Software Libre
Para una
Sociedad Libre
Generalmente cuando se inicia un negocio se pone atención a los gastos
macros como la renta, el pago de servicios o la compra de mercancía, sin
tomar en cuenta la herramienta tecnológica a utilizar. El software libre ofrece
alternativas tecnológicas para potenciar al máximo tu negocio. Lo mejor, es que
no gastarás nada en licencias. Pero ¿Qué es el software libre? Este tiene
como premisa respetar la libertad de todos los usuarios y la comunidad; por
eso tienen las siguientes posibilidades: Ejecutar el programa con cualquier
propósito, Estudiarlo y modificarlo, Copiarlo y distribuirlo, Mejorarlo y hacer
públicas las mejoras. El conjunto de estas libertades son las que nos dan
origen a la pregunta ¿Por qué el software libre? Y es que el modelo de negocio
del Software Libre se fundamenta en el ingreso de los servicios y no en las
licencias vendidas.
Existe alrededor de este movimiento una comunidad dedicada a la
innovación y desarrollo de software libre que gana dinero adaptándolo a las
necesidades del cliente o brindando servicio técnico. Software libre no es
sinónimo de gratis, aun así muchos de los programas se pueden descargar a
través de internet sin pagar. El software libre busca ahorrar en costos de
mercadotecnia y ventas, pues su uso ya es una práctica habitual en las
empresas. La ventaja de esto radica en que es una herramienta ideal para el
camino hacia la soberanía tecnológica dado que hoy en día vivimos en un
mundo bombardeado por la información y comunicación tanto en lo personal
cotidiano como en lo profesional. La cuestión es ¿en qué manos o en qué
servidores residen el código y los datos que movemos? Esta pregunta cobra
más importancia en el caso de gobiernos puesto que no sería razonable que
éstas se aten o depositen su información en manos de empresas privadas
extranjeras. El software restrictivo o no libre perpetúa la dependencia hacia
entidades privadas, por el contrario el software libre constituye un motor
económico. A pesar de que a veces su uso es gratis, en otras ocasiones
conlleva oportunidades de negocio para las empresas proveedoras de TICs.
Uniendo los argumentos anteriores, es de alto impacto sobre la sociedad que
organismos públicos y aquellas organizaciones que apuestan por los bienes
comunes sean ejemplo tractor de su uso, promoción e incluso hagan
aportaciones en forma de productos mejorados, o colaboren con inversiones en
dinero o recursos; impulsar la transición del software restrictivo al software libre
conlleva un cambio no sólo tecnológico sino cultural; que gradualmente se
convierta en realidad requiere la dedicación de esfuerzos y recursos durante
años. Es una apuesta de país sobre la que reflexionar si queremos llegar lejos
y apostamos de verdad por lo "público y de calidad". Es una apuesta en la que
sí caben todos los que quieran hacerla en serio y pongan por delante el interés
del beneficio común. En el libro software libre para una sociedad libre de Richar
Stallman ejemplifica: “una «sociedad libre» está regulada por leyes. Pero hay
límites que cualquier sociedad libre pone a esa regulación legal: ninguna sociedad que
mantenga sus leyes en secreto podría llamarse, nunca, libre. Ningún gobierno que
esconda sus normas a los gobernados podría incluirse, nunca, en nuestra tradición. El
Derecho gobierna. Pero sólo, precisamente, cuando lo hace a la vista. Y el Derecho sólo
está a la vista cuando sus términos pueden ser conocidos por los gobernados o por los
agentes de los gobernados, abogados, parlamentos”. Todos los elementos de ese
proceso son libres en el sentido a que se refiere Stallman, las alegaciones
jurídicas están disponibles para su libre uso por los demás. Las
argumentaciones son transparentes —lo cual es distinto a decir que son
buenas— y el razonamiento puede ser utilizado sin la autorización del abogado
original. Las opiniones formuladas pueden ser citadas en alegaciones
posteriores. Pueden ser copiadas e incorporadas en otra argumentación u
opinión; el «código fuente» es deliberadamente y por principio abierto y de libre
uso por cualquiera. Y así lo usan libremente los abogados, ya que el secreto de
una gran argumentación es que resulte original mediante la reutilización de lo
que se ha hecho antes. La fuente es libre, la creatividad y una forma de
economía se cimientan sobre ella. En esta perspectiva podemos imaginar esa
sociedad, pero no nos podemos imaginar llamarla «libre». Estén, o no, mejor o
más eficientemente gestionados los incentivos en esa sociedad, ésta no podría
ser considerada libre. Los ideales de libertad, de vida en una sociedad libre,
exigen algo más que una gestión eficiente. En cambio, el aperturismo y la
transparencia son los límites en los cuales se construye un sistema legal, sin
que se añadan nuevas ideas a conveniencia de los líderes. La vida sometida al
código informático no debería ser menos y una sociedad libre es aquella que
garantiza que sus recursos más importantes permanecen libres, precisamente
en este sentido.
Finalmente, el software libre es una fuente idónea para la mejora
continua: los componentes pueden ser mejorados por comunidades, personas
y empresas de todo el mundo, quienes a su vez tienen la potestad para dejar a
disposición pública sus versiones mejoradas. La velocidad de este mecanismo
depende de distintos factores: el interés de los usuarios por cada producto, el
compromiso y los recursos de quien está detrás de cada programa, la filosofía
de generar mejoras y compartirlas o, a la contra, cerrarlas. Cuando nuestro
mundo finalmente comprenda el poder y el peligro del código, cuando
finalmente vea que el código, como las leyes o como el gobierno, debe ser
transparente para ser libre; aún no hemos ganado esa libertad y podríamos
fracasar en su consecución. Pero triunfemos o fracasemos, consideramos que
Venezuela ha ido dando pequeños pasos pero de gran importancia
encaminada a cumplir con esa sociedad donde el conocimiento y la información
son libre.
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