ARQUITECTURA FUNERARIA DE FALSA CPULA
(tipo tholos):Estado actual de la investigacin
en Andaluca.
gueda Lozano MedinaDirectores:
Jos Enrique Mrquez Romero yGonzalo Aranda Jimnez
Mster en ArqueologaDepartamento de Prehistoria y Arqueologa
Facultad de Filosofa y LetrasUniversidad de Granada
Ao de presentacin: Septiembre de 2011
NDICE
1. INTRODUCCIN ............................................................................................................ 3
2. CARACTERIZACIN Y DISTRIBUCIN DE LOS SEPULCROS DE FALSA CPULA EN ANDALUCA ............................................................................... 6
2.1. Andaluca Occidental ......................................................................................... 6
2.1.1. Provincia de Huelva .............................................................................. 62.1.1.1. Introduccin ............................................................................ 62.1.1.2. Distribucin ............................................................................ 82.1.1.3. Dos cuestiones: poblados y necrpolis ................................... 112.1.1.4. Ubicacin geogrfica .............................................................. 122.1.1.5. Caractersticas formales a destacar ......................................... 132.1.1.6. Fichas ...................................................................................... 16
2.1.2. Provincia de Sevilla ............................................................................... 312.1.2.1. Introduccin ............................................................................ 312.1.2.2. Distribucin ............................................................................ 322.1.2.3. Dos cuestiones: poblados y necrpolis ................................... 362.1.2.4. Ubicacin geogrfica .............................................................. 392.1.2.5. Caractersticas formales a destacar ......................................... 402.1.2.6. Fichas .................................................................................. 44
2.1.3. Provincia de Cdiz ................................................................................ 66
2.2. Andaluca Central .............................................................................................. 66
2.2.1. Provincia de Crdoba ........................................................................... 662.2.1.1. Introduccin ........................................................................... 66 2.2.1.2. Distribucin ........................................................................... 672.2.1.3. Dos cuestiones: poblados y necrpolis .................................. 692.2.1.4. Ubicacin geogrfica ............................................................. 722.2.1.5. Caractersticas formales a destacar ........................................ 732.2.1.6. Fichas ................................................................................. 74
2.2.2. Provincia de Mlaga ............................................................................. 782.2.2.1. Ficha ................................................................................... 78
2.3. Andaluca Oriental ............................................................................................. 80
2.3.1.- Provincia de Almera ............................................................................ 802.3.1.1. Introduccin ............................................................................ 802.3.1.2. Distribucin ............................................................................ 812.3.1.3. Dos cuestiones: poblados y necrpolis ................................... 852.3.1.4. Ubicacin geogrfica .............................................................. 892.3.1.5. Caractersticas formales a destacar ......................................... 89
1
2.3.1.6. Fichas ..................................................................................... 94
2.3.2. Provincia de Granada .......................................................................... 129
2.3.3. Provincia de Jan ................................................................................. 130
2.4. Ensayo de sntesis del fenmeno funerario ..................................................... 130
3. APROXIMACIN CRONOLGICA AL FENMENO FUNERARIO DE LOS THOLOI ............................................................................................................ 142
3.1. Cultura material y cronologa relativa ............................................................ 142
3.2. Dataciones absolutas .......................................................................................... 146
4. INTERPRETACIN HISTRICA DEL FENMENO DE LOS THOLOI ................ 150
4.1. Tesis sobre el origen del megalitismo en la Pennsula Ibrica ......................... 150
4.2. Tesis sobre el fenmeno de los sepulcros de falsa cpula. ltimas
propuestas interpretativas: en busca del significado social de los
sepulcros de falsa cpula ..................................................................................... 157
5. CONSIDERACIONES FINALES .................................................................................... 163
6. BIBLIOGRAFA ................................................................................................................ 166
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1. INTRODUCCIN.
El fenmeno megaltico es, sin lugar a duda, uno de los ms apasionantes temas de nuestra
Prehistoria. Su majestuosidad y deseo de eternidad han convertido a cada uno de los sepulcros
megalticos en un fragmento del pasado digno de reverencia. Y no slo entre los estudiosos de la
materia, sino entre el comn de nuestra sociedad, que los mira con constante y curiosa incgnita.
Son tantas las reflexiones que su presencia ha suscitado que sera imposible referirse a todas ellas
sin llenar varias pginas en blanco.
Dentro de este emocionante fenmeno, como una manifestacin ms dotada de personalidad
propia, se inscriben los siempre controvertidos sepulcros de falsa cpula. De los aproximadamente
1500 sepulcros megalticos con que cuenta Andaluca (Garca, 2009a:17), unos 140 corresponden al
tipo que nos interesa. Se trata de sepulcros dotados de cmara y corredor (aunque con algunas
excepciones, como veremos ms adelante). Sus caractersticas arquitectnicas bsicas y que los
diferencian del resto de sepulcros son la existencia de una cmara de planta circular que se cierra
con una cubierta abovedada resultado de la superposicin de hiladas de lajas de piedra que van
reduciendo en altura su dimetro.
Son precisamente sus diferencias con otros sepulcros megalticos las que atrajeron nuestra
atencin tiempo atrs. Consideramos que una comprensin ms profunda de las causas que
impulsaron su construccin puede ser clave para resolver muchos de los interrogantes que tambin
se ciernen sobre el fenmeno megaltico en s y sobre la sociedad que les dio forma: por qu en un
momento dado se decide construir un nuevo espacio funerario para dar cobijo a los antepasados?,
por qu esta nueva tcnica constructiva, la cubierta abovedada?, qu cambios implica?
Resolver todos estos interrogantes pasa irremisiblemente por conocer de cerca estas
construcciones, su nmero, su ajuar, su localizacin geogrfica, etc. Es en este contexto en el que el
presente trabajo creemos encuentra sentido. El lanzar nuevas interpretaciones que intenten explicar
este fenmeno exige el primer estadio del conocimiento cientfico: el conocimiento de lo material.
Consideramos que no exista un trabajo de sntesis que reuniese y sistematizase toda la informacin
disponible sobre los sepulcros de falsa cpula de Andaluca, por lo que nos dispusimos a suplir estas
carencias en la medida de nuestras posibilidades. Si bien es cierto, existen trabajos que tratan de
manera global el megalitismo en provincias como por ejemplo Huelva (Pin, 2004) o Sevilla (Daz
et al., 2000), nos llam poderosamente la atencin la inexistencia, dada la importancia del tema, de
un trabajo especfico acerca de este tipo de sepulcros que abarcara el territorio andaluz.
En lo que respecta a la eleccin de este espacio en concreto se ha debido, fundamentalmente
a razones de orden prctico, puesto que la inclusin de las zonas de Extremadura y sur de Portugal
hubiera rebasado en mucho los lmites recomendables para este tipo de trabajos. Es sta la razn por
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la que nos centramos en Andaluca, aun si bien comprendemos que este fenmeno sea extensible a
las regiones aludidas.
Lo que pretendemos es, ante todo, elaborar un trabajo til y prctico, que pueda ayudar a
otros investigadores en el curso de sus estudios. Asimismo, este trabajo supone en s una primera
aproximacin a la investigacin, una experiencia que esperamos pueda ser continuada.
Nuestros objetivos especficos han sido, pues, intentar saber el nmero y distribucin de los
sepulcros de falsa cpula de Andaluca, as como la descripcin de sus caractersticas bsicas. La
metodologa aplicada a tal fin ha consistido bsicamente en la bsqueda bibliogrfica. Esta
bsqueda se ha realizado provincia por provincia, en un deseo de exponer posteriormente la
informacin de una manera ordenada y fcil de manejar y consultar. En cada provincia procedamos
a la bsqueda bibliogrfica de todos aquellos escritos que pudieran ser de inters a nuestros fines.
Es posiblemente ese proceso de bsqueda de informacin el que ms tiempo haya requerido. Una
vez reunida toda la informacin procedamos a su lectura, buscando y localizando en un mapa todos
los sepulcros de falsa cpula presentes en la provincia en cuestin. Una vez localizados todos los
sepulcros, situados en un mapa para dar una idea aproximada de su distribucin y ordenados en
tablas en las que relacionbamos el sepulcro con los autores que lo publicaron, procedamos a
elaborar las fichas de cada uno de ellos. Esta etapa se ha encontrado con el problema de la
diversidad de descripciones que se ofrecen para los distintos sepulcros por los diferentes
investigadores, adems de con el obstculo que en ocasiones supona la dificultad de comprensin
de las caractersticas formales del monumento que describan. En relacin con lo expuesto, otro
problema a destacar ha sido la existencia de algunos sepulcros para los que no existen tales
descripciones; es decir, se conoce su existencia e incluso en ocasiones ha sido excavado, pero
ninguna publicacin se detiene en su explicacin.
En cualquier caso, durante el proceso de redaccin de las fichas, retenamos y
acumulbamos otros datos correspondientes a la localizacin geogrfica de los tholoi, a su
proximidad a otras sepulturas, a si los autores hacen referencia a necrpolis o si aparecen aislados,
as como a su posible relacin con lugares de hbitat. Una vez finalizada la etapa destinada a la
realizacin de las fichas, procedamos a elaborar una introduccin a las mismas, provincia por
provincia, teniendo en cuenta los datos que habamos procesado y retenido paralelamente. En este
proceso de sntesis que en realidad supona esta introduccin, elaboramos tablas y mapas que nos
fueron de gran utilidad para organizar la informacin y consideramos sern de gran utilidad al
propio lector.
Para acometer los epgrafe 3 y 4, la metodologa seguida es diferente. Aqu consisti en una
primera etapa de acopio de informacin, una segunda de lectura y una tercera consistente en la
propia realizacin del texto en s a partir de toda la informacin a la que habamos podido tener
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acceso. Asimismo, hemos de mencionar que dado el carcter bsicamente bibliogrfico del trabajo,
nos hemos servido de una base de datos bibliogrfica (Endnote) que nos ha permitido manejar de
manera rpida y eficaz toda la documentacin.
Hemos de sealar que a lo largo de nuestra exposicin hemos empleado indistintamente los
trminos de sepulcro de falsa cpula o tholos por considerar que son comprensibles, sinnimos y
comnmente aceptados y utilizados por los investigadores.
Antes de dar por finalizada la introduccin, querra aprovechar la ocasin para agradecer a
mis dos directores, J. E. Mrquez Romero y G. Aranda Jimnez, la confianza, dedicacin, apoyo y
entusiasmo prestados para que este trabajo fuera posible.
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2. CARACTERIZACIN Y DISTRIBUCIN DE LOS SEPULCROS DE FALSA CPULA
EN ANDALUCA.
2.1. Andaluca Occidental.
2.1.1. Provincia de Huelva.
2.1.1.1. Introduccin.
El territorio que comprende la provincia de Huelva es uno de los ms ricos en cuanto a
megalitismo se refiere, tanto por su nmero (se estima unos 250 ejemplares), como por su variedad,
estando presentes, adems de los sepulcros de falsa cpula, los de galera, de corredor (algunos de
los cuales disponen de varias cmaras), cuevas artificiales, e incluso menhires, (Garca y Linares,
2009:141).
