¿Urbanismo sostenible en una sociedad contingente o de...
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Sumario
PRESENTACIO~
CASCOS HISTORICOS Actuación administrativa en los centros históricos: su efecto en la ciudadanía
Fernández-Coronado, Serra Yo/di, Mollá Beneyto
Aproximación sociológica a la rehabilitación de cascos históricos
Miguel A. Gil Zafra
Estudio del casco histórico de Mérida (Yucatán): la formación de la sociedad colonial en Hispanoamérica
Antonio Aledo Tur
La imagen de la ciudad: prestigio e identidad urbana en Valencia (1350-1480) Amadeo Serra
ARTICULO S
La antropología urbana en España: evolución, problemas teórico-metodológicos y perspectivas de futuro Emma A1artín Díaz
¿Urbanismo sostenible en una sociedad de riesgo? Un discurso conceptual On-Kwok Lai
Towards a theory of urban sustainability
C. O'Connell y S. Ó Tttama
LIBROS
Revista de Estudios Urbanos
n° 2 1995
Primavera
Sociedad Urbana
Revista de estudios urbanos
SOCIEDAD URBANA Revista de Estudios urbanos es una revista semestral dirigida a universidades, organismos nacionales e internacionales, profesionales y personas interesadas en el estudio de lo urbano. Su temática abarca distintos aspectos y perspectivas que contribuyen al análisis y al entendimiento de la dimensión urbana de nuestra sociedad.
DIRECCION: Emilio M. Martínez Tomás Mazón Antonio Aledo
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ISSN: 1135-044X. Imprime: Imprenta GAMMA Depósito Legal: A-1030-1994 Diseño de cubierta y logo: Elena Jorge y Emilio Martínez.
PRESENTACION
ARTICULO S
Actuación administrativa en centros históricos: su efecto en la ciudadanía, R. Fernández-Colorado, l. Serra Yoldi, D. Mollá Beneyto .... ....................................... 3
Aproximación sociológica a la rehabilitación de los cascos históricos, Miguel A. Gil Zafra .......................................................... 23
Estudio del casco histórico de Mérida (Yucatán): la formación de la sociedad colonial en Hipanoamérica, Antonio Aledo Tur, ........................................................... 51
La imagen de la ciudad: prestigio e identidad urbana en Valencia (1340-1840), Amadeo Serra ........................ 69
Antropología urbana en España: evolución, problemas teórico-metodológicos y perspectivas de fututo, Emma Martín Díaz ........................................................... !61
¿Urbanismo sostenible en una sociedad de riesgo? Un discurso conceptual, On-Kl-vok Lai ................................................................. 101
Towards a theory of urban sustainability, C. O 'Connell y S. ó Tuama .............................................. . 125
LIBROS
¿Urbanismo sostenible en una sociedad de riesgo?
¿URBANISMO SOSTENIBLE EN UNA SOCIEDAD
CONTINGENTE O DE RIESGO?
On-Kwok Lat
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RESUMEN: Nos movemos hacia una nueva era en la cual las nuevas tecnologías nos conducen hacia la búsqueda de un desarrollo urbano sostenible -la urbanidad. Por tanto, la sostenibilidad global es el principal objetivo en el desarrollo de las comunidades en la próxima modernidad. Para promover la sostenibilidad en el sector urbano hemos de resaltar el nuevo contexto específico, haciendo referencia a aquellas Nuevas Economías Industrializadas (NEis), en las cuales el proyecto hacia el desarrollo se sitúa entre el interés medioambiental por un lado y la vitalidad socioeconómica por otro. Este artículo delimita y especifica, primero, los contornos del mundo de las nuevas tecnologías, señalando la controversia que surge entre los riesgos, el desarrollo tecnológico y la gestión medioambiental, yuxtaponiendo la aparición de las ciudades informacionales y el Postfordismo. En segundo lugar, y de manera más específica, se examinan los efectos sinergéticos de las diferentes constelaciones socioeconómicas y ecológicas de nuestro presente, (post)moderno, en las que proyectos de desarrollo a escala local y con un referente medioambiental están ejecutándose. Este artículo finaliza con la sugerencia de que una conceptualización holística de nuestro sistema global postmodernista es necesaria en la búsqueda de una sociedad ecológica, sana y solvente que se aproxime al desarrollo sostenible.
ABSTRACT: We are moving into a new era which is high technologies driiven with the search for sustainable urban development -the urbanity. Hence, global sustainability is the main objective of community development in the coming modernity. To promote the sustainability in urban sector we highlight the new context speciticity, with reference to those Newly lndustrializing Economies (NIEs), in which developme11t work likely situates with tlle concemfor environment 011 the o11e-hand, and their socio-eco11omic vitality, 011 the other. This paper first outlines a11d specifies the co11tours of our high tecnology word, in terms of controversies over risks, technologies development and environmental management, juxtaposing the emergence of informational cities and Posrfordism. Second and more specific, the synergetic effects of various socio-economic and ecological constellations of our present (post)modernity, in which community-based environmentally sound development projects are and will be engaged, will be examined. This papers ends with suggestion that a holistic conceptualization of our (post)modern global system is necessary in pursuing a societal-ecologically sound approach for sustainable development.
