BE BENEMÉRITA UNVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA
FACULTAD DE ECONOMÍA CENTRO DE ESTUDIOS DEL DESARROLLO
ECONÓMICO Y SOCIAL
DOCTORADO EN ECONOMÍA POLÍTICA DEL DESARROLLO
Las teorías de la dependencia de la década de los sesenta y su vigencia para explicar el desarrollo-
subdesarrollo actual
T E S I S
QUE PARA LA OBTENCIÓN DEL GRADO DE
D O C T O R E N E C O N O M Í A
P O L Í T I C A D E L D E S A R R O L L O
P R E S E N T A
MTRO. JULIAN PAZ CALDERÓN
ASESOR
DR. JAIME ORNELAS DELGADO
PUEBLA, PUE. AGOSTO DE 2013
AGRADECIMIENTOS
A la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Facultad de Economía por darme
todas las facilidades para poder cursar el Doctorado en Economía Política de Desarrollo en
la misma institución.
Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por proporcionar los recursos
para cursar y terminar el doctorado en los tiempos que la institución solicita.
A la planta académica del doctorado por compartir sus conocimientos, y por la invitación a
reflexionar sobre la realidad latinoamericana para transformarla a un mejor ambiente de
vida para todos y no sólo para unos cuantos.
A los compañeros del doctorado, que de alguna u otra manera estaban al tanto del
desarrollo de nuestras tesis por lo que sus comentarios y críticas fueron de gran ayuda.
A mi comité tutorial, compuesto por los Doctores Jaime Ornelas Delgado, Jaime Estay
Reyno y Jesús Rivera de la Rosa por su interés en el desarrollo y culminación de esta tesis.
A mis padres, porque sin ellos difícilmente se logran las aspiraciones, cualquiera que éstas
sean.
A mi familia, porque la convivencia con ellos impulsa a hacer las cosas por alguien más y
no sólo para sí mismo.
Finalmente, a la memoria de mi padre.
I
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 1
CAPITULO I. MARCO TEÓRICO METODOLÓGICO PARA EL ANALISIS
DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 7
Presentación
I.1 CÓMO ANALIZAR UNA TEORÍA O CORRIENTE DE PENSAMIENTO PARA
DETERMINAR SU ACTUALIDAD 8
I.1.1 Hugo Zemelman, Gabriela Barrueta, Adolfo Sánchez Vázquez y Aníbal Quijano en
cómo analizar una teoría para determinar su vigencia 8
I.1.2. Karl Marx y las críticas al método de Proudhon 17
I.2 METODOGÍA PARA EL ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA PARA
DETERMINAR SU ACTUALIDAD EN OTRO MOMENTO HISTÓRICO 22
I.2.1 Lo que sería una teoría y cómo utilizarla para analizar otro momento histórico 22
I.2.2 Contexto mundial en el origen de la teoría de la dependencia 25
I.2.3 El escenario teórico y el pensamiento dependentista latinoamericano 27
I.2.4 El neoliberalismo en América Latina 27
I.3 SOBRE EL MÉTODO CONCRETO-ABSTRACTO-CONCRETO EN EL ANÁLISIS DEL
PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 27
I.3.1 La importancia del método de la economía política para acercarse a la realidad en su esencia 27
I.3.2 La importancia del método en el análisis del pensamiento dependentista 37
I.3.3 La relación sujeto-objeto en el análisis del pensamiento dependentista 40
I.4 PREMISAS A CONSIDERAR EN EL ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 42
I.4.1 Producción en sociedad 42
I.4.2 La vida material 42
I.4.3 La lucha de clases 43
I.4.4 El Estado 44
I.4.5 Los actores 45
CAPÍTULO II. CONTEXTO MUNDIAL EN LOS ORÍGENES DE LA CONSTRUCIÓN DEL
PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 47
Presentación
II.1 EL PROBLEMA DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO HASTA LA SEGUNDA
GUERRA MUNDIAL: LIBERALISMO, SOCIALISMO, FELICIDAD Y PROGRESO 50
II.1.1 Modo de producción capitalista y liberalismo: felicidad y el progreso, una meta alcanzable 50
II.1.2 El modo de producción capitalista, el marxismo y el socialismo científico 57
II.1.3. Rosa Luxemburgo y las regiones pre capitalistas en la acumulación de capital 67
II.1.4 Vladimir I. Lenin: los cinco rasgos del imperialismo y el capitalismo en las zonas periféricas 71
II
II.1.5 La noción de economía mundial en Nicolai I. Bujarin 73
II.1.6 El desarrollo desigual: países desarrollados y subdesarrollados 78
II.1.7 El desarrollo desigual hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial 83
II.2 EL PROBLEMA DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO DESDE LA SEGUNDA
GUERRA MUNDIAL Y HASTA LA DÉCADA DE LOS SESENTA DEL SIGLOXX: ESTADO,
DESARROLLO Y SOCIALISMO 89
II.2.1 La concepción burguesa del desarrollo-subdesarrollo: concepto, causas y alternativas 91
II.2.1.1 Ragnar Nurkse y el tamaño del mercado 91
II.2.1.2 Arthur Lewis y la conducta de los seres humanos 97
II.2.1.3 Gunnar Myrdal y las desigualdades regionales 105
II.2.1.4 Friedrich A. Hayek: Modo de producción capitalista y liberalismo, versus, socialismo 109
II.2.1.5 Las etapas de crecimiento de Walt Whitman Rostow 114
II.2.1.6 La época de oro del capitalismo y el problema del desarrollo-subdesarrollo 115
CAPÍTULO III. EL DESARROLLO-SUBDESARROLLO EN AMÉRICA LATINA Y EL
PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 124
Presentación
III.1 EL PENSAMIENTO CLÁSICO LATINOAMERICANO Y EL PROBLEMA
DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO LATINOAMERICANO 127
III.1.1 El pensamiento clásico latinoamericano, la especificidad de la problemática
de “Nuestra América” y la inviabilidad del pensamiento occidental y su idea desarrollo 127
III.1.2 La transición del pensamiento clásico al pensamiento dependentista: El pensamiento
del Che Guevara, Fidel Castro y la revolución cubana 132
III.2 EL PENSAMIENTO DE LA COMISIÓN ECONOMICA PARA AMÉRICA
LATINA Y LA INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES 134
III.2.1 La especialización internacional del trabajo y el problema del desarrollo-subdesarrollo
en la CEPAL 134
III.2.2 La industrialización latinoamericana como alternativa a la especialización
internacional del trabajo y el subdesarrollo 138
III.2.3 El mercado, el Estado y el empresario como actores principales del desarrollo económico 140
III.2.4 La industrialización y el desarrollo económico hasta la década de los sesenta: sus resultados 142
III.3 EL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA LATINOAMERICANO 144
III.3.1 El punto de partida: el fracaso del desarrollismo de la CEPAL 145
III.3.2 Sus objetivos 147
III.4 EL PROBLEMA Y EL PUNTO DE PARTIDA METODOLÓGICO DEL PENSAMIENTO
DEPENDENTISTA 149
III.4.1 Lo específico del capitalismo latinoamericano 149
III.4.2 El método en el pensamiento dependentista: el sistema capitalista mundial y la
división internacional del trabajo en el origen del subdesarrollo dependiente latinoamericano 152
III
III.4.3 El enfoque dependentista 155
III.5 CRÍTICAS A LAS TEORÍAS DEL DESARROLLO 157
III.5.1 Críticas a la teoría de las etapas de Walt Whitman Rostow 157
III.5.2 Crítica a los supuestos de las resistencias al cambio, al procedimiento en el uso de los
recursos y al de una ideología general del desarrollo 159
III.6 LA DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO Y EL PROBLEMA DEL
SUBDESARROLLO LATINOAMERICANO 161
III.6.1 Condiciones del subdesarrollo económico en las periferias según Andre Gunder Frank 161
III.6.2 La división internacional del trabajo en el modelo primario exportador y la
superexplotación de la fuerza de trabajo 172
III.6.3 La división internacional del trabajo en la industrialización por sustitución de
importaciones y el nuevo carácter de la dependencia 179
III.7 EL CONCEPTO DE DEPENDENCIA Y LAS POSIBILIDADES DE DESARROLLO
DE LAS NACIONES LATINOAMERICANAS 186
III.7.1 Criticas al concepto de dependencia externa 186
III.7.2 El concepto de dependencia de Theotonio Dos Santos 189
III.8 DEL PORQUÉ DEL FRACASO DEL DESARROLLISMODE LA CEPAL 194
III.8.1 La necesidad de la industrialización latinoamericana según Theotonio Dos Santos 194
III.8.2 Fracaso del modelo de desarrollo y de la ciencia social en que se fundamentaba 196
III.9 CRÍTICAS EXTERNAS Y EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 199
III.9.1 Las críticas de Jorge G. Castañeda y Enrique Hett 200
III.9.2 Evolución del pensamiento dependentista: del concepto de dependencia al sistema mundo 204
CAPITULO IV. EL NEOLIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA DESDE EL
PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 208
Presentación
IV.1 LAS BASES TEÓRICAS DEL NEOLIBERALISMO: SMITH Y ROSE Y
MILTON FRIEDMAN 209
IV.1.1 Sobre cómo se puede lograr el progreso o el desarrollo de las naciones en el capitalismo 209
IV.1.2 Sobre la división del trabajo, la cooperación y el progreso 210
IV.1.3 Sobre la división del trabajo, los mercados libres y el progreso 212
IV.1.4 Sobre los precios, los monopolios, la competencia y el progreso 213
IV.1.5 Sobre el empleo, los salarios y la competencia 214
IV.1.6 Sobre las restricciones al comercio internacional 215
IV.1.7 Sobre la intervención del Estado en la economía y el progreso 217
IV.1.8 Sobre los programas sociales del Estado 218
IV.1.9 Sobre el Estado empresario 220
IV.1.10 Sobre la educación, la competencia y los mercados libres 221
IV.2 EL PROYECTO NEOLIBERAL: TRAYECTORIA Y TREINTA AÑOS
IV
DESPUES, 1980-2012 223
IV.2.1 La década de los setenta: crisis en la economía norteamericana, crisis del Estado de
Bienestar y la “necesidad” del neoliberalismo 223
IV.2.2 La década de setenta del siglo XX como el referente del capitalismo neoliberal 230
IV.2.3 Trayectoria del neoliberalismo en el centro y la periferia: polarización y mayor
monopolización de la economía mundial capitalista 238
IV.2.4 Desarrollo desigual y aumento de la posición relativa de la periferia 242
IV.2.5 Desarrollo desigual en la periferia y polarización social 250
IV.2.6 Nuevas bases del crecimiento 251
IV.2.7 Crisis recurrentes y polarización social 252
IV.3 EL PENSAMIENTO NEOLIBERAL EN AMÉRICA LATINA Y LA VIGENCIA DE
LAS TESIS DEPENDENTISTAS PARA EXPLICAR EL DESARROLLO-SUBDESARROLLO
ACTUAL LATINOAMERICANO 257
IV.3.1 La década de los setenta: crisis del modelo de industrialización por
sustitución de importaciones y la imposición del proyecto neoliberal 257
IV.3.2 Reproducción de las tendencias de la economía mundial capitalista. Mayor preponderancia
de los capitales extranjeros y latinoamericanos en las periferias latinoamericanas 264
IV.3.3 La extracción de excedentes y el desarrollo del centro y el subdesarrollo de
la periferia latinoamericana 268
IV.3.4 En la división internacional del trabajo, reprimarización y continuación de la
dependencia tecnológica 273
IV.3.5 Polarización social y superexplotación de la fuerza de trabajo 277
IV.3.6 Estructuras productivas condicionadas, límites al desarrollo y
dependencia primario-tecnológica 288
IV.3.7 Los Estados y las burguesías latinoamericanas y la posibilidad de un proyecto de desarrollo
independiente 290
Conclusiones 294
Bibliografía 299
Glosario 305
V
ÍNDICE DE CUADROS
CAPÍTULO II
Cuadro II.1. Indicadores resumidos de la actuación por grupo de países, 1900-1950 84
Cuadro II.2. Población en muestra de 32 países 85
Cuadro II.3. PIB total en dólares internacionales, 1900, 1950 86
Cuadro II.4. Exportaciones a precios de 1980, 1900-1950 87
Cuadro II.5. Distribución del empleo por sectores, 1950 88
Cuadro II.6. Distribución del ingreso mundial en 1949 89
Cuadro II.7. Crecimiento del PIB real y PIB per cápita: 1950-1973 118
Cuadro II.8. Población en muestra de 32 países 119
Cuadro II.9. Exportaciones a precios de 1980, 1950-1973 120
Cuadro II.10. PIB total en dólares internacionales, 1950-1973 121
Cuadro II.11. PIB per cápita a precios de 1980 122
Cuadro II.12. Razón de las exportaciones de mercancías al
PIB a precios actuales de mercado 123
CAPITULO IV
Cuadro IV.1. Población mundial 231
Cuadro IV.2. PIB mundial y PIB per cápita a dólares de Estados Unidos, a precios
constantes de 2005 232
Cuadro IV.3. Exportaciones e importaciones mundiales 232
Cuadro IV.4. IED, entradas y salidas 233
Cuadro IV.5. Producto interno bruto real, total y per cápita 1970-2010 234
Cuadro IV.6. Exportaciones mundiales 234
Cuadro IV.7. Deuda externa de largo plazo de los países subdesarrollados, 1970-2009 235
Cuadro IV.8. IED % de la inversión 235
Cuadro IV.9. Entradas de IED, Stock en porcentajes del PIB 236
Cuadro IV.10. Producto interno bruto de economías desarrolladas por tipo de
gasto y valor agregado por clase de actividad económica, 1970-2010 237
Cuadro IV.11. Producto interno bruto de economías subdesarrolladas por tipo de
gasto y valor agregado por clase de actividad económica, 1970-2010 238
Cuadro IV.12. Cambios normativos, 1991-2011 240
Cuadro IV.13. Indicadores seleccionados de IED y producción internacional, 1982-2009 242
Cuadro IV.14. Stocks de entradas y salidas de inversión extranjera directa en
países de la OCDE, 1990-2010 243
Cuadro IV.15. Stocks de entradas y salidas de inversión extranjera directa algunos
países de la periferia, 1990-2010 245
Cuadro IV.16. Flujos estimados de salidas de inversiones extranjeras directas
VI
mundiales, por sector e industria, 1982-1992 y 2008-2010 246
Cuadro IV.17. Exportaciones mundiales de mercancías, producción y
producto interno bruto, 1980-2010 248
Cuadro IV.18. Exportaciones mundiales de mercancías, por productos, 1990-2009 249
Cuadro IV.19. Exportaciones de mercancías por productos de
América Latina, África y Asia, 1990, 2010 250
Cuadro IV.20. PIB real en economías avanzadas y algunos países de la
zona de Europa, 2003-2013 253
Cuadro IV.21. Desempleo en países de la OCDE 1983-2013 253
Cuadro IV.22. Participación de los salarios en el producto interno bruto en
países seleccionados, 1970-2010 254
Cuadro IV. 23. América: Deuda externa de largo plazo 258
Cuadro IV.24. América Latina: Producto interno bruto a precios
constantes de 1980 y 2000 259
Cuadro IV.25. Producto interno bruto de América por tipo de gasto y valor
agregado por clase de actividad económica, 1970-2010 261
Cuadro IV.26. América Latina y el Caribe. Renta de la inversión extranjera en
América Latina y de la de América Latina en el extranjero, 1980-2010 270
Cuadro IV.27. América Latina y el Caribe: Ingreso neto de capitales y transferencia
de recursos, 1980-2010 272
Cuadro IV.28. América Latina. Producto interno bruto por habitante a precios
constantes de 1980 y 2000 280
Cuadro IV. 29. América Latina: Tasa de desempleo, 1970-2010 281
Cuadro IV.30. América Latina. Variación de los índices anuales de
precios al consumidor: promedio anual 282
Cuadro IV.31. América Latina y el Caribe: Evolución del salario
mínimo real urbano, 1980-2000 283
Cuadro IV.32. América Latina y el Caribe: Salario mínimo real, 2000-2010 284
Cuadro IV.33. América Latina: Incidencia de la pobreza y la indigencia, 1980-2007 285
Cuadro IV.34.América Latina: Incidencia de la pobreza y la indigencia, 1980-2007 285
Cuadro IV.35. América Latina: Distribución del ingreso de los hogares
urbanos, por quintiles /a, 1980-2010 286
1
INTRODUCCIÓN
En marzo de 2009 inicié el doctorado en Economía Política del Desarrollo en la Facultad
de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Desde entonces quedó
planteado el problema de tesis, y es el de ver que tan vigentes son las tesis dependentistas
escritas en la década de los sesenta del siglo XX para explicar el desarrollo- subdesarrollo
actual latinoamericano.
El problema provenía, por supuesto, de explicar la nueva problemática latinoamericana a
raíz de la imposición de los principios de libre mercado desde mediados de la década de los
setenta en Chile, y principios de la década de los ochenta del siglo veinte en el resto de
América Latina (A.L.) y que se le dio en llamar neoliberalismo.
El capitalismo, y el capitalismo de libre mercado, se vio fortalecido con la caída del
socialismo en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) y Europa del Este a
fines de la década de los ochenta y principios de los noventa del siglo XX, ya que quedaba
como única opción donde la periferia debería buscar sus alternativas de crecimiento y
desarrollo, además de que se abrían nuevos mercados, sobre todo para las medianas y
grandes empresas, para la colocación de sus capitales y mercancías.
Para explicar la nueva realidad latinoamericana no habría que partir de cero. Desde finales
del siglo XIX y hasta los sesenta del siglo XX pensadores latinoamericanos como José
Martí, José Carlos Mariátegui, Raúl Prebisch, Fidel Castro, Ernesto Che Guevara y los
constructores del pensamiento dependentista en las obras de André Gunder Frank, Cardoso
y Faletto, Theotonio Dos Santos y Ruy Mauro Marini, estaban preocupados por el
desarrollo-subdesarrollo latinoamericano.
Ante los conceptos ideologizados creados por occidente, los pensadores críticos
latinoamericanos crearon categorías y conceptos para el análisis de las realidades de las
sociedades latinoamericanas insertas en el capitalismo mundial, por lo que para el análisis
de esta nueva realidad latinoamericana “globalizada” no se requiere, como ya se dijo,
empezar de cero ya que existen un gran acervo de conceptos que pueden contribuir a
explicar la realidad latinoamericana actual; señalaron la especificidad latinoamericana y
propusieron alternativas de desarrollo dentro del mismo capitalismo latinoamericano.
2
Otros, como Fidel Castro y el Che Guevara, propusieron y actuaron abiertamente por el
socialismo en Cuba para alcanzar el desarrollo.
Habría que destacar que estos pensadores se oponían a la visión de desarrollo que se tenía
después de la Segunda Guerra Mundial (SGM) en los países centrales, sobre todo en los
Estados Unidos (EE.UU.), en las obras de Nurse, Lewis, Myrdal y Rostow, entre otros.
Estos autores no se preocupaban por el origen y desarrollo de estos dos grupos de países.
Su visión de las causas del desarrollo, de cómo entenderlo y cómo superarlo era como el
que se tenía en los países centrales. Para ellos no existían clases sociales, pareciera que el
problema del subdesarrollo era un problema de desconocimiento de un problema técnico;
no se toma en cuenta que existen clases sociales que tienen prioridades y objetivos
diferentes y que entran en contradicción. Su concepto de desarrollo-subdesarrollo tenía que
ver con el capital en relación a su población. Los países subdesarrollados lo eran porque la
relación de su capital con su población era baja.
El neoliberalismo tenía sus bases teóricas. Es principalmente en las obras de Adam Smith
de 1776, “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”, en
la de Friedrich A. Hayek de 1944, “Camino de servidumbre” y la de Rose y Milton
Friedman de 1979, “Libertad de elegir” que encontramos las bases teóricas de los principios
del libre mercado o neoliberalismo. En las tres obras se resaltan las libertades y la
competencia en todos los órdenes y se denosta la intervención del Estado en las libertades
de los individuos para dedicarse a las actividades que más les convengan.
Es a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta que en la economía
mundial capitalista se empiezan a presentar las condiciones para abandonar los preceptos
keynesianos adoptados raíz de la crisis mundial de 1929 y sustituirlos por los preceptos de
libre mercado. Se empiezan a presentar problema de crisis en la economía norteamericana y
en general en la economía mundial capitalista. El culpable sería el Estado de Bienestar que
interfería con el libre funcionamiento del mercado, con las libertades que Smith y Rose y
Friedman plantearon y que socaban la división del trabajo, la especialización, la
productividad y competencia, en perjuicio del individuo, del consumidor, del progreso.
Ha sido con la llegada de gobiernos de derecha en los diferentes países centrales a finales
de la década de los setenta y principios de los ochenta del siglo XX que se empiezan a
3
imponer y generalizar las ideas neoliberales, tanto en el centro como en la periferia. En
A.L. y otros países endeudados, se implantarían a partir de la llamada crisis de la deuda
externa (DE) a principios de la década de los ochenta del siglo XX.
Según los teóricos el proyecto neoliberal mejoraría la situación previa a su implantación de
todos los consumidores de ambos grupos de países capitalistas. En Smith, Hayek y Milton
Friedman, no se señalan el tiempo en que se podrían vislumbrar esas mejoras. Lo que iría
en contra de la competencia y esas posibles mejoras, así lo señalan los ideólogos del
capitalismo, es la existencia de los monopolios, sean estos estatales o privados. Ya Lenin,
como veremos en el capítulo II, señalaba la preponderancia que habían adquirido los
monopolios a fines del siglo XIX y principios del XX en el desarrollo de las economías
centrales. En la actual etapa del capitalismo se ha exacerbado el dominio de las sociedades
por los monopolios privados, tanto nacionales como extranjeros.
Sin embargo, después de más de treinta años de la aplicación de los principios de libre
mercado en las economías capitalistas, tanto del centro como de la periferia, y de A.L. en
particular, a lo que ha conducido es a la formación de un paraíso de los capitales
extranjeros y latinoamericanos, ya que por las políticas de apertura y privatización han
tenido grandes espacios para la colocación de sus capitales en los diferentes de sectores de
las economías latinoamericanas y la obtención de grandes ganancias. En contraste los
mismos principios de libre mercado han conducido a grandes crisis, tanto en el centro como
en la periferia, que han tenido como consecuencia caídas en la producción, la inversión y
altas tasas de desempleo. En la periferia latinoamericana el neoliberalismo también ha
estado marcado por frecuentes crisis, por altas tasas de desempleo, bajos salarios, altos
niveles de pobreza, por el incremento de la desigualdad y una redistribución del ingreso en
favor de las familias más ricas, entre otros efectos negativos.
¿Cómo analizamos a A.L. en la etapa actual del capitalismo neoliberal? Como lo hicieron
los dependentistas a fines de la década de los sesenta, como parte integrante del sistema
capitalista mundial.
Los constructores del pensamiento dependentista señalaron a fines de la década de los
sesenta que, metodológicamente, a A.L. habría que analizarla como parte integrante del
sistema capitalista mundial porque eso nos daría la posibilidad de argumentar las
4
posibilidades de desarrollo de la periferia latinoamericana dentro del capitalismo. En los
sesenta, por la extracción de excedentes, por las estructuras dependientes y por la
superexplotación de la fuerza de trabajo argumentaron que no era posible que las periferias
latinoamericanas alcanzaran el desarrollo y que la única vía era el socialismo.
En A.L., se podría decir, hasta finales de la primera década del siglo XXI, 30 años después,
con el conjunto de las naciones subdesarrolladas, se van a reproducir las tendencias
mundiales provenientes de los países centrales por lo que sus resultados también son
similares a los del resto del mundo. Primero, las que han tenido que ver con la
liberalización y desregulación de sus economías basadas en los principios de libre mercado
señaladas anteriormente. Segundo, la preponderancia de los capitales extranjeros, tanto en
los países del centro como en las economías periféricas, en la dinámica de las economías
latinoamericanas. Tercero, la preponderancia de los capitales extranjeros a ubicar sus
inversiones en actividades de servicios y al interior de estos en los servicios financieros,
más que en actividades primarias y manufactureras. Cuarto, la tendencia del gran capital
latinoamericano a colocar también sus ganancias en el extranjero, principalmente en la
misma periferia. Quinto, la gran generación de excedentes del capital extranjero invertido
en la periferia y de la periferia en el extranjero. Sexto, preponderancia del comercio exterior
en la actividad económica. Séptimo, en el conflicto capital-trabajo, los Estados
latinoamericanos han promovido y dejado al capital que imponga sus condiciones de
explotación. Octavo, estructuras productivas condicionadas y dependientes que limitan el
desarrollo latinoamericano y noveno, gran polarización económica y social al interior de las
economías latinoamericanas.
Aun así, habría que identificar lo específico en A.L. de estas tendencias. Frank señaló la
expropiación y apropiación del excedente de la periferia por el centro, el desarrollo del
centro, en parte por esa apropiación, y el subdesarrollo de la periferia por la falta de ese
excedente y por las contradicciones de explotación que la metrópoli introduce en la
estructura económica de la periferia. Estas contradicciones refuerzan en el centro sus
procesos de desarrollo y en la periferia sus procesos de subdesarrollo. Dos Santos, las
estructuras productivas condicionadas y dependientes latinoamericanas que limitaban su
desarrollo y Marini, la superexplotación de la fuerza de trabajo latinoamericana que
limitaba el desarrollo de un mercado interno y el mismo desarrollo.
5
Para el análisis de la actualidad de las tesis dependendistas en el periodo neoliberal usamos
los conceptos de desarrollo-subdesarrollo, los primeros para caracterizar a los países del
centro y los segundos para caracterizar a la periferia latinoamericana, ya que tanto el
desarrollo en los primeros como el subdesarrollo en los segundos son producto de un
mismo proceso, de la génesis y expansión del modo de producción capitalista por lo que
difícilmente se podría entender el uno sin el otro.
No estamos de acuerdo de lo que lo que el pensamiento dominantes entendería por estos
conceptos, y es el de un proceso en el cual las sociedades tienden a incrementar el capital
por hombre ocupado y su producto interno bruto (PIB) per cápita, ya logrado en los países
desarrollados y aun por lograr en los subdesarrollados, sino más bien entender el desarrollo,
-como lo entendieron Marx y Engels-, como un proceso donde las sociedades tienden
satisfacer sus necesidades materiales y a desarrollar todas sus capacidades físicas y
espirituales. También los conceptos de centro y periferia latinoamericana, estos más que
nada manejados como lo hizo la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y
los dependentistas, como del papel que juega la periferia, la periferia latinoamericana en la
dinámica de acumulación de los países del centro.
Es preciso señalar, por una parte lo que señalaron Frank y Dos Santos, en el sentido de que
el pensamiento dependentista, sin abandonar las tesis dependentistas evolucionó hacia el
Sistema Mundo construido sobre todo por Immanuel Wallerstein, por la otra, que además
de que Marini continuó analizando a A.L. desde la visión de división internacional del
trabajo y la superexplotación de la de fuerza de trabajo y sus implicaciones en la
conformación o consolidación de un mercado interno, otros teóricos como Jaime Osorio y
Adrián Sotelo han continuado analizando al capitalismo y A.L. desde su perspectiva.
La reproducción de las tendencias de los principios de libre mercado iniciadas en los países
del centro ha llevado consigo transformaciones estructurales en las economías periferias
latinoamericanas que han exacerbado la extracción masiva de excedentes, la
superexplotación de la fuerza de trabajo y que sus estructuras internas sean cada vez más
dependientes de lo que sucede en el centro, que dificultan o hacen imposible que dejen su
condición de naciones sudesarrolladas por lo que las tesis dependentistas muestran toda su
vigencia para el análisis de desarrollo-subdesarrollo de A.L. en su actual etapa neoliberal.
6
Por las consideraciones anteriores, dividimos el análisis del pensamiento dependentista en
cuatro capítulos, en el primero, el marco teórico-metodológico para analizar el pensamiento
dependentista. Se destacan las consideraciones de cuatro autores de cómo se debe analizar
una teoría o corriente de pensamiento para determinar su vigencia en otro momento
histórico, en el segundo, el contexto teórico internacional en que surge el pensamiento
dependentista. Primero se destaca el problema del desarrollo-subdesarrollo hasta la SGM.
Se destacan ya las dos vertientes sobre esta problemática, la de la teoría económica y la
marxista y el desarrollo desigual entre centro y periferia. En seguida la misma problemática
desde la SGM y hasta finales de los sesenta del siglo XX, y se destacan las construcciones
teóricas de las dos vertientes y cómo se encontraba el desarrollo entre los dos grupos de
países, persistiendo el subdesarrollo en los países periféricos. En el tercer capítulo, el
pensamiento dependentista. Primero hacemos una breve revisión de los primeros
pensadores latinoamericanos preocupados por el desarrollo, desde José Martí, pasando por
la CEPAL y hasta Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, después, ya el pensamiento
dependentista, del cual ubicamos el núcleo de su pensamiento, es decir, sus autores, su
punto de partida, sus objetivos, el método, su enfoque, sus tesis, sus diferencias, las críticas
externas y su evolución. Finalmente el cuarto capítulo. Primero vemos las bases teóricas de
los principios de libre mercado, después las condiciones de crisis que permitieron su
implementación tanto en el centro como en la periferia, destacamos asimismo las
observaciones de Marini respecto a la división internacional del trabajo y la
superexplotación de la fuerza de trabajo en el periodo neoliberal, en seguida la trayectoria
del neoliberalismo tanto en el centro como en la periferia, y pasamos al pensamiento
neoliberal en A.L. y la vigencia de las tesis dependentistas para analizar la nueva
problemática latinoamericana a raíz la aplicación de los principios de libre mercado.
Terminamos con las conclusiones.
7
CAPITULO I. MARCO TEÓRICO METODOLÓGICO PARA EL ANALISIS DEL
PENSAMIENTO DEPENDENTISTA
Presentación
¿Por qué el interés en determinar lo vigente o no de una teoría sobre el desarrollo-
subdesarrollo de A.L. cuyos planteamientos o tesis se hicieron hace más de cuarenta años?
¿Cómo determinar su vigencia?
El interés estriba, por una parte, porque con el proyecto capitalista neoliberal impuesto en
A.L. por las clases dominantes internacionales y nacionales desde principios de la década
de 1980 del siglo XX, y con todas las llamadas “reformas estructurales”, acordes más a los
intereses de las burguesías que el de los trabajadores, no sólo no se resolvieron los
problemas de crecimiento de la producción, empleo y justicia social, sino que por el
contrario se agudizaron, y se agregaron otros como la insatisfacción de las necesidades
básicas de salud, vivienda, alimentación, vestido, y recreación para las mayorías, y por
otra, cómo distribuir la producción de manera equitativa, problemas que fueron, de alguna
manera, abordados por la corriente de pensamiento dependentista en los años sesenta del
siglo XX, uno de cuyos planteamientos cuestionaba la capacidad del mismo sistema
capitalista para resolver estos problemas.
Fueron tantas y tan rápidas las transformaciones estructurales con el neoliberalismo en la
economía mundial capitalista en general, y en A.L. en particular, que las construcciones
teóricas existentes pareciera que no eran pertinentes para explicar esta nueva realidad, por
lo que se hacía necesario nuevas construcciones que no sólo dieran cuenta de estas nuevas
contradicciones sino que también dieran opciones de cambio1. Sin embargo, habría que
definir cómo o en base a qué elementos definimos si una teoría todavía nos puede ayudar a
explicar, o no, la realidad en diferente momento histórico al que ella se construyó.
1 Así lo considera Gabriela Barrueta: “Hoy día vivimos una época de alta conflictividad político-social, una
época donde los costos políticos del actual proyecto hegemónico se agudizan no sólo en nuestra región, sino
en el mundo entero. Es también una época donde las grandes construcciones teóricas han dejado de responder
al movimiento de la realidad histórico social y, en consecuencia, las lecturas que se hacen de ella han perdido
la capacidad de rescatar el momento histórico desde el cual es posible construir teoría. Plantearnos estas
preguntas en un escenario como el actual es una tarea fundamental, sobre todo si buscamos que el
conocimiento tenga algún impacto en futuro de nuestra América Latina.” (Barrueta; 2004: 35).
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Porque finalmente el modo de producción capitalista con todas sus contradicciones sigue
vigente. Sigue vigente la explotación de los trabajadores por el capital, sigue vigente la
existencia de naciones desarrolladas y subdesarrolladas, sigue vigente el dominio de la
sociedad por la producción de las grandes empresas mundiales, sigue vigente la
concentración en la apropiación de la producción, sigue vigente el cuestionamiento al
mismo capitalismo como sistema que pueda satisfacer las necesidades materiales y
espirituales de la sociedad, sigue vigente la búsqueda de alternativas de desarrollo, sobre
todo por las naciones hoy consideradas periféricas.
Es el pensamiento dependentista latinoamericano construido en la década de los sesenta
del siglo XX sobre el desarrollo-subdesarrollo de A.L., el que buscamos determinar si nos
puede ayudar a explicar el escenario económico- social latinoamericano en la primera
década del siglo XXI, a más de cuarenta años después. ¿Por dónde empezar para
determinar si una teoría -el pensamiento dependentista- es vigente para otro momento
histórico?
I.1 CÓMO ANALIZAR UNA TEORÍA O CORRIENTE DE PENSAMIENTO PARA
DETERMINAR SU ACTUALIDAD
I.1.1 Hugo Zemelman, Gabriela Barrueta, Adolfo Sánchez Vázquez y Aníbal Quijano
en cómo analizar una teoría para determinar su vigencia.
Zemelman es explícito respecto de cómo analizar una teoría para determinar su actualidad
y también nos previene de cómo no hacer un mal uso de la teoría e incurrir en falsas
realidades.
Nos dice que se puede derivar un objeto, por ejemplo la dependencia latinoamericana en la
primera década del siglo XXI, y repetir lo que se dijo de ese objeto en otro momento
histórico, en los sesenta del siglo XX, sin darnos cuenta que ese objeto se construyó en
diferente momento histórico e incurrir en falsedades. Que lo que se tiene que hacer es
volver a plantear el problema para volver a construirlo o teorizarlo. Para nuestro caso,
volver a plantear el problema de la dependencia de las naciones latinoamericanas en la
primera década del siglo XXI y teorizarla:
...Podemos derivar un objeto –el cual derivaremos de premisas teóricas- sin darnos
cuenta de que éste supone implícitamente una construcción, y comenzar a repetir
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conocimiento sobre un objeto ya construido. En la medida en que no se haga el
esfuerzo por construir este objeto desde el problema, también se puede caer, no digo
en confusiones sino en falsedades. Por ejemplo, si el teórico “A” transformó el
problema de la explotación económica en un corpus teórico –el cual tiene contenido y
por lo tanto un objeto concreto identificable-, y no hacemos ningún esfuerzo por
volver a plantear el problema de la explotación económica, sino que se repite la
conclusión como objeto teórico construido en otro contexto histórico, es evidente que
no estamos estudiando necesariamente el fenómeno sino a lo sumo estudiando al
autor “A” que dijo algo sobre el tema; el esfuerzo se reduce a ver si lo planteado por
ese autor mantiene su vigencia en un recorte de tiempo diferente, lo cual es muy
distinto a decir que estamos estudiando el problema…(Zemelman; 2004: 29).
Para el ejercicio, según Zemelman, lo que habría que hacer es indagar los problemas que
los autores se plantearon y como terminaron teorizándolos, es decir, qué es lo que se tratan
de responder las construcciones teóricas. Por ejemplo, en el caso del pensamiento
dependentista, habría que indagar qué problemas se plantearon y como terminaron
teorizándolos; en sus tesis de qué problemas o preguntas partieron:
En el caso de las ciencias sociales en particular, hay que hacer un esfuerzo adicional y
éste no es otro que tratar de leer los textos como lo que son: construcciones, el
constructo mismo; leerlos desde lo que podríamos definir como sus lógicas
constructoras. A lo que aludo con lógica constructora es a tratar de reconocer detrás
de las afirmaciones atributivas de propiedades que tiene un texto teórico, los
problemas que pretende responderse el autor a través de tales proposiciones; es decir
reconocer cómo el señor “X” construyó su problema y como lo termina
teorizando….(Zemelman; 2004: 30).
Tan importante es identificar las lógicas de las construcciones teóricas porque estas se
basan, o presuponen el uso de categorías, y son estas categorías las que van a determinar lo
vigente o no de un pensamiento teórico, es decir, no es el tiempo, el momento histórico, lo
que determinaría lo actual o inactual de un pensamiento.
El problema, entonces, de las lógicas de construcción es fundamental, porque en tanto
éstas se basan en el uso de categorías subyacentes, es lo que nos permite determinar si
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un pensamiento puede o no estar vigente más allá del contexto histórico en que se
construyó. Cito a Gramsci cuando señaló que el gran problema del conocimiento
social es poder construir un conocimiento social que sea capaz de crecer con la
historia. Este es el desafío, y no es una cuestión teórica, sino epistémica. Hay
categorías que resisten, por decirlo así, las mutaciones históricas más que otras;
pueden ser categorías que se mantienen vigentes más allá del período histórico en el
cual se forjaron inicialmente y, por lo tanto, son susceptibles de ser recuperadas como
elementos constructores de más conocimiento, o de nuevos conocimientos en otros
contextos históricos (Zemelman; 2004: 31).
Existen trabajos que tienen la misma preocupación de determinar la vigencia, o no, de una
teoría o un pensamiento en diferentes momentos históricos. Es el caso del pensamiento de
Mariátegui para A.L., o del mismo pensamiento de Marx. También existen trabajos que
hacen críticas de planteamientos teóricos, o tesis, que van dirigidas al método, es el caso de
las críticas que Marx hace a los planteamientos de Proudhon y que de alguna manera
también apuntarían a lo válido de sus tesis. Más adelante haremos referencia a estas
críticas.
Para Gabriela Barrueta, en la preocupación para determinar la vigencia o no de una teoría,
específicamente una teoría sobre A.L., lo mismo que Zemelman, es determinante
responder a preguntas referidas a la misma teoría. Dice que en “la forma de responder a
preguntas como ¿qué se entiende por teoría?, ¿cómo se construye? y ¿cuál es su función en
el proceso de construcción de conocimiento de la realidad social?, radica la posibilidad de
exigir o no a la teoría que dé cuenta del momento histórico en que vivimos. (Barrueta;
2004: 35). En este ejerció, la misma Barrueta nos dice que el problema fundamental es
indagar lo que media el uso de la teoría, es decir, ¿desde dónde se construye?, ¿desde su
quehacer cotidiano? En su perspectiva es desde aquí donde se debe pensar, construir y ser
leída la teoría. Dice: “El problema fundamental aquí es, ¿qué es lo que media el uso de la
teoría?: bien puede ser exclusivamente una posición ideológico-política (como parece haber
ocurrido en la experiencia histórica a la que referimos), o bien, puede ser la referencia
permanente a la realidad concreta desde su hacerse cotidiano. En nuestra perspectiva, es
desde aquí desde donde se piensa la teoría, desde donde se le construye y desde donde es
leída…” (Barrueta; 2004: 39).
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En un texto breve, Adolfo Sánchez Vázquez hace referencia a la actualidad, o no, del
pensamiento de Marx, de sus tesis. Se hace la misma pregunta que nosotros nos hacemos
respecto al pensamiento dependentista, es decir, en qué medida sirve el pensamiento de
Marx para entender el mundo a principios de los ochenta del siglo XX y transformarlo.
Vázquez dice que sirve en la medida en que el núcleo de su pensamiento se ve confirmado
por el movimiento de la realidad. Lo que nos llevaría, por una parte, a identificar el núcleo
central de cualquier teoría o pensamiento, y por la otra, las características y contradicciones
de la realidad en otro momento histórico.
Esta lección que Marx recoge y nos brinda, la que el pensamiento ha de moverse al
compás de la realidad, tenemos que asimilarla los marxistas de hoy al interpretar a
Marx. Procediendo con esta cautela, preguntarnos de nuevo: ¿en qué medida Marx
nos sirve hoy para entender nuestro mundo y para transformarlo? Respondamos con
el esquematismo que nos impone la brevedad: sirve en la medida en que conserva, a
través de los cambios operados, un núcleo que, lejos de perderse, se ve confirmado y
enriquecido por el movimiento mismo de lo real; movimiento en el que se inscriben
tanto las luchas de la clase obrera en los países capitalistas desarrollados y las luchas
de los pueblos oprimidos por el imperialismo, como la lucha, después de la conquista
del poder, por la construcción de una verdadera sociedad socialista…
¿Qué hacer hoy, como marxistas, ante estas limitaciones, silencios o contradicciones?
Como en otros casos semejantes hizo el propio Marx, dejaremos la última palabra al
movimiento de lo real sin pretender manipularlo o fijarlo de una vez y para siempre…
(Sánchez; 1999: 19, 20).
Lo primero que habría que tener presente, dice Vázquez, en referencia al pensamiento de
Marx, -que también debería de ser para el pensamiento dependentista- es que su
pensamiento y práctica surgieron en un contexto histórico determinado y que a partir de
allí la realidad no ha dejado de desarrollarse. Un segundo momento para determinar su
actualidad es el de indagar los cambios que se han sucedido desde el momento que se
construyó la teoría de Marx, del objeto, hasta la actualidad, o momento histórico que se
quiere analizar:
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Pero la actualidad de Marx es la prueba de su vitalidad. Ahora bien, destacar su
actualidad no significa ignorar que su pensamiento y su práctica política surgen en un
contexto histórico determinado, el del capitalismo europeo del siglo XIX. A partir de
este elemental reconocimiento está el de que la realidad –tanto la que Marx vivió
como la que por razones obvias no pudo conocer- no ha dejado de desarrollarse y, por
tanto, de cambiar…
Baste los cambios enumerados para medir el largo trecho recorrido por la historia en
los cien años que nos separan de la muerte de Marx. A la vista de ello, a los marxistas
de hoy se nos plantea esta cuestión: ¿en qué medida nos sirve Marx para entender el
mundo en que vivimos y para transformarlo? …(Sánchez; 1999: 17, 18-19).
Procediendo en esta dirección, Vázquez identifica cuál es el núcleo central del pensamiento
de Marx. Lo primero es su carácter libertador, ya que, según Vázquez, las “…luchas que
Marx inspiró estaban dirigidas a un solo objetivo: emancipar a las clases explotadas y
lograr el libre desenvolvimiento del individuo y la sociedad. Este objetivo liberador –
presente en toda la obra y actividad de Marx- no en verdad nuevo…Pues bien, este objetivo
liberador –como socialismo en su fase inferior o comunismo en la superior y más lejana-
sigue siendo actual en el sentido de que cualesquiera que sean las estaciones intermedias
que los pueblos hayan de recorrer o la distancia a que se encuentren hoy de él, constituye en
definitiva la razón de ser de sus luchas presentes”, segundo, es que su “aspiración
liberadora se funda racionalmente. Y esto constituye el segundo rasgo esencial del
pensamiento y la actividad de Marx. Esta racionalidad es, en primer lugar, crítica de lo
existente y de las ideas que lo ocultan o deforman. Mellar el filo crítico de su pensamiento
es mellar a Marx. … La otra cara de esta racionalidad es el del conocimiento de la realidad
que se pretende transformar, sin el cual la crítica se vuelve subjetiva o utópica.” y tercero,
“la unidad de la teoría y de la práctica. En verdad la crítica de las ideas sólo tiene sentido
para él si contribuye a la crítica real (o “crítica de las armas”) y el conocimiento, a su vez,
sólo se justifica vitalmente, pues “de lo que se trata es de cambiar el mundo” (Tesis XI
sobre Feuerbach) si se inserta -como elemento inseparable- en ese proceso de
transformación. En suma, si la práctica revolucionaria ha de tener un fundamento racional,
la actividad teórica –crítica o cognoscitiva- ha de tener una función práctica. Pero esta
racionalidad no es algo que venga a la práctica, al movimiento obrero, desde fuera. Para
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Marx no hay una instancia exterior (intelectualidad, dirigentes, vanguardia o partidos) al
movimiento obrero. La emancipación de los trabajadores- dice Marx, y no se trata de una
simple frase de agitación- ha de ser obra de los trabajadores mismos.” (Sánchez; 1999: 21-
22) Procede después a enumerar los cambios que se dan durante los cien años posteriores a
su obra y llega a la siguiente conclusión:
Este núcleo esencial es el que hace del pensamiento de Marx la teoría universal que,
por su presencia práctica, no tiene paralelo en toda la historia de la humanidad, y es
asimismo el que hace del socialismo la única alternativa posible y viable – pero no
fatal ni inexorable- a las necesidades radicales de los hombres de hoy… (Sánchez;
1999: 20, 21).
En esta misma preocupación, de la vigencia de una teoría o pensamiento, Aníbal Quijano
hace el mismo ejercicio con el pensamiento de Mariátegui. Parte del interés que el
pensamiento de Mariátegui ha cobrado en el Perú y el resto de A.L.
…se renueva y amplia, nacional e internacionalmente, el interés por estudiarlo, por
encontrar su lugar y su significado en el desarrollo del pensamiento revolucionario
contemporáneo, al cual, como todos reconocemos, hizo originales y perdurables
contribuciones (Quijano; 1979/2007: IX).
En seguida, se pregunta:2 “¿Por qué, entonces, cuando todos los demás sólo pueden ser
estudiados ante todo por razones históricas, Mariátegui sigue vigente? ¿Por qué, no
obstante las insuficiencias y las incongruencias de su formación de pensador marxista,
ocupa aún un lugar decisivo en nuestro actual debate?” (Quijano; 1979/2007: LIX). Para
responderse a esa pregunta va a proceder como Zemelman y Vázquez recomiendan.
Identifica el escenario histórico que incide en el problema, el enfoque y el pensamiento de
Mariátegui.
2 También se hace una pregunta, que es pertinente también hacerla para el caso del pensamiento
dependentista, y la respuesta apunta a la vigencia del pensamiento de Mariátegui: “¿Qué significa hoy
reflexionar sobre Mariátegui? En el ámbito peruano es, ante todo, el testimonio irrecusable del rencuentro,
cada día más profundo, después de varias décadas, entre el movimiento revolucionario de un proletariado que
avanza a la conquista de su madurez política y de la dirección de las luchas de los demás explotados
peruanos, y la memoria del hombre a quien debe la contribución central al nacimiento de sus primeras
organizaciones sindicales y políticas nacionales, y la aún fecunda matriz de una teoría y de una orientación
estratégica revolucionarias en la sociedad peruana.” (Quijano; 1979/2007: IX).
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Ese complejo escenario histórico fue el que produjo a Mariátegui y que desde 1918
en adelante fue también en parte su producto. Pues nadie como él, en el Perú, fue
simultáneamente tan hijo de su tiempo, como de su propia fuerza para dominarlo
(Quijano; 1979/2007: XXXIII).
¿Cuál escenario histórico? El escenario histórico del capitalismo imperialista de fines del
siglo XIX y principios del XX y sus efectos de dominio en el Perú y el resto de A.L.
En el tránsito del siglo XIX, la “coyuntura mundial” estaba presidida por dos
fenómenos básicos: la expansión imperialista del capital monopólico y la disputa
entre las burguesías de Inglaterra y de Estados Unidos por la hegemonía en el control
de ese proceso, especialmente en lo que respecta a la América Latina.
La “historia local” estaba marcada, ante todo, por la insipiencia del capitalismo, en el
seno de una formación social cuya base abrumadoramente eran las relaciones
precapitalistas de producción, aunque ya ampliamente condicionadas por la
expansión del capital comercial…
La inserción de esa historia local en la coyuntura mundial no podía dejar de implicar
un dominio decisivo de la última en la determinación de las características del nuevo
período (Quijano; 1979/2007: XIII, XIV).
Después, pasa a identificar las etapas del pensamiento de Mariátegui y su pensamiento en
sí, y del porqué de su actualidad. Habría que señalar que es la realidad peruana y
latinoamericana la que hizo, primero, que desapareciera como referencia en los debates de
las alternativas u opciones de desarrollo de la nación peruana, y después, también fueron
los nuevos acontecimientos de luchas de clases que le darían vigencia:
…Y aunque desde la crisis de 1930 hasta la actual…el peso objetivo y subjetivo de lo
ocurrido durante ese periodo, está aún, en muchos sentidos, presente. No es, por eso,
un azar, que algunos de los temas centrales del debate ideológico de ese momento,
sean todavía vigentes en el actual y por lo cual el estudio de la obra de Mariátegui no
tenga, en modo alguno, un interés solamente histórico.
Empero, después de la derrota del movimiento popular revolucionario, y consolidado
nuevamente el poder oligárquico, a través de sucesivas dictaduras militares y civiles,
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el pensamiento de Mariátegui fue virtualmente enterrado durante casi treinta años,
hasta que el nuevo desarrollo de las luchas de clases en el Perú y el mundo, y la crisis
política de la dirección del movimiento comunista oficial, lo han devuelto al primer
plano del debate político actual en el Perú, sobre todo desde la década pasada
(Quijano; 1979/2007: XI-XII, XLIX).
Va a ser su marxismo, según Quijano, lo que le va a permitir a Mariátegui construir un
pensamiento que treinta años después siga vigente. Su marxismo porque lo va a utilizar
para analizar una formación económico-social particular, la realidad peruana, y no para
adaptar esta realidad específica, concreta, al cuerpo teórico marxista.
Más certero y perspicaz, Melis señala en Mariátegui “su propósito de situar sus
rasgos específicos de una formación económico-social en un modelo de desarrollo
histórico, lo cual es lo único que confiere un valor auténticamente científico al
marxismo, más allá de toda interpretación deformadora en el sentido del historicismo
idealista”. En otros términos, es el marxismo de Mariátegui y menos el atraso o
adelanto relativos del Perú y otros países, lo que da cuenta del valor y la vigencia de
su obra.
Esa es, en verdad, la respuesta. Si Mariátegui fue capaz de dejar una obra en la cual
los revolucionarios de América Latina y de otros países, pueden aún encontrar y
reconstruir una matriz de indiscutible fecundidad para las tareas de hoy, se debe ante
todo al hecho de haber sido, entre todos los que contribuyeron a la implantación del
marxismo en América Latina de su tiempo, el que más profunda y certeramente logró
apropiarse –y no importa si de modo más intuitivo que sistémico y elaborado, o
cruzado con preocupaciones metafísicas- aquello que, como Melis apunta, “confiere
un valor auténticamente científico (revolucionario, pues, A. Q.) al marxismo”. Esto
es, su calidad de marco y punto de partida para investigar, conocer, explicar,
interpretar y cambiar una realidad histórica concreta, desde dentro de ella misma. En
lugar de ceñirse a la “aplicación” del aparato conceptual marxista como una plantilla
clasificatoria y nominadora, adobada de retórica ideológica, sobre una realidad social
determinada, como durante tanto tiempo fue hecho entre nosotros, lo mismo por los
16
herederos de la retina eurocentrista que por los seguidores de la ortodoxia de la
burocracia oficial del movimiento comunista, después de Lenin.
No hay, pues, duda, de que Mariátegui ensambló en su formación intelectual, una
concepción del marxismo como “método de interpretación histórica y de acción y una
filosofía de la historia de explícito contenido metafísico y religioso (Quijano;
1979/2007; LX, LXVIII).
Específicamente, era su enfoque auxiliado con categorías marxistas el que daba cuenta de
lo específico de la realidad de la formación económico-social del Perú inserta en una
economía mundial capitalista, pero que bien se podía extender a cada una de las
formaciones latinoamericanas:
Este enfoque del carácter de la economía peruana, como compleja y contradictoria
articulación entre capital y precapital bajo la hegemonía del primero, del mismo
modo como todavía se articulan “feudalismo” y “comunismo indígena” en la sierra,
ambos bajo el capital, produciendo efectos no solamente sobre la lógica del
desenvolvimiento económico sino también la mentalidad de las clases, es el hallazgo
básico de la investigación mariateguiana, y de donde se derivarán sus desarrollos
sobre el carácter y las perspectivas de la revolución peruana.
“…ese enfoque mariateguiano era el único que en toda América Latina podía, en ese
momento, dar cuenta de la especificidad profunda, de la originalidad del proceso
histórico de estas formaciones sociales dentro de su común pertenencia a la legalidad
general del orden capitalista imperialista. Era el único enfoque que no era ni un
invento de la realidad, ni una mera aplicación exterior de las categorías marxistas a
nuestra realidad.
…eso, como se ve, no impidió que elaborara un enfoque en el cual la teoría
materialista de la historia y su fundamento dialéctico, están en la práctica plenamente
presentes...
Unidad de elementos contradictorios, en una determinada y concreta situación
histórica, donde se combinan desiguales niveles de desarrollo, interpenetrándose y
condicionándose constantemente y donde no se puede destruir uno de sus elementos
sin afectar al conjunto y a la inversa, es la visión categóricamente marxista y
17
dialéctica que nos entrega Mariátegui como formulación específica y como postura
epistemológica-metodológica (Quijano; 1979/2007: LXXIX, LXXX, LXXXI).
Y volviendo a la validez, o no, del pensamiento mariateguiano, es la realidad peruana y
latinoamericana la que va a dar su vigencia:
Cesar Germaná, en un lúcido estudio recientemente publicado, ha contrastado
sistemáticamente el pensamiento mariateguiano y el de Haya, para demostrar la
validez original y la vigencia del primero, confirmada enteramente en la experiencia
histórica desde la crisis de los años treinta hasta hoy (Quijano; 1979/2007:
LXXXVIII).
I.1.2. Karl Marx y las críticas al método de Proudhon
En la idea de Zemelman, entre los problemas o preguntas que uno se plantea y cómo las
termina teorizándolas, existe un intermedio en el que entran el cómo se concibe la realidad
y el método. De hecho cuando Marx hace la crítica a un texto de Proudhon3 lo hace por el
método. Allí Marx plantea lo que habría que considerar o tomar en cuenta cuando se
plantea un problema y se hace su construcción teórica. Dice que “… la metafísica, como en
general toda la filosofía, se resume según Hegel en el método. Tendremos pues que tratar
de esclarecer el método de Proudhon, que es por lo menos tan oscuro como el
tableauéconomique. Con este fin haremos siete observaciones más o menos importantes.”
(Marx; 1970/1987: 63).
Por el tema que nos ocupa sólo haremos mención de las siete observaciones que Marx hace
al método de Proudhon.
La primera consideración, que está fuera del trabajo de Proudhon, es que las categorías son
expresión del movimiento histórico de las relaciones de producción, por lo que estas no son
inmutables ni eternas, cambian al cambiar esas relaciones de producción (Marx; 1847/1987:
64).
3 Me refiero al texto: Marx, Karl (1970/1987), Miseria de la filosofía, respuesta a la filosofía de la miseria de
Proudhon. Siglo XXI, México.
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La segunda, que complementa la primera, se refiere a que las categorías económicas son
abstracciones de las relaciones de producción, productos históricos, por lo que no son
eternas, son transitorias, mientras duren esas relaciones de producción:
Las categorías económicas no son más que expresiones teóricas, las abstracciones de
las relaciones de producción…
Por lo tanto, estas ideas, estas categorías son tan poco eternas como las relaciones que
expresan. Son productos históricos y transitorios (Marx; 1847/1987: 68).
La tercera consideración es que en “cada sociedad las relaciones de producción forman un
todo. ¿Qué significa esta consideración? Marx, al mismo tiempo que hace la crítica a
Proudhon, pone un ejemplo de lo que sería el todo. Dice: “Así, para llegar a la constitución
del valor, que, a juicio suyo, es la base de todas las evoluciones económicas, no podía
prescindir de la división del trabajo, de la competencia, etc. Sin embargo, estas relaciones
todavía no existían en la serie, en el entendimiento de Proudhon, en la sucesión lógica.”
(Marx; 1847/1987: 68).
La cuarta consideración se refiere a la dialéctica. En contra de Proudhon, que considera
que cada categoría tiene dos lados, uno bueno y otro malo, y que en conjunto forman la
contradicción. Para Marx la dialéctica y la contradicción no tiene nada que ver con la
perspectiva de Proudhon. Pone como ejemplo la categoría económica de la esclavitud para
mostrar lo que sería la dialéctica:
…Para él, para Proudhon, cada categoría económica tiene dos lados, uno bueno y otro
malo…
El lado bueno y el lado malo, la ventaja y el inconveniente, tomados en conjunto,
forman según Proudhon la contradicción inherente a cada categoría económica.
…la esclavitud directa es el eje de la industria burguesa. Sin esclavitud no habría
algodón; sin algodón no habría industria moderna. La esclavitud ha dado su valor a
las colonias, las colonias han creado el comercio universal, el comercio universal es
la condición de la gran industria. Por lo tanto, la esclavitud es una categoría
económica de elevada importancia.
19
¿Cómo se las arreglará Proudhon para salvar la esclavitud? Planteará este problema:
conservar el lado bueno de esta categoría económica y eliminar el malo (Marx;
1847/1987: 69-70).
La quinta consideración tiene que ver con la sucesión de las ideas. Primero, dice que
“supongamos con Proudhon que la historia real, la historia según el orden cronológico, es la
sucesión histórica en la que se han manifestado las ideas, las categorías, los principios.”
(Marx; 1847/1987: 70). Pero, que lo verdaderamente importante es determinar el porqué en
determinado siglo se manifiesta determinado principio y no en otro, y para esto habría que
recurrir a las actividades de los hombres.
Cada principio ha tenido su siglo para manifestarse; el principio de autoridad, por
ejemplo, corresponde al siglo XI; el principio del individualismo, al siglo XVIII. De
consecuencia en consecuencia, tendríamos que decir que el siglo pertenece al
principio, y no el principio al siglo. En otros términos, sería el principio el que ha
creado la historia, y no la historia la que ha creado el principio. Pero si, para salvar
los principios y la historia, nos preguntamos por qué tal principio se ha manifestado
en el siglo XI o en el siglo XVIII, y no en otro cualquiera, deberemos por fuerza
examinar minuciosamente cuáles eran los hombres del siglo XI, cuáles los del siglo
XVIII, cuáles eran sus respectivas necesidades, sus fuerzas productivas, su modo de
producción, las materias primas empleadas en su producción y, por último, las
relaciones entre los hombres que derivan de todas estas condiciones de existencia.
¿Es que estudiar todas estas cuestiones no significa exponer la historia real, la historia
profana de los hombres de cada siglo, presentar a estos hombres a la vez como los
autores y los actores de su propio drama? Pero, desde el momento en que se presenta
a los hombres como los actores y los autores de su propio drama, se llega, dando un
rodeo, al verdadero punto de partida, porque se abandonan los principios eternos de
los que se había partido al comienzo (Marx; 1847/1987: 72-73).
La sexta consideración tiene que ver con la igualdad. Según Marx, los planteamientos de
Proudhon sólo reflejan su desconocimiento del movimiento histórico4:
4 Dice Marx, sobre el porqué el planteamiento de Proudhon sobre la desigualdad es desconocer el movimiento
histórico: “Naturalmente, la tendencia a la igualdad es propia de nuestro siglo. Pero afirmar que todos los
20
…El fin que se propone en primer lugar el genio social que habla por boca de
Proudhon, es eliminar lo que haya de malo en cada categoría económica, para que no
quede más que lo bueno. El bien, el bien supremo, el verdadero fin práctico, es para
él la igualdad. Y ¿por qué el genio social se propone la igualdad más que la
desigualdad, la fraternidad, el catolicismo o cualquier otro principio? …, porque la
igualdad es el ideal de Proudhon. Él se imagina que la división del trabajo, el crédito,
la familia, en suma, todas las relaciones económicas han sido inventadas únicamente
en beneficio de la igualdad, y sin embargo han terminado siempre por volverse contra
ella. Del hecho de que la historia y la ficción de Proudhon se contradigan a cada paso,
deduce él que allí hay una contradicción. Si hay contradicción, sólo existe entre su
idea fija y el movimiento real (Marx; 1847/1987: 75).
La séptima tiene que ver con cómo se enfocan los modos de producción. Para Marx habría
que enfocarlos desde el antagonismo, por lo menos el feudal5 y capitalista. Sobre el
capitalista, al igual que el feudal, al mismo tiempo que se produce riqueza se produce
miseria
…si todos los miembros de la burguesía moderna tienen un mismo interés por cuanto
forman una sola clase frente a otra clase, tienen intereses opuestos y antagónicos por
cuanto se contraponen los unos a los otros. Esta oposición de intereses surge de las
condiciones económicas de su vida burguesa. Por lo tanto cada día es más evidente
siglos anteriores –con sus necesidades, medios de producción, etc. completamente distintos- se esforzaron
providencialmente por realizar la igualdad, es, ante todo, confundir los medios y los hombres de nuestro siglo
con los hombres y medios de siglos anteriores y desconocer el movimiento histórico por el que las
generaciones sucesivas han ido transformando los resultados adquiridos por las generaciones precedentes. Los
economistas saben muy bien que la misma cosa que para uno era un producto elaborado, no era para otro má
que la materia prima destinada a una nueva producción.” (Marx; 1847/1987: 76-77). 5 Sobre el antagonismo en el modo de producción feudal: “...para formarse un juicio exacto de la producción
feudal, es menester enfocarla como un modo de producción basado en el antagonismo. Es menester investigar
cómo se producía la riqueza el seno de este antagonismo, cómo se iban desarrollando las fuerzas productivas
al mismo tiempo que el antagonismo de clases, cómo una de estas clases, el lado malo y negativo de la
sociedad, fue creciendo incesantemente hasta que llegaron a su madurez las condiciones materiales para su
emancipación. ¿Acaso esto no significa que el modo de producción, las relaciones en las que las fuerzas
productivas se desarrollan, no son en modo alguno leyes eternas, sino que corresponden a un nivel
determinado de desarrollo de los hombres y de sus fuerzas productivas, y que todo cambio operado en las
fuerzas productivas de los hombres implica necesariamente un cambio en las relaciones de producción? Como
lo que importa ante todo es no verse privado de los frutos de la civilización, de las fuerzas productivas
adquiridas, hace falta romper las formas tradicionales en las que dichas fuerzas se han producido. Desde ese
instante, la clase antes revolucionaria se vuelve conservadora.” (Marx; 1847/1987: 78-79).
21
que las relaciones de producción en que la burguesía se desenvuelve no tienen un
carácter único y simple sino un doble carácter; que dentro de las mismas relaciones
en que se produce la riqueza, se produce igualmente la miseria; que dentro de las
mismas relaciones en que se opera el desarrollo de las fuerzas productivas, existe
asimismo una fuerza que produce represión; que estas relaciones sólo crean la riqueza
burguesa, es decir, la riqueza de la clase burguesa, destruyendo continuamente la
riqueza de los miembros integrantes de esta clase y formando un proletariado que
crece sin cesar (Marx; 1847/1987: 78-79).
Estos cuatro textos nos dan la orientación, la metodología para determinar la vigencia, o
no, del pensamiento dependentista en la primera década del siglo XXI. Primero, sería
identificar lo que vendría siendo una teoría y como utilizarla para el análisis de otro
momento histórico, parte que desarrollaremos brevemente en este capítulo. Después, el
escenario mundial en que se produjo al pensamiento dependentista, parte que se
desarrollará ampliamente en el segundo capítulo. Tercero, el contexto teórico y
económico-social latinoamericano que dieron origen a la construcción del pensamiento
dependentista, los temas de debate y preocupaciones referentes al desarrollo-subdesarrollo
latinoamericano que trataremos en el capítulo III. En este mismo capítulo identificaremos
los problemas que se plantearon los científicos sociales dependentistas en aquel momento
histórico de la década de los sesenta del siglo XX; que preguntas buscaron responderse y
como teorizaron para llegar a sus afirmaciones o tesis sobre la realidad latinoamericana;
como concibieron la realidad y qué método siguieron. Después de manera explícita, sus
tesis, sus afirmaciones sobre el problema planteado, o como Sánchez Vázquez dice, el
núcleo de su pensamiento. Cuarto, las transformaciones “estructurales” ocurridas en la
economía mundial capitalista y latinoamericana en los últimos treinta años y analizarlas
con las tesis dependentistas, parte que trataremos en el capítulo IV. Por último, algunas
premisas que creo deben estar presentes no sólo al analizar la vigencia o no de una teoría
sino en cualquier tema económico-social de la realidad latinoamericana, premisas que
señalaremos en la última parte del presente capítulo.
22
I.2 METODOLOGÍA PARA EL ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO
DEPENDENTISTA, PARA DETERMINAR SU ACTUALIDAD EN OTRO
MOMENTO HISTÓRICO
I.2.1 Lo que sería una teoría y cómo utilizarla para analizar otro momento histórico
Habría que empezar por lo más elemental, primero, por preguntarnos ¿qué es, o cómo
definimos una teoría? No todos entienden lo mismo por teoría. Según Sautu, primero, son
ideas de una fracción de la realidad que se percibe y se construye, segundo, son
proposiciones de cómo funciona esa fracción de la realidad:
-Son ideas, construcciones acerca de un aspecto o elementos de la realidad percibida
(y culturalmente construida).
-Consisten en proposiciones (oraciones) acerca de cómo funciona una parte del
mundo que con frecuencia postulan relaciones entre conceptos que se refieren a
hechos o sucesos, y/o a procesos. Las proposiciones están ordenadas por una relación
de deductibilidad (Sautu y otros; 2005/2006: 68).
Para Zemelman, una teoría, antes que considerarla como un sistema explicativo, como lo
hace Sautu, habría que concebirla como un instrumento de razonamiento de la realidad.
(Zemelman; 1987/1992: 146). ¿Qué significa esta consideración? Significa confrontar la
teoría con la realidad para cerciorarnos si dejó fuera temas que no consideró importantes
para la explicación de la fracción de la realidad, o lo que vendría siendo lo mismo, para
incluir problemas que consideramos relevantes en la explicación de la fracción de la
realidad. Por ejemplo, al confrontar el pensamiento dependentista con la realidad neoliberal
nos daría la posibilidad de considerar temas que se pueden incluir para el análisis de esta
nueva realidad latinoamericana, temas como el problema ambiental y la de la educación y
que el pensamiento dependentista, por alguna razón, no los consideró pero que podrían
reforzar sus tesis de dependencia latinoamericana:
Es necesario, por lo mismo, problematizar la relación con la realidad para controlar
las conformidades producidas por las estructuras teóricas, pues de lo contrario se
puede incurrir en la omisión de ciertos temas que la tradición profesional no
reconoce dignos de ser tomados en cuenta, o, a la inversa incluir problemas que se
exigen plantear porque ocupan un lugar destacado en la jerarquía consagrada de los
23
temas de investigación…El razonamiento constructor de teorías queda, de esta
manera, subordinado a la función de explicación (Zemelman; 1987/1992: 146).
En la perspectiva positivista, según Zemelman, una teoría tiene que tener capacidad de
explicación de la realidad para que ella pueda ser corroborada. En la perspectiva de
Zemelman, una teoría sería un descubrimiento que permite ver que en la realidad existen
potencialidades de análisis, lo que implica que esta se desarrollaría por especificación y
dentro de límites (Zemelman; 1987/1992: 154-155).
Zemelman plantea que existen dos conceptos u ópticas de lo que sería una teoría, la primera
es que además de su capacidad de explicación, esta tiene que ser corroborada con la
realidad. Dice Zemelman que “en uno u otro caso, el concepto de teoría deviene en una
realidad corroborada (en la perspectiva de ImreLakatos), por lo que su progreso se basa en
la capacidad explicativa. Capacidad de explicación que es la exigencia que se plantea desde
la teoría para hacer posible la corroboración, la teoría, entonces, se desarrolla por
crecimiento; esto es, trascendiendo sus límites en el sentido de los excedentes de contenidos
corroborados, de acuerdo con la terminología de Popper.” (Zemelman; 1987/1992: 154-
155). En la segunda, que es la óptica de Zemelman, y que más adelante va a desarrollar, la
teoría son potencialidades de la realidad que se pueden desarrollar. Es el caso por ejemplo
las teorías sobre la educación, o incluso sobre la misma dependencia que se han
desarrollado para determinados momentos históricos de A.L., es decir, para situaciones
históricas concretas, pero que se pueden profundizar. Dice Zemelman que “en una segunda
óptica, la teoría es un descubrimiento de las potencialidades que se contienen en el campo
de realidad sobre el cual se desarrolla, sin mediar ninguna ampliación de la teoría. Por lo
tanto, esta se desarrolla por especificación; esto es, por medio de una profundización en el
interior de sus límites. Es el caso de las teorías sobre el estado, las teorías de las clases, etc.,
que se desarrollan por medio de su especificación en situaciones históricas concretas.”
(Zemelman; 1987/1992: 155). Por ejemplo, en lo que respecta a nuestro tema de tesis, la
especificación del pensamiento dependentista es el neoliberalismo en A.L. desde los
ochenta del siglo XX y hasta la primera década del siglo XXI, es la situación histórica
concreta en la cual aquel se puede profundizar.
24
¿Cómo usamos la teoría? Identificando y entendiendo cada concepto de la teoría para que
nos sirvan como instrumento, no sólo de observación de la realidad, sino de su
problematización con ella. Esto significa que los conceptos no deben subordinarse a la
teoría ni a la realidad, es decir, no tomar los conceptos y buscar que la realidad se ajuste a
estos, que se ajuste a la teoría, sino qué nuevos conceptos se pueden construir o resignificar
ante la nueva realidad o realidad cambiante. Por ejemplo, los conceptos que el pensamiento
dependentista construyó en la década de los sesenta y setenta, como el de la
superexplotación de la fuerza de trabajo en A.L., habría que problematizarlos con la
realidad desde la década de los ochenta y hasta la primera del siglo XXI y ver si estos son
pertinentes para analizar la nueva realidad latinoamericana, y en qué sentido6, y así a cada
uno de ellos:
En realidad, el uso de la teoría supone entender cada concepto como instrumento de
observación que pueda problematizarse en su relación con la realidad, y no
exclusivamente en función del esquema del cual forma parte. Esta posibilidad lógica
es propia de todos los conceptos, en cuanto constituyen las definiciones (o las
prescripciones) de lo que debe observarse, sin tener por qué subordinarse a las
exigencias lógicas de la deducción propia de un sistema conceptual (Zemelman;
1987/1992: 156).
¿Cuál fue el momento en que se creó la teoría de la dependencia? Fue en la década de los
sesenta. ¿Podemos pensar el proyecto neoliberal fuera de las tesis dependentistas? Sí, y
debe ser así, ya que la realidad constituye la base de teorizaciones, por lo que es preciso
definir ángulos de lectura de esa realidad, pero buscando no incluirlas como parte de la
teoría. Por ejemplo, la nueva realidad latinoamericana a partir de la implementación del
proyecto neoliberal la podemos analizar dentro de las tesis dependentistas, es decir, ¿qué
pasa con los términos de intercambio y la superexplotación de la fuerza de trabajo?, y con
ello con la dependencia y el desarrollo, etc., pero también, como base de nuevas
6 Dice Zemelman que el “problema de fondo es no limitarse a aplicar una teoría a un problema determinado
por la misma teoría, sino resolver que teoría es pertinente para el problema; lo que obliga a subordinar la
elaboración teórica a una exigencia previa de objetivación.” (Zemelman 1987/1992: 160). Por ejemplo,
aplicamos el pensamiento dependentista a la realidad latinoamericana y vemos qué tanto se ajusta esta
realidad al pensamiento, es decir, subordinamos la realidad latinoamericana neoliberal al pensamiento
dependentista, o buscamos qué teoría es pertinente para explicar esa realidad.
25
teorizaciones, podemos definir ángulos de lectura de la realidad, como sería el caso de la
educación, que no cae dentro de las tesis dependentistas, pero que puede ser un nuevo
elemento de dependencia y tener incidencia en el desarrollo latinoamericano:
…Sin embargo, ya se ha señalado que estos requisitos pueden conducir a una
actividad improductiva, por eso conviene distinguir entre el momento de la teoría
construida y los momentos del movimiento creador de la teoría, que lleva a pensar
fuera de ella; esto es, a pensar la realidad como base de alternativas potenciales de
teorización, lo que exige definir ángulos de lectura de la realidad que no signifiquen,
en principio, una inclusión de sus elementos observables como piezas de un todo
conceptual (Zemelman; 1987/1992: 160)
Concluyendo, las teorías, según Zemelman, deberían de tener dos funciones, una para
problematizar y organizar la relación con la realidad en base a sus conceptos pero, como
se dijo anteriormente, no buscando ajustar la realidad a esos conceptos, sino más bien qué
fracciones de la realidad no es explicada por ellos para crear nuevos o resignificarlos, y
segundo, con los nuevos conceptos y la explicación objetiva de esa fracción de la realidad,
una especie de cierre de la teoría. En nuestro caso, sería con la explicación objetiva de una
fracción de la realidad latinoamericana de los últimos treinta años que estaríamos
terminando el análisis de la vigencia del pensamiento dependentista. Dice Zemelman:
Lo anterior permite distinguir en el interior de los corpus teóricos dos funciones:
primera, servir de instrumentos de la forma de razonamiento problematizador para
organizar la relación con la realidad, con base en sus elementos conceptuales
componentes aunque utilizados fuera de la lógica interna del sistema conceptual; y,
segunda, la función de explicación o solución de cierre a esta construcción abierta,
objetivizante, a lo real (Zemelman 1987/1992: 165).
I.2.2 Contexto mundial en el origen de la teoría de la dependencia
Brevemente, porque lo desarrollaremos a profundidad en capítulo II de la tesis, ¿qué
importancia tuvo el contexto mundial y latinoamericano en la construcción de las tesis
dependentistas? Hasta el momento de los primeros escritos dependentistas el mundo había
atravesado por dos guerras mundiales, una gran depresión, varios movimientos socialistas y
de independencia que lo dejó escindido en tres grupos de países, los llamados países
26
desarrollados o del primer mundo con un ingreso medio alto, los llamados países del
segundo mundo, también llamados socialistas con un ingreso medio intermedio, y los
llamados subdesarrollados, o del tercer mundo, con un ingreso bajo. A los del tercer mundo
se le presentaban a los dos primeros como opciones para conseguir el desarrollo.
Los acontecimientos dieron lugar a construcciones teóricas para resolver problemas
capitalistas de inversión, de crecimiento, de precios, de empleo y de cómo los países
subdesarrollados podrían alcanzar el desarrollo. Para los problemas capitalistas, John
Maynard Keynes había construido su “Teoría general de la ocupación, el interés y el
dinero” que se dio a conocer en 1936 y que las naciones del mundo, abandonando las tesis
liberales, seguirían en sus actividades de política económica. Para los problemas del
subdesarrollo, desde el enfoque de la teoría económica, estaban las construcciones teóricas
de Gunnar Myrdal, “Teoría Económica y Regiones Subdesarrolladas”, de 1957, y
Rostow, “Las etapas del crecimiento económico. Un manifiesto no comunista”, de 1960,
entre otros. Desde el enfoque de la economía política, la de Paul Baran, “Economía Política
del Crecimiento”, de 1957, entre otros.
Una vez terminada la SGM, se establecieron las bases institucionales y económicas para
que el mundo iniciara una larga etapa de crecimiento sin perturbaciones económicas,
crecimiento que se lograría por lo menos hasta fines de los sesenta del siglo XX para el
caso de los desarrollados y hasta principios de los ochenta para el caso de los
subdesarrollados.
Hasta la década de los sesenta del siglo XX, y a pesar de llevar cerca de veinte años de
crecimiento ininterrumpido, y aunque con logros importantes en términos de mejoras en los
niveles de vida como educación, salud, vivienda, vestido y otros logros, gran parte, por no
decir todos, de los países que al inicio de los cincuenta se encontraban como
subdesarrollados seguían en esa misma condición. En A.L., Cuba había seguido al
socialismo por medio de una revolución como alternativa al desarrollo y se presentaba
como opción a seguir.
Es este escenario, y el latinoamericano, el que va a producir el pensamiento dependentista,
que desarrollaremos de manera amplia en el capítulo II.
27
I.2.3 El escenario teórico y el pensamiento dependentista latinoamericano
También brevemente, porque lo desarrollaremos a profundidad en el capítulo III, indicar,
primero que ya existía un gran acervo de construcciones teóricas latinoamericanas
referentes al desarrollo, como eran las de Mariátegui y las de CEPAL, por mencionar
algunas, por lo que el pensamiento dependentista habría que ubicarlo como la continuación
de estas teorías, segundo, que el socialismo ya estaba presente en las sociedades
latinoamericanas como alternativa al capitalismo para alcanzar el desarrollo y tercero, que
va a ser a partir de la crisis del desarrollismo de donde van a partir las construcciones
dependentistas en la década de los sesenta del siglo XX.
I.2.4 El neoliberalismo en América Latina
Esta parte la desarrollaremos de manera amplia en el capítulo IV. Habría que señalar,
primero, que los principios neoliberales o de libre mercado empezaron a aplicarse en Chile
después del golpe de Estado en 1973, después en los países desarrollados entre fines de la
década de los setenta y principios de la década de los ochenta del siglo XX, y a principios
de la década de los ochenta en el resto de A.L. a raíz de la crisis de la DE, segundo, que en
ambos grupos de países su aplicación ha llevado a grandes transformaciones estructurales,
que han tenido como consecuencia, entre otras, la ampliación de las desigualdades sociales,
tercero, que el modelo se vio fortalecido con la caída del socialismo real en la antigua
U.R.S.S y Europa del Este, cuarto, que los estragos de este modelo para la clase trabajadora
ha llevado a la búsqueda de otras alternativas de desarrollo, dentro y fuera de este modelo,
y quinto, los mismos estragos han recobrado el interés por las tesis dependentistas para la
explicación del capitalismo neoliberal en la periferia latinoamericana y sus posibilidades
de desarrollo dentro de este sistema.
I.3 SOBRE EL MÉTODO CONCRETO-ABSTRACTO-CONCRETO EN EL
ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA
I.3.1 La importancia del método de la economía política para acercarse a la realidad
en su esencia
El método de investigación para acercarse a la realidad es el de la economía política, el
concreto-abstracto-concreto, o en palabras de Kosik el “método dialéctico crítico”. El
positivista nos dejaría en las apariencias ya que parte de la teoría, de las hipótesis y de su
28
verificación, es decir no parte de la realidad para construir teorías sino de comprobar si esta
realidad se ajusta o no a la teoría con el riesgo, por supuesto, de querer jalar a la realidad o
forzarla para comprobarla.
A este respecto, Zemelman llama la atención sobre los riesgos de observar y analizar la
realidad a partir de una teoría ya que esta ha sido construida para determinado tiempo y
espacio; que la importancia del análisis de una fracción de la realidad debe ser para
transformarla y no para probar o refutar hipótesis. Dice Zemelman:
Así pues, es preciso privilegiar el esfuerzo de reconstrucción de lo específico de una
situación respecto de la comprobación de una teoría, pues esta no debe restringirse a
la aplicación de modelos derivados de ella, sino subordinarse a una capacidad de
observación articulada de la realidad, de manera que la delimitación de lo real como
articulación dinámica no se dé en función de un modelo, ya que, si nos
circunscribimos a la aplicación de una teoría podemos distorsionar la recuperación
del movimiento real, dado que sus proposiciones se han construido con parámetros
espacio temporales determinados. Dichas proposiciones teóricas pueden dejar fuera
líneas problemáticas (situaciones nuevas) no contempladas por la teoría, aunque
relevantes para cualquier esfuerzo por captar la realidad como campo de acción de un
sujeto social. Lo verdaderamente importante es determinar la pertinencia de un
problema que revista interés para la acción y no probar o refutar una hipótesis
(Zemelman; 1987: 34-35).
¿Que significarían estas prevenciones para el análisis de la corriente dependentista?
Significaría que debemos analizar esta corriente de pensamiento, y de acuerdo con el
objetivo de la tesis, no buscando comprobar si se ajusta o no a la nueva realidad
latinoamericana de la primera década del siglo XXI, sino qué nueva teoría podemos
construir de esta realidad resignificando las categorías y conceptos dependentistas.
En el de la economía política, no sólo existe una idea de ciencia sino también una
concepción de realidad y un método para acercarse a ella en su esencia; cuestiona la idea de
la indivisibilidad de la realidad y propone el método de la abstracción para acercarse a una
fracción de ella.
Dice Kosik, en referencia al método concreto-abstracto-concreto
29
…En la asimilación práctico-espiritual del mundo, del cual se derivan
originariamente todos los demás modos de asimilación (el teórico, el artístico, etc.), la
realidad es, pues, percibida, como un todo indivisible de entidad y significados, y está
implícitamente comprendida en la unidad de los juicios de existencia y de valor. Sólo
mediante la abstracción, la tematización y la proyección, se pueden aislar de este
mundo real, pleno e inagotable, determinados aspectos, zonas o esferas, que el
naturalismo ingenuo y el positivismo consideran como los únicos y auténticos y como
la única realidad, mientras desechan el resto como pura subjetividad... (Kosik; 1963:
42)
Antes de avanzar en el en el método de la economía política, es pertinente mencionar que
la elección de este no es suficiente para destruir la pseudoconcreción y acercarse a la
realidad en su esencia.
Ya mencionamos la crítica de Marx a los economistas y a Proudhon, pero también existen
críticas a los mismos teóricos de la dependencia en cuanto al método por el cual llegaron a
determinados resultados. El mismo Kosik distingue tres falsas totalidades, la totalidad
vacía, la totalidad abstracta y la mala totalidad.
El método de la economía política, como el adecuado para acercarse a la realidad en su
esencia, lleva ya implícitamente una concepción de ciencia y de realidad. ¿Qué sería
ciencia para este método? Dice Marx que “la investigación debe apropiarse
pormenorizadamente de su objeto, analizar sus distintas formas de desarrollo y rastrear su
nexo interno. Tan sólo después de consumada esa labor, puede exponerse adecuadamente el
movimiento real…” (Marx; 1968/1857:81). Para Dussel, citando a Marx, “es una tarea de
la ciencia reducir el movimiento visible y puramente fenoménico (erscheinende) al
movimiento real interno (innerewirklicheBewegung).” (Dussel; 1988: 290). ¿Y qué
significa esto? Significa la destrucción de la pseudoconcreción, pasar de lo inmediato a la
esencia. Pero, ¿cómo se realiza este paso? Con el método concreto-abstracto-concreto.
En el caso del análisis de la corriente dependentista significaría no sólo apropiarnos de su
pensamiento, de sus tesis, sino también si ellos se apropiaron pormenorizadamente de su
objeto a través del método de la economía política del concreto-abstracto-concreto.
En Marx, según de la Garza, existe una concepción de realidad.
30
Que, en “primer lugar, hay un concepto de historia entendida como una articulación entre
objetividad y subjetividad y en donde articulación implica determinación, pero
determinación mediada, excluyendo con ello todo determinismo y reduccionismo…” (De la
Garza; 1988: 4).
Que, en “segundo lugar hay en Marx la idea de movimiento como rearticulación que puede
implicar el cambio de legalidades y de conceptos pertinentes a la nueva realidad.” Y que en
estas “…consideraciones llevan a la noción marxista de ley y concepto históricamente
determinados en contraposición al ideal positivista del concepto de ley universal.” (De la
Garza; 1988: 4).
Y en tercer lugar, que está presente “la idea de realidad analizable por niveles de realidad,
no reducible exclusivamente a lo empírico observable, ni tampoco a la contradicción
idealista entre esencia y apariencia. Realidad por niveles, no todos ellos observacionales,
niveles en articulación con determinaciones mediadas y con dinamismos diferentes. Este
concepto de realidad tiene su traducción en el privilegio metodológico de la totalidad como
categoría central en la perspectiva del conocimiento marxista…impide confundir totalidad
con todo…Totalidad concreta por niveles desde los más abstractos hasta los más concretos
presupone la construcción de la teoría específica al objeto específico…” (De la Garza;
1988: 4).
Para Kosik la realidad “es entendida como concreción, como un todo que posee su propia
estructura (y, por tanto, no es algo caótico), que se desarrolla (y, por ende, no es algo
inmutable y dado de una vez para siempre), que se va creando (y, en consecuencia, no es un
todo perfectamente acabado y variable sólo en sus partes singulares o en su disposición)…”
(Kosik; 1963: 56).
Tan importante es la concepción de la realidad que se tenga, que sin esta no es posible
plantearse ningún problema, aunque la misma concepción nos puede conducir, o no, a la
destrucción de la pseudoncreción. Dice Zemelman, que “no es posible plantearse ningún
problema si no se piensa la concepción que se tenga de lo que es la realidad.” (Zemelman;
1987: 58).
Con esta concepción de ciencia y realidad, y con el mismo método dialéctico de la
economía política, se estaría en condiciones de destruir la pseudoconcreción de la realidad
31
y llegar a su esencia. Pero no sólo es conocer la realidad por conocerla, sino conocerla para
buscar su transformación de manera revolucionaria. ¿Por qué se hace necesario
transformarla de manera revolucionaria? ¿Qué significa de manera revolucionaria?
¿Significa, -para el momento actual-, cambiar el modo de producción capitalista por otro?
En la perspectiva de la búsqueda del desarrollo de los países subdesarrollados
latinoamericanos, sí. Dice Kosik que:
…la destrucción de la pseudoconcreción cómo método dialéctico crítico, gracias al
cual el pensamiento disuelve las creaciones fetichizadas del mundo cosificado e ideal,
para alcanzar su realidad, es sólo el segundo aspecto, el reverso de la dialéctica como
de transformación de la realidad. Para que el mundo pueda ser explicado
críticamente, es necesario que la explicación misma sea situada en el terreno de la
praxis revolucionaria…la realidad puede ser transformada revolucionariamente sólo
porque, y sólo en la medida en que es creada por nosotros mismos, y en que sabemos
que la realidad es producida por nosotros… (Kosik; 1963: 35).
¿De dónde partimos? Hay que partir de lo material, de los hechos, de lo concreto. Dice
Engels, al respecto,”…el método hegeliano era de todo punto inservible en su forma actual.
Era un método esencialmente idealista, y aquí se trataba de desarrollar una concepción del
mundo más materialista que todas las anteriores. Aquel método arrancaba del pensar puro,
y ahora había que partir de los hechos más tenaces.” (Engels; 1968/1857:103).
¿Cuáles serían los hechos de los cuales partir, cuál sería mi totalidad concreta? Las tesis de
los dependentistas confrontadas con las contradicciones del modo de producción capitalista
en los sesenta del siglo XX y hasta la primera década del siglo XXI, ¿por qué? Porque si
bien el subdesarrollo se constituyó desde que los hoy llamados países subdesarrollados se
constituyen en colonias, hasta la década de los sesenta del siglo XX, y después de siglo y
medio de naciones independientes capitalistas, estos seguían en condición de
“dependientes” y subdesarrollados. Después, habría que analizar si las tesis
dependentistas, o cuáles de estas tesis, son pertinentes para analizar el subdesarrollo
latinoamericano, su dependencia y sus posibilidades de desarrollo, o no, durante el
paradigma neoliberal.
32
Dice Kosik que se corre el riesgo de construir falsas totalidades. ¿No es esta una falsa
totalidad?, ¿sólo así se pueden derivar o no las tesis dependentistas? No es una falsa
totalidad, la inserción de A.L. en una situación de dominación e imposición de los intereses
del capital extranjero en los países latinoamericanos los ha ido subdesarrollando
estructuralmente sin opciones de salida dentro de este sistema. Como han mencionado
Marini y Cueva en cuanto a que los países de A.L. no se volvieron débiles porque se abusó
de ellos después de su independencia, sino más bien eran débiles al momento de su
independencia por lo que se abusó de ellos. Al momento de su independencia tenían tres
siglos de ser colonias y de extracción de sus excedentes. ¿Las burguesías nacionales
latinoamericanas no han tenido capacidad de respuesta, o como burguesías sólo les interesa
la ganancia independientemente si esta conduce al desarrollo o no? ¿Se sigue abusando de
ellas, por qué? ¿No existe abuso, sólo es el funcionamiento normal del capitalismo que
produce y reproduce desarrollo en algunas naciones y subdesarrollo en otras?
