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CAPITULO II
ESTRUCTURACIÓN TEÓRICA - REFERENCIAL
El presente estudio a nivel teórico se estructuró con base a los
antecedentes de la investigación, revisión de teorías, fundamentos teóricos,
marco jurídico y el sistema de variables.
Revisión de algunos Antecedentes de la Investigación
En esta sección se destacan aspectos que permiten visualizar algunos
elementos significativos en referencia a la problemática de la
vinculación Universidad, Servicios de Salud y Comunidad como proceso de
gestión.
Esta revisión se realizó buscando información en tesis, trabajos de
investigación y publicaciones que se relacionan explícita y/o implícitamente
con la temática de estudio.
A continuación se presentan una serie de investigaciones que tienen
relación directa con las variables Gestión Universitaria, los Servicios de Salud
y la Participación Comunitaria.
Con respecto a la variable Gestión Universitaria, Solleiro (1988) realizó
una investigación denominada “Gestión de la vinculación universidad-sector
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productivo”. Este estudio se llevó a cabo a partir del análisis de experiencias
en países latinoamericanos con la finalidad de aportar algunos elementos
para la adecuada gestión de la vinculación. Las unidades de estudio
estuvieron conformada por 36 universidades y 56 empresas a objeto de
conocer sus motivaciones para interactuar. El instrumento de trabajo
consistió en un cuestionario estructurado, los datos recogidos se presentaron
en tablas de diferentes entradas a las cuales se les aplicó un análisis
estadístico-descriptivo para el análisis de los datos. Los resultados
evidenciaron que para lograr la cooperación efectiva entre la universidad y el
sector productivo demanda el entendimiento mutuo, el desarrollo de metas
comunes, el compromiso con un plan de acción conjunta y la caracterización
de recursos.
Mestre (1993) realizó un estudio de carácter analítico-descriptivo a través
de un diagnóstico de la actividad de investigación en la Universidad Nacional
Experimental “Rafael María Baralt”, UNERBM, durante el período 1985-1992,
lo que permitió elaborar una propuesta sobre mecanismos de vinculación
para el funcionamiento del Programa de Investigación en la Institución. La
metodología de trabajo utilizada para recabar la información se basó en la
revisión de normas, misión, filosofía y objetivos de la UNERMB y la
aplicación de entrevistas y encuestas a profesores-investigadores y
coordinadores de la investigación en dicha universidad.
Del estudio se desprendieron algunas consideraciones sobre los dilemas
y situaciones que se plantean en la dinámica universitaria, relacionadas con
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el área de investigación, en las tomas de decisiones y planificadores. En tal
sentido, se propusieron algunos mecanismos viables de vinculación para el
funcionamiento del programa de investigación que facilite soluciones
congruentes a un modelo real de integración.
Siguiendo esta misma línea de investigación, Mestre (1999) realizó otro
trabajo denominado “Conducta Empresarial en torno a la vinculación
Universidad-Empresa. Un Estudio Prospectivo”, cuyo propósito fue analizar
las principales características manifiestas en la conducta empresarial que ha
prevalecido en torno a la vinculación empresa-universidad. Partió de la
premisa según la cual, el análisis del proceso en referencia se ha centrado
desde la óptica de la universidad, dejando de lado la visión prospectiva que
se tiene desde la escena empresarial. El proceso metodológico utilizado fue
de carácter exploratorio. Se aplicó como técnicas el análisis documental,
encuestas y entrevistas. El universo encuestado, estuvo constituido por
treinta y ocho (38) personas que laboran en empresas de varios sectores
industriales y ocho (8) profesores que ejercen cargos de dirección e
investigadores académicos en la UNERBM.
Los resultados encontrados mostraron que los empresarios evidencian
rasgos diferenciales de conducta, producto del condicionamiento estructural
impuesto por la tecnología extranjera y de una universidad que está
dispuesta a participar en el proceso de gestión. La investigadora sugirió la
puesta en marcha de lineamientos que den respuestas concretas a esta
realidad.
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Con respecto a la variable Servicios de Salud se han reportado hallazgos
significativos, como producto de las posiciones que han asumido los
investigadores, frente a la manera cómo se ha gestionado el sector salud.
Dentro de este contexto, Malavé (1995) realizó una investigación
denominada “Gerencia en Salud: un modelo innovador”. Este estudio se
inició en 1990 identificando los problemas fundamentales y las posibles
soluciones en el campo de la gerencia en salud. De allí, el interés en
estudiar y propiciar la discusión en torno a iniciativas como la de la
Asociación Cardiovascular Centro Occidental (ASCARDIO) puesta en
práctica en Barquisimeto, Estado Lara, Venezuela, que sirvió para que otros
centros de salud del país adoptaran el modelo, tal como lo destaca el autor,
en su investigación. Estos centros fueron Hospital Luis Gómez López de
Barquisimeto, la Fundación de Amigos del Hospital Pastor Oropeza de
Carora, Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Mérida, el
Hospital Central de Valencia, el Hospital Pediátrico Los Samanes en
Maracay, Hospital Vargas de Caracas y la Asociación de Amigos del Corazón
(ASOCOR) constituida en Maturín.
El propósito de esta investigación estuvo orientada a la búsqueda de un
modelo de administración de Servicios de Salud en Venezuela, a partir del
estudio de la experiencia encontrada en la Organización ASCARDIO como
referente de eficiente organización gerencial. En la primera fase del estudio
hubo la evaluación de diferentes contextos de aplicación del modelo,
fundamentados en estudios realizados en otras regiones del país. Por ello,
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para la segunda fase de la investigación, el objetivo fue profundizar en la
gerencia de la organización y el funcionamiento de Ascardio, explorar las
posibilidades de aplicar un modelo similar en contextos diferentes del
original y definir las condiciones para el desarrollo de un modelo general para
la administración de servicios de salud.
El análisis de los datos se realizó mediante la estadística descriptiva en lo
que respecta al cálculo de frecuencia y porcentaje. Se concluyó que la
situación actual de los servicios públicos de salud es calificada generalmente
como un “colapso” y que la gestión de los servicios de salud por parte de la
Fundación Ascardio ha sido efectiva gracias a la aplicación de normas de
eficiencia combinadas con un alto contenido social debido al desarrollo de un
estilo de gerencia participativa, al incorporar a las comunidades al proceso
de decisión sobre el funcionamiento de la mencionada asociación. Por
tanto, recomendó que la red de servicios de salud utilice algunos elementos
de la gerencia que aplica Ascardio.
En esta misma dirección, Rodríguez y Vásquez (1998) realizaron la
investigación denominada “Gestión local de los Sistemas de Salud,
desarrollo sustentable y etnocultura”. Esta investigación tuvo como propósito
estudiar el desarrollo sustentable en materia de salud y plantear la necesidad
de redefinir el sistema de salud en Venezuela, a objeto de superar los
problemas actuales de conceptualización y gestión que lo caracteriza.
Esta investigación fue de carácter exploratorio, logró evidenciar que la
gerencia de la salud en Venezuela dificulta la implantación de las propuestas
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de desarrollo sustentable, debido a que está divorciada de los procesos etno-
culturales y sujeta al modelo bio-médico, que privilegia la atención patológica,
por encima de la consideración del individuo como ser bio-psico-social y no
registra al hombre como miembro de una comunidad y portador de una
cultura e integrante del medio ambiente. Los resultados permitieron
evidenciar que la formulación de un modelo de gestión para el sector salud
debe estar fundamentado en la práctica de la participación, en base a un
sistema decisional amplio, democrático y pluralista.
De igual manera, Rincón y Velandria (2000) realizaron un estudio
descriptivo bajo un enfoque cualitativo denominado “Mezcla de
Mercadotecnia Social para la Promoción de la Salud reproductiva”. La
investigación siguió el proceso de la mercadotecnia social: diagnóstico del
producto y de la población destinataria, formulación de objetivos y
establecimiento de las estrategias comunicacionales para una compaña de
cambio social. Se recolectaron los datos combinado la observación
participante, la entrevista por pautas y grupo de discusión. Los resultados
se analizaron con la matriz FODA.
Las autoras lograron concluir que la mercadotecnia social para el sector
salud requiere de una gestión que facilite el desarrollo efectivo de
estrategias para mejorar los servicios de salud en cuanto su utilización,
detección de riesgos y racionalidad.
Con relación a la variable Participación Comunitaria, Abbo de Calvani
(1986) realizó una exhaustiva investigación denominada “Las Bases de la
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Participación Social en Venezuela”. Concentró su estudio en la metodología
de educación y organización para la participación de la población en las
instancias de decisión. Planteó una nueva estructuración social de la
población en organizaciones sociales que constituyan sociedades
intermedias de las ciudadanos para un nuevo orden social, justo y humano.
La autora logró evidenciar que hay una falta de participación de la
población en los beneficios y bienes de la sociedad, debido a que amplios
sectores están marginados de una variedad de servicios como son: el
empleo, la vivienda, la educación, la salud, la cultura, los servicios públicos
adecuados y otros. En este sentido, destaca la necesidad de ejercer una
acción de motivación de concientización y especialmente una acción de
legitimación del cambio en la estructura social. Propone por una parte, la
conformación de organizaciones sociales representativas y legítimas de la
población. Y por otra parte, la coordinación entre instituciones y las
organizaciones sociales; con el fin de lograr una estructura de participación
social caracterizada por la presencia activa de todos los sectores del país en
la toma de decisiones que les afecte.
Por su parte, López (1996) realizó una investigación descriptiva
denominada “Comunidad y Desarrollo Social. Un Cambio de Relaciones
entre la Crisis” con el propósito de explicar la vinculación a nivel de lo
concreto que existe entre comunidad y desarrollo social. Logró determinar
que existe un nuevo proceso de relación entre las comunidades y el
desarrollo social, cuya base es la participación y organización de las
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comunidades como mecanismo alternativo que derive acciones para mejorar
la calidad de vida del ciudadano. Las bases teóricas que sustentan esta
investigación son: la conceptualización de la comunidad y lo comunal, el
desarrollo social, la relación comunal-desarrollo social en la Venezuela
democrática y la brecha entre expectativas y logros, analizada a través de los
indicadores educación, consumo de alimentos, ingresos económicos y salud.
Con respecto, a este último indicador relacionado con la temática de la
presente investigación logró establecer que la salud está fuertemente
relegada por la población, sólo recurre a sus servicios para efectos de
medicina curativa cuando el deterioro físico impide generar ingresos o
cumplir roles, o cuando hay enfermedad crónica severa. Concluyó que esta
problemática podría minimizarse en la medida que la comunidad participe en
la toma de decisiones sobre la administración de los servicios de salud.
Vizcaya (1999) llevó a cabo un estudio sobre “La participación popular:
Una visión parcial del asunto, desde la óptica de algunas organizaciones
sociales del Estado Lara, vinculadas a los procesos de participación en
salud”. Esta investigación tuvo como propósito explicar la importancia que
tiene participación real de las comunidades en los procesos organizativos del
sector salud dentro de un marco de negociación compartida entre el sector
gerencial de la salud y ellas.
Su estudio fue de carácter exploratorio-descriptivo logró evidenciar que la
administración total o parcial de los recursos de los centros de salud han sido
mejor utilizados cuando las comunidades participan. Esta modalidad de
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participación esta identificada como Comité de Voluntarios de Salud, siendo
algunos de ellos: Círculos Femeninos Populares, la Escuela de Vecinos de
Venezuela, Promoción de la Salud (PROSALUD). La Asociación de Vecinos
de Jacinto Lara, y los Comités de Salud de Caribe y Santa Rosa. Se
recomendó fortalecer el trabajo en red como vía de articulación de las
organizaciones comunitarias que permita la construcción de mayores
espacios de participación y de poder popular.
En líneas generales de los estudios revisados acerca de la Universidad,
los Servicios de Salud y la participación comunitaria evidencian que existen
experiencias, acciones y situaciones esencialmente dirigidas para potenciar
la vinculación de la gestión del trinomio anteriormente señalado.
Teorías que Fundamentan la Investigación
Al considerar los aspectos de la Gestión Universitaria, los Servicios de
Salud y la Participación Comunitaria que los definen, la presente
investigación se fundamentó en algunas teorías de las Ciencias Humanas y
Sociales, a saber:
Teoría de la Acción humana
Según Desiato (1996) explica que para comprender una acción humana
auténticamente significativa, es necesario estudiar la relación que existe
entre la acción y su contexto inmediato del cual ella surge como repuesta. De
allí que "el hombre no es sólo es producto de su entorno sino que es, a la
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vez, productor: el hombre es creado a partir del propio hombre en el seno de
una constitución social" (p.59).
Dentro de esta configuración la construcción social se edifica producto de
la confluencia entre la sociedad, el individuo y la realidad en un mismo
proceso que advierte la sociabilidad del hombre no reducido a un pasivo e
inerte estar, sino que toma iniciativas para la acción significativa en todos
aquellos escenarios de orden político, cultural, económico, religioso,
educativo, comunicacional, comunal, que inciden en su proceso de vida.
Esta acción significativa debe estar presente en la vinculación Gestión
Universitaria, Servicios de Salud y Participación Comunitaria porque estas
unidades han definido su propio espacio para actuar pero a su vez requieren
desarrollar la interacción y la retroalimentación de manera mancomunada
expresada en la capacidad de razonar de discutir, de decidir sobre aquellos
aspectos de beneficio colectivo y planteando soluciones que facilita la
sustentabilidad social.
En la opinión del autor citado “la acción es una de las maneras de
modificar el entorno de la que dispone el hombre" (p.155). Además, significa
capacidad de influencia y modificar al otro y por consiguiente, de
trascender los contextos dados de la acción que va más allá de lo que se
encuentra.
Es evidente, que la acción humana asume en el transcurso de la
interacción sociocultural la predisposición hacia la sociedad y sustentabilidad
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debido a que el hombre es inducido a participar en el medio circundante por
un dispositivo de autovaloración de acuerdo a sus necesidades sentidas
esencialmente de salud, y buscar espacios para ser actor de su propio
proceso de vida al formar parte en la toma de decisiones sobre situaciones
relacionadas con la calidad de vida.
Teoría de la Organización sustentado en el Enfoque de Sistema
El denominado enfoque de sistema es el modelo de organización
empleado con mayor frecuencia en la actualidad por las organizaciones. En
opinión de Brown y Mintzberg (1990):
Un sistema es un conjunto de partes interrelacionadas que posee alguna singularidad dentro de su medio. Los sistemas extraen insumos (materia prima) del medio, los transforman y, una vez procesados los introducen de nuevo al medio ambiente. (....) las organizaciones son un conjunto de elementos interrelacionados únicas en su medio ambiente. Extraen energía, información, recursos y materiales en bruto de sus alrededores. Los procesan y finalmente introducen los productos resultantes al medio en forma de bienes y servicios acabados (beneficios) (p. 32).
Bajo esta percepción la universidad es un sistema abierto sobre la base
de vinculaciones con un doble flujo; de la universidad hacia la comunidad y
de ésta hacia la universidad. Emerge una cohabitación que vincula a ambas
organizaciones dentro de un paradigma que debe estar comprometido
con el entorno social, esencialmente con lo referente a los servicios de
salud.
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Dentro de esta configuración vinculante Orcajo (1999) inscribe:
La urgencia de inscribir la vida universitaria en el modelo de la teoría de los Sistemas o del Paradigma emergente. Lo importante es que no desarticular en piezas sueltas la realidad sino que es necesaria la interrelación de todas dentro de una unidad dinámica y autopotenciadora (p. 48).
Evidentemente, la universidad casa rectora del conocimiento tiene que
hacer los esfuerzos indispensables para el ejercicio institucional y oportuno
de las tareas académicas, incluyendo el entorno y el cambio de actitud frente
al liderazgo que le corresponde en el desarrollo social del país.
La sociedad ha sido, es y será una referencia imprescindible en el
funcionamiento de la universidad. "es más lo que valida su proyecto, en
última instancia, es su utilidad social" (Ibidem, p.51). Evidentemente, esta
utilidad se valida en su gestión social, científica e institucional, que se
operativiza de manera sistémica debido a que uno de los elementos que
intervienen en la vida universitaria: personales, físicos, financieros,
académicos, curriculares, administrativos, político sociales, gremiales, y
otros; son decisivos en cuanto involucran a todo el sistema.
Esta visión sistémica parece clara, las instituciones de educación
superior, en alianzas creativas entre sí y con aquellos sectores de la
sociedad que creen en la integración y justicia social, deben utilizar toda su
capacidad de creación, transmisión y difusión de conocimientos de análisis
critico y visión prospectiva, con el propósito de gestar opciones y valores
alternativos para generar modelos de organización fundamentados en la
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vinculación universidad, prestación de servicios y participación de la
comunidad.
Teoría Social de la Salud
San Martín y Pastor (1989) autores de esta teoría plantean que ante la
ineficiencia social de la medicina y el fracaso de los servicios tradicionales de
salud exteriorizado en una gran insatisfacción de la población frente a los
servicios de salud que escasamente responden a la solución de problemas
en esta área.
En atención a esta problemática surge la necesidad de repensar el
concepto de salud tanto por la universidad, formadora de los recursos
humanos involucrados en la prestación de servicios de salud como por parte
de la comunidad beneficiaria de dicho servicio. En la opinión de los autores,
“el concepto de salud no puede basarse en abstracciones sutiles ni lo
subjetivismo complicados, sin una relación con las estructuras y funciones de
las sociedades humanas y ajeno a las necesidades de éstas” (p.39). Es
evidente, que el escenario real comunitario es uno de los fundamentos
básicos de la teoría social de la salud.
