XI Seminario de RedMuni: “Repensando la Agenda...
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XI Seminario de RedMuni:
“Repensando la Agenda Local”
18 y 19 de octubre de 2012
Universidad Nacional Arturo Jauretche
“La Universidad y su rol en el
fortalecimiento de las capacidades locales”
Eje VI: Problemas y propuestas en torno al empleo público y la
capacitación
Autores: Savoretti, Andrea; Tomassini, Juliana; Porras, Mariano,
Tesán, Claudio; Bruno, Martín
Correo electrónico: [email protected]; [email protected];
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INTRODUCCIÓN
Los municipios tienen hoy más funciones a su cargo que hace veinte
años. Ante esta situación, necesitan fortalecer sus cuadros para enfrentar el
nuevo escenario. En este trabajo abordaremos la experiencia de la Diplomatura
en Asuntos Municipales y Gestión Local, diploma de carácter universitario de
tres cuatrimestres de duración que comenzó a dictarse en Agosto de 2011 en
un conjunto de municipios en el marco del Programa de Formación de Cuadros
Municipales del Sudoeste Bonaerense diseñado por la Universidad Provincial
del Sudoeste (UPSO) y la Organización de Estados Iberoamericanos, con el
apoyo económico del gobierno de la Provincia de Buenos Aires
Esta iniciativa refuerza el aporte de la UPSO por incrementar en
cantidad y calidad la oferta educativa brindada a los municipios del Sudoeste
de la provincia, trabajando permanentemente en brindar sus capacidades para
favorecer el desarrollo local de estos municipios..
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MARCO TEÓRICO
La Constitución de la Nación Argentina establece en su art. 14 el
derecho “de enseñar y aprender”, que es receptado por la Ley 26206 de
Educación Nacional para regular el ejercicio de tal derecho.
Según su art. 2 la educación y el conocimiento son un bien público y
un derecho personal y social, garantizados por el Estado, constituyéndose en
política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e
identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática,
respetar los derechos humanos y libertades fundamentales y fortalecer el
desarrollo económico-social de la Nación.
El art. 4 delimita la responsabilidad principal e indelegable en el
Estado Nacional, las Provincias y la Ciudad Autónoma de proveer una
educación integral, permanente y de calidad para todos/as los/as habitantes de
la Nación, garantizando la igualdad, gratuidad y equidad en el ejercicio de este
derecho, con la participación de las organizaciones sociales y las familias.
La educación es el puente que brindara las oportunidades necesarias
para desarrollar y fortalecer la formación integral de las personas a lo largo de
toda la vida y promover en cada educando/a la capacidad de definir su
proyecto de vida, basado en los valores de libertad, paz, solidaridad, igualdad,
respeto a la diversidad, justicia, responsabilidad y bien común.
Dentro de los fines y objetivos de la educación de la política educativa
nacional están:
• Asegurar una educación de calidad con igualdad de
oportunidades y posibilidades, sin desequilibrios regionales ni
inequidades sociales.
• Garantizar una educación integral que desarrolle todas las
dimensiones de la persona y habilite tanto para el desempeño social y
laboral, como para el acceso a estudios superiores.
• Garantizar la inclusión educativa a través de políticas
universales y de estrategias pedagógicas y de asignación de recursos
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que otorguen prioridad a los sectores más desfavorecidos de la
sociedad.
En el ámbito de la provincia de Buenos Aires el ejercicio de enseñar y
aprender conforme a los principios establecidos en la Constitución Nacional y
los tratados internacionales incorporados a ella, en la Constitución Provincial y
en la Ley de Educación Nacional se rige por la Ley 13688.
En la misma se incorpora la particularidad de “desarrollar, promover,
supervisar, evaluar, fortalecer e incorporar experiencias educativas
transformadoras, complementarias y/o innovadoras de la educación común” y
la de “integrar todos los procesos educativos a aquellos que componen las
estructuras materiales y conceptuales del Sistema de Ciencia, Tecnología,
Desarrollo e Innovación Productiva nacional y provincial”.
Las Universidades Provinciales forman parte del Sistema Educativo
de la provincia, en su nivel de Educación Superior, que tiene competencia en la
planificación de la oferta de carreras, postítulos y certificaciones, el diseño de
sus planes de estudio y el desarrollo de los programas de investigación y
extensión.
Están dentro de los objetivos y funciones del Nivel “propender a una
formación de calidad en distintas carreras técnicas y profesionales que tengan
vinculación directa con las necesidades de desarrollo cultural y socio
económico, provincial, y local” y “promover la educación técnico profesional en
las áreas socio humanísticas, agropecuarias, minera, industrial y de producción
de servicios en los ámbitos de desarrollo de la educación superior”.
Para continuar en el desarrollo de este trabajo, es necesario avanzar
en la definición de los conceptos de desarrollo local y regional teniendo que
definir primero qué se entenderá por “local” y por “regional”. Existen numerosos
trabajos, como veremos a continuación, que han realizado un intento por definir
estos conceptos, existiendo una única coincidencia entre ellos: existe una gran
dificultad por adoptar una definición única para cada uno, porque ella no sólo
dependerá de quien defina el concepto, sino también de la situación y el
entorno en que lo haga.