Centrndonos en los tipos de megalitos que nos interesan, quizs valga la pena comenzar
confesando una triste realidad y es que la prctica totalidad de los sepulcros de falsa cpula de la
provincia de Huelva, como tambin ocurre en buena parte del resto de provincias andaluzas, estn
en condiciones de conservacin muy precarias; un elevado nmero de ellos se encuentran
prcticamente destruidos, debindose lamentar incluso algunas destrucciones totales. Las causas de
este estado son diversas: su empleo como cantera, las labores agrcolas, as como el peor de los
enemigos de la Arqueologa, el expolio. Este ltimo, motivado por el hallazgo de tesoros, ha tenido
como consecuencia que buena parte de los sepulcros estn vaciados de contenido, conservndose
muy pocos elementos de ajuar. A ello hay que sumar que la acidez de las tierras en las que muchos
se erigen, adems de las razones antes aludidas, ha conllevado la desaparicin de los restos seos,
de los que tan slo se tiene noticia para Cabezo del Tesoro, Los Chinales y el tholos de El Moro.
Otra merma de gran importancia para la investigacin sobre el megalitismo onubense es sin duda la
total ausencia de dataciones absolutas para estos sepulcros.
Las labores de excavacin propiamente dichas de los tholoi de la provincia arrancan a
mediados del siglo XX. De ellos fueron en gran medida artfices C. Cerdn Mrquez, ingeniero de
profesin, y el matrimonio alemn Leisner (1952), a los que hay que sumar J. P. Garrido Roiz y E.
M. Orta Garca (1967), que excavaron el tholos de El Moro, as como E. Prez Nez (1952), que
hizo lo propio en el Cabezo de las Palmas. Por entonces, el inters de las mismas era recuperar los
elementos de ajuar, muchos de los cuales se encuentran hoy da en paradero desconocido. De este
modo, otras cuestiones de importancia, tal como las arquitectnicas, quedaban en el aire.
Un buen nmero de los sepulcros de falsa cpula fueron reexcavados en la dcada de los
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ochenta por F. Pin Varela (2004)1, quien, con una metodologa ms moderna, realiz un anlisis
ms completo. Por ltimo, ya en el siglo XXI, concretamente en 2008, se excav el yacimiento de
La Orden-El Seminario (Garca y Linares, 2009:149-154), que comprende varios sepulcros de falsa
cpula.
Hemos de tener presente que, en ocasiones, para referirse a los tholoi, cada investigador
utiliza una nomenclatura diferente. En el presente trabajo, nos proponemos seguir la trazada por F.
Pin, que consideramos ms prctica y til. En cualquier caso, la Tabla 1 nos podr dar una idea
de la complejidad de nombres de que venimos hablando:
Tabla 1
C. Cerdn Mrquez
G. y V. Leisner
R. Cabrero Garca F. Pin Varela Trmino municipal
Nmero 37 Huelva 37/Los PedernalesCabezas Rubias 2 Los Pedernales Cabezas Rubias
Nmero 40 ? Huelva 40 - La Zarcita 4 El Charco del Toro Santa Brbara de Casa
Nmero 41 La Zarcita 1/Huelva 41 La ZarcitaLa Zarcita 1 Cabezo
del Tesoro Santa Brbara de Casa
Nmero 42 La Zarcita 2/Huelva 42 La Zarcita 2La Zarcita 2 la Suerte
del Bizco Santa Brbara de Casa
- - - La Zarcita 3 Cabezo del Molino Santa Brbara de Casa
Nmeros 43 y 44 Huelva 43/44
El Molinillo 1 y 2 ?
La Veguilla 1 y 2/Las Vegas 1 y 2 Paymogo
- - Paimogo -- - - Santa Rosala Santa Brbara de Casa- - - Fuente Cubierta 1 y 2 Santa Brbara de Casa- - - Los Chinales Santa Brbara de Casa- - - Valdeguerosa Valverde del Camino
San Bartolom de la Torre
Huelva 34/San Bartolom de
la Torre
San Bartolom de la Torre Cabezo de las Palmas
San Bartolom de la Torre
- - Tholos del Moro Tholos del Moro Niebla
(Cerdn, 1952; Cerdn et al.,
1952)
(Leisner y Leisner, 1959)
(Cabrero, 1985b) (Pin, 2004)
A todos ellos hay que unir los tholoi del yacimiento de La Orden-El Seminario Huelva
(Garca y Linares, 2009)
1 F. Pin Varela ley su Tesis Doctoral en 1987, pero no se public hasta el 2004.
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2.1.1.2. Distribucin.
Actualmente se conocen quince sepulcros de falsa cpula en la provincia de Huelva. No
incluimos en este nmero el sepulcro de El Tejar (Gibralen), por considerar que M. Beln Deamos
y M. del Amo y de la Hera (1985), que fueron quienes se encargaron de su excavacin, dan razones
suficientes para que as sea. Otro caso controvertido, tambin estudiado por los citados
investigadores, lo supone el sepulcro de Las Plazuelas 2 (Villanueva de los Castillejos), con
caractersticas formales tanto de los sepulcros en V como de los sepulcros de falsa cpula, sin que
sea posible decantarse por su definicin tipolgica (Beln y Amo, 1985:42-43; Pin, 2004:282).
Hemos de sealar tambin otros casos, como el del dolmen de Encinasola (Encinasola); C. Cerdn
Mrquez afirma que estara junto a otros dos dlmenes. Sin embargo, las referencias que tanto
anterior como posteriormente se han hecho sobre el sepulcro consideran que slo exista uno, hoy
da destruido, siendo R. Cabrero Garca la nica investigadora que lo cita como tholos (Cabrero,
1986:142). Por su parte, E. Romero Bomba (1999:291) seala la existencia de tholoi en la Sierra de
Aracena; sin embargo, sobre ellos no hemos podido encontrar ninguna otra referencia, al igual que
ocurre con la agrupacin de sepulcros de falsa cpula mencionada por L. Iglesias Garca y E.
Aguilera Collado, denominada El Naranjo, situada en Zalamea la Real (Iglesias y Aguilera,
1999:136).
Respecto a los que conocemos, la mayor parte de los sepulcros de falsa cpula se encuentran
concentrados en dos zonas, concretamente en torno a la Rivera del Albahacar, que desemboca en el
ro Malagn, afluente del Chanza, y en torno a la Rivera de Aguas, que termina su trayecto tambin
en el ro Malagn (Fig. 1 y 2). El resto de tholoi aparecen dispersos por la provincia y, en algunas
ocasiones, en zonas de predominio de otro tipo de sepulcros megalticos; es el caso, por ejemplo,
del tholos de Valdeguerosa, situado en el trmino municipal de Valverde del Camino, cercano entre
otros sepulcros a los de las necrpolis de El Pozuelo, Los Gabrieles o La Esparraguera; o el del
tholos de El Moro, prximo a la necrpolis de la Lobita.
Si comenzamos la enumeracin de estos sepulcros por la zona de la Rivera del Albahacar,
podemos decir que, siguiendo un eje Nordeste-Sudoeste, nos encontramos en primer lugar con la
necrpolis (junto al poblado fortificado) de la Zarcita, que se encuentra situada en el trmino
municipal de Santa Brbara de Casa. La necrpolis agrupa un conjunto de cuatro sepulcros de falsa
cpula: el Cabezo del Tesoro ( Zarcita 1), la Suerte del Bizco ( Zarcita 2), el Cabezo del Molino
( Zarcita 3) y el Charco del Toro ( Zarcita 4).
Siguiendo el recorrido de la Rivera, nos encontramos con el sepulcro de Santa Rosala-El
Tejar, que se localiza en el trmino municipal de Paymogo. Por ltimo, cercanos ya al contacto de la
Rivera con el ro Malagn, se emplazan los sepulcros de la Velilla 1 y 2 que, al igual que Santa
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Rosala, pertenecen al trmino municipal de Paymogo. Hacia el Noroeste, la Rivera de Aguas
agrupa tres sepulcros a lo largo de su recorrido: los de Fuente Cubiertas 1 y 2 y los Chinales, en el
municipio de Santa Brbara de Casas; mientras el de los Pedernales se ubica ya en trmino de
Cabezas Rubias (Pin, 2004:52).
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El resto de sepulcros se encuentran aislados. De este modo, el sepulcro de Cabezo de las
Palmas se ubica en el trmino municipal de San Bartolom de la Torre; el sepulcro de Valdeguerosa
al Norte del trmino de Valverde del Camino; el tholos de El Moro a 4 km de la ciudad de Niebla, y
los tholoi del yacimiento de La Orden-El Seminario en el estuario de los ros Tinto y Odiel, a
escasos kilmetros de la ciudad de Huelva (Garca y Linares, 2009:149-150). De estos ltimos
sepulcros no incluiremos fichas, ya que an no se han publicado los resultados de sus excavaciones.
De los sepulcros citados, hay que llamar la atencin sobre el hecho de que, aunque hayamos
incluido directamente como sepulcros de falsa cpula los del Charco del Toro y Fuente Cubierta 1 y
2, no se sabe a ciencia cierta que pertenezcan a esta clase, aunque existen razones para considerar
que as sea. Por ejemplo, el Charco del Toro se encuentra en la necrpolis de la Zarcita, donde los
otros tres sepulcros que la integran son de falsa cpula, mientras que los de Fuente Cubierta 1 y 2
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presentan, segn F. Pin, ciertos elementos constructivos caractersticos de los tholoi (Pin,
2004:174-177). En la Tabla 2 enumeramos los diferentes tholoi que se distribuyen por el territorio
onubense.
Tabla 2
Tholos Necrpolis Trmino MunicipalCabezo del Tesoro La Zarcita Santa Brbara de CasaLa Suerte del Bizco La Zarcita Santa Brbara de CasaCabezo del Molino La Zarcita Santa Brbara de Casa
Charco del Toro La Zarcita Santa Brbara de CasaFuente Cubierta 1 - Santa Brbara de CasaFuente Cubierta 2 - Santa Brbara de Casa
Los Chinales - Santa Brbara de CasaSanta Rosala-El Tejar - Paymogo
La Veguilla 1 - PaymogoLa Veguilla 2 - Paymogo
Los Pedernales - Cabezas RubiasValdeguerosa - Valverde del Camino
Tholos de El Moro - NieblaCabezo de las Palmas - San Bartolom de la Torre
Tholos de Encinasola I ? - Encinasola
2.1.1.3. Dos cuestiones: poblados y necrpolis.
De todos los sepulcros mencionados, slo dos agrupaciones estaran quizs relacionadas con
poblados. Es el caso de la necrpolis de la Zarcita, vinculada al poblado, tipo Millares, conocido
como Cabezo de los Vientos, y del yacimiento de La Orden-El Seminario, que cuenta tambin
con poblado y necrpolis (sin embargo, respecto al segundo no sabemos, por carencia de
publicaciones, si se tratara tambin de un poblado tipo Millares).
