabaunadosisdepeligroinminenteparamantenerlacabezaclara.
Selevantódedondeestabaagachado.—Voyair.—¿Cuáleselplan?—Yaloverás.—Dejaqueteayude.—Puedes ayudarme callándote y quitándote demi camino.Mira—dijo Jesper
mientrasenganchabalacuerdaporellateraldeltejadoydejabaquecayeratrasunafiladebloquesdepiedraquebordeabanelcamino—.Esperaaquehayainmovilizadoalosguardiasydespuésbaja.
—Jesper…Peroélechóacorrerporel tejado,manteniéndoseagachadomientrasevitabael
bordequedabaalpatio.Sesituóenlapareddetrásdelguardia.Tansilenciosamentecomopudo,atóotrotrozodecuerdaaltejadoycomenzóa
bajarporlaparedconlentitud.Elguardiaestabacasijustodebajodeél.Jespernoeraningún Espectro, pero si podía bajar sin ruido y aparecer por detrás del guardia,podríahacerlotodoensilencio.
Se tensó, listo para saltar. Otro guardia salió a zancadas por la entrada, dandopalmadasporelfríoyhablandoenvozalta,ydespuésaparecióotro.Jespersequedóparalizado. Estaba colgado sobre tres guardias armados en mitad de una pared,completamenteexpuesto.PoresoeraporloqueKazhacíalosplanes.Elsudorfrotó
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ensufrente.Nopodíaderribaratresguardiasalavez.¿Ysihabíamásdentro,listosparadarlaalarma?
—Espera—dijounodeellos—.¿Hasoídoalgo?Nomiresarriba.PorlosSantos,nomiresarriba.Losguardiassemovieronenuncírculolentoconlosriflesenalto.Unodeellos
estiróelcuellohaciaatrás,examinandoeltejado.Comenzóagirar.Unsonidoextrañoydulceatravesóelaire.—SkerdenFjerda,kendehjertzeeeeng,lendtenisenendewaaaaanden.UnaspalabrasfjerdanasqueJespernocomprendíaflotaronporencimadelpatio
conunaperfectayresplandecientevozdetenorqueparecíaprocederdelasalmenasdepiedranegra.
Wylan.Losguardiasgiraronconrapidez,apuntandoconlosriflesalcaminoquellevaba
alpatio,buscandolafuentedelsonido.—¿Olander?—llamóuno.—¿Nilson?—dijootro.Teníanlasarmasenalto,perosusvocesparecíanmásdesconcertadasycuriosas
queagresivas.¿Quédemoniosestáhaciendo?Una silueta apareció en el arco del camino, dando bandazos de izquierda a
derecha.—Skerden Fjerda, kende hjertzeeeeng —cantó Wylan, haciendo una imitación
sorprendentementeconvincentedeunfjerdanoborrachoperomuytalentoso.Losguardiasrompieronareíryseunieronalacanción.—Lendtenisen…Jespersaltó.Sujetóal fjerdanomáscercano, lepartióelcuelloycogiósu rifle.
Mientraselsiguientesedabalavuelta,Jesperleestampólaculataenlacaraconuncrujido desagradable. El tercer guardia levantó el arma, pero Wylan le sujetó losbrazosdesdeatrásdeformaincómoda.Elriflecayódesusmanosytraqueteósobrelapiedra.Antesdequepudieragritar,Jesperselanzóhaciadelanteyclavólaculatadel rifle en las tripas del guardia, y después lo remató con dos golpes en lamandíbula.
SeagachóylanzóunodelosrifleshaciaWylan.Sequedaronsobreloscuerposde los guardias, jadeando con las armas en alto, esperandomás soldados fjerdanosquesalierancorriendo.Nollegóninguno.TalvezelcuartoguardiasehabíaidoporelProtocoloAmarillo.
—¿Así es como te quedas callado y fuera de mi camino? —susurró Jespermientras arrastraban los cuerpos de los guardias fuera de la vista tras uno de losbloquesdepiedra.
—¿Asíescomodaslasgracias?—replicóWylan.—¿Quédemonioseraesacanción?
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—El himno nacional —replicó Wylan con suficiencia—. Fjerdano de aula,¿recuerdas?
Jespersacudiólacabeza.—Estoyimpresionado.Contigoycontustutores.Quitaron el uniforme a dos de los guardias, dejando su ropa de prisión en un
pulcrofardo,ydespuésataronlasmanosypiesdelosguardiasqueseguíanconpulsoy los amordazaron con trozos de su ropa de prisión. El uniforme de Wylan erademasiado grande y lasmangas y los pantalones de Jesper parecían ridículamentecortos,peroalmenoslasbotaslesquedabanrazonablementebien.
Wylanhizoungestohacialosguardias.—¿Essegurodejarlos,yasabes…?—¿Convida?Nosuelomatarhombresinconscientes.—Podríamosdespertarlos.—Quéimplacable,mercadercillo.¿Algunavezhasmatadoaalguien?—NisiquierahabíavistouncadáverantesdellegaralBarril—admitióWylan.—No es nada de lo que avergonzarse—dijo Jesper, sorprendiéndose un poco.
Perolodecíaenserio.Wylanteníaqueaprenderacuidardesímismo,peroestaríabienquepudierahacerlosinentrarentérminosamistososconlamuerte—.Asegúratedequelasmordazasesténbiensujetas.
Setomaronlaprecauciónextradeatara losguardiasa labasedeunbloquedepiedra.Probablementedescubriríanalospobresantesdequelograranliberarse.
—Vamos—dijo Jesper,y cruzaronelpatiohasta la entrada.Habíapuertas a laderechayalaizquierdadelarco.
Fueron por la derecha y subieron las escaleras con cautela. Aunque Jesper nopensaba que nadie los estuviera esperando, algún guardia podía estar a cargo deproteger elmecanismode la puerta a toda costa. Pero la habitación de encima delarcoseencontrabavacía,iluminadasoloporunalámparasobreunamesabajadondehabíaun libro abierto junto aunmontoncitodenueces enterasy cáscaras abiertas.Lasparedesestaban llenasdeestantes con rifles, riflesmuycaros,y Jesper supusoque las cajas estaban llenas de munición. No había polvo por ningún sitio. Quéfjerdanosmáspulcros.
La mayor parte de la habitación estaba ocupada por un gran cabrestante, conmangosacada ladoyunasgruesascadenasenrolladasasualrededor.Juntoacadamango,lascadenasseextendíanentensosradiosatravésdelasgrietasenlapiedra.
Wylaninclinólacabezahaciaunlado.—Vaya.—Nomegustacómosuenaeso.¿Quépasa?—Esperabacuerdaocables,nocadenasdeacero.Sivamosaasegurarnosdeque
losfjerdanosnopuedanabrirlapuerta,vamosatenerquecortarelmetal.—Peroentonces,¿cómoactivamoselProtocoloNegro?—Eseeselproblema.
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ElRelojMayorcomenzóadarlasdiezcampanadas.—Debilitaré los eslabones —dijo Jesper—. Busca una lima o cualquier cosa
afilada.—Wylanlemostrólastijerasdelalavandería—.Suficiente.Tendríaqueserlo.Tenemostiempo,sedijomientrasseconcentrabaenlacadena.Todavíapodemos
conseguirlo. Esperaba que los demás no se hubieran encontrado con ningunasorpresa.
TalvezMatthiasseequivocaraconlaIslaBlanca.TalvezlastijerassepartiríanenlasmanosdeWylan.TalvezInejfracasaría.ONina.OKaz.
Oyo.Talvezfracaseyo.Seispersonas,peromilformasdequeaquelplandemencialpudierasalirmal.
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NUEVECAMPANADASYMEDIA
inaseatrevióaecharunvistazomásporencimadelhombro,observandoalosguardiasquesellevabanaInej.Eslistayletal.Puedecuidardesímisma.
Ese pensamiento no le supuso demasiado consuelo, pero tenía que seguirmoviéndose.Estabaclaroquelasdosibanjuntas,yqueríadesaparecerantesqueelguardia que había detenido a Inej extendiera sus sospechas hacia ella.Además, nohabía nada que pudiera hacer ya por la suli, no sin delatarse y arruinarlo todo. Seagachóatravésdelashordasdeasistentesalafiestayseabriólallamativacapadecaballo,dejóquesearrastraratrasellaydespuéspermitióquecayeraylamultitudlapisoteara.Suropaharíagirarcabezasdetodosmodos,peroalmenosyanoteníaquepreocuparsedequeunenormemoñorojodelatarasuposición.
Elpuentede cristal se alzabaante ella enunarco reluciente,brillandobajo lasllamas azules de las lámparas de sus agujas. A su alrededor la gente reía y seaferraban unos a otros mientras se elevaban más sobre el foso de hielo, con susuperficie brillando debajo, un espejo casi perfecto. El efecto era desconcertante ymareante;sussandaliasdecuentasdemasiadoapretadasparecíanflotarenmitaddelaire.Lagentequehabíajuntoaellaparecíaestarcaminandosobrelanada.
Otra vez tuvo la desagradable comprensión de que ese lugar debía haberloconstruido un Hacedor en un pasado lejano. Los fjerdanos aseguraban que laconstruccióndelaCortedeHieloeraeltrabajodeundiosodeSénjEgmond,unode
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los Santos que decían que tenía sangre fjerdana. Pero en Ravka, la gente habíacomenzado a pensar dos veces en los milagros de los Santos. ¿Habían sidoverdaderosmilagrososimplementelaobradeGrishatalentosos?¿Eraelpuenteunregalo de Djel? ¿Un antiguo producto de la esclavitud? ¿O habrían construido laCortedeHieloenunaépocaantesdequelosGrishafueranvistoscomomonstruosporlosfjerdanos?
Enelpuntomáselevadodelarco,vioporprimeravezlaIslaBlancayelanillointerior.Desde la distancia había visto que la isla estaba protegida por otra pared,perodesdeesepuntoveíaqueestateníaformadeleviatán,ungigantescodragóndehielo que rodeaba la isla en un círculo y se tragaba su propia cola. Se estremeció.Lobos, dragones, ¿qué sería lo siguiente? En las historias ravkanas, losmonstruosesperabanaserdespertadosporlallamadadeloshéroes.Bueno,pensó,desde luegonosotrosnosomoshéroes.Esperemosqueestesequededormido.
Eldescensoporelpuentefueaúnmásmareante,yNinasesintióaliviadacuandosuspiestocaronelsólidomármolblancounavezmás.Unoscerezosblancosyunossetosdesicomoroplateadobordeabanelcaminodemármol,ylaseguridadaeseladodelpuenteparecíaclaramentemásrelajada.Losguardiasqueestabanenposicióndefirmesllevabanelaboradosuniformesblancosdecoradosconpelajeplateadoylazosplateados nada intimidatorios. Pero Nina recordaba lo que había dicho Matthias:cuantomás te internabas en los anillosmás aumentaba la seguridad, solo que eramenosvisible.Vioalosasistentesmoviéndoseconellaporlasresbaladizasescalerasy a través del hueco entre la cola y la boca del dragón. ¿Cuántos eran de verdadinvitados, nobles, artistas? ¿Y cuántos eran soldados fjerdanos o drüskelledisfrazados?
Pasaronporunpatioabiertodepiedraylaspuertasdelpalaciohastaunaentradaabovedadadevariospisosdealto.Elpalacioestabahechodelamismapiedralimpia,blancaysinadornosdelasparedesdelaCortedeHielo,yparecíacomosiunglaciarsehubieratragadotodoellugar.Ninanosabíasieranlosnervios,suimaginaciónoque el lugar de verdad estabamuy frío, pero tenía la carne de gallina y tuvo queesforzarseparaquenolecastañetearanlosdientes.
Entróenungransalóndebailecircularllenodegentebailandoybebiendobajouna relucientemanadade lobos talladosenhielo.Teníaquehaberalmenos treintaenormesesculturasdebestiasquecorríanysaltaban,conloscostadosbrillandobajola luz plateada, las mandíbulas abiertas, sus hocicos que se fundían con lentitudgoteandodevez en cuando sobre lamultitudde abajo.Lamúsicadeunaorquestainvisibleeraapenasaudibleporencimadelparloteo.
ElRelojMayor comenzó a dar las diez campanadas.Había tardado demasiadotiempoencruzareseestúpidopuentedecristal.Necesitabavermejorlahabitación.Mientrassedirigíahaciaunaescaleradepiedrablancaquedescendía,viodosfigurasfamiliaresentrelassombrasdeunnichocercano.KazyMatthias.Lohabíanlogrado,yteníanuniformesdedrüskelle.Ninareprimióunescalofrío.VeraMatthiasconesos
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colores le metía una clase diferente de frío en los huesos. ¿Qué había pensado alponérselos? Dejó que sus ojos se encontraran con los suyos brevemente, pero sumirada era ilegible. Sin embargo, ver aKaz junto a él le daba algún consuelo.Noestabasola,ytodavíaestabanatiempo.
No se arriesgó siquiera a asentir con la cabeza, sinoque continuó subiendo lasescaleras hasta el balcón del segundo piso, donde podría ver mejor el flujo de lamultitud.ErauntrucoquehabíaaprendidoenlaescueladeZoyaNazyalensky.Habíapatronesenlaformademoversedelagente,cómoseapiñabanalrededordelpoder.Pensaban que iban por ahí, caminando sin rumbo, pero en realidad estaban siendoatraídos hacia gente de alto estatus. No era sorprendente que hubiera una granconcentraciónarremolinadaalrededordelareinadeFjerdaysusacompañantes.Quéraro,pensóNinaobservandosustrajesblancos.EnRavka,elblancoerauncolordesirviente. Pero esa corona no era moco de pavo; tenía unas retorcidas espinas dediamantequeparecíanramasreluciendoconescarchanueva.
Lafamiliarealestabademasiadobienprotegidaparaquelesirviera,peronomuylejosviootroremolinodeactividadalrededordeungrupoderopamilitar.SialguienconocíalaubicacióndeYul-Bayurenlaisla,seríaalguiendealtorangoenlasfuerzasarmadasdeFjerda.
—Bonitasvistas,¿verdad?Nina casi saltó cuando el hombre se situó junto a ella sigilosamente.Menuda
espíaestabahecha;nisiquieralohabíanotadoacercándose.Éllesonrióylepusounamanoenlapartebajadelaespalda.—¿Sabes?Hayhabitacionesaquíparapasarunbuenrato.Ycontigopareceque
seráunratomuybueno.Sumanodescendió.Nina lebajódegolpeel ritmocardiacoyél cayócomounapiedray sedioun
golpecontra labarandilla.Despertaríaenunosdiezminutosconunfuertedolordecabezayposiblementeunapequeñacontusión.
—¿Seencuentrabien?—preguntóunaparejaquepasabaporahí.—Habebidodemasiado—replicóella,airada.Bajó las escaleras con lentitud y se internó entre el gentío, moviéndose
directamente hacia donde un grupo de soldados ataviados con trajes militaresplateadosyblancosrodeabanaunhombrecorpulentoconunexuberantebigote.Silaconstelacióndemedallasdesupechoeraindicaciónalguna,teníaqueserungeneraloalgocercano.¿Deberíairaporéldirectamente?Necesitabaaalguiendeunrangolo bastante alto como para tener acceso a información privilegiada; alguien lobastante borracho como para tomarmalas decisiones, pero no tanto como para nopoder llevarla adonde necesitaba ir. Por el aspecto rubicundo de las mejillas delgeneralycómosebalanceabasobresuspies,parecíaestardemasiadoidocomoparahacernadaquenofueraecharseunasiestabocaabajoenunamaceta.
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Nina podía sentir los minutos pasando. Era el momento de hacer su apuesta.Tomóunacopadechampánydespuéssemovióconcuidadoalrededordelcírculo.Cuando un soldado se separó del grupo ella dio un paso hacia atrás, poniéndosedirectamenteensucamino.Sechocósobreella.Suspieseranlobastanteligerosparaqueelgolpenofuerademasiadofuerte,peroellasoltóunagudogritoysetiróhaciadelante,derramandoelchampán.Alinstantevariosbrazosfuertesseextendieronparaamortiguarsucaída.
—Zopenco—dijoelgeneral—.Casilatirasalsuelo.Yalprimerintento,pensóNinaparasímisma.Daigual.Soyunaespíaexcelente.Lasmejillasdelpobresoldadoerandeunrojobrillante.—Misdisculpas,señorita.—Losiento—replicóellaenkerch,fingiendoconfusiónyempleandoelidioma
delaReserva—.Nohablofjerdano.—Profundasdisculpas—intentóélenkerch.Hizounvalienteintentoenkaélico
—.Sientomucho.—Ah,no,hasidotodoculpamía—dijoellasinaliento.—Ahlgren,dejadedestrozarsuidiomaytráeleunacopanuevadechampán.—El
soldadose inclinóyseapresuróamarcharse—.¿Teencuentrasbien?¿Tebuscounasiento?—preguntóelgeneralenunkerchexcelente.
—Tansolomehasobresaltado—aseguróNinaconunasonrisa,apoyándoseenelbrazodelgeneral.
—Creoqueserámejorquetetumbesunrato.Ninaseesforzóparanoarquearlascejas.Yamegustaría.Peroprimerotengoque
descubrirloquesabes.—¿Yperdermelafiesta?—Estáspálida.Unpocodedescansoenlashabitacionesdearribaayudará.PortodoslosSantos,nopierdeeltiempo,¿verdad?Antesdequepudierainsistir
en que estaba perfectamente bien, pero que tal vez le gustaría pasar un rato en laterraza,unavozcálidadijo:
—Deverdad,generalEklund,lamejorformadeobtenerlosfavoresdeunamujernoesdecirlequetieneaspectodeestarenferma.
Elgeneral fruncióel ceñoconelbigoteerizado,peroentoncesparecióponersefirme.
—Cierto,cierto—rioconnerviosismo.Nina se giró y el suelo pareció caer bajo sus pies. No, pensó, y su corazón
trastabillóporelpánico.Nopuedeser.Seahogó.Sesuponíaqueestabaenelfondodelmar.
PerosiJarlBrumestabamuerto,teníauncadávermuyvital.
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aropadeJesperestabacubiertadepequeñasesquirlasyvirutasdeacero.Suuniformerobadoestabaempapadodesudor,ledolíanlosbrazos,yeldolordecabezaque se había instalado en su sien izquierda parecía haber tomado residenciapermanente allí. Durante casimedia hora, había estado concentrándose en un soloeslabóndelacadenaqueibadesdeelextremoizquierdodelcabrestantehastaunadelasranurasdelapared,utilizandosuspoderesparadebilitarelmetalmientrasWylantratabadeserrarloconlastijerasdelalavandería.Alprincipiohabíantenidocuidado,preocupados de partir el eslabón y deshabilitar la puerta antes de que fuera elmomento,peroelaceroeramásfuertedeloqueningunodelosdoshabíaesperado,ysuprogresoerafrustrantementelento.Cuandosonólacampanadadelostrescuartosdehora,elpánicoseapoderódeJesper.
—Levantemos la puerta y ya está —dijo con un gruñido de frustración—.Ponemos enmarcha el ProtocoloNegro y después disparamos al cabrestante hastaqueceda.
Wylan se apartó los rizos de la frente y le lanzó una rápidamirada. Jesper viosangre en sus manos donde se le habían formado ampollas que después habíanexplotadomientrastratabadecortareleslabón.
—¿Deverdadtegustantantolasarmas?Jesperseencogiódehombros.—Nomegustamatargente.
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—Entonces,¿porquétegustan?Jespervolvióaconcentrarseeneleslabón.—No sé. El sonido. Cómo el mundo se estrecha hasta que solo estás tú y tu
objetivo.Trabajé conunarmeroenNovyiZemque sabíaqueeraHacedor.Senosocurrieroncosasdelocura.
—Paramatargente.—Túhacesbombas,mercadercillo.Ahórrametusjuicios.—MellamoWylan.Ytienesrazón;notengoderechoacriticarte.—Noempiecesahacereso.—¿Elqué?—Estar de acuerdo conmigo—explicó Jesper—. Es el camino seguro hacia la
destrucción.—A mí tampoco me gusta la idea de matar gente. Ni siquiera me gusta la
química.—¿Quétegusta?—Lamúsica.Losnúmeros.Lasecuaciones.Nosoncomolaspalabras.No…no
semezclan.—Sisepudierahablarconlaschicasenecuaciones.Hubounlargosilencioyentonces,conlosojosclavadosenlamuescaquehabían
hechoeneleslabón,Wylandijo:—¿Solochicas?Jesperreprimióunasonrisa.—No.Nosolochicas.Eraunaverdaderapenaqueprobablementefueranamoriresanoche.Entoncesel
RelojMayorcomenzóadarlasoncecampanadas,ysusojosseencontraronconlosdeWylan.Sehabíanquedadosintiempo.
Jesper se puso enpie, tratandode sacudirse los trozosdemetal de la cara y lacamisa. ¿La cadena aguantaría el tiempo suficiente? ¿Demasiado tiempo?Tendríanqueaveriguarlo.
—Ponte en posición. —Wylan ocupó su lugar junto al mango derecho delcabrestante, y Jesper sujetó el de la izquierda—. ¿Preparado para el sonido de lamuertesegura?
—Nuncahasoídoamipadreenfadado.—EsesentidodelhumorseestávolviendocadavezmásapropiadoparaelBarril.
Sisobrevivimos,teenseñaréainsultar.Aladetres.QuelaCortedeHielosepaquelosDespojoshanvenidoaporellos.
Contó hacia atrás desde tres y comenzaron a girar el cabrestante, igualando elritmo del otro con cuidado, con los ojos en el eslabón debilitado. Jesper habíaesperado un sonido como de truenos, pero salvo por algunos crujidos y golpesmetálicos,lamaquinariapermanecióensilencio.
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Pocoapoco,lapuertadelaparedanularcomenzóaelevarse.Diezcentímetros.Veinticinco.
Alomejornopasanada,pensó.AlomejorMatthiasestabamintiendoytodoestodelProtocoloNegro es una farsa para que la gente no trate siquiera de abrir laspuertas.
Entonces lascampanasdelRelojMayorcomenzarona repicar,altasy llenasdepánico,agudasyexigentes,unacrecientemareadeecosunosobreotro,retumbandosobre la IslaBlanca, el fosodehielo, la pared.Las campanasdelProtocoloNegrohabían comenzado a sonar; ya no había vuelta atrás. Soltaron los mangos delcabrestantealunísono,dejandoquelapuertacayeracomountrueno,peroeleslabónsiguiósinceder.
—Vamos —dijo Jesper, tratando de convencer al tozudo metal. Un mejorHacedor probablemente podría haberlo hecho con rapidez.UnHacedor conparemprobablementepodríahaberconvertidolacadenaenunoscuchillosparacarneytenertiempopara tomarseuncafé.PeroJespernoeraningunadeesasdoscosas,yse lehabíaacabadoladelicadeza.Sujetólacadenaysecolgódeella,usandotodosupesopara tratar de hacer presión sobre el eslabón. Wylan hizo lo mismo y, por unmomento,sequedaroncolgados tirandode lacadenacomounpardeardillas locasquenohabíanaprendidoaescalar.Encualquiermomento losguardiasentraríanendesbandada en el patio, y tendrían que dejar esa locura para defenderse.La puertaseguiríaestandooperativa.Habríanfracasado.
—Alomejorpodríasprobaracantarle—dijoJesper,desesperado.Yentonces,conunúltimoestremecimientodeprotesta,eleslabónsepartió.JesperyWylancayeronalsuelomientraslacadenapasabaentresusmanos,con
un extremodesvaneciéndose por la ranura y el otro haciendo girar losmangos delcabrestante.
—¡Loconseguimos!—gritóJesperporencimadelestruendodelascampanas,amediocaminoentrelaemociónyelterror—.Yotecubro.¡Ocúpatedelcabrestante!
Tomósurifle,sesituójuntoaunarendijaenlapareddepiedraquedabaalpatioysepreparóparaqueelinfiernosedesatara.
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uánto tiempo vamos a seguir esperando?—preguntó un hombre vestido conterciopelocolorvino.Losguardias lo ignoraron,pero losdemás invitadosapiñadosjuntoalaentradaconInejgruñerondefrustración—.Hegastadomuchodineroparaveniraquí,ynohasidoparapasartodoeltiempojuntoalapuertaprincipal.
Elguardiamáscercanorecitóconvozaburridaymonótona:—Los hombres del punto de control se están ocupando de otros invitados. En
cuanto estén libres, os llevarán de vuelta por la pared anular y permaneceréisdetenidosenelpuntodecontrolhastaquecompruebenvuestraidentificación.
—¿Detenidos?—repitióelhombredelterciopelo—.¡Comocriminales!Inejllevabacasiunahoraoyendovariacionesdelamismaconversación.Echóun
vistazoalpatioquellevabaalapuertadelaparedanular.Siibaahacerqueeseplanfuncionara,teníaqueserlistaymantenerlacalma.Salvoporqueaquelnoeraungranplan, y desde luego no se sentía calmada. La seguridad y el optimismo que habíasentidosolounratoantessehabíaevaporado.Esperómientraspasabanlosminutos,examinando la multitud con los ojos. Pero cuando sonó la campanada de los trescuartos,supoquenopodíaesperarmás.Teníaqueactuarya.
—Yaessuficiente—dijoenvozalta—.Llevadnosalpuntodecontrolodejadnosmarchar.
—Losguardiasdelpuntodecontrol…Inejfuehastalapartedelanteradelgrupoydijo:
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—Estamostodoshartosdeesediscurso.Llevadnosporlapuertayyaestá.—Silencio—ordenóelguardia—.Solosoisinvitados.Inejleclavóundedoenelpecho.—Puestratadnoscomoainvitados—dijo,exhibiendosumejorimitacióndeNina
—.Exijoquemellevesalapuertadeinmediato,grandullónrubio.Elguardialeagarróelbrazo.—¿Estástandesesperadaporiralapuerta?Puesvamos.Peronovasavolver.—Yosolo…Entoncesotravozreverberóatravésdelarotonda.—¡Para!Eldeahí,¡hedichoquepares!Inejoliósuperfume:lilas,ricoycremoso,undensoolordorado.Sintiónáuseas.