La teoría social de la salud defiende la tesis de una sociedad que respete
los derechos humanos para garantizar a la comunidad mejores indicadores
de salud y mayores oportunidades de satisfacer las demandas (necesidades)
sociales y de salud.
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La visión de esta teoría establece que el logro de una efectiva atención
en los servicios de salud no se puede lograr solo por políticas orientadas
hacia las consecuencias biológicas de los riesgos de salud; se requiere la
participación de la comunidad en la concepción y la gestión que facilite la
cobertura y accesibilidad de iguales oportunidades lo cual significa equidad
social, iguales posibilidades de resultados para todos. Resulta claro, que las
necesidades de salud deben ser sentidas por la comunidad como un derecho
humano y equitativo.
Desde esta visión, San Martín y Pastor (1987) señalan que la Teoría
Social de la Salud enfoca problemas a partir de la dialéctica de lo social y lo
biológico en el hombre, es decir el punto de partida es considerar siempre
que los fenómenos que ocurren como la salud o la enfermedad suceden
simultáneamente, a saber:
1. La salud-enfermedad como proceso de origen social y, por tanto,
colectivo, también es un fenómeno individual, por ser efecto o la
consecuencia ecológica del proceso social que determina la salud-
enfermedad colectiva (nivel de salud de la comunidad). Por tanto, en este
nivel social lo que interesa es definir, por la observación de la realidad social,
la problemática de la salud, que existe en esa comunidad, en el momento
histórico social que se hace la observación. En cuanto a la teorización, es
absolutamente indispensable explicar el escenario social en que se presenta
el problema de salud y la forma cómo los procesos sociales conducen a la
población hacia la salud, la enfermedad o la muerte prematura.
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En resumen, dentro de este primer nivel social general, la salud se
analiza como proceso social, dinámico y multicausal, que incide en la calidad
de vida de la comunidad.
2. El segundo nivel es colectivo, en el sentido que analiza la
multicausalidad de las situaciones que interactúan en la atención en salud,
distinguiendo aquellos actores que deben vincularse para lograr una efectiva
gestión de los servicios sociales. En tal sentido, la vinculación Gestión
Universitaria, Servicios de Salud y Participación Comunitaria es
impostergable, y necesaria la triangulación entre ellos para potenciar el
desarrollo sostenido y sustentable del componente académico,
conjuntamente con los componentes Servicios de Salud y Comunidad
Organizada.
3. El tercer nivel establece el análisis de la salud - enfermedad como
proceso biológico - mental en el individuo teniendo en cuenta que es también
consecuencia de la realidad social. Este escenario debe plantearse sobre la
base de los factores que inciden sobre él, tales como; niveles de atención a
la salud y el comportamiento de la población. Desde esta visión del proceso,
no cabe duda que la gestión de los servicios de salud requiere de la revisión
de un nuevo paradigma actitudinal de los profesionales de la salud con el
sistema de salud y la participación proactiva de la comunidad.
Dentro de estas perspectivas Ballestero, H., Vitancurt, A. y Sánchez, S.
(1997) destacan lo significativo de "la aplicación del principio de la
participación social porque ha promovido innumerables cambios en la
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concepción, no sólo en la atención, sino fundamentalmente en la formación
de los recursos humanos para el sector" (p.24). A partir de este orden hay
que llevar a cabo todas las transformaciones que el sector salud necesita,
requiere definir un mecanismos que articule todos los recursos existentes
en una región para su mejor utilización, adecuación a la realidad local
y sobre todo el establecimiento de una relación de mutua
responsabilidad con la población beneficiaria, llamada también población
objeto.
Este conjunto de teorías relacionadas por variables le proporcionaron a la
autora de la investigación elementos muy significantes para la explicación de
la construcción teórica de este estudio.
El Concepto de Gestión
El concepto de gestión se ha discutido desde diversas posiciones
teóricas y se le ha otorgado la categoría de factor clave en el desarrollo de
las organizaciones universitarias.
Burgos (1986, p. 63); Drucker (1987, p. 212); Mintzberg (1995, p. 72) y
Terry y Franklin (1986, p. 24) señalan que la gestión involucra actividades de
planificación, organización, dirección y control con la finalidad de alcanzar
objetivos, comúnmente relacionados con beneficios económicos.
Paredes (1987) considera que es un proceso de “actividades,
lineamientos de investigación que corresponden a objetivos y estrategias de
las instituciones dedicadas al área” (p. 19).
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Mientras que Vitancurt (1997) señala que es una forma de actuar
conscientemente sobre un sistema social y cada uno de los subsistemas que
lo integran. Es significativo acotar que el concepto de gestión suele ser
confundido con el término administrar, por ello es pertinente aclarar la
diferencia entre ambos. Etimológicamente administrar proviene del latín ad
que significa a y suministrare que quiere decir servicio, mientras que gestión
se relaciona con la gerencia que proviene del latín genere que al traducirse
significa dirigir (gestionar). Administrar significa “servir a” y gestión se asocia
con las organizaciones que deben ser “dirigidas”.
Durante los últimos tiempos se ha puesto especial interés sobre la
necesidad de gestionar más que administrar. Por tanto, la gestión es un
proceso dinámico de acciones coherentes y diferenciables que guardan entre
sí una secuencia lógica cuya aplicación sobre organizaciones permite
establecer sistemas racionales de esfuerzos cooperativos a través de los
cuales se cumple la acción gerencial para alcanzar los propósitos
establecidos.
Por otra parte, Kliksberg (1995) destaca que en las últimas décadas ha
habido cambios fundamentales en las ideas básicas de cómo obtener mayor
eficiencia en las organizaciones. Se observa la emergencia a nivel mundial
de un nuevo paradigma de gestión con modelos analíticos y propuestas
técnicas muy diferentes a las del que predominó en buena parte en este
siglo. Se está pasando de la administración a la gerencia. Las
organizaciones más eficientes de nuestro tiempo han generado en su
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práctica, muchos elementos de este paradigma emergente y están operando
crecientemente en base a él.
Sánchez (1995) afirma que “la acción gerencial es un proceso constituido
por la gestión de recursos, autoridades, estrategias, toma de decisión,
comunicación y liderazgo” (p. 42). Este conjunto de acciones que emprende
y realiza la organización, en tal caso la Universidad y los Servicios de Salud
para lograr los resultados deseados en el futuro con respecto a su
vinculación con las Comunidades conlleva a construir mecanismos concretos
y específicos requeridos para los sectores del entorno social, científico e
institucional.
La Universidad frente al Proceso de Gestión
En los albores del siglo XXI se plantea una demanda de Universidad que
realmente logre vincularse con su entorno y adquiera mayor toma de
conciencia comprometida con el desarrollo socio-económico y cultural
nacional e internacional y en la construcción de espacios con nuevas
competencias, conocimientos e ideales para las generaciones presentes y
futuras.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 1998) la educación superior se enfrenta en
todos los países a desafíos y retos con respecto a las nuevas oportunidades
que propician tecnologías para mejorar la manera de producir, organizar,
difundir y controlar el saber y el acceso a ellas.
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Con la intención de encontrar soluciones para estos desafíos, y de poner
en marcha un proceso de profunda reforma de la educación superior, la
UNESCO en estos últimos cinco años, ha realizado conferencias, foros,
reuniones regionales, entre los cuales cabe mencionar: la Habana,
noviembre, 1996; Dakar, abril de 1997; Tokio, julio de 1997; Palermo,
septiembre de 1997; Beirut, marzo de 1998 y la Conferencia Mundial sobre
“Educación Superior en el siglo XXI: visión y acción”, celebrada del 5 al 9 de
octubre de 1998, considerada como uno de los eventos de mayor
trascendencia en el decenio de los noventa al emitir como declaración
mundial a la educación uno de los pilares fundamentales de los derechos
humanos, la democracia, la producción de bienes y servicios a través de la
coordinación y cooperación entre los diversos sectores y dentro de cada uno
de ello y, en particular, entre la universidad y su entorno.
El documento replantea que la educación superior debe reforzar sus
funciones de servicio a la sociedad, pero ahora señalando campos de acción
concretos: pobreza, violencia, analfabetismo, hambre, enfermedades,
agresiones al medio ambiente son algunos de los temas recurrentes que
invitan a la participación académica.
En el umbral del nuevo milenio, la universidad enfrenta la problemática
de nuevos requerimientos que la sociedad demanda. Así lo destaca
Martínez (1993) “el más pesado de los requerimientos es la exigencia de
participar en el desarrollo nacional, con una acción además de intelectual,
espiritual, moral y cívica, que gestione una profunda reforma de la sociedad”
(p. 433).
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Por su parte, Vesuri (1993) afirma que:
Para avanzar hacia una sociedad de innovación, hace falta construir puentes entre formas diferentes de conocimiento formal y también entre formas diferentes de relacionamiento con la realidad. De lo contrario, sea por pobreza de análisis o por falta de diálogo entre quienes deben intercambiar información para identificar problemas y sus posibles soluciones, la propuesta innovativa no llega siquiera a formularse (p. 29).
Mientras que Lombardi (1995) destaca que las instituciones universitarias
venezolanas, especialmente sus gerentes y docentes, están claros en que el
papel de las universidades, no puede ser solo la formación de élites
profesionales, sino que debe lograr la integración del cambio tecnológico y
científico en el quehacer docente, investigativo y extensionista, para la
promoción del cambio social.
Dentro de esta configuración urge la necesidad de redefinir la gestión
universitaria en el ámbito social, científico e institucional. En este sentido, a
la universidad como institución rectora del saber, se le exige la revisión
continua de su visión y misión; de modo que no corra el riesgo de aislarse de
la problemática socio-económica y cultural en la cual está inmersa.
La visión de la universidad debe ser la de una institución comprometida
con la formación de recursos humanos, la producción del conocimiento y
promotora del análisis y solución de problemas del entorno socio-cultural.
Entre las misiones de la universidad cabe resaltar la promoción de
investigaciones orientadas a soluciones efectivas a problemas del entorno y
su participación activa con el sector productivo y sociedad civil en la
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generación de polos de desarrollo, tendentes al mejoramiento de la calidad
de vida.
Frente a esta situación, la Comisión Nacional del Curriculum adscrita al
Núcleo de Vicerrectores Académicos del Consejo Nacional de Universidades
(CNU) asume en algunos términos, el Documento de Políticas para el
Cambio y el Desarrollo en la Educación Superior de la UNESCO y elabora el
documento (1997) denominado “Principios para la Transferencia y
Modernización Académica Curricular en la Educación Superior Venezolana”
con el propósito de presentar estrategias para abordar problemas de
pertinencia y compromiso social como principio cualitativo integrado a las
funciones de docencia, investigación, extensión y producción. Este principio
es definido como “el grado de contribución o intervención de las misiones en
la solución de las exigencias del entorno y de los problemas apremiantes de
la humanidad (p. 22).
A través de estas funciones de la universidad se logra: (a) formar
profesionales que habrán de ocupar un lugar específico y funcional en la
sociedad; (b) elevar el estado de conocimiento y ofrecer soluciones inmediato
y concretas a problemas del entorno; (c) fortalecer las relaciones universidad-
sociedad para dar utilidad social al conocimiento que se genera producto de
la interacción de la docencia investigación y extensión.
El principio de pertinencia y compromiso social, permite incorporar al
currículo problemas y aspectos propios y prioritarios del entorno social, de
manera que sean estudiados, analizados, investigados e interpretados en su
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dimensión actual y futura y desde esta perspectiva de análisis la docencia,
investigación, extensión y producción deben proponer y validar soluciones
sustentables y con alto grado de viabilidad. El compromiso alude a la
responsabilidad a tener conciencia de lo que la sociedad espera de la
universidad, “la intencionalidad” en las acciones que implica planes
permanentes constantes, sistemáticos y obliga a las instituciones de
Educación Superior a tener un trabajo ininterrumpido y comprometido con los
sectores donde intervienen con sus acciones académicas.
Así lo afirma Lares (2000):
Entendemos la universidad al servicio del país, no solo formando los profesionales que irán a incorporarse al mercado de trabajo, sino también dándole pertinencia social a todas las actividades que realiza y la mayor contribución al desarrollo del país, ocurre cuando ponemos a la disposición de la sociedad los conocimientos que se generan en estas instituciones. Es el conocimiento científico y tecnológico generado en los Institutos de Educación Superior, dando respuestas a los diferentes problemas involucrados en el desarrollo económico, político y social de nuestras comunidades, son los institutos de Educación Superior integrados a su entorno (p. 1).
Ante esta formulación, la universidad debe vincularse con su entorno,
promover la participación de los distintos sectores y actores sociales para
asumir y compartir responsabilidades, cabe subrayar, que le ha llegado el
momento de potenciar un proceso de gestión social, científico e
institucional que facilite una vinculación real y efectiva con las
organizaciones gubernamentales, no gubernamentales y con las
comunidades.
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Muñoz y Chávez (1996) señalan que la gerencia con las universidades
venezolanas deberá inclinarse a lograr una modificación de la visión
simplista de la gestión, por su permanente complejidad y la búsqueda de
escenarios que impliquen la aplicación de nuevos modelos gerenciales que
propicien la participación de todos los actores involucrados con el desarrollo
social, económico y cultural.
Evidentemente, la universidad es una institución generadora
de pensamientos propios, transformadora con proyección hacia la vida social,
su ser y quehacer trasciende el espacio físico e impactan en la
sociedad.
De allí que múltiples, diversas y complejas son las relaciones existentes
entre la universidad y la sociedad, en calidad de coautora del cambio social y
del mejoramiento de la calidad de vida del entorno lo que requiere
mecanismos de vinculación de gestión social, científica e institucional que
permita ejecutar acciones concretas y reales orientadas a la solución de los
problemas de las comunidades.
De lo anteriormente referido, se dispone la existencia de distintas
dimensiones de gestión que se generan por el propio comportamiento
universitario y la dinámica social, como producto de las tensiones e
interacciones del acontecer social, económico, político, cultural educativo,
científico y humanístico. Estas dimensiones son la gestión social, la científica
y la institucional.
52
Gestión Social
La universidad tiene responsabilidad ética y social de contribuir a
modificar el curso que tomó la sociedad en la etapa final del siglo XX, que
será recordado como el que expandió la pobreza, siguiendo un vertiginoso
aumento de las desigualdades sociales: “los hijos de los pobres no tienen
acceso a la educación, se enferman, están mal alimentados, no acceden a
empleos productivos, no tienen crédito y con ello se autogenera la pobreza”
(Fondo Internacional de las Naciones Unidas para la Niñez, UNICEF, 1994).
En consecuencia, la universidad no puede estar al margen de las
circunstancias políticas, históricas, económicas y sociales de su entorno
local, estatal, nacional e internacional. Esta misión de las universidades se
materializa y profundiza, mediante un conjunto de acciones, que
necesariamente se deben orientar a través de la gestión social. En este
sentido, ofrecer respuestas óptimas y apropiadas para ofrecer soluciones a
problemas esencialmente de salud que interfieren en el desarrollo de la
calidad de vida de las comunidades.
Atendiendo a esta responsabilidad social de la universidad, el
Documento Principios para la Transformación y Modernización Académico-
Curricular en la Educación Superior Venezolana (1997) formuló un conjunto
de estrategias para promover la gestión social universitaria, entre los cuales
caben mencionar:
53
- Establecer canales bidireccionales en programas de interés común
con la comunidad y con organismos gubernamentales y no gubernamentales
nacionales e internacionales.
- Promover y estimular la consolidación y la capacidad creativa de la
comunidad
- Estimular el aprovechamiento racional y productivo de los recursos
humanos y materiales de la población.
- Promover soluciones afectivas a necesidades del entorno.
- Participar con la comunidad y otras organizaciones en las acciones
de desarrollo y crecimientos regional y nacional.
A partir de esta configuración estratégica, la gestión social se desarrolla
en varios niveles: el global, nacional, regional y local; dado que las
organizaciones institucionales y comunitarias se encuentran en distintas
etapas de desarrollo, posiblemente habrá diversos modelos con diferentes
propósitos, por lo que durante el proceso de vinculación debe darse
holísticamente, todos los elementos que conforman las organizaciones
involucradas.
Según la Declaración sobre la Educación Superior en el Caribe emitida
por la UNESCO (1998) hay que estimular la mayor participación
posible de los ciudadanos y proporcionar oportunidades para adoptar
enfoques proactivos; tales como, la planificación estratégica y la
expansión del currículo de manera tal, que se tengan en cuenta las
54
diversas necesidades de las comunidades y no solo los imperativos del
mercado.
No obstante a estas declaraciones, la universidad venezolana ha
descuidado sus interrelaciones internas y externas. Esa es la razón por la
cual, tiene limitaciones para engranar con su entorno y consigo misma. Por
eso, habrá que considerar con mucho detenimiento las acciones y
mecanismos que puedan conducir a un verdadero encuentro e interacción de
todo el sistema, integrado por la Universidad, los Servicios de Salud y la
Participación de las Comunidades.
Después de lo señalado precedentemente, se puede destacar que las
universidades necesitan encontrar maneras de lograr una construcción de
conocimiento que permita abordar integradamente problemas complejos
desde ópticas diversas.