• Opto. de Estudios Sociales Aplicados. The Hong Kong Polytechnic University
Sociedad Urbana, n° 2. Primavera, 1995
108 On-Kwok Lai
1.. EL URBANISMO SOSTENIBLE APLICADO AL CONTEXTO URBANO
Nos movemos hacia una nueva era en la que las nuevas tecnologías y los
riesgos que originan están relacionados con la búsqueda de un desarrollo
sostenible para nuestro urbanismo postmoderno. En este sentido, la sostenibilidad
global es la principal consideración para el desarrollo de presente y de futuro de
una comunidad; el concepto de sostenibilidad global no sólo implica la
supervivencia de la gente y el desarrollo humano sino que también incluye al
sistema ecológico, al medio ambiente y a la naturaleza (Milbrath, 1989; WCED,
1987). Con el fin de elaborar un discurso sobre esta problemática, este artículo
resalta el nuevo contexto global de los proyectos de desarrollo, que se sitúan
entre el interés medioambiental y las tendencias de las fuerzas socioeconómicas.
Resumiendo, analizamos el contexto específico dentro del cual se realizan y
realizarán los proyectos de desarrollo local, así como los efectos sinérgicos de las
distintas constelaciones socio-económicas y ecológicas que dan forma a nuestro
futuro. En este artículo se mostrarán dos variables interrelacionadas de nuestra
nueva sociedad, a saber, los contornos de la Sociedad del Riesgos (Risk Society)
y el nuevo modo de producción -la ciudad informacional enmarcada en el
Postfordismo.
II. LOS PERFILES DE UNA SOCIEDAD (GLOBAL) DE RIESGO
La modernización ha ido unida, desde que comenzó hace un siglo, a un
estado de incertidumbre siempre variable y que, recientemente, comienza a ser
guiada por los nuevos avances tecnológicos en información y comunicación, en
bioquímica, en el sector energético y en el de producción de material científico,
dentro de la globalización del capital en el mercado. Se hace necesario introducir,
llegado a este punto, un producto o proceso de la modernización que puede
definir nuestras futuras necesidades; éste no es otro que la producción de riesgos
(versus seguridad) y, en particular, el Síndrome Tecnológico del Riesgo
Ambiental (Technology-Risk-Environ.ment Syndrome). El término Sfndrome se
utiliza aquí para denotar la complejidad de los temas y problemas relacionados
con el riesgo, el cual media entre las nuevas tecnologías y la sostenibilidad
medioambiental (cf. Douglas & Wildavsky~ 1982; Douglas, 1985). Este síndrome
es un fenómeno asociado a la etiología de los desastres tecnológicos, en
¿Urbanismo sostenible en tmlt sociedad de tiesgo? 109
manifestaciones como Bhopal y Chernobyl, y a aquellos problemas relacionados
con el cambio climático
En términos históricos, la visión de los seres humanos (Weltanschauung),
sobre sus oportunidades de supervivencia en nuestra sociedad contemporánea, con
sus altas y, al mismo tiempo, posiblemente desastrosas tecnologías, ha cambiado
por completo a consecuencia de los desastres y accidentes tecnológicos. La gente
está conmocionada y no está bien preparada contra estos asesinos invisibles que
van vis a vis con el éxito y la hegemonía de (quizás la última) la revolución
tecnológica, de la que la energía nuclear es sólo un ejemplo. Todavía más
importante, estamos ahora, en esta postmodernidad, experimentando otra
historicidad: la Sociedad del Riesgo, tal y como acuñó Ulrich Beck (1986, 1992),
que se caracteriza por que los riesgos son globales e invisibles y se multiplican
asimismo en proporción geométrica y a escala exponencial: en nuestro discurso,
esta manifestación es de hecho el Síndrome Tecnológico del Riesgo Ambiental. El
Síndrome lo podemos definir como los efectos sinérgicos del desarrollo
tecnológico, con sus riesgos asociados, y cómo son calculados, sentidos y
recibidos por la opinión pública. Los riesgos asociados con las tecnologías
inapropiadas, están siendo generados e interconectados y sus ramificaciones se
extienden a diferentes sectores de nuestra sociedad (cf. Sjoberg, 1987). Esto no
es sólo el resultado de un cambio estructural de la sociedad con su revolución
tecnológica que altera el orden socioespacial, sino que es también producto de las
nuevas relaciones históricas entre las variables sociales, ecológicas y la
modernización: gente, naturaleza y tecnología respectivamente. La tesis de la
Sociedad de Riesgo es que la gente y las instituciones políticas ejercen cada vez
menos control sobre los avances de las industrias de alta tecnología, las cuales,
en algunos casos, podrían tener consecuencias perjudiciales -de forma no
intencionada- sobre la degradación del medio ambiente.