HeleenVanHouden, dueña y propietaria de laReserva, laCasaExótica, donde elmundoeratuyoporunprecio,estabaabriéndosecaminoatravésdelamultitud.
¿NohabíadichoqueaTanteHeleenleencantaballamarlaatención?ElguardiasedetuvosobresaltadocuandoHeleensecolocóenfrentedeél.—Señora,ledevolveránasuchicaalfinaldelanoche.Suspapeles…—No esmi chica—dijoHeleen, entrecerrando los ojos con ferocidad. Inej se
quedó completamente inmóvil, pero ni siquiera ella podía desvanecerse sin teneradonde ir—. Esta es el Espectro, la mano derecha de Kaz Brekker y una de lascriminalesmásnotoriasdeKetterdam.—Lagenteasualrededorsegiróparamirar—.¿CómoteatrevesavenirconlosauspiciosdemiCasa?—siseó—.¿Lacasaquetedioropaycomida?¿YdóndeestáAdjala?
Inejabriólaboca,peroelpánicoseelevótensandosugargantayahogandosuspalabras antes de que salieran. Sentía la lengua inútil y entumecida. Una vezmásestaba mirando a los ojos a la mujer que le había dado palizas, que la habíaamenazado,lahabíacompradounavezyluegolahabíavendidounayotravez.
Heleenlaagarróporloshombrosylasacudió.—¿Dóndeestámichica?Inejbajó lamiradahasta losdedosclavadosensucarne.Porunbrevesegundo
todosloshorroresvolvieronaellayfuedeverdadunespectro,unfantasmavolandode un cuerpo que solo le había dado dolor. No. Un cuerpo que le había dado sufuerza.UncuerpoquelahabíallevadosobrelostejadosdeKetterdam,quelehabíaservido en batalla, que la había hecho subir seis pisos en la oscuridad de unachimeneamanchadadehollín.
CogiólamuñecadeHeleenylaretorcióconfuerzahacialaderecha.Ellasoltóunchillidoysusrodillascedieronmientraslosguardiasselanzabanhaciadelante.
—Tiré a tu chica al fosodehielo—gruñó Inej, apenas reconociendo supropiavoz.Llevó la otramano a la garganta deHeleeny apretó—.Yestámejor ahí quecontigo.
Entoncesunosbrazos fuertes tiraronde ella, quitándolade encimade lamujer,tirandodeellahaciaatrás.
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Inej jadeó, con el corazón acelerado.Podría haberlamatado, pensó.Sentía supulsobajomimano.Deberíahaberlamatado.
Heleen se puso en pie, gimoteando y tosiendo mientras los espectadores seacercabanparaayudarla.
—¡Siestáaquí,entoncesBrekkertambién!—chilló.En ese momento, como si expresaran su acuerdo, las campanas del Protocolo
Negro comenzaron a sonar, ruidosas e insistentes. Hubo un aturdido segundo deapatía,yentoncestodalarotondaparecióreventardeactividadcuandolosguardiascorrieronasuspuestosyloscomandantescomenzaronadarórdenes.
Uno de los guardias, claramente el capitán, dijo algo en Fjerdano. La únicapalabra que reconoció Inej fue «prisión». Sujetó la seda de su capa y le gritó enkerch:
—¿Quiénestáentuequipo?¿Cuálesvuestroobjetivo?—Novoyahablar—replicóella.—Cantarássinosotrosqueremos—escupióelguardia.LasutilrisadeHeleenestaballenadeplacer.—Teverécolgada.YtambiénaBrekker.—Elpuenteestácerrado—declaróalguien—.Nadiemásvaaentrarosalirdela
islahoy.Los invitados, furiosos, se dirigieron a cualquiera que pudiera escucharlos,
exigiendoexplicaciones.Los guardias arrastraron a Inej por el patio, más allá de los espectadores que
miraban boquiabiertos, y pasaron por la puerta de la pared anular mientras lascampanasseguíansonando.Yanotratarondefingiramabilidadydiplomacia.
—Tedijequevolveríasallevarmissedas,pequeñalince—dijoHeleendesdeelpatio.LapuertayaestababajandomientraslosguardiaslasellabandeacuerdoconelProtocoloNegro—.Ahoratecolgaránconellas.
Laspuertassecerrarondegolpe,peroInejpodríajurarqueseguíaoyendolarisadeHeleen.
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ina rezó para no delatar su miedo. ¿La había reconocido Brum? Él estabaexactamente igual: largopelodoradoconun toquedegrisen lassienes, ladelgadamandíbula cubierta por una barba bien recortada, el uniforme drüskelle, negro yplateado,conlamangaderechaadornadaconlacabezadeunlobo.Habíapasadomásdeunañodesdequelovio,perojamásolvidaríaesacaranielazulresueltodesusojos.
La última vez que se había encontrado en compañía de Jarl Brum, este habíaestado pavoneándose anteMatthias y sus hermanos drüskelle en la bodega de unbarco.Matthias.¿HabríavistoaBrum,suantiguomentor,vivoyhablandoconella?¿Estaría observándolos en esos momentos? Resistió la necesidad de explorar lamultitudenbuscadealgunaseñalsuyaydeKaz.
Sinembargo,labodegadelbarcoeramuyoscura,yellahabíaformadopartedeungrupodeprisioneros,suciayasustada.Ahoraestabalimpiayperfumada.Supeloeradeuncolordiferenteysupielestabamaquillada.Deprontosesintióagradecidapor su absurdo disfraz.Después de todo, Brum era un hombre. Esperaba que Inejtuvierarazónytansolovieraaunakaélicapelirrojaconunescotemuybajo.
Hizounaprofundareverenciaylomiróatravésdelaspestañas.—Unplacer.Losojosdelhombrerecorrieronsufigura.
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—Puedequesí.EresdelaCasaExótica,¿verdad?¿Kepyenom?—NommeFianna—respondióellaenkaélico.¿Laestabaponiendoaprueba?—.
Peropodéisllamarmecomoqueráis.—PensabaquelaschicaskaélicasdelaReservallevabanlacapadelayeguaroja.Ellafruncióloslabios.—Nuestrazemenilapisóyrompióeldobladillo.Creoquelohizoapropósito.—Malditachica.¿Deberíairaporellaycastigarla?Ninaseobligóasoltarunarisita.—¿Cómoloharíais?—Dicenqueel castigodependedel crimen,peroyocreoquedeberíadepender
delcriminal.Si fuerasmiprisionera,meocuparíadedescubrir loque tegustay loqueno…ytambiéntusmiedos,claro.
—Notengomiedo—dijoellaconunguiño.—¿De verdad? Qué interesante. Los fjerdanos valoran enormemente el coraje.
¿Quéteparecenuestropaís?—Esun lugarmágico—respondióNinaconefusión.Si tegustaelhieloymás
hielo. Se preparó. Si él sabía quién era, entonces debería descubrirlo ya. Y si no,bueno, todavía necesitaba localizar a Bo Yul-Bayur, y qué placer sería engañar allegendarioJarlBrumparasacarleesainformación.Seacercómás—.¿Sabéisdóndemegustaríairdeverdad?
Élimitósutonoconspirador.—Meencantaríasabertodostussecretos.—ARavka.Eldrüskellefruncióloslabios.—¿Ravka?Unatierradeblasfemosybárbaros.—Cierto,pero¿veraunGrisha?¿Podéisimaginarlaemoción?—Teloaseguro,noesnadaemocionante.—Solodecís eso porque lleváis lamarca del lobo.Eso significa que sois un…
drüskelle,¿verdad?—preguntó,fingiendoforcejearconlapalabrafjerdana.—Soysucomandante.Ninaabriómucholosojos.—EntoncesdebéisdehabervencidoamuchosGrishaenbatalla.—Hay poco honor en luchar con una criatura así. Preferiría enfrentarme amil
hombres honestos con espadas que a uno de esos engañosos brujos con poderesantinaturales.
Y cuando llegáis con vuestros rifles de repetición y vuestros tanques, cuandoperseguísniñosyaldeasindefensas,¿nodeberíamosusarlasarmasqueposeemos?Ninasemordióconfuerzalaparteinteriordelamejilla.
—HayGrishaenKerch,¿verdad?—preguntóBrum.—Esoheoído,peronohevistoaningunoenlaReservaoenelBarril.Almenos
noqueyosepa.—¿Podíaarriesgarseamencionarlajurdaparem?¿Cómoibaatener
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talconocimientolachicaquefingíaser?Seinclinóhaciaél,curvandoloslabiosenunasonrisamalvadayligeramenteculpable,yesperandoparecerdeseosadeemociónmás que de información—. Sé que son terribles, pero… la verdad es que meprovocanescalofríos.Heoídoquesuspoderesnotienenlímites.
—Bueno…—vacilóeldrüskelle.Nina pudo ver que estaba debatiendo consigo mismo. Sería mejor hacer una
retiradaestratégica,asíqueseencogiódehombros.—Peroquizánoseasuáreadeexperiencia.Echóunvistazoporencimadelhombroycaptólamiradadeunjovennoblede
pálidasedagris.—¿TegustaríaveraunGrishaestanoche?Su mirada volvió de golpe a Brum. Tan solo necesitaría un espejo. ¿Tendría
BrumprisionerosGrishaporalgúnlado?LoquequeríaeraoírlotodosobreBoYul-Bayurylajurdaparem,peroesepodríaserelcomienzo.Ysipodíallevarloasolas…
Ledioungolpecitoenelpecho.—Estáisdebroma.—¿Sedaríacuentatuseñorasiteescaparas?—Poresoestamosaquí,¿no?¿Paraescaparnos?Élleofrecióelbrazo.—Entonces,¿vamos?—Ella sonrióy lepuso lamanosobreelantebrazo.Él le
diounasuavepalmada—.Buenachica.Le entraron arcadas. A lo mejor te dejo impotente, pensó Nina sombríamente
mientraséllallevabafueradelsalóndebaileyatravésdeunbosquehechodehilerasde esculturasdehielo: un lobo conun águiladoblegritando entre susmandíbulas,unaserpienteenroscadaalrededordeunoso.
—Qué…primitivo—murmuró.Brumserioylevolvióadarungolpecitoenlamano.—Somosunaculturadeguerreros.¿Estaríamuymalmatarloahora?,sepreguntómientrasavanzaban.¿Talvezque
parecieraunataquealcorazón?¿Dejarloaquí,enelfrío?PeropodíasoportaraJurlBrum mirándole lascivamente la parte delantera del vestido un rato más si esosignificabaalejarlajurdaparemdelmundo.
Además, si Bo Yul-Bayur se encontraba en esa isla dejada de la mano de losSantos,Brumeraquienpodríallevarlohastaél.Losguardiasdelaspuertasdelsalóndebaileloshabíandejadopasarconpocomásqueunacejaalzadayunasonrisita.
Justodelantedeellos,Ninaviounenormeárbolplateadoenelcentrodeunpatiocircular,consusramasextendiéndosesobrelapiedraenuntoldoreluciente.Elfresnosagrado,comprendióNina.Entoncesdebíandeestarenelcentrodelaisla.Elpatioestaba rodeado de arcadas por ambos lados. Si los dibujos de Matthias y Wylanhabíansidocorrectos,eledificioquehabíajustoalotroladoeralatesorería.
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Enlugardellevarlaporelpatio,Brumgiróalaizquierdahaciauncaminoporunlateraldelaarcada.Mientraslohacía,Ninavislumbróungrupodegenteconabrigosnegrosconcapuchaavanzandohaciaelárbol.
—¿Quiénesson?—preguntó,aunqueyalosospechaba.—Drüskelle.—¿Nodeberíaisestarconellos?—Esta es una ceremonia para que los viejos hermanos den la bienvenida a los
nuevos,noparaloscapitanesyoficiales.—¿Pasasteisporella?—Cada drüskelle de la historia ha entrado en la orden a través de la misma
ceremoniadesdequeDjelungióalprimerodenosotros.—Ninaseobligóanoponerlosojosenblanco.Claro,unmanantialgiganteeligióauntíoparacaparyasesinargente inocente.Seguroque sí—.Esoes loque secelebraen laHringkälla.Ycadaaño,sihay iniciadosdignos, losdrüskelle se reúnen juntoal fresnosagrado,dondepodríanoírunavezmáslaVozdeDios.
Djel dice que eres un fanático borrachode tu propio poder.Vuelve el añoqueviene.
—Lagenteolvidaqueestaesunanochesagrada—murmuróBrum—.Vienenalpalacioabeber,bailaryfornicar.
Ninatuvoquemorderselalengua.DadoelinterésdeBrumensuescote,dudabaquesuspensamientosfueranmuysagrados.
—¿Tanmalassonesascosas?—preguntóconprovocación.Brumsonrióyleapretóelbrazo.—Noconmoderación.—Lamoderaciónnoesunademisespecialidades.—Yaloveo—dijoél—.Megustaelaspectodeunamujerquesabedisfrutar.Disfrutaríaasfixiándotelentamente,pensóellamientraslepasabalosdedospor
el brazo.MirandoaBrum, supoqueno solo lo culpabapor las cosasque lehabíahechoasugente;sinotambiénporloquelehabíahechoaMatthias.Habíacogidoaun chico valiente ymiserable y lo había alimentado con odio.Había silenciado laconciencia de Matthias con prejuicios y la promesa de una llamada divina queprobablementeno fueramásque elvientomoviéndose entre las ramasdeunárbolantiguo.
Llegaronalextremoopuestodelaarcada.Sobresaltada,NinasediocuentadequeBrumlahabíahechorodeardeliberadamenteelpatio.Talveznohabíaqueridollevaraunaputaporunespaciosagrado.Hipócrita.
—¿Adóndevamos?—preguntó.—Alatesorería.—¿Vaisacortejarmeconjoyas?—Nosabíaquelaschicascomotúnecesitarancortejo.¿Nosetratadeeso?Ninaserio.
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—Bueno,atodachicalegustaunpocodeatención.—Entoncesesoesloquetendrás.Ytambiénlaemociónquebuscabas.¿Eraposible queYul-Bayur se encontrara en la tesorería?Kazhabía dichoque
estaríaenel lugarmássegurodelaCortedeHielo.Esopodíasignificarelpalacio,peropodíaser la tesoreríacon lamismafacilidad.¿Porquéno?Eraotraestructuracircular tallada en reluciente piedra blanca, pero la tesorería no tenía ventanas niningunacaprichosadecoracióndeescamasdedragón.Parecíaunatumba.Enlugardeguardiascorrientes,habíadosdrüskellevigilandojuntoalapesadapuerta.
De pronto el peso completo de lo que estaba haciendo la golpeó. Se hallaba asolas con uno de los hombres más letales de Fjerda, un hombre que la torturaríaalegremente y la asesinaría si supiera lo que era en realidad. El plan había sidoencontraraalguienqueledierainformaciónsobrelaubicacióndeBoYul-Bayur,nointimarconeldrüskelledemayorrangodelaIslaBlanca.Susojosexaminaronlosárbolesycaminosquelosrodearan,ellaberintodesetospegadoalladoorientaldelatesorería,esperandoveralgunasombramoverse,saberquealguienseencontrabaallíconellayquenoestabacompletamentesola.Kazhabíajuradoquepodíasacarladelaisla,perosuprimerplansehabíahechopedazos…talvezesetambiénloharía.
LossoldadosnopestañearoncuandoNinayBrumpasaron,tansoloofrecieronuntenso saludo.Brumse tiródeunacadenaque llevabaal cuello;deella colgabaunextrañodiscocircular.Lometióenunahendiduracasiinvisibleenlapuertaylogiró.Nina miró la cerradura con cautela. Aquello podría estar más allá incluso de lahabilidaddeKazBrekker.
Laentradaconformadebarrilestabafríaydesnuda,iluminadaporlamismaluzintensadelasceldasGrishaenelaladeprisión.Nohabíaluzdegasnivelas.NadaquepudieranmanipularlosVendavalesolosInferni.
Entrecerrólosojos.—¿Dóndeestamos?—Laviejatesorería.Lacámaralamovieronhaceañosyconvirtieronestoenun
laboratorio.Laboratorio.LapalabraformóunnudotensobajolascostillasdeNina.—¿Porqué?—Qué pequeña tan inquisitiva.—Soy casi tan alta como tú, pensó ella—. La
tesoreríayaerasegurayestabaenunbuenlugarde laIslaBlanca,asíqueeraunaelecciónlógicaparaunainstalaciónasí.
Laspalabraseraninocuas,peroelnudodemiedosetensóconvirtiéndoseenunpuño helado que le presionaba el pecho. Imitó los pasos deBrumpor el recibidorabovedado, pasó junto a unas puertas blancas y lisas, cada una con una pequeñaventanitadecristal.
—Aquí estamos —dijo Brum, deteniéndose frente a una puerta que parecíaidénticaalasdemás.
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Nina miró a través del cristal. La celda era justo como las demás del nivelsuperior de la prisión, pero el panel de observación se encontraba al otro lado; unespejograndequeocupabalamitaddelaparedopuesta.Dentrovioaunchicojovenconunakeftaazulzarrapastrosapaseándosecon inquietud,hablándosea símismo,rascándose losbrazos.Tenía losojoshundidosyelpelo lacio.EstabacomoNéstorantes de morir. Los Grisha no enfermamos, pensó. Pero aquella era una clasediferentedeenfermedad.
—Noparecemuyamenazador.Brumsesituójuntoaella.Sualientolerozólaorejacuandodijo:—Ah,créeme,loes.Ninasintióunescalofrío,peroseobligóainclinarseligeramentehaciaél.—¿Paraquéestáaquí?—Paraelfuturo.LaGrishasegiróylepusolasmanossobreelpecho.—¿Haymás?Élresoplóconimpacienciaylacondujohastalasiguientepuerta.Habíaunachica
tumbada de costado, con el pelo enredado cubriéndole la cara. Llevaba un vestidosucioyteníamoratonesporlosbrazos.Brumdiounbruscogolpeteoenlaventanita,sobresaltandoaNina.
—¿Estás viva?—la provocó Brum, pero la chica no se movió. Su dedo flotósobre un botón de latón que había junto a la ventana—. Si de verdad quieres unespectáculo,puedoapretarestebotón.
—¿Quéhace?—Cosasbonitas.Milagrosas,enrealidad.Ninacreíasaberlo;elbotónledaríaalachicaunadosisdejurdaparemdealgún
modo.ParadiversióndeNina.ApartóaBrumdeallí.—Daigual.—PensabaquequeríasveraunGrishausandosuspoderes.—Ah,claroquesí,peronoparecemuydivertida.¿Haymás?—Casitreinta.Ninaseencogió.ElSegundoEjércitohabíaquedadocasidestruidoenlaguerra
civildeRavka.NopodíasoportarquehubieratreintaGrishaallí.—¿Yestántodosenesteestado?Élseencogiódehombrosylacondujoporuncorredor.—Algunos mejor. Otros peor. Si te encuentro uno vivaz, ¿cuál será mi
recompensa?—Seríamásfácilmostrároslo—ronroneóella.NinayaestabahartadeverGrishamuertosdehambreyasustados.Necesitabaa
Yul-Bayur,yBrumdebíadesaberdóndeestaba.Latesoreríaestabacasidesiertaynohabíavistoaningúnguardiadentro.Sipodía llevaraBrumauncorredorvacío lobastante lejos de la entrada como para que los guardias no los oyeran… ¿Podría
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torturar a un duro drüskelle? ¿Podría obligarlo a hablar? Pensó que tal vez sí. Lesellaría la nariz y aplicaría presión en su laringe. Unos cuantos minutos sin airepodríanablandarlo.
—¿Talvezpodríamosencontrarunaesquinatranquila?—sugirióNina.Brumsehinchó,sacandopecho.—Por aquí, dirre —dijo, usando la palabra kaélica para decir «cariño». La
condujoporunpasillodesiertoyabriólapuertaconsullavecircular—.Estodeberíavaler—dijoconunainclinación—.Unpocodeprivacidadyunpocodeencanto.
Nina leguiñóunojoypasópavoneándose juntoaél.Esperabaalgunaclasededespachoolugardedescansoparalosguardias.Peronohabíaescritorionicatre.Lahabitación estaba completamente vacía; a excepción del desagüe en el centro delsuelo.
Ellasegiróconrapidezatiempodeverlapuertadelaceldacerrándosedegolpe.—¡No!—gritó,arañandoconlasmanoslasuperficiedelapuerta.Noteníapomo.La cara deBrum apareció en la ventana. Su expresión era engreída y sus ojos
fríos.—Tal vez exagerara el encanto, pero hay mucha privacidad, Nina. —Ella
retrocedió—.Te llamas así, ¿verdad? ¿De verdad pensabas que no te reconocería?Recuerdotucaritatozudadelbarcodeesclavos,ytenemosarchivossobrecadaunode los Grisha activos en Ravka. Mi trabajo es conocerlos todos; incluso los queesperoquesehayatragadoelmar.
Ninalevantólosbrazos.—Adelante—dijoél—.Explotamisojosen lascuencas.Aplástameelcorazón
enelpecho.Lapuertanoseabrirá,yeneltiempoquetardesenalterarmeelpulso,apretaré este botón.—Ella no podía verlo, pero podía imaginar su dedo flotandosobreél—.¿Sabesloquehace?Hasvistolosefectosdelajurdaparem.¿Tegustaríasentirlostambién?Esefectivacomopolvo,peroaúnmáscomogas.—Ninasequedóparalizada—.Chicalista.
Susonrisaleerizóelvellodelosbrazos.Novoyasuplicar, sedijo.Perosabíaque loharía.Cuando ladrogaestuvieraen su sistema,no seríacapazdedetenerla.Tomóuntragodeairelimpio.Ungestoinútil,inclusoinfantil,peroestabadecididaaaguantartantocomopudiera.
EntoncesBrumhizounapausa.—No.Estanoesmivenganza.Hayalguienquetedebemuchomás.Sedesvaneciódelaventanay,unmomentodespués,lacaradeMatthiasllenóel
cristal.Ledevolviólamiradaconojosduros.—¿Cómo? —susurró Nina, sin saber siquiera si podrían oírla a través de la
puerta.—¿De verdad creías que me pondría en contra de mi nación? —La voz de
Matthias estaba llena de desprecio—. ¿Que abandonaría la causa a la que habíadedicadomivida?VineaadvertiraBrumtanprontocomopude.
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—Perodijisteque…—Elpaísantesqueunomismo,Zenik.Esalgoquenuncahascomprendido.—
Ninasellevólamanoalaboca—.Puedequenuncavuelvaaserdrüskelle.Puedequesiempre viva con el cargo de tratante de esclavos alrededor del cuello, peroencontraré otra forma de servir a Fjerda. Y podré verte drogada con jurda parem.Podré verte destruyendo a los tuyos y rogando la siguiente dosis. Podré vertetraicionandoalagentequeamascomotúmepedistequetraicionaraalosmíos.
—Matthias…Élgolpeólaventanaconelpuño.—No pronuncies mi nombre. —Entonces sonrió, una sonrisa tan fría y
despiadada como elmar del norte—.Bienvenida a laCorte deHielo,NinaZenik.Ahoranuestradeudaestásaldada.
Desdealgúnlugarenelexterior,lascampanasdelProtocoloNegrocomenzaronasonar.
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ONCECAMPANADAS
sguapa—dijoBrum—,deunaformaexagerada.Hassidofuertealnodejarteseducir.
Perosímedejéseducir,pensóMatthias.Ynofuesoloporsubelleza.—Laalarma…—dijo.—Suscompatriotas,sinduda.—Pero…—Matthias,mis hombres se ocuparánde ello.LaCorte deHielo es segura.—
VolvióamirarlaceldadeNina—.Podríamosapretarelbotónahoramismo.—¿Noseráunaamenaza?—Hemoscombinadolajurdaparemconunsedantequelosvuelvemásdóciles.
Seguimostrabajandoenlosporcentajescorrectos,perololograremos.Además,alasegundadosislaadicciónhaceeltrabajodecontrolarlos.
—¿Laprimerano?—DependedelGrisha.—¿Cuántasveceshashechoesto?Brumserio.—No las he contado. Pero créeme, estará tan desesperada por conseguir más
jurda parem que no se atreverá a actuar en nuestra contra. Es una transformaciónextraordinaria;creoqueladisfrutarás.
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ElestómagodeMatthiasdiounvuelco.—Entonces,¿habéismantenidoalcientíficoconvida?—Ha hecho lo posible por replicar el proceso de crear la droga, pero es
complicado. Algunas tandas funcionan; otras no valen más que polvo. Mientraspueda ser de ayuda, vivirá. —Brum le puso la mano sobre el hombro y su duramiradasesuavizó—.Apenaspuedocreerquedeverdadestésaquíconvida,depiefrenteamí.Pensabaqueestabasmuerto.
—Yocreíalomismodeti.—Al verte en ese salón de baile apenas te reconocí, incluso con ese uniforme.
Estásmuycambiado.—Tuvequedejarquelabrujamemodificara.LarepulsióndeBrumeraevidente.—Lehaspermitido…Dealgúnmodo,veresa respuestaenotrapersonahizoqueMatthias se sintiera
avergonzadoporcómohabíareaccionadoconNina.—Teníaquehacerlo—dijo—.Necesitabaquecreyeraqueestabacomprometido
consucausa.—Todoesoyahaterminado,Matthias.Porfinestásasalvoyentrelostuyos.—
Brumfruncióelceño—.Algoteatormenta.MatthiasmiróenlaceldaquehabíajuntoaladeNina,ydespuésotrayotramás,
bajando por el pasillo mientras Brum lo seguía. Algunos de los Grisha cautivosestabanagitados,paseándose.Otrosteníanlascarasapretadascontraelcristal.Otrossimplementeestabantumbadosenelsuelo.
—No puedes haber sabido de la parem desde hace más de un mes. ¿Cuántotiempollevaaquíestainstalación?