En consecuencia, el fortalecimiento de la vinculación universidad y
entorno encuentra su mejor cauce a través de la misión de
extensión universitaria y ésta no sólo es cultural, también abarca las
dimensiones científica e institucional. De manera que ella puede
trascender a todos los espacios del mundo tecnológico, humanístico y
científico.
Gestión Científica
La gestión científica de la universidad es definida como la acción de
generar conocimiento puestos al servicio de la sociedad. Permite conocer y
55
transformar la realidad a la luz de la ciencia, la cultura, la tecnología y la
sociedad en general.
El desarrollo científico, tecnológico y humanístico ha traído consigo un
sinnúmero de cambios, entre ellos, la forma en que los sectores académicos
y productivos se relacionan. Tradicionalmente, las universidades se habían
vinculado con el aparato productivo, de manera casi exclusiva, mediante la
provisión de recursos humanos calificados. Hoy la necesidad constante por
parte de la industria, el comercio y áreas de servicio como la salud, de
incorporar nuevos conocimientos a la producción de bienes y servicios, con
el objeto de poder competir en los mercados internacionales y sujetos a los
vaivenes de las políticas y la crisis social acentuada (pobreza extrema,
inseguridad, desempleo) ha provocado el acercamiento entre ambos
sectores para apoyarse en la ejecución de programas y proyectos de
investigación y desarrollo.
Dentro de este marco, la universidad, a través de la gestión científica,
auspicia el desarrollo de la inventiva, la creatividad y lo novel de las distintas
ciencias y tecnologías, para ser relevante y transformadora del contexto
social; reivindica la postura ética de la ciencia y tecnología y contribuye con
soluciones pertinentes al desarrollo local, regional, nacional e internacional
(Documento Principios para la Transformación y Modernización Académico
Curricular en la Educación Superior Venezolana, 1997).
La vinculación entre la universidad y el sector productivo se ha convertido
en agenda de discusión permanente, ya no se discute sobre la pertinencia de
56
dicha vinculación, sino cuál podría ser la mejor y más efectiva manera de
llevarla a cabo.
Frente a esta formulación, la universidad como constructora del
conocimiento y gestora de la producción científica, debe repensar en sus
prácticas y acciones hacia el entorno que le permite descubrir alternativas
que orienten el logro de la interrelación currículo, sector productivo y
comunidad.
Solleiro (1991) destaca que:
A la universidad le atraen los retos intelectuales, mejorar la formación de recursos humanos, contribuir a la solución de problemas sociales y obtener recursos para la investigación. Las empresas buscan formar, contratar y actualizar recursos humanos calificados, tener contacto con el mundo científico y cubrir sus carencias en cuanto a infraestructura de investigación y desarrollo y personal altamente especializado. Indudablemente, éstas son áreas de oportunidad para la vinculación (p. 403).
Desde esta visión del proceso, la gestión científica universitaria no es
una tarea difícil, debido a que existen puntos convergentes entre ella y el
entorno. La universidad busca la preservación del conocimiento existente,
así como la indagación y promoción de conocimientos nuevos que
coadyuven en el proceso para mejorar la calidad de vida de las
comunidades. Por su parte, el entorno espera que la universidad como
fuente de conocimiento le ofrezca y participe en la solución de problemas
que inciden en la calidad de vida de las comunidades; y con respecto a las
dificultades, pareciera ser que existe un vacío entre la gestión que se está
57
desarrollando en algunas instituciones universitarias y lo que implica lograrla
con eficiencia, porque “éstas tienen planteado como desafío ofrecer calidad
con recursos limitados, hacer más con menos y administrarlas
prudentemente, haciéndose necesario una disposición al cambio de la
gestión institucional” (Russo, 1996, p. 6), que facilite a las instituciones
universitarias venezolanas, cumplir con su papel de contribuir con la vida
social, económica, política y cultural nacional, a través de un real proceso de
gestión institucional.
Gestión Institucional
Las universidades durante esta última década del siglo XX se
interesaron más en establecer mecanismos de coordinación con todos los
sectores de orden político, social, científico, tecnológico, comercial,
productivo, religioso, judicial, educativo, salud y otros; debido a que la
dinámica propia de estos sectores le imponen la realización de una eficiente
gestión institucional, que abra canales de participación “en función de su
cometido, el puesto que ocupa en la sociedad, de sus funciones con respecto
a la enseñanza, la investigación y servicios conexos” (Rederson, 1994, p. 15)
y sus nexos con “el mundo del trabajo, con el Estado y financiamiento
público y sus interacciones con otros niveles” (Conicit, 1993, p. 17),
pero siempre basada en los principios de libertad académica y
autonomía institucional, indispensable para la preservación de su misión y
visión.
58
De acuerdo al documento “Principios para la Transformación y
Modernización Académico Curricular en la Educación Superior Venezolana
(1997) dentro de los parámetros de principios de pertinencia y compromiso
social está fundamentado la pertinencia institucional:
Se refiere a la noción de pertinencia de la comunidad de la docencia, investigación, extensión y producción (IES) consigo mismas y con la institución como ente, al fin de mantener su vigencia, su esencia, escala de valores y sustentabilidad. Se relaciona con la autonomía y la libertad académica como condiciones indispensables para la existencia y funcionamiento de las IES (p. 25).
En ese orden de ideas, la universidad en su condición de órgano rector
de la ciencia y la tecnología; además, promotora y ejecutante de acciones
específicas para el desarrollo nacional debe coordinar esfuerzos hacia un
nuevo enfoque de organización, administración y dirección.
No obstante a los planteamientos anteriores, Morles (1994) señaló
que:
La calidad técnica docente y administración de las instituciones universitarias de Venezuela es muy heterogénea, su calidad es baja, si se mide en términos de producción, trabajos de grado producidos y desarrollo de programas finalizados en el tiempo previsto que no se corresponde con las necesidades globales y futuras de la sociedad (p. 48)
Para Rosales (1994) la dificultad que tienen las universidades para
atender las necesidades globales parten de ciertas diferencias académicas y
administrativas; quizás entre otros aspectos, porque no existe una política
clara dirigida a: crear consistencia en los propósitos para mejorar el producto
59
y los servicios y lograr la transformación institucional sobre la base de un
trabajo en equipo que trascienda las fronteras universitarias.
Sin embargo, desde un punto de vista organizacional y gerencial, las
universidades de alguna manera obligadas por las circunstancias políticas
actuales, tienen que promover un proceso de revisión de su gestión
institucional, en el cual se concilien las funciones de docencia, investigación,
extensión y producción en una dirección de calidad y un desarrollo de
actividades que se ejecuten de manera integradora y lo que es más
importante, con una abierta negociación entre los distintos actores sociales
en sus propios espacios comunitarios.
Dentro de esta perspectiva, la universidad debe asumir las demandas de
la evolución del mundo contemporáneo, utilizando según León (1995):
Al máximo sus capacidades y habilidades, equipadas tanto física como mentalmente, con una visión dinámica de su vida y de la organización, para plantearse retos ante las exigencias del momento y mantener eficiencia en su labor, para que la energía desplegada sea utilizada de manera positiva en el trabajo que realizan (p. 4).
Sobre este particular, la gestión institucional universitaria debería
constituirse en el elemento promotor de transformaciones organizacionales,
ajustados a procesos intencionales, que experimentan los centros educativos
de alto nivel, con el propósito de incrementar su productividad, cambios o
transformaciones; que según Schein (1985) implican desaparecer creencias,
abrirse a nuevos cambios estructurales orientados al logro del desarrollo
sistemático de acciones que conllevan la aplicación de estrategias
60
permanentes no como una idealización, sino más bien como una realidad
que exige el avance científico y tecnológico.
Es indudable que lo anteriormente planteado constituyen un reto para la
universidad: lograr transformaciones que emerjan de sus debilidades;
oportunidades y fortalezas que permitan en lo esencial, emprender una
gestión efectiva de su vinculación con el entorno fundamentado en el
aprovechamiento de las motivaciones de ella, de los servicios de salud y la
comunidad.
En el caso de la universidad, la motivación viene dada por su
compromiso con la sociedad, la búsqueda del prestigio institucional y de la
difusión efectiva del conocimiento; mientras que los servicios de salud
centran su interés en la atención integral de la población beneficiaria que le
permite mantener una vida biosicosocial productiva. Con respecto a la
comunidad, se manifiesta a través de la participación de la población en la
solución de sus propios problemas de salud. Se puede destacar, que estas
motivaciones son el producto de necesidades específicas que surgen pro
insatisfacciones que anhelan modificar.
En consecuencia, las acciones que ejecuta la Universidad, los Servicios
de Salud y la Comunidad requieren de un proceso de gestión que implica la
utilización de mecanismos de vinculación para que puedan enfrentar los
desafíos de una Venezuela que necesita transformarse hacia el logro de una
mejor calidad de vida.
61
Marco Político-Social de los Servicios de Salud
El rol del estado en el área social plantea una revisión de la formulación
de políticas para orientar la ejecución de servicios de salud dirigido a las
comunidades de escasos recursos económicos. El propósito de superar la
pobreza está inserta en este contexto.
El Estado desempeña el papel protagonista en lo que se refiere al
desarrollo social y a la definición y aplicación de políticas que tengan como
objetivo el pleno empleo, la reducción de la pobreza y el mantenimiento de
las relaciones armoniosas entre los grupos sociales (Conferencia Mundial en
la Cumbre sobre Desarrollo Social. Panorama General, Organización de las
Naciones Unidas, 1994). Bajo este marco, el Estado debe crear las
condiciones para asegurar el desarrollo social con equidad, sustentado en un
modelo económico que permita compatibilizar las necesidades y
requerimientos de los diferentes sectores de la sociedad con políticas
sociales eficientes.
Las políticas sociales en primer término, deben colocar como centro de
operatividad la inversión en las personas a través de acciones que
garanticen: el acceso al sistema educativo; la participación proactiva de las
comunidades como beneficiarios de los programas sociales del sector salud,
la disminución del déficit de vivienda, el desarrollo de programas de
asistencia técnica; transferencias de tecnologías y de créditos; la creación de
fondos de inversión social dirigidos esencialmente a sectores de pobreza
62
crítica, extrema, y atroz, para generar empleo, capacitar jóvenes, ejecutar
planes de educación, salud, agua potable, saneamiento, microempresas,
entre otros.
Es significativo destacar, que los Fondos de Inversión Social han sido
una creación latinoamericana, lo que ha constituido un aporte innovador y
eficiente a la política social de la región, así como a otras regiones del mundo
donde estos fondos han sido replicados (Informe de la Comisión
Latinoamericana y del Caribe sobre el Desarrollo Social B.I.D., CEPTAL,
PNUD, 1995) En Venezuela existe el Fondo Único Social creado por el
Estado para la atención de la población ubicada en el nivel de pobreza crítica
y extrema.
La cuestión clave para superar la pobreza está en el comportamiento del
estado para gestionar el financiamiento de la política social, esencialmente
de los servicios de salud, ampliación de la base de los recursos obtenidos del
presupuesto fiscal, la asistencia técnica, la promoción de aportes de los
organizaciones no gubernamentales, y en la participación de la sociedad civil
y de los propios beneficiarios de los servicios de salud.
Sin embargo, existe el problema de que la implementación efectiva de
servicios sociales tendentes a superar la pobreza, requiere como base el
crecimiento económico. Fernandez (1994) afirma que el crecimiento
económico es una condición necesaria, pero no suficiente. Necesaria, porque
para satisfacer las necesidades de la gente se requiere más bienes; ningún
país ha logrado superar o disminuir la pobreza sin crecimiento, no asegura
63
que sus beneficios lleguen espontáneamente a los sectores más
postergados; en consecuencia, la formulación de las políticas sociales
involucra como una dimensión clave la gerencia para su implementación.
Como lo postula Kliksberg (1995) las políticas mejor intencionadas no
lograran objetivos mayores si no crean las condiciones de gerencia
adecuadas. Mientras, que Maringoff (1980) señala que es en el nivel
organizacional donde los intentos humanitarios pueden ser transformados en
resultados efectivos, por lo cual los servicios finalmente tienen éxito o
fracaso.
De allí que a través de la gestión se debe establecer una estrecha
relación con las políticas sociales y económicas para lograr una efectiva
vinculación universidad, servicios sociales y comunidades entre ambas
políticas. La política social cumple el objetivo de invertir en recursos
humanos, pero, necesita que el sistema económico brinde las condiciones
que garantice su funcionamiento y sustentabilidad en el tiempo. La política
social está dirigida hacia la superación de la pobreza. Por una parte,
comprende aquellas actividades orientadas a la formación de capital
humano, que hacen posible que las personas obtengan las capacidades que
necesitan para poder generar sus propios ingresos. Por otra parte, están los
programas asistenciales dirigidos a ofrecer medios de vida a la población
que vive en extrema pobreza o que no tiene la capacidad física para
trabajar.
64
En tal sentido, la aplicación de políticas sociales requiere
de la presencia permanente y sostenida del Estado como proveedor de
ingresos.
Los países latinoamericanos tienen una significativa experiencia en
formulación de políticas sociales frente a la magnitud de los problemas
sociales que enfrenta la región, particularmente la pobreza. Sin embargo, no
han sido exitosas al no lograr detener la pobreza, por el contrario, está en
aumento acelerado. Se invierten recursos muy importantes en los sectores
sociales sin alcanzar los resultados esperados desde el punto de vista de la
calidad y la cantidad de los servicios prestados.
El problema en algunos países no reside tanto en aumentar el
financiamiento para sustentar las políticas sociales, sino más bien en mejorar
la efectividad en la prestación de los servicios sociales operativizados a
través de los servicios educativos y de salud.
La puesta en práctica de programas sociales por los gobiernos
latinoamericanos de manera acrecentada ha sido producto del deterioro de
las condiciones de vida de la población, la crisis económica de los años
ochenta, algunas explosiones de violencia social y ciertas situaciones de
inestabilidad política incidieron en dicho deterioro. Por otra parte, muchos
organismos internacionales que impulsan los programas económicos,
también han entendido que los servicios sociales sólo podrán llevarse a cabo
si van acompañados de un reforzamiento de las acciones de apoyo a los
sectores de la población más afectados.
65
En todos los países latinoamericanos existen programas sociales que se
han implementado de manera exitosa, tal es el caso de “Villa El Salvador” en
Perú, considerado como uno de los mejores a nivel mundial, su propósito es
orientar a las comunidades para que desarrollen tecnología propia,
fundamentada en acciones que logran potenciar las energías sociales en
función de proyectos organizacionales bien definidos. Como también hay
experiencias de programas sociales que no han arrojado los resultados
esperados.
Los Servicios de Salud se hallan profundamente incididos por el
contexto global. Constituyen operaciones de acción social de vastos
alcances, que están destinados usualmente, a amplios sectores de la
población, que deben movilizar recursos, apoyos y el interés de numerosas
organizaciones públicas, privadas, y núcleos sociales variados, para poder
tener éxito (Sulbrant, 1995).
La vinculación de los servicios de salud con las comunidades no es tarea
fácil, debe enfrentar una serie de situaciones de carácter organizacional y
toma de decisiones que limitan la ejecución efectiva de la misma. Cohen y
Franco (1992) señalan que el nudo de la cuestión radica tanto en la
tendencia a fundar nuevos mecanismos para la ejecución de sus programas
sociales, como en la dificultad de jerarquizar sus funciones. Existe, además,
un amplio consenso sobre las debilidades que los servicios de salud han
presentado hasta ahora en el cómo se gestionan.
66
Un requisito esencial para la efectividad de los servicios de salud es el
acceso real al mismo de los beneficiarios potenciales. Así lo manifiesta
Kliskberg (1995), las decisiones escapan a la esfera de acción de los
beneficiarios, en oportunidades hay una intervención de la burocracia
creciente en tamaño, ajena a las expectativas y conocimiento de las
necesidades de la población.
La trascendencia para la ejecución de servicios de salud es lograr su
eficiencia; de allí es que resulta imprescindible la descentralización. Según
Palma y Rufián, (1989) a través de este proceso ocurre la transferencia de
competencias anteriormente ejercida por la Administración Central hacia una
persona jurídica diferente, no sometida jerárquicamente, que cuenta con un
órgano decisorio elegido mediante sufragio o algún tipo de participación de
los interesados, y que pueden decidir y de manera independiente en el
ámbito de sus nuevos potestades especificas.
Actualmente en América Latina, se promociona la gestión de los servicios
de salud por los gobiernos locales ya que hay mayores oportunidades para
evaluar su proceso de implementación y de hacer reajustes en caso de que
presente situaciones conflictivas, en la búsqueda de que los efectos de los
programas sean positivos.
Para Rossi y Freeman (1989) el análisis de impacto es de suma
importancia a lo largo de toda la vida de los servicios de salud, medir su
eficiencia permite tomar decisiones sobre modificaciones y ajustes que
puedan garantizar resultados acorde con los objetivos propuestos.
