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FEDERICO GARCÍA LORCA
La casa de Bernarda Alba
LOCALIZACIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN
Autor: (Fuentevaqueros, Granada 1898 – Víznar, Granada 1936).
Familia acomodada, su madre influyó mucho en su interés por la cultura.
Estudió música con Manuel de Falla.
Vivió en la Residencia de Estudiantes donde se relacionó con Salvador Dalí, Luis
Buñuel, Rafael Alberti y otros artistas.
Termina la carrera de Derecho pero no la de Filosofía y Letras
Viaja a Nueva York y a Cuba (1929-1930) donde es testigo del crack del 29 tras
una crisis personal lo que provocará su ansia de comunicación más amplia con
el público y su orientación social.
Director del teatro universitario La Barraca: recorre muchos lugares apoyando
La República.
Ideología de izquierdas y declarada homosexualidad provoca su final trágico.
Fusilado en Granada con el estallido de la Guerra Civil.
Época: (1898 – 1936)
España está sumida en una profunda crisis política, económica y social
originada en la Restauración (las dos Españas: progresistas y tradicionalistas).
La burguesía acaudalada maneja las grandes industrias.
La clase obrera se organiza en movimientos obreros y sindicatos.
Reinado de Alfonso XIII (1902-1931) crecen tenciones por el turnismo político.
Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) se agravan los problemas.
Segunda República (1931-1936).
Golpe militar (1936) de Sanjurjo, Mola y Franco provocará la Guerra Civil (1936-
1939).
Movimiento literario:
Convivió con autores de la Generación del 98, con Modernistas (Antonio
Machado, Valle Inclán, Unamuno,…), conoció a Ortega, a Juan Ramón Jiménez y
a otros escritores novecentistas, contribuyó a propagar la literatura española
vanguardista.
Uno de los principales literatos de la Generación del 27.
o 1927 celebración del tricentenario de la muerte de Góngora.
o Dos etapas:
Poesía pura (1922-1928): identificación entre realidad poética y
realidad objetiva, tendencia al poema breve, eliminación del
sentimentalismo, efusión personal y retorno a la estrofa clásica
(Juan Ramón Jiménez).
Influencia del Surrealismo (1929-1936): rebeldía y cultivo del
verso libre, claras llamadas a la transgresión y a la sublevación,
posiciones políticamente revolucionarias (Federico García Lorca).
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o Renovación dramática con hondos problemas existenciales. Destacan
Valle-Inclán (y sus esperpentos como Luces de Bohemia) y Federico
García Lorca.
Influenciado por el Neopopularismo.
Marcados por la Guerra Civil.
El universo lorquiano se define por un sistematismo en el que la poesía, el
drama y la prosa se alimentan de obsesiones —amor, deseo, esterilidad— y de
claves estilísticas constantes. La variedad de formas y tonalidades nunca atenta
contra esa unidad cuya cuestión central es la frustración.
Obra:
Se dedica a la creación poética y a la dramática.
Características líricas:
o Mezcla de poesía popular y renovación.
o Universo poético violento y trágico presidido por la muerte.
o Las pasiones se desencadenan con intensidad y abocan al individuo a un
destino fatal.
o El amor y el sexo se presentan como un impulso dionisíaco al que no
cabe resistirse y que se entrelaza con la muerte.
o Destacan:
Romancero gitano (1928), donde se ocupa de una raza
marginada y manifiesta sus simpatías hacia ella; toma partido
frente a la represión institucionalizada que representa la guardia
civil.
Poeta en Nueva York (1929-1930): denuncia de una sociedad
materialista que oprime al débil y margina al negro
Características teatrales:
o Se nutrió de diversas tradiciones teatrales: el drama rural de épocas
anteriores, los clásicos (Lope de Vega, Calderón de la Barca), la tragedia
griega, Shakespeare.
o Cultivó en su teatro la prosa y el verso, así como diversidad de géneros y
formas.
o Tras su viaje a Nueva York la mujer ocupará un puesto central junto a
los gitanos y los negros; es una figura marginada con la que el autor se
siente identificado profundamente porque él es otro marginado social,
probablemente a causa de su homosexualidad.
o Destacan:
Bodas de Sangre (1933): una novia se escapa con su amante el
mismo día de su boda, reflejando en la historia una pasión que
desborda barreras sociales y morales, pero que desembocará en
la muerte.
