Vega Gutierrez Emilia e Stefania 2014
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MSICA Y LITERATURA, LENGUAJES EN CONTRAPUNTO:
UNA APROXIMACIN DESDE LA HISTORIA DE LA MSICA A METROPOLITANAS DE
R.H. MORENO DURN
EMILIA ESTEFANA VEGA GUTIRREZ
TRABAJO DE GRADO
Presentado como requisito para optar por el
Ttulo de Profesional en Estudios Literarios
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
Facultad de Ciencias Sociales
Carrera de Estudios Literarios
Bogot, ao 2014
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
CARRERA DE ESTUDIOS LITERARIOS
RECTOR DE LA UNIVERSIDAD
Joaqun Emilio Snchez Garca, S.J.
DECANO ACADMICO
Germn Rodrigo Meja Pavony
DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE LITERATURA
Cristo Rafael Figueroa Snchez
DIRECTOR DE LA CARRERA DE ESTUDIOS LITERARIOS
Jaime Alejandro Rodrguez Ruiz
DIRECTOR DEL TRABAJO DE GRADO
Luz Marina Rivas
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Artculo 23 de la resolucin No. 13 de julio de 1946:
La universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus
alumnos en sus trabajos de tesis, slo velar porque no se publique nada contrario
al dogma y a la moral catlica, y porque las tesis no contengan ataques o polmicas
puramente personales, antes bien se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la
justicia.
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AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a todos aquellos, que desde que me conocen, soportaron mi irremediable
necesidad de relacionar la literatura con la msica.
A Luz Marina, cuyo inters por esta tesis me hizo comprender a medida que avanzaba la
trascendencia de esta red de telaraas.
A mam, por siempre confiar en mis decisiones, y creer, junto conmigo, en las posibilidades del
arte.
A Laura, por las horas de compaa y disertacin; por soar y crear, siempre a mi lado, las
sinfonas inconclusas de nuestro universo.
En general, a las nias, quienes, a travs de este camino, estuvieron ensendome la manera de
disfrutar el placer y el terror que la literatura nos depara: Cami, Karen, Matti, Natha, Sari, Pami,
Pau, Quiwi, Au.
A Moreno Durn, y a todos aquellos autores que decidieron lanzar los hilos, e inventaron desde
su propia orilla, una creacin plural.
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Alma msica
Yo soy borracho. Me seduce el vino
luminoso y azul de la Quimera
que pone una explosin de Primavera
sobre mi corazn y mi destino.
Tengo el alma hecha ritmo y armona;
todo en mi ser es msica y es canto,
desde el rquiem tristsimo de llanto
hasta el trino triunfal de la alegra.
Y no porque la vida mi alma muerda
ha de rimar su ritmo mi alma loca:
aun ms que por la mano que la toca
la cuerda vibra y canta porque es cuerda.
As, cuando la negra y dura zarpa
de la muerte destroce el pecho mo,
mi espritu ha de ser en el vaco
cual la postrera vibracin de un arpa.
Y ya de nuevo en el astral camino
concretara sus ansias de armona
en la cascada de una sinfona,
o en la alegra musical de un trino.
Nicols Guilln.
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TABLA DE CONTENIDO
A MANERA DE OBERTURA .................................................................................................8
1. COMPARATISMO E INTERTEXTUALIDAD ............................................................ 13
1.1 Sobre la Literatura Comparada .................................................................................. 13
1.1.1 Cuestiones histricas ................................................................................................... 16
1.1.2 Definiciones? Metodologas? ................................................................................... 19
1.1.3 Crisis? Nuevos caminos? ........................................................................................... 22
1.1.4 Hilos que se atan ........................................................................................................... 25
1.1.5 Intertextualidad ............................................................................................................. 29
2. MSICA Y LITERATURA: UNA APROXIMACIN HISTRICA .......................... 40
2.1 La msica, el texto y el lenguaje: un acercamiento que se da desde la composicin .. 40
2.2 Johan Sebastin Bach: una narrativa de la composicin ............................................ 52
3. UN GRAN TEJIDO QUE SE ATA (CORAL) ................................................................. 57
3.1 Algunas conexiones............................................................................................................ 57
3.1.1 Forma sonata (Soprano) ................................................................................................ 57
3.1.2 El poema sinfnico (Contralto) ..................................................................................... 62
3.1.3 Mallarm y Debussy: poesa/msica de la suspensin (Tenor)....................................... 67
3.1.4 La obra de arte del futuro: una lucha entre mito e historia (Bajo) ............................... 79
4. R.H MORENO DURN. EL CAMINO DE LA DISIDENCIA: CONTRAPUNTO Y
SIMULTANEIDAD (CANON Y FUGA) ................................................................................ 92
4.1 Metropolitanas: estructura musical y narracin. Canon para seis voces: la creacin de
una forma particular ............................................................................................................... 94
4.2 Historias que se entrelazan ............................................................................................... 98
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4.3 De lo total a lo subjetivo .................................................................................................. 101
4.5 Miradas haca lo musical................................................................................................. 114
4.6 Solo para sopranos .......................................................................................................... 115
4.7 Para una mejor interpretacin del arte de la fuga ......................................................... 120
CONCLUSIONES ................................................................................................................. 127
BIBLIOGRAFA ................................................................................................................... 131
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A MANERA DE OBERTURA
Las notas, en realidad no construan
una meloda sino un texto.
Un cdigo que podra ser trascripto a palabras.
Marco Aurelio Larios.
Desde hace mucho tiempo poseo el inters por la relacin que puede hallarse entre la literatura y
la msica. Al comienzo pens que la relacin era probable solamente desde la teora, quizs
desde la significacin que trminos musicales como contrapunto, o polifona, pueden
adquirir en uno u otro contexto. Tambin comenc a pensar que podran estar un poco ms cerca
debido al inters literario que vea en msicos apasionados por los textos, o al contrario, por el
valor artstico que encontraban literatos dentro de la msica. Bien se conocen varias obras que a
manera de homenajes deciden compartir sus nombres y convertirse en obras literarias
musicalizadas: El Fausto de Franz Liszt, Goethe y Marlowe, El preludio de La siesta del Fauno
de Debussy y Mallarm, El concierto barroco de Roberto Sierra y Alejo Carpentier, etc. Sin
embargo, despus me di cuenta de que esta relacin no era solamente a manera de admiracin o
como presupuesto terico de una u otra disciplina artstica. Al igual que yo, literatos y msicos
compartan la misma inquietud, es posible relacionar la msica y la literatura para llegar a
mbitos nunca antes imaginados dentro de la creacin?
As, en esta bsqueda me encontr con las ideas del msico alemn Richard Wagner, quien
desde sus deseos por transformar la obra de arte de su poca siempre so con la totalidad, una
obra de arte infinita que abarcara a todas las dems, las fusionara y elaborara una nueva forma
artstica nunca antes vista, la obra de arte total y del futuro. De la misma manera, los estudiosos
de la Literatura Comparada desde los inicios de su encrucijada hacia la creacin de la disciplina
comparatista observaron, y sobre todo, gracias a las ideas del escritor alemn J. W. von Goethe,
que dentro de la literatura existan millones de relaciones que vala la pena analizar para
comprender el vasto universo que se halla incluso entre la literatura y las dems artes. Entonces
comprend, que la relacin que tanto buscaba exista para varios msicos y literatos que
interesados en el tema buscaban la manera de atar los hilos, que antes para m, parecan unirse
solo desde aspectos triviales.
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Segn Alejandro Oliveros, autor del prlogo del texto La razn meldica de la colombo-
venezolana Valentina Marulanda, poesa y msica fueron una en sus orgenes: el grupo de aedas
que compuso Ilada y Odisea, tena claro que la poesa era cosa de cantar y contar (Oliveros
10). Por supuesto, en la pica griega y en las tragedias la msica estaba presente, ya fuera en su
contenido, como forma de expresin que dentro del texto ayudaba a la alabanza de los dioses, o
en la formacin del aeda o actor de tragedias que deba ser, por un lado poeta, y por el otro,
poseer altos conocimientos en los modos musicales. De esta manera, desde tiempos
inmemoriales la poesa y la msica siempre buscaron la manera de encontrarse unidas, aspecto
que se conservara siempre en el corazn de las obras. As, surgiran haca el siglo XI nuevos
himnos de alabanza que combinaran los textos litrgicos con varias formas musicales. En el
siglo XII, los trovadores recobraran el viejo espritu del aeda griego, y mucho ms lejos, en el
siglo XIX, varios poetas buscaran en las obras musicales aquello que no podan expresar del
todo en sus obras literarias.
Sin embargo, como en todo juego de relaciones, siempre existen encuentros y desencuentros.
Debido a que la funcin del aeda griego desapareci poco a poco, gracias a la aparicin de la
escritura, la pregunta respecto al texto y la msica se vio desatada y permeara en su totalidad la
tradicin occidental de la msica: qu es ms importante en una partitura, la msica o el texto?
La respuesta a este interrogante podr ser deducida a travs de la misma historia de la msica
acadmica en occidente, y se ver relacionada directamente con la literatura que ya no solamente
se permite relacionar su rama potica con la msica, sino que se ver inmersa tambin en su
prosa narrativa.
La narrativa se relaciona con la msica desde muchos ms aspectos de los que crea, pues aunque
en un texto literario puede aparecer una relacin entre una forma musical y una manera particular
de narrar la historia, no es solo esta similitud lo que hace que la relacin sea fructfera. En el
texto Espacios del imaginario latinoamericano. Propuestas de geopotica, el autor Fernando
Ansa seala, basndose en los comentarios de Bajtn, que la percepcin musical del texto
literario: permite que la lectura no se limite a una reconstruccin abstracta y visual de lo
representado, sino que se ample a una audicin, en la cual se escuchan los diversos discursos
culturales, las voces heterogneas de personajes y los niveles de expresin (heteroglosia) de una
poca. (Ansa 185). De esta manera, en el texto literario narrativo la msica se encuentra en
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asociacin con la expresin de un discurso nuevo que desea manifestarse. Es decir, que msica y
literatura adquieren una relacin transformadora en la que la una afecta directamente a la otra, en
un juego de dilogos deseado por la teora comparatista y sobre todo, por Bajtn en su principio
dialgico: primera forma de intertextualidad.