Para hacer frente al Síndrome, la estrategia predominante de los países
desarrollados se realiza a través de los estudios de valoración del riesgo -Risk
Assessment. La creciente importancia de estos estudios de riesgo revelan esta
tendencia. Un analista nos recuerda, de todos modos, que 1'Si los análisis [de
riesgo] nos muestran que una categoría particular de accidentes puede producirse
una vez cada mil años, de ello no se puede deducir que tal accidente no pueda
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suceder mañana. Tampoco significa que el análisis fuera falso o equivocado si
ello sucede" (Cross, 1982: 61). En este sentido, el riesgo y su gestión son un
asunto enormemente controvertido; no sólo los expertos encuentran
contradicciones en sus investigaciones y hallazgos (ver Kunreuther & Ley, 1982;
Kunreuther & Linnerooth, et al., 1983;, Morone & Woodhouse, 1986), sino que
todo el campo discursivo se ha vuelto cada vez más caótico después de las
catástrofes de Chernobyl y Bhopal.
Conceptualmente hablando, esta manifestación patológica de las nuevas
relaciones históricas entre naturaleza, tecnología y sociedad está claramente
expresada por Jürgen Habermas (1987) para quién la palabra Ciencia denota, en
cierto sentido, su hegemonía sobre la comunidad (Gemeinschaft) y para quién el
proyecto de modernización es, en realidad, el hecho de la colonización de la
"vida social". Para una praxis global y sostenible, la cuestión crucial, en esta
coyuntura histórica, se concreta en la siguiente pregunta: ¿podría la Ciencia
proporcionar, por sí misma, a nuestra sociedad la protección necesaria contra los
riesgos y, del mismo modo, asegurar nuestro futuro sostenible? A menudo,
aunque no siempre, la praxis se realiza a través de la cuantificación de los riesgos
y otras variables implicadas en ellos, por ejemplo los análisis de sucesos fallidos
(faults-events analysis). Sin embargo, esto podría generar discusiones que nunca
fueran más allá del razonamiento de los expertos dentro de un sistema cerrado de
supuestos apriorísticos. Más problemático, como correctamente ha señalado el
lnternational Group on Risk Analysis, podría ser el considerar todos los estudios
de análisis [de riesgo] como un ejercicio objetivo, ya que debemos damos cuenta
de que a causa del gran corpus de suposiciones, estimaciones, juicios y opiniones
implicadas, la mayor parte del input de información obtenida es subjetiva.
Otro tema de la gestión medioambiental es el papel, cada vez menos
importante, de la participación ciudadana en los estudios de la valoración del
riesgo. Dado el enfoque puramente técnico de los estudios de riesgo para
determinar cuál es el nivel de riesgo aceptable, con menos participación pública
o con un proceso de participación mal enfocado, es evidente que la gente se
siente cada vez más intranquila sobre qué se entiende por seguridad (How safe is
safe ?), mientras para los tecnócratas y políticos? el asunto gira en tomo a qué
nivel de (probabilidad de) riesgo es políticamente aceptable. A pesar de los
problemas mencionados, la evaluación del riesgo sigue siendo el instrumento
predominante para proporcionar un conjunto de respuestas científicas y legítimas
en la mayoría de las discusiones y decisiones que se toman acerca de la
¿ Urbanisnw sostenible en una sociedad de riesgo? 111
localización y actividad de las llamadas mega-industrias, las cuales podrían
además generar un nuevo debate sobre si las nuevas tecnologías son sostenibles
y no dañinas para el medio ambiente. No pocas de esas controversias acaban con
la formación de los siguientes movimientos de protesta: Not-ln-My-Backyard
(NIMBY) y Not-ln-Anybody's-Backyard (NIABY) (cf. Armouv, 1991; Heiman,
1990). Todo esto caracteriza la política medioambiental de los Estados dentro de
la Sociedad Global del Riesgo. Ante el Síndrome, lo que los gobiernos y las
instituciones podrían afrontar es la (re)producción de un "nivel aceptable de
riesgos" que se define y se determina políticamente y que está sujeto al
(mal)entendimiento cultural de las comunidades afectadas. De forma más
concreta, esto conlleva el dominio de los gobiernos y de las organizaciones
corporativas en la valoración, aceptación y mitigación de los riesgos sin la
participación ciudadana (Clarke, 1989).
En otras palabras, el 'nivel aceptable de riesgo' es determinado por la
burocracia, es decir, por aquellos que implícitamente tienen la autoridad de
definir y acceder al conocimiento de lo relativo al riesgo. Es sin embargo irónico
el hecho de que los modelos tan sofisticados para calcular el riesgo no jueguen
un papel significativo en la determinación de las conclusiones finales de este tipo
de análisis; quizá sea esto una de las manifestaciones de la pobreza de la ciencia.