Yerma (1934): drama de la mujer condenada a la infecundidad y
su anhelo por realizarse frente a la sumisión que se debe a la
moral recibida de la honra.
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Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (1935) es el
drama de la mujer soltera en la burguesía que se marchita como
flor toda su vida.
La casa de Bernarda Alba (1936) pieza maestra del teatro
lorquiano. En “este drama de mujeres en los pueblos de España”
se condensan las grandes obsesiones del autor: el orgullo de
casta, la moral del honor y la muerte como condena a las ansias
de una vida plena. Tiene su punto de partida en figuras reales,
una tal Frasquita Alba y sus hijas, vecinas de Lorca en
Valderrubio, Granada. Parte de una tradición, el luto y la
reclusión, llevados a extremos increíbles. Es una historia típica de
una familia rural que, obsesionada por “el qué dirán” vive una
situación dictatorial como la que impuso Bernarda a sus hijas.
o Contextualización del fragmento:
Escena final del tercer acto momento cumbre de la obra.
Adela se rebela hacia la autoridad materna, al descubrirse su
relación con Pepe el Romano.
Final trágico con suicidio de Adela.
La casa y sus mujeres volverán a ahogarse en un mar de luto y
silencio impuesto por Bernarda al igual que al comienzo de la
obra tras la muerte de su segundo marido (estructura circular).
CARACTERIZACIÓN DEL GÉNERO LITERARIO
Tema:
Ausencia de libertad que Bernarda ejerce sobre sus hijas, así como el honor, el
orgullo de casta frente al “qué dirán”, la pasión condenada a la soledad, la
muerte, el luto, la virginidad y la sumisión.
Resumen:
Martirio acusa a su hermana Adela de haber mantenido relaciones con Pepe el
Romano ante su madre. La joven, al verse descubierta, se rebela contra la
autoridad materna y quiere salir al encuentro del joven, aunque es retenida por
Angustias. Bernarda, con escopeta en mano, se lanza tras el amante pero no
consigue matarlo. Sin embargo, Martirio hace creer a Adela que Pepe ha
muerto lo que provoca el suicidio de su hermana pequeña. Bernarda,
preocupada por “el qué dirán”, dice que su hija ha muerto virgen y ordena
silencio.
Tono:
Lorca recrea la vida de las mujeres de la casa en un ambiente retorcido y
asfixiante. La moral de Bernarda es represiva y arraigada en una estirpe de
convicciones morales y sociales de difícil expiación. García Lorca se sitúa bajo
un punto de vista transgresor, no hay solución, no hay pacto en la lucha que
mantienen Bernarda y Adela, acaba con el exterminio de esta última.
Estructura externa:
La obra se estructura en tres actos. Se aprecian tres partes distintas que van in
crescendo hacia momentos de máxima tensión. Dentro de cada uno de los
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actos se presenta de forma paralela la misma secuencia: calma inicial, sucesión
de conflictos y violencia final:
o Acto I: (planteamiento) exposición de la situación, localización espacial y
temporal, presentación de los personajes. Muerte del segundo marido
de Bernarda e imposición del silencio y el luto a las habitantes de la
casa.
o Acto II: (nudo) se anuncia la boda de Angustias con Pepe el Romano, se
dan envidias entre las hermanas, se desvela que Adela y Pepe están
manteniendo una relación ilícita.
o Acto III: (desenlace) final trágico con el suicidio de Adela al creer que su
madre ha matado a su amado Pepe Se renueva la autoridad de
Bernarda sobre sus hijas, su madre y las criadas al imponer el silencio
(estructura circular).
Estructura interna:
Este fragmento comienza in media res, ya que la introducción al conflicto
precede a la escena (Adela y Martirio luchan), cuyo nudo es la discusión y el
enfrentamiento entre las mujeres y desenlace la muerte de Adela.