¿Pero qué significa totalidad? Para derivar si en verdad, o no, es imposible el desarrollo de
las naciones latinoamericanas dentro del capitalismo, ¿necesito conocer todos los hechos
del capitalismo desde su génesis hasta la primera década del siglo XXI? ¿No sería una
tarea casi imposible? Si esto último es así, que hechos debería conocer en su esencia para
derivar, o no, esas hipótesis. Para Kosik:
…Pero en verdad que totalidad no significa todos los hechos. Totalidad significa:
realidad como un todo estructurado y dialéctico, en el cual puede ser comprendido
racionalmente cualquier hecho (clases de hechos, conjunto de hechos). Reunir todos
los hechos no significa aún conocer la realidad, y todos los hechos (juntos) no
constituyen aun la totalidad. Los hechos son conocimientos de la realidad si son
comprendidos como hechos de un todo dialéctico, esto es, si no son átomos
inmutables, indivisibles e inderivables, cuya conjunción constituye la realidad, sino
que son concebidos como partes estructurales del todo. Lo concreto, o sea la
totalidad, no es, por tanto, todos los hechos, el conjunto de ellos, el agrupamiento de
todos los aspectos, cosas y relaciones, ya que en este agrupamiento falta aún lo
esencial: la totalidad y la concreción. Sin la comprensión de que realidad es totalidad
concreta que se convierte en estructura significativa para hecho o conjunto de hechos,
33
el conocimiento de la realidad concreta no pasa de ser algo místico, o la
incognoscible cosa en sí (Kosik; 1963: 56).
Lo mismo dice Zemelman, que“…la totalidad no son todos los hechos, sino que es una
óptica epistemológica desde la que se delimitan campos de observación de la realidad, los
cuales permiten reconocer la articulación en que los hechos asumen su significación
específica...” (Zemelman; 1987: 50). Agrega:
La totalidad como mecanismo de apropiación es indiferente a las propiedades del
objeto, ya que se limita a definir la base de la teorización, sin ser una teoría en sí
misma, ni menos aún, un objeto real. Es un modo de organizar la apertura hacia la
realidad que no se ciñe a permanecer dentro determinados límites teóricos, pues se
fundamenta en un concepto de lo real como articulación compleja de procesos y exige
que cada uno de estos sea analizado en términos de sus relaciones con otros (aunque
no sea cada uno un objeto de análisis como tal). (Zemelman; 1987: 83)
Si no tenemos que conocer todos los hechos, ¿cuáles debemos conocer para derivar, o no,
esas tesis?, ¿cómo los seleccionamos y mediante que procedimiento? Es decir, de la gran
cantidad de hechos en el modo de producción capitalista, del todo caótico, del todo
ordenado, del concreto representado, ¿cómo o de dónde partimos?
El todo caótico es un conjunto de abstracciones complejas, conceptos complejos. Por
ejemplo, el concepto desarrollo es complejo no sólo por lo que significaba en los 60 del
siglo XX sino por lo que significa actualmente, lo mismo podríamos decir del concepto
subdesarrollo. Pero además los dos conceptos tienen que ver con otros y otras categorías.
Así, por ejemplo, el primero lo podemos relacionar con conceptos o categorías menos
complejas como producción, productividad, etc. Lo mismo el segundo, que tiene que ver
con los dos del desarrollo, pero también con el trabajo y su calificación y otros. Así,
descendemos hasta encontrar los conceptos y categorías más simples.
Volviendo al método concreto-abstracto-concreto, esas relaciones van cambiando conforme
transcurre el tiempo, es decir son históricamente determinadas. ¿Qué significa esto último?
Significa que son conceptos, categorías y relaciones que corresponden, en este caso, si al
modo de producción capitalista, pero a cierto espacio y tiempo. Por ejemplo, las tesis de los
dependentistas las derivaron de las contradicciones del capitalismo desde que las naciones
34
latinoamericanas fueron colonias hasta la década de los sesenta del siglo XX. Habría que
analizar si dichas tesis, o cuáles de esas tesis, son válidas para analizar el subdesarrollo
latinoamericano durante el trayecto neoliberal –más de cuarenta años después- desde
principios de la década de los ochenta del siglo XX y hasta la primera década del siglo
XXI.
¿Qué estamos haciendo? Avanzar en el pensamiento de lo concreto a lo abstracto, a la
descomposición del todo; a la destrucción de la pseudoconcreción. Dice de la Garza que “la
abstracción no es sino la “descomposición del todo” (del concreto real), en nuestro
pensamiento por medio de conceptos. Dicha abstracción es forzosamente producto del
pensamiento. Desde este punto de vista, la abstracción es un paso inevitable en el proceso
del conocimiento, independientemente de la forma que adquiera y de los presupuestos
metodológicos que subyacen a dicha abstracción.” (De la garza; 1988: 21).
Marx, en un pasaje muy conocido, da un ejemplo muy ilustrativo, casi didáctico, de cómo
se aplica adecuadamente el método de la economía política para destruir la
pseudoconcreción de lo concreto.
Parece que lo correcto es arrancar de lo real y lo concreto, por el supuesto efectivo;
así por ejemplo, en la economía, por la población que es la base y el sujeto del acto
social de la producción en su conjunto. Sin embargo, si se examina con mayor
atención, esto se revela como falso… Si comenzase, pues, por la población, tendría
una representación caótica del conjunto y, precisando cada vez más, llegaría
analíticamente a conceptos cada vez más simples; de lo concreto representado llegaría
a abstracciones cada vez más sutiles hasta alcanzar las determinaciones más simples.
Llegado a este punto, habría que reemprender el viaje de retorno, hasta dar de nuevo
con la población, pero esta vez no tendría una representación caótica de un conjunto
sino una rica totalidad con múltiples determinaciones y relaciones…Una vez que esos
momentos singulares fueron más o menos fijados y abstraídos, comenzaron los
sistemas económicos que se elevaron desde lo simple –trabajo, división del trabajo,
necesidad, valor de cambio- hasta el Estado, el cambio entre las naciones y el
mercado mundial. Este último es, manifiestamente, el método científico correcto. Lo
concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto,
35
unidad de lo diverso...Por lo tanto, a la conciencia, para la cual el pensamiento
conceptivo es el hombre real y, por consiguiente, el mundo pensado es como tal la
única realidad –y la conciencia filosófica está determinada de este modo-, el
movimiento de las categorías se le aparece como el verdadero acto de producción (el
cual aunque sea molesto reconocerlo, recibe únicamente un impulso desde el exterior)
cuyo resultado es el mundo; esto es exacto en la medida en que –pero aquí tenemos
de nuevo una tautología- la totalidad concreta como totalidad del pensamiento, como
un concreto de pensamiento, es in fact (en los hechos) un producto del pensamiento y
de la concepción, pero de ninguna manera es un producto del concepto que piensa y
se engendra así mismo, desde fuera y por encima de la intuición y de la
representación, sino que, por el contrario, es un producto del trabajo de elaboración
que transforma intuiciones y representaciones en conceptos. El todo, tal como aparece
en la mente como todo del pensamiento, es un producto de la mente que piensa y que
se apropia del mundo del único modo posible, modo que difiere de la apropiación de
ese mundo en el arte, la religión, el espíritu práctico. El sujeto real mantiene, antes
como después su autonomía fuera de la mente, por lo menos durante el tiempo en
que la mente se comporte únicamente de manera especulativa, teórica. En
consecuencia, también en el método teórico es necesario que el sujeto, la sociedad,
esté siempre presente en la representación como premisa (Marx 1857; 1968:50).
En este tránsito, de concreto a concreto pensado, construimos nuestros conceptos,
categorías y relaciones que explican el movimiento, las contradicciones, la esencia de la
fracción de la realidad. En el caso de la corriente de pensamiento dependentista, ¿qué
conceptos y categorías construyeron para derivar la dependencia y la imposibilidad del
desarrollo? Construyeron conceptos como los de dependencia y superexplotación de la
fuerza de trabajo.
Sobre la importancia del concepto y la abstracción en el método concreto-abstracto-
concreto para acercarse a la esencia de la fracción de la realidad, Kosik nos dice que “…el
concepto y la abstracción tienen en la concepción dialéctica el significado de un método
que descompone el todo unitario, para poder reproducir mentalmente la estructura de la
cosa, es decir, para comprender la cosa.” (Kosik; 1963: 30).
36
En el análisis de la corriente dependentista, analizaríamos si los conceptos y categorías
construidas en los sesenta explican la dependencia y la imposibilidad del desarrollo
latinoamericano durante el trayecto neoliberal o habría que resignificarlos.
Aquí no termina el proceso de investigación, no se ha llegado a la esencia del fenómeno, no
se ha destruido la pseudoconcreción de la realidad.
Una vez que por medio de las abstracciones llegamos a las categorías o conceptos más
simples del fenómeno tendremos que reemprender el viaje a nuestro concreto inicial o real,
pero ya no como un todo caótico u ordenado sino como un concreto pensado y como
síntesis de múltiples determinaciones y relaciones. Estaríamos culminando con el método
de la economía política de concreto-abstracto-concreto y construyendo una teoría a partir de
la realidad. Es decir no se parte de una teoría, sus hipótesis y su comprobación, sino de la
realidad para la construcción de la teoría. Dice de la Garza que:
…totalidad concreta y concreto pensado son equivalentes; concreto pensado hace
referencia a la teoría específica que explica el movimiento del objeto. Aquí específico
no puede significar sólo lo singular, sino más bien la articulación entre lo general y lo
particular. En tal sentido, la explicación se conseguirá cuando se haya obtenido esa
teoría específica, ese concreto pensado (De la Garza; 1988: 24).
En el mismo sentido apunta Kosik, que se llega a un resultado que no era conocido al inicio
de la investigación. Dice Kosik que “el punto de partida de la investigación debe ser,
formalmente, idéntico al resultado. Este punto de partida debe mantener su identidad en
todo el curso del razonamiento, ya que sólo así se garantiza que el pensamiento no se pierda
en su camino. Pero el sentido de la indagación estriba en que, en su movimiento en espiral,
llega a un resultado que no era conocido en el punto de partida, y que, por tanto, dada la
identidad formal de este último y del resultado, el pensamiento llega, al final de su
movimiento, a algo distinto, por su contenido, de aquello de que había partido.” (Kosik;
1963: 48)
En términos de la investigación, quedaría por último la exposición, que para Marx debe ser
científica; que debe ir de lo simple a lo complejo, y lo simple como síntesis de múltiples
relaciones y determinaciones, es decir, la explicación teórica del objeto.
37
I.3.2 La importancia del método en el análisis del pensamiento dependentista
En el intermedio entre el problema planteado y la teoría está el método. Es del método del
que se deriva la teoría, las tesis. Por lo tanto, es del método como podemos determinar la
vigencia, o no, de una teoría o corriente de pensamiento. En el caso del pensamiento
dependentista, ver como utilizó el método de la economía política concreto-abstracto-
concreto pensado para determinar su actualidad.
De hecho, dos críticas a esta corriente de pensamiento tienen que ver con el método que
siguieron. Una es la de Giovanni Arrighi, que André Gunder Frank reconoce, y se refiere a
que tanto a los países desarrollados como a la periferia subdesarrollada habría que
analizarlos como parte de un proceso único de acumulación mundial de capital. (Frank;
1979: 10.). Otras, las de Enrique Dussel, y se refiere al método para analizar la
acumulación mundial de capital o la acumulación en la misma A.L., es decir, y para el caso
de nuestro tema de tesis, ¿el análisis se inicia con la acumulación a escala mundial desde
1960 y se va hacia adelante hasta la primera década del siglo XXI, o desde la primera
década del siglo XXI y retrocedemos hasta 1960? Dice Dussel, criticando la metodología
seguida por André Gunder Frank:
Pero la dependencia, en su esencia, es estrictamente extracción de plusvalor por
competencia capitalista industrial. Se parte del hombre y no del mono (de la
competencia entre capitales globales nacionales industriales de diverso desarrollo, por
ejemplo México, Brasil o Argentina con respecto a Estados Unidos en 1950, para
descubrir su esencia), y después se va hacia atrás (hacia el siglo XVI para considerar
su génesis y no al contrario como han pretendido hacerlo casi todos los especialistas
en el tema, comenzando por André Gunder Frank y tantos otros) (Dussel; 1985: 352).
Que tampoco pudieron crear una teoría de la dependencia ya que no desarrollaron los
conceptos marxistas ni crearon categorías que condujeran a una teoría. Dice Dussel que
“…desde André Gunder Frank en adelante se discuten los problemas económicos sin
haberse desarrollado los conceptos ni creado las categorías necesarias. Se pasó a lo
histórico concreto sin marco categorial suficiente…” (Dussel; 1988: 321). Esto tuvo que
ver con el método que siguieron -de allí la importancia de éste en un proceso de
investigación- que fue el histórico y no el lógico. Dice Dussel que “su camino fue siempre
38
la historia y por dicho sendero nunca podrá llegar a una teoría. La lógica debió anticipar a
la historia, tal como Marx lo expresara muchas veces. Es por ello que categorías tan
fundamentales como valor, precio de producción o transferencias de plusvalor, no serán
usados por Frank –pero tampoco por la mayoría de sus críticos.” (Dussel; 1988: 324).
¿Por qué el método de la economía política y no otro? Dice Marx que la economía política
es el estudio de la sociedad burguesa, ¿sociedad burguesa? ¿Por qué estudiar a la sociedad
burguesa? ¿Tiene algo que ver con el desarrollo-subdesarrollo, específicamente con el
subdesarrollo latinoamericano? ¿Desde cuándo estudiar a la sociedad burguesa, desde su
génesis o sólo a partir de la década de los sesenta y hasta la actualidad? Y para ese análisis
es necesario un método. ¿Por qué un método? ¿Es indistinto el método? ¿Cuál método?
¿Por qué no a partir de una teoría e hipótesis? ¿Cómo se nos presenta la “realidad”
burguesa, la realidad capitalista?
A primera vista, en el capitalismo lo que encontramos es que el mundo está escindido en
dos grupos de países, los llamados desarrollados y los subdesarrollados, estos últimos con
la aspiración de llegar a ser como los primeros. En los dos grupos encontramos productores
de bienes y servicios y consumidores. Los primeros en constante agresión comercial,
financiera y militar hacia los segundos sin que estos tengan capacidad de respuesta.
Existencia de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), el Banco Mundial (BM) y Fondo Monetario Internacional (FMI) dominados por los
primeros y que avalan la agresión. Tanto en los primeros como en los segundos, pero más
en los primeros, un incremento constante de la producción de mercancías y servicios. Tanto
en los primeros como en los segundos destrucción de la naturaleza para ese incremento de
la producción Tanto en los primeros como en los segundos, pero más en estos últimos,
apropiación de la producción por una minoría. Tanto en los primeros como en los segundos
existencia de Estados nacionales que responden a intereses de clase. En ambos grupos de
países la existencia de democracia representativa. Entre ambos grupos de países intenso
intercambio comercial de diferentes productos. Al interior y entre ambos grupos
competencia intensa por la venta de mercancías y colocación de sus inversiones. En ambos
grupos de países preponderancia del capital industrial, comercial y financiero. En ambos
grupos de países crisis económicas recurrentes con sus consecuencias sobre las minorías.
Constante migración de los segundos a los primeros. En ambos grupos de países la
39
educación se presenta como la panacea para el crecimiento y el desarrollo. En ambos
grupos la sociedad está dividida en dos clases sociales, en trabajadores no propietarios de
medios de producción y propietarios, que fijan su posición en la apropiación o no de la
producción. En el segundo grupo un fracaso constante en sus aspiraciones por alcanzar el
desarrollo.
Es decir, como diría Karl Marx, la relación países desarrollados-subdesarrollados se nos
presenta como un “todo caótico”, o, en apariencia, como un “todo ordenado”, o los dos.
Caótico, en el sentido de que pareciera que el análisis podría empezar por cualquiera de sus
partes, y ordenado porque pareciera que es un sistema sin conflictos, que los que se
presentan son sólo pasajeros o coyunturales, que una vez superados se continuaría con la
cotidianidad.
Pero también esa relación se presenta como una realidad natural, es decir como una
realidad que siempre ha sido así y por lo tanto será así, sin posibilidad de que puedan ser
de otra manera, sin contradicciones que se puedan exacerbar y conducir a otro tipo de
sistema.
Pero, ¿es esta la realidad capitalista?, ¿de esta realidad podemos derivar la dependencia y
las posibilidades de desarrollo? No, esta es sólo lo aparente que oculta la verdadera esencia
capitalista, es lo fenoménico del capitalismo, o en palabras de Kosik, es la
pseudoconcreción. Es “…un mundo fenoménico en el que la realidad se manifiesta en
cierto modo y a la vez se oculta.” (Kosik; 1963: 96). Así se manifiesta, pero ¿qué oculta, o
qué se oculta en esta relación centro-periferia? Se oculta su esencia, su movimiento, sus
contradicciones. Por ejemplo, no se advierte el porqué los países desarrollados y
subdesarrollados se encuentran en esa condición ni las posibilidades de los segundos de ser
como los primeros; no se percibe el movimiento de la tasa de ganancia y las acciones de los
capitales para influir en ese comportamiento a través del salario y la explotación de la
fuerza de trabajo; no se distingue cómo el Estado, respondiendo a los intereses del capital
industrial, comercial y financiero toma acciones dirigidas a facilitar la baja en el salario y
aumentar la explotación de la fuerza de trabajo tendientes a contrarrestar la caída de la tasa
de ganancia; no se visualiza como la educación sirve a la lógica de acumulación de capital,
entre otros ocultamientos.
40
¿Cómo llegamos a la esencia capitalista o a descubrir lo que se oculta detrás de esa realidad
aparente? En palabras de Kosik, con la destrucción de la pseudoconcreción, tarea nada
fácil. ¿Cómo la destruimos? A través de un método científico. ¿Porqué se necesita un
método, qué método y por qué ese método? El método facilitaría acercarse a la realidad en
su esencia. Pero no es indistinto el método ya que uno u otro nos llevaría a resultados
diferentes, a quedarnos en lo fenoménico, en la pseudoconcreción, o en su destrucción y
acercarnos a la esencia de la realidad capitalista.
No está por demás mencionar la importancia del método. De hecho, la mayoría de las
críticas que Marx hace a las teorías de los economistas, y al mismo Proudhon, tienen que
ver con el método seguido. Dice Marx:
Los economistas nos explican cómo se produce en esas relaciones dadas, pero lo que
no nos explican es como se producen esas relaciones, es decir el movimiento
histórico que las engendra. Proudhon, habiendo tomado esas relaciones como
principios, categorías, pensamientos abstractos, no tiene más que poner orden en esos
pensamientos que ya están ordenados alfabéticamente al final de todo tratado de
economía política. Los materiales de los economistas son la vida activa y dinámica de
los hombres; los materiales de Proudhon son los dogmas de los economistas. Pero
desde el momento en que no se persigue el movimiento histórico de las relaciones de
producción, del que las categorías no son sino la expresión teórica, desde el
momento en que no se quiere ver en esas categorías más que ideas y pensamientos
espontáneos, independientes de las relaciones reales, se está forzado a asignar como
origen de estos pensamientos el movimiento de la razón pura… (Marx; 1847/1987:
64).
Por eso la importancia del análisis del pensamiento dependentista a partir del método
científico empleado.
I.3.3 La relación sujeto-objeto en el análisis del pensamiento dependentista
¿Por qué queremos conocer a la realidad en su esencia?, ¿sólo por conocerla? Dicen los
marxistas que no es suficiente el acercarse a la realidad en su esencia, específicamente
sobre las contradicciones del capitalismo que llevarían o llevarán inevitablemente a su
41
transformación, que no es suficiente tener ese conocimiento y esperar su caída. Dice
Engels:
Si no tuviéramos más garantía en cuanto a la revolución que se avecina y que ha de
transformar el régimen actual de distribución de los productos del trabajo, con todos
sus contrastes glamorosos de miseria y abundancia, hambre y disipación, que la
conciencia de que ese régimen de distribución es injusto y de que, tarde o temprano,
el derecho y la justicia acabarán por triunfar, ya podíamos sentarnos a esperar
tranquilamente (Engels; 1978; 52).
El conocimiento de las contradicciones del capitalismo y del capitalismo latinoamericano
nos va a llevar a la existencia, o no, de una situación de dependencia de las naciones
subdesarrolladas latinoamericanas y si esa dependencia le ha impedido, o no, dejar esa
condición de subdesarrollo, no sólo en los sesenta del siglo XX sino también en la primera
década del siglo XXI. ¿Termina aquí el proceso de conocimiento? No. Dice Mao Tse -
Tung:
…El conocimiento, que se ha adueñado de las leyes del mundo, debe ser dirigido de
nuevo hacia la práctica de la transformación del mundo; aplicado en la práctica de la
producción, en la práctica de la lucha revolucionaria de clases y de la lucha de
liberación nacional así como en la práctica de los experimentos científicos. Ese es el
proceso de comprobación de la teoría y de desarrollo de ésta, la continuación de todo
el proceso de conocimiento… (Mao; 1975: 17).
¿Por qué? ¿Estaríamos hablando de la solidaridad hacia las clases explotadas u oprimidas,
que por medio de la praxis revolucionaria pudiera cambiar esa condición? ¿Todo
conocimiento debe ser para la práctica revolucionaria?, sí, para transformar la realidad.
Al conocer la realidad se abre la posibilidad de cambio en determinada dirección y existe
esa posibilidad porque nosotros no sólo creamos esa realidad sino que estamos inmersos en
ella.
Para el pensamiento dependentista, cuál era el objetivo de resolver el problema que se
plantearon, de resolver las preguntas que se hicieron sobre el subdesarrollo latinoamericano
¿En última instancia era transformar la realidad de manera revolucionaria? Lo indagaremos
en el capítulo III.
42
I.4 PREMISAS A CONSIDERAR EN EL ANÁLISIS DEL PENSAMEINTO
DEPENDENTISTA
Además de las consideraciones que habría que tener presente al abordar un problema de
investigación, que Marx señala en la crítica a Proudhon, también se debe tener presente el
método, la producción en sociedad, la vida material, la lucha de clases, el Estado y los
actores como premisas cuando se analice el pensamiento dependentista para determinar su
actualidad.
I.4.1 Producción en sociedad
Dice Marx: “Individuos que producen en sociedad, o sea la producción de los individuos
socialmente determinada: éste es naturalmente el punto de partida. El cazador o el pescador
solos o aislados, con los que comienzan Smith y Ricardo pertenecen a las imaginaciones
desprovistas de fantasía que produjeron las robinsonadas del siglo XVIII.” (Marx; 1857:
33)
Es cierto, cuando hacemos el análisis de una fracción de la realidad se debe considerar
que se está hablando siempre de producción en sociedad y de una época histórica que tiene
sus especificidades, determinaciones y contradicciones que influyen o determinan el
movimiento de esa fracción. Al interior mismo de esa fracción y etapa podemos encontrar
sub etapas. Por ejemplo, en el caso de la corriente de pensamiento dependentista y de la
misma realidad latinoamericana, sin olvidar las premisas del capitalismo, la década de los
sesenta tiene sus propias determinaciones respecto de la primera década del siglo XXI.
I.4.2 La vida material
Dice Marx que “El modo de producción de la vida material determina el proceso de la vida
social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su
ser, sino por el contrario el ser social es lo que determina su conciencia.” (Marx; 1857: 66-
67). Si esto es así, el análisis de fracciones de la realidad habría que partir de lo material y
no de cómo debería ser lo material, la realidad. ¿Cómo podemos decir cómo debe ser o
comportarse la realidad sin conocer su esencia? La práctica transformadora sólo después de
destruir la pseudoconcreción de la realidad.
43
I.4.3 La lucha de clases
Para Marx y Engels, “la historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros
días es la historia de la lucha de clases.” (Marx y Engels; 2008: 123).
En la acumulación originaria del capital, Marx desarrolla como transcurre la separación del
productor directo de sus medios de producción para convertirse en obrero asalariado y de
cómo el capital comercial se convierte en capital industrial. Ya constituidas estas dos clases
sociales entran en contacto, el primero como vendedor de su fuerza trabajo y el segundo,
ya como poseedor del capital, como comprador de la fuerza de trabajo y medios de
producción, que los pondrá en contacto en el proceso de producción y del cual, producto de
la explotación de la fuerza de trabajo, surgirá la ganancia. Esta será la característica
principal del capitalismo, mostrándose así mismo que el fin último del capital es la
obtención de la ganancia7. Es decir, el capital industrial, comercial y financiero no tiene
ningún interés en el desarrollo, a menos que este garantice el incremento de las ganancias.
¿Cómo es que en países de A.L. se toleran altos niveles de pobreza, de salarios deprimidos,
etc.? Dice Marx, respecto a una o la principal contradicción del capitalismo, que “nuestra
época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las
contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más en dos grandes
campos enemigos, en dos grandes clases que se enfrentan directamente: la burguesía y el
proletariado.”8 (Marx y Engels; 2008: 124).
Esta contradicción, y esta búsqueda de la ganancia por la burguesía se extendieron por el
resto del planeta vía conquista y colonización. Ya Karl Marx llamaba la atención sobre la
expansión de la producción capitalista hacia el resto del mundo, de “…la absorción de
7 También cuando señalaba la importancia de la ganancia para el capital. “El capital tiene horror a la ausencia
de ganancia o a la ganancia demasiado pequeña, como la naturaleza tiene horror al vacío. Conforme aumenta
la ganancia, el capital se envalentona. Asegúresele un 10 por 100 y acudirá a donde sea; un 20 por 100, y se
sentirá ya animado; con un 50 por 100, positivamente temerario, al 100 por 100, es capaz de saltar por encima
de todas las leyes humanas; el 300 por 100, y no hay crimen a que no se arriesgue, aunque arrostre el patíbulo.
Si el tumulto y las riñas suponen ganancias, allí estará el capital encizañándolas. Prueba: el contrabando y la
trata de esclavos.” (Marx; 1894/1986: 648). 8 Las definiciones que Marx y Engels dan de burguesía y proletariado son: “Por burguesía se comprende a la
clase de los capitalistas modernos, propietarios de los medios de producción social, que emplean el trabajo
asalariado. Por proletarios se comprende a la clase de los trabajadores asalariados, modernos que, privados de
medios de producción propios se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para poder existir.” (Marx y
Engels; 2008: 123).
44
todos los países por la red del mercado mundial y, como consecuencia de esto, el carácter
internacional del régimen capitalista…” (Marx; 1894/1986: 648).
Al proletariado, por su parte, Marx le asignaba el papel principal en la transformación
revolucionaria de las sociedades. Se la asigna por su condición de clase explotada en la
producción capitalista, que sólo puede superar por la revolución y abolición de la burguesía
como clase explotadora y el estado burgués en el que se sustenta.
I.4.4 El Estado
Dice Marx que “cada etapa de la evolución recorrida por la burguesía ha sido acompañada
del correspondiente éxito político; después durante el periodo de la manufactura,
contrapeso de la nobleza en las monarquías feudales o absolutas y, en general, piedra
angular de las grandes monarquías, la burguesía, después del establecimiento de la gran
industria y del mercado universal, conquistó finalmente la hegemonía exclusiva del poder
político representativo moderno. El gobierno del Estado moderno no es más que una junta
que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa.” (Marx y Engels; 2008:
126). ¿Qué significa que el fin de la clase burguesa sea la ganancia? Significa que las
acciones del Estado están dirigidas a que la clase burguesa alcance ese fin.
Lenin, citando a Engels, que “como el Estado nació de la necesidad de refrenar los
antagonismos de clase, y como, al mismo tiempo nació en medio del conflicto de esas
clases, es por regla general, el Estado de la clase más poderosa, de la clase económicamente
dominante, que, con ayuda de él, se convierte también en la clase políticamente dominante,
adquiriendo con ello nuevos medios para la represión y la explotación de la clase oprimida”
(Lenin; 1960: 311).
¿Cómo utilizan las clases dominantes el Estado para ejercer su poder de manera velada? Lo
hacen, por una parte, presentando a las instituciones del Estado como independientes y
autónomas en su funcionamiento, por la otra, hacen parecer sus intereses como comunes,
como intereses de toda la sociedad; ideas e intereses que conducen a elevar las ganancias y
la acumulación.
¿Cómo trasmiten sus ideas a toda la sociedad y cómo en determinado momento hacen valer
por la fuerza sus intereses? Para sus ideas cuentan con lo que se llaman “los aparatos
ideológicos”. Entre los primeros se encuentran los medios de comunicación, la escuela y la
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iglesia, entre otros, como los principales, desde mi punto de vista, mientras que entre los
segundos se encuentran el ejército, a los cuerpos policiacos, las cárceles y otros. Por
supuesto que la importancia de estos cambia conforme cambian las épocas históricas. Por
ejemplo, qué peso tenían los medios de comunicación en A.L. en los sesenta del siglo XX y
que peso en la primera década del siglo XXI.
En A.L. se ha discutido mucho sobre las actividades que debe llevar a cabo el Estado para
que las naciones latinoamericanas alcancen el desarrollo. Primero, durante la llamada etapa
de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), desde la década de los cuarenta
hasta los setenta del siglo XX, al Estado se le asignó un papel de promotor del desarrollo,
con el neoliberalismo, a partir de principios de la década de los ochenta y hasta lo que va
del siglo XXI, el de promover el mercado y mantenerse al margen del desarrollo y,
recientemente, a raíz de la crisis financiera iniciada en EE.UU. en 2007 y sus efectos
negativos sobre el crecimiento y el empleo de las naciones latinoamericanas, la CEPAL ha
planteado nuevamente la intervención del Estado para disminuir las desigualdades sociales.
I.4.5 Los actores
Marx, Engels, Lenin y Mao analizaron las contradicciones del capitalismo. Llamaron la
atención sobre las dos clases sociales que caracterizan al capitalismo, la burguesía y el
proletariado, como las clases principales de la sociedad burguesa; como las clases sociales
irreconciliables. El proletariado como la clase social con la responsabilidad histórica de
terminar con el sistema capitalista y conducir al socialismo. Dicen Marx y Engels que “de
todas las clases sociales que hoy se enfrentan con la burguesía, sólo el proletariado es una
clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con
el desarrollo de la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto más peculiar.”
(Marx y Engels; 2008: 136). A los demás grupos sociales, que Marx les llama “capas
medias”, no tendrían la menor importancia en el cambio revolucionario dirigido por el
proletariado. Dicen Marx y Engels:
Las capas medias –el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el artesano, el
campesino-, todas ellas luchan contra la burguesía para salvar de la ruina su
existencia como tales capas medias. No son, pues, revolucionarias, sino
conservadoras. Más todavía, son reaccionarias, ya que pretenden volver atrás la rueda
46
de la historia. Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante sí la perspectiva de
su tránsito inminente al proletariado, defendiendo así no sus intereses presentes, sino
sus intereses futuros, cuando abandonan sus propios puntos de vista para adoptar los
del proletariado (Marx y Engels; 2008: 136).
¿Siguen siendo la burguesía industrial y el proletariado las clases sociales que definen el
curso de la historia? ¿Sigue siendo solo el proletariado el que tiene la responsabilidad
histórica de terminar con el capitalismo y conducir al socialismo? No.
Los actores dependerán del objeto de estudio y los objetivos de este. Por ejemplo, en el “El
Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte”, Marx analiza un periodo corto de la historia
francesa, una coyuntura, en la que están presentes no sólo la burguesía y el proletariado,
sino otros actores como los partidos políticos, el proletariado, el campesinado y otros
actores sin los cuales era imposible analizar esa realidad en su esencia (Marx; 2003/2009).
En Cuba, en algún momento Chile y Nicaragua, iniciaron el cambio revolucionario sin que
fuera el proletariado el principal protagonista de ese cambio, más bien se aglutinaron varios
grupos sociales que llevaron al socialismo.
En el siguiente capítulo, el contexto mundial que incidió en la construcción de las tesis
dependentistas. Desde la construcciones teóricas hasta la década de los sesenta en las dos
vertientes, las de la teoría económica y las de la economía política, hasta el desarrollo
desigual entre países desarrollados y subdesarrollados y la persistencia del subdesarrollo en
un gran número de naciones periféricas.
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CAPÍTULO II. CONTEXTO MUNDIAL EN LOS ORÍGENES DE LA
CONSTRUCIÓN DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA
Presentación
Cuando se construye el pensamiento dependentista en la década de los sesenta ya existe un
gran acervo de construcciones teóricas sobre el problema del desarrollo-subdesarrollo en
Europa, EE.UU. y A.L. Las construcciones se habían dado en dos vertientes, una, las de la
teoría económica o ciencia burguesa, que no cuestionaban las contradicciones del modo de
producción capitalista y eran optimistas en las posibilidades de las naciones
subdesarrolladas en lograr el desarrollo dentro de este modo de producción, la otra, la de
los marxistas, por el contrario, señalaban que las contradicciones de acumulación y
explotación de este modo impedía satisfacer las necesidades de manera holgada de todas la
sociedades, tanto de las desarrolladas como de las subdesarrolladas, por lo que llevaban a
las sociedades a la búsqueda y construcción de otro modo de producción como el
socialismo, sea por acciones revolucionarias, sea por medio del voto popular.
Esas construcciones teóricas se habían llevado a la práctica vía acciones gubernamentales y
acciones revolucionarias socialistas. Dentro de las primeras, primero, fue el liberalismo,
que como paradigma dominante había estado vigente por lo menos hasta la Gran Depresión
de 1929. Después, por estragos de la crisis de 1929 y la SGM el liberalismo sería
abandonado para dar paso al paradigma keynesiano hasta mediados de la década de los
setenta del siglo XX, que es cuando empieza a imponerse el llamado neoliberalismo.
Dentro de las segundas, están las acciones revolucionarias en Rusia, Europa del Este y otras
naciones, y en A.L. las de Cuba y posteriormente en Chile por medio del voto popular.
Por supuesto que el modo de producción capitalista y socialista, así como sus defensores,
tanto de uno como de otro, no han estado al margen de severas críticas. El primero, de
explotador, concentrador y empobrecedor, el segundo, de llevar a la dictadura y a la pérdida
de las libertades más elementales.
Hasta la década de los sesenta, por las contradicciones del modo de producción capitalista y
las construcciones teóricas del desarrollo-subdesarrollo y su puesta en práctica, el mundo
había quedado dividido en tres grupos de países, los llamados desarrollados y
subdesarrollados y los llamados socialistas.
48
Dentro de los subdesarrollados, los de A.L., hasta la década de los sesenta, estaban muy
lejos de alcanzar el llamado desarrollo económico, entendido como se entendía en
occidente, es decir, como el incremento de capital por hombre ocupado, que lleva consigo
un aumento de la productividad, que a su vez conduce a un aumento del ingreso, que tiene
por consecuencia un aumento del mercado interior, etc.
Así, la preocupación por el “desarrollo-subdesarrollo” del pensamiento dependentista
latinoamericano en la década de los sesenta del siglo XX forma parte de una larga
tradición en Europa, posteriormente en EE.UU. y A.L., que data de siglos. Preocupación
en todos los sentidos, es decir, desde cómo abordarlo, cómo entenderlo, sus causas y cómo
alcanzarlo. Esta preocupación dio lugar a diversas construcciones teóricas con diferencias
importantes entre ellas, construcciones que han tenido aplicaciones prácticas, no sólo en el
sentido de acciones de política económica sino también de acciones revolucionarias. La
preocupación se daba ya dentro del pleno desarrollo y contradicciones del modo de
producción capitalista y la división del mundo en dos grupos de países, primero entre
metrópolis y colonias y después, ya con la independencia de los primeros, entre países
desarrollados y subdesarrollados. Por supuesto que con el trascurrir de los siglos, al
cambiar la realidad, la concepción del desarrollo-subdesarrollo, sus posibles causas y las
posibilidades de salida han cambiado.
¿Por qué esta preocupación? La preocupación, primero, de alguna u otra manera, siempre
ha estado relacionada con el bienestar material de la mayoría de la población en las
naciones y al que se le dio en llamar felicidad, progreso, y recientemente desarrollo-
subdesarrollo, segundo, por las causas, que están desde la conducta de los seres humanos
y las propias instituciones hasta el mismo modo de producción capitalista, y tercero, sobre
las posibilidades y acciones para alcanzar el desarrollo, que van desde el propio mercado
hasta las propias acciones revolucionarias, no muy alejadas de las actuales preocupaciones.
Habría que señalar, como ya lo hicimos anteriormente, que las construcciones teóricas, en
un inicio, se dieron en Europa y después EE.UU., y va a ser hasta fines de la tercera década
del siglo XX, con la obra de Mariátegui sobre la economía peruana, que se van a iniciar las
construcciones en A.L. sobre el desarrollo-subdesarrollo, a la que le van a seguir las de la
49
CEPAL a fines de la década de los cuarenta del mismo siglo, por medio de Prebisch, y las
de los dependentistas en la década de los sesenta y principios de los setentas9.
Hasta el fin de SGM, las teorías referidas al desarrollo se habían dividido en dos grandes
corrientes o grupos, por un lado las de la teoría económica con los fisiócratas, Adam Smith,
Schumpether, Keynes y Hayek, entre otras, y los socialistas científicos, con Marx y Engels
a la cabeza, seguidos posteriormente por Hilferding, Lenin, Bujarin y Rosa Luxemburgo.
En las primeras, específicamente el pensamiento de Adam Smith, era y es posible alcanzar
la felicidad, el progreso, el desarrollo dentro del modo de producción capitalista y propuso
el liberalismo dentro del cual se destaca la libertad para producir y comerciar, en las
segundas, como ya lo señalamos anteriormente, las necesidades materiales de toda la
sociedad no se podrían satisfacer dentro del modo de producción capitalista, y las llevaba a
buscar otras opciones de desarrollo como sería el socialismo.
Desde la SGM y hasta los sesenta del siglo XX, por parte de la teoría económica y el
marxismo, prosiguieron las construcciones teóricas sobre el problema del desarrollo-
subdesarrollo. En las primeras están las construcciones de Hayek, Nurkse, Lewis y Myrdal,
entre otras, por el marxismo las de Baran y Dobb, y en A.L., que es prolífica en cuanto a
este tipo de construcciones, principalmente están las de Prebisch por parte de la CEPAL en
la teoría económica y las del pensamiento dependentista en la teoría marxista.
En todo este trayecto, por lo menos desde mediados del siglo XIX y hasta la década de los
sesenta del siglo XX, se da un extraordinario desarrollo de las fuerzas productivas, la
realidad, los datos y análisis de Lenin, Bujarin y otros marxistas y no marxistas así lo
constatan, que tiene sus implicaciones en el proceso de producción, crecimiento de la
producción, la explotación de la fuerza de trabajo, el comercio, las finanzas y la
concentración de la producción. El dinamismo capitalista se basó, primero en el liberalismo
y después en el keynesianismo, dinamismo que se vio interrumpido por eventos de
trascendencia como la Primera Guerra Mundial (PGM), la revolución socialista de Rusia en
1917, la crisis de 1929 y la SGM. Acontecimientos que reflejaban, por una parte, la
competencia de las potencias capitalistas por los mercados de mercancías y capitales, y por
la otra, la anarquía de la producción, que de alguna manera cuestionaban no sólo las bases
9 A las aportaciones teóricas de la CEPAL y de los dependentistas haremos referencia en el capítulo III de
esta tesis doctoral.
50
teóricas y prácticas en que se basaba el dinamismo sino al mismo capitalismo como opción
de las sociedades para desarrollarse material y espiritualmente.
Por supuesto que el desarrollo desigual entre naciones desarrolladas y subdesarrolladas se
va a ampliar. Las primeras, independientes, dominantes, concentrando la tecnología, las
innovaciones, la producción, el comercio, las ganancias y la exportación de capitales y con
altos niveles de vida de la mayor parte de su población, mientras que las segundas,
dominadas y dependientes para su crecimiento del comercio, de los préstamos, de las
inversiones extranjeras y de tecnología de las naciones desarrolladas, y con una gran parte
de su población sumida en la pobreza.
Así, el presente capítulo de tesis lo dividiremos en dos apartados, en el primero, las
construcciones teóricas sobre el desarrollo-subdesarrollo hasta la SGM, su aplicación
práctica, el crecimiento de la producción y sus resultados en términos de desarrollo-
subdesarrollo. En el segundo, desde la SGM y hasta la década de los sesenta del siglo XX,
que es cuando se construye el pensamiento dependentista. En este periodo la ciencia
burguesa empieza a ser más prolífica y dominante sobre el problema del desarrollo-
subdesarrollo, y más dominante ya que sus preceptos sobre crecimiento y desarrollo son
aplicados sin muchos cuestionamientos. También sucede con la economía política, -y ya el
socialismo real como alternativa al capitalismo-, en cuanto a construcciones teóricas que
cuestionan al capitalismo como opción de desarrollo.
II.1 EL PROBLEMA DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO HASTA LA
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: LIBERALISMO, SOCIALISMO, FELICIDAD
Y PROGRESO
II.1.1 Modo de producción capitalista y liberalismo: felicidad y progreso, una meta
alcanzable
Dice Bury, que hasta las primeras décadas del siglo XIX, ya con la construcción de las
teorías socialistas, las teorías del progreso comenzaron a diferenciarse en dos tipos distintos
y totalmente opuestas:
Un tipo es el de los idealistas constructivos y socialistas que piensan que pueden ya
llamar por su nombre a todas y cada una de las calles y torres de la ciudad de oro que
creen está situada al otro lado del promontorio; el desarrollo humano es un sistema
51
cerrado; su meta nos es conocida y se encuentra a nuestro alcance. El otro tipo es el
de quienes creen que, considerando la gradual progresión humana, el hombre,
mediante el mismo juego entrecruzado de fuerzas que le han conducido hasta donde
se encuentra y mediante un mayor desarrollo de la libertad que tantos esfuerzos le ha
costado ganar, marchará lentamente hacia unas condiciones de progresiva y creciente
armonía y felicidad. Para estos el desarrollo no tiene fin; su meta es desconocida y se
pierde en el remoto futuro. La libertad individual es su tema central y su teoría
política correspondiente el liberalismo. La primera clase de doctrina lleva un sistema
simétrico en el que la autoridad del Estado es preponderante y el individuo tiene un
valor poco mayor que el de un tornillo en un engranaje bien engrasado, es decir, tiene
su lugar asignado ya de una vez para siempre y no tiene derecho a hacer valer sus
propias opiniones… (Bury; 1971: 213-214).
En las primeras se podrían ubicar las ideas de los socialistas idealistas y científicos, estos
últimos en las ideas de Marx y Engels, y en las segundas las de los fisiócratas y las de
Adam Smith.
En las segundas, por ejemplo, para los fisiócratas el fin de la sociedad era la búsqueda de la
felicidad. “Daban por sentado, al igual que los enciclopedistas, que el fin de la sociedad es
la obtención de la felicidad terrestre por sus miembros y que ésta es la única razón de ser de
los gobiernos. El objeto de un tratado de Mercier de la Riviere (adecuada exposición de las
opiniones de la escuela) es, según sus propias palabras, descubrir el orden natural para el
gobierno de los hombres que viven en comunidades organizadas, capaz de asegurarles la
felicidad temporal: un orden en el que todo esté bien, y en el que los intereses de todos se
hallen tan perfecta e íntimamente consolidados que todos sean felices, desde el gobernante
hasta el último de sus súbditos.” (Bury; 1971: 160). Segundo, la felicidad la entendían
como “la mayor abundancia posible de objetos capaces de darnos satisfacción y en la
máxima libertad para gozar de ellos.” (Bury; 1971: 160). Libertad para producirlos y
libertad para disfrutarlos. Tercero, la condición principal de las dos libertades era la
propiedad individual ya que “la propiedad es la medida de la libertad y la libertad es la
medida de la propiedad” (Bury; 1971: 161). De aquí, entonces, que la función principal del
Estado era proteger a la propiedad y darle total libertad a la empresa privada para que
52
explotase los recursos del planeta. Ideas que no se alejan mucho de lo que se entiende y
cómo alcanzar el desarrollo en la actualidad.
En Inglaterra, la obra de Adam Smith se mostraba en la misma dirección, en la división del
trabajo y en la libertad para producir y para comerciar, y en las acciones del Estado en
promover y garantizar esas libertades para el bien común. Según Bury:
…sugiere la posibilidad de un aumento indefinido de la riqueza y bienestar. Smith se
hallaba plenamente de acuerdo con los economistas franceses sobre el valor de la
riqueza para la civilización y la felicidad de la humanidad. Pero quizá fue
indirectamente como su obra contribuyó más efectivamente a la doctrina del progreso
de la humanidad en general. Sus enseñanzas de que el libre comercio entre todos los
pueblos del mundo, no obstaculizado por las políticas gubernamentales, contribuía a
la obtención de las mayores ventajas para cada individuo representaban un ideal de
solidaridad económica del género humano, que es uno de los elementos del ideal del
progreso. Pronto el principio comenzó a afectar a la práctica… (Bury; 1971: 2001).
En la línea de la teoría económica, en 1912 se pública la obra Joseph Schumpeter y en 1936
la de John Maynard Keynes. La primera es una obra que, por el tema que nos ocupa, carece
de trascendencia, mientras que la segunda adquiere importancia ya que cuestiona las bases
teóricas de la teoría económica burguesa de pleno empleo y postula la intervención del
Estado para incrementar la inversión y la ocupación. Aun así, por el tema que nos ocupa, no
profundizaremos en la obra de Keynes, sólo señalaremos el principal cuestionamiento al
postulado de la teoría clásica de pleno empleo y del porque no era aplicable a la realidad de aquel
entonces ni, creemos, a la realidad actual.
Decimos que carece de trascendencia en el sentido de que Schumpeter busca explicar los
cambios en el ámbito económico, y que él le llama desenvolvimiento. Dice Schumpeter:
¿…no podremos construir un modelo o esquema teórico de la mera evolución
económica, descubriendo que impulsos concretos la mueven…? He aquí lo que he
tratado de hacer. Clasificando todos los factores que pueden ser causantes de cambios
en el mundo económico, he llegado a la conclusión de que, aparte de los factores
externos, existe uno puramente económico de importancia capital, y al que yo he
dado el nombre de innovación. He tratado de demostrar que el modo en aparecen las
53
innovaciones y en que son absorbidas por el sistema económico es suficiente para
explicar las continuas revoluciones económicas que son la característica principal de
la historia económica...como una teoría del capitalismo (Schumpeter; 1912/1976: 10).
Lo que causa este desenvolvimiento son las innovaciones, producto de nuevas
combinaciones.
Este concepto cubre cinco casos siguientes: 1) La introducción de un nuevo bien –
esto es, uno con que no se hayan familiarizado los consumidores- o de una nueva
calidad de un bien. 2) La introducción de un nuevo método de producción, esto es, de
uno no probado por la experiencia en la rama de la manufactura de que se trate, que
no precisa fundarse en un descubrimiento nuevo desde el punto de vista científico, y
que puede consistir simplemente en una forma nueva de manejar comercialmente una
mercancía. 3) La apertura de un nuevo mercado, esto es, un mercado en el cual no
haya entrado la rama especial de la manufactura del país de que se trate, a pesar de
que existiera anteriormente dicho mercado. 4) La conquista de una nueva fuente de
aprovisionamiento de materias primas o bienes semimanufacturados, haya o no
existido anteriormente, como en los demás casos. 5) La creación de una nueva
organización de cualquier industria, como la de una posición de monopolio (por
ejemplo, por la formación de un trust) o bien la anulación de una posición de
monopolio existente con anterioridad (Schumpeter; 1912: 77).
El que hace estas innovaciones es el empresario, o más bien, sólo es considerado
empresario el que hace estas combinaciones, innovaciones, por supuesto que conducen a
incrementar la producción y las ganancias, ganancias del empresario. Dice Schumpeter
“Llamamos empresa a la realización de nuevas combinaciones, y empresarios a los
individuos encargados de dirigir dicha realización…” (Schumpeter; 1912: 84).
Keynes nos dice que las enseñanzas de la teoría clásica, que había dominado el
pensamiento teórico y práctico durante los últimos cien años, son engañosas y desastrosas
si se aplican a la realidad10
. ¿Cuáles eran esas enseñanzas y por qué eran engañosas? La
10
Dice Keynes sobre el objetivo de su trabajo: “He llamado a este libro Teoría general de la ocupación, el
interés y el dinero, recalcando el sufijo general, con objeto de que el título sirva para contrastar mis
argumentos y conclusiones con los de la teoría clásica, en que me eduqué y que domina el pensamiento
económico, tanto práctico como teórico, de los académicos y gobernantes de esta generación igual que lo ha
54
primera es que “el salario es igual al producto marginal del trabajo”, es decir que “el salario
real de una persona ocupada es igual al valor que se perdería si la ocupación se redujera en
una unidad (después de deducir cualquier otro costo que se evitara con esta rebaja de
producción), sujeto, sin embargo, al requisito de que la igualdad puede ser perturbada, de
acuerdo con ciertos principios, si la competencia y los mercados son imperfectos.”
(Keynes; 1936/ 1995: 17). La segunda, es que la “utilidad de salario, cuando se usa
determinado volumen de trabajo, es igual a la desutilidad marginal de ese mismo volumen
de ocupación.”, esto es, que “el salario real de una persona ocupada es el que basta
precisamente (según la opinión de ésta) para provocar la ocupación del volumen de mano
de obra realmente ocupado, quedando esto sujeto a la condición de que la igualdad para
cada unidad individual de trabajo (ecuación entre la utilidad del salario real y la desutilidad
del trabajo) puede alterarse por combinaciones entre las unidades disponibles, de modo
semejante a como las imperfecciones de la competencia condicionan el primer postulado.
Por desutilidad debe entenderse cualquier motivo que induzca a un hombre o a un grupo de
hombres a abstenerse de trabajar antes que aceptar un salario que represente para ellos una
utilidad inferior a cierto límite.” (Keynes; 1936/ 1995: 17). ¿Qué significan estos dos
postulados en términos de ocupación? En la teoría clásica significaría que en el capitalismo
de libre mercado no existe desocupación, existe ocupación plena. El desempleo sólo puede
ser voluntario, es decir que los trabajadores no están dispuestos a trabajar por los salarios
existentes correspondientes a la productividad marginal. Los hechos, como la depresión de
1929-1932 que generó un desempleo masivo en los EE.UU., según Keynes, sería suficiente
para poner en tela de juicio el postulado de pleno empleo de la teoría clásica y elaborar una
nueva teoría en el que existiera desocupación involuntaria11
. Si el volumen de ocupación no
dominado durante los últimos cien años. Sostendré que los postulados de la teoría clásica sólo son aplicables a
un caso especial, y no en general, porque las condiciones que supone son un caso extremo de todas las
posiciones posibles de equilibrio. Más aún, las características del caso especial supuesto por la teoría clásica
no son las de la sociedad económica en que hoy vivimos, razón por la cual sus en enseñanzas engañan y son
desastrosas si intentamos aplicarlas a los hechos.” (Keynes; 1936: 15). 11
Dice Keynes sobre cómo el desempleo en EE.UU., por la crisis de 1929, puso en tela de juicio el postulado
de la teoría clásica de desempleo voluntario: “Más aun, el aserto de que la falta de ocupación que caracteriza
una depresión se debe a la negativa de los obreros a aceptar una rebaja en el salario nominal, no se apoya en
los hechos. No es muy exacto decir que la desocupación en Estados Unidos en 1932 se debió a la obstinada
negativa del trabajo a aceptar una rebaja en los salarios nominales o a la tenaz demanda de un salario real
superior al que consentía la productividad del sistema económico. Son amplias las variaciones que sufre el
volumen de ocupación sin que haya ningún cambio aparente en las exigencias mínimas reales de los obreros
ni en su productividad. Los obreros no son –ni mucho menos- más obstinados en la depresión que en el auge,
55
está determinado por la productividad marginal del trabajo, ¿qué lo determina? Está
determinado por la demanda efectiva, y esta a su vez está determinada por la propensión a
consumir y por el coeficiente de inversión. Esto significaría que si la propensión y el
coeficiente se expresan en una insuficiente demanda efectiva la demanda de trabajo será
menor a su oferta, es decir habrá desempleo. Dice Keynes al respecto:
El volumen de ocupación no está, pues, fijado por la desutilidad marginal del trabajo,
medida en salarios reales, excepto en el caso de que la oferta disponible de mano de
obra para una magnitud dada de salarios reales señale un nivel máximo a la
ocupación. La propensión a consumir y el coeficiente de inversión nueva
determinan, entre ambos el volumen de ocupación, y éste está ligado únicamente a un
nivel determinado de salarios reales –no al revés-. Si la propensión a consumir y el
coeficiente de inversión nueva se traducen en una insuficiencia de la demanda
efectiva, el volumen real de ocupación se reducirá hasta quedar por debajo de la
oferta de mano de obra potencialmente disponible al actual salario real, y el salario
real de equilibrio será mayor que la desutilidad marginal del nivel de equilibrio de la
ocupación (Keynes; 1936/ 1995: 37-38).
¿Cómo aumentamos los dos coeficientes para aumentar la demanda efectiva y el empleo?
¿Lo dejamos al mercado, sólo a la iniciativa privada, a particulares? La crisis del 29, en un
ambiente de capitalismo de libre mercado había demostrado que no, que se necesitaba las
acciones, además de los particulares, del Estado para aumentar los dos coeficientes. Dice
Keynes:
Las consecuencias de la teoría expuesta son moderadamente conservadoras en otros
respectos, pues si bien indica la importancia vital de establecer ciertos controles
centrales en asuntos que actualmente se dejan casi por completo en manos de la
iniciativa privada, hay muchos campos de actividad a los que no afecta. El estado
flaquea su productividad física. Estos hechos de la experiencia son, prima facie, un motivo para poner en tela
de juicio la propiedad del análisis clásico.” (Keynes; 1936/ 1995: 20). La no correspondencia de la teoría con
la realidad, dice Keynes, hace necesaria una nueva teoría del sistema en que sea posible la existencia de
desempleo involuntario. Dice Keynes: “Hoy la economía exige algo semejante; necesitamos desechar el
segundo postulado de la doctrina clásica y elaborar la teoría del comportamiento de un sistema en el cual sea
posible la desocupación involuntaria en su sentido riguroso.” (Keynes; 1936/ 1995: 17).
56
tendrá que ejercer una influencia orientadora sobre la propensión a consumir a través
de su sistema de impuestos, fijando la tasa de interés y, quizá por otros medios. Por
otra parte, parece improbable que la influencia de la política bancaria sobre la tasa de
interés sea suficiente por sí misma para determinar otra inversión óptima. Creo, por
tanto, que una socialización bastante completa de las inversiones será el único medio
de aproximarse a la ocupación plena; aunque esto no necesita excluir cualquier forma,
transacción o medio por los cuales la autoridad pública coopere con la iniciativa
privada, pero fuera de esto, no se aboga francamente por un socialismo de estado que
abarque la mayor parte de la vida económica de la comunidad. No es la propiedad de
los medios de producción la que conviene al estado asumir. Si éste es capaz de
determinar el monto global de los recursos destinados a aumentar esos medios y la
tasa básica de remuneración de quienes los poseen, habrá realizado todo lo que le
corresponde. Además, las medidas indispensables de socialización pueden
introducirse gradualmente sin necesidad de romper con las tradiciones generales de la
sociedad (Keynes; 1936/ 1995: 332-333).
La crisis del 29 y la teoría de Keynes fueron trascendentales para el funcionamiento de la
economía mundial capitalista ya que se reconoció, a nivel teórico y práctico, que era
necesaria la intervención del Estado para generar los volúmenes de inversión, de
producción y de empleos que las economías requerían. Estas ideas se pondrían en práctica
por el mundo capitalista desarrollado y subdesarrollado por lo menos desde la década de los
cuarenta y hasta mediados de la década de los setenta y principios de la de los ochenta siglo
XX.
En el transcurso de estas décadas los ideólogos del capitalismo de libre mercado buscaron
denostar la intervención de Estado en la economía y asignarle todos los problemas que la
economía mundial capitalista enfrentaba por poner obstáculos al capitalismo de libre
mercado, por lo que es a partir de fines de la década de los setenta y principios de los
ochenta que se van a abandonar los principios keynesianos y generalizar los principios del
capitalismo de libre mercado con todas las consecuencias negativas sobre el crecimiento de
la inversión, la producción, el empleo, la pobreza, etc. De manera explícita lo veremos en el
capítulo IV de esta tesis.
57
II.1.2 El modo de producción capitalista, el marxismo y el socialismo científico
Las ideas de los idealistas constructivos y socialistas, como Bury les llama, se daban ya en
pleno desarrollo de las contradicciones del modo de producción capitalista a escala
mundial. Van a ser Marx y Engels los que plantearán que en este modo de producción no se
pueden satisfacer las necesidades materiales de toda la sociedad ni le permiten desarrollar
todas sus capacidades físicas y espirituales, sean en países desarrollados como en
subdesarrollados; que las contradicciones de este modo de producción inevitablemente
conducirían al socialismo. Su teoría inspiraría varias acciones revolucionarias en el mundo.
Estas conclusiones se derivaron de su método de investigación empleado para el análisis
del modo de producción capitalista. El método concreto-abstracto-concreto, método que ha
sido utilizado para acercarse a los fenómenos sociales y económicos en su esencia.
¿En qué consistió su teoría sobre el modo de producción capitalista, cuyas contradicciones
conducirían al socialismo? Antes de mostrar las características y contradicciones del modo
de producción capitalista, y tomando en cuenta el método marxista de investigación
concreto-abstracto-concreto, habría que tener presente que es un modo de producción
históricamente determinado. Es decir, es producto de un proceso histórico que se inicia en
siglo XVI con la transición del feudalismo al modo de producción capitalista y en el que,
por una parte, el productor directo es separado de sus medios de producción y obligado a
vender su fuerza de trabajo por un salario, y por la otra, la acumulación de capital en las
actividades comerciales para estar en condiciones de comprar las materias primas y fuerza
de trabajo, mercancías que el capitalista comercial conjunta en el proceso de producción,
para dar origen a una mercancía con un valor superior al valor de las dos mercancías,
diferencia que es valor producido y no retribuido al obrero y que se va apropiar el
propietario de los medios de producción, y ese va a ser el móvil del modo de producción
capitalista, es decir la ganancia. Esta sería la principal contradicción de la lucha de clases
en el modo de producción capitalista, burguesías-proletariado.
En el tomo I del Capital, Marx plantea como se dio ese proceso de construcción del modo
de producción capitalista, que él le llama acumulación originaria del capital. También, con
la construcción teórica de sus principales contradicciones evidenciaba el móvil de la
producción capitalista y con este la opción real del socialismo como alternativa al
58
capitalismo. Dice Engels, por una parte, “…que estos dos grandes descubrimientos: la
concepción materialista de la historia y la revelación del secreto de la producción
capitalista, mediante la plusvalía, se la debemos a Marx. Gracias a ellos, el socialismo se
convierte en una ciencia…”, y por la otra, que de este “…modo el socialismo no aparecía
ya como el descubrimiento casual de tal o cual intelecto de genio, sino como el producto
necesario de la lucha entre dos clases formadas históricamente: el proletariado y la
burguesía. Su misión ya no era elaborar un sistema lo más perfecto posible de sociedad,
sino investigar el proceso histórico económico del que forzosamente tenían que brotar estas
clases y su conflicto, descubrir los medios para la solución de éste en la situación
económica así creada…el socialismo anterior criticaba el modo capitalista de producción
existente y sus consecuencias, pero no acertaba a explicarlo, ni podía, por tanto, destruirlo
ideológicamente: sólo se alcanzaba a repudiarlo, lisa y llanamente como malo…Más de lo
que se trataba era, por una parte, exponer ese modo capitalista de producción en sus
conexiones históricas y como necesario para una determinada época de la historia,
demostró con ello también la necesidad de su caída, y, por otra parte, poner al desnudo su
carácter interno, oculto todavía. Éste se puso de manifiesto con el descubrimiento de la
plusvalía. Descubrimiento que vino a revelar que el régimen capitalista de producción y la
explotación del obrero, que de él se deriva, tenían por forma fundamental la apropiación del
trabajo no retribuido; que el capitalista, aun cuando compra la fuerza de trabajo de su
obrero por todo su valor, por todo el valor que representa como mercancía en el mercado,
saca siempre más valor de lo que le paga, y que esta plusvalía es , en última instancia, la
suma de valor de donde proviene la masa cada vez mayor de capital acumulada en manos
de las clases poseedoras. El proceso de la producción capitalista y el de la producción de
capital quedaban explicados.” (Engels; 1880/1984:84).
Dice Marx que “… la venta de la propia fuerza de trabajo (bajo la forma de venta del
propio trabajo o de salario) se presenta no como manifestación aislada, sino como el
supuesto socialmente decisivo de la producción de mercancías, que por lo tanto el capital
dinerario a escala social cumpla la función D-M-FT y FT examinada aquí, esto supone
procesos históricos a través de los cuales se disolvió la combinación originaria entre los
medios de producción y la fuerza de trabajo; procesos merced a los cuáles se enfrentan la
59
masa del pueblo, los obreros, como no propietarios y los no obreros como propietarios…”
(Marx; 1976/1978: 38-39)12
.
Este modo de producción se mundializó vía la conquista y dominio de los territorios de
A.L., África y Asia durante tres siglos y escindió al planeta en dos grupos de países,
desarrollados y subdesarrollados, sin posibilidades de muchos de estos últimos de alcanzar
el desarrollo por la extracción de sus excedentes.
Quedaba así definida la lucha de clases, y se descubría con esto, dicen Marx y Engels, que
la historia de la humanidad ha estado marcada por la lucha de clases en cuya base se
encuentra la estructura económica, estructura que determina lo jurídico y lo político. Dice
Engels:
Los nuevos hechos obligaron a someter a toda la historia anterior a nuevas
investigaciones, entonces se vio que, con excepción del estado primitivo, toda la
historia anterior había sido la historia de las luchas de clases, y que estas clases
sociales pugnantes entre sí eran en todas las épocas fruto de las relaciones de
producción y de cambio, es decir, de las relaciones económicas de su época; que la
estructura económica de la sociedad en cada época de la historia constituye, por lo
tanto, la base real cuyas propiedades explican, en última instancia, toda la
superestructura integrada por las instituciones jurídicas y políticas, así como por la
ideología religiosa, filosófica, etc., de cada periodo histórico (Engels; 1880/1984: 82).
El sector preponderante de la economía, donde se van a manifestar las principales
características y contradicciones del modo de producción capitalista es el sector industrial;
es donde se va a dar la lucha de clases obrero-burguesía; donde el obrero va a crear valor y
donde se va a dar la explotación de este por la burguesía al no remunerarle por todo el valor
creado, todo su trabajo, sino sólo su salario para reproducir su fuerza de trabajo y estar
12
Se ha hecho referencia a que el móvil del capital es la máxima ganancia que obtiene del trabajo no
retribuido al obrero, pero la mercancía fuerza de trabajo, como cualquier mercancía, tiene un valor, ¿cómo se
determina su valor? Es importante apreciar cómo se determina el valor de la fuerza de trabajo, el salario, ya
que el capitalista cuenta con diferentes alternativas para disminuir el salario, en forma relativa o absoluta, en
el valor creado por este y así incrementar sus ganancias. Dice Marx que el valor de la “…fuerza de trabajo,
como el de toda otra mercancía, lo determina el tiempo de trabajo necesario para la reproducción, incluyendo,
por tanto la reproducción de este artículo específico…el valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios
de vida necesarios para asegurar la subsistencia de su poseedor…Por tanto, la suma de víveres y medios de
vida habrá de ser por fuerza suficiente para mantener al individuo trabajador en su estado normal de vida y de
trabajo.” (Marx; 1894/1986: 124).
60
siempre en condiciones de presentarse para iniciar el proceso de producción; es el sector de
donde la burguesía industrial va a poder obtener un plusvalor, su ganancia. Dice Marx que
“el capital industrial es el único modo de existencia del capital en el cual no sólo la
apropiación del plusvalor, o en su caso del plusproducto, sino al mismo tiempo su creación,
es función del capital. Por eso condiciona el carácter capitalista de la producción; su
existencia implica la del antagonismo de clase entre capitalistas y asalariados. En la medida
que se apodera de la producción social, se trastuecan la técnica y la organización social del
proceso laboral y, con ellas, el tipo económico-histórico de la sociedad. Los otros tipos de
capital que aparecieron antes que él, en medio de condiciones de producción sociales
pretéritas o en decadencia, no sólo se subordinan a él y se los cambia, en el mecanismo de
sus funciones, de acuerdo con él, sino que únicamente se mueven sobre él como base, y por
tanto viven y mueren, se mantienen y caen con esta su base.” (Marx; 1976: 62-63).
La burguesía, el capitalista, está ávido de ganancias y sólo puede alcanzarlas ampliando la
escala de la producción, la que a su vez sólo la puede lograr a través de la plusvalía. Esta
última también la puede aumentar el capitalista vía mayor explotación de la fuerza de
trabajo por medio de aumentar la jornada de trabajo, aumentando la intensidad de trabajo,
disminuyendo la parte del salario en el valor creado y combinando las tres formas13
.
Pero mientras por el lado de la burguesía se da una acumulación incesante, creciente del
capital en unas cuantas manos a costa de la explotación de la fuerza de trabajo, por el lado
de la fuerza de trabajo, se crea miseria de cientos de millones de trabajadores por los bajos
salarios y por el ejército industrial de reserva. ¿Se pueden negar estas afirmaciones que
Marx y Engels hicieron hace siglo y medio? ¿Se puede modificar esta distribución dentro
de los cauces capitalistas?
13
Dice Rosa Luxemburgo que “… el objeto y fuerza motriz de la producción capitalista no consisten en crear
pura y llanamente una plusvalía, en apropiarse por una sola vez una cierta cantidad de plusvalía, sino en crear
plusvalía en cantidad ilimitada, en cantidad cada vez mayor.” Por esta razón “…la producción capitalista
tiene que volver a empezar continuamente su ciclo y recorrer sin cesar su itinerario…La reproducción,
fenómeno regular, adquiere de este modo en el régimen capitalista un móvil nuevo, desconocido en los
anteriores regímenes.” (Luxemburgo; 1912/1967: 18). Para obtener la máxima plusvalía, y así la máxima
ganancia, el propietario de los medios de producción debe reinvertir parte de la plusvalía en la producción
para reiniciar el proceso de producción, cada vez más en escala ampliada, y lograr su meta de máximas
ganancias. Dice Rosa Luxemburgo la “… acumulación, la transformación de la plusvalía en capital activo, es
la expresión capitalista de la reproducción ampliada.” (Luxemburgo; 1912/1967: 19).
61
Son muy conocidos los altos niveles de producción a escala mundial, así como los altos
niveles de concentración en la apropiación de esta producción, no sólo al interior de los
países desarrollados sino también en los países subdesarrollados, que sirven para aumentar
cada vez más la escala de la producción. En estos últimos, que incluye a todo el continente
africano y el latinoamericano, la concentración en la apropiación de la producción por parte
de la burguesía, mientras que por el lado obrero existen millones en situación de pobreza y
de miseria, los datos se han dado a conocer por los diferentes organismos mundiales y
regionales como la ONU, el BM y la CEPAL, entre otros.
En A.L., en el llamado periodo neoliberal, la situación de miseria de millones de
latinoamericanos por los bajos salarios y el alto ejército industrial de reserva ha hecho que
gran parte de la producción burguesa se destine al mercado exterior o mundial.
¿Cómo cambiar esta distribución de concentración y de apropiación de la producción
dentro de los cauces capitalistas? Me parece que no es posible. En algunos países la
concentración puede ser menos acentuada, pero la burguesía siempre estará dispuesta a
buscar una mayor parte en la producción, la historia así lo ha demostrado. El problema sólo
puede resolverse fuera de los cauces capitalistas, en la construcción de otro modo de
producción. Dice Engels:
…Pero mejorar la maquinaria equivale a hacer superflua una masa de trabajo
humano…su perfeccionamiento determina la eliminación de un número cada vez
mayor de obreros de las máquinas, y, en última instancia, la creación de una masa de
obreros disponibles que sobrepuja la necesidad media de ocupación del capital, un
verdadero ejército industrial de reserva, como yo hube de llamarlo ya en 1845, de un
ejército de trabajadores disponibles para los tiempos en que la industria trabaja a todo
vapor y que luego, en las crisis que sobrevienen necesariamente después de esos
períodos, se ve lanzado a la calle, constituyendo en todo momento un grillete atado a
los pies de la clase trabajadora en su lucha por la existencia contra el capital y un
regulador para mantener los salarios en el nivel bajo que corresponde a las
necesidades del capitalismo. Así, pues, la maquinaria para decirlo con Marx, se ha
convertido en el arma más poderosa del capital contra la clase obrera… Esto origina
que la acumulación del capital corresponda a una acumulación igual de miseria. La
62
acumulación de riqueza en uno de los polos determina en el polo contrario, en la clase
que produce su propio producto como capital, una acumulación igual de miseria, de
tormentos de trabajo, de esclavitud, de ignorancia, de embrutecimiento y de
degradación moral (Marx, El capital, T I, cap. XXIII) Y esperar del modo capitalista
de producción otra distribución, de los productos seria como esperar que los dos
electrodos de una batería, mientras estén conectados con esta, no descompongan el
agua ni liberen oxígeno en el polo positivo e hidrogeno en el negativo (Engels;
1880/1984: 98).
¿Cómo se resuelve esta contradicción? Para Marx y Engels, la solución está en que la
sociedad, por medio de actos revolucionarios dirigidos por la clase obrera, tome el control
de las fuerzas productivas y las someta a las necesidades de toda la sociedad. Con este acto
revolucionario se estaría destruyendo al Estado14
pero también a las mismas clases sociales,
a la misma burguesía y al mismo proletariado. Es decir, se estaría construyendo una
sociedad sin conflicto de clases sociales, por lo que también la necesidad de un Estado
sería innecesaria. Dicen Marx y Engels:
Esta solución sólo puede estar en reconocer de un modo efectivo el carácter social de
las fuerzas productivas modernas y, por lo tanto, en armonizar el modo de
producción, de apropiación y de cambio con el carácter social de los medios de
producción. Para esto no hay más que un camino: que la sociedad, abiertamente y sin
rodeos, tome posesión de esas fuerzas productivas, que ya no admite otra dirección
que la suya.
El modo capitalista de producción, al convertir más y más en proletarios a la inmensa
mayoría de los individuos de cada país, crea la fuerza que, si no quiere perecer, está
obligada a hacer esa revolución. Y, al forzar cada vez más la conversión en propiedad
14
En varios de sus escritos, Marx y Engels, Lenin y otros teóricos marxistas se hace referencia al Estado y su
función dentro del modo de producción capitalista. Sus aportaciones teóricas son relevantes porque a veces
se olvida esa función y se pide que las acciones de los Estados capitalistas tengan como prioridad la justicia
social y no los intereses de las burguesías industriales, comerciales y financieras. Primero, Lenin, citando a
Engels, que el Estado, “es más bien un producto de la sociedad cuando llega a un grado de desarrollo
determinado; es la confesión de que esa sociedad se ha enredado en una irremediable contradicción consigo
misma y está dividida por antagonismos irreconciliables, que es impotente para conjurarlos. Pero a fin de que
estos antagonismos, estas clases con intereses económicos en pugna no se devoren…se hace necesario un
poder situado aparentemente por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el choque, a mantenerlo en los
límites del orden.” Y, segundo, que el Estado no responde a los intereses de las dos clases en pugna, sino a
los de las dominantes, es decir a los de la burguesía. (Lenin; 1960: 306, 311).
63
del Estado de los grandes medios socializados de producción, señala ya por sí mismo
el camino por el que esa revolución ha de producirse. El proletariado toma en sus
manos el poder del Estado y comienza por convertir los medios de producción en
propiedad del Estado. Pero con este acto se destruye así mismo como proletariado, y
destruye toda diferencia y todo antagonismo de clases, y con ello mismo, el Estado
como tal…Cuando el Estado se convierta finalmente en representante efectivo de
toda la sociedad será por sí mismo superfluo. Cuando ya no exista ninguna clase
social a la que haya que mantener sometida; cuando desaparezcan, junto con la
dominación de clase, junto con la lucha por la existencia individual, engendrada por
la actual anarquía de la producción, los choques y los excesos resultantes de esto, no
habrá ya nada que reprimir ni hará falta por tanto, esa fuerza especial de represión
que es el Estado. El primer acto en que el Estado se manifiesta efectivamente como
representante de toda la sociedad: la toma de posesión de los medios de producción
en nombre de la sociedad, es a la par su último acto independiente como Estado. La
intervención de la autoridad del Estado en las relaciones sociales se hará superflua en
un campo tras otro de la vida social y cesará por sí misma. El gobierno sobre las
personas es sustituido por la administración de las cosas y por la dirección de los
procesos de producción. El Estado no es abolido; se extingue (Engels; 1880/1984:
105, 108).
Así, la única posibilidad que tienen los pueblos de las naciones para satisfacer sus
necesidades de manera amplia y desarrollar todas sus capacidades físicas y espirituales es
con el socialismo, con ningún modo de producción anterior ni con el modo de producción
capitalista. Este último tiene más de cuatro siglos y amplios sectores de la población se han
venido quedando al margen de cubrir sus necesidades más elementales como alimentación,
vestido, salud y vivienda. Dice Engels, al respecto:
Por vez primera, se da ahora, y se da de un modo efectivo, la posibilidad de asegurar
a todos los miembros de la sociedad, por medio de un sistema de producción social,
una existencia que, además de satisfacer plenamente y cada día con mayor holgura
sus necesidades materiales, les garantiza el libre y completo desarrollo y ejercicio de
sus capacidades físicas y espirituales (Engels; 1880/1984: 112).
64
Ahora bien, las burguesías no sólo se conforman con ser las clases dominantes del modo de
producción capitalista, sino pugnan porque se perpetúe esa dominación. Uno se preguntaría,
¿cómo es que el modo de producción capitalista, con todas sus contradicciones de
explotación, miseria, muertes y depredación de la naturaleza se ha mantenido durante más
de cuatro siglos? Es cierto que ha habido cuestionamientos por la revolución rusa y las de
Europa del Este y otros países, pero sucumbieron y se incorporaron al modo de producción
capitalista. ¿Son sus precondiciones o condiciones como la libertad, la propiedad privada,
el desarrollo de las fuerzas productivas y sus nuevas pautas de consumo y sus órganos
represores las que han hecho que el modo de producción capitalista haya permanecido
vigente durante tanto tiempo?15
Marx y Engels hicieron referencia a que las burguesías, por ser dominantes en el modo de
producción capitalista, en la relaciones de producción, también lo son con sus ideas
materializadas en las instituciones y organizaciones y que aparentan perseguir el bien
común, es decir que aparentan están por encima de las clases sociales. ¿Qué ideas? Además
de sus precondiciones, estarían las de Estado, de competencia, de división de poderes, de
democracia, de partidos políticos, de elecciones etc., que aparentan funcionar por el bien
común, pero que en realidad sirven a una clase, a los intereses de clases burguesas
dominantes. Al aparentar el bien común, las clases o grupos dominados hacen suyas las
ideas y se convencen de que son las mejores para sus intereses individuales y para toda la
sociedad, con lo que difícilmente descubren que son ideas construidas acorde a los
intereses de las clases dominantes; difícilmente descubren que son instituciones
históricamente determinadas, que generan sus propias contradicciones y por lo tanto la
posibilidad del cambio a otro sistema y a otras instituciones verdaderamente para el bien
común. Dicen Marx y Engels:
Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes de cada época; o, dicho en
otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al
mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los
medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios
15
Hayek, en su libro titulado: “Camino de servidumbre”, desarrolla de manera pormenorizada cuáles serían
las virtudes del capitalismo como modo de producción, y cuáles los defectos del socialismo por el que se
buscaría reemplazar (Hayek; 1944: 7-302).
65
para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo por
término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir
espiritualmente. Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las
relaciones materiales dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes
concebidas como ideas; por tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase,
la clase dominante, son también las que confieren el papel dominante a sus ideas. Los
individuos que conforman la clase dominante tienen también, entre otras cosas, la
conciencia de ello y piensan a tono con ello; por eso, cuando dominan como clase y
en cuanto determinan todo el ámbito de una época histórica, se comprende de suyo
que lo hagan en toda su extensión y, por tanto, entre otras cosas, también como
pensadores, como productores de ideas, que regulen la producción y distribución de
las ideas de su tiempo; y que sus ideas sean por ello mismo, las ideas dominantes de
la época… (Marx y Engels; 2008: 48).
¿Quién produce las ideas dominantes de la clase dominante? No son las clases dominantes
en activo, estas son sólo receptivas, sino sus pensadores, sus ideólogos. Importante
también es que con el tiempo desaparecen como ideas de la clase dominante para parecer
como ideas con poder propio, al margen de alguna clase. Dice Marx: “…una parte de esta
clase como la que da sus pensadores (los ideólogos conceptivos, activos de dicha clase,
que hacen del crear la ilusión de esta clase su rama de alimentación fundamental), mientras
que los demás adoptan ante esta ideas e ilusiones una actitud más bien pasiva y receptiva,
ya que son en realidad los miembros activos de esta clase y disponen poco tiempo para
formarse ilusiones e ideas acerca de si mismos…desaparece, así mismo, la apariencia de
que las ideas dominantes no son las de la clase dominante, sino que están dotas de un poder
propio, distinto de esta clase…” (Marx y Engels; 2008:49)
Con el transcurrir de la historia, -y esto es importante para el análisis del capitalismo
reciente-, las ideas de la clase dominante, para alcanzar los objetivos que persigue, son más
abstractas, más racionales, es decir, su propio interés es presentado como de interés general
y sus ideas como las únicas posibles para ese momento histórico. Dice Marx:
Ahora bien, si en la concepción del proceso histórico, se separan las ideas de la clase
dominante de esta clase misma; si se las convierte en algo aparte e independiente; si
66
nos limitamos a afirmar que en una época han dominado tales o cuales ideas; si, por
tanto, damos de lado a los individuos y a las situaciones universales que sirven de
base a las ideas, podemos afirmar, por ejemplo, que la época en que domino la
aristocracia imperaron las ideas de honor, la lealtad, etc., mientras que la dominación
de la burguesía represento el imperio de las ideas de la libertad, la igualdad, etc. Así
se imagina las cosas, por regla general, la propia clase dominante. Esta concepción de
la historia, que prevalece entre todos los historiadores desde el siglo XVIII, tropezará
necesariamente con el fenómeno de que imperan ideas cada vez más abstractas, es
decir, que se revisten cada vez más de la forma de lo general. En efecto, cada nueva
clase que pasa a ocupar el puesto de la que dominó antes de ella se ve obligada, para
poder sacar adelante los fines que persigue, a presentar su propio interés como el
interés común de todos los miembros de la sociedad, es decir, expresando esto mismo
en términos ideales, e imprimir a sus ideas la forma de lo general, a presentar estas
ideas como las únicas racionales y dotadas de vigencia absoluta…Cada nueva clase
instaura su dominación siempre sobre una base más extensa que la dominante con
anterioridad a ella, lo que, a su vez, hace que, más tarde, se ahonde y agudice todavía
más la contradicción de la clase no poseedora contra la ahora dotada de riqueza. Y
ambos factores hacen que la lucha que ha de librarse contra esta nueva clase
dominante tienda, a su vez, a una negación más resuelta, más radical de los Estados
sociales anteriores que la que pudieron expresar todas las clases que anteriormente
habían aspirado al poder (Marx y Engels; 2008:49-50).
Por último, lo que tiene que ver con las diferencias de salarios entre países, primero,
metodológicamente, Marx nos advierte sobre las consideraciones que habría que tener
presente cuando se comparan los salarios de diferentes naciones, consideraciones que
determinan o influyen en el cambio del valor de la fuerza de trabajo16
, segundo, que la
16
Dice Marx sobre lo que habría que considerar cuando se comparan salarios de diferentes países: “Las
combinaciones variables que se dan dentro de esta dinámica pueden presentarse como diferencias simultáneas
de los salarios nacionales en los distintos países. Por eso, cuando se comparan los salarios de diversas
naciones deben tenerse en cuenta todos los factores que influyen en los cambios de la magnitud de valor de la
fuerza de trabajo, el precio y la extensión de las necesidades elementales de vida del obrero, tal como se han
desarrollado en la naturaleza y a través de la historia, los gastos de educación del obrero, la función del
trabajo de la mujer y del niño, la productividad del trabajo, su volumen extensivo e intensivo. La más
superficial de las comparaciones exige que lo primero que se haga sea reducir a jornadas de trabajo iguales el
jornal medio vigente para las mismas industrias en los mismos países. Una vez nivelados los salarios, hay que
67
intensidad media del trabajo nacional se le debe considerar como el trabajo de calidad
normal, como la medida de valor nacional y que sólo aquel grado de intensidad que rebasa
la media nacional puede modificar la medida de valor nacional, tercero, que en el mercado
mundial las medias nacionales forman una escala “cuya unidad de medida es la unidad
media del trabajo universal”, cuarto, que el trabajo nacional más intensivo produce durante
el mismo tiempo más valor, que se traduce en más dinero, quinto, que un hecho que
contribuye a modificar la ley del valor en el plano internacional, es que en el mercado
mundial “el trabajo nacional más productivo se considera al mismo tiempo como más
intensivo, siempre y cuando que la nación más productiva no se vea obligada por la
concurrencia a rebajar el precio de venta de sus mercancías hasta el límite de su valor”,
sexto, que es el con desarrollo del capitalismo en las diferentes naciones que la intensidad y
productividad del trabajo van acercándose al del nivel internacional, por lo que “las
diversas cantidades de mercancías de la misma clase producidas en distintos países durante
el mismo tiempo de trabajo tienen distintos valores internacionales, expresados en distintos
precios, es decir, en sumas de dinero que varían según los valores internacionales”, y que
por consiguiente “el valor relativo del dinero será menor en los países en que impere un
régimen progresivo de producción capitalista que en aquellos en que funcione un régimen
de producción más atrasado”, séptimo, que por lo mismo, el salario nominal es más alto en
países donde esté más desarrollado el modo de producción capitalista, aunque esto no
quiere decir “que este criterio sea también aplicable al salario real, es decir, a los medios de
vida percibidos por el obrero” y octavo, “que el precio relativo del trabajo, es decir, el
precio del trabajo en relación tanto con la plusvalía como con el valor del producto, es más
alto en los segundos países que en los primeros.” (Max; 1894/1986: 469-473).
A los análisis de Marx y Engels, le siguieron los análisis del capitalismo de Rosa
Luxemburgo, Vladimir Ilich Lenin, Nicolai I. Bujarin y otros.
II.1.3. Rosa Luxemburgo y las regiones pre capitalistas en la acumulación de capital
Aquí es ilustrativa la polémica de Rosa Luxemburgo con los esquemas de reproducción de
Marx, pero que tiene que ver con el rol que jugaron y siguen jugando las regiones
reducir el salario por tiempo a salario por piezas, pues sólo nos permite graduar la productividad y la
magnitud intensiva del trabajo.” (Max; 1894/1986: 469).
68
precapitalistas, actualmente naciones subdesarrolladas, en la acumulación capitalista de
occidente, como lo fueron las de África, Asia y A.L. y sus posibilidades de desarrollo.
Para Rosa Luxemburgo, la acumulación total de la sociedad no se puede dar sólo con dos
consumidores, capitalistas y obreros asalariados, como lo plantean los esquemas de
reproducción de Marx; que faltarían mercados, mercados para comprar y vender medios de
producción, mercados para comprar la fuerza de trabajo y mercados para la venta de
medios de consumo para los trabajadores. Dice Rosa Luxemburgo que para que“…la
plusvalía realizada pueda emplearse además en la extensión de la producción, esto es, en la
acumulación, es necesaria la perspectiva de mercados más vastos aún, asimismo fuera de I
y II. Los mercados para el producto excedente tienen, por tanto, que aumentar todos los
años proporcionalmente a la parte acumulada de la plusvalía. Dicho de otro modo: sólo
puede llevarse a cabo la acumulación en la medida en que aumenten los mercados fuera de
I y II.” (Luxemburgo; 1913: 45) ¿Cómo se crean o dónde se encuentran estos mercados
para la acumulación?
Luxemburgo nos dice que el capital, en su incesante búsqueda de acumulación, busca
disponer sin límite de todos los recursos productivos de la tierra, por lo que parte de la
plusvalía que no puede realizarse en los medios capitalistas busca realizarla, y la realiza, en
medios extracapitalistas. Nos dice que la “…solución conforme a la doctrina de Marx
reside en la contradicción dialéctica por la cual la acumulación capitalista tiene necesidad
de un ambiente no capitalista, se desarrolla en constante relación con él y sin él no puede
existir.” (Luxemburgo; 1913/2007: 81).
En base a esta idea, Luxemburgo crea los conceptos de mercado interior y mercado
exterior, el primero, serían todos los mercados netamente capitalistas, los segundos, y sin
los cuales el capital no puede sobrevivir, no puede continuar con su acumulación, son todos
los mercados no capitalistas pero donde se pueden realizar los bienes de consumo y
donde se puede obtener medios de producción y fuerza de trabajo para continuar con la
acumulación. Dice Rosa Luxemburgo:
Partiendo de ese punto es como conviene revisar las concepciones del mercado
interior y del mercado exterior…El mercado interior es el mercado capitalista, la
misma producción capitalista. El mercado exterior del capitalismo son los medios no
69
capitalistas que lo rodean, los cuales absorben sus productos y le suministran a la vez
medios de producción y mano de obra… (Luxemburgo; 1913: 81).
La búsqueda de mercados exteriores es la razón del porqué los viejos países capitalistas
siempre han estado enfrascados en luchas encarnizadas por conquistar regiones no
capitalistas (Luxemburgo; 1913: 81) Ante esto, el capitalismo va a destruir formas de
producción o de economía que no le proporcionen mercados de bienes de capital, de bienes
de consumo o fuerza de trabajo, o viceversa las va a destruir para que se conformen estos
mercados capitalistas y poder continuar con el proceso de acumulación; va a destruir
mercados exteriores para convertirlos en mercados interiores, muchas veces con violencia.
Aquí Rosa Luxemburgo distingue tres fases de destrucción, la primera la destrucción de la
economía natural, la segunda es incorporar a las regiones “naturales” a la economía
mercantil, es decir que todas las clases no capitalistas tienen que comprar las mercancías
producidas por el capital y vender a este sus propios productos, la tercera es reducir a la
economía campesina a un solo oficio que es la agricultura. Esta destrucción no siempre es
pacífica, sino la mayoría de las veces de forma violenta (Luxemburgo; 1913: 83-89).
En esta idea de la necesidad de la búsqueda de mercados y de continuar con el
sometimiento de las regiones pre capitalistas por el capital, a la “fase imperialista de
acumulación”, o “fase de la competencia mundial del capital”, Rosa Luxemburgo, y a
diferencia de Lenin, la cataloga como “…la fase de la industrialización y de la
emancipación capitalista de los países pobres a expensas de los cuales, hasta entonces,
realizaba el capital la plusvalía. Los rasgos específicos de esta fase son: el empréstito
internacional, la construcción de ferrocarriles, la revolución y la guerra...” (Luxemburgo;
1913: 93). En esta fase es necesario que en las regiones coloniales se destruyan formas de
Estado caducadas y sean sustituidas por Estados modernos y adecuados a las exigencias del
modo de producción capitalista, destrucción que sólo era posible con las guerras de
independencia (Luxemburgo; 1913: 93). Pero, ¿cómo iba a conseguir el capital seguir
sometiendo a sus designios a las naciones ya independientes? El capital anticipó esta
necesidad, por lo que les proporcionó préstamos para sus procesos de independencia para
70
tener garantía de intervenir en su política que afectara directamente sus intereses17
.; que no
presentaran obstáculos para continuar con su acumulación; como una nueva posibilidad de
encontrar mercados para producir y realizar plusvalía.