De manera resumida, deberíamos hacer notar la separación existente entre todas
las operaciones de evaluación de riesgos y las obligaciones de las instituciones
sobre la aceptación de esos riesgos, hecho que revela la contradicción del
Síndrome, lo que va unido a la influencia de los medios de masas para dar forma
a la opinión pública en lo concerniente al riesgo (Stallings, 1990; Gow & Otway,
1990). Es muy común que los proyectos de desarrollo local se encuentren
atrapados en esta citada desconexión. Sin embargo, es fundamental para la
consecución de la sostenibilidad global que estos asuntos sea tratados
correctamente.
Además, las respuestas societales ante el Síndrome tienen una doble
dimensión. Una de ellas aparece en la esfera pública a través de la politización
de la producción, por ejemplo en los movimientos de protesta en contra de las
instalaciones nucleares peligrosas que aparecieron en la década de los años setenta
y ochenta (cf.Conrad, 1987; Gerlach, 1986; Offe, 1983). Los movimientos de
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protesta no sólo ocurren en los países desarrollados, sino que, al igual que ocurre
con el capital y las corporaciones multinacionales, estos movimientos tienden a
globalizarse y penetrar, de manera diferente, también dentro de diferentes
sectores de la vida social de los países de las NEis. La consecuencia interacciona!
es la emergencia de un pensamiento global alternativo (verde), el cual está en la
misma línea que los movimientos medioambientales y, por lo visto, es una de las
fuerzas dominantes del cambio social, y que se enfrenta a la reestructuración que
está llevando a cabo el capitalismo transnacional (Naess, 1989). La expansión de
la ideología verde, tanto en los países desarrollados como en vías de desarrollo,
refleja la búsqueda de una sostenibilidad global. Por lo tanto, una estrategia verde
para el desarrollo se está convirtiendo en una praxis global emergente, ejemplos
de esto se pueden encontrar en los programas del Banco Mundial.
Otra dimensión del cambio es, paradójicamente, la inquietud por el
individualismo. Aquí, el riesgo y la incertidumbre, también han obligado a la
gente a retirarse a su esfera privada, lo que se ve facilitado por las nuevas
tecnologías, particularmente las tecnologías de la información y de la
comunicación, las cuales permiten a la gente introducirse en los procesos de
producción y consumo desde sus casas sin demasiados contactos directos con el
mundo exterior -con el conjunto de la sociedad; los casos más obvios son el
desarrollo de los canales de TV exclusivamente musicales, los karaokes, las TV
por cable y vía satélite y otras formas de consumo de masas a domicilio. En este
caso, los estilos de vida están cambiando~ haciéndose más fluidos y flexibles en
formas y contenidos (Castells, 1988; Saunders, 1988). Hablando en términos
socioespaciales, las dimensiones culturales y comunitarias de una región se están
perdiendo. Como consecuencia de esto, el modelo de consumo es más
individualizado y diferenciado, sin que surja el correspondiente fortalecimiento
de las habilidades individuales para tratar de hacer frente a los riesgos y peligros
asociados a nuestro desarrollo sociocultural.
Haciendo una resumen de la especificidad del contexto: a pesar del hecho
de que los aspectos procesuales de estimación y modelización están perfecta y
racionalmente realizados, la valoración del riesgo está todavía viciada (Douglas
& Wildavsky 1982: 67-82). En resumen, se podría decir que la gestión de los
riesgos está estructuralmente inmersa en las problemáticas y manifestaciones más
perjudiciales de esta coyuntura histórica, la cual, a su vez, perfila los contornos
de la superficie de contacto entre tecnología y medio ambiente~ (sub)desarrollo
e (in)dependencia de las naciones. Desde una visión macroscópica, las crisis que
¿Urbanismo sostenible en una sociedad de 1iesgo? 113
acosan al sistema capitalista y a las condiciones de producción, por ejemplo las
contradicciones existentes entre el sistema capitalista y el medio ambiente, son
causas de la crisis contemporánea (O'Connor, 1988). Las crisis sociales y
ecológicas se pueden entender como los límites de la "Ciencia" en la gestión del
·riesgo -por un lado la problemática del proceso de la modernización y, por otro,
las desorganizadas y diferentes respuestas socioculturales a la llegada de la
sociedad de riesgo. En estas crisis, el papel de la intelligentsia, en general, y de
los que planifican las comunidades, en particular, debe centrarse en articular la
intervención ciudadana en la gestión de los riesgos y en la integración social
dentro de los proyectos de desarrollo sostenible.
Para concluir este apartado, se puede afirmar que los perfiles de una
Sociedad de Riesgo global no están todavía enteramente elaborados. Por ejemplo,
en relación con los desastres tecnológicos ocasionados por fallos humanos, un tipo
de explicación podría encontrarse en fallos en los sistemas de comunicación y
disfunciones en las estructuras de organización como causas de los desastres de
Chernobyl y Bhopal y de las tragedias que les sucedieron (cf. ICFTU & ICEF,
1988; Bogard, 1989; Medveder, 1990). Por otro lado, las tecnocatástrofes han
proporcionado una justificación a los movimientos verdes para forzar a que
industrias y gobiernos ejerzan un mayor control y una mayor planificación
mediante la regulación de la producción, del consumo y del intercambio (cf.