—Fueconstruidahacecasiquinceaños,conlabendicióndelreyysuconsejo.Matthiassedetuvoenseco.—¿Quinceaños?¿Porqué?—NecesitábamosunlugardondemeteralosGrishadespuésdelosjuicios.—¿Después?CuandosedeclaraculpableaunGrisha,selosentenciaamuerte.Brumseencogiódehombros.—Siguesiendounasentenciaamuerte,soloquetardaunpocomás.Descubrimos
hacemuchoquelosGrishapodíanserunrecursoútil.Unrecurso.—Medijistequehabíaqueerradicarlos.Queeranunaplagaenelmundonatural.—Yloson,cuandointentanhacersepasarporhombres.Nosoncapacesdepensar
bien,delamoralidadhumana.Hayquecontrolarlos.—¿Poresoqueríaslaparem?—preguntóMatthiasconincredulidad.—Hemosprobadonuestrospropiosmétodosduranteañosconéxitolimitado.—Peroyahasvistoloquepuedehacerlajurdaparem,loquelosGrishapueden
hacerbajosucontrol…
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—Una pistola no es malvada, y una daga tampoco. La jurda parem aseguraobediencia.ConvierteaunGrishaenloquesiempredebieronser.
—¿UnSegundoEjército?—preguntóMatthias,conlavozllenadedesdén.—Un ejército está lleno de soldados. Esas criaturas nacieron para ser armas.
Nacieron para servir a los soldados de Djel.—Brum le apretó el hombro—. Ah,Matthias,cómoteechabademenos.Tufesiemprefuetanpura.Mealegraqueseasreacioaabrazarestamedida,peroesnuestraoportunidaddeasestarungolpemortal.¿SabesporquélosGrishasontandifícilesdematar?Porquenosondeestemundo.Perosísonbuenosmatándoseentreellos,dicenquelossimilaresseatraen.Esperaaver lo que hemos conseguido, las armas que sus Hacedores nos han ayudado adesarrollar.
Matthiasbajólamiradaporelpasillo.—NinaZeniksepasóunañoenKerchtratandodeconseguirmilibertad.Nocreo
queesasseanlasaccionesdeunmonstruo.—¿Puede una víbora quedarse quieta antes de atacar? ¿Puede un perro salvaje
lamertelamanoantesdesaltartealcuello?UnGrishapuedesercapazdeseramable,peroesonocambiasunaturalezabásica.
Matthiasseplanteóaquello.PensóenNinaaterrorizadaenesaceldamientraslapuerta se cerraba de golpe.Había anhelado verla cautiva, castigada como él habíasido castigado.Y aun así, tras todo por lo que habían pasado, no le sorprendió eldolorquesintióalverquesucedía.
—¿Cómoesesecientíficoshu?—preguntóaBrum.—Testarudo.Siguellorandoporsupadre.MatthiasnosabíanadasobreelpadredeYul-Bayur,perohabíaunapreguntamás
importante.—¿Estáenunlugarseguro?—Latesoreríaesellugarmássegurodelaisla.—¿Lotenéisaquí,conlosGrisha?Brumasintióconlacabeza.—Convertimoslacámaraprincipalenunlaboratorioparaél.—¿Ydeverdadesseguro?—Yo tengo la llavemaestra—dijoBrum, dándose unos golpecitos en el disco
quelecolgabadelcuello—,yestácustodiadodíaynoche.Solounospocoselegidossabensiquieraqueseencuentraaquí.EstardeynecesitoasegurarmedequesehanocupadodelProtocoloNegro,perosiquieres te llevaréaverlomañana.—RodeóaMatthiasconelbrazo—.Ymañananosocuparemosdeturegresoytureadmisión.
—Sigoestandoacusadodecomerciodeesclavos.—Haremos que la chica firme una declaración retractándose de los cargos con
facilidad. Créeme, cuando haya probado por primera vez la jurda parem, harácualquiercosaquelepidasymás.Habráunavista,perotejuroquevolverásallevarloscoloresdrüskelle,Matthias.
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Coloresdrüskelle.Matthiasloshabíallevadoconmuchoorgullo.YlascosasquehabíasentidoporNinalehabíanprovocadomuchavergüenza.Seguíaestandoconél,talvezsiempreloestaría.Habíapasadodemasiadosaños llenodeodioparaquesedesvanecieradelanochealamañana.Peroahoralavergüenzaerauneco,ytodoloque sentíaeraarrepentimiento:porel tiempoquehabíadesperdiciado,poreldolorquehabíacausado,ysí,inclusoentoncesporloqueestabaapuntodehacer.
SegiróhaciaBrum,esehombrequesehabíaconvertidoenpadreymentorparaél.Cuandohabíaperdidoasufamilia,habíasidoBrumquienlohabíareclutadoparalosdrüskelle.Matthiashabíasidojoven,furiosoysinningunahabilidad.Perohabíaentregado lo que quedaba de su corazón roto a la causa. Una causa falsa. Unamentira. ¿Cuándo lo había visto? ¿Cuando había ayudado a Nina a enterrar a suamigo? ¿Cuandohabía luchado junto a ella? ¿Ohabía sidomucho antes…cuandoella había dormido entre sus brazos esa primera noche en el hielo? ¿O cuando lohabíasalvadodelnaufragio?
Ninahabíaactuadomalconél,perolohabíahechoparaprotegerasugente.Lehabíahechodaño,perohabíaintentadohacertodoloposibleporarreglar lascosas.Le había mostrado de mil formas que era honorable y fuerte, generosa y muyhumana,talvezmásvívidamentehumanaquenadiequehubieraconocidojamás.Ysi lo era, entonces los Grisha no eran malos por naturaleza. Eran como todos losdemás:llenosdelpotencialparahacerungranbien,ytambiéngrandesdaños.IgnoraresoconvertiríaaMatthiasenelmonstruo.
—Mehasenseñadomucho—dijo—.Meenseñasteavalorarelhonorylafuerza.Medistelasherramientasparalavenganzacuandomáslasnecesitaba.
—Yconesasherramientasconstruiremosungranfuturo,Matthias.EltiempodeFjerdahallegadoporfin.
Matthiasledevolvióelabrazoasumentor.—Nosési teequivocassobre losGrisha—dijoconsuavidad—.Peroséquete
equivocasconella.Sostuvo a Brum con fuerza, en un abrazo que había aprendido en las
reverberantessalasdeentrenamientodelfuertedrüskelle,salasquenovolveríaaverjamás.AbrazóaBrummientrasesteforcejeababrevementeysucuerposequedabaflojo.
CuandoMatthiasseapartó,Brumhabíacaídoenlainconsciencia,perocreyóqueno se imaginaba la furia que seguía en las facciones de su mentor. Se obligó amemorizarla.Eracorrectorecordaresaexpresión.Eraunverdaderotraidoralfin,ydebíallevaresacarga.
Cuando habían entrado en el gran salón de baile, Matthias y Kaz se habíanapostado junto a un rincón en sombras cerca de las escaleras.Habían observado aNinaentrandoconese indignante trajedeescamasrelucientes,yentoncesMatthiashabíavistoaBrum.LaimpresióndeverasumentorconvidahabíasidoseguidaporlaterriblecomprensióndequeestabasiguiendoaNina.
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—Losabe—lehabíadichoaKaz—.Tenemosqueayudarla.—Sélisto,Helvar.PuedessalvarlaytambiénconseguirnosaYul-Bayur.Matthiashabíaasentidoconlacabezaysehabíainternadoentrelamultitud.—Decencia—habíaoídoqueKazmurmurabatrasél—.Comocoloniabarata.HabíaabordadoaBrumjuntoalasescaleras.—Señor…—Ahorano.Matthiassehabíavistoobligadoaponersedelantedeél.—Señor.Brum se había detenido entonces. Su cara había mostrado furia porque lo
detuvieran,despuésconfusiónydespuésunaperplejaincredulidad.—¿Matthias?—habíasusurrado.—Porfavor,señor—habíadichoatodaprisa—.Tansolodameunmomentopara
explicarme.HayunaGrishaaquíestanocheconlaintencióndeasesinaraunodetusprisioneros.Simeescuchas,puedoexplicarteelplanycómodetenerlo.
BrumlehabíahechounaseñalaotrodrüskelleparaquevigilaraaNinaydespuéscondujoaMatthiasaunhuecobajolasescaleras.
—Habla—habíadicho, yMatthias le había contado la verdad, o almenosunaparte:suescapedelnaufragio,cómocasiseahogó,elcargofalsodeesclavizadordeNina,sucautividadenlaPuertadelInfierno,yentonceslapromesadelaabsolución.HabíaculpadodetodoaNina,sindecirnadasobreKazylosdemás.CuandoBrumlepreguntósiNinaestabasolaensumisión,simplementehabíadichoquenolosabía.
—Creequeestoyesperandoparaescoltarlaporelpuentesecreto.Meseparétanprontocomopudeyvineabuscarte.
Unapartedeélestabaasqueadaporlofácilmentequeacudíanlasmentirasasuslabios,peronoibaadejaraNinaamerceddeBrum.
Miró a Brum, con la boca abiertamientras dormía. Una de las cosas quemáshabíarespetadodesumentorerasucarácterimplacable,sudisposiciónahacercosasdifíciles por el bien de su causa. PeroBrumhabía disfrutado con lo que les habíahechoaesosGrisha,conloqueleshabríahechoalegrementeaNinayJesper.AlomejoresascosasnuncahabíansidotandifícilesparaBrumcomolohabíansidoparaMatthias.Nohabíansidopartedeundeber sagrado, realizadodemalaganaporelbiendeFjerda.Habíansidounaalegría.
Matthias lequitó la llavemaestradelcuelloy loarrastróhastaunaceldavacía,donde lo dejó sentado contra la pared.Odiaba dejarlo allí, con la barbilla sobre elpecho y las piernas extendidas frente a él, sin dignidad. Odiaba pensar en lavergüenzaquesentiría,unguerrerotraicionadoporalguienaquienlehabíadadosuconfianzaysuafecto.Conocíabienesedolor.
Presionósufrenteunavez,conbrevedad,contraladeBrum.Sabíaquesumentornopodíaoírlo,peropronunciólaspalabrasdetodosmodos.
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—La vida que vives, el odio que sientes, son veneno. No puedo seguirbebiéndolo.
CerrólapuertadelaceldaycorrióporelpasillohaciaNina,haciaalgomejor.
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ONCECAMPANADAS
esperesperójuntoalahendiduraenlapared,unhuecoparafrancotiradores,ellugarperfectoparaun chico comoél.¿Quéacabamosdehacer?, sepreguntó.Sinembargo, su sangre estabaviva, su rifle sobre suhombro, elmundovolvía a tenersentido.
Pero¿dóndeestaban losguardias? JesperesperabaqueentrarancorriendoenelpatioencuantoWylanyélactivaronelProtocoloNegro.
—¡Yaestá!—gritósucompañerotrasél.Jesperodiabaalejarsedeese lugarelevadoantesdesaberaquéseenfrentaban,
peroibanmaldetiempoyteníanquellegaraltejado.—Deacuerdo,vámonos.Bajaron lasescalerascorriendo.Cuandoestabanapuntode salirporel arcode
entrada, seis guardias entraron corriendo en el patio. Jesper se detuvo en seco yextendióelbrazo.
—Gírate—ledijoaWylan.Peroesteestabaseñalandoelotroladodelpatio.—Mira.Losguardiasnosemovíanhacialaentrada;todasuatenciónestabacentradaen
unhombrecon ropadeunverdemilitar junto aunode losbloquesdepiedra.Eseuniforme…
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Una mujer atravesó la pared, una figura de niebla reluciente que se solidificójuntoalextraño.Llevabaelmismoverdemilitar.
—Agitamareas—dijoWylan.—Losshu.Los guardias abrieron fuego y los Agitamareas se desvanecieron. Después
reaparecierontraslossoldadosylevantaronlosbrazos.Los guardias gritaron y soltaron sus armas. Una niebla roja se formó a su
alrededor, volviéndosemás densamientras chillaban y su carne parecía encogersecontrasushuesos.
—Essusangre—dijoJesper,conlabilissubiendoporlagarganta—.PortodoslosSantos,losAgitamareasleestándrenandolasangre.
Losestabandejandosecos.La sangre formaron unos charcos flotantes en la forma vaga de unos hombres,
resbaladizassombrasquesedeslizabanenelaire,elrojohúmedodelosgranates,ydespuéssalpicaronelsueloalmismotiempoquelosguardiassederrumbaban,conlapielflácidacolgandodesuscuerposdesecadosenplieguesgrotescos.
—Volvamosporlasescaleras—susurróJesper—.Tenemosquesalirdeaquí.Peroerademasiadotarde.LamujerAgitamareasdesaparecióyunalientodespués
estabaenlasescaleras.Apoyóelpesosobre labarandillaconlasmanos,plantólasbotas contra el pecho de Wylan y lo lanzó de una patada hacia Jesper. Sederrumbaronsobrelapiedranegradelpatio.
ElriflesalióvolandodelosbrazosdeJesperycayóaunladoconuntraqueteo.Elmuchachotratódeponerseenpie,perolaAgitamareasledioungolpeenlaparteposterior de la cabeza. Entonces quedó tumbado junto a Wylan mientras losAgitamareas se elevaban sobre ellos. Levantaron lasmanos y Jesper vio una débilniebla roja aparecer sobre él. Iban a drenarlo. Sintió que su fuerza comenzaba aflaquear.Miróalaizquierda,peroelrifleestabamuylejos.
—Jesper—jadeóWylan—.Metal.Tupoder.Yentoncescomenzóagritar.Jesperlocomprendiódegolpe.Aquellaeraunapeleaquenopodíaganarconun
arma.Nohabíatiempoparapensar,nohabíatiempoparadudar.Ignoróeldolorqueleatravesabalapielyconcentrótodasuatenciónenlostrozos
de metal pegados a su ropa, en las virutas y las pequeñas partículas del eslabóncortadodelacadena.NoeraunbuenHacedor,peroellosnoesperabanquefueraunHacedorenabsoluto.Lanzó lasmanoshaciadelantey los trozosdemetal salieronvolando de su uniforme, una nube reluciente que flotó en el aire durante un breveinstanteydespuéssaliódisparadahacialosAgitamareas.
Lamujergritócuandoelmetalsehundióensucarne,y tratódeconvertirseenniebla.ElotroAgitamareashizolomismoysusfaccionesselicuaron,peroentoncesvolvieron a solidificarse. Tenía la cara gris, llena de trozos demetal. Jesper no seablandó. Hizo hundirse al metal, en sus órganos, cada vez más profundo. Podía
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sentirlos tratandodemanipular laspartículasdemetal.Sielproblemahubiera sidounabalaounadaga,talvezhabríantenidoéxito,perolasmotasylasvirutasdeaceroerandemasiadonumerosasydemasiadopequeñas.Lamujerseaferróelestómagoycayóderodillas.Elhombregritó,tosiendocoágulosnegrosdemetalysangre.
—Ayúdame—sollozó lamujer.Susbordesseemborronaron,ysucuerpovibrómientrasseesforzabapordesvanecerseenniebla.
JesperbajólasmanosysealejóconWylandeloscuerposdelosAgitamareasqueseguíanretorciéndose.
¿Estabanmuriendo?¿Acababademataradosdelossuyos?Jespertansoloqueríasobrevivir.Volvió a pensar en el estandarte de la pared, todas esas franjas de rojo,azulypúrpura.
Wylan tiró de su brazo. Su cara parecía ligeramente transparente, y las venasestabandemasiadocercadelasuperficie.
—Jesper,tenemosqueirnos.—Élasintiólentamenteconlacabeza—.Ya.Elmuchachoseobligóamoverlospies,seobligóaseguiraWylan,aescalarla
cuerdahastael tejado.Sesentíaatontadoymareado.Losotrosdependíandeél, losabía.Teníaqueseguiradelante.Perosesentíacomosihubieradejadoalgunapartedeélabajoenelpatio,algoquenisiquierahabíasabidoqueleimportaba,intangiblecomolaniebla.
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ONCECAMPANADASYCUARTO
uandoMatthiasabriólapuertadelaceldadeNina,elladudóduranteunbreveinstante. No pudo evitarlo. Por mucho que viviera, jamás olvidaría la cara deMatthiasenesaventana,locruelquehabíaparecido,oladudaquehabíaasaltadosucorazón.Lasintióotravez,alverlodepieenelumbraldelapuerta,perocuandoélletendiólamano,supoquehabíanacabadoconelmiedo.
Corrióhaciaél,que la rodeóconsusbrazosyenterró sucaraen supelo.Ninasintióquemovíaloslabiosjuntoasusorejascuandodijo:
—Noquierovolveraverteasíjamás.—¿Terefieresalvestidooalacelda?Unarisalosacudió.—Sindudaalacelda.—Letomólacaraentrelasmanos—.Jermollepeoonet.
Enelmordjenejafvatrohemverret.Nina tragó saliva con fuerza.Recordaba esas palabras y lo que significaban en
realidad.Mehanhechoparaprotegerte.Sololamuerteromperáestejuramento.EraeljuramentodelosdrüskelleaFjerda.YahoraeralapromesaqueMatthiaslehacíaaella.
Sabíaquedebíadeciralgoprofundo,algobonitocomorespuesta.Enlugardeeso,dijolaverdad.
—Sisalimosdeaquíconvida,voyabesartehastadejarteinconsciente.
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Una sonrisa cruzó la bonita cara de Matthias. Nina no podía esperar a ver elauténticoazuldesusojosotravez.
—Yul-Bayurestáenlacámara—dijoél—.Vamos.Mientras Nina corría tras Matthias, las estruendosas campanas del Protocolo
Negrollenabansusoídos.SiBrumhabíasabidosobreella,eraposiblequelosotrosdrüskelle también. Dudaba que pasara mucho hasta que fueran a buscar a sucomandante.
—Por favor, no me digas que Kaz ha desaparecido otra vez —dijo mientrasbajabanelcorredoratodavelocidad.
—Lodejéenelsalóndebaile.Vamosaencontrarnosconéljuntoalfresno.—Laúltimavezquelovi,estabarodeadodedrüskelle.—TalvezelProtocoloNegroseocupedeeso.—SisobrevivimosalosdrüskellenosobreviviremosaKaz,nosimatamosaYul-
Bayur…Matthiaslevantóunasmanosparadetenerseantesdedoblarlasiguienteesquina.
Se acercaron con lentitud y, cuando la doblaron, Nina se ocupó con rapidez delguardiaenlapuertadelacámara.Matthiascogiósurifle,metiólallavedeBrumenlacerradura,ylaentradacircularalacámaraseabrió.
Ninalevantólasmanos,preparadaparaatacar.Esperaronconelcorazónlatiendoconfuerzamientraslapuertaseabría.
La habitación era tan blanca como las demás, pero nada vacía. Sus mesasalargadas estaban llenas de vasos sobre llamas bajas azules, aparatos decalentamientoyenfriamiento,vialesdecristalllenosdepolvosdedistintostonosdenaranja.Unaparedestabadedicadaaunaenormepizarracubiertadeecuacionesentiza.La otra era toda vitrinas de cristal con pequeñas puertasmetálicas.Conteníanplantasdejurdaenflor,yNinasupusoquelasvitrinasdebíandetenercalefacción.Había un catre contra la otra pared con las sábanas arrugadas, lleno de papeles ycuadernos.Unchicoshuestabasentadoconlaspiernascruzadassobreél.Losmirófijamente con el pelo oscuro sobre la frente y un cuaderno en el regazo.Nopodíatenermásdequinceaños.
—Noestamosaquíparahacertedaño—dijoNinaenshu—.¿DóndeestáBoYul-Bayur?
Elchicoseapartóelpelodelosojosdorados.—Estámuerto.Ninafruncióelceño.¿EraincorrectalainformacióndeVanEck?—Entonces,¿quéestodoesto?—¿Habéisvenidoamatarme?Ninanosabíamuybienquéresponderaeso.—¿Sesh-uyeh?—probó.Lacaradelchicosearrugóporelalivio.—Ereskerch.
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Ninaasintióconlacabeza.—HemosvenidoarescataraBoYul-Bayur.Elchicosellevólasrodillasalpechoylasrodeóconlosbrazos.—Nopodéis rescatarlo.Mipadremurió cuando los fjerdanos trataronde evitar
que los kerch nos sacaran deAhmrat Jen.—Su voz flaqueó—.Murió en el fuegocruzado.
Mi padre. Nina tradujo para Matthias mientras trataba de comprender lo queaquellosignificaba.
—¿Muerto?—preguntó el fjerdano, y sus anchos hombros se desplomaron unpoco.Nina sabía loqueestabapensado: todo loquehabíansoportado, todo loquehabíanhecho,yYul-Bayurllevabatodoeltiempomuerto.
Perolosfjerdanoshabíandejadoasuhijoconvidaporunarazón.—Estántratandodehacerterecrearsufórmula—dijo.—Yoloayudabaenellaboratorio,peronolorecuerdotodo.—Semordióellabio
—.Yestoytardando.El parem que los fjerdanos habían estado utilizando sobre losGrisha debía de
venirdelloteoriginalqueBoYul-BayurhabíallevadoaKerch.—¿Puedeshacerlo?—preguntóNina—.¿Puedesrecrearlafórmula?Elmuchachodudó.—Creoquesí.Nina y Matthias intercambiaron una mirada. La joven tragó saliva. Ya había
matado antes, incluso esamisma noche, pero aquello era diferente. El chico no laestabaapuntandoconunapistolanitratandodehacerledaño.Asesinarlo,yseríaunasesinato, también significaría traicionar a Inej, Kaz, Jesper y Wylan. Gente queestaba arriesgando sus vidas incluso en esos momentos por un botín que jamásverían. Pero entonces pensó enNéstor cayendo sin vida en la nieve, en las celdasllenasdeGrishaperdidosensupropiamiseria,todoporesadroga.
Levantólosbrazos.—Losiento—dijo—.Siloconsigues,elsufrimientoquedesatarásnotendráfin.La mirada del chico era firme y su barbilla sobresalía tozudamente, como si
hubiera sabido que ese momento podría llegar. Era evidente qué era lo correcto.Matar al chicodeprisa, sindolor.Destruir el laboratorioy todo loquehabía en él.Erradicar el secreto de la jurdaparem. Si queríasmatar una vid, no te limitabas acortarla. La arrancabas del suelo por las raíces. Y sin embargo, las manos letemblaban. ¿No era así como pensaban los drüskelle? Destruir la amenaza,eliminarla,sinimportarquelapersonaqueteníasdelantefuerainocente.
—Nina—dijoMatthiasconsuavidad—,soloesunchico.Esunodenosotros.Unodenosotros.Unchiconomuchomásjovenqueella,atrapadoenunaguerra
quenohabíaescogido.Unsuperviviente.—¿Cómotellamas?—preguntóella.—Kuwei.
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—Kuwei Yul-Bo —comenzó. ¿Pretendía dictar sentencia? ¿Disculparse?¿Suplicarperdón?Jamáslosabría.Cuandoencontrólavoz,loúnicoquedijofue—:¿Cómoderápidopuedesdestruirestelaboratorio?
—Mucho—dijoél.Cruzóelaireconlamanoylasllamasdedebajodelosvasosseelevaronenunarcoazul.
Ninalomirófijamente.—EresGrisha.EresunInferni.Kuweiasintióconlacabeza.—Lajurdaparemeraunerror.Mipadreestabatratandodeencontrarunaforma
deayudarmeaescondermispoderes.EraunHacedor;unGrishacomoyo.LamentedeNinadabavueltas…BoYul-Bayur,unGrishaocultoaplenavista
traslasfronterasdeShuHan.Nohabíatiempoparaasimilarlo.—Necesitamosdestruirtantodetutrabajocomopuedas—dijo.—Haycombustibles—replicóKuwei,reuniendoyalospapelesylasmuestrasde
jurda—.Puedoprovocarunaexplosión.—Sololacámara.HayGrishaaquí.Y guardias. Y el mentor deMatthias. Nina lo dejaría morir alegremente, pero
aunqueMatthias hubiera traicionado a su comandante, dudaba que quisiera ver alhombre que se había convertido en un segundo padre para él hecho pedazos. Sucorazónserebelóalpensaren losGrishaquedejaríaatrás,peronohabíaformadellevarlosalpuerto.
—Dejadelresto—lesdijoaMatthiasyKuwei—.Tenemosquemovernos.Kuweidispusounaseriedevialesllenosdelíquidosobrelosquemadores.—Estoylisto.Comprobaronelcorredorycorrieronhacialaentradadelatesorería.Encadagiro
Nina esperaba ver drüskelle o guardias corriendo hacia ellos, pero recorrieron lospasillossinimpedimento.Sedetuvieronenlapuertaprincipal.
—Hayunlaberintodesetosalaizquierda—dijoNina.Matthiasasintióconlacabeza.—Lousaremosparacubrirnosydespuéscorreremoshaciaelfresno.En cuanto abrieron la puerta, el clamor de las campanas se volvió casi
insoportable.NinavioelRelojMayorsobre laagujaplateadamásaltadelpalacio,conlaesferarelucientecomolaluna.Unaslucesbrillantesdelastorresdeguardiasemovieron sobre la IslaBlanca, yNina oyó los gritos de los guardias alrededor delpalacio. Se quedó en el lateral del edificio, siguiendo a Matthias y tratando depermanecerenlassombras.
—Deprisa—dijoKuweiconunamiradanerviosahaciaellaboratorio.—Poraquí—replicóMatthias—.Ellaberinto…—¡Deteneos!—gritóalguien.Demasiado tarde. Los guardias corrían hacia ellos desde el laberinto.No había
nada que hacer salvo huir. Pasaron corriendo junto a la entrada de la arcada y
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entraronenelpatiocircular.Habíadrüskelleportodaspartes;frenteaellos,trasellos.Encualquiermomentolosacribillaríanabalazos.
Entoncesfuecuandosonólaexplosión.Ninalasintióantesdeoírla:unaoleadadecalorlalevantódesuspiesylatiróalaire,seguidaporunestallidoensordecedor.Cayóconfuerzasobrelosadoquinesblancos.
Todoerahumoycaos.Ninaseesforzóporponerseenpie,conlasorejaspitando.Un ladode la tesoreríahabíaquedadoreducidoaescombros,yelhumoyelpolvosubíanhaciaelcielonocturno.Matthiasyaestabayendoazancadashaciaella,conKuwei.Lapusoenpie.
