Zafra, 1927-2017 Noventa años de una ciudad y de sus gentes · 2017-09-29 · 2247 Revista de...

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Revista de Estudios Extremeños, 2017, Tomo LXXIII, N.º II I.S.S.N.: 0210-2854

Revista de Estudios Extremeños, 2017, Tomo LXXIII, Número II, pp. 2245-2284

Zafra, 1927-2017Noventa años de una ciudad

y de sus gentes

JOSÉ MARÍA LAMA HERNÁNDEZ

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RESUMEN

Los rasgos de la personalidad de Zafra durante la historia son el comer-cio, la feria, la actividad administrativa, la industria y el turismo. El artículorepasa los principales hitos de estas actividades durante los últimos noventaaños a la par que la evolución de sus gobernantes políticos: las esperanzas ylos proyectos de 1927 a 1936, la muerte y la miseria de 1936 a 1952, ladictadura y el desarrollismo de 1952 a 1975, y la democracia y el progreso de1976 a 2011. Cierra el texto un epílogo sobre los años de crisis y cambio demodelo de 2011 a 2017.

PALABRAS CLAVE: Comercio, Feria, Administración, Industria, Turismo, Dicta-dura, Muerte, Desarrollo, Democracia, Progreso, Crisis.

ABTRACT:

Traits of the personality of Zafra during the history are commerce, thetrade fair, administrative activity, industry and tourism. This article covers themain mile stones of these activities during the past 90 years as well as thedevelopment of its political rulers: hopes and its projects from 1927 to 1936,death and misery from 1935 to 1952, dictatorship and development policy from1952 to 1975, democracy and progress from 1976 to 2011. The text is closedwith an epilogue about the years of the crisis and change of models from 2011to 2017.

KEYWORDS: Comerce, Trade, fair, administration, industry, toursm, dictatorship,death, developmente, democracy, progress, crisis.

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Es difícil hablar de la personalidad histórica de una ciudad sin caer enidealismos. Las ciudades, los pueblos, los integran personas y son ellas y susavatares -sus condiciones de vida, sus empeños y obras- quienes conforman laúnica historia solvente de una colectividad. Pero, para explicarnos hacen faltasimplificaciones y una de estas es atribuir a lo colectivo rasgos de lo individual.

¿Cuáles serían los rasgos de la personalidad de Zafra durante la historia?El primero es la actividad comercial, concretada pronto en las ferias, y queacabaría disponiendo de ambas manifestaciones diferenciadas a lo largo de lossiglos. También en torno a su situación geográfica, y a esa función de punto deconexión de un amplio territorio circundante, habría que citar el roladministrativo. Otra singularidad, más destacable aún en un entorno agrícolacomo el de Extremadura, es la actividad fabril e industrial y la última, muyreciente, el turismo.

Comercio, feria, administración, fábrica y turismo son, a mi parecer, loscinco rasgos históricos de Zafra y, a través de ellos, relataré la crónica de laciudad en sus últimos noventa años.

1. INTRODUCCIÓN. UNA TRADICIÓN SECULAR DE FERIAS YMERCADOS QUE LLEGA AL SIGLO XX

De siglos, la actividad primordial de Zafra giró alrededor de la feria y delcomercio de sus plazas. La primera noticia de una feria en Zafra es de 1380,cuando el rey Juan I concedió la celebración de un mercado semanal, queposiblemente sea el origen de la Plaza Chica, que sería su escenario. Pero no fuehasta 1453 cuando, además de confirmar la de San Juan, de 1395, el monarcaJuan II otorgó la merced de celebrar la feria de San Miguel durante siete días.Ese es el inicio de la feria actual, que en el año 2017 cumple su 564 edición.

En cuanto al comercio de sus plazas, probablemente tenga el mismo ori-gen, de finales del siglo XIV, y no sea más que un resultado de la vitalidad de laferia, que fue estableciendo su actividad mercantil, dándole permanencia, entremercado y mercado, en los soportales de las plazas. Durante lustros fueron losjudíos y los musulmanes quienes se dedicaron al comercio en Zafra, pero laexpulsión de unos y de otros generó un hueco que, a partir del siglo XVII, perosobre todo en el XVIII, acabaron llenando los serranos procedentes de tierrassorianas y riojanas, la Sierra de Cameros, que llegaban a Zafra con la ganaderíatrashumante y fundaban en ella tiendas con tejidos y otros productos.

A estos dos ejes de la vida zafrense hay que añadir un tercero, tambiénsecular: el administrativo. Situada en una zona de transición entre el fértil seca-

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ZAFRA 1927-2017.NOVENTA AÑOS DE UNA CIUDAD Y DE SUS GENTES

no de Tierra de Barros, aledaño al Guadiana, y las serranías de Sierra Morena,entre Mérida y Sevilla, en plena Vía de la Plata, Zafra ha sido desde el siglo XVcentro administrativo y político de una amplia comarca, dependiente, primero,del señorío de Feria y, ya en el XIX, de la cabecera del partido judicial y de lasinstancias políticas que se ubicaban en la villa. Hasta durante unos meses, en1812, en plena guerra contra los franceses, fue Zafra capital de la Extremaduranapoleónica, al instalarse en ella la sede de las tropas francesas en la zona.

A la feria, al comercio y a la centralidad administrativa se le une, a partir de1878, la fábrica. Aunque las actividades fabriles de Zafra son muy anteriores,vinculadas sobre todo a las curtidurías y al trabajo de las pieles, ese año, el 1 defebrero, se instala en la localidad un matrimonio de cerrajeros sevillanos deorigen montañés -Manuel Díaz de Terán Rodríguez y Mercedes FernándezGarcía- que daría nombre a la que aún hoy es la principal empresa de Zafra: Díazde Terán, la DITER, una cerrajería que acabó fabricando motores y otros com-ponentes industriales.

Casi como colofón de esos cuatro apoyos de la vitalidad económica de Zafravino en enero de 1882 la concesión del título de ciudad por el rey Alfonso XII:

Queriendo dar una prueba de mi real aprecio a la villa de Zafra,provincia de Badajoz, por sus preclaros antecedentes, aumento de pobla-ción, importancia agrícola y su constante adhesión a la monarquía consti-tucional, vengo en concederle el título de ciudad. Alfonso.

Aunque estas concesiones no eran más que favores políticos otorgadospor el monarca a indicación de los gobernantes de turno -en este caso, losliberales de Sagasta-, para dar brillo a sus partidarios locales -los liberales deCarlos Ramírez Lobato, alcalde por aquel entonces-, siempre había alguna evi-dencia justificativa, que en Zafra fue la pujanza lograda como centro comercialy de servicios.

Una pujanza de la que fue causa y efecto a la vez la notable mejora de lascomunicaciones gracias al ferrocarril a finales del siglo XIX. El 8 de junio de1879 (siendo aún villa) se inauguró el tramo de línea férrea Mérida a Zafra,primero en abrirse de la vía Mérida a Sevilla. A partir de ese día Zafra estuvocomunicada en tren con el norte: a través de Mérida, con Madrid, con Badajozy con Lisboa. El 20 de abril de 1880 se inauguró el tramo Zafra-Llerena de lamisma línea y los zafrenses pudieron visitar a vapor a sus paisanos llerenenses.Pero la conexión directa con Sevilla no llegó hasta el 16 de enero de 1885,cuando se cerró por completo la línea.

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Aunque, a lo largo de la historia, Zafra siempre estuvo bien comunicada,no era lo mismo el carromato o la tartana que el nuevo medio de locomociónsobre caminos de hierro. Poder viajar en unas horas a Badajoz o a Mérida, en eldía a Sevilla y en poco más a Madrid iba a generar un impacto económico ysocial inmediato. Más aún cuando el 1 de enero de 1889 se abrió el tramoValdelamusa-Zafra, que cerraba la línea de Huelva y la comunicaba con el mar.

A finales del siglo XIX Zafra era ya uno de los principales enclavesferroviarios de la región, con comunicación directa con Huelva, Sevilla, Badajoz,Mérida, Madrid y Lisboa. Y, a partir de 1917, dos compañías disponían deestación: la Madrid-Zaragoza-Alicante, que gestionaba la línea Mérida-Sevilla,y la Zafra-Huelva. Durante todo el período de la restauración monárquica de losAlfonso, el tren incrementó considerablemente los viajes de los zafrenses, lasvisitas de forasteros y el tráfico de mercancías, tanto de entrada como de salida,y todo eso provocó un desarrollo social y económico muy notable. No sólo laDITER -llamada entonces fábrica Santa Brígida- se creó, en cierto modo, a partirdel tren, sino que la centenaria feria adquirió un volumen de visitantes inusitadohasta entonces. Y la actividad mercantil también se vio muy favorecida.

Foto 1. La Feria. 1888.


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El primer concurso ganadero en la feria de Zafra se había celebrado en1891. Hasta entonces la feria de San Miguel había consistido en el mercado deganados tradicional, con la compra-venta de animales por parte de los ganade-ros y tratantes. Ese año, por primera vez, se entregaron premios para el mejorganado caballar, asnal, vacuno, lanar, de cerda y cabrío, aunque la actividad notuvo continuidad. Sólo en 1916 volvió a programarse un nuevo concurso deganados y se organizaron algunas conferencias de divulgación de temas deinterés para agricultores y ganaderos.

Durante el primer tercio del siglo XX la oferta comercial de Zafra estuvobasada en numerosos negocios de todos los ramos distribuidos alrededor de lacalle de Sevilla y las plazas Grande y Chica. Destacaban las tiendas y comerciosde tejidos, pero también eran notables los establecimientos dedicados a loscurtidos y al calzado, junto a tiendas de alimentación y bebidas, venta demuebles, mercerías, ferreterías, relojerías, platerías…

En 1927 Zafra era el centro comercial más importante del sur de la regióny un porcentaje muy elevado de su población estaba vinculado laboralmente alcomercio. Pero, además, ejercía de capital administrativa y de servicios de unaamplia zona. Era la cabecera del partido judicial de su nombre, donde se integra-ban otros diez municipios (Alconera, Burguillos del Cerro, Feria, Fuente delMaestre, La Lapa, La Morera, La Parra, Los Santos de Maimona, Medina de lasTorres y Puebla de Sancho Pérez). Había juzgados, correos, telégrafos, teléfo-nos, notaría, registro de la propiedad, carabineros, prisión del partido, GuardiaCivil, caja de recluta y demarcación de la reserva del ejército.

Otros servicios eran los sanitarios, con el Instituto Médico Farmacéuti-co, fundado a comienzos de 1911, el Hospital de Santiago, promovido por losseñores de Feria en el siglo XV, y el Hospital de San Miguel. Había numerososprofesionales liberales, algunos hoteles y pensiones, y tres bancos: BancoEspañol de Crédito, Banco del Oeste, y Banco Hispano Americano.