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El primer teórico que habló de desarrollo local fue Giacomo Becattini
en 1973 en el libro “Del distrito industrial al distrito territorial”. En plena crisis del
petróleo descubrió que las industrias textiles de Milán y de Turín no resistían la
crisis y quebraban, en cambio las de Florencia eran capaces de sobrevivir.
Entonces, comenzó a entrevistar a los actores locales más importantes de
Florencia y a preguntarse si existe alguna relación entre el desarrollo y lo local.
En el Anteproyecto de Ley de Ordenación Agraria y Desarrollo Rural
en proceso de elaboración, recogido en la intervención de Felipe González de
Canales el día 16-XII-99 en la Comisión Especial para el estudio de los
problemas del medio rural del Senado Español, se expresa:
“Se entiende por desarrollo local al proceso endógeno que se genera
en el territorio de forma global e intersectorial, y que exige la participación
activa de la propia población en un proceso apoyado en la acción subsidiaria
de las administraciones y de otros agentes externos. Mediante este proceso se
pretende una mejora de las condiciones de vida y de trabajo, que lleve consigo
la creación de empleo y riqueza compatibles con la preservación del medio y
del uso sostenible de los recursos naturales.”
Coraggio1 sostiene que es difícil encontrar una conceptualización
unánime del concepto de DL. “En las presentaciones sobre experiencias de
desarrollo local suele darse una amplitud social importante. Se puede estar
pensando en las empresas, en las micro empresas, en las organizaciones
económicas populares, desde el gran capital global hasta el pequeño
emprendimiento familiar. En conjunto, obviamente no se está pensando en una
economía de pobres para pobres. Se está pensando en términos amplios de
desarrollo económico y de desarrollo local. Ahora, sin duda, hay que discutir
cuál es la concepción de desarrollo que se tiene, porque estoy seguro de que
no es siempre la misma. Hay que pensar en sistemas que desde lo local lleven
1 Coraggio. J.L. “Contextualizar y problematizar las experiencias de desarrollo local y economía social”. Este trabajo es una revisión de lo expuesto por el autor en el Encuentro Regional "Impacto de las alianzas en el desarrollo económico y social", organizado por el Programa FORTAL del IIED-AL, luego de las presentaciones realizadas en la Mesa sobre “Desarrollo Económico Local y alianzas” por parte representantes del Foro de Inversiones para el Desarrollo Local (Nicaragua), la Mesa de Desarrollo Económica del Cono Norte de Lima (Perú) y la Red para el Desarrollo Sustentable y la Inclusión Social (Bariloche, Argentina).
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a pensar en regiones, para poder ir fomentando la unión entre lo rural y lo
urbano que es tan importante”.
Según Amartya Sen2, existen dos maneras de percibir el proceso de
desarrollo en el mundo contemporáneo. Una de ellas está profundamente
influenciada por la economía del crecimiento y sus valores subyacentes. Desde
esta perspectiva, el desarrollo es esencialmente un proceso de crecimiento
económico, una expansión acelerada y sostenida del Producto Bruto Interno
per cápita, posiblemente con el requisito de que los frutos de esa expansión
lleguen a todos los sectores de la población. Tenemos entonces una
caracterización del desarrollo a través de un crecimiento económico,
posiblemente condicionado por un principio de distribución. Yo la llamo la
noción opulenta del desarrollo. En este enfoque, los valores y la cultura no
tienen un lugar fundacional ya que todo funciona en términos de valores dados,
es decir, aquellos que se centran en la opulencia económica.
En contraste, la otra noción de desarrollo lo considera como un
proceso que enriquece la libertad real de los involucrados en la búsqueda de
sus propios valores. A ésta la llamo la noción de desarrollo de la libertad real.
La importancia que la opulencia económica haya tenido en esta caracterización
de desarrollo, se deja a los valores de las personas involucradas, más que ser
preestablecida por una definición en términos del PBI per cápita. Esta noción
de desarrollo tiene, por tanto, un enfoque de progreso social y económico.
Incluso si resultara que la opulencia económica es lo que tiene más valor para
la gente, y que como resultado del concepto de libertad real, estos puntos de
vista llegaran a coincidir en la práctica, seguirían teniendo principios distintos
ya que sus orígenes son diferentes. Pero lo más importante es la posibilidad y
yo diría que muy factible de que las dos concepciones de desarrollo difieran no
sólo en sus principios sino en la práctica.
Según Roig 3 el desarrollo es uno de los conceptos más paradójicos
de la retórica académica y política: es incuestionable, aunque carezca de una
definición unívoca y consensuada. El desarrollo no es el único concepto que
2 Sen, Amartya. “Introduccion al desarrollo. Cultura y Desarrollo. La cultura como base del desarrollo contemporaneo.” 3 Roig, A.“El desarrollo como conflicto institucionalizado”. Revista virtual del IADES/Universidad Nacional de San Martín. (2008) www.iade.org.ar
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sufre o goza de polisemia. El problema no radica en la pluralidad o en la
contradicción de sus definiciones sino en los usos políticos que de él se hacen.