Personajes:
La casa de Bernarda Alba es una obra de personajes exclusivamente
femeninos, sin embargo, la sombra del hombre gravita constantemente sobre
la escena, como sucede en esta con la influencia de Pepe el Romano en el
desenlace final.
El personaje femenino se aborda desde la soledad y la ausencia del varón,
desde las frustraciones y deseos que este hecho conlleva. La visión del hombre
que se desprende de la obra nos llega por boca de las mujeres, que hablan de
él como: un ser deseado y necesario para ser feliz, dotado de fuerza y amigo de
la violencia, con un fuerte instinto hacia el amor y el erotismo, que somete a la
mujer en el matrimonio.
En este fragmento, intervienen todos los personajes relevantes de la obra
(salvo Amelia que solo contempla), destacan Bernarda y Adela en la acción
dramática, las hermanas, la Poncia y la criada.
o Bernarda: es la madre, que representa las convenciones morales y
sociales más añejas, la autoridad y la opresión. Defiende la decencia, la
honra y ejerce en su casa el poder absoluto (simbolizado por el bastón
que siempre lleva en escena, y el lenguaje empleado cargado de
órdenes y prohibiciones (“¡Silencio!”, “¡las lágrimas cuando estés
sola!”). Bernarda es un personaje represivo que acalla la expresión de
ideas y sentimientos de los que viven a su alrededor no permitiendo la
manifestación del dolor.
o Angustias: es, como su propio nombre indica, un personaje angustiado.
Es la hija mayor (39 años), fruto del primer marido de Bernarda. Como
ha heredado una buena fortuna de su padre, atrae a Pepe el Romano
con quien se va a casar a pesar de haber perdido la ilusión y la pasión,
motivo por el cual sus hermanas la envidian, se enfrenta a Adela cuando
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esta quiere marcharse junto a Pepe (“ ¡Ladrona!, ¡deshonra de nuestra
casa!”).
o Magdalena: es consciente de que a sus 30 años ya no va a casarse; es
sumisa, aunque en ocasiones protesta por la herencia de Angustias. Fue
la única que lloró la muerte de su padre.
o Amelia: tiene 27 años y se muestra resignada a su soltería; es tímida y
teme a Bernarda. Junto con Magdalena es un personaje bastante
desdibujado en toda la obra, algo reflejado en el significado de su
nombre (Amelia = sin miel).
o Martirio: tiene 24 años; está enamorada de Pepe el Romano y es la
primera en percatarse de que Adela también lo está. Es un personaje
acomplejado y oscuro, con sentimientos de rechazo, temerosa de los
hombres, celosa de Adela. Intenta reprimir los deseos de Adela y, como
no lo consigue, denuncia a su hermana ante su madre y da a entender
que Pepe el Romano ha muerto, no siendo verdad, es la causante del
martirio de su hermana.
o Adela: la más joven de las hermanas, junto con la mujer mayor de la
casa, la abuela (María Josefa) encarna la rebeldía y la libertad. Se
enfrenta a su madre en múltiples ocasiones: desde las más ingenuas
(abanico de flores y colores, vestido verde…) hasta sus relaciones ilícitas
con el pretendiente “oficial” de Angustias y el desafío final observamos
en esta escena cuando le rompe a su madre el bastón (“esto lo hago yo
con la vara dominadora”). Adela es, esencialmente, el amor, actitud
vital en todo Lorca, de tal manera que, si no hay amor, la vida se trunca,
la muerte es segura… Y así sucede con ella.
o La Poncia: es una criada que lleva treinta años sirviendo a Bernarda por
la que siente rencor. Interviene en las conversaciones, da consejos,
advierte. Espía a las hermanas e informa a Bernarda que no la cree.
Simboliza un puente entre la sumisión y ceguera del interior de la casa,
y la libertad del exterior.
o Criada: también participa en el rencor hacia el ama y hacia el difunto
marido, que la acosaba. Obedece a Poncia, pero es altanera con la
mendiga, pues en la obra se observa una jerarquía de clases.
o Pepe el Romano: frente a este protagonismo omnipresente femenino,
cobra especial importancia un personaje aludido, el joven (25 años)
espiado ya por las hijas en el duelo y pretendiente oficial de Angustias.