Ahora bien, si los territorios no capitalistas, los mercados no capitalistas, son
imprescindibles para que el capital pueda seguir acumulando, ¿cómo se daría la realización
de la plusvalía y la acumulación de capital cuando se terminaran estas zonas
precapitalistas? Dice Rosa Luxemburgo que antes que eso suceda el modo de producción
capitalista, por sus contradicciones, habría llegado a su fin. Dice:
…Pero cuanto más avanza la destrucción por el imperialismo de los medios no
capitalistas, más se contrae la base de acumulación del capital. De modo que el
imperialismo es al mismo tiempo un método para prolongar los días del capital y el
medio más seguro de abreviarlos. Punto final: no es absolutamente necesario alcanzar
la desaparición completa de las regiones no capitalistas. Ya la tendencia hacia este fin
se manifiesta por convulsiones que convierten la fase final del capitalismo en un
período de catástrofes (Luxemburgo; 1913: 99).
El militarismo, además de acompañar a todo el proceso del desarrollo del capital, tiene
“…otra función importante, y ésta puramente económica: es el capital un medio de primer
orden para realizar la plusvalía; en otros términos, es un terreno de acumulación para el
capital.” (Luxemburgo; 1913: 103). ¿Por qué? Porque los impuestos que cobra el Estado no
sólo provienen de los asalariados y los capitalistas, sino también de sectores ubicados en el
mercado exterior, es decir campesinos etc. Dice Luxemburgo: “Pero como no existe una
sociedad capitalista pura, exclusivamente compuesta de capitalistas y de asalariados, una
parte de los recursos del Estado proviene de los pequeños productores independientes
(campesinos, etcétera) despojados de una parte de su poder de adquisición por los
impuestos y derechos aduaneros.” (Luxemburgo; 1913: 103).
Los impuestos que el Estado cobra a la clase obrera y a las capas no capitalistas tienen
implicaciones en el proceso de acumulación. Primero, al aumentar los precios los
17
Dice Rosa Luxemburgo al respecto: “Estos empréstitos son indispensables para la emancipación de los
jóvenes Estados capitalistas, pero al mismo tiempo son el medio más seguro para los viejos países capitalistas
de tener a los jóvenes bajo su tutela, de intervenir, por su ayuda financiera, en su política extranjera, aduanera
y comercial…” (Luxemburgo; 1913: 94).
71
asalariados van a pagar sus medios de subsistencia por encima de su valor, dándose con
esto un reparto suplementario entre plusvalía y capital variable. Segundo, aumenta la
plusvalía a consumir por parte de los capitalistas, por lo que necesitan nuevos mercados,
que los encuentran en las compras que los Estados hacen de material de guerra. Tercero, al
disminuir el consumo de la clase obrera la producción de medios de su consumo puede ser
reducida y la parte del capital social que produce esos bienes también, con lo que resulta
que se da una “disminución de la parte del proletariado en el producto total de la sociedad.”
(Luxemburgo; 1913: 103-105). En síntesis, “el poder de adquisición que los asalariados han
perdido pasa al Estado, que se aprovecha de ello para comprar artefactos de guerra. La
producción de los medios de consumo se contrae, pero esta contracción está compensada
por la creación de industrias productoras de instrumentos de destrucción.” (Luxemburgo;
1913: 105).
Pero, el que el capital pueda continuar su acumulación a expensas del consumo del
proletariado y de las capas no capitalistas, de ninguna manera le garantiza a la burguesía la
continuación ilimitada de la acumulación, sino por el contrario, “cuanto más aumenta la
violencia con que, tanto en el interior como en el exterior, el capital aniquila las capas
sociales no capitalistas y rebaja el nivel de las condiciones de existencia de todas las clases
laboriosas, más guerras y revolución siembra en su camino a través del mundo, y éstas,
sumándose a las crisis periódicas, acabarán por hacer imposible la continuación de la
acumulación y por poner de pie a la clase obrera internacional contra la dominación del
capital aun antes de que este haya alcanzado económicamente los últimos límites objetivos
de su desenvolvimiento.” (Luxemburgo; 1913: 106).
II.1.4 Vladimir I. Lenin: los cinco rasgos del imperialismo y el capitalismo en las zonas
periféricas
Lenin va a analizar la economía mundial en el período que va de la última década del siglo
XIX y primera del siglo XX, y va a encontrar que el capitalismo ha dejado de ser lo que era
en las décadas previas y asumir nuevas características y que Lenin lo categoriza como
imperialismo. Lo que encuentra es que en esas dos décadas, primero, que se ha dado un
crecimiento importante de la producción industrial y del tamaño de industrias que conllevan
a la concentración de la producción y por sí mismo al monopolio, lo que les da la
72
posibilidad de dominar el mundo de la producción, del mercado de mercancías y el trabajo,
segundo, lo mismo va a suceder con los bancos, un reducido número de grandes bancos no
sólo van a concentrar el capital monetario para convertirse en monopolistas y ejercer su
dominio en el mundo de las finanzas, sino también van a ampliar sus operaciones y
dominio en el sector industrial y otras actividades, adquiriendo así un carácter universal18
.
(Lenin; 1917/2000: 61)19
. Tercero, la exportación de capitales del capitalismo desarrollado
al atrasado. Los enormes excedentes generados en los primeros son invertidos en los países
atrasados en los que “el beneficio es de ordinario elevado, pues los capitales son escasos, el
precio de la tierra relativamente poco considerable, los salarios bajos y las materias primas
baratas.”20
Cuarto, el reparto del mercado mundial entre los diferentes monopolios
capitalistas industriales, constituyéndose así los cartels internacionales, los
supermonopolios, y estableciéndose la concentración mundial del capital y la producción.
21Y, quinto, el reparto definitivo del planeta por las potencias coloniales, con lo que
terminaba así la conquista de todas las tierras no ocupadas en el planeta22
. (Lenin; 1917/
2000: 5-160)
18
Es relevante lo que dice Lenin para inicios del siglo XX, en el sentido de que el dominio no sea ya del
capital industrial sino del financiero. Dice Lenin que “…el siglo XX señala el punto de viraje del viejo
capitalismo al nuevo, de la dominación del capital en general a la dominación del capital financiero.” (Lenin;
1917/2000: 60) Es tal el poder de los grandes bancos que logran tener funcionarios gubernamentales dentro
sus mismas actividades. Dice Lenin que en el "…consejo de administración de una banco importante
hallamos generalmente a algún miembro del parlamento o del ayuntamiento de Berlín” (Lenin; 1917/2000:
55). 19
Más delante nos dice que el predominio del capital financiero, de la oligarquía financiera sobre las otras
formas de capital, implica del rentista, de los estados rentistas, que son unos cuantos, sobre todos los demás
(Lenin; 1917/2000: 76). 20
Dice que con la exportación de capitales de los países desarrollados hacia los subdesarrollados, en estos
últimos se acelera el desarrollo del capitalismo, que no necesariamente el desarrollo. Más bien se aceleran las
condiciones de explotación, de acumulación y de extracción de sus excedentes (Lenin; 1917/2000: 82). 21
¿Cómo, o sobre qué bases se lo reparten? Sobre la base del poder de cada supermonopolio. Dice Lenin que
“…se lo reparten según el capital, según la fuerza; otro procedimiento de reparto es imposible en el sistema de
la producción mercantil y del capitalismo. La fuerza varia a su vez en consecuencia con el desarrollo
económico y político.” (Lenin; 1917/2000: 95). 22
Por ejemplo, dice Lenin que las “posesiones coloniales se ensancharon en proporciones gigantescas después
de 1876: en más del 50%, de 40 a 65 millones de kilómetros cuadrados, para las seis potencias más
importantes; el aumento es de 25 millones de kilómetros cuadrados, el 50% más que la superficie de las
metrópolis (16.5 millones).” (Lenin; 1917/2000: 101-103).
Así mismo, sobre la necesidad de conquistar y dominar territorios, Dice Lenin, que “la posesión de las
colonias es el único que garantiza de una manera completa el éxito del monopolio contra todas las
contingencias de la lucha con el adversario, aun cuando éste procura defenderse mediante una ley que
implante el monopolio del estado. Cuanto más desarrollado está el capitalismo, cuanto más sensible se hace
la insuficiencia de materias primas, cuanto más dura es la competencia y la busca de fuentes de materias en
todo el mundo, tanto más encarnizada es la lucha por la adquisición de colonias.” (Lenin; 1917/2000: 105).
73
¿Qué importancia tiene la obra de Lenin para el desarrollo-subdesarrollo? Primero, habría
que decir que la fase imperialista del capitalismo tiene que ver con el desarrollo económico
capitalista y nada con el desarrollo, más bien se continúan los dos polos opuestos del
capitalismo, es decir, una minoría concentradora y explotadora y una mayoría explotada
sin posibilidades de satisfacer sus necesidades de manera holgada. Dice Lenin que durante
el imperialismo la producción “… pasa a ser social, pero la apropiación continúa siendo
privada. Los medios sociales de producción siguen siendo propiedad privada de un
reducido número de individuos. Se conserva el marco general de la libre competencia
formalmente reconocida, y el yugo de unos cuantos monopolistas sobre el resto de la
población se hace cien veces más duro, más sensible, más insoportable.” (Lenin; 1917/
2000: 34). Además, el análisis de Lenin muestra que las regiones subdesarrolladas,
mientras el capitalismo prevalezca, serán dominadas y sometidas al capital mundial de las
regiones desarrolladas.
Específicamente, en las colonias o en los países semidependientes, lo que les lleva el
capitalismo imperialista es el desarrollo o aceleración del capitalismo y sus contradicciones,
es decir les lleva explotación, saqueo y pobreza, entre otras adversidades. (Lenin,
1917/2000: 120, 122).
Pero con el imperialismo se agudizan las contradicciones del modo de producción
capitalista, con lo que Lenin es optimista en cuanto a la cercanía de las revoluciones
socialistas a escala mundial. Dice Lenin que el imperialismo es “…la antesala de la
revolución social del proletariado. Esto ha sido confirmado, en una escala mundial, en
1917.” (Lenin; 1917/2000:20).
II.1.5 La noción de economía mundial en Nicolai I. Bujarin
Bujarin va a desarrollar el concepto de economía mundial planteando, en aquel momento,
que desde hacía mucho tiempo los organismos económicos nacionales habían dejado de ser
un todo cerrado para ser parte integrante de la economía mundial. Esto es trascendente
desde el punto de vista metodológico, ya que cuando abordamos el análisis de un fenómeno
social o económico, ¿de qué consideraciones partimos?, ¿de qué nuestro objeto es un todo
cerrado y que su esencia sólo la encontramos a partir de su estructura interna, o de que son
74
parte de una “economía mundial”, que explicaría en su mayor parte su estructura y su
movimiento interno?
A partir del concepto de economía mundial revisa la evolución del capitalismo desde
mediados del siglo XIX y hasta la primera década del siglo XX, donde constata que el
capitalismo funciona como una economía mundial capitalista y que, al igual que Lenin, este
ha cambiado en ese periodo. Dice Bujarin:
La lucha de los Estados nacionales, que no es otra cosa que una lucha entre grupos
del mismo orden de la burguesía, no es algo que cae del cielo…Muy por el contrario,
ella está condicionada por el medio particular en el cual viven y se desarrollan los
organismos económicos nacionales. Desde hace mucho tiempo estos han dejado de
ser un todo cerrado, una economía aislada, a la manera de Fichte o de Tunin, para
formar parte de una esfera infinita más vasta: La economía mundial…cada una de
estas economías nacionales está integrada en el sistema de la economía mundial. Por
lo tanto, es necesario considerar la lucha de los cuerpos económicos nacionales, ante
todo, como una lucha entre las diversas partes concurrentes de la economía mundial...
(Bujarin; 1930/1984: 33).
¿De dónde empieza? De la existencia de una división internacional del trabajo entre
naciones, división que es reflejo de la división de las fuerzas productivas y se expresa en el
cambio internacional entre ciertos tipos de productos. Esta división ha sido producto del
desarrollo de las fuerzas productivas, en algunas naciones más que en otras, y se constituye
en un fenómeno no accidental, sino regular y necesario del capitalismo. Dice Bujarin:
…Pero nos basta por ahora tener en cuenta el hecho de que al lado de otras formas de
división social del trabajo hay la división social del trabajo entre economías
nacionales entre diversos países, la cual sale de los límites de la economía nacional y
constituye la división internacional del trabajo.
El trabajo social del conjunto mundial está dividido entre países. El trabajo de cada
país, separado, se convierte en parte del conjunto del trabajo social por medio del
cambio que se efectúa sobre el plano mundial. Esta interdependencia de los países en
el terreno del cambio no es, en modo alguno accidental; es más bien la condición
necesaria de la evolución social posterior, mediante el cual el cambio internacional se
75
transforma en un fenómeno regular de la vida social económica…Se verá por los
ejemplos que siguen cómo es hoy día necesario el cambio internacional para asegurar
la marcha normal de la vida económica… (Bujarin; 1930/1984: 34, 39).
Si varias naciones o productores nacionales concurren al cambio, al mercado, de sus
productos con diferentes costos, ¿cómo se determina el precio, el precio mundial? Dice
Bujarin que esta concurrencia supone la existencia de un mercado mundial y de precios
mundiales, es decir que no los determina ningún concurrente a menos que su oferta o
demanda represente una gran parte del mercado. Lo mismo sucedería con el mercado de
capitales, capital dinero, un mercado mundial cuya tasa de interés estaría regulada por la
oferta y la demanda:
Hay en el proceso de cambio una relación de mercado regulador entre una multitud
de unidades económicas dispersas sobre los puntos geográficos más distantes. En
estas condiciones la división mundial del trabajo y el cambio internacional suponen la
existencia de un mercado mundial y de precios mundiales.
De la misma manera que se forma, en la esfera de la circulación comercial, el
mercado mundial de las mercancías, se forma el mercado mundial del capital-dinero,
que encuentra su expresión en la nivelación internacional de la tasa de interés y de la
tasa de descuento. De este modo el factor financiero tiende también a contribuir al
remplazo de la conjunción económica de todo país aislado por la conjunción mundial
(Bujarin; 1930/1984: 40, 41-42).
Finalmente, y en última instancia, detrás de la economía mundial, con todo lo que hemos
dicho que esto implica, están las relaciones entre personas, y cuando estas relaciones se
hacen regulares o permanentes se conforma una determinada estructura económica y es lo
que Bujarin le llama economía mundial:
El ejemplo del mercado de las mercancías nos demuestra que tras las relaciones de
mercado se esconden las relaciones de producción. Toda relación, en el proceso de
cambio entre los productores, supone que sus trabajos privados se encuentran ya
incluidos en el conjunto del trabajo social. De esta manera, detrás del cambio está la
producción; detrás de las relaciones de cambio, las relaciones de producción; detrás
de las relaciones de cosas-mercancías, las de las personas que las producen. Si las
76
relaciones en el proceso de cambio no tienen un carácter accidental, es que estamos
entonces frente a un sistema estable de relaciones de producción, que forma la
estructura económica de una sociedad determinada. Podemos definir entonces la
economía mundial como un sistema de relaciones de producción y de relaciones de
cambio correspondientes que abrazan la totalidad del mundo (Bujarin; 1930/1984:
42).
¿Qué características adquiere la economía mundial en este período que Bujarin analiza?
Primero, la economía mundial, por el desarrollo de las fuerzas productivas, el cambio y la
exportación de capital, está más internacionalizada, segundo, es “profundamente más
anárquica”, anarquía que se expresa en las crisis industriales y en las guerras23
, tercero, los
lazos que unen a las economías individuales se han hecho más densos y se manifiestan
cuando se analizan a estas en el marco de la economía mundial. Dice Bujarin que han
experimentado y experimentan una incesante y constante transfiguración interna. Esta
transfiguración se manifiesta por la formación y expansión extraordinariamente rápida de
los monopolios capitalistas, cuya fuerza es más grande al interior de las economías
nacionales que en la economía mundial24
.
El desarrollo intensivo y extensivo de la economía mundial va a depender del desarrollo de
la técnica, del progreso técnico. Bujarin constata que desde mediados del siglo XIX y hasta
la primera década del siglo XX se da un desarrollo extraordinario de la técnica, y por lo
tanto de las fuerzas productivas, que tienen su expresión igualmente en la ampliación de
producción y cambio, en el mercado mundial de mercancías y el mercado de capital-
dinero. El desarrollo de la técnica la constata por el extraordinario número de patentes que
se registran en los principales países industriales como EE.UU., Inglaterra, Francia y
Alemania (Bujarin; 1930/1984: 46-47).
23
Las Guerras, también, como uno de los métodos de competencia en la economía mundial capitalista.
(Bujarin; 1930/1984: 72). 24
Respecto a los monopolios financieros, estos tampoco son excepcionales ya que “…la vida económica está
lleno de ellos. Empresas coloniales y exportación del capital a los otros continentes, tranvías urbanos y
fábricas de armas, minas de oro y plantaciones de caucho, todo está estrechamente ligado a los consorcios
bancarios internacionales. Los lazos económicos internacionales tienen infinitas ramificaciones, multitud de
subdivisiones, se enredan en millares de ovillos, para centralizarse, por fin, en las alianzas de los principales
bancos del mundo, que extienden sus tentáculos por todas partes del Globo. El capitalismo financiero mundial
y la dominación de los bancos internacionalmente organizados, constituye uno de los hechos inmutables de la
realidad económica.” (Bujarin; 1930/1984; 78).
77
El desarrollo de las fuerzas productivas, la exportación de capitales y el intercambio
internacional industrializa cada vez más a los países agrarios, con lo que su posición dentro
de la división internacional del trabajo se puede modificar y con ello el cambio, es decir
que naciones que en determinada época histórica, y por el desarrollo de sus fuerzas
productivas, exportarán en su mayor parte productos agrícolas e importarán productos
industriales se revirtiera y llevar con ello a tener necesidad de importar productos agrícolas.
Esta industrialización, que en muchos países pasó a ocupar el lugar preponderante de la
economía en términos de producción, de empleo y de exportaciones, no necesariamente los
ha sacado del subdesarrollo. No tendría que ser así, ya que la industrialización no ha
significado otra cosa que explotación, acumulación y extracción de excedentes. Los
ejemplos son múltiples en A.L. y en otros continentes. Dice Bujarin que las“…tendencias
de la nueva evolución favorecen en el más alto grado el desenvolvimiento de los canales de
cambio internacional (y, por consiguiente, de los otros canales), industrializando de una
parte, con marcha sorprendente, a los países agrarios y semiagrarios y haciendo nacer en
ellos la necesidad y la demanda de productos agrícolas extranjeros, y, de otra, forzando de
todos modos la política de exportación de los cárteles (dumping). La expansión de los lazos
comerciales mundiales va ligando con rapidez, cada vez más sólidamente, las diversas
partes de la economía mundial…” (Bujarin; 1930/1984: 55-56).
Por último, y que habría que considerar para el análisis de etapas posteriores de la
economía mundial, primero, es el conflicto que surge del desarrollo de las fuerzas
productivas y la “limitación nacional de la organización productiva”, y segundo, el de la
desproporción entre la producción industrial y la producción de productos agrícolas.
Respecto al primer conflicto, este conduce a que se incremente la competencia por los
mercados de productos terminados, por los mercados de materias primas y por los espacios
para las inversiones de capital, competencia que muchas veces es la guerra el único medio
para resolverla25
(Bujarin; 1930/1984: 131-132). Sobre el segundo, que tiene que ver con el
primero, conduce a buscar subordinar a los países agrarios por diversos mecanismos, entre
los que se encuentra la fuerza militar. Dice Bujarin:
25
Dice Bujarin: “Hemos puesto al desnudo los tres móviles esenciales de la política de conquista de los
Estados capitalistas contemporáneos. Agravación de la concurrencia por la posesión de los mercados de
venta, mercados de materias primas y esferas de inversión de capital, he aquí en qué termina el nuevo
desarrollo del capitalismo y su trasformación en capital financiero. …” (Bujarin; 1930/1984: 131).
78
…una superproducción de productos industriales significa una subproducción de
productos agrícolas. Esta última nos interesa, en este caso, en la proporción en que la
industria es desmesuradamente elevada, es decir, en la medida en que masas
considerables de productos fabricados por la industria no pueden ser cambiados por
productos de la agricultura; en otros términos, en la medida en que está rota (y se
rompe más y más) la proporción de producción entre estas dos ramas. Es por esto que
la creciente industria se busca un complemento económico- agrario”, lo cual conduce
fatalmente, dentro de los cuadros del capitalismo –y sobre todo con la existencia de
estos elementos monopolizadores, es decir, el capital financiero-, a la subordinación
de los países agrarios por la fuerza militar (Bujarin; 1930/1971: 132).
II.1.6 El desarrollo desigual: países desarrollados y subdesarrollados
¿Desde cuándo se escindió el planeta en los dos grupos de países que actualmente
conocemos, desarrollados y subdesarrollados? ¿Fue el capitalismo y sus contradicciones el
que generó esta escisión?
Mencionamos anteriormente, en palabras de Marx, el carácter mundial del modo de
producción capitalista. ¿Qué significó para los territorios descubiertos la expansión del
modo de producción capitalista? Significó esclavismo, muertes, explotación, saqueo y
subdesarrollo. Los territorios descubiertos en América, África y Asia fueron conquistados e
incorporados a la lógica de acumulación capitalista que se había iniciado en occidente,
posteriormente en EE.UU. y Canadá, y que por el carácter de esta incorporación se generó
en ellos los elementos de su subdesarrollo. Dice Marx que:
El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de
exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el
comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del
continente africano en cazadero de esclavos: son todos hechos que señalan los albores
de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos
factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria…
…El botín conquistado fuera de Europa mediante el saqueo descarado, la
esclavización y la matanza, refluía a la metrópoli para convertirse aquí en
capital…(Marx; 1894/1986: 638, 640-641)
79
Paul Baran rastrea el origen del subdesarrollo, y para eso se va a remontar hasta los
orígenes del capitalismo. Hace suya la definición, todavía actualmente aceptada, de que es
la producción per capita lo que diferencia a los países desarrollados y subdesarrollados.
Dice: “Lo que caracteriza a todos los países subdesarrollados, lo que de hecho cuenta para
que se les considere como tales, es la pequeñez de su producción per cápita.” (Baran; 1957:
194)26
. Dice Baran que “como mejor puede abordarse este problema, es recordando las
condiciones desde donde evolucionó el capitalismo, tanto en las zonas hoy avanzadas como
en las regiones ahora subdesarrolladas del mundo.” (Baran; 1957: 194). Para Baran, el
contacto de las regiones conquistadas y colonizadas con el capitalismo occidental no
necesariamente tendría que haber producido subdesarrollo, que este más bien se produjo
por las características de esa relación27
. Que fueron las condiciones geográficas,
económicas, sociales y culturales de los territorios descubiertos las que decidieron que los
capitalistas occidentales no los poblaran de manera masiva y se dedicaran a la
esclavización, el exterminio, la explotación y el saqueo, y que finalmente produjo el
subdesarrollo en estas regiones:
26
La preocupación de Paul Baran comienza al revisar datos de 1949 y observa, primero, que cerca de 70 % de
la población mundial tiene un ingreso per cápita bajo con todo lo que esto implica en términos de justicia
social, segundo, que su situación en cerca de dos siglos de capitalismo prácticamente no ha cambiado, y
tercero, que las diferencias entre los niveles de vida de los países avanzados y subdesarrollados se ha
ampliado. Dice Baran: “Puede observarse que, aproximadamente dos terceras partes de la raza humana,
tienen un ingreso per cápita promedio que equivale a más o menos 50 a 60 dólares por año; …no ha habido un
cambio apreciable en su condición desde hace uno o dos siglos…Puesto que durante este periodo los niveles
de vida de los países avanzados han mejorado notoriamente, “la distribución del ingreso per cápita entre los
países del mundo se ha hecho más desigual.” (Baran; 1957: 194). 27
Dice Baran del porque el contacto del capitalismo occidental con los territorios descubiertos podría haber
sido diferente a como fue, y que produjo subdesarrollo en las hoy naciones independientes. O tal vez, por sus
propias características y contradicciones del modo de producción capitalista, no podría ser de otra manera.
Dice: “El gran salto hacia adelante dado por Europa Occidental, no necesariamente debió haber impedido el
crecimiento económico de otros países. Aunque estos no hubieran estado capacitados para disminuir, para no
hablar de eliminar, la brecha entre sí mismos y los pioneros de Europa Occidental, sin embargo podían haber
iniciado un proceso de crecimiento propio, alcanzando niveles de productividad y de producción más o menos
avanzados. De hecho, pudo haberse esperado que el contacto cada vez mayor con las naciones más
adelantadas, técnica y científicamente de Europa Occidental, facilitaría el movimiento de avance de los países
con que esta última se puso en contacto. Durante los siglos XVII y XVIII, durante la era inicial del
capitalismo moderno, parecía que esto iba a ser así. Los cambios que se efectuaron en ese tiempo en varios de
los hoy países subdesarrollados, apoyaban ampliamente esta suposición. La acumulación primaria de capital
estaba haciendo rápidos progresos, las manufacturas y el artesanado se expandían y las revueltas crecientes
del campesinado, combinadas con la presión cada vez más fuerte de la burguesía ascendente, conmovieron en
todas partes los cimientos de orden capitalista.” (Baran; 1957: 198).
80
Donde el clima y el ambiente natural eran tales que invitaban a quedarse, los
colonizadores de Europa Occidental se enfrentaron a sociedades ya establecidas con
ricas y antiguas culturas en un estadio pre capitalista o en un estadio de gestación del
desarrollo capitalista. Donde las organizaciones sociales existentes eran primitivas y
tribales, las condiciones generales y en particular el clima, eran tales que impedían
cualquier colonización masiva por parte de los europeos occidentales; por
consiguiente, en ambos casos, los visitantes de Europa Occidental decidieron extraer
rápidamente las mayores ganancias posibles de los países huéspedes, y llevarse el
botín a su país de origen. De ahí que se dedicasen al saqueo abierto o al saqueo
ligeramente disfrazado de comercio, apoderándose y llevándose enormes riquezas de
los lugares que penetraron (Baran; 1957: 200).
Tomando los ejemplos de la India y Japón, Baran mostraba como el primero, al ser colonia
inglesa, había sido sujeto, por una parte, de explotación y saqueo -Baran le llama
“transferencias unilaterales”- y por la otra, de una ruinosa competencia que destruyó su
incipiente industria, que afectarían negativamente su desarrollo presente y futuro. Por el
contrario Japón, que no había sido colonia, pudo tener un desarrollo independiente e
invertir sus excedentes internamente y transitar hacia el desarrollo.
Digby hace notar que, según los cálculos hechos, el tesoro extraído por los británicos
de la India, entre Plassey y Waterloo –un período de vital importancia para el
desarrollo del capitalismo británico-, asciende a un valor que oscila entre 500.000,000
y 1,000.000,000 de libras esterlinas.
…mediante aranceles prohibitivos se excluyó la entrada a Inglaterra de los artículos
de seda y de impuestos…con la invención del telar mecánico en Europa se completó
la decadencia de las industrias de la India…
…Japón es el único país de Asia (y de África y de la América Latina) que se salvó de
ser convertido en una colonia o en una dependencia del capitalismo norteamericano o
de Europa Occidental; fue el único país que tuvo la oportunidad de tener un
desarrollo nacional independiente (Baran; 1957/1975: 2003, 206, 217).
81
Sunkel y Paz, aunque no en la línea del pensamiento marxista, son precisos sobre el evento
capitalista y por lo tanto las décadas en que se produce esa escisión, se refieren a la
Revolución Industrial que se inició aproximadamente a partir de 1750:
…En líneas generales podría decirse que los países que hoy se denominan
industrializados o desarrollados habrían alcanzado una renta media por habitante
entre 150 y 170 dólares en 1850 mientras que para la misma época los actuales países
subdesarrollados habrían tenido una renta media por habitante de alrededor de 100
dólares.
Alrededor de mediados de la presente década esa diferencia de un 50 por ciento se
acentuó dramáticamente, a tal extremo que el ingreso por habitante de los países más
desarrollados oscila ahora alrededor de los 1500 dólares (dólares de 1952-1954), en
tanto que el ingreso medio per cápita de los países subdesarrollados estaría más bien
en torno a los 200 o 300 dólares por habitante; en otras palabras, una relación
promedio de 1 a 1.5 se ha transformado, en el transcurso del último siglo, en una
relación de 1 a 5 o más (Sunkel y Paz; 1970/1991; 44).
Van a ser las características de la relación que se estableció entre centro y periferia lo que,
según estos autores, produjo en el norte países desarrollados y en el sur países
subdesarrollados. Mientras en el centro, por una parte, en los 63 años que van de 1850-
1913, se daba un crecimiento importante en todos los ámbitos de la economía, desde la
población, la producción, el comercio, las inversiones locales y hacia el exterior, de los
ingresos medios por habitante y por consecuencia de mejores condiciones de vida, por la
otra, al mismo tiempo, las economías europeas presentaban problemas en cuanto al
abastecimiento de materias primas y alimentos, problema que resolvieron trasladando
recursos humanos y de capital hacia la periferia. Por su parte, las periferias se adaptaban
“estructural e institucionalmente…a las necesidades del proceso de revolución industrial
en los centros.” (Sunkel y Paz; 1970/1991: 45).
Con las inversiones hechas por los países centrales a las zonas periféricas, como era de
esperarse, y cómo ya lo había mencionado Lenin y Bujarin, el comercio mundial de
82
mercancías tendría un crecimiento inusitado hasta entonces28
. “La expansión del comercio
responde a un patrón bien definido de relaciones entre países; trátase fundamentalmente de
un flujo de exportaciones de alimentos y materias primas desde las áreas periféricas hacia
los países originarios de la Revolución Industrial, y de un flujo de exportaciones de
productos manufacturados y de capital de los países industrializados de Europa hacia las
regiones que se incorporaban a la economía internacional.” (Sunkel y Paz; 1970/1991: 59).
¿Cómo se insertaron las economías periféricas en esta revolución industrial y expansión del
comercio? Lo hicieron a través de su sector exportador de productos primarios, que sólo va
a beneficiar a sus propietarios:
En los países periféricos, la penetración de la revolución industrial a través de un
sector especializado de exportación, conforma un crecimiento de naturaleza diferente;
en estos casos, sobre la base preexistente de economías con niveles de organización y
productividad muy bajos, se desarrolla alguna nueva actividad económica mediante el
aporte externo de moderna tecnología, alta concentración de capital y eficiente
organización. Trátese siempre de una actividad que descansa sobre la explotación de
recursos naturales con que ha sido favorecida. Como consecuencia se eleva
sustancialmente el ingreso geográfico del sector exportador del país, pero esa
elevación del ingreso adquiere una forma muy concentrada: beneficia principalmente
al capital extranjero y a ciertos grupos sociales internos, a determinadas regiones del
país y sólo a algunas ramas de la actividad económica; el sector exportador,
generador de masas importantes de ingresos muy concentrados, constituye por ello el
único que dispone de los excedentes que, potencialmente, pueden utilizarse para la
expansión de la capacidad productiva (Sunkel y Paz; 1970/1991: 61).
La magnitud de los ingresos generados por la actividad exportadora era considerable, que si
se hubieran invertido en otras actividades productivas de estas naciones otro habría sido su
desarrollo posterior, sin embargo, aparte de los efectos que trajo sobre la estructura
28
Sunkel y Paz nos dan cifras sobre la extraordinaria expansión del comercio desde principios del siglo XIX y
hasta principios del siglo XX. Lenin y Bujarin ya lo habían hecho, como vimos, en sus análisis sobre el
imperialismo. “Según ciertos cálculos, el valor de las exportaciones mundiales, hacia 1820, se aproximaba a
los 550 o 600 millones de dólares; menos de 50 años después, alrededor de 1867-68, el valor total de las
exportaciones mundiales oscilaba en torno a los 5 mil millones de dólares, cifra que a su vez prácticamente se
habían duplicado al finalizar el siglo; en 1913 llegaba ya a acerca de 20 mil millones de dólares.” (Sunkel y
Paz; 1970/1991: 59).
83
económico-social de las naciones periféricas este tipo de inserción, habría que indagar
porque no se hicieron esa inversiones y que destino tuvieron.
En la medida que la estructura de esta economía permite obtener del resto del mundo
bienes manufacturados que se financiaban con los recursos obtenidos del sector
básico de exportación, este fenómeno determinaba que el sector industrial de estas
economías tuviera escasas dimensiones y perspectivas….Por consiguiente, los bienes
de consumo manufacturados requeridos para satisfacer las necesidades de los sectores
de altos ingresos se obtienen en forma preponderante del exterior. De esta manera, los
países exportadores de materias primas pudieron obtener sus bienes manufacturados
de consumo y de capital de economías relativamente eficientes en la producción de
esos bienes, adquiriéndolos con el poder de compra creado en su sector exportador.
Esto motivó una política librecambista que facilitó un creciente intercambio
internacional; pero a su vez significó que toda actividad manufacturera competía, en
realidad, con el nivel de productividad del sector especializado de exportación. Es
obvio que en estas condiciones, y salvo circunstancias especiales, la manufactura
nacional difícilmente podía desarrollarse… (Sunkel y Paz; 1970/1991; 63-64).
Aparte del drene de recursos hacia el exterior por las importaciones de manufacturas, que
dificultaban el desarrollo de una industria manufacturera, otro de los efectos adversos de
este modelo primario exportador sobre la posibilidad del desarrollo de un mercado interno
y una industria, estaban los bajos salarios, que daba como resultado una concentración en
la apropiación de la producción adicional generada en los sectores exportadores; un
aumento de los ingresos de los propietarios de los sectores exportadores. Por consecuencia,
se produjo un aumento importante de las desigualdades de ingreso ya existentes (Sunkel y
Paz; 1970/1991; 66).
II.1.7 El desarrollo desigual hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial
Aceptando la idea de que el desarrollo y el subdesarrollo son productos de un mismo
proceso, de la génesis y desarrollo del capitalismo, no importa que adjetivo se le ponga, y
tomando en cuenta que hasta el fin de la SGM, la periferia había atravesado por tres siglos
de dominio colonial -para algunas naciones van a ser más años- y siglo y medio de naciones
políticamente independientes pero subdesarrolladas dependientes- para algunas naciones
84
menos años- tenemos que en cincuenta años, de 1900 a 1950, el crecimiento de la
producción, la población y el PIB per cápita, para tres grupos de países, el primero de
desarrollados y el segundo y tercero de subdesarrollados, ha sido desigual, sobre todo para
los asiáticos, en que por su bajo crecimiento de la producción el PIB per cápita se mantuvo
estancado. Esto último es relevante, porque es donde se concentraba la mayor parte de la
población mundial (ver cuadros II.1 y II.2). En los cuadros II.3 y II.4 podemos observar la
concentración en la producción y el comercio de los países desarrollados. Después de 50
años las cosas empeoraron para los países asiáticos y mejoraran para los desarrollados y los
latinoamericanos.
Cuadro II.1. Indicadores resumidos de la actuación por grupo de países, 1900-1950
(Tasas de crecimiento medio anual compuestas)
PIB Población PIB per cápita
1900-1950
Promedio de la OCDE a/ 2.2 0.9 1.3
URSS 2.9 0.8 2.1
Promedio asiático b/ 1.4 1.4 0.0
Promedio latinoamericano c/ 3.5 1.9 1.6
a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza
b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas; Formosa, India, Indonesia, Paquistán,
Tailandia
c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y
política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 13-14, Fondo de Cultura
Económica, México.
85
Cuadro II.2. Población en muestra de 32 países
(miles de habitantes a mediados del año y porcentajes)
1900 % 1950 %
Total 1229955 100 2010227 100
16 países de la OCDE a/ 310004 25.2 580163 28.9
9 países asiáticos b/ 749909 61.0 1128299 56.1
6 países latinoamericanos c/ 47047 3.8 121785 6.1
URSS 122995 10.0 180050 9.0
a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza
b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,
Tailandia
c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y
política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Pág. 186, Fondo de Cultura Económica,
México.
86
Cuadro II.3. PIB total en dólares internacionales, 1900, 1950
(Precios de 1980) ajustado para excluir el efecto de los
cambios de fronteras
(Millones de dólares y porcentajes)
1900 % 1950 %
Total de 32 países 1034965 100 2951078 100
Total de la OCDE a/ 603134 58.3 1950315 66.1
Total asiático b/ 303460 29.3 424560 14.4
Promedio latinoamericano c/ 30342 2.9 168363 5.7
URSS 98029 9.5 407840 13.8
a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza
b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,
Tailandia
c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y
política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 158-159, Fondo de Cultura
Económica, México.
87
Cuadro II.4. Exportaciones a precios de 1980, 1900-1950
(Millones de dólares y porcentajes)
1900 % 1950 %
Total de 32 países 86655 100 185259 100
Total de la OCDE a/ 69431 80.1 149340 80.6
Total de Asia b/ 7900 9.1 17050 9.2
Total de América Latina c/ 6131 7.7 13212 7.1
URSS 3193 3.7 5657 3.1
a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza
b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,
Tailandia
c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y
política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 206-208, Fondo de Cultura
Económica, México.
Hasta 1950, la producción de los países subdesarrollados estaba concentrada en productos
agrícolas, productos primarios, situación que se ve reflejada en la distribución de su fuerza
de trabajo, concentrada en actividades agrícolas, sobre todo las naciones de Asia (ver
cuadro II.5). Ello tenía por consecuencia que el intercambio comercial entre naciones
desarrolladas y subdesarrolladas se diera de productos manufacturados por productos
primarios. Este intercambio se suponía que beneficiaba a ambos grupos de países, ya que
los dos grupos se dedicaban a la producción de artículos donde eran más productivos y
conseguían los precios más bajos. Como se supone que donde más avanza el progreso
técnico es en la producción de productos industriales se supondría que los precios de estos
tenderían a bajar más rápido que el de los productos primarios. En los hechos, por lo menos
desde las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, esta idea no se había estado
cumpliendo. En el capítulo III veremos el cuestionamiento a las bases teóricas de la
especialización internacional del trabajo por Raúl Prebisch y su propuesta de
industrialización para captar el progreso técnico y avanzar hacia el desarrollo.
88
Cuadro II.5. Distribución del empleo por sectores, 1950
Países de la OCDE y en desarrollo
(Porcentajes)
1950
Agricultura Industria Servicios
Promedio aritmético de la OCDE a/ 25 36 39
Promedio aritmético de Asia b/ 73 8 19
Promedio aritmético de Latinoamérica
c/
50 22 28
Promedio de los países en desarrollo 63 14 23
a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza
b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,
Tailandia
c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y
política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 194-195, Fondo de Cultura
Económica, México.
Por último, el desarrollo desigual del capitalismo no podía desembocar sino en una
concentración de la producción, del ingreso, en favor de los países industriales.
Hasta1949, según datos de la ONU, del total de ingreso mundial, los países de ingresos
altos, con sólo 18% de la población mundial, concentraba el 67% del ingreso mundial,
mientras que los países de ingreso bajos, con el 67% de la población, sólo tenían el 15% del
ingreso mundial (ver cuadro II.6). Si observamos los datos más de cerca, la distancia del
ingreso per cápita de los países de ingreso bajo era de casi 17 veces respecto al de los países
de ingresos altos. También, si tomamos en cuenta que para 1950 la población mundial era
de 2,532,229.2 mil millones de habitantes, –datos de: Total population, anual, 1950-2050,
UNCTAD, UNCTADstat, -, tenemos que aproximadamente 455,801,256 de habitantes
(18.0%) vivían en los países de ingresos altos, mientras que 1696,593,564 (67%) vivían en
los países de ingreso bajo. De este último cuadro, los datos son muy agregados, es ya
conocido, por ejemplo, que una de las características de los países subdesarrollados es su
89
alta concentración del ingreso en grupos minoritarios, que tiene implicaciones en los grupos
mayoritarios en cuanto a dificultades para la satisfacción de necesidades de alimentación,
educación, vivienda, vestido y salud, entre otros problemas.
Cuadro II.6. Distribución del ingreso mundial en 1949
(Dólares de los Estados Unidos con poder de compra de 1949)
Ingreso mundial Población mundial Ingreso per cápita
Países de ingreso altos 67% 18% $ 915
Países de ingreso medios 18% 15% 310
Países de ingreso bajos 15% 67% 54
Fuente: Cálculo basado en National and Per Capita Incomes in 1970 Countries, 1949,
Naciones Unidas, Oficina de Estadística, 1950, tomado de Ragnar Nurse “Problemas
de formación de capital en los países insuficientemente desarrollados, Pág. 72, Fondo de
Cultura Económica, México, 1953/1973.
Por eso el capitalismo, como modo de producción, ha venido siendo cuestionado, sobre
todo en las naciones subdesarrolladas donde sus efectos adversos o perversos se han dejado
sentir por cinco siglos. Este cuestionamiento tuvo éxito, primero con la primera revolución
socialista en Rusia en 1917, posteriormente en otras naciones de Europa, Asia y A.L. En
A.L. fue con la Revolución Socialista en Cuba en 1959.
II.2 EL PROBLEMA DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO DESDE LA
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y HASTA LA DÉCADA DE LOS SESENTA DEL
SIGLOXX: ESTADO, DESARROLLO Y SOCIALISMO
La segunda posguerra, producto de los acontecimientos anteriores y la misma SGM, se
iniciaba, primero, con un mundo dividido en tres grupos de países, los llamados países
desarrollados, el segundo mundo correspondiente a los países socialistas y el tercer mundo
correspondientes a los países subdesarrollados29
, este último grupo con las dos primeras
opciones para alcanzar el desarrollo. Segundo, con el keynesianismo como paradigma
29
Habría que señalar que el mismo concepto de desarrollo no se discutió, ya que no sólo se suponía que los
países subdesarrollados querían llegar a ser como los desarrollados, con sus mismas características, sino que
también se sobreentendía el concepto, es decir aumentar el capital por hombre ocupado para que aumentara la
productividad y por consecuencia el PIB per cápita.
90
dominante para el crecimiento económico. Tercero, con la creación de instituciones
mundiales como la ONU, el FMI y el BM, para impulsar el crecimiento con estabilidad
monetaria en un ambiente de “paz mundial”, y cuarto, además de la preocupación por el
desarrollo, un cambio de término para referirse a este grupo de países, de atrasados a
subdesarrollados30
.
Los acontecimientos también dieron lugar a teorías referidas a cómo resolver los
problemas capitalistas de inversión, crecimiento, desempleo, de precios y de cómo los
países subdesarrollados se podían desarrollar. Continuaron dividiéndose en las dos
vertientes, las de la teoría económica y las del enfoque marxista. Entre las primeras
predominaban la teoría de Keynes (1936), la de Hayek (1944), la de Nurkse (1953), la de
Lewis (1955), la de Rostow (1960) y Myrdal (1957). En la segunda vertiente, la obra de
Baran (1957) y Dobb (1963), entre otras. En A.L., en la primera vertiente, las de la CEPAL
por medio de Raúl Prebisch, y en la segunda, las teorías de la dependencia por medio de
André Gunder Frank, Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini y otros.
30
La preocupación se vio reflejada en la ONU. En la Carta de las Naciones Unidas, capítulo IX, sobre
“cooperación internacional económica y social”, se dice que la ONU promoverá “niveles de vida elevados,
trabajo permanente para todos y condiciones de progreso y desarrollo económico y social”; la “solución de
problemas internacionales de carácter económico, social y sanitario...y la cooperación internacional en el
orden cultural y educativo” y “el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de
todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y
libertades.” (Carta de las Naciones Unidas; 1945: 359). Para lograr, o alcanzar tales propósitos, se crearían
por la misma ONU “organismos especializados” en distintas áreas económicas, como el FMI, el Banco
Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y
la Cultura (UNESCO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina Internacional del Trabajo
(OIT).
La posguerra también trajo consigo un cambio de términos. De referirse a estos como países atrasados, se
pasó a referirlos como países subdesarrollados, término que implicaba que los países bajo esta condición
podían y debían desarrollarse, por supuesto, por medio de la política económica para alcanzar un desarrollo
similar al que ya habían alcanzado países de Europa, EE.UU. y Canadá, y que tenía que ver con el producto
interno bruto per cápita, o con el capital por hombre ocupado. Dice Myrdal que resulta interesante que “…
en la actualidad todos nosotros nos refiramos a esta mayoría de países muy pobres como los “países
subdesarrollados”. Este término dinámico, ha alcanzado su actual preponderancia a raíz de la Segunda Guerra
Mundial, indica por sí mismo el gran cambio que se ha operado en la situación política mundial a que he
hecho referencia, ya que la expresión que se acostumbraba a utilizar hasta la fecha reciente era el término
estático de países atrasados.” (Myrdal; 1957: 18).
91
II.2.1 La concepción burguesa del desarrollo-subdesarrollo: concepto, causas y
alternativas
Los de la primera vertiente, primero, no se preocuparon por el origen y desarrollo de estos
dos grupos de países31
, segundo, no existen clases sociales, pareciera que el problema del
subdesarrollo es un problema de desconocimiento de un problema técnico; no se toma en
cuenta que existen clases sociales que tienen prioridades y objetivos diferentes y que entran
en contradicción; no se toma en cuenta que la prioridad de las burguesías industriales,
comerciales y financieras no es la prosperidad sino la máxima ganancia; no se toma en
cuenta que los Estados capitalistas no están por encima de las clases sociales sino que
responden a las prioridades e intereses de las clases dominantes y hegemónicas.
II.2.1.1 Ragnar Nurkse y el tamaño del mercado
Por ejemplo, Nurkse, al igual que los otros teóricos de esta vertiente, no hace un análisis de
cómo es que estas naciones “insuficientemente desarrolladas” llegaron a esa condición, es
decir, hace a un lado cinco siglos de capitalismo, siglos en los cuáles se constituyeron los
dos grupos de países. Además las considera como naciones cerradas, por lo que su
condición se explica por su funcionamiento interno y no por su vinculación al mercado
mundial.
En la explicación del subdesarrollo plantea lo más evidente, su manifestación, y siempre en
relación con los desarrollados, es decir que tienen menos capital en relación a su
población32
, ¿por qué?, ¿tiene algo que ver su trayectoria histórica de dominio y de
dependencia? Dice Nurkse:
31
En 1960, “expertos” de la ONU,” distinguían entre países que habían alcanzado una “etapa avanzada de
desarrollo” y los que no, o que se encontraban en una etapa primitiva. La diferencia estaba en la renta, pero
no les interesaba el origen de esas diferencias. Decían los expertos: “Probablemente la distinción más amplia
está en la distribución de la renta nacional entre las diversas capas de la población. Los países adelantados
económicamente tienen un nivel general de prosperidad mucho más alto y los niveles de vida de la masa de su
población son superiores.” (Expertos; 1960: 9). La solución era técnica, hasta simple. Decían que era
“…posible buscar una definición más precisa del término insuficientemente desarrollado. Un país
insuficientemente desarrollado puede describirse como aquel en el cual los recursos humanos y naturales se
utilizan con fines económicos sólo en un grado muy limitado. El personal especializado, el capital y el
mecanismo administrativo necesarios para hacer un uso adecuado de esos recursos faltan parcialmente o en su
totalidad…” (Expertos; 1960: 10-11). 32
Para Nurkse, “formación de capital significa que la sociedad no destina el total de su actividad productiva
corriente a las necesidades y deseos del consumo inmediato, sino que dedica parte del mismo a la
construcción de bienes de capital –herramientas e instrumentos, maquinaria y servicios de transporte, planta y
92
…Constituye ésta precisamente el meollo del problema del desarrollo en los países
atrasados económicamente. Las llamadas zonas insuficientemente desarrolladas,
comparadas con las avanzadas, tienen menos capital en relación con su población y
sus recursos naturales…
Tal vez las relaciones circulares más importantes de esta suerte son las que afligen la
acumulación de capital en los países económicamente atrasados. La oferta de capital
se rige por la capacidad y deseo de ahorrar; la demanda de capital se rige por los
estímulos para invertir. Existe una relación circular en ambos lados del problema de
la formación de capital en las zonas empobrecidas del mundo (Nurkse; 1953/1973: 9,
13-14).
Lo mismo, no existe formación de capital porque no existe ahorro, y no hay ahorro por el
bajo nivel de ingreso, y el bajo nivel de ingreso por la baja productividad, que a su vez se
debe a la falta de capital, y no hay capital por la falta de ahorro, eso por el lado de la oferta.
Por el lado de la demanda, hay bajo estímulo a invertir por la baja demanda, por el bajo
ingreso, y este último por la baja productividad, y esta última por el escaso capital invertido
en la producción, y el escaso capital porque no hay un estímulo invertir, es decir, es todo
un círculo vicioso. Dice Nurkse:
Del lado de la oferta está la poca capacidad de ahorro, que resulta del bajo nivel de
ingreso real. El escaso ingreso real es un reflejo de la baja productividad, que a su vez
se debe en gran parte a la falta de capital. La falta de capital es el resultado de la poca
capacidad de ahorro, y así el círculo es completo.
Del lado de la demanda, el estímulo a invertir puede ser bajo a causa del escaso poder
de compra de la población, que se debe a su reducido ingreso real, lo que a su vez es
atribuible a la baja productividad. Sin embargo, el bajo nivel de productividad es
resultado de la pequeña cantidad de capital empleada en la producción, que a su vez
puede obedecer, al menos parcialmente, al pequeño estímulo a invertir (Nurkse;
1953/1973: 14).
equipo-, o sea todas las formas de capital real que tanto pueden incrementar la eficacia del esfuerzo
productivo.” (Nurkse; 1953/1973: 9).
93
¿Entonces, cuál es el problema principal? Es el tamaño del mercado, que se convierte en el
principal obstáculo para que el capital pueda invertir y, según Nurkse, en uno de los
principales problemas para el desarrollo en general. ¿Cómo se amplía el mercado? ¿Qué
determina el tamaño del mercado? Como Nurse lo ha planteado, el tamaño del mercado
está determinado por la productividad y sigue el círculo vicioso. Es lo que Nurkse llama
una especie de estado estacionario de subdesarrollo, y que existen fuerzas que apuntan a
mantener este estado. ¿Cuáles fuerzas? ¿Es irrompible este círculo vicioso, o estado
estacionario del subdesarrollo? ¿Cómo y por dónde romperlo? Nurkse dice que no es
irrompible, y que una vez roto se da lo que él le llama adelanto acumulativo:33
Reconocemos, en uno de sus aspectos, el círculo vicioso de la pobreza. Percibimos
una constelación de circunstancias que tienden a mantener a cualquier economía
atrasada en una condición estacionaria, en un estado de equilibrio de
subdesarrollo…El progreso económico no es un fenómeno espontáneo o automático.
Por el contrario, es evidente que hay fuerzas automáticas dentro del sistema que
tienden a mantener a éste anclado a un nivel dado.
…La constelación circular del sistema estacionario…no es irrompible. Y una vez roto
en cualquier punto el sólo hecho de que la relación sea circular tiende a procurar un
adelanto acumulativo… (Nurkse; 1953/1973: 19-20).
Según Nurkse, el mercado se podría ampliar al momento en que varías industrias se
decidieran a invertir simultáneamente; se apoyarían simultáneamente en la ampliación del
mercado. Surgen varias preguntas, ¿cómo se harían las inversiones si no hay ahorro?,
¿cómo hacer que las burguesías industriales simultáneamente se decidieran a invertir?, ¿qué
incentivos tendría que dar el Estado?, ¿por qué no lo ha hecho?, ¿qué obstáculos presenta
la dinámica de la economía mundial? Me parece que el problema es más complejo de lo
que Nurkse trata de hacer parecer. Dice Nurkse, al respecto:
33
Todo el problema del subdesarrollo gira en torno a la estrechez del mercado. No importa cómo se llegó a
esa restricción. Dice Nurse que la “limitada magnitud del mercado nacional en un país de ingreso bajo puede
así constituir un obstáculo para la aplicación de capital por cualquier empresa individual o industrial que
trabaje para ese mercado. En este sentido un mercado interno pequeño es un obstáculo para el desarrollo en
general.” (Nurkse; 1953/1973: 17).
94
En el presente análisis me parece que el punto principal es reconocer cómo un ataque
frontal de este tipo –una onda de inversiones de capital en varias industrias- puede
tener buen éxito económicamente en tanto que una aplicación sustancial de capital
por un empresario individual en cualquier industria particular, puede verse
obstaculizada o desalentada por las limitaciones del mercado preexistente. Donde una
sola empresa pudiera no parecer en absoluto propicia o viable, un amplio grupo de
proyectos de diferentes industrias puede tener éxito porque se apoyaría
recíprocamente, en el sentido de que la gente que participa en cada proyecto y trabaja
ahora con más capital real per cápita y con mayor eficiencia en términos de
producción por hora hombre, proporcionará un mercado ampliado a los productos de
las nuevas empresas en las otras industrias. En esta forma la dificultad del mercado y
el obstáculo que significa para los incentivos individuales a invertir, se suprime o en
cierta forma se atenúa por medio de una expansión dinámica del mercado a través de
inversiones realizadas en varias industrias. La tasa de crecimiento de cualquier
industria está inevitablemente condicionada por la tasa de crecimiento de otras
industrias, aunque naturalmente algunas crecerán más aprisa que otras puesto que las
elasticidades de la demanda y la oferta variarán según los diferentes productos.
Mediante la aplicación de capital a un grupo amplio de actividades el nivel general de
eficiencia económica se eleva y la magnitud del mercado se amplía (Nurkse;
1953/1973: 22-23).
La estrechez del mercado, por la baja productividad y por consecuencia el bajo nivel de
ingreso tiene incidencia no sólo en el comercio internacional sino también en el bajo flujo
de inversiones, aclarando, flujos de inversiones que abastezcan el mercado interno. ¿Qué
significa? Significa, por una parte, que la estrechez del mercado interno, por la baja
productividad tampoco permite ser competitivo en el mercado mundial, y por la otra, que
tampoco es un incentivo para el capital extranjero llegar a invertir por lo pequeño del
mercado. Lo que puede suceder, como ha sucedido con el modelo neoliberal en A.L., es
que también por la estrechez del mercado, por los bajos salarios, se convierta en un
incentivo para el capital extranjero y las regiones atrasadas sirvan como plataformas de
exportación al mercado mundial. Dice Nurkse:
95
A la larga hay un factor más importante del volumen del comercio internacional; la
magnitud del mercado y el nivel de productividad. El crecimiento equilibrado, como
medio de ampliar el mercado y elevar los incentivos para una productividad más alta
a través de la inversión de capital, es una base esencial para ampliar el comercio.
Nunca hubo mucho estímulo para que el capital de las empresas extranjeras se
dirigiera hacia las regiones económicamente atrasadas, a producir para los mercados
locales; estos mercados eran demasiado pequeños para representar un incentivo. La
inversión privada generalmente se rige por la influencia de la demanda del mercado,
y la inversión internacional por cuenta de las empresas privadas no es excepción
(Nurkse; 1953/1973: 23, 35).
¿Por qué no se ahorra? Dice Nurkse, tomando el concepto de Dusesemberry, que por el
“efecto demostración”. Significa que la población de los países “insuficientemente
desarrollados”, a pesar de su bajo nivel de ingreso, imitan el consumo de países
desarrollados, y que por lo tanto no se da el ahorro. Afirma que la interdependencia de
consumidores de países desarrollados e insuficientemente desarrollados afecta el consumo
y el ahorro de los segundos. Es decir que por el efecto imitación, los consumidores de los
países insuficientemente desarrollados tienden a imitar el consumo de los consumidores de
los países desarrollados, y ante sus bajos niveles de ingreso y desigual distribución, no
existe ahorro para la formación de capital, y que esto se agudiza mientras se amplíen las
divergencias de ingreso (Nurkse; 1953/1973: 66-79).
El efecto demostración y el consumo imitativo van más lejos, ya que tiene efectos adversos
sobre la balanza de pagos, hacia un desequilibrio crónico de esta, ¿por qué? Querer
consumir productos no encontrados en el mercado nacional genera un incremento en las
importaciones de bienes y servicios que no pueden ser saldados con las exportaciones, por
lo que se recurre al endeudamiento externo. Dice Nurkse:
La tendencia persistente de los países más pobres a gastar más de lo que tienen en su
cuenta internacional es apenas otro aspecto de la poca importancia que dan a las
reservas internacionales y de hecho a su pobreza relativa. En consecuencia, me parece
que existe cierta base para la idea de que hay algo así como una tendencia natural
hacia el desequilibrio de la balanza de pagos entre un país rico y un país pobre.
96
Agregaría solamente una vez más que esto es así no por la alta productividad del país
rico que le hace producir a bajos precios de exportación, y a su gran fuerza
competitiva, sino por la propensión al consumo del país pobre, que por las razones
descritas tiende a ser excesiva en relación con su propia capacidad de producción
(Nurkse; 1953/1973: 82).
Finalmente llega a una interesante conclusión, en cuanto a la falta de ahorro y la formación
de capital en los países pobres, cuando afirma que son las disparidades de ingreso entre los
países desarrollados e insuficientemente desarrollados las que podrían estar detrás de la
baja de ahorro y la formación de capital en los países insuficientemente desarrollados. Dice
Nurse:
Por esta razón, las disparidades del ingreso internacional quizá deban tratarse no
simplemente como fuente de tensión en la balanza de pagos internacionales, sino
realmente como obstáculo al ahorro interno y a la formación de capital en los países
pobres (Nurkse; 1953/1973: 84).
Existen otros cuatro rubros de política económica, según Nurkse, en que los países
subdesarrollados han puesto sus esperanzas para seguir avanzando en su industrialización y
su desarrollo económico. Estos serían la inversión extranjera, los préstamos a los
gobiernos, la protección arancelaria y restringir las importaciones de bienes de consumo
suntuario y fomentar las de bienes de capital. Nurkse dice que por lo regular estas medidas
han terminado en desilusión o fracaso. Del capital de las empresa extranjeras porque
“…tiene pocos o ningunos incentivos para trabajar en pro de la expansión de las economías
internas de los países de ingreso bajo. Segunda, aun para ampliar la oferta de materias
primas para la exportación, los fondos de las empresas privadas no querrán afluir en montos
constantes y de cierta consideración a menos que esperen, con cierta seguridad, una
constante y considerable expansión de la demanda de tales mercancías” (Nurkse;
1953/1973: 98). De los préstamos, porque puede ocurrir que estos sustituyan al ahorro
interno y se “…incremente el consumo del país y se agregue poco o nada a la tasa de
acumulación…” (Nurkse; 1953/1973: 102). Así ha sucedido con gran parte de los
préstamos a los gobiernos latinoamericanos, que han tenido como consecuencia déficit de
balanza de pagos y severas crisis económicas.
97
Sobre la protección arancelaria a las industrias nacientes, Nurkse tiene varias apreciaciones
importantes. Primero que la protección por “sí sola no es un medio eficaz de promover el
desarrollo económico.” y segundo, por qué la “protección arancelaria… ha hecho muy poco
o nada para crear el capital necesario para el desarrollo industrial.” Ni siquiera sirve para
dar un mayor estímulo al capital extranjero, ya que “no hay mercados que proteger...”
(Nurkse; 1953/1973: 116, 117). Sobre el cuarto rubro, “la conclusión no es enteramente
segura; depende de circunstancias variables. En cualquier caso resaltan claramente algunos
puntos de principio. Que el gobierno sea quien decida con respecto a la inversión y el
consumo, actuando solamente en la composición de las importaciones es de poca o de
ninguna utilidad. Cualquier decisión para aumentar la parte de bienes de capital en este
sector puede compensarse por cambios opuestos en el sector nacional. La simple idea de
que puede obtenerse más capital para el país simplemente manipulando el sector de
comercio exterior de la economía es, en mi opinión, un ejemplo de la falacia de la
concreción fuera de lugar.” (Nurkse; 1953/1973: 126). Nurkse insiste en que el verdadero
problema no es la importación de bienes de capital, sino extraer más ahorro del ingreso
nacional. Una manera de extraerlo sería por medio del ahorro forzoso a través de las
finanzas públicas. Sin embargo, dice Nurkse, que políticamente es una de las medidas más
difíciles en los países subdesarrollados, lo más fácil es la política comercial (Nurkse;
1953/1973: 127-130).
II.2.1.2 Arthur Lewis y la conducta de los seres humanos
A Lewis lo que le va a interesar son las causas del desarrollo económico, o lo que es lo
mismo, por qué se produce el crecimiento de la producción por habitante en las naciones,
sólo eso, por supuesto haciendo diferencias entre naciones desarrolladas y
subdesarrolladas34
. Para Lewis las causas están en la conducta de los seres humanos, y de
eso se va a ocupar. Dice Lewis que “El crecimiento de la producción por habitante
depende, por una parte, de los recursos naturales disponibles y, por la otra, de la conducta
humana. Este libro se ocupa principalmente de la conducta humana, y trata de los recursos
naturales sólo en cuanto éstos la afectan…” (Lewis; 1955/1976: 10). ¿Tendrá algo que ver
con el crecimiento de la producción la avidez por las ganancias y la acumulación de las
34
Es claro en lo que le preocupa, el crecimiento de la producción en las naciones. Dice Lewis: “el tema de
este libro es el crecimiento de la producción por habitante…” (Lewis; 1955/1976: 9).
98
burguesías?; ¿tendrá algo que ver en el crecimiento de la producción la explotación de la
fuerza de trabajo que conduce a la acumulación, es decir al crecimiento la producción?;
¿tendrá algo que ver en el crecimiento de la producción en las hoy potencias capitalistas el
saqueo que han hecho de sus colonias y de las hoy naciones subdesarrolladas? ¿Acaso no,
las preguntas formuladas tienen que ver con la conducta humana? Lewis no va a referirse a
este tipo de conductas porque es ir a la esencia del capitalismo, a sus contradicciones, y
en eso Lewis no está interesado.
Así, distingue tres causas inmediatas, o en la línea de Lewis, tres conductas inmediatas en
el crecimiento de la producción. La primera, el esfuerzo por economizar, la segunda, el
aumento del conocimiento y su aplicación y la tercera, el aumento del capital por
habitante35
(Lewis; 1955/1976: 11). ¿Qué es lo que determina, o de qué depende que las
conductas sean, o no, proclives al crecimiento? Según Lewis, depende de las instituciones.
¿Qué se entiende por una actitud de esfuerzo por economizar? Lo que entonces y hoy se
entiende como productividad, es decir aumentando el rendimiento por hora, por jornada,
por hectárea etc. Dice Lewis: “Por actividad económica entendemos el esfuerzo dirigido a
aumentar el rendimiento de un de terminado esfuerzo o recurso o a reducir el costo de un
rendimiento determinado…El crecimiento es la resultante del esfuerzo
humano…Aceptando los diversos desafíos que el ambiente en que vive le lanza, el hombre
puede, de innumerables maneras, arrancarle a la naturaleza un mayor producto con un
menor esfuerzo.” (Lewis; 1955/1976: 24)36
. La mayor productividad y el mayor
35
Dice Lewis, sobre las causas del crecimiento: “La investigación de las acciones humanas tiene que
efectuarse a niveles distintos, porque existen causas inmediatas del crecimiento, así como causas de estas
causas. Son tres las principales causas inmediatas. La primera es el esfuerzo por economizar, ya sea
reduciendo el costo de cualquier producto dado, o aumentando el rendimiento de cualquier insumo de
esfuerzo o de otros recursos. Este esfuerzo por economizar se manifiesta de varias maneras; como
experimentación, o un correr riesgos; como movilidad ocupacional o geográfica; y como especialización para
mencionar sólo sus manifestaciones principales. Si el esfuerzo no se realiza, ya sea porque no existe el deseo
de economizar, o bien porque tanto la costumbre como las instituciones desalientan su expresión, entonces no
tendrá lugar el crecimiento económico. La segunda es el aumento de conocimientos y su aplicación…La
tercera consiste en que el desarrollo depende del incremento del volumen de capital y de otros recursos por
habitante…” (Lewis; 1955/1976: 11). 36
El menor esfuerzo tiene que ver con la inversión, y es él hábito de la inversión productiva lo que distingue,
según Lewis, a las naciones desarrolladas de las subdesarrolladas. Nos dice que “en casi todas las sociedades
están íntimamente vinculados la riqueza, el prestigio y el poder. Las sociedades difieren fundamentalmente
en la forma en que los ricos gastan su riqueza, y en las fuentes de la misma a las que va aunado el
prestigio…Es el hábito de la inversión productiva, y no las diferencias en la distribución del ingresos o el
respeto que se tiene por el hombre rico, lo que distingue a los países ricos de los pobres. Además, en la
medida en que existen diferencias por lo que respecta al prestigio que va aunado a la riqueza, lo que importa
99
crecimiento se alcanzan, como se dijo anteriormente, “…utilizando mayores conocimientos
o más capital, y aprovechando mejor las oportunidades favorables para la especialización,
el comercio o la inversión.”37
(Lewis; 1955/1976: 41-42).
¿Quién o como se tendrían que crear las condiciones para un mayor crecimiento? ¿Porqué
en algunas naciones se han creado esas condiciones y en otras no? Dice Lewis que esas
condiciones las va a crear una minoría de la sociedad. ¿Esas minorías son las clases
dominantes, es decir las burguesías industriales, comerciales y financieras? ¿Por qué en las
naciones subdesarrolladas esas minorías no han creado esas condiciones? Dice Lewis:
Aunque es cierto que es más probable que el hombre logre una productividad mayor
si cree que el esfuerzo vale la pena, rara vez se da el caso de que gran parte de una
comunidad cualquiera sea agudamente sensible a sus oportunidades, y tampoco es
necesario para el crecimiento que el común de la gente posea esa sensibilidad. Deben
existir en ella unas cuantas personas dispuestas a abrir la brecha; una vez que la hayan
abierto con éxito, las demás seguirán generalmente sus pasos…En este sentido, el
desarrollo depende de una dirección despierta. Naturalmente, cuanto más grande sea
esa minoría directora despierta, y cuanto mayor sea la libertad de acción, tanto más
rápidamente crecerá económicamente la comunidad; es en la diferencia en cuanto a la
magnitud de la minoría y la amplitud de la libertad de acción donde se encuentra la
diferencia esencial entre diversas sociedades (Lewis; 1955/1976: 45).
es la relativa posición social de aquellos cuya riqueza proviene de inversiones productivas, o está representada
por ellas, en comparación con la de aquellos cuya riqueza proviene de la propiedad o herencia de la tierra…El
punto crítico realmente importante de la vida de una sociedad se alcanza no cuando comienza a respetarse la
riqueza como tal, sino cuando se pone por encima de todo la inversión productiva y la riqueza asociada a ella.
…” (Lewis; 1955/1976: 29-30). Las sociedades también difieren en su conducta de buscar y aprovechar, o
no, las oportunidades económicas, que a su vez dependen de “… tres causas distintas, a saber: a diferencias
en la valuación de los bienes materiales con relación al esfuerzo que se requiere para obtenerlos, a diferencias
en las oportunidades de que se dispone, y a diferencias en el grado en que las instituciones favorecen el
esfuerzo, ya sea removiendo los obstáculos que se encuentren en el camino, o asegurando al individuo los
frutos de su esfuerzo…Sin embargo, también existen verdaderas diferencias psicológicas por lo que respecta a
la voluntad de esforzarse, y debemos analizarlas en primer lugar…” (Lewis; 1955/1976: 24). 37
Lewis es claro por lo que entiende por capital físico y cultural. Por el primero, lo entiende como “el medio
ambiente físico necesario para el disfrute de determinadas satisfacciones. Ésta puede ser una cuestión natural
o artificial. En la mayoría de los países pobres no existe el capital físico acumulado que requiere el
mantenimiento de un elevado nivel de necesidades…Así, los bienes que el individuo puede comprar y utilizar
son en extremo limitados. …” (Lewis; 1955/1976: 31). Por el segundo, “el conjunto de conocimientos
acumulados por la sociedad…Si la cultura no hace gran aprecio de la música, habrá poca demanda de
instrumentos o diversiones musicales…” (Lewis; 1955/1976: 31).
100
¿Qué es lo que induce a que los seres humanos lleven a cabo el esfuerzo de “economizar”
para el crecimiento? ¿El mismo esfuerzo conducirá al mismo crecimiento tanto en países
desarrollados como en subdesarrollados? Dice Lewis que el esfuerzo y su amplitud depende
del tipo de instituciones, tan es así “…que el mismo esfuerzo producirá un crecimiento más
rápido en países ricos que en países pobres…”38
(Lewis; 1955/1976: 56). ¿Qué
instituciones? Primero, “el derecho a la recompensa”, es decir, que para que el individuo
realice el esfuerzo debe saber que tiene el derecho al fruto de ese esfuerzo. Además debe
saber que cuenta con la protección del fruto de ese esfuerzo, con una ley que garantice su
propiedad contra particulares y contra el mismo Estado. Dice Lewis:
Las instituciones promueven o limitan el desarrollo de acuerdo con la protección que
ofrecen al esfuerzo, con las oportunidades de especialización que otorgan, y con la
libertad de acción que permiten…
El hombre no efectuará esfuerzo alguno si no obtiene para sí, o para aquellos a
quienes reconoce un derecho, el fruto de ese esfuerzo…
La formación de capital es una de las condiciones del desarrollo económico, y la
existencia de una ley que garantice la propiedad es una de las condiciones de la
formación de capital. Por propiedad entendemos el derecho legal que posee una
persona de privar a otras del uso de un recurso determinado. Este derecho lo puede
poseer una persona en particular, un grupo, o una autoridad pública…
Si es necesario proteger la propiedad pública del abuso de los particulares, es
igualmente necesario proteger la propiedad privada del abuso público. El
mantenimiento de la Ley y el orden es una de las condiciones fundamentales del
crecimiento económico… (Lewis; 1955/1976: 61, 64-65).
Segundo, las instituciones deben ofrecer oportunidades al comercio y por consecuencia a la
especialización, porque estos son primordiales para el crecimiento. Es decir el comercio va
38
Dice Lewis sobre la importancia de las instituciones en el crecimiento económico: “Dado los recursos de un
país, su tasa de crecimiento está determinada por la conducta e instituciones humanas: por elementos como la
energía intelectual, la actitud hacia las cosas materiales, la voluntad de ahorrar e invertir en forma productiva,
o la libertad y flexibilidad de las instituciones. Los recursos naturales determinan el curso del desarrollo, y
constituyen el desafío que el espíritu humano puede aceptar o no.” (Lewis; 1955/1976: 56).
101
a ampliar el mercado, que conduce a la especialización, que a su vez conduce al aumento de
la productividad, y por último, y en consecuencia, al desarrollo económico. Dice Lewis:
El comercio estimula el desarrollo de muchas maneras, de las cuales el estímulo a la
especialización es sólo una. El comercio estimula la demanda porque lleva nuevos
bienes a la comunidad y, al hacerlo, puede estimular también el deseo de trabajar más
o más eficazmente. Puesto que las necesidades limitadas, debidas a los horizontes
limitados, hacen que el esfuerzo sea pequeño en muchas comunidades primitivas, la
iniciación en el comercio puede dar lugar a una actitud revolucionaria respecto del
valor del trabajo. El comercio reduce también la necesidad de capital fijo de la
comunidad…El comercio también trae consigo nuevas ideas; nuevos hábitos de
consumo, nuevas técnicas, o nuevos conceptos de las relaciones sociales…
El comercio también estimula la especialización, puesto que la división del trabajo
depende de la magnitud del mercado… (Lewis; 1955/1976; 75).
Tercero, las instituciones también deben garantizar la libertad económica, como
trascendente para el desarrollo económico o el crecimiento. Es decir el individuo, el
empresario, entre otras libertades, debe tener libertad para tener acceso a los factores de la
producción, debe tener libertad para acceder a la tierra, a la fuerza de trabajo, a los
mercados para competir, etc.39
(Lewis; 1955/1976: 85-110). Importante también sería no
sólo el acceso, sino bajo qué condiciones. Por ejemplo, el acceso a la fuerza de trabajo, con
qué salario, con qué jornada de trabajo, con qué prestaciones, con qué condiciones de
despido, etc. Dice Lewis sobre la importancia de la libertad económica para el crecimiento
económico:
39
Ahora, si son tan importantes las instituciones para el desarrollo económico, ¿Cómo se da el cambio de
estas para seguir promoviendo el desarrollo? Dice Lewis que una vez iniciado el desarrollo “las instituciones
se modificarán así mismas para proteger los incentivos y fomentar el comercio. A la inversa, si las
oportunidades se restringen, el desarrollo decaerá y las instituciones se modificarán para ajustarse al
estancamiento…” (Lewis; 1955/1976: 155). Lewis entra el debate de las etapas en lo referente a las
instituciones, es decir, que el cambio institucional seguiría un curso inevitable o pasaría por una sucesión de
etapas que inevitablemente culminaran en el fomento al desarrollo económico. Lewis dice”…que no es
posible afirmar que las instituciones evolucionen cumulativamente, en sentido favorables al desarrollo, ya
que es evidente la existencia en el pasado de muchos períodos en que ocurrió lo contrario; en que la
esclavitud sucedió a la libertad, o en que la creciente rigidez de las clases sociales y castas sociales redujo la
libertad de acción. El desarrollo económico no es inevitable; y aún más vigoroso puede detenerse.” (Lewis;
1955/1976: 171-172).
102
El aumento del ingreso por habitante en Europa Occidental y América del Norte, en
los últimos siglos, se suele asociar, acertadamente, con el aumento de la libertad
económica; de la libertad personal para cambiar de posición social o de ocupación; de
alquilar recursos y combinarlos de manera que aumente la producción o disminuyan
los costos; y de dedicarse a actividades que ya otros desempeñan para competir con
ellos… (Lewis; 1955/1976; 85).
La otra causa inmediata del desarrollo económico es el conocimiento, su acumulación y su
utilización. Primero, Lewis señala que el conocimiento es acumulativo, ya que cada
generación parte del conocimiento de sus “antepasados”. Señala que en la historia de la
humanidad dos han sido los inventos que han contribuido a la acumulación del
conocimiento, uno ha sido la invención de la escritura y el otro el método científico40
.
(Lewis; 1955/1976: 178-179). ¿Quién hace las investigaciones? La hacen, por una parte, las
grandes empresas buscando ventajas sobre sus rivales. También intervienen los gobiernos
por medio de fondos a las instituciones educativas o de investigación cuyos
descubrimientos se ponen a “disposición de todos”. En sí “…como las ideas científicas no
son propiedad privada, los científicos no pueden vivir de su venta. Por tanto, el adelanto de
la ciencia es, en gran medida, una carga que gravita sobre los fondos del gobierno o de
otras instituciones públicas.” (Lewis; 1955/1976: 184-187). Ahora, en el caso de los países
subdesarrollados, como los resultados o descubrimientos de la ciencia pura que se hacen en
las naciones industrializadas están a disposición de todos, estos no tienen “…verdadera
necesidad de gastar grandes cantidades de sumas en el adelanto de la ciencia pura…”
(Lewis; 1955/1976: 184-187).
Según Lewis, una de las principales deficiencias de los países subdesarrollados es la
incapacidad que tienen para gastar sumas adecuadas en investigación y eso se debe a que en
estos países el principal interesado no es la iniciativa privada sino el gobierno. Sucede lo
contrario en los países industrializados en que es la iniciativa privada la principal
40
Para Lewis, los inventos “han sido realizados por dos clases de personas: por el trabajador en el desempeño
de su tarea y por el inventor profesional. Hasta el siglo XIX las grandes invenciones no fueron hechas por los
científicos sino por gente práctica que poco sabía de ciencia. Es hasta el siglo XX que la educación científica
no sólo se vuelve esencial para ser inventor sino que los mismos descubrimientos de la ciencia se convierten
en la fuente principal del progreso tecnológico. Además las invenciones dejan de ser producto de una sola
persona y pasan a ser producto de un equipo de científicos (Lewis; 1955/1976: 181-183).
103
interesada, por lo que aporta grandes sumas a esta actividad, correspondiéndole al gobierno
llenar huecos o lagunas que deja la iniciativa privada (Lewis; 1955/1976: 190).
Ahora bien, no basta con que el conocimiento aumente, debe difundirse y aplicarse en la
práctica. Pero aplicarlos significa costos y riesgos, por lo que su puesta en práctica para la
producción debe producir ganancias. Sin embargo es de primordial importancia para el
desarrollo económico llevarlos a la práctica. Dice Lewis al respecto:
…el desarrollo económico está condenando a ser lento a menos de que exista una
oferta adecuada de empresarios en busca de nuevas ideas, y que estén dispuestos a
correr el riesgo de llevarlas a cabo. De esto modo, una economía de empresa privada
se retrasará en su desarrollo si no dispone de suficientes hombres de negocios, o si
éstos son renuentes a correr riesgos, ya sea porque carezcan de capital o porque sean
tímidos por naturaleza o, sencillamente, porque las ganancias diferenciales no sean
proporcionales a los riesgos… (Lewis; 1955/1976: 197).
Ahora bien, para que aumente el conocimiento y se lleve a la práctica, se necesita gente
adiestrada por lo que va aumentar la demanda de servicios educativos en todos los niveles.
Proporcionar estos servicios educativos está más allá de los presupuestos gubernamentales
de los países subdesarrollados. ¿Qué hacer? ¿A qué nivel o niveles educativos habría que
darles prioridad y con qué criterios? ¿Los criterios dependerán de cómo concebimos a los
gastos en educación, es decir como gastos de consumo o como gastos de inversión? Lo que
Lewis sí señala como prioritario para los países pobres, por ser altamente productivos, son
los gastos para proporcionar nuevos conocimientos a los campesinos ya que es la forma
más segura de incrementar el ingreso nacional. Pero antes está la investigación, sin ella no
se pueden generar los conocimientos a transmitir a los campesinos (Lewis; 1955/1976:
204).
La tercera y última causa del crecimiento económico, del desarrollo económico, es el
incremento del capital por habitante.
Una de las principales diferencias entre los países desarrollados y subdesarrollados, es su
tasa de acumulación. En los primeros su tasa de acumulación es alta y por consecuencia el
capital por habitante, sucede lo contrario en los países subdesarrollados. Sobre la
importancia de la inversión en el crecimiento en los países desarrollados, Lewis nos dice
104
que“…el incremento acumulativo de 3 por ciento al año en el ingreso nacional está
asociado a una inversión neta anual que va del 9 al 12 por ciento del ingreso nacional. Los
países industriales, en efecto, tienden a invertir entre el 10 y el 15% de su ingreso nacional,
excluida la depreciación, y sus ingresos tienden a crecer de un 3 a un 4 por ciento al año.”
(Lewis; 1955/1976: 219-220).
Por el contrario “…la razón en que el capital existente esta con el ingreso anual es mucho
más baja en países sin desarrollar (casi de 1 a 1) porque su tasa de acumulación es mucho
más pequeña…” (Lewis; 1955/1976: 220). El mayor problema que enfrentan los países
subdesarrollados para incrementar su tasa de acumulación, su inversión, es que “…la
propensión corriente al ahorro es muy baja…” (Lewis; 1955/1976: 236).
La razón de los ahorros con el ingreso nacional no sólo depende de la desigualdad, sino
más bien de la razón de las utilidades con el ingreso nacional.
Ahora bien, según Lewis, los ahorros no van a provenir ni de los campesinos, ni de las
clases que ganan salarios y sueldos, ni de las clases medias, ya sea por sus precarios
ingresos, ya sea por su mayor inclinación al gasto que al ahorro. Si esto es así, la única
clase que tiene inclinación al ahorro y a la inversión es la clase capitalista. Dice Lewis que
la “…filosofía capitalista tiene tres componentes: la restricción al consumo, el deseo de
producir lo más posible, y la preferencia por la inversión productiva…” (Lewis; 1955/1976:
253). Cómo se haría para que la clase capitalista incremente el ahorro y por lo tanto la
inversión del 5 al 12%. Incrementado la parte de las utilidades que le corresponden en el
ingreso nacional. Esto se daría mediante el mayor desarrollo del sector capitalista en
comparación con otros sectores, resultado de la continua reinversión de utilidades (Lewis;
1955/1976: 254). Una de las condiciones para la reinversión de utilidades es la seguridad
política que el capitalista tenga. Ahora bien, “dada la seguridad política, el sector capitalista
se encuentra en mejores condiciones de crecer con rapidez si las oportunidades de inversión
son muy lucrativas…” (Lewis; 1955/1976: 235). Con seguridad política y con
oportunidades de inversión lucrativas, las utilidades crecerán más que el ingreso nacional,
“…y, por tanto la proporción reinvertida del ingreso nacional aumentará
105
constantemente…”41
(Lewis; 1955/1976: 235). Así, los países subdesarrollados, o pobres,
que tienen un bajo ahorro y por consecuencia una baja inversión, no es porque estos sean
pobres, sino porque su sector capitalista es pequeño:
Si el proceso por el cual una economía, de ahorrar un 5 por ciento pasa a ahorrar un
12 por ciento, depende esencialmente del aumento de las utilidades en comparación
con el ingreso nacional, de aquí se desprende que la explicación correcta de por qué
los países pobres ahorran tan poco no es la de que son pobres, sino la de que sus
sectores capitalistas son muy pequeños. Ninguna nación es tan pobre que no pudiera
ahorrar el 12 por ciento de su ingreso nacional, si lo deseara… (Lewis; 1955/1976:
257).
Lewis considera que una buena parte de la inversión tiene que llevarse en gran escala, sin la
cual es imposible el desarrollo económico. Se refiere a la inversión que tiene que ver con
obras y servicios públicos, y que sólo la puede hacer las diferentes agencias
gubernamentales.
Por otro lado, que también tiene que ver con la disponibilidad de ahorros y la inversión, es
el que, en la medida “en que los inversionistas no emplean sus propios ahorros, es necesario
disponer de instituciones que ofrezcan a las personas que ahorran suficiente protección para
incitarlas a que los presten a los inversionistas…” El segundo requisito para fomentar los
préstamos es que “el prestamista pueda fácilmente recuperar su liquidez mediante la venta
de su derecho al pago o, en caso de que el prestatario no cumpla, de los activos de este...”
(Lewis; 1955/1976: 290, 292).
II.2.1.3 Gunnar Myrdal y las desigualdades regionales
Myrdal parte de la existencia de países desarrollados y subdesarrollados y lo que los
diferencia. Primero, los diferencia por el ingreso, en los primeros es muy alto y en los
segundos muy bajo, segundo, las diferencias son consecuencia del elevado ahorro y la
formación de capital en los primeros y reducidos en los segundos. Por lo tanto, para que los
países menos desarrollados alcancen a los desarrollados sus inversiones y su formación de
41
Habría que señalar que Lewis considera la inversión extranjera directa en las necesidades de ahorro y
capital de las naciones subdesarrolladas, pero las considera como de “pequeña importancia para las
necesidades de capital de los países subdesarrollados” (Lewis; 1955/1976: 288).
106
capital tendrían que ser mayores, ya que en los países más pobres el aumento natural de la
población es por lo general más rápido (Myrdal: 1957/1979: 13-15).
Uno de los principales problemas que tienen los países subdesarrollados, y que
obstaculizan dejar esa condición, son sus desigualdades regionales, y estas aumentan
conforme prevalecen las fuerzas del mercado42
. Dice Myrdal que “si las cosas se dejan al
libre juego de las fuerzas del mercado sin que interfiriesen con ellas disposiciones
restrictivas de la política, la producción industrial, el comercio, la banca, los seguros, el
transporte marítimo y, de hecho, casi todas la actividades económicas que en una economía
en proceso de desenvolvimiento tienden a producir un rendimiento mayor que el promedio
–así como también la ciencia, el arte, la literatura, la educación y la alta cultura- se
concentrarían en ciertas localidades y regiones, dejando el resto del país más o menos
estancado.” (Myrdal; 1957/1979: 38). Lo mismo sucedería con los movimientos
internacionales de mano de obra, capital y de bienes y servicios.
¿Qué obstáculos presentan las desigualdades regionales para el desarrollo? Tan importantes
son los obstáculos, que se convierten en un círculo vicioso. Dice Myrdal:
Por el contrario, el bajo nivel medio de desarrollo de un país subdesarrollado explica
parcialmente por qué los efectos impulsores son débiles…El hecho de que los bajos
niveles de desarrollo económico estén acompañados por lo general por grandes
desigualdades económicas representa por sí mismo un impedimento de importancia
para el progreso. Tiende a mantener en el atraso a los países subdesarrollados. Esta es
una de las interacciones a través de las cuáles, en el proceso acumulativo, “la pobreza
se transforma en su propia causa” (Myrdal; 1957/1979: 47).
Sobre el papel que han jugado los Estados en que prevalezcan o no las fuerzas del mercado
y en que aumenten o disminuyan las desigualdades regionales, Myrdal dice que depende
de los Estados el que prevalezcan las fuerzas del mercado y de que aumenten, o no, las
desigualdades regionales, es decir que los Estados pueden y deben intervenir para aumentar
las igualdades regionales y se elimine uno de los principales obstáculos al desarrollo. Sin
42
Dice Myrdal, al respecto: “Que existe una tendencia inherente del libre juego de las fuerzas del mercado a
crear desigualdades regionales, y que esa tendencia es más dominante mientras más pobre sea el país, son dos
de las leyes más importantes del desarrollo y subdesarrollo económicos bajo el laissez-faire.” (Myrdal
1957/1979: 47).
107
embargo, mientras en los países ricos su política estatal ha estado dirigida a promover una
igualdad mayor en sus regiones, en los países pobres se ha permitido las libres fuerzas del
mercado y su política estatal, más que disminuir, ha facilitado las desigualdades
regionales43
. (Myrdal; 1957/1979: 52-53). Dice Myrdal sobre las posibles causas del porqué
las políticas estatales igualitarias en los países subdesarrollados no se han implementado:
Las políticas igualitarias del estado del bienestar moderno no son baratas. A cada
beneficio recibido por las regiones más pobres de un país corresponde a un sacrificio
de las regiones más ricas, por lo menos durante un tiempo. A causa de ello, las
políticas igualitarias encaran una mayor resistencia en los países más pobres…puesto
que la debilidad de los efectos impulsores ha creado mayores desigualdades…De
nuevo resulta cierto que “la pobreza es su propia causa”. (Myrdal; 1957/1979:53).
Es responsabilidad de los Estados la integración de las naciones, de que disminuyan las
desigualdades regionales, de que disminuya una de las causas del subdesarrollo y la
pobreza. Para Myrdal, la “…principal explicación de por qué esos cuantos países pueden
caracterizarse actualmente como altamente integrados debe encontrarse en la compleja red
de sistemas de interferencias de parte del Estado, que impiden que las regiones, las
industrias o los grupos sociales se retrasen en su desarrollo. Las interferencias tienen su
apoyo en la conciencia de la solidaridad nacional de los países, en donde los ideales de
libertad e igualdad se han transformado en fuerzas sociales en operación. La realización
gradual de esos ideales los ha fortalecido, a su vez, en la misma forma que las bases de la
solidaridad para llevar a cabo una política nacional.” (Myrdal; 1957/1979:60-61).
¿Qué es lo que frena el desarrollo económico de las naciones más pobres? Estar, como se
dijo anteriormente, envueltas en un círculo vicioso que se retroalimenta para frenar el
desarrollo económico:
43
Dice Myrdal sobre el porqué las políticas estatales en los países subdesarrollados han facilitado las
desigualdades regionales: “Por otra parte, en los países más pobres, las políticas de este tipo han sido menos
comunes y se ha permitido el libre juego de las fuerzas del mercado; y debemos recordar que como por regla
general los efectos impulsores son más débiles en esto países, se ha facilitado la creación de desigualdades
regionales…” (Myrdal; 1957/1979:53).
