La madre de Jazmín siempre al bañaba, la
a perfumaba y le ponía un lazo en la
cabeza; pero la cerdita se volvía a ensuciar.
Jazmín en ocasiones se
sentía desconsolada por que no savia que hacer para que su
cerdita este siempre linda y
limpia
El cambio fue muy grande por que la cerdita ya no se ensuciaba y amenudeo
pasaba su lengua por su piel
No se revolcaba alegremente y no
dejaba escuchar su escandaloso oink,
oink, oikn, oink; que tanto le agradaba.
Jazmín pidió entonces su hada madrina que le regresara su propio
corazón para que volviera hacer la de
antes.
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