Boletín Parroquial
Primicia misionera
Parroquia Santa Maria Magdalena
Párroco: Pbro.. Miguel Barron Ruiz Av. Miguel Hidalgo esq. C. Benito Jua rez s/n, * Col. Santa Marí a Magdalena, Qro. C.P. 76137 Tel. (442) 2 15 28 36 * E-mail: [email protected]
Parroquia Santa Maria Magdalena Qro @Parro_StaMaMag
Servicios
Horario de Misas
Parroquia:
Lunes a Sábado: 18:00 Hrs
Sábado: 18:00 hrs (dominical)
Domingo: 6:00, 12:00 y 18:00 hrs.
Colonias:
San Antonio de la Punta
Domingo: 8:30 hrs
La Sierrita
Domingo: 10:00 hrs
Notaria Parroquial
Martes a Viernes
10:00 a 12:00 hrs.
16:00 a 19:00 hrs.
Sábado
12:00 a 15:00 hrs.
Todos misioneros, comunicando la alegría del Evangelio.
Comunicar la alegría del Evangelio es tarea de todo bautizado, que ha vivido el encuentro con Jesucristo, es una alegría que tenemos que comu-nicar porque nos ha sido donada, en efecto no anunciamos a Jesucristo para aumentar nuestras filas, de manera proselitista, mucho menos por el poder. Hablamos de Él porque sentimos el deber de transmitir la alegría
que nos ha sido donada.
“Todos misioneros, comunicando la alegría del Evangelio”, es el llamado
que hacemos para celebrar el 2015 como Año de la Pastoral de la Comu-
nicación Social en nuestra Diócesis de Querétaro.
Fuente: http://www.diocesisdequeretaro.org/
http:parroquiastamamagdalena.blogspot.mx/
Enero 2015 Nº 3
El canto de comunio n
Un buen músico litúrgico
sabe que el canto comien-
za al comulgar el sacerdote
y se debe terminar cuando
terminan los fieles de co-
mulgar. Esto es porque
después de comulgar es
importantísimo que todos
los presentes vivan el si-
lencio sagrado, el cual es
un momento de paz inte-
rior que se manifiesta con
el silencio exterior y nos
ayuda a comunicarnos ínti-
mamente con el precioso y
divino huésped que ha
llegado, es decir, con Jesu-
cristo.
El mandamiento de Jesús de repetir sus gestos y sus palabras “hasta que ven-
ga” (1 Cor. 11, 26), no exige solamente acordarse de Jesús y de lo que hizo.
Requiere la celebración litúrgica por los apóstoles y sus sucesores del memo-
rial de Cristo, de su vida, de su muerte, de su resurrección y de su intercesión
ante el Padre (CEC 1341).
Era sobre todo “el primer día de la semana”, es decir, el domingo, el día de la
resurrección de Jesús, cuando los cristianos se reunían para “partir el
pan” (Hch. 20, 7). Desde entonces hasta nuestros días la celebración de la
Eucaristía se ha perpetuado, de suerte que hoy la encontramos por todas par-
tes en la Iglesia, con la misma estructura fundamental. Sigue siendo el centro
de la vida de la Iglesia (CEC 1343).
Así, de celebración en celebración, anunciando el misterio pascual de Jesús
“hasta que venga” (1 Cor. 11, 26), el pueblo de Dios peregrinante “camina por
la senda estrecha de la cruz” hacia el banquete celestial, donde todos los elegi-
dos se sentarán a la mesa del Reino (CEC 1344).
La institucio n de la eucaristí a
“Haced esto en memoria mí a”
El Señor, habiendo amado a los suyos, los amó hasta el fin. Sabiendo que ha-bía llegado la hora de partir de este mundo para retornar a su Padre, en el
transcurso de una cena, les lavó los pies y les dio el mandamiento del amor.
Para dejarles una prenda de este amor, para no alejarse nunca de los suyos y
hacerles participes de su Pascua, instituyó la Eucaristía como memorial de su muerte y de sus resurrección y ordenó a sus apóstoles celebrarlo hasta su re-
torno, “constituyéndoles entonces sacerdotes del Nuevo Testamento” (CEC
1337).
LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
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Según la estructura de cada iglesia y las costumbres legítimas de cada lugar,
el Santísimo Sacramento deberá conservarse en el sagrario colocado en un
lugar de la iglesia que sea muy digno, importante, visible, debidamen-
te ornamentado y apto para la oración.
