Voces Normalistas 5, Marzo 2013
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Marzo, 2013. No 5
Voces NormalistasVoces NormalistasVoces Normalistas “LA VOZ DE LA EDUCACIÓN”
2
Contenido
Ser Normalista. Orgullo y compromiso………………………………4 Ana Lorenia Willys Duarte
Chara educativa en UPN. Villa de Ayala, More-
los………………………………………………………………………………………....…7 Alberto Sebastián Barragán
Posición como educador: ¿Quién es una persona educa-
da?........................................................................................................12 Leonardo David Glasserman Morales
Los procesos de evaluación.
Implicaciones e imperativos.…………………………………..……………14 Sandra Enriqueta Flores Balcázar
Relevancia de la profesión docente ………………..………………24 Cecilia Rodríguez Jara
Importancia de una docencia reflexiva ………………………….28 Iris Betzabeth Morales Rocha
La participación social en la educación
(Tercera parte) ……………………………………………………….……………32 Alberto Sebastián Barragán
El director escolar…¿Sólo un administrador?
(segunda parte)…………………………………………………………….………41
Guadalupe Melina Núñez Valladarez
“Libertad” …………………………………………………………………..………44
Jeimy Ramírez Márquez
Las opiniones contenidas en los artículos son responsabilidad
exclusiva de sus autores y no reflejan necesariamente el pensam-
iento de la revista.
DIRECTORIO
FundadorFundador Jorge Antonio Alfaro Rivera
Coordinación de administración y Finanzas Coordinación de administración y Finanzas Cecilia Rodríguez Jara
Coordinación de comunicación Coordinación de comunicación Alberto Sebastián Barragán
Coordinación de investigación Coordinación de investigación Baltazar Contreras Durán
Coordinación de difusión Coordinación de difusión
Jeimy Ramírez Márquez
Coordinación académica Coordinación académica Guadalupe Melina Núñez Valladares
COMITÉ EDITORIAL
Dirección general Jeimy Ramírez Márquez.
Edición Alberto Sebastián Barragán
Cecilia Rodríguez Jara
Voces Voces Voces NormalistasNormalistasNormalistas
Contenido
Ser Normalista. Orgullo y compromiso………………………………4 Ana Lorenia Willys Duarte
Chara educativa en UPN. Villa de Ayala, More-
los………………………………………………………………………………………....…7 Alberto Sebastián Barragán
Posición como educador: ¿Quién es una persona educa-
da?........................................................................................................12 Leonardo David Glasserman Morales
Los procesos de evaluación.
Implicaciones e imperativos.…………………………………..……………14 Sandra Enriqueta Flores Balcázar
Relevancia de la profesión docente ………………..………………24 Cecilia Rodríguez Jara
Importancia de una docencia reflexiva ………………………….28 Iris Betzabeth Morales Rocha
La participación social en la educación
(Tercera parte) ……………………………………………………….……………32 Alberto Sebastián Barragán
El director escolar…¿Sólo un administrador?
(segunda parte)…………………………………………………………….………41
Guadalupe Melina Núñez Valladarez
“Libertad” …………………………………………………………………..………44
Jeimy Ramírez Márquez
Las opiniones contenidas en los artículos son responsabilidad
exclusiva de sus autores y no reflejan necesariamente el pensam-
iento de la revista.
Iglesia Sagrado Corazón de Jesús
Durango, México.
Ser Normalista
4
Por: Ana Lorenia Willys Duarte*
Red de Normalistas Trabajando.
Orgullo y compromiso
*Estudiante de la Licenciatura en Educación Preescolar en
la Escuela Normal Fronteriza Tijuana, Baja California.
Experiencias
Ha ce casi tres años co-
mencé con una etapa
que ha transformado por completo
mi vida. Entré al nivel superior, in-
gresé a la Escuela Normal Fronteri-
za Tijuana. Una etapa en la vida de
una joven llena de decisiones y re-
tos por asumir. Comencé mi forma-
ción inicial sin una perspectiva am-
plia sobre el campo educativo y so-
bre las implicaciones de esta gran
labor, siguiendo mis ideales.
Al poco tiempo de ingresar a la Es-
cuela Normal me percaté del compro-
miso social que había asumido. Gran-
des recuerdos y enseñanzas llevo
hasta el día de hoy. He descubierto,
mediante vivencias, la grandeza de la
labor docente.
Como punto de partida, quien aspire
a ser un gran educador, necesita ser
un gran ser humano. El ser docente
implica transmitir conocimientos, va-
lores y toda una forma de vida a
nuestros alumnos. Para lograr esto,
debe de existir congruencia entre lo
que enseñamos y lo que realmente
hacemos. Un estudiante normalista
necesita guiarse con honestidad, res-
peto, justicia y tolerancia, para con
los demás y para consigo mismo.
No es necesario actuar como docente
en todos los ámbitos de la vida, más
bien, actuar como un ser humano
siempre íntegro. El quejarse no es
una actitud correcta para un futuro
maestro, en cambio, expresar su
punto de vista de manera crítica y re-
flexiva así como proponer soluciones,
sí lo son.
Ser Normalista es significado de res-
ponsabilidad, de empeño y de com-
promiso, implica poner en juego habi-
lidades de todo tipo. El trabajo va
desde el ámbito intelectual, con el co-
nocimiento de filosofía y leyes educa-
tivas, hasta teorías del desarrollo
personal, mediante el trato con los
demás: con los compañeros de salón
para trabajar colaborativamente, con
los docentes de la escuela para enta-
blar un buen ambiente de comunica-
ción, con los padres de familia, con
los directivos y maestros de las es-
cuelas y con nuestros alumnos.
Ser estudiante en formación docente,
implica ir más allá siempre. Los con-
tenidos de nuestro currículo no repre-
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
5 Red de Normalistas Trabajando.
6
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
Red de Normalistas Trabajando.
sentan toda la información que necesita-
mos conocer; además de dar todo de no-
sotros en comprender la información de
nuestras asignaturas, debemos buscar
nuevos horizontes, otras fuentes de infor-
mación que complementen y enriquezcan
nuestros conocimientos.
La investigación, representa
una herramienta que comple-
menta de manera extraordi-
naria la formación normalista.
Es un elemento que enriquece
el perfil profesional, poniendo
en juego habilidades que serán útiles du-
rante el transcurso de la formación inicial
y al término de ella. En el momento de
combinar la investigación con la docencia,
no se logra ser un “buen maestro” sola-
mente, más bien, un “excelente maes-
tro”, con una visión más amplia y con un
gran compromiso por impactar de ma-
nera positiva en sus alumnos.
Ser Normalista es significado de
orgullo, que conlleva un gran
compromiso a su vez. Orgullo por
la oportunidad de trascender directa-
mente en el campo educativo, por te-
ner el privilegio de estar en formación
para una labor tan completa e impac-
tante para la sociedad, de tener la
oportunidad de lograr un cambio en sus
alumnos, de colaborar en la formación
de seres humanos, de apuntalar su
proceso de desarrollo, de
enseñar a otros no sólo co-
nocimientos, sino a vivir de
manera íntegra y armónica.
El normalismo demanda el
compromiso de ser con-
gruente, entre las pala-
bras y las acciones, re-
quiere de poner todo el empeño
por formarse de una manera profesio-
nal, de ser un ser humano que promue-
va una cultura de la legalidad en la so-
ciedad. Con esto, no me refiero a que
hay que ser perfecto. Siempre hay que
estar en constante transformación bus-
cando la formación completa e íntegra.
Un docente no debe de ser perfecto,
debe de ser consciente de que no podrá
serlo y luchar por superarse cada día
más, por él, por sus alumnos, por su
comunidad y por México.
Ser
normalista es
significado de
empeño, esfuerzo
y compromiso…”
“
7 Red de Normalistas Trabajando.
El pasado
16 de fe-
brero se llevó a
cabo la Charla
educativa:
“Planificación y
evaluación”, desa-
rrollada en la Uni-
versidad Pedagó-
gica Nacional de
Villa de Ayala, Es-
tado de Morelos,
para los estudian-
tes de la Licencia-
tura en Educación,
Plan 94. Acudí por
invitación del
Mtro. Zacarías
Martínez Cárde-
nas, la finalidad
era revisar las im-
plicaciones de es-
tas dos activida-
des cruciales de la
práctica educativa,
en observancia de
las prescripciones
vigentes.
