Estudios e Investigaciones
LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL PROBLEMA DEL CONFLICTO TRABAJO-FAMILIA. ANÁLISIS MEDIÁTICO, POLÍTICO Y DE LA REALIDAD
Año 2007 – Año 2010
Equipo investigador dirigido por: Marta Martín Llaguno
Cristina Guirao Mirón, Marián Navarro Beltra, Dolores Frutos Balibrea, Marina Beléndez Vázquez Alejandra Hernández Ruiz
Universidad de Alicante
NIPO: 685-12-035-9
Exp. 117/07
1
“L A CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL PROBLEMA CONFLICTO TRABAJO -FAMILIA . ANÁLISIS POLÍTICO ,
MEDIÁTICO Y DE LA REALIDAD ”
Marta Martín Llaguno (IP)
En colaboración con Cristina Guirao Mirón, Marián Navarro Beltra, Dolores Frutos Balibrea,
Marina Beléndez Vázquez, Alejandra Hernández Ruiz.
Alicante, 2011.
3
RESUMEN 7
PRESENTACIÓN 19
INTRODUCCIÓN TEÓRICA. EL PLANTEAMIENTO GENERAL 27
1. Introducción. El contexto en el que surge esta línea de trabajo 29
1. Sociedad de la información: cambios en las esferas productivas y reproductivas 29
1.1. Modificaciones en el ámbito productivo 31
1.2. Cambios en la esfera privada 35
2. Exposición de un conflicto 37
2. El marco de análisis. La investigación sobre el conflicto familia-trabajo 41
1. La investigación conflicto familia-trabajo en el plano micro 42
2. La investigación conflicto familia-trabajo en el plano meso 44
3. La investigación conflicto familia-trabajo en el plano macro 46
3. El conflicto familia-trabajo en las empresas del sector de la comunicación comercial 51
4. Referencias 57
LA INVESTIGACIÓN PRESENTE. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA 69
1. La construcción social del conflicto familia-trabajo. Análisis político, mediático y de la realidad 71
1. El proyecto y sus porqués 71
2. Los objetivos específicos del proyecto de investigación 72
2. Metodología y plan de trabajo del proyecto de investigación 73
3. Beneficios del proyecto de investigación 74
4. Equipo de investigación 75
5. Referencias 76
RESULTADOS 77
Estudio 1. El marco jurídico de la conciliación 79
1. Introducción. La delimitación conceptual 83
2. La regulación jurídica de la conciliación: el plano internacional 88
2.1 El marco mundial: OIT y ONU 89
2.2. Europa 91
3. La regulación jurídica de la conciliación: España 93
3.1. Análisis de la Ley de conciliación vida familiar y laboral 97
3.2. La Ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres 104
4. Discusión 108
5. Referencias 112
4
Estudio 2. El conflicto y la conciliación familiar-laboral en la agenda parlamentaria 117
1. Introducción 121
2. Métodos 123
3. Resultados 124
3.1. La frecuencia relativa de la aparición de este tema en la agenda parlamentaria 124
3.1. Relato del debate político sobre la conciliación 128
3.2. Las intervenciones parlamentarias sobre conciliación 132
1. Discusión 137
2. Referencias 141
Estudio 3. El conflicto y la conciliación familiar y laboral en la agenda mediática 143
1. Introducción 147
2. Métodos 151
3. Resultados 153
3.1. Ciclos informativos del tema, o atención prestada al problema por la prensa a lo largo del tiempo 153
3.2. Los encuadres periodísticos de la conciliación: las características de las noticias. 161
3.3. Las dimensiones de la conciliación/conflicto familiar y laboral en las informaciones. 164
3.4. Los arquetipos de noticias sobre la conciliación/conflicto familiar↔laboral. 168
4. Discusión 171
5. Referencias 173
Estudio 4. El conflicto y la conciliación en la agenda pública 179
1. Introducción 183
2. Métodos 185
2.1. Edacwowe 185
2.2. El CIS 190
3. Resultados 192
3.1. Encuesta Social Europea. Evolución de la percepción del conflicto trabajo-familia, trabajo-familia en 2003-2010. 192
3.2. Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo 198
3.3. Los barómetros del CIS 198
4. Discusión 202
5. Referencias 204
Estudio 5. El conflicto y la conciliación familiar y laboral a partir de parámetros de la realidad. El mercado de trabajo y los usos del tiempo 205
1. Introducción 209
1.1. La medición de la conciliación familiar y laboral: el problema de los indicadores 209
1.2. La conciliación para la igualdad, los indicadores indirectos. La medición de la realidad 211
2. Metodología 214
3. Resultados 217
3.1. Análisis de la encuesta EPA. Mercado de trabajo. 217
3.2. Análisis de la encuesta ETT. Aproximación a los usos del tiempo en la población española. 240
4. Discusión 245
5. Referencias 248
5
Estudio 6. Exploración del efecto neto de la legislación sobre el conflicto familiar y laboral de la publicidad. Comparación entre agencias y universidades 251
1. Introducción 255
2. Metodología y fuentes 258
3. Resultados 263
3.1. Implantación de programas de conciliación para la igualdad en universidades y agencias 263
3.2. Nivel de conflicto familiar-laboral percibido en el sector de la publicidad (empresa) frente al de la docencia universitaria en publicidad (administración) 264
4. Discusión 268
5. Referencias 272
CONCLUSIONES Y PROSPECTIVA 275
BIBLIOGRAFÍA 281
9
1. Título:
LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL PROBLEMA CONFLICTO
TRABAJO-FAMILIA. ANÁLISIS POLÍTICO, MEDIÁTICO Y DE LA REALIDAD
2. Autor/a o Autores/as.
Marta Martín Llaguno (Directora) en colaboración con
Cristina Guirao Mirón, Marián Navarro Beltra, Dolores Frutos Balibrea,
Marina Beléndez Vázquez, Alejandra Hernández Ruiz.
3. Fecha de realización.
Del 04/01/2008 al 31/10/2011
4. Áreas temáticas.
Bienestar Social
Documentación –Medios De Comunicación – Publicidad
Trabajo
B. OBJETIVOS.
El objetivo general del proyecto “La construcción social del conflicto
familia trabajo. Análisis mediático, político y de la realidad” es a) analizar la
construcción del discurso público en torno a un tema “emergente” (el problema
del conflicto familia-trabajo y su solución -la conciliación de la vida familiar-) en
la última década b) a partir del estudio de la agenda política (propuestas y
leyes), la agenda mediática (prensa) y la realidad (laboral y familiar). De
manera más específica se plantean los siguientes objetivos:
a) Describir cronológicamente el marco jurídico para paliar el conflicto
familiar y laboral construido en España;
b) Realizar un análisis de la agenda parlamentaria española entre 1995-
2008 (teniendo en cuenta que 1995 es el año de la IV Conferencia de
Pekín y punto de partida de las estrategias de mainstreaming de género
y que en el 2007 se promulga la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo,
10
para la igualdad efectiva de mujeres y hombres) revisando y estudiando
las actas del Congreso y del Senado;
c) Realizar un análisis de la agenda mediática de una década (1995-2008),
recopilando y revisando las informaciones sobre conciliación/conflicto
familiar-laboral publicadas en los diarios de mayor tirada;
d) Explorar el impacto de las normativas y de las noticias valorando:
a. La opinión de las ciudadanas y ciudadanos sobre el tema a partir
de datos secundarios;
b. La evolución de algunos indicadores sociales relacionados con el
trabajo, la familia y el género;
c. El efecto neto sobre el conocimiento acerca de la implantación y
el uso de medidas de conciliación y de igualdad a través de
empresas públicas (sector educación) y privadas (sector
publicidad).
C. METODOLOGÍA.
A partir de los antecedentes enumerados y de los objetivos propuestos
se diseñaron siete estudios:
-El Estudio 1 se centra en la revisión del marco jurídico de la
conciliación/conflicto. A partir de una revisión bibliográfica y de un análisis de la
literatura gris, después de delimitar las políticas de conciliación, se recopilan las
normas que, de una manera o de otra, se han promulgado en este periodo para
compatibilizar el ámbito familiar con el laboral y se ubican en el contexto
internacional. A partir de ahí, se realiza un análisis de las dos normas más
importantes sobre este tema en el contexto español (Ley 39/1999, de 5 de
noviembre, para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las
personas trabajadoras y Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la
igualdad efectiva de mujeres y hombres) para describir definición jurídica del
problema y las medidas propuestas para su solución.
11
-El Estudio 2 analiza el discurso parlamentario. Así, se realiza un análisis
textual y de contenido de todas las iniciativas parlamentarias en las que han
aparecido los términos conciliación/conflicto de la vida familiar y laboral en la
VI, VII y VIII legislatura, esto es, desde marzo 1996 hasta abril de 2008. Para
ello, se ha consultado la página web del Congreso de los Diputados. Las
palabras claves utilizadas en la búsqueda de los documentos han sido
“conciliación” y “conflicto” familiar y laboral. Se han calculado las tasas de
iniciativas sobre conciliación por meses, por años y por Legislaturas: VI
Legislatura (marzo 1996-abril 2000), VII Legislatura (abril 2000-abril 2004) y VIII
Legislatura (abril 2004-abril 2008). Se ha realizado un un estudio descriptivo
basado en frecuencias absolutas y relativas de todas las variables que
comprende el protocolo utilizado. Se han calculado las odds ratio (OR), sus
intervalos de confianza (IC) del 95% y los valores de significación estadística
(método de Mantel-Haenszel) para determinar las probabilidades que los
hombres y las mujeres miembros del parlamento tienen de ser los autores de
las iniciativas parlamentarias, así como las probabilidades que los grupos
parlamentarios en el gobierno y los grupos en la oposición tienen de promover
iniciativas parlamentarias de violencia de género. Para la realización de los
cálculos mencionados se utilizó el paquete estadístico SPSS-11.5.
-El Estudio 3 revisa el discurso periodístico. Se ha realizado un análisis
de contenido de las noticias sobre el conflicto/conciliación familiar y laboral
publicadas entre marzo de 1996 y diciembre de 2007, en los 3 diarios de mayor
tirada nacional según la Oficina de Justificación de la Difusión: El País, ABC y
El Mundo. Se han incluido todas las noticias publicadas en la edición nacional
impresa, cuyo titular o contenido compren uno de los siguientes términos:
CONCILIACIÓN; IGUALDAD; CONFLICTO FAMILIAR; CONFLICTO
LABORAL; BALANCE LABORAL. La obtención de las noticias se ha realizado
mediante búsqueda digital en la página web de los periódicos El País, ABC y El
Mundo. En total, se obtuvieron 312 noticias: 136 de El País, 67 de ABC y 109
de El Mundo. Con objeto de analizar la evolución de la cobertura a lo largo del
tiempo, efectuamos un análisis de series temporales, basado en la metodología
12
tradicional para estos estudios que, fundamentalmente, se basa en
descomponer las series en varias partes: a) tendencia, b) variación estacional o
periódica. Para describir las características específicas de las noticia se realizó
primero un estudio descriptivo sobre la frecuencia de aparición de las distintas
variables del protocolo de codificación. Con el objetivo de resumir información
se efectuaron análisis factoriales o de componentes principales que permitieron
obtener los tipos de noticias. Finalmente, cuando se ha querido observar las
relaciones entre variables, además de la prueba del X2 (realizada en las tablas
de contingencia), se han utilizado los análisis de la varianza, o ANOVAS de un
factor además de correlaciones cruzadas, que son las correlaciones entre dos
series temporales. Las correlaciones cruzadas ayudan a identificar las variables
que son indicadores precedentes de otras variables al identificar las
observaciones de una serie se correlacionan con las observaciones de otra
serie para diversos retardos y adelantos. En el caso concreto de este estudio
hemos utilizado esta metodología para identificar las interinfluencias en el
tiempo de unas coberturas sobre otras.
Para la realización de los análisis se utilizó el programa SPSS-11.5.
-El Estudio 4 explora la opinión pública española sobre el tema de la
conciliación a partir de datos secundarios. Hemos acudido a dos fuentes de
información de referencia que comprenden estadísticas, indicadores y
encuestas: Edacwowe (European Data Center for Work and Welfare) y el
Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En el primer caso las encuestas
que permiten (o permitirán) hacer un seguimiento de esta cuestión son la ESS
(Encuesta Social Europea) -2004/2010 y la EWCS (Encuesta Europea sobre
Condiciones de Trabajo) -2000/2005/2010 que sirven como base a este
estudio. En el segundo caso se han revisado los barómetros del CIS de
septiembre de 2007 y marzo de 2010, que recogen información sobre la
conciliación.
- El Estudio 5 reflexiona sobre los indicadores para medir el conflicto
familiar-laboral y explora la realidad del mercado laboral y del tejido empresarial
13
con respecto a la aplicación de medidas para la conciliación familiar y laboral y
en la medición del impacto de las normativas.
Han sido consultadas la Encuesta de Población Activa, desde 1999
hasta 2011, y la Encuesta de Empleo del Tiempo, de 2002 a 2003, año
intermedio en el periodo de nuestra investigación y 2009-2010. Los datos
extraídos de la EPA han sido referentes a número de permisos para el cuidado
de hijos o persona dependiente; número de reducciones de jornada de trabajo
por cuidado de hijo menor o persona dependiente; número de excedencias,
todo ello por sexo. Para analizar la evolución de la conciliación vida familiar y
laboral hemos establecido una clasificación dentro de la población activa u
ocupada. En esta hemos considerado el análisis de las cuestiones anteriores
entre 2005 y 2009, pues antes la EPA no planteaba estas preguntas en su
encuesta. Así, de una parte, se han extraído los permisos por nacimiento de un
hijo, excedencia por nacimiento de hijo u otras responsabilidades familiares
declarados por las personas que en la EPA afirman no haber trabajado la
semana anterior. De otra, los motivos para la solicitud de la reducción de la
jornada laboral entre aquéllas personas que declaran en la EPA estar
disfrutándola, entre los que se contemplan el cuidado de niños o adultos. Para
contextualizar los datos, antes se ha revisado la evolución de las tasas de
actividad, paro, empleo e inactividad en el mercado de trabajo, años 1999 a
2009. De igual manera, bajo el subepígrafe inactividad, se han analizado las
“clases de inactividad” (jubilado, estudiante o labores del hogar) para conocer
los usos del tiempo de las personas inactivas y las “razones por la que no
busca empleo” al objeto de saber, por géneros, qué porcentaje de población
alega cuidado de niños y personas dependientes u otras razones. Para este
estudio se ha seleccionado el primer trimestre de cada año de la serie. Con
respecto a la EET, hemos extraído datos de la encuesta de dos categorías
fundamentales: actividades principales que se realizan al cabo de un día en el
espacio doméstico o uso del tiempo libre y actividades que se realizan en el
hogar y la familia (ambas según el porcentaje de personas que realizan la
actividad en el transcurso del día y la duración media dedicada a esa
14
actividad). La variable principal ha sido el sexo. Asimismo, también de la EET,
datos referentes al tipo de jornada (completa o parcial; continua o partida) entre
un segmento de población de 25 a 44 años que residen en un hogar en el que
hay niños. De igual manera, para ver mejor cómo afectan los permisos de
maternidad y paternidad, a este segmento de población, de la EET se extrajo la
variable “motivos por los que no trabajó teniendo empleo” entre la población
ocupada.
El Estudio 6 se centra en la valoración del efecto neto de la regulación
en las empresas a través de una comparación piloto entre el sector docente y
el profesional de la publicidad. Se lleva a cabo un estudio descriptivo de corte
transversal sobre la implantación de planes y unidades de igualdad y después
desarrollamos sendas encuestas entre los colectivos de los entornos
universitarios y agencias de publicidad. La inexistencia de censos específicos
tanto para el ámbito profesional como para el docente motivó la selección de
las últimas unidades muestrales siguiendo un diseño muestral multiétapico.
Para el caso de las publicitarias y los publicitarios y a partir de las
empresas agrupadas en la AEAP (Asociación Española de Agencias de
Publicidad), con departamento creativo y ubicadas en Madrid en el momento de
empezar nuestro estudio se consiguió un total de 276 empleados que
rellenaron un cuestionario on-line diseñado ad hoc, lo que supone un nivel de
confianza del 95%, dos sigmas, P=Q y un margen de error de ±5,6%.Para el
caso del personal docente en publicidad a partir del censo de funcionarios del
Área 105 (Comunicación Audiovisual y Publicidad) a disposición del MICINN a
1 de enero de 2008 de acuerdo con los porcentajes proporcionados por el
MICINN para la universidad española en general, aplicando la fórmula
estadística correspondiente para poblaciones finitas, con un nivel de confianza
del 99%, dos sigmas, P=Q y un margen de error de ±3%, se obtiene un tamaño
muestral de 172 docentes. Una vez fijado el tamaño muestral, el procedimiento
seguido para la recogida de datos fue similar al de los profesionales. Así, en
15
primer lugar, se hizo un envío de un correo electrónico a todas las direcciones
institucionales de los Decanatos de las Facultades con licenciaturas en
publicidad y RRPP para informar del estudio y pedir la redistribución de una
carta de invitación para rellenar un cuestionario a todos los profesores y todas
las profesoras que impartieran clase en la titulación de publicidad o que
impartieran materias afines a publicidad en otras de las titulaciones de
comunicación. En aquellos casos en los que eran accesibles a través de la
web, se envió el mismo correo al equipo directivo de los Departamentos de
Publicidad de las mismas facultades. En un segundo estadio, se utilizó también
la estrategia de la “bola de nieve”, solicitando por mail a informadores clave en
algunas universidades que redistribuyeran la invitación a participar en el
estudio a profesores conocidos y amigos. Al igual que en el caso de los
profesionales, el cuestionario se ubicó en un dominio web al que sólo se ha
tenido acceso a través del envío de la URL. Se informó a los participantes del
anonimato de su participación y se les asignó un número específico para que
pudieran retomar sus respuestas.
En nuestra encuesta participaron finalmente 174 docentes, de los cuales
95 mujeres y 79 hombres.
D. RESULTADOS, CONCLUSIONES FINALES Y POSIBLES
RECOMENDACIONES.
El objetivo general de este trabajo era revisar la construcción social de
un problema “emergente”, el conflicto familiar y laboral en España, en estos
últimos años. Al margen de la discusión y de las conclusiones que se han ido
derivando de cada estudio, no podemos terminar esta memoria sin compilar, en
un apartado final algunas de ellas con diversas implicaciones.
-En primer lugar, existe una falta de consenso terminológico en
torno al tema que nos ha ocupado que dificulta enormemente el análisis,
16
y en consecuencia, la toma de medidas. En efecto, dependiendo de la
disciplina (sociología, política, psicología), el nivel en que abordemos el objeto
de estudio (micro, meso y macro) e incluso la ubicación geográfica y la
orientación ideológica se utilizan términos como conflicto, problema,
conciliación, reconciliación, balance, ajuste,
corresponsabilidad…familiar/laboral-laboral/familiar. Se abre en este sentido
una primera línea de trabajo para consensuar perspectivas, delimitar ideas
y sobre todo, operacionalizar conceptos.
-En segundo lugar, desde 1999 hasta la actualidad, se ha dado un
desarrollo legislativo que demuestra al menos la preocupación simbólica
por la conciliación. En este sentido, la conciliación y el conflicto familiar y
laboral se han entendido en las normativas como cuestiones del ámbito
productivo y de las mujeres, y la mayoría de medidas se han centrado en
éstas y han girado en torno a la maternidad y a la flexibilidad horaria.
Cabría revisar qué mecanismos se han habilitado para vigilar el
cumplimiento las normas y en qué medida se ha reproducido este
enfoque y este contexto en normas de carácter autonómico, municipal e
incluso empresarial.
-En tercer lugar, y ya en la esfera parlamentaria, la conciliación se ha
incluido en el marco genérico de la igualdad, pero el tema no ha sido
especialmente polémico ni ha sido un asunto vinculado especialmente a
las diputadas . El enfoque con el que el asunto se definió políticamente
hablando vinculó la conciliación como medida sine qua non la plena
incorporación de la mujer al empleo y por tanto identificó la igualdad de
géneros con la igualdad en la ocupación del mercado de trabajo entre sexos.
Este enfoque se modificó en la retórica a partir de las recomendaciones de la
subcomisión para el estudio de los horarios. Sin embargo, el debate
parlamentario ha sido ajeno y poco reflejado en las normas finales. Haría falta
analizar las estrategias de comunicación de grupos y comisiones
17
parlamentarias a este respecto y las razones de la
invisibilidad/inviabilidad de muchos argumentos.
-En cuarto lugar, la cobertura mediática del conflicto familia trabajo
ha coincidido más con el enfoque normativo que con el debate
parlamentario . Los medios informativos han vinculado el tema al mundo
laboral de las mujeres y lo han asimilado más con la equidad y la igualdad de
género en la esfera de lo público en general (y del trabajo en particular) que
con la salud mental y el bienestar del ciudadano. Sería interesante analizar en
qué medida el conflicto/conciliación se ha ido convirtiendo paralelamente
en un tema de “agenda publicitaria” como argumento de venta para
distintos productos en estos años.
-En quinto lugar, las agendas “institucionales” parecen no haber
encajado en esta ocasión con las “sistémicas”. En virtud de los análisis de
las encuestas de opinión pública el conflicto/ conciliación no ha sido entendido
(todavía) como un problema social. Se debería en este sentido estudiar con
más profundidad la delimitación que hacen de él la ciudadanía y los
enfoques (o frames) con que lo define.
-En sexto lugar, existe un grave problema metodológico para la
valoración del conflicto familiar y laboral. Hay una imperiosa necesidad de
indicadores estables para poder realizar análisis de interacciones con series
temporales. En la actualidad se dispone únicamente de indicadores indirectos y
no siempre sistemáticos y permanentes en el tiempo que, a lo sumo, permiten
plantear estudios trasversales. Es urgente establecer una pregunta en
alguna de las encuestas sistemáticas que se hacen a la población general
en España.
-En séptimo lugar, y en virtud de los datos sobre conflicto familia-trabajo
en el sector publicitario, nuestro estudio no detecta una disminución del
conflicto en el tiempo . Correspondería hacer análisis en otros ámbitos.
18
-En octavo lugar, la “conciliación para la igualdad” parece haberse
presentado como un “artefacto” de la política internacional desde el 95,
necesario para la aceleración de la incorporación de la mujer a un
mercado de trabajo cada vez más ávido de mano de obra flexible. Resultará
especialmente interesante observar estas políticas en un contexto
económico internacional completamente distinto.
21
El presente documento comprende el Proyecto de Investigación que
responde a la propuesta financiada por la convocatoria pública de proyectos de
I+D del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (Instituto de la Mujer) de 2007-
2008 con 19.084,55 euros, “La construcción social del problema conflicto
trabajo-familia. Análisis político, mediático y de la realidad”. Este proyecto, sin
embargo, se enmarca en una línea de investigación más amplia que abarca
una serie de trabajos realizados y a realizar en los próximos años, en los que
se plantean preguntas muy concretas e hipótesis más abstractas en torno a un
tema nuclear en la sociedad de la información, el conflicto familia-
trabajo/trabajo-familia, que está minando la calidad de vida de algunos
ciudadanos y que es causa de algunas desigualdades importantes en función
de género.
En efecto, con la información como fuerza de producción, gracias a la
mejora del nivel educativo y a las políticas de la igualdad, parece que los
mercados laborales de las sociedades más desarrolladas han conseguido una
cierta equiparación “cuantitativa” por sexos, que ha supuesto una redefinición
de roles en el terreno productivo. Pero estas modificaciones han exigido un
proceso similar en el ámbito reproductivo que todavía está por llegar. Este
desfase en la evolución entre la esfera pública y privada está suponiendo una
barrera para la equiparación “cualitativa” por sexos de la esfera laboral (y de la
esfera del cuidado en el ámbito doméstico). Así, los datos apuntan que las
mujeres no consiguen acceder a determinados ámbitos del mercado de trabajo
ni a determinados puestos de las estructuras jerárquicas de las organizaciones.
Cada vez es más evidente que, al margen de cuestiones coyunturales (como el
todavía existente diferencial en el nivel educativo), una de las razones de esta
desigualdad es la discrepancia entre las exigencias del mundo productivo y las
del reproductivo. Así, el tiempo dedicado al cuidado de los hijos y del hogar por
parte de las mujeres sigue siendo más del doble que el dedicado por los
hombres (Chinchilla y León, 2011: 12).
22
Los conflictos derivados de la interacción entre familia y trabajo no son
un objeto de análisis científico nuevo sino que vienen acaparando la atención
de los investigadores (sobre todo en el campo de los recursos humanos) desde
finales de los 70, coincidiendo con el comienzo del advenimiento de la “era de
la información” y con la incorporación masiva de la mujer al mercado laboral.
En el inicio de la transición hacia la “sociedad del conocimiento”, los estudios
sobre el work↔family conflict comenzaron a reflexionar sobre los riesgos y
consecuencias que este problema podía plantear en el plano individual (nivel
micro) y en el corporativo (meso). Ahora mismo se plantean estudios en el plan
social (macro). En cualquier caso, las evidencias empíricas derivadas de estos
trabajos muestran que, por cuestiones humanísticas, pero también
crematísticas, este conflicto requiere de una solución.
En las sociedades del bienestar, a finales de los 80, y auspiciadas por
los poderes públicos, se empiezan a analizar y a implantar políticas de
conciliación familia↔trabajo en el nivel meso, es decir, en las propias
instituciones y empresas. En la década de los 80 también aparecen -
inicialmente amparadas en las políticas de género- las “políticas de
reconciliación familiar” de primera generación, en un nivel macro o social. Pero,
una vez avanzada la conversión del industrialismo al post-industrialismo, los
hechos apuntan que estas medidas globales son insuficientes. Los conflictos
familia-trabajo no se han conseguido erradicar sólo con leyes sobre los
permisos de paternidad-maternidad (aunque han sido necesarios) y con
programas en las empresas. La falta de armonización entre el trabajo y la vida
privada es cada vez mayor y está teniendo efectos perversos no sólo para los
individuos, sino también para las propias corporaciones y para la sociedad.
Las investigaciones de conflicto familia↔trabajo y de políticas
corporativas de conciliación eran nulas en el ámbito de las industrias culturales,
tanto en el plano nacional como internacional.
23
Los servicios de la comunicación (junto las telecomunicaciones y la
informática) constituyen la representación por antonomasia de las nuevas
estructuras laborales. Parecía, por tanto, necesario plantear investigaciones
que se centrasen en el estudio de su estructura (segmentación vertical y
horizontal), en los conflictos entre familia y trabajo y el estado de las políticas
de conciliación familiar-laboral. Por esta razón en el 2004 en el grupo COSOCO
se propuso abrir una línea de estudio en la que se analizasen las estructuras e
interacciones en estos sectores nucleares para las “nuevas economías” y en
las que se comparasen con las que existen en otros sectores tradicionales de
la sociedad industrial. La idea general de todas estas propuestas es que, al
amparo de los datos obtenidos, se pudiera, en un futuro, elaborar un conjunto
de tesis doctorales y algunos informes útiles para el sector de las industrias
culturales en la sociedad de la información. La saga de trabajos comenzó con
La mujer en las agencias de publicidad españolas un proyecto financiado por el
Instituto de la Mujer que describió la estructura laboral (por cierto, altamente
feminizada) del sector y que midió por vez primera los niveles de conflicto
laboral-familiar en él, identificando la eliminación de la familia como fórmula
para la conciliación. Este trabajo se replicó en un segundo proyecto financiado
por dos veces en las convocatorias 2008 y 2009 de AECID en agencias de
Argentina. Se llegó a la conclusión de que las culturas profesionales eran un
elemento esencial para la consolidación de estereotipos y rutinas productivas
que afectaban a nuestro estudio. Así, estos trabajos se pretenden replicar en
un futuro cercano en Chile y Colombia. Por eso, en una tercera tanda de
proyectos, se están midiendo los niveles de conflicto familiar y laboral y las
estructuras y estereotipos de género de profesores y estudiantes universitarios
de publicidad, con objeto de sopesar procesos de aculturación. Y, finalmente,
en una posición terminal, hemos querido situarnos en el plano macro y valorar
la construcción social de este tema.
Con este fin de realizar todos los proyectos anteriores se ha constituido
ya en la Universidad de Alicante un grupo de investigación multidisciplinar que
ha comenzado a colaborar con otros grupos (compuestos en esencia por
24
economistas y psicólogos) que llevan analizando, de manera general y en otros
ámbitos, este tema en nuestro país hace una década.
Queremos concluir esta presentación explicando que la elección
concreta del sector de la publicidad, como objeto de estudio “inaugural” fue
relevante y respondió y responde a varias razones.
En primer lugar, a una doble razón científica:
Para empezar, la comunicación comercial (y más en concreto la
publicidad) es, en comparación con el periodismo o la ficción, el ámbito menos
prolijo –al menos en España- en investigaciones centradas en funciones y
estructuras con enfoque de género.
Además, y por añadido, la hibridación entre las funciones económicas y
comunicativas de la publicidad, hacen que, de entre los distintos sectores de la
comunicación, el de la comercial constituya, a nuestro juicio, el laboratorio más
idóneo para conocer nuevas realidades prototípicas de la era del conocimiento.
En segundo lugar, a una razón ética o deontológica, puesto que es una
obligación de la comunidad universitaria, principalmente de las áreas
especializadas en este campo, desarrollar investigaciones aplicadas que
permitan mejorar la calidad (y la calidad de vida en el trabajo) de la profesión.
En este sentido, en conversaciones informales, han sido frecuentes las quejas
de algunos empresarios y profesionales publicitarios, sobre “supuestos
problemas” como, por ejemplo, la precariedad y la alta rotatividad laboral, la
relativa dificultad por parte de trabajadores con responsabilidades familiares
para acceder a algunos escalafones laborales o la supuesta sistemática
expulsión (voluntaria o no) del mercado de trabajo de algunas trabajadoras -
especialmente después de haber tenido su segundo hijo-. Estas aserciones son
lo suficientemente graves como para que, desde la universidad, el sector
académico proponga, desde el rigor y la reflexión, soluciones basadas no en
juicios y percepciones, sino en evidencias.
25
En tercer lugar, pero no por ello menos importante, por una razón
pragmática, puesto que la comunicación comercial tiene una larga y seria
tradición de asociacionismo profesional que facilita en gran medida el
desarrollo de las investigaciones sobre familia-trabajo. En esta sentido,
además, las instituciones profesionales han mostrado una gran disposición a la
colaboración con la academia.
Presentamos a continuación en este documento en primer lugar, un
contexto de reflexión y un encuadre del proyecto; en segundo lugar la
investigación presente; y, en tercer lugar, los resultados.
29
1. INTRODUCCIÓN. EL CONTEXTO EN EL QUE SURGE ESTA
LÍNEA DE TRABAJO
1. Sociedad de la información: cambios en las esferas productivas y reproductivas
En los últimos 40 años, a raíz de la revalorización de la información, las
sociedades desarrolladas han vivido una profunda transformación en múltiples
sentidos. La “crisis del petróleo” del 73 hace cuestionar todo el sistema de
producción de la sociedad industrial, basado en la expansión de los mercados
de bienes de consumo producidos por industrias manufactureras (con alto
empleo de mano de obra, alto consumo de materias primas y alto consumo
energético) y en las políticas keynesianas de la economía (Bordería, Laguna y
Martínez, 1998: 410).
Hay que buscar una nueva fuerza que no se agote, inmaterial, y de la
cual los propios países desarrollados sean productores independientes y
primarios. Así, a partir de los 80, tanto EE.UU. como Japón y algunos países de
Europa son testigos de una batería de innovaciones, que lleva al inicio dela
“tercera revolución industrial” que, siguiendo a Bordería et al. (1998: 412),
supone dos cambios estructurales claves:
-En primer lugar, un valor excepcional de la información y el
conocimiento, que se convierte en el sector que recupera la
inversión y en el sector que experimenta mayores
innovaciones. De manera general, los indicadores económicos
empiezan a mostrar que los países más avanzados van
desarrollando, inicialmente, el sector primario de la información
(básicamente informática y telecomunicaciones), en conexión
con lo anterior, impulsan también el sector del software y, en
tercer lugar, cronológicamente hablando, viven una eclosión del
denominado sector de “servicios de información” que incluye el
30
transporte (telecomunicaciones y correo) y el contenido
(servicios de publicación, marketing y publicidad).
-En segundo lugar, un cambio radical que incide en los
procesos, más que en los productos, hecho que hace que las
transformaciones de la tercera revolución industrial se vayan
elevando rápidamente al conjunto de la economía en la
sociedad. En efecto, todo el sistema económico y el trabajo
administrativo se van viendo contaminados por la información.
Las empresas y organizaciones se van haciendo cada vez
usuarias más dependientes de la nueva tecnología. Por otra
parte, se produce progresivamente una extensión del uso y
consumo masivo de los servicios de información basados en
tecnología de punta y los hogares individuales se convierten en
usuarios de los nuevos servicios y en “consumidores” de
información.
No significa esto que en este nueva era la manufactura no ocupe ya un
lugar importante. Como apunta Castells (1996: 119),
El paso del industrialismo al informacionalismo no es el
equivalente histórico de la transición de las economías
agrícolas a las industriales y no puede equipararse al
surgimiento de la economía de servicios /.../lo que ha cambiado
no es el tipo de actividades en las que participa la humanidad,
sino su capacidad tecnológica de utilizar como una fuerza
productiva directa lo que distingue a nuestra especie como
rareza biológica: su capacidad superior para procesar símbolos
/.../ aunque la economía informacional/global es distinta de la
industrial, no es contraria a su lógica. La subsume mediante la
profundización tecnológica, incorporando el conocimiento y la
información en todos los procesos materiales de producción y
distribución en virtud de un gigantesco salto hacia delante en la
esfera de circulación del capital.
La sociedad del conocimiento se caracteriza porque la información,
como fuerza esencial de producción, afecta a todas las esferas de la vida
31
cotidiana y transforma, cada vez más, distintos aspectos, tanto del ámbito
público como del privado.
1.1.Modificaciones en el ámbito productivo
En la transición del industrialismo al post-industrialismo, la eliminación
de restricciones de tiempo y espacio que la información permite, hacen posible,
en la esfera productiva, la informatización y la fragmentación de la economía
(Castells, 1996). Este hecho supone una progresiva redefinición de la
competitividad –dependiente ahora de la interconectividad entre unidades
individuales- y hace nacer un nuevo concepto del trabajo-fundamentalmente
equiparable a la transmisión de datos-. La mecanización y automatización de
las labores manuales y menos cualificadas van progresivamente implicando a
las personas en actividades basadas en el conocimiento en detrimento de las
relacionadas con los productos físicos (Mósesdóttir and Serrano Pascual, 2006;
Walby, 2007).
En este contexto, las organizaciones tienen que modificar el perfil de su
fuerza laboral y buscar operarios con habilidades y capacidades diferentes a
las requeridas en la sociedad industrial.
Los cambios anteriores provocan alteraciones importantes en la
estructura del mercado laboral, en el que, progresivamente, se incrementa el
sector servicios en detrimento del sector de bienes de producción. Así, si en
1947 la mitad de la fuerza laboral de los EE.UU. está empleada en la
producción de bienes, y sólo un 25% se dedica al sector servicios, desde
finales de los 70 esta relación se va invirtiendo de modo que, en España, por
ejemplo, en la actualidad, un 74% de la población activa está en el sector
servicios (EPA, 2011).
La modificación sectorial del mercado de trabajo, y la consiguiente
necesidad de ampliar la fuerza laboral en el ámbito de los servicios, va
impulsando de forma paralela otro cambio indirecto: su feminización. El
32
conocimiento y la formación (en detrimento de la fuerza y de la capacidad
física) constituyen cada vez más habilidades básicas que se requiere a los
trabajadores, y la mejora de los niveles educativos femeninos hace que las
mujeres se conviertan en la mayor fuerza laboral en potencia y que sean piezas
claves para el mercado de trabajo de la nueva era. (Albi, S., Gottfried, H.,
Gottschall, K. y Osawa, M., 2006).
El aumento de la tasa de actividad femenina se convierte en un pilar de
las políticas públicas a partir de finales de los 70, cuando se empiezan a
instaurar un abanico de blueprint policies, o políticas para la igualdad laboral,
impulsadas por grupos feministas y centradas inicialmente en el ámbito del
trabajo y en la mujer. Estas políticas se concretan por una parte en medidas
antidiscriminación -que penalizan la diferenciación por sexo en términos de
contratación, promoción, formación y despido e imponen el principio de igual
retribución por el trabajo de igual valor- y, por otra, en alternativas correctoras -
como “acciones positivas” (que promueven la presencia de mujeres en
determinados ámbitos opuestos) o medidas de “discriminación positiva” (que
imponen el equilibrio en la presencia cuantitativa de hombres y mujeres en
ámbitos y sectores de manera oficial).
El cambio de mentalidad en la población femenina (Tong, 2009), las
exigencias económicas que impone el aumento del nivel de vida en la
sociedad del consumo, y la existencia de nuevos escenarios favorecidos por
las políticas de igualdad hacen que, en los últimos veinticinco años, se
produzca el fenómeno sociodemográfico más importante de la segunda mitad
del siglo XX: la incorporación masiva de la mujer al mundo laboral (Kanter,
1994) y su translación desde (sólo) la esfera doméstica y el ámbito
reproductivo, hacia (también) la esfera pública y el ámbito productivo.
Todas estas razones contribuyen a conformar que el panorama en la
sociedad de la información sea, en términos de trabajo, cuantitativamente
distinto al de la sociedad industrial.
33
Según Eurostat, en el año 2007, el porcentaje global de actividad
femenina en Europa era del 58,3% (cercano al 60% marcado por la estrategia
de Lisboa) y, en ese lustro, son las mujeres quienes más se han beneficiado
de la creación de nuevo empleo, aunque también la crisis les ha afectado con
más fuerza (en España los datos de ocupación femenina para 2011 eran del
52,67%) (EPA, 2011). El diferencial de ocupación por sexos se ha estrechado,
aunque las cifras oscilan significativamente entre los países miembros (por
ejemplo, a diferencia de lo que ocurre en España, el 72% de las danesas
trabaja fuera de casa).
Sin embargo, pese a la progresiva equiparación “cuantitativa” por sexos,
y pese a la implantación de las políticas de igualdad antes mencionadas, el
mercado laboral actual presenta enormes diferencias “cualitativas”. Así, existe
una a) segregación horizontal y una b) segregación vertical en función del sexo
(Paoli y Merillé, 2000; Kauppinen y Kandolin, 1998; Fagan et al., 2002) que
traduce una falta de equidad que hace desaprovechar recursos escasos:
personal cualificado y capital humano.
a) En efecto, aunque en esta transición hacia la sociedad del
conocimiento las mujeres se han introducido en un abanico de
ocupaciones antes impensables para ellas siguen todavía
existiendo tareas y sectores monopolizados por géneros. La
integración de la mujer no lo ha sido en todo el mercado
laboral sino, especialmente, como era de esperar, en el sector
servicios, en el que, por ejemplo, en España se concentra el
53% de las mujeres (EPA, 2010) mientras que tres cuartas
partes del sector industrial siguen siendo hombres. Este
esquema se reproduce en el terreno profesional dado que las
mujeres van acaparando las actividades de cuidado, nutrición,
educación y comunicación mientras que los hombres siguen
34
concentrándose en las actividades más técnicas (Paoli y
Merillé, 2000).
b) En segundo lugar, se detecta un diferencial de
remuneración por sexo (definido como la disparidad en la
ganancia media por hora de hombres y mujeres) y un veto a la
ocupación femenina a determinados puestos y status
laborales. A pesar de que, de forma global, salen más
graduadas que graduados de las universidades, en la
sociedad de la información existe una sobre representación de
mujeres en las categorías de trabajos de baja o media
remuneración, y una seria infra representación de éstas en las
categorías de trabajos de alta remuneración (Paoli y Merillé,
2000). Por otra parte, y en cualquiera de los sectores
laborales, las mujeres siguen teniendo problemas para
alcanzar los trabajos en los puestos de mando: un 63% de los
europeos tienen un hombre como superior inmediato y los
hombres ocupan un 60% de los puestos directivos de escala
superior en la legislación o en las empresas.
A pesar de los esfuerzos de las políticas de igualdad persisten, por tanto,
un conjunto de “barreras artificiales e invisibles” impide acceder a las mujeres a
determinados segmentos del mercado y desempeñar puestos de más calidad
(Wirth, 2001: 2) a las que las feministas bautizan en los años 70 con el nombre
de “techo de cristal”.
Para dar razón de la situación de inequidad, como bien resumen
Peleteiro y Gimeno (1999), se apuntan dos tipos de explicaciones:
- Unas, optimistas, que apuntan que se trata de un problema
coyuntural y que, en la medida en que las mujeres con mejor
35
formación se vayan incorporando al mercado de trabajo, el
diferencial de géneros desaparecerá;
- Otras, más pesimistas, que sostienen que al margen de situaciones
temporales, existe una causa estructural para esta desigualdad:
-Por una parte, una serie de prejuicios
organizacionales y actitudinales incardinados en la
sociedad que hay que erradicar; y
-Por otra, sobre todo, un conjunto de obstáculos en
los procesos y estructuras que impiden conciliar la vida
laboral y familiar y que afectan especialmente a quienes
soportan más carga en ambas esferas, casi siempre, las
mujeres. En estos segundos obstáculos es en los que esta
investigación se pretende centrar precisamente.
1.2.Cambios en la esfera privada
De la misma manera que la configuración del mercado laboral es nueva,
también el escenario del ámbito privado se ha ido transformando en estos
últimos 40 años.
En efecto, la familia, se entendía en las sociedades industriales como la
institucionalización formal de una unidad o ámbito sustentado
fundamentalmente por un hombre en el que el cuidado material del hogar y de
los hijos se ejercía por parte de la mujer. Así, durante gran parte del siglo 20,
se imponía una clara separación entre las esferas (económica y doméstica) y
entre las instituciones por las que ambas eran representadas (la empresa y la
familia) y una clara asignación de roles por sexo en ambas (el hombre se
movía en el terreno productivo y se encargaba de proporcionar el sustento y la
mujer en el reproductivo, y se encargaba del cuidado material de los hijos).
36
La aprobación de regulaciones derivadas de las políticas familiares (ley
del divorcio, ley de parejas de hecho, ley de matrimonios homosexuales) ha
provocado, de entrada, en estos últimos tiempos, modificaciones radicales en
la institucionalización de la unidad familiar, que ya no es siempre una pareja
que se reparte funciones y roles (Tobío Soler, 2002). El número de matrimonios
convencionales ha decrecido, las fórmulas alternativas (parejas, parejas de
hecho) han avanzado, cada día hay más divorcios y en consecuencia va
aumentando el número de familias monoparentales (que oscilan ya entre el 6 y
el 15% en la Unión Europea, UE) (Chinchilla, Poelmans y León, 2003) y que
han aumentado desde 2004 en un 25% (Chinchilla y León, 2011: 23).
Por otra parte, el incremento de las exigencias productivas en la
sociedad del consumo ha empujado a las mujeres no sólo a incorporarse al
mercado laboral sino también a asumir un papel importante en la generación de
ingresos económicos familiares. Los datos estadísticos apuntan que tanto ellas
como ellos contribuyen a la economía familiar y así las parejas de doble
ingreso han aumentado en veinte años un 22% y constituyen ya el 52% de las
familias de UE (Federal Statistical Office, 2011). Con la crisis mundial además,
las mujeres se están viendo forzadas en muchos casos a ser las principales
mantenedoras de familias donde todos los demás miembros están en paro. Sin
embargo, los contratos femeninos son más precarios y sufren mayor
desigualdad salarial (entre un 17 y un 27%) (Chinchilla y León, 2011: 13).
Pero el proceso a la inversa, el de la asimilación de las funciones
cuidadoras por parte de los hombres, no ha sido sin embargo tan claro. Como
ponen de manifiesto las encuestas, la mayor parte de la carga familiar y la
realización del mayor porcentaje de tareas domésticas recaen aún en las
mujeres. Esta cuestión se hace especialmente grave cuando, como muestran
los datos, algunos tipos de exigencias de cuidados en la unidad social nuclear
no han disminuido sino que, por el contrario, han aumentado. El incremento de
la esperanza de vida, por ejemplo, ha provocado un envejecimiento de la
población que no ha sido absorbido por las políticas del bienestar, y cada vez,
37
por ejemplo, más personas son responsables del cuidado de los ancianos (La
Parra, 2001). Todavía un alto porcentaje de mujeres trabajadoras con personas
dependientes en su hogar se hacen cargo de su cuidado solas (50%) y asumen
en exclusividad el cuidado de los niños en un 32,6% de los casos (MTIN, 2010)
2. Exposición de un conflicto
La transición de la sociedad industrial a la sociedad de la información ha
implicado una serie de cambios tanto en el terreno público como en el privado
que, como muestran los hechos, por diversas razones, no se han producido de
forma armónica o coordinada. En efecto, en primer lugar, a pesar de la
transformación de muchos de sus procesos y estructuras, el sistema laboral
actual mantiene configuraciones heredadas de la sociedad industrial (como la
cuantificación horaria, la ubicación espacial, la separación de las esferas
privada-pública, las estructuras jerarquizadas o la existencia de prejuicios) que
siguen implicando constricciones temporales, espaciales y funcionales
importantes para los trabajadores y trabajadoras. Por otra parte, y a pesar de
los cambios en su institucionalización formal o en su composición y de las
facilidades que, por ejemplo, para la ejecución del trabajo doméstico ha
supuesto la tecnología, la familia de la post-modernidad mantiene estas
mismas restricciones (de tiempo, espacio y dedicación) puesto que exige la
ejecución de tareas (provisión-cuidado), no “mecanizables”, que, a menudo,
llevan implícitos estereotipos de género. Ambas esferas presentan, por tanto,
en la actualidad, condicionantes rígidos que las hacen difícil de conjugar.
En este contexto, como consecuencia de las presiones incompatibles
derivadas de los roles laborales y familiares muchas ciudadanas y algunos
ciudadanos dicen experimentar un conflicto entre familia y trabajo y entre
trabajo y familia que puede venir por inadaptaciones espacio-temporales
(conflictos de tiempo), por inadaptaciones funcionales (conflictos de labores) o
por inadaptaciones de expectativas y conductas derivadas de ambas esferas
(conflictos de roles) (Greenhaus y Beutell, 1985).
38
• Las primeras, se dan fundamentalmente por la inflexibilidad
(todavía) en las infraestructuras. En efecto, las condiciones objetivas
(horarios y espacios) del mundo productivo no son a menudo
combinables con los requerimientos temporales y la presencia física en
el hogar que, sobre todo en determinados periodos, requiere el ámbito
familiar.
