República Bolivariana de VenezuelaUniversidad Yacambú
Facultad de HumanidadesPsicología
Fisiología y Conducta
Profesora: Xiomara Rodríguez Estudiante: Sergio Gadaleta
Julio, 2016
FISIOLOGÍA DEL SUEÑO
¿QUÉ ES EL SUEÑO?
El sueño es un estado
biológico presente en animales y en
seres humanos que se define en
función de unas características
comportamentales y fisiológicas.
CARACTERÍSTICAS COMPORTAMENTALES
DEL SUEÑO
Durante el sueño existe una ausencia o
disminución de movimientos corporales
voluntarios y se adopta una postura estereotipada
de descanso, distinta en cada especie animal.
Antes de dormir buscamos un lugar seguro y
tranquilo, adoptando una postura cómoda que
nos ayude a conciliar el sueño y un ambiente sin
ruido. Además existe una escasa respuesta a
estímulos externos de baja intensidad que es
reversible (a diferencia del coma).
CARACTERÍSTICAS FISIOLÓGICAS
DEL SUEÑO
en 1929 el psiquiatra Hans Berger desarrolla el
electroencefalograma (EEG), lo que permitió
registrar la actividad eléctrica cerebral sobre el
cuero cabelludo y sus diversas variaciones 430. La
actividad eléctrica cerebral se manifiesta en el
trazado EEG, en el que se identifican cuatro tipos
de ritmos biológicos caracterizados por su
frecuencia, topografía y reactividad: ritmo alfa (8-
13 Hz, localizado en regiones posteriores, durante
la vigilia tranquila y con los ojos cerrados), …
… ritmo beta (más de 13 Hz, aparece en áreas
frontales y en vigilia activa), ondas theta (4-7,5
Hz) y ondas delta (≤ 3,5 Hz).
En 1937, Loomis y cols. observaron cambios
típicos en la actividad eléctrica cerebral durante el
sueño y el incremento de la proporción de ondas
lentas a medida que el sueño se profundiza, lo
que permitió establecer la primera clasificación de
las fases del sueño (estadios A, B, C, D y E).
En 1968, Rechtschaffen y Kales83 establecieron
los criterios que facilitan el estudio de los cambios
de actividad eléctrica cerebral durante el sueño y
que, desde entonces, se han empleado en todos
los laboratorios de sueño del mundo hasta hace
unos años. Mediante el registro de las señales
biológicas fundamentales (EEG, EMG y EOG) se
pueden identificar las fases de sueño y los
episodios de vigilia.
Recientemente estos criterios han sido revisados
por comités de expertos de la AASM,
estableciendo unas recomendaciones que han
sido publicadas en 2007,
Existen dos tipos de sueño bien diferenciados: el
sueño de movimientos oculares rápidos, conocido
como sueño REM (Rapid Eye Movement) o sueño
paradójico, y el sueño de ondas lentas, también
conocido como sueño No-REM (Non Rapid Eye
Movement), por contraposición al sueño REM
El sueño de ondas lentas o No-REM está
constituido por las fases N1 (anteriormente
denominado «estadio 1-NREM»), N2 (antes
«estadio 2-NREM») y N3 (anteriormente
denominada fase 3 y 4 del sueño NREM o sueño
profundo). En este estado del sueño se observa
ausencia de movimientos oculares rápidos,
quiescencia muscular y regularidad y lentitud del
pulso y de la respiración, con reducción de la
presión sanguínea y menor umbral…
… y lentitud del pulso y de la respiración, con
reducción de la presión sanguínea y menor
umbral de alertamiento que el del sueño REM. En
el sueño NREM también existen ensoñaciones,
que se describen en forma de sensaciones
agradables o desagradables.
En la fase de sueño REM se observan
movimientos rápidos de los ojos y de los
pequeños músculos faciales. También es
característico el incremento e irregularidad en
pulso, respiración y presión sanguínea. En el varón
las erecciones peneanas tienen relación con los
episodios de sueño REM. Este estado se ha
denominado «paradójico»,
porque en él se observa la máxima relajación
muscular y el máximo umbral de alertamiento con
un sueño ligero según criterios EEG (con una
actividad cerebral similar a la vigilia activa). Es en
este período de sueño en el que aparecen las
ensoñaciones más «cinematográficas», aunque a
veces no es posible recordar su contenido.
En los primeros (tres) meses de vida se distinguen
tres tipos de sueño: sueño activo, equivalente al
sueño REM del niño mayor o adulto, sueño
tranquilo, equivalente al sueño NREM del niño
mayor o adulto y un tercer tipo de sueño llamado
sueño indeterminado que no cumple con las
características EEG del sueño activo ni del sueño
tranquilo. En los neonatos, el sueño activo ocupa
hasta un 60% del sueño y precede el sueño
tranquilo,
A partir de los dos meses de edad ya se podría
hablar de «sueño NREM» que, a esta edad, ocupa
la mayor parte del sueño y precede al sueño REM.