Como si al pronunciar esta palabra todos acordaran en un significado
homogéneo, desmentido sin embargo por las distintas definiciones posibles. La
multiplicación de adjetivos que lo califican - “sustentable”, “duradero”,
“humano”, “equitativo”, “inclusivo” - no hacen más que aportar a su confusión
conceptual. Un atributo deseado no alcanza para establecer una definición.
Todas estas acepciones se convierten en perspectivas más morales que
analíticas, que si bien pueden ser defendidas desde un punto de vista político
pecan de inconsistencia desde un punto de vista analítico.
Para Boisier 4 son muchos los autores que en diversos continentes
escriben sobre desarrollo local, curiosamente, pocos se atreven a la osadía de
definir con exactitud el concepto mismo de desarrollo local. Como aproximación
general puede expresarse que constituye un proceso de desarrollo endógeno
de cambio, con referencia a un espacio geográfico definido con algún criterio
convencional, con intervención de los agentes que actúan en ese ámbito bajo
ciertas reglas de juego que potencian su desenvolvimiento y posibilidades de
lograr un mejoramiento del bienestar y la calidad de vida. Para Gutiérrez 5
“…implica un concepto de desarrollo que tiene como elemento componente
propio, una concepción aceptada (y prácticamente compartida) de la
acumulación del capital, de la incorporación de tecnología, de la distribución de
la riqueza y del acceso al bienestar”.
La mayor parte de la bibliografía analizada no logra distinguir con
claridad la diferencia entre el desarrollo local y el regional. No se observa un
consenso generalizado en la conceptualización y diferenciación de éstos
términos. Luego de varias páginas intentando diferenciar los conceptos Boisier 6concluye, “No obstante y en definitiva, la línea de separación entre lo local y lo
regional será siempre bastante casuística y arbitraria en el buen sentido de la
palabra”. Muchos autores prefieren hablar de “territorios”, ya que esto brinda
generalidad a los estudios y extiende la validez de los resultados a ámbitos que
4 Boisier, S.“El lenguaje emergente en desarrollo territorial”. Centro de Anacción (Análisis y Acción) Territorio y Sociedad, CATS, Agosto. (2003) 5 Gutiérrez,”Acción colectiva innovación y planificación del desarrollo.” 6 Boisier, S.: “Desarrollo local: ¿de qué estamos hablando?”, Estudios Sociales 103, C.P.U, Santiago de Chile, agosto (1999).
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comprenden desde un poblado minúsculo a regiones enteras. Sin embargo,
este tipo de definición donde territorio se considera “no un espacio físico
objetivamente existente, sino una construcción social, es decir, un conjunto de
relaciones sociales que dan origen y a la vez expresan una identidad y un
sentido de propósito compartidos por múltiples agentes públicos y privados”
presenta algunos inconvenientes de orden práctico. No define exactamente el
entorno sujeto de las futuras acciones de desarrollo, y no contempla el hecho
de que las iniciativas de este tipo por lo general se emprenden por impulso de
los gobiernos municipales. Estos gobiernos, por razones políticas, difícilmente
elijan otra alternativa que tomar en cuenta todos y cada uno de los sectores
que integran el Distrito a su cargo. Otro autor reconocido en el tema, Arocena7,
define a lo local como “…una expresión singular y única, pero a que su vez se
inscribe en una realidad estructural, cuya lógica de funcionamiento trasciende
las pautas locales. Justamente lo local plantea el desafío de mantener una
apertura a lo universal desde lo particular...".
Por tanto, del análisis de la bibliografía sobre el tema podemos extraer
a modo de síntesis que lo local no es una cuestión de tamaño sino de “alcance”
en la toma de decisiones, tal lo abordaremos a continuación.
Entonces ¿Qué es el desarrollo local? ¿Y el desarrollo regional?
¿Desde qué parámetros definirlos?
Desde el grupo de investigación en cuestiones de desarrollo
conformado en el ámbito de la UPSO y el Centro de Emprendedorismo y
Desarrollo Territorial Sustentable (CEDETS), se han adoptado un conjunto de
elementos que permiten definir desarrollo local y desarrollo regional, de una
manera relativamente sencilla y altamente funcional, ya que permite interpretar
los roles, las conductas y las actitudes políticas de los actores involucrados.
En principio, se entiende por Desarrollo “al proceso reactivador de la
economía y dinamizador de la sociedad que tiende a aumentar el bienestar y
calidad de vida de los habitantes de un dado territorio8”.
7 Párrafo extraído de "Desarrollo Local, una respuesta a escala humana a la globalización". Capítulo Hacia un desarrollo integrador y equitativo: una introducción al desarrollo local. Luis José Di Pietro Paolo. Página 23. Ediciones Ciccus - La Crujía, Abril 2001. 8 Frente a la diversidad de definiciones que se han propuesto también para este concepto, se aclara que se referirá en lo que sigue como territorio al ámbito geográfico objeto de las acciones de desarrollo.