108
Las relaciones entre la falta de integración económica nacional y el relativo atraso
económico persisten en ambos sentidos. A los bajos niveles de desarrollo económico
corresponden bajos niveles de movilidad social, de comunicaciones y de educación
popular; y esto supone que existen grandes impedimentos para la operación de los
efectos impulsores expansionarios. Al mismo tiempo, las naciones más pobres, en
virtud de las desigualdades internas existentes, tienen en gran medida las mismas
razones para ser a menudo menos democráticas, y disponen siempre, por el hecho de
ser pobres, de un campo estrecho de financiamiento y de limitaciones psicológicas de
las políticas orientadas a brindar la igualdad de oportunidades. Además, la
desigualdad de oportunidades ha contribuido a mantener la baja calidad de sus
factores de producción y una baja efectividad de sus esfuerzos productivos: todo esto
ha frenado su desarrollo económico (Myrdal; 1957/1979: 65).
¿Qué efectos tendrían las relaciones económicas internacionales en el desarrollo económico
de las naciones más pobres? Las naciones más pobres siempre han esperado de los flujos de
comercio, de capital y de la migración que acelere su desarrollo económico. Myrdal dice
que estos flujos por si mismos no necesariamente conducen a disminuir la desigualdad, que
por el contrario puede tener efectos que retarden o retrasen la igualdad. Esto por las
ventajas técnicas con que cuentan las industrias de los países desarrollados, que al exportar
a las naciones subdesarrolladas amenazan a sus pequeñas y medianas industrias. El efecto
positivo que podría darse del comercio en las naciones subdesarrolladas sería el de
incrementar la producción y exportación de productos primarios pero, que además de
emplear mano de obra no calificada, la demanda y sus precios de estos productos es
fluctuante. Myrdal insiste que el desarrollo no se puede dejar a las fuerzas del mercado,
sino que “…tiene que llevarse a cabo por interferencias de política, ya sea de parte de la
comunidad mundial o de los países subdesarrollados en particular…” (Myrdal; 1957/1979:
65-67).
Lo mismo puede decirse de los movimientos de capital, ya que este se mueve a sus
necesidades de ganancias y a las necesidades de desarrollo de los países desarrollados.
Dice Myrdal que tampoco “puede descansarse en los movimientos de capital para
contrarrestar las desigualdades internacionales. En las circunstancias descritas, el capital se
alejará en general de los países subdesarrollados, particularmente a medida que los mismos
109
países adelantados se están desarrollando y pueden ofrecer buenas utilidades y seguridad a
los dueños capital.” (Myrdal; 1957/1979: 67). Insiste, por una parte, que las fuerzas del
mercado acentúan las desigualdades internacionales entre naciones, y por la otra, que lo que
impide el desarrollo en las naciones subdesarrolladas es su pobreza y sus débiles efectos
impulsores (Myrdal; 1957/1979: 69).
II.2.1.4 Friedrich A. Hayek: Modo de producción capitalista y liberalismo, versus,
socialismo
Teóricamente, el socialismo fue combatido por Friedrich A. Hayek, uno de los ideólogos
del capitalismo y del liberalismo, a través de su obra titulada “Camino de servidumbre”,
publicada en 1944.
Las críticas apuntan a que el colectivismo, para que pueda funcionar, necesariamente lleva
a la dictadura, aun gobierno totalitario, y con ello a la pérdida de las libertades más
elementales.
Los principios o fundamentos del colectivismo o socialismo, es que se trata de organizar a
toda la sociedad, a toda la economía, con base a objetivos comunes o un objetivo social
común, cuando los individuos tienen objetivos y fines diferentes. Para lograrlo se necesitan
gobiernos totalitarios44
:
Los rasgos comunes a todos los sistemas colectivistas pueden describirse, con una
frase siempre grata a los socialistas de todas las escuelas, como la organización
deliberada de los esfuerzos de la sociedad en pro de un objetivo social determinado...
…Pero todas ellas difieren del liberalismo y el individualismo en que aspiran a
organizar la sociedad entera y todos sus recursos para esta finalidad unitaria, y porque
se niegan a reconocer las esferas autónomas dentro de las cuales son supremos los
fines del individuo. En resumen, son totalitarias en el verdadero sentido de esta nueva
palabra que hemos adoptado para describir las inesperadas, pero, sin embargo,
44
Para Hayek, el dirigir nuestra actividades por un solo plan “…supone que ha cada una de nuestras
necesidades se le dé su lugar en una ordenación de valores que ha de ser lo bastante completa para permitir la
decisión entre todas las diferentes vías que el planificador tiene para elegir. Supone, en resumen, la existencia
de un completo código ético en el que todos los diferentes valores humanos han recibido el sitio debido.”
(Hayek; 1944/2009: 89).
110
inseparables manifestaciones de lo que en teoría llamamos colectivismo (Hayek;
1944/2009: 88, 89).
Si el Estado, el gobierno, organiza la sociedad en base a un fin común, está cortando la
libertad de los individuos de que ellos definan sus fines y objetivos particulares, es decir,
según Hayek, va contra la democracia burguesa, sobre todo en lo que se refiere a la
propiedad privada:
…Por ello se hace todavía más importante comprender que sólo dentro de este
sistema es posible la democracia, si por capitalismo se entiende un sistema de
competencia basado sobre la libre disposición de la propiedad privada. Cuando llegue
ser dominada por un credo colectivista, la democracia se destruirá a sí misma
inevitablemente (Hayek; 1944/2009: 103).
La democracia se presenta como un obstáculo al colectivismo, y por eso necesariamente
este conduce a la dictadura, esta última para la toma de decisiones centrales y con fines
colectivos, y como elemento de coerción y para inculcar ideales socialistas o colectivistas.
Dice Hayek:
…Nuestra afirmación no es, pues, que la dictadura tenga que extirpar inevitablemente
la libertad, sino que la planificación conduce a la dictadura, porque la dictadura es el
más eficaz instrumento de coerción y de inculcación de ideales, y, como tal,
indispensable para hacer posible una planificación central en gran escala. El conflicto
entre planificación y democracia surge sencillamente por el hecho de ser un obstáculo
para la supresión de la libertad, que la dirección de la actividad económica exige...
(Hayek; 1944/2009: 104).
Con el socialismo o colectivismo, dice Hayek, automáticamente se suprime el estado de
Derecho, es decir que los individuos no son libres, para sus fines y deseos personales no
sólo al interior de sus propias naciones sino con naciones liberales capitalistas; no tienen la
seguridad o la certidumbre de que las acciones del Estado se interpondrán o interferirán en
esa búsqueda. En el capitalismo liberal el Estado fijaría normas de las cuales el individuo
111
tiene conocimiento, tiene certidumbre de que el Estado no interferirá en sus aspiraciones
personales45
:
Nada distingue con más claridad las condiciones de un país libre de las que rigen en
un país bajo un gobierno autoritario que la observancia, en aquél, de los grandes
principios conocidos bajo la expresión Estado de derecho…significa que el Estado
está sometido en todas sus acciones a normas fijas y conocidas de antemano; normas
que permiten a cada uno prever con suficiente certidumbre cómo usará la autoridad
en cada circunstancia sus poderes coercitivos, y disponer los propios asuntos
individuales sobre la base de este conocimiento…aun cuando toda ley restringe hasta
cierto punto la libertad individual alterando los medios que la gente puede utilizar en
la consecución de sus fines, bajo la supremacía de la ley le está prohibido al Estado
paralizar por una acción ad doc los esfuerzos individuales… (Hayek; 1944/2009:
105-106).
El Estado colectivista, al no establecer reglas generales formales para todos los ciudadanos,
y para que estos satisfagan sus necesidades se vuelve arbitrario, ya que va atendiendo las
necesidades de los ciudadanos a medida que surgen, y como no puede atender a todas tiene
que elegir o priorizar entre ellas y entre grupos de ciudadanos.
Se habla del Estado, pero finalmente estas decisiones arbitrarias serán tomadas por una
minoría para las mayorías. Dice Hayek al respeto:
La planificación económica de tipo colectivista envuelve necesariamente todo lo
opuesto. La autoridad planificadora no puede confinarse a suministrar oportunidades
a personas desconocidas para que estas hagan de ellas el uso que les parezca. No
puede sujetarse de antemano a normas generales y formales que impidan la
arbitrariedad. Tiene que atender las necesidades efectivas de la gente a medida que
surgen, y para esto ha de elegir deliberadamente entre ellas. Tiene que decidir
constantemente sobre cuestiones que no pueden contestarse por principios formales
tan sólo, y al tomar estas decisiones tiene que establecer diferencias de mérito entre
45
En cuanto a las libertades en un Estado capitalista y un colectivista, Hayek nos dice que bajo el primero
“…el Estado se limita a fijar normas determinantes de las condiciones bajo las cuales pueden utilizarse los
recursos disponibles, dejando a los individuos la decisión sobre los fines para los que serán usados.”,
mientras que bajo el segundo “…el Estado dirige hacia fines determinados el empleo de los medios de
producción…” (Hayek; 1944/2009: 106).
112
las necesidades de los diversos individuos. Cuando el Estado tiene que decidir
respecto a cuántos cerdos cebar o cuántos autobuses poner en circulación, qué minas
de carbón explotar o a qué precio vender el calzado, estas resoluciones no pueden
deducirse de principios formales o establecerse de antemano para largos períodos.
Dependen inevitablemente de las circunstancias del momento, y al tomar estas
decisiones será siempre necesario contrapesar entre sí los intereses de las diversas
personas y grupos. Al final, las opiniones de alguien decidirán cuáles de estos
intereses son más importantes, y estas opiniones pasan así a formar parte de la ley del
país: una nueva distinción de jerarquías que el aparato coercitivo del Estado impone
al pueblo (Hayek; 1944/2009: 107).
El colectivismo también iría contra nuestra libertad económica, no seríamos nosotros los
que decidiríamos la importancia relativa de todas nuestras necesidades sino un gobierno
central, que finalmente estaría constituido por personas; no decidiríamos nosotros el trabajo
ni el lugar en donde ejercerlo. Dice Hayek:
…quien controla toda la vida económica, controla los medios para todos nuestros
fines y, por consiguiente, decide cuáles de estos han de ser satisfechos y cuáles no.
Esta es realmente la cuestión crucial. El control económico no es sólo intervención de
un sector de la vida humana que puede separarse del resto; es el control de los medios
que sirven a todos nuestros fines, y quien tenga la intervención total de los medios
determinará también a que fines se destinarán, que valores serán calificados como
más altos y cuáles como más bajos: en resumen, qué deberán amar y procurarse los
hombres. La planificación central significa que el problema económico ha de ser
resuelto por la comunidad y no por el individuo; pero esto implica que tiene que ser la
comunidad, o, mejor dicho, sus representantes, quienes decidan acerca de la
importancia relativa de las diferentes necesidades (Hayek; 1944/2009: 126).
Para la justicia, justifica el modo de producción capitalista y la competencia, porque es en
este sistema donde tanto ricos como pobres tienen las mejores oportunidades. Para Hayek,
contrario al colectivismo, el capitalismo no hace distinción de personas; que la fortuna o
desgracia no depende de las opiniones de alguien sino de nuestra capacidad y suerte. Dice
Hayek:
113
El hecho de ser mucho más restringidas, en una sociedad de régimen de competencia,
las oportunidades abiertas al pobre que las ofrecidas al rico, no impide que en esta
sociedad el pobre tenga mucha más libertad que la persona dotada de un confort
material mucho mayor en una sociedad diferente. Aunque, bajo la competencia, la
probabilidad de que un hombre que empieza pobre alcance una gran riqueza es
mucho menor que la que tiene el hombre que ha heredado propiedad, no sólo aquel
tiene alguna probabilidad, sino que el sistema de competencia es el único donde
aquél sólo depende de sí mismo y no de los favores del poderoso, y donde nadie
puede impedir que un hombre intente alcanzar dicho resultado… (Hayek; 1944/2009:
138).
En lo que se refiere a la seguridad económica, para Hayek existen dos clases de seguridad,
la limitada y la absoluta. La primera tiene que ver con la seguridad de un ingreso mínimo
que podrían alcanzar todos y que no sería incompatible con el mercado, mientras que la
segunda, en una sociedad libre, no la pueden lograr todos y que tampoco puede concederse
como un privilegio, depende de los esfuerzos del hombre. En el colectivismo, sin embargo,
si se da la segunda, esta remuneración justa, pero que depende más de los méritos que del
esfuerzo humano, y que iría contra las libertades y el mercado, contra la libertad de elegir el
propio empleo (Hayek; 1944/2009: 158).
Por último, que a largo plazo, lo que ha llevado el colectivismo a sus sociedades es al
menosprecio por todas las actividades que conlleven riesgos:
El empeño general de lograr seguridad por medidas restrictivas, tolerado o favorecido
por el Estado, ha producido con el transcurso del tiempo una progresiva
transformación de la sociedad, una transformación en la que, como en tantas otras
direcciones, Alemania ha guiado y los demás países han seguido. Se ha acelerado esta
marcha por otro efecto de la enseñanza socialista: el deliberado menosprecio de todas
las actividades que envuelven riesgo económico y el oprobio moral arrojado sobre las
ganancias que hacen atractivo el riesgo, pero que sólo pocos pueden conseguir...
(Hayek; 1944/2009:169).
114
II.2.1.5 Las etapas de crecimiento de Walt Whitman Rostow
En los sesenta había surgido la teoría de las etapas de Rostow, que planteaba que todas las
que en aquel entonces se consideraban economías desarrolladas habían atravesado por las
mismas cinco etapas hasta que alcanzaron el desarrollo. Decía que era “… posible
identificar las sociedades, en sus dimensiones económicas dentro de una de estas cinco
categorías: la sociedad tradicional, las condiciones previas para el impulso inicial, el
impulso inicial, la marcha hacia la madurez y la era del gran consumo en masa.” (Rostow;
1960/1974: 16). Ponía el ejemplo de Inglaterra, Francia, EE.UU., Alemania y otros países,
actualmente desarrollados, y que necesariamente habían atravesado por esas cinco etapas.
A otros como Turquía, Argentina y México los ubicaba en la tercera etapa de impulso
inicial. Esto significaba que, tarde o temprano, las economías que en aquel entonces se
consideraban subdesarrolladas alcanzarían el desarrollo; el destino de las economías
subdesarrolladas es ir siguiendo en su desarrollo a las desarrolladas. Es decir, no existían
posibilidades de cambio en las condiciones que llevaron a países desarrollados a su
situación actual, que impidan que los hoy países subdesarrollados logren esa condición.
Uno se preguntaría si naciones como Haití en A.L. y Etiopía en África, pasarán
necesariamente por las cinco etapas y en algún momento de la historia llegarán a ser
naciones desarrolladas.
La teoría de las etapas fue objeto de fuertes críticas por la corriente marxista del desarrollo,
como fueron las de Paul Baran y Eric Hosbawm y las teorías de la dependencia. Una de las
críticas de los primeros es que “…la teoría rostoviana de las etapas, pese a sus
pretensiones de gran alcance histórico y sociológico reduce el crecimiento económico a un
solo modelo. Todos y cada uno de los países, cualesquiera que sean sus demás
características, es clasificable únicamente en lo que respecta a su situación de esa escala,
cuyo escalón intermedio es la etapa de impulso inicial. Esto confiere a las etapas
rostovianas cierto aspecto de falsa generalidad, ya que parecen aplicarse a todas y cada una
de las economías…aunque pasa por alto el hecho evidente de que, por universales que sean
los problemas técnicos del crecimiento económico, los diferentes tipos sociales de
organización económica pueden, o deben, resolverse de manera muy distintas.” (Baran y
Hosbawm; 1978: 199-200). La de los segundos las veremos cuando hagamos referencia a
las teorías de la dependencia.
115
II.2.1.6 La época de oro del capitalismo y el problema del desarrollo-subdesarrollo
Época de oro del capitalismo porque en 23 años el crecimiento anual de la producción
mundial fue de 5.1% y el de la producción per cápita de 3.3%. Las condiciones que
propiciaron este crecimiento inusitado fue el desenlace del conflicto, las prioridades y la
voluntad política terminada la SGM.
Terminada la SGM, las economías que se habían visto envueltas en el conflicto terminaron
seriamente deterioradas en términos de población, producción, empleo, niveles de vida,
precios y exportaciones. La excepción fue EE.UU. que salió fortalecido y quedó erigido
como la potencia económica y militar sin contrapesos, posición que lo haría asumir la
conducción del crecimiento de la actividad económica mundial. La prioridad, por lo tanto,
para los dos grupos sería el crecimiento de la actividad productiva para generar las fuentes
de empleo, elevar los niveles de vida, controlar los precios y elevar las exportaciones. Para
Wallerstein:
El periodo de los treinta años gloriosos comenzó con la victoria de los aliados dentro
de la guerra. En 1945, los Estados Unidos eran la única potencia industrial que había
escapado a los efectos de la guerra. Siendo ya un país muy fuerte en 1939, su
capacidad industrial aumentó enormemente durante la guerra: Los Estados Unidos se
encontraron entonces sin ningún competidor económico serio dentro del mundo, en el
momento en que término dicha Segunda Guerra Mundial. La infraestructura de
Europa, de la Unión Soviética y del extremo oriente de Asia, habían sido
ampliamente destruidas, y todas ellas tenían necesidad de ser reconstruidas. Ningún
país podía producir mercancías tan eficazmente y tan baratas como lo hacían los
Estados Unidos, lo que significó que las empresas norteamericanas podían llevar a
cabo la competencia económica con esos países, incluso dentro de sus propios
territorios…No vale demasiado ser el productor más eficaz si uno no tiene enfrente
compradores, lo que es un problema que nos remite a la cuestión de la demanda
efectiva. En el principio había pocos de estos compradores. Entonces se hizo
necesario que Estados Unidos ayudara a todos esos países a reconstruirse: El sentido
del Plan Marshall tenía como finalidad crear precisamente a esos compradores
(Wallerstein; 2005: 59).
116
El interés económico e ideológico que EE.UU. tenía en el crecimiento de esos países se
refleja en los montos de sus programas de asistencia militares y créditos, que tan sólo para
Europa Occidental ascendieron a más de 34 mil millones de dólares (MMDD) de 1945 a
1955, ayuda que disminuyó drásticamente en siguiente decenio, conforme estas economías
se recuperaban46
. En el plano ideológico, ¿qué hacer después de terminada la SGM para
que prevaleciera la paz mundial como prerrequisito del crecimiento? Estaban los Acuerdos
de Yalta, en los que las dos ideologías del grupo ganador, el capitalismo de EE.UU. y el
socialismo de la U.R.S.S. llegaron a acuerdos que iban en la dirección de evitar un conflicto
de grandes dimensiones. Para Wallerstein:
…este acuerdo real tenía tres componentes: primero, Europa sería dividida en dos
zonas de influencia, que correspondían más o menos a los lugares en que se habían
detenido las tropas occidentales y soviéticas en el momento del final de la guerra, es
decir, en torno de una línea que iba desde Stettin hasta Triestre y que divide a
Alemania en dos partes, lo que de otra parte implicaba la idea tácita de que todo
aquello que estaba fuera de Europa debía considerarse como incluido del lado
norteamericano, excepto Corea que fue igualmente dividida. En segundo lugar, cada
uno de los dos socios de este acuerdo, de un lado los Estados Unidos y del otro lado
la Unión Soviética, podía hacer lo que quisiera dentro de su propia zona, siempre y
cuando no interviniera en la zona del otro socio. La contrapartida era que los Estados
Unidos no darían absolutamente nada para la construcción de la llamada zona
soviética. En tercer lugar, cada uno de los socios tenía el derecho de intentar difundir
abiertamente su ideología y de denunciar la del otro socio. Y esto era algo que valía la
pena promover en la medida en que reforzaba la cohesión de cada uno de los dos
campos (Wallerstein; 2005: 60).
La prioridad del crecimiento sin perturbaciones y conflictos, haría que se sentaran las bases
institucionales con la creación de la ONU, el FMI, el BM y el Acuerdo General sobre
Aranceles y Comercio (GATT), principalmente. Tenían como objetivo ayudar a la
reconstrucción de los involucrados en el conflicto armado, la estabilidad monetaria, la paz
46
Datos tomados del Statistical Abstract of the United States, 1978. U.S. Departamento de Comercio. 99 th Annual Edition.
117
mundial y disminuir restricciones a los flujos comerciales, todo para impulsar la inversión,
el crecimiento de la producción, el empleo y estabilidad de precios, sin perturbaciones.
Además cobraron fuerza los preceptos keynesianos de que el Estado, y no sólo el mercado,
debería promover el crecimiento y el empleo mediante el gasto público. Dice Maddison:
El segundo nuevo elemento de fuerza era la modificación del carácter de las políticas
económicas internas, conscientemente destinadas a promover elevados niveles de
demanda y empleo en los países avanzados, y de ordinario orientadas hacia objetivos
de desarrollo en otras partes.
Un rasgo importante de la edad de oro fue el considerable crecimiento de la razón del
gasto público al PIB. Esta razón se elevó de 27% del PIB en 1950 a 37% en 1973 en
los países de la OCDE… (Maddison; 1989/1992: 85, 94).
Los objetivos se habían conseguido. Si observamos los cuadros del II.7 al II.11 tenemos
que todos los indicadores que tenían que ver con la producción, la producción per cápita y
el comercio crecieron de manera inusitada, tanto en los desarrollados como en los
subdesarrollados.
En cuanto al desarrollo desigual, habría que señalar que, es cierto que la producción creció
más en los países subdesarrollados, pero aun así, después de 23 años, la concentración en
los países desarrollados seguía siendo acentuada. Si uno observa los cuadros del II.7 al
II.12, tenemos que en 1973 los países de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), con 21.5% de la población mundial, concentraba el 63%
de la producción, 85.8% del comercio y un PIB per cápita de 7,852 dólares, por lo
contrario, Asia y A.L., que en conjunto tenían el 70% de la población mundial, sólo
aportaban el 22% de la producción y el 9% de las exportaciones y tenían un PIB per cápita
de 1,061 y 2,728 dólares respectivamente, PIB que lejos de acercarse al de los de la OCDE
se había alejado aún más.
118
Cuadro II.7. Crecimiento del PIB real y PIB per cápita: 1950-1973
(Tasa media anual de crecimiento del PIB a precios constantes y
tasas de crecimiento medio anual compuesto del PIB per cápita)
1950-1973
PIB real PIB per cápita
Promedio de la OCDE a/ 4.9 3.8
Promedio asiático b/ 5.4 2.8
Promedio latinoamericano c/ 5.2 2.5
Promedio de los países en desarrollo 5.3 2.7
URSS 5.0 3.6
Promedio de los 32 países 5.1 3.3
a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza
b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,
Tailandia
c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y
política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs., 41-44, Fondo de Cultura
Económica, México.
119
Cuadro II.8. Población en muestra de 32 países
(Miles de habitantes a mediados del año y porcentajes)
1950 % 1973 %
Total 2010227 100 2973966 100
16 países de la OCDE a/ 580163 28.9 639903 21.5
9 países asiáticos b/ 1128299 56.1 1855931 62.4
6 países latinoamericanos c/ 121785 6.1 228332 7.7
URSS 180050 9.0 249800 8.4
a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza
b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,
Tailandia
c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y
política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Pág. 186, Fondo de Cultura Económica,
México.
120
Cuadro II.9. Exportaciones a precios de 1980, 1950-1973
(Millones de dólares y porcentajes)
1950 % 1973 %
Total de 32 países 185259 100 1009810 100
Total de la OCDE a/ 149340 80.6 866782 85.8
Total de Asia b/ 17050 9.2 58456 5.8
Total América Latina c/ 13212 7.1 33864 3.4
URSS 5657 3.1 50708 5.0
a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza
b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,
Tailandia
c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y
política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Pág. 208, Fondo de Cultura Económica,
México.
121
Cuadro II.10 PIB total en dólares internacionales, 1950-1973
(precios de 1980) ajustado para excluir el efecto de los
cambios de fronteras
(Millones de dólares y porcentajes)
1950 % 1973 %
Total de 32 países 2951078 100 8659150 100
Total de la OCDE a/ 1950315 66.1 5459168 63.0
Total asiático b/ 424560 14.4 1339237 15.5
Promedio latinoamericano c/ 168363 5.7 595147 6.9
URSS 407840 13.8 1265598 14.6
a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza
b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,
Tailandia
c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Fuente; Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y
política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 158-159, Fondo de Cultura
Económica, México.
122
Cuadro II.11. PIB per cápita a precios de 1980
(En dólares internacionales y porcentajes)
1950 % 1973 %
Promedio de la OCDE a/ 3553 100 7852 100
Promedio asiático b/ 505 14.2 1061 13.5
Promedio latinoamericano c/ 1610 45.3 2758 35.1
URSS 2265 63.7 5066 64.5
a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza
b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,
Tailandia
c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Fuente; Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y
política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 19-20, Fondo de Cultura
Económica, México.
123
Cuadro II.12. Razón de las exportaciones de mercancías al
PIB a precios actuales de mercado
(Porcentajes)
1950 1973
Promedio de la OCDE a/ 15.1 20.0
Promedio asiático b/ 7.7 16.2
Promedio latinoamericano c/ 11.5 9.1
a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza
b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,
Tailandia
c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Fuente; Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y
política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Pág. 209, Fondo de Cultura Económica,
México.
Es este marco internacional el que va a incidir en la construcción del pensamiento
dependentista, marco dado por las construcciones teóricas referidas al desarrollo en las dos
vertientes, pero también esta persistencia del subdesarrollo de las naciones
latinoamericanas. En el siguiente capítulo el núcleo del pensamiento dependentista, desde
sus antecedentes hasta quiénes fueron sus autores, y de estos su método, sus objetivos, sus
tesis, sus diferencias, etc., con el objetivo de tener claro su pensamiento y determinar su
vigencia en el periodo neoliberal.
124
CAPÍTULO III. ELDESARROLLO-SUBDESARROLLO EN AMÉRICA LATINA Y
EL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA
Presentación
¿En qué contexto latinoamericano ubicamos el pensamiento dependentista de la década de
los sesenta? ¿Cuál era la realidad latinoamericana en la década de los sesenta del siglo XX,
el escenario económico, político y social, que hacía surgir ese pensamiento? ¿Cuáles eran
sus principales tesis? ¿Cuáles eran sus principales diferencias? ¿Cuáles fueron las críticas
que en su momento recibieron las tesis del pensamiento dependentista? ¿Hasta cuándo
continuaron sus producciones teóricas con este enfoque? ¿Cambiaron sus primeras tesis en
sus últimas producciones teóricas? A estas preguntas responderemos en el presente
capítulo.
En A.L., hasta antes de las construcciones de las tesis dependentistas, principalmente desde
fines del siglo XIX y hasta la década de los cincuenta del siglo XX, existía una seria
preocupación por el desarrollo-subdesarrollo de estas naciones. Nos referimos al
pensamiento de José Martí, de José Mariátegui, de Aníbal Ponce, de Fidel Castro y Ernesto
Che Guevara, entre otros
Con esto, también, habría que llamar la atención en que no sólo en occidente se hacían
construcciones teóricas sobre el problema desarrollo-subdesarrollo, ni que tampoco en A.L.
esta preocupación comenzó con los trabajos de la CEPAL, por medio de Raúl Prebisch, por
supuesto que con diferencias importantes entre ellos. Por ejemplo, no es lo mismo el
pensamiento de Prebich, que si bien cuestionaba los supuestos beneficios de la
especialización internacional del trabajo, tenía el mismo concepto de desarrollo del
pensamiento occidental y confiaba en la actuación del Estado, la iniciativa privada y el
capital extranjero como los actores principales en lograr el desarrollo, que el de Mariátegui,
o el de Ernesto Che Guevara y Fidel Castro que tenían al marxismo como punto de
referencia y que entendían el desarrollo como un problema de justicia social para toda la
población de las naciones latinoamericanas.
Hacían suyos los planteamientos marxistas y los aplicaban al análisis de la realidad
latinoamericana, no de manera mecánica, sino acuerdo a la especificidad de su
problemática. Con este enfoque formularían varias de sus tesis relacionadas con el
125
desarrollo- subdesarrollo latinoamericano. Pero no sólo eso, sino con su enfoque y su
activismo político buscaron la transformación, muchas veces revolucionaria, de la realidad
latinoamericana.
También estaban los planteamientos de la CEPAL desde 1949, por medio su director,
Raúl Prebisch. Prebisch cuestionaría los supuestos beneficios de la especialización
internacional del trabajo y propondría la industrialización para las naciones
latinoamericanas como único medio para captar el “fruto del progreso técnico” y elevar el
nivel de vida de la población. Las tesis de Prebisch-CEPAL fueron llevadas a la práctica
por los diversos gobiernos latinoamericanos, sin que, para la década de los sesenta, alguna
nación latinoamericana lograra superar la condición de subdesarrollo y muchos problemas
típicos de esa condición, como la pobreza, la concentración del ingreso y déficits crónicos
de balanza de pagos. La misma CEPAL así lo reconocería.
La crisis económica, política y social de A.L. y por consecuencia la crisis del modelo de
desarrollo propuesto por la CEPAL y de su pensamiento, dieron lugar al surgimiento del
pensamiento dependentista. Con un enfoque marxista, y con los resultados de la
industrialización hasta la década de los sesenta, plantearían que el subdesarrollo, no sólo
era producto de la génesis y expansión de las contradicciones del capitalismo, sino que a las
naciones las dejaba en una situación de dependencia del centro que hacía imposible que
dejaran esa condición, por lo que la única vía para el desarrollo era el que ya habían
seguido Rusia, Europa del Este y Cuba, en A.L., es decir el socialismo. Esta conclusión
sería importante desde el punto de vista del actuar de los movimientos obreros, de los
grupos guerrilleros y de los partidos políticos, en el sentido de ¿cómo alcanzar el
socialismo?, es decir, ¿alcanzarlo por la lucha armada como lo había hecho el pueblo
cubano, o esperar a que se desarrollara el capitalismo y sus contradicciones para que por
medio de la acción revolucionaria del movimiento obrero se llegara el socialismo?
Existían diferencias importantes entre los principales exponentes del pensamiento
dependentista. Entre Theotonio Dos Santos y Andre Gunder Frank y Cardoso y Faletto con
Ruy Mauro Marini, por mencionar algunas. Las diferencias las desarrollaremos en el
presente capítulo.
126
Lo importante, también, de este pensamiento es que hizo implosión en el pensamiento
social crítico latinoamericano ya que se abordaron diferentes temáticas de la problemática
de la realidad latinoamericana desde el enfoque de la dependencia47
. Dice Cardoso al
respecto:
…Un balance de la bibliografía sobre América Latina en los últimos cinco años
demostrará, ciertamente, que casi existe un corte entre la temática pretérita y la
actual. Este corte colocó en primera plana, en los organismos internacionales y en las
universidades, e instituciones en general cautelosas en esta materia, el
replanteamiento de la relación entre los países imperialistas y los países dominados.
Aún más que esto, importa hacer resaltar que se multiplicaron los análisis sobre el
Estado, las burguesías locales, sobre los sindicatos, los obreros y los movimientos
sociales, sobre las ideologías (para no mencionar los estudios sobre marginalidad y
urbanización), que, de uno o de otro modo, se inspiran en el cuadro de referencia de
los estudios sobre la dependencia (Cardoso; 1975/1976: 109).
Las construcciones dependentistas, aun con el predominio de la teoría burguesa del
capitalismo de libre mercado durante los últimos treinta años, no sólo han continuado hasta
lo que va del siglo XXI, sino que siguen inspirando estudios de la realidad latinoamericana
a partir de su enfoque. Estudios, sobre todo a partir del fracaso del proyecto neoliberal en
cuanto a la solución de problemas de justicia social.
El pensamiento dependentista no estuvo exento de críticas por parte de teóricos no
adheridos a este pensamiento, críticas como las de Giovanni Arrighi y las de Jorge
Castañeda, entre otras críticas. También haremos referencia a ellas en el presente capítulo.
El presente capítulo lo dividiremos en tres grandes apartados, en el primero veremos lo que
yo llamo el pensamiento clásico latinoamericano, y tiene que ver con las preocupaciones
sobre el desarrollo-subdesarrollo latinoamericano de pensadores sociales críticos
latinoamericanos de las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX. Me refiero a
las aportaciones de José Martí, Aníbal Ponce, José Mariátegui, Fidel Castro y Ernesto Che
47
Decía Cardoso en aquel entonces que lo importante era que se había formado “una corriente intelectual
preocupada por una problemática común. Así, se derivó un enriquecimiento indiscutible en el conocimiento
de la red de relaciones que conforma el proceso social en la situación latinoamericana.” (Cardoso; 1975/1976:
110).
127
Guevara, entre otros pensadores. En el segundo, el pensamiento de la CEPAL por medio de
su primer director, Raúl Prebisch, su aplicación práctica por los gobiernos
latinoamericanos, por lo menos desde los cincuenta y hasta fines de los setenta del siglo XX
y sus resultados en términos de justicia social. Por último, el pensamiento dependentista,
sus principales exponentes, su punto de partida, sus objetivos su método, su enfoque sus
tesis y diferencias, entre otras características de este pensamiento.
III.1 EL PENSAMIENTO CLÁSICO LATINOAMERICANO Y EL PROBLEMA
DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO LATINOAMERICANO48
III.1.1 El pensamiento clásico latinoamericano, la especificidad de la problemática de
“Nuestra América” y la inviabilidad del pensamiento occidental y su idea desarrollo
Desde fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX, José Martí, Aníbal Ponce y José
Mariátegui cuestionaron lo que había significado para A.L. y su desarrollo, el desarrollo
del capitalismo en Europa, posteriormente en EE.UU. y su extensión a estas naciones.
Afirmaban que el desarrollo de las sociedades estaba sometido a los intereses de las clases
dominantes locales e internacionales; daban cuenta, ya con varios siglos de capitalismo, de
dominación y dependencia, de lo problemático que era lograr el desarrollo y resolver los
problemas de justicia social; daban cuenta de cómo las naciones dominantes habían creado
conceptos de inferioridad para categorizar y dominar a los pueblos latinoamericanos. Por
ejemplo Aníbal Ponce, lo mismo que Mariátegui, tenía muy claro el funcionamiento del
modo de producción capitalista y de cómo la burguesía, como clase dominante y
persiguiendo la ganancia como su fin último, sometía a las instituciones y organizaciones
para alcanzar ese fin49
. Mariátegui, respecto a lo que había significado la colonia para la
economía peruana en término de desarrollo-subdesarrollo, que bien se podía aplicar a toda
48
Le llamo clásico al pensamiento crítico latinoamericano preocupado por el desarrollo-subdesarrollo
latinoamericano, que va desde fines del siglo XIX y hasta la cuarta década del siglo XX. Clásico en el sentido
de que fueron los primeros intentos teóricos en rechazar la visión que occidente tenía de A.L. y de que era
con esta visión de cómo se buscaban resolver sus problemas. En este ubicamos el pensamiento de José Martí,
el de José Mariátegui, el de Anibal Ponce y otros, y al pensamiento dependentista como su continuación. 49
Ponce pone como ejemplo el que la burguesía del siglo XIX, le era necesario el que las masas tuvieran algo
de educación. Dice: “Por imposición del desarrollo capitalista, en primer término, la burguesía del siglo
XIX no tuvo más remedio que entregar a las masas un mínimo de educación. Las máquinas complicadas de la
industria no podían ser confiadas a un analfabeto; la formación de los equipos de sus capataces y de sus
técnicos exigía, también determinada enseñanza superior…” (Ponce; 1969: 74).
128
A.L., nos dice que por falta de estructura demográfica no se pudo construir una economía
sólida y orgánica. Decía:
Pero no envió España al Perú, como del resto no envió tampoco a sus otras
posesiones, una densa masa colonizadora. La debilidad del imperio español residió
precisamente en su carácter y estructura de empresa militar y eclesiástica más que
política y económica. En las colonias españolas no desembarcaron como en las costas
de Nueva Inglaterra grandes bandadas de pioneers. A la América española no
vinieron casi sino virreyes, cortesanos, aventureros, clérigos, doctores y soldados. No
se formó, por esto, en el Perú una verdadera fuerza de colonización. La población de
Lima estaba compuesta por una pequeña corte, una burocracia, algunos conventos,
inquisidores, mercaderes, criados y esclavos. El pioneer español carecía, además, de
aptitud para crear núcleos de trabajo. En lugar de la utilización del indio parecía
perseguir su exterminio. Y los colonizadores no se bastaban así mismos para crear
una economía sólida y orgánica. La organización colonial fallaba por la base, le
faltaba cimiento demográfico…
El colonizador, que en vez de establecerse en los campos se estableció en las minas,
tenía la psicología del buscador de oro. No era, por consiguiente, un creador de
riqueza. Una economía, una sociedad, son la obra de los que colonizan y vivifican la
tierra; no de los que precariamente extraen los tesoros de su subsuelo. La historia del
florecimiento y decadencia de no pocas poblaciones coloniales de la sierra,
determinados por el descubrimiento y el abandono de minas prontamente agotadas o
relegadas, demuestra ampliamente esta ley histórica (Mariátegui; 1928: 16, 57).
En esta estructura económica feudal y esclavista se levantarían las economías de las
naciones independientes, estructura que determinaría el desenvolvimiento futuro de sus
economías y la continuación de la conformación del subdesarrollo latinoamericano.
Con el enfoque marxista, Mariátegui afirmaba que las independencias latinoamericanas
respondían a las necesidades del desarrollo capitalista latinoamericano y occidental. En el
mismo sentido apuntaba pocos años atrás Rosa Luxemburgo, a la que hicimos referencia en
el capítulo II (Mariátegui; 1928: 18-20). Por eso, inmediatamente terminado el proceso
revolucionario “…buscaron en el tráfico con el capital y la industria de Occidente los
129
elementos y las relaciones que el incremento de su economía requería. Al Occidente
capitalista empezaron a enviar los productos de su suelo y su subsuelo. Y del Occidente
capitalista empezaron a recibir tejidos, máquinas y mil productos industriales. Se estableció
así un contacto continuo y creciente entre la América del Sur y la civilización
Occidental…” (Mariátegui; 1928: 20).
Decía Mariátegui, y que como se dijo anteriormente, se puede aplicar a toda A.L., que el
“…Perú emergido de la Conquista, afirmado en la independencia, había menester de las
máquinas, de los métodos y de las ideas de los europeos, de los occidentales.” (Mariátegui;
1928: 16). La clases gobernantes y las nacientes burguesías, dominadas y dependientes del
capital extranjero y al no ver más alternativas que ser como occidente, y a pesar de
nuestras particularidades en términos geográficos, poblacionales y económicos y
culturales, emprendieron la construcción de nuestras naciones, teniendo como referencia a
occidente, desde su forma de gobierno, sus métodos de producción, su producción misma,
su educación, y su consumo. Ante esta situación se cerraron las posibles opciones distintas
de crecimiento y desarrollo.
José Martí, y el mismo José Mariátegui, reconocieron la especificidad de la problemática
de A.L. y de la posibilidad y la búsqueda del cambio en estos países, y que por lo mismo no
se podía aplicar el pensamiento occidental para su solución; no se podía con ideas
importadas producto de otras realidades; no se podía con conceptos de inferioridad creados
por occidente para ejercer su dominio de los pueblos latinoamericanos; que el referente no
debería de ser occidente sino la misma A.L. Por ejemplo, para Mariátegui la idea de
inferioridad del indio, sólo por ser indio, fue creada por occidente para ejercer la conquista
y dominio de los pueblos latinoamericanos50
. Dice Mariátegui que “la suposición de que el
problema indígena es un problema étnico se nutre del más envejecido repertorio de ideas
imperialistas. El concepto de razas inferiores sirvió al Occidente blanco para su obra de
expansión y conquista…La degeneración del indio peruano es una barata invención de los
50
Esta orientación, de alguna manera tiene que ver con lo que décadas después Dussel le llamaría educación
desarraigada, alienante y dominadora, esto es, que la educación que se impartía a los pueblos de A.L. era una
educación dirigida a conocer y valorar más la cultura y el consumo de Europa y EE.UU., y ahora también
el de Asia, y mucho menos el de A.L. Para conocerla, la educación utilizaba los conceptos y categorías
dominadores creados por occidente.
130
leguleyos de la mesa feudal.” (Mariátegui; 1928/1979: 37). Pero así se le considera al indio,
como raza inferior, en la educación pública peruana:
La educación nacional, por consiguiente, no tiene un espíritu nacional: tiene más bien
un espíritu colonial y colonizador. Cuando en sus programas de instrucción pública el
Estado se refiere a los indios, no se refiere a ellos como a peruanos iguales a todos los
demás. Los considera como una raza inferior. La república no se diferencia en este
terreno del virreinato (Mariátegui; 1928/1979: 95).
Tenían claro cuál era el espíritu de la educación prevaleciente en aquel entonces, cuál
debería ser, y de cómo analizarla para su posible reforma. El espíritu de aquel entonces
tenía que ver con el tipo de gobiernos que gobernaban a “nuestra América” y que Martí
calificó de exóticos.
Para Martí, “nuestra América” necesitaba gobiernos lógicos y no exóticos, nada alejados,
cien años después, en que se sigue pensando que el referente debe seguir siendo la cultura,
el consumo occidental, y que sólo ellos tienen las herramientas y los conocimientos para el
cambio en el mundo subdesarrollado. Estos gobiernos exóticos de alguna manera tenían
que ver con la educación universitaria, que se relacionaba poco o nada con la problemática
latinoamericana y más con el conocimiento de la cultura occidental, nada alejado de los
actuales reclamos latinoamericanos en que sus burguesías siguen teniendo como referencia
la cultura y el consumo de occidente, aunque sea para las minorías. Para Martí, la mejor
forma de gobernar a las naciones latinoamericanas era conociéndolas. Dice Martí:
…¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes, si no hay universidad en
América donde se enseñe lo rudimentario del arte del gobierno, que es el análisis de
los elementos peculiares de los pueblos de América? A adivinar salen los jóvenes al
mundo con antiparras yanquis o francesas y aspiran a dirigir un pueblo que no
conocen…el premio de los certámenes no ha de ser para la mejor oda, sino para el
mejor estudio de los factores del país en que se vive…Conocer el país, y gobernarlo y
gobernarlo conforme al conocimiento, es el único modo de librarlo de tiranías…Los
políticos nacionales han de remplazar a los políticos exótico. Injértese en nuestras
repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas… (Martí;
1891/2006: 42-43).
131
Mariátegui, ya desde fines de la década de los treinta del siglo XX, llamaba la atención que
cuando se analizará el problema de la educación, habría que considerar que no sólo se
trataba de un problema de contenidos o de pedagogía, sino como determinada por el
desarrollo económico, es decir que el perfil educativo como determinado por lo que las
clases dominantes necesitan para seguir alcanzando su fin último que es la ganancia51
.
Esta idea Marxista, retomada por Mariátegui, es importante tenerla siempre presente
cuando se analiza el problema de la educación en A.L., ya que no hacerlo nos conduciría a
quedarnos en las apariencias. El tenerla presente nos ilustraría del porqué de ciertas
características del sistema educativo. Por ejemplo, nos contestaría del por qué una
educación empresarial en la época neoliberal. Dice Mariátegui, al respecto:
…El problema de la enseñanza no puede ser bien comprendido en nuestro tiempo,
sino es considerado como un problema económico y como un problema social. El
error de muchos reformadores ha estado en su método abstractamente idealista, en su
doctrina exclusivamente pedagógica. Sus proyectos han ignorado el íntimo engranaje
que hay entre la economía y la enseñanza y han pretendido modificar esta, sin
conocer las leyes de aquella…Los programas y los sistemas de educación pública, en
la edad que ahora declina, han dependido de los intereses de la economía burguesa.
La orientación realista o moderna ha sido impuesta ante todo, por la necesidad del
industrialismo… (Mariátegui; 1928/1979; 141-142).
Aníbal Ponce, ya desde 1935, planteaba también que desde el siglo XVI, con la disolución
del régimen feudal, la burguesía sometería a sus necesidades e intereses de ganancias a la
educación, a la religión y otras instituciones (Aníbal Ponce; 1969: 19-85).
Tenían una idea de desarrollo muy diferente a la que ya entonces se tenía en occidente, que
era el de incrementar el capital por hombre ocupado y por consiguiente la producción per
cápita, idea que apuntaba al derecho que todos los latinoamericanos tienen a disfrutar de los
productos de la naturaleza, y que es utópico que se pueda lograr en el modo de producción
51
En este mismo sentido se refería a la “reforma universitaria”, es decir que tenía que ser analizada no de
manera aislada sino como consecuencia del desarrollo económico del Perú, es decir, como determinada por la
estructura económica. Citando a Mariano Hurtado decía que “…La Reforma universitaria –escribe- es, antes
que nada y por sobre todo, un fenómeno social que resulta de otro más general y extenso, producido a
consecuencia del grado del desarrollo económico de nuestra sociedad…” (Mariátegui; 1928/1979; 113)
132
capitalista, Decía Martí, hace más de cien años, respecto a lo que los gobiernos
latinoamericanos deberían de perseguir para sus naciones:
… y el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o
el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país, y cómo puede ir
guiándolos en junto, para llegar, por métodos e instituciones nacidas del país mismo,
a aquel estado apetecible donde cada hombre se conoce y ejerce, y disfrutan todos de
la abundancia que la naturaleza puso para todos en el pueblo que fecundan con su
trabajo y defienden con sus vidas… (Martí; 1891/1979: 41).
Cien años después, el reclamo sigue presente en las sociedades latinoamericanas y sigue
siendo una utopía que se pueda alcanzar con el capitalismo neoliberal.
III.1.2 La transición del pensamiento clásico al pensamiento dependentista: El
pensamiento del Che Guevara, Fidel Castro y la revolución cubana
En A.L., lo mismo que otras regiones atrasadas, la expansión del capitalismo ha sido más
rapaz que en occidente, ya que una vez que estos territorios fueron descubiertos entre
finales del siglo XV y principios del XVI fueron agredidos, esclavizados, explotados y
sometidos a la lógica de acumulación del capitalismo occidental. Tres siglos de dominación
colonial y siglo y medio de independencia política, habían hecho, hasta mediados del siglo
XX, imposible su desarrollo, ya que aun con la independencia política las burguesías
locales eran sometidas o se aliaban a las burguesías de occidente para seguir con la
explotación de estas naciones. De esto estaban conscientes los marxistas latinoamericanos
como Fidel Castro y Ernesto Che Guevara al reclamar que los destinos de nuestras naciones
estaba en sus pueblos, con todo lo que esto significa, y no en occidente. Decía Fidel Castro:
“¿Qué es la historia de Cuba sino la historia de América Latina? ¿Y qué es la historia de
América Latina sino la historia de Asia, África y Oceanía? ¿Y qué es la historia de todos
estos pueblos sino la historia de la explotación más despiadada y cruel del imperialismo en
el mundo entero?” (Castro; 1962/2008: 254). Hacían suyos los planteamientos marxistas,
en el sentido de que no sólo el mismo modo de producción capitalista generaba
subdesarrollo, sino que una vez que estos países entraban en esta condición el mismo modo
de producción capitalista se convertía en un obstáculo para avanzar al desarrollo. Hacían
suya la idea de que las mismas contradicciones del modo de producción, en el que la
133
burguesía era la clase dominante, generaba al proletariado como clase revolucionaria. Este
era, por su misma condición de su clase, el que cambiaría el modo de producción capitalista
por otra forma superior de organización de la sociedad, y en la que desaparecerían los
elementos y los sujetos de la explotación capitalista, es decir la propiedad privada y con
ello la burguesía y el proletariado como clases. Esta forma de organización sería el
socialismo. (Castro1962/2008: 257- 258). Estas ideas revolucionarias se llevaron a la
práctica y se concretaron en A.L. con la revolución socialista cubana en 195952
.
Lo mismo Ernesto Che Guevara, su concepto estaba muy alejado de lo que hoy se
considera desarrollo, e iba a lo que por décadas no se había podido resolver en A.L. y era el
problema de la justicia social, la pobreza y la de desigualdad social, que eran inherentes al
modo de producción capitalista. Dice Che Guevara:
La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba expresa la convicción cubana de
que la democracia no puede consistir sólo en el ejercicio de un voto electoral que casi
siempre es ficticio…sino en el derecho de los ciudadanos a decidir…sus propios
destinos. La democracia, además, sólo existirá en América Latina cuando los pueblos
sean realmente libres para escoger, cuando los humildes no estén reducidos por el
hambre, la desigualdad social, el analfabetismo y los sistemas jurídicos a la más
ominosa impotencia (Che Guevara; 1961/ 1969: 417).
La revolución cubana fue de trascendencia para A.L., no sólo porque enseñaba que el
cambio revolucionario era necesario, sino que era posible. Se convertía en el ejemplo para
el mundo subdesarrollado y para A.L.. Pero además enseñaba que la revolución se puede
lograr sin que estén plenamente desarrollados las contradicciones del capitalismo, es decir
una burguesía y un proletariado desarrollados; enseñaba que no habría que esperar que el
modo de producción capitalista y sus contradicciones estuvieran plenamente desarrollados
para que las naciones latinoamericanas alcanzaran el socialismo como alternativa de
52
Aquí son interesantes los comentarios que Agustín Cueva hace sobre la trascendencia de la Revolución
Cubana. Primero, en el sentido de que no trasgredió la idea de que “sin teoría revolucionaria no hay acción
revolucionaria”, ya que el marxismo-leninismo se había aclimatado en América Latina y existía una visión del
mundo a partir de esta teoría. Segundo, que la revolución cubana era la “culminación de una serie de
insurrecciones revolucionarias en América Latina, y tercero, que la revolución cubana implicó una superación
del marxismo que hasta entonces existía, ya que “constituyo no sólo una culminación sino además una crítica
prácticas de aquél, al mostrar nuevos caminos y perspectivas para la revolución”, entre otros comentarios
(Cueva; 1987: 7-8).
134
desarrollo al capitalismo. Dice Fidel Castro: “¿Y que enseña la revolución Cubana? Que la
Revolución es posible, que los pueblos pueden hacerla, que en el mundo contemporáneo no
hay fuerzas capaces de impedir el movimiento de liberación de los pueblos.” (Castro;
1962/2008: 273).
Por último, en el problema del desarrollo-subdesarrollo latinoamericano, ¿cómo se debe
concebir la educación, es decir todo el problema del desarrollo debe girar en torno a la
educación, o la educación es sólo un elemento del desarrollo? Por ejemplo, el problema de
las migraciones, el ambiental, el de la violencia, el de las tradiciones, el del consumo, que
actualmente ha desembocado en enfermedades crónicas, el de la infraestructura, el de los
servicios públicos y el racismo, entre otros, ¿todos son problemas que tienen que ver y se
resolverían con un cierto tipo de educación?, ¿o tienen que ver, además de la educación,
con otro tipo de acciones, como serían las gubernamentales? Si esto último es así, entonces,
al mismo tiempo que se impulsa cierto tipo de educación, también se deberían llevarse a
cabo acciones tendientes a resolver problemas como los mencionados en líneas anteriores.
Para Ernesto Che Guevara la prosperidad es más que sólo educación. Decía: “…Nos
hemos reído del grupo de técnicos que ponía la educación y la sanidad como condición sine
qua non para iniciar el camino del desarrollo. Para nosotros eso es una aberración, pero no
es menos cierto que una vez iniciado el camino del desarrollo, la educación debe marchar
paralela a él…” (Che Guevara; 1961/ 1969: 432).
III.2 EL PENSAMIENTO DE LA COMISIÓN ECONOMICA PARA AMÉRICA
LATINA Y LA INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE
IMPORTACIONES
III.2.1 La especialización internacional del trabajo y el problema del desarrollo-
subdesarrollo en la CEPAL
Habría que empezar por la importancia que significaba para el pensamiento social
latinoamericano los cuestionamientos de la CEPAL al pensamiento neoclásico y sus
postulados teóricos que no se correspondían con la realidad. Al respecto Arturo Guillén nos
dice sobre la importancia de la CEPAL en la explicación de la problemática
latinoamericana:
135
…países del centro donde apareció primero la ciencia económica se convirtieron en
exportadores de un producto particular, el experto económico extranjero, firmemente
convencido de que gracias a los conocimientos de la ciencia económica podía
explicar la problemática económica y aportar las soluciones correctas en cualquier
país del mundo, y con más razón en los subdesarrollados. Frente a la arrogancia del
experto extranjero se encuentra la actitud de sumisión y de autodesprecio de muchos
economistas del mundo subdesarrollado, quienes lo esperan con ansiedad,
convencidos de que sus consejos serán una medicina mágica que resolverá todos sus
problemas. Contra ese estado de cosas, a finales de los años cuarenta reaccionó un
grupo de economistas latinoamericanos (Raúl Prebisch, Celso Furtado, Juan F.
Noyola, Aníbal Pinto, Jorge Ahumada, Osvaldo Sunkel, entre otros, agrupados en
torno a la recién creada Comisión Económica para América Latina, CEPAL. Ellos
conformaron lo que Furtado denominaría después la orden cepalina del desarrollo,
cuya misión principal era la de tratar de liberarse de ideas ajenas para dejar explicar,
por analogía con las economías del centro, la problemática de la periferia. En pocas
palabras, se trataba de que por primera vez en la historia del pensamiento económico,
como señaló Furtado, los economistas del centro no tuvieran el monopolio de la
explicación del mundo (Guillén; 2007: 296).
También fue importante su legado teórico a aplicarse a través de la política económica.
Furtado, citado por Guillén, nos dice que “cualquier reflexión acerca del legado de la
CEPAL debe partir del reconocimiento de que en ella se efectuó el único esfuerzo de
creación de un cuerpo de pensamiento teórico sobre política económica que ha surgido en
esa vasta área del planeta a la que se denominó tercer mundo.”53
(Guillén; 2007: 296).
53
Sobre el surgimiento del pensamiento crítico en A.L., es ilustrativo el documento de Ruy Mauro Marini
sobre el origen y trayectoria de la sociología en A.L. En el documento se muestra que van a la par tanto las
condiciones materiales en que se reproducen las sociedades latinoamericanas, como también las necesidades
de las clases dominantes latinoamericanas, con el surgimiento del pensamiento social crítico latinoamericano
(Marini; 1994: 1-9) También se destaca el compromiso social que debe tener la ciencia social crítica
latinoamericana. Dice Marini, al respecto: “La Humanidad, decía Max Scheller, no es un punto de partida,
sino de llegada. Sólo el esfuerzo solidario, la búsqueda permanente de valores realmente sociales, susceptibles
de ser compartidos por todos, y la lucha sin tregua contra la desigualdad y la injusticia nos permitirá
alcanzarla.” (Marini; 1994: 9).
136
Después, habría que decir que Prebisch reconoció la complejidad de los problemas
latinoamericanos y que estos deberían resolverse por medio de la investigación y la política
económica. Dice Prebisch:
Se encuentran, pues, los países de América Latina frente a un problema general muy
vasto, en el cual convergen una serie de problemas parciales, a plantear previamente,
para ir trazando luego el largo camino de investigación y acción práctica que habrá
de recorrerse, si se tiene firme el designio de resolverlos (Prebisch; 1949: 100).
Prebisch también reconoce que se conocía poco de los problemas que presentaban las
economías latinoamericanas. Dice que “…es fuerza reconocer que en los países
latinoamericanos queda mucho por hacer, en esta materia, tanto en el conocimiento de los
hechos mismos como en su correcta interpretación teórica. A pesar de tener estos países
tantos problemas de índole semejante, ni tan siquiera se ha conseguido abordar en común
su examen y dilucidación…” (Prebisch; 1949: 100).
Por otra parte, de que existe una preocupación genuina de la CEPAL, a través de los
análisis de Raúl Prebisch, por el desarrollo económico de A.L. a fines de la década de los
cuarenta. Preocupación que lo llevó a cuestionar los planteamientos teóricos de los
supuestos beneficios de la división internacional del trabajo, porque estos no se ajustaban a
la realidad latinoamericana. Decía Prebisch:
…Es cierto que el razonamiento acerca de las ventajas económicas de la división
internacional del trabajo es de una validez teórica inobjetable. Pero suele olvidarse
que se basa sobre una premisa terminantemente contradicha por los hechos. Según
esta premisa, el fruto del progreso técnico tiende a repartirse parejamente entre toda
la colectividad, ya sea por la baja de los precios o por el alza equivalente de los
ingresos. Mediante el intercambio internacional, los países de producción primaria
obtienen su parte en aquel fruto. No necesitan, pues, industrializarse. Antes bien, su
menor eficiencia les haría perder irremisiblemente las ventajas clásicas del
intercambio (Prebisch; 1949: 99).
Decía que la realidad no sólo contradecía a la teoría, sino que estaba destruyendo a A.L.
En general, parece que el progreso técnico ha sido más acentuado en la industria que
en la producción primaria de los países de la periferia, según se hace notar en un
137
reciente informe sobre las relaciones de precios. En consecuencia, si los precios
hubieran descendido en armonía con la mayor productividad, la baja habría que tener
que ser menor en los productos primarios que en los industriales; de tal suerte que la
relación de precios entre ambos hubiera ido mejorando persistentemente a favor de
los países de la periferia conforme se desarrollaba la disparidad de productividades
(Prebisch; 1949: 107)
Revisando un documento de la ONU en el que se presentaba la relación de precios entre
productos primarios y productos finales de la industria desde 1870 y hasta 1914, observaba
que dicha relación se movía a favor de la producción industrial, lo que implicaba que los
frutos del progreso técnico no se repartían por igual en todo el mundo, lo que contradecía
la teoría de la especialización internacional del trabajo (Prebisch; 1949: 107-114).
Para Prebisch, esta disparidad tenía implicaciones: primero, que “mientras los centros han
retenido íntegramente el fruto del progreso técnico de su industria, los países de la periferia
les han traspasado una parte del fruto de su propio progreso técnico”, segundo, “que el
ingreso medio por hombre ha crecido en los centros industriales más intensamente que en
los países productores de la periferia”; que esa era una o la principal explicación de las
“diferencias, tan acentuadas, en los niveles de vida de las masas de éstos y de aquella, y las
respectivas fuerzas de capitalización, puesto que el margen de ahorro depende
primordialmente del aumento en la productividad”. (Prebisch; 1949: 109). Surgen varias
preguntas: ¿En eso se resumía toda la complejidad de economía mundial capitalista y la
razón principal del porqué las economías latinoamericanas no dejaban su condición de
subdesarrollados? ¿Cómo habían incidido los principios capitalistas de explotación,
competencia, dominación y otros en la permanencia del subdesarrollo? ¿Qué papel había
jugado el conflicto de clases sociales en la permanencia del subdesarrollo latinoamericano?
¿Sería suficiente la industrialización para elevar el nivel de vida de la población? ¿Con los
antecedentes de dominación y saqueo de que habían sido objeto las economías
subdesarrolladas era posible dejar el subdesarrollo?
138
III.2.2 La industrialización latinoamericana como alternativa a la especialización
internacional del trabajo y el subdesarrollo
Para la primera y última de las preguntas la respuesta de Prebisch sería afirmativa, de allí la
importancia que le asigna a la industrialización para elevar el nivel de vida de la población
latinoamericana. Dice: “…el significado fundamental de la industrialización de los países
nuevos. No es ella un fin en sí misma sino el único medio de que disponen estos para ir
captando una parte del fruto del progreso técnico y elevando progresivamente el nivel de
vida de las masas.” (Prebisch; 1949: 100).
Prebisch dejaba muy clara su preocupación y el objetivo de la industrialización cuando
decía:
A tal propósito es necesario definir con precisión el objeto que se persigue mediante
la industrialización. Si se la considera como el medio de llegar a un ideal de
autarquía, en el cual las consideraciones económicas pasan a segundo plano, sería
admisible cualquier industria que sustituyera importaciones. Pero si el propósito
consiste en aumentar lo que se ha llamado con justeza el bienestar mesurable de las
masas, hay que tener presentes los límites más allá de los cuales una mayor
industrialización podría significar merma de productividad (Prebisch; 1949: 105).
Para avanzar en la industrialización y alcanzar las metas de elevar el nivel de vida de las
masas, Prebisch le asignaba un papel trascendental al comercio exterior, en el sentido de
que con las exportaciones de productos primarios se lograrían las divisas para las
importaciones de maquinaria e ir aprovechando el progreso de la técnica. Importante es la
aclaración que hace en el sentido de que no sería el comercio el propulsor del crecimiento.
Dice Prebisch al respecto:
La industrialización de la América Latina no es incompatible con el desarrollo eficaz
de la producción primaria. Por el contrario una de las condiciones esenciales para que
el desarrollo de la industria pueda ir cumpliendo el fin social de elevar el nivel de
vida, es disponer de los mejores equipos de maquinaria e instrumentos, y aprovechar
prontamente el progreso de la técnica, en su regular renovación. La mecanización de
la agricultura implica la misma exigencia. Necesitamos una importación considerable
de bienes de capital, y también necesitamos productos primarios para conseguirla.
139
Cuanto más activo sea el comercio exterior de la América Latina tanto mayores serán
las posibilidades de aumentar la productividad de su trabajo, mediante la intensa
formación de capitales. La solución no está en crecer a expensas del comercio
exterior sino de saber extraer, de un comercio exterior cada vez más grande, los
elementos propulsores del desarrollo económico (Prebisch; 1949: 100, 101).
Sobre el concepto de desarrollo en la CEPAL, ella era similar al que se había alcanzado en
los países desarrollados, es decir, habría que aumentar el capital por hombre ocupado en los
tres sectores de la economía y eso conduciría a un aumento de la productividad y del
ingreso, lo que llevaría a un aumento del consumo y por consecuencia un aumento del
nivel de vida. Dice Prebisch:
Este punto es de importancia decisiva. La elevación del nivel de vida de las masas
depende, en última instancia, de una fuerte cantidad de capital por hombre empleado
en la industria, los transportes y la producción primaria, y de la aptitud para
manejarlo bien.
Trátese de un fenómeno característico de los países menos desarrollados. Son menos
desarrollados por el hecho, que tantas veces hemos mencionado, de tener una fuerte
proporción de su población activa trabajando con escaso capital y productividad en la
producción primaria y otras ocupaciones de trabajo barato. Mientras la técnica
moderna no se extienda a toda esa población y cambie la composición de sus
ocupaciones disminuyendo progresivamente los desniveles de productividad e
ingresos, el carácter prevaleciente de su desarrollo será extensivo. Se necesitarán
grandes masas de capital para que ese desplazamiento de gente pueda efectuarse, en
desmedro de las posibilidades de intensificar el empleo de capital. Y el aumento
resultante de nivel de vida será más bien consecuencia de este desplazamiento que de
una elevación absoluta en el nivel a que la gente se desplaza. Sobrepasada esta fase
de desarrollo y asimilada la técnica moderna en las distintas ramas de la actividad
económica, el desarrollo podrá adquirir las características intensivas de los países más
industrializados, el aumento de la productividad media sólo podrá lograrse por la
aplicación más intensa de capital en forma de economizar mano de obra y aumentar
de esta manera su productividad…la extensión del capital sólo se necesitará para
140
emplear el incremento natural (o migratorio) de la población activa… (Prebisch;
1951: 103, 257-258).
III.2.3 El mercado, el Estado y el empresario como actores principales del desarrollo
económico
Prebisch es claro, primero, en cuanto a que los problemas de desarrollo económico de A.L.
eran problemas estructurales y era con cambios estructurales que se podían resolver y
segundo, en que el desarrollo económico de A.L. no podía ser producto de las libres fuerzas
del mercado, tampoco por la regulación excesiva de la conducta individual del empresario,
ni tampoco por la abstención del Estado de intervenir en la actividad económica. Así, los
actores principales en la propuesta de industrialización para alcanzar el desarrollo
económico estaban el empresario privado extranjero para complementar la insuficiencia de
ahorro nacional, el empresario privado nacional y el Estado54
. El Estado con acciones
dirigidas a promover las acciones del empresario. Dice la CEPAL al respecto:
El desarrollo económico en la América Latina depende en gran medida de la acción
del empresario privado. El reconocimiento de este concepto es en general en la
América Latina, aun en los países que se han caracterizado por ciertas intervenciones
estatales que estorban la libre iniciativa de aquél…Trátese de un tipo de intervención
con que casi siempre se pretende regular en una forma u otra la conducta individual
del empresario, y, por más que puedan señalarse algunos resultados positivos, las
derivaciones adversas que aparejan estas regulaciones suelen ser de mayor peso que
sus posibles ventajas, aparte de la oposición que despiertan por las complicaciones
54
Primero, Prebisch es claro en cuanto a que el desarrollo latinoamericano “no se puede conseguir por el
libre juego de las fuerzas económicas”, sino por “la combinación de la iniciativa privada y la vigorosa acción
del Estado.” (Prebisch; 1954: 301). Segundo, en cuanto entre las inversiones del Estado y la iniciativa
privada, las del primero deberían ser compatibles con las de la segundas, las del Estado deberían alentar a las
de la iniciativa privada. Dice Prebisch: “El equilibrio no se ha de lograr entonces cercenando las inversiones
estatales, sino dado mayor aliento posible a las inversiones de la iniciativa privada, y para ello son esenciales
precisamente las inversiones que haga el Estado en capital social.” (Prebisch; 1954: 302). Tercero, para
fomentar la iniciativa privada y consigo el desarrollo económico, los Estados latinoamericanos tenían que
buscar, primero, que la mayor parte de los créditos externos a las naciones latinoamericanas sea a sus
gobiernos para ser utilizados en sus inversiones, segundo, elevar el coeficiente de ahorro nacional, tercero,
una continua sustitución de importaciones, proceso que tenía que ser acompañado por medidas de protección
y fomento, cuarto, atenuar la vulnerabilidad externa introduciendo cambios estructurales dirigidos
principalmente a diversificar la economía interna, quinto, facilitar las inversiones privadas con réditos a
mediano y largo plazos, y sexto, el acceso de la iniciativa privada a la tecnología de los países avanzados.
(Prebisch; 1954: 304-305).
141
del excesivo aparato burocrático…Esto no significa en modo alguno que el desarrollo
económico haya de ser sólo el resultado del juego espontáneo de las fuerzas de la
economía. Ha de conjugarse en él la iniciativa privada con una firme política de
Estado, con un tipo de intervención que se proponga promover el desarrollo creando
condiciones que orientan y estimulan en un sentido u otro la acción del empresario
sin regular sus decisiones individuales. Para ello el Estado recurre a los resortes de la
política monetaria, cambiaria, fiscal y aduanera y a sus inversiones básicas (Prebisch;
1954: 300-301).
Prebisch, también es claro respecto al papel que debería jugar el capital extranjero en la
industrialización y el desarrollo económico latinoamericano. Más que nada jugaría un papel
transitorio en la capitalización de las naciones latinoamericanas, ya que permitiría
complementar los ahorros y aumentar la inversión, y una vez que aumentara la
productividad, la producción, el ingreso y los ahorros, se haría innecesaria su aportación.
Dice Prebisch:
…El elemento primordial de ella es la inversión de capital extranjero a fin de romper
el consabido círculo vicioso de un ingreso bajo que no permite aumentar la
capitalización y de una capitalización que es insuficiente por la precariedad del
ingreso. Un juicioso programa de inversiones, apoyado en medidas internas que
faciliten su plena fructificación, permitirá, con el andar del tiempo, a los países de
América Latina acrecentar de tal manera su ingreso por habitante que el esfuerzo de
capitalización necesario para lograr la continuación del crecimiento a ritmo
satisfactorio podrá realizarse con sus propios recursos, una vez que se hubiera
alcanzado un alto coeficiente de ahorro que dispensase de nuevas y cuantiosas
aportaciones de capital extranjero (Prebisch, 1954: 299).
El pensamiento cepalino de industrialización se llevó a la práctica por los diversos
gobiernos latinoamericanos a través de la política económica, por lo menos desde
principios de la década de los cincuenta y hasta fines de la década de los setenta del siglo
XX, y aunque los países se industrializaron y se dieron largos periodos de crecimiento, no
se logró superar la condición de subdesarrollo y muchos problemas típicos de esa condición
como la pobreza, la concentración del ingreso y el déficit en balanza de pagos, entre otros.
142
III.2.4 La industrialización y el desarrollo económico hasta la década de los sesenta:
sus resultados
Para 1963, catorce años después de los primeros documentos de la CEPAL donde se
presentaba la industrialización de A.L. como opción para su desarrollo económico, los
resultados no eran nada alentadores. La misma CEPAL así lo reconocía cuando expresaba:
Los males que aquejan la economía latinoamericana no responden a factores
circunstanciales o transitorios. Son expresión de la crisis del orden de cosas existente
y de la escasa aptitud del sistema económico –por fallas estructurales que no hemos
sabido o podido corregir- para lograr y mantener un ritmo de desarrollo que responda
al crecimiento de la población y a sus exigencias de rápido mejoramiento (Prebisch;
1963/1982: 137).
Además, la industrialización, hasta entonces alcanzada, no se expresaba en un crecimiento
satisfactorio de la producción que acortara las distancias, en términos de la producción per
cápita, con los países centrales. Decía Prebisch que:
…La exigua tasa de alrededor del 1% anual con que viene creciendo desde mediados
del decenio anterior el ingreso por habitante en el conjunto de América Latina es
clara prueba de la insuficiencia dinámica que está acusando el desarrollo
latinoamericano. Compárese esta tasa con las de 3.7% registrada en la Europa
Occidental en el decenio pasado y la de 8.3% en el Japón, así como las tasas entre 5.3
y 9.0% anual por habitante registradas en los países socialistas de la Europa Oriental,
y se comprenderá toda la significación de este hecho. Con este ritmo de 1% se
tardaría 70 años en duplicar el ingreso por habitante en el conjunto de la América
Latina, salvedad hecha de las diferencias marcadas entre países (Prebisch; 1963/1982:
154).
Tampoco había podido resolver los añejos problemas de concentración del ingreso y los
problemas de generación de ahorro para la acumulación y que se constituían en un
obstáculo estructural para “continuar” con la industrialización y el desarrollo económico y
social. Dice Prebisch:
La estructura social prevaleciente en la América Latina opone un grave obstáculo al
progreso técnico y, por consiguiente, al desarrollo económico y social. Tres son las
143
principales manifestaciones de este hecho: a) esa estructura entorpece
considerablemente la sociedad, de los hombres con iniciativa y empuje, capaces de
asumir riesgos y responsabilidades, tanto en la técnica y en la economía como en los
otros aspectos de la vida colectiva; b) la estructura social se caracteriza en gran
medida por el privilegio en la distribución de la riqueza y, por consiguiente, del
ingreso; el privilegio debilita o elimina el incentivo a la actividad económica, en
desmedro del empleo eficaz de los hombres, las tierras y las máquinas; c) ese
privilegio distributivo no se traduce en fuerte ritmo de acumulación de capital sino en
módulos exagerados de consumo en los estratos superiores de la sociedad en
contraste con la precaria existencia de las masas populares (Prebisch; 1963/1982:
138)
La orientación que había seguido la industrialización latinoamericana no corrigió los
problemas de balanza de pagos frecuentes de A.L., sino por el contrario, volvió más
vulnerables a sus economías ya que era una industria que producía para el mercado interno
y por lo tanto no competitiva en los mercados mundiales. Dice Prebisch:
…Si bien la cuantía de la producción industrial no es arbitraria, su composición si lo
ha sido en la experiencia latinoamericana. Desde este punto de vista, el proceso de
industrialización adolece de tres fallas fundamentales que han debilitado su
contribución al mejoramiento del nivel de vida, a saber: a) toda la actividad
industrializadora se dirige hacia el mercado interno; b) la elección de industrias se ha
hecho por razones circunstanciales, más que por consideraciones de economicidad, y
c) la industrialización no ha corregido al vulnerabilidad exterior de los países
latinoamericanos (Prebisch; 1961/1982: 84-85).
La orientación era consecuencia de la política de desarrollo de las naciones
latinoamericanas y de la falta “de estímulos internacionales para sus exportaciones
industriales.” (Prebisch; 1961/1982: 85).
La industrialización también había llevado a una deformación de las importaciones55
y a
una nueva “…forma de vulnerabilidad externa que antes no conocían. Aparece esta
55
La deformación de las importaciones se refiere a que la industrialización había llevado a que el crecimiento
industrial, y la completa sustitución de importaciones de bienes de consumo, dependiera en gran parte de las
144
vulnerabilidad cuando descienden las exportaciones y no hay recursos suficientes para
cubrir las importaciones que requiere el crecimiento económico…” (Prebisch; 1961: 89).
¿Cuál sería la solución? Según la CEPAL, no es reducir el ingreso, la producción, a un
nivel compatible con las importaciones que permiten las exportaciones, sino reajustar las
importaciones para que con una menor cantidad de ellas se mantenga o se eleve el ingreso.
Se necesitaba un margen comprimible de importaciones, pero eso era imposible con esa
estructura de comercio. La solución es una política previsora, una política que impulse un
proceso continuo de sustitución de importaciones y de aliento a las exportaciones (Prebisch;
1961: 89). Además de previsora, la política sustitutiva debería basarse en consideraciones
de economicidad, de reducir costos, o lo que vendría siendo lo mismo de aumentar la
productividad para ser competitivo nacional e internacionalmente. En este mismo sentido
“…la protección debe reducirse a proporciones razonables, a fin de restablecer una sana
competencia exterior y evitar prácticas restrictivas que, al perjudicar la eficacia productiva,
debiliten el ritmo de desarrollo económico.” (Prebisch; 1961/1982: 93).
Esta crisis de la industrialización, que la misma CEPAL reconoce, sería el punto de partida
del pensamiento dependentista y explicaría el porqué de esa falta de resultados, y las
posibilidades que A.L. tenía para alcanzar, o no, el desarrollo, y qué otras opciones tenía
fuera del capitalismo.
III.3 EL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA LATINOAMERICANO56
Es pertinente, para no tener ideas e interpretaciones equivocadas del pensamiento
dependentista, ubicar el tiempo y el espacio de la construcción de este pensamiento, ubicar
cuáles fueron las condiciones que permitieron su construcción, ubicar quienes fueron los
importaciones de materias primas e intermedias, importaciones que dependen de las exportaciones. Así,
cuando las exportaciones descienden imposibilita importar las materias primas e intermedias afectando
negativamente el crecimiento de la producción industrial y de la economía en general (Prebisch; 1961/1982:
86). 56
En la discusión si la noción de dependencia alcanza status de teoría, Cardoso hace las siguientes
precisiones. Primero que la categoría dependencia no tiene “el mismo status teórico de la categorías centrales
de la teoría del capitalismo. La razón de esto es obvia: no se puede pensar en la dependencia sin los conceptos
de plusvalía, expropiación acumulación, etc. La idea de dependencia se define en el campo teórico de la
teoría marxista del capitalismo.” (Cardoso; 1975/1976: 107). Segundo, que por tal razón no se puede “negar
la existencia de un campo teórico propio. Aun cuando limitado y subordinado a la teoría marxista del
capitalismo, en el cual se inscriben los análisis sobre la dependencia. Y en este caso no hay porque colocar
entre comillas la expresión teoría. Existe, pues, la posibilidad de pensar en la teoría de la dependencia,
siempre y cuando ella se inscriba en el campo teórico más amplio de la teoría del capitalismo o de la teoría del
socialismo (de precario desarrollo hasta ahora.).” (Cardoso; 1975/1976: 107).
145
principales constructores del pensamiento, cuáles fueron sus objetivos, cuál su
metodología, cuáles sus tesis, cuáles sus principales diferencias, cuáles las principales
críticas a este pensamiento, cuáles las respuestas a estas críticas y el impacto de estas tesis
en el pensamiento social latinoamericano, todo para avanzar en el principal objetivo de la
tesis doctoral, es decir, cuáles de sus tesis nos ayudan a entender el pensamiento neoliberal
en A.L. Los que construyeron este pensamiento son muy claros respecto a estas
interrogantes.
III.3.1 El punto de partida: el fracaso del desarrollismo de la CEPAL
Según Gunder Frank, en lo referente a quienes fueron los constructores de la teoría de la
dependencia, nos dice que “numerosos publicistas, reseñadores y clasificadores de la teoría
de la dependencia están casi totalmente de acuerdo entre sí al distinguir un “…nuevo grupo
de izquierda, entre los cuales ellos nombran primordialmente a Dos Santos, Quijano,
Cardoso y Faletto, Marini y Gunder Frank, entre otros.” (Frank; 1970/1978: 310).
Respecto al tiempo, espacio y objetivos, Vania Bambirra, Theotonio Dos Santos y Cardoso
y Faletto son muy claros. Bambirra dice que el pensamiento dependentista latinoamericano
para A.L. se empezó a construir en Chile alrededor de 196857
y tenía como objetivos
“…sumarse al esfuerzo de una parte de los científicos sociales en el continente, que en
aquella época se proponían superar el pensamiento desarrollista emprendiendo la tarea de
sentar las bases para el desarrollo de la teoría marxista de la dependencia.” (Bambirra;
1974/1992: VII). Theotonio es más claro sobre las condiciones que posibilitaron la
construcción de este pensamiento. Nació a partir, no del pensamiento cepalino, sino de la
crisis del modelo de desarrollo propuesto por la CEPAL y por lo tanto de la crisis de este
mismo pensamiento. Dice Theotonio Dos Santos: “Esta crisis del modelo de desarrollo
dominante en las ciencias sociales de nuestros países (y del proyecto de desarrollo en él
implícito) puso en crisis esta misma ciencia. Puso en crisis la propia noción de desarrollo y
de subdesarrollo y el papel explicativo de dichos conceptos. De tal crisis nace el concepto
de dependencia como posible factor explicativo de esta situación paradojal. Se trata de
explicar por qué nosotros no nos hemos desarrollado de la misma manera que los países 57
Dice, además, Bambirra sobre el lugar y el año de cuando se empezó a construir el pensamiento
dependentista: “Este trabajo fue resultado de nuestros estudios realizados en el Centro de Estudios Socio-
Económicos como integrante del equipo de investigación sobre las relaciones de dependencia en América
Latina que se constituyó en 1968 bajo la dirección de Theotonio Dos Santos.” (Bambirra; 1974/1992: VII).
146
hoy desarrollados. Nuestro desarrollo está condicionado por ciertas relaciones
internacionales que son definibles como relaciones de dependencia. Esta situación somete
nuestro desarrollo a ciertas leyes específicas que lo califican como un desarrollo
dependiente.” (Dos Santos; 1970/1972: 37). Cardoso y Faletto apuntan en la misma
dirección. Lo que se esperaba con la industrialización era “…un tipo de desarrollo
eminentemente nacional (por lo que) se tratase de fortalecer el mercado interno y, a la vez
de organizar los centros nacionales de decisión de tal modo que fueran sensibles a los
problemas de desarrollo de sus propios países.” (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 6). Pero
también que la perspectiva optimista se fue “…desvaneciendo desde fines de la década de
1950. (y que era difícil) explicar por qué, con tantas condiciones aparentemente favorables
para pasar de la etapa de sustitución de importaciones a otra en que se abrieran nuevos
campos de producción autónoma, orientados al mercado interno, no se tomaron las medidas
necesarias para garantizar la continuidad del desarrollo o por qué las mismas no alcanzaron
sus objetivos…” (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 6).
Ruy Mauro Marini se va a referir al fracaso del desarrollismo después de analizar a A.L.,
desde la perspectiva de la dependencia, desde su inserción en el mercado mundial
capitalista como productora de alimentos y materias primas e importadora de manufacturas
desde las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, hasta su proceso de
industrialización, principalmente a partir de la posguerra, y hasta la década de los sesenta
del mismo siglo. Va a señalar la importancia de la industrialización para el desarrollo de las
naciones periféricas latinoamericanas, siempre desde la perspectiva de la división
internacional del trabajo (Marini: 1973: 1-37).
El punto de partida es relevante, se parte de la realidad, los pensadores dependentistas así
lo han manifestado. Theotonio menciona a grandes rasgos del porqué el tema de su trabajo.
Lo era por la situación de crisis que vivían las sociedades latinoamericanas en la década de
los sesenta del siglo XX, y por lo mismo, la necesidad de reformas estructurales. Dice
Theotonio Dos santos: “América Latina vive una crisis profunda. Crisis económica
marcada sobre todo por una estagnación que hace distinguir la década de los 60 de los años
optimistas de la década del 50. Crisis política marcada por los sucesivos golpes de estado y
crisis institucional, además de los movimientos populares de creciente radicalidad. Crisis
social caracterizada por la profunda conciencia de la necesidad de reformas estructurales.
147
Crisis ideológica caracterizada por el choque de las posiciones divergentes al lado de una
perplejidad evidente en vastos sectores sociales.” (Dos Santos; 1970/1972: 13).
III.3.2 Sus objetivos
Los objetivos de los dependentistas también eran muy claros, y era el de crear una teoría
del cambio revolucionario para A.L. Gunder Frank, ante su tesis de la imposibilidad del
desarrollo dentro del capitalismo de los países periféricos, era claro sobre la necesidad de
contar con una teoría revolucionaria para el cambio:
…Creo que varios caminos de acción contemporáneos para la liberación de los países
subdesarrollados y la eliminación del subdesarrollo, por bien intencionados que sean
quienes los proponen, empeoran las cosas a la larga (y a menudo a la corta también).
La comprensión de las realidades del capitalismo y el subdesarrollo no basta, desde
luego, pero es sin duda esencial; no puede tener éxito ninguna revolución que carezca
de una teoría revolucionaria adecuada. He ahí lo que me propongo (Frank;
1970/1978: 24).
También Dos Santos, cuando dice que Gunder Frank y él están “…ambos en el mismo
campo y en un proceso de elaboración, el suyo más adelantado que el mío, de una
alternativa teórica destinada a servir de base a la transformación revolucionaria de América
Latina...” (Dos Santos; 1970/1972: 10). Aquí es importante la argumentación de Theotonio
Dos Santos en el sentido de que es en la década de los sesenta del siglo XX que existen las
condiciones (socioeconómicas) para la búsqueda del socialismo como alternativa de
desarrollo al capitalismo, y existen las condiciones porque el capitalismo latinoamericano
es estructuralmente distinto del capitalismo del pasado, es un capitalismo en crisis:
En cuanto a los cambios del sistema, no basta con mostrar la continuidad de la
estructura colonial. Es necesario explicarse cómo, a pesar de esta continuidad de la
dependencia, ella ha cambiado sus formas. Pues han sido estos cambios los que
generaron la profunda crisis actual que exige una solución socialista y que la permite.
Si no logramos mostrar cómo ha surgido una contradicción nueva que conduce al
socialismo y qué contradicción es ésta, tenemos dos soluciones: o creemos que el
subdesarrollo se va a mantener, pues la estructura de las contradicciones es la misma
de la colonia, o creemos que el socialismo vendrá como resultado de una
148
intensificación de una crítica al capitalismo, o del ejemplo soviético o cualquier otra
interpretación idealista. ¡No! Si el socialismo es hoy una posibilidad y no lo ha sido
en el pasado, es porque el capitalismo latinoamericano actual es estructuralmente
distinto del pasado (Dos Santos 1970/1972: 147-148).
También para Vania Bambirra, es comprender el subdesarrollo dependiente
latinoamericano de la posguerra, y que sus tesis sirvieran para el accionar de los
movimientos revolucionarios latinoamericanos. Su objetivo tenía que ver con dos órdenes
de necesidades:
Primero, la comprensión del carácter y contradicciones del capitalismo dependiente
en la fase de la integración monopólica mundial, lo que posibilitaba explicar la
profunda crisis que este sistema atravesaba; segundo, entregar elementos para la
reorientación de la concepción estratégico-táctica que guiaba los movimientos
revolucionarios, lo que se hacía imprescindible debido a los duros reveses que estos
habían sufrido, los que se debían, en parte, a sus equivocados supuestos
programáticos (Bambirra; 1974/1992: VII).
Marini, no es la excepción, es dar elementos teóricos a las fuerzas sociales para que
tuvieran elementos más claros para el cambio revolucionario, para la destrucción del
capitalismo:
Utilizar esa línea de análisis para estudiar las formaciones sociales concretas de
América Latina, orientar ese estudio en el sentido de definir las determinaciones que
se encuentran en la base de la lucha de clases que allí se desenvuelve y abrir así
perspectivas más claras a las fuerzas sociales empeñadas en destruir esa formación
monstruosa que es el capitalismo dependiente: éste es el desafío teórico que se
plantea hoy a los marxistas latinoamericanos. La respuesta que le demos influirá sin
duda de manera no despreciable en el resultado a que llegarán finalmente los procesos
políticos que estamos viviendo (Marini; 1973: 29).
Para Cardoso y Faletto, es explicar que los procesos económicos son consecuencia de
procesos sociales:
Como el objetivo de este ensayo es explicar los procesos económicos como procesos
sociales, se requiere buscar un punto de intersección teórica donde el poder
149
económico se exprese como dominación social, esto es como política; pues, a través
del proceso político, una clase o grupo económico intenta establecer un sistema de
relaciones sociales que le permiten imponer al conjunto de la sociedad un modo de
producción propio, o por lo menos intenta establecer alianzas o subordinar al resto de
los grupos o clases con el fin de desarrollar una forma económica compatible con sus
intereses y objetivos. Los modos de relación económica, a su vez, delimitan los
marcos en que tiene lugar la acción política (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 20).
III.4 EL PROBLEMA Y EL PUNTO DE PARTIDA METODOLÓGICO DEL
PENSAMIENTO DEPENDENTISTA
El problema para el pensamiento dependentista latinoamericano en los sesenta del siglo XX
seguía siendo el subdesarrollo latinoamericano, tal vez no como entenderlo, sino cómo y
desde dónde abordarlo. Ello les daba la posibilidad de argumentar las posibilidades de
desarrollo, o no, dentro de las contradicciones capitalistas y proponer alternativas dentro o
fuera del sistema capitalista.
III.4.1 Lo específico del capitalismo latinoamericano
Lo primero en lo que llamaron la atención era en lo específico del capitalismo
latinoamericano, especificidad dada por la relación de la periferia con los países centrales
desde que esas regiones fueron conquistadas y colonizadas, y que condujo al subdesarrollo
de estas naciones periféricas. Dicen Cardoso y Faletto:
Para permitir el paso del análisis económico o del análisis sociológico usuales a una
interpretación global del desarrollo es necesario estudiar desde el inicio las
conexiones entre el sistema económico y la organización social y política de las
sociedades subdesarrolladas, no sólo en ellas y entre ellas, sino también en relación
con los países desarrollados, pues la especificidad histórica de la situación de
subdesarrollo nace precisamente de la relación entre sociedades “periféricas” y
“centrales”. Es preciso, pues, redefinir “la situación de subdesarrollo” tomando en
consideración su significado histórico particular, poniendo en duda los enfoques que
la presentan como un posible “modelo” de ordenación de variables económicas y
sociales. En este sentido, hay que distinguir la situación de los países
subdesarrollados con respecto a los que carecen de desarrollo, y diferenciar luego los
150
diversos modos de subdesarrollo según las particulares relaciones que esos países
mantienen con los centros económica y políticamente hegemónicos… (Cardoso y
Faletto; 1969/1992: 22)
En esta especificidad, cuestionaron que los conceptos universales referidos al desarrollo-
subdesarrollo se pudieran aplicar a realidades concretas periféricas, ya que estas tienen sus
propias leyes, por lo que habría que redefinir los conceptos universales para ser aplicados a
situaciones específicas, dando por resultado nuevos conceptos. Dice Dos Santos:
No hay posibilidad de aplicar los conceptos universales de la ciencia social a los
países subdesarrollados porque los conceptos de las ciencias sociales no se pueden
referir a genéricos formales, sino a realidades históricas. Estas realidades históricas
tienen una estructura y por tanto pueden ser estudiadas en forma abstracta, pero
abstracta-dialéctica, es decir, a través de la abstracción de las leyes del movimiento de
una realidad histórico-concreta. En resumen: las leyes que rigen el desarrollo de los
países subdesarrollados son específicas y como tales deben ser estudiadas como leyes
del desarrollo de los países dependientes y sus distintas formas tipológicas. En este
caso, por tanto, no se trata de aplicar conceptos genéricos a particulares, sino de
redefinir conceptos universales según algunas situaciones específicas. El resultado es
un nuevo concepto (Dos Santos; 1970/1972: 50).