• Las segundas surgen fundamentalmente de la inequidad y la
rigidez existente de las estructuras tanto del mundo laboral (que sigue
por ejemplo midiendo la productividad en función de horas y no de
objetivos) como del privado (que sigue sin distribuir simétricamente el
trabajo doméstico o el cuidado de los hijos).Este tipo de conflicto obliga
a un porcentaje de la población a realizar lo que se ha denominado una
“doble jornada sin remunerar” (Hochschild, 1989): primero fuera de casa
y luego en el hogar.
• Las terceras se generan desde las superestructuras, y se derivan
fundamentalmente de la relación entre los roles profesionales y
domésticos. Los estereotipos de género, por ejemplo, suponen aún un
punto de tensión tanto para los hombres y mujeres que, al moverse tanto
en la esfera laboral como familiar, han de desempeñar una multiplicidad
de papeles sobre los que tienen unas expectativas y que les exigen
determinadas conductas.
En cualquiera de los casos anteriores, como exponen Carlson, Kacmar y
Williams (2000), el conflicto puede tener dos direcciones: conflicto trabajo
familia (cuando es la vida laboral la que interfiere en la vida personal) y el
conflicto familia trabajo (cuando es la vida familiar la que se desborda hacia la
laboral).
39
No obstante, es preciso señalar que los agentes mencionados no son,
como afirman Martínez, Vera y Paterna (2002) más que mediadores de los
conflictos. En efecto, son las condiciones subjetivas (lo que es percibido) y no
tanto las objetivas las que determinan la aparición y sentimiento de conflicto e
incompatibilidad entre las funciones.
Sea como fuere la percepción (real o irreal de esta incompatibilidad)
entre vida familiar y laboral es importante porque está llevando a los individuos
bien a renunciar a su proyección profesional bien a renunciar a su vida familiar
y, en consecuencia, como se va a exponer, está teniendo importantes
repercusiones negativas en tanto en el ámbito público como en el privado. En
el plano social, estos desequilibrios están perpetuando la expulsión sistemática
de algunos individuos de segmentos del mercado y, por tanto, generando
inequidad e injusticia social y, sobre todo, están favoreciendo uno de los
problemas más importantes de la sociedad de la información: el descenso de la
natalidad en los últimos veinticinco años, incluso por debajo de las tasas de
reposición, que pone en peligro a las medidas e instituciones derivadas de las
políticas del bienestar.
Todas estas razones hacen pensar que los conflictos familia-trabajo son
un problema de nuestro tiempo que es necesario analizar y solucionar.
41
2. EL MARCO DE ANÁLISIS . LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL
CONFLICTO FAMILIA -TRABAJO
El conflicto familia↔trabajo empieza a captar la atención de la
comunidad científica al inicio de la “era de la información” (Renshaw, 1976;
Kanter, 1977; Pleck, 1977) cuando, con la incorporación masiva de la mujer al
mercado laboral, la interconexión entre el mundo productivo y reproductivo
empieza a hacerse cada vez más clara. La investigación de esta nueva
problemática avanza en la primera década de manos de la psicología y se
centra originariamente en cuestiones relacionadas con la experiencia de estos
problemas por parte de los individuos (nivel micro). Como esquematiza
Poelmans (2001), los estudios de este tipo, con una base teórica relativamente
consistente, se interesan por aislar, por una parte, a) los factores personales
que acrecientan o moderan este tipo de problemas; y, por otra, b) las
repercusiones de estos conflictos sobre la salud individual y familiar.
Posteriormente, a principios de los 90, una vez obtenidos resultados en
el campo anterior, empiezan a generarse otro tipo de investigaciones centradas
ya, no en la experiencia personal de estos problemas, sino en la experiencia
corporativa y en las soluciones propuestas desde esta esfera para los mismos
(nivel meso). Estas investigaciones son mucho más escasas que las anteriores
por una razón puramente coyuntural: los programas de conciliación se
empiezan a implantar especialmente a finales de los 80 en la sociedad, y a
principios de los 90 en algunas empresas, por tanto, ha sido en las últimas
décadas cuando se han empezado a poder evaluar.
De nuevo estos estudios se centran, inicialmente, por una parte en a) las
circunstancias que hacen implantar este tipo de políticas, b) en los beneficios
que estas medidas reportan y c) en el análisis de las repercusiones de medidas
de conciliación concretas.
42
Finalmente, empiezan a aflorar con fuerza en esta década los
planteamientos de estudios que, como el nuestro, pretenden valorar y evaluar
el impacto de las políticas públicas, o alguna de sus dimensiones, para la
erradicación del conflicto familiar y laboral y la promoción de la conciliación
como factor de igualdad. Como se verá, estos trabajos son muy recientes, se
ubican sobre todo en Europa y, partiendo casi siempre de la revisión de la
literatura gris, se centran en la realización de comparaciones críticas entre a)
los sistemas de protección social en materia de conciliación, b) el análisis de
los enfoques o los marcos discursivos sobre el problema en la legislación o c)
las repercusiones de normativas concretas sobre ejes de actuación, como los
convenios colectivos o la comunicación institucional.
1. La investigación conflicto familia-trabajo en el plano micro
La investigación del conflicto familia-trabajo en un plano micro ha sido
creciente en los últimos años, ha aportado instrumentos para la medición y
prevención del problema y ha contribuido a identificar, como se va a ver,
algunas de sus causas. Por otra parte, se puede adelantar ya que la
bibliografía ha aportado probadas evidencias de la necesidad de evitar estas
colisiones que tienen repercusiones en el ámbito productivo (puesto que
generan insatisfacción laboral, desmotivación, frustración o absentismo en los
trabajadores entre otras cuestiones) y en el reproductivo (dado que potencian
trastornos individuales como el stress, enfermedades psicosomáticas,
alcoholismo o las depresiones).
Apunta Poelmans (2001) que casi todos los estudios “micro” analizan
características socio-demográficas de los sujetos que pueden disminuir o
potenciar estos problemas (Sanik, 1993; Barnett y Brennan, 1997; Chusmir,
1985; Duxbury y Higgins, 1991; Eagle, Miles y Icenogle, 1997; Elchardus y
Glorieux, 1994; Freedman y Phillips, 1989; Greenglass, Pantony y Burke, 1988;
Gutek, Searle y Klepa, 1991; Hughes y Galinsky, 1994; Lobel y St.Clair, 1992;
Scandura y Lankau, 1997; Eagle et al., 1998; Kinnunen y Mauno, 1998). En
43
este sentido, parece claro que los conflictos familia-trabajo varían según el nivel
de educación, el sexo y el número de hijos, aunque estos parámetros covarían
a su vez entre sí. Otras cuestiones que se ha investigado como factores
precipitantes de estos conflictos ha sido la influencia del grado de sufrimiento
del stress laboral (Barling y Rosenbaum, 1986; Beehret al., 1995; Burke, 1982 y
1986; Jackson y Maslach, 1982; Jackson, Zedeck y Summers, 1985; Jones y
Fletcher, 1993; Matsui, Ohsawa y Onglatco, 1995; Parasuraman, Greenhaus y
Granrose, 1992; Repetti, 1989; Westman y Etzion, 1995), el grado de
implicación familiar o en el trabajo (Williams y Alliger, 1994; Adams, King y
King, 1996; Greenhaus y Beutell, 1985; Higgins, Duxbury y Irving, 1992) o el
apoyo social (Goff, Mount y Jamison, 1990; Thomas y Ganster, 1995, Bedeian,
Mossholder y Touliatos, 1987, Burley, 1995; Carlson y Perrewé, 1999) como
factor moderador de este conflicto.
Por otra parte, y como se ha adelantado, según Poelmans (2001), los
estudios psicológicos han medido las consecuencias de los conflictos trabajo-
familia/familia-trabajo sobre la salud mental o física de los individuos y han
determinado que estos problemas provocan stress (Cooke y Rousseau, 1984);
trastornos mentales y psicosomáticos y adicciones (Frone, Russell y Cooper,
1991 y 1992a; Menaghan y Parcel, 1990; Duxbury y Higgins, 1991; Frone,
Russell y Cooper, 1992; Judge, Boudreau y Bretz, 1994; O’Driscoll, Ilgen y
Hildreth, 1992; Parasuraman, Greenhouse y Granrose, 1992; Burke, 1988;
Greenglass, 1985). Así mismo el conflicto familia-trabajo tiene repercusiones
sobre la salud física y mental de los familiares-abusos y malos tratos (Barling y
Rosenbaum, 1986), insatisfacción marital (Barling y Maceren, 1992;
Greenglass, Pantony y Burke, 1988) y fracaso escolar en los niños (Goldberg,
Greenberger y Ángel, 1996; Crouteret al., 1999)-.
Si bien, como se puede deducir de lo expuesto, la bibliografía sobre el
tema empieza a ser abundante, como afirma Poelmans (2001) en este campo
queda todavía mucho que trabajar. En concreto, según este autor:
44
1-Hace falta la formulación de planteamiento de nuevos modelos
explicativos teóricos que contrastar;
2- Es necesario empezar estudios con mediciones combinadas (como
stress laboral y familiar);
3- Hay que abordar la lectura de los datos con una perspectiva de
género y, sobre todo;
4- En la actualidad, se requiere de la realización de estudios
transculturales y, de análisis específicos por profesión y por sector para poder
comparar.
2. La investigación conflicto familia-trabajo en el plano meso
Los estudios en el plano meso, los estudios de los programas
corporativos de conciliación familiar y laboral, son menos abundantes que los
anteriores. Sin embargo estos trabajos ya han logrado identificar algunos
factores predictores de la voluntad de las empresas de ser familiarmente
responsables, y han podido comprobar que los conflictos familia-trabajo son
perjudiciales en el terreno productivo porque restan eficiencia, eficacia y
pueden provocar una pérdida de recursos escasos (trabajadores cualificados
que no se mueven sólo por incentivos económicos sino por “salarios mentales”
que incluyen parámetros vinculados a la realización personal). En el terreno
reproductivo se ha comprobado también las repercusiones de estos conflictos
en el nivel grupal y se ha constatado que los trabajos familiarmente
irresponsables son desestructuradores de la unidad familiar pues provocan
problemas maritales y en el cuidado de los niños.
Según Poelmans (2001), estos estudios meso o de nivel corporativo o
empresarial:
1. Han aislado las características de las empresas que tienen este
tipo de políticas –corporaciones medianas o grandes y con un
número de mujeres empleadas relativamente importantes
45
(Goodstein, 1994; Osterman, 1995) o, sobre todo, con un grupo de
directivas importantes (Ingram y Simons, 1995) y empresas con un
alto énfasis en la calidad y con preocupación por fomentar la lealtad
de los empleados (Osterman’s, 1995)-;
2. han analizado también consecuencias para la organización de los
conflictos familiar y laboral y los beneficios de implementar las
workfamily policies. Así, este tipo de medidas consiguen incrementar
la satisfacción de los empleados (Ezra y Deckman, 1996), disminuir
el conflicto familia-trabajo (Goff, Mount y Jamison, 1990), aumentar la
vinculación afectiva con la empresa (Grover y Crooker, 1995), reducir
las intenciones de cambiar de trabajo (Grover y Crooker, 1995)
incrementar la retención de los empleados (Johnson, 1995), reducir
los costes de la rotación laboral (Rodgers y Rodgers, 1989) y
aumentar la tasa de desempleo femenino en el sector(Goodstein,
1995; Ingram y Simons, 1995). Curiosamente, y a pesar de su
utilidad, aunque existen evidencias anecdóticas sobre el incremento
de la productividad de las empresas que han implantado este tipo de
normas, existen limitadas evidencias científicas sobre esta cuestión.
3. se han centrado en el análisis de políticas de conciliación familiar-
laboral específicas. En concreto, han sido las políticas de flexibilidad
horaria, las políticas familiares y las políticas para el cuidado de los
niños las que han recibido más atención. Por ejemplo, los estudios
han mostrado que la flexibilidad horaria contribuye a reducir el
absentismo y la rotación laboral y a aumentar la satisfacción con el
trabajo (Narayanan y Nath, 1982; Pierce y Newstrom, 1983) a
incrementar la productividad y la moral, los retardos y el uso de
sobretiempo (Dalton y Mesch, 1990; Guy, 1993; Mellor, 1986; Rubin,
1979; Swart, 1985), el stress (Bohen y Viveros-Long, 1982),
contribuye a aumentar la dedicación (Grover y Crooker, 1995;
Scandura y Lankau, 1997), y la satisfacción con el trabajo
(Golembiewski, Hilles y Kagno, 1974; Orpen, 1981; Scandura
yLankau, 1997), sin tener efectos negativos ni sobre la productividad
46
ni sobre la eficacia (Orpen, 1981; Schein, Maurer y Novak, 1977).
Las políticas del cuidado de los niños y sus efectos también han sido
analizadas. Se ha mostrado la relación con el descenso del
absentismo (Milkovich y Gomez, 1976; Youngblood y Chambers-
Cook, 1984), el incremento con la dedicación y la satisfacción
(Goldberet al., 1989; Greenberger et al, 1989; Kossek y Nichol, 1992;
Youngblood y Chamber-Cook, 1984; Marquart, 1991).
Como en el caso anterior, Poelmans (2001) hace algunas
consideraciones para futuros trabajos:
1-Propone introducir en este tipo de estudios algunas de las medidas
que se utilizan en los estudios micro como independientes (por ejemplo la
implicación familiar y laboral, el grado de apoyo social, etc.);
2-Apuesta por analizar y medir tanto el conflicto familia-trabajo como el
conflicto trabajo-familia;
3-Propone también hacer una diferenciación o una segmentación entre
conflictos basados en el tiempo, basados en las tareas, y basados en los
comportamientos;
4-Apunta la necesidad de realizar este tipo de estudios fuera del ámbito
anglosajón; y
5-Apuesta por incluir parámetros relacionados con la cultura corporativa
y hacer análisis específicos por sector.
3. La investigación conflicto familia-trabajo en el plano macro
Como apuntan Korabik, Lero y Ayman (2003), en general, ha sido el
conjunto de estudios hecho en la U.E. el que ha adoptado un enfoque más
macro para el análisis. Pese a no haber una revisión sistemática realizada
sobre esta cuestión, en virtud de las búsquedas efectuadas podemos identificar
tres tipos de investigaciones: a) unas que, partiendo casi siempre de la
literatura gris, realizan comparaciones criticas entre los sistemas de protección
47
social en materia de conciliación, b) otras que se interesan por el análisis de los
enfoques o los marcos discursivos sobre el problema en la legislación, y c) un
conjunto variado que tiene en común la valoración de la “eficacia” de las
políticas de conciliación o de alguno de sus aspectos. Por ejemplo, estos
trabajos miden las repercusiones de normativas sobre ejes de actuación (como
los convenios colectivos o la comunicación institucional) o sobre situaciones
concretas.
a) Para el primer ámbito cabe hacer alusión, como documento de
referencia, al informe sobre los presupuestos europeos destinados a
medidas de conciliación entre la vida familiar y laboral, elaborado por la
Fundación Europea para la Mejora de la vida y del trabajo en 2006
(EFILWC, 2006), en el que se somete a comparación crítica los
sistemas de protección social para la conciliación en la UE. Este análisis
pone de manifiesto que la situación del gasto público español vinculado
al fomento de la conciliación no ha sido positiva, al menos hasta 2005,
en términos comparativos con otros países europeos. Sin embargo, en
otro orden de cosas, como por ejemplo, la investigación, el informe
apunta que es cierto que el tema del análisis sobre políticas públicas
relacionadas con esta cuestión ha despuntado en esta década y que en
España se han escrito recientemente numerosos informes y estudios
sobre el equilibrio trabajo-vida en el plano social, entre otros, Discurso y
prácticas sobre la conciliación de la vida laboral y familiares en la
negociación colectiva (Carrasquer, Masó y Martín Artiles, 2005), y
Estudio sobre la conciliación de la vida familiar y la vida laboral: situación
actual, necesidades y demandas (GPI, 2005) que se centran sobre todo
en el análisis de la inclusión de estos temas en los convenios (Otaegui,
2004) o en la calidad del trabajo (Informe Randstad, IEL 2004). Otros
ejemplos de estudios de este tipo son por ejemplo la revisión de las
políticas de maternidad y de licencias por razones familiares en distintos
países, de Deven y Moss (2002).
48
b) Para el segundo bloque de estudios, el que se interesa por los discursos
normativos sobre la conciliación, cabe destacar el trabajo del grupo
MAGEEQ que analiza los marcos interpretativos que hay debajo de las
políticas públicas familiares (Bustelo y Lombardo, 2007). El proyecto de
investigación europeo MAGEEQ (http://www.mageeq.net/) dirigido por
Mieke Verloo tuvo como objetivo fundamental entre 2003-2006 la
creación de una metodología para analizar los diferentes frames de las
políticas de igualdad en algunos países miembros de la Unión Europea:
España, Grecia, Austria, Holanda, Hungría y Eslovenia. MAGEEQ
identificó diferentes formas de enfocar la desigualdad de género, entre
políticas y entre países. Dicho análisis puso de relieve que las políticas
de igualdad de género pueden ser transformadoras de la jerarquía de
poder existente o bien reproducir el status quo que dificulta el avance de
la igualdad y, en concreto, para el caso que nos interesa, que las
políticas de conciliación podían avanzar en la igualdad o consolidan el
papel de la mujer como cuidadora universal.
c) Finalmente, el tercero es un bloque de estudios heterogéneos, cuyo
denominador común es el interés por la eficacia. Gran parte de estos
trabajos se han centrado en la valoración de la repercusión que las
políticas públicas, o medidas concretas de estas políticas públicas, han
tenido sobre la mano de obra femenina, sus ingresos o sus
oportunidades de desarrollo económico. Por ejemplo, Stier et al. (2001)
analizan cómo diferentes contextos políticos afectan al empleo de las
mujeres y las ganancias a largo de la vida. Otros estudios, utilizando
datos agrupados apuntan que, por ejemplo, la promoción del empleo a
tiempo parcial facilita la integración de las mujeres pero tienden a
potenciar la segregación ocupacional de género (Mandel y Semyonov,
2006). Por otra parte, la promoción de largos permisos de maternidad
tiende a marginar laboralmente a las mujeres cuando estaban
empleadas (Gangl y Ziefle, 2009) y las políticas potenciadoras de la
“maternidad” se correlacionaron con menores brechas salariales por
49
género (aunque Mandel y Semyonov, 2005,sugieren que este efecto es
más el resultado de la actuación de gobiernos firmes en la fijación de
salarios). Otro grupo de estudios han visto el efecto de las políticas
sobre las estructuras familiares y las políticas de natalidad. Por ejemplo,
pasar tiempo con los propios hijos aumenta el bienestar familiar y el
equilibrio personal a pesar de que erosiona el mercado laboral (Hardoy y
Schone, 2008). La provisión de servicios públicos para la prestación de
atención infantil fomenta la natalidad y adelanta el momento en que las
mujeres son madres por primera vez (Rindfusset al., 2007), al mismo
tiempo, que aumenta el empleo para estas madres (Misra, Moller, y
Budig, 2007). Atención especial nos merecen en este apartado los
trabajos del grupo de Grupo de Estudios Sobre Comunicación
Estratégica (E-Com) que con los proyectos FIPROS 2005-53,
Evaluación del impacto de la conciliación entre la vida familiar y
profesional para la igualdad de género: análisis de las acciones
específicas de protección social y publicidad (Papí, 2006) y con el de
Indicadores sociales en comunicación para la igualdad de género:
herramientas para la evaluación de las políticas de conciliación, 125/05
del Instituto de la Mujer en los que se ha valorado la eficacia de las
acciones para la sensibilización en términos de conciliación, con
especial atención a la publicidad institucional.
Sin embargo, el problema para la valoración de la eficacia en
cualquiera de los trabajos anteriores es doble: en primer lugar, no
existen indicadores regularizados, fácilmente operacionalizables y
comparables y, en segundo lugar, el valor de la “eficacia” de las políticas
de conciliación familiar-laboral depende del objetivo fijado, que no tiene
por qué contemplar siempre la dimensión laboral.
Cabría por tanto hacer también aquí algunas consideraciones para
futuros trabajos:
50
1-En primer lugar, y como se concluirá en uno de nuestros estudios, la
cuestión más importante en la investigación sobre políticas es identificar qué
medidas pueden resolver las tensiones subjetivas, y por lo tanto contribuir a la
calidad económica, social y psicológica de la vida de los ciudadanos. Y, para
resolver esta cuestión, se hace necesario operacionalizar conceptos y utilizar
variables estandarizadas que permitan hacer comparaciones fiables que
valoren el efecto directo de las políticas sobre el problema que se pretende
solventar: EL CONFLICTO FAMILIAR Y LABORAL. Los estudios que existen
miden relaciones indirectas de las políticas con la inserción de la mujer en el
mercado de trabajo, con las tasas de natalidad, con la remuneración en función
de género…Pero no miden la incidencia real sobre una variable que se ha
operacionalizado hace años desde la psicología organizacional. Sería
importante incluir esta escala en las encuestas de opinión europeas y utilizarla,
al menos como elemento moderador;
2-En segundo lugar, tal y como apuntábamos en 2007, sigue siendo
interesante analizar el peso de las distintas culturas sobre la conciliación. ¿Cuál
es la prevalencia de los distintos tipos de conflicto en cada país y en cada
profesión? ¿Cómo se enfoca el tema en distintas esferas? ¿De qué contextos
depende que el conflicto y la conciliación se presenten como amenazas o como
oportunidades? ¿Cuál es el clima de opinión sobre esta cuestión en desiguales
contextos?;
3-Finalmente, y como consecuencia de los dos puntos anteriores parece
urgente realizar trabajos multinivel (macro-meso-micro) que presenten un
modelo que integre el conflicto/la conciliación como dos caras de una misma
cuestión.
51
3. EL CONFLICTO FAMILIA -TRABAJO EN LAS EMPRESAS DEL
SECTOR DE LA COMUNICACIÓN COMERCIAL
Las industrias de la comunicación ofrecen un marco incomparable para
el análisis del conflicto familia-trabajo, trabajo-familia en la sociedad de la
información. En efecto, encargadas entre otras cosas de llenar de contenidos el
hardware y el software son, junto con el informático y el de las
telecomunicaciones, unos de los sectores más representativos de la era del
conocimiento. Además son, de acuerdo con las realidades que observamos en
las universidades, unos ámbitos en los que se está produciendo y se va a
producir cada vez más una “feminización” del mercado laboral. Por tanto, las
realidades que se producen en el ámbito de las industrias culturales y de los
servicios de la información, pueden ser en cierta medida representativas de lo
que puede suceder en el conjunto de la sociedad.
Hasta el año 2004, el análisis del conflicto familia-trabajo/trabajo-familia
no se había abordado específicamente en el ámbito de la comunicación,
aunque en los últimos años sí habían acaparado la atención de comunicólogos
y sociólogos algunas cuestiones adyacentes y previas.
En efecto, los problemas que habían sido inicialmente objeto de análisis
han sido los relacionados con la igualdad de género. En concreto, el “techo de
cristal” se había convertido en un tema de agenda sobre todo a raíz de que, en
la Cuarta Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre la Mujer celebrada en
Beijing, España subscribiese los “Acuerdos de la mujer y los medios de
comunicación” como uno de los retos a lograr antes del año 2000 para la
promoción de la igualdad entre hombres y mujeres. Estos acuerdos planteaban
dos objetivos: a) fomentar una imagen equilibrada y no estereotipada de la
mujer en los medios de difusión y b) aumentar el acceso de la mujer a la
expresión de sus ideas y a la adopción de decisiones en los medios de
difusión; es decir, incrementar la capacidad de actuación y la visibilidad
52
femenina en los medios. Para alcanzar la garantía del derecho de acceso y de
la representación mediática equilibrada, se proponía a los gobiernos, a las
empresas de comunicación, y a los organismos no gubernamentales y
asociaciones profesionales una serie de medidas concretas, entre otras, la de
la inclusión de cuestiones relacionadas con el género en los mecanismos de
control y autocontrol de los medios.
Probablemente a raíz de estas propuestas, en nuestro país, el estudio
de la estructura socio laboral y de las potenciales barreras de género se había
estudiado en los últimos años sobre todo con métodos cuantitativos y
especialmente en el ámbito de la información periodística. Así, en un estudio
realizado en el 99 (López Díez, 2000) en el que se consideraban los cinco
periódicos de mayor difusión en España (El País, ABC, El Mundo, La
Vanguardia, El Periódico de Cataluña, y La Razón), las televisiones
autonómicas y las principales cadenas de radio, los resultados numéricos
fueron ciertamente desalentadores. En medios impresos, las mujeres
constituían únicamente el 14% de los puestos de decisión, y un 4% de los
puestos de dirección; en las televisiones autonómicas (exceptuando Tele
Madrid) el porcentaje de mujeres que ocupaban puestos de dirección era del
12% de media, y en las emisoras de radio la presencia de las mujeres en los
puestos directivos era menor del 15%. También parecía haber una cierta
“segmentación horizontal” en las redacciones con una especial concentración
femenina en los ámbitos de sociedad, mientras que las secciones “más duras”
(como nacional o economía) caían en manos de los hombres.
A pesar de que los datos no son optimistas, estos trabajos académicos
habían servido para denunciar la inequidad en este ámbito y para advertir a la
ciudadanía del peligro que este sesgo supone para la opinión pública e incluso
para la salubridad de las empresas comunicativas.
Como objeto de estudio específico, el campo de la comunicación
comercial, no se había abordado en este contexto. No obstante, el sector ha
53
experimentado en las últimas décadas un enorme crecimiento impulsado sobre
todo por los avances tecnológicos y estructurales. Como ejemplo, en el periodo
1990–2000, según The European Advertising and Media Forecast, la inversión
publicitaria en el conjunto de los países de la Unión Europea aumentó en un
39,7%, y una cifra total de negocio que alcanzaba, de promedio, algo más del
1% del PIB de los 15 países comunitarios. El gasto publicitario había pasado de
117 Euros per cápita a 184, y todos estos cambios económicos repercutieron
no sólo en la ampliación y mejora de sus productos, sino también en la
variación de su estructura laboral que se vio ampliada cuantitativamente en
muy poco tiempo. Hoy por hoy, la European Association of Communication
Agencies estima que el número de empleados en el sector europeo de la
comunicación comercial está en torno a 1.500.000 trabajadores.
A pesar del volumen de negocio que representa y de la cantidad de
personas involucradas en la comunicación comercial, había muy pocos trabajos
centrados en el análisis de la estructura y las rutinas de trabajo del sector
laboral de la publicidad, y ninguno que analizara específicamente en él el
conflicto del que venimos hablando.
En el ámbito internacional, mención especial nos merecía el análisis
sobre la mujer en la publicidad llevado a cabo por la IPA (asociación de
agencias de publicidad británica) (Klein, 2001), planteado inicialmente como un
trabajo sobre el “techo de cristal” en el sector publicitario, pero cuyas
conclusiones apuntaban específicamente la necesidad no sólo de seguir
investigando sobre la estructura laboral de este ámbito sino también de
comenzar a analizar con detenimiento el conflicto familia-trabajo por una
cuestión de justicia y por una cuestión de eficacia empresarial. En efecto el
informe de la IPA pone de manifiesto que, si a finales de los 80 la preocupación
de los grandes consorcios mediáticos se centró en los avances tecnológicos, a
comienzos del nuevo milenio empezaba a ser un lugar común la idea de que la
comunicación en general, y la publicidad más en concreto, se había convertido
en un negocio nutrido esencialmente por capital humano. En este sentido, a
54
diferencia de lo que ocurría en otros tiempos, la manera de retener a buenos
profesionales aparecía como una de las mayores preocupaciones de las
agencias. Y las condiciones laborales, y la igualdad y la equidad en la
promoción pueden ser condicionantes que empujen a un buen empleado a
abandonar su empresa.
En un contexto en el que parecía haberse incrementado radicalmente la
presencia femenina en el sector, pero no el acceso a los puestos directivos, en
el año 2004 nos planteamos realizar el primer proyecto de investigación de esta
saga en el que, además de realizar observaciones “cuantitativas” hasta
entonces inexistentes para reflejar la estructura laboral de un sector
inexplorado en España, pretendíamos dar un paso más y analizar
específicamente las barreras y las oportunidades con las que se encontraban
en su promoción laboral trabajadores y trabajadoras, evaluar el conflicto
familia-trabajo en este ámbito. Los resultados del proyecto La mujer en la
empresas de publicidad se pueden consultar en el informe final realizada por el
grupo I+D “Conflicto trabajo-familia en la Sociedad de la Información
(COSOCO)” de la UA y financiada por la convocatoria pública de proyectos de
I+D del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (Instituto de la Mujer) de 2003-
2004 disponible en
http://www.agenciasaeacp.es/publicaciones/docs/LaMujerSectorPublicita
rio.pdf
y han sido publicados también en distintas revistas académicas de
comunicación (Martín Llaguno, 2007; Martín Llaguno, 2007b, Martín Llaguno,
2008).A raíz de estos trabajos se han analizado ámbitos (el de los docentes y
el de los estudiantes de publicidad) que pueden dar cuenta de en qué medida
son importantes para el conflicto familiar-laboral los procesos de aculturación
(Hernández Ruiz, Martín Llaguno, Beléndez, 2008; Martín Llaguno, Hernández
Ruiz, 2010).
En estos momentos estamos evaluando el efecto neto de las medidas de
igualdad y conciliación planteadas en los últimos años a partir de la réplica de
55
la encuesta inicial, realizada a cerca de 300 empleados del sector publicitario
en España cinco años más tarde.
En este sentido nos parece que los análisis centrados en el contexto de
la comunicación comercial pueden ser de gran utilidad por tener un cierto valor
predictivo y heurístico con respecto al resto de los otros sectores laborales.
57
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71
1. LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL CONFLICTO FAMILIA -
TRABAJO . ANÁLISIS POLÍTICO , MEDIÁTICO Y DE LA REALIDAD
1. El proyecto y sus porqués
En el año 2007 presentamos a la convocatoria del MINISTERIO DE
TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Secretaría General de Políticas de
Igualdad, Instituto de la Mujer)un proyecto cuya finalidad era a) analizar la
construcción del discurso público entorno a un tema “emergente” (el problema
del conflicto familia-trabajo y su solución -la conciliación de la vida familiar-) en
la última década b) a partir del estudio de la agenda política (propuestas y
leyes), la agenda mediática (prensa) y la realidad (laboral y familiar).
Las razones que justificaban la pertinencia del trabajo eran varias:
-En primer lugar, y como ya se ha expuesto, desde la década de los 80
en las sociedades del bienestar habían ido apareciendo–amparadas
inicialmente bajo el paraguas de la igualdad- políticas de protección de la
maternidad que fueron superadas en los 90 por las llamadas políticas de
conciliación. Auspiciadas por los poderes públicos, esta segunda tanda de
medidas tenía, entre otros objetivos, la sensibilización hacia el tema de la
opinión pública, porque había bases culturales profundas que era preciso
cambiar. En este contexto se empezaba a asistir a una relativamente “reciente”
incorporación de este problema en el debate público, condición indispensable
para su consideración como problema social (Wrigh et al., 1980) y para su
futura resolución.
En este proceso, caldo de cultivo para la formulación e implementación
de políticas y respuestas sociales (Milio, 1989; Walt, 1994), además de
determinados sectores políticos y grupos de presión, los medios de
72
comunicación colectiva juegan un papel nuclear. El análisis de su función en
este caso concreto era importante;
-En el escenario general expuesto, como indican Fernández y Tobío
(2005), a mediados de los 90 del siglo XX, la conciliación, como tema de
preocupación social, había entrado también en la agenda española (primero,
en el marco de los planes comunitarios de igualdad de oportunidades, después
en el contexto de la preocupación por el envejecimiento de la población
europea y la necesidad de incrementar la población activa femenina). En muy
poco tiempo, España estaba construyendo todo un marco jurídico relacionado
con esta cuestión que reflejaba la preocupación sobre este tema y sobre su
relación con la igualdad (Papí y Cambronero, 2011). Resultaba importante
detenerse a describir y a valorar los encuadres políticos (y su evolución) sobre
el problema a través de las distintas legislaturas;
-Finalmente, y ante la falta de estudios multinivel centrados en la
dimensión subjetiva de la conciliación, aparecía como indispensable plantear la
necesidad de analizar la sensibilización sobre la cuestión, y en qué medida los
cambios legales y sociales estaban contribuyendo efectivamente a resolver la
tensión generada por el conflicto familiar-laboral, y por lo tanto, a la calidad de
la vida de los ciudadanos y ciudadanas. Para eso había primero que averiguar
qué estadísticas y fuentes ofrecían datos sostenidos en el tiempo.
2. Los objetivos específicos del proyecto de investigación
A partir de las razones expuestas, el proyecto “La construcción social del
conflicto familia trabajo. Análisis mediático, político y de la realidad” se
planteaba de manera específica los siguientes objetivos:
e) Describir cronológicamente el marco jurídico para paliar el conflicto
familiar y laboral construido en España;
73
f) Realizar un análisis de la agenda parlamentaria española entre 1995-
2008 (teniendo en cuenta que 1995 es el año de la IV Conferencia de
Pekín y punto de partida de las estrategias de mainstreaming de género
y que en el 2007 se promulga la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo,
para la igualdad efectiva de mujeres y hombres) revisando y estudiando
las actas del Congreso y del Senado;
g) Realizar un análisis de la agenda mediática de una década (1995-2008),
recopilando y revisando las informaciones sobre conciliación/conflicto
familiar-laboral publicadas en los diarios de mayor tirada;
h) Explorar el impacto de las normativas y de las noticias valorando:
a. La opinión de las ciudadanas y ciudadanos sobre el tema a partir
de datos secundarios;
b. La evolución de algunos indicadores sociales relacionados con el
trabajo, la familia y el género;
c. El efecto neto sobre el conocimiento acerca de la implantación y
el uso de medidas de conciliación y de igualdad a través de
empresas públicas (sector educación) y privadas (sector
publicidad).
2. METODOLOGÍA Y PLAN DE TRABAJO DEL PROYECTO DE
INVESTIGACIÓN
A partir de los antecedentes enumerados y de los objetivos propuestos
se diseñaron siete estudios que configuran, en parte, el contenido del presente
proyecto:
-El Estudio 1 se centra en la revisión del marco jurídico de la
conciliación/conflicto;
-El Estudio 2 analiza el discurso parlamentario;
74
-El Estudio 3revisa el discurso periodístico;
-El Estudio 4 explora la opinión pública española sobre el tema de la
conciliación a partir de datos secundarios;
-El Estudio 5 reflexiona sobre los indicadores para medir el conflicto
familiar-laboral y explora la realidad del mercado laboral y del tejido empresarial
con respecto a la aplicación de medidas para la conciliación familiar y laboral y
en la medición del impacto de las normativas;
El Estudio 6 se centra en la valoración del efecto neto de la regulación
en las empresas a través de una comparación piloto entre el sector docente y
el profesional de la publicidad;
3. BENEFICIOS DEL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
La comprensión de los procesos para la construcción social de ciertas
cuestiones, especialmente de aquéllas relacionadas con las diferencias de
sexo, resulta fundamental para las instituciones que defienden la igualdad de
géneros y la calidad de vida de los ciudadanos, los diseñadores de las
políticas, los empresarios y el colectivo de trabajadores. Sólo a partir de
estudios empíricos y datos concretos es posible fijar objetivos realistas para la
calidad de vida (y la calidad de vida en el trabajo) y la igualdad. En este
sentido, de manera general, el proyecto que proponíamos pretendía ayudar a
detectar posibles sesgos en el planteamiento del tema y a profundizar en la
comprensión de sus causas para mejorar la elaboración de políticas y
actuaciones para paliarlo. Al margen de cuestiones de equidad, que están
contempladas, esta línea se proponía que sus resultados revirtieran en
beneficios para ambos sexos. De manera más específica la utilidad más
concreta de este trabajo radicaba,
75
En primer lugar, en el propio conocimiento cuantitativo que pueda
generar sobre la formulación política y mediática del conflicto/conciliación que
puede ser útil para:
a. Las instituciones que elaboran políticas públicas en aras a la
consecución de la equidad entre hombres y mujeres, y a la calidad de vida de
los ciudadanos, puesto que la información presentada puede servir de base
para complementar las medidas existentes en la actualidad con otras
vinculadas a la salud laboral y puede ser un acicate para empezar a construir y
estandarizar indicadores que midan directamente la evolución de la cuestión;
b. Para los propios medios de comunicación, que pueden tener
conocimiento fundamentado sobre cómo han cubierto este problema;
c. Para las empresas y las asociaciones de profesionales y para los
propios trabajadores/as que, con la información vertida, pueden tener un mejor
conocimiento de la sensibilidad pública sobre los entornos laboral y familiar.
4. EQUIPO DE INVESTIGACIÓN
El equipo de trabajo que propusimos para este estudio concreto
estuvo compuesto por un grupo de profesoras de la UA (Universidad de
Alicante), en conexión con un grupo de profesoras de la UM (Universidad de
Murcia) y ayudado por un grupo de expertos y de becarias que han sido
esenciales para este trabajo.
La investigadora principal del proyecto Marta Martín Llaguno, se
ha encargado de diseñar la idea, llevar la coordinación del trabajo de campo,
elaborar y supervisar los textos de las memorias redactar el informe final. Con
ella han participado la Dra. Marina Beléndez (UA), la Dra. Sandra Hernández
(UA), la Dra. Cristina Guirao (UM) y la Dra. Lola Frutos (UM). El trabajo no
hubiera sido posible sin la estimable colaboración de Marián Navarro, becaria
F.P.I. y de la Dra. María José Rodríguez (Directora de la Unidad de Igualdad
de la UA).
76
5. REFERENCIAS
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81
El marco jurídico de la conciliación. Revisión de las políticas de conciliación en España desde 1999 hasta 2009.
Resumen Este estudio tiene como objetivo describir cronológicamente el marco jurídico
construido en España para paliar el conflicto familiar y laboral. Para ello, a partir de una revisión bibliográfica y de un análisis de la literatura gris, después de delimitarlas políticas de conciliación, se recopilan las normas que, de una manera o de otra, se han promulgado en este periodo para compatibilizar el ámbito familiar con el laboral y se ubican en el contexto internacional. A partir de ahí, se realiza un análisis de las dos normas más importantes sobre este tema en el contexto español (Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras y Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres) para describir definición jurídica del problema y las medidas propuestas para su solución.
Abstract This study aims to describe chronologically the legal framework built to alleviate the
conflict between work and family in Spain. After delimiting them, reconciliation policies are framed in an international context. From a literature review and an analysis of the grey laws enacted to balance family with work in this period are collected. Finally, the two most important rules on this subject in the Spanish context (Act 39/1999 of November 5, to promote reconciliation of work and family life of working people and the organic Law 3/2007 of March 22, for effective equality of women and men) are analyzed.
83
1. Introducción. La delimitación conceptual
Si bien existe una definición científica consensuada para el “conflicto”
familiar-laboral (Martín Llaguno, Beléndez Vázquez y Hernández Ruiz, 2007)
no sucede lo mismo en el caso de la “conciliación”. En efecto, este concepto ha
sido entendido de múltiples y diversas maneras en las políticas públicas
(Ballester, 2011) y queda todavía pendiente su operacionalización en el campo
académico. La cuestión terminológica no es baladí sino que lleva implícito un
debate conceptual complejo que no es, sin embargo, objeto de este trabajo. Así
pues, para empezar, nos limitaremos a enumerar los distintos términos que se
han utilizado y se vienen utilizando para referir una misma realidad siguiendo a
Ballester (2011: 18). En primer lugar, el término más antiguo e inicialmente
utilizado desde un ámbito sociológico ha sido el de reconciliación (Hoschild,
1989) que pretendía ser la estrategia para solventar el problema de la doble
jornada como elemento de discriminación de género. Este término apareció
formulado por vez primera en el Programa Comunitario de Acción Social del
año 1974 (Ballester, 2011: 20).El término reconciliación ha sido criticado no
obstante desde sectores feministas por haber ido perdiendo su contenido de
género y haberse cargado de contenido “económico empresarial”. Desde esta
perspectiva se propone el término corresponsabilidad. En España por su parte,
la “reconciliación” se ha convertido en “conciliación”, un vocablo que parece
estar más vinculado a la resolución judicial de conflictos que a la compatibilidad
de la vida familiar y laboral.
Salvando las dificultades no inanes que supone la falta de consenso
terminológico, en general, y como expone Cabeza (2010: 46), bajo el título de
compatibilidad de la vida familiar-laboral,
“se cobijan una serie de políticas públicas y privadas y unas
tendencias de opinión diversas entre sí que conforman un debate de
interés en Europa/…/ En este debate se superponen perspectivas
84
temáticas distintas: la primera, la igualdad entre hombres y mujeres
/…/ La segunda, la Estrategia Europea de empleo, y muy en
particular, el incremento de la tasa de empleo femenina. La tercera, el
reto demográfico que plantea el envejecimiento de la sociedad”.
De manera más concreta, se podría decir que las políticas de
conciliación son aquéllas destinadas a crear condiciones para que trabajadores
y trabajadoras cumplan en forma óptima con las responsabilidades familiares y
laborales. Persiguen una relación más armónica entre la vida productiva y la
vida reproductiva, entre el trabajo remunerado/no remunerado y, en
consecuencia, deberían fomentan la equidad. Estas políticas se enmarcan en
los derechos sociales, a caballo entre la protección de la familia y la promoción
de la igualdad de género, pero también se vinculan con el derecho laboral, con
el fiscal o, recientemente, con regulaciones a favor de nuevos usos del tiempo
de la vida cotidianai. Como sostiene Brullet (2011: 63),
“en origen, los discursos a favor de las políticas de «conciliación»
pueden obedecer a intereses muy diversos: económicos y del sistema
productivo (disponer de mano de obra femenina más barata que la
masculina, y de formas de incorporación laboral que disminuyan costes);
a intereses demográficos (remontarla natalidad; asegurar mano de obra
en el futuro; reducir la necesidad de inmigración); a intereses políticos de
cohesión social (apoyo a los vínculos familiares y de cuidados;
sostenimiento del sistema de bienestar; apoyo al papel educativo de las
familias; etc.); u otros. En todo caso, su justificación explícita más
extendida y compartida hoy en día es la de que pueden facilitar a la
ciudadanía una mejor articulación de la vida personal, familiar y laboral”.
Según el Informe de la Comisión de Expertos para el Diálogo Social
(2005: 137), inicialmente, “Las medidas de conciliación de la vida familiar y
laboral se concibieron como fórmulas de ausencia del trabajo,
fundamentalmente a través de la excedencia para el cuidado de hijos”. Esta
tendencia, que todavía está presente, es patente en la presentación del tema
que se hace en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (o
Carta de Niza):
85
Artículo 33
Vida familiar y vida profesional
1. Se garantiza la protección de la familia en los planos jurídico,
económico y social.
2. Con el fin de poder conciliar vida familiar y vida profesional, toda
persona tiene derecho a ser protegida contra cualquier despido por una causa
relacionada con la maternidad, así como el derecho a un permiso pagado por
maternidad y a un permiso parental con motivo del nacimiento o de la adopción
de un niño.
Sin embargo la visión inicial de las políticas de conciliación, como se
verá, ha ido siendo superada y ampliada en esta década, desde las políticas
familiares, las políticas laborales, las políticas fiscales y las políticas para la
igualdad, con diversos grupos de medidas que, completando a Daly (2002:
255) con Chinchilla y León (2011), pueden agruparse en cuatro:
1. Provisiones relacionadas con el empleo (flexibilidad -jornada a tiempo
parcial, horario flexible, jornada intensiva, job sharing-y permisos);
2. Prestación de servicios públicos (como la asistencia domiciliaria, las
escuelas de educación infantil, los centros de día, las residencias para
ancianos);
3. Beneficios monetarios o en especie de la seguridad social y los
beneficios fiscales, como las transferencias monetarias y las
subvenciones fiscales; y
4. Por último, incentivos a la creación de empleo o a la provisión de
cuidados en el mercado, como los “vales”, la reorganización de las horas
de trabajo y los subsidios al sector privado de servicios de cuidados (ver
Tabla 1).
86
Tabla 1 Medidas contempladas en las políticas de conciliación
Provisiones relacionadas con el empleo.
1) Organización del tiempo de trabajo.
1.1) Duración de la jornada de trabajo. 1.2) Jornada flexible o diferida 1.3) Salidas pactadas para atención de necesidades familiares o administrativas. 1.4) Permisos programados para capacitación o desarrollo de proyectos personales. 1.5) Combinación de jornadas de trabajo en la empresa y el hogar. 1.6) Tiempo de vacaciones adicional al legal. 1.7) Excedencias sin goce de sueldo para capacitación o por motivos personales.
2) Permisos por responsabilidades familiares.
2.1) Nacimiento de hijos. 2.2) Matrimonio. 2.3) Muerte de familiar directo. 2.4) Enfermedades de personas dependientes.
Prestación de servicios (públicos o privados).
3) Servicios para el cuidado.
3.1) Cuidado infantil. 3.2) Cuidado de ancianos. 3.3) Recreación infantil o actividades para hijos. 3.4) Apoyo a labores domésticas. 3.5) Apoyo en realización de trámites.
Beneficios monetarios o en especie de la seguridad social y los beneficios fiscales, como las transferencias monetarias y las subvenciones fiscales.
4) Beneficios monetarios.
4.1) Ayudas por hijos 4.2) Ayudas por ancianos o personas dependientes
5) Beneficios fiscales.
5.1) Desgravaciones por hijos 5.2) Desgravaciones por ancianos o personas dependientes. 5.3) Ayudas/desgravaciones por contratar a personas con hijos o personas dependientes 5.4) Subsidios y ayudas al sector privado de los cuidados.
Fuente: elaboración propia a partir de Acción Empresarial y Sernam (2003) y Chinchilla y León (2011).
Pues bien, según se elija uno u otro instrumento, la relación familia-
empleo se basará en “una concepción distinta” y conllevará “una significación
diferente del sentido de la acción pública y de la igualdad entre hombres y
mujeres” (Fernández y Tobío, 2005: 53). El sentido que cada estado da a sus
políticas públicas es relativo y variable. Por un lado, están los países que
consideran que son los ciudadanos (generalmente las mujeres) quienes deben
87
seguir siendo los principales protagonistas de la atención a la familia. Estos
estados promueven políticas de conciliación encaminadas a incentivar los
tiempos parciales o las licencias y permisos. Por otro lado están los países
centrados en incentivar la participación activa de la mujer en el mercado de
trabajo y que procuran crear la infraestructura estatal necesaria para que estos
cuidados, en cierta medida, puedan ser también responsabilidad del estado. Y
entre unos y otros hay un abanico de posibilidades.