También la Zafra artesanal de los siglos XV y XVI continuaba en lasfábricas y talleres de comienzos del XX, que constituían el potente sectorsecundario de la ciudad. En las dos estaciones de ferrocarril trabajaban dos-cientos hombres. Y una carretera de un kilómetro unía el núcleo ferroviario conel resto de la población, generando en sus márgenes la segunda zona fabril dela ciudad, tras lo que en siglos anteriores había sido el barrio de los curtidoreso zapateros en los aledaños de la puerta de Jerez. Además de la fábrica Díaz deTerán, instalada a finales del siglo XIX y dedicada a la cerrajería y fundición,destacaban los talleres mecánicos de Pons Orfila, los almacenes de hierro y


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madera de Rodríguez Pina y las fábricas de chocolates, de cafés, de pan, deaserrar mármoles, de jabones, de hielos, de gaseosas y agua de seltz.

Pero, aunque mayoría, no todos en Zafra eran comerciantes o industria-les. En sus seis mil hectáreas escasas de término, sostenidas por tres centena-res de agricultores y ganaderos propietarios y unos quinientos campesinosestables, se producía trigo, cebada, garbanzos, avena, habas, frutas y aceitu-nas. Además, había muchos obreros y jornaleros que trabajaban al rebusco o alo que salía, en la industria, en el campo o en la construcción. Alrededor de unascuatrocientas personas y sus familias, de las siete mil con que contaba la ciu-dad, se mantenían en esa situación de precariedad laboral.

La estructura social de Zafra era de mayor diversidad que las localidadesde su entorno. No sólo había propietarios y campesinos como en el resto de lospueblos pequeños de la comarca. Aunque había privilegiados (un centenar degrandes y medianos terratenientes, industriales y comerciantes) y clases hu-mildes (dos mil obreros ferroviarios, de la industria y de la construcción, artesa-nos, campesinos, jornaleros y criados), también había clases medias (unostrescientos empleados de la Administración y dependientes de comercio, asícomo algunos pequeños propietarios agrícolas y ganaderos). Todos ellos, jun-to a sus familias, completaban la población de la ciudad.

No obstante, la opulencia de los aristócratas y hacendados contrastabacon la indigencia en la que vivía, y así en toda Extremadura, la mayoría delvecindario, hacinada en casas que compartían tres o cuatro familias o trabajan-do por un puchero. La diversidad social de Zafra durante el primer tercio delsiglo XX, como ya he dicho en otra ocasión, modera pero no elimina la despro-porción inmensa entre las condiciones de vida de los poderosos y las de losdesposeídos.

2. ESPERANZAS Y PROYECTOS (1927-1936)

Así, pues, en 1927, cuando se funda la Revista del Centro de EstudiosExtremeños, primer año de esta horquilla temporal que debe centrar nuestrorelato, Zafra cuenta ya con cuatro de sus ejes identitarios bien consolidados: laferia, el comercio de las plazas, la fábrica y la actividad como centro administra-tivo de una amplia comarca. Sólo faltará uno de los que hoy constituyen suidentidad: el turismo. Y ese sí se creará ya más recientemente, en el transcursode las últimas décadas.

Hace noventa años, la ciudad disfrutaba del favor de los gobernantesnacionales y provinciales. Quizá haya sido el período del siglo en el que estuvo


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más en el candelero regional debido a la importancia política lograda por algu-nos de sus naturales. El gobierno de la nación lo ejercía dictatorialmente elgeneral Primo de Rivera, y en la provincia mandaba a sus seguidores un zafrense:Francisco Fernández Ramírez de Arellano, marqués de Solanda, presidente dela Junta Provincial de la Unión Patriótica. Esta situación propició que Zafra sebeneficiara de una posición de privilegio y los proyectos que en ella se empren-dieron -aunque logrados gracias al favoritismo- iniciaron un período de bonan-za y esperanza para la ciudad.

En Zafra, el control de Solanda y de los primorriveristas durante los añosde la dictadura fue absoluto. La alcaldía estaba en manos de Mariano Tinoco deCastilla, casado con una hermana del cuñado del marqués. En el ayuntamiento-del que también era concejala por primera vez en la historia de Zafra una mujer,la maestra Pilar Fernández Magaz- ejercían las tenencias de alcaldía dos parien-tes de Solanda y era el secretario municipal su propio secretario particular.También controlaba la Unión Patriótica, partido del régimen, y el Somatén,milicia civil encargada de mantener el orden en las localidades.

Foto 2. Homenaje al marqués de Solanda. 1928


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El 4 de octubre de 1926 el dictador se había paseado por la calle Sevillajunto al marqués y a sus seguidores, recibiendo los vítores de la población.También le recibieron en el Centro Obrero, y le agasajaron hasta quienes luegoserían dirigentes de izquierda. Paradójicamente, el único contrincante políticolocal del marqués de Solanda en esos años era otro hombre de derechas, perodel conservadurismo dinástico, Casimiro Gómez Ramírez de Arellano.

En 1925, la Diputación Provincial de Badajoz, de la que también formabaparte Solanda, había aprobado el proyecto de Mercado Permanente de Gana-dos para Zafra. Y dos años después de la visita del dictador, en 1928, se adjudi-caron las obras del ferrocarril Zafra-Villanueva del Fresno, con el que la ciudadpasaría a ser la única de Extremadura por la que atravesaban o partían treslíneas ferroviarias distintas. Aunque inicialmente concebida para unir Zafracon Portugal por Villanueva del Fresno, tuvo después que moderar sus preten-siones al chocar con el poder de la capital de la provincia, Badajoz, temerosa deque esta nueva vía perjudicara su función de única conexión férrea en la pro-vincia con el país vecino. Se quedó así en “Zafra-Jerez de los Caballeros” y suconstrucción desde los años finales de la Dictadura de Primo de Rivera supusoun considerable revulsivo para el empleo local. Fue inaugurada el 18 de no-viembre de 1936, cuando la guerra y la represión ya asolaba las calles.

También se abrió por entonces el Instituto Nacional de Segunda Ense-ñanza, el segundo que se creaba en la provincia tras el de Badajoz y que yahabía existido como Instituto Libre durante la I República. La apertura del ins-tituto, ubicado en el Alcázar de los Duques de Feria, hizo que se avecindaran enZafra unos quince profesores y profesoras de gran categoría intelectual. Laescasez de centros de educación secundaria en la España de entonces hacíaque se distribuyera por todo el país el escaso y excelente profesorado disponi-ble. En ese primer curso de 1928-1929 vivieron en Zafra y convivieron con suvecindario el latinista turolense Francisco Báguena Novella; el egiptólogo cor-dobés Rafael Blanco y Caro; el granadino Enrique Canito Barrera, catedráticode Francés y años después director de la revista literaria Ínsula, o la catalana deorigen francés María Capdevila d´Oriola, primera profesora universitaria dematemáticas de España. Hasta Jaume Vicens Vives, maestro de los historiado-res españoles de finales del siglo XX, llegó a tener durante la República suplaza en Zafra, aunque nunca la ocupó, ya que la permutó con otro compañero.Estos profesores, junto con otros que llegaron en los años siguientes -comoJoaquín de Andrés o José Pérez Gomez- apoyaron o incluso dirigieron partidosrepublicanos locales, como la candidatura de la Derecha Liberal Republicanacon la que concurrieron a las elecciones municipales de 1931 o el Partido Repu-


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blicano Socialista desde el que ayudaron al gobierno municipal socialista du-rante la República. Al comienzo del nuevo régimen fueron aliados de la burgue-sía local, a la que acompañaron en su adhesión republicana, y transformarondurante unos años el ambiente político y cultural de la ciudad, introduciendonuevas ideas y costumbres.

Aunque la actividad cultural y social de Zafra ya era notable durante ladictadura de Primo de Rivera. Se crearon revistas, como Resplandor o Zafra ysu Feria, que aún se edita. En ellas colaboraban escritores como el dramaturgoAntonio Meca, el sacerdote y cronista Manuel Vivas Tabero o el pintor Fernan-do Moreno Márquez.

Si, al comienzo de la década, Zafra tenía 6.681 habitantes, diez años des-pués había crecido casi un 14%, situándose en los 7.759, el mayor porcentaje decrecimiento de una ciudad que lo ha tenido sostenido durante los últimos cienaños.

Cuando la dictadura cayó, en 1930, dos de los tres proyectos previstosya habían cuajado. Las obras del ferrocarril habían dado comienzo y el institutollevaba abierto dos años. Sólo la conversión de la feria en mercado permanentedecayó junto a sus promotores. En el año que transcurre desde la caída dePrimo de Rivera hasta la proclamación de la II República, durante la llamada“dictablanda” del general Berenguer, la aristocracia fiel a los partidos turnantesde la Restauración volvió a ocupar el poder en Zafra. Se sucedieron variosalcaldes (Eloy Díaz Mulero, Manuel Romero de Tejada, José Navarro PingarrónMartínez) durante esos meses, y alguno todavía fiel a los herederos del generalPrimo de Rivera, que se habían organizado en torno al partido Unión Monárqui-ca Nacional. Durante los meses anteriores a la proclamación de la República lapolítica en Zafra será, exclusivamente, el escenario de las luchas entre las cla-ses dirigentes monárquicas, alineadas unas en torno al marqués de Solanda yotras alrededor de Casimiro Gómez.

La II República fue en Zafra el colofón de una vitalidad ciudadana que yase apreciaba durante los años veinte. El inicio de las obras del ferrocarril, quecomenzaron en 1930, la actividad de las dos estaciones, y la existencia denumerosas fábricas encabezadas por las de Díaz de Terán y Pons Orfila, crearonuna numerosa clase obrera, que empezaba a dejar el campo y se modernizabacomo mano de obra en el sector industrial y en el de la construcción. La Casadel Pueblo de Zafra agrupaba a más de mil obreros a comienzos de la República.La alianza entre estos y los intelectuales del instituto consolidó la República,que gozó durante los primeros meses de apoyos a izquierda y derecha.


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El poder local del marqués de Solanda, en la extrema derecha, o de CasimiroGómez, en la derecha monárquica, fue sustituido durante la República por el delsocialista José González Barrero, copropietario del hotel Cabañas, el principalde la localidad. González, natural de Valencia del Ventoso, ganó las eleccionesmunicipales de mediados de 1931 y fue el personaje político más importante dela Zafra republicana, alcanzando cierto renombre en toda la región. Apoyadopor los socialistas y los republicanos de izquierda, emprendió numerosas refor-mas de salubridad pública, limpió de corruptelas la administración local e impul-só la educación con la creación del primer colegio público de Zafra, el “Pedro deValencia”, que se inauguró durante el mandato de su sucesor.