A travs de este trabajo doy cuenta de msicos y escritores que en su esfuerzo por esta simbiosis
elaboraron distintas obras que manifiestan, de una u otra forma, el inters por esta relacin que se
teje desde lo ms remoto del tiempo gracias al canto que, por cierto, le dio espacio a la palabra
para entrar dentro de lo musical. No es trivial entonces que el vocablo de origen latino carmen,
el cual le da nombre a una de las obras ms famosas del compositor francs Georges Bizet,
designase antiguamente, a la vez, canto y poema. Entonces, msicos como Haydn, gran creador
de estructuras compositivas aplicables a los textos; Liszt, buscador de relaciones apotesicas
entre msica y poesa; Debussy, creador de espacios en blanco relacionados con la teora
mallarmeana y Wagner: autor de la gran obra de arte del futuro gracias a su inters en la pica y
tragedia griega, entran aqu a ser mencionados. La intencin de utilizar respectivamente a estos
compositores no es trivial, puesto que cada uno de ellos en su momento histrico signific un
cambio, o una ruptura, para el pensamiento de su poca, sobrepasndolo y llevando su
pensamiento a mbitos inalcanzables.
Haydn, a travs de su potencial terico elabor una forma musical casi narrativa que entrara a
formar parte fundamental dentro de las grandes teoras musicales presentes en la poca, como
por ejemplo, el principio de la tonalidad. Liszt, movido por su pasin por la poesa decidi
concebir la msica junto con ella. En el texto El lenguaje de la msica, el escritor Juan Bautista
Plaza, realiza una cita de un comentario del compositor, en el que afirma la profunda emocin
que para l significa encontrar una relacin posible entre estos artes. As dice el compositor
refirindose a la relacin personal que posee frente a los aspectos histricos y poticos con los
que se ha ido encontrando: () Una relacin vaga pero inmediata, un lazo indefinible pero
real, una comunicacin inexplicable pero cierta, he tratado de convertir en msica algunos de mis
sentimientos ms vivos () A medida que la msica instrumental progresa, se desarrolla y se
desprende de sus primeras trabas, tiende a impregnarse ms y ms de esta idealidad que ha
marcado la perfeccin de las artes plsticas y a convertirse, no en una simple combinacin de
sonidos, sino en un lenguaje potico. (Plaza, citando a Liszt, 150). As Liszt no solo manifiesta
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su emocin frente a la creacin de una nueva manera de comprender el arte musical, sino que
hace manifiesta la presencia de una nueva poca en la que la msica deja de ser solo sonido para
ser significacin, e incluso, para ser directamente relacionada con la literatura. En la msica de
Claude Debussy es trascendental comprender la elaboracin de nuevos preceptos compositivos
que interesantemente se relacionan con el espritu potico de Mallarm. No est de ms
mencionar que esto ocurre, especialmente, en el inters que posean ambos artistas por la
creacin de una suerte de ambigedad que guardaba tras de s los ms profundos significados.
Richard Wagner, con su bsqueda de la obra de arte total, hallar en Grecia el equivalente que le
haca falta para en sus dramas musicales, crear lo que sera un gran cambio de panorama dentro
de la concepcin italiana de la pera, en la cual, es vital demostrar el virtuosismo de la voz del
cantante sin importar que en las complicadas lneas meldicas se pierda el sentido del libreto.
Para Wagner cada pieza de la pera es vital, y la construccin dramtica del texto forma parte
esencial de la obra, al igual que su parte instrumental.
Sin embargo, la mencin del inters de estos compositores por el arte literario no podra estar
completa sin la relacin que mucho tiempo antes que todos ellos estableci el compositor alemn
J.S. Bach. Tal vez Bach, sin saberlo, estableci uno de los puntos ms importantes de la
demostracin relacional que poda mantenerse entre la msica y el texto durante el Barroco. Para
ello cre una de las ms complejas estructuraciones compositivas para la elaboracin de sus
obras: el contrapunto. Mi inters por Bach siempre ha estado cubierto por el asombro ante su
capacidad compositiva que para m es inigualable por donde quiera que se le mire. Por supuesto,
no poda dejar de indagar la relacin que se poda hallar entre sus obras y la literatura. Fue
entonces, cuando la relacin entre msica y literatura a travs de la obra Metropolitanas, del
escritor colombiano R.H. Moreno Durn, adquiri una dimensin distinta para m. Moreno
Durn, en esta obra, elabora una gran construccin contrapuntstica equivalente a la gran
encrucijada que desde el siglo XVI emprendera el compositor alemn. El autor, en
Metropolitanas: canon para seis voces, presenta la creacin de una estructura del texto que no
poda pasar desapercibida en mi investigacin. Adems, no es solo la estructura del libro la que
evidencia esta dinmica de relaciones, sino tambin el sentido en el que se utilizan los elementos
musicales para dar nuevos sentidos al lenguaje literario lo que ms me interes.
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La msica se ha visto afectada por la literatura desde su estructura, as mismo, la narrativa y la
poesa se han visto musicalizadas por elementos estilsticos de notoria musicalidad. Adems,
msica y literatura comparten ese espacio temporal que se escapa de la realidad, ese tiempo en el
que ambas dejan de ser parte de la estructura cotidiana y crean otros lugares para habitar y
significar. El tiempo en las obras, tanto musicales como literarias, fluye y se escapa en el sonido
y la significacin. Adems, la obra literaria al lado de la msica se transforma, al igual que lo
hace la msica cuando se coloca junto al hecho literario, ambos en su mundo de significacin
muestran su presencia para ofrecer lo ms puro de su relacin, y por primera vez, nombrarse y
ser desde otro lugar.
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1. COMPARATISMO E INTERTEXTUALIDAD
(Allegro ma non troppo)
Decimos que un autor es original
cuando ignoramos las ocultas transformaciones
que los otros han producido en l.
Paul Valry
1.1 Sobre la Literatura Comparada
El texto literario es en s mismo un universo de relaciones; el hecho de aventurarse en su
investigacin genera una apertura de tensiones que se van entrelazando por caminos
impensables, pues no solo existen relaciones entre varias obras literarias que comparten
pensamientos y situaciones afines, sino que tambin aparecen relaciones entre diversos gneros
literarios, diferentes lenguajes e incluso entre manifestaciones artsticas lejanas a la experiencia
literaria, como, por ejemplo, la msica. La literatura comparada se sita en un anlisis de la obra
en su expresin ms amplia abarcando todas sus posibles correlaciones.
La Literatura Comparada, en pocas palabras y segn Mara Mercedes Enrquez Aranda en su
texto La literatura comparada en proceso de renovacin (algunas notas sobre su relacin con la
recepcin del texto literario y la traduccin), () se define como una disciplina emprica de los
estudios literarios que estudia el texto literario desde una perspectiva comparativa (Enrquez 1).
Sin embargo, esta es solo una apreciacin a grandes rasgos de lo que compone la teora
comparatista, puesto que varios escritores podran discernir de dicha definicin. Por ejemplo la
autora Luz Aurora Pimentel-Anduiza, en su texto Qu es la literatura comparada y cmo se
puede usar en la enseanza de la literatura, menciona que la literatura comparada no puede
definirse simplemente como una teora de la comparacin a secas, puesto que no es solo la
comparacin lo que hace de la literatura comparada lo que es. La comparacin es un acto que
desde siempre ha existido en el momento de analizar una obra artstica y es una operacin
racional bsica para el momento de la comprensin. Por el contrario, para la autora, el verdadero
sentido de la teora comparatista consiste en una comparacin entre dos o ms literaturas de
diferentes lenguas. As menciona Pimentel-Anduiza: La literatura comparada no designa
entonces una metodologa especfica, sino un modo de estudiar la literatura. En un intento por
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trascender las fronteras lingsticas y culturales de una literatura nacional, el estudio comparativo
de la literatura ampla el sistema de referencias con objeto de propiciar una mejor apreciacin del
fenmeno literario (Pimentel-Anduiza 92). Segn la autora, una literatura nacional est inscrita
dentro de su mismo territorio, y por lo tanto, difcilmente puede marcar con claridad las fronteras
de las tradiciones literarias de su misma comunidad literaria. El objetivo de la Literatura
Comparada es superar ese tipo de limitaciones.
De la misma manera, el autor Claudio Guilln en su texto Entre lo uno y lo diverso, afirma la
explicacin de Pimentel al aclarar el carcter internacional de la literatura comparada. Guilln
menciona que para el comparatismo es necesaria la existencia de la contribucin realizada por la
historia y el concepto de literatura de unas clases y categoras que no han sido solamente
nacionales. Esto lo ejemplifica nombrando gneros y movimientos literarios que poseen una
connotacin que claramente se escapa de lo nacional: Pinsese en un gnero multisecular como
la comedia, un procedimiento inconfundible como la rima, un vasto movimiento, europeo y hasta
mundial como el Romanticismo (Guilln 27). Guilln considera que la literatura comparada
ante todo es una gran reflexin en torno a unas dimensiones bsicas de la historia de la literatura,
y claramente, el intento de una reflexin totalizadora: de convertir el conocer individual o
especializado en un saber ms amplio (Guilln 27), lo cual ser un propsito principal de la
teora comparatista.