Lo mismo Marini, que llama la atención en dos sentidos, uno, al igual que Dos Santos, en
considerar que el capitalismo latinoamericano en ese momento, no era pre capitalismo sino
un capitalismo particular que habría que analizarlo como parte del sistema capitalista
mundial, dos, que estas particularidades impedían aplicar las categorías marxistas de
manera dogmática, el hacerlo nos conduciría a mistificar a los fenómenos
latinoamericanos, que más bien deberían ser utilizadas como instrumentos de análisis y
anticipar el curso que podría seguir el subdesarrollo latinoamericano. Dice Marini:
…frente al parámetro del modo de producción capitalista puro, la economía
latinoamericana presenta peculiaridades que se dan a veces como insuficiencias y
otras –no siempre distinguibles fácilmente de las primeras- como deformaciones. No
es por tanto accidental la recurrencia, en los estudios sobre América Latina, de la
noción de pre capitalismo. Lo que habría que decir es que, aun cuando se trate
151
realmente de un desarrollo insuficiente de las relaciones capitalistas, esa noción se
refiere a aspectos de una realidad que nunca podrá desarrollarse, por su estructura
global y su funcionamiento de la misma forma como se han desarrollado las
economías avanzadas. Por lo tanto lo que se tiene, más que un pre capitalismo, es un
capitalismo sui generis que sólo cobra sentido si lo contemplamos en la perspectiva
del sistema en su conjunto, tanto a nivel nacional como, y principalmente a nivel
internacional.
En la identificación de estos elementos, las categorías marxistas deben aplicarse,
pues, a la realidad como instrumentos de análisis y anticipaciones de su desarrollo
ulterior. Por otra parte, esas categorías no pueden reemplazar o mistificar los
fenómenos a que se aplican; es por ello que el análisis tiene que ponderarlas, sin que
esto implique en ningún caso romper con el hilo de razonamiento marxista,
injertándole cuerpos que le son extraños y que no pueden, por tanto, ser asimilados
por él. El rigor conceptual y metodológico: a esto reduce en última instancia la
ortodoxia marxista. Cualquier limitación al proceso de investigación que allí se derive
no tiene ya nada que ver con la ortodoxia, sino tan sólo con el dogmatismo (Marini;
1973: 2, 3)
También Bambirra, en la línea de Frank, Dos Santos y Marini, trata de avanzar en las
formas específicas del subdesarrollo dependiente latinoamericano, es decir, va a construir
tipologías de países para analizarlos. Esto es importante porque el pensamiento
dependentista no sólo analiza a A.L. como un todo, sino reconoce subdesarrollos
dependientes particulares de países o grupo de países. Dice Bambirra:
El capitalismo, en Latinoamérica, se ha desarrollado dentro del contexto de la
expansión y evolución del capitalismo mundial. En función de esto ha asumido
formas específicas que, sin negar las leyes generales del movimiento del sistema en
cuanto tal, ha configurado en el continente tipos específicos de capitalismo
dependiente cuyo carácter y modo de funcionamiento están íntimamente conectados
con la dinámica que asume históricamente el capitalismo en los países centrales
(Bambirra; 1974/1992: 3).
152
III.4.2 El método en el pensamiento dependentista: el sistema capitalista mundial y la
división internacional del trabajo en el origen del subdesarrollo dependiente
latinoamericano
Para Frank el problema del subdesarrollo de las naciones latinoamericanas habría que
abordarlo como parte de la estructura del sistema capitalista mundial e identificar la propia
estructura de la nación subdesarrollada (Frank; 1970/1978: 18-19)
Frank está en contra de la opinión que pensadores de la CEPAL tenían sobre la posibilidad
que tuvo Chile de convertirse en nación desarrollada, ya que según él, “…por causa,
precisamente del capitalismo la economía de Chile estaba ya subdesarrollándose durante las
tres centurias anteriores a la independencia…” (Frank; 1970/1978: 17). Decía Frank:
Específicamente, no puedo aceptar los supuestos fundamentales empíricos y, por
ende, las formulaciones del problema y de la política para el desarrollo de Chile
expuestas por Aníbal Pinto, Max Nolff (este último, principal asesor económico de
Allende, candidato presidencial en 1964 de la coalición socialista-comunista), y otros
autores vinculados a los principios del análisis de la Comisión Económica para la
América Latina de las Naciones Unidas. Estos análisis, partiendo del criterio inexacto
de que Chile tuvo en los siglos anteriores a la independencia política una economía de
subsistencia cerrada y reclusa atribuyen el posterior subdesarrollo de la economía
chilena al supuesto error de desarrollarse “hacia afuera” en vez de “hacia dentro”, una
vez que la independencia, según ellos, abrió la puerta en el siglo XIX. De haber
escogido entonces Chile el desarrollo capitalista hacia adentro, hoy estaría
desarrollado, sugieren dichos autores, quienes asimismo arguyen que Chile podría
desarrollarse todavía si se apresurara y por fin se dedicara al desarrollo (todavía
capitalista) hacia adentro (Frank; 1970/1978: 17).
Cardoso y Faletto plantean que el subdesarrollo no sólo es producto del capitalismo, sino
que ambos grupos de países juegan un rol distinto en la estructura internacional de
producción y distribución, estructura que supone relaciones de dominación.
En todo caso, la situación del subdesarrollo se produjo históricamente cuando la
expansión del capitalismo comercial y luego del capitalismo industrial vinculó a un
mismo mercado economías que, además de presentar grados diversos de
153
diferenciación del sistema productivo, pasaron a ocupar posiciones distintas en la
estructura global del sistema capitalista. De ahí que entre las economías desarrolladas
y las subdesarrolladas no sólo exista una simple diferencia de etapa o de estado del
sistema productivo, sino también de función o posición dentro de una misma
estructura económica internacional de producción y distribución. Ello supone, por
otro lado, una estructura definida de relaciones de dominación (Cardoso y Faletto;
1969/1992: 23)
Para Dos Santos, al igual que Frank, habría que considerar el desarrollo como resultado de
la génesis y expansión del sistema capitalista mundial. Dice Dos Santos:
Enfocar la dependencia como una condición que configura cierto tipo de estructuras
internas, significa tomar el desarrollo como fenómeno histórico mundial; como
resultado de la formación expansión y consolidación del sistema capitalista. Tal
perspectiva implica la necesidad de integrar, en una sola historia, la perspectiva de la
expansión capitalista en los países hoy desarrollados y en sus resultados en los países
por él afectados. Pero no se trata de tomar esos resultados como simples efectos del
desarrollo capitalista, sino como parte integrante y determinante (Dos Santos:
1970/1972: 40).
La historia empieza desde la Revolución industrial en Inglaterra, su expansión a toda
Europa, y el papel que desde entonces han venido jugando las naciones latinoamericanas,
primero como colonias y después ya como naciones independientes, en la acumulación de
capital de los países centrales. Es desde la Revolución Industrial que se establece la
división internacional del trabajo entre centro y periferia y en esta última un capitalismo
dependiente. Para Dos Santos, es desde la colonia que se crean estructuras económico-
sociales dependientes, que las revoluciones independentistas no logran cambiar y
continuaron con el sector exportador y prosiguieron con la industrialización. Dice Dos
Santos:
A nosotros nos parece que esta última caracterización es la que más se aproxima a la
realidad dependiente…La revolución industrial en Inglaterra a fines del siglo XVII
creó las condiciones para la expansión del modo de producción capitalista en
Europa…Otra era la situación de América Latina, productora de metales y productos
154
tropicales: un importante mercado para Europa y no para América Latina, a la cual le
sobraban los restos de este mercado y que tenía que pagar grandes sumas a la Corona
y a los comerciantes. Todo esto ha conducido a América Latina, después de rotas las
limitaciones del periodo colonial a un capitalismo dependiente basado en el sector
exportador. Las huellas de un régimen colonial exportador dan los parámetros de la
América Latina liberada. No solamente porque se nos arrebataba gran parte de
nuestros excedentes, sino fundamentalmente porque nuestras estructuras económico-
sociales eran dependientes y las revoluciones liberadoras no logran cambiar las bases
de estas estructuras, dominadas como estaban por la burguesía criolla (Dos Santos;
1970/1972: 44).
Marini apunta en la misma dirección que Frank, Dos Santos y Cardoso y Faletto, en que
es el sistema capitalista y la división internacional del trabajo el que va a generar el
subdesarrollo latinoamericano dependiente. Dice Marini:
Es a partir de este momento (–revolución industrial en los países centrales e
independencia política de los países latinoamericanos a principios del siglo XIX-) que
las relaciones de América Latina con los centros capitalistas europeos se insertan en
una estructura definida: la división internacional, que determinará el curso ulterior de
la región. En otros términos, es a partir de entonces, que se configura la dependencia
entendida como una relación de subordinación entre naciones formalmente
independientes, en cuyo marco las relaciones de producción de las naciones
subordinadas son modificadas o recreadas para asegurar la reproducción ampliada de
la dependencia. Y el fruto de la dependencia no puede ser por ende sino más
dependencia, y su liquidación supone necesariamente la supresión de las relaciones
de producción que ella involucra. En este sentido, la conocida fórmula de André
Gunder Frank sobre el desarrollo del subdesarrollo es impecable, como impecables
son las conclusiones políticas a que ella conduce. Las críticas que se le han hecho
representan muchas veces un paso atrás en esa formulación, en nombre de precisiones
que se pretenden teóricas pero que no suelen ir más allá de la semántica (Marini;
1973:4).
155
III.4.3 El enfoque dependentista
Con el método establecieron su enfoque, que más que nada consistía en que el desarrollo
del sistema capitalista mundial generaba en un grupo de países en desarrollo y en otro
subdesarrollo. Dice Frank:
Este ensayo sostiene que el subdesarrollo de Chile es el producto necesario de cuatro
siglos de desarrollo capitalista y de las contradicciones internas del propio
capitalismo. Estas contradicciones son: la expropiación del excedente económico a
los más y su apropiación por los menos; la polarización del sistema capitalista en un
centro metropolitano y en satélites periféricos, y la continuación de la estructura
fundamental del sistema capitalista a lo largo de la historia de su expansión y
transformación, a causa de la persistencia o reproducción de estas contradicciones en
todas partes y en todo tiempo. Es mi tesis que estas contradicciones capitalistas y el
desarrollo histórico del sistema capitalista han generado subdesarrollo en los satélites
periféricos expropiados, a la vez que engendraban desarrollo en los centros
metropolitanos que se apropiaron el excedente económico de aquellos; y además que
este proceso continua(Frank; 1970/1978: 15).
Lo mismo Theotonio Dos Santos, que estaba en contra del concepto de dependencia como
un fenómeno externo, y que más bien era el propio desarrollo de las naciones
latinoamericanas el que era dependiente. Y era dependiente por el rol que estos países
jugaban dentro de la dinámica del sistema capitalista mundial. Así, A.L. tendría que ser
analizada como un conjunto de naciones insertas en un sistema capitalista mundial que le
generaba un proceso de desarrollo particular y dependiente. Dice Dos Dantos:
El paso teórico que hemos dado en las Ciencias Sociales Latinoamericanas ha
consistido en mostrar que esta dependencia no era un fenómeno externo que
podríamos cortar a través del desarrollo económico y de una actitud política más
independiente. Lo que se explicitó teóricamente fue, sobre todo, el hecho de que la
situación de dependencia en que vivíamos dentro del sistema capitalista mundial
condiciona las estructuras internas de nuestros países, haciéndolos dependientes
dentro de su propia constitución (Dos Santos; 1970/1972: 7).
156
Para Cardoso y Faletto, lo primero es que el “… el desarrollo es, en sí mismo un proceso
social; aun sus aspectos puramente económicos transparentan la trama de relaciones
sociales subyacentes…” (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 11). Por consiguiente su concepto
de desarrollo trasciende lo económico, o lo que es lo mismo, que lo económico es expresión
de las relaciones de grupos y clases sociales. Los mismos autores afirman que:
…De esa manera se considera el desarrollo como resultado de la interacción de
grupos y clases sociales que tienen un modo de relación que les es propio y por tanto
intereses y valores distintos, cuya oposición, conciliación o superación da vida al
sistema socioeconómico. La estructura social y política se va modificando en la
medida en que distintas clases y grupos sociales logran su interés, su fuerza y
dominación al conjunto de la sociedad (Cardoso y Faletto, 1969/1992, 18).
Su propuesta, es que finalmente esta situación de subdesarrollo dependiente
latinoamericano es producto de la interrelación de los grupos sociales de cada país entre si
y de estos con los grupos externos:
La dependencia de la situación del subdesarrollo implica socialmente una forma de
dominación que se manifiesta por una serie de características en el modo de actuación
y en la orientación de los grupos que en el sistema económico aparecen como
productores o como consumidores. Esta situación supone en los casos extremos que
las decisiones que afectan a la producción o al consumo de una economía dada se
toman en función de la dinámica y de los intereses de las economías desarrolladas…
Por consiguiente, al considerar la situación de dependencia en el análisis del
desarrollo latinoamericano lo que se pretende poner de manifiesto es que el modo de
integración de las economías nacionales al mercado internacional supone formas
definidas y distintas de interrelación de los grupos sociales de cada país entre sí y
con los grupos externos. Ahora bien, cuando se acepta la perspectiva de que los
influjos del mercado, por sí mismos, no son suficientes para explicar el cambio ni
para garantizar su continuidad o su dirección, la actualización de las fuerzas, grupos e
instituciones sociales pasa a ser decisiva para el análisis del desarrollo (Cardoso y
Faletto; 1969/1992: 24, 28).
157
Marini, en la línea de Frank y Dos Santos, nos dice que “la historia del subdesarrollo
latinoamericano es la historia del desarrollo del sistema capitalista mundial. Su estudio es
indispensable para quien desee comprender la situación a la que se enfrenta actualmente
este sistema y las perspectivas que se le abren. Inversamente, sólo la comprensión segura de
la evolución y de los mecanismos que caracterizan a la economía capitalista mundial
proporciona el marco adecuado para ubicar y analizar la problemática de América Latina.”
(Marini; 1974: 1-2)
III.5 CRÍTICAS A LAS TEORÍAS DEL DESARROLLO
III.5.1 Críticas a la teoría de las etapas de Walt Whitman Rostow
Dos Santos, va a identificar el objeto de estudio de las teorías sobre el desarrollo hasta
aquel entonces y sus supuestos58
, para criticar y rechazar a cada uno ellos. Para el primer
supuesto, de los modelos de sociedades desarrolladas a los que supuestamente las naciones
subdesarrolladas tendrían que llegar59
, Dos Santos nos dice que no tiene ninguna validez
científica en el sentido que las sociedades subdesarrolladas no se pueden trasladar a las
etapas anteriores de las naciones desarrolladas; que las condiciones históricas específicas
que posibilitaron el desarrollo de las hoy naciones desarrolladas no se pueden repetir. Dice
Dos Santos:
Pero este supuesto no tiene ninguna validez científica porque se funda en principios
ahistóricos. No hay ninguna posibilidad histórica de que se constituyan sociedades
que alcancen el mismo estadio de desarrollo de aquellas que son desarrolladas. El
tiempo histórico no es lineal. No hay posibilidad de que una sociedad se desplace
58
Los supuestos de las teorías del desarrollo que Dos Santos identificas son: 1.- Se supone que desarrollarse
significa dirigirse hacia determinadas metas generales, que corresponden a un cierto estadio de progreso del
hombre y de la sociedad cuyo modelo se abstrae a partir de las sociedades más desarrolladas del mundo
actual. A este modelo se le llama sociedad moderna, sociedad industrial, sociedad de masas, etc.; 2.- Se
supone que los países subdesarrollados caminarán hacia estas sociedades una vez que eliminen ciertos
obstáculos sociales, políticos, culturales e institucionales. Estos obstáculos están representados por las
sociedades tradicionales, o los “sistemas feudales”, o los “restos feudales”, conforme a las distintas escuelas
de pensamiento; 3.- Se supone que es posible distinguir ciertos procedimientos económicos, políticos y
psicológicos que permitan movilizar los recursos nacionales en forma más racional y que estos medios puedan
ser catalogados y usados por el planteamiento; 4.- A esto se agrega la necesidad de coordinar ciertas fuerzas
sociales y políticas que sustentarían la política de desarrollo. Así como se destaca la necesidad de una base
ideológica que organice la voluntad nacional de los distintos países para realizar las tareas de desarrollo (Dos
Santos; 1970/1972: 15). 59
Los modelos que se conocían y que se suponía los países subdesarrollados repetirían su experiencia
histórica eran EE.UU., Europa, Japón y la U.R.S.S. (Dos Santos; 1970/1972: 16).
158
hacia etapas anteriores de las sociedades existentes. Con la formación de una
economía mundial única a partir del siglo XVI, todas las sociedades se mueven
paralelas y juntas hacia una nueva sociedad. Las sociedades capitalistas desarrolladas
corresponden a una experiencia histórica completamente superada, sea por sus
fuentes básicas de capitalización privada basada en la explotación del comercio
mundial, sea por la incorporación de amplias masas de trabajadores a la producción
industrial, sea por la importancia del desarrollo tecnológico interno de estos países.
Todas esas condiciones históricamente específicas no se pueden repetir hoy en día
(Dos Santos; 1970/1972: 17)
Para Frank las etapas de Rostow están fuera de toda realidad, y que esperar que las etapas
por las que pasaron los países desarrollados puedan reproducirse en los países
subdesarrollados para alcanzar el subdesarrollo estaría fuera de toda posibilidad práctica y
teórica. Dice Frank sobre el subdesarrollo chileno:
…Es vano esperar que los países subdesarrollados de hoy reproduzcan las etapas de
crecimiento económico por las que pasaron las sociedades evolucionadas modernas,
cuyo desarrollo capitalista clásico surgió de la sociedad capitalista feudal. Esta
expectación es totalmente contraria a la realidad y está más allá de toda posibilidad
práctica y teórica. En su lugar será necesario estudiar científicamente el verdadero
proceso de desarrollo y subdesarrollo capitalista mundial y crear en la porción
subdesarrollada del mundo una economía política del crecimiento basada en la
realidad (Frank; 1970/1978: 5).
Por último, también Cardoso y Faletto se manifiestan en contra de la teoría de las etapas
del desarrollo de Rostow, cuando afirman que:
Metodológicamente no es lícito suponer –dicho sea con mayor rigor- que en los
países en desarrollo se esté repitiendo la historia de los países desarrollados. En
efecto las condiciones históricas son diferentes: en un caso se estaba creando el
mercado mundial paralelamente al desarrollo gracias a la acción de la denominada a
veces bourgeoisieconquerante, y en el otro se intenta el desarrollo cuando ya existen
relaciones de mercado, de índole capitalista, entre ambos grupos de países y cuando
el mercado mundial se presenta dividido entre el mundo capitalista y el socialista.
159
Tampoco basta considerar las diferencias como desviaciones respecto de un patrón
general de desarrollo, pues los factores, las formas de conducta y los procesos
sociales y económicos, que a primera vista constituyen formas desviadas o
imperfectas de realización del patrón clásico de desarrollo, deben considerarse más
bien como núcleos del análisis destinado a hacer inteligible el sistema económico-
social (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 33).
Cardoso y Faletto tienen razón cuando dicen que los momentos históricos del capitalismo
deben estudiarse no para ver cómo se podrían ir repitiendo en la periferia las etapas por las
que fue atravesando el centro, sino como se producía la relación entre centro-periferia y qué
significaba en “…términos de “estructuras de la economía” y “estructura social” la relación
de dependencia para los países latinoamericanos durante estos distintos momentos…”
(Cardoso y Faletto; 1969/1992: 32).
III.5.2 Crítica a los supuestos de las resistencias al cambio, al procedimiento en el uso
de los recursos y al de una ideología general del desarrollo
Para el segundo supuesto, las resistencias que impedían u obstaculizaban el cambio, el
desarrollo de las sociedades tradicionales60
, dice Dos Santos, que era un error de la teoría
del desarrollo centrar el estudio en las resistencias al cambio, que eran subdesarrolladas
más bien por el carácter mismo de su desarrollo dependiente. Por tal motivo el objeto de la
teoría del desarrollo tendría que ser el estudiar las leyes de desarrollo de la periferia y
definir si son específicas o se corresponden con la de los países centrales61
.
60
Dice Dos Santos sobre el objeto estudio de la naciente teoría del desarrollo: “La teoría del desarrollo se
caracterizó, como disciplina independiente (en América Latina o en otras partes), durante todo este periodo de
nacimiento, por el análisis tanto de los obstáculos que las estructuras arcaicas imponían al desarrollo como de
los medios para realizar las metas de éste. Por esta razón, el grueso del análisis teórico y empírico se centró
esencialmente en el estudio de las llamadas estructuras tradicionales consideradas como las causantes del
subdesarrollo.” (Dos Santos; 1970/1972: 14). 61
Dice Dos Santos que “otro error fundamental de enfoque es centrar el estudio en las resistencias al cambio
de las sociedades tradicionales. Cierto es que las estructuras formadas en el período colonial exportador tienen
una gran capacidad de resistencia y sobrevivencia. Pero esto no se debe fundamentalmente a ellas sino al
carácter del mismo proceso de desarrollo en nuestros países dependientes.” (Dos Santos; 1970/1972: 17-18).
Que el análisis habría que centrarlo “no en una relación abstracto-formal entre dos estadios o sistemas
(tradicional vs. Moderno, capitalista vs. Feudalismo) sino en el modo de ser de estas sociedades concretas,
históricamente dadas, que son las sociedades subdesarrolladas o, mejor dicho, como lo plantearemos después,
las sociedades dependientes.” (Dos Santos; 1970/1972: 18).
160
El objeto de la teoría del desarrollo no puede, pues, ser, el describir un tránsito desde
una sociedad que no se conoce efectivamente hacia una sociedad que no va existir.
Es decir, el objeto de la teoría del desarrollo tiene que estar constituido por el estudio
del desarrollo de las sociedades que queremos conocer. Cabe definir en qué medida
estas leyes son específicas de estas sociedades y, en qué medida se las puede
identificar con las leyes del desarrollo de los países desarrollados sean capitalistas o
socialistas (Dos Santos; 1970/1972: 18).
Para el tercer supuesto, que al haber metas de desarrollo definibles también hay
procedimiento en el uso de los recursos para alcanzar esas metas, procedimientos llevados a
cabo por las sociedades desarrolladas, pero que lo que puede ser racional para un país
desarrollado no lo puede ser para un país dependiente, y más en otro momento histórico;
que no se puede codificar en una teoría los procedimientos que se deben seguir en
determinadas situaciones concretas. Dice Dos Santos:
La utilización racional de los recursos tiene que referirse a una situación histórica
dada. Lo racional lo definen los hombres y los hombres son históricos y pertenecen a
ciertas sociedades y agrupamientos concretos, históricamente dados. Esto quiere decir
que la racionalidad de una medida económica o política sólo puede ser definida a
través de un conocimiento de la naturaleza del sistema social en que se da esta
medida (Dos Santos; 1970/1972: 19)
El cuarto supuesto, el de una ideología general del desarrollo, que más bien existen
distintas ideologías de desarrollo correspondiente a los intereses de las distintas clases
sociales, y asimismo por ser distintas buscarían diferentes vías de desarrollo.
Así también rechazaríamos la posibilidad de una ideología general del desarrollo. Las
ideologías distintas corresponden a distintos intereses sociales, básicamente de
distintas clases sociales. El desarrollo de nuestros países no puede resolver por sí sólo
las contradicciones de clase, como este tipo de enfoque haría suponer. Las clases
interesadas en el desarrollo son distintas y buscan diferentes vías de desarrollo. Hay
por tanto, necesariamente modos no sólo distintos sino opuestos de definir lo que el
desarrollo es y cuáles son los medios para lograrlo. Corresponde a la ciencia social
definir correctamente estos caminos partiendo del análisis de los intereses globales de
161
las clases sociales. La ciencia debe estudiar la viabilidad práctica de estos distintos
caminos. Siempre será errado, sin embargo, el negarse a analizar estos intereses
opuestos que determinan el proceso real, en nombre de la objetividad. La descripción
empírica de los hechos aparentes oculta los aspectos esenciales de la realidad. Hay
que acompañarla de un análisis teórico de la sociedad global. Negarse a enfrentar a
este problema es una actitud ideológica (Dos Santos; 1970/1972: 20)
III.6 LA DIVISIÓN INTERNACIONALDEL TRABAJO Y EL PROBLEMA DEL
SUBDESARROLLO LATINOAMERICANO
III.6.1 Condiciones del subdesarrollo económico en las periferias según Andre Gunder
Frank
Si el desarrollo del sistema capitalista mundial crea un capitalismo subdesarrollado
dependiente en la periferia, ¿cuándo y cómo se da este proceso? El proceso empieza desde
que el sistema capitalista mundial se empieza a constituirse desde el siglo XVI, ya que es a
partir de entonces que las zonas descubiertas y conquistadas, después constituidas en
colonias y posteriormente en naciones independientes, que se integran al proceso de
acumulación de capital en los países centrales, que se inicia su proceso de su subdesarrollo
y dependencia.
Para Gunder Frank, es desde el siglo XVI que se generan tres contradicciones que van a
producir desarrollo económico en los países centrales y subdesarrollo económico en las
periferias. La primera es la “…expropiación-apropiación del excedente económico...” Más
importante que la extracción de excedente para el subdesarrollo estructural, es “…el
infundir a la economía nacional del satélite la misma estructura capitalista y sus
contradicciones fundamentales…” (Frank; 1970/1978; 18,22) La segunda contradicción es
la “polarización metrópoli-satélite,” en la que la metrópoli se desarrolla en parte por la
expropiación-apropiación del excedente y la periferia se subdesarrolla por la falta de ese
excedente y porque introduce y mantiene en sus economías las contradicciones de
explotación y expoliación, es decir organiza y domina su vida económica, política y
social62
: Dice Frank:
62
Frank plantea que esta segunda contradicción, polarización metrópoli-satélite, no solo se da entre centro y
periferia, sino también al interior las mismas naciones, sobre todo periféricas. Dice: “…la contradicción
162
Así pues, la metrópoli expropia el excedente económico de sus satélites y se lo
apropia para su desarrollo económico. Los satélites se mantienen como
subdesarrollados por falta de acceso a su propio excedente y como consecuencia de la
polarización y de las contradicciones explotadoras que la metrópoli introduce y
mantiene en la estructura económica interior del satélite. La combinación de estas
contradicciones, una vez firmemente implantadas, refuerza los procesos de desarrollo
en la cada vez más dominante metrópoli, y los de subdesarrollo en los cada vez más
dependientes satélites, hasta que se resuelven mediante el abandono del capitalismo
por una o ambas partes interdependientes (Frank; 1970/1978: 21).
Cardoso está en contra de la idea de Frank del desarrollo del subdesarrollo, del desarrollo
del subdesarrollo de la periferia. Dice Cardoso: “La razón de la posible polémica es obvia.
Al afirmar esto, me opongo a la interpretación de A. G. Frank sobre el desarrollo del
subdesarrollo…” (Cardoso 1975/1976:112). La razón de su oposición tiene que ver con la
idea de desarrollo que cada uno tiene. Cardoso se refiere al desarrollo capitalista, no al
desarrollo que tenga que ver con justicia social. Por eso dice que en la etapa de ISI hay
desarrollo capitalista dependiente; que la nueva forma de dependencia está basada en la
explotación de la plusvalía relativa y en el aumento de la productividad (Cardoso
1975/1976:112). También por eso afirma que las economías periféricas dependientes se
desarrollan de forma capitalista con alteraciones estructurales importantes:
La tesis que deseo mencionar…insiste en que el nuevo carácter de la dependencia
(después de la internacionalización del mercado interno y de la nueva división
internacional del trabajo que franquea la industrialización a las economías periféricas)
metrópoli-satélite no sólo existe entre la metrópoli capitalista mundial y los países satélites periféricos, pues
se encuentra también entre las regiones de esos mismos países y entre el desarrollo rápido de las ciudades y
los centros industriales y el atraso y la decadencia de los distritos agrícolas. Esta misma contradicción
metrópoli-satélite penetra aún más hasta caracterizar a todos los niveles y las partes del sistema capitalista.
Esta contradictoria relación… recorre todo el sistema capitalista mundial al modo de una cadena, desde su
alto centro metropolitano mundial hasta cada uno de los diversos centros nacionales, regionales, locales y
empresariales. Una consecuencia obvia de las relaciones externas de la economía del satélite es la pérdida de
una parte de su excedente económico a manos de la metrópoli.” (Frank; 1970/1978; 21). La contradicción
metrópoli-satélite alcanza a regiones y trabajadores agrícolas alejados que pudieran quedar fuera del sistema
capitalista mundial por su aislamiento: “Una de las tesis principales de este ensayo es que esta misma
estructura se extiende desde el centro macrometropolitano del sistema capitalista mundial hasta los obreros
agrícolas más supuestamente aislados, los cuales, mediante esta cadena de relaciones metrópoli-satélite están
atados a la metrópoli mundial y, por ende, incorporados al sistema capitalista mundial en su conjunto...”
(Frank; 1970/1978: 28).
163
no choca con el desarrollo económico de las economías dependientes. Por cierto,
cuando se piensa que el desarrollo capitalista supone redistribución del ingreso,
homogeneidad regional, armonía y equilibrio entre varias ramas productivas, la idea
de que está ocurriendo un proceso real de desarrollo económico en la periferia
dependiente (específicamente, en los países que se industrializaron, pues, no es
posible generalizar el fenómeno) parece absurda. Pero no es este el razonamiento
marxista sobre lo que es desarrollo (o acumulación) capitalista. Éste es contradictorio,
expoliador y generador de desigualdades. En estos términos, no veo como negar el
hecho de que la economía brasileña o la mexicana se están desarrollando
capitalísticamente. Ni que se argumente que exista apenas un proceso de crecimiento
sin alteraciones estructurales. La composición de las fuerzas productivas, la
localización de los factores de producción, la distribución de la mano de obra, las
relaciones de clase, se están modificando en el sentido de contestar más
adecuadamente a una estructura capitalista de producción (Cardoso 1975/1976: 112-
113).
Así, me parece que existe simultáneamente un proceso de dependencia y de
desarrollo capitalista…. (Cardoso 1975/1976: 113)
Frank no le da a la periferia, a los satélites, por su subdesarrollo estructural capitalista,
ninguna posibilidad de alcanzar el desarrollo, “…a menos que se liberen de esta estructura
capitalista o que el sistema capitalista sea destruido totalmente, los países, regiones,
localidades y sectores satélites están condenados al subdesarrollo...” (Frank; 1970/1978:
22). Lo más que pueden lograr, y esto por las coyunturas en el centro, es un subdesarrollo
temporal menos profundo:
…Si la condición de satélite es la que engendra el subdesarrollo, un grado más débil o
menor de relaciones metrópoli-satélite puede engendrar un subdesarrollo estructural
menos profundo o permitir una mayor posibilidad de desarrollo local…Además desde
una perspectiva mundial, ningún país que haya estado firmemente atado como
satélite a una metrópoli, a través de su incorporación al sistema capitalista mundial,
ha alcanzado nunca la categoría de país económicamente desarrollado sin abandonar
el sistema capitalista…Es también significativo, para la confirmación de nuestra tesis,
164
el hecho de que los satélites, característicamente, han disfrutado de sus temporales
auges de desarrollo durante guerras o depresiones en las metrópolis, que
momentáneamente debilitaron o aflojaron su dominio sobre la vida de aquéllos…
(Frank; 1970/1978: 22-23).
Cardoso y Faletto, Dos Santos y Cueva, están en contra de esta idea de Frank, de la
determinación de lo interno por lo externo de las periferias. Para ellos de cómo lo externo
influye en lo interno es determinando por los componentes internos de las realidades
periféricas. Para Dos Santos:
La dependencia no es un factor externo, como se ha creído muchas veces. En trabajo
anterior afirmamos que: “al analizar la crisis brasileña procuramos determinar su
movimiento propio y específico. La situación internacional en que este movimiento
se produce es tomada como condición general, no como demiurgo del proceso
nacional porque la forma en que esa situación actúa sobre la realidad nacional es
determinada por los componentes internos de esa realidad. Ante todo, es una forma
cómo la de sustituir la dinámica interna por una dinámica externa. Si esto fuera
posible, estaríamos eximidos de estudiar la dialéctica de cada uno de los movimientos
del proceso global y sustituiríamos el estudio de las diversas situaciones concretas por
una fórmula general abstracta (Dos Santos; 1970/1972: 40).
Lo mismo para Cardoso y Faletto, para ellos, primero, metodológicamente, no consideran
adecuado separar los factores externos de los internos, que lo que habría que encontrar son
las “…características de las sociedades nacionales que expresan las relaciones con lo
externo.” (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 26-27)63
.
Si bien es cierto, según Cardoso y Faletto, que se hace necesario descubrir los vínculos
estructurales que se establecen entre centro y periferia, no se debe atribuir a los primeros la
determinación última de la dinámica del desarrollo de la periferia. Eso tal vez fue así
cuando las periferias eran colonias, pero a partir de la independencia la situación se torna
63
Dicen Cardoso y Faletto, sobre la importancia de lo interno en la dinámica de la periferia: “Son justamente
los factores político-sociales internos –vinculados, como es natural, a la dinámica de los centros
hegemónicos- los que pueden producir políticas que se aprovechen de las nuevas condiciones o de las nuevas
oportunidades de crecimiento económico. De igual modo, las fuerzas internas son las que redefinen el sentido
y el alcance político-social de la diferenciación espontanea del sistema económico.” (Cardoso y Faletto;
1969/1992: 27).
165
más compleja, porque las fuerzas sociales que impulsan ese proceso intentan ganar cierta
autonomía, aunque en las vinculaciones económicas sigan siendo definidas por el mercado
externo y que limite las posibilidades de decisión y acción autónomas:
Se hace necesario, por lo tanto, definir una perspectiva de interpretación que destaque
los vínculos estructurales entre la situación de subdesarrollo y los centros
hegemónicos de las economías centrales, pero que no atribuya a estos últimos la
determinación plena de la dinámica del desarrollo. En efecto, si en las situaciones de
dependencia colonial es posible afirmar con propiedad que la historia –y por ende el
cambio- aparece como reflejo de lo que pasa en la metrópoli, en las situaciones de
dependencia de las naciones subdesarrolladas la dinámica social es más compleja. En
este último caso hay desde el comienzo una doble vinculación del proceso histórico
que crea una situación de ambigüedad o sea, una contradicción nueva. Desde el
momento en que se plantea como objetivo instaurar una nación –como en el caso de
las luchas anticolonialistas- el centro político de la acción de las fuerzas sociales
intenta ganar cierta autonomía al sobreponerse a la situación del mercado; las
vinculaciones económicas, sin embargo, continúan siendo definidas objetivamente en
función del mercado externo y limitan las posibilidades de decisión y acción
autónomas. En eso radica, quizá, el núcleo de la problemática sociológica del proceso
nacional de desarrollo en América Latina (Cardoso y Faletto; 1969/1992:29).
Cueva también difiere de esta visión de Frank, de la determinación de lo interno por lo
externo. Difiere en que lo que sucede en la periferia sólo sea un reflejo de lo que sucede en
el centro. Cuando en la periferia latinoamericana se da la transición de la fase oligárquica a
la fase burguesa no va siendo reflejo de lo que sucede en el centro, sino determinado por las
particularidades de cada matriz estructural64
.
64
Dice Cueva al respecto:“En todo caso, no cabe duda de que en el modelo de desarrollo del capitalismo que
venimos examinando toda la acumulación gravita en torno de la actividad primario-exportadora, de suerte que
aun el desarrollo industrial depende de los vaivenes y altibajos de ésta, que a su vez depende del movimiento
general del capitalismo imperial. En este sentido resulta interesante constatar cómo los mismos autores que
caen en la ilusión de suponer que su país ha avanzado por el camino de la industrialización gracias a un
coyuntural “aflojamiento de la dependencia” terminan por consignar datos que prueban exactamente lo
contrario…” (Cueva; 1977/2009:95-96). Lo mismo, pone como ejemplo la revolución mexicana, que sería
absurdo afirmar que esta fue “…un simple epifenómeno del 1907-1908 norteamericano.” (Cueva;
1977/2009:146).
166
Y es natural que estas diferencias se den, ya que la transición de la fase oligárquica a
la fase simplemente burguesa involucra modalidades que dependen de la
particularidad de cada matriz estructural, de la correlación de fuerzas que ella genera
así como de la orientación que va adquiriendo la lucha de clases en el marco nacional,
y no solamente de la vinculación que nuestros países establecen con el exterior. Hay
en realidad una intrincada cadena de relaciones dialécticas en la que el factor externo
se incluye ciertamente, pero no para actuar como deus ex machina, sino como
sobredeterminante de procesos internos de cuya configuración dependen, en última
instancia, el desarrollo de la historia (Cueva; 1977/2009: 146).
Volviendo a las contradicciones de Gunder Frank, la tercera es que los elementos
estructurales del capitalismo no cambian por lo que, si estos fueron los que generaron
desarrollo y subdesarrollo, se convierten en obstáculos para que la periferia deje su
condición de subdesarrollada:
Las dos contradicciones precedentes sugieren una tercera contradicción del desarrollo
y el subdesarrollo económico capitalista: la continuidad y ubicuidad de sus elementos
estructurales a lo largo de la expansión del sistema capitalista en todo tiempo y lugar.
Como lo dijo Engels, “hay contradicción en que una cosa siga siendo la misma pese a
cambiar constantemente”…el sistema capitalista, a través de su expansión y
desarrollo en escala mundial, mantuvo en conjunto su estructura esencial y engendró
las mismas contradicciones fundamentales. Y esta continuidad de la estructura y las
contradicciones del sistema capitalista mundial son los factores determinantes que
tenemos que identificar y comprender si queremos analizar y combatir eficazmente el
subdesarrollo de la mayor parte del mundo actual (Frank; 1970/1978: 23-24).
Para Dos Santos el concepto de contradicción de Frank es estructural funcionalista, tiene
un carácter estático65
. Contrario a Frank, dos Santos nos dice que la realidad sí se modifica
por sus propias contradicciones; que la única continuidad que la dialéctica puede aceptar es
65
Dice Dos Santos sobre la principal crítica a Frank: Nuestra principal crítica a la teoría de Gunder Frank se
refiere al hecho de que no logra superar una posición estructural funcionalista, y el origen de esta no
superación creemos encontrarla en su concepto de contradicción.” (Dos Santos 1970/1972: 146).
167
la continuidad del cambio. Dice Dos Santos, criticando a Frank, que si la estructura y sus
contradicciones siguen siendo las mismas, cómo explicamos los cambios en A.L.
Al citar a Engels: “existe una contradicción en que una cosa continúe siendo la misma
y sin embargo cambie constantemente”, busca justificación para su análisis de
continuidad histórica de las contradicciones del sistema colonial. Sin embargo, la
noción de contradicción implica que la realidad se modifica por efecto del desarrollo
de las contradicciones mismas. Es decir, la contradicción entre continuidad y cambio
es meramente aparente; por lo tanto, el cambio es generado por lo que es
aparentemente continuo. La única continuidad que la dialéctica puede admitir, es la
continuidad del cambio, pues el cambio se debe exactamente a aquello que la cosa sea
ella misma. El capitalismo, por ejemplo, genera el socialismo por efecto de las
mismas contradicciones que lo hacen desarrollarse como sistema capitalista. De otro
modo no hay dialéctica (Dos Santos 1970/1972: 146).
De ahí se deriva su carácter estático en el sistema de Gunder Frank. Las
contradicciones de América Latina son, para él, las mismas desde su descubrimiento
hasta hoy. Los cambios que han existido, y el mismo Frank admite que son
importantes, en su análisis aparecen como “irracionales”, o mejor, como resultado de
factores aleatorios…Y si la estructura de nuestros países es la misma y ha
permanecido igual en todo este período, ¿cómo se explican estos cambios que se han
producido en América Latina? (Dos Santos/1972; 1970: 146-147).
Las tres contradicciones se dan en A.L. desde el siglo XVI, y es desde entonces que se
inicia su proceso de subdesarrollo, y hasta la actualidad. Sus posibles cambios no son
autónomos sino producto de impulsos externos, de la respuesta a los cambios económicos
y políticos que se suceden en la metrópoli. Cueva va a estar en contra de esta tesis, más
adelante veremos estas diferencias:
América Latina fue conquistada y su pueblo colonizado por la metrópoli europea para
expropiar el excedente económico de los trabajadores del satélite y apropiárselo para
su acumulación de capital, iniciando con ello el presente subdesarrollo del satélite y
el desarrollo económico de la metrópoli. La relación capitalista metrópoli-satélite
entre Europa y América Latina fue establecida por la fuerza de las armas. Y por esta
168
misma fuerza, así como por la fuerza de la creciente vinculación económica y de otro
tipo, se ha mantenido esta relación hasta hoy. Las principales transformaciones
ocurridas en América Latina en los cuatro últimos siglos han sido producto de sus
respuestas a las influencias económicas, políticas y otras que, o bien partieron de la
metrópoli, o bien surgieron de la estructura metrópoli-satélite… (Frank; 1970/1978:
30-31).
En esta idea de que el subdesarrollo de la periferia se empieza a producir desde que estos
territorios fueron descubiertos, conquistados, y pasaron a formar parte de las colonias de la
metrópoli, Frank está de acuerdo con Sergio Bagu en el sentido de que las relaciones de
producción que se establecen en las periferias no son feudales, es decir relaciones de
producción no capitalistas, sino capitalismo colonial, ya que estas áreas fueron
incorporadas al proceso de acumulación de capital de las metrópolis. Dice Frank, citando a
Bagu:
La economía que las metrópolis ibéricas organizaron en América fue de
incuestionable índole colonial, en función del mercado centro-occidental europeo. El
propósito que animó a los productores luso-hispanos en el nuevo continente tuvo el
mismo carácter. No fue feudalismo lo que apareció en América en el período que
estudiamos sino capitalismo colonial…Iberoamérica nace para integrar el ciclo
feudal”. “Si alguna característica bien definida e incuestionable podemos encontrar en
la economía colonial es la de la producción para el mercado. Desde los primeros
tiempos del régimen hasta sus últimos días, ella condiciona toda la actividad
productiva…
Fue el nexo monetario y la dura realidad económica en que se apoyaba, y no
principalmente las tradiciones, los principios o las relaciones sociales aristocráticas o
feudales, lo que rigió en América Latina desde el comienzo. Y fue la concentración
estructural de la propiedad, del predominio y del capital la que también concentró la
tierra, los brazos encomendados, el comercio, las finanzas y los empleos civiles,
religiosos y militares en pocas manos… (Frank; 1970/1978: 32, 33-34).
Esta idea es apoyada por Theotonio Dos Santos, quien dice que A.L. por ser una economía
colonial exportadora de productos primarios no permitía el desarrollo de un mercado
169
interno y por lo mismo el desarrollo de una industria manufactura; no permitía el desarrollo
de las relaciones capitalistas de producción:
La crítica de Frank es correcta. No se puede hablar de feudalismo en economías y
sociedades que se organizan para la exportación. Sin embargo, estas economías,
precisamente porque vivían para exportar y no creaban por ello un mercado interno
(ya que el grueso de su ingreso provenía de la exportación y, por tanto, servía de
mercado de la producción manufacturera externa y no de la nacional…), no lograron
constituirse en una economía capitalista mercantil manufacturera como en parte de la
Europa de la época, sino en una economía colonial exportadora. El régimen
exportador favorecía la existencia de una economía natural o de autoconsumo, al lado
de la exportadora, y no creaba importantes efectos secundarios particularmente en el
sector manufacturero; no permitía ni estimulaba el pleno desarrollo de las relaciones
capitalistas de producción, apoyándose por el contrario en formas serviles o
esclavistas de trabajo (Dos Santos; 1970/1972: 43).
Cueva está en contra de esta idea, para él lo que prevaleció en A.L. fue feudalismo,
precapitalismo, pero no en el sentido como cuando se hace referencia al feudalismo en
Europa, sino en el sentido de que la estructura económica heredada de la colonia se
caracterizaba por un bajo desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de producción
basadas en la servidumbre y la esclavitud, y que constituían una desventaja para el posterior
desarrollo de las naciones latinoamericanas. Aunque caben dudas, ya que insiste en que lo
que prevaleció en A.L. fue feudalismo66
.
66
Dice Cueva que lo que él entiende por feudalismo no es como tradicionalmente se ha entendido para el
caso de Europa, aunque no busca otro concepto para caracterizar a la economía colonial: “No es el caso
reabrir aquí la discusión relativa la carácter feudal o capitalista de la sociedad colonial, verdadero diálogo de
sordos, en la medida en que cada contenedor camina por senderos teóricos distintos. Sólo conviene aclarar
que cuando hablamos en términos marxistas del modo de producción esclavista o feudal no estamos
manejando tipos ideales construidos con los rasgos más significativos del modelo Europeo; lo que queremos
decir, sencillamente, es que la estructura económico social heredada del período colonial se caracterizó por un
bajísimo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y por relaciones sociales de producción basadas en la
esclavitud y la servidumbre, hecho que constituyó un hándicap, por decir lo menos, para el desarrollo
posterior de nuestras sociedades. Lo cual no significa negar la conexión evidente de las formaciones
esclavistas o feudales de América Latina con el desarrollo del capitalismo en escala mundial…” (Cueva;
1977/2009: 15). Insiste en utilizar el concepto de feudalismo y no otro para caracterizar a la economía
colonial, como esclavista, feudal o precapitalista: “…y los estudios más recientes no hacen más que confirmar
el carácter precapitalista de aquellas formaciones en donde incluso el salario, casi siempre nominal, no fue
sino una forma de esclavizar o enfeudar al productor directo. De suerte que el problema no radica en
170
Esta idea de Frank, está en contra de otras posiciones como la de Cardoso y Faletto, Marini,
e incluso Cueva67
, para quienes el proceso del subdesarrollo latinoamericano no se inició
desde el siglo XVI, sino a partir de la revolución industrial por el papel que pasaron a jugar
las periferias, específicamente A.L., en el proceso de acumulación de capital del centro.
No sólo es la extracción del excedente de las metrópolis hacia sus satélites, sino que el poco
excedente que se quedaba en los satélites no se utilizaba en inversiones para la producción
del consumo de los grupos dirigentes, para la producción para la exportación y mucho
menos para el consumo popular.
…Algo de este excedente económico de las periferias provinciales quedó, por
supuesto, en las diversas metrópolis latinoamericanas. Es decir, como señala Ferrer,
el producto interno se concentró allí, como también, en consecuencia, la actitud
nacional para el consumo y la inversión o la acumulación. Pero la misma estructura
metrópoli-satélite, cuyo desarrollo, en primer lugar, dio existencia a la América
Latina que conocemos, creó y sigue creando en estas metrópolis latinoamericanas
(quizás aún más ahora) intereses que indujeron a sus grupos dirigentes a satisfacer por
medio de importaciones gran parte de su concentrada demanda de consumo.
… Los efectos del capitalismo mundial y nacional calan más hondo y conducen a la
orientación errónea y al mal empleo hasta del excedente que queda a disposición del
satélite (Frank 1970/1978: 37).
Aquí nuevamente difiere Dos Santos del modelo teórico de Frank, ya que según Dos Santos
“…no explica porque el excedente que se queda en América Latina es invertido de tal o tal
forma…”, y tiene que ver con que las estructuras productivas latinoamericanas son
dependientes, por lo que aún sin esta apropiación las economías no dejarían de ser
subdesarrolladas.
prolongar una obsoleta discusión, sino en avanzar en el estudio de las modalidades histórico-concretas de
existencia de los modos de producción esclavista y feudal en el continente americano, de su profundización y
extensión en cada área…” (Cueva; 1977/2009: 16). 67
Para Cueva va a ser hasta las últimas décadas del siglo XIX, cuando las naciones latinoamericanas dejan de
ser naciones precapitalistas y constituirse en naciones capitalistas subdesarrolladas: “No por azar este
ominoso contrato se firmó en 1889, cuando el capitalismo metropolitano había entrado ya en su fase
imperialista y nuestros países dejaban de ser países simplemente precapitalistas para convertirse en reales
sociedades subdesarrolladas, con toda la problemática específica que ello implica.” (Cueva; 1977/2009: 30).
171
Lo que pretendo demostrar con este argumento no es que la apropiación del
excedente económico de nuestros países no es un elemento importante de nuestro
atraso, sino que hay que explicar esta apropiación y sus resultados por la estructura de
la economía dependiente. Es necesario analizar en un primer momento la estructura
exportadora sin tomar en cuenta la expropiación del excedente por metrópolis, pues
nuestros países seguirían subdesarrollados si no hubiera esta expropiación. Y
seguirían subdesarrollados por la dependencia de la importación de los productos
manufacturados, por la no generación de un mercado interno de estos productos
comprados en el exterior, por el predominio del capital comercial (Dos Santos
1970/1972: 147).
Son las coyunturas como las guerras mundiales o las grandes depresiones las que aflojan el
dominio de las metrópolis hacia sus satélites las que les permite a estos tener cierta
autonomía temporal para impulsar proyectos de desarrollo o industrialización, pero una vez
que estas coyunturas pasan se vuelve a reencauzar la integración de los satélites hacia sus
metrópolis y se continua con la dependencia, dominio y el desarrollo del subdesarrollo:
…Si los grupos gobernantes de los países satélites han encontrado provechoso, de vez
en cuando, adoptar un grado relativamente mayor de industrialización y desarrollo
autónomos, como ocurrió en el siglo XVII y varias veces después, no fue porque
hubiese cambiado la estructura esencial del sistema capitalista mundial sino
únicamente porque el grado de dependencia de las metrópolis mundiales había
menguado temporalmente, debido al accidentado desarrollo del belicoso sistema
capitalista mundial. Durante las depresiones y las guerras, el desarrollo industrial y
económico de los satélites latinoamericanos tomó impulso, sólo para ser cercenado de
nuevo o reencauzado en el subdesarrollo por la siguiente recuperación y expansión y
expansión de la metrópoli, o por el restablecimiento de la integración activa de esta
con sus satélites (Frank 1970/1978: 38).
Habría que señalar que Frank intenta demostrar sus tesis analizando la historia de Chile y
Brasil desde el siglo XV, desde que estas naciones fueron conquistadas y colonizadas hasta
mediados de la década de los sesenta del siglo XX (Frank 1970/1978: 13-123; 147-213).
172
III.6.2 La división internacional del trabajo en el modelo primario exportador y la
superexplotación de la fuerza de trabajo
Ruy Mauro Marini, en su “Dialéctica de la Dependencia”, con su propuesta metodológica y
enfoque, va analizar a A.L. desde la década de los cuarenta del siglo XIX y hasta la década
de los sesenta del siglo XX, es decir, desde su modelo primario exportador hasta su ISI.
Desde entonces, según Marini, va a quedar definida la división internacional del trabajo
entre centro y periferia. La periferia inserta en una situación de dependencia y
subordinación hacia el centro que va a definir su desarrollo o subdesarrollo futuro. Además,
al reproducirse las relaciones de producción capitalista de la periferia en el marco de la
división internacional del trabajo, se reproduce su dependencia, por lo que el fruto de la
dependencia no es sino que más dependencia.
En el modelo primario exportador68
, según Marini, es tal la importancia de A.L. en la lógica
de acumulación de capital en la gran industria de los países centrales, que ella, según
Marini, se habría visto seriamente obstaculizada sino es por las exportaciones de alimentos
y materias primas de la periferia latinoamericana. Dice Marini:
La creación de la gran industria moderna se habría visto fuertemente obstaculizada si
no hubiera contado con los países dependientes y se debería haber construido sobre
una base nacional. En efecto, el desarrollo industrial supone una gran disponibilidad
de bienes agrícolas, que permita la especialización de parte de la sociedad en la
actividad específicamente industrial. En el caso de la industrialización europea, el
recurso a la simple producción agrícola interna hubiera frenado la extremada
especialización productiva que la gran industria hacia posible. El fuerte incremento
de la clase obrera industrial y, en general, de la población urbana ocupada en la
68
Dos santos a este periodo le llama “la dependencia financiero-industrial, “que se consolida a fines del siglo
XIX, caracterizada por el dominio del gran capital en los centros hegemónicos y su expansión hacia el
exterior para invertir en la producción de materias primas y productos agrícolas consumidos en los centros
hegemónicos. En los países dependientes, origina una estructura productiva dedicada a la exportación de estos
productos…produciendo lo que la CEPAL llamó “desarrollo hacia afuera.” (Dos Santos; 1970: 54). En esta
forma de dependencia, al igual que en el periodo colonial de dependencia comercial- exportadora, como Dos
Santos le llama, “la orientación de la producción estaba condicionada por la demanda de los centros
hegemónicos. La estructura productiva interna se caracterizaba así por una rígida especialización y una
orientación de regiones enteras hacia la monocultura…” (Dos Santos; 1970/1972: 56).
173
industria y en los servicios, que se verifica en los países industriales en el siglo
pasado, no hubiera podido tener lugar si estos no hubieran contado con los medios de
subsistencia de origen agropecuario, proporcionados en forma considerable por los
países latinoamericanos. Esto fue lo que permitió profundizar la división del trabajo y
especializar a los países industriales como productores mundiales de manufacturas
(Marini; 1973: 4-5).
Lo más relevante de las exportaciones de la periferia es que le permite al capital industrial
del centro pasar de la plusvalía absoluta a la plusvalía relativa69
. Dice Marini:
Lo que importa considerar aquí es que las funciones que cumple América
Latina…Más allá de facilitar el crecimiento cuantitativo de estos, la participación de
América Latina en el mercado mundial contribuirá a que el eje de la acumulación en
la economía industrial se desplace de la producción de plusvalía absoluta a la de
plusvalía relativa, es decir, que la acumulación pase a depender más del aumento de
la capacidad productiva del trabajo que simplemente de la explotación del
trabajador…(Marini; 1973: 5).
Aquí difieren Cardoso y Cueva, Cardoso en dos sentidos, uno, en el sentido de que el
desarrollo del capitalismo en el centro depende de la producción de plusvalía y la
productividad y no de la explotación de la fuerza de trabajo en las periferias, y dos, de que
habría que demostrar que las exportaciones de productos primarios de A.L. formaban parte
importante del consumo obrero europeo, ya que desde entonces parte importante de su
consumo básico tendía a constituirse de productos industriales70
. Dice Cardoso:
No obstante, creo que existen todavía algunos problemas no resueltos: con referencia
al desarrollo del capitalismo central este proceso no es necesario. Él ayuda, facilita,
complementa, pero no es un requisito para la expansión capitalista. De hecho, la
69
El incremento de la oferta mundial de alimentos, a los que A.L. contribuye, deprime sus precios. Su efecto
en los países centrales va a ser el de reducir el valor real de la fuerza de trabajo, permitir el aumento del
trabajo excedente sobre el necesario y con ello que “…el incremento de la productividad se traduzca allí en
cuotas de plusvalía cada vez más elevadas. En otros términos mediante su incorporación al mercado mundial
de bienes salario, América Latina desempeña un papel significativo en el aumento de la plusvalía relativa en
los países industriales.” (Marini; 1973: 6-7). 70
Metodológicamente tiene también diferencias con Marini, en el sentido de que es más conveniente
enfocar"… la industrialización de la periferia a través de la perspectiva del capital y de la inversión mucho
más que a través de la idea de que el “capitalismo avanzado” requiere mano de obra superexplotada de la
periferia.” (Cardoso; 1975/1976: 116).
174
perspectiva de la expansión del capital, a partir de las economías centrales, de Lenin,
explicaba la necesidad de inversiones en el exterior y su importancia para el
capitalismo. El mecanismo descrito por Marini justifica ex post la función del
capitalismo dependiente y explica la razón por la cual se da una superexplotación de
la fuerza de trabajo, sin que esto ocasione problemas de realización del producto.
…Pero creo que sería posible demostrar que el capitalismo central, en su carácter
específico y dinámico, depende de la producción de plusvalía y del aumento de la
productividad –que alcanzan, por cierto, los productos necesarios a la reposición de la
fuerza de trabajo- , y no de la base expoliadora suministrada por las regiones
explotadas.
Para que el último argumento fuera verdadero, sería necesario demostrar que el peso
de los productos alimenticios importados era decisivo en los hábitos de consumo del
trabajador europeo y que no había sido posible, con técnicas más avanzadas, lograr el
abaratamiento de la alimentación y de los demás medios de vida en Europa. Esto sin
considerar que, en los países capitalistas, los artículos básicos de consumo se
componen en forma creciente de productos industrializados, alimenticios o no.
Además el desarrollo capitalista en los Estados Unidos se dio en forma mucho más
independiente de la importación de alimentos que en Inglaterra, sin que con estolas
contradicciones señaladas por Marini hubiesen obstaculizado la expansión de la
economía (Cardoso; 1975/1976: 115).
Cueva reconoce la aportación teórica de Marini de la división internacional del trabajo, de
establecer una relación directa entre países industrializados-países dependientes, y el efecto
que tiene sobre el desarrollo de las naciones latinoamericanas, pero pone en cuestión, por
una parte, que las exportaciones primarias latinoamericanas pudieran ayudar en el centro
pasar de la plusvalía absoluta a la relativa, ya que ciertos productos no formaban parte
importante del consumo del obrero, sería el caso de las exportaciones brasileñas de café,
por la otra, la superexplotación de la fuerza de trabajo argentina, ya que esta gozaba de una
buena alimentación y constituía un mercado importante de productos industriales71
:
71
La realidad en las tiendas de raya, según Cueva, también cuestionaría la tesis de Marini de la
superexplotación de la fuerza de trabajo, ya que estas eran abastecidas con artículos importados para el
consumo de su fuerza de trabajo. Dice Cueva:“Más aún, creemos que ni siquiera es legítimo afirmar, como
175
En efecto baste pensar en dos casos concretos de la historia de América Latina –y no
muy marginales que se diga- para que la relación causal establecida por Marini se
rompa en uno u otro sentido. En el primer caso que tenemos en mientes, el de Brasil,
uno puede admitir en rigor la tesis de la sobreexplotación a condición de no poner
reparos a su concepto mismo (remuneración permanente de la fuerza de trabajo por
debajo de su valor) y de entenderlo más bien del “sentido común”, pero en cambio
resulta imposible concebir siquiera como las exportaciones de café brasileño habrían
podido abatir el valor real de la fuerza de trabajo en Europa, y contribuir con ello al
proceso que Marini señala (paso de la plusvalía absoluta a la plusvalía relativa), ya
que se trata de un producto netamente superfluo desde el punto de vista de la
reproducción de la fuerza de trabajo y cuyo principal consumidor ni siquiera fue la
clase obrera.
En el otro caso significativo, el de Argentina, uno puede aceptar la incidencia de la
exportación de cereales y carnes en la disminución del valor real de la fuerza de
trabajo en Inglaterra, por ejemplo, pero entonces resulta harto difícil sostener que ello
haya tenido como contrapartida la remuneración de la fuerza de trabajo argentina por
debajo de su valor, ni impedido la creación de un mercado interno para la industria de
este país. Las masas argentinas de ese periodo fueron de las pocas aceptablemente
nutridas del mundo capitalista en general, y dicho país, el primero de América Latina
en tener un mercado significativo para productos industriales (Cueva; 1974: 20-21)
Pero, ¿qué significaba para A.L., esta forma de inserción? Primero, un deterioro de los
términos de intercambio, después, como solución, una superexplotación de la fuerza de
frecuentemente se hace en América Latina, que el principal mecanismo de articulación entre los enclaves
capitalistas y las áreas precapitalistas consiste en que éstas se encarguen de reproducir a menor costo la fuerza
de trabajo de aquellos: afirmación empíricamente falsa, como lo prueban las tiendas de raya abastecidas con
artículos importados en infinidad de enclaves, y además teóricamente absurda en la medida en que el valor de
cada bien producido en el sector precapitalista es más elevado que el del sector capitalista (sobre todo
extranjero), aun en el supuesto de la máxima “superexplotación” de los trabajadores del primer sector. En
nuestra opinión, la funcionalidad de las áreas precapitalistas con respecto a las capitalistas consiste
primordialmente en fijar un valor de la fuerza de trabajo reducido a su límite estrictamente vegetativo, con
todas las consecuencias que de ello se derivan. A partir de ese dato uno puede discutir si ese valor es “justo” o
no, o si el que esté nacionalmente determinado tiene o no “sentido” en un contexto económico cada vez más
internacionalizado. El hecho es que el sistema capitalista no se rige por las leyes de la justicia ni por el mayor
o menor sentido teórico, sino que, en lo que a este punto concierne, se limita a establecer un régimen de
salarios acorde con el valor local de la fuerza de trabajo (en torno al cual tales salarios fluctúan, como es
natural).” (Cueva; 1977/2009: 117).
176
trabajo que trae como consecuencia salarios deprimidos que no permiten el desarrollo de un
mercado interno y de una industria de bienes de consumo para los asalariados. Tampoco el
desarrollo de una industria de bienes de consumo suntuarios para los capitalistas ya que
estos orientaban su consumo hacia el exterior vía importaciones. Por último, una situación
de dependencia de las naciones latinoamericanas que frenan o retardan su desarrollo.
¿Cómo se dio todo este proceso?
Durante el modelo primario exportador, sólo los países centrales producen manufacturas y
con mayor productividad, que les permite vendérselas a la periferia a un precio por encima
de su valor, con lo que se produce no sólo el intercambio desigual sino que la periferia
transfiera gratuitamente parte de su valor producido (Marini; 1973: 10).
¿Cuál debería ser la reacción de la periferia ante este intercambio desigual? Un
desestimulo a la producción de bienes salarios o primarios y por tanto del valor
intercambiado, sin embargo no fue así, más bien fue el de aumentar la producción de estos
bienes y por lo tanto el valor para compensar el intercambio desigual72
. ¿Cómo, o mediante
qué mecanismos? Mediante lo que Marini llama superexplotación de la fuerza de trabajo y
“…significan que el trabajo se remunera por debajo de su valor…” (Marini; 1973:14). Dice
Marini:
Lo que importa señalar es que, para incrementar la masa de valor producida, el
capitalista debe necesariamente echar mano de una mayor explotación del trabajo, ya
mediante el aumento de su intensidad, ya recurriendo a la prolongación de la jornada
de trabajo, ya finalmente combinando los dos procedimientos…En los hechos, todos
concurren a aumentar la masa de valor realizada y, por ende, la cantidad de dinero
obtenida a través del intercambio. Esto es lo que explica, en este plano del análisis,
que la oferta mundial de materias primas y alimentos aumente a medida que se
72
Dice Marini sobre el recurso que pueden utilizar las naciones para hacer frente al intercambio desigual:
“…podemos identificar –siempre en el ámbito de las relaciones internacionales de mercado- un mecanismo de
compensación. Se trata del recurso al incremento de valor intercambiado, por parte de la nación
desfavorecida: sin impedir la transferencia operada por los mecanismos ya descritos, esto permite
neutralizarla total o parcialmente mediante el aumento del valor realizado. Dicho mecanismo de
compensación puede verificarse tanto en el plano del intercambio de productos similares como de productos
originarios de diferentes esferas de producción…” (Marini; 1973: 11).
177
acentúa el margen entre sus precios de mercado y el valor real de la producción
(Marini; 1973: 11).
¿Cómo pudo ser posible imponer esta forma de compensación? Por el bajo nivel de
desarrollo de las fuerzas productivas en la periferia latinoamericana es que se pudo imponer
al trabajador las tres formas de explotación que Marini ha señalado, es decir la
intensificación del trabajo, la prolongación de la jornada de trabajo y la expropiación de
parte del salario necesario para que el obrero reponga su fuerza de trabajo. Dice Marini:
Importa señalar además que, en los tres mecanismos considerados, la característica
esencial está dada por el hecho de que al trabajador se le niegan las condiciones
necesarias para reponer el desgaste de su fuerza de trabajo: en los dos primeros casos,
porque se le obliga a un dispendio de fuerza de trabajo superior al que debería
proporcionar normalmente, provocándose así su agotamiento prematuro; en el último,
porque se le retira incluso la posibilidad de consumir lo estrictamente indispensable
para conservar su fuerza de trabajo en estado normal. En términos capitalistas, estos
mecanismos (que además se pueden dar, y normalmente se dan, en forma combinada)
significan que el trabajo se remunera por debajo de su valor, y corresponden, pues, a
una superexplotación del trabajo(Marini; 1973: 13-14).
Esta forma de inserción tiene implicaciones para el desarrollo latinoamericano ya que la
realización de la producción de productos primarios no depende del mercado interno sino el
externo, del mercado mundial, separándose así dos momentos del ciclo del capital, el de la
producción y el de la circulación, que no sucede en los países centrales73
. Por eso el capital
latinoamericano incurrió en la superexplotación sin importarle que el trabajador con su
salario pudiera reponer sus condiciones para trabajar, además de que también contaba con
un ejército de reserva de fuerza de trabajo. Dice Marini al respecto:
…el consumo individual del trabajador no interfiere en la realización del producto,
aunque sí determine la cuota de plusvalía. En consecuencia, la tendencia natural del
sistema será la de explotar al máximo la fuerza de trabajo del obrero, sin preocuparse
de crear las condiciones para que éste la reponga, siempre y cuando se le pueda
73
Para Marini, en los países industriales el consumo obrero es necesario en la realización de la producción y
por lo tanto para empezar de nuevo el ciclo del capital (Marini; 1973: 18).
178
reemplazar mediante la incorporación de nuevos brazos al proceso productivo. Lo
dramático para la población trabajadora de América Latina es que este supuesto se
cumplió ampliamente: la existencia de reserva de mano de obra indígena (como en
México) o los flujos migratorios derivados del desplazamiento de mano de obra
europea, provocado por el progreso tecnológico (como en Sudamérica), permitieron
aumentar constantemente la masa trabajadora, hasta principios de este siglo. Su
resultado ha sido el de abrir curso a la compresión del consumo individual del obrero
y, por tanto, a la superexplotación del trabajo (Marini; 1973: 18-19).
Por la constricción del consumo del obrero se daba una expansión de las ganancias y del
consumo capitalista, que encontraba salida en el mercado externo vía importación de
bienes suntuarios, y que limitaba también de manera importante el desarrollo de una
industria productora de estos bienes74
. Dice Marini:
…Paralelamente, el incremento de las ganancias que de esto se deriva pone al
capitalista en condiciones de desarrollar expectativas sin contrapartida en la
producción interna (orientada hacia el mercado mundial), expectativas que tienen que
satisfacerse con importaciones. La separación entre el consumo individual fundado en
el salario y el consumo individual engendrado por la plusvalía no acumulada da, pues,
origen a una estratificación del mercado interno, que es también una diferenciación de
esferas de circulación: mientras la esfera “baja” en que participaban los trabajadores –
que el sistema se esfuerza por restringir- se basa en la producción interna, la esfera
“alta” de circulación, propia de los no trabajadores –que es la que el sistema tiende a
ensanchar-, se entronca con la producción externa a través del comercio de
importación (Marini; 1973: 19).
Las posibilidades de un desarrollo industrial al interior de esta economía exportadora
latinoamericana con falta de consumo interno fueron escasas, más bien esta industria
74
Dos Santos distinguía cuatro factores que limitaban el desarrollo de un mercado interno latinoamericano:
primero la salida de recursos por la compra de insumos y bienes de lujo para el consumo de los dueños de las
haciendas y minas y empleados más ricos, segundo, la superxplotación de la fuerza de trabajo, y que Marini
desarrolla ampliamente, tercero, “parte del consumo de estos trabajadores estaba formado por la economía de
subsistencia”, y cuarto, es que “en los países en que las tierras y minas pertenecían a extranjero (los casos de
economía de enclave). En ellos, gran parte del excedente acumulado se destinaba hacia el exterior bajo la
forma de ganancia lo que limitaba no sólo el consumo interno, sino también las posibilidades de reinversión.”
(Dos Santos; 1970/1972: 57).
179
incipiente, si se le puede llamar así, no tenía su dinámica propia sino más bien dependía de
la dinámica y coyuntura de esa economía exportadora. Va a ser por intermedio de la
Primera y Segunda guerras mundiales que obstaculizaron la acumulación de capital
latinoamericano basada en el mercado externo que el eje de la acumulación se va a
desplazar hacia la industria (Marini; 1973: 20). Una industria cuyo desarrollo se va a ver
afectado por el modelo primario exportador75
.
III.6.3 La división internacional del trabajo en la industrialización por sustitución de
importaciones y el nuevo carácter de la dependencia
La industrialización generó optimismo. Se construyeron las bases teóricas de la necesidad
de la industrialización como único mecanismo para alcanzar el desarrollo, ya lo veíamos
con la CEPAL, y también se implementaron acciones gubernamentales. Los resultados
fueron totalmente diferentes a lo esperado, también lo veíamos con la CEPAL.
Desde el punto de vista que nos interesa, esto significa que la esfera alta de la
circulación, que se articulaba con la oferta externa de bienes manufacturados de
consumo disloca su centro de gravedad hacia la producción interna, pasando su
parábola a coincidir a groso modo con la que describe la esfera baja, propia de las
masas trabajadoras. De esta manera pareciera ser que el movimiento excéntrico que
presentaba la economía exportadora empezaba a corregirse, y que el capitalismo
dependiente se orientaba en el sentido de una configuración similar a la de los países
industriales clásicos. Fue sobre esta base que prosperaron, en la década de 1950, las
distintas corrientes llamadas desarrollistas, que suponían que los problemas
económicos y sociales que aquejaban a la formación social latinoamericana se debían
a una insuficiencia de su desarrollo capitalista, y que la aceleración de éste bastaría
para hacerlos desaparecer (Marini; 1973: 20).
Dos Santos, a la forma de industrialización que se va a dar a partir de la segunda posguerra
la va a llamar de “dependencia tecnológica industrial”, dependencia que se va a caracterizar
75
Dice Marini sobre la influencia del modelo primario exportador sobre el curso que tomará la
industrialización latinoamericana:“ Cuando, llegado el sistema capitalista mundial a cierto grado de su
desarrollo, América Latina ingrese en la etapa de la industrialización, deberá hacerlo a partir de las bases
creadas por la economía de exportación. La profunda contradicción que habrá caracterizado al ciclo del
capital de esa economía, y sus efectos sobre la explotación del trabajo, incidirán de manera decisiva en el
curso que tomará la economía industrial latinoamericana, explicando muchos de los problemas y de las
tendencias que en ella se presentan actualmente.” (Marini; 1973: 19).
180
“…básicamente por el dominio tecnológico industrial de las empresas multinacionales que
pasan a invertir en las industrias destinadas al mercado interno de los países
subdesarrollados.” (Dos Santos 1970/1972: 54). Más delante veremos todo lo que significó
en términos de dependencia y de las limitaciones para el desarrollo de las naciones
latinoamericanas.
A.L. no seguiría el camino de los países industriales clásicos, ya que su proceso industrial
se da sobre una estructura económica diferente del de aquellos países. Ya veíamos la
compresión del consumo de los trabajadores y la orientación del de los capitalistas cubierta
por las importaciones, es decir, el proceso industrial no va a crear su propia demanda sino
se va a estructurar sobre una demanda preexistente. Las implicaciones eran que sólo podía
surgir una industria débil, que crecía en las coyunturas porque es cuando se cerraban las
posibilidades de importaciones de bienes suntuarios para cubrir la demanda de los
capitalistas. Dice Marini:
…La compresión permanente que ejercía la economía exportadora sobre el consumo
individual del trabajador, no permitió sino la creación de una industria débil, que
sólo se ensanchaba cuando factores externos (como las crisis comerciales,
coyunturalmente, y la limitación de los excedentes de la balanza comercial…)
cerraban parcialmente el acceso de la esfera alta del consumo al comercio de
importación…La industrialización latinoamericana no crea, por tanto, como en las
economías clásicas, su propia demanda, sino que nace para atender una demanda
preexistente, y se estructurará en función de los requerimientos de mercado
procedentes de los países avanzados (Marini; 1973: 22).
¿Qué implicaciones tenía en el desarrollo económico latinoamericano el que la demanda
fuera mayor que la oferta? Las implicaciones eran que el capitalista industrial
latinoamericano podía realizar sus productos por encima de su valor, por encima del precio
de producción y aumentar sus ganancias. Este proceso era posible por el carácter
monopolista del capitalista industrial, por las barreras aduaneras, por el bajo nivel
tecnológico, por el excedente de mano de obra que el modelo primario exportador había
creado y por la misma crisis de este modelo, y que hace que los salarios formen o
determinen el precio de producción por lo que el capitalista buscará y encontrara las
181
condiciones para que su acumulación de capital se base en salarios bajos y la
superexplotación de la fuerza de trabajo (Marini; 1973: 23). A diferencia de la economía
exportadora, en la economía industrial “…ya no opera la disociación entre la producción y
la circulación de mercancías en función del mercado mundial, sino la separación entre la
esfera alta y la esfera baja de la circulación en el interior mismo de la economía…”
(Marini; 1973: 23).
Ahora bien, como la producción industrial entra principalmente en el consumo de la esfera
alta y marginalmente en el consumo popular, en el consumo obrero, el valor de las
manufacturas no va a determinar el valor de la fuerza de trabajo, lo que le posibilita al
capitalista despreocuparse de aumentar la productividad para hacer bajar el precio de los
manufacturas y bajar los salarios, por el contrario, le posibilita aumentar su plusvalía con
una mayor explotación de la fuerza de trabajo y con la rebaja de los salarios por debajo de
su límite normal, y como las manufacturas no forman parte importante del consumo obrero,
al capitalista no le crea problemas de realización (Marini; 1973: 23-24).
La industrialización llega a una determinada etapa en la que para el capitalista y sus
ganancias ya no es suficiente el consumo de la esfera alta, se necesitan otros consumidores
para los bienes suntuarios, que podrían ser las capas medias y los mismos obreros, aunque
para estos últimos sería necesario aumentar la productividad para abaratar los bienes de
consumo salario. Si sólo fuera por esta última vía sería necesario aumentar la capacidad
productiva del trabajo. Sin embargo, parcialmente se neutraliza por el aumento del
consumo de los sectores medios, que es posible o se derivan por la plusvalía no acumulada
y por la compresión de los salarios El mecanismo para aumentar la capacidad productiva
del trabajo fue recurrir a la tecnología extranjera que llega por medio de la importación de
capital extranjero, vía financiamiento externo e inversiones directas principalmente en el
sector industrial.
¿Qué implicaciones tuvo la inversión extranjera directa (IED) en el desarrollo industrial de
A.L? Para Marini una nueva división internacional del trabajo. Las transformaciones
productivas y tecnológicas en el centro, hicieron que esos países se vieran “...en la
necesidad de exportar a la periferia equipos y maquinaria que se habían hecho obsoletos
antes de que se hubieran amortizado totalmente (Marini; 1973: 25). Esto significaba que
182
A.L. seguía entrando en la lógica de acumulación de los países centrales con una nueva
división internacional del trabajo:
La industrialización latinoamericana corresponde así a una nueva división
internacional del trabajo, en cuyo marco se transfieren a los países dependientes
etapas inferiores de la producción industrial (obsérvese que la siderurgia, que era un
signo distintivo de la economía industrial clásica, se ha generalizado a tal punto que
países como Brasil ya exportan acero), reservándose a los centros imperialistas las
etapas más avanzadas (como la producción de computadoras y la industria electrónica
pesada en general, la explotación de nuevas fuentes de energía, como la de origen
nuclear, etc.) y el monopolio de la tecnología correspondiente…Lo que tenemos es
una nueva jerarquización de la economía capitalista mundial, cuya base es la
redefinición de la división internacional del trabajo acaecida en el curso de los
últimos 50 años (Marini; 1973: 26).
¿Qué implicaciones tuvo esta tecnología en la generación de empleos, en la explotación de
la fuerza de trabajo, en el proceso de industrialización, en el desarrollo económico y la
balanza de pagos? Primero, en naciones donde abunda la fuerza de trabajo, el progreso
tecnológico, las tecnologías importadas que traía consigo la IED se caracterizaba por el
ahorro de fuerza de trabajo, generaba pocos empleos. Después, recordemos que la IED y
su tecnología llegan a A.L. en un contexto de superexplotación de la fuerza de trabajo, por
lo que al capitalista le fue posible intensificar el ritmo de trabajo del obrero, elevar su
productividad, pero remunerarlo por debajo de su valor real, es decir continuaba con la
superexplotación. ¿Cómo era posible? Era posible porque las tecnologías importadas eran
productoras de bienes consumo suntuarios, que si bien entraban en el consumo de obrero de
los países centrales no entraban en el consumo de los obreros en la periferia, en la esfera
baja de la circulación, “…en esta medida, y toda vez que no representan bienes que
intervienen en el consumo de los trabajadores, el aumento de la productividad inducido por
la técnica en esas ramas de la producción no ha podido traducirse en mayores ganancias
mediante la elevación de la cuota de plusvalía, sino tan sólo mediante el aumento de la
masa de valor realizado. La difusión del progreso técnico en la economía dependiente
marchará, pues, de la mano con una mayor explotación del trabajador, precisamente porque
183
la acumulación sigue dependiendo en lo fundamental más del aumento de la masa de valor
– y por ende de plusvalía- que de la cuota de plusvalía.” (Marini; 1973: 27).
Esto no termina aquí, ya que finalmente el que el desarrollo tecnológico se concentre en la
producción bienes suntuarios, se encuentra con problemas de realización por la estrechez
del mercado interno, por lo que el capital recurre al Estado para que promueva el consumo
de bienes suntuarios vía extensión del aparato burocrático, subvenciones a los productos y
del financiamiento del consumo suntuario, y la inflación para transferir poder de compra de
la esfera baja a la esfera alta vía caída de los salarios reales. Esta situación inhibe
inversiones tecnológicas en el sector de bienes de consumo no durables o de consumo
popular, así “…en la medida en que se comprime así la capacidad de consumo de los
trabajadores, se cierra cualquier posibilidad de estímulo a la inversión tecnológica en el
sector de producción destinado a atender el consumo popular. No puede, pues, ser motivo
de sorpresa que, mientras las industrias de bienes suntuarios crecen a tasas elevadas, las
orientadas al consumo masivo (las llamadas industrias tradicionales) tiendan al
estancamiento e incluso la regresión.” (Marini; 1973: 28).
Es decir que la estructura de la producción del capitalismo dependiente latinoamericano se
adecuó a la estructura de la circulación, a un aparato productivo en el que las ramas
productoras de bienes de consumo popular, por la compresión del consumo de las masas
trabajadoras, eran menos dinámicas que las ramas productoras de bienes de consumo
suntuarios, estas últimas impulsadas por la acción gubernamental, por la superexplotación
de la fuerza de trabajo y la concentración del ingreso:
…una vez que la compresión del nivel de vida de las masas trabajadoras pasa a ser
condición necesaria para la expansión de la demanda creada por las capas que viven
de la plusvalía. La producción basada en la superexplotación del trabajo volvió a
engendrar así el modo de circulación que le corresponde, al mismo tiempo que
divorcia el aparato productivo de las necesidades del consumo de las masas. La
estratificación de ese aparato en lo que se ha dado en llamar industrias dinámicas
(ramas productoras de bienes suntuarios y de bienes de capital que se destinan
principalmente a estos) e industrias tradicionales refleja la adecuación de la estructura
184
de producción a la estructura de circulación propia del capitalismo dependiente
(Marini; 1973: 28).
Esta estructura de circulación o de realización de cualquier forma le generaba al capital
problemas de realización de su producción tanto de bienes de consumo popular como de
bienes de consumo suntuario, por lo que el capital va a recurrir a los mercados externos,
dentro de los que se encontrarían los mercados por los acuerdos de integración:
…La absorción del progreso técnico en condiciones de superexplotación del
trabajo… (no pudo) extender a los trabajadores la creación de demanda por los
bienes suntuarios, y orientándose antes hacia la comprensión salarial que los excluye
de facto de este tipo de consumo, la economía industrial dependiente no sólo ha
debido contar con un inmenso ejército de reserva, sino que ha obligado a los
capitalistas y capas medias altas a restringir la realización de las mercancías de lujo.
Ello plantearía a partir de cierto momento (que se define nítidamente a mediados de
la década de 1960), la necesidad de expandirse hacia el exterior, es decir, desdoblar
nuevamente –aunque a partir de la base industrial-el ciclo de capital, para centrar
parcialmente la circulación sobre el mercado mundial. La exportación de
manufacturas, tanto de bienes esenciales como de productos suntuarios, se ha
convertido entonces en la tabla de salvación de una economía incapaz de superar los
factores disruptivos que la afligen. Desde los proyectos de integración económica
regional y subregional hasta el diseño de políticas agresivas de competencia
internacional, asiste en toda América Latina a la resurrección del modelo de la vieja
economía exportadora (Marini; 1973: 29).
Dos Santos distingue, aparte de las de Marini, otras tres características de la
industrialización en A.L. Primero, que el desarrollo industrial va a depender de un sector
exportador que va a proveer las divisas para comprar los insumos que necesita la industria,
y que va a ser el sector primario, segundo, que el sector industrial va estar condicionado por
una balanza de pagos deficitaria, deficitaria por el deterioro de los términos de intercambio,
por salidas de capitales muy superior a las entradas por los altos volúmenes de ganancias de
estos capitales, y por la continua necesidad de financiamiento externo para cubrir los
déficit. Por los déficit que tienden a ser crecientes, y por la necesidad de recursos externos
185
para “financiar el desarrollo a través de préstamos destinados a estimular las inversiones y a
suplir un excedente económico interno que se descapitalizó en gran parte por la remesa de
parte de la plusvalía generada interiormente bajo la forma de ganancias enviadas al
exterior”, la necesidad de financiamiento externo también se vuelve creciente (Dos
Santos; 1970/1972: 57-60). Es decir, que con capital extranjero (endeudamiento externo,
IED y ayuda externa) se busca cubrir los déficit que estos mismos capitales generan.
Tercero, que “el desarrollo industrial esta decisivamente condicionado por el monopolio
tecnológico que ejercen los centros imperialistas.” Las implicaciones para los países
dependientes es que, primero, tienen que pagar por utilizarla maquinaria e insumos de los
países centrales, o las empresas trasnacionales introducen esa maquinaria, vía filiales, no
como mercancías sino como sus propias inversiones, segundo, que como los gobiernos
dependientes no cuentan con divisas suficientes y los empresarios locales tiene dificultades
de financiamiento, dan todo tipo de facilidades para la entrada de empresas extranjeras
como el proteccionismo de los mercados internos que les permiten obtener elevadas
ganancias (Dos Santos; 1970/1972: 57-61).
Esta estructura industrial dependiente tiene efectos sobre toda la estructura productiva de
sus economías y condiciona un tipo específico de desarrollo dependiente. Su sistema
productivo está condicionado por conservar el sector proveedor de divisas, el sector
primario, segundo, por la necesidad de establecer “una estructura industrial y tecnológica,
inducida más por los intereses de las empresas multinacionales que por las necesidades
internas de desarrollo”, tercero, por la constitución de una “estructura productiva altamente
desigual; por una alta concentración de los ingresos, por la subutilización de la capacidad
instalada, por la explotación intensiva de los mercados existentes concentrados en las
grandes ciudades etc.”, cuarto, por la acumulación de capital, que “se caracteriza por una
profunda diferencia entre los niveles salariales internos, dados en condiciones de un
mercado local de mano de obra a precios bajos, combinados con la utilización de una
tecnología de uso intensivo de capital. El resultado, desde el punto de vista de la plusvalía
relativa, es una alta tasa de explotación de la fuerza de trabajo…” (Dos Santos;
1970/1972:63-64).
La estructura productiva dependiente impone límites al crecimiento del mercado interno,
primero, por la necesidad de continuar con las relaciones tradicionales en el sector
186
primario, segundo, por la alta explotación de la fuerza de trabajo y que restringe su poder
adquisitivo, tercero, porque al emplear tecnología intensiva en capital crea muy pocos
empleos, cuarto, por el retiro hacia el exterior de una parte de las ganancias generadas en el
interior (Dos Santos; 1970/1972:65).
¿Cuál era el problema, entonces, de las naciones periféricas respecto a su desarrollo? Que
las limitaciones para su desarrollo no estaban en su falta de integración al capitalismo sino
que la periferia se insertaba en el sistema capitalista mundial en base a sus propias leyes
(Dos Santos; 1970/1972: 66).
III.7 EL CONCEPTO DE DEPENDENCIA Y LAS POSIBILIDADES DE
DESARROLLO DE LAS NACIONES LATINOAMERICANAS
III.7.1 Críticas al concepto de dependencia externa
Gunder Frank, Cardoso y Faletto, Dos Santos y Marini con su enfoque y propuesta
metodológica va construir su concepto de dependencia y las posibilidades de desarrollo, o
no, de las naciones latinoamericanas dentro del capitalismo. Sus tesis le permiten a hacer
una crítica al concepto de dependencia externa que se tenía y argumentar del porqué no se
cumplieron las metas del desarrollismo.
Según Dos Santos, la dependencia externa se entendía en el sentido de que intereses
extranjeros imponían condiciones de desarrollo a las naciones latinoamericanas, como algo
externo a las realidades latinoamericanas76
.
Era explícito sobre el paso teórico que habían dado sobre la dependencia latinoamericana.
La dependencia no era algo externo,| sino que las estructuras internas eran dependientes, y
lo eran por la forma en que estaban insertas en el sistema capitalista mundial.
El paso teórico que hemos dado en las Ciencias sociales latinoamericanas ha
consistido en mostrar que esta dependencia no era un fenómeno externo que
76
Dice Dos Santos, respecto a cómo se entendía la dependencia: “La dependencia había sido generalmente
entendida como un fenómeno externo a nuestra realidad. Entendíase por ella que intereses extranjeros
imponían condiciones comerciales desfavorables a nuestros países, o bien que tales intereses dictaban normas
de acción política, o la aceptación de situaciones que se dan en otros países como modelos de una realidad
superior que éramos obligados a imitar. En todas esas visiones la dependencia era una especie de fuerza
exógena a nuestra realidad que se introducía desde el exterior imponiéndose a nosotros.” (Dos Santos;
1970/1972: 7).
187
podríamos cortar a través del desarrollo económico y de una actitud política más
independiente. Lo que se explicitó teóricamente fue, sobre todo, el hecho de que la
situación de dependencia en que vivimos dentro del sistema capitalista mundial
condiciona las estructuras internas de nuestros países, haciéndolos dependientes en su
propia constitución (Dos Santos; 1970/1972: 7).
Lo mismo Marini, que rechazaba que el imperialismo fuera un factor externo, por lo que
para luchar contra él era “...indispensable entender que no es un factor externo a la sociedad
nacional latinoamericana, sino más bien el terreno donde esta finca sus raíces y un
elemento que la permea en todos sus aspectos.” (Marini; 1974; 2).