—¡Sten!—gritarondosguardiasquesesepararondeotrogrupoquecorríahacialatesorería—.¿Quéhacéisaquí?
—¡Tan solo estábamos disfrutando de la fiesta!—exclamó Nina, dejando quetodosuagotamientoyterrorrealesllenaransuvoz—.Yentonces…entonces…
Eravergonzosamentefácildejarquecayeranlaslágrimas.Éllevantóelarma.—Enseñadmelospapeles.—Sinpapeles,Lars.LacabezadelcazadordebrujasselevantódegolpecuandoMatthiasavanzó.—¿Teconozco?—Lo hiciste una vez, aunque mi aspecto era un poco distinto. ¿Hje marden,
Lars?—¿Helvar?—preguntóél—.Di…dijeronqueestabasmuerto.—Loestaba.LarsmiródeMatthiasaNina.—EstaeslaMortificadoraqueBrumllevóalatesorería.—Entoncessefijóenla
presenciadeKuweiylocomprendió—.Traidor—legruñóaMatthias.NinalevantólasmanosparabajarelpulsodeLars,peromientraslohacíacaptó
unmovimientoenlassombrasasuderecha.Gritócuandoalgolagolpeó.Albajarlamirada, vio unos cables cerrándose sobre ella, pegándole los brazos al cuerpo.Nopodía levantar las manos; no podía usar su poder. Matthias gruñó y Kuwei gritócuandoloscablessalierondisparadosdelaoscuridad,lesenvolvieroneltorsoylesataronlosbrazos.
—Estoes loquehacemos,desangradora—dijoLarscondesprecio—.Cazamosescoria como vosotros. Conocemos todos vuestros trucos. —Le dio una patada aMatthiasenlaspiernasdesdeatrás.Élcayóderodillasytomóaliento—.Nosdijeronquehabíasmuerto.Te lloramos,quemamos ramasde fresnopor ti.Peroahoraveoquenos estabanprotegiendode algopeor.MatthiasHelvar, un traidor, ayudando anuestros enemigos, aliándose con antinaturales.—Le escupió en la cara—. ¿Cómohaspodidotraicionaratupaísyatudios?
—Djeleseldiosdelavida,nodelamuerte.—¿HayotrosaquíporYul-Bayurapartedetiyestacriatura?
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—No—mintióNina.—No te he preguntado a ti, bruja —dijo Lars—. Da igual. Te sacaremos la
información a nuestramanera.—Se giró haciaKuwei—.Y tú, no pienses que nohabrárepercusiones.
Hizo una señal en el aire. De las sombras de la arcada emergió una hilera dehombresychicos:drüskelle,conlascapuchassobreellargopelodoradoquerelucíaen sus cuellos, vestidos de negro y plateado, como criaturas nacidas de las grietasoscuras que partían el hielo del norte. Se separaron y rodearon aNina,Matthias yKuwei.
Ninapensó en las celdasblancasde la prisión, los desagüesdel suelo. ¿HabríasidodestruidatodalaparemconellaboratoriodeKuwei?¿Cuántotiempotardaríaenhacer otra tanda, y a qué la someterían a ella antes? Lanzó una últimamirada dedesesperación hacia la oscuridad, rogando ver alguna señal de Kaz. ¿Lo habríanalcanzado también a él? ¿Los había abandonado allí? Pero se suponía que era unaguerrera.Teníaqueprepararseparaloqueestabaporllegar.
UnodelosdrüskelleseacercóconloqueparecíaunlátigodemangolargounidoaloscablesquelosatabanyseloentregóaLars.
—¿Reconocesesto,Helvar?—preguntóél—.Deberías;ayudasteconsudiseño.Cablesretráctilesparacontrolarmúltiplescautivos.Ylaspúas,claro.
Larspasó el dedoporunode los cablesyNina jadeó cuandounaspequeñasyafiladaspúasseclavaronensusbrazosysutorso.Losdrüskellerieron.
—Déjala—gruñóMatthiasenfjerdano,conlaspalabrasllenasdefuria.Duranteunbreveinstante,Ninavioundestellodepánicoensusantiguoscompatriotas.Eramásgrandeque todosellos,yhabíasidounodesus líderes,unode losmejoresdeesos chicos asesinos. Entonces Lars tiró con fuerza de otro cable. Las púas seliberaron,yMatthiassoltóunresoplidodedolorysedoblópor lacintura,humanootravez.
Lasrisitasquesiguieronfueronfurtivasycrueles.Larsdioun fuerte tirónal látigoy los cables se contrajeron,obligandoaNina,
MatthiasyKuweiatambalearsetrasélenunextrañodesfile.—¿Todavíarezasanuestrodios,Helvar?—preguntóLarsmientraspasabanjunto
al árbol sagrado—. ¿Crees que Djel escucha los gimoteos de los hombres que seentreganalaprofanacióndelosGrisha?¿Creesque…?
Entonces sonó un agudo chillido animal. Nina y los demás tardaron un largomomento en darse cuenta de que venía de Lars. Este abrió la boca y la sangre sederramóporsubarbillaysobre losbrillantesbotonesplateadosdesuuniforme.Sumanosoltóellátigoyeldrüskelleencapuchadojuntoaélselanzóhaciadelanteparacogerlo.
Un ruidito sonó desde la base del árbol sagrado. Nina reconocía el sonido; lohabíaoídoenlacarreteradelnorteantesdeemboscarelvagóndelaprisión.Cuando
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habíanderribadoelárbol.Elfresnocrujióygimió,ysusantiguasraícescomenzaronaretorcerse.
—¡Nej!—gritó uno de los drüskelle. Estaban con la boca abierta, mirando elárbolatacado.
—¡Nej!—gimióotravoz.El fresno comenzó a inclinarse. Era demasiado grande para caer solo con
concentradodesal,peromientrasseinclinaba,unrugidosordoemergiódelagujeronegrobajoél.
Ahíeradondelosdrüskelleacudíanaescucharlavozdesudios.Yahoraestabahablando.
—Estovaaescocerunpoco—dijoeldrüskellequesosteníaellátigo.Suvozeraáspera y familiar, y tenía lasmanos enguantadas—.Pero si vivimos,medaréis lasgraciasdespués.
SucapuchacayóyKazBrekkerlesdevolviólamirada.—Nomordáiselbaleenantesdellegaralfondo—dijo.EntoncessujetóaKuwei
ysetiróconélenlabocanegratraslasraícesdelárbol.Ninagritócuandoloscablestirarondesucuerpohaciadelante.Escarbósobrelas
piedras,tratandodeencontraragarre.LoúltimoqueviofueaMatthiascayendoenelagujerojuntoaella.Oyódisparosyentoncescayóenlaoscuridad,enelfrío,enlagargantadeDjel,enlanadaabsoluta.
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ONCECAMPANADASYTRESCUARTOS
az sehabíaplanteado tratarde espiar aMatthiasyBrumenel salóndebaile,pero no quería perder de vista a Nina habiendo tantos drüskelle por ahí. Habíaapostado por los sentimientos de Matthias hacia Nina, pero siempre le habíanintrigado las probabilidades. El auténtico riesgo había residido en si alguien tanhonestocomoMatthiaspodríamentirledeformaconvincenteasumentor.Alparecer,elfjerdanoteníahabilidadesocultas.
KazhabíaseguidoaNinayaBrumhacialatesorería.DespuéssehabíapuestoacubiertotrasunaesculturadehieloysehabíaconcentradoenlarepugnantetareaderegurgitarlospaquetesdebombasderaícesdeWylanquesehabíatragadoantesdeemboscarelvagóndelaprisión.Habíatenidoqueecharlosjuntoconunsaquitodebolitas de cloro y unas ganzúas extra que se había tragado en caso de emergenciacadahoraparaevitardigerirlos.Nohabíasidoagradable.Habíaaprendidoeltrucodeun mago del Stave Oriental especializado en escupir fuego durante años antes deenvenenarseporaccidentealingerirqueroseno.
Cuandoterminó,sepermitiócomprobarelperímetrodelatesorería,eltejadoylaentrada,peroalfinalnolequedónadaquehacersalvopermanecerocultoyalerta,ypreocuparse por todas las cosas que podían irmal.Recordó a Inej de pie sobre eltejado de la embajada, iluminada con un nuevo fervor que no comprendía perotodavíapodíareconocer:propósito.Lahabíabañadodeluz.Cogerémiparteydejaré
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a losDespojos. Cuando había hablado antes de abandonarKetterdam, él nunca lahabíacreído,peroesavezeradiferente.
Había estado escondido en las sombras del arco occidental cuando lascampanadas del Protocolo Negro habían comenzado a sonar, con los tañidos delRelojMayorretumbandosobrelaisla,sacudiendoelaire.Laslucesdelastorresdeguardia se encendieron en una oleada brillante. Losdrüskelle alrededor del fresnodejaron sus rituales y comenzaron a gritar órdenes, y una oleada de guardiasdescendiódesde las torresparaextendersepor la isla.Habíaesperadocontando losminutos,peroseguíasinhaberseñalesdeNinaoMatthias.Tienenproblemas,habíapensado.OteequivocabassobreMatthiasyestásapuntodepagarpor todasesasbromassobreelárbolparlante.
Teníaqueentrarenlatesorería,peronecesitaríaestaracubiertomientrasforzabaese impenetrablecerrojo,yhabíadrüskellepor todaspartes.EntoncesvioaNinayMatthiasyunapersonaquesuponíaqueseríaBoYul-Bayurquesalíancorriendodeallí. Había estado a punto de llamarlos cuando sonó la explosión y todo se fue alinfierno.
Hanvoladoellaboratorio,pensómientraslosescombrosllovíanasualrededor.Yonoleshedichoquevolaranellaboratorio.
Elrestofuepuraimprovisación,ynohabíatiempoparaexplicaciones.LoúnicoquelehabíadichoaMatthiaseraqueseencontraranconéljuntoalfresnocuandoelProtocoloNegrocomenzaraasonar.Habíapensadoquetendríatiempoparaexplicarmás antes de que cayeran por la oscuridad, pero ahora solo podía esperar que noentraranenpánicoyquesusuerteloestuvieraesperandoenalgúnlugarpordebajo.
Lacaídaparecíaimposiblementelarga.Kazesperabaqueelchicoshualqueseaferraba fuera un Bo Yul-Bayur sorprendentemente joven y no algún prisionerodesafortunadoalqueNinayMatthiashubierandecidido liberar.Lehabíametidoeldiscoenlabocamientrasbajabanylopartióconsuspropiosdedos.Dioungolpeallátigo, liberando todos loscables,yoyóque losotrosdosgritabancuandoestos seretraían.Almenosnocaeríanalaguaatados.Kazesperótantocomoseatrevióantesdemorder supropiobaleen.Cuandocayóenel aguahelada, temióqueel corazónfueraaparársele.
Nosabíamuybienquéhabíaesperado,perolafuerzadelríoeraterrible,yfluíatanrápidoyfuertecomounaavalancha.Elsonidoeraensordecedor inclusodebajodelagua,peroconelmiedo tambiénhabíaunaespeciedeatolondradavindicación.Habíatenidorazón.
LaVozdeDios.Siemprehabíaverdadenlasleyendas,yKazsehabíapasadoeltiemposuficienteconstruyendosupropiomitoparasaberlo.SehabíapreguntadodedóndeveníaelaguaquealimentabaelfosoylasfuentesdelaCortedeHielo,porquéel cañón del río era tan profundo y ancho. En cuanto Nina describió el ritual deiniciacióndelosdrüskelle,losupo:elfuertedelosfjerdanosnohabíasidoconstruido
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alrededordeungranárbol, sinoalrededordeunmanantial.Djel, elmanantial,quealimentabalosmaresylaslluviasylasraícesdelárbolsagrado.
Elaguateníavoz.Eraalgoquesabíatodaratadecanal,cualquieraquehubieradormido bajo un puente o hubiera soportado una tormenta invernal bajo un botevolcado:elaguapodíahablarconlavozdeunamante,deunhermanoperdidohacíamucho,inclusodeundios.Esaeralaclavey,cuandoKazlareconoció,fuecomosialguien hubiera puesto un diagrama perfecto sobre la Corte de Hielo y sufuncionamiento.Si teníarazón,Djel losescupiríaalagarganta.Suponiendoquenoseahogaranprimero.
Y aquella era una posibilidad muy real. El baleen solo proporcionaba airesuficiente para diez minutos, tal vez doce si podían mantener la calma, cosa quedudaba.Sucorazónlemartilleabaconfuerzaenelpecho,yyaestabacomenzandoasentir los pulmones tensos. Su cuerpo estaba entumecido y dolorido por latemperaturadelagua,ylaoscuridaderaimpenetrable.Nohabíanadasalvoelsordoestruendodelaguayunaenfermizasensacióndecaída.
No había estado seguro de la velocidad del agua, pero sabíamuy bien que losnúmeros se acercaban. Los números siempre habían sido sus aliados: lasprobabilidades,losmárgenes,elartedelaapuesta.Peroahorateníaquedependerdeotracosa.¿Aquédiossirves?, lehabíapreguntadoa Inej.Acualquieraquemedébuenasuerte.Lagenteconsuertenoacababaconelculobajoun fosodehieloenterritoriohostil.
¿Quélesesperaríacuandosalieranporlagarganta?¿Quiénlesesperaría?JesperyWylan habían logrado activar el Protocolo Negro, pero ¿habrían logrado hacer elresto?¿VeríanaInejalotrolado?
Sobrevivir.Sobrevivir.Sobrevivir.Eracomovivíasuvida,momentoamomento,alientoaaliento,desdeaquellaterriblemañanaquehabíadespertadoparaencontrarqueJordieseguíamuertoyélseguíamuyvivo.
Kazcayóporlaoscuridad.Sentíamásfríodeloquehabíasentidojamás,ypensóen la mano de Inej sobre su mejilla. Su mente había quedado aturdida ante lasensación,uncaosdeconfusión.Habíasidoterroryrepulsióny,entodoeseclamor,deseo,unanheloquetodavíaestabaahí,laesperanzadequevolvieraatocarlo.
Cuandoteníacatorceaños,KazhabíaorganizadoungrupoparaatracarelbancoquehabíaayudadoaHertzoonarobarlesaélyaJordie.Consiguieroncincuentamilkruge,peroserompiólapiernaalcaerdeltejado.Elhuesonosehabíasoldadobien,ydesdeentoncescojeaba.AsíquehabíabuscadoaunHacedorypidióquelehicieransu bastón. Se convirtió en una declaración. No había ninguna parte de él que noestuvierarota,quenohubieracuradomal,ynohabíaningunapartedeélquenofueramás fuerte por haber estado rota. El bastón se convirtió en parte del mito queconstruyó.Nadiesabíaquiénera.Nadiesabíadedóndevenía.SehabíaconvertidoenKazBrekker,tullidoyestafador,cabróndelBarril.
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Losguanteseransuúnicaconcesiónaladebilidad.DesdeaquellanocheentreloscuerposyelnadodesdelaBarcazadelSegador,nohabíasidocapazdesoportar lasensación de la piel contra su piel. Le resultaba insoportable y repugnante. Era elúnicotrozodesupasadoquenopodíaforjarenalgopeligroso.
Elbaleencomenzóahumedecersealrededordesuslabios.Seestabafiltrandoelagua. ¿Cómo de lejos los había llevado el río? ¿Cuánto más tenían que seguir?TodavíateníaunamanorodeandoelcuellodelacamisadeBoYul-Bayur.Elchicoshueramáspequeñoqueél;esperabaquetuvieraairesuficiente.
UnosbrillantesdestellosderecuerdoaparecieronenlamentedeKaz.Unatazadechocolate caliente en susmanos conmitones, Jordie advirtiéndoledeque lodejaraenfriarantesdedarunsorbo.LatintasecándoseenlapáginadondehabíafirmadosualianzaconelClubCuervo.LaprimeravezquehabíavistoaInejenlaReserva,consedapúrpuraylosojospintados.Ladagaconmangodehuesoquelehabíadado.LossollozosquehabíaoídotraslapuertadesuhabitaciónenelListónlanochequematóporprimeravez.Lossollozosqueélhabíaignorado.Kazlarecordabasentadaenelalféizar de su ventana del ático, en algún momento durante ese primer año trasllevarlaalosDespojos.Habíaestadoalimentandoaloscuervosquesecongregabaneneltejado.
—Nodeberíashacerteamigadeloscuervos—lehabíadicho.—¿Porquéno?—preguntóella.Élhabíalevantadolamiradadesdesuescritorio,peroloquehabíaestadoapunto
dedecirsedesvanecióensulengua.Elsolhabíasalido,eInejsehabíagiradoparamirarlo.Teníalosojoscerrados,y
suspestañasdeunnegro intenso leacariciaron lasmejillas.Elvientodelpuerto lehabíalevantadoelpelooscuro,yduranteunmomentoKazvolvióaserunmuchacho,segurodequehabíamagiaenelmundo.
—¿Porquéno?—habíarepetidoella,conlosojostodavíacerrados.Éldijoloprimeroqueselepasóporlacabeza.—Notienenmodales.—Nitútampoco,Kaz.Ellaserioy,sieljovenhubierapodidoembotellarelsonidoyemborracharsecon
élcadanoche,lohabríahecho.Esoloaterrorizaba.Tomó un último aliento mientras el baleen se disolvía y el agua entraba.
Entrecerrólosojosdebidoalaráfagadeagua,esperandoentreveralgúnatisbodeluz.Elrío logolpeócontra lapareddel túnel,y lapresiónensupechocreció.Soymásfuertequeesto,sedijo.Mivoluntadesmásfuerte.PeropodíaoíraJordieriéndose.No,hermanito.Nadie esmás fuerte.Has engañadoa lamuertedemasiadas veces.Puede que la avaricia obedezca tu voluntad, pero la muerte no sirve a ningúnhombre.
Kazcasisehabíaahogadoaquellanocheenelpuente,nadandoconfuerzaenlaoscuridad, a flote gracias al cadáverde Jordie.Peronohabíanadani nadieque lo
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llevaraenesemomento.Tratódepensaren suhermano,en lavenganza,enPekkaRollinsatadoaunasillaenlacasadelaZelverstraat,metiéndolepedidosdecomercioporlagargantamientrasloobligabaarecordarelnombredeJordie.PerosolopodíapensarenInej.Teníaquevivir.TeníaquehabersalidodelaCortedeHielo.Ysinolohabíahecho,entoncesélteníaquevivirpararescatarla.
El dolor de sus pulmones era insoportable. Tenía que decirle… ¿qué?Que eraencantadora, valiente y mejor que nada que él mereciera. Que él era retorcido,deshonesto,malo,peroquenoestabatancorrompidocomoparanopoderconvertirseenalgoparecidoaunhombreparaella.Quesinquererlohabíacomenzadoaapoyarseen ella, a buscarla, la necesitaba cerca. Tenía que darle las gracias por su nuevosombrero.
El agua le presionó el pecho, exigiéndole que separara los labios.No lo haré,juró.Peroalfinabriólabocayelaguaentróentorrente.
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l corazón de Inej latía con fuerza contra sus costillas. En las cuerdas aéreas,había unmomento en el que soltabas una y tratabas de alcanzar la siguiente y tedabas cuentadequehabías cometidoun erroryyano te sentías ingrávido,dequesimplementecomenzabasacaer.
Los guardias la arrastraron por la puerta de la prisión. Había muchos másguardias y muchas más armas apuntándola que la primera vez que había ido allí,cuandohabíasalidodelvagóndelaprisiónconlosdemás.Pasaronporlabocadelloboysubieronlasescaleras,ylaarrastraronporelpasilloatravésdelcorredordelgigantesco recintode cristal.Nina le había traducido el estandarte:poder fjerdano.Habíasonreídoconsuficienciaalverlo,mirandolostanquesylasarmas,conunojosobre Kaz y los demás en la pasarela opuesta. Se había preguntado qué clase dehombresnecesitabanexhibirsufuerzaaunoscautivosindefensosyencadenados.
Los guardias se movían con gran rapidez. Por segunda vez esa noche, Inej seobligóatropezar.
—Muévete—dijoelsoldadoenkerch,arrastrándolahaciadelante.—Vaisdemasiadodeprisa.Ellalediounafuertesacudidaenelbrazo.—Dejadeincordiar.—¿Noquieresconoceranuestrosinquisidores?—lepreguntóelotro—.Teharán
hablar.—Peronoestarástanguapacuandoacaben.Se rieron y a Inej le dio un vuelco el estómago. Sabía que habían hablado en
kerchparaasegurarsedequeloscomprendiera.
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Pensóquetalvezfueracapazdederrotarlos,apesardesusarmase inclusosinsuscuchillos.Noteníalasmanosatadas,yseguíanpensandoqueteníanaunapobreprostitutaentremanos.Heleenlahabíallamadocriminal,peroparaellossoloeraunaladronzuelaconretalesdesedapúrpura.
Justocuandoestabaplanteándosemoverse,oyóotrospasosensudirección.Violas siluetas de dos hombres más de uniforme corriendo hacia ellos. ¿Podríaenfrentarsesolaacuatroguardias?Noestabasegura,perosabíaquesidejabanatrásesecorredor,todohabríaterminado.
Volvióamirarelestandartedelrecintodecristal.Eraahoraonunca.Enganchó la pierna en el tobillo del guardia a su izquierda. Él se lanzó hacia
delanteyellallevólamanohaciaarribaylerompiólanariz.Elotrolevantóelarma.—Vasapagarporeso.—Novasadispararme.Necesitasinformación.—Puedodispararteenlapierna—seburlóél,bajandoelrifle.Entonces se derrumbó en el suelo con unas tijeras saliendo de la espalda. El
soldadoquehabíatrasélledirigióunsaludoalegre.—Jesper—jadeóInej,aliviada—.Porfin.—Yotambiénestoyaquí,¿sabes?—dijoWylan.Elguardiadelanarizrotagimiódesdeelsueloytratódelevantarelarma.Inejle
diounabuenapatadaenlacabezaynovolvióamoverse.—¿Hasconseguidoundiamantelobastantegrande?—preguntóJesper.Inejasintióconlacabezaysesacólaenormegargantilladelamanga.—Deprisa—dijo—.SiHeleennosehadadocuentadequenolotiene, lohará
pronto.AunqueconelProtocoloNegroactivado,nohabíagrancosaquepudierahaceral
respecto.Jesperlequitólagargantilladelamano,boquiabierto.—Kazdijoquenecesitábamosundiamante.¡NotedijoquerobaraslosdeHeleen
VanHouden!—Ponteatrabajar.KazlehabíadadoaInejdosobjetivos:conseguirundiamantelobastantegrande
para que Jesper pudiera trabajar y llegar a ese corredor tras las once campanadas.Habíamuchosotrosdiamantesquepodríahaberrobadoparasuspropósitosyotrosproblemasquepodríahabercausadoparaatraerlaatencióndelosguardias.Peroeraa Heleen a quien quería embaucar. Por todos los secretos que había reunido, losdocumentos que había robado y la violencia que había causado, era aHeleenVanHoudenaquienteníaquesuperar.
YHeleenselohabíapuestofácil.Duranteelaltercadoenlarotonda,Inejsehabíaasegurado de que estuviera demasiado concentrada en ser asfixiada como parapreocuparse de que le robaran. Tras eso, toda la atención de Heleen se centró en
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regodearse. Inej solo se arrepentía de no estar ahí para ver aTanteHeleen cuandodescubrieraquesupreciadocollarhabíadesaparecido.
Jesperencendióuna lámparay fuea trabajar juntoaWylan.Soloentonces Inejvioqueestabancubiertosdehollínporsuviajebajandolachimeneadelincinerador.Habían llevado tambiénconellosdos sucios rollosdecuerda.Mientras trabajaban,Inej bloqueó las puertas que había en los arcos a cada lado del corredor. Tan soloteníanunosminutosantesdequeotropatrullerollegaraydescubrieraunapuertaquenodebíaestarcerrada.
Wylanhabíasacadoun largo tornillodemetaly loqueparecíaelmangodeunenormecabrestante,yestabatratandodeunirlosparaformarloqueInejesperabaquefuerauntaladroprimitivoperofuncional.
Sonóungolpeenunadelaspuertas.—Deprisa—dijoInej.—Deciresonovaahacermetrabajarmásrápido—sequejóWylanmientrasse
concentrabaenlaspiedras—.Silasrompo,perderánsuestructuramolecular.Tengoquecortarlasconcuidado,montarlosbordesenunfragmentoperfecto.Notengoelentrenamiento…
—¿De quién es la culpa?—intervino Inej, sin levantar lamirada de su propiotrabajo.
—Esotampocoayuda.Los guardias estaban aporreando la puerta. Al otro lado del recinto Inej vio
hombres saliendo por la otra pasarela, señalando y disparando, pero no podíandispararatravésdedosparedesdecristalapruebadebalas.
ElcristaleraobradelosGrisha.Ninalohabíareconocidonadamáspasarporahí,poderfjerdanoprotegidoporhabilidadesGrisha,yloúnicomásduroqueelcristaldelosHacedoreseraeldiamante.
Laspuertasaambosladosestabantraqueteando.—¡Yavienen!—dijoInej.Wylanaseguróeltrozodediamanteeneltaladroimprovisado.Produjounsonido
dearañazocuandolopusieroncontraelcristalyJespercomenzóagirarlamanivela.Elprogresoeradolorosamentelento.
—¿Estáfuncionandosiquiera?—preguntólachica.—¡Elcristalesgrueso!Algogolpeólapuertadesuderecha.—Tienenunariete—gimióWylan.—Sigue—urgióInej,ysequitóloszapatos.Jespergiróconmás fuerzamientraselaparatovibraba.Comenzóamoverloen
unalíneacurva,trazandoelcomienzodeuncírculoydespuésunamedialuna.Másdeprisa.
Lamaderadelapuertaalextremodelpasillocomenzóaastillarse.—¡Cogelamanivela,Wylan!—gritóJesper.