Sin embargo, no solo el hecho de la comparacin genera una discusin en el concepto de
literatura comparada, sino que tambin se ve problematizada en cuanto a su orientacin y objeto
de estudio, as lo menciona la autora Mara Mercedes Enrquez Aranda: Desde sus comienzos,
la literatura comparada ha seguido dos direcciones diferentes: una orientacin histrica de raz
francesa y una orientacin terica de raz norteamericana1 (Enrquez 2). Dicho conflicto parte,
por supuesto, del intento de encontrar un objeto de estudio esencial para la disciplina. Por un
lado, el enfoque francs acepta de una manera desconfiada la comparacin entre la literatura y
otras reas del conocimiento, mientras que la escuela norteamericana permite de una manera ms
1Segn el texto de Jordi Llovet et al, Teora literaria y literatura comparada, afirmar que existi una absoluta
oposicin entre una escuela norteamericana y una francesa es errneo, ya que, existieron excepciones de crticos de
diferentes nacionalidades que apoyaron una u otra nocin. Por ejemplo, el crtico francs Ren Etiemble, era
partidario de las ideas sobre el comparatismo impuestas por el checo-estadounidense Ren Wellek (Llovet et al 362).
Sin embargo, cito a Enrquez para asegurar que existieron dos corrientes de pensamiento que se oponan entre s
dentro de la concepcin investigativa de la Literatura Comparada.
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o menos limitada dicho anlisis. Los conflictos entre las escuelas logran que se genere un gran
desacuerdo en la delimitacin de un objeto de estudio diferenciado y de una metodologa
especfica para la Literatura Comparada. Por ejemplo, Enrquez Aranda citando a Remak
muestra una de las aceptaciones respecto a la aceptacin de la inclusin de otras reas no
literarias como objeto de comparacin: (La funcin de la literatura comparada es) dar () una
comprensin mejor y ms comprehensiva de la literatura como un todo () Esto se lograr ms
cabalmente si adems de relacionar entre distintas literaturas se relaciona tambin la literatura
con otras esferas del conocimiento y de la actividad humana, especialmente con los campos
artsticos e ideolgicos (Enrquez, citando a Remak, 3).
Si regresamos a la concepcin de la Literatura Comparada que plantea Guilln, ser posible
darse cuenta de que a pesar de los conflictos entre escuelas y la lucha por definir un objeto de
estudio, el objetivo de la Literatura Comparada consiste, sobre todo, en superar esas fronteras
nacionales que no le permiten a la literatura confundirse con otras literaturas y ramas del
conocimiento. Es por esto que Guilln decide alejarse de una definicin de lo nacional, para
comenzar a referirse a lo supranacional: Y digo supranacional, mejor que internacional, para
subrayar que el punto de arranque no lo constituyen las literaturas nacionales, ni las
internacionales (Guilln 27). La Literatura Comparada es sobre todo, una literatura del mundo,
Guilln lo dice de la siguiente manera:
Acerqumonos a nuestra disciplina sin perder de vista este cariz inicial, la
Literatura Comparada como afn, proyecto, actividad frente a otras actividades.
Deseo, digamos por lo pronto, de superacin del nacionalismo en general y del
nacionalismo cultural en particular, es decir, de la utilizacin de la literatura por
vas provincianas, instintos narcisistas, intereses mezquinos, propsitos polticos
frustrados. (Guilln 28)
A pesar de todo, la definicin de Guilln como el pensamiento de Remak tendran que pasar por
un largo proceso de acuerdos y desacuerdos para poder ser ubicados en tan solo una parte de lo
que sera una larga bsqueda de definiciones, sentidos y hallazgos de un objeto de estudio
correcto dentro de la disciplina comparatista. Cul era el objetivo de la Literatura Comparada
dentro de los estudios literarios? Esto sera algo que necesitara de muchas exploraciones para
que por lo menos las investigaciones comparatistas tuvieran una suerte de estabilidad, puesto
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que, del anti-nacionalismo arraigado del que habla Guilln a estudios extremadamente
historiogrficos y nacionalistas, solo existi un paso confuso de uniones y contrariedades.
Adems, justo en el momento en que la historiografa se apoder de las investigaciones
comparatistas y los crticos iniciaron su oposicin al preguntarse por la obra literaria en relacin
con el universo de influencias que le concernan, no solo en su imitacin, si no, y sobre todo, en
sus diferencias, la inclusin de otras disciplinas dentro del anlisis comparatista tambin se vio
sumergido dentro de la problemtica.
1.1.1 Cuestiones histricas
En el compendio de textos titulado: Teora literaria y literatura comparada, realizado por Jordi
Llovet y otros autores2, se menciona la ubicacin que la Literatura Comparada ha tenido en su
desarrollo junto a la Crtica literaria, la Teora de la literatura y la Historia de la literatura. Su
evolucin marcada, sobre todo, por la de las otras tres la ha llevado a modificar todo el tiempo
sus ideales. Yves Chevrel, en su texto La Littrature compare, la defina como: al mismo
tiempo, desplazamiento hacia los otros y estudio del desplazamiento hacia los otros (Chevrel 8),
por otro lado, Claudio Guilln en Entre lo uno y lo diverso, insista en que el objetivo principal
de la disciplina era () la investigacin, explicacin y ordenacin de estructuras diacrnicas y
supranacionales (Guilln 408). Estas dos definiciones marcaran los puntos de crisis y
encuentro de la mayor parte de la historia de la Literatura Comparada.
Antes que nada, aunque la Literatura Comparada tiene una existencia acadmica hasta finales del
siglo XIX y comienzos del XX, es indispensable mencionar el inters que se tena por la
comparacin desde mucho antes. Llovet et al, lo aclaran refirindose al inters aristotlico por la
universalidad y la comparacin, como tambin a la concepcin estoica de una humanitas que
juntara a los distintos pueblos razas e idiomas. Sin embargo, el planteamiento universal de
Aristteles no entrelazaba a la literatura con otros mbitos del discurso, asunto que continu
siendo de la misma forma hasta llegado el siglo XIX. Segn el autor, esto se debe a varios de los
problemas histricos relacionados con las lenguas, la desintegracin de la Potica unitaria y al
papel que adquieren las literaturas nacionales en el proyecto esencial del Estado nacin, ya que
2Robert Caner, Nora Catelli, Antoni Mart Monterde, David Vias Piquer.
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gracias a estos cambios las necesidades de la literatura se introdujeron en un proceso de tensin
entre culturas que cada vez se volva ms poltico y menos interdiscursivo (335).
Uno de los antecedentes ms claros de lo que entendemos como Literatura Comparada se deriva
de dicha concentracin en el concepto de nacin, puesto que es una cuestin que acentu la
diversidad de las culturas y visibiliz las diferencias. En Historia comparada de la literatura, el
autor Joseph Texte, nombra al Romanticismo para evidenciar la idea de nacin presente en el
movimiento:
Por una parte ha suscitado (...) un movimiento de cada pueblo haca sus orgenes,
un despertar de la consciencia colectiva, una concentracin de sus fuerzas
dispersas o malgastadas para crear obras genuinamente autctonas. Por otra parte,
ha provocado, por un contraste inesperado, una difuminacin de las fronteras, una
comunicacin ms libre entre pueblos vecinos, una comprensin ms completa y
abierta de las obras extranjeras. En un cierto sentido, ha sido agente de
concentracin; en otro, ha sido un fermento de disolucin. Al mismo tiempo que
constitua, primero por reaccin y luego por emulacin, las literaturas nacionales,
preparaban el advenimiento de una literatura internacional o, al menos, europea.
(Texte 23).
Este aspecto es interesante, ya que demuestra que la Literatura Comparada parte del
nacionalismo para escapar de l. Es ella la que surge del inters que posee Europa por
comprender los nuevos hilos de relacin que se establecen en su cultura. Europa necesita de la
Literatura Comparada para analizar su propia trasformacin.
De esta manera George Steiner en su texto, Qu es la literatura comparada, afirma: La
literatura comparada lee y escucha despus de Babel; presupone la intuicin, la hiptesis de que,
lejos de ser un desastre, la multiplicidad de las lenguas humanas () ha sido la condicin
indispensable para que hombres y mujeres gocen de la libertad de percibir, de articular y de
escribir el mundo existencial en plural libertad. (Steiner, 133). El inters de la Literatura
Comparada se transform en una bsqueda por una visin amplia que denotara una
universalidad. As lo menciona Llovet et al, La literatura deja de ser una, sustentada firmemente
por la retrica y la potica, concretada en diversas lenguas: la literatura pasa a ser las
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literaturas. (Llovet et al 337). Este pensamiento respecto a la universalidad lo compartan
varios pensadores de la poca por ejemplo, Arthur Schopenhauer en La lectura, los libros y otros
ensayos, afirma: La verdadera cultura humana exige, por el contrario, la universalidad y una
mirada extensa, es decir, para un intelectual, en el sentido elevado de la palabra, un poco de
polihistoria. Pero para ser completamente filsofo, es preciso reunir en el cerebro los polos ms
distantes del saber humano. De otro modo, dnde podran encontrarse?. (Schopenhauer 143)
La literatura como concepto universal y sobre todo, como objeto que influye determinantemente
en la sociedad, desde el lenguaje y sobre todo, hacia la nacin, implica la evolucin de un
pensamiento poltico en el sentido de la relacin cultural que produjo la poca del XIX, en
donde, y como lo dira Llovet et al citando a Madame de Stael en De lAllemagne: Las naciones
deben servirse de gua las unas a las otras, y todas haran mal de privarse de las luces que puedan
prestarse mutuamente. (Llovet et al, citando a Stael, 340). De esta manera, es evidente la nueva
idea de relacin entre identidad y alteridad, adems del papel de la universalidad como horizonte,
simplemente lo que Goethe llam Weltliteratur.