El paso teórico, o su tesis, provino de que constataron que la industrialización y el
desarrollo del mercado interno, no liberaba a la periferia latinoamericana de la dependencia,
sino que, “…al contrario, nos convertía en objeto de en un nuevo tipo dependencia en que
el capital extranjero se concertaba con el sector más dinámico que produce para el mercado
interno de nuestros países, se constató que la dependencia era algo mucho más profundo,
ligada a los mecanismos internos de funcionamiento de nuestras sociedades.” (Dos Santos;
1970/1972: 8). Esto significaba que si aún con el desarrollo de mercados internos no se
eliminaba la dependencia, era el propio desarrollo el que era dependiente, dependencia que
tiene que ver con el papel que juega la periferia latinoamericana en el proceso de
acumulación mundial de capital, con el proceso de acumulación en el centro, pero que
también, derivado de ese papel, las economías periféricas “…tienen leyes propias de
desarrollo, contradicciones específicas que deben ser analizadas como tales…” (Dos
Santos; 1970/1972: 8).También Cardoso y Faletto rechazan que la dependencia sea un
variable externa, que el subdesarrollo más bien tiene que ver, o depende, de la articulación
de los grupos sociales en el ámbito de la nación y como se vinculan, tanto en lo político
como en lo económico, con el sistema capitalista mundial:
La situación de subdesarrollo nacional supone un modo de ser que a la vez depende
de vinculaciones de subordinación al exterior y de la reorientación del
comportamiento social, político y económico en función de intereses nacionales; esto
caracteriza a las sociedades nacionales subdesarrolladas no sólo desde el punto de
vista económico, sino también desde la perspectiva del comportamiento y la
188
estructuración de los grupos sociales. De ahí que la finalidad del análisis integrado
del proceso de desarrollo nacional consista en determinar las vinculaciones
económicas y político-sociales que tienen lugar en el ámbito de la nación. Esas
articulaciones se dan a través de la acción de los grupos sociales que en su
comportamiento real ligan de hecho la esfera económica y política. Conviene
subrayar que dicha acción se refiere siempre a la nación y a sus vinculaciones de todo
orden con el sistema político y económico mundial. La dependencia encuentra así no
sólo expresión interna sino también su verdadero carácter como modo determinado de
relaciones estructurales: un tipo específico de relación entre las clases y grupos que
implica una situación de dominio que conlleva estructuralmente la vinculación con el
exterior. En esta perspectiva, el análisis de la dependencia significa que no se la debe
considerar ya como una variable externa, sino que es dable analizarla a partir de la
configuración del sistema de relaciones entre las distintas clases sociales en el ámbito
mismo de las naciones dependientes (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 29-30).
Para Dos Santos, los mismos marxistas autores de la teoría del imperialismo no se ocuparon
del tema, no enfocaron el tema del imperialismo desde el punto de vista de los países
dependientes77
. El mismo Lenin, al no enfocar u ocuparse del imperialismo desde el punto
de vista de los países dependientes, según Dos Santos, incurrió en equivocaciones al creer
que la exportación de capitales del centro a la periferia llevaría a los primeros a su
estagnación y en los segundos a un crecimiento económico78
. Esto no ocurrió porque
“…Lenin no estudio los efectos de la exportación de capital sobre las economías de los
77
Dice Dos Santos, sobre las limitaciones de los autores de la teoría del imperialismo por no estudiar también
el imperialismo desde los países dependientes: “Por esto, debemos considerar limitados los enfoques de los
autores de la teoría del imperialismo. Tanto Lenin, Bujarin, Rosa Luxemburgo, los principales elaboradores
marxistas de la teoría del imperialismo, como los pocos autores no marxistas que se ocuparon del tema, como
Hobson, no han enfocado el tema del imperialismo desde el punto de vista de los países dependientes. A pesar
de que la dependencia debe ser situada en el cuadro global de la teoría del imperialismo, ella tiene su realidad
propia que constituye una legalidad específica dentro del proceso global y que actúa sobre él de esta manera
específica dentro del proceso global y que actúa sobre él de esta manera específica. Comprender la
dependencia, conceptuándola y estudiando sus mecanismos y su legalidad histórica, significa no sólo ampliar
la teoría del imperialismo sino también contribuir a su reformulación.” (Dos Santos; 1970/1972: 41). 78
Dice Dos Santos sobre los efectos que Lenin esperaba del desarrollo del imperialismo se diera en los países
centrales y los países periféricos, y que se equivocó ya que no sucedió así: “Este sería, por ejemplo, el caso de
la reformulación de algunos equívocos en que incurrió Lenin, al interpretar en forma superficial ciertas
tendencias de su época. Lenin esperaba que la evolución de las relaciones o imperialistas conduciría a un
parasitismo en las economías centrales y su consecuente estagnación y, por otro lado, creía que los capitales
invertidos en exterior por los centros imperialistas llevarían al crecimiento económico de los países
atrasados.” (Dos Santos; 1970/1972: 41).
189
países atrasados. Si se hubiera ocupado del tema, hubiera visto que este capital se invertía
en la modernización de la vieja estructura colonial exportadora y, por tanto, se aliaba a los
factores que mantenían el atraso de estos países. Es decir, no se trataba de una inversión
capitalista en general, sino de la inversión imperialista de un país dependiente. Este capital
venía a reforzar los intereses de la oligarquía comercial exportadora, a pesar de que habría
realmente una nueva etapa de dependencia a dichos países.” (Dos Santos; 1970/1972: 42).
Para Cueva, Theotonio Dos Santos hizo una mala lectura de Lenin, ya que Lenin no dice
que las exportaciones de capital a la periferia darán como resultado un crecimiento
económico de estos países, sino un desarrollo acelerado del capitalismo, y que eso había
ocurrido en A.L. desde mediados de la segunda década del siglo XX y hasta mediados de
la década de los sesenta del mismo siglo79
. (Cueva; 1974: 7).
III.7.2 El concepto de dependencia de Theotonio Dos Santos
Dos Santos llega a la conclusión de que el subdesarrollo capitalista dependiente de la
periferia latinoamericana es consecuencia de mismo capitalismo:
Creemos haber aclarado esta cuestión básica: el subdesarrollo no es un estadio
atrasado y anterior al capitalismo, sino una consecuencia de él y una forma particular
de desarrollo: el capitalismo dependiente. No se trata de una cuestión de satelización,
como lo pretende Andre G. Frank, sino de la conformación de un cierto tipo de
estructuras internas que están condicionadas por la situación internacional de
dependencia (Dos Santos; 1970/1972: 44).
¿Qué significa que las estructuras internas latinoamericanas estén condicionadas por la
situación internacional de dependencia? ¿Qué entienden, o como definen la dependencia los
79
Para Cueva las inversiones imperialistas en la periferia, contrario a la opinión de Dos Santos, si impulsaron
el desarrollo del capitalismo: “Esto no significa, sin embargo, que tales inversiones hayan frenado el
desarrollo del capitalismo y que Lenin estuviese en el error de suponer que más bien lo acelerarían. Aun en
los casos de dominación más omnímoda de un país por el capital monopólico, como podría ser el caso de
Cuba, resulta claro que la presencia de este no puede significar otra cosa que una expansión del modo de
producción capitalista, por más que tal expansión se realice en condiciones y con una forma particulares, que
son precisamente las que hemos tratado de destacar aquí, aunque de manera todavía incompleta.” (Cueva;
1977/2009: 99).
190
dependentistas?80
Para no caer en equívocos o malas lecturas sobre lo que Dos Santos
entiende por dependencia, nos remitimos íntegramente a sus palabras:
La dependencia es una situación en la cual un cierto grupo de países tiene su
economía condicionada por el desarrollo y expansión de otra economía a la cual la
propia está sometida. La relación de interdependencia entre dos o más economías, y
entre estas y el comercio mundial, asume la forma de dependencia cuando algunos
países (los dominantes) pueden expandirse y auto-impulsarse, en tanto que otros
países (los dependientes) sólo lo puede hacer como reflejo de esa expansión, que
puede actuar positiva y/o negativamente sobre su desarrollo inmediato. De cualquier
forma, la situación básica de dependencia conduce a una situación global de los
países dependientes que los sitúa en retraso y bajo la explotación de los países
dominantes(Dos Santos; 1970/1972: 45).
Para Cardoso y Faletto, podríamos determinar las características de la dependencia de la
periferia latinoamericana, primero, analizando cómo las periferias, en diferentes etapas del
capitalismo, se insertaron en el mercado mundial, y después como se constituyeron o
reconstituyeron los grupos sociales internos que definen las relaciones hacia fuera y el
subdesarrollo dependiente:
El reconocimiento de la historicidad de la situación de subdesarrollo requiere algo
más que señalar las características estructurales de las economías subdesarrolladas.
Hay que analizar, en efecto, cómo las economías subdesarrolladas se vincularon
históricamente al mercado mundial y la forma en que se constituyeron los grupos
sociales internos que lograron definir las relaciones hacia afuera que el subdesarrollo
supone. Tal enfoque implica reconocer que en el plano político-social existe algún
tipo de dependencia en las situaciones de subdesarrollo, y que esa dependencia
80
Dos Santos nos dice que las estructuras internas latinoamericanas, aunque dependientes, tienen sus propias
leyes: “Al llegar a este punto, encontramos la importancia fundamental de este enfoque para la teoría del
desarrollo. Al definir las estructuras internas latinoamericanas como dependientes, debemos definir los
distintos tipos de relaciones de dependencia que resultan de esta combinación y las leyes que rigen el
desarrollo de estas sociedades.”(Dos Santos; 1970/1972: 49).Definiendo sus leyes es como podemos
definir“…las condiciones posibles de desarrollo. No condiciones generales y abstractas, sino condiciones
histórico-específicas, abstraídas por el análisis teórico.” (Dos Santos; 1970/1972: 49).
191
empezó históricamente con la expansión de las economías de los países capitalistas
originarios (Cardoso y Faletto; 1969/1992:23-24).
En el subdesarrollo dependiente habría que ubicar y analizar con que países centrales están
más acentuadas las relaciones de la periferia, porque sus estructuras van a incidir en las
características de esa relación, pero una relación de dominio del centro hacia la periferia,
con todo lo que esta pueda significar:
Lo expuesto también tiene connotaciones históricas de cierta importancia. Los países
latinoamericanos, como economías dependientes, se ligan en estas distintas fases del
proceso capitalista a diferentes países que actúan como centro, y cuyas estructuras
económicas inciden significativamente en el carácter que adopta la relación. El
predominio de la vinculación con las metrópolis peninsulares –España y Portugal-
durante el periodo colonial, la dependencia de Inglaterra más tarde y de Estados
Unidos por último, tiene mucha significación…La relación de dependencia adquiere
así una connotación de control del desarrollo de otras economías, tanto de la
producción de materias primas como de la posible formación de otros cuerpos
económicos… (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 32).
Cueva está en contra de la idea de Dos Santos, en el sentido de que el dinamismo de las
periferias dependientes sea un mero reflejo del dinamismo del centro. Cueva considera que
la inserción de la periferia no se da en forma pasiva sino con su propio dinamismo:
Los grandes acontecimientos de la historia mundial (primera guerra, gran depresión,
segunda guerra) constituyen desde luego el marco obligatorio de referencia, puesto
que nuestra historia particular está inserta en aquélla; pero cabe recordar que esta
inserción no se da en forma pasiva sino con su propio dinamismo. En este sentido nos
parecen extremadamente controvertibles aquellas posiciones teóricas que a partir de
un hecho cierto, cual es la situación de dependencia, consideran que la historia de
nuestras naciones es un mero reflejo, positivo o negativo, de lo que sucede fuera de
ellas (Cueva; 1977/2009: 147).
La dependencia se basa en la división internacional del trabajo, en que los países del centro,
por su predominio prácticamente en todos los ámbitos de la economía y la política, y hasta
podría decirse cultural, imponen en la periferia condiciones de explotación que permite a
192
sus capitales la extracción de sus excedentes. La división, hasta los sesenta, había permitido
el desarrollo industrial en el centro, mientras que en la periferia había sido limitado, porque
hasta entonces había sido sometida a los requerimientos de crecimiento de los países
dominantes en el capitalismo mundial, de los países del centro:
…disponen así de un predominio tecnológico, comercial, de capital y socio-político
sobre los países dependientes (con predominio de algunos de esos aspectos en los
varios momentos históricos) que les permite imponerles condiciones de explotación y
extraerle parte de los excedentes producidos interiormente (Dos Santos;
1970/1972:45).
La dependencia basada en la división internacional del trabajo, como ya se dijo, limita las
posibilidades de acción de los países periféricos para dejar el subdesarrollo, por lo que
dichos países tienen, según Dos Santos, dos alternativas, la primera, actuar dentro de los
límites que impone la dependencia, y que significa reproducción del subdesarrollo y
explotación, la segunda, cambiar o romper esa situación de dependencia para que se
amplíen las posibilidades de acción. Dice Dos Santos:
Una situación condicionante determina los límites y posibilidades de acción y
comportamiento de los hombres. Frente a ella, sólo les cabe dos posibilidades: a)
escoger entre las distintas alternativas dentro de esta situación (elección que no es
completamente libre pues la situación concreta incluye otros elementos más, otros
factores que actúan para conformar ciertas formas particulares de esta situación
general y que limitan todavía más las posibilidades de acción y de elección); b)
cambiar esta situación condicionante a fin de permitir otras posibilidades de acción;
es decir, actuar, en el sentido de un cambio cualitativo que también tiene que ser
considerado en función de sus posibilidades concretas (Dos Santos; 1970/1972: 47).
Para Dos Santos, la situación de dependencia no es definitiva, por una parte, porque es
producto de una especie de conjunción de la dependencia por la división internacional del
trabajo, y de las características de la nación periférica condicionada, que hace que se
redefinan y particularicen la situación condicionante general, por la otra, la situación de
dependencia, su carácter, puede cambiar según cambie la división internacional del trabajo,
pero sin que se rompan esas relaciones de dominación del centro hacia la periferia, o vía
193
una economía socialista en la que se romperían esas relaciones de dependencia, y se
buscaría el desarrollo de una economía independiente (Dos Santos; 1970/1972: 47-48).
Algo relevante en la dependencia, se refiere a la idea de dominación de los capitales y
gobiernos del centro sobre los de la periferia. Dos Santos tiene razón en el sentido de que
más que dominación externa, lo que se da es una confluencia de intereses, por lo que
habría que sustituir el concepto de alienación por el de compromiso, ¿sino porqué con
cierta facilidad se han instaurado en las naciones latinoamericanas diferentes paradigmas
provenientes del centro? Tan importante es el concepto, que es “esencial para la
elaboración de una teoría de la dependencia.” (Dos Santos; 1970: 51).
Un tercer aspecto que es esencial para la comprensión de la dependencia es el que se
refiere a la articulación necesaria entre los intereses dominantes en los centros
hegemónicos y los intereses dominantes en las sociedades dependientes. La
dominación externa es impracticable por principio. Sólo es posible la dominación
cuando encuentra respaldo en los sectores nacionales que se benefician de ella…De
ahí la necesidad de romper con el concepto de alienación…
Al mostrar la correspondencia necesaria entre los intereses de la dominación y los
intereses de los “dominadores dominados” (de ahí el carácter específico de las clases
dominantes de los países dependientes) mostramos que, a pesar de que existen
conflictos internos entre estos intereses dominantes, ellos son intereses
fundamentalmente comunes. El concepto de alienación conduce a una falsificación de
la realidad y se torna necesario sustituirlo por el concepto de compromiso entre los
distintos componentes internacionales y nacionales de la situación de dependencia.
(Dos Santos; 1970/1972: 51)
Es pertinente la pregunta, ¿cómo cambiar la dependencia condicionante para abrir
posibilidades de desarrollo en la periferia? Cambiando las estructuras internas dependientes
que limitan el desarrollo, responde Dos Santos, pero eso conduciría “…necesariamente, al
mismo tiempo, al enfrentamiento con esta estructura internacional…” (Dos Santos;
1970/1972: 51).
194
III.8 DEL PORQUÉ DEL FRACASO DEL DESARROLLISMO DE LA CEPAL
III.8.1 La necesidad de la industrialización latinoamericana según Theotonio Dos
Santos
¿Por qué A.L. debería industrializarse? Según Dos Santos, porque en aquel entonces la
ciencia social predominante entendía a A.L. no sólo como una región subdesarrollada, sino
que ese subdesarrollo se produjo como consecuencia de la supervivencia de la economía
agraria y feudales, al lado de una economía exportadora y monocultora que empezó desde
el siglo XIX y se caracterizaba por un tipo de desarrollo hacia afuera, ya lo veíamos con
Marini, un desarrollo basado en la exportación de productos primarios y la importación de
manufacturados (Dos Santos; 1970/1972: 23). Este tipo de desarrollo lleva a “…una
situación de desequilibrio social y económico, miseria y de malas condiciones alimenticias
y de salud, situación que se reflejaba particularmente en el desequilibrio de la división del
ingreso.” (Dos Santos; 1970/1972: 24). Pero no sólo eso, sino que el desarrollo hacia
afuera estaban llevando a A.L. a un retraso industrial, tecnológico e institucional, que
sometía a la periferia latinoamericana a la dependencia del comercio externo, que se hacía
más seria por el deterioro de los términos de intercambio. También veíamos los argumentos
de la CEPAL sobre la necesidad de A.L. de industrializarse.
La única solución era acelerar el capitalismo en A.L. por medio de la industrialización.
Pero una industrialización basada en el mercado interno, un tipo de desarrollo hacia
adentro. El proceso de industrialización empezaría con la Primera Guerra Mundial (PGM),
atravesaría la crisis del 29, continuaría durante la SGM, y seguiría hasta finales de la
década de los setenta del siglo XX, por medio del mecanismo de sustitución de
importaciones (Dos Santos, 1970/1972: 24).
Dos Santos identifica cincos tesis básicas del modelo de industrialización (Dos Santos,
1970/1972: 25-26).
1º El cambio desde un desarrollo hacia afuera hacia un desarrollo hacia dentro sacaría a los
países subdesarrollados de la dependencia del comercio exterior y generaría una economía
controlada desde dentro de sus fronteras.
Estos cambios se definían como el proceso de transferencia de los centros de decisión
hacia dentro de las economías subdesarrolladas. Se hablaba también del cambio de un
195
desarrollo “inducido” por las situaciones incontrolables del comercio mundial hacia un
desarrollo nacional planeado por su propio poder nacional.
2º Otro efecto que se esperaba como resultado de la industrialización sería el
debilitamiento del poder de las oligarquías tradicionales dedicadas a la producción para el
comercio exterior (latifundistas, dueños de minas y comerciantes exportadores) y una
consecuente redistribución del poder nacional en dirección a una mayor participación de las
clases medias y de los sectores populares, es decir, se esperaba una democratización
política.
3º Esta democratización se relacionaba con una tendencia hacia una mayor redistribución
del ingreso, o mejor, hacia una sociedad de consumo de masas como se creía (y se cree
todavía) que es EE.UU. Es decir, la industrialización integraría las masas rurales al sistema
productivo moderno capitalista, como productoras y consumidoras.
4º La creación de un centro de decisión económica nacional a través de la conversión de la
economía “hacia adentro”, la consecuente democratización política por medio del
debilitamiento de las oligarquías y el fortalecimiento de las clases medias y la integración
económica de los sectores populares en una sociedad de consumo de masas conformarían
una sociedad nacional independiente cuya expresión final sería un Estado nacional
independiente.
5º Por fin, en el plano de la conciencia, se esperaba que el desarrollo industrial, al crearlas
bases de una sociedad independiente, permitiría superar nuestro retraso científico,
tecnológico y cultural. Básicamente, se confiaba en que desaparecerían las bases de la
llamada alienación cultural de América Latina.
La prioridad y urgencia por la industrialización reflejaba ya el dominio de la economía por
la clase burguesa industrial81
. La industrialización que reflejaba la ideología desarrollista y
81
Dice Dos Santos que la industrialización era “resultado de los intereses de clase que esa ideología refleja en
sus formas más puras. Es decir, la clase burguesa industrial formada en los años 30, en un período de
debilitamiento del capital extranjero en América Latina y en los demás países subdesarrollados debido a la
crisis del 29 y a la Segunda Guerra Mundial, se ha convertido en la clase dominante de nuestros países (en los
más industrializados ya en los años 40; en los otros países alcanzó predominio en los años 50 y 60, aunque
bajo control del capital extranjero).” (Dos Santos; 1970/1972: 28).
196
nacionalista asumió un carácter dominante en A.L., al que se adhirieron prácticamente
todos los sectores y clases sociales82
.
III.8.2 Fracaso del modelo de desarrollo y de la ciencia social en que se fundamentaba
Ya veíamos en este capítulo lo que decía la CEPAL, por medio de Raúl Prebisch, de cómo
se encontraban las economías latinoamericanas a principios de los 60 del siglo XX y que
reflejaban un fracaso de lo que se esperaba con la industrialización, “frente a este fracaso
era inevitable una crisis de todo el modelo de desarrollo y también de la ciencia social en
que se fundamenta.” (Dos Santos; 1970/1972: 30).
Sobre la primera tesis, u objetivo, no se cumplió, ya que se generó una mayor dependencia
del comercio exterior, la CEPAL también así lo manifiesta. Las economías
latinoamericanas utilizaban cada vez más sus divisas para la importación de insumos para
la industria nacional, para el crecimiento de las economías nacionales. La transferencia de
los centros de decisión hacia el interior las economías durante el proceso de
industrialización tampoco se van a producir, y fue por el control creciente del capital
extranjero sobre la gran industria. El control “…que se produce al mismo tiempo que se
consolidan la concentración y la monopolización del sector industrial, destruye
paulatinamente las posibilidades de un desarrollo nacional independiente y somete a la
sociedad, la opinión pública, a la economía y el Estado al progresivo control del capital
extranjero.” (Dos Santos; 1970/1972: 31).
Dos Santos, llama la atención del poder del capital extranjero, de las empresas extranjeras,
para controlar al Estado y asimilar a las burguesías nacionales e impedir un proyecto de
desarrollo independiente. Sobre el control sobre los Estados latinoamericanos nos dice que
es claro “…que el creciente control del capital extranjero limita al mismo tiempo las
posibilidades de un Estado nacional independiente. El Estado, inmerso en una realidad del
poder de los monopolios extranjeros formados por empresas internacionales que disponen
del control de la tecnología, del capital y de las técnicas administrativas, no reúne las
82
Dice Dos Santos sobre la hegemonía del desarrollismo y el nacionalismo de la clase burguesa: “Así, las
clases medias (particularmente los técnicos e intelectuales), el movimiento obrero (peronista, varguista,
sectores del aprismo, etc.) e incluso los movimientos campesinos (revolución mexicana; Cárdenas en
particular, con el petróleo y reforma agraria; revolución boliviana, guatemalteca, etc.) y todas las clases
sociales se mueven culturalmente en el cuadro del pensamiento de la clase hegemónica: el desarrollismo y el
nacionalismo.” (Dos Santos; 1970/1972: 28).
197
condiciones necesarias para oponerse a esta realidad y termina por ser controlado por los
intereses de tales sectores…” (Dos Santos; 1970/1972: 32).
El poder de los capitales extranjeros se muestra cuando las burguesías nacionales, -ante el
agotamiento de la primera etapa de industrialización-, van a intentar encarar la segunda
etapa de producir bienes intermedios, de consumo durable y de capital, y que estos intentos
van a fracasar por el bloqueo de capitales extranjeros:
Este proceso se completó con la renuncia de la burguesía a llevar a cabo una política
de desarrollo autónomo. En efecto, el asedio de los capitales extranjeros, que se
intensifica en los años cincuenta, coincide con la dificultad de las economías
latinoamericanas para lograr una flexibilización de su capacidad para importar,
mediante la expansión de exportaciones tradicionales (dificultades sobre todo
sensibles al terminarse la guerra de Corea). Ahora bien, las compañías extranjeras
disponían, como vimos, de equipos y maquinarias obsoletas y no amortizadas en las
metrópolis, que representaban un adelanto efectivo frente al nivel tecnológico
imperante en los países latinoamericanos. La entrada de esos capitales, bajo la forma
de inversión directa y, cada vez más, en asociación con empresas locales, constituía
una solución conveniente para las dos partes: para el inversionista extranjero, su
equipo obsoleto produciría allí utilidades similares a las que podía obtener con un
equipo más moderno en su país de origen, en virtud del precio más bajo de la mano
de obra local; para la empresa local, se abría la posibilidad de lograr con dicho equipo
una plusvalía extraordinaria (Marini; 1974: 11).
La segunda tesis u objetivo, del debilitamiento de las oligarquías y la democratización
política tampoco se produjo. Su debilitamiento económico no condujo a un debilitamiento
político de la misma importancia que el económico, ni se produjo la destrucción de la vieja
estructura agraria, y fue porque la mayor parte de la demanda de la producción industrial
era por el consumo de la oligarquía y de los trabajadores de sus empresas, también porque
las divisas necesarias para las importaciones del sector industrial eran generadas por el
sector agrario exportador y por último, porque gran parte del capital necesario para las
198
inversiones del sector industrial se generaban en el sector agrario83
. La democratización
política tampoco se produjo porque la estructura electoral que regía en el campo se trasladó
a las ciudades84
.
La sociedad de consumo de masas que se esperaba tampoco se había cumplido, es cierto
que los centros urbanos crecieron y que se generó cierta demanda de los productos
industriales, sobre todo de bienes salarios, pero también, al lado, crecieron las poblaciones
marginales que no se integraban al mercado de consumo de productos industriales (Dos
Santos; 1970/1972:34). Parte de la explicación de esta situación “…se encuentra en el
carácter de este desarrollo, apoyado en el gran capital monopólico basado en la baja
utilización relativa de mano de obra a través de una tecnología altamente desarrollada,
recién incorporada desde los grandes centros industriales”. El uso de esa tecnología,
“…dentro de una estructura capitalista que no había asimilado todavía a las antiguas
poblaciones rurales liberadas en los años 20 y 30, produjo un efecto desastroso para la
población de nuestros países. La estructura empresarial no pudo absorber la mano de obra
liberada del campo y el aumento general de la población.” (Dos Santos; 1970/1972: 34).
Por último, las burguesías nacionales no pudieron dirigir este proceso porque fueron
dominadas y asimiladas por el capital extranjero, “los managers o ejecutivos de las
empresas multinacionales van asumiendo el liderazgo de la vida económica del país y
alcanzan rápidamente las otras esferas de la realidad social.” (Dos Santos; 1970/1972: 35).
83
Dice Dos Santos sobre la importancia que siguió teniendo el sector exportador en el desarrollo industrial,
"En primer lugar, la economía del sector exportador fue la base del desarrollo industrial. La sustitución de
importaciones supone justamente un compromiso entre la estructura agrario exportadora y la estructura
industrial. Primero, porque la demanda fundamental atendida por el sector industrial se originaba en el
consumo de la oligarquía y de los trabajadores de sus empresas y, muy secundariamente, del sector medio
urbano rural. Segundo, porque las máquinas y materias primas que permitieron crear las industrias eran
adquiridas en el exterior con las divisas obtenidas por el sector exportador. A esto llamamos una acumulación
extensiva de capitales. Tercero, porque gran parte del capital invertido en la industria se originaba directa o
indirectamente (a través del sistema bancario, sobre todo) en las elevadísimas rentas generadas en el sector
agrario y que no se reinvertían ahí.” (Dos Santos; 1970/1972: 33). 84
Dos Santos da las razones del porqué la democratización política no se produjo: “La vieja estructura
electoral clientelística que regía en los campos durante el siglo XIX y el comienzo del siglo XX, se transfiere
a las ciudades y contamina las nuevas formas de acción política. En cierto modo, el populismo reproduce a su
manera estos viejos procedimientos clientelísticos y representa una situación de compromiso entre las técnicas
de masa urbana y las técnicas personalistas tradicionales. Así, a pesar de que las masas asumen un papel
importante en la vida nacional, no se logra construir una democracia burguesa a la manera europea.”Tan fue
así que la “creciente participación de las masas en la vida política tuvo como respuesta el golpe militar o el
endurecimiento del poder institucional con creciente acentuación del poder ejecutivo.” (Dos Santos;
1970/1972: 33).
199
Para Gunder Frank, la misma estructura capitalista no permite la autonomía de las
burguesías latinoamericanas que pudieran destruir las estructuras capitalistas del
subdesarrollo de las naciones latinoamericanas:
…la estructura contemporánea del capitalismo no consiente el desarrollo autónomo
de una burguesía nacional lo bastante independiente para dirigir un movimiento de
liberación nacional (y, a menudo, hasta para tomar parte activa en él), o lo bastante
progresista para destruir la estructura capitalista del subdesarrollo de su país. Si ha de
haber una revolución democrática burguesa y si esta ha conducir a la revolución
socialista y a la eliminación del subdesarrollo capitalista, no puede ser ya la
burguesía, bajo ninguno de sus disfraces, la que haga esa revolución. La misión y el
papel históricos de la burguesía en América Latina –que era acompañar y promover el
subdesarrollo de su sociedad y de sí misma- ha concluido (Frank; 1970/1978: 7).
Lo mismo sobre los Estados Latinoamericanos. G. Frank, en su estudio de la historia
chilena y sus posibilidades de desarrollo, nos dice que no se puede esperar que los estados
latinoamericanos puedan conducir un proceso de desarrollo, porque forman parte del
sistema capitalista mundial y son un instrumento de las burguesías. Así, “…el estado
chileno y sus instituciones, democráticos o no, han sido siempre uña y carne del sistema
capitalista chileno y mundial y un instrumento de la burguesía. Hemos observado –y esto es
importante para comprender a Chile y a otros subdesarrollados- que tanto la “burguesía
nacional” como su “Estado nacional” han sido siempre, y son cada vez más, partes
integrantes de un sistema capitalista mundial en el que constituyen, fundamentalmente, un
satélite o una burguesía y un Estado subdesarrollados…” (Frank; 1970/1978: 120)
III.9 CRÍTICAS EXTERNAS Y EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO
DEPENDENTISTA
No sólo había diferencias entre los constructores del pensamiento dependentista, también
recibieron críticas de pensadores que de alguna manera pertenecían a la corriente de la
dependencia, ya veíamos las diferencias que Agustín Cueva tenía con las tesis
dependentistas, pero también de teóricos que no pertenecían a esa corriente como lo eran
las críticas de Castañeda y Hett. Castañeda y Hett hacen una crítica severa a las tesis de la
dependencia, severa en el sentido que afirman que las posturas dependentistas tienen
200
mucho que ver con el contexto real y teórico en A.L., por lo que no existe tal dependencia,
que lo que ellos llaman dependencia tiene ver más con el comportamiento normal del
capital y de la lucha de clases, entre otras críticas.
III.9.1 Las críticas de Jorge G. Castañeda y Enrique Hett
Las críticas de Castañeda y Hett a las tesis de la dependencia sustentadas, según ellos, en el
marxismo, apuntan en varios sentidos, por una parte, a que fue el contexto teórico real que
incidió de manera determinante en los postulados de ese pensamiento, y por la otra, que no
existe tal dependencia, que lo que se da es un funcionamiento normal del capital y del
capitalismo; que sus postulados no se ajustan a la realidad por no tomar en cuenta la lucha
de clases y la correlación de fuerzas propias del capitalismo.
Sobre como el contexto teórico y real determinó los postulados dependentistas, Castañeda y
Hett, nos dicen que fueron, primero, que el pensamiento dependentista surgió como una
reacción interna a las teorías del desarrollo económico, específicamente a las de la CEPAL,
segundo, pero que a su vez la CEPAL había sido creada producto de una coyuntura
política, tercero, por la lucha de clases a nivel mundial, y por último por la revolución
Cubana:
Las teorías dependentistas y subdesarrollistas surgieron como una reacción -interna- a
las teorías del desarrollo económico. Éstas a su vez habían sido el resultado de una
coyuntura política y económica determinada…
La coyuntura dio lugar al nacimiento y proliferación de un nuevo tipo de
organizaciones internacionales. Es preciso destacar entre ellas a la Comisión
Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL)…
Los desarrollistas en su mayoría no trataban de ocultar sus móviles políticos. La
luchas de clases a escala mundial, identificadas como el mero resultado de las
miserias, de la insatisfacción de las necesidades, de la aspiración al progreso, eran
una razón de peso, si faltara alguna, para propugnar las soluciones desarrollistas…
…La revolución cubana se interpretó como la ilustración anticipada de las
proposiciones del dependentismo: la solución a los problemas ideológicos de la
dependencia-subdesarrollo. Frente a las promesas del desarrollismo, Gunder Frank
201
respondía: el desarrollo no es la manera de salir del subdesarrollo; el capitalismo es la
causa del subdesarrollo y por lo tanto el desarrollo capitalista no puede ser sino el
desarrollo del subdesarrollo. Ante el desarrollismo de combate que auspiciaba la
CEPAL, los teóricos de izquierda se propusieron hacer la teoría crítica del desarrollo
(Castañeda y Hett; 1978/1988: 88, 91,92)
Sobre la dependencia financiera, específicamente sobre la dependencia del capital
productivo extranjero, nos dicen que del total que invierten las empresas extranjeras en los
países subdesarrollados la mayor parte la adquieren en esos países, lo que indicaría que si
existe acumulación interior, ahorro, por lo que no existe tal dependencia, y tan es así que
además dichas empresas trasfieren regalías a su país de origen. Además, que este
comportamiento no tiene que ver con un comportamiento del capital extranjero, sino sólo
de capital que busca la acumulación; que lo que los dependentistas atribuyen como leyes
del capital extranjero son leyes de cualquier capital:
…En vez de que haya flujos de capitales procedentes de los países ricos ocurre
exactamente lo contrario. Además, es ampliamente conocido, entre otros, por el
presidente de la General Motors, que solamente una parte –que oscila entre el 25 y el
35% en el caso de México- de la nuevas inversiones en los países latinoamericanos
procede realmente de los países ricos; de hecho, la mayor parte de las inversiones de
las compañías multinacionales proviene de fuentes locales, o sea, del ahorro interno
de los países subdesarrollados. Es pertinente preguntarse en qué consiste, pues, la
dependencia de la acumulación de las inversiones extranjeras si dicha acumulación se
basa fundamentalmente en fuentes locales de financiamiento.
Es evidente que hay un proceso de acumulación local real puesto que las compañías
multinacionales exportan beneficios de los países pobres sin invertir en ellos…El
hecho de que en la fase imperialista se introduzcan capitales en formaciones sociales
que no los produjeron no representa un problema distinto…Si las compañías
extranjeras repatrian beneficios, no es gracias a un supuesto derecho que les daría su
inversión primitiva sino al dominio de las trasnacionales sobre sus propias
inversiones…
202
Todo esto ha llevado a afirmar que el capital extranjero impone sus propias leyes.
Pero –y esto es fundamental- ¿son estas leyes del capital extranjero o simplemente las
leyes del capital a secas?.... (Castañeda y Hett; 1978/1988: 19-20).
En cuanto a la deuda exterior, según Castañeda y Hett, primero, que no hay países
excedentarios de capital dispuestos a prestarlos e imponer sus dominio a los países
deudores, sino más bien capitales ávidos de ganancias y que para obtener esos capitales se
tiene que reunir ciertas condiciones, que no tienen que ver con una posición de
servidumbre, segundo, que la deuda es una categoría de contabilidad nacional ya que los
gobiernos muchas veces funcionan como intermediarios o fiadores de prestatarios privados
y tercero, que la deuda exterior no es una fatalidad económica, sino el reflejo de la lucha de
clases interna, y que la obtención de créditos sirve para extender el capitalismo y
mantenerse en la lucha de clases interna.
…Se pretende que una necesidad económica “indiscutible” –el desarrollo- lleva
fatalmente a la deuda y que por otra parte existen países con excedentes de capital
dispuestos a otorgar créditos e inmediatamente imponer su dominio sobre sus
deudores indefensos. En realidad sabemos…que el desarrollo en cuestión es siempre
la acumulación capitalista: que no hay países excedentarios sino capitales ávidos de
plusvalor; que por lo tanto para obtenerlos hay que reunir las condiciones de la
producción de aquel; y finalmente que como sucede siempre en la producción
capitalista la posición de deudor no constituye en sí una posición de servidumbre (lo
cual dista mucho de ser el caso en otros modos de producción).
De hecho la deuda exterior es una categoría de contabilidad nacional que se justifica
en realidad por el hecho de que cada vez más los gobiernos actúan como
intermediarios y fiadores, ya sea de sí mismos o de los capitales privados que
solicitan u otorgan créditos…
Cierto es que el crédito internacional tiene otro aspecto que no es secundario: los
créditos otorgados por razones directamente políticas…Las necesidades de crédito no
son fatalidades económicas sino respuestas a las luchas de clases complejas que se
dan en los países pobres. Luchas de clases entre la burguesía y las clases no
capitalistas y lucha de clases entre las clases antagónicas en el seno de la producción
203
capitalista. La asistencia y los créditos extranjeros permiten a las clases dominantes
locales extender el capitalismo y sostener simultáneamente una lucha de clases
interna al capitalismo...En este sentido el imperialismo es productor de capitalismo, al
mismo tiempo que es lucha por la hegemonía, y por el reparto del mundo. Si se hace
abstracción de la lucha de clases autóctona tal y como está ligada a la coyuntura
internacional es inexplicable la tendencia cada vez más importante hacia el
endeudamiento…
Ceder a una presión en una coyuntura desfavorable cuando lo que se cede no es lo
esencial –y lo esencial es el mantenimiento y la extensión de la explotación
capitalista- no es signo de dependencia. La deuda exterior no es una “cosa”, sino una
relación de fuerzas dentro de una coyuntura. Lo que crea la necesidad de obtener,
aumentar, renegociar créditos exteriores es la lucha de clases y la que determina la
magnitud de la presión que el prestamista puede ejercer y que el prestatario puede
resistir es la coyuntura. Esta verdad primera que todo gobernante conoce
prácticamente es lo que ignora toda tesis dependentista (Castañeda y Hett; 1978/1988:
21, 22-23, 26)
Sobre la importación de bienes de producción de los países subdesarrollados
latinoamericanos, que no constituye ninguna dependencia, que en realidad se trata de un
proceso, es decir que ningún país capitalista produce todos sus bienes de producción, que
incluso los EE.UU. atravesaron por una etapa similar y que posteriormente fue sustituyendo
con producción interna los bienes de producción que importaban. Dicen Castañeda y Hett:
Examinemos la única afirmación positiva de Cardoso, a saber, que una proporción
considerable, en algunos casos casi la totalidad, de los bienes de producción
modernos debe importarse. ¿Hay en este caso dependencia, en la medida que dicha
importación es, según Cardoso, indispensable para garantizar un proceso de
acumulación? Antes de responder a esta pregunta es menester señalar que pocos o
mejor dicho prácticamente ningún país del mundo produce todos sus bienes de
producción; que en todos los países capitalistas del mundo, para que la producción
prosiga con su funcionamiento normal, es preciso importar bienes de producción. Por
eso la respuesta a esta pregunta se refiere a la producción capitalista en general y no a
204
un problema que sería privativo de los países pobres. Al examinar las causas posibles
de la importación masiva de medios de producción de estos últimos, resalta que se
trata de un proceso y no de un estado de cosas eterno. Por lo demás, este proceso que
exige la importación masiva de bienes de producción, no es en realidad una novedad
en la historia. El país capitalista más avanzado, Estados Unidos, atravesó un largo
periodo de importaciones de este tipo mientras que tendencialmente las iba
sustituyendo. Es posible observar tendencias semejantes en los países dependientes
más avanzados (Castañeda y Hett; 1978/1988: 31).
III.9.2 Evolución del pensamiento dependentista: del concepto de dependencia al
sistema mundo
Gunder Frank sólo hace referencia a las críticas recibidas por Samir Amin y Giovanni
Arrighi respecto a la teoría de la dependencia, críticas que apuntaban a la prioridad de lo
externo sobre lo interno, que no se analizaba adecuadamente, que tanto el desarrollo del
centro como de la periferia eran producto de un proceso único de acumulación de capital
mundial, ni que tampoco se analizaban correctamente las etapas del desarrollo capitalista:
Al mismo tiempo, el análisis de la dependencia realizado por este y otros autores se
había convertido en objeto de críticas cada vez más frecuentes que sostenían que los
análisis en cuestión se concentraban en las relaciones de intercambio “externas” y
como resultado, no tomaban en consideración los modos “internos” de producción;
que aunque estudiaban el pasado no reflejaban de manera adecuada las diferencias
entre las distintas partes de América latina y el mundo, ni las distintas etapas de su
desarrollo; y que no se lograba realmente un análisis dialéctico dinámico del proceso
histórico mundial de acumulación de capital en el cual se analizarán, como parte de
un proceso único, tanto el desarrollo económico metropolitano como el subdesarrollo
periférico dependiente. La crítica más común era la primera, reiterada por Giovanni
Arrighi en un comentario a la segunda versión del presente texto. Samir Amin, que
estaba escribiendo La acumulación a escala mundial criticó también la segunda
versión porque en ella no se diferenciaban y analizaban las etapas fundamentales del
desarrollo capitalista de una manera adecuada (y por “verlo todo a través de ojos
latinoamericanos”). Esta última crítica coincidía con la del propio autor, y reflejaba
205
su convicción, ya expresada en el prefacio de capitalismo, de que es necesario
estudiar el desarrollo histórico del sistema capitalista mundial, que es uno sólo
(Frank; 1979: 9-10)
Las críticas a que se refiere Gunder Frank de Giovanni Arrighi y que según él había
“observado correctamente”, eran las siguientes:
Llego ahora la cuestión más fundamental. A lo largo de esta introducción como en
sus obras previas, el análisis de la estructura interna está siempre subordinado al de
las condiciones externas. Es decir que adopta lo que Mao en su “Sobre la
contradicción” llama “el enfoque metafísico”. No busca explicaciones del desarrollo
en primer lugar en su estructura interna y contradicciones interiores, analizando, una
vez que estas han sido identificadas, su interacción dialéctica con las condiciones
externas. Tiende por el contrario a buscar determinaciones externas tanto de los
fenómenos como de las estructuras y contradicciones internas (…) No creo, en otras
palabras, que este cumpliendo su promesa de analizar dialécticamente las
interrelaciones entre el intercambio desigual y las limitaciones impuestas a los
factores de producción por las condiciones sociales de producción. El aspecto
principal que toma esta tendencia es la subordinación de análisis de clase al análisis
de la estructura colonial. Ambos pueden y deben combinarse (…) la diferencia entre
el enfoque de Mao y el suyo es que en el primero la estructura colonial está integrada
en un análisis de clase, mientras que en su obra es el análisis de la estructura de clases
(cuando lo hay) el que está integrado en el análisis de la estructura colonial. Aunque
las conclusiones son a menudo similares, ambos enfoques difieren en dos aspectos
importantísimos: a) (…) Su enfoque tiende a impedir la identificación de fuerzas y
contradicciones históricas que pueden engendrar cambios estructurales
revolucionarios (…) b) Más fundamentalmente, su enfoque propicia la generalización
(que, a diferencia de la abstracción, es muy ajena al método marxista) y desalienta
por lo tanto los análisis concreto de situaciones concretas que son la esencia del
marxismo (y esto a pesar de que sus conclusiones arrancan de análisis concretos):
políticamente, las generalizaciones son, por supuesto, muy peligrosas puesto que
conducen a acciones frecuentemente desconectadas de las contradicciones internas
que hay que cambiar (Frank; 1979: 20-21).
206
Las críticas son aceptadas por Frank y conducen a que cambien sus prioridades en cuanto
al tema del subdesarrollo y la dependencia. Su tema prioritario no va a ser ya la
dependencia ni el desarrollo-subdesarrollo, sino el proceso mundial de acumulación y como
se integran a ese proceso el desarrollo del centro y el subdesarrollo dependiente de la
periferia85
.
Dicha versión, titulada entonces “Hacia una teoría del subdesarrollo capitalista”, y el
presente libro, que fue resultado posterior, representan, pues, un intento por
trascender la teoría del subdesarrollo llamada “de la dependencia”, pero sin
abandonarla, ni abandonar tampoco la concentración de la atención del subdesarrollo,
así como un intento de proseguir el análisis de la acumulación de capital integrando
tanto dependencia como subdesarrollo en el proceso mundial de acumulación de
capital… (Frank; 1979: 10).
Mismo Dos Santos reconoce que la teoría de la dependencia evoluciono a la teoría del
sistema mundo, por lo menos los nuevos escritos de Frank y los de él se fueron en esa
dirección86
:
La teoría de la dependencia continuaba y perfeccionaba un enfoque global que
buscaba comprender la formación y evolución del capitalismo como una economía
mundial. Prebisch ya hablaba en los años cincuenta, de la existencia de un centro y
una periferia mundial, tesis que perfeccionó en la década del 70 bajo la influencia del
debate sobre la dependencia (ver Prebisch, 1981). La teoría de la dependencia buscó
85
Nos dice Frank como aceptó y enfrento las críticas: “Estas fallas y críticas tuvieron por resultado la
preparación, en julio de 1970, de una tercera versión (consistente de 160 cuartillas a renglón seguido que
incorporaban material de las versiones anteriores) en el cual el autor intentó enfrentar simultáneamente las
tres críticas y retos antedichos: analizar la dependencia en las relaciones internas sino en los modos de
producción, dando razón de su mutua determinación de /relación con las relaciones “externas” de
intercambio, en especial, aunque no exclusivamente, con la metrópoli; examinar la dinámica “interna”
determinante del proceso histórico de acumulación de capital o desacumulación de capital y sus etapas
diferenciables de desarrollo o subdesarrollo; y situar todos estos elementos dentro de un solo proceso histórico
de desarrollo de un solo sistema capitalista mundial…” (Frank; 1979: 10). 86
Nos dice Dos Santos sobre el enfoque del sistema mundo: “El enfoque del Sistema Mundo busca analizar la
formación y la evolución del modo capitalista de producción como un sistema de relaciones económico
sociales, políticas y culturales que nace a fines de la Edad Media europea y que evoluciona en dirección a
convertirse en un sistema planetario y confundirse con la economía mundial. Este enfoque, aun en
elaboración, destaca la existencia de un centro, una periferia y una semiperiferia, además de distinguir, entre
las economías centrales, una economía hegemónica que articula el conjunto del sistema.” (Dos Santos;
1998/1999: 127).
207
depurar este esquema reanalizando la teoría del imperialismo desde los tiempos de su
formación con Hilferding, Rosa Luxemburgo, Hobson, Lenin y Bujarin. André
Gunder Frank (1991) llama la atención hacia estos trabajos de análisis del sistema
mundial que toman su forma sobre todo a inicios de la década del 70 con Amin
(1974), Frank (1978, 1980 y 1981), Dos Santos (1970 y 1978) pero que adquiere
realmente una gran relevancia con la obra de Immanuel Wallerstein (1974, 1980,
1989) que desarrolla la tradición de Fernand Braudel (1979) (Dos Santos; 1998/1999:
125- 126).
En el siguiente capítulo, con información estadística sobre A.L. la vigencia de las tesis
dependentistas en el periodo neoliberal. Desde las bases teóricas del neoliberalismo,
algunos de sus resultados, tanto en el centro como en la periferia, y específicamente sus
consecuencias en A,L, en términos de superexplotación de la fuerza de trabajo, de
dependencia, y las posibilidades de desarrollo con este modelo.
208
CAPITULO IV. EL NEOLIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA DESDE EL
PENSAMIENTO DEPENDENTISTA
Presentación
Nuestro objeto de tesis es la actualidad del pensamiento dependentista latinoamericano de
la década de los sesenta del siglo XX, para analizar el neoliberalismo en A.L., por lo que es
de imprescindible importancia ver, primero, cuáles son las argumentos teóricos del
pensamiento neoliberal, por lo que nos remitiremos en el primer apartado de este capítulo al
pensamiento de Smith como el principal precursor de las ideas de ese pensamiento y al de
Rose y Milton Friedman como los principales continuadores y difusores -después de que se
había dejado de aplicar por la crisis de 29 y por el pensamiento keynesiano- del
pensamiento de Smith y que terminará imponiéndose tanto en los países centrales como en
los periféricos principalmente a partir de finales de la década de los setenta y principios de
la de los ochenta del siglo XX, segundo, de manera general, cuáles fueron las condiciones
económicas en la década de los setenta, principalmente en EE.UU., que sirvieron como
argumento para abandonar el capitalismo keynesiano por el capitalismo neoliberal, tercero,
para tener un referente para analizar el neoliberalismo en términos económico-sociales,
analizamos la década de los setenta en cuanto al crecimiento de la producción, del
comercio, del empleo y el PIB per cápita entre otros indicadores, y cómo se encontraba la
economía mundial capitalista a principios de la década de los ochenta del siglo XX, cuarto,
la trayectoria del neoliberalismo en sus treinta años para analizar cómo se han repartido sus
supuestos beneficios entre centro y periferia y que llevaría poner en práctica los principios
neoliberales, quinto, las condiciones económicas que terminaron con el modelo de
desarrollo de ISI y que posibilitaron la imposición del pensamiento neoliberal en A.L. y
sexto, la puesta en práctica de los principios de libre mercado y sus implicaciones en
términos de dependencia y desarrollo.
209
IV.1 LAS BASES TEÓRICAS DEL NEOLIBERALISMO: SMITH Y ROSE Y
MILTON FRIEDMAN
IV.1.1 Sobre cómo se puede lograr el progreso o el desarrollo de las naciones en el
capitalismo
Las bases teóricas más sólidas del neoliberalismo las encontramos en las obras de Adam
Smith de 1776, “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las
naciones”, en la de Friedrich A. Hayek de 1944, “Camino de servidumbre” y la de Rose y
Milton Friedman de 1979, “Libertad de elegir” En estas obras se resaltan las bondades no
sólo del capitalismo sino de cómo este puede funcionar mejor en beneficio de todos; de
todos los consumidores. También, se va a denostar la intervención del Estado en la
economía, se va a denostar su posible intervención en las libertades de los individuos para
dedicarse a las actividades que más le convengan. No mencionaremos la obra de Hayek ya
que se mencionó en el capítulo II, sólo mencionaremos las de Smith y Rose y Friedman.
Los fundamentos del neoliberalismo, habría que señalar, se encuentran principalmente en la
obra de Smith, Rose y Milton Friedman sólo llevan las ideas de Adam Smith a la
economías norteamericana para demostrar, primero, que el haberlas aplicado en
determinado momento histórico llevó al progreso a la economía norteamericana, y segundo,
que el no aplicarlas tuvo consecuencias negativas sobre la competencia, la productividad y
los precios, todo en perjuicio del consumidor estadounidense, es decir sobre su progreso87
.
Adam Smith, al igual que Rose y Milton Friedman, están preocupados por cuál es la mejor
forma en que las naciones pueden seguir progresando dentro del capitalismo. Para Smith,
lo trascendental va a ser la libertad para que los individuos puedan dedicarse al oficio,
trabajo, actividad que más les convenga, y las libertades para comerciar en lo local,
nacional e internacional, sin ningún tipo de restricciones, libertades que van a generar
competencia, productividad y bajos precios en beneficio de los consumidores, del progreso.
87
Según Rose y Milton Friedman “la historia de los Estados Unidos es la de un milagro económico y político
hecho posible al ser llevados a la práctica dos grupos de ideas; unas y otras, por una coincidencia curiosa,
formuladas en documentos que se publicaron el mismo año de 1776.” (Friedman1979/1980: 15). Se refieren a
la obra de Adam Smith y a la Declaración de Independencia de Estados Unidos escrita por Thomas Jefferson
“…para expresar el sentimiento general de sus compatriotas. Proclamó una nueva nación, la primera en la
historia regida por el principio de cada persona tenía derecho a perseguir sus propios intereses…” (Friedman;
1979/1980: 16).
210
El único que puede interferir en estas libertades y frenar el progreso es el soberano, el
gobierno.
IV.1.2 Sobre la división del trabajo, la cooperación y el progreso
Primero, según Smith, va a ser la división del trabajo la que va hacer que aumente la
producción de las naciones, la riqueza, riqueza que se va a extender hasta las clases más
pobres del pueblo. Con la división del trabajo y la certeza de tener la libertad para
intercambiarlos el individuo puede disponer de todos los productos, hasta de los que el
mismo no produce. Certeza que va a llevar al individuo a dedicarse a una sola actividad
económica y, por lo mismo, volverse más productivo. Dice Smith:
La gran multiplicación de la producción de todos los diversos oficios, derivada de la
división del trabajo, da lugar, en una sociedad bien gobernada, a esa riqueza universal
que se extiende hasta las clases más bajas del pueblo. Cada trabajador cuenta con una
gran cantidad del producto de su propio trabajo, por encima de lo que él mismo
necesita; y como los demás trabajadores están exactamente en la misma situación, él
puede intercambiar una abultada cantidad de sus bienes por una gran cantidad, o, lo
que es lo mismo, por el precio de una gran cantidad de bienes de los demás. Los
provee abundantemente de lo que necesitan y ellos le suministran con amplitud lo que
necesita él, una plenitud general se difunde a través de los diferentes estratos de la
sociedad.
…Y así, la certeza de poder intercambiar el excedente del producto del propio trabajo
con aquellas partes del producto del trabajo con aquellas partes del producto de otros
hombres que le resultan necesarias, estimula a cada hombre a dedicarse a una
ocupación particular, y a cultivar y perfeccionar todo el talento o las dotes que pueda
tener para ese quehacer particular (Smith; 1776/2009: 102, 107).
Segundo, el individuo constantemente va a buscar su beneficio, para lograrlo va a estar
constantemente necesitado de la cooperación de los demás. Su cooperación la va a lograr
dirigiendo el interés de los demás hacia el suyo propio, haciéndoles saber que si actúan en
su propio interés logran el de ellos. Al perseguir su propio interés fomenta el interés general
de la sociedad, es lo que Smith le llama la mano invisible:
211
…En una sociedad civilizada él estará constantemente necesitado de la cooperación y
ayuda de grandes multitudes…está casi permanentemente necesitado de la ayuda de
sus semejantes, y le resultará inútil esperarla exclusivamente de su benevolencia. Es
más probable que la consiga si puede dirigir en su propio interés de los demás, y
mostrarles que el actuar según él demanda redundará en beneficio de ellos….y de esta
manera conseguimos mutuamente la mayor parte de los bienes que necesitamos. No
es la benevolencia del carnicero, el cervecero, o el panadero lo que nos procura
nuestra cena, sino el cuidado que ponen ellos en su propio beneficio. No nos
dirigimos a su humanidad sino a su propio interés, y jamás les hablamos de nuestras
necesidades sino de sus ventajas…
…En la medida en que todo individuo procura en lo posible invertir su capital en la
actividad nacional y orientar esa actividad para que su producción alcance el máximo
valor, todo individuo necesariamente trabaja para hacer que el ingreso anual de la
sociedad sea el máximo posible. Es verdad que por regla general él ni intenta
promover el interés general ni sabe en qué medida lo está promoviendo… al orientar
esa actividad de manera de producir un valor máximo él busca su propio beneficio,
pero en estos casos como en otros una mano invisible lo conduce a promover un
objetivo que no entraba en sus propósitos…Al perseguir su propio interés
frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si de hecho
intentase fomentarlo. Nunca he visto muchas cosas buenas hechas por los que
pretenden actuar en bien del pueblo (Smith; 1776/2009: 105, 519).
Para Rose y Milton Friedman, fueron el mercado libre y la libertad política las bases para el
desarrollo que alcanzó la agricultura de los EE.UU. hasta la Gran Depresión. Dicen:
¿Quién ha hecho este milagro? Es evidente que éste no se debe a un sistema
gubernamental de dirección centralizada…Durante la mayor parte del periodo de
rápida expansión agrícola en los Estados Unidos, el estado desempeño un papel
desdeñable…Sin embargo sin ningún género de dudas, la fuente principal de la
revolución agrícola fue la iniciativa privada, que actuaba en un mercado abierto a
todo el mundo (dejando aparte la vergüenza de la esclavitud). El crecimiento más
rápido se produjo tras la abolición de ésta. Los millones de emigrantes procedentes de
212
todo el mundo eran libres de trabajar para sí…o para otros, en condiciones sobre las
que se habían puesto libremente de acuerdo con sus patrones. Eran libres de utilizar
nuevas técnicas, en perjuicio suyo si el experimento fallaba y en su beneficio si tenía
éxito. Obtuvieron escasa ayuda del gobierno. Lo que es más importante, la
interferencia gubernamental era pequeña (Friedman; 1979/1980: 18).
IV.1.3 Sobre la división del trabajo, los mercados libres y el progreso
La capacidad o profundidad de la división del trabajo está limitada por la extensión del
mercado, de allí que este debería ser lo más extenso posible. En otras palabras, si la riqueza
depende de la división del trabajo y su profundidad, y su profundidad depende del mercado,
los mercados estrechos frenarían la riqueza universal. Esta idea está detrás de la de la
especialización o división internacional del trabajo, es decir que las naciones se deberían
especializar o dedicarse a las actividades productivas en las que tuvieran ventajas y con las
mercancías producidas comprar a otras naciones productos en los cuales son menos
productivas y los consumidores de ambas naciones saldrían ganando por precios más
bajos. Además, los mercados amplios estimularían a los productores a mejorar sus
capacidades productivas, a aumentar su producción y por consecuencia el ingreso y riqueza
de las naciones. La búsqueda de los acuerdos de libre comercio entre naciones va en esta
dirección.
Así como la capacidad de intercambiar da lugar a la división del trabajo, así la
profundidad de esta división debe estar siempre limitada por la extensión de esa
capacidad, o en otras palabras por la extensión del mercado…
…Si un país extranjero nos puede suministrar una mercancía a un precio menor que
el que nos costara fabricarla, será mejor comprarla con el producto de nuestro trabajo,
dirigido en la forma que nos resulte más ventajosa. Ciertamente no es ventajoso
cuando se lo dirige hacia un objeto que es más barato comprar que fabricar…
…Cualesquiera sean los sitios que entablan dicho comercio, todos ellos obtienen del
mismo dos tipos de ventajas. El comercio exterior retira la parte excedente del
producto de su tierra y su trabajo, para la que no existe demanda en el país y trae de
vuelta a cambio de ella otra cosa para la que si hay demanda. Así, la estrechez del
mercado local no impide que la división del trabajo en ninguna rama de las artes o las
213
manufacturas alcance el grado más alto de perfección. Al abrir un mercado más
amplio para cualquier parte del producto de su trabajo que pueda exceder el consumo
del país, lo estimula a mejorar sus capacidades productivas y a expandir su producto
anual al máximo, y de esta manera a incrementar el ingreso y la riqueza reales de la
sociedad… (Smith; 1776/2009: 108, 519, 513).
IV.1.4 Sobre los precios, los monopolios, la competencia y el progreso
Sobre el precio de las mercancías, el más adecuado para los consumidores no es el precio
de monopolio sino el precio de competencia por ser el más bajo, el “precio natural o
precio de libre competencia” le llama Smith, y la mejor competencia es donde existen
plenas libertades para producir y comerciar88
. Esto se logra no restringiendo a los
competidores, ni en la búsqueda de empleos, ni el empleo de su capital en cualquier
actividad productiva89
. Lo mismo opinan Rose y Milton Friedman, tanto de los monopolios
privados como estatales. Para ellos la mejor protección para los consumidores es la
competencia mediante la existencia de muchos vendedores:
El precio de monopolio es siempre el más alto posible. El precio natural, o precio de
libre competencia, por el contrario, es el más bajo posible, no en todas las ocasiones,
pero sí durante cualquier período prolongado de tiempo. El primero es siempre el
máximo que puede arrancarse a los compradores, o que se supone que ellos
consentirán que se les arranque. El segundo es el más bajo que los vendedores pueden
88
Dice Smith, que siempre y cuando haya plena libertad para producir y comerciar, siempre prevalecerá el
precio más bajo, que es el precio natural. Dice que “aunque el precio de mercado de cualquier mercancía
puede mantenerse durante mucho tiempo por encima de su precio natural, rara vez puede hacerlo por debajo
de dicho precio. Sea cual fuere la parte del mismo pagada a menos de su precio natural, las personas cuyos
intereses resulten afectados experimentarán una pérdida de inmediato, acto seguido retirarán la tierra o el
trabajo o el capital en la medida necesaria para que la cantidad ofertada en el mercado llegue pronto a ser
apenas suficiente para satisfacer la demanda efectiva. Así el precio de mercado pronto subirá hasta el precio
natural. Así ocurrirá al menos en el caso de que haya plena libertad.” (Smith; 1776/2009: 153). 89
Lo mismo para Rose y Milton Friedman, son los precios los que mejor regulan la actividad económica:
Dicen que los precios desempeñan tres funciones en la organización de la actividad económica. Primero
transmiten información; segundo, aportan el estímulo para adoptar los métodos de producción menos
costosos, y por esa razón inducen a emplear los recursos disponibles para los empleos mejor remunerados;
tercero, determinan quién obtiene las distintas cantidades del producto –la llamada distribución de la renta-.
Estas tres funciones están íntimamente relacionadas (Friedman; 1979/1980:32). Los únicos que pueden
interferir en que los precios regulen la actividad económica son los monopolios, estatales y privados. Dicen:
“Todo lo que impide que los precios expresen libremente las condiciones de la oferta y de la demanda
obstruye la transmisión de información correcta. El monopolio privado…constituye un ejemplo de ello. No
impide la transmisión de información a través del sistema de precios, pero falsea la información
transmitida…” (Friedman; 1979/1980: 35).
214
normalmente aceptar, y al mismo tiempo continuar con su negocio (Smith;
1776/2009: 152-153).
El peligro más importante para el consumidor es el monopolio, ya sea privado o bien
estatal. Su protección más eficaz es la competencia libre a nivel nacional y la libertad
de comercio a nivel mundial. Se protege al consumidor de la explotación a que puede
someterle un vendedor, mediante la existencia de otro vendedor a quien puede
comprar y que está impaciente por venderle. Las fuentes alternativas de oferta
protegen al consumidor mucho más eficazmente que todos los Ralph Nader del
mundo (Friedman; 1979/1980: 313).
IV.1.5 Sobre el empleo, los salarios y la competencia
Lo mismo sobre los empleos y los salarios de los trabajadores, la competencia los regularía
a su estado natural, que serían los salarios más bajos posibles y que tendrían efectos sobre
los precios más bajos de las mercancías, en beneficio de los consumidores:
Las ventajas y desventajas totales de los diversos empleos del trabajo y el capital en
una misma zona deben o bien ser perfectamente iguales o tender hacia la igualdad. Si
en un mismo lugar hubiese un empleo evidentemente mucho más o mucho menos
ventajoso que los demás, habría tanta gente que invertiría en el en el primer caso, que
lo abandonaría en el segundo, que sus ventajas pronto retornarían al nivel de los
demás empleos. Éste sería el caso al menos en una sociedad donde se permitiese que
las cosas siguieran su curso natural, donde hubiese total libertad, y donde cada
persona fuese perfectamente libre para elegir la ocupación que desee como para
cambiarla cuantas veces lo juzgue conveniente. El interés de cada persona lo induciría
a buscar el empleo más ventajoso y a rechazar el menos ventajoso.
…El mismo incremento de la competencia reduciría los beneficios de los maestros y
los salarios de los trabajadores. Los oficios, las artes y las profesiones, todos
perderían, pero ganaría el público, porque el trabajo de todos los artesanos llegaría al
mercado a un precio mucho menor (Smith; 1776/2009: 191, 218).
El trabajador, según Rose y Milton Friedman, también está protegido por la existencia de
muchos patronos y los patronos contra el trabajador por la existencia de muchos
trabajadores:
215
La existencia de muchos empresarios proporciona la protección más fiable y efectiva
a la mayoría de los trabajadores….una persona que tiene un solo patrono para
conseguir trabajo dispone de una protección escasa o nula. Los empresarios que
protegen a un trabajador son aquellos a quienes les gustaría dar trabajo a éste. La
demanda que aquéllos hacen de los servicios de éste hace que el pago del valor total
de los servicios del trabajador redunde siempre en beneficio del empresario. Si el
primer empresario no está dispuesto a pagar este valor total, otro puede estar
dispuesto a hacerlo. La protección real del trabajador proviene de la competencia por
conseguir sus servicios.
La función de la competencia es una característica del sistema de mercado libre con
la que nos hemos tropezado una y otra vez. La existencia de otros patronos de los que
un trabajador puede conseguir empleo protege a este de su empresario. Éste se ve
protegido de la explotación de sus trabajadores por la existencia de otros individuos a
los que puede emplear. El consumidor está protegido de la explotación de un
vendedor dado por la existencia de otros proveedores a los cuales aquél puede
emplear… (Friedman; 1979/1980: 340-341).
IV.1.6 Sobre las restricciones al comercio internacional
Lo mismo, ante la falta de capitales nacionales, no se les debe poner restricciones a los
inversionistas extranjeros para explotar los recursos naturales de las naciones y exportarlos.
Esta idea de Smith está vigente y puesta en práctica más de dos siglos después. Dice Smith.
…Es verdad que en cualquier etapa de cualquier sociedad, lo que sobre, tanto de la
producción bruta como de la elaborada, debe ser remitido al extranjero para ser
intercambiado por algo para lo que haya demanda en el país. Tiene muy poca
importancia que el capital que transporta ese excedente al exterior sea nacional o
extranjero. Si la sociedad no ha acumulado el capital suficiente para cultivar todas sus
tierras y para manufacturar completamente todas sus materias primas, sería
enormemente ventajoso que esas materias fuesen exportadas por un capital
extranjero, para que todo el capital de la sociedad pueda ser invertido en actividades
más útiles… (Smith; 1776/2009:465).
216
Sobre lo inconveniente de restringir la importación de bienes extranjeros que podrían
producirse en el país, sea mediante aranceles o prohibiciones, no sólo se asegura un
monopolio para la industria que va a producir el bien que se restringe, ya veíamos qué
efectos tiene un monopolio. Pero, además, según Smith, con las restricciones tampoco
aumentaría la actividad económica, porque esta está limitada por la cantidad del capital de
que dispone la sociedad. La opinión de Rose y Milton Friedman no difiere de la de
Smith90
.
La actividad de una sociedad nunca puede superar lo que el capital de la sociedad es
capaz de poner en movimiento. Así como el número de trabajadores que puede
emplear una persona debe guardar cierta proporción con su capital, el número de los
que pueden estar continuamente empleados por todos los miembros de una sociedad
debe estar en proporción al capital total de la sociedad. Ninguna reglamentación del
comercio es capaz de elevar la actividad de ninguna sociedad más allá de lo que
permite su actividad. Sólo puede desviar una parte del mismo en una dirección que en
otro caso no habría tomado; y no está nada claro que esta dirección artificial vaya a
ser más provechosa para la sociedad que aquella que habría seguido
espontáneamente.
El conceder monopolio del mercado nacional a la producción nacional, en cualquier
arte o industria, equivale en alguna medida a dictar a los ciudadanos particulares la
manera en que deberían emplear sus capitales, y en todos los casos resulta una
intervención inútil o perjudicial. Si la producción nacional puede llegar al mercado
tan barata como la extranjera, es evidente que la intervención es inútil. Si no puede
hacerlo, será generalmente perjudicial. La máxima de cualquier prudente padre de
familia es nunca intentar hacer en casa lo que le costaría más hacer que comprar. El
sastre no fabrica sus zapatos sino que se los compra al zapatero. El zapatero no hace
sus vestidos sino que recurre al sastre…Todos ellos comprenden que les resulta más
90
Dicen Rose y Milton Friedman que “…las ganancias que obtienen algunos productores gracias a los
aranceles y otras restricciones quedan compensadas con creces por las pérdidas que sufren otros productores y
especialmente los consumidores en su conjunto. La libertad de comercio no sólo procuraría nuestro bienestar
general, sino que también promovería la paz y la armonía entre las naciones y estimularía la competencia
interna.” (Friedman; 1979/1980: 64).
217
conveniente emplear su esfuerzo de forma de tener alguna ventaja sobre sus vecinos,
y comprar lo que necesitan con una parte del producto de su esfuerzo, o lo que es lo
mismo, con el precio de una parte (Smith; 1776/2009: 517, 519).
IV.1.7 Sobre la intervención del Estado en la economía y el progreso
Las funciones que Smith le asigna al Estado es sólo proteger a los ciudadanos de posibles
injusticias de otros ciudadanos o sociedades, e involucrarse sólo en actividades productivas
que no les generen beneficios a los individuos. Los mismos Rose y Milton Friedman
reconocen que “no es fácil mejorar la respuesta que dio Adam Smith a esta pregunta hace
más de 200 años.”91
(Friedman; 1979/1980: 49). Dice Smith:
…Según el sistema de la libertad natural, el soberano sólo tiene tres deberes que
cumplir, tres deberes de sobresaliente importancia pero que están al alcance y
comprensión de una inteligencia corriente. Primero, el deber de proteger a la sociedad
de la violencia e invasión de otras sociedades independientes. Segundo, el deber de
proteger, en cuanto sea posible, a cada miembro de la sociedad frente a la injusticia y
opresión de cualquier otro miembro de la misma, o el deber de establecer una exacta
administración de la justicia. Y tercero, el deber de edificar y mantener ciertas obras
públicas que jamás será del interés de ningún individuo o pequeño número de
individuos el edificar y mantener, puesto que el beneficio nunca podría reponer el
coste que representarían para una persona o un reducido número de personas, aunque
frecuentemente lo reponen con creces para una gran sociedad (Smith; 1776/2009:
588)
91
Dicen Rose y Milton Friedman lo que para Smith y Jefferson debería ser el papel del gobierno en una
economía: “…Para Smith y Jefferson, el papel del gobierno era el de árbitro, no el de un jugador. El ideal de
Jefferson, tal como lo expresó en su primer discurso inaugural (1801), era un gobierno frugal y sensato, que
intentará impedir que los hombres se agravien entre sí, y que les dejará libres para organizar sus propias
aspiraciones de trabajo y de progreso.” (Friedman; 1979/1980: 19).
218
Rose y Milton Friedman dicen lo mismo que Smith, que el principal ente que puede
interferir con el libre mercado, en perjuicio del consumidor, es el Estado. Dicen Rose y
Milton Friedman:
Por importantes que sean las distorsiones privadas del sistema de precios, en la
actualidad el estado es el principal foco de interferencia con el sistema de mercado
libre, por medio de aranceles y otros obstáculos al comercio internacional….
La perfección no es cosa de este mundo. Siempre habrá productos deficientes,
charlatanes y timadores. Pero en conjunto, la competencia de mercado, si se la deja
funcionar, protege al consumidor mucho mejor que la alternativa ofrecida por los
mecanismos gubernamentales que de forma creciente se han sobrepuesto al mercado.
(Friedman; 1979/1980: 35-36, 308)
También sobre la explicación de la inflación, que como sabemos el principal perjudicado
del aumento de precios es el consumidor, pero más el consumidor de bajos salarios. La
inflación, según Rose y Milton Friedman es un fenómeno monetario, ya que es provocada
por el aumento más rápido de la cantidad de dinero que la de bienes y servicios92
. El “…
excesivo crecimiento de la oferta monetaria y por tanto, la inflación se deben a los estados.”
(Friedman; 1979/1980: 3). Por consecuencia “…la reducción de la tasa de crecimiento de la
oferta monetaria es el único remedio para eliminarla…El estado debe hacer crecer la
cantidad de dinero a una velocidad menor….” (Friedman; 1979/1980: 372).
IV.1.8 Sobre los programas sociales del Estado
Sobre los programas sociales, aparte del derroche que implica destinar recursos a estos
programas, tienen efectos nocivos en la sociedad, sobre todo en la actividad económica, ya
que desincentivan el trabajo, el ahorro y la innovación, etc. Dice Rose y Milton Friedman:
El despilfarro es angustiante, pero constituye el menor de los males de los programas
paternalistas que han crecido hasta alcanzar este enorme volumen. El peor mal
consiste en el efecto que estos planes tienen sobre el tejido de nuestra sociedad. Tales
92
Dicen Rose y Milton Friedman sobre lo que causa inflación: “Sigue siendo tan cierto ahora como antes que
un aumento más rápido de la cantidad de dinero que de los bienes y servicios que pueden comprar provocará
inflación aumentado los precios en términos de ese dinero...” (Friedman; 1979/1980: 351).
219
proyectos debilitan la familia; reducen el incentivo al trabajo, al ahorro y a la
innovación; impiden la acumulación de capital y limitan nuestra libertad. Estos son
los patrones por los que se los debería juzgar (Friedman; 1979/1980: 180).
Dicen Rose y Milton Friedman, que esta idea de la igualdad se puso en práctica en
Inglaterra en los siglos XIX y XX y que terminaron en fracaso porque fue contra el
esfuerzo del ser humano de mejorar su condición y de su familia. Que la mejor forma de
aumentar los niveles de vida, de lograr la igualdad y de mejorar las condiciones de trabajo,
entre otras mejoras sociales, es con los mercados libres93
.
Quizás el ejemplo más instructivo sea Gran Bretaña, que en el siglo XIX siguió el
camino hacia la realización de la igualdad de oportunidades y en el XX hacia la de
resultados.
…La campaña de pro de la igualdad fracasó en Gran Bretaña no porque fueran
adoptadas medidas erróneas, aunque algunas lo eran sin lugar a dudas; ni porque
hubieran sido mal administradas, aunque algunas lo fueron sin lugar a dudas; ni
porque las dirigieran personas inadecuadas, aunque algunas lo fueran sin lugar a
dudas. La campaña en pro de la igualdad fracasó por una razón mucho más
fundamental. Iba en contra de uno de los instintos más básicos de todos los seres
humanos. En palabras de Smith, “el esfuerzo uniforme, constante e ininterrumpido de
cada hombre por mejorar su condición” y, podría añadirse, la condición de sus hijos y
los hijos de estos… (Friedman; 1979/1980: 204,205).
93
Según los Friedman, es en los países donde no se dejan funcionar los mercados libremente que la diferencia
entre ricos y pobres es más grande. Dicen que “dondequiera que se ha dejado funcionar al mercado libre, en
todos los lugares en que ha existido cierta igualdad de oportunidades, el hombre de la calle ha sido capaz de
llegar a niveles de vida antes impensables. En ningún sitio es más grande el abismo entre el rico y el pobre
que en las sociedades que no permiten el funcionamiento del mercado libre. Esto es cierto…en las sociedades
de planificación centralizada, como Rusia, China, o la India…” (Friedman; 1979/1980: 206-207). Es por los
mercados libres, según los Friedman, que en los últimos dos siglos los salarios y las condiciones de trabajo de
los trabajadores han mejorado. Dicen que “a lo largo de los dos últimos siglos, la situación del trabajador
medio en los Estados Unidos y otros países económicamente avanzados ha mejorado en medida enorme.
Difícilmente un trabajador hoy en día realiza el tipo de trabajo agotador normal hace uno cien años y que
todavía es algo común en la mayor parte del globo. Las condiciones de trabajo son mejores; la jornada laboral
se ha reducido; las vacaciones y otros servicios sociales se dan por sentados. Los salarios también son mucho
mayores, permitiendo a una familia media alcanzar un nivel de vida del que sólo unos pocos ricos podían
gozar anteriormente.” (Friedman; 1979/1980: 206-207).
220
IV.1.9 Sobre el Estado empresario
Según Smith94
, el Estado no debe involucrarse en actividades empresariales, no puede ser
empresario, ya que va a ser muy ineficiente, que lo que lo va a caracterizar es el derroche y
la extravagancia; que los funcionarios de las empresas del soberano no se van a preocupar
porque estas sean eficientes, y si por acumular fortunas. Rose y Friedman agregarían que el
mal empresario se reflejaría también en la producción de productos deficientes, que los
productos de mejor calidad serán producidos por las empresas privadas95
. Dice Smith:
…Pero como mínimo resulta mucho más dudoso que se pueda confiar con alguna
seguridad la gestión de una empresa similar a un gobierno como el de Inglaterra que,
cualesquiera puedan ser sus virtudes, jamás ha alcanzado fama de administrador
eficiente; que en tiempo de paz generalmente se ha conducido con el derroche
indolente y negligente que quizás sea natural en las monarquías; y que en tiempos de
guerra ha actuado sistemáticamente con la imprudente extravagancia en que suelen
caer las democracias.
Pero los príncipes se han lanzado con frecuencia a muchas otras empresas y han
aspirado, igual que las personas privadas, a amasar fortunas convirtiéndose en
empresarios de los negocios corrientes. Casi nunca lo han conseguido, porque el
derroche que siempre caracteriza a los asuntos de los príncipes lo hacía prácticamente
imposible. Los funcionarios de un príncipe consideran que la riqueza de su patrono es
inagotable; no se preocupan de a qué precio compran, a qué precio venden ni cuánto
cuesta el transporte de sus bienes de un sitio a otro. Estos agentes viven con
frecuencia con el boato de los príncipes y a veces también, a pesar de esa profusión,
manipulando adecuadamente sus cuentas acumulan fortunas principescas (Smith;
1776/2009: 656, 657).
94
Dice Smith sobre lo incompatible que es el querer ser soberano y empresario: “No hay dos naturalezas más
incompatibles que las de empresario y soberano. Si el espíritu comercial de la pésima soberana, el espíritu de
soberanía la convierte en pésima comerciante…” (Smith1776/2009: 657). 95
Dicen los Friedman sobre la calidad de productos producidos por el Estado: “Los productos deficientes son
producidos todos por el estado o por las industrias reguladas por él. Los productos de más calidad son
producidos todos por empresas privadas sin o con escasa intervención estatal…” (Friedman; 1979/1980: 269).
221
Si el soberano ya está involucrado en actividades empresariales lo mejor que puede hacer es
venderlas a los administradores más eficientes, es decir al sector privado, y dedicar esos
ingresos al pago de deuda pública:
…En todas las grandes monarquías europeas la venta de tierras reales podría generar
una gran suma de dinero que, aplicada al pago de la deuda pública, dejaría
deshipotecados a unos ingresos mucho mayores que los que nunca han producido
esas tierras a las coronas. Si las tierras reales se vuelven propiedad privada, en pocos
años estarían bien roturadas y bien cultivadas (Smith; 1776/2009:658).
IV.1.10 Sobre la educación, la competencia y los mercados libres
La educación no fue la excepción en el pensamiento de Smith y Rose y Milton Friedman.
Parten de que a los involucrados habría que considerarlos como productores y
consumidores, los padres e hijos como consumidores y los profesores y administradores
como productores (Friedman; 1979/1980: 212, 220). En esta lógica entonces la mejor
protección para los consumidores es tener la libertad de elegir y la competencia entre
productores. Ya desde 1776 Adam Smith hacía referencia a que el que el estudiante no
tuviera la libertad de elegir su institución iba en demérito de la superación de los
profesores. Decía que “todo lo que fuerce a un cierto número de estudiantes a dirigirse
hacia un colegio o universidad determinada, de forma independiente del mérito o
reputación de sus profesores, tiende en alguna medida a disminuir la necesidad de ese
mérito o esa reputación.” (Smith; 1776/2009: 622).
Smith, resaltaba que las mejores instituciones de enseñanza eran las instituciones privadas,
no sólo porque el consumidor que podía pagarlas tenía la libertad de elegir la mejor
institución, sino porque a las instituciones privadas las regía la competencia. Los Friedman
dicen que el que el Estado juegue un papel cada vez más importante “en la financiación y
administración de la enseñanza ha llevado no sólo a una enorme pérdida de dinero de los
contribuyentes, sino también a un sistema educativo mucho peor que el que podría haberse
desarrollado de haber seguido teniendo un papel más importante la cooperación
voluntaria.” (Friedman; 1979/1980:258). Dice Smith en referencia a las instituciones
privadas:
222
Hay que subrayar que aquellas partes de la educación para las que no existen
instituciones públicas son generalmente mejor enseñadas. Cuando un joven acude a
una escuela de esgrima o baile, no siempre aprende a esgrimir o bailar a la perfección,
pero es raro que no aprenda a hacerlo. Los buenos efectos de las escuelas de
equitación no son tan evidentes. El gasto de una escuela de equitación es tan abultado
que en la mayoría de los sitios es una institución pública. Las tres secciones más
fundamentales de la educación literaria –leer, escribir y contar- siguen siendo
impartidas más bien por escuelas privadas y no públicas; y pocas veces ocurre que
alguien deje de aprenderlas en el grado que necesita conocerlas (Smith;
1776/2009:625)
Smith y Friedman están de acuerdo en que el estado se haga cargo de cierta parte de la
educación, pero bajo las condiciones de mercados libres, que las rija la competencia96
.
Uno de los problemas de las instituciones públicas era que todo su financiamiento era
proporcionado por el Estado, y el otro que sus profesores recibían su ingreso, sueldo,
salario, independientemente de su “éxito y reputación” o productividad. Decía Smith que
“las dotaciones de las escuelas y colegios han disminuido necesariamente en alguna medida
la necesidad de aplicación de los profesores. En la medida en que su sustento deriva de su
salario, es evidente que deriva de un fondo por completo independiente de su éxito y
reputación en sus respectivas profesiones.” (Smith; 1776/2009:620-621).
Para Smith, someterlas a la competencia, significaba, por una parte, que “las instituciones
para la educación de los jóvenes pueden, de la misma forma proporcionar un ingreso
suficiente para sufragar sus gastos. Las tasas u honorarios que el estudiante paga al maestro
constituyen un ingreso de este tipo.” (Smith; 1776/2009: 620). Por la otra que los salarios
de los profesores no dependieran totalmente del Estado, porque si fuera así “…pronto se
acostumbraría a desatender su trabajo.”, sino que una parte importante del mismo pudiera
depender “…de los honorarios o tasas de sus alumnos. En este caso la necesidad de
96
Dice Smith sobre la responsabilidad del Estado en proporcionar educación a sus ciudadanos: “Pero aunque
el pueblo llano en una sociedad civilizada no pueda tener tanta educación como la gente de rango y fortuna,
las partes más fundamentales de la educación –leer, escribir y contar- pueden ser adquiridas en una etapa tan
temprana de la vida que la mayoría de quienes se dedican a las ocupaciones más modestas tienen tiempo de
aprenderlas antes de poder ser empleados en esas ocupaciones. Con un gasto muy pequeño el Estado puede
facilitar, estimular e incluso imponer sobre la gran masa del pueblo la necesidad de adquirir esos elementos
esenciales de la educación.” (Smith; 1776/2009: 635).
223
esforzarse, aunque siempre resulta más o menos reducida, no es completamente
eliminada…” (Smith; 1776/2009: 636, 621) Los Friedman, para que los consumidores
tengan libertad de elegir y los productores se autofinancien y compitan proponen un
sistema de vales para los primeros:
…Esto dará a cada padre una oportunidad mayor para elegir, y al mismo tiempo
exigirá a las escuelas públicas que se autofinancien cobrando la enseñanza
(totalmente si el vale corresponde al coste total; si no, al menos en parte). Las
escuelas públicas tendrán que competir entonces tanto con las demás escuelas
públicas como con las privadas (Friedman; 1979/1980:225).
IV.2 EL PROYECTO NEOLIBERAL: TRAYECTORIA Y TREINTA AÑOS
DESPUES, 1980-2012
IV.2.1 La década de los setenta: crisis en la economía norteamericana, crisis del
Estado de Bienestar y la “necesidad” del neoliberalismo
Las bases teóricas del capitalismo de mercado libre estaban construidas, los problemas
capitalistas también se hicieron presentes desde fines de la década de los sesenta,
continuaron en los setenta y sirvieron de argumento para desplazar al capitalismo con
Estado de Bienestar por el capitalismo de libre mercado. Es en 1968 cuando se agudizan
los problemas de balanza de pagos de la economía norteamericana97
. A estos le siguió la
inconvertibilidad del dólar en oro en 1971 y con ello la terminación de los tipos de cambio
fijos y el sistema monetario internacional que había dado sustento a la época de oro de la
posguerra.98
A los problemas de balanza de pagos y financieros le siguieron la crisis cíclica
de 1974-1975 y 1980-1982 en los países desarrollados, que se expresaban en menor
crecimiento de la producción, precios más elevados y mayores tasas desempleo, sobre todo
en EE.UU. El culpable sería el Estado de Bienestar que interfería con el libre
97
Fueron tales los problemas que el presidente en turno, Lindon B. Johnson, anuncia el primero de enero de
1968 un programa tendiente a corregir el déficit de balanza de pagos de la economía norteamericana. Para
detalles sobre el programa se puede ver: “Mensaje del Presidente de los EE.UU., Lindon B. Johnson, sobre la
balanza de pagos (1968). En Revista El Trimestre Económico. Vol. XXXV. Número 138. Pags. 365-372.
México, FCE. 98
Fue el presidente de EE.UU., Richard Nixon, quién el 15 de agosto de 1971 declara la inconvertibilidad.
Sobre los argumentos del presidente para esta medida se puede ver: “Declaración del Presidente de los
Estados Unidos sobre la Nueva Política Económica, (1971).” Revista El Trimestre Económico. Volumen
XXXIII, número 152. Pags. 114-119. México, FCE
224
funcionamiento del mercado, con las libertades que Smith y Rose y Milton Friedman
plantearon y que socavan la división del trabajo, la especialización, la productividad y
competencia, en perjuicio del individuo, del consumidor, del progreso. Dice Claus Offe que
los problemas de la economía a mediados de la década de los setenta del siglo XX trajeron
consigo el cuestionamiento del Estado de Bienestar y el resurgimiento de las ideas de libre
mercado para organizar la economía mundial capitalista99
:
La aguda recesión económica de mediados de los años setenta ha producido un
renacimiento intelectual y políticamente poderoso de neo-laissez faire y doctrinas
económicas monetaristas. Esas doctrinas equivalen a una crítica fundamental del
estado del bienestar, que se considera la enfermedad de aquello que pretende curar;
en vez de armonizar los conflictos de una sociedad mercantil, los exacerba e impide
que las fuerzas sociales de paz y progreso (a saber: las fuerzas del mercado)
funcionen de modo apropiado y benéfico. Se dice que esto es así por dos razones
principales. En primer lugar, el aparato del Estado impone una carga fiscal y
normativa al capital que equivale a un desincentivo para la inversión. En segundo
lugar, y al mismo tiempo, el Estado del Bienestar garantiza pretensiones títulos y
posiciones de poder colectivo a trabajadores y sindicatos que equivalen a un
desincentivo para el trabajo, o al menos para un trabajo todo lo duro y productivo
como el impuesto bajo la égida de fuerzas mercantiles no reprimidas. Tomados
conjuntamente, ambos efectos conducen a una dinámica de crecimiento declinante y
crecientes expectativas, de sobrecarga en la demanda económica (conocida como
99
También que la existencia del Estado de Bienestar en la segunda posguerra hacia más complicada la
explotación del capital hacia el trabajo. Con los principios de libre de mercado y la desaparición de ese
Estado, se supondría se eliminarían las restricciones de la explotación del trabajo por el capital. Dice. “De este
modo, el Estado del Bienestar ha hecho que la explotación del trabajo sea más complicada y menos
predecible. Por otra parte, como el Estado del Bienestar impone reglamentos y derechos al intercambio
trabajo-capital que acontece en la producción, manteniendo intacta la estructura de autoridad y las relaciones
sobre propiedad de la producción, poco puede sorprender que los trabajadores no se encuentren, por regla
general, tan intrínsecamente motivados a trabajar todo lo productivamente que podrían. En otras palabras, el
Estado del Bienestar mantiene el control del capital sobre la producción, y por eso mismo la fuente básica de
conflicto industrial y de clase entre trabajo y capital; en modo alguno establece cosa parecida a un control
obrero. Al mismo tiempo, fortalece el potencial obrero de resistencia ante el control del capital, siendo el
efecto neto que un conflicto inmodificado se lucha con medios modificados a favor del trabajo. Las relaciones
explotadoras de producción coexisten con mayores posibilidades de resistir, escapar y mitigar la explotación.
No es sorprendente constatar que esta situación mina la estética laboral, o que al menos requiere estrategias
más costosas y menos fiables para reforzar dicha ética.” (Claus Offe; 140).