Castells, 1977; Harvey, 1979). Además, hay otro aspecto discutible en este
discurso sobre el riesgo: resulta irónico el hecho de que la reproducción del
riesgo en las industrias de ingeniería genética, en las industrias peligrosas y de
defensa y en las de producción de material científico, sea en su mayor parte,
financiado por el Estado y/o por organizaciones semiestatales (ver Conrad, 1987;
Castells, 1989). Paradójicamente, la separación entre la valoración del riesgo y
su 'aceptabilidad' sugiere que los gobiernos y otras instituciones no tienen en
absoluto mecanismos políticos para prevenir los megadesastres tecnológicos
mencionados, ni para reconducir los riesgos y nuevos problemas ecológicos. En
la actualidad, los gobiernos están "Still muddling But Not Yet Through" (confusos
y paralizados), una frase tomada de Lindblom (1959, 1979). Dado que las Nuevas
Economías Industrializadas (Taiwan, Hong Kong, Singapur y Corea) tratan de
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desarrollarse de un modo más sostenible, deberían aprender más de estos tecno
desastres.
111. URBANISMO POSTFORDISTA Y LA CIUDAD INFORMACIONAL
Contraponiendo la fuerza ~emancipadora' de las nuevas tecnologías, las
cuales facilitan los procesos sociales de 'vuelta a la esfera privada' y los
movimientos de protesta medioambiental, obtenemos un sistema de producción
flexible, también llamado por Scott y Boyer, modo Postfordista de regulación ( cf.
Scott, 1988; Boyer, 1990). Al parecer, Postfordismo va unido a Postmodemismo
(Zukin~ 1988). En este último caso, junto con la progresiva disolución de las
interacciones sociales, la experiencia vital se diluye cada vez más (Berman, 1982;
Harvey, 1989). Desde una visión macroscópica, todo aparenta ser una fase de
'desorganización' del capitalismo (Offe 1985; Lash & Urry 1987). Sin embargo,
se debería puntualizar que "la vuelta a la postmodernidad no refleja ningún
cambio fundamental de la condición social." (Harvey 1989: 111). Es decir, el
cambio sólo refleja una variación en el modo en el cual el capitalismo está
trabajando. Y para el desarrollo sostenible es necesario tener en cuenta un
argumento similar, apuntado de manera diferente por Castells (1989), el cual se
refiere a la aparición del modo informacional de desarrollo.
Pero, a pesar de la aparente flexibilidad del modo de producción global 9
las condiciones globales de producción y consumo limitan nuestra elección para
el desarrollo sostenible. En esta coyuntura histórica, el contexto específico de
nuestro sistema global refleja la emergencia de una nueva forma de Gemeinschaft
(comunidad), la variación de las condiciones globales que afectan a la trayectoria
de la post-modernización de nuestro mundo y al desarrollo de las Nuevas
Economías Industriales en particular. El rasgo característico de este cambio puede
ser observado en dos procesos distintos aunque interrelacionados, los cuales han
tenido lugar en las dos últimas décadas. En primer lugar~ el desarrollo espontáneo
del nuevo consumismo -algunos vuelven a sus esferas privadas con un consumo
excesivo-; en segundo lugar, el cambio o relocalización de la contaminación y de
los procesos de explotación productiva hacia las Nuevas Zonas Empresariales
localizadas al borde del Pacífico y en Latinoamérica.
Dado que el modo de producción flexible está siendo desarrollado
globalmente, es obvio que una de las posibles 'olas del cambio' en la esfera social
¿Urbanismo sostenible en una sociedad de riesgo? 115
es la de la sobreexplotación de los recursos naturales, que podría ir en detrimento
de las ~onomías, de las sociedades y de las culturas de las NEis. Hablando en
términos medioambientales, la Tragedia de los Comumes (Hardim, 1968) es
achacada a una motivación individualista en su comportamiento y que está en
contra de cualquier estructura de gobierno de la nación-estado. En la actualidad
se puede comprobar este fenómeno en la región costera de China, donde la escala
y magnitud de la degradación medioambiental supera cualquier experiencia
histórica anterior.