Respecto a este hecho, son diversas las interpretaciones. De este modo, F. Pin Varela,
teniendo en cuenta no slo al poblado de Cabezo de los Vientos (pues por entonces no se haba
descubierto el yacimiento de La Orden), sino tambin los casos de vinculacin entre necrpolis de
sepulcros ortostticos y poblados (que no nos detendremos a examinar ya que exceden el objetivo
del presente trabajo), estima que los sepulcros se hallaban en las proximidades a los lugares de
hbitat y que, por esa razn, se erigan en zonas de confluencia entre arroyos (Pin, 2004:52). Sin
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embargo, otros investigadores, cual es el caso de V. Hurtado Prez, consideran que son escassimos
los lugares donde se puedan relacionar poblados y necrpolis (Hurtado, 1987:31).
Otro aspecto que no debe pasar desapercibido es el hecho de si los sepulcros se disponen
formando o no necrpolis. Los casos son diversos. Quizs el ejemplo de necrpolis ms clara y
evidente sea la Zarcita, constituida por cuatro sepulcros megalticos de falsa cpula. Ms problemas
plantean, no obstante, los casos en los que se hallan en un mismo espacio tan slo dos sepulcros.
Esto sucede con Fuente Cubierta 1 y 2 y de la Veguilla 1 y 2.
El resto de sepulturas se presentan de manera aislada, estando las ms prximas a varios
kilmetros. Aqu es preciso hacer una distincin, pues, una cuestin es la agrupacin o no de los
sepulcros en necrpolis y, otra muy diferente, la zona ms o menos amplia en la que aparecen.
Respecto a esto segundo, parece claro, en funcin a los datos de que disponemos (siempre sesgados
y dbiles), que la mayor parte de los sepulcros de falsa cpula de la provincia de Huelva se
concentran en una zona concreta, en torno al ro Malagn. Fuera de este mbito, aparecen tan slo
cuatro tholoi, tres de los cuales (Valdeguerosa, La Orden-El Seminario y el tholos de El Moro) se
localizan en reas de predominio de sepulcros ortostticos.
2.1.1.4. Ubicacin geogrfica.
Otra cuestin a la que nos gustara hacer referencia es a la ubicacin geogrfica de los
sepulcros de falsa cpula de la provincia que nos atae, de cara a poder extraer o no ciertos patrones
en su emplazamiento. Parece clara, en funcin a lo expuesto lneas arriba, la opinin de F. Pin
Varela, para quien estos sepulcros se distribuiran en torno a arroyos. Queremos llamar la atencin
sobre el hecho de que las descripciones sobre el lugar en que se hallan insertos los tholoi son muy
limitadas y reducidas, con frecuencia, a los aspectos que son de inters para el propio investigador
de cara a sostener sus propias interpretaciones. Por esta razn, las inferencias que sobre esta materia
podamos extraer contarn con la lacra siempre presente de la falta de datos ms precisos.
En cualquier caso, parece evidente que la prctica totalidad de los sepulcros se sitan en
cerros (ya sea sobre su punto ms alto, como ocurre las ms de las veces, ya en sus laderas) que se
insertan, a su vez, en paisajes de pequeas colinas, cercanos a arroyos. No constituyen, pues,
lugares elegidos porque ofrezcan un gran control visual sobre las tierras circundantes; ste no era el
objetivo que se buscaba, a diferencia, pues, de lo que parece ocurrir con los sepulcros ortostticos.
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2.1.1.5. Caractersticas formales a destacar.
En primer lugar, no debemos olvidar que las descripciones de los sepulcros son a menudo
muy sesgadas, ya que algunos de ellos fueron excavados a mediados del siglo pasado, cuando
primaba fundamentalmente la bsqueda y estudio del ajuar funerario, dejando a un lado, entre otros,
aspectos tan importantes como las caractersticas arquitectnicas de estos monumentos. Los
sepulcros de los que poseemos ms documentacin son, evidentemente, los que fueron excavados o
reexcavados por F. Pin Varela (2004) en los aos ochenta del siglo XX.
De cualquier forma, todos los sepulcros de que venimos hablando cuentan con una cmara
circular (aunque a veces adquieren forma ovalada), corredor (con algunas excepciones) y tmulo.
Partiendo de estas caractersticas generales, podemos observar algunas variedades morfolgicas.
Suele haber una mayor uniformidad en la elaboracin de las cmaras. stas aparecen
fabricadas a partir de hiladas de mampuestos (con o sin argamasa), que arrancan del suelo o a partir
de un murete de tierra resultado de la excavacin parcial de la cmara. En la mayor parte de las
veces las paredes aparecen recubiertas por ortostatos de pizarra. Un hecho que quizs merezca la
pena destacar es que en el sepulcro del Cabezo de las Palmas la cmara apareca totalmente aislada
(ya que las puertas que los separaban estaban tapiadas), tanto de la cmara aneja como del corredor.
Este ltimo, por su parte, suele variar ms de unos sepulcros a otros. No obstante, un aspecto
en comn es su frecuente divisin en tramos (en nmero variable), mediante el uso de tabiques o
puertas. Este hecho ha sido habitualmente explicado como un elemento integrante del ritual
funerario de sus constructores: la inclusin de estas puertas, a veces reducidas a simples tabiques
(Suerte del Bizco), no responde a una necesidad constructiva por lo que han de juzgarse motivadas
por el conjunto de elementos del ritual funerario (Pin, 2004:837). Esto era algo que, cuarenta
aos antes ya afirmaba M. Almagro Basch, quien adems vea los megalitos con puerta de entrada
como el resultado de una unidad de toda la cultura megaltica y una afinidad en ideales funerarios
con el Mediterrneo (Almagro, 1942:236).
Segn afirmaban Cerdn y los Leisner (1952), el sepulcro de Cabezo del Tesoro careca de
corredor. Sin embargo, este hecho no es del todo seguro, pues segn afirma F. Pin, es probable
que ste an no haya sido descubierto. Sea como fuere, y puesto que la nica forma de desvelar el
problema sera mediante una oportuna excavacin, sabemos que otro sepulcro ms de esta
necrpolis (la Zarcita), carece tambin de corredor; hablamos del Charco del Toro. El resto de
sepulcros de falsa cpula de la provincia s disponen de este espacio.
Tambin hemos de destacar como los corredores de algunos sepulcros presentan distinta
fbrica en su recorrido. Son los casos de Cabezo del Molino y La Veguilla 1 y 2, que presentan una
parte del corredor fabricada mediante muro de mampostera y otra a base de ortostatos. Por ltimo,
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quizs sea conveniente sealar que en el sepulcro de Cabezo de las Palmas, apareci un nicho en un
lateral del corredor, siendo el nico de todos los sepulcros de falsa cpula de la provincia que
presenta dicha peculiaridad.
Hemos de sumar tambin, a modo de detalle, que se han encontrado restos de pavimento a
base de lajas de pizarra en algunas de estas sepulturas (la Suerte del Bizco y Cabezo del Molino).
Otro aspecto interesante y que nos remite a las tcnicas constructivas empleadas en la fabricacin
de los sepulcros de falsa cpula es el referente a la excavacin parcial de los monumentos en los
lechos de los cerros donde se erigen. Segn se deduce de las descripciones de los tholoi de Huelva
que presenta F. Pin en su Tesis Doctoral, de los quince con que cuenta la provincia, siete seran
aqullos en los que est constatada su excavacin parcial en la roca del cabezo sobre el que se
levantan. El Cabezo del Molino, excavado en los ochenta por el citado investigador, parece ser no
est excavado en el terreno, pero aprovecha las irregularidades del mismo para asentarse. Del resto
de sepulcros, en principio, no se afirma nada al respecto, pudiendo esto significar o bien que no
estn excavadas en el sustrato geolgico, o bien que la informacin es exigua, toda vez que, como
sabemos, lo que se conoce de ello es a partir de excavaciones antiguas, a lo que hay que sumar el
estado ruinoso de buena parte de ellos.
La Tabla 3 nos puede ayudar a hacernos una idea general de las caractersticas
arquitectnicas que acabamos de exponer, as como de las dimensiones de estas sepulturas:
Tabla 3
Sepulcro Dimetro tmuloDimetro cmara
Dimensiones corredor
Puertas* corredor
Cmara anexa
Excavado en el sustrato geolgico
Cabezo del Tesoro - 4 m No - No -
La Suerte del Bizco 8-9 m 2,2 m 3,7 x 0,8 m S No S
Cabezo del Molino 12-14 m 2,2 m 4,9 m S No No
Charco del Toro -
2,8 m la principal. 1,5 m las
secundarias
No No S S
Fuente Cubierta 2 9-9,5 m
2,7 m la principal. Se desconoce el
dimetro de la secundaria.
2,7 m No S S
Los Chinales - 2,2-2,4 m - - No -
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Santa Rosala-El
Tejar- 2,65-2,9 m 4,9 x 1,1 m S No S
La Veguilla 1 7-8 m 2,2-2,5 m 3 x 0,8 m No No S
La Veguilla 2 9,5-10,5 m - 3,3 x 0,5-0,8 m No No S
Los Pedernales - 2,5 m - S No -
Valdeguerosa 11,5 m 2,2 m 3,5 x 0,80-1 m S No S
Tholos de El Moro - 2,2 m 2,7 x 0,7 m No No -
Cabezo de las Palmas -
3,96-3,2 m la principal.1,5 m la
secundaria.
7,5-9 x 0,8-1,25 m S S S
* Con Puertas nos referimos al empleo de jambas y dinteles, de peldaos y de lajas perforadas, mtodos empleados con objeto de compartimentar el corredor en distintos tramos.
En lo que respecta a los tmulos que cubren la sepultura, hemos de decir que en general, aun
teniendo en cuenta la erosin sufrida, stos no sobresalen excesivamente en el paisaje y parece son
menos prominentes que aqullos que presentan los sepulcros ortostticos. En cualquier caso,
poseen una forma circular o elptica y, en ocasiones, se ven limitados por muros anulares (Cabezo
del Molino y la Veguilla 1 y 2).
En cuanto al material constructivo, existe un claro predominio de la pizarra. En algunos
sepulcros esas pizarras son de coloracin particular; son los casos de Cabezo de las Palmas, que
cuenta en su cmara con ortostatos de pizarra rojiza que proceden de una distancia de 8 km, del
corredor del tholos de El Moro, en cuyos laterales se disponen ortostatos de distintas coloraciones, y
del anillo peristaltico de la Suerte del Bizco que, aun no tratndose ya de pizarras, dispone de rocas
de color rojo y blanco.
Muy pocos son los sepulcros, sin embargo, que presentan cmaras anexas. Concretamente,
los tholoi del Charco del Toro, el de Fuente Cubierta 2 y el de Cabezo de las Palmas. El primero
cuenta con dos cmaras secundarias y una posible tercera, todas de planta circular; de la cmara
anexa de Fuente Cubierta 2 no se dispone de muchos datos, ya que el sepulcro est muy
deteriorado. La cmara anexa del Cabezo de las Palmas es tambin de planta circular.