Se conoce su silbido y su sombra, así como sus conversaciones con
Angustias. Su fuerza va creciendo conforme aumenta la tensión
dramática de la obra y tiene su correlato zoomórfico en el caballo
garañón que patalea las paredes del corral. Será el causante, sin
saberlo, de la muerte de Adela en esta parte final de la obra, quien al
creerlo muerto por el disparo de Bernarda y el comentario de Martirio
(“se acabó Pepe el Romano”) se quitará la vida.
o La casa: no sólo es el espacio donde se desarrolla la trama, sino que
actúa como un personaje más. Para Lorca es la seguridad (punto de
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vista de Bernarda) ante los oscuro y lo desconocido (pecado) y por otro
lado una prisión (punto de vista de Adela) que aísla a las mujeres del
exterior, de la realidad.
Espacio:
Externo: la obra está ambientada en un pueblo español indeterminado, se
refleja en el subtítulo “Drama de las mujeres de los pueblos de España” y en
variadas referencias a una típica casa con un corral, muros gruesos...
Interno: la acción de la obra transcurre en el patio de la casa, que es el corazón
de la casa y corazón del conflicto. La casa representa un espacio permanente
de inhibición y ceguera, en contraste con el exterior (y el corral en este caso,
símbolo del encuentro amoroso entre Adela y Pepe) que representa la libertad.
Tiempo:
Externo: no se especifica. En base a cuando elabora Lorca la obra y que esta es
en esencia una crítica al atraso de los pueblos de la España de la época se
deduce que la acción transcurre durante la primera mitad de siglo XX.
Interno: queda desdibujado. Aunque al principio de la obra se habla de ocho
años de luto, la acción parece transcurrir en uno solo, ya que cada acto se
desarrolla en un momento del día (acto I, mediodía, acto II la tarde y acto III la
noche). La última escena transcurre al anochecer.
JUSTIFICACIÓN LITERARIA (USO LITERARIO DEL LENGUAJE)
Género literario:
Se trata de un texto dialogado dramático en el que la acción avanza por medio
de la confrontación del diálogo entre los personajes cuyo objetivo es la puesta
en escena y que presenta acotaciones explícitas o implícitas destinadas a un
director. Pertenece al subgénero del drama, tal como indica el subtítulo, por
tratar con personajes más reales y próximos.
Diálogos:
En general, son rápidos, incisivos, breves y muy personales. Están poblados de
imágenes y, en general, de recursos literarios (“¡Esa es la cama de las mal
nacidas!”, “se acabaron las voces de presidio”, “hubiera volcado un río de
sangre sobre su cabeza”).
Acotaciones:
Son observaciones del autor destinadas a clarificar la comprensión y el modo
de presentación de la obra, estas nos proporcionan una información esencial
acerca de la puesta en escena y de la intención comunicativa del personaje.
Gracias a ellas se sabe que “Adela arrebata el bastón a su madre y lo parte en
dos”, que “suena un disparo” o intuimos que Adela se ha ahorcado porque
Poncia “se lleva las manos al cuello”. En otros momentos nos aportan
información sobre el tono de voz, los gestos, (“la criada se santigua”, “al entrar
da un grito”) o bien tienen una función apelativa para la actuación de los
personajes (“Señalando a Adela, Haciéndole frente, Sale Magdalena). Las
acotaciones en esta obra suele presentar formas más sugerentes y precisas con
una gran carga metafórica y simbólica (la mencionada del bastón).
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Figuras literarias:
Metáforas: se presentan de manera hiperbólica y con gran fuerza expresiva
debido al gran dramatismo de la escena (“¡Qué pobreza la mía no poder tener
un rayo entre los dedos!”, “¡Esa es la cama de las mal nacidas!”, “De aquí no
sales con tu cuerpo en triunfo”, “Se acabó Pepe el Romano”, “¡Hubiera volcado
un río de sangre sobre su cabeza!”, “¡Nos hundiremos todos en un mar de
luto!”).