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En otras palabras, se dirá de un territorio (de cualquier escala) que se ha
desarrollado, cuando fue objeto de un proceso de transformación que produjo
el mencionado mejoramiento en el bienestar y la calidad de vida de la
comunidad que lo habita.
Sin embargo, aunque de formulación simple, la adopción de esta
definición obliga a algunas observaciones.
La primera es que allí se asume al desarrollo como un proceso, por esto
se emplearán indistintamente los términos desarrollo o proceso de desarrollo.
Son muchos los autores que trabajan desde este enfoque, llegando incluso a
afirmar que “el desarrollo no es una meta fija que se alcanza o se mide con
unos pocos indicadores cuantitativos. Es un proceso sin fin…” (Coraggio,
2002)9. Es justamente con el espíritu de plantear esta diferenciación que se
hace esta aclaración, ya que otros autores suelen emplear el término no para
referirse al proceso sino a su resultado. A este resultado se lo denominará aquí
“estado de desarrollo”. Así, adoptaremos como definición de Estado de
desarrollo al resultado, en un dado territorio y una fecha de referencia (por
omisión la fecha actual), de los procesos de desarrollo ocurridos allí desde el
origen de los tiempos.
Si hubiese que referirse al resultado de los procesos de desarrollo
ocurridos en un lapso determinado de tiempo, se lo referirá como “el desarrollo
alcanzado (u obtenido)” en ese período.
Para completar el concepto de desarrollo es necesario incorporar las
siguientes definiciones: Ámbito Geográfico de Desarrollo (AGD), y Objeto del
Desarrollo (OD).
Por AGD entenderemos el espacio físico donde tienen lugar las acciones
y se verifican los resultados. Como OD asumiremos las distintas dimensiones
en las que se realizarán las acciones y se registrarán los resultados. Esto
permite diferenciar a los distintos tipos de desarrollo, por ejemplo: desarrollo
económico, socio-cultural, productivo, etc.
Veamos ahora algunos elementos que nos permitirán diferenciar
desarrollo local y desarrollo regional.
9 Coraggio José Luis: “Universidad y Desarrollo Local”. Seminario Internacional “La educación superior y las nuevas tendencias”, Organizado por el Consejo Nacional de Educación Superior (CONESUP), UNESCO y el CIESPAL, Quito, Julio (2002).
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Dados los límites geográficos que se hayan definido para un dado
proceso de desarrollo, ese territorio no tiene igual valía a los ojos de los actores
que van a intervenir en las actividades desde alguno de los distintos roles.
Si bien puede asumirse que todos los actores tienen interés en que el
proceso de desarrollo que protagonizan llegue a feliz término, ese interés
adopta diferentes formas, incluso entre los habitantes mismos del territorio.
Debe esperarse de cada actor que considere a una o más de las actividades
posibles en todo proceso de desarrollo como prioritarias. Y de la misma
manera, que haya un entorno geográfico cuyo mejoramiento le resulta
prioritario dentro del territorio (e.g. un habitante de las ciudades considerará en
primer lugar el entorno urbano, mientras que un productor agropecuario
priorizará las mejoras del campo, requiriendo servicios, o la apertura y buen
mantenimiento de rutas vecinales).
En otras palabras, durante todo el proceso para cada actor conviven dos
espacios geográficos: el territorio (cuyo mejoramiento es el objetivo común
declamado del desarrollo), con su ámbito prioritario. Ambos son en principio
distintos, ya que es prácticamente imposible que a alguien todo le resulte de
igual interés. De hecho, y como se verá, sólo coincidirán para un reducido
número de habitantes del territorio.
Dada esta situación, deviene de particular importancia el ámbito
geográfico prioritario de aquellos actores que asumen el rol de impulsores del
proceso. A ese ámbito geográfico particular se lo denominará en lo sucesivo
ámbito prioritario del impulsor (API). El rol de impulsor es clave, ya que de él
depende la continuidad o la finalización del proceso. De ahí la importancia que
tiene que, para el o los actores que asuman este rol en el proceso, coincidan o
no el territorio objeto del desarrollo, y el API.
Dada la importancia del rol del impulsor ya descripta se planteará aquí
una diferenciación posible entre el DL y el DR, a partir de la definición del API.
La diferenciación que aquí se propone es sólo a los fines del desarrollo, y tiene
sentido sólo cuando se habla de un proceso inducido, aún cuando para
simplificar la nomenclatura, en lo que sigue se los referirá sólo como procesos
de desarrollo local y regional, o directamente como desarrollo local (DL) o
regional (DR).
Dados estos elementos, se propone la siguiente definición:
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Un proceso inducido en un dado territorio se denominará de desarrollo
local (DL), cuando el API coincida totalmente con dicho territorio para el o los
actores que ejercen el rol de impulsores, y de desarrollo regional (DR), cuando
sólo coincida parcialmente para todos (o para algunos de) ellos.