Una particularidad en el seno de los sepulcros de falsa cpula de la provincia de Huelva la
hallamos en el tholos de El Moro, que posee un vestbulo, que viene a ser en definitiva, un espacio
diferenciado del corredor y que precede la entrada en la cmara. Tambin aparece en algunos tholoi
15
de las provincias de Sevilla y Almera.
2.1.1.6. Fichas.
(Vase la pgina siguiente)
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Sepulcro de Cabezo del Tesoro (Necrpolis de La Zarcita).Ubicacin geogrfica* Cronologa
En funcin de la cultura material, F. Pin Varela lo considera contemporneo a la fase II del asentamiento del Cabezo de los Vientos (Calcoltico pleno, precampaniforme) (Pin, 2004:915).
Descripcin ObservacionesSituacin: Trmino Municipal de Santa Brbara de Casa. - En muy mal estado de conservacin.
- Posible reutilizacin en la Edad del Bronce.Investigaciones: Fue excavado a finales de los aos cincuenta por el entonces Comisario General de Excavaciones Arqueolgicas de Huelva, C. Cerdn Mrquez, aunque anteriormente ya haba sido expoliado. Las nicas referencias que tenemos de este sepulcro son las derivadas de dicha excavacin (Cerdn et al., 1952; Leisner y Leisner, 1959), dcadas ms tardes revisadas por F. Pin Varela en su Tesis Doctoral (Pin, 2004).
Imgenes
Tipologa: Sepulcro con cmara abovedada. Segn C. Cerdn careca de corredor. De ser as, F. Pin considera que el sepulcro se habra concebido para no ser reutilizado, aunque tambin estima que es probable que dicha carencia se deba a que el corredor an no haya sido descubierto.
Descripcin: Segn C. Cerdn, el sepulcro estaba constituido por una cmara de planta circular, de unos 4 m de dimetro, revestida de losas de pizarra. Respecto a dicha cmara, sus descripciones resultan, no obstante, algo confusas, pues, no se sabe con certeza si su parte inferior estaba excavada en la roca, o bien la hilada de mampuestos que conformaran la falsa cpula parta de un muro circular; F. Pin valora ms factible esta ltima posibilidad, ya que se observa en el resto de sepulcros de la necrpolis.
Cultura Material: En cuanto a los materiales recuperados, se cuentan: 59 puntas de flecha, 3 elementos foliceos, un pual, 59 lminas, 7 hachas pulimentadas, un martillo minero (en granito), un dolo placa (en caliza); un hacha de cobre; de cermica, 36 cuencos, 5 vasos, 3 ollas y 7 fragmentos de otras, 30 vasijas de perfil globular o bicnico, 14 fuentes y 14 fragmentos correspondientes a otros tantos platos, un recipiente en forma de ave, una arqueta y una copa. Ausencia de elementos de adorno y de restos seos.
Bibliografa
(Cerdn et al., 1952; Cabrero, 1978; Pin, 2004).
* Hemos tomado los mapas de localizacin geogrfica de la siguiente pgina web: http://www2.ign.es/iberpix/visoriberpix/visorign.html.
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Sepulcro de la Suerte del Bizco (Necrpolis de La Zarcita).Ubicacin geogrfica Cronologa
En funcin de la cultura material, F. Pin Varela lo considera contemporneo a la fase II del asentamiento del Cabezo de los Vientos (Calcoltico pleno, precampaniforme) (Pin, 2004:915).
Descripcin Observaciones- En muy mal estado de conservacin.- Rodeando el muro anular se dispone un empedrado de guijarros de cuarzo y gossan () de coloracin roja y blanca (Pin, 2004:151). En determinados puntos de esta estructura se detectaron sobre las losas algunos materiales cermicos bastante daados, interpretados por F. Pin como el posible resultado de un rito de fundacin del sepulcro.- Tanto la cmara funeraria como el corredor estaban parcialmente excavados en la roca madre.
Situacin: Trmino Municipal de Santa Brbara de Casa.
Investigaciones: La Suerte del Bizco fue excavada por vez primera por C. Cerdn Mrquez, tras lo cual se ha visto sometida a una serie de reiteradas expoliaciones. A principios de los aos ochenta, F. Pin Varela dirigi una nueva intervencin en el tholos.
Tipologa: Sepulcro de falsa cpula, dotado de cmara y corredor.
Descripcin: El tholos est cubierto por un tmulo circular (rodeado, a su vez, por un muro anular) con una potencia de 1,28 m y un dimetro que oscila entre los 8 y 9 m. Por su parte, el dimetro de la cmara es de aproximadamente 2,2 m; est fabricada a base de lajas de pizarra superpuestas. En su parte sur presenta un fragmento de pavimento de lajas de pizarra, desconocindose si ste se hara extensible al resto del monumento. El sepulcro presentaba una longitud total de 5,85 m, de los que 3,7 m pertenecen al corredor, que cuenta con un ancho de 80 cm; en sus paredes se adosaban finos ortostatos de esquisto, a lo que hay que sumar la presencia de puertas que separaban el corredor en distintos tramos.
Imgenes
Cultura Material: Hoy da, los nicos materiales que se conservan de la Suerte del Bizco son una veintena de fragmentos cermicos, la extremidad distal de una azuela y un fragmento de alisador () {y} un fragmento piramidal de cristal de cuarzo (Pin, 2004:154), a lo que se suma un conjunto de 10 placas con grabados (motivos lineales y cazoletas), muy similares a las que F. Pin document en el sepulcro del Charco del Toro.
Bibliografa
(Cerdn et al., 1952; Pin, 2004).
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Sepulcro de Cabezo del Molino (Necrpolis La Zarcita).Ubicacin geogrfica Cronologa
En funcin de la cultura material, F. Pin Varela lo considera contemporneo a la fase II del asentamiento del Cabezo de los Vientos (Calcoltico pleno, precampaniforme) (Pin, 2004:915).
Observaciones- En muy mal estado de conservacin, puesto que parte de sus materiales constructivos se emplearon para la fabricacin, en el centro del tmulo, de una pequea estructura.- No fue excavado en la roca madre del cabezo, sino que para su construccin se aprovecharon las irregularidades del terreno.
Descripcin ImgenesSituacin: Trmino Municipal de Santa Brbara de Casa.
Investigaciones: Pese a formar parte de la misma necrpolis que los anteriores sepulcros, el Cabezo del Molino no fue identificado por C. Cerdn Mrquez. Fue expoliado en la dcada de los setenta y, ms tarde, concretamente en 1980, excavado por F. Pin Varela.
Tipologa: Sepulcro con corredor y cmara. Esta ltima presenta una cubierta abovedada.
Descripcin: El Cabezo del Molino presenta un tmulo de forma ovalada, de entre 12 y 14 m de dimetro, delimitado por un muro anular que lo circunda. El corredor es de planta trapecial, mostrando dos tramos diferenciados por una posible puerta. La cubierta del corredor debi de ser adintelada en la zona cercana a la cmara sepulcral, habiendo ms dudas respecto a la techumbre que lo cubrira en el resto de su recorrido, dado que sus paredes, de mampostera, presentan una dbil curvatura hacia el interior. En la cmara, de planta circular (2,20 m de dimetro), se pudo documentar la existencia an del arranque de la falsa cpula, fabricada a base de lajas de pizarra. A diferencia de lo que ocurra en la Suerte del Bizco, esas lajas estaban trabadas por una tierra amarillenta y compacta (Pin, 2004: 163). Segn F. Pin, se hall una serie de lajas de pizarra dispuestas sobre el terreno en los laterales tanto de la cmara como del corredor, interpretada por l como los restos que se conservan del pavimento que probablemente cubrira el suelo de todo el sepulcro.
Cultura Material: Segn nos informa F. Pin Varela (1987), son muy pocos los materiales que se rescataron de su intervencin. l hace alusin a un fragmento de machacadera polidrica sobre granito gris, a un fragmento de lmina de slex, a una punta de flecha triangular, un cincel sobre materia esquistosa, un prisma de cuarzo hialino natural, as como a un conjunto de fragmentos de recipientes cermicos (entre ellos, destaca un fragmento de plato de borde engrosado y otros fragmentos pertenecientes a un mismo recipiente decorado con impresiones) (Pin, 2004:166).
Bibliografa
(Pin, 2004).
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Sepulcro de Charco del Toro (Necrpolis La Zarcita).Ubicacin geogrfica Cronologa
En funcin de la cultura material, F. Pin Varela lo considera contemporneo a la fase I del asentamiento del Cabezo de los Vientos (momento de transicin entre el Neoltico Final y el Calcoltico) (Pin, 2004:915).
Descripcin ObservacionesSituacin: Trmino Municipal de Santa Brbara de Casa. - Prcticamente destruido.
- Este sepulcro fue reutilizado en la Edad del Bronce.
Investigaciones: El sepulcro fue excavado a mediados del siglo XX por el Comisario General de Excavaciones Arqueolgicas de Huelva, C. Cerdn Mrquez, tras lo cual sufri expolio. En 1981 fue nuevamente excavado, esta vez por F. Pin Varela.
Imgenes
Tipologa: Sepulcro con cmara principal y dos secundarias. F. Pin Varela pone en duda que se trate de un sepulcro de falsa cpula. Por su parte, C. Cerdn Mrquez se limit a describirlo como un sepulcro circular, sin corredor, ya destruido (Cerdn et al., 1952:98), mientras que G. y V. Leisner lo citan como un Rundgrab (Leisner y Leisner, 1959:289), que literalmente quiere decir sepulcro circular.
Descripcin: El sepulcro estaba dotado de un tmulo no muy pronunciado que no presentaba muro anular. Cuenta con una cmara principal ( de 2,8 m de dimetro), circular, constituida por un fino muro de mampostera que se abre en su parte este. Adosada a sta se disponen dos cmaras secundarias, de menor tamao (1,5 m de dimetro), unidas entre s por un tramo del muro que las conforma; una de ellas conserva lo que parecen ser restos de un pavimento. Ambas presentan la entrada orientada hacia el noroeste. Es probable que hubiera una tercera cmara de similares dimensiones a las dos mencionadas, hoy da totalmente destruida. La fbrica de las cmaras es de mampostera, a base de lajas de pizarra de reducidas dimensiones; sin embargo, su endeblez hace dudar a su investigador, F. Pin Varela, acerca de si ste fuera capaz de soportar el peso de una falsa cpula. Al mismo tiempo, afirma que dicho muro no presenta, en el reducido alzado que se conserva, ningn tipo de curvatura (Pin, 2004:167-173).
Cultura Material: fueron muy escasos los materiales recuperados, a decir: una bola de granito, 9 lajas decoradas y algunos fragmentos de cermica.
Bibliografa(Garrido y Orta, 1965; Pin, 2004).
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Sepulcro de Fuente Cubierta 1.Ubicacin geogrfica Cronologa
Edad del Cobre.