225
inflación) y a una sobrecarga en la demanda política (ingobernabilidad), que cada vez
puede satisfacerse menos por medio de la producción disponible (Claus Offe; 137-
138)
Es con la llegada de Gobiernos de derecha en los diferentes países centrales a finales de la
década de los setenta y principios de los ochenta del siglo XX que se empiezan a imponer y
generalizar las ideas neoliberales, tanto en el centro como en la periferia. En EE.UU.,
aunque se menciona a Ronald Reagan como el iniciador de las políticas de libre mercado,
Alan Greenspan, secretario de la Reserva Federal de los EE.UU. de 1987 a 1996, menciona
que fue Gerald Ford (1974-1977)100
el que inició las políticas desregulatorias en los
EE.UU., seguirían con Jimmy Carter (1977-1981), y continuarían con Ronald Reagan
(1981-1989)101
, hasta la actualidad con el presidente Barak Obama. En Inglaterra
empezarían con el gobierno de Margaret Thacher (1979-1990) y continuarían con los
posteriores gobiernos. En otros países de Europa, es también con la llegada de gobiernos
de derecha que se va a generalizar la aplicación de los principios del libre mercado.102
En
100
Dice Greenspan sobre la importancia de Ford en el inicio las políticas de libre mercado en los Estados
Unidos: “La desregulación fue el gran logro no debidamente reconocido de la Administración Ford. Cuesta
hacerse una idea de lo encorsetada que estaba la empresa estadounidense en aquella época. Líneas aéreas,
transportes por carretera, ferrocarriles, autobuses, gasoductos, teléfonos, televisión, corredores de Bolsa,
mercados financieros, cajas de ahorros, servicios públicos…todos funcionaban bajo estricta regulación. Las
operaciones eran supervisadas hasta el más mínimo detalle…” (Greenspan; 2007/2008: 87). Señala también
que en la base de las políticas desregulatorias en EE.UU. estaban las ideas de libre mercado de Milton
Friedman de la Escuela de Chicago. Dice que “… la base económica de la desregulación procedía ante todo
de Milton Friedman y el resto de inconformistas de la llamada Escuela de Chicago. Esos economistas habían
construido un gran e impresionante corpus de trabajo en torno a la teoría de que los mercados y los precios, y
no los planificadores centrales, eran los mejores distribuidores de los recursos de la sociedad. La premisa
keynesiana que había imperado en Washington desde la administración Kennedy era que la economía podía
gestionarse de forma activa; los economistas de Chicago sostenían que el gobierno debía intervenir menos, no
más, porque la regulación científica era un mito. En ese momento, tras años de estanflación y con el fracaso
de los controles de precios y salarios fresco en el imaginario colectivo, los políticos de ambos signos estaban
dispuestos a reconocer que la microgestión gubernamental había llegado demasiado lejos. Era hora de hacer
menos.” (Greenspan; 2007/2008: 88). 101
Greenspan menciona que Reagan era un partidario de las políticas de libre mercado, que era “…un
incondicional del libre mercado hasta las cachas. Quería derribar las barreras de la economía…entendía la
tendencia de los mercados libres a corregirse solos y el fundamental poder creador de riqueza del capitalismo.
Confiaba en que la mano invisible de Adam Smith fomentaba la innovación y además producía resultados que
en general percibía como justos…” (Greenspan; 2007/2008: 106). 102
Sobre cómo se generalizó la toma del poder por la derecha en los países centrales entre fines de la década
de los setenta y principios de los ochenta del siglo XX, Cueva nos dice: “Estábamos, sobre todo, en la picota
de la nueva derecha, corriente ideológica y política que se extendía como mancha de aceite por los países
avanzados de occidente. En 1979 fue elegida primera ministra de Gran Bretaña la conservadora Margaret
Thatcher, quien volvería a triunfar en 1983 y 1987. También en 1979 se produjo el viraje a la derecha de la
política exterior estadounidense, bajo la presidencia del propio james Carter, dando origen a la llamada
“segunda guerra fría” y como preludio de los aplastantes triunfos de Ronald Reagan en 1980 y 1984, y de
226
la periferia es a través de diferentes mecanismos que estas políticas llegan a estos países. En
A.L. y otros países endeudados, se implantarían a partir de la llamada crisis de la DE de
principios de la década de los ochenta del siglo XX.
Ruy Mauro Marini, en su línea de investigación, hace varias observaciones sobre cómo se
gestó el proceso de inicio de las políticas de libre mercado. Primero señala el aumento de la
competencia internacional en la segunda mitad de la década de los setenta, que agudizó el
proteccionismo en EE.UU y Europa, y que bloqueaba la circulación mundial de
mercancías y capitales, segundo, la presión por campos de inversión por los inversionistas
por el aumento de su capital para acumular y tercero, la caída de la tasa de ganancia que se
empezaba a manifestar desde mediados de la década de los sesenta y que culmina en la
crisis de 1974-1975, crisis que centralizó el capital dinerario y permitió a los capitalistas el
desarrollo “de las nuevas tecnologías y mejorar así las condiciones de competitividad”
(Marini; 1997: 4-5).
La aplicación de los principios de libre mercado ha permitido imponer un nuevo modelo de
desarrollo económico que combina crecimiento y desempleo, para el cual fue necesario
“quebrar la tesis de la resistencia del movimiento obrero”, en la que tiene que ver de
manera importante el cambio tecnológico, “mismo, que hace cada vez más fuerte la
incidencia del conocimiento en el proceso de producción”103
. (Marini; 1997: 5-6). Este
proceso, según Marini, acogiendo las tesis de Rich, ha generado dos tendencias mundiales
que tienen que ver con la industria manufacturera y la fuerza de trabajo. La primera es que
Bush en 1988. Desde 1982, Yasuhiro Nakasone asume el poder en Japón, lo cual supone un viraje general
hacia la derecha en el ambiente ideológico interno, con una discreta confirmación del militarismo japonés y el
culto al emperador. Ese mismo año, el demócrata cristiano Helmuth Kohl deviene en canciller de Alemania.
La derecha está, pues, bien servida por doquier; los regímenes de Martens en Bélgica, Lubbers en Holanda y
Schluter en Dinamarca son, como dice Perry Anderson, cortados de la misma tela”. A ellos se sumará, poco
después, el del criptonazi Kurt Waldheim en Austria.” (Cueva; 2008: 4-5). 103
Dice Marini lo que ha significado para las condiciones laborales del obrero el ver vencida su resistencia
por el capital: “los trabajadores no han podido resistir las presiones patronales y debido hacer concesión tras
concesión. Las empresas recurrieron en gran escala a la tercerización de su personal, que implica el despido
de de trabajadores y su posterior recontratación a través de pequeñas empresas prestadoras de servicios, lo
que las exime de gastos por concepto de prestaciones sociales. Paralelamente adoptaron medidas enmarcadas
en la llamada flexibilización, procedimiento que obliga al obrero, a cambio de la estabilidad en el empleo, a
aceptar modificaciones que afectan desde el puesto de trabajo y el salario hasta la jornada laboral, en su
duración e intensidad. Finalmente, acentuaron la diferenciación existente en los mercados de mano de obra,
interponiendo una distancia creciente entre el trabajador y el proceso material de producción, lo que ha
contribuido a aumentar la jerarquización existente entre ellos según el grado de su calificación, tanto desde el
punto de vista del empleo como de la remuneración (Marini; 1997: 6).
227
”el proceso de difusión mundial de la industria manufacturera es incontenible e irreversible,
y, con vistas a obtener mayores ganancias, abre amplio campo para el desplazamiento de la
producción manufacturera a los países que presentan tasas salariales inferiores, lo que
representaría una de las causas determinantes de la reducción de trabajo en Estados
Unidos” y la segunda, la necesidad que tiene EE.UU. “de dedicar lo mejor de su esfuerzo a
la educación desde el nivel preescolar hasta el superior, a fin de compensar esa reducción
de la oferta interna de empleo mediante la transformación a gran escala del personal
existente en cuadros altamente calificados, que el autor llama “analistas simbólicos”
(symbolic analysts). “En principio”, afirma, “todos los obreros que son productores
rutinarios pueden volverse analistas simbólicos y dejar que sus viejos empleos se
transfieran hacia las naciones en desarrollo” (Marini; 1997: 6-7).
Esto lleva a Marini a plantear dos divisiones internacional del trabajo, la primera “operaría
en el plano de la misma fuerza de trabajo y no, como antes, a través de la posición ocupada
en el mercado mundial por la economía nacional en donde el trabajador se desempeña. De
lo que se trata, ahora, es el de la participación del trabajador en un verdadero ejército
industrial globalizado en proceso de constitución, en función del grado de educación,
cultura y calificación productiva de cada uno” y dos, “la división internacional del trabajo
en el plano de la producción…Uno de sus resultados visibles es el regreso de países (desde
luego con métodos de gestión plenamente capitalistas, a diferencia de lo que sucedía antes)
a la forma simple de división internacional del trabajo que primaba en el siglo XIX y que
involucra el trueque de bienes primarios por bienes manufacturados” (Marini; 1997: 7, 8)
Todo ello agrava los problemas de dependencia de la periferia en sistema capitalista
mundial, respecto de los países del centro ya que estos:
“muestran dos triunfos en la mano. El primero es su inmensa superioridad en materia
de investigación y desarrollo, que lo es que hace posible la innovación técnica; existe
allí un verdadero monopolio tecnológico que agrava la condición dependiente de los
demás países. El segundo es el control que ejercen en la transferencia de actividades
industriales en los países atrasados, tanto por su capacidad tecnológica como de
inversión, control que actúa de dos maneras: una, transfiriendo prioritariamente a los
países más atrasados industrias menos intensivas en conocimientos; dos dispersando
228
entre diferentes naciones las etapas de producción de mercancías; de esa manera
impiden el surgimiento de economías nacionales integradas” (Marini; 1997: 7-8)
Por último su apreciación sobre la superexplotación de la fuerza de trabajo en la periferia
en la etapa neoliberal. Primero, que cada vez más la expansión del comercio en la etapa
neoliberal se debe al comercio intrafirmas, posibilitado por que la “moderna tecnología
imprime un alto grado de estandarización a la producción de partes y componentes.” Ello y
la supresión de las barreras al comercio permitió el “pleno restablecimiento de la ley del
valor”, ¿qué significa este restablecimiento? Primero, que el que la producción este
orientada a abastecer mercados cada vez más vastos “implica la intensificación de la
competencia entre las grandes empresas y su esfuerzo permanente por lograr ganancias
extraordinarias respecto a sus competidores. Se acentúa, pues, la utilización de los
procedimientos que permiten obtener dichas ganancias.” (Marini; 1997: 12) Segundo, pero
que al mismo tiempo se presentan obstáculos para que el capital obtenga ganancias
extraordinarias, de los cuales el principal es la “difusión tecnológica (que) tiende a la larga,
a homogeneizar los procesos productivos y a igualar la productividad del trabajo y por
consiguiente la intensidad…El mercado mundial, por lo menos en sus sectores productivos
más integrados, camina así en el sentido de nivelar de manera cada vez efectiva los valores
y, según la tendencia, a suprimir las diferencias nacionales de que afectan la vigencia de la
ley del valor.” (Marini; 1997: 12) El recurso para el capital para el aumento de ganancias
extraordinarias sigue siendo el obrero. Va a ser con la difusión tecnológica que se da en la
etapa neoliberal que le va a permitir al capital elevar la intensidad media de la fuerza de
trabajo y con ello la posibilidad de la superexplotación. Dice Marini:
“La contrapartida de esta situación es que aumenta la importancia del trabajador en
tanto que cuente con ganancias extraordinarias. Aunque, naturalmente su calificación
y destreza varían de nación a nación, su intensidad media se eleva a medida que se
vale de la tecnología superior, sin que esto necesariamente se traduzca en reducción
significativa de las diferencias salariales nacionales. Se entiende, así, que se venga
acentuando la internacionalización de procesos productivos y las difusiones
constantes de la industria hacia otras naciones…para hacer frente a la agudización de
la competencia a nivel mundial. En ese movimiento desempeña papel destacado,
aunque no exclusivo, la superexplotación del trabajo” (Marini; 1997: 12)
229
La posibilidad de la superexplotación, ahora no sólo es en la periferia sino también en el
centro, que está dada por esa combinación de crecimiento y desempleo, las crisis y el
vencimiento de la resistencia de los movimientos obreros.
“Esto es así porque…la introducción de nuevas tecnologías está implicando la
extensión del desempleo, de manera abierta o disfrazada, mientras que se estruja la
fuerza de trabajo que permanece en actividad. En efecto, es propio del capitalismo
privilegiar la masa de trabajo impago, independientemente de sus portadores reales,
es decir, de los trabajadores que la proporcionan; su tendencia natural, pues, es la de
buscar la maximización de dicha masa al menor costo que pueda representar. Para
ello se vale tanto del aumento de la jornada laboral y de la intensificación del trabajo
como, de manera más burda, de la rebaja de salarios, sin respetar el valor real de la
fuerza de trabajo. De este modo se generaliza a todo el sistema, incluso los centros
avanzados, lo que era un rasgo distintivo –aunque no privativo- de la economía
dependiente: la superexplotación generalizada del trabajo…” (Marini; 1997; 13)
El capitalismo, y el capitalismo de libre mercado, se vio fortalecido con la caída del
socialismo en la U.R.S.S. y Europa del Este, ya que quedaba como única opción donde la
periferia debería buscar sus alternativas de desarrollo, además de que para las empresas se
abrían nuevos mercados para la colocación de sus capitales y mercancías. Dice Greenspan
sobre la importancia que tuvo la caída del socialismo para el fortalecimiento del
capitalismo:
El momento decisivo para las economías mundiales fue la caída del muro de Berlín
en 1989, que reveló tras el Telón de Acero un estado de ruina económica que
superaba con creces las expectativas de los economistas occidentales mejor
informados. La planificación central quedó destapada como un fracaso estrepitoso;
sumado y reforzado por la creciente desilusión con las políticas económicas
intervencionistas de las democracias occidentales, el capitalismo de mercado empezó
a sustituir discretamente esas políticas en buena parte del mundo. La planificación
central ya no era digna de debate. No hubo panegíricos. Salvo en Corea del Norte y
Cuba, desapareció de la agenda económica mundial (Greenspan; 2007/2008: 25).
230
Para Perry Anderson, la caída del socialismo tuvo un gran significado para el capitalismo.
Quedaba como único orden social basado en los principios del libre mercado, más allá del
cual no era posible buscar alternativas de mejoras importantes. Fue tal el poder de su
ideología, que se extendió a todos los rincones del planeta, esperando, por supuesto, las
supuestas mejoras que traería consigo su puesta en práctica104
.
El final de la Guerra Fría ha traído una configuración totalmente nueva. Por primera
vez en la historia, el capitalismo se proclama a sí mismo como tal, la ideología que
anuncia la llegada a un punto final en el desarrollo social, con la construcción de un
orden ideal basado en el libre mercado, más allá del cual no se puede imaginar
ninguna mejora sustancial… (Anderson; 387).
Los resultados, por supuesto, han sido desiguales entre naciones centrales y periféricas, y
entre propietarios y no propietarios de medios de producción al interior de esas naciones.
Los resultados también darán pausa, sobre todo a las naciones periféricas, de seguir
buscando sus opciones de desarrollo, o no, dentro del capitalismo de libre mercado.
IV.2.2 La década de setenta del siglo XX como el referente del capitalismo neoliberal
Para tener un referente sobre lo que ha sido el neoliberalismo en la economía mundial
capitalista y cómo se han distribuido sus efectos entre centro y periferia, conviene tener
como referente la década de los setenta del siglo XX, como la última en la que estuvo
vigente el capitalismo con Estado de Bienestar, y porque se supondría que con la aplicación
de los principios neoliberales se mejoraría la situación económica y social de ambos grupos
de países que habían tenido hasta fines de esa década. Así, para 1970 el PIB mundial, a
dólares de 2005, sumaba 15,320760.5 millones de dólares (MDD), de los cuales las
economías del centro, con sólo el 22% de la población mundial, contribuían con el 82.8%
de la producción, por el contrario, los países periféricos con el 71% de la población sólo
contribuían con el 13.8%de la producción mundial, eran menos productivos. Lo mismo
sucedía con el comercio, la periferia sólo participaba con 19.0% de las exportaciones y
104
Dice Anderson sobre la extensión de la ideología neoliberal: “Más allá de la transfiguración de la centro-
izquierda en la zona del Atlántico Norte, la hegemonía neoliberal se ha extendido en el mismo periodo a los
rincones más alejados del planeta. Se pueden encontrar fervientes admiradores de Hayek o Friedman en
ministerios de hacienda por doquier, desde la Paz a Beijing, Auckland a Nueva Delhi, Moscú a Pretoria,
Helsinki a Kingston…” (Anderson; 388).
231
18.4% de las importaciones. En cuanto a los flujos de IED, los periféricos eran más
receptores que colocadores ya que para 1970, como receptores recibían el 28.9% del total
mundial, mientras que sólo colocaban en el exterior 0.4% del total, el resto lo hacían los del
centro. El PIB per cápita del centro sumaba 15,962 dólares, el de los subdesarrollados 805.9
dólares y representaba el 5.0% del de los primeros105
(ver cuadros IV.1, IV.2, IV.3, IV.4).
Cuadro IV.1. Población mundial
(Total y porcentajes)
Años 1970 1980 1990 2000 2010
Total mundial 3696186.3 4453007.5 5306425.2 6122770.2 6895889.0
Economías desarrolladas 22.0 19.6 17.1 15.8 14.9
Economías en transición 7.2 6.5 5.9 5.0 4.4
Economías subdesarrolladas 71.0 73.9 76.6 78.9 80.4
Economías subdesarrolladas de África 9.9 10.8 12.0 13.2 14.8
Economías subdesarrolladas de América 7.7 8.0 8.3 8.4 8.5
Economía subdesarrolladas de Asia 53.2 54.9 56.3 57.1 57.0
Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.1 0.1 0.1 0.1 0.1
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 49.3 52.2 55.4 58.5 61.3
Fuente: Total population, anual, 1950-2050. UNCTAD, UNCTADstat
105
También habría que señalar lo desigual del desarrollo al interior de los mismos países subdesarrollados.
Así por ejemplo, de ese 13.8%, África sólo contribuía con 2,2%, América con 5.4 y Asia con 6.1. Lo mismo
en cuanto al PIB per cápita, el de África era 913.1 dólares, el de América de 2,934. 3 y el de Asia de sólo
477.5. Las diferencias se hacen más agudas si revisamos las regiones al interior de cada continente.
232
Cuadro IV.2. PIB mundial y PIB per cápita a dólares de Estados Unidos, a
precios constantes de 2005
(Porcentajes en relación al PIB mundial y al PIB per cápita de las economías desarrolladas)
Años 1970 1980 1990 2000 2010
PIB mundial 15320760.5 22153148.0 30171413.9 39717659.7 51040462.7
Economías desarrolladas 82.8 79.4 78.5 76.9 68.8
Economías en transición 3.4 3.8 4.2 2.0 2.6
Economías subdesarrolladas 13.8 16.8 17.3 21.1 28.6
Economías subdesarrolladas de África 2.2 2.3 2.0 2.0 2.4
Economías subdesarrolladas de América 5.4 6.8 5.8 6.0 6.4
Economía subdesarrolladas de Asia 6.1 7.6 9.5 13.1 19.7
Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.1 0.0 0.1 0.0 0.0
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 13.0 15.8 15.6 17.5 21.0
PIB Per cápita
Economías desarrolladas 15962.0 20562.2 26127.7 31569.4 34298.1
Economías en transición 12.4 14.1 15.4 8.4 12.7
Economías subdesarrolladas 5.0 5.5 4.9 5.5 7.7
Economías subdesarrolladas de África 5.7 5.1 3.7 3.1 3.6
Economías subdesarrolladas de América 18.4 20.4 15.2 14.5 16.2
Economía subdesarrolladas de Asia 3.0 3.4 3.7 4.7 7.5
Economías subdesarrolladas de Oceanía 13.1 10.3 9.3 7.9 7.7
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 6.9 7.3 6.1 6.1 7.4
Fuente: Nominal and GDP, total and per capita, annual, 1970-2010. UNCTAD, UNCTADstat
Cuadro IV.3. Exportaciones e importaciones mundiales
(Millones de dólares y porcentajes)
Años 1970 1980 1990 2000 2011
Exportaciones mundiales 317015.2 2035542.3 3479910.3 6448643.4 18197117.5
Economías desarrolladas 76.4 66.3 72.4 65.7 52.5
Economías en transición 4.6 4.2 3.4 2.4 4.5
Economías subdesarrolladas 19.0 29.5 24.2 31.9 42.9
Economías subdesarrolladas de África 5.0 6.0 3.0 2.3 3.3
Economías subdesarrolladas de América 5.5 5.5 4.1 5.7 6.0
Economía subdesarrolladas de Asia 8.4 17.9 17.0 23.8 33.5
Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.2 0.1 0.1 0.1 0.1
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 18.3 28.6 22.4 28.0 32.5
Importaciones mundiales 329561.4 2078123.0 3588077.6 6662565.0 18277033.1
Economías desarrolladas 77.0 72.1 73.9 69.6 56.8
Economías en transición 4.4 4.0 3.9 1.6 3.5
Economías subdesarrolladas 18.5 23.9 22.2 28.8 39.8
Economías subdesarrolladas de África 4.4 4.7 2.6 1.9 3.1
Economías subdesarrolladas de América 5.5 5.9 3.5 5.9 6.0
Economía subdesarrolladas de Asia 8.4 13.1 15.9 20.9 30.6
Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.3 0.2 0.1 0.1 0.1
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 17.9 23.0 20.7 25.4 30.2
Fuente: Values and shares of merchandise exports and imports, annual. UNCTAD, UNCTADstat
233
Cuadro IV.4. IED, entradas y salidas
(En millones de dólares y porcentajes)
Años 1970 1980 1990 2000 2010
Mundo (Entradas) 13345.6 54078.3 207454.7 1402680.2 1243670.9
Economías desarrolladas 71.1 86.1 83.2 81.1 48.4
Economías en transición 0.0 0.0 0.0 0.5 5.5
Economías subdesarrolladas 28.9 13.8 16.8 18.4 46.1
Economías subdesarrolladas de África 9.5 0.7 1.4 0.8 4.4
Economías subdesarrolladas de América 12.0 11.9 4.3 7.0 12.8
Economía subdesarrolladas de Asia 6.4 1.0 10.9 10.6 28.8
Economías subdesarrolladas de Oceanía 1.0 0.2 0.2 0.0 0.1
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 28.9 13.7 15.1 15.5 37.6
Mundo (Salidas) 14151.4 51589.5 241498.5 1232117.1 1323337.4
Economías desarrolladas 99.6 93.8 95.1 88.8 70.7
Economías en transición 0.0 0.0 0.0 0.3 4.6
Economías subdesarrolladas 0.4 6.2 4.9 10.9 24.8
Economías subdesarrolladas de África 0.1 2.1 0.3 0.1 0.5
Economías subdesarrolladas de América 0.2 1.7 0.1 4.0 5.8
Economía subdesarrolladas de Asia 0.0 2.3 4.5 6.7 18.5
Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 0.4 6.2 4.6 10.8 19.6
Fuente: Inward and outward foreign direct investment flows, annual, 1970-2010. UNCTAD, UNCTADstat
Diez años después, para 1980, macroeconómicamente, la situación relativa había mejorado
para las economías periféricas, producto del mayor crecimiento de su producción, de su
comercio, de sus flujos de IED y sus préstamos. En ésta década, mientras la producción del
centro creció en 3.3 promedio anual, la de la periferia lo hacía en 5.8%; en las
exportaciones 18.8 y 25.7% respectivamente. Así, la importancia de los países periféricos
en la producción mundial pasó de 13.8 en 1970 a 16.8% en 1980; en las exportaciones de
19.0 a 29.5% y en las importaciones de 18.5 a 23.9% en la misma década; en las entradas
de IED de 28.9 a 13.8%, tal vez por la crisis que se avecinaba, y en las salidas de 0.4 a
6.2%. Este mejoramiento relativo se vio reflejado también en PIB per cápita, ya que
mientras en el centro creció 2.6% promedio anual, en la periferia lo hizo a 3.4% y acercarse
mínimamente al de los primeros de 5.0 en 1970 a 5.5% en 1980106
(ver cuadros de IV.1 a
IV.6).
106
En el desarrollo desigual, la participación del continente africano en la población mundial se incrementó
un punto porcentual (de 9.9 a 10.8), y en PIB mundial sólo una décima de punto (de 2.2 a 2.3), por lo que su
PIB per cápita sólo creció 1.4% promedio anual y lejos de acercarse al de los desarrollados disminuyó de 5.7
a 5.1%.
234
Cuadro IV.5. Producto interno bruto real, total y per cápita1970-2010
(Tasas de crecimiento promedio anual)
Años 1970/80 1980/89 1992/2000 2000/2010
PIB mundial 3.8 3.3 3.1 2.8
Economías desarrolladas 3.3 3.2 2.9 1.6
Economías en transición 5.0 3.5 -1.8 5.7
Economías subdesarrolladas 5.8 3.5 4.8 6.1
Economías subdesarrolladas de África 4.2 1.8 3.1 5.1
Economías subdesarrolladas de América 6.0 1.8 3.1 3.6
Economía subdesarrolladas de Asia 6.2 5.4 5.9 7.2
Economías subdesarrolladas de Oceanía 2.9 3.8 1.9 2.8
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 5.8 2.9 3.9 4.8
PIB per cápita mundial 1.9 1.5 1.7 1.5
Economías desarrolladas 2.6 2.6 2.3 1.0
Economías en transición 4.0 2.5 -1.7 5.8
Economías subdesarrolladas 3.4 1.4 3.0 4.6
Economías subdesarrolladas de África 1.4 -0.9 0.7 2.7
Economías subdesarrolladas de América 3.5 -0.3 1.4 2.3
Economía subdesarrolladas de Asia 3.9 3.3 4.3 5.9
Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.2 1.4 -0.4 0.7
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 3.2 0.5 1.9 3.0
Fuente: Real GDP growth rates, total and per capita, annual, 1970-2010.UNCTAD, UNCTADstat
Cuadro IV.6. Exportaciones mundiales
(Tasas de crecimiento promedio anual)
Años 1970/1980 1980/1990 1990/2010 2000/2010 2007/2011
Exportaciones mundiales 20.4 6.0 8.1 10.9 4.8
Economías desarrolladas 18.8 7.2 6.6 8.5 2.1
Economías en transición 20.2 3.7 12.2 18.3 6.4
Economías subdesarrolladas 25.7 3.1 10.9 14.4 8.4
Economías subdesarrolladas de África 21.7 -1.3 9.6 16.3 5.6
Economías subdesarrolladas de América 20.8 1.6 10.2 11.3 6.8
Economía subdesarrolladas de Asia 29.7 4.6 11.3 14.8 9.0
Economías subdesarrolladas de Oceanía 13.2 4.5 5.4 7.7 5.4
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 25.9 2.6 9.7 12.6 7.7
Fuente: Value growth rates of merchandise exports and imports, annual, 1950-2011. UNCTAD, UNCTADstat
Habría que señalar que en el mayor crecimiento de la periferia que el centro, tuvieron que
ver de manera importante las inversiones públicas y privadas y el comercio exterior, y en
estas los préstamos externos a los que fueron sujetos estos sectores, y en menor medida
por la llegada de IED. Por ejemplo de 1970 a 1980 la deuda externa de largo plazo de los
países subdesarrollados paso de 57,087 a 366,376.7 MDD. De los que más se endeudaron
fueron los países latinoamericanos, cuya deuda paso de representar 48.4% del total de los
235
países periféricos en 1970 a 47.2% en 1980, y los africanos que paso de 17.1 a 24.6% en los
mismos años respectivamente (ver cuadro IV.7).
Cuadro IV.7. Deuda externa de largo plazo de los países subdesarrollados, 1970-2009
(Millones de dólares de Estados Unidos)
Años 1970 1980 1990 2000 2009
Economías subdesarrolladas 57087.0 366376.7 961787.2 1575902 2039305.3
Economías subdesarrolladas de África 17.1 24.6 24.5 15.9 11.3
Economías subdesarrolladas de América 48.4 47.2 36.7 40.1 37.9
Economía subdesarrolladas de Asia 34.0 27.9 38.5 43.9 50.8
Fuente: External long-term debt of developing economies by lending source, annual, 1970-2009. UNCTAD,
UNCTADstat
Los flujos de IED, con pequeños altibajos, se fueron incrementando de 3,854.4 MDD en
1970 (28.9% del total mundial) a 7,478.3 millones en 1980 (13.8% del total). Estos flujos
de IED jugaban un papel marginal en la inversión, y por tanto en el crecimiento de la
producción, ya que sólo representaban el 4.4% de la inversión, importancia que va a
cambiar de manera radical durante el neoliberalismo. Para 1980 el stock de IED en relación
al PIB en los países periféricos había llegado a 11.8%, situación que también cambiará con
el neoliberalismo (ver cuadros IV.8 y IV.9).
Cuadro IV.8. IED % de la inversión
(Total y porcentajes)
Años 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2009
Mudo 2.2 2.1 2.1 2.2 4.1 5.3 20.1 9.9 9.5
Economías desarrolladas 1.9 1.7 2.4 2.1 4.4 4.5 21.5 8.9 8.5
Economías en transición 0.0 0.0 0.1 0.1 0.0 3.5 9.7 14.4 18.2
Economías subdesarrolladas 4.4 3.9 1.2 2.5 4.0 7.9 15.9 11.9 10.2
Economías subdesarrolladas de África 7.3 1.7 0.4 3.1 3.0 6.1 11.0 22.3 19.9
Economías subdesarrolladas de América 4.4 3.9 3.4 4.5 4.2 8.6 24.7 15.4 17.8
Economía subdesarrolladas de Asia 2.6 5.1 0.2 1.6 4.0 7.7 13.2 10.2 7.8
Economías subdesarrolladas de Oceanía 22.3 2.7 7.2 6.7 12.8 18.2 7.9 5.9 25.6
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 4.4 3.9 1.4 2.6 4.0 6.4 17.8 14.0 14.7
Fuente: Inward and outward foreign direct investment flows, annual, 1970-2010. UNCTAD, UNCTADstat
236
Cuadro IV.9. Entradas de IED, Stock en porcentajes del PIB
Años 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
Mundo 6.5 8.3 9.4 11.3 23.1 25.2 29.7
Economías desarrolladas 4.9 6.5 8.9 10.8 22.7 25.3 30.7
Economías en transición 0.0 0.0 0.2 2.0 15.3 25.2 32.8
Economías subdesarrolladas 11.8 14.7 13.4 14.4 24.8 25.0 27.5
Economías subdesarrolladas de África 9.4 10.9 12.3 16.8 25.9 26.5 33.3
Economías subdesarrolladas de América 5.6 9.4 10.0 10.2 23.6 30.3 28.0
Economía subdesarrolladas de Asia 16.0 18.6 15.4 16.1 25.3 22.9 26.5
Economías subdesarrolladas de Oceanía 16.5 17.6 19.2 16.8 14.6 16.3
Econ. Subdesarroll, excluyendo China 13.3 16.5 14.4 14.5 26.6 28.6 34.6
Fuente: Inward and outward foreign direct investment stok, annual, 1980-2010. UNCTAD, UNCTADstat
Hasta 1980, las empresas de los países periféricos eran poco colocadoras de IED ya que
sólo aportaban el 6.2% del total mundial, el resto lo hacían las empresas de los países
centrales (93.8%). Esta situación va a cambiar de manera radical durante los años que lleva
el neoliberalismo, ya que las inversiones de las empresas periféricas van a incrementar sus
inversiones en el extranjero de manera importante (ver cuadro IV.4).
¿Cómo crecieron el centro y la periferia en el decenio de los setenta? Habría que hacer una
diferencia de cómo se creció en 1970 y como se terminó creciendo en 1980. En el centro
no cambió en 1980 de cómo se crecía en 1970, excepto en cuanto al comercio exterior.
Fueron el consumo y la inversión los que determinaban principalmente el crecimiento,
aunque el comercio exterior de bienes y servicios (exportaciones más importaciones de
bienes y servicios) se adquirió más importancia, ya que de representar el 26.1% en 1970
pasó a 39.3% en 1980. Por actividad económica, se continuaba con la tendencia a un menor
crecimiento del sector primario y de la industria y de uno mayor del sector servicios (ver
cuadro IV.10).
237
Cuadro IV.10. Producto interno bruto de economías desarrolladas por tipo de gasto y valor
agregado por clase de actividad económica, 1970-2010
(En porcentajes del producto interno bruto)
Años 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2009
Producto interno bruto 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Gasto en consumo final 76.1 77.8 77.6 78.7 77.6 77.9 79.0 80.5 82.4
Gasto en consumo de los hogares 59.2 59.4 59.3 60.5 59.7 60.3 62.1 62.2 62.5
Gasto en consumo final del gobierno 16.9 18.4 18.3 18.2 17.9 17.5 16.9 18.3 19.9
Formación bruta de capital 23.9 22.6 23.9 21.9 22.9 21.5 21.8 20.8 18.1
Formación bruta de capital fijo 22.7 22.8 23.5 21.4 22.4 21.0 21.2 20.5 17.9
Cambio en inventarios 1.3 -0.1 0.4 0.5 0.4 0.5 0.6 0.4 0.2
Exportación de bienes y servicios 13.1 16.6 19.0 17.1 18.0 19.4 21.7 24.0 26.4
Importación de bienes y servicios 13.0 16.8 20.3 17.7 18.6 18.7 22.5 25.4 26.8
Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Agricultura, caza, forestal y pesca 4.9 4.9 3.8 3.1 2.8 2.2 1.7 1.5 1.5
Industria 38.1 36.6 36.2 33.5 31.9 29.3 26.7 25.3 24.1
Minería, fabricación y empresas
deservicios
31.4 29.7 29.5 27.9 25.5 23.5 21.2 19.7 18.7
Manufacturas 27.2 25.1 24.0 22.1 21.4 19.8 18.0 16.1 14.8
Construcción 6.7 7.0 6.6 5.6 6.4 5.8 5.5 5.6 5.4
Servicios 57.1 58.5 60.1 63.4 65.4 68.5 71.6 73.2 74.4
Comercio al por mayor, al por menor,
restaurantes y hoteles
16.2 15.8 15.2 15.6 15.0 15.4 14.9 14.5 14.0
Transporte, almacenamiento y
comunicaciones
7.1 6.9 6.8 6.8 6.7 6.9 6.6 6.5 6.4
Otras actividades 33.8 35.8 38.0 41.0 43.7 46.2 50.1 52.2 54.0
Fuente: GDP by type of expediture and Value Added by kind of economic activity, annual, 1970-2010.
UNCTAD, UNCTADstat
En 1970, cuando todavía no se daba el auge de préstamos, la periferia crecía más o menos
igual que los países del centro, es decir más por el consumo privado y la inversión y menos
por el comercio exterior de bienes y servicios. En este año el consumo privado representó el
66.8%, la inversión 22.9% y el comercio de bienes y servicios 28.5%. Para 1980
disminuye de manera importante el consumo privado como factor de crecimiento y por los
préstamos y la IED, aumenta el del consumo de gobierno, el de la inversión y el comercio
exterior. El primero disminuye de 66.8 en 1970 a 57.2% 1980, el segundo aumenta de
11.0 a 13.1%, la formación bruta de capital de 22.9 a 27.9% y el comercio exterior de 28.5
a 49.4% en los mismos años, respectivamente. Los sectores que más crecieron fueron la
industria y dentro de esta la manufactura, y las que menos el sector primario y el sector
servicios. Esta estructura de crecimiento va a cambiar de manera importante durante el
trayecto de los treinta años de neoliberalismo (ver cuadro IV.11).
238
Cuadro IV.11. Producto interno bruto de economías subdesarrolladas por tipo de gasto y
valor agregado por clase de actividad económica, 1970-2010
(En porcentajes del producto interno bruto)
Años 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
Producto interno bruto 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Gasto en consumo final 78.7 73.6 70.7 74.5 73.5 72.7 72.6 68.2 65.9
Gasto en consumo de los hogares 66.8 60.5 57.2 59.9 59.3 59.0 58.4 54.6 51.9
Gasto en consumo final del gobierno 11.0 12.4 13.1 14.1 13.8 13.6 14.0 13.4 14.0
Formación bruta de capital 22.9 26.1 27.7 24.5 25.2 27.4 24.8 27.1 31.8
Formación bruta de capital fijo 20.1 24.3 24.9 21.8 22.8 25.0 23.3 25.6 29.8
Cambio en inventarios 2.8 1.9 2.8 2.7 2.4 2.3 1.5 1.5 2.0
Exportación de bienes y servicios 14.0 21.3 26.1 23.0 25.9 29.4 34.9 40.8 35.6
Importación de bienes y servicios 14.5 20.7 23.3 21.6 24.8 29.7 32.3 36.1 32.9
Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Agricultura, caza, forestal y pesca 25.0 20.0 16.3 16.9 15.0 11.8 10.1 9.4 9.6
Industria 32.7 38.9 42.4 37.5 36.3 35.1 36.3 39.0 39.0
Minería, fabricación y empresas
deservicios
27.6 32.9 35.7 31.7 30.7 29.1 30.9 33.4 32.9
Manufacturas 21.4 21.1 20.4 21.0 22.0 22.3 22.5 23.2 21.4
Construcción 5.1 6.0 6.7 5.8 5.6 6.1 5.4 5.6 6.1
Servicios 42.3 41.1 41.2 45.7 48.7 53.1 53.5 51.6 51.4
Comercio al por mayor, al por menor,
restaurantes y hoteles
13.7 13.4 12.4 14.2 14.3 15.3 15.1 14.2 14.1
Transporte, almacenamiento y
comunicaciones
5.3 5.0 5.7 6.1 6.8 7.0 7.9 7.9 7.3
Otras actividades 23.3 22.6 23.1 25.3 27.6 30.9 30.6 29.5 30.0
Fuente: GDP by type of expediture and Value Added by kind of economic activity, annual, 1970-2010.
UNCTAD, UNCTADstat
Con la crisis cíclica de 1980-1982 en los países centrales y con el inicio de la crisis de la
deuda externa de los países periféricos, principalmente África y A.L., van a tener más
sustento los argumentos neoliberales en contra del capitalismo con Estado del Bienestar
para sustituirlo por un capitalismo con mercados libres.
IV.2.3 Trayectoria del neoliberalismo en el centro y la periferia: polarización y mayor
monopolización de la economía mundial capitalista
Habría que señalar que los principios neoliberales, o de libre mercado, basados en las obras
de Smith, Hayek y Rose y Milton Friedman, como característica del capitalismo e
impuestos en una contradicción capital-trabajo, no podía sino beneficiar al primero,
tomando en cuenta además lo que se ha dicho en el capítulo II sobre las características de
los Estados sobre que las acciones de estos están dirigidos principalmente a promover los
intereses de las burguesías, por lo que han sido ellos los encargados de impulsar, promover
239
y proteger los principios de libre mercado, es decir las libertades y “la competencia sin
restricciones” en prácticamente todos los ámbitos de la economía.
En términos prácticos, los principios de libre mercado han significado que los distintos
gobiernos del centro y la periferia eliminen las restricciones a los flujos de mercancías y
capitales por medio de disminuir o suprimir aranceles y permitir que los inversionistas
extranjeros coloquen sus capitales en sectores en los cuáles antes estaba restringida su
participación. Al interior mismo de las economías se ha buscado que estas funcionen de
acuerdo a los principio neoliberales, es el caso de la educación superior, donde toda su
estructura ha sido sometida a la competencia y productividad. Lo mismo los gobiernos que
han recurrido a la venta de empresas públicas al sector privado y los equilibrios fiscales,
sobre todo para la periferia.
Después de treinta años de aplicación de los principios de libre mercado, ¿cómo ha
cambiado la inserción de la periferia en la economía mundial y que implicaciones ha tenido
para su crecimiento, en el comercio, los empleos y la justicia social?
Si uno revisa el cuadro IV.12 vemos como los gobiernos, y entre estos los de A.L., se
apresuraron a eliminar las restricciones al capital extranjero y con ello promover la llegada
de IED y de cartera, tal vez ya no con la antigua idea de capacitación de la fuerza de trabajo
y transferencia de tecnología, sino con la de captación de divisas, la generación de empleos,
del aumento de las exportaciones, del cobro de impuestos y lo más importante, el de
someter a la competencia a los diferentes sectores de la economía y volverse más
productivos y competitivos a nivel local como internacional, que finalmente redundaría en
beneficio del consumidor. Las facilidades a la llegada de IED han continuado hasta 2011.
240
Cuadro IV.12.Cambios normativos, 1991-2011
(Número)
Concepto 1991 1992 1993 1994 1995
Número de países que efectuaron cambios en sus
regímenes de inversión
35 43 57 49 64
Número de cambios 82 79 102 110 112
de los cuáles:
Tendían a la liberalización o a la promoción a/ 80 79 101 108 106
Tendían al control 2 - 1 2 6
Continuación cuadro IV.12
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
45 51 43 59 80 77 74 49 41 45 57 44
81 97 94 126 166 145 132 80 69 89 112 67
75 85 79 114 144 119 107 59 51 61 75 52
5 2 12 12 20 25 25 19 16 24 36 15
Fuente: UNCTAD, World Investment Report, 1996, 2012
Con las facilidades, y el crecimiento de la producción en el centro, y más en la periferia,
sobre todo en las últimas décadas, el capital se apresuró a colocar sus inversiones en el
extranjero. En el cuadro IV.13 se puede ver como la IED, tanto las salidas como las
entradas, crecieron en forma extraordinaria, por lo menos desde 1986 hasta el año 2000, y
muy por encima de la producción, la inversión y la exportación de bienes y servicios. Del
año 2000 en adelante bajaron los niveles de crecimiento, sobre todo de 2007 y hasta 2011,
con crecimientos negativos por la crisis en que entraron los países desarrollados. Por
ejemplo, el producto bruto de las filiales extranjeras representaba 6.7% del PIB mundial en
1982 y10.6% en 2009; las ventas de las filiales extranjeras en relación al producto mundial
representaba 27.24% en 1982 y 53.26% en 2009, por último, las exportaciones de las
filiales extranjeras representaban 33.9% de las exportaciones mundiales de bienes y
servicios en 1982 y 33.0% en 2009. Por lo mismo el empleo generado por las filiales
extranjeras ha pasado de 19,537 mil empleos en 1982 a 79,825 en 2009, crecimiento
importante pero menor al resto de las actividades de las empresas monopólicas. Este
241
crecimiento exponencial significa para las economía que el crecimiento de su producción,
sus inversiones, sus empleos y sus exportaciones dependan cada vez más de las IED, del
comportamiento de las empresas monopólicas, más adelante veremos que es mayor en las
economías periféricas.
En lo que también habría que llamar la atención es que en el periodo de mundialización en
el que dominan los principios de libre mercado, una proporción importante de las IED han
sido por fusiones y adquisiciones, que también son fomentados por las políticas de
desregulación. En 1982, el monto por estas transacciones sumo 99 MMDD y representó el
47.6% de las entradas y 39.9% (707 MMDD) en 2008, es decir que las empresas
monopólicas han seguido creciendo en tamaño y poder. Las fusiones y adquisiciones como
parte importante de la IED tienen implicaciones sobre la nula o poca generación de
empleos, inclusive puede suceder que por sus políticas de reestructuración se produzcan
despidos importantes.
Por lógica, se da un incremento de las utilidades de las empresas monopólicas, de 47
MMDD en 1982 a 1008 mil millones en 2009 para las salidas. Sus ganancias en 1982
representaron el 1.8% de sus ventas, el 7.3 de su producto bruto y el 2.2 de sus activos.
Veintisiete años después, para 2009, sus ganancias representaron 3.4% de sus ventas, el
16.4% de su producto bruto y 1.40% de sus activos.
Lo propicio que ha significado para los grandes capitales la actual etapa capitalista de
mundialización en que prevalecen los principios de libre mercado, además de lo visto
anteriormente, se refleja en el tamaño de las diferentes empresas, tanto de los países
desarrollados como de los subdesarrollados. Por ejemplo en 1994, la Royal Duch Shell de
Reino Unido y Países Bajos contaba con activos de 102 MMDD, de los cuales el 62.5%
(63.7 MMDD) estaban el extranjero, diez años después sus activos se habían incrementado
a 192,811 MMDD, un incremento de 89.0%, de los cuáles estaban en el extranjero el 67.4%
(129939 MMDD). Lo mismo había sucedido con otras empresas trasnacionales de los
países desarrollados en cuanto a sus activos (UNCTAD, 1996, 2006). También, y esta es un
nueva característica de esta etapa de mundialización, el incremento de los activos de
empresas trasnacionales cuyo origen son los países subdesarrollados.
242
Cuadro IV.13. Indicadores seleccionados de IED y producción internacional, 1982-2009
(En miles de dólares y porcentajes)
Valor a precios corrientes
(miles de millones de dólares)
Tasas de crecimiento anual
(Porcentajes)
Años 1982 1990 2005 2008 2009 1986/
1990
1991/
1995
1996/
2000
2001/
2005
2008 2009
Entrada de IED 59 208 986 1771 1114 21.7 22.5 40.0 5.2 -15.7 -37.1
Salida de IED 28 241 893 1929 1101 24.6 16.8 36.1 9.2 -14.9 -42.9
Monto acumulado de la entrada de IED 647 2082 11525 15491 17743 16.8 9.3 18.7 13.3 -13.9 14.5
Monto acumulado de la salida de IED 600 2087 12417 16207 18982 18.0 11.9 18.4 14.6 -16.1 17.1
Ingresos por entradas de IED 47 74 791 1113 941 10.4 35.1 13.4 31.9 -7.3 -15.5
Ingresos por salidas de IED 47 120 902 1182 1008 18.7 20.2 10.3 31.3 -7.7 -14.8
FAS transfronterizas 99 462 707 250 25.9 49.1 64.0 0.6 -30.9 -64.7
Ventas de filiales extranjeras 2620 6026 21721 31069 29298 19.7 8.8 8.2 18.1 -4.5 -5.5
Producto bruto de las filiales extranjeras 646 1477 4327 6163 5812 17.4 6.8 7.0 13.9 -4.3 -5.7
Total de activos de las filiales extranjera 2108 5938 49252 71694 77057 18.1 13.7 19.0 20.9 -4.9 7.5
Exportación de las filiales extranjera 647 1498 4319 6663 5186 14.3 8.6 3.6 14.8 15.4 -22.2
Empleo de las filiales extranjeras (miles) 19537 24476 57799 78957 79825 5.4 5.5 9.8 6.7 -3.7 1.1
PIB en precios corrientes 10899 22121 45273 60766 55005 11.1 5.9 1.3 10.0 10.3 -9.5
Formación bruta de capital fijo 2397 5099 9833 13822 12404 12.7 5.4 1.1 11.0 11.5 -10.3
Ingresos por regalías y licencias 9 29 129 177 … 21.2 14.6 8.1 14.6 8.6 …
Exportación de bienes y servicios
No imputable a factores
2247
4414
12954
19986
15716
12.7
7.9
3.7
14.8
15.4
-21.4
Fuente: UNCTAD, World Investment Report, 2006, 2010
IV.2.4 Desarrollo desigual y aumento de la posición relativa de la periferia
En la etapa de mundialización, seguían siendo los países desarrollados donde se originaban
y destinaban las mayores cantidades de IED, aunque ya no en las proporciones que habían
tenido hasta la década de los ochenta, ya que es a partir de esta década que la importancia
de los países desarrollados ha ido descendiendo hasta que en 2010 sólo recibieron el 48.4%
de las inversiones mundiales, y sólo procedían de ellos el 70.7% de los totales (ver cuadro
IV.4). Esta baja en la importancia se debe, por una parte, porque los países periféricos, con
sus programas de apertura y promoción han atraído más IED que pudo haber sido colocada
en los países desarrollados, por la otra, porque las grandes empresas de los países
periféricos, como veremos más adelante, también han aprovechado la apertura y colocado
sus capitales fuera de sus países de origen, principalmente en la misma periferia.
La tendencia a la menor concentración de los países desarrollados en las salidas y entradas
de IED, creemos, se debe primero a la competencia de los países periféricos y también de
los mismos países desarrollados. Esta menor concentración se debe principalmente a los
menores flujos de salidas y de entradas de IED de países como EE.UU., Reino Unido,
Canadá y Japón, este último en cuanto a las salidas. Francia, sería la excepción ya que ha
incrementado tanto sus flujos de entrada como de salida de IED. En estas dos décadas,
243
además, se acentuó la tendencia en los países desarrollados a invertir la mayor parte de sus
capitales en el sector servicios y menos en el de manufacturas (ver cuadro IV.14).
Cuadro IV.14. Stocks de entradas y salidas de inversión extranjera directa en países de la
OCDE, 1990-2010
(Millones de dólares y porcentajes)
Años 1990 1995 2000 2007 2008 2009 2010
OCDE TOTAL (SALIDAS) 1786030 2736756 5410736 14195251 14432632 15983968 16595457
Canadá 4.7 4.3 4.4 3.7 3.6 3.7 3.7
Francia 6.2 7.5 8.2 9.1 9.4 9.2 9.2
Alemania
Italia 3.4 3.9 3.3 2.9 3.1 3.0 2.9
Japón 11.3 8.7 5.1 3.8 4.7 4.6 5.0
Holanda 5.9 6.3 5.6 6.6 6.2 6.0 5.8
España 0.9 1.1 2.4 4.1 4.1 4.0 3.9
Reino Unido 13.2 12.1 17.1 12.7 10.6 10.5 10.2
Estados Unidos 34.5 32.4 28.3 25.0 26.0 25.4 26.7
Grupo de los 7 73.3 68.9 66.4 57.2 57.4 56.4 57.7
del cual, en Manufacturas (%) 36 37 27 26 25 24 …
Servicios (%) 53 57 68 68 69 71 …
OCDE TOTAL (ENTRADAS) 1460888 2134773 4515854 12007347 11342464 12398396 12383445
Canadá 7.7 5.8 4.7 4.3 3.9 4.2 4.5
Francia 5.8 9.0 5.8 8.0 8.4 8.0 7.8
Alemania
Italia 4.1 3.1 2.7 3.1 2.9 2.9 2,7
Japón 0.7 1.6 1.1 1.1 1.8 1.6 1.7
Holanda 4.7 5.4 5.4 6.4 5.7 5.3 4.8
España 4.5 5.2 3.5 4.9 5.2 5.1 4.9
Reino Unido 16.0 10.6 10.3 10.2 8.6 8.5 8.8
Estados Unidos 34.6 31.9 31.5 19.5 21.1 19.7 21.5
Grupo de los 7 68.2 62.0 56.1 46.2 46.7 44.9 47.0
del cual, en Manufacturas (%) 37 37 30 25 25 25 …
Servicios (%) 50 57 67 70 69 69 …
Fuente: OECD Factbook 2011: Economic, Environmental and Social Statistics.
El gran capital del centro y de la periferia, como se mencionó anteriormente, aprovechó y
atendió la apertura y desregulación, y en busca de salarios bajos, mercados, materias
primas y plataformas de exportación, colocó una buena parte de sus ganancias en los
diferentes sectores en la periferia, hasta colocar en ella 46.1% de sus inversiones totales en
2010, 573,568.1 MDD, muy por arriba de lo que colocaba en 1980, antes de la aplicación
del proyecto neoliberal, que era de 7,478.9 millones (13.8%). A los mercados de la
periferia, se agregaron los que habían dejado el socialismo como opción al desarrollo, en
2010 ya recibían 68,197 MDD (5.5% del total mundial). En el desarrollo desigual, las dos
244
grandes regiones periféricas en que el capital ha colocado sus inversiones han sido Asia y
América. Un segundo elemento diferente a la década de los setenta, es que las empresas de
la periferia también han aprovechado la apertura y han colocado, de manera también
masiva, sus inversiones fuera de sus países de origen en cantidades no vistas en la historia
de estas naciones. De colocar sólo 51 MDD en 1970 (0.4% del total mundial), se
incrementó a 3,192.4 MDD en 1980 (6.2% del total), para que treinta años después,
producto del libre mercado, para 2010, colocaran en el exterior 327,564.2 MDD (25% del
total mundial)107
(ver cuadro IV.4). Habría que señalar que las IED de la periferia sólo lo
han hecho un selecto grupo de países y de empresas. El cuadro IV.15 de la OCDE se
pueden observar a ocho países como los principales países periféricos que han colocado sus
inversiones en el extranjero, sobresaliendo Rusia, China, Brasil e India108
. Por ejemplo, en
1994 la UNCTAD (UNCTAD; 1996, 2006) señalaba diez empresas trasnacionales cuya
sede eran los países en desarrollo, entre estas estaban Cemex de México que se ubicaba en
la industria de cemento y tenía activos por 7,893 MDD de los cuales el 36.1% se
encontraban en el extranjero, lo mismo Hyundai de la República de Corea con activos
totales por un monto de 9,657 MDD de los cuáles 1,293 (13.4%) se encontraban en el
extranjero. Diez años más tarde, los activos de Cemex se habían incrementado 117.8% para
llegar a 17,188 MDD y haber incrementado los que se encontraban en el extranjero con
77.5% (13,323 MDD)109
.
107
La misma UNCTAD señala que es a finales de la década de los 90 cuando se empezaron a incrementar los
flujos de IED de los países periféricos. “…De hecho, el papel de las economías en desarrollo y las economías
en transición como fuentes de IED está aumentando. Hasta mediados del decenio de 1980 las inversiones de
estas economías en el extranjero fueron insignificantes o pequeñas, pero el último año alcanzaron un total de
133000 millones de dólares equivalentes a alrededor del 17% del total mundial…” (UNCTAD; 2006: 3). 108
Para 2005, además de los países señalados, la UNCTAD contemplaba a Islas Vírgenes Británicas,
Singapur, Malasia, Islas Caimán y Argentina, con inversiones importantes en el exterior (UNCTAD; 2006:
24). 109
La UNCTAD señalaba en su informe de 2006 que continuaban los cambios normativos tendientes a“…
facilitar la IED. Entre estos se encuentran la simplificación de los procedimientos, el aumento de los
incentivos, la reducción de los impuestos y la mayor apertura a las inversiones extranjeras...” (UNTAD; 2006:
12).
245
Cuadro IV.15. Stocks de entradas y salidas de inversión extranjera directa algunos países de
la periferia, 1990-2010
(Millones de dólares)
Años 1990 1995 2000 2007 2008 2009 2010
SALIDAS
Chile … … 11154 31688 31820 41339 49838
México 55859 57016 64035 78379
Brasil 139886 155668 164523 189222
China 115960 185694 245800 310800
India 2609 44080 63338 79266 93915
Indonesia 3193 2802 -961 …
Rusia 2420 20141 370161 205631 302542 369076
Sudáfrica 15010 23301 32325 65878 49956 72583
ENTRADAS
Chile 45753 99413 99359 121395 139538
México 22424 41130 97170 238164 264459 279793 298472
Brasil 309668 287697 400808 472576
China 703667 915524 1314800 1476400
India 20278 105790 125207 167236 198427
Indonesia 79927 72227 108223
Rusia 345 32204 491052 215756 378837 493354
Sudáfrica 9198 15014 43451 110415 67987 117434
Fuente: OECD Factbook 2011: Economic, Environmental and Social Statistics.
Otro cambio importante de los flujos de IED es su destino por sector económico. Primero,
es que los programas de apertura y promoción del capital extranjero, abrieron
prácticamente a todos los sectores de la economía de la periferia al capital extranjero.
Segundo, y contrario a sus inversiones hechas en los países del centro, en la periferia hay
una tendencia del capital extranjero a invertir sus capitales en el sector extractivo, en el
minero y petrolero. De 1990-1992 de los flujos totales en los países de la periferia el 8.8
era en este sector, para 2008-2010 se había incrementado a 12.2%. Tercero, acorde con las
tendencias mundiales y en los países del centro, el capital extranjero, en términos relativos,
ha tendido a hacer en la periferia cada vez menos inversiones en manufacturas, de 36.3 a
28.0% en los mismos años. Cuarto, lo mismo que en el centro, el capital ha tendido a
colocar la mayor parte de sus inversiones en la periferia en el sector servicios,
principalmente en finanzas y actividades de negocios. Los países en transición rápidamente
se agregaron a las tendencias mundiales al recibir ya en 2008-2010 grandes flujos de IED
colocados en su mayor en el sector servicios, también principalmente en finanzas y
negocios y en menor cuantía en manufacturas y productos primarios (ver cuadro IV.16).
246
Cuadro IV.16. Flujos estimados de salidas de inversiones extranjeras directas mundiales,
por sector e industria, 1982-1992 y 2008-2010
(Millones de dólares y porcentajes)
Sector/industria 1990-1992 2008-2010
PD 1/ PS
2/
PT
3/
Mundo PD 1/ PS 2/ PT
3/
Mundo
Total 134476 39796 1530 175803 858439 504433 69639 1432510
Primario 7.6 10.6 59.5 8.7 5.0 13.2 19.6 8.6
Agricultura, caza, forestal y
pesca
0.0 1.8 0.0 0.4 0.1 1.0 0.8 0.4
Minería, cantera y petróleo 6.6 8.8 59.5 8.3 4.9 12.2 18.8 8.1
No especificado 0.0 - 0.0 0.0 0.0 0.0 - 1.6
Manufacturas 27.8 36.3 18.2 29.7 22.8 28.0 18.2 24.4
Servicios 57.7 45.0 13.6 54.5 66.5 57.4 62.2 63.1
Electricidad, gas y agua 0.5 7.2 - 2.0 4.0 2.4 2.6 3.4
Construcción 0.2 1.8 1.1 0.6 0.5 3.6 2.5 1.7
Comerciales 12.4 6.2 1.4 10.9 7.6 6.7 12.2 7.5
Transporte, almacenamiento y
comunicaciones
2.3 3.7 1.2 2.9 2.5 5.0 4.6 3.5
Finanzas 19.2 6.5 1.0 16.1 31.5 11.8 10.5 23.5
Actividades de negocios 12.7 10.7 8.5 12.2 15.7 23.5 25.0 18.9
Otros
Fuente: UNCTAD, UNCTADstat
1/ Países desarrollados; 2/Países subdesarrollados; 3/ Países en transición
Un cambio muy importante, contrario a la década de los setenta, es que el crecimiento de
las naciones periféricas depende cada vez más de las inversiones de las empresas
monopólicas y de su comercio, incluso más de lo que dependen las naciones del centro. Si
observa uno el cuadro IV.8 la importancia de las inversiones de las empresas monopólicas
en la inversión de las naciones periféricas pasó de 4.4% en 1970 hasta 16% en 2000 y
descender a 11.9 y 10.2% en 2005 y 2009 respectivamente, importancia todavía más
elevada en los países de África y A.L. y menor en los países de Asia (ver cuadro IV.8).
El mayor crecimiento de la IED que el de la producción, como lo vimos, ha hecho que los
flujos acumulados en la periferia en relación a la producción, los Stock de IED, se hayan
incrementado de 11.8 % en 1970 hasta 27.5% en 2009. Mucho más en África, seguida de
América y Asia (ver cuadro IV.9).
Complementado con la liberalización de la IED, está la liberalización de los flujos
comerciales, que al igual que los flujos de capital, tiene mucho que ver con los acuerdos de
libre comercio y con el crecimiento de la producción, tanto en el centro como en la
247
periferia. Lo primero que habría que decir es que, al igual que los flujos de IED, también
van a crecer más que la misma producción, segundo, que a excepción de la década de los
ochenta en que varios países periféricos estuvieron en crisis, es el comercio de los países
subdesarrollados el que más ha crecido, lo que ha hecho que la periferia incremente su
importancia en los flujos mundiales de mercancías. Este incremento del comercio ha ido
muy a la par del crecimiento de los flujos de IED pero también del crecimiento de los
países desarrollados y de la misma periferia. Ya veíamos más arriba cuanto de lo que
producían las filiales extranjeras lo exportaban.
Al interior de los países subdesarrollados, y tiene que ver con el desarrollo desigual,
sobresalen África, porque es el continente que va quedando marginado o rezagado sobre su
importancia en el comercio mundial, y Asia, porque dentro de la competencia mundial es la
que ha ido ganando cada vez más espacios en la economía mundial capitalista, sobre todo
China. Es tal la importancia que ha ido adquiriendo China en la economía mundial, que en
el comercio, específicamente para 2010, en que las economías subdesarrolladas
participaban con el 42.9% del comercio mundial, si se excluía a China este bajaba a 32.5,
diez puntos porcentuales. Lo mismo sucedía con las importaciones. A.L., con altibajos, ha
seguido manteniendo su importancia en el comercio mundial en 6.0% (ver cuadro IV.3).
De manera todavía muy agregada, por sectores, se hace más visible la orientación de la
producción a los mercados externos. En el cuadro IV.17 podemos ver que el crecimiento de
las exportaciones, tanto en valor como en volumen, es mayor que el de la producción. Más
adelante veremos cómo el comercio exterior representa una proporción cada vez mayor de
la producción.
248
Cuadro IV.17. Exportaciones mundiales de mercancías,
producción y producto interno bruto, 1980-2010
(Índices, 2005=100)
(Tasas de crecimiento acumuladas)
1981/2010
Producto interno bruto 117.6
Producción en volumen 109,4
Agricultura 109,4
Industria extractiva 33,8
Manufacturas 128,0
Exportaciones en valor 625,0
Productos agrícolas 360,0
Combustibles y productos de las industria extractivas 418,8
Manufacturas 813,0
Exportaciones en volumen 310,4
Productos agrícolas 144,9
Combustibles y productos de las industria extractivas 105,8
Manufacturas 454,5
Fuente: OMC; Informe sobre el comercio mundial, 2011
Por productos, como pareciera natural con el desarrollo del capitalismo, existe una
tendencia a la disminución de las exportaciones de productos agrícolas. Lo mismo parecía
suceder con los combustibles, sin embargo en la primera década del siglo XXI vuelven a
incrementar su importancia en la estructura de las exportaciones. Por el contrario las
manufacturas, también como pareciera natural con el desarrollo del capitalismo, habían
incrementado su importancia hasta el 2000 pero de allí, con altibajos –por el incremento de
la importancia de los combustibles y productos de las industrias extractivas- descender
hasta 2009.La estructura de las exportaciones de manufacturas, en veinte años, no cambió
de manera importante (ver cuadro IV.18).
249
Cuadro IV.18. Exportaciones mundiales de mercancías, por productos, 1990-2009
(Miles de millones de dólares y porcentajes)
1990 1995 2000 2008 2009
Total mercancías 3395.4 5917.7 6277.2 15763.3 12177.6
Productos agrícolas 12.0 11.7 8.8 8.5 9.6
Combustibles y productos de la industrias extractivas 14.4 10.9 13.6 22.3 18.6
Manufacturas 70.4 74.1 74.9 66.4 68.6
Hierro y acero 3.1 3.1 2.3 3.7 2.7
Productos químicos 8.7 9.7 9.3 10.6 11.9
Equipo para oficina de telecomunicaciones 8.8 12.1 15.4 10.6 10.9
Máquinas de procesamiento de electrónico de datos, etc. 0.0 0.0 5.9 3.5 3.8
Equipo para telecomunicaciones 0.0 0.0 4.6 3.8 4.2
Circuitos integrados y microconjuntos integrados 0.0 0.0 4.9 2.7 2.9
Productos de la industria automotriz 9.4 9.2 9.2 7.9 7.0
Maquinaria eléctrica, no eléctrica y generadora de fuerza 0.0 0.0 13.3 12.4 12.4
Textiles 3.1 3.0 2.5 1.6 1.7
Prendas de vestir 3.2 3.2 3.1 2.3 2.6
Instrumentos científicos y de control 0.0 0.0 1.9 2.0 2.2
Fuente: OMC; Informe sobre el comercio mundial, 2011
En las exportaciones por productos, A.L. (Sudamérica y América Central) y África se han
venido rezagando como abastecedores del mundo capitalista en cuanto a diferentes
mercancías, no así Asia que ha venido ganando espacios en prácticamente todos los
mercados de manufacturas y en todos los niveles de tecnología (ver cuadro IV.19).
250
Cuadro IV.19. Exportaciones de mercancías por productos de
América Latina, África y Asia, 1990, 2010
(En porcentajes en relación al total mundial)
1990 2010
América Latina África Asia América Latina África Asia
Exportaciones totales de mercancías 4.3 3.1 21.8 3.9 3.4 31.6
Productos agrícolas 9.6 3.9 17.4 12.0 4.0 21.5
Productos de las industrias extractivas 10.1 11.4 13.6 8.1 11.0 17.8
Manufacturas 2.3 0.9 24.5 1.5 0.9 37.4
Hierro y acero 5.8 19.5 3.4 33.4
Productos químicos 2.3 11.4 2.0 21.6
Otras semimanufacturas 2.7 17.4 2.2 29.0
Maquinaria y equipo de transporte 2.0 26.3 1.1 41.4
Productos de la industria automotriz 2.3 22.4 1.8 28.4
Máquinas de oficina
yequipo para telecomunicaciones
1.8 45.9 0.3 62.6
Otra maquinaria y equipo de transporte 1.9 18.6 1.1 34.8
Textiles 2.2 35.3 1.4 56.7
Prendas de vestir 3.3 43.6 3.1 57.0
Otros bienes de consumo 2.0 27.1 1.1 40.7
Fuente: OMC; Informe sobre el comercio mundial, 2001,
IV.2.5 Desarrollo desigual en la periferia y polarización social
Líneas arriba veíamos que África y América, sobre todo la primera, se van quedando a la
zaga respecto a Asia en cuanto a la producción, la IED y el comercio. También veíamos
que en cuanto a las exportaciones por productos, prácticamente en cada uno de ellos, Asia
les ha estado sacando la delantera a África y América.
El mayor crecimiento en la periferia que en el centro, de la producción per cápita y el
comercio etc., mejoró su posición relativa mundial en los últimos treinta años. Por ejemplo
su participación en la producción mundial paso de 16.8% en 1980 a 28.6 en 2010; su PIB
per cápita, de representar el 5.5 del de las desarrolladas paso a 7.7% en los mismos años; en
las exportaciones de 29.5 a 42.9% y las importaciones de 23.9 a 39.8%; en la atracción de
inversiones de 13.8 a 46.1% y en las salidas de 6.2 a 24.8% en los mismos años. Sin
embargo el mayor crecimiento de su población y por consecuencia su mayor concentración
-en 2010 concentraba el 80.4% de la población mundial- ha hecho que apenas mejore su
posición relativa en el PIB per cápita. El crecimiento de la periferia no ha sido homogéneo.
251
La región que más ha crecido es la de Asia, seguida por América y en último lugar el
continente africano, por lo que la mayor importancia de las regiones periféricas en la
economía mundial capitalista se debe a las naciones periféricas asiáticas, y no a las de
África y A.L. Por ejemplo, de 1980 a 2010, África incrementó su participación en la
población mundial en 4 puntos porcentuales, pero su participación en la producción
mundial apenas en una décima de punto, por lo que su PIB per cápita, en relación al de los
desarrollados, descendió de 5.1 a 3.6 en los mismos años. Algo similar le ha sucedido a
América. En 1980 su PIB per cápita representaba el 20.4% del de los desarrollados y en
2010 sólo en 16.4% Situación diferente tuvo Asia, que en la población subió dos puntos
porcentuales, pero en la producción lo hizo en 12 puntos, por lo que su PIB per cápita en
relación al de los desarrollados aumentó de 3.0 a 7.5%, en 4 puntos porcentuales (ver
cuadros de IV.1 a IV.4)
IV.2.6 Nuevas bases del crecimiento
Primero, habría que llamar la atención de la importancia de la IED en el crecimiento de la
inversión, la producción, las exportaciones y la generación de empleos, ya lo veíamos más
arriba. Esta preponderancia, por supuesto, ha incidido en que cambien las bases del
crecimiento de la economía mundial capitalista. En 1980 el crecimiento del centro estaba
más determinado por el consumo privado (59.3%), el consumo de gobierno (18.3%), y
sobre todo la inversión (23.9%), y menos por el comercio exterior de bienes y servicios
(39.3%). Con el neoliberalismo, sobre todo de 2000-2010, el crecimiento va a estar
determinado, todavía más, por el consumo privado, el consumo de gobierno, el comercio
exterior y menos por la inversión (ver cuadro IV.10).
Por actividad económica, la importancia del sector primario en el PIB continuó con su
tendencia a la baja al pasar de 3.8% en 1980 a 1.5 en 2010. Lo mismo la industria, de 36.2 a
24.1 en los mismos años, y al interior de la industria las manufacturas. Por el contrario el
sector servicios continuó su tendencia a la alza, de 60.1% a 74.4% en los mismos años (ver
cuadro IV.10).
Por el contrario, la periferia, hasta antes de 1980, crecía más por el consumo privado y la
inversión y menos por el comercio exterior. Con el neoliberalismo, sobre todo de 2000 a
2010, ha tendido a crecer menos por el consumo privado y más por la inversión y el
252
comercio exterior, recordando que en estos dos últimos ha tenido mucho que ver la llegada
de IED. Así, el consumo privado paso de 57.2 en 1980 a 59.3% en 1990 y de allí empezar
a descender hasta 51.9% en 2009. El consumo de gobierno, con altibajos, pasó de 13.1 en
1980 a 14.0% en 2009. Por el contrario la inversión pasó de 27.7 en 1980, con altibajos, y
por la crisis de la deuda externa, descendió a 24.8% en 2000 y de allí, por la llegada de
IED, ascender hasta 31.8% en 2009. Las exportaciones de bienes y servicios de 49.4 en
1980 a 68.5% en 2010 (ver cuadro IV.11).
Por actividad económica, la misma tendencia que en los desarrollados. Caída de la
importancia del sector primario y la industria y mayor importancia del sector servicios (ver
cuadro IV.11)
IV.2.7 Crisis recurrentes y polarización social
Ya Marini lo había dejado planteado en 1997, de que los principios de libre mercado habían
generado un modelo de desarrollo económico que combinaba crecimiento con desempleo,
este último se agudiza con las crisis del capitalismo que combina bajo o nulo crecimiento
con altos niveles de desempleo.
La trayectoria de neoliberalismo, habría que decir, ha estado marcada por varías crisis,
tanto en los países centrales como en los periféricos. Habría que recordar la crisis de Asia,
México, Argentina, Brasil y la llamada crisis hipotecaria iniciada en EE.UU., entre otras.
La más severa es la última que se inició en 2007 en EE.UU., se propagó a Europa y
actualmente están viviendo sus efectos más severos. Si uno revisa los datos, los efectos más
severos dentro de la zona del Euro han sido en los países de Grecia, Portugal y España. En
el primero, según datos del FMI y la OCDE, desde 2008 ha tenido crecimientos negativos
en su producción, siendo el más agudo el de 2011 en que su PIB cayó -6.9%, con
proyecciones de que su producción caiga en 2012 y 2013. Por lo mismo, su tasa de
desempleo para 2011 alcanzo el 17.3 %, y se espera que aumente a 23.8% en 2012 y
25.4% para 2013. Lo mismo España, en 2011 su tasa de desempleo llegó a 21.7% y se
espera que se incremente a 24.9% para 2012 y llegue a 25.1% en 2013. Así de severa está
la crisis producto de la aplicación de los principios neoliberales (ver cuadros IV.20 y
IV.21).
253
Cuadro IV.20. PIB real en economías avanzadas y algunos países de la
zona de Europa, 2003-2013
(Variación porcentual anual)
Años 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Econ. avanzadas 1.9 3.1 2.7 3.1 2.8 0.1 -3.7 3.1 1.4 -0.3 0.4
Francia 0.9 2.3 1.9 2.7 2.2 -0.2 -2.6 1.4 1.7 0.1 0.4
Alemania -0.4 0.7 0.8 3.9 3.4 0.8 -5.1 3.6 3.1 0.9 0.9
Grecia 5.9 4.4 2.3 5.2 4.3 1.0 -2.3 -4.4 -6.9 -6.0 -4.0
Italia 0.0 1.5 0.7 2.0 1.5 -1.3 -5.2 1.3 0.4 -2.3 -0.7
Portugal -0.9 1.6 0.8 1.4 2.4 0.0 -2.5 1.3 -1.7 -3.0 -1.0
España 3.1 3.3 3.6 4.0 3.6 0.9 -3.7 -0.1 0.4 -1.5 -1.3
Reino Unido 2.8 3.0 2.2 2.8 2.7 -0.1 -4.9 1.4 0.8 -0.4 1.1
Fuente: FMI; Perspectivas de la economía mundial, septiembre de 2011 y octubre de 2012
Cuadro IV.21. Desempleo en países de la OCDE 1983-2013
(Porcentajes)
Años 1983 1990 1995 2000 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Francia 8.1 9.0 11.9 10.3 7.4 9.2 9.4 9.3 10.1 10.5
Alemania 7.7 4.8 8.2 7.8 7.6 7.8 7.2 6.0 5.2 5.3
Grecia 9.3 11.3 7.8 9.6 12.7 17.9 23.8 25.4
Italia 7.7 9.1 11.7 10.6 6.8 7.9 8.5 8.5 10.6 11.1
Portugal 7.8 4.6 7.6 4.2 8.1 10.0 11.4 13.4 15.5 16.0
España 17.5 16.2 22.8 13.9 11.4 18.1 20.2 21.8 24.9 25.1
Reino Unido 11.1 7.1 8.7 5.5 5.4 7.8 7.9 8.0 8.1 8.1
OCDE 8.4 6.1 7.6 6.3 6.1 8.3 8.5 8.2 - -
Fuente: OCDE, Employment Outlook, 1997, 2012 y FMI; Perspectivas de la Economía Mundial,
Octubre de 2012
No debería terminar aquí el análisis del neoliberalismo, finalmente lleva 30 años de su
aplicación, y se esperaría, como dirían los ideólogos del capitalismo beneficios en el
consumidor. Como se esperaba, y como ya vimos más arriba, con la aplicación de los
principios del libre mercado en la economía mundial capitalista, ha crecido la producción,
han crecido los flujos de inversiones extranjeras, las ganancias del capital, los flujos de
comercio, y hasta el empleo pero, también como ya vimos, se han producido las crisis
recurrentes. Lo que finalmente también se esperaría sería una mejoría del consumidor, en
términos de una menor desigualdad, de menor pobreza y mayor justicia social y otras, si es
que a eso se refieren los ideólogos del capitalismo neoliberal. Algunos estudios referentes
a una mayor igualdad a la que conduciría la globalización han rechazado que este sea uno
de sus resultados, al contrario esa se ha ampliado no sólo entre centro y periferia, sino al
interior de los mismos países centrales y periféricos. Si uno revisa el cuadro IV.22, vemos
254
que en el conflicto capital trabajo, con la aplicación de los principios del libre mercado,
han sido los obreros los que han perdido, teniendo como consecuencia una menor
participación de sus salarios en la producción.
Cuadro IV.22. Participación de los salarios en el producto interno bruto en
países seleccionados, 1970-2010
(Porcentajes)
Años 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
Francia 66.4 70.3 71.7 68.0 62.4 60.3 60.5 61.0 61.4
Reino Unido 67.6 70.6 67.1 61.9 62.9 60.3 62.8 61.4 62.6
Estados Unidos 65.3 63.7 64.6 62.0 62.9 61.4 61.5 59.7 59.0
Japón 43.0 55.0 54.6 55.0 54.1 57.3 57.0 54.8 55.0
República de Corea 37.1 35.3 44.3 45.2 50.5 52.7 48.6 51.6 50.6
Argentina 44.1 47.6 40.5 39.5 38.6 41.9 39.4 31.6 41.5
Chile 47.8 45.3 43.3 42.4 38.7 40.9 46.5 42.5 44.1
Fuente: UNCTAD; Trade and Development, 2012.
Por otro lado, ya veíamos el desarrollo desigual no sólo entre centro y periferia, sino
también entre la misma periferia. Veíamos como África y A.L., sobre todo el primero ha
estado quedando marginada de los supuestos beneficios de la globalización, en términos de
la producción, el comercio y el PIB per cápita. Aquí es pertinente recordar que “…la
economía mundial funciona a través de diferentes estados. La historia del capitalismo se
caracteriza por una creciente brecha entre estados ricos y pobres, una brecha que se
distingue por el hecho de que los estados ricos crecen, en buena medida, por medio de la
explotación de otras naciones...” (Bellamy; 2002: 458).
Respecto a la desigualdad mundial, entre la quinta parte más rica y la quinta más pobre, se
ha ensanchado de manera escandalosa con el neoliberalismo, contradiciendo las bases
teóricas del neoliberalismo de los supuestos beneficios para todos los consumidores:
La pobreza masiva persiste en un contexto de crecimiento global de la desigualdad.
La proporción del ingreso de la quinta parte más rica de la población mundial
respecto de la quinta parte más pobre ha crecido de 30: 1 en 1960 a 60:1 en 1990, y
744: 1 en 1997 (UNDP, 1999: 3). Este hecho pone de manifiesto el fracaso del
255
Consenso de Washington, el cuál aducía que la liberalización de los mercados podría
ensanchar la brecha de desigualdad económica debido a la dinámica de crecimiento
generada, pero esta no obstante, redundaría, en un aumento de ingresos de los pobres.
Sin embargo una premisa de esta reflexión ha sido refutada: la era neoliberal ha
presentado una caída en las tasas de crecimiento. En este sentido, no hace mucho
tiempo, William Easterly, del Banco Mundial, reconoció la significativa paradoja de
que, pese a las “reformas políticas” neoliberales que deberían haber conducido a un
aumento y no a una caída en la tasa de crecimiento, la media del crecimiento per
cápita en los países en desarrollo cayó del 2.5% en 1960-1970 al 0% en 1980-1999
(Callinicos; 2003; 264)
En los mismos países centrales las desigualdades también se han acentuado. Diversos
estudios llegan a las mismas conclusiones. Incluso estudios provenientes de instituciones
que ha impulsado y promovido la globalización reconocen que el neoliberalismo ha llevado
a un aumento de las desigualdades y mínima reducción de la pobreza110
.
Si bien el aumento de la desigualdad ha sido generalizado, en Estados Unidos, el
Reino Unido y Australia, ha sido especialmente agudo. Las diferencias entre los
grupos de ingreso más elevado y el resto de la población son especialmente
pronunciadas. Según ciertas estimaciones, en Estados Unidos la desigualdad en la
distribución del ingreso ha alcanzado niveles no observados desde la década de 1920.
Esto no solo afecta a trabajadores poco calificados: también está disminuyendo el
ingreso real de trabajadores con un nivel de educación relativamente alto (Aldonas,
Lawrence y Slaughter, 2007).
Lo mismo, lo más extremo de los efectos del capitalismo y del capitalismo neoliberal, que
tiene que ver con la pobreza y por consecuencia el hambre. Se reconoce que este problema
lejos de que se pudiera venir resolviendo, se ha venido agudizando. Uno se preguntaría,
¿en dónde están los supuestos beneficios para el consumidor de la aplicación de los
principios de libre mercado?
110
Otro estudio publicado en Finanzas y Desarrollo del FMI, también reconoce que esto de la disminución de
las desigualdades y la pobreza con los principios del libre mercado es un mito. “Francamente, el argumento de
que la mundialización beneficia hoy a los pobres no merece ser tomado en serio. La tasa anual de reducción
de la pobreza mundial entre 1988 y 1998 fue penoso 0.2%.” (Watkins; 2002; 24).
256
El hambre en el mundo se agudizó en 2009, agravando la tendencia ya decepcionante
de la seguridad alimentaria mundial desde 1996. La crisis económica, combinada con
la crisis alimentaria, ha elevado a niveles históricos el número de personas con
hambre en el mundo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y
la Alimentación (FAO) estima que en 2009 hubo 1.020 millones de personas
subnutridas, casi 100 millones más que en 2008.La meta de la Cumbre Mundial de la
Alimentación para la reducción del hambre y el objetivo del milenio relativo al
hambreen el mundo se alejan cada vez más.
El hambre afecta a todas las regiones del mundo. Asia y el Pacífico, la región más
populosa del mundo, tiene el mayor número de personas con hambre. No obstante, el
hambre está más extendida en África subsahariana, donde cerca de un tercio de la
población está subnutrida. (Dawe y Drechsler; 2010: 40)
Treinta años después, a pesar de sus resultados adversos para grandes cantidades de
trabajadores en el mundo, seguía habiendo optimismo en el libre mercado por parte del
presidente de la Reserva Federal de los EE.UU. Eran cuestionables sus afirmaciones sobre
la fortaleza de la economía mundial y sobre mejoras en amplios sectores de la población
mundial, si se le comparaba con la década de los setenta. Todavía más cuestionables si
tomamos en cuenta la crisis iniciada en EE.UU. y que se propagó a Europa y en la cual en
2012 se vivían los principales efectos en términos de producción y empleo. Uno también se
preguntaría, ya demostrado que los principios de libre mercado no benefician a todos los
consumidores, sino que son más concentradores y empobrecedores, y sobre todo a raíz de la
crisis que se vive en Europa, ¿si se van a dejar de aplicar y ser sustituidos por otro
paradigma? Decía Greenspan:
Después del 11-S supe, si es que necesitaba más indicios, que vivíamos en un mundo
nuevo: el mundo de una economía capitalista global que es sumamente más flexible,
resistente, abierta, autocorrectora y dinámica de lo que era hace incluso un cuarto de
siglo.
…El capitalismo de mercado, el motor que mueve la mayor parte de la economía
mundial, parece estar haciendo bien su trabajo. Esos acontecimientos han sido en
general tanto arrolladores como positivos. A restauración de los mercados abiertos y
257
libre comercio durante el último cuarto de siglo ha sacado de la pobreza a muchos
centenares de millones de habitantes del mundo. Hay que reconocer que muchos otros
siguen necesitados en todo el planeta, pero grandes segmentos de la población del
mundo en vías de desarrollo han llegado a experimentar un grado de prosperidad que
desde hacía tiempo era monopolio de los llamados países desarrollados. (Greenspan;
2007/2008: 23, 27)
IV.3 EL PENSAMIENTO NEOLIBERAL EN AMÉRICA LATINA Y LA
VIGENCIA DE LAS TESIS DEPENDENTISTAS PARA EXPLICAR EL
DESARROLLO-SUBDESARROLLO ACTUAL LATINOAMERICANO
IV.3.1 La década de los setenta: crisis del modelo de industrialización por sustitución
de importaciones y la imposición del proyecto neoliberal
Ya en el capítulo III mencionamos lo que se esperaba de la ISI y las razones del por qué,
según la misma CEPAL y los dependentistas no se logró. A las críticas de los
dependentistas, o de izquierda, a la ISI, como les llama Sunkel, se agregaron las de la
derecha.
Las de la derecha coincidían con los postulados neoclásicos en el sentido de que no se
dejaba actuar libremente a los mercados y esto provocaba ineficiencia y una mala
asignación de los recursos productivos. En esta crítica, “…el Estado intervenía demasiado;
que esta intervención excesiva del Estado estaba ahogando la iniciativa privada; que los
precios estaban distorsionados por la planeación y los controles estatales; que los salarios
eran demasiado altos, los precios agrícolas controlados y demasiado bajos; que el tipo de
cambio estaba sobrevaluado y había exceso de protección. Todo esto significaba
ineficiencias y una asignación irracional de los recursos productivos” (Sunkel; 1991: 43-
44).
Los problemas que presentaba la ISI se olvidaron en la década de los setenta por la
disponibilidad de crédito en los mercados internacionales de capital y a los cuales
recurrieron los gobiernos latinoamericanos y las empresas grandes de estas naciones.
Prevaleció la idea de que todo se podía arreglar con el financiamiento externo. Dice Sunkel
que “…terminó la preocupación por el desarrollo y por la teoría del desarrollo. No se habló
más de teoría del desarrollo, de estrategias de desarrollo, de problemas y estrategias de
mediano y largo plazos…” (Sunkel, 1991: 47). La DE latinoamericana de largo plazo se
258
incrementó de 27,639.2 MMDD en 1970 a 172,967.9 mil millones en 1980 (ver cuadro
IV.23). Recursos que, junto con la llegada de IED, permitieron financiar el déficit en la
balanza comercial y de servicios, de cuenta corriente. Con la base de datos de la UNCTAD
(Merchandise trade balance, anual, 1948-2011. UNCTADstat), el déficit de la balanza
comercial de América, con altibajos, se incrementó de -855.4 MMDD en 1970 a -12,242.2
millones en 1980 y -11980.5 en 1981. El servicio de la DE de largo plazo se incrementó de
4,831.7 a 38,537 MDD.
Cuadro IV. 23. América: Deuda externa de largo plazo
(Millones de dólares de Estados Unidos)
1970 1980 1990 2000 2009
Deuda total a largo plazo 27639.2 172967.9 352866.0 631275.7 771968.3
Préstamos a largo plazo 6369.7 43969.1 27731.0 116345.3 155638.9
Servicio de la deuda de largo plazo 4831.7 38537.0 36599.8 157439.8 143759.9
Pagos del principal de la deuda de largo plazo 3438.3 21175.1 18470.3 110166.2 103922.3
Intereses pagados de la deuda a largo plazo 1393.4 17361.8 18129.6 47273.6 39837.6
Transferencias netas de deuda de largo plazo 1538.0 5432.1 -8868.9 -41094.5 11879.0
Fuente: External long-term debt of developing economies by lending source, annual,
1970-2009. UNCTAD, UNCTADstat
Esas condiciones le permitieron a A.L. crecer a una tasa promedio anual de 6.8% durante
diez años, de 1970 a 1980, tasa pocos veces vista en su historia, con los extremos de
Ecuador, Brasil, Ecuador y Paraguay que crecieron más de 8.5% y Nicaragua que creció
menos de 0.5%. Por lo mismo el PIB per cápita tuvo una tasa de crecimiento promedio
anual de 4.2% en la misma década, con los extremos de Brasil (6.2%), Paraguay (6.1%),
El Salvador con -0.2% y Nicaragua con -2.7% (ver cuadro IV.24). Con la base de datos de
la UNCTAD (Nominal and real GDP, total and per cápita, anual, 1970-2010.
UNCTADstat), la producción latinoamericana, a precios constantes de 2005, pasaba de
830,111.3 millones a 1,505,143.6 MDD en los mismos años, y el per cápita de 2,934.3 a
4,200.7 dólares.
259
Cuadro IV.24. América Latina: Producto interno bruto a precios
constantes de 1980 y 2000
(Tasas de variación anual y media anual)
1970/1980 1980/1990 1990/2000 2000/2008
Argentina 2.6 -1.1 4.1 4.2
Bolivia (EP de) 3.9 0.2 3.8 3.9
Brasil 8.7 1.6 2.5 3.6
Chile 2.5 2.9 6.4 4.2
Colombia 5.5 3.4 2.7 4.6
Costa Rica 5.6 2.4 5.2 4.9
Cuba … … -1.4 6.1
Ecuador 8.9 2.1 1.8 5.0
El Salvador 2.3 -0.4 4.6 2.8
Guatemala 5.7 0.9 4.1 3.8
Haití 5.2 -0.8 0.0 0.5
Honduras 5.4 2.4 3.3 5.0
México 6.6 1.8 3.5 2.3
Nicaragua 0.3 -1.4 3.4 3.3
Panamá 5.5 1.4 5.1 6.3
Paraguay 8.8 3.1 1.8 3.7
Perú 3.8 -1.2 4.0 5.9
República Dominicana 7.1 2.4 6.1 5.2
Uruguay 3.0 0.4 3.0 3.5
Venezuela (RB de) 4.1 0.6 2.1 4.5
América Latina a/ 6.8 1.4 3.2 3.6
Fuente: www.eclac.org/estadisticas/ a/Para 1970-1980 y 1980-1990, incluye los países para los que se dispone
de información.
Uno de los problemas que enfrentaba el modelo de desarrollo de A.L. basado en la ISI con
Estado de Bienestar era su patrón comercial. Está bien documentado que esta
industrialización era impulsada por las actividades del sector primario, ya que en sus
actividades comerciales generaba un superávit que servía para cubrir parte el déficit del
sector industrial. Este sector tenía la característica de que algunas de sus ramas en la que
predominaba el capital extranjero eran altamente importadoras y poco exportadoras, por lo
que creaban un déficit industrial creciente. Con la base de datos de la CEPAL
(www.eclac.org/estadisticas/), para 1970 el 50 % las exportaciones de A.L. estaba
compuesta por productos primarios, y en estos la mayor parte lo constituían los productos
agrícolas (29.9%) y los productos energéticos (14.7%). El otro 50% por productos
industrializados, constituidos en su mayor parte por productos tradicionales (20.5%) y con
elevadas economías de escala (23.8%). Las importaciones cambiaban, ya que las de
260
productos primarios sólo representaban el 14.5% y las industriales 85%. De estas últimas,
la mayor parte las hacían las ramas modernas, es decir con elevadas economías de escala
(27.6%) y difusores del progreso técnico (34.8%) y en menor cuantía las tradicionales
(14.7%). Esta estructura daba como resultado un superávit ínfimo de sólo 571,472 mil
dólares, producto de un superávit en bienes primarios por 5,485,024 mil dólares y un déficit
de bienes industrializados por -4,934,928 mil dólares. Este último, provocado en su mayor
parte por las ramas modernas que importaban bienes duraderos (-1,269,075 mil dólares) y
difusores del progreso técnico (-4,193,383 mil dólares). Este déficit sería mayor si no es por
el superávit de los bienes tradicionales (916,577 mil dólares).