A partir de 1932 comenzaron los problemas. Las discusiones constitucio-nales sobre la cuestión religiosa y la reanudación, tras la euforia inaugural delnuevo régimen, de los conflictos sociales, abrieron fisuras entre los apoyosrepublicanos y fueron radicalizando las posturas políticas. Aunque buena partede la derecha local se acabaría reagrupando en torno a la monárquica AcciónPopular Agraria o a los republicanos lerrouxistas, la minoría más radical se inte-gró desde mediados de 1932 en las Juntas de Ofensiva Nacional Socialista (JONS)y acabó implicada en la asonada del general Sanjurjo de agosto de ese año.

La derecha lerrouxista persiguió sañudamente a González. A mediados de1933 lograron por primera vez su detención, acusado de haber participado enunos sucesos en Hornachos durante la celebración de las elecciones municipa-les. En mayo de 1934 volvió a la cárcel por los mismos hechos. Liberado trasuna amnistía, fue destituido al ser acusado de irregularidades administrativas,que no eran tales sino excusas para el “desmoche” de los ayuntamientos aco-metido por el furor antisocialista de Rafael Salazar Alonso, ministro de Gober-nación. Éste puso todo su empeño en evitar la huelga general campesina del 5de junio de 1934 y pocos días antes detuvo a numerosos dirigentes obreros ycampesinos. En ese contexto hay que enmarcar una nueva detención de JoséGonzález a comienzos de ese mes de junio. Se vio envuelto durante una veladaen una pelea entre socialistas y guardias municipales del nuevo ayuntamiento.Se le acusó de atentado a la autoridad y fue condenado a cuatro años de cárcel.Permaneció la mayor parte de su condena en el penal de Alicante, junto a sietede sus compañeros.

El ministro de Gobernación colocó al frente de la alcaldía, sin mediar elec-ciones, al médico republicano radical Francisco Soto de la Fuente, que la ejerciódurante casi dos años con el apoyo intermitente de la derecha monárquica. Sototerminó algunos de los proyectos emprendidos por González y gobernó concierta paz social, con la Casa del Pueblo clausurada por las autoridades.


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En febrero de 1936 las elecciones legislativas las ganaron las izquierdas,aunque en Zafra los resultados locales fueron a favor de las derechas. Gonzálezy los presos de Alicante regresaron y la alcaldía volvió a manos de los socialis-tas, al ser repuestos en sus cargos los concejales que habían sido desposeídosen 1934. En el Ayuntamiento se procedió a la renovación de puestos de emplea-dos municipales, sustituyendo a los afectos al centro y a la derecha por otrosde ideología izquierdista. En España el clima de violencia se acrecentó, conmilicias armadas de los partidos obreros que hacían frente a los pistolerosfalangistas. Al mismo tiempo, se enturbiaba la situación internacional con elcreciente expansionismo militar del fascismo italiano y del nazismo alemán.

Cuando apenas faltaban cinco meses para el golpe de Estado y elcomienzo de la Guerra Civil, la crisis de trabajo entre los jornaleros de Zafraera muy aguda. Pero se logró un ventajoso acuerdo con los patronos, queaportaron 20.000 pesetas para nutrir un fondo económico con el que pagarjornales a los obreros en paro. Cuatro de los cinco obreros que lograroneste acuerdo fueron asesinados unos meses después. El 25 de marzo de1936 los campesinos del sur de España ocupaban las tierras. En Zafra seocuparon cincuenta fincas en representación de la Federación Nacional deTrabajadores de la Tierra. Aunque acabaron retirándose de ellas, unos díasdespués se produjo la ocupación legal, regulada por técnicos del gobierno,de una decena de fincas por parte de doscientos yunteros.

La situación política y social fue crispándose. En abril y mayo hubosucesos de acoso a los religiosos de los conventos locales por radicales deizquierda y agresiones entre izquierdistas y derechistas. El alcalde hubo deenfrentarse a sus propios correligionarios para evitar más agresiones a religio-sos. A comienzos de mayo de 1936 la tensión era extrema. La izquierda localestaba dividida entre los más radicales, cercanos al Partido Comunista y a larama caballerista del PSOE, y los socialistas moderados y republicanos deizquierda agrupados en torno al alcalde, cuya autoridad era cuestionada por losmás exaltados.

El golpe de Estado provocó la creación del Comité de Apoyo al FrentePopular, presidido por el alcalde y con representantes de los partidos queapoyaban la República. Siguiendo órdenes del gobernador civil, se procedió adetener y encarcelar a una veintena de significados derechistas en el conventode Santa Marina. En los días siguientes al golpe, a finales de julio y comienzosde agosto, pasaron por Zafra mineros procedentes del norte de Huelva, quehuían camino de Madrid por la toma de aquellos pueblos por los militaressublevados. Hubo intentos de represalias sangrientas con los derechistas en-


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carcelados que fueron evitadas, una vez más, por José González Barrero, quelogró que nadie muriera durante el período en que Zafra se mantuvo en lalegalidad republicana.

Foto 3. Manifestación del 1 de mayo. 1936.

3. MUERTE Y MISERIA (1936-1952)

El 7 de agosto de 1936 fue uno de los días en los que Zafra alcanzó másnotoriedad nacional y, paradójicamente, uno de los más fatídicos de su historia.La primera orden de operaciones del Ejército del sur, sublevado contra la Repú-blica bajo el mando del general Francisco Franco, disponía que las tropas avan-zaran desde Sevilla en dirección de Zafra y Mérida. Los militares facciosossubían por la carretera de Extremadura aplastando la escasa oposición de algu-nos militares leales y de centenares de jornaleros. Ese día, Zafra estuvo en elfoco de atención de toda España.

Como resultado de esa orden militar, aún de madrugada, llegaron desdeLos Santos de Maimona, donde estaban tras la batalla mantenida el 5 de agostoen los cerros que dividen ambos términos, unos trescientos hombres armados


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encabezados por el comandante Castejón: una compañía de legionarios, otrade regulares, una sección de guardias civiles, varios falangistas y algunosmilicianos de derechas. Una batería de 75 mm. cañoneó el tren y otros puntosde Zafra, que les recibió con banderas blancas en los balcones y sin másresistencia que la de Cirilo, subido con un mauser en un árbol, que fue abatido.El alcalde y los dirigentes izquierdistas habían abandonado durante la madru-gada la localidad camino de los pueblos del suroeste.

Los militares ocupan la ciudad, liberan a los presos de derechas encerra-dos en el convento de Santa Marina y nombran una comisión gestora munici-pal presidida, como nuevo alcalde, por Casimiro Tovar Gómez, un antiguomaurista. La tradicional clase dirigente de Zafra, que durante la dictadura dePrimo de Rivera y la República se había dividido en distintas familias políticas(conservadores, liberales, mauristas, primorriveristas y hasta republicanos dederechas), volvió a integrarse en una sola a partir de este día.

Los militares recorren las calles revisando las casas y dando culatazos alas puertas que están cerradas. Llevan listas de nombres de dirigentes obrerosy de izquierdas que han sido confeccionadas esa misma mañana por sus parti-darios locales en el Ayuntamiento. Aunque muchos vecinos y vecinas hanhuido, a quienes están en la lista y encuentran los sitúan en el centro de la PlazaGrande, rodeados por soldados. Algunos regulares echan por los balcones losenseres de las casas de izquierdistas significados o venden por las calles algu-nas de sus pertenencias. Hay misa en la iglesia parroquial.

Cuando, a mediodía, el comandante Castejón abandona de nuevo a caba-llo Zafra, de vuelta a Los Santos, lleva detrás, además de a sus hombres, unacuerda de presos, con unas cincuenta personas atadas en grupos de siete uocho. Cada cierto trecho, en los escasos cinco kilómetros que hay entre ambaslocalidades, manda separar a uno de los grupos y fusila a sus miembros junto ala carretera, dejando un reguero de cadáveres tras de sí.

En Zafra, como en buena parte del sur de España, no hubo guerra. Sólorepresión. La guerra fue una excusa para asesinar a centenares de personas. Apartir del 7 de agosto, y siguiendo la práctica que ese día habían fijado lastropas invasoras, alrededor de doscientas personas fueron fusiladas en Zafrapor los militares y la derecha local. Los republicanos e izquierdistas no habíanasesinado a nadie durante los convulsos días de finales de julio y comienzos deagosto. Los sublevados, falangistas, monárquicos y derechistas, una vez due-ños de la ciudad, cometieron al menos 177 asesinatos. Y no hicieron falta paracometerlos muchos meses, ni siquiera toda la guerra. Bastaron apenas tres


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meses, hasta finales de noviembre de ese mismo año. El segundo semestre de1936 fue, junto a los meses de las invasiones napoleónicas, el más aciagoperíodo de la historia de la localidad.

Los asesinatos de dos centenares de zafrenses, y la represión y la torturade otros muchos durante esas funestas jornadas, marcaron la historia de Zafradurante los siguientes años y décadas. Por eso es la muerte el primero de losnombres que debe titular, en Zafra y en España, ese período de guerra y deposguerra.

A partir de ese momento Zafra quedó militarizada. La vida fue la de unaciudad en guerra en la retaguardia franquista, con una obsesiva presenciamilitar o paramilitar, a través de los soldados franquistas, de los falangistas, delos magrebíes regulares, de los camisas negras italianos de Mussolini, de losvoluntarios de Defensa Ciudadana, etc. Tropas de paso que, junto a la guarni-ción local, convirtieron la ciudad en un cuartel. Además de los militares y de laFalange, partido único a partir de abril de 1937, el poder que se mantuvo fue elde la Iglesia Católica.

Celebraciones patrióticas y funciones religiosas se sucedían en el calen-dario social de la ciudad. Todas las noticias, todos los proyectos, tenían uno uotro sesgo. O el del ejército o el de la religión. Se abrió en el alcázar un HospitalMusulmán, se instaló un puesto de vigilancia aeronaútica, se forzaron numero-sas suscripciones a la milicia y se celebraron actos píos. El dramaturgo localAntonio Meca recorrió varios pueblos del sur de España representando suobra España en llamas, de glorificación del golpe militar y de la guerra. La vidaen Zafra durante unos años no dio para más. El ambiente era de delaciones,violencia y miedo. Las cárceles estaban llenas. El vecindario seguía atento lasnoticias que le querían contar del frente y rogaba porque sus allegados regre-saran vivos algún día.

Los republicanos e izquierdistas habían desaparecido, encarcelados, fu-silados en las tapias del cementerio o huidos. Muy pocos en Zafra habíanlogrado esconderse en sus casas y seguirían de topos durante algunos años.Los centros obreros fueron clausurados y el Instituto de Educación Secunda-ria, durante la República principal foco educativo y cultural de la ciudad, ape-nas duró un curso más y fue cerrado en 1937 en represalia por el izquierdismode quienes habían sido sus profesores.