Según Spielauer (2003 a través de Chinchilla y León, 2011: 53), hay
cuatro orientaciones básicas en las políticas de conciliación familiar laboral:
1. POLÍTICAS QUE PERSIGUEN FOMENTAR LA LIBERTAD DE ELEGIR
ENTRE INFRAESTRUCTURAS Y APOYO ECONÓMICO: Países como
Suecia, Finlandia, Dinamarca y Francia que apuestan por la voluntad de
que se simultaneen obligaciones familiares y laborales y la libre decisión
de la interrupción temporal de la biografía laboral. Así, ofrecen
prestaciones económicas por hijo a cargo pero garantizan también el
acceso a guarderías públicas;
2. POLÍTICAS QUE SIGUEN UN MODELO TRADICIONALISTA: MÁS
APOYO ECONÓMICO Y NO INFRAESTRUCTURAS. Por otro lado
países como Alemania y Austria han enfatizado las políticas para cuidar
a los niños en el hogar, compensado económicamente los costes de
esta opción pero no favoreciendo los servicios de guardería antes de los
tres años;
3. POLÍTICAS NO INTERVENCIONISTAS: NI INFRAESTRUCTURAS NI
APOYO ECONÓMICO. Políticas liberales como las de Reino Unido,
donde no hay permisos parentales ni servicios públicamente financiados
de guardería y cada familia debe asumir los costes;
4. POLÍTICAS QUE FOMENTAN EL MODELO IGUALITARIO. Países que
han apostado por el cuidado de los niños en casa, en virtud de una
política de permisos amplios, pero que dejan a cargo de la familia los
costes de esta opción y con un escaso servicio de guardería en el tramo
88
de edad de 0 a 3 años. Especialmente agresiva es la política de Holanda
en cuanto al fomento del empleo a tiempo parcial en este sentido. Como
se verá, España ha tendido a encajar en este último modelo.
En este estudio nos proponemos presentar un recorrido histórico de
las principales normas internacionales y nacionales que se han preocupado
por la conciliación. Para ello, se ha realizado inicialmente una búsqueda en
la biblioteca de mujeres1del Instituto de la mujer, de todas aquéllas
monografías, publicadas entre 2005 y 2011 cuyo título o palabra clave
contuviera la palabra conciliación familiar-laboral. De las 187 salidas
arrojadas se han ido analizando los trabajos relacionados específicamente
con la regulación, cuya revisión nos ha permitido elaborar este capítulo.
2. La regulación jurídica de la conciliación: el plano internacional
La regulación del trabajo y la regulación de la esfera privada en los
estados del bienestar no son fenómenos nuevos, aunque sí puede aparecer
como relativamente reciente la tendencia a legislar para hacer compatibles
ambos mundos.
Grosso modo, en el plano mundial se puede hablar de dos etapas en la
evolución legal que conduce hacia la conciliación de la vida familiar y laboral.
Una primera, de políticas proteccionistas, que tiene su origen en el
reconocimiento de los derechos de las mujeres trabajadoras, consideradas una
parte débil a la que hay que proteger (es decir, un estrato inferior en la
consideración de su ciudadanía). Estas normas son fundamentalmente
natalistas, preservadoras de los roles tradicionales de género y se basan en
prestaciones económicas directas por hijos a cargo y en protección de la
maternidad. La segunda etapa, fundada más ya en criterios igualitarios, a su
1http://www.inmujer.es/abnetopac/
89
vez se puede subdividir, y conduce a las políticas familiares de segunda
generación, centradas en el aumento y mejora de los permisos laborales para
el cuidado, la dependencia y en el aumento de servicios de cuidados. Con
algunas salvedades, es en este segundo ciclo es en el que se sitúa el reciente
ordenamiento jurídico europeo y español objeto de este trabajo. No obstante, y
para comprenderlo, haremos una revisión de las normas surgidas en torno a
este asunto desde el primer momento.
2.1 El marco mundial: OIT y ONU
Las primeras medidas jurídicas en torno al mundo reproductivo desde el
terreno laboral datan de principios del siglo XX. Así, en la primera Conferencia
Internacional del Trabajo en Washington en octubre de 1919 se adoptan seis
Convenios Internacionales. Uno de ellos, el nº3, hace referencia ya a la
protección de la mujer antes y después del parto. De manera metafórica se
puede considerar que esta normativa (que tiene una visión proteccionista con la
mujer y que se centra exclusivamente en la amparo de la maternidad) es la
primera destinada a la reducción del conflicto familiar y laboral. El Convenio nº
103 de 28 de junio de 1952, también de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), sobre protección a la maternidad, desarrollaba este concepto. Y
en la misma línea se pueden clasificar en España las normas laborales previas
a la II República que adolecían de ausencia de criterios igualitarios, que se
reconocieron en las leyes de la II República, pero que se perdieron en el
régimen franquista. En efecto, en esta etapa se vuelve a considerar a la mujer
como “la parte débil” que hay que proteger del trabajo, resituándola en la esfera
familiar, tal como se manifiesta en el Fuero de 1938. No será hasta 1967,
cuando España ratifique el Convenio número 111 de la OIT, de 25 de junio de
1958, relativo a la discriminación en materia de empleo y ocupación, cuando se
prohíba la discriminación, entre otras causas, por razón de sexo.
La normativa internacional es por lo tanto determinante en la
contribución de la evolución de los derechos de la mujer en el mundo laboral y
en la consecución de la igualdad de oportunidades, marco en el que,
90
erróneamente o no, se encuadra la conciliación familiar y laboral a partir de los
años 80. Así, la Convención de Naciones Unidas, celebrada el 18 de diciembre
de 1979, dispone ya en su articulado que la concesión a la trabajadora de
derechos laborales vinculados a la protección de intereses familiares es un
mecanismo que contribuye a la igualdad de oportunidades. Y en ella se
reconoce que “para lograr la plena igualdad entre el hombre y la mujer es
necesario modificar el papel tradicional tanto del hombre como de la mujer en
la sociedad y en la familia” (Guirao, 2010; Papí, 2004).
El tema de la compatibilidad familiar-laboral se aborda así en términos
de igualdad en 1981 “con la adopción del Convenio nº 156 de la OIT y la
recomendación nº 156 de la Organización Mundial del Trabajo sobre la
igualdad de trato y oportunidades para los trabajadores de ambos sexos con
responsabilidades familiares” (Arroyo, 2007: 243-270). Este convenio
(Organización Internacional del Trabajo, 1981) viene a enmarcarse en la
tendencia internacional mencionada anteriormente, iniciada en 1975 con la I
Conferencia Mundial sobre la Mujer de Naciones Unidas (celebrada en Méjico)ii,
ratificada en la II Conferencia Mundial sobre la Mujer de Naciones Unidas
(celebrada ese mismo 1981 en Copenhague)iii y potenciada en la III Conferencia
Mundial sobre la Mujer de Naciones Unidas (celebrada en Nairobi). En esta
última convención se señala ya como problema la infravaloración de los roles
reproductivos de la mujer (Papí, 2006).
Pero sin duda la afirmación mundial más relevante de medidas referidas
a la conciliación desde la igualdad viene de la IV Conferencia Mundial sobre la
Mujer celebrada en Pekín, septiembre de 1995, que, además de introducir el
concepto del mainstreaming se cierra con el objetivo explicito de la
armonización de responsabilidades laborales y familiares entre hombres y
mujeres.
La igualdad de derechos, de oportunidades y de acceso a los recursos,
la distribución equitativa entre hombres y mujeres de las responsabilidades
respecto de la familia y una asociación armoniosa entre ellos son
91
indispensables para su bienestar y el de su familia, así como para la
consolidación de la democracia (Declaración de Beijing, 15 septiembre 1995,
párr. 15; Naciones Unidas, 1995).
2.2. Europa
Las políticas europeas de conciliación se impulsan, en origen, desde un
compromiso claro con la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
En efecto, una de las líneas de actuación más importantes desarrolladas por la
política social de la Unión Europea son las medidas dirigidas a promover y
garantizar el principio de igualdad y la prohibición de discriminación de la mujer.
De hecho, el marco normativo comunitario de este principio, y la prohibición de
discriminación por razón de género, son muy amplios. Han sido numerosas las
directivas, recomendaciones, resoluciones y decisiones relativas a este tema.
Sin embargo, y como se va a poder comprobar, las políticas de conciliación han
ido evolucionando hasta ubicarse en el marco de la estrategia diseñada para
promover el pleno empleo en la Unión Europea. De esta forma coincidimos
plenamente en el análisis de Campillo (2010:191) cuando afirma “el objetivo de
las políticas de conciliación se ha convertido en la creación de una sociedad de
dos sustentadores, esto es, una sociedad de pleno empleo en la que tanto los
varones como sus compañeras se dediquen al trabajo remunerado” (Stratigaki,
2004; Larsen, Taylor-Gooby y Kananen, 2004).
En el terreno laboral, en un primer momento el principio de igualdad se
entendía referido a la igualdad de retribución. Así, en el primer programa de
Acción Social de la Comunidad Europea de 1974 se adoptan una serie de
importantes directivas referidas a esta cuestión:
• Directiva 75/177/CEE, relativa a la aproximación de las legislaciones de
los estados miembros en lo que se refiere a la aplicación de principios
de igualdad de retribuciones entre los trabajadores hombres y mujeres;
• Directiva 76/207/CEE, sobre la aplicación del principio de igualdad de
trato entre hombres y mujeres en los que se refiere al acceso al empleo,
92
la formación, promoción profesionales y condiciones de trabajo; y
• Directiva 79/7/CEE, relativa a la aplicación progresiva del principio de
igualdad de trato entre hombres y mujeres en materia de Seguridad
Social.
A partir de 1980, se crea el Comité consultivo para la igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres parar ayudar a la Comisión Europea
en la elaboración de políticas de igualdad. En el marco del primer programa de
acción para la promoción de la igualdad de oportunidades se adoptan la:
• Directiva 86/378/CEE, relativa a la aplicación del principio de igualdad de
trato entre hombres y mujeres en los regímenes profesionales de la
Seguridad Social; y la
• Directiva 86/613/CEE, sobre igualdad de trato entre hombres y mujeres
que ejercen una actividad autónoma, incluida las agrícolas así como la
protección a la maternidad.
Posteriormente, en los años 90 y profundizando siempre en el principio
de igualdad surgen la:
• Directiva 96/34/CEE, concerniente al Acuerdo Marco sobre el permiso
parental, que contribuye a la igualdad efectiva entre hombres y mujeres,
instaurando mecanismos que favorecen la implicación de los varones en
la asunción de las cargas familiares; la
• Directiva 97/80/CEE, que regula las reglas sobre la carga de la prueba
en los casos de discriminación por razón de sexo; y la
• Directiva 2006/54/CEE, relativa a la aplicación del principio de igualdad
de oportunidades e igualdad de trato entre hombres y mujeres en
asuntos de empleo y ocupación que refunde las directivas anteriores.
93
Son especialmente la primera y tercera directivas anteriores las que
vienen a tratar más específicamente la cuestión de la conciliación.
3. La regulación jurídica de la conciliación: España
En España, los antecedentes jurídicos para la regulación de la
conciliación se pueden encontrar en la Constitución de 1978, que reconoce la
capacidad laboral en términos de igualdad, la no discriminación y la protección
de la familia.
Son cuatro los artículos base y fundamento de la ordenación actual:
• Artículo 14 de la Constitución: derecho a la igualdad ante la ley y
el principio de no discriminación por razón de nacimiento, sexo, religión
u opinión;
• Artículo 39.1 de la Constitución: deber de los poderes públicos de
asegurar la protección social, económica y jurídica de la familia;
• Artículo 35 de la Constitución: derecho a la no discriminación por
razón de sexo en el ejercicio del derecho al trabajo, a la libre elección de
profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a la
remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su
familia;
• Artículo 9.2 de la Constitución: atribuye a los poderes públicos el
deber de promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del
individuo y de los grupos en los que reintegren sean reales y efectivas; y
remover los obstáculos que impiden o dificulten su plenitud facilitando la
participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica,
cultural y social.
Más recientemente, y ya respecto a la legislación española, hay que
destacar dos leyes fundamentales:
94
• Ley 3/1989 de 3 de marzo sobre maternidad e igualdad de trato de la
mujer trabajadora. Esta Ley con todas sus limitaciones, resulta la de
mayor interés. El principal mérito fue el de sustituir una normativa
protectora de la mujer de carácter subjetivo por otra de carácter objetivo.
Anteriormente las normativas existentes velaban fundamentalmente por
el descanso de la madre trabajadora. Es más, las primeras normas
femeninas habían consistido básicamente en mecanismos restrictivos y
prohibitivos con la jornada de trabajoiv. Por ello, con la Ley 3/1989 se
superan las normativas protectoras de la mujer por su condición de
mujer y el carácter subjetivo de las mismas en lo referente a la
maternidad.
• Ley 31/1995 de prevención de riesgos laborales introducía, en su
artículo 26, previsiones especiales para la situación de embarazo y
lactancia, solucionando el vacío legal que el Tribunal Constitucional
había creado al derogar las normas que establecían protecciones
genéricas para las mujeres, protecciones que limitaban el acceso de la
mujer a determinadas profesiones.
Pero la primera ley que aborda el conflicto familiar-laboral es la Ley
39/1999 de conciliación de la vida familiar y laboral que “sigue siendo el
sustrato legal específico (y simbólico) para atender a esta realidad” (Papí,
2005: 34). Entre los años 2001-2004, también el Gobierno del PP pone en
marcha el Plan Integral de Apoyo a la Familia con el objetivo de promover la
igualdad de mujeres y hombres en el acceso al mercado de trabajo y la
extensión de los servicios de atención a la primera infancia, en colaboración
con las Comunidades Autónomas y municipios. En el marco de este plan, en
primer lugar se aprueba la Ley 12/2001 que amplía la normativa sobre
permisos de maternidad o paternidad al supuesto específico de nacimiento de
hijos prematuros o que requieran hospitalización tras el parto, exime de
cotización por sustitución en permisos de maternidad y excedencias al
empresario y mejora también las condiciones de permiso y excedencias para
95
el trabajador. En segundo lugar, se crea una deducción fiscal para las madres
trabajadoras con hijos menores de tres años. Se trata de la Ley 46/2002 “de los
100 euros” que reforma el IRPF introduciendo un subsidio de 100 euros al mes
para las madres trabajadoras por cada hijo menor de tres años, previo requisito
de ser trabajadora a tiempo completo o autónoma que hubiera cotizado a la
Seguridad Social al menos 15 días al mes. Este mismo Gobierno en 2002
aprueba la Ley Orgánica de calidad de educación (LOCE, Ley 10/2002), que
transfiere el sistema educativo el ciclo de 0 a 3 años, que se convierte en un
ciclo pre-escolar de carácter asistencial a regular educativamente por cada
Comunidad Autónoma y al año siguiente Ley 40/2003 hace propuestas para
una nueva extensión de las bonificaciones a la contratación.
En marzo de 2004, tras ganar las elecciones el Partido Socialista
(PSOE), se presenta el IV Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y
Hombres (en adelante PIOM) que también recoge la Conciliación de la Vida
Familiar y Laboral como área de actuación. Por su parte, la ORDEN
PRE/525/2005 da publicidad al Acuerdo de Consejo de Ministros por el que se
adoptan medidas para favorecer la igualdad entre mujeres y hombres, entre las
que se contemplan la conciliación. En diciembre de 2006 se promulga la Ley
39/2006 que en su exposición de motivos reconoce que tradicionalmente el
cuidado de las personas dependientes ha recaído en las mujeres, admitiendo
que con la incorporación masiva de la mujer al mercado de trabajo y los
cambios en los modelos y estructura familiar, se hace urgente y preciso el
compromiso público para el cuidado de las personas dependientes –definidas
como mayores incapaces de valerse por sí mismas o personas con
discapacidad-. Esta ley afirma que las personas dependientes tienen derecho a
ser atendidas por los servicios públicos o concertados de atención y cuidado o,
en su defecto, a recibir ciertas prestaciones económicas para el cuidado, según
su grado de dependencia. Adicionalmente, la Ley Orgánica de educación (LOE,
Ley 2/2006) devuelve los servicios de atención a los menores de 0 a 3 años al
sistema educativo. Así la Ley reza que
96
“Las Administraciones públicas promoverán un incremento
progresivo de la oferta de plazas públicas en el primer ciclo.
Asimismo coordinarán las políticas de cooperación entre ellas y
con otras entidades para asegurar la oferta educativa en este
ciclo. A tal fin, determinarán las condiciones en las que podrán
establecerse convenios con las corporaciones locales, otras
Administraciones y entidades privadas sin fines de lucro”.
Suplementariamente, la Ley Orgánica 3/2007, que se va a analizar con
más detalle, incluye la conciliación como problema pero, fundamentalmente,
como factor para la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
Además, estrechamente vinculada al objetivo de la conciliación aparece la
necesidad de promover la corresponsabilidad tanto en las labores domésticas
como en la atención de la familia entre mujeres y hombres.
Finalmente el 7 de octubre de 2009 se publica en el Boletín Oficial del
Estado (BOE) la Ley 9/2009, de 6 de octubre, que regulaba la ampliación del
permiso por el nacimiento, acogimiento o adopción de un hijo a cuatro semanas
a disfrutar por el padre a partir de la fecha del nacimiento, de la decisión
administrativa o judicial de acogimiento o de la resolución judicial por la que se
constituya la adopción.
Esta medida estaba prevista que entrara en vigor el día 1 de enero de
2011. Sin embargo, la Ley de presupuestos generales del Estado anuló la
ampliación de este permiso y lo retrasó hasta el 1 de enero de 2012. Cabe ver
qué sucede a partir de esa fecha.
La tabla siguiente compila pues lo textos fundamentales promulgados
en la última década en España que, de una manera o de otra, afectan a la
conciliación (ver Tabla 2).
Tabla 2.Normas que afectan a la conciliación
Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras;
Ley 12/2001, de 9 de julio, de medidas urgentes de reforma del mercado de trabajo
97
para el incremento del empleo y la mejora de su calidad; Ley Orgánica 10/2002,de 23 de diciembre de calidad de educación; Ley 46/2002, de 18 de diciembre, de reforma parcial del impuesto sobre la renta de las
personas físicas y por la que se modifican las leyes de los impuestos sobre sociedades y sobre la renta de no residentes;
Ley 30/2003, de 13 de octubre sobre medidas para incorporar la valoración del impacto de género en las disposiciones normativas que elabora el Gobierno;
Ley 40/2003, de 18 de noviembre, de protección a las familias numerosas; IV Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres; ORDEN PRE/525/2005, de 7 de marzo, por la que se da publicidad al Acuerdo de
Consejo de Ministros por el que se adoptan medidas para favorecer la igualdad entre mujeres y hombres;
Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia;
Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres;
Ley 9/2009, de 6 de octubre, de ampliación de la duración del permiso de paternidad en los casos de nacimiento, adopción o acogida.
Fuente elaboración propia.
3.1. Análisis de la Ley de conciliación vida familiar y laboral
La Ley de conciliación vida familiar y laboral, Ley 39/1999, primera y
única ley promulgada en nuestro país específicamente sobre el tema que nos
ocupa, tiene sus antecedentes más directos en dos directivas: la92/85, de 19
de octubre, sobre salud y seguridad en el trabajo de la trabajadora
embarazada, que haya dado a luz o en periodo de lactancia y la 96/34, de 3 de
junio, sobre el permiso parental que establece el disfrute indistinto entre
hombres y mujeres de los permisos parentales, fundada en el Acuerdo Marco
sobre el permiso parental y la ausencia del trabajo como motivo de fuerza
mayor para conciliar vida familiar y laboral y promover la igualdad de
oportunidades.
De hecho, y aunque en su exposición de motivos la Ley 39/1999 hace
referencia expresa al derecho comunitario, en la trasposición de las dos
directivas europeas antes mencionadas (que era urgente y necesaria) se
produce un desajuste entre la norma comunitaria y la norma española. Así,
sostiene Amparo Ballester (2000: 23)
“No puede decirse que la Ley 39/1999 haya superado el
mínimo comunitario además no ha avanzado en la igualación
para la consecución del reparto de responsabilidades, sino que
98
en múltiples aspectos se limita injustificadamente, el disfrute del
padre. Pero es en materia de permisos y excedencias donde la
falta de adecuación al derecho comunitario se hace más
evidente y preocupante, porque ni se garantiza la aplicación de
los mismos en los supuestos de fuerza mayor descritos en la
Directiva 96/34, ni quedan garantizados con la suficiente claridad
las condiciones del reingreso tras la excedencia”.
La Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la
vida familiar y laboral de las personas trabajadoras, en adelante LCVFL,
comienza con una exposición de motivos y consiste en 8 capítulos, 22
artículos, 5 disposiciones adicionales, 1 disposición derogatoria y 1 disposición
final. Esta ley tiene como objetivos fundamentales:
1- Acoger en nuestro ordenamiento jurídico algunos
preceptos comunitarios pendientes de transposición;
2- Dar cumplimiento al mandato constitucional (Art. 14,
9.2 y 39.1 de la Constitución);
3- Guardar equilibrio para que los permisos por
maternidad y paternidad no afecten al empleo, eliminando los
obstáculos que impiden a las mujeres acceder éste;
4- Reducir la jornada para el cuidado de familiares;
5- Facilitar que los trabajadores puedan trabajar y al mismo
tiempo satisfacer sus obligaciones familiares y sobre todo,
facilitar las responsabilidades familiares y domésticas del
hombre.
La norma introduce una serie de novedades con respecto al
ordenamiento jurídico, anterior que vamos a continuación a revistar, a saber:
1. Prestación/suspensión por maternidad;
2. La incapacidad temporal por riesgo durante el embarazo;
3. Protección frente al despido;
4. Excedencia por cuidado de hijos y familiares;
5. Permisos parentales
99
3.1. I. Prestación/suspensión por maternidad.
La LCVFL introduce, respecto a la suspensión por maternidadv, algunos
cambios esenciales:
-Con relación al parto múltiple, la LCVFL amplía la duración de la
suspensión, 16 semanas, en dos semanas más por cada hijo a partir del
segundo. La misma aplicación se produce en el caso de adopciones o
acogimientos múltiples.
-Con relación a la baja por maternidad, la madre puede transferir al
padre parte de la suspensión: hasta diez semanas ininterrumpidas, que pueden
distribuirse entre padre y madre con casi total flexibilidad (disfrute simultáneo o
sucesivo; disfrute a tiempo completo o a tiempo parcial).vi
-En caso de adopción o acogimiento, la LCVFL prolonga la suspensión
por maternidad hasta las 16 semanas en hijos menores de 6 años y contempla
el caso de extender la suspensión a hijos mayores discapacitados o con
problemas de integración social acreditados por los servicios sociales.
-Con relación al disfrute de la suspensión por maternidad, por parte del
padre, cuando la madre fallece, la LCVFL contempla el derecho del padre a
disfrutar de todo el permiso de maternidad que no hubiese podido disfrutar la
madre fallecida.
3.1. II. La incapacidad temporal por riesgo durante el embarazo
La gran novedad de la LCVFL es la inclusión de esta nueva incapacidad
que ha supuesto la incorporación de dos nuevos artículos en la Ley general de
la seguridad social, los artículos 134 y 135. Esta nueva situación queda referida
al periodo de suspensión del contrato en los supuestos en que, debiendo la
mujer trabajadora cambiar de puesto de trabajo por otro compatible con su
estado, dicho cambio de puesto no resulte técnica u objetivamente posible.
3.1. III. Protección frente al despido
El artículo 10 de la Directiva Comunitaria 92/85 fija las principales
situaciones que ha de contemplar la protección frente al despido de la mujer
100
embarazada, que ha dado a luz o en periodo de lactancia. Esta vez sí, la
normativa española supera la comunitaria, pues la Ley 39/1999 amplía las
posibles causas para la calificación de nulidad ante el despido. Se añaden los
siguientes supuestos:
-Despido que recae sobre trabajadores durante la suspensión por
maternidad, adopción, acogimiento o riesgo durante el embarazo.
-Despido de trabajadoras embarazadas, desde el inicio del embarazo
hasta el comienzo del periodo de suspensión correspondiente.
-Despido que recaiga sobre trabajadores que hubieran solicitado o se
encuentran disfrutando del permiso de lactancia, la reducción de jornada por
guarda legal o cuidado de enfermos, así como la excedencia por cuidado de
hijos o familiares.
3.1. IV. Excedencia por cuidado de hijos y familiares
Son tres, fundamentalmente, las innovaciones que ha supuesto la Ley
39/1999 en la regulación de la excedencia familiar (Ballester, 2000: 58 ss.).
1) La creación de la figura de excedencia por cuidado de familiares tiene
el mismo régimen jurídico que la figura de cuidado de hijos menores, con la
salvedad de que, en la primera, la duración queda limitada a un año. Ahora
bien, esta excedencia se encuentra condicionada por el grado de parentesco
del sujeto causante (familiar hasta el segundo grado de consanguinidad o
afinidad), por su invalidez (que por razones de edad, accidente o enfermedad,
no pueda valerse por sí mismo), y por la inexistencia de actividad retribuida.
Comentar sólo que resulta particularmente curioso que no se contemple en el
grado de parentesco al cónyuge (no siendo familiar hasta segundo grado de
consanguinidad, tendrá que ser calificado de afín), lo cual puede llevar a la
absurda situación de no poder solicitar excedencia por cuidado de familiares en
caso de enfermedad del cónyuge. Por otro lado hay que decir que esta nueva
figura de excedencia merece una valoración positiva como medida de
compatibilización de las actividades domésticas y familiares.
101
2) La excedencia como derecho individual y su posible disfrute
simultáneo. Antes de la Ley 39/1999, el artículo 46.3 del Estatuto de los
Trabajadores configuraba una excedencia por cuidado de hijos que surgía
como derecho vinculado al sujeto causante y no a los sujetos que pudieran
disfrutarlos. Esto implicaba que por un mismo sujeto causante tan sólo existiera
un trabajador con derecho al acceso a la excedencia. Tras la reforma
normativa, no sólo la excedencia por cuidado de hijos y familiares, sino también
la reducción de jornada permite su disfrute totalmente indistinto, incondicionado
e incluso simultáneo de los posibles sujetos beneficiarios con respecto a un
mismo sujeto causante, con la única limitación de la posible restricción de su
ejercicio por parte del empresario cuando se trata de trabajadores
pertenecientes a la misma empresa y por el mismo sujeto causante (Ballester,
2000: 60).
3) El inicio del cómputo de la excedencia en el supuesto de adopción o
acogimiento. Se equipara la excedencia por adopción a la de maternidad y se
sitúa como cómputo el momento de la resolución administrativa o judicial de
adopción o acogimiento.
3.1. V. Permisos parentales.
En este punto, la normativa española tiene que adaptarse a las
directivas europeas. Los permisos parentales son unas de las medidas que
más permiten a la mujer conciliar la vida familiar y laboral, pues implican
directamente al hombre en la realización de las tareas familiares e impiden la
auto atribución femenina de responsabilidades domésticas y familiares frene
sus expectativas profesionales. La LCVFL introduce tres nuevos permisos
parentales:
1) Permiso de lactancia: es un permiso retribuido a cargo del
empresario, reconocido a la trabajadora con un hijo menor de nueve meses,
puede pasar al padre en caso de que ambos trabajen. Resulta particularmente
102
paradójico que, tan sólo cuando el padre pretenda ejercitarlo, se exija que los
dos trabajen y no así cuando es la mujer la que lo solicita.
2) Reducción de jornada por guarda legal: ya el artículo 37.5 del Estatuto
de los Trabajadores establecía el derecho a la reducción de jornada entre un
medio y un tercio con la reducción de salario correspondiente para el cuidado
de un menor de 6 años o un disminuido psíquico o físico que no desempeñe
otro trabajo retribuido. La Ley 39/1999 sólo introduce cambios relativos a la
ampliación del derecho de reducción de jornada a los supuestos de cuidado
directo de un familiar y permiso de lactancia y posibilidad de elegir el trabajador
el periodo de disfrute.
3) Permiso por fuerza mayor familiar: de igual manera, las
modificaciones introducidas por permisos de fuerza mayor familiar se refieren
sólo a las causas que originan estos premisos, que finalmente quedan en;
accidente, enfermedad grave u hospitalización de parientes hasta el segundo
grado de consanguinidad, en cuyo caso existe un permiso retribuido de dos
días (cuatro en el caso de que requiera desplazamiento).
En la Tabla siguiente se detallan a continuación los permisos
contemplados por la LCVFL, que se han explicado anteriormente, y que
supusieron una novedad por aumentar los supuestos de aplicación o la
durabilidad de los mismos.
103
Tabla 3.Resumen de los permisos recogidos por la LCVFL
Fuente: Guirao, Martín-Llaguno y Frutos. Elaboración propia.
PERMISOS DURACIÓN OBSERVACIONES
Adopción/Acogimiento 16 semanas. Se ampliarán en 2 semanas más en el supuesto de discapacidad del menor, o por cada hijo a partir del segundo, en el supuesto de adopción o acogimiento múltiple. Posibilidad de ausentarse dos meses antes, con retribuciones básicas, en el supuesto de adopción internacional
En el caso de que la madre o el padre trabajen, el permiso se distribuirá a opción de los interesados, que podrán disfrutarlo de forma simultánea o sucesiva, siempre con periodos ininterrumpidos. Posibilidad del permiso y jornada completa o a tiempo parcial.
Fallecimiento
Accidente o
Enfermedad grave
Familiares de 1er. Grado: 4 días hábiles misma localidad y 5 días hábiles distinta localidad.
Familiares de segundo y tercer grado: 2 días hábiles misma localidad y 3 días hábiles distinta localidad.
El grado se entiende de consanguinidad o afinidad. El permiso se puede disponer mientras dure la enfermedad
Lactancia 1 hora diaria o dos medias horas hasta los 12 meses del menor. Posibilidad de acumular el permiso de lactancia a la baja por maternidad (4 semanas)
Por hijo. Padre o madre pueden disfrutarla.
Cuidado directo o
Guarda Legal
Mientras que se mantenga la situación que da derecho a solicitarla: hijos menores de 12 años o disminuidos, y cuidado de familiares con incapacidad física con quien conviva
Reducción de jornada con reducción de salario
Reducción de jornada y reducción proporcional de haberes. Es una situación protegida, su cotización para la jubilación es del 100 %. No se puede realizar ninguna actividad económica en el horario de la reducción
Maternidad 16 semanas y antes o después de la fecha del parto, 2 semanas más por cada hijo a partir del segundo. 6 semanas obligatorias después del parto; el resto puede hacer uso el padre o la madre, de forma simultánea o sucesiva ininterrumpida
Para tener derecho a este permiso; en el momento de dar a luz la madre debe estar en alta o en situación asimilada al alta. En caso de parto prematuro o que requiera hospitalización después del parto, el permiso se ampliará tantos días como el neonato esté hospitalizado, con un máximo de 13 semanas.
104
Tabla. Resumen de los permisos parentales recogidos por la LCVFL
PERMISOS PARENTALES
DURACIÓN OBSERVACIONES
Permiso de lactancia 1 hora diaria o dos medias horas hasta los 12 meses del menor. Posibilidad de acumular el permiso de lactancia a la baja por maternidad (4 semanas)
Es un permiso retribuido a cargo del empresario, reconocido a la trabajadora con un hijo menor de 9 meses y que puede pasar al padre en caso de que ambos trabajen
Reducción de jornada por guarda legal
Reducción entre un medio y un tercio de la jornada con la consiguiente reducción de salario
Esta reducción se pide en caso de hijo menor de 6 años, disminuido psíquico o físico que no desempeñe otro trabajo remunerado y cuidado directo de un familiar bajo el mismo supuesto
Permiso por fuerza mayor familiar
2 días en el caso de parientes hasta el segundo de consanguinidad y 4 en el caso de que se requiera desplazamiento
Las modificaciones introducidas por permisos de fuerza mayor familiar se refieren sólo a las causas que finalmente quedan: accidente, enfermedad grave u hospitalización
Fuente: Guirao, Martín-Llaguno y Frutos. Elaboración propia.
3.2. La Ley para la igualdad efectiva de mujeres y
hombres
La entrada en vigor de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la
igualdad efectiva de mujeres y hombres (LOIE) supone que España, al menos
simbólicamente, se sitúa entre los países de vanguardia en materia de políticas
de igualdad de género. La Ley, que tiene como objetivo fundamental la
prevención y eliminación de las discriminaciones que aún persisten por razón
de sexo y la previsión de políticas activas para hacer efectivo el principio de
igualdad, procede de la transposición de tres directivas comunitarias:
• 2002/73/CE, relativa a la aplicación del principio de igualdad de
trato entre mujeres y hombres en lo que se refiere al acceso al
105
empleo, a la formación, promoción profesional y condiciones de
trabajo;
• 2004/113/CE, sobre aplicación del principio de igualdad de trato
entre hombres y mujeres en el acceso a bienes y servicios y su
suministro;
• 97/80/CE del Consejo, sobre la carga de la prueba en los casos
de discriminación por razón de sexo.
Se trata de una norma compleja, extensa, integrada por 78 artículos,
distribuidos en 9 títulos –uno de ellos preliminar-, 31 disposiciones adicionales,
11 disposiciones transitorias, 1 disposición derogatoria y 8 disposiciones
finales. Esta ley introduce un marco normativo que obliga a entidades públicas
y privadas a incluir el principio de igualdad en la organización.
Como enuncia en su exposición de motivos, anhela a ser una “Ley
código” de la igualdad entre mujeres y hombres y establece en su articulado,
principios de actuación de los poderes públicos en relación con la igualdad,
regula derechos y deberes de las personas físicas y jurídicas y prevé una
amplia batería de medidas destinadas a eliminar y corregir toda forma de
discriminación por razón de sexo, resultado de proyectar el principio de
igualdad en los distintos ámbitos normativos. En sus disposiciones adicionales
modifica numerosas normas legales que resultan afectadas, entre las que se
encuentran el núcleo duro del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social: el
Estatuto de los Trabajadores, la Ley general de la seguridad social, la Ley de
procedimiento laboral, la Ley de prevención de riesgos laborales.
La Ley muestra una especial preocupación por eliminar las
desigualdades entre mujeres y hombres que aún persisten en el ámbito de las
relaciones laborales. A tal efecto, incorpora medidas para promover y
garantizar la igualdad en el acceso al empleo, en la formación y en la
promoción profesional y en las condiciones de trabajo.
106
La imposición de todas estas actuaciones constituye la aspiración a la
consecución de la igualdad real y material entre sexos. Así, se asume que el
pleno reconocimiento de la igualdad formal ha demostrado no ser
suficientemente eficaz. Aunque este principio jurídico haya sido reconocido en
diversos textos internacionales sobre derechos humanos, y en nuestra Carta
Magna, la realidad revela que no ha traído consigo la igualdad “real”. La
consecución de una sociedad igualitaria y más justa no sólo depende de la
calidad del ordenamiento jurídico, sino también de las prácticas y usos sociales
que impiden su implementación real
Entre las medidas re equilibradoras de situaciones sociales
discriminatorias, hay que destacar las acciones positivas, es decir, derechos
preferentes para colectivos desaventajados. Esta práctica jurídica proviene del
derecho estadounidense que adoptó ya en los años 60, medidas políticas a
favor de las mujeres y especialmente de las mujeres de raza negra. Estas
medidas buscaban favorecer a estos colectivos en el ámbito laboral y en la
admisión en las universidades y consistían en políticas de cuotas que permitían
la reserva de plazas o bien la exención de cumplir determinados requisitos
(Bustos, 2007: 132).
La norma reconoce explícitamente el derecho a la conciliación de la vida
personal, familiar y laboral y fomenta una mayor corresponsabilidad entre
mujeres y hombres en la asunción de obligaciones familiares de la siguiente
manera:
Artículo 44. Los derechos de conciliación de la vida personal,
familiar y laboral.
1. Los derechos de conciliación de la vida personal, familiar y
laboral se reconocerán a los trabajadores y las trabajadoras en
forma que fomenten la asunción equilibrada de las
responsabilidades familiares, evitando toda discriminación
basada en su ejercicio.
107
2. El permiso y la prestación por maternidad se concederán en
los términos previstos en la normativa laboral y de Seguridad
Social.
3. Para contribuir a un reparto más equilibrado de las
responsabilidades familiares, se reconoce a los padres el
derecho a un permiso y una prestación por paternidad, en los
términos previstos en la normativa laboral y de Seguridad
Social.
La LOIEMH por tanto define la conciliación como un derecho de los
trabajadores en el mundo productivo. Además, sienta por vez primera las bases
del permiso de paternidad. Pero asimismo, y en lo que a la conciliación afecta,
establece por primera vez la obligatoriedad de integrar entidades y documentos
específicos para evitar cualquier tipo de discriminación laboral entre mujeres y
hombres (incluidas también las derivadas de los conflictos familiares-laborales).
Así, la LOIEMH sostiene que
Las empresas están obligadas a respetar la igualdad de trato y
de oportunidades en el ámbito laboral y, con esta finalidad,
deberán adoptar medidas dirigidas a evitar cualquier tipo de
discriminación entre mujeres y hombres, medidas que deberán
negociar, y en su caso acordar, con los representantes legales
de los trabajadores en la forma que se determine en la
legislación laboral (artículo 45.1).
Esta obligación se viene plasmando en “la elaboración y aplicación de un
plan de igualdad, con el alcance y contenido establecidos en este capítulo, que
deberá ser asimismo objeto de negociación” (artículo 45.2).
Un plan de igualdad es “un conjunto ordenado de medidas, adoptadas
después de realizar un diagnóstico de situación, tendentes a alcanzar en la
empresa la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres y a
eliminar la discriminación por razón de sexo” (artículo 46.1). En este plan se
108
han de fijar los objetivos concretos a alcanzar y las estrategias y prácticas para
lograrlos y sistemas de seguimiento y evaluación.
Aunque un plan de igualdad no es un plan de conciliación la conciliación
es una materia de las muchas que se pueden y se deben tratar en el mismo.
Los planes de igualdad pueden “contemplar /…/ la ordenación del tiempo de
trabajo para favorecer, en términos de igualdad entre mujeres y hombres, la
conciliación laboral, personal y familiar, y prevención del acoso sexual y del
acoso por razón de sexo” (artículo 46.2).
La Ley establece la exigencia ineludible de la elaboración y la
implantación de estos documentos a) “para las empresas de más de doscientos
cincuenta trabajadores” (artículo 45.2), y b) “cuando así se establezca en el
convenio colectivo” (artículo 45.3). Adicionalmente, se contempla que la
elaboración e implantación de planes de igualdad sea c) “voluntaria para las
demás empresas, previa consulta a la representación legal de los trabajadores
y trabajadoras” (artículo 45.5). Asimismo se insiste en la importancia de la
divulgación de la información que debe quedar garantizada por la empresa a
todo el personal (artículo 47).
En definitiva, la ley desciende al terreno de lo concreto e insta a las
implantar acciones que pueden afectar a la conciliación en entidades públicas y
empresas.
4. Discusión
Las políticas de conciliación nacen en España de la mano de las
políticas de igualdad fomentadas desde el contexto europeo. La Ley 39/99, Ley
de conciliación, surge impelida por el mandato de búsqueda de la igualdad de
la UE, que entiende que la conciliación es un problema para alcanzarla y que
plantea esencialmente provisiones relacionadas con el empleo, dirigidas
mayoritariamente a las mujeres. En efecto, de un primer análisis aproximativo a
la Ley se extrae la conclusión de que la conciliación de vida laboral y familiar es
109
un problema que tiene este sexo al que hay que ayudar con medidas en la
difícil tarea de llevar el trabajo productivo y el reproductivo. En cierta forma esta
Ley transmite la idea de que el estado benefactor protege a las mujeres para
que alcancen la igualdad y en ningún momento se hace referencia a que sea el
hombre el que tenga que conciliar ambas tareas (no hay una sola medida de
acción positiva encaminada a esto).
Por otro lado, y en virtud de lo expuesto, la Ley encaja en el modelo
“igualitario” de políticas de igualdad, al apostar por el cuidado de los niños en
casa, en virtud de una política de permisos amplia, pero que dejan a cargo de
la familia los costes de esta opción. Aunque, en general, la Ley de conciliación
fue en su momento muy positivamente valorada, lo cierto es que deja
insatisfechas ciertas expectativas. Especialmente criticado es el no
reconocimiento del permiso de titularidad paterna, como dictaba la legislación
comunitaria. En este sentido, la LCVFL olvida elementos que fomenten el
reparto de tareas y responsabilidades familiares y considera a la mujer como la
principal responsable de las tareas del cuidado, sin cuestionar demasiado los
roles de género.
Estos problemas son en parte superados por la LOIEMH que sí sienta
las bases del permiso de paternidad y anima a la corresponsabilidad de tareas.
En cierta manera la LOIEMH, que no es específicamente una ley de
conciliación, supera la visión simplista de centrarse en la búsqueda de la
flexibilidad de las jornadas de trabajo para que la mujer se incorpore al mundo
laboral y al menos empieza a reconocer “el papel masculino dentro de la
conciliación y su obvia importancia dentro de la familia”, como afirman
Chinchilla y León (2011: 51). Sin embargo, coincidimos con Brullet (2010: 64)
en que uno de los retos de las políticas de conciliación sigue siendo “conseguir
que los hombres asuman sus propias responsabilidades de cuidados en su red
familiar, y que estas políticas estén social y económicamente bien
reconocidas”. Otro de los retos imperiosos en este marco de la ampliación del
foco de propuestas y la superación de la visión “laboralista” del tema es el
110
desarrollo y la implantación de medidas centradas en la prestación de servicios
(públicos o privados) y en la regulación de los tiempos.
La Ley para la promoción de la autonomía personal y atención a las
personas en situación de dependencia” o Ley de dependencia ha tenido serios
problemas en su puesta en marcha. Así, se ha producido una descoordinación
entre las administraciones implicadas, el Estado, las Comunidades Autónomas
y los Ayuntamientos. En segundo lugar, ha habido una falta de previsión
respecto a la población objeto de derecho, de manera que se han restringido
muchísimo las ayudas y se ha limitado el concepto de discapacidad. Por último,
la puesta en práctica de la Ley ha producido efectos que en principio pretendía
evitar. Tal es el caso de la “prestación económica para cuidados en el entorno
familiar” que es lo más demandado por las familias –las mujeres-, en
detrimento de la inversión en servicios de cuidado.
Por otra parte, en la cumbre de Barcelona 2002, los líderes europeos se
fijaron como objetivos a lograr de aquí a 2010 que las guarderías cubriesen al
menos al 90% de los niños entre tres años y la edad de escolarización
obligatoria y al 33% de los niños menores de tres años. Aunque España
cumple ambos objetivos, los expertos coinciden en que las mujeres tendrían
menos problemas para conciliar si la educación fuera universal y gratuita de 0 a
3 años2 y los políticos reconocen que el desafío en nuestro país “es lograr
incrementar las plazas, lo cual es caro pero no hacerlo es más caro aún”
(Gabilondo, 9/9/10)3. Sin embargo, mientras este reto se consigue, como
apuntan Chinchilla y León (2011: 62), las tasas de desempleo como
consecuencia de la crisis están afectando a la escolarización privada de los
niños y por tanto afectando la conciliación y, añadimos nosotros, es posible que
incidan en la dilación de esta estrategia de educación universal como ya ha
sucedido con la dilación del permiso de paternidad.
2http://www.elpais.com/articulo/madrid/Educacion/universal/anos/elpepiespmad/20110712elpma
d_12/Tes, consultado el 9/8/2011. 3 Declaraciones del Ministro de Educación disponibles por ejemplo en
http://www.noticiascolegios.com/2010/11/04/el-desafio-en-espana-es-incrementar-escolarizacion-de-0-a-3-anos/
111
En definitiva y para finalizar, en menos de diez años España ha
construido un marco jurídico relacionado con la conciliación laboral y familiar,
que, ha sido relativamente cambiante dependiendo del partido en el gobierno,
pero que ha tenido algunas constantes en su planteamiento jurídico. En efecto,
en primer lugar, se ha enmarcado el tema de la conciliación en el contexto de
las políticas de género, y en segundo lugar, en la persecución del pleno
empleo. En este contexto la mayor parte de las acciones –centradas casi en
exclusiva en provisiones en el trabajo o en medidas incentivación de la
natalidad- se han dirigido a la mujer, manteniendo implícitamente estereotipos
de género.
112
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NOTAS
i Afirma Brullet (2010: 67) que, “Las políticas de los tiempos amplían el marco de
actuación de las políticas de conciliación. El reto es cómo hacer operativas en cada territorio, ciudad y barrio sus propuestas de acción. En Cataluña, el Departamento de Bienestar Social y Ciudadanía de la Generalitat ha promovido el Plan Estratégico sobre los Usos y la Gestión de los Tiempos en la Vida Cotidiana 2008-2018, recientemente aprobado por el Gobierno autonómico. En una línea similar, pero a escala de ciudad, también actúa desde hace algunos años el programa de acción de la Concejalía de los Nuevos Usos de los Tiempos del Ayuntamiento de Barcelona (NUST), pionero en Europa”.
ii En la que se establece un plan de acción para la década y se insiste en que es necesario que el hombre participe en la esfera doméstica para que la mujer pueda integrarse en la otra esfera.
iii Entra en vigor la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
iv “El RDL de 15 de Agosto de 1927 reguló el descanso nocturno de la mujer trabajadora. Otras normas posteriores limitaron la jornada femenina de trabajo, impusieron descansos diferenciados para hombres y mujeres entre jornadas, o establecían regímenes especiales para las horas extraordinarias” (Ballester, 2000; 14).
v Aunque el punto de partida de esta prestación o suspensión por maternidad son dos artículos, uno del Estatuto de los Trabajadores y otro de la Ley de seguridad social. El artículo 48.4 del Estatuto de los Trabajadores regula la causa, duración, características y alcance de la situación suspensiva relacionada con la maternidad. El artículo 133bis de la Ley de seguridad social regula la prestación de seguridad social aplicable a la contingencia de maternidad. Sucede que la Ley 39/1999 de conciliación vida familiar y laboral mantiene sin modificar el Estatuto de los Trabajadores (que prohíbe expresamente que el padre pueda acceder, siquiera por transferencia expresa de la madre, a la suspensión y prestación de maternidad correspondiente). Bien puede darse el caso de que, por razones sanitarias, la madre no pueda hacerse cargo del cuidado del hijo. El hecho de que la Ley haya mantenido esta situación normativa es un claro indicio de que el cuidado del hijo se sigue contemplando como una responsabilidad única de la mujer. Así las cosas, la Ley 39/1999 mantiene la titularidad materna de la prestación y deja intacto en artículo 48.4 del Estatuto Trabajadores y expresa, primero, que la suspensión por
116
maternidad, si viene el caso, se distribuirá entre el padre y la madre sólo “a opción de la interesada” (es decir, si la madre quiere), y segundo, que tal permiso se puede transferir al padre por opción expresa de la madre, pero siempre en el momento de iniciarse la prestación y sólo bajo la circunstancia de que “ambos trabajen”.
vi La Ley 39/1999 plantea la flexibilidad en el reparto de tareas entre los progenitores en la prestación por maternidad. Ahora bien, en el requerimiento de que ambos trabajen, la norma olvida que bien puede darse el caso de que haya hombres dedicados en exclusiva a las tareas domésticas. La norma es discriminatoria con los hombres al impedirles tener acceso a la suspensión por maternidad y a la prestación correspondiente siquiera cuando la madre no tenga actividad retribuida o se encuentre en situación de desempleo.