Sin embargo, se puede tornar paradjico que el deseo universal de Goethe necesite del propio
nacionalismo para existir, y de repente la necesidad de una unidad literaria en Europa puede ser
constituida en los mismos trminos que las identidades nacionales, puesto que el hecho de
interrelacionar varias partes de Europa en un inters universalista considera, ya de por s, la
existencia de estados nacionales europeos. Texte, habla de dicho universalismo goethiano frente
al nacionalismo napolenico francs, para afirmar dicha interaccin:
La crtica comparativa no naci en Francia. Su patria es Alemania, y surgi como
una rebelin contra el despotismo del yugo francs () Para combatir al
extranjero es necesario estudiarlo y conocerlo, y, para sustituirlo por modelos
nuevos, familiarizarse a la literatura a la que representan. () Si el nacionalismo
ha surgido de la crtica comparativa, tambin ha surgido el cosmopolitismo e
internacionalismo. El da en el que se forme la nueva literatura europea, toda la
crtica literaria ser necesariamente internacional. Ese da, por encima de las
fronteras polticas () se habran tendido y anudado los lazos invisibles que
unirn los pueblos con los pueblos y que construirn, como en la Edad Media, el
alma colectiva de Europa. (Texte 23)
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De este modo, la friccin de culturas que necesitan ponerse en relacin ser la base del desarrollo
de un tipo de comparatismo que podra denominarse nacionalista, puesto que varios de los
estudios que comprenden la Literatura Comparada, como lo es incluso el inters goethiano de la
universalidad de la literatura, son incomprensibles sin el nacionalismo que se pone en conflicto.
1.1.2 Definiciones? Metodologas?
Jordi Llovet et al, aclaran que el primer catedrtico de la Literatura Comparada, o mejor an, de
Historia Comparada de las Literaturas, en el sentido de exploracin de las naciones europeas que
buscaban puntos de encuentro y desencuentro, fue Joseph Texte haca el ao 1897 en la
Universidad de Lyon. Es interesante observar sus puntos de vista frente a estos puntos
definitorios de la Literatura Comparada; dice Texte en Literatura Comparada. Principios y
mtodos que es la oposicin misma entre las almas nacionales, la que ha hecho nacer la crtica
comparativa como tal, puesto que la disciplina no ha nacido realmente del inters de unir las
naciones entre s en un utpico universalismo, si no que por el contrario, surge de la tendencia a
defender el genio de cada nacin contra la influencia de las naciones vecinas (Texte 27).
Tambin afirma: De hecho, el contacto de una nacin con las naciones vecinas no produce
necesariamente una disminucin de su originalidad (Texte 28). A pesar de todo, el autor en Los
estudios de Literatura Comparada en el extranjero y en Francia, texto citado por Llovet et al,
intenta afirmar que existen ms motivos para creer en el alejamiento de las literaturas nacionales
que darn paso a las tendencias internacionales que se adentrarn en los estudios de la historia
literaria: La historia literaria tiene una tendencia manifiesta a dejar de ser nacional o local y
convertirse en europea e internacional (Texte, citado por Llovet et al, 339).
Sin embargo, esta descripcin solamente logr que se considerara a la Literatura Comparada
como una rama de la filologa historicista y positivista. Adems de verse inscrita en un panorama
de relaciones propio de las teoras comparatistas de las ciencias naturales en donde un hecho
literario era contrapuesto frente al segundo. As comenzaron los primeros usos bastantes
intuitivos e imprecisos de la disciplina, en donde, al igual que en la teora comparatista cientfica
se pensaba que era posible construir o reconstruir la unidad total a partir de sus partes, todo
gracias a la comparacin. Llovet et al, citan a Jean-Jacques Ampre para dar cuenta de estas
ideas: La teora debe nacer conocimiento profundo de los hechos. Es de la historia comparativa
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de las artes y de la literatura de todos los pueblos que debe surgir la filosofa de la naturaleza y
las artes () Hay que reconocer en la sucesin de productos poticos, las verdaderas
formaciones semejantes a las que la geologa establece en la serie de los terrenos que han
formado poco a poco la corteza del globo (Llovet et al, citando a Ampre, 348).
Del hecho de pensar en el comparatismo como una manera de relacionar los aportes de todos los
lugares del globo para, as mismo, crear un conjunto de nuevas influencias surge en 1931 la
definicin de Paul van Tieghem en donde: El objeto de la literatura comparada () es
esencialmente estudiar las obras de las diversas literaturas en sus relaciones entre s. Concebida
en trminos tan generales, comprender, al no considerar ms que el mundo occidental, las
relaciones entre las literaturas griega y latina, la deuda de las literaturas modernas, despus de la
Edad Media, con las literaturas antiguas y, en definitiva, las relaciones de las literaturas entre s
(Llovet et al, citando a Tieghem, 350). Esta definicin es la que impregnar en su mayora los
estudios sobre el comparatismo que se realizaran durante el siglo XX.
De esta manera, las relaciones entre las obras y los autores se establecen a partir de unas
delimitaciones estables, reconocibles como nacionales o lingsticas: Una vez fijada la frontera
entre dos literaturas, nos proponemos estudiar todo cuanto, en el dominio literario, pasa de un
lado a otro, de manera que ejerza una accin. () Todo estudio de literatura comparada,
decamos, tiene por finalidad describir un paso, el hecho de que algo literario sea transportado
ms all de la frontera lingstica (Llovet et al, citando a Tieghem, 350).
Adems: La literatura comparada, prolongar en todos los sentidos los resultados alcanzados
por la historia literaria, los reunir a los que, por su lado, hayan sido conseguidos por los
historiadores de otras literaturas, y de esta red compleja de influencias constituir un dominio
aparte. No pretender sustituir las diversas historias nacionales, sino que las completar y las
unir, al mismo tiempo que tejer, entre ellas y por encima de ellas, las redes de una historia
literaria ms general (Tieghem, citado por Llovet et al, 351). Esta concepcin, de una literatura
ms general e incluso auxiliar de las historias de las literaturas nacionales, ya bastante alejada de
la de Goethe, reduce el inters de la disciplina a los intercambios e influencias visibles,
despojado del esfuerzo de sntesis y de la amplitud de mirada general sobre la especificidad
literaria. Segn Llovet et al, el hecho de sobreponer la metodologa por sobre el concepto
literario es perjudicial para el objeto de estudio, puesto que, supone alejarse cada vez ms de l
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hasta convertirlo en algo casi que innecesario. Adems, el hecho de querer construir una idea
general de la literatura genera de por s, una desjerarquizacin del objeto de estudio y un olvido
de la originalidad individualizante que el arte estaba experimentando durante el siglo XIX.
Llovet et al agregan a esta problemtica la importancia fundacional de la discursividad que existe
en la concepcin del escritor, puesto que olvidar que para la literatura de la poca moderna y
contempornea el hecho de borrar la tradicin para no caer en la imitacin es una caracterstica
principal solo genera que nuevamente el comparatismo est olvidando analizar realmente a su
objeto de estudio: la Literatura:
Cuanto ms brillante, decisivo sea un autor o una obra, menos rastreable ser
aquello tan importante para los comparatistas positivistas, incluso es posible que
no haya nada, absolutamente nada que rastrear, puesto que los autores
absolutamente decisivos de la literatura desbordan no solo la historia de la
literatura, sino tambin su historia, su propio tiempo, que nace despus de ellos.
(Llovet et al 352)
Dejar de lado esta cuestin generara no solo el alejamiento del comparatismo frente a su objeto
de estudio, sino que tambin, al olvidar la Literatura Comparada la Literatura solo estara
encaminndose a su propia autodestruccin.
El objeto de la Literatura Comparada, desatendiendo el verdadero instante decisivo de la
creacin de las obras, quedaba limitado a su historia externa, los cambios sucesivos en su
desarrollo, sus traducciones, sus imitaciones, o un fragmento del mltiple material que ha
contribuido a su formacin, cosa que convierte los trabajos comparatsticos en meros catlogos
bibliogrficos (Llovet et al 355). Ya en 1903 no tardaron en llegar las crticas frente a esta
manera de abordar el comparatismo. El hecho de abordar a las literaturas solo por el papel que
juegan dentro de una nacin, o simplemente desde su historia externa no lograba analizar
realmente la obra literaria sino, que por el contrario, simplemente consegua mostrar un catlogo
de sucesos externos a las obras. As lo explica Benedetto Croce, en la traduccin que cita Llovet
et al, de su ensayo Storie nazionalistiche e modernistiche della letteratura:
No es cierto que los poetas y otros artistas sean expresin de la conciencia
nacional, de la raza, de la estirpe, de la clase, ni de nada parecido. Y si los poetas
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no explican la consciencia nacional, si Goethe no explica Alemania, ni Dante
Italia, ni Molire Francia, ni Shakeaspeare Inglaterra, ni Cervantes Espaa,
qu explican? A s mismos, y, en s mismos, todo el universo: no Alemania,
Francia o Italia, que son grandes cosas, pero demasiado pequeas en el universo; o
tambin, pero en tanto que estn fundidas en el universo. (Croce 186)
De la misma manera advierte Arturo Farinelli en, Il sogno di una letteratura mondiale:
Mejor sera renunciar resignados tanto al sueo del dominio sobre los pueblos
como a la quimera de una literatura universal. Escalofriados, tras los horrores de
una guerra sin fin, asistimos al naufragio de la poltica llamada mundial. Y todo
fulgor es abatido bajo la loca presuncin y enorgullecimiento por el dominio ms
extenso y absoluto. Pacficamente llega al crespsculo el sueo de una literatura
mundial, que podemos asociar a la famosa Weltpolitik. [] para la literatura
que no es de efecto o de palabra, el mundo ms grande, el nico mundo es el
corazn del individuo [] Toda la universalidad se concentra en la intimidad.
(Farinelli 145-148)
1.1.3 Crisis? Nuevos caminos?
Hacia 1958 el crtico literario Rene Wellek, en La crisis de la literatura comparada, pone en
evidencia la clara crisis que la disciplina est sufriendo: La seal ms grave de la precaria
condicin de nuestro estudio es el hecho de que no ha sido capaz de establecer un objeto
diferenciado y una metodologa especfica (Wellek 211). Wellek criticaba el hecho de que el
estudio de la literatura comparada estuviera basado en una acumulacin desmedida de hechos
histricos aislados que no ayudaban en la verdadera comprensin de la obra literaria. Adems,
para Wellek, la idea de analizar la literatura a travs de un falso historicismo impulsaba a la
teora comparatista a un pensamiento acerca de la posibilidad de anlisis de la historia sin
ninguna necesidad de recurrir a una teora o un criterio, cosa que para el autor resultaba absurda.