En la esfera societal deberían ser tenidos en cuenta, como un elemento
fundamental, los impactos sinergéticos del postfordismo en el desarrollo espacial
y cultural, sobre los que descansan nuestros discursos sobre el cambio y la
transición de la modernidad. Algunas de las consecuencias de estos impactos
sobre la sociedad son: la desigualdad espacial, la polarización de la experiencia
vital (incluyendo la aparición de lo que en la literatura anglosajona se conoce
como underclass), y el proceso de gentrificación. En esta coyuntura histórica, nos
tenemos que preguntar si todo esto son posibles formas de Heterotopías (muchas
utopías diferentes) de la ciudad postmoderna contemporánea. La respuesta para
esta pregunta puede no encontrarse enteramente en este texto, sin embargo, un
hecho cierto es que, en gran parte, las NEis están siendo atrapadas dentro del
dilema del modo de producción flexible (formal versus informal, sectores en
declive versus sectores emergentes) y con un modelo de desarrollo que
incrementa los riesgos medioambientales y de ruptura cultural (e.g. Taiwan y
Hong Kong). De hecho, nuestro principal desafío, en estos momentos se concreta
en cómo desarrollar las NEis dentro de un modelo ecológica y
socioeconómicamente sostenible.
Sin embargo, todos estos 'post'conceptos deberían ser tratados con
cuidado. Tal y como Harvey (1989: 119) apunta, lo que se está produciendo es
una transición o cambio, ello implica que el actual sistema de producción se
situaría en algún punto entre los dos extremos del Fordismo y Postfordismo.
Actualmente, las NEis están siendo atrapadas entre la problemática de la
producción en masa {por lo tanto el consumismo) y el mecanismo de producción
flexible que ocasiona la catástrofe social y ecológica. En otras palabras, la 'ola
del cambio' debe ser entendida como un cambio en las formas de la Gemeinschaft
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116 On-Kwok Lai
y en el sistemaproductivo, y así pues la propia naturaleza del capitalismo (y
hasta cierto grado, del imperialismo) está todavía presente y sin embargo
debilitándose. No obstante, el nuevo sistema flexible de producción tiene
impactos diferenciados sobre el proceso de localización industrial, es decir, las
industrias de alta tecnología se establecen sobre regiones, anteriormente, menos
desarrolladas. Para una estrategia de desarrollo, son necesarios enfoques
medioambientales así como la provisión de servicios sociales en aquellos sectores
afectados por la apertura de la economía.
IV. VUELTA AL URBANISMO SOSTENIBLE
Para procurar conseguir una sostenibilidad global y mantener las formas
urbanas en vida -urbanity, podemos tener varias estrategias interrelacionadas en
nuestra mente. La primera y la más importante, es en el uso de la tierra, uno de
los recursos espaciales medioambientales, y el desarrollo del control del estado.
Por ejemplo, los gobiernos de las Nuevas Economías Industrializadas deben estar
bajo presiones muy fuertes desde amplios sectores de las multinacionales (hacia
una extensión evidente, el Banco Mundial), con una inclinación ideológica fuerte
para el desarrollo económico sin protección ni conservación medioambiental. De
una manera más específica, las fuertes demandas para la apertura del mercado y
las mencionadas medidas de regulación, que se encuentran al final de ciertos
planes de desarrollo, se yuxtaponen a las llamadas políticas alternativas para el
crecimiento sostenible, fenómeno que, probablemente, se constituirá como la
discusión dominante en la próxima década. En este caso, todas las instituciones
sociales deberían mantenerse firmes en la protección de los espacios naturales,
conservando los recursos y controlando el desarrollo en concordancia con los
principios de sostenibilidad (ecológica y sociocultural) antes que guiándose por
los puramente económicos. Los planificadores del desarrollo y el público en
general deberían tener más conocimiento y pensamiento crítico sobre estas
decisiones.
En segundo lugar, los países desarrollados están experimentando el
proceso del desarrollo de la ciudad informacional en la próxima década. La
búsqueda de más altas productividades en el sector de la producción para una
maximización de beneficios y la apropiación del capital es acoplado con el cambio
sustancial en el modelo de intervención estatal -una variación de la legitimación
¿Urbanismo sostenible en una sociedad de riesgo? 117
política (hacia un gobierno abierto) y una redistribución social (vía provisiones
de bienestar) hacia la dominación política (de grupos funcionales y privilegiados)
y acumulación del capital (lado suplidor de la gestión macro económica),
yuxtaponiendo la internacionalización de todos los procesos económicos. Dos
características particulares de este desarrollo son mencionadas notablemente ( cf.
Castells, 1989), (1) las nuevas tecnologías que facilitan el incremento de las tasas
de beneficio y son útiles como instrumento poderoso en el sostenimiento de la
acumulación del capital y de las funciones de dominación de la intervención
estatal; (2) para la organización de la producción y el gobierno estatal, hay una
concentración creciente de la generación del conocimiento y de los procesos
encargados de tomar las decisiones en las organizaciones de alto nivel, y un
proceso de producción flexible con redes de trabajo descentralizadas. En la
esfera social, son los impactos sinergéticos del postfordismo sobre el desarrollo
espacial y cultural,sobre los que nuestros discursos sobre el cambio y transición
de la modernidad descansa. Algunas de las consecuencias son: la desigualdad
espacial, la polarización de la experiencia vital (incluyendo la clase baja), y el
proceso de gentrificación. En esta coyuntura histórica nos tenemos que preguntar
si todo esto son posibles formas de heterotopías (la aparición de multitud de
utopías) en la ciudad postmoderna contemporánea. La respuesta a esta cuestión
es difícil de responder enteramente aquí, sin embargo, es un hecho cierto que, en
gran parte, las Nuevas Economías Industrializadas están siendo atrapadas en el
dilema de la producción flexible de un modo de desarrollo dual (formal versus
informal, sectores en declive versus sectores emergentes) y con un incremento de
los riesgos ambientales y de rupturas culturales. De hecho, nuestro principal
desafio en estos momentos es conseguir una sostenibilidad socio-económica y
ambiental para las Nuevas Economías Industrializadas.