La actividad inició
con la determina-
ción de conceptos:
“planificación” y
“evaluación”, par-
tiendo de sus ex-
periencias en el
campo educativo.
Los conceptos gi-
raron en torno a
las prácticas que
se realizan de for-
ma ordinaria en
las aulas de edu-
cación básica, re-
dundaron térmi-
nos como
Charla educativa en UPN. Villa de Ayala, Morelos.Charla educativa en UPN. Villa de Ayala, Morelos.Charla educativa en UPN. Villa de Ayala, Morelos.
Por: Alberto Sebastián Barragán*
Licenciado en Educación Secundaria, por la Escuela Normal
de Atlacomulco, Estado de México.
De primera
mano
8
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
Red de Normalistas Trabajando.
“preparación” y “organización”, los cuales
estaban referidos a un carácter funcional:
el logro de los aprendizajes. Y en otras de-
finiciones, desde sus referentes empíricos
versaron sobre el carácter administrativo,
y como una etapa imprescindible de la
práctica educativa.
Para el caso de la “evaluación”, se comen-
taron las nociones de “medición” o
“verificación” del aprendizaje, como parte
inherente del proceso educativo. Y se
mencionaron, como constante, los mo-
mentos de la evaluación, en su carácter
diagnóstico, formativo y sumativo. A estas
alturas del tiempo de aplicación de refor-
mas educativas con una lógica de compe-
tencias, también se mencionaron los ins-
trumentos que revelan los niveles de
desempeño alcanzados por los alumnos.
Como siguiente punto, se analizó el Acuer-
do secretarial 592, que explicita las carac-
terísticas de la “Articulación educativa”,
que unifica a los tres niveles: preescolar,
primaria y secundaria, estableciendo los
campos formativos como los ejes centrales
que prevalecen en común para cada uno
de los tres niveles, en el transcurso de los
12 años de educación básica.
Específicamente, de ese acuerdo, se resal-
tó la presencia de la “planificación”, y se
describieron los “principios pedagógicos
que sustentan el plan de estudios”, de
modo que a se iban comentando las nocio-
nes, que desde su experiencia educativa,
han construido los estudiantes de la UPN,
en concordancia con las prescripciones del
acuerdo 592.
Se presentó la definición que dicho acuer-
do explicita como “elemento sustantivo de
la práctica docente para potenciar el
aprendizaje” (DOF, 2011: 12), y de este
modo, las percepciones que se menciona-
ron al inicio, contemplando a la planifica-
ción, desde una óptica administrativa, se
fueron transformando y completando al
momento del análisis de sus referentes
empíricos y el cruce con los postulados del
documento.
Se mencionaros algunos aspectos de las
tendencias actuales en materia educativa,
y las concepciones de planificación. Tam-
bién se mencionaron los aspectos que se
tienen que considerar en forma imprescin-
dible al momento de la planificación: los
educandos, los contenidos, conocimientos
previos, recursos y medios didácticos, ob-
jetivos educativos, metodología de traba-
jo, tiempos disponibles, las características,
9
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
Red de Normalistas Trabajando.
métodos y criterios de evaluación.
Al mismo tiempo se fueron recabando co-
mentarios de los estudiantes en torno a la
estructuración de las sesiones en función
de los contenidos, así como la temporali-
zación de las actividades, así como algu-
nos rasgos de lo que se recomienda como
“estructura sistemática”.
En cuanto al análisis del Acuerdo 648, so-
bre la evaluación, se centró la atención en
algunos puntos cruciales, tales como el
sentido de esta actividad. La lógica eva-
luativa de la nueva prescripción curricular,
toma a la evaluación como un elemento
trascendente de la práctica educativa. La
noción de evaluación como parte final del
proceso, se descoloca, dando prioridad al
proceso de evaluación, como un medio y
no como un fin.
Los alumnos de la UPN demostraron inte-
rés y conocimientos de la aplicación de los
instrumentos de la nueva prescripción cu-
rricular. Y se enfatizó un concepto de eva-
luación que aparece en el acuerdo secreta-
rial, relativo: “la evaluación de los apren-
dizajes se basará en la valoración del
desempeño de los alumnos en relación con
el logro de los aprendizajes esperados y
las competencias que éstos favore-
cen” (DOF, 2012: 39), de modo que se fue
consolidando la noción que se presentó al
inicio sobre la evaluación.
También se revisaron las definiciones de
los cuatro procesos que se esclarecen des-
de los artículos 1° y 4°: “acreditación”,
“cartilla de educación básica”,
“certificación” y “promoción”. Al tiempo de
la lectura textual de cada concepto, se
completaba con comentarios de los estu-
diantes, de modo que ponían en común
sus apreciaciones al respecto.
En el apartado en que se enumeraban los
niveles de desempeño, se hablaba tam-
bién sobre los “apoyos requeridos”, desde
la participación de los padres de familia y
el compromiso que contraería el docente
que registrara dichos apoyos para fortale-
cer el desempeño académico de los alum-
nos.
Este tema, en particular, fue uno de los
más polémicos que se abordaron, ya que
las “estrategias de intervención” fueron
asumidas como una medida que apunta
hacia la mejora de la eficiencia terminal,
de modo que el índice de reprobación se
percibe como un indicador que se reducirá
una vez que se haya aplicado la reforma
en por lo menos un ciclo escolar.
10
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
Red de Normalistas Trabajando.
Esto se empalmó con los criterios de pro-
moción, la experiencia que se tiene en
UPN, es que “ya casi no se reprobaba a los
alumnos”, lo cual es una aseveración de
sentido común, pero que cobra mucha va-
lidez dentro de los actores del proceso
educativo. La permanencia, ahora no está
prohibida, pero sí más acotada que antes.
Las acreditaciones de asignaturas, condi-
ciona la promoción de grado o de nivel. Se
comentaba la dificultad que eso represen-
tará para los docentes que estén en gra-
dos finales de cada periodo. Sin embargo,
la “promoción con condiciones”, así como
la “evaluación general de conocimientos”,
se comentó que implica un acuerdo con
los padres de familia, los cuales, preferi-
rán que se promueva con algunas condi-
ciones y apoyos requeridos específicos,
antes que la repetición de grado.
A manera de síntesis, se abordaron las im-
plicaciones de estas dos actividades: pla-
nificación y evaluación. Esta propuesta se
realizó en dos órdenes distintos, en el ni-
vel individual: docentes y alumnos; y en el
nivel colectivo: instituciones, familias y
contextos. Como aspectos que condicionan
en unos casos, y determinan en otros, la
calidad de la práctica educativa.
Se enfatizó el análisis del proceso educati-
vo para educación primaria. Y, como parte
final, tras los comentarios y anotaciones
de los estudiantes, se propuso como con-
clusión, dar respuesta a la siguiente inte-
rrogante: La planificación y la evaluación
¿son un mismo proceso o son procesos in-
terdependientes? Los resultados de esta
actividad final, no fueron en el mismo sen-
tido, sino que unas respuestas se vertie-
ron en función de que eran dos procesos
diferentes, pero necesarios entre sí; otros
más respondieron que era un solo proceso
de: planificación evaluación.
Como nota final, se comentó la validez de
las dos perspectivas, y que a este momen-
to de la aplicación del Plan 2011 para edu-
cación básica, no se puede dar prioridad, o
reducción a uno de los dos procesos anali-
zados, ya que podrán tener ocurrencia e
importancia según las características de
los contenidos con que se trabaje. Son co-
mo la lectura y la escritura, como la escu-
cha y el habla, que tienen una cualidad
que se intergenera recíproca e incesante-
mente.
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VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
Red de Normalistas Trabajando.
La
permanencia,
ahora no está
prohibida, pero sí
más acotada que
antes.
“
12
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
Posición como educador: ¿Quién es una
persona educada?
Por: Leonardo David Glasserman Morales *
La h i s t o r i a
nos ha
mostrado que el enfo-
que modernista sobre
la educación ha tenido
gran importancia so-
bre la manera en que
se entiende la educa-
ción a nivel mundial.
De acuerdo con Flores
(2010) el modernismo
responde a la pregunta
de general al indicar
que una persona que
se integra a su socie-
dad como un miembro
valioso es sinónimo
de una persona educa-
da. Así mismo, es in-
teresante notar el lu-
gar preponderante que
se le da en el moder-
nismo a la sociedad y
al ser valioso, es de-
cir, a la utilidad que
brinda esta persona a
la sociedad.