Casimiro Tovar, que había sido nombrado por los militares, se mantuvoun año en la alcaldía, hasta agosto de 1937, tras erigir un obelisco en homenajeal comandante Castejón enfrente de la Plaza de Toros. Rodeado de militares, fueel principal dirigente civil durante unos meses en que Zafra estuvo asolada por


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la represión y la muerte. Le sucedió el abogado Felipe Torre, emparentado conel marqués de Solanda. La obra más importante de los pocos años de mandatode Felipe Torre fue la remodelación en 1938 de la vieja Alameda de Zafra, con-vertida en una espaciosa zona arbolada y de recreo al que se le dio el ideológiconombre, que aún pervive, de “Parque del Triunfo”.

El ambiente bélico no era el más propicio para las empresas y los proyec-tos constructivos. Durante la Guerra Civil la empresa Díaz de Terán se dedicó afabricar bombas para el ejército de Franco. Y se acometieron algunas obras dereparación de carreteras en los alrededores de Zafra para las que se contó conmano de obra forzada, en la que alguien recuerda que llegó a haber sacerdotesy nacionalistas vascos entre los obreros penados.

En 1939 terminó la guerra y algunos incautos regresaron a sus localida-des de origen, creyéndose las palabras de Franco, que había asegurado quequien no tuviera las manos manchadas de sangre nada habría de temer. Uno delos socialistas que se creyó esas palabras fue el antiguo alcalde de Zafra, JoséGonzález Barrero, que en abril de 1939 pasó por Castuera camino de Zafra, fuedetenido y encarcelado en el Campo de Concentración de esa localidad, haciadonde -al enterarse de que había sido apresado se encaminaron un grupo defascistas zafrenses, que lo sacaron de allí y lo asesinaron-.

Hasta que no finalizó la II Guerra Mundial la dictadura mantuvo unamovilización permanente. A la dictadura militar le siguió un régimen de cortefascista, totalitario, que sólo dulcificó levemente su apariencia a partir de lapérdida de la II Guerra Mundial por las potencias del Eje.

En 1940 ocupó la alcaldía de Zafra el antiguo dirigente de Acción Popular,el monárquico José Marín Martínez Delgado. El hambre asolaba el país. Y elparo obrero seguía siendo muy elevado. Son los tiempos de la malta y del pande centeno, de las cartillas de racionamiento, de los piojos, del contrabando, deAuxilio Social... Son tiempos de miseria, segundo nombre que -junto al demuerte- debe titular este período de la historia de Zafra y de España.

La vitalidad demográfica de Zafra, no obstante, se mantuvo a pesar de laguerra. Aunque en 1940 el crecimiento es menor que en la última década, laciudad siguió aumentando su población: 8.545 habitantes, un 9,20% más quediez años antes.

En 1941 es designado alcalde Antonio Zoido Díaz, antiguo presidente delas Juventudes Católicas locales, que se mantuvo como primer edil hasta 1952.Maestro de escuela, poeta y posteriormente crítico de arte, novelista y ensayis-ta, Zoido es de los pocos intelectuales que ha ejercido la alcaldía de Zafra


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durante su historia. Hombre de profundas convicciones católicas y de voca-ción educativa, centró su mandato -que inició cuando aún no tenía treintaaños- en la beneficencia y en la instrucción de la juventud. En 1942, auspiciadopor la política del ministro falangista Girón de Velasco, se creó en el Alcázar delos Duques de Feria la Escuela de Aprendices y en 1945 pasó a ser Taller-Escuela de Formación Profesional “Santísimo Cristo del Rosario”, con especia-lidades de carpintería, talla y dorado de madera, cerrajería, soldadura autógena,electricidad y manejo de maquinaria industrial. El director de la Escuela Tallerfue el propio alcalde. Otras de sus iniciativas educativas fueron la inspecciónmédica escolar y la asistencia sanitaria gratuita para los escolares.

Foto 4. Plaza de España. 1940 circa.

Y, junto a la formación y al adoctrinamiento de los jóvenes, la beneficen-cia. El Ayuntamiento creó la Cocina de Hermandad, el centro de alimentacióninfantil para niños lactantes y el Centro de Beneficencia Municipal.

Durante este período, presidido también por la preocupación por el paroobrero y por las carencias de abastecimiento de agua en la población, se realizóel asfaltado, pavimentación y alcantarillado de algunas calles de la ciudad, secercó la Albuhera del Parque, se instaló el juzgado comarcal en el edificio de laPlaza Chica y se reformó el matadero.


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Un hecho singular ocurrió durante la alcaldía de Antonio Zoido: la aper-tura el 1 de marzo de 1942 de las fosas comunes del cementerio donde habíansido enterrados los asesinados de 1936 y su inhumación en nichos y tumbasordinarias. Desconozco en qué circunstancias se produjo este hecho insólitoen la España de Franco ni el papel que Zoido tuvo en esta decisión. Es unexcepcional ejercicio de conmiseración con los vencidos -y de publicidad delos asesinatos franquistas- poco entendible en el agobiante clima de moviliza-ción fascista que, alrededor de la exaltación de la guerra y de la victoria, se vivíadurante esos años. Aunque también durante el mandato de Zoido -que habíasido uno de los encarcelados en Santa Marina por las autoridades republicanasen 1936-, se colocó el 7 de agosto de 1944, en conmemoración de la entrada delas tropas sublevadas en la ciudad, una cruz en la Plaza Chica, que todavía semantiene, y se instaló la cruz de los caídos -de piedra gris y seis metros dealtura- en el patio de armas del Alcázar de los Duques de Feria.

La escasa vida cultural de la ciudad en los 40 estaba protagonizada por elpropio alcalde, Antonio Zoido, el jurista y escritor Antonio Meca, el poetaFelipe Álvarez Medina, el dramaturgo Manuel Romero de Tejada y algunos delos religiosos claretianos de El Rosario, convertido en Colegio Máximo deTeologado de la provincia Bética de la orden claretiana. También durante esosaños se mantuvo una tertulia que congregaba a prohombres del régimen, comoZoido, con varios intelectuales de dudoso historial político -para los tiemposque corrían- como Juan Bueso, José María del Puerto o el doctor Navlet, encuya casa se reunían.

Más allá de esas tertulias privadas y de los empalagosos artículos en larevista de la feria, el único acontecimiento cultural del período de alcaldía deZoido fue la catalogación en 1948 de los cuadros de Zurbarán de la parroquiade La Candelaria por parte de María Luisa Caturla y su posterior restauración.

Desde el punto de vista económico, la Zafra de los años cuarenta es lamás rural de todo el siglo. No sólo es que la industria y el comercio local hubierasufrido mermas de consideración provocadas por la guerra, es que la propiapolítica de la dictadura es autárquica y gira su atención hacia la agricultura y laganadería. Un 25% de la población activa local se dedica a la industria (metalúr-gicas y alimenticias, sobre todo) y un 18% al comercio (de alimentación y devestido y calzado), pero aún más de 50% aparece vinculada laboralmente alsector primario.

En la DITER, que sigue en cabeza de la industria local, finalizada la con-tienda y la producción de armamento para el frente, la producción viró hacia lamaquinaria agrícola (bombas de trasiego, norias para la extracción de agua,


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prensas de vino) y para las fábricas harineras (tornos, estriadoras, hornospanificadores). Pero no fue hasta 1949 cuando se pusieron las bases del grangiro de la fábrica, que ese año consiguió la primera patente para producir unmotor estacionario y comenzó a fabricar y comercializar motores diesel, el famo-so motor DITER.

Los años cuarenta no fueron los mejores para la Feria de Zafra. El únicoavance fue la apertura el 1 de enero de 1946 de un mercado quincenal que hadurado hasta hace pocos años. Se tuvo en proyecto, pero no llegó a culminar,la creación de un nuevo recinto ferial que sacara la actividad ferial del cascourbano.

El período de muerte y miseria que se inició el 7 de agosto de 1936 con elcañoneo de Zafra por los sublevados finalizó simbólicamente el 27 de octubrede 1952 con otra explosión. Un grupo de niños que hacía novillos y que ese díano había asistido a la escuela se encontró un artefacto en la Albuhera delParque. Sin saber lo que era, lo manipularon y golpearon hasta que estalló. Erauna granada. Dos de los niños murieron y otros tres tuvieron graves mutila-ciones, quedando ciegos o tuertos. Fueron las últimas víctimas de la guerra enZafra.

Foto 5. Virgen de Fátima en Zafra, 1949.


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4. DICTADURA Y DESARROLLISMO (1952-1975)

Unos meses antes de esa explosión había sido sustituido Antonio Zoidoen la alcaldía. El gobernador civil nombró como nuevo alcalde al abogadoManuel Álvarez Suero, excombatiente, persona cercana al conde de la Corte. Yen ese mismo año, 1952, se vio cumplido uno de los empeños del anterioralcalde: la inauguración del Ambulatorio del Instituto Nacional de Previsión,dotado con numerosos servicios médicos y dirigido a unos doce mil beneficia-rios de la zona. Era el punto intermedio entre el Instituto Médico-Farmacéuticode 1911 y el Hospital de Zafra del siglo XXI.

Durante los ocho años de mandato de Álvarez Suero se construyó, ade-más, el cuartel de la Guardia Civil, se levantó el edificio de Correos y Telégrafosy se promovieron las viviendas sociales del Camino Verde. Para la historia de laciudad, fue el suyo un período de transición entre los autárquicos años cuaren-ta y el desarrollismo de los sesenta.

En esos años de Álvarez Suero se aprecian algunos signos derevitalización del sector secundario de la economía local con la creación denuevas empresas. A pesar de la orientación agraria de la economía provincial,que desde 1952 estaba centrada en el Plan Badajoz, Zafra parece retomar suparticular camino en el ámbito de la industria del metal. Y en esa senda seguíasiendo fundamental el papel de la DITER que, durante la década de los cincuen-ta, cuando contaba ya con casi dos centenares de trabajadores, consolidó sunuevo nicho productivo en torno a los motores diesel. En 1956 comenzaron lasobras de unas nuevas instalaciones con 120.000 metros cuadrados que nofinalizarían hasta diez años después. La fábrica se trasladó desde los aledañosde la Plaza de Toros hasta las afueras de Zafra en la carretera Badajoz-Granada.Había dejado de ser una cerrajería grande.

En 1958 la DITER firmó un contrato de licencia con la firma alemanaGüldner Motoren Werke para fabricar algunos de sus motores. En 1963 produ-cía diez mil motores Güldner LK. Y en 1969 la empresa alemana fabricante demotores MWM (Motoren Werke Mannheim) se convirtió en accionista mayo-ritario de la factoría, que cambió su nombre por el de MWM-DITER y comenzóa hacer el motor dedicado a la maquinaria agrícola MWM-DITER D325, vendi-do en los cinco continentes.