119
El debate parlamentario sobre conciliación familiar
y laboral en España: análisis de una década de
iniciativas.
Resumen Este estudio realiza un análisis de la presencia del problema de la conciliación familiar
y laboral en la agenda parlamentaria del Congreso de los Diputados en la VI, VII y VIII legislatura (1996-2008). Después de recopilar y contabilizar todas las iniciativas con menciones al tema, se narra la historia política de la cuestión. A continuación, y para valorar su importancia relativa, por meses, años y legislaturas, se computa la razón entre las iniciativas con menciones al conflicto familiar y laboral y el resto. Además, y con el fin de determinar los promotores del tema, se calcular la probabilidad de haberlo mencionado siendo diputado o diputada y siendo gobierno u oposición (odds ratio [OR] intervalo de confianza [IC] del 95% y significación estadística [método Mantel-Haenszel]). Se concluye que en España, en la VI y VII legislatura, se genera tímidamente un ciclo de atención política sobre el conflicto familiar y laboral y su solución (la conciliación), que se re enfoca totalmente en la VIII hacia “la conciliación para la igualdad” (momento de más visibilidad parlamentaria del tema). A partir del 2008, el interés parlamentario decae.
Abstract
This study describes the formulation and decision-making process related to the Spanish Parliament on work and family balance. In order to do so, all parliamentary initiatives of Deputies on this issue in VI, VII and VIII Legislature (1996-2008) are content analized. After reporting the treatment of the subject, the ratio of work and family balance initiatives and on other issues is calculated for months, years and legislatures. The probability to impel reconciliation initiatives, as belonging to of the government or opposition, is calculated (odds ratio [OR] confidence interval [CI] 95% and statistically significant [Mantel-Haenszel method)]. So it is done related to gender (woman or men). We conclude that in Spain, in the sixth and seventh legislature, a cycle of political attention on work and family balance began. This cycle reframes balance to balance for equity, during eight legislature. However, from 2008, and issue falls short of “responsibility” and without setting congressionally speaking.
121
1. Introducción
La elaboración de iniciativas parlamentarias es la expresión más genuina
de la formulación de políticas. Por esta razón, el estudio de las propuestas y
disertaciones sostenidas en el Parlamento ayuda a explicar la definición de un
tema ante la sociedad, las dimensiones preferentes que se han querido
solucionar y los medios de los que, para ello, se ha dispuesto. El interés del
debate parlamentario está, como afirma Feliu-Albaladejo (2011), en primer
lugar, en “el progreso de las ideas desde el momento de su introducción hasta
que se confirma la política” (Renton y Macintosh, 2007: 2), o la policy memory
y, en segundo lugar, en la observación del comportamiento de los actores que
condicionan el resultado de la acción. El estudio empírico de los discursos
parlamentarios facilita la comprensión de la construcción de los problemas
sociales y permite la evaluación del comportamiento deliberativo del legislador
(Feliu-Albaladejo, 2011: 1). Para abordarlo, se pueden hacer aproximaciones
más constructivistas, y/o más cuantitativas.
Resulta de gran atractivo indagar sobre las concepciones (latentes) que
encierran algunos conceptos y categorías (manifiestas) en los textos
parlamentarios y estudiar las repercusiones que estas suposiciones conllevan.
También, y sirviéndonos de análisis de contenido cuantitativo, es valioso
entender cuándo, y cómo, un hecho políticamente irrelevante se convierte en
un momento dado en una cuestión de interés legislativo.
Al primer respecto, la construcción social del problema de la conciliación
laboral y familiar que nos ocupa, ya ha sido parcialmente analizada. Así, entre
2003 y 2006, el grupo MAGEEQ trabajó los encuadres de la “igualdad de
género” en diversos discursos (Lombardo y Meier, 2006; Bustelo y Lombardo,
2007). Además de concluir su variabilidad entre textos (leyes, Planes,
preguntas…) y países (España, Grecia, Austria, Holanda, Hungría y Eslovenia),
el equipo detectó en España, desde finales del siglo pasado, un proceso
122
emergente de formulación política (ausente en la mayor parte de países de la
UE) que enmarcaba la conciliación familiar y laboral en el contexto de la
igualdad. La evolución del interés político y parlamentario por esta cuestión no
se rastreó, sin embargo, cuantitativamente. Así, pese a que la
“parlamentometría” se viene utilizando para revisar sistemáticamente la toma
de decisiones políticas en cuestiones relacionadas con el género -violencia
machista (Vives-Cases et al., 2006), interrupción voluntaria del embarazo
(Cambronero-Saiz et al., 2007) o la inmigración (Agudelo-Suarez et al, 2009)-
no existen hasta la fecha estudios centrados en la evolución en el Congreso del
tratamiento del conflicto-conciliación trabajo familia.
Teniendo en cuenta las oportunidades que ofrece el contexto del
Congreso de los Diputados, el objetivo de este trabajo es el de observar la
presencia de la conciliación familiar y laboral como tema de agenda
parlamentaria durante las tres legislaturas de mayor prodigalidad legislativa
sobre la cuestión: la VI, VII y la VIII.
De manera más concreta se pretende,
1) Computar la frecuencia relativa y la evolución de la aparición del
asunto en los textos del Congreso de los Diputados para
valorar su importancia,
2) Reconstruir el relato político de la conciliación;
3) Delimitar los promotores y algunas características del discurso
parlamentario sobre el tema.
La finalidad del trabajo es ayudar a comprender mejor cuándo, cómo y
de la mano de quién, la conciliación familiar y laboral ha cobrado relevancia
política en España.
123
2. Métodos
Para acometer nuestros objetivos, se han recopilado todas las iniciativas
parlamentarias en las que han aparecido los términos conciliación/conflicto de
la vida familiar y laboral en la VI, VII y VIII legislatura, esto es, desde marzo
1996 hasta abril de 2008. Además, se han recogido todas las iniciativas de
estos 12 años. Para ello, se ha consultado la página web del Congreso de los
Diputados, que constituye una base de datos útil para el análisis de políticas
públicas, por su capacidad de aglutinar información de interés para la
realización de estudios retrospectivos (cuenta con datos desde el período
constitucional establecido tras la dictadura franquista), de fácil acceso,
transparente y aceptablemente actualizada4.
Se han calculado las tasas computando la razón entre las iniciativas que
mencionan el conflicto/la conciliación y el total de iniciativas por meses, años y
por Legislaturas: VI Legislatura (marzo 1996-abril 2000), VII Legislatura (abril
2000-abril 2004) y VIII Legislatura (abril 2004-abril 2008).
Una vez acopiados los documentos con las menciones, se han
codificado de acuerdo a un protocolo que recoge información sobre las
coordenadas del texto (año, mes y legislatura de publicación, Órgano
parlamentario donde tiene lugar la sesión, comisión encargada tipo de
iniciativa), sobre las voces que la han promovido (autor/a, partido político,
sexo…) y sobre la definición del conflicto o la conciliación laboral y familiar que
hace. Con base en este protocolo se ha realizado un estudio descriptivo
basado en frecuencias absolutas y relativas de las variables.
Para determinar las probabilidades que han tenido los hombres frente a
las mujeres, el gobierno frente a la oposición y unos partidos sobre otros de
mencionar el tema en la esfera parlamentaria se han calculado las odds ratio
(OR), sus intervalos de confianza (IC) del 95% y los valores de significación
4http://www.congreso.es
124
estadística (método de Mantel-Haenszel). Los mismos cálculos se han
realizado para establecer las posibilidades que un partido u otro o un sexo u
otro han tenido de tratar determinadas dimensiones específicas del tema. En
todos los casos cálculos mencionados se utilizó el paquete estadístico SPSS-
11.5.
3. Resultados
En los 145 meses explorados se produjeron 319.312 iniciativas
parlamentarias, de las que 149 fueron específicas de conciliación familiar y
laboral.
3.1. La frecuencia relativa de la aparición de este tema en la agenda parlamentaria
En número absoluto de intervenciones la presencia de la conciliación en
la agenda parlamentaria resulta muy irregular hasta el año 2000, pese a la
entrada en vigor de la Ley en el 1999. La explicación posible es la urgencia del
Gobierno español por sacar esta norma, sin un gran debate parlamentario
previo. La obligada transposición al ordenamiento jurídico español de dos
directivas europeas5, la primera sobre salud y seguridad en el trabajo de la
mujer embarazada, que haya dado a luz o en periodo de lactancia; la segunda
sobre el permiso parental, que estable el disfrute indistinto entre hombres y
mujeres de los permisos parentales hace que la Ley de conciliación se
presente abruptamente.
De hecho, no es hasta 2001 cuando las intervenciones sobre el conflicto
y la conciliación familiar y laboral comienzan a aumentar, a partir de 7, hasta
septuplicarse en 2006 (cuando alcanza la cota máxima de 55 iniciativas).
Desde ese momento empiezan a descender hasta casi desaparecer en el
primer trimestre de 2008 (ver Gráfico 1). Los picos máximos absolutos por
meses se producen en febrero y junio de 2006 (20 y 11 iniciativas
respectivamente).
5 Directivas del Consejo 92/85/CEE, de 19 de octubre y 96/34/CE, del Consejo de 3 de junio.
Ley de conciliación 39/1999, BOE nº 266. Sábado 6 de noviembre de 1999.
125
Gráfico 1.
Tasa de iniciativas sobre conciliación. Por meses
Mar
zo 2
008
Nov
iem
bre
2007
Julio
200
7
Mar
zo 2
007
Nov
iem
bre
2006
Julio
200
6
Mar
zo 2
006
Nov
iem
bre
2005
Julio
200
5
Mar
zo 2
005
Nov
iem
bre
2004
Julio
200
4
Mar
zo 2
004
Nov
iem
bre
2003
Julio
200
3
Mar
zo 2
003
Nov
iem
bre
2002
Julio
200
2
Mar
zo 2
002
Nov
iem
bre
2001
Julio
200
1
Mar
zo 2
001
Nov
iem
bre
2000
Julio
200
0
Mar
zo 2
000
Nov
iem
bre
99
Julio
99
Mar
zo 9
9
Nov
iem
bre
98
Julio
98
Mar
zo 9
8
Nov
iem
bre
97
Julio
97
Mar
zo 9
7
Nov
iem
bre
96
Julio
96
Mar
zo 9
6
Inic
iativ
as p
or m
es20
,00
15,0
010
,00
5,00
0,00
Fuente: elaboración propia a partir del Congreso de los Diputados.
Observando las tasas, o la presencia relativa del tema por legislatura, es
en la VIII (gobernada por el PSOE) cuando la conciliación acapara el interés
parlamentario con más fuerza, alcanzando un máximo de 0,68 iniciativas por
cada 1000. (Ver gráfico)
126
Gráfico 2.
Tasa de iniciativas sobre conciliación por legislatura (VI, VII y VIII)
LegislaturaOctavaS ptimaSexta
Tas
as In
icia
tivas
Con
cilia
ci—
n/In
icia
tivas
Tot
al*1
000
0,70
0,60
0,50
0,40
0,30
0,20
0,10
Fuente: Elaboración propia a partir del Congreso de los Diputados.
Por años, en la primera década se observa una tendencia creciente que
alcanza su cima en 2006 -con una tasa de 1,02 por 1000-, y que empieza a
caer en picado en 2007, cerrando un ciclo de interés parlamentario (ver
Gráfico3).
127
Gráfico 3. Tasa de iniciativas sobre conciliación por años
A–o20082007200620052004200320022001200099989796
Tas
a In
icia
tivas
Con
cilia
ci—
n/In
icia
tivas
Tot
al*1
000
1,20
1,00
0,80
0,60
0,40
0,20
0,00
Fuente: elaboración propia a partir del Congreso de los Diputados.
En cuanto a las tasas por meses destaca la presencia del tema en abril
de 2004 (10,6 por 1000), que supone el pico máximo y es el momento en el
que con poca actividad parlamentaria, se proponen varias modificaciones a la
Ley de conciliación a cuenta del permiso de paternidad; y el año 2006, en
general y en especial febrero: 3,77 por 1000, abril: 1,29 por 1000, mayo: 1,44
por 1000 y junio: 2,09 por 1000, que son los meses de 2006 en los que
comparecen los expertos en comisión (ver Gráfico 4).
128
Gráfico 4. Presencia del tema por meses. VI, VII, VIII legislatura
Fuente: elaboración propia a partir del Congreso de los Diputados.
3.1. Relato del debate político sobre la conciliación
El discurso parlamentario sobre la conciliación familiar y laboral se inicia
en la sexta legislatura, con el PP al frente, a partir de preguntas sueltas al
Gobierno sobre la financiación de programas para promover la conciliación a
través de la atención primaria en distintas autonomías y provincias. En febrero
de 99 se presentan las líneas básicas del Anteproyecto de Ley de conciliación
de la vida familiar y laboral, preparado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales, que es aprobado como proyecto de Ley en mayo del 1999. Este
anteproyecto, como se puede observar en la gráfica, no acapara demasiada
atención de sus señorías.
Tas
a de
inic
iativ
as c
onci
liaci
—n/
inic
iativ
as to
tal*
1000
12,00
10,00
8,00
6,00
4,00
2,00
0,00
mesrecodificado
Nov
iem
bre
2007
Julio
200
7
Mar
zo 2
007
Nov
iem
bre
2006
Julio
200
6
Mar
zo 2
006
Nov
iem
bre
2005
Julio
200
5
Mar
zo 2
005
Nov
iem
bre
2004
Julio
200
4
Mar
zo 2
004
Nov
iem
bre
2003
Julio
200
3
Mar
zo 2
003
Nov
iem
bre
2002
Julio
200
2
Mar
zo 2
002
Nov
iem
bre
2001
Julio
200
1
Mar
zo 2
001
Nov
iem
bre
2000
Julio
200
0
Mar
zo 2
000
Nov
iem
bre
99
Julio
99
Mar
zo 9
9
Nov
iem
bre
98
Julio
98
Mar
zo 9
8
Nov
iem
bre
97
Julio
97
Mar
zo 9
7
Nov
iem
bre
96
Julio
96
Mar
zo 9
6
129
La séptima legislatura mantiene la estela de la discusión política sobre el
tema de manos del Gobierno, que, en junio de 2000, hace una Proposición no
de Ley relativa a la incorporación en los trabajos del principio de igualdad de
derechos y oportunidades, así como del derecho a la conciliación, para la
adaptación de la normativa europea. Seis meses después, plantea otra
Proposición relativa a la convocatoria de una Conferencia Sectorial
monográfica sobre conciliación de la vida familiar y laboral para promover un
Programa Nacional de guarderías y escuelas infantiles, en colaboración con las
Comunidades Autónomas, programa que se aprueba. En el ejercicio de su
labor de control en esta legislatura, el PSOE pregunta reiteradamente por los
permisos por maternidad y cuidado de hijos en aplicación de la Ley de
conciliación de la vida familiar y laboral y por la valoración de esta normativa. Y
entre junio y noviembre de 2001, insatisfechos con la adaptación final que se
ha hecho de las directivas europeas, el grupo socialista y el grupo mixto hacen
sendas proposiciones para la introducción de los permisos de paternidad en los
supuestos de parto y para la ampliación de derechos. Ambas son rechazadas.
El año 2002 se inicia con preguntas del control al Gobierno sobre los
“efectos” de la Ley de conciliación: en concreto sobre las incorporaciones de
mujeres al mundo laboral realizadas desde su entrada en vigor. También
preocupan los desarrollos reglamentarios de la Ley 39/1999 y los permisos que
pueden solicitar la ciudadanía española para lograr la conciliación de la vida
familiar y laboral. El debate parlamentario de dos propuestas de Ley, la primera
del partido socialista sobre los derechos para conciliarla vida familiar y
profesional de los trabajadores y trabajadoras, y la segunda del grupo catalán
propuesta para la legislación de la licencia de paternidad en caso de parto,
adopción o el cuidado de crianza acaparan también la atención de los
diputados (13 de mayo 2003).
Pero sobre todo es importante que en la séptima legislatura la Mesa del
Congreso de los Diputados, en su reunión de 1 de junio de 2004, acuerda
admitir a trámite y remitir a la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales la
130
solicitud del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, relativa a la creación
de una Subcomisión para la emisión de un informe que analice la ordenación y
adecuación del tiempo de trabajo, la flexibilidad horaria y de la jornada, así
como de las posibilidades de adecuación del horario laboral a la conciliación de
la vida laboral y profesional (BOCG D-29, de 4-06-04). Entre otras cuestiones
se establece que la Subcomisión puede recabar la comparecencia de
miembros de las Administraciones Públicas, así como la de autoridades,
funcionarios públicos, interlocutores sociales, y cuantas personas y
organizaciones resulten competentes en la materia. El plazo para la conclusión
del trabajo se establece hasta el 31 de octubre de 2006.
Pues bien entre el 23 de noviembre de 2005 y el 31 de octubre de ese
año (ver Tabla 1), en la octava legislatura ya con el Partido Socialista en el
Gobierno, se producen las comparecencias de distintos expertos, sobre la
adecuación de los horarios, que dan cuenta del interés por el tema en el debate
parlamentario.
Tabla 1.Comparecencias de expertos sobre la adecuación de horarios Congreso de los diputados.
TABLA DE COMPARECENCIAS
Ignacio Buqueres Bach; presidente de la Asociación para la Adaptación Horaria de los Españoles en Europa.
Gloria Llatzer Gaya; socia directora de la empresa Optimiza.
María de los Ángeles Durán Heras; catedrática de Sociología y profesora de investigación en el CSIC.
Claudio Boada Pallarés; presidente del Círculo de Empresarios.
Elizabeth Villagómez Morales y de doña Enma Oteo Antuñano: redactoras del Informe encargado por la Comisión Europea “Los sistemas de seguridad social en la UE y su impacto en la reconciliación de vida familiar y vida laboral”.
José María Bosch Veciana; asesor laboral de CECOT.
Nuria Chinchilla Albiol; directora de Familia y Trabajo de IESE.
Ignacio Álvarez de Mon Pan de Soraluce; profesor de Comportamiento Organizacional, comparecencia acordada por la Subcomisión para la emisión de un informe que analice la ordenación y adecuación del tiempo de trabajo, la flexibilidad horaria.
Roberto Martínez Fernández; director de Área de la Fundación Mas Familia.
Carmen Bravo Sueskun; secretaria Confederal de la Secretaria de la Mujer de Comisiones Obreras (CCOO).
Consuelo Chacartegui Jávega; profesora titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad
131
Social de la Universidad Pompeu Fabra.
Johanna Lammi-Taskula; experta en conciliación de Stakes (Instituto de investigación estatal de Finlandia).
Juan Iranzo Martín; director general del Instituto de Estudios Económicos y Catedrático de Economía Aplicada.
Almudena Fontecha López; secretaria confederal para la igualdad de la Unión General de Trabajadores (UGT).
Cecilia Castaño Collado; catedrática de Economía Aplicada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
Amparo Moraleda Martínez; directora de la empresa IBM en Madrid.
Marisa Soleto Ávila; presidenta de la Fundación Mujeres.
Carlos Domenech de Aspe; director territorial de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social en Galicia.
Carles Barba Boada; vicepresidente de la Fundació Catalana de l'Esplai.
Ana María Llopis Rivas; miembro de la Comisión de Buen Gobierno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Enriqueta Chicano Jávega; presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas.
Inmaculada Álvarez Morillas; presidenta de la Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid.
Pilar Gómez-Acebo Avedillo y de doña Eva Levy Bensadon; presidenta de honor y presidenta, respectivamente, de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE).
María del Mar Serna Calvo; directora general de Relaciones Laborales de la Generalitat de Cataluña.
Concejala de los Nuevos Usos Sociales del Tiempo en la Ciudad del Ayuntamiento de Barcelona.
Consejera de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía.
Directora del Instituto Balear de la Mujer.
Consejero de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid.
Ángel Expósito Mora; director general de Europa Press.
Beatriz Serrano Blázquez; presidenta del Sector Nacional de Administración Central y Seguridad Social de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-CSIF).
Constanza Tobío Soler; catedrática de Sociología de la Universidad Carlos III de Madrid.
Consuelo Álvarez de Toledo Saavedra; periodista.
María Jesús Prieto Laffargue; vicepresidenta de la Federación Mundial de Organizaciones de Ingenieros (FMOI).
Fuente: elaboración propia a partid del Congreso de los Diputados.
A lo largo de las comparecencias treinta y siete expertos y expertas de
distinto ámbito se ponen de manifiesto nociones en disputa sobre el tiempo “de
trabajo, personal y familiar” y sobre “flexibilidad” y “conciliación”. Las
132
discusiones son extensas y los temas abordados desbordan el inicial
propuesto, la regulación de horarios, para terminar debatiendo cuestiones
relacionadas con la igualdad de oportunidades. Las conclusiones de la
subcomisión son publicadas en 20076 y en ellas el grupo de trabajo expresa
que la conciliación de la vida personal, familiar y laboral no puede producirse
hasta que tenga lugar un profundo cambio social que tiene que ver con la
erradicación de la mentalidad de la «ayuda», en detrimento de la mentalidad de
la «corresponsabilidad». Esta declaración es importante porque implica el inicio
de un giro en el planteamiento del tema. No obstante, el documento finaliza con
la petición al Gobierno de que presente un Plan de medidas destinadas a
facilitar la conciliación de la vida personal, familiar y laboral ante el Congreso
de los Diputados y con la recomendación de que estas mediadas no pueden
aplicarse desde una perspectiva neutra, porque afectan fundamentalmente a
las mujeres.
Al margen de la discusión sobre la adecuación de horarios en este
subcomisión, otras cuestiones que acaparan la atención de los diputados y
diputadas son: el control de la aplicación del Plan Concilia (aprobado y
publicado en el BOE del 16 de diciembre de 2005, vigente desde 1 de enero de
2006) por parte de la oposición (desde octubre de 2006 y 2007); así como los
convenios suscritos entre el Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales con
distintas CC.AA, para la conciliación a raíz de la aprobación de la Ley de
igualdad. Se inquiere también por los presupuestos ejecutados para la
conciliación.
3.2. Las intervenciones parlamentarias sobre conciliación
El 57% de las intervenciones parlamentarias sobre conciliación familiar y
laboral, durante los años estudiados corresponde a la función de control7, el
33,6% a la orientación política y el 9,4% pertenecen a la función legislativa.
6http://www.congreso.es/public_oficiales/L8/CONG/BOCG/D/D_539.PDF, consultado el
9/8/2011 7Muchas menos que en caso de la inmigración (94%) y en el caso de violencia de género (93%).
133
Los datos se relacionan con el hecho de que el 51,7% de las menciones
se hayan realizado en preguntas escritas dirigidas al Gobierno vigente en cada
caso y el 4,7% preguntas orales al Gobierno en Pleno (2,7%) o en Comisión
(2%). En segundo lugar, pero con una diferencia porcentual importante, se
solicitaron comparecencias en Comisión (24,2%), bien de otras personalidades
(19,5%) o de autoridades y funcionarios (4,7%). Las proposiciones de ley (6%),
y de las no de ley, ante el Pleno o Comisión, fueron el siguiente tipo de
iniciativas (ver Tabla 2). Apenas hubo solicitudes de informes y
comparecencias del Gobierno.
Tabla 2.Tipos de iniciativa. Congreso de los Diputados. Años 1996-2008
FRECUENCIA PORCENTAJE
Válidos
Proposición de ley ante el Pleno. 1 0,7
Comparecencia del Gobierno en Comisión 1 0,7
Proyecto de ley 1 0,7
Proposición de ley del Senado. 1 0,7
Pregunta oral al Gobierno en Comisión 1 0,7
Proposición de ley de Comunidades Autónomas 2 1,3
Solicitud de informe a la Administración del Estado (formuladas por Diputados)
2 1,3
Comisiones, subcomisiones y ponencias 2 1,3
Pregunta oral en Pleno. 3 2
Pregunta oral al Gobierno en Comisión 3 2
Proposición no de ley ante el Pleno 5 3,4
Proposición no de ley en Comisión 5 3,4
Comparecencia de autoridades y funcionarios en Comisión
7 4,7
134
Proposición de ley de Grupos Parlamentarios del Congreso
9 6
Comparecencias de otras personalidades en Comisión
29 19,5
Pregunta al Gobierno con respuesta escrita. 77 51,7
Fuente: elaboración propia a partir del Congreso de los Diputados.
Dado que muchas de las menciones a la conciliación fueron en
preguntas escritas al Gobierno, las iniciativas no se tramitaron en sesiones
parlamentarias (51,7%). De las que sí se tramitaron, el 13,4%8 pasó por Pleno
y el 33,6% en Comisión. Entre las iniciativas debatidas en Comisión, la mayoría
se discutieron en la de Trabajo y Asuntos Sociales (n = 40); 6 en la Comisión
Mixta de Derechos de la Mujer; 2 en la Comisión de Política Social y Empleo y
1 en la Comisión de Justicia y otra en la de Defensa.
Muchas de las intervenciones en las que se mencionó la conciliación no
llevaron a una toma de decisiones con impacto en las políticas (96,3%). La
mayoría fueron tramitadas sin acuerdo o decisión (76,5%) o caducaron (8%).
3.3. I. Promotores y promotoras de las intervenciones parlamentarias sobre conciliación
En un 35% de las ocasiones las intervenciones fueron promovidas por
diputadas y senadoras9, frente a un 22 % originadas por hombres y un 42%
en las que no se pudo identificar el sexo del autor. Pese a la mayor presencia
global femenina, sólo en la VII legislatura hubo más probabilidad de plantear el
tema siendo mujer, (OR = 1,6; IC del 95%, 1-2,5). Sin embargo, se observó que
en la realización de la función de control –iniciativa parlamentaria más
frecuente–, los hombres tuvieron una probabilidad mayor de hacer preguntas
sobre el tema (OR = 11,6; IC del 95%, 2,8-46).
8Frente al 33% de violencia y el 86% de inmigración 9Frente al 60% en el caso de violencia
135
Tabla 3.Sexo del autor de las iniciativas. Años 1996-2008
FRECUENCIA PORCENTAJE
Válidos Hombre 33 22,1
Mujer 53 35,6
NP 63 42,3
Total 149 100 Fuente: elaboración propia a partir del Congreso de los Diputados.
El grupo parlamentario popular presentó la mayoría de intervenciones
(40%) seguido de la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales (22%) y del grupo
socialista (19,5%). Izquierda Unida aparece en cuarto lugar (7,4%), seguido de
Ezquerra Republicana (2,7%) y del grupo catalán (2%). De hecho, la
conciliación ha sido un tema más vinculado al grupo popular que al socialista.
La probabilidad de realizar iniciativas desde la formación que estaba en el
Gobierno fue cuatro veces mayor en el caso de la sexta legislatura (OR = 4,6;
IC del 95%, 1,2-10,5) y casi tres veces mayor en la séptima (OR = 2,8; IC del
95%, 1,3-6,3), mientras que en la octava, la probabilidad revierte, y es
ligeramente mayor en la oposición (OR = 1,3; IC del 95%, 1,8-1,6). Esta idea se
corrobora al hacer los odds ratio entre la función parlamentaria y el partido
político: hay una relación entre pertenecer al Partido Popular y ejercer la
función de control (OR = 3,8; IC del 95%, 2,1-6,9) y legislativa, mientras la labor
del PSOE en el tema de conciliación ha sido únicamente de control (OR = 6,5;
IC del 95%, 2-20)
3.4. II. Temas
Finalmente, en cuanto a los aspectos de la conciliación tratados en las
iniciativas parlamentarias del Congreso, quitadas las cuestiones varias y sobre
aspectos puntuales (como por ejemplo la investigación sobre los informes
relativos a la conciliación en la Guardia Civil –agrupado todo bajo otros-), el
punto más importante y que aparece es el de la regulación de los horarios
(28% iniciativas), en segundo lugar, las transferencia económica y la creación
de diversos servicios públicos (10,7% respectivamente) y, finalmente, la
petición de estadísticas y datos (ver Tabla 4).
136
Tabla 4.Temas más importantes tratados en las iniciativas. Años 1996-2008
FRECUENCIA PORCENTAJE
Válidos Transferencia Económica 16 10,7
Horarios 42 28,2
Servicios públicos 16 10,7
Estadísticas/datos 13 8,7
Otros 62 41,6
Total 149 100
Fuente: elaboración propia a partir del Congreso de los Diputados.
En este sentido, hay una diferencia significativa entre el enfoque dado al
tema por el PP (centrado en un 27% en la transferencia económica) y el dado
por el PSOE (más ubicado en la creación de servicios públicos, 34,5%).
Tabla 5.Contingencia autor/tema. Años 1996-2008
TEMA TOTAL
Transferencia económica
Horarios Servicios públicos
Estadísticas/datos Otros Transferencia económica
Autor PSOE Recuento 0 2 10 7 10 29 % dentro
de autor 0 6,9 34,5 24,1 34,5
PP Recuento 16 3 4 3 35 61 % dentro
de autor 26,2 4,9 6,6 4,9 57,4
TOTAL Recuento 16 5 14 10 45 90 Fuente: elaboración propia a partir del Congreso de los Diputados.
Los porcentajes y los totales se basan en los encuestados.a Agrupación de dicotomías.
Tabulado el valor 1.
Por otra parte, también se aprecian diferencias estadísticamente
significativas en el tratamiento de distintos aspectos de la conciliación en virtud
el sexo (X2: 39,4; p<000). Así, los hombres concentran más porcentaje de
intervenciones sobre horarios, mientras que las mujeres han diversificado su
interés por las estadísticas, la transferencia económica y la creación de
servicios públicos.
137
1. Discusión
La conciliación familiar y laboral entra en la agenda parlamentaria
española en 1999, ante la necesidad de aprobación de una Ley para la
adaptación de la normativa Europea bajo pena de sanción. La irrupción del
tema en nuestro país es, políticamente hablando, un tanto abrupta. Europa
impone regular un asunto casi ignoto en España, presente sin embargo, con
fuerza, en la agenda internacional desde el 95, cuando la Conferencia de Pekín
plantea la necesidad de dar respuesta a un “problema social en desarrollo”. La
conciliación de los trabajadores se define desde las instancias supranacionales
como un obstáculo para la igualdad, entendida ésta en el terreno de la
incorporación plena al mercado (Campillo, 2010). Y es en estos términos en los
que la Ley 39/1999 pretende dar una solución.
Así, en la VI legislatura, el Gobierno del PP se ve obligado a introducir
nuevos permisos parentales y a modificar la legislación laboral, sin un debate
previo que genere la fecundidad de ideas para tener fuerza política. Ante un
escenario en el que la importancia de la cuestión no está asimilada todavía por
la opinión pública ni, probablemente, por la mayoría política, no sorprende la
lentitud de las iniciativas parlamentarias.
Una década después, cuando acaba el periodo analizado (marzo de
2008), España presenta un marco jurídico, si no puntero, si prolífico sobre este
tema. Como muestran los datos, no es hasta 2001, cuando se recoge el efecto
de la incorporación en campaña electoral de la importancia de los programas
de conciliación laboral y familiar, cuando el tema empieza a cobrar fuerza.
La construcción parlamentaria del asunto se inicia por el grupo Popular
(con un 40% de las iniciativas), pero despega en el marco social creado por el
PSOE cuando experimenta una evolución cualitativa. La conciliación nace,
impelida por Europa, como un “artefacto” político para la aceleración de la
incorporación de la mujer a un mercado de trabajo cada vez más ávido de
mano de obra flexible (da cuenta de ello su tratamiento habitual la Comisión de
138
Trabajo y puntual en la de Igualdad). Así, las normas, promueven medidas
para compatibilizar el trabajo productivo y reproductivo de las mujeres. El
hecho de que también los datos de incorporación de las mujeres el mercado
laboral acaparen las preguntas del control a los Gobierno refuerza la tesis de
que, pese a ser presentadas como “conciliación”, muchas acciones de corte
laboral son persecutorias del pleno empleo (no de la erradicación del conflicto).
Esta perspectiva inicial se matiza a finales de 2005, en la VIII Legislatura
(entre 2004 y 2008) cuando el tema se vincula a la igualdad de oportunidades,
y no sólo laborales, entre sexos. En el escenario de la “normalización” pública
de este concepto, a partir de la visión de los expertos, se empiezan a repensar
los usos del tiempo (público, doméstico y personal) y las cargas del trabajo. Se
aborda así la necesidad de iniciar políticas sobre lo que históricamente estaba
relegado al ámbito de lo privado (organización doméstica del cuidado y de la
reproducción), como ejemplifica el auge del término “corresponsabilidad” o la
ulterior promulgación de la Ley de Dependencia. En cualquier caso,
parlamentariamente hablando, la conciliación se sigue vinculando con el
empoderamiento para el trabajo y no con la salud mental y el bienestar de la
ciudadanía.
Es en el marco de la igualdad entre sexos, en el que se integra este
tema a partir del Gobierno del PSOE. No obstante, si comparamos analizamos
los debates sostenidos sobre otras cuestiones -como la violencia machista o la
inmigración-, se pone de manifiesto que el asunto es mucho menos polémico
(el porcentaje de intervenciones de control es menor) y mucho menos
impulsado por las mujeres diputadas que los anteriores.
Con la perspectiva de más de una década, se observa, por una parte,
que el tema, con un gran eco mediático (Martín Llaguno, 2011) ha tenido una
importancia parlamentaria (12 iniciativas por año) muy inferior a otras
cuestiones objeto de políticas públicas como la inmigración (51 iniciativas por
año) o la violencia machista (22 iniciativas por año). Por otro lado, se detectan
139
diferencias de planteamientos entre formaciones. El Partido Popular (que
presenta el 40% de las iniciativas) habla reiteradamente de la transferencia de
recursos a las familias y de la regulación y flexibilización de los horarios
laborales (visión con la que, por sexo, parecen coincidir los hombres). Por su
parte, el PSOE, con un discurso en el que el concepto de la conciliación está
mucho menos presente, centra más su enfoque parlamentario en la
instauración de distintos servicios públicos para las tareas de cuidado.
Las discrepancias retóricas se plasman en las decisiones políticas. De la
mano del PP se promulga La Ley de conciliación vida familiar y laboral, que
propone la provisión de medidas de flexibilidad en el mundo del trabajo y los
incentivos por nacimiento de hijos, dirigidas mayoritariamente a las féminas. De la
mano del PSOE, La Ley para la promoción de la autonomía personal y atención a
las personas en situación de dependencia”, en 2006, que pretende
corresponsabilizar al estado de las tareas de cuidado de algunos ciudadanos,
(aunque su puesta en marcha ha sido criticada por fomentar la “prestación
económica para cuidados en el entorno familiar” frente a la inversión en servicios
de cuidado). Finalmente, y también bajo el mandato de este partido, se promulga
Ley Orgánica 3/2007, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que
empieza a reconocer “el papel masculino dentro de la conciliación y su obvia
importancia dentro de la familia” (Chinchilla y León 2011: 51) y la Ley 9/2009, de
6 de octubre, que amplía el permiso de paternidad.
A la luz de los datos y de la revisión del ciclo de interés política por el
problema, no es arriesgado afirmar que, en cierta medida, a finales de la VIII
legislatura y con el cambio de enfoque, el concepto de “conciliación” quedaba
herido de muerte, al haberse incorporado otros vocablos, como
corresponsabilidad, o haber sido eclipsado por otros temas relacionados con el
género como la violencia.
En un contexto económico y laboral internacional y nacional
completamente distinto al de 2008, cabe ahora volverse a plantear hasta qué
140
punto el concepto, el debate y las políticas (inicialmente ideadas para la
incorporación plena de la mujer al mercado laboral) van a ser,
parlamentariamente hablando, reconsiderados.
141
2. Referencias
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142
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145
La cobertura periodística de la conciliación familiar y laboral en el contexto español (1996-2008)
Resumen El estudio presente explora el tratamiento periodístico del conflicto/balance familiar y
laboral en España desde 1996 hasta 2008 (VI, VII y casi la totalidad de la VIII legislatura parlamentaria) a partir de un análisis de contenido de las 312 noticias publicadas por El País, ABC y El Mundo. El trabajo describe un doble ciclo de noticiabilidad de la conciliación impulsado sobre todo por la Ley de igualdad. Pese a que hay una evolución del enfoque periodístico de la “conciliación” a la “conciliación para la igualdad”, el tema es encuadrado mediáticamente en todos los periodos como una cuestión laboral vinculada al espacio público y a las mujeres. De hecho, el evento que marca la cobertura es la conmemoración del Día de la Mujer trabajadora (y, en menor medida, el Día del Trabajo). Esta fecha fija en el calendario, conocida y prevista ha permitido encadenar acciones políticas vinculadas con este tema. A partir de un análisis factorial se describe una tipología de informaciones y se identifica que la dimensión sindical se hace especialmente presente en la última legislatura y en El País. La cobertura periodística ha podido condicionar la percepción pública del tema y el debate para su solución.
Abstract The present study explores the journalistic treatment of the work and
familyconflict/balance in Spain from 1996 to 2008 (VI, VII and almost the entire parliamentary VIII) from a content analysis of 312 articles published by El Pais, ABC and El Mundo. The paper describes a dual news cycle reconciliation driven mainly by the Equality Act. Although there is an evolution of the journalistic approach of “conciliation” to “reconciliation for equality”, the issue is framed medially in all periods as a workplace issue related to public space and women. In fact, the event marks the commemoration of coverage is the Working Women's Day (and to a lesser extent, the Labor Day). The fixed calendar date, known and predicted political action chaining has linked to this topic. From a factor analysis presents a typology of information and identifies the trade union dimension is especially present in the last parliament and El País The coverage has been conditioning the public perception of the subject and the debate for their solution.
147
1. Introducción
Las principales declaraciones internacionales en materia de conciliación
e igualdad mencionan a los medios de comunicación como herramientas
cruciales para la sensibilización, o toma de conciencia sobre estos temas
(Ministerio de Igualdad, 2008; European Commission, 2000; European
Commission, 2006). Dichas menciones no son baladís. En las sociedades
actuales, la comunicación colectiva tiene la capacidad de visibilizar y fomentar
el conocimiento público de cuestiones que pueden convertirse en problemas
sociales. Pero, además, tiene el poder de definirlas y, en consecuencia, de
impulsar (o no) determinaciones para solventarlas (Martín Llaguno, 2000).
En este sentido, ya en 1972 apuntaba acertadamente Downs que la
historia de los problemas sociales es la historia de su ciclo de atención. Pues
bien, en 2002 se sugería que, en una sociedad dependiente de los medios
(DeFleur y Ball-Rockeach, 1989), la historia de los ciclos de atención ha sido
muchas veces la historia de los ciclos de noticiabilidad (Martín Llaguno, 2002).
De esta manera, en muchas ocasiones han sido los periodistas quienes
han detectado situaciones disfuncionales en su fase de preproblema. A raíz de
una serie dramática de acontecimientos y del consenso de los informadores
sobre la maldad de las circunstancias, la cuestión ha aparecido con
omnipresencia en los medios y la sociedad ha realizado un descubrimiento
alarmante. Se han debatido las iniciativas de mejora y analizado sus costes en
la fase de toma de conciencia de los costes del avance significativo y, a medida
que se ha reflexionado sobre el esfuerzo que exige el poner fin a la situación,
se ha pasado a una fase del decrecimiento gradual del interés. En esta etapa,
por aburrimiento, por miedo o por una combinación de ambos, la atención ha
virado y el público ha acabo desinteresándose por el problema inicial. Al final,
la cuestión ha sido reemplazada por una nueva y ha pasado a situarse en lo
que Downs (1972) ha denominado la etapa del post-problema, en la que, si se
148
han dado unas circunstancias concretas, los medios han podido llevar a cabo
una tarea especial, la función de recuerdo (Martín Llaguno, 2000a, 2000b y
2002) con referencias esporádicas al tema (ver Gráfico 1).
Grafico 1.
Ciclo de atención y ciclo de noticiabilidad en la construcción de problemas sociales
El modelo del ciclo de atención (del primer nivel de la agenda, el de las
menciones al tema) muestra que la intensidad con la que se realiza la
cobertura se relaciona con el grado de relevancia que la sociedad otorga a una
cuestión (Martín Llaguno, 2000; Vives Cases et al., 2005; Martín Llaguno,
2010).
Pero, como afirma Sampedro (1996: 165), “más importante que la
cantidad de información sobre los temas /.../ resultan los argumentos con los
que ciertos temas se introducen en la agenda mediática”. En este sentido, los
trabajos sobre el segundo nivel de la agenda-setting han comprobado que los
medios de comunicación no sólo son capaces de transferir a la población la
importancia relativa de las cuestiones, sino también la importancia relativa de
las valoraciones cognoscitivas y afectivas sobre éstas. De este modo, otras
características de la cobertura (como el ritmo y los enfoques del problema) se
Preproblema Descubrimiento Coste de solucionesPOSTPROBLEMA
Exploración/detección Definición Liderazgo
Ciclo de noticiabilidad
Ciclo de atención pública
¿RECUERDO?
149
relacionan con la definición colectiva del tema. Por mucho que se persiga una
supuesta objetividad, ninguna de las fórmulas que los medios utilizan para
encuadrar un asunto es neutral.
Así, en primer lugar, las noticias presentan unas características
narrativas y formales determinadas, con unos “formatos” que reflejan la
importancia que se le concede a un tema en la agenda mediática. El género, la
dimensión, ubicación en seccionei, y otros “accidentes de las informaciones”
son lo que Tankard et al. (1991:3) denominan los “mecanismos del encuadre”.
Pues bien, estos mecanismos ayudan a conferir más o menos prominencia a
un tema de cara a los lectores (Gresh, 1993).
Tampoco son triviales los “marcos cognitivos” concretos con los que los
medios perfilan un problema (enfoques e información movilizadora que permite
tomar decisiones). Estos esquemas son relevantes porque sirven para
organizar los posteriores discursos. Además, las noticias comunican mucho
más que hechos (McCombs, 1992: 815) y por eso hay que tener en cuenta
también su aspecto afectivo, que se refiere a la respuesta emocional del
público que podría resultar de la cobertura por los medios. Vendría resumida
por los juicios y valores emitidos sobre el tema. Finalmente, la procedencia y la
autoría de la información constituyen elementos importantes en lo pactos del
discurso del lector. Los aspectos mencionados han sido operacionalizados en
algunos trabajos del segundo nivel de la agenda-setting, y han servido como
base en estudios para resumir la cobertura (Ghanem, 1997: 155, Martín
Llaguno, 2002) y describir la tipología de informaciones, que se relaciona con
los marcos de decodificación que utilizamos los receptores.
Pese a la importancia probada que las informaciones mediáticas tienen
en la construcción y reconstrucción de problemas sociales (Ruiz et al., 2004) y
la intuición de que la presencia de la conciliación en los medios ha ido
creciendo (Fernández y Tobío, 2005), a diferencia de lo que ocurre en la esfera
política, no se han realizado hasta la fecha estudios sobre el tratamiento de
esta cuestión. Consideramos que es pertinente revisarla, habida cuenta de la
150
influencia que ha podido tener sobre la percepción y el debate público para su
solución.
En el contexto anterior, el estudio presente explora el tratamiento
periodístico del conflicto/balance familiar y laboral en España desde 1996 hasta
2008 (VI, VII y casi la totalidad de la VIII legislatura parlamentaria) a partir de
un análisis de contenido de informaciones en los diarios escritos. Nuestro
interés general es describir el ciclo de noticiabilidad (cómo ha aflorado, se ha
liderado, se ha planteado su solución y se ha cerrado o no el tema) e identificar
la definición del conflicto hecha por los periódicos. De manera más específica,
Por una parte, se quiere explorar la atención prestada al problema por la
prensa a lo largo del tiempo. Así, se va a presentar:
1) La acumulación global de informaciones, la tendencia y la
estacionalidad de la cobertura y los momentos en los que se han
producido aludes informativos;
2) La constancia, omnipresencia y consonancia entre medios en el
tratamiento del conflicto/balance familiar laboralii.
Por otra parte, se pretende analizar los encuadres periodísticos, o las
definiciones concretas de la conciliación en este periodo (segundo nivel de la
agenda o frames). Así, se va a
1) Describir las características específicas de las noticias sobre
conflicto/balance familiar-laboral presentadas por el conjunto de
los medios;
2) Sintetizar toda la información anterior, con el fin de establecer la
tipología de informaciones sobre el tema, y
3) Una vez identificados los arquetipos de informaciones se valorará
en qué medida han sido presentes en una cabecera u otra y en
qué medida han sufrido una evolucióniii.
151
2. Métodos
Para cumplir los objetivos expuestos anteriormente se ha realizado un
análisis de contenido de las noticias sobre el conflicto/conciliación familiar y
laboral publicadas entre marzo de 1996 y diciembre de 2007, en los 3 diarios
de mayor tirada nacional según la Oficina de Justificación de la Difusión: El
País, ABC y El Mundo. Se han incluido todas las noticias publicadas en la
edición nacional impresa, cuyo titular o contenido compren uno de los
siguientes términos: CONCILIACIÓN; IGUALDAD; CONFLICTO FAMILIAR;
CONFLICTO LABORAL; BALANCE LABORAL. La obtención de las noticias se
ha realizado mediante búsqueda digital en la página web de los periódicos El
País, ABC y El Mundo. En total, se obtuvieron 312 noticias: 136 de El País, 67
de ABC y 109 de El Mundo.