Descripcin ObservacionesSituacin: Trmino Municipal de Santa Brbara de Casa. - En muy mal estado de conservacin.
Investigaciones: Se trata de un sepulcro expoliado. Ha sido documentado y publicado por F. Pin Varela (2004).
Tipologa: Sepulcro de falsa cpula, dotado de cmara y corredor. Aunque la cubierta hoy da no se conserva, en base a los paralelos con el vecino sepulcro de Fuente Cubierta 2 (existencia en ambos de un monolito que compartimenta el espacio, cmara-corredor), F. Pin Varela considera que sta sera tambin abovedada.
Imgenes
Descripcin: Del sepulcro se puede intuir una cmara, que segn dicho autor, tendra unas dimensiones de 5,5 x 2,5 m. sta aparece rodeada por 13 ortostatos de pizarra que quedan ms o menos visibles. Cubrira esta estructura un tmulo de tierra y piedras .
Cultura Material: No se conservan restos. Aunque afirman los lugareos que se conocan recipientes cermicos procedentes del sepulcro, F. Pin Varela no pudo averiguar el paradero de ninguno de ellos. Tampoco pudo hallar materiales en superficie.
Bibliografa
(Pin, 2004).
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Sepulcro de Fuente Cubierta 2.Ubicacin geogrfica Cronologa
Edad del Cobre.
Descripcin ObservacionesSituacin: Trmino Municipal de Santa Brbara de Casa. - En muy mal estado de conservacin.
- Tanto la cmara como el corredor estn excavados parcialmente en la roca del cerro, que es de pizarra.- La cmara principal cuenta con una pequea cmara adosada.
Investigaciones: Fuente Cubierta 2 es un sepulcro que ha sufrido expoliacin. No ha sido excavado de manera cientfica y los nicos datos de que disponemos proceden de la documentacin que de l llev a cabo F. Pin Varela en su Tesis Doctoral (Pin, 2004).
Tipologa: Sepulcro de falsa cpula, dotado de doble cmara y corredor.
Imgenes
Descripcin: El tmulo que lo cubre tiene un dimetro de entre 9 y 9,5 m y sigue un trazado circular. El sepulcro que, como hemos dicho, cuenta con cmara y corredor, as como con una pequea cmara secundaria o nicho, tiene una longitud total de 5,4 m. Respecto a la cmara, de forma elptica, presenta un dimetro de 2,7 m. Tanto sta como el corredor (orientado hacia el Oeste) muestran una serie de ortostatos de pequeo grosor cubriendo sus paredes, a partir de los cuales, segn F. Pin Varela, hubo de comenzar con probabilidad el muro de mampostera que conformara la falsa cpula.
Cultura Material: Se desconoce debido a las excavaciones clandestinas, a lo que se suma el hecho ya mencionado de que el sepulcro an no ha sido excavado de manera cientfica.
Bibliografa
(Pin, 2004).
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Sepulcro de Los Chinales.Ubicacin geogrfica Cronologa
Edad del Cobre.
Descripcin ObservacionesSituacin: Trmino Municipal de Santa Brbara de Casa. - En muy mal estado de conservacin.
Investigaciones: F. Pin Varela afirma que a mediados del siglo XX se realiz una excavacin en este sepulcro, que se encontraba por entonces intacto. Tras dicha excavacin, el sepulcro se ha visto alterado por las continuas labores agrcolas, que lo han destruido prcticamente en su totalidad. Posteriormente, en los aos ochenta, F. Pin Varela lo document, integrndolo en su Tesis Doctoral (Pin, 2004).
Tipologa: Sepulcro de falsa cpula, dotado de cmara y corredor. BibliografaDescripcin: Segn este investigador, en los momentos en los que lo visit se poda an intuir la forma que tuviera el sepulcro. El tmulo, de trazado circular, se conservaba en muy malas condiciones. La cmara, por su parte, era de planta circular, definida por un muro de mampostera , cuyo dimetro oscila entre 2,20 m, sobre el eje Este-Oeste, y 2,40 m en el opuesto; del corredor slo se conservaba 1 m de longitud, presumiblemente flanqueado de origen por ortostatos (Pin, 2004:177).
(Pin, 2004).
Cultura Material: En el transcurso de la excavacin llevada a cabo en los aos 50 se hallaron restos seos y de ajuar, de los que hoy da se desconoce su ubicacin.
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Sepulcro de Santa Rosala-El Tejar.Ubicacin geogrfica Cronologa
Edad del Cobre.
Descripcin ObservacionesSituacin: Trmino Municipal de Paymogo. - En muy mal estado de conservacin.
- La cmara y el corredor estn excavado parcialmente en la roca madre.Investigaciones: Este sepulcro fue excavado en 1957, tras lo cual fue objeto de expoliacin y desgaste sistemtico. En la
dcada de los ochenta del pasado siglo fue documentado por F. Pin Varela en el curso de la elaboracin de su Tesis Doctoral (Pin, 2004).
Tipologa: Sepulcro de falsa cpula, dotado de cmara y corredor.
Imgenes
Descripcin: La sepultura ha perdido por completo el tmulo que la cubra, mientras que la cmara, de trazado circular (de entre 2,65 y 2,9 m de dimetro), debi de estar integrada por un muro de mampostera que conformara la falsa cpula. Por ltimo, en el corredor, de unos 4,9 m de largo y 1,1m de ancho en la zona de contacto con la cmara, se localiz un bloque transversal que debi de formar parte de una puerta; a ello hay que sumar que mostrara los laterales, a todo lo largo de su recorrido, cubiertos por ortostatos, algo frecuente en este tipo de sepulcros.
Cultura Material: Segn F. Pin Varela, en las excavaciones desarrolladas en los aos cincuenta, se hallaron algunos elementos de ajuar cuyo paradero se desconoce.
Bibliografa
(Pin, 2004).
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Sepulcro de La Veguilla 1.Ubicacin geogrfica Cronologa
Edad del Cobre.
Descripcin ObservacionesSituacin: Trmino Municipal de Paymogo. - La cmara y el corredor estn excavados parcialmente en la
roca madre.
Investigaciones: Suponiendo que este sepulcro sea uno de los que C. Cerdn Mrquez y G. y V. Leisner citan con el nmero 43 o 44, ya haba sido, pues, catalogado. Sin embargo, puesto que ellos tan slo se limitan a afirmar que de ellos no queda ms que un hueco en el tmulo (Cerdn et al., 1952:99), los escasos datos referentes a este sepulcro nos lo ofrece, de nuevo, F. Pin Varela en su Tesis Doctoral (Pin, 2004). La Veguilla 1, segn este investigador, no ha sido excavada y, probablemente, tampoco expoliada.
Imgenes
Descripcin: Albergados bajo el tmulo circular, de entre 7 y 8 m de dimetro (que cuenta con un anillo peristaltico a base de lajas de pizarra), se encuentran la cmara, de forma ovalada, fabricada a partir de un muro de mampostera y con un dimetro que oscila entre los 2,5 y 2,2 m, y el corredor, de trazado trapecial, que cuenta con una longitud que oscilara en torno a los 3 m. Este ltimo presenta los primeros 80 cm de su recorrido (si partimos desde la cmara) realizados a base de muros de mampostera, mientras que el resto de su trazado presenta una fbrica diferente, estando sus paredes revestidas por ortostatos de pizarra silrica (Pin, 2004:118).
Cultura Material: No se cita ningn objeto procedente de este sepulcro.
Bibliografa
(Pin, 2004).
25
Sepulcro de La Veguilla 2.Ubicacin geogrfica Cronologa
Edad del Cobre.
Observaciones- El sepulcro est excavado en parte en el sustrato geolgico.
ImgenesDescripcin
Situacin: Trmino Municipal de Paymogo.
Investigaciones: Como hemos dicho para La Veguilla 1, suponiendo que se trate de alguno de los sepulcros que C. Cerdn Mrquez nombra con los nmeros 43 o 44, ya haba sido inventariado. Sin embargo, la descripcin que del mismo da es prcticamente inexistente, de modo que lo que sabemos de l es a travs de los datos que aporta F. Pin Varela en su Tesis Doctoral (Pin, 2004), segn el cual la sepultura haba sido expoliada.
Descripcin: El tmulo de la Veguilla 2 posee un dimetro de entre 9,5 y 10,5 m, as como un anillo peristaltico. La cmara, fabricada a base de muros de mampostera, estara cubierta por una falsa cpula. Por ltimo, el corredor (de 3,3 m de longitud) muestra la misma particularidad que en La Veguilla 1, ya que un tramo est realizado mediante muros de mampostera, mientras que otro (el ms cercano al exterior) lo est a base de ortostatos que cubren sus paredes (Pin, 2004:119).
Cultura Material: No se tiene noticia.
Bibliografa
(Pin, 2004).
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Sepulcro de Los Pedernales.Ubicacin geogrfica Cronologa
Edad del Cobre.
Observaciones- En muy mal estado de conservacin.
DescripcinSituacin: Trmino Municipal de Cabezas Rubias. ImgenesInvestigaciones: Los Pedernales fue excavado a mediados de los aos cincuenta del siglo XX por la Comisara General de Excavaciones Arqueolgicas. En el transcurso de estos trabajos se percibi que la sepultura haba sido expoliada con anterioridad. A principio de los aos ochenta volvi a ser estudiada, aunque no excavada, por F. Pin Varela, formando parte de los trabajos relacionados con la elaboracin de su Tesis Doctoral (Pin, 2004).
Tipologa: Sepulcro de falsa cpula, dotado de cmara y corredor.
Descripcin: La nica informacin referente a la descripcin del sepulcro que nos otorga C. Cerdn Mrquez (Cerdn et al., 1952:37) es en relacin a la cmara de dos metros y medio de dimetro interior y al corredor que segn l contaba con varias puertas. Las observaciones hechas por F. Pin completan la descripcin referida por C. Cerdn. As, considera que, a partir de la planta elaborada por el Comisario, se puede deducir que los muros de la cmara, que seran de mampostera (a seco), estaran recubiertos con ortostatos. Asimismo, sta tendra un dimetro interno menor que el propuesto por C. Cerdn. El corredor, por su parte, estara flanqueado por lajas de pizarra y segmentado al menos en dos de sus tramos, siendo su longitud ms prolongada de lo que reflejaba la planta elaborada por C. Cerdn. A todo ello habra que sumar el tmulo, que cubrira la estructura y cuyo desarrollo apareca muy difuso (Pin, 2004:80).
Bibliografa
(Cerdn et al., 1952; Pin, 2004).Cultura Material: C. Cerdn afirma que la cmara arruinada no contena ajuar de ninguna clase (Cerdn et al.,1952:37).
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Sepulcro de Valdeguerosa.Ubicacin geogrfica Bibliografa
(Pin, 2004).
Descripcin ImgenesSituacin: Trmino Municipal de Valverde del Camino.
Investigaciones: Se ha visto afectado en buena parte por las excavaciones clandestinas, pero no ha sido excavado de manera cientfica. Fue documentado por F. Pin Varela e incluido en su Tesis Doctoral (Pin, 2004).