La Feria de Zafra, tras la Guerra Civil, hubo de enfrentarse a un cambioradical en las maneras de vender el ganado. Hasta entonces, el producto sehabía vendido “a la vista”, pero a partir de los años cuarenta y cincuentacomenzó a venderse “en cartera”. Y ya no eran miles las cabezas de ganados


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recibidas para ser vendidas. La Feria de San Miguel seguía siendo el primermercado ganadero de España, por la afluencia de compradores y vendedores,por el número y categoría de las transacciones y por la fecha de celebración, alfinalizar el año agrícola. Pero era necesario dar el paso de la cantidad a lacalidad, sustituyendo la concentración de ganados por su selección y su muestraen exposiciones y concursos. Tras los proyectos de Zoido en la década de loscuarenta, el ayuntamiento de los cincuenta presidido por Álvarez Suero siguiósolicitando a las autoridades provinciales apoyo para la Feria de Zafra y ayudapara la creación de nuevas instalaciones para el ganado. Aunque el grueso delas realizaciones no llegará hasta la década de los sesenta.

También en esta época comienzan a valorarse las expectativas turísticasde la ciudad. El alcalde planteó públicamente en 1955 la posibilidad de convertiren parador el Alcázar de los Duques de Feria. Y en 1959 elevó al gobierno unasolicitud formal.

La escasa actividad cultural de entonces prosigue muy vinculada a lareligión, como lo evidencia la I Exposición de Arte Sacro, celebrada a finales dela década. Durante el franquismo se fundaron y refundaron la mayoría de lascofradías de Zafra: en 1940, el Rescate; en 1945, el Amarrao; en 1946, el Silen-cio; en 1955, la Oración en el Huerto. Como evidencia de este resurgir de lascelebraciones religiosas de la Semana Santa se fundó la Junta Superior deCofradías en marzo de 1957.

En los años cincuenta nuevos nombres comienzan a sustituir a los habi-tuales en el magro panorama cultural: Antonio Salazar Fernández, FranciscoCroche de Acuña, Francisco Soto Torres, Antonio Tomillo Encarnado, JustoCalderón... Los religiosos de El Rosario alumbran la revista de poesía Ángelus,donde se publicarán algunos de los textos de poesía mística más relevantesde la España de la época. Junto con la revista Zafra y su Feria esa será, prác-ticamente, la única publicación periódica en la ciudad en cuarenta años dedictadura.

En 1960 deja la alcaldía Álvarez Suero y es nombrado por el gobernadorcivil Antonio Chacón Cuesta, abogado conservador casado con una hija delconde de Osilo. El cambio en el Ayuntamiento coincide con un viraje en lapolítica económica. Hasta entonces el sistema económico había sido cerrado,autárquico, proteccionista y había llevado al país a un importante déficit comer-cial, una alta inflación, una elevada deuda pública y al riesgo de una suspen-sión de pagos internacional. En el verano de 1959 se aprueba por el gobierno elPlan Nacional de Estabilización Económica, que introdujo una serie de medidasliberalizadoras de la economía: fomento de la inversión extranjera, liberalización


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de la importación de mercancías, limitación del gasto público, estabilización dela moneda… El franquismo, que mantiene los rasgos de una férrea dictadurapolítica, se abre en lo económico. Comienza la época del desarrollismo, delturismo. En diciembre de 1959 Eisenhower, presidente de EE.UU., visita España,quizá para certificar los cambios.

Las reformas económicas, con un empuje de la industrialización en elentorno de las grandes ciudades y el abandono de la actividad económica en elagro, trajo consigo una elevación del paro en las zonas rurales, que se despo-blaron, emigrando buena parte de sus habitantes al extranjero o a las zonasurbanas de Cataluña, País Vasco y Madrid. Zafra aguantó bien la sangríamigratoria. Frente a las pérdidas de la mayoría de los municipios extremeños, en1960 tenía 10.723 habitantes, había crecido el 13,26% en relación con 1950, y en1970 alcanzaba los 11.977 habitantes, un 10,47% más que diez años antes. Unnuevo rasgo de su singularidad en el entorno extremeño.

El trasvase de mano de obra del sector primario al terciario fue muy nota-ble durante la década de los sesenta. Si en 1960 la distribución de poblaciónactiva de Zafra en los tres sectores era de 40,3, 37 y 22,7, por ciento, en1970 pasa a ser de 25,5, 36,6 y 37,8. La Zafra agraria, importante hasta ahora, apesar del papel de la industria y el comercio local, se acercaba a la irrelevanciaactual.

Antonio Chacón gestionó bien los intereses locales desde el Ayunta-miento, aunque no pudo ver todas las realizaciones de su mandato debido a sutemprana muerte, en septiembre de 1965. En los cinco ejes fundamentales deactividad de Zafra hubo avances de gran importancia durante esos años. Elcomercio siguió creciendo y en 1960 se abrió en Zafra el primer supermercadode toda la provincia. La Feria se convirtió en Feria Regional del Campo Extreme-ño, cuya primera edición se celebró en octubre de 1966. Se construyó una Lonjade contratación, aunque sirviera de poco, porque los ganaderos se resistían adejar como escenario de sus tratos las cercanías del Salón Romero. El carácterde centro administrativo de Zafra también fue fortalecido con nuevas dotacio-nes. La Sección Delegada del Instituto de Bachillerato se inauguró en octubrede 1965. Y al año siguiente se abrió un nuevo colegio, “Juan XXIII”. Al comien-zo de la década se había abierto también un centro educativo privado, el Cole-gio “García de la Huerta”, que sustituyó al “San Luis Gonzaga”, cerrado en1959. En 1968 se inauguró una Central Automática de Teléfonos. Y también poresos años se construyó el Silo del Servicio Nacional del Trigo, el MataderoMunicipal, el Poblado de Obras Públicas…


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Foto 6. Subsidiaria de CAMPSA. 1970.

Al comienzo de la alcaldía de Chacón el problema principal de la ciudadseguía siendo el abastecimiento de agua a la población. Y se pusieron las basespara solucionarlo mediante la compra al Ayuntamiento de Almendralejo de laAlbuhera del Castellar, aunque la presa construida no se inauguró hasta 1975.

En urbanismo, se reformó la Plaza de España y se abrió la Avenida de losDuques de Feria. Y se promovieron las viviendas del Edificio Alcázar y delBarrio de la Luz, entregadas años después.

En el ámbito cultural, se creó el Centro de Extensión Cultural, dotado conun salón de actos y otras dependencias, donde se instaló la Biblioteca. El CineAlcázar vino a complementar la función del Salón Romero, que ardería pocotiempo después.

También en esos años se plantan las bases del quinto eje histórico deldesarrollo de Zafra, el turismo, y se suceden las iniciativas que atañen a estesector. Del 20 de mayo de 1965 es la declaración de la ciudad como conjuntohistórico-artístico. Por entonces se instala un camping, llamado de Zafra ypromovido por un zafrense, aunque ubicado en término de Puebla de SanchoPérez. En junio de 1965 visita la ciudad el ministro de Información y Turismo


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Manuel Fraga Iribarne, lo que supone el espaldarazo definitivo al proyecto decreación del parador de turismo. A comienzos de febrero de 1966 el Consejo deMinistros autorizaba la construcción del Parador de Zafra, que fue inauguradopor el propio Fraga el 15 de octubre de 1968.

La muerte de Antonio Chacón conmocionó Zafra. Su juventud, 45 años,la inusitada actividad de sus cinco años de mandato y el desarrollo evidenteque consiguió hizo que su fallecimiento provocara un duelo general. Tras unosmeses de provisionalidad, es designado alcalde por el gobernador civil el in-dustrial y constructor Francisco Luna, propietario de Luna Farmacéutica ypromotor inmobiliario. Tras su eficaz predecesor, Luna ofrecía un perfil políticomoderado por sus intereses económicos. Era un hombre con conexiones mo-nárquicas, propicias en una época en la que la “cuestión sucesoria” era el focode interés nacional.

A Luna le tocó culminar buena parte de los proyectos iniciados en laépoca de Chacón, como la Feria Regional del Campo Extremeño, en 1966; elParador Nacional de Turismo, en 1968, o la presa del Castellar, en 1975. Perotambién llevó a cabo otras iniciativas propias. Una de ellas en la misma feria,donde en 1969 se inauguró el Mercado Nacional Permanente de Ganados, convarias naves e instalaciones que conformaron un completo ferial.

La Sección Delegada pasó a ser Instituto, con 1.200 alumnos, de los quela mitad eran de localidades de la comarca. El inicio del transporte escolar y eltrasiego diario de esos centenares de alumnos y alumnas de la comarca cambiólas relaciones de Zafra con su zona de influencia e hizo mucho por el sentido depertenencia comarcal tras siglos de cercanía recelosa.

También en el ámbito educativo, el Taller Escuela creado en 1945 pasó aser centro de Formación Profesional y se ubicó en unas nuevas instalacionesen 1975. Por esas fechas se creó además un nuevo colegio de carácter comarcal,el “Germán Cid”, inicialmente llamado “San Eugenio”.

En 1973 fue creado el Círculo de Educación Permanente de Adultos que,además de su función educativa, desempeñó un incipiente papel de animadorcultural, organizando actividades en torno a la literatura que hasta entonces nohabían existido. Junto al Instituto de Bachillerato fueron el germen de la activi-dad cultural de la siguiente década.

Durante el mandato de Francisco Luna, Zafra siguió creciendo. A finalesde los sesenta el agua corriente llega a la mayoría de los hogares zafrenses y yase puede hablar por teléfono sin intermediación de la central. Los serviciosmédicos del Ambulatorio se ampliaron a la maternidad. Y otras realizaciones de


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entonces fueron el Centro de Educación Especial, el Hogar del Pensionista, elnuevo campo de fútbol y la piscina municipal. En el ámbito turístico se inaugu-ró la Oficina de Turismo en 1972, se constituyó el Centro de Iniciativas Turísti-cas en 1973 y se abrió el Hotel Huerta Honda en 1975...

A finales de los años sesenta y comienzos de los setenta se diseña unpolígono industrial municipal en uno de los lados de la carretera Badajoz-Gra-nada, a la salida de la ciudad camino del cruce con la carretera Mérida-Sevilla.La factoría MWM-DITER estaba en su apogeo gracias a la entrada del capitalalemán y tenía una plantilla de casi un millar de trabajadores directos y otrosmuchos indirectos. Varias empresas auxiliares encontrarían ubicación en el nuevosuelo industrial.

En 1969 se aprobó el primer Plan General de Ordenación Urbana y comen-zó a planificarse el urbanismo futuro de la ciudad, en el que tenían depositadasmuchas expectativas algunos constructores y promotores inmobiliarios comoel propio alcalde.