Se ha recogido información, entre otras, sobre las siguientes variables:
presencia del tema, año, mes y legislatura de publicación, morfología de la
noticia (tamaño, personificación, sección, acompañamiento de ilustraciones y
datos, menciones a instituciones y documentos –categorías no excluyentes- y
referencias geográficas), voces (fuente informativa principal -categorías
excluyentes: varón, mujer, colectivos-, ámbito de pertenencia de la fuente
informativa principal –categorías no excluyentes: sanitario, político,
jurídico/judicial, periodístico, y sindical-, protagonista de la información y
paciente de la información), definición del problema (término
conciliación/balance/conflicto, tratamiento del tema –categorías excluyentes:
suceso o tema-; marco principal –categorías no excluyentes-, ámbito de
ubicación del tema problematización, asunción de distribución tradicional de
roles) tipo de medidas mencionadas en las noticias (variables no excluyentes:
permisos maternidad/paternidad, excedencias, flexibilidad horaria, transferencia
económica, servicios públicos) y términos vinculados a conciliación (variables
no excluyentes: igualdad/corresponsabilidad), responsabilidad del tema
(variables no excluyentes)
152
Para la codificación, tal como se hizo en un estudio previo realizado por
los autores (Ruiz et al., 2004), se elaboró un manual para codificadores y se
entrenó a dos varones y a dos mujeres. Se empezó con una muestra de 100
noticias para comprobar el grado de concordancia entre ellos. La concordancia
en la clasificación de las variables estudiadas fue superior al 80%.
Con objeto de analizar la evolución de la cobertura a lo largo del tiempo,
efectuamos un análisis de series temporales, basado en la metodología
tradicional para estos estudios que, fundamentalmente, se basa en
descomponer las series en varias partes: a) tendencia, b) variación estacional o
periódica.
La tendencia es la dirección general de la variable en el periodo de
observación, es decir el cambio a largo plazo de la media de la serie. En
nuestro caso se ha utilizado para observar la dirección de la cobertura en el
tiempo (ascendente o descendente). Para una mejor visualización de los datos
nos hemos servido de la técnica del suavizado de medias móviles, que permite
limar las fluctuaciones de los valores, con la finalidad de dar una interpretación
más compacta de la situación. La media móvil simplemente es una suavización
de la tendencia para un seguimiento más claro. Elimina la pronunciación de los
dientes de sierra
La estacionalidad corresponde a fluctuaciones periódicas de la variable,
en periodos relativamente cortos. Para saber si el tema de la conciliación
familiar y laboral es un problema puntual o cíclico en los medios y para detectar
cuáles son los factores externos que producen o incitan su cobertura hemos
utilizamos este análisis.
Para describir las características específicas de las noticia se realizó
primero un estudio descriptivo sobre la frecuencia de aparición de las distintas
variables del protocolo de codificación. Con el objetivo de resumir información
se efectuaron análisis factoriales o de componentes principales que permitieron
153
obtener los tipos de noticias. Finalmente, cuando se ha querido observar las
relaciones entre variables, además de la prueba del X2 (realizada en las tablas
de contingencia), se han utilizado los análisis de la varianza, o ANOVAS de un
factor además de correlaciones cruzadas, que son las correlaciones entre dos
series temporales. Las correlaciones cruzadas ayudan a identificar las variables
que son indicadores precedentes de otras variables al identificar las
observaciones de una serie se correlacionan con las observaciones de otra
serie para diversos retardos y adelantos. En el caso concreto de este estudio
hemos utilizado esta metodología para identificar las interinfluencias en el
tiempo de unas coberturas sobre otras.
Para la realización de los análisis se utilizó el programa SPSS-11.5.
3. Resultados
3.1. Ciclos informativos del tema, o atención prestada al problema por la prensa a lo largo del tiempo
El conflicto/conciliación familiar y laboral no ha sido ni un tema
dominante ni estable en la prensa a lo largo de los últimos doce años. Durante
los 142 meses comprendidos entre marzo de 1996 y enero de 2008, los diarios
analizados publicaron un total de 312 informaciones lo que supone una media
mensual (en el sumatorio de los tres diarios) de 2 textos informativos (valor de
umbral de la cobertura conjunta). En 46 de los meses analizados no apareció
ninguna información sobre el tema, mientras que en algunos periodos se
produjo hasta una acumulación de 20 textos.
Pese a esta discreción e inestabilidad inicial, lo cierto es que en general,
la presencia del conflicto/conciliación familiar y laboral en las noticias de El
País, El Mundo y ABC entre 1996 y 2008 sí fue creciente, como se puede
observar en el Gráfico 2 (Ver Gráfico2. Tendencia conjunta de noticias sobre
conciliación y conflicto familiar y laboral de El País, ABC y El Mundo a lo largo
de las legislaturas). Así, en la VI legislatura se publicaron 56 noticias sobre el
tema, en la VII, 87, y en la VIII 169 noticias.
154
Gráfico 2. Tendencia conjunta de noticias sobre conciliación y conflicto familiar y laboral
de El País (n=136), ABC (n=67) y El Mundo (n=109) en las tres legislaturas
Como muestra el Gráfico 2 con la distribución mensual conjunta de las
noticias con las tendencias, a lo largo de nuestras tres legislaturas se pueden
distinguir dos ciclos de noticiabilidad:
1) - Uno primero, generado por la promulgación de la Ley
39/1999, de 5 de noviembre, para promover la
conciliación de la vida familiar y laboral de las personas
trabajadoras, que comienza vinculado a la primera
legislatura del PP y se cierra en abril de 2004 –con el
cambio de Gobierno-. En este ciclo de noticiabilidad, con
una cobertura muy baja, se puede distinguir un periodo
inicial (desde marzo de 1996 a agosto de 1999) en el que
las noticias van ascendiendo, una etapa secundaria,
desde esta fecha hasta marzo de 2001, donde se
mantienen, y un tercer periodo, hasta abril de 2004,
donde la cobertura de nuevo casi desaparece.
En el ciclo vinculado a la Ley de conciliación, aunque desde 1996,
puntualmente, se pueden encontrar algunas informaciones anecdóticas en los
medios en las que se menciona el problema, es en marzo de 1999 cuando se
empieza a hablar con asiduidad del tema a partir de que en febrero se
155
presenten en las Cortes las líneas básicas del Anteproyecto de Ley de
conciliación de la vida familiar y laboral que está preparando el Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales, que aparece como proyecto de Ley en mayo del
99. Desde esa fecha hasta noviembre se publican noticias relacionadas con las
implicaciones que va a suponer y con las acciones relacionadas con ellas
(como el lanzamiento de una campaña publicitaria para animar a los hombres
españoles a tomar parte del permiso de maternidad, en vez de sus mujeres,
promovida por El Instituto de la Mujer y el Instituto Nacional de Empleo). En
noviembre de 1999, cuando la norma es publicada en el BOE, se informa en
los diarios sobre sus peculiaridades. La campaña electoral de 2000 hace que el
tema de la conciliación se presente vinculado a los programas electorales.
Sobre todo PP y PSOE hacen mención en ellos a la necesidad de incrementar
las escuelas infantiles y los diarios recogen tímidamente estos planteamientos.
Pero es en 2001, al plantear de manera explícita los partidos políticos políticas
familiares cuando los medios retoman el tema. El Plan Integral de Apoyo a la
Familia, de carácter nacional (2001-2004) del PP acapara la atención de los
periodistas. Posteriormente, el anuncio de un proyecto de ley del Gobierno
Catalán con una inversión de 3.000 millones para la conciliación de la vida
familiar y laboral de sus funcionarios autonómicos y municipales también centra
el interés de los medios a partir de septiembre de 2001. Finalmente, la
presentación de la propuesta de Políticas para el Bienestar de las Familias del
PSOE, en 2002, mantiene ligeramente las referencias al tema en prensa pese
a que en este año descienden radicalmente cerrando el primer ciclo de
atención.
2) -Uno segundo, generado con el cambio de Gobierno
(marzo 2004) y vinculado a la Ley para la igualdad
efectiva de mujeres y hombres (LOIEMH), aprobada el 22
de marzo de 2007, que cuenta con las cotas más altas de
cobertura del conflicto y que alcanza su periodo álgido a
finales de 2007.
156
En este ciclo, el previsible debate sobre la modificación de la Ley de
conciliación en el parlamento, anima el primer pico cronológico (segundo en
volumen) (n=12) en marzo de 2005. En vísperas del Día Internacional de la
Mujer, el Gobierno de Rodríguez Zapatero aprueba 54 medidas para avanzar
hacia la igualdad plena de las mujeresiv. Sobre la conciliación de la vida privada
y laboral, el titular de Trabajo, Caldera, anuncia que las administraciones
públicas ofrecerán, previa negociación con los sindicatos, un modelo de
jornada específica a tiempo parcial para mujeres u hombres con hijos a su
cargo. Además, Caldera revela que se crearán escuelas infantiles en los
establecimientos militares. El anuncio de acuerdo entre Gobierno y Sindicatos
para el “Plan Concilia”, en diciembre de 2005 y la publicación en ese periodo
del informe “España en hora europea”, resultado de la ponencia para la
racionalización de los horarios en el Congreso hace subir también la atención.
Pero es la aprobación del Consejo de Ministros del anteproyecto de la
Ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (LOIEMH) el hecho que
provoca, en marzo de 2006, la cobertura más extensiva del tema (n=20), en
especial en el diario El País. En el marco de esta acción legislativa, Gobierno,
oposición, Comunidades Autónomas y ciudadanos particulares exponen sus
posturas sobre un documento que “obliga a las Pymes a negociar planes de
igualdad” y que considera a los empresarios como “actores decisivos en el
tema”. La oposición considera que esta política va contra la libertad, al igual
que la COE, mientras que los sindicatos consideran que las medidas son
insuficientes. Los permisos de paternidad recogidos en este documento y los
horarios flexibles tienen el mayor impacto mediático.
-Finalmente, en mayo de 2007, la campaña electoral propicia de nuevo
que el tema de la conciliación sea mencionado en los programas electorales y
cubierto por los medios (n=10). Especial atención recibe el anuncio por parte de
Jordi Sevilla del futuro Real Decreto que regula el teletrabajo y que permite que
los funcionarios de la Administración General del Estado (AGE) que se acojan
a esta posibilidad puedan efectuar telemáticamente la mitad de su jornada
157
Gráfico 3. Distribución mensual conjunta de noticias sobre conciliación y conflicto
familiar y laboral de El País (n=136), ABC (n=67) y El Mundo (n=109).
A la luz de lo expuesto, la acumulación de informaciones sobre la
conciliación se ha producido de manera mayoritaria en la VIII legislatura,
vinculada a la Ley socialista de igualdad.
Sin embargo, a largo de todos los periodos, y de los dos ciclos de
noticiabilidad, la cobertura tuvo un componente estacional: el conflicto familia-
trabajo presentó en los medios un patrón cíclico en el tiempo con picos
reiterados en el mes de marzo (ver Gráfico4) y descensos en el mes de agosto.
Las funciones de autocorrelación y de autocorrelación parcial corroboran esta
estacionalidad, siendo significativas para el retardo 12 con un nivel de
confianza del 95%, tomando valores r12=0,368 y r12=0,300 respectivamente.
Gráfico 4.Gráfico de la componente estacional estimada
Fecha
DEC 2007
SEP 2007
JUN 2007
MAR 2007
DEC 2006
SEP 2006
JUN 2006
MAR 2006
DEC 2005
SEP 2005
JUN 2005
MAR 2005
DEC 2004
SEP 2004
JUN 2004
MAR 2004
DEC 2003
SEP 2003
JUN 2003
MAR 2003
DEC 2002
SEP 2002
JUN 2002
MAR 2002
DEC 2001
SEP 2001
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De alguna manera hay un evento exógeno a los medios que ha
“marcado” la cobertura, con independencia de los gobiernos y de las leyes: el
día de la Mujer Trabajadora. Esta onomástica parece convertirse desde el
principio en un elemento que los medios han tomado para ejercer una “función
de recuerdo del tema” (Martín Llaguno, 2002) hecho que pone de manifiesto la
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relación explícita que hacen los medios de la vinculación con el empleo de la
mujer.
3.1.I. Diferencias e influencias entre diarios
Por otra parte, y analizando ya los diarios separadamente, aunque la
atención prestada a la conciliación difiere entre cabeceras (donde más noticias
se publican es El País, seguido de El Mundo y de ABC) la acumulación de
referencias se produce de manera paralela en El Mundo y el ABC. Ambos
diarios experimentan un ligero aumento en las informaciones de la VI a la VII
legislatura que se pronuncia entre la VII y la VIII. Por su parte, El País, sigue
una tendencia diferente, acumulando textos sobre el tema a más velocidad que
los otros medios especialmente en la última legislatura. (Ver Gráfico 5).
Gráfico 5. Acumulación de noticias sobre conciliación y conflicto en las tres legislaturas
según diario
Legislatura321
80
60
40
20
ElMundoABCElPais
El Gráfico 6 se muestra la distribución del número de frecuencias de
noticias a lo largo de los 142 meses para los tres diarios y el gráfico 7 muestra
las tendencias a partir de un gráfico realizado con la técnica de suavizado
mediante medias móviles.
Gráfico 6. Gráfico de secuencias de los tres diarios a lo largo de los 142 meses en
estudio
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Gráfico 7. Gráfico de tendencias de los tres diarios a lo largo de los 142 meses en
estudio
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MA(elmundo_sum,12,12)MA(ABC_sum,12,12)MA(Elpais_sum,12,12)
Como se puede apreciar, en el caso de la conciliación familiar y laboral,
El País y El Mundo tienen prácticamente las mismas tendencias y un volumen
parecido de noticias hasta abril de 2004 –periodo inmediatamente posterior al
cambio de Gobierno-. En ese momento se produce un aumento de
informaciones en El País que distancia a esta cabecera de los otros dos diarios
hasta octubre-noviembre de 2006. A partir de ese momento es El Mundo el que
inicia un movimiento creciente con relación a los otros dos medios antes y
después de la promulgación de la Ley de igualdad.
La evolución diacrónica de la atención al problema de la conciliación en
cada diario está correlacionada significativamente con la evolución
experimentada en todos los demás, aunque los coeficiente obtenidos son
bastante menores que los hallados en estudios similares con otros temas en
otros países y en distintas fechas (Rogers et al., 1991, obtuvieron correlaciones
de hasta 0,91 en un estudio similar sobre la prensa americana entre 1981-
1988, el primer ciclo informativo del problema). En este sentido, las fuerzas
centrípetas (de las que habla Reese, 1991) que han homogeneizado la
cobertura se relacionan con el Día de la Mujer Trabajadora, aunque habrían
sido en este caso menores que en otros temas como el SIDA (Martín Llaguno,
2000c).
En efecto, como muestra el Gráfico 8, para todos los diarios podemos
ver como existe un aumento en el número de noticias publicadas para marzo
(y, en menor medida en mayo) que va descendiendo hasta el mes de
septiembre donde alcanza su nivel mínimo. Estos resultados quedan
160
parcialmente corroborados al realizar el análisis de las autocorrelaciones
totales y parciales para cada diario.v
En definitiva podemos decir, por tanto, que marzo, con el día de la Mujer
Trabajadora, se erige en general como el factor exógeno que marca la
cobertura de los medios. En menor medida, mayo, con el Día del Trabajador,
también es una onomástica importante para el tratamiento periodístico del
problema de la conciliación familiar y laboral. (Ver Gráfico 8).
Gráfico 8. Gráfico de la componente estacional estimada. Diario El País , ABC y El
Mundo
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Por otra parte, las interinfluencias entre diarios en el caso de la
conciliación laboral y familiar han sido débiles en tiempos cortos, y más fuertes
en periodos más largos, lo que nos lleva a corroborar la idea de que la
cobertura ha sido pautada más por factores previsibles que por sucesos. En
efecto, al realizar las correlaciones cruzadas diarias vemos que los valores más
altos aparecen en el retardo 0 en el caso de ABC con El País (r=0,1; p<0,015) y
en el mismo tiempo en el caso de El Mundo con El País (r=0,09; p<0,015).
Las correlaciones cruzadas entre cabeceras con una medida temporal
mensual nos indican que la influencia más alta se produce entre El País y ABC
en el retardo -12 (r=0,49;p<0,088) y en el retardo 0 (r=0,41;p<0,084) y en el
161
retardo 9 (r=0,23;p<0,084) lo que indicaría que habría influencias de El País
sobre ABC aunque también las habría a la inversa con cuatro y cinco meses de
retardo (r=0,21; p<0,084 y r=0,19; p<0,084). También habría más influencias de
El País sobre El Mundo (r=0,3; p<0,084) en el mes inmediatamente posterior
que a la inversa (r=0,21; p<0,084) y de la cobertura de El País sobre los nueve
meses posterior de la de El Mundo(r=0,23; p<0,084). (Ver Tabla).
Tabla 1.Correlaciones cruzadas entre diarios
Mismo mes: 0,339
Un mes: 0,29 Un mes: 0,21
Nueve meses: 0,23 Once meses: 0,14
El País sobre ABC ABC sobre País
Mismo mes: 0,41
Doce meses: 0,49 Cinco meses: 0,19
Nueve meses: 0,19 Cuarto meses: 0,21
3.2. Los encuadres periodísticos de la conciliación: las características de las noticias.
El problema de la conciliación familiar y laboral ha sido cubierto en la
prensa mayoritariamente en forma de noticia (68%) larga (43%) y en las
secciones de Nacional (23%), Regional (21%) o Sociedad (13%). Casi ninguna
información ha ido acompañada de ilustraciones (31%) o apoyo numérico
(46%).
La conciliación fue tratada en los medios como un tema de cariz
atemporal (59%) más que como sucesos puntuales (40%). En general, y a
diferencia de lo que sucede con otras cuestiones relacionadas con la igualdad
de género como la violencia (Vives et al., 2005), los diarios han reconstruido
este tema desde su inicio como un problema social con entidad propia más que
como un conjunto de marcos episódicos concatenados entre sí. Por otra parte,
la mitad de las informaciones fueron personificadas (49%) y la mitad no (51%).
La información sobre conciliación ha tenido en general una ubicación
nacional. Un 66,7% ha procedido de fuentes con referencias geográficas de
este tipo y el 58% de los textos mencionó algún referente español para localizar
162
el acontecimiento o el tema. En cuanto a las instituciones, en el 46% de los
casos se ha mencionado al Gobierno Nacional, en el 28% a Gobiernos
Autonómicos, en 18% a la Unión Europea, en 13% a Gobiernos Municipales,
en un 10% al Instituto de la Mujer Nacional y en un 10% Institutos de la Mujer
Autonómicos. En esta misma línea, el 35% de las noticias ha hecho mención a
normativa nacional, el 18% a planes de igualdad nacionales y el 16% a planes
de igualdad autonómicos, y un 10% a informes académicos.
Con respecto a las voces, en un 12% de ocasiones no se ha podido
identificar al autor de la información. De entre las noticias firmadas, los
periodistas han rubricado un 74% del total de los textos y apenas se ha hecho
uso de las agencias (2,2%), uno de los elementos claves en la
homogeneización de los contenidos entre diarios (Cutlip, 1954; Gold, y
Simmons, 1965; Snider, 1967).
La descripción mediática del problema se ha caracterizado en primer
lugar, por haber sido, en general, en positivo, de forma que el término
“conciliación/balance” (35%) ha sido más frecuente que el de
“conflicto/problema” (24%). En segundo lugar, y con respecto a la delimitación,
cuando se hace, el conflicto de roles es mencionado prácticamente con la
misma frecuencia (34%) que el de tareas (35%) y el de tiempos (30%).
En tercer lugar, el problema ha sido perfilado mayoritariamente como
una cuestión política (30,7%) y empresarial (29%) o institucional (20,3%) más
que cultural y social (20%). Así, en conjunto, la mayoría de noticias han tenido
un marco de referencia “político/legislativo” (52%), o “económico” (17%),
quedando muy por detrás el encuadre social, médico o psicológico. No en
vano, el ámbito sobre el que se centra la cobertura es fundamentalmente el
público (59%) frente al privado (40%). De ahí que los obstáculos se hayan
ubicado más en el trabajo (30%) o el trabajo y la familia (58%) que en el ámbito
doméstico (11%). La dimensión política del tema ha copado la agenda
informativa en buena parte porque los promotores asiduos de información han
163
sido las políticas (45%), seguidos, muy por detrás de científicas académicas
(10%), las instituciones feministas (9%), el tercer sector y sindicatos (8,6%) y
las empresas (8%). En este sentido, han sido mujeres (43% de los casos10)
quienes han hablado sobre el tema, muy por encima de los hombres (19%). Sin
embargo, los nombres más citados como fuentes fueron el de Jesús Caldera
(Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales en el Gobierno de España durante la
VIII Legislatura) -con 7 menciones-, Teresa Fernández de la Vega
(Vicepresidenta del Gobierno Socialista, con 6), la popular Mercedes de la
Merced, presidenta de Mujeres en Igualdad y la popular también Concepción
Dancausa, ex directora del Instituto de la Mujer y concejala de Familia y
Asuntos Sociales en el Ayuntamiento de Madrid en aquel momento y Manuel
Pimentel (Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales desde el 18 de enero de 1999
hasta el 19 de febrero de 2000). Además de ser las fuentes más asiduas, los
políticos también han protagonizado mayoritariamente las noticias (48%),
seguidos de las instituciones feministas (11%) y las empresas (9 %). Colectivos
(43%) y mujeres (32%) han protagonizado más del doble de informaciones que
los varones (17%). El Gobierno, Ana Botella, Caldera y el PP, son los actores
más mencionadosvi.
Los mensajes han problematizado a las mujeres, en exclusiva (40%) o
junto con los hombres (44%). Sólo un 15% inciden en que la conciliación es un
problema no necesariamente femenino. El 53% de los textos ha asumido en
sus esquemas la división tradicional de rol de mujer cuidadora o responsable
de la familia. Sin embargo, el 14% de las informaciones han mencionado el
término igualdad y el11% corresponsabilidad.
En cuanto a los aspectos más tratados, en el 24% de los casos se
mencionan el permiso parental, en el 22% la prestación/suspensión del permiso
de maternidad, en el 15%la reducción de la jornada o flexibilidad horaria y en el
11% las excedencias. Sólo un 6% de las informaciones alude a la adopción.
10 En un 18% de los casos no se pudo identificar el sexo de la fuente principal.
164
Pese a que más de la mitad de las noticias enmarcan la conciliación en
el terreno “político y legislativo”, sólo 21% atribuye a estos agentes su causa,
porcentaje muy similar al 20% de textos que apuntan a la cultura, al 18% de
informaciones que menciona a las empresas e instituciones y superior al 13%
que acusan a comportamientos privados o individuales. Sin embargo, el 27%
de noticias apunta a que las soluciones tienen que ser políticas y legislativas,
seguidas de las empresariales y económicas (17%) y sólo en tercer lugar
ligadas a comportamientos individuales (9%).
La mayor parte de las acciones cubiertas por las informaciones tienen
repercusiones sobre la sociedad en general (50,7%), sobre el ámbito individual-
familiar (15,4%) o sobre las empresas (12,5%). Cabe sin embargo, destacar
que, en su mayoría (55%), están dirigidas exclusivamente a mujeres, frente a
los 2,5% destinadas a varones. En definitiva, en las noticias sobre conciliación
familiar y laboral, las mujeres padecieron (55%) y dijeron (53%) mucho más
que hicieron (32%).
Finalmente, el optimismo se ve reflejado en la previsión sobre la
evolución del problema que deriva de la lectura de los textos: el 51% de ellos
apunta a que va a mejorar.
3.3. Las dimensiones de la conciliación/conflicto familiar y laboral
en las informaciones.
Con el fin de tener una visión más holística sobre el tratamiento
periodístico de la conciliación, y con objeto de crear una tipología de noticias,
una vez realizada la descripción detallada, las variables anteriores se van a ir
sintetizando sucesivamente a partir de que los análisis factoriales resuman los
“mecanismos de encuadre”, los “marcos cognitivos” y la “dimensión afectiva”
utilizados por los periódicos para hablar de la cuestión.
165
3.3.1. Los mecanismos de encuadre
El análisis de componentes principales con rotación Varimax de los
ítems relacionados con las características formales de las informaciones (tipo
de noticia y tamaño) ha resultado en una solución factorial de tres factores
(KMO=0,45) que explican el 81% de la varianza.
1. El primero, tratamiento habitual, que da cuenta del 42,7% de la
varianza incluyó las noticias medias con el formato de pirámide
invertida;
2. El segundo, tratamiento reportaje, que da cuenta del 20,2% de
la varianza comprende las informaciones más completas y de
mayor extensión; y
3. El tercero, un tratamiento editorial, que da cuenta del 17,8% de
la varianza se relacionó con los artículos de opinión y las cartas.
Por otra parte, con relación a la ubicación en distintas secciones, el
análisis factorial de componentes principales con rotación Varimax de los ítems
relacionados con la inserción de las informaciones en el periódico y la
referencia en ellas a documentos y localizaciones geográficas (en total 22
variables) revirtió en una solución factorial de cinco factores (KMO=0,712) que
explican el 61% de la varianza y que muestra como las informaciones de
conciliación se caracterizaron por tener las siguientes dimensiones:
En el eje territorial:
1. Una dimensión autonómica local, que supone el 27% de la
varianza, y que localizó las informaciones que hicieron referencia
a normativas, institutos de la mujer, y planes de igualdad
autonómicos en las secciones de regional o local;
166
2. Una dimensión nacional (13,4% de la varianza), que se centró
en las noticias con referencias a normativas y planes de igualdad
nacionales y a la Constitución, que se ubicaron en las secciones
con el mismo nombre;
3. Una dimensión internacional, con noticias con referencias a
Naciones Unidas y la Conferencia de Pekín ubicadas en esta
sección que explican el 8,2% de la varianza; y
En el eje temático:
4. Una dimensión económica (6,7% de la varianza) con noticias
con referencias a la UE y a sus tratados y localizada en esta
sección; y
5. Una dimensión social (6,5% de la varianza), con referencias al
Instituto de la Mujer y ubicada en esta sección.
3.3.2. Los marcos cognitivos
Después de la observación de la descriptiva del análisis de contenido,
para resumir los marcos cognitivos que los medios dieron a la conciliación, las
variables fuente, actor y receptor de la acción (19 en total) fuertemente
correlacionadas entre sí se operacionalizaron, en dimensiones que dieran
cuenta de su relación.
El resultado fue la extracción de cuatro vectores (KMO=0,794) que
resumen los marcos cognitivos del tema (y que explican el 64% de la varianza):
1. En el primero (36,5% de la varianza), identificable con el
enfoque político jurídico de la cuestión, en el que fueron los políticos
quienes hicieron y dijeron y la sociedad quien padeció;
167
2. En el segundo (12% de la varianza), asociado al enfoque
individual empresarial, donde las empresas aparecieron diciendo y
haciendo y los individuos y las empresas, padeciendo;
3. El tercero (9% de la varianza), el enfoque sindical, en el que fue
el tercer sector quien dijo, hizo y padeció;
4. El cuarto (7% de la varianza), el enfoque ciudadano, en el que
fue la sociedad quien dijo e hizo y los políticos quienes padecieron.
Con respecto a la información transmitida a la audiencia sobre la
definición específica de la conciliación, es decir, la información movilizadora
(Kristiansen y Harding, 1984), después de realizado el pertinente análisis
factorial con 16 variables (KMO=0,868), se resumió en tres vectores que
explican el 62,2% de la varianza:
1. El primero (41,2% de la varianza), que llamaremos definición
balance, que resume la información que delimitó el problema en estos
términos, mencionando la corresponsabilidad y problematizando a las
empresas públicas y privadas al tiempo que haciendo menciones
específicas a las medidas de permisos maternales y paternales y las
excedencias;
2. El segundo (9,2% de la varianza), relacionado con la definición
conflicto, en el que el tema se definió específicamente de esta manera,
vinculado a la discriminación positiva y la violencia de género y
problematizando a los gobiernos y a la mujer;
3. El tercero (11,6% de la varianza), denominado definición
sexismo, en el que se agrupan las noticias que hablaron de cuestiones
culturales y sexistas y que problematizaron a la sociedad y al feminismo.
3.3.3. La dimensión afectiva
Para encontrar las dimensiones de los juicios de valor emitidos, se
transformaron en puntuaciones factoriales tres dimensiones:
168
1. La primera, el problema empeorará;
2. La segunda, el problema seguirá igual;
3. La tercera, el problema mejorará.
3.4. Los arquetipos de noticias sobre la conciliación/conflicto familiar↔laboral.
Los tres bloques de características extraídos mediante el análisis
factorial (mecanismos de encuadre, dimensión cognitiva y dimensión afectiva)
son distintos planos que definen una misma realidad: la agenda mediática
sobre la conciliación a lo largo de 142 meses en los tres diarios de mayor
tirada. Sin embargo, sólo la interrelación de estas magnitudes entre sí nos va a
permitir tener una imagen más completa.
Para la elaboración de una tipología de las informaciones publicadas en
prensa, se ha llevado a cabo un análisis factorial con los vectores extraídos de
los análisis parciales (KMO=0,584). La realización de esta prueba estadística
(que ofrece la ventaja de resumirnos lo esencial de los datos, con el
inconveniente de perder parte de la información) nos permite tener un
panorama general de las distintas dimensiones de las informaciones sobre
conciliación presentadas por la prensa.
A partir de los resultados del análisis estadístico con SPSS, se pueden
identificar 4 dimensiones sobre la conciliación que explican el 69% de la
varianza:
-La primera (33,4% de la varianza), se corresponde con la dimensión
jurídico política del problema conformada con informaciones de este tipo
centradas en el conflicto, con formato de noticia habitual ubicadas en las
secciones de regional o local y con la idea de que el problema empeorará;
169
-La segunda la dimensión individual/empresarial del tema, compuesta
por noticias centradas en la conciliación, con una visión de que el problema
mejorará y publicadas en la sección nacional, explica el 15,7% de la varianza;
-La tercera, que representaría el 10,5% de la varianza, viene a resumir la
dimensión ciudadana de la conciliación, con formato reportaje donde se tratan
casos concretos y se menciona la discriminación; y, finalmente;
-La cuarta (con un 8,9% de la varianza) compila la dimensión sindical de
la conciliación, que estaría conformada con informaciones ubicadas en
secciones de internacional y acompañada con opiniones y editoriales.
Estas dimensiones de la conciliación pueden haber aparecido
equilibradamente en todos los periódicos estudiados, o pueden haber sido
mucho más asiduas en unos diarios que en otros. En la medida en que sean
mucho más asiduas en unas cabeceras que en el resto, la imagen de la
conciliación en la prensa española no habrá sido homogénea, sino que habrá
estado condicionada por componentes endógenos del sistema informativo (el
modus operandi y la idiosincrasia de cada medio). Es decir, los diarios habrán
promovido diferentes reconstrucciones del problema en sus páginas. Por el
contrario, en la medida en que las informaciones con unas características
determinadas se vean especialmente asociadas a una fecha, sin diferencia
entre diarios, se puede decir que la reconstrucción mediática de la conciliación
habrá variado entre unos tiempos y otros; es decir, que la imagen informativa
del problema habrá dependido de los tiempos (que en este caso se vinculan
con los componentes exógenos del ecosistema informativo). La observación de
esta dependencia puede revelarnos cómo ha influido la “programación de la
realidad”, altamente funcional para medios y promotores. Los factores
endógenos (los diarios) y exógenos (este caso, vinculado a los tiempos) no son
excluyentes entre sí. Por tanto, no se descarta la posibilidad de que algunos
encuadres de la conciliación hayan estado condicionados tanto por el medio
como por las fechas.
170
Para identificar los encuadres vinculados a un diario (por tanto, las
dimensiones generales o específicas del de la conciliación), y los enfoques
dependientes de la fecha, (por tanto, las dimensiones constantes o periódicas
de este tema) se ha realizado una comparación de medias de cada uno de los
factores que resume un tipo de noticia.
Atendiendo los resultados de la comparación de medias con el ANOVA
sólo hay dos encuadres de la conciliación que han variado dependiendo del
diario: la dimensión sindical de la conciliación (F=5,459; p<0,005) y la
dimensión ciudadana de la conciliación (F=5,8439; p<0,003), con formato
reportaje donde se tratan casos concretos y se menciona la discriminaciónvii.
Estas dimensiones del problema han sido específicas de algunos medios y por
tanto han tenido una presencia significativamente heterogénea en las agendas.
En efecto, como se muestra en la tabla resumen de comparaciones múltiples
(ver Tabla 2), siguiendo los resultados que nos ha anticipado el ANOVA, y
utilizando dos métodos el Scheffé (basado en la F) y el DMS (basado en la t)
para evaluar la dirección y el valor de la diferencias, la dimensión sindical ha
sido especialmente presente en El País. Por su parte, la dimensión ciudadana
ha estado especialmente ausente de ABC (aunque Scheffé no confirma la
diferencia entre el ABC y El Mundo, pero DMS sí).
Tabla 2.Resumen comparaciones múltiples de las dimensiones de la conciliación entre
diarios
Dimensión sindical Medio i Medio j Diferencias de
Medias (i – j) Dms P-valor
Scheffé P-valor
El país El mundo +0,3359 0,004 0,017
El país Abc +0,3363 0,004 0,017
Dimensión ciudadana
Medio i Medio j Diferencias de Medias (i – j)
Dms P-valor
Scheffé P-valor
Abc El país -0,3922 0,001 0,004
Abc El mundo -0,2690 0,022 0,073
171
Por otra parte, y atendiendo los resultados de la comparación de medias
por meses con el ANOVA no paramétrico de Kruskal-Wallis, hay variaciones
estadísticamente significativas en la aparición de los encuadres jurídico político
(X2=42,2; p<0,000) y empresarial del problema (X2=68,5; p<0,000) que se
disparan en los años de promulgación de las normativa (1999 y 2006-7) y en el
encuadre ciudadano de la conciliación (X2=21,9; p<0,024) que aparece en los
años posteriores a la promulgación de leyes.
4. Discusión
El conflicto “familiar y laboral” que sufren ciudadanos concretos en el
contexto de sus trabajos se transforma mediáticamente en menos de una
década en la “conciliación para la igualdad” exigida a las empresas y manejada
por los sindicatos, en la línea de la definición política que se hace del tema. La
trasmutación se inicia en 1999 con la Ley de conciliación pero es impulsada
especialmente a partir de 2001 desde la esfera legislativa y política. En toda la
evolución del enfoque periodístico del tema éste no deja de ser encuadrado
mediáticamente en todos los periodos como una cuestión laboral vinculada al
espacio público y a las mujeres. De hecho, el evento que marca la cobertura es
la conmemoración del Día de la Mujer Trabajadora. Esta fecha fija en el
calendario, conocida y prevista por los periodistas ha permitido preparar
acciones políticas vinculadas con este cuestión.
La consonancia en los ciclos de atención en el conjunto de los periódicos
es sin embargo baja en comparación con la encontrada en otros estudios
semejantes (Reese, 1991; Martín Llaguno, 2002; Vives-Cases et al., 2005), lo
que parece indicar que el conflicto/conciliación goza de menos noticiabilidad
que cuestiones como el SIDA o la violencia. A la luz del análisis de los
encuadres y de la dinámica del ciclo de noticiabilidad, la cobertura de la
conciliación (que pocas veces se enmarca como conflicto) familiar y laboral,
parece haber respondido más a una voluntad política que haber respondido a
una demanda social (como sucedió por ejemplo en el caso de la violencia
172
machista). En este sentido, la dimensión jurídico-política y empresarial ha
respondido claramente a la planificación política de la cobertura. La dimensión
ciudadana parece dar respuesta a los eventos episódicos relacionados con el
tema mientras que la dimensión sindical de la conciliación ha sido la respuesta
a una línea mediática de cobertura de la cuestión.
En cualquier caso los medios han presentado a la ciudadanía un asunto
ligado al mundo laboral y a las mujeres, cuya repercusión es la de impedir la
contratación total (o el pleno empleo femenino en las mismas condiciones) y
que corresponde a los gobiernos y a las empresas solucionar. Los medios se
han hecho eco del enfoque promovido por los organismos políticos
supranacionales, en concreto por la UE.
Finalmente, la revisión del ciclo de noticiabilidad, con el tema de la
conciliación llamativamente presente en periodos de campaña electoral, haría
plantear si su generalización como herramienta de marketing político no ha
conllevado un tratamiento superficial que conlleva el riesgo de que la opinión
pública conciba este tema, aún sin solucionar, como algo ya dicho, sabido u
oído.
173
5. Referencias
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176
NOTAS.
i Con la ordenación por secciones no sólo se jerarquiza las informaciones sino que se
ofrece al receptor una pista del pacto de lectura que debe utilizar, y una idea inicial de cuál va a ser la dimensión cognitiva de la información que se le ofrece.
ii En el proceso de la comunicación social existen elementos no mensurables en los estudios de laboratorio o en las investigaciones puntuales, que, sin embargo, dificultan que los receptores puedan evadirse de las influencias mediáticas. La periodicidad de los mensajes emitidos a través de las instituciones informativas da lugar a una “acumulación” de ideas en la mente de los ciudadanos, que no se aprecia en un experimento aislado. Por otra parte, en una sociedad como la actual, los medios son omnipresentes, y en el caso de la radio y la televisión, su consumo no exige un esfuerzo por parte de los receptores, sino que los medios actúan, en muchas ocasiones, de forma anodina bajo el disfraz del entretenimiento. La “omnipresencia” de los medios confiere inevitablemente a los asuntos que en ellos se tratan, gran resonancia en lo público (Öffentlichkeitseffekt).
Finalmente, se ha detectado gran homogeneidad o “consonancia” en la presentación de los contenidos mediáticos. Pese a la proliferación de canales informativos, existe una notable restricción en los contenidos, que implica una limitación en la capacidad de selección de los receptores.
iiiPara valorar el potencial efecto de la cobertura mediática de un tema sobre la opinión pública los estudios sobre efectos miden casi siempre la “acumulación”, es decir, el número total de noticias en un periodo concreto. A esta aproximación añadimos ya hace años la propuesta de cuantificar también otros dos factores del impacto, señalados teóricamente por Noelle-Neumann (Noelle-Neumann, 1973: 26-55), pero pocas veces tenidos en cuenta:
(1) La omnipresencia, o el grado de aparición simultánea de un tema, o encuadre en el conjunto de los medios;
(2) La consonancia, o la homogeneidad entre los medios en el aumento o disminución de interés hacia un tema o una dimensión en el tiempo,
Acumulación, consonancia y omnipresencia pueden no confluir con un mismo encuadre del problema, sino concentrarse en enfoques diferentes. En el caso del SIDA, en nuestro trabajo se comprobó que los tres factores del impacto, en nivel de los enfoques del tema, fueron en distinta dirección.
ivOrden PRE/525/2005 responde al acuerdo llegado en el Consejo de Ministros para adoptar medidas con el propósito de favorecer la igualdad entre mujeres y hombres. En el mismo parecen acciones agrupadas en torno a seis grandes líneas: Empleo, Empresa, Conciliación de la vida familiar y la vida laboral, Investigación, Solidaridad y Deporte. La orden anuncia un séptimo grupo general de medidas de igualdad. Informe de implementación de las 54 medidas para favorecer la igualdad entre mujeres y hombres aprobadas por Consejo de Ministros el 4 de marzo de 2005 publicado mediante la orden de pre525/2005, de 7 de marzo
v En el caso de El País, la función de autocorrelación (r12=0,291) y de autocorrelación
parcial (r12=0,230) aparecen significativas (p<000) y fuera de los intervalos de confianza (-0,160; 0,160) y (-0,168; 0,168) respectivamente para el retardo 12, lo que nos confirma la estacionalidad que apuntaba la representación gráfica de la componente estacional del diario El País, con un aumento de las noticias en marzo y un descenso en septiembre.
En el caso de ABC, la función de autocorrelación nos da como significativos y fuera del intervalo de confianza los retardos 2, 5 y 12 aunque la función de autocorrelación parcial nos confirma como significativos y fuera del intervalo de confianza los retardos 2 (r2=0,19) y 12
177
(r12=0,20), lo cual nos puede llevar a pensar en una estacionalidad con periodo 12 y otra con periodo de dos meses.
Pero en el caso de El Mundo la función de autocorrelación nos da como significativo y fuera de los intervalos de confianza únicamente el retardo 4 (r12=0,23) (-0,164; 0,164) lo que nos avisa de la existencia de una componente estacional con periodicidad de cuatro meses. Para el diario El Mundo no podemos decir que exista un aumento del volumen de noticias para el mes de marzo tan claro como para los otros dos diarios.
vi Hay poca visibilidad del debate parlamentario y de los expertos. vii Para la dimensión ciudadana y para la dimensión sindical los valores del estadístico F
(F=5,843; F=5,459) llevan asociados una p de 0,003 y 0,005 respectivamente. Por lo tanto rechazamos la hipótesis nula de que las medias entre los distintos diarios sean iguales para estas dimensiones, existe al menos un diario cuya media es distinta a la media del resto de diarios.
181
La construcción social del problema de la conciliación: el concepto en la opinión pública
Resumen
Entre 1999 y 2009 en España se ha gestado una agenda política y una agenda mediática en torno al problema de la conciliación familiar y laboral que constituye un paso necesario –aunque no suficiente- para el éxito de una política pública. Sin embargo, la sensibilización, o el reconocimiento del tema por parte de los ciudadanos, es un requisito sine qua non se puede modificar la realidad que pretende solucionar. Conscientes de la escasa atención que se ha prestado a la revisión del clima de opinión sobre la conciliación familiar-laboral, objeto de políticas públicas en España, en este estudio exploramos la consideración de los españoles sobre el tema en la última década a partir de la revisión de los datos secundarios disponibles, en concreto a partir de las encuestas que compendian el Edacwowe (European Data Center for Work and Welfare) y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Los resultados apuntan que el conflicto familiar y laboral no forma parte de las principales preocupaciones de los ciudadanos españoles, o al menos, de las principales preocupaciones que consideran que se deben hacerse públicas aunque la percepción sobre su incidencia ha mejorado.
Abstract Between 1999 and 2009 a political and media agenda on the issue of work and family conflict/balance has been evolved in Spain. This process is a necessary step, but not enough for successful public policy. Awareness or recognition of the issue by citizens is a sine qua non condition can change the reality. Little attention has been paid to the review of the climate of opinion on the reconciliation of family-work, the object of public policies in Spain. This research explores the consideration of Spaniards on the subject from the review of secondary data available, particularly from surveys that summarize the Edacwowe (European Data Center for Work and Welfare) and the Center for Sociological Research (CIS). The results show that the conflict between work and family is not part of the main concerns of Spanish citizens, or at least of the main concerns considered to be made public.
183
1. Introducción
En la década comprendida entre el 99 y 2009, en España se ha
construido un marco legal que da cuenta de una incipiente preocupación por la
conciliación en sus distintas dimensiones. Este marco, que traduce la
implantación de políticas públicas sobre el tema, parece haber sido, en buena
parte, el producto de un debate parlamentario impuesto por Europa para la
consecución de la incorporación total de la mujer al mercado de trabajo.
Paralelamente, diversas causas han impulsado también un moderado ciclo de
atención mediática sobre la conciliación. La gestación de estas agendas son
pasos necesarios –aunque no suficientes- para el éxito de una política pública,
que debe ser también reconocida como por los ciudadanos y afectados y tener
un impacto sobre la realidad que pretende solucionar.
La “sensibilización” o toma de conciencia sobre la conciliación laboral y
familiar (Papí y Cambronero, 2011) resulta así un elemento imprescindible para
propiciar un “clima de opinión” perceptivo y contribuir a la modificación de
valores públicos para finalmente incidir en la minoración del problema (Ryan,
1991; Zaller, 1992; Entman, 1993; Reese et al., 2001; de Loseke2003;
McCombs, 2004). Pese a su valor, apenas existen trabajos centrados en su
evaluación, empero la hipotética sencillez de la medición de este concepto
(operacionalizable a través de la cuantificación relativa y absoluta que adquiere
un tema concreto en la opinión pública). Merece ser mencionada la
investigación Evaluación del Impacto de la Conciliación entre la vida familiar y
profesional para la Igualdad de género: Análisis de las Acciones específicas de
protección social y publicidad (Papí, 2006). El estudio, que realiza una
recogida de información de fuentes secundarias, analiza las estrategias de
comunicación institucional sobre este tema, y lleva a cabo una encuesta
representativa de la población nacional con 2.500 mujeres ocupadas para
explorar el valor que conceden a la conciliación para la igualdad de géneros.
En 2005, el 84,2% de las encuestadas manifiestan poder conciliar siempre o
184
casi siempre su vida familiar y laboral. Como afirma Papí (2006: 130), “Este
resultado no quiere decir que no existan dificultades para hacerlo”. Sin
embargo, el grado de dificultad para conseguirlo es decir, el nivel de
conflicto, no es medido en la investigación. El trabajo sí pregunta por la
“nota” que se otorga en 2005 a las medidas promovidas por el Gobierno o
las empresas para a) la conciliación; b) la igualdad laboral; y c) la igualdad
en el hogar. Aunque la media está en torno al aprobado, las políticas son peor
valoradas en conseguir la conciliación (M=5,75; ds=2,83), que en la promoción
de la igualdad de oportunidades de las mujeres en el hogar (M=5,80; ds=3,07)
o en el trabajo (M=6,14; ds=2,82). Por otra parte, y pese a la valoración, al
margen del permiso obligatorio de maternidad y de la paga de los 100 euros,
las medidas de conciliación no se utilizan o se utilizan poco, entre otras cosas,
por no ser demasiado conocidas. El canal más común de información era, en
2005, según este estudio, las personas, compañeros o compañeras de trabajo
con un 55% de contestaciones, seguido, pero muy por detrás, 29%, por los
medios de comunicación.
El estudio de Papí, que representa un intento de sopesar la percepción
en parte de la opinión pública de las políticas, lamentablemente es puntual y no
permite hacer un seguimiento de la evolución de las percepciones y
comportamientos a lo largo del tiempo.
No es extraño puesto que, como afirman Fernández y Tobío (2005: 26),
en general “no hay mucha información específica acerca de las opiniones y
actitudes de la población española respecto a la conciliación”. Así en las
encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas que elaboran una
pregunta abierta sobre cuáles son los problemas más importantes del país,
“la conciliación no aparece de
forma directa, aunque quizá pueda estar en el 0,5% de
respuestas que hablan de los problemas relacionados con la
mujer /…/ Parece haber una inercia en las respuestas, quizá un
reflejo de lo que proyectan los medios de comunicación o una
185
consideración de que la problemática de la conciliación,
aunque pueda ser un problema importante en la vida cotidiana,
no alcanza la categoría de “problemas principales que existen
actualmente en España”. Quizá se consideren problemas de
segunda, problemas privados, problemas de mujeres”
(Fernández y Tobío, 2005: 26).
Conscientes de la escasa atención que se ha prestado a la revisión del
clima de opinión sobre esta cuestión, objeto de políticas públicas en España,
nos planteamos explorar la consideración de los españoles sobre el tema a
partir de la revisión de los datos secundarios disponibles.