Tipologa: Sepulcro de falsa cpula, dotado de cmara y corredor.
Descripcin: El sepulcro de Valdeguerosa cuenta con un tmulo de unos 11,5 m de dimetro mximo. La cmara se ve delimitada por un muro de mampostera cubierto por finos ortostatos de pizarra, al igual que ocurre con el corredor, que presenta una planta trapezoidal. El dimetro de la cmara es de unos 2,2 m, mientras que el corredor presenta una longitud de 3,5 m, estando fragmentado este espacio en tramos mediante el empleo de puertas. Su anchura oscila entre los 0,80 y 1 m.
Cultura Material: No se tiene noticia.
CronologaEdad del cobre.
Observaciones- En muy mal estado de conservacin.- La cmara y el corredor estn excavado parcialmente en la roca madre.
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El tholos de El Moro.Ubicacin geogrfica Cronologa
J. P. Garrido y M E. Orta atribuyeron este sepulcro al Bronce I Hispnico, concretamente a momentos posteriores al 1500 a. C., cronologa inferida a partir de un vaso de tipo argrico que apareci formando parte del ajuar (Garrido y Orta, 1965:34). Edad del Cobre.
Descripcin ObservacionesSituacin: Trmino Municipal de Niebla. - Prcticamente destruido.
- Este sepulcro fue reutilizado en la Edad del Bronce (vaso de tipo argrico).Investigaciones: El sepulcro fue excavado en 1965 por J. P. Garrido Roiz y E. M. Orta Garca, antes de cuya
intervencin el tholos ya se haba visto afectado por la expoliacin y la reutilizacin de algunos de sus materiales constructivos. En los aos ochenta del siglo XX, F. Pin Varela revis la publicacin que dichos investigadores hicieran sobre el sepulcro y la incluy en su Tesis Doctoral (Pin, 2004).
Imgenes
Tipologa: Sepulcro de falsa cpula, dotado de cmara y corredor.
Descripcin: El tholos de El Moro presenta un tmulo muy erosionado, del que no se sabe si contaba o no con un muro peristaltico. La cmara, de 2,2 m de dimetro, estaba formada por aproximacin de hiladas constituidas por riones de pizarras cmbricas y guijarros cuarzosos, con pequeas cuas de guijarros de ro, que se recubra con arcilla, en la que abundaban las pequeas gravillas (Garrido y Orta, 1965:10). Las paredes de la cmara estaban revestidas por ortostatos (de dimensiones y formas homogneas), al igual que ocurra en el corredor (con ortostatos de formas y tamaos ms dispares). En este ltimo, que posea unos 2,7 m de largo (no con total certeza, ya que puede que su recorrido fuese mayor) y 0,7 m de ancho, los ortostatos eran de distintos tipos de piedra (caliza, pizarra y arenisca), que presentaban adems coloraciones diferentes. Se desconoce el sistema de cubierta que se empleara en el corredor. A estos dos espacios, debemos sumar un tercero, una especie de antecmara, diferenciada del corredor a partir de un bloque que lo cruza de pared a pared (Garrido y Orta, 1965:9-12).
Cultura Material: Es uno de los pocos sepulcros de falsa cpula de Huelva que conservan restos seos, al parecer, de unos 4 individuos. Los materiales publicados por J. P. Garrido y E. M. Orta procedentes de este sepulcro fueron ampliados posteriormente por F. Pin Varela, tras la revisin de la coleccin. Con respecto a los instrumentos lticos: un supuesto objeto de adorno (en obsidiana), 4 puntas de flecha, 3 hachas (dos en anfibolita y una en fibrolita), 14 cuchillos (contando los fragmentos), una alabarda, una bola grantica y una pieza en slex de gran tamao. Entre las formas cermicas, de mayor a menor nmero, se observan 4 platos de fondo plano y borde engrosado, 9 vasos de distinto tipo (hemiesfricos, ovalados, bitroncocnicos, cilndricos, uno carenado y otro triple), adems de un buen nmero de fragmentos, 9 cuencos y varios fragmentos, 2 ollitas y un gran cubilete. F. Pin Varela afirma que en la citada coleccin se conservaba un fragmento de escoria (de unos 10,5 g). Bibliografa
(Garrido y Orta, 1967; Pin, 2004).
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Sepulcro de Cabezo de las Palmas.Ubicacin geogrfica Cronologa
Edad del Cobre.
Observaciones- Actualmente se encuentra totalmente arruinado.- En la construccin del sepulcro (concretamente los ortostatos que recubran las paredes de la cmara principal) se emple una pizarra rojiza que, segn F. Pin Varela, procede del Barranco de Poco-Pan, a 8 km del Cabezo de las Palmas.- El sepulcro cuenta, como hemos dicho, con una cmara secundaria adosada a la principal, as como con un nicho en el corredor.- La cmara principal alberga una especie de altar o pila, formado por tres grandes lajas de pizarra.
DescripcinSituacin: Trmino Municipal de San Bartolom de la Torre.
Investigaciones: Tras tener noticia de una serie de materiales constructivos tpicamente megalticos que eran reutilizados para fines diversos por parte de la poblacin local, E. Prez Nez decidi acometer la excavacin del sepulcro del que procedan. Los resultados de la misma fueron publicados en 1952 (Cerdn et al., 1952). Fue incluido tambin en la obra de G. y V. Leisner (1959). Aos ms tarde, los datos correspondientes a este sepulcro fueron revisados por F. Pin Varela en el transcurso de la elaboracin de su Tesis Doctoral (Pin, 2004).
Imgenes
Tipologa: Sepulcro de falsa cpula, dotado de doble cmara y corredor.
Descripcin: Segn expone F. Pin, puede ser que careciese de tmulo, puesto que actualmente no se observan restos del mismo. Propone, en su lugar, que el sepulcro estuviese excavado en el terreno, aunque tambin considera la probable cubricin, al menos en parte, de la bveda de la cmara principal. sta posee un dimetro que oscila entre los 3,96 y los 3,20 m. Partiendo de los ortostatos que la circundan, la cubierta se resuelve con una falsa cpula realizada a base de bloques de piedra unidas con una especie de arcilla roja (Cerdn et al., 1952:42). Adjunta a la cmara principal se localiz una secundaria, de 1,5 m de dimetro; presenta las paredes revestidas con ortostatos y un suelo enlosado, siendo su cubierta de forma adintelada. La cmara principal fue aislada tanto del corredor (por medio de un tabique), como de la cmara secundaria (a partir de una losa). El corredor mide de 8 a 9 m de longitud, 7,5 m segn defiende F. Pin, pues en el plano aparece esta medida, que se contradice con aquella otra que contiene el texto escrito. Su ancho vara (de 1,25 a 0,80 m), siendo ms estrecho en su parte ms externa. Como suele ser habitual, se encuentra fragmentado por medio de puertas (Cerdn et al., 1952:41-44; Pin, 2004:122-130).
Cultura Material: Hoy da slo se conserva una parte de lo que fue el ajuar depositado en esta sepultura, ya que buena parte del mismo qued en manos privadas. Respecto a la coleccin que posee el Museo Provincial de Huelva, hemos de decir que, a excepcin de una azuela que se encontr cerca del nicho del corredor, el ajuar se localiz en las cmaras: un dolo-placa, 4 hachas, 28 puntas de flecha, 13 cuchillos de slex, un pual de slex, 2 alabardas, una lasca de cuarcita, una azuela ms, un microlito geomtrico (hoy desaparecido), dos platos de pizarra y 3 piedras con hendidura central (de interpretacin controvertida), y, de cermica, 3 platos (el nico que ha llegado hasta nuestros das es de borde engrosado), un cuenco y una fuente (Pin, 2004:126-130).
Bibliografa(Prez et al., 1952; Pin, 2004).
30
2.1.2. Provincia de Sevilla.
2.1.2.1. Introduccin.
El nmero de monumentos megalticos de que consta la provincia de Sevilla es difcil de
determinar; en cualquier caso, dicha cifra vara de unos autores a otros, pues, mientras el Instituto
Andaluz de Patrimonio Histrico fij su nmero en 65 (Salas y Barrionuevo, 2000), otros
consideran dicha cifra demasiado reducida (Garca, 2009b:229), apuntando la posibilidad de que se
aproximen al centenar (Aguayo y Garca, 2006:456). Las necrpolis mejor estudiadas han sido las
de Valencina de la Concepcin-Castilleja de Guzmn-Camas2 y El Gandul, mientras otras han
corrido peor suerte.
Al igual que ocurra para el caso de Huelva, el estudio del megalitismo en la provincia de
Sevilla se enfrenta al problema de la destruccin y saqueo (a veces desde antiguo) de los sepulcros;
tanto es as que en numerosas ocasiones resulta imposible poder determinar el tipo de que se trata
en cada caso, o la poca aproximada de su construccin. Otro mal endmico viene a ser,
precisamente, la ausencia de dataciones absolutas para los sepulcros de falsa cpula de la provincia
(a excepcin de una datacin que fecha una reutilizacin en el tholos de Palacio III), algo que sin
duda merma las potenciales inferencias de la investigacin.
Para remontarnos a los primeros estudios del megalitismo en la provincia sevillana es
preciso hablar de F. M. Tubino y Oliva, quien en 1868, ao del descubrimiento del Dolmen o Cueva
de la Pastora, realiza los primeros dibujos y planos de este dolmen (citado por Salas y Barrionuevo,
2000:180). Figuras de gran importancia fueron, dcadas ms tarde, F. Candau y Pizarro (1894) y C.
Caal y Migolla (1894), a los que es indudable sumar ya a principios del siglo XX al franco-
britnico G. Bonsor3, quien excav en la Mesa de El Gandul los sepulcros de Cueva del Vaquero y
Tumba del Pedrejn en 1902 y los de Caada Honda B, G y D y de la Tumba de la Casilla en 1910.
Una veintena de aos despus hay que destacar la labor de H. Obermaier, a quien se debe la
excavacin (1918) y posterior publicacin (1919) del Dolmen de Matarrubilla.
Pasada la Guerra Civil se comenz, aunque quedara inconcluso, el Catlogo Arqueolgico y
Artstico de la Provincia de Sevilla (citado por Salas y Barrionuevo, 2000:182). En 1943 tiene lugar
la publicacin del gran compendio del megalitismo del sur peninsular Die megalithgrber der
iberischen halbinsel: Der Sden, de G. y V. Leisner (1943). Poco despus, en 1949 J. De Mata
Carriazo (1962) excava el Dolmen de Ontiveros, mientras en 1955 F. Collantes de Tern (1969)
pone en marcha una serie de actuaciones en el Dolmen de Matarrubilla destinadas a su
consolidacin. En 1971 F. Collantes de Tern excav el Dolmen del Trmino y reexcav otros de la
2 En adelante nos referiremos a esta necrpolis simplemente como Valencina de la Concepcin.3 Los resultados de sus trabajos fueron publicados dcadas ms tarde por G. y V. Leisner (1943).