Por ejemplo, las ideas sobre el comparatismo de Jean-Marie Carr en su prlogo La literatura
comparada, afirman el descontento de Wellek: La literatura comparada es una rama de la
historia literaria: es el estudio de las relaciones espirituales internacionales, de los contactos
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reales () entre las obras, las inspiraciones, y aun entre las vidas de los escritores que
pertenecen a literaturas diversas (Carr 8), adems menciona: La literatura comparada no
considera esencialmente las obras en su valor original, sino que se refiere sobre todo a las
transformaciones que cada nacin y cada autor han operado sobre sus prstamos (Carr 8).
De esta manera las ideas respecto a la concepcin de la Literatura Comparada se dividi en dos.
Por un lado un modelo historicista positivista, y por el otro un modelo terico encabezado por las
ideas de Wellek, quien denunci todo el tiempo el hecho de que se reinstaurase el centro del
comparatismo en el nacionalismo que deba, supuestamente, ser superado3.
Segn Llovet et al, para superar esta crisis Wellek propone una reorientacin en tres mbitos
fundamentales: El primero, deshacerse de las inercias y lastres que el trmino comparada
arrastra, superar la demarcacin artificial entre literatura comparada y literatura general, y
comenzar a hablar definitivamente del estudio de la literatura o de la investigacin literaria,
como una disciplina unificable desembarazada de restricciones lingsticas. (Llovet et al 365).
Para Wellek la verdadera investigacin literaria no se interesa por los hechos inertes, sino por los
valores y las calidades, con lo cual reivindica una unidad esencial entre historia y crtica de la
cual no puede desprenderse el hecho comparativo. Puesto que, segn el autor, un comparatista
que no se perciba a s mismo como crtico no tiene la capacidad de analizar, caracterizar o
evaluar una obra de arte. As menciona Wellek:
En la investigacin literaria, la teora, la crtica y la historia colaboran para lograr
su objetivo principal: la descripcin, interpretacin y evaluacin de una obra de
arte o cualquier conjunto de obras de arte. La literatura comparada que, al menos
entre sus tericos oficiales, ha rehuido esta colaboracin y se ha aferrado a las
relaciones fcticas, orgenes e influencias, intermediarios y reputaciones, como
sus nicos tpicos, debe encontrar la manera de regresar a la gran corriente de la
investigacin y la crtica contempornea. (Wellek 218)
3De la mano del mismo Carr ya se haba realizado una propuesta conceptual, la imagologa, encargada del estudio
de las ilusiones nacionales y de las ideas fijas que unas naciones tienen de otras, cosa que para Wellek supone, ms
que extender el alcance de la literatura comparada, diluirlo en psicologa nacional, o en la historia de la cultura, a su
vez puestas al servicio del mismo patriotismo. En definitiva, respecto a la imagologa, definida por Carr, en los
siguientes trminos: La recproca interpretacin de los pueblos, de los viajes y de los espejismos, Cmo nos vemos y nos enjuiciamos recprocamente ingleses y franceses, franceses y alemanes, etc (Carr 8).
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De este modo, es interesante observar la manera en la que Wellek propone una nueva orientacin
de la Literatura Comparada, en donde el objeto de estudio, es decir el texto literario sea
considerado como una estructura de signos que implica y exige significados y valores. Es la obra
literaria la que puede superar las fronteras nacionales a travs de su propio sentido, puesto que,
un texto en su contenido propio est ms all del ser humano, y segn Wellek, al ser la obra una
creacin que supera la mortalidad genera una universalidad que se manifiesta hasta los puntos
ms profundos de la teora literaria. La Literatura Comparada debe ser el estudio de la literatura
independientemente de las fronteras lingsticas, tnicas o polticas. Gracias al pensamiento de
Wellek inician planteamientos que se caracterizan por concebir la Literatura Comparada como
algo ms que una rama de la Historia de la Literatura. Igualmente, Henry H. Remak partidario
del pensamiento de Wellek, en su texto Literatura comparada. Definicin y funcin, asume el
riesgo de configurar a la Literatura Comparada como un puente entre disciplinas:
La literatura comparada es el estudio de las literaturas ms all de las fronteras de
un pas particular y el estudio de las relaciones entre literatura y otras reas del
conocimiento o de opinin, como las artes (pintura, escultura, arquitectura,
msica), la filosofa, la historia, las ciencias sociales (poltica, economa,
sociologa), las ciencias naturales, la religin, etc. En resumen, es la comparacin
de una literatura con otra u otras y la comparacin de la literatura con otros
mbitos de expresin humana. (Remak 90)
Aparecen entonces nuevas relaciones alejadas de la historia que dan paso a la introduccin de
nuevas disciplinas artsticas y nuevos campos de la teora de la literatura (estructuralismo,
semitica, recepcin, hermenutica). Un ejemplo de estas nuevas relaciones entre comparatismo
y otras teoras literarias, es el planteamiento que hace el autor Roland Barthes acerca de una
nueva concepcin de la crtica y la Historia de la Literatura, en contra de los pensamientos
positivistas, que segn l, al contrario de ser objetivos e interpretativos se concentraban en
relaciones moralistas y generales sobre el hombre (la historia, la literatura, relaciones
psicolgicas entre autor y obra, etc). Barthes en Sobre Racine y sobre todo en su captulo
Historia o Literatura considera que es el momento de superar la realizacin de una crtica basada
en la suma de hechos histricos, referencias, influencias y fuentes. Puesto que, reclama una
historia no de la literatura, sino de la funcin literaria. Para Barthes el texto literario era algo ms
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que una investigacin de sucesos y referencias a un autor. Llovet et al explican de la siguiente
manera el pensamiento de Barthes: Cuando reclama que la obra deje de ser considerada como el
efecto de una causa, y se abandone la relacin analgica entre las obras y sus modelos,
proponiendo que, al contrario, la crtica se pregunte por los procesos de deformacin ms que
por los de imitacin, y que en lugar de preguntarse obsesivamente por los orgenes, la crtica se
preocupe de manera decidida sobre como el posible modelo resulta deformado, negado,
desvanecido (Llovet et al, citando los aspectos ms importantes de Historia o Literatura de
Barthes 370).
De este modo, no solo entran en el estudio comparatista paradigmas de pensamiento relacionados
especficamente con la teora literaria, sino tambin con otras ramas del conocimiento y con otro
tipo de expresiones humanas. Este asunto del estudio de las influencias sera el primer paso para
el reconocimiento de una nueva nocin dentro de la Literatura Comparada: la intertextualit, que
a partir del pensamiento del terico Mijail Bajtin desarrollar Julia Kristeva.
1.1.4 Hilos que se atan
Finalmente, y a pesar de todo, La Literatura Comparada, sea como sea, crea vnculos. Estos hilos
que se atan vienen desde los aspectos ms cercanos y relacionales, hasta de lo ms inimaginable.
La literatura se relaciona con otros paradigmas del pensamiento y segn Goethe, quien muchos
aos antes que Bajtin se percat de la necesaria unificacin de un pensamiento comn a todas las
culturas, son estos hilos que vienen del exterior, los cuales, al conectarse permiten al ser humano
llegar a una verdadera universalidad de pensamientos.4Adems, es desde el ser humano como
sujeto pensante que estos hilos entre el arte, no solo literario, y la vida, pueden ser finalmente,
conectados As, haca 1979 el terico ruso Mijail Bajtin en Esttica de la creacin verbal,
menciona: El arte y la vida no son lo mismo, pero deben convertirse en m en algo unitario,
dentro de la unidad de mi responsabilidad (Bajtin 279). La relacin entre la vida y las culturas,
y la literatura y el arte, son el primer comienzo hacia un nuevo anlisis universal del pensamiento
de la humanidad.
Jordi Llovet et al, citan de Conversaciones con Goethe de Johann Peter Eckermann, una nocin
respecto a lo que para el alemn significaba la cultura:
4Esto lo estoy referenciando de Llovet et al 375.
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Hay inicialmente en nosotros determinadas facultades, pero al desarrollo de estas
es a lo que debemos el poder gozar de las influencias de un vasto mundo en el
cual nos apoderamos de lo que podemos y nos es ms apropiado. Yo debo mucho
a los griegos y a los franceses, y es menester agradecer lo que me han dado
Shakespeare, Sterne y Goldsmith. Pero no son stas solas las fuentes de mi
cultura. Al pretender saberlo daramos con un mundo infinito, y poca utilidad iba
a resultar de tales investigaciones. Lo importante es que poseamos un alma
apasionada por la verdad y que sepa captarla all donde la encuentre. (Llovet et al,
citando a Echermann, 376)
Tanto para Goethe como para Bajtin dentro de la capacidad del ser humano exista una capacidad
natural de relacionar su propio universo investigativo textual con otros, cuestin que permitira
una gama de relaciones que se complementaran y enriqueceran a las investigaciones de las
dems culturas. Adems el ser humano al habitar la obra literaria, no solo desde s misma, y no
solo desde el texto, encontrara nuevas posibilidades de relacionarse con la obra desde un mbito
apartado a la palabra escrita. Asunto que podra considerarse lo extratextual.5
Es por esto que Bajtin propone el trmino dialogismo, el cual es basado en la importancia que
debe tener cada discurso subjetivo frente a otros discursos subjetivos ajenos. As, segn Bajtin,
en Esttica de la creacin verbal, cada discurso individual se forma y se desarrolla a travs de
los discursos que lo circundan. Adems, para el autor es bastante importante la existencia de un
dialogo inconcluso, puesto que, lo incompleto es el punto de partida para la expresin relacional
(Bajtn 279). Bajtn considera que la vida, naturalmente, es dialgica: Vivir significa participar
en un dilogo: significa interrogar, escuchar, responder, estar de acuerdo, discrepar, asentir,
contradecir, etc. (Llovet et al 376). Este dilogo logra que el hombre participe en su totalidad,
que se comunique y que se entregue por completo a la palabra, a un infinito tejido dialgico.