Los aspectos recreativos y culturales también experimentan algún avan-ce, aunque limitado por la falta de libertades. Se funda Juventudes Musicales yse crean varios grupos de teatro aficionado al tiempo que los llamados Festiva-les de España ambientan algunas de las noches del verano zafrense en el patiode armas del Alcázar. Por entonces, cuatro cines ofrecen sus servicios al vecinda-rio: Cine Alcázar, Cinema España (que sustituyó al desaparecido Salón Romero),Plaza de Toros y Patio Andaluz, estos dos últimos en la temporada de verano.

En política, la única novedad fue la incorporación al Ayuntamiento en1971 de dos mujeres: María del Rosario Ballesteros y Concepción Calvo. Ha-bían tenido que pasar cincuenta años desde la anterior presencia de la mujer enel Ayuntamiento.

El estilo de gobierno de Francisco Luna estaba caracterizado por la dadi-vosa persuasión. Las relaciones públicas y el protocolo eran el principio básicode su actuación política. Los regalos y atenciones con las autoridades provin-ciales y nacionales se sucedían. Varios ministros visitaron la localidad duranteesos años. Visitas que se cerraron con la del príncipe de España, el futuro rey,en 1973.

En junio de 1975 el equipo de fútbol local, el Club Deportivo Zafra ascen-dió a la tercera división de fútbol entre la euforia de toda la población. Alaño siguiente volvió a cambiar su nombre, adoptando el de MWM-DITER deZafra.


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La actividad política de los demócratas era clandestina. En Zafra hay enesa época unos pocos anarquistas, comunistas, sindicalistas y socialistas quese reúnen y comentan con discreción la actualidad de los últimos años delfranquismo. Hay algunos lugares en la ciudad que son referencia de esta hete-rodoxia política: una tienda de quesos de la Plaza Chica, la tertulia de un comer-cio, algún bar, la sala de profesores del Instituto, algunas líneas de trabajo de lafábrica... La actividad es tan discreta que a veces llega al camuflaje y un anar-quista puede llegar a promover una cofradía de Semana Santa.

También son perseguidos los homosexuales. A comienzo de la década delos setenta un escándalo sorprende a la mojigata sociedad zafrense. Sondetenidas varias personas acusadas de perversión y escándalo público. Algúnmuchacho acaba en la cárcel y algún padre de familia aparece ahorcado.

A mediados de la década de los setenta, con el fin de la dictadura, Zafraculminaba tres lustros muy importantes para su historia, en los que había apro-vechado la liberalización económica de la dictadura franquista para cambiarradicalmente, pero a partir de sus ejes identitarios: fortaleciendo el comercio,modernizando la feria, consolidando sus funciones administrativas, transfor-mando la actividad empresarial y creando un nuevo sector de desarrollo a partirdel turismo. Pero faltaba la libertad para que el desarrollo se convirtiera enprogreso.

5. DEMOCRACIA Y PROGRESO (1976-2011)La muerte de Franco y la transición de la dictadura a la democracia trajo

consigo el período de mayor progreso de Zafra en su historia, asentado en eldesarrollo previo de los últimos lustros de la dictadura. Los treinta y cinco añosque transcurren entre 1976 y 2011 constituyen, sin duda, la época de másiniciativas y proyectos realizados en todos los ámbitos de la actividad local. Laliberalización política dio pie a que la sociedad se desperezara y se activaran laspotencialidades económicas, sociales y culturales de la ciudad.

Pero no todo fue inmediato. En política los cambios tardaron unos añosen apreciarse, porque el Ayuntamiento siguió controlado, aunque a partir de1979 democráticamente, por sectores conservadores locales. En abril de 1977Francisco Luna dimitió de la alcaldía para poder presentarse a las elecciones aCortes Constituyentes, en las que no consiguió escaño por Alianza Popular.Durante la campaña electoral de ese año, en uno de los mítines de AP, en elCinema España de Zafra, hubo fricciones entre anarquistas y miembros deultraderecha, que integraban el servicio de seguridad de ese partido. La Guar-dia Civil tuvo que disparar al aire.


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Durante dos años el alcalde fue Carlos Martínez Moreno, un abogado deorigen camerano, el último hasta ahora de la larga lista de originarios de Sierrade Cameros que han ocupado la presidencia de la corporación municipal desdeel siglo XVIII. A pesar de su ideología conservadora, Martínez Moreno pactócon los representantes de los partidos de izquierda el cambio de algunos nom-bres franquistas de las calles y el desmontaje de lápidas de glorificación a ladictadura. Esa fue la única decisión política de importancia que se recuerda desu mandato, que también tuvo que afrontar la frustración de las expectativaszafrenses sobre la ubicación del Hospital, que acabó en Llerena, y el proyecto,que no cuajó, de instalación de una Universidad Laboral.

Aunque el principal acontecimiento de esos años ocurrió en el ámbitolaboral. En 1976 MWM-DITER anunciaba la creación de una nueva factoría enCubas de la Sagra (Madrid) y generaba la inquietud entre los trabajadoreszafrenses, que temían que fuera el primer paso para el desmantelamiento de lafábrica extremeña. Se generó un notable movimiento de protesta que a media-dos de 1977 sacó a la calle a mil obreros que acabaron encerrados, a partir del 14de julio y durante diez días, en el templo de La Candelaria. Fue la primeramovilización sindical de importancia en Extremadura tras la muerte de Franco yen Zafra estuvo apoyada activamente por varios profesores, en una alianzaentre el mundo del trabajo y de la cultura que se repetiría en otras ocasionesdurante los siguientes lustros. Finalmente, Cubas de la Sagra abrió y algunostrabajadores de la DITER en Zafra se trasladaron a la nueva factoría, aunqueésta acabó cerrando pocos años después.

En abril de 1979 Luna volvió a recuperar la alcaldía, ahora con los votospopulares. Encabezó una candidatura apartidista, pero de ideología derechista,y obtuvo mayoría absoluta en las primeras elecciones municipales tras la res-tauración democrática.

Durante este período se promovieron nuevas viviendas sociales, como laBarriada de la Constitución; se abrió un nuevo colegio, el “Manuel Marín”; secreó la Sección Delegada de Formación Profesional, luego incorporada al insti-tuto “Cristo del Rosario”, y se adquirió una casa en la calle Huelva que añosdespués sería utilizada como Casa de la Cultura. También por entonces comenzóa funcionar el polígono industrial “Los Caños”, de titularidad ministerial, quevenía a unirse al municipal, operativo desde la década anterior. Aunque tambiénhubo proyectos que no cuajaron, como el Polígono Industrial Ganadero.

En 1981, a punto de cumplir cien años desde su reconocimiento comociudad, Zafra tiene ya 12.902 habitantes. Ha crecido, pero con el menor porcen-taje entre década y década de los noventa años que estamos historiando. Un


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7,17%. La crisis internacional de mediados de los setenta y el traslado a Cubasde la Sagra de algunas familias se notó en la demografía.

A Zafra el cambio político no llegó hasta mayo de 1983 cuando el PSOElogró una mayoría relativa tras las elecciones municipales de ese mes y consi-guió que su cabeza de lista, Antonio Pérez Sáenz, profesor de Educación Gene-ral Básica, fuera nombrado alcalde con la ayuda del Partido Comunista. Pocoduró ese período de gobierno socialista, porque en septiembre de 1984 losenfrentamientos internos entre las filas socialistas provocaron una crisis muni-cipal en la que, sorprendentemente, el alcalde cesó a la mayoría de su equipo degobierno y siguió gobernando con apoyo de la oposición. El resto del mandatofue muy conflictivo, aunque la alcaldía de Antonio Pérez fue importante enalgunos aspectos, como los culturales. Durante ese primer mandato socialistaque se inicia en 1983, y su continuación bajo la alcaldía de Pérez ya indepen-diente, se fundan las bases de la política cultural que ha regido en Zafra en lasúltimas décadas. En ese período se creó el Archivo Histórico Municipal, laUniversidad Popular, la Escuela Municipal de Música, el Patronato Municipalde Cultura, se recuperaron los Carnavales, las “velás” tradicionales de algunosbarrios, la Banda de Música…

En mayo de 1983 se constituyó el primer grupo ciudadano que promovióla creación de la Universidad Popular de Zafra. El centro siguió la estela depromoción de la cultura que durante los diez años anteriores habían iniciado elCentro de Educación de Adultos, el Instituto “Suárez de Figueroa” y el CentroCultural “El Castellar”, primera asociación cultural creada en Zafra -en 1979-tras Juventudes Musicales. La Universidad Popular, integrada en sus primerosaños en un “Programa de Educación de Adultos y Animación Sociocultural deZafra y su comarca”, financiado con fondos europeos, ejerció de catalizadorcultural de la ciudad durante muchos años. Hoy, más institucionalizada perotambién más consolidada, sigue siendo el primordial instrumento de las políti-cas culturales que llevan a cabo los grupos de gobierno que se suceden en elAyuntamiento.

En 1984, y tras un año de celebración espontánea, el Ayuntamiento deZafra publicó el primer Bando de los Carnavales e hizo la primera convocatoriaoficial del Carnaval, que había sido prohibido en 1936. El Entierro de la Sardinano reapareció hasta 1986, para convertirse en una de las grandes atracciones delos primeros años. Y en 1988 se incorporó a la celebración la Bacanal de laGrasa, una jira campestre en pleno casco histórico, que actualmente es el prin-cipal atractivo del Carnaval zafrense.


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También de esos años es El Eco de Zafra, un periódico editado por laUniversidad Popular, que fue la primera experiencia de prensa libre en la ciudaddespués de décadas y que protagonizó duros enfrentamientos con el alcalde,que llegó a secuestrarlo provocando un escándalo que resonó en toda la región.

La actividad cultural de Zafra a mediados de los ochenta fue notabilísima.A lo que se promovía desde la Universidad Popular y los centros de adultos seles sumó el proceso de reforma educativa del Instituto Suárez de Figueroa y lacreación del Centro de Profesores. Además, abrió una emisora de radio privada,Radio Zafra, y comenzaron a crearse asociaciones de todo tipo.

A partir de esas fechas, la cultura alcanzó tal trascendencia en la activi-dad cotidiana de la ciudad, que pasó a situarse como una de las señas deidentidad de Zafra, como un factor, si no de desarrollo, sí de progreso. Unnuevo grupo de escritores y personas de la cultura comenzaba a sustituir aquienes hasta entonces habían protagonizado la actividad cultural de Zafra: ellatinista Juan Garcia Gutiérrez, el pedagogo Benito Estrella, los historiadoresJoaquín Castillo, Manuel Sánchez Gómez-Coronado, José María Moreno, JuanCarlos Rubio, el poeta Luciano Feria, el filólogo Miguel Ángel Lama,...

También durante el período de alcaldía de Antonio Pérez fue inauguradoel nuevo ferial, con el que se alejó definitivamente del casco histórico la Feria deSan Miguel, pasando todas las instalaciones más allá de la carretera Badajoz-Granada. Además, se estrenaron las nuevas casas consistoriales, en el mismoedificio del Pilar Redondo, pero con instalaciones remozadas.