31
misma necrpolis (El Gandul). Cuatro aos despus fue descubierto y excavado por F. Fernndez
Gmez y D. Ruiz Mata (1978) el Tholos del Cerro de la Cabeza. Asimismo, en 1980 J. De Mata
Carriazo publica su Protohistoria de Sevilla. Tan slo tres aos despus sale a la luz la Tesis
Doctoral de R. Cabrero Garca, titulada El fenmeno megaltico de Andaluca Occidental (1983).
A partir de este momento y hasta nuestras fechas son varios los trabajos que han versado
sobre el megalitismo y, especialmente sobre los sepulcros de falsa cpula sevillanos, que son los
que a nosotros nos interesa. De este modo, son diversas las intervenciones realizadas, por ejemplo,
en el yacimiento de Valencina de la Concepcin (motivadas por el pujante urbanismo del
municipio) y que han puesto de manifiesto la inmensa cantidad de estructuras de este tipo que
subyacen an (Cabrero, 1985a; Murillo, 1993; Murillo et al., 1993; Ruiz y Martn, 1993; Arteaga y
Cruz-Aun, 1995; Arteaga y Cruz-Aun, 2001, Santana, 2010, entre otros); se llevaron a cabo
tambin campaas de excavacin en el Gandul (Hurtado y Amores, 1984); se han realizado varias
cartas arqueolgicas, como la que abarc a los Alcores (Amores, 1982) y la de la Campia (Ruiz,
1985), por citar algunas. Tambin se produjo el descubrimiento y estudio del Conjunto Funerario de
Palacio III (Garca y Hurtado, 2002; Garca y Wheatley, 2006; Garca, 2005b; Odriozola et al.,
2007; Forteza et al., 2008), del que formaba parte un interesante tholos, estudiado entre 2001 y
2002.
2.1.2.2. Distribucin.
Estimamos que, con certeza, son 21 los sepulcros de falsa cpula de la provincia de Sevilla.
En funcin de la documentacin, hemos podido elaborar fichas de 19 tholoi. En cualquier caso, esos
21 sepulcros estaran agrupados en tres conjuntos: 6 de ellos en la Necrpolis de El Gandul, 14 en la
de Valencina de la Concepcin y uno que se encontrara en la de Almadn de la Plata (Fig. 3). En la
Tabla 4 podemos ver los distintos sepulcros de falsa cpula de la provincia.
No obstante, el Catlogo de Dlmenes de la Provincia de Sevilla (2000), que forma parte del
Programa de Actuaciones Arqueolgicas llevado a cabo por la Delegacin Provincial de Cultura, as
como las distintas publicaciones que le precedieron (Salas y Barrionuevo, 1990; Barrionuevo y
Salas, 1991; Salas y Barrionuevo, 2000) hacen referencia a otros sepulcros de falsa cpula de la
provincia. As por ejemplo, incluyen, en el caso de la Necrpolis de Valencina de la Concepcin, los
dlmenes de La Curva y de la Pastora II, III y IV; en el Trmino Muncipal de Utrera hacen
referencia a los sepulcros de Cruz del Gato 1, 2 y 3; tambin incluyen el tholos de Carmona, sito en
este municipio, los tmulos del Carril en Almadn de la Plata y de El Campillo, en el Trmino de
Castillo de las Guardas, y el dolmen del Valle, en Cazalla de la Sierra. Hemos de decir respecto al
32
sepulcro de El Campillo que R. Cabrero Garca lo menciona tambin como un sepulcro de falsa
cpula (Cabrero, 1985b:225; Cabrero y Florido, 1988:3); asimismo, esta investigadora cita en el
mismo municipio, el de Castillo de las Guardas, otro tholos ms, el de El Caballero (Cabrero y
Florido, 1988:3).
Tabla 4
Tholos Necrpolis Trmino MunicipalDolmen o Cueva de la Pastora Valencina de la Concepcin Valencina de la Concepcin
Dolmen de Matarrubilla Valencina de la Concepcin Valencina de la ConcepcinDolmen de Montelirio Valencina de la Concepcin Castilleja de GuzmnDolmen de Ontiveros Valencina de la Concepcin Valencina de la Concepcin
Tholos del Cerro de la Cabeza Valencina de la Concepcin Valencina de la ConcepcinSepulcro de Cao Ronco Valencina de la Concepcin Camas
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Sepulturas A y B del sector funerario de Los Cabezuelos Valencina de la Concepcin Valencina de la Concepcin
Tumbas 1, 2, 3 y 5 del sector funerario de Seoro de
GuzmnValencina de la Concepcin Castilleja de Guzmn
Tholos de El Roquetito V Valencina de la Concepcin Valencina de la ConcepcinDolmen de Las Veinte Valencina de la Concepcin Valencina de la Concepcin
Cueva del Vaquero El Gandul Alcal de GuadaraSepulcro de El Pedrejn El Gandul Alcal de Guadara
Caada Honda B El Gandul Alcal de GuadaraCaada Honda G El Gandul Alcal de Guadara
El Trmino El Gandul Mairena del AlcorTholos de las Canteras El Gandul Alcal de GuadaraTholos de Palacio III Almadn de la Plata Almadn de la Plata
Algunos de estos sepulcros han desaparecido actualmente y de otros slo se tienen escasas
referencias, con lo cual resulta dudosa su catalogacin como tholoi e imposible la elaboracin de su
correspondiente ficha. De cualquier modo, a la tabla anterior habra que aadir los sepulcros
citados, que aparecen enumerados en la Tabla 5, como probables.
Tabla 5*
Tholos Necrpolis Trmino MunicipalDolmen de La Curva Valencina de la Concepcin Valencina de la Concepcin
Cueva de La Pastora II-IV Valencina de la Concepcin Valencina de la ConcepcinTholos de Carmona - CarmonaCruz del Gato I-III Cruz del Gato UtreraTmulo del Carril Almadn de la Plata Almadn de la Plata
Tmulo de El Campillo Castillo de las Guardas Castillo de las Guardas
* Salas y Barrionuevo, 1990; Barrionuevo y Salas, 1991; Salas y Barrionuevo, 2000; Daz et al., 2000.
Aunque no tengamos informacin suficiente como para describir detenidamente los
sepulcros que acabamos de mencionar, nos parece cuanto menos oportuno dedicarle al menos unas
lneas. Segn la informacin que nos proporciona el Catlogo de Dlmenes de la Provincia de
Sevilla (Daz et al., 2000), sabemos que para los Dlmenes de la Curva y de la Pastora II, III y IV
(Valencina de la Concepcin) es prcticamente imposible, por su psimo estado de conservacin,
describir su estructura, aunque si bien es cierto, se cree que pudieron pertenecer al tipo tholos.
Por su parte, el Dolmen de Las Veinte, que forma parte al igual que las anteriores del
34
conjunto megaltico de Valencina de la Concepcin, no se conserva actualmente; fue excavado por
F. Fernndez Gmez y D. Oliva Alonso (1986), quienes lo definieron como sepulcro de falsa
cpula; poco se sabe sobre su estructura, salvo que el corredor era de forma rectangular. Se hallaron
tambin varios elementos de ajuar, concretamente tres lminas de oro y un buen nmero de cuentas
de collar.
El tholos de Carmona apareci con la realizacin de unas obras bajo el trazado urbano y se
desconoce si fue o no destruido entonces; G. Bonsor y un antiguo miembro de la Sociedad
Arqueolgica de Carmona, J. Vega Pelez, fueron quienes aportaron algunos datos acerca del
sepulcro y lo definieron como un tholos; constaba de una cmara circular de 3,7 m de dimetro y un
corredor que no se pudo excavar en todo su trazado, ya que estaba cortado por los cimientos del
Ayuntamiento. En cualquier caso, el tramo que se pudo excavar era de 17 m (Colin, 2004:371).
Del Tmulo del Campillo (Trmino de Castillo de las Guardas), que sabemos fue expoliado
y que hoy da se conserva en muy mal estado, advierten que R. Cabrero Garca lo consideraba un
tholos, basndose, a su vez, en las descripciones que del mismo proporcion R. Morgaz.
Del conjunto de Cruz del Gato sabemos que el tholos de la Cruz del Gato I fue descubierto
en 1949 y excavado por M. Morales lvarez (1974), tras lo cual desapareci. Al parecer, contaba
con un corredor de planta rectangular y 4 m de longitud, que desembocaba en una cmara de
trazado circular, de 2,7 m de dimetro y con cubierta abovedada. Se recuperaron varias hachas
pulimentadas y algunos recipientes cermicos. Por su parte, el sepulcro de Cruz del Gato II se
descubri en 1955 y fue excavado de manera clandestina. La planta del mismo fue dibujada por M.
Morales lvarez, en la cual se observa un corredor de 6,65 m, tambin de trazado rectangular, como
suele ser habitual, y con dos puertas, una que daba acceso al mismo y otra que lo separaba de la
cmara, de planta circular y 2 m de dimetro, cubierta posiblemente por una falsa cpula. Del
sepulcro se recuperaron dos hachas pulimentadas, una caracola, un dolo placa y fragmentos de
cermica. Sobre el sepulcro de Cruz del Gato III poco pudo describir M. Morales lvarez, dado que
cuando lo localiz ya estaba arruinado y expoliado. En cualquier caso, segn l era de planta
circular, probablemente cubierto por una falsa cpula, y con un corredor rectangular.
Por ltimo, el Tmulo del Carril no se ha excavado an; tiene un dimetro de unos 20 m y se
conserva en altura unos 2,5 m. Se cree que la estructura megaltica que aguarda pudiera tratarse de
un tholos.
Una vez enumerados todos los sepulcros, sera interesante centrarnos, aunque brevemente,
en su distribucin general en el conjunto del territorio que comprende la provincia hispalense. A
grandes rasgos, podemos decir que dos son los tipos de monumentos megalticos predominantes: los
sepulcros de galera y los de falsa cpula. Asimismo, segn algunos autores, parece poder
35
delimitarse dos reas bien diferenciadas de distribucin de un tipo y otro. Los primeros, los
sepulcros de galera, aparecen fundamentalmente en las zonas montaosas tanto del Norte (Sierra
Morena) como del Sur (Sierras Sudbticas); mientras las segundas parecen mostrar una clara
preferencia por el valle, ms concretamente por las mesetas limtrofes al valle (Salas y Barrionuevo,
1990:8; Barrionuevo y Salas, 1991: 368).
No obstante, cabra matizar esta afirmacin, ya que encontramos dlmenes de galera en
zonas de valle, como es el caso de los sepulcros de Caada del Carrascal y de la Tumba de la
Casilla, que forman parte de la necrpolis de El Gandul, en Alcal de Guadara (aunque dada la
distancia de la primera, Caada del Carrascal, con respecto al resto de monumentos que integran la
necrpolis se duda acerca de si formara o no parte de la misma). Asimismo, tambin encontramos
algn tholos ubicado en zonas ms bien montaosas, caso del tholos de Palacio III, que pertenece al
Trmino Municipal de Almadn de la Plata. No incluiremos en estos clculos a los sepulcros citados
por dichos autores y de los que no hemos encontrado ms datos en la bibliografa. En cualquier
caso, vistos estos ejemplos, podemos concluir que esa dicotoma quizs no fuera tan tajante.