Bajtin en Teora y esttica de la novela, afirma la importancia que para l posee la palabra que
entra dentro del dialogismo, pues es ella la nica que genera una frontera entre el discurso
subjetivo e individual y los dilogos ajenos. La palabra siempre est poblada de otros discursos y
5Lo coloco entre comillas puesto que lo extratextual a travs del pensamiento de Bajtin se convertira en solo una
apariencia, puesto que, es la obra la que necesita de sus otras relaciones para existir. Lo extratextual finalmente, se transformara en esencia misma de lo textual.
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solamente en el momento en que el hablante la habita con su intencin propia la transforma de
sentido y la convierte en algo propio. Es decir, que la palabra todo el tiempo habita en un suceso
de transformaciones entre lo individual y lo ajeno. La palabra en su fluir genera un verdadero
proceso dialgico: Hasta el momento de su apropiacin la palabra no se halla en un lenguaje
neutral e impersonal (el hablante no la toma de un diccionario!) si no en los labios ajenos, en los
contextos ajenos, al servicio de unas intenciones ajenas: de ah que necesite tomarla y apropiarse
de ella (Bajtn 110).
La construccin de una voz propia es un proceso que solo puede ser llevado a cabo a travs de la
seleccin de palabras ajenas. El dilogo con lo que se aparta genera una continua evaluacin de
lo que es o no es propio. Sin este dilogo no podra existir una verdadera construccin de la
comprensin de un enunciado, tampoco podra existir ningn pensamiento independiente. La
particularidad del dialogo recae en su diversidad. El lenguaje para Bajtin no se define como un
simple sistema de signos, sino que, por el contrario, todo signo tiene un valor y un sentido. Cada
partcula del lenguaje est cargada de una fuerza histrica e ideolgica que crea una diferencia y
una opinin. La relacin con la palabra ajena es una carga llena de sentido, ya que, no se sabe
que tanto pueda decir. Es esta palabra la que crea sentidos diversos y significativos, pues, ya que
su sentido est abierto al proceso dialgico puede ser introducida en nuevos contextos, en un
nuevo material, en una nueva faceta (Bajtn 162-163) As, el estudioso del comparatismo en
trminos bajtinianos, no buscara en un texto meros datos historiogrficos (fuentes,
influencias), si no, el sujeto que le permita obtener el beneficio de ese proceso dialgico: su
otredad. Dice Bajtin en esttica de la creacin verbal:
La insuficiencia, la imposibilidad de la existencia de una sola consciencia. Yo me
conozco y llego a ser yo mismo solo al manifestarme para el otro, a travs del otro
y con ayuda del otro. () No aquello que sucede dentro, sino lo que acontece en
la frontera de la consciencia propia y la ajena, en el umbral () Y todo lo interno
no se basta por s mismo, est vuelto haca el exterior, est dialogizado. () Ser
significa comunicarse. () Ser significa ser para otro y a travs del otro ser para
s mismo. El hombre no dispone de un territorio soberano interno sino que est,
todo l y siempre, sobre la frontera, mirando al fondo de s mismo el hombre
encuentra los ojos del otro o ve con los ojos del otro. (Bajtn 327-328)
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Entonces, Bajtn al encontrar en el otro un camino para la interpretacin verdadera y, sobre todo,
al pensar en lo subjetivo y lo propio como algo que debe ser necesariamente construido desde el
exterior, crea un nuevo pensamiento que para la Literatura Comparada sera una base muy til
dentro de la metodologa de investigacin que buscaba obtener la disciplina. Este planteamiento
de Bajtn basado en el principio dialgico y en lo que precisamente llam lo intersubjetivo,
resulta muy claro en lo que respecta a la figura del escritor en sus relaciones con la literatura.
Segn Llovet et al (378) as lo entendi Julia Kristeva en 1967, al publicar en la revista Critique:
Bakhtine, le mot, le dialogue et le roman, artculo que puede encontrarse en su libro Semitica,
donde, partiendo de la nocin bajtiniana de dialogismo retom la nocin de intersubjetividad en
trminos de intertextualidad. Para Kristeva, todo texto se construye a travs de lo otro, todo texto
es transformacin de otro texto, y en este sentido, el lenguaje en el que la autora se basa: el
potico, tiene la posibilidad de ser ledo como doble y ambiguo, ya que, el lenguaje potico
siempre evoca significados discursivos diversos. En el espacio potico siempre aparecen nuevos
significados y sentidos, pues es en l en donde ms aparecen discursos ocultos y ajenos: un
espacio intertextual mltiple. El texto literario se inscribe en un conjunto amplio de textos en
tanto que rplica de otros textos. As lo explican Llovet et al: La palabra extranjera entrara en
la red de la escritura, que la absorbe, redefiniendo la escritura como el sentido productivo de la
lectura, recordando que el verbo leer tena, en los antiguos, el sentido de recoger, de recolectar,
de espiar, de reconocer las huellas, pero tambin el de tomar, robar, etc. Leer denota, vuelto
escritura, una participacin agresiva, una activa apropiacin de lo otro (Llovet et al 378).
En este sentido, en Esttica de la creacin verbal aparece una nocin bajtiniana respecto a los
trminos ms amplios de la otredad, la complementacin y el dilogo de las culturas: la
extraposicin:
En la cultura, la extraposicin viene a ser el instrumento ms poderoso de la
comprensin. La cultura ajena se manifiesta ms completa y profundamente solo a
los ojos de otra cultura. () Un sentido descubre sus profundidades al
encontrarse y tocarse con otro sentido, un sentido ajeno: entre ellos se establece
una suerte de dilogo. () Planteamos a la cultura ajena nuevas preguntas que
ella no se haba planteado, buscamos su respuesta a nuestras preguntas, y la
cultura ajena nos responde descubriendo ante nosotros sus nuevos aspectos, sus
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nuevas posibilidades de sentido. () En un encuentro dialgico, las dos culturas
no se funden ni se mezclan, cada una conserva su unidad y su totalidad abierta,
pero ambas se enriquecen mutuamente. (Bajtn 352)
De esta manera, una comprensin desde la extraposicin genera una relacin creativa con el otro,
en donde no se olvida el origen de la comparacin, si no que por el contrario esta se enriquece.
As, siguiendo el pensamiento de Bajtn, nadie puede comprenderse ntegramente si no existe
este esclarecimiento de sentidos a travs del otro. Cuando la unidad se reconoce incompleta y
fragmentada encuentra en el otro el resto de sentido que le haca falta.
1.1.5 Intertextualidad
En el mbito literario, segn el autor Jess Camarero en su texto Intertextualidad, redes de textos
y literaturas transversales en dinmica intercultural, resulta sencillo establecer relaciones entre
diferentes textos mediante temas comunes (23). El texto es un tejido en el cual se atan miles de
posibilidades y paralelismos, de este modo, las relaciones que se forman entre los textos es lo
que se llama intertextualidad. Desde este punto de vista, la literatura adquiere una nueva
posibilidad de anlisis, y sta evoca una nueva posibilidad de sentido. El concepto literario
comienza a ser estudiado desde adentro, es decir, que el significado de lo literario se buscar
desde las interacciones que presentan los textos.
Sin embargo, para Camarero es importante esclarecer las diferentes definiciones respecto a la
intertextualidad para matizar realmente su verdadero valor dentro de los estudios literarios. As,
habla de la definicin de J.F. Chassay en su Dictionnaire du Littraire: En sentido estricto, se
llama intertextualidad al proceso constante y quiz infinito de transferencia de materiales
textuales en el interior del conjunto de discursos. Desde este punto de vista, todo texto puede
leerse como si fuera confluencia de otros enunciados, dando lugar a unas relaciones que la
lectura y el anlisis pueden construir o desconstruir a cual mejor. En un sentido ms corriente,
intertextualidad designa los casos manifiestos de relacin de un texto con otros textos.
(Camarero, citando a Chassay, 25). Para Camarero esta definicin contiene dos puntos
importantes, el primero en cuanto a la intertextualidad como proceso infinito de transferencia, sin
lmite temporal, asunto que evidencia la consideracin de la literatura como un sistema total en
cuyo centro se llevan a cabo profundas relaciones intertextuales. Y segundo, el hecho de la
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construccin (evidenciacin de la relacin intertextual), o desconstruccin (descomposicin
analtica de los elementos en relacin), es decir, que la intertextualidad al presentar dentro de s
este proceso analtico, requiere de un lector que es quien detecta la relacin intertextual,
produciendo as un fenmeno relacionado directamente con la recepcin. Adems, Camarero no
deja de lado el hecho de que en el momento en que se presenta la intertextualidad, aparece un
aspecto fundamental: la transformacin y modificacin reciproca de los textos implicados en la
relacin (Camarero 26). La intertextualidad es un tipo de memoria que presenta un doble
efecto histrico y esttico (Camarero 27), pues, al ser un resultado de los impulsos humanos
inestables (recuerdos, olvidos), la intertextualidad aporta informacin sobre el modelo literario
(qu autores, qu obras) y el funcionamiento de las referencias culturales (cmo se construye la
relacin entre unos y otros) de una poca. As afirma Camarero:
Las lecturas se acumulan en la memoria y luego pasan a la escritura, en la que se
representan las referencias guardadas y admiradas que constituiran, en una nueva
obra, el objeto de otras lecturas futuras: as se va construyendo la gran biblioteca
de la literatura universal intemporal, dentro de la cual cualquier escritor y
cualquier lector podr alumbrar -construir, interpretar- nuevos sentidos.
