Universitat Autònoma de Barcelona · 2009-09-25 · 3 Agraïments Voldria agrair a tots els que...
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Efectes de l’entrenament del diafragma i músculs
accessoris de la inspiració en atletes d’èlit
Balanç inflamatori/anti-inflamatori
i impacte funcional específic i sistèmic sobre la capacitat d´exercici
Universitat Autònoma de Barcelona Facultat de Medicina
Memòria de Tesi Doctoral per optar al títol de Doctorat en Medicina
Elaborada i presentada per Benedicta Abeijón Insua
Director
Doctor Mauricio Orozco-Levi
Co-directors Doctor Franchek Drobnic Martínez
Doctor Joan Maria Broquetas Doñate
Àmbit de l´estudi Servei de Pneumologia, Hospital del Mar
Grup de Recerca de Pneumologia Unitat de Recerca Respiratòria i Ambiental (URRA)
Institut Municipal d´Investigació Mèdica (IMIM)
Barcelona, 2007
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Efectos del entrenamiento del diafragma y músculos
accesorios de la inspiración en deportistas de élite
Balance inflamatorio/anti-inflamatorio
y impacto funcional específico y sistémico sobre la capacidad de ejercicio
Universidad Autónoma de Barcelona Facultad de Medicina
Memoria de Tesis Doctoral para optar al título de Doctorado en Medicina
Elaborada i presentada por Benedicta Abeijón Insua
Director
Doctor Mauricio Orozco-Levi
Co-directores Doctor Franchek Drobnic Martínez
Doctor Joan Maria Broquetas Doñate
Ámbito del estudio Servicio de Neumología, Hospital del Mar Grupo de Investigación de Neumología
Unidad de Investigación Respiratoria y Ambiental (URRA) Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM)
Barcelona, 2007
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Agraïments Voldria agrair a tots els que m´han ajudat a escriure la present tesi.
En primer lloc, voldria donar un agraïment especial a tots els atletes que van col.laborar
voluntariament a l´estudi i a tot el personal del CAR de Sant Cugat per la seva humanitat i
ajuda desinteresada. Sense ells aquesta tesi no hauria estat possible. En especial, tinc
que donar un agraïment especial al Doctor Franchek Drobnic, l´entrenador Jaume
Mirallas i a tot el seu equip. Gràcies a tots.
A l´estadístic José Ríos, que em va ajudar moltíssim en l´elaboració de les figures i les
taules, així com en l´assessoració sobre la presentació dels resultats. Sense ell aquesta
tesi tindria un aspecte ben diferent. Moltes gràcies.
També voldria agrair al tot el personal de l´Hospital del Mar que va col.laborar en el
projecte que ara presento:
Als Doctors Mauricio Orozco-Levi i Joaquim Gea, per ajudar-me a continuar la meva
formació i transmetre´m els seus coneixements.
Al Doctor Joan Broquetas per la seva humanitat i comprensió.
Als Doctors Carles Coronell i Juana Mª Martínez Llorens, per el seu recolzament i ajuda
tècnica.
A la Doctora Alba Ramírez-Sarmiento per la seva ajuda i bon humor.
Als Doctors Carles Sanjuás, Eva Balcells, Víctor Curull, Miquel Félez i Luisa Blanco per la
seva docència i professionalitat durant el meu periode de residència.
A les secretàries del servei, Roser Pedreny i Vanessa Martínez.
A les infermeres d´exploracions complementàries, Nuri Soler i Angela Roig, per tants
bons moments.
4
Als residents Albert Sànchez, Marisol Domínguez, Itziar Fuertes i Cristina Rodríguez per
la paciència i el companyerisme que m´han demostrat.
A l´equip de pneumologia de l´Hospital de Terrasa: Josep Armengol, Antònia Llunell,
María Somoza i Jordi Sans, que des de el primer dia em van animar a seguir endavant
amb aquest projecte.
Als meus pares, José i Berta, i el meu germà José Ramón, per ajudar-me a arribar fins
aquí.
Finalment, voldria donar el meu sincer agraïment al tots els bons amics que m´han animat
durant tot aquest temps a seguir endavant i no desanimar-me,
Gràcies a tots
5
Introducción
6
INTRODUCCIÓN
Hace tres años dimos inicio a los trabajos incluidos en la presente Tesis Doctoral en
colaboración con el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat. Los estudios
fueron concebidos con carácter traslacional aplicando los conocimientos de fisiología y
fisiopatología musculares adquiridos durante más de una década por nuestra Unidad
de Investigación en Músculo y Aparato Respiratorio (URMAR) del Instituto Municipal
de Investigación Médica (IMIM) en el entrenamiento de deportistas de alta
competición. En este sentido, esta tesis aborda el tema de la intervención terapéutica
sobre la función muscular respiratoria desde un punto de vista novedoso, no sólo para
nuestra unidad de investigación sino para nuestro centro en general, dado que se
desarrolló en el ámbito de individuos sanos, específicamente en un grupo de
deportistas de élite.
Los resultados preliminares del presente estudio fueron presentados en forma de
resumen científico en un congreso internacional, específicamente:
• B. Abeijón, A. Ramírez-Sarmiento, F. Drobnic, C. Coronell, JA. Mirallas, JMª.
Martínez, J. Gea, M. Orozco-Levi. “General training fails in improving respiratory
muscle strength and endurance of elite athletes”. (Congreso ERS 2006).
Esta Tesis no representa un esfuerzo aislado sino que constituye una continuación de
los trabajos realizados por el Servicio de Neumología del Hospital del Mar de
Barcelona sobre la fisiología y fisiopatología de los músculos respiratorios. En este
sentido, hasta la fecha han sido varios los trabajos basados en esta línea que han
servido para la realización varias Tesis Doctorales en universidades nacionales y
extranjeras. Espero que el presente trabajo constituya un aporte adicional y amplíe
esta línea de investigación con un enfoque complementario. De esta forma, es posible
que sirva de base de trabajos futuros en otros grupos de población, tanto de
deportistas como de individuos con enfermedades respiratorias crónicas.
Las investigaciones realizadas fueron posibles gracias a la experiencia del equipo
profesional del CAR y a la altruista colaboración de los deportistas que aceptaron
voluntariamente realizar el entrenamiento muscular respiratorio y las exploraciones
funcionales implicadas en el mismo.
Sin ellos, esta tesis no hubiese sido posible...
7
Abreviaturas
8
ADP Adenosin difosfato
AMR Actividad muscular respiratoria
ATP Adenosin trifosfato
CK Creatin kinasa
CMT Carga máxima tolerada
CPT Capacidad pulmonar total
CR Cociente respiratorio
CRF Capacidad residual funcional
CVMS Capacidad ventilación máxima sostenida
D(a-v)O2 Diferencia arterio-venosa de oxígeno
ELISA Inmunoanálisis ligado a enzimas
EMI Entrenamiento muscular inspiratorio
EMR Entrenamiento muscular respiratorio
ESD Extremidad superior dominante
ESND Extremidad superior no dominante
FC Frecuencia cardíaca
FEV1 Volumen espirado forzado en el primer segundo
FVC Capacidad vital forzada
GC Gasto cardíaco
GH Hormona de crecimiento
GOT Transaminasa glutámico oxalacética
Hb Hemoglobina
HVI Hiperventilación voluntaria isocápnica
IGF-I Insulin Growth Factor I
IL-1ββββ Interleukina 1 β
IL-1ra Antagonista del receptor de interleukina 1
IL-6 Interleukina 6
IL-10 Interleukina 10
IMC Indice masa corporal
LDH Lactato deshidrogenasa
MR Músculos respiratorios
MVS Máxima ventilación sostenible
MyHC Cadena pesada de la miosina
PCR Proteína C reactiva
Pdi Presión transdiafragmática
Pes Presión esofágica
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Pesmax Presión esofágica máxima
PEmax Presión espiratoria máxima
Pgas Presión gástrica
Pgasmax Presión gástrica máxima
PImax Presión inspiratoria máxima
pO2 Presión parcial de oxígeno
Ptdi Indice presión-tiempo del diafragma
Ptii Indice presión-tiempo inspiratorio
RANTES Regulated upon Activation, Normal T-cell Expressed and Secreted
SatO2 Saturación de oxígeno
TNF-R60 Receptor soluble de TNF tipo I (60 Kda)
TNF-R80 Receptor soluble de TNF tipo II (80 Kda)
Te Tiempo espiratorio
Ti Tiempo inspiratorio
Tlim Tiempo límite tolerado para una carga
Ttot Tiempo total de un ciclo respiratorio
VC Volumen corriente
VEmax Ventilación minuto máxima
VMR Ventilación minuto respiratorio
VO2 Consumo de oxígeno
VO2max Consumo de oxígeno máximo
VS Volumen sistólico
VVM Ventilación voluntaria máxima
Wmax Trabajo máximo tolerado
∆CMT Aumento de CMT
∆PImax Aumento de PImax
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Indice
11
1. MARCO TEORICO. Estado actual del tema...........................................................18
1.1. Los músculos esqueléticos: Estructura y función............................................19
1.1.1. Estructura de la fibra muscular esquelética.........................................................19
1.1.1.1. El sarcolema................................................................................................19
1.1.1.2. Miofibrillas y miofilamentos..........................................................................19
1.1.1.3. El sarcoplasma............................................................................................20
1.1.1.4. El retículo sarcoplásmico.............................................................................20
1.1.1.5. El sistema tubular T.....................................................................................20
1.1.2. Tipos de fibras musculares esqueléticas.............................................................21
1.1.3. Fuentes de energía para la contracción muscular...............................................22
1.1.4. Características adaptativas y degenerativas del músculo esquelético................23
1.1.4.1. Hipertrofia muscular.....................................................................................23
1.1.4.2. Atrofia muscular...........................................................................................23
1.2.Los músculos respiratorios: Estructura y función............................................24
1.2.1. Los músculos respiratorios como músculos esqueléticos ..................................24
1.2.2. Tipos de fibras musculares en los músculos respiratorios..................................24
1.2.3. Estructura y función de los músculos respiratorios.............................................25
1.2.4. Patrón ventilatorio durante el ejercicio................................................................27
1.2.5. Bioenergética de los músculos respiratorios durante el ejercicio........................27
1.2.6. Evaluación funcional de los músculos respiratorios...........................................28
1.2.6.1. Evaluación de la fuerza...............................................................................28
1.2.6.1.1. Pruebas voluntarias...........................................................................28
- Presión máxima en boca..........................................................................28
- Presión transdiafragmática máxima.........................................................28
1.2.6.1.2. Pruebas involuntarias........................................................................29
- Estimulación frénica eléctrica...................................................................29
- Estimulación frénica magnética................................................................29
1.2.6.2. Evaluación de la resistencia........................................................................30
- Ventilación voluntaria máxima..........................................................................30
- Carga máxima tolerada.....................................................................................30
- Tiempo de resistencia ante carga.....................................................................30
1.2.6.3. Evaluación de la fatiga muscular respiratoria..............................................30
1) Criterios electromiográficos...........................................................................30
12
2) Medición de fuerza muscular postejercicio....................................................31
3) Índice presión-tiempo.....................................................................................32
1.2.7. Fatiga de músculos respiratorios durante el ejercicio.........................................32
1.3. Fisiología del ejercicio en individuos sedentarios............................................34
1.3.1. Metabolismo energético durante el ejercicio.......................................................34
1.3.1.1. Definiciones y conceptos.............................................................................34
1.3.1.2. Consumo de oxígeno durante el ejercicio...................................................35
1.3.1.3. Unidades y forma de expresión...................................................................35
1.3.1.4. Consumo máximo de oxígeno.....................................................................35
1.3.1.5. Deuda de oxígeno.......................................................................................37
1.3.1.6. Cociente respiratorio y modificaciones con el ejercicio...............................38
1.3.1.7. Umbral de anaerobiosis (Umbral láctico)....................................................38
1.3.2. El sistema cardiovascular durante el ejercicio....................................................39
1.3.2.1. Modificaciones del gasto cardíaco..............................................................39
1.3.2.2. Modificaciones de la frecuencia cardíaca...................................................40
1.3.2.3. Modificaciones del volumen sistólico..........................................................40
1.3.2.4. Modificaciones de la presión arterial...........................................................41
1.3.3. El sistema respiratorio durante el ejercicio..........................................................41
1.3.3.1. Modificaciones del volumen minuto respiratorio..........................................41
1.3.3.2. Modificaciones de la frecuencia respiratoria................................................42
1.3.3.3. Modificaciones del volumen corriente..........................................................42
1.3.3.4. Modificaciones en la difusión de gases a través de la membrana
respiratoria.........................................................................................................43
1.3.4. Efecto del ejercicio sobre marcadores de daño muscular...................................43
1.3.5. Efecto del ejercicio sobre marcadores inflamatorios...........................................44
1.3.6. Limitación al ejercicio en individuos sanos sedentarios......................................46
1.4. Principios del entrenamiento general: Efectos sobre la respuesta al ejercicio
en el deportista de élite...............................................................................................46
1.4.1. Definición de deportista de élite..........................................................................46
1.4.2. Tipos de entrenamiento......................................................................................47
1.4.2.1. Ejercicio de fuerza, potencia o resistencia anaeróbica...............................47
1.4.2.2. Ejercicio de resistencia, endurancia o resistencia aeróbica........................47
1.4.3. Adaptación al entrenamiento de resistencia en el deportista de élite.................47
1.4.3.1. Adaptación metabólica al entrenamiento...................................................47
1.4.3.1.1. Cambios en el consumo máximo de oxígeno.................................47
13
1.4.3.1.2. Cambios en el umbral anaeróbico..................................................48
1.4.3.1.3. Cambios en la deuda de oxígeno y del cociente respiratorio.........48
1.4.3.2. Adaptación cardiovascular al ejercicio........................................................48
1.4.3.2.1. Cambios en el gasto cardíaco........................................................48
1.4.3.2.2. Cambios en el volumen sistólico....................................................48
1.4.3.2.3. Cambios en la frecuencia cardíaca................................................48
1.4.3.3. Adaptación respiratoria al ejercicio.............................................................49
1.4.3.3.1. Cambios en la ventilación minuto respiratoria (VMR)....................49
1.4.3.3.2. Cambios en la capacidad de difusión de gases.............................49
1.4.3.4. Adaptación muscular al entrenamiento general.........................................50
1.4.3.4.1. Adaptación de los músculos locomotores......................................50
1.4.3.4.2. Adaptación de los músculos respiratorios......................................50
1.4.3.5. Entrenamiento mixto de fuerza y resistencia..............................................50
1.4.3.6. Diferencias intersexuales............................................................................51
1.4.3.7. Limitación al ejercicio en deportistas de élite..............................................51
1.5. Entrenamiento de los músculos respiratorios..................................................53
1.5.1. Tipos de entrenamiento muscular respiratorio....................................................54
1.5.1.1. Hiperpnea voluntaria isocápnica..................................................................54
1.5.1.2. Entrenamiento muscular inspiratorio...........................................................55
1.5.2. Efectos del entrenamiento muscular inspiratorio.................................................55
1.5.2.1. Efectos sobre la fuerza de músculos respiratorios.....................................55
1.5.2.2. Efectos sobre la resistencia de músculos respiratorios..............................55
1.5.2.3. Efectos sobre el rendimiento deportivo......................................................55
1.5.2.4. Efectos sobre marcadores fisiológicos.......................................................56
1.5.3. Resumen del tema..............................................................................................57
2. HIPOTESIS DE ESTUDIO........................................................................................59
3. OBJETIVOS..............................................................................................................61
4. MATERIAL Y METODOS........................................................................................63
4.1. Diseño del estudio...........................................................................................64
4.2. Población de estudio.......................................................................................65
4.2.1. Criterios de inclusión...........................................................................................65
14
4.2.2. Criterios de exclusión..........................................................................................65
4.3. Técnicas de estudio........................................................................................65
4.3.1. Evaluación nutricional de los deportistas..........................................................66
4.3.1.1. Parámetros biológicos................................................................................66
4.3.1.2. Parámetros antropométricos......................................................................66
4.3.2. Evaluación de la función respiratoria ................................................................67
4.3.2.1. Espirometría forzada...................................................................................67
4.3.2.2. Evaluación de la función muscular respiratoria...........................................67
4.3.2.2.1. Evaluación de la fuerza de músculos respiratorios........................67
- Presiones máximas en boca.....................................................................67
4.3.2.2.2. Evaluación de la resistencia de músculos respiratorios.................67
- Carga máxima tolerada (CMT)..................................................................67
4.3.2.2.3. Evaluación de la resistencia a la fatiga de músc. respiratorios......69
4.3.2.2.4. Evaluación de la actividad de músculos respiratorios....................69
4.3.3. Evaluación de la función muscular periférica.....................................................70
4.3.4. Evaluación de la adaptación global al ejercicio..................................................70
- Prueba de esfuerzo cardiorespiratoria........................................................................70
- Cuantificación de la disnea durante un ejercicio extenuante......................................71
4.3.5. Evaluación de la reacción inflamatoria sistémica tras el ejercicio.....................71
4.3.5.1. Medición de marcadores de daño muscular................................................71
- CK....................................................................................................................72
- GOT.................................................................................................................72
- LDH..................................................................................................................72
4.3.5.2. Medición de citoquinas reguladoras de la inflamación................................72
- IL-10.................................................................................................................72
- IL-6...................................................................................................................72
- RANTES..........................................................................................................72
- TNF-α..............................................................................................................73
- IL-1β.................................................................................................................73
- Receptor I TNF-α.............................................................................................73
- Receptor II TNF-α............................................................................................73
- IGF-I………………………………………………………………………………….73
- Antagonista del Receptor de IL-1 ...................................................................74
- Proteína C reactiva (PCR)...............................................................................74
4.4. Protocolo de entrenamiento................................................................................74
15
4.4.1. Diseño de válvula inspiratoria..............................................................................74
4.4.2. Diseño de programa de entrenamiento...............................................................75
4.5.Análisis estadístico...............................................................................................77
4.6. Aspectos éticos del estudio................................................................................77
5. RESULTADOS.......................................................................................................78
5.1. Consideraciones generales del estudio.............................................................79
5.2. Análisis descriptivo de la población inicial y final............................................79
5.2.1. Características generales....................................................................................79
5.2.1.1. Características demográficas y antropométricas.........................................80
5.2.1.2. Características nutricionales........................................................................80
5.2.2. Función respiratoria.............................................................................................80
5.2.2.1. Espirometría forzada...................................................................................80
5.2.2.2. Fuerza de músculos respiratorios...............................................................81
5.2.2.3. Resistencia de músculos inspiratorios (CMT)............................................81
5.2.3. Función muscular periférica................................................................................81
5.2.4. Capacidad aeróbica general...............................................................................82
5.2.4.1. Consumo de oxígeno máximo....................................................................82
5.2.4.2. Ventilación minuto máxima.........................................................................82
5.2.4.3. Trabajo máximo tolerado............................................................................82
5.2.5.Marcadores de daño muscular............................................................................83
5.2.6.Marcadores de inflamación sistémica ................................................................83
5.3. Análisis transversal comparativo con sedentarios sanos...............................84
5.4. Análisis longitudinal ...........................................................................................85
5.4.1. Función de músculos respiratorios......................................................................85
5.4.1.1. Fuerza de músculos respiratorios...............................................................85
5.4.1.2. Carga máxima tolerada...............................................................................85
5.4.1.3. Índice CMT/PImax.......................................................................................85
5.4.1.4. Patrón respiratorio.......................................................................................86
5.4.1.4.1. Frecuencia respiratoria......................................................................86
5.4.1.4.2. Tiempo inspiratorio (Ti)......................................................................86
16
5.4.1.4.3. Tiempo total respiratorio (Ttot)............ .............................................86
5.4.1.5. Índice presión-tiempo modificado...............................................................86
5.4.1.6. Actividad muscular respiratoria durante prueba de CMT............................87
5.4.1.7. Disnea durante prueba de CMT..................................................................87
5.4.2.. Función muscular periférica...............................................................................87
5.4.3. Capacidad aeróbica general...............................................................................87
5.4.3.1. Consumo de oxígeno máximo.....................................................................87
5.4.3.2. Ventilación minuto máxima..........................................................................87
5.4.3.3. Trabajo máximo tolerado.............................................................................87
5.4.4. Marcadores de daño muscular............................................................................88
5.4.5. Marcadores de inflamación sistémica............ ....................................................88
5.5. Análisis de correlaciones....................................................................................90
5.5.1. Correlaciones entre PImax pre-entrenamiento y resto de parámetros...............90
5.5.1.1 Relación entre PImax pre-entrenamiento y tipo de deporte........................90
5.5.1.2. Relación entre PImax pre-entrenamiento y edad.......................................90
5.5.1.3. Relación entre PImax pre-entrenamiento e IMC........................................91
5.5.1.4. Relación entre PImax pre-entrenamiento y capacidad aeróbica................91
5.5.1.5. Relación entre PImax pre-entrenamiento y CMT.......................................91
5.5.1.6. Relación entre PImax pre-entrenamiento y PEmax....................................91
5.5.1.7. Relación entre PImax pre-entrenamiento y dinamometría de ESD............91
5.5.1.8. Relación entre PImax pre-entrenamiento y dinamometría de ESND.........91
5.5.2. Correlaciones entre ∆PImax y resto de parámetros...........................................91
5.5.2.1. Relación entre ∆PImax y tipo de deporte...................................................91
5.5.2.2. Relación entre ∆PImax y PImax pre-entrenamiento..................................92
5.5.2.3. Relación entre ∆PImax y edad...................................................................92
5.5.2.4. Relación entre ∆PImax e IMC....................................................................92
5.5.2.5. Relación entre ∆PImax y capacidad aeróbica................. ..........................92
5.5.2.6. Relación entre ∆PImax y ∆CMT............... .................................................92
5.5.3. Relación entre CMT pre-entrenamiento y resto de parámetros..........................92
5.5.3.1. Relación entre CMT pre-entrenamiento y tipo de deporte.........................92
5.5.3.2. Relación entre CMT pre-entrenamiento y edad.........................................92
5.5.3.3. Relación entre CMT pre-entrenamiento e IMC..........................................93
5.5.3.4. Relación entre CMT pre-entrenamiento y capacidad aeróbica..................93
5.5.3.5. Relación entre CMT pre-entrenamiento y PEmax......................................93
5.5.3.6. Relación entre CMT pre-entrenamiento y ESD..........................................93
5.5.3.7. Relación entre CMT pre-entrenamiento y ESND........................................93
17
5.5.4. Relación entre ∆CMT y resto de parámetros......................................................93
5.5.4.1. Relación entre ∆CMT y tipo de deporte.....................................................93
5.5.4.2. Relación entre ∆CMT y edad.....................................................................93
5.5.4.3. Relación entre ∆CMT e IMC......................................................................93
5.5.4.4. Relación entre ∆CMT y capacidad aeróbica..............................................94
5.5.4.5. Relación entre ∆CMT y CMT previa al entrenamiento...............................94
6. DISCUSION...............................................................................................................95
7. CONCLUSIONES....................................................................................................106 8. REFERENCIAS.......................................................................................................109 9. TABLAS..................................................................................................................121 10. FIGURAS..............................................................................................................143 11. ADDENDUM 1.......................................................................................................178 12. ADDENDUM 2.......................................................................................................179
18
Marco teórico Estado actual del tema
19
MARCO TEÓRICO
1.1. Los músculos esqueléticos: Estructura y función
1.1.1. Estructura de la fibra muscular esquelética
1.1.1.1. El sarcolema
El sarcolema es la membrana celular de cada fibra muscular. Está formado por la
membrana celular verdadera, llamada plasmática, y una capa delgada de material
polisacárido que rodea los capilares. En los extremos de las fibras musculares, el
sarcolema se continúa con los haces tendinosos que se insertan en el hueso.
1.1.1.2. Miofibrillas y miofilamentos
Cada fibra muscular contiene de centenares a miles de miofibrillas, que se
visualizan como pequeños puntos en su corte transversal. A su vez, cada miofibrilla está
constituida por unos 1500 miofilamentos de miosina y del complejo actina-
tropomiosina, formado por la unión del filamento de actina y la troponina.
Figura 1. Visión tridimensional de los filamentos de actina y tropo-miosina. Modificado de West,
Bases fisiológicas de la práctica médica, 12ª edición.
Estos miofilamentos se interdigitan en parte de su longitud, por lo que al análisis del corte
longitudinal con luz polarizada es posible definir bandas alternas claras (I) y oscuras (A).
Las bandas I se denominan así por ser isótropas, y representan los miofilamentos de
actina, mientras las bandas A (anisótropas) representan la superposición que éstos
tienen con los de miosina.
20
Figura 2. Superposición de filamentos de actina y miosina. Miosina: filamentos oscuros Actina:
Filamentos claros. Modificado de Guyton, Fisiología médica, 12ª edición.
Los miofilamentos de actina se unen en los extremos a través de la llamada
membrana (o disco) Z. Ésta membrana pasa de una miofibrilla a otra, uniéndolas entre
sí en toda su extensión. La porción de cada fibra muscular comprendida entre dos líneas
Z consecutivas se denomina sarcómera. Cuando la fibra muscular está en su longitud de
reposo, la longitud de las sarcómeras es de aproximadamente 2 µm.
1.1.1.3. El sarcoplasma
La matriz de soporte de las miofibrillas se denomina sarcoplasma. Éste contiene
los elementos intracelulares usuales, entre los que destacan las mitocondrias y el retículo
sarcoplásmico. Las mitocondrias se distribuyen ubícuamente entre las fibras musculares
y en el espacio subsarcolémico. Esto refleja la necesidad de grandes cantidades de
energía que, a partir del adenosín trifosfato (ATP), las mitocondrias aportan a las
miofibrillas para realizar el trabajo contráctil. Además, el líquido del sarcoplasma contiene
grandes cantidades de potasio, magnesio, fosfatos y enzimas.
1.1.1.4. El retículo sarcoplásmico
Lo que en las demás células animales es el retículo endoplásmico, en el músculo
esquelético se denomina retículo sarcoplásmico. Lo forman túbulos longitudinales
situados paralelamente entre las miofibrillas, y en el extremo de cada uno se encuentran
las cisternas terminales.
1.1.1.5. El sistema tubular T
Además del retículo sarcoplásmico, cada fibra muscular tiene el sistema de túbulos
transversos o túbulos T, que se hallan orientados perpendicularmente a las miofibrillas.
La zona de contacto entre el túbulo T y el retículo sarcoplásmico se denomina la tríada.
En el músculo esquelético hay una tríada junto a cada área donde se superponen los
miofilamentos de actina y miosina. Como esto ocurre en ambos extremos de cada
21
filamento de miosina, hay dos tríadas por sarcómera. Los túbulos T se comunican con el
exterior y contienen líquido extracelular. En consecuencia, cuando el potencial de acción
se difunde sobre la membrana de la fibra muscular, los túbulos T lo transmiten al interior
de la misma, lo cual precipita una cascada de eventos intracelulares que en definitiva se
traducen como contracción muscular.
Figura 3. Representación de un segmento de fibra de músculo esquelético. Modificado de West,
Bases fisiológicas de la práctica médica, 12ª edición.
1.1.2. Tipos de fibras musculares esqueléticas
La unidad del músculo estriado es la fibra muscular. La fibra muscular se puede
clasificar en base a criterios funcionales (rápidas o lentas o bien predominio de fuerza
o resistencia), metabólicos (predominio glicolítico u oxidativo) o expresión
predominante de las isoformas de la cadena pesada de la miosina (MyHC) (I, IIa y
IIb). Ver tabla 1.
Metabólicas1 Oxidativas lentas Glicolíticas-oxidativas Glicolíticas
Funcionales2,3 Lentas
Resistentes fatiga
Rápidas
Resistentes fatiga
Muy rápidas
Fatigables
Expresión MyHC4 MyHC I MyHC IIa, IIx
(fatigables?) MyHC IIb
Tabla 1: Tipos de fibras musculares
22
El tipo de fibra muscular determina el patrón de respuesta muscular. Así pues los
músculos con una alta proporción de fibras tipo I están mejor preparados para
esfuerzos sostenidos de baja intensidad, mientras aquellos con predominio de fibras
tipo II son ideales para esfuerzos máximos de corta duración. Los deportistas de
resistencia tienen un predominio de fibras tipo I en los músculos de las piernas,
mientras que los deportistas de sprint tienen un predominio de las fibras tipo IIb5. Esta
tendencia parece estar determinada casi del todo por la herencia, sin que exista
evidencia de que el entrenamiento pueda modificar la proporción relativa de fibras
musculares en el deportista95. Sin embargo, el entrenamiento aeróbico puede inducir
una adaptación muscular, haciendo que las fibras tipo II sean prácticamente
indistinguibles de las fibras tipo I (switch a resistencia). Esta adaptación es reversible
con el cese del entrenamiento.
1.1.3. Fuentes de energía para la contracción muscular
La actividad física supone un aumento de los requerimientos de energía por el
organismo. La mayor parte de esta energía es consumida por los músculos en
contracción. Las demandas energéticas de la fibra muscular se suplen principalmente
por la hidrólisis de enlaces fosfato de alto nivel energético contenidos en el adenosin-
trifosfato (ATP).
Las moléculas de ATP son el recurso energético decisivo en los procesos
metabólicos musculares. Su hidrólisis permite iniciar la contracción y ejecutar la
relajación muscular. Sin embargo, las reservas de ATP dentro de la célula muscular
son escasas y permiten mantener la contracción durante cuatro segundos o menos.
Por ello existen tres sistemas alternos de reserva de energía que garantizan que se
restaure el ATP según sea hidrolizado por los procesos metabólicos catalíticos: el
sistema de fosfocreatina, el sistema de glucólisis anaerobia (o glucógeno-ácido
láctico), y el sistema de glucólisis aerobia.
El primer sistema energético es el dependiente de los depósitos de
fosfocreatina. Esta es una molécula intracelular muscular presente a una
concentración cinco veces mayor que la del ATP. La particularidad de la fosfocreatina
es que constituye una reserva de fosfatos de alta energía que permite, mediante la
enzima creatín-quinasa (CK), la refosforilación más rápida del ADP. Esta vía
energética es esencial para el inicio de la contracción muscular, pero sólo puede cubrir
un periodo de tiempo corto (menos de 15 segundos). La suma de las cantidades de
ATP y fosfocreatina celulares se denomina sistema de “energía del fosfágeno”.
El segundo sistema energético está representado por la glucólisis anaerobia,
también denominado sistema glucógeno-ácido láctico. El glucógeno constituye un
polímero de reserva de energía intracelular dependiente de carbohidratos, el cual se
23
hidroliza para obtener glucosa. Esta molécula es utilizada para obtener la energía
mediante un proceso llamado glucólisis que será invertida en la refosforilación del
ADP. Específicamente, en una primera fase cada molécula de glucosa se hidroliza
(mecanismo anaerobio) a dos moléculas de ácido pirúvico permitiendo liberar la
energía necesaria proporcional para formar cuatro moléculas de ATP. En una segunda
fase, el ácido pirúvico pasa a las mitocondrias de la fibra muscular y reacciona con el
oxígeno para formar todavía más moléculas de ATP (mecanismo aerobio). Sin
embargo, cuando no se dispone del oxígeno suficiente para este segundo paso, la
mayoría del ácido pirúvico se convierte en ácido láctico, el cual sale de las células
musculares y pasa al líquido intersticial y a la sangre. Este es un sistema de obtención
de energía rápidamente disponible, y puede suministrar hasta 1,6 minutos de actividad
muscular máxima en condiciones ideales.
El tercer sistema energético es el sistema aerobio, el cual se fundamenta en
la oxidación de los sustratos alimenticios para obtener energía y refosforilar el ADP.