Por su parte, los
teóricos críticos die-
ron respuesta a la pre-
gunta indicando que
una persona educada
era aquella que busca-
ba cambiar a la socie-
dad para que ésta me-
jore. (Flores, 2010, p.
16). El constructivis-
mo como tal no res-
ponde directamente a
la pregunta ¿Quién es
una persona educada?
Latitudes
La h i s t o r i a
nos ha
mostrado que el enfo-
que modernista sobre
la educación ha tenido
gran importancia so-
bre la manera en que
se entiende la educa-
ción a nivel mundial.
De acuerdo con Flores
(2010) el modernismo
responde a la pregunta
de general al indicar
que una persona que
se integra a su socie-
dad como un miembro
valioso es sinónimo
de una persona educa-
da. Así mismo, es in-
teresante notar el lu-
gar preponderante que
se le da en el moder-
nismo a la sociedad y
al ser valioso, es de-
cir, a la utilidad que
brinda esta persona a
la sociedad.
Por su parte, los
teóricos críticos die-
ron respuesta a la pre-
gunta indicando que
una persona educada
era aquella que busca-
ba cambiar a la socie-
dad para que ésta me-
jore. (Flores, 2010, p.
16). El constructivis-
mo como tal no res-
ponde directamente a
la pregunta ¿Quién es
una persona educada?
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VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
sino más bien a la pregunta ¿Cómo educar?, la cual se centra en la manera de educar. Es Flores (2010) quién
indica en su análisis del constructivismo que la finalidad de la educación según el constructivismo es
“desarrollar las capacidades de una persona que son parte de su naturaleza” (Flores, 2010, p.16).
En la postmodernidad, se identifica a una persona educada como aquella que gracias a sus habilidades y
competencias busca sobresalir y su propio bienestar antes que el de la sociedad en general.
* Candidato a doctor en Innovación Educativa/ Universidad Tec Virtual del Sistema Tecnológico de
Monterrey/Asistente de investigación/ Temas de trabajo: estrategias de enseñanza-aprendizaje
(aprendizaje activo), uso de recursos tecnológicos en la educación, movimiento educativo abierto
Referencias
Flores, E. (2010). Manual del curso: Filosofía y ciencias de la educación en la práctica educativa. Manuscrito
no publicado. Tecnológico de Monterrey, Universidad Tec Virtual, México
...una persona
educada era
aquella que
buscaba cambiar a
la sociedad…”
“
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VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
LOS PROCESOS DE EVALUACIÓN.
IMPLICACIONES E IMPERATIVOS. Por: Sandra Enriqueta Flores Balcázar
*
*Licenciada en Educación Secundaria por la Escuela Normal Superior de Jalisco. Guadalajara
Invitado
especial
Ho y en día, en
materia
educativa se alcanza a
percibir una mayor preo-
cupación por la respon-
sabilidad pública de la
escuela en los resultados
del aprendizaje y en la
medición de logros que
se obtienen a partir de
evaluaciones internacio-
nales y nacionales; que
por hacer un alto en el
camino, en lo referente
a lo que se está hacien-
do en ese sentido, es
necesario emprender un
ejercicio profundo de re-
flexión y entrecruza-
miento que permita de-
velar, a través de dichas
evaluaciones, cuáles son
los factores y circuns-
tancias humanas que
también deberían consi-
derarse y que median en
torno de los números y
los deprimentes niveles
de logro que buena par-
te de nuestros alumnos/
as obtienen a nivel na-
cional.
Como lo prueban los re-
cientes resultados de la
Evaluación Nacional de
Logro Académico en
Centros Escolares ENLA-
CE (2011), avalados por
el Programa para la Eva-
luación Internacional de
Alumnos de la Organiza-
ción para la Cooperación
y el Desarrollo Económi-
cos (OCDE), la educa-
ción que se imparte en
nuestro país se encuen-
tra por debajo de los in-
dicadores que exigen or-
ganismos multilaterales,
así mismo es de obser-
var que, en cuanto a ni-
veles de desempeño y
competitividad se refie-
re, éstos se caracterizan
por ser muy bajos posi-
cionando, en consecuen-
cia y de acuerdo a datos
proporcionados por el
portal CNN México
(2010), a todos los
alumnos/as del país en
el lugar 48 de los 65 paí-
ses más desarrollados, y
en el tercero en América
Latina, después de Chile
y Uruguay, según el in-
forme PISA de 2009.
Y aunque, si bien es
cierto, el resultado que
arroja este tipo de eva-
luaciones no es nada
alentador y sí muy alar-
mante, también es una
realidad que en la revi-
sión y entendimiento de
lo que estos resultados
reflejan y suponen, nos
15
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
16
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
hemos quedado cortos e instalados en
la panorámica sesgada y limitada que
los mismos resultados ofrecen, al no
proveer los suficientes elementos de
carácter contextual que en conjunto
ayuden a comprender la suma de fac-
tores sociales, estructurales y sistémi-
cos que median, influyen e impactan
de manera determinante en el nivel
de logro obtenido por
el estudiantado some-
tido a este tipo de eva-
luaciones; las cuales per-
manecen, además en gran
medida, centradas en aná-
lisis más de carácter cuan-
titativo que cualitativo.
En palabras de Tiana, A. (2011) la eva-
luación ha sido considerada durante las
dos últimas décadas como uno de los
instrumentos más poderosos para valo-
rar el grado de mejora de calidad, por
una parte, y como un incentivo para
conseguirla, por otra. Así mismo, se
reconoce también que la evaluación es-
tá siendo concebida como un compo-
nente fundamental de cualquier política
educativa y que, en este sentido, los
sistemas educativos y las instituciones
más eficaces poseen mecanismos de
seguimiento que les permiten identifi-
car sus deficiencias y, en consecuencia,
ponerles solución lo antes posible.
Sin embargo, y pese a que en teoría
suena bien el hecho de que desde las
políticas educativas el asunto
de la evaluación en los úl-
timos tiempos esté cobran-
do un sentido importante
en la identificación de defi-
ciencias y en la resolución
de las mismas, lo que to-
davía a estas alturas es
cues- tionable, es que en
torno a estos procesos de evaluación y
dentro del marco de una realidad edu-
cativa de naturaleza compleja y contra-
dictoria, de manifestaciones intrínsecas
y diversas, y sobre todo humanas, se
siga apostando por criterios metodoló-
gicos y procedimentales que insisten
en reducir a términos numéricos, de
cantidad, de niveles de logro y rendi-
miento, un fenómeno que va más allá
...En medio de
una realidad
educativa medida
por graves problemas
sociales…”
“
de lo que el lenguaje
cuantitativo y numérico
pueda ofrecer para expli-
car el éxito o fracaso es-
colar de los sujetos obje-
tos de evaluación; y de
paso, con ello también,
la evaluación implícita de
la eficacia y eficiencia del
sistema educativo y de
sus maestros/as, a quie-
nes de manera indiscri-
minada siempre les toca
ser juzgados socialmente
como los absolutos res-
ponsables de los fracasos
que se tengan.
El responsabilizar al sis-
tema educativo y a su
profesorado de los resul-
tados obtenidos en eva-
luaciones realizadas y de
paso también de los pro-
blemas sociales más di-
versos que aquejan a
nuestra sociedad, se ha
convertido con mayor
frecuencia en un tema
permanente en el discur-
so de actores políticos,
de medios de comunica-
ción masiva, de padres y
madres de familia y de
todos aquellos que han
tenido la oportunidad de
hacerlo contribuyendo de
ese modo, en acrecentar
y sumar nuevas exigen-
cias a la larga lista de
responsabilidades que
los profesionales de la
educación deben enfren-
tar en medio de una
realidad educativa me-
diada por graves proble-
mas sociales que, en
conjunto, inciden de ma-
nera importante impi-
diendo el avance en el
logro de metas y objeti-
vos trazados en lo que
en materia educativa se
refiere. De esta forma, y
de acuerdo a Esteve, J.