(Camarero 27)
Camarero nombra otros aportes de tericos que investigando acerca de la intertextualidad y
encaminndose por caminos de los que se han dado cuenta antes como el de Bajtn y Kristeva,
proponen definiciones sobre la prctica intertextual. Por ejemplo, de la aportacin de Kristeva
saldra el aporte de Barthes, quien siguiendo la misma lnea de pensamiento de la autora en su
artculo Teora del texto y en El placer del texto, el autor seala que el texto es una
productividad () deconstruye la lengua () y reconstruye otra lengua, adems de sealar que
todo texto, es un intertexto y que es imposible vivir fuera del texto infinito, porque todo
texto tiene ya un precedente anterior (cultural). Posteriormente, el crtico J. Ricardou afirmara
respecto a la intertextualidad: es, el conjunto de maniobras que conducen a un texto a ser
suplantado por otro. Ricardou, adems, supone que existe una intertextualidad externa
(relacin de un texto con otro), interna (relacin de un texto consigo mismo), general
(relaciones entre textos de autores diferentes) y restringida (relaciones intertextuales entre
textos de un mismo autor). En la misma poca, aparecera L. Jenny, siguiendo el pensamiento de
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Kristeva, en su artculo La stratgie et la forme, en donde definir la intertextualidad como
transformacin y asimilacin de textos. Estas teoras estaran seguidas por Eco en Lector in
fabula, quien ms bien propone que existen relaciones intertextuales icnicas, afirmando que
ningn texto se lee independientemente de la experiencia que el lector tiene de otros textos.
Otro autor como M. Riffaterre define la intertextualidad como un fenmeno que orienta la
lectura del texto, gobierna eventualmente su interpretacin y resulta ser lo contrario de la lectura
lineal. Finalmente, Camarero se refiere sobre todo, al aporte de G. Genette en Palimpsestes, en
donde se refiere a la intertextualidad como a una red de relaciones entre textos que define la
literatura en su especificidad. As, Genette, menciona que existe una transtextualidad que se
define como todo aquello que pone el texto en relacin manifiesta o secreta con otros textos.
Dentro de esa transtextualidad aparece la intertextualidad (presencia de un texto en otro texto),
esta presencia activa dentro del texto puede variar. Genette la divide entre: la cita, el plagio y la
alusin. Adems de la intertextualidad, se encuentra la paratextualidad (relacin de un texto con
su paratexto dentro de una obra: ttulo, prefacio, notas, ilustraciones), la metatextualidad
(relacin de comentarios de un texto que habla de otro texto sin necesariamente citarlo ni incluso
nombrarlo), la hipertextutalidad (relacin de un texto B hipertexto, y un texto anterior A
hipotexto, en donde el B es siempre creacin imitativa del A (parodia, pastiche) y, por ltimo,
la architextualidad (una relacin abstracta y muda, la cual est relacionada con el gnero literario
perteneciente naturalmente a una obra).6
Ahora bien, a partir de estas definiciones Camarero sita el concepto de intertextualidad en el de
la transformacin de la que se ha venido dando cuenta. El texto literario se transforma al
relacionarse y, por lo tanto, aparecen relaciones polifnicas dentro de una misma obra. La
intertextualidad: supone la interaccin entre escritura y lectura, entre escritor y lector, aboliendo
de paso, en cierto modo, las barreras preestablecidas () ya que, escritura y lectura, desde el
punto de vista intertextual, son igualmente funciones de relacin entre textos (Camarero 44). La
relacin entre el que escribe y el que lee puede considerarse problemtica, puesto que, al ser el
lector quien se aventura en el juego intertextual para buscar las redes que evoca del propio texto,
es decir, al ser considerada la literatura una suma de relaciones intertextuales en la que el texto es
importante en la medida en que es retomado por otros textos, y que no solo es creado por el autor
6 Este pequeo recorrido histrico est basado en el ensayo Historia de la intertextualidad, presente en el texto de Camarero Intertextualidad, redes de textos y literaturas transversales en dinmica intercultural. Pg, 27-34.
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sino ledo e interpretado sistemticamente por infinidad de lectores en pocas distintas y en
lenguas y culturas diversas, podra considerarse innecesario al autor. Sin embargo, la importancia
recae no en la desaparicin del autor, sino por el contrario, en la aparicin de una nueva
productividad textual en donde el hecho externo al texto puede introducirse en l y crear una
nueva red hermenutica de significados, en donde el autor ya hizo partcipe su juego intertextual
y muestra su obra para que sea sumergida dentro del efecto de las redes intertextuales7. Dice
Camarero:
La intertextualidad es una estrategia para convocar una serie de obras
pertenecientes al tesoro comn de la humanidad, de modo que el lector se vea
invitado a activar en su memoria el reconocimiento de esas obras y su interaccin
con o dentro de la obra receptora, es un proceso de descodificacin de referencias
inmersas en el texto, que el lector culminar con xito en el momento de un
desvelamiento profundo del mismo. As queda claro que la comprensin e
interpretacin del texto no es impuesta unvocamente, sino que la intertextualidad
promueve, impulsa y acrecienta la ambigedad propia de la literatura en tanto que
proceso de significacin. (Camarero 47)
En cuanto a la Literatura Comparada la intertextualidad define el comienzo del anlisis de las
relaciones no desde la acumulacin de datos histricos e influencias sino del trabajo de
transformacin y de asimilacin de varios textos distintos operada por un texto centrador que
guarda el leadership del sentido (Camarero, citando a L. Jenny en "La stratgie et la
forme", 50). De este modo la intertextualidad se convierte en una permanente recreacin de la
obra literaria en donde, a la manera del comparatismo se busca lo que une esos (los) textos con
un conjunto ms vasto y lo que los distingue de ese conjunto (Camarero, citando a F. Claudon
en Precis de littrature compare, 50).
7 Otro aspecto, que da pie a una problematizacin de la intertextualidad, y que est directamente relacionado al
juego hermenutico que realiza el lector frente a la obra literaria, es el de la originalidad. Si todo el tiempo existe
una transformacin de la obra literaria existe una obra literaria irrepetible? Respecto a esto, no hay que olvidar el juego de relaciones que se propona en la Literatura Comparada, en donde, a pesar de la existencia de una literatura
universal y de un plan universal de interpretacin de la literatura propuesto por Goethe, cada obra literaria, al igual
que cada nacin, posea unas caractersticas especficas dignas de ser compartidas con otras naciones y literaturas.
Por lo tanto, las obras se transforman y se complementan, pero nunca pierden su estado original, su lugar que les da
un espacio dentro del comparatismo y, en este sentido, en el juego intertextual.
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Como se ha visto, la intertextualidad pretende crear una red de significados donde la literatura
llegue a un punto de reflexin sobre s misma, transformndose y dejando de lado lneas
temporales definidas. La Literatura Comparada permite que exista un gran engranaje de textos
que buscan relacionarse entre s para buscar un sentido completo y universal. Sin embargo, si
regresamos un poco y pensamos en los planteamientos de Goethe en donde la literatura se
encontraba abierta a recibir desde cualquier contexto un tipo de complemento para buscar la
universalidad. Y si no vamos tan lejos y nos remitimos a la definicin que cita de Chassay el
autor Jess Camarero, al momento en que habla acerca del contexto para referirse al texto dentro
del gran engranaje literario que est rodendolo todo el tiempo, podra pensarse que el sentido de
contexto podra aplicarse no solo a lo literario, sino a esos otros panoramas externos a la
literatura que pueden dar cuenta de significaciones interesantes que tengan que ver directamente
con lo literario. Estos otros discursos son significativos puesto que pueden entremezclarse con la
significacin literaria para transformarla directamente y ampliarla en su discontinuidad.
Bien deca Bajtn desde su idea acerca del dialogismo que no existe enunciado sin relacin con
los dems enunciados. Adems, es interesante la manera en que lo afirma Tzvetan Todorov en
Mijal Bajtn: el principio dialgico: En el nivel ms elemental, toda relacin entre dos
enunciados es intertextual (Todorov 103). De esta manera, la relacin del dialogo frente al
dialogo se torna no solamente dialgica si no intertextual. Por lo tanto, la intertextualidad
pertenece al discurso. Un discurso expresa lo que se tiene, y a su vez, lo ausente. Lo otro muestra
una concepcin del mundo ajena que permite el paso al dialogo. As cita Todorov a Bajtn: La
orientacin dialgica es, por supuesto, un fenmeno caracterstico de cualquier discurso. Es la
intencin natural de cualquier discurso vivo. El discurso encuentra al discurso ajeno en todos los
caminos que conducen hacia el objeto, y no puede dejar de entrar en interaccin viva e intensa
con l. (Todorov, citando a Bajtn, 106).
Por otro lado, no solo el principio dialgico bajtiniano, ni la intertextualidad se preocupan por el
dialogo entre discursos, si no que la literatura comparada, desde mucho antes se interes en este
paradigma. Como ya se ha mencionado antes en la cita de Remak en Literatura Comparada.