Específicamente, las mitocondrias permiten que la glucosa, los ácidos grasos y las
proteínas se combinen con el oxígeno para liberar enormes cantidades de energía que
se utilizarán en llevar el ADP a ATP. Este sistema de oferta energética es el menos
eficiente de los tres pero, por el contrario, es el que permite trabajos musculares de
forma indefinida (horas) mientras existan nutrientes disponibles en el músculo.
Desde un punto de vista práctico podemos resumir que el sistema del fosfágeno es el
que utiliza el músculo para obtener oleadas bruscas de energía en segundos, mientras
que el sistema aerobio es necesario para una actividad más prolongada. El sistema
del glucógeno-ácido láctico es importante para obtener potencia suplementaria en las
distancias intermedias95. Se deduce también que un ejercicio participa más del
metabolismo aerobio cuanto más prolongado o lento sea éste.
1.1.4. Características adaptativas y degenerativas del músculo esquelético
1.1.4.1. Hipertrofia muscular
La sobrecarga muscular intensa (i.e., mayor de un 70% de la capacidad máxima),
aunque ocurra sólo pocos minutos al día, induce en el músculo esquelético un aumento
de su volumen. Este fenómeno se conoce como hipertrofia. Los diámetros de cada fibra
muscular aumentan a expensas del número total de miofibrillas. Así mismo se incrementa
el contenido de ATP, fosfocreatina, glicógeno, y enzimas glicolíticas, entre otros. Todo lo
anterior se traduce funcionalmente en un incremento tanto del poder motor del músculo
como de los mecanismos de producción de energía. Por el contrario, cuando la
sobrecarga muscular es ligera, aunque persista por largo tiempo, no induce hipertrofia.
24
1.1.4.2. Atrofia muscular
Es el fenómeno inverso a la hipertrofia muscular. Se instaura en el momento en
que el músculo no se utiliza o se utiliza poco, se denerva, o si el individuo sufre
desnutrición proteico-calórica. Algunos fármacos pueden inducir también miopatías con
tendencia a la atrofia (p.ej. esteroides). La atrofia es particularmente rápida y marcada
cuando un músculo es denervado, produciéndose además una degeneración grasa y
fibrosa irreversible a los 4-5 meses que ello sucede.
1.2. Los músculos respiratorios: Estructura y función
1.2.1. Los músculos respiratorios como músculos esqueléticos
Tanto desde el punto de vista embriológico como morfológico y funcional, los músculos
respiratorios (MR) son esencialmente músculos esqueléticos estriados. Sin embargo, y
comparándolos con los músculos de los miembros, las fibras de los músculos
respiratorios tienen una mayor tolerancia ante la fatiga, mayor flujo sanguíneo, mayor
capacidad oxidativa, y mayor densidad capilar6 Por otra parte, difieren funcionalmente en
cuanto que los músculos respiratorios se contraen ante cargas resistivas (vías aéreas) y
elásticas (pared torácica y pulmones), más que ante fuerzas de inercia. Además, su
posición de reposo está determinada por un equilibrio de las fuerzas elásticas del tórax y
los pulmones.
El control neural de los músculos respiratorios es mixto, tanto voluntario como
automático. Como en el músculo cardíaco, sus contracciones son rítmicas, más que
episódicas, y su acción es esencial para la supervivencia7.
1.2.2. Tipos de fibras musculares en los músculos respiratorios
Se sabe por estudios de biopsias obtenidas por toracotomía o autopsias que la
proporción de fibras musculares en el diafragma es aproximadamente de un 50%
fibras tipo I, 25% fibras tipo IIa y 25% fibras tipo IIb8,9, mientras que la proporción de
fibras tipo I de los músculos de las extremidades no entrenados es ligeramente inferior
(40% fibras tipo I en vasto lateral)10. Esta diferencia es más marcada por lo que se
refiere a los músculos intercostales. Esto traduce la adaptación de los músculos
respiratorios a la necesidad de mantener una contracción intermitente de baja
intensidad. Ver tabla 2.
25
Fibras tipo I Fibras tipo IIa Fibras tipo IIb
Diafragma costal9,8 49- 50% 28- 21% 23- 26%
Intercostal externo lateral9,11 62- 59% 14- 14% 24- 27%
Intercostal interno medial9,8 61- 52% 27- 25% 12- 21%
Intercostal interno lateral9,11 64- 64% 35- 36% 1- 0%
Escaleno12 59% 22% 17%
Esternocleidomastoideo13 35% - -
Tabla 2: Proporción de fibras musculares en los músculos respiratorios.
1.2.3. Estructura y función de los músculos respiratorios
Los MR cumplen la función vital de mantener la ventilación. Para ello deben superar
las cargas elásticas y resistencias del aparato respiratorio durante la inspiración,
pudiendo así desplazar un volumen de aire suficiente para inflar y expandir el pulmón.
Durante la inspiración existe activación del diafragma, los intercostales externos y los
intercostales internos mediales. Otros grupos musculares accesorios (escalenos,
esternocleidomastoideo, dorsal ancho y pectorales), también están implicados,
especialmente en situaciones de gran trabajo respiratorio.
El principal músculo inspiratorio es el diafragma. Anatómicamente el diafragma es una
hoja muscular en forma de doble cúpula que separa la cavidad abdominal del tórax.
La contracción del diafragma tiene dos acciones: 1) Descender la cúpula
diafragmática y 2) Elevar y expandir la caja torácica. Ambas acciones colaboran a
ensanchar los pulmones.
Figura 4: Vista abdominal del diafragma. Modificado de Pansky, Anatomía humana, 6ª edición.
26
Los músculos intercostales externos e intercostales internos paraesternales ayudan
también al trabajo inspiratorio aunque en menor medida. La activación de estos
músculos provoca una elevación de las costillas, contribuyendo así a expandir la caja
torácica.
Figura 5: Vista torácica de los músculos intercostales. Modificado de Pansky, Anatomía
humana, 6ª edición.
Los músculos escalenos y esternocleidomastoideos, denominados en conjunto
músculos accesorios de la inspiración, contribuyen a establecer la presión negativa
intratorácica dado que su contracción expande la caja torácica superior en sentido
transverso y anteroposterior. Existen evidencias de que la activación de los escalenos
contribuye a la inspiración incluso en situación de reposo 14.
Durante la respiración en reposo, aproximadamente el 50% del volumen inspiratorio se
produce por contracción diafragmática; los intercostales externos y los músculos
accesorios producen el resto15.
La espiración es un fenómeno pasivo en reposo gracias a la retracción elástica del
pulmón. Durante el ejercicio, los músculos espiratorios se reclutan para exhalar aire
con fuerza y retornar el volumen pulmonar a los valores normales de reposo.
Los músculos espiratorios son los músculos abdominales y los intercostales internos
laterales. Los músculos espiratorios principales son los músculos abdominales, que
comprenden el recto anterior, oblicuos externo e interno y transverso abdominal. Su
contracción provoca un aumento de la presión intrabdominal, facilitando la elevación
27
del diafragma y por tanto la espiración. La contracción de los músculos intercostales
internos laterales provoca la contracción del tórax en sentido transversal.
Es difícil determinar el patrón de reclutamiento exacto de estos músculos durante el
ejercicio dinámico en humanos. Sin embargo, el consenso general es que tal y como
aumenta la intensidad del ejercicio, se reclutan de forma proporcional16.
1.2.4. Patrón ventilatorio durante el ejercicio
Durante el ejercicio el aumento de la ventilación minuto respiratoria (VMR) se
acompaña necesariamente de un incremento de la activación de los MR, tanto
inspiratorios como espiratorios. Por estudios en animales17,18,19,20 se sabe que durante
un aumento de la demanda ventilatoria existe un aumento relativamente mayor de la
actividad de los músculos extradiafragmáticos que del diafragma. En estudios en
humanos en que se incrementaba la VMR se observa un incremento de la contribución
de los movimientos de la caja torácica al volumen corriente21,22. Esta observación es
congruente con las observaciones en animales y sugiere que existe un mayor
reclutamiento de músculos extradiafragmáticos durante el aumento de las demandas
ventilatorias. Sin embargo, los datos recogidos en humanos hasta la fecha son
insuficientes y no permiten realizar un análisis cuantitativo23.
1.2.5. Bioenergética de los músculos respiratorios durante el ejercicio
Durante el ejercicio, tanto la inspiración como la espiración son procesos activos que
precisan un aporte significativo de trabajo metabólico. El flujo inspiratorio se hace más
turbulento y el trabajo espiratorio aumenta desproporcionalmente al incrementarse la
intensidad de trabajo. En reposo, el coste de oxígeno de la respiración es
aproximadamente el 2% del consumo total de oxígeno corporal. Durante el ejercicio
moderado, el coste en oxígeno de la hiperpnea aumenta del 3 al 5% del consumo de
oxígeno total24, alcanzando el 10% del consumo de oxígeno máximo durante el
ejercicio intenso en una persona no entrenada y hasta el 15- 16% del VO2max en
individuos altamente entrenados24,25.
El flujo sanguíneo a los músculos respiratorios durante el ejercicio en humanos no ha
sido cuantificado directamente. Sin embargo, estudios en animales muestran
incrementos significativos en flujo sanguíneo al diafragma y los músculos inspiratorios
y espiratorios durante el ejercicio26,27,28,29. El patrón de perfusión de los MR durante el
ejercicio depende de la intensidad de la contracción. A contracciones de baja
intensidad aumenta el flujo sanguíneo, mientras que contracciones intensas llegan a
reducir por completo el flujo sanguíneo durante la contracción (inspiración) y producen
hiperemia durante la relajación (espiración)30. Estos estudios demuestran que el
diafragma y otros músculos respiratorios reciben un porcentaje sustancial del gasto
28
cardíaco y alcanzan un alto porcentaje de extracción de oxígeno (80% durante el
ejercicio máximo).
Además, varios estudios indican que el diafragma y quizás otros músculos
respiratorios son más resistentes al metabolismo anaerobio que otros músculos
esqueléticos31,32,33. Sin embargo, el metabolismo anaerobio aparece cuando los MR
tienen que trabajar a cargas muy elevadas, ya que es la única forma de mantener una
ventilación adecuada a los niveles de trabajo previos a la claudicación34.
1.2.6. Evaluación funcional de los músculos respiratorios
1.2.6.1.Evaluación de la fuerza
La ventilación pulmonar es posible gracias a la fuerza generada por los músculos
respiratorios. Por la especial disposición de los músculos respiratorios (MR), no es
posible determinar directamente la fuerza de contracción, por lo que se determina la
presión máxima que son capaces de generar. Las pruebas para valorar la fuerza se
dividen en voluntarias e involuntarias.
1.2.6.1.1.Pruebas voluntarias
• Presión máxima en boca: Consiste en realizar maniobras de inspiración y
espiración forzada máxima, contra una vía ocluida para poder medir presión en
boca, ya que con la glotis abierta la presión en boca equivale a la presión alveolar.
La maniobra de presión inspiratoria máxima (PImax) se realiza habitualmente
desde una espiración máxima, y la maniobra de presión espiratoria máxima
(PEmax) se realiza desde una inspiración máxima. La maniobra de inspiración
máxima contra válvula cerrada se denomina maniobra de Müller, mientras que la
maniobra espiratoria máxima se denomina maniobra de Valsalva. Durante la
maniobra de PEmax se ha de controlar la influencia de los músculos buccinadores
pidiendo al individuo que coloque sus manos en las mejillas presionando al realizar
la maniobra. Las mediciones se realizan con una válvula ocluible con una pequeña
fuga para prevenir el cierre de la glotis. Se han de realizar tantas maniobras como
sea necesario hasta obtener 2 mediciones comparables (<20% variación entre
ambas mediciones). La maniobra máxima se considerará como la medición válida.
Este valor traduce la fuerza generada por toda la musculatura espiratoria o
inspiratoria.
• Presión transdiafragmática máxima: Dado que la contracción diafragmática
genera simultáneamente cambios de presión en tórax y abdomen, es posible
29
calcular la presión generada por el diafragma a través de estos cambios. Es
preciso colocar dos sondas balón, una en esófago para medir la presión esofágica
(Pes) y la otra en estómago para medir la presión gástrica (Pga). Mediante la
realización de una maniobra inspiratoria, se puede calcular la presión
transdiafragmática máxima (Pdimax) como la resta de la Pgas máxima (Pgamax;
positiva) y la Pes máxima (Pesmax; habitualmente negativa):
Pdimax = Pgamax – Pesmax
La maniobra inspiratoria se puede realizar contra vía aérea cerrada (maniobra de
Müller) o bien mediante una maniobra de sniff. Una maniobra de sniff es una
inspiración rápida e intensa desde un volumen pulmonar determinado (usualmente
capacidad residual funcional; FRC), y a través de uno o ambos orificios nasales. Miller
y col 35 mostraron que es posible obtener Pdi más altas tras una maniobra de sniff que
tras maniobras estáticas inspiratorias, en parte por un mayor reclutamiento de los
músculos inspiratorios.
La Pdimax mide la fuerza específica del diafragma. Tiene el inconveniente de ser una
exploración invasiva y de depender de la voluntad del paciente. Para intentar superar
la invasividad se ha intentado realizar mediciones en faringe y nariz. Para superar el
inconveniente de la colaboración del paciente se han desarrollado técnicas no-
invasivas de estimulación magnética o eléctrica del nervio frénico 36, y magnética de la
médula espinal o córtex cerebral 37.
1.2.6.1.2. Pruebas involuntarias
El diafragma está inervado por los nervios frénicos. La estimulación de este nervio
(twitch) nos da una idea de la fuerza máxima que puede generar el diafragma, sin
precisar la colaboración del paciente.
• Estimulación frénica eléctrica: Se basa en la estimulación del nervio frénico
mediante la aplicación de un campo eléctrico. Los inconvenientes de esta técnica
son su complejidad y ser dolorosa para el paciente.
• Estimulación frénica magnética: Se basa en la aplicación de un campo
magnético capaz de despolarizar el nervio, con la consiguiente transmisión del
estímulo nervioso. La estimulación puede realizarse a varios niveles (transcraneal,
cervical posterior o cervical lateral). Esta técnica está contraindicada en el caso de
prótesis metálicas o marcapasos. Las ventajas de esta técnica son la sencillez de la
30
misma, y el ser indolora para el paciente. Sin embargo, las respuestas mecánicas
obtenidas son mucho menores que las de la estimulación eléctrica.
Ambas técnicas se realizan habitualmente desde una espiración máxima, pero pueden
evaluarse desde cualquier volumen pulmonar preestablecido. Se ha de tener en
cuenta que la contracción de un músculo produce un aumento transitorio de la
contractilidad posterior, con lo que se ha de dejar un intervalo entre medición y
medición. Este fenómeno se conoce como potenciación twitch.
1.2.6.2. Evaluación de la resistencia
La resistencia de los músculos respiratorios se define como la capacidad de mantener
un nivel de esfuerzo ventilatorio submáximo durante un tiempo determinado.
• Ventilación voluntaria máxima: Consiste en la realización de inspiraciones
rápidas y forzadas, movilizando la máxima cantidad de aire en un corto periodo de
tiempo (12- 20 segundos). Es posible también medir la máxima ventilación
sostenible (MVS), que consiste en la máxima ventilación voluntaria que se puede
mantener al menos durante 15 minutos. En individuos sanos motivados la MVS
varía entre el 50 y el 80% de la ventilación voluntaria máxima (VVM). Esta técnica
permite valorar la función inspiratoria y espiratoria, ya que se ha detectado una
disminución en la fuerza de ambos grupos musculares tras una MVS38. Las
principales desventajas son la dificultad técnica y la falta de valores de referencia.
• Carga máxima tolerada: Para determinar la carga máxima tolerada (CMT) el
individuo respirará a través de una válvula de dos vías que permite aplicar una
carga inspiratoria o espiratoria. En el caso de una CMT inspiratoria, se colocan
cargas incrementales de modo que el esfuerzo requerido para abrir la válvula
inspiratoria es cada vez mayor. Se considera que la CMT es la carga máxima que
un individuo es capaz de tolerar durante un mínimo de 1 minuto. Esta prueba
valora específicamente el grupo muscular (inspiratorio o espiratorio) que se pone a
prueba, aunque valora tanto la resistencia como la fuerza.
• Tiempo de resistencia ante una carga respiratoria: Se trata de una variante de
la prueba anterior que consiste en respirar contra una carga equivalente a un
porcentaje de la CMT, habitualmente un 80%. Se medirá el tiempo que el individuo
es capaz de mantener la respiración contra dicha carga (Tlim).
1.2.6.3. Evaluación de la fatiga muscular respiratoria
Se han utilizado varios métodos para detectar la aparición de fatiga muscular:
31
1) Criterios electromiográficos:
El análisis de la frecuencia de las señales electromiográficas de los MR se ha
propuesto como prueba para detectar la fatiga de MR en humanos39, ya que
típicamente el espectro del registro de la electromiografía de superficie cambia hacia
potenciales de baja frecuencia al aparecer la fatiga MR (disminuye el índice [Hi/Lo]) y
dicho índice se recupera con el reposo. Se han descrito cambios en el índice Hi/Lo
indicativos de fatiga durante ejercicio global intenso40. Sin embargo, no queda claro el
mecanismo por el que se desarrolla esta alteración electromiográfica41, dicha variación
revierte rápidamente aun persistiendo la fatiga muscular42, y el registro puede verse
afectado por varios factores (patrón respiratorio, posición del sujeto…). Todo esto hace
que esta técnica no sea totalmente fiable para la detección de fatiga MR.
2) Medición de fuerza de músculos respiratorios post-ejercicio
De la misma definición de fatiga muscular se deriva que se puede documentar la fatiga
MR demostrando el descenso en la presión muscular respiratoria máxima tras el
ejercicio y la recuperación posterior en reposo.
La fuerza de MR se puede medir mediante pruebas voluntarias o involuntarias
• Pruebas voluntarias:
La presión máxima inspiratoria en boca es una exploración fácil de realizar y no
invasiva. Se han documentado descensos transitorios en la PImax tras un ejercicio
extenuante52, hiperpnea voluntaria máxima43 o una maratón51. La mayor limitación
de esta prueba es la dependencia de la voluntad del sujeto, por lo que puede estar
sujeto a variabilidad.
La presión transdiafragmática máxima permite valorar específicamente la fuerza
del diafragma. Se ha documentado fatiga muscular diafragmática transitoria con
este método tras un ejercicio extenuante44. Las principales limitaciones son la
invasividad de la técnica y la dependencia de la voluntad del paciente.
La presión sniff máxima tiene teóricamente un significado similar a la Pdi, pero su
papel en el estudio de la fatiga MR está todavía por determinar.
• Pruebas involuntarias:
La estimulación eléctrica de un nervio permite registrar la curva presión-
frecuencia en dicho nervio, mostrando un descenso de la presión (o fuerza) que
puede generar dicho nervio al iniciarse la fatiga. Esta técnica ha documentado
fatiga de MR tras un ejercicio intenso50, y al no depender de la voluntad del
32
paciente es altamente reproducible. Sin embargo, se trata de una prueba difícil de
realizar, y la estimulación nerviosa tetánica puede ser dolorosa.
La estimulación es una alternativa al registro de una curva presión-frecuencia, con
la ventaja de ser menos dolorosa que ésta y más fácil de obtener. Sin embargo,
está más sujeta a variaciones y es preciso tener en cuenta problemas adicionales
como la potenciación twitch45.
3) Indice presión-tiempo
Se sabe que existe un umbral de fatiga por debajo del cual un nivel de trabajo se
puede mantener indefinidamente. Este umbral se ha intentado predecir por el índice
presión-tiempo. El índice presión-tiempo del diafragma (Ptdi) se define como:
Ptdi = (Pdi / Pdimax) (Ti / Ttot)
Donde Pdi es la presión transdiafragmática media generada por respiración, Pdimax
es la presión transdiafragmática máxima, Ti es el tiempo inspiratorio y Ttot es el tiempo
total de cada respiración. Se sabe que en individuos sanos el diafragma puede
mantener un índice presión- tiempo por debajo de 0.15-0.18 durante más de una hora
sin evidencia de fatiga. Por encima de este umbral, el fallo diafragmático ocurre tras un
límite de tiempo que es inversamente proporcional a la Ptdi46. Este índice tiene en
cuenta tanto la intensidad de la contracción como el tiempo de contracción, y detecta
el riesgo de aparición de fatiga antes de que clínicamente ocurra. Sin embargo, se
trata de una técnica invasiva, y que tan solo valora la presión generada por el
diafragma, cuando a niveles de gran trabajo respiratorio existe una activación
creciente de músculos accesorios e intercostales. La medición de las presiones en
boca o esofágicas permite calcular el índice presión-tiempo en relación a todos los
MR. González et al 47definieron en 2003 un índice presión-tiempo modificado para
este fin a partir de la medición de la presión inspiratoria en boca. De esta manera, el
Índice presión- tiempo inspiratorio (Ptii) se calcularía mediante la fórmula:
Ptii = (Pi / PImax) (Ti / Ttot)
donde Ptii sería el índice presión- tiempo de toda la musculatura inspiratoria y Pi sería
la presión generada por los músculos inspiratorios en cada momento.
1.2.7. Fatiga de músculos respiratorios durante el ejercicio
La fatiga muscular se define como la incapacidad de un músculo de mantener el nivel
de fuerza requerido56. La fatiga muscular es típicamente reversible con el reposo, al
33
contrario de la debilidad muscular. Un factor determinante de fatiga muscular es la
reducción del flujo sanguíneo al músculo durante el ejercicio. Esto es posible por el
colapso capilar que conlleva la contracción muscular intensa. Dado el patrón
intermitente de contracción de los músculos respiratorios, la perfusión se produce
básicamente durante la espiración. Cuanto mayor sea la frecuencia respiratoria, más
se acorta la espiración y por consiguiente el tiempo de perfusión, favoreciendo la
disminución del aporte sanguíneo. Esta disminución del flujo es relevante tanto por la
disminución del aporte necesario de oxígeno como por la acumulación de catabolitos
generados por la contracción muscular. Esto conlleva un aumento del lactato muscular
con el consiguiente descenso del ph muscular desde 7 hasta 6,4. Esta acidosis inhibe
las reacciones enzimáticas necesarias para la resíntesis del ATP muscular. Se ha visto
que la aparición del umbral de fatiga coincide con el inicio de la limitación del flujo
sanguíneo48. A pesar de que no existen evidencias de producción de lactato por el
diafragma en animales, se ha observado un incremento del lactato sanguíneo derivado
de un aumento de la contracción de los músculos respiratorios. Así, la producción de
lactato sanguíneo se eleva tras una prueba de hiperventilación isocápnica sostenida al
70% de la máxima capacidad respiratoria49.
En general, los músculos respiratorios se muestran resistentes a la fatiga, aunque
existen evidencias de fatiga muscular respiratoria en determinadas circunstancias. La
aparición de fatiga muscular respiratoria durante un ejercicio de resistencia depende
principalmente de la intensidad y la duración del mismo. A intensidades de ejercicio
≥80% del VO2max de forma sostenida, el diafragma muestra fatiga al final del ejercicio,
como se ha demostrado mediante estimulación frénica bilateral50, medición de presión
máxima en boca51,52, y presión transdiafragmática53. Asimismo, también se ha
evidenciado fatiga muscular respiratoria tras un ejercicio prolongado de intensidad
submáxima, como una maratón51. La aparición de fatiga parece independiente del
nivel de entrenamiento de los individuos, y aparece a pesar de que la fuerza realizada
por el diafragma durante el ejercicio está por debajo del umbral de fatiga de este
músculo determinado durante ventilación máxima voluntaria54. En este sentido,
McConnell et al, investigaron en 1997 la aparición de fatiga muscular respiratoria tras
un ejercicio máximo de corta duración en un grupo de jóvenes moderadamente
entrenados. Se valoró la fuerza de la musculatura respiratoria mediante la presión
máxima en boca. Asimismo se midió la presión máxima en boca tras un ejercicio
incremental diseñado para alcanzar el agotamiento en 10-15 minutos. Los resultados
mostraron un descenso significativo de la presión máxima en boca tras el ejercicio. Se
han hipotetizado varios factores como causa de la fatiga muscular respiratoria, como:
1) la redistribución del gasto cardíaco durante el ejercicio hacia los músculos de las
extremidades, privando al diafragma de un adecuado flujo sanguíneo, 2) alteración de
34
las propiedades contráctiles del diafragma por los metabolitos de productos circulantes
secundarios al ejercicio, como el lactato, o 3) agotamiento de las reservas de
glucógeno tanto en diafragma como en músculos intercostales. Los autores
postulamos que la combinación de una mayor intensidad de contracción junto a un
acortamiento del la espiración (y por consiguiente del tiempo de perfusión) son los
principales determinantes de la fatiga muscular respiratoria.
Clásicamente se ha considerado que el sistema respiratorio no es un factor limitante al
ejercicio. Sin embargo, aunque los músculos respiratorios son resistentes a la fatiga en
condiciones no patológicas y en reposo, durante el ejercicio intenso y sostenido
aparece fatiga muscular respiratoria, lo que hace pensar que existe una limitación real
al ejercicio secundaria a la incapacidad del sistema respiratorio de mantener la
sobrecarga secundaria al esfuerzo.
1.3. Fisiología del ejercicio en individuos sedentarios sanos
1.3.1. Metabolismo energético durante el ejercicio
1.3.1.1. Definiciones y conceptos
La fuerza muscular es un concepto que hace referencia a la capacidad de un
músculo (o grupo muscular) de generar tensión55. Habitualmente la fuerza muscular se
mide en kilogramos (kg)95.
La potencia muscular se define como la cantidad de trabajo muscular realizado en
una unidad de tiempo. Habitualmente la potencia muscular se mide en kilogramos-
metro por minuto (kg-m/min)95.
La resistencia muscular hace referencia a la capacidad de un músculo (o grupo
muscular) de mantener una fuerza de determinada intensidad (máxima o submáxima)
durante un tiempo determinado. La resistencia suele valorarse por el número máximo
de repeticiones de un ejercicio a un porcentaje de la fuerza máxima que un sujeto es
capaz de realizar.
La debilidad muscular es un concepto que hace referencia a la alteración funcional
del músculo en términos de pérdida de fuerza y que, característicamente, es
persistente y no se recupera con el reposo. Por el contrario, la fatiga muscular se
define como la incapacidad de un músculo de mantener el nivel de fuerza requerido56,
pero es típicamente reversible con el reposo57.
35
La adaptación muscular se define como la modificación de las propiedades
morfológicas, metabólicas o moleculares que pueden alterar las propiedades
funcionales de fibras de una unidad motora específica58.
1.3.1.2. Consumo de oxígeno durante el ejercicio
La demanda de oxígeno de la fibra muscular aumenta durante los procesos de
contracción muscular con el objetivo de satisfacer los requerimientos energéticos
mediante los procesos de oxidación aerobia. Esto se relaciona con que el componente
anaerobio del trabajo muscular se limita tanto por su baja rentabilidad como por la
dependencia absoluta de las escasas reservas de glucosa como combustible.
Además, los metabolitos resultantes de este proceso, sobretodo el ácido láctico y en
menor cuantía el ácido pirúvico, deben ser luego reoxidados en forma aerobia. Como
consecuencia, durante el esfuerzo muscular y en las etapas de reposo
inmediatamente posteriores, se produce un aumento de las necesidades de
oxigenación de la musculatura activa, que se traduce en un incremento del consumo
sistémico de oxígeno de forma proporcional a la magnitud del trabajo físico realizado95.
1.3.1.3. Unidades y forma de expresión
La estimación del volumen de oxígeno consumido durante el ejercicio físico
puede hacerse en términos absolutos (l/hora o ml/min), o bien en términos
normalizados en función de la masa corporal (habitualmente en ml/kg/min). Esta
forma de expresión es mucho más precisa, puesto que relativiza el consumo en
función del peso y permite las comparaciones interindividuales.
1.3.1.4. Consumo máximo de oxígeno
El consumo de oxígeno (VO2) está directamente relacionado con la potencia,
velocidad y duración del ejercicio. Durante un ejercicio de intensidad baja o moderada
(submáxima), existe una relación lineal directa entre el trabajo realizado y el VO2. Esta
relación se pierde con el incremento de la potencia de esfuerzo justificado por el hecho
que el VO2 alcanza una meseta (valor máximo). Este parámetro corresponde a la
capacidad aeróbica máxima del individuo y se define como consumo máximo de
oxígeno (VO2max)96. Es importante resaltar que esta capacidad metabólica máxima
refleja la relación integrada de tres sistemas, el ventilatorio, el cardiocirculatorio y el
muscular periférico propiamente dicho.
El consumo de oxígeno normal en reposo (VO2 basal), en un varón joven y de
unos 70 kg de peso es aproximadamente 3,5 ml/kg/min, equivalente a un MET (unidad
metabólica que representa el VO2 necesario para las constantes vitales en reposo).
36
Con el ejercicio, el VO2 aumenta, pudiendo incluso multiplicarse por 2596 . Este
incremento es variable y depende de múltiples factores individuales. En un adulto
varón sano sedentario y de unos 25 años de edad, el VO2max oscila entre 40 y 50
ml/kg/min. Según Karpovich59, los principales factores que determinan de manera
directa el consumo máximo de oxígeno son cuatro:
• La ventilación pulmonar: El volumen de aire ventilado aumenta
proporcionalmente con la intensidad del esfuerzo, alcanzando en ejercicios
muy intensos valores de hasta 120 l/min, o incluso superiores. El incremento de
la ventilación determina un aumento de la profundidad respiratoria y esto puede
aumentar a su vez la presión parcial del oxígeno en el aire alveolar,
favoreciendo el paso del oxígeno a la sangre.
• El segundo factor lo representa la cantidad de hemoglobina (Hb) circulante: La
hemoglobina es una proteína que tiene la particularidad de combinarse
reversiblemente con el oxígeno. En condiciones normales, la Hb representa
entre el 14 y el 16% de la cantidad total de la sangre. La capacidad máxima de
combinación de la Hb con el oxígeno es de 1,34 cc de oxígeno por gramo,
cuando está saturada al 100%. La cantidad de oxígeno que transportan 100 ml
de sangre es: 14 gr de Hb x 1,34 cc = 19 ml de oxígeno aproximadamente.
Este es un valor que en la práctica se considera constante.
• El tercer factor corresponde a la tasa de extracción de oxígeno por los tejidos
en actividad. De hecho, la necesidad de oxígeno de los tejidos en actividad
determina la descarga de oxígeno por la sangre. En reposo se extraen 5 ml. de
oxígeno por cada 100 ml. de sangre, lo cual, durante esfuerzos intensos, puede
llegar a tasas de 12- 14 ml. de oxígeno o más por cada 100 ml. de sangre. Los
mecanismos implicados en incrementar la tasa de extracción de oxígeno son:
el incremento de número de mitocondrias, del contenido de mioglobina
muscular y de la densidad capilar muscular60.
• El cuarto factor limitante lo constituye el gasto cardíaco: El gasto cardíaco es la
cantidad de sangre que expulsa el corazón en un minuto y es el producto del
volumen latido o volumen sistólico (VS) por la frecuencia cardíaca (FC). La
cantidad de sangre que sale del corazón en un minuto puede variar
considerablemente. Mientras mayor sea la cantidad de sangre que sale del
corazón en un minuto (gasto cardíaco), mayor será la cantidad de oxígeno que
37
se pondrá en contacto con los tejidos y mayor el volumen que éstos podrán
extraer.