2. Métodos
Con objeto de cumplir nuestro objetivo hemos acudido a dos fuentes de
información de referencia que compendian estadísticas, indicadores y
encuestas: Edacwowe (European Data Center for Work and Welfare) y el
Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
2.1. Edacwowe
Edacwowe es una iniciativa bajo el marco de la sexta Red de Excelencia
de la UE “Conciliación del trabajo y el bienestar en Europa” (RECWOWE)
coordinada por la Universidad de Tilburg (Países Bajos) y por el Centro
Nacional Danés de Investigación Social, SFI (Dinamarca). Ante el vacío de
datos RECWOWE11se crea con el objetivo de superarla fragmentación de la
investigación existente sobre las cuestiones de trabajo y de bienestar en
Europa y de promover la excelencia en la investigación necesaria para
identificar y comprender las múltiples tensiones entre el trabajo y el bienestar,
así como las estrategias para su gestión o resolución. En este contexto,
RECWOWE pone en marcha el proyecto TDP (Tensions Data Proyect)12 con el
objeto de recopilar indicadores que den cuenta, directa o indirectamente, de las
tensiones que experimentan subjetivamente los europeos entre la familia y el
11http://recwowe.vitamib.com/, consultado el 12/8/11 12http://www.edacwowe.eu/en/frmIndex, consultado el12/8/11
186
trabajo. Una de las aportaciones de este proyecto es un inventario de
cuestionarios que, de forma comparativa en la UE, contienen algún tipo de
preguntas que miden la experiencia subjetiva, la tensión generada por la
interacción entre la familia y el trabajo. Las encuestas que permiten hacer un
seguimiento de esta cuestión son la ESS (Encuesta Social Europea)13 y la
EWCS14(Encuesta Europea sobre Condiciones de Trabajo) que sirven como
base a este estudio.
2.1. I. Encuesta Social Europea
La Encuesta Social Europea (European Social Survey--ESS) es un
estudio financiado por la Fundación Europea de la Ciencia y por la Comisión
Europea dentro del VI y VII Programa Marco de investigación. En España, la
principal entidad financiadora del proyecto y del equipo de coordinación y
ejecución de la ESS es el Ministerio de Educación y Ciencia. El proyecto
nacional es liderado por la Universitat Pompeu Fabra, donde se ubica el
coordinador del equipo español (Mariano Torcal) y la mayor parte de
investigadores. El INE colabora con la ESS facilitando la muestra y otro tipo de
datos necesarios para la realización de la encuesta en España. El fin principal
de la ESS, que tiene un carácter bianual, es el estudio comparado y
longitudinal de las actitudes, atributos y comportamientos de los ciudadanos
europeos, especialmente en referencia a los ámbitos sociales, económicos y
políticos. La encuesta busca convertirse en un instrumento sistemático
diseñado de manera extremadamente rigurosa para proporcionar y estimular
una investigación innovadora y favorecer un conocimiento más amplio y
explicativo de los estilos de vida de los ciudadanos. El cuestionario incluye un
módulo de preguntas fijas y un módulo de preguntas variables.
Pues bien, en la Encuesta Social Europea en el bloque de preguntas no
fijas de la segunda ronda, realizada en 2004, se insertó un bloque sobre la
conciliación familiar y labora, “Family work and well-being”, con 60 cuestiones
relacionadas con el trabajo, la familia y la interacción entre uno y otro. Estas
13http://www.europeansocialsurvey.org/, consultado el 12/8/11 14http://www.eurofound.europa.eu/ewco/surveys/index.htm, consultado el 12/8/11
187
preguntas se repitieron en la ronda 5, de la ESS 2010, después de no haber
sido incluidas en las rondas 3 y 4. La repetición del módulo proporciona una
oportunidad única para examinarlas principales afirmaciones teóricas acerca de
los factores que afectan al trabajo, la experiencia y el bienestar familiar y al
mismo tiempo, ofrece un mapa esencial para los responsables políticos de los
cambios que se producen, sus costos sociales y las consecuencias que han
tenido en las actitudes de los ciudadanos. En definitiva, la repetición del módulo
permite, en cierta manera, analizar la evolución de la opinión pública sobre la
conciliación.
En consecuencia, para este estudio, se consultan, en primer lugar, los
resultados de la segunda ronda de la ESS, realizada en el año 2004, edición
3.2 (ESS2-2004, ed. 3.2)15, en segundo lugar los nuevos resultados de las
mismas preguntas, ahora correspondientes a la ronda 5 de la ESS, de 2010,
edición 1.0 (ESS5-2010, ed. 1.0)16, cuyos datos están accesibles desde el día
26 de octubre de 2011.
La denominación de las preguntas y la metodología es la misma en
ambas rondas, únicamente cambia la numeración en el cuestionario, como
muestra el Cuadro 1.El texto en castellano de las preguntas se ha tomado de la
versión para España del cuestionario de las rondas de 2004 y 2010.
15Ver contenido completo en la web de la ESS: http://ess.nsd.uib.no/ess/round2/
16 Ver contenido completo en: http://ess.nsd.uib.no/ess/round5/.
188
Cuadro 1. Listado de preguntas coincidentes en la ESS2-2004 y la ESS5-
2010. ESS Round 2 − 2004 http://ess.nsd.uib.no/ess/round2/
ESS Round 5 − 2010 http://ess.nsd.uib.no/ess/round5/
Question G 85 - 87 Using this card, how often do you... G 85 ...keep worrying about work
problems when you are not working? G 86 ...feel too tired after work to
enjoy the things you would like to do at home? G 87 ...find that your job prevents you
from giving the time you want to your partner or family?
[¿Con qué frecuencia...tiene la sensación de que su trabajo le impide dedicar el tiempo que querría a su pareja o a su familia?]
Question G 46 -48 Using this card, how often do you... G46...keep worrying about work
problems when you are not working? G47...feel too tired after work to enjoy
the things you would like to do at home? G48...find that your job prevents you
from giving the time you want to your partner or family?
[¿Con qué frecuencia...tiene la sensación de que su trabajo le impide dedicar el tiempo que querría a su pareja o a su familia?]
Question G 89 -90 How often do you... G 89 ...find that your partner or family
gets fed up with the pressure of your job? [¿Con qué frecuencia tiene la
sensación de que su pareja o familia está harta de la presión que a Ud. le supone el trabajo?]
Question G 50 -52 Using this card, how often do you... G50...find that your partner or family
gets fed up with the pressure of your job? [¿Con qué frecuencia tiene la
sensación de que su pareja o familia está harta de la presión que a Ud. le supone el trabajo?]
G51...find that your family
responsibilities prevent you from giving the time you should to your job?
G 90 ...find it difficult to concentrate
on work because of your family responsibilities?
[¿Con qué frecuencia le resulta difícil concentrarse en el trabajo por sus responsabilidades familiares?]
G52...find it difficult to concentrate on
work because of your family responsibilities? [¿Con qué frecuencia le resulta difícil
concentrarse en el trabajo por sus responsabilidades familiares?]
2.1. II. Encuesta europea sobre condiciones de trabajo
La Encuesta Europea sobre Condiciones de Trabajo (EWCS) es una
encuesta realizada cada cinco años, desde 1990, por la Fundación Europea
para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo. Facilita una descripción
de las condiciones de trabajo en Europa y perfila los cambios que afectan a la
fuerza de trabajo y a la calidad del trabajo. El ámbito de aplicación del
cuestionario se ha ampliado considerablemente desde la primera edición, el
189
objetivo de proporcionar una imagen completa de la realidad cotidiana de
hombres y mujeres en el trabajo. La perspectiva de género ha sido una
preocupación importante en las revisiones recientes de la encuesta.
Los temas cubiertos incluyen hoy la situación laboral, tiempo de duración
de trabajo y organización, la organización del trabajo, el aprendizaje y la
formación, los factores de riesgo físicos y psicosociales, de salud y seguridad,
equilibrio trabajo-vida, participación de los trabajadores, los ingresos y la
seguridad financiera, así como el trabajo y la salud.
Encada ola se entrevista a una muestra aleatoria de los trabajadores
(empleados y autónomos) representativa de la población activa de cada uno de
los países. Los jubilados, desempleados, amas de casa son excluidos. El
número real de entrevistas llevadas a cabo es siempre por lo menos 1.000
personas por país (con algunas excepciones) que van desde 1.000 en
Portugal, España y Dinamarca hasta 2.087 en Alemania. Los encuestados son
entrevistados en su casa. El cuestionario consta de preguntas sobre diversas
cuestiones como: el contexto del puesto de trabajo (11 preguntas), los horarios
de trabajo (12 preguntas), la intensidad del trabajo (9 preguntas), los factores
físicos (12 preguntas), los factores cognitivos (9 preguntas), los factores
psicosociales (7 preguntas), la salud y bienestar (6 preguntas), las habilidades,
formación y perspectivas profesionales (8 preguntas), la organización del
trabajo (9 preguntas), las relaciones sociales (5 preguntas), la violencia, acoso
y discriminación (5 preguntas) y el equilibrio entre trabajo y vida personal, y
seguridad económica (7 preguntas.). En este último apartado, que es el que
nos interesa, las cuestiones que se incluyen son: ¿Cómo se organizan sus
horarios laborales? ¿Cuán bien se adapta su horario de trabajo a sus
compromisos sociales y familiares fuera del trabajo? (q41); en los últimos 12
meses ¿con qué frecuencia ha ocurrido que haya tenido que trabajar en su
tiempo libre para cumplir con las exigencias del trabajo? (q42); ¿Le resulta
difícil conseguir una o dos horas libres durante su jornada laboral para atender
asuntos personales o familiares? (q43); Número de horas que dedica
190
semanalmente al trabajo remunerado y al no remunerado (índice), ¿Puede su
hogar llegar a fin de mes? (EF6); Si tuviera una larga enfermedad, ¿estaría
asegurado financieramente? (EF12a).
Para este estudio se ha seleccionado la (q41)
¿Cuán bien se adapta su horario de trabajo a sus compromisos sociales
y familiares fuera del trabajo? por ser la más cercana a la medición del
fenómeno que queremos valorar y por poderse comparar su evolución en
quince años.
2.2. El CIS
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) es un organismo
autónomo, adscrito al Ministerio de la Presidencia, que tiene por finalidad el
estudio de la sociedad española, principalmente a través de la investigación
mediante encuesta. Su actual fisonomía y denominación datan de 1977,
aunque su antecedente, el Instituto de la Opinión Pública (IOP), fue fundado en
1963. El portal del CIS (www.cis.es) ofrece estudios diferentes desde 1963 y
aloja las Encuestas del CIS que son encuestas de opinión, entre ellas, los
barómetros.
Los barómetros se realizan con una periodicidad mensual –excepto los
meses de agosto– y tienen como principal objetivo medir el estado de la
opinión pública española del momento. Para ello se entrevista en torno a 2.500
personas elegidas al azar dentro del territorio nacional, de las que, además de
sus opiniones, se recoge una amplia información social y demográfica para el
análisis. Estos estudios contienen un bloque de preguntas fijas a partir de las
cuales se elaboran los “indicadores del barómetro”. Además de éstas, cada
barómetro contiene otro bloque de preguntas variables, que en cada ocasión se
dedica a un tema de interés político o social. Las dos únicas encuestas de
opinión que recopilan puntualmente información sobre esta cuestión son: los
barómetros del CIS de septiembre de 2007 y marzo de 2010.
191
2.2. I. Los barómetros del CIS de septiembre de 2007 y marzo de 2010.
Aunque se podría entender que la mayor parte de barómetros del CIS
alude, de forma indirecta, a la conciliación familia-empleo, al señalar que las
parejas no tienen hijos o tienen menos de los que desearían por razones
económicas familiares, por la carga que implican los hijos o por la incorporación
de la mujer al trabajo fuera del hogar el tema de la conciliación aparece de
forma directa en dos barómetros de opinión: el de septiembre de 2007 y el de
marzo de 2010. Ambos barómetros incluyen preguntas sobre las actitudes y el
conocimiento sobre la igualdad de género en general y sobre la conciliación en
específico que se repiten en las dos tandas. En concreto se incluyen las
siguientes cuestiones:
P.11. ¿Cree Ud. que actualmente la situación de las mujeres en España es
mejor, igual o peor que la de los hombres, en los siguientes aspectos? P.11.7.
Las posibilidades de compaginar la vida laboral y familiar;
P.12. Quisiera que me dijera si está Ud. muy de acuerdo, bastante, poco o
nada de acuerdo con cada una de las siguientes medidas. P.12.3. Establecer
un permiso de paternidad remunerado para el padre por el nacimiento de un
hijo y P.12.5. Flexibilizar los horarios de hombres y mujeres con cargas
familiares para facilitar la conciliación de la vida personal y laboral;
P.14. Le voy a leer una serie de frases y quisiera que me dijera si está Ud. más
bien de acuerdo o más bien en desacuerdo con cada una de ellas. P.14.2.
Compaginar la vida familiar y laboral es un tema privado de organización
doméstica entre hombre y mujeres y de poco sirve que intervengan las
instituciones.
Con el fin de explorar la evolución de la opinión pública con respecto a la
conciliación en ambos periodos elaboraremos los datos de las preguntas
mencionadas y las presentaremos en forma de gráficos y tablas comparativas.
192
3. Resultados
3.1. Encuesta Social Europea. Evolución de la percepción del conflicto trabajo-familia, trabajo-familia en 2003-2010.
La Tabla 1 resume los resultados comparados de las preguntas
referentes al conflicto familia-trabajo de las rondas 2 de 2004 y 5 de 2010 de la
encuesta social europea.
Tabla 1. Resultados de las preguntas seleccionadas en España, ESS2_2004 y ESS5_2010. Porcentajes horizontales
¿Con qué frecuencia tiene la sensación de que su trabajo le impide dedicar el tiempo que querría a su pareja o a su familia?
How often do you find that your job prevents you from giving the time you want to your partner or family?
España Nunca Casi nunca
A veces A menudo
Siempre No tengo pareja/familia Total N=
Spain Never Hardlyever Sometimes Often Always Don’thavepartner/family Total N=
ESS2-2004 (G87) 23,60 20,50 30,50 19,40 5,60 0,50 100,00 863
ESS5-2010 (G48) 23,20 22,30 33,10 14,10 4,30 2,90 100,00 900
¿Con qué frecuencia tiene la sensación de que su pareja o familia está harta de la presión que a usted le supone el trabajo?
How often do you find that your partner or family gets fed up with the pressure of your job? España Nunca Casi
nunca A veces A
menudo Siempre No tengo pareja/familia Total N=
Spain Never Hardlyever Sometimes Often Always Don’thavepartner/family Total N=
ESS2-2004 (G89) 43,50 25,10 20,30 8,30 2,10 0,60 100,00 851
ESS5-2010 (G50) 46,10 28,30 19,50 5,50 0,60 - 100,00 868
¿Con qué frecuencia le resulta difícil concentrarse en el trabajo por sus responsabilidades familiares?
How often do you find it difficult to concentrate on work because of your family responsibilities? España Nunca Casi
nunca A veces A
menudo Siempre No tengo pareja/familia Total N=
Spain Never Hardlyever Sometimes Often Always Don’thavepartner/family Total N=
ESS2-2004 (G90) 39,60 34,60 20,10 4,70 0,70 0,30 100,00 859
ESS5-2010 (G52) 57,50 30,90 10,70 0,90 0,00 - 100,00 875
Fuente: ESS2-2004 y ESS5-2010, elaboración propia
A continuación, en el Gráfico 1 se muestra la comparación de los
porcentajes de españoles que percibían co
(55,9%) y en 2010 (54,5%) en la medi
impedía dedicar tiempo a su familia. En siete años, el porcentaje de
entrevistados que sienten este problema en los términos evaluados ha
disminuido en 1,4%.
Gráfico1 . ¿Con qué frecuencia titiempo que querría a su pareja o a su familia?
Fuente: ESS2-2004 y ESS5
El Gráfico 2, que sitúa comparativamente a nuestro país con esta
medida, permite observar que en la
menos en la dimensión de tiempos) España no sólo está por debajo del entorno
europeo, sino que la evolución de la percepción se ha ido diferenciando con
respecto a la media general. Los españoles sentimos que n
trabajo familia ha disminuido en estos años mientras que la media de los
europeos siente que se ha incrementado.
193
A continuación, en el Gráfico 1 se muestra la comparación de los
porcentajes de españoles que percibían conflicto laboral-familiar en 200
(55,9%) y en 2010 (54,5%) en la medida en la que sentían que el trabajo les
impedía dedicar tiempo a su familia. En siete años, el porcentaje de
entrevistados que sienten este problema en los términos evaluados ha
. ¿Con qué frecuencia ti ene la sensación de que su trabajo le impide dedicar el tiempo que querría a su pareja o a su familia?
2004 y ESS5-2010, elaboración propia
El Gráfico 2, que sitúa comparativamente a nuestro país con esta
medida, permite observar que en la percepción del conflicto trabajo
menos en la dimensión de tiempos) España no sólo está por debajo del entorno
europeo, sino que la evolución de la percepción se ha ido diferenciando con
respecto a la media general. Los españoles sentimos que nuestro conflicto
trabajo familia ha disminuido en estos años mientras que la media de los
europeos siente que se ha incrementado.
A continuación, en el Gráfico 1 se muestra la comparación de los
familiar en 2003
da en la que sentían que el trabajo les
impedía dedicar tiempo a su familia. En siete años, el porcentaje de
entrevistados que sienten este problema en los términos evaluados ha
ene la sensación de que su trabajo le impide dedicar el
El Gráfico 2, que sitúa comparativamente a nuestro país con esta
percepción del conflicto trabajo-familia (al
menos en la dimensión de tiempos) España no sólo está por debajo del entorno
europeo, sino que la evolución de la percepción se ha ido diferenciando con
uestro conflicto
trabajo familia ha disminuido en estos años mientras que la media de los
Gráfico 2. Comparación de las respuestas afirmativas (A veces/a menudo/siempre) a la pregunta “¿Con qué frecuencia tiene la sentiempo que querría a su pareja o a su familia?” entre España y Europa
Fuente: ESS2-2004 y ESS5 El Gráfico 3 por su parte presenta el porcentaje de españoles que
percibían conflicto familiar
medida en la que apreciaban que a su familia les molestaba las demandas de
su trabajo.
España
Media
50
52
54
56
58
60
62
Po
rce
nta
je d
e r
esp
ue
sta
s¿Con qué frecuencia tiene la sensación de que su trabajo le
impide dedicar el tiempo que querría a su pareja o a su familia?
194
2. Comparación de las respuestas afirmativas (A veces/a menudo/siempre) a la pregunta “¿Con qué frecuencia tiene la sen sación de que su trabajo le impide dedicar el tiempo que querría a su pareja o a su familia?” entre España y Europa
2004 y ESS5-2010, elaboración propia
El Gráfico 3 por su parte presenta el porcentaje de españoles que
amiliar-laboral en 2004 (31,4%) y en 2010 (25,6%) en la
medida en la que apreciaban que a su familia les molestaba las demandas de
2004 2010
55,9 54,5
60,3 61,2
¿Con qué frecuencia tiene la sensación de que su trabajo le impide dedicar el tiempo que querría a su pareja o a su familia?
(G87 y G48)
2. Comparación de las respuestas afirmativas (A veces/a menudo/siempre) a la sación de que su trabajo le impide dedicar el
El Gráfico 3 por su parte presenta el porcentaje de españoles que
laboral en 2004 (31,4%) y en 2010 (25,6%) en la
medida en la que apreciaban que a su familia les molestaba las demandas de
¿Con qué frecuencia tiene la sensación de que su trabajo le impide dedicar el tiempo que querría a su pareja o a su familia?
Gráfico3. ¿Con qué frecuencia tiene la sensación de que su pareja o familia está harta de la presión
Fuente: ESS2-2004 y ESS5
Una vez más, el Gráfico 4 que presenta comparativamente esta medida
en España con el resto de países, señala cómo nos volvemos a situar por
debajo de la media también e
de la presión ha ido disminuyendo para los ciudadanos
195
Gráfico3. ¿Con qué frecuencia tiene la sensación de que su pareja o familia está harta de la presión que a usted le supone el trabajo?
2004 y ESS5-2010, elaboración propia
Una vez más, el Gráfico 4 que presenta comparativamente esta medida
en España con el resto de países, señala cómo nos volvemos a situar por
debajo de la media también en esta dimensión del conflicto y como la evolución
de la presión ha ido disminuyendo para los ciudadanos
Gráfico3. ¿Con qué frecuencia tiene la sensación de que su pareja o familia está harta de
Una vez más, el Gráfico 4 que presenta comparativamente esta medida
en España con el resto de países, señala cómo nos volvemos a situar por
n esta dimensión del conflicto y como la evolución
196
Gráfico 4. Comparación de las respuestas afirmativas (A veces/a menudo/siempre) a la pregunta “¿Con qué frecuencia tiene la sensación de que su pareja o familia está harta
de la presión que a usted le supone el trabajo?” entre España y Europa
Fuente: ESS2-2004 y ESS5-2010, elaboración propia
El punto anterior se completa con el Gráfico 5 que presenta el porcentaje
de ciudadanos que sienten que sus responsabilidades familiares les hacen
difícil trabajar en 2004 (25,8%) y en 2010 (11,6). Si bien a comienzos de la
década la percepción de esta tensión situaba a España por encima de la media
del resto de países europeos, en la actualidad, un porcentaje pequeño de
nuestra población percibe este problema.
2004 2010
España 31,4 25,6
Media 37,7 37,8
0
5
10
15
20
25
30
35
40
Po
rce
nta
je¿Con qué frecuencia tiene la sensación de que su pareja o
familia está harta de la presión que a usted le supone el trabajo?
Gráfico5. ¿Con qué frecuencia le resulta difícil concentrarse en el trabajo por sus
Fuente: ESS2-2004 y ESS5
Gráfico 6. Compara ción de las respuestas afirmativas (A veces/a menudo/siempre) a la pregunta “¿Con qué frecuencia le resulta difícil concentrarse en el trabajo por sus
responsabilidades familiares?” entre España y Europa
Fuente: ESS2-2004 y ESS5-2010, elaboración propia
España
Media
0
5
10
15
20
25
30
Tít
ulo
de
l e
je
¿Con qué frecuencia le resulta difícil concentrarse en el trabajo por sus
197
Gráfico5. ¿Con qué frecuencia le resulta difícil concentrarse en el trabajo por sus responsabilidades familiares?
2004 y ESS5-2010, elaboración propia
ción de las respuestas afirmativas (A veces/a menudo/siempre) a la pregunta “¿Con qué frecuencia le resulta difícil concentrarse en el trabajo por sus
responsabilidades familiares?” entre España y Europa
2010, elaboración propia
2004 2010
25,8 11,6
23 20,1
¿Con qué frecuencia le resulta difícil concentrarse en el trabajo por sus responsabilidades familiares?
Gráfico5. ¿Con qué frecuencia le resulta difícil concentrarse en el trabajo por sus
ción de las respuestas afirmativas (A veces/a menudo/siempre) a la pregunta “¿Con qué frecuencia le resulta difícil concentrarse en el trabajo por sus
2010
11,6
20,1
¿Con qué frecuencia le resulta difícil concentrarse en el trabajo por sus
3.2.
El Gráfico 7 presenta la evolución del porcentaje de ciudadanos
españoles que considera que su horario de trabajo se adapta bien o mal a su
vida personal y la comparación con el resto de Europa. Como se puede
apreciar, pese al marco jurídico y mediático sobre el tema, no ha habido en
España una evolución en la percepción de esta dimensión del conflicto familiar
y laboral, que, por otra parte, es peor que en el resto de Europa.
Fuente: elaboración propia a partir de la EWCS.
3.3.
La percepción sobre la equidad en la conciliación parece haber mejorado
en los últimos tres años a la luz de las respuestas de los barómetros del CIS
(ver Gráfico 8).
,0%
10,0%
20,0%
30,0%
40,0%
50,0%
60,0%
70,0%
80,0%
90,0%
Bien
2000ES 71,4%
EC12 80,7%
EU15 80,9%
EU27 80,4%
Títu
lo d
el e
je
¿Cuán bien se adapta su horario de trabajo a sus compromisos sociales y
198
Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo
El Gráfico 7 presenta la evolución del porcentaje de ciudadanos
españoles que considera que su horario de trabajo se adapta bien o mal a su
vida personal y la comparación con el resto de Europa. Como se puede
reciar, pese al marco jurídico y mediático sobre el tema, no ha habido en
España una evolución en la percepción de esta dimensión del conflicto familiar
y laboral, que, por otra parte, es peor que en el resto de Europa.
Gráfico 7. Adaptabilidad horario
Fuente: elaboración propia a partir de la EWCS.
Los barómetros del CIS
La percepción sobre la equidad en la conciliación parece haber mejorado
en los últimos tres años a la luz de las respuestas de los barómetros del CIS
Mal Bien Mal Bien
2000 2005 201028,6% 75,3% 24,7% 75,3%
19,3% 80,6% 19,4% 81,0%
19,2% 80,9% 19,1% 81,3%
19,6% 79,4% 20,5% 81,5%
¿Cuán bien se adapta su horario de trabajo a sus compromisos sociales y familiares fuera del trabajo? (q41)
Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo
El Gráfico 7 presenta la evolución del porcentaje de ciudadanos
españoles que considera que su horario de trabajo se adapta bien o mal a su
vida personal y la comparación con el resto de Europa. Como se puede
reciar, pese al marco jurídico y mediático sobre el tema, no ha habido en
España una evolución en la percepción de esta dimensión del conflicto familiar
La percepción sobre la equidad en la conciliación parece haber mejorado
en los últimos tres años a la luz de las respuestas de los barómetros del CIS
Mal
201024,8%
19,0%
18,7%
18,5%
¿Cuán bien se adapta su horario de trabajo a sus compromisos sociales y
199
Gráfico 8. Percepción conciliación género
Fuente: elaboración propia a partir de barómetros del CIS.
En este sentido, también se ha incrementado levemente el acuerdo
sobre la necesidad del permiso de paternidad remunerado y sobre la necesidad
de flexibilización de horarios (ver Gráfico 9), medidas que han escalado
posiciones con los años en el porcentaje de ciudadanos que las considera
prioritarias (11,7% frente a 12,3% en el primer caso y 22,3% frente a 22,9% en
el segundo).
Mejor Igual Peor N.S. N.C.
2007 5,5 15,9 75,8 2,1 0,7
2010 6,0 17,2 73,5 2,6 0,8
0,0
10,0
20,0
30,0
40,0
50,0
60,0
70,0
80,0
Por
cent
aje
de r
espu
esta
¿Cree Ud. que actualmente la situación de las mujeres en España es mejor, igual o peor que la de los hombres, en las posibilidades de compaginar la vida
laboral y familiar?
Gráfico 9. Opinión permiso paternal
Fuente: elaboración propia a partir de barómetros del CIS.
Por otra parte, en cuatro años ha disminuido moderadamente el
porcentaje de ciudadanos que considera que la conciliación es un problema
privado, como muestra el Gráfico 10, mientras que ha aumentado (t
moderadamente) el porcentaje de ciudadanos favorables a flexibilizar los
horarios de trabajo para la conciliación (Gráfico 11).
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
50
Muy de acuerdo
Bastante de acuerdo
2006 44,3 42,6
2010 46 42,7
Por
cent
aje
de r
espu
esta
sEstablecer un permiso de paternidad remunerado para el padre por el
200
Gráfico 9. Opinión permiso paternal
e: elaboración propia a partir de barómetros del CIS.
Por otra parte, en cuatro años ha disminuido moderadamente el
porcentaje de ciudadanos que considera que la conciliación es un problema
privado, como muestra el Gráfico 10, mientras que ha aumentado (t
moderadamente) el porcentaje de ciudadanos favorables a flexibilizar los
horarios de trabajo para la conciliación (Gráfico 11).
Bastante de acuerdo
Poco de acuerdo
Nada de acuerdo
Estoy en contra de cualquier
medida para la igualdad
N,S,
42,6 5 4,3 0,3 3,3
42,7 4,6 2,7 0,7 2,7
Establecer un permiso de paternidad remunerado para el padre por el nacimiento de un hijo
Por otra parte, en cuatro años ha disminuido moderadamente el
porcentaje de ciudadanos que considera que la conciliación es un problema
privado, como muestra el Gráfico 10, mientras que ha aumentado (también
moderadamente) el porcentaje de ciudadanos favorables a flexibilizar los
N,C,
0,4
0,7
Establecer un permiso de paternidad remunerado para el padre por el
Gráfico 10. Opinión problema privado
Fuente: elaboración propia a partir de barómetros del CIS
Gráfico 11. Opinión fle
Fuente: elaboración propia a partir de barómetros del CIS.
Más bien de acuerdo
Ni de acuerdo ni
2006 43
2010 40,4
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
50
Por
cent
aje
de r
espu
esta
sCompaginar la vida familiar y laboral es un tema privado de organización
0
10
20
30
40
50
60
Muy de acuerdo
Bastante de acuerdo
2007 57,1 36,9
2010 59,1 36
Por
cent
aje
de r
espu
esta
s
Flexibilizar los horarios de trabajo de hombres y mujeres con cargas familiares, para facilitar la conciliación de la vida personal y laboral
201
Gráfico 10. Opinión problema privado
Fuente: elaboración propia a partir de barómetros del CIS
Gráfico 11. Opinión fle xibilidad horarios
Fuente: elaboración propia a partir de barómetros del CIS.
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Más bien en desacuerdo
N,S,
13,1 37,6 5,7
10,9 42,3 5,8
Compaginar la vida familiar y laboral es un tema privado de organización doméstica
Bastante de acuerdo
Poco de acuerdo
Nada de acuerdo
Estoy en contra de cualquier medida para la
igualdad
N,S,
36,9 2,4 1,2 0,2 1,9
36 2,1 0,9 0,2 1,1
Flexibilizar los horarios de trabajo de hombres y mujeres con cargas familiares, para facilitar la conciliación de la vida personal y laboral
N,C,
0,6
0,6
Compaginar la vida familiar y laboral es un tema privado de organización
N,C,
0,3
0,6
Flexibilizar los horarios de trabajo de hombres y mujeres con cargas familiares, para facilitar la conciliación de la vida personal y laboral
202
4. Discusión
Pese al valor que tienen las variables e indicadores que miden la opinión
pública sobre el conflicto familiar y laboral y sus propuestas de solución, las
políticas de conciliación, no existe un mecanismo que registre
sistemáticamente la opinión de los ciudadanos con respecto a esta cuestión a
lo largo del tiempo. La valoración de la sensibilización respecto de estos temas
no ha sido pues prioritaria en los planes de evaluación de las políticas.
La falta de mediciones sistemáticas para conocer el clima de opinión
sobre la conciliación no resulta sorprendente habida cuenta que la inversión
realizada por organismos estatales y autonómicos en campañas de publicidad
institucional sobre la conciliación ha sido mínima. Como apunta el estudio de
Papí (2005), si bien se ha realizado un esfuerzo publicitario relacionado con la
igualdad, el tema que más ha acaparado la atención institucional ha sido el de
la violencia de género y “Con todo, si se compara la inversión con el resto de
“campañas de interés social” realizadas, la igualdad de oportunidades entre
mujeres y hombres no supera en ningún año el 1% de la inversión anual.
Además, la actividad publicitaria sufre una caída tras el año 2003 que no
parece recuperase (periodo 1999-2005)” (Papí, 2005: 753). Si no existe una
estrategia política y de comunicación que apueste por la sensibilización
sostenida en el tiempo en materia de conciliación aunque sí hay de acciones
puntuales que se repiten, sobre todo en torno al Día de la Mujer (Papí y
Cambronero, 2011), no se puede pedir una estrategia para la medición de los
resultados de estos no esfuerzos.
Al margen de estos apuntes, de acuerdo con las mediciones disponibles
(que no evalúan en sentido estricto el problema) parece que el conflicto familiar
y laboral no forma parte de las principales preocupaciones de los ciudadanos
españoles, o al menos, de las principales preocupaciones que consideran que
se deben hacer públicas.
En este sentido y según la revisión de los trabajos realizada, si bien ha
habido un cambio de opinión sobre algunos temas centrales en las Leyes de
conciliación y de igualdad (como la flexibilidad horaria o los permisos de
203
paternidad) el bajo uso de algunas medidas y la opinión sobre cuestiones -
como la desadaptación de horarios- hace pensar que todavía las políticas
impuestas no responden a las necesidades y deseos de los españoles.
La disminución de la incidencia de la percepción de tensión por la
compatibilidad familia trabajo nos aventuramos a interpretar que, al margen de
la incidencia real de las normativas y el marco social, han venido impulsadas
por el descenso del “trabajo” provocado por la crisis.
En el caso del conflicto familia ↔trabajo puede decirse que las agendas
“institucionales”, de las que hablaban Cobb y Eider (1972), no encajan (todavía
al menos) con las “sistémicas”. En las primeras (que integran el subconjunto
de asuntos que se presentan públicamente, para su consideración a las
instituciones del gobierno representativo), sí se ha incluido ya el conflicto
conciliación. No es de extrañar, puesto que según Cobb y Eider (1972), las
variables clave para que un asunto entre en ellas son la naturaleza del
conflicto respecto a un asunto; la escala y organización del grupo que los
respalda; la intensidad y extensión de las comunicaciones entre ese grupo y el
gobierno; y la disponibilidad de recursos. La conciliación “laboral y familiar”,
como herramienta para la igualdad ha sido un “artefacto” de la política
internacional desde el 95, necesario para la aceleración de la incorporación de
la mujer a un mercado de trabajo cada vez más ávido de mano de obra flexible.
Sin embargo, todavía la conciliación familiar y laboral no se integra en la
agenda, la “sistémica”, aquélla que incluye el conjunto de asuntos que se
consideran susceptibles de atención gubernamental por parte de la
comunidad. La inserción de los asuntos en esta agenda depende según Cobb
y Eider (1972), de: a) la atención y/o conciencia generalizada sobre/del
asunto; b) la noción de que es necesario atenderlo y c) que dicha
atención corresponde al gobierno. A la luz de los resultados todavía este
paso está gestándose y queda pendiente para análisis futuros ver cómo ha
evolucionado en el tiempo este proceso con la crisis económica que
estamos viviendo.
204
5. Referencias
Cobb, R. W., Elder, C. D. (1972), Participation in American politics: the dynamics of agenda-building, Allyn and Bacon, Boston.
Loseke, De (2003), Thinking about social problems: an introduction to construc- tionist perspectives (2nd ed.), Aldine de Gruyter, Hawthorne, Nueva York.
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205
ESTUDIO 5. EL CONFLICTO Y LA CONCILIACIÓN FAMILIAR Y LABORAL A PARTIR DE PARÁMETROS DE LA REALIDAD . EL MERCADO DE TRABAJO Y LOS USOS DEL TIEMPO
207
El impacto de la construcción social del problema de la conciliación sobre la realidad: aproximación empírica a la actividad y usos del tiempo en mujeres y hombres en España.
Resumen
A finales del siglo pasado se introduce en la agenda pública (política, mediática y de cierta sensibilidad social) el problema de la conciliación de la vida familiar y laboral y, sobre todo, la relevancia de este tema para la consecución de la plena incorporación de las mujeres al mercado laboral. Se valora aquí el impacto que las políticas públicas establecidas para este fin han tenido sobre algunas de las realidades que pretendían modificar. Ante la falta de medición sistemática y directa de “la conciliación” se analizan sus efectos sobre la “igualdad de género” a través de indicadores indirectos: la Encuesta de Población Activa (EPA) y la Encuesta del Empleo del Tiempo (EET). Los resultados apuntan que la legislación de los derechos laborales de conciliación ha tenido hoy por hoy efectos muy moderados (y en algunos casos, adversos) sobre la equidad entre hombres y mujeres.
Abstract At the end of the last century the problem of work and family life balance and, above all,
the relevance of this issue for achieving gender equality, is introduced into the public agenda (political, media and some social sensitivity). The impact of public policies on the realities that sought to modify is assessed in this text. In the absence of systematic measurement and direct "reconciliation" we analyze its effects on "gender equality" through indirect indicators: Active Population Survey (APS) and the Time Use Survey (TSE). The results point the legislation has had very modest effects (and in some cases, adverse ones) on equity between men and women.
209
1. Introducción
1.1.La medición de la conciliación familiar y laboral: el problema de los indicadores
A finales del siglo pasado por distintas causas se introduce en la agenda
pública (política, mediática y de cierta sensibilidad social) el problema de la
conciliación de la vida familiar y laboral y, sobre todo, la relevancia de este
tema para la consecución de la igualdad de género. En este contexto se ponen
en marcha diversas políticas públicas cuyo fin, como el apelativo indica, es
conciliar la esfera familiar y laboral delos ciudadanos y conseguir condiciones
que conduzcan a la equidad de sexos.
Llegados a este punto es preciso detenernos a valorar el impacto que
estas medidas han tenido sobre las realidades que pretendían modificar. Y nos
encontramos de entrada con un importante problema: el de la
operacionalización de los conceptos y la construcción de indicadores.
En efecto, como apuntan Milkie et al., (2010), la tradición científica
dedicada al estudio de las conexiones y desconexiones entre el mundo
productivo y reproductivo ha acuñado, desde las ciencias sociales, diversos
términos -en esencia, conflicto familiar-laboral y balance/equilibrio/ajuste
conciliación familiar y laboral. El conflicto familiar y laboral, científicamente,
como se ha visto, es el vocablo más delimitado (fundamentalmente desde la
psicología organizacional) y mejor operacionalizado. Así, Greenhaus y Singh
(2003) lo definen como algo que ocurre cuando “las presiones simultáneas de
los dominios del trabajo y la familia son incompatibles entre sí en algunos
aspectos, de tal manera que las demandas de una función hace que sea difícil
satisfacer las demandas de la otra función”. Dado el desarrollo y la naturaleza
del constructo, recientemente ha habido un conjunto de revisiones de las
medidas que se usan para valorarlo (Bellavia y Frone, 2005; MacDermid,
2005). Carlson y Grzywacz, (2008) mencionan siete escalas validadas
utilizadas habitualmente para valorar esta cuestión.
210
El balance/conciliación trabajo-familia y el ajuste trabajo-familia son dos
dimensiones adicionales de la interfaz de trabajo y la familia. De acuerdo con
Kalliath y Brough (2008: 326), el equilibrio trabajo-vida se puede definir como
“la percepción individual de que las actividades laborales y no laborales son
compatibles y permiten promover el crecimiento de acuerdo con las prioridades
de un individuo de vida actual”. El ajuste entre trabajo y la familia está
relacionado con el concepto anterior aunque conceptualmente es distinto del
equilibrio, porque, como indica Voydanoff (2005), se entiende en términos de
demandas y recursos. Así este autor argumenta que la medida en que la gente
siente que hay un “ajuste” entre su trabajo y su familia depende de si hay un
ajuste entre las demandas del trabajo y los recursos de la familia y entre las
demandas de la familia y los recursos de trabajo.
Pues bien, aunque en los últimos 20 años, como se ha expuesto, los
estados del bienestar han implantado muchas políticas de conciliación en un
intento de facilitar la presencia de los ciudadanos y ciudadanas tanto en el
ámbito productivo como en el reproductivo, lo cierto es que, como indican
Kalliath y Brough (2008: 324), “a falta de una medida bien desarrollada de
equilibrio trabajo-familia, la evaluación del impacto de tales intervenciones
empíricamente se vuelve problemática”.
El debate sobre las definiciones precisas de balance, conciliación y
ajuste familiar y laboral, así como sobre la fiabilidad y validez de las medidas
para cuantificarlo acaba de abrirse (Carlson y Grzywacz, 2008; Kalliath y
Brough, 2008; Voydanoff, 2005). Hoy por hoy, las pocas medidas de
conciliación que se han usado son evaluaciones individuales de los
encuestados en general sobre la magnitud de equilibrio en su vida personal y
familiar (Carlson y Grzywacz, 2008; Voydanoff, 2005b). Dado el limitado poder
psicométrico que ofrece un sólo elemento de las medidas, es importante que se
definan, se delimiten, se construyan y se validen bien los multi-elementos de
medidas de equilibrio (Carlson y Grzywacz, 2008: 67). En definitiva, la
211
conciliación es un concepto demasiado genérico, que requiere una mayor
precisión, y que no ha sido valorado directamente para medir la “eficacia” de
las políticas.
1.2.La conciliación para la igualdad, los indicadores indirectos. La medición de la realidad
Si bien “la conciliación” como concepto no ha sido sistemáticamente
medida, sí hay distintos indicadores indirectos del efecto que sobre la igualdad
de género han tenido este tipo de políticas públicas. Así, en España, el Instituto
Nacional de Estadística ofrece diversos asientos que proporcionan una
descripción de la posición de los hombres y mujeres dentro de las sociedades y
que dan información vinculada a la conciliación. En el mercado laboral, el INE
brinda la Encuesta de Población Activa (EPA), que proporciona un vínculo
específico sobre el Módulo de Conciliación del 2005 y del 2010. Asimismo, ya
dentro del epígrafe “Nivel, calidad y condiciones de vida” cabe destacar la
Encuesta del Empleo del Tiempo (EET).
La Encuesta de Población Activa (EPA) es una investigación continua y
de periodicidad trimestral dirigida a las familias, realizada por el INE desde
1964. Su finalidad principal es obtener datos de la fuerza de trabajo y de sus
diversas categorías (ocupados, parados), así como de la población ajena al
mercado laboral (inactivos). La muestra inicial es de 65.000 familias al
trimestre, quedando reducida en la práctica a aproximadamente 60.000 familias
entrevistadas que de manera efectiva equivalen a unas 180.000 personas. La
EPA clasifica a las personas encuestadas en activas e inactivas. Las activas:
mayores de 16 años que buscan empleo o que están trabajando. Las inactivas:
mayores de 16 años que no pueden o no quieren trabajar. Una cuestión crítica
en relación a la EPA es que no considera el trabajo doméstico y de los
cuidados como susceptibles de ser computables. Este lamentable olvido y
consecuente error metodológico ha llevado a la elaboración de otro tipo de
encuestas que parten de un concepto de trabajo más amplio que el
remunerado en el espacio productivo, en concreto, la Encuesta de Empleo del
Tiempo o Uso del Tiempo, EET.
212
La Encuesta de Empleo del Tiempo (EET), elaborada por el Instituto
Nacional de Estadística (INE) es un “estudio sobre la utilización del tiempo de
las personas. Por su propia naturaleza, es susceptible de cubrir multitud de
necesidades de información” 17.
Entre los principales objetivos que se asocian a este proyecto está el de
“contribuir a la formulación de políticas familiares y de igualdad entre géneros,
como las relativas a la relación entre la división del trabajo en el hogar y el
incremento de la participación de la mujer en el mundo laboral; conciliación de
las demandas del trabajo remunerado y la vida familiar; el cuidado de menores,
personas con discapacidades y enfermos crónicos”.
La EET consta de tres cuestionarios: Cuestionario de hogar;
Cuestionario individual y Cuestionario diario de actividades. La variable
fundamental a estudiar en la encuesta es la ACTIVIDAD PRINCIPAL, teniendo
en cuenta que en ocasiones se puede realizar más de una actividad, como
planchar y oír la radio por ejemplo. Los estadísticos o estimadores más
utilizados en relación con esta variable principal son la distribución de
actividades en un día promedio por tipo de día, el porcentaje de personas que
realizan una actividad en el transcurso del día y la duración media diaria
dedicada a la actividad por las personas que la realizan.
En la metodología de la encuesta se define la actividad principal como
“la acción principal realizada por la persona informante en un momento dado
matizada por las circunstancias o el contexto que acompañen a la acción”. La
lista de actividades que utiliza la EET es la adaptación al marco español de la
lista de actividades armonizada propuesta por Eurostat en sus directrices de
200818.
17 INE: “Encuesta de Empleo del Tiempo 2009-2010. Metodología. Julio de
2011”, página 12. http://www.ine.es/metodologia/t25/t25304471.pdf. 18 Ídem, página 47.
213
La clasificación de la actividad principal sigue un orden jerárquico de
actividades básicas que incluye: a) Tiempo personal necesario (necesidades
fisiológicas, cuidados personales); b) Tiempo contratado o comprometido
(trabajo, estudios); c) Tiempo comprometido en otras actividades (tareas
domésticas); d) Tiempo libre. A su vez, estos cuatro grupos forman una
estructura jerárquica de 10 actividades, anidada hasta tres dígitos19: 0.
Cuidados personales; 1. Trabajo remunerado; 2. Estudios; 3. Hogar y familia; 4.
Trabajo voluntario y reuniones; 5. Vida social y diversión; 6. Deportes y
actividades al aire libre; 7. Aficiones e informática; 8. Medios de comunicación;
9. Trayectos y empleo del tiempo no especificado20.
En este informe se analizarán y compararán datos derivados de la
primera Encuesta de Empleo del Tiempo 2002-2003 realizada en España, con
las correspondientes a la nueva edición de 2009-2010. Entre una y otra
encuesta han transcurrido siete años. El INE no realiza esta encuesta con una
periodicidad fija por el momento, salvo que en el próximo Plan Estadístico
Nacional se le asigne una periodicidad concreta21.
En el contexto anterior y para completar el análisis del problema de la
conciliación vida familiar y laboral en España en la última década, el presente
artículo se propone investigar el impacto social de la implantación de las
principales medidas de conciliación vida laboral y familiar, a través del análisis
de datos extraídos de las encuestas anteriores. Más concretamente
pretendemos:
1) Considerar, por géneros, la evolución del uso de medidas
para la conciliación, en concreto excedencias, permisos y
reducciones de jornada;
19 Ídem. Página 22. 20 Ídem, página 48. 21 Ídem, página 14.
214
2) Comparar los tiempos y cargas de trabajo globales de
mujeres y hombres (extraídos de la Encuesta de Empleo
del Tiempo), con especial atención al trabajo familiar y a las
horas dedicadas al espacio doméstico y a las tareas del
cuidado con objeto de medir si hay desigualdad o no en la
carga total de trabajo, según datos.
2. Metodología
Con el fin de cumplir nuestros objetivos, han sido consultadas la
Encuesta de Población Activa, desde 1999 hasta 2011, y la primera Encuesta
de Empleo del Tiempo 2002-2003 realizada en España, así como la nueva
edición de 2009-2010.
Respecto a la Encuesta de Empleo del Tiempo, los datos extraídos se
refieren al número de horas y tareas domésticas que realizan hombres y
mujeres al cabo del día. Los datos extraídos de la EPA han sido referentes a
número de permisos para el cuidado de hijos o persona dependiente; número
de reducciones de jornada de trabajo por cuidado de hijo menor o persona
dependiente; número de excedencias, todo ello por sexo. Para analizar la
evolución de la conciliación vida familiar y laboral hemos establecido una
clasificación dentro de la población activa u ocupada. En esta hemos
considerado el análisis de las cuestiones anteriores entre 2005 y 2011, pues
antes la EPA no planteaba estas preguntas en su encuesta.