Esta definición se refiere al actor en caso de que el rol de impulsor sea
cubierto en forma unipersonal, o a los actores, cuando es cubierto por un
órgano colegiado. En este caso, es inevitable que el API para cada uno de sus
integrantes sea diferente, y por lo tanto no coincidirá para muchos de ellos.
Incluso, en la mayoría de los casos de desarrollo regional, no coincide sino sólo
parcialmente para ninguno de los integrantes del órgano colegiado impulsor.
Con el Municipio en el centro de la escena del Desarrollo Local,
abordaremos ahora los cambio de agenda política que han sufrido los mismos,
desde los años 90 en adelante, que hace que hoy la Educación sea un tema
prioritario a la hora de diseñar políticas públicas locales, a pesar de no tener
responsabilidad formal en su ejercicio como vimos en el análisis de la leyes
nacionales y provinciales en la materia.
Tal como lo dice Villar10, en los años 90 no hubo cambio de
competencias municipales, entendiendo como tal las tareas que la ley le asigna
al gobierno local.
Lo que si hubo fueron cambio de funciones, entendidas como las
tareas que los ciudadanos y el imaginario colectivo le atribuyen al gobierno
local, al haberse municipalizado las respuestas a las demandas sociales.
Podemos identificar dos grupos de funciones: las “tradicionales” y las
“nuevas funciones”.
Las “tradicionales” se reducían a: a) la construcción y mantenimiento
de infraestructura urbana; b) la regulación de las actividades que se desarrollan
en el territorio y c) la atención a la población en riesgo social.
Dentro de la “nuevas funciones” podemos enumerar: a) La
preservación del medio ambiente, b) La seguridad ciudadana, c) La promoción
económica, d) La defensa del consumidor, e) Acceso a la justicia y la
resolución de conflictos familiares y/o vecinales, f) La promoción social y g) La
educación.
10 Cravacuore, D. “Los municipios argentinos”. Material de clase (2005).
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DIPLOMATURA EN ASUNTOS MUNICIPALES Y GESTIÓN LOCAL
La UPSO
La Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO) fue creada por Ley
Provincial N° 11465 y su modificatoria (Ley Provincial N° 11523) en el año
1994, puesta en marcha el 21 de septiembre de 2000 e ingresada como
Organismo Descentralizado de la Provincia de Buenos Aires el 1 de abril de
2006.
Imparte educación emprendedora en diversos temas de interés local,
en trece municipios urbano-rurales del sudoeste bonaerense, combinando un
programa de educación universitaria con perfil emprendedor con actividades de
extensión en el ámbito regional.
La lógica educativa de la Universidad ha sido diseñada para
contribuir con el logro de ciertos objetivos: a) permitir que los jóvenes de
menores recursos del interior de la región accedan a la educación universitaria,
b) permitir también ese acceso a quienes en su oportunidad no quisieron o
pudieron estudiar, y ahora por motivos familiares o de trabajo no pueden
desplazarse hasta las grandes ciudades sedes de universidades nacionales, y
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c) reducir la migración de los recién graduados, lo que constituye una de las
principales razones del estancamiento que se observa en estas localidades.
Para todo ello, dada la naturaleza de los pequeños y medianos
municipios urbano-rurales (PyMMURs) fue necesario diseñar carreras
innovadoras, que resultaran de utilidad para los objetivos planteados. Así se
diseñaron Tecnicaturas Universitarias (TU) con perfil emprendedor, en distintos
temas de interés local, y surgieron así las TU en: Emprendimientos
Agroalimentos, Emprendimientos Agropecuarios, Emprendimientos Turísticos,
Emprendimientos Informáticos, entre otras.
Dado que estas localidades no están en situación de brindar un
amplio espectro laboral a los graduados universitarios, se eligió la formación
emprendedora que en principio permitirá a los Técnicos Universitarios de la
UPSO optar por implementar sus propios proyectos, asesorar a otros en la
puesta en marcha de sus proyectos o conocer, con el importante objetivo de
reducir las posibilidades de fracaso, las problemáticas reales que tiene la
creación de la propia empresa. Esta formación, al tiempo que da solución a sus
problemas individuales, los convierte automáticamente en motores del
desarrollo de su distrito.
En 2009 se pone en marcha la Licenciatura en Desarrollo Local y
Regional. Esta carrera, que está orientada hacia la problemática de los
pequeños y medianos municipios urbano rurales típicos del interior del país, se
articula naturalmente con las Tecnicaturas Universitarias actuales, permitiendo
a los egresados completar con dos años adicionales de estudio su formación
de grado, y al mismo tiempo incrementar sus capacidades para desempeñar a
futuro el rol de promotores del desarrollo local.
Además del plano educativo, como parte de las actividades de
extensión la UPSO ha acompañado a varios municipios en la planificación e
implementación de sus Programas de Desarrollo Local (PDL) para fomentar el
desarrollo local (DL) y contribuir al desarrollo armónico de su región de
influencia.