Los eventos coyunturales de 1980-1982, como el aumento y caída de los precios
internacionales del petróleo y el aumento de las tasas internacionales de interés, empiezan a
mostrar que este modelo de desarrollo y su estructura comercial no se pueden sostener. Para
1980, el superávit de 1970, ya se ha transformado en déficit por un monto de -3,907,198
mil dólares, producto ahora de un superávit creciente de productos primarios por
18,689,715 mil dólares y un déficit del sector industrial todavía más creciente por -
22,949,356 mil dólares, provocado este último por el déficit de las ramas modernas como la
de duraderos (-7,538,893 mil dólares) y la de difusores del progreso técnico (-22,129,577
mil dólares), déficit industrial que no es mayor por el superávit de las ramas de productos
tradicionales (7,627,536 mil dólares). Más adelante veremos cómo cambia esta estructura
con los principios de libre mercado.
¿De qué dependía el crecimiento de las economías latinoamericanas? Si uno revisa los
datos, hasta antes del neoliberalismo, hasta 1980, el crecimiento dependía del consumo
privado (64.7%), del consumo de gobierno (11.8%), de la inversión (28.5%) y menos del
comercio exterior (32.9%), aunque importante. Como ya vimos, el endeudamiento externo
jugó en esta década un papel preponderante en el consumo privado, de gobierno y la
inversión. La IED, como también vimos respecto a la periferia, y según datos de la
UNCTAD, era poco relevante en la inversión latinoamericana. En 1970 las entradas de IED
representaron sólo 4.4% de la inversión y para 1980 sólo 3.4%. El stock de la IED en
relación al PIB para este último año se situaba en 5.6%. Por actividad económica, como es
natural, la disminución de la importancia del sector primario, aumentaba moderadamente el
de la industria y disminuía, también moderadamente, el sector servicios. Con el
261
neoliberalismo cambiaran de manera importante estas bases de crecimiento (ver cuadro
IV.25).
Cuadro IV.25. Producto interno bruto de América por tipo de gasto y valor agregado por
clase de actividad económica, 1970-2010.
(En porcentajes del producto interno bruto)
Años 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
Producto interno bruto 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Gasto en consumo final 78.4 76.7 76.5 75.1 78.0 80.9 80.0 77.3 78.3
Gasto en consumo de los hogares 66.9 64.5 64.7 63.0 64.2 65.2 65.6 63.1 61.8
Gasto en consumo final del gobierno 11.4 12.2 11.8 12.1 13.8 15.7 14.4 14.5 16.5
Formación bruta de capital 24.8 27.8 28.5 21.8 20.3 20.2 21.1 20.4 21.6
Formación bruta de capital fijo 21.4 24.3 25.1 18.7 19.0 18.8 18.6 18.8 19.6
Cambio en inventarios 3.3 3.5 3.4 3.1 1.3 1.4 2.5 1.6 1.9
Exportación de bienes y servicios 12.8 13.4 15.8 18.3 16.2 15.9 20.5 25.0 21.4
Importación de bienes y servicios 14.1 16.3 17.1 14.4 14.5 16.8 21.5 22.8 21.3
Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Agricultura, caza, forestal y pesca 11.6 10.6 8.6 9.6 9.3 6.6 5.7 5.5 5.7
Industria 35.5 38.0 40.0 39.7 35.7 30.1 31.7 33.6 32.6
Minería, fabricación y empresas de servicios 29.2 30.7 31.9 34.0 30.2 24.4 25.8 27.6 26.2
Manufacturas 23.5 24.7 23.4 23.4 21.9 18.5 18.5 17.9 16.1
Construcción 6.4 7.3 8.1 5.6 5.5 5.7 5.9 6.0 6.4
Servicios 52.7 51.4 51.4 50.7 55.0 63.3 62.6 60.9 61.7
Comercio al por mayor, al por menor,
restaurantes y hoteles
17.6 17.3 15.2 15.5 14.7 17.0 17.5 17.2 17.9
Transporte, almacenamiento y
comunicaciones
5.3 5.1 6.6 5.4 6.1 6.6 8.8 8.9 8.5
Otras actividades 29.8 28.9 29.6 29.8 34.1 39.7 36.3 34.8 35.3
Fuente: GDP by type of expediture and Value Added by kind of economic activity,
annual, 1970-2010. UNCTAD, UNCTADstat
Esta forma de crecimiento y de inserción de las economías latinoamericanas nuevamente
las hacía vulnerables a los vaivenes de la economía mundial, al precio de las materias
primas y al comportamiento de las tasas de interés. Es conocido que a finales de la década
de los setenta y principios de los ochenta del siglo XX, con la subida y después caída de los
precios del petróleo y con el incremento de las tasas internacionales de interés, hacen
imposible o dificultan cumplir con sus obligaciones externas, con el servicio de la DE
latinoamericana, y que se inicie el fin del modelo de ISI y el inicio de la puesta en práctica
de los principios de libre mercado, el proyecto neoliberal. Así, la década de los setenta
habría que mirarla como de transición, de transición porque va a ser la última en que A.L.
262
crece en base a ese modelo y porque es en esta misma década donde se agudizan los
problemas para abandonarlo y sustituirlo por los principios de libre mercado.
Habría que destacar lo aguda de la crisis como terminó dicho modelo y que sirvió como
argumento sólido para terminar con el proceso de ISI y la imposición del modelo
neoliberal. Es a partir de entonces que se generaliza en A.L. el proyecto neoliberal y hasta
lo que va del siglo XXI, es decir cerca de 30 años.
Como opción a la crisis de la ISI se implantó el proyecto neoliberal con sus principios de
libre mercado y competencia, que se nos dijo nos llevaría finalmente al desarrollo. Dicho
proyecto consiste en que son las libres fuerzas del mercado las que mejor asignan los
recursos y, por lo tanto, es con ellas con la que se alcanzará mayor eficiencia y
competitividad, y todo en beneficio del individuo o consumidor. Esto implicaría también
que las funciones del Estado tendrían que entrar en esa lógica.
Durante el trayecto de la crisis de la DE las clases dominantes, nacionales e
internacionales, imponen el proyecto neoliberal en los países de A.L. En el trayecto
también se reimpulsan lo acuerdos de integración ya tradicionales y se crean otros como el
firmado por México con EE.UU. y Canadá, pero siempre bajó la óptica de que es con estos
con los que se amplían los mercados, se logra una mayor eficiencia y una mayor
competitividad.
Al mismo tiempo, también se daba la caída del socialismo real en la antigua U.R. S.S. y
Europa del Este, y la economía capitalista quedaba como “única opción” dentro de la cual
se podían resolver todos los problemas que aquejaban a la humanidad como el
subdesarrollo con sus diversas expresiones. Con la caída y el proyecto neoliberal se
empieza a hablar de globalización y de sus beneficios; que los países subdesarrollados
tenían que implementar las reformas que dictaba el neoliberalismo para no quedar al
margen de sus supuestos beneficios.
La CEPAL respondió con propuestas a la crisis del modelo sustitutivo, tanto como
institución como a través de los diferentes autores considerados cepalinos. Habría que
señalar que, aunque con diferentes matices, tanto autores como la institución se adhirieron a
los principios de libre mercado y competencia del neoliberalismo. Fanjnzylber, en
publicaciones de 1985 y 1990, propone una nueva industrialización eficiente, que lo sería
263
sólo en la medida en que lograra objetivos de crecimiento y creatividad y que llevara
consigo la incorporación productivamente de la población marginada y niveles aceptables
de equidad. Señala la importancia y necesidad de la equidad para el crecimiento, la
flexibilidad social y la competitividad industrial. (Fajnzylber; 1985, 1992).
Por su parte, la institución cepalina, partiendo de lo que dejó la “década perdida” de los
ochenta por el problema de la DE y retomando los principios neoliberales de libre mercado,
competencia y equilibrios macroeconómicos, en marzo de 19901 hace su propuesta de
desarrollo llamada “TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA CON EQUIDAD”. Dice la
CEPAL que su “…propuesta gira en torno a la que se considera tarea primordial y común a
todos los países: la transformación de las estructuras productivas de la región en un marco
de progresiva equidad social. Mediante esta transformación, se pretende crear nuevas
fuentes de dinamismo que permitan cumplir algunos de los objetivos propios de una
concepción actualizada del desarrollo: crecer, mejorar la distribución del ingreso,
consolidar los procesos democratizadores, adquirir mayor autonomía, crear condiciones que
detengan el deterioro ambiental y mejorar la calidad de vida de toda la población.”
(CEPAL; 1990: 1).
Entre las condiciones necesarias para transformar las estructuras productivas y alcanzar los
objetivos de desarrollo estaban el “grado de apertura que tuviera el comercio
internacional”; “la manera en que se manejara el endeudamiento externo”; “la corrección de
los desequilibrios macroeconómicos”; “la incorporación deliberada y sistemática del
progreso técnico al proceso productivo (con los siguientes aumentos de productividad), y
menos en la depreciación de los salarios reales”. Además, decía la CEPAL que la
“industrialización sería el eje de la transformación productiva”; que la transformación
productiva debería ir “acompañada por medidas redistributivas”; que una de las prioridades
de los Estados debería ser “el fortalecimiento de una competitividad basada en la
incorporación del progreso técnico…” y que se debería buscar “una mayor apertura de la
economía, como medio para inducir aumentos de productividad y estimular el progreso
técnico”, entre otras medidas.” (CEPAL; 1990: 1-8)
264
IV.3.2 Reproducción de las tendencias de la economía mundial capitalista. Mayor
preponderancia de los capitales extranjeros y latinoamericanos en las periferias
latinoamericanas
Con la aplicación de los principios de libre mercado en las economías de A.L se va a gestar
un nueva reproducción del capital orientada a los mercados externos, por lo que van a ser
las ramas que puedan competir en esos espacios las más dinámicas, ya veremos más
adelante las cifras extraordinarias y la importancia que adquiere el comercio exterior en la
producción. Jaime Osorio nos habla de que se ha constituido un nuevo patrón exportador
con especialización productiva en el que “se mantienen o desarrollan algunos segmentos
industriales en donde se cuentan con algunas ventajas competitivas, sea de mano de obra
con alguna calificación, cercanía de mercados internacionales importantes, infraestructura
previa, etcétera, al tiempo que se desarrollan viejas especializaciones sustentadas en
ventajas naturales, como productos mineros, petróleo, gas natural, bienes agropecuarios,
agroindustriales y productos del mar” (Osorio; 2012: 72). Más adelante vernos como se
sustenta con las cifras de exportaciones e importaciones y el cambio de su estructura en
A.L. desde 1980 y hasta 2010.
Lo crítico de este modelo es que además de sustentarse en las exportaciones también lo
hace en un reducido mercado que concentra los ingresos y que le da acceso a la producción
de bienes suntuarios nacionales y extranjeros. Más adelante veremos como con el
neoliberalismo se ha incrementado el desempleo, el subempleo, el salario mínimo real ha
perdido gran parte de su poder adquisitivo, se han mantenido altos niveles de pobreza y se
ha dado una redistribución del ingreso a favor de las familias más ricas. Así, dice Osorio
que “el correlato de esta agresiva ecuación es la conformación en el mercado local de un
estrecho pero poderoso mercado, con capacidad de acceder a la mueva producción de punta
interna y también extranjera…Dicho mercado se logra constituir justamente transfiriendo
ingresos de las clases asalariadas y empobrecidas hacia las clases que viven de la plusvalía,
renta y para las franjas del sector público y privado que viven de los elevados salarios…”
(Osorio; 2012: 71)
265
Estas condiciones del la población trabajadora, además de las que encuentra en sus centros
de trabajo por la derrota a que hace mención Marini, le permite al capital en A.L. la
superexplotación de la fuerza de trabajo. (Osorio; 2012: 71)
En este patrón especializado orientado a los mercados externos, por supuesto que ha tenido
que ver el capital extranjero, sobre todo el que tiene que ver con actividades productivas.
En la tendencia creciente de flujos absolutos de IED a nivel mundial, y a la periferia en
particular, como lo vimos arriba en el cuadro IV.4, en 1980 América recibió el 11.9% de
los flujos mundiales de IED que significarían 6,435.3 MDD y para 2010 el 12.8% que
significarían 1,591,89.9 MDD.
El auge de las inversiones en A.L. y el Caribe realmente empieza a partir de mediados de la
década de los 90 del siglo XX, una vez superada la crisis de la DE y avanzados los
programas de apertura y privatización. Con datos de América Latina y el Caribe: balanza
de pagos, 1980-2005 y el Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, 2011 de la
CEPAL, en 1990 A.L. recibió 8,150.4 MDD de IED, cantidad que se triplica en 1994 y
llegar a 28,797.5 MDD, de allí con altibajos es seguido por una tendencia ascendente hasta
recibir en 2010 113,472.2 MDD.
Son los países económicamente más grandes los que han recibido la mayor parte de los
flujos de IED, Argentina, Brasil, México, Chile y Colombia, y ocasionalmente Venezuela.
Con datos del Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, 2000,
2009 de la CEPAL, en 1991 concentraron el 91.5% de un total de 11,066 MDD de flujos
netos y en 2008 el 76.7% de un monto de 93,524 MDD.
Acorde con las tendencias mundiales, el gran capital latinoamericano también ha
incrementado sus inversiones en el extranjero, principalmente en la periferia. Con datos de
América Latina y el Caribe: balanza de pagos, 1980-2005 y el Anuario estadístico de
América Latina y el Caribe, 2011 de la CEPAL, de invertir en el exterior sólo 368.6 MDD
en 1980, sube a 1,060.0 en 1990, llega a 8,144 en 2000, y da un salto importante en 2004
al llegar a17,448.2 MDD, de este año, con altibajos, llega hasta 44,764.5 millones en 2010.
Son pocos los países y pocas las empresas latinoamericanas las que han hecho esas
inversiones. Por países, la mayor cantidad procede de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y
México, en ocasiones de Venezuela, y de estos países sólo algunas empresas, algunas de
266
ellas estatales. En 2011, en La inversión extranjera directa en América Latina, 2011, la
CEPAL señala treinta empresas latinoamericanas con inversiones en el exterior y las 30
son sólo de 5 países, Brasil, Chile, México, Argentina y Venezuela.
Reproduciendo las tendencias mundiales, el capital latinoamericano también ha invertido
parte de su capital en el extranjero por la vía de fusiones y adquisiciones. Según datos de la
La inversión extrajera directa en América Latina 2011, de la CEPAL, en 2011 el monto
por fusiones y adquisiciones de las empresas latinoamericanas sumó 11,415 MDD,
sobresaliendo en el sector financiero la adquisición del Grupo Sura de Colombia a ING
Pensiones y Seguros América Latina de México por un monto de 3,614 MDD, y en
telecomunicaciones la de Telmex de México que adquirió NET Servicios de Comunicación
de Brasil por un monto de 2,544 MDD. Como mencionamos arriba, esta forma de
inversiones tiene implicaciones en la generación de escasos o nulos empleos, e incluso, por
las posibles reestructuraciones, podría llevar a despidos de trabajadores.
Por origen, sigue siendo el capital estadounidense el principal inversionista en las periferias
latinoamericanas, aunque hay países de la Unión Europea, como España, que han ganado
importancia como inversionista. Por ejemplo, con datos de La inversión extrajera en
América Latina y el Caribe, 2005, 2011, de la CEPAL, de 1996 a 2005, de 13 países
latinoamericanos que recibieron IED, en 10 fueron los capitales de EE.UU. los mayores
inversores, el segundo fue España. Es tal la importancia de España en este periodo, que en
Argentina y Chile fue el principal inversor. Habría que destacar también las inversiones
latinoamericanas dentro de la misma región, ya que por ejemplo Argentina fue el segundo
inversionista, después de EE.UU., en países como Bolivia y Paraguay, y México, también
después de EE.UU., en Costa Rica, entre otros inversionistas latinoamericanos. Aunque por
regiones, las inversiones de la Unión Europea en el conjunto de A.L. son mayores que las
de EE.UU. y Canadá. Por ejemplo, de las IED totales en A.L. de 2000-2005 y 2006-2010,
la importancia de EE.UU. fue de 37.8 y 28.2% y las de la Unión Europea de 43.2 y 40.0%
respectivamente. En estos mismos periodos la importancia de A.L. se incrementó de 5.3 a
8.5%.
Por sectores, y siguiendo las tendencias mundiales, la mayoría de las inversiones se ha
dirigido al de servicios y recursos naturales, que en conjunto superan por mucho las
267
inversiones en el de manufacturas. Por ejemplo, con datos de La inversión extranjera en
América Latina y el Caribe, 2005 de la CEPAL, de 1996 a 2005 de 11 países
latinoamericanos en 10 de ellos la IED en servicios y recursos naturales supera a las hechas
en manufacturas. Los extremos, por ejemplo en Argentina del total de inversiones que
llegaron en ese periodo 40.9% fueron en recursos naturales, en Bolivia 48.7% y en Ecuador
el 80.7%. En servicios, en el mismo periodo, en Brasil del total 68.1%, en Chile 63.2%, el
Salvador, 71.8% y Perú 75.5%. Sólo en Costa Rica las inversiones en manufacturas
(68.1%) eran mayores que en los otros sectores.
Con las políticas de mercados libres, la importancia de la IED se ha incrementado en el
crecimiento de la inversión, de la producción, de las exportaciones y en la generación de
empleos. Si se observan los cuadros IV.8 y IV.9, los flujos de IED de representar sólo entre
3.4 y 4.5% de la inversión entre 1970 y 1990, en 1995 había llegado a 8.6% y para 2000
hasta el 24.7% y descender a 17.8% en 2010. La importancia de la IED en la dinámica de
las economías latinoamericanas se puede ver en el stock de IED como porcentaje de la
producción. Esta se incrementó de 5.6% en 1980 hasta 30.3% en 2005 (ver cuadros IV.8 y
IV.9).
A los flujos de IED habría que agregar los flujos de inversión extranjera de cartera, y que
también han generado importantes ganancias en las economías de A.L. Las entradas por
este concepto fueron de 2,259.6 MDD en 1980, montos que más o menos se mantuvieron
en la misma cantidad hasta 1982. Por la crisis de la DE, y por lo volátil que caracterizan
este tipo de inversiones, descienden de manera radical en 1983 a sólo 49.7 millones y se
mantienen negativos desde 1984 y hasta 1989. Realmente es a partir de 1990 (21,130.6
MDD) que las inversiones de cartera se han ido incrementado en A.L. hasta 2010,
sobresaliendo este último año en que llegaron por este concepto 135,324.6 MDD. Para ver
lo bien que le ha ido a este tipo de inversiones se puede ver los índices de las bolsas de
valores en ciertos países latinoamericanos. Por ejemplo, con datos del Estudio económico
de América Latina y el Caribe, 2008-2009, 2010-2011 de la CEPAL, en los que mejor les
ha ido es en Argentina, en el que el índice de precios y cotizaciones pasó de 100 en 2000 a
845 en 2010, en Colombia de 100 a 1935 y en Perú de 100 a 1934 en los mismos años. En
los que menos, en Trinidad y Tobago en el que el índice pasó de 100 a 189, en Jamaica de
268
100 a 295, en Ecuador de 100 a 342, en Brasil de 100 454 y Chile de 100 a 454, entre
otros.
En la IED, habría que agregar los depósitos en moneda extranjera que han hecho los
capitales extranjeros en las economías latinoamericanas durante el neoliberalismo, y que
también tienen que ver con los programas de apertura al capital extranjero. Es en los países
relativamente pequeños donde ha cobrado mayor importancia, y no en los grandes como
cabría esperar. Por ejemplo, con datos del Estudio económico de América Latina y el
Caribe, 2010-2011 de la CEPAL, para Costa Rica esos depósitos representaban en 2010 el
20.8% de su PIB, para Nicaragua el 34.6%, para Paraguay el 15.7%, para Perú el 12.9% y
Uruguay el 36.3%. Por el contrario, en países relativamente grandes su importancia era
insignificante como sería el caso de Argentina en 2010, en el que los depósitos
representaban el 4.3% de su PIB y en México el 1.3%.
Lo mismo, los grandes capitales latinoamericanos. Con datos de América Latina y el
Caribe: balanza de pagos, 1980-2005 y el Anuario estadístico de América Latina y el
Caribe, 2011, de la CEPAL, en 1980 colocaron por concepto de inversión de cartera
1,067.9 MDD. Con altibajos, y también por la crisis de la deuda, los montos realmente
importantes se empezaron a dar desde 1990 con 9,866.8 MDD, monto que no fue superado
hasta 1999 con 10,923.5 MDD. De aquí, con altibajos, ha tenido una tendencia ascendente
hasta 2010 en que colocaron 23,728.1 MDD.
Aunque la DE ya no es un problema como lo fue en la década de los ochenta, esta ha
seguido creciendo y por lo mismo su servicio. En el cuadro IV.23 podemos observar como
la DE de largo plazo se ha multiplicado por cuatro veces y media y también su servicio.
IV.3.3 La extracción de excedentes y el desarrollo del centro y el subdesarrollo de la
periferia latinoamericana
Para la extracción de excedentes del capital extranjero, habría que considerar los del capital
invertido en actividades directamente productivas, los ubicados en acciones o títulos de
deuda y los que se pagan por servicio de la DE. Como podemos observar en el cuadro
IV.26, en 1980 las ganancias de la inversión extranjera eran de -32,392.7.9 MDD de los
cuales 16.5% (5,291. 1 MDD) era por concepto de ganancias de la IED, 0.0% (13.0 MDD)
por ganancias de la inversión de cartera y 83.5% (-26,797.8 millones) por intereses de la
269
DE. Con altibajos, la extracción de excedentes llega a 51,696.3 MDD en 1994, jugando
todavía el papel relevante los intereses pagados por la DE con un 52.6 %(-27,213.1 MDD),
el resto por concepto de utilidades por IED (27.4%) y de cartera (20.0%). La situación
cambia a partir de 2004 en que las ganancias de la IED superan por primera vez al pago de
intereses de la DE. En este año de -87,720.1 MDD de ganancias del capital extranjero,
39.5% fueron por concepto de ganancias de la IED, 24.8% por ganancias de la inversión de
cartera y 35.7% por intereses de la deuda. La extracción de excedente, con altibajos, siguió
una tendencia ascendente hasta 2010, con un máximo en 2007 con -148,684.5 MDD, de los
cuales el 60.2% (-89,562.7 MDD) fue por concepto de ganancias de la IED, 14.4% (-
21,442.4 MDD) por concepto de ganancias de la inversión extranjera de cartera y 25.1% (-
37,251.4 MDD) por concepto de intereses. Al capital latinoamericano invertido en el
exterior no le ha ido nada mal con la extracción de excedentes. En 1980 obtuvo ganancias
por 12,061 MDD de los cuales el 97.5% (11,759.1 MDD) fue por concepto de intereses.
Con altibajos, se da una tendencia ascendente de las ganancias hasta el 2010 con
predominio de las ganancias por concepto de intereses. Sobresale 2007 porque es en este
año cuando el capital latinoamericano alcanzó el máximo de ganancias con un monto de
48,790 MDD, de los cuales el 53.5% fue por concepto de intereses, el 23.1% por concepto
de ganancias de la IED y 23.2% por inversiones de cartera (ver cuadro IV.26).
270
Cuadro IV.26. América Latina y el Caribe. Renta de la inversión extranjera en América
Latina y de la de América Latina en el extranjero, 1980-2010
(Millones de dólares y porcentajes)
Renta de la inversión de América Latina
en el extranjero
Renta de la inversión
Extranjera en América Latina
Renta de la
inversión
(millones de
dólares)
Directa
%
De
cartera %
Otra
Inversión
%
Renta de la
inversión
(millones de
dólares)
Directa
%
De
cartera %
Otra
Inversión
%
1980 12061,0 2,4 0,1 97,5 -32101,9 16,5 0,0 83,5
1981 15019,7 2,0 0,1 97,9 -45057,9 14,1 0,0 85,9
1982 13801,0 2,7 0,1 97,2 -53295,0 11,4 0,0 88,5
1983 9523,5 0,9 0,1 99,0 -44997,0 9,4 0,1 90,6
1984 10449,3 0,4 0,1 99,4 -49189,8 8,9 0,1 91,0
1985 9703,1 1,5 0,2 98,4 -46477,7 10,4 0,1 89,5
1986 8027,7 1,2 0,2 98,6 -41926,9 12,5 0,3 87,2
1987 7125,8 1,0 1,1 97,9 -39494,9 11,8 0,4 87,9
1988 6946,6 1,6 0,9 97,5 -43041,2 14,1 0,4 85,5
1989 8231,4 2,3 4,4 93,2 -48839,9 16,6 0,9 82,5
1990 11359,0 2,6 5,3 92,1 -47517,5 15,9 1,1 83,0
1991 10777,8 1,9 8,4 89,7 -44182,2 17,3 4,3 78,4
1992 10224,7 6,2 7,5 86,3 -42237,9 19,5 5,5 74,9
1993 10587,1 10,7 8,9 80,4 -46736,7 22,5 10,5 67,0
1994 13595,0 9,7 7,6 82,7 -51696,3 27,4 20,0 52,6
1995 17621,7 9,7 8,3 82,0 -60442,3 25,0 26,7 48,3
1996 19274,9 11,7 9,3 79,0 -64125,7 24,9 22,7 52,5
1997 22566,4 10,3 12,6 77,1 -72369,2 28,5 26,7 45,1
1998 23657,7 9,4 10,3 80,3 -77382,6 27,7 28,0 44,2
1999 21706,7 12,2 12,3 75,5 -75312,2 23,4 26,7 49,9
2000 26177,7 11,3 7,8 80,8 -82839,7 26,6 15,6 57,9
2001 21265,0 12,0 10,5 77,6 -77861,0 26,5 18,7 54,7
2002 14685,0 15,3 15,2 69,4 -67178,0 25,5 19,7 54,9
2003 14417,0 21,0 15,0 63,7 -75159,8 31,8 26,4 41,8
2004 17526,9 33,1 10,7 55,8 -87720,1 39,5 24,8 35,7
2005 21909,2 24,8 10,7 63,9 -104431,0 46,4 19,4 33,9
2006 34934,9 21,7 17,3 60,7 -131083,8 52,9 16,4 30,4
2007 48790,0 23,1 23,2 53,5 -148684,5 60,2 14,4 25,1
2008 45252,0 23,4 27,4 48,2 -156237,4 60,0 16,1 22,6
2009 27948,7 26,4 26,7 45,5 -130673,0 58,9 17,6 22,5
2010 26233,8 28,9 23,0 47,3 -123012,7 67,1 17,5 14,7
Fuente: CEPAL; América Latina y el Caribe: balanza de pagos, 1980-2005 y Anuario estadístico de América
Latina y el Caribe, 2003, 2011.
El cuadro IV.27 ilustra muy bien la extracción de excedentes por parte del capital
extranjero de A.L. Durante la crisis de la DE se contrajeron las IED, por lo que las entradas
de inversión extranjera para hacer frente al servicio de la DE fueron por concepto de
préstamos externos. Si bien es cierto que de 1982 a 1990 el ingreso neto de capitales fue
271
positivo, fue superado con creces por el balance de renta del capital extranjero, dando por
resultado una transferencia neta de recursos por -222.2 MMDD. A partir de 1990, como ya
lo vimos, pierde preponderancia el ingreso de divisas vía préstamos y cobra relevancia el de
vía IED y de cartera. A partir de ese año y hasta 2001 se da una entrada masiva de
capitales, que aun restándole el balance de renta, que también es exponencial, da una
transferencia neta de recursos positiva por 185.5 MMDD. A partir de 2002 y hasta 2006 las
entradas masivas de IED y de cartera se contraen de manera importante, para reiniciar en
2008 y hasta 2010. Sin embargo la salida de capitales continuó de manera masiva desde
2002, por lo que el balance de renta negativo superó por mucho el ingreso neto de capitales,
dando por resultado una transferencia neta de recursos negativa por un monto estratosférico
de -319.5 MMDD.
Con una transferencia neta de recursos negativa y un déficit del sector industrial en su
comercio exterior, presiona a un superávit creciente del sector primario en su comercio
exterior, como sucedió en la etapa de la ISI, pero también hace vulnerables a las economías
periféricas latinoamericanas al comportamiento de esos capitales y a la posibilidad de
crisis.
272
Cuadro IV.27. América Latina y el Caribe: Ingreso neto de capitales y transferencia de
recursos, 1980-2010
(Miles de millones de dólares)
(1)INDECA (2)INDECANA (3)INDEC=(1) (2) (4)BDER (5)TNDER
= (3) (4)
(6)EDEBS (7)TDERC%DELEBS
= (5)/(6)
(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7)
1980 29.7 1.9 31.6 -19.6 12.0 119.4 10.0
1981 38.9 2.2 41.1 -29.6 11.5 126.8 9.1
1982 4.1 17.6 21.7 -39.2 -17.5 114.6 -15.3
1983 -21.9 30.7 8.8 -35.1 -26.3 114.5 -23.0
1984 -10.4 24.0 13.7 -38.4 -24.7 126.9 -19.5
1985 -16.3 20.5 4.3 -36.5 -32.2 120.7 -26.7
1986 -12.4 21.9 9.5 -33.5 -23.9 106.0 -22.6
1987 -12.5 25.3 12.9 -32.0 -19.1 120.5 -15.8
1988 -19.6 22.9 3.2 -35.7 -32.4 138.1 -23.5
1989 -18.6 29.5 10.8 -40.1 -29.3 154.2 -19.0
1990 -2.4 21.6 19.2 -36.0 -16.8 177.3 -9.5
1991 25.4 11.8 37.2 -33.1 4.1 176.6 2.3
1992 49.0 7.7 56.7 -31.5 25.2 189.6 13.3
1993 70.3 -2.1 68.2 -35.7 32.5 204.3 15.9
1994 42.8 5.6 48.4 -37.5 11.0 235.0 4.7
1995 30.7 31.5 62.1 -42.4 19.7 279.8 7.0
1996 74.7 -8.3 66.4 -43.9 22.6 311.5 7.2
1997 90.2 -7.8 82.4 -47.7 34.7 345.1 10.1
1998 73.2 8.7 81.9 -51.5 30.5 344.9 8.8
1999 44.8 5.6 50.4 -52.1 -1.7 361.9 -0.5
2000 66.5 -8.1 58.4 -54.7 3.8 430.5 0.9
2001 40.9 16.2 57.1 -55.7 1.4 413.3 0.3
2002 -10.4 22.4 12.0 -54.1 -42.1 415.4 -10.1
2003 0.6 18.6 19.2 -59.4 -40.3 453.3 -8.9
2004 -6.7 8.8 2.2 -68.8 -66.7 553.5 -12.0
2005 24.4 -21.4 3.0 -80.6 -77.6 658.5 -11.8
2006 14.3 -12.7 1.6 -94.3 -92.6 782.0 -11.8
2007 111.5 1.9 113.4 -97.9 15.5 881.1 1.8
2008 68.1 3.6 71.8 -108.7 -36.9 1022.2 -3.6
2009 84.7 4.4 89.2 -97.4 -8.3 741.9 -1.1
2010 150.4 -6.2 144.2 -114.8 29.5 979.0 3.0
Fuente: CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, 2011
(1) Ingreso neto de capitales autónomos; (2) Ingreso neto de capitales no autónomos; (3) Ingreso
neto de capitales; (4) Balance de renta; (5) Transferencia neta de recursos; (6) Exportaciones de
bienes y servicios; (7) Transferencia de recursos como porcentaje de las exportaciones de bienes y
servicios
¿Es válida la tesis de André Gunder Frank en el sentido de que esta extracción y
apropiación del excedente conduce o agudiza la polarización metrópoli satélite, porque el
centro se desarrolla aún más por la extracción y apropiación del excedente y la periferia se
subdesarrolla aún más por la falta de ese excedente?, ¿pero, qué más importante que la
extracción de los excedentes es que se infunde en la periferia la misma estructura capitalista
273
de la metrópoli y sus principales contradicciones de explotación y expoliación, y que va a
organizar y dominar su vida económica, política y social?¿O es lo que dice Cardoso, en el
sentido de que no es un desarrollo del subdesarrollo sino un desarrollo del capitalismo
latinoamericano que nada tiene que ver con justicia social?¿O como dice Dos Santos, que
la generación de excedentes y su salida es porque las estructuras productivas son
dependientes?
IV.3.4 En la división internacional del trabajo, reprimarización y continuación de la
dependencia tecnológica
Reproduciendo las tendencias mundiales, influenciado por el crecimiento de la IED y por el
crecimiento del centro y la periferia, el comercio también ha tenido un crecimiento mucho
mayor que el de la producción. En la década de los ochenta del siglo XX, por la crisis de
la deuda y por la necesidad de contar con los recursos para hacer frente a su servicio, los
excedentes se van a generar por un incremento de las exportaciones y una contracción de
las importaciones, aun a costa la de la contracción de las economías. Así, con la base datos
de la CEPAL (www.eclac.org/estadisticas/), en el decenio de 1980 a 1990 las
exportaciones sólo crecieron en 20.0% al pasar de 101,077,328 a 121,334,033 mil dólares,
mientras que las importaciones se contrajeron en -8.42%, suficientes para pasar de un saldo
comercial negativo de -3,907,198 mil dólares en 1980 a un saldo comercial positivo de
25,192,337 mil dólares.
Realmente el auge del comercio exterior y el cambio en su estructura se van a dar a partir
de la década de los noventa, una vez superada la crisis de la DE y ya avanzadas las políticas
de libre mercado y los programas de privatización y promoción de la IED.
En cuanto al comercio de mercancías de A.L. por categorías, por origen y destino durante el
trayecto neoliberal, con la misma base de datos de la CEPAL (www.eclac.org/estadisticas/),
tenemos, primero, que en 1990 exportaba 121,611,111 mil dólares, de los cuáles la mayor
parte estaba dado por productos primarios (49.1%), productos industrializados basados en
recursos naturales (22.0%) y de baja tecnología (9.6%), los tres concentraban el 80.7%. Por
el contrario sus importaciones sumaban 95,955,928 mil dólares, y como era de esperarse, la
mayoría no eran de productos primarios (18.6%) sino de industrializados y dentro de estos
los basados en recursos naturales (19.8%), de baja tecnología (10.0%) y tecnología media
274
(34.1%), los cuatro representaban 82.5%, segundo, que las exportaciones estaban
concentradas en EE.UU. (39.3%), la Unión Europea (24.6%) y la misma A.L. (14.6%). De
las exportaciones a EE.UU. el 50% (47,764,855 mil dólares) eran de productos primarios y
de estos 34.1% eran energéticos, 18.0% industrializados basados en recursos naturales y
18.5% de tecnología media. De las exportaciones a la Unión Europea (29,966,080 mil
dólares) eran más de bienes primarios (56.9%) y de estos más agrícolas (22.6%), y menos
de bienes industrializados (42.3%) y de estos la mayor parte basados en recursos naturales
(24.5%). De las exportaciones a A.L. (17,762,395 mil dólares), una proporción importante
era de productos primarios (34.2%) y de estos una buena parte de energéticos (16.4%).
La estructura cambiaba en sus importaciones, hasta cierto punto normal de naciones
periféricas, igual que sus exportaciones. De EE.UU. (38,552,215 mil dólares) y la Unión
Europea (19,620,806 mil dólares) estaba concentrado en importaciones de bienes
industrializados, 80.2% y 90.0 % respectivamente. En el caso de las de EE.UU., la mayoría
eran de tecnología media (35.7%), basados en recursos naturales (19.9%) y de alta
tecnología (14.6%), y en el caso de la Unión Europea, concentradas también en tecnología
media (45.5%), basadas en recursos naturales (19.7%) y alta tecnología (15.9%). Para el
caso de A.L., también como era de esperarse, la mayoría de sus importaciones (16,406,400
mil dólares) estaba compuestas por productos manufacturados (71.4%) y de estos últimos
los basados en recursos naturales (29.7%), de tecnología media (24.5%) y de baja
tecnología (11.4%).
De este comercio, A.L. obtenía un superávit por sólo 25,655,183 mil dólares, producto de
un superávit del comercio de productos primarios por un monto de 41,798,079 mil dólares
y un déficit del comercio de bienes industrializados por -13,127,002 mil dólares. La mayor
parte del superávit primario era consecuencia del comercio de estos bienes con EE.UU.
(45.4%) y la Unión Europea (38.3%). Lo mismo el déficit industrial, la mayor parte por el
comercio con EE.UU. y la Unión Europea. La mayor parte del déficit industrial
latinoamericano era consecuencia del déficit de productos de tecnología media (-
13,754,462 mil dólares) y alta (-9,266,651 mil dólares), déficit como consecuencia del
déficit de estos bienes con EE.UU. y la Unión Europea. Habría que señalar que este déficit
sería más alto sino es por el superávit de bienes industrializados basados en recursos
naturales (7,725,657) y de baja tecnología (2,168,454 mil dólares), es decir tradicionales.
275
Para 2008, dieciocho años después de políticas de libre mercado, el comercio había
alcanzado cifras exponenciales. Las exportaciones sumaban 793,704,604 mil dólares,
constituidas todavía en una buena parte por productos primarios, aunque habían disminuido
su importancia de 49.1 en 1990 a 39.8% en 2008, y la mayor parte de productos
industriales, importancia que pasó de 49.8 a 62.2% en los mismos años. Dentro de los
primarios, la mayor parte estaban constituidos por productos energéticos que se
mantuvieron en cerca de 22.5%. De los productos industriales, los que disminuyeron su
importancia de manera considerable fueron los basados en recursos naturales (de 22.0 a
15.1%) y los que la aumentaron, también de manera importante, los de tecnología media
(de 15.6 a 22.7%) y los de alta tecnología (de 2.6 a 12.0%).
La concentración y la estructura también han cambiado. La dependencia de las
exportaciones de A.L. de la economía de EE.UU. se había incrementado de 39.3 a 43.9%,
lo mismo de la misma A.L. que paso de 14.6 a 19.5%, por el contrario, había disminuido de
manera importante de la Unión Europea de 24.6 a 13.2%. China ya tenía relevancia en el
destino de las exportaciones de A.L. que de 0.0% en 1990 en 2008 ya era de 3.9%. De las
exportaciones a EE.UU. disminuyó la importancia de productos primarios (de 50.0 a
32.0%) y por consecuencia el de los industriales había aumentado de 49.3 a 66.5%, de estos
había disminuido su importancia los basados en recursos naturales (de 18 a 10.9%) y
aumentado de manera importante las de tecnología media (de 18.5 a 27.2%) y las de alta
tecnología (de 3.2 a 19.4%). Algo similar pasaba con las exportaciones hacia la Unión
Europea y A.L., pero de manera menos acentuada. De las destinadas a China (30,787,409
mil dólares) la mayor parte era de productos primarios (71.9%%) y de estos los agrícolas y
mineros, el resto (28.1%) eran de productos industrializados y de estos los basados en
recursos naturales. En cuanto a las importaciones, estas sumaban 739,849,982 mil dólares,
de las cuáles lo sobresaliente es que había disminuido la importancia de los primarios (de
18.6 a 11.8%) y aumentado los industrializados (de 76.8 a 86.7%) y dentro de estos los de
alta tecnología (de 12.9 a 19.8%), mientras que los basados en recursos naturales y
tecnología media se mantuvieron en 20 y 35% respectivamente. Geográficamente
disminuyó su dependencia de las importaciones de EE.UU. (de 40.2 a 32.3%) y de la Unión
Europea (de 20.4 a 14.2%) y aumentado de las de Asia Pacífico (de 3.4 a 9.5%), sobre todo
276
de las de China (de 0.0 a 10.8%). Las de A.L., prácticamente se mantenía sin cambios (de
17.1 a 18.6%).
Lo que sobresalía de las importaciones de A.L., primero, era la disminución de la
importancia de los productos primarios de todas las regiones y países, sobresaliendo las de
A.L. (de 27.2 a 19.2%), las de Asia Pacífico (de 26.2 a 5.2%) y las de China (de 22.2 a
0.9%), segundo, lo mismo, se ha incrementado la importancia de las importaciones de
bienes industrializados de todas las regiones y países, sobresaliendo las de Asia-Pacífico
(de 73 a 93%) y las de China (de 77.0 a 97.8%), tercero, a excepción de la misma A.L. y
China, del resto de las regiones, ha aumentado sus importaciones basados en recursos
naturales, cuarto, de las importaciones de China sobresale que una proporción importante
son de baja tecnología (20.5%), quinto, de todas las regiones y países, en veinte años se han
mantenido las proporciones relativas de importaciones de productos de tecnología media,
a excepción de A.L. que paso de 24.5 a 32.2%, sexto, a excepción de A.L. y EE.UU. en que
las proporciones relativas de importaciones de productos de alta tecnología se han
mantenido, de las demás regiones se han incrementado de manera importante. De la Unión
Europea de 15.4 a 19.9%, de Asia Pacífico de 15.9 a 45.3% y de China de 12.6 a 41.9%.
En cuanto al saldo comercial, lo que no ha cambiado es que la industria sigue dependiendo
del crecimiento y exportaciones del sector primario. El superávit exponencial del sector
primario era de 228,623,042 mil dólares en 2008 y el déficit del sector industrial de -
186,269,951 mil dólares, lo que daba un superávit total de 53,854,622 mil dólares. La
mayor parte del superávit de productos primarios era explicado por el comercio de
energéticos (67.4%) y el déficit industrial por el comercio de productos de alta tecnología
(27.6%) y tecnología media (43.9). Lo que también llama la atención es que ahora el
comercio de bienes industrializados basados en recursos naturales y baja tecnología,
donde se encontraría el comercio de productos tradicionales como alimentos, bebidas y
tabaco y que tradicionalmente habían tenido un comercio superavitario y que hacía que el
déficit del sector industrial no fuera tan grande, ahora también sea deficitario. La mayor
parte del superávit del sector primario es por el superávit con EE.UU. (36.8%), con la
Unión Europea (23.5%) y China (9.4%). La mayor parte del déficit industrial es por el
comercio con China (37.5%), con la Unión Europea (29.0%) y Asia Pacífico (26.3%). Del
déficit con China, si bien es cierto que a todos los niveles de tecnología se tiene el déficit, la
277
mayor parte se explica por el déficit del comercio de productos de alta tecnología (46.0%).
Lo mismo Asia Pacífico (59.7%). Con la Unión Europea la mayor parte del déficit se
explica por el comercio de productos de tecnología media (57.7%). Con el comercio con
EE.UU., a diferencia de los otros grupos y países, se tiene un superávit de 22,716,194 mil
dólares explicado, también, y a diferencia con los otros grupos y países, por el superávit del
comercio de productos de alta tecnología (33,000,636 mil dólares). Es decir, hay una
reprimarización de las economías periféricas latinoamericanas y continuación de esa vieja
estructura productiva en la cual el sector primario financiaba el proceso de industrialización
de A.L. por la vía del financiamiento de su déficit creciente en su comercio exterior.
Si la aplicación de los principios de libre mercado en A.L. ha significado la bonanza de los
grandes capitales, ¿qué han significado para el desarrollo latinoamericano?
IV.3.5 Polarización social y superexplotación de la fuerza de trabajo
Gunder Frank no sólo planteó la polarización entre metrópoli-satélite, sino la polarización
al interior mismo de los satélites, entre sus regiones, entre zonas industriales y zonas
agrícolas. Planteó que hasta las regiones más apartadas, los trabajadores agrícolas más
alejados se veían alcanzados por las contradicciones del capitalismo y eran sometidos a la
dinámica del capitalismo mundial.
La aplicación de los principios de libre mercado ha llevado a nuevas bases de crecimiento y
crisis recurrentes, y por consecuencia una agudización de la polarización social en A.L.
En cuanto a las bases de crecimiento, en 1980 el crecimiento de las economías
latinoamericanas se daba más por el consumo de los hogares y la formación bruta de capital
fijo, y aunque importantes, menos por los flujos de IED y el comercio exterior. Para la
primera década del siglo XXI, para 2000-2010, disminuye la importancia del consumo
privado y la inversión en el crecimiento de la producción y aumenta la del comercio
exterior. Ya veíamos el papel cada vez más preponderante que tiene la IED en la inversión
y el comercio exterior. Así, para 1980 el consumo de los hogares representaba el 64.7% del
PIB, la formación bruta de capital 28.5% y el comercio exterior de bienes y servicios
32.9%. Para dos mil 2010 el gasto en el consumo de los hogares había descendido a 61.8%,
la formación bruta de capital a 19.6% y, por el contrario, el comercio exterior de
representar 32.9% del PIB en 1980 aumenta a 42.7% en 2010. Lo mismo, siguiendo las
278
tendencias mundiales, las economías latinoamericanas están cada vez están más
terciarizadas. La importancia del sector primario en la actividad económica cayó de 8.6%
en 1980 a 5.7% en 2010, la industria de 40.0% a 32.6% y las manufacturas de 23.1 a 16.1%
en los mismos años, por el contrario la del sector servicios aumenta de 51.4 a 61.7% (ver
cuadro IV.25).
Sobre las crisis recurrentes, la aplicación de los principios de libre mercado estuvo
precedida por el inicio de la crisis de la DE latinoamericana y después, ya con su
aplicación, por diferentes crisis en diferentes países. Habría que llamar la atención en lo
prolongada y severa que fue la crisis de la DE en términos de inversión, de producción, de
devaluaciones de las monedas, de inflación, de desempleo, de distribución del ingreso y de
pobreza. La crisis de la DE duraría una década. Los cuadros del IV.28 al IV.35 muestran lo
severo de esa crisis y quien pagó los costos del ajuste para superarla. En varios países
latinoamericanos el salario mínimo perdería más de la mitad de su poder adquisitivo en las
décadas de los ochenta y noventa.
A esta vulnerabilidad social habría que añadir las crisis que se han presentado en la
economía mundial capitalista a partir de la implementación del neoliberalismo y que han
agravado el problema del desempleo y pobreza.
Después de superada la crisis de la DE, y ya con plena vigencia de los principios
neoliberales y con el optimismo gubernamental y del capital en que la situación previa a
esos principios mejoraría, en varios países latinoamericanos han tenido una o más caídas
en su producción precisamente por la implementación de políticas de libre mercado. Por
ejemplo, con datos del Balance preliminar de las economías de América Latina y el
Caribe, 2000, y el Estudio económico de América Latina y el Caribe, 2005-2006, 2010-
2011, de la CEPAL, Argentina de 1991 a 2010 tuvo seis crecimientos negativos de su
producción, sobresaliendo las de 2002 con -10.9%, Uruguay cinco caídas sobresaliendo
2002 con -11.0%, México sólo dos caídas en 1995 y 2009 de -6.2 y -6.1%
respectivamente. Los efectos adversos de estas crisis se agregarían a los que había dejado la
crisis de la DE. Los más castigados seguían siendo los trabajadores por la continuación de
la caída de los salarios mínimos.
279
No hay justificación económico-social para continuar con las políticas de libre mercado. Si
uno revisa los cuadros del IV.28 al IV.35 y toma uno como referencia el año 1980, y treinta
años después, para 2010, vemos que para millones de la población latinoamericana su
situación económico-social no ha mejorado. Esto por más que los partidarios, ideólogos e
instituciones adheridas a los principios de libre mercado lo traten de justificar. El mejor
ejemplo para el abandono de estas políticas es esta realidad latinoamericana, pero también
los resultados que ha tendido en otros continentes, principalmente en Europa en que el
desempleo ha alcanzado tasas no vistas en periodos recientes.
A la bonanza de los grandes capitales industriales, comerciales y financieros, tanto
extranjeros como los de A.L., está la otra cara que tiene que ver con el crecimiento de la
producción, la generación de empleos, mejores salarios, una distribución equitativa del
ingreso y la disminución de la pobreza, recordando que el proyecto neoliberal mejoraría la
situación económico-social previa. Si uno revisa los datos, primero, en lo que tiene que ver
con el crecimiento de la producción, ninguna década fue como la de los setenta, y por
consecuencia el PIB per cápita. Algunos países como Bolivia, Brasil, El Salvador,
Guatemala y Haití, México, Nicaragua y Paraguay, entre otros, llevan tres décadas
perdidas (ver cuadros IV.24, IV.28). El desempleo tampoco lo han resuelto la bonanza de
los grandes capitales extranjeros y latinoamericanos, ni la bonanza del comercio exterior.
En varios países las tasas de desempleo siguen siendo mayores a la década de los setentas,
previo a las políticas de libre mercado, que por supuesto presiona los salarios a la baja (ver
cuadro IV.29). Al desempleo abierto habría que agregar el subempleo por horas, empleados
que trabajan de entre 48 y 30 horas pero que desearían trabajar más. Por ejemplo, con datos
del Estudio económico de América Latina y el Caribe, 2006-2007, 2010-2011de la CEPAL,
de 1998 a 2010, en Argentina la proporción fluctuó entre 9.8% en 2010 y 24% en 2002, en
Colombia entre 9.1 en 2008 y 16.8% en 2002 y Perú entre 12.3% en 2000 y 20.6% en 2002,
entre otros países. También, para varios países, los precios al consumidor, y a pesar de la
presión por el equilibrio en las finanzas públicas, no han descendido como la aplicación de
políticas de libre mercado esperarían, por lo que ante las políticas de contención salarial, ha
llevado a un deterioro severo de los salarios reales (ver cuadro IV.30).
280
Cuadro IV.28. América Latina. Producto interno bruto por
habitante a precios constantes de 1980 y 2000
(Tasas de variación anual y media anual)
1970/1980 1980/1990 1990/2000 2000/2008
Argentina 0.9 -2.6 2.9 3.2
Bolivia (EP de) 1.4 -2.0 1.4 1.6
Brasil 6.2 -0.5 1.0 2.2
Chile 1.0 1.2 4.8 3.1
Colombia 3.1 1.3 0.9 3.1
Costa Rica 3.0 -0.3 2.7 3.0
Cuba … … -1.9 5.9
Ecuador 5.8 -0.5 0.0 3.5
El Salvador -0.2 -1.5 2.5 1.0
Guatemala 3.0 -1.5 1.7 1.3
Haití 3.2 -3.0 -1.9 -1.1
Honduras 2.3 -0.6 0.8 2.9
México 3.6 -0.1 1.7 1.4
Nicaragua -2.7 -3.7 1.2 1.9
Panamá 2.8 -0.8 3.0 4.5
Paraguay 6.1 0.2 -0.5 1.7
Perú 1.0 -3.4 2.3 4.6
República Dominicana 4.4 0.3 4.2 3.6
Uruguay 2.6 -0.3 2.4 3.3
Venezuela (RB de) 0.6 -2.0 0.0 2.7
América Latina a/ 4.2 -0.7 1.5 2.2
Fuente:www.eclac.org/estadisticas/ a/Para 1970-1980 y 1980-1990, incluye los países para los que se dispone
de información.
281
Cuadro IV. 29. América Latina: Tasa de desempleo, 1970-2010
(Tasa anual media)
País 1970 1980 1985 1990 2000 2005 2010
Argentina 4.9 2.6 5.6 7,5 15.1 11.6 7.7
Barbados … 12.6 18.7 15.0 9.2 9.1 10.8
Bolivia (EP de) … 7.1 5.8 9.5 7.5 8.1 6.5
Brasil 6.5 6.3 5.3 4.3 7.1 9.8 6.7
Colombia 10.6 9.7 14.1 10.3 17.3 14.3 12.4
Costa Rica 3.5 6.0 6.7 5.4 5.3 6.9 7.1
Chile 4.1 11.7 17.0 6.5 9.7 9.2 8.2
Ecuador 4.2 5.7 10.4 6.1 9.0 8.5 7.6
El Salvador … … … 10.0 6.5 7.3 6.8
Guatemala … 2.2 12.0 6.4 … … 4.8
Honduras … 8.8 11.7 6.9 … 6.5 6.4
Jamaica … 17.2 10.9 … 15.5 11.3 12.4
México 7.0 4.5 4.4 2.9 3.4 4.7 6.4
Nicaragua … 18.3 20.9 11.1 7.8 7.0 9.7
Panamá 10.3 10.4 15.7 20.0 15.2 12.1 7.7
Paraguay … 3.9 5.1 6.6 10.0 7.6 7.8
Perú … 7.1 10.1 8.3 8.5 9.6 7.9
República Dominicana
Trinidad y Tobago … 9.9 16.0 20.0 12.2 8.0 5.8
Uruguay 7.5 7.4 13.1 9.3 13.6 12.2 7.1
Venezuela (RB de) 7.8 6.6 14.3 10.5 13.9 12.4 8.6
Fuente: CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, 1992, 2011
282
Cuadro IV.30. América Latina. Variación de los índices anuales de
precios al consumidor: promedio anual
(Tasas de variación media anual)
País 1970/1980 1980/1990 1990/2000 2000/2008
Argentina 119.5 437.6 14.9 9.8
Bolivia (EP de) 18.8 222.7 9.0 5.3
Brasil … … 200.5 7.1
Chile 130.3 20.3 9.4 3.7
Colombia 21.3 23.7 20.0 6.1
Costa Rica 10.8 25.6 15.9 11.3
Cuba … … … 2.8
Ecuador 12.4 36.1 42.5 9.1
El Salvador 10.8 19.0 7.9 4.1
Guatemala 9.6 13.9 11.5 7.8
Haití 10.7 6.7 19.8 16.9
Honduras 7.9 7.8 18.2 8.2
México 16.6 65.1 18.3 4.7
Nicaragua … 570.1 57.3 9.2
Panamá 7.0 1.8 1.2 2.5
Paraguay 13.1 21.7 13.4 8.8
Perú 30.3 332.1 9.7 2.4
República Dominicana … … 10.4 14.3
Uruguay … … 35.2 9.1
Venezuela (RB de) 8.4 23.3 43.3 20.8
América Latina e/ 36.5 126.3 82.7 7.4
Fuente:www.eclac.org/estadisticas/ e/Incluye los países para los que se dispone información, excepto Cuba
Si toma uno como base 1980, porque como se dijo, se supondría que con las políticas de
libre mercado la situación previa de los consumidores mejoraría, vemos que no ha sido así.
Por ejemplo, según datos de la CEPAL, en veinte años, de 1980 hasta 2000, de 18 países
latinoamericanos, en 11 de ellos el salario mínimo real había caído estrepitosamente. Los
casos extremos eran Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Perú, Uruguay y Venezuela
en donde el salario había caído entre el 54 y 75%. Aún con el crecimiento que en estos
países ha tenido el salario mínimo de 2000 a 2010, a excepción de Uruguay, en ninguno de
los países mencionados se ha alcanzado, mucho menos superado, el salario real que se tenía
en 1980. De estos, el caso extremo es la caída del salario mínimo real de México que de
1980 a 2000 descendió en 70.5% y de 2000 a 2010 4.4% (ver cuadros IV.31 y IV.32).
283
Cuadro IV.31. América Latina y el Caribe: Evolución del salario
mínimo real urbano, 1980-2000
(índices promedios anuales y tasas de crecimiento acumuladas)
1980 1990 1995 2000 TCA
1980/2000
Argentina 132.4 28.4 100 100.5 -24.1
Bolivia (EP de) … 51.5 100 126.8 146.2
Brasil 121.5 87.8 100 116.1 -4.4
Chile 87.9 76.9 100 133.2 51.5
Colombia 97.4 104.6 100 104.2 7.0
Costa Rica 83.7 101.2 100 111.1 32.7
Ecuador 209.8 72.8 100 84.6 -59.7
El Salvador 278.6 97.0 100 25.4 -68.8
Guatemala 409.2 197.2 100 102.6 -74.9
Haití 157.5 115.6 100 51.4 -67.4
Honduras 131.3 111.6 100 114.7 -12.6
México 323.9 128.0 100 95.6 -70.5
Panamá 94.5 93.8 100 113.6 20.2
Paraguay 87.5 114.5 100 105.8 20.9
Perú 676.1 158.0 100 215.6 -68.1
República Dominicana 109.8 83.4 100 111.4 2.4
Uruguay 233.9 161.3 100 96.9 -58.6
Venezuela (RB de) 184.6 88.3 100 85.5 -53.7
Fuente: CEPAL, Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2000-2001
TCA: Tasas de crecimiento acumuladas
284
Cuadro IV.32. América Latina y el Caribe: Salario mínimo real, 2000-2010
(índices 2000=100 y tasas de crecimiento acumuladas)
2000 2005 2008 2009 2010 TCA
2000/2010
Argentina 100 171.1 253.3 292.1 321.3 221.3
Bolivia (EP de) 100 106.3 108.0 117.0 119.9 19.9
Brasil 100 128.5 160.8 172.7 182.0 82.0
Chile 100 113.4 118.3 124.7 127.7 27.0
Colombia 100 105.0 106.9 110.3 111.6 11.6
Costa Rica 100 97.8 99.5 103.3 105.8 5.8
Ecuador 100 125.9 146.7 152.0 161.5 61.5
El Salvador 100 91.1 92.9 101.9 100.9 0.9
Guatemala 100 115.9 111.9 117.9 122.0 22.0
Haití 100 79.6 56.4 72.2 114.1 14.1
Honduras 100 121.2 131.1 223.5 213.4 113.4
México 100 99.0 96.2 94.8 95.6 -4.4
Panamá 100 104.5 109.2 106.5 113.3 13.3
Paraguay 100 104.4 101.3 102.0 102.5 2.5
Perú 100 105.1 114.5 111.2 110.1 10.1
República Dominicana 100 96.4 87.7 93.9 93.5 -6.5
Uruguay 100 131.9 176.9 194.4 196.8 96.8
Venezuela (RB de) 100 103.7 107.2 99.4 93.8 -6.2
Fuente: CEPAL, Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2010-2011
TCA: Tasas de crecimiento acumuladas
Con el deterioro salarial podemos hablar, como en su momento lo hizo Marini, de
superexplotación de la fuerza de trabajo y las implicaciones para el desarrollo de un
mercado interno y para el desarrollo desigual de las ramas productoras de bienes salarios y
de bienes para los capitalistas. Un indicio del deterioro salarial, ya veíamos, es la llegada
masiva de IED, que obtiene cuantiosas ganancias por la explotación de la fuerza de trabajo
para remitirlas a sus países de origen. El otro, directamente relacionado con la IED, son los
grandes montos por exportaciones de mercancías que no encuentran mercado en la periferia
latinoamericana por los bajos salarios, la concentración del ingreso y la pobreza. Lo mismo
se podría decir de la colocación de las inversiones de empresas latinoamericanas en el
exterior.
Con datos oficiales, en términos absolutos, en 1980 había en A.L. 136 millones de pobres y
en 2010 184 millones. El incremento se debió al aumento de los pobres urbanos de 63 a
121 millones en los mismos años. Lo mismo el número de indigentes, que aumentaron de
62 a 68 millones (ver cuadros IV.33 y IV.34). Todavía más visible de lo inequitativo de
este modelo es en la distribución del ingreso. De los siete países que están en el cuadro
285
IV.35, en los siete el 20% de las familias más pobres empeoró su situación en el ingreso.
Los peores, Argentina que de concentrar el 6.8% en 1980, en 2010 sólo 3.7%, por el
contrario, el 20% más rico subió de 45.3 a 55.4% del ingreso; en México el 20% más pobre
bajo de 7.9 a 4.5% y el 20% más rico de 41.2% a 53.3%, y así los demás países. La misma
suerte ha corrido el 60% de las familias siguientes respecto a su disminución en el ingreso
(ver cuadro IV.35).
Cuadro IV.33. América Latina: Incidencia de la pobreza y
la indigencia, 1980-2007
(Porcentajes de personas)
Pobres Indigentes
Total Urbano Rural Total Urbano Rural
1980 40 30 60 19 11 33
1990 48 41 65 22 15 40
2002 44 38 62 19 14 38
2007 34 29 52 13 8 28
Fuente:www.eclac.org/estadisticas
Cuadro IV.34.América Latina: Incidencia de la pobreza y
la indigencia, 1980-2007
(Millones de personas)
Pobres Indigentes
Total Urbano Rural Total Urbano Rural
1980 136 63 73 62 22 40
1990 200 122 78 93 45 48
2002 221 146 75 97 51 46
2007 184 121 63 68 34 34
Fuente:www.eclac.org/estadisticas
286
Cuadro IV.35. América Latina: Distribución del ingreso de los hogares
urbanos, por quintiles /a, 1980-2010
(Porcentajes)
País Año Decil1 Decil2 Quintil2 Quintil3 Quintil4 Decil9 Decil10
Argentina (urbano) 1980 2.8 4.0 10.6 15.7 21.7 14.4 30.9
1990 2.3 3.9 8.7 14.2 20.9 15.2 34.8
1999 1.2 2.3 7.3 11.7 19.1 15.6 42.9
2010 1.2 2.5 8.1 12.7 20.1 15.7 39.7
Brasil (nacional) 1980
1990 1.1 2.2 7.0 11.1 19.4 17.4 41.8
2001 0.6 1.4 5.0 9.0 16.1 15.0 52.8
2009 0.8 1.9 6.5 11.0 18.0 15.2 46.5
Chile (nacional) 1980
1990 1.7 3.0 8.7 12.1 18.7 15.8 39.2
2000 1.2 2.2 6.8 10.7 17.5 15.2 46.3
2009 1.4 2.7 7.8 11.7 18.4 15.0 42.9
México (nacional) 1984 3.2 4.7 12.3 16.8 21.9 15.4 25.8
1994 2.9 3.9 10.0 13.9 19.7 15.3 34.3
2000 1.2 2.2 7.1 11.6 18.8 15.7 43.2
2010 1.6 2.9 8.6 13.1 20.4 15.9 37.4
Perú (nacional) 1980
1990
2001 1.1 2.2 7.5 12.4 20.2 16.0 40.6
2010 1.6 2.8 9.0 14.1 21.7 16.1 34.5
Uruguay (nacional) 1981 2.7 4.1 10.9 14.7 21.2 15.2 31.2
1990 3.5 4.7 11.9 15.4 19.9 13.3 31.2
2002 3.7 5.1 12.9 16.0 20.6 14.4 27.3
2010 2.1 3.4 9.8 14.4 21.8 16.3 32.1
Venezuela (RB de) 1981 2.5 4.4 13.2 17.1 24.9 16.0 21.8
1990 2.0 3.7 11.1 15.9 22.8 16.2 28.4
1999 1.1 2.5 8.2 13.1 20.7 16.6 37.8
2010 1.8 3.6 10.7 15.8 23.0 16.5 28.7
Fuente: CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, varios años.
La misma CEPAL en 2008, 18 años después de su propuesta de “Transformación
productiva con equidad” en 1990, hacía un balance totalmente negativo de los resultados de
la puesta en práctica de los principios de libre mercado en A.L. Afirmaba que:
…la región aún no concreta avances significativos en aspectos estructurales…en
primer lugar la inequidad en la distribución del ingreso y, en términos más generales,
la inequidad en el acceso a diferentes activos, continúa siendo una realidad
incontrastable de América Latina y el Caribe. En segundo lugar, la inversión, pese a
haber aumentado durante los últimos años a los mayores niveles desde 1980, aún no
basta para sostener tasas de crecimiento superiores al 5%. En tercer lugar la mayor
287
diversificación exportadora no ha logrado reducir la excesiva dependencia de las
exportaciones tradicionales, ni incorporar, en general, mayor conocimiento y valor
agregado en las distintas actividades y cadenas productivas…En cuarto lugar, la
región ha perdido participación en el comercio mundial de servicios y, en particular,
en los segmentos más dinámicos, que básicamente corresponden a la informática, la
ingeniería, los seguros y las finanzas, la investigación y el desarrollo de las
telecomunicaciones. En quinto lugar, los esfuerzos en materia de innovación siguen
siendo escasos y su eficiencia reducida. Las brechas son cada vez más profundas si se
consideran los crecientes esfuerzos públicos y privados que realizan los países de
Asia en desarrollo, particularmente China, en materia de investigación y desarrollo
(ciencias básicas y aplicadas) y acceso a los mercados del conocimiento. (CEPAL;
2008: 318).
Nuevamente, a raíz de la crisis financiera en los EE.UU. y su impacto adverso en las
economías de A.L., la CEPAL, en su trigésimo tercer período de sesiones celebrada en
Brasil del 30 de mayo al 1 de junio de 2010, presentaba el documento: La hora de la
igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir. En él reconocía que lo predominante en 5
siglos de capitalismo en A.L. ha sido la desigualdad y la “peor distribución del ingreso” del
mundo, que se han exacerbado con el neoliberalismo y con las crisis recurrentes que ha
traído, sobre todo la de 2007. Dice la CEPAL:
¿Por qué hacemos nuestro el valor de la igualdad en la actual inflexión histórica?
Porque creemos interpretar un reclamo largamente sostenido y postergado en las
sociedades latinoamericanas y caribeñas. En efecto, la desigualdad recorre cinco
siglos de discriminación racial, étnica y de género, con ciudadanos de primera y
segunda categoría y la peor distribución del ingreso del mundo. Recorre décadas
recientes en que se ha exacerbado la heterogeneidad en cuanto a las oportunidades
productivas de la sociedad, se ha deteriorado el mundo del trabajo y se ha segmentado
el acceso a la protección social. Recorre las asimetrías frente a la globalización.
(CEPAL; 2010: 6-7)
Su propuesta para disminuir las desigualdades es la siguiente: “Por eso proponemos crecer
con menos heterogeneidad estructural y más desarrollo productivo, e igualar potenciando
288
capacidades humanas y movilizando energías desde el Estado. Proponemos remediar las
tremendas disparidades espaciales mediante sociedades más integradas en torno a
dinámicas productivas, con sinergias sociales y territoriales positivas. Proponemos
fortalecer la protección de las personas mejorando tanto los mercados laborales como las
transferencias y gestión públicas.” (CEPAL; 2010: 7)
IV.3.6 Estructuras productivas condicionadas, límites al desarrollo y dependencia
primario-tecnológica
Deberíamos empezar por la afirmación de Cardoso, la cual comparto, en el sentido de que
“…mientras la práctica política no destruya las desigualdades de apropiación entre las
clases y entre las naciones, el concepto de dependencia sigue pleno de significado.”
(Cardoso; 1975/1976: 102) Con la puesta en práctica de los principios neoliberales, hasta
ahora, las desigualdades entre naciones y al interior de las naciones no sólo no han
disminuido sino que por el contrario se han agudizado.
Después de revisar la información oficial se puede decir, primero, que la puesta en práctica
de las políticas de libre mercado ha llevado a una nueva forma de inserción de la periferia
latinoamericana y a una nueva forma de estructuras productivas dependientes
condicionadas, que han llevado a imponer límites al desarrollo que tiene que ver con la
justicia social. Segundo, por lo mismo, caben la mayoría de las tesis dependentistas como
las de Frank sobre la “extracción de excedentes” y el subdesarrollo estructural y el infundir
en la periferia la misma estructura capitalista y sus contradicciones. También señaló la
polarización al interior de los mismos satélites, entre las grandes y pequeñas empresas,
entre las clases sociales y grupos sociales, ya lo veíamos con los grandes capitales
latinoamericanos que invierten en el exterior y en la distribución del ingreso. Lo mismo las
de Dos Santos, de que la dependencia latinoamericana no es un elemento externo, sino que
la situación de dependencia en que vivía la periferia latinoamericana dentro del sistema
capitalista mundial condicionaba sus estructuras internas haciéndolas dependientes en su
propia constitución, que limitaban las posibilidades de alternativas de desarrollo
independiente. De Marini, sobre todo, con la continuación de la superexplotación de la
fuerza de trabajo y los limites para conformar o consolidar un mercado interno. También
sobre la posibilidad de las burguesías y los Estados latinoamericanos de impulsar un
289
desarrollo independiente, que no era posible ya que se aliaban o eran dominados por el
capital extranjero.
Con el neoliberalismo, y después de 30 años de aplicación de políticas de libre mercado, ha
llevado a que la dinámica del desarrollo de las economías latinoamericanas estén cada vez
más condicionadas, primero, por continuar con los programas de apertura y promoción para
la llegada de inversiones extranjeras, segundo, por la llegada de inversiones extranjeras,
sobre todo directas que aportan divisas, contribuyen a la inversión, generan empleos y son
determinantes en las exportaciones, tercero, por el comercio, por las dimensiones que ha
alcanzado este, cuarto, por las importaciones de materias primas industriales, sin las
cuales el crecimiento del sector industrial se vería en serios problemas, quinto, por las
exportaciones de productos primarios e industriales que generarían las divisas necesarias
para las importaciones de los dos sectores, pero sobre todo del segundo, sexto, también por
las dimensiones del comercio, por el precio de los productos primarios y el precio de los
productos industriales, séptimo, por el superávit del sector primario para cubrir el déficit
creciente del sector industrial, octavo, por la extracción de energéticos y por los precios
internacionales de estos, noveno, geográficamente, condicionado por el comercio con
EE.UU., la Unión Europea y China, porque es con esas regiones donde se obtiene la mayor
parte del superávit del sector primario, décimo, por la extracción de excedentes de los
capitales latinoamericanos y enviados a sus países de origen y onceavo, por el envío de
remesas de trabajadores latinoamericanos a sus países de origen, para el caso de México el
monto de estos recursos es muy importante, y por último, en algunas economías, por los
depósitos de extranjeros en bancos latinoamericanos.
Las estructuras productivas condicionadas dependientes van a limitar el desarrollo como
se debiera entender, y que tiene que ver con la justicia social con preservación del medio
ambiente. Así el desarrollo de la periferia latinoamericana estaría limitado, primero, por
llegada de inversiones extranjeras y por las características que asume ésta en la periferia
latinoamericana como la de exigir continuar con los programas de apertura y promoción,
porque que gran parte ha llegado y sigue llegando por medio de fusiones y adquisiciones,
por la extracción de excedentes, que como ya vimos son exponenciales, porque una
proporción importante de inversión extranjera es por concepto de inversiones de cartera
que son altamente inestables y también por la extracción de excedentes, y finalmente
290
limitado por el creciente endeudamiento externo y el pago del principal e intereses,
segundo, por la salida de capitales latinoamericanos que no pueden ser invertidos
localmente por la estrechez de los mercados latinoamericanos, tercero, por el mismo sector
industrial, que por sus déficit crecientes, absorbe cantidades importantes de divisas que
podrían tener otro destino y que obliga al sector primario a obtener esas divisas vía
superávit en su comercio exterior, cuarto, limitado porque el déficit del sector industrial es
principalmente por productos de alta tecnología, tecnología media y de baja tecnología,
quinto, y ahora también limitado por el déficit en el comercio de productos basados en
recursos naturales, tradicionales como alimentos, bebidas y tabaco, y en los cuales
tradicionalmente se tenía un superávit y que hacía que el déficit del todo el sector industrial
no fuera tan grande.
Limitado por las altas tasas de desempleo que no representan demanda de consumo para
diferentes ramas industriales, lo mismo el subempleo, que tiene implicaciones o presiona a
la otra limitación que son los bajos salarios reales y a la superexplotación de la fuerza de
trabajo. La otra limitación tiene que ver con una mayor concentración del ingreso que la
que se tenía previa a la aplicación de los principios de libre mercado y la pobreza, si no
como explicar la llegada de IED y las salidas de capitales latinoamericanos.
IV.3.7 Los Estados, las burguesías latinoamericanas y la posibilidad de un proyecto
de desarrollo independiente
Respecto a los Estados latinoamericanos, mucho se ha discutido respecto a las
características del Estado durante el periodo de ISI y de las características de éste durante el
periodo neoliberal, y se dice que para avanzar hacia el desarrollo no necesitamos ni el
primero ni el segundo. Entonces, ¿qué Estado? Reflexionando sobre el Estado que
acompañó al paradigma cepalino de los 50s, 60s, y 70s, Iglesias nos dice que este fue
“omnipresente, centralista y cautivo”, lo que implicó, entre otras cosas, que la intervención
estatal entorpeciera el “funcionamiento eficiente del mercado y promoviera el rentismo, la
especulación y la corrupción.” (Iglesias; 2006: 10). Con el retorno de la ortodoxia, por la
crisis de la ISI, se llegó a un nuevo concepto de Estado. Se patrocinó “…un Estado
minimizado, lo cual significó el cierre de instituciones, la eliminación de instrumentos de
política y el recorte de su intervencionismo excesivo. Por ejemplo, las políticas industriales
291
y agrícolas fueron eliminadas. Y sobre todo se perdió la visión de largo plazo.” (Iglesias;
2006: 11).
Dentro del marco de la economía mundial capitalista, ¿es posible que Estados
latinoamericanos tengan como prioridad la justicia social? En los últimos años del siglo
XX y primeros del siglo XXI, según Iglesias, resurgió una preocupación marcada por el
desarrollo social. Pero en este nuevo paradigma el Estado quedaba con poca capacidad para
elaborar políticas que fueran en esa dirección. Así, “…en los últimos años ha surgido el
interés por redefinir el papel del Estado en el contexto de las nuevas estrategias de
desarrollo…” (Iglesias; 2006: 11). Así, si ni el Estado heterodoxo ni el ortodoxo, entonces
se debe reflexionar sobre un nuevo concepto de Estado. Según Iglesias, las características
de este Estado debería de ser el ser “…capaz de hacer viable la eficiencia del mercado”;
“que impulse la capacidad productiva”; “que disminuya las desigualdades sociales”; “ser
capaz de cooperar con la iniciativa privada” y “ser capaz de orientar y formular políticas de
inserción internacional”, entre otras. (Iglesias; 2006: 12, 13). ¿Por qué el Estado no ha sido
capaz de todas estas acciones?
En esta línea de discusión sobre qué Estados y su accionar en la etapa de capitalismo
neoliberal, la misma CEPAL reconocía que en una nueva política de desarrollo no se podía
continuar con un Estado con las características que había tenido durante la ISI, pero que
tampoco podía ser un Estado fuera de sus responsabilidades de justicia social y sólo estar
atento a las demandas de las clases dominantes, los resultados están a la vista. En 2010 la
CEPAL hacía propuestas que parecían muy obvias desde hace varias décadas. Decía la
CEPAL que era “preciso contar con políticas de Estado que concurran a dinamizar el
crecimiento, promover la productividad, fomentar una mayor articulación territorial,
impulsar mejores condiciones de empleo y de institucionalidad laboral y proveer bienes
públicos y protección social con clara vocación universalista y redistributiva. A estos retos,
complejos y cuyo logro insume tiempo, se aboca la presente propuesta. Requieren un arduo
trabajo técnico, de construcción de pactos sociales y de financiamiento para el desarrollo.
Responden a un triple desafío: impulsar las economías de la región en aras del desarrollo,
enfrentar la crisis y su inflexión histórica con nuevos instrumentos de política y saldar la
secular deuda de desigualdad y exclusión social de la región. Por eso, a la vez, la tarea
urgente es reformar el sistema tributario y de transferencias, a fin de generar mayor
292
capacidad fiscal y colocar la solidaridad social en el centro de la vida colectiva…”
(CEPAL; 2010: 9)
En la línea de los dependentistas, Osorio, criticando las propuestas cepalinas de lo que
deberían ser los Estados Latinoamericanos para alcanzar el desarrollo, nos dice que en las
propuestas neoestructurales.
… prevalece la visión del Estado como reino de la razón, operando por encima de los
conflictivos intereses de clases (¡y de los vaivenes de la política!) y propiciando la
búsqueda del bien común. No sé si ese estado exista en alguna parte, incluso
considerando el mundo desarrollado. Pero concediendo tal supuesto, cabe
preguntarse: ¿por qué dicho Estado no se ha conformado en la periferia?; ¿qué
razones explican su ausencia?; ¿por qué el Estado latinoamericano no reúne las
cualidades que nuestros autores suponen en los Estados de las regiones y naciones
subdesarrolladas y que las convirtió en motor y catalizador de las energías
modernizantes?...Como frente a otras preguntas, en las propuestas neoestructurales no
existen respuestas a estos interrogantes. Falta de historicidad y formalismos se
vuelven hacer presentes…se puede dibujar el mejor de los mundos posibles…pero
nunca se explicará el mundo político, social y económico que realmente tenemos, ni
los actores sociales que pudieran llevar a cabo tales tareas, en la lógica de un
capitalismo, el dependiente, que nos muestra conductas sociales, al menos de las
fracciones empresariales hegemónicas, que caminan en una dirección opuesta.
(Osorio; 2003 148-149).
Por último, también en la línea de los dependentistas, en el sentido de la existencia de
burguesías nacionales latinoamericanas y la posibilidad de que estas pudieran modificar el
capitalismo neoliberal existente, Samir Amin, en una entrevista, a la pregunta de si habían
pasado los tiempos de capitalismos nacionales en la Argentina, responde que “…en esta
nueva estructura del capitalismo mundial, no hay más lugar para la burguesía nacional. Lo
que vemos actualmente es la desaparición de las burguesías nacionales… Existe una
burguesía compradora que imagina su enriquecimiento, como proyecto, en el marco del
capitalismo global tal como es, sin ambición alguna de modificar los términos de este
capitalismo.” (Amin, 2003: 7). Más adelante dice que quizás “…haya proyectos de
293
burguesía nacional en los países exsocialistas. Principalmente: Rusia, China. Cuba también,
sin duda, pero no hay un proyecto de burguesía nacional en ningún otro país, sean los
países más industrializados como Argentina, Brasil, Egipto e India o países menos
industrializados, como los de África subsahariana. ¡Ya no hay más burguesía nacional!”
(Amin, 2003: 7).
294
CONCLUSIONES
Una vez concluida la tesis, y teniendo en cuenta el objetivo inicial de esta, que era el de ver
la vigencia de las tesis dependentistas escritas en la década de los sesenta del siglo XX para
explicar el desarrollo- subdesarrollo actual latinoamericano, tenemos que las tesis del
pensamiento dependentista están plenamente vigentes para analizar las transformaciones
estructurales en las economías periféricas subdesarrolladas latinoamericanas a partir de la
implementación de los principios de libre mercado.
Va a ser la realidad mundial capitalista, específicamente la latinoamericana, de finales de
los sesenta lo que va a dar lugar a la construcción del pensamiento dependentista, y va a ser
nuevamente la realidad latinoamericana a raíz de la imposición del proyecto neoliberal la
que le va a dar su vigencia. Muy importante, ya que no es lo el tiempo histórico en que se
construyen la teorías lo que les da su vigencia sino el movimiento de la realidad.
Como hoy, desde hace varias décadas, tanto en el centro como de la periferia, ha habido
preocupaciones por el desarrollo-subdesarrollo por todo lo que eso ha significado para las
naciones que se encuentran bajo esa condición, preocupaciones que se han expresado en
construcciones teóricas referidas a como los del centro lograron llegaron a ser desarrollados
y los obstáculos que se le presentan a la periferia para alanzarlo. Estas construcciones se
han dividido sobre todo en dos vertientes, las de la teoría económica o ciencia burguesa,
que hacía caso omiso en la génesis y contradicciones del capitalismo en la explicación en
el origen del desarrollo-subdesarrrollo y su permanencia y hacían recomendaciones de
política económica a los países subdesarrollados para que dejaran esa condición,
recomendaciones tendientes a hacer lo que habían hecho los países del centro para llegar a
ser desarrollados, y las de la economía política, que por el contrario era en los orígenes y
las contradicciones del capitalismo donde habría que buscar la explicación de la
conformación de esos dos grupos de países, haciendo énfasis en la lucha de clases y la
obtención de ganancias como prioridad del capital y lo problemático que era para la
periferia, por no decir imposible, para que dejaran su condición de subdesarrolladas.
En A.L. existe una larga tradición de pensadores sociales latinoamericanos por la
preocupación del desarrollo subdesarrollo desde fines del siglo XIX y principios del siglo
XX y hasta la actualidad, por lo que las tesis del pensamiento dependentista habría que
295
ubicarlas como su continuación. Cuestionaron varios conceptos creados por los países del
centro para caracterizar y dominar la periferia y daban cuenta ya de lo que había
significado para A.L. el capitalismo del centro tanto en la etapa colonial como en las
décadas posteriores a su independencia hasta la década de los sesenta del siglo XX. Es
ilustrativo a este respecto el pensamiento de José Martí, José Carlos Mariátegui, de Raúl
Prebisch, Fidel Castro y Ernesto Che Guevara así como el de los dependentistas.
Como regularmente sucede con el cambio de paradigma, va a ser por problemas de crisis y
rentabilidad del capital, y por intermedio de los Estados y las instituciones internacionales
que se van a imponer y generalizar los principios neoliberales tanto en la periferia como en
el centro. Los resultados están a la vista. En contra de los postulados teóricos de beneficio
para todos los consumidores de ambos grupos de países, han sido las grandes empresas
financieras, industriales y comerciales, por ser los que tienen las mejores condiciones para
competir, las grandes beneficiarias con los principios de libre mercado por la apertura a sus
inversiones, los bajos salarios y la precariedad laboral. Por el contrario, por las crisis
recurrentes a las que ha llevado este modelo y por sus mismas contradicciones, las brechas
en la distribución de la producción entre capital y trabajo se han ampliado.
Los mercados también se ampliaron para el gran capital por la caída del socialismo en la
U.R.S.S. y Europa del Este que siguieron el capitalismo, y el capitalismo de libre mercado,
para continuar con su desarrollo. Ahora también están enfrentando las consecuencias de sus
contradicciones y crisis.
Por grupo de países, y también en contra de los postulados teóricos neoliberales, han sido
los desarrollados y los países de Asia los que han estado siendo los grandes ganadores en
este modelo de competencia y productividad en los mercados de productos de todo tipo de
mercancías, quedando a la zaga África y América Latina, normal en un capitalismo de
competencia en el que los ganadores son los que cuentan con las mejores condiciones para
competir.
Los argumentos del modelo provinieron del centro y fue en esos países donde
principalmente se iniciaron las políticas de libre mercado. En la periferia latinoamericana,
sus gobiernos y burguesías, no dudaron en llevar al máximo estas políticas, dando por
resultado la reproducción de las tendencias mundiales y del centro en cuanto al aumento de
296
la importancia de los elementos externos en la dinámica de sus economías y en la
conformación de una nueva dependencia que va a limitar su desarrollo,
Sobre lo específico del capitalismo latinoamericano a partir de la implementación de los
principios de libre mercado, la implementación de los principios de libre mercado ha
generado un capitalismo específico latinoamericano. Generó nuevas estructuras
productivas condicionadas dependientes que van a limitar su desarrollo. Condicionadas por
factores externos como las IED y el comercio exterior, que limitan su desarrollo por la
generación de altas tasas de desempleo, bajos salarios, altos niveles de pobreza, aumento de
la desigualdad y alta concentración del ingreso.
En cuanto a la tesis de la extracción de excedentes del centro a la periferia latinoamericana,
está plena de vigencia en América Latina, incluso, no sólo de los capitales del centro sino
también de los de las periferias latinoamericanas, que hace que los centros se desarrollen
aún más y las periferias latinoamericanas se subdesarrollen estructuralmente.
Del método y el enfoque del pensamiento dependentista para el análisis de las periferias
latinoamericanas, están plenamente vigentes para analizar la nueva realidad
latinoamericana. Tendría uno que partir del análisis del sistema capitalista mundial,
principalmente de los países del centro, para entender la implementación de los principios
de libre mercado, los cambios estructurales y la nueva problemática de las naciones
latinoamericanas.
De la imposibilidad del desarrollo latinoamericano con la implementación de los principios
de libre mercado, hasta ahora, y después cerca de treinta años de aplicación de los
principios de libre mercado, no se vislumbra que a corto, mediano y largo plazo, las
economías puedan dejar su condición de subdesarrolladas con todas las implicaciones que
eso significa. Vimos que la situación previa para una gran cantidad de consumidores no ha
mejorado, sino por el contrario ha empeorado.
Sobre la tesis de que más importante que la extracción de excedentes es que en la periferia
se introducen las contradicciones de explotación y expoliación, siguen del todo vigentes, ya
que la aplicación de los principios de libre mercado no sólo han permitido la generación y
extracción de excedentes y su remisión hacia el centro, sino que esas mismas
contradicciones ha llevado a un incremento del desempleo, de bajos salarios, de
297
incremento de la desigualdad, de una mayor concentración del ingreso, de aumento de la
pobreza e indigencia, con todo lo que eso implica en términos de vivienda, salud y
educación.
De la polarización al interior de la misma periferia. Revisando los datos vimos que no sólo
han crecido los activos de los grandes capitales latinoamericanos que invierten en el
exterior, sino que también se ha agudizado la polarización social. Los datos de desempleo,
salarios, pobreza e indigencia así lo demuestran. En cuanto a la distribución del ingreso
vimos que se ha dado una redistribución de las familias más pobres hacia las familias más
ricas.
Sobre la posibilidad de que los estados y las burguesías latinoamericanas pudieran
implementar un proyecto de desarrollo independiente, diferente al neoliberal, primero,
habría que recordar que han sido los Estados Latinoamericanos los promotores y defensores
de los principios de libre mercado. Segundo, la aplicación de los principios de libre
mercado no sólo ha beneficiado a los grandes capitales extranjeros y latinoamericanos
sino a los capitales en general. Samir Amin tiene razón cuando plantea que ya no existen
burguesías nacionales, sólo burguesías que buscan su enriquecimiento sin intenciones de
modificar las características del capitalismo neoliberal.
En la división internacional del trabajo, reprimarización y continuación de esa vieja
estructura productiva en la cual el sector primario financiaba el proceso de industrialización
de A.L. por la vía del financiamiento de su déficit creciente en su comercio exterior, déficit
provocado principalmente por las importaciones de productos de baja, mediana y alta
tecnología.
Sobre las estructuras productivas dependientes condicionadas, el neoliberalismo ha llevado
a que la dinámica del desarrollo de las economías latinoamericanas esté cada vez más
condicionada por factores externos como la llegada de IED, por el comercio, por el
superávit del sector primario para cubrir el déficit creciente del sector industrial y
geográficamente, condicionado por el comercio con Estados Unidos, la Unión Europea y
China, porque es con esas regiones donde se obtiene la mayor parte del superávit primario,
entre otros condicionamientos.
298
Estas estructuras productivas dependientes condicionadas estarían limitando el desarrollo
de las naciones latinoamericanas, primero, por llegada de la IE y por las características que
asume ésta en la periferia latinoamericana segundo, por la salida de capitales
latinoamericanos que no pueden ser invertidos localmente por la estrechez de los mercados
latinoamericanos, tercero, por el mismo sector industrial, que por sus déficit crecientes,
absorbe cantidades importantes de divisas que podrían tener otro destino y que obliga al
sector primario a obtener esas divisas vía superávit en su comercio exterior.
Limitado también, por las altas tasas de desempleo que no representan demanda de
consumo para diferentes ramas industriales, lo mismo el subempleo, que tiene
implicaciones o presiona a la otra limitación que son los bajos salarios reales y a la
superexplotación de la fuerza de trabajo. La otra limitación tiene que ver con una mayor
concentración del ingreso que la que se tenía previa a la aplicación de los principios de libre
mercado y la pobreza.
Por último la validez de la búsqueda del socialismo como alternativa de desarrollo al
capitalismo, al capitalismo de libre mercado, en el cual la prioridad no sea la competencia,
la productividad y las ganancias a costa del propio ser humano, sino el desarrollo material y
espiritual de este.
299
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FMI – Fondo Monetario Internacional
ISI – Industrialización por sustitución de importaciones
PGM – Primera Guerra Mundial
MMDD - Mil millones de dólares
OCDE – Organización para la Cooperación y desarrollo económico
IED – Inversión extranjera directa
MDD – Millones de dólares
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