El sueño REM, muy abundante en las primeras
semanas de vida, disminuye a lo largo de los años.
En niños mayores, al inicio de la noche existe una
mayor proporción del sueño profundo (N3)
mientras que el sueño REM es mucho más
abundante en el transcurso de la segunda mitad
de la noche.
En preadolescentes se objetiva un retraso del
inicio del sueño de forma fisiológica y, años más
tarde, en la adolescencia, el sueño profundo es
menos abundante que en los años previos.
En el transcurso de la noche, el niño presenta
varios ciclos de sueño, es decir, secuencias de
sueño NREM (sueño tranquilo en neonatos) y
sueño REM (sueño activo en neonatos).
En niños de más de 2-3 meses –cuando ya
podemos hablar de «sueño NREM» y «sueño
REM»–, el ciclo de sueño se caracteriza por un
episodio completo de sueño NREM (N1, N2, N3)
seguido de un episodio de sueño REM y su
duración es variable según la edad: unos 50-60
minutos en el neonato (en este caso, el ciclo se
caracteriza por «sueño activo» seguido de un
episodio de «sueño tranquilo»); …
… mientras que, en niños de más de 3 meses de
edad, el ciclo de sueño NREM-sueño REM dura
60-70 minutos y unos 80-90 minutos en mayores
de 3 años.
La representación gráfica de la organización
cronológica de las diferentes fases del sueño a lo
largo de la noche es lo que se conoce como
hipnograma (ejemplo, a continuación):
Hipnograma del sueño normal en un niño de 6 años:
Nota: Se representan, en abscisas, las horas del día/noche y, en ordenadas, los diferentes estados y fases de sueño (de arriba hacia abajo: vigilia-W, sueño REM-R, N1, N2 y N3). Los episodios de sueño REM se marcan con una barra negra y los despertares nocturnos se indican con una flecha (las flechas gruesas señalan los despertares de más de 1 minuto de duración).
Para poder identificar correctamente las fases de
sueño es imprescindible realizar, al menos, un
registro simultáneo del electroencefalograma
(EEG), del tono muscular o electromiograma en
los músculos axiales, en el área del mentón o
región submentoniana (EMG), y de los
movimientos oculares o electrooculograma (EOG)
309.
Otras medidas complementarias empleadas en
algunos registros de sueño son, por ejemplo: el
ECG para detectar alteraciones del ritmo cardiaco,
el registro electromiográfico en los músculos
tibiales anteriores para registrar movimientos
periódicos de las piernas o la saturación de
oxígeno, el flujo aéreo oronasal y el esfuerzo
respiratorio toracoabdominal para la detección de
apneas o hipopneas, etc.
La proporción de cada estadio de sueño con
relación al total del sueño sufre variaciones a lo
largo de la vida. En el período neonatal, la
transición de la vigilia al sueño se realiza en fase
REM (sueño activo), el cual supone hasta un 60%
del tiempo de sueño. La alternancia cíclica REM-
No-REM sucede cada 50-60 minutos,
encadenándose en grupos de 3 o 4 ciclos que se
separan entre sí por períodos de vigilia y no
tienen distribución circadiana.
El número de horas de sueño a esta edad está
alrededor de las 16. En la infancia, la cantidad de
sueño de ondas lentas es máxima, disminuyendo
cerca del 40% en la segunda década.
La mayoría de las funciones de casi cualquier
sistema vivo presenta un ritmo aproximadamente
de 24 horas, que se conoce como ritmos
circadianos (del latín circa que significa «casi», y
diez, que significa «día»). Algunos estímulos
ambientales tienen capacidad para activar los
ritmos biológicos. La luz es el principal agente
externo, aunque los estímulos sociales también
actúan en este nivel.
En 1972, Stephan y Zucker, y Moore y Eichler
demostraron que una pequeña región del
hipotálamo, el núcleo supraquiasmático (NSQ), es
donde se localiza el reloj circadiano (reloj
biológico). Estos relojes internos también están
influidos por sincronizadores o zeitgebers
externos (por ejemplo, luz, temperatura, etc.). La
luz es el principal agente modulador del NSQ a
través de la melatonina, sintetizada en la glándula
pineal.
Algunos fenómenos biológicos rítmicos tienen un
período más corto que los ritmos circadianos y se
conocen como «ultradianos». Sus períodos
abarcan desde algunos minutos a horas (el
término «ultra-» designa una mayor frecuencia).
Tienen un ritmo ultradiano la alimentación, los
ciclos de sueño y la liberación de hormonas.
Existen ritmos circadianos que tienen,
aproximadamente, una duración de 24 horas. El
ciclo vigilia-sueño es un ritmo circadiano y la
alternancia entre sueño REM y NREM tiene un
carácter ultradiano. La naturaleza interna de los
ritmos circadianos implica la existencia de
mecanismos fisiológicos encargados de generar y
mantener la organización temporal del organismo.
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