Finalmente, y no menos importante dado que ha sido el marco que
permite a la Universidad llevar a cabo programas de formación como el aquí
presentado, se cuenta con una fuerte política de extensión educativa que se
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implementa a través de los Programas de Capacitación Técnica (PCT) o de los
Programas de Capacitación Profesional (PCP).
Los PCT son programas de capacitación diseñados a medida, que
están orientados a sectores de la comunidad que no tienen necesariamente
condiciones de alumno universitario. Como ejemplo se puede mencionar el
Programa de Capacitación a Emprendedores locales del Partido de Guaminí.
Los PCP son programas de capacitación también diseñados a
medida, pero que conducen finalmente a la obtención de un Diploma
Universitario (como la Diplomatura aquí presentada), o de un título
universitario. Estos alumnos deben reunir las condiciones para ingresar a la
universidad.
Enfoque institucional del Desarrollo local
La visión tradicional de la planificación del desarrollo local tiene su
origen en Europa, y surge a partir de las necesidades de sus comunidades.
Esta situación ha influido sensiblemente sobre las distintas metodologías de
planificación del desarrollo. En un extremo encontramos aquellas que se
enfocan en las problemáticas de los grandes centros urbanos, y en el otro
están aquellas que, principalmente desde una óptica economicista, intentan
resolver la problemática de la emigración de los espacios rurales.
El principal problema de estas metodologías11 surge cuando se
las intenta aplicar o adaptar a territorios o municipios que presentan ambas
dimensiones: amplias áreas rurales rodeando centros urbanos pequeños o
medianos. Las experiencias realizadas hasta ahora en algunos municipios de la
provincia de Buenos Aires no han cubierto las expectativas, en particular de
aquellos actores que desde el sector público local veían a priori en ellas un
atractivo instrumento para democratizar y optimizar la gestión de estas
actividades en el seno de sus comunidades.
La visión institucional que orienta el diseño y la implementación de
los programas de desarrollo local (PDL), parte de concebir al DL como aquel
11 En años recientes muchos autores reconocidos en la literatura del desarrollo local, han comenzado a cuestionar tanto los resultados como la metodología misma de la planificación estratégica: Arocena (2001), Boisier (1999), Madoery (2003), Gorenstein (2000), Pelli (2000).
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proceso que incrementa el bienestar de la comunidad. Por lo tanto, una
condición de base de estos programas es operar sobre el conjunto de actores
locales, buscando generar nuevas capacidades y fortalecer las ya existentes,
de forma tal que puedan hacer frente a los nuevos desafíos planteados por los
procesos de globalización y descentralización del sector público.
En general los trabajos especializados en temas de DL, están
sesgados a la problemática de las grandes urbes o en su extremo, al desarrollo
específico del sector rural. Cuando se trata de enfrentar el problema del DL en
un territorio que abarca el total de un distrito urbano-rural, hay que tener
conciencia de que se enfrenta a un nuevo desafío, y que no se encontrará gran
ayuda recurriendo a las soluciones planteadas desde lo propuesto en la
bibliografía.
Para la UPSO, el DL es un proceso en el cual se llevan a cabo un
conjunto de actividades y transformaciones que contribuyen a aumentar el
bienestar de la población. Puede apreciarse que esta visión excede la mera
concepción economicista que, al menos en la práctica, predomina en las
experiencias llevadas a cabo hasta la fecha. Según esta concepción el interés
no sólo se centra en el apoyo a la actividad productiva, tendiente a mejorar la
situación económica sino también en el apoyo para la implementación o el
fortalecimiento de emprendimientos sociales y culturales, que pueden contribuir
fuertemente al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes.
Otro aspecto de esta concepción es que los procesos de
desarrollo debieran ser liderados por los gobiernos locales. Las probabilidades
de éxito de un PDL disminuyen sensiblemente si no son avaladas por quienes
han sido elegidos por la comunidad para administrar los fondos públicos locales
e implementar su proyecto durante los cuatro años en curso. El gobierno local
tiene el derecho ganado en las urnas, y a la vez la obligación, de liderar las
iniciativas tendientes a generar un proceso de esta naturaleza. En ese
contexto, la UPSO tiene claro como institución que su rol es el de colaborar con
todos los medios y capacidades a su alcance, pero no competir por el control
del manejo del proceso.
Por último, la intención de la universidad es adquirir un alto grado
de especialización en la problemática del desarrollo, pero centrada en el caso
específico de los pequeños y medianos distritos urbano-rurales del tipo de los
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que se encuentran en el sudoeste bonaerense. Las grandes diferencias que
existen en estos municipios, desde lo cultural a lo productivo, y los distintos
problemas, anhelos y necesidades de sus habitantes, hacen que en muchos
casos las propuestas o las soluciones que se manejan para el desarrollo local
en ámbitos urbanos no puedan trasladarse, al menos en forma directa, a estas
zonas del interior provincial.
La Organización de Estados Iberoamericanos
El 14 de octubre de 1966, la República Argentina formalizó su
incorporación a la OEI, creada en 1949 bajo la denominación de Oficina de
Educación Iberoamericana en el I Congreso Iberoamericano de Educación
celebrado en Madrid, permaneciendo en ella como estado miembro hasta
febrero de 1976.