Así, de una parte, se han extraído los permisos por nacimiento de un
hijo, excedencia por nacimiento de hijo u otras responsabilidades familiares
declarados por las personas que en la EPA afirman no haber trabajado la
semana anterior.
De otra, los motivos para la solicitud de la reducción de la jornada laboral
entre aquéllas personas que declaran en la EPA estar disfrutándola, entre los
215
que se contemplan el cuidado de niños o adultos. Esta segunda clasificación
tiene en cuenta que la reducción de jornada es una de las medidas de
conciliación vida familiar y laboral más solicitada.
Sin embargo, y dado que las suspensiones del contrato de trabajo por
permisos, licencias, excedencias o reducciones de jornada exigen,
lógicamente, un contrato de trabajo y unos meses de cotización a la seguridad
social, para contextualizar los datos, antes se ha revisado la evolución de las
tasas de actividad, paro, empleo e inactividad en el mercado de trabajo, años
1999 a 2011. De igual manera, bajo el subepígrafe inactividad, se han
analizado las “clases de inactividad” (jubilado, estudiante o labores del hogar)
para conocer los usos del tiempo de las personas inactivas y las “razones por
la que no busca empleo” al objeto de saber, por géneros, qué porcentaje de
población alega cuidado de niños y personas dependientes u otras razones.
En este estudio se ha considerado, en primer lugar, a las personas
activas que tienen empleo y que no trabajaron en la semana de referencia por
las siguientes razones: por “permiso por nacimiento de hijo”, “excedencia por
nacimiento de un hijo” y “razones personales o responsabilidades familiares”.
Este número de personas se ha contrastado con el total de las que faltaron al
trabajo, distinguiendo entre hombres y mujeres, para obtener el porcentaje de
unos o de otras en las situaciones antes mencionadas. No se trata del
porcentaje de hombres con respecto al de mujeres, sino que analiza cada sexo
independientemente.
En segundo lugar, y también en referencia a las personas de 16 y más
años con ocupación laboral, se analiza el peso que tiene, por un lado en los
hombres y por otro en las mujeres, en el hecho de tener jornada parcial por el
“cuidado de niños o de adultos enfermos, incapacitados o mayores”.
En tercer y último lugar, se tiene en cuenta a las personas de 16 y más
años que se consideran inactivas y que declaran no buscar empleo a causa de
216
las responsabilidades que tienen con hijos, adultos dependientes y otras
responsabilidades personales y familiares.
En todos los casos en los que se ha podido la serie que aquí se presenta
se refiere al periodo del año 1999 al año 2011. Hay que tener en cuenta que la
EPA se va adaptando, metodológicamente, a los cambios habidos en la
sociedad. En 2005 se realiza una gran modificación y por este motivo las series
que aquí se ofrecen, aunque parten de 1999, deben ser consideradas con la
debida prevención entre tres etapas: hasta 1999, de 2000 a 2004 y de 2005 a
2011. No obstante, se ha mantenido la serie en conjunto, salvo en la tabla
correspondiente a las “razones por las que no fue a trabajar teniendo empleo”,
porque esta pregunta aparece por primera vez en 2005.
Para este estudio se ha seleccionado el primer trimestre de cada año de
la serie. La razón es la operatividad y que el primer trimestre puede ser más
homogéneo en el entorno laboral y de los hogares que otros periodos, como los
que conciernen al periodo estival.
Con respecto a la EET, hemos extraído datos de la encuesta de dos
categorías fundamentales: actividades principales que se realizan al cabo de
un día en el espacio doméstico o uso del tiempo libre y actividades que se
realizan en el hogar y la familia (ambas según el porcentaje de personas que
realizan la actividad en el transcurso del día y la duración media dedicada a
esa actividad). La variable principal ha sido el sexo.
Asimismo, también de la EET, datos referentes al tipo de jornada
(completa o parcial; continua o partida) entre un segmento de población de 25
a 44 años que residen en un hogar en el que hay niños. De igual manera, para
ver mejor cómo afectan los permisos de maternidad y paternidad, a este
segmento de población, de la EET se extrajo la variable “motivos por los que no
trabajó teniendo empleo” entre la población ocupada.
217
3. Resultados
3.1. Análisis de la encuesta EPA. Mercado de trabajo.
3.1. I. Tasas de actividad. Analizando el periodo 1999-2011, la tasa de actividad de los varones de
16 o más años se ha incrementado en 1,98 puntos porcentuales y la de las
mujeres en el mismo periodo de tiempo en 13,26 puntos. Por tanto, la tasa de
actividad de las mujeres experimentó un crecimiento superior. Este dato
corrobora la significativa incorporación de las mujeres a la actividad económica
en los últimos años. (Ver tabla 1 y Gráfico 1).
Tabla1. Tasas de actividad de 16 y más años por sexo. España 1999-2011
TRIMESTRE TOTAL HOMBRES MUJERES 1999TI 52,06 65,45 39,41 2000TI 53,10 65,90 41,00 2001TI 52,57 65,69 40,14 2002TI 53,72 66,59 41,52 2003TI 54,93 67,27 43,19 2004TI 55,89 67,73 44,61 2005TI 56,90 68,42 45,89 2006TI 57,98 68,93 47,47 2007TI 58,58 68,93 48,61 2008TI 59,35 69,32 49,73 2009TI 60,15 69,11 51,51 2010TI 59,83 67,95 52,05 2011TI 59,88 67,43 52,67
Fuente: elaboración propia a partir de la EPA... Sin embargo, es preciso analizar de manera específica la evolución que
han registrado las cifras de actividad de hombres y mujeres del 2008 al 2011
pues se rompe la tendencia de años anteriores. Así, comparando las cifras del
primer trimestre del año 2008, según la EPA, con las cifras del mismo periodo
del año posterior, 2009, observamos que la tasa de actividad de los hombres
desciende en 0,2 puntos porcentuales y la de las mujeres se eleva en 1,7.
Según el INE en su informe: Mujeres y hombres en España 2009, la
actual crisis económica ha actuado diferencialmente sobre mujeres y hombres,
afectando de manera muy importante a sectores tradicionalmente poco
218
feminizados como la construcción. Esta es una de las causas del descenso de
la tasa de actividad de los hombres. “Las cifras de empleo y paro del último
trimestre de 2008 muestran un importante deterioro del empleo y aumento del
paro en varones, en comparación con el mismo periodo del año anterior,
fundamentalmente como consecuencia del rápido descenso que ha sufrido la
ocupación en los sectores de la construcción e industria en el año 2008” (INE,
2009: 34).
Gráfico 1.Evolución de las tasas de actividad por sexo. España 1999-2011
TASA DE ACTIVIDAD por sexo, España 1999-2011
AMBOS SEXOS
HOMBRES
MUJERES
25,00
30,00
35,00
40,00
45,00
50,00
55,00
60,00
65,00
70,00
75,00
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
%
Fuente: elaboración propia a partir de la EPA.
De igual manera podemos observar (Gráfico 1) que la tasa de actividad
entre hombres y mujeres se ha ido progresivamente acercando desde el 2002
al 2011. Así, si en 2002 la diferencia porcentual entre hombres activos y
mujeres activas era de 25 puntos porcentuales a favor de los hombres, en el
2009 la diferencia de la tasa de actividad entre mujeres y hombres se reduce a
17,6. Por tanto, la diferencia porcentual de la tasa de actividad entre mujeres y
hombres en estos años ha disminuido en 7,55 puntos. Si observamos la gráfica
219
anterior veremos que a partir de 2002 se acentúa la incorporación de la mujer
al mercado de trabajo.
No obstante, resulta muy interesante señalar cómo afecta la maternidad
o las cargas familiares al ciclo vital-laboral de la mujer. Investigaciones sobre la
Situación socio laboral de mujeres y hombres en la Región de Murcia y en
España: una relación asimétrica (Frutos, 2008) muestran que -frente a la tasa
de actividad masculina a lo largo de todo su ciclo vital, que dibuja una curva
con forma de U invertida-, la curva de la tasa de actividad femenina es bien
distinta, crece hasta los 30 años que es la edad del nacimiento del primer hijo y
a partir de esa edad inicia el descenso. De hecho, las tasas de actividad de las
mujeres se reducen significativamente en el arco de edad de 30 a 39 años, “lo
que muestra una intensificación de los problemas relacionados con las
dificultades de las mujeres en diversas etapas de su trayectoria laboral: cuando
tienen hijos menores a su cargo o cuando tienen que atender a personas
mayores dependientes” (Frutos, 2008: 241-242).
3.1. II. Tasas de paro El paro es uno de los problemas sociales y económicos más graves en
nuestra sociedad. Primero por cómo influye sobre el individuo, su identidad,
estatus y bienestar y segundo, por ser un indicador fuerte de la economía de un
país. Lamentable y equivocadamente, el paro es entendido como problema
fundamentalmente masculino. La valoración social sobre este fenómeno es
distinta cuando se trata de mujeres o de hombres.
“Cuando afecta a los hombres es un problema social grave,
cuando afecta a las mujeres es un problema social tolerable.
¿Por qué si se trata del mismo fenómeno? Porque en el
universo simbólico todavía impera la idea de que el hombre es
el ganapán y la mujer el ama de casa, por ello, no se ve tan
grave el paro femenino y resulta socialmente más tolerable
aunque duplique las tasas de paro de los varones” (Frutos,
2008: 88).
220
Tabla 2.Evolución de la tasa de paro por sexo. España 1999-2011
TRIMESTRE TOTAL HOMBRES MUJERES 1999TI 16,78 12,18 24,01 2000TI 14,79 10,34 21,56 2001TI 10,94 7,92 15,62 2002TI 11,57 8,29 16,54 2003TI 11,96 8,65 16,87 2004TI 11,50 8,58 15,73 2005TI 10,19 7,77 13,64 2006TI 9,07 6,81 12,22 2007TI 8,47 6,32 11,39 2008TI 9,63 7,87 11,99 2009TI 17,36 16,86 18,01 2010TI 20,05 19,96 20,16 2011TI 21,29 20,76 21,94
Fuente INE www.ine.es Elaboración propia
En 1999 la tasa de paro femenina (24%) duplicó a la masculina (12,1%).
Una primera mirada sobre el periodo 1999-2011 muestra que la tasa de
paro femenina está muy por encima de la masculina, y, si observamos
detenidamente, podemos distinguir cuatro etapas de análisis:
1) La primera, de 1999 a 2001, en la que la tasa de paro de
hombres y mujeres baja considerablemente (4,2 puntos en
el caso de los hombres y 8,4 puntos en el caso de las
mujeres). Se observa, pues, que en este periodo de tres
años, la tasa de paro femenina disminuye casi en 4,2
puntos con relación a los hombres, lo que confirma la
progresiva incorporación al empleo de las mujeres en
España;
2) La segunda, de 2002 a 2003 en la que la tasa de paro total
sube sólo en 0,2 puntos en los hombres y 0,3 en las
mujeres. Pero con referencia al año de partida 1999, la
tasa de paro de las mujeres y los hombres continúa
descendiendo;
221
3) La tercera, de 2004 a 2007, en la que el número de
parados disminuye considerablemente, siendo en el año
2007 la tasa de paro en hombres y mujeres más baja de
esta década (sólo un 6,3% y un 11,3% respectivamente);
4) La cuarta, de 2008 a 2011, donde se observa un cambio en
la tendencia a la baja. La tasa de paro comienza a subir
significativamente en 2008 hasta alcanzar la cota más alta
de esta década en los hombres (20,76%) en 2011. En las
mujeres, en cambio, a pesar de que se produce un
aumento también significativo (se pasa de un 11,9% a un
21,9%), no se supera el porcentaje de mujeres paradas de
1999, el 24%. Sin duda, la consolidación de la mujeres en
el mercado laboral como trabajadoras y también los
empleos más feminizados, en el sector servicios, que han
resistido mejor el inicio de la crisis que la construcción o la
industria, sectores más masculinizados, es la explicación a
este hecho.
222
Gráfico 2. Evolución de las tasas de paro por sexo. España 1999-2011
TASA DE PARO por sexo, España 1999-2011
AMBOS SEXOS
HOMBRES
MUJERES
5,00
7,00
9,00
11,00
13,00
15,00
17,00
19,00
21,00
23,00
25,00
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
%
Fuente: elaboración propia a partir de la EPA.
De nuevo hay que afirmar, analizando el Gráfico2 desde la perspectiva
de género, que la reducción del diferencial entre la tasa de paro femenina y
masculina en 0,08 puntos porcentuales en 2010 supone el valor más bajo
conocido, que no tiene precedentes en la década que hemos analizado. Pero,
como se observa en la gráfica, habría que ver si esta “igualdad a la baja” entre
las tasas de paro femenina y masculina se mantiene una vez salida de la crisis,
puesto que en 2011 ya se va agrandando.
Parece que las crisis de empleo afectan en primer lugar a los hombres y
un poco más tarde a las mujeres. Al menos eso representa el gráfico que viene
a continuación, con la evolución de la tasa de paro según la EPA, que va desde
223
el tercer trimestre de 1976 hasta el tercer trimestre de 2011, porque parece
significativo para evaluar la relación de mujeres y hombres con el desempleo.
Gráfico 2.1. Evolución de las tasas de paro por sexo. España 1976-2011
Evolución de la tasa de paro por sexo. Periodo de 1976 a 2011
Hombres
19,81%19,55%
21,04%
Mujeres
31,96%
28,24%
22,10%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
1976TIII 1981TIII 1986TIII 1991TIII 1996TIII 2001TIII 2006TIII 2011TIII
Fuente INE www.ine.es Elaboración propia
3.1. III. Tasas de empleo y evolución del uso de medidas para la conciliación vida familiar y laboral.
El análisis de los datos de actividad y paro han de ser completados con
los datos de empleo. La Tabla 3 muestra la tasa de empleo por sexo y a partir
de la edad laboral, 16 años, de la población española en el arco de tiempo que
va de 1999 a 2011.
Tabla 3. Evolución de la tasa de empleo por sexo. España 1999-2011 TRIMESTRE TOTAL HOMBRES MUJERES
1999TI 43,32 57,48 29,95
2000TI 45,25 59,09 32,16
2001TI 46,82 60,49 33,88
2002TI 47,51 61,06 34,65
2003TI 48,36 61,45 35,90
2004TI 49,46 61,92 37,59
2005TI 51,10 63,10 39,63
224
2006TI 52,72 64,23 41,67
2007TI 53,62 64,57 43,08
2008TI 53,63 63,87 43,77
2009TI 49,70 57,46 42,23
2010TI 47,84 54,39 41,55
2011TI 47,13 53,43 41,11
2011TIII 47,17 53,41 41,23
Fuente INE www.ine.es
Analizando la tasa de empleo entre 1999 y 2011, observamos también
dos etapas de análisis (Ver gráfico 4):
1) La primera, de 1999 a 2007, muestra una tasa de empleo en hombres
que pasa de 57,4% a 64,5% (crece 7,1 puntos). La tasa de empleo de
las mujeres crece mucho más (13,1 puntos), pasa de 29,9% a 43% en
2007;
2) La segunda, de 2008 a 2011, en la que se produce un descenso notable
de la tasa de empleo (en hombres baja en 11,16 puntos y en mujeres
sólo 2,5 puntos). Así las cosas, la tasa de empleo de las mujeres en esta
década y dos años ha crecido significativamente 11,2 puntos
porcentuales, superando considerablemente el crecimiento de la tasa de
empleo de los hombres que, debido a la crisis, ha descendido en 4
puntos.
225
Gráfico 3.Evolución de las tasas de empleo por sexo. España 1999-2011
TASA DE EMPLEO por sexo, España 1999-2011
AMBOS SEXOS
HOMBRES
MUJERES
25,00
30,00
35,00
40,00
45,00
50,00
55,00
60,00
65,00
70,00
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
%
Fuente: elaboración propia a partir de la EPA.
A pesar de ese aumento notable de la tasa de empleo de las mujeres en
España en la última década, tenemos que constatar que, primero, las mujeres
han estado menos representadas que los hombres en la contratación fija y,
segundo, en todas las cohortes de edad, las mujeres tienen una incidencia
mayor que los hombres en la contratación temporal.
A. Permisos por nacimiento de un hijo, excedencias por nacimiento de hijos, permisos por razones personales o responsabilidades familiares.
En el periodo entre 2005 y 2011 se da una evolución en el uso de
medidas y permisos de conciliación vida laboral y familiar en las mujeres, pero
no en los hombres. Así, observamos un incremento de 3,7 puntos porcentuales
en la solicitud del permiso por nacimiento de hijo y un tímido avance en el uso
de este permiso en los hombres que, en el mismo periodo de tiempo, aumenta
en 1 punto. No son significativos los datos de excedencias en los hombres ni
226
tampoco relevantes en las mujeres en las que se observa una evolución sólo
de 0,9 puntos, siendo ésta una medida legal de poca aceptación para conciliar
la vida laboral y familiar al no estar retribuida, lo que castiga económicamente a
las familiasi.
Si ponemos en relación el uso de estos permisos según el sexo, vemos
cómo la distancia entre los porcentajes es muy alta: un 13,8% de mujeres con
empleo se acogen a estos permisos frente a un 1,9% de hombres. El hecho de
que sean las mujeres las que solicitan sistemáticamente estas medidas se
puede relacionar con efectos negativos en la carrera profesional de las
trabajadoras (Martín Llaguno, Beléndez Vázquez, Hernández Ruiz, 2007). (Ver
gráfico 4)
Gráfico 4.Motivos por los que no se trabajó en la semana de referencia por sexo.
MUJERES OCUPADAS 2011 Motivos por los que no han trabajado en la semana de
referencia.
Vacaciones33,88%
Enfermedad, IT43,87%
Paro parcial por razones técnicas
0,95%
Regulación de empleo0,54%
Huelga o conflicto laboral
0,00%
Permiso por nacimiento de hijo
13,18%
Otros motivos7,58%
227
HOMBRES OCUPADOS 2011 Motivos por los que no han trabajado en la semana de
referencia.
Vacaciones38,54%
Enfermedad, IT45,03%
Paro parcial por razones técnicas
4,54%
Regulación de empleo2,32%
Huelga o conflicto laboral
0,05%
Permiso por nacimiento de
hijo1,92%
Otros motivos7,60%
Respecto al permiso por nacimiento de hijo, en los varones, los
porcentajes son muy reducidos y se incrementan ligeramente a partir del 2008,
tras la entrada en vigor de la Ley de igualdad que introduce un permiso de
paternidad de 13 días de duración y de titularidad paterna. Tras la Ley, el
porcentaje de hombres que solicitan este permiso pasa de 0,3 en 2007 a 1,9 en
2011. Los datos confirman un incremento relativo importante en el uso de esta
medida (Ver tabla y gráfico 5).
Tabla 5. Evolución del porcentaje de hombres y mujeres que no ha trabajado en la semana de referencia por PERMISO POR NACIMIENTO DE HIJO y sexo. Porcentaje sobre
el total de permisos. Periodo 2005 a 2011.
Primer trimestre del año % Total % Permisos
por nacimiento
de hijo
% Resto de motivos
Nº personas
Hombres
2011 100,0 1,9 98,1 433.500
2010 100,0 1,1 98,9 568.500
2009 100,0 1,2 98,8 672.800
2008 100,0 1,6 98,4 750.200
2007 100,0 0,3 99,7 582.700
2006 100,0 0,3 99,7 556.900
228
2005 100,0 0,2 99,8 764.500
Mujeres
2011 100,0 13,1 86,9 505.300
2010 100,0 13,3 86,7 590.800
2009 100,0 11,8 88,2 611.400
2008 100,0 10,8 89,2 738.500
2007 100,0 11,0 89,0 597.000
2006 100,0 11,1 88,9 551.800
2005 100,0 8,1 91,9 688.600
Fuente INE www.ine.es Elaboración propia
229
Gráfico 5. Evolución del porcentaje de hombres y mujeres que no trabajaron teniendo empleo por permiso por nacimiento de un hijo, excedencias por nacimiento de un hijo y razones personales o responsabilidades familiares. Población ocupada. España 2005-
2011
Población ocupada que no ha trabajado en la semana de referencia por PERMISO POR NACIMIENTO DE HIJO y sexo.
Porcentaje sobre el total de permisos.Periodo 2005 a 2011
Hombres
Mujeres
0%
5%
10%
2011201020092008200720062005
Fuente: elaboración propia a partir de la EPA.
B. Reducción de jornada.
Otra de las grandes variables que nos permite aproximarnos al problema
de la conciliación vida familiar y trabajo es la reducción de la jornada laboral por
parte de la población activa u ocupada. Se trata de un derecho del trabajador el
solicitar una disminución en su horario laboral entre un octavo y un medio, con
la reducción proporcional de sueldo, por los siguientes motivos: lactancia,
nacimiento de hijo prematuro, guarda legal de un menor o familiar directo hasta
el segundo grado de consanguinidad que no pueda valerse por sí mismoii.
En las siguientes inserciones podemos observar:
230
-La diferencia en el uso de la jornada a tiempo parcial como medida de
conciliación entre mujeres y hombres ocupados a lo largo del periodo1999-
2011 (Gráfico 6);
-Los motivos para la solicitud de la reducción de la jornada laboral entre
mujeres y hombres, que pueden ser para el cuidado o porque el tipo de
contrato se establezca así (otros motivos) (Tabla 6).
Gráfico 6.Evolución del porcentaje de hombres y mujeres que se acogieron a la jornada a tiempo parcial. Población ocupada. España 2005-2011
Población ocupados a tiempo parcial por CUIDADO DE NIÑOS Y ADULTOS DEPENDIENTES y por OTRAS OBLIGACIONES
FAMILIARES O PERSONALES por sexo. Porcentaje sobre el total de motivos. Periodo 2005 a 2011.
Hombres
Mujeres
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
2011201020092008200720062005
231
Tabla 6.Evolución de los motivos por los que la población ocupada solicita jornada parcial. Por sexo. España 1999-2011
Primer trimestre del
año:
% total % Cuidado de niños o de
adultos enfermos,
incapacitados o mayores
% Otras obligaciones familiares o personales
% Resto de motivos de la
jornada parcial
Nº de personas
Hombres
2011 100,00 1,79 2,08 96,13 614.800
2010 100,00 2,06 1,37 96,57 533.500
2009 100,00 1,56 1,90 96,54 500.600
2008 100,00 1,17 3,48 95,34 493.800
2007 100,00 1,03 3,80 95,18 534.800
2006 100,00 1,24 1,37 97,39 525.200
2005 100,00 2,64 3,61 93,75 538.000
Mujeres
2011 100,00 16,13 7,93 75,95 1.951.600
2010 100,00 15,99 9,30 74,71 1.918.200
2009 100,00 18,55 11,19 70,26 1.922.300
2008 100,00 18,60 14,46 66,94 1.956.000
2007 100,00 17,79 14,10 68,11 1.960.000
2006 100,00 15,93 14,86 69,21 1.888.600
2005 100,00 15,53 14,35 70,12 1.888.200
Fuente INE www.ine.es Elaboración propia
Así, en el último lustro, el porcentaje de mujeres que se acogen a la
reducción de jornada alegando como motivo principal el cuidado de niños o de
adultos dependientes ha sido siempre superior al 15% frente al menos del 3%
de los hombres. Sin embargo, en el caso de los varones se aprecia una
evolución notable en el uso de esta medida. Así, si nos remitimos a los datos
de la EPA de principios de siglo observamos que en 1999 el porcentaje de
hombres que se acogía a esta reducción era de 0,2 mientras que en 2005 el
porcentaje llegó a 2,6%. En el caso de las mujeres, además de subrayar la
distancia de los porcentajes con los masculinos, hay que enfatizar la progresiva
evolución del uso de estos permisos (que pasan de un 12,5% en 1999 a un
16,3 en 2011). Cabe destacar el máximo del 18,5% en 2009. La creciente
dificultad de la mujer trabajadora para conciliar los dos espacios el laboral y el
familiar y su renuncia a abandonar el espacio laboral cuando tiene cargas
familiares -que es una gran diferencia entre la generación de las mujeres que
232
ahora tienen 50 años y la generación de 40-, lleva al incremento del uso de
esta medida y, en el fondo, institucionaliza la doble presencia (pero siempre
que el mercado lo permita).
“Las dos formas de doble presencia –la doble jornada y la
alternancia entre el empleo y el trabajo doméstico- son rasgos
específicos del trabajo femenino que determinan la manera de
acceder y de situarse en el mercado /…/ La combinación de
trabajo remunerado y responsabilidades familiares, que
actualmente presentan valores relativamente elevados entre la
población más joven, entre las mujeres de más edad es poco
relevante, puesto que la mayoría de ellas se retiraron del
mercado de trabajo en el momento en que contrajeron
matrimonio y la reincorporación posterior ha sido muy escasa”
(Frau, 1998:30-31).
No en vano, la reducción de jornada permite atender de manera más
desahogada la vida familiar sin abandonar el espacio laboral. Sucede que el
precio que ha de pagar la mujer por reducir su jornada laboral se relaciona con
el techo de cristal: es decir, implica la renuncia al ascenso y al progreso en el
espacio laboral (Martín Llaguno, Beléndez Vázquez, Hernández Ruiz, 2007).
Es importante señalar que en España se ha pasado del modelo de
familia hombre-sustentador/mujer-ama de casa al modelo de familia conocido
como de dos sustentadores, en la que los dos miembros trabajan. Este modelo
familiar ha influido en la presencia de la doble jornada de la mujer, que trabaja
dentro y fuera de casa.
Precisamente este nuevo modelo, de la doble jornada, ha producido
medidas de flexibilización en el mercado de trabajo, entre otras, el aumento de
empleos temporales en el sector servicios, tradicionalmente muy feminizado.
Siendo este un sector, que frente al de la industria, permite la fragmentación
233
horaria de los contratos, contratos a tiempo parcial y jornadas variables a lo
largo del año en función de las necesidades productivas.
“A menudo se ha planteado la cuestión de la flexibilidad como
un factor explicativo de la situación de las mujeres en el
mercado laboral. Unas veces afirmando que los problemas de
empleo femenino se explican por su menor predisposición a
aceptar horarios de trabajo particulares, debido a “su menor
flexibilidad”, otras veces se presenta el empleo a tiempo parcial
como una medida adecuada para la integración femenina en el
mercado laboral. En este debate falta asumir otra visión que
correspondería con la idea de que mujeres y hombres son
ciudadanos con los mismos derechos y deberes y las
características biológicas diferentes no pueden justificar una
menor valoración de la diferencia femenina, pues un concepto
previo es que la diferencia no tiene por qué equivaler a
desigualdad. Las mujeres quieren tener con el mercado de
trabajo una relación individualizada como los varones, ya que
del trabajo se derivan derechos fundamentales y cualquier
merma en los contratos de trabajo, tiempo fuera del mercado,
etc., se traduce en algo muy negativo para ellas a corto, medio
y largo plazo” (Frutos, 2008: 248).
Hay que señalar también que según la Encuesta de Población Activa
(INE, 2009: 36), el motivo principal de la reducción de jornada en los hombres
es no haber podido encontrar trabajo a jornada completa. En cambio, en las
mujeres, es el cuidado de menores o de personas adultas dependientes.
En definitiva, a pesar, del progresivo aumento de los índices de actividad
y ocupación de la mujer en esta década, que reflejan su progresiva
incorporación como fuerza de trabajo al mundo productivo, no se ha producido
el consiguiente aumento de los índices de participación del hombre en el
espacio doméstico y en las tareas del cuidado. Así lo demuestra el hecho de
que las medidas para conciliar la vida laboral y la familiar sean solicitadas en
un alto porcentaje y con grandes diferencias porcentuales por mujeres.
Podemos concluir que el proceso de incorporación reciente de la mujer al
234
mercado de trabajo no ha sucedido acompañado de una creciente
incorporación de los hombres a las tareas del cuidado propias del espacio
doméstico.
3.2. IV. Tasas de inactividad. Hemos analizado las tasas de empleo para ver qué medidas de
conciliación eran demandadas por la población ocupada, qué motivos alegaban
y cuál era la diferencia, por sexos, en el uso de estas medidas. Pasamos ahora
a analizar la población inactiva por ser la población más feminizada, que
incluye a jubilados, mujeres y estudiantes.
Una crítica metodológica importante, que ya hemos señalado varias
veces en esta investigación, es que la EPA sitúe al trabajo doméstico dentro de
la categoría de inactividad. Es por ello que a pesar del aumento de la actividad
femenina, la tasa de inactividad es muy elevada. Como vemos en la siguiente
tabla (ver Tabla 7) y en el gráfico posterior, la asimetría con los hombres es
todavía muy grande, aunque ha ido reduciéndose progresivamente.
Tabla 7. Evolución de la tasa de inactividad por sexo. España 1999-2011
TRIMESTRE TOTAL HOMBRES MUJERES
1999TI 47,57 33,79 60,59
2000TI 46,59 33,46 59,00
2001TI 47,27 33,97 59,86
2002TI 46,28 33,41 58,48
2003TI 45,07 32,73 56,81
2004TI 44,11 32,27 55,40
2005TI 43,10 31,58 54,11
2006TI 42,02 31,07 52,53
2007TI 41,42 31,07 51,39
2008TI 40,65 30,68 50,27
2009TI 39,85 30,89 48,49
2010TI 40,17 32,05 47,95
2011TI 40,12 32,57 47,33
2011TIII 39,89 32,36 47,07
Fuente INE www.ine.es Elaboración propia
La evolución de la Tasa de inactividad es significativa al comparar entre
mujeres y hombres: el 47% de las mujeres y el 32% de los hombres de 16 años
y más se declaran población inactiva en 2011. El cambio está en las mujeres
235
que al inicio del periodo en 1999, como refleja la tabla y gráfico 5, alcanzaban
el 60% de la Tasa de inactividad.
En el primer trimestre de 1999 el total de población inactiva ascendía a
un 47,5% de la población. La proporción de mujeres inactivas en ese año casi
duplicaba a la de hombres (60,5% frente al 33,7%). En la década de 1999 a
2009 observamos un descenso creciente del número de mujeres inactivas que
pasa a un 48,4%, (12,1 puntos porcentuales menos). En el caso del hombre la
tasa de inactividad de la década desciende sólo en 2,9 puntos porcentuales.
Cabe señalar que se observa un cambio de tendencia en el descenso de la
tasa de inactividad en los hombres a partir de 2008 que se pasa de un 30,6% a
un 30,8%, (más 0,2). La crisis es la explicación posible a esto. La tasa de
inactividad de las mujeres a partir del 2008 continúa descendiendo en 1,7
puntos. Por lo que la tasa de inactividad de hombres y mujeres se va
aproximando (Ver gráfico 7).
Gráfico 7. Evolución de las tasas de inactividad. Por sexo. España 1999-2011
TASA DE INACTIVIDAD por sexo, España 1999-2011
AMBOS SEXOS
HOMBRES
MUJERES
25,00
30,00
35,00
40,00
45,00
50,00
55,00
60,00
65,00
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
%
Fuente: elaboración propia a partir de la EPA.
236
La disparidad de datos entre la población femenina y la masculina
respecto a la tasa de inactividad, es decir, la feminización de la tasa de
inactividad, muestra que el trabajo doméstico es una tarea fundamentalmente
de las mujeres. Así pues, la división sexual del trabajo existe también entre la
población inactiva.
“Es imposible pensar en una incorporación de las mujeres al
mercado de trabajo en los mismos términos que los varones.
Para ello habría que elaborar una nueva organización social de
tiempos y espacios. Si mujeres y hombres participasen en un
mercado de trabajo con las características actuales implicaría
una negación de la vida y graves consecuencias para la
población dependiente. Si se acepta que la reproducción
humana no es un fenómeno privado que concierna sólo a las
mujeres, sino que es algo social y político, las soluciones
deberían ser colectivas. La propia Encuesta de Población
Activa da pistas de los motivos que argumentan hombres y
mujeres para no buscar trabajo y permanecer en la inactividad”
(Frutos, 2008: 85).
A. Razones principales de la inactividad.
Como se observa en el gráfico 8, en los varones inactivos, el motivo
principal de inactividad es la jubilación, un 60%, mientras que en las mujeres
inactivas el motivo principal de esta inactividad es labores del hogar, un 41%.
237
Gráfico 8. Varones y mujeres inactivos por clase principal de inactividad. Comparativa. España 2011
HOMBRES INACTIVOS 2011Por clase de inactividad
Otras pensiones3% Otras
4%Incapacidad permanente
8%
Labores del hogar
5%
Estudiante20%
Jubilación o prejubilación
60%
MUJERES INACTIVAS 2011Por clase de inactividad
Otras pensiones
17%
Otras1%
Jubilación o prejubilación
20%
Estudiante14%
Labores del hogar
41%
Incapacidad permanente
7%
Fuente: EPA. Elaboración propia a partir de datos del INE: 2011.
Otras causas de inactividad entre las mujeres por orden de mayor
porcentaje a menor son: jubilada un 20% (en los hombres era de un 61%,
lógicamente hay menos mujeres en el espacio productivo), perceptora de
pensión distinta a la de jubilación (puede ser viudedad), 7%; estudiante 14%;
incapacitada 7%; y otros.
238
B. Evolución de las razones principales de la inactividad.
En cuanto a la evolución de las razones por las que no se busca empleo,
observamos que las mujeres están muy representadas en el cuidado de niños
o adultos dependientes, aunque se produce una leve disminución en el espacio
de tiempo que va de 2005 a 2011.
Tabla 8.Evolución de las razones por las que no se busca empleo en la población inactiva. Por sexo. España 2005-2011. Porcentaje sobre el resto de motivos
Primer
trimestre del año:
% Total % Cuidado niños o adultos
dependientes
% Otras responsabi
lidades familiares
o personales
% Resto de motivos
Total personas
Hombres 2011 100,00 0,38 1,19 98,43 6.132.600 2010 100,00 0,26 1,43 98,31 6.034.400 2009 100,00 0,35 1,24 98,42 5.821.800 2008 100,00 0,30 1,42 98,28 5.727.800 2007 100,00 0,31 1,22 98,47 5.704.300 2006 100,00 0,33 1,07 98,60 5.600.400 2005 100,00 0,37 0,99 98,64 5.586.000
Mujeres 2011 100,00 6,59 16,57 76,84 9.317.600 2010 100,00 6,87 17,25 75,87 9.409.500 2009 100,00 7,43 19,64 72,93 9.485.300 2008 100,00 7,91 24,99 67,10 9.738.400 2007 100,00 8,86 24,39 66,75 9.799.200 2006 100,00 8,40 25,08 66,52 9.864.000 2005 100,00 9,40 24,60 66,00 10.009.900
Fuente INE www.ine.es Elaboración propia
Fuente: elaboración propia a partir de la EPA.
Lo más significativo de la población inactiva que alega razones de
cuidado de niños y adultos dependientes es la diferencia que se establece
entre hombres y mujeres que aducen este motivo. Si en 2009, un 27% de las
mujeres inactivas declaran no buscar trabajo por dedicarse a cuidados de niños
o adultos u toras responsabilidades familiares, el porcentaje masculino es
significativamente inferior: 1,59%. Esta tendencia ha ido a la baja a partir de
2009 probablemente motivada por la crisis. No obstante, la razón principal, de
239
la permanencia en la inactividad de las mujeres se sigue encontrando en su rol
de dispensadora principal de cuidados familiares y por tanto en el arraigo de la
división sexual del trabajo. Estos datos se ven ratificados si se observa el
porcentaje de mujeres que está inactivo por dedicación a las labores del hogar,
frente al porcentaje de hombres (ver tabla 9). No obstante, si se analizan los
datos a partir de 2008 se puede observar que la crisis (empujada
probablemente también por el contexto social) está modificando esta tendencia
especialmente entre las féminas.
Tabla 9.Evolución de la población inactiva por dedicación a las labores del hogar por sexo. Porcentaje sobre el resto de causas. España 2005-2011.
Primer
trimestre del año: % Tota l % Labores del hogar % Resto de clases de inactividad Total
personas
Hombres 2011 100,00 4,97 95,03 6.132.600 2010 100,00 5,52 94,48 6.034.400 2009 100,00 4,72 95,28 5.821.800 2008 100,00 4,72 95,28 5.727.800 2007 100,00 3,99 96,01 5.704.300 2006 100,00 4,09 95,91 5.600.400 2005 100,00 2,73 97,27 5.586.000
Mujeres 2011 100,00 41,12 58,88 9.317.600 2010 100,00 42,96 57,04 9.409.500 2009 100,00 44,70 55,30 9.485.300 2008 100,00 46,33 53,67 9.738.400 2007 100,00 46,60 53,40 9.799.200 2006 100,00 47,41 52,59 9.864.000 2005 100,00 47,10 52,90 10.009.900
Fuente INE www.ine.es Elaboración propia
240
Gráfico 9. Evolución de la población inactiva por dedicarse a las labores del hogar. Porcentaje sobre el resto de causas. España 2005-2011.
Población inactiva por dedicación a LABORES DEL HOGAR por sexo. Porcentaje sobre el resto de causas.
Periodo 2005 a 2011.
Hombres
Mujeres
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
45%
50%
55%
60%
2011201020092008200720062005
3.2. Análisis de la encuesta ETT. Aproximación a los usos del tiempo en la población española.
3.2. I. Actividades principales que se realizan al cabo del día. Las diferencias en el uso del tiempo entre hombres y mujeres
constituyen un indicador de desigualdad en el reparto de tareas que se realizan
en el espacio doméstico y revelan la doble jornada laboral de las mujeres
ocupadas, que han de conciliar los dos trabajos.
La tabla 10 muestra el porcentaje de personas que realizan la actividad y
duración media diaria de la misma por sexo en los dos periodos analizados,
2002-2003 y 2009-2010.
241
Tabla 10. Porcentaje de personas que realizan la actividad y duración media diaria de la
misma POR SEXO
ACTIVIDADES PRINCIPALES
2002 - 2003 2009 - 2010
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Personas (%)
DMD Personas (%)
DMD Personas (%)
DMD Personas (%)
DMD
0 Cuidados personales 100,0 11:24 100,0 11:21 100 11:33 100 11:26
1 Trabajo 43,3 8:22 25,2 6:51 38,7 7:55 28,2 6:43
2 Estudios 13,3 5:18 14,0 5:09 12,5 5:13 12,7 5:05
3 Hogar y familia 70,0 2:08 92,7 4:45 74,7 2:32 91,9 4:29
4 Trabajo voluntario y reuniones
9,5 1:54 15,1 1:46 9,4 2:10 14,8 1:51
5 Vida social y diversión 66,2 2:18 67,4 2:09 56 1:54 59,3 1:43
6 Deportes y actividades al aire libre
42,7 2:12 38,1 1:43 42,7 2:03 36,9 1:40
7 Aficiones y juegos 23,0 1:59 13,0 1:35 35,6 2:05 23,9 1:38
8 Medios de comunicación
86,8 2:48 86,0 2:28 88 3:06 88,7 2:49
9 Trayectos y empleo del tiempo no especificado
86,9 1:27 81,0 1:21 86,8 1:25 81,6 1:21
Analizando detenidamente los datos de la EET sobre las actividades,
vemos que prácticamente no hay diferencias de participación entre hombres y
mujeres en los cuidados personales, estudio, vida social y diversión, medios de
comunicación (televisión). Si hay diferencias en el porcentaje y la dedicación de
hombres sobre mujeres en la dedicación al trabajo remunerado y de mujeres
sobre hombres al hogar y la familia. La variación de los resultados de la
Encuesta de Empleo del Tiempo para el periodo 2002 – 2003 y el periodo 2009
– 2010 es mínimas y los cambios se contabilizan en minutos. En 2002 – 2003
los varones dedicaron 8 horas y 22 minutos al trabajo, y en 2009 – 2010, 7
242
horas y 55 minutos. Las mujeres dedicaron 6 horas 51 minutos y 6 horas 43
minutos respectivamente. Por otra parte las actividades destinadas al hogar y
la familia ocuparon al 70% de los hombres en el periodo 2002 – 2003 2horas y
8 minutos, y al 75% 2 horas y 30 minutos en el siguiente. Es decir en siete años
los varones han incrementado en media hora su dedicación al hogar. Por su
parte, las mujeres se ocuparon de esta actividad en 93% y 92% en los mismos
periodos, con una dedicación media de 4 horas y 45 minutos y 4 horas y 30
minutos respectivamente.
Sin embargo, en un día de promedio, y según datos de la EET, las
mujeres siguen dedicando menos tiempo que sus compañeros a la vida social y
a divertirse (9 minutos), a la práctica del deporte (7 minutos menos), a las
aficiones y al juego. Por otra parte, ven la televisión o atienden los medios de
comunicación 16 minutos menos que los chicos, una diferencia menor que en
años anteriores.
En definitiva, la principal discrepancia continúa en las horas que se
dedican al trabajo doméstico: tareas del hogar y cuidado de niños. En este
punto se evidencia que el rol principal de la mujer como cuidadora. Los datos
confirman conclusiones que ya tras el análisis de la EPA hemos adelantado, la
notable persistencia de la división sexual del trabajo, ahora vistos a través de
los usos del tiempo. Sin embargo, la evolución de la ETT apunta que puede
estarse generando una tendencia a la corresponsabilidad
3.3. II. Actividades que se realizan en el hogar y la familia.
Hemos querido analizar la actividad específica de tareas del hogar y
familia que incluye: actividades culinarias, mantenimiento del hogar, compras y
servicios, confección y cuidado de la ropa, cuidado de niños, jardinería y
cuidado de animales, ayudas a adultos miembros del hogar, construcción y
reparaciones y gestiones del hogar. La diferenciación de estas tareas por
243
géneros ofrece una clave para comprender la estructuración sexual de los usos
del tiempo. (Ver tabla 11).
Tabla 11. ACTIVIDAD PRINCIPAL HOGAR Y FAMILIA. Porcentaje de personas que realizan la actividad y duración media diaria de la misma POR SEXO.
PRINCIPALES VARIABLES 2002 - 2003 2009 - 2010
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Personas (%)
DMD Personas (%)
DMD Personas (%)
DMD Personas (%)
DMD
3. Hogar y familia 70,0 2:08 92,7 4:45 74,7 2:32 91,9 4:29
30 Actividades para el hogar y la familia no especificadas
s/d s/d s/d s/d 5,2 1:22 15,3 1:37
31 Actividades culinarias 43,9 0:49 84,1 1:57 46,4 0:55 80,5 1:44
32 Mantenimiento del hogar 28,3 0:47 71,0 1:20 31,8 0:53 64,2 1:17
33 Confección y cuidado de ropa
3,1 0:37 37,1 1:17 3,9 0:35 34 1:08
34 Jardinería y cuidado de animales
13,2 1:55 10,4 1:09 15,7 1:54 10,7 1:08
35 Construcción y reparaciones 5,9 1:37 1,6 1:15 5,2 1:51 1,2 1:22
36 Compras y servicios 28,9 1:01 48,5 1:06 31,6 1:04 47,2 1:07
37 Gestiones del hogar 1,2 0:53 1,1 0:42 2,4 0:57 1,9 0:46
38 Cuidado de niños 11,2 1:27 18,6 2:11 16,7 1:46 22,2 2:22
39 Ayudas a adultos miembros del hogar
2,5 1:36 4,5 1:30 2,5 1:41 3,8 1:40
Fuente INE www.ine.es Elaboración propia
244
Como muestra la tabla, se observa mayor corresponsabilidad en la
participación de tareas entre mujeres y hombres respecto al cuidado de niños
que ocupó a un 11% de los hombres en 2002 – 2003 y a un 17% en 2009 –
2010. Las mujeres se ocuparon en esta actividad en un 19% en el primer
periodo y en un 22% en el segundo.
En cuanto al cuidado de adultos miembros del hogar, acaparó al 2,5%
de los hombres, tanto en 2002 – 2003 como en 2009 – 2010, dedicando a esta
actividad un promedio diario de 1 hora 36 minutos y 1 hora 41 minutos para
cada periodo. Las mujeres se emplearon en atender a adultos miembros del
hogar en un 4,5%, dedicándoles 1 hora y 30 minutos diaria en 2002 – 2003 y
en 2009 – 2010, un 3,8%, con 1 hora y 40 minutos de dedicación diaria.
La corresponsabilidad es menor en otros aspectos. Los hombres se
ocuparon en actividades de jardinería y cuidado de animales en mayor
proporción que las mujeres. De igual manera, el porcentaje de hombres que
realizan las reparaciones del hogar es mucho mayor que el de mujeres. Por
otra parte, aunque el diferencial se ha estrechado el porcentaje de mujeres que
se encarga de la cocina es casi el doble que el de varones. Y esta misma
asimetría (que también se ha ido corrigiendo) está en las tareas de
mantenimiento del hogar cuya realización duplican las mujeres sobre los
hombres. Finalmente, la distancia porcentual más grande se encuentra en
confección y cuidado de la ropa, tarea que ocupa a más de un tercio de las
entrevistadas frente a menos de un quinto de los hombres.
Estos porcentajes nos dan una idea nítida de cuáles son los conjuntos
de actividades en los que, con carácter general, se da una mayor desigualdad y
cuáles se prestan a una mayor corresponsabilidad en el reparto de tareas
familiares en la pareja. Suponiendo que ambos trabajen, podemos detectar
cuánto aumenta la carga laboral de las mujeres que han de conciliar vida
laboral y familiar. De entrada, podemos concluir que aumenta en casi cinco
245
horas diarias más, que es el promedio de horas que declaran dedicar al hogar y
la familia.
Por otro lado, hemos de señalar que el ambito de mayor
corresponsabilidad en el reparto de tareas domésticas lo consituye el cuidado
de niños y adultos, pues en esta tarea se detecta una mayor propensión a la
cooperación por parte de los hombres.
4. Discusión
Comenzaremos esta discusión planteando una cuestión metodológica.
Ante la falta de indicadores centrados en la medición sistemática de la
dimensión subjetiva de la conciliación y del conflicto, resulta indispensable
establecer herramientas que permitan medir en hasta qué punto los cambios
legales y sociales contribuyen efectivamente a resolver la tensión generada por
el conflicto familiar laboral, y por lo tanto, a la calidad de la vida de los
ciudadanos y ciudadanas. Con respecto a las estadísticas que se pueden
utilizar para medir indirectamente los efectos de la conciliación sobre la
igualdad (el planteamiento realizado desde instancias supranacionales y
nacionales) cabe señalar que se detectan algunas carencias (sobre todo en el
mantenimiento de las mediciones a lo largo del tiempo).
Hechas estas observaciones y a la luz de los datos presentados cabría
completar la afirmación de Brullet (2010: 63) de que en España, siguiendo la
pista europea, se han legislado derechos laborales de conciliación que hoy por
hoy están accionándose pero que han tenido impactos todavía muy moderados
en la vida de algunas familias con hijos (Escobedo y Navarro, 2007; Tobío
2005; Brullet y Roca, 2008) pero también, y sobre todo, en la equidad entre
hombres y mujeres.