En 1987 Luna volvió a la alcaldía, encabezando un gobierno en minoría enun Ayuntamiento que llegó a tener cinco fuerzas políticas representadas: Alian-za Popular, Centro Democrático y Social, PDP, PSOE e Izquierda Unida. Algu-nas de las realizaciones del período fueron la apertura de la nueva estación deautobuses en 1989; la inauguración de las reformas del Parador en 1991 y laerradicación del chabolismo, gracias a la presión de la oposición municipal. Elferial siguió creciendo con la construcción de nuevas naves e instalaciones.

A finales de la década de los ochenta el ambulatorio se trasladó a unnuevo centro situado al lado del antiguo silo de granos, donde permaneciódurante unos veinte años, en los cuales el antiguo edificio pasó a ser centro deespecialidades.

La década de los noventa estuvo dominada en el Ayuntamiento por lossocialistas. Accedieron al poder en 1991 tras una torpe campaña electoral desus contrincantes políticos del centro y la derecha, que llevaban años protes-tando por lo que consideraban marginación de Zafra (bajo las alcaldías de Pérez


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y Luna) por parte de la Junta de Extremadura (bajo la presidencia del socialistaJuan Carlos Rodríguez Ibarra). Los electores parecieron entender el mensajeporque dieron la mayoría absoluta al psicólogo socialista Francisco Macías,colocando de esta forma en la alcaldía a alguien del mismo signo político quequien gobernaba en la Junta.

Macías accedió a la alcaldía en plena crisis industrial de la ciudad. Lossucesivos expedientes de regulación de empleo en DITER habían esquilmadolaboralmente la fábrica. De los 1.100 empleados con que llegó a contar a finalesde los años setenta, en 1992 sólo se mantenían 231 trabajadores en talleres y170 en la fundición. Ese año, MWM fue comprada por otra firma alemana, KHD.

A pesar de la crisis de la DITER, al comienzo de la década de los noventa,Zafra seguía creciendo: 14.065 habitantes tenía en 1991.

La primera parte del mandato socialista de los noventa estuvo presididapor la celebración de la edición de 1992 de la feria. Coincidiendo con las celebra-ciones del 92, se logró convertir la tradicional feria de San Miguel en FeriaInternacional Ganadera, al mismo nivel de otros acontecimientos de aquel añoen conmemoración del Quinto Centenario de la llegada de los españoles aAmérica. La feria de ese año fue especial. Además de las nuevas instalaciones,del incremento de los certámenes ganaderos, del número de cabezas de ganadoy de países participantes, la feria recibió la visita de numerosas autoridades ycelebridades, entre otras los reyes de España, que visitaban la ciudad portercera vez, aunque la primera vez lo hicieran como príncipes.

Desde entonces, la Feria de Zafra ha seguido creciendo y evolucionan-do, consolidándose con una cita ineludible de los ganaderos del sur de España.Pero, además de los aspectos profesionales, la Feria ha mantenido su carácterde celebración festiva, siendo la principal concentración humana de Extremaduraa lo largo del año.

En otro orden de cosas, los socialistas suprimieron el Patronato Munici-pal de Cultura y crearon la Fundación Municipal de Deportes, promovieronsetenta viviendas sociales y propiciaron la participación de Zafra en una agru-pación de municipios de la comarca para la elaboración de un programa dedesarrollo rural. A finales de abril de 1994 se celebró un Congreso Conmemora-tivo sobre el VI Centenario del Señorío de Feria.

Francisco Macías revalidó su alcaldía, aunque con mayoría relativa, en1995. Se firmó un acuerdo institucional entre todas las fuerzas políticas, quesentaba las bases de un funcionamiento más abierto y democrático del Ayunta-miento.


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A mediados de los noventa se creó el Seminario Humanístico de Zafra,sección en la ciudad de la Asociación de Escritores de Extremadura. Gracias alSeminario han visitado Zafra los principales poetas y escritores del panoramaliterario nacional.

En el segundo período socialista de la época, se inauguró el mataderocomarcal, la piscina olímpica, la radio municipal, la travesía de la carretera Badajoz-Granada y la residencia de mayores, y se gestionaron varias promociones deviviendas sociales, entre otras realizaciones. Y a finales de 1998 ya se anuncia-ba la construcción de un hospital privado y se constituía una Plataforma Pro-Hospital. Uno de los proyectos más significativos de estos años fue el Plan deDinamización Turística de Zafra, que supuso una reformulación del turismolocal y se llevó a cabo de 1997 a 2000 mediante un convenio entre varias insti-tuciones.

En 1997 se produjo una crisis en Izquierda Unida como fruto de la cual elgrupo municipal se dividió, dando origen a un nuevo partido político, el Colec-tivo de Izquierdas, que obtuvo en las elecciones municipales de 1999 el doblede votos que Izquierda Unida, aunque ambas formaciones sólo lograron unconcejal cada una.

Antonio Pérez volvió a la alcaldía en 1999, pero ahora como representan-te del Partido Popular en un mandato en el que hubo de hacer muchos equili-brios, porque enfrente tuvo mayoría de concejales de izquierdas. IU se abstuvoen la elección del alcalde, permitiendo gobernar al PP.

En el ámbito asistencial, la principal realización del período fue el Hospi-tal de Zafra, una iniciativa privada abierta el 25 de enero de 2000, que fuereinaugurado como hospital público el 1 de octubre de 2002. El hospital, perte-neciente al área Llerena-Zafra del Servicio Extremeño de Salud de Extremadura,atiende a una población de 110.000 habitantes del centro y sur de la provinciade Badajoz y dispone de una plantilla de unos 200 trabajadores. El hospital hacontribuido a fortalecer la influencia territorial de Zafra.

Otras realizaciones de este regreso al Ayuntamiento de Antonio Pérezfueron la inauguración de la nueva Oficina de Turismo en 1999; la puesta enmarcha de las fiestas “De la Luna al Fuego” en 2000; la inauguración del Centrode Acogida del Turista en 2001 y del Albergue de Peregrinos en el conventofranciscano de San Benito en 2003.

En abril de 2000, con ocasión de la publicación de una biografía sobre elalcalde José González Barrero, se inició el proceso de recuperación de la memoriahistórica con un homenaje al antiguo alcalde socialista de la II República, asesi-


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nado por los fascistas en 1939. El homenaje, en el salón de actos del PabellónCentral del recinto ferial, fue presidido por el Consejero de Cultura de la Junta deExtremadura, el presidente de la Diputación de Badajoz, ambos del PSOE, y elpropio alcalde de Zafra, del Partido Popular. Dos años después, en septiembrede 2002, se ponía el nombre de José González Barrero a una plaza de Zafra y a laresidencia de mayores y se descubría un busto del alcalde, obra de SegismundoPiédrola, en un acto en el que participó la escritora zafrense Dulce Chacón.

Hasta 2003 no recuperó el Ayuntamiento el PSOE, que concurrió a laselecciones junto al Colectivo de Izquierdas. Empatada esa coalición a conceja-les con el Partido Popular, fue nombrado alcalde gracias a la abstención de IUManuel García Pizarro, administrativo, que repitió en la alcaldía a partir de 2007.En esta segunda ocasión necesitó el voto favorable de IU, ya que a pesar devolver a empatar a concejales, la lista de la derecha tuvo más votos. Fueron dosmandatos bien distintos, pues el segundo estuvo marcado por la crisis econó-mica y la elevación de los índices de desempleo.

La cultura y el turismo tuvieron un importante impulso durante estosaños, en los que ejerció la concejalía María del Carmen Rodríguez del Río. Seconstruyó el Teatro de Zafra, con diseño arquitectónico singular de EnriqueKrahe; se fundó el Premio de Narrativa Dulce Chacón; se abrió el Museo deSanta Clara y se iniciaron las gestiones para crear el Museo de la Medicina; seabrió la zona de autocaravanas; se recuperó el arco del Cubo y las puertas a lacalle Sevilla del Convento de Santa Clara; comenzó el Festival de la Tapa; seabrió el Espacio para la Creación Joven…. Además, se cumplió la Ley de Memo-ria Histórica con la eliminación del obelisco en homenaje al comandante Castejón,conocido como “el Piricuto”.

En otros ámbitos, se remozó la Plaza de Abastos, se promovió mediomillar de viviendas de protección pública, se inició la redacción de un nuevoPlan General de Ordenación Urbana, se crearon algunas instalaciones deporti-vas en barrios de la ciudad, se abrió el Laboratorio de Sanidad Animal y comen-zaron a soterrarse algunos contenedores de basura. Una de las iniciativas másdestacables fue el Pacto Local por el Empleo y la Formación, para el que secontó con el concurso de todos los grupos políticos y agentes sociales de lalocalidad.

Además, se impulsó el centro comercial abierto de la calle Sevilla y seprocedió a modernizar tecnológicamente la gestión del Ayuntamiento con laadopción de criterios de administración electrónica. En 2008 volvió a su primeraubicación el Centro de Salud, donde hoy ofrece servicios de atención primaria,


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centro de drogodependencias, centro de orientación y planificación familiar,equipo de salud mental y urgencias.

La Feria, que continuó la modernización de instalaciones, comenzó areorientarse relacionándola con la nueva política de desarrollo rural. Y durantevarios años se estuvo trabajando en la creación de un Consorcio de la Feria quefinalmente no se materializó.

La primera década del siglo XXI fue también importante para Zafra por lamejora de las comunicaciones viarias, con la culminación de la Autovía de laPlata, y las reformas del vial ferroviario de Zafra a Mérida y la construcción delapeadero del ferial.

Durante estos años la vitalidad social de Zafra continuó vigente, con laactividad de centenares de grupos y asociaciones en todos los ámbitos (social,asistencial, deportivo, festivo, cultural).

Foto 7. Imagen aérea. 2004.


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6. EPÍLOGO. AÑOS DE CRISIS Y CAMBIO DE MODELO (201 1-2017)

Aunque aún no hay perspectiva temporal suficiente, son evidentes loscambios ocurridos en España en los últimos años. La crisis económica, iniciadaen el mundo en 2007, reconocida aquí en 2008 y que alcanzó toda su crudeza en2010-2011, ha cambiado completamente no sólo la economía y las condicioneslaborales, sino la política y los usos sociales. Y eso se advierte en todas lasciudades y pueblos. También en Zafra.

De 2006 a 2012, en apenas seis años, el número de parados registrados sedisparó en la localidad desde el 15% al 30%. Los índices de desempleo durantela época de bonanza nunca llegaron a bajar en Zafra tanto como en toda Espa-ña. El paro registrado fue de 1.063 personas en 2006 (15.01%), pero sí alcanzólas peores cifras durante la crisis: 30,05% en 2012, con 2.408 personas paradasde los 16.753 habitantes con que contaba la ciudad.

