Llegamos puntuales a la clase. Son lasocho de la tarde de un martes de no-

viembre. Cinco parejas se mueven a ritmode cha-cha-chá siguiendo las instruccionesde los profesores, Marta y Alberto. Se ríen,se concentran, alguna incluso se queja deun pisotón… el ambiente es magnífico, laclase sólo se ve interrumpida por la llegadade una nueva pareja que es recibida por lasdemás con un “¡felicidades abuelos!”: vie-nen de conocer a su primer nieto.

“El ambiente es magnífico, como veis; lagente se divierte, hace amigos y, enci-

ma, aprende a bailar”, dice Marta, la profeso-ra de Bailes de Salón que, pronto, también re-cibirá a la cigüeña, “estoy de siete meses, perono tengo problemas para bailar, creo inclusoque al bebé le gusta, ¡se mueve mucho!”.Marta hizo la carrera de Ballet Clásico, aun-que pronto se decantó por una modalidad másmoderna: rock and roll acrobático, ha partici-pado en diversos musicales, y lleva variosaños enseñando a bailar a los socios del Casi-no.“El estilo de baile que impartimos en el Ca-sino —nos cuenta Marta— es el llamado bai-le social, nada que ver con el baile de compe-tición, ese que ahora se ha puesto tan de mo-da en la televisión”.

¿Cuánto tiempo se tarda en aprender abailar?, le preguntamos. “Uff, el tiempo

de aprendizaje depende absolutamente de losalumnos y, por supuesto, de la habilidad inna-ta de cada uno; lo que tengo muy claro, en es-tos años de profesorado, es que si se tiene in-terés, se aprende más rápido. Y también quehay que querer aprender a bailar, que nadievenga obligado por su pareja, porque ese noaprenderá nunca”.

Las clases que en la actualidad se impartenen el Salón Duque de Osuna, comprenden

bailes latinos (bachata, merengue, cha-cha-chá… “todo lo que implique cadera”) y otrosritmos como vals, tango, rock and roll,swing… “Lo normal es que los asistentes ven-gan en pareja, aunque por supuesto puedenasistir de manera individual, de hecho mezcla-mos a los alumnos”.

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Desde hace cinco años, los socios del Casino tiene la posibilidad de emular, o al menos intentarlo, a la que fue, para muchos, la mejor

pareja de baile de todos los tiempos: Ginger Rogers y Fred Astaire.Semanalmente, en el Salón Duque de Osuna, se imparten clases

de Baile de Salón; hemos asistido a una de ellas y hablado con una de las profesoras: Marta Villegas.

A SU SERVICIOCM

Nuestra Sociedad

Clases de Baileen el Casino de Madrid

Las Clases de Bailese celebran en el Salón

Duque de Osuna.

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Marta también nos dice que “a veces hayque ser un poco psicólogo, en cuanto

ves bailar a alguien, enseguida te das cuentade cómo es; sin duda, el carácter se refleja enel baile”. Es cierto, en nuestra experiencia co-mo asistentes a una clase vemos pronto al quele gusta mandar, al tímido, al alegre… “Llevoya tres o cuatro clases y estoy encantadísima,me lo paso pipa”, nos dice una sonriente so-cia, a la que acompaña su marido, que tam-bién afirma pasárselo muy bien. “Poned porfavor que esto es divertidísimo, que se ani-men más socios, que es una oferta estupendaesta que nos hace el Casino de disponer deunos profesores tan buenos y tan majos”.

Junto con Marta Villegas y Alberto de laMuela, que imparten las Clases de Baile de

Salón, está Carmen de la Rosa, profesora deTango. Los tres nos recuerdan que las ins-cripciones están abiertas; quien lo desee, pue-de pedir información en la Secretaría del Ca-sino, o bien en los teléfonos 626 631 992 / 661 814 698.

El estilo de baile que seimparte en el Casino es elllamado social, muy diferenteal baile de exhibición. A laizquierda, Marta Villegasprofesora de baile.

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