En 1985 la Argentina presentó la solicitud de reingreso como
miembro de pleno derecho, aceptándose por unanimidad en la primera
Reunión Extraordinaria del Congreso Iberoamericano de Educación celebrada
en Bogotá entre el 27 y 29 mayo de 1985.
Con fecha 8 de agosto de 1988 se promulgó, por decreto Nro. 987, la
ley 23578 del 20 de julio del mismo año, donde se aprobó el acuerdo de sede
que se firmara en Buenos Aires el 1 de octubre de 1987.
A lo largo de los últimos años la Oficina Regional de Argentina
desarrolló una intensa actividad trabajando en estrecha vinculación con los
Ministerios de Educación de su área de influencia y con diversos Organismos
estatales y privados. Experimentó un importante crecimiento en todos los
ámbitos de acción, generando distintas respuestas según las demandas
recibidas. Entre ellas se pueden citar la organización de cursos, seminarios,
congresos, publicaciones y gestiones administrativas asumidas por convenio.
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Puesta en marcha
Según lo dispuesto en el artículo segundo de la ley de creación de la
UPSO, están dentro de sus objetivos:
a) La búsqueda de la verdad como valor ético-filosófico y de
métodos que posibiliten constituir y consolidar la base científico-tecnológica
propia y suficiente para el desarrollo local, regional y provincial.
b) Formar al futuro profesional en una cosmovisión cristiana,
humanística, nacional y social, iluminándolo en sus principios y fines en
relación con la sociedad y su realidad circundante.
c) Desarrollar criterios de adaptación de tecnología externa
para formular modelos científicos y técnicos acordes con las necesidades
existentes en su ámbito de influencia.
d) Alcanzar una conducta prudente que permita hacer uso de
los recursos naturales exigiendo el cuidado y utilización racional de los
mismos.
e) Concebir, planificar y explotar modelos de producción,
consumo, organización y desarrollo tecnológico que prioricen la satisfacción
de las necesidades esenciales del ser humano.
f) Acumular, elaborar y difundir el saber y toda forma de
cultura, en especial la de carácter autóctono, para la conformación espiritual
del pueblo bonaerense.
g) Preparar hombres y mujeres para el ejercicio de las
profesiones de acuerdo a las necesidades y objetivos de la región, los
adelantos técnicos nacionales, mundiales y las transformaciones sociales.
h) Crear un cuerpo docente dedicado exclusivamente a la
enseñanza universitaria y a la investigación, de suerte que la misma
Universidad forme sus niveles académicos propios.
i) Elaborar, conforme a las exigencias científicas y sociales
de la región sud-oeste, los planes de estudio de las respectivas Facultades,
escuelas y cursos especiales, en lo universitario y en los de especialización,
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procurando que exista la mayor unidad y coordinación entre los planes de
estudio.
j) Reunir antecedentes y proponer soluciones para los
diversos problemas socio-económicos de su zona de influencia.
Para dar cumplimiento a estos objetivos, la UPSO viene ejecutando
un Programa Educativo en toda la región del Sudoeste de la Provincia de
Buenos Aires, que consiste en la formación de Técnicos Universitarios con
perfil emprendedor, con el adicional de un conjunto de carreras de interés local
a demanda de la región, tal lo expresado en el apartado anterior.
Entre las tecnicaturas mencionadas se encuentra la carrera Técnico
Universitario de Asuntos Municipales, que se constituye en el expertise más
importante para la creación de la “DIPLOMATURA EN ASUNTOS
MUNICIPALES Y GESTIÓN LOCAL” materializada a través del convenio que a
continuación se detalla.
La UPSO celebró recientemente con la Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Oficina Regional
Buenos Aires un Convenio Marco tendiente a aunar medios y esfuerzos para el
desarrollo de las actividades de cooperación entre ambas instituciones,
coordinando en función de sus estrategias sus respectivos servicios técnicos
con la finalidad de alcanzar objetivos comunes a ambas instituciones en el
marco de sus actividades específicas y propiciar el fortalecimiento institucional
y de las estructuras administrativas que aseguren su sostenibilidad.
La UPSO y la OEI acordaron de esta manera la administración y
gestión conjunta de proyectos educativos, científicos, tecnológicos, de
desarrollo y/o culturales que se ejecuten con el financiamiento nacional,
provincial y/o de organismos multilaterales de crédito.
Para el logro de los objetivos, ambas partes, dentro de sus
respectivas posibilidades presupuestarias, se comprometen a afectar recursos
económicos, técnicos, humanos e infraestructura.
La UPSO se compromete a asignar al Proyecto los recursos
provenientes del Presupuesto Provincial asignados al mismo, determinar las
contrataciones, adquisiciones y demás actividades de apoyo administrativo que
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ejecutará la OEI y a realizar el seguimiento y evaluación de las actividades
previstas en el marco del presente convenio.