67
Durante la realización del Seminario “Programas Sociales, Pobreza y
Participación Ciudadana” en el marco de la trigésima novena Asamblea de
Gobernadores celebrada en Cartagena (12 al 14 de Marzo, 1998), con la
asistencia de 17 países, hubo la presentación de 32 programas exitosos,
entre los cuales se destacan:
- Programa Educación con Participación de la Comunidad (Educo) de El
Salvador: fue iniciado en 1991 con la finalidad de aumentar la cobertura de
aquellas poblaciones que, por sus características geográficas y de
marginalidad rural, no han tenido acceso a los servicios educativos. Los
padres de familia son los responsables de administrar los servicios
localmente, de la elaboración de la merienda y de realizar mantenimiento de
los planteles. Se determinó como la participación social mejora la eficacia,
eficiencia, equidad e impacto económico, social y cultural del programa. Los
resultados fueron muy positivos, se aumentó la cobertura, la oferta educativa
a los pobres, la participación comunitaria, la presencia del docente en el aula
y la mayor dotación de materiales educativos de apoyo y textos.
- Programa de Desarrollo Local (Prodel) en Nicaragua: Este programa
busca mejorar el entorno físico y las condiciones socioeconómicas de
familias que viven en barrios y comunidades pobres de cinco ciudades del
norte y occidente del país, a través del financiamiento y la cogestión de
pequeños proyectos de infraestructura y equipamiento urbano, y créditos
para el mejoramiento de vivienda y la microempresa. Desde 1994 hasta el 31
de diciembre de 1997, se han ejecutado 217 pequeños proyectos de
68
infraestructura y obras comunitarias en 113 asentamientos. En total, unas 32
mil familias han sido beneficiadas.
- Centros Ambulatorios con participación ciudadana, Venezuela-Estado
Lara: son promovidos por FUNDASALUD, a través de un proceso de
descentralización, distribuye recursos de la Gobernación del Estado Lara a
59 centros ambulatorios, con participación activa de la sociedad civil. El
usuario forma parte de la vigilancia del servicio, es decir existe una gestión
diaria y directa de los beneficiarios para que los servicios sean eficientes, por
lo que son considerados como patrimonio de la localidad. El costo promedio
por paciente en estos ambulatorios resulta ser menor, en bolívares es de
1.152 en comparación a bolívares 9.739 en ambulatorios donde no
coadministra las comunidades.
Los programas sociales de mayor cobertura en América Latina están
relacionados con el sector salud, representan una atención que puede ser
eficiente para la población en la medida que los recursos que se invierten
para resolver problemas de subalimentación, prevención de enfermedades,
controles epidemiológicos sean administrados con racionalidad y en la
localización de necesidades que impulse la participación de las comunidades
en la solución de sus propios problemas.
Las raíces sociales de la salud y de las enfermedades en las sociedades
humanas no pueden entenderse fuera del contexto de las estructuras
económicas y sociales, de los valores culturales y de las desigualdades
sociales, que en América Latina son muy marcadas. En tal sentido, es difícil
69
obtener resultados exitosos de los servicios de salud si no modifican las
desigualdades sociales. Por consiguiente, los servicios de atención a salud
resultan efectivos cuando las actividades involucran la participación de la
población con un sentido de justicia social y de equidad, la meta es mejorar
progresivamente el bienestar social, satisfaciendo las necesidades, en busca
de la sustentabilidad social.
Esas políticas de salud deben tomar en consideración el rol
de los determinantes económicos y sociales para la gestión de los
programas de atención a la salud (Doll, 1989) y potenciar la participación
proactiva desde el nivel local de las comunidades en el desarrollo de los
mismos.
Situación Actual de los Servicios de Salud
Dada las circunstancias económicas, sociales y políticas de hoy día, la
realidad actual de los Servicios de Salud reflejan una situación de
preocupaciones e incertidumbres por quienes los gerencian; por cuanto a
pesar de los grandes esfuerzos que hacen para brindar calidad, muchas
veces se sienten importantes aunque no incompetentes para gestionar
acciones de beneficio colectivo. La salud, conjuntamente con la educación,
son áreas que requieren de importantes inversiones y de presupuestos para
atender de manera adecuada a la población venezolana y precisamente, son
los ambulatorios las unidades de atención médico-asistencial que están
brindando atención integral en salud a aquellos sectores poblacionales que
70
más lo necesitan, puesto que suelen estar ubicadas en zonas convertidas en
circuitos de pobreza.
Esta problemática la refleja la Organización PROVEA (1997) cuando
destaca que la situación de salud de los grupos reconocidos como más
vulnerables: niños y mujeres, tiende a agravarse debido al efecto que la crisis
de la deuda externa y la deuda interna está teniendo sobre la calidad de vida
de los venezolanos.
Es pertinente bosquejar el diagnóstico llevado a cabo por el Ministerio de
Salud y Desarrollo Social, MSDS (1999) sobre los principales problemas del
Actual Modelo de Atención de la Salud, a saber:
- Poca accesabilidad y baja cobertura
- La oferta de servicios pone énfasis en la atención médica curativa
especialmente de tipo hospitalario, en detrimento de las acciones básicas de
atención primaria.
- Inadecuados sistemas de referencias y contrarreferencia de pacientes.
La ausencia de estos, provoca una pérdida de calidad y eficiencia de los
servicios de salud.
- Oferta de servicios poco planificada
- Niveles de atención desarticulados y mal definidos. La atención se ha
desarrollado de manera anárquica con una supuesta capacidad resolutiva,
que en la mayoría de los casos es muy heterogénea.
- Deshumanización de la atención
71
- Alto nivel de insatisfacción entre los usuarios y prestadores de los
servicios de salud
- Débil capacidad gerencial. Ausencia de modernos sistemas de
gestión.
- Ausencia de responsabilidades Geográficas – Poblacional.
- Reducida participación social. No existe una apertura real a la
participación de la comunidad organizada en el proceso de planificación,
control, evaluación de los servicios de salud, tampoco se ha desarrollado
espacios o instancias formales, que propicien y canalicen dicha participación.
Este diagnóstico evidencia que los servicios de salud de la red
ambulatoria confrontan serias dificultades, para contribuir al desarrollo
humano sostenible de la población venezolana; y en consecuencia, el
mejoramiento de la calidad de vida.
En este marco de consideraciones es necesario revisar cuál es la
situación actual de los servicios de salud, con respecto a su utilización
considerando la accesibilidad, cobertura, referencia , contrarreferencia,
frecuencia de asistencia a los servicios de salud y la calidad de atención; en
cuanto a la detección de riegos de salud, es necesario precisar la calidad,
focalización de problemas críticos de salud y sus consecuencias; y cómo se
manifiesta la racionalidad de los servicios de salud referente a su
efectividad, satisfacción de los beneficiarios y las necesidades de salud que
las comunidades presentan.
72
Utilización de los Servicios de Salud
El objetivo de un sistema de salud es el de ayudar a la población a
proteger su salud y a evitar la enfermedad y secundariamente, a sanar a los
enfermos. Para responder a este objetivo no existe otra manera de actuar
sino ir a la población a identificar sus problemas de salud (análisis
epidemiológico) y las necesidades de salud expresados por la población
(análisis sociológico).
Esto significa que los Servicios de Salud deben preceder del
conocimiento preciso de los problemas y de las necesidades reales,
percibida, expresadas y las que demanda la población; lo que le permitirá
establecer mecanismos para vincularse de manera concreta con las
comunidades beneficiarias a objeto de promocionar la utilización de los
servicios de salud de manera eficiente, es decir, que las comunidades logren
satisfacer las necesidades de salud.
En la perspectiva que aquí se señala surge una dialéctica de la
satisfacción de las necesidades de salud de la comunidad, donde la
utilización es una necesidad que la siente la población como un derecho
humano e igualitario que suele ser irrespetado. Así lo reseña la Organización
de las Naciones Unidas (1991) que el derecho a la salud es de todos los
seres humanos, pero las sociedades humanas no ofrecen a todos el goce a
ese derecho. De allí que ningún país del mundo puede declararse totalmente
satisfecho del nivel de salud de su población.
73
Esta es una realidad que debe replantear la manera cómo los servicios
de salud se han venido ofreciendo; por tanto, hay que brindar accesibilidad y
cobertura. La accesabilidad se refiere a las oportunidades de utilizar los
servicios de salud por todos los miembros de la comunidad sin discriminación
social, económica, política, religiosa y étnica. Las oportunidades se refieren
a la utilización de la asistencia materno infantil, el programa de nutrición y
alimentación, el programa de prevención de enfermedades endémicas,
servicio de odontología, programa de consultas diarias, planificación familiar
y otros.
Mientras que, la cobertura se refiere al ámbito de acción de los servicios
de salud sobre la base de la frecuencia que son utilizados por los miembros
de la comunidad. La cobertura quizás sea uno de los puntos neurálgicos de
la problemática de la atención integral de la salud, porque ella depende de la
disponibilidad de recursos humanos y económicos; de manera que aquel
criterio de cobertura universal, esto es atender a toda la población no
importando el lugar de procedencia, se ha venido sustituyendo por la
llamada cobertura geográfica y poblacional mediante un programa de
atención sectorizado.
Según San Martín y Pastor (1989):
La cobertura geográfica se refiere a la relación entre el número de establecimiento de salud que funcionan en cada unidad geográfico-administrativa (y tipo de establecimiento) y la superficie geográfica del país (densidad de establecimientos por áreas geográficas); la cobertura poblacional se refiere a la cantidad de personal de salud,
74
por tipo de actividad, en relación a la cantidad de población a servir en cada área (p. 194).
Estos dos tipos de cobertura se han venido aplicando de manera
simultánea en los servicios de salud de la red ambulatoria de las parroquias
Carracciolo Parra Pérez, Venancio Pulgar e Idelfonso Vásquez del Municipio
Maracaibo, escenario de estudio de la presente investigación.
Es importante destacar, que la aplicación de la cobertura requiere de la
equidad debido a que ésta sirve como guía de actividad del sistema de salud
para superar los desequilibrios territoriales y sociales, económicos y
poblacionales, sobre la base de la puesta en práctica de políticas de salud,
permitan intervenir en función del conocimiento del territorio y la población y
de la caracterización y localización de las desigualdades existentes, con el
fin de reducir el abismo que media entre los privilegiados y desposeídos
(Rincón y Velandria, 2000).
De allí que, el propósito de los servicios de salud es servir directamente a
la población donde ésta viva, sea en el medio rural o en el urbano, sin hacer
discriminaciones de ningún tipo. Esta finalidad se cumple si realmente se
vincula con las universidades, como componente académico que forma los
recursos profesionales para entregar servicios directos a la comunidad
beneficiaria, es decir servicios locales de salud que estén permanentemente
en contacto con la población. Lo que hace local a un servicio de salud es la
aplicación del programa en una población determinada que vive en
75
un área geográfica bien precisa y cuyos problemas de salud son
conocidos.
Por tanto, en el proceso de utilización de los servicios de salud hay que
considerar los aspectos siguientes:
- Planificación de los servicios de salud programas en base a los
problemas de salud locales y a las necesidades sentidas por la
población: diagnóstico de situaciones.
- Los servicios deben actuar directamente sobre el ambiente de
vida de las comunidades beneficiarias.
- Seguimiento de todas las actividades que se realizan en el
proceso de implementación de los servicios.
- Considerar las características de cada comunidad en cuanto a
sus valores culturales, entorno político, condiciones ambientales.
- Determinación de recursos; personal, materiales, equipos y
presupuesto. Aspectos éstos que le dan viabilidad para la organización
de los programas.
- Evaluación periódica.
En el proceso de utilización de los servicios de salud intervienen dos
elementos que están estrechamente relacionados con la atención integral de
la salud como son la referencia y la contrarreferencia.
La primera, se refiere a la utilización de los servicios de salud que ofrece
la red ambulatoria, por parte de las comunidades para prevención y control
76
de enfermedades, recibir primeros auxilios y ser referido a un centro
hospitalario cuando necesita ser hospitalizado o recibir intervención
quirúrgica. Y la contrarreferencia ocurre cuando las personas que han
recibido atención en el ambulatorio y referidas a centros hospitalarios,
regresan de nuevo a las consultas del ambulatorio.
Asimismo, hay que considerar la frecuencia de utilización de los servicios
de salud del ambulatorio por parte de las comunidades beneficiarias. La
frecuencia corresponde a lapsos semanal, quincenal, mensual, anual y
ocasional en caso de emergencia. Así como también, la calidad de la
atención que brinda el personal de salud de la red ambulatoria, si es
adecuada o inadecuada.
Todos estos aspectos que identifican el comportamiento de la utilización
de los servicios de salud por parte de las comunidades están sustentados en
el documento denominado Atención Integral: Conceptualización, Normas y
Procedimientos (1999) cuyo propósito es relanzar los Programas de Salud
Pública teniendo como aspecto vital la no fragmentación de la prestación del
servicio de salud; es decir, que al aplicar la atención integral al usuario se le
practiquen todas las acciones básicas programáticas en una sola consulta
muy especialmente a la mujer y al niño donde es importante garantizar:
accesibilidad, cobertura, equidad y calidad.
Bajo este marco institucional, las acciones de salud, enfocadas con un
carácter preventivo, requieren de mecanismos de gestión para mejorar la
77
calidad de los servicios de salud que inciden en el proceso de calidad de vida
comunitaria.
Calidad de los Servicios de Salud En Venezuela, hablar de calidad de los servicios de salud ha sido uno de
los temas de mayor atención, tanto por los prestadores de servicios como por
los usuarios, debido a que hasta los actuales momentos no se ha podido
afirmar que es adecuada, excelente u óptima. En el proceso de calidad
intervienen diversos actores, instituciones con diferentes filosofías
organizacionales, políticas, estrategias, que de alguna manera interfieren y
limitan el logro de calidad.
Para garantizar el adecuado funcionamiento de los servicios de salud no
basta una formulación de objetivos, es indispensable considerar el factor
humano, en este caso representado por el Personal Médico, de Enfermería,
Administrativo e inclusive obrero, como recursos determinantes para
promover la calidad de los servicios. Ello supone estudiar y comprender el
significado de calidad como estrategia social que implica mayor atención de
las comunidades en situación de pobreza crítica, extrema y atroz, estando
dirigida hacia el mejoramiento de sus condiciones de vida.
En los últimos años, para atender los problemas de salud en la población
en condiciones de pobreza crítica, extrema y atroz, el Estado ha utilizado
grandes volúmenes de recursos financieros que distribuye a través de los
grandes centros hospitalarios y la red ambulatoria para enfrentar las críticas
78
situaciones de salud comunitaria como diarrea y enfermedades
endémicas.
Por otro lado, obligado a funcionar con serios problemas políticos y
estructurales (hambre, analfabetismo, inseguridad social y desempleo)
creando barreras para el proceso de detección de los riesgos de salud en las
comunidades.
Esta realidad requiere de la reconstrucción de la capacidad de gestión de
las organizaciones involucradas para lograr calidad de los servicios de la red
ambulatoria y la focalización de los problemas de salud críticos, con respecto
a sus causas y consecuencias.
Frente a esta situación, la Universidad, los Servicios de Salud y las
Comunidades como organizaciones comprometidas en la búsqueda del
desarrollo social activo, equitativo y sostenido, deben y tienen que establecer
espacios organizativos para construir bases de datos sobre problemas socio-
sanitarios, mucho más amplios y de mejor calidad que los actuales, por lo
cual, podrían ser punto de referencia central en los diseños de políticas para
mejorar los servicios de atención integral de la salud.
Esto significa acceso directo de los escenarios sociales en la
participación de las agendas de discusión. Implica establecer mecanismos
de vinculación a través de un proceso de gestión, que permitan la
elaboración conjunta de decisiones sobre situaciones cruciales, de modo tal,
que los esquemas de decisiones incluyan plenamente junto a las variables
políticas y económicas, las sociales.
79
Todo esto tiene un significado efecto sobre los resultados esperados, por
cuanto la salud es por naturaleza un campo donde ningún actor institucional
de por sí sólo podrá lograr metas de fondo en cuanto a la calidad de los
servicios. Por tanto, lograr calidad en la prestación de servicio en salud
requiere de una cooperación activa con el sistema educativo, las industrias,
el comercio y otros.
Pues bien, el IX Plan de la Nación (1995-2000) retrata las dificultades
que enfrentan los servicios de salud:
Las últimas décadas se han caracterizado por un deterioro severo de la calidad del servicio de salud, situación que se torna cada vez más preocupante en virtud del crecimiento poblacional, el deterioro de otros componentes de la calidad de vida y la caída de los ingresos familiares. Este sector está conformado por múltiples entes dispensadores de salud que operan de forma centralizada-desconcentrada, sin coordinación entre ellos, los cuales se han hecho cada vez más inoperantes, ineficientes y poco justos y que están agrupados en dos subsectores: el público y el privado (p. 15).
De allí que para analizar esta realidad social del sector salud se requiere
múltiples probabilidades de intervenir los riesgos, sobre los problemas de
salud-enfermedad y sobre las necesidades en salud de las poblaciones.
Esas posibilidades están dadas por el conocimiento epidemiológico y el
conocimiento social que permiten formular los medios para proteger y
fomentar la salud colectiva y de prevenir enfermedades.
Por tanto, cabe insistir sobre la importancia de establecer una política de
salud holística, sistémica y racional para orientar y financiar aquellos
programas de salud realmente eficientes frente a los problemas de salud
80
reales en las comunidades regionales y locales. Dicho de otro modo, es la
prevención social y colectiva, dirigida a las personas y al ambiente de vida, la
que puede realmente, si es efectiva, mejorar el nivel de salud de las
comunidades en pro de la su calidad de vida.
Racionalidad de los Servicios de Salud
El término “racionalidad” procede de “razón” que, en latín significa
contar, organizar, ordenar. Una “razón” o un razonamiento es un argumento
que apoya una afirmación fundamentada sobre un cálculo lógico.