2.1.2.3. Dos cuestiones: poblados y necrpolis.
En lo que atae a las relaciones entre las necrpolis con sepulcros de falsa cpula y los
poblados, podemos aludir slo a los dos casos que mejor se conocen: Valencina de la Concepcin y
El Gandul. Para el primero, sabemos que se han documentado estructuras interpretadas como de
almacenaje, otras como fondos de cabaa; as como zanjas cuya funcionalidad resulta controvertida
y sobre los que se han vertido varias hiptesis: estructuras defensivas, de delimitacin de espacios
de habitacin o de espacios rituales (Garca, 2009b:230). En cualquier caso, un aspecto que parece
evidente es que de estar ante un poblado, ste no sera del tipo Millares. En la Mesa de El Gandul,
la necrpolis megaltica est relacionada tambin con un poblado, que slo se conoce por medio de
algunos sondeos (Pellicer y Hurtado, 1987:33), que han dado idea de su amplia potencia
estratigrfica (desde el III milenio ANE hasta poca romana) (Garca, 2009b:247); aunque se
desconoce si se trata de un poblado con murallas tipo Millares. Del grupo megaltico de Almadn de
la Plata no se ha detectado, por el momento, ningn tipo de asentamiento con el que pudiera estar
relacionado. Por su parte, el tholos de Carmona, segn E. Colin Hayes, est vinculado con una serie
de estructuras que fueron interpretadas por ella como fondos de cabaa y silos; en funcin de estos
hallazgos considera que estaramos ante un poblado (Colin, 2004:372-373).
En otro orden de cosas, podemos afirmar en funcin de los datos recogidos, que los
sepulcros de falsa cpula de la provincia de Sevilla aparecen agrupados en necrpolis: Valencina de
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la Concepcin, El Gandul, el grupo megaltico de Almadn de la Plata y, si tenemos en cuenta los
sepulcros citados por J. Salas lvarez y F. Barrionuevo Contreras (Barrionuevo y Salas, 1991;
Salas y Barrionuevo, 2000), hemos de aadir el conjunto de Cruz del Gato, de la Loma de la
Cabrera (tholos del Carril) y el conjunto de Castillo de las Guardas (Tmulo del Campillo). Por su
parte, el Tholos de Carmona, que apareci bajo esta ciudad, se ignora si pudiera formar parte o no
de una necrpolis. En el caso de los conjuntos de Loma de la Cabrera y de Castillo de las Guardas,
de tratarse verdaderamente de tholos los sepulcros citados, formaran parte de necrpolis (hasta lo
conocido) de predominio de sepulcros de galera.
Centrndonos en la descripcin de las necrpolis ms conocidas y estudiadas, podemos
convenir que el conjunto de Valencina de la Concepcin (aunque tambin se extiende por los
municipios vecinos de Castilleja de Guzmn y Camas) rene unos 14 tholoi; a ello hay que aadir
que se calcula que en total la necrpolis contara con unas cuarenta sepulturas que circundaran el
yacimiento formando un arco que se extendera por la mitad oriental (la parte ms prxima a la
cornisa del Aljarafe) (Murillo et al., 1993:359; Garca, 2009b:230); no obstante, hay investigadores
37
que elevan la cifra de sepulcros por encima del medio centenar (Cruz-Aun y Mejas, 2004:169)
(Fig. 4). En relacin a la distribucin de los de falsa cpula en el seno de la propia necrpolis,
podemos afirmar que la mayor parte comparte un mismo espacio ms o menos amplio; suponen una
excepcin las sepulturas de Cerro de la Cabeza, a un kilmetro y medio de este ncleo, y Cao
Ronco, que pertenece ya al Trmino Municipal de Camas.
Interesante resulta, al mismo tiempo, apuntar que en estas tres necrpolis o conjuntos
funerarios que hemos visto conviven los sepulcros de falsa cpula con otro tipos de sepulcros
megalticos. En Valencina, adems de los conocidos tholoi nos encontramos, por ejemplo, con los
sepulcros de El Roquetito. En esta zona aparecieron cinco sepulcros excavados en el sustrato
geolgico (margas alcorizas), dotados de corredor (algunas con vestbulo) y cmara circular, de las
que no se sabe el tipo de cubierta que las rematara. Asimismo sus investigadores, M. T. Murillo
Daz, R. Cruz-Aun Briones y V. Hurtado Prez afirman que es muy pobre en ellas el empleo de
materiales adicionales (losas de pizarra, cantos rodados, ortostatos) (Murillo et al., 1993:359).
Dentro de este mismo conjunto, que est constituido por cinco sepulturas, El Roquetito V sobresale
de las dems por sus mayores dimensiones (slo el corredor alcanza una longitud de 6,7 m), siendo
su cubierta abovedada. No deja, pues, de ser significativa la convivencia en un mismo espacio de
esas cuatro sepulturas de la misma tipologa (cuyo sistema de cubierta se ignora) con un sepulcro de
mayores dimensiones y de otro tipo, de falsa cpula. En cualquier caso, se trata de tipos que
comparten algunas caractersticas arquitectnicas: son sepulcros que cuentan con cmara circular y
corredor (a veces con vestbulo), que suelen estar excavados parcialmente en el sustrato geolgico y
que presentan frecuentemente las paredes revestidas por lajas de pizarra.
Otras construcciones megalticas de similares caractersticas a las expuestas se encontraron
poco despus en la Finca de Nuestra Seora de los Reyes, de las que M T. Murillo Daz afirma
formara parte del conjunto de El Roquetito (Murillo, 1993:562). Del mismo modo, I. Santana
Falcn excav otro sepulcro en la zona conocida como El Algarrobillo; ella lo considera muy
similar desde el punto de vista conceptual a los excavados en El Roquetito, llegando a afirmar
incluso que este hecho nos reafirmara en la idea de que construcciones funerarias del tipo de La
Pastora, Matarrubilla y Ontiveros seran la excepcin dentro de la necrpolis (Santana, 1993:551).
En cualquier caso y dado que an queda mucho por indagar en este yacimiento, quizs el tiempo
confirme o deniegue el predominio de los sepulcros de cmara abovedada en esta necrpolis.
En el conjunto de El Gandul puede observarse un comportamiento similar; en el estado
actual de su conocimiento, se puede observar un claro predominio de los sepulcros de falsa cpula;
concretamente de los ocho dlmenes que lo integran (contando Caada del Carrascal que, como
hemos dicho, est algo distante del resto), a lo que habra que sumar la presencia de dos tmulos
que probablemente alberguen sendas sepulturas (Cruz-Aun y Mejas, 2004:171), seis son tholoi,
38
mientras tan slo dos son de galera. Por su parte, el grupo megaltico de Almadn de la Plata, del
que se sabe por prospecciones contara ms de 20 sepulcros, slo se ha excavado el conjunto de
Palacios III, que est integrado por un dolmen de Galera, segn sus investigadores de mayor
antigedad, y un tholos, situado a escasos metros de distancia el uno del otro, adems de contar el
conjunto con una cremacin y una reutilizacin fechadas en la Edad del Hierro (Garca, 2009b:249-
257).
Precisamente un aspecto que merezca quizs ser destacado es el de la reutilizacin tanto de
las propias estructuras megalticas (en su parte interior o exterior), como de los espacios funerarios
megalticos por parte de sociedades posteriores. Este fenmeno es palpable en las tres necrpolis
mencionadas: Valencina, El Gandul y Almadn de la Plata. Varios estudios recientes sobre este
comportamiento, tan poco valorado tradicionalmente por la investigacin, han corrido de la mano
de L. Garca Sanjun, para la zona del Suroeste peninsular, y A. J. Lorrio Alvarado y I. Montero
Ruiz, para el Sureste (Lorrio y Montero, 2004; Garca, 2005a; Garca, 2005b).
2.1.2.4. Ubicacin geogrfica.
Como hemos expuesto lneas arriba, hay autores que defienden un claro predominio de los
sepulcros de falsa cpula en las zonas de valle, en contraposicin con lo que ocurre para los
sepulcros de galera, que se asentaran preferentemente en los sistemas montaosos.
Los lugares elegidos para elevar estas construcciones son pequeas colinas y promontorios
desde los que se divisa tanto el paisaje que los rodea como el resto de dlmenes de la necrpolis en
la que se insertan. Estas caractersticas no siempre se cumplen, como demuestra, por ejemplo el
tholos de Palacio III, en Almadn de la Plata, del que L. Garca Sanjun explica que el yacimiento
se levanta sobre una pequea colina natural de forma alargada al pie de un cerro de mayor altura,
por lo que no tiene una posicin topogrfica dominante en su entorno; s lo tendra, en cambio,
sobre el resto de monumentos que componen el conjunto (Garca, 2009b:249).
Por parte de las otras dos grandes necrpolis de la provincia, s parece poder observarse
como caracterstica importante el dominio visual sobre los alrededores. El Conjunto Funerario de
Valencina de la Concepcin se extiende por el norte hasta las estribaciones de la Sierra y limita al
sur con las Marismas; se eleva de 80 a 100 metros sobre el nivel del ro (Fernndez y Ruiz,
1978:193). Asimismo, si tenemos en cuenta que el mar llegara prcticamente hasta las puertas de la
actual ciudad de Sevilla durante el Neoltico y la Edad del Cobre, es fcil comprender la gran
cantidad de recursos (fluviales, marinos, forestales) que estaran a disposicin de las gentes que
ocupaban la zona (Vargas, 2003:128; Garca, 2009b:230). Segn afirma M. T. Murillo Daz es
39
precisamente en el acceso ms fcil desde el ro donde se sita el mayor nmero de tumbas
(Murillo et al., 1993:359), aspecto que recuerda a los sepulcros de falsa cpula de la provincia
onubense, que se situaban en opinin de F. Pin Varela, en lugares cercanos a cursos de agua. Del
yacimiento de la Mesa de El Gandul, M. Pellicer Cataln y V. Hurtado Prez afirman es un extenso
promontorio, estratgicamente situado, donde finalizan los Alcores por la parte sur (Pellicer y
Hurtado, 1987: 338).
2.1.2.5. Caractersticas formales a destacar.
Como hemos visto para los sepulcros de falsa cpula de la Provincia de Huelva, el esquema
bsico de este tipo de construcciones megalticas se compone de: cmara de planta circular y
corredor cubiertos por un tmulo. A este esquema principal se aaden distintas variaciones que
trataremos de ir definiendo a continuacin.
En primer lugar, no obstante, nos gustara llamar la atencin sobre el hecho de que
consideramos que no existen grandes diferencias formales entre los tholoi que integran las
diferentes necrpolis de la provincia, por lo que creemos conveniente referirnos de manera general
a todos ellos.
Hemos de decir que las conclusiones que extraeremos a continuacin se harn a partir de los
19 tholo
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