El sagrario sea ordinariamente uno solo, fijo, confeccionado con material
sólido, inviolable y no transparente, cerrado de tal manera que se evite al
máximo el peligro de cualquier profanación. Además es conveniente bendecir-
lo antes de destinarlo al uso litúrgico, según el rito descrito en el Ritual Roma-
no.
Por razón del signo, es más conveniente que el sagrario en que se conserva la
Santísima Eucaristía no esté sobre el altar en que se celebra la Misa.
“Dios nos habría dado algo mayor, si hubiera tenido algo mayor que él mismo ” San Juan María Vianney
El lugar de la conservacio n de la Santí sima Eucaristí a
Catequesis Litúrgica
¿Por qué la Misa es los
Domingos?
Jesús resucitó el primer día de
la semana, al día siguiente del
sabbat (sábado). Por eso los
cristianos nos reunimos ese día
con Jesús. Con el tiempo llegó
a llamarse el día del Señor, en
latín "dies domini". De ahí
viene nuestra palabra domin-
go.
¿Que es un ministro extraordinario de la sagrada comunion?
Se trata de un laico o religioso o religiosa que ha sido delegado por el
Obispo, por un period de tiempo, o por un sacerdote para una ocasión sin-
gular , para ayudar al sacerdote o diácono en la distribución de la sagrada
Comunión a todos los fieles. Es por lo tanto, un privilegio al cual la Iglesia
invita a ciertos individuos bajo ciertas circunstancias y no un derecho.
La distribución de la sagrada Comunión deve ser vista como el ejercicio de
una función que es propia de los sacerdotes ordenados, pero que, por
necesidad, es llevada por otros. Esto destaca la naturaleza extraordinaria
de este servicio.
El uso de ministros extraordinarios debe ser considerado como un signo de
escasez de sacerdotes y diáconos, y debería ser aliento para orar por el
increment de las vocaciones sacerdotales.
Los ministros extraordinarios desempeñan un servicio valioso para la Igle-
sia supliendo esta necesidad, pero es importante reconocer que este ser-
vicio corresponde a una situación extraordinaria en la vida de la comuni-
dad.
a) Quien no ha hecho la Primera communion.
b) Quien no está preparado por falta de ayuno eucarístico.
c) Quien no está en comunion con la Iglesia Católica.
d) Quien a pecado gravemente.
e) Puede haber otras razones personales válidas por las que una persona
habilitada para recibir la sagrada communion decida abstenerse de
hacerlo, por ejemplo, que una persona esté en gracia de Dios pero que
haya llegado tarde a la Misa.
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Es preferible por lo tanto colocar el sagrario, a juicio del Obispo diocesano:
a) O en el presbiterio, fuera del altar de la celebración, en la manera y
lugar más convenientes, sin excluir el antiguo altar que ya no se utiliza
para la celebración (esto es debido a que antiguamente en la Misa el
sacerdote presidía de espaldas al pueblo y el altar solía estar pegado a
la pared, a diferencia de ahora, en que el sacerdote preside de frente,
viendo al pueblo).
b) O también en alguna capilla apta para la adoración y oración pri-
vada de los fieles, que esté unida con la iglesia y sea visible para los
fieles.
Según la costumbre tradicional, junto al sagrario debe estar encendida pe-
rennemente una lámpara especial, que se alimente con aceite o cera, con
la que se indique y se honre la presencia de Cristo.
¿Quie nes no pueden recibir la comunio n?
ADORAR A JESÚS ES AMARLO MUCHO, PORQUE PODEMOS MOS-TRARLE A JESÚS CUANTO LO AMAMOS ARRODILLÁNDONOS FRENTE A ÉL CUANDO ESTÁ EN EL PEDACIDO DE PAN DEL ALTAR, REZAMOS POR EL PAPA FRANCISCO, LE CONTAMOS A JESÚS COMO NOS SENTI-MOS Y LE PEDIMOS PARA QUE TODOS, CHICOS Y GRANDES, SEAN SUS
AMIGOS COMO NOSOTROS.
Para colorear Tabernáculo o sagrario
Del latín tabernaculum =
tienda, cabaña:
Siguiendo el ejemplo del
Arca de la Alianza del Anti-
guo Testamento, se desa-
rrolló en la Iglesia Católica
el tabernáculo como lugar
precioso destacado para la
reserva del Santísimo Sa-
cramento (Cristo bajo la
forma del pan eucarístico).
Custodia
Ostensorio sagrado, en el
cual se muestra a los fieles
a Cristo en la forma del pan
eucarístico para su adora-
ción.
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