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Elchicoocupósulugarygiróelperforadortanrápidocomopodía.Jesperagarrólasarmasdelosguardiascaídosyapuntóalapuerta.
—¡Yavienen!—chilló.Sobreelcristal,lasdoslíneasseencontraron.Lalunaestaballena.Elcírculose
liberó y cayó hacia dentro. Ni siquiera había golpeado el suelo antes de que Inejretrocediera.
—¡Fueradeaquí!—ordenó.Yentoncesechóacorrer,con lospies ligerosy lassedascomoplumas.Enese
momento no le molestaban. Había embaucado a Heleen Van Houden. Le habíaarrancadounpedazode ella, un símbolo estúpido, pero unoque atesoraba.No erasuficiente;jamásseríasuficiente,peroerauncomienzo.Habríaotrasalcahuetasalasque estafar, esclavizadores a los que engañar. Sus sedas eran plumas y ella estabalibre.
Inejseconcentróenesecírculodecristal(unaluna,laausenciadeunaluna,unapuertaalfuturo),ysaltó.Elagujeroapenaseralobastantegrandeparasucuerpo,yoyóunsonidosuavecuandoelafiladocristalcortólassedasqueatravesaba.Arqueóelcuerpoyestiró losbrazos.Solotendríaunaoportunidaddesujetar la lámparadehierroque colgabadel techodel recinto.Eraun salto imposible, un saltodemente,perovolvíaaserlahijadesupadre,libredelasreglasdelagravedad.Colgóenelaire durante un terrorífico instante y entonces sus manos sujetaron la base de lalámpara.
Tras ella oyóque la puerta de la pasarela se abría, y unosdisparos.Contenlos,Jesper.Consíguemetiempo.
Sebalanceódeatráshaciadelante,ganandoimpulso.Unabalapasójuntoaella.¿Un accidente? ¿O alguien había sobrepasado aWylan y Jesper para dispararle atravésdelagujero?
Cuandotuvosuficiente impulso,sesoltó.Golpeó laparedconfuerza.Nohabíaformagrácildehacerlo,perosusmanosseaferraronalbordedelarepisadepiedradondeseexhibíanlasantiguashachas.Desdeallíerafácil:delarepisaaltravesañoydeahí a la repisa inferior,ycayóconungolpemetálicocuandosuspiesdesnudosgolpearoneltechodeunenormetanque.Semetióenlacúpulademetalquehabíaenelcentro.
Giróunaruedaydespuéslaotra,tratandodeencontrarloscontrolescorrectos.Alfinunade lasarmasgiróhaciaarriba.Apretóelgatilloy todoel cuerpo le temblócuando las balas golpearon el cristal del recinto como granizo, rebotando en todasdirecciones.EralamejoradvertenciaquepodíaofreceraJesperyWylan.
Inej deseaba que la enorme arma funcionara. Bajó a la cabina de mando deltanque, rotó laúnicamanivelavisibleyelmorrode la largaarmasecolocóensussitio.Lapalancaseencontrabaallí,talcomohabíadichoJesper.Diounfuertetirónyhubo un clic sorprendentemente flojo. Después, durante un horrible momento, nopasó nada. ¿Y si no está cargada?, pensó. Si Jesper tiene razón con esta arma,
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entonces los fjerdanos sonunos idiotaspor tener tantapotenciade fuegoporaquítirada.
Sonóunruidosordoenalgúnlugardeltanque.Oyóalgogirandohaciaellaytuvoelterriblepensamientodequehabíahechoalgomal.Elmorteroibaabajarrodandoporeselargocañónyleexplotaríaenelregazo.Enlugardeeso,hubounsiseoyunchirrido como demetal contrametal. La enorme arma vibró, y un estallido que lesacudióelcráneopartióelaireconunavolutadehumogrisoscuro.
Elmortero golpeó el cristal, destrozándolo enmiles de trozos relucientes.Másbonito que los diamantes, se maravilló Inej, rezando para que Wylan y Jesperhubieranencontradotiempoyespacioparaponerseacubierto.
Esperóaqueelpolvosedisipara,conlasorejaspitandoconfuerza.Lapareddecristal había desaparecido. Todo estaba inmóvil. Entonces dos cuerdas unidas a labarandilladelapasareladescendieronyWylanyJesperbajaron:Jespercomounágilinsecto,Wylancongranesfuerzo,contorsionándosecomounaorugatratandodesalirdelcapullo.
—¡Ajor!—gritóInejenfjerdano.Ninahabríaestadoorgullosa.Giró el arma.Al otro ladode la pared restante de cristal, los hombresgritaban
desdelapasarela.Mientraselcañónrotabahaciaellos,sedesperdigaron.InejoyópasosysonidosmetálicosmientrasJesperyWylansesubíanaltanque.
LacabezadeJesperaparecióenlacúpula.—¿Medejasconducir?—Siinsistes.Seapartóaunladoparaqueélpudieraponersetrasloscontroles.—Ah,hola,querida—dijo Jesperalegremente.Tiródeotrapalancayelvagón
acorazadopareciócobrarvidaestremeciéndosealrededordeellosyescupiendohumonegro.¿Quéclasedemonstruoeseste?,sepreguntóInej.
—¡Eseruido!—gritó.—¡Eselmotor!—serioJesper.Y entonces empezaron a moverse… sin ningún caballo a la vista. Sonaban
disparosdesdearriba.Alparecer,Wylanhabíaencontradolosotroscontroles.—PortodoslosSantos—ledijoJesperaInej—.¡Ayúdaleaapuntar!Seapretó juntoaWylanen la torretaconcúpulayapuntócon lasegundaarma
pequeña,ayudandoacubrirlosmientraslosguardiasentrabanenelrecinto.Jesperestabagirandoeltanque,retrocediendotantocomopodía.Disparóunavez
con el gran cañón. El mortero golpeó el cristal del recinto, pasó más allá de lapasarelaygolpeólaparedanulartrasella.Elpolvoblancoylosfragmentosdepiedrasedesperdigaronportodaspartes.Volvióadisparar.Elsegundomorterogolpeóconfuerza, y unas grietas atravesaron la roca de la pared. Jesper había hecho unahendiduraenlapared,unagrande,peronounagujero.
—¿Listos?—preguntó.
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—Listos—respondieronInejyWylanalunísonoyseagacharontraslatorretadearmas. Wylan tenía arañazos del cristal por las mejillas y el cuello, pero estabasonriendoconfuerza.Inejletomólasmanosylasapretó.HabíanentradoenlaCortedeHielocorreteandocomoratas.Vivosomuertos,semarcharíancomounejército.
Inejoyóunfuertegolpe,elruidoyloscrujidosdelasruedasgirando.Eltanquerugió;yelsonidoerauntruenoatrapadoenuntambordemetal,clamandoparaquelo dejaran salir. Retrocedió sobre sus pasos y después se lanzaron hacia delante.Cargaron aumentando el impulso,más ymás deprisa. El tanque rebotó; debían dehabersalidodelrecinto.
—¡Sujetaos fuerte! —gritó Jesper, y se estamparon contra la legendaria eimpenetrablepareddelaCortedeHieloconungolpequelessacudiólasmandíbulas.InejyWylancayeroncontralacabinademando.
Habían salido.Estabanvibrando sobre él camino, y el ruidode losdisparosderiflesedesvanecíatrasellos.
Inej oyó un sonido extraño. Se enderezó y levantó lamirada.Wylan se estabariendo.
Había salido del nicho de la cúpula y estabamirando hacia la Corte deHielo.CuandoInejseunióaél,vioelagujeroenlaparedanular;unborrónnegroentodaesa roca blanca, hombres atravesándola corriendo, disparando inútilmente al rastropolvorientodeltanque.
Wylanseaferróelcostado,todavíaresoplandoderisa,yseñalóhaciaabajo.Traselloshabíaunestandarte,atrapadoenlasruedasdeltanque.Apesardelasmanchasdebarroy lasquemadurasde lapólvora, Inej todavíapodíadistinguir laspalabras:STRYMAKTFJERDAN.Poderfjerdano.
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mergieronde laoscuridadempapados, llenosdemoratonesy jadeandobajo labrillanteluzdelaluna.Ninasentíacomosilehubieranaporreadotodoelcuerpo.Losrestosdelbaleeneranunospegotesviscososenlascomisurasdesuboca.Suvestidohabía quedado raído hasta casi la nada, y de no haber estado tan desesperada yatolondradamentefelizporestarvivayrespirando,talvezsehabríapreocupadoporelhechodeencontrarsedescalzaycasidesnudaen lagargantadeun ríodelnorte,todavíaacasidoskilómetrosymediodelpuertoylaseguridad.Enladistancia,podíaoírlascampanasdelaCortedeHielosonando.
Kuwei estaba tosiendo agua, y Matthias arrastraba a un Kaz inconsciente einmóvilfueradelazonapocoprofunda.
—PortodoslosSantos,¿estárespirando?—preguntóNina.Matthiaslopusobocaarribasinsuavidadycomenzóapresionarleelpechocon
másfuerzadelaqueeraestrictamentenecesaria.—Tendría.Que.Dejar.Que.Murieras—murmurómientraspresionaba.Ninasearrastróporlasrocasysearrodillójuntoaél.—Deja que te ayude antes de que le rompas el esternón. ¿Tiene pulso? —
Presionólosdedosensugarganta—.Lotiene,peroseestádesvaneciendo.Ábrelelacamisa.
Matthiasayudóaquitarleeluniformededrüskelle.NinapusounamanosobreelpálidopechodeKaz,concentrándoseensucorazónyobligándoloacontraerse.Usólaotraparaapretarlelanarizyabrirlelabocamientrastratabademeteraireensuspulmones.UnCorporalnikmáshábilpodríahaberextraídoelaguaélsolo,peronoteníatiempoparapreocuparseporsufaltadeentrenamiento.
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—¿Vivirá?—preguntóKuwei.Nolosé.PresionóloslabioscontralosdeKaz,ajustandolasespiracionesconlos
latidos que provocaba en su corazón.Venga, podrido rufián delBarril.Has salidoluchandodecosaspeores.
SintióelcambiocuandoelcorazóndeKazadoptósupropioritmo.Entonceselmuchacho tosió, le dioun espasmoen el pecho, y escupió aguapor la boca.Se laquitódeencima,tomandobocanadasdeaire.
—Quítate de encima—jadeó él, limpiándose la boca con lamano enguantada.Tenía los ojos desenfocados y parecía que sumirada atravesara a Nina—.Nometoques.
—Estásaturdido,demjin—dijoMatthias—.Casiteahogas.Tendríasquehaberteahogado.
Kazvolvióatoserytodosucuerposeestremeció.—Ahogado—repitió.Ninaasintiólentamenteconlacabeza.—La Corte de Hielo, ¿recuerdas? ¿El atraco imposible? ¿Muerte casi segura?
¿TresmillonesdekrugeesperándoteenKetterdam?Kazpestañeóysusojosseaclararon.—Cuatromillones.—Pensabaqueesoteayudaría.Élsefrotólacaraconlasmanos,conunastoseshúmedastodavíasacudiéndoleel
pecho.—Lohemosconseguido—dijomaravillado—.Djelhacemilagros.—Tú no temerecesmilagros—replicóMatthias, con el ceño fruncido—.Has
profanadoelfresnosagrado.Kazsepusoenpie,setambaleóunpocoytomóotroalientotembloroso.—Esunsímbolo,Helvar.Situdiosestandelicado,talvezdeberíasbuscarteuno
nuevo.Vámonosdeaquí.Ninalevantólasmanos.—Denada,malditodesagradecido.—TedarélasgraciascuandoestemosabordodelFerolind.Moveos.—Yaestaba
subiendo por las rocas que había en el lugarmás alejado de la garganta—.Podéisexplicarme por el camino por qué nuestro ilustre científico shu parece uno de loscompañerosdeclasedeWylan.
Ninanegóconlacabeza,atrapadaentrelamolestiaylaadmiración.TalvezesofueraloquehacíafaltaparasobrevivirenelBarril.Nopararnunca.
—¿Esamigo?—preguntóKuweiconunshuescéptico.—Aveces.Matthias la ayudó a ponerse en pie y todos siguieron a Kaz, avanzando con
lentitudporlasparedesrocosasdelagargantaquelosllevaríanhastaelotroladodelpuentequehabíaencima,yunpocomáscercadeDjerholm.Ninanuncahabíaestado
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tanagotada,peronopodíapermitirsedescansar.Habíanconseguidoelbotín.Habíanllegadomáslejosquenadie.HabíanvoladounedificioenelcorazóndelaCortedeHielo.PeronuncallegaríanalpuertosinInejylosdemás.
Siguióavanzando.Laúnicaotraopciónerasentarsesobreunarocayesperarsufinal.UnsonidoretumbantecomenzóasonardesdeladireccióndelaCortedeHielo.
—PortodoslosSantos,queseaJesper—suplicómientrassubíanporelbordedela garganta y miraban al puente adornado con lazos y ramas de fresno para laHringkälla.
—Sealoquesea,esgrande—dijoMatthias.—¿Quéhacemos,Kaz?—Esperad—contestóélmientraselsonidoaumentabadevolumen.—¿Y si mejor nos dices que nos pongamos a cubierto? —preguntó Nina,
moviéndose con nerviosismode un pie al otro—. ¿Que tengamos valor? ¿Que hasmetidoveinteriflesentreesosarbustos?Dinosodanosalgo.
—¿Teparecenbastanteunosmillonesdekruge?—replicóKaz.Un tanque subió retumbando por la colina, escupiendo polvo y gravilla de las
ruedas.Alguienlossaludabadesdelatorretadelasarmas;no,erandospersonas.InejyWylanestabangritandoygesticulandosalvajementedesdedetrásdelacúpula.
Nina soltó un aullido de victoria mientras Matthias miraba con incredulidad.CuandolachicamiróaKaz,nopodíacreerloqueveíansusojos.
—PortodoslosSantos,Kaz,deverdadparecesfeliz.—No seas ridícula—dijo él. Pero no había error posible. Kaz Brekker estaba
sonriendocomounidiota.—¿Supongoquelosconocemos?—preguntóKuwei.PeroeljúbilodeNinaseatenuócuandolarespuestadeFjerdaalproblemadelos
Despojosaparecióenelhorizonte.Unacolumnadetanqueshabíacoronadolacolinayestababajandoporelcaminoiluminadoporlaluzdelaluna,mientrasunasnubesdepolvo se levantabandesde sus ruedas.Tal vez Jespernohabía sellado lapuertadrüskelle.Otalvezteníantanquesesperandoenaquellosterrenos.Dadalapotenciade fuego contenida tras las paredes de la Corte de Hielo, suponía que debíanconsiderarseafortunados.Perodesdeluego,nosesentíaasí.
HastaqueInejyWylannopasaronporencimadelpuente,Ninanocomprendióloqueestabanchillando:
—¡Quitaosdeenmedio!Saltarondelcaminomientraseltanquepasabarugiendojuntoaellosydespuésse
deteníaconuncrujidoderuedas.—Tenemos un tanque—semaravillóNina—.Kaz, genio repulsivo, el plan ha
funcionado.Noshasconseguidountanque.—Elloslohanconseguido.—Tenemosuno—dijoMatthias, y después señaló a la hordademetal y humo
quebajabahaciadondeseencontraban—.Ellostienenmuchosmás.
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—Sí, pero ¿sabes lo que no tienen?—preguntó Kazmientras Jesper rotaba elenormecañóndeltanque—.Unpuente.
Unchirridometálicoseelevódesdeel interioracorazadodel tanque,ydespuéssonó un violento estallido que les sacudió los huesos. Nina oyó un silbido agudocuandoalgosaliódisparadoporelaireeimpactócontraelpuente.Lasdosprimerastorres sobre las que se elevaba explotaron en llamas, y las chispas y los trozos demaderacayeronalagargantadeabajo.Elenormecañónvolvióadisparar,yconungruñidoelpuentesederrumbóporcompleto.
Silosfjerdanosqueríancruzarlagarganta,ibanatenerquevolar.—Tenemosuntanqueyunfoso—dijoNina.—¡Subid!—graznóWylan.Se montaron en los laterales del tanque, aferrándose a cualquier muesca o
saliente,ydespuésbajaronporelcaminoendirecciónalpuertoatodavelocidad.Mientraspasabanrugiendojuntoalasfarolas,lagentesalíadesuscasasparaver
quéestabapasando.Ninatratódeimaginarquépensaríanlosfjerdanosdeesesalvajegrupo. ¿Qué veían al asomar la cabeza por las ventanas y puertas? Un grupo dejóvenes que aullaban, aferrados a un tanque pintado con la bandera fjerdana yavanzando como una tropa trastornada alejada de su desfile: una chica con sedapúrpurayunchicoconrizosdeunrojodoradoqueasomabantraslasarmas;cuatropersonasempapadassujetándosealoslaterales:unchicoshuconropadeprisión,dosdrüskellezarrapastrosos,yNina,unachicamediodesnudaconretalesdegasadeunverdeazuladoquegritaba:
—¡Tenemosunfoso!Mientrasentrabanenelpueblo,Matthiasdijo:—Wylan, dile a Jesper quevayapor las calles occidentales.—Elmuchacho se
agachóyeltanqueviróhaciaeloeste—.Eseldistritodelosalmacenes.Estádesiertoporlanoche.
Eltanquetraqueteóyrechinósobrelosadoquines,girandoaderechaeizquierdasobrelosbordillosyvueltaaempezarparaevitaralospocospeatones,ydespuésfueatodavelocidadhastaeldistritodelpuerto,másalládelastabernas,lastiendasylasoficinas de correos. Kuwei echó la cabeza hacia atrás, con la cara iluminada dealegría.
—Puedoolerelmar—dijoconfelicidad.Ninatambiénloolía.Elfarorelucíaenladistancia.Dosmanzanasmásyestarían
juntoalmuelleylalibertad.Treintamillonesdekruge.ConsuparteyladeMatthiaspodríaniradondequisieran,vivirlavidaqueeligieran.
—¡Casiestamos!—gritóWylan.DoblaronunaesquinayaNinalediounvuelcoenelestómago.—¡Parad!—gritó—.¡Parad!Noteníaquehabersemolestado.Eltanquesedetuvoenseco,yellacasicayóde
dondeestaba.Elmuelleestaba justodelantedeellosy,másallá,elpuerto,con las
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banderasdemilbarcosagitándoseenlabrisa.Eratarde,yelmuelledeberíadeestarvacío. En lugar de eso estaba lleno de tropas, fila tras fila con uniformes grises,doscientossoldadosalmenos…ytodosloscañonesdetodaslasarmaslesapuntabandirectamente.
Nina todavía podía oír las campanas del Reloj Mayor. Miró por encima delhombro.LaCortedeHielosealzabasobreelpuerto,encimadelacantiladocomounagaviota taciturna con las plumas onduladas, con las paredes de piedra blancailuminadasdesdeabajo,brillandocontraelcielonocturno.
—¿Quéesesto?—lepreguntóWylanaMatthias—.Nodijisteque…—Debendehabercambiadoelprocedimiento.—Todolodemáseraigual.—NuncahabíavistoelProtocoloNegroenmarcha—gruñóMatthias—.Talvez
siemprehantenidotropasapostadasenelpuerto.Nolosé.—Silencio—dijoInej—.Parad.Nina saltó cuando una voz reverberó sobre la multitud. Habló primero en
fjerdano,despuésenravkano,luegoenkerchyfinalmenteenshu.—Liberad al prisionero Kuwei Yul-Bo. Soltad vuestras armas y alejaos del
tanque.—No pueden abrir fuego —señaló Matthias—. No se arriesgarán a dañar a
Kuwei.—Notienenquehacerlo—replicóNina—.Mirad.Un prisionero demacrado estaba siendo conducido a través de las filas de
soldados.Teníaelpeloapelmazadoenlafrente.Llevabaunaharapientakeftarojayse aferraba a la manga del guardia más cercano, moviendo los labios febrilmentecomo si impartiera alguna sabiduríadesesperada.Nina sabíaque estaba suplicandoparem.
—UnMortificador—dijoMatthiascongravedad.—Peroestámuylejos—protestóWylan.Ninanegóconlacabeza.—Daráigual.¿Lo habrían tenido ahí abajo, con las tropas que habían apostado en la parte
inferiordeDjerholm?¿Porquéno?Eramejorarmaquecualquierpistolaotanque.—AhíestáelFerolind—murmuróInej.Señalóatravésdelmuelle,unpocolejos
deallí.Ninatardóunmomento,peroentoncesdistinguiólabanderakerchyelalegrebanderíndelaBahíaHaanraadtvolandotrasella.Estabanmuycerca.
JesperpodríadispararalMortificador.Podríantratardeatravesarlastropasconeltanque, pero jamás llegarían hasta el barco. Los fjerdanos arriesgarían la vida deKuweiantesdedejarquecayeraenmanosdeotros.
—¿Kaz?—lollamóJesperdesdeelinteriordeltanque—.Esteseríaunmuybuenmomentoparadecirqueteesperabasesto.
Kazmiróporencimadelmardesoldados.
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—No me lo esperaba.—Negó con la cabeza—. Me dijiste que algún día mequedaríasintrucos,Helvar.Parecequeteníasrazón.
LaspalabraseranparaMatthias,perosusojosestabansobreInej.—Yahepasadomuchotiempoencautividad—dijoella—.Novanaatraparme
convida.—Amítampoco—añadióWylan.Jesperresoplódesdedentrodeltanque.—Tenemosquebuscarlemejoresamigos.—Mejormoriragitandolospuñosquedejarqueunfjerdanomeclaveaunapica
—dijoKaz.Matthiasasintióconlacabeza.—Entoncesestamosdeacuerdo.Estoacabaaquí.—No—susurróNina,ytodossegiraronhaciaella.Lavozreverberódesdelasfilasdelosfjerdanosunavezmás.—Tenéisdiezsegundosparaobedecer.Repito: liberadalprisioneroKuweiYul-
Boyentregaos.Diez…NinalehablóaKuweiconrapidezenshu.—Noloentiendes—replicóél—.Unasoladosis…—Loentiendo—aseguróella.Perolosotrosno.NohastaquevieronaKuweisacarunsaquitodecuerodesu
bolsillo.Subordeestabamanchadodeunpolvocoloróxido.—¡No!—gritóMatthias.Tratódealcanzarlaparem,peroNinafuemásrápida.Lavozdelfjerdanosiguióretumbando:—Siete…—Nina,noseasestúpida—dijoInej—.Yahasvisto…—Algunagentenosevuelveadictatraslaprimeradosis.—Novalelapenaelriesgo.—Seis…—AKaznolequedantrucos.—Abrióelsaquito—.Peroamísí.—Nina,por favor—suplicóMatthias.Ellahabíavisto lamismaangustiaen su
caraesedíaenElling,cuandopensóquelohabíatraicionado.Dealgúnmodoestabahaciendolomismo,abandonándolounavezmás.
—Cinco…Laprimeradosiseralamásfuerte,¿noeraesoloquehabíandicho?Elsubidóny
elpodernopodíareplicarse.Ninaestaríapersiguiéndoloelrestodesuvida.Otalvezseríamásfuertequeladroga.
—Cuatro…—TocóbrevementelamejilladeMatthias.—Si esto se pone feo, busca la formade acabar conmigo,Helvar.Confío en ti
paraquehagaslocorrecto.—Sonrió—.Otravez.—Tres…
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Despuésechó lacabezahaciaatrás,semetió laparem en labocayse la tragó.Teníaelsabordulceyaquemadodelospétalosdejurdaqueconocía,perohabíaotromás,unoquenopodíaidentificardeltodo.
Dejódepensar.Su sangre comenzó a tamborilear, y el corazón le martilleaba con fuerza. El
mundoserompióenpequeñosdestellosde luz.PodíaverelverdaderocolordelosojosdeMatthias,azulpurobajolasmotasdegrisymarrónqueellalehabíapuesto,la luzde la lunareluciendoencadapelodesucabeza.Vioelsudoren lafrentedeKaz,lospinchazoscasiinvisiblesdeltatuajeensubrazo.
Miróhacialasfilasdesoldadosfjerdanos.Podíaoírsuscorazoneslatiendo.Podíaversusneuronasencendidas,sentirsusimpulsosformándose.Todoteníasentido.Suscuerpos eran unmapa de células, unmillar de ecuaciones resueltas cada segundo,cadamilisegundo,yellateníatodaslasrespuestas.
—¿Nina?—susurróMatthias.—Moveos—dijoella,yviosuvozenelaire.SintióalMortificadoren lamultitud,elmovimientodesugargantamientras se
tragabasudosis.Elseríaelprimero.
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os…uno…MatthiasviolaspupilasdeNinadilatándose.Separóloslabios,pasójuntoaély
bajó del tanque. El aire a su alrededor parecía crepitar, y su piel relucía como siestuviera iluminada desde dentro por algo milagroso. Como si hubiera conectadodirectamente con una vena deDjel y ahora el poder del dios fluyera por ella. Fuehacia el Mortificador de inmediato. Nina giró la muñeca e hizo que los ojos leexplotaranenlacabeza.Élsederrumbósinunsonido.
—Quedalibre—dijoella.Sedeslizóhacialossoldados,yMatthiassemovióparaprotegerlaalverlosrifles
levantados.Ninaalzólasmanos.—Parad —ordenó y se quedaron paralizados—. Bajad las armas. —La
obedecierontodosauna—.Dormid—ordenó.Ninatrazóunarcoconlasmanosylossoldadoscayeronsinprotesta,filatrasfila,
tallos de trigo cortados por una guadaña invisible. El aire estaba siniestramenteinmóvil. Con lentitud, Wylan e Inej bajaron del tanque. Jesper y los demás lossiguieronysequedaronenaturdidosilencio,conelhabladisueltaporloquehabíanpresenciado, mirando fijamente el campo de cuerpos caídos. Había pasado muyrápido.
Nohabíaformade llegaralpuertosalvoquecaminaransobre lossoldados.Sindecirpalabracomenzaronaabrirsecamino,conelsilenciorotosolopor las lejanascampanasdelRelojMayor.MatthiaspusolamanosobreelbrazodeNinayestasoltóunpequeñosuspiroydejóquelacondujera.