La crisis afectó a la construcción -tras la burbuja y la especulación inmo-biliaria-, al comercio, con el cierre de algunos establecimientos, y a la industria,cayendo definitivamente empresas que ya habían sufrido una notable pérdidade trabajadores durante los años anteriores. Algunos edificios de viviendasquedaron por construir o abandonados tras su construcción. Hoy hay más dedoscientas viviendas vacías en Zafra. También la urbanización industrial se vioafectada. Y numerosas parcelas del polígono industrial, preparadas para lainstalación de naves, permanecen aún desocupadas.

Sólo las familias que dependían del sueldo público de los funcionarios yempleados de la administración resistieron sin excesivos problemas. Pero alresto de familias, la mayoría, la crisis le afectó plenamente. Mucha antigua clasemedia pasó a tener problemas de subsistencia básica. La labor de las organiza-ciones asistenciales se incrementó. Y a la tradicional tarea de Cáritas Parroquialse le unió una nueva organización sin color político ni religioso, Zafra Solidaria,creada en 2012 a partir de un comentario en Facebook, y que en aún hoy atiendea numerosas personas necesitadas y mantiene un comedor solidario. Sin duda,la creación de esta asociación ha sido el más relevante acontecimiento de losúltimos años en el ámbito social y asistencial en Zafra, tras la apertura delhospital y la creación de la Fundación ASMI en los años de entresiglos.

¿De qué manera se han visto afectados por la crisis económica los princi-pales sectores de actividad de Zafra? El comercio ha sufrido una profundatransformación. Algunas causas son externas y generales, y otras de índoleparticular. Entre las primeras, el cambio en los hábitos de consumo y compra,con la extensión del comercio on-line; la generalización de grandes superficies,


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mercadillos y “tiendas de chinos”, que ejercen una dura competencia con elcomercio de alimentación, el textil y el general al por menor, respectivamente; ylas facilidades de comunicación y transporte, que permiten el traslado a Badajozo a Sevilla y hacen que la atracción comercial que antes ejercía Zafra entre laslocalidades de la comarca se haya perdido en parte.

Pero, hay otras causas que obedecen a las circunstancias particulares deZafra. Una de las muestras más evidentes del cambio en el sector comercial esla actual situación de la calle Sevilla, con numerosos locales vacíos. El comerciodel que fue eje mercantil de Zafra languidece. Los propietarios de los locales“se acostumbran” a los altos alquileres pagados por las franquicias y, cuandoa estas no le salen las cuentas y cierran, casi nadie puede pagar las rentasexigidas, por lo que los locales siguen vacíos. Además, hay quien achaca eldeterioro comercial a la acomodación, falta de innovación e incapacidad deadaptación a los cambios de algunos propietarios de establecimientos.

Pero 2017 no es 1927. Ya no todo el comercio de Zafra es la calle Sevilla.Y, así, paradójicamente, a pesar de la crisis comercial de la localidad, ahora hayuna mayor diversificación de oferta y se encuentran productos de mayor cali-dad.

La Feria de San Miguel ha mantenido desde 1992 el nuevo rumbo. Lasinstalaciones se han ido remozando con nuevas construcciones y reformas. Laúltima, la del pabellón de cárnicas, en plena obra. También han experimentadocambios los aspectos más festivos de la feria, incrementando hasta casi elcolapso su carácter como una de las principales concentraciones festivas deExtremadura. No obstante, hay una cierta sensación de que a la feria le falta unavuelta de tuerca, otro episodio como el del 92 que le permita rearmarse, olvidar-se de esa nueva obsesión por la cantidad (hasta el año 1950, de cabezas deganado; ahora, de personas), y hacer una apuesta decidida por el incrementode la calidad y la profesionalidad.

En la función de Zafra como centro institucional y de servicios quizá seadonde menos se ha notado la crisis. El entramado institucional, culminadodurante el período anterior, ha permanecido sin pérdidas destacables: dos ins-titutos de educación secundaria, varios colegios, una Escuela Oficial de Idio-mas, el Hospital, el Ambulatorio, el Centro Administrativo de la Junta deExtremadura, dos residencias de mayores, PROMEDIO, SEXPE, Seguridad So-cial, Hacienda… Y con alguna incorporación significativa como el Centro Inte-gral Territorial de la Diputación de Badajoz o la Unidad de la Policía Nacionalpara la expedición de D.N.I y pasaportes.


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La DEUTZ-DITER también ha experimentado cambios de importanciadurante estos últimos años. Centrada en el mecanizado de componentes delmotor, en 2008 suspendió la fabricación de motores y el 1 de enero de 2013cambió de nombre, perdió el rastro de sus fundadores, dejó de ser DEUTZ-DITER y pasó a ser DEUTZ-SPAIN. Ese mismo año, 2013, cumplía 135 añosdesde su creación. Ha perdido trabajadores, pero se ha tecnificado y hoy esuna empresa moderna que mantiene un nivel de empleo en torno a 500 perso-nas.

La antigua DITER sigue siendo el motor industrial de Zafra, aunque comofoco de empleo empieza a ser sustituido por otros, como los centros educati-vos, el Ayuntamiento o, en el ámbito empresarial, LIDER ALIMENT, unadistribuidora de alimentos dedicada a la explotación de supermercados con lamarca SPAR. Con un volumen de negocios que supera los 120 millones deeuros, es la principal distribuidora alimenticia de la región y una de las cincoempresas extremeñas con mayor nivel de facturación. Más de mil doscientosempleados tiene entre la central de Zafra y los más de 260 establecimientos,distribuidos por el suroeste español.

El aspecto más pujante de la Zafra de hoy es el turismo. El porcentaje deestablecimientos hoteleros y de restauración por número de habitantes siguesiendo el más elevado de toda Extremadura. La oferta turística, una vezestabilizados en número y variedad los hoteles y restaurantes, pasó a finales dela década primera del siglo a completarse con otro tipo de recursos, como losmuseos y centros de interpretación. En Zafra actualmente hay cuatro espaciosexpositivos y el último de ellos fue inaugurado en 2016. Al incremento delturismo han contribuido también el mantenimiento de fiestas culturales como“De la luna al fuego” o el Carnaval, y el apogeo de la Semana Santa.

No obstante, la preocupación se extendió en el sector y en toda la ciudaddurante el trienio 2013-2015, con el cierre durante algunas semanas en cada unode esos años del Parador de Turismo, buque insignia del turismo local.

En plena crisis se produjo un cambio de gobierno en el Ayuntamiento.Tras ocho años gobernando, el PSOE dejó la alcaldía al PP en 2011, siendoelegida alcaldesa Gloria Pons Fornelino, licenciada en Derecho y primera mujerque ocupó el cargo en la historia de la ciudad. Tras cuatro años de mandato conmayoría absoluta fue vencida en las siguientes elecciones, también por mayo-ría absoluta, por el veterinario socialista José Carlos Contreras Asturiano. Elpanorama político de Zafra se ha simplificado en los últimos años a pesar delsurgimiento de PODEMOS, aliado a Izquierda Unida, y -sin representación


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institucional- de CIUDADANOS. Sólo tres fuerzas políticas tienen representa-ción en el Ayuntamiento: PSOE, PP e IU-Los Verdes.

Junto al comercio, la feria, la centralidad administrativa, la industria y elturismo, ya dije que los lustros entre el siglo XX y el siglo XXI habían dejadootra seña de identidad para Zafra: la cultura. Y en ella también ha habido cam-bios por la crisis o coincidiendo con ella. El dinamismo cultural de los añosanteriores se ha ralentizado un tanto, aunque continúan con sus actividadesorganizaciones como Juventudes Musicales, el Centro de Iniciativas Turísti-cas, el Seminario Humanístico de Zafra, el Museo de Santa Clara, el Centro deEstudios del Estado de Feria, el Foro Zafrense, el Colectivo Manuel J. Peláez...Una de las iniciativas sociales más interesantes, a pesar de su brevedad, estu-vo protagonizada por un grupo de jóvenes, ideológicamente cercanos al anar-quismo, que montaron un Centro Social Alternativo, “La Oficina”, organizandocharlas y actividades autogestionadas. En 2012 se ubicaban en un local de lacarretera de la Estación. A principios de 2014 ocuparon el antiguo convento deLos Mártires y fundaron en él un Ateneo Libertario en el que seguían organi-zando charlas. Al final, la iniciativa decayó porque buena parte de losjovencísimos protagonistas de este empeño tuvieron que trasladarse fuera deZafra al comenzar sus estudios universitarios.

Zafra sigue disponiendo de un nutrido grupo de animadores de la culturasobre todo en los ámbitos del teatro, la música, la pintura, la literatura y lahistoria. Junto a un centenar de creadores culturales hay varios centenares deasiduos espectadores culturales. Zafra es famosa en toda la región por la nutri-da asistencia a actos de cultura. El insigne Ángel Campos, poeta y animadorcultural de primer orden, fallecido en 2008, decía que venir a Zafra a recitarpoesía era un placer porque el centenar de asistentes estaba asegurado.

Eso no ha cambiado, aunque a veces se aprecie una relajación en laexigencia de calidad de los actos que se ofrecen. Ha habido cierta “espectacu-lización” de la cultura, que ha perdido reflexión para ganar en acción y enimagen. Es muy significativo el auge que ha tomado en los últimos tiempos elteatro aficionado, los musicales, las actividades en la calle, frente a una mayor“discreción cultural” de los años anteriores, en que pasaron por Zafra algunosde los más destacados literatos, historiadores e intelectuales españoles.

La crisis no ha terminado, aunque se han moderado algunos de sus efec-tos. El paro ha bajado cinco puntos porcentuales, hasta el 24,9%, pero aúnestán desempleadas unas dos mil personas entre una población de 16.855 habi-tantes. La economía se ha diversificado, el comercio está en crisis y la construc-


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ción ha caído, el turismo se mantiene y el carácter de Zafra como centro admi-nistrativo prosigue. Zafra sigue siendo la referencia de una amplia comarca,aunque ésta exige un tratamiento de igual a igual. Hay una nueva convivenciavecinal, porque las gentes de Zafra, como las de todo el mundo, se relacionanahora también virtualmente, a través de las nuevas redes sociales. Han pasadonoventa años de nuestras vidas. Espero que las próximas generaciones noolviden que, más allá de innovaciones, el objetivo de la existencia de una ciu-dad, de cualquier ciudad, se resume en el famoso artículo 13 de la Constituciónde Cádiz, inscrito en piedra desde 2010 en el centro de Zafra, en la piezaescultórica de Juan Gila que legó el Colectivo Manuel J. Peláez:

“El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el finde toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que lacomponen”

Foto 8. Monumento a losliberales de Cádiz. 2010.


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Zafra, 1927-2017 Noventa años de una ciudad y de sus gentes · 2017-09-29 · 2247 Revista de...

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