De los cuatro factores mencionados, los que realmente son determinantes en la
tasa de consumo de oxígeno son: la tasa de extracción de oxígeno por los tejidos en
actividad y el gasto cardíaco. Brevemente, las razones son las siguientes:
• En condiciones normales, la cantidad de oxígeno que ingresa a los pulmones
rebasa en mucho las posibilidades de consumo del individuo. El oxígeno
representa el 21% del volumen del aire, es decir, que de 100 L de aire, 21 L
son de oxígeno. El valor más alto de consumo máximo de oxígeno medido
hasta ahora fluctúa alrededor de los 7 L/min. Por lo tanto, por más aire
(oxígeno) que se lleve a los pulmones, el organismo sólo podrá utilizar una muy
pequeña parte de él.
• A menos que la persona padezca anemia, la cantidad de Hb tampoco es un
factor limitante importante. Los valores normales de Hb oscilan entre 14 y 16
g/dL, lo que indica que de cada 100 ml de sangre se pueden transportar entre
18,76 y 21,44 ml de oxígeno.
• La tasa de extracción de oxígeno y el gasto cardíaco son factores que pueden
presentar grandes variaciones con el entrenamiento aeróbico y son por lo tanto
limitantes. La tasa de extracción depende directamente de la cantidad de
músculos activos y el gasto cardíaco puede variar, en valores máximos, entre
20 y 40 L/min.
De acuerdo a la ecuación de Fick61, el consumo máximo de oxígeno es igual al
gasto cardíaco por la diferencia arterio-venosa de oxígeno:
VO2max = GC x D(a-v) O2
Por lo tanto, se deduce que el VO2max depende principalmente del gasto cardíaco y
de la captación de oxígeno por parte del músculo. Las modificaciones del sistema
respiratorio no contribuyen de manera significativa al incremento obtenido en el
VO2max con el entrenamiento.
1.3.1.5.Deuda de oxígeno
38
Los valores de consumo de oxígeno no retornan de inmediato a los niveles
basales de forma inmediata cuando se finaliza un ejercicio físico sino que, por el
contrario, lo hace de forma gradual. Esto se evidencia como un desfase entre el pico
de trabajo y el retorno a valores basales de VO2. Este oxígeno consumido después del
cese del ejercicio se denomina deuda de oxígeno el cual representa el volumen de
oxígeno necesario para retornar los distintos parámetros metabólicos hasta sus
valores normales después del ejercicio. Desde un punto de vista funcional, se
considera que este volumen de oxígeno se destina a reponer las reservas de
fosfágenos de alta energía en el músculo y a la recuperación y metabolización del
ácido láctico resultante del metabolismo anaerobio.
1.3.1.6. Cociente respiratorio y modificaciones con el ejercicio
El cociente respiratorio (CR) es un concepto que hace referencia al índice o relación
entre el volumen de CO2 producido y de O2 consumido, desde el punto de vista del
transcurso del ejercicio físico.
CR = (CO2 producido) / (O2 consumido)
El valor del CR se modifica a largo del ejercicio en función del grado de anaerobiosis
del esfuerzo realizado. En reposo, el CR se sitúa alrededor de 0.8. La producción de
CO2 aumenta durante el ejercicio anaerobio96, tendiendo a elevar el CR por encima de
la unidad de forma más rápida e intensa cuanto mayor es la potencia de esfuerzo
desarrollada. Se considera que el ejercicio incluye un componente de anaerobiosis
relevante cuando el CR es mayor de 1.2.
1.3.1.7. Umbral de anaerobiosis (Umbral láctico)
El umbral láctico (también conocido como umbral de de anaerobiosis) se define como
la potencia de trabajo (habitualmente valorada como VO2 expresada en términos
relativos respecto de VO2max) a partir de la cual el metabolismo aerobio se hace
insuficiente para satisfacer las necesidades energéticas del esfuerzo realizado y que
obliga a recurrir a las fuentes anaeróbicas adicionales de suministro de energía96,62,63.
La estimación del umbral láctico se puede hacer mediante varios métodos, aunque
estos proporcionan resultados ligeramente distintos. En general se utilizan cuatro
procedimientos básicos:
1. Método de cuantificación de lactato sanguíneo: Desde el momento en
que se inicia el metabolismo anaerobio empieza a aumentar la lactacidemia.
Por ello el punto de inflexión de los valores sanguíneos de lactato a partir del
39
cual comienza a aumentar de forma significativa puede tomarse como
indicativo del umbral de anaerobiosis. Sin embargo, este punto no es siempre
fácil de establecer, y pueden tomarse como referencia diversos criterios, lo que
obliga a definir como valor umbral un nivel estándar previamente establecido:
3.5- 4 mmol/l en sangre capilar, por micrométodo, etc.
2. Método ventilatorio: Durante la fase de adaptación al ejercicio físico, existe
una relación directa de tendencia lineal entre la potencia del esfuerzo y la
ventilación pulmonar. Si la intensidad del ejercicio es elevada, esta linearidad
se pierde pasando a una de tipo exponencial. La intensidad de trabajo en que
se produce esta inflexión se denomina umbral ventilatorio
Al recurrir a fuentes anaerobias de energía, el CR se vuelve >1, por lo que
puede ser un parámetro estimativo del umbral anaerobio. Una cifra estándar
ampliamente utilizada como valor de referencia es CR ≅ 1,264.
3. Método de la frecuencia cardíaca: Durante un ejercicio submáximo existe
una correlación directa entre potencia de esfuerzo y frecuencia cardíaca. A
partir de un determinado nivel de intensidad esta relación se pierde, tendiendo
a una progresiva estabilización de la frecuencia cardíaca aunque siga
aumentando la intensidad del trabajo. La intensidad de esfuerzo en el que
aparece este punto de inflexión se puede considerar un indicador indirecto del
umbral anaerobio.
1.3.2. El sistema cardiovascular durante el ejercicio
En individuos sedentarios la respuesta cardiovascular al ejercicio se caracteriza por
una serie de cambios dirigidos a suplir la mayor demanda de sangre de los territorios
en actividad, fundamentalmente el sistema muscular. Para ello es preciso aumentar el
gasto cardíaco y redistribuir el aporte de sangre hacia estos territorios.
1.3.2.1. Modificaciones del gasto cardíaco: El gasto cardíaco (GC) es el volumen de
sangre que el corazón expulsa durante un determinado período de tiempo. Se calcula
por la fórmula :
GC = Vs x FC
Donde Vs es volumen sistólico y FC es frecuencia cardíaca. En condiciones de
reposo el gasto cardíaco equivale a aproximadamente 5-6 litros/ minuto. Con la
actividad física, aumenta el gasto cardíaco, pudiendo alcanzar valores de 5 a 6 veces
superiores a los basales durante un ejercicio máximo65.
40
En general el aumento del gasto cardíaco es directamente proporcional a la
magnitud del esfuerzo efectuado en esfuerzos de intensidad moderada a media. En
esfuerzos intensos, el aumento del GC se hace progresivamente menor, hasta
alcanzar un valor máximo no sobrepasable, que significa el límite superior de la
respuesta cardiovascular.
Aparte del aumento del GC durante el ejercicio, también se produce una
redistribución del flujo sanguíneo como consecuencia de una vasoconstricción en el
territorio renal y esplácnico y vasodilatación en los territorios activos65. En reposo, sólo
un 20% del gasto cardíaco (1000 ml) va a parar a los músculos. Durante el ejercicio
intenso, la mayor parte del GC, aproximadamente un 84%, va a los músculos activos.
1.3.2.2. Modificaciones de la frecuencia cardíaca: Los valores basales de
frecuencia cardíaca oscilan entre 65-70 latidos/minuto, como valor promedio. Existe
una gran variabilidad basada en factores genéticos, edad, sexo, talla, nivel de
entrenamiento o estado de salud. La FC máxima se calcula mediante la fórmula:
FCmax= 220 – Edad
Durante un ejercicio de intensidad constante, se produce un aumento de la FC
siguiendo un patrón de aumento progresivo hasta alcanzar un valor meseta que
dependerá de la intensidad del esfuerzo que se esté realizando. Tras finalizar el
ejercicio, se produce una bajada de la FC, primero brusca y luego paulatina, hasta
alcanzar los valores previos al esfuerzo.
Existe una correlación lineal entre la potencia del esfuerzo efectuado y los valores de
FC alcanzados.
1.3.2.3. Modificaciones del volumen sistólico: El volumen sistólico (VS) es el
volumen de sangre expulsado por el corazón en cada sístole. En un adulto medio los
valores de reposo son de aproximadamente 70- 80 ml. El Vs aumenta durante el
ejercicio de intensidad media y baja en función de la intensidad del ejercicio, hasta
cifras de 200 ml, que suponen el máximo valor alcanzable de Vs (Vs max). Durante un
ejercicio de mayor intensidad, el Vs puede disminuir progresivamente debido a un
acorte del tiempo de llenado ventricular.
Se deduce que durante un ejercicio intenso, el aumento del GC próximo a
gasto cardíaco máximo (Gcmax) se produce a expensas del aumento de la FC.
En la tabla 3 se resumen las modificaciones cardiovasculares con el ejercicio.
41
Reposo
Ejercicio moderado
Ejercicio intenso
FC≅ 70 latidos/min
Vs≅ 80 ml
GC≅ 5,5 L/min
FC≅ 120 latidos/min
Vs≅ 160 ml
GC≅ 20 L/min
FC≅ 160 latidos/min
Vs≅ 190 ml
GC≅ 30 L/min
Tabla 3: Modificaciones cardiovasculares con el ejercicio.
1.3.2.4. Modificaciones de la presión arterial: Durante la ejecución de un ejercicio
de intensidad constante se producen una serie de cambios en la presión arterial (PA)
dirigidos a aumentar el flujo sanguíneo a los territorios con mayor actividad, es decir,
hacia el conjunto de los músculos en contracción.
Los valores normales de presión arterial en reposo son:
- Presión sistólica: 110-135 mmHg
- Presión diastólica: 60- 100 mmHg
A pesar de las diferencias individuales, la morfología de las curvas que expresan los
cambios tensionales durante la ejecución de un trabajo físico son relativamente
constantes y con relativa independencia del tipo de trabajo efectuado.
En los momentos inmediatos anteriores al ejercicio, se suelen detectar ligeros
aumentos de la presión arterial, especialmente a nivel de la presión sistólica como
consecuencia de la activación de la corteza motora. Justo después de haberse iniciado
el ejercicio y durante un corto período de tiempo, los valores de presión sistólica
pueden disminuir ligeramente como consecuencia de la vasodilatación en las zonas
activadas por el ejercicio. Posteriormente aparece una “fase de adaptación” con un
aumento sostenido de la presión sistólica, y también, aunque menor, de la presión
diastólica. Esta fase dura entre 2 y 10 minutos y es muy variable según la intensidad
del ejercicio, siendo más larga a más intensidad del ejercicio
Si la intensidad del ejercicio permanece constante, se produce la estabilización de los
parámetros tensionales, alcanzando la fase de “steady state”, que lleva a la adaptación
de la PA al esfuerzo que se está realizando.
Los valores de presión sistólica en la fase de “steady state” son directamente
proporcionales a la potencia del trabajo efectuado.
Este aumento de la PA se debe a diversos factores, entre ellos el aumento del Vs, el
aumento de la FC, la vasoconstricción sostenida en las zonas inactivas y el incremento
del retorno venoso por movilización de las reservas contenidas en el sistema venoso.
42
1.3.3. El sistema respiratorio durante el ejercicio. Durante el ejercicio se eleva el
consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono. La respuesta ventilatoria
al ejercicio se caracteriza por una serie de cambios dirigidos a suplir el aumento de los
requerimientos energéticos de los territorios activos y a eliminar el exceso de dióxido
de carbono generado. Dichos cambios se resumen a continuación:
1.3.3.1. Modificaciones del volumen minuto respiratorio: El volumen minuto
respiratorio (VMR) se define como el volumen total de aire movilizado con la
respiración durante un minuto, expresado en Litros/minuto. Corresponde al producto
del volumen corriente (VC), es decir, volumen de aire respirado (espirado e inspirado),
y la Frecuencia respiratoria (FR), número de respiraciones por minuto:
VMR = VC x FR
A lo largo de un ejercicio físico de intensidad constante, el VMR aumenta siguiendo un
patrón característico. En una primera etapa, simultánea con el inicio del ejercicio o
incluso antes, aumenta rápida e intensamente el VMR. A esta primera etapa sucede
otra con un aumento más lento y progresivo hasta alcanzar un estado estacionario,
con la estabilización a niveles constantes del VMR. Los valores de VMR alcanzados
en esta fase son proporcionales a la intensidad del esfuerzo, suponiendo la adaptación
del sistema respiratorio al esfuerzo efectuado. Tras la finalización del esfuerzo el VMR
disminuye rápida e intensamente al principio y lentamente al final de la recuperación
hasta alcanzar los valores de reposo.
A lo largo de un ejercicio físico de intensidad creciente, el aumento del VMR es
exponencial con la intensidad del esfuerzo al sobrepasar un trabajo submáximo. Este
punto de inflexión corresponde aproximadamente al umbral de anaerobiosis (75% de
la potencia máxima)65.
Este aumento de los valores de VMR se debe a incrementos tanto en FR como en VC,
escogiendo en cada momento la combinación FR-VC más favorable energéticamente.
1.3.3.2. Modificaciones de la frecuencia respiratoria: Durante un trabajo de
intensidad media o baja, los valores de FR, una vez alcanzado el estado estacionario,
son directamente proporcionales a la potencia del ejercicio65. Esta relación
directamente proporcional se mantiene hasta alcanzar valores de unos 30- 35
respiraciones por minuto (rpm). A partir de este momento la VMR puede seguir
aumentando de forma exponencial, pero la FR tiende a estabilizarse hasta alcanzar
valores máximos no sobrepasables de 40- 45 rpm o incluso disminuir ligeramente. El
43
aumento de la FR provoca una disminución tanto del tiempo inspiratorio (Ti) como del
tiempo espiratorio (Te), aunque predomina el descenso del Te.
1.3.3.3. Modificaciones del volumen corriente: Durante un trabajo de intensidad
media o baja, el valor del volumen corriente (VC) aumenta con la potencia de esfuerzo.
A partir de un cierto nivel de intensidad de ejercicio, correspondiente aproximadamente
al punto en que se supera el umbral de anaerobiosis y se inicia la estabilización de la
FR, el VC aumenta de forma exponencial con el incremento del esfuerzo realizado.
Es por esta razón que durante ejercicios muy intensos que requieran una ventilación
pulmonar elevada, el aumento en el VMR es atribuible esencialmente a un aumento
del VC, manteniéndose los parámetros de FR relativamente constantes. En la tabla 4
se resumen las modificaciones respiratorias con el ejercicio.
Reposo
Ejercicio moderado
Ejercicio intenso
VMR≅ 5- 7 L/ min
VC≅ 0.5- 0.6 L
FR≅ 12- 16 rpm
VMR≅ 40 L/ min
VC≅ 1.2- 2 L
FR≅ 20- 30 rpm
VMR≅ 150 L/ min
VC≅ 2- 3 L
FR≅ 40- 50 rpm
Tabla 4: Modificaciones respiratorias con el ejercicio.
1.3.3.4. Modificaciones en la difusión de gases a través de la membrana
respiratoria: Para mantener un adecuado intercambio de gases, paralelamente al
aumento de los valores de VMR que acompaña al ejercicio, también debe
incrementarse la perfusión sanguínea pulmonar. Por esta razón durante el ejercicio
físico aumenta el flujo sanguíneo pulmonar, lo que permite mantener la relación
ventilación alveolar/ perfusión sanguínea pulmonar constante. El mantenimiento de
una correlación adecuada es indispensable para que se produzca correctamente el
intercambio de gases.
De esta forma los volúmenes de O2 y CO2 intercambiados durante el ejercicio son muy
superiores a los valores de reposo. El coeficiente de difusión de gases a través de la
membrana respiratoria es útil para valorar esta adaptación. Se expresa como el
número de ml de gas que pueden ser intercambiados por minuto en función del
gradiente de presión para el gas correspondiente. De esta manera, el coeficiente de
44
difusión para el oxígeno que en reposo vale aproximadamente 20 ml/ min/mmHg, llega
a alcanzar valores 3 o 4 veces superiores durante el ejercicio65. La incidencia en el
volumen total de oxígeno intercambiado es todavía superior, porque aumenta también
el gradiente de presión media entre el aire alveolar y la sangre pulmonar, como
consecuencia del aumento de la ventilación. De esta manera, desde los valores de
gradiente de presión media de unos 16 mmHg para el oxígeno en condiciones de
reposo, la hiperventilación del ejercicio puede permitir llegar fácilmente hasta valores 5
veces superiores de gradiente de presión. Así, es posible pasar de una capacidad total
de difusión para el oxígeno de 350 ml/ min en reposo hasta valores cercanos a 2000
ml/min durante el ejercicio intenso65.
1.3.4. Efecto del ejercicio sobre marcadores de daño muscular
El daño muscular provocado por el ejercicio intenso puede desencadenar una
liberación de enzimas presentes en el músculo al torrente sanguíneo. Existen estudios
que han documentado elevación plasmática de enzimas musculares tras un ejercicio
tanto en individuos sedentarios como en deportistas66,67,68. Existen múltiples factores
que influencian el grado en que estas enzimas se elevan tras el ejercicio. En concreto,
aumentan en proporción a la intensidad y la duración del ejercicio precedente. El
efecto de la duración es dominante, de forma que los niveles más altos de enzimas
post-ejercicio se han detectado tras ejercicios muy prolongados como maratón o
triathlon69. Asimismo, los ejercicios que incluyen una carga con contracciones
musculares excéntricas como el descenso en carrera inducen un mayor incremento en
las enzimas musculares. De la misma forma, la participación prolongada (durante más
de 2 horas) a diario o la competición en este tipo de deportes produce una elevación
crónica de enzimas musculares, principalmente CK69. Además, existe una mayor
elevación de enzimas post-ejercicio en varones, la raza negra y en sedentarios que en
mujeres, raza blanca y deportistas; la edad en cambio no parece influenciar el grado
de elevación de las enzimas. Existe una marcada variabilidad individual en la manera
en que las enzimas aumentan con el ejercicio; se ha encontrado una diferencia en los
niveles de CK de hasta 50 veces en deportistas que finalizaron la misma maratón de
90 kilómetros69. Sin embargo, la explicación bioquímica de este hecho no se conoce
con exactitud.
La enzima creatin-kinasa (CK) se encuentra principalmente en el músculo esquelético
y cardíaco, por lo que es muy específica de daño muscular. Se sabe que los niveles de
CK se elevan tras un ejercicio extenuante y alcanzan un pico aproximadamente 24
horas tras el mismo, con un retorno posterior a los niveles iniciales69,70,71,68,72,73,74,75.
Este ritmo de aparición es similar al observado en el infarto de miocardio70. Sin
45
embargo, el ritmo de descenso a niveles normales tras el ejercicio varía entre 38 y 118
horas71, lo que indica una variabilidad individual considerable.
La enzima glutámico oxal-acética (GOT), también se eleva con el ejercicio intenso, con
un pico a las 24-48 horas del ejercicio73,74. Esta enzima se encuentra en el músculo
esquelético y cardíaco, el hígado, los riñones y el cerebro, por lo que una elevación de
esta enzima puede indicar lesión a cualquiera de estos niveles. En consecuencia, no
es tan específica de daño muscular como CK.
La enzima lactato deshidrogenasa (LDH) está presente en el músculo cardíaco y
esquelético, el hígado, los riñones y los hematíes. No es tan específica de daño
muscular como la CK, pero el daño muscular provoca un pico de forma casi inmediata
tras el inicio del ejercicio, o en las 8 horas siguientes70,71,76 , volviendo rápidamente a
los valores iniciales73. Esto contrasta con su comportamiento durante el infarto de
miocardio, donde el pico se presenta a las 48 horas tras el infarto.
1.3.5. Efecto del ejercicio sobre marcadores inflamatorios
La contracción muscular realizada durante el ejercicio físico provoca daño muscular y
posteriormente una reparación del mismo en forma de remodelamiento o bien de
regeneración. La importancia del daño muscular dependerá de la intensidad de la
contracción y del tipo de ejercicio77. Tras un trabajo muscular intenso y sostenido
puede existir una disregulación de la concentración citoplasmática de calcio, y el
acúmulo de calcio iniciará una serie de reacciones intracelulares que conducen a la
desintegración de la membrana. El calcio puede así penetrar en la célula rápidamente
por discontinuidad de la membrana y llevar a la célula a la necrosis.
Tras la necrosis celular comienza el proceso de limpieza y reparación. Inicialmente
tiene lugar una limpieza por fagocitosis de los restos celulares a cargo de los
macrófagos y polinucleares. Esta etapa comienza entre las 3 y 6 horas que siguen al
ejercicio78.
Esta respuesta local al daño muscular incluye la producción de citoquinas que son
liberadas en el foco de inflamación. Algunas de estas citoquinas favorecen un influjo
de linfocitos, neutrófilos, monocitos y otras células. Esta respuesta inflamatoria local se
acompaña de una respuesta sistémica conocida como la respuesta de fase aguda.
Esta respuesta incluye la producción de un gran número de proteínas de fase aguda
sintetizadas en el hígado.
Se ha descrito un aumento de múltiples citoquinas tras el ejercicio; las principales
citoquinas implicadas son: IL-6, IL-1ra, sTNF-R1, sTNF-R2, IL-10 y Proteína C
Reactiva (PCR).
Típicamente la primera citoquina que aumenta en plasma tras el ejercicio es la
interleuquina 6 (IL-6); esta citoquina es liberada por la fibra muscular en contracción y
46
su producción aumenta con el ejercicio; este aumento parece estar en relación directa
con la intensidad y duración del ejercicio, la masa muscular reclutada y el
entrenamiento síntesis de previo del individuo79,80,81,82. Se sabe asimismo que la
ingesta de carbohidratos previa al ejercicio es capaz de inhibir la IL-6 83,84, y que unos
niveles bajos de glucógeno en la fibra muscular estimulan dicha síntesis85, 86. Esta
citoquina parece tener efectos proinflamatorios: estimula la diferenciación de células B
en células plasmáticas capaces de secretar inmunoglobulinas e induce a los linfocitos
T a diferenciarse en células citotóxicas. Asimismo parece que es un inductor primario
de proteínas de fase aguda de síntesis hepática87. El aumento inicial de IL-6 es
seguido por el aumento de IL-10 y IL-1ra.
La interleuquina 10 (IL-10) es una citoquina con efecto principalmente
antiinflamatorio, mediado a través de la inhibición de múltiples citoquinas con efecto
quimiotáctico para neutrófilos y macrófagos88,89.
El antagonista del Receptor de IL-1 (IL-1ra) es una molécula que se une al receptor
de IL-1 bloqueando la transducción de dicha citoquina90. Dado que los efectos de la IL-
1 son principalmente proinflamatorios, la acción de la IL-1ra es antiinflamatoria al
bloquear los efectos de ésta91.
Los receptores solubles del Factor de Necrosis Tumoral I y II (sTNF-R1, sTNF-R2)
son en realidad formas solubles del receptor de membrana en plasma como resultado
de la ruptura y liberación del dominio extracelular del receptor. Estas formas son
capaces de unirse a las citoquinas TNF-α y TNF-β, neutralizando así las acciones
biológicas de éstas. En conjunto tienen una acción antiinflamatoria e inhibidora de las
citoquinas92,93.
La proteína C reactiva (PCR) es una proteína de fase aguda sintetizada en el hígado.
La síntesis de esta proteína puede ser inducida por la IL-6 y la IL-1. Sus niveles
aumentan como respuesta a la infección, inflamación o daño tisular. Tiene un papel
antiinflamatorio, a través de la inducción de citoquinas antiinflamatorias en los
monocitos y en la supresión de la síntesis de citoquinas proinflamatorias en
macrófagos94. Se ha descrito un aumento tardío de PCR tras 8-12 horas después del
ejercicio.
En conjunto, se puede decir que la respuesta del sistema inmune tras el ejercicio es
inicialmente proinflamatoria y posteriormente tiene un efecto global antiinflamatorio.
1.3.6. Limitación al ejercicio en individuos sanos sedentarios
En un individuo sano sedentario, en general la limitación al ejercicio de resistencia
viene marcada por el sistema cardiovascular. Durante el ejercicio máximo, tanto la
frecuencia cardíaca como el volumen sistólico se elevan hasta un 95%
aproximadamente de sus valores máximos. Dado que el gasto cardíaco es igual al
47
producto de ambos, se concluye que el gasto cardíaco durante un ejercicio máximo es
el 90% del máximo que una persona puede lograr95. Esto contrasta con el
comportamiento del aparato respiratorio durante el ejercicio. Al final del esfuerzo, la
VMR sigue aumentando, alcanzando un 65% del nivel máximo que se puede
alcanzar95. Además, durante el ejercicio intenso la presión parcial de oxígeno (pO2)
arterial y la saturación de oxígeno de la hemoglobina (SatO2 ) permanecen cercanas a
los valores de reposo, lo que significa que la función pulmonar no es el factor limitante
del sistema de transporte de oxígeno en individuos sanos sedentarios.
1.4. Principios del entrenamiento general: Efectos sobre la
respuesta al ejercicio en el deportista de élite
1.4.1. Definición de deportista de élite
No existe un claro consenso sobre la definición de deportista de élite; sin embargo, en
la mayoría de estudios se considera que un deportista es de élite cuando presenta un
alto rendimiento en las competiciones deportivas de su disciplina.
1.4.2. Tipos de entrenamiento
Toda actividad física puede clasificarse en función del componente metabólico
predominante (aeróbico o anaeróbico) o bien en función de la intensidad de la
contracción muscular (fuerza o resistencia). Se distinguen así dos modalidades de
ejercicio básicas:
1.4.2.1. Ejercicio de fuerza, potencia o resistencia anaeróbica
Un ejercicio de fuerza se caracteriza por ser un esfuerzo de gran intensidad y
habitualmente de corta duración96. Durante una contracción muscular intensa, se
produce un colapso de los vasos sanguíneos intramusculares95, por lo que la energía
para la realización de un ejercicio intenso se obtiene principalmente mediante el
metabolismo anaerobio. Este tipo de entrenamiento tiene un efecto local sobre los
músculos implicados, principalmente en forma de hipertrofia95, con una menor o nula
acción sobre la respuesta general cardiovascular o respiratoria.
1.4.2.2. Ejercicio de resistencia, endurancia o resistencia aeróbica
El ejercicio de resistencia se caracteriza por ejercicios de carga continua, a baja
intensidad y de duración prolongada96. Su objetivo es potenciar la aptitud aeróbica,
produciendo una adaptación general de las funciones orgánicas dirigida a aumentar el
48
aporte de oxígeno a los tejidos96. Este tipo de entrenamiento se aplica a deportistas de
resistencia como maratonianos o ciclistas.
1.4.3. Adaptación al entrenamiento de resistencia en el deportista de élite
En deportistas de resistencia altamente entrenados, se producen una serie de
adaptaciones dirigidas a aumentar el aporte de oxígeno a los tejidos, y la eficiencia
con que éstos generan energía por la vía aeróbica.
1.4.3.1. Adaptación metabólica al entrenamiento
1.4.3.1.1. Cambios en el consumo máximo de oxígeno
Con el entrenamiento el VO2max aumenta relativamente poco, sin superar porcentajes
del 30- 40% respecto a valores iniciales96, básicamente a expensas del aumento del
gasto cardíaco máximo y de la captación de oxígeno por parte del músculo97. Tal y
como ilustra la ecuación de Fick, el entrenamiento aeróbico puede afectar
determinados parámetros de la función pulmonar, pero estas modificaciones
respiratorias no contribuyen al aumento del VO2max con el entrenamiento.
Adicionalmente, la eficiencia energética del movimiento (consumo de oxígeno para
una determinada actividad) mejora de forma sustancial. Esto es debido a una superior
coordinación neuromuscular, eficacia biomecánica, utilización de oxígeno por la fibra
muscular, oxidación aerobia y consumo de ácidos grasos. La combinación de un
aumento del VO2max y un menor consumo de oxígeno para un mismo ejercicio
produce un mayor margen de seguridad que baja el riesgo de anaerobiosis en el
transcurso de un ejercicio.
1.4.3.1.2. Cambios en el umbral anaeróbico
Con el entrenamiento, aumenta notablemente el umbral anaeróbico por la acción
conjunta de varios mecanismos: potenciación del metabolismo aerobio, aumento de la
eficiencia energética, mayor utilización de ácidos grasos por la fibra muscular, y mejor
capacidad de metabolización del lactato muscular y sanguíneo.
1.4.3.1.3. Cambios en la deuda de oxígeno y del cociente respiratorio
El déficit de oxígeno en las fases iniciales del ejercicio disminuye por la mejor
adaptación cardiovascular y respiratoria al ejercicio. Además la deuda de oxígeno al
finalizar el esfuerzo disminuye por la potenciación del metabolismo aerobio. Por la
misma razón el cociente respiratorio disminuye para ejercicios de intensidad
semejante.
1.4.3.2. Adaptación cardiovascular al ejercicio
49
1.4.3.2.1. Cambios en el gasto cardíaco
El valor máximo alcanzable de GC en el ejercicio intenso aumenta con el
entrenamiento aerobio. Un individuo sedentario alcanza valores de GC de 20- 25
L/min, mientras que un deportista de élite puede alcanzar 40 L/min96.
1.4.3.2.2. Cambios en el volumen sistólico
El entrenamiento aeróbico produce un incremento del volumen del corazón a
expensas de un aumento de la cavidad ventricular, sin aumento del grosor del
miocardio. Esta adaptación se denomina hipertrofia excéntrica. En individuos
sedentarios el VS en reposo es de 70 a 90 ml por latido, mientras que un deportista de
élite puede alcanzar valores de hasta 100- 120 ml por latido96. Este incremento del VS
se debe a la mayor capacidad ventricular inducida por el entrenamiento.
1.4.3.2.3. Cambios en la frecuencia cardíaca
En un deportista de élite la FC en reposo es sensiblemente inferior a la de un individuo
sedentario, de forma proporcional al nivel de entrenamiento. Durante el ejercicio
máximo, esta FC no se modifica, pudiendo incluso disminuir96. De este hecho se
deduce que el aumento del gasto cardíaco observado en deportistas de élite se explica
por el aumento del volumen sistólico.
1.4.3.3. Adaptación respiratoria al ejercicio
1.4.3.3.1. Cambios en la ventilación minuto respiratoria:
El entrenamiento aeróbico aumenta la ventilación pulmonar alcanzable, lo que hace
posible incrementar la potencia del esfuerzo. El valor de la VMR máxima puede pasar
de valores no superiores a 100 L/min en el individuo no entrenado hasta 100- 150
L/min en el deportista de élite96. Este aumento se debe tanto a un aumento en el
volumen corriente como a un aumento de la frecuencia respiratoria. En términos de
potencia, un individuo entrenado en resistencia puede realizar una misma intensidad
de trabajo con un nivel de ventilación pulmonar menor. Esto justifica un aumento de la
reserva respiratoria – diferencia entre la ventilación necesaria para la ejecución de un
trabajo y la ventilación máxima- traduciendo una mayor eficacia funcional.
1.4.3.3.2. Cambios en la capacidad de difusión de gases:
En sedentarios el coeficiente de difusión es aproximadamente de 50 ml/min.mmHg, y
aumenta hasta 70 ml/min.mmHg en deportistas de élite. Este aumento se debe a
múltiples factores. Existe un mayor flujo sanguíneo pulmonar por aumento del GC, un
incremento de la capacidad de captación del oxígeno por la sangre (por aumento de
los niveles de hemoglobina), una disminución de la vía de difusión por aumento de la
50
capilarización y un aumento de la superficie alveolar disponible por aumento del VC.
Estos cambios conducen a un aumento de la capacidad de difusión de los gases.
Asimismo, existe también un aumento del gradiente de presión parcial de gases a nivel
alveolar debido a la mayor hipoxia e hipercapnia venosa del ejercicio en deportistas
entrenados. En la tabla 5 se resumen las adaptaciones al entrenamiento de resistencia
en reposo y durante el ejercicio máximo.
Reposo Ejercicio máximo
Frecuencia cardíaca Muy disminuida Disminuida
Volumen sistólico Muy aumentado Muy aumentado
Gasto cardíaco Sin cambios Muy aumentado
Presión arterial Sin cambios o disminuido Sin cambios
Ventilación pulmonar Disminuida Muy aumentada
VO2max - Aumentado
Umbral anaeróbico - Muy aumentado
VO2 en ejercicio submáximo - Muy disminuido
Tabla 5: Adaptaciones fisiológicas al entrenamiento de resistencia
1.4.3.4. Adaptación muscular al entrenamiento general
1.4.3.4.1. Adaptación de los músculos locomotores
Los cambios observados en músculo esquelético en respuesta al entrenamiento
aeróbico son una adaptación para aumentar la capacidad funcional del organismo.
Estos cambios han mostrado una mejora en la capacidad funcional del músculo
esquelético. A nivel estructural, se observa un aumento del número de mitocondrias,
de la capacidad aeróbica, del número de capilares por fibra muscular98, de la
capacidad de extracción de oxígeno, y un switch a fibras tipo I15.
1.4.3.4.2. Adaptación de los músculos respiratorios
Mientras que los cambios adaptativos de los músculos locomotores frente al
entrenamiento están bien establecidos, existen pocos estudios que examinen los
efectos del entrenamiento aeróbico sobre los músculos respiratorios.
La mayoría de los estudios en animales se han centrado en el diafragma de rata.
Parece que el entrenamiento aeróbico provoca un incremento en la actividad
enzimática mitocondrial del diafragma99,100,101,102,103,104,105,106,107,108. Vrabas et al 109 han
descrito un aumento de la capacidad oxidativa del diafragma en ratas sometidas a un
entrenamiento aeróbico, así como una resistencia a la fatiga in vitro aumentada en el
grupo entrenamiento.
51
No existen estudios que examinen el efecto del entrenamiento sobre la actividad
enzimática y la resistencia a la fatiga de las fibras musculares diafrágmáticas en
humanos sanos por las dificultades éticas que esto implica. El efecto del
entrenamiento general o específico sobre los MR se ha de estudiar pues a través de
parámetros funcionales.
La mayoría de los estudios realizados sobre la adaptación de los MR en humanos al
entrenamiento general han mostrado mejoría en la resistencia ventilatoria.
Concretamente se ha observado un aumento de la capacidad ventilatoria máxima
sostenida y de la ventilación voluntaria máxima110,111,112. En un estudio Martin y
Stager113 mostraron que los deportistas podían mantener una ventilación equivalente
al 80% de su VVM de 12 segundos durante 11 minutos, mientras que individuos no
deportistas comparables en edad, género, capacidad vital y medidas corporales sólo
pudieron mantener este nivel de ventilación durante 3 minutos. Asimismo, se ha visto
que el entrenamiento aeróbico puede disminuir la respuesta ventilatoria al ejercicio114.
1.4.3.5.Entrenamiento mixto de fuerza y resistencia
Existen evidencias de que el entrenamiento de fuerza puede mejorar el rendimiento de
un entrenamiento de resistencia prolongado. Hickson115 observó en 1980 que un
programa de entrenamiento mixto de fuerza y resistencia daba como resultado un
aumento en VO2max similar al del grupo de solo resistencia, pero con mayor fuerza
máxima. Sale116 observó que cuando el entrenamiento de fuerza se añadió a un
protocolo de resistencia, se conseguían mejoras en la fuerza mayores que el
entrenamiento de resistencia aislado; las medidas de resistencia no fueron alteradas.
Es probable que la efectividad del entrenamiento mixto dependa de varios factores,
tales como la intensidad, la frecuencia del entrenamiento y cómo se integran las dos
modalidades de entrenamiento. En resumen, es probable que el entrenamiento de
fuerza pueda mejorar el rendimiento del entrenamiento de resistencia prolongado.
1.4.3.6.Diferencias intersexuales
La testosterona producida por el varón tiene un poderoso efecto anabólico,
favoreciendo un almacenamiento de proteínas en el músculo y un mayor desarrollo
muscular. Las diferencias entre hombres y mujeres por lo que respecta al rendimiento
muscular se pueden analizar en función de la potencia o la resistencia:
1) Potencia: La potencia muscular en términos absolutos es mayor en el varón (la
mujer genera en general un 60% de la fuerza del varón) debido a su mayor masa
muscular. Sin embargo, al normalizar este valor por la superficie muscular, el
músculo de la mujer genera aproximadamente la misma potencia que genera el
52
varón. Asimismo, las mujeres también responden igual al entrenamiento de
potencia que los hombres.
2) Resistencia: En general los varones presentan un VO2max mayor que las
mujeres (las mujeres presentan en general un 70% de la VO2max en varones). Sin
embargo, estas diferencias desaparecen al normalizarlo por el peso corporal
magro. Esto sugiere que, a nivel celular, los músculos de hombres y mujeres
presentan la misma resistencia.
1.4.3.7. Limitación al ejercicio en deportistas de élite
El rendimiento en ejercicios de resistencia está íntimamente ligado al VO2max, de
forma que un descenso significativo de éste se asocia invariablemente a una
disminución del rendimiento en pruebas de resistencia aeróbica49. Existen múltiples
factores que pueden influenciar el VO2max, aunque se piensa que el aporte de
oxígeno a la masa muscular en movimiento es el principal limitante de la potencia
aeróbica máxima. En este sentido hay que tener en cuenta que el aporte de oxígeno a
los tejidos depende del flujo sanguíneo, de la saturación arterial de oxígeno y de la
concentración de hemoglobina en la sangre. Por lo tanto, el rendimiento aeróbico de
sujetos altamente entrenados podría estar limitado por la hipoxemia, es decir, por una
limitación del sistema pulmonar.
Clásicamente se consideraba que la ventilación pulmonar no era una limitación al
ejercicio aeróbico, puesto que el sistema respiratorio no parecía llegar a su límite
teórico durante un esfuerzo aeróbico máximo95. Sin embargo, distintos estudios
iniciados en la década de los 80 han observado la aparición de hipoxemia arterial
durante un ejercicio máximo, con una prevalencia del 50% en deportistas de
resistencia altamente entrenados117, e incluso fatiga de los músculos respiratorios en
deportistas de resistencia. Así, Hopkins y McKenzie118, en 1989, observaron hipoxemia
(pO2 = 68 mmHg) en deportistas que realizaron cinco minutos de ejercicio de máxima
intensidad. Estos sujetos mostraron una escasa compensación respiratoria para la
acidosis metabólica (pH=7,2), alcanzando valores de pCO2 de 36,4 mmHg. En cambio,
en reposo alcanzaron niveles compensatorios de pCO2 de 15 mmHg. Cabe
preguntarse, a la vista de estos datos, por qué en individuos altamente entrenados y
con estímulos importantes de la ventilación pulmonar (acidosis, hipoxemia) no existe
una adecuada compensación respiratoria que evite importantes desequilibrios de la
homeostasis. A continuación analizaremos los distintos factores respiratorios que
pueden limitar el rendimiento físico.
53
1) Demanda energética de los músculos respiratorios: En el caso de que la
demanda de oxígeno de los músculos respiratorios sea muy elevada durante el
ejercicio, se podrá generar una demanda competitiva con los músculos
esqueléticos locomotores activos, que podrían ver limitado su aporte de sangre
oxigenada, y ello provocar un descenso del rendimiento. Harms et al119,
investigaron en 1997 si los músculos respiratorios y locomotores compiten por
el flujo sanguíneo y por el aporte de O2 durante un ejercicio de carácter
máximo. Para ello 7 ciclistas realizaron distintas pruebas de ejercicio,
modificando el trabajo a realizar por los músculos inspiratorios. Los resultados
mostraron correlaciones inversas entre el aumento del trabajo respiratorio y el
flujo sanguíneo de los músculos locomotores, y entre el aumento del trabajo
respiratorio y el consumo de oxígeno de las piernas. Por otra parte, el
porcentaje de consumo de oxígeno de las piernas disminuyó al incrementar la
carga de músculos respiratorios. Es decir, la disminución del trabajo
respiratorio aumentó la fracción del consumo de oxígeno destinado a los
músculos locomotores. En definitiva, los resultados indican claramente que el
trabajo respiratorio durante un ejercicio máximo puede comprometer la
perfusión y el consumo de oxígeno de los músculos locomotores.
2) Fatiga muscular respiratoria: Aunque en general los músculos respiratorios se
muestran resistentes a la fatiga, se ha descrito descenso de la fuerza de estos
músculos después de un ejercicio de resistencia intenso, como una maratón.
Esta fatiga muscular respiratoria al final del ejercicio puede contribuir a una
hipoventilación relativa, contribuyendo así a la hipoxemia observada en
algunos deportistas de élite durante un ejercicio extenuante.
3) Limitación de la difusión pulmonar: El tiempo de estancia media del hematíe
en el capilar pulmonar en reposo es de 0,75 segundos aproximadamente. Por
otra parte, la mayor parte del intercambio de oxígeno y dióxido de carbono
entre el alvéolo y el capilar pulmonar tiene lugar en los primeros 0,25
segundos. Durante el ejercicio, el aumento del gasto cardíaco condiciona
necesariamente un descenso del tiempo de tránsito del hematíe; si el gasto
cardíaco llega a ser muy elevado, aspecto no infrecuente en deportistas de
resistencia, es posible que el tiempo medio de tránsito del hematíe sea inferior
a 0,25 segundos, en cuyo caso estaríamos ante una limitación de la difusión de
gases, que necesariamente limitaría el rendimiento físico, especialmente en
actividades de resistencia 49. En este sentido, Turcotte et al 120 en 1997
examinaron si la desaturación arterial de la oxihemoglobina observada en
deportistas de resistencia está relacionada con una disminución de la
capacidad de difusión pulmonar. En el estudio participaron 24 deportistas de
54
resistencia de nivel internacional, que realizaron una prueba máxima de
esfuerzo así como a niveles estables del 60% y el 90% del VO2max. Durante
las pruebas se valoró la SatO2 mediante oximetría de pulso, y antes y después
de las pruebas se valoró la difusión pulmonar (estimada a partir de la
capacidad de transferencia del CO, DLCO). Los resultados mostraron que 13
sujetos mostraron desaturación de la hemoglobina, sin encontrar diferencias en
el VO2max entre los sujetos que desaturaban y los que no lo hacían. No se
hallaron diferencias en la difusión pulmonar entre los dos grupos. Se puede
deducir de este estudio que la desaturación de la hemoglobina inducida por el
ejercicio no está relacionada con diferencias en la difusión pulmonar.
En resumen, existen datos suficientes para postular que la limitación respiratoria al
ejercicio en individuos altamente entrenados puede estar relacionada principalmente
con la fatiga de los músculos respiratorios, además del compromiso del aporte de
oxígeno de los músculos respiratorios en competición con los músculos locomotores.
Es difícil saber en qué grado cada uno de estos factores contribuye a la claudicación
final ante el ejercicio.
1.5. Entrenamiento de los músculos respiratorios
Dado que existen evidencias de que el ejercicio general puede estar limitado por
factores respiratorios, resulta plausible proponer que el entrenamiento específico de la
musculatura respiratoria podría mejorar la capacidad de esfuerzo. Las posibles
adaptaciones de los músculos respiratorios tras un entrenamiento específico podrían
influir en el metabolismo energético de los mismos, haciéndolos más eficientes y por lo
tanto creando una menor demanda competitiva de oxígeno con los músculos
locomotores. Así mismo, también podría aumentar la tolerancia ante la fatiga muscular
respiratoria, como consecuencia del aumento tanto de su fuerza como de su
resistencia.
Según Faulkner121, se deben tener en cuenta tres principios fundamentales para que
un programa de entrenamiento sea eficaz: 1) el principio de sobrecarga, que hace
referencia a que las fibras musculares precisan un estímulo mínimo para provocar una
adaptación funcional, 2) el principio de especificidad, que hace referencia a que las
adaptaciones ocurren en el grupo muscular entrenado, sin un “efecto de transferencia”
a otros grupos musculares. y, 3) el principio de la reversibilidad: el efecto
entrenamiento tiene carácter reversible pues la función muscular y sus bases
estructurales vuelven a sus valores iniciales definidos por defecto tras pocas semanas
de que haya cesado el entrenamiento.
55
1.5.1. Tipos de entrenamiento muscular respiratorio
En la literatura científica se distinguen dos tipos principales de entrenamiento muscular
respiratorio (EMR): 1) Hiperpnea voluntaria isocápnica (HVI), clásicamente
denominado “entrenamiento de resistencia” y 2) Entrenamiento muscular inspiratorio
(EMI), denominado por algunos autores como “entrenamiento de fuerza”. Nuestra
percepción es que estos conceptos deben ser reevaluados en base al efecto y no a la
técnica utilizada pues se presta a confusiones. Aunque nuestro grupo de investigación
ha demostrado la eficacia y efectividad del entrenamiento de músculos espiratorios en
pacientes con EPOC142, para los efectos que nos competen respecto a esta Tesis
Doctoral, nos limitaremos a lo que hace referencia a los músculos inspiratorios.
1.5.1.1. Hiperpnea voluntaria isocápnica (HVI): Consiste en sesiones en que se
aumenta el nivel de ventilación hasta un nivel equivalente a un porcentaje variable (60-
70%) de la VVM. Habitualmente esta hiperventilación responde tanto a aumentos en la
FR como en VC, pudiendo alcanzar una FR de 50- 60 rpm y VC de 2.5 a 3.5 L122. Para
evitar la consiguiente hipocapnia, este tipo de entrenamiento se debe realizar
respirando a través de un circuito isocápnico, es decir, que mantenga unos niveles
estables de CO2. Esto es posible a través de un mecanismo de reinhalación
(rebreathing), que mantenga unos niveles de CO2 inhalado elevados evitando así la
hipocapnia. Los protocolos de entrenamiento con hiperpnea voluntaria isocápnica
(HVI) realizados hasta la fecha habitualmente realizan 30 minutos de entrenamiento al
día, de 3 a 5 veces por semana, durante 4 o 5 semanas123, 124. El nivel de ventilación
se incrementa gradualmente en función de la mejoría observada en el individuo.
Este tipo de entrenamiento mejora principalmente la resistencia respiratoria, dado que
el tipo de carga al que se someten los músculos es poco intensa, pero prolongada. La
principal desventaja de este sistema de entrenamiento es la complejidad del aparataje,
que hace difícil el poderlo realizar ambulatoriamente.
1.5.1.2. Entrenamiento muscular inspiratorio (EMI): Consiste en sesiones de
respiración contra una carga, habitualmente inspiratoria. Esta carga se puede generar
bien a través de una resistencia (generada al disminuir el calibre de la vía inspiratoria)
o bien mediante un mecanismo umbral (una válvula unidireccional que permite el paso
de aire tras generar una presión umbral). Ambos sistemas permiten una sobrecarga
específica de la musculatura inspiratoria, pero el mecanismo umbral presenta menor
dificultad, al no tener que controlar el patrón respiratorio. El nivel de sobrecarga de los
MR dependerá de la magnitud de la carga aplicada, habitualmente un porcentaje
variable (30- 50%) de la PImax. Los protocolos de entrenamiento con válvula tipo
56
umbral habitualmente realizan 30 minutos de entrenamiento al día, 5- 7 días a la
semana, durante 4- 11 semanas. Este tipo de entrenamiento aumenta la fuerza de los
MR al tratarse de contracciones breves e intensas. Las principales ventajas de este
sistema son la sencillez de la maniobra y poder ser autoadministrable por el sujeto.
Dado que la mayoría de estudios publicados sobre entrenamiento muscular
respiratorio han utilizado esta técnica, los efectos observados sobre los músculos
respiratorios se referirán a ésta.
1.5.2. Efectos del entrenamiento muscular inspiratorio
1.5.2.1. Efectos sobre la fuerza de músculos respiratorios: El EMI es capaz de
mejorar específicamente la fuerza de los MR, con escaso o nulo efecto sobre la
resistencia. Se ha observado mejoría tanto medida por PImax128,52,125,126,127 como por
Pdimax128.
1.5.2.2. Efectos sobre la resistencia de músculos respiratorios: El EMI produce
escaso efecto sobre la resistencia. Se han observado ligeras mejorías en la VVM128 y
en la CMT126.
1.5.2.3. Efecto sobre el rendimiento deportivo: El efecto del EMI sobre el
rendimiento deportivo es controvertido, en parte por el hecho de que la mayoría de los
estudios utilizan diferentes regímenes de entrenamiento, habitualmente con muestras
reducidas, y sin grupo control. Además, el resultado varía en función del tipo de
prueba utilizada para evaluar el rendimiento. El rendimiento se evalúa básicamente
mediante dos tipos de pruebas: Tests de carga fija o fixed work –rate tests (realizar
un esfuerzo equivalente a un porcentaje del VO2max) y Pruebas de tiempo o time-
trial tests (realizar un trabajo fijo o cubrir una distancia en el menor tiempo posible).
Es preferible el time-trial test para evaluar el rendimiento, ya que las pruebas de carga
fija presentan una gran variabilidad (hasta del 25%)129 que hace difícil evaluar
pequeñas mejorías.
En estudios bien diseñados y en los que se evalúa el rendimiento mediante time-trial
test, parece que el EMI mejora el rendimiento deportivo, tanto en EMI de resistencia130
como de fuerza52. Sin embargo, serían precisos un mayor número de estudios bien
diseñados para poder sacar conclusiones.
1.5.2.4. Efectos sobre marcadores fisiológicos: Hasta la fecha no se ha
demostrado que el EMI tenga algún efecto en la respuesta cardiovascular o
respiratoria al ejercicio. Tampoco se han detectado cambios en la capacidad aeróbica
(VO2max) o en la concentración de pO2 o pCO2 en sangre. La mayoría de los estudios
57
coinciden en que tampoco influye en los niveles de lactato postejercicio, a pesar de
que un estudio detectó una leve reducción en los niveles de lactato (-2 mmol/L)124.
Parece claro que la mejoría de la capacidad aeróbica tras el EMR no es consecuencia
de un mayor condicionamiento sistémico, sino al efecto local sobre los MR.
Hasta la fecha, han sido varios los estudios dirigidos a estudiar los efectos del EMI
sobre los diversos parámetros funcionales generales y respiratorios. Los resultados de
estos estudios se resumen en la siguiente tabla:
n EMI Cambios función de MR
Cambios en rendimiento
Suzuki et al 128 (1993)
n= 6 E n= 6 C
E: 30% PImax, 15 min, 2 /d, 4 s. C: no EMI
E: PImax + 30% VVM + 12% C: sin cambios
No se evaluó el rendimiento.
No se observaron cambios en VEmax.
Inbar et al 126 (1999)
n= 10 E n= 10 C
E: 30- 80% PImax, 30 min, 6 d/s, 10 s. C: no EMI
E: PImax +25% CMT + 27%
C: sin cambios
No se evaluó el rendimiento.
No se observaron cambios en VO2max
ni VEmax
Volianitis et al 52 (2001)
n= 7 E n= 7 C
E: 50% PImax, 2/d, 11 semanas C: 15% PImax, 1/d, 11 semanas
E: PImax + 45% C: PImax + 5%
Mejoría en la prueba de remo
Gething et al131 (2004)
n= 5 E n= 5 P n= 5 C
E: 80% PImax, 3 d/s, 10 semanas. P: válvula con carga mínima C: no EMI
E: PImax + 34% P: sin cambios C: sin cambios
Sin cambios en VO2max, ni Wmax. Mejoría funcional
confirmada en pruebas de
resistencia en time-trial test.
Tabla 6: Resumen de los resultados de los principales estudios publicados hasta la fecha que
utilizaron EMI. (n: número de individuos; E: grupo experimental; C: grupo control; P: Placebo
con válvula; VVM: ventilación voluntaria máxima; Wmax: Trabajo máximo alcanzado en
cicloergómetro).
1.5.3. Resumen del tema
No hay lugar a dudas de que existen evidencias clínicas y experimentales (tanto en
animales como en ensayos clínicos) de que el entrenamiento muscular inspiratorio
induce efectos funcionales relevantes en individuos sanos o con enfermedades de
diversa índole. Estos efectos funcionales se traducen en términos de aumento tanto de
la fuerza como de la resistencia del diafragma y demás músculos accesorios de la
inspiración como resultado de complejas modificaciones adaptativas que abarcan
desde el nivel molecular hasta el celular y sistémico.
58
A pesar de esta relativa plétora de información, no existe un consenso para la difusión
y aplicación generalizada del entrenamiento inspiratorio en ámbitos clínicos y del
deporte. Existen detractores y defensores del entrenamiento inspiratorio justificado
aparentemente por cuatro razones principales: (1) existencia de diferentes escuelas y
tradiciones clínicas, (2) errores metodológicos al definir las variables de análisis (3)
ausencia de interés por parte de la industria farmacéutica en que el entrenamiento
muscular tenga mayor difusión, y (4) la existencia de interrogantes básicos que aun
deben ser respondidos, de los cuales probablemente el mas crítico sea la búsqueda
de un efecto de transferencia sobre variables de rendimiento deportivo general. En
general, los estudios han demostrado que el entrenamiento inspiratorio tiene un efecto
específico, es decir, los cambios funcionales se observan sobre los músculos
entrenados pero sin traducción significativa sobre la capacidad general de ejercicio
evaluada en términos de VO2max.
Aun no se ha definido con claridad el impacto del entrenamiento inspiratorio sobre el
rendimiento deportivo en atletas de alto nivel. Sin embargo, existen claras evidencias
de que el sistema ventilatorio puede representar un factor limitante en condiciones de
ejercicio prolongado o intenso del rendimiento deportivo. Resulta obvio que la mejoría
funcional de los músculos inspiratorios podría incrementar el rendimiento de estos
atletas y con ello su competitividad y éxito deportivo.
La información derivada de la presente Tesis Doctoral actual complementaría a la
ofrecida por los estudios precedentes, lo cual le otorga un carácter innovador y con
aplicaciones prácticas relevantes. Hasta la fecha, ningún estudio había evaluado los
efectos del entrenamiento muscular inspiratorio sobre la resistencia a la fatiga y la
eficiencia de los músculos respiratorios. Tampoco se había evaluado sus efectos
sobre la respuesta inflamatoria tras el ejercicio. Al mismo tiempo, nuestro estudio
genera nuevos interrogantes que seguramente justificarán nuevos estudios dentro de
nuestra Unidad de Investigación en Músculo y Aparato Respiratorio de la Fundación
IMIM-IMAS Hospital del Mar
59
Hipótesis de estudio
60
HIPÓTESIS
En individuos sanos sedentarios, el sistema cardiovascular es el principal determinante
de la limitación ante un ejercicio máximo. Sin embargo, este concepto clásico no es
aplicable a grupos especiales como los deportistas de élite, dada la adaptación
cardiovascular que induce el entrenamiento de alto nivel. Especialmente en deportistas
de fondo, el sistema ventilatorio con frecuencia puede representar el factor limitante en
condiciones de ejercicio prolongado o intenso. Esta limitación funcional ante el
ejercicio puede determinar una meseta e inclusive disminuir el nivel de rendimiento
deportivo en deportistas de alto nivel. En esta línea de argumentos, la presente Tesis
Doctoral incluye las siguientes hipótesis de trabajo:
Hipótesis nula (H0):. Los deportistas de élite no tienen una fuerza y resistencia de
músculos respiratorios aumentada respecto a sanos no entrenados. El entrenamiento
inspiratorio no induce cambios en la función de los músculos respiratorios en los
atletas de élite.
A partir de esta hipótesis nula, nuestro estudio se desarrolla sobre la base de las
siguientes hipótesis alternativas:
Hipótesis alternativa (H1) 1: En deportistas de élite existe un incremento de la fuerza
y de la resistencia de los músculos respiratorios debido a que su entrenamiento físico
general -propio de su profesión- se asocia a sobrecargas ventilatorias repetidas.
Hipótesis alternativa (H1) 2: El entrenamiento específico de los músculos
inspiratorios en deportistas de élite induce incrementos tanto de la fuerza como de la
resistencia de los músculos inspiratorios.
Hipótesis alternativa (H1) 3: En deportistas de élite, el entrenamiento específico de
los músculos inspiratorios permite incrementar la tolerancia ante la fatiga durante el
esfuerzo ventilatorio del ejercicio.
Hipótesis alternativa (H1) 4: El entrenamiento de los músculos respiratorios es capaz
de mejorar la eficiencia de los músculos respiratorios en deportistas de élite,
Hipótesis alternativa (H1) 5: El entrenamiento de los músculos respiratorios es capaz
de desensibilizar a la disnea ante el esfuerzo ventilatorio en deportistas de élite.
61
Objetivos
62
OBJETIVOS
Los objetivos de la presente tesis se clasifican en principales y secundarios:
Objetivos principales:
1. Evaluar la fuerza y resistencia muscular respiratoria en deportistas de élite con
respecto a sanos no entrenados.
2. Estudiar el efecto del entrenamiento muscular respiratorio sobre la fuerza y
resistencia de los músculos respiratorios en deportistas de élite.
3. Determinar los efectos del entrenamiento muscular respiratorio sobre la fatiga
muscular respiratoria en deportistas de élite.
4. Evaluar los efectos del entrenamiento muscular respiratorio sobre la actividad
de los músculos respiratorios en deportistas de élite.
Objetivos secundarios
5. Determinar los efectos del entrenamiento muscular respiratorio sobre la disnea
ante el esfuerzo respiratorio en deportistas de élite.
6. Cuantificar los efectos del entrenamiento muscular respiratorio sobre la
respuesta inflamatoria al ejercicio en deportistas de élite.
7. Determinar el efecto del entrenamiento muscular respiratorio sobre la
capacidad máxima de ejercicio (i.e, capacidad aeróbica máxima) en deportistas
de élite.
63
Material y métodos
64
MATERIAL Y MÉTODOS
4.1. Diseño del estudio
El presente estudio fue diseñado como un estudio experimental de tipo ensayo clínico.
Fue llevado a cabo durante un periodo de un año (de agosto del 2004 a agosto del
2005), gracias a la colaboración entre el Servicio de Neumología del Hospital del Mar y
la Unidad de Investigación en Músculo y Aparato Respiratorio del IMIM con el Centro
de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat. El estudio fue aprobado por el Comité de
Ética de ambas instituciones. De forma complementaria a dicho estudio, se realizó
también un análisis transversal entre la población de deportistas inicial y un grupo de
voluntarios sanos de edad similar no deportistas.
El estudio se llevó a cabo mediante el siguiente esquema:
Día 1. Una vez seleccionado e incluido en el estudio, el sujeto daba su consentimiento
para participar. Posteriormente, se realizó una evaluación clínica y funcional. En
conjunto las pruebas realizadas permitían evaluar 1) El estado nutricional del
deportista mediante cineantropometría y parámetros analíticos, 2) la función pulmonar,
y 3) La capacidad máxima de ejercicio mediante cicloergometría.
Día 2. Se realizaba el estudio de la función de los músculos respiratorios. Este incluía:
1) Fuerza muscular respiratoria, en forma de presiones respiratorias máximas 2)
Resistencia muscular respiratoria mediante la medición de la carga máxima tolerada 3)
Extracción de sangre antes y media hora tras la CMT para evaluación de marcadores
de daño muscular y de inflamación.
Día 3. Se proporcionó a los voluntarios el equipo de entrenamiento muscular
respiratorio junto a un programa de entrenamiento diseñado en colaboración con el
CAR de Sant Cugat. Durante un periodo de 6 semanas los voluntarios cumplieron con
el entrenamiento muscular respiratorio según el protocolo administrado.
Día 4. Se repitió la evaluación funcional de músculos respiratorios con idéntico
protocolo al realizado previamente al entrenamiento. Se interrogó a los voluntarios
sobre 1) Adhesión al entrenamiento 2) Disnea durante un ejercicio extenuante.
Posteriormente se procedió al análisis por ELISA de los marcadores inflamatorios y al
análisis del patrón respiratorio durante la prueba de CMT.
65
4.2. Población de estudio
Un total de 33 voluntarios (19 deportistas de élite, 14 individuos sanos no-deportistas)
fueron seleccionados a partir de dos fuentes. La primera fue el Centro de Alto
Rendimiento (CAR) de Sant Cugat del Vallés (Catalunya, España), y la segunda fuente
la constituyó una búsqueda activa de jóvenes de los dos géneros, del mismo rango de
edad, quienes a pesar de realizar actividades deportivas propias de su edad y medio,
no cumplen los criterios de deportistas de élite. Este grupo fue considerado la
población de referencia y definidos como grupo control de sedentarios. Las
características descriptivas generales de ambos grupos aparecen resumidas en la
tabla 26.
4.2.1.Criterios de inclusión
- Deportista de élite: Se definió como un deportista que competía en las
competiciones de más alto nivel de su especialidad, a través de la información
suministrada por el CAR de Sant Cugat.
4.2.2.Criterios de exclusión
- Presencia de enfermedades asociadas con potencial afectación muscular:
- Diabetes mellitus y otras endocrinopatías (hiper/ hipotiroidismo, disfunción
hipofisaria, etc.)
- Nefropatía
- Hepatopatía
- Enolismo > 80 gr/d
- Tabaquismo
- Deformaciones del tórax, afectación pleural o secuelas post-tuberculosis
- Enfermedades neuromusculares
- Deficiencia mental o estados confusionales con alteración grave del ánimo
- Tratamiento crónico con fármacos con posible afectación de la función y/o
estructura muscular (corticoides, anabolizantes, hormonas tiroideas…)
- Antecedentes de cirugía abdominal o torácica
- Negativa expresa por parte del individuo o sus familiares a participar
4.3.Técnicas de estudio
En todos los deportistas incluidos en el estudio se evaluaron los siguientes aspectos:
a) Estado clínico y nutricional
b) Función muscular periférica
c) Función respiratoria y de los músculos respiratorios
d) Capacidad aeróbica general
e) Evaluación de reacción inflamatoria sistémica tras el ejercicio
66
4.3.1. Evaluación nutricional de los deportistas
Se realizó una exploración física completa y una historia clínica protocolizada en todos
los individuos, además de evaluar parámetros biológicos y antropométricos:
4.3.1.1. Parámetros biológicos
Se evaluó mediante determinación de hemograma.
4.3.1.2. Parámetros antropométricos
Se midió peso, talla y el índice de masa corporal [IMC= peso (kg)/ talla (metros)2]. Se
consideraron normales valores entre 19 y 27 kg/m2 132 Asimismo se midieron
compartimentos corporales graso y muscular mediante cineantropometría. A partir de
la medición de los pliegues corporales (tríceps, subescapular, supraespinal,
abdominal, muslo anterior y medial de la pierna) se dedujeron el porcentaje graso,
muscular, óseo y residual en cada individuo. Para ello se utilizó el método de
Drinkwater133; brevemente, dicho método utiliza medidas antropométricas previamente
ajustadas al modelo de referencia asexuado o “Phantom”. Para el cálculo de cada una
de las variables o parámetros antropométricos utilizados se emplea la fórmula:
Z = 1/s (V (170,18/h)d – P)
Donde:
Z= valor proporcional del phantom
s= desviación estándar de la variable V
d= Constante dimensional: 1 para longitudes, diámetros y perímetros; 2 para áreas y 3
para pesos
h= altura
V= variable o parámetro antropométrico
P= valor de la variable V en el 2 “phantom”
Para calcular las masas de los 4 componentes (muscular, graso, óseo y visceral) se
utilizó la fórmula:
M = (Z* s + P) / (170,18 / h)3
Donde:
M= cada uno de los componentes del modelo
Z= valores medios proporcionales del phantom en las variables asociadas con el
componente analizado
P= valor del componente analizado en el phantom
S= desviación estándar del phantom para dicho componente
67
H= altura
De forma adicional se utilizó el método de Yuhasz-Carter134 para calcular el porcentaje
de masa grasa (MG%). Para ello se utilizó el sumatorio de los pliegues cutáneos
mencionados (∑Pc) mediante la fórmula:
Hombres: MG%= (∑Pc * 0.1051) + 2.585
Mujeres: MG%= (∑Pc * 0.1548) + 3.580
4.3.2. Evaluación funcional respiratoria
4.3.2.1. Espirometría forzada
Se realizó con un espirómetro Datospir 92 (Sibel, Barcelona, España) en condiciones
basales y tras la inhalación de 200 µgr de salbutamol (prueba broncodilatadora). Se
utilizaron los valores de referencia para la población mediterránea135.
4.3.2.2. Evaluación de la función muscular respiratoria
Se evaluó la fuerza y resistencia de músculos respiratorios como se detalla a
continuación.
4.3.2.2.1.Evaluación de la fuerza de músculos respiratorios
- Presiones máximas en boca:
Se evaluó la fuerza de los músculos inspiratorios y espiratorios, mediante la
determinación de las presiones respiratorias máximas en boca (inspiratoria y
espiratoria). Se utilizó una válvula bucal ocluible con un pequeño orificio para prevenir
la oclusión de la glotis (SIBEL, Barcelona, Cataluña, España). Para la medición de la
presión inspiratoria máxima (PImax) los pacientes realizaron las maniobras desde un
volumen cercano al volumen residual (VR), mientras que para la presión espiratoria
máxima (PEmax) la realizaron desde capacidad pulmonar total (CPT). Se incluyó en el
análisis el máximo valor de tres maniobras válidas y reproducibles (diferencia < 5%).
La pieza bucal se conectó a un manómetro de presión (TSD 104, Biopac Systems,
Goleta, CA. USA), cuya señal se registró mediante un polígrafo digital (Biopac
Systems, Goleta, CA. USA). Los valores de PImax y PEmax se configuraron tanto en
valores absolutos de presión (cmH2O) como relativos según los valores de referencia
obtenidos por Morales y cols. para la población mediterránea 136 y así como en
relación a los valores de Black&Hyatt 137.
4.3.2.2.2. Evaluación de la resistencia de músculos respiratorios
- Carga máxima tolerada (CMT)
La carga máxima tolerada (CMT) fue seleccionada como la técnica representativa de
la resistencia en el presente estudio. Esta prueba incluye aspectos de fuerza
68
(incremento progresivo de la carga externa impuesta) y de resistencia (tiempo de
tolerancia). Se realizó una prueba modificada a partir de la descripción original de
Martyn et al.138 que consiste en hacer respirar al sujeto a través de una válvula de dos
vías (HANS RUDOLPH. Kansas City, MO, EEUU). En el circuito inspiratorio se
intercaló una válvula de tipo umbral unidireccional, la cual exige para su apertura una
presión determinada (presión umbral), proporcional a la carga externa aplicada.
La prueba de CMT consistía en la colocación de cargas progresivas (50 o 100 gr cada
dos minutos) en el circuito inspiratorio únicamente hasta la claudicación del individuo
(ver figura 7). La carga máxima tolerada se definió como la máxima carga alcanzada
durante la prueba y tolerada durante 1 minuto o más. Durante la realización de la
prueba se cuantificó la sensación disneica mediante la escala de Börg en cada nueva
carga. Se definió claudicación por dos criterios: (a) disnea limitante, o (b) evidencia de
presión subóptima a la necesaria para establecer un flujo inspiratorio a través de la
válvula inspiratoria en al menos tres esfuerzos consecutivos. Ver figura 6.
Figura 6: Prueba de Carga máxima tolerada (CMT) realizada en las instalaciones del CAR de
Sant Cugat.
69
Figura 7: Representación gráfica de una prueba de carga máxima tolerada (CMT).
Adicionalmente, se definió el cociente CMT/PImax como una medida de la tendencia a
la fatiga muscular respiratoria, en tanto que demuestra una incapacidad para el
mantenimiento del esfuerzo inspiratorio cuando dicho índice baja por debajo del 80%.
Se calculó mediante la fórmula:
CMT/PImax= (CMT / PImax)*100
4.3.2.2.3. Medición de resistencia a la fatiga de músculos respiratorios
Se calculó el índice presión–tiempo inspiratorio según la fórmula :
Ptii = (Pi / PImax) * (Ti / Ttot)
Dicho índice se calculó para cada escalón de CMT antes y después del EMR. Se
consideró que un músculo tenía mayor resistencia a la fatiga cuanto menor era el
índice presión-tiempo inspiratorio a una misma carga.
4.3.2.2.4. Medición de actividad de músculos respiratorios
Se cuantificó la actividad muscular respiratoria (AMR) como la relación entre el índice
presión–tiempo modificado y la frecuencia respiratoria mediante la fórmula:
70
AMR= [[[[(Ti / Ttot).(Pi / PImax)]]]] * FR
Se calculó la AMR para cada carga de CMT. Se consideró que la contracción muscular
respiratoria era más eficiente cuanto menor era la actividad muscular respiratoria a
una misma carga.
4.3.3. Evaluación de la función muscular periférica
Se evaluó la fuerza muscular en las extremidades superiores mediante dinamometría
de manos (JAMAR dynamometer, Asimow Engineering Co., Los Angeles, CA 90024).
Para cada prueba los sujetos estaban sentados con el codo flexionado a 90º según
protocolo estándar139. Se realizaron 3 mediciones sucesivas de cada mano,
considerando la mejor de las tres mediciones como el valor definitivo incluido en el
análisis. Se consideraron como valores de referencia los publicados por Mathiowetz139.
4.3.4. Evaluación de la adaptación global al ejercicio
- Prueba de esfuerzo cardiorespiratoria
Se realizó una prueba de esfuerzo cardiorespiratoria antes y después del EMR. Dicha
prueba se realizó mediante una prueba incremental de cicloergometría. La prueba de
cicloergometría consistía en un periodo de calentamiento a una potencia de 25 W,
seguido de incrementos de carga de 25 W a intervalos de 2 minutos mientras el
individuo pedaleaba a una frecuencia constante de 60 revoluciones por minuto (rpm).
Continuamente se registró el patrón respiratorio, electrocardiograma y saturación
transcutánea de oxígeno (3700 Biox; Ohmeda, Chicago, IL, USA). La prueba se
terminaba cuando se alcanzaban al menos tres de los siguientes criterios:
1) una meseta de consumo de oxígeno a pesar de un incremento de la carga;
2) una frecuencia cardíaca cercana al valor máximo predecible (diferencia < 5%);
3) CR= 1.1;
4) imposibilidad para el sujeto de mantener una frecuencia de pedaleo > 60 rpm.
Se midió la potencia máxima alcanzada y se determinó VO2max (Oxycon 3.2;
Jaeger), gracias a los valores de referencia de Jones et al 140.
71
Figura 8: Medición de la capacidad aeróbica en cicloergómetro en las instalaciones del CAR de
Sant Cugat.
- Cuantificación de la disnea durante un ejercicio extenuante
Al finalizar el entrenamiento, se interrogó a todos los deportistas si percibían mejoría
de la sensación disneica durante un ejercicio extenuante utilizando la escala analógica
visual de Börg.
4.3.5. Evaluación de la reacción inflamatoria sistémica tras el ejercicio
En todos los individuos se procedió a la medición de mediadores inflamatorios
sistémicos y marcadores de daño muscular en suero antes y después de la prueba de
carga máxima tolerada, y tanto en la evaluación pre-training como en la post-training.
Las muestras sanguíneas se mantuvieron refrigeradas en nevera hasta el momento de
la centrifugación. Posteriormente a la centrifugación se extrajo el suero y se introdujo
en crioviales que se congelaron hasta el momento del análisis.
4.3.5.1. Medición de marcadores de daño muscular
Las muestras de suero fueron obtenidas por punción venosa periférica y en horario
diurno en todos los casos. Los deportistas habían mantenido su rutina y actividades
relacionadas con el entrenamiento habitual en los días inmediatamente anteriores al
estudio. Se realizó la medición de marcadores de daño muscular en suero a través del
72
laboratorio de nuestro centro hospitalario. Se aceptaron los niveles de normalidad de
nuestro laboratorio.
- CK: La enzima creatinkinasa (CK) se encuentra principalmente en el corazón,
cerebro y músculo esquelético. Una elevación de su nivel en suero indicaría un daño a
cualquiera de estos niveles. El daño muscular provoca una elevación en plasma de
esta enzima. Los valores normales en plasma son 20- 200 mg/dl.
- GOT: La enzima transaminasa glutámico oxalacética (GOT) es una enzima catalítica
sintetizada en varias partes del cuerpo, especialmente el corazón, hígado y tejido
muscular. El daño muscular agudo provoca un aumento de los niveles séricos de esta
enzima. Los valores normales en plasma son 10- 38 mg/dl.
- LDH: La lactato deshidrogenasa (LDH) es una enzima que se encuentra en varios
tejidos del cuerpo, especialmente el corazón, hígado, riñón, tejido muscular y células
sanguíneas. Su acción principal es la interconversión del piruvato y lactato. Los
valores normales en plasma son 150- 450 mg/dl.
4.3.5.2. Medición de citoquinas reguladoras de la inflamación:
Se procedió a la medición en suero de una amplia variedad de citoquinas relacionadas
directamente con la cascada inflamatoria, y en particular de las citoquinas implicadas
en la respuesta al ejercicio ya mencionadas en el apartado 1.3.4.
- IL-10: Se midió en suero mediante la técnica de ELISA (Interleukin-10 human Biotrak
ELISA system; Ref. RPN2755 (Amersham Biosciences)). El valor considerado normal
en suero es de 0- 6.8 pg/ml, y la sensibilidad para este kit es < 1 pg/ml. El coeficiente
de variación inter-prueba es < 10%.
- IL-6: Se midió en suero mediante la técnica de ELISA (Interleukin-6 human biotrak
ELISA system; Ref. RPN2754 (Amersham Biosciences)). Los valores de normalidad
para suero son 0- 149 pg/ml, y la sensibilidad para este kit es <1 pg/ml. El coeficiente
de variación inter-prueba es <10%.
- RANTES (Regulated upon Activation, Normal T-cell Expressed and Secreted):
Pertenece a la familia de las β-citoquinas. Tiene una acción quimiotáctica para
neutrófilos y basófilos hacia el foco inflamatorio, así como activadora de los eosinófilos
y basófilos. Asimismo su síntesis es inducida por TNF-α, de acción proinflamatoria. Se
ha implicado en varias enfermedades con base inflamatoria tales como la artritis
reumatoide. RANTES se midió en suero mediante la técnica de ELISA (RANTES
human Biotrak Assay; Ref. RPN2771 (Amersham Biosciences)). El valor considerado
normal en suero es de 9-106 ng/ml, y la sensibilidad para este kit es < 2 pg/ml. El
coeficiente de variación inter-prueba es < 10%.
73
- TNF-αααα: La citoquina tumor necrosis factor alfa (TNF-α) es conocida también como
caquectina. Es un potente modulador de la respuesta inmune sintetizado por
monocitos y macrófagos. Es sintetizado como respuesta a estímulos (agentes
infecciosos o daño tisular), activando neutrófilos y la síntesis de otras citoquinas.
Se midió en suero mediante la técnica de ELISA (TNF-alfa, Human, Biotrak Assay;
Ref. RPN2758 (Amersham Biosciences)). El valor considerado normal en suero es 0
pg/ml, y la sensibilidad para este kit es < 5 pg/ml. El coeficiente de variación inter-
prueba es del 6%.
- IL-1ββββ: Se trata de una proteína perteneciente a la familia de moléculas IL-1 que están
implicadas en la respuesta al huésped ante el daño y la infección. Actúa como un
pirógeno endógeno, y está implicado en la proteolisis muscular, reabsorción ósea,
curación de heridas y enfermedades inflamatorias. Se midió en suero mediante la
técnica de ELISA (Interleukin-1 beta human, Biotrak ELISA system; Ref. RPN2751
(Amersham Biosciences)). El valor promedio considerado normal en suero es de 0
pg/ml, y la sensibilidad para este kit es <1 pg/ml. El coeficiente de variación inter-
prueba es < 10%.
- Receptor soluble I TNF-αααα: Se midió en suero mediante la técnica de ELISA (human
sTNF-R (60 kDa) ELISA; Ref. BLK-4-203 (BLK diagnostics)). El valor considerado
normal en suero es 0- 4.16 ng/ml, y la sensibilidad para este kit es < 80 pg/ml. El
coeficiente de variación inter-prueba es del 8.6%
- Receptor soluble II TNF-αααα: Se midió en suero mediante la técnica de ELISA (human
sTNF-R (80 kDa) ELISA; Ref. BLK-4-211 (BLK diagnostics)). El valor considerado
normal en suero es 0- 10.8 ng/ml y la sensibilidad para este kit es < 0.15 ng/ml. El
coeficiente de variación inter-prueba es del 2%.
- Insulin-like Growth Factor I (IGF-I): Es una proteína cuya síntesis es mediada a
través de la hormona del crecimiento (GH) y que a su vez provoca un feedback
negativo en la síntesis de ésta. Actúa produciendo efectos similares a la GH:
hipoglicemia, estimulación de la hematopoyesis y crecimiento esquelético. Tras un
daño muscular, se produce un aumento de IGF-I, con una expresión máxima a los 3
días tras el daño141. Se midió en suero mediante la técnica de ELISA (Human IGF-I
Quantikine ELISA Kit; Ref. DG100 (R&D System)). El valor considerado normal en
suero es de 40- 258 ng/ml, y la sensibilidad para este kit es de media de 0.026 ng/ml.
El coeficiente de variación inter-prueba es <10%.
74
- Antagonista del Receptor de IL-1 (IL-1ra): Se midió en suero mediante la técnica
de ELISA (Ref. DRA00; R&D System). El valor considerado normal en suero es de
106- 1552 pg/ml, y la sensibilidad para este kit es < 14 pg/ml. El coeficiente de
variación inter-prueba es < 10%.
- Proteína C reactiva (PCR): Es una proteína de fase aguda secretada por el hígado
en situaciones de inflamación aguda. Su síntesis es inducida por IL-6, IL-1 y
glucocorticoides. Estimula la respuesta de fagocitosis y activa la vía del complemento.
Los niveles de PCR pueden aumentar 1000 veces en 24-48 horas en respuesta a la
infección o inflamación, y rápidamente volver a los niveles iniciales. Los niveles
normales en plasma son 0- 0.8 mg/dl. Se midió en suero en el laboratorio de nuestro
centro.
Figura 9: Medición de citoquinas inflamatorias mediante la técnica de ELISA.
4.4. Protocolo de entrenamiento
4.4.1. Diseño de válvula inspiratoria
A todos los deportistas se les entregó una válvula de tipo umbral fabricada en nuestro
laboratorio. Dicho modelo de válvula había sido previamente validada por nuestro
grupo142. A cada deportista se le entregó la válvula con un peso personalizado
75
calculado para el valor de presión inspiratoria máxima medido en la primera
valoración.
Figura 10: Válvula umbral inspiratoria según el prototipo diseñado en nuestro laboratorio. Se
muestra las fases necesarias para la creación de cada válvula. Una modificación a partir de
este diseño está con patente en curso (2007, Orozco-Levi M y Gea J).
4.4.2. Diseño de programa de entrenamiento
El programa de entrenamiento muscular respiratorio se diseñó en colaboración con el
equipo de preparación física del CAR de Sant Cugat. Se siguió un modelo de
intensidad incremental de 6 semanas de duración, cinco días a la semana. En cada
semana se alternó una sesión de entrenamiento de fuerza (pocas series de esfuerzo
76
de alta intensidad) y de resistencia (varias series de esfuerzo de baja intensidad).
Cada deportista disponía de una copia del programa de entrenamiento personalizada
según el modelo adjunto.
Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Domingo
Semana 1
Carga (% PImax) 75% 90% 75% 90% 75%
t mínimo (min) 2
Repeticiones 8 6 8 6 8
Pausa (min) 1 2 1 2 1
Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Domingo
Semana 2
Carga (% PImax) 95% 78% 95% 78% 95%
t mínimo (min) 2
Repeticiones 5 7 5 7 5
Pausa (min) 2 1 2 1 2
Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Domingo
Semana 3
Carga (% PImax) 80% 100% 80% 100% 80%
t mínimo (min) 2
Repeticiones 6 4 6 4 6
Pausa (min) 1 2 1 2 1
Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Domingo
Semana 4
Carga (% PImax) 105% 83% 105% 83% 105%
t mínimo (min) 2
Repeticiones 3 5 3 5 3
Pausa (min) 2 1 2 1 2
77
Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Domingo
Semana 5
Carga (% PImax) 85% 110% 85% 110% 85%
t mínimo (min) 2
Repeticiones 4 2 4 2 4
Pausa (min) 1 2 1 2 1
Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Domingo
Semana 6
Carga (% PImax) 115% 88% 115% 88% 115%
t mínimo (min) 2
Repeticiones 1 3 1 3 1
Pausa (min) 2 1 2 1 2
4.5. Análisis estadístico
Las variables cuantitativas se muestran mediante la mediana y los cuartiles 25 y 75
(Md (p25; p75)). Dado que la muestra analizada era inferior a 30 individuos (11 en el
análisis longitudinal final), se optó por el análisis no paramétrico. En el análisis
comparativo transversal se utilizó la prueba U de Mann-Whitney, mientras que en el
análisis longitudinal se utilizó la prueba de Wilcoxon para muestras apareadas. En el
análisis de correlaciones se utilizó la prueba de ANOVA de un factor para analizar
relaciones entre variables cuantitativas y variables categóricas, y el análisis de
correlación lineal con el coeficiente de Spearman para ver relaciones entre dos
variables cuantitativas. En todos los casos se consideró como significativo un valor de
error alfa (p) < 0.05.
4.6. Aspectos éticos del estudio.
El diseño del estudio y el documento de consentimiento informado específico fueron
aprobados por el comité de Ética de las instituciones participantes (ver Addendum 1).
Todos los individuos dieron su consentimiento informado a participar en el estudio tras
explicarles el objetivo y los posibles riesgos del mismo (ver Addendum 2).
78
Resultados
79
RESULTADOS
5.1. Consideraciones generales del estudio
La presente tesis fue concebida como tres estudios: uno transversal descriptivo, otro
transversal comparativo entre deportistas de élite y voluntarios sanos sedentarios, y
otro longitudinal definido como ensayo clínico. El estudio transversal descriptivo
consta de dos partes. La primera incluye un total de 19 deportistas de élite
procedentes del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat. La segunda parte
del análisis descriptivo incluye los 11 deportistas incluidos en el análisis final. Todos
ellos cumplían con el criterio de ser deportistas de élite, y competían habitualmente en
las competiciones de más alto nivel de su especialidad. Los voluntarios fueron
evaluados de forma integral incluyendo técnicas funcionales (esfuerzo general,
esfuerzo muscular inspiratorio, esfuerzo muscular espiratorio y dinamometría de
manos), nutricionales (cineantropometría), y biológicas (mediadores
anabólico/catabólicos y inflamatorio/antiinflamatorios en suero).
El estudio transversal comparativo consistió en la comparación de los deportistas
con voluntarios sanos evaluados por nuestro servicio, en términos de fuerza y
resistencia tanto muscular respiratoria como de músculos periféricos. En esta parte del
estudio se incluyeron 14 individuos sanos sedentarios.
El ensayo clínico estuvo definido por la administración de la intervención específica y
única mediante entrenamiento de los músculos inspiratorios. Un total de 13 deportistas
(68% de la población inicial) tenían la posibilidad logística de someterse al esquema
de entrenamiento, aceptaron hacerlo y cumplieron con la cronología del mismo, según
un diseño original para los objetivos del presente estudio. Se consideró cumplimiento
suficiente la realización del 80% o más de las sesiones de entrenamiento propuestas,
informadas según un autoregistro por parte del deportista. La falta de cumplimiento se
observó en dos de los deportistas (15%), por lo cual fueron considerados pérdidas en
el ensayo clínico. Finalmente, se incluyeron 11 deportistas en el análisis longitudinal.
Durante la realización de las pruebas no se presentaron complicaciones significativas,
excepto un caso que presentó un esguince intercostal tras la medición de presión
máxima inspiratoria en boca. En ningún caso se presentaron complicaciones que
interfiriesen con el ritmo habitual de entrenamiento de los deportistas.
Adicionalmente, se realizó un análisis de correlaciones entre diversas variables.
5.2. Análisis descriptivo de la población inicial y final
5.2.1. Características generales
80
A continuación se describe la población de deportistas incluida en el estudio. Se
detallan en primer lugar los datos correspondientes a la población de 19 deportistas
incluidos inicialmente, y en segundo lugar los datos de la población final de 11
individuos. Los datos se presentan como mediana y percentiles 25 y 75 (Md (25; 75)).
5.2.1. Características demográficas y antropométricas
- Grupo inicial
El grupo de estudio inicial estuvo integrado por 19 individuos (17 varones y 2 mujeres).
Tenían una edad de 24 (21; 31) años y un índice de masa corporal (IMC) de 20.9
(19.9; 22.4). En relación al tipo de deporte, 7 de ellos eran ciclistas, 7 eran fondistas y
5 marchistas. Respecto a los compartimentos corporales, el compartimento graso se
midió por dos métodos: el método de Drinkwater y el de Yuhasz-Carter, siendo de 9.8
(8.4; 12.5) % y de 7.4 (6.4; 9) %, respectivamente. El compartimento muscular medido
por el método de Drinkwater fue de 47.9 (46.8; 49) %. En 3 casos no se pudo disponer
de valores de compartimentos corporales por impedimentos técnicos.
- Grupo final
El grupo de estudio final estuvo compuesto por 11 individuos (10 varones y 1 mujer).
Tenían una edad de 24 (20; 31) años y un IMC de 20.9 (20; 23). De estos, 5 eran
ciclistas, 4 fondistas y 2 marchistas. Respecto a los compartimentos corporales, el
compartimento graso fue de 9.3 (8.5; 11.3) % y 7.2 (6.5; 8.3) % medido por el método
de Drinkwater y de Yuhasz-Carter, respectivamente. El compartimento muscular fue
de 48.3 (46.6; 49.4) %. En 2 casos no se pudo disponer del valor de compartimentos
corporales por impedimentos técnicos.
Estos datos se resumen en las tablas 7 y 8.
5.2.1.2. Características nutricionales
- Grupo inicial
Se midió hemograma en 14 de los 19 deportistas como parte de la evaluación
funcional. En 5 casos no se pudo realizar el análisis por dificultades técnicas. La
hemoglobina fue de 14.9 (13.4; 15.6) mg/dL.
- Grupo final
Se midió hemograma en 8 de los 11 deportistas como parte de la evaluación funcional.
En 3 casos no se pudo realizar el análisis por dificultades técnicas. La hemoglobina
fue de 15(13.4; 15.6) mg/dL. Los resultados se resumen en la tabla 7.
5.2.2. Función respiratoria
5.2.2.1. Espirometría forzada
- Grupo inicial
81
El FEV1 fue de 4.17 (3.6;4.6) litros (97(89.5;108)%), el FVC fue de 4.97(4.57;5.41)
litros (92(83.5;98.5)%) y el índice FEV1/FVC fue del 85.3(79.2;89.2)% sobre los valores
de referencia135. Los valores espirométricos se encontraron pues dentro de la
normalidad, excepto en dos casos en que el FEV1 estuvo entre el 70 y el 80%.
- Grupo final
El FEV1 fue de 4.04(3.57;4.56) litros (97.5(86;106.2)%), el FVC fue 4.89(4.52;5.45)
litros (94.5(82.5;102.2)) y el índice FEV1/FVC fue del 83.6(78.4;88.3)% sobre los
valores de referencia135.
Estos valores se resumen en la tabla 9.
5.2.2.2. Fuerza de músculos respiratorios
- Grupo inicial
La PImax en el grupo inicial fue de -136(-112;-155) cmH2O (97(89; 109) % ref. según
Morales). En 3 casos se detectaron valores por debajo del 80% de los valores de
referencia.
La PEmax fue de 174(159; 222) cmH2O (86(71; 103) % ref. según Morales). En 7
casos se detectaron unos niveles por debajo del 80% de los valores de referencia.
- Grupo final
La PImax en el grupo final fue de -136(-106;-142) cmH2O (92(88; 101) % ref. según
Morales). En 2 casos se detectaron valores por debajo del 80% de los valores de
referencia.
La PEmax fue de 206(139; 270) cmH2O (96(70; 113) % ref. según Morales). En 4
casos se detectaron valores por debajo de los valores de referencia.
Los valores se resumen en la tabla 10.
5.2.2.3. Resistencia de músculos inspiratorios (CMT)
- Grupo inicial
La CMT en el grupo inicial fue de 500(450; 600) gramos (-112(-89;-127) cmH2O).
- Grupo final
La CMT en el grupo final fue de 500(450; 600) gramos (-105(-89;-127) cmH2O).
Los datos se resumen en la tabla 10.
5.2.3. Función muscular periférica
- Grupo inicial
La fuerza en mano dominante en el grupo inicial fue de 51(42; 59) kg (103.1 (88.6;
109.5) % ref. Mathiowetz). La fuerza en mano no dominante fue de 50.5 (42; 55.2) kg
(103.7 (94.1; 113.8) % ref. Mathiowetz).
82
En un caso no se pudo realizar la medición por dificultades técnicas. En 3 casos no se
dispone de valores de referencia, al no existir tales valores para la población menor de
20 años.
- Grupo final
La fuerza en mano dominante en el grupo final fue de 51.5 (41.5; 57.5) kg (103.4 (89.2;
118.4) % ref. Mathiowetz). La fuerza en mano no dominante fue de 51.5 (40.7; 56.2) kg
(110.7 (82; 122.7) % ref. Mathiowetz).
En un caso no se pudo realizar la medición por dificultades técnicas. En 2 casos no se
dispone de valores de referencia, al no existir tales valores para la población menor de
20 años.
Los valores se resumen en la tabla 11.
5.2.4. Capacidad aeróbica general
Los valores respecto a la capacidad aeróbica general están resumidos en la tabla 12.
No se pudieron realizar las mediciones en 2 individuos del grupo inicial y en 1
deportista del grupo final por dificultades técnicas.
5.2.4.1. Consumo de oxígeno máximo
- Grupo inicial
El grupo de estudio estuvo compuesto por deportistas de élite, todos ellos con un
consumo máximo de oxígeno superior a 45 ml/kg.min. El consumo de oxígeno máximo
fue de 62.8 (57.4; 70.2) ml/kg.min.
- Grupo final
El grupo final presentó un consumo máximo de oxígeno de 64.4 (60.3; 71.2) ml/kg.min.
5.2.4.2. Ventilación minuto máxima
- Grupo inicial
El grupo de estudio inicial presentó una ventilación minuto máxima de 143.8 (133.1;
173.4) L/min.
- Grupo final
El grupo final presentó una ventilación minuto máxima de 151.7 (126.6; 181.2) L/min.
5.2.4.3. Trabajo máximo tolerado
- Grupo inicial
El grupo de estudio inicial presentó un trabajo máximo tolerado de 348(289.5; 372)
Watts.
- Grupo final
El grupo final presentó un trabajo máximo tolerado de 329(284.7; 364.5) Watts.
83
5.2.5. Marcadores de daño muscular
Los valores respecto a los marcadores de daño muscular están resumidos en la tabla
13. Se muestran los valores de CK, GOT y LDH antes y después de la prueba de
CMT.
- Grupo inicial
Evaluación pre-CMT
En 6 individuos de 19 se observaron unos niveles basales de CK por encima del rango
de normalidad. En un mismo individuo se observaron unos niveles elevados de GOT y
LDH.
Evaluación post-CMT
No se pudo realizar la evaluación de 8 individuos por problemas técnicos. De los 11
individuos restantes, se observaron unos niveles elevados de CK en 5 de ellos.
- Grupo final
Evaluación pre-CMT
En 6 individuos de 11 se observaron unos niveles basales de CK por encima de la
normalidad. En un mismo individuo se observaron unos niveles elevados de GOT y
LDH.
Evaluación post-CMT
No se pudo realizar la evaluación de 3 individuos por problemas técnicos. De los 8
individuos restantes, 3 presentaban unos niveles basales de CK elevados.
5.2.6. Marcadores de inflamación sistémica
La información sobre los marcadores de inflamación sistémica antes y después de la
CMT está resumida en la tabla 14 y 15 para el grupo inicial y final. No se pudo realizar
la medición post-CMT de 6 individuos por problemas técnicos.
- Grupo inicial
Evaluación pre-CMT
Se observaron unos niveles por encima de los valores de normalidad en los
marcadores RANTES, TNF-α, IL-1β y IGF-I. El 100% de los individuos mostraron
niveles elevados en el caso de RANTES, TNF-α y IL-1β, y el 55.5% en el caso de IGF-
I (10 de 18). El resto de marcadores inflamatorios mostraron una mediana dentro de la
normalidad.
Evaluación post-CMT
Se observaron unos niveles por encima de los valores de normalidad en los
marcadores RANTES, TNF-α, IL-1β y IGF-I. El 100% de los individuos mostraron
niveles elevados en el caso de RANTES, TNF-α y IL-1β, y el 53.8% en el caso de IGF-
I (7 de 13).
84
- Grupo final
Evaluación pre-CMT
Al igual que en el grupo inicial, se observaron unos niveles medios por encima de los
valores de normalidad en los marcadores RANTES, TNF-α, IL-1β y IGF-I en el 100%
de los individuos. Adicionalmente, se observaron niveles elevados de IL-10 en 1
individuo, y de PCR en 2 individuos, estando la mediana dentro de la normalidad.
Evaluación post-CMT
Se observaron unos niveles medios por encima de los valores de normalidad en los
marcadores RANTES, TNF-α, IL-1β y IGF-I en el 100% de los individuos. Se
observaron niveles elevados de IL-10 en 1 individuo y de PCR en 2 individuos,
estando la mediana dentro de la normalidad.
5.3. Análisis transversal comparativo con sedentarios sanos
De forma adicional se realizó un estudio comparativo entre la población de deportistas
de élite y un grupo de individuos sedentarios sanos.
Se incluyó en el análisis a 14 voluntarios sedentarios, a los que se les realizó medición
de fuerza y resistencia de músculos respiratorios (presiones máximas en boca y carga
máxima tolerada) y fuerza de músculos periféricos (dinamometría de manos). Esta
población se comparó con la población inicial de 19 deportistas.
El estudio comparativo se realizó en relación a los datos descritos y se resumen en la
tabla 26.
Características generales
La población de voluntarios sanos presentó una mayor proporción de mujeres (7
mujeres: 7 varones) que la población de deportistas (2 mujeres: 17 varones).
Asimismo, la población de deportistas presentó una talla más alta (p<0.01).
No se observaron diferencias significativas en cuanto a la edad o el peso corporal (p=
0.67 y p= 0.92 respectivamente).
Respecto al consumo de tabaco, ninguno de los deportistas de élite eran fumadores,
mientras que de los voluntarios sanos 6 eran fumadores activos y 2 eran ex-
fumadores.
Función pulmonar convencional
No se observaron diferencias significativas entre deportistas y sedentarios sanos en
ninguno de los parámetros espirométricos recogidos en nuestro estudio.
85
Fuerza muscular respiratoria
Se observó una mayor PImax en deportistas que en sedentarios sanos, tanto en
cmH2O (p<0.01) como en valores de referencia (p<0.01). Se observó también una
mayor PEmax en deportistas que en sedentarios medida en cmH2O (p<0.05), aunque
las diferencias en valores de referencia no fueron significativas.
Resistencia muscular inspiratoria
Se observó una mayor CMT en deportistas que en sedentarios medida en cmH2O
(p<0.05), mientras que en el análisis de la misma prueba en gramos no se observaron
diferencias significativas.
Fuerza muscular periférica
Se observó una mayor fuerza en manos en deportistas que en sedentarios, tanto en
mano dominante como no dominante y tanto en kilogramos como en valores de
referencia (p<0.001).
En resumen, la población de deportistas presentó una mayor fuerza muscular
inspiratoria y espiratoria, y una mayor fuerza en manos respecto a sanos sedentarios.
5.4. Análisis longitudinal
Se realizó un análisis longitudinal comparativo entre los datos de la primera valoración
y la valoración final de los 11 deportistas que realizaron las dos valoraciones. Se
analizaron los aspectos de función de músculos respiratorios y periféricos y la
capacidad aeróbica. En el caso de los marcadores inflamatorios y de daño muscular,
se compararon las mediciones antes y después de la prueba de CMT, tanto en la
medición pre-EMR como en la medición post-EMR. No tiene sentido realizar un
análisis longitudinal de estos marcadores dada su limitada vida media.
5.4.1. Función de músculos respiratorios y patrón respiratorio
5.4.1.1. Fuerza de músculos respiratorios
Se observó un aumento significativo en los valores de PImax tras el EMR (p<0.01); sin
embargo, no se observaron diferencias significativas en la fuerza de músculos
espiratorios. Ver tabla 16 y figuras 8 y 9.
5.4.1.2. Carga máxima tolerada
Se observó un aumento significativo de la carga tolerada en la prueba de CMT tras el
EMR (p<0.01); tanto en presión máxima tolerada (cm H2O) como en gramos tolerados.
Ver tabla 17 y figura 10.
86
5.4.1.3. Índice CMT/PImax
No se observaron diferencias significativas. Ver tabla 17.
5.4.1.4. Patrón respiratorio
Se analizaron diversas variables del patrón respiratorio de los deportistas durante la
prueba de CMT en cada escalón. Concretamente, se analizó la frecuencia respiratoria,
el tiempo inspiratorio y el tiempo total de la respiración. Ver tabla 18.
5.4.1.4.1. Frecuencia respiratoria
Se observó un patrón adaptativo al aumento progresivo de cargas consistente en una
disminución inicial de la frecuencia respiratoria seguida de un aumento posterior a
medida que aumentaba la carga inspiratoria tanto en la primera evaluación como en la
última. En la segunda valoración se observó una disminución de la frecuencia
respiratoria en todas las cargas, siendo esta diferencia estadísticamente significativa a
nivel de las cargas de 100, 200 y 300 gramos.
5.4.1.4.2. Tiempo inspiratorio (Ti)
El tiempo inspiratorio tuvo una duración muy constante a lo largo de la prueba en las
dos valoraciones. No se hallaron diferencias significativas en la duración en ninguna
de las cargas.
5.4.1.4.3. Tiempo total respiratorio (Ttot)
Se observó un aumento del tiempo total de ciclo respiratorio tras el entrenamiento en
todas las cargas, siendo este aumento estadísticamente significativo en las cargas de
100 y 300 gramos.
En resumen, se observó un cambio en el patrón respiratorio tras el EMR consistente
en una menor frecuencia respiratoria y una mayor duración del ciclo respiratorio.
5.4.1.5. Índice presión-tiempo modificado
El incremento del índice presión-tiempo fue lineal respecto al incremento de las cargas
durante la prueba de CMT en todos los casos y en ambas valoraciones, como era
esperable. En la valoración post-entrenamiento, se observó una disminución
estadísticamente significativa de dicho índice en las cargas de 100, 200, 300, 400, 450
y 500 gramos (ver figura 11 y tabla 19). Dado que el índice presión-tiempo depende de
la proporción de Ti/ Ttot en cada carga, se deduce a partir de los valores observados
en el patrón respiratorio que la disminución del índice se debe en gran medida al
aumento de la duración de la respiración (Ttot), ya que el tiempo inspiratorio se
mantiene prácticamente invariable.
87
5.4.1.6. Actividad muscular respiratoria durante la prueba de CMT
La actividad muscular respiratoria (AMR) aumentó de forma progresiva y lineal con
cada carga de CMT en ambas valoraciones. Se observó una disminución
estadísticamente significativa de la AMR tras el EMR durante las cargas de 100, 200,
300, 400 y 500 gramos. Ver figura 12 y tabla 20.
5.4.1.7. Disnea durante la prueba de CMT
La disnea mostró un incremento progresivo y lineal en relación con la carga impuesta
en ambas valoraciones. Se observó una menor sensación disneica a una misma carga
durante la prueba de CMT tras el entrenamiento. Esta diferencia fue estadísticamente
significativa durante las cargas de 100, 200, 300, 400 gramos y 500 gramos. Ver figura
13 y tabla 21.
Adicionalmente se interrogó a los deportistas sobre la disnea durante un ejercicio
extenuante de su rutina de entrenamiento. Un 45% de los deportistas (5 de 11) refirió
mejoría de la disnea durante el ejercicio al finalizar el entrenamiento muscular
inspiratorio.
5.4.2. Función muscular periférica
Al comparar la fuerza muscular en manos antes y después del EMR, no se observaron
diferencias significativas (ver figura 14 y tabla 22). En un caso no se pudo realizar la
primera medición por dificultades técnicas, y en 2 casos no se dispone de valores de
referencia ya que no existen valores de referencia para los menores de 20 años.
5.4.3. Capacidad aeróbica general
Los datos se resumen en la tabla 23 y las figuras 15, 16 y 17.
5.4.3.1. Consumo de oxígeno máximo
El VO2max en la valoración previa al entrenamiento fue de 64.4 (60.3; 71.2) ml/kg.min
y de 64.35 (59.4; 68) ml/kg.min en la valoración post-entrenamiento. No hubo
diferencias significativas.
5.4.3.2. Ventilación minuto máxima
El VEmax en la valoración previa al entrenamiento fue de 151.7 (126.6; 181.2) L/min y
de 145.9 (115.3; 158.7) L/min en la valoración post-entrenamiento. No hubo
diferencias significativas.
5.4.3.3. Trabajo máximo tolerado
88
El Wmax tolerado previo al entrenamiento fue de 329(284.7; 364.5) Watt y de
290(269.5; 360) Watt en la valoración post-entrenamiento. No hubo diferencias
significativas.
5.4.4. Marcadores de daño muscular
No se pudo realizar la medición de marcadores de daño muscular en la valoración
post-entrenamiento por problemas técnicos. Se analizan los cambios entre los valores
pre y post-CMT de la primera valoración. Ver tabla 24 y figura 18.
• CK: En la medición pre-CMT fue de 202(134; 277), y de 176(139; 227) mg/dl en la
medición post-CMT. Existió un aumento significativo tras la prueba de CMT
(p<0.05)
• GOT: En la medición pre-CMT fue de 20(17; 24) mg/dl, y de 24(18; 25.6) mg/dl en
la medición post-CMT. Existió un aumento significativo tras la prueba de CMT
(p<0.05).
• LDH: En la medición pre-CMT fue de 322(301; 345) mg/dl, y de 323(305.2; 341.7)
mg/dl en la medición post-CMT. No se observaron diferencias estadísticamente
significativas.
En resumen, se observaron unos niveles basales elevados de CK y normales en el
resto de marcadores de daño muscular. En el caso de CK y GOT se observó además
una elevación estadísticamente significativa tras la prueba de CMT (p<0.05).
5.4.5. Marcadores de inflamación sistémica: Tanto en el análisis pre como post-
EMR, se comparan los valores pre y post-CMT. Se incluyeron 13 individuos en el
análisis pre-training y 9 individuos en el análisis post-training. Los valores se resumen
en la tabla 25 y las figuras 19 y 20.
- Situación basal (pre-entrenamiento).
• IL-10: Los valores estuvieron dentro del rango de normalidad excepto en un
individuo. No se observaron diferencias significativas entre los valores pre-CMT y
post-CMT.
• IL-6: Los valores estuvieron dentro del límite bajo de la normalidad. No se
observaron diferencias significativas.
• RANTES: Los valores estuvieron aumentados en todos los casos. No se
observaron diferencias significativas.
• TNF-αααα: Los valores observados estuvieron aumentados en todos los casos. No se
observaron diferencias significativas.
89
• IL-1ββββ: Los valores estuvieron aumentados en todos los casos. No se observaron
diferencias significativas.
• Receptor soluble I TNF: El valor observado estuvo dentro de la normalidad. No se
observaron diferencias significativas.
• Receptor soluble II TNF-αααα: Los valores observados estuvieron dentro de la
normalidad. No se observaron diferencias significativas.
• IGF-I: Los valores observados estuvieron por encima de la normalidad. No se
observaron diferencias significativas.
• IL-1ra: Los valores observados estuvieron dentro de la normalidad. No se
observaron diferencias significativas.
• PCR: Los valores observados estuvieron dentro de la normalidad. No se
observaron diferencias significativas. .
- Cambios con el entrenamiento inspiratorio.
No se pudo realizar medición de PCR en la cita post-training por dificultades técnicas.
• IL-10: Los valores estuvieron dentro del rango de normalidad excepto en un
individuo. No se observaron diferencias significativas entre los valores pre-CMT y
post-CMT.
• IL-6: Los valores estuvieron dentro del límite bajo de la normalidad. Se observó un
descenso en la valoración post-CMT que alcanzó la significancia estadística (p<
0.05).
• RANTES: Los valores estuvieron aumentados en todos los casos. Se observó un
aumento en la valoración post-CMT que alcanzó la significancia estadística (p<
0.01).
• TNF-αααα: Los valores observados estuvieron aumentados en todos los casos. No se
observaron diferencias significativas.
• IL-1ββββ: Los valores estuvieron aumentados en todos los casos. No se observaron
diferencias significativas.
• Receptor soluble I TNF-αααα: El valor observado estuvo dentro de la normalidad. No
se observaron diferencias significativas.
• Receptor soluble II TNF-αααα: Los valores observados estuvieron dentro de la
normalidad. No se observaron diferencias significativas.
• IGF-I: Sólo se pudo realizar la medición de esta citoquina en un individuo en la
medición pre-CMT, y en dos individuos en la medición post-CMT por problemas
logísticos. Por lo tanto no se pudo calcular la desviación estándar de la medición
pre-CMT ni la existencia de diferencias estadísticas.
• IL-1ra: Los valores observados estuvieron dentro de la normalidad. Se observó un
aumento en la valoración post-CMT que no alcanzó la significancia estadística.
90
En resumen, se observaron unos niveles elevados de RANTES, TNF-α, IL-1β y IGF-I,
estando el resto de citoquinas dentro de la normalidad. Sólo se observaron diferencias
significativas en el caso de RANTES y IL-6 en la valoración post-EMR (p< 0.05).
5.5. Análisis de correlaciones
Inicialmente se analizó la relación entre la fuerza inspiratoria y el resto de las variables.
Se analizó la variable PImax pre-entrenamiento en relación al tipo de deporte, edad,
IMC, capacidad aeróbica máxima, CMT pre-entrenamiento, PEmax pre-entrenamiento,
y dinamometría de EESS de cara a detectar variables que pudieran influir en una
debilidad basal de los deportistas. Se analizó también la variable aumento de PImax
(∆PImax), definida como la resta entre la PImax post-EMI y la PImax pre-EMI, en
relación a varios factores; concretamente se analizó su relación con el tipo de deporte,
el valor de PImax previo al entrenamiento, la edad, el IMC, la capacidad aeróbica
máxima, y el cambio en el nivel de CMT (∆CMT). Este segundo análisis se realizó de
cara a detectar variables que pudieran influir en una mayor respuesta al
entrenamiento.
Se analizó la relación entre la resistencia inspiratoria y el resto de las variables.
Concretamente, se analizó la relación entre la variable CMT en cmH2O en relación al
tipo de deporte, edad, IMC, la capacidad aeróbica máxima, PEmax pre-entrenamiento,
y dinamometría de EESS. También se analizó la variable aumento de la CMT (∆CMT),
definida como la resta entre la CMT post-EMI y la CMT pre-EMI, en relación al tipo de
deporte, la edad, el IMC, la capacidad aeróbica máxima, y la CMT previa al
entrenamiento.
En resumen, se analizaron múltiples factores que pudieron influir en la fuerza y/o
resistencia muscular inspiratoria en los deportistas, y su cambio con el entrenamiento.
5.5.1. Correlaciones entre PImax pre-entrenamiento y resto de parámetros
En este análisis se incluyen los 19 deportistas incluidos inicialmente en el estudio.
5.5.1.1 Relación entre PImax pre-entrenamiento y tipo de deporte
La PImax inicial fue de 103(82; 127) en el subgrupo de fondistas, de 139(138; 140) en
el subgrupo de marchistas y de 142(133; 166.5) en el subgrupo de ciclistas. No hubo
diferencias significativas entre los subgrupos (p=0.66 entre el grupo de fondistas y
marchistas; p=0.25 entre fondistas y ciclistas; p= 0.80 entre marchistas y ciclistas). Ver
figura 21.
5.5.1.2. Relación entre PImax pre-entrenamiento y edad
91
No se observó una relación estadísticamente significativa entre estos dos parámetros
(p=0.44). El coeficiente de Spearman fue de 0.18. Ver figura 22.
5.5.1.3. Relación entre PImax pre-entrenamiento y IMC
No se observó una relación estadísticamente significativa entre estas dos variables.
(p=0.05). El coeficiente de Spearman fue de 0.45. Ver figura 23.
5.5.1.4. Relación entre PImax pre-entrenamiento y capacidad aeróbica
No se observó una relación estadísticamente significativa entre la PImax pre-
entrenamiento y el VO2max, el VEmax o el Wmax (p=0.09, p=0.43 y p=0.38
respectivamente). El coeficiente de Spearman fue de -0.42, 0.20 y 0.22
respectivamente. Ver figuras 24, 25 y 26.
5.5.1.5. Relación entre PImax pre-entrenamiento y CMT
Se observó una relación estadísticamente significativa entre PImax pre-entrenamiento
y CMT (p=0.001). El coeficiente de Spearman fue de 0.69. Ver figura 27.
5.5.1.6. Relación entre PImax pre-entrenamiento y PEmax
Se observó una relación estadísticamente significativa entre PImax pre-entrenamiento
y PEmax (p=0.03). El coeficiente de Spearman fue de 0.49. Ver figura 28.
5.5.1.7. Relación entre PImax pre-entrenamiento y dinamometría de ESD
Se observó una relación estadísticamente significativa entre PImax pre-entrenamiento
y la dinamometría de ESD (p=0.02). El coeficiente de Spearman fue de 0.52. Ver
figura 29.
5.5.1.8. Relación entre PImax pre-entrenamiento y dinamometría de ESND
Se observó una relación estadísticamente significativa entre PImax pre-entrenamiento
y la dinamometría de ESND (p=0.01). El coeficiente de Spearman fue de 0.59. Ver
figura 30.
5.5.2. Correlaciones entre ∆PImax y resto de parámetros
En esta parte del análisis se incluyen los 11 deportistas incluidos en el análisis
longitudinal.
5.5.2.1. Relación entre ∆PImax y tipo de deporte
Se analizó la relación entre ∆PImax y el tipo de deporte. La ∆PImax fue de 25 (23.2;
32) en el subgrupo de fondistas, de 6(-3; 15) en el subgrupo de marchistas y de 4(2;
13.5) cm de H2O en el subgrupo de ciclistas. Se encontraron diferencias
92
estadísticamente significativas entre el subgrupo de fondistas y el resto de subgrupos,
ya que la ∆PImax fue mayor en este subgrupo (p=0.04 entre el grupo de fondistas y
marchistas; p= 0.01 entre fondistas y ciclistas; p= 0.98 entre marchistas y ciclistas).
Ver figura 29.
5.5.2.2. Relación entre ∆PImax y PImax pre-entrenamiento
Se observó una relación lineal estadísticamente significativa entre ∆PImax y PImax
pre-entrenamiento (p=0.03). El coeficiente de Spearman fue de -0.62. Ver figura 30.
5.5.2.3. Relación entre ∆PImax y edad
No se observó una relación estadísticamente significativa entre ∆PImax y la edad (p=
0.279). El coeficiente de Spearman fue de -0.35. Ver figura 31.
5.5.2.4. Relación entre ∆PImax e IMC
No se observó una relación estadísticamente significativa entre ∆PImax y el IMC (p=
0.170). El coeficiente de Spearman fue de -0.44. Ver figura 32.
5.5.2.5. Relación entre ∆PImax y capacidad aeróbica
No se observó una relación estadísticamente significativa entre ∆PImax y VO2max,
VEmax o Wmax (p= 0.291, p= 0.960 y p= 0.868 respectivamente). El coeficiente de
Spearman fue de 0.29, -0.01 y 0.06 respectivamente. Ver figuras 33, 34 y 35.
5.5.2.6. Relación entre ∆PImax y ∆CMT
No se observó una relación estadísticamente significativa entre ∆PImax y ∆CMT (p=
0.375). El coeficiente de Spearman fue de -0.29. Ver figura 36.
5.5.3. Relación entre CMT pre-entrenamiento y resto de parámetros
En este análisis se incluyen los 19 deportistas incluidos inicialmente en el estudio.
5.5.3.1. Relación entre CMT pre-entrenamiento y tipo de deporte
La CMT fue de 105(89; 14) en el subgrupo de fondistas, de 109(81; 125) en el
subgrupo de marchistas y de 113(103; 127) cmH2O en el subgrupo de ciclistas. No se
observaron diferencias significativas entre los subgrupos (p= 0.88 entre fondistas y
marchistas; p= 0.96 entre fondistas y ciclistas; p= 0.76 entre marchistas y ciclistas).
Ver figura 37.
5.5.3.2. Relación entre CMT pre-entrenamiento y edad
No se observó una relación estadísticamente significativa entre estos dos parámetros
(p= 0.45). El coeficiente de Spearman fue de -0.18. Ver figura 38.
93
5.5.3.3. Relación entre CMT pre-entrenamiento y IMC
No se observó una relación estadísticamente significativa entre estos dos parámetros
(p= 0.32). El coeficiente de Spearman fue de 0.24. Ver figura 39.
5.5.3.4. Relación entre CMT pre-entrenamiento y capacidad aeróbica
No se observó una relación estadísticamente significativa entre la CMT pre-
entrenamiento y el VO2max o el Wmax (p=0.37 y p=0.31 respectivamente). En el caso
de la VEmax sí se observó una relación estadísticamente significativa (p= 0.04). El
coeficiente de Spearman fue de -0.23, 0.49 y 0.25 para el VO2max, VEmax y Wmax
respectivamente. Ver figuras 40, 41 y 42.
5.5.3.5. Relación entre CMT pre-entrenamiento y PEmax
No se observó una relación estadísticamente significativa entre estos dos parámetros
(p= 0.10). El coeficiente de Spearman fue de 0.38. Ver figura 43.
5.5.3.6. Relación entre CMT pre-entrenamiento y ESD
Se observó una relación estadísticamente significativa entre estos dos parámetros (p=
0.03). El coeficiente de Spearman fue de 0.50. Ver figura 44.
5.5.3.7. Relación entre CMT pre-entrenamiento y ESND
No se observó una relación estadísticamente significativa entre estos dos parámetros
(p= 0.11). El coeficiente de Spearman fue de 0.38. Ver figura 45.
5.5.4. Relación entre ∆CMT y resto de parámetros
En esta parte del análisis se incluyen los 11 deportistas incluidos en el análisis
longitudinal.
5.5.4.1. Relación entre ∆CMT y tipo de deporte
La ∆CMT fue de 14(8; 22.2) en el subgrupo de fondistas, de 18(15; 21) en el subgrupo
de marchistas y de 17(14.5; 29.5) cmH2O en el subgrupo de ciclistas. No se
observaron diferencias significativas entre los subgrupos (p= 0.90 entre fondistas y
marchistas; p= 0.55 entre fondistas y ciclistas; p= 0.91 entre marchistas y ciclistas).
Ver figura 46.
5.5.4.2. Relación entre ∆CMT y edad
No se observó una relación estadísticamente significativa entre estos dos parámetros
(p= 0.20). El coeficiente de Spearman fue de 0.20. Ver figura 47.
94
5.5.4.3. Relación entre ∆CMT e IMC
No se observó una relación estadísticamente significativa entre estos dos parámetros
(p= 0.41). El coeficiente de Spearman fue de 0.27. Ver figura 48.
5.5.4.4. Relación entre ∆CMT y capacidad aeróbica
No se observó una relación estadísticamente significativa entre la CMT pre-
entrenamiento y el VO2max, el VEmax o el Wmax (p=0.82, p=0.97, y p=0.34
respectivamente). El coeficiente de Spearman fue de 0.07, 0.01 y 0.33
respectivamente. Ver figuras 49, 50 y 51.
5.5.4.5. Relación entre ∆CMT y CMT previa al entrenamiento
No se observó una relación estadísticamente significativa entre estos dos parámetros,
aunque estuvo cercano a la significancia estadística (p= 0.050). El coeficiente de
Spearman fue de -0.60. Ver figura 52.
En resumen, se observó una relación entre el tipo de deporte y la fuerza de músculos
inspiratorios; en concreto, se detectó una PImax basal menor en el subgrupo de
fondistas respecto al resto de subgrupos, aunque esta diferencia no alcanzó la
significancia estadística. Asimismo, también se observó que fue este mismo subgrupo
de individuos el que más mejoró tras el entrenamiento muscular respiratorio. También
se observó una relación entre el nivel de PImax previo al entrenamiento y el nivel de
CMT, PEmax y dinamometría de EESS previo; No se observó ningún patrón concreto
en el caso de la resistencia de músculos inspiratorios; aunque sí se observó relación
entre el nivel de CMT previo al entrenamiento y la fuerza de ESD y VEmax.
95
Discusión
96
DISCUSIÓN
El presente estudio fue diseñado con el objetivo de evaluar el impacto funcional del
entrenamiento de los músculos inspiratorios sobre variables fisiológicas generales
(ejercicio sistémico) y específicas (función pulmonar y muscular respiratoria) en
deportistas de élite. Adicionalmente, el estudio incluyó la determinación del estado
inflamatorio sistémico y del daño muscular respiratorio en dichos deportistas. A
continuación, se discuten estas evidencias y sus potenciales implicaciones prácticas.
En primer lugar, nuestro estudio confirma que el entrenamiento muscular
inspiratorio es seguro. Nos parece relevante que el entrenamiento se haya mostrado
seguro a pesar de haber definido un esquema de carga externa muy elevada,
equivalente al inicio del entrenamiento a un 75% de la mayor PImax de cada
voluntario. Además, la carga se incrementó de forma progresiva durante el período de
entrenamiento, alcanzando hasta un 115% de la PImax. Este tipo de entrenamiento se
conoce en inglés como “heavy duty training”143, y en nuestro entorno como
“entrenamiento de resistencia a la fuerza”, aunque posiblemente éste sea un término
que se preste a confusiones. Por esta razón, nuestro grupo se ha habituado a llamarlo
“entrenamiento de carga máxima”. Al margen de las especificaciones de
nomenclatura, nuestros resultados demostraron la ausencia de complicaciones como
dolor torácico, disnea, fatiga, neumotórax, hemoptisis, lipotimia, síncope o deterioro de
su rendimiento físico general.
En segundo lugar, nuestro estudio muestra que el grupo de deportistas
incluidos en el estudio presenta en su mayoría unos niveles de fuerza muscular
respiratoria (tanto inspiratoria como espiratoria) dentro del rango de la normalidad. Al
comparar en el análisis transversal los deportistas con el grupo de sedentarios sanos,
los valores medios de las variables de fuerza y resistencia fueron mayores y
alcanzaron la significancia estadística en el grupo de deportistas. Esto indica que el
entrenamiento general aumenta la fuerza y la resistencia de los músculos
respiratorios, probablemente en relación a un efecto entrenamiento por la sobrecarga
ventilatoria del esfuerzo. Este hallazgo es coherente con los resultados de algunos
estudios previos144. Sin embargo, es sorprendente que un subgrupo de deportistas
presentaron unos valores por debajo de la normalidad en las variables de fuerza y
resistencia musculares inspiratorias (2 de 11 deportistas presentó unos niveles de
PImax por debajo del 80% ref., y 4 de 11 unos niveles de PEmax por debajo del 80%
97
ref. según Morales). Esta debilidad muscular tuvo un carácter general, pues los
individuos que mostraron debilidad de la musculatura respiratoria también mostraron
menor fuerza muscular periférica (i.e., fuerza de las manos). A partir del análisis de
correlaciones, se detectó una fuerza menor en el subgrupo de deportistas fondistas,
aunque no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre este grupo y
el resto de subgrupos. Aun así, parece existir una asociación entre debilidad y tipo de
deporte, ya que los 2 individuos con unos niveles de PImax y PEmax por debajo del
80% de referencia eran fondistas. Creemos que esta observación podría explicarse en
parte por la adaptación muscular a un deporte de extrema resistencia, como es el
atletismo de fondo. Se sabe que la proporción entre fibras musculares rápidas y lentas
viene determinada genéticamente, aunque el entrenamiento puede modificar en parte
esta proporción. Esto hace que sea difícil saber si un deportista es bueno en un
deporte dado por el efecto entrenamiento o por selección genética. En el caso de los
deportes de resistencia pura, la adaptación de las fibras musculares hacia un
patrón de resistencia (fibras tipo I) podría ir en detrimento de la fuerza máxima (fibras
tipo II). En el caso del atletismo de fondo, podrían tratarse de individuos con un
predominio genético de fibras tipo I (resistencia), lo que los capacitaría para este tipo
de deporte. Esta última posibilidad es difícil de comprobar en nuestro estudio por la
falta de biopsias musculares previas al entrenamiento, aunque existen indicios de que
existe una predisposición genética favorable en los atletas de élite de
resistencia145,146,147,148. En la práctica deportiva se da una mezcla de los dos factores:
la selección genética y la adaptación muscular al entrenamiento de resistencia. Es
complejo dilucidar la razón por la que no se observa debilidad muscular en el resto de
deportes evaluados (ciclismo o atletismo general); postulamos que estos deportes
puede existir una mayor carga total e inducir un mayor “efecto entrenamiento” de los
músculos respiratorios, o bien representar un subgrupo con una selección genética de
los individuos. A esto habría que añadir las especiales características del deporte de
marcha, ya que en este deporte se realiza un acompañamiento de brazos importante,
que podría reforzar la musculatura de las extremidades superiores y de los músculos
accesorios de la respiración. Adicionalmente, es posible relacionar la debilidad
muscular observada en un subgrupo de atletas con el estado inflamatorio basal de
éstos del que hablaremos en el punto octavo. Sin embargo, queda por explicar por qué
esta inflamación basal afecta tan sólo un subgrupo de deportistas. Dado que esta
observación está basada en una muestra relativamente escasa, probablemente serán
necesarios más estudios con una población amplia de deportistas para poder extraer
conclusiones definitivas.
98
En tercer lugar, el entrenamiento de los músculos inspiratorios produce
mejoría funcional de los mismos en deportistas de élite. Específicamente, los
músculos inspiratorios muestran (a) incremento de la fuerza, definida por PImax, (b)
incremento de la resistencia ante cargas máximas, definida por CMT y el índice
CMT/PImax, (c) incremento de la reserva ante la fatiga, definida por el índice Ptii, (d)
mejor eficiencia mecánica (definida por menor FR y menor AMR a una misma carga),
y, por deducción, (e) menor costo metabólico inspiratorio. Todos estos hallazgos
traducen un efecto entrenamiento sobre los músculos entrenados. El estudio, además,
confirma que este efecto es específico pues no evidenciamos un efecto de
transferencia sobre la fuerza de los músculos espiratorios ni periféricos. Son varios los
mecanismos que pueden estar implicados en esta mejoría. Se sabe que el
entrenamiento de resistencia produce un aumento en la densidad capilar del músculo,
del número de mitocondrias y por consiguiente del número de enzimas implicadas en
el metabolismo oxidativo149. El entrenamiento de fuerza, en cambio, aumenta la
síntesis de proteínas contráctiles en el músculo. Estos mecanismos adaptativos tienen
como fin aumentar la capacidad funcional del músculo. Para que estos cambios
tengan lugar, debe existir una sobrecarga suficiente sobre los músculos implicados
que provoque la adaptación estructural150. En nuestro caso, hemos aplicado un
protocolo de entrenamiento que mezcla las características del entrenamiento de fuerza
con el de resistencia (alternancia de series de alta intensidad y baja duración con
series de baja intensidad y larga duración). Estudios previos han mostrado que el
entrenamiento mixto de fuerza y resistencia provoca un aumento de la fuerza mayor
que el entrenamiento de resistencia aislado151.152. A la vista de los resultados de
nuestro estudio, parece que nuestro protocolo de entrenamiento ha provocado
aumento tanto de los parámetros de fuerza como de resistencia y reserva ante la
fatiga, lo que es congruente con el modelo de entrenamiento aplicado. Creemos que
este esquema modelo de entrenamiento debería tenerse en cuenta en estudios
posteriores, ya que la mayoría de estudios hasta la fecha no aplican un modelo de
entrenamiento mixto, sino de fuerza o resistencia aislados.
En cuarto lugar, nuestro estudio identificó un grupo de factores predictores
de la mejoría funcional con el entrenamiento inspiratorio. Se observó una relación
lineal y significativa entre el incremento de la PImax tras el entrenamiento y la fuerza
muscular inspiratoria inicial (PImax basal). En otras palabras, los individuos con mayor
respuesta al entrenamiento fueron aquellos que mostraban menor fuerza basal. Esta
observación indica que existe un subgrupo de deportistas con debilidad relativa de
músculos respiratorios, y que este subgrupo es más susceptible a mejorar tras el
99
entrenamiento muscular respiratorio. Dado que se trata de individuos sanos,
deportistas y de alto nivel de entrenamiento deportivo, no es biológicamente plausible
considerar que este subgrupo de voluntarios tenga decondicionados sus músculos
respiratorios. Sin embargo, en términos de resistencia, no pudimos identificar un
estereotipo concreto relacionado con la respuesta al entrenamiento. De hecho, no se
observó relación entre la mejoría de CMT y ninguna de las variables evaluadas. El
100% de los deportistas mostraron incrementos de la CMT sin poder definir un patrón
determinado. Además, se observó una relación entre las variables PImax y CMT pre-
entrenamiento lo cual se explicaría por el hecho de que no existe ninguna prueba
muscular de resistencia pura; la prueba de CMT no es una excepción, ya que evalúa la
resistencia pero incluye también la fuerza muscular respiratoria necesaria para
levantar las pesas en cada escalón. Es lógico por lo tanto que se observe una relación
entre estas dos variables, reflejando que los más débiles inicialmente también eran los
que tenían más dificultad en la prueba de CMT.
En quinto lugar, nuestro estudio permitió identificar valores elevados de
enzimas musculares (CK basal) en 12 de 19 (63%) de los deportistas de élite
incluidos en el estudio. La LDH y GOT basales estuvieron incrementadas en un único
individuo. Se ha documentado un incremento “crónico” de CK, GOT o LDH en
deportistas que siguen un programa de entrenamiento intenso y prolongado69.
Nuestros deportistas estaban todos ellos en la fase de entrenamiento previo a sus
correspondientes competiciones deportivas, por lo que era esperable observar una
elevación de dichos enzimas por el esfuerzo del entrenamiento. Nuestros datos son
por lo tanto coherentes con una población de deportistas de élite que siguen un
entrenamiento diario.
En sexto lugar, uno de los puntos más novedosos de nuestro estudio es la
evidencia de que los músculos inspiratorios de los deportistas son susceptibles al
daño celular de los músculos inspiratorios (diafragma y accesorios), incluso tras
una sola sesión de ejercicio muscular inspiratorio. Se observó un incremento de todas
las enzimas musculares evaluadas tras la prueba de CMT. Dicha diferencia alcanzó la
significancia estadística en los valores de CK y GOT. Al inicio de la prueba de CMT se
moviliza una masa muscular relativamente escasa. Sin embargo, a medida que
avanza la prueba, se recluta musculatura accesoria (escaleno, recto abdominal, etc.) y
la contracción muscular se realiza de forma más intensa, hasta alcanzar un punto
crítico. Esto refuerza el hecho de que durante la prueba los deportistas realizaron un
esfuerzo máximo. Un punto de potencial interés sería analizar la curva temporal
100
individual para cada una de estas enzimas, pero en este grupo de voluntarios fue
imposible desde el punto de vista logístico obtener muestras sanguíneas múltiples. A
pesar de lo anterior, creemos que nuestros resultados muestran que los deportistas de
élite son susceptibles al daño muscular respiratorio agudo por ejercicio.
El daño muscular que se observa tras el ejercicio tiene una relación directa con la
magnitud de la carga durante la contracción concéntrica. El daño muscular es más
acusado cuando se produce una elongación del músculo en contracción. Sin embargo,
también el estrés metabólico (balance reducción-oxidación), la hipoperfusión durante
la contracción, la liberación de calcio y los mecanismos de restauración del potencial
de acción son críticos y participan en la aparición de señales de daño muscular. Un
concepto propuesto por nuestro grupo es que los aspectos morfológicos como la
permeabilización del sarcolema (definido como daño de membrana), la pérdida de
continuidad de las miofibrillas (definido como daño de sarcómeras), y la vacualización
de mitocondrias (definido como daño mitocondrial), no son necesariamente
perjudiciales, sino que pueden representar señales gatillo (trigger) para que se inicien
los procesos de adaptación ante las cargas impuestas. Tras el daño muscular se
liberan citoquinas que intervienen en el proceso de reparación del tejido. Es en este
proceso de reparación cuando se inicia el proceso de replicación de las células
satélites del músculo, sustituyendo a las células musculares dañadas, así como
procesos de revascularización y reinervación. Todo ello lleva a la reparación e
hipertrofia muscular secundarios al ejercicio. Por lo tanto, nuestro estudio sugiere que
el daño muscular es un proceso común y, probablemente, esencial para que se
produzca la adaptación de los músculos respiratorios ante el ejercicio específico.
En séptimo lugar, a pesar de que existen estudios previos que han evaluado
el efecto del ejercicio sobre mediadores inflamatorios80 , nuestro estudio es el
primero que ha evaluado los cambios en las moléculas RANTES (Regulated upon
Activation Normal T-cell Expressed and Secreted) y IL-1ra (antagonista del receptor de
IL-1) en relación con el ejercicio. Estas moléculas pertenecen a la familia de las β-
citoquinas, cuya síntesis se induce por el TNF-α. La acción más conocida de RANTES
es, por una parte, la quimiotaxia de neutrófilos y basófilos hacia focos inflamatorios de
diversos tipos, y por otra parte, la activación de eosinófilos y basófilos. Si bien estas
relaciones se han identificado importantes en algunas enfermedades crónicas
inflamatorias (p.ej., artritis reumatoide), desconocemos de estudios que hayan
identificado un papel potencial de estas moléculas en el daño respiratorio agudo ni los
procesos de reparación ligados y responsables del efecto entrenamiento. Por otra
parte, IL-1ra es una molécula que se une al receptor de IL-1, bloqueando la
101
transcripción de ésta. Dado que IL-1 tiene una acción principalmente pro-inflamatoria,
la IL-1ra es anti-inflamatoria, ya que bloquea la acción de ésta. Pensamos que el
análisis de estas citoquinas en relación al entrenamiento complementa estudios
anteriores, pudiendo ayudar a conocer mejor la respuesta inflamación-reparación
muscular post-ejercicio. Estas evidencias nos permiten postular una eventual
intervención terapéutica sobre el daño muscular y el entrenamiento a través de la
manipulación farmacológica de las vías moleculares de estas β-citoquinas. Sin
embargo, a tenor de nuestros estudios más recientes153 no podemos definir si esta
intervención sería beneficiosa o en cambio perjudicial153.
En octavo lugar, nuestro estudio analizó el “equilibrio inflamatorio/anti-
inflamatorio” en los deportistas, evaluado como el balance de un total de diez
mediadores, tanto pro-inflamatorios como anti-inflamatorios. Nuestros resultados
muestran que existe un estado inflamatorio basal en nuestro grupo de deportistas. Se
observaron unos niveles basales elevados de RANTES, TNF-αααα, IL-1ββββ y IGF-I. Todas
estas citoquinas tienen funciones proinflamatorias. El resto de citoquinas analizadas
estuvieron dentro del rango de la normalidad. RANTES es una citoquina
proinflamatoria, ya que es quimiotáctica para células T, eosinófilos y leucocitos.
También es capaz de activar a los eosinófilos y la secreción por parte de éstos de la
proteína catiónica eosinófila. TNF-α tiene múltiples funciones; entre ellas, es un
potente activador de los neutrófilos y es capaz de alterar las propiedades de las
células endoteliales vasculares, promoviendo los fenómenos de trombosis vascular. IL-
1β estimula las células T, e induce la síntesis de citoquinas por éstas. También actúa
directamente sobre las células B, promoviendo su proliferación y la síntesis de
inmunoglobulinas. Es capaz de promover la adhesión de neutrófilos, monocitos,
células T y B, y es quimiotáctica para los neutrófilos, atrayéndolos al lugar del daño.
IGF-I no es en sí una citoquina, sino que es un factor de crecimiento que aumenta en
determinadas circunstancias, como tras un daño muscular. El principal estímulo de la
síntesis de IGF-I es la hormona del crecimiento (GH), y su principal función es
estimular el crecimiento y la división celulares. Existen estudios previos que muestran
una elevación de los niveles de IGF-I en deportistas de élite, como mecanismo
adaptativo al entrenamiento persistente154. Pensamos, por lo tanto, que los niveles de
citoquinas en nuestro grupo de deportistas muestran un estado proinflamatorio en
coexistencia con señales de anabolia muscular. El diseño del estudio no nos
permitió analizar el curso temporal de las moléculas inflamatorias seleccionadas tras
una sesión rutinaria de entrenamiento físico general en los atletas. Sin embargo, dado
102
que se trata de deportistas de élite que entrenan a diario para competiciones de alto
nivel, es de suponer que dicho entrenamiento provoque un daño muscular con la
consiguiente reacción de reparación muscular. Este ciclo continuo de daño/reparación
podría explicar nuestros hallazgos, ya que el daño muscular provocaría un estado
proinflamatorio local y sistémico. Sin embargo, debemos resaltar que nuestros
resultados no analizan los niveles de mediadores inflamatorios y el balance anabólico-
catabólico tras unas sesiones rutinarias de entrenamiento físico general en estos
pacientes, ya que la variable entrenamiento no se controló con rigor previamente a
nuestra intervención. Asimismo, es importante resaltar el hecho de que se observó un
estado inflamatorio basal en los deportistas, ya que es posible relacionar la debilidad
muscular respiratoria detectada en un subgrupo de deportistas con dicho estado
inflamatorio basal, como se comenta en el segundo punto. Probablemente harán falta
más estudios para dilucidar la importancia de nuestro hallazgo.
En noveno lugar, se detectaron cambios en las moléculas RANTES y IL-6
tras la prueba de CMT en la medición post-entrenamiento. Concretamente, se detectó
un aumento de RANTES y un ligero descenso de IL-6 tras la prueba de CMT. El
aumento de RANTES puede estar en relación a una reacción proinflamatoria por el
daño muscular post-CMT. RANTES es quimiotáctica para células T, eosinófilos y
leucocitos. También es capaz de activar a los eosinófilos y la secreción por parte de
éstos de la proteína catiónica eosinófila. Probablemente esta citoquina, al activar la
inflamación muscular de forma local, contribuye al daño muscular post-ejercicio,
iniciando de esta manera el proceso que conduce al entrenamiento muscular. Por otra
parte, la citoquina IL-6 también tiene una acción principalmente proinflamatoria.
Concretamente, es uno de los mediadores de la reacción de fase aguda. Estimula la
diferenciación de los linfocitos B hacia células plasmáticas capaces de secretar
inmunoglobulinas, y la diferenciación de los linfocitos T en células citotóxicas. Su
descenso post-CMT traduce un descenso del nivel de inflamación post-ejercicio. En
conjunto, creemos que el efecto global es proinflamatorio, ya que el aumento de
RANTES es cuantitativamente más importante que el ligero descenso de IL-6. Esto es
coherente con estudios previos que indican que el ejercicio produce una reacción
inflamatoria aguda80,81,82. Sin embargo, hay que resaltar que no se detectaron cambios
en ningún mediador inflamatorio tras la prueba de CMT en la medición
preentrenamiento. Es posible que sólo se encuentren diferencias en la valoración post-
entrenamiento al ser mayor la carga tolerada y por lo tanto el esfuerzo realizado.
Harán falta más estudios para determinar la importancia de esta observación, con un
mayor número de individuos y con determinaciones seriadas de enzimas sanguíneas.
103
En décimo lugar, se analizó el impacto del entrenamiento del diafragma y
demás músculos inspiratorios sobre la capacidad aeróbica máxima. Nuestro estudio
muestra que el VO2max no muestra cambios significativos, lo que coincide con la
mayoría de estudios previos126. Tampoco se detectaron cambios en la ventilación
máxima (VEmax) ni en la carga máxima tolerada (Wmax) en la prueba de
cicloergometría. Esto indica que el entrenamiento muscular respiratorio es capaz de
mejorar la fuerza y la resistencia de dichos músculos sin afectar la capacidad aeróbica
general (pico o máxima). Una limitación de nuestro protocolo de evaluación es, sin
embargo, que no se valoró la capacidad aeróbica ante pruebas submáximas. Los
valores de VO2max dependen principalmente del gasto cardíaco y de la captación de
oxígeno por parte del músculo: cuanto mayor sea la masa muscular reclutada durante
el ejercicio y su captación de oxígeno, mayor será el VO2max. Las modificaciones del
sistema respiratorio no contribuyen de manera significativa al incremento obtenido en
el VO2max con el entrenamiento. Es lógico esperar por lo tanto que los niveles de
VO2max no se modifiquen con el entrenamiento muscular respiratorio, dado que no es
un factor limitante en la práctica del VO2max.
En undécimo lugar, nuestro estudio demuestra la capacidad del entrenamiento
inspiratorio para disminuir la sensación de disnea durante el esfuerzo físico de los
deportistas. Los resultados son evidentes en todos los voluntarios que realizaron el
entrenamiento, en todas las cargas de la prueba de CMT, alcanzando la significancia
estadística en las cargas de 100, 200, 300, 400 y 500 gramos. Es probable que sólo se
alcance la significancia estadística en estas cargas porque son las que concentran
más individuos, aumentando así la potencia de la prueba. Además, se interrogó a
todos los deportistas al final del entrenamiento muscular respiratorio sobre cambios en
la percepción de la disnea durante un ejercicio extenuante de su práctica deportiva
habitual, habiendo un 45% de individuos que refirieron mejoría en la misma.
Funcionalmente, estos resultados reflejan una modificación beneficiosa de los
mecanismos neuropsicológicos y/o mecánicos relacionados con la disnea ante cargas
ventilatorias de moderada y alta intensidad. La sensación de disnea es subjetiva y
compleja, dependiendo de varios factores como el desequilibrio entre el esfuerzo
respiratorio y el volumen ventilatorio, la estimulación de mecanorreceptores o
quimiorreceptores, y la sensación de esfuerzo respiratorio. El desequilibrio entre el
esfuerzo ventilatorio y el volumen ventilatorio se da en situaciones como el cese
temporal de la respiración por el habla o la ingesta. En estas situaciones, persiste un
estímulo central de inspiración que no se realiza. En el caso de los quimiorreceptores,
104
éstos son capaces de estimularse en respuesta a la hipercapnia o hipoxemia. Los
mecanorreceptores, en cambio, se estimulan en respuesta a variaciones en el
volumen pulmonar. La sensación de esfuerzo respiratorio depende de la presión
producida por los músculos respiratorios y su capacidad máxima de generar presión, y
se incrementa en situaciones de debilidad de músculos respiratorios, aumento de la
ventilación o incremento de la carga muscular. Creemos que el descenso de la
sensación de disnea en nuestros deportistas está probablemente en relación con un
descenso de la sensación de esfuerzo respiratorio, concretamente como consecuencia
de la fuerza y resistencia muscular de los mismos. Creemos que este hallazgo es de
gran importancia, ya que podría condicionar una mejoría en el rendimiento de estos
atletas. Harán falta más estudios para dilucidar si este hallazgo puede influir en el
rendimiento deportivo.
Finalmente, debemos mencionar las Limitaciones prácticas y metodológicas del
presente estudio resumidas a continuación en seis puntos:
1.- La ausencia de evaluaciones no-voluntarias de la fuerza muscular, tales como la
estimulación transcraneal magnética o la estimulación frénica eléctrica o magnética.
En nuestro medio, no disponemos de los aparatos precisos para tales evaluaciones,
por lo que limitamos nuestro estudio a las evaluaciones voluntarias. Sin embargo, hay
que resaltar que no existen técnicas de evaluación no-voluntaria de la resistencia
muscular.
2.- Otra limitación es la ausencia de un análisis estructural a partir de biopsias
musculares. Sin embargo, la obtención de dichas biopsias es técnicamente difícil y
limitada desde el punto de vista logístico en este grupo de población de estudio. Todos
los deportistas que participaban en nuestro estudio eran deportistas de élite, que
participaban en las principales competiciones de su especialidad. La obtención de
biopsias musculares en este contexto es prácticamente imposible, por lo que nuestro
estudio se ha centrado en el análisis fisiológico (no invasivo) de la función muscular.
Por otro lado, la obtención de biopsias hubiera hecho difícil de interpretar los datos de
las citoquinas inflamatorias, ya que la misma reparación muscular producida por la
biopsia y los procesos de cicatrización podría modificar los niveles plasmáticos de
éstas. En conjunto, hemos considerado que la obtención de biopsias no era
imprescindible para la valoración funcional de los atletas, además de poder introducir
sesgos en la interpretación de los resultados.
105
3.- Otra limitación de la cual hay que hacer mención es la ausencia de extracciones de
sangre múltiples con el objeto de poder determinar la evolución en el tiempo de los
mediadores inflamatorios y moléculas antiinflamatorias evaluadas. En nuestro caso,
fue imposible desde un punto de vista logístico el realizar extracciones de sangre
repetidas en el tiempo, ya que los deportistas acudían a las evaluaciones durante un
periodo de tiempo limitado entre los entrenamientos.
4.- Otra limitación tiene que ver con la falta de una prueba sistémica a isocarga que
permitiera comparar los cambios en el rendimiento deportivo. En nuestro estudio
hemos utilizado una prueba de ejercicio máximo en cicloergómetro; esta prueba es útil
para valorar la capacidad aeróbica general, pero es relativamente poco eficaz para
valorar diferencias en el rendimiento deportivo. Este interrogante queda abierto para
que futuros estudios incluyan pruebas a isocarga para evaluar el resultado el
entrenamiento muscular respiratorio sobre el rendimiento deportivo, dadas las
implicaciones deportivas que se podrían derivar.
5.- Otra limitación sería el hecho de disponer de un número de deportistas
relativamente reducido (11 incluidos en el análisis final). El número de individuos
estuvo limitado por los compromisos deportivos de los deportistas y el tiempo
disponible por nuestro grupo para realizar el estudio. El análisis estadístico se realizó
por lo tanto mediante pruebas no paramétricas. Sin embargo, hemos hallado
diferencias significativas en varias variables. Sería preciso disponer de un grupo mayor
de deportistas para confirmar nuestros resultados, pero creemos que el hecho de
detectar diferencias con una muestra relativamente pequeña refleja la potencia
estadística del estudio y la relevancia clínica de los cambios.
6.- Otra limitación es el hecho de no disponer de un grupo control. En nuestro caso, el
tiempo de reclutamiento de voluntarios estaba limitado por las competiciones
deportivas, por lo que la muestra total final es relativamente reducida (11 individuos).
Sin embargo, esta limitación queda parcialmente solventada al incluir el grupo de
voluntarios sedentarios sanos como individuos de referencia.
106
Conclusiones
107
CONCLUSIONES
A partir de nuestros hallazgos, las conclusiones que podemos extraer son que:
1) El entrenamiento se ha mostrado seguro, inocuo respecto a complicaciones
potenciales y bien tolerado.
2) El entrenamiento habitual de los deportistas de élite produce mejoría de la función
muscular inspiratoria y espiratoria respecto a sanos no entrenados.
3) El estudio muestra además que los deportistas tienen preservada la capacidad
para mejorar la capacidad funcional de sus músculos inspiratorios si reciben
entrenamiento específico.
4) Sin embargo, se ha detectado un subgrupo de deportistas con una debilidad
relativa de músculos respiratorios. Probablemente esta observación esté en relación a
factores genéticos de selección y a la adaptación a un deporte de extrema resistencia.
Se observó que los deportistas que experimentaron mayor mejoría de la fuerza
muscular inspiratoria tras el EMI fueron los que presentaban mayor debilidad basal.
5) Respecto al daño muscular, se observó un aumento basal de los niveles de CK en
la mayoría de deportistas de élite en fase de entrenamiento, como ya se había
observado en estudios previos.
6) Se detectó asimismo un estado inflamatorio basal en nuestros deportistas, lo que
es congruente con un estado de daño/reparación muscular continuo inducido por el
entrenamiento. Al analizar un grupo de citoquinas mediadoras de la inflamación antes
y después de un esfuerzo inspiratorio máximo, no se observaron cambios en la
medición previa a la prueba de CMT, pero sí en la medición post-CMT en dos de ellas:
un aumento de RANTES y un descenso de IL-6. Esta observación puede estar en
relación con un efecto proinflamatorio por el daño muscular post-ejercicio.
7) Por lo que respecta a la capacidad aeróbica de los deportistas, ésta no se modificó
con el EMI, como ya se había observado en estudios previos. Sin embargo, no hemos
analizado la resistencia a cargas submáximas prolongadas, que podrían inducir fatiga
muscular respiratoria.
108
8) Es importante resaltar que el impacto del entrenamiento inspiratorio se evidenció
tanto en las esferas mecánicas, como neuropsicológicas (perceptuales de disnea).
Este impacto puede tener implicaciones relevantes ante competiciones de alta
intensidad y larga duración (p.ej., competición de ciclismo o maratón), con lo cual
podría incrementar la capacidad funcional global en el deportista de élite. Es posible
que las evaluaciones de fuerza (que solo generan presiones durante tres o cuatro
segundos) o las evaluaciones con pruebas incrementales artificiales (como la CMT,
que se pueden limitar en su escalón superior por fuerza) hayan sido insuficientes para
determinar el grado de mejoría funcional ante cargas de menor intensidad y mayor
duración. Seguramente, el diseño de nuevos estudios nos permita hacer registros de
fuerza y reserva ante la fatiga durante las pruebas de maratón y medio fondo o,
simplemente, al finalizar estas competiciones.
Comentario final
El presente estudio demuestra el efecto funcional beneficioso del entrenamiento de
músculos inspiratorios en deportistas de élite. Este efecto ha sido confirmado tanto
desde el punto de vista mecánico como neuropsicológico. Para nosotros, como
autores de la memoria, y seguramente para los revisores y lectores críticos de la
misma, la mejoría en las marcas de tiempo, récords y medallas que eventualmente se
puedan obtener seguirán siendo incógnitas que estimulen futuros estudios a evaluar el
entrenamiento muscular inspiratorio integrado dentro de los esquemas de
entrenamiento generales.
Benedicta Abeijón Insúa
Barcelona, 2007
109
Referencias
110
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144 Casan P, Mayos M, Miralda R, Drobnic F, Sanchis J Respiratory Muscles in elite Sportsmen. Libro de abstracts del 2nd IOC Worls Congress on Sport Sciences. BARCELONA, 1991 145 Radom-Aizik S, Hayek S, Shahar I, Rechavi G, Kaminski N, Ben-Dov I.Effects of aerobic training on gene expression in skeletal muscle of elderly men. Med Sci Sports Exerc. 2005 ;37(10):1680-96. 146 Wittwer M, Billeter R, Hoppeler H, Fluck M. Regulatory gene expression in skeletal muscle of highly endurance-trained humans. Acta Physiol Scand. 2004, 180(2):217-27. 147 Klissouras V, Casini B, Di Salvo V, Faina M, Marini C, Pigozzi F, Pittaluga M, Spataro A, Taddei F, Parisi P. Genes and athetic performance: a co-twin study. Int J Sports Med. 2001 May;22(4):250-5. 148 Rankinen T, Perusse L, Rauramaa R, Rivera MA, Wolfarth B, Bouchard C. The human gene map for performance and health-related fitness phenotypes. Med Sci Sports Exerc. 2001 Jun;33(6):855-67. 149 Hood DA, Irrcher I, Ljubicic V, Joseph AM. Coordination of metabolic plasticity in skeletal muscle. J Exp Biol. 2006 Jun;209(Pt 12):2265-75. 150 Booth FW, Thomason DB.Physiol Rev. 1991 Apr;71(2):541-85 Physiol Rev. 1991 Apr;71(2):541-85 151 Sale DG, MacDougall JD, Jacobs I, Garner S. Interaction between concurrent strength and endurance training. J Appl Physiol. 1990 Jan;68(1):260-70. 152 Izquierdo M, Hakkinen K, Ibanez J, Kraemer WJ, Gorostiaga EM. Effects of combined resistance and cardiovascular training on strength, power, muscle cross-sectional area, and endurance markers in middle-aged men. Eur J Appl Physiol. 2005 May;94(1-2):70-5. Epub 2004 Dec 23. 153 Casadevall C, Coronell C, Ramírez-Sarmiento AL, Martínez-Llorens J, Barreiro E, Orozco-Levi M, Gea J; on behalf of the ENIGMA in COPD group. Upregulation of pro-inflammatory cytokines in the intercostal muscles of COPD patients. Eur Respir J. 2007 Oct; 30(4): 701-7. 154 Kraemer WJ, Volek JS, Bush JA, Putukian M, Sebastianelli WJ. Hormonal responses to consecutive days os heavy-resistance exercise with or without nutritional supplementation. J Appl Phisiol 1998 Oct ; 85(4): 1544-55.
120
Tablas
121
Tabla 7: Características generales de la población de atletas estudiada. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)) para la población inicial (1) y para la población final (2); la población final está situada en la tabla como los 11 primeros en color gris. (N.V.: No valorado; Hb: Hemoglobina).
Atleta (#) Tipo de deporte Sexo Edad Peso (kg)
Talla (m) IMC Hb
(mg/dL) 1 Ciclismo Varón 31 66 1.68 23.3 14,5
2 Ciclismo Varón 42 82 1.84 24.2 N.V.
3 Fondo Varón 21 60 1.73 20 N.V.
4 Marcha Varón 20 70.9 1.85 20.7 15,3
5 Ciclismo Varón 19 69.8 1.74 23 14,8
6 Fondo Varón 22 65 1.71 22.2 N.V.
7 Ciclismo Varón 24 68.5 1.79 21.3 15,7
8 Fondo Varón 18 60.7 1.75 19.7 16,3
9 Marcha Varón 31 66.5 1.78 20.9 15,6
10 Fondo Mujer 24 53 1.67 19 12,8
11 Ciclismo Varón 24 67.5 1.81 20 13,1
12 Marcha Varón 30 67 1.75 21.8 16,3
13 Fondo Varón 26 62.2 1.71 21.2 14,5
14 Marcha Mujer 24 47.2 1.62 17.9 12,6
15 Fondo Varón 26 61 1.73 20.3 15,3
16 Marcha Varón 25 65 1.81 19.8 13,6
17 Fondo Varón 18 61 1.75 19.9 N.V.
18 Ciclismo Varón 37 76 1.84 22.4 15,1
19 Ciclismo Varón 35 80.2 1.84 23.6 N.V.
Md (25;75) 1 24(21;31) 31.8(29.2;35) 1.75(1.71;1.81) 20.9(19.9;22.4) 14.9(13.4;15.6)
Md (25;75)2 24(20;31) 32.2(29.5;34.2) 1.75(1.71;1.81) 20.9(20;23) 15(13.4;15.6)
122
Tabla 8: Compartimentos corporales de los atletas medidos por cineantropometría. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)) para la población inicial (1) y para la población final (2); la población final está situada en la tabla como los 11 primeros en color gris. (N.V.: No valorado).
Atleta (#) Peso (kg)
Porcentaje graso (%)
Peso graso (kg)
Porcentaje muscular (%)
Peso muscular (kg)
Porcentaje graso Yuhasz-Carter (%)
1 66 N.V.
2 82 12.8 10.5 48.4 39.7 10.7
3 60 8.62 5 48.3 28.1 6.3
4 70.9 8.8 6.3 50 35.7 6.7
5 69.8 8.4 5.9 46.2 32.6 7.4
6 65 N.V.
7 68.5 8.2 5.3 48.1 31.4 6.1
8 60.7 9.7 6.1 49.6 31 7.2
9 66.5 9.3 6.1 49.3 32.2 6.8
10 53 13.6 7.3 44.5 23.9 9.2
11 67.5 9.9 6.9 47.1 32.7 7.4
12 67 7.8 5.2 49.3 33.1 6.3
13 62.2 11.2 7.2 45.6 29.1 8.7
14 47.2 13.7 6.5 46.8 22 8.6
15 61 7.5 4.7 47.7 29.7 6
16 65 11.9 7.7 47.4 30.8 8.3
17 61 N.V.
18 76 13.1 10 48.1 36.7 10.8
19 80.2 11.7 9.4 47.7 38.3 9.7
Md (25;75)1 66(61;69.8) 9.8(8.4;12.5) 6.4(5.4;7.6) 47.9(46.8;49) 31.8(29.2;35) 7.4(6.4;9)
Md (25;75)2 66.5(60.7;69.8) 9.3(8.5;11.3) 6.1(5.6;7.1) 48.3(46.6;49.4) 32.2(29.5;34.2) 7.2(6.5;8.3)
123
Atleta (#) FEV1 (L) FEV1(%pred) FVC (L) FVC (% pred) FEV1/FVC (%)
1 4,17 106 5,26 106 79,2
2 4,49 100 5,09 87 88,2
3 3,8 89 4,29 81 88,5
4 5,38 107 5,98 95 89,9
5 4,78 110 5,6 108 85,3
6 N.V.
7 4,3 93 5,4 94 79,6
8 3,91 95 4,64 95 84,2
9 3,46 77 4,7 83 73,6
10 3,6 103 4,34 101 82,9
11 3,48 75 4,58 78 75,9
12 4,68 109 4,97 92 94,1
13 4,68 113 5,18 101 90,3
14 2,96 90 3,36 84 88,1
15 3,94 90 4,56 84 86,4
16 5,25 111 5,43 92 96,6
17 N.V.
18 3,71 81 4,79 81 77,4
19 4,5 97 5,68 96 79,2
Md(25;75)1 4.17(3.6;4.6) 97(89.5;108) 4.97(4.57;5.41) 92(83.5;98.5) 85.3(79.2;89.2)
Md(25;75)2 4.04(3.57;4.56) 97.5(86;106.2) 4.89(4.52;5.45) 94.5(82.5;102.2) 83.6(78.4;88.3)
Tabla 9: Resumen de los valores espirométricos de los atletas de élite. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)) para la población inicial (1) y para la población final (2); la población final está situada en la tabla como los 11 primeros en color gris. (N.V.: No valorado).
124
Atleta (#) PIM
(cmH2O) PIM (%ref. Morales)
PEM (cmH2O)
PEM (%ref. Morales)
CMT (cmH2O)
CMT (gramos)
1 -142 101 283 127 -127 600
2 -155 112 215 103 -112 500
3 -76 52 139 59 -67 300
4 -138 89 170 72 -125 600
5 -178 115 270 113 -144 650
6 -100 67 136 58 -105 500
7 -130 88 285 123 -89 400
8 -134 89 206 86 -137 600
9 -140 100 213 96 -88 450
10 -106 97 139 101 -93 450
11 -136 92 162 70 -103 500
12 -155 109 162 72 -109 500
13 -156 109 159 69 -141 650
14 -112 102 156 117 -74 350
15 -100 70 162 71 -89 450
16 -134 92 174 76 -126 600
17 -182 121 203 85 -148 700
18 -145 104 222 103 -113 550
19 -136 94 224 103 -117 550
Md(25;75)1 -136(-112;-155) 97(89;109) 174(159;222) 86(71;103) -112(-89;-127) 500(450;600) Md(25;75)2 -136(-106;-142) 92(88;101) 206(139;270) 96(70;113) -105(-89;-127) 500(450;600)
Tabla 10: Resumen de los valores de presión máxima inspiratoria (PIM), espiratoria (PEM),con sus respectivos valores de referencia y de carga máxima tolerada (CMT), expresada tanto en gramos como en cmH2O. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)) para la población inicial (1) y para la población final (2); la población final está situada en la tabla como los 11 primeros en color gris.
125
Atleta (#) Mano dominante
(kg) Mano dominante
(% ref. Mathiowetz) Mano no dominante
(kg) Mano no dominante (% ref. Mathiowetz)
1 57 103,1 57 113,8
2 65 122,6 70 136,7
3 35 63,7 37 78
4 N.V. N.V.
5 59 N.Ref. 56 N.Ref.
6 42 88,6 37 67,4
7 57 103,8 55 116
8 50 N.Ref. 45 N.Ref.
9 53 105,8 52 94,1
10 40 125,2 42 125
11 50 91,1 51 107,5
12 45 81,4 52 103,4
13 52 94,9 52 103,7
14 30 93,9 30 108,4
15 42 76,6 42 83,8
16 60 109,5 50 99,7
17 47 N.Ref. 42 N.Ref.
18 59 108,6 50 97,6
19 69 134,7 61 112,2
Md(25;75)1 51(42;59) 103.1(88.6;109.5) 50.5(42;55.2) 103.7(94.1;113.8) Md(25;75)2 51.5(41.5;57.5) 103.4(89.2;118.4) 51.5(40.7;56.2) 110.7(82;122.7)
Tabla 11:Resumen de los valores de fuerza en mano dominante y no dominante con sus respectivos valores de referencia según Mathiowetz. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)) para la población inicial (1) y para la población final (2); la población final está situada en la tabla como los 11 primeros en color gris. (N.V.: No valorado; N.Ref.: No valores de referencia)
126
Atleta (#) VO2max
(ml/kg/min) VEmax (L/min)
Wmax (Watt)
1 56,23 175,8 360
2 47,93 141,6 310
3 85,35 76,3 292
4 70,82 191,5 378
5 61,69 139,1 290
6 N.V.
7 66 190 400
8 72,55 178,3 348
9 66 128,8 255
10 62,83 120 269
11 62,22 161,8 360
12 58,69 143,8 374
13 78,84 171 356
14 66,86 95 184
15 69,75 156 347
16 55,94 140,9 289
17 N.V.
18 56,16 137,4 370
19 58,82 158,4 400
Md(25;75)1 62.8(57.4;70.2) 143.8(133.1;173.4) 348(289.5;372) Md(25;75)2 64.4(60.3;71.2) 151.7(126.6;181.2) 329(284.7;364.5)
Tabla 12: Resumen de valores de capacidad aeróbica medida en cicloergómetro. Se muestran los valores de consumo máximo de oxígeno (VO2max), ventilación minuto máxima (VEmax) y trabajo máximo (Wmax). Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)) para la población inicial (1) y para la población final (2); la población final está situada en la tabla como los 11 primeros en color gris.
127
Pre- CMT Post- CMT
Atleta (#) CK
(mg/dl) GOT
(mg/dl) LDH
(mg/dl) CK
(mg/dl) GOT
(mg/dl) LDH
(mg/dl)
1 150 24 301 153 28 355
2 150 17 270 210 24 335
3 202 22 333 200 24 320
4 1258 60 469
5 235 24 242 233 25 246
6 277 18 322 285 18 326
7 115 16 321 123 16 315
8 234 18 363
9 446 26 345
10 134 20 319 142 26 344
11 113 14 331 138 18 302
12 666 28 320
13 350 26 321 360 28 361
14 327 30 450
15 290 27 312 292 26 310
16 423 34 406
17 123 19 245 130 19 272
18 300 16 345
19 185 27 308
Md(25;75)1 235(150;350) 24(18;27) 321(308;345) 200(138;285) 24(18;26) 320(302;344) Md(25;75)2 202(134;277) 20(17;24) 322(301;345) 176(139;227) 24(18;25.7) 323(305.2;341.7)
Tabla 13: Resumen de los marcadores de daño muscular (CK, GOT y LDH) antes y después de la prueba de CMT. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)) para la población inicial (1) y para la población final (2); la población final está situada en la tabla como los 11 primeros en color gris.
128
Pre-CMT
Atleta (#)
IL-10 (pg/mL)
IL-6 (pg/mL)
RANTES (ng/mL)
TNF-αααα (pg/mL)
IL-1β (pg/mL)
TNFR60 (ng/mL)
TNFR80 (ng/mL)
IGF-I (ng/mL)
IL-1ra (pg/mL)
PCR (mg/dL)
1 2,16 2,37 3,32 0,004 0,14 0,79 268,8 310,14 0,04
2 325,07 1,8 500,14 2,63 1,39 0,28 3,15 270,52 334,28 0,09
3 3,15 3,05 806,85 1,74 1,16 0,2 0,45 184,05 281,8 0,09
4 3,02 1,73 1466,61 1,56 8,79 0,25 2,95 518,52 327,18 0,06
5 2,77 2,62 2016,05 13,04 4,07 0,3 3,25 536,13 388,39 0,43
6 3,82 2,45 1537,22 12,38 9,86 0,2 0,8 163,6 0,12
7 2,64 3,22 486,9 1,9 3,08 0,32 2,63 799,38 464,16 1,62
8 2,77 2,21 1477,65 9,71 0,79 0,25 2,58 968,97 233,77 0,06
9 3,42 3,14 1587,98 0,94 0,35 0,29 1,22 126,9 348,5 0,08
10 2,9 2,21 1546,05 3,96 2,56 0,19 1,2 139,32 169,19 0,04
11 6,77 3,31 1422,48 17,36 3,2 0,21 1,12 350,31 277,55 1,67
12 3,15 5,25 1486,47 7,71 0,12 0,18 1,01 269,66 593,5 0,31
13 4,66 3,76 1129,01 10,83 0,22 1,22 219,48 262 0,08
14 9,56 2,54 1144,46 2,82 0,04 0,27 2,28 208,25 512,93 0,06
15 2,77 4,77 1020,89 0,57 0,09 0,2 0,62 156,09 174,79 0,22
16 3,42 2,45 1797,6 17,47 0,7 0,25 0,65 142,84 278,97 0,11
17 2,28 2,45 1175,35 6,13 1,91 0,13 0,53 507,94 183,19 0,15
18 2,28 3,49 1148,87 1,21 0,84 0,12 0,7 216,25 163,6 0,21
19 5,1 1,88 1137,84 5,73 1,16 0,22 2,83 258,08 232,37 0,07
Md (25;75)1
3.1 (2.7;4.6)
2.54 (2.2;3.3)
1298.9 (1101.9;1539.4)
3.9 (1.7;10.8)
1.1 (0.2;3.1)
0.22 (0.19;0.27)
1.2 (0.7;2.63)
263.4 (177;510.5)
278.9 (183.1;348.5)
0.09 (0.06;0.22)
Md (25;75)2
3 (2.7;3.8)
2.4 (2.2;3.1)
1472.1 (730.1;1556;5)
3.3 (1.7;12.3)
2.5 (0.7;4)
0.25 (0.2;0.29)
1.2 (0.8;2.9)
310.4 (172.8;601.9)
310.1 (233.7;348,5)
0.09 (0.06;0.43)
Tabla 14: Resumen de los valores de marcadores inflamatorios en la primera valoración, antes de la prueba de CMT. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)) para la población inicial (1) y para la población final (2); la población final está situada en la tabla como los 11 primeros en color gris.
129
Post-CMT
Atleta (#)
IL-10 (pg/mL)
IL-6 (pg/mL)
RANTES (ng/mL)
TNF-αααα (pg/mL)
IL-1β (pg/mL)
TNFR60 (ng/mL)
TNFR80 (ng/mL)
IGF-I (ng/mL)
IL-1ra (pg/mL)
PCR (mg/dL)
1 2,28 1,8 1259,2 1,71 0,4 0,16 1,5 247,09 167,8 0,04
2 379,31 1,8 489,1 1,78 1,3 0,24 1,89 271,39 317,24 0,09
3 2,9 1,8 614,88 5,09 5,17 0,15 0,31 247,51 318,66 0,09
4
5 3,82 2,5 1691,68 3,63 1,46 0,26 3,14 346,56 286,04 0,41
6 3,55 4,03 881,88 0,31 0,89 0,22 0,7 355,48 201,42 0,12
7 3,02 1,65 912,77 1,03 1,28 0,31 2,44 319,8 376,98 1,6
8 2,64 2,13 1323,19 2,54 1,58 0,26 1,86 910,03 252,11
9
10 0,04
11 6,3 2,45 1325,39 10,57 0,67 0,17 0,54 379,76 294,54 2,12
12
13 3,55 3,4 1340,84 0,44 0,1 0,23 1,16 190,21 300,21 0,17
14
15 2,9 2,45 268,45 11,18 6,92 0,22 0,97 152,83 197,21 0,22
16
17 1,81 2,71 1221,69 5,28 0,77 0,16 0,59 492,19 218,29 0,16
18 3,29 1,96 1475,44 7,26 0,46 0,15 0,56 211,43 103,83
19 4,66 2,45 1541,64 0,62 1,52 0,19 0,5 177,21 303,05
Md (25;75)1
3.2 (2.7;4.2)
2.4 (1.8;2.6)
1259.2 (748.3;1408.1)
2.5 (0.8;6.2)
1.2 (0.5;1.5)
0.22 (0.16;0.25)
0.97 (0.55;1.88)
271.3 (200.8;367.6)
286 (199.3;310.1)
0.16 (0.09;0.41)
Md (25;75)2
3.2 (2.7;5.6)
1.9 (1.8;2.5)
1085.9 (681.6;1324.8)
2.1 (1.2;4.7)
1.2 (0.7;1.5)
0.23 (0.16;0.26)
1.68 (0.58;2.31)
333.1 (253.4;373.6)
290.2 (214;318.3)
0.1 (0.05;1.3)
Tabla 15: Resumen de los valores de marcadores inflamatorios en la primera valoración, después de la prueba de CMT. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)) para la población inicial (1) y para la población final (2); la población final está situada en la tabla como los 11 primeros en color gris.
130
Pre-entrenamiento Post-entrenamiento
PIM PEM PIM PEM
Atleta (#)
cmH2O %ref
Morales cmH2O
%ref Morales
cmH2O %ref
Morales cmH2O
%ref Morales
1 -142 101 283 127 -163 116 280 126
2 -155 112 215 103 -159 114 297 143
3 -76 52 139 59 -99 67 124 53
4 -138 89 170 72 -153 99 232 98
5 -178 115 270 113 -181 117 276 116
6 -100 67 136 58 -124 83 105 45
7 -130 88 285 123 -136 93 266 115
8 -134 89 206 86 -160 106 239 100
9 -140 100 213 96 -137 98 163 73
10 -106 97 139 101 -140 131, 194 145
11 -136 9 162 70 -137 94 187 81
Md(25;75) -136(-106;-142) 92(88;101) 206(139;270) 96(70;113) -140(-136;-160) 99(93;116) 232(163;276) 100(73;126)
p=0.007* p=0.006* p= 0.32 p= 0.32
Tabla 16: Presiones máximas en boca, inspiratorias y espiratorias, antes y después del EMR para cada atleta de élite. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)). Debajo de las columnas de la valoración post-entrenamiento, se muestran los valores de p para cada columnaobtenidos mediante la prueba de Wilcoxon al comparar los valores post y los pre-entrenamiento.
131
Pre-entrenamiento Post-entrenamiento
CMT CMT Atleta (#)
gramos cm H2O
CMT/PIM (%)
gramos cm H2O CMT/PIM (%)
1 600 -127 89,4 750 -149 91,4
2 500 -112 72,2 600 -127 79,8
3 300 -67 88,1 400 -91 91,9
4 600 -125 90,5 650 -140 91
5 650 -144 80,9 700 -158 87,2
6 500 -105 105 600 -122 98,3
7 400 -89 68,4 550 -126 92,6
8 600 -137 102,2 700 -144 90
9 450 -88 62,8 500 -109 79,5
10 450 -93 87,7 500 -104 74,2
11 500 -103 75,7 600 -120 87,5
Md(25;75) 500(450;600) -105(-89;-127) 87.7(72.2;90.5) 600(500;700) -126(-109;-144) 90(79.8;91.9)
P=0.003* P=0.003* p= 0.32
Tabla 17: Valores de CMT (en gr y cmH2O) para cada atleta de élite, antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. Se incluye también el cociente cmt/pim. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)). Debajo de las columnas de la valoración post-entrenamiento, se muestran los valores de p para cada columna obtenidos mediante la prueba de Wilcoxon al comparar los valores post y los pre-entrenamiento.
132
Pre-entrenamiento Post-entrenamiento
Carga (gr)
n Ti
(seg) Ttot (seg)
FR (resp/ min)
n Ti
(seg) p
Ttot (seg)
p FR
(resp/min) p
100 11 1(0.9;1.6) 2.8(2.5;3.6) 20(17;23) 11 1.4(1;1.9) 0.18. 5.1(4.1;7.7) 0.02* 12(8;14) 0.003*
200 11 1.1(0.7;1.2) 3(2.3;3.9) 18(14;26) 11 1.4(0.8;1.7) 0.42 5(3.4;6.8) 0.05 12(9;14) 0.007*
250 3 1.2(0.7; -) 3.9(3.9; -) 16(8; -) 3 0.9(0.7; -) 0.18 9.4(4.4; -) 0.18 10(5; -) 0.18
300 11 1(0.6;2.1) 4.1(2.8;4.3) 17(12;20) 11 1.2(0.7;1.8) 0.85 4.9(4;6.6) 0.02* 12(10;13) 0.02*
350 5 1.1(0.7;2.2) 3.5(3.1;4.9) 16(11.5;19) 8 0.9(0.6;1.7) 1 4.3(2.9;7.1) 1 11.5(7.7;17.2) 1
400 10 1.2(0.7;1.6) 3.3(2.9;4) 17(14;20.2) 11 1.2(0.7;1.7) 0.64 4.8(4.2;5.6) 0.09 12(10;14) 0.08
450 5 1(0.8;3.9) 3.5(2.8;9.3) 17(6.5;20.5) 10 1.1(0.6;1.6) 0.68 4.3(3.5;5.1) 0.89 13(11.5;15.7) 0.27
500 7 1.3(0.7;2.1) 3.4(2.3;4.8) 16(10;17) 10 1.3(0.7;1.8) 1 4.5(3.7;5.8) 0.12 12.5(9.7;16.2) 0.09
550 3 1.1(0.9; -) 2.9(1.7; -) 17(15; -) 8 1.2(0.8;1.9) 0.59 4.8(3.9;5.7) 0.10 12(10.2;18.5) 0.10
600 4 1.5(0.8;1.7) 3.7(1.9;4.6) 15.5(12;30.2) 7 1.2(0.9;1.6) 1 3.7(3.4;5.5) 0.27 14(11;15) 0.28
650 1 0.63 1.76 35 4 0.9(0.6;2.5) 3(2.5;8.8) 18.5(8;22.5)
700 3 1.3(0.7; -) 2.5(2.4; -) 10(7; -)
750 1 1.7 6.6 9
Tabla 18. Resumen del patrón respiratorio (Tiempo inspiratorio (Ti), Tiempo total de ciclo respiratorio (Ttot) y frecuencia respiratoria (FR)) para cada carga de CMT, antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. En la columna “n” se muestra el número de individuos que participaron en cada escalón, antes y después del EMR. En algunos individuos se pasó directamente de una carga a otra 100 gramos mayor, por lo que en algunas cargas intermedias el valor de n es más bajo que en el siguiente. Los valores se expresan como mediana y percentiles 25 y 75 (Md(25;75)). En los casos en que solo se dispone de los datos de un solo individuo, sólo se muestra ese dato. En las columnas post-entrenamiento se incluye el valor de p respectiva para cada escalón. (*: estadísticamente significativo).
133
Pre-entrenamiento Post-entrenamiento
Carga (gr)
n
Ptii n Ptii p
100 11 0.08(0.05;0.1) 11 0.05(0.03;0.05) 0.004*
200 11 0.15(0.08;0.17) 11 0.07(0.06;0.09) 0.004*
250 3 0.2(0.13; -) 3 0.05(0.05; -) 0.18
300 11 0.16(0.11;0.26) 11 0.11(0.07;0.14) 0.008*
350 5 0.24(0.13;0.27) 8 0.12(0.07;0.16) 0.06
400 10 0.25(0.14;0.31) 11 0.14(0.12;0.16) 0.007*
450 5 0.30(0.18;0.31) 10 0.16(0.12;0.18) 0.04*
500 7 0.31(0.26;0.36) 10 0.18(0.14;0.21) 0.018*
550 3 0.32(0.29; -) 8 0.20(0.16;0.24) 0.10
600 4 0.36(0.29;0.45) 7 0.23(0.21;0.29) 0.14
650 1 0.29 4 0.22(0.2;0.3)
700 3 0.27(0.27; -)
750 1 0.25
Tabla 19 : Valores del índice tensión-tiempo inspiratorio (Ptii) para cada carga de CMT, antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. En la columna “n” se muestra el número de individuos que participaron en cada escalón. En algunos individuos se pasó directamente de una carga a otra 100 gramos mayor, por lo que en algunas cargas intermedias el valor de n es más bajo que en el siguiente. Los valores se expresan como mediana y percentiles 25 y 75 (Md(25;75)). En los casos en que solo se dispone de los datos de un solo individuo, sólo se muestra ese dato. (*: estadísticamente significativo).
134
Pre-entrenamiento Post-entrenamiento
Carga (gr) n Actividad muscular respiratoria n Actividad muscular respiratoria p
100 11 1.51(0.92;2.17) 11 0.61(0.47;0.74) 0.003*
200 11 2.78(1.94;3.65) 11 0.74(0.51;1.12) 0.004*
250 3 2.21(1.92; -) 3 0.75(0.28; -) 0.18
300 11 2.95(1.57;4.34) 11 1.26(0.76;1.55) 0.004*
350 5 2.83(2.59;3.68) 8 1.51(0.71;2.51) 0.06
400 10 3.62(2.25;5.32) 11 1.79(1.28;2.23) 0.009*
450 5 3.42(1.96;3.42) 10 2.21(1.57;2.71) 0.22
500 7 4.89(2.69;6.44) 10 2.11(1.60;3.04) 0.018*
550 3 4.97(4.91; -) 8 2.49(1.94;3.15) 0.10
600 4 5.58(4.67;10.15) 7 2.48(1.18;4.48) 0.06
650 1 10.41 4 4.31(1.80;6.25)
700 3 4.78(1.93; -)
750 1 2.3
Tabla 20: Actividad muscular respiratoria (AMR) en cada carga de CMT, antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. En la columna “n” se muestra el número de individuos que participaron en cada escalón. En algunos individuos se pasó directamente de una carga a otra 100 gramos mayor, por lo que en algunas cargas intermedias el valor de n es más bajo que en el siguiente. Los valores se expresan como mediana y percentiles 25 y 75 (Md(25;75)). En los casos en que solo se dispone de los datos de un solo individuo, sólo se muestra ese dato. (*: estadísticamente significativo).
135
Pre-entrenamiento Post-entrenamiento
Carga (gr) n Disnea
(Escala de Börg) n
Disnea (Escala de Börg)
p
100 11 2(1.2;2) 11 1(1;1) 0.014*
200 11 3.5(3;5) 11 2(1.2;2) 0.011*
250 3 5(4; -) 3 3(2; -) 0.10
300 11 5(4;6.7) 11 3(3;3.7) 0.017*
350 5 7(4.7;8.5) 8 4.5(4;6.2) 0.06
400 10 7(5;9) 11 5.5(5;6.7) 0.038*
450 5 8.5(7.2;9.7) 10 6(6;7) 0.06
500 7 10(8.5;10) 10 8(6;9) 0.039*
550 3 9.5(9; -) 8 8(7;9) 0.18
600 4 9.5(9; -) 7 9(8.5;9.5) 0.18
650 1 10 4 9.5(9;9.5)
700 3 10
750 1 10
Tabla 21: Resumen de los datos de disnea medida por la escala de Börg durante cada escalón de la prueba de CMT. En la columna “n” se muestra el número de individuos que participaron en cada escalón. En algunos individuos se pasó directamente de una carga a otra 100 gramos mayor, por lo que en algunas cargas intermedias el valor de n es más bajo que en el siguiente. Los valores se expresan como mediana y percentiles 25 y 75 (Md(25;75)). En los casos en que solo se dispone de los datos de un solo individuo, sólo se muestra ese dato. (*: estadísticamente significativo; n.s.: no significativo).
136
Pre-entrenamiento Post-entrenamiento
Mano dominante Mano no dominante Mano dominante Mano no dominante Atleta
(#) kg
%ref Mathiowetz kg %ref
Mathiowetz kg %ref Mathiowetz kg %ref
Mathiowetz
1 57 103,1 57 113,8 58 104,7 52 103,6
2 65 122,6 70 136,7 60 113 70 136,5
3 35 63,7 37 78 36 65,4 38 80
4 N.V. 45 81,8 40 84,2
5 59 N.Ref. 56 N.Ref. 60 N.Ref. 62 N.Ref.
6 42 88,6 37 67,4 45 94,7 40 72,7
7 57 103,8 55 116 60 109,2 52 103,5
8 50 N.Ref. 45 N.Ref. 40 N.Ref. 40 N.Ref.
9 53 105,8 52 94,1 30 59,7 39 70,4
10 40 125,2 42 125 38 112,2 38 131,6
11 50 91,1 51 107,5 44 80 52 109,4
Md(25;75) 51.5(41.5;57.5) 103.4(89.2;118.4) 51.5(40.7;56.2) 110.7(82;122.7) 45(38;60) 94.7(72.7;110.7) 40(39;52) 103.5(76.3;120.5)
p= 0.28 p= 0.26 p= 0.34 p= 0.57
Tabla 22: Resumen de valores de dinamometría en ambas manos antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. Los valores se expresan como mediana y percentiles 25 y 75 (Md(25;75)). (N.Ref.: No valores de referencia; N.V.: No valorado). Debajo de las columnas de la valoración post-entrenamiento, se muestran los valores de p para cada columna obtenidos mediante la prueba de Wilcoxon al comparar los valores post y los pre-entrenamiento.
137
Pre-entrenamiento Post-entrenamiento
Atleta (#)
VO2max (ml/kg/min)
VEmax (L/min)
Wmax (Watt)
VO2max (ml/kg/min)
VEmax (L/min)
Wmax (Watt)
1 56,23 175,8 360 62,85 145,9 350
2 47,93 141,6 310 47,61 153,8 310
3 85,35 76,3 292 85,6 77,5 270
4 70,82 191,5 378 N.V.
5 61,69 139,1 290 56,09 99,5 290
6 N.V. N.V.
7 66 190 400 64,35 183,5 400
8 72,55 178,3 348 68,15 148 280
9 66 128,8 255 67,98 131,2 255
10 62,83 120 269 66,42 132 269
11 62,22 161,8 360 62,86 163,7 370
Md(25;75) 64.4(60.3;71.2) 151.7(126.6;181.2) 329(284.7;364.5) 64.35(59.4;68) 145.9(115.3;158.7) 290(269.5;360)
p= 0.85 p= 0.51 p= 0.19
Tabla 23: Resumen de valores de capacidad aeróbica medida en cicloergómetro, antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. Se muestran los valores de consumo máximo de oxígeno (VO2max), ventilación minuto máxima (VEmax) y trabajo máximo (Wmax). Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)). Debajo de las columnas de la valoración post-entrenamiento, se muestran los valores de p para cada columna obtenidos mediante la prueba de Wilcoxon al comparar los valores post y los pre-entrenamiento
138
Pre-CMT Post-CMT
Atleta (#) CK GOT LDH CK GOT LDH
1 150 24 301 153 28 355
2 150 17 270 210 24 335
3 202 22 333 200 24 320
4 1258 60 469 N.V.
5 235 24 242 233 25 246
6 277 18 322 285 18 326
7 115 16 321 123 16 315
8 234 18 363 N.V.
9 446 26 345 N.V.
10 134 20 319 142 26 344
11 113 14 331 138 18 302
Md(25;75) 202(134;277) 20(17;24) 322(301;345) 176,5(139;227) 24(18;25.7) 323(305.2;341.7)
p= 0.03* p= 0.02* p= 0.48
Tabla 24: Valores de marcadores de daño muscular antes y después de una prueba de carga máxima tolerada, en la valoración pre-entrenamiento. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)). Debajo de las columnas de la valoración post-CMT, se muestran los valores de p para cada columna obtenidos mediante la prueba de Wilcoxon al comparar los valores post y los pre-entrenamiento (*: estadísticamente significativo).
139
Pre-entrenamiento Post-entrenamiento
Intervalo de normalidad Pre-CMT Post-CMT p Pre-CMT Post-CMT p
IL-10 (pg/ml)
0- 14.1 3 (2.7;3.8) 3.2 (2.7;5.6) 0.67 6.4 (5.3;8.4) 6.2 (5.5;7.4) 0.72
IL-6 (pg/ml)
0- 149 2.4 (2.2;3.1) 1.9 (1.8;2.5) 0.17 5.3 (5.1;5.7) 5(4.8;5.1) 0.041*
RANTES (ng/ml)
9- 106 1472.1
(730.1;1556.5) 1085.9
(681.6;1324.8) 0.17
1135.6 (665.6;1369.5)
1393.8 (1177.5;175.6)
0.013*
TNF-α (pg/ml)
0 3.3 (1.7;12.3) 2.1 (1.2;4.7) 0.050 3.2 (1.1;6.8) 1.9 (0.8;3.7) 0.11
IL-1β (pg/ml)
0 2.5 (0.7;4) 1.2 (0.7;1.5) 0.40 1.5 (0.5;2.2) 1 (0.6;1.8) 0.72
TNF-R60 (ng/ml)
0- 4.16 0.2 (0.25;0.29) 0.2 (0.1; 0.2) 0.16 0.1 (0.1; 0.2) 0.2 (0.1;0.2) 0.72
TNF-R80 (ng/ml)
0- 10.8 1.2 (0.8;2.9) 1.6 (0.5;2.3) 0.09 1.2 (0.6;2.4) 1.5 (0.6;2.5) 0.79
IGF-I (ng/ml)
40- 258 310.4 (172.8;601.9) 333.1
(253.4;373.6) 0.39 385.06 553.4 (246;584.2) -
IL-1ra (pg/ml)
106- 1552 310.1
(233.7;348.5) 290.2
(214;318.3) 0.48
256.3 (187.3;303)
262 (230;364.1)
0.06
Tabla 25: .Valores de citoquinas inflamatorias antes y después de una prueba de CMT, tanto en la valoración pre como post- entrenamiento. Los valores se expresan como la mediana y los percentiles 25 y 75 (Md (25;75)). (*: estadísticamente significativo).
140
Tabla 26: Diferencias entre la población de atletas y de individuos voluntarios sanos en términos de características generales, tabaquismo, espirometría y fuerza/resistencia muscular respiratoria y periférica. Los datos se expresan como mediana y percentiles 25 y 75 (Md(25;75)). El test estadístico utilizado fue U de Mann-Whitney para muestras independientes. (*: estadísticamente significativo).
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA POBLACIÓN DE ATLETAS EN COMPARACIÓN CON VOLUNTARIOS SANOS
Voluntarios
sanos Deportistas
de élite Valor p
n, 14 19
Características generales
Género (V:M) 7:7 17:2
Edad (años) 25.5(23.7;29) 24(21;31) 0.67
Peso corporal (kg) 64(55.5;73.2) 66(61;69.8) 0.92
Talla (m) 1.67(1.61;1.73) 1.75(1.71;1.81) 0.004*
Consumo tabaco
Nunca 6 (42.9%) 19 (100%)
Ex-fumador 2 (14.2%) 0 (0%)
Fumador activo 6 (42.9%) 0 (0%)
Función pulmonar convencional
FEV1 (litros) 3.6(3.2;4.1) 4.17(3.65;4.68) 0.059
FEV1, %pred 100.5(92.5;105.5) 97(89.5;108) 0.83
FVC (litros) 4.4(4;5) 4.97(4.57;5.41) 0.053
FVC, %pred 95.5(94;102.2) 92(83.5;98.5) 0.10
FEV1/FVC, % 82.8(79.6;87.4) 85.3(79.2;89.2) 0.51
Fuerza muscular inspiratoria
PIM (cmH2O) 89.5(83.7;122.5) 136(112;155) 0.005*
PIM (% ref Morales) 79(75;83.2) 97(89;109) 0.002*
Fuerza muscular espiratoria
PEM (cmH2O) 143.5(124;183.5) 174(159;222) 0.012*
PEM (% ref Morales) 81(71;93.2) 86(71;103) 0.321
Resistencia muscular inspiratoria
CMT (cmH2O) 91.1(76.2;97.2) 112(89;127) 0.017*
CMT (gramos) 475(387.5;512.5) 500(450;600) 0.09
Dinamometría de manos
Mano dominante (kg) 22.9(19.6;39.2) 51(42;59) <0.001*
% ref. Mathiowetz 61.3(45;71.1) 103.1(88.6;109.5) <0.001*
Mano no-dominante (kg) 23.4(18.9;34.9) 50.5(42;55.2) <0.001*
% ref. Mathiowetz 66(48.4;81.1) 103.7(94.1;113.8) <0.001*
141
142
Figuras
143
Figura 8: Valores de PIM antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos. Los casos atípicos (alejados más de 1,5 longitudes de caja del percentil correspondiente) se representan como un círculo (*: estadísticamente significativo).
*
144
Figura 9: Valores de PEM antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos. (n.s.: no significativo)
n.s.
145
Figura 10: Valores de CMT en gramos antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos (*): estadísticamente significativo
*
146
Figura 11: Indice presión-tiempo inspiratorio en cada carga de CMT, antes (en color negro) y después (en color azul) del entrenamiento muscular respiratorio. Al pie de la gráfica se indica el número de individuos que alcanzó cada carga. (*: estadísticamente significativo).
147
Figura 12: Actividad muscular respiratoria en cada carga de CMT, antes (en color negro) y después (en color azul) del entrenamiento muscular respiratorio. Al pie de la gráfica se indica el número de individuos que alcanzó cada carga. (*: estadísticamente significativo).
148
Figura 13: Disnea en cada carga de CMT, antes (en color negro) y después (en color azul) del entrenamiento muscular respiratorio. Al pie de la gráfica se indica el número de individuos que alcanzó cada carga. (*: estadísticamente significativo).
149
Figura 14: Fuerza en EESS dominante y no dominante antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos. (n.s.: no significativo).
n.s. n.s.
150
Figura 15: VO2max antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos. Los casos atípicos (alejados más de 1,5 longitudes de caja del percentil correspondiente) se representan como un círculo, y los casos extremos (alejados más de 3 longitudes de caja del percentil correspondiente) se representan con un rectangulo. (n.s.: no significativo).
n.s.
151
Figura 16: VEmax antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos. Los casos atípicos (alejados más de 1,5 longitudes de caja del percentil correspondiente) se representan como un círculo. (n.s.: no significativo).
n.s.
152
Figura 17: Wmax antes y después del entrenamiento muscular respiratorio. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos. (n.s.: no significativo).
n.s.
153
Figura 18: Marcadores de daño muscular antes y después de la prueba de CMT en la valoración pre-entrenamiento muscular respiratorio. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos.
*
*
n.s.
154
Figura 19: Marcadores inflamatorios antes y después de la prueba de CMT en la valoración pre-entrenamiento. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos.
155
Figura 20: Marcadores inflamatorios antes y después de la prueba de CMT en la valoración post-entrenamiento. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos
156
Figura 21: PIM en la valoración pre-entrenamiento en cada subespecialidad de deporte. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos.
n.s.
n.s.
n.s.
157
Figura 22: Relación entre la PIM pre-entrenamiento y la edad. Figura 23: Relación entre la PIM pre-entrenamiento y el IMC.
158
Figura 24: Relación entre PIM y VO2max. Figura 25: Relación entre PIM y VEmax.
159
Figura 26: Relación entre PIM y Wmax. Figura 27: Relación entre PIM y CMT.
160
Figura 28: Relación entre PIM y PEM. Figura 29: Relación entre PIM y ESD.
161
Figura 30: Relación entre PIM y ESND.
162
Figura 29: Cambio de PIM (∆PIM) en cada uno de los subgrupos de deporte. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos. (*: estadísticamente significativo).
*
*
n.s.
163
Figura 30: Relación entre ∆PIM y PIM pre-entrenamiento. Figura 31: Relación entre ∆PIM y edad.
164
Figura 32: Relación entre ∆PIM y IMC. Figura 33: Relación entre ∆PIM y VO2max.
165
A
Figura 34: Relación entre ∆PIM y VEmax. Figura 35: Relación entre ∆PIM y Wmax.
166
Figura 36: Relación entre ∆PIM y ∆CMT.
167
Figura 37: CMT pre-entrenamiento en cada subgrupo de deporte. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos.
n.s.
n.s.
n.s.
168
Figura 38: Relación entre CMT y edad. Figura 39: Relación entre CMT y IMC.
169
Figura 40: Relación entre CMT y VO2max. Figura 41: Relación entre CMT y VEmax.
170
Figura 42: Relación entre CMT y Wmax. Figura 43: Relación entre CMT y PEM.
171
Figura 44: Relación entre CMT y ESD. Figura 45: Relación entre CMT y ESND.
172
Figura 46: ∆CMT en cada subgrupo de deporte. La línea central expresa la mediana, los límites de la caja los percentiles 25 y 75, y los extremos de la linea vertical los valores extremos.
n.s. n.s.
n.s.
173
Figura 47: Relación entre ∆CMT y edad. Figura 48: Relación entre ∆CMT y IMC.
174
Figura 49: Relación entre ∆CMT y VO2max. Figura 50: Relación entre ∆CMT y VEmax.
175
Figura 51: Relación entre ∆CMT y Wmax. Figura 52: Relación entre ∆CMT y CMT pre-entrenamiento.
176
177
ADDENDUM 1
178
ADDENDUM 2