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Másalládelmuelle,lazonaestabadesierta.MientraslosdemássedirigíanhaciaelFerolind,MatthiasyNinasequedaronatrás.MatthiaspodíaveraRottyaferradoalmástil, con lamandíbula floja por elmiedo. Specht estaba esperando para levar elancla,ysuexpresióntambiéneradepuroterror.
—¡Matthias!Segiró.Habíaungrupodedrüskelleenelmuelle,conlosuniformesempapados
y lascapuchasnegras levantadas.Llevabanmáscarasdeunacotademallagrisquebrillaba ligeramente, y sus facciones quedaban ocultas. PeroMatthias reconoció lavozdeJarlBrumcuandohabló.
—Traidor—dijodesdedetrásdelamáscara—.Traidoratupaísyatudios.Nosaldrásdeestepuertoconvida.Ningunolohará.
Sushombresdebíandehaberlosacadodelatesoreríatraslaexplosión.¿HabíanseguidoaMatthiasyaNinahastaelríobajoelfresno?¿Habíahabidomáscaballosomástanquesalnortedelaciudad?
Ninalevantólasmanos.—PorMatthias,osdaréunaoportunidaddehuirenpaz.—No puedes controlarnos, bruja —dijo Brum—. Nuestras capuchas, nuestras
máscaras, cada prenda de ropa que llevamos está reforzada por aceroGrisha. TelaacorazadacreadasegúnnuestrasespecificacionesporHacedoresGrishabajonuestrocontrolydiseñadaparaestepropósito.Nopuedesobligarnosacumplirtuvoluntad.Nopuedeshacernosdaño.Eljuegohaterminado.
Ninalevantóunamano.Nopasónada,yMatthiassupoqueBrumestabadiciendolaverdad.
—¡Marchaos!—lesgritó—.¡Porfavor!No…Brumlevantólapistolaydisparó.LabalaalcanzóaMatthiasjustoenelpecho.El
dolor fue repentino y terrible, y entonces desapareció. Ante sus ojos, vio la balasaliendodesupechoycayendoalsueloconunruiditometálico.Seabriólacamisa.Nohabíaherida.Ninaestabadelantedeél.
—¡No!—gritóMatthias.Los drüskelle abrieron fuego sobre ella. El fjerdano la vio hacer una mueca
cuando lasbalasgolpearon sucuerpo,vio flores rojasde sangreapareciendoen sutorso, sus pechos, susmuslos desnudos. Tan rápido como las balas atravesaban sucuerpo,ellasecuraba,ylasbalascaíaninofensivamentealmuelle.
Losdrüskellelamiraronboquiabiertos,yellasonrió.—OshabéisacostumbradodemasiadoalosGrishacautivos.Somosmuydóciles
enjaulas.—Hayotrosmedios—dijoBrum,sacandounlargolátigodesucinturóncomoel
queLars había utilizado—.Tu poder no puede tocarnos, bruja, y nuestra causa espura.
—No puedo tocaros —asintió Nina, levantando los manos—. Pero a ellos sípuedoalcanzarlos.
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Tras los drüskelle, los soldados fjerdanos que Nina había puesto a dormir selevantaronconrostrosinexpresivos.UnolequitóellátigodelamanoaBrum,ylosdemás quitaron las capuchas y las máscaras de las caras de los sobresaltadosdrüskelle,dejándolosvulnerables.Ninaflexionólosdedosylosdrüskellesoltaronlosriflesysellevaronlasmanosalascabezas,gritandodedolor.
—Pormi país—declaró—. Pormi gente. Por cada niño que habéis atado a lapira.Cosechaloquehassembrado,JarlBrum.
Matthiasobservóalosdrüskelleretorciéndoseyconvulsionándose,conlasangresaliendo de sus oídos y ojos mientras los demás soldados fjerdanos miraban sininmutarse. Sus gritos eran un coro. Claas, que se había emborrachado con él enAvfalle. Giert, que había entrenado a su lobo para que comiera de sumano. Eranmonstruos, lo sabía, pero también chicos, chicos como él; les habían enseñado aodiar,atemer.
—Nina—dijo,conlamanotodavíacontralapiellisadesupechodondedeberíahaberhabidounaheridadebala—.Nina,porfavor.
—Sabesqueatinoteofreceríanmisericordia,Matthias.—Losé.Losé.Perodéjalosvivirconsuvergüenza.—Elladudó—.Nina,túme
enseñasteaseralguienmejor.Ellostambiénpodríanaprender.Ninadirigiólamiradahacialasuya.Susojoseranferoces,elverdeprofundode
losbosques;ylaspupilasunospozososcuros.Elaireasualrededorparecíarelucirconelpoder,comosiestuvierailuminadaporalgunallamasecreta.
—Tetemencomoyotetemíunavez—continuóél—.Comotúmetemisteamí.Todossomoselmonstruodealguien.
Duranteunlargomomento,ella leexaminólacara.Alfinbajó losbrazosy lasfilasdedrüskellesederrumbaronalsuelo,gimoteando.Liberóalosotrossoldados,que volvieron a caer en su sueño como títeres con las cuerdas cortadas. Entoncesextendió lamanounavezmásyBrumchilló.Se llevó lasmanosa lacabeza,y lasangresederramabaentresusdedos.
—¿Vivirá?—preguntóMatthias.—Sí—contestóellamientrasentrabaenlagoleta—.Peroestarácalvo.SpechtgritóórdenesyelFerolindseadentróenelpuerto,adquiriendovelocidad
mientras las velas se hinchaban con viento. Nadie corrió hacia el muelle paradetenerlos.Ningúnbarconicañóndisparó.Nohabíanadieparaadvertir,nadieparahacer señales a la artillería de arriba. El Reloj Mayor siguió sonando, ignoradomientras lagoletasedesvanecíaenelenormerefugiooscurodelmar,dejandosolosufrimientoasupaso.
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abíansidobendecidosconunfuerteviento.Inejlosentíaagitándoleelpeloynopodíaevitarpensarenlatormentaqueseavecinaba.
Encuantoestuvieronencubierta,MatthiassegiróhaciaKuwei.—¿Cuántotiemposeguiráasí?Kuweisabíaalgodekerch,peroNinatuvoquetraduciralgunascosas.Lohizode
formadistraída,susojosrelucienteslorecorríantodoyatodos.—Elsubidónduraráunahora,quizásdos.Dependedecuántotardesucuerpoen
procesarunadosisdeesetamaño.—¿Por qué no puedes purgártelo del cuerpo, como las balas? —le preguntó
MatthiasaNina,desesperado.—No funcionará—dijoKuwei—. Incluso si pudiera superar el ansia el tiempo
suficienteparapurgársela,perderíalahabilidaddesacarlaparemdesucuerpoantesde que desapareciera toda. Necesitarías a otro Corporalnik usando parem paralograrlo.
—¿Quélehará?—preguntóWylan.—Yalohasvistotúmismo—replicóMatthiasconamargura—.Sabemosloque
vaapasar.Kazcruzólosbrazos.—¿Cómoempezará?—Dolores corporales, escalofríos, nada peor que una enfermedad corriente—
explicóKuwei—.Despuésunaespeciedehipersensibilidad,seguidadetembloresyelansia.
—¿Tienesmásparem?—preguntóMatthias.
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—Sí.—¿SuficienteparallevarladevueltaaKetterdam?—Novoyatomarmás—protestóNina.—Tengosuficienteparamantenertecómoda—dijoKuwei—.Perosi tomasuna
segunda dosis, no habrá esperanza. —Miró a Matthias—. Esta es su únicaoportunidad.Es posible que su cuerpo purgue lo suficiente de forma natural comoparaquelaadicciónnoseasiente.
—¿Ysilohace?Kuwei extendió las manos, mitad encogiéndose de hombros, mitad
disculpándose.—Sin un suministro constante de la droga, se volverá loca. Sin ella, su cuerpo
comenzaráaagotarse.¿Conocéislapalabraparem?Eselnombrequelediomipadrealadroga.Significa«sinpiedad».
CuandoNinaterminódetraducir,hubounalargapausa.—Noquierooírnadamás—dijo—.Nadadeellocambiaráloquevaapasar.SealejóhacialaproayMatthiaslaobservómarcharse.—Elaguaescuchaycomprende—murmuróélentredientes.Inej buscó a Rotty y le hizo sacar los abrigos de lana que ella y Nina habían
dejadoatrásenfavordesuropadeabrigoal llegara lacostadelnorte.EncontróaNinacercadelaproa,mirandoalmar.
—Unahora,quizádos—dijoellasingirarse.Inejsedetuvo,aturdida.—¿Mehasoídoacercarme?NadieoíaalEspectro,sobretodoporencimadelsonidodelvientoyelmar.—No te preocupes.No han sido esos pies silenciosos los que te han delatado.
Puedooírtupulso,turespiración.—¿Ysabíasqueerayo?—Cadacorazónsuenadiferente.Nomehabíadadocuentaantes.Inej se unió a ella junto a la barandilla y le entregó su abrigo.LaGrisha se lo
puso, aunque el frío no parecía molestarla. Sobre ellas, las estrellas brillaban confuerza entre unas volutas de nubes manchadas de plata. Inej estaba lista para elamanecer,listaparaqueterminaraesalarganoche,ytambiénelviaje.LesorprendiódescubrirqueestabadeseosadevolveraverKetterdam.Queríaunatortilla,unatazade café demasiado dulce.Quería oír la lluvia sobre los tejados y quedarse sentadacómodaycalentitaensupequeñahabitacióndelListón.Habíaaventurasporllegar,peropodríanesperaraquesedieraunbañocaliente…talvezunoscuantos.
Ninaenterrólacaraenelcuellodelanadesuabrigoydijo:—Ojalá pudieras ver lo que yo. Puedo oír a todos en este barco, la sangre
corriendoporsusvenas.PuedooírelcambioenlarespiracióndeKazcuandotemira.—¿De…deverdad?—Sedetiene,comosinuncatehubieravistoantes.
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—¿YquéhaydeMatthias?—preguntóInej,deseandocambiardetema.Ninalevantóunaceja,sindejarseengañar.—Matthiastienemiedoporti,perosucorazónlateaunritmofirmesinimportar
loquesienta.Esfjerdano,esdisciplinado.—Nopensabaquedejaríasviviraesoshombresenelpuerto.—Nosésihasidolocorrecto.MeconvertiréenunahistoriadeterrorGrishamás
paraqueselacuentenasushijos.—¿PórtatebienoNinaZenikvendráaporti?Ellaseloplanteó.—Bueno,laverdadesquemegustacómosuena.Inejsereclinócontralabarandillaylamiró.—Estásradiante.—Nodurará.—Nuncalohace.—EntonceslasonrisadeInejflaqueó—.¿Tienesmiedo?—Estoyaterrorizada.—Todosteapoyaremos.Ninatomóunalientoinseguroyasintióconlacabeza.InejhabíahechoincontablesalianzasenKetterdam,peropocosamigos.Apoyóla
cabezacontraelhombrodeNina.—Sifueraunavidentesuli—dijo—,podríaverelfuturoydecirtequetodosaldrá
bien.—Oquemoriréagonizando.—Ninapresionólamejillacontra lapartesuperior
desucabeza—.Dimealgobuenodetodosmodos.—Saldrábien—contestóInej—.Sobrevivirásaesto.Yentoncesserásmuymuy
rica.CantarássalomasycancionesdeborrachoscadanocheenuncabaretdelStaveOriental,ysobornarásatodosparaqueteovacionendepietrascadacanción.
Ninaserioconsuavidad.—CompremoslaReserva.Inejsonrió,pensandoenelfuturoysubarco.—Comprémoslayquemémosla.Observaronlasolasduranteunrato.—¿Lista?—dijoNina.Inejsealegródenotenerquepreguntar.Selevantólamangaymostrólapluma
depavorealylapielmanchadadebajo.Tansolollevóunsegundo,unsuaverocedelaspuntasdelosdedosdeNina.El
picorfueintenso,peropasóconrapidez.Cuandosedesvaneció,lapieldelantebrazodeInejestabaperfecta,casidemasiadosuaveeimpecable,comosifueraunanuevapartedeella.
Se tocó la piel suave. Así de rápido, ya estaba hecho. Ojalá todas las heridaspudieraneliminarsecontantarapidez.Ninalebesólamejilla.
—VoyabuscaraMatthiasantesdequelascosasseponganfeas.
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Peromientrassealejaba,InejvioqueNinateníaotrarazónparamarcharse.Kazse encontraba entre las sombras cerca delmástil. Tenía puesto un pesado abrigo yestabainclinadosobresubastóndecabezadecuervo;casiparecíaélmismootravez.LoscuchillosdeInej laestaríanesperandoenlabodegaconsusotraspertenencias.Habíaechadodemenossusgarras.
Kaz le murmuró unas palabras a Nina, que retrocedió sorprendida. Inej nodistinguióloquedecían,perosediocuentadequeelintercambioeratensoantesdequelaGrishaprodujeraunsonidodeexasperaciónysedesvanecierabajocubierta.
—¿QuélehasdichoaNina?—preguntóInejcuandoKazseunióaellajuntoalabarandilla.
—Tengountrabajoquenecesitoquehaga.—Estáapuntodepasarporunsufrimientoterrible…—Ytodavíahaytrabajoporhacer.ElpragmáticoKaz.¿Porquédejarquelaempatíasemetieraensucamino?Tal
vezNinasealegraraporladistracción.Sequedarondepiejuntos,mirandolasolas,conelsilencioextendiéndoseentre
ellos.—Estamosvivos—dijoélalfin.—Parecequelehasrezadoaldioscorrecto.—Oqueheviajadoconlagentecorrecta.Inejseencogiódehombros.—¿Quiéneligenuestroscaminos?—Alverquenodecíanada,tuvoquesonreír
—.¿Ningunarespuestabrusca?¿Ningunarisaantemisproverbiossuli?Élsepasóelpulgarenguantadosobrelabarandilla.—No.—¿CómonosencontraremosconelConsejoMercante?—Cuandoestemosaunaspocasmillas,Rottyyyoremaremoshastaelpuertoen
lafalúa.BuscaremosaunmensajeroparaquellevelanoticiaaVanEckyharemoselintercambioenVellgeluk.
Inej se estremeció. La isla era popular entre los tratantes de esclavos y loscontrabandistas.
—¿EleccióndelConsejootuya?—VanEcklosugirió.Inejfruncióelceño.—¿CómoesqueunmercaderconoceVellgeluk?—Elcomercioeselcomercio.TalvezVanEcknoseaelhonorablemercaderque
parece.Permanecieronensilencioduranteuntiempo.Alfin,lachicadijo:—Voyaaprenderanavegar.Kazfruncióelceñoylelanzóunamiradadesorpresa.—¿Enserio?¿Porqué?
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—Quierousarmidineroparacontrataraunatripulaciónyequiparunbarco.—Pronunciaresaspalabrashizoqueelalientoleformaraunremolino.Susueñotodavíaparecíafrágil.NoqueríaqueleimportaraloquepensaraKaz,perosíquelohacía—.Voyacazaresclavizadores.
—Unpropósito—dijoél,pensativo—.Sabesquenopuedespararlosatodos.—Sinolointento,nopararéaninguno.—Entoncescasimedanpenalosesclavizadores.Notienenniideadeloqueles
espera.Un rubor complacido calentó las mejillas de Inej. Pero ¿acaso Kaz no había
creídosiemprequeerapeligrosa?Equilibróloscodossobrelabarandillayapoyólabarbillaenlasmanos.
—Peroprimerovoyavolveracasa.—¿ARavka?—Ellaasintióconlacabeza—.Parabuscaratufamilia.—Sí.—Tansolodosdíasanteslohabríadejadoasí,respetandosuacuerdotácito
denometerseelunoenelpasadodelotro.Peroentonces,dijo—:¿Nohabíanadiemásquetuhermano,Kaz?¿Dóndeestántuspadres?
—Los chicos del Barril no tienen padres. Nacemos en el puerto y salimosarrastrándonosdeloscanales.
Inejnegóconlacabeza.Observóelmarmoviéndoseysuspirando,cadaolaeracomounaliento.Apenaspodíadistinguirelhorizonte,unapequeñadiferenciaentreelcielonegroyelmaraúnmásnegro.Pensóensuspadres.Llevabacasi tresañoslejosdeellos.¿Cómohabríancambiado?¿Podríavolverasersuhija?Alomejornodeinmediato,peroqueríasentarseconsupadreenlosescalonesdelvagón,comiendofrutadelosárboles.Queríaverasumadresacudiéndoselatizadelasmanosantesdepreparar lacena.Quería lahierbaaltadel suryelenormecielosobre lasSikurzoi.Algoquenecesitabalaestabaesperandoallí.¿QuénecesitabaKaz?
—Estás a punto de ser rico,Kaz. ¿Qué harás cuando no hayamás sangre quederramarnivenganzasquecumplir?
—Siemprehaymás.—Másdinero,máscaos,máscuentasqueajustar.¿Nuncahubootrosueño?Élnodijonada.¿Quéhabíasacadotodaesperanzadesucorazón?TalvezInejno
lo supiera nunca. Se giró paramarcharse, pero él le sujetó lamano y lamantuvosobrelabarandilla.Nolamiró.
—Quédate —le dijo, y su voz era piedra áspera—. Quédate en Ketterdam.Quédateconmigo.
Ellamirólamanoenguantadaqueleaferrabalassuyas.Todosuserqueríadecirque sí, pero no se conformaría con tan poco, no después de todopor lo que habíapasado.
—¿Quésentidotendría?Éltomóaire.—Quieroquetequedes.Quieroque…tequieroati.
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—Mequieresamí.—Pensóenesaspalabrasyleapretólamanoconsuavidad—.¿Ycómomequerrás,Kaz?—Éllamiróentonces,conojosfierosylabocafirme.Eralacaraqueteníacuandoluchaba—.¿Cómomequerrás?¿Estarássiemprevestidodeltodo,conlosguantespuestosytucabezagiradaparaquenuestroslabiosnosetoquennunca?
Él le soltó la mano y sus hombros se hundieron. Tenía la mirada furiosa yavergonzadamientrasgirabalacarahaciaelmar.
TalvezfueporquelehabíadadolaespaldaporloqueInejpudoalfinpronunciarlaspalabras.
—Tetendrésinarmadura,KazBrekker.Onotetendréenabsoluto.Habla,suplicóensilencio.Dameunarazónparaquedarme.Apesardetodosu
egoísmoysucrueldad,Kazseguíasiendoelchicoquelahabíasalvado.Queríacreerqueéltambiénmerecíasalvación.
Lasvelascrujieron.Lasnubessesepararonparadarpasoalalunaydespuéssereunieronasualrededor.
InejdejóaKazconelvientoaullandoyelamanecertodavíalejano.
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os dolores llegaron después del amanecer. Una hora más tarde, se sentíacomo si sus huesos estuvieran tratando de empujar sus articulaciones. Se quedótumbadasobrelamismamesadondehabíasanadolaheridadecuchillodeInej.Sussentidosseguíanlobastanteagudoscomoparaolerelaromacobrizodelasangredela chica suli por debajo del limpiador que Rotty había usado para quitarla de lamadera.OlíaaInej.
Matthias estaba sentado junto a ella.Había tratadode tomarle lamano,pero eldolor era demasiado intenso. El roce de su piel contra la de ella le hacía sentir lacarneabierta.Todoparecíamal.Losentíatodomal.Tansolopodíapensarenelsabordulce y a quemado de laparem. Le picaba la garganta, y sentía su piel como unaenemiga.
Cuandolostemblorescomenzaron,lesuplicóquesemarchara.—Noquieroquemeveasasí—dijo,tratandodeponersedecostado.Élleapartóelpelohúmedodelafrente.—¿Cómodemaloes?—Malo.Perosabíaqueempeoraría.—¿Quieresprobarlajurda?Kuwei había sugerido que pequeñas dosis de jurda corriente podrían ayudar a
Ninaasuperareldía.Peroellanegóconlacabeza.—Quiero…quiero…Por todos los Santos, ¿por qué hace tanto calor aquí?—
Después, a pesar del dolor, tratóde sentarse—.Nomedesotra dosis.Diga loque
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diga,Matthias, da igual lomuchoque suplique.Noquiero ser comoNéstor, comoesosGrishadelasceldas.
—Nina,Kuweidijoquelaabstinenciapodríamatarte.Novoyadejartemorir.Kuwei. En la tesorería, Matthias había dicho uno de nosotros. Le gustaba esa
palabra.Nosotros.Unapalabrasindivisionesnifronteras.Parecíallenadeesperanza.Volvióatumbarseysucuerpoenteroserebeló.Suropaeracristalaplastado.—Yohabríamatadoacadaunodelosdrüskelle.—Todos tenemosnuestrospecados,Nina.Necesitoquevivasparapoderexpiar
losmíos.—Puedeshacerlosinmí,¿sabes?Élseenterrólacabezaenlasmanos.—Noquiero.—Matthias—dijo ella, pasándole los dedos por el pelo corto. Elmundo dolía.
Tocarlodolía,perolohizodetodosmodos.Talveznopudieravolverahacerlo—.Nomearrepiento.
Élletomólasmanosylebesólosnudillosconsuavidad.Ninahizounamueca,perocuandoelfjerdanotratódeapartarse,ellaloaferróconmásfuerza.
—Quédate—jadeó.Lesalíanlágrimasdelosojos—.Quédatehastaelfinal.—Ydespués—respondióél—.Ysiempre.—Quierosentirmeasalvootravez.Quierovolveracasa,aRavka.—Entonces te llevaré allí. Prenderemos fuego a las pasas o lo que quiera que
hagáislospaganoscomovosotrosparadivertiros.—Fanático—dijoelladébilmente.—Bruja.—Bárbaro.—Nina—susurróél—,pajarillorojo.Notevayas.
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ientras la goleta iba hacia el sur a toda velocidad, era como si la tripulaciónenteraestuvieraenunvelatorio.Todoshablabanenvozbaja,pisandolacubiertaconsuavidad. Jesper estaba tan preocupado por Nina como todos, a excepción deMatthias, suponía, pero el respetuoso silencio era difícil de soportar. Necesitabadispararleaalgo.
ElFerolindparecíaunbarcofantasma.MatthiassehabíarecluidoconNinaylehabíapedidoayudaaWylanparacuidardeella.Inclusoaunqueaestenolegustabala química, sabía más de tinturas y compuestos que nadie de la tripulación salvoKuwei,yelfjerdanonoentendíalamitaddeloqueestedecía.JespernohabíavistoaWylan desde que habían salido del puerto de Djerholm, y tenía que admitir queechaba de menos tener cerca al mercadercillo para molestarlo. Kuwei parecíasimpático,perosukerchera toscoynoparecíagustarledemasiadohablar.AvecesaparecíaencubiertaporlanocheysequedabaensilenciojuntoaJesper,mirandolasolas.Eraalgoenervante.SoloInejqueríacharlarcontodos,yesoeraporqueparecíahaberdesarrolladounardienteinterésentodolonáutico.PasabalamayorpartedesutiempoconSpechtyRotty,aprendiendoahacernudosyarreglarvelas.
Jesper siempre supo que había muchas posibilidades de no volver a casa, quepodríanhaberacabadoenceldasdelaCortedeHielooclavadosenpicas.Perohabíasupuesto que si lograban la imposible tarea de rescatar a Yul-Bayur y llegar alFerolind, el viaje de vuelta a Ketterdam sería una fiesta. Beberían lo que Spechtpudierahaberalmacenadoenelbarco, secomerían losúltimoscaramelosdeNina,relatarían sus escapadas por los pelos y cada pequeña victoria. Pero jamás podría
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haber previsto cómo se habían visto arrinconados en el puerto, y desde luego nopodíahaberimaginadoloqueNinatuvoquehacerparasacarlosdeallí.
EstabapreocupadoporNina,peropensarenellalehacíasentirculpable.CuandoembarcaronenlagoletayKuweileshablódelaparem,unavocecillaensuinteriorledijoquedeberíaofrecersea tomar también ladroga.Aunque fueraunHacedor sinentrenamiento, talvezpodríahaberayudadoasacarlaparemdelcuerpodeNinayliberarla. Pero esa era la voz de un héroe, y Jesper había dejado de pensar hacíamuchoquetuvieramaderadehéroe.Demonios,unhéroesehabríaofrecidoatomarlaparemcuandoseestabanenfrentandoalosfjerdanosenelpuerto.
CuandoKerchaparecióalfinenelhorizonte,Jespersintióunaextrañamezcladealivioe inquietud.Susvidasestabanapuntodecambiardeformasqueseguíansinparecerreales.
Soltaronanclay,cuandocayólanoche,JesperlepreguntóaKazsipodíairconélyRottyenlafalúaconlaquellegaríanalQuintoPuerto.Nolonecesitaban,peroelmuchachoestabadesesperadoporalgodedistracción.
ElcaosdeKetterdampermanecíaintacto:navesdescargandosumercancíaenelmuelle,turistasysoldadosdepermisobajandodelosbarcos,riendoygritándosedecaminoalBarril.
—Pareceigualquecuandolodejamos—dijoJesper.Kaz levantó una ceja.Volvía a llevar su elegante traje gris y negro, su corbata
inmaculada.—¿Quéesperabas?—Laverdadesquenolosé—admitióeljoven.Pero él se sentía diferente, incluso con el familiar peso de sus revólveres con
empuñaduras esmaltadas en sus caderas y un rifle sobre la espalda. No dejaba depensarenlamujerAgitamareas,gritandoenelpatiodrüskelle,conlacaramanchadadenegro.Semirólasmanos.¿QueríaserunHacedor?¿Vivircomouno?Nopodíaevitarloqueerapero¿queríacultivarsupoderoseguirescondiéndolo?
KazdejóaRottyyaJesperenelpuertomientrasibaabuscaraunmensajeroparainformar a Van Eck. Jesper quería ir con él, pero Kaz le ordenó que se quedara.Molesto,elmuchachoaprovechó laoportunidadparaestirar laspiernas,conscientedequeRottyloobservaba.TeníalaclarasensacióndequeKazlehabíapedidoquelovigilara.¿Pensabaqueibaairdirectamentealsalóndejuegosmáscercano?