M. (2003), los profesores
siguen:
“Apareciendo ante la sociedad
como los responsables de la
educación sexual, de la edu-
cación para la ciudadanía, de
la educación física, del equili-
brio psicológico de los alum-
nos, de la formación del ca-
rácter, de la prevención de las
drogodependencias y de un
largo etcétera, tan largo como
vaya aumentando la lista de
nuevos problemas sociales
emergentes”
por lo anterior, es que
nuestro tiempo exige, no
como una necesidad sino
como un imperativo de
primer orden, considerar
que la actividad de edu-
car que nos confiere esta
profesión, es una tarea
difícil, en la que a pesar
de todo se debe
“garantizar el derecho al
conocimiento” por enci-
ma de “la destrucción de
valores y de procesos
brutales de deshumani-
zación” Arroyo, M. G.
(2006). Y he ahí el dile-
17
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
ma en lo que debe ser
primero cuando de reali-
zar nuestra labor docen-
te se trata: o se atienden
las necesidades educati-
vas de nuestro alumnado
en cuanto a la dimensión
cognitiva se refiere, o
nos adentramos en la re-
solución de problemas
más de orden valoral y
social a fin de que se
consiga lo primero.
Como puede verse, las
implicaciones que lleva
consigo la compleja tarea
de educar en el marco de
contextos sociales poco
idóneos, obliga a que
cualquier intento de eva-
luación por mínimo o
simple que éste parezca,
apueste por el panorama
amplio y claro que, para
este caso, pueden ofre-
cer en términos metodo-
lógicos y de procedi-
miento, “el mantener un
carácter ecléctico que
combine métodos cuali-
tativos y cuantitativos”
Ruíz, L. E. (1998), que
en complementariedad
aseguren y ofrezcan una
evaluación más integral
y de mayor alcance en el
entendimiento del mosai-
co de problemas y de
los factores sociales que
en conjunto se dan lugar
en torno de la realidad
educativa estudiada. Ha-
cer esto, posibilitaría en
gran medida emprender
acciones afirmativas,
asertivas y efectivas en
la solución de problemas
educativos profundos y
de amplio alcance.
Eso por una parte, y por
otra, retomemos los da-
tos emitidos por el CIEES
(2005), desde donde se
reconoce que, a nivel es-
tructural del sistema
educativo, existen diver-
sos factores (entre ellos
el de la falta de instru-
mentos de evaluación in-
tegral) que inciden de
manera negativa en el
logro de metas y alcance
de la calidad educativa
esperada. A continua-
ción, el recuento de los
mismos:
Fallas de articulación entre
sus niveles.
Rigidez en los programas de
estudio.
Insuficiente diversificación
de las instituciones.
Altas tasas de deserción.
Repetición y por lo tanto re-
zago escolar.
Problemas de cobertura.
Enfoques centrados en la en-
señanza y no en el aprendiza-
je.
Profesores con perfiles
inapropiados para el adecua-
do desempeño de su función.
Débil motivación en la comu-
nidad educativa hacia la inno-
vación.
Formas de administración
predominantemente burocrá-
ticas y verticales.
Falta de instrumentos de eva-
luación integral.
18
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
Un avance insuficiente en la
cultura de rendición de
cuentas.
Y finalmente, desigualdades
entre los estados, las regio-
nes y los diversos sectores
sociales, sólo por mencionar
algunos.
Por último, y tras co-
nocer tan sólo algu-
nos de los factores
que median de mane-
ra importante y que
deberían de tomarse
en cuenta en la inter-
pretación que se emi-
te desde cualquier pa-
rámetro o instancia
evaluadora, pareciera
que “el desafío funda-
mental consistirá des-
de ahora en diseñar
sistemas de evalua-
ción que sean al mis-
mo tiempo útiles para
la mejora, respetuo-
sos de la complejidad
de la acción educativa
y justos para valo-
rar a los sujetos e
instituciones objeto
de estudio” Tiana,
A. (2011). En este
sentido, la evalua-
ción y sus resul-
tados, ante to-
do, deben ser
una oportunidad para
entender que la res-
ponsabilidad del éxito
o fracaso que se con-
siga, es compartida
entre quienes nos de-
dicamos a la actividad
docente, pero tam-
bién entre quienes,
sin serlo, tienen una
participación indirecta
en la misma.
Por ello, resulta nece-
sario e imprescindible
en estos tiempos en
que se viven profun-
das y aceleradas
transformaciones a
nivel social, que cual-
quier persona que
permanezca involu-
crada en procesos
educativos y de eva-
luación, sea capaz de
tener una visión dife-
rente y más humana
sobre el sentido de la
educación, de los pro-
cesos de evaluación y
de los enfoques meto-
dológicos que se eli-
gen para llevar a cabo
dichos procesos.
La metaevaluación como
estrategia permanente
en la revisión y perfec-
cionamiento de lo que
se haga o deje de hacer
en materia de evalua-
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
19
El
responsabilizar
al sistema
educativo y a su
profesorado de los
resultados obtenidos
en evaluaciones…”
“
ción educativa, debe ser el principal re-
curso y motor que ayude principalmente
a docentes a conseguir en términos de
“real change”, nuevas formas de enten-
der la génesis de los problemas y nue-
vas formas de dar solución a los mis-
mos.
Procesos evaluativos más justos, más
integrales y con un amplio espectro se-
rán los que en definitiva sentarán las
bases también, para que con una mira-
da más humana sobre el mundo caótico
y bárbaro en el que nos situamos, em-
pecemos a unir esfuerzos para contra-
rrestar toda forma de violencia e injusti-
cia que pudiera estarse presentando y
poder conseguir con ello la creación de
espacios escolares más sanos y armóni-
cos en donde todas las personas estén
dispuestas a vivir bajo la lógica de prin-
cipios universales y valores humanos
tan importantes y necesarios como: la
igualdad, la solidaridad, la equidad, la
justicia, el respeto y finalmente la paz.
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
20
REFERENCIAS:
Arroyo, M. G. (2006). “La construcción del sistema escolar y del derecho a la educación”, en Sacristán, J.
G. (coord.), La reforma necesaria: entre la política educativa y la práctica escolar. España: Morata. P.
- 133.
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CIEES.CNN México (7 de diciembre de 2010). “México ocupa el lugar 48 de 65 en la evaluación de
conocimiento de la OCDE”. Disponible en: http://mexico.cnn.com/nacional/2010/12/07/mexico-en-el-
lugar-48-de-65-en-evaluacion-de-conocimientos-internacional (Consulta: enero 14 de 2013.)
ENLACE 2011. Resultados Prueba ENLACE 2011 Básica y Media Superior, (versión electrónica) Disponible
en:http://enlace.sep.gob.mx/content/gr/docs/2011/ENLACE2011_versionFinalSEP.pdf
Esteve, J. M. (2003). “Proceso de cambio en el contexto social: los nuevos problemas de adaptación en
nuestros sistemas educativos”, en La tercera revolución educativa. La educación en la sociedad del
conocimiento. España: Paidós. P.- 162.
PISA (2009). “Resultados del Informe PISA”. Disponible en: http://www.oecd.org/
pisa/46643496.pdf. (Consulta: enero 12 de 2013).
Ruíz Larraguivel, E. (1998). Propuesta de un modelo de evaluación curricular para el nivel superior. Una
orientación cualitativa. México: Cuadernos del CESU, UNAM. P. 65
Tiana, A. (2011). “Calidad, evaluación y estándares: algunas lecciones de las reformas recientes”, en Mar-
chesi, Á., Tedesco, J. C. y Coll, C. (coord.) Calidad, equidad y reformas en la enseñanza. Madrid: Fun-
dación Santilla - OEI. Pp.: 118, 120.
21
23
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
Ha blar
de
docencia implica
abordar un con-
cepto muy am-
plio, desde un
primer momento
podría pensarse
que el docente es
la persona que
simplemente en-
seña una deter-
minada ciencia,
sin embargo este
concepto va más
allá, el docente
es un profesional
de la educación
que debe poseer
habilidades espe-
cíficas que le per-
mitan diseñar es-
trategias de en-
señanza, a su
vez, éste no solo
se limita a impar-
tir contenidos,
también (de ma-
nera consciente o
inconsciente) en-
seña hábitos y lo
más importante:
transmite valo-
RRELEVANCIAELEVANCIA DEDE LALA PROFESIÓNPROFESIÓN DDOCENTEOCENTE
Por: Cecilia Rodríguez Jara
Licenciada en Educación Primaria por Escuela
Normal de Ecatepec. Estado de México. Docente frente a grupo.
…Y me dijo que quería al maestro,
lo quería muuuucho,
porque él le había enseñado
a perder el miedo de equivocarse.