La racionalidad implica un proceso de decisión, tomando
como base todos los factores y elementos que intervienen en el fenómeno
estudiado para lograr los objetivos propuestos con los recursos
disponibles.
Con respecto a la aplicabilidad del concepto racionalidad en el sector
salud “es una actitud permanente de vigilancia razonada, de crítica de lo que
está diciendo y realizando” (San Martín y Pastor, 1989, p. 500). Este autor
refiere que la racionalidad busca particularmente medir la eficiencia de los
servicios utilizando las nociones de satisfacción y necesidades de salud en
un contexto que es la comunidad y su nivel de desarrollo, asevera que con la
eficiencia “se logra máxima producción de bienes y servicios de enfermedad
a un costo social mínimo” (p. 232).
Mientras que, Delfino (1997) señala que la racionalidad busca cambiar el
costo a través de la eficacia y la eficiencia. La eficacia se obtiene de la
81
relación entre el impacto actual de un servicio o programa en un sistema
operativo y su impacto potencial en una situación ideal. La eficiencia es la
relación entre el impacto actual de un servicio o programa y su costo de
producción.
Dicho de otro modo, la eficiencia es la relación entre el efecto producido
y los costos generados, que no se valoran sólo en dinero, sino también en
satisfacción y necesidades de salud atendidas.
Dentro del parámetro social, podría ser entonces, la búsqueda del
máximo de satisfacción de las necesidades humanas, medida a través de su
eficiencia, concentrándose en un instrumento para alcanzar los fines que la
sociedad se ha fijado.
Davis y Moore (1945, p. 31), Thurow (1975, p. 24) y Okun (1982, p 72)
citados por Cohen y Franco (1992) destacan la importancia de la eficiencia
como criterio fundamental para el adecuado funcionamiento de la sociedad
en la búsqueda de técnicas destinadas a coadyuvar la racionalidad de las
decisiones colectivas sobre situaciones que inciden en la vida comunitaria.
De acuerdo a esta argumentación, la problemática de los Servicios de
Salud es indisoluble de la universidad como la formadora de los recursos
humanos para dichos servicios, y de la participación comunitaria en la toma
de decisiones en el proceso de gestión de dichos servicios.
La ejecución de los Programas del área de salud, es de importancia
capital para el desarrollo de una país, significa primariamente la posibilidad
de vivir en salud, en bienestar y en desarrollo psíquico, social y cultural.
82
La protección de la salud del hombre debe situarse en un plano de
valores sociales y humanitarios soportado por un efectivo desarrollo
económico. Difícilmente se puede lograr salud en un contexto económico
que genere grandes desigualdades sociales.
En este sentido, la actual coyuntura socioeconómica venezolana
requiere no solo de servicios de salud eficientes, sino también, de una
respuesta social, una política social y económica que trate de minimizar la
pobreza crítica, extrema y atroz que caracteriza a densos sectores de la
población venezolana, esencialmente el Estado Zulia.
En consecuencia, los programas sociales de atención a la salud deben
ser ejecutados con amplia efectividad y que responda a los requerimientos
de satisfacción y necesidades de salud que presentan las comunidades.
Pues bien, este proceso opera abriendo y garantizando espacios para la
participación de la población en el ejercicio de sus derechos y deberes
ciudadanos.
Participación de la Comunidad en la gestión de los Servicios de
Salud
La comunidad es una población organizada, dentro de la sociedad
nacional, en grupos sociales interrelacionados por intereses generales
comunes, valores, costumbres, limites geográficos determinados; sus
miembros se conocen, tienen tradiciones a seguir e influyen mutuamente.
Vale decir, la comunidad funciona dentro de una determinada estructura
83
social con normas y valores de uso común desarrollados tradicional y
colectivamente.
Es importante reseñar, que los miembros de una comunidad, tienen
intereses comunes y generales, pero también tienen necesidades generales
comunes. En este sentido, la conciencia de unidad local es fuerte y esto
supone capacidad de actuar en forma colectiva, ya que una de las
necesidades que más preocupa e Interesa a las comunidades es la de su
salud y de su ambiente de vida.
Entonces, una población organizada implica la agrupación ordenada de
los ciudadanos, en cuerpos participativos de acuerdo a sus intereses y
necesidades (Abbo de Calvani, 1986).
Las necesidades de salud las siente la población como un derecho
humano. Esto significa que todas las acciones en pro de la salud que
planifican y ejecutan los organismos gubernamentales (O.G) y no
gubernamentales (O.N.G.) necesariamente deben considerar la participación
de las comunidades.
La participación de los ciudadanos está enmarcada en el contexto
jurídico venezolano, entre los cuales cabe mencionar: La Ley Orgánica del
Sistema Nacional de Salud (1987), artículo 8 destaca la participación de la
población organizada en la planificación, ejecución y evaluación de los
servicios de salud; la Ley Orgánica del Régimen Municipal (1989) en su título
X reseña la Participación de la Comunidad, a partir del articulo 167 hasta el
84
articulo 180, donde a la ciudadanía se le otorgan derechos para incorporarse
al proceso social, económico y político local.
Asimismo, el Reglamento Parcial Nº 1 de la Ley Orgánica del Régimen
Municipal sobre la Participación de la Comunidad (Decreto Nº 1.297, 1990)
en sus artículos 2 y 3, parágrafos único, le confieren a los vecinos el derecho
para participar en todas aquellas áreas propias para el mejoramiento de los
servicios y demás asuntos comunitarios que implican la satisfacción de las
necesidades básicas y elevar la calidad de vida de los ciudadanos.
En consecuencia, los organismos gubernamentales y no
gubernamentales deben considerar la participación ciudadana como eje
impulsor de los servicios de salud y tener en cuenta que no existe un
esquema de participación que pueda ser aplicado para todas las
comunidades, pues depende de las características de la población en cuanto
a las necesidades sentidas y el entorno social y cultural.
Por otra parte, la participación comunitaria permite la generación de
nuevos espacios para la discusión de situaciones económicas, políticas,
culturales, educativas, éticas y sociales que inciden en la calidad de la vida
de los ciudadanos.
Es importante considerar en el marco comunitario, que las circunstancias
socioeconómicas que actualmente impregnan a los países latinoamericanos
imponen un nuevo estilo de negociación comunitaria para atender el
problema de la pobreza, no solo con la acción del estado y de la colaboración
de organismos no gubernamentales será posible minimizarla, requiere de la
85
participación de las comunidades que sean los gestores de su propio
desarrollo social y económico, hacia un pleno desarrollo humano.
En este sentido, se define el desarrollo humano como aquel que busca
dar protagonismo a las personas, abriendo paso a la participación; reformar
los mercados, a fin de brindar a todos la oportunidad de acceder a sus
beneficios; desconcentrar al gobierno, permitiendo así a las organizaciones
de la comunidad un mayor acceso a la toma de decisiones (Racelis, 1994;
PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 1994; PNUD, 1993). En
consecuencia, el ámbito local, adquiere una significativa importancia, desde
allí se abren los espacios para discutir y discernir sobre aquellos servicios de
salud que puedan resolver con mayor efectividad las necesidades de las
comunidades.
La participación de las comunidades constituye el impulso vital hacia el
desarrollo social, ya que envuelve políticas y acciones que pueden mejorar la
calidad de los servicios de salud. Todo depende en gran medida del modo
cómo se construyen los escenarios públicos para que los problemas puedan
ser legitimados a través de la libre discusión.
En este contexto, la ciudadanía esta vinculada al autogobierno de la
sociedad, con un ejercicio político participativo en el cual los grupos
necesariamente tiene que asumirse como ciudadanos para que la
democracia realmente funcione. Esta ultima supone el reconocimiento de los
derechos del “otro”, diferente de uno mismo, sea éste individuo o grupo, y
también supone una autonomía de los actores respecto del Estado. Según
86
Iglesias (1998) la democratización de la participación ha encontrado
resistencia en América Latina debido a la cultura gerencial que ha
prevalecido en las organizaciones siendo de carácter jerárquico y vertical,
quizás sea este uno de los factores que ha limitado la implementación
efectiva de los servicios de salud.
Según Midgley (1994) numerosos gobiernos se valen de la retórica de la
participación, pero no brindan el apoyo adecuado para la misma. Otros
combinan la afirmación de apoyo a la participación comunitaria con la
creación de organismos y programas diseñados para trabajar con
comunidades locales pero estos no siempre funcionan en forma efectiva.
Mientras que Abbo (1996) señala que en América Latina existe la
tendencia de favorecer la participación ciudadana en el marco de la
descentralización, lo que implica necesariamente un proceso de cambio
social, ya que en el contexto social esta el origen de la falta de participación.
El proceso de cambio social señalado tiene como fin la construcción de una
sociedad nueva, justa y humana, basada en la participación de cada hombre
como protagonista de su devenir personal y social.
La posibilidad de participar en la sociedad y en las organizaciones de
decisión, no se ejerce a titulo individual; se requieren formas organizadas
para lograr una eficaz incorporación de todos los individuos. Por lo que la
participación es un proceso que implica transformaciones sociales
significativas referidas a: la negociación comunitaria fundamentada en
oportunidades de participación y toma de decisiones colectivas y al logro de
87
la sustentabilidad social sobre la base del bienestar común y la
responsabilidad compartida de todos los sectores u organismos involucrados
en el mejoramiento de la calidad de vida. En consecuencia, las
organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, esencialmente la
Universidad como institución líder tienen que estar comprometidos para
orientar verdaderos cambios sociales a través de un proceso de negociación
que garantice la sustentabilidad social.
La Negociación Comunitaria
La negociación es un proceso en el cual dos partes o más, intercambian
bienes o servicios y procuran llegar a un beneficio compartido. Maubert
(1995) señala que la negociación es un proceso de discusión entre personas
que tienen preferencias distintas pero deben llegar a un acuerdo.
Por su parte, Robbins (1998) define la negociación como “un proceso en
que dos o más intercambian bienes o servicios y procuran llegar a un
acuerdo sobre la tasa de intercambios para ellos” (p. 518).
Mientras que Quinn (1995) plantea que la negociación es “un proceso
que abunda en el trabajo, en la familia y en la vida personal. La negociación
es una característica de la persona activa o del empresario capaz. La
negociación lleva al sano razonamiento y compromiso mediante las
capacidades físicas e intelectuales” (p. 167).
De acuerdo a este marco conceptual de negociación, es vital la
potenciación de la toma de decisiones colectivas mediante la participación de
88
las comunidades en los procesos que se emprenden, buscando el bienestar
común y la responsabilidad compartida para asumir compromisos de cada
uno de sus miembros.
Al respecto, Blake (1991) plantea en un plano general:
El compromiso y la dedicación en negociación se dan cuando las personas sienten interés por el resultado de sus esfuerzos y su trabajo. Se sienten comprometidas con los objetivos y responsables con los resultados, reconocen que sus esfuerzos tienen un impacto y son los que hacen la diferencia (p. 16).
Es necesario que en la actualidad, cada uno de los miembros que
componen las comunidades se integren participando y comprometiéndose en
la negociación a través del logro de objetivos y las metas propuestas para
mejorar sus condiciones de vida.
Para efectos de esta investigación, se define la negociación como un
proceso de discusión en el que dos o más partes con visión y misión
distintas, pero que a su vez tienen alcances que los acercan, en este caso es
el escenario social, deben tomar decisiones y llegar a un acuerdo para
beneficio colectivo.
La negociación permite el fortalecimiento de la vinculación de la
Universidad, los Servicios de Salud y la Comunidad, mediante el logro de
acciones sistemáticas, los objetivos y las políticas sociales, basados en la
participación, el consenso y el compromiso.
En vez de adoptar completamente una sola solución incluye partes de los
planes de cada componente (Universidad, Servicios de Salud y Comunidad)
89
para hacer del mismo un esfuerzo combinado, lo que implica racionalizar las
decisiones en términos de pertenencia y coherencia para garantizar su
adecuación con el contexto.
Chiavenato (1998) afirma que en la negociación, hay que atender varios
aspectos que pueden coadyuvar o limitar su ejecución, entre los cuales cabe
mencionar: (a) compromiso con las personas y la organización; (b) todas las
partes se sienten positivas con respecto a la decisión tomada, puesto que
nadie tuvo que hacerse responsable de una mala decisión tomada con
anterioridad, ni se culpó debido a una acción errónea, (c) el comportamiento
cooperativo de los miembros de una institución, que responde a intereses
comunes y (d) apoyo de la negociación en la información como marco de
referencia para orientar el proceso de decisión.
El proceso de negociación implica entonces, asociarla con: la cultura
instaurada en cada parte, escenario o contexto, los sujetos gerentes y
beneficiarios, la intención y la situación de negociación donde se da la
apertura, el regateo, el diálogo, pero también la resistencia por parte de los
negociadores.
De allí que la tendencia actual de la negociación plantea la preparación
antes de sentarse a la mesa de discusión. Es decir, el éxito de una
transacción depende de la cuidadosa preparación, de saber cuál es el costo
de oportunidad o mejor alternativa fuera del acuerdo, qué beneficios
colectivos se obtendrán y qué implicaciones podrían presentarse en cada
fase del proceso.
90
Dentro de esta configuración, la preparación de una negociación
comunitaria, va más allá, pues hay una gran cantidad de detalles y
precisiones locales de índole social, cultural, económico y político que
pueden marcar la diferencia en los resultados del consenso. Por tanto, la
negociación requiere de la participación proactiva de las comunidades y la
toma de decisiones de manera colectiva, sobre problemas que repercuten en
la calidad de vida; tal es el caso del funcionamiento de los servicios
educativos y de salud, a objeto de tener las oportunidades para ser actores
de su propio proceso de desarrollo social.
Las oportunidades de participación de las comunidades en los servicios
de salud que se brinda en la red ambulatoria “toman un ritmo de desarrollo
dinámico y vital que puede influir en la salud individual y colectiva. Pero si
este dinamismo no se produce y no se estimula, nada pasará y todo quedará
igual que antes” (San Martín y Pastor, 1989, p. 474).
Por tanto, la efectividad de la ejecución de los servicios de salud guarda
una estrecha relación con la participación de las comunidades en las
instancias donde se plantean asuntos relativos a sus intereses. Para ello se
necesitan oportunidades de participación, es decir, mecanismos que
permitan a la población organizada estar presente en las instancias de toma
de decisiones. Existen mecanismos como los consejos vecinales,
movimientos ambientalistas y asociaciones de apoyo social que brindan
oportunidades promover la participación.
91
El proceso de participación comunitaria, exige que los actores sociales e
institucionales asuman la responsabilidad de promocionar canales y
mecanismos adecuados para facilitar dicho proceso, durante la
implementación de los programas sociales de atención a la salud, tanto en la
etapa de preparación, como de ejecución y control de los mismos.
La participación es el elemento esencial para impulsar el desarrollo y la
democracia en el mundo (Banco Mundial, 1997). Sin embargo, la situación
social del país se ha hecho más crítica; por tanto, la corrección de flagrantes
injusticias sociales y exclusiones en el ámbito de la vida económica y política,
amerita que se adopte la mayor disposición de compartir los beneficios,
aprovechar mejor las oportunidades para el desarrollo personal y colectivo,
ser más emprendedores y aumentar los niveles de participación consciente
de la población en la toma decisiones conducentes a la autosustentación de
los servicios sociales.
Hay que admitir que existe una fuerza comunitaria que busca espacios y
oportunidades legítimas para ejercer el liderazgo, hacer valer sus derechos y
de crear una sociedad que sea expresión de libertad y participación libre,
con alternativas suficientes que faciliten mejorar la calidad de vida.
Esta es una realidad actual tan evidente que han surgido una diversidad
de organizaciones sociales identificadas como “Organizaciones de la
Sociedad Civil”; tales como “Queremos Elegir”, “Escuela de Vecinos de
Venezuela”, “Programa Venezolano de Educación y Acción en Derechos
Humanos” (PROVEA) y la Red de Veedores de la Universidad Católica
92
Andrés Bello (UCAB) para participar en el acontecer social y político. Han
promovido oportunidades de participación de la Sociedad Civil, desde un
sentido verdaderamente de cambios trascendentales y una visión orientada
hacia el desarrollo comunal.
De igual manera, los gobiernos municipales, regionales y nacional,
empresas privadas y públicas, universidades, andan en la búsqueda de
gestar oportunidades para que el entorno participe de la toma de decisiones
de todas aquellas situaciones que coadyuven al logro del bienestar común.
Evidentemente, la toma de decisiones colectiva, es quizás uno de los
nudos críticos que debe ser atendido en el escenario de la participación
comunitaria, particularmente referente a los servicios de salud, porque
operan en la práctica en medio de contextos y juegos de fuerzas
económicas, políticas, culturales, jurídicas y sociales que introducen
variaciones de todo orden.
Así destaca Sulbrant (1994) citado por Kliskberg (1995) “muchas de las
políticas sociales que he analizado son políticas que son planteadas
finalmente, a través de normativas y decisiones con altos porcentajes de
contradicciones, indefiniciones que dan lugar a conflictos y dificultades en la
práctica” (p. 100).