Levantólamiradahastaelcielonublado.¿Porquénoadmitirlo?Estabatentado.Semoríadeganasporunapartidadecartas.TalvezdeberíamarcharsedeKetterdamdeverdad.Cuandotuvierasudineroypagarasusdeudas,podríairacualquierlugardelmundo.InclusoaRavka.Consuerte,Ninaserecuperaría,ycuandovolvieraensíJesperpodríasentarseconellayaveriguarlo.Sincomprometersedesdeelprincipio,peroalmenospodríairdevisita,¿verdad?
Media hora después, Kaz regresó con un mensaje confirmando que losrepresentantes del Consejo Mercante se encontrarían con ellos en Vellgeluk al
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amanecerdelsiguientedía.—Mira esto —dijo, sosteniendo un papel para que Jesper lo leyera. Bajo los
detallesdelencuentro,ponía:Felicidades.Vuestropaísosdalasgracias.LaspalabrasdejaronunasensaciónextrañaenelpechodeJesper,perose rioy
dijo:—Contaldequemipaíspagueenefectivo…¿SabeelConsejoqueelcientífico
estámuerto?—LopusetodoenminotaparaVanEck—dijoKaz—.LedijequeBoYul-Bayur
estámuerto,peroquesuhijoestávivoyestabatrabajandoenlajurdaparemparalosfjerdanos.
—¿Haregateado?—En la nota no. Expresó su profunda preocupación, pero no mencionó nada
sobre la recompensa.Hemoshechonuestro trabajo.Yaveremossi trataderegatearcuandolleguemosaVellgeluk.
MientrasremabandevueltaalFerolind,Jesperpreguntó:—¿VendráWylanconnosotrosalencuentrodeVanEck?—No—dijoKaz, tamborileandoconlosdedossobrelacabezadecuervodesu
bastón—. Matthias vendrá con nosotros, y alguien tiene que quedarse con Nina.Además,sinecesitamosusaraWylanparaforzarasupadre,serámejornomostrarnuestramanodemasiadopronto.
Teníasentido.YaunquehubieratemaspendientesentreWylanysupadre,JesperdudabaqueelchicoquisieradiscutirlosdelantedelosDespojosyMatthias.
Pasó una noche intranquila dando vueltas en su hamaca y despertó bajo unamanecerhúmedoygris.Nohabíaviento,yelmarparecíaplanoyvidriosocomounlago.
—Un cielo tozudo —murmuró Inej, entrecerrando los ojos mientras mirabaVellgeluk.Teníarazón.Nohabíanubesenelhorizonte,peroelaireparecíadensoporlahumedad,comosiunatormentaseestuvieranegandoaformarse.
Jesper examinó el puerto vacío. Había supuesto que Wylan se acercaría adespedirlos,peronopodíandejaraNinasola.
—¿Cómoestá?—lepreguntóaMatthias.—Débil —dijo el fjerdano—. Es incapaz de dormir. Pero conseguimos que
tomaraunpocodecaldo,yparecequeloestáreteniendo.Jespersabíaqueestabasiendoegoístayestúpido,perounamezquinapartedeél
se preguntaba si Wylan se habría mantenido alejado de él a propósito durante elcaminodevuelta.Alomejorahoraqueeltrabajoestabaterminadoyyacasiteníasupartedelbotín,elmuchachosehabíahartadodeandarconcriminales.
—¿Dóndeestálaotrafalúa?—preguntóJespermientrasél,Kaz,Matthias,InejyKuweisalíanremandodelFerolindconRotty.
—Reparándose—respondióKaz.
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Vellgelukeratanplanaqueapenaseravisiblecuandoempezaronaremarporelagua.Laislaeradealrededordeunkilómetroymediodeancho,unaestérilfranjadearena y tierra con las ruinas de una vieja torre del Consejo de Mareas. LoscontrabandistaslallamabanVellgeluk,buenasuerte,porlaspinturastodavíavisiblesalrededor de la base de lo que fue la torre del obelisco: círculos dorados querepresentabanmonedas,símbolosdelasimpatíadeGhezen,eldiosdelaindustriayel comercio. Jesper yKaz ya habían ido a la isla anteriormente para reunirse contraficantes.EstabalejosdelospuertosdeKetterdam,fueradelapatrulladelaguardiadelpuerto,sinedificiosnicalasocultasdesdelasqueorganizarunaemboscada.Unlugardeencuentroidealparagruposrecelosos.
Habíaunbergantínancladoenlaorillaopuestadelaisla,conlasvelascolgandoflojas e inútiles. Jesper lo había observado haciendo un lento recorrido desdeKetterdamdurante las primeras luces del alba, un pequeñopunto negro que crecióhasta ser una gran mancha en el horizonte. Podía oír a los marineros gritándosemientras trabajabanconlosremos.Latripulaciónestababajandounafalúallenadehombresporunlado.
Cuandosufalúallegóalaorilla,Jesperylosdemássaltaronparallevarlahastalaarena.ElmuchachocomprobósusrevólveresyvioqueInejtocababrevementecadauno de sus cuchillos, moviendo los labios. Matthias se ajustó el rifle que llevabasujetoalaespaldaycuadrósusenormeshombros.Kuweiloobservótodoensilencio.
—Deacuerdo—dijoKaz—.Vamosahacernosricos.—Sinllantos—empezóRotty,quesequedóaesperarconlafalúa.—Sinfunerales—respondieronlosdemás.Caminaron a zancadas hacia el centro de la isla, con Kuwei detrás de Kaz,
flanqueado por Jesper e Inej.Mientras llegaban, Jesper vio a alguien con un trajenegro demercader acercándose, acompañado por un hombre shu alto, con el pelooscuroatadoen lanuca,y seguidoporuncontingentede lastadwatch con abrigospúrpura,todosarmadosconporrasyriflesderepetición.Doshombresarrastrabanuntremendobaúlentreellos,tambaleándoseligeramenteconsupeso.
—Asíqueeseeselaspectoquetienentreintamillonesdekruge—comentóKaz.Jespersoltóunsilbidobajo—.¿Solotú,VanEck?—lepreguntóalhombredenegro—.¿ElrestodelConsejonosehamolestadoenvenir?
AllíestabaJanVanEck.EramásesbeltoqueWylan,yelpelolenacíamásarriba,peroJesperpodíaverelparecidosinproblemas.
—ElConsejopensabaqueeramejorencargarmeamíesta tarea,yaquehemostenidotratosantes.
—Bonito broche—dijo Kaz con unamirada al rubí que había prendido en lacorbatadeVanEck—.Aunquenotantocomoelotro.
Elhombrefruncióunpocoloslabios.—Elotroerauna reliquia familiar.¿Ybien?—ledijoalhombreshuquehabía
juntoaél.
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—EseesKuweiYul-Bo—aseguró—.Haceunañoquenoloveíayestábastantemásalto,peroeslavivaimagendesupadre.
LedijoalgoaKuweienshuehizounrápidoasentimiento.KuweimiróaKazydespuésledevolvióelgesto.Jesperpodíaverunacapade
sudorensufrente.VanEcksonrió.—Confesaréqueestoysorprendido,Brekker.Sorprendidoperodeleitado.—Nocreíasquelolograríamos.—Digamosquepensabaqueeraimprobable.—¿Poresoesporloquehascubiertotusapuestas?—Ah,asíquehashabladoconPekkaRollins.—Hablamuchocuandoconsiguesponerloenelestadodeánimoadecuado—dijo
Kaz,yJesperrecordólasangresobresucamisaensuprisión—.Dicequetambiénlocontrataste a él y a los Leones Moneda para ir a por Yul-Bayur para el ConsejoMercante.
Con una sensación de intranquilidad, Jesper se preguntó qué más le habríacontadoRollinsaKaz.
VanEckseencogiódehombros.—Eramejorasegurarse.—¿Yporquédeberíaimportartesiunpuñadoderatasdecanalsehacenpedazos
enbuscadeunbotín?—Sabíamos que las oportunidades de que cualquier equipo tuviera éxito eran
escasas.Comojugador,esperoqueloentiendas.Pero Jesper nunca había pensado en Kaz como en un jugador. Los jugadores
solíandejaralgoalazar.—Treintamillonesdekrugecalmaránmissentimientosheridos—replicóKaz.VanEck hizo un gesto a los guardias tras él. Levantaron el baúl y lo pusieron
delantedeljoven.Esteseagachójuntoaélyabriólatapa.Inclusodesdeladistancia,Jespervio los fajosdebilletesdelpálidopúrpuradeKerch,adornadoscon los trespecesvoladores,unafilatrasotro,atadosconbandasdepapelselladasconcera.
Inejtomóaliento.—Inclusovuestrodineroesdeuncolorpeculiar—dijoMatthias.Jesperqueríapasarlasmanosporesosgloriososfajos.Queríabañarseenellos.—Creoquesemehahecholabocaagua.Kazsacóunodelosfajosydejóquesudedoenguantadolorecorriera.Después,
escarbóotracapaparaasegurarsedequeVanEcknohubieratratadodeengañarlos.—Estátodoaquí.—MiróporencimadelhombroylehizounaseñalaKuwei.El
chicocruzólacortadistanciayVanEcklehizoungestoparaqueseacercaraaélylediounapalmadaenlaespalda.Kazselevantó—.Bueno,VanEck.Megustaríadecirquehasidounplacer,peronosoytanbuenmentiroso.Nosmarchamosya.
VanEcksepusodelantedeKuweiydijo:
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—Metemoquenopuedopermitireso,Brekker.Kazseinclinósobresubastón,observandoaVanEckintensamente.—¿Hayalgúnproblema?—Veovariosdelantedemí.Ynisoñéisquealgunodevosotrosvaasalirdeesta
isla.Van Eck se sacó un silbato del bolsillo y tocó una nota aguda. Al mismo
momento,sussirvientessacaronsusarmasyunvientosaliódelanada;unvendavalaullante y antinatural que sopló alrededor de la pequeña isla mientras el marcomenzabaalevantarse.
Losmarineros juntoa la falúadelbergantín levantaron losbrazos,y lasolasseagitarontrasellos.
—Agitamareas—gruñóMatthias,llevandolamanoasurifle.Entoncesdosfigurasmásselanzarondesdelacubiertadelbergantín.—¡Vendavales!—gritóJesper—.¡Estánusandoparem!LosVendavalesformaronuncírculoenelcielo,yelvientoazotabaelaireasu
alrededor.—Te quedaste parte del lote que Yul-Bayur envió al Consejo —dijo Kaz,
entrecerrandolosojos.LosVendavales levantaron losbrazosyelvientogimoteóconungritoagudoy
penetrante.Jesperse llevólamanoa losrevólveres.¿Nohabíadeseadoteneralgoa loque
disparar? Supongo que este sitio da buena suerte, pensó con una ráfaga deexpectación.Parecequeestoyapuntodeobtenermideseo.
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n trato es un trato, Van Eck—dijoKaz por encima del ruido de la tormentacreciente—.SielConsejoMercantenocumplesupartedelacuerdo,nadiedelBarrilvolveráatraficarconningunodevosotros.Vuestrapalabranovaldránada.
—Eseseríaunproblema,Brekker,sielConsejosupieraalgosobreestetrato.Kazlocomprendióenunterribledestello.—Nuncaestuvieroninvolucrados.¿Por qué había creído que Van Eck tenía la bendición del ConsejoMercante?
¿Porque era un mercader rico y honorable? ¿Porque había vestido a sus propiossirvientes y soldados con el uniforme púrpura de la stadwatch? Kaz se habíaencontrado con él en la casa en cuarentena de unmercader, no en un edificio delgobierno,perosehabíadejadoconvencerporeldecorado.Era lodeHertzoonysucafeteríaotravez,soloqueKazyateníaedadparaverlovenir.
—QueríasaYul-Bayur.Queríaslafórmuladelaparem.VanEckloconfirmóconuntranquiloasentimiento.—LaneutralidadesunlujoqueKerchllevademasiadotiempodisfrutando.Los
miembros del Consejo creen que su riqueza los protege, que pueden quedarsesentadoscontandosudineromientraselmundolucha.
—¿Ytúpiensasdistinto?—Desde luego que sí. La jurda parem no es un secreto que pueda guardarse,
aplastarseoalmacenarseenunacabañaenlafronterazemeni.—Entonces, toda tu charla sobre las líneas de comercio y los mercados
derrumbándose…
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—Ah, pasará tal como he predicho, Brekker. Cuento con ello. En cuanto elConsejorecibióelmensajedeBoYul-Bayur,comencéacomprarcamposdejurdaenNovyi Zem. Cuando la parem fluya libremente por el mundo, cada país, cadagobierno,exigiráunsuministroparausarloensusGrisha.
—Caos—dijoMatthias.—Sí—afirmóVanEck—.Vendráelcaos,yyoserésuamo.Unamomuyrico.—Condenarás a la esclavitud y la muerte a los Grisha de todo el mundo —
intervinoInej.VanEcklevantóunaceja.—¿Cuántosañostienes,chica?¿Dieciséis?¿Diecisiete?Lasnacionesselevantan
y caen. Los mercados surgen y se deshacen. Cuando el poder cambia de manos,siempresufrealguien.
—Cuandoeldinerocambiademanos—replicóJesper.LaexpresióndeVanEckeradedesconcierto.—¿Nosonlamismacosa?—CuandoelConsejodescubra…—comenzóInej.—ElConsejo jamás descubrirá esto—aseguróVanEck—. ¿Por qué crees que
escogíaescoriadelBarrilcomomispaladines?Ah,tenéisrecursosysoismuchomáslistosquecualquiermercenario,osloconcedo.Perolomásimportanteesquenadieosecharádemenos.
VanEcklevantólamanoylosAgitamareasgiraronlosbrazos.KazoyóungritoysegiróparaverunaespiraldeaguacerniéndosesobreRotty.Golpeólafalúaylahizopedazosmientrasélseponíaacubierto.
—Ninguno de vosotros saldrá de esta isla, Brekker. Todos desapareceréis, y anadieleimportará.
VolvióalevantarlamanoylosAgitamareasrespondieron.UnaenormeolarugióhaciaelFerolind.
—¡No!—chillóJesper.—¡VanEck!—gritóKaz—.Tuhijoestáenesebarco.Lamiradadelhombresedirigióhaciaél.Soplóel silbatoy losAgitamareasse
quedaron inmóviles, esperando instrucciones. A regañadientes, Van Eck bajó lamano.Ellosdejaronquelaolacayerainofensiva,yelmarenmovimientogolpeóellateraldelFerolind.
—¿Mihijo?—dijo.—WylanVanEck.—Brekker,seguroquesabesqueenviélejosamihijohacemeses.—Sé que le has escrito a Wylan cada semana desde que se fue de tu casa,
rogándolequeregresara.Esasnosonlasaccionesdeunhombrequenosepreocupaporsuúnicohijoyheredero.
Van Eck comenzó a reír, una risa cálida y casi jovial, pero sus matices eranafiladosyamargos.
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—Dejaquetehabledemihijo.—Escupiólapalabracomosifueravenenoensuslabios—. Iba a ser el heredero de una de lasmayores fortunas de todaKerch, unimperioconlíneasdecomercioquellegabanatodoelglobo,construidopormipadrey por el padre de mi padre. Pero mi hijo, el chico que debía gobernar ese granimperio, no sabe hacer lo que un niño de siete años sí sabe. Sabe resolver unaecuación. Sabe pintar y tocar la flauta muy bien. Lo que mi hijo no sabe hacer,Brekker,esleer.Nosabeescribir.Hecontratadoalosmejorestutoresdecadarincóndelmundo.Heprobadoespecialistas,tónicos,palizas,hipnotismo.Perosenegabaaaprender.AlfinaltuvequeaceptarqueGhezencreyóapropiadomaldecirmeconunimbécilporhijo.Wylanesunchicoquejamásseráunhombre.Esunadesgraciaparamicasa.
—Las cartas…—dijo Jesper, y Kaz vio la furia en su cara—. No le estabassuplicandoquevolviera.Teestabasburlandodeél.
Jesper tenía razón. Si estás leyendo esto, entonces sabrás cuánto deseo quevuelvasacasa.CadacartahabíasidounabofetadaparaWylan,unaespeciedebromacruel.
—Estuhijo—señalóJesper.—No, es un error. Uno que pronto corregiré. Mi amada y joven esposa está
embarazada,yseaniño,niñaounacriaturaconcuernos,esebebéserámiheredero,nounidiotadecabezablandaquenopuedeleerunhimnarioymuchomenosunlibrodecontabilidad,nounestúpidoqueconviertaelapellidoVanEckenunhazmerreír.
—Tú eres el estúpido—gruñó Jesper—. Es más listo que casi todos nosotrosjuntos,ysemereceunpadremejorquetú.
—Merecía—corrigióVanEck.Tocóelsilbatodosveces.Los Agitamareas no dudaron. Antes de que nadie pudiera tomar aire para
protestar,dosenormesparedesdeaguaseelevaronyselanzaroncontraelFerolind.Aplastaron el barco entre ellas con un gran estruendo, y los escombros salieronvolando.
Jespergritódefuriaylevantólaspistolas.—¡Jesper!¡Quieto!—ordenóKaz.—Loshamatado—dijoconelrostrocontorsionado—.¡HamatadoaWylanya
Nina!Matthiaslepusolamanoenelbrazo.—Jesper—dijoconcalma—.Quédatequieto.El muchacho miró hacia las olas, a los trozos rotos del mástil y las velas
destrozadasdondesolosegundosanteshabíahabidounbarco.—No…Noloentiendo.—Confiesoqueyo tambiénestoyalgoaturdido,Brekker—admitióVanEck—.
¿Ni una lágrima? ¿Ni un lamento por tu tripulación perdida? Soismuy fríos en elBarril.
—Fríosycautos—especificóKaz.
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—Nolobastantecautos,porloqueparece.Almenosnovivirásparaarrepentirtedetuserrores.
—Cuéntame, Van Eck. ¿Te arrepentirás tú? A Ghezen no le gustan los tratosrotos.
Lasfosasnasalesdelhombresedilataron.—¿Qué lehasdado túalmundo,Brekker?¿Hascreadoriqueza?¿Prosperidad?
No. Robas a hombres y mujeres honestos y solo te sirves a ti mismo. Ghezenfavorecea losquese lomerecen,a losqueconstruyenciudades,noa lasratasqueroensuscimientos.Mehabendecidoamíyamis tratos.Vosotrospereceréisyyoprosperaré.EsaeslavoluntaddeGhezen.
—Tansolohayunproblema,VanEck.NecesitarásaKuweiYul-Boparahacerlo.—¿Ycómomeloarrebatarás?Estáisrodeadosdearmas.—Nonecesitoarrebatártelo.Nuncalohastenido.EsenoesKuweiYul-Bo.—Unburdoengañocomomucho.—Nomegustanmucholosengaños,¿verdad,Inej?—Noporlogeneral.VanEckfruncióloslabios.—¿Yesoporqué?—Porqueprefierehacertrampas—dijoelchicoquenoeraKuweiYul-Boconun
kerchperfectoysinacento.VanEcksesobresaltóanteelsonidodesuvozyJesperseencogió.Elchicoshu
extendióunamano.—Paga,Kaz.Estesuspiró.—Odio perder una apuesta. ¿Sabes,Van Eck?Wylan apostó a que no tendrías
ningúnreceloenacabarconsuvida.Llámamesentimental,peronopensabaqueunpadrepudierasertandesalmado.
VanEckmirófijamenteaKuweiYul-Bo,oelchicoquecreíaqueeraKuweiYul-Bo.KazloobservóluchandoconlarealidaddelavozdeWylansaliendodesuboca.Jesper parecía igual de incrédulo. Obtendría su explicación después de que Kazconsiguierasudinero.
—Noesposible—dijoVanEck.No debería serlo. Nina había sido una Confeccionadora pasable como mucho,
perobajolainfluenciadelajurdaparem,bueno,talcomoVanEckhabíadichounavez,se vuelven posibles las cosas que simplemente no deberían serlo.Una réplicacasiperfectadeKuweiYul-Boseencontrabaanteellos,peroteníalavozdeWylan,susrasgosy,aunqueKazpodíaverelmiedoyeldolorensusojosdorados,tambiénelsorprendentecorajedeWylan.
Tras la batalla en el puerto deDjerholm, elmercadercillo había acudido aKazpara advertirle de que no podría usarlo paramanipular a su padre. AWylan se lehabíapuestolacararoja,apenasfuecapazdepronunciarlaspalabrasdesusupuesta
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aflicción.Kaztansolosehabíaencogidodehombros.Algunoshombreseranpoetas.Otros, granjeros. Unos eran ricos mercaderes. Wylan podía dibujar una elevaciónperfecta.HabíahechountaladrocapazdecortarelcristalGrishacontrozosdeunapuertayunasjoyasrobadas.¿Quémásdabaquenopudieraleer?
Kazhabíaesperadoqueseopusieraalaideadequelomodificaranparaquesepareciera a Kuwei. Una transformación tan extrema estaba más allá del poder decualquierGrishaquenousaraparem.
—Podríaserpermanente—lehabíaadvertido.AWylannolehabíaimportado.—Necesitosaberlo.Deunavezportodas,necesitosaberloquemipadrepiensa
demíenrealidad.Yyalosabía.Van Eck miró a Wylan con ojos desorbitados, buscando alguna señal de las
faccionesdesuhijo.—Nopuedeser.ElmuchachocaminóhastaponersealladodeKaz.—TalvezpuedassuplicarlecomprensiónaGhezen,padre.WylaneraunpocomásaltoqueKuwei,ysucaraunpocomásredonda.PeroKaz
loshabíavistojuntosyelparecidoeraextraordinario.El trabajodeNina,realizadoenelbarcoantesdequeeseextraordinariosubidónhubieracomenzadoamenguar,eracasiimpecable.
LafuriacruzólasfaccionesdeVanEck.—Inútil—lesiseóasuhijo—.Sabíaqueerasestúpido,pero¿tambiénuntraidor?—Unestúpidohubieraestadoesperandoaquelohicieranpedazosenesebarco.
Yencuantoalodetraidor,mehasllamadocosaspeoressoloenlosúltimosminutos.—Tú piensa —le dijo Kaz a Van Eck—. ¿Y si el verdadero Kuwei Yul-Bo
hubieraestadoenelbarcoqueacabasdeconvertirenpalillosdedientes?La voz del hombre era calmada, pero un rubor de furia le había subido por el
cuello.—¿DóndeestáKuweiYul-Bo?—Déjanossalirdeestaislaconnuestropagoytelodiréalegremente.—Notienes formadesalirdeesta,Brekker.Tupequeñogruponoes rivalpara
misGrisha.Elseencogiódehombros.—MátanosyjamásencontrarásaKuwei.VanEckparecióplantearseeso,yentoncesretrocedió.—¡Guardiasamí!—gritó—.¡MatadatodossalvoaBrekker!Kazsupoqueeneseinstantecometióunerror.Todossabíanquepodríapasareso.
Deberíahaberconfiadoensugrupo.SusojosdeberíanhabersequedadofijosenVanEck. En lugar de eso, en ese momento de amenaza, cuando solo debería haberpensadoenlapelea,miróaInej.
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YVanEcklovio.Tocóelsilbato.—¡Dejadalosdemás!Cogedeldineroyalachica.Mantentefirme,ledijosuinstintoaKaz.VanEcktieneeldinero.Éleslaclave.
Inejpuedecuidardesímisma.Esunpeón,noelpremio.Peroyaseestabadandolavuelta,corriendohaciaellamientraslosGrishaatacaban.
Los Agitamareas llegaron primero hasta ella, desvaneciéndose como niebla ydespuésreapareciendoasulado.PerosolounestúpidotrataríadevenceraInejenuncombate cuerpo a cuerpo. Los Agitamareas eran rápidos y se desvanecían yreaparecían tratando de sujetarla. Pero ella era el Espectro, y sus cuchillosencontraron corazones, gargantas, bazos. La sangre se derramó sobre la arenamientraslosAgitamareassederrumbabanendosmontonesmuysólidos.
Kazcaptóunmovimientoporelrabillodelojo;unVendavalqueselanzabahaciaInej.
—¡Jesper!—gritó.EstedisparóyelVendavalcayóderribadoatierra.ElsiguienteVendavalfuemáslisto.Seacercóporlobajo,deslizándosesobrelas
ruinas.JesperyMatthiasabrieronfuego,peroteníanquemiraralsolparadispararynisiquieraJesperpodíaapuntaraciegas.ElVendavalalcanzóaInejyseelevóenelcieloconella.
Quédatequieta,suplicóKazensilencio,conlapistolafuera.Peroellanolohizo.Sucuerpogiró,yentoncesatacó.ElgritodelVendavalfuedistante.LasoltóeInejcayó,precipitándosecontralaarena.Kazcorrióhaciaellasinningunalógicaniplan.
Unborrónatravesó suvisión.Un tercerVendaval se lanzóenpicado, la atrapóunossegundosantesdelimpactoylelanzóunferozgolpealcráneo.KazvioqueelcuerpodeInejsequedabainmóvil.
—¡Derribadlo!—rugióMatthias.—¡No!—gritóKaz—.Siledisparáis,ellatambiéncaerá.El Grisha se elevó hasta quedar fuera de su alcance, con Inej sujeta entre los
brazos.Nohabíanadaquepudieranhacersalvoquedarseallícomoestúpidosyobservar
su forma volviéndose cada vez más pequeña en el cielo: una luna distante, unaestrellaapagándose,ydespuésdesapareció.
LosguardiasyGrishadeVanEckseacercaronyllevaronalmercaderyelbaúldekrugeporelaire,hastaelbergantínqueaguardaba.LavenganzaparaJordie,todoporloqueKazhabíatrabajado,seleestabaescapando.Peronoleimportaba.
—TienesunasemanaparatraermealverdaderoKuwei—gritóVanEck—.Sino,oiránlosgritosdeestachicahastaenFjerda.Ysiesonoteconmueve,dejaréquesesepaquetienesalrehénmásvaliosodelmundo.Cadabanda,gobierno,traficanteyespíairáaportiylosDespojos.Notienesningúnlugardondeesconderte.