Símil: (“Ahí fuera está. respirando como si fuera un león”, “En voz baja como si
fuera un rugido”) referidas a Pepe el romano y a Bernarda contribuyen a
aumentar la expresividad y la tensión dramática.
Símbolos: el bastón refleja la autoridad de Bernarda: las campanas son
símbolos de la muerte (al principio y al final de la obra manifiesta estructura
circular); los muros símbolo del hermetismo y la ausencia de libertad que se
vive en el interior de la casa aislada del exterior; la escopeta y el martillo
simbolizan la violencia y la muerte.
Aliteración (s): (“Silencio, silencio he dicho. ¡Silencio!”) impregna el momento
de una enorme tensión
Rasgos propios:
Teatro de Lorca y de la Generación del 27 caracterizado por depurar el teatro
poético, incorporar tendencias vanguardistas y por un deseo de acercarse al
pueblo.
El elemento que caracteriza la producción literaria lorquiana es la frustración.
Lorca lleva a escenas destinos trágicos, pasiones condenadas a la soledad o a la
muerte. Los personajes que aparecen en sus obras están frustrados, debido al
paso del tiempo, la muerte o los prejuicios sociales.
La metáfora es el recurso que caracteriza la literatura lorquiana.
Relaciones léxico-semánticas y morfosintácticas:
Campo semántico de violencia (“sangre”, “escopeta”, “muerte”, “golpe”,
“disparo”, “martillo”, “matado”) todos relacionados con la muerte que cierra la
obra.
Predominan los adjetivos valorativos (“Se dirige furiosa hacia Adela”, “Maldita”,
“¡Endemoniada!) señalando la tensión del momento que se vive en el interior
de la casa. Además uso de adjetivos especificativos (“llenas de paja”) que
señala el erotismo vivido entre Adela y Pepe el Romano.
Formas verbales predominantes presente indicativo con valor actual (“se
dirige”, “arrebata”, “no manda”, “soy”, “mira”, “sale”). Imperativo (“Déjala”,
“Atrévete”, ¡Abre!, “Llevadla”) e incluso el uso vulgar de infinitivo por
imperativo “Descolgarla”, cuyo uso sirve principalmente a Bernarda para dar
órdenes, función apelativa del lenguaje. La acción de futuro aparece
representada por las formas verbales “dominará”, “podrá” en boca de Adela.
Uso de la primera y segunda persona del singular (“soy”, “sales”) característico
de los textos dialogados. Reforzado con la aparición de elementos deícticos
(“tú”, “yo”) propios del lenguaje convencional que muestra la emotividad de los
interlocutores y enfatiza el enfrentamiento entre los personajes.
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Abundan las oraciones simples exclamativas (“¡Esa es la cama de las mal
nacidas!”, “¡En mí no manda nadie más que Pepe!”, “¡Hubiera volcado un río
de sangre sobre su cabeza!”) que potencian la carga retórica del diálogo para
expresar la intensidad dramática, función expresiva del lenguaje. También se
usan oraciones interrogativas, algunas retóricas (“¿Por qué lo has dicho
entonces?”, “¿Me habéis oído…?”) que refuerzan el tono exaltado y dotan a la
escena de intensidad dramática. Predominan las oraciones simples enunciativas
generalmente cortas y acusadoras (“Estaba con él”. “Mira esas enaguad llenas
de trigo”) que favorecen el diálogo rápido. Uso de frases nominales (“¡Adela!,
“¡Dios mío...”) pues predominan las réplicas cortas debido a la enorme tensión
dramática. Gracias al uso de oraciones enunciativas y las frases nominales se
aprecia la espontaneidad y la economía lingüística propia de los textos
dialogados.
PARTE MÁS LLAMATIVA DE LA ESCENA
RELACIÓN ENTRE LAS IDEAS DEL AUTOR Y EL TEMA SOLICITADO
POSICIONAMIENTO
CONCLUSIÓN Y CIERRE TEXTUAL
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