Teóricamente las políticas de conciliación se han formulado de forma
genérica para ofrecer instrumentos que permitan combinar la vida personal de
246
hombre y mujeres con la participación en el mercado laboral. Sin embargo,
como se ha visto, la conciliación se interpretó inicialmente desde la política (y
desde los medios) como un problema que implicaba casi en exclusiva el deber
de ayudar a las mujeres para que pudieran combinar el trabajo reproductivo
con el trabajo productivo. Se entendió así como un problema localizado en el
ámbito del mercado laboral (más que en el ámbito privado) que partía de una
imagen normativa de las mujeres como madres en primer lugar y trabajadoras
en segundo lugar. Los hombres fueron (y siguen siendo en buena medida) casi
invisibles en los textos (legales, políticos y periodísticos). Y, en definitiva, como
afirma Bustelo (2005: 34) la conciliación ha estado representada “como un
problema de las mujeres en general y de las madres trabajadores en
particular”.
Coincidimos con Gelambí (2007: 2) en que
“La formulación actual de las políticas de conciliación entre
mercado y familia son una clara evidencia del uso que en la
actualidad aún se realiza de la división sexual del trabajo como
fundamento de las políticas. Al concepto “conciliación”, que se
utiliza como término de género neutro, se le atribuye la función
de armonizar el trabajo productivo y no productivo realizado por
las mujeres. No se puede considerar que se trate de políticas
de género porque se centran solamente en las mujeres,
pudiendo afirmar que su objetivo final es incrementar la
productividad femenina, sin tener en cuenta que los hombres
también son responsables de las tareas productivas (Lewis,
2006: 428-30). Estas políticas de conciliación mercado–familia
buscan incrementar la capacidad de trabajo de las mujeres
mediante la oferta de condiciones laborales y temporales
flexibles (Lewis, 2006: 428-30). A esta tendencia real se le ha
nominado falazmente “conciliación para la igualdad”,
Pero, el análisis de los datos extraídos de la Encuesta de Población
Activa, EPA, y de la Encuesta de Empleo del Tiempo, EET, confirman el arraigo
de la división sexual del trabajo. A pesar del progresivo aumento de los índices
247
de actividad y ocupación de la mujer en esta década, que reflejan su
incorporación al mundo productivo, no se ha producido el consiguiente
aumento de los índices de participación del hombre en el espacio doméstico y
en las tareas del cuidado.
Cuando hay hijos, son las mujeres las que siguen renunciando o
limitando su vida laboral para atender el cuidado de éstos. Así lo demuestra el
hecho de que las medidas para conciliar vida familiar y laboral sean solicitadas
casi exclusivamente por ellas (Treviño et al. 2009, Escobedo y Navarro 2007).
En muchas ocasiones detrás de estas decisiones se encuentra no sólo el
deseo de ejercer la maternidad, sino también el hecho de que al ganar la mujer
menos que el hombre, a la hora de renunciar a un sueldo, la familia opta por
perder el más bajo.
En este sentido el planteamiento de la resolución del problema del
conflicto familiar y laboral con la implantación de ciertas medidas no paralelas
al desarrollo de los servicios públicos de atención a niños y personas
dependientes y a la modificación de determinadas estructuras puede reforzar la
división sexual del trabajo y, favorecer la mercantilización (especialmente
femenina) que nada tiene que ver con la conciliación.
No queremos finalizar sin reiterar que es necesario incluir indicadores
validados que sirvan para medir los niveles de conflicto en la población en
algunas encuestas institucionalizadas (como la Encuesta Nacional de Salud) y
que resulta interesante replicar este trabajo comparando los datos manejados
con los resultados de las encuestas utilizadas (EPA y ETT) más recientes.
248
5. Referencias
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249
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250
NOTAS
i Como apuntan Treviño et al. (2009) recogiendo los resultados de Escobedo y Navarro (2007) las investigaciones indican el fracaso de la excedencia como medida de igualdad entre hombres y mujeres, y, su uso y significado diferente entre éstas, como medida conciliadora en relación a la posición ocupada en la escala socioeconómica.
ii En su trabajo, Treviño et al. (2009: 176), “plantean la hipótesis es que si bien el
hecho de acogerse a una excedencia indica una voluntad o posibilidad de sacrificar parte de los derechos obtenidos del trabajo para dedicarse al recién nacido, la duración de la misma inferior al año, denota, en cambio, una voluntad o necesidad clara de regresar al trabajo por parte de las mujeres usuarias, de manera que su carrera profesional se vea lo menos interrumpida posible. Contrariamente, la reducción del horario habitual, tras el disfrute de una excedencia, denota un alargamiento de la voluntad, o de la posibilidad, de sacrificar parte del salario para disfrutar de más tiempo para los hijos, indicando una relación menos estrecha, ya sea voluntaria o no, de la madre con el mundo laboral” Esta hipótesis se corrobora pero además “la mayor estabilidad y protección laboral que ofrece un contrato indefinido o una mayor antigüedad de la relación laboral o el tamaño de la empresa es lo que esta positivamente relacionado con una mayor propensión a trabajar menos horas para así poder disfrutar de más tiempo libre para los hijos. No obstante, el hecho de ser funcionario esta negativamente correlacionado con la reducción horaria” Treviño et al. (2009: 221).
251
ESTUDIO 6. EXPLORACIÓN DEL EFECTO NETO DE LA LEGISLACIÓN SOBRE EL CONFLICTO FAMILIAR Y LABORAL DE LA PUBLICIDAD . COMPARACIÓN ENTRE AGENCIAS Y UNIVERSIDADES
253
El escenario de conciliación para la igualdad en el entorno publicitario. Una comparación entre el sector docente y el profesional.
Resumen
En las últimas décadas, la conciliación se ha erigido como un tema de preocupación institucional. Así, en España surgen diversas normativas que tratan de solventar este problema. En concreto, en el año 2007 se promulga la Ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (LOIEMH). En ella se contemplan medidas y acciones dirigidas a garantizar la no discriminación por razón de sexo, directa o indirecta, en todos los ámbitos, especialmente la derivada de la maternidad y las obligaciones familiares. Con el objetivo de conocer el grado de aplicabilidad de este precepto y de comparar las condiciones para la conciliación entre docentes y profesionales del sector publicitario, se realiza un análisis de la información referente a la creación de Unidades de Igualdad y Planes de Igualdad en las universidades españolas que ofrecen estudios de publicidad y encuestas al profesorado y al conjunto de profesionales del sector publicitario para medir sus niveles de conflicto y su percepción sobre los efectos de los cambios normativos. Los resultados ponen de manifiesto que los entornos universitarios públicos han implantado en mayor medida los preceptos legales vinculados con la conciliación. A su vez, existen diferencias en la consideración del conflicto familiar-laboral entre docentes y profesionales: el profesorado considera que la esfera familiar interfiere en la laboral mientras que las publicitarias y los publicitarios perciben que el desbordamiento de la esfera laboral hacia la familiar es superior. Ambos colectivos perciben entornos laborales poco sensibles a la conciliación y no consideran que la Ley haya tenido importantes repercusiones.
Abstract
In recent decades, conciliation has emerged as an issue of social concern. Thus, in Spain emerge a number of regulations dealing with this problem. Specifically, in 2007 it promulgated the Law for effective quality of women and men that makes it mandatory, for certain companies, of develop and implement equality plans. In order to determine the degree of application of this rule and compare the conditions for conciliation between teachers and professionals in the advertising industry, we conducted an analysis of content information relating to the creation of units and the equality plans in the Spanish universities that offer studies in advertising, and we conducted a survey for teachers and employees in the advertising industry in order to measure work family levels and their perceptions on changes because of the law. The results show that public universities have implemented greater extent the legal precepts associated with the conciliation than public ones. In turn, there are differences in the consideration of conflict family/work between teachers and professionals: the teachers consider that the family sphere interferes with the laboral one while advertisers perceive that the overflow of the laboral sphere toward the family one is higher. However, both types of workers do not perceive a family friendly culture in their works, and they do not perceive changes because of the law.
255
1. Introducción
1.1. Los planes de igualdad desde el marco jurídico para la conciliación en España
El marco jurídico, reflejo de la preocupación por la conciliación familiar y
laboral (y de su relación con la igualdad), se abre en España con la Ley
39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida familiar y
laboral de las personas trabajadoras, continúa con la Ley 39/2006,de 14 de
diciembre, de promoción de la autonomía personal y atención a las personas
en situación de dependencia y culmina con la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de
marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (en adelante LOIEMH).
En concreto, esta última normativa, además de sentar las bases del
permiso de paternidad, establece por primera vez la obligatoriedad de integrar
entidades y documentos específicos para evitar cualquier tipo de discriminación
laboral entre mujeres y hombres (incluidas también las derivadas de los
conflictos familiares-laborales). Así, la LOIEMH sostiene que
Las empresas están obligadas a respetar la igualdad de trato y
de oportunidades en el ámbito laboral y, con esta finalidad,
deberán adoptar medidas dirigidas a evitar cualquier tipo de
discriminación entre mujeres y hombres, medidas que deberán
negociar, y en su caso acordar, con los representantes legales
de los trabajadores en la forma que se determine en la
legislación laboral (artículo 45.1).
Esta obligación se viene plasmando en “la elaboración y aplicación de un
plan de igualdad, con el alcance y contenido establecidos en este capítulo, que
deberá ser asimismo objeto de negociación” (artículo 45.2).
Un plan de igualdad es “un conjunto ordenado de medidas, adoptadas
después de realizar un diagnóstico de situación, tendentes a alcanzar en la
256
empresa la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres y a
eliminar la discriminación por razón de sexo” (artículo 46.1). En este plan se
han de fijar los objetivos concretos a alcanzar y las estrategias y prácticas para
lograrlos y sistemas de seguimiento y evaluación. Un plan de igualdad no es un
plan de conciliación pero la conciliación es una materia de las muchas que se
pueden y se deben tratar en el mismo. Los planes de igualdad pueden
“contemplar /…/ la ordenación del tiempo de trabajo para favorecer, en
términos de igualdad entre mujeres y hombres, la conciliación laboral, personal
y familiar, y prevención del acoso sexual y del acoso por razón de sexo”
(artículo 46.2).
La ley establece la exigencia ineludible de la elaboración y la
implantación de estos documentos a) “para las empresas de más de doscientos
cincuenta trabajadores” (artículo 45.2), y b) “cuando así se establezca en el
convenio colectivo” (artículo 45.3). Adicionalmente, se contempla que la
elaboración e implantación de planes de igualdad sea c) “voluntaria para las
demás empresas, previa consulta a la representación legal de los trabajadores
y trabajadoras” (artículo 45.5). Asimismo se insiste en la importancia de la
divulgación de la información que debe quedar garantizada por la empresa a
todo el personal (artículo 47).
Finalmente, la LOIEMH establece (artículo 51) criterios de actuación a
seguir por las administraciones públicas alcanzado, de este modo, a las
universidades públicas españolas. La Ley Orgánica 4/2007 de universidades
asume los principios enunciados por la LOI en su preámbulo, reconociendo la
necesidad de impulsar la equidad de género en las universidades, e insta
(disposición adicional duodécima) a las universidades a crear Unidades de
Igualdad para el desarrollo de las funciones relacionadas con el principio de
igualdad entre hombres y mujeres. Actualmente 40 universidades públicas
cuentan entre sus estructuras organizativas con Unidades de Igualdad. Pese a
sus diferencias organizativas y funcionales todas ellas llevan a cabo planes de
igualdad en sus respectivos entornosi.
257
1.2. El estudio presente
Situándose dos años después de su entrada en vigor, este trabajo
exploratorio sondea el “efecto neto” de la aplicación de la LOIEMH (aquél
provocado con la implementación de una política pública y que no existiría en
su ausencia) al comparar las condiciones para la conciliación en el escenario
de la educación (concretado en el Personal Docente e Investigador de
publicidad), y el de la práctica profesional (concretado en el personal de las
agencias). Se contrasta por tanto administración/empresa, pero se ha escogido
como ejemplo dos sectores que contemplan como objeto (aunque de forma
radicalmente distinta) la “publicidad”. La elección no es baladí puesto que
ambos son nucleares en la Sociedad de la Información y el Conocimiento y se
caracterizan porque su producción, de carácter no físico o inmaterial, depende
de personas. El estudio de las diferencias individuales y corporativas, de
gestión de recursos humanos, ha acaparado la atención de los investigadores
desde los 70. Pero resulta relevante, y especialmente novedoso, analizar la
incidencia de las culturas profesionales sobre estos aspectos. Por eso, en este
trabajo:
1) Se describe el nivel de implantación de la Ley, en lo que a planes de
igualdad se refiere,
2) Se contrastan condiciones para la armonía/incompatibilidad del trabajo y
la familia midiendo
a) Niveles de conflicto familiar-laboral percibido por el
personal;
b) Culturas organizacionales, relacionadas con la
conciliación, de universidades y agencias;
c) Opiniones de los trabajadores y trabajadoras sobre
los cambios laborales producidos por la LOIEMH y
conocimiento de la disponibilidad de medidas concretas
(horario laboral flexible, permisos de
paternidad/maternidad, reducción de jornada, uso de días
258
para cuidados de familiares o hijos enfermos) en ambos
sectores.
2. Metodología y fuentes
Con el fin de cumplir nuestros objetivos, realizamos un estudio
descriptivo de corte transversal sobre la implantación de planes y unidades de
igualdad y después desarrollamos sendas encuestas entre los colectivos de los
entornos universitarios y agencias de publicidad.
2.1. Estudio descriptivo
En el primer caso, y para la universidad, partiendo de los datos
recopilados por el informe El proceso de incorporación de la igualdad efectiva
de mujeres y hombres en las universidades españolas. Análisis comparativo
entre universidades: planes de igualdad y unidades de igualdad universitarias
(Isonomía, 2010), de la consulta de las páginas web de las diversas
universidades y del contacto con estas instituciones a través del correo
electrónico y del teléfono, se ha confeccionado una tabla que contiene la
información relativa a la implantación y concreción actual de la LOIEMH en las
32 instituciones donde se imparte Publicidad y RRPP en España. Se ha llevado
a cabo un análisis de las páginas web y programas impresos de estas
instituciones a fecha de junio de 2011. Se ha indagado sobre la existencia o no
de unidades de igualdad, sobre su ubicación estructural, la realización de
diagnósticos y planes, y, más concretamente, sobre la mención específica a la
conciliación como acción paritaria en éstos.
2.2. Encuesta
Por otra parte, y para conocer la opinión y conocimientos del personal,
entre el 1 de diciembre de 2008 y el 1 de diciembre 2009, se distribuyó, vía on-
line, un cuestionario autoadministrado, en primer lugar, entre una muestra de
trabajadores y trabajadoras de agencias de publicidad y, en segundo lugar,
259
entre una muestra de profesores y profesoras de Publicidad o en Publicidad en
la universidad.
2.2.1. Sujetos y procedimiento
La inexistencia de censos específicos tanto para el ámbito profesional
como para el docente motivó la selección de las últimas unidades muestrales
siguiendo un diseño muestral multiétapico.
Para el caso de las publicitarias y los publicitarios consideramos como
universo al conjunto de trabajadores y trabajadoras contratados por alguna de
las empresas agrupadas en la AEAP (Asociación Española de Agencias de
Publicidad), con departamento creativo y ubicadas en Madrid en el momento de
empezar nuestro estudio (2.789 empleados de 36 agencias). El director general
de la AEAP contactó con estas empresas a través del correo electrónico
solicitando la redistribución de un mail de invitación para cumplimentar un
cuestionario (a través de una URL) a todos los empleados y empleadas de la
empresa. El formulario se ubicó en un dominio web al que sólo tenía acceso a
través del mail enviado por el contacto clave. Se informó a los participantes del
anonimato de su participación y se les asignó un número específico para que
pudieran retomar sus respuestas. Se consiguió un total de 276 empleados lo
que supone un nivel de confianza del 95%, dos sigmas, P=Q y un margen de
error de ±5,6%.
Para el caso del personal docente en publicidad se partió de los datos
secundarios a partir del censo de funcionarios del Área 105 (Comunicación
Audiovisual y Publicidad) a disposición del MICINN a 1 de enero de 2008. Para
extraer el tamaño muestral para la encuesta on-line, se consideró que la
probabilidad de que los profesores pertenecientes al área 105, de
Comunicación Audiovisual y Publicidad, impartan docencia específicamente en
materias afines a Publicidad o en materias afines a Comunicación Audiovisual
era de un 50%. El universo total de funcionarios docentes en nuestro ámbito
quedaría en 102 personas. De acuerdo con los porcentajes proporcionados por
260
el MICINN para la universidad española en general (54% funcionarios, 46%
contratados) esta cantidad, correspondería al 54% del universo, mientras que,
hipotéticamente, el número de contratados en nuestra área que trabajan en
publicidad sería de 86, con lo que el universo estaría conformado por 188
individuos. Aplicando la fórmula estadística correspondiente para poblaciones
finitas, con un nivel de confianza del 99%, dos sigmas, P=Q y un margen de
error de ±3%, se obtiene un tamaño muestral de 172 docentes.
Una vez fijado el tamaño muestral, el procedimiento seguido para la
recogida de datos fue similar al de los profesionales. Así, en primer lugar, se
hizo un envío de un correo electrónico a todas las direcciones institucionales de
los Decanatos de las Facultades con licenciaturas en publicidad y RRPP para
informar del estudio y pedir la redistribución de una carta de invitación para
rellenar un cuestionario a todos los profesores y todas las profesoras que
impartieran clase en la titulación de publicidad o que impartieran materias
afines a publicidad en otras de las titulaciones de comunicación. En aquellos
casos en los que eran accesibles a través de la web, se envió el mismo correo
al equipo directivo de los Departamentos de Publicidad de las mismas
facultades. En un segundo estadio, se utilizó también la estrategia de la “bola
de nieve”, solicitando por mail a informadores clave en algunas universidades
que redistribuyeran la invitación a participar en el estudio a profesores
conocidos y amigos. Al igual que en el caso de los profesionales, el
cuestionario se ubicó en un dominio web al que sólo se ha tenido acceso a
través del envío de la URL. Se informó a los participantes del anonimato de su
participación y se les asignó un número específico para que pudieran retomar
sus respuestas.
En nuestra encuesta participaron finalmente 174 docentes, de los cuales
95 mujeres y 79 hombres.
261
2.2.2 Medidas
El conjunto de ítems incluidos ha procedido en su mayoría del estudio
ADFREI (©, Grupo COSOCO-IESE Business School), de la IPA (Klein, 2001), o
del estudio IFREI (©, IESE Business School) (Martín Llaguno, Beléndez y
Hernández, 2007). Además de preguntas relativas a datos sociolaborales (años
de trabajo en la universidad y el departamento, horas semanales de trabajo,
intenciones de rotación…), nos hemos servido de algunas otras escalas
validadas para medir las dimensiones que nos interesaban para este trabajo en
concreto.
- El Conflicto familia↔trabajo:
Para evaluar el conflicto familia↔trabajo se ha partido de la escala más
utilizada en los estudios de ámbito internacional (Carlson, Kacmar y Williams,
2000), con la que se cuantifica el problema en sus dos dimensiones:
• El desbordamiento de la esfera laboral hacia la esfera familiar (en
tiempos, tareas y roles), es decir, el conflicto trabajo-familia (WFC); y
• El desbordamiento de la esfera familiar hacia la esfera laboral (en
tiempos, tareas y roles), es decir, el conflicto familia-trabajo (FWC).
Se usó una escala de diecisiete ítems que puntúan del 1 al 6. Diez ítems
evalúan los aspectos de tiempo y de tensión asociados al conflicto trabajo-
familia; siete van destinados a evaluar estos mismos aspectos relativos al
conflicto familia-trabajo.
Como primer paso, se ha llevado a cabo un análisis factorial para
corroborar si la estructura dimensional del cuestionario coincidía con los
supuestos teóricos de partida. El análisis de componentes principales con
rotación Varimax de los 17 ítems de la versión inicial de la escala (KMO=0,941)
ha resultado en una solución factorial de dos factores que explicaban el 67% de
la varianza. El primer factor incluye los siete ítems relativos al conflicto familia-
trabajo de tiempo y tensión y da cuenta del 48% de la varianza; el segundo
factor engloba los diez ítems referidos al conflicto trabajo-familia de tiempo y
tensión y explica el 19% de la varianza.
262
- Cultura organizacional:
La cultura organizacional familiar-laboral se define como un constructo
multidimensional que, al menos, incluiría tres componentes y que nos ayudan a
medir si un sector es familiarmente responsable:
• Expectativas o demandas organizacionales de tiempo, que mide las
expectativas de que los empleados antepongan el trabajo a sus
responsabilidades familiares y dediquen al mismo tiempo extra (personal y
familiar);
• Las consecuencias promocionales, o la percepción general, sostenida
por empleados y empleadores, de que la inversión de tiempo y esfuerzo en la
vida personal repercute negativamente en el desarrollo de la carrera y en las
expectativas de promoción;
• El apoyo directivo o soporte gerencial o la sensibilidad mostrada por los
directivos hacia las responsabilidades familiares de los empleados.
La evaluación de estas dimensiones se realiza a través de una escala
desarrollada por Thompson, Beauvais y Lyness (1999) conformada por 16
ítems que puntúan del 1 al 6. El análisis factorial exploratorio efectuado
(KMO=0,86) resultó en una estructura factorial similar a la obtenida por los
autores (Thompson, Beauvais y Lyness, 1999). Así, el factor I o cultura de
apoyo de directivos explica el 34% de la varianza e incluye siete ítems; el factor
II relativo a la cultura demandante de tiempo daba cuenta del 19% y se
compone de tres ítems; por último, el factor III o cultura con consecuencias
negativas para el desarrollo de la carrera explica el 8% y queda integrado por
seis ítems.
- Conocimiento percibido sobre las políticas acerca del tema en ambos
sectores
Para valorar el conocimiento auto percibido sobre las repercusiones
legislativas en el sector, el cuestionario incluyó preguntas directas como ¿Sabe
si su empresa ha suscrito oficialmente una política de igualdad de
oportunidades para hombres y mujeres? ¿Dispone su empresa de plan de
263
igualdad? ¿Considera usted que las últimas modificaciones legislativas en
materia de igualdad de género y conciliación han tenido alguna repercusión en
su ámbito laboral? ¿En qué ámbito: política salarial, acciones positivas,
conciliación…?
- Disponibilidad de políticas
Con el fin de evaluar el conocimiento de medidas para la conciliación
disponibles en las empresas, hemos preguntado al personal sobre la existencia
en la empresa de a) un conjunto de derechos incluidos en el Estatuto de los
Trabajadores y en la LOIEMH que implican flexibilidad en el empleado (trabajo
a tiempo parcial, horario laboral flexible, flexibilidad para días de permiso y
vacaciones cortas, políticas de tele despachos, autonomía para ausentarse del
trabajo, excedencia para cuidar a progenitores, hijos enfermos, discapacitados,
dependientes y excedencia para cuidar hijos pequeños), b) acciones de
transferencia monetaria (ayuda para sufragar gastos de guardería), c) servicios
directos (guardería en la empresa).
3. Resultados
3.1. Implantación de programas de conciliación para la igualdad en universidades y agencias
Pese a compartir el objeto de referencia, la publicidad, entre
universidades y empresas de la comunicación comercial existe una importante
disparidad en el imperativo legal de partida. Como entidades de más de 250
empleados, las primeras se ven obligadas a la elaboración de planes de
igualdad de acuerdo con la LOIEMHii. Sin embargo, pese a que su convenio
colectivo estatal para las empresas de publicidadiii, en su versión de 2009, hace
referencia a que la Comisión Paritaria de Interpretación y Vigilancia se
encargará del cumplimiento de la LOIEMH, las agencias no se han
comprometido sectorialmente a implantar con obligatoriedad de planes.
Así pues, al tener en cuenta la creación de unidades y planes de
igualdad en las universidades españolas que imparten títulos de Publicidad y
264
Relaciones Públicas, es importante señalar que, las públicas han implantado en
mayor medida que las privadas estos preceptos.
De las 17 instituciones educativas públicas existentes, únicamente la
Universidad de Valladolid no posee una unidad u observatorio de igualdad. No
obstante, esta organización fue pionera en la realización de un plan de
igualdad, ya que éste fue aprobado por Consejo de Gobierno en el año 2002.
Actualmente (junio de 2011), esta institución está elaborando su segundo plan,
en el que se contempla la creación de una unidad de igualdad. Por su parte, las
universidades de Murcia, Miguel Hernández de Elche, de Vigo y Complutense
de Madrid no poseen un plan de igualdadiv, no obstante, estas dos últimas
instituciones ya están trabajando en este tema.
Con referencia a las universidades privadas, de las 15 instituciones que
imparten estudios de publicidad, únicamente las universidades Ramón Llull,
Oberta de Catalunya y Abat Oliba CEU poseen una unidad, un diagnóstico y un
plan de igualdad. En este sentido, la Universidad de Vic tienen un diagnóstico y
un plan y San Pablo CEU cuenta con una unidad de igualdad.
Al tener en cuenta la presencia de la conciliación, cabe destacar que, de
las 16 universidades que poseen un plan de igualdad, únicamente 2v no hacen
referencia directa a esta temática. Pese a estos datos, en ciertas ocasiones, no
se proponen medidas concretas que faciliten la conciliación de la vida laboral,
personal y familiar, pues únicamente se hace referencia a su necesidad o se
insta a investigar estos temas, sin especificar soluciones reales.
3.2. Nivel de conflicto familiar-laboral percibido en el sector de la publicidad (empresa) frente al de la docencia universitaria en publicidad (administración)
La tabla 1 muestra que el nivel medio del grado de conflicto tanto en el
sector de la universidad como en el de la empresa está por debajo del punto
intermedio de la escala (3). Pero este nivel es significativamente superior en el
sector privado que en el público (2,8 frente a 2,5; F: 9,1; p<0,000). Es decir, en
265
general en las agencias se percibe más incompatibilidad entre la vida personal
y laboral que en las universidades.
Sin embargo, cuando analizamos separadamente las dos dimensiones,
vemos que la calidad del conflicto varía dependiendo del ámbito. Los
profesores y las profesoras de publicidad sienten con más fuerza el conflicto
familia-trabajo que sus colegas de la empresa privada (2,4 frente a 1,9; F: 21,5;
p<0,000), mientras que los publicitarios y publicitarias perciben
significativamente más conflicto trabajo-familia que lo hacen los y las docentes
(3,7 frente a 2,7; F: 74,5; p<0,000). En definitiva, el personal docente e
investigador percibe con más intensidad que los publicistas el desbordamiento
de la esfera familiar hacia la esfera laboral mientras que el sector publicitario
siente mucho más el desbordamiento de su esfera laboral hacia su esfera
familiar.
Tabla 1. Niveles de conflicto percibido por los empleados de las universidades y de las empresas
TIPO DE CONFLICTO
SECTOR N MEDIA DESVIACIÓN TÍPICA
MÍNIMO MÁXIMO
Familia -trabajo Universidad 174 2,4034 1,03462 1 6 Empresa 276 1,9806 0,87524 1 6 Total 450 2,1441 0,96130 1 6
Trabajo -familia Universidad 174 2,7586 1,08490 1 6 Empresa 276 3,7082 1,16745 1 6 Total 450 3,3410 1,22580 1 6
Total Universidad 174 2,5810 0,98737 1 6 Empresa 276 2,8444 0,83581 1 6 Total 450 2,7426 0,90553 1 6
Fuente: elaboración propia a partir de la explotación de la encuesta propia.
3.2.1. La cultura organizacional
A partir de los datos presentados en la tabla 2, se infiere que, en global,
tanto publicistas como docentes perciben críticamente la cultura organizacional
y sienten que en sus empresas hay un clima con demandas de tiempo (3,8) y
de consecuencias promocionales (3,2) por encima del apoyo gerencial (3,1).
Sin embargo, la valoración difiere entre sectores.
266
En las agencias se experimenta la cultura demandante de tiempo
(p<0,000) y con consecuencias negativas para la carrera si se hace uso de los
beneficios de las políticas de conciliación (p<0,000) con mucha más fuerza que
en las universidades y sin diferencias por sexo.
Por otra parte, y aunque no hay diferencias significativas entre sectores,
en la universidad, y sólo en la universidad, sí hay diferencias estadísticamente
significativas en la percepción de la cultura corporativa en función de sexo. Así,
las mujeres perciben que hay un clima de consecuencias promocionales y con
demandas de tiempo mucho mayor que los hombres (3,5 frente a 3,1; F: 4,4;
p<0,037). Éstos, a su vez, perciben las organizaciones como más
“familiarmente responsables” que sus compañeras (3,5 frente a 3; F: 7,3;
p<0,007).
Tabla 2. Clima organizacional percibido por los empleados de las universidades y de las empresas
CLIMA ORGANIZACIONAL
SECTOR N MEDIA DESVIACIÓN TÍPICA
MÍNIMO MÁXIMO
Apoyo a la familia Universidad 139 3,2680 1,08175 1 6 Empresa 203 3,1004 1,00517 1 6 Total 342 3,1685 1,03869 1 6
Demandas de tiempo
Universidad 139 3,3693 1,21894 1 6 Empresa 203 4,2578 1,34924 1 6 Total 342 3,8967 1,36773 1 6
Consecuencias promocionales
Universidad 139 2,9583 1,06525 1 6 Empresa 203 3,4877 1,13504 1 6 Total 342 3,2725 1,13587 1 6
Fuente: elaboración propia a partir de la explotación de la encuesta propia.
3.2.2. Conocimiento sobre las políticas sobre el tema en ambos sectores
Los porcentajes de trabajadores y trabajadoras que dicen tener
conocimiento sobre la suscripción de su empresa a planes de
conciliación/igualdad, así como la percepción sobre la repercusión de las
modificaciones legislativas, son bajos. El 79% del global de la muestra no sabe
si sus instituciones han suscrito o no una política en este sentido, y el 74%
considera que las modificaciones legislativas en esta materia no han tenido
267
ninguna repercusión. Del 26% que indica que alguna, el 13% señala que en
acciones positivas, el 11% que en conciliación y el 2% que en política salarial.
El desconocimiento/error es significativamente mayor entre el
profesorado que entre profesionales. Así, el 61% del PDI desconoce que por
Ley en su empresa hay un plan para la igualdad de oportunidades. El 10% de
los publicitarios encuestados cree que ésta sí lo ha hecho en el sector de la
comunicación comercial, X2=54; p<0,000. La valoración de los efectos de las
normativas, es llamativamente negativa, y significativamente peor entre los
profesionales que entre los docentes. Así, sólo un 18% de los primeros (frente
a un tercio de los segundos; X2=11,9; p<0,001) consideran que ha habido algún
cambio, y sólo un 8% de publicistas (frente a un 15% de profesores) indica que
este cambio ha sido en cuestiones relacionadas con la conciliación para la
igualdad, X2=15; p<0,002.
3.2.3. Uso de medidas La Tabla 3 muestra que las acciones relacionadas con la flexibilidad
horaria (flexibilidad en días permiso y vacaciones cortas, autonomía para
ausentarse del trabajo, horario laboral flexible), por otra parte incluidas en el
Estatuto de los Trabajadores, son en el conjunto las más reconocidas. Sin
embargo, la primera medida (flexibilidad en días de permiso y vacaciones) lo es
significativamente más en el sector de la empresa privada que en el de la
universidad (mientras que en el caso de las otras dos no hay diferencias
estadísticamente significativas). Hay diferencias significativas también en el
trabajo a tiempo parcial y en la instauración de tele despachos, mucho más
habituales en la universidad que en la empresa. (De hecho, el convenio
colectivo de la publicidad no contempla el tiempo parcial).
Las medidas que van más allá de esta flexibilización del tiempo de
trabajo, y que requieren de gastos o inversiones adicionales y que se dirigen
más directamente a facilitar la conciliación de la vida familiar y la vida laboral
son escasamente reconocidas. De entre ellas, el apoyo económico para
sufragar gastos de guardería, guardería en la empresa, excedencia para cuidar
268
hijos pequeños aparecen como casi inexistentes tanto en la universidad como
en la empresa.
Tabla 3.
Percepción de la disponibilidad de medidas de conciliación por los empleados de las universidades y de las empresas
MEDIDAS SECTOR TOTAL (%) Universidad
(%) Empresa (%)
Trabajo a tiempo parcial ( X2=11,29; p<0,001)
Sí 20,1 9,1 13,3
No 79,9 90,9 86,7 Políticas tele despacho s ( X2=43,6; p<0,000)
Sí 32,2 8 17
No 67,8 92 82
Flexibilidad días permiso y vacaciones cortas ( X2=29,8; p<0,000)
Sí 39,7 65,9 55,8 No 60,3 34,1 44,2
Horario laboral flexible Sí 44,8 37,3 40,2 No 55,2 62,7 59,8
Autonomía para ausentarse del trab ajo Sí 51,1 54,7 53,3 No 48,9 45,3 46,7
Excedencia para cuidar a progenitores, hijos enfermos, discapacitados, dependientes
Sí 4,6 6,2 5,6 No 95,4 93,8 94,4
Permiso por maternidad o adopción más allá de lo estipulado por ley
Sí 12,6 7,6 9,6 No 87,4 92,4 90,4
Excedencia para cuidar hijos pequeños Sí 2,3 5,1 4 No 97,7 94,9 96
Apoyo económico para sufragar gastos de guardería
Sí 5,2 2,9 3,8 No 94,8 97,1 96
Guardería en la empresa Sí 4 6,2 5,3 No 96 93,8 94,7
Fuente: elaboración propia a partir de la explotación de la encuesta propia
4. Discusión
El escenario de la igualdad y la conciliación presenta, normativamente,
para la docencia y la práctica profesional de la publicidad, diferencias notables.
En el primer caso, y en virtud de la aplicación de la LOIEMH como grandes
empresas, las universidades se han visto obligadas a tener unidades y planes
de igualdad y, en el segundo, no.
Cabría comenzar la discusión planteando si la vinculación del derecho a
(conciliar para) la igualdad a las estructuras de las empresas (y
269
subliminalmente a sus posibilidades de inversión) y no a la idiosincrasia del
trabajo o de las personas (y sus capacidades para aminorar el problema y
aumentar su rendimiento) es la mejor opción. La LOIEMH hace un
planteamiento desde el punto de vista económico (y no psicosociológico) y
desde un punto de vista del gasto (y no de la calidad de vida en el trabajo o la
productividad). Del aserto “las empresas deberán desarrollar planes de
igualdad cuando así se establezca en el convenio colectivo” (Art. 45.3) se
desprende que la cultura/idiosincrasia profesional tiene autonomía para
dilucidar si la igualdad/conciliación son aspectos negociables y considerados
importantes. En España esta opción no ha sido muy habitual (pocos convenios
han determinado la obligatoriedad de establecer planes de igualdad) a
diferencia de lo que ocurre en otros países, como Estados Unidos o el Reino
Unido, donde estos documentos tienen tanto o más protagonismo que el
Estado en materia de conciliación (Clemente, González y Galiano, 2011: 197).
En este contexto, el convenio colectivo de las agencias de publicidad no
contempla la obligatoria realización de planes de igualdad y, en términos de
conciliación, se limita a incluir los derechos presentes en el Estatuto de los
Trabajadores (permisos y licencias, reducción de jornadas, suspensiones de
contrato por maternidad/paternidad, flexibilidad horaria….) sin prever la
realización de diagnósticos y evaluaciones (Valdés et al., 2010). No obstante, y
pese a esta carencia formal, es preciso mencionar que el publicitario, como
sector, viene realizando estudios sobre la igualdad de género y la conciliación
laboral desde el año 2004 (Martín Llaguno, Beléndez Vázquez y Hernández
Ruiz, 2007).
Tal vez por esto, en nuestros datos, no se perciban diferencias
sustanciales en la percepción de disponibilidad de medidas entre este sector y
el universitario. Los planes de igualdad de las universidades no parecen haber
marcado disimilitudes sustanciales a este respecto. Y es que, el publicitario
aparece como un sector pionero, puesto que incluso desde antes de la Ley, las
agencias ofrecen al empleado permisos laborales y flexibilidad en la jornada
270
laboral para una mejor combinación y articulación de la esfera personal y
laboral por encima de la media del conjunto de empresas españolas (Martín
Llaguno, Beléndez Vázquez y Hernández Ruiz, 2007).
Esta disponibilidad de medidas, no incide, no obstante, en la minoración
del conflicto, ni erradica la estrategia de conciliación más habitual (no tener o
retrasar la formación de una familia).
Las culturas corporativas de los sectores estudiados no difieren entre
ellas significativamente: ambas tienden a considerar que sus entornos son
demandantes de tiempo y con consecuencias promocionales para la
compatibilidad familiar y laboral. Y estas culturas disuaden al trabajador de
utilizar las políticas ofertadas por las empresas. Además, en el caso concreto
de la universidad, el profesorado (con más hijos y edad de media que las
publicitarias y publicitarios) “masculino” percibe un entorno significativamente
más “familiarmente conciliable” que las mujeres. Este entorno, pese a lo que se
pudiera pensar, no aminora un alto desbordamiento de la esfera familiar hacia
la esfera laboral, especialmente entre las profesoras. Cabría preguntarse si
esta cultura de la “conciliación”, potenciada por los planes de igualdad
centrados esencialmente en la flexibilidad horaria y el trabajo a distancia, lo es
o no para la igualdad.
Por otra parte, los publicitarios y publicitarias, que, sin diferencias de
sexo, perciben que su trabajo desborda su vida personal y que la
compatibilidad de la familia con éste es difícil por existir un clima de demandas
constantes de tiempo y de penalización con consecuencias promocionales, no
sólo necesitan medidas laborales que afecten a los horarios. Requieren de la
regulación de la asignación de tareas y de fórmulas promocionales a través,
precisamente, de planes de igualdad.
Uno de los aspectos que más llama la atención es el escaso
conocimiento sobre el tema que hay en agencias y en universidades. En este
271
sentido, si se quiere conseguir aminorar los conflictos laborales y fomentar la
conciliación para la igualdad, es importante investir en la divulgación que es
una forma de sensibilizar. La toma de conciencia por parte de los empleados y
empleadas, es el primer requisito para el cambio en el clima de opinión, y
supone, como afirman Papí y Cambronero (2011) “aceptar la posibilidad de
cambio”. A la luz de las respuestas, no parece que las políticas orientadas a
proporcionar información acerca de los derechos legalmente establecidos para
facilitar la conciliación hayan sido, por el momento, especialmente efectivas.
Con la realización del presente estudio quedan abiertas diversas líneas
de trabajo. En este sentido, con la creación de la LOIEMH, el legislador ha
tratado de fomentar la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, por
tanto, desde el ámbito académico es preciso elaborar estudios que
comprueben la implantación y la eficacia de las normativas promulgadas. Por
este motivo, sería interesante repetir esta investigación dentro de unos años
con el fin de averiguar si la situación de los trabajadores ha mejorado. A su vez,
también sería interesante replicar este trabajo en otros sectores laborales.
No podemos terminar sin hacer referencia a las principales limitaciones
que devienen de la administración en línea de la herramienta aplicada para la
recogida de los datos. Si bien los tamaños muestrales alcanzados permitirían
generalizar los resultados obtenidos a los universos poblacionales que
representan, el hecho de que la selección de las últimas unidades no se haya
producido de forma aleatoria (o probabilística) motiva que los hallazgos
presentados tengan, exclusivamente, un carácter exploratorio.
272
5. Referencias
Carlson, D. S., Kacmar, K. M., Williams, L. J. (2000), “Construction and initial validation of a multi-dimensional measure of work-family conflict”, Journal of Vocational Behavior56 (2), pp.249-276.
Clemente, J., González, M. A., Galiano, A. (2011), Productividad y empleo I. Organización del trabajo, conciliación y absentismo, Consejo Económico y Social de Aragón, Zaragoza.
Chinchilla, N., León, C. (2011), Diez años de conciliación en España, Grupo 5.
Madrid.
Fernández, J. A., Tobío, C. (2005), Conciliar las responsabilidades familiares y laborales: políticas y prácticas sociales, Documentos de trabajo 79/2005, Fundación Alternativa, Madrid.
Isonomía. (2010), El proceso de incorporación de la igualdad efectiva de mujeres y hombres en las universidades españolas. Análisis comparativo entre universidades: planes de igualdad y unidades de igualdad universitarias, Fundación Isonomía, Castellón, Disponible enhttp://isonomia.uji.es/docs/spanish/nudoacad2/EstudioPLANESIGUALDADuniv_31.05.10.pdf, consultado el 28-06-2011.
Klein, D. (2001), Women in Advertising. Ten years on, IPA, Londres.
Martín Llaguno, M., Beléndez, M., Hernández, A. (2007), La mujer en las agencias de publicidad. Categorías, especializaciones y conflicto trabajo-familia en las agencias españolas, Asociación Española de Agencias de Publicidad, Madrid.
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273
iActualmente, 16 universidades cuentan con planes de igualdad aprobados; 6 están en
proceso de redacción del mismo; y las restantes se encuentran desarrollando las fases previas de diagnóstico de la situación (Conclusiones del IV Encuentro de Unidades, Oficinas y Observatorios de Igualdad de las Universidades Española. Universidad de Zaragoza, 16/03/2011).
ii Como aditamento al planteamiento anterior, la Ley Orgánica 4/2007, de 12 de abril, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de universidades, tras mencionar expresamente la igualdad de género, da el paso de crear una estructura que impulse el logro de la igualdad efectiva en el ámbito universitario. Así, se indica que “las universidades contarán entre sus estructuras de organización con unidades de igualdad para el desarrollo de las funciones relacionadas con el principio de igualdad entre hombres y mujeres” (disposición adicional duodécima).
iii Código de Convenio nº 9904225, firmado por las asociaciones empresariales AGEP, AECP, AEPE, AEAP y FNEP, en representación de las empresas del sector, en noviembre de 2009 para sustituir al de 2002.
iv No se ha podido obtener información al respecto de la Universidad Rey Juan Carlos. v La Universidad Rovira i Virgili y la Universidad Oberta de Catalunya no hacen
referencia a la conciliación en sus planes de igualdad. No obstante, tras contactar con esta segunda institución, nos informan que el diagnóstico realizado mostró buenos resultados con referencia a la conciliación.
277
El objetivo general de este trabajo era revisar la construcción social de
un problema “emergente”, el conflicto familiar y laboral en España, en estos
últimos años. Al margen de la discusión y de las conclusiones que se han ido
derivando de cada estudio, no podemos terminar esta memoria sin compilar, en
un apartado final algunas de ellas con diversas implicaciones.
-En primer lugar, existe una falta de consenso terminológico en
torno al tema que nos ha ocupado que dificulta enormemente el análisis,
y en consecuencia, la toma de medidas. En efecto, dependiendo de la
disciplina (sociología, política, psicología), el nivel en que abordemos el objeto
de estudio (micro, meso y macro) e incluso la ubicación geográfica y la
orientación ideológica se utilizan términos como conflicto, problema,
conciliación, reconciliación, balance, ajuste,
corresponsabilidad…familiar/laboral-laboral/familiar. Se abre en este sentido
una primera línea de trabajo para consensuar perspectivas, delimitar ideas
y sobre todo, operacionalizar conceptos.
-En segundo lugar, desde 1999 hasta la actualidad, se ha dado un
desarrollo legislativo que demuestra al menos la preocupación simbólica
por la conciliación. En este sentido, la conciliación y el conflicto familiar y
laboral se han entendido en las normativas como cuestiones del ámbito
productivo y de las mujeres, y la mayoría de medidas se han centrado en
éstas y han girado en torno a la maternidad y a la flexibilidad horaria.
Cabría revisar qué mecanismos se han habilitado para vigilar el
cumplimiento las normas y en qué medida se ha reproducido este
enfoque y este contexto en normas de carácter autonómico, municipal e
incluso empresarial.
-En tercer lugar, y ya en la esfera parlamentaria, la conciliación se ha
incluido en el marco genérico de la igualdad, pero el tema no ha sido
especialmente polémico ni ha sido un asunto vinculado especialmente a
las diputadas . El enfoque con el que el asunto se definió políticamente
278
hablando vinculó la conciliación como medida sine qua non la plena
incorporación de la mujer al empleo y por tanto identificó la igualdad de
géneros con la igualdad en la ocupación del mercado de trabajo entre sexos.
Este enfoque se modificó en la retórica a partir de las recomendaciones de la
subcomisión para el estudio de los horarios. Sin embargo, el debate
parlamentario ha sido ajeno y poco reflejado en las normas finales. Haría falta
analizar las estrategias de comunicación de grupos y comisiones
parlamentarias a este respecto y las razones de la
invisibilidad/inviabilidad de muchos argumentos.
-En cuarto lugar, la cobertura mediática del conflicto familia trabajo
ha coincidido más con el enfoque normativo que con el debate
parlamentario . Los medios informativos han vinculado el tema al mundo
laboral de las mujeres y lo han asimilado más con la equidad y la igualdad de
género en la esfera de lo público en general (y del trabajo en particular) que
con la salud mental y el bienestar del ciudadano. Sería interesante analizar en
qué medida el conflicto/conciliación se ha ido convirtiendo paralelamente
en un tema de “agenda publicitaria” como argumento de venta para
distintos productos en estos años.
-En quinto lugar, las agendas “institucionales” parecen no haber
encajado en esta ocasión con las “sistémicas”. En virtud de los análisis de
las encuestas de opinión pública el conflicto/ conciliación no ha sido entendido
(todavía) como un problema social. Se debería en este sentido estudiar con
más profundidad la delimitación que hacen de él la ciudadanía y los
enfoques (o frames) con que lo define.
-En sexto lugar, existe un grave problema metodológico para la
valoración del conflicto familiar y laboral. Hay una imperiosa necesidad de
indicadores estables para poder realizar análisis de interacciones con series
temporales. En la actualidad se dispone únicamente de indicadores indirectos y
no siempre sistemáticos y permanentes en el tiempo que, a lo sumo, permiten
279
plantear estudios trasversales. Es urgente establecer una pregunta en
alguna de las encuestas sistemáticas que se hacen a la población general
en España.
-En séptimo lugar, y en virtud de los datos sobre conflicto familia-trabajo
en el sector publicitario, nuestro estudio no detecta una disminución del
conflicto en el tiempo . Correspondería hacer análisis en otros ámbitos.
-En octavo lugar, la “conciliación para la igualdad” parece haberse
presentado como un “artefacto” de la política internacional desde el 95,
necesario para la aceleración de la incorporación de la mujer a un
mercado de trabajo cada vez más ávido de mano de obra flexible. Resultará
especialmente interesante observar estas políticas en un contexto
económico internacional completamente distinto.
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