La OEI se compromete a realizar las contrataciones, adquisiciones y
demás actividades de apoyo administrativo que le sean requeridas por la
UPSO, en los plazos que se prevean y poner a disposición de la UPSO toda la
información y antecedentes relacionados con la ejecución del proyecto que le
permitan realizar las funciones de seguimiento.
La OEI dará apoyo técnico administrativo a la UPSO para la
implementación del Programa de Formación de Cuadros Municipales del
Sudoeste Bonaerense, que tiene como proyecto central la puesta en marcha de
la “DIPLOMATURA EN ASUNTOS MUNICIPALES Y GESTIÓN LOCAL”
El mencionado Diploma tiene carácter universitario y una duración de
tres cuatrimestres y cuenta con un Plan de nueve asignaturas:
• Introducción al Derecho.
• Elementos de Economía.
• Seminario: Organización Provincial, Integración Municipal y
Desarrollo Regional.
• Derecho Municipal.
• Finanzas Públicas Municipales.
• Taller: Operación de Computadoras Personales.
• Gestión y Desarrollo Local.
• Administración Municipal.
• Taller: Diseño y Evaluación de Programas Sociales.
Actualmente se está dictando en siete municipios del Sudoeste
Bonaerense, que son:
• Adolfo Alsina (en su cabecera Carhué)
• Bahía Blanca
• Cnel. Dorrego
• Cnel. Pringles
• Guamini
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• Saavedra (en su cabecera Pigué)
• Tornquist
En la mayoría de las sedes, en las que se está dictando el último
cuatrimestre, se cuenta con un número que va entre 20 y 40 alumnos regulares
de entre casi 80 inscriptos. La nota distintiva es el caso de Bahía Blanca que
recibió más de 400 inscriptos y hoy cuenta con alrededor de 140 alumnos
regulares.
Para llevar adelante las actividades de apoyo al desarrollo local y
regional de la UPSO con la puesta en marcha del Programa de capacitación y
de la Diplomatura, la UPSO celebró con cada uno de los Municipios
participantes un Convenio que dispone un sistema de cooperación académica,
técnica y de extensión, que permita coordinar esfuerzos en la realización de
actividades que contribuyan al desarrollo local del Partido.
Los municipios se obligan a poner a disposición las instalaciones
necesarias que permitan el dictado de las asignaturas incluidas en el plan de
Estudios de la DIPLOMATURA. Asimismo, tendrá a su cargo el mantenimiento,
los servicios, y el personal administrativo (un agente) y de maestranza mientras
duren las actividades.
Una característica fundamental del Programa es que los gobiernos
locales se comprometieron a implementar aquellos mecanismos que garanticen
a sus empleados/as, graduados/as de la DIPLOMATURA, un reconocimiento
del Diploma alcanzado en el ámbito de la administración municipal, que resulte
en una mejora de sus ingresos, ya sea calificando dentro de sus mecanismos
de puntaje o redundando en un aumento directo, proporcional a su sueldo en
otros municipios.
21
CONCLUSIONES
Los municipios, primero por necesidad y después por convicción,
fueron aceptando e incorporando cada vez más funciones que los capaciten
para dar más y mejores respuestas a sus vecinos.
La preocupación primero, y la incorporación de diferentes
problemáticas a la agenda pública luego, marcan este camino que coloca hoy a
los municipios en un inmejorable lugar para convertirse en protagonistas de su
propio desarrollo.
La educación es un tema central y en el ámbito del Sudoeste de la
provincia de Buenos Aires la UPSO es una reconocida institución que trabaja
para contribuir a capacitar a los bonaerenses como primer aporte para propiciar
el desarrollo local de sus comunidades.
La excelente recepción de este tipo de propuestas, que
inevitablemente requieren un esfuerzo adicional para las instituciones
educativas, pone a las universidades en una situación de compromiso respecto
de sus verdaderos aportes a la sociedad. Por un lado, se requiere un verdadero
esfuerzo para diseñar y ejecutar actividades de capacitación a medida de las
necesidades y no a medida de las disponibilidades del sistema educativo. Por
el otro, ese esfuerzo bien parece valer la pena, cuando el resultado de las
actividades redunda efectivamente en una mejora tangible en el funcionamiento
de cualquier sector de la comunidad, como en este caso, el sector público.
La UPSO, la provincia de Buenos Aires, la OEI y los municipios
participantes han confiado en el diseño e implementación del Programa de
Formación de Cuadros Municipales del Sudoeste Bonaerense como uno de los
ejes prioritarios de sus políticas públicas en materia de educación.
De esta forma no sólo se capacita al personal municipal que lo
requiera sino también al público en general que esté en condiciones de
ingresar a la universidad, para que logren incrementar sus condiciones de
empleabilidad y tengan posibilidades de continuar con estudios superiores.
El compromiso y el interés, tanto de los estudiantes como de los
municipios participantes hacen que se puedan evaluar a futuro las posibilidades
22
de continuar y ampliar el presente Programa y poder diseñar y llevar adelante
otros similares.
23
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proceso de elaboración, recogido en la intervención de Felipe González de
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