—Kaz,puedodisparar—dijoJesper,guardandolosrevólveresycogiendosurifle—.VanEcksigueamialcance.
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Yentoncestodoestaríaperdido:Inej,eldinero,todo.—No—dijoKaz—.Quesevayan.Elmar estaba plano, no soplaba brisa alguna, pero losVendavales restantes de
VanEckmovieronlasvelasdelbarcoconunfuerteviento.KazobservóelbergantínsurcandoelaguahaciaKetterdam,hacia laseguridad,
haciaunafortalezaconstruidasobrelaimpecablereputacióndemercaderdeVanEck.SesintiócomolohabíahechoalmirarporlasventanasoscurecidasdelacasadelaZelverstraat.Indefensounavezmás.Habíarezadoaldiosequivocado.
Jesperbajóelrifleconlentitud.—VanEckenviarásoldadosyGrishaabuscaraKuwei—dijoMatthias.—Noloencontrarán.NiaNina.NienelListónnienningunaotrapartedelBarril.EnningúnlugardeKetterdam.
Lanocheanterior,KazhabíaordenadoaSpechtquesellevaraaKuweiyaNinadelFerolinden lasegundafalúa, laquelehabíadichoaJesperqueestabanreparando.EstabanasalvoenlasjaulasabandonadasbajolaviejatorredelaprisióndelaPuertadelInfierno.KazhabíahechoalgunasindagacionesalvisitarelpuertoparacontactarconVan Eck. Tras el desastre en el Espectáculo del Infierno, habían inundado lasjaulasparapurgarlasdebestiasycuerpos,yhabíanquedadovacíasdesdeentonces.Matthiashabíaodiado la ideadedejarqueNinafueraaningunapartesinél, sobretodoensuestado,peroKazlohabíaconvencidodequedejarlosaellayaKuweiabordodelFerolindlosdejaríaexpuestos.
Kaz semaravilló ante supropia estupidez.Eramás tontoqueunpichón reciénsalido del barco y buscando hacer fortuna en el Stave Oriental. Su mayorvulnerabilidadhabíaestadojustoasulado.Yyanoestaba.JespermirabafijamenteaWylan,recorriendoconsusojoselpelooscuro,losojosdorados.
—¿Porqué?—dijoalfin—.¿Porquéhashechoesto?Elmuchachoseencogiódehombros.—Necesitábamosdecantarlabalanza.—EslavozdeKazlaquehabla.—Nopodíadejarquetodosvinieraisalintercambioderehenespensandoqueera
algunaclasedeseguro.—¿Ninatemodificó?—LanochequesalimosdeDjerholm.—Poresodesaparecisteduranteelviaje—dijoJesper—.Noestabasayudandoa
MatthiasacuidardeNina.Teestabasescondiendo.—Nomeescondía.—Tú…¿Cuántasveceserastúamiladoencubiertaporlanochecuandopensaba
queeraKuwei?—Todaslasveces.—Puede que Nina no pueda dejarte como antes, ¿sabes? No sin otra dosis de
parem.Podríasquedarteasí.
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—¿Quémásda?—¡Yoquésé!—gritóJesper,enfadado—.Alomejormegustabatuestúpidacara.
—SegiróhaciaMatthias—.Túlosabías.Wylanlosabía.Inejlosabía.Todosmenosyo.
—Pregúntameporqué,Jesper—dijoKaz,perdiendolapaciencia.Elsemovióconincomodidadsobresuspies.—¿Porqué?—FuistetúquiennosvendióaPekkaRollins.—Loseñalóconundedoacusador
—.TúereslarazónporlaquenosemboscarancuandotratamosdedejarKetterdam.Casinosmatanatodosportuculpa.
—YonoledijenadaaPekkaRollins.Yonunca…—Ledijisteaunode losLeonesMonedaque temarchabasdeKerch,peroque
volveríasconmuchodinero,¿verdad?Jespertragósaliva.—Teníaquehacerlo.Ibanapormí.Lagranjademipadre…—Tedijequeno le contaras anadieque temarchabasdelpaís.Te advertí que
mantuvieraslabocacerrada.—¡Noteníaelección!MeencerrasteenelClubCuervoantesdemarcharnos.Si
mehubierasdejado…Kazsegiróhaciaél.—¿Dejadoqué?¿JugarunaspartidasdelaZarzadeTres?¿Endeudartehastalas
cejasconcadajefedelBarrillobastanteestúpidoparadartecrédito?LedijisteaunmiembrodelabandadePekkaqueestabasapuntodeserrico.
—No sabía que hablaría conPekka.Ni quePekka supiera lo de laparem. Tansoloestabatratandodeganarmealgodetiempo.
—PortodoslosSantos,Jesper,deverdadnohasaprendidonadaenlosDespojos,¿eh?Siguessiendoelmismochicodegranjaestúpidoquesaliódelbarco.
JesperselanzóhaciaélyKazsintióunaráfagadevertiginosaviolencia.Porfin,unabatallaquepodíaganar.PeroMatthiasseinterpusoentreellosylossujetóacadaunoconunaenormemano.
—Parad.Dejadloya.Kaz no quería parar. Quería darles una paliza a todos hasta dejarlos
ensangrentadosydespuésabrirsecaminoagolpesporelBarril.—Matthiastienerazón—dijoWylan—.Tenemosquepensarquéhacerahora.—Nohaynadaquehacer—gruñóKaz.VanEckseencargaríadeeso.Nopodían
volver al Listón ni pedir ayuda a Per Haskell ni a los demás Despojos. Van Eckestaríavigilando,listoparaatacar.ConvertiríaelBarril,elhogardeKaz,supequeñoreino,enterritoriohostil.
—Jesper cometió un error —señaló Wylan—. Un error estúpido, pero nopretendíatraicionaranadie.
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Kazsealejóazancadas, tratandodeaclararselacabeza.SabíaqueJespernosehabía dado cuenta de lo que estaba poniendo en marcha, pero también sabía quenuncapodríavolveraconfiarenéldeverdad.YtalvezlohabíamantenidoalmargensobrelodeWylanparacastigarlounpoco.
En unas pocas horas, cuando no lograran ponerse en contacto, Specht iríaremandohaciaellosenlafalúa.Porelmomentonohabíanadasalvoelcielogrisylarocamuertadeesemiserableintentodeisla.YlaausenciadeInej.Kazqueríapegaraalguien.Queríaquealguienlepegaraaél.
Examinóloquequedabadesutripulación.Rottyseguíacercadelosrestosdelafalúa.Jesperestabasentadoconloscodossobrelasrodillasylacabezaenlasmanos,conWylan junto a él llevando la cara de un casi extraño;Matthias estaba de pie,mirando sobre el agua en dirección a la Puerta del Infierno como un centinela depiedra. Si Kaz era su líder, entonces Inej había sido su imán, juntándolos cuandoparecíamásprobablequesefueranaladeriva.
NinahabíaocultadoeltatuajedelcuervoylacopadeKazantesdeentrarenlaCortedeHielo,peronolehabíapermitidoacercarsealaRdesubíceps.Tocóconlosdedos enguantados el lugar donde lamanga de su chaqueta cubría esamarca. Sinquererlo,habíapermitidoqueKazRietveldregresara.NosabíasihabíacomenzadoconlaheridadeInejoapartirdeesehorribleviajeenelvagóndelaprisión,perodealgúnmodohabíadejadoquepasaraylehabíacostadomucho.
Esonosignificabaquefueraapermitirquelovencieraunmercaderladrón.Kazmiróalsur,hacialospuertosdeKetterdam.Loscomienzosdeunaidealerascabanlaparteposteriordelcráneo,unpicor,unapequeñanoción.Noeraunplan,peropodríaser el comienzo de uno. Podía ver la forma que tomaría: imposible, absurda. Yrequiriendounaenormecantidaddedinero.
—Caradeconfabulación—murmuróJesper.—Sinduda—asintióWylan.Matthiascruzólosbrazos.—¿Buscandoentubolsadetrucos,demjin?Kaz flexionó los dedos enguantados. ¿Cómo había sobrevivido en el Barril?
Cuandoteloquitabantodo,encontrabaslaformadesacaralgodelanada.—Voyainventaruntruconuevo—dijo—.UnoqueVanEckjamásolvidará.—
Se giró hacia los demás. Si pudiera ir a por Inej solo lo haría, pero ni siquiera éllograríaeso—.Necesitoalgrupoadecuado.
Wylansepusoenpie.—PorelEspectro.Jesperlosiguió,todavíasinmiraraKazalosojos.—PorInej—dijoenvozbaja.Matthiashizounbruscoasentimiento.InejhabíaqueridoqueKazseconvirtieraenotrapersona,unamejor,un ladrón
másamable.Peroesechiconoteníalugarallí.Esechicohabíaacabadomuriéndose
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enuncallejón.Esechiconopodríarecuperarla.Voyarecuperarmidinero,sejuróKaz.Yvoyarecuperaramichica.Inejjamás
seríasuya,nodeverdad,peroencontraríalaformadedarlelalibertadquelehabíaprometidohacíanomucho.
ManosSuciashabíallegadoparaencargarsedeltrabajoduro.
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ekkaRollinssemetióunpuñadodejurdaenelcarrilloysereclinóensusillónparaexaminarelgrupoandrajosoqueDoughtyhabíallevadoasudespacho.RollinsvivíaencimadelPalacioEsmeraldaenunenormeconjuntodehabitaciones,concadacentímetrocubiertodeterciopeloverdeydorado.Leencantabalaostentación,ensuropa,susamigosysusmujeres.
Los chicos que tenía delante eran lo más opuesto a la elegancia o el estilo.LlevabanlosdisfracesdelaKomedieBrute,peronadieteníaaccesoasudespachosinmostrar la cara, así que les habían quitado las máscaras. Reconoció a algunos deellos.EnsudíaquisoreclutaralaMortificadoraNinaZenik,peroahoraparecíaquenoibaasobrevivirmásalládeunmes;todahuesosquesobresalían,huecososcurosymanos temblorosas.Parecíaquehabíaevitadounamala inversión.Se inclinóhaciaun enorme fjerdano con la cabeza afeitada y tristes ojos azules. Era muy grande,posiblementeunantiguomilitar.Buenosmúsculos.¿DóndeencontrabaKazBrekkeraesagente?
Elchicojuntoaelloserashu,peroparecíademasiadojovenparaserelcientíficoqueestabantandesesperadosporconseguir.Además,Brekkerjamásllevaríatalbotínal PalacioEsmeralda.Y después, por supuesto,Rollins conocía a Jesper Fahey.Eltiradorhabíaconseguidounaimpresionantecantidaddedeudasencasicadaantrodejuegos del Stave Oriental. Su bocaza había puesto al corriente a Rollins de queBrekker estaba enviando un equipo a Fjerda. Escarbando un poco y sobornandomuchohabíaconseguidosaberellugarylahoradesupartida,unainformaciónquehabía resultado ser errónea. Brekker había estado un paso por delante de él y los
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LeonesMoneda.Lapequeña ratadecanalhabía logrado llegara laCortedeHielodespuésdetodo.
Peroeraalgobueno.DenoserporKazBrekker,Rollinstodavíaestaríasentadoenunaceldadeesamalditaprisiónfjerdana,esperandootrarondadetortura,otalvezclavadoenunapicasobrelaparedanular.
CuandoBrekkerhabía abierto la cerradurade la puertade su celda,Rollins nosabíasi ibaarescatarlooaasesinarlo.HabíaoídomuchosobreKazBrekkerdesdeque había alcanzado la cima de los Despojos, esa triste parodia que Per Haskellllamababanda,ylohabíavistoalgunavezporelBarril.Elchicohabíasalidodelanadayhabía causadounmontóndeproblemasdesdeentonces.Pero seguía siendosolounteniente,noungeneral,unperromordisqueándolelostobillosaRollins.
—Hola,Brekker—habíadicho—.¿Vienesaregodearte?—Noexactamente.¿Meconoces?Rollinssehabíaencogidodehombros.—Claro,ereselrufiánquenodejaderobarmelosclientes.Laexpresiónquecruzóelrostrodelmuchachotomóporsorpresaalhombre.Era
odio;puro,negroybullendoafuegolento.¿Quélehabréhechoaestaescoria?Peroenunossegundoslaexpresiónsedesvaneció,yRollinssepreguntósinoselahabríaimaginado.
—¿Quéquieres,Brekker?Elchicosehabíaquedadoallí,conalgosombríoydementeensumirada.—Quierohacerteunfavor.El hombre se fijó en lospiesdesnudosy la ropadeprisióndeBrekker, en sus
manoscubiertasconsuslegendariosguantesnegros,unadornoridículo.—Noparecequeestésenposicióndehacerlefavoresanadie,jovenzuelo.—Voyadejarestapuertaabierta.NoerestanestúpidocomoparairaporBoYul-
Bayursinunequipoqueterespalde.Esperatumomentoymárchate.—¿Porquédemoniosibasaayudarme?—Nodeberíasmoriraquí.Dealgúnmodo,sonabacomounamaldición.—Tedebouna,Brekker—habíadichoRollinsmientraselchicosalíadesucelda,
apenascreyendosusuerte.Brekkerlehabíalanzadounamirada,conlosojososcuroscomocavernas.—Notepreocupes,Rollins.Pagarás.Y al parecer el chico había acudido a recaudar. Estaba en mitad del opulento
despacho de Rollins con el aspecto de una mancha oscura de tinta, con la carasombría y las manos descansando sobre un bastón con empuñadura de cuervo. ARollinsno le sorprendía exactamenteverlo.Se rumoreabaqueel intercambioentreBrekkeryVanEckhabíaidomal,yqueelmercaderteníaelojopuestoenelListónyel resto de rufianes deKaz Brekker. PeroVan Eck no estaba vigilando el PalacioEsmeralda; no tenía razones para hacerlo.Rollins ni siquiera estaba seguro de que
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supieraquehabíaregresadodeFjerdaconvida.CuandoBrekkerterminódeexplicarlosdetallesdelasituación,Rollinsseencogiódehombrosydijo:
—Te han traicionado. Si quieres mi consejo, entrega a Kuwei a Van Eck yterminacontodo.
—Nohevenidoaporconsejo.—A los mercaderes les gustan los impuestos que pagamos. Dejan pasar algún
atracoaunbancooalgúnroboaunacasa,peroesperanquenosquedemosaquíenelBarril y les dejemos con sus negocios. Si vas a la guerra con Van Eck, todo esocambia.
—VanEcksehavueltorebelde.SielConsejoMercantesupiera…—¿Yquiénvaadecírselo?¿UnaratadecanaldelapeorzonadelBarril?Note
engañes,Brekker.Guárdatelasespaldasyviveparalucharotrodía.—Luchotodoslosdías.¿Meestásdiciendoquedejaríaspasaralgoasí?—Mira,siquieresdispararteenelpie,elpiebueno,notengoningúnproblemaen
mirarte. Pero no voy a aliarme contigo, no contra unmercader.Nadie lo hará.Noestásmetiéndoteenunaguerradebandas,Brekker.Tendrásalastadwatch,elejércitokerchysumarinadesplegadoscontrati.QuemaránelListónhastaloscimientosconelviejodentro,ytambiéntomaránelQuintoPuerto.
—Noesperoqueluchesjuntoamí,Rollins.—Entonces,¿quéquieres?Estuyo.Dentrodelorazonable.—NecesitoquemandesunmensajealacapitaldeRavka.Rápido.Rollinsseencogiódehombros.—Esoesfácil.—Ynecesitodinero.—Quésorpresa.¿Cuánto?—Doscientosmilkruge.Rollinscasiseahogóconsurisa.—¿Algomás,Brekker?¿LaEsmeraldaLantsov?¿Undragónquecaguearcoíris?—Tienessuficientedinero,Rollins.Ytesalvélavida.—Entoncestendríasquehabernegociadoenesacelda.Nosoyunbanco,Brekker.
Yaunquelofuera,dadatusituaciónactual,diríaqueesmuyarriesgadodartecrédito.—Noquierounpréstamo.—¿Quieresquetedédoscientosmilkruge?¿Yquéobtendréyoporestegeneroso
gesto?Brekkertensólamandíbula.—MipartedelClubCuervoyelQuintoPuerto.Rollinsseenderezóensuasiento.—¿Mevenderíastuporcentaje?—Sí.Yporotroscienmil,añadiréunDeKappeloriginal.Rollinssereclinóyuniólosdedos.—Noessuficiente,¿sabes?NoparadeclararlaguerraalConsejoMercante.
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—Loesparaestegrupo.—¿Este grupo?—repitióRollins con un resoplido—.No puedo creer que este
tristeequipofueraelqueasaltaraconéxitolaCortedeHielo.—Puescréelo.—VanEckvaametertebajotierra.—Otroslohanintentado.Dealgúnmodonodejodevolverdeentrelosmuertos.—Respeto tu decisión, chaval. Y la comprendo. Quieres tu dinero; quieres
recuperaralEspectro,quierespartedelafortunadeVanEck…—No—dijo Brekker, y su voz eramitad chirrido ymitad gruñido—. Cuando
vaya a por Van Eck, no solo me llevaré lo mío. Le dejaré sin nada. Quemaré sunombredellibrodecontabilidad.Nolequedaránada.
PekkaRollinshabíaperdidolacuentadelasamenazasquehabíaescuchado,loshombresquehabíamatadoovistomorir,perolaexpresiónenlosojosdeBrekkerleprovocóunescalofríoenlacolumna.Algofuriosoenesechicoestabaluchandoporliberarse,yRollinsnoqueríaestarcercacuandosesoltaradelacorrea.
—Abrelacajafuerte,Doughty.Rollins le entregó el dinero aBrekker y después le hizo escribir una orden de
transferenciaparasupartedelClubCuervoylaminadeoroqueeraelQuintoPuerto.Cuando extendió la mano para sellar el trato, la fuerza de Brekker le aplastó losnudillos.
—Nomerecuerdasenabsoluto,¿verdad?—preguntóelchico.—¿Debería?—Todavíano.EsacosanegratitilótraslosojosdeBrekker.—Untratoesuntrato—dijoRollins,deseosodeterminarconeseextrañogrupo.—Untratoesuntrato.Cuandosefueron,Rollinsmiróporlaenormeventanadecristalquedabaalsalón
dejuegosdelPalacioEsmeralda.—Unfinalinesperadamenteprovechosoparaeldía,Doughty.Élgruñóenseñaldeasentimiento,examinandolasaccionesqueteníanlugaren
lasmesasdeabajo:dados,cuerdas,laRuedadeMakker,fortunasganadasyperdidas,yunadeliciosapartedetodoaquellollegabaaRollins.
—¿Porquéllevaesosguantes?—preguntó.—Unpocodeteatro,sospecho.¿Quiénsabe?¿Aquiénleimporta?RollinsobservóaBrekkerysugrupoatravesandoelabarrotadosalóndejuegos.
Abrieron las puertas de la calle y, durante un breve instante, quedaron recortadoscontralaluzdelaslámparasconsusmáscarasysuscapas,untullidoseguidoporungrupo de chicos disfrazados. Menuda banda. Brekker era un ladrón astuto y lobastanteduro,suponíaPekka,ytambiéninventivo.PeroadiferenciadeesospobrestíteresdelaCortedeHielo,VanEckestaríalistoparaél.Elchicoseibaameterenunaauténticaguerra.Noteníaningunaoportunidad.
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Rollinsfueaconsultarsureloj.Teníaquesercasilahoradequelosrepartidorescambiarandeturno,ylegustabasupervisarlosélmismo.
—¡Hijodeputa!—exclamóunsegundodespués.—¿Quépasa,jefe?Rollins sostuvo la cadena de su reloj. Había un nabo colgando donde su reloj
tachonadocondiamantesdeberíahaberestado.—Esepequeñocabrón…Entoncesseleocurrióalgo.Llevólamanoasucartera,peronoestaba.Aligual
que laagujadesucorbata,elcolgantede lamonedakaélicaque llevabaparadarlesuerteylashebillasdeorodesuszapatos.Sepreguntósinodeberíacomprobarsusempastes.
—¿Teharobado?—preguntóDoughtyconincredulidad.NadierobabaaPekkaRollins.Nadieseatrevía.PeroBrekkerlohabíahecho,y
Rollinssepreguntabasinoseríasoloelprincipio.—Doughty—dijo—,creoqueserámejorrezarporJanVanEck.—¿CreesqueBrekkerpuedevencerle?—Es complicado, pero si no tiene cuidado creo que el mercader podría estar
camino de la horca y con Brekker a punto de tensarle el lazo. —Suspiró—.EsperemosqueVanEckmateaesechico.
—¿Porqué?—Porquedelocontrario,tendréquehacerloyo.Rollinsenderezóelnudodesucorbatasinagujaysedirigióhaciaelcasino.Kaz
Brekkereraunproblemaquepodríaintentarresolverotrodía.Enesemomentohabíadineroqueganar.
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AGRADECIMIENTOS
Tengo una condición degenerativa llamada osteonecrosis. Eso se traducebásicamentecomo«muertedelhueso»,locualsuenacomogóticoyromántico,peroen realidad significa que cada paso que doy es doloroso y que a veces necesitocaminarconbastón.Noesunacoincidenciaqueeligieracrearaunprotagonistaconsíntomassimilares,yamenudomesentíacomosiKazyyoestuviéramoscojeandojuntosporestecamino.Nohabríamosllegadohastaelfinalsinunmontóndegentemaravillosa.
Todo mi amor para mi grupo de marginados y alborotadores:Michi, Rachael,Sarah,Robyn,JoshysobretodoMorgan,quediosunombreaestelibroymeayudóa terminarlo.Muchasgracias tambiéna Jimmy,queme llevóaSantaBárbaray secargómibloqueodelescritorsiendomaravilloso.
BenditaseaNoaWheelerporayudarmearesolveresterompecabezasparticularypor serpacientecuandoyomeponíaquisquillosaypor sacar lapizarra.Mesientoprofundamente agradecida con Jean Feiwal, Laura Godwin, Jon Yaged, MollyBrouillette, Elizabeth Fithian, Rich Deas, April Ward, Caitlyn Sweeny, y lasincontablespersonasdeHenryHoltyMacmillanChildren’squehanayudadoadarvida al mundo Grisha y me han permitido seguir explorándolo con los lectores.JoannaVolpedeNewLeaf:«fielyhonesta»deberíaestarsindudaentucurrículum.Puedo enfrentarme a cualquier desafío sabiendoqueme cubres la espalda.Graciastambién a Pouya «era joven» Shahbazian, Kathleen Ortiz, Danielle Barthel, JaidaTemperly y Jess Dallow. Y un enorme gracias al Equipo Grisha en Reino Unido:FionaKennedy,JennyGlencrossyelmaravillosoequipodeOrion,sobretodoaNinaDouglas,queesunaextraordinariapublicista,excelentecompañeradeviajesyunaRavenclaw nata. Gracias a los lectores, bibliotecarios, vendedores de libros,booktubersybloguerosquecelebranlashistoriasportodoelmundo.
Cualquierbuengolperequieredeespecialistastalentosos,yyohetenidolaayudadelosmejores:
StevenKleinmeofrecióexperienciadevalor incalculablesobrecómoaprendenmagialosprincipiantesymedirigióhaciaeltrabajodeEricMeadyApolloRobbins,elcaballeroladrón.AngelaDePacehizoloquepudoparaayudarmeaencontrarunaformarealdederribarlapareddeunahabitaciónllenadeprisioneros,perolasbolitasde cloroformo acabaron siendo pura invención (no lo probéis en casa). RichardWheeler me contó cómo los edificios del gobierno y las instalaciones de altaseguridad mantienen fuera a los demás. Emily Stein me enseñó mucho sobre lasheridas de bala y me descubrió la preciosa «cúspide del corazón». El rey de laslenguasinventadasDavidPetersontratódeempujarmeenladireccióncorrectayme
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dejósermuy tozudacon lasstraats.YHedwigAerts,mimejoramigaySoberumi,graciasporayudarmeamutilarmejorelholandés.
MarieLu,AmieKaufman,RobinLaFevers,JessicaBrodyyGretchenMcNeilmehacen reír y soportanmuchas quejas. Gracias también a RobinWasserman, HollyBlack, Sarah Rees Brennan, Kelly Link y Cassandra Clare por consejos sobreargumento,lasmargaritasyobligarmeaverTeenWolf.Novolveréaserlamisma.La culpa del sangrado de nariz de la guardia fjerdana es deAnnaCarey.Enviadlevuestrasquejas.
Christine,Sam,EmilyyRyan,tengomuchasuertedepoderllamarosfamilia.Ymi queridísima Lulu, tu ciudad ha fallado. Gracias por aliviar mi mal humor ypreocupartepormipequeñabandadeladrones.
Muchos libroshanayudadoaqueKetterdam, elBarril ymi equipode cuervostomaranforma,perolostítulosmásesencialesfueronTheBlackestStreets:TheLifeandDeath of a Victorian Slum de SarahWise, The Coffee Trader de David Liss;Amsterdam:AHistoryoftheWorld’sMostLiberalCitydeRussellShorto;CriminalSlang:TheVernacularoftheUnderworldLingodeVincentJ.Monteleone;TheBigCon:TheStoryoftheConfidenceMandeDavidMaurer,yStealingRembrandts:TheUntoldStoriesofNotoriousArtHeistsdeAnthonyM.AmoreyTomMashberg.
Unacosamás:estelibroqueríaserrevisadoconlossonidosdelosBlackKeys,losClashylosPixies,peronacióenunaviejaescuelaconInaTimeLapsesonandoen bucle y un murciélago aleteando por los aleros.Muchas gracias al compositorLudovicoEinaudi.Yalmurciélago.
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LEIGH BARDUGO es la autora superventas del New York Times que creó laTrilogía Grisha. Nació en Jerusalem, creció en Los Ángeles, se graduó en laUniversidaddeYaleyhatrabajadoenpublicidad,periodismoy,másrecientemente,enmaquillaje y efectos especiales. En la actualidad, vive y escribe enHollywood,dondeocasionalmentecantaconsubanda.
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