(Galeano, E.)
Desarrollo de una técnica psico-sensorial.
Essai
24
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
res.
Desde este sentido la práctica docente
se entiende como un proceso formativo
que compete exclusivamente a cada
maestro. El docente hace más que
desenvolverse dentro de un aula e im-
partir contenidos, ser docente también
implica involucrar empáticamente la
parte humana con los alumnos, com-
partir con ellos experiencias, formas de
sentir y de pensar, de esta manera el
maestro ayuda al alumno a constituir su
persona. Bien lo dijo Savater (1998)
nacemos humanos, pero eso no basta;
además tenemos que llegar a serlo; y la
posibilidad de ser humano se realiza,
efectivamente, por medio de la interac-
ción de los demás.
Es así como el profesor trabaja con con-
tenidos formales e informales; es decir,
por un lado se encuentra todo el cúmu-
lo de saberes “formales”, que el niño
tiene que adquirir durante su educación
básica, y por otro, con la parte actitudi-
nal y valoral que todo maestro, en ma-
yor o menor medida, promueve a tra-
vés de su práctica educativa. Es así co-
mo a través de la convivencia y las re-
laciones cotidianas dentro del aula se
van creando diversos ambientes de
aprendizaje, entendiendo a estos como
el espacio físico que proporciona las he-
rramientas necesarias para que los in-
tegrantes de un grupo desarrollen y ad-
quieran ciertos aprendizajes, Pérez
(2010) lo describe como el lugar o mo-
mento en que se da una interacción en-
tre profesorado, alumnado y activida-
des que construyen el conocimiento.
En este sentido, toda actividad dentro
del salón de clases correspon-
de a una secuencia didáctica
con estrategias de enseñanza,
que pretenden detonar el apren-
dizaje, entonces hay que entender
al aprendizaje como la acción de
interiorizar el conocimiento, Ferrei-
ro y Calderón (2000), explican que
el aprendizaje se da en un marco
social de relaciones, interrelaciones y
de ayuda mutua, señalando además
qué “… se hace posible un saber
(conocimiento e información), un saber
ser docente
también
implica involucrar
empáticamente la
parte humana con
los alumnos…”
“
25
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
hacer (habilidades y des-
trezas) y un ser
(actitudes y valo-
res)” (p.15).
Conviene enfatizar que
es el maestro quien crea
los ambientes de apren-
dizaje y marcos socia-
les, para poder potenciar
en sus alumnos sus más
altas cualidades acadé-
micas y personales.
El trabajo que realiza el
profesor es muy arduo,
como lo menciona
Dean (1993) “…la
tarea del maestro
consiste en pro-
porcionar un en-
torno y unas
oportunidades
de aprendiza-
je que constru-
yan un reto para el ni-
ño…”; por ello es nece-
sario que el maestro co-
nozca las cualidades y
necesidades de sus
alumnos. En este senti-
do, conocer, hace refe-
rencia específica a que
tenga claros cuatro as-
pectos fundamentales
que pueden influir en el
desempeño escolar del
alumno:
1) aspectos académicos;
cuáles son sus estilos de
aprendizaje, sus intere-
ses, sus dificultades de
aprendizaje, su ritmo de
trabajo y las necesidades
educativas especiales
que pudieran llegar a
presentar;
2) aspectos fisiológicos;
cuáles son sus capacida-
des y limitantes moto-
ras, también es impor-
tante reconocer cuáles
son sus hábitos de ali-
mentación;
3) aspectos sociales y
emocionales; cómo es la
relación con sus compa-
ñeros y qué lazos afecti-
vos mantiene con ellos,
cómo se expresa en di-
versas circunstancias,
cuál es la relación maes-
tro-alumno, de qué ma-
nera se desenvuelve
dentro del aula, cómo es
su autoconcepto y de
qué manera este reper-
cute en su autoestima,
así mismo reconocer qué
tanto influyen en él los
avances tecnológicos co-
mo el internet y las re-
des sociales;
4) aspectos familiares;
cómo es la relación entre
padres e hijos, de qué
manera los padres apo-
yan (o no) al niño, cuál
es la actitud que éstos
toman ante la educación
de su hijo.
Desde otra perspectiva,
ser docente
también
implica involucrar
empáticamente la
parte humana con
los alumnos…”
26
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
hay que tener claro que la profesión do-
cente no sólo implica involucrarse con
alumnos sino también con padres de
familia; éste seguramente es uno de los
retos más fuertes a los que un docente
se enfrenta, por esta razón resulta im-
prescindible comprender la necesidad
de formar un equipo entre padres y
maestros, en pro de los alumnos.
También es ineludible no involucrarse
con compañeros maestros, en este sen-
tido sería gratificante compartir expe-
riencias y ¿por qué no? estrategias,
“relacionarse” debería ser sinónimo de
“trabajar colaborativamente” por el bien
de la comunidad escolar, ya que cuando
trabajamos colaborativamente podemos
ser capaces de mostrarnos recíprocos,
de participar activamente, tomar deci-
siones, sostener diálogos que busquen
la solución a una disyuntiva, y sobre to-
do de tener una actitud tolerante y res-
peto hacia la diversidad de los demás
(Bonals, 1996).
Lo mencionado anteriormente es un
gran reto. En algunas ocasiones, como
profesores, podríamos llegar a pensar
que cuando se está en la práctica resul-
ta complicado cumplir con todas estas
exigencias, sin embargo creo que siem-
pre debemos contar con una llama de
utopía y en la medida de nuestros in-
tentos realizar hasta lo imposible por
cumplir con todas las demandas de
nuestros alumnos, ya que al final de la
jornada, son ellos quienes nos mantie-
nen dentro de un aula.
Como maestros tenemos una gran res-
ponsabilidad, muchas veces podremos
sentirnos desilusionados por el sistema
educativo, o desvalorizados por el con-
texto que vivimos actualmente, donde
la profesión docente es una de las más
criticadas por nuestra sociedad, pero
sin lugar a dudas y a pesar de las mu-
chas adversidades a las que nos enfren-
tamos diariamente sabemos que ser
maestro, y en especial maestro de Edu-
cación Básica, es una de las profesio-
nes más gratificantes y humanas que
pueden existir.
Preparémonos día a día para dignificar
nuestra labor, si bien es cierto que un
solo maestro no puede modificar al sis-
tema, sí puede modificar su contexto
cercano, tiene la capacidad para influir
27
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
positivamente en todos esos alumnos que pasarán por sus manos, somos servido-
res públicos; brindemos pues, un servicio de calidad, recordemos como impronta la
voz de Amado Nervo “Un solo germen de palmera fecundada a la palmera distan-
te / y un solo grano de trigo caído en un milímetro cuadrado de tierra / puede pro-
ducir una cosecha”.
Referencias Bibliográficas:
Bonals, J. (1996). Mejorar las relaciones en los equipos docentes. En El trabajo en
equipo del profesorado. Barcelona: Graó.
Dean, J. (1993), El rol del maestro. En La organización del aprendizaje en la edu-
cación primaria. Barcelona: Paidós Ibérica.
Ferreiro, R. y Calderón, M. (2000). El ABC del aprendizaje cooperativo. México:
Trillas.
Pérez, A. (2010). Aprendizaje en red. En Barba, C. y Capella, S. (Coords). (2010).
Ordenadores en las aulas. Barcelona, España: Graó.
Savater, F. (1998). El valor de educar. México: Ariel.
La escuela juega un papel im-
portante en el desarrollo so-
cial y psicológico de los niños y adoles-
centes, es por ello que se considera un
espacio de aprendizaje. Sin embargo
en este proceso de adquisición de co-
nocimientos, hábitos y actitudes inter-
viene un actor escolar importante: nos
referimos al maestro.
El ser maestro implica necesariamente
“ser invitado, en ciertos momentos pri-
vilegiados, a entrar al alma de un chico
o una chica y ayudarle a encontrarse, a
afirmar paulatinamente su carácter, a
discernir sus emociones, quizás a su-
perar sus temores y angustias. Y para
muchos alumnos el maestro o la maes-
tra son los únicos apoyos con que
cuentan”. (Latapí, 2003:1), entonces,
el papel del docente es mucho mayor
de lo que se piensa, y no se reduce a lo
académico.