De allí, es pertinente como señala Carrasquero (1995):
Asegurar la inserción de los individuos en un esquema de participación, supone desarrollar en ellos actitudes que los motive a intervenir, en forma constante y voluntaria, en la gestión de la vida social. Esto significa crear actitudes positivas a la
93
participación. Es decir, crear un vínculo entre las creencias, necesidades y valores de los individuos y el modo de participación al que ese individuo debe dar vida (p. 52)
En esa línea argumental, existe un proceso que implica transformaciones
sociales significativas referidas a: movilización, integración, distribución
equitativa de los servicios y cambio de estructuras mentales y materiales
para que la población organizada accese conscientemente a la toma de
decisiones en las cuales está involucrada, con miras a restablecer el
ordenamiento ciudadano sobre la base de la sustentabilidad social.
La Sustentabilidad Social
En la actualidad, la sustentabilidad social es un eje estratégico que
soporta la forma como la comunidades asumen las realidades económico-
sociales; donde sus miembros se convierten en sujeto y objeto del proceso
social en que viven y construyen espacios colectivos a través de la
participación, para hacer realidad el bienestar común y la responsabilidad
compartida, debido que la vida comunitaria pueden ser controlada y
enriquecida por el aporte de sus mismos miembros.
Dentro de esa perspectiva, Flores (1997) apunta que:
La sustentabilidad social es un valor que se obtiene cuando la organización, además de cumplir con sus responsabilidades como agente de producción económica, hace suyo el compromiso de sostener una relación armoniosa con la comunidad, apegada a una actuación planificada con visión largo placista y concertada con los demás miembros de la comunidad en un esfuerzo compartido orientado al desarrollo sostenido (p. 8).
94
Es necesario lograr la sustentabilidad social, lo cual significa el
involucramiento de la comunidad en todos los procesos relacionados con su
calidad de vida, lo cual facilitará que los recursos se orienten efectivamente
hacia las prioridades colectivas. Para Kliskberg (1997) hay un fortalecimiento
de las comunidades cuando analizan su propia situación y deciden cómo
solucionar los problemas que limitan su desarrollo económico y social.
Esta afirmación permite plantear que el trabajo comunitario debe
gestarse de manera mancomunada con una concepción dinámica y flexible,
no rígido, ni esquemático, ya que de ese modo se quedaría al margen de los
cambios que se van produciendo en la sociedad; en parte, provocados por
los propios actores sociales e institucionales.
De los actores instituciones, la universidad y las organizaciones
prestatarias de servicios de salud, son los más comprometidos
con el proceso organizacional de los intereses y necesidades
comunes de los miembros de las comunidades hacia el bienestar
común.
El bienestar común se logra a través del esfuerzo cooperativo en función
de responsabilidades compartidas. Estas se deben manifestar en la
organización de las expectativas de los ciudadanos a través de proyectos
concretos de carácter social que conlleven al logro de beneficios
equitativos, donde la universidad debe asumir su rol rector y el
compromiso institucional de participar en la ejecución de planes y
programas que conduzcan a la implementación adecuada de los servicios de
95
salud, mediante la gestión de mecanismos para su vinculación con el
entorno.
Algunos planteamientos teóricos sobre la vinculación como
proceso de gestión.
Los cambios trascendentales producidos en la sociedad humana
como resultado de la acelerada multiplicación de nuevos conocimientos
en las áreas científicas, tecnológicas y humanística indujeron a
cambios de paradigma en el proceso de gestión de la vinculación entre y
dentro de dichas áreas, mediante mecanismos que fortalezcan la gestión.
Ante esta situación, es válido apuntar que la gran mayoría de la literatura
sobre vinculación incluye recomendaciones precisas para la universidad de
manera unidireccional y que muy poco se ha hecho en relación a su
articulación con los servicios de salud y la comunidad. Sin embargo, durante
estos últimos años, las Escuelas de Medicina están haciendo grandes
esfuerzos académicos para atender este asunto.
Por consiguiente, urge la necesidad de definir algunos mecanismos de
gestión que conjugue la concertación interinstitucional a través de: una
negociación equitativa, coordinación efectiva; potenciación de los recursos
humanos, materiales y financieros; la participación proactiva de los
involucrados y el marco de trabajo adecuado como lineamientos estratégicos
para abrir perspectivas más amplias de múltiples relaciones que
permitan producir cambios funcionales y operativos del quehacer científico y
social.
96
Un primer requisito para emprender una gestión efectiva de la
vinculación, es aprovechar las motivaciones de los actores institucionales
comprometidos, así como conocer las barreras, para que éstas puedan ser
superadas.
Para bosquejar el contexto de la problemática de la vinculación,
Martínez (1993) señala los factores conducentes al fracaso y al éxito de la
vinculación, expresados a través de los cuadros 1 y 2.
CUADRO 1
FACTORES CONDUCENTES AL FRACASO DE LA VINCULACIÓN
• Escaso reconocimiento universitario sobre la importante contribución que puede tener la transferencia de tecnología a los presupuestos para investigación.
• Las operaciones de las unidades de vinculación generalmente no cuentan con recursos suficientes y su administración frecuentemente está fragmentada y pobremente coordinada.
• La responsabilidad de la identificación de invenciones explotables socialmente en la mayoría de los casos, se deja al propio investigador.
• Los procesos de evaluación de proyectos utilizados en muchos casos son rudimentarios. En las etapas iniciales, se realizan pocos análisis de escenarios, usualmente debido a limitaciones presupuestales.
• Actitudes demasiado pasivas y selectivas para involucrarse en proyectos nuevos.
• Dejar las negociaciones en manos de administradores que no dedican tiempo completo a la vinculación
• Ineficientes sistemas de seguimiento a los compromisos contractuales
• Inexistente colaboración interuniversitaria
Fuente: Martínez, 1993.
97
CUADRO 2
FACTORES CONDUCENTES AL ÉXITO DE LA VINCULACIÓN
• Liderazgo con espíritu global y proactivo
• Misión institucional clara
• Adecuada definición y comprensión de las necesidades de la comunidad
• Capacidad institucional para cumplir los objetivos de los proyectos
• Localización estratégica (cercanía a los escenarios investigados)
• Establecimiento de relaciones afectivas con los sectores públicos y privados (para vencer diferencias culturales)
• Disponibilidad de los recursos para la vinculación
• Cultura propicia para la vinculación
• Políticas de apoyo y reconocimiento a los involucrados en la vinculación
• Existencia de estructuras organizacionales que faciliten la vinculación
Fuente: Martínez, 1993.
De las líneas expuestas en las tablas 2 y 3 se deduce que las
universidades deben organizarse de tal forma, que todos los elementos
involucrados en la vinculación sean coordinados por una sola instancia
responsable. Esto, desde luego, obliga a que la gestión no se realice por
funciones especializadas sino en una organización por proyectos, donde el
responsable de cada proyecto debe conocer integralmente la gestión.
Por ello, es importante que en el proceso de gestión de la vinculación se
tome en cuenta, los factores que inducen al éxito, o bien a su fracaso.
La vinculación entre la universidad y su entorno, ha sido reconocida
como un fenómeno necesario para el desarrollo social de la región. A pesar
de este reconocimiento por parte de la UNESCO, BID, PNUD y otros, se
puede afirmar que la vinculación se encuentra en un estado incipiente.
98
Desde luego, que esto se debe, principalmente, a razones de carácter
estructural, tal como lo afirma Camacho y Galán (1989) “no existen
instrumentos gubernamentales que promuevan la vinculación y no existe una
base conceptualmente para emprender el proceso de gestión con suficiente
talento gerencial” (p. 6).
Ante esta crítica situación, cada día cobra mayor pertinencia la aplicación
eficiente de la gestión como factor impulsador del compromiso social,
científico e institucional de la universidad sobre los servicios de salud y la
participación de las comunidades en procura de lograr mejorar la calidad de
vida.
Como resultado de los planteamientos señalados, no queda duda que
en la gestión del proceso de vinculación, debe prevalecer el pensamiento
estratégico organizacional sobre la base de fortalezas, oportunidades,
debilidades y amenazas.
Con la determinación de estrategias y el análisis de los recursos de los
actores institucionales se podrá aprovechar las oportunidades disponibles y
potenciar las debilidades, ello dependiendo del pensamiento estratégico que
pongan en práctica, ya que proporcionaría un marco de referencia para el
proceso de gestión hacia la dirección deseada.
A partir de esta consideración para la autora de esta investigación, los
componentes o actores institucionales involucrados en el proceso de
vinculación, deberán establecer un conjunto de normas que regulen los
aspectos institucionales, académicos, económicos y los procesos de
99
evaluación que permitan establecer la estructura básica para la ejecución
real y efectiva de dicho proceso.
Los aspectos institucionales preservarían el prestigio e imagen de la
universidad como institución académica independiente y de alto nivel. Por
medio de su política de prestación de servicio llega a conseguir recursos
materiales y financieros complementarios para mejorar su quehacer
académico.
Las normas académicas regirán el comportamiento de las unidades o
grupos involucrados en la prestación de servicios, que ello signifique un
beneficio real de tipo académico y la aplicación de mecanismos para que las
actividades surgidas de vinculaciones con el entorno y que involucre labores
académicas, sean consideradas para la planificación y ejecución de
programas docentes.
Con respecto a las normas económicas para la vinculación, en la
actualidad es una variable de peso, ellas dependerán del entorno
administrativo y legal de los actores participantes. Un aspecto importante es
que cualquier vinculación que la Universidad realice le significará consumir
recursos humanos y financieros que le pertenecen y que debe valorar tanto
en su propia estimación presupuestaria como en el valor que dichos recursos
tienen en el mercado científico tecnológico y social, al momento de calcular
costos y precios de su servicio prestado. El costo calculado del servicio
debe considerar gastos administrativos y derecho de uso de infraestructura y
equipos. Además, deberá considerarse un beneficio para las instituciones
100
que prestan los servicios. Asimismo, preverse los mecanismos para
garantizar un adecuado pago de los servicios que no necesariamente sería
en dinero, si no también a través de intercambios de tecnologías de
conocimientos, donación de equipos y otros.
En cuanto a las normas de evaluación, deben ser aplicadas de manera
rutinaria cuando se trata de prestación de servicios de salud, la evaluación
debe ser permanente debido a la dinámica social, cultural, económica y
política que inciden en dichos servicios.
Existe otra área que debe ser regulada a través de normas, es la
propiedad intelectual, de suma importancia para la universidad debe
mantener criterios claros en cuanto al uso académico de los resultados de las
prestaciones de servicios. La universidad debe tener cuidado con las
vinculaciones donde existan cláusulas que puedan relegar su rol protagónico
en el campo científico, tecnológico y humanístico; su responsabilidad social
es indelegable e indiscutible. Es evidente, la necesidad de un proceso de
gestión que dé viabilidad concreta a la vinculación de la universidad con el
entorno.
Programa UNI: Una Nueva Iniciativa de Salud y Educación para la
calidad de vida de la comunidad como experiencia internacional de la
temática que se investiga
El programa UNI nació en 1930 como una iniciativa de la industria de
cereales, E.K. Kellogg para ayudar a resolver problemas ligados a “la
101
dinámica propia de las circunstancias económicas, políticas e históricas,
dificultan el acceso de las personas a bienes y servicios, muchas veces
indispensables para la satisfacción de sus necesidades básicas” (p. 1). De
allí, que su propósito se expresa en la oportunidad de dar apoyo a proyectos
que puedan contribuir, de modo efectivo a la mejor comprensión del proceso
de desarrollo social en América Latina.
En esa búsqueda de oportunidades, la Fundación Kellogg considera tres
elementos cuya interacción es esencial: la idea, el individuo y la institución.
La idea representa la creatividad y la innovación de planteamientos para
solucionar problemas concretos que atacan a la sociedad particularmente a
los sectores más necesitados y marginados en el proceso de desarrollo
social. El individuo es el responsable de expresar y ejecutar las ideas que
involucre cambios que consigan transformar la realidad hacia el bienestar de
una sociedad. La institución es el escenario donde se potencian las ideas y
se institucionaliza el proceso social de cambio. Estos tres elementos son
entes obligatorios para la formulación del Programa UNI en cualquier ámbito
de orden social.
Según el Programa UNI (1993) el objetivo general que tiene trazado
para el sector salud es:
Contribuir a la organización de un sistema de salud comunitaria más coordinada, más eficiente y eficaz, integrada e integral, accesible a todas las personas, en repuestas a sus necesidades. Para alcanzar tal meta se requiere la aplicación de varias estrategias simultáneas de programación, entre ellos el desarrollo de servicios locales de salud y el de modelos de formulación de recursos humanos para operar tales sistemas (p. 2).
102
A partir de los años noventa, la Fundación Kellogg tomó la decisión de
realizar o apoyar una serie de estudios relacionados con el desarrollo de la
educación de cuatro importantes profesiones de la salud: Medicina,
Enfermería, Odontología y Administración de la Salud, para coadyuvar
significativamente en el desarrollo de gerentes de servicios.
Uno de los estudios de mayor alcance a nivel internacional fue el
Proyecto EMA donde surgieron dos puntos focales que conllevan a la toma
de decisiones para su ejecución, siendo:
- Reforzar la estrategia de articulación de la enseñanza de los
profesionales de la salud con el sistema de salud. Dicha estrategia debe
trascender el trabajo de un departamento y de una profesión e involucrar
equipos multiprofesionales durante todo el pregrado.
- Promover la participación de la comunidad vinculada con las
instituciones universitarias y de servicios de salud, de forma consciente y
como responsable de los proyectos docentes asistenciales.
Como resultado de las consideraciones señaladas, la Fundación decisión
llevar a cabo el Programa, el cual recibió el nombre de Una Nueva Iniciativa
en Educación de los Profesionales (Programa UNI), buscando una mayor
articulación de las actividades de enseñanza de las distintas profesionales de
salud e incorporando a la comunidad, de forma privilegiada, en colaboración
mutua con las instituciones educativas y de servicio.
El Programa UNI (1993) decidió potenciar el desarrollo del sector salud,
“constituyendo una oportunidad de unir, consolidar, emprender nuevos
103
esfuerzos a fin de lograr cambios concretos en tres elementos constitutivos:
la Universidad, los Sistemas Locales de Salud y la Comunidad” (p. 3).
Los principales propósitos del Programa UNI son:
1. Estimular y apoyar proyectos de avance sincrónico en la educación
de los profesionales de la salud, en la prestación de servicios y en la
comunidad, estrechando la relación entre estos tres componentes;
2. Crear modelos replicables en esas tres áreas, compartidos
por un mecanismo de red entre los proyectos componentes del Programa
UNI;
3. Crear mecanismos de apoyo a los proyectos desde su formulación;
de evaluación continua y de difusión de experiencias, modelos y resultados
(p. 3).
En ese marco de propuestas, el Programa UNI al término de la
implementación del mismo espera haber contribuido al desarrollo de modelos
de: Sistemas Locales de Salud (SILOS); Educación para los Profesionales de
Salud, Integración Docente-Asistencial, basados en SILOS y en la
multiprofesionalidad; participación comunitaria en las decisiones que afectan
al sector salud; SILOS centrado en un enfoque familiar; trabajo en
comunidad sustentados en equipos de salud multiprofesionales;
tecnologías apropiadas en SILOS para prestaciones de servicios y para la
educación de los nuevos profesionales; y nuevos liderazgos en el campo de
la salud.
104
Dentro de esta configuración, el mencionado programa está conformado
por dos elementos estratégicos básicos; los Proyectos locales UNI y las
actividades de apoyo a los elementos constitutivos (la Universidad, los
Servicios de Salud y la Comunidad) como las bases estructurales del UNI.
Es importante destacar, que el programa UNI se operativiza entrando por
la Universidad, pero su meta es mejorar el nivel de salud y la calidad de vida
de toda la sociedad. De allí, que cada proyecto UNI se contextualiza en
función de las dimensiones de espacio y tiempo.
El espacio es representado por la comunidad beneficiaria y sus
organizaciones comunitarias, la red ambulatoria de los servicios de salud y
las facultades de la Universidad involucradas en el proyecto. Cabe señalar,
que la Facultad de Medicina de La Universidad del Zulia, actualmente
participa activamente en el proyecto UNI; mientras que otras facultades como
Humanidades y Educación, Ciencias Jurídicas y Sociales están en proceso
de formar parte del Proyecto. Este programa de extraordinario alcance
social debe y puede ser implementado por otras universidades nacionales y
privadas de la región zuliana, tales como La Universidad Nacional
Experimental “Rafael María BARALT”, UNERMB; Universidad Nacional
Experimental “Jesús María Semprún” y las Universidades Privadas “Dr.
Rafael Belloso Chacín” y Católica “Cecilio Acosta”.
Con respecto al tiempo, es necesario considerar que hay límites para el
cambio y éste se manifiesta tanto en la universidad como en los servicios de
salud y la comunidad. En este sentido, el Programa UNI utiliza lineamientos
105
del planeamiento estratégico, cuyas acciones se realizan a largo, mediano y
corto plazo; de tal forma que el proceso operativo del programa se hace
sobre la base de unidades denominados Proyecto UNI con visión local pero
con pensamiento global.
En atención a los planteamientos expuestos es preciso caracterizar los
componentes institucionales de los Proyectos UNI:
La Universidad: Representa el componente académico, cumple un papel
mentor en el Proyecto UNI. La universidad trabaja de manera coordinada
con la Fundación Kellogg, financista y coordinadora del Proyectos UNI, el
cual a su vez, está incluido en el programa de educación de los
profesionales de salud.