Definicin y funcin: La Literatura Comparada es el estudio () de las relaciones entre la
literatura, por un lado, y otras zonas del saber y la creencia, como las artes (la pintura, la
escultura, la arquitectura, la msica (Remak 3). Un discurso, en este caso la Literatura, se
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manifiesta frente a otro, el cual sera esas otras zonas del saber, como los son los dems
campos del arte. Es interesante observar el ejemplo que presenta Pimentel-Anduiza (105) pues
basndose en el dilogo intertextual toma un poema de Yeats8
para dar cuenta de esta
intertextualidad que no solamente se da desde y hacia el discurso literario, sino que, por el
contrario, evoca otra red de relaciones que desemboca incluso al Lohengrim de Wagner. Primero
la autora aclara lo importante que es la figura del cisne para la poesa de Yeats: Los cisnes
atraviesan constantemente la poesa de Yeats y estn siempre insertos en un hbitat "natural",
cuyo valor biogrfico-referencial es incontestable. La "ilusin referencial" de estos cisnes
descritos es tan fuerte que sera fcil leerlos slo como los integrantes "naturales" (...) Pero los
cisnes estn incluso cristalizados en un libro de poesa: The Wild Swans at Coole. (Pimentel-
Anduiza, 105). Posteriormente, la autora afirma que desde un anlisis comparativo sera posible
localizar fuentes de poetas o escritores que en sus textos mencionaran referencias a la figura del
cisne, e incluso, hallar obras del mismo autor que tuvieran la misma referencia. Ella menciona
algunas posibilidades: la complejidad en la significacin de este texto depende, en buena
medida, de la actualizacin, en la mente del lector, de muchos otros textos presentes virtualmente
en ste, es-pecialmente otros de los poemas del mismo Yeats, como "The Wild Swans at Coole",
y dos poemas franceses, "Le Cygne" de Baudelaire y "Le vierge, le viavce et le bel
aujourd'hui..." de Mallarm (Pimentel-Anduiza 103-104). Y, sin embargo, finalmente
menciona, que no solo desde un anlisis comparativo es posible hallar expresiones en discusin y
complementacin, sino, que desde el proceso dialgico de la intertextualidad aparecen relaciones
que no solo dan cuenta de un espacio textual que dialoga entre s, sino que evocan de por s
nuevos contextos de comparacin que permitan un anlisis ms profundo y que, sin darse cuenta,
al momento de la comparacin se deja de lado. As, lo menciona la autora al momento de
referirse al maestro que est introduciendo al estudiante en el universo de la intertextualidad y el
comparatismo:
As, por ejemplo, adems de dar a conocer estos poemas franceses especficos a
los estudiantes de letras inglesas, el maestro puede sugerir lneas de investigacin
alrededor de este motivo del cisne, desde Wagner hasta los posmodernistas
hispanoamericanos ("Turcele el cuello al cisne"), caminos que pueden llevar al
estudiante, no slo a anlisis textuales ms profundos, reveladores de las
8 El poema en cuestin es Coole Park and Ballylee, 1931
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transformaciones semntico-ideolgicas, y aun formales, de este motivo, sino a
calar ms hondo en el pensamiento y en la sensibilidad de toda una poca que
eligi, como un medio de expresin entre otros, al cisne. (Pimentel-Anduiza,
107)
De este modo, el dialogo con el motivo del cisne presente en la opera Lohengrin de Richard
Wagner entra a dialogar con el poema de Yeats a la misma vez que ste dialoga con Baudelaire y
Mallarm.
Pimentel-Anduiza, afirma que la relacin entre la literatura y otras artes ha sido gran objeto de
preocupacin dentro de los estudios de la Literatura Comparada y, por supuesto, de la disciplina
intertextual. Sobre todo, la autora se refiere a la validez de este tipo de comparaciones siempre y
cuando exista un dilogo activo entre ambas ramas del arte, en el cual cada una pueda
enriquecerse e iluminarse: Por lo que toca a las relaciones entre las diferentes artes, es posible y
til establecerlas con objeto de que las unas iluminen a las otras () El mtodo comparativo es
fundamental, ya que es el principio organizador de ambas lo que constituye el comn
denominador, la base de una comparacin mutuamente iluminadora (Pimentel-Anduiza 93). Del
mismo modo, la autora utiliza a Weisstein en Comparative Literature and Literary Theory, para
mencionar sus pensamientos acerca de dicha relacin entre las artes, puesto que, segn
Weisstein, el surrealismo: ilustra cabalmente que la teora y la prctica caractersticas de un arte
bien pueden transplantarse con xito a otro, especialmente en el caso de movimientos artsticos
ntimamente relacionados como lo es el surrealismo (Pimentel-Anduiza, hablando acerca del
pensamiento de Weisstein, 93).
Por otra parte, un gran nmero de textos literarios invitan abiertamente a establecer estas
relaciones creadoras. As menciona la autora algunas conexiones: Varios poemas de Julin del
Casal, por ejemplo, son deliberadas transposiciones poticas de cuadros de Gustave Moreau;
Thomas Mann ha insistido en la composicin fundamentalmente musical de sus novelas; el solo
ttulo Four Quartets de Eliot es una invitacin a confrontar la estructura de estos textos poticos
no slo con la estructura del cuarteto como forma musical, sino con la de los ltimos cuartetos de
Beethoven (se cumpla o no esta expectativa, es otra historia), y es sorprendente constatar hasta
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qu punto el episodio "Sirenas" en el Ulises de Joyce tiene efectivamente una estructura similar a
la de la fuga por canon (Pimentel-Anduiza 95).
Finalmente, considero necesario mencionar de nuevo al autor Claudio Guilln en Entre lo uno y
lo diverso, pues, especialmente en su captulo Taxonomas, hace una aclaracin importante
frente a su manera de ver la relacin que se crea al momento de relacionar la literatura con otros
espacios del arte. Primero, Guilln cita a Dions Durisin en donde ste basndose en un modelo
tomado de la comunicacin afirma:
En la informacin procedente de un contexto artstico (AC), un cambio esencial
tienen lugar en el proceso de comunicacin interartstica, en las relaciones entre
los elementos de informacin del orden artstico propiamente dicho (p) y los de la
zona extraliteraria (e), y ello inequvocamente a labor de sta. Las relaciones
mutuas entre estos dos tipos de informacin de un contexto artstico no deben
descuidarse. (Guilln, citando a Durisin, 126)
De este modo Guilln comparte el pensamiento de Durisin afirmando que la intencin de que
exista una comparacin entre p y e consiste en comprobar que no es trivial ni parcial su efecto en
B. Es decir, que la comparacin literaria frente a la extraliteraria es decisiva y de ndole
totalizador. De esta manera, se reafirma la idea anterior de Pimentel-Anduiza, en la que se dice
que la verdadera funcin que cumpla la comparacin entre dos artes es causar un efecto
iluminador de un arte sobre otro. Sin embargo, para Guilln, esto sucede solo de un lado, pues
para l, el efecto iluminador de un arte sobre el arte literario no se produce, mientras que,
solamente, se da el efecto desde la literatura sobre un arte externo. As lo dice el autor
refirindose a este efecto:
() Parece que esto sucede si analizamos un cuadro de Poussin, una pieza de
Debussy () Pero en direccin opuesta, volviendo a la literatura, este efecto con
frecuencia no se produce. Recurdese el subcaptulo de la Montaa mgica (Der
Zauberberg, de Thomas Mann, titulado Plenitud en armona (Fulle des
Wohllauts), en que el protagonista, Hans Castorp, escucha una serie de discos
(Verdi, Debussy, Bizet, Gounod). Estos discos () trazan sencillamente un
resumen de las etapas anteriores de la educacin de Castorp; y nada ms. No hay
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epifana, ni irradiacin formal; solo la utilizacin temtica de unos pretextos
musicales. (Guilln 127)
En este punto del discurso considero que Guilln, al afirmar que no existe un efecto iluminador
de las otras artes haca la literatura, se excede un poco en su apreciacin, puesto que, as como en
la obra de Thomas Mann el autor utiliza las obras musicales solo como referencias tiles para el
protagonista, otras obras literarias deciden utilizar los ejemplos musicales como estructura y
parte fundamental de su composicin como textos9. De este modo, Guilln posteriormente aclara
que su manera de expresar esta idea consista simplemente en cuidar la forma en la que se
realizan las comparaciones entre diversos artes, pues es comn caer en el error de la simple
referencia, o en el uso innecesario de metforas interartsticas: No tienen por qu sorprendernos
estas metforas interartsticas () el asunto se complica si empleamos palabras como variacin,
contrapunto, polifona, crescendo, modulacin, claroscuro, textura, tejido, urdimbre, marco o
arabesco, a propsito de poemas y novelas (Guilln 127). Por lo tanto, para Guilln es de vital
importancia la aclaracin del arte en cuestin y su especificidad, pues es all en donde se
encuentra la diferenciacin que hace posible que la iluminacin se cree. Adems, el autor afirma
que ningn arte en su desarrollo puede ponerse al lado de otro, en un sentido estricto, pues cada
uno, a travs de la historia, tuvo su particular evolucin: La trayectoria de la literatura y de una
u otra de las artes, no por ser culturales, ni por pertenecer a la historia de un supuesta cultura
total y nica, son en absoluto las mismas (Guilln 130). Sin embargo, Guilln une y desune la
posibilidad de anlisis comparativo entre espacios artsticos diversos, puesto que, mientras por
un lado recurre a la idea de la iluminacin que debe existir entre una obra y otra, por el otro, se
niega a la posibilidad de unin de stas debido a que comparten espacios de evolucin histrica y
formal diferentes.
Sin embargo, a pesar de los aspectos que menciona anteriormente el autor, respecto a la
imposibilidad de anlisis del arte sobre otros artes, es interesante observar su importante
aclaracin al momento en que afirma la existencia de ciertas manifestaciones de carcter
complejo como, por ejemplo, la opera o el ballet, las cuales: (Estas clases de arte) no son ni
msica ni mera literatura (Guilln 130). En este sentido, aparece el punto que considero
primordial dentro del anlisis del papel que juegan los dems artes frente a la literatura. Para
9 En los siguientes captulos se evidenciaran algunos de estos ejemplos.
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Guilln, el anlisis comparativo entre el arte literario y otros artes no es vlido en un sentido
yuxtapuesto, puesto que, segn Guilln, si existen formas de expresin que no son solo literatura
o solo obras musicales, para qu yuxtaponer el uno en el otro?: Si no hay solo colaboracin, ni
sinergia, ni adicin pegadiza, sino plasmacin de un arte nuevo, sui generis, por qu hablar de
comparatismo literario, de Literatura y X ()? (Guilln 130). Este punto ayuda a esclarecer
varias de las problemticas a las que se enfrenta la literatura al dialogar con otras disciplinas
artsticas, puesto que, el hecho de yuxtaponer una obra literaria frente a una obra de otra
disciplina artstica, no significa que exista un verdadero anlisis ni de la una, ni de la otra.
Solamente, y como lo explic antes Guilln, cuando existe en una obra un hecho que repercute
trascendentalmente sobre la otra existe el anlisis verdadero.
No obstante, pienso que Guilln al utilizar: comparatismo literario, para