Pero ¿qué hay de la reflexión docente?,
¿los maestros reflexionarán sobre su
quehacer docente?, ¿Acaso utilizan al-
gún instrumento para analizarla?, en
fin las incógnitas por plasmar serían
varias, sin embargo abriremos un es-
pacio para detallar un poco más sobre
la importancia de una docencia reflexi-
va.
En primer plano la docencia reflexiva se
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
28
IMPORTANCIA DE UNA DOCENCIA REFLEXIVA
“los maestros deberían aprovechar los momentos de libertad y juego
de los chicos para observarlos, ver los aspectos de su carácter y las ac-
titudes que normalmente en clase no se revelan (…) no para usarlas
contra ellos, sino para conocerlos más”
(Francesco Tonucci)
Red de Normalistas Trabajando. Febrero 2013
Por: Betzabeth Morales Rocha *
Estudiante de la Licenciatura en Educación Secundaria con especialidad en Español en la Escuela Normal de
Tehotihuacan, Estado de México.
29
entiende como un proceso interno,
“que puede producirse mediante una
reflexión sobre la acción o en la acción,
que en algunos casos puede plantearse
como un proceso individual, pero que
indudablemente debe ser considerada
una acción colectiva y contextual…”
(Moral, 2000: 174)
Para Flores (2006) “La reflexión es con-
siderada la piedra angular para modifi-
car la práctica” expone que los maes-
tros reflexivos aceptan con frecuencia
la realidad cotidiana pero a partir de
sus meditaciones sobre las necesidades
educativas y sus prácticas docentes,
buscan alternativas para solucionar los
problemas.
Es importante asumir la docencia refle-
xiva como un pilar fundamental, ya que
gracia a ella los maestros constante-
mente mejoraran su desempeño frente
a los grupos.
Una docencia reflexiva podría analizar-
se a través de varios instrumentos en-
tre los que destaca el diario que es
considerado como
“un instrumento de análisis del pensa-
miento reflexivo de profesores tanto en
formación como en ejercicio. Es una
guía para la reflexión sobre la práctica,
favoreciendo la toma de conciencia del
profesor sobre su proceso de evolución
y sobre sus modelos de referen-
cias” (Porlán, 1993:19-20)
Con respecto a ello, es necesario perci-
bir al diario como la oportunidad de re-
flexionar y analizar nuestras prácticas
pedagógicas desde que nos encontra-
mos como docentes en formación, pues
se convierte en una herramienta pri-
mordial que debe ser utilizada diaria-
mente en el aula de clases.
La práctica reflexiva, “es de una acción
permanente y se inscribe dentro de
una acción analítica, y de soporte a la
acción” (Perrenoud, 2004), entonces,
es necesario desarrollar la oportunidad
de reflexionar acerca de la docencia y,
a su vez, fortalecer nuestro compromi-
so docente con la sociedad en especial
con los alumnos. La reflexión es una
30
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
REFERENCIAS
Latapí, S. (2003) ¿Qué es ser maestro hoy? En Cuadernos de discusión 6. Hacia una
política integral para la formación y el desarrollo profesional de los maestros de edu-
cación básica.
MORAL, C. (2000) “Formación para la profesión docente”. Interuniversitaria de Forma-
ción del Profesorado, abril (37), pp.171- 186. Disponible en http://
www.chubut.edu.ar/descargas/secundaria/congreso/DOCENTES/RLE2144_Revilla.pdf
PERRENOUD, P. (2004) Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar,Grao,
España.
31
Reflexión en la ac-
ción
Reflexión sobre la acción
Conocimiento en la ac-
ción
actividad mental, que a veces ocurre en forma inesperada, pero por ser una acción
tan necesaria, necesitamos ocupar herramientas e instrumentos para sistematizar-
la.
(Componentes de la práctica reflexiva)
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
Pa ra comprender las
etapas de desarrollo
reciente de la educación, y la
aparición de la “participación
social”, es preciso reconocer co-
mo los momentos cruciales del
Sistema Educativo Mexicano: la
educación como garantía indivi-
dual desde 1917, la posterior
creación de la Secretaría de
Educación en 1921, la Ley Or-
gánica de Educación Pública de
1941, la aparición de la Ley Fe-
deral de Educación de 1973, el
Acuerdo Nacional para la Mo-
dernización de la Educación Bá-
sica (ANMEB) y la consecuente
Ley General de Educación de
1993.
Como la actividad educativa ha
sido una garantía pública, nece-
32
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
LA PARTICIPACIÓN SOCIAL EN EDUCACIÓN (Tercera parte)
Por: Alberto Sebastián Barragán*
*Licenciado en Educación Secundaria, por la Escuela Normal de Atlacomulco, Estado de México.
sita estar considerada den-
tro del erario público, de or-
den nacional, estatal y mu-
nicipal. Sin embargo, con-
viene enfatizar que las polí-
ticas que se gesten en ma-
teria educativa, habrán de
estar, por tanto, estrecha-
mente alineadas con el pro-
yecto económico. Aquí qui-
siera recalcar que la Ley Fe-
deral de Educación fungió
como marco normativo para
los últimos años de bonan-
za del milagro mexicano, y
del crecimiento de la cober-
tura educativa, sin embar-
go, ante el agotamiento del
modelo económico, la Ley
educativa también tuvo que
cambiar.
La política económica que
había perdurado hasta el
sexenio de José López Por-
tillo, había tenido una ca-
racterística importante en
su proyecto estatista y el
modelo de crecimiento ha-
cia adentro, que “desgastó
peligrosamente las bases
económicas del país, y al
incrementarse la inflación
se tornaron socialmente in-
eficaces” (Medina, 2006:
238), lo que se enfatizó con
la crisis económica de 1982
y la “necesaria” modifica-
ción de modelo económico.
Esta abrupta entrada del
neoliberalismo implicó, co-
mo en otros casos, implicó
una toma de medidas como
el rompimiento del modelo
estatista para coordinarse
con la economía internacio-
nal. En un principio, el obje-
tivo fue paliar y revertir los
efectos negativos causados
por la crisis económica de
1982 y de la deuda externa.
La primera fase 1983 –
1985 comprendió el Progra-
ma Inmediato de Reordena-
ción Económica (PIRE) que
consistió en abandonar el
dirigismo estatal, disminuir
el crecimiento del gasto pú-
blico, aumentar ingresos
fiscales, asegurar la discipli-
na del gasto y reestructurar
la administración pública.
La crisis económica afectó
la demanda de escolaridad
en la población de menores
ingresos y aumentaron los
niveles de reprobación es-
colar (Castrejón, 1986), y
ante la reducción del gasto
destinado al sector educati-
vo, el impulso de la expan-
siva cobertura se mesuró.
Entonces se tornó en una
política de descentraliza-
ción, en la que se inició a
transferir los servicios edu-
cativos de la federación a
los gobiernos de los esta-
dos; hasta que se formalizó
esta política con el Acuerdo
Nacional para la Moderniza-
ción de la Educación Básica.
En el análisis presentado el
ANMEB, hace referencia de
los avances del sistema
33
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
educativo, y se menciona
el alcance y la vigencia
de la Ley Federal de Edu-
cación de 1973, pero al
mismo tiempo se esta-
blecen los “retos actuales
de la educación”, lo que
representaba para ese
contexto temporal, eco-
nómico y político del
país. Entonces, es nece-
sario remitirnos a años
atrás para comprender la
configuración socioeconó-
mica que condicionaba a
las políticas educativas
de los sexenios de Miguel
de la Madrid y de Carlos
Salinas.
Esta noción de
“modernización” implicó
una reforma al artículo
3° y 130° de la Constitu-
ción. Este artículo 130
modificó la personalidad
jurídica de la iglesia, para
abrirle un espacio a la
iglesia en la educación.
En los años sucesivos se
tornó como necesaria la
reorganización del siste-
ma educativo, por medio
de la reforma al artículo
tercero constitucional, y
la promulgación de la Ley
General de Educación;
aunando a la cobertura,
la búsqueda de calidad y
equidad; énfasis en el
aprendizaje de compe-
tencias científicas y tec-
nológicas, así como el
impulso a la participación
de la iniciativa privada en
la gestión escolar.
A continuación se anali-
zan los artículos de la Ley
General de Educación,
que tienen repercusión
en la participación social
en educación.
Ley General de Educa-
ción de 1993.
En su Artículo 22. Men-
ciona que “se fortalecerá
la capacidad de gestión
de las autoridades esco-
lares y la participación de
los padres de familia.”,
como una forma de arti-
culación entre los actores
del proceso educativo.