Las carreras profesionales involucradas deben establecer “un
compromiso común en el sentido de incluir en el componente académico del
proyecto UNI, actividades de enseñanza, servicio e investigación y de
estructurar un modelo pedagógico que incluya parte significativa del tiempo
curricular en la comunidad” (p. 19).
Los Servicios: Representan el componente salud, manifestados a través
de los Sistemas Locales de Salud (SILOS) definidos éstos como la estrategia
privilegiada para la integración de la Universidad con los Servicios de Salud y
con la Comunidad. Sus propuestas han sido parte de los procesos de
enseñanza y de prácticas de intervención en los servicios de salud de
diversos programas universitarios.
106
Según la Organización Panamericana de la Salud (1990):
La concepción de los SILOS como unidad básica de un sistema de salud orientado a la atención de las necesidades sanitarias de una población dada, se ha llevado a cabo paralelamente a la comprensión de la salud como un derecho, y de obligación del Estado en asegurar las condiciones para el desarrollo de las acciones promoción, prevención y recuperación de la salud, donde participen de formas diferenciadas el individuo, la sociedad organizada y el propio Estado (p. 78)
Dentro de este contexto, el Proyecto UNI señala que existen eslabones
de vinculación entre la universidad y los servicios de salud, estructurados en
cuatro líneas principales de acción:
- Educación continua para los profesionales de la salud,
- Organización de las prácticas de salud colectiva dentro de una visión
multiprofesional
- Articulación del conocimiento que la población tiene acerca del
proceso salud-enfermedad, con los programas de intervención institucional
sobre su estado sanitario.
- Transferencia a los servicios y a la comunidad, del conocimiento de
las condiciones de salud y de riesgo a que la población puede estar
expuesta, para asegurar que la planificación de las acciones de salubridad se
haga de modo de atender a sus necesidades (p. 41).
En lo esencial, el desarrollo de los SILOS es un espacio de
transformación de la práctica social del quehacer en salud y de integración
Universidad-Servicio de Salud y Comunidad.
107
La Comunidad: Este componente es el destinatario principal del esfuerzo
estratégico del proyecto, permite que la población ubicada en el ámbito
seleccionado para cada Proyecto UNI sea el objeto principal de
transformación y estudio multi-instruccionales. Ello implica que “en la última
instancia, el éxito del Programa y Proyecto UNI deberá expresarse
necesariamente en el mejoramiento de las condiciones objetivos y subjetivos
de las comunidades involucradas” (Programa UNI, p. 54).
La comunidad cumple doble; en primer orden, la naturaleza de acción de
los proyectos; y un segundo, la misma comunidad como protagonista en los
mismos proyectos. Por lo que es necesario considerar la concreción
operacional de la comunidad, puesto que varía de un proyecto a otro, de
acuerdo a las características demográficas, ubicación geográfica, actividades
económicas predominantes, acervo cultural local y otros.
En consecuencia, la participación de la comunidad en la toma de
decisiones con respecto al funcionamiento de los servicios es altamente
significativa, ya que permite abordar el trabajo comunitario desde las distintas
profesiones para organizar equipos multiprofesionales que asuman la
responsabilidad de conducir el proyecto en los diferentes espacios que
corresponda; de planificar localmente las actividades en forma conjunta con
representantes de la comunidad y de los servicios, y de establecer horarios
que permitan coincidir en espacio y tiempo a docentes y estudiantes de
diferentes profesiones, con el objeto de realizar un trabajo comunitario
articulado y coordinado. El análisis precedente se visualiza de manera global
en la figura 1.
108
FIGURA 1 COMPONENTES DE LOS PROYECTOS UNI
Fuente: Programa UNI, 1993
Este andamiaje teórico permite señalar que hoy día existen logros para
plantear el reto de la vinculación de la Universidad, los Servicios de Salud de
la Red Ambulatoria y la participación comunitaria, a través de un proceso
de gestión; lo que conlleva a establecer instancias organizativas
interinstitucionales que posibilite la toma de decisiones para abordar todas
las situaciones relacionadas con el mejoramiento de la calidad de vida de las
comunidades.
Unidades Geográficas investigadas: Las unidades geográficas
investigadas están representadas por las Parroquias Carracciolo Parra
Pérez, Venancio Pulgar e Idelfonso Vásquez del Municipio Maracaibo,
UNIVERSIDAD
SERVICIO COMUNIDAD
Integración Docente-Asistencial
Extensión Comunitaria
Atención Primaria de
Salud
109
Estado Zulia. En este contexto, se analiza la situación socio-sanitaria del
Estado Zulia, vinculada con problemas estructurales de pobreza que han
incidido en las comunidades, así como el acceso a los servicios públicos
básicos.
Según un informe preparado por el Consejo Zuliano de Planificación y
Desarrollo (Conzuplan, 1997) el problema de salud pública en el estado es
crítico. Mientras que Zambrano (1998) afirma que el 65% de la población
zuliana está en condiciones de pobreza, con una tasa de desempleo del
14%; superior al promedio nacional (11%). De igual manera, Monseñor
Ovidio Pérez Morales, para ese entonces, Arzobispo de Maracaibo (1998)
destaca que el área de la salud está afectado, se han desencadenado
hechos lamentables, pues algunos pacientes han perdido la vida, al parecer,
por no contar con los recursos necesarios para poder adquirir los
medicamentos y el material médico quirúrgico.
De acuerdo al VII Plan de Desarrollo del Estado Zulia, (1997-1999) las
manifestaciones inmediatas de esta problemática se evidencia por el
deterioro avanzado de la infraestructura física hospitalaria y ambulatoria; baja
cobertura de programas sanitarios y nutricionales dirigidos fundamentalmente
a la población marginal y rural; desatención de los centros ambulatorios
especialmente los que prestan el nivel de atención primaria; deficiente
relación médico-paciente, lo que repercute negativamente en el rendimiento
de las actividades; y baja participación de la comunidad en la problemática
del sector salud.
110
El Estado Zulia está conformado por 21 municipios: Páez, Mara, Jesús
Enrique Losada, La Cañada de Urdaneta, Rosario de Perijá, Machiques de
Perijá, Catatumbo, Colón, Sucre, Baralt, Valmore Rodríguez, Lagunillas,
Cabimas, Santa Rita, Miranda, Almirante Padilla, San Francisco, Jesús María
Semprún, Francisco Javier Pulgar, Simón Bolívar y Maracaibo, que
presentan situaciones conflictivas en el área de la salud. En este sentido, el
Consejo Zuliano de Planificación y Coordinación (Conzuplan, 1997)
presenta un compendio de los diagnósticos socio-económicos municipales,
en los cuales solo se relaciona una síntesis de la situación actual de la
salud.
CUADRO 3
INDICADORES DE SALUD PERÍODO 1997 – 1999
DESCRIPCIÓN AÑO
REFERENCIA 1996
1997 1998 1999
• 60% de la red de atención ambulatoria sufre frecuentes cambios estructurales y funcionales. • 60% de los ambulatorios no cumple con las normas del M.S.A.S. de calificación y clasificación
149
149
30
30
50
50
69
69
• Las acciones de salud a nivel ambulatorio no satisface el 60% de las necesidades de salud de la población.
• 100% de los ambulatorios sufren deficiencias en los recursos necesarios para satisfacer la demanda.
249
75
75
99
• 40% de los usuarios no tiene acceso a los servicios hospitalarios. • 100% de los establecimientos hospitalarios no funciona en toda su capacidad de oferta.
28
6
10
12
• 100% de los hospitales tienen deficiencias en el mantenimiento de infraestructura y equipos.
• 80% de la población ha desmejorado sus niveles de salud.
• 90% de la población recibe educación sanitaria.
28
2.317.670 2.607.379
8
572.000 607.200
10
827.670 958.970
10
918.000 1.041.209
Fuente: Sistema Regional de Salud. CONZUPLAN. Dirección de Planificación. Unidad de Mediano y Corto Plazo, 1997.
Estos indicadores de salud visualiza una problemática que está presente
111
en todo el Municipio Maracaibo por su alta densidad demográfica es la región
geográfica con mayores dificultades para ofrecer eficientes servicios de
salud. Así lo señala el Compendio de los Diagnósticos Socio-económicos
Municipales (1998) emanado del Consejo Zuliano de Planificación y
Coordinación del Estado Zulia (Conzuplan, 1998):
Con respecto a la salud debe señalarse que la problemática de este sector comprende elementos que también presenta implicaciones que van más allá de consideraciones médico-asistencial; afrontando una permanente escasez de recursos financieros, deficiencias en la capacitación del personal especializado e insuficiente dotación de instalaciones entre otros (p. 6).
El Municipio Maracaibo, según la Ley de División Político-Territorial
(1995) decretada en la Gaceta Oficial del Estado Zulia (24 de julio de 1990,
No. 135) está constituido por dieciocho (18) parroquias: Bolívar, Santa Lucía,
Olegario Villalobos, Coquivacoa, Juana de Avila, Chiquinquirá, Cacique
Mara, Cecilio Acosta, Manual Dagnino, Cristo de Aranza, Luis Hurtado
Higuera, Francisco Eugenio Bustamante, Raúl Leoni, Antonio Borjas Romero,
San Isidro, Idelfonso Vásquez, Carracciolo Parra Pérez y Venancio Pulgar;
estas tres últimas unidades de estudio de esta investigación.
Las parroquias anteriormente señaladas están ubicadas hacia la parte
norte del Municipio Maracaibo (ver mapa 1) considerados hoy día, como un
arco geográfico con una serie de dificultades sociales y económicas,
básicamente en lo que se refiere a los servicios básicos de salud y en
11
2
MAPA 1
EL ESTADO ZULIA Y SU DIVISIÓN POLÍTICO - TERRITORIAL
113
general en todo lo que incide sobre la calidad de vida de sus habitantes
(Conzuplan, 1998).
Según este organismo público, las parroquias Idelfonso Vásquez y
Venancio Pulgar están consideradas como las localidades parroquiales con
mayores incide de pobreza, más de un 70% de las familias genera
ingresos que se ubican por debajo de los cien mil bolívares, lo que limita la
obtención de los productos de la cesta básica, acceso a la educación y
servicios médico-asistenciales. Por tanto, esta población se mantiene en
niveles de pobreza crítica y extrema, lo que afecta su calidad de vida.
Particularmente, la Parroquia Idelfonso Vásquez, hoy día es considerada
como uno de los espacios geo-políticos del país que ocupan los primeros
lugares en problemas de salud. Este espacio es ocupado mayormente por
familias Wayuu, que debido a sus costumbres indígenas en relación con el
parto domiciliario y la atención del recién nacido en el hogar, la tasa de
mortalidad materia registrada en esta parroquia en el año 1998 ocupó el
primer lugar en Maracaibo, concentrándose en esta única localidad
parroquial el 32% de todas las muertes maternas ocurridas en las 19
parroquias del Municipio (Dirección Regional de Epidemiología, 1999).
Asimismo, este organismo destaca que el cáncer constituyó la tercera
causa de muertes entre los 59.797 habitantes del sexo femenino en dicha
parroquia. Específicamente, el cáncer de glándula mamaria, cuello y cuerpo
uterinos; en conjunto representaron el 30% de todas las muertes femeninas
por cáncer en Maracaibo.
114
Estas cifras de alguna forma reflejan un escenario social difícil que debe
ser atendido de manera intergerencial, es decir, en este proceso de gestión
participen de manera mancomunada todos los actores que están
relacionados con esta problemática: la universidad, los servicios de salud, la
comunidad.
De igual manera, el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, reconoce
que la situación social es altamente crítica y que los servicios de salud
son ineficientes, lo que hace que las regiones geográficas deprimidas
confronten serias limitaciones para mejorar su calidad de vida (Pulido,
1998).
Marco Jurídico que Fundamenta la Investigación
El derecho a la salud y el derecho al goce de la participación social plena
y democratización, son dos elementos puntuales que la mayoría de los
países están atendiendo como prioridad de vida nacional de primer orden
hacia el logro de mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
En Venezuela durante estos últimos quince (15) años se ha venido
trabajando ordenadamente en crear un marco jurídico que garantice dichos
derechos, que a continuación se indican.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999)
El derecho a la salud encuentra fundamento real en el Capítulo I de los
Derechos Sociales de las Familias en sus artículos 83, 84, 85, 86 y 184
aparte 2, los cuales señalan:
115
El Artículo 83 establece:
La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte de derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios. Todas las personas tienen derechos a la protección de la salud, así como el deber de participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, de conformidad con los tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República (p. 25). Este artículo desarrolla principios constitucionales referentes al derecho a
la vida y elevar la calidad de vida. El derecho a la vida es irrenunciable, ni
negociable; por tanto, el Estado debe ofrecer los escenarios propicios para
garantizar a sus habitantes el bienestar colectivo a través de su participación
proactiva en las actividades relacionadas con el quehacer socio-sanitario.
Asimismo, el artículo 84 expresa:
Para garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad. El sistema público de salud dará prioridad a la promoción de la salud y a la prevención de las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno y rehabilitación de calidad. Los bienes y servicios públicos de salud son propiedad del Estado y no podrán ser privatizados. La comunidad organizada tienen el derecho y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la planificación, ejecución y control de la política específica en las instituciones de salud.
La autora de esta investigación, considera que este artículo es el eje
central de la viabilidad jurídica, política, cultura y social, tanto del derecho a la
116
salud como la promoción de la participación de las comunidades en la toma
de decisiones en el proceso del mejoramiento de la calidad de vida
comunitaria. En tal sentido, el artículo referido le otorga el más alto grado de
trascendencia social al derecho a la salud y a la participación social
cuando establece que los servicios de salud son de carácter
intersectorial, descentralizados y participativo, regidos por los principios de
gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y
solidaridad.
El artículo 85, reza:
El financiamiento del sistema público de salud es obligatorio del Estado, que integrará los recursos fiscales, las cotizaciones obligatorias de la seguridad social, y cualquier otra fuente de financiamiento que determine la ley. El Estado garantizará un presupuesto para la salud que permita cumplir con los objetivos de la política sanitaria. En coordinación con las universidades y los centros de investigación, se promoverá y desarrollará una política nacional de formación de profesionales, técnicos y técnicas una industria nacional de productos de insumos para la salud. El Estado regulará las instituciones públicas y privadas de salud.
De conformidad con lo dispuesto en este artículo, se visualiza la
importancia del proceso de gestión de la vinculación del Sector Salud con las
universidades y los centros de investigación. Además, reafirma que para
darle mayor alcance a los servicios de salud es necesaria la coordinación de
esfuerzos interinstitucionales a nivel de recursos humanos, financieros,
logísticos, programáticos y otros; siendo estos mecanismos de vinculación
que pueden funcionar siempre y cuando se garantice el cumplimiento de
117
acuerdos, disposiciones y convenios, formulados a través de políticas, leyes
orgánicas y resoluciones pertinentes.
Mientras que el artículo 86 señala:
Toda persona tiene derecho a la seguridad social como servicio público de carácter no lucrativo, que garantice la salud y asegure protección de contingencias de maternidad, paternidad, enfermedad, invalidez, enfermedades catastróficas, discapacidad, necesidades especiales, riesgos laborales, pérdida de empleo, desempleo, vejez, viudedad, orfandad, vivienda, cargos derivados de la vida familiar y cualquier otra circunstancia de previsión social. El Estado tiene la obligación de asegurar la efectividad de este derecho, creando un sistema de seguridad social universal, integral, eficiente y participativo; de contribuciones directas o indirectas. En virtud de lo establecido en este artículo, el Estado es el garante de
mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, para ello debe
planificar, organizar y administrar un sistema de seguridad integral, universal
de financiamiento solidario, unitario, eficiente y participativo que asegure la
inserción de toda la comunidad nacional en los programas de salud que se
ejecutan.
Asimismo, la Constitución Bolivariana abre el espacio legal para la
participación comunitaria a través del Artículo 184, aparte 2; el cual reza:
La Ley creará mecanismos abiertos y flexibles para que los Estados y los Municipios descentralicen y transfieran a las comunidades y grupos vecinales organizados los servicios que éstos gestionen previa demostración de su capacidad para prestarlo, promoviendo: La participación de las comunidades y ciudadanos y ciudadanas, a través de las asociaciones vecinales y organizaciones no gubernamentales, en la formulación de propuestas de inversión ante las autoridades estadales y municipales encargadas de la
118
elaboración de los respectivos planes de inversión, así como en la ejecución, evaluación y control de obras, programas sociales y servicios públicos en su jurisdicción (Aparte 2).
Este artículo apertura el camino para la inserción de los individuos en el
escenario social, debido a que la participación comienza a perfilarse como un
orden factible y coherente para que las personas manejen los problemas que
incidan en su calidad de vida.
Es importante destacar, que debido a la dinámica política que está
viviendo el país, actualmente la Asamblea Nacional Constituyente está en un
proceso de formulación de las nuevas leyes orgánicas y disposiciones
legales que se articulen con la recién aprobada Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999).
Sin embargo, esta investigación expone muy someramente las leyes que
aún siguen vigente hasta noviembre de 2000, relacionadas con la
problemática que se estudia.
