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Nuestros lectores opinan Doy gracias a Dios por la Familia Comboniana que trabaja por el Reino de Dios. Cuenten con mis oraciones diarias durante el rosario. Envié un donativo por este medio. Ojalá esté bien he- cho. Soy una persona mayor y no sé mucho sobre tecnología. Les mando un fraternal abrazo y rueguen a Dios por mi salud: columna, rodillas y una catarata en el ojo derecho, ya que con el izquierdo no veo nada. Gracias por sus bendiciones. Enriqueta Balderrama (Chihuahua, Chih.) Me gusta leer sus revistas mensuales, que tienen fundamentos sólidos para la juventud y para quienes las leen. Espero seguir contando con sus revistas. ¡Dios los bendiga y les dé más! María Natividad Serna (Lagos de Moreno, Jal.) Soy la responsable de comunicación y editora del blog de Cristianisme i Justícia. No hay ningún problema en que reproduzcan el artículo «Cuando un obispo hace “de escudo humano”». Solamente les pedimos que hagan constar que fue publicado originalmente en catalán en la revista Foc Nou y en castellano en el blog de Cristianisme i Justicia. Un abrazo. Sonia Herrera Escríbenos tus sugerencias y comentarios a: [email protected] [email protected] O bien, envíanos un mensaje WhatsApp: 55 62 15 79 14 fb.me/esquilamisional.combonianos twitter.com/esquilamisional en redes sociales ¡Visítanos! esquilamisional.org 5 noviembre 2017 Esquila Misional Sea como fuere, el viaje de Francisco ha sido una bendición para aquel país hermano y, también en esta ocasión, sus gestos y sus palabras quedan como herencia de un hombre bueno y de un pastor que desde antes de iniciar su pontificado se ha carac- terizado por sus opciones proféticas y evangélicas. Como botón de muestra recogemos algo de lo que dijo a los obispos: «Los invito a no tener miedo de tocar la carne herida de la propia historia y de la historia de su gente. Háganlo con humildad, sin la vana pretensión de protagonismo, y con el cora- zón indiviso, libre de compromisos o servilismos. Sólo Dios es Señor y a ninguna otra causa se debe someter nuestra alma de pastores». A ellos les dijo también: «Colombia tiene nece- sidad de su mirada propia de obispos, para sos- tenerla en el coraje del primer paso hacia la paz definitiva, la reconciliación, hacia la abdicación de la violencia como método, la superación de las desigualdades que son la raíz de tantos sufrimien- tos, la renuncia al camino fácil pero sin salida de la corrupción, la paciente y perseverante consolida- ción de la “res publica” que requiere la superación de la miseria y de la desigualdad». Como en todos sus viajes, el Papa provocó a los católicos para que sean Iglesia misionera, sembradora de paz que enciendan la llama de la esperanza. Para eso, en el encuentro con las au- toridades del país, invitó a todos los colombianos, con palabras de Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, para que vivan «una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segun- da oportunidad sobre la tierra» (Discurso de acep- tación del Premio Nobel, 1982). a IGLESIA SIN FRONTERAS

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5noviembre 2017 • Esquila Misional

Nuestros lectores opinan

Doy gracias a Dios por la Familia Comboniana que trabaja por el Reino de Dios. Cuenten con mis oraciones diarias durante el rosario. Envié un donativo por este medio. Ojalá esté bien he-

cho. Soy una persona mayor y no sé mucho sobre tecnología. Les mando un fraternal abrazo y rueguen a Dios por mi salud: columna, rodillas y una catarata en el ojo derecho, ya que con el izquierdo no veo nada. Gracias por sus bendiciones.

Enriqueta Balderrama (Chihuahua, Chih.)

Me gusta leer sus revistas mensuales, que tienen fundamentos sólidos para la juventud y para quienes las leen. Espero seguir contando con sus revistas. ¡Dios los bendiga y les dé más!

María Natividad Serna (Lagos de Moreno, Jal.)

Soy la responsable de comunicación y editora del blog de Cristianisme i Justícia. No hay ningún problema en que reproduzcan el artículo «Cuando un obispo hace “de escudo

humano”». Solamente les pedimos que hagan constar que fue publicado originalmente en catalán en la revista Foc Nou y en castellano en el blog de Cristianisme i Justicia. Un abrazo.

Sonia Herrera

Escríbenos tus sugerencias y comentarios a: [email protected]

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5noviembre 2017 • Esquila Misional

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pectos relevantes de su visita apostólica, es im-portante destacar las enseñanzas que el Santo Padre nos ha dejado sobre cómo vivir la misión que el Señor nos ha encomendado a la Iglesia –a todos los bautizados que la formamos– en la situa-ción concreta que vive Colombia».

Como en cada uno de sus viajes, incluidos los de alto riesgo como es el caso de México, República Centroafricana y Egipto, el Papa se ha movido con libertad, sin miedos ni complejos. Hay que recordar que poco antes de viajar a Centroáfrica, muchos le aconsejaban desistir de su propósito, incluidos los servicios de inteligencia franceses. El Papa, con el humor y la chispa que lo caracterizan, respondió que tenía más miedo a los mosquitos que al terrorismo…

Sin duda también en esta ocasión habrá habido quien le aconsejara no visitar el país sudamericano. Bogotá, Medellín y Cartagena –destinos de su visita– no gozan de buena fama debido, entre otras cosas, a los cárteles de la droga y la delincuencia común.

Sea como fuere, el viaje de Francisco ha sido una bendición para aquel país hermano y, también en esta ocasión, sus gestos y sus palabras quedan como herencia de un hombre bueno y de un pastor que desde antes de iniciar su pontificado se ha carac-terizado por sus opciones proféticas y evangélicas.

Como botón de muestra recogemos algo de lo que dijo a los obispos: «Los invito a no tener miedo de tocar la carne herida de la propia historia y de la historia de su gente. Háganlo con humildad, sin la vana pretensión de protagonismo, y con el cora-zón indiviso, libre de compromisos o servilismos. Sólo Dios es Señor y a ninguna otra causa se debe someter nuestra alma de pastores».

A ellos les dijo también: «Colombia tiene nece-sidad de su mirada propia de obispos, para sos-tenerla en el coraje del primer paso hacia la paz definitiva, la reconciliación, hacia la abdicación de la violencia como método, la superación de las desigualdades que son la raíz de tantos sufrimien-tos, la renuncia al camino fácil pero sin salida de la corrupción, la paciente y perseverante consolida-ción de la “res publica” que requiere la superación de la miseria y de la desigualdad».

Como en todos sus viajes, el Papa provocó a los católicos para que sean Iglesia misionera, sembradora de paz que enciendan la llama de la esperanza. Para eso, en el encuentro con las au-toridades del país, invitó a todos los colombianos, con palabras de Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, para que vivan «una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segun-da oportunidad sobre la tierra» (Discurso de acep-tación del Premio Nobel, 1982).

Visita del Papa a Colombia–Francisco, el de Roma como el de Asís–

«No entendía que hubiera necesitado de tantas palabras para explicar lo que se sentía en la guerra, si con una sola bastaba: miedo»

(Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, cap. 15).

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