Para el caso de los parti-
culares, se destina el Ca-
pítulo V, para delimitar
las características del
servicio y modalidades
educativas que imparta
la iniciativa privada.
Capítulo VII. De la parti-
cipación social en la edu-
cación.
Sección 1. De los padres
de familia.
34
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
Aquí aparece el Artículo 65,
sobre los derechos de quie-
nes ejercen patria potestad;
entre ellos mencionan
“colaborar con las autorida-
des educativas” y “formar
parte de las asociaciones de
padres de familia y de los
consejos de participación
social”. En el Artículo 66 se
mencionan las
“Obligaciones de quienes
ejercen patria potestad”,
una de ellas es “apoyar el
proceso educativo de sus
hijas, hijos o pupilos”, y se
mantiene la lógica de cola-
boración y comunicación
con las autoridades educati-
vas.
En el Artículo 67 se mencio-
na el “Objeto de las asocia-
ciones de padres de fami-
lia.”
Y a continuación se presen-
tan las fracciones relativas:
“I.- Representar ante las
autoridades escolares los
intereses que en materia
educativa sean comunes a
los asociados;
II.- Colaborar para una
mejor integración de la co-
munidad escolar, así como
en el mejoramiento de los
planteles;
III.- Participar en la aplica-
ción de cooperaciones en
numerario, bienes y servi-
cios que las propias
asociaciones deseen hacer
al establecimiento escolar;
IV.- Proponer las medidas
que estimen conducentes
para alcanzar los objetivos
señalados en las
fracciones anteriores, e
V.- Informar a las autorida-
des educativas y escolares
sobre cualquier irregulari-
dad de que sean objeto los
educandos”. (DOF, 2012)
Cabe destacar que la parti-
cipación está abierta a dife-
rentes aspectos cuando se
menciona “mejoramiento de
los planteles”, es una nota-
ción que puede incluir di-
versas aristas del tema
educativo, o en
“cooperaciones en numera-
rio, bienes y servicios”,
también se refiere a aspec-
tos de infraestructura del
servicio educativo. En este
mismo artículo aparece una
limitante, cuando menciona
que “las asociaciones de
padres de familia se abs-
tendrán de intervenir en los
aspectos pedagógicos y la-
borales de los estableci-
mientos educativos”, dado
que son asuntos que co-
rresponden atender a ins-
tancias oficiales específicas.
En la Sección 2 “De los con-
sejos de participación so-
cial”, aparece una nueva
figura de organización de la
sociedad en materia educa-
tiva que no aparecía en la
Ley anterior. Aquí, aparece
35
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
el Artículo 68, que se re-
fiere a la promoción de la
participación de la socie-
dad en “actividades que
tengan por objeto forta-
lecer y elevar la calidad
de la educación pública”.
En el Artículo 69, se esti-
pula que estará integrado
por padres de familia, re-
presentantes de sus aso-
ciaciones, maestros y re-
presentantes de su orga-
nización sindical, directi-
vos de la escuela, exalu-
mnos, así como demás
miembros de la comuni-
dad interesados en el
desarrollo de la propia
escuela.
Las atribuciones del Con-
sejo Estatal de Participa-
ción Social son las si-
guientes:
“a) Conocerá el calen-
dario escolar, las me-
tas educativas y el
avance de las actividades
escolares, con el objeto
de coadyuvar con el
maestro a su mejor reali-
zación;
b) Conocerá y dará se-
guimiento de las ac-
ciones que realicen las y
los educadores y autori-
dades
educativas señaladas en
el segundo párrafo del
artículo 42 de la presente
ley;
c) Conocerá de las ac-
ciones educativas y de
prevención que realicen
las autoridades para que
los educandos conozcan
y detecten la posible co-
misión de hechos delicti-
vos que puedan perjudi-
car
al educando;
d) Sensibilizará a la co-
munidad, mediante la di-
vulgación de material
que prevenga la comisión
de
delitos en agravio de las
y los educandos. Así co-
mo también, de elemen-
tos que procuren la de-
fensa de los derechos
de las víctimas de tales
delitos;
e) Tomará nota de los
resultados de las eva-
luaciones que realicen
las autoridades educati-
vas;
f) Propiciará la colabora-
ción de maestros y pa-
dres de familia para sal-
vaguardar la integri-
dad y
educación plena de las y
los educandos.
g) Podrá proponer estí-
mulos y reconocimien-
tos de carácter social a
alumnos, maestros, di-
36
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
rectivos y empleados de la
escuela, así como también
propondrá los criterios de
evaluación óptimos y nece-
sarios para dar cumplimien-
to a lo dispuesto en la frac-
ción VII del artículo 12 de la
presente ley;
h) Conocerá los nombres
de las y los educadores se-
ñalados en el segundo pá-
rrafo del artículo 56
de la presente ley;
i) Estimulará, promoverá y
apoyará actividades ex-
traescolares que comple-
menten y respalden la
formación de los educan-
dos;
j) Llevará a cabo las accio-
nes de participación, coordi-
nación y difusión necesarias
para la
protección civil y la
emergencia escolar;
k) Alentará el interés fa-
miliar y comunitario por
el desempeño del educan-
do;
l) Opinará en asuntos
pedagógicos y en temas
que permitan la salvaguar-
da del libre desarrollo de la
personalidad, integridad y
derechos humanos de las y
los educandos;
m) Contribuirá a reducir
las condiciones sociales
adversas que influyan en
la educación; estará
facultado para realizar con-
vocatorias para trabajos es-
pecíficos de mejoramiento
de las
instalaciones escolares;
n) Respaldará las labores
cotidianas de la escuela, y
o) En general, podrá reali-
zar actividades en bene-
ficio de la propia escuela.
(DOF, 2012: 23)
Esta nueva forma de parti-
cipación se tiene que echar
a andar en cada escuela pú-
blica de educación básica,
para tener la posibilidad de
atender los aspectos condi-
cionantes de la práctica
educativa, subrayados lí-
neas arriba.
El siguiente artículo, el 70,
menciona que en cada mu-
nicipio operará un “Consejo
municipal de participación
social en la educación”, in-
tegrado por autoridades
municipales, padres de fa-
milia y representantes de
sus asociaciones, maestros
distinguidos y directivos de
las escuelas, representantes
de la organización sindical
de los maestros, así como
representantes de organiza-
ciones de la sociedad civil.
Este consejo municipal ges-
tionará:
“a) El mejoramiento de los
servicios educativos, la
construcción y ampliación
de escuelas públicas y de-
más proyectos de desarrollo
educativo en el municipio;
b) Conocerá de los resulta-
37
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
dos de las evaluaciones
que realicen las autorida-
des educativas;
c) Llevará a cabo labores
de seguimiento de las ac-
tividades de las escuelas
públicas de educación
básica del propio munici-
pio;
d) Estimulará, promove-
rá y apoyará actividades
de intercambio, colabora-
ción y participación
interescolar en aspectos
culturales, cívicos, depor-
tivos y sociales;
e) Establecerá la coordi-
nación de escuelas con
autoridades y programas
de bienestar comunitario,
particularmente con
aquellas autoridades que
atiendan temas relacio-
nados con la defensa de
los
derechos consagrados en
la Ley para la Protección
de los Derechos de las
Niñas, Niños y
Adolescentes;
f) Hará aportaciones re-
lativas a las particulari-
dades del municipio que
contribuyan a la formula-
ción
de contenidos locales a
ser propuestos para los
planes y programas de
estudio;
g) Podrá opinar en asun-
tos pedagógicos;
h) Coadyuvará a nivel
municipal en actividades
de protección civil y
emergencia escolar;
i) Promoverá la supera-
ción educativa en el ám-
bito municipal mediante
certámenes interescola-
res;
j) Promoverá actividades
de orientación, capacita-
ción y difusión dirigidas a
padres de familia y
tutores, para que cum-
plan cabalmente con sus
obligaciones en materia
educativa;
k) Podrá proponer estí-
mulos y reconocimientos
de carácter social a
alumnos, maestros, di-
rectivos y
empleados escolares;
l) Procurará la obtención
de recursos complemen-
tarios para el manteni-
miento físico y para pro-
veer
de equipo básico a cada
escuela pública y,
m) En general, podrá
realizar actividades para
apoyar y fortalecer la
educación en el munici-
pio. (DOF, 2012: 24)
En el Artículo 71, se
prescribe la misma con-
solidación de un consejo
de participación social de
38
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
orden estatal; y en el ar-
tículo 72 se establece la
promoción del Consejo Na-
cional de Participación So-
cial en la Educación. Para
cualquiera de los cuatro
consejos de participación
social, en los cuatro niveles
marcados, el Artículo 73 es-
tablece que habrán de abs-
tenerse de intervenir en as-
pectos laborales, y no debe-
rán participar en cuestiones
políticas ni religiosas.
Esta sección que acabamos
de señalar, a diferencia de
las Asociaciones de padres
de familia, sí tiene interven-
ción en los aspectos peda-
gógicos que tienen lugar en
los niveles de educación bá-
sica. Y la participación de
estos consejos, tiene posibi-
lidades de trabajar coordi-
nadamente con instancias
de gobierno, iniciativa pri-
vada y organismos de la so-
ciedad civil. Es decir, esta
nueva lógica educativa
prescrita en esta Ley Gene-
ral de Educación, permite la
posibilidad de una articula-
ción de esfuerzos en pro de
la educación pública.
Como fue señalado al inicio
de esta nota, la participa-
ción social, adquiere mati-
ces de las nuevas políticas
públicas, impulsadas por el
gobierno de Carlos Salinas
de Gortari, en donde una de
las principales cualidades
de la política emprendida
era el involucramiento de la
sociedad las acciones en-
causadas por el gobierno
federal. Puede reconocerse
el alcance de las políticas
de esa época (en términos
de participación coordina-
da), en la medida que se
había implantado la lógica
neoliberal de la retracción
del Estado.
Esta disminución de la par-
ticipación del Estado en tér-
minos de gasto público en
educación, y la apertura de
Consejos de Participación
Social, devino en el incre-
mento de escuelas particu-
lares, por un lado; y en el
empoderamiento de la so-
ciedad civil en materia edu-
cativa, por el otro. Sólo
unos años antes, en 1990,
se había consolidado por
decreto presidencial la Co-
misión Nacional de Dere-
chos Humanos, como un or-
ganismo desconcentrado de
la Secretaría de Goberna-
ción, para promover el res-
peto a los derechos huma-
nos y como una instancia
de defensa y representación
de los ciudadanos.
Esta nueva brecha de parti-
cipación social se coordina,
a partir de esas fechas, con
las instancias públicas y pri-
vadas, dejando establecida
la oportunidad de intervenir
39
VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
en la realidad educativa. De sólo anali-
zar las fracciones de las atribuciones de
los consejos de participación social (de
cualquier orden), es posible percibir la
ambición que subyace en la Ley Gene-
ral de Educación de completar y dele-
gar (por decirlo de algún modo) la res-
ponsabilidad social de la educación en
manos de los actores involucrados.
La retracción del Estado en el terreno
educativo no implica en forma explícita
una privatización educativa, las políti-
cas educativas tienen ese matiz neoli-
beral que va empoderando a los secto-
res particulares. Sin embargo, en estos
términos, es posible aseverar que esta
„institucionalización‟ de la participación
social, ha tenido consecuencias no es-
peradas, como la burocratización de la
acción colegiada entre los actores invo-
lucrados; entonces, el ejercicio de los
derechos de los consejos de participa-
ción, así como sus atribuciones quedan
„abiertos‟ a un carácter volitivo de in-
tervenir, o no participar, en la mejora
de la educación.
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VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
REFERENCIAS:
Castrejón, J. (1986). Ensayos sobre política educativa, México: INAP. pp. 20-22.
DOF, (2012). “Ley General de Educación” En Diario Oficial de la Federación, 9 de
abril de 2012. Disponible en: http://www.dof.gob.mx/ (Consulta: febrero 28
de 2013).
Medina, L. (2006). Hacia el nuevo Estado. México, 1920-1994. México: FCE.
La s fases de cambio
o mejoras reales
en educación ocurren en las
aulas y en las escuelas. Es
allí donde las reformas y las
políticas educativas se ha-
cen realidad. Sin embargo,
los cambios no ocurren de
modo automático, requie-
ren de conductores, de líde-
res que piensen un futuro
diferente y que sean capa-
ces de transferir a las co-
munidades educativas hacia
dicha meta.
No se trata de mero volun-
tarismo, se requiere un es-
fuerzo constante y un es-
quema de capacitación téc-
nica especifica, para que di-
rector y maestros conozcan
los principios, los sistemas
y la forma en que funcionan
estos. La capacitación debe
darle al maestro un claro
sentido de la teoría del
aprendizaje, un conocimien-
to actualizado de la psicolo-
gía especialmente de niños
y jóvenes y de las formas
como aprenden; entender
el concepto de variación y
la forma de aplicarlo en su
actividad, así como los pro-
cesos de evaluación y retro-
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VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
El director escolar…¿Sólo un administrador?
(segunda parte) Por: Guadalupe Melina Núñez Valladarez
Licenciada en Educación Primaria por la Escuela Normal de Ecate-
pec, Estado de México.
alimentación.
Para el director que inicia
el proceso es muy conve-
niente conocer el esque-
ma de círculo de preocu-
pación y de círculo de in-
fluencia. En el primero se
ubican aquellos aspectos
sobre los cuales el direc-
tor no tiene control, se
queja de ellos, critica a
otros. En el círculo de in-
fluencia se encuentran
aquellas cosas que sí
pueden ser cambiadas.
Cuando se ejerce un lide-
razgo reactivo el director
se está encerrando en su
círculo de preocupación.
Cuando ese liderazgo es
proactivo se concentra en
el círculo de influencia y
busca ampliarlo, siendo
positivo y actuando con
energía.
Lo deseable es que el di-
rector ubique el asunto
de lograr una cultura de
calidad en
la escuela en su círculo
de influencia. Abandonar
las actitudes de domina-
ción y control que genera
el sistema tradicional de
organización no significa
que se deje de cumplir
con las responsabilidades
en el aspecto administra-
tivo. Solo que en lugar
de juzgar, supervisar y
controlar, el director asu-
me una nueva actitud y
usará su experiencia para
solucionar problemas y
planear actividades junto
con el equipo de trabajo.
Emprender el camino a la
calidad es iniciar un pro-
ceso de aprendizaje. El
director cuenta con tres
fuentes de poder en la
institución: la autoridad
que derive del puesto, el
conocimiento, su perso-
nalidad y el poder de
persuasión. De acuerdo
con esto, debe utilizar la
primera para impulsar el
cambio en el proceso,
pero debe desarrollar al
máximo la segunda y la
tercera. (Cervantes,
1998). Para el director
deben ser claros los be-
neficios que se derivan
de la colaboración y la
cooperación, así como las
pérdidas que produce la
competencia. Con esa
convicción puede invitar
a maestros, estudiantes,
padres de familia, admi-
nistradores y personal no
docente, a trabajar jun-
tos y sentirse y verse a sí
mismos como partes de
un sistema. Que todos
ellos se sientan formando
parte de un solo y mismo
equipo; miembros de una
comunidad escolar, que
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VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
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VOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTASVOCES NORMALISTAS
tiene un propósito común
y un compromiso para lo-
grarlo Alentando la partici-
pación de todos, buscará
despertar el interés de ca-
da quien, de tal forma que
todos estén dispuestos a
asumir el desafío y consi-
derarlo al mismo tiempo
como la mejor forma para
canalizar su esfuerzo y
energía.
Para apoyar el proceso de
mejora el director ha de
predicar con el ejemplo,
poner atención a las opi-
niones de todo el mundo,
saber escuchar y brindar
apoyo sin juzgar. Si al-
guien necesita atención
especial tratará de identifi-
carlo para actuar con
oportunidad. Generará y
buscará inspirar confianza.
Por encima de todo, el di-
rector, para liderear el es-
fuerzo, tiene que dedicar
especial atención a gene-
rar información confiable y
relevante sobre los proce-
sos escolares, y al análisis
de las desviaciones y sus
causes. Deberá entender
cuando el sistema se en-
cuentra en una situación
estable.
REFERENCIA.
CERVANTES, G. (1998) Una cultura de calidad en la escuela. Liderazgo para el
cambio educativo. Castillo, México. Cap 5. P. 94-106.
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“Libertad” Jeimy Ramírez Márquez
Cultura