Ley Orgánica del Sistema de Seguridad Social Integral (1997)
Esta ley en sus artículos 4, 5 en numeración a 8 y 25, respectivamente
expresan:
Artículo 4:
Principios del Sistema: La Seguridad Social Integral se prestará, sin menoscabo de la asistencia social que el Estado debe garantizar a quienes carezcan de recursos, con sujeción a los siguientes principios:
119
a) Universalidad: Es la garantía de protección para todas las personas amparados por esta Ley, sin ninguna discriminación y en todas las etapas de la vida;
b) Solidaridad: Es la garantía de protección a los menos favorecidos en base a la participación de todos los contribuyentes al sistema;
c) Integralidad: Es la garantía de cobertura de todas las necesidades previsionales amparadas en esta ley;
d) Unidad: Es la articulación de políticas, instituciones, procedimientos y prestaciones, a fin de alcanzar el objeto de esta Ley;
e) Participación: Es el fortalecimiento del rol protagónico de todos los actores sociales, públicos y privados, involucrados en el Sistema de Seguridad Social Integral;
f) Autofinanciamiento: Es el funcionamiento del sistema de equilibrio financiero y actualmente sostenible y
g) Eficiencia: Es la mejor utilización de los recursos disponibles, para que los beneficios que esta Ley asegura sean prestados en forma oportuna, adecuada y suficiente.
Artículo 5: Prestaciones: El Sistema de Seguridad Social Integral comprenderá las prestaciones siguientes: a) Atención a la salud y prevención de riesgos en el trabajo.
Estos dos artículos destacan los municipios que internacionalmente son
reconocidos por los organismos gubernamentales y no gubernamentales
como es la universalidad, solidaridad, integralidad, unidad,
participación, autofinanciamiento y eficiencia para la planificación y
administración de los servicios sociales, específicamente lo relacionado con
la salud.
Mientras que, los artículos 8 y 25, destacan que el Sistema Nacional de
Salud se estructurará y funcionará sobre la base de la participación de la
población organizada a todos los niveles, tanto en la planificación como en la
120
ejecución y evaluación de las actividades, que contribuyan al mejoramiento
de la calidad de vida, tal como lo reseñan a continuación:
Artículo 8:
El Sistema Nacional de Salud se estructurará y funcionará sobre la base
de la participación organizada a todos sus niveles, tanto en la planificación,
como en la ejecución y evaluación de sus actividades.
Artículo 25:
El subsistema de Asistencia Social, mediante la cooperación participativa de las comunidades organizadas, comprenderá la realización de programas destinados a promover en el individuo, la familia y la comunidad, todo aquello que propenda por su propio esfuerzo a elevar su nivel económico y social, así como también lo que contribuya al mejoramiento de la calidad de vida y del ambiente en que habitan, con el fin de combatir los factores que causan la pobreza extrema y la ignorancia y coadyuvar a la promoción social de la salud y de la justicia social, en coordinación con los propósitos, funciones y actividades del Ministerio de la Familia y demás entes públicos o privados que tenga inherencia con la asistencia social.
De acuerdo a estos artículos, la seguridad social es un servicio público
de afiliación obligatoria para garantizar salud a los densos sectores de
población que se encuentran en niveles de marginalidad y sumergidos en la
pobreza extrema y constituidos en circuitos excluidos totalmente del
Subsistema de Asistencia Social. En tal sentido, esta Ley Orgánica plantea
las líneas jurídicas y legales para que las comunidades se vinculen a los
programas de asistencia social, en tanto aquello que propende a mejorar su
121
nivel económico y social y, en consecuencia, al mejoramiento de la calidad
de vida.
Ley de Asignaciones Económicas Especiales para los Estados
Derivados de Minas e Hidrocarburos (1996)
Este fundamento legal ha suscitado grandes polémicas políticas sobre su
pertinencia social. El artículo 10 destaca:
Las asignaciones económicas especiales para los Estados, provenientes de la aplicación de esta Ley, se destinarán exclusivamente a gastos de inversión en proyectos para las siguientes áreas: infraestructura y dotación de equipos en el sector médico-asistencial y programas de medicina preventiva.
A través de este artículo, se infiere que los estados productivos de
petróleo están comprometidos con la población para brindarle mejor calidad
de vida a través de programas de medicina preventiva y dotación de equipos
al sector médico asistencial.
Ley Orgánica del Régimen Municipal, LORM (1989)
El artículo 37 en sus apartes 2 y 3 están referidos a la atención primaria
de la salud y a la prestación de los servicios sociales dirigidos al bienestar de
la población.
Artículo 37. El Municipio cooperará: 2º En la atención primaria de la salud de carácter preventivo, curativo o rehabilitador, sanidad de urgencia, información y educación sanitaria; planificación familiar y control epidemiológico, conforme a las normas políticas de coordinación establecidas por el
122
Poder Nacional; 3º En la prestación de los servicios sociales dirigidos al bienestar de la población, especialmente de la infancia, juventud y tercera edad, así como la asistencia a minusválidos, ancianos y personas necesitadas de recursos mínimos de subsistencia, servicios de promoción y reinserción social.
Este artículo confiere al Municipio, como órgano de gobierno local,
responsabilidades precisas respecto a la atención primaria de salud. Esta
es la instancia gubernamental más cerca de las comunidades, por lo tanto,
debe participar en el proceso de mejoramiento de la calidad de vida.
El municipio constituye “la unidad política primaria y autónoma dentro de
la organización nacional establecida en una extensión determinada de
territorio...” (artículo 3).
Por otra parte, el título X de la participación de la comunidad, los artículos
167, aparte 3 y 168 de la referida Ley, le otorgan a la participación
comunitaria y a la cooperación vecinal una importancia capital en el
funcionamiento de los servicios de asistencia y salud, expresados de la
siguiente manera:
Artículo 167. Los vecinos de un Municipio tienen los siguientes derechos y obligaciones: 3. Participar en la gestión municipal de acuerdo con lo dispuesto en la presente Ley; Artículo 168. Los Municipios y los Distritos deben suministrar la más amplia información sobre su actividad y promover la participación de todos los ciudadanos en la vida local. Sin embargo, las formas, medios y procedimientos de participación que los municipios establezcan en
123
ejercicio de sus funciones, no podrán menospreciar las facultades de decisión que corresponden a los Órganos de Gobierno local.
De acuerdo a estos artículos, los miembros de la comunidad tienen
derechos y obligaciones de participar en los acontecimientos sociales,
políticos, educativos, económicos y culturales que se realizan en el ámbito
geográfico de su comunidad. Asimismo, se afianza el papel de los
gobiernos locales, para desarrollar servicios de atención primaria a la salud,
hacia el bienestar de las comunidades; por tanto, debe organizar planes y
programas que faciliten la participación de los habitantes.
Reglamento parcial, Nº 1 de la Ley Orgánica del Régimen Municipal
sobre la Participación de la Comunidad. Decreto Nº 1297 (1990).
Este Reglamento en los Artículos 2 y 3, reafirman la significación que
tiene la participación comunitaria en el mejoramiento de los servicios:
Artículo 2. De conformidad con lo establecido en la Ley Orgánica de Régimen Municipal y el presente Reglamento, la participación de la comunidad se expresa en: 1. La intervención directa de los vecinos o ciudadanos, individual o colectivamente considerados, ejerciendo los derechos o cumpliendo los deberes establecidos en las disposiciones legales, tomando en consideración sus relaciones o vínculos con los Municipios y demás entidades locales. 2. Las actuaciones o gestiones que realizan las Asociaciones de Vecinos como expresión organizada de las comunidades, en los términos señalados en el presente Reglamento y en todos los demás instrumentos jurídicos aplicables a estas organizaciones de carácter territorial. 3. Las distintas formas organizativas de las comunidades que tengan por objeto el mejor cumplimiento de los fines de la persona
124
humana y de la convivencia social, que actúen de conformidad con instrumentos jurídicos especiales o con las normas que desarrollan el derecho de asociación garantizado en la Constitución de la República. Parágrafo Único. Las distintas expresiones de la participación de la comunidad a que se refiere este artículo, sin perjuicio de otras formas de participación, constituyen los métodos o mecanismos usados por los ciudadanos y las comunidades para formular sus planteamientos y cooperar con los organismos públicos locales, estadales y nacionales en el mejoramiento de los servicios y los demás asuntos comunitarios que implican la satisfacción de las necesidades básicas de la población y el mejoramiento de la calidad de vida a nivel de las comunidades. Artículo 3. Son actividades de interés comunitario y, por tanto, áreas propicias para el desarrollo de la participación comunitaria, las siguientes: 1. La preservación y el mejoramiento de la calidad de la vida de sus integrantes en comunidad. 2. La adecuada presentación de los servicios públicos.
Según esta disposición legal la participación comunitaria es quizás, el
mecanismo de mayor peso para garantizar la efectividad y eficiencia de los
servicios ofrecidos a la comunidad. Los habitantes deben actuar en función
de sus expectativas e intereses, tratando de preservar y mejorar su calidad
de vida. Por tanto, la organización de las comunidades es un elemento
clave para la promoción de la participación social.
Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia de
Competencias del Poder Público (1989)
Esta Ley en el Capítulo V del Plan Coordinado de Inversiones, artículo
17, aparte 3, determina la responsabilidad de las gobernaciones de los
125
Estados de destinar parte de sus recursos económicos para el desarrollo de
programas de salud y asistencia social.
Artículo 17. En cada ejercicio fiscal, las Gobernaciones deberán destinar a sus programas de inversión un mínimo del cincuenta por ciento (50%) del monto que les corresponde por concepto de Situado Constitucional. Se entenderá por programas de inversión exclusivamente el siguiente: 3º Programas de salud y asistencia social, especialmente los nutricionales; la construcción y dotación de edificios médicos-asistenciales, la construcción de acueductos rurales; la construcción y el financiamiento de vivienda de interés social.
Tal como lo establece este artículo, los gobiernos regionales tienen que
velar por el desarrollo de los Programas de salud y para ello deben destinar
parte del situado constitucional para inversiones de servicios de salud en lo
concerniente a construcción y dotación de edificios médico-asistenciales.
Ley Orgánica del Sistema Nacional de Salud (1987).
Los artículos 3, 4, 5 y 8 rezan lo siguiente:
Artículo 3. El Sistema Nacional de Salud garantizará la protección de la
salud a todos los habitantes del país sin discriminación de ninguna
naturaleza.
Artículo 4. El objeto del Sistema Nacional de Salud es la prestación de
servicios en atención a la salud, encaminados no solo a procurar la ausencia
126
de enfermedad, sino a promover el mayor bienestar físico, mental y social de
los habitantes del país.
Artículo 5. La presentación del servicio de la salud se realizará mediante
la atención médica integral de carácter preventivo – curativo y por acciones
de saneamiento sanitario-ambiental que tendrán carácter de utilidad pública e
interés social, y en consecuencia, los entes de la Administración Pública
Nacional, las Entidades Federales y Municipios deben participar conforme al
contenido de las leyes y reglamentos respectivos, y las corporaciones
gremiales, sindicales y organizaciones de las comunidades, coadyuvarán a
su realización.
Artículo 8. El Sistema Nacional de Salud se estructurará y funcionará
sobre la base de la participación de la población organizada a todos sus
niveles, tanto en la planificación, como en la ejecución y evaluación de sus
actividades.
Según lo establecido en estos artículos, prestación de servicios de salud
tiene que organizarse partiendo de la atención médica integral de carácter
preventivo, bajo la observación y supervisión de los gobiernos locales y la
participación de las comunidades organizadas a objeto de lograr la
integralidad y la intersectorialidad, de todos los actores sociales e
institucionales comprometidos con el desarrollo adecuado de los servicios de
salud para la planificación, ejecución y evaluación de los servicios de salud.
127
Ley de Universidades (1970)
Esta Ley, en sus artículos 1, 2, 3 y 6 destaca el importante papel que
debe cumplir la Universidad en la gestión social, científica e institucional en
su proceso de vinculación con el entorno, para contribuir a afirmar los
valores del hombre, atender los problemas nacionales, regionales y locales y
crear el conocimiento en función del quehacer científico, tecnológico y
humanístico.
Estos artículos apuntan:
Artículo 1. La Universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre... Artículo 2. Las Universidades son instituciones al servicio de la nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales. Artículo 3. Las Universidades deben realizar una función rectora en la educación, la cultura y la ciencia. Para cumplir esta misión, sus actividades se dirigirán a crear, asimilar y difundir el saber mediante la investigación y la enseñanza; a completar la formación integral iniciada en los ciclos educacionales anteriores; y a formar los equipos profesionales y técnicos que necesita la Nación para su desarrollo y progreso. Artículo 6. La finalidad de la Universidad, tal como se define en los
artículos anteriores, es una en toda la Nación. Dentro de este concepto se
atenderá a las necesidades del medio donde cada Universidad, funciones y
se respetará la libertad de iniciativa de cada institución.
128
Tal como se aprecia en la Ley de Universidades, estas organizaciones
no pueden ni deben huir del rol que les toca cumplir en el seno de la
sociedad, tienen que activar su capacidad de respuestas a las diversas
demandas planteadas, por las localidades, regiones, países y el mundo en
general.
Por otra parte, es importante reseñar en este análisis, que actualmente
la Escuela de Vecinos de Venezuela presentó ante la Asamblea Nacional
Constituyente el Anteproyecto de la Ley de Participación de Ciudadanos y
Ciudadanas (2000). Esta según la proponente debe ser orgánica, en virtud
de la vitalidad que representa para impulsar los cambios sociales, políticos,
económicos, educativos y jurídicos que la población espera que se realicen
sobre la base de lograr el bienestar común.
El anteproyecto, según se lee en su artículo 1 “es obligación del Estado
y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más
favorables para la práctica de la participación ciudadana” (p. 3).
De igual manera, contempla también que existan mecanismos para que
Estados y Municipios descentralicen y transfieran a las comunidades y
grupos vecinales organizados, los servicios que estos gestionen.
El marco jurídico estudiado permite visualizar que en Venezuela existe
diversidad de leyes que le ofrecen a las unidades investigadas la
Universidad, los Servicios de Salud y la Comunidad, los espacios para que
accionen sus potencialidades, tales como compromiso, sentido de
pertinencia y valores, a objeto de facilitar una vinculación estrecha y
adecuada entre dichas unidades.
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Definición de las Variables de Estudio y Especificación de sus
Dimensiones e Indicadores
Las variables de estudio fueron tres: Gestión Universitaria, los Servicios
de Salud y la Participación Comunitaria.
Variable Gestión Universitaria.
Se define como el proceso que la universidad lleva a cabo en la
orientación y ejecución de acciones de orden social, científico e institucional
para dirigir, coordinar y participar de manera proactiva en todos los
acontecimientos del quehacer científico, tecnológico, humanístico, social,
cultural en la búsqueda de abrir espacios de negociación inteligente y
responsable, desarrollar valores culturales, reconstruir el tejido social,
reestructurar el Estado con el propósito de contribuir al mejoramiento de la
calidad de vida nacional, regional y local.
Variable Servicios de Salud
Se refiere al conjunto de actividades de atención a la salud
integral, organizadas por instituciones prestadoras de este servicio para
lograr objetivos comunes de proteger y mejorar la salud comunitaria
mediante la utilización adecuada, calidad y racionalidad de los servicios hacia
el logro del mayor bienestar físico, mental y social de los habitantes del
país.
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Variable Participación Comunitaria
Esta variable se entiende como el involucramiento de la población en el
proceso de discusión, toma de decisiones y control en las actividades de
cualquier índole, pero esencialmente en las relacionadas con los servicios de
salud que se realizan en el ámbito local hacia la búsqueda del mejoramiento
de la calidad de vida. Con respecto a las dimensiones e indicadores se
especifican en el Cuadro 4, que a continuación se especifican.
CUADRO 4
ESTRUCTURA TEÓRICA DE LA INVESTIGACIÓN
VARIABLES DIMENSIONES INDICADORES
Gestión Social • Acciones comunitarias para dar soluciones a problemas de salud • Jornadas y campañas de salud
Gestión Científica • Respuestas a los problemas de salud GESTIÓN
UNIVERSITARIA
Gestión Institucional • Organización de actividades académicas para vincularse con la comunidad
Utilización de los servicios de salud
• Accesibilidad • Cobertura • Referencia • Contrarreferencia • Frecuencia de asistencia al Ambulatorio
Calidad de los Servicios de Salud
• Calidad de atención del personal de enfermería. • Calidad de atención del personal médico • Focalización de los problemas de salud • Atención inmediata a emergencias de salud
SITUACIÓN ACTUAL DE LOS SERVICIOS DE SALUD DE LA
RED AMBULATORIA
Racionalidad de los servicios de salud
• Eficiencia de los servicios de salud • Satisfacción que siente la comunidad sobre la atención que recibe en el Ambulatorio • Consideraciones de necesidades de salud que presenta la comunidad
Negociación Comunitaria • Oportunidades de participación • Toma de decisiones colectivas PARTICIPACIÓN
COMUNITARIA Sustentatibilidad Social • Bienestar común • Responsabilidad compartida
Fuente: Carrasquero, 2000.
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Una vez analizada la construcción teórica-referencial, sustentada con la
revisión de los antecedentes de estudio, teorías, el marco jurídico y los
fundamentos teóricos, se puede indicar que le proporcionaron a la autora de
esta investigación un amplio conocimiento acerca de las distintas
concepciones y posturas teóricas de la vinculación de la Universidad, los
Servicios de Salud y la Comunidad sobre la base de un proceso de gestión,
lo que indujo a construir el andamiaje metodológico, para luego analizar e
interpretar los datos obtenidos de la aplicación de los instrumentos, lo que
permitió establecer un marco de discusiones confrontadas con los
fundamentos teóricos.
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