Sin embargo, todos estos 'post-conceptos' deberían ser tratados con sumo
cuidado. Tal y como señala Harvey (1989: 119), estamos en un momento de
transición o cambio, lo que implica que el actual estado del sistema productivo
debe situarse en algún punto entre los extremos del Fordismo y Postfordismo. En
la actualidad, las Nuevas Economías Industrializadas están siendo atrapadas entre
la problemática de la producción en masa {por lo tanto el consumismo) y los
mecanismos de producción flexible, lo que va unido a catástrofes sociales y
Sociedad Urbana, n° 2. Primavera, 1995
118 On-Kwok Lai
ecológicas. En otras palabras, la ola del cambio debe ser entendida como un
cambio en la forma de la Gemein.schaft y en el sistema productivo, así como en
la propia naturaleza del capitalismo (y en cierto grado, el imperialismo que está
de alguna manera debilitándose). No obstante, el nuevo sistema global de
producción flexible provoca diferentes impactos en la localización de las
industrias, es decir, las industrias de alta tecnología desplazándose a regiones
anteriormente menos desarrolladas. Para una estrategia de desarrollo son
necesarias algunas formas de enfoque medioambientales y la provisión de un
bienestar colectivo para aquellos sectores afectados por la apertura económica.
V. VUELTA AL DESARROLLO SOSTENIBLE
A la hora de conseguir una sostenibilidad global y mantener vivas las
formas urbanas, debemos considerar varias estrategias interrelacionadas. La
primera y, sin duda, la más importante, es la del uso de la tierra, el control de
los recursos y el desarrollo del control de los gobiernos estatales. Por ejemplo,
los gobiernos en las NEis estarán sometidos a una fuerte presión por parte de las
multinacionales (y en cierto grado del Banco Mundial), ya que mantienen una
tendencia ideológica muy fuerte hacia el desarrollo económico sin protección ni
conservación ambientaL De manera más especifica, la discusión que
probablemente dominará la cuestión del desarrollo en la próxima década se
establecerá, por un lado, entre la creciente demanda para conseguir un mercado
libre y las medidas desregulatorias que conlleva y~ por otro, las políticas
alternativas para un crecimiento sostenible. En esta situación, todas las
instituciones sociales deberían mantenerse firmes en la protección de los recursos
del país y en el control del desarrollo, en armonía con los principios de
sostenibilidad ecológica y socio culturaL Los técnicos del desarrollo y la opinión
pública en general deberían poseer un mayor conocimiento y desarrollar un
pensamiento crítico sobre estos temas.
En segundo lugar, los países desarrollados están experimentando, durante
la última década, el proceso de desarrollo de la ciudad informacional. La
búsqueda de una mayor productividad en el sector productivo para conseguir la
maximización de los beneficios y la apropiación del capital va unida a un cambio
sustancial en el modelo de intervención estatal -un giro desde la legitimación
política y la redistribución social a través del Estado de Bienestar, a la
¿Urbanisnw sostenible en una sociedad de riesgo? 119
dominación política de grupos privilegiados y a la acumulación de capital, lo que
va unido a la internacionalización de todos los procesos económicos. Castell
(1989) menciona dos características particulares de este desarrollo: 1) las nuevas
tecnoiogías permiten el incremento de las tasas de beneficio y sirven como un
poderoso instrumento en el sostenimiento de la acumulación de capital y de las
funciones predominantes de la intervención estatal; 2) para la organización de la
producción y del gobierno estatal, se produce una creciente concentración de los
procesos de generación de conocimiento y de la toma de decisiones en las
organizaciones a alto nivel, y un proceso de producción flexible que está
directamente relacionado con la descentralización de las estructuras. Llegado este
momento, debería señalarse que la tecnología es el nexus que se establece entre
el trabajo y otras variables del proceso de producción con él relacionadas y el
know how (es decir, la propia esencia de la tecnología); y su accesibilidad y
movilidad se han convertido en la fuente clave de la productividad sobre la que
descansa el nuevo modelo de desarrollo. Aún más importante, son los flujos y
estructuras de conocimiento y tecnología los que, muy probablemente, perfilan
los discursos socio-políticos y el proyecto de desarrollo sostenible.
En tercer lugar, la gente que se halla involucrada en este proyecto percibe
los impactos diferenciados del modo informacional de producción. Expresado más
concretamente, la propia naturaleza del trabajo del modo de producción
informacional genera unos nuevos intereses, en cierta manera, confusos o
frágiles: por ejemplo, nos encontramos, por un lado, que el estilo de vida de los
nuevos profesionales o de la clase media contiene unos nuevos valores
postmaterialistas, tales como la protección del medio ambiente, que también
influyen el proceso político y, por otro lado, aparece el proceso de la vuelta a la
esfera privada en esa búsqueda de calidad de vida que va unida a un desorbitante
consumismo. Continuando con el proceso de diferenciación social, esta marcha
hacia un nuevo modelo de desarrollo se hace a expensas de los grupos menos
favorecidos y discapacitados (tanto física como funcionalmente). Por ejemplo,
algunos Estados del Bienestar intentan llevar a cabo privatizaciones e importantes
desregulaciones del mercado, pero al final terminan realizando más intervenciones
y estableciendo más regulaciones, lo que al fin y a la postre origina un mayor
gasto.
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En cuarto lugar, el modo infonnacional de desarrollo habilita el
establecimiento de una lógica de flujos y la posible articulación de intereses más
allá de los de clase. De manera más concreta, es la expansión de los servicios la
que ha dado lugar a la aparición de una gran variedad de movilizaciones sociales?
y es la organización de los servicios la que está cambiando, de forma más
importante, hacia una red de información y de decisión. Así pues, son los flujos,
antes que las organizaciones, los que se convierten en las unidades de trabajo,
decisión y de resultados. Dado que los flujos y sus estructuras asociadas son
menos visibles que las organizaciones, que hacen las propuestas de desarrollo
desde el sector privado, las medidas tradicionales de control (usos de suelo y
legislación sobre localizaciones) son menos efectivas ya que las empresas privadas
pueden optar entre diferentes ofertas dentro de los lugares de expansión entre los
varios países de las Nuevas Economías Industrializadas. En consecuencia, se
debería controlar las zonas y las localizaciones donde se establecen las redes
informacionales de las NEis a fin de proteger los recursos naturales globales.
En quinto lugar, la mayoría de las economías en desarrollo tienden a
producir ciudades duales, tal y como ha sucedido en las ya desarrolladas, como
es el caso de Hong Kong, Taipei o Shanghai. Todavía más problemático resulta
el hecho de que el modo informacional de producción, refuerza la existencia de
estructuras socio-económicas polarizadas que se unen a la degradación ambiental.
La economía formal, apoyada en el modo informacional de producción, se
enfrenta al deterioro de las condiciones de la mano de obra producido por la
economía no formal. Ello da como resultado una estructura social y espacial
determinada, con un giro en el modo de intervención estatal que anteriormente
se dirigía al abastecimiento y provisión del consumo colectivo (vivienda y
servicios sociales) y que en la actualidad se enfoca hacia la promoción de las
nuevas tecnologías, las cuales han ido, históricamente, en contra de la sociedad
y del medio ambiente. La forma en la que las administraciones de las NEis
tratarán estos problemas definirán el curso de la (in)estabilidad social y de la
sustentabilidad ecológica.
El último error y, realmente, el más comúnmente cometido por las
naciones en desarrollo es que los programas estatales (apyados por las
multinacionales y los grandes donantes -entiéndase el Banco Mundial, que
proporcionan las soluciones más costosas y tecnológicamente más inadecuadas)
asumen fácilmente la hegemonía de la tecnología que va en detrimento de la
cultura, la sociedad, el medio ambiente y la economía. Esta apuesta tecnológica
¿Urbanismo sostenible en una sociedad de riesgo? 121
de la política sectorial para el desarrollo, concretándose en las industrias de
servicios y el sector financiero, ha originado, en la gran mayoría de las
ocasiones, la degradación ambiental y socio-cultural de las regiones. Para un
desarrollo global sostenido, debemos tener en cuenta la especificidad social y
cultural de cada región. Con este propósito en mente, el desafío se centra en qué
debería ser (re)producido o consumido tanto individual como colectivamente y
cómo podemos asegurar un desarrollo sostenido. Para tan importante desafío es
necesario desarrollar una conceptualización holística de nuestro sistema
(pos)modemo global -tal y como se ha pretendido abordar en este artículo-, en
ese esfuerzo para la consecución de un desarrollo social y ecológicamente
sostenible ••.
[Traducción de Cristina Almarcha Riquelme]
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'"* Agradecimientos. Mucha gente me ha ayudado y financiado en la redacción de este documento: el Center ofUrban Planning and Envinronmenta! Management oftlre University ofHong Kong, Center for Social Policy Researclr oftlre University of Bremen y la Gemwn Academy Exclrange Service (DAAD), Sociological Department ofthe Chinese Unh•ersity ofHong Kong. Naturalmente, me hago el único responsable de los errores y enfoques que